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GOYENECHE CECILIA ANDREA C/ SUPERIOR GOBIERNO DE LA

PROVINCIA DE ENTRE RIOS S/ ACCION DE AMPARO (Expte. Nº


12185 de Cámara Segunda de Paraná - Sala Primera)
Paraná, 25 de enero de 2022.
VISTOS
Estos autos caratulados" GOYENECHE CECILIA ANDREA C/
SUPERIOR GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE ENTRE RIOS S/
ACCION DE AMPARO (Expte. Nº 12185 de Cámara Segunda de Paraná
- Sala Primera) traídos a despacho para dictar sentencia y de los que
RESULTA
1.-El 29 de diciembre de 2021 la Procuradora Adjunta de la
Provincia de Entre Ríos, comparece por derecho propio y con patrocinio
letrado e interpone acción de amparo contra el Superior Gobierno de la
Provincia de Entre Ríos, por actos del Honorable Jurado de Enjuiciamiento
de la Provincia a los que considera manifiestamente ilegítimos.
Expresa que ante el Honorable Jurado de Enjuiciamiento, en
adelante HJE tramita el expediente caratulado "Goyeneche Cecilia
Andrea-Procuradora adjunta y fiscal anticorrupción de la Provincia de
Entre Ríos- Denuncia en su contra formulada por el Dr. Carlos Guillermo
Reggiardo y su acumulado "Goyeneche Cecilia Andrea-Procuradora
Adjunta de la Provincia de Entre Ríos- Jorge Amílcar Luciano
García-Procurador General de la Provincia de Entre Ríos-Denuncia en su
contra por los Dres Rubén A Pagliotto y Guillermo Mulet". Allí se dispuso
en fecha 30 de noviembre del 2021 la apertura de su jury
de enjuiciamiento. Adicionalmente se decidió la suspensión en sus
funciones como procuradora adjunta y fiscal anticorrupción, hasta el
veredicto definitivo y separar del conocimiento de la causa a la totalidad
de los integrante del Ministerio Público Fiscal de toda intervención en el
proceso, sustituyéndolo por quien corresponda actuar como Fiscal Ad Hoc
de conformidad con el listado de conjueces del Superior Tribunal de
Justicia- Decreto 1296 MGJ de 25 /8/2020 por el término de quince días ,
a los fines previsto en los artículos 11, 24 y 27 de la ley 9283-
Refiere que esta última decisión resulta violatoria de las garantías
constitucionales de legalidad de los actos públicos y división de poderes y
estabilidad en el ejercicio del cargo.
2.-Preliminarmente menciona sus antecedentes en el Ministerio
Público destacando que todos fueron obtenidos por concurso público. Así
relata que por decreto Nº 629/06 del 2 de marzo de 2006,
fue designada como Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía Nº 1 de la
ciudad de Paraná, cargo al que accedió por concurso realizado por el
Consejo de la Magistratura de la Provincia de Entre Ríos, luego fue
designada como Fiscal de Cámara titular, en la Cámara Primera en lo
Criminal de la Ciudad de Paraná por decreto N° 5054/09 del 16/12/2009,
al que accedió por luego de concursar ante el Consejo de la Magistratura
y obtener el mejor puntaje
Desde el 18 de febrero de 2016 se desempeña como
Procuradora Adjunta de la Provincia de Entre Ríos al que también accedió
luego de concursar ante el Consejo de la Magistratura de la Provincia de
Entre Ríos y siendo designada por Decreto N° 4579/15 del Superior
Gobierno de la Provincia.
Posteriormente, en el año 2018, el Sr. Procurador General de la
Provincia, por Resolución Nº 80/2018 (del 15 de agosto de 2018) le
asignó las funciones previstas en el art. 208 de la Constitución Provincial,
como fiscal anticorrupción.
3.- Expresa que unos meses después de que se le asignará la
función de Fiscal Anticorrupción, el 20 de noviembre de 2018, se inició la
causa N° 87933 caratulada "Beckman Flavia Marcela- Scialocomo
Esteban Angel y otros s/ Asociación Ilícita ( en concurso real con
peculado reiterado). Está recayó, según el sistema de turnos, en los
fiscales Ignacio Aramberry y Patricio Yedro .La tramitación
interna concluyó para el Ministerio Público Fiscal el 31 de mayo del 2021
con su presentación de remisión a juicio.
Indica que desde el inicio de está investigación de la causa y hasta
el 29 de abril de 2019, desarrolló, en la causa, tareas de coordinación
que le fueron asignadas por la Resolución 80/18 PG, acompañando y
asistió a los Sres Fiscales en múltiples actos de investigación y otros
actos procesales.
El 29 de abril de 2019 se excusó de seguir desempeñando la
coordinación de esa causa, antes de tomar la decisión indica que desde
el comienzo del trámite de la causa, se difundieron en los medios de
prensa de la ciudad de Paraná, diferentes notas construidos a partir de
falsedades o tergiversaciones.
Estas luego fueron tomadas por los denunciantes procurando
deslegitimar la investigación constituyendo un proceso de politización de
las defensas emprendidas en las causas de corrupción.
Narra que los planteos de recusación formulados por las defensas
de los encartados, el día 7 de diciembre de 2018 se sustentan en esas
publicaciones.Allí se relata que la amparista mantenía una relación de
sociedad con el imputado Pedro Eduardo Opromolla. Está situación, con
el pasar del tiempo, fue mutando para pasar a
sostenerse mediáticamente que su esposo era socio del estudio
contable Integral Asesoría- integrado por algunos imputados. Incluso se
llegó a afirmar que su cónyuge era el que comandaba el estudio
contable.
Agrega que ha probado tanto públicamente como en su descargo
ante el HJE que estas afirmaciones son falsas. A tal fin acompaña los
respectivos descargos.
4.- Aceptación de la denuncia ante el Jurado de Enjuiciamiento
Indica que el HJE decide su apertura por el solo hecho de no
haberse apartado a tiempo de la investigación de la causa N° N° 87933
caratulada "Beckman Flavia Marcela- Scialocomo Esteban Angel y otros s/
Asociación Ilícita ( en concurso real con peculado reiterado).
Se resolvió Resolviendo disponer la apertura del enjuiciamiento
para determinar si la función investigativa objetiva encomendada en esa
causa como Fiscal Coordinadora se vio lesionado como consecuencia
consecuencia del condominio existente con el Cr. Opromolla y/o por el
vínculo de amistad de este último con su esposo, ó por el contrario si
dicha función se ha mantenido incólume durante su intervención en la
causa a pesar de los "vínculos" antes mencionados.
Al referir al contenido de los votos que cimetan la apertura de la
causa de que no surge ningún acto concreto de desvío de la investigación
o favorecimiento de algún imputado en la causa. Por el contrario,
simplemente la idea de que se excusó tardíamente, que de haberse
tramitado las recusaciones interpuestas por errónea vía no sería
procedente el Enjuiciamiento y que es necesario un ámbito más amplio
de análisis.
Así afirma que las recusaciones presentadas por los abogados de
los imputados, autores de la denuncia en su contra que derivó en la
apertura del Jury , fueron interpuestas erróneamente.
Esto que determinó que sea desestimado el planteo por la Sra
Jueza de Garantías indicando que tales planteos canalizarse conforme
lo prevé el artículo 35 de la ley 10407 de Ministerio Públicos. Está
resolución fue confirmada por la Vocal del Tribunal de Juicios y
Apelaciones de la Provincia Dra Carolina Castagno en fecha 13 de febrero
de 2019 y luego por la Sala 1 de la Cámara de Casación, lo que luego se
tornó abstracto ante el excusación formulada por la propia amparista.
5.-Fundamento de la acción impetrada
Sostiene que la ilegitimidad de la resolución de apertura del juicio
de enjuiciamiento se evidencia en dos aspectos.
A) Señala que es ilegal en tanto dispone separar del conocimiento
de la causa a la totalidad de los integrantes del Ministerio Público Fiscal y
correr traslado a quien corresponda desempeñar el cargo de fiscal ad-hoc
conforme el orden del listado de conjueces del Superior Tribunal de
Justicia.
Razona que la resolución se contradice con la previsión del artículo
11 de la ley de Enjuiciamiento N° 9283 que dispone que ante el jurado
actuará como fiscal quien actué como tal ante el Superior Tribunal, con la
norma del artículo 17 inc f) de la ley Ministerios Públicos N° 10407 que
establece dentro de los deberes y atribuciones del Procurador General de
la provincia el de "Formular la acusación ante el Jurado de Enjuiciamiento
de la Provincia. Podrá ser asistido en tal función por otros funcionarios de
su ministerio, pero no podrá delegar tal cometido, sin perjuicio de su
apartamiento por excusación o recusación si concurrieren las causales
legales de inhibición., el artículo 20 del mismo cuerpo legal que establece
el régimen de subrogancias, el artículo 207 de la Constitución de la
provincia.
Concluye que la decisión de desplazar a todo el Ministerio Publico
Fiscal, de la función específica que le asignan dos leyes provinciales y la
Constitución de la provincia resulta de una grosera y manifiesta ilegalidad
por ausencia de legitimación del Jurado de Enjuiciamiento para disponer
su desplazamiento.
Argumenta que el HJE no es un órgano jurisdiccional y carece de
potestad de desplazar a un órgano esencial de la estructura de
enjuiciamiento Constitucional y de tomar decisiones que usurpan la
competencia legislativa para modificar, a puro arbitrio, las normas
aludidas que erigen al Ministerio Publico Fiscal como órgano exclusivo y
excluyente a cargo de la acusación en el especial trámite de jury de
enjuiciamiento.
En definitiva expresa que los factores expuesto la exponen a una
grave afectación al derecho a un juicio justo, a partir del ya consumado
apartamiento de las reglas del debido proceso, y el derecho a ser juzgado
por un tribunal constituido previamente al juicio, en contradicción con lo
dispuesto por el artículo 18 de la Constitución Nacional y el artículo 8.1
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Asimismo agrega que configura un caso de gravedad institucional
la exclusión del MPF en su función legal y constitucionalmente prevista,
incardina en una maniobra de interferencia en la independencia de ese
organismo, excediendo el interés de las partes y extendiéndose también
al de la colectividad.
B) La ilegítima e inmotivada suspensión en el ejercicio del cargo.
Con referencia a estándares internacionales puntualiza la manifiesta
arbitrariedad de la decisión de suspenderla en su cargo, cuando se ha
descartado en la resolución de apertura toda referencia a un hecho
concreto que indicará la concurrencia de algún tipo de favorecimiento a
algunos de los imputado o entorpecimiento de la investigación,
restringiendo los motivos de la apertura a la mera circunstancia fáctica
de no haberse la amparista, excusado antes y de carecer de motivación.
Reflexiona que la facultad constitucional e infraconstitucional
que habilita al HJE a suspender al enjuiciado requiere de una
interpretación conforme a las pautas normativas constitucionales y
convencionales que ha señalado. Estas establecen que la suspensión en
el ejercicio de sus funciones debe estar justificada en base a los
principios de proporcionalidad y razonabilidad.
Funda en derecho, ofrece prueba, hace reserva del caso Federal.
6.-El 30/12/21 se excusa la Dra Andrea Pereyra con fundamento
en la disposición del artículo 5 bis incj) de la ley 8369 y ordena designar
a un abogado de la lista de conjueces.
7.-El mismo día se designa como Juez ad-hoc a la Dra Ana Emilce
Schenone., quien se excusa al siguiente por su relación de empleo con el
Estado Provincial.
8.-El 30 /12/21 la amparista plantea un recurso de revocatoria
contra la resolución por la cual se excusa la Dra Andrea Pereyra, el que
se tiene presente.
9.- Ese mismo día se excusa el Juez de Feria, José Antonio
Reviriego en virtud de lo dispuesto por el artículo 5 bis in j) de la ley
8369.
10.- El 6/01/22 la actora plantea un recurso de revocatoria contra
la resolución de excusación del juez José Antonio Reviriego, el que se
tiene presente
11.- El 7 de enero de 2022 la amparista denuncia un hecho nuevo.
12.- El 12 de enero de 2022 el Superior Tribunal en feria, hizo
lugar a una queja interpuesta por la actora y revocó la excusación del
magistrado de feria de la primera instancia de fecha 3 de enero del 2022
. Ordenó así que el expediente vuelva a la instancia inferior, ante el
magistrado en turno que corresponda quien no podrá inhibirse de actuar
en virtud de la causal prevista por el apartado J) del art. 5 bis de la Ley
8369, debiendo dar trámite de ley al proceso incoado.
13.- El 14/01/22 el Juez de Feria ordena librar r mandamiento en
la persona del Sr. Gobernador de la Provincia de Entre Ríos para que en
el plazo de siete días de notificado informe la exactitud del hecho que
motiva la demanda y en caso afirmativo en qué fundan su actitud
14.-El 21/01/22 , se presenta el Fiscal de Estado de la Provincia de
Entre Ríos, Dr. Julio Cesar Rodriguez Signes, evacuando el informe del
artículo 8 de la ley 8369.
Refiere que la amparista solicita la nulidad y/o ilegitimidad de
los puntos III y V de la resolución dictada el 30 de noviembre de 2021
por el HJE en el marco de las actuaciones ya referidas.Indica que la
amparista persigue, una una suerte de revocación judicial respecto de
dos aspectos contenidos en el acto administrativo mencionado en el
párrafo precedente: por un lado, el desplazamiento del Ministerio Público
Fiscal y la designación de un profesional ad hoc, ajeno a dicho órgano,
para que cumpla el rol de acusador en el trámite en ciernes; y por el
otro, la suspensión provisoria para ejercer sus funciones de Procuradora
Adjunta y Fiscal Anticorrupción, hasta tanto recaiga sentencia definitiva.
Preliminarmente analiza la naturaleza del Honorable Jurado de
Enjuiciamiento señalando que es un órgano autónomo previsto en el
artículo 218 y siguientes de la Constitución Provincial, cuya dinámica y
articulación funcional están regidas por la ley 9283 y demás
modificatorias.
Agrega que goza de competencia exclusiva y excluyente para
evaluar el desempeño de ciertos funcionarios provinciales, entre los que
se encuentran los miembros del MPF.
Expresa que está integrado por diferentes estratos
gubernamentales y no gubernamentales, como son los miembros del
Poder Judicial, de la Legislatura local y del Colegio de la Abogacía de
Entre Ríos.
Indica que en el presente aparece cuestionada la intervención de
tres vocales del Superior Tribunal de Justicia , un senador y una
abogada de la matrícula.
Surgiendo del diagrama legal y constitucional la prescindencia total
de la participación del Poder Ejecutivo sea en forma directa o indirecta.
Así advierte que una acción de amparo interpuesta contra la
Provincia de Entre Ríos y notificada “en la persona de su Gobernador”
parece sugerir que el primer mandatario provincial es la persona
encargada de dictar resoluciones del HJE o de revocar actos
administrativos emanados de un órgano autónomo, colegiado, mixto e
independiente. Afirma que ello no es asi en tanto el Poder Ejecutivo ni su
titular están en condiciones materiales -en términos de competencias
constitucionales y legales- de ejercer potestades inherentes al HJE, frente
a lo cual le corresponde adoptar una actitud respetuosa que consiste en
no avalar ni criticar ninguna actuación del jurado.
Razona que está ha sido la conducta republicana asumida hace
tiempo en Entre Ríos, y el procedimiento en ciernes no es la excepción.
Referido al primer cuestionamiento de ilegitimidad de la
amparista, argumenta que si bien a primera vista la decisión de separar
al MPF y designar un fiscal ad hoc no encontraría sustento expreso en la
ley 9283, esta situación de orfandad legal es solo aparente, ya que la
misma resolución del HJE dio respuesta al asunto, al relatar lo insólito e
inusitado del escenario. Sobre el particular, señaló que estamos
presenciando una denuncia formulada tanto contra el Procurador General
como contra la Procuradora Adjunta; y este es, justamente, el
fundamento que recoge el resolutorio traído a controversia, conforme
pasaremos a repasar.
Fundamenta su argumentación en los textos de cada uno de los
votos de los miembros del Honorable Jurada de Enjuiciamiento que
forman la mayoría.
b) En relación a la decisión de suspender a la amparista de su
funciones , expresa que El STJ se ha expedido innumerables veces en
materia de suspensiones provisionales de cargos y salarios, haciendo
hincapié en dos situaciones claves: la primera es que ello debe estar
normativamente previsto, al menos en grado de potestad discrecional; y
la segunda es que no debe afectar seriamente la vida económica del
agente o funcionario, dada la naturaleza alimentaria del salario ("Almada,
Stella Maris c/ Municipalidad de Paraná s/ Acción de Amparo”, expediente
N° 25047 del 11.12.2020). Ambas condiciones habilitantes se conjugan
con un acto no concluyente ni sancionatorio, sino preventivo y cautelar,
que carece de grado de definitividad o irreparabilidad.
Razona que es un una potestad discrecional (artículos 20
inciso 2° y 24 de la ley 9283, y artículo 222 de la Constitución
Provincial).

Agrega que , el voto que comanda la mayoría explica que el


equilibrio y la moderación de la función pueden verse afectados si la
funcionaria está sometida a juicio, al turno que desde el punto de vista
institucional se puede menoscabar la credibilidad del MPF si quien está
sometida a enjuiciamiento continúa ejerciendo sus funciones (último
párrafo del punto II del voto, fojas 779 vta de la “documental 2”)

El Dr. Carubia añade a esto que la suspensión “ha sido


recurrentemente la actitud de este Jurado, a través de todas sus
integraciones, cuando el motivo de la apertura de causa se funde en
conductas verificada en el ejercicio de la función” (fojas 782 del
expediente añadido como “documental 2”); el Dr. Carbonell adhiere a los
preopinantes y agrega que la suspensión deriva de la gravedad y el
mérito de la acusación (fojas 787 vta. de la misma pieza probatoria); y el
senador Gay suscribe el temperamento asumido por todos los jurados
que lo antecedieron, advirtiendo saludablemente que esta decisión no
implica de ninguna manera adelantar opinión sobre el fondo del asunto
(fojas 789 y 789 vta. del expediente).

Concluye que en el acto puede hallarse sustento normativo,


fundamentación, tradición y habitualidad, este último concepto entendido
como una suspensión que de ordinario acontece para todos los
funcionarios sometidos al enjuiciamiento, según artículos 20 inciso 2° y
24 de la ley 9283.

Finalmente peticiona que se rechace el amparo.


Funda en derecho, ofrece prueba hace reserva del caso federal

15.- El 22/01/22 pasan autos a despacho para dictar sentencia y

CONSIDERANDO
I.-Admisibilidad formal
1.-Que la cuestión a resolver, de conformidad con lo prescripto por
el artículo 1 de la ley de procedimientos constitucionales es determinar
si ha existido una decisión, acto, hecho u omisión de autoridad
administrativa, judicial o legislativa en ejercicio de funciones
administrativas, funcionario, corporación o empleado publico provincial,
municipal o comunal, o de un particular, que en forma actual o
inminente, amenace, restrinja, altere, impida o lesione de manera
manifiestamente ilegítima el ejercicio de un derecho o garantía implícito o
explícito reconocido por la Constitución Nacional o Provincial, con
excepción de la libertad individual tutelada por el Habeas Corpus….
2.- Que la primera cuestión a analizar en una acción como la
planteada es la concurrencia de los recaudos de admisibilidad
establecidos por la Ley de Procedimientos Constitucionales (ley 8.369),
conforme pacíficamente lo ha exigido la Sala Penal y de Procedimientos
Constitucionales del Superior Tribunal de Justicia.
Estos requisitos legales tipifican el remedio constitucional
excepcional que configura el amparo en nuestra legislación. Así, desde
antiguo se ha afirmado que se trata de remedio excepcional, pues sólo
procede ante una lesión manifiesta de derechos y garantías
constitucionales, heroico ya que supone un procedimiento expedito y
rápido, y residual, pues no cabe acudir a él ante la existencia de otros
procedimientos alternativos igualmente idóneos para resguardar los
derechos comprometidos.
Estas premisas conducen a una estricta apreciación de la
concurrencia de las exigencias establecidas por los arts. 1 y 2 LPC , bajo
el prisma de la excepcionalidad, la heroicidad, y la residualidad.
Así un primer punto de análisis es la temporalidad de la
presentación
De las constancias de autos surge que la resolución del
Honorable Jurado de Enjuiciamiento fue dictada el 30 de noviembre del
2021 y que el amparo fue interpuesto el 29 de diciembre de 2021 , con
lo cual ha quedado justificado desde lo formal la admisibilidad temporal
de la pretensión.
Esclarecida la temporalidad de la presentación
Debe, entonces, analizarse la existencia de un derecho
lesionado, restringido o amenazado sin justificación suficiente.
II- El centro del debate en esta causa gira en torno a dos
cuestiones planteadas por la amparista en referencia a la resolución del
HJE que decidió el inicio de un Jury en su contra.
Plantea la nulidad o ilegitimidad de la decisión de desplazar al
MInisterio Publico Fiscal y designar en su reemplazo un profesional ad
hoc, ajeno a dicho órgano, para que cumpla el rol de acusador en el
trámite de juicio y por el otro, la suspensión provisoria para ejercer
sus funciones de Procuradora Adjunta y Fiscal Anticorrupción, hasta tanto
recaiga sentencia definitiva.
Admisibilidad de fondo de la acción de amparo
A los efectos de un orden en la argumentación nos planteamos los
siguientes interrogantes
III.-Naturaleza del proceso de remoción de magistrados judiciales
1.-Los procedimientos de selección, designación y remoción de los
magistrados previstos tanto en la Constitución nacional, como en la
provincial, junto con las garantías institucionales establecidas para
asegurar su independencia, constituyen los aspectos básicos de lo que se
ha dado en llamar como el “status constitucional del juez”. (Cfr SANTIAGO,

Alfonso “La responsabilidad Judicial y sus dimensiones Tomo 1 Dimensiones politica y disciplinaria Editorial Ábaco
de Rodolfo Depalma)

En el ámbito nacional como en local, hay previsto dos juicios de


responsabilidad , el juicio político ( en sentido estricto) que llevan a cabo
las dos cámaras del Congreso y/o las Legislaturas Provinciales y los
procesos de remoción de magistrados inferiores, a cargo del Consejo de
la Magistratura y de los jurados de enjuiciamiento, según el caso.
En nuestra Provincia a cargo sólo del Jurado de Enjuiciamiento
reglado por la ley 9283.
Bidart Campos sostiene que el juicio político es un procedimiento
destinado a establecer el grado de responsabilidad que le cabe a ciertos
funcionarios públicos por los hechos, actos y omisiones realizados
durante el período de su gestión y cuyo fin es separarlos de sus cargos
impidiéndoles de este modo mantenerse en él hasta el fin del mandato,
no persigue castigar sino separar del cargo o sea alejar del ejercicio del
poder a quien es portador del mismo. Por eso el juicio político termina o
se agota su objetivo cuando el funcionario se separa o ya no está en el
cargo. No se juzga un hecho como delictuoso, sino una situación del
gobierno como inconveniente para el estado . ( Denifición citado en el libro SANTIAGO
Alfonso, Director La responsabilidad Judicial y sus dimensiones . Editorial Ábaco de Rodolfo Depalma.)

El proceso de remoción es una instancia especial que se


distingue de los procesos judiciales ordinarios por el tipo de
responsabilidad que en ellos se examina, los órganos que en él
intervienen, los sujetos que pueden ser acusados, las normas y principios
por los que se rige y los efectos de la sentencia o fallo. No se trata del
ejercicio de la función jurisdiccional ordinaria tendiente a la resolución de
un conflicto singular, sino de un acto de control político que se realiza
sobre los que ejercen, en nombre de la comunidad política, esa función
jurisdiccional. Como su nombre lo indica, estamos en presencia de un
juicio, pero de naturaleza política.(Santiago Alfonso , obra citada )
II.2- El juicio de remoción de magistrados y funcionarios en la
Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
A partir del caso castellano (1922) la Corte incluyó a los juicios
políticos dentro de las materias ajenas a la posibilidad de control
judicial.
El argumento para sostener la postura fue que los fallos de un
juicio político no provenían de un tribunal de justicia integrante de algún
poder judicial y por tanto no era posible conocer de ellos mediante el
recurso extraordinario.
Este criterio de la CSJN se mantuvo hasta el año 1986, a partir
del caso "Graffigna Latina" y "Nicosia" el tribunal dejó de lado su anterior
doctrina y pasó a afirmar el carácter de juicio de los procesos de
remoción de magistrados y por tanto la revisión parcial en sede judicial.
Se expresó que existe una exigencia constitucional de que en el
trámite del juicio político se resguarden siempre las garantías
constitucionales de los magistrados acusados, en especial el derecho de
defensa en juicio y el efectivo respecto de esos aspectos de
procedimiento están sujetos al control posterior del poder judicial.
En cuanto a la naturaleza de estos juicios se ha adoptado la
doctrina de la naturaleza mixta, es decir que tiene similitudes y
diferencias con los procesos ordinarios.
Como sostiene el Profesor Alfonso Santiago, se ejerce una función
de naturaleza jurisdiccional, pero de carácter no judicial sino sui géneris o
política, que reconoce su fundamento directamente en la Constitución
Nacional. (CfrSANTIAGO, Alfoso Director La responsabilidad Judicial y sus dimensiones . Tomo 1 Dimensiones
política y disciplinaria. Editorial Äbaco de Rodolfo Depalma)

Entre las similitudes con los juicios ordinarios cabe señalar que
se trata de un verdadero “juicio”, es decir, de un procedimiento reglado
jurídicamente y destinado a administrar justicia, en el que se ejercita la
función jurisdiccional y que debe ser conducido y decidido por un tribunal
imparcial, respetando los contenidos esenciales del derecho de defensa
en juicio
Entre esas semejanzas se puede también mencionar que la
estructura de los procesos de remoción es análoga a la de un proceso
penal. Se distinguen así claramente dos etapas: la de instrucción y la
plenaria. Esta última, que es la del juicio propiamente dicho, se integra
con la acusación, la defensa, la apertura a prueba y la sentencia o fallo
definitivo.
Como es propio de todo juicio, en los procesos de remoción de
magistrados se trata de examinar y juzgar determinadas conductas del
juez o funcionario acusado a la luz de normas y principios jurídicos, para
que de un modo razonado, vinculando los hechos debidamente probados
con esas normas y principios jurídicos, un tribunal, de modo imparcial y
objetivo, llegue a una conclusión fundada acerca de si el juez acusado
merece ser removido o no de su cargo, teniendo fundamentalmente en
cuenta el adecuado funcionamiento del sistema judicial.
Este carácter de juicio impide, también, que la discrecionalidad y el
amplio margen de apreciación del tribunal devengan en arbitrariedad o
en una simple quita de confianza o apoyo político a un juez ya nombrado.
El juicio político es un juicio en serio y “no una parodia de juicio” para
cohonestar una arbitraria destitución decidida previamente.(cfr.fr SANTIAGO,

Alfoso Director La responsabilidad Judicial y sus dimensiones . Tomo 1 Dimensiones política y disciplinaria. Editorial
Äbaco de Rodolfo Depalma)

En esta misma línea en el caso "Brusa" el Jurado de


Enjuiciamiento señaló “en cuanto a la naturaleza del proceso de
remoción, resulta pertinente destacar que se trata de un juicio de
responsabilidad política con sujeción a las reglas del debido proceso legal,
lo que equivale a decir que en lo sustancial el juicio es político, pero en lo
formal se trata de un proceso orientado a administrar justicia, es decir, a
dar a cada uno su derecho, sea a la acusación, en cuanto le asista el de
obtener la remoción del magistrado, sea a éste, en cuanto le asista el de
permanecer en sus funciones.(cfr conf. doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la
causa ‘Nicosia’, Fallos, 316:294)

En dicho precedente adhieren en general a la


concepción hoy predominante, que considera al juicio político como un
proceso de responsabilidad política sujeta al principio del debido proceso.
Como tal, no puede ser considerado un proceso judicial ordinario,
sino que se rige por reglas y principios propios. En esta clase de
procesos, el tribunal, ya sea el Senado de la Nación o el Jurado de
Enjuiciamiento, goza de una amplia discrecionalidad en la apreciación de
la responsabilidad política de los magistrados en base a los cargos
formulados por la parte acusadora.
Por ello, en lo que hace al fondo de la cuestión, es decir, a la
responsabilidad política de los magistrados acusados, su decisión no es
revisable judicialmente. En cambio, en lo que hace al procedimiento, su
actividad es reglada y revisable judicialmente, si bien el derecho de
defensa en juicio no tiene en estos casos las exigencias propias de otra
clase de procesos, en especial de aquellos en los que se examina la
responsabilidad penal. Esta estructura mixta distingue claramente a los
procesos de remoción de magistrados de los procesos judiciales
ordinarios

Compartimos las afirmaciones del Dr. Alfonso Santiago que el


criterio de la mayoría de los integrantes de la Corte Suprema es que el
Jurado de Enjuiciamiento es …un “tribunal de justicia”, pero no un
“órgano del Poder Judicial” (en el que, sin embargo, está insertado). Es
un tribunal de justicia, no judicial, creado directamente por la
Constitución para ejercer una función jurisdiccional específica y exclusiva,
consistente en juzgar la responsabilidad política de los jueces federales
inferiores. Esta naturaleza institucional del Jurado de Enjuiciamiento -no
estrictamente judicial— es la que impide, a criterio de la Corte Suprema
que sigue en este punto la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, considerar que el magistrado destituido, a través del
proceso de remoción, ha tenido ya acceso a un órgano judicial, como
parte esencial de su derecho a la tutela judicial efectiva que le reconocen
el art. 18 de la Const. nac. y el art. 25 del Pacto de San José de Costa
Rica. Debido a ello, y como veremos en el capítulo V a criterio del
tribunal se torna constitucionalmente imperativo prever la posibilidad de
que el fallo del Jurado de Enjuiciamiento sea revisado judicialmente,
aunque sólo sea parcialmente. Por otro lado, va a ser esa misma
consideración del Jurado de Enjuiciamiento como “tribunal de justicia” la
que fundamentará tanto la exigencia de respetar en sus actuaciones el
derecho del debido proceso de los jueces acusados, como, también, la
posibilidad que se pueda interponer recurso extraordinario ante la Corte
Suprema de sus sentencias definitivas
IV.-Revisabilidad de la decisión cuestionada
El artículo 18 de la CN, consagra el derecho al debido proceso, así la
norma expresa: …Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin
juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por
comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes
del hecho de la causa….
El articulo 25 de la Convención Americana sobre derechos
humanos establece que toda persona tiene derecho a un recurso sencillo
y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución , la ley o la presente
convención aun cuando tal violación sea cometida por personas que
actúen en ejercicio de sus funcionales oficiales, 2) Los estados partes se
comprometen a) garantizar que la autoridad competente prevista por el
sistema legal del Estado dicidirá sobre los derechos de toda persona que
interponga tal recurso, b) a desarrollar las posibilidad de recurso judicial
y c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de
toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso.
La corte Interamericana de Derechos humanos ha interpretado
el texto del artículo 25.1 de la convención en su opinión consultiva OC/87
el 6 de octubre de 1987 señalando que…. el artículo 25.1 incorpora el
principio reconocido en el derecho internacional de los derechos
humanos, de la efectividad de los instrumentos o medios procesales
destinados a garantizar tales derechos. Como ya lo ha señalado , según
la Convención los Estados Partes se obligan a suministrar recursos
judiciales efectivos a las víctimas de violación de los derechos humanos
(artículo 25) recursos que deben ser sustanciados de conformidad con las
reglas del debido proceso legal (art.8.1) todo ello dentro de la obligación
general a cargo de los mismos Estados, de garantizar el libre y pleno
ejercicio de los derechos reconocidos por la COnvención a toda persona
que se encuentre bajo su juridisdicción .(Conf CSJN recurso de hecho Brusa Victor Hermes s/
pedido de enjuiciamiento)

Continua … Según este principio la inexistencia de un recurso


efectivo contra las violaciones a los derechos reconocidos por la
convención constituye una transgresión de la misma por el Estado Parte
en el cual semejante situación tenga lugar. En ese sentido debe
subrayarse que, para que tal recurso exista, no basta con que este
previsto por la constitución o la ley o con que sea formalmente admisible,
sino que se realmente idoneo para establecer si se ha incurrido en una
violación a los derechos humanos y proveer lo necesario
para remediarla.
No puede considerarse efectivo aquellos recursos que resulten
ilusorios. Ello puede ocurrir por ejemplo, porque el poder judicial carezca
de la independencia necesaria para decidir con imparcialidad o porque
falten los medios para ejecutar sus decisiones o por cualquier causa no se
permita al presunto lesionado el acceso al recurso judicial…(O/C 9/87)
Se observa que el pacto de San José de Costa Rica exige que
ante la invocada violación de derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución la ley o dicho pacto exista una efectiva posibilidad de acceso
a un órgano judicial stricto sensu. El término recurso utilizado por el
artículo 25 debe ser entendido en que se emplea el verbo recurrir en el
artículo 7.6 de la convención, esto es en la primera acepción del
diccionario de la Real Academia Española acudir a un juez o autoridad
con una demanda o petición. (Conf. CSJN recurso de hecho Brusa Victor Hermes S/ pedido de

enjuiciamiento.)

En dicho precedente, se discutía el alcance del término


irrecurribilidad que contiene el artículo 115 CN y que se replica en el
artículo 36 de la ley 9283 que regula el procedimiento ante
el Honorable Jurado de Enjuiciamiento. Podemos entender, en sintonía
con este razonamiento, la situación de la revisabilidad de la decisión
como la cuestionada.
Se ha expresado “… la mentada irrecurribilidad del artículo 115 de
la constitución nacional sólo puede tener el alcance señalado en la
doctrina del caso Nicosia (fallos 316:2940) que resulta aplicable mutatis
mutandi.En efecto ,no podrá la Corte sustituir el criterio del jurado en
cuanto a lo sustancial del enjuiciamiento, esto es el juicio sobre la
conducta de los jueces. En cambio sí será propio de su competencia, por
vía del recurso extraordinario considerar las eventuales violaciones
nítidas y graves a las reglas del debido proceso y a la garantía de defensa
en juicio “
Por su parte, en el voto del Dr. Mosquera, en el caso Moliné O
Connor se señala que “cuando la Constitución expresa que la
responsabilidad política de los miembros de la Corte Suprema se lleva a
cabo a través de un juicio, no está utilizando cualquier expresión
conceptual sino una cuyo alcance es nítido e inequívoco, que ha sido
utilizada en el art. 118 para referirse a los asuntos que corresponden a la
competencia del Poder Judicial de la Nación, al expresar que ‘Todos los
juicios criminales ordinarios, que no se deriven del despacho de
acusación concedido en la Cámara de Diputados (. . .) La actuación de
estos juicios í. . .), el Congreso determinará por una ley especial el lugar
en que haya de seguirse el juicio’ (destacado en el original). Desde los
albores del funcionamiento de las instituciones republicanas, constituye
dentro de la comprensión asignada por los integrantes de los
denominados Poderes Políticos -el Poder Ejecutivo y el Congreso de la
Nación- que el procedimiento tendiente a ventilar la responsabilidad
política de los miembros de la Corte Suprema es un mero juicio político,
como si tal calificación de político devaluara hasta anular la comprensión
de la existencia de un juicio, al extremo de que tal calificación de político
configura una suerte de salvoconducto insustituible para ignorar a la
Constitución Nacional, arrasar con las garantías establecidas y destruir
los pilares que sostienen el sistema de frenos y contrapesos en la
República (. . .) con esta comprensión, jamás puede racionalmente
aceptarse que la circunstancia de ventilarse la responsabilidad política de
los miembros de la Corte Suprema a través de un juicio político, permita
soslayar, neutralizar, minimizar o distorsionar la esencia de lo que
configura un juicio. Si la Constitución ha utilizado una denominación
común para las actuaciones que lleva a cabo el Senado de la Nación y
para todas aquellas otras que tramita el Poder Judicial - ‘Causas’ (art.
116 y cláusula transitoria decimocuarta)- y también lo ha hecho para los
procedimientos cumplidos en las sedes enunciadas - ‘Juicios’-, la garantía
consagrada en el art. 18 de la Constitución nacional de que ‘es inviolable
la defensa en juicio de la persona y de los derechos’, alcanza a todo juicio
constitucional que se siga en la República, sea para hacer valer una
responsabilidad penal o patrimonial ante el Poder Judicial de la Nación,
fuera para dirimir una responsabilidad política ante el Congreso de la
Nación. De ahí, pues, que al enjuiciado ante el Senado de la Nación le
corresponden todas las garantías de defensa en juicio con un alcance
análogo al que corresponde a las causas judiciales: tribunal natural e
imparcial, acusación, audiencia y prueba”.
Del análisis de todos estos precedentes jurisprudenciales se
desprende que desde 1986 la jurisprudencia de la Corte Suprema en sus
distintas integraciones ha adoptado la doctrina de que el juicio político es
un proceso de carácter jurisdiccional en el que rige el principio del debido
proceso, aunque con claras diferencias respectos de los procesos
judiciales ordinarios.
V. Bajo estos parámetros se debe analizar si ha existido lesión o
restricción de los derechos humanos de la amparista.
1.- El amparo en nuestra Provincia tiene una larga tradición
desde el precedente “Chomnales”, habiendo sido legislado en la
Constitución de 1933 incluso previo a los precedentes de la CSJN Siri y
Kot y de su incorporación a través del artículo 43 de la Constitución
Nacional en el año 1994.
Precisamente ha sido concebida como remedio constitucional
para tutelar las libertades fundamentales de las personas cuando medie
una conculcación de ellas en forma actual o inminente por un acto
manifiestamente arbitrario o ilegítimo de la autoridad o de los
particulares.
Desde la reforma de la Constitución en el año 1994 y la
incorporación de los Tratados al artículo 75 inc 22) se ha agudizado por
parte de la judicatura el denominado control difuso de
constitucionalidad, conjugándose con el control de convencionalidad.
El control de convencionalidad desempeña un doble papel: por el
primero, obliga a los jueces nacionales a inaplicar las normas internas
(incluso las constitucionales) opuestas al referido Pacto (o Convención
Americana sobre los Derechos del Hombre), y a la interpretación que
sobre dicho Pacto ha realizado la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Por el segundo, también los obliga a interpretar al derecho
doméstico de conformidad al Pacto y a su interpretación por la Corte
Interamericana. Es la interpretación “armonizante” o “adaptativa” del
derecho local con el Pacto y la exégesis dada al Pacto por la Corte
Interamericana. Ello conduce a desechar las interpretaciones del derecho
nacional opuestas al referido Pacto y/o a la manera en que fue entendido
por la Corte Interamericana. (Sagüés, Néstor P., “Dificultades operativas del ‘Control de

Convencionalidad’ en el sistema interamericano”, artículo de doctrina publicado en La Ley, 2009-B, P. 1.)

El control de convencionalidad fue introducido en la


jurisprudencia de la Corte Interamericana en el Caso Almonacid Arellano
y otros vs. Chile del año 2006.
En dicho caso, la Corte Interamericana estableció específicamente
en su considerando 124 que: …cuando un Estado ha ratificado un tratado
internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del
aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a
velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean
mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que
desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder
Judicial debe ejercer una especie de “control de convencionalidad” entre
las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder
Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la
interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana,
intérprete última de la Convención Americana.(Control de convencionalidad en Argentina
Lautaro Pittier)

Ante la falta de previsión de la norma de la ley 9283 de posibilidad


de revisión del proceso que regula, la única vía idónea para evitar la
lesión al derecho de la amparista es la que ha incoado.
Con este razonamiento la CIDH analiza el artículo 25 de la
Convención expresando “Como ha sido establecido por este Tribunal, la
salvaguarda de la persona frente al ejercicio arbitrario del poder público
es el objetivo primordial de la protección internacional de los derechos
humanos. En este sentido, la inexistencia de recursos internos efectivos
coloca a la víctima en estado de indefensión. (…)
Bajo esta perspectiva, este Tribunal ha señalado que para
que el Estado cumpla con lo dispuesto en el citado artículo no basta con
que los recursos existan formalmente, sino que los mismos deben tener
efectividad, es decir, debe brindarse a la persona la posibilidad real de
interponer un recurso que sea sencillo y rápido, en los términos del
artículo 25 de la Convención. Esta Corte ha establecido reiteradamente
que la existencia de este tipo de garantías “constituye uno de los pilares
básicos, no sólo de la Convención Americana, sino del propio Estado
de Derecho en una sociedad democrática en el sentido de la
Convención”.
Esta Corte considera que los actos del proceso de destitución
de los magistrados del Tribunal Constitucional seguido ante el
Congreso, que se hallan sometidos a normas legales que deben ser
puntualmente observadas, pueden, por eso mismo, ser objeto de una
acción o recurso judiciales en lo que concierne al debido proceso legal.
Este control no implica valoración alguna sobre actos de carácter
estrictamente político atribuidos por la Constitución al Poder Legislativo.
2.-La constitución de la Provincia regula en los artículos 218 a
228 quienes son sometidos al denominado juicio de remoción a través
del procedimiento dispuesto por la ley 9283.
En dicho cuerpo normativo se establece cuáles son los órganos
en este procedimiento.
A diferencia de los normado para los jueces Nacionales, el
órgano acusador no es el Consejo de la Magistratura sino que la
denuncia ingresa ante el propio HJE que de acuerdo a lo establecido por
el artículo 20 tiene competencia para aceptar o desestimar la denuncia
contra los funcionarios enumerados en el artículo 1 y 2 del mismo cuerpo
normativo.
Los funcionarios de este órgano, de acuerdo a la norma en análisis,
son el tribunal compuesto, de acuerdo a lo que estipula el artículo 4 ,
dentro de ellos el artículo 11 establece que actuará como fiscal quien
actúe como tal ante el Superior Tribunal y será designado en el momento
de darse curso a la denuncia.
Agregando que el acusado tendrá dentro a designar a su abogado
defensor dentro de los diez primeros días del traslado de la acusación.
Con lo cual el juez natural que debe juzgar a cualquier
funcionario y/o magistrado/ magistradas es el dispuesto por la ley
9283.Concepto que puede hacerse extensivo a los órganos esenciales del
trámite, como lo es el encargado de acusar.
Como dijimos al formular el interrogante referido a la
naturaleza jurídica del proceso de remoción, se trata de un juicio de
responsabilidad política con sujeción a las reglas del debido proceso legal,
lo que equivale a decir que en lo sustancial el juicio es político, pero en lo
formal se trata de un proceso orientado a administrar justicia.
Dentro de las diferencias que observamos con el proceso
judicial, es que el Jurado de Enjuiciamiento es un un órgano al que la
Constitución le ha otorgado una competencia específica y que actúa
como jurado en la decisión, reservándose la acusación del funcionario a
un órgano determinado, caracterizado por su especialidad y
profesionalidad.
Observamos de la lectura de la Constitución Provincial, el artículo
220 establece “la ley respectiva determinará los delitos y faltas de los
funcionarios que autoricen la acusación de los mismo ante el Jurado y
reglamentará el procedimiento a que debe ajustarse la sustanciación de
las causas promovidas”
Dentro de las competencias que tiene asignadas el HJE el artículo
20 de la ley 9283 regula “El jurado será competente para :1) aceptar o
desestimar la denuncia contra los funcionarios enjuiciable, 2) suspender
en el ejercicio de su cargo al funcionario imputado durante la
sustanciación de la causa, 3) absolver o destituir al funcionario acusado,
rehabilitando a su cargo o comunicando la destitución del Poder
ejecutivo.
El artículo 11 del cuerpo normativo al referirse a los funcionarios
del jurado determina “ante el jurado actuará como Fiscal quien actué
como tal ante el Superior Tribunal y será designado en el momento de
darse curso a la denuncia…”
La ley 9283 que reglamenta el funcionamiento del juzgado,
establece en el artículo 11 que órgano acusador es el Fiscal que actúa
ante el Superior Tribunal de Justicia .
De la lectura y análisis de las normas mencionadas advertimos que
el HJE no tendría facultades ni competencia para apartarse de su
objetivo dispuesto por la propia Constitución de la Provincia y crear un
órgano ad- hoc acusador por vía pretoriana, cuando el mismo se
encuentra establecidos específicamente en la norma .Tal como se
señalará previamente, la actuación durante este proceso se encuentra
reglada legal y constitucionalmente, sin que se puedan producir
apartamiento ajenos al diseño normativo del trámite.
Ello así en tanto como hemos afirmado la naturaleza mixta jurídica
-política de los procesos de remoción de magistrado, hace necesario
distinguir los aspectos reglados y de los discrecionales.
Los reglados se refieren a la estructura general de la institución
-esto es sujeto, causales, órgano de acusación, tribunal que dictó el fallo,
mayoría requeridas entre otros- y a las normas de procedimiento que
deben respetar los contenidos esenciales del derecho de defensa en
juicio.
Como señala Walter Carnota que el juicio es político ( en cuanto a
la apreciación de las causales para su procedencia por ejemplo) pero no
dejar de ser un juicio en cuanto actividad materialmente jurisdiccional
enmarcada en un conjunto de garantías procesales mínimas.( cfr.CARNOTA

Walter “Renuncia o destitución de magistrados” www.eldial.com edición del 16/02/04)

Así el punto V de la Resolución del 30 de noviembre del 2021


formulada por el HJE al desplazar al órgano acusador establecido
legalmente, estaría modificando aspecto estructural del trámite que se
encuentra reglado y para los cuales no tienen competencia para
ejercerlo.
Esto ha sido corroborado por los primeros convocados para ejercer
la acusación ad-hoc. Así surge de las copias del Expediente HJE a fs.
835/920-acompañadas al presente- las excusaciones de los Dres. Julio
Federik, Raul Barrandeguy, Amado Siede, Roberto Beherán, Alejandro
Daniel Briozzo, Miguel Angel Federik, Carlos Alberto Schiavo, Blanca
Raquel Acosta, Enrique Marciano Martinez, Maria Elena Ramon , Gabriela
María del Carmen Ceballos, Carlos Chemez, respectivamente .Se ha
tomado para cubrir tal función el listado de conjueces del Superior
Tribunal de Justicia. Ese listado se conformó al exclusivo fin de integrar el
órgano decisor, razón por la cual no se explica las razones de su empleo
para cubrir la integración de otro órgano, el cual la propia constitución lo
ha diseñado conforme la disposición del artículo 207 como autónomo.
El desplazamiento del órgano acusador lesiona los derechos de la
amparista en tanto viola la norma del artículo 18 de la Constitución
Nacional al establecer una integración diferente de la prevista por la
norma infraconstitucional y Constitucional Provincial, creando en el
momento de su juzgamiento un órgano acusador diferente del previsto
constitucionalmente.
Dicha resolución entra en colisión con la garantía del juez
natural, que comprende a todos los órganos esenciales y estructurales
del curso del proceso, el que debe ser interpretado en el sentido de que
los tribunales encargados del juzgamiento deben estar establecidos
previamente por la Constitución y/o la ley, no pudiendo como se ha
decidido en la resolución del 30 de noviembre de 2021 por tribunales, en
el caso Fiscal ad-hoc.
Como lo hemos expresado el artículo 18 de la Constitución
Nacional señala que nadie será “juzgado por comisiones especiales, o
sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa”.
Por su parte, el artículo 8.1 de la Convención Americana establece
que toda persona tiene derecho a ser oída, en cualquier proceso, por un
“tribunal competente, independiente e imparcial”. Describiendo el alcance
que la CIDH ha dado a este derecho, señala Huerto Guerrero que “el
cumplimiento de estos tres requisitos permite garantizar la correcta
determinación de los derechos y obligaciones de las personas. Tales
características, además, deben estar presentes en todos los órganos del
Estado que ejercen función jurisdiccional. En este sentido, la Corte ha
precisado que ‘toda persona sujeta a juicio de cualquier naturaleza ante
un órgano del Estado deberá contar con la garantía de que dicho órgano
sea competente, independiente e imparcial”(cfrSANTIAGO, Adolfo (h) Director “La

responsabilidad judicial y su dimensiones . Tomo 1- Editorial Ábaco de Rodolfo Depalma -)


La corte Interamericana de derechos Humanos, en el
precedente Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú,expreso “ Si bien
el artículo 8 de la Convención Americana se titula “Garantías Judiciales”,
su aplicación no se limita a los recursos judiciales en sentido estricto,
“sino el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias
procesales” a efecto de que las personas puedan
defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del
Estado que pueda afectar sus derechos. (…)
Ya la Corte ha dejado establecido que a pesar de que el citado
artículo no especifica garantías mínimas en materias que conciernen a la
determinación de los derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter, el elenco de garantías mínimas
establecido en el numeral 2 del mismo precepto se aplica también a
esos órdenes y, por ende, en ese tipo de materias el individuo tiene
también el derecho, en general, al debido proceso que se aplica
en materia penal.
De conformidad con la separación de los poderes públicos que
existe en el Estado de Derecho, si bien la función jurisdiccional
compete eminentemente al Poder Judicial, otros órganos o autoridades
públicas pueden ejercer funciones del mismo tipo. Es decir, que cuando
la Convención se refiere al derecho de toda persona a ser oída por un
“juez o tribunal competente” para la “determinación de sus derechos”,
esta expresión se refiere a cualquier autoridad pública, sea
administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus resoluciones
determine derechos y obligaciones de las personas. Por la razón
mencionada, esta Corte considera que cualquier órgano del Estado
que ejerza funciones de carácter materialmente jurisdiccional, tiene la
obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido
proceso legal en los términos del artículo 8 de la Convención Americana.
(…)
Esta Corte considera que uno de los objetivos principales que
tiene la separación de los poderes públicos, es la garantía de la
independencia de los jueces y, para tales efectos, los diferentes
sistemas políticos han ideado procedimientos estrictos, tanto para su
nombramiento como para su destitución. Los Principios Básicos de las
Naciones Unidas Relativos a la Independencia de la Judicatura,
establecen que: La independencia de la judicatura será garantizada por
el Estado y proclamada por la Constitución o la legislación del país.
Todas las instituciones gubernamentales y de otra índole respetarán
y acatarán la independencia de la judicatura.
En cuanto a la posibilidad de destitución de los jueces, (…)
la autoridad a cargo del proceso de destitución de un juez debe
conducirse imparcialmente en el procedimiento establecido para el
efecto y permitir el ejercicio del derecho de defensa.
En cuanto al ejercicio de las atribuciones del Congreso para
llevar a cabo un juicio político, del que derivará la responsabilidad de
un funcionario público, la Corte estima necesario recordar que toda
persona sujeta a juicio de cualquier naturaleza ante un órgano del
Estado deberá contar con la garantía de que dicho órgano sea
competente, independiente e imparcial y actúe en los términos del
procedimiento legalmente previsto para el conocimiento y la resolución
del caso que se le somete. (…)
Este Tribunal ha señalado recientemente que las garantías establecidas
en el artículo 8 de la Convención Americana suponen que las víctimas
deben contar con amplias posibilidades de ser oídas y actuar en
los procesos respectivos. En el caso sub judice (…) los magistrados [no]
contar[on] con un proceso que reuniera las garantías mínimas del
debido proceso establecidas en la Convención. Con ello en el caso en
estudio se limitó el derecho de las víctimas a ser oídas por el órgano que
emitió la decisión y, además, se restringió su derecho a participar en el
proceso. (…)
Adicionalmente, la situación jurídica tenida en cuenta por el
HJE para adoptar una decisión tal ha variado sustancialmente. Al
momento de considerar la exclusión íntegra del órgano acusador, la
conducción del Ministerio Público Fiscal estaba sometido a un proceso de
remoción. En la actualidad, sólo la amparista se encuentra sometida a
este procedimiento ante la desestimación de la denuncia cursada contra
el Procurador General.
Para esta situación, la misma ley reglamentaria del trámite prevé
la posibilidad de que quien debe acusar pueda excusarse, si es que
considera que existe causal para ello. En la adecuada aplicación de este
instituto, se compromete el correcto desempeño de cada funcionario.
Esta mutación, impone revisar la decisión en cuestión.
VI Suspensión provisoria para ejercer sus funciones de
Procuradora Adjunta.
La segunda pretensión estructural de la amparista gira en torno a
la petición de revisión de la decisión del HJE de suspenderla en el
ejercicio de su cargo.
1) La amparista cuestiona la resolución por la cual fue desplazada
de su cargo durante la tramitación del jury.
En su argumentación contextualiza las funciones que viene
desarrollando como fiscal anticorrupción y en ese marco sostiene que la
resolución es arbitraria. La decisión carece de toda referencia a hechos
puntuales que validen el mal desempeño que se le endilga. Así, se ha
descartado toda referencia a un hecho concreto que indicará la
concurrencia de algún tipo de favorecimiento o algún imputado,
o entorpecimiento de la investigación en la causa.
Así refiere que si bien la normativa de la constitución provincial
como la norma infraconstitucional faculta al HJE a suspender, la misma
requiera que esté justificada en base a los principios de proporcionalidad
y razonabilidad.
2) La Constitución Nacional, al regular en el artículo 114 las
facultades del Consejo de la Magistratura prevé la posibilidad de
suspender al magistrado/magistrada en sus funciones. Sin embargo tal
disposición no se encuentra dentro de las facultades del Senado en el
caso del juicio político.
No obstante , el art 4° del Reglamento del Senado para la
tramitación de los juicios políticos reconoce esta facultad a esta Cámara
del Congreso una vez que se ha producido el traslado de la acusación y
su contestación y la práctica institucional demuestra que el Senado ha
ejercido esa facultad en varias oportunidades.
Se podría sostener que el art. 66 de la Constitución, al habilitar a
cada una de las Cámaras a dictar su propio reglamento, implícitamente
les está dando la facultad de reglamentar el juicio político y que, entre
sus normas, incluyan la posibilidad de suspender al juez acusado.
Señala Enrique Paixao que, con respecto a la suspensión de los
magistrados/ magistradas acusados, existen posturas distintas sobre su
significado y alcance: “la que fue arbitrada en la ley 182 del Congreso de
Paraná (art. 39), que estableció la suspensión conjunta e inescindible con
la declaración de la Cámara de Diputados que hace lugar a la formación
de la causa; la que inspira la doctrina actual del Senado, que la considera
una medida precautoria a ser dispuesta en el marco del juicio político
propiamente dicho; y la que promueve parte de la doctrina, que tiende a
ver en las facultades disciplinares delegadas por el Congreso en la Corte
Suprema el germen de una autorización a ese tribunal para que suspenda
al juez al mismo tiempo que solicita el enjuiciamiento a la Cámara de
Diputados”(cfr P a ix a o , Enrique, “La remoción de magistrados federales”, en La reforma de la Constitución
explicada por miembros de la Comisión de Redacción, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1994, ps. 437 y siguientes>)

Actualmente la doctrina vigente es la segunda y el tercer criterio


fue expresamente rechazado por la Corte Suprema.
En el ámbito local, expresamente la ley regulatoria del jury
consagra la facultad de suspender al encartado, según el órgano
considere su pertinencia. Se trata así, de una constante en los procesos
de enjuiciamiento de magistrados en la provincia.
El HJE cuenta entonces entre sus potestades con la posibilidad de
hacer mérito, valorar la conveniencia u oportunidad del apartamiento
provisorio del funcionario en proceso. De este modo, la apreciación del
supuesto es una atribución esencial del HJE, por lo que su revisión resulta
ajena a las competencias judiciales, como sucede en casos análogos
(Fallos 344:3.458), salvo un manifiesto apartamiento de las reglas de la
razón, configurante de una grosera arbitrariedad.
Como lo hemos indicado al tratar de las características de este
proceso constitucional, el mismo se reserva para casos en los que la
ilegitimidad denunciada puede ser fácilmente constable, con carácter de
“manifiesta”. Según dispone el art. 1 LPC “La legitimidad será manifiesta
cuando aparezca en grado de evidencia dentro del margen de apreciación
que permita la naturaleza sumaria de la acción”.
De este modo, el acotado margen cognoscitivo de la acción de
amparo -lo que posibilita su rápida y expedita tramitación- condiciona las
posibilidades de la causa para ser resueltas por esta vía. Es decir, el
limitado ámbito de revisión judicial al que está sujeta la causa, el rol de
la judicatura es constatar que el proceso se haya ajustado a la garantía
consagrada en el artículo 18 de la constitución nacional.
La facultad de apartar a la magistrada durante la tramitación del
proceso de enjuiciamiento se las ha otorgado la ley fundamental a
quienes deben conocer en ese juicio. A partir de estas facultades
inherentes, el HJE consideró adecuado suspender en los del articulo 222
de la constitucion provincial y 20 inc 2) de la ley 9382.
La resolución cuestionada explicita razones que considera
suficientes para apartar temporariamente a la amparista, sin que se
revelen per se como absurdas o carentes de entidad. Introducirnos en
verificar la razonabilidad y proporcionalidad de la medida excedería el
estrecho margen que permite la acción incoada, sin dejar de observar
que dicha facultad entra dentro de las disposiciones, que no admite
revisión.
Las afirmaciones expresadas por la actora en su escrito
promocional, no encuentran en el amparo un canal apropiado para su
debate y acreditación, cosa que no resulta posible en el curso del
presente. Las hipótesis que enarbola la amparista no pueden ser,
entonces, corroboradas para descalificar la decisión del órgano encargado
de valorar el mérito, oportunidad o conveniencia para disponer la
suspensión.
Por ello entendemos que la vía elegida para cuestionar la medida
no es la adecuada.
V.-Solución
El debido proceso es una de las garantías fundamentales que tiene
el ciudadano frente a la actuación de los poderes públicos.
Se trata de un derecho, de contenido amplio, que tiene su origen
en el derecho constitucional norteamericano y cuyo contenido ha tenido
un notable desarrollo en los últimos años, en base a su consideración
como derecho humano fundamental.
En las enmiendas V y XIV de la Constitución de ese país se señala
que no “se privará a persona alguna de su vida, propiedad o libertad, sin
el debido procedimiento legal”.
En el marco del due process of law o “debido proceso legal” se
reconocen dos dimensiones distintas: el debido proceso legal sustantivo y
el debido proceso legal adjetivo. El primero hace alusión al contenido
razonable (no arbitrario) que debe tener toda decisión estatal para ser
considerada constitucional. El debido proceso adjetivo se refiere, en
cambio, a los distintas reglas y principios procedimentales que deben
observar los órganos estatales para que su actuación pueda considerarse
legítima, particularmente cuando ejercen la función jurisdiccional. En este
sentido, el debido proceso legal adjetivo comprende, principalmente,
todas las garantías que los ciudadanos tienen frente al ejercicio de dicha
función por los tribunales estatales, con una particular importancia que
se otorga a las garantías propias del proceso penal. (CfrSantiago Alfonso Director La
responsabilidad judicial y sus dimensiones Tomo ! Dimensiones politica y disciplinaria)

En resumidas cuentas, no obstante que la normativa vigente


establece la irrecurribilidad de las decisiones del HJE, y que la doctrina
de la Corte Suprema de Justicia analizada, permite la revisión cuando ya
se ha dictado la sentencia ya sea por el Senado de la Nación o la
legislaturas Provinciales o por el Jurado de Enjuiciamiento.
La discusión sobre la posibilidad de hacerlo dentro del propio
proceso, no es una cuestión que se encuentra definitivamente cerrada,
especialmente si tenemos en cuenta los criterios ascendentes exigidos en
relación con el derecho de defensa en juicio que provienen de los órganos
supranacionales.
Asi el STJER en el precedente "QUINTEROS, MARIO ALBERTO
c/ESTADO PROVINCIAL POR ACTO DEL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA
DE ENTRE RIOS s/MEDIDA CAUTELAR", donde se debatia el proceso de
selección de jueces, el anverso de lo debatido en la presente causa, se
expreso la Dra Nazar "Aplicando tales conceptos al caso sub examine, si
tenemos en cuenta que el Consejo de la Magistratura de Entre Ríos no es
un organismo meramente consultivo, sino que sus propuestas -previos
concursos públicos- están constituidas por ternas vinculantes, es evidente
que el mismo asume un rol esencial, exclusivo y excluyente en la
designación de magistrados y funcionarios, por lo que el procedimiento
llevado a cabo por dicho organismo en un concurso determinado (en la
especie, el Concurso Nº25) puede ser pasible de revisión judicial si se lo
descalifica -como en este caso- por la presunta transgresión de las
normas que regulan ese procedimiento de selección.- Consecuentemente,
entiendo que se trata de una "materia judiciable" y reitero mi adhesión a
los votos que propician admitir la medida cautelar interesada..".-
El carácter progresivo de los derechos humanos, el principio pro
homine y la obligatoriedad de los tribunales de seguir los criterios que
establezcan la Comisión y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos ,deben tornar más exigentes las pautas vigentes en
este materia, en cuanto al respeto al debido proceso.
Por ello advirtiendo que se encuentra afectado de manera nítida
y grave el derecho al debido proceso de la amparista , al establecer
órganos encargados para su juzgamiento que no sean los designados
legalmente y constitucionalmente previsto, no subsanar este vicio
originaria la invalidez de las decisiones que se adopten.
En consecuencia corresponde hacer lugar parcialmente al amparo
interpuesto por la Dra Cecilia Andrea Goyeneche y declarar ilegítimo el
punto V de la resolución del 30 de noviembre del 2021, debiendo ser el
órgano acusador el que establece la norma del artículo 11 de la ley 9283
el Ministerio Publico Fiscal dejando sin efecto su desplazamiento por los
argumentos sostenido en el presente fallo.
VII.Legitimación pasiva del Estado
Que, como lo apunta el Fiscal de Estado en su contestación, dado
que el HJE no goza de una subjetividad institucional diferenciada del
Estado, corresponde considerar que el legitimado pasivo en la presente
acción es el Superior Gobierno de la Provincia, encabezado por el Señor
Gobernador (arg. arts. 155, 174, 175 y ccdtes. CP)
VIII.- Dado la excepcionalidad del tema traído a resolver y
el resultado alcanzado entiendo que corresponde establecer las costas
por su orden.
IX.- Atento a todo lo expuesto y lo dispuesto en los arts. 91 de
la ley provincial Nº 7046, y según lo resuelto en el Plenario N° 1 del
Superior Tribunal de Justicia, aplicable al caso, se fijan los honorarios de
los letrados patrocinantes de la actora en la cantidad de cuarenta
juristas, sin que se regulen honorarios a los letrados de la accionada a
tenor de lo dispuesto por el art. 15 de la ley arancelaria.
Esta cuantificación en consonancia con lo establecido
recientemente en el referido Acuerdo Plenario, a partir de lo cual,
valorando la configuración de la causa, en el marco de lo establecido por
la ley arancelaria y las previsiones del art. 1.255 C.C. y C. ponderando
como pautas orientadores el valor, mérito y eficacia de la labor
desarrollada, la complejidad y novedad de la cuestión planteada, el éxito
obtenido, el valor de precedente o la probable trascendencia forense o
social de la solución del caso, se regulan los honorarios profesionales en
la cantidad de 40 juristas, al vencedor.
En mérito a lo expuesto, según lo establecido por los arts. 1, 2,
3; 25, 29 y ccdtes. de la ley 8.369:
RESUELVO:
1) HACER LUGAR PARCIALMENTE al amparo interpuesto
por la Procuradora Adjunta Cecilia Andrea Goyeneche contra el Superior
Gobierno de la Provincia de Entre Ríos.
2) DECLARAR ILEGITMO el punto V de la resolución del HJE
del 30 de noviembre del 2021. Conforme considerando puntos II,III,IV y
V-.
3) DISPONER que el órgano acusador ante el jury dispuesto
a la amparista Cecilia Andrea Goyeneche sea el Ministerio Público Fiscal
representado por el Procurador General en los términos establecidos por
el articulo 11 de la ley 9283 , articulo 17 inc f) ley 10407 y articulo 207
de la Constitución Provincial.
4) Costas por su orden.
5) Regular los honorarios del Dr. Enrique Maximo Pita en la
suma de pesos cincuenta y ocho mil ($ 58.000) según los arts. 3 y 91
ley 7046; arts. 1 y 2 ley 10.337 y art. 1.255 C.C. y C.
6) NO REGULAR honorarios al Fiscal de Estado Dr. Julio
ROdriguez Signes de conformidad con lo establecido por el art. 15 de la
ley 7.046
Regístrese. Notificación conforme lo dispuesto en los arts. 1 y 5
del Reglamento de Notificaciones Electrónicas -Ac. 15/18-.

Dra. Elena Beatriz Albornoz


Jueza de FERIA
FIRMA ELECTRÓNICA RESOLUCIÓN 28/20 -
12 de abril del 2020 del STJ Anexo4

Art. 28: NOTIFICACIÓN DE TODA REGULACIÓN.


Toda regulación de honorarios deberá notificarse personalmente o por cédula.
Para el ejercicio del derecho al cobro del honorario al mandante o patrocinado, la
notificación deberá hacerse en su domicilio real. En todos los casos la cédula
deberá ser suscripta por el Secretario del Juzgado o Tribunal con transcripción de
este Artículo y del art. 114 bajo pena de nulidad. No será necesaria la
notificación personal o por cédula de los autos que resuelvan los reajustes
posteriores que se practiquen por aplicación del art.114".-
Art. 114: PAGO DE HONORARIOS.
Los honorarios regulados judicialmente deberán abonarse dentro de los diez días
de requerido su pago en forma fehaciente. Operada la mora, el profesional podrá
reclamar el honorario actualizado con aplicación del índice, previsto en el art. 29
desde la regulación y hasta el pago, con más un interés del 8% anual. En caso
de tratarse de honorarios que han sido materia de apelación, sobre el monto que
quede fijado definitivamente su instancia superior, se aplicará la corrección
monetaria a partir de la regulación de la instancia inferior. No será menester
justificar en juicios los índices que se aplicarán de oficio por los Sres Jueces y
Tribunales.

Secretaría, 25 de Enero de 2022.-

Dra. Celia Enriqueta Matilde Gordillo


Secretaria de Feria
FIRMA ELECTRÓNICA RESOLUCIÓN 28/20 -
12 de abril del 2020 del STJ Anexo4

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