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la lllíst 18 5t: ri.]i'ilo R

Díroctof dol? :talumen


de Rozende
dai tolumen
liéctor PérezBrienoli

N.Coam.
970/980(7/8-4)H673gU
Título: Historia general de America Latina
HISTORIA GENERAL DE
AMERICA LATINA
Historia General de América Latina

Volwmen l
Las sociedadesoriginárias
Directora: Teresa Rolas Rabiela
Codirector: John V Murra

Volumes ll
EI primer contacto y la formación de nuevassociedades
Director: Franklin Pease,G. Y
Codirector: Frank Moya Pois

Volumes lll
Consolidación del ordemcolonial
Director: Alfredo Castillero Calvo
Codirector: Allan Kuethe
HISTO]UAGENERAL
DE
Vo/ámen IV AME]UCA LATINA
Procesos americanos havia la redefinición colonial
Director: Enrique Tandeter
Codirector: Jorge Hidalgo Lehuedé Volumen IX
Vo/z/men V
La crisis estructural de las sociedades implantadas
Director: GermánCarrera Damas
Codirector: John V Lombardi

Vo/umefz Vr
La construcción de las naciones]atinoamericanas,] 820-] 870 DIRECTOR DEL VOLUMEN: ESTEVAO DE REZEN'DE MARFINS
Directora: JosefinaZ. Vázquez CODIRECTOR: HECTOR PEREZ BRIGN'OLI
Codirector: Manuel Mijo Grijalva

Vo/ámen V71

Los proyectos nacionales latinoamericanos


sus instrumentos y articulación,
1870-1930
Director: Enrique Ayala Mora
Codirector: Eduardo PosadaCarbó

Voíumen Vlil
América Latina desde 1930
Director: Marco Palácios
Codirector: Gregário Weinberg
Volumes IX
Teoria y metodologia en la Historia de América Latina
Director: Estevãode RezendeMartins
Codirector: Héctor Pérez Brignoli
:iii IONES UNESCO/ EDITORIAL TROTTA 0
l

ÍNDICE GENERAL

Las ideas y opiniones expuestas en la presente publicación son las propias de sus
autoresy no reflejan necesariamentelas opiniones de la UNESCO. Abreviaturas siglas 9
Prólogo 11
Las denominaciones empleadas en esta publicación y la presentación de los datas 13
Introducción general: Germán Carreta Damas .
que en ella figuran no implican, de parte de la UNESCO, ninguna toma de
Introducción: Esteuão de Rezende Marfins y Héctor Pérez Brignoli 25
posición respecto al estatuto jurídico de los países,ciudades,territórios o zonas,
o de sus autoridades, ni respecto al trazado de sus fronteras o limites.
Capítulo 1. Sobre la significación histórica de América Latina: Gregorio
Weinberg y Germán Carreta Damas. 27
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse Capítulo 2. La periodización: Frédéríc À4azzro 47
o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecânico, incluyendo fotocopia, grabación magnética Capítulo 3. Nuevas perspectivas y problemas: /nrcz di À4a/erbíz. 63
o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito de la UNESCO.
Capítulo 4. La historia cuantitativa en América Latina: fÍerberf S. K/efn. 91
Capítu[o 5. La demografia histórica en América Latina: ]]écf07 PérezBrig-
103
Capítulo 6. La historia económica de América Latina: Roóerfo Corfés Conde 119
Capítulo 7. La sociologia latinoamericana y su influencia sobre la historio-
grafia (siglo xix a 1980): Ronzzy/. VZa/esliz/rfado 129
Publicado por la Organización de las Naciones Unidas para !a Educación
' la Ciencia y la Cultura(UNESCO), Paras,Francia Capítulo 8. Ideologias de raza y nación en América Latina, siglos xlx y xx:
Micbie! Band 175
© UNESCO, 2006
Capítulo 9. Los estudios culturales en y sobre América Latina: Fríedbe/m
ISBN TROTTA (vol. IX): 84-8164-875-2 Scbmidt-We!!e 195
ISBN UNESCO (vol. IX): 92-3-303158-6 Capítulo 10. EI descubrimiento de la democracia en América Latina: /zz//o
ISBN TROÇA (obra completa): 84-8 164-350-5 Cotler 225
ISBN UNESCO (obra completa): 92-3-303653-7
Capítulo 11. Historia, cultura y «América Latina». Las dos últimas décadas
Depósito Legal:Va-916/99
del siglo xx: À4a ricfo Tenorío Urí//o 239
Edición y coordinación del volumen: Ali Moussalye
Consultante del volumen: PabloF. Luna Bibliografia general 267
Índice toponímica 319
Índice onomástica 323
Biog«fias. 331

Printed in Spain. Impreso en Espaííapor TecnologiaGráfica, S.L.


ABREV]ATURASY,SIGLAS

a.C. antes de Crista


AGI Archivo General de Índias. Sevilla
AGS Archivo General de Simancas, Valladolid
AHN Archivo.Histórico Nacional, Madrid
A.N. Archivo Nacional de Brasil
ANC Archivo Nacional de Colombia
BNM Biblioteca Nacional de Madrid
cccs Centre for Contemporary Cultural Studies (Birmingham)
CEDAL Centro de Estudios Democráticos de América Latina
CEDLA Centro de Estudios y Documentación Latinoamericanos (Ams
terdam)
CEIADE Centro Latinoamericano y Caribeóo de Demografia
CEPAL Comisión Económica para América Latina
CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
CONACUl;lA Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (México)
FLACSO Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
IBGE Instituto Brasileíío de Geografia y Estadística
IHGB Instituto Histórico y GeográficoBrasileíío
FO Foreign Office (México)
ILPES Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Econó
mica y Social
INAH Instituto Nacionalde Antropologia e Historia (México)
INED Institui Nacional Etudes Démographiques (Franzia)
IUSSP International Union for the Scientific Study of Population
PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
UBA Universidad de Buenos Abres
UDISHAL Unidad de Docencia e InvestigacionesSociohistóricasde Améri
ca Latina (Buenos Aires)
UNAM Universidad Nacional Autónoma de México
usP Universidad de São Paulo
COMPOSICIÓN DEL COMITÉ CIENTÍFICO INTERNACIONAL
PARALA REDACCIÕN DE UNA
HISTORIA GENERAL DE AMÉRICA LATINA

Presfdefzfe: Germán Carrera Damas (Venezuela)

Miembros Stephen Akintoye (Nigeria)


Xavier Albó (Bolivia)
Fitzroy Augier (Santa Lucía)
Enrique Ayala Mora (Ecuador)
Jorges Borges de Macedo (Portugal)
Alfredo CastilleroCalvo(Panamá)
Malcom Deas (Reino Unido)
Mano Góngora del Campo (Chile) t
Vigente González Loscertales(Espada)
Laênnec Hurbon (Haití)
Herbert Klein(EstadosUnidos)
Carlos Meléndez Chaverri(Costa Rica)
Manuel Moreno Fraginals (Cuba) t
Marco Palácios (Colombia)
Franklin Pense, G. Y (Perú) t
Estevão de Rezende Martins (Brasil)
Bianca Silvestrini(Puerto Rico/EE UU)
JosefinaZoraida Vázquez(México)
Gregário Weinberg(Argentina)
PROLOGO
COMPOSICIÓN DEL COMITÉ CIENTÍFICO INTERNACIONAL
]URA LA REDACCIÕN DE UNA Koicbiro Matsuura
HISTORIA GENERAL DE AMÉRTCA LATINA Director General de la UNESCO

Cuando en 1980, la 21.' reunión de la Conferencia General decidia que la UNES-


Preside/zfe: Germán Carrera Damas (Venezuela)
CO auspiciarala preparación de una /ílsforia venera/ de Ámérfcal,aff/za, puso
en marcha una empresa intelectual de vasto alcance, cuyos frutos comenzamos
Miembros Stephen Akintoye (Nigeria)
Xavier Albó (Bolivia) a recoger ahora. A] proponerse recopilar el trabajo de unos 240 historiadores y
especialistasde cuatro continentes, en su mayoría latinoamericanos, este proyecto
Fitzroy Augier (Santa Lucra)
asumía un reto que por sus mismas dimensiones le conferia una índole singular.
Enrique Ayala Mora (Ecuador)
A la intrínseca dificultad intelectual de la tarea, obvia desdeel principio, fueron
Jorges Borges de Macedo (Portugal)
aóadiéndose otras, relativas a los câmbios políticos de la región, la evolución de las
Alfredo Castillero Calvo(Panamá)
prioridades del Programa y las restricciones presupuestarias que la Organización
Malcom Dias (Reino Unido)
afrontó en ciertos períodos. Estos avatares no han hecho sino dar mayor relieve a
Mano Góngora del Campo (Chile) t
Vicente González Loscertales(Espada) la ingente labor realizada, tanto por el Comité Cientíâco y los autores, como por
Laênnec Hurbon (Haití) el personal de la Secretaria encargado de coordinar el proyecto.
La aparición, en octubre de 1999, del primer volumen de la obra, l,as socie-
Herbert Klein(Estados Unidos)
CardosMeléndez Chaverri(Costa Rica) dadesoregifzízrías,marcó un hino en la historiografia latinoamericana y confirió un
Manuel Moreno Fraginals (Cuba) t nuevo ímpetu a la preparación de los tomos siguientes.Este impulso se confirmo
Marco Palácios (Colombia) con la publicación de los volúmenes siguientes: E/ primar co/zlacfo y /a áorma-
ción de naeuas sociedades ; Consola(bción del ordem colonial; Procesos americanos
Franklin Pease,G. Y (Perú) t
Estevão de Rezende Martins (Brasil) baciala rede$nición colónia!; La crisesestructural de tas sociedadesimplantadas;
Bianca Silvestrini(Puerto Rico/EE UU) La construcción de las nacioneslatinoamericanas, 1820- 1870\ Los provectos na-
;ionates latinoamericanos: sus instrumentos y aTticulación, 1870-1 930 ' América
Josefina Zoraida Vázquez(México) Latina desde1930.
Gregorio Weinberg(Argentina)
Con la entrega del noveno volumen, que expone la Zeorü y Mefodo/ogz'aen
/a /{lsforla de Ámér/ca Latina, concluye este vasto proyecto editorial que se ha
esforzadopor historiar una región provista de un notable patrimonio presenteno
pólo en la variedad de sus culturas, sus monumentos y espaciosgeográficossino
también en los avataresde una historia que se incrementa y renueva con el paso
de los siglas. De esta manera, con una visión de conjunto y gran rigor histórico,
se muestran con claridad tanto las rupturas como las continuidades que han for-
jado la identidad latinoamericana. Siguiendo esta línea, el último volumen de la
colecciónha sido elaboradopara dar cuenta de la forma como los historiadores
latinoamericanos han narrado y recreado su historia. A lo largo de sus páginas, se
puede contemplar cómo se establecen nuevos instrumentos de análisis como la de-
12 KOICHIRO MATSUURA

mografía y las estadísticas, se aóaden nuevos pro.tagonistas y regiones, y se insertan


nuevos enfoques temáticos como la economia, la historia social o la cultura en el
quehacer del historiador de esta región.
Con el espíritu cervantino de que la Historia es I'émula del tiempo, depósito
de las acciones, testigo de lo pasado, exemplo y aviso de lo presente, advertencia. de
lo porvenir», la fiistoHa Gelzera/de .Amé7'fcaLaff a ilustra cabalmente la vocación
de universalÍdad de la UNESCO, su cometido indeclinable de trabajar en pro de la
paz y la comprensión entre los pueblos.

Koichiro Matsuura
GERMÁN CARRETA DAMAS INTRODUCCIÓN GENERAL 15
14

de las sociedades crioulas se encuentra recogida, desde sus prolegómenos, en un


denso cuerpo historiográfico extraordinariamente rico y continuo. En tercer lugar,
porque el trabajo sostenido y productivo de arqueólogos, antropólogos e historia-
dores aún no ha logrado llenar por completo las brechas históricamente generadas
entre las sociedades criollas y las sociedades aborígenes más estructuradas.
De esta manera, las sociedades latinoamericanas actuales están vinculadas
orgánicamente con un proceso de poblamiento del actual territorio americano
que data de hace unos 25 000 afíos. Este vínculo se expresa directamente en las
sociedadesaborígenese, indirectamente, en todas las sociedadeslatinoamerica-
nas. A] mismo tiempo, la vertiente europea de la conformación de las sociedades
latinoamericanas las vincula directamente con las raízes originárias del mundo
mediterrâneo y, en especial,con su vertiente arábiga, a lo cual se sumó en forma
creciente el aporte subsahariano. Por estas razones, merece particular estudio lo
que podría denominarsetiempo histórico de América Latina. Seguramentecabría
subrayar trem aspectos fundamentales. Uno --y principal-- es el alto nível de con-
temporaneidad que caracterizaen su conjunto a las sociedadeslatinoamericanas.
Ellas conjugan las etapas del tiempo histórico, que se extienden desde el Paleolíti-
co Superior hasta el umbral de la era atómica. Otro aspecto es el concerniente al
hecho de que aún hoy se dan procesos de primer contacto de sociedadescriollas
con sociedades aborígenes. Por último --y cargado de consecuencias sociopolíticas
que llegan a revestir gravedad-- se debe tener presente el hecho de que varias de
las sociedadesque iniciaron su proceso de implantación en territorio americano
al nacerel siglo xvi no han completadoaún la ocupaciónprimaria de su espacio
històricamente atribuído.
Nuestro propósito de componer una historia de sociedadestropezó pronto
con una realidad histórica que en muchos aspectosha prevalecido. Y es que la
historia de las sociedadeslatinoamericanas, crioulas y aborígenes ha sido escrita y
cultivada en correspondencia con el proceso de conformación social hegemónica
del criollo latinoamericano. Naturalmente, esto vale no pólo para la comprensión
y la explicación de la historia; vale también para el acopio y la preservación de las
fuentes, así como para la orientación de los proyectos de investigación. De esta
manera en muchas ocasiones---como seguramente apreciará el lector-- la presen-
cia histórica de las sociedadesno criollas se debilita e incluso queda subordinada
a la de las sociedadescriollas. Me niego a aceptar la fácil explicación de este
hecho consistenteen que sucedeasí porque las sociedadescriollas son el motor
de los completos sociales latinoamericanos. Viene más a la razón el observar que
en éstos se da una desigualdad de ritmos históricos. Rechazo la creencia, aunque
generalizada,
del estancamiento
de algunode suscomponentes.En todo caso,

l#lH$1#E$
ã : un rechazo esta última creencia, por cuanto eleva en la práctica social a pronunciar la
más prejuiciada sentencia contra las sociedades indígenas, tradicionalmente vistas
por la mentalidad criolla como responsables del atrasosocialy de los obstáculos
encontradospor los intentos de progreso. Quizá ha escapadoa la atención de
quieneshan puesto empenoen refutar estainterpretación, asumiendola defensa
de[ indígena y abonando ]a exa]tación de su contribución cu]tura], e] seóalarque
la verdadera causa de tal dificultad radica en el modo como las sociedades criollas
y aborígenesserelacionan en la mentalidad del criollo, único término conocido de
desborda los limites étnicos.
INTRODUCCIÓ N GENERAL 17
GERMÁN CARRERA DAMAS
16

siglo xw, consideraron a las sociedadescriollas como simples remedosde las so-
esarelación, ya que el papel de la mentalidad indígena en ella sigue siendo materia ciedadeseuropeas, pero condicionadas por un medio geográfico que era el mismo,
en muchos aspectos, valorado como degradación del europeo
más de supuestollo aeducciones que de conocimlento. s y las .criollas? una brecha
A partir de esa supuesta comprobación, que descalificaba a las sociedades crio-
ulaslatinoamericanas, sus integrantes vieron negadas tanto su creatividad como la
posibilidad de que pudieran elevarse al nível de sus antepasados europeos. Todavia
a finales del signoxix, viajeros y naturalistas europeos, al estilo de Juan Bautista
Diosdado Boussingault, mostraron mayor interés y simpatia por la naturaleza ame-
ricana que por su población. Aún hoy, en el umbral del siglo xxl, la imagen de las
sociedadesamericanas,tanto crioulascomo indígenas, que ha sido difundida por
algunos escritores latinoamericanos de éxito internacional, se relaciona más con
lo fantásticoy hastacon lo irracional que con la racionalidadintelectual y social
determinadapor los criterios europeosoccidentales,compartidos por el criollo
latinoamericano.
Por otra parte, el europeo tiende a juzgar su historia con una selectiva racio-
nalidad de hoy, mientras que a las sociedadeslatinoamericanas se las enclausura,
sin posibilidad de rescatarse, en una irracionalidad esencial. Nada de nuevo hay en
esto, por otra parte. También el romanticismo, que es admitido como una etapa
en la sensibilidad de los europeus, es considerado poco menos que una condición
insuperable en el criollo latinoamericano.
aços k)s promotores de causaspolíticas en búsqueda de prosélitos.. . , Nada en estouconceptos merece hoy una atención mayor que la prestadaen
América Latina constituye, por consiguiente, una encrucijada de tiempos His las líneas precedentes.Han quedado registrados, en la evolución de las socieda-
dóricosque ha elaborado el suyo propio, y eito es, )ustamente,lo que la pies./ e descriollas latinoamericanas,como muestrasde la no siempreexcusableincom-
prensión de la realidad de su conformación histórica. Perono es difícil advertir
el importante papel que estosprejuicios han desempenado,como fundamento de
la justificación de propósitos colonialistas, antiguos y modernos, formales e in-
formales,de los cualeses elocuenteexemplola intervención franco-austríacaen
México a mediadosdel siglo xix.
Pero seria muy cómodo atribuir tal grado de incomprensión tan sólo al obser-
vador externo de las sociedadeslatinoamericanas. También el criollo ha rehuido
la admisión de su realidad, sobre todo en lo que concierne a sus relaciones con
las sociedades indígenas, al igual que a su tenaz actitud de subordinación imitativa
respecto de sus ancestros europeos. Esta ha entrabado la creatividad del criollo
latinoamericanopor obra tanto de la persistenciaen su concienciade los modos
iniciales y primários de su relación con las sociedadesaborígenescomo por su
aspiración a identificarse con los patrones culturales europeos He intentado sin-
tetizar estasituación del criollo latinoamericano definiéndolo como un domlfzador
cawfiz/o, pues se esfuerza por diferenciarse del aborigen dominado, entregándose

u:!==;
H:llqiüã:ülu:=.====n:a=.= cada vez más a su propio cautiverio, representado por su solícita sumisión a formas
culturales acatadascomo paradigmas, en cuya formación ha tenido poca, si alguna,
participación.
empos(modernos. to en que se establecióel vínculo inicial entre las comunidades También resultaria injusto --y sobre todo seria históricamente desacertado--

H
no reconocer que, pese a estascompletas formas de su conciencia, el criollo lati-
noamericanoha sido capazde concebir, promover y realizar la másvastay árdua
empresade ruptura del nexo colonial cumplida hasta el presente, incluída la des-
colonización ocurrida despuésde la SegundaGuerra Mundial. La formulación de
GERMÁN CARRERA DAMAS INTRODUCCIÓN GENERAL 19
18

En lo que respeita a las sociedadesindígenas, ha de estudiarsela existencia de


la teoria de la emancipaciónde las coloniasespafíolasde América y su práctica una doble relación, de condicionante y de condicionado, que representa aún hoy,
creativa, obra de muchos hombres y mujeres, hoy repres(untadospor los grandes en algunos casosde forma creciente, la esenciade las sociedadesimplantadas. Eito
nombres de Simón Bolívar, José de San Martín, Antonio Narião y fray Servando
obliga a restablecer la identidad histórica de las sociedadesindígenas, que han sido
Teresa de Mier, constituye un justo título de recomendación de la capacidad inte- incorporadas en una suerte de escenario geohumano dispuesto para la hazaóa de la

ÜããllliáHEE:l Hli$
capaz de persistir en la expenencia.republicana cuando Europa retornaba, visible
conquista y la colonización; o han sido relegadas abusivamente, ya en la república,
a la condición de minorias destinadas a desvanecerse.
En cuanto a la población africana trasladada a América, se busca establecer
una relación basada en la comprensión de qüe ella es, además de componente del
mente escarmentada, a la seguridad del viejo orden .monárquico, en algunos casos
mestizaje global, también la matriz de sociedades afroamericanas. Esmoimpone,
poco menos que absolutista La tenacidad del crioulo latinoamericano en este or- igualmente, la comprensión de que está por esclarecertodo un completo de vín-
ren fue sin embargo,toldadade tozudez y hastase exhibió como prueba palpable culos, los cuales seven aprumados todavia por las sequelasdiscriminatorias, tanto
de irracionalidad. En el mondo,se le exigia al criollo latinoamericano que llegase
había sociales como culturales, de la esclavitud.
en breve plazo a un ordenamientosocial y político en cuyo logro Europa Con las sucesivaspresenciasmigratorias, hay que advertir una relación de
invertido siglos.Abundaronlos criollos latinoamericanos,leitores de su realidad
subordinación estimulante proceso abierto que ha culminado, luego de la inicial presencia de in-
en la ciencia europea, que pagaron tributo .a.esta muestra,más de
dostanos y chinos, con las migraciones europeas de finales del siglo xix y mediados
intelectual y llegaron a desesperarse.Pero, felizmente, no fueron pocos los claros del siglo xx hacia algunas áreas de América Latina.
espíritus que desafiaron la enganosasensatezasí cultivada. l EI logro de estos objetivos supone, como se ha dicho, la superación de la visión
'Esta l:Ífsloría ha querido enmarcarse en dos propósitos fundamentales que fue: criolla de la historia de AméricaLatina. Seha insistido mucho en la necesidadde
ron establecidosen la versión original del proyecto que elaboré en 198 1 y del cual
superar la visión crudamente eurocéntrica, sustituyéndola por una auténticamente
creo oportuno transcribir extensospasaJes,
si bien introduciéndoles algunosaóadi universal. Pero este debate tiene doble faz: una, visible, corresponde a la necesi-
dos conceptuales,'ademásde arrcglos de estilo: Estos propósitos fueron deducidos dad generalmente admitida de abandonar la visión eurocéntrica, haciéndola salir
del estudio crítico, tanto de la historia como de la historiografia latinoame.ricanas
por la puerta; otra, disimulada,consisteen que al cultivar la visión criolla de la
y latinoamericanistas, así como del prolongado y enriquecedor. contacto intelec

l
historia de América Latina se hace retornar por la ventana el punto de vista que

ayudarasuperarlavisióncr
-õuv-' '''''"' " . .
:::HB:ÇI
li!!Êllihilm=Ü=Ü.:i: ::=,;;
lolla, esencialmente .. . . de- la historia
eurocéntrica, :.........
de
sehabía fecho falir por la puerta, pues ambas visiones se identifican en susplanos
fundamentales.
EI intento de superarla visión crioulade la historia de AméricaLatina exige,
América Latina y, por lo mesmo,contribuir a actualizar los criterios nacionalesy en primer lugar, definiria, lo que no es fácil. Quizá podría entendersepor tal la
nacionalistasque han regido y rigen la historiografia co.rrespondiente.. .Lati- concienciahistórica, producto del proceso de implantación de una sociedaden un
Superar la visión criolla de la historia de las sociedades implantadas en
territorio ya ocupado por sociedadesaborígenes, proceso que ha generado una re-
noamérica signi6ca asumir una postura historiográfica.que procure .dos objetivos lación de domínio, en la cual el dominador se ve a sí mismo como representante de
prnnordiales En prmler lugar, rescatarla perspectivahistórica del lago período la razón histórica del procedo global y el dominado es visto por el dominador, a un
americano, representado por las sociedades aborígenes. Estas deben ser vistas como
tiempo, como antecedente y como compaóero indeseable (e/ proa/ema i zd@ena).
un continuo, no como un antecedente o como un complemento del proceso de im-
EI resultado es una concepción fatalista del proceso de relación entre sociedades,
plantación de las nuevas sociedades o sociedades criollas..En segundo lugar, situar
fac- consistente en que el dominado estaria destinado a incorporarse a la sociedad crio-
a las sociedadesimplantadas en una relación de interacción múltiple con los lla. Estaconcepción subyacecomo factor legitimados de todos los procedimientos
fores y procesosque a lo largo de media milenio han condicionado su formación. empleados a lo largo de los siglos para teso/uer e/ proa/ema i/zd@e/zíz.
EI logro de estosobjetivos exige una revisión del.modo .de relación de dichas Pero la doble relación de interacción en la cual fraguó la sociedad implantada,
sociedadescon la «historia universal»,con las sociedadesaborígenes,con la po-
con las sociedadesaborígenesy con el contexto colonial europeo expresado en el
blación africana trasladada a América y con las sucesivaspresenciasmigratonas
Con la «historia universal» y temendo en cuenta la mediación de la historia eu- nexo colonial, y todo ello en el ambito de /o nz/euoamericano, generó un proce-
do de diferenciación que constituye la criollización. Sus parâmetros han sido una
ropca occidental en la concepción de esa universalidad, debe buscarseuna relac=n constante, tenaz, fundamental y procurada diferenciación respecto de las socieda-
valorar' ajustadamentela significación de ésta: que es a la .vez mede des aborígenes; y una no menos constante, inevitable, creciente, pero no deseada,
u"' r''" ''' ''''"' ' ralorar menor
ycomponente.Elloobligaa .. el carácter . endógeno,
. . creciente
:..l.i..L.., hasta respeito del contexto europeo original. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que
llegar a ser muy pronto predominante, del proces.ode implantación de las hoy ambosparâmetros han admitido històricamente --y las admiten aún-- oportunas
sociedadescriollas latinoamericanas, así como a diferenciar entre la inicial y las
conversionestransitorias de signo contrario. Pesea las apariencias,el fin último
sucesivasmodalidades de la inserción de lo europeo en ese proceso.
GERMÁN CARRETA DAMAS INTRODUCClóN GENERAL 21
20

con e]]o se mu]tip]icaríansusopciones.A] mismo tiempo, secontribuiria decidi-


damente a crear las condiciones que propiciarán el desenvolvimiento global de las
atrás sociedades.
EI segundo de los propósitos fundamentales de esta}Ífslorfa es contribuir a
actualizar, en las sociedadesimplantadas latinoamericanas, los criterios nacionales
y nacionalistas, en el sentido de hacerlos concordar con el momento histórico que
viven esas sociedades y con la necesaria revaluación histórica de las sociedades
indígenas y afroamericanas.
EI nacionalismo latinoamericano ha sido objeto de toda suerte de enfoquesy
tratamientos. AI ocuparse del área teórico-ideológica, la }Ífsforla Gamela/de Ámérf-
ca l,alifzczha tenido en su estudio, al igual que en el del liberalismo latinoamericano,
con el cual se halla estrechamentevinculado, uno de sus temas máscompletos.
Pero no termina ahí su importância. EI esfuerzo metodológico y crítico-historio-
gráfico que tal Historia suponeobliga a asumir ante el nacionalismo posturas que
sobrepasanla preocupación limitadamente historiográfica y que, con mucha ra-
zón, se adentran en los terrenos de la conciencia histórica, traducida en conciencia
social y política.
Sin abonar la diatriba que, sospechosamente,suele proceder sobre todo de
nacionalismostan avasalladorescomo mal disimulados, y sin cair en el excesode
la exaltaciónlírica ripiosa,ha sido necesarioabordar el estudiodel nacionalismo
latinoamericanoviéndolo como expresiónsintética de las formas de conciencia
propias del proceso de formulación y aplicación de los proyectos nacionales de las
sociedadesimplantadas latinoamericanas. Hacerlo así ha significado asumir toda la
cargade emotividad que tal procedo requirió durante un largo siglo en el dual, más
de una vez, esassociedadescreyeron ver naufragar su proyecto nacional, en medio
de vanos esfuerzos por superar la crisis estructural que las agobiaba desde finales
del siglo xvm y los estragos causadospor los estallidos bélicos recurrentes, a todo
lo dual se sumaban los afectos de la presencia imperial europea y norteamericana.
Situadosen esta perspectiva,se advierte que el nacionalismo ha desempena-
do en América Latina un doble papel. Uno ha sido el de radicar la nacióncomo
criterio de legitimación de la estructura de poder interna de la sociedad, una vez
desalojadoel rey de esaposición, como consecuenciade la ruptura del nexo co-
lonial y de la adopción de la forma constitucional republicana. EI oiro ha sido el de
enlazar las nuevas demarcaciones político-administrativas, legitimando por igual
el control dominante de las sociedades implantadas sobre las sociedades indígenas.
Así, en nombre de la nación emancipada y republicana, ha sido posible asegurar la
continuidad del proceso de implantación, iniciado y desarrollado en el ambito del
nexo colonial monárquico.
De esta manera, el injustamente subestimado nacionalismo decimonónico la-
tinoamericanocumplió una importante función en la conformación del mapapolíti-
co del continente. Durante cierto tiempo --y en no pecos casos-- esenacionalismo
nutrió altitudes de celosa defensa de las autonomias recién ganadas, si bien tales
actitudes eran canalizadas mediante proyectos nacionales que tropezaban con difi-
cultadesestructurales.En la medida en que fracasabanlos intentos de superadas,
asasdificultades parecían tan profundamente arraigadasque pronto fueron vistas
como insuperables,en relación con los recursos de que disponían las nacientes
GERMÁN CARRETA DAMAS INTRODUCClóN GENERAL 23
22

de dominador de las sociedadesaborígenes,desdeel umbral del siglo xvl; o, lo


nacionalidades, particularmente en el orden económico. Tal comprensi.ón del pro-
que es lo mismo, están llamadas a redefinir sus relacionei con las sociedadesabo-
ceso por sus más lúcidos actores se convirtió rapidamente en convicctón genera-
rígenes y, sobre todo, a arrear ]a conciencia con que viven esos nexos. A] mismo
lizada. Estaúltima, que sirvió de fundamento a diversaspropuestaspoéticas ae
tiempo están ante la necesidad de actualizar su nacionalismo, tan Gostosamente
inspiracion liberal, se veia reforzadapor los erectosciertos y prolongadosde la elaborado en el siglo xix y que tan importante papel desempeãó en la constitución
dislocación social y económica, causadaen extensas áreaspor guerras de indepen- de los Estados nacionales. En suma, dos grandes y exigentes tardas, que han de ser
destructivas. Lo fueron
dencia que fueron particularmente largas, sangrientasy a un tiempo estímulo y prueba, en el másalto grado, de la creatividad del criollo
hasta el punto de causar profundos traumatismos, de difícil recuperación, a socie- latinoamericano, comparablesólo con la demostradapor lassociedadesindígenas
dades que en gran parte se encontraban todavia en los inícios de su estructuración
para sobrellevar la dominación exercidapor el crioulo.
como tales, cuando se avocaron a la ruptura del nexo colonial.
Cualesquiera que sean los modos de aproximasse a estou retos --ideológicos,
Los reiteradosy tenacesesfuerzospor llevar a la práctica los proyectosna políticos o sociales-- no parece necesariodemostrar que tienen un punho de par-
nalesen'la pnmem mitad del siglo xix, que se apoyaronsobretodo en los tida común: han de fundarseen una transformación de la concienciahistórica del
recursos ya existentes en las sociedadescorrespondientes,, consoltdaron la convic. criollo. Ahora bien, estatransformaciónsólo seráposible medianteel desarrollo
crítico del conocimientodel acontecerhistórico, del que él estodavia hoy prin
cipal protagonista. Sobre esta base, podrá el criollo latinoamericano, valido de
su rico patrimonio indígena y africano, promover sus sociedades a los grados de
-"u"u-a', '"''---' '" '''" erdurable de esta forma de conciencia, así como de
libertad, democracia,bienestary justicia por él anhelados,y establecerrelaciones
temprano,loprofundoylop . . . . . . ... ...-;-- -a. semejantes con las sociedades indígenas y afroamericanas.
sus expresiones legislativas y administrativas en material tales como incentivos La presente ]lisforia Caneta/ de Ámé lca l,colina, realizada bafo el patrocínio
a la inversión extranjera y a la inmigración y colonización, con población prefe- genuinamenteuniversal de la UNESCO, tiene como propósito primordial contri-
rentemente europea. De este modo, la correiación entre la autonomia duramente buir a la renovaciónde la concienciahistórica del criollo latinoamericanoy, por
conquistaday la convicciónacercade la no viabilidad de los p.royectosnacionaies onde, a promover el papel propio y relativo de las demás sociedades con las cuales
mientras estuviesen condados a sus solos recursos preparó el terreno para la pre- comparte el territorio americano.
sencia de los nnperialismos europeu y norteamericano en las antiguas colonias
espanolas de América y, con variantes apreciables, en Brasil. . . .,
Se generó así una completa situación histórica cuya dialéctica durante aecaaas
ha sido veladaen gran parte por interpretacionesexcesivamenteinmediatistasy
unidireccionales.Estashan conformado una visión fragmentáriay.parcial de los
problemas conceptuales ''metodológicos suscitados por el estudio histórico de la
problemática dela smo modemo y contemporâneo, así como de su papel en
el desarrollo de los proyectos nacionales de Amérjca Latina. . . ..
del conoci-
Todo parece acentuar la urgente necesidad de someter este,nível
-v-- r-'-" -"" tina a una.cuidadosarevisión histórica. La madura-
mientogeneraldeAmérical , . . : ....--i/.;.-.
ón de algunasde las sociedadesque la formar y los requerimientospolíticos
de todas detemiinan esanecesidad,en el marco compuestopor la proliferación
de fobias de asociaciónsupranacionales,en correlación con el desarrollo mul-
tinacional del capitalismo,con el surgir de nuevas.modalidadesde orgamzación
sociopolítica y con la oportunidad de volver a definir, en algunasáreas,los víncu-
los de las sociedades implantadas latinoamericanas con las sociedades indígenas y
afroamericanas. . . . .
Contando en su haber histórico con la creación de Estados soberanosy re-
publicanos, a la par que con pruebas indubitables de su persistencia en el afán de
constituirse como naciones independientes y de consolidarse como sociedadesde-
mocráticas,las sociedadescriollas latinoamericanasafrontan:.si bien con diferente
intensidad y grado de percepción de.esta situación, una difícil tarea que podria
expresarse de la siguiente manera: deben realizar .una gran esfuerzo para stTerar
definitivamente los tenaces rasgos de su conciencia que arraigan en su condición
INTRODUCCION

Esteuão de Rezende M.artins


Director del volumen

Héctor PérezBrignoli
Codirector del volumen

EI volumen IX de la Hísfor/a Ge/lera/ de Ámérica l,alifza (HGAL), auspiciadapor


la UNESCO, se ocupa de aspectosteóricos y metodológicos. No se propone un
discurso del método ni tampoco discusiones filosóficas sobre la materia histórica.
Se trata, más bien, de un análisis de la historiografia y sus principales tendencias,
sobre todo en el siglo xx. Los quatro primeros capítulos son generalesmientras
que los siete restantes estudian temáticas disciplinadas más específicas.En ningún
casose tiene la pretensión de exhaustividad bibliográfica, o de formular la última
palabra sobre un área determinada del conocimiento histórico. De lo que se trata
es de identificar los problemas y referenciasbibliográficas másimportantes con la
finalidad de guiar allector.
EI capítulo 1, sobre la significación histórica de América Latina, trata de ubicar
las grandes líneas de la historia del subcontinente en relación con el contexto uni-
versal. EI capítulo 2, sobre la periodización, distingue entre la }iisforie, o historia
propiamente dicha, y la Gescóícbfe,o ciencia histórica, y resume a continuación
las periodizaciones más usuales utilizadas en ambas maternas. Se renunció a actua-
lizar el texto y la bibliografia de este capítulo, redactado por el recordado profesor
Frédéric Mauro hace unos diez altos, cuando el presente volumen no había cobra-
do todavia forma definitiva. EI capítulo 3, sobre nuevas perspectivas y problemas,
sugiere que en la década de 1960 se produjo un corte fundamental en la historio-
grafia latinoamericana, lo que justifica presentar pólo un breve resumen de la situa-
ción anterior a esadécada. Luego, los eles principales de la evolución intelectual se
centramen la historia económica y social (décadasde 1970 y 1980) y en la historia
política y cultural (décadasde 1980 y 1990). Una sección importante del capítulo
estádedicada a examinar la relación, completa y a menudo llena de tensión, entre
los diferentes mediou intelectuales latinoamericanos y los polos culturales hegemó-
nicos. EI capítulo 4 se ocupa de la historia cuantitativa y oficia de puente entre los
capítulos iniciares, más generales, y los capítulos orientados a áreas más específicas.
EI autor presente primero las características básicasde las quentes,desdeel período
colonial hasta hoy, y luego comenta las diferentes áreas y estudios centrados en la
cuantificación. Los capítulos 5 y 6 están dedicados, respectivamente, a la demo-
grafia histórica y a la historia económica; se trata de dos âmbitos en los cualesel
desarrollo historiográfico ha sido considerable, aunque se seíãalentambién vacíos

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26 ESTEVÃO DE REZENDE MARTINS Y HÉCTOR pÉREZ BRIGNOLI )


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SOBRELA SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA DE AMÉNCA LATINA


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INTRODUCCION

Por razonespeco menos que obvias, las generalizacionessobre la signiâcación


histórica de América Latina suelencorresponder a uno de estastres enfoques--o
a combinacionesentre éstos--: la significaciónimitativa de América Latina para
Pablo F.Luna. Europa y el resto del mundo; la significación de América Latina como un conjunto
de sociedadescuyo desenvolvimiento esvisto, aunque impropiamente, con mucho
de errático; y la de América Latina como un conjunto de estados inacabados.
Quizás la explicaciónde la formación, persistenciay difusión de estasenfo-
ques, estrechamentevinculados entre sí, radica en que respondena criterios basi-
camente inspirados por la historiografia europea y, por lo mismo, están imbuídos
de una conceptualización eurocéntrica de la evolución y desarrollo de las socie-
dadesy los estados.AI aplicar estesconceptos a sociedadesregidaspor patrones
sociohistóricos no estrictamente europeos, se generan confusiones conceptuales
que pueden inducir a graves errores de interpretación. En este sentido puede pare-
cer que perdura la solución que dio el descubridor-conquistadora su necesidadde
designary comprender el que le resultabaser un Nuevo Mundo.
Mucho seha escrito sobre la significación del descubrimiento y la formación de
América para Europa y, por ende, para el mundo. Aun antes de que se produjeran
los senos, y a veces descabellados, cuestionamientos del concepto mismo de «des-
cubrimiento», se puso empefío en demostrar que desde muy temprano la Europa
que generó la implantación de sus arrojados, tenaces y crueles conquistadores, en
las tierras hoy americanas, reflejó de manera substancial las repercusiones de tan
extraordinário acontecimiento.Parael caso, como en el presente,en lo concer-
niente a los siglos xv, xvl y xwi, en gran parte, se entiende por América la América
primaria, es decir, la conformada segúnel patrón crendo, inicialmente y sobre
todo, por los conquistadores-pobladoresoriginários de Castilla, y por extensión
de la Península Ibérica. La América criolla, entendiendo por tal la constituída por
las nuevassociedadesasí formadas, perfeccionó, completó y perpetuó los rasgos
del impacto primário sobre las sociedades aborígenes y el ambiente.
EI enfoque de América Latina como un conjunto de estados inacabados corres-
ponde a una lectura históricamente débil de una realidad particularmente comple-
SOBRELA SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA 29
28 GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRERA DAMAS

EL PRIMER KNPOQUE: SIGNIFICAC10N IMITATIVA DE AMERICA LATINA


PARA EUROPA Y EL RESTO DEL MUNDO

EI enfoque de América Latina dependiente de su significación imitativa para Eu-


ropa y el mundo ha sido escenario de una controversia historiográfica ensonada
y muy prejuiciada.Partiendode la percepciónde la existenciade un vínculo or-
gânico entre América Latina y Europa, particularmente con la porción denomina-
da occidental, se han definido modalidades de esa significación que van desdela
orgânicacolonial hastael imperio informal integrado despuésde la formación de
estados americanos independientes.
Estasmodalidades comparten dos presuncionescapitales. En primer lugar, la
de que cualquiera que haya sido la naturaleza de la relación entre América Latina
y Europa, en ella le ha correspondido a la primera la posición subordinada, por no
decir pasiva. En segundo lugar, la de que cualquiera que haya sido la naturaleza de
la relación entre América Latina y Europa la resultante latinoamericana nunca ha
pasadode ser una copia defectuosa,si no una cruda parodia, del patrón europeo
Incluso la más creativa de las etapasde la vida latinoamericana, es decir, la
de la ruptura del nexo colonial, la abolición de la monarquia colonial y el esta-
blecimiento inicial de la república moderna, se percibe, para el casode esteenfo-
que, como mera repercusiónde la crisis institucional y política de la monarquia
europeade finales del siglo xvm y comienzosdel siglo xix; como episódiosde
las denominadas «revoluciones românticas» o «atlânticas», o como extrapolacio-
nes ideológicas y políticas de originales europeos, y siempre como realizaciones
degradadas de los valores europeos y de las instituciones que los ejemplifican de
manera prístina.

Balance de una controuersia historiográÊca

EI destacadohistoriador colombiano JaimeJaramillo Uribe ofrece una equilibrada


sínteses
de la cuestiónplanteadapor la significaciónhistórica de América Latina
para Europa y el mundo. La coloca gajo la invocación del dicho del cronista Fran-
cisco López de Gómara, en la dedicatória a Carlos V de su }Jlsforía Genercz/de
/as /Malas, que reza: «Muy soberano seóor: la mayor cosa después de la creación
del mundo, sacandola encarnación del que lo creó, es el descubrimiento de las
Índias...».
A continuación el historiador se pregunta sobre si exageró E/ Gómarn, como
lo menciono Bernal Díaz del Castillo (Díaz del Castillo, 1947, 11:29), y hace ho-
nor a su ponderación respondiéndose:«Probablemente,no»; y como corresponde
al oficio de historiador, aduce razonesy pruebas.
Comienza por las razones más generales: «... EI descubrimiento de América
cambió la imagen geográfica y astronómica del mundo. EI oro de América dio
impulso sin precedentesa la economia europca y, si no lo crearon, sus riquezas
aceleraron el desarrollo del capitalismo moderno...».
A estasrazonesles siguenlas pruebas:«... América aportó nuevoscultivos a la
terios e interesessubordinadosa su vivenda de la modernidad. rutinaria agricultura europea y salvó a suspueblos de las devastadoras hambrunas
periódicas con la papa y el maíz. También contribuyó decisivamente a cambiar
SOBRELA SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA
30 GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRERA DAMAS g 31

g
seria desarrollar la confrontación de los aportes globales así simplificados, dada su
los patrones alimentícios y a ensanchar nuevasáreas de realización economica y 8
)
extensa proyección económica, social y cultural:
tecnológica, mediante el impulso fundamental a la generalización del consumo del Pero es otro el cuadro cuando vienen al caso sólo los productos acreditados
azúcar de capa, del cacau y del café...». .
como espirituales e intelectuales. Allí parece claro que la religión cristiana católica
Todo culmina con la enunciación de los rasgos más sobresalientesde la nueva
y el universo de los valores a ella vinculados; el idioma castellano;la política; el
realidadeuropeaymundial,asígenerada: .. . Ü
conocimiento,la ciencia y la tecnologiasintetizadospor los europeos,no tienen
.... EI aparecer de América creó un nuevo ambito para las .energiaseuropeas r contrapartida latinoamericana equiparable, aunque en esoscampos se hayan he-
en sus tierras aparecio un nuevo brote, un brazo más de la civilización occidental. 8
) cho, desdemuy temprano, contribucionesnada desdeóables, y en algunoscasos
La observaciónde sus antiguas culturas modificó las tradicionales ideal sobre la g francamente sobresalientes. Vale citar la publicación de la obra del humanista ve-
historia y dio un suevo punto de partida,.precisamente el punho.de vista histórico, nezolano Andrés Bello (178 1-1865), en 1847, la Gramáflca de /a /e/zgzla casfe//a/z.z

lllRilll;:) l:Ü:=,Ü:s
: ::n118Ç
clones (iel 'espíritu moderno llevan en alguna forma la impronta de América. Con
j par.z zdsode /os ame icanos, sucesora del Arfa de /.zJeguízcaule//ana, publicado por
Elio Antonio de Nebrija cn 1492. La obra de Bello es consideradahoy como «la
gramática de la lengua espaííola». En este orden de ideal cabe citar igualmente la
la aparición del Nuevo Continente la historia comenzó a ser, realmente, historia obra poética del nicaragüenseRubén Darío (1867-1916), eje del movimiento lite-
rário denominado Modernismo, renovador de la literatura en espaííol.

=::êiÚ==UUKS:1:8uã.E=:==;
corregir el erróneo ba ance de estosacontecimientos, sacadopor la historiografia
éHay Dirá manera de debatir la cuestión? éQueda algún rincón del debate por
explorar? A diferencia de Jaime Jaramillo Uribe respondemos: probablemente, sí.
Y como él hizo, cabe aduar las razones y pruebas que se desprenden dc esta Fiís-
oria General(ie AméTica Latina.
tradicional, llevado hasta la simpleza por el manual escolar.frailuno de.historia de
América produzido no hace mucho en Espada, según el cual los espaííoles trajeron Caracterización de ta empresaamericana
a América la religión, la lengua y... la agricultura. .. . .
EI esfuerzo en referencia no es nuevo. EI intelectual.y. político venezoiano EI punto de partida de la búsqueda de un nuevo enfoque no puede ser sino un in-
tento de caracterización de la empresa latinoamericana, en su doble condición, or-
gánicamente tramada, de obra inicial de castellanos y peninsulares, en general, y de
obra sostenida y proseguida, desde muy temprano, por criollos latinoamericanos.
EI necesario despeje del campo conceptual parte de la comprobación de que la
participación primera y primaria de Europa en la hechura de América Latina fue
una empresa de exploración, conquista y colonización, sintetizada en el hoy contro-
vertido concepto de <'descubrimiento». En sus inícios, la empresa estuvo basadaen
la subyugación de las sociedades originárias americanas, al igual que los castellanos
estabantodavia en trance de hacerlo con los guanchesen las lslas Canarias.A la
Latina revela que éstasse han forjado, a través del tiempo histórico relativamente empresa se sumó la utilización, que en algunas áreas llegó a ser masiva, de pobla-
ción forzada negroafricana. Si bien se debate sobre la existencia de la esclavitud
en América Latina, previa a la llegadadel europeo, cabe afirmar que la esclavitud
institucionalizada, primero de las sociedadesoriginárias, luego de los negrostraídos
de Africa, fue ciertamente,junto con la evangelización,una de las primerascontri-
arquitectum y el urbanismo, de las artes plásticas y de la música, como ha queda- buciones instituciona[es europeas a] proceso de formación de nuevas sociedades.
do registrado en los volúmenes que componen esta H/storia Gefzern/de 4mé íca Pero, en su desarrollo, la de América Latina fue una empresa,predominante-
l.atina
á mente crioula, de destrucción o relegación de viejas culturas y de generación dc
nuevasformas culturales. Pocainnovación hubo, si alguna, en los procedimientos
Balance de !as contribuciones recíprocas seguidos entonces en tierras latinoamericanas. Fucron semcjantes, sobre todo en
cuanto a violencia y dureza, a los practicados por los pueblos del continente eu-
Es devir, que en áreasno menos nobles que.las consideradas prejuicialmente como
las genuínas representaciones de lo cultural e intelectual siempre se podrá discutir
1. Véllse, !demás del conjunto de la obra de José Rafael Lovera, el balance de esta relación en
sobre qué infortunio seria mayor: si el de los pobladores de la cuenca del MeQite- Harwich Vallenilla, 2000. ' ' '
rráne:'sin el tomate, o el de los latinoamericanos sin la carne de res.Y nada ocioso
SOBRELA SIGNIFICAClõN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA 33
32 GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRERA DAMAS

rinera y el acto de conquista, que fueron básicos en la hechura de América Latina,


dio por fin oportunidad a los europeuspara que retomasenconcienciade su fuerza
real, que estabaen entredicho desdeel desvanecimientode la ilusión del Sacro
Imperio Germânico Românicoy la gran frustración de las Cruzadas.Se nutrió
así,también en lo espiritual, una capacidadde dominación que ya no reconocería
limites hastalos inícios del siglo xix, cuando le fue vedado el espacioamericano a
la moderna expansión colonial europea.
En este orden de ideal, el hecho más significativo fue, sin embargo, que los
la véspera de iniciarse la empresa americana. . . ...-;.i europeos continentales comenzaron a liberarse del trauma que les producía el in-
De tal suerte que lo ocurrido en Aménca Latina parece correspu:'uç' ço , aa cesantey temido acosode «el Turco». Esto les sucedióal dominar pueblosa los
que tuvieron que mirar de frente, como mexicas e incas, y ante cuyas realizaciones
civilizacionales los recién llegados se sintieron inicialmente sobrecogidosde un
acceso de inferioridad, que compensaron con un derroche de violencia y de celo
religioso. Recobraron los europeos una confianza en sí mismos que ni siquiera el
losadjetivosaplicablesasemejantesenfrentamientos. , , . . ..:.i.. legado de la espada de Carlomagno había podido depararles.
A'partir de esoshechosiniciales,.sobrecuya basese conformo el pat:=:' çiiu lu Simultaneamente, América Latina proporcionó a los europeos los médios, se

úüüêÊÜÊh:ü=iin:i:.:nH bre todo plata y oro en cantidades nunca imaginadas, que les permitieron prevale-
cer sobre pueblos y culturas a los cuales tradicionalmente temían por su fuerza y su
riqueza, si bien en no mochos aspectospor su desarrollo cultural y civilizatorio.
generaron expresiones de similitud, de imitación, pero igualmente de creatividad,
que confluyeron en la conformación de lo.americano, diferenciado de lo europeo' Ruptura del asediomanteuido por «et Turco»
Tal fue ]a esenda de la dinâmica de la hechura de América Latina por Europa.
Reunidos de esta manera los recursos y las circunstancias generados por las des-
La becbura de Europa a partir de América Latina lumbrantes aventurasoceânicasatlântica y pacífica, y continental americana,pro
porcionaron los medios espirituales y materiales que disiparon progresivamente,
Pero si es legítima la consideración en este enfoque de la hechura de América La- en la conciencia y en el animo de los europeos, los erectos del asedio de «el Turco»
tina por Europa, no lo es menosla de la hechurade Europa a partir ae i\merca Este término sintetizaba el temor, el respeto y la no poca admiración que el osado
y tenaz invasor despertaba en el empobrecido y disperso universo de vasallos y
sefíoresque era todavia casi toda Europa al finalizar el siglo xv. Los contados cen
troa de riqueza y de poder, todavia endebles, antes que modificar el cuadro general
mejorándolo, acentuaban mediante el contraste que establecían la precariedad y la
se. en el sentido de incorporar contribuciones que fueron decisivas en la creación rusticidad generalizadas.
de las condiciones para la conformación de la Europa.moderna. . , . .:turcos» y «moras»tenían los extremos de la cristiandad como campospro
Cabe mencionar al menos ires de tales contribuciones. La primera, de .ordem picios para sus incursiones. A] enfrentar]as con a]gún éxito mi]itar, ]os cristianos
psicosocial, puede"ser enun.dada.como la recuperación espiritual y m . erial del tropezaban con la imposibilidad material de consolidar los resultados de sustriun-
}m-petu y la aptitud dominadores de las principales sociedadeseuropeas' La segun- fos parciales mediante actos de posesión eficaces y perdurables. La debilidad fun-

lbÜIHU:'iiHIIWli$
Oeste-Este. La tercera contribución, de carácter estructural. interno,, está repre-
sentadapor la participación de América Latina en el establecimientodefinitivo de
damental de sus sociedades volvia precários ecos triunfos, ante el siempre posible
resurgir de un adversário al que la experiencia enseííabaque no podia considerár-
sele ni siquiera puntualmente vencido, dada su superioridad militar y su riqueza,
demostradas desde comienzos del siglo xiv, cuando formaron el Imperio Otoma-
no, que se extendía desde el Golfo Pérsico hasta las cercanias de Viena. Aun actos
la república modernay de susvaloressociopolíticos;y el de la vigenciade estos de implacable rcpresión, como los que siguieron a la conquista de Granada --que
últimos induso en el ambito de la monarquia constitucional europea restaurada. fue conquista y no reconquista--, sólo vieron consolidarse sus resultados gradas a
Es natural que estas comprobaciones se presten a fundada discusión, pues al menos los recursos generados por la empresa americana.
dos de ellas tienen elementos que son parcialmente novedosos. La amenazasobreViena, como consecuenciade la campaóaturca de 1527-
Pero hay un aspecto re?pecto del cual.no es demasiado arriesgado aârmar que 1530, persuadió a la cristiandad de que el riesgo de ese domínio seguiasiendo una
tiene mucho de novedad. Estecorresponde a la apreciación de que la hazaóama-
GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRETA DAMAS SOBRELA SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA 35
34

ción esaAmérica Latina contribuyó considerablemente,sobre todo en los prime-


ros estádiosde su evolución formativa.
En oiros términos: si bien en estesentido Europa hizo a América Latina, tam-
bién América Latina hizo a la Europa moderna, al permitirle liberarse definiti-
vamentedel asedioturco, esefantasmaque dejó la huella profunda, extensay
perdurable, que aún se advierte en Budapest, Dresden, Praga y Viena; huella que
vemos representada alegóricamente en el pedestal de la estatua ecuestre de Euge-
nio de Saboya,erigida en el pátio del palácio real de Budapest.Ello fue posible,
cabe subrayarlo pues algunos historiadores europeus no parecen advertido clara-
mente, porque en la hechura de América Latina adquirió Europa el temple y los
medios necesariospara prevalecer sobre un adversário respeito del cual se halló
en inccsante posición defensiva hasta las primeras décadas del siglo xvn, quando
ya la monumental Ciudad de México contaba un siglo de haberse superpuesto a la
deslumbrante Technotitlan3

EL SEGUNDO KNrOQUE: sIGNIFICACION DE AMERICA LATINA


COMO UN CONJUNTO DE SOCIEDADESCUYO DESENVOIVIMIENTO
LAS EXHIBE, AUNQUK IMPROPIAMENTE, CON MUCHO DE ERRATICAS

Es moneda corriente en la historiografia referida a América Latina la contraposi-


ción, tácita o expresa, de las llamadas «leyenda negra» y <'leyenda dorada», según
se subrayen los vícios y dejectos de la colonización espaõola, o según se exalten sus
virtudes y aciertos. A estacontraposición de leyendasse le atribuye como origen
las pugnas entre las corolas europeas por la percepción de benefícios coloniales,
pera sobre todo por los temores que inspiraba el desmesuradocrecimiento del
vos en los mercados europeos- poderio y la riqueza de la Corona espaóola, como consecuencia de su extensión
al nuevo continente. A su posición privilegiada en este quadro debió Espafíaun
La de Latinoamérica y Europa fue tina becbura recíproca virtual exílio de Europa que duró hasta mediados del siglo xx.
Independientemente de cuánto fundamento pueda tener la controversia de
las leyendas mencionadas, el hecho es que responde a dos apreciaciones que son,
por decir lo menos,no del todo correctas.La primera consisteen dar por válida
la errónea idemde que la colonización fue fundamental o determinantemente obra
de los peninsulares espaóoles, cuando, una vez establecido el patrón inicial por los
conquistadores castellanos, fue obra sobre todo de los criollos latinoamericanos,
con el concurso no siempreobligado de algunasde las sociedadesdominadasy
la participaciónde la población africana,escoava y libre. La segundaapreciación
incorrecta consiste en omitir el hecho de que las otras colonizaciones europeas
de América Latina, muy posteriores a la iniciación de la suya por los espafíoles,
siguieron rumbos semejantes en lo referido al ejercicio de la dominación sobre las

: iG:lUI R=;1:k'=:=n:\: 3. EI ideário formado al calor de la ruptura del nexo colonial con Espaday de la abolición de
la monarquia colonial, que fue núcleo de la justificación política de la disputa de la Independencia!
consolidó los efeitos de :.la leyendanegra». Los criollos latinoamericanos parecieron no percatarse,al
formulário e invocado, de que tan severoluicio de la relación colonial constituía también el reconoci:

::Ú# ;l:::lãB$RHHBER;i:liHHdi:jl
B
Satánen persona...»(Blum, 1992: 958)-
miento de su responsabilidadhistórica por los vícios y dejectosde su propia obra, la sociedadcolonial
hispanoamericana. Simón Bolívar dio un exemplo de esta en su Discurso en /a /ns íz/ació/zde/ Co/zgreso
deVelzezue/a,en Angostura del Orinoco, el 15 de febrero de 1819
SOBRELA S}GNIFICACIÓN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA 37
36 GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRERA DAMAS

importante por su fuerza determinante, es el carácter relativamente reciente de la


sociedadesoriginárias, fuese o no en el marco de una relación colonial semejante estructuración de esassociedades, en gran parte del territorio americano, o de gran-
desporciones de las sociedadesmástempranamente constituídas. Paravarias de esas
sociedades, o para grandes porciones de ellas, el inicio de su estructuración como
rales es un hecho de mediados del siglo xvln. EI segundo condicionante, espacial-
mente importante respecto de la relación con Europa, es que la empresa americana,
en su faserepublicana, ha transcurrido en la que seha denominado Edad Moderna
europea.Esto ha significado,a un tiempo, recibir la presión del aceleradoproceso
de câmbioocurrido en la porción occidentalde Europa, y la acumulaciónde un
retardo determinado por la especificidad de la empresa latinoamericana, situación
que ha gravitado de manera dramática en la conciencia del criollo latinoamericano.
valores de la sociedad europea, al igual de'lo. que, según esta visión prejuiciada, Si bien cabe registrar el hecho de que se ha dado un fenómeno semejanteen gran
sucedia con las especies animales y aun vegetales. . . ; parte de la región oriental de Europa y del sur mediterrâneo.
X'i.'=i, :i ::lZI'.Üi'h:lti:b l«i-;m«i«-, p'' "' ""',:., «gÚ- l, «i-
La historia de las sociedadesoriginárias

Si bien una historia generalde América Latina ha de centrar su atención en el


proceso de formación de las nuevas sociedades, o sociedades implantadas ameri-
canassfricfo sezzsu,la concepción de tal historia como una historia de sociedades,
moderna, por afíadidura orientada havia el liberalismo. y no como una historia de estados y naciones, ha abierto, o fortalecido, una nueva
perspectiva para el estudio de las sociedades originárias, tanto en América Latina
La formación de las sociedadesamericanas como determinante como en otras partes del mundo.
de sa euoíución socioeconómica
Esta apertura encierra tres sentidos fundamentales. En primer lugar, permite
valorar con másacierto el papel desempenadopor las sociedadesoriginárias en la
EI despojo de las sociedades originárias practicado por peninsulares y criollos, tan- conformación de las sociedadesimplantadas latinoamericanasy en su evolución.
to el inicial como el continuado en algunas regiones hasta el presente; la aceleradí-
En segundo lugar, permite establecer la evolución de ambos géneros de sociedades
como expresiones de una misma historia, en la cual los vínculos entre ellas no
alcanzan, en algunos casos, a interrumpir la autonomia histórica de las sociedades
originárias. En tercer lugar, obliga a hacer una revisión de los criterios historio-
los medios que in llevaron a iniciar, mediante un asombroso despliegue de creati- gráficos que han regido la historia nacional, dejando abierta la perspectiva política
vidad. la reversión de la tendencia Este-Oeste que desde.la desintegración del Im-
evolutiva de algunas de las sociedadesoriginárias.
" ergo Romano había predominado en los fluxos civilizacionales de diverso orden. EI proceso denominado «primer contacto» del europeo y el crioulo latinoame-
'No es el momento de entrar en comprobaciones estadísticas detalladas. lám-
ricano con las sociedadesoriginárias, que se inició hace cinco siglos, aún no ha
poco en el deslinde de la significación entre lo aportado por la hechura de América terminado. Ese proceso todavia se halla en fase incipiente en algunas áreas de
Latina y lo generado por Europa. La presente Historia Ge?lera/de América Lata?za
América Latina. Pesea que este proceso y el de la ocupación plena del territorio,
igualmente inconcluso, conjugan todos los tiempos históricos que se despliegan
perm:tepar mar lo exmesado jante esta obra de rescate de Europa se pflrfceccionó desde el denominado Paleolítico Superior hasta los más avanzadosestádios del
siglo xx, quizás sea posible identificar algunos rasgos generales de esta conjunción
de procesos históricos.
En primer lugar cabecomprobar que aunque esaconjunción ocurre en un
período que puede considerarselargo, en lo que concierne a las sociedadesim-
plantadaslatinoamericanas,no lo es para las sociedadesoriginárias, si bien existe
diferencia de grado según haya sido el nível de organización social y de contrai del
territorio alcanzadoy mantenidopor ellas,y segúnhayasido, igualmente,la natu-
joséMaríaSamper(Samper,[1861]1969) ... . . - ::. raleza,la intensidad y la evolución de los nexos que lasinscriben en lassociedades
' Pero debemossubrayar dos de los principales condicionantescleia evoiuciun implantadas latinoamericanas.
de las nuevas sociedades formadas en el territorio americano. EI primero, y muy
GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRERA DAMAS SOBRELA SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA 39
38

confrontación muchasvecessirvió tan sólo para enmascararel persistentearcaís-


mo de una realidad sociopolítica que se debatia entre una tenaz vocación institu-
cionalizadora y un ejercicio del poder largado de atavismosdespóticos.
EI saldo de esta dinâmica del poder social hizo del Estado republicano latino-
americano un cascarón po]ítico en e] cual han tenido cabide tanto las más crudas
formas dictatoriales como las reiteradas aspiraciones institucionales. La resultante
de este enfrentamiento ha sido que en la generalidad de los paíseslatinoamerica-
nos la institucionalización del Estado republicano, propiamente dicha, comenzó a
esbozarseya bien entrado el sigla xx.
La severidad que hemos demostrado los historiadores al enjuiciar esteprocedo,
especialmente chocante por su carga de violencia y de caos, no solo nos ha impedi-
do prestarle la debida atención a la semejanzaque guarda con el curso seguido por
varias de las sociedadeseuropeas, casasimultaneamente, sino que ha impedido ver
y valorar serenamentealgunos importantes aportes de América Latina en campos
de trascendencia mundial.
canas, y por lo mesmo en su significación mundial.

Quiebra de ta menta\i(hd colonial ' formulación primaria de la teoria

" """ -"'"":"":=íiS!:.:\=H:i:


-":" "". """"''';" y práctica de la !iberación coloria!

Esta es,ciertamente, la primera gran contribución latinoamericana en maternapo-


lítica y la que ha alcanzado másamplia, permanente y significativa proyección en
escalamundial.
La quiebrade la mentalidadcolonial, la cual sebasabaen la combinaciónor-
gânica de la conciencia cristiana católica y la conciencia monárquica, ocurrió en
Latinoamérica en el seno de sociedadesgenuinamente monárquicas, nacidas y for-
madas en el ambito universal de esaconciencia, y, en los casosmás representativos
de elas sociedades, como las de Nueva Espada y Perú, sólida y prolongadamente
institucionalizadas.
Eramtales la densidad y la espontaneidadde la conciencia monárquica colo-
nial, en todos los sectoressociales,que fue precisamenteen las sociedadesmás
tardiamente institucionalizadas donde su quiebra se manifesto con mayoresvigor
y tenacidad. Fue también lógico, por consiguiente, que esta coyuntura ideológica y
espiritual seexpresaseen forma de prolongadas, tenacesy cruentas guerras civiles,
libradas a la par que se robustecían los rasgos definitorios de una confrontación in
ternacional. Esteproceso, que no tomó en América Latina mucho mástiempo que
el requerido por una evolución semejanteen los viejos reinos europeos, impuro
la afanosa búsqueda de valores de sustitución de los cristalizados en la conciencia
monárquica, y, a su vez, esta búsqueda motivó la ávida recepción de las novedosas,
y en ocasiones meramente novadoras, proposiciones ideológicas, filosóficas, polí-
ticas y estéticas generadas en Europa occidental.
Uno de los rasgos distintivos de la contribución latinoamericana en estas ma-
terias consiste en que tanto la teoria como la práctica que las conformaron fueron
concebidas y ejercitadas, desde su origen, como conductas cuya significación y eje-
cución desbordaron los limites político-administrativos de las colonias. La Repú-
blica de Colombia, denominada Gran Colombia, y la constitución de las repúblicas
de Ecuador, Bolivia y Uruguay son ejemplos de esta amplia concepción de la lucha
SOBRELA SIGNIFICAClóN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA 41
40 GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRERA DAMAS

La república moderna como aPOrtefundamental norteamericano


anticolonial, como también la estrecha vinculación entre las luchas independentis- y tatinoamericano

Quizás pueda afirmarse que la más genuína y trascendental contribución global-


mente americana a la cultura política europea occidental y mundial fue producto,
en parte, de las sociedadescriollas latinoamericanas. La república moderna, nacida
en las antiguas colonias britânicas de América del Norte, salió de su singularidad
al arraigar igualmente en las antiguas colonias hispanoamericanas. Vistas de cerca,
y durante gran parte del siglo xíx, ambasversionesde la república moderna eram
equivalentes, según testigos europeos liderados por Alexis de Tocqueville, por su
acontecer social y político, hecho de desordenado ejercicio de la libertad. En con-
ticos, como sucedió en la república norteamencana. )unto, esarepública, que pareciano tener porvenir como sistemade gobierno y
como ordenamiento social, fue la respuesta americana a la crisesgeneralizada de la
La tenacidad libera!
monarquia europca, en la coyuntura de los siglos xvul y xix, y a su restauración,
retaliadora y proabsolutista, en la primera mitad de este último siglo.
Es cierto que la república moderna globalmente americana está vinculada,
como toda la hechura de América, con la experiencia política y la evolución del
pensamientopolítico europeo,a travésde la fórmula del barón de La Brêdey
de Montesquieupara prevenir la arbitrariedad en el ejercicio del poder público.
Pero ésta no es la esencia de la república moderna globalmente americana. La
separación de poderes es posible en la monarquia constitucional, mientras que la
república es posible sin la separación de poderes. La esencia de la República mo-
derna globalmente americana es una concepción del ciudadano que lo hace estar
másidentificado, en su conciencia y en su sensibilidad, con los valores y las acti-
tudes sociales del pionero formador de las nuevas sociedades, que con el vasallo
despojado de susataduras ancestrales y temeroso de la arbitrariedad representada
por la monarquia, fuese o no absoluta. Estacondición psicológica e intelectual del
americanoafloró en la formulación de las primerasteoria y prácticade la lucha
anticolonial por la independencia,y confluyó, con la condición psicológica e in-
telectual europea moderna, en la coalición de las democracias en lucha contra el
fascismo durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando Europa se replegó sobre la monarquia, más o menos absoluta, es-
pantada del desorden republicano francés, que había desembocado en el Imperio
luego de haber naufragado en el «Terror», América Latina mantuvo casi incólume
su fe republicana, y persistió en ella, en aparente contradicción con los criterios
de la razón y la sensatez establecidos, por supuesto, por el observador europeo.
E[ hecho es que ]a rea]ización objetivamente accidentada de ]a repúb]ica en Amé-
rica Latina alimentó estereotipos que ya eran nada benévolos. Muy poco, si algo,
pareció haber de que ufanarse en aquellas «repúblicas» que pareciamtener de fales
pólo el haber substituídoal rey por dictadores de toda laya; como también por
caber perseveradoen la realización, no mágica sino dotada de una racionalidad
propia, del proyecto republicano, aun en momentos en los que los europeos to-
maron el camino de regímenes dictatoriales perfectamente totalitários, al iniciarse
elsiglo xx.
unavez abolida la esclavitud.
SOBRELA SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA 43
GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRERA DAMAS
42

en gran parte originados en América, o, en todo caso,producidos en el marco de


Lóz fzidízd /afjfzoízmericíz/za: presa//zc/ón, proyecfo y .zsPiraciófz la presenciamundial de América, como totalidad.

Visión europeu-occidental del vínculo entre Europa ' América

No obstante, la valoración del significado de la hechura mutua de América y Eu-


ropa está condicionada, en la historia universal europea occidental, por la hasta
ahora predominantevisión eurocéntrica de esahistoria. Si estavisión de la historia
seha permitido, literalmente,insumir subordinándolas--y para ello en muchos
casosdespojándolas de su historicidad-- a grandes y antiguas civilizaciones asiá-
ticas y africanas, mayor ha sido su domínio sobre la significación histórica de las
sociedadesoriginárias que determinaron, con su existenciay su cultura, gran parte
de la hechura mutua de América y Europa, y, enmarcada en esa relación globaliza-
dora, particularmente la significación de América Latina.
La actitud desdeóosa de algunos intelectuales europeos respecto de las socie-
dadesoriginárias americanas,que ha sido cultivada, preservaday practicada de
manera consequentebajo el influjo de la mentalidad criolla americana, se advierte
también claramente en la discriminación que aún hacen en la valoración de la
obra americanade Europa. Así, la Europa moderna ha terminado por cooptar en
sus valoraciones las antiguas colonias inglesas del Norte de América, poro no a
las caribeóas de su domínio. No obstante, no le ha sido fácil admitir, y apreciada
en su alto valor, la contribución del pensamientoconstitucional de los colonos
americanos del Norte, refrendada por el pensamiento y la obra de sus homólogos
latinoamericanos,a la definición y desarrollo de la función del poder civil en el
ordenamiento político.
En câmbio, América Latina ha sido vista por la Europa moderna como peco
menos que un campo de exBerimentación de sus «inventos», como se hace hoy
con las vacunas también en Ãfrica y Asia. Ideologias, filosofias y búsquedas tec-
nológicas han encontrado en América Latina espacio para ser probadas, antes de
incorporadas selectiva y dosificadamente a una entidad europea que, con acierto y
prudencia, procura preservar sus valores fundamentales, cuidándolos de suspro-
pios engendros colonialistas, tanto políticos como sociales.

l,' cont'ibución latino«me.ican« a la «isión "'"op'o-«cidental üsfa«.abre


de sí mioma
dos nacionales en Hispanoamênca.
La configuración de la mentalidad del criollo americano como la de un «domina-
dor cautivo» esel hecho básicode estefenómenode desvaloración.Opresor de
EVOLUClóN DEL VÍNCULO ENTRE EUROPAY AMÉRICA LATINA las culturas aborígenes y cautivo de la cultura del patrón colonizador, a la vez que
tenazmente renuente a tomar conciencia de esa realidad, el desarrollo creativo del
crioulo latinoamericano ha estado siempre asediado por la tendencia a la imitación
de lo europeo, y por una casi insuperable desconfianza en la virtud de su capacidad
creadora, que lo supedita al refrendo europeo.
Quizás este esquema de valoración hipercrítica, si no de subvaloración, se ex-
plique también, en parte, por la circunstancia ya sefâaladade que América Latina se
entregó, una vez roto el nexo colonial, a una tenaz prosecución del ordenamiento
SOBRELA SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA DE AMÉRICA LATINA 45
GREGORIO WEINBERG Y GERMÁN CARRETA DAMAS
44

con su contribución a la fortuna común de la humanidad. Estaaflrmación, a todas


luces fundada en el prestigio y la suficiencia de la presencia universal de Gran
Bretaãa a finales del siglo xíx, parece caber sido una conclusión formada por
quien la sacó de la contemplación deleitosa de la realidad internacional que le era
contemporânea. Parece,también, que con ella se quilo estableceruna suerte de
marca olímpica en la historia universal, mediante la dual hasta se pretendia cerrar
un ciclo de esa historia.
Quizás no percibió el historiador, o las desdeóóvictorianamente, que hay ma-
neras de estar presentes en la historia universal que no por ser menos ostensibles
que la imperial britânica son menos redes y substantivas.Tal es el casode la pre-
senciade América Latina en la historia universal.
La expresiónculminantede la significaciónde la hechurade América Latina
es la circunstancia de que cada día es menos árduo indagar sobre su significación
para Europa y el mundo.

Afirmación de América Latina


2

LAPERIODIZACION
Frédéric Ma u ro

éExiste algo más importante en la Historia que la periodización? No, pues la esen-
cia de la Historia esver el mundo y, en especial,su componentehumanobafo el
prisma del tiempo, que sigue siendo, qué duda cabe, una de las tres dimensiones de
esta, junto a esasotras dos dimensiones que son los grandes campos de la actividad
humana (historia económica, política y cultural) y las diferentes perspectivas de la
Historia (institucional, estructural, social, o de la mentalidad).
La dimensión «tiempo» no es homogénea, sino que cobra vida gradas a una
escala de ritmos que van del superacontecimiento, del milagro de carácter reli
gioso o de otra índole--, del acontecimiento, a la coyuntura corta, a la larga dura-
ción, a la muy larga duración y, en último extremo, a la naturaleza.Las estructuras
cambian --eso es la larga duración-- pero la naturaleza no cambia o, más bien, la
escala de su câmbio no es la escala humana.
chora bien, estasritmos se refieren a dos historias. La primera es aquella que
los alemanes denominan la Jlisfor/e. es decir. la humanidad en su devenir. el conte-
nido de la Historia. La segunda es aquella a la que llaman Gescblcbfe, que nosotros
denominaríamos «ciencia histórica». En este caso se hace historia de esta historia,
la historia de ]a Gescbicófe,es decir, «la historiografia».Vamosa finalizar estou
casosuno poruno.

LÀHISTORIE

éCómo sepuede llevar a cabo su «periodización»? En el caso de América Latina se


plantean diversas cuestiones previas:
1. En toda historia se produce un fenómeno de perspectivaque hace que los
grandes períodos sucesivos de esa historia sean cada vez más cortou a medida que
nos acercamos al momento presente. Cada vez más cortas pera también cada vez
más cargados de detalles, más ricos en acontecimientos, en fluctuaciones cortas,
mientras que la historia de los períodos antiguos se centra mucho más en el análi-
sis de las estructuras, en la coyuntura de larga duración, y reconoce sin reticencias
el papel de lo que pertenece al orden natural y no cambia a escalahumana. La
épocaque denominamos Edad Media se extiende entre los siglos vi y xw, mien-
LA PERIODIZACIÓN 49
FRÉD ÉRIC MAURO
48

las grandes ancas agrícolas o bac/en(üs dio lugar al desarrollo de la ganadería en


América, desdeRío Bravo hastala Patagonia.Una parte de la plata de Potosíse
desviabade su ruta legal Lima-el lstmo-Sevilla por la ruta clandestina de Salta.Tu-
cumán-BuenosAbres,donde los portuguesesla trocaban por productos manufac-
turados, azúcar,ron y esclavos,éstosno muy numerososya que no soportabanel
clima de los Andes.
Siglo xvm. Si bien la economia azucarera de Brasil sufrió una profunda crisis
alrededor de 1640, volvió a padeceruna nueva crisis hacia 1670-1680, dado que
las Antillas, donde habían vertido a refugiarse los holandesesexpulsados de Per
nambuco en 1654, competían con el azúcar de Brasil, incrementando en gran me-
dida la oferta de azúcar en los mercados europeo y sudamericano. A eito se aóadió
la caída en la producción de plata en México y en Potosí durante la primera mitad
del siglo xvm. No obstante, esta caída de la producción de plata fue compensada
por el augede las minasde oro de Minas, en Brasil, factor que reforzó el eje co-
mercial Londres-Lisboa y fortaleció el papel de Londres en el comercio brasilefio.
Sin embargo,en la segundamitad del siglo xvln la producción de oro de Brasil
disminuye. Ahora bien, la placa hispanoamericana toma el relevo y su producción
aumenta una vez más. Puede decirsc pues que, en conjunto, el sigla xvlil constituyc
una fase A del movimiento secular.
Siglo xix. Trás las pérdidas provocadas por las guerras de la independencia,
América Latina experimenta una lenta recuperación, favorecida por la introduc-
ción limitada de las nuevas técnicas de la Revolución Industrial en el campo de la
minería y la metalurgia. La industria textil se desarrolla, así como los cultivos de
exportación, entre los que se encuentran nuevos productos y que a vecestoman
nuevas direcciones: el azúcar y el alcohol de caça de Brasil se dirigen hacia el Afri-
ca de habla portuguesa, por exemplo. éPuedehablarse de fase B en el siglo xix? La
respuestaes afirmativa si tomamos en cuenta los precios. Sin embargo, el índice de
empleo y el del comercio exterior son positivos.
Sigla xx. En esta faseA, que ha sido finalmente bastante próspera, asistimos al
declive relativo de la agricultura de exportación que es reemplazada en primor lu-
gar, havia 1930, por una economia centrada en sí misma que protege sus fronteras
a fin de conseguir el arraigo de los nuevos responsables deseosos de no permanecer
encerrados en sustierras o cn sus fábricas. Este tipo de economia se sustituye des-
pués por una economia industrial y exportadora donde Brasil, en particular, destaca
por suslogros. En el sigla xx encontramos una situación análoga a la del siglo xv.
Hace 500 aços los mercaderes establecieron un sistema de relaciones financieras
internacionales al que Wallerstein ha dado el nombre de economia-mundo. Para
contrarrestar el poder de estos mercadores y de sus floras, que representaban enor-
mes capitales, se necesitaban estados fuertes. Los antiguos estados feudales no
podían hacer frente a esta situación, de ahí el triunfo de los estadosnacionales,
capacesde negociar con los bancos en igualdad de condiciones. En el siglo xx los
estadosnacionalesde tamaóo medio son demasiadodébilesen relación con las
multinacionales, las grandes organizaciones económicas internacionales, los ban-
cosy las agrupaciones financieras. De ahí que seintenten crear estructuras políticas
mayores que los estados. Vemos pues cómo van cobrando forma la Unión Euro-
pea, que escapaz de hablar de igual a igual con los EstadosUnidos, la constelación
FRÉD ÉRIC MAU RO LA PERIODIZACION 51
50

Del siglo xix al síRIoxx: capitalismo industrial (benefícios y gestión de la pro-


del Sudesteasiático, máso menos dirigida por Japón, el bloque mediterrâneo, o la ducción en manos de una clase de industriales).
Fernand Braudel propuso un modelo ligeramente diferente'

H 4. Además de estasperiodizaciones económicas podemos examinar las pe-


riodizaciones establecidasdependiendo de la coyuntura política y de los câmbios
en las estructuras que intervienen igualmente en este campo. Se obtienen así los
siguientes resultados:

1453-1494. Desdeel final de la Guerra de los Cien Aços y la toma de Cons-


tantinopla por los turcos --acontecimientos que tienen lugar en el mismo adio,
CICLO DE KONDRATIEFF 1453-- hasta el Tratado de Tordesillas que confirma la división de la berra en dos
zonas, la portuguesa al Este y la espaõola al Oeste, durante este período de pacifi-
Eventos cación de Europa. Los musulmanesson expulsados definitivamente de la Península
Aííos
Ibérica en 1492, es decir, 39 aííos despuésde la alerta de Constantinopla. Los
1730-1775 prosperidad Maquinaria textil, máquina de vapor musulmanes van a seguir siendo motivo de preocupación en la segunda mitad del
siglo xvl. Occidente no ve alejarse el peligro hasta la batalla de Lepanto, en la que
1775-1790 depresión
la marina cristiana venció a los musulmanes (1571).
Guerras d e la Revolución y del Imperio capitalis
1494-1640. Espafíaes una potencia territorial en expansión. EI rey de Espada
1790-1820 prosperidad
seconvierte también en rey de Portugal (1580-1640) pero Carlos V había dividido
el imperio al abdicar, y la corona imperial pasó a manos de su hermano Fernando,
1820-1847 depresión
junto con el archiducado de Austria. La Guerra de los Ochenta Aços contra las
Províncias Unidas del Norte de los PaísesBafos ágata las fuerzas de la Monarquia
espaóola. Los holandeses ocupan el Nordeste de Brasil (1630-1654), Suriname y
1847-1873 prosperidad
Caracas.Los capitanesdonatáriosde Brasil son sustituidos por «capitanesgene-
rales» y por «capitanes», designados por el rey. Se crean las grandes compaóías de
1873-1896 depresión navegación inglesas, holandesas y francesas.
1640-1700. «Restauración» de Portugal, con un Braganza como sucesor del
Capitalismo financiero: economia en manosde los soberano espaóol. Decadencia de los Habsburgo de Espada. Guerras de Luis XIV
1896-1920 prosperidad bancos, carteles, consorcios, etc
Instalaciónde los ingleses,los francesesy los holandesesen la zona del Caribe.
La Grau Depresión Nacimiento de Canadá.
depresión
1700-1763. La dinastia de los Borbones ocupa el trono espaííol. Reforma de
Los Treinta Aços Gloriosos (Les Zre/zfe (l;/07jetdses)
1945-1973 prosperidad las administraciones espaóola e hispanoamericana a partir del modelo francés.
Mundialízación y grandeszonaseconómicas. A] término de la Guerra de los SieteAipos(1763), Franciaprefiere conservarlas
1973-1996 depresión
Antillas (islas que poseían azúcar y, según se creia, metales preciosos) y abandonar
Canadá («algunasfanegasde deve», se digo entonces). Hundimiento del primer
imperio colonial francés.
1763-1789. Participación de Francia en la Guerra de la Independencia de los
Estados Unidos: setrata de uno de los acontecimientos que contribuyen a preparar
la Revolución Francesa, pero también de una buena ocasión para que Inglaterra le
arrebate a Franzia sus colonias.
1789-1815. Período revolucionário e imperial. Inicio de las guerras de inde-
pendencia en la América espaãola. EI rey de Portugal se traslada a Brasil.

1. Braudel, 1979: vo1 3. En particular, la sección 3 en la que hace el análisis de la economia


mundo.
r
pro
LA PERIODIZACIÓN 53
FRÉDÉRIC MAU RO
52
En general observamos que hasta el aóo 1640 1osimperios de la Península Ibé-
1815-1825. Victoria e independencia de las repúblicas de la América espaõola. rica viven un período de expansión vinculado a la producción creciente de metades
preciosos, lo que da lugar a una civilización americana del Barroco. A partir de
lm ento del mpeno de Bmsilesa:continuidad imperial. América espaõola:pe- 1640 se inicia un retroceso, e Inglaterra, Francia y las ProvínciasUnidas toman la
delantera, haciendo que el movimiento intersecular sea sustituido por otro movi-
miento del mesmotipo.
5. También es útil estudiar el corto plazo. No cabe duda de que en esta his-
toria (}ifsf07fe), lejana en el espacio poro reciente en el tiempo, el acontecimien-
to tiene menos importância. Sin embargo, los más importantes desempeóanuna
función de punhos de referencia, de seãalesde un câmbio profundo. Esta se pone
especialmente de manifesto en el caso del superacontecimiento y del milagro.
Algunos han adquirido tal grado de importância, y dado así tanta importância a su
vez al afia en el que tuvieron lugar, que hemos acabado por utilizar el afío para re'
ferimos a ellos: 1492 (descubrimiento de América), 1549 (establecimientode una
administración de Estado en Brasil), 1825 (fin de las guerras de independencia his-
panoamericanas), etc. Pasamosdespuésprogresivamente a las fluctuaciones de du-
ración corta, en las que se ha podido observar, por exemplo en el caso de México,
que en el siglo xvm eran paralelasa las de Europa. EI mecanismodel ciclo corto,
y por consiguiente su explicación, comprende la noción de duración, que siempre
es más o menos la mioma, 14 aços para el ciclo Juglar, ya sea en el Egipto bíblico
o en las fluctuacionesagrícolasdel siglo xvm en Europa o en México. En estas
fluctuacionesno se producencâmbiosde estructura,como los del ciclo de Kon-
dratieff o del movimiento secularo intersecular.Setrata realmente del corto plazo.
6. Hay casosen los que la periodización política, económica o cultural, con-
tinental, subregional, nacional o local en América es simplemente el realejode la
periodización de las potencias dominantes, de las que dependetodo o parte del
continente latinoamericano, ya se trate de metrópoles oficiales o de grandes poten-
cias industriales que están en una posición asimétrica con respecto a los estados
latinoamericanos que dependemde ellas. Adora bien, a partir de una cierta época
algunos de estas estadospueden llegar a ser independientes, no sólo desdeel punto
de vista jurídico sino también en el plano político, económico o cultural. Estees el
caso, al menos en parte, de las nuevas potencias industriales del siglo xix. Podemos
preguntarnos si, por exemplo, a partir del siglo xvm Nueva Espada no había alcan-
zado una cierta autonomia en relación con Espaííay si estepaís no habíapasadoa
depender en cierto modo de Nueva Espada. Podemos tomar ejemplos incluso más
sencillos: la independencia de la América espaóola se produto como consecuencia
de la invasión de Espada por Napoleón l y la independencia de Brasil es producto
de la revolución portuguesa, desencadenadacuando Junot invadió Portugal.
7. En la periodización de América Latina también pueden intervenir las distin-
tas periodizaciones del mundo, sobre todo en los períodos en los que la economia
semundializa y se universaliza y en los que las economias nacionales se convierten
en el juguete de estructuras y de fuerzas internacionales y multinacionales, como
empresas,f7z/sfs,óo/dings, cartelesy bancospúblicos o privados, con enorme po'
der. Las actividades de éstas contribuyen a crear grandes tendencias coyunturales
cuya influencia es muy considerable en estados nacionales o las empresas de di-
mensión nacional relativamente frágiles. De ahí que, en el umbral del siglo xxi,
religiosos predilectos de los índios.
FRÉDÉRIC MAU RO LA PERIODIZACIÓN 55
54

americano, en el momento en que la burguesia comerciante de las ízudÍenclasde la


América espaóola ciente que es autosuficiente, que tiene su propia historia que me-
rece ser contada; y se trata, en efecto, de la historia de una nación que va a nacer.

La época nacional

Con la independencia surge la idea de que para crear la base del patriotismo y del
civismo de los nuevos ciudadanos es necesario darles razones por las que amar a la
nación, y que para conseguido hay que contar su historia. Una nación ha de poster
una memoria. Llegados a este pranto cabe mencionar aqui los trabajos en curso
GESCHICH7E E HISTORIOGRAFIA del escritor chileno LuasMizón, que hace hincapié en la irrupción del positivismo
francés en Chile a princípios del siglo xix. Este positivismo se manifestó poco des
pués en el desarrollo de las ciencias humanas y sociales en esta época. Los hombres
de Estado chilenos a los que se debe la construcción de dicho Estado partieron de
una construcción jurídica, de un análiseseconómico --es conocida la influencia
que tuvo el economista francés Courcelle-Seneuil, emigrado a Chile y social, his-
tórico y geográfico. Sus inspiradores y guias fueron algunas de las personalidades
destacadasde la época, personalidades a menudo extranjeras, como el venezolano
Andrés Bello, que se había instalado en Chile.
Naturalmente, la influencia del propio Comte tiene gran importância. No obs-
La época colonial
tante, ya se sabe lo ambígua que es la actitud de Auguste Comte hacia la Historia.
Por un lado esel autor de una filosofia de la historia que divide la historia de la
humanidad en ires etapaso «estados».Por otro, al ser positivista, el único papel
que puede tener para él la historia es el acopio de hechos históricos brutos, y dela
al sociólogo la tarea de traduzir las relaciones existentes entre las variables reuni-
das a fin de establecerleyes sociológicas.
Tal perspectiva condena a sólo ver en la historia sus movimientos de masa, en
los que las leyes estadísticas, la ley de los grandes números, pueden intervenir y dar
cuenta de lo real. Se dela así de lado, sin embargo, una buena parte de la realidad
histórica. Insuficiencia estaque, al ser comprobada, provocó una reacciónbastan-
te fuerte en los intelectualeslatinoamericanos.De ahí surgela aparición en toda
América Latina del ensayo histórico.
Paracomprender major el papel del ensayohistórico, volvamos primero al po
sitivismo y a la interpretación positivista de la historia tomando el casode un país
donde el positivismo ha desempefãadouna función destacada: estamos hablando
de México. A comienzos de ]a década de ] 870, Benito Juárez nombra consejero en
materia de educación a Gabino Barreda, intelectual apoyado por el partido liberal.
Setrata de un enemigo del clero católico que estabade acuerdocon el objetivo
final de la filosofia de Augusto Comte, que propugnaba sustituir a la lglesia católica
por una iglesia positivista, y el orden fundado en la voluntad divina por un orden
fundado en las ciencias positivas. Para Auguste Comte, la lglesia católica repre-
sentabaun estamentoque en determinadaetapacumplió una función, pero esa
función no tema ya razón de ser, y era puas necesario suprimida. Se iba así hacia
una plena emancipación de tres órdenes: científico, religioso y político.
Gabino Barredaconvierte la historia de México en un instrumentode la his
toda de la humanidadsegúnla tesesde Comte. En el marco de la emancipación
57
LA PERIODIZACIÓN
FRÉDÉRI C MAU RO

comoejemplodeensayohistórico. . ... . - .
En México el comtismo no se manifiesta de forma apreclable Hastaia segunda
mitad del siglo xix A partir de entonces se extenderá .por Mesoamérica, es decir,
por Centroamérica y las Antillas. Sin embargo, no tendrá una gran repercusión en
la escasaproducción histórica, a excep.ción,quizás, de.Costa Mca. Por consiguien-
his-
te. América Latina abandonarátarde la historia positivista,gradas al ensayo

''
#
o, existe un gran vacío entre el positivismo de la época de auge y .su
caída. éY sólo va a llenarlo el ensayo histórico? En realidad, los estudiantes de las
umversidades, al no 'contar con ninguna obra ideologia, se interesan por el mar-
xismo, teoria cómoda para un historiador que trabaja sobre el siglo xlx. Durante
mucho tiempo los marxistascreyeron que iban por el mismo camino que los,Afi-
na/esE.S.C.Se acabopor liescubrir la diferencia. EI reciente hundimiento político
del marxismo ha suscitado interés por obrasformas de pensamiento más eclécticas
y liberales.

EL CASO DE BRASIL

Todo lo que acabamosde decir sobre la historiografia latinoamericana se aplica


sobre todo a lo que es,y ha sido, en la América hispana.Brasil --la América por-
tuguesa-- debe tratarse como un casoaparte, ya que presentadiferencial con res-
peito a la otra América ibérica, pero también debido a que ha sido obleto de un es-
tudio sistemático por parte del gran historiador brasileíío José Honono Kodngues,
dotes de
que han hecho famoso su cultura, auténticamente internacional, sus
políglotayelextensoestudio.
"' 'i" ''''' ""''' . este. mundo heterogéneo,
]ue realizó sobre . ...:.-i...
sin dejar-
rv"õv'- / -' -"''"'' obstáculos.
''''' ' EI conjunto de su obracons tituye
se arredrarporlos . un.. auténtico .: bre-
:....
viário del pionero en este ínmenso país, a lo largo de cinco.siglos. Hay que utilizar
pnmero la antropologia en su fase prehistórica, ante.s de la alegada de los europeos
êSedebe hablar de etnohistoria? Hay opiniones discrepantes al respecto. Buena
parte de lo que sabemossobre la etapa anterior al aõo 1500 es una inferencia de
lo que sabemos sobre lo ocurrido después de esta fecha. Lo demos procede de la
económica,
arqueologia, 'la tradición oral, la deducción sociológica, demográfica, .xl;J.
jurídica y antropológica. Se ha constituído así.una ciencia suficientementesólida
en un terreno v rgen e incierto, como para haber sido extremadamenteútil para
otras discip[inas agronómicas, pastorales, Jurídicas y médicas.
e U
histórica de la Faculta-
LA PERIODIZACIO N 59
FRÉDÉRIC MAU RO
58
/) La última clasificaciónestádedicadaa la «crónicageneral».He aqui lo que
dize José Honoris Rodrigues al respecto (Rodrigues, 1974: 1, 425):
La época colonial «No hay duda de que la crónica es más una narración del instante en que
se produce el acontecimientoque la reconstitución y la comprensión de la es-
tructura material y espiritual, tarea cuya realización incumbe a la Historia. Sin
embargo, ambas han permanecido vinculadas hasta hoy en día y la propia historia
ha resultado ser más bien historia de las "apariencias" que historia propiamente
estructural. También escierto que al ser historias parciales o especiales, consagra-
dasa uno o vários aspectos,por fuerza mutilan la estructura de la unidad que sólo
apareceen la historia general. Por aííadidura, algunascrónicas e historias, como
las de los jesuitas,al escogerun único aspecto el aspectoespiritual misione
ro-- de la realidad, rompen la continuidad de los acontecimientos históricos, que
siguen siendo únicos y singulares, y quiebran la unidad completa de la vida pues
ésta se ve afectada por el carácter unilateral de la óptica escogida. Si analizamos
otras crónicaso historias, por exemplola de los holandesesde Brasil, como un
período histórico en el que la "vida histórica" secapta con toda la multiplicidad
de susaspectos,nos privamos de su reconstitución, interrumpida por una rup-
tura, inexistente en la realidad histórica, que fluye sin cegar.Si no consideramos
la historia de los holandesescomo un período, sino como una simple división
cronológica, la mutilación es todavia más grave, ya que la ruptura tiene lugar en
un momento en el que nada se termina, ni siquiera de forma teórica, en el infinito
de la historia».
Precisaremosque, de acuerdo en isto con la mayor parte de los historiadores,
.roséHonorio Rodrigues distingue claramente la crónica general, que es la narra-
ción del tiempo presente,del tiempo vivido por el cronista, y la historia general,
que es la historia del tiempo pasado percibida a través de documentos. En los
siglosxwi y xvm encontramoslibras de historia general,ademásde las crónicas
generales.Llevan firmas prestigiosascomo las de Antonio Vieira, Frei Vicente do
Salvador, Rocha Pita, Luas dos Santos Vilhena o Alexandre de Gusmao.

La bistografía conservadora (sigla )ax)

Este período de la historiografia brasileóa corresponde a la instalación de la Corte


portuguesaen Brasil (1808), con el gobierno del Príncipe regente, que subió al
trono en 18 16, con el nombre de Juan VI y la posterior independencia de Brasil, y
a[ régimen de ]os dos emperadores Pedro ] y Pedro ]]. Este ú]timo abdica en ] 889.
Desde el punto de vista económico se pueden distinguir dos períodos: el de la agri-
cultura de exportación y de ganadería(azúcar,arroz, algodón, índigo, carne salada
o secada)hasta 1830 aproximadamente, y el del domínio del café de la región de
Río de Janeiro, al cual vienen a afíadirse el trigo y otros cereales,y la vida en el Sur.
La esclavitud subsistehasta 1889 pero la trata se prohíbe a partir de 1850.
En opinión de José Honorio Rodrigues, en los autores que escribieron durante
estelargo siglo de independencia puede verse la influencia de la ideologia conser-
vadora que entonces imperaba, caracterizada por una adhesión tenaz al principio
de la razón de Estado y a las ideas de Maquiavelo, tal y como todavia las presen-
taba la obra posterior de Friedrich Meinecke --Dfe /dee der Sfaízfsraison
/n der
rutas
LA PERIODIZACIO N 61
FRÉDÉRIC MAU RO
60

senta una historiografia caracterizada por combates de retaguardia. En su segundo


tomo sobre «La metafísica del latifundio: el ultrarreaccionario Oliveira Viana»,
José Honorio explica cómo estas hombres, estos «guerreros» que luchan en torno
a Viana muestran a las claras que también esta línea reaccionária seencuentra aho-
ra cercada, o, por decido así, bloqueada.
José Honorio Rodrigues dedica pues al caso de Oliveira Viana todo el tomo 2
del volumen ll de su }í/sfóriíz da Hfsfórfa do Brczsi/.Hubiera proseguido su estudio,
y abarcar todo el siglo xx, si la muerte no lo hubiese interrumpido. êEncontramos
acaso en lo que nos dice lo que buscábamos?Llama desde luego la atención en
este caso la imposición de un marco temporal a los câmbios políticos, económi-
cos y culturales, y la indiscutible influencia de la periodización de estos câmbios
en la periodización de la conciencia que de elmostenemos.No es muy distinto
el caso de la América espafãola.En ambos casos la periodización económica y la
periodización política están estrechamentevinculadas. En las dos regiones conti-
nentales, en la de habla portuguesa y en la de habla hispana, vemos claramente
cómo aparecer las articulaciones económicaso políticas del tiempo, y con menos
claridad las articulaciones culturales. La economia, la demografia y la etnologia
están cometidas a oscilaciones similares. Las coyunturas políticas, electorales, mi-
litares y diplomáticas se ajustanbastante bien a los movimientos a corto, medio y
largo plazo de la economia. EI ambito cultural es másindependiente, y a menudo
se encuentra retrasado con respecto a la política y a la economia: prímzzm z/fue7e
deizzdepbf/osopbare. Ta] vez debiera hacerse el inventário de estos desfases.Y tal
vez conviniera establecer también un inventário, para cada continente y cada tema,
de sus periodizaciones exactas.

...,:\,.
1987
9
hi?ESS:,JIÜ:àli.f'?;U:?;,=:i.l?=H;'t:.SK
H;.fSm?.Jl;:S;.i;,S.'=2
3

NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS l

Jurandir Malerba

INTRODUCCION

En un excelente balance de los estudios históricos sobre América Latina escrito


hace cerca de treinta aços, el historiador sueco Magnus Mõrner (1973) recono-
cía la dificultad de finalizar en pocas páginas un asunto completo como «nuevas
perspectivasy problemas en la historiografia latinoamericana», especialmentesi
el autor no era alguien como Richard Morse (1964). Le era posible en la época
a un historiadorcomoMõrner o Mordeenfrentarsesolo a un tipo de trabajode
esaenvergadura. Desde entonces, sin embargo, se asistea una verdadera explo-
sión de la producción historiográfica, firmada en un contexto de expansión de las
historiografías nacionales de consolidación de sus programas de posgrado y de los
vehículos de difusión del conocimiento histórico, de una mayor inserción de los
historiadores latinoamericanos en el debate internacional y de una relativa profe-
sionalizacióndel área cn la mayoría dc los paísesde América Latina. A su vez, esta
eclosión, tanto cualitativa como cuantitativa, de la producción en las últimas três
décadasexige un esfuerzo de evaluación permanente que practican investigadores
aislados en la región o en los centros que comienzan a surgir. No obstante, una
historiografia tan vastay diversa como la latinoamericana hace que el alcancey el
objetivo de este ensayo meannecesariamente heurísticos, en el sentido de que mu-
chas de las afirmaciones que aqui se fornlulan tendrán el carácter de hipótesis de
investigación y deberán ser probadas a la luz de investigaciones posteriores.
Antes que intentar hacer un inventário del cuadro general de las «nuevaspers-
pectivas y problemas en la historiografia latinoamericana», el que acabaria siempre
incompleto, más vale buscar y esbozar las tendencias generales de la renovación
de dicha historiografia. En esta dos puntos son fundamentales.Primero, situar el
contexto histórico más amplio de transformaciones societales y epistemológicas
registradas en la década de 1960, dentro de un escenario de crisis de valores de
la cultura occidental. En una perspectivade largo plazo, esta décadadebe tomar-

1. Agradezco a Estevão Chaves de Rezende Martins, Hendrik Kraay, Nancy Naro, Francisco
Falcon y Carlos Antonio Aguirre Rolas sus valiosas contribuciones. No obstante, la responsabilidad de
los análises es la del propio autor.
JURAN DIR MALERBA NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 65
64

como representativos de lo que más y mejor caracteriza nuestra producción de las


décadasde 1970 y 1980; y la «nueva»historia política y cultural, para las décadas
de 1980 y 1990. Sc toma en cuenta plenamente el alto grado aleatorio inscrito en
tales clasificacionesy cronologias que aqui se adoptan con fines exclusivamente
heurísticos y expositivos. EI criterio de inclusión será, sin duda, mucho más fácil de
justificar que [os de exc]usión, de ta] manera que reconocemos ]a frustración de no
tenor que contemplar en esteensayo vertientes importantísimas, y con fuerte tradi-
ción en la producción historiográfica de la región, como la historia de las ideal, la
historia intelectualy de los intelectuales,la historia administrativa,diplomáticay
de las relacionei internacionales, la historia de la lglesia y las religiones, la historia
militar, la historia demográficay la historia urbanay agrária; y otras, másrecien-
tes, pero no menosvigorosas,como la historia del deporte y la historia ambiental.
Con todo, los campos incluídos bastarán para esbozar las tendencias generales
de câmbio en las concepciones del quehacer historiográfico en América Latina.

Antes de ta década de 1960

Es importante subrayar que aqui estarás bafo observación aquellas prácticas y


resultadoshistoriográficos que se pueden entender como innovadores. Antes de
1960, prevalecia en términos cuantitativos un tipo de historia que se podría llamar
.tradicional». Para el historiador mexicano Alvaro Matute (1974), en un compen-
dio que editó sobre la naturaleza del conocimiento histórico, con textos escritos
en México entre 1940 y 1 968, las dos principales posturas históricas eran entonces
el positivismo y el historicismo, indicando con elmoel tipo de historia tradicional
que se practicabaantes de 1960 no sólo en México, sino también en otros centros
historiográficos importantes, como Brasil. Allí donde la «profesionalización»fue
mucho más tardia y aún es incompleta, la preponderância de una historia centrada
en el Estado, historia oficial (cuando no oficiosa), apologética de las elites gober-
nantes,cuando no parroquial y biográfica, fue también la regia, hasta avanzadala
décadade 1960 (Falcon, 2004a y 2004b):. Claro estáque obrasconcepcionesmás
audacesexistían, como en el caso de Brasil --pera en general fuera del círculo de
los historiadores--. La renovación, aún incipiente, se producía fuera de la «acade
mia» en las obras de autodidactas, sociólogos, juristas y otros. Personascomo Caio
Prado, Sérgio Buarque de Holanda y Raymundo Faoro, en Brasil; Mano Góngora,
en Chile, Renato Rosaldo y Daniel Cosío Villegas, en México, entre otros numero-
sos (y en el resto de los paíseslatinoamericanos), practicaban una historia creativa
y rigurosa,comparablea cualquier producción de otros países«centrales»,como
Franzia y Estados Unidos. Pero la regia era el predomínio numérico de autores y
obrasclasificadas bafo el epíteto de «tradicional»;

2. En uno de los mayores esfuerzosrecientes de balance de la historiografia brasileíia, Cardos


Fico y Ronald Ponto observabanla fuerte presencia de la historia política de la década de 1990, la
Suamno presentaba, sin embargo, renovaciones temáticas o metodológicas importantes (Fico y Palito,

3.. Algunos balanceshistoriográâcos pioneros esbozadosen los aços 1960 y 1970, muchos de
los cualespor iniciativa editorial de la Hispanfc Amerlcan Hfsforfca/ Rez/iewconfirman eseperfil tradi-
cional de ]a producción histórica latinoamericana anterior, son Skidmore, 1976; Stein, 1960; Griffith,
JURAN DIR MALERBA NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 67
66

eso implicará que, al escribir, un historiador se dirija en realidad a uno de aquellos


Contacto histórico intelectual de la transición paradigmática grupos, Justamentea aque] que comparta con é] el mismo campo semântico. Esa
pulverizaciónde los temasdel discursoculminó en la proposiciónde la existen-
cia de una historia de las mujeres, una historia de los negros, una historia de los
homosexuales, una historia construída en torno a intereses ecológicos, de jóvenes
y viemos, en relacióna diversosgrupos étnicoso nacionalesy asípor el estilo. Tal
actitud es destacadaen los estudioshistóricos en la décadade 1990, inclusiveen
América Latina, como se verá a continuación.
EI presupuestoelemental de tal actitud cognitiva es la existencia de una so-
ciedad fragmentada en subculturas,la renuncia a la búsquedade horizontes ho-
lísticos, colectivos, y su corolário, la renuncia a cualquier tipo de movilización
global. La actitud que busca retirarles a los seres humanos su potencial de agentes
transformadores es una de las consecuenciasdirectas de la proclamada.«muerte de
la Historia» y de «la muerte de las ideologias». EI «hombre» será interesante para
los posmodernos sólo como mero miembro de comunidades de sentido, en una so-
ciedad irrecuperablemente fragmentada. Pera todo este verdadero temblor sísmico
en las ciencias humanas en general, y en la historia en particular, se procesa desde
la década de 1960 en los polos hegemónicas de la cultura occidental, mientras que
tetratendencia, no menos sensible, pero en otra dirección, se acentuaba en el seno
de los intelectuales de América Latina.

Las relacionei con !os polos culturales begemónicos

Esbozadoel cuadro general de profundos câmbios que marcaron el pensamiento


occidental en sus centros hegemónicosa partir de 1960, cabe ahora enunciar el
segundopunhode referencia para ]a comprensión de ]a trayectoria de la historio-
LRXX AUVXbV FTUW =n V 0 l
grafia latinoamericana, que son las relacionei que ésta mantiene con otros polos
culturales. Puesestá claro que la historiografia latinoamericana no surgió ni se
desarrolló «en el vacío», sino intimamente conectada con las matrices del pensa-
miento histórico occidental. Esa conexión es parte constitutiva de su propia his-
toria y reveladora del dilema de su crónica subordinación en dicha relación. Parti-
cularmente en lo que respeita a las relaciones establecidas entre norteamericanos
y latinoamericanos,es lugar común entre los estudiosos(incluso los del Norte),
la percepción del «pragmatismo» efectivo que dicta los intereses de investigación
sobre temas de América Latina. E] historiador Thomas Skidmore (] 998) traza el
recorrido de la presenciadel isso/eAmérica Latina en la norma de los académi-
cos norteamericanosy llega a la conclusión de que existió un relativo desinterés
por la región entre los intelectuales americanos en general, y los historiadores en
particular, a lo largo del siglo xx. Dicha tendencia sólo habría sido alterada por
el acontecimiento de la Revolución Cubana, cuando millones de dólares fueron
inmediatamente puestos a la disposición de los investigadores, contrarrestando
la negligencia anterior. Fue después de Fidel, verdadero promotor de los estudios
latinoamericanistas en Estados Unidos, cuando el gobierno incentivó la creación
1960; PerezCabrera, 1962; Tepaske,1975; Lemmo, 1977; Cardozo, 1987; Colmenares,1987; Posada de sociedades de estudio como la L.zfi?zAmerica Sfzzd/esAssociam/o/z(LASA), el Na-
flona/ Dif'ecfory o/Laff/z Ámen'fca lsfs(NDLA), y la Co?zÃe7e/zce
on l,afim Ámerlcízn
',3::$1i::i;,::':s:
a:;:'biqu?.T.JT.e=':Ê.i:Ê:,BiE:;E:i;!'
1989; Braudel, 1993.
g;;lui-.HE=: Hfsfo/y (CLAH) (Rosemberg,1984; Grover, 1988: 350).
NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 69
JURAN DIR MALERBA
68

décadade 1960 en América Latina --y hoy dramaticamenteen Oriente Medio--.


Hace treinta aços, Magnus Mõrner observaba con reserva la sintonia que se veri-
ficaba en las historias y culturas denominadas «periféricas», respecto de los temas
de investigación preferidos por las comunidades intelectuales de los países de las
economias «centrales».Observando la elección de temas según los intereses clara-
mente políticos e inmediatistas, como el militarismo latinoamericano en la década
básica hasta el posgrado. de 1960, Mõrner predito con mucho discernimiento lo que podría ser estudiado
en el futuro. EI súbito y vertiginoso crecimiento de los estudios sobre la esclavitud
Naeuos objetos en América Latina por parte de investigadores norteamericanos, un campo virgen
hastala décadade 1960, fue prácticamenteun eco del movimiento por los dere-

0
chos civiles --y, posteriormente, de la íz/#rmafiz/e zzcfion-- en Estados Unidos, en
donde el /Im Crom (o segregaffofz)sigue siendo una herida abierta. Pero, como
lúcidamenteponderadaMõrner, si ralesobjetivosson noblesy si e:srealmente
deseablela implicación de los estudiantes en sus temas de trabajo, tal tipo de mo-
tivación, aunque posiblemente relevante para los norteamericanos, facilmente se
volvera etnocéntrica, anacrónica e irrelevante para el paísy la región estudiados.
Mõrner ponía de realce el hecho de que era natural que se tuviese un mayor interés
por las preocupaciones propias de los latinoamericanos...
Sin entrar en el meollo del asunto. esto es. evacuar el valor intrínseco de esas
temáticas (cada una de ellas altamente pertinente y relevante), aqui sólo deseo
destacar el hecho de que llegaron a América Latina «venidas de fuera», como pro
blemáticas urgentes típicas de sociedades liberales desarrolladas. Sociedades que
ya no tienen las mismas cuestionesestructuralespor resolver, como aquellasque
caracterizan a la totalidad de las naciones latinoamericanas en determinadas cir
cunstancias históricas y que las llamadas «teorias de la dependencia» comenzaron
a denunciar y estudiar en la década de 1960, apuntando a las relaciones económi-
cas asimétricas con las economias céntricas y a las formas injustas de inserción de
las mesmasnaciones latinoamericanas en el mercado mundial, como exportadoras
de material primas e importadoras de productos industrializadosy tecnologia.
De esascondiciones derivan problemas estructurales, enlazados con cuestiones
como la histórica concentración de la propiedad de la berra, la constitución de
elites políticas y económicas hegemónicas que sc perpetúan en el poder, la debi-
lidad de las instituciones políticas y jurídicas, la mala distribución crónica de la
renta, que conduce a halos niveles de educación, condiciones de salud y vivienda
deplorables,dificultadesde accesoal trabajo y al conocimiento,etc. Finalmente,
a diferentes modos de exclusión social para la inmensa mayoría de la población
latinoamericana. Esas cuestiones estructurales acaban siendo soslayadasen favor
de otros asuntosque tiene mayor penetración en los medios, que ofrecen mayores
oportunidades de desarrollo institucional, como el accesoa las becasde estudio y
a un mayor estatua académicos

5. Evaluando el estado de las ciencias sociales en América Latina en 1967, Diegues Jr. y Wood ya
enunciabancon propiedad el problema surgido de los intercâmbios académicosentre EstadosUnidos y
América Latina, que'perdura itastahoy (DieguesJr. y Wood, 1 967: 3-5). En la mesmaobra de balance,
el sociólogo Florestan Fernandes se posicionaba incluso más duramente. Decía, ya por aquel entonces,
que.losnorteamericanosvenían con una agendapropia y que, al fin y al cabo, tenían poco interés por
el objeto de sus investigaciones (Fernandes, 1967: 19).
JURAN DIR MALERBA NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 71
70

como precursores de la historia socioeconómica en la América Latina del signoxx


(Szmrecsányi,2003 ; Canabrava, 1972; Cuccorese, 1975).
No obstantey a pesarde la importânciade ralesprecursores,la historiografia
económicalatinoamericanaprocesarátodavia un crecimiento vertiginoso, tanto
qualitativa como cuantitativamente, a finales de la década de 1960, bajo el impulso
de la intervenciones polémicas de la Comisión Económica para América Latina
y Caribe (CEPAL) en torno a las cuestionesdel desarrollismo y las teorias de la
dependencia.
En [a efervescentedécada de ] 960, mientras e] occidente industria] era barrido
por los vientos de la revolución cultural, se elaboraban en América Latina diversas
LAS DÉCADAS DE 1970 Y 1980 versiones de la más innovadora maneta de concebir la historia y la situación pre-
sente en estaparte del globo. Los historiadores norteamericanos Charles Bergquist
(1970) y JosephLave (1990) han reconstituído el itinerário del surgimiento dc
las llamadas teorias de la dependencia, que comenzaron a formulasse dentro de la
CEPAL y las Naciones Unidas, en la década de 1950. La teses,que de hecho no era
muy innovadora, indicaba que los términos del comercio internacional durante el
siglo xx eran perjudiciales para las naciones exportadoras de productos primários
de la «periferia» del sistema económico mundial y, consecuentemente, la solución
para el problema del desarrollo de la región yacía en el empeno activo de los go-
biernos en el sentido de lo que la CEPAL llamó industrialización «por sustitución
de importaciones». En la tesis del «desarrollismo» propuesta por la CEPAL había
ires supuestosque se volverían fundamentalespara el nuevo paradigma: primero,
que el mundo estabadividido entre nacionescentralesdesarrolladasy naciones
periféricas subdesarrolladas; segundo, que ambas categorias de naciones estaban
intrinsecamente vinculadas dentro de un sistema económico mundial. de tal modo
que desarrollo y subdesarrollo eran fenómenos indisociables; finalmente, que, al
menosen un panadoreciente, las relacionesde comercio en el sistemamundial
operaron en detrimento de las naciones subdesarrolladas.
No será el caso observar aqui todas las sutilezas de enfoque de los múltiples au-
tores y vertientes de las teorias de la dependência que se formularon en las diversas
versiones(Curva, 1976; Halperín D., 1982; Chilcote, 1981 y 1990),con vários
por la historia económica. maticesinterpretativos. Los trabajos más conocidos e influyentes (Bielschowsky,
2000) fueron los del economista chileno Osvaldo Sunkel (1970), el economista
La historia económica brasileõoCelso Furtado (1970), el sociólogo brasilefãoFernando H. Cardoso --en
colaboración con el historiador chileno Enzo Falleto-- (1969) y el economista
norteamericano André Gunder Frank (1967).
A pesar de todos los problemas justamente levantados y criticados por una
legión de intelectuales, los análisis basados en la teoria de la dependencia fueron
el punto culminante de la formulación de un genuíno pensamientoelaborado en
América Latina para explicar su situación presente. Las críticas máscontundentes
a las teorias de la dependencia le reprocharon su carácter eminentementeensa-
yístico; por otro lado, a excepción de pocos trabajos importantes, como los de
Stanley y Bárbara Stein (en EE UU), Carlos Sempat Assadourian, Marcello Car-
magnaniy Tubo Halperín Donghi, aquellastesesno lograron influenciarprofun-
niG:l:l:11111.U3HEGHBFGHIHIHl:ll
$fl :
1979. También Bonilla, 1972.
da y duraderamente la historiografia latinoamericana (Halperín Donghi, 1982:
115). EI impacto cultural bombardeante de mayo del 68 vació prácticamente su
NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 73
IUKANDiK MALERBA
72

demostrar el comportamiento cíclico del precio del maíz y la recurrencia de las cri-
sesde subsistência. Aparte de investigar y publicar importantes obras, Florescano
impulsó el área cuando estuvo al frente del INAH (Instituto Nacional de Antropo-
logia e Historia), que se volvió la locomotora de los centros de historia económica
y social en México. AI principio se consagró a la publicación de bibliografias e ins-
trumentos de investigación (Florescano, 1980). También se editaron importantes
libros en colaboración como léxico e/ze/ sig/o xzx, coordinado por Ciro Cardoso,
que ofrece un gran volumen de datas e interpretaciones sobre la incorporación de
México al capitalismo mundial en el siglo xlx. EI INAH impulsó también los estu-
dios de historia demográfica e historia social del trabajo. Sus productos mostraban
cómo elas áreasse entrecruzaban de manera ineludible.
En Brasil, heredero de un rico legado dejado por pioneros como Caio Prado
Jr. Mafalda Zamela, Alice Canabrava y Celso Furtado, la historia económica flore-
ció en la década de 1970, a partir del grupo de historia agrária de la Universidad
Federal Fluminense y encabezado por Mana Yedda Linhares, Eulália L. Lobo y
Côro Cardoso.
Parafinalizar con nuestrosexemplosde la historiografia económicaen Amé-
rica Latina, podríamos recordar la pujanzade los enfoquesregionales.América
Central, las regiones andina, platense, amazónica, las regiones mineras coloniales
y así otras, recibieron constante atención por parte de los historiadores economis-
tas latinoamericanos. Para ilustrar ese elemento regional, sigamos el itinerário de
los estudiosde historia económicade América Central en el período que marca
su inserción en la economia capitalista internacional (h. 1850-h. 1950). Desde la
décadade 1980, una nueva generación de historiadores, que incluye a personas
como Victor Hugo Acuda, Dado Euraque, Héctor Perez Brignoli, Mana Casaus
Arzú, Mano Sempery otros investigadores--no pólo oriundos de la región--,
buscó reexaminar la historia de América Central a la luz de nuevas investigaciones
empíricas y enfoques teórico-metodológicos, superando así las vielas tendencias
de la historiografia de la región, caracterizadaspor planteamientos tanto excesiva-
mente empíricistas, como excesivamente teorizantes (Kaimovitz, 1996). Los libros
de Acuíía Ortega e lván Molia Jiménez (1991) y aquel organizado por Héctor
Pérez Brignoli y Mari Samper (1994) son exemplos de esa historiografia económica
revitalizada, atenta a las variaciones y diferencias internas entre las diversas regio-
nes de América Central.
No se puede concluir este breve análisis de la historiografia económica de
América Latina sin que antes se regrese a la idea que abrió esta sección: la de que
la historia económicay la historia socialmuchasvecesdiluyen sus fronteras en
los resultados de las investigaciones concretas. Tal vez eso se desprenda, contra
toda la tendencia a la fragmentación hoy en boga, del espectro de la totalidad de
lo social,tal y como fue propuestoen su día por los mayorespensadoresde lo
social, de Marx y beber a Giddens, y por los grandes nombres de la historiografia
mundial que teorizaron su disciplina en el siglo xx, de Bloch, Febvre y Braudel a
Hobsbawny los marxistasbritânicos.Tal vez por eso, un historiador como Ger-
mán Colmenares(1973) haya sido impelido a escribir una }ifsforla eco/cómicay
goela/de Co/ombía del período colonial. A fin de cuentas, équées lo «social»?Lo
«social»es un punto de convergencia,el circuito que a todo envuelve:hombres
...,:l=$:=;:::M:'.U;Ü==.f:jmli i :;E=J:f5#':!BJ:,'B;;"'«.". « .-«':'
NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 75
JURAND[R MALERBA
74

Antesde eso,y aún después,prevaleciauna postura muy tradicional, casi exclu-


y mujeres, ideas, ciudades, campos, guerras, lenguajes, culturas, configuraciones sivamente concentrada en las ideologias de las clases trabajadoras, en sus líderes,
sociales, poder y política. susrelaciones formales con los partidos políticos, que concebían las huelgas como
actosde rebeldia y la historia del trabajo, en general,como una extensiónde la
La historia social política de izquierdas, la que con su vanguardia entrenada en los sindicatos llevaría
a la liberación de la sociedadcon la implantación del socialismo''
Sin embargo, la superación del tratamiento «oficial» tradicional dentro de los
estudios históricos del trabajo ya se hacía presente en América Latina, desde me-
diados de la décadade 1980. En 1993, el historiador norteamericano Hobart Spal-
ding produto un apresado balance de los estudios del mundo del trabajo y de la cla-
ve trabajadora y diagnosticaba por ese entonces que este campo continuaba siendo
fuerte, tanto en EstadosUnidos, como en Europa y en América Latina (Spalding,
1993). Aqui, los estudios sobreel mundo del trabajo y la clasetrabajadora florecc-
rían vigorosamente a partir de 1990, despuésde un período embrionário, durante
las décadasde 1970 y 1980, décadasde represión en casi toda la región:Z.
Los estudiossobreel movimiento obrero alcanzaronsu máximo interés du-
rante la décadade 1980, penetrandofuertementeen la décadasiguienteen los
médios académicos.Esc interés reflejaba la fuerza y la inserción política de los
movimientos obreros y sindicales en todo el mundo, movimiento impulsado por el
sindicato Solidaridad en Polonia, a finales de la década de 1970. Habiéndose pro-
ducido un volumen significativo de obras en diversasciencias humanas--incluso
en historia--, creemos, diferentemente de lo que pensabaBergquist (1993) hace
diez aços, que la tendencia de hoy modera el furor académico de la /apor bisf07'.
Se puede explicar esta desaceleración invocando los câmbios en el orden económi-
co mundial, los mismos que alteraron drasticamenteel papel de los trabajadores
dentro del sistemaproductivo, con profundas consecuencias
en todo el mundo
LJaLXXAUq UVU WHnnnVW + P l laboral, como el câmbio del papel de los sindicatos y las organizaciones represen-
tativas similares. EI ascensodel Partido de los Trabajadores en Brasil, la excepción
que confirma la regia, pane claramente en evidencia el desplazamiento de los ob-
jetivos de las corporaciones organizadas, pasando del plano de las reivindicaciones
laborales a la conquista de los espacios políticos tradicionales; en una palabra, del
Estado. Para ilustrar esa tesis vale recordar que no se registran huelgas importantes
en Brasil en la décadade 1990 (apartede la función pública). Por otro lado, no
se puede dejar de sefialar que en el caso de Brasil y de otros paísesimportantes
como Argentina, México, Venezuelay Pera actualmente una parte mayoritaria de
la fuerza de trabajo se encuentra en el mercado informal. Aun en el caso brasileíío,

11. Una obra que retrata fielmente esemodelo tradicional es Hisforza de/ mouímie/zfo obrero en
Amé ica l,afina, editada en cuatro volúmenes por Pablo GonzalesCasanovaen 1984. Otros exemplos
de este enfoque que se aparentan a ciertas concepciones marxistas ligadas a la clave trabajadora como
protagonista de la lucha rumba a la emancipación socialista lo constituyen Godio, 1983 y Pozzi y
Schneider.1994.
12. Se crearon entonces muchos institutos de investigación en vários países: en Pera(Asociación
Laboral para el Desarrollo), en Uruguay (el Centro Interdisciplinario de Estádios sobre el Desarrollo),
!n Chile (el Programade Economia del Trabajo), en Argentina (el Programa de Estudios de Historia
Económica y Social Americana/ Centro de Investigaciones Sociales sobre el Estado y la Administra-
çión). AI peco tiempo, el tema entró en las universidades,como en el Programa de Posgradode la
Universidad de Campinas, en Brasil, importante polo de investigación en historia social del trabaja
desdefinalesde la décadade 1970
Lera
NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 77
JURANDIR MALERBA
76

una verdadera tabla de salvación. Representaban una nueva forma de subjetividad


popular imbuída del propósito de imponer un suevo orden radicalmente igualitá-
ria y de participaciónsocialy política:'
Pera el curso de los acontecimientos en los aços subsiguientes no obedeció a
las expectativasde esavisión romântica del potencial transformador de los actores
colectivos anónimos; la producción académicasobre el tema pasó a adoptar una
postura más cautelosa, la que reflexa la consolidación progresiva de las democra-
cias tecnocráticasy un nuevo modo de acumulaciónbasadoen el individualismo
de mercado. Las vielas tácticas y metas de los movimientos sociales, practicadas
bajo regímenesautoritários, ya no eramtan factibles o efectivas dentro del nuevo
contexto democrático. Un elemento central que cabe subrayar es el câmbio del pa-
pel y los objetivos de los movimientos sociales y populares con la transición, o sea,
con el proceso de democratización que se verificó en el continente en los últimos
25 aços.Tal vez el menorexemplode esoscâmbiosde actitud seael Movimiento
de los Trabajadores Sin Tierra (MST), en Brasil, hoy claramente un movimiento de
carácter político bafo una bandera de cubo social. Curiosamente, no hay ningún
libro de relevância sobre el MST escrito por algún historiador profesional brasile-
óo o latinoamericanots
AI mismo diapasón,el centro de interés de los investigadoresha ido hacia
cuestiones como identidad y cultura. A pesar de todo, un problema no superado
por la nueva literatura de las décadasde 1980 y 1990 fue la insistente falta de un
mínimo de objetividad en dichos estudios. En esesentido, muchos trabajos han
sido publicados por activistas de los movimientos sociales, los que admiten clara-
mente que el objetivo de su trabajo es hacer avanzar las conquistas que anhelan los
respectivos movimientos --quando no se declaran abiertamente simpatizantes de
la causa del movimiento que estudianió
Si quisiéramos indicar aqui una única obra exemplar del câmbio de enfoque,
desdelas vielas estrategias de conquista del Estado havia las nuevas cuestiones co
nectadasa la identidad y cultura local, ninguna seria tan emblemáticacomo la obra
colectivacompilada por Arturo Escobary Soda E. Alvarez(1992). No voy a entrar
a discutir el mérito de cada uno de los ensayos,que variammucho en objetivos y
resultados,pero sí quisiera tomar la obra en su conjunto para ilustrar la tendencia
y el câmbio de la pauta entre los investigadores de los movimientos sociales en el
período corrcspondiente a la transición política. Allí se examina la mayoría de los
nuevos movimientos sociales,en los capítulos que se dedican a los movimientos

14. Aun en un campo impulsado por acontecimientos conceptuales e históricos recientes, la obra

U
colectiva de vista panorâmica de la historia de los movimientos sociales en América Latina, coordinada
por Camacho y Menjívar en 1989, puede ser recordada como exemplodel planteamiento típico la
década de 1970
15. A diferencia de lo que ocurre con el movimiento neozapatista de Chiapas, uno de los dos
movimientos,junto con el MST, de mayor repercusión internacional en la décadade 1990. Una óptica
militante sobre Chiapas en García de León, 2002, exconsejeroen el ExércitoZapatista de Liberación
Nacional; y Aguirre Rolas, 2001.
16. Sobre el movimiento de la Madres de la Plaza de Mayo, un exemplo de esa postura en Guzmán
B., 1994. La autora escribe con gran pasión e implicación sobre las historias personales de las mujeres
argentinas que se volvieron un símbolo internacional de los derechos humanos. Se trata de un testi-
monio sobrecogedorde cómo tragedias personalespueden elevara la transformación de conciencias
individualesy ala politización.
NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 79
78
JURANDIR MALERBA

Sepodría insertar un paréntesisimportante que sefialasela permanente sumi-


campesinos, las identidades homosexuales, los pueblos indígenas las comunidades sión intelectual de la historiografia latinoamericana a las agendasvenidas de fuera.
Si la apertura y el diálogo --de igual a igual-- con las historiografías extranjeras es
realmente un imperativo para el crecimiento cualitativo de la historia que practica-
mos aqui, ese papel de importadores «de modelos» acaba impidiendo la capacidad
criadora de la historiografia latinoamericana. En el balance exhaustivo de Cape-
lato y Dutra para el caso brasileóo queda patente la hegemonia de una literatura
extranjera como sustrato teórico de la producción local. A partir de la bibliografia
referente en el cuerpo de tesis seleccionado, las autoras pudieron notar la masiva
mente, dará la tonalidad del áreaen los próximos altos. presencia de historiadores como Jacques Le Golf, Roger Chartier, Peter Burke, Bro-
nislaw Baczko, Michel Vovelle, Michel de Certeau, Pierre Nora, Raoul Girardet,
LAS DÉCADAS DE 1980 Y 1990 Natalie Davas,Jean Starobinski y Maurice Agulhon entre los autores másreferen-
ciados. Entre los apoyos teóricos importados de obras áreas, destaca la presencia de
autores como Michel Foucault, Pierre Bourdieu, Hannah Arendt, Pierre Francastel,
Clifford Geertz, Roland Barthes, Cornelius Castoriadis, Georges Balandier, Clau-
de Lefort, Pierre Ansart, Maurice Halbwachs, Mikhail Bakhtin y Ernest Cassirer.
Capelato y Dutra pudieron constatar que la línea de investigación sobre la
historia de las representaciones políticas articula proyectos relativos a las represen-
taciones colectivas expresadas a través de ideas, ideologias, imaginários, símbolos,
mitos, utopias, espectáculos del poder (giestasy conmemoraciones cívicas, rituales,
liturgias, procesiones, desfiles). No obstante la pretendida apertura innovadora,
las autoras constataron un grave problema: la dificultad de los historiadores para
asimilar, en la conducción de susinvestigaciones y en la construcción de sustextos,
las reflexiones teóricas de los autores mencionados en sus bibliografias.
Parte significativa del muestrario de los trabajos no consigue sobrepasar el ní-
vel descriptivo del material empírico, a pesar de las proposiciones analíticas anun-
ralista. Veamos cada una de esasvertientes. ciadasen su introducción. Otra parte se caracterizapor el extremo eclecticismoen
el empleo de autores con posiciones teóricas distinguidas, sin ninguna mediación.
Nueua historia política Como hipótesis de trabajo para ser confrontada por la investigación historiográ-
fica, eseproblema constatado por Capelato y Dutra para el campo de la historia
política en Brasil puede extenderse a oiros campos de la historiografia latinoame-
ricana en su conjunto.
En la absolutaimposibilidad de rescatarla multiplicidad y el volumen de la
producción de la historia política en la región destacaremosa continuación,a
título de ilustración, dos campos temáticos importantes donde la historiografia
latinoamericana ha hecho avanzar la historia política, a saber: la construcción del
Estado y de la nación (sigla xix) y los estudios sobre los regímenes populistas (siglo
xx). En el primer caso, uno de los temas de historia política destacable en las últi-
masdos décadasfue el de la construcción del Estado y de la nación en las diversas
regiones del continente, en el dual se impone la obra del historiador argentino José
Carlos Chiaramonte (1997). La discusión de Chiaramonte ganó espacio académi-
co en América Latina. En Brasil, fue altamente influyente especialmente sobre un
grupo vinculado a la Universidad de São Pauloi7

17. EI grupo de la USP organizó un gran evento para debatir sobre el temaen 2001, el mismo que
dio lugar a una compilación organizada en Jancsó, 2004. Véase también Berbel, 1999 y Souza,1999.
JU RAN D I R MALERBA NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 81
80

tórico, las cuales penetraron en diversos espacios sociales, desde las antesalas del
Un elemento indicativo de que el tema es muy apreciado por la historiografia
poder de las elites político-partidárias hasta su reproducción en la vida cotidiana
latinoamericana lo constituye el hecho de que el evento de la USP (2001).haya
de las capas populares. En obras palabras, esa nueva historiografia busca superar
sido precedido, una década antes, por otro similar acontecido en México, del cual
la visión «revisionista» de que el proyecto cardenista era una imposición «desde
resultó igualmente la publicación de las actas del evento, compiladas por Marcello
arriba» que apuntaba a obstaculizar el crecimiento del poder popular con miras al
Carmagnani(1993). Este volumen, de referencia más amplia que el brasileóo, en
poder de Estado.
virtud de su planteamiento comparativo, recogeuna versión revirada de los textos Procurando evitar el peligro de caer en la antigua línea hagiográfica de trabajos
presentados en un congreso sobre las variedades del federalismo latinoamericano.
más antiguos, la historiografia política más reciente busca entender cómo el Estado
"La década de 1990 asistió a una producción significativa sobre la cuestión de
se forma mediante su actuación normativa cotidiana, la que implica negociación
la construcción del Estado y de la nación en América Latina independiente..En
de demandase interesespopulares.Una vez más,bafo la luz teórica de autores
ensayobibliográfico publicado en la LÁHR, Mark Berger reseõasiete obrassobre como Gramsci y Foucault, esa nueva línea de investigación enfatiza el carácter
el tema, todas ellas escritas en inglés y solo una por un latinoamericano.(Berger,
ambíguo de la hegemonia del Estado-nación. Xales estudios instan a los investi-
2000). En el balance de la tendencia, el autor deseaconvencemos de que las obras gadoresa reconsiderar que la «hegemonia»conquistada por el Estado cardenista
referidas representan un nuevo análisis de la cuestión, el mismo que comenzó a
puede ser entendida como un genuíno crecimiento del poder de negociación de
hacersepresente en los últimos 20 aços. Ciertamente, su argumento esválido para las capas populares:*
i=':1;.:i;l;;=i;m-" q« «,h«, «í «m. p"' '' "", bibe'g"fí, « 1, q« « En el caso de la reciente historiografia política brasileãa, Mana Helena Cape-
apoya.Ademásde los textos reseõados,el autor cita 79 títulos, de los cuales78 lato, una de las principales responsables de la renovación de la historia política en
.r-n en inglés (pólo uno en espaóol), escritos por ;utores anglosajones (a .la ex- el país,produto un estimulanteestudiocomparativo entre el varguismoy el pe-
cepcton de cuatro iberoamericanos). Ese cuadro pone en evidencia la distancia cre- ronismo, en lo que concierne al significado de la propaganda política idealizada y
ciente entre la producción historiográfica sobreAmérica Latina y la historiografia puesta en práctica, tanto por el Estado nuevo getulista como por el peronismo (Ca-
latinoamericana. Es como si la historia de América Latina fuera escrita sobretodo
pelato, 1998). La autora busca explicar el carácter autoritário de la propaganda en
en Estados Unidos, al margen de los mesmoshistoriadores latinoamericanos.
los medios de comunicación, en la producción cultural y la educación, indagando
EI argumento central del autor es que, en la década de. 1990, el estudio de la en cómo se procesaba la manipulación de las masas.
historia latinoamericana se caracterizó por la continuidad vigorosa.de importantes
Finalmente, la literatura historiográfica sobre la historia política latinoamé-
debates sobre la herencia colonial, aunque hubiese surgido en el escenariouna ricana, construída en torno a temas como los regímenespopulistas y autoritários
«nueva generación» de investigadores preocupados por la formación del Estado de mediados de siglo y otros más recientes, seóalados por regímenes militares de
poscolonial. Seregistraron los esfuerzoscrecientes.paraarticular de maneracrítica excepción,que tomaron el poder en las décadasde 1960 a 1980 por todo el conti-
las cuestiones del nacionalismo y la formación de la nación, generalmente con nente, así como por la apertura que les siguió, produjo una verdadera avalancha de
énfasis en campesinos y pueblos indígenas. Paralelamente, los debates sobre la títulos sobre lashistorias nacionalesy particulares (Ramos,1989; Calderón, 1996;
conceptualización de las estructuras sociales y los câmbios sociales.(en una pajabra, Fico, 1997; Borello, 1991, y Prado, 1999). Hasta hace más o menos dos décadas,
poder de elite y resistenciasubalterna) en América Latina colonial y poscolonial todavia demasiado «tradicionales», o sea centradas en sujetos y procesos político-
fueron revitalizados por la supuestainteracción entre el marxismo revisionista (el partidarios, en la historia del Estado y de las elites en el poder, tales historiografías
autor del
«posmarxismo»j y el postestructuralismo, seóalada con el.ogios por ,el nacionales esbozaron su renovación a partir de 1990, matizadas según el país y
ensayo. Cabe notar, sin embargo, que dentro de la propia historiografia norteame- su tradición historiográfica. Faltan, sin embargo, análisescomparativos sobre el
ricana surgen autores extremadamentecríticos (Jackson,1997) con estou.nuevos procesopolítico en la historia de América Latina, como ocurre también en otros
planteamientos, los cuales abusan teóricamente de lo? enfoquesvinculados a la campos temáticos.
cultura, la etnicidad y el género, proporcionados.por el po.stestructuralismo. Por oiro lado, la presencia de la obsesión nietzche-gramsci-foucaultiana por
EI segundoeje temático quc rescatamosen el campo de la historia política lo el poder en esosnuevostrabajos, como se constataa partir de la evaluaciónde
Berger indicada arriba, es incontestable. Y ello ocurre no sólo en los estudios re-
toriales del siglo xx. 'Las eras de Lázaro Cárdenas (193411940), Juan Domingo cientes de lo que se pucde caracterizar como nueva historia política, sino también
Perón (1943-1955) y Getúlio Vergas (1930-1945, 1951-1954), nombres que de- en los de la nueva historia cultural. Marshall Sahlins(2004) reveló, con ironia,
]aron sucedâneos en la historia política posterior de su país, atraen desde siempre el peligro mayor de la fetichización de los supuestosteóricos foucaultianosen
la atención de los historiadores de México, Argentina y Brasil. En el «boom» de el campode la antropologia. EI «poder»como vector explicativo es allí entidad
publicaciones sobre las relacionei entre Estado y sociedad en el México de Cárde-
nas, que se verifican en la década de 1990, gana relieve la aparición de modelos de
interpretación que conciben el cardenismo como un extenso fenómeno político, 18. Son exemplosde esanueva historiografia revisionista del México cardenistaGilly, 1994; Sosa
1996; Tonatiuh Agui]a y Perea, 1996; y Buenâ] B., 1994
un amplia falo de prácticasy creenciassurgidasen un determinadoperíodo his-
NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 83
82
JURANDIR MALERBA

Muy astutamente, Van Young no se atreve a responder a cuestiones difíciles


como qué es cultura, qué es historia cultural o qué es lo «nuevo» en la historia cul-
tural que algunos autores están escribiendo sobre el México colonial (Van Young,
1999: 214), pera sutilmente destacalo que essuficientementecaracterísticode ese
enfoque para diferenciado de oiros. SegúnVan Young, tanto el interés obsesivo
cuando todo comienzaen el elercicio de la dominación hegemónicaque, gene-
por la historia cultural en la problematización de textos y el lenguaje, obviamente
rando resistencia,lleva a la negociación y al acomodo. En esetrato, el rescatede
originados en los estudios literários postestructuralistas, como el método etnogra-
a memoria de la experiencia cotidiana de grupos minoritários --de clase, étnicos
foide y, en alguna medida, su interés característico por los grupos «subalternos» y
o sexuales-- va creando identidades y conquistan su lugar en la historia. Estos
por las formas de comunidad e identidad derivan de la antropologia (Van Young,
auténticos clichés acabamsiendo aplicables a' cualquier grupo social, en cualquier
1999: 2]7). Aqui seráinnecesariorescatartoda la literatura que trata de las rela-
perco''do o región, de modo que al volverse ahistóricos se vacían de sus potenciali-
cionei incestuosas entre antropologia e historia, desde finales de la década de 1960,
dades de explicación histórica.
que la tercera generación de los Ánna/es se encargó de promover y proyectar.
Pero finalmente, équé es lo que caracterizaria dicha nueva historia cultural?
Nuet;a historia cultural
Van Young(1999: 218) destaca quatro puntos:
EI estudio de las mentalidades, en el sentido de la persistencia de estruc-
l.a entrada de suevos personajes y temáticas en la agenda de los investigadores a
turas mentales que motivan comportamientos individuales y colectivos, y los sis-
partir de la décadade 1970 fue para Carlos Aguirre Rolas (1998) uno de los erec' temassimbólicos que las personasutilizam a su vez para explicar el mundo de su
tos de 1968 sobre a historiogmfía occidental. Estehistoriador mexicano entiende entorno.
1968 como una verdaderarevolución cultural a escalamundial?..queatectó.los
cnnientos culturales de la civilización occidental, que son la família, la escuelay -- Un interés particular, pera de modo alguno exclusivo, por los grupos sub-
alternos.
los medias de comunicación de mass. Una de las características de esa revolución,
-- Una cierta inclinación a la inducción en la escritura de la historia.
que marcaráprofundamente el modo en que se concibe y escribela historia en -- Una postura altamente crítica (ocasionalmente, sin embargo, retrocediendo
las décadassiguientes,es lo que llamó la irrupción «del presenteen la historia»,
bucha más fuerza en a la credulidad) en relación con las quentesy la interpretación textual.
según la cual el presente inmediato va .a.manifestarse con
Otra cuestión importante planteada por Van Young se refiere al grado de «no-
vedad»de esta «nueva»historia cultural. Existían ya libros clásicosescritospor
latinoamericanos o no sobre historia cultural latinoamericana. Van Young recuer-
da las obras de Charles Gibson (Tbe Ázfecs z/federSpanísbRa/e, 1964) y Gonzalo

H:!UüüãÜ:=11#,:lB :xK EB
[kl.]=]i];"ã:]:]'i;]==:i.'Ü:,;'«],-:i.,i.l;, d' i' 'i'--, p'P"i", ""!i-",-'.li:i'*
Aguirre Beltrán (À4edícín.z
y mízgfa,1963) --a las que se podría adicionar la de
Sérvio Buarque (V2sfõesdo Eara&o, 1958)-- como densos ejemplos de historia cul-
tural. Sin embargo, hoy en México (en Brasíl y en el resto de América Latina), los
practicantes de la «nueva» historia cultural se reconocen a partir de la referencia a
ecológicas,etc.,comosustcm
-a -a-"--H, " '' '---'- . . Ese
]s preeminentes. . movimiento
. histórico dejó ilesa
..:...l..'-.
un cucrpo canónico de obras, puntos de referencia teórica, predilecciones metodo-
a la' historiografia internacional, en general, y latinoamericana, en particular. Los lógicas y de fuentes y verga especializada, en la dual, temas como representaciones,
contornos de lo que sellamó «nuevahistoria cultural» fueron allí delineados.Las
textualidades, relacionei de poder, subalternidad e identidades sexuales y raciales,
historias de lo cotidiano y de las relaciones de género --uno.de los campos más
intimidad y privacidad, cultura popular, entre otros, son imperativos.
característicos de esenuevo enfoque-- serían tomados como exemplospara el aná-
Pero si la agenda está definida, la forma de ejecución en el terreno de América
lisis, despuésde una aproximación más conceptual a la nueva historia cultural.
Latina no segueexactamenteel recetario prescrito. Los historiadores latinoameri-
AI analizarel fenómenode la llegadade la «nuevahistoria cultural» a la his-
canos,los brasileóos en particular, gradas a su apertura a vários polos de reflexión
toriografia mexicana, Eric Van Young (1999) resalta, empleando un eufemismo,
teórica y creación historiográfica, «mezclaron» el tema a su manera y lo practican
l:Ü IÜ
1111
lçÀLV) -a-- 'vu--Õ-
activamente '--'o-''"
las relaciones
ii:ZÜi:l
'
:i=i.=.===i:Çl;;l
- como
hizo con l .
económicas, ..)sslstemas políticos, en el
con cierta libertad criadora, desarrollándolo muchas veces dentro de investigacio-
nes sobre otros asuntos. Por eso, como veremos más adelante, Sueann Caulfleld ha
podido diagnosticar vestígios de historia de género en productos de historia social,
supuestoimperialista de que toda historia es historia cultural. Esees un aspecto de la família y las mentalidades, elaborados por historiadores latinoamericanos.
definitorio de dicha modalidad de narrativa histórica: una vez que al final todo
se resumea discurso,todos los aspectosde la vida humana.--de la economiaa Esbozamos, a continuación, dos de los filones importantes de la historia cultural en
América Latina, practicados por la historiografia del cotidiano y de las relacionei
la política, de las institucionesa la vida privada-- son igualmentereductib]esa] de género.
planteamiento cultural.
JURANDIR MALERBA NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 85
84

nantes emanadas de las elites capitalistaszo. Un punho importante que mereceria


mayor desarrollo se relaciona con las evoluciones de la llamada etnohistoria. En
las últimas décadas,antropólogos e historiadores aunaron esfuerzosen el sentido
de reconstruir el mundo colonial. La influencia de antropólogoscomo Miguel
Leon Portilla en la historiografia de Mesoamérica y de los Andes es incuestionable
(León Portilla, 1959; PérezCevallos y PérezGollán, 1987). Algunos de los mejores
trabajos recientes sobre historia colonial de América Latina se consideran etnohis-
tóricos, e incluyen avancessignificativos en los estudios dc género,crítica literária
y en la construcción de modelos para la comprensión «del otro»; lo mismo para los
estudios de la formación de clase y sistemas de trabajo y aquellos sobre economia
informal (Jones, 1994)::
En los mismos cuadros temáticos explorados por historiadores socialesy cul-
turales --clave obrera, movimientos populares, mujeres--, comenzó.a brilhar en
América Latina durante la décadade 1980 tetra forma de planteamiento caracte-
rizado por e] uso directo, o a] menos de inspiración general, de las teorias pos-
testructuralistas, particularmente aquéllas del análisis de discurso propuestas por
Foucault, centradasen la historia de las instituciones disciplinantes estructuradas
para encuadrar a las minorias marginales y a los excluídos, y en las microrelaciones
de poder, emanadas de las diferencias de sexo y las relaciones de género de modo
general. Después de aflorar de entrada en Brasil, tales enfoques se extenderán ha-
cia otros paísesde América Latina. Dichos estudios se interesan en el análisisdel
discurso de las instituciones médicas, psiquiátricas y jurídicas, creadas a partir de la
mitad del siglo xix, en el sentido de establecerpatrones de conducta admitidos por
las autoridades de los recién creados Estados latinoamericanoszz. Si en este enfo-
que en particular la presencia (citada) de la referencia teórica postestructuralista es
óbvia, es preciso decir ademásque su incidencia en ]a historiografia ]atinoamerica-
na no se limite a la literatura de temática especíâca, esmoes, a las cuestiones de or-
den médico, de prostitución, de asilos etc., sino que se encuentra en los óas Óofzds
de toda la producción de «historia social» fundada en el binómio «dominación X
resistencia»,en donde la presenciadel vector «poder»es la categoriaexplicativa
por excelencia.
En la misma época, en Brasil, otra literatura, también preocupada por cues-
tiones de sexualidad (pero no únicamente) e interesada principalmente por la ins
titución inquisitorial de los tiempos coloniales, hizo proyectar en América Latina
el tema de la historia de las mentalidadesimportado de Francia.En esecampo,
merecendestacarselos estudios pioneros de Luis Mott sobre la presenciagay en
Brasil colonial, a partir de la explotación minuciosade los juicios por sodomia
promovidos por la inquisición. Todavia en este campo, y siempre en Brasil, Laura
de Mello y Souzaestudió las relaciones entre la persecuciónde hechicerasy las

20. La bibliografia sobre usos,temases amplia. Extendidos análisis de ella se encuentranen Berg-
quist, 1993; Harber, 1996; Huerta, 1979; Skidmore, 1998; Spalding, 1993, y Caulíield, 2001.
21. Prácticamente todos los exemplosde elas «nuevasáreas»facilitados por la autora son de
?utores norteamericanoso anglosajonesen general(y publicados en inglés): Irene Silverblatt, Regina
Harrison, Karen Spalding, Florencia Mallon, Ingá Clendinnen, Nancy Farriss-.
22. A mero título de exemplopodríamoscitar para Brasil Costa, 1979; Machado, 1978; Engel,
!989, y Rago, 1991. Para otros escenarioshistoriográficos de América Latina: Balán, 1988; Bravo y
Landaburu,2000, y Mannarejli, 1999. Un anãlisis másdetallado de esabibliografia, en Caufield, 2001.
acompaãael ittnerario de la historiografia ameEaanasobreAmérica Latina. esarrollo de esta temática
JURAN DIR MALERBA NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 87
86

nes sobre género propiamente dicho se basan mayoritariamente en autores norte-


americanos o de formación académica norteamericana24
Como nota la propia autora, el diálogo historiográfico en el campo de la his-
toria de las mujeres entre el Norte y el Sur fue marcado por conflictos mayúsculos.
Cuando el campo comenzó a crecer en América Latina, con la proliferación de
centros de estudios e investigación, eventos académicos y canaleseditoriales, sur
gieron las divergênciasentre el Norte y el Sur del continente. Los investigadores
latinoamericanos acusaban lo que entendían gajo el compromiso norteamericano
como una agendafeminista imperialista y burguesa,mientras que los norteameri-
canos tomaban las agendas políticas o la teoria de la dependencia de sus compa-
fíeros del Sur como una sefíal de equívoco o atraso intelectual (Caulfield, 2001:
457). La manzanade la discordiaha sido el énfasisen la procedenciaexplicativa
de sexo o clase (muchas veces con elementos más completos, gradas a.la inclusión
de los elementos de raza), que fueron frecuentemente presentados como variables
independientes, diversamente evaluadas según el escenario. De modo que, aun en-
tre investigadores del campo dc la historia de la mujer y las relaciones de género,
podemos notar la mayor preocupación, entre los investigadores latinoamericanos,
por las grandes cuestiones nacionales y políticas.
Estehecho, junto con la cuestión de las flagrantesdiferencias internacionales
en recursos para investigación y publicación, contribuyó a que la producción aca
démica latinoamericana (en esecampo y en todos los otros, aóadiría yo) hubiera
alcanzadomenor proyección en el ambito internacional (Caulfield, 2001: 461).
Un último punto que aóadir a la reflexión sobre este campo específicodentro de
la nueva «historia cultural» es que, no obstante el sólido nicho profesional creado
cn torno a la historia de las mujeres y las relacionei de género en Estados Unidos,
su difusión por América Latina no se ciente tan tranquila. En el libro colectivo
Negotiating Performance: GendeT,Sexuatity, and TbeatricatitT in Latindo America
(Tay[or y Vi[[egas, 1995), obra ejemp]ar, a] contener todos ]os tópicos caracterís-
ticos de la jerga posmoderna, uno de los propios organizadores acabanegando la
importância de asascuestionesde géneroy sexualidadpara América Latina. En
la introducción al libro, la coordinadora, Diana Taylor, anunciael modo por el
cual la obra ensancharíalas categoriasde la política en América Latina, y de la
política de un modo general, al plantear nuevas cuestiones como identidad sexual,
sexualidady relaciones entre sexos.Contrariamente a lo que ocurre en estetipo
de iniciativas, su ensayo es claramente contestado por el oiro coordinador, Juan
Villegas, en susconsideraciones ânales, lo cual pane en tela de juicio la importân-
cia de la mayor parte de los ensayosque componen la obra. Deliberadamente él sc
excluye del «nosotros» que, como fruto de la moda, pretende estar proponiendo

24. La antropólogaFlorenceBaba(Babb,1998: 28-29) expresasu satisfacción


al ver el reco-
nocimiento de la importância de los individuos, las comunidades y los movimientos gczys,lésbicas,
bisexualesy transexualesen América Latina y la rica producción académicaque surge respeito a rales
objetos de investigación. Gran difusora de los estudios de género en EstadosUnidos, Babb recuerda
los trabajos pioneros de atrás estudiosas como Carmen Diana Deere, Helen 1. Safa, Norma Chinchilla,
Marianne Séhmink y Eleanor Leacock, todas norteamericanas o formadas en los medias académicos
norteamericanos. Ta] afirmación esfacilmente verificable. Véase la procedencia de los autores que com-
ponen la obra colectiva compilada en González y Kampwirth, 2001; todas son autoras norteamericanas
o formadas en Estados Unidos.
9
1994)
JURANDIR MALERBA NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS 89
88

tal que todos los importantes sujetos históricos (yendo más alia de las dicotomias
mecânicas de clase) que ganaron voz a partir de la revolución paradigmática pro-
movida por el postestructuralismo fuesennuevamente integrados en una percep-
ción global de la sociedadlatinoamericana,de su historia y susrelacionei con el
resto del mundo.
étnicos de que se compone la obra.
Por lo tanto, a mi modo de ver, el reduccionismo pansemiótico que transforma
al mundo en texto, no es una falida hacia la teoria. Ni la segregaciónde esossu-
CONSIDERACIONESFINALES
jetos en sus respectivos mundos cerrados. No es posible, por exemplo, entender la
historia colonial contando sólo la historia de los blancos,ni sólo la de los índios, ni
solo la de los negros, ya que se integran en un todo. Lo mismo vale para la historia
de [as mujeres, de ]osgays, de] medio ambiente. Deben de ser inc]uidas en un enfo
que totalizante y no sectorial, fragmentado, segmentado, sectário. De igual manera
que la sociedadno resolverá los gravesproblemas de discriminación.y exclusión
social, étnica, sexual, sólo con la acción afirmativa de los habitantes de las chabo-
las, o los negros o los gays,la humanidad, pensadacomo unidad de supervivencia,
no evitará la hecatombe ambiental si cada uno planta un árbol, o salva el oso panda
u otras especiesen peligro. EI equílibrio ecológico y la vida en el planeta estarán
permanentemente amenazados, en este caso, mientras los mayores contaminadores
daderas mónadas leibnizianas, que insisten ya no en constituir un todos ni incluirse
ambientales del planeta renieguen del protocolo de Kyoto. Se trata de un problema
como partes integrantes de tal o cual abstracción: mujeres, negros, índios y judíos mucho mayor, que es económico, político, cultural, que es, finalmente, estructural.
(y todas las etnias posibles), nióos,. viemos?verdes, gays y lesbianas. La teoria que Lo mismo es válido para los otros temas históricos referidos.
acompaõael movimiento aceptó disminuir su alcancey también sectanzarse:una Un último punto por destacar,en lo que ataóe al futuro de la historiografia

l #Hlll
8i.:i:i:=i;:giU?ia:::
Tal câmbio en la historiografia de América, como el que se ha expuesto, reitera su
latinoamericana, se refiere a la urgencia de la democratización de la producción
y la circulación de información. La mayoríaabsolutade las universidadeslatino
americanas no disponen de recursos para adquirir los excelentes y carísimos ban-
cos de datos de humanidades y de historia que constituyeron algunas empresas
extranjeras, muchas veces utilizando lo menor de la producción latinoamericana
y que, irónicamente, está ahora vetado a los investigadores del Sur. Sólo cuando
sc libere efectivamenteel accesoa la información, cuando la producción aca-
démicacircule libremente, se abrirá la posibilidad de definir una nueva agenda
para los estudios históricos en América Latina, que atienda a los interesesde sus
pueblos.
este mismo período de cuatro (décadas,el mundo se hizo más completo:.no solo
acorta-
en su vertiente geopolítica, sino también en el campo de.la cultura, con elcomo la Perono todo son piedrasen el camino de la consolidaciónde la historiogra-
miento de las distancias y la revolución en sus sistemas de reproducción, fia latinoamericana. A pesar de todos los problemas, su expansión en las últimas
décadases notable, como se ha subrayado al inicio de este texto. Muchos centros
fami[ia y [a escue]a''])ero']a opción adoptada, me parece, es la salida más cómoda,
de investigación, programas de posgrado, revistas y vehículos de divulgación im-
aunque no la más eficaz y consecuente. . . ... ---- portantes surgieron y se consolidaron en paísescomo Argentina, Chile, Colom-
EI postestructurallsmo fue vital para echar por berra vielas verdadesestanca
bia, Perú,México y oiros paísesde América Central y Brasil. EI intercâmbio, la
:=,ii:UnEIÜÜ:lÜ:
c:i::i: $ $X8
sl€1oxx Pero, si el postestructuralismo --y sus sucedâneos,como el posmoder-
cooperación, el debate, facilitados por las nuevas redes cibernéticas de comuni-
cación, se incrementaron en la región. Eventos de envergadura modificaron la
nismo-- fue importante por su naturaleza iconoclasta,poco hicieron para rellenar regia en las agendas académicas de muchos países. Las asociaciones y entidades
el vacío doado en el lugar de los ídolos derrumbados. La solución no era simple- representativas contribuyeron sensiblemente en todo eso. Determinados autores
mente abandonar la teoría2s y sí, por el contrario, rescatarla, mejorarla, de modo localescomienzan a ocupar espaciosde relieve en el debate internacional. Todo
esofue posible porque los historiadores latinoamericanos tuvieron que aprender
casi desde siempre a construir sus espacios institucionales en condiciones muy a
2 5 No pienso sólo en el marxismo, sino en todas las teoria! que piensanlo social como una tota-
lidad, desdeM'ebera Ellas, y en todos los críticos de la modernidad que se puct'esenevocar. menudo adversas,con escasezde recursos, administraciones ineficientes y muchas
JURANDIR MALERBA
90

ya comenzó a ser abierto.


LA HISTORIA CUANTITATIVA EN AMERICA LATINA

Heraert S. Kiein

En todos los períodos de la Historia y en todas las regiones del mundo los gobier-
nos y los particulares han producido información cuantitativa. Así, por ejemplo,
las sociedadesprecolombinas tenían que contar los ciudadanos, los impuestos,
los cautivos, las mercancíasalmacenadasy una gran cantidad de cosasmás para
mantcner su completa organización; de esa época tenemos información de tipo
cuantitativo que va desde los quipus incas hasta los códices aztecas. A su vez, las
huestes conquistadoras ibéricas llevaron a las nuevas tierras la preocupación, tan
arraigada entre los europeos, por contar y cuantificar todo lo quc los rodeaba
(Crosby, 1997). En la época de la Conquista los ibéricos se encontraban en la fase
de transición entre los números romanos y los números arábigos y habían empeza
do incluso a utilizar una contabilidad por partida doble en sus libras comerciales
particulares. Dados estouantecedentes, espaííoles y portugueses pronto comenza-
ron a consignar todo lo que veían con un sistema de numeración moderno. Incluso
los cronistas daban dimensiones numéricas a cuanta cosa observaban: ya se tratara
de cuentas comerciales, familiares o institucionales, los particulares y las entidades
llevaban libros de contabilidad. Tanto las organizaciones como las personasque
construyeron las nuevas ciudades de América registraban pormenorizadamente
los gastosde edificación, los sueldos de los obreros y los precios y cantidades de
productos utilizados en las obras. Los particulares también dejaban constânciade
sus haberes o de las cantidades de mercaderías que se vendían unos a otros o del
alquiler que pagaban por su vivienda ante notários designados por el rey, de modo
que hasta sus transaccionescuantitativas cotidianas pasaron a ser fuentes para la
historia
En el centro mismo del gobierno imperial existió un afán cuantificador. Por ra-
zones fiscales y militares, el Estado imperial espaóol contaba sus residentes, índios,
negros, espaóoles, livres y esclavos, y adicionaba los numerosos impuestos que re
caudabay las mercancías que vendia en el Nuevo Mundo. Hasta la lglesia contaba
susfieles, ya fuesen índios recién conversos o sus antiguos seguidores cristianos.
Desde la época del Concílio de Trento, a finales del siglo xvi, la lglesia católica ro-
manaconsignó cuidadosamente en cada parroquia del reino todos los sacramentos
recibidos por sus feligreses, desde los nacimientos y confirmaciones hasta las bodas
y las defunciones(Morín, 1972: 389:418). Los tribunales e incluso la inquisición
HERBERT S. KLEIN LA HISTORIACUANTITATIVA EN AMÉRICALATINA 93
92

implantado organismos especializados,como el UNICEF, y diversas oficinas del


PNUD en casi todos los paíseslatinoamericanos y éstashan producido abundantes
informaciones estadísticassobre todos los temas, desde la pobreza y la educación
hasta la salud o el nível de vida e incluso han creado el índice de desarrollo hu-
mano. Las oficinas rcgionales de las Naciones Unidas y sus servidos estadísticos
y demográficos--CEPAL y CELADE, en Chile-- del mismo modo que la oficina
regional de la OIT, en Limo, han sido grandes productores de informaciones cuan-
titativas esenciales,tanto por paísescomo en el ambito regional. Esosorganismos
internacionales también han elaborado importante información cuantitativa que a
vecesni siquiera sepuede obtener de los propios paíseslatinoamericanos. Es lo que
sucede con la FAO, con sede en Romã, que es de por sí la más importante quente de
información agropecuária sobre el continente americano. Tanto el Banco Mundial
como el FMI, la OMC o incluso la OCDE general anualmente información sobre
las economias y el comercio de los paísesde América Latina y a menudo elaboran
informes especializados sobre determinados paísesy temas pertinentes para la re-
gión. Por último, gobiernos extranjeros como el de los Estados Unidos y los de la
Unión Europea también producen datas sobre los paíseslatinoamericanos. En una
palabra, hoy en día entre los institutos nacionales de estadísticas,los ministerios de
los paísesy las organizacionesinternacionales, América Latina está, como nunca
antes en su historia, bien prevista de datos cuantitativos fundamentales de carácter
social, económico e incluso políticos
En comparación con estavastísima mina de recursos cuantitativos, que abar-
can desdela época anterior a la Conquista hasta la fecha, es sorprendente que se
hayan realizado tan pecas investigaciones de historia cuantitativa. Eito no quiere
decir que se trate de una nueva metodologia que requiera ciertas competências
poco habitualespara ser aplicada. Paraempezar,es claro que ha habido investiga
cisnes históricas cuantitativas desdeel siglo xv. Ya los cronistas contaban poblacio-
nesy debatíansobreel tamaííode los exércitos.Los oficialesde la RealHacienda
efectuaban constantemente serias investigaciones históricas cuantitativas cuando
reorganizabanlos despachosdel tesoro o trataban dc determinar las tendênciasa
largo plazo de los ingresos fiscales o la producción local'. Los naturalistas y explo-
radores europeos que llegaron a América en el siglo xvm y a comienzosdel siglo
xix no estaban menosinteresadosque los oficiales redes en contar las cantidades
de animales, personas y recursos que encontraban en América. Si bien el primer
cuantificador fue, por supuesto,Alexander von Humboldt (Humboldt, 1973) to-
dos los espaãoles,portugueses, franceses,inglesesy ademanesque llegaban a Amé
rica también contaban lo que veían, leían y experimentaban.

2. Véase una guia sobre las quentesrelativas a un solo país disponibles en ecosorganismosin-
ternacionales y nacionales en Klein y Vidal Luna, 2004: 701-715. Existen, por supuesto, varias colec-
ciones estadísticas históricas entre las cuales cabe citar Mamalakis. 1978-1989= INEGI. 1994: IBGE.
1990; la muy poco habitual recolección de quadrosestadísticosreunidos en IBGE, 2004: http://www.
ibge.gov.br/; y SánchezTorres, 1998
3. Por exemplo,Fonsecay Urrutia, 1978 y EscalonaAgüero, 1941. Análisis cuantitativosen
machasde las famosasvisitas e informes de los oidores, intendentes y otros funcionários oficiales en
el período colonial. Véanse,por exemplo,los que se encuentran en la colección de Angelis, 1969; en
Florescanoy Gil, 1973; en Areljano Moreno, 1970; y en la colección clásica,más antigua, de Jiménez
dela Espada,1965.
1. Seencontrará una útil guia sobre elas publicacionesen Gregory, 1966.
LA HISTORIA CUANTITATIVA EN AMÉRICA LATINA 95
H ERBERT S. KLEIN
94

un producto final que definirá todos los aspectosde la experiencia humana. Todo
análisishistórico cuantitativo estádeterminado sobre todo por las preguntashistó-
ricas que uno hace a los datas y no por los propios números en bruto. En segundo
lugar, los propios datos deberían sometersea las mismas pruebasde validez que
se aplican a los datos qualitativos: quién produto los números, qué representativos
son de la población que se examina y qué «tendencias» han de encontrarse en su
producción. Todas estas preguntas deben contestarse antes de que los datos sean
utilizables y, como todas las quenteshistóricas, pueden analizarse con detenimiento
aun cuando no meantotalmente representativos de la población que ha de estudiar-
se o hayan sido generados de manera netamente tendenciosa. Las herramientas
estadísticas que pueden aplicasse a estas quentes dependerán, además, de su calidad
y alcance. Se han fecho excelentes investigaciones descriptivas utilizando sencillas
medidasde relación que sólo indican tendenciasy movimientos generales.Otros
han conseguido resultados igualmente buenos mostrando relaciones causalesentre
los diversos números mediante la utilización de completos análisesmultivariantes'
Perocua]quiera que seae] nível de complejidad estadísticaaplicado, el análisisde
los datos históricos cuantitativos es una parte fundamental de la labor de los his-
toriadores. Sin esainvestigación no pueden deducir cómo es el bosque a partir de
los árboles... ni determinar siquiera que hay árboles.
Paralelamente al câmbio de las tradiciones intelectuales que supuso el predo-
mínio del análisis cuantitativo, en la última mitad del siglo xx también aparecieron
nuevas herramientas que por fin pueden hacer del análisis cuantitativo un proyec-
to mucho másviable que nunca antes. Hasta los últimos 25 aflos del siglo xx, el
análisishistórico cuantitativo era algo muy laborioso que se hacía manualmente.
Esta actividad artesanal de elevado costo limitaba el tipo de investigación histórica
cuantitativa que se podia realizar y requeria enormes cantidades de tiempo y de
dinero para ser llevada a cabo. Todo isto cambió con la introducción, primero,
de las calculadoraselectrónicasy a continuación, con el tratamiento de sarjetas
perforadas, a las que siguió rapidamente la aparición de la computadora. Las com-
putadoras centrales llevaron la utilización de las sarjetas perforadas a un nuevo
nível de complejidad.Adora bien, entre los deceniosde 1950 y 1970 el einpleo
de esasmáquinas representaba un gosto tan elevado que sólo poços historiadores
podían valerse de eserecurso. Despuésde 1980 la aparición de la computadora
personal finalmente permitió tener accesoa un instrumento de precio accesible
con el cual tratar sistematicamente
la información histórica. A estarevolución se
aóadió la llegadade programasinformáticos de baia costo y fácilesde aprender
con los que registrar y analizar los datos. Con estasbasesde datas electrónicas, las
horasde cálculo y los programas estadísticos,cualquiera que tenga algunasnocio-
nes de programación puede tratar y analizar los datos. A comienzosdel siglo xxí
la computadora personal, que hoy en día se encuentra sobre los escritórios de casa
todos los universitários del continente americano, es capaz de hacer más operacio-
nes y análisis que las computadoras centrales que costaban millones en el decénio
.e 1960

l nRSobre la utilización
éOJ-.)IJ?S de modelos contrafácticos y de estadísticasanalíticas, véaseFogel, 1967
H ERBERT S. KLEIN
LA HISTORIA CUANTITATIVA EN AMÉRICA LATINA 97
96

históricos pólo se han examinado unas pocas comunidades aisladas'. Sin embargo, se han
En el siglo xxl se dispone pues de enormes volúm.enes de.datas
realizado estudios de historia demográficaque utilizan vários de los procedimien-
cuantitativos y se cuenta con las herramientas que permiten realizar investigacio- tos inventados por los demógrafospara analizar las tendenciasde las poblaciones
nes con ese material a un costo relativamente bafo, tanto por lo que se refiere al nacionales
tiempo como a los recursos.Ahora bien, a pesarde estarevolución cuantitativa en Obra área importante de investigaciones históricas cuantitativas que concier-
el pensamientooccidental y de la llegadade estasextraordináriasherramientas, ne tanto a la historia demográficacomo a la socialy que recientemente
se ha
los historiadoresdel continente americanohan demostradocierta lentitud a la desarrollado en América Latina ha sido el estudio de la esclavitud africana en las
hora de adoptar el análisis cuantitatjvo y han sido sorprendentementereticentes a regiones donde constituyó un importante componente de la población local. Los
emplearlo. No se quiere decir con elmoque no se hayan registrado algunosavances modelos utilizados en estasinvestigacionesproceden de los estudios norteameri-
en estecampo pelo evidentemente a menudo se trata. de centros de.interés aislados
canos sobre la esclavitud, en los cuales economistas e historiadores han trabajado
que se han integrado sólo en parte .en.debateshistóricos más.ampliou: Juntos para producir algunas de las investigaciones cuantitativas más originales
Entre los primeros y más originales temas que ha abordado la investigación sobre la historia norteamericana. La escuela de historiadores económicos de Sáo
histórica cuantitativa en América Latina se encuentra uno caro.a las preocupa' Paulo descubrió y utilizó censosdel Estado colonial e imperial, antes desconocidos
e inéditos, que van aproximadamente del decenio de 1770 hasta el de 1840, para
los primeros estudios sistemáticosde la población y la producción en los estados
de São Paulo, Minas Gerais y Paraná y que han tenido importantes repercusiones

t$ÜÜliàHi;B f: :;?ll:1liW
los erectos de la conquista espaóola en las poblaciones amerindias de América,
en la revisión de las ideas existentes anteriormente sobre el Brasil del sigla xix.
Esta escuela, que inicialmente se concentró en la esclavitud, pasó luego a examinar
también la estructura de las poblaciones no esclavistas'. Por medio de los mesmos
modelos y tratando cuestiones similares en relación con las poblaciones africanas
estosestudiososde la Universidad de California intentaron reconstruir con sumo esclavas,hubo importantes estudios sobre esta población que se llevaron a cabo
cuidado el tamaíío y' la distribución de las poblaciones precoJombinas de Méxjco en Cuba, Colombia, Perú y México. Asimismo, Moreno Fraginals, Bergad y otros
y el Caribe. A continuación estimaron la reducción de esaspoblflclones amenndias realizaron estudios sistemáticospara reconstruir los precios de los esclavosen el
verdaderamente as-
trás la Conquista y llegaron a cifras de pérdidas de población siglo xix (Bergad, 1996, 1999; Moreno Fraginals, 1983: 97-120; Queirós Matto-
tronómicas.A partir de estalabor desarrollaronel.temade las repercusionesque so, 1986: 59-67).
las enfermedadeseuroasiáticastuvieron en las poblaclonfls americanasvírgenes.
Vinculado con este tema, el estudio de la trata atlântica de esclavosy otras
Esta muy rigurosa investigación sobre las matrículas.del tributo i.ndígenay las his- poblaciones de inmigrantes en el continente americano se inició en América Latina
torias de las epidemias en ese período ha sido probablemente la investigación más con el trabajo de Curtin, Eltis y otros, especialmente en relación con Cuba y Brasil.
original de cualquier tipo que jamás se haya realizado en el continente, sin contar La base de datos de reciente creación de la Cambridge University Presssobre la
con que tuvo enormes repercusiones en el estudio mundial. Es, ademãs,un área ae trata atlântica de esclavos constituye en realidad una de las mayores bases de datos
nlvestigadón que se ha ido expandiendo constantementea lo largo del tiempo y estadísticos sobre la historia latinoamericana. Ya se ha determinado la magnitud de
el espacio y que también se ha reevaluado constam.temente.EI trabajo cuantitatlvo la migración, se conocen los orígenes de los africanos y, en cuanto al viaje, sesabea
que han efectuado ha sido cuestionado pero también apoyado en los últimos aços ciencia cierta cómo fueron transportados a través del Atlântico, cuánto se demoró
y promete ser un tema inagotable en la historiografia de Américas. esatravesía,cuálesfueron los puertos de partida y de llegaday cuálesfueron las
/ r'Aparte de las cuestiones demográ6cas más .amplias planteadas por la «Escue-
Latina casasde mortalidad (Eltis, 1987; Eltis et a/., 2000; Klein, 1999; Curtin, 1969).
la de Berkeley»,ha cabido dentro'de la historia demográficade América Asimismo ha habido muchos estudios sistemáticos sobre la inmigración europea a
algunas tendencias que han seguido la evolución europea. Se.realizaron pocos América Latina, sobre todo a Argentina y Brasil. En los últimos aços sehan llevado
estudios de reconstitución de las famílias en pequenas comunidades de América
Latina, siguiendo los modelos elaborados por Louis Henry en relación con las po
6. Véase,por exemplo,Calvo, 1972: 7-41 y Klein, 1986a. Sobre la aplicabilidad del modelo de
blacionesanteriores a los censosmodernos. Dado lo árduo de estareconstrucción la reconstitución de las famílias de Louis Henry a'las parroquias coloniales mestizas,véaseRobichaux,
histórico-demográfica y el hecho de que haya habido tantas migraciones internas, 2001. Un exemplode utilización de los registros parroquiales como quentegeneral para el análisis de:
mográfico se encontrará en Rabe]1, ] 990.
7. Nos referiremos tan solo a dos paísespera bastará para ver la vasta documentación de que
sedispone sobre esos temas; en el caso de Brasil'están los estudios clásicos de Marcílio, 1974, 1986; y
Melrick y Graham, 1979. Una útil introducción a algunosde los numerosos estudiosde historia demo-
gráficade México se encuentra en Calvo, 1994 y Malvido y Cuenya, 1993.
8. Muchos de estastrabajos se resumenen Vidas Luna y Klein, 2003. Sobre los pequei\os agri-
cultoresque no poseíanesclavos,véaseNero da Costa, 1992;' y sobre los negros libres, Klein y Vidal
Luna,20õ0: 91j-941.
995
1995b
99
H ERBERT S. KLEIN LA HISTORIA CUANTITATIVA EN AMÉRICA LATINA
98

tendencias económicas y fiscales generales de los siglos xv a xix se van clarificando

] 1. Sobre el esfuerzo internacional por construir las seriesde precios en Europa y América del

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y Bortz y Haber, 2002
68511118.Sobrela utilización de estesregistros fiscales para analizar las tendências económicas en Brasil,
Klein, 1989: 347-372.
H ERBERT S. KLEI N LA HISTORIA CUANTITATIVA EN AMÉRICA LATINA 101
100

existen en casi todos los paíseslatinoamericanos y que tan pólo ahora se están
transformando en un centro de interés importante para los historiadores que tra-
tan de entender la evolución de las actitudes de la población. Existe, por supuesto,
un trabajo importante realizado sobre la historia económica moderna de América
Latina en relación con la cuestión de la constitución de las cuentas nacionales. el
crecimiento, el comercio, la bancay el crédito, la industrialización, la distribución
de la renda y la pobreza, por no nombrar sino algunos de los temas estudiados.
Pero hasta la fecha pecos historiadores se han aventurado en estos terrenos y es
muy escapoel diálogo entabladocon los economistasal respecto.
Como puede verse,son numerososlos camposy temasque aún dele estudiar
la historia cuantitativa de América Latina. Ajgunos de elles están siendo exami-
nados en otras historiografías nacionales o por atrás disciplinas dentro de deter-
minados paísesy otros aguardan a historiadores procedentes de cualquier país.
Sin embargo, la historia cuantitativa se ha transformado en un campo de pleno
derecho en América Latina y hay sectores en que los historiadores de la región han
desarrollado excepcionales temas o escuelasde análisis que han tenido resonancia
en la historia mundial. Pero el aspecto crucial que ha de destacarsees que ningún
campo de la historia puede hacer caso omiso de las cuestionescuantitativas, ni
siquiera de los métodos cuantitativos: en erecto, sin ese planteamiento no pueden
entenderse las grandes instituciones, las poblaciones ni los acontecimientos. Dadas
las extraordinárias herramientas de las que se dispone actualmente para realizar in-
vestigaciones cuantitativas sistemáticas, incluso en los países latinoamericanos más
pobres, y la vasta cantidad de registros coloniales y nacionales a que se tiene acceso
hoy en día, es de esperar que seabra una nueva era de invcstigaciones cuantitativas
todavia más sistemáticas y enjundiosas.

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5

LA DEMOGRAFIA HISTÓRICA EN AMÉRICA LATINAS

Héctor PérezBrignoli

LA DEMOGRAFIA HISTÓRICA EN EUROPA Y ESTADOS UNIDOS


UN CAMPO INTERDISCIPLINARIO ESPECIALIZADO

La demografiahistórica como un campo de estudiosinterdisciplinario y especia-


lizado se constituyó a mediadosdel siglo xx. Por el contrario, la historia de la
población, en cuanto menciones del total de habitantes y algunos otros rasgos
descriptivos sobre la población, data del siglo xvm, y por lo general forma un ca-
pítulo o sección de los estudios de historia económica, el estudio sistemático de la
demografia de las poblaciones del panado es mucho másreciente. En forma simple,
la deinografía histórica puede definirse como la aplicación a las poblaciones del
pesado de los métodos y conceptos que se usan para el estudio de las poblaciones
contemporâneas.La clasificaciónde las quentesde información usandola grada-
ción: «época pre-estadística», «época proto-estadística» y «época estadística», tam-
bién usual en la historia económica, demarca en forma precisa las posibilidades de
aplicación de dichos métodos y conceptos. Con quentes de tipo «pre-estadístico» la
demografia histórica encuentra limites senos y resulta virtualmente impracticable;
no esposible ir más alia de la simple indicación de algunos rasgos descriptivos (y a
menudo inseguros) sobre la población. La demografia histórica surgió pues como
un derivado de la demografia sin luas. EI recurso a datos históricos se originó en
preguntasy preocupacionescientíficasmuy específicas.Dicho en oiros términos:
la demografia histórica europeu y norteamericana nunca fue propuesta como una
disciplina independiente, aplicable a todo tiempo y lugar.
EI ejemplo de Louis Henry es, en estesentido, particularmente característico.
Demógrafo del INED (Paras)y especialistaen el estudio de la fecundidad, Henry
busco dadoshistóricos (registros parroquiales) y la colaboración de historiadores
y archivistas (M. Fleury) para resolver un enigma que atormentaba a demógrafos
y políticos: la temprana caída de la fecundidad francesa. Henry percibió que la

1. Una versión preliminar de estecapítulo fue presentadaen el l Congreso de la Asociación La-


tinoamericana de Población, ALAR realizado en Caxambú --MG-- Brasil, del 18 al 20 de septiembre
de 2004. EI autor agradecelos comentários y sugerenciasde Hernán Otero, Sergio Odilon Nadalín y
David S. Reher.Aunque las citas bibliográficas son abundantes,el presentetrabajo no tiene pretensión
deexhaustividad
HÉCTOR pÉREZ BRIGNOLI LA DEMOGRAFIA HISTÓRICA EN AMÉRICA LATINA 105
104

su estructura de edadesy los principales indicadores demográficosde mortalidad


y fecundidad para el período 1571-1871. Aunque la reconstrucción de Wrigley
y Schofleld se base en un método de proyección retrospectiva que denominaron
bacê-projiecfiofz, éssese apoyaba a su vez en un procedimiento más simple, y de
aplicación másuniversal, ideado por Ronald D. Lee en 1974 (Lee, 1974), conoci-
do como i/zuerse-projíecfíon. EI método propuesto por Lee se basa en la ecuación
general de reproducción de Lotka y utiliza las series vitales agregadas para obtener
estimaciones anuales o quinquenales de los principales indicadores demográâcos.
En 1997 el Cambridge Groz/p publicó finalmente los resultados obtenidos median-
te un uso limitado de la reconstitución de famílias, algo necesariopara confirmar
las líneas básicas de los resultados obtenidos con los métodos agregados (Wrigley,
1997). Finalmente, E. A. Wrigley publicó (Wrigley, 1987, 1988, 2004) 1oque pue-
de considerarse una suma de la contribución del Cambridge GrouP a la historio-
grafia y las ciencias sociales:una reconceptualización de la revolución industrial,
la dinâmica de la población y el crecimiento urbano, y las estrategiasindividuales
de matrimonio y reproducción.
En 1963 la OÁ#ceo/Popzz/afío/zResearcbde la Universidad de Princeton lan-
zó el Princefon EuropeíznFeri//ffy Projfecfbajo la dirección de Ansley J. Coale.
EI proyecto culminó con una conferencia en 1979 y la publicación, en 1986, de
un volumen de resumen(Coale y Watkins, 1986). Entre medias,salieronvolú-
menesmonográficos con estudios sobre Alemania, Italia, Portugal, Francia, Gran
Bretaóa, Rusgay Bélgica, y una apreciable cantidad de artículos y manuscritos.
EI proyecto se propuso estudiar el descensode la fecundidad en Europa desde
el signo xvnl hasta mediados del siglo xx utilizando datos censales y estadísticas
vitales. Coale disefió unos índices estandarizadosde fecundidad que se calculan
utilizando la fecundidad por edad de las mujeres huteritas (una secta religiosa
de EstadosUnidos que presentauna fecundidad de las más altas jamás obser-
vadas), y los nacimientos y proporciones de mujeres en cada grupo de edad,
en ]a población observada.Así se obtienen índices comparablesque miden la
fecundidad (marital y total) como un porcentaje del nível de fecundidad de las
mujereshuteritas. Dicho de oiro modo, los índicesde Coale estandarizanla
estructura por edad observada según su capacidad de contribuir a la reproduc-
ción de acuerdo con los modelos de las huteritas. Para calcular estosíndices de
Coale se necesitan distribuciones de la población femenina por edad y estado
civil (data censal)y el total de nacimientos,dentro y fuera del matrimonio, en el
mismo alto (registros vitales). Casi todos los países europeos tienen este tipo de
información a partir del siglo xix, en intervalos máso menos regulares; por esta
al final de la encuesta fue posible mapear las variaciones de la fecundidad a nível
geográfico desagregado (províncias, departamentos o cantones) y a lo largo del
tiempo. Desdeel ângulo descriptivo el Princefon Pro/ef fue muy exitoso y logró
presentar hallazgos sólidos a partir de un uso masivo pero económico de datos
censalesy estadísticasvitales. Los resultados tuvieron mucho menos impacto en
quanto a las explicaciones sobre el descensode la fecundidad; las correlaciones
observadascon variablescomo la alfabetización.la mortalidad infantil o la ur-
banización (entre otras) nunca fueron suficientes como para formular un modelo
explicativo de los ritmos y distribución espacialdel descensode la fecundidad
LA DEMOGRAFIAHISTÓRICA EN AMÉRICA LATINA 107
HÉCTOR pÉREZ BRIGNOLI
106

En EstadosUnidos la demografia histórica también se consolidó a mediados


europea. En otros términos, no se pudo ir mucho más alia de la observación del siglo xx pero como campo de estudios nunca tuvo autonomia con respecto
a la sociologia y la economia. Elmose debió en parte a la naturaleza de los temas
estudiados y al tipo de quentesdisponibles. Metodológicamente, los enfoques fue-
ron siempre más sociológicos o económicos que demográficos mientras que en las
fuentes predominaron, por su riqueza y disponibilidad, los dados censales. Debe
notarse que Estados Unidos tiene censosnacionales levantados rigurosamente cada
diez aços, a partir de 1790, con la posibilidad ademásde accedera las boleias
originales, conservadasen los archivos. La explotación de estasquentesno reque-
ria, ni requiere, de métodos específicos, diferentes de los ya desarrollados por la
sociologia, la estadística económica o la econometría. Las investigaciones se orien-
taron en varias direcciones diferentes: la inmigración europea y el poblamiento de
inmensas áreas «vacías»(la frontera) en una marcha hacia el Oeste que se extiende
a lo largo de dos siglos (Turner, Billington, etc.); el binomio urbanización-indus-
trialización (Kuznets,Eastcrlin,etc.); la trata, la esclavitudy la abolición (Fogel,
Engermann,Genovese,Curtin, Brion Davis,Eltis, etc.).
La llamada «Escuelade Bcrkeley» fue la única, en el contexto europco y norte-
americano, que se orientó a una temática latinoamericana. Surgió, en la década de
1940, de la confluencia de especialistas en historia colonial (L. B. Simpson y luego
W Borah), geografia histórica y cultural (C. Sauer) y biologia (Sh. F. Cook), focali-
zada en el estudio de las poblaciones indígenas mexicanas. AI comienzo las preocu-
paciones versaron sobre enfermedades, erosión y capacidad agrícola de los suelos,
y producción de alimentos y aumento demográfico. Un poco después,la obra con-
junta de Cook y Borah se orientó al estudio de las poblaciones indígenas y su bru-
tal descensoen el signoxvl como consecuenciade la Conquista. La colaboración
continuó hasta la muerte de Cook en 1974 y se traduzo en muchas monografias y
artículoss.Borah, por su parte, continuó publicando e interviniendo en múltiples
debateshasta su fallecimiento en 1999. En su conjunto, la obra de Cook y Borah
revolucionó el gran debate originado por la conquista espaí\ola al proponer cifras
y diferentes métodos de estimación, mientras que desecharon la tesis «homicídica»
formulada por el padre Las Casasen el signo xw y repetida luego incesantemente
por los protestantes holandeses e ingleses, enemigos de la corona espaóola. En
lugar del homicídio, Cook y Borah plantearon que la principal causa de la caída
demográfica habían sido las enfermidades traídas por los conquistadores europeos
a una América biológicamente aislada del Viejo Mundo. Más tarde, otros autores
reiteraron y complementaron la tesis de Cook y Borah sobre el papel explicativo
preponderante de las epidemias (Crosby, 1972, 1986; Cook, 1998). En cuanto a
las cifras, los cálculos y métodos propuestos por Cook y Borah desataron grandes
polémicas: suscifras sobre las poblaciones amerindias al momento de la Conquista
indicaban niveles mucho más elevados de lo que se pensaba hasta entonces. Aun-
que ya nadie discutia la vertiginosa caída de la población, persistían las dudas y
los debates en cuanto a las Cifras que era razonable poner en el gráfico respectivo.
2. Ver el Repica' SymPosiu/FZen Coale y Watkins, 1986: 323-340, con artículos de Charles Tilly, Aunque la contribución de la Escuelade Berkeley se limitó a la llamada catástrofe

=;#$W,::ltf:'::i!:::::::::i
essobre todo la concepción del câmbio tecnológico.
5. Las principales son: Borah y Cook, 1960a, 1960b, 1963, 1968, 1989, 1971-1979; Cook y
Simpson, 1948.
LA DEMOGRAFIAHISTÓRICA EN AMÉRICA LATINA 109
HÉCTOR pÉREZ BRIGNOL
108

En la misma época en que se constituyeron núcleos de investigación locales,


vários jóvenes investigadores norteamericanos y europeos comenzaron también a
ocupasse de temas de la demografia histórica latinoamericana. Entre los más desta-
cados se cuentan Claude Morin (Morin, 1973, 1979), Marcello Carmagnani(Car-
magnani, 1972; Carmagnani y K]ein, 1965), T. Ca]vo (Ca]vo, ]973, 1992), Her-
bert S. Klein (Klein, 1969, 1978, 1986b, 1996), Robert McCaa (McCaa, 1983a,
y brutaleen ::l ada ievisiónine la I' emografía histórica europea y norteamericana 1993b, 1996, 2000), Silvia Arrom (Arrom, 1985), Nobre D. Cook (Cook, 1981,
1982), George Lovell (Lovel1, 1985) y E. Kuznesof (Kuznesof, 1986). La agenda
de investigación obedecia, sin embargo, a intereses y decisiones de los mediou
académicos foráneos. Con pocas excepciones, los temas tratados y los debates
suscitadosresultaron ajenos a las corrientes dominantes entre los intelectuales la-
tinoamericanos.
La aparición de los núcleos de investigación recién mencionados reflejó tam-
bién una situación nueva: por primera vez había un grupo considerablede lati-
noamericanosque se formaba profesionalmente, con estudios de posgrado, en
universidades europeas y norteamericanas. EI caso de Mana Luiza Marcílio es, en
demográfica. en este sentido, exemplar. Realizó su doctorado en Francia y fue la primera dis-
cípula latinoamericana de Louis HenW. Su tesessobre la demografia de la ciudad
de São Paulo fue primero publicada en francés (1968; edición brasileóa en 1973)
LA DEMOGRAFIAHISTÓRICALATINOAMERICANA: UN TÍPICO EJKMPLO
DELADEPENDENCIACUIIURAL con un prólogo del connotado maestro (Marcílio, 1973). Estelibro pionero revela
también los desafiosimplicados al intentar aplicar el método de la reconstitución
de famílias fuera de Europa. En parroquias de inmensa extensión territorial, afec-
tadas por migraciones y notables diferencial étnicas, y con registros de calidad
variable, la empresase revela casiimposible; o en todo caso, muy poco fructífera.
En Curitiba (Universidad Federal de Paraná) la situación fue más favorable debido
a la existencia de comunidades de inmigrantes europeos (Nadalin, 2001; Bideau
y Nadalin, 1988) que se mantuvieron unidas (y relativamente segregadas) durante
mucho tiempo. Louis Henry, Ajam Bideau, Jacques Dupaquier y otros demógrafos
históricos franceses y canadienses fueron invitados a dar cursos y conferenciar
en Curitiba y orientaron un apreciablenúmero de tesisde doctorantesbrasileõos
(Burmester,1981; Andreazza,1996; Ranzi, 1996). Pero la experienciaexitosa
de Curitiba confirmaba en realidad la regia: sólo en casos y situaciones excepcio-
nales, la reconstitución de famílias daba los frutos esperados (Salinas M., 1982;
PérezBrignoli, 1986). Henry publico incluso una primera versión (abreviada)en
portugués (1977) de su libro Zecb/ziqz/esd'alzalyse en démograpbie blsfor/qz/e; allí
propuso métodospara explorar las listas nominativas de habitantes,una quentede
poca importância en la Francia de Antiguo Régimen pelo de gran relevância para
el caso brasileflo. Incluso en la edición francesa de dicho libré, publicada por el
INED en 1980 (trad. espahola, 1983), Henry expandió todavia másel tratamiento
de dichas quentes (Henry, 1967).
La trayectoria intelectual de Mana Luiza Marcílio seguesiendo exemplaren
quanto a los alcancesdel impacto de la demografia histórica europea en la his-
toriografia latinoamericana. En su tesis de «livre docencia» de 1974 Cfescimenfo
(SánchezAlbornoz, 1994)-
demogra/icoe ez/o/wç.íoagrária paz//ísfa(] 700-] 836), lamentablemente sólo pu-
blicadaen 2000 (Marcilio, 2000), utilizó una muestraprobabilísticade las listas
6. Publicacionesimportantes del grupo mexicano son: Rabel1,1986; Malvado y Cuenya, 1993; nominativas de la Capitania de São Paulo para reconstruir la dinâmica de pobla-
Florescanoy Malvido, 1982.
H ÉCTO R pÉREZ BR[ G N O L LA DEMOGRAFIAHISTÓRICA EN AMÉRICA LATINA ll l
110

En Santiagode Chile, el Centro Latinoamericanode Demografia(CELADE)


ción paulista en relación con la historia agrária; en los aspectoli :interpreliativos
promovió una línea de investigación en demografia histórica entre 1973 y 1977.
utilizó imaginativamente las ideas de Ester Boserup. En .Caiçara (Marcílto, iVõó),
En eseesfuerzo colaboraron historiadores chilenos como Rolando Mellafe (Me-
un estudio monográfico sobre la población de Ubatuba (un pueblo de agricultores
llafe, 1959, 1964) y René Salinas Meza (Mellafe y Salinas, 1988) y demógrafos
y pescadoresdel litoral norte de São.Paulo).en el período 1790-1872, aplico:con del CELADE como Jorge Somoza y Carmen Arretx. Un volumen con los princi-
éxito el método de reconstituciónde famílias, utilizando los datos de. las listas
palesresultadosfue publicado en 1983 (Arretx, 1983). EI esfuerzode CELADE se
nominativas; pero para lograr una certera profundidad histórica recurrió también orientó en dos âmbitosdistintos: la evaluaciónde fuenteshistóricas,sobre todo
a los catastros de 1817 y 1855, y a quentesadicionalesque le permitieron recons-
coloniales, y su posible uso demográfico; y la aplicación de algunas técnicas de es-
truir la historia agrária del município. Calçara es también, y sobre todo, un estudio
timación indirecta a datos históricos;. En el primer ambito se publicó un resumen
de historia social Ambos libros muestran'bien que la másbrillante especialistaen
referido sobre todo a quenteschilenas y peruanas en el cual se pudo apreciar el vas-
demografia histórica de Brasil buscó, desde.muy temprano, salidas havia la historia
to conocimientoy experienciade RolandoMellafe. En el segundoaspectose pu-
económicay social Dicho de oiro modo: la justificacióny perspectivade ambos blicaron artículos en los que se aplicaron algunas técnicas de estimación indirecta,
estudios se localiza lucra de la demografia. originalmente creadas por William Brass,como los cálculos de la mortalidad ba-
En México la mayoría de los trabajos se orientó al estudio de parroquias para
sados en datos de orfandad y de la estructura por edad de las muertes. También se
obtener series anuales de bautizos, matrimonios y entierros. Un resumen de los
aplicó el método de reconstrucción de famílias a genealogias chilenas y se calculó
principales resultadosfue publicado por Cecilia Rabeloen 1990 (Rabelo,lyyU). Ei la fecundidad aplicando el método de hinos propios a una muestra del censo argen-
énfasis de estos estudios se localiza en los siglos xvn y xvm, con avancesocaslona-
tino de 1895. En 1984, la comisión de demografia histórica de la IUSSPorganizó
les en el signo xlx, mientras que la observac.iónanual de los.eventos vitales permite
cn Costa Rica, con la activa participación de CELADE, un seminário internacional
estudiar el impacto de las epidemias y crisesde mortalidad, y su eventual.correia
sobre las estimaciones de la mortalidad a partir de los datas de orfandad. Se pre-
ción con carestías,hambres y crisis agrárias. Más tarde se agregaron estudios sobre
la Ciudad de México (Pescador,1992; Maldonado, 1976), Puebla(Cuenya, 1987) sentaron aplicaciones para vários lugares de América Latina pero en el con)unto
los resultados fueron decepcionantes: quedaron muchas dudas sobre los resultados
y Parral (McCaa,'1983a). La estrategiade investigaciónmexicana,focalizadaen obtenidos, la calidad de la información requerida para aplicado, y las bondades del
estudios agregados de parroquias, fue seguida en Costa Rica durante las decadas
método en sí mismo (McCaa, 1985). En cierta forma, este seminário fue el cierre
de 19i0 y 1980. Los resultadosde estestrabajos permitieron al autor del presellte de las incursiones de CELADE en la demografia histórica. Mostró bien lo limitado
trabajo reconstruir las estadísticasvitales anualesdel país para el período 1750- de un enfoque que se orientó sobre todo a aplicar y recomendar el uso de algunas
1900(PérezBrignoli,1988). . . .. , :.
técnicas de estimación diseóadas para suplir la falta de datos en la demografia del
Tercer Mundo. Como ya lo había mostrado el optimismo ingenuo que acompafíó
la primera difusión de la obra de Louis Henry, la investigación de la historia de la
población latinoamcricana exige pensar primero cuálesson los temasy problemas
impulsó estudios en la décadade 1970, la mayoría de los cualessólo fueron pu'
blicados una vez concluída la dictadura militar del período 1976-1985 (Arcondo: fundamentales que se requiere esclarecer, buscar enseguida las quentes disponibles
y, por último, decidir sobre métodos y técnicas específicas. EI camino inverso lleva,
1992, 1998a, 1998b, 2000). Enseguida,surgieron grupos muy activos en .Tandil inevitablemente, a resultados poco significativos.
(Otero, ] 996; Otero y Velázquez,1997;Bjerg y Otero, 1995), en el Sur de l.apro- La i/zz,erre-pro/ecffon
(y posiblementetambién la óózcÉ-pro/ecríon)
esel único
víncia de Buenos Aires, en el Norte y el Noroeste (Jujuy, Tucumán, Salta, Chaco,
método de la demografia histórica que resulta facilmente aplicable en contextos
Corrientes) (Maeder y Bolsi, 1980; Maeder y Gutiérrez,.1995), mientras que en
diferentes al que le dieron origen (la población de Inglaterra). Las series vitales
Córdoba investigadores más'jóvenes (Celton, 1993, 1997) se sumab.an.al esfuerzo
anuales son un dito básico de cualquier cstudio demográfico y constituyen el prin-
continuado de Arcondo. En BuenosAires surgieron dos grupos .principales:.uno
cipal requisito para poder aplicar la fzzz/erre-pro/ect/o/z.
Por obra parte, la difusión
en Luján (Garavagliay Moreno, 1993) y otro en el Instituto Ravignanide la Uni-
versidad de Buenos Abres. . . . . de los recursosde computación desdela décadade 1980 y la disponibilidad de
un programa sencillo (McCaa y Pérez Brignoli, 1989)9 para efectuar los cálculos,
han hecho posible la aparición de vários trabajos con aplicaciones de este método
(PérezBrignoli, 1993, 1997; McCaa, 1989, 1993a).

1998) y Germán Colmenares(Colmenares, 1969, 1973, 1984)-


8.. Un antecedenteimportante se encuentra en la obras de Ai:riaga y Collver (Arriaga, 1968,
1970; Collver, 1965). ' ' ' ' ' ' '
9. Aunque con más trabajo, las estimacionestambién pueden hacersecon una haja electrónica
tipo Excelo Lotus.
7. Reedición de vários trabajos sobre esclavitud,población indígena y mestizaje.
HÉCTOR pÉREZ BRIGNOL LA DEMOGRAFIA HISTÓRICA :N AMÉRICA LATINA 1 13

112

con un abundante uso de censosy estadísticasvitales, acompaííadostambién de


materialescualitativos,que incluyen una excelenteselecciónde fotografias; en
cada período histórico considerado, la autora se esfuerza por enmarcar el tema en
el contexto del desarrollo socioeconómico del país. Por su riqueza informativa y
rigor conceptual, el estudio de Torrado constituye un verdadero /andmaré en el
campo de la historia de la família.
Desde un punho de vista metodológico se pueden distinguir, en todos los estu-
dios comentados, três perspectivas diferentes:
a) Los trabajos dedicados a famílias de las elites, basadospor lo general en
documentosnotariales y judiciales (Socolow, 1978, 1987).
b) Los estudios orientados a grandes conjuntos de la población, casadosne-
cesariamente en padrones, censosy eventualmente registros parroquiales (McCaa,
1983a,y Arrom, 1985).
c) Las investigaciones sobre mentalidades y representaciones, basados en aná-
lisis de discursos (Seed, 1991).
Esta distinción de perspectivas es puramente analítica y muchos autores utilizan
una combinación de ellas. Uno de los exemplosmássofisticados en la bibliografia re-
ciente es el estudio de Ramón Gutiérrez sobre matrimonio, sexualidad y poder en
Nuevo México en el período 1500-1846 (Gutiérrez, 1993). Bajo el contexto del
largo conflicto cultural entre indígenasy espaóoles,en un espaciodominado por
los misioneros franciscanos,el autor tecela historia del matrimonio, el parentesco
y las relacionesde poder con un marco conceptual que proviene sobre todo de la
antropologia social, e incluye también un abundante uso de dadosdemográficosy
una atención permanente a la mezcla racial y cultural.
Otro ambito importante relacionado con la demografia histórica son los estu-
dios sobre la inmigración masiva, ocurrida entre 1850 y 1920, de firme tradición
en Argentina (Lattes, 1972, 1985; Devoto, 2003; Devoto y útero, 2003), Brasil
(Merrick y Graham, 1979; Holloway, 1980) y Uruguay (Oddone, 1966; Rial
Ronde, 1982). Se trata, obviamente, de los paísesadonde llegó la mayor cantidad
de inmigrantes europeos. Hay que agregar enseguida los estudios sobre los culíes
chinos llegados a Perú y Cuba (Pérezde la Riva, 2000; Stewart, 1951), y sobre
la diáspora abro-caribeóa hacia Panamá y las costas centroamericanas (Canal y
plantaciones bananeras) (Conniff, 1985). Todos estou estudios tienen en común
un aspecto estadístico-demográfico (medida de los fluxos, datos sobre propor-
cionesen la población total, etc.) en el contexto de enfoquespropios de la so-
ciologia, la economiay la historia social. Magnus Mõrner intento en 1985 una
apreciación global sobre este tema pero los resultados fueron, lamentablemente,
superficiales (Mõrner y Sims, 1985). Recientemente también se han comenzado a
utilizar datos microdemográficos;el estádio modelo en estaperspectivaesel de
José Moya sobre la inmigración espaóola en Buenos Abresentre 1850 y 1930. EI
autor utiliza una gran variedad de quentes,incluyendo las cédulasoriginalesde
los censosde 1855, 1869 y 1895; la comunidad de inmigrantes se estudia desde
una doble perspectiva:la del origemen Espaday la de llegadaen BuenosAbres
(Moya, 2004).
10. Son particularmente útiles los balancestemáticos a cargo de Pedro PérezHerrero, Elizabeth EI poblamiento, la ocupación del territorio y la urbanización, estudiadosso-
bre todo por geógrafos, sociólogos y planiâcadores urbanos, interesan también al
Kuzilisof.gyéSilvltaaArrénel estudio clásico de Germana.
1 15
LA DEMOGRAFIAHISTÓRICA EN AMÉRICA LATINA
HÉCTOR pÉREZ BR\GNOLI
114
LOS GRANDESTEMAS DE LA HISTORIA DE LA POBLACIÓN EN AMÉRICA LATINA
UNAAGENDADEINVESTIGACION

De [a catástrofe demográfica de{ signo xw a la sobreuiuencia de las poblaciones


indígenas

''vv''' - ' ' -' ' ' '


. . . ., ..
en quanto factor causal con ellas basta y sobra para
(Cook,1998)consideranque .....:.....-..--.
Hli É!;XIÉm.E;l:i: :nn qWll
$$Húi;i:
:HlnnFnEH
En el caso del área andina, autores que conocen muy bien las quentes,como.Sem-

-a--v-I'--- ' '' '" : estudios macho más cuidadosos sobre la dinâmica
partqparecequese requiere . ., . .L=....=.l
r" sma de las epidemias, algo que requiere la colaboración entre historiadores, epi'
demiólogos y microbiólogos. Un aspecto no menos importante que el de la catás
uofe demográ6ca es el de la recuperación y sobrevivencia. de ciertas poblaciones
"v-', -'----võ'---- " ' avanzado mucho más ..
alia .,
de la constatación de la
indígenas.Porahora,noseh .. .....-....,..
supervivencia; sin embargo, es posible que en su explicación se encuentren claves
importantes para entender menorla catástrofe.

Trata y esclauitud

Se conoce bastante bien la trata, sobre todo gradas al trabajo de los historiadores
anglosajones(Curtin, 1969; Verger:1968.;Eltis ef.a1.,2000), pero falta mucho que
" nto a la demografia de la esclavitud, particularmente en el sigla
xix. Las sociedadesde América Latina y el Caribe siempre dependieron de la trata
(o de la esdavización indígena) para mantener la oferta de escravos; opor que fue
imposibleun sistemade crianzade esclavoscomo el que floreció en el Sur.de los
"' l -' s Unidos? EI caso de Brasil en el signo xix merece una atención especial: lle-
gan más de un millón de esclavos entre 181 1 y 1870 (Florentino, 1995 ; Florentino
y Góes, 1997).

el espíritu crítico
11JUHllmailHHjlB,ws';Lr ;:*::.:,:u:í;;::
HÉCTOR pÉREZ BRIGNOL LA DEMOGRAFIA HISTÓRICA EN AMÉRICA LATINA 117
116

La transición demográ$ca
La inmigración espafiola y portuguesa en [a época co]onia]
EI fin de las grandes epidemias esel primer signo de la transición. Desde mediados
Se requiere ir más alia de los estudios clásicos de Boyd-Bowman (Boyd-Bowman,
del siglo xwii hasta 1920, el espacio de crecimiento fue muy alto, poro después
1964-, 1973, 1985-). Sobre la inmigración portuguesase sabemuy peco. de 1920 y hasta la década de 1970, la aceleración del crecimiento fue casi espec-
tacular; luego seproduto una caída rápida de la fecundidad con perspectivasde
Mescla racial y mestizaje
un envejecimiento de la población, también acelerado. Se conocen bien las líneas
generalesde todo esteproceso pera ignoramos susmicrofundamentos.
Setrata de un tema de gran importância pero en el que se ha avanzadopoço,
más alia de la magnífica síntesesde Mõrner (Mõrner,.1.967). Se tiende .a reducir Políticas de población
el mestiz4e a las dimensionesculturales (/a pe/zséemétíssede Gruzinski), lo cual
es obviamente limitado. La reciente aportación de Salomon y Schwartz (1999)
Del poblacionismoa la planificaciónfamiliar. Seconocealgo del procesode des-
censo de la fecundidad pero se ignora casi todo sobre los aspectospolíticos de la
planificación familiar. éFue todo impuesto desde afuera y desde arriba?

(combinar análisis cuantitativo y cualjtativo) e incluye la expl.otación de quentes


La emigración reciente
necesariamente variadas y dispersas (desde padrones hasta prcltocol.os notariale9.
(Jna parte del análisis debeser necesariamentemicrodemográfico; sin embargo,.la afinal de un ciclo? Para un subcontinente de espaciosgeográficos gigantescos y de
lotación de quentes generales como el censo borbónico (1777-1778) selo se Ha
oportunidades económicas siempre abiertas a lo largo de vários siglos, los recientes
hecho en forma muy parcial y limitada. Lo mismo puede decirse de los censos y
episódios de emigración sostenida hacia los EstadosUnidos, Europa y Australia
padrones del inicio del período republicano. llamanmucho la atención. éSetrata del final de un ciclo multiseculary del pasaje
de un mundo relativamentevacío a un mundo lleno, con oportunidades económi-
Los sistemasdemográ$cos cascada vez más difíciles?
EI pensamiento demográfico y estadístico latinoamericano. Las reflexiones so-
Família y fecundidad, problema de las uniones consensuales:mujeres como cabe. bre los conceptos y las representaciones de la población no abundan. Un exemplo
:,s de hogar.. EI tema es difícil pero puede empez'r.' resolverse si se rectlrre al
argentino reciente seíiala pistas y direcciones interesantes de investigación (Otero,
método regresivo: hay que partir del 'siglo xx, con datas abundantesy relativa' 2004)
mente precisos, desarrollar tipologias.y tmtar de retro.ceder en el tiempo.buscando
i;;.l:':::'li:i:';;Ú;i';.li«bÜ« pl;;ibÍ" ";'; «p"d:d';» y «.i«:"" "-«-".
EL CAMINO PROPUESTO
Fronteras y cotonización
La agenda de preguntas que seacaba de esbozar es suficiente como para mostrar la
Inmensidad de los espacios latinoamericanos, espacios rurales y urbanos, Malthus relevância de los temas que interesan a la demografia histórica latinoamericana. EI
ps. Boserup; homeostasis us. evolución. éCómo afecta esta el crecimiento demo- camino es inevitablemente interdisciplinario, es decir, en el cruce entre demogra-
gráfico? América como berra de promisión. Câmbio tecnológico y/o incorpora' fia, historia, biologia y ciencias socialesen general. Y toda temática ancladacn el
ción de factores.
pasado debe tenor un sólido referente justificativo en el presente; de isto deben ser
conscientes los investigadores y motivo de preocupación permanente.
Inmigración masiua

En el siglo xix la inmigración forzada de.culíes chinês fue el peso previo para:!a
llegada masiva (pero regionalmente localizada) de inmigrantes europeos.y astâ-
dcos libres. La demografiade la inmigración europeaseconoce.en cuanto a los
fluxos generales pero falta mucho para entender bien las redes socioculturales y los
comportamientos microdemográficos (Moya, 2004; Otero, 1996; Baily y Míguez,
2003)
6

LA HISTORIA ECONÓMICA DE AMÉmCA LATINA

Ro b erto Co rtés Co nde

ANTECEDENTES

Los estudios sobre el panadoeconómico de América Latina desdetiempos anti-


guos se ocuparon con frecuencia de aquellos temas que más preocuparon en cada
época. Entre ellos tuvieron un lugar preferente los intentos de encontrar en las
restricciones al comercio colonial y sus consecuencíasnegativas sobre la produc
ción y el crecimientoexplicacionesa la ruptura con Espada(Humphreysy Lynch,
1967). Mientras que en algunos casosesos argumentos se plantearon al tiempo
de la independencia, como los alegatos en defensa del comercio libre en l,a Re-
presenfaciózz de /os fÍacezzdados de Mariano Moreno (Moreno, [1809] 1937), en
otros fueron parte de posteriores intentos de explicación que no selimitaron a los
factores políticos. Estasincursiones en los factores económicos en las buchaspor la
independencia se ha]]an en ]a obra c]ásica de Barto]omé Mitre (Mitre, ] 967) para
la Argentina. Para Chile, Encha (Encha, 1940-1952: 320) sostuvo,en câmbio,
que las ideas acercade que las restricciones a la libertad de comercio espaóolas,
que habrían perjudicado a la minería privándolas de un mercado comprador, eran
falsas,mientras que Daniel Martner, coincidiendo con la interpretación sobre las
causasde la independenciaen Argentina, alegó que las restricciones comerciales
coloniales perjudicaron a Chile y fueron la causa de múltiples quedasque conduje-
ron a ]a independencia (Martner, ] 929: 91). En los casos de Chile y Brasil, formó
parte también de un intento de interpretacíón materialistade la historia en los
historiadores marxistas Ramírez Necochea (Ramírez Necochea, 1960) y Prado Jú-
nior (PradoJunior, 1967). Tambiénse discutió la importância del comercio en los
movimientos independentistas en el trabajo de Arcila Farias (Arcila Farias, 1967)
para Venezuela,en Bonilla (Bonilla, 1981) para Perúy en Salas(Salade Touron,
1978) para el Uruguay. La tesis sobre el comercio fue, sin embargo, rebatida en un
trabajo de Villalobos (Villalobos R., 1965). Los aspectos económicos y comerciales
fueron anotadosen la obra de Halperín Donghi sobre América Latina (Halperín
Donghi, ]969).
En la tradición de buscar causaseconómicasen los conflictos políticos, sc en-
cuentran los trabajos de quienes --desde muy diversos punhos de vista-- sostuvie-
ron que la apertura al lebrecomercio concluyó en la ruina de los sectoresartesanales
LA HISTORIA ECONÓMICA DE AMÉRICA LATINA 121
RO BENTO CO RTÉS CON DE
120

sus títulos, según sostiene Florescano (Florescano, 1978), o tratan más del pensa
miento económico, o son de interpretación ideológica de dudoso valor histórico

LA HISTORIA ECONÓMICA Y LAS CIENCIAS SOCIALES

Sin embargo, el hecho más importante en la evolución de la historia económica en


América Latina, desdelos afios sesenta,fue la influencia que sobreella tuvieron las
ciencias sociales.En un principio, ella no provino principalmente de la economia,
sino de obrascorrientes historiográficas. Respondiendo al movimiento intelectual
encabezado por Lucien Febvre y Marc Bloch, surgido en Francia en 1929 con la
fundación de los Án/za/esd'bisfofre éco/zomfq e ef socía/e, algunos historiadores
iniciaron el tedioso y difícil camino de acercamiento a obrasdisciplinas en las que
no estabanentrenados. EI grupo de los .4nn.z/esreclamó a la historia una apertura
ambiciosaa lascienciassociales,en el marco de una historia global que tratara de
superar la pobreza de la historia de los acontecimientos. Fueron junto a las obras
de Febvresobre historia de las creenciasy de geografia histórica y las de historia
social y agrária de Bloch, las de Labrousse y Braudel, las que más influyeron. La-
brousse (Labrousse, 1962) contribuyó a la historia económica con estudios sobre
precios, salários y rentas en el marco de la búsqueda de explicaciones a las osci-
laciones económicas de corto y largo plazo. Braudel, con una obra monumental
sobre el Mediterrâneo, hizo prevalecer su aguda percepción de geógrafo humano.
Fue el enfoque de las fluctuacionesde corto prazo que se continuabanen obras
de tiempos más largos. A los tiempos reiterados de las fluctuaciones económicas
agregó el tiempo largo de la geografia, el de las inercias, y el de los espacios y los
paisajesque se modifican lentamente (Braudel, 1969).
La preocupación por las fluctuaciones económicasrespondia a una época en
que se había pasado de la euforia de la década de 1920 a la crisis y la depresión de
la década de 1930. La escuela de Á/z/zcz/esfue muy criticada por el uso rudimen-
tario de conceptoseconómicosy la utilización de técnicasestadísticas
sin dema-
siada comprensión de sus alcances analíticos. Por los aííos sesenta, llegó desde la
economia la literatura sobre problemas de desarrollo que había alcanzado mucha
difusión en los países occidentales después de la Segunda Guerra Mundial. Es
que si algo podia ser un área de interés común para economistase historiadores
eran los problemas que se referían a la discontinuidad, la fractura o el câmbio, y
no los de equílibrio, de los que se ocupaba el análiseseconómico. Aquéllos eran
particularmente los temas de los historiadores. Cuando los economistasse dedi-
caron a ellos apareció un campo común para que transitaran unos y oiros. Las
obras de Nurkse, Rostow=Myrdal o Rosenstein-Rodan analizaban los problemas
económicosen un marco histórico. Se preguntaban cuáleseran las circunstancias
que favorecían el progreso de las naciones. Rosenstein-Rodan (Rosenstein-Rodan,
1964) hablabade los efectosde externalidad del desarrollo de las industrias sobre
oiros procesos sociales y económicos y de las discontinuidades en el proceso de
crecimiento. Myrdal (Myrdal, 1958), que había empezado en la tradición fiscalista
sueca,ofrecía propuestas heterodoxas negando que por la acción de los mercados
se volviera a situaciones de equílibrio estable. La pobreza genera más pobreza
l Por oiro lado, para Argentina, véase Mariluz Urguido, 1965
LA HISTORIA ECONÓMICA DE AMÉR[CA LATINA 123
122
COBERTO CORTÉS CONDE

procesos económicos, formas socialesde organización económica, su interés se


--decía-- quando hablaba del « círculo vicioso de la pobreza ». Rostow (Rostow- centró en los procesos de câmbio, en la transición de una etapa a tetra buscando
1961), discutido por unos y seguido por oiros, sosteníaque el crecimiento auto- encontrar leyes generales de los desarrollos históricos. Decía Hartwell (Hartwell,
sostenido necesitabaun grupo modernizante que invirtiera en .sectoresno,tradi- 1973) que esa idea de una «evolución ordenada de la sociedad»debía mucho a
cional.s Nurkse (Nurkse, 1967) asegurabaque las ventas?sdel comercio fueron Hegel y Spencer.Pero respecto a ellos no trató de explicar los caminos por causas
ciertas en el signo xix, pero no en el siglo xx, debido a la distinta elasticidad de la económicas sino que los encontró en factores culturales (el sentido adquisitivo del
demanda de alimentos Aunque todos ellos eran economistas, en alguna parte de
burgués de Sombart), sociales (los grupos no tradicionales de la sociedad) o polí-
su exposición sostenían que en situaciones históricas concretas los supuestos de la ticos (la formación de una nación). Más alia de que esasexplicacionespudieran
teoria económica no se daban y que había que buscar explicaciones distintas a las ser razonables y aun satisfactorias, esto no quiere decir que cuando se trata de los
de la economia neoclásica. .
comportamientos económicos no se dela explicados buscandoverificar si lo que
Pera esa literatura que por los afíos sesentaparecia tan moderna tema ante- predice la teoria económica ocurre en la realidad. Y isto a la escuelahistórica no
cedentes. Requeridos por la necesidad de buscar .casos.históricos .para .justificar le interesó. Más que una explicación económica hizo una descripción cultural de
políticaseconómicas industrializantes y proteccionistas, los economistas de la pos los fenómenos económicos.
guerra no hiciemn más que recrear.los argumentos que, en su crítica a la economia Fueron otros, además, sus erectos. Sobre los supuestos --explicitados o no-
clásica, había elaborado la escuela histórica alemana. de la escuela histórica alemana se elaboraron interpretaciones sobre el pasado eco-
nómico, hasta no hace mucho, las más difundidas. Se sostuvo que el crecimiento
orientado a las exportaciones había sido la causa del posterior estancamientoy
LA ESCUELAHISTÓRICA ALEMANA
atraso.Que la promoción de actividadesprimárias para la exportaciónfavorecia
a una elite tradicional que no invirtió en industrias dejando al país en un estádio
Nada tuvo tanto peso en la historia económica, desde los princípios de este si- pastoril. Que la división internacional del trabajo, resultado de la integración de
glo hasta la segunda guerra, como la escuelahistórica alemana. Hildebrand, Lisa, América Latina a la economia mundial, la condenó a ser abastecedorade produc-
Bücher, Schmoller y Sombart escribieron obras clásicas sobre el pasado económico tos primários cuyos precios caían en los mercados internacionales, lo que producía
e influyeronen historiadoresy sociólogoscomo Pirenne,Dopsh y Weber,que la persistente disminución de sus ingresos. Por último, que la competencia de las
continuaron algunos de susesquemas.No habría historia económica de Europa sin
importaciones arruinó las artesanías impidiendo su transformación en manufactu-
la escuela histórica alemana. Pues mientras los ingleses estaban bafo la.influencia
ras, destruyendo con ello las economias del interior y haciendo que las regiones
del eleganterazonar lógico de los clásicos,los ademanes buscabanen la historia exportadoras, enclavesde la economia mundial, fueran las únicasbeneficiadasde
argumentospara la construcción del Estado:naco.ón. Tal fue la influencia alemana
Lisa esecrecimiento.
que llegó,'entre oiros, a la primera ola de historiadores eco.nótnicos.ingleses.sino Frente al desarrollo hacia afuera se debía buscar uno havia adentro. el de sus
(Lisa, 1991) no estaba interesado en las relacionei económicas en .abstracto: industrias, de sus fuerzas productivas y del trabajo nacional. Sus argumentos fue-
en derivar generalizaciones de procesos históricos concretos y en el desarrollo del
ron repetidos en muchas interpretaciones del pesado económico (a veces explici-
Estado-nación, la forma más elevada de asociación que pueda lograrse --decía--
tamente, atrás no) de América Latina.
antes de alcanzar el de una sociedad universal, todavia utópica. Propuso medidas
que desarrollaran las fuerzas productivas de la.nación. Vinculaba la industria a for-
mas más avanzadasde desarrollo político, la industria se condice con la sociedad EL MÉTODO HISTÓRICO-ESTRUCTURALDE LA CEPAL
liberal; la agricultura,con una despótica.A List le siguieron Büchery Schmoller
con variaciones en el'modelo de las etapas. Bücher (Bücher, 1967) las clasificó en Casi toda la literatura sobre el desarrollo de las décadasde los cincuentay los
economias domésticas, de la ciudad y nacionales. Su propósito fue más bien ana-
sesentafue heredera,en gran parte, de los historicistasalemanespero, másaún,
lítico. En câmbio, Schmoller (Schmoller, 1989) las vio como una descripción de en América Latina dos de sus más tempranos exponentes, Pinto y Prebisch, habían
circunstancias históricas concretas. . .. . recibido la influencia de dos autores,Francisco Encha en Chile y Alejandro Bunge
Pero mientrasque la contribución de la escuelaalemanaa los estudios.hts en Argentina, que a su vez la habían recibido de Friedich List. Singer y Furtado la
reconocieron explicitamente (Meter y Seers, 1984). EI peso que tuvieron se debió,
Mucho menos del objetivo no declaradode sostenerpolíticas pro.teccionlstasy además,a que, por entonces, economistas e historiadores se enfrentaban a una
nacionalistas con argumentos derivados de generalizar situaciones históricas. Pero situación que parecia difícil de explicar. opor qué paísescomo Argentina, Brasil o
su aspecto más negativo fue que trasmitió la «batalhade.los métodos» (e.lMefbo- Chile, que habían tenido un importante crecimiento desdefinalesdel siglo xix, lo
dezzsü'ezf)
de Schmoller, que rechazó el razonamiento hipotético deductivo de la vieron interrumpido despuésde 1930? Los dramáticos câmbios en las corrientes
teoria económica sosteniendouno inductivo que generalizabapartiendo de situa: de comercio mundial, trás la depresión de la década de los treinta, parecían indicar
ciones históricas concretas. Por otra parte, aunque la escuelahistórica describió
ROBERTO CORTÉS CON DE LA HISTORIA ECONOMICA DE AMERICA LATINA 125
124

la extrema debilidad de un crecimiento ba?ado en el comercio y en la producción América Latina y que, si estes paísesquerían capturar los benefícios de los adelan-
tos tecnológicos, debían adoptar medidas que les posibilitaran su industrialización.
de bienes pnmanos para la exportación. Ésos fueron los interrogantes de Aníbal
Pinto en Cbi/e, zl?zcaso de desarro//o Êr sarado, de 1958 (Pinto, 1958):, que gene- Por el mesmotiempo, el argumento de los ferros o/ frade negativos para los pro-
ductoresprimários habíasido desarrollado por Singer (Singer, 1950), quien seóaló
ralizó para América Latina el problem?.de la frustración. Pinto, que trabajó con
Prebisch en Nueva Yt)rk y Santiago de Chile, se preguntaba por qué los países.que que las ganânciasdel comercio no se distribuyeron de modo equitativo entre los
abían alcanzado un desarrollo importante de su producción primaria no habían paísesprimários y los manufacturerosy que la inversión de estouúltimos más
que beneficiar a los paísesdonde se radicaba lo hacía en aquellos de donde venía.
i:-;;;ã.=ã==;lÊ;.;.'ãt.; f«-&« -mbié- I'; i-"«.g«t« d' F!"'d' .g""'-
Los sectoresde exportaclón modernos a los que se dirigia la inversión extranjera
do, 1962) en su libro sobreel desarrollo económico de Brasil y el de I'errer (I'errer,
formaban así parte no del mismo paísen que la geografia los ubicabasino del es-
1963) Soarados en el a'restigio de unos y otros, defendiero.n la necesidad del pro- pacio económico del país central. Singer adelantaba un argumento que tuvo luego
teccionismo para ayudar a industrias .infantiles,.y la activa intervención del estado gran difusión: el de la existencias de economias duales en Latinoamérica, con un
mercado se habían mos- sector moderno y uno tradicional de distintas productividades y con mercados seg-
para poner orden en una economia donde las fuerzasde 1 1 ..... nn: .n:.- n l.nl,sn
rodo erráticase incapazes«EI uso de instrumentosque el keynesianismohabía mentados.En apoyo de las tesis críticas del comercio internacional se agrega por
difundido permitia quc buenosgobernantesas.esorados
p.or sábios.economistas
en- entonces la que sosteníala existencia de distintas elasticidades para la demanda dc
cauzaran la inversión hacia donde había mas interés social (canalizando el ahorro alimentos y manufacturas: que a mayores ingresos (ley de Engel) la proporción del
de la sociedad desde los sectores exportadores primários bacia el sector industrial gasto en alimentos disminuía (Nurkse, 1961 ). Todos usosargumentos confluían en
sustitutivo de importacK)nes). La especialización en.la producción primaria para la una versión pesimista sobre las posibilidades que brindaba a los paíseslatinoame-
exportaclon, siguiendo las indicaciones del mercado, había,llevado a estospaíses ricanos el comercio internacional, lo que no parecia haber sido así algunas décadas
a una dramática frustración. Se abria la era de una economia ordenada por quie- antes,por lo menoshasta la Primera Guerra Mundial.
nes accedían al mercado del conocimiento de las políticas macroeconómicas. Ello
evitaria repetir la frustración a la que la división internacional del trabajo habría LA INFLUENCIA DE LA ECONOMIA
llevado a los paíseslatinoamericanos.

Desde otro ângulo, ya hacia princípios de la década de los setenta muchas de las ex-
LOSTÉRMINOS DEL INTERCÂMBIO plicaciones sobresimplificadas comenzaron a ser discutidas y se revaloró la impor-
tância de las ventajas comparativas y del comercio internacional. Fueron estudios
Raúl Prebisch,que dirigia la Comisión Económicapara América Latina de las de algunos economistas extranjeros los que más gravitaron sobre el câmbio que se
Naciones Unidas desdeLake Succes,Nueva York, escribió un trabajo.en 1949 (Pre- produto hacia finales de ecosaços en la historia económica de América Latina. En
bisch, 1949), con un fallo condenatorio de la.división internacional del trabajo que estestrabajos, como en toda la producción académica de la época, se usaban los
se había dado en el siglo xix, que --según él-- no había.beneficiado.a los países esquemas neoclásicos de análisis y se incorporaba información cuantitativa. Los
latinoamericanos que se especializaron en la producció.n.de bienes primários para que más peso tuvieron fueron los dc Díaz Alejandro (Díaz Alejandro, 1970) sobre
exportados a paísesmás desarrollados donde los,cambiaban por manufacturas..EI la Argentina, Mamalakis (Mamalakis, 1976) y Mamalakis y Reynolds (Mamalakis
'-l' '-' - ''"" " iba en el
argumentodePrebischsebas . distinto
. .. erecto
. que
- sobre
. los. precios
..i'-;...c:de las y Reynolds, 1965) para Chile, Baer (Baer, 1965) para Brasil, y la mayoría de las
manufacturas y los productos agrícolas habían tendo las.mel.orastecnológicas. Si publicaciones del Economíc Growfb Cenfer de la Universidad de Vale, donde apa
éstasse habían traducido en un mayor aumento de la productividad en.la industria recieron estudios sobre vários países en los que se enfocaban los problemas del pa
que en la agricultura, era de esperar (en mercados comp'l:itivos) que ello resultara fado económico dentro del rigor de la economia estándar de su tiempo. También
.n una baia relativa de precios mayoren los productos.industriales..Un estudio que fueron muy influyentes las obras de Dean (Dean, 1969), Fishlow (Fishlow, 1972)
había realizado la CEPAL (Naciones Unidas, 1948) sobre precios.de manufacturas y de N. Leff (Leff, 1972, 1992) sobre Brasil. Numerosas tesesde latinoamericanos
de productos primários desde 1870 hasta la Segunda Guerra Mundial le Nevada en el exterior y obras obras producidas en medios más puramente académicos
a concluir que existia una tendencia secular desfavorable a los productos primá- continuaron esa tendencia: para México, Cárdenas (Cárdenas, ] 987); para Brasil,
rios, lo que era contrario a lo que la teoria económica permitia esperar..Porello, Abreu (Abreu, 1985), Villela y Suzigan (Villela y Suzigan, 1973), Versini, Cardoso
concluíaque la división internacional del trabajo no había sido beneficiosapara de Mello (Cardoso de Mello, 1991), Peláez (Peláez,1976), Lewis (Lewis, 1985) y
otros (Cano, 1977; Graham, ]991; Haber, 1992; Tom Hewitt, 1992; Holloway,
1975; Peláez,1976; Szmrecsanyi,1988; Topik, 1991; Versini y Barras, 1977);

!Ú/BHWHIH\UÍllHgl ljlE ll, : :: ::"i:::::


para Co[ombia, Urrutia (Urrutia, ]991) y Ocampo (Ocampo, 1993); para Chi]e,
Hofman (Hofman, 1993), Meller (Meller, 1991), Muíioz (Mufíoz, 1992), Ortega
LA HISTORIA ECONÓMICA DE AMÉRICA LATINA 127
RO BERTO CO RTÉS CON DE
126

LA TEORIA DEL BIEN PRIMÁRIO EXPORTADOR

La historia económica, especialmente en Estados Unidos y Camada,tuvo enfoques


distintos a la de los paísesde Europa continental. Innis (Innis, 1956) sosteníaque
el crecimiento económico del Canadá se basó en la exportación (no teria mercado
(Míguez, 1985) y Taylor (Taylor, 1992)- interno para dar salida a su oferta) de un bien primário del que, en cada etapa de
su desarrollo, tema oferta abundante. Siguiendo el argumento de Innis, Baldwin
(Baldwin, 1964) y North (North, 1959) se ocuparon del de Estados Unidos, pos-
LAS CORRIENTES MARXISTAS tulando que el crecimiento económico de un país puede iniciarse con el de la pro-
ducción primaria para la exportación. Los patronos de distribución del ingreso y,
en la medida que dependa de ellos, los de inversión y surgimiento de las industrias
domésticas estaban determinados por la naturaleza tecnológica dc la producción,
la función de producción, y no por el hecho de que ésta se exportase o se destinase
al mercadointerno. Introdujeron en el análisisde la distribución del ingreso la
teoria neoclásica,que en las obras publicadas en nuestro ambito estabareferido
solamente a consideraciones sociológicas o políticas.
La versión de la sfczp/efóeof' sostuvoluego que, gajo determinadascondi-
ciones, el crecimiento del ingreso producido por el aumento de las exportaciones
puede extenderse a toda la economia doméstica y permitir un crecimiento sosteni-
do. Ellas se originaron en las interpretaciones de las historias económicas de Cana-
dá y Estados Unidos (Innis, 1956; Waltkins, 1963; North, 1959) y fueron seguidas
por vários autores (López Gallo, 1970, para México; Cortés Conde, 1974c, 1979,
1997, para Argentina, y Villela y Suzigan,1973, para Brasil).

LA NUEVA HISTORIA ECONOMICA

Pera fue recién que la nueva historia económicarecalcasela importância de la


medición y de su relación coj] la teoria económica definiéndose como un intento
de utilizar la teoria económicaneoclásicay los métodoscuantitativos(Fishlow y
Fogel, 1970). Aunque en relación con esta tendencia el uso de la teoria económica
es cada vez más frecuente en los estudios sobre la región, son más escasoslos que
utilizan métodos econométricos más elaborados3

CONCLUSIONES

La historia económicaha avanzadomucho tanto respectoa la definición de sus


áreasde interés y preocupación temática como respecto a los métodos que utiliza.
En primer lugar, la historia económicano pretende,como en el pasado,ser una
historia total y, menos aún, negar otras ramas de las ciencias sociales al buscar
explicacionesno económicas a fenómenos pasados.Sin embargo, cuando éstos
son hechos económicos, cualquier intento de explicación deberá usar una teoria y

existió inmovilidad internacional de trabajo. 3. Véase la obras citadas anteriormente de Urrutia y Ocampo para Colombia; Cárdenas, para
México; Palma, para Chile; Thorp, para Perú; Fristch, Abreu, Versiani y Suzigan, para Brasil; Cortés
Conde, para Argentina. Taylor es un caso de estádios más econométricos.
RO BERTO CO RTÉS CON DE
128

LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA Y SU INFLUENCIA


SOBREIA HISTORIOGRAFIA (SIGLO XIX A 1980)
que queda macho por hacer.
Ronny J VÍa !es Ha nado

Sociedade, Cultura e Política nas Américas INTRODUCClóN LA SOCIOLOGIA HISTORICAt EN AMÉRICA LATINA
Quarta - 14hs
Como bien plantearonAmo Solari, RolandoFranco y Joel Jutkowitz, el câmbio
social en América Latina ha sido objeto de análisis desde hace mucho tiempo (So-
lari, 1976). Estosautoresproponen tres etapaspara el estudio de la sociologia
contemporânea en el subcontinente, al menos hasta inícios de la década de 1980:
«... la primera y máslarga sueledenominarse"de los pensadores";la segundase
desarrolla desde los comienzos de la posguerra y está signada por los intentos sis-
temáticos de institucionalizar y renovar la sociologia en América Latina; la tercera,
por reaccióncontra la anterior, marcala aparición de lo que se ha llamado a vedes
socio[ogía crítica» (So]ari, ] 976: 21).
EI planteamientode estasetapas,con las que podemoscoincidir en términos
generales, ofrece algunos problemas. En este articulo apoyamos el planteamiento
de Luis GonzálezOquendo, para quien la evolución de las cienciassocialesen
América Latina no puede verse a partir de discontinuidades o saltos en el vacío,
debido a que también coexisten elementos de continuidad; así, la construcción del
conocimiento social ha recibido influencias teóricas, que se han aplicado a cierto
tipo de problemas, seleccionados a partir de coyunturas particulares (González
Oquendo, 1998: 14):. Por lo tanto, en el subcontinentehemosrecibido influen-

1. Dennis Smith ofrece una definición operacional de sociologia histórica. Según él: «Simpli
ficando en extremo, podemos devir que la sociologia histórica es el estádio del panado orientado a
descubrir cómo las sociedadesactúan y cambian. En algunos sociólogos no encontramos ninguna traza
de la disciplina llamadabfstorla: desdeun prantode vista empírico, descuidanel panado;en cuanto a los
conceptos,no consideran ni la dimensión temporal de la vida social, ni la historicidad de la estructura
social. De forma similar, en algunoshistoriadores no hay ningún rastro de socio/ogü; empiricamente,
descuidar la forma cómo los procesosy las estructurasvarían entre las sociedades;en relación con los
conceptos, no consideran ni las características generales de los procesos y las estructuras, ni su relación
con las accionesy los acontecimientos. Por el contrario, la sociologia histórica es realizada por los
historiadores y los sociólogosque investigan la interpenetración mútua entre el panado y el presente,
entre los acontecimientos y los procesos, entre la acción y la estructuración. Intentan concordar la
explicación de conceptos, la generalización comparativa y la exploración empírica»(Smith, 1991: 3).
2. González identifica dos tipos de lectura en los estudios sobre la historia de la ciencia social
en América Latina: la lectura desde la âlosofía de la historia, que tiene como principal exponente a
Leopoldo Zea. Segúnesteautor, los estudiosde historia de las ideas, de historia cultural e intelectual en
RONNY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 13 1
130

sobre la historiografia de la época. En el subcontinente latinoamericano, existen


das teóricas, en sociologia y ciencias sociales, desde el siglo xix hasta el presente.
algunas unidades de investigación que han trabajado sobre esta temática, por lo
Marcos Roitman plantea que en la coyuntura actual existe.n«....modasy una fals.a
que vale la pena reconocer el trabajo que desarrolla la Unidad de Docência e Inves-
erudidón teórica. . [que] han creado una sensaciónde alelamie.ntoy de cierta fri-
volidad intelectual entre los científicos socialesal transferir debates...propios de tigaciones Sociohistóricas de América Latina, de la Facultad de Ciencias Sociales
de la Universidadde BuenosAbres,a través de su curso de historia sociallatino-
un mundo post-moderno que impone la agenda,.definelos temasy problemas de
discusión. Es el auténtico colonialismo cultural» (Roitman, s.f.)'. . . americana y del denominado Taller de Sociologia Histórica, esfuerzo que ha sido
En el mundo occidental en los últimos cuarenta aços han surgido excelentes coordinado por el Dr. caldo Ansaldi junto a un distinguido grupo de sociólogos
e historiadores argentinos', quienes se han centrado en el estudio de las proble-
proyectos de sociologia histórica, los cualesse pueden agrupar por."tradiciones ,.
Randall Collins cita los estudios del conflicto de clasesy el ascensodel Estado mo- máticas de los mecanismos de dominación político-social; los sistemasde partidos
derno de Barrington Moore Jr. y Craig Calhoun; los trabajossobremovimientos políticos; las condiciones sociales de la democracia en América Latina y en la de la
sociales de Charles Tilly, que culminaron con la teoria de la movilizac.ión de recur- ciudadanía y los derechos humanos en los países del Mercosur (Ansaldi, 2004).
sos, tanto como los que demostraron que los estadosm.odernostuvieron génests En nuestro caso, para fines explicativos, vamos a partir de una tipologia de tres
diferentes dependiendo de las vias por medio de las cualeslograron el control de tradiciones de sociologia latinoamericana para el período de estudio: la sociologia
los recursoseconómicospara consolidarsu aparato militar; el modelo.comparati- latinoamericana de primera generación (desde 1821 hasta la SegundaGuerra Mun-
vo de Gerhard Lenski acerca de la desigualdad en la historia mundial; los trabajos dial), de corte positivista, con rasgosautóctonos (Sotelo, 2005: 25), y centrada en
de Robert Wunthnow sobre los movimientosideológicos fundamentadosen los diversas problemáticas pero, principalmente, en la de la «inestabilidad política»; la
conflictos tripartidas entre Estado, elites socialesy empresartos de la cultura. Según sociologia de segundageneración (1945-1960) un claro período de institucionali-
Collins era ..... inevitableque el tratamiento realistade la historia nos condujera zación de la sociologia científica latinoamericana, que se construye en confronta-
por la ruta de la sociologia'del conflicto: En,usos trabajos se han conju?ado los te- ción con los temas y enfoques de la sociologia de primera generación y la tercera
mas de Marx y los de beber» (Collins, 1996: 115) Además, algunas obras, consi- generación (1960-1980), el período de la sociologia crítica latinoamericana, con
demdaspor Collins como historia comparada, han estado próximas al marxismo. autonomia de las corrientes sociológicasdominantes. En la sociologia latinoameri-
Entre és:as destacan el libro sobre las transiciones de la antigüedad al feudalismo cana de segunda y tercera generación se gestaron diversos enfoques para explicar
(Anderson, 1979), de Perry Anderson y el librojobre el sistema mundial moderno el problema del (sub) desarrollo y el câmbio social. Entre las generacioneshubo
(Wallerstein, 1979, 1984, 1998) de Immanuel Wallerstein. punhosde contacto y de inflexión, por lo que este articulo se centrará, además, en
A pesar de estou desarrollos teóricos en.Eu.topa y Estados Unidos, la interro- explicar los diversos enfoquesy en determinar los condicionantes históricos que
nte central de estearticulo se centra en dilucidar cómo se desarrolló la sociolo- explican el surgimiento de cada uno, así como exemplificar las influências de estou
gia en/y dc América Latina entre finales del siglo xix y 1980 y cuál fue su influencia sobre la historiografia latinoamericana.
En este apartado tomamos en consideración las críticas que ha hecho R. W
Connell, en el sentido de que es peligroso denominar como clásicos a ciertos pen-
sadores o escritos, fundacionales o cânones de la sociologia, puesto que constitu-
yen, en la práctica, «rituales de solidaridad» entre los sociólogos, quienes los otan
en pocas ocasiones. Asimismo, muchos de estos clásicos sufrieron un proceso de
nominación, en el sentido de que para sus contemporâneos no fueron considera-
dos como rales (Connel1, 1997).
Es evidente que en Europa y EstadosUnidos la sociologia, como disciplina y
como discurso explicativo de la sociedad, nació en las últimas dos décadasdel siglo
xix y la primera del siglo xx, y su problema central de investigación fue la moder-
nización capitalista pero, desde nuestro punto de vista en este articulo, el interés
radica en recuperar cómo se dio ese procedo y como se interpretó la situación des-
de América Latina, a partir de una seleccióny de la construcción de una tipologia
que, evidentemente, será parcial y que planteará que el proceso de consrrucción
de la sociologia latinoamericana de segunda generación se inició desdeel siglo xix,
bafo una perspectiva evolucionista.

4. Los trabajos, con énfays sociopolítica, de la UDISHAL pueden consultarseen http://www


un análisesde contenido temático para abordar el período que estudia cátedras.fsoc.uba.ar/udishal.
EI Área de i;ociología Histórica de la UBA trabaja desdeoctubre de 1990
3. De aqui en ade]antetodos ]os corchetes [ ] son nuestros.
RONNY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 1 33

132

«Con estas nuevas generaciones aparece en forma consciente el cultivo de la


LA SOCIOLOGIA DE PRIMERA GENERACIÓN EN LATINOAMÉRICA (1821-1945)
Sociologia en estas naciones. Surgen en todos los países investigadores con plena
convicción de que la Sociologia es una ciencia autónoma, y con el decidido propó-
sito de hacer una sociologia continental. De allí que en laspostrimerías del... siglo
[xix] y en los comienzos del... [siglo xx] aparezcan âguras como Cardos Octavio
Bunge [quien impartió [a Cátedra de Socio[ogía en ]a Universidad de ]a P]ata], Lu-
casAyarragaray y Joaquín V González, en Argentina. Gil Fortoul, Vallenilla Lanz,
J. L. Andara y Pedro M. Arcaya, en Venezuela. Lastarria y Letelier, en Chile, Ga-
bino Barón en Perú... AI respecto son célebres en la Argentina las obras de Bunge
(Nzzesf a Áméríca), de José Ingenieros (Socio/ogü .4rgenf/na. l,os fiemPos zzz/ez,os
y Ez,o/ución de /as fde.zs .zrgenffPzas)... L.zs mzz/fifudes arXezzfi/nzs, de Ramos Me-
jía; l,a a/nzrqz/ü arde/zffnczy e/ caz/df//esmo,de Lucas Ayarragaray; los Esfudíos de
Socio/ogü z/e/zelo/íz7za,
de Pedro M. Ai:caya; l,a euo/z/ción socfcz/y PO/ífica de Ve/ze-
zzze/a,de José Ladislao Andara; l,es democraffes /affnes de /'Ameriqz/e, de Francisco
García Calderón; Cesa7ismodemocráfíco,de Laureano Vallenilla Lanz [el Zrafízdo
de Socio/ogü Gezzera/del peruano Mariano Corneto; la l/zfroducció/z a/ esfzzdiode
/a Socio/ogü, del paraguayo Cecilio Báez; los E/emenfosde Socio/ogü del para-
guayo lgnacio Pane;las Leccionei de Socio/ogü del venezolano Carlos León y las
Leccionei de Socio/ogü aP/fcacüa /a Ámé icczdel también venezolanoJulio César
Salas]. Todos estes libros contienen en sus páginas el estudio científico sobre los
fenómenos sociales del continente, sobre el origen y la evolución de algunas de sus
instituciones: el mestizaje, la anarquia, el caudillismo, los antecedentescoloniales,
el influxo del ambiente geográfico, el atraso cultural, la estratificación social, la
família, el matrimonio, la economia, la delincuencia» (Tosta,1969: 246-248).
Hasta aqui queda claro que los sociólogos de primera generación sí trabaja-
ron sobre problemáticas que fueron más alia del estilo ensayísticoy que tuvieron
influencias teóricas variadas, por lo que Roberto Agramonte denominó a esta pri-
mera generación de pensadores sobre América los sociólogos de «América y para
rosé Silva Michelena había caracterizado de.la siguiente manera: América», aunque dividió este tipo de sociologia en vários subperíodos (Agra-
a) Se baça enuna visión empirista-positivista del mun.do.. . . ,
monte, 1963)'. ÊI ubica, en primer lugar, los orígenesde la sociologia argentina y
b) Traza una línea evolutiva unilineal para la humanidad que va ae io traui' desdeArgentina, agregaríamos nosotros, en el sentido de que varias problemáticas
cional a lo moderno.
y temáticas se abordaron con perspectiva continenta]. Destaca ]a obra de Domin-
c) Eseurocéntrico. . .. , . .. .... ..
bl L' "u--miista, de allí que la condición necesaria y suficiente para alcanzar go Faustino Sarmiento7, cuyos planteamientos más trascendentes se ubican en su
la modemidad consiste en eliminar los obstáculos que impiden la transictón tradi-
Eacz//zdo
(1845), un ensayofilosóficoy sociológicocentradoen la naturalezay las
causas de la conflictividad y la evolución social argentina y, sobre todo, en la elabo-
cional-modernidad. . , , .
ración de su teoria de la civilización y barbárie, que sintetiza su percepción sobre la
anarquiay la dictadura, en un enfoque dicotómico. Sarmiento se concentró en la
divulgación de susideas por medio de la educación, mecanismo privilegiado para
comunicar su visión sobre la sociedad argentina, así como sus recomendaciones.

6. Agramonte, sociólogo cubano, publicó estetexto en Puerto Rico, donde impartió lecciones.
Suvisión del desarrollo de la sociologia en América Latina estuvo influida por la corriente «indo-latino-
de hacer sociologia americana: americanista».Identificó, también, una corriente denominada «sociosofíade América y para América»
donde ubicó a autores que, como JoséMartí, Alberto Masferrer y Juan PérezAbreu, potenciaron una
especiede autoctonismo sociológico, la dual se complementó con la novela autóctona.
7. En una carta dirigida a FranciscoR Moreno, en 1883, Sarmientole anota que «apenasde
:f:Ó:::l:l\ãÜH]
HÜ]]ãâ:EE]]]:Íi]]!Z]Ul:
Ciencia Social».
l nombre es conocida la ciencia que el inglés Spencery recientemente los escritores francesesllaman
sociologia»(Agramonte, 1963: 3).
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 135
RONNY J. VIALES HURTADO
134

antecedentemuy lejano de los estudios actualessobre mestizajey relacionei inter


e intraétnicas en América Latina. En esta interpretación primigenia de la mezcla,
se compara los modelos coloniales espaóole inglés en América, como también lo
hicieron Sarmiento, Alberdi, Martí y Montalvo, poro sobre todo Bunge, al insistir
en el hecho de la mezcla biológica se concreta en psicologías nacionales y, princi-
palmente, en el surgimiento de una «nueva raza», en perspectiva evolucionista.
En el caso específico de Bunge, es claro un planteamiento fundamentado en la
asimilación de ideas eugenésicas(Nari, 1999), racista con respecto a los indígenas
puesto que, en su concepción, el "amerindio" estaba en un estado de atraso social
porque tendia a desaparecergradualmente, o a cair en un proceso de degeneración
racial. La síntesis del argumento anterior puede resumirse de la siguiente manera:
polÍEc cubanoJoséMartí (1853-1895) partia de un método sociológicorealista, «... Bunge --un sucesor del Conde de Gobineau en la obra de este sociólogo
Essas sur/'izzega//fé des faces óamózi/zes, 4 volt., Paras, 1853-1855 constituye prác-
ticainente un conjunto psicológico: l) la "pereza" hispanoamericana,frente a la
diligencia, que estima como matriz del europeo; 2) la "tristeza", que contrasta con
la estima como matriz del europeo . y 3) la "arrogância", que se opone a la modes-
tia, cualidad esta que lleva a la democracia y a la igualdad» (Agramonte, 1963: 13).
Esta visión la debatió, con un enfoque positivista, José Ingenieros(1877-1925),
quien, especialmentedesdela Rez/isca
de Fi/oso/h, postuló que la humanidadera
una especiebiológica que evolucionaba según las leyes que la sociologia procurada
dilucidar. Por supuesto,la superioridadde la «rezablanca»constituíauno de los

Xhl
eles centrales de su discurso interpretativo, así como la relación determinante en-

:u:i:iiail::ls tre desarrollo económicoy sentimientonacionalista.Como corolário, Ingenieros


apuntó la hegemonia sudamericana de la Argentina, debido a su «... vasto territo-
rio... su capacidady recursosnaturales y económicos... su clima templado y... su
poblaciónblanca»(Agramonte,1963: 17y'
De acuerdo con la tesis de José Medina Echavarría (1903-1978) esgrimida en
1939, la sociologia, concebida como ciencia de la sociedad, fue el resultado dc
una épocacrítica, precisamenteporque, en su criterio, nació como «ciencia»inde
pendientc en un período de crisis (Medina Echavarría, 1939). Esta noción, que se
inspiró en planteamientos de Augusto Comte, hacía referencia a una época en que
el orden establecidoestabacambiando,medianteun procesode transformación
sin que, de manera evidente, se pudiera saber la naturaleza de la época positiva,
léase estable, que le iba a suceder (Medina Echavarría, 1940: 13 y ss). También es
notoria en estaconcepción la influencia de la filosofia positiva, segúnindicó Raúl
Orgaz alia por 1935''
Es importante seóalarque, en opinión de Gino Germani(1911-1979), la so-
ciologia nació en América Latina como un subproducto de la filosofia y el derecho,
de allí que a estetipo de sociologia se le bautizasecomo «sociologia de lasuniver
cidades» por parte de este autor (Germani, 1959).

10. Desarrollos complementados a estos juicios esgrimieron Francisco Ramos García en .f!/sforia
de/a ez,o/ziciónargenfincz,1921 y Raúl A. Orgaz en Socio/ogí'aárea/zfífza,1924. Ingenieros se basóen
las teorias de Spencer, John Stuart Mill, Le Dantes y Ardigó.
ll. Orgaz, Raúl. llztroducción cz/a Socio/ogü, Buenos Abres,1935, p. 12, citado en Mendieta y
Núõez.1971
RONNY J. VIALES FURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 137
136

que recomendaba la emigración europea, sobre todo inglesa, hacia Argentina. En


el polo opuesto se puede ubicar al mexicano José Vasconcelos(1 882-1959), quien
en su ensayo La rczzacósmica (Vasconce]os, [1925] 1948) planteaba que la mezcla
era benéfica y conformaría la «vaza del magana».

c) La inestabilidad política:'
La denominada «inestabilidad política», asimilada en muchos casosal fenómeno
del caudillismo, que se generó despuésde los procesos de emancipación política
en Hispanoamérica,ocupó un lugar importante en los debatesde los sociólogos
de primera generación,en los que se intentó «... explicar sus orígenes,ya para
combatido o bien para encontrar sus causasy seóalarlas manerasde su extinción.
La mayoríade esossociólogosha crendoque se trata de un fenómenoparticular
de estos países. De allí que haya surgido al respecto una interpretación sociológica
llamada pesimista,para la cual esainestabilidad política se debe a circunstancias
generacion. propias de la estructura de estos pueblos. Es oportuno aclarar que tal interpreta-
ción pesimista... no envuelvenecesariamenteuna justificación del caudillismo. En
Los objetos de estádio de ta sociologia !atinoamericana de primera generación el mondode todas estas teorias... se nota siempre algún rayo de optimismo» (Tosta,
1969: 256-257). Algunas de estasproblemáticas funcionan como elestransversa-
Un rápido vistazo a los autoresy obrasmencionadas,permite construir una pn' les, que se interrelacionan de diversas maneras. Así por exemplo, para Bunge, el
mera tipologia general de los elesproblemáticosde estaprimera generaciónde personalismo es de origen racial, y lo explica como el resultado de la mezcla de
sociólogos latinoamericanos, de la siguiente manera:
las <.taras»
psicológicasdel índio, el negroy el espaóol,de la que surgela «pereza
criolla». ParaIngenieros, la pereza criolla existe, poro su causa seubica en la heren-
cia colonial y, sobre todo, en lo que denominó el «feudalismocolonial». En estas

el futuro político del subcontinente''


H interpretaciones encontramos un vínculo entre el racismo y el caudillismo que,
según estos autores, constituye un rasgo típico de América Latina.

d) EI indigenismo
En el caso mexicanodestacóel aporte de Justo Sierra (1848-1912) en su obra
léxico, su ez,o/wcfó/zsocía/ (1900), en la cual usa como recurso la teoria evolucio-
nista «spenceriana»y plantea que «... ha de hacersedel indígena un factor positivo
de progreso y considera el bien --principio este de vastas repercusiones sociales--
no como algo que está hecho, sino que hay que realizar con el esfuerzo de cada
día»:s. Una propuesta pragmática de este autor fue la de «nacionalizar la ciencia y
mexicanizar el saber».Además, esimportante retomar el trabajo de Manuel Gamio
(1883-1960), quien fuera presidente del Instituto Indigenista Americano hasta su
muerte. Este arqueólogo desarrolló la tesis de que se debía favorecer «... un "in-
digenismo integral" destinado a lograr no la asimilación de los indígenas, sino su
integración en una "América Indoibérica" que recogiera lo major de ambas tradi-

14. Una tesis similar, en términos de «inmadurezpolítica», desarrolló Lambert, 1963.


15. En México, desdela fundación de la Universidad Real y Pontifícia, en 1553, la filosofia mexi-
cana inició su construcción y reformulación, pera su análisis desborda este articulo. En 1867, la refor-
ma de Gabino Barreda introdujo el positivismo y se intento «... reorganizar la instrucción pública bafo
el lema de "libertad, orden y progreso", afín al de Comte», puesto que fue secretario de Instrucción
Públicaen el gabinetede Porfirio Díaz (Agramonte, 1963 : 5). ÊI indigenismo y el «problemaindígena»
tratado por Mariátegui y Valcárcel, no se estudian en profundidad en este articulo, debido a que esta
temáticase trata en tetracontribución de estaobra, sobre todo para los paísescon fuerte presencia
indígena en elsiglo xix
el elemento de «color».
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 139
RONNY J. VIALES HURTADO
138

desdeel instante mismo de la conquista. Cecilio Acosta no veia el malestar de estou


clones culülrales»t6. Es interesante el contraste entre ]os sociólogos argentinos y países como producto de circunstancias geográficas o étnicas. Para él, rales desajus-
los mexicanos en términos de su visión del y de lo indígena. tes eran propios de pueblos jóvenes. EI bienestar vendría con la paz y el ejercicio
de las instituciones republicanas...»(Tosta,1969: 259).
Este esbozo general recuerda el planteamiento hegeliano de desarrollo, típico
del siglo xix, según el cual la substancia seconvirtió en evolución, en historicidad,
en dinâmica. Según Agramonte, ademásdc los desarrollos nacionales de la socio-
logia, no se debe olvidar «... que el movimiento de las sociologías autóctonas en la
América nuestra ha sido paralelamente potenciado por dos tipos de aportes cultu-
rales: primero, por aquellas producciones que han ofrecido una visión de conjunto
del Nuevo Mundo a base de enfoques sociológicos; segundo, por el papel que la
novela ha dcscmpcóado en cuanto expresión sensible del drama americano o na
anti-racista. cional» (Tosta, 1969: 27). En la primera línea dc argumentación, se puede ubicar
a los viajcros.
A mediados del sigla xx un debate filosóâco, centrado en la pregunta para
f) La inmigracións «,asesamericanoshan consideradola inmigración como un dogmáticade si existe América Latina, generó, desdenuestro punto de vista, el
La IULm ial, como medida salvadora para el porvenir.
último espaciode discusión sociológica de primera generación, para dar paso a los
trabajos que se enfrentaron al debate del momento: el debate sobre el crecimiento
y el desarrollo económico. Esta discusión la inició el escritor Luis Alberto Sánchez,
quien publicó su trabajo êEx/sfe /a Ámérfcíz Lízflníz? (Sánchez, 1945):', en el que
planteó que lo que se denomina «América Latina» no existe, debido a que el tér-
mino fue una creaciónfrancesa,por lo que surgecomo conceptoalternativo el de
«lberoamérica». Junto a Sánchez debaten intelectuales como Germán Arciniegas
(Arciniegas, 1945), y otros autores extranjeros como Preston Everett James(James,
1942), por citar solamente pocos autores de una discusión que, consideramos, per-
mite criar la subjetividadde la diferencia latinoamericana,concebidacomo una
realidad particular, y no como un subproducto como en los debatesanteriores, que
sirvió como puente para la discusión posterior en América Latina.
En esta primera generación se reflexionó, pero también se echó mano de la
teoria sociológica del momento para esgrimir los luicios sobre América. Si bien
para estaspensadoresel ensayoconstituyó la principal herramientade comuni-
cación (Solari 1 976: 21):*, éstos interpretaron, analizaron y llegaron a plantear
causalidadesde los fenómenos estudiados, limitadas en su enfoque por el contexto
cultural en que se encontraban,es decir, la teoria se convirtió en determinismo
social positivista con un enfoque evolucionista:P. Es notable que el evolucionismo

17. EI Findo de Cultura Económica de México creó la colección .-TierraFirme» para dar acogida
a este debate.
18. Desde la historia del pensamiento o desde la historia cultural el ensayo como género consti-
tuye un objeto de estudio totalmente válido y quienes lo practican son los intelectuales. Aqui llamamos
la atención sobre el fecho de que el ensayotambién puede estudiarse como discurso de la ciencia
sociaUsociología
19. En los albores del siglo xx, el evolucionismo darwiniano ya era, entre todas las teorias bio-
lógicas, la de mayor impacto en âmbitos acenosa su contexto de emergencia. Esadifusión se extendió
transversalmente al rediseóo epistemológico de las ciencias sociales, dotándolas de un soporte de sig-
nificación para sustratos teóricos y metodológicos todavia endebles.Precisamente,la labor de Bunge
es bien representativade la permeabilidad que las nacientesdisciplinas del campo social ofrecieron en
Latinoamêrica a las fundamentacionesde corte biologista. En erecto, con sus reinterpretaciones del
darwinismo, nunca exentas de fuertes componentes racistas.
16. Véase http://wwwcdi.gob.mx/conadepi/iii/gamio.html.
RONNY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 141
140

dad; la del trabajo; la de la libertad; la del progreso; la de la conservacióny la de


darwiniano constituyó un pilar teórico para la sociologia de primera generación, los mediou (Agramonte, 1963: 152). En estaobra asimiló el orden social al orden
general de la naturaleza, lo que denominó como el «orden de la civilización», con
lo que dela cuenta de la influencia del positivismo en su pensamiento.
A pesar de existir un desarrollo «nacional» de la sociologia, relativamente au-
tónomo, fueron muy influyentes los trabajos de la sociologia académicabrasileõa.
Por exemplo, los trabajos de Fernando de Azevedo, quien fundó la Asociación Bra-
silefía de Sociologia en 1935 y se ha ganado el reconocimiento por la publicación
de su trabajo PrifzclPfosde Socio/ogü, que en 1951 había alcanzado la quinta edi-
ción. A esteautor, positivista,le influyó el pensamientode Durkheim, por lo que
privilegia el análisis de las formas sociales y la evolución de la sociedad, así como
los hechos colectivos, concebidos como completos. Por otra parte, destacan los tra-
bajos de Gilberto Freyre, y su Zrnfado de Socio/ogü, publicado en 193 1. Paralela-
mente con los tratadistas, también surgió un grupo de sociólogos latinoamericanos
que realizó investigaciones de carácter monográfico, sobre la base del estudio de la
psicologia colectiva, de los fenómenos políticos y discusiones antropogeográficas;
asícomo problemas de condiciones de trabajo y de sociologia rural y económica,
e inc[usive de eco]ogía humana (Agramonte, ]963: 162 y ss.).
Para Roitman el «... corte histórico preferido por la mayoría de los cientíâcos
sociales latinoamericanos para datar el nacimiento de las ciencias sociales se acota
entre los altos treinta y cuarenta del siglo xx, punho de inflexión en el desarrollo
del capitalismo y del socialismo. Los hechos históricos que corroboran la opción
teórica de proponer tal corte son dispares,aunquetienen un tronco común. A
partir de los aííos veinte y trás la revolución ruça el socialismo es una alternativa
política real de construcción del Estadoy de poder social. La crisesdel liberalismo
esclaaismoen Brasil est,c,r el trabajo del venezolanoVallenilla Lanz (1870-
político y económicoque acompafíóel desarrollo del capitalismo hastalos aços
1936), titulado Cesans#nodemográfico (1919), en el que defende la tesis del cau- treinta del sigla xx son una lacra para proyectar su hegemonia. La proliferación
dillo como un «gendarme necesario» en el caso de Venezuela:'
de movimientos socialistas en occidente, la bucha por la liberación anui-colonial
en Africa y Asia, junto con la creación de partidos comunistas, cuyo objetivo es
EL SURGIMIENTO DE LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA la destrucción del capitalismo como orden social de explotación, dan lugar a una
DE SEGUNDA GENERACI(1)N::(1945-1960) confrontación ideológico-política presente desde entonces entre socialismo y capi-
talismo»(Roitman, s.f.: iii-iv)::

H 20. Para profundizar en la biografia intelectual de Vallenilla Lanz: http;//www.ivic.ve/memoria/


Brasa/,publicada por L. A. Costa Pinto y Edison Carneiro desde1955; en la Facultad de Filosofia y
Letrasde la Universidad de BuenosAires sepublicó el Bo/efz'nde/ l sfifuto deSocio/ogü, pera la revista
especializadade mayor tradición ha sido la ReulsfaMexíca/zcz de Socio/ogü, que dirigia a mediados del
sigla xx el Dr. Mendieta y Núóez. En México también seeditó la Colección Tlerr.zFirme, baia el sello
del Fondo de Cultura Económica.Asimismo, los congresosnacionalesy los latinoamericanos de Socio-
logia, constituyen una valiosa quentepara el análisis del pensamientosociológico en el subcontinente.
La institucionalización de la investigación también desempeóóun papel fundamental en el desarrollo
sociológico. En ese sentido destacan el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional
Autónoma de México, fundado el ll de abril de 1930 y el Instituto de Sociologia de la Facultad de
Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos,que inició funciones en 1940 y el Centro de Pesquisas
de la Nova Escola Lebre de São Pablo.
22. Este autor ubica una maldición latinoamericana que se resume de la siguiente manera: «Amé-
rica Latina no ha participado de la formación del conocimiento sociológico, base sobre la cual se
fundamenta posteriormente el debate teórico en el campo de la sociologia. Ni Comte, ni Spencer,ni
Durkheim, ni Marx pensaron en la realidad latinoamericana para formular su pensamiento.Nuestro
continente quedó fuera del espacio constitutivo que da origen al debate de las condicionemde surgi-
miento de las sociedadesindustriales, cuna del pensamientosocial contemporâneo. Si no fuimos for-
RONNY J. V[ALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 143
142

De lo anterior se desprendeque las opciones teóricas tuvieran. un esquema América Latina es de posguerra y más especificamente de la década de 1950. Este
bioolar. al igual que la Guerra Fria, entre el'marxismo y el estructural-funcionalis- desarro[[o puede periodizarse a partir de ires etapas: ]. Los pensadores(So]ari,
mo, pero en este casovamos a ensayar con una tipologización babadacn diferentes 1974); 2. EI esfuerzo por constituir la sociologia científica, y 3. La sociologia
critica
enfoques que son producto de] eclecticismo y del revisionismo de las tendencial
sociológicasdominantes en Occidente. Germani apunta.que se generõ una rup' Coincidimos con Roitman en el sentido de que «... pensar que la sociologia en
tura a parar del nacimientodel «movimientoneopositivistacriollo», alrededor América Latina se inicia sólo quando se recibe el cuadro teórico metodológico que
de la décadade 19.iO, en paísescomo Argentina. Este movimiento, a pesarde le proporciona el estatusde ciencia es tener una concepción estrecha»(Roitman
temerun corte reivindicativo importante, sentó susbasesen la observacióny la s.f.: vii-x):'. Esta
E,staconcepción fundacional de
concepciõn es el mito tundactonal d la sociologia cientíhca lati-
«experimentación»como las quentesde las que se podia derivar el conocimiento noamericana pelo, como sefíalamos antes, la primera generación de la sociologia
sociologtcoz3. . .. latinoamericana sí teorizó y trabajó sobre la base de problemáticas de investiga-
Segun Franco y compaííeros, 'l... a través de .concepciones muy diferentes de ción. Germani(Germani, 1964, 1971):' acepta que la sociologia científica latino
americana se consolida por la vía difusionista, dcbido a la influencia de los países
los objetivos y métodos de la sociologia y de las ciencias sociales, todas las teorias,
desdeJla posguerra. . [hasta ]a década de' 1970]. han tenido como tema central el desarrollados sobre el subcontinente, aunque el filtro para el erecto demostración,
análisiscientífico del câmbio y el desarrollo» (Franco, 197SI 89), reiteramos que en nuestro criterio, lo constituía el método científico, que permitia discernir entre
no consideramosque la línea'divisoria entre la sociologia de primera y segunda lo que era aplicable para América Latina de lo que era ilógico. Por lo tanto, la
ciencia, de carácter universal y transnacional, debía adaptarse a las condicionem
generación sea el uso de la teoria social en la interpretaclón, dado que en ambos
casosse utilizó, sino másbien el câmbio contextual-histórico en América Latina particulares latinoamericanas. Por su parte, Florestan Fernandes (Fernandes, 1959,
y el énfasisproblemático de cadageneraciónasí como el referente.empírico .de 1960, 1970), autor menosconocido en espafiol, compartía las preocupacionesan-
estos trabajos (Franco, 1975: 1):'. Por lo tanto Franco ubica la.génesisde la soc.io- teriores, pelo partia de un punho de vista másecléctico, al plantear la posibilidad
loaía científica latinoamericana en 1941, cuando aparecela obra de JoséMedina utilitarista de recurrir a todas las aportaciones válidas para comprender la rcalidad
latinoamericana.
Echavarría,espaílol,catedrático de la Universidad de Murcia y profesor de la
Universidad Nacional Autónoma de México, titulado Socio/ogü: feorü y téclzica YaJoséMedina Echeverría,desde 1965, habíacentrado la atención del debate
(Medina Echavarría, 1941):s, aunque el dinamismo de la sociologia científica en sociológico entre dos polos de tensión: por una parte, la influencia de la sociologia

positivismo, que se podría solucionar con el uso del método cientíâco aunque con reservascon respec
dadoresdel conocimiento social, sólo podemosrealizar una función de aproximación que seacapazde to ala neutralidad valorativa
interpretar opor qué motivo no formamos parte del mundo? Nuestras interpretación son explicaciones
26. Esta concepción establece una diferenciación entre los primeros pensadores a los que se iden-
tifica como ensayistasy a los sociólogos, quienes manejan conceptos y metodologia propia. «Así, las
ciencias sociales serían una suma de técnicas y métodos de investigación cuya finalidad se encuentra
en solventar los procesos de racionalidad política, câmbio social y modernización económica. Así,
desde diferentes opciones teóricas, la sociologia latinoamericana ha quedado enfrascada en un debate
que responde másbien a una sociologia del conocimiento que al desarrojlo de una explicación de las
estructuras sociales que conâguran y determinan las sociedades sobre las que se asientan las actuales
relacionessocialesde explotación». Roitman seíiala,además,que: «André Gunder Frank se convirtió
en el teórico del desarrollo del subdesarrollopara hacerseun me.zc /pa y terminar en el desarrollo po-
sjble; RegisDebray hizo la revolución en la revolución y luego la crítica de las armas;JacquesLambert

Hü@ilHRhilil$ H in :uE;
dualizó las sociedadeslatinoamericanasy luego las transformó en feulades;Ajam Touraine pasóde ser
teórico dependentista en Brasil y Chile con un texto cuyo título se inicia con las voces: Las sociedades
dependientes...,a concluir lacónicamente en 1992 que "el dependentismo había sido el insumo más
nefasto de las ideologias de las diferentes luchas armadas". Manuel Castells beatificó los movimientos
sociales, los hizo revolucionários y luego desde Berkeley desconoce su etapa "marxista" para negar
el análisis de las clases sociales. Hoy son los tigres asiáticos y las nuevas tecnologias su preocupacion
intelectual. La nueva izquierda es pues el resultado de la viela escolásticadogmática que vive, aún hoy,
a costa de sus trabajos que ahora desconocen como parte de su historia intelectual». Àdemás, sintetiza
el planreamiento de esta corriente de la siguiente manera: «Los sociólogos del câmbio social alentados
en la teoria de la modernización centraron sus esfuerzosen explicar cómo el desarrollo industrial capi-
talista presuponíaun avanceen la articulación de una sociedaéldemocrática y liberal. Por el contrario,
identificaron las actitudes anti-modernizadoras y de resistenciasen los resabios de un orden feudal,
arcaicoy tradicional. Sin demasiadasdiferenciastres concepcionesfueron desarrolladascomo parte de
[a visión de] câmbio social modernizador... E] mode]o fo]k-urbano... EI modelo de la sociedad'feudal a
la sociedad democrática de las clasesmedias... EI modelo de la sociedad rural tradicional a la sociedad
urbana industrial» (Roitman, s.f. : xxvii-xxviii).
27. Germani tuvo un punto de partida estructural-funcionalista.
RONNY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 145
144

lo que implicó, muchasveces,el surgimientode nuevasperspectivasparael desa-


estadounidensey, por otra, la coyuntura histórica que fue moldeando una posibi-
rrollo de la sociologia académica que implicó una crítica seria y dura por parte de
lidad de sociologia latinoamericana: «... entrando en los 60, una serie de aconte- los «nuevossociólogos»con una «posturacrítica»: es una fractura al interior de la
cimientos, entre los que destacanel proceso de desestalinizaciónen la U.R.S.S,la
comunidad científica de sociólogos que porte frente al procedo de su instituciona-
Revolución Cubana,el reformismo de la Alianza para el Progreso,el aparecimien-
lización. Los câmbios de la coyuntura se pueden sintetizar de la siguiente manera:
to de las ;lglesias Nuevas", colocan en el orden del día la discusión social (no.slem-
La crisis estructural en la región, que pone en entredicho las elaboraciones
pre sociológica)de las contradicciones entre los.interesesde los EstadosUnidos y teóricas esbozadasen la década anterior, sobre todo las que pronosticaban el de-
los de América Latina. Como consecuencia, también se destacan las características
sarrollo del subcontinente: la crisis de la estrategia de industrialización. EI «erecto
propias de nuestro posible desarrollo y su oposición al tecnocratismo economista
demostración»de la RevoluciónCubanay la radicalización de los intelectuales,
que desde la postguerra se nos exportada desde el centroz8».
que trajo como consecuencia el rechazo de la «sociologia imperialista» y la inclu-
En la generalizaciónde estaspreocupacione.stuvieron un papel de primer or- sión del marxismo como posición de análisis legítima. Los câmbios políticos en
den dos factores causales:el aporte teórico y el impulso al desarrollo de la ciencia
paísesgrandes, como Brasil y Argentina, en la década de 1960, hacen que el enfo-
social en el subcontinente (Franco, 1975). Aqui destacael apoyo de la UNESCO
que liberal de la posguerra se quede corto para explicar estou câmbios.
por medio de la creación de la Facultad. Latinoamericana de Ciencias Sociales
Los elementos diferenciadores de la sociologia crítica se fundamentan en cri-
l CSO), en el Centro de Pesquisasde Río de Janeiro y en la Escuelade Santiago
terios de tipo político y teórico. Los de tipo político se resumenen seóalara los
de Chile t por supuesto, la influencia de la Comisión Económica para América
sociólogosde la época inmediatamente anterior como defensoresdel statu que y
Latina (CEPAL) de la Organización para las Naciones.Unidas tuvo un impacto muy
como reproductores de la dominación imperialista. En términos teóricos, la so-
mlportante sobre los sociólogos y el'pensamiento sociológico latinoamericano des- ciologia crítica: «... va desdeuna concepciónalternativa de la manera de hacer
pués de 1950, así como el Instituto Latinoamericano.y del Caribe de Planificación sociologia, que lleva a criticar el postulado de la neutralidad valorativa, a discutir
Económica y Social (ILPES)29,como actores estratégicos de la institucionalización
las relacionei entre ciencia e ideologia, y a postular la necesidadde abandonar el
de la denominada «sociologiacientífica» en América Latina. . ..
neopositivismo en beneficio de orientaciones dialécticas, hasta el rechazo de las
Después de los trabajos de la CEPAL, los enfoques de.la sociologia latinoame-
teorias basadasen rales supuestos, como el estructural-funcionalismo y, más parti-
ricana restringidos por paísesfueron superados por un enfoque latinoamericanista
cularmente, las teorias de la modernización. Ellas no resultan aplicables a la reali-
yporcstudioscomparados.Además: .. . ,. ...... dad latinoamericana, por lo que consecuentementese sostuvo que los sociólogos
.La CElIAL elaboro también un proyecto global de políticas para superar la
'cientificistas" carecen de conocimiento adecuado de la realidad de estos países»
situación de subdesarrollo, de fuertes connotaciones ideológicas, que luego se
(Franco, 1975: 40 y 41).
identificaria con lo que se dio en llamar "desarrollismo". A este pensamiento per-
manecieron vinculados los sociólogos latinoamericanos durante la décadadel 60... Algunos trabajos de transición hacia ese nuevo tipo de sociologia los consti-
tuyeron los trabajos de Orlando Fals Borda, nos referimos a sus Mo/zopn/hs so-
Oiro aspecto importante, pero menos vinculado a la evolución de la sociologia
cio/ógicczss'.Destacan sus trabajos: l,a [eorü y /a reíz/fdad de/ câmbio sociocu/fzzr.z/
como disciplina, es la tarea'de formación de cuadros técnicos de nível medio. . En
ezzCo/ombla, (Fals Borda, 1959); con lo que se abre el debate sobre el proceso de
quanto al pensamiento social, la CEPAL creó una.alternativa a las únicas existentes
modernización en América Latina, el que habíasido dominado en sus orígenespor
por entonces en el continente: las brindadas por los partidos políticos, en especial,
«latinoamericanistas» extranjeros (Bryson, 1962):'. Fala Borda llamaba la atención
el Partido Comunista, y la Democracia Cristiana» (Franco, 1975: 26 y 29). . ,
EI panorama cambió a partir de la Alianza para el Progreso. Como síntesis,fue
notable en la sociologia latinoamericana de este período, el creciente énfasis en lo 30. Fals Borda publicó luarenta artículos entre 1953 y 1987 y treinta y ires libros, monografiasy
regional, aunque sin descuidar lo nacional (Franco, 1975: 30). EI dinamismo de la ensayosentre 1955 y 1986 y se le considera como el gestor de la sociologia académicaen Colombia.
décadade 19i0, en términos del pensamientocrítico latinoamericano en el ambito Funda la Facultad de Sociologia de la Universidad Nacional(1959), estimula la investigación con la
publicación de la serie Molzogra/üs socio/ógicas,constituye la Asociación Colombiana de Sociologia
de a sociologia, se'vio fretado por los câmbios políticos en la coyuntura regional (1962) y la escuelade graduados «Programa Latinoamericano para el Desarrollo» (Pledes)(1964-1969),
para activar especialistasen la «sociologia comprometida» con las transformaciones socioculturales de
América Latina(Torres, 1987).
31. Los experimentos de Allan Holmberg en Pera, quien estudió Perú desde1951. Parauna vi-
sión crítica, Stein, 2000. Estelibra analiza la historia del proyecto de investigación y desarrollo que se
realizó en la comunidad de Vices, en ese entonces una hacienda en el Callejón de Huaylas, iniciado en
1952 y continuado, en una forma u tetra,hasta 1966, fecha de la muerte del profesor Allan R. Holm-
berg, el investigador principal. EI texto da énfasis a las actividades de investigadores norteamericanos
y peruanos vistas desde un punto de vista antropológico, aunque las voces de los vicosinos necesaria-

UH#hi: m"':;i:l.=$:11:n::
l
José L. Reyna, Vilmar Faria.
mênte están presentes y activas. Véase http://www.andes.nlissouri.edu/andes/breviário/sur.vicisitudes.
html. EI estuilio del câmbio social en Bolivia. en Leonard. 1952. Los estudiosde Richard Adams sobre
Guatemala,en Adams, 1956 y Adamsy Bastas, 2003. EI libra de Lewis, 1961, entre oiros. Obras an-
tropológicas que brindaron insumos para la interpretación sociológica e histórica.
RONNY J. VIALES FURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 147
146

Despuésde la SegundaGuerra Mundial, el problema del desarrollo económico


sobre la no viabilidad de la neutralidadvalorativa, uno de los postuladosde.los
en el largo plazo tuvo recepción en los círculos académicos y políticos por lo que
sociólogos científicos, debido al fecho de que no esposible ser neutral Antes bien,
surgió la «teoria del desarrollo» en economia y ciencias sociales en general, con
la propuestade esteautor era la de.orienta.rsebaciauna sociologia cn.ica, en la múltiples variantes. La idea de que podia existir un camino único y repetible hacia
cual et'compromiso social era ineludible, así como la búsquedadel câmbio,social, el desarrollo también partió de los trabajos de Simon Kuznets, titulados Quanfffcz-
la búsqueda del desarrollo (Fals Borda, 1959) Este compr.omiso se definió como
[fue Áspecfs o/' Ecozzomic Gromfb Amo/zg Nafiozzs, publicados en 10 monografias
bidimensional por una parte, se debía tomar conciencia sobre los problemas de la cortas en TheJournal ofEconomic DeueÍopmentand Cultural Cbangeentre \ 956
sociedad y, por obra se debía conocer la teoria y los conceptos que podían ayudar y 1967 (Viales, 2000).
a explicaria, lo que, en su opinión, no reóía con la objetividad de la sociologia. Ob.
abrieron Tal y como seõalan Solari ef cz/., este tema ha sido uno «... de los centrales para
vianlente, la introducción de valores, ideologia y procesos de selecci.ón la orientación científica y a su alrededor se ha construído una buena parte de la
el espaciopara las objeciones.Por derivación, se oponian a la distinción absoluta sociologia latinoamericana... [sobre éste influyeron] las ideas de CEPAL... [para e]
entre ciencia e ideologia, tal y como había propuesto Germanil . ,. . análisís] de las condiciones de constitución, en América Latina, de una sociedad ca-
John Saxe de6nía de la sigulente manera el papel de la socio.logíacrítica en la
pitalista que, con una serie de rasgos específicos,reprodujera un modelo que se su-
búsqueda del desarrollo en América Latina, .como:. «... una ofensiva en las.ciencias ponía capaz de crear un procedo de crecimiento autosostenido» (Solari 1976: 91).
socialespor la liberación nacional y la autodeterminación, a nível institucional, de Por otra parte, el tema de la modernización fue el segundo eje transversal
formulación de hipóteses, y de recolección de dados,a una ciencia social que reco-
de la sociologia latinoamericana de segunda generación. Sobre esc particular, se
nozca, entre otras cosas,que tiene el derecho y la obligación de hacer uso público
puedeidentificar dos orientaciones:«Unatrata de definir sus etapasy los facto-
delarazón»(SaxeFernández, 1972: 134). . .. . .. .
res que explican el proceso de secularización; obra, percebe el fenómeno como la
A lo que*se debería agregar que el conocimiento producido debía ponerse al
desintegración y reintegración del orden social. EI pensamiento de Gins Germana
servido de las mesas,dc la clase proletária. EI câmbio a la sociologia de segunda
es típico de la primera concepción, mientras que Florestan Fernandes es el mejor
generación estuvo marcado por las políticas de «modernización» fundamentadas
exponente de la segunda»(Solari, 1976: 100). En el findo, la tesis era seííalar, en
en la industrialización y por el predomínio del papel del Estado sobre el mercado
ambos casos, que América Latina era una sociedad en transición desde una socie
en esteprocedo,en el sentido de asumir la planificacióneconómicay social,por dad tradicional a una sociedad desarrollada.
lo que el l bemlismo-positivismo cedió ante estudioscientífico-empiristas de corte La orientación científica (1945-1960) de la sociologia de segunda generación,
funcionalista (Sotelo,'2005 : 34-35), pero profundicemos en esteperíodo.
en la que destacaron Medina Echavarría y Germani, empezó a ser cuestionada a
La década de 1950 y el problema del desarro11odesdeAmérica Latina
partir de la décadade 1960, por una corriente crítica (1960-1980). Segúnésta,
el análisis precedente se fundamentó extremadamente en los factores puramente
económicos, en el estudio de casos,y, fundamentalmente, secriticó el alcancelimi-
Adrián Sotelo plantea que la influencia de W W Rostow y de su esquemade las
tado de esteenfoque, presto que: «... la teoria sociológica seha concentrado, hasta
etapas del crecimiento económico (Rostow: .1961) impacto .de manera directa so-
el momento en los problemas propios de los países de "desarrollo originário", tal
bre la sociologia latinoamericana de la década de 1950, por lo que: «... su denomi-
vez porque es allí donde ha alcanzado mayores elaboraciones. AI analizar los pro-
nador común se sintetiza en dos tesis que influirán en las ciencias sociales, incluso
blemas específicos de los países "periféricos" se recurrió al arsenal de conceptos
hasta nuestros dias, sobre todo en lo que concierne al método para comparar so-
y teorias elaboradas para otras situaciones, olvidando que conceptos y teorias no
ciedades industriales desarrolladas y sociedades subdesarrolladas y dependientes....
difieren, en esesentido, de los dcmás productos de la conciencia humana: están
La primera de ellas consiste en la idem de que el subdesarrollo.es una etapa previa
históricamente condicionadosy no es posible realizar trasposicionesde una situa
para alcanzar las pautas del capitalismo pleno Se.desprende la tesis de un conZf-
antesala ción histórica a otra sin formular los ajustes necesarios» (Cardoso y Falleto, 1969).
/zzium. en un procesolineal donde el subdesarrollo.constituye,
en sí,.la
.No estaria fuera de lugar subrayar que incluso algunos conceptos utilizados para
necesariaque es preciso superar. Esta esla idea clave de la concepción desarrollista
describir la estructura social latinoamericana, tomados en préstamo del vocabu-
del tape-o/7; que expresa la necesidad de reunir condicionem de la primera etapa
lário creado para caracterizar la situación europeu o norteamericana, carecen de
(del subdesarrollo) para poder despegar posteriormente y alcanzar la plenitud del
precisión necesariae inclusive desnaturalizanel contenido histórico que tratan de
capitalismo... La segundatesis es cuantitativa y determinista: se exprlisa.en un
índices expresar. Así conceptos como "feudalismo", "aristocracia", etc., son manifiesta-
conjunto de parâmetros formales para medir el subdesarrollo,utilizando mente inadequadospara discutir la situación latinoamericana. Otros, tales como
como alfabet zación, nutrición, natalidad y mortalidad, ingreso per capital niveles
"burguesia", "proletariado", "clases medias", etc., requieren una reelaboración,
de pobreza,tasade formación de capital fito y productividad. Conve.rtidospos- pueslos modos particulares de relación y enfrentamiento entre los grupos y clases
teriormente en modelos matemáticos, estosparâmetros expresan el nível en que
socialesen las sociedadesperiféricas requieren volver a definidas por sus formas
se encuentra una sociedad en relación con la trayectoria que marca el continuam
de comportamiento y conciencia social» (Cardoso, 1968 : 39).
evolutivo» (Sotelo, 2005: 47).
148 RON NY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 149

EI énfasis se coloca en el análisis del proceso histórico y de reconstrucción Por lo tanto, desde esta perspectiva, no hubo «desarrollo hacia fuera» y existe
del detalle de las singularidades sociales antes de la constatación de teorias a.pari una relación directa entre la inserción dependiente de América Latina en el sistema
tir de evidencia. En esta línea de trabajo se buscó construir un enfoque global capitalista internacional y el subdesarrollo. Un aporte historiográfico importante
del desarrollocentrado:«... no en generalizaciones
amplias,sino en el análisis derivado de esta segundageneración está constituído por los trabajos de Sergio
del funcionamiento de una sociedad dada, en determinadas condiciones históri- Bagú quien en su libro Eco/zona de /a socíedad co/o/zfa/. E/zsczyode bisloriíz com-
cas particulares. Lleva asimismo a caracterizar los grupos socialesespecíficosque parada de Ámé7'ical,alf/za (1949) demostró que el sistema económico espaóol, y
controlan las decisiones(de tipo político) fundamentalessobre la producción y por ende la colonización,no sepodia interpretar como feudalista,puestoque en
el consumo (nível económico). Para ello, hay que preguntarse?en.primer lugar: su visión Espadaera una nación «capitalistacomercial».Por lo tanto, lasversiones
cualesson estesgrupos estratégicos,describiendo, por un lado, la alianza y, por el que planteaban que América Latina había pasado por etapas, en especial el esque-
otro, la naturaleza, los limites y la expresión institucional que logra el conflicto. En matismo estalinista, se vieron profundamente cuestionadas. En 1952 Bagú publicó
segundo lugar, debería destacarse cuáles son los.grupos subordinados y las relacio- suEstractura social de ta Coloria: Ensaio de historia Comparada de América Lati-
nes que mantienen con los grupos dominantes, lo que expresaría conflictos que se lzíz,en el que introduzo la problemática de las relaciones de clase y la estratiâcación
dan entre el capital y el trabajo... Pera no bastaria con la descripción, sino que es social en Argentina, como un estudio empírico para, finalmente, vincularse con el
necesario explicar por qué la estructura social tiene esascaracterísticas, vale decir; marxismo por medio de su trabajo À4arx-Erige/s:dlez co/zcePtosÉu/zdame zfa/es:
debe inquirirse sobre cuáles son las condiciones estructurales.que hacen que mean génesisy proyeccfón bislórica (Bagú, 1972).
usosy no oiros los grupos que mantienen una situación estratégica que les permite
adoptar decisionesque afectama todo el sistema, incluso a los demásgrupos..La La sociologia científica en América Latina. 1. EI dualismo estructurat
respuesta variará de 'una sociedad a tetra o, menor dicho, según el tipo de sociedad
que se esté considerando» (Solari, 1976: 145) De acuerdo con J. H. Boeke, el dualismo es el resultado del choque entre dos
Entonces, «... la dependencia es la característica común de las formaciones sistemassocialesdiferentes,derivadosde la introducción del capitalismoen una
sociales latinoamericanas. En esmohay consenso entre los críticos. Ha sido el tema región donde predominaba un modo de vida precapitalista, lo que conduciría a la
más importante, o por lo menos el más notorio, en el desarrollo de la sociologia desintegraciónde la sociedad (Boeke, 1953a, 1953b). Por esta razón, las teorias
latinoamericana de'los afíos recientes. Ha traspasado,incluso, las fronteras de la económicas occidentales tienen un bafo alcance en la solución de los problemas
orientación "crítica", en cuyo interior se generó, siendo de interés para autores.de de las sociedades orientales, las cuales, en vez de ser atrasadas, han generado res-
atrás procedencias...Puededecirse que casi ninguno de los que realzan el valor puestaslocales a su medio particular. Estasaseveracionesse fundamentan en dos
explicativo de la "dependencia"aceptaríaconsiderariacomo un factor externo postulados: en sociedadesdualistasno es posible aplicar una única política de al-
quc, de maneta mecânica, produce erectos insuperables en las sociedadeslatinoa- cance global, de allí que se introduce un segundo postulado que tiene que ver con
mericanas. Es más, seguramente negaria enfáticamente que susplanteos pudieran la existencia de disparidades internas, regionales, que inciden en el hecho de que
considerarse de tal especie. Sin embargo, un análisesdesapasionado de los escri- [as po]íticas pueden beneficiar a un sector de ]a sociedad pera perjudicar a oiro.
tos ;le muchos de los 'sociólogos críticos latinoamericanos lleva a sostenerque la En términos de la explicación del atraso, la propuesta de Boeke posibilitó la
dependenciaconcebida como un factor externo es el.eje central.de los .mismos. creación de un aparato conceptual. Así, en sustitución de la dicotomia sistemas
Inãudablemente, es el caso de Frank y, también, el de algunos escritos recientes de sociales precapitalistas y capitalistas, se inició la utilización sustitutiva de los con-
Florestan Fernandes, aunque en este último afirmaciones en ese sentido se entre- ceptos de «foco» o «punto de contacto» e binfer/and, respectivamente, sin dejar de
mezclan con otras que parecen acercar su explicación a la concepción alternativa:.. lado las características socioculturales de estos entornas.
La segunda concepción de la dependencia es, justamente, la que. muestra cómo la Entre los estudiosque se generaron en América Latina, con influencia de este
estructura de poder dependiente "internaliza" su posición en el sistemainterna- enfoque, destacaronlos de JacquesLambert (Lambert, 1963): quedó así estable-
cional, destaca el ambito de acción de los grupos sociales de esta última y tiende a cida la propuesta de que las sociedadesdualistas contienen dos sistemassociales
demostrar que no hay transformaciones mecânicas producldas por.las alteraciones diferenciados,uno moderno y otro arcaico,en donde el primero es el másdinâ-
del mercado internacional, sino que éstas aparecen mediadas y redefinidas por las mico y, por esto, la población del arcaico tiende a migrar hacia éste, con lo cual se
tensiones existentes en la propia sociedad dependiente» (Solari, 1976: 148) perpetúa el dualismo. Además, el sistema moderno era el polo de desarrollo. En el
Por lo tanto, huno preocupaciones que giraron en torno a un espectro que fue caso de América Latina, seinterpretó que la expresión del dualismo estructural era
desde las condiciones estructurales hasta la dimensión política de la dependencia. la coexistencia de la sociedad rural (arcaica) y la sociedad urbana (moderna) con
La perspectiva global de las primeras fue desarrollada por A. G. Frank al seflalar lo que la teoria comportaba un sesgoanti-rural3z
que el capitalismo generó una estructura única: «Un único proceso histórico de
expansión y desarrollo capitalista en todo el mundo ha generado si.multáneamen-
te --y continúa generando-- desarrollo económico y subdesarrollo estructural» 32. Testascorrientes de pensamientoparten del supuestometodológico de que hay clasessociales
(Frank, 1974: 211; Solari, 1976: 149). no capitalistas -lampesinos, terratenientese indígenas-- que tienen mucho peso en la sociedad, que
RONNY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 15 1
150

A mediados del sigla xx, estalló un debate en el sentido de la dualidad de lo que denominaban el «sistemacolonial», una visión antiimperialista, y del colo-
la sociologia latinoamericana. Por un lado aparecia .una sociologia apli.cada,.de. la nialismo interno en las áreasrurales por parte del sector urbano.
acción, que se centró en la interpretación a partir de la. realidad social particular La noción de colonialismointerno, la cual introduzo PabloGonzálezCasa-
y, por otro, la sociologia académica que se impartía en las universidades. La gran nova, se centrada en el «... monopolio que exercela unidad colonizadora sobre la
explotación de los recursosnaturales, del trabajo, del mercado de importación y
mayoría de autores citados fueron catedráticos pero también escribieron obras
exportación, de las inversiones o de los ingresos fiscales de la unidad colonizada.
para interpretar su propia realidad social. Citaba Mitchell Seligson,en 1975, que
desde hacía mucho tiempo los científicos sociales habían crendo que.el e.statusso- A consecuencia de ello, ésta deviene en complementada de la economia metropo-
cioeconómico (SSE)tema un gran impacto sobre los valores del individuo y que litana; se le integra como un apéndice. Sus recursos se explotan de acuerdo con
esta teseshabía tenido un gran peso entre los investigador.es latinoamericanos para las necesidadesde la metrópoli, lo que provoca un desarrollo distorsionado de los
las sectoresy regiones, que a su vez genera un desarrollo desigual no integrado de las
explicar el atraso. EI desarrollo general de la tesa.ses el siguiente: «... .tanto
diversas zonas. La colonial adquiere también obras características sucedáneas que
grandes brechas entre la clase media urbana y la baia, como el.contraste delineado
facilitan el trato colonial. Así, su comercio exterior depende de un solo mercado,
entre la riqueza de la metrópoli comercial y la pobreza.de la.aldeã rural, divi.den a
los latinoamericanos según'dos sistemasde valores: el moderno y el tradicional. de un solo sector de un solo producto, lo que reduce en mucho su capacidad de ne-
Se cree... que el SSE divide las áreas urbanas en dos sistemas de valores de mane- gociación. Sus trabajadores mantienen un nível de vida inferior al de la metrópoli y
el orden se mantienecon sistemasrepresivos.Todo ello contribuye... a aumentar la
ra que .. la clase media posee los valores progresistas y modernos, y la clase ba)a
los tr,dicionales... De la mesmamanera,al sector urbano se le ve como la parte heterogeneidad y la desigualdad interna» (Solari, 1976: 41 2)". GonzálezCasanova
moderna, industrial y capitalista de la sociedad latinoameTicana,mientras.que al trató de definir ana]íticamente ]a «... exp]otación de regiones... [como] una categoria
sector rural se le considera tradicionalista y semifeudal, en fin, atrasado... Efectiva- general que engloba la explotación ciudad-campo, la explotación colonial, la explo
mente, a la América Latina se la ve como una sociedad dual» (Seligson, 1975) tación imperialista y el colonialismo interno» (González Casanova, 1969: 200), pera
Rodolfo Stavenhagen(Stavenhagen,1965)", entre oiros, se opuso a la tesis en realidad no profundizó en la noción de «explotación regional imperialista», sino
más bien en el colonialismo interno.
de la sociedad dual, a partir de la existencia de una concordância fundamental de
valores dentro de todos los sectores de la sociedad latinoamericana, como planteó En síntesis, para Gonzá]eze] colonialismo interno es una forma de diferen-
Claudio Véliz (Véliz, 1967). Obviamente, la mayor crítica a la posición dualista.era ciación social diferente a la estructura de clases,debido a la oposición de dos
el planteamiento de la existencia de dos sistemascerrados, es decir, desvinculados: conglomerados sociales,cada uno con su estructura de clases particular. Sobre
así co''mo su noción difusionista, en el sentido de que el progreso se llevaría del esta aseveración, Rodolfo Stavenhagen planteó que «... las relaciones interétnicas
sector moderno al tradicional. Finalmente, debe «... recordarse... que la noción propias del colonialismo se transforman en relaciones de clase, a medida que la
de dualismo fue creada especialmentepara haver referencia a las situacionesde economia capitalista penetra cn regiones en que se daba tal forma de rerraciona-
enclave«. Sin embargo usualmente se generaliza a toda la situación de subdesa- miento interétnico» (González Casanova,1969: 413).
rrollo...» (Solari, 1976: 410). Si bien Fernando H. Cardoso fue uno de los críticos del enfoque dualista en
EI debate entre dualistas y sus opositores también tema una vinculación social América Latina, pues, según él, en el mismo seno del sector urbano-moderno se
directa. Para superar el atraso, los dualistas planteaban la necesidad de introducir constituyen los grupos marginales (Cardoso, [968 : 101):s, posteriormente recupe-
valores modernos en el ambito rural y el ensanchamiento de la clase media mien- ró el valor analítico de la categoria, así como la de colonialismo interno, al seóalar
tras que los opositores a los dualistas, por su parte, abogaban por la disolución de que en el capitalismo dependiente el excedente se genera en el sector moderno, no
se extrae de la colonia; mientras que González Casanova enfatizaba el traslado de
un excedente generado en ese período3ó
éstosdeben rransformarsepaulatinamente bafo el influxo de fuerzas!ociales p.rogresistas,talo?.comola
claseobrera, las clasesmediasy la burguesia, pero con el apoyo del Estado.- Parasuperarla dicolomía
desarrollo-subdesarrollose'necesitamodernizar la sociedady permitir que el capitalismo transforme
las relaciones económicas y sociales atrasadasy, al mesmo tiempo, generãr una. estructura de país plei 34. González Casanovaes un claro exemplo de que los sociólogos latinoamericanos, en buena
namente capita]ista, con sus correspondientes relaciones sociales y Jurídicas de. este .tiro: . pr?pjedad medida, evolucionaron a lo largo de su trayectoria de vida académica. En dos de sus obras importantes
(GonzálezCasanova,1965 y 1969), pasade una posición estructural-funcionalista para, en la segunda
privada, impulso de las fuerzasproductivas y. sistemasE)olíticosavanzados»(Sotelo, ZUU51
...1y.i l obra, echarmano del enfoque marxista (Durand Ponte, 1974). Lo importante es que las problemáticas
'33 He aqui las siete tesesequivocadas:' los. paíseslatinoamericanos son .sociedadesduales; el pro-
que trata, el problema del desarrollo, de la democraciay del colonialismo interno en América Latina,
so en América Latina se realizaria mediantela difusión de los l?roductos.delingllstnali?mo a las zo-
nas arrasadas, arcaicas y tradicionales; la existência de zonas rur:nes atrasadas,.tradici?nales y arcaicas constituyen un eje transversal en su obra interpretativa.
es un obstáculo para la fomlación del mercado interno y para el desatrollo del capitalismo nacional y 35. Enfoque de José Luis Reyna
36. «Si eito esasí, puede afirmarse la existencia de un pranto de contacto y un punto de discrepan
progrensta; la burguesia nacional tiene interés en r.ompere! poder y el.domínio de la oligarquia terra-
p' ante; el desarrollo es creación y obra de una clave'media nacionalista, progresista,emprendedora cia entre Cardoso y Frank. La coincidência se encuentra en la eliminación de cualquier referencia a ele-
mentos étnicos y culturales en la definición del colonialismo interno, lo que los alegatanto de González
y dinâmica y el objetivo de la política social y económica.de nue.soros gobierno.sdebeser estjJ:llqarla Casanova como de Stavenhagen. La discrepância, en câmbio, estaria en que mientras Frank, al postular
/ ovilidad social ylel desarrollo de esta clave; la.integración nacional en Améri.caLatina es Rroducto la existencia de la cadena de expropiación-apropiación-metrópole-satélite, está aârmando que la carga
'mestizaje; el progreso en América Latina.pólo se realizará mediante una alianza entre obreros y irreversible del funcionamiento del sistema queda en las zonas más deprimidas económicamente, Car-
campesinas,alianza que impune la identidad de interesesde estasdos clases.
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 153
152
RONNY J. VIALES FURTADO

se encuentran de una u obra manera insertas en el modo de producción capitalista


dominante. Pero lo esencial es que la nueva tesis destaca las diferencial crecientes
que comienzan a darse entre el sector "moderno" y el resto de la economia» (So-
lari, 1976: 418). Exemplode lo anterior son diversosescritosde la CEPALy de
Aníbal Pinto, que han difundido la tesis de la "heterogeneidad estructural" de los
paíseslatinoamericanos:
«Ella afirma que existen al interior de cada una de estas economias tremestratos
productivos claramente diferenciados: el primitivo tendría niveles de productivi-
dad similares a los coloniales; el moderno, basado en actividades de exportación,
industriales y de servidos, no se diferenciaría mayormente de los paísesdesarrolla-
dos; el intermedio, en fin, con una productividad similar a la promedial al sistema.
rales estratos tienen carácter multisectorial y no coinciden, en manera alguna, con
la conocida dictomía rural-urbana» (Solari, 1976: 418; ONU, 1968; Pinto, 1970,
1972. 1973)
Analicemos ahora las teorias de la modernización y del câmbio social, para
ubicar el contraste con el dualismo estructural.

La sociologia científica en América Latina. 11.Las teorias de [a modernización


y det câmbio social

La difusión de la sociologia científica, de la dual es pionero Medina Echavarría,


se dio a partir de susseguidores:Gins Germani(Germani, 1969) y el brasileão
Florestan Fernandes. En Socio/ogü: feorü y féc/lira, Medina Echavarría pulo én
fasisen la necesidadde desarrollarteórica y metodológicamentela sociologiaen
América Latina. Además, evalúa el estado de la cuestión de la sociologia en aquella
época, con una perspectiva racionalista y comteana (la sociologia es sintética y
totalitária), la dual vive una crisesachacada a factores como: la crisis general de la
sociedad; la falta de legitimidad de la disciplina; y la debilidad metodológica, con-
tra la filosofia irracionalista latinoamericana anterior al positivismo, que se podría
solucionar con el uso del método científico aunque con reservascon respectoa la
neutralidad valorativa.
La «sociologia científica de la modernización» profundizó mejor en la realidad
latinoamericana, con respecto al dualismo estructural, pero interpretativamen-
te tuvo una profunda vinculacióncon el estructural-funcionalismo.
chora bien
«Gino Germani... es el principal representantede la teoria de la modernización...
Ligado a la CEPAL,otro pionero de escuelaes Medina Echavarría...finaliza las
consecuencias sociales del desarrollo económico --tema francamente ausente por
aquel entonces entre los economistas de la región-- y plantea el problema de la re-
lación entre economia y sociedad en América Latina, cuestión que en la sociologia
clásica había sido central... influído por la sociologia comprensiva de Max beber
(1964), en particular por su obra Economü y socfedad,que el mesmoMedina tra-
duzo...en 1944»(Sotelo,2005: 59-60).
EI eje central de la teoria de la modernización era su definición del desarrollo
como un transito, lineal y a vices ahistórico, de la sociedadtradicional a la socie-
dad moderna, al estilo evolucionista de Rostow. Por supuesto, la sociedad estado-
:=,Fui:=!,ii:\sl! :'H=;;.ii=::= .ii,nei: iii:'.a=Hâl=.?=,=il:.'l#:â::i::l
intérnacionalizado»(Solari, 1976: 416).
unidense aparececomo el modelo, por lo que la investigación científica se orientó
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 55
RON NY J. VIALES H URTADO
154

Los temas de la implantación del modo de producción capitalista en forma


a: «... conocer la propensión de una sociedad para asimilar los valores y conductas
mediante el abandono plena dentro de formacionessocialesprecapitalistasy la manera en que segesta
propias de la sociedadindustrial (sociedadde.consumo) l i= n==n nnP u l\Har
la acumulación originaria de capital en América Latina son los temas dominantes
t'.l atraso y la superacion valorativa de la sociedad tradicional:.de sus costumbres,
dentro de la tradición marxista. Carmagnaniinicia la discusióncuando afirma la
leyes,'tradiciones y ordenamientos... EI método de .análisis del funcional smo se
vigencia del sistema feudal en Latinoamérica para finales del siglo xlx;P:
«En el primer tercio del siglo xix todavia, el sistema feudal en América Latina
no dada seóales de haber entrado en crisesy menos en la fase descendente. Los
uub-'-v" / u -" - ' ; industrializados en la estructura económica, social estudios de los "viemosmarxistas" latinoamericanos, para usar la terminologia
fusión"queirradianlospaíse . .. . . . ' ....;.l.... cara a los "neomarxistas", sostenían que la ruptura del sistema feudal acaece
y p'mítico-cultural de los paísessubdesar'ollados a pa"ir de la transferencia de I's
al entrar el capitalismo en su fase monopólica, con la penetración directa del
actitudeseideologías»(Sotelo,2005:61)... . ., - -. capital monopólico en la América Latina... EI problema principal era el de saber
Y estaposicton justificó las políticas públicas de atracción de capital.extranjero
- b''- I''"'-'-" '''' lograr el crecimientobasado en la..-.industria, conJ.la hasta qué punto la presencia del capital monopólico estaba en condicionem de te-
ydeinversiónendógenapara - . .. . .-.:.....i
nor contradicciones directamente dentro del modo de producción, o de crearlas
ânalidad de superarel atraso, y, nuevamente,es palpable el sesgoanti-rural de mediante la imposición de una nueva distribución de los factores productivos.
estaconcepción que, además,tuvo como actoresa la ONU y a la CEPAL, con una Esta última hipótesis implica la atribución al sistema feudal de una capacidad de
fuerte influencia de la sociologia funcionalista estadounidense.
drenarel impacto del capital monopólico, capacidad que sólo podia temer a con-
dición de hallarse, todavia a fines del siglo xix, en fase ascendente» (Carmagnani,
EI debate mancista sobree! feudalismo y el capitalismo en América Latina
1976 13)
De acuerdocon Sotelo,el «... análisisdicotómico de la sociedad,en fun.cióndel Esta vigencia del feudalismo, viene a postular la cxistencia de una alianza en-
tre la clavefeudal y el capital monopólico, donde ésteúltimo va a tener ahorael
erectode fusión, conduto a la elaboraciónde la Teoria de la Coexistenciade los
control del excedente industrial y de las materias primas agrícolas. Debe recalcarse
Modos de Producciónque, al comprobar supuestamenteuna.dualidad estructu-
que Carmagnani presenta su concepto «alianza imperialista» como una alternativa
ral desdela óptica del marxismo,abrió el debateen torno.al carácterfeudalo
alconcepto de dependência:
capitalista de los paíseslatinoamericanos....que giró.?lrededor de los concepll:? «Nuestra hipótesis, que se puede sintetizar en el concepto de "alianza impe-
modo de producción y formación económico-social.En la vertiente ortodoxa del rialista", nos parece más elástica que el concepto de "alianza imperialista" porque
materialismo histórico este fenómeno de coexistencia conduto a algunos autores
a hablar de coexistenciade modos de producción y a elaborar categoriasanalíti- no es meramente externa y permite apreciar menorlas diversasdimensiones que
asumeel imperialismo a nível internacional, continental y nacional. A diferencia
cas para fundamentar el carácter feudal de la región...» (Sotelo, 2005: 75; Solari, además del concepto de "dependência", acusado por los "neomarxistas" latinoa-
t97Ó:422y'
mericanos, el concepto de "alianza imperialista" confiere a la clase hegemónica un
Quienes sostuvieron que América Latina tema másbien un carácter capitali:sta
se centraron en la defensa de la tesis de que «... desde la colonia, América Latina papel activo y no puramente pasivo....» (Carmagnani, 1976: [4-15).
En su criterio se debentomar en consideracióntres variablespara evaluarel
producía en gran escala para el mercado externo. Se habría constituído una econo
desarrollo histórico de Latinoamérica, el modo de producción y la maneja en que
las formas de circulación exterior e interior se articulan en ésse:
«De estastrês variables,una es la fundamental: el modo de producción; las
otras dos son subordinadas; la forma de circulación exterior estáligada al modo
de producción prevaleciente en Europa occidental y la forma de circulación inte
dor estáligada al modo de producción prevaleciente en la América Latina. Entre

cada, descuidabael estudio de la renda feudal del suelo (Dobb, 1946) (hay traducción castellanapor
Sigla XXI Editores Argentina, 1971). Véase también Dobb, 1968 (la versión inglesa es de 1954). Según
Vitale, ef íz/., el error cle Frank y de quienes sustentaron la tesis capitalista estribó en dos confusiones:
capitalismoy capital mercantil; y modo de producción y participación en el mercado, donde no esta-
blécenbien la diferencia entre ei modo de producción y la participación en el mercado internacional.
Jóia.: 422. Véasetambién Carmagnani,1976 y Lambert, 1963
39. La periodización del feuélalismoen el siglo xx de Carmagnani se baseen dos fasesa partir de
1914: «... en la primera fase, hasta 1940, se advierten los elementos que nos permiten comprender la
fasedescendentedel sistema feudal, y en el período que media entre 1940 y nuescrosdias se hallan en
câmbio los elementosque muestran cómo el sistemafeudal ha entrado en crisis» (Carmagnani, 1976:
157)
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 157
RONNY J. VIALES HURTADO
156

importância, es más un erecto que una causa de la situación de atraso; es, si se


quiere, la expresión palpable de un "desarrollo" que se efectúa más en extensión
que en profundidad» (Curva, 1977: 24).
Lo que Agustín Cueva llama el ensefíoramiento del capital.comercial y usu-
rário es producto de la permanenciade las estructurasprecapitalistas:a menor
desarrollo del modo de producción capitalista, mayor es la importância del capi-
tal comercial y usurário; la vigencia del capital comercial se interpreta como un
obstáculo para la implantación del capitalismo':. EI problema de mondoes que la
relación de dependenciaentre los paísesmetropolitanos y los periféricos latinoa-
mericanos se establececuando el capitalismo en su fase superior y monopólica
encuentra a una periferia tardiamente capitalista que está en proceso de realizar su
acumulación originaria:
<.Enerecto, desde el momento en que el capital, adora monopólico, extiende
sus tentáculos en toda la extensión del globo, que el propio desarrollo del capi-
talismo imperial requiere de una afluencia sin precedentesde.materias primas y
productos agropecuariosy que la segundarevolución.industrial vuelve posible un
comercio cn escalaampliadaal revolucionar los mediosde transporte aun en la
periferia"; desdeese momento es natural que tiendan a .romperselos limites de
los viemos modos de producción en América Latina y se desencadene un proceso
de acumulaciónoriginaria encaminadoa implantar el predomínio omnímodo del
capital, ya no bafo las formas antidiluvianas del capital comercial y usurário sino
como modo específicode producción. EI hecho de que estemodo de producción
se implante tardiamente en nuestro continente, quando el capitalismo ha alcanza-
do ya su "fase superior" a nível mundial plantea desde luego problemas peculiares
para la propia acumulación originaria de capital:»(Cueva?1977: 66-67):
Para Cueva, es en la naturaleza de la acumulación originaria de cap.ital e.nLa-
tinoamérica donde se encuentran las basesdel desarrollo desigualy subordinado
de las economias periféricas; proceso que se inserta en una división internacional
del trabajo que ubica a las economias latinoamericanas como economias pr'mar:o-
exportadoras:
«Mientras en Europa el procedose complementóy amplió con el excedente
económicoextraído de las áreascoloniales...en América Latina la acumulación
originaria sólo podia realizarsesobre una baseinterna y, lo que es másgrave, afec-
tada desde el principio por la succión constante que esas metrópolis no dejaron
de practicar por la vía del intercâmbio desigual, la exportación de superganancias
e incluso el pillaje puro y simple en los paísesneocoloniales:..Aqui no se trataba
de "fabricar fabricantes';y acelerarde esemodo el desarrollo industrial, sino de
constituir una economia primário-exportadora "complementada" del capitalismo
industrial»(Cueva,1977: 67-68).
Para el caso del desarrollo de la agricultura, seóala Cueva que la característica
de implantación del capitalismo agrário fue similar a la «víabunker»resefíadapor
Lenin «... en el sector agrário, que junto con el minero constituyeel principal

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*GjãB IUEfl$Fl!::lUilil:H EP:::;:.=s=:
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RONNY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 159
158

«Unacontribución decisivade la EscuelaLatinoamericanaha sido el énfa-


sis puesto en la especificidadde los paísesperiféricos así como su insistencia en
que eran necesariasnuevasteorias para explicar la diversidad estructural de estou
países, sus diferentes realidades y dinâmicas» (Kay, 1989: 4).
Precisamente, el gran aporte de estos enfoques, como veremos, radica en tratar
de explicar las dimensionesy los condicionantes del atraso latinoamericano desde
América Latina.

EI estvucturalismoldesarollismo cepalino

EI estructuralismo/desarrollismode la Comisión Económica para América Latina


(CEPAL),que contó con la figura principal de Raúl Prebisch,centró su explicación
del atraso latinoamericano en una interpretación que sederivó del enfoque neoclá-
sico, de la teoria keynesiana y de la base empírica otorgada por los datos históricos
de[ comportamiento económico y socia]de] subcontinente. Prebisch,entre ] 949 y
1950, en el marco de la CEPAL, esbozó los elementos de una teoria para explicar
el atrasolatinoamericano. Así: «... divide el mundo en dos: el Centro y la Periferia.
EI primero consiste de centros industriales del mundo y el último comprende la
mayoría de los paísessubdesarrollados que se especializan en la agricultura y tetra
producción primaria» (Baer, ] 963: 144).
Esteautor pretendia generar una interpretación apegadaa la realidad latino
La naturalCueva,11977 o83árquica acarrea debilidad en .la expansión del mer-
americana, como una alternativa al modelo clásico o liberal, y se centró «... en el
examen de dos tendencias a largo plazo, a saber: una que mostraba un continuo
deteriora en los precios relativos de las exportaciones primárias que son caracte-
rísticas de la periferia, y obra que seõalaba en algunas de estas economias el surgi-
miento espontâneo de un proceso de industrialización a partir de cierta fase de su
desarro[[o»(Consuegra, 1981:]4).
EI diagnóstico tema recomcndacionespara la solución de la problemática, fun-
damentalmente el cambiar las relacionei comerciales mediante la incentivación de
la industria doméstica sustitutiva de importaciones en los paíseslatinoamericanos,
aparejado con la instauración de barreras arancelarias. Por lo tanto: «Supropuesta
central consiste en el "desarrollo hacia adentro" y en la reducción de la dependên-
cia externa. Tesisque se confronta con la teoria tradicional del comercio exterior
de factura ricardiana, la cual sostieneque la división internacional del trabajo es-
pecializó a los paíseslatinoamericanos para producir y abastecermaterias primas
y el subdesarrollo''que superamel problema del.planteamiento ahistórico de la y alimentos a los países industrializados desde mediados del siglo xlx» (Sotelo,
dicotomia feudalismo/capitalismo en América Latina.
2005: 87-88).
Además: «EI Estado debería intervenir y poner en práctica, mediante planifi
cación, políticas agresivasy dinâmicas de sustitución de importaciones para esti-
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA DE TERCERA GENERACIÓN (1960-1980)'
mular los mercados internos a través de la expansión de la demanda de las clases
LAS TEORIAS LATINOAMERICANAS DEL DESARROLLO Y EL SUBDESARROLLO
sociales, sobre todo, de las urbanas potencialmente poseedoras de un poder de
compra forjado por la industrializacióny por la política distributiva del Estado»
(Sotelo, 2005: 89).
La CEPAS desarrolló aportes teóricos relacionados con los siguientes tópicos
de interés: insuficiencia de las economias periféricas exportadoras, la industrializa-
mientras que el análisis dependentista lo hizo como una crítica a ése y, además, a
ción como necesidadante el atraso dc las poblaciones agrícolas, estructura y uso de
la teoria de la modernización. Según éste:
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 16 1
RON NY J. VIALES HURTADO
160

3. Dentro del enfoque cepalino, el Estado debía asumir el papel de motor


de la política de desarrollo, prevaleciendo sobre el mercado. Se concebia como
tareas del Estado: elevar el coeficiente de ahorro nacional, participar directamente
en la asignación de crédito, captar recursos financieros internacionales, canalizar
recursoshacia la inversión real, fomentar el desarrollo tecnológico, disminuir la
vulnerabilidad de la economia, ajustar la política de protección de tal manera que
orientara hacia la industrialización sustitutiva de acuerdo con criterios de renta-
bilidad y generarcondicionesde productividad en los sectoresrezagadosde la
agricultura.
Paralelo a esto la CEl:IAL tuvo propuestas sobre reforma agrária. Se defendia
que la reforma agrária debía ir acompaííada de medidas adecuadasde moderniza-
ción tecnológica. Para la CEPAL la deficiente integración del proceso de desarrollo
con rezago de los sectores rurales, determinaba una insuficiente complementación
de la expansión agrícola, que se reflejó en limitaciones del mercado rural para
productos manufacturados, aportes insuficientes a la formación de capital, gra-
vitación acentuada de las importaciones de productos primários en la balanza de
pagos,crecimientolimitado de las exportacionesagrícolas.La reforma agrária
permitiria ampliar los mercadosnacionalespara manufacturas de consumo. Aqui
también es notable el sesgo antirural. Estos planteamientos, transformados en
políticas públicas, generaron la industrialización sustitutiva de importaciones y el
desarrollo de los mercadosinternos mediante procesos de integración, pero isto
no significó la desaparición del sector agropecuario, que también fue dinâmico en
vários países latinoamericanos (Bethel1, 1995)", sin que desapareciera la proble-
mática de la pobreza.
Varias reinterpretaciones novedosas de la historia económica de América La-
tina han recurrido a la influenciaparcial del enfoqueneoestructuralista,
como
en el caso del historiador económico britânico Victor Bulmer-Thomas en su obra
La bisforia eco/zómfcózde ,4mérfca l.afim.z desde la ffzdepe/zde/zciíz
(Bulmer-Tho-
mas, 1988). EI impacto historiográfico de estou enfoques fue diverso y evidenció
una dosis importante de eclecticismo. Por exemplo,la obra de Tubo Halperín D.
titulada Historia cofzfemPoránea de Ámérícíz l,afilza (1969) presença rasgos estruc
turalistas, en el sentido cepalino, sobre todo en términos de la dicotomia centro-
periferia, al centrar buena parte del peso de la transformación del subcontinente
en su inserción al mercado mundial poro, a la vez, inicia el estudio de los contem-
porâneo a partir del estudio de lo que denomina la «situación colonial». Así, su
objetivo fue proponer:
«Unahistoria de América Latina que pretendehallar la garantiade su unidad
y a la vez que de su carácter efectivamente histórico al centrarse en el examen del
rasgo domina (sic) la historia latinoamericana desde su incorporación a una unidad
por la vía de los incentivos estatalesarancelarios. mundial, cuyo centro estáen Europa: la situación colonial» (Halperín Donghi,
lqáq. q\
Trabajo que se complementa, entre otros, con el de Roberto Cortés Conde en
su .Áperfura a/ comercio mz/Maia/, ]850-]930 (1974), quien había publicado en
1972, junto con EzequielGallo, el libro titulado Augede /a economü exporfado-

43 Véasetambién Thorp, 1998. Y para el casode Centroamérica, Viales, 1999, 2004


(Rodríguez,1988: 88)
163
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA
RONNY J. VIALES HURTADO
162

Origem de las tesesdependentistas


ta rias nuevas
La teoria de la dependencia surge como un análisis que pretende cap

Cartnagnan (Carmagnani, l s 84 la teoria de la dependencia,asícomo susorígenes

La teoria de la depettdencia

capitalista...» (Bambirra, 1978 : 26).

Origemhistórico de las relacionei de dependência

En la interpretación de A. G. Frank, la dependencia, como fenómeno histórico de


subordinación dentro de la matriz del capitalismo, hunde sus raíces a partir de la
Conquista,apartirdedosmomentosdeexpan?ión:. ., . :....
«l) La Conquista colocó a toda Latinoamérica en una.posifion ae çrçclc -.l

mal» (Frank, 1981: 23).


r
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RONNY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 165

Especíâcamente,desde la estructuración colonial, la estructura agrária está (bienes de consumo manufacturados) están en el exterior, luego, con el desarrollo
vinculada a las transformacionesdel mercado internacional, debido a la debilidad del proceso de industrialización, el sector ll se desarrolla en el seno de varias de las
ypocaconsistenciadelmercadointerno: . . , . ...-. economias latinoamericanas pero el sector 1, no; para que el sistema se reproduzca
/ ..l) La estructura colonial y de clases es el producto .de la implantación en tiene que importar maquinaria. A partir de los aços cincuenta el sector l empieza a
Latinoamérica de una economia de exportación ultraexplotadora y dependien- ser instalado en América Latina (en algunos casos antes) pera sigue dependiendo,
te con respecto a la metrópoli, que restringe el mercado interno y que para.la para su funcionamiento propio y extensión, de maquinaria extranjera. Esta ma-
lumpenburguesíaproductora y exportadora de productos prtmarios .creaintereses quinaria, a partir de este período, no llega como mercancía-maquinaria sino como
económicos tendientes a generar una política de subdesarrollo --o del lumpenae capital-maquinaria, es decir, bafo la forma de inversiones directas extranjeras. Esta
sarrollo-- respecto a la economia en su todo. 2) La estructura agrária y los modos es la especificidadde la reproducción dependientedel sistema:la acumulación
de producción agrícolas se transforman en determinados momentos de la historia de capitales pesa por el exterior a través de la importación de maquinaria, luego,
comer-
de los diversos países, como respuesta a câmbios en ]as oportunidades de cuando ésta empieza a ser produzida internamente... está controlada directamente
cialización, y sobre todo a fluctuaciones en la demanda exterior, que se presentan por grupos extranjeros, y si bien ya empiezaa suplir las necesidadesde máquinas
para los productos agrícolas» (Frank, 1981: 24). , .. ..;.i.. l
del sector ll --que, por cierto, también pagaa ser controlado en gran parte por el
Para explicar la expansión del capitalismo en las estructuras coloniales latinoa- capital extranjero-- sigue dependiendo de la maquinaria-capital del sector l de los
mericanasdel siglo xlx, Frank enfatiza que las transformacionesque definieron la países capitalistas desarrollados» (Bambirra, 1978 : 28-29).
estructura agrária fueron condicionadas por e} capital e.xtranjero: el imperialismo Lo que seóala Bambirra es el fenómeno de profundización e intensificación de
como categoria de análisis es lo que explica el desarrollo de la agricultura capita' lasrelacionei capitalistasen la periferia; sin embargo,lo importante de esaprofun-
lista en Latinoamérica. EI crecimiento del latifundio y el monopolio.sobre el inter- dización no es solamenteque moderniza la infraestructura, sino que acentúa los
câmbio de los productos agrícolas fue la forma en que se redefinió la penetración lazos de dependencia de la estructura productiva; ya que en la primera fase de pe-
capitalistaenAméricaLatina: .. , , .. .transformó
..r..., netración capitalista, la relación de dependenciase establecea nível del intercâm-
«En Kalidad. en Amé'i" Latina el imp"i'cismo fue más.leias y clases. No bio y el consumo; en la fase de intensificación, la estrategia de industrialización es
ero en sentido reaccionário-- toda la estructura productiva y de implantar el sector l en la periferia latinoamericana, pero esaimplantación sehace
sólo se sirvió del Estadopara invadir la agricultura, sino que tomo posesiónde mediante la subordinación al sector l de los países centrales mediante la vía de la
casi todas las instituciones económicas y políticas para incorporar la economia en- importación de los insumos y maquinarias requeridas para la expansión del sector
tera al sistemacapitalista. Los latifundios crecieron a un ritmo y en proporciones industrial en la periferia. Es devir, la naturalezade la dependenciase redefine,se
desconocidas en la historia, especialmente en Argentina, Brasil, Uruguay, Cuba, intensificay seprofundiza.Como lo seóalaTheotonio Dos Santoscuandoanaliza
México y Centroamérica. Con la ayuda de los. gobiernos latin.oamencanos, los el papel de las inversiones extranjeras directas, antes y después de la Segunda Gue-
.xtranjeros se adueóaron --casa por nada-- de inmensas extensiones de berra. Y rra Mundial, y su ampliación a los sectoresproductivos secundáriosy terciários:
dondeJnose apropiaron de la berra fueron duelos.de susproductos, porque.la «En el período anterior a la postguerra, la inversión externa se hacía en gene-
metrópole también tomó el control y monopolizó el intercâmbio de los productos ral en los sectoresligados a la economia exportadora de los paísesperiféricos. Es
agrícolas y la mayoría de los demos. Tomó posesión de las minas de Latinoamérica decir, se atendia fundamentalmenteal propio mercado de los paísesdominantes.
y aumentó su rendimiento agotando a veces recursos económicos, como los nitra Seinvertia basicamenteen agricultura, en la minería, en los servidos públicos y
tos de Chile, en pocos aços. Para exportar esasmaternasprimas de Latinoamérica transportes ligados a la exportación... A partir de la postguerra las inversiones se
e importar sus equtpos y mercancías, la metrópoli estimuló las construcción de dirigen fundamentalmente hacia los paísesdominantes, a los sectoresindustriales
puertos, ferrocarriles y otros servidos con recursos públicos» (Frank, 1981: 78). y a vecesde servido, lo cual elevaa una enorme movilidad de capitalesen esta
área. En segundo lugar, las inversiones en los países subdesarrollados se reorientan
La influencia de ías uariables exógenas:el capita! emranjero dentro de la estructura desde los sectores exportadores hacia la manufactura, llegando a controlar mono-
pToductiua interna pólicamente su reciente industrialización» (Santos, 1973: 34-35).

Bambirra ligue el aporte de Gunder Frank. Su argumentose baçaen el control EI crecimiento de la oferta de alimentos T ta ncPlotación det trabajo:
exercido por el capital extranjero en el sector nacional.de producción de bienes de una contradicción en e! desarrotlo de !as economias \atinoamericanas
capital que sigue dependiendo técnicamente del exterior desarrollado :
«... se trató de demostrar cómo no se puede analizar el proceso de rep.ro' R. M. Marini pone las basespara el tratamiento del problema desdeel punho de
ducción del sistema capitalista dependiente desvinculado del sistema capitalista vista de sus implicaciones sobre la agricultura:
mundial sencillamenteporque la reproducción dependientedel l;istemapas' por ?l «... el aumentode la oferta mundial de alimentosy materiasprimas ha ido
'xterior, es devir, en un primer momento los sectores l (bienes de producción) y ll acompaóado de la declinación de los precios de estas productos, relativamente al
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 167
166
RONNY j. VIALES HURTADO

sociedadesanalizadas...Tampocose ha alcanzado...un nexo inteligible entre las


distintas etapas económicas --por exemplo, subdesarrollo, desarrollo a través de
las exportaciones o de sustitución de importaciones, etc.-- y los diferentes tipos de
estructura social que presuponen las sociedades "tradicionales" y las "modernas"»
(Cardoso y Falleto, 1969: 12-13).
Además del problema del mecanismoimplícito de relacionar desarrollo con
sociedad moderna y subdesarrollo con sociedad tradicional, este enfoque no per-
mite explicar los modos de transición de un tipo de sociedad a otra, puesto que al
no analizar el câmbio de las estructuras sociales no se puede vislumbrar el proceso
de relaciones entre grupos, fuerzas y clasessociales.
2. Ênfasesen el enfoque de las «condiciones históricas particulares». De acuer-
do con Cardoso y Falleto, el enfoque histórico es determinante en una doble vía,
para la caracterizaciónde la estructura y para la introducción de las variables
sociales en el análises:
«... redefinición de perspectivas:por un lado, consideraren su totalidad las
'condicionem históricas particulares" --económicas y sociales-- subyacentes en los
procesos de desarrollo, en el plano nacional y en el plano externo; por otro, com-
prender, en las situaciones estructurales dadas, los objetivos e interesesque dan
sentido, orientan o alientan el conflicto entre los grupos y clasesy los movimien-
tos sociales que "ponen en marcha" las sociedades en desarrollo. Se requiere, por
consiguiente, y ello es fundamental, una perspectiva que, al poner de manifesto
las mencionadascondicionesconcretas--que son de carácterestructural-- y al
destacar los móviles de los movimientos sociales --objetivos, valores, ideologías-
(Marini, 1973: 36). analice aquéllas y éstos en sus relaciones y determinaciones recíprocas» (Cardoso
y Falleto, 1969: 17-18).
La tecida de ta dependência en Cardoso y Falleto Los aspectossocialesen Cardoso y Falletto no son merasyuxtaposiciones;
de ahí la crítica al estructuralismocepalino y el esfuerzopor mantenerla visión
estructuralista, pero dentro del marco de una visión histórica que dé cuenta de los
câmbios en la estructura económico-social:
.Setrata, por consiguiente,de buscaruna perspectivaque permita vincular
concretamente los componentes económicos y los sociales del desarrollo en el aná-
lisis de la actuación de los grupos sociales, no sólo de yuxtaponerlos. Eito supone
que el análisis sobrepaseel aporte de lo que suele llamarse enfoque estructural,
reintegrándolo en una interpretación hecha en términos de "procedo histórico"...»
(Cardoso y Falleto, 1969: 18).
ernización.d metodolóaicamente se trata de una renovación de la viela dico- La elección histórica queda justificada por la conceptualización del câmbio
tomia "comunidad-sociedad' en su fomiulación clásica en Tonnies» (Cardoso y histórico:
«Estaelección teórica queda avaladaempiricamente por el fecho de que los
La crítica:que)sehace es de doble vía: imprecisión de conceptos y ahistoricidad câmbios históricos significativos del proceso de desarrollo latinoamericano han
ido siempre acompaõados, si no de una mudanza radical en la estructura de domi-
éstos:os conceptos "tradicional" y "moderno'. no son bastante ampllos..pilha nación, por lo menos por la adopción de nuevas formas de relacionei, y por consi-
abarcar en forma precisa todas las situaciones sociales existentes, ni permiten dis- guientede conflicto, entre las clasesy grupos» (Cardoso y Falleto, 1969: 19).
tinguir entre ellas los componentes estructurales que definen el modo de ser de las

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s;sms!'i:
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(Prebisch, 1988: 205).
RONNY J. VIALES HURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 169
168

EI conceito de dependência: la naeva relación de dependencia Especificamente,la naturalezade la industrialización periférica implica :la
y la industrialización; de la ruptura del pacto colonial subordinación de ]os grupos hegemónicos nacionales al sector capitalista .inter-
nacional:
a la industrialización por sustitución de importaciones
«... en la industrializaciónde la periferia latinoamericanala participacióndi-
Para Cardoso y Falleto la dependencia es una relación interna-externa a partir de recta de empresas extranjeras asigna un particular significado al desarrollo indus-
unsistemaeconómicoypolÍtico: . .. . trial de la región; éste; durante su período nacional:popular, pareció apuntar hacia
«La noción de dependencia alude directamente a las condiciones de existencia la consolidación de grupos productores naciona]es y, fundamenta]mente, bacia ]a
-'' l económico y del, sistema consolidación del Estado como instrumento de regulación y formación de núcleos
yfuncionamientodelsistem . . . político,
. mostrando
..i..-..... las
vinculaciones entre ambos, tanto en lo que se refiere al plano interno de los países productivos... Pero sucedió que, ,por el coiítrario, y como êonsecuencia de la pecu-
comoalexterno»(CardosoyFalleto,1969:24). . .. .. liar situación sociopolítica ya descrita se optasepor una pauta de desarrollo asen-
Especificamente,'la «situación de dependencia».se refiere no solo a la.división tada sobre las crecientes inversiones extranjeras: en el sector industrial» (Cardoso
internacional del trabajo, sino también a la posición que ocupan los diferentes y Falleto, 1969:.145).
grupos sociales: «... al considerar la "situación de dependencia' en el anahsn del La subordinâcióndentro la internacionalizacióndel capitalismoimplica üna
b'arrollo latinoamericano, lo que sepretende poner de manifiesto es.que el modo nueva relación de dependencia que-define'el desarrollo de las economias subor-
e integración de ]as economias nacionales al mercado internacional supone .for- dinadas, dejando egcasosgrados de libertad para la autonomia de las economias
nacionales:
mas definidas y distintas de interrelación de los grupos sociales de cada país: entre
sí y con los grupos externos. Ahora bien, quando se acepta la perspectiva de que «AI tratar de integrarseên la era de;la producción industrial relativamente
los influxos del mercado, por sí mismos, no son suficientes para explicar el câmbio moderna mediante la transferencia de Capitalesexternos y, con ellos, de la téc-
ni para garantizar su continuidad o su dirección, la actuación de las fuerzas, grupos nica y de la organizaciónproductiva modernas,algunospaísesde la.regiÓh han
e instituciones socialespasaa ser decisivapara el análisesdel desarrollo» (Cardoso alcanzado, en grados distintos, la intensificación del procedo de industrialización,
yFalleto,1969:28). . .. .. . .,-. .:... pero con consecuencias
evidentementerestrictivasen cuanto a la autonomiadel
La forma de la dependencia,como vinculación histórica, estádeterminada por s.istemaeconómico nacional y de las decisiones de políticas de desarrollo... En este
las distintas fasesdel proceso capitalista mundial bafo la forma de centros hegemó- sentido, a' través de los capitales, lã:técnica y la -organizacióütransferidos por el
nicos que configuran el desarrollo de las economias periféricas: . sector externo, se inaugura un nuevo eje de ofdenamientó de la economia nacio-
«Los paíseslatinoamericanos, como economias dependientes, se ligam en estas nal. Cuandó no se realiza bajó la dirección de lasoéiedadnacional, estarevolución
distintas fases del proceso capitalista a diferentes paísesque actúan como centro, y iínpliéa, por suptlestó que eà un plaino má9 completo, un nuevo tipo de dependên-
cia» :(Cardoso y Falleto, 1969: 149).
cuyas estructuras económicas inciden signific.ativamente en el carácter que adopta
la lelación.:. La relación de dependencia adquiere así una connotación de con- Por supuesto:que la nueva depeiidencia de la ;estructura económica implica un
trol del desarrollo de obraseconomias, tanto de la producción de materias primas nüevo reordenamiento'de los :sectoressocialeshegemónicas; ahora las empresas
como de la posible formación de otros centros económicos»(Cardosoy Falleto, monopolistas internacionales y el sector financierb asumen el papel hegemónico:
1969: 32-33). . . . . kl.. la nueva fortna de desarrollo implica indudablementelã renovación del sistema
EI fundamento histórico de la relación contemporâneade dependencialos t)olítico-social formando una egtructura de dominación que no está basadai o sólo
autoresloubicanen larupturadeloslazoscoloniales: . ... . lo está parcialmente, en los sectorestefratenientes, exportadores o vinculados a
«Debe tenerse en cuenta que, al romperse el "pacto c.olonial", la vinculación la industria de bienes de consumo rápido. EI nuevo sector económico, en el que
entre las economias periféricas y el mercado internacional asume un carácter dis- predominan las empresasmonopolistas internacionales, y el sector financiero:due

Ihüii ii :ü :ui: :n::::lu


surge vinculado al mercado interno buscan exercer una influencia fundamental
:!;li:.:;\bl!?;; sobre las decisiones nacionales» (Cardoso y Falleto, 1969: 154).
EI nuevo giro que da la relación de dependencia a partir de la profundización La nueva forma. de la dependencia acarrea una profundización de la exclusión
del capitalismocomo sistemaglobal tiene que ver con el câmbio en la forma de social -al limitar las esferas de ãcêi(5n del estado nacional periférico:
vmculación; al azo comercial'como economiasagroexportadorassc le suma la iCoúo el sector "moderhÓ" .--kilya dinâmica és seüejãnte a:la de:I'os sistemas
nueva dependencia bajo el ropaje de inversión extranjera directa: .. bi'oductivos de los paísescentÉaleé-=está limitado por fnecanismoscasiautomáti-
«La vinculación (ie las economias periféricas al mercado internacional se da cos de :expansióh, condiciona negativamente :lasposibilidadés de próteccióóismo
adora quando el desarrollo del capitalismo cuyo centro ya no actúa solo, como oficial; por consiguieóte, quédan excluídas :éi)mo alternãtiÍbs: el âpóyC)'a lás anti-
antes, a través de] contro] del sistema de importaciones-exportaciones, sino que lo guasindustrias nacionalessurgidasdurante el período de sustitución de impor-
face también a través de inversiones industriales directas en los nuevos mercados taciones,la elecciónde políticas de desarrollobagadasen la utilización extensiva
nacionales» (Cardoso y Falleto, 1969: 144)- de mano de obra, etcétera. Así, el desarrollo, a partir de.ese momento, se hace
RON NY J. VIALES FURTADO LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 171
170
\

Vários debates historiográficos importantes se derivaron de los enfoques an-


intensificando la exclusión social, y ya no sólo de las masas,sino también.de las
teriores. Desde la perspectiva de la izquierda, el debate se polarizó en la determi-

B8$ÜiRÜi; & uunni


\

nación del carácter feudal o capitalista de las sociedadeslatinoamericanas,como


reseííamos, pero, de manera novedosa, se discutió sobre la tipologización de los
denominados «modos de producción coloniales», debido al impacto del marxismo
151
esquemático sobre la base de la teoria de los modos de producción. Este debate se
EI nuevo reacomodo económico y social generado por la industrialización pe-
introduzo en el libro À4odosde p7'0ducciózzen ,4mérica l,afina (SempatAssadourian,
riférica de baseinternacional si bien es cierto que moderniza sectoresparticulares
1973) que recogió vários artículos, entre los que sobresalió la tipologia propuesta
y no integradosen la viela estructuraproductiva redefinenuevasrelacioneisocia- por Ciro Flamarion SantanaCardoso, la cual fue sintetizada,en conjunto con
les a partir de la subordinación hacia el nuevo modelo de dependencia: Héctor PérezBrignoli, en la obra /íisforla eco/zómfcízdeÁmérica l.atfzza(1979), la
«Perosi bien es cierto que cabe la posibilidad de lograr la modernización..del
cual se publico en dos tomos centrados en el análisesde los sistemas agrários y la
sector industrial y su diversificación a través de la unidad productiva mono)polista
historia colonial; y de las economias de exportación y el desarrollo capitalista, con
lo que introdujeron una perspectivacomparada.Como seóalóSergio.dela Pefía,
se estudiaban las vias, los obstáculos y el alcance de las transformaciones sociales
que implicó la implantación del capitalismo, por lo que el «... tema resurgió desde
la década de los aços sesenta... en buena medida como necesidad de adentrarse en
rurales y urbanas y clase obrera), siempre. están,presentes y buscan de6nir su se
la explicación de las luchas de clasesy dei fenómeno rural para diseóar la acción
lidaridad con el modelo propuestode ordenacióneconómico-socialen tal forma
política que demandaba niveles más complejos de actuación de las fuerzas prole-
que les permita tener cierta participación en el desarrollo»(Cardosoy I'alleto, tárias»(Peça,1981: 13), en el contexto de la Revolución Cubana,de la Guerra de
1969: 152). . . , . Vietnam, del comunismo chino y de la desestalinización de la URSS.
La crítica más generalizadaa este enfoque tiene. que ver con.el vínculo.entre
EI punto central de la propuesta marxista analítica de esta época radica en el
los factores internos y externos. Frecuentemente se llama la atención.sobre el peso
ataque a la teoria de los cinco estádios a partir del planteamiento de la coexistencia
excesivoque se otorga a los determinantes externos, por lo que los determinantes
de modos de producción y clases sociales no capitalistas, como el campesinado,
endógenosdel subdesarrollo tuvieron que investigarseen.un período posterior al así como la lucha campesinado-capital,por lo que se estudió la articulación y el
de la vigencia de la teoria de la dependencia. Según.Agustín Cueva:.
transito entre los modos de producción, para lo cual también se echó mano del
«Hay un problema en el tratamiento de la relación externo-interno, que a concepto de formación económico-social (Luporini, 1973).
nuestro luicio no ha sido adecuadamente resuelto por la teoria de la dependencia. Para el caso de la historia rural de América Latina, fue bastante relevante el
De hecho, estaparece oscilar entre una práctica en la que la determinación ocurre
debate que se hizo público debido a la publicación de la obra coordinada por Enri-
siempre en sentido único (lo que sucedeen.el paísdependientees el resultado que F[orescano, titu]ada ]Vacfen(&zs,/at]Êu/zdíosy P/a/zfaciozzese Ámédca ],afi/zíz,
mecânico de lo que ocurre en las metrópolis), y una "solución teórica que es es-
trictamente sofisticaday no dialéctica; no hay, se dice, diferencia alguns entre io en 1975 (1978). SegúnMagnus Mõrner, era paradójico que en un contexto de
actúan dentro desaparición de la hacienda se planteara esta problemática. La conceptualización
externo y lo interno puesto que el colonialismo o el imperialismo que se avaló fue la de Eric golf y Sydney Mintz, que permitió definir también una
del país colonizado o dependiente. Esto último es cierto, ya que de oiro modo se
trataria de elementos no pertinentes, acenoscompletamente al objeto de estudio;
noción de plantación y diferenciar ambasde la de latifundio, de acuerdocon la
cual: «... hacienda es la propiedad rural de un propietario con aspiración de poder,
pero hay un so6sma en la medida en que de esta.premisa verdadera.fe deriva una
explorada mediante trabajo subordinado y destinada a un mercado de tamaóo
conclusión que ya no lo es: ese "estar adentro" no anula la dimensión externa
reducido, con la ayuda de un pequeno capital. Bajo tal sistema los factores de
del colonialismo o el imperialismo, sino más bien la plantea en toda su tirantez»
producción no sólo servirían para la acumulación de capital, sino también para
(Cueva,
1979b:64)'s. . . , .. asegurarlas ambicionei socialesdel propietario. Por obra parte, las plantaciones
'Para el caso de América Central, y como exemplo.para.AméricaLatina, un
se definen como orientadas hacia un mercado en gran escala,con asistencia abun-
orbe fundamental pam la historia del desarrollo social desde esta perspectiva la
realizó Edelberto Torres-Rival en su obra / fe@retacfó/zde/.desarro//o sacia/ cezz- dante de capital. De consiguiente, en el segundo caso, los factores de producción
fr -? 7 0 (Torres-Rivas,
1969).En estaobra se partió del análisisa partir de sirven exclusivamente para la acumulación de capital» (Wolf y Mintz, 1978)'ó.
Estasinterpretaciones planteabanlimites para la categoriaexplicativa bimodal
la metodologia de la historia económica y social, como base empírica, por lo que
del tipo latifundio-minifundio en América Latina y, a la vez, ponían en el espectro
hubo múltiples puntos de contacto entre historia y sociologia.
de discusión el papel de los movimientos sociales, cuya visibilización tiene que ver

46. Véasetambién Mõrner. 1978: 17


45. Véase también Roitman, s.f.
LA SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA 173
RONNY J. VIALES HURTADO
172

Nuevamente nos encontramos con planteamientos diversos y eclécticos, pero


es interesante notar que las temáticas históricas se amplían dependiendo de los
aportes teóricos de la sociologia latinoamericana de tercera genéración.

CONCLUSION

La perspectiva evolucionista en la construcción de este articulo promueve una vi-


sión de continuidad en la sucesión de los enfoques de la sociologia de primera,-se-
gunda y tercera generaciónen América Latina. Es importante dejar claro que taM=
bién existen discontinuidades y rupturas en el proceso de institucionalización:de la
sociologia. Por exemplo, en el caso específico de América Central, êste praceso se
consolidó en la década de 1970 y las <....influenciamteóricas de Mayor.importância
experimentadaspor la práctica sociológica en la región han sido provenientes de
la teoria de la dependencia, del marxistno y las de las cortientes neomarxistas éu-
ropeas» (Rovira y Mora, 1990: 1 17), aunque no se puedenêgar quê el método del
estructural funcionalista y de la CEPAL sí tuvo un impacto importante;
En este trabajo compartimos la crítica que hace González Oquendo t:ontra
la tesis que seóala que el momento de ruptura que marca el inicio de las ciencias
sociales en América Latina fue el proceso de institucionalización y pr(ifesiónalizà-
ción que luva lugar en la década de 1940-1950, a partir del dual se cataloga a los
períodos anteriores como «presociológico»o l«protosociológiilo:».'En opinión de
González Oquendo:
«Esta proposición es inadecuada ya que aprehende de :un; módó anacrónico
cómo ha:sido :la constitución histórica de las cienciassócialesen;América Latina.
apartando que la institucionalización y la diéêiplinarizacióh suei:ón prócesos ánte=
dores a la pro:fesionalización,lo que da;una sensaciónque las êiencias:socialeg
en
la región se hubiesen iniciado desde.el vacío» (González Oquendo, 1998: 20-21).
Como hemosplanteado a través de estearticulo;'la sociológíalatinoamericana
l
se vio sujeta a diferentes influencias teóricas; dominantes en (fada período históri-
co, las cuales se aplicaron a la comprensión de diversas bi'oblemáticas, fuhdamen=
talmenteel problema de la inestabilidadpólíticd, ên el casodó la prime:ragéne-
ración,:y los problemas del (sub)desãrrbllo y del câmbio social en el resto.;Ehue
ambas generaciones existen ejes trans+érsales, como el del pego de la':.;helencia
colonial», así como dicotomias explicativas del tipo: éivilización/barbárie;Ifeuda-
lismo/capitalismo; sociedadmoderna/soéiêdàdtradicional; latifundió7minifundii),
en la.mayoría delas cuales sepresefita ün sesgo antirtiral.
EI período de maduración de la sociologia latinoalneriéana estádado Óo} el
surgimiénto de las teorias latinoamericanaédel desarrollo y el Sübdésai:ri)llo, ciiiê
son antàgónicãi.y, en poças ocasiónés,'comp]ementafias. E] estructurá]isfno l; ]à
dependenciacohstituyen hinospara el análisis de América Latina y para ottds én-
tornos, y se fundamentan en critérios críticos e históricos, aunque algunasvedes
también en criterios ahistóricos, que permiten una interpretación autóctona de la
realidad del subcontinente, con ciertas limitaciones analíticas. La coherencia de
estas enfoques ha hecho que se retomen algunos postulados en el contexto de la
actual globalización.
174 RONNY J. VIALES H URTADO

En términos de la historiografia latinoamericana la influencia de la sociologia


fue importante, como se puede notar en los exemplosreseóadosen estearticulo.
La década de 1990 se caracteriza por la publicación de varias historias nacionales
de <.nuevocubo», entre ellas la r:risforia de Amé ica La ia de la Cambridge Uni-
versity Press,cuya edición en espaóol se hizo en asociocon la editorial Crítica de 8
Barcelona, pero cuyo análisis desborda los limites de este articulo, dado que apa-
reció en inglés a mediados de la década de 1980. Aun así, es interesante plantearse IDEOLOGIAS DE mA Y NACióN EN .AMÉRicA LATINA.
si estas nuevas obras tienen influencia de la sociologia latinoamericana de segunda SIGLOSXIXYXX
y tercera generación. Para esmo,citamos como ejemplo la f-lfsforla Genera/ de Cen-
troamérica, publicada por la FLACSO-Costa Rica en 1994. Una breve revisión de Mica ie! B a a d
estaobra nos permite seóalar que existen avancesimportantes en términos de la
periodización propuesta, la cual no se centra en un corte radical en la independen-
cia, sino más bien en el estudio de un período que va desdelas reformas borbó-
nicas hasta las reformas liberales de finales del siglo xix, critério que no se ajusta
a las propuestas dependentistas; por tetra parte, es una historia que llega hasta el INTRODUCCIÓN
siglo xx y toma en consideración el período de entreguerras como un período fun-
ana la inrlucncia de la La
damental. sociologia
sociologia latinoamericana sí tiene una influencia importante en ésta
Una de las cuestionesesencialesde la historia de los siglos xix y xx en América
mplos resenados en este artfculo.
y la tendencia a la diversidad y al eclecticismo se mantiene: se recurre a concepto
Latina ataííe a la relación existente entre etnicidad y política. En esa etapa en
ori de var iasdependentista
historias nacionalcs
de enclave, para estudiar el enclave bananero; hay.influencia de la
rica L1ti11a de la Cambridge
sociologia Uni-
del desarrollo, dado que se plantea un proceso lineal dividido por eta- la que el término «multiculturalismo»aún no se había inventado y los debates
estabanfuertemente influidos por las ideas racistas del siglo xix, la posición de
asocio con la editorial Critica en
sin centrarse de las disparidades regionales; hay influencia del estructuralismo
las poblaciones indígenas y afroamericanas era un tema continuo en los debates
s de estc articulo, dado
cepalista y deque apa-
la dicotomia explicativa centro-periferia, tanto como de la versión de
Aun asi, es intcresante
Agustín Cueva planrearse
sobre el desarrollo del capitalismo en América Latina y de los estu- políticos e intelectuales de la mayoría de los paíseslatinoamericanos; debatesque
IDEOLOG!AS DE RAZA Y NACION EN Aiv1ERICA teníanLATINA,
su origen en el confuso período posterior a las guerrasde independencia.
logia lnrinoamericana
dios de Kaplande segunday Véliz sobre la formación del Estado nacional en Centroamérica.
SIGLOS XIX Y XX Los estados-nación que se crearon en los primeros decenios del siglo xix habían
rnplo la Historia Por General de Ce11-
lo tanto, la sociologia latinoamericana de segunday tercera generación,
acabado legalmente con el dualismo colonial espaííol que dividió a la sociedad en
tanto
a en l ':194. Una como
breve las interpretaciones
revision de de la historia latinoamericana que se fundamen-
}vlichiel B,rnd dos repz2b/ic.zs, pero, en la práctica, no podían ni deseabanaceptar las consecuen-
es importantes taron
en en ésta, todavia
rerrninos de la tienen incidencia y son foco de recuperacióny de reinter-
un cone radical en la independen-
pretación en el marco del desarrollo de las ciencias sociales en la América Latina
ciasjurídicasy socialesde esamedida.La lucha por la independenciaiba dirigida
tanto contra Espada como contra las masas «de calor» (índios y esclavos). La des-
que va desde contemporânea
las reforrnas borho- y.eso lustificó la revisión analítica que hicimos en estearticulo.
igualdad étnica (en términos contemporâneos, racial) era la piedra angular de las
iglo XIX, criter io A]queiniciar
no se la décadade 1980 surgió un câmbio de matiz importante, entre
ajusta
repúblicas latinoamericanas en el siglo xix.
es una historiaotros,
que en la sociologia
llega Justa el latinoamericana de tercera generación a partir de la publi-
cación No obstante, seria erróneo suponer que las poblaciones indígenas y negras
ntreguerras corno undel libro de
periodo fun-Osvaldo Sunkel titulado l,a d/mensíón czmblenfa/en /os esfílosIl\:TR0Dl1CCI<'i'-:
eran las desventuradasvíctimas de un estado criollo represivo y autoritário. La
una influenciadeirnportanre
desarro//o de en 4mérica
csta l,af/}za (Sunkel, 198 1). Con esta publicación se introduce
debilidad de America
las instituciones oficiales de las nuevas repúblicas, la falta de medios
c mantiene: se unarecurre
nuevaa problemática,
concepto Una de lasque
la relación sociedad-naturaleza, cuestiones
permite una aproxi-de la historia de Im siglos XIX y xx en
esenciales
e banancro; mación a la construcción
hay influencia de la Lattna
del ambiente y el análisis a
de ata11,e la relaci6n
los procesos de antropiza- financieros
po, que se
y
existcntc entre etnicidad y polftic1. En esa etapa en
los feudos interelitistas impidieron, todos ellos, durante mucho tiem-
hiciera un esfuerzo decidido para someter y asimilar a las poblaciones
n proceso lineal ción.dividido
Con este poraporte
eta- se rompe la visión de una la modernidad
que el term1110 «multtculturalismo»
en que la sociedad at.'111 no se hahfa im·enrado v los debates
hay influencia podia
de! estructuralismo
transformar la naturalezasin preocuparse estahan
por lasfuertement~
consecuencias influidos por las ideas racistas de! siglo XIX, L; posici6n de
negativas rurales. La historiografia reciente suele mostrar cómo las poblaciones indígenas
las poblac1ones 1nd1genas y afroamericanas era un tema mantuvieron
continuo en Jos de diferentesmodos parte de su autonomia cultural y política y a
debates
ifcria, tan to corno de laideal
que este versionde deprogreso lineal, heredado del siglo xix, podría tener sobre la
Latina y de los del
en America sustentabilidad esru-proceso, aspecto descuidadopol(ticos
casi totalmente h
e intelectuales de
en las sociologías
menudo, consiguieron adaptarsecon efectividad a las circunstanciascambiantes.
mayoria de los paises latinoamcricanos; debates que
Pordeotro lado, las comunidadesíndias mantuvieron esferasculturales,socialesy
stado nacional latinoamericanas
en Centroarncrica. de primera y segunda generación, ternany suse ongen en cluncontuso
desarrolla nuevo ejeperfodo posterior a las guerras independencia.
de segunda ytransversal: la coevolución. Pero esta problemática
tercera generacion, Los deberá
cstados-nac1611
abordarsequeen sc articu- en los primeros decenios de! siglo XIXseparadas,
uncrearon económicas hahian reproduciendo, en cierta manera, la idea colonial de «repú-
tinoamericanalo quefuturo.
sc fundurncn- acahado legalmente con d dual1smo colonial t:spar10! que dil'idi6 a la sociedad De
blicas» separadas. en esaforma, siguieron su propia trayectoria histórica conforme
a una lógica
dos rcpziblicas, pero, en la pr,ictica, no podian ni descahan aceptar las consecuen-
política que era diferente y, con frecuencia, diametralmente opuesta
oco de recuper acion y de reinter-
a la del Estado.
cias iurfdicas ~- so~iales de esa medida. La lucha por la 1ndependencia iha dirigicla Por otra parte y, a menudo, al mismo tiempo trataron de poner en
cias sociales en la America Latina
práctica el sistema aprovechando las oportunidades económicas, sirviéndose de la
que hicirnos en este articulo. tanto con:raEspana como contra las masas ,,de color» (indios y esclavos). La des-
legislación e instando a los gobiernos a proteger su interés mediante demandas,
1gu~ldad etmca (en terminos contcmporineos, racial) era la piedra angular de las
mbio de mariz irnportante, entre
repuhl1cas latmoamencanas en el siglo XIX. pleitos y protestas.
a gener.icion a partir de la publi-
imension ambiental en los estilos No obstante, seria ernJneo sur;oner que las pohbciones indigenas y negras
MICHIEL BAUD DEOLOGÍAS DE RAZA Y NACIÓN EN AMÉRICA LATINA S. XIX Y XX 177
176

Los debates que tenían lugar entre las pequeflas elites políticas, generalmente la urbanizacióny la expansiónde la agricultura orientadaa la exportación hicie-
urbanas, e intentaban dar forma a sus recién creados estados-naciónse han de ron girar el debatehacia cuestionesde asimilacióny de integraciónde las masas
considerar en el contexto de esa situación. Estos no sólo eran conformados por índias en el proyecto de modernidad. Estos câmbios expresaban por sí mesmosla
los intereses de las elites, sino que eran inducidos y finalmente venían también emergencia de vários tipos de i/zd(genismo en los que las elites blanco-mestizas
determinados por las actividades culturales, sociales y políticas de las respe.cttvas intentaban hallar soluciones a la difícil situación de los «infelices índios»z. Aunque
poblaciones. A la vez, y en parte como consecuencia de eito? los debatespolíticos expresaban su simpatia por las poblaciones indígenas --a vecesen términos radi-
e intelectualesde este',períodoreunieron numerososcriterios y teorias políticas cales--, estabansocialmentemuy alegadosde la práctica diária de los campesinos
diferentesque condujeron a proyectos políticos ampliamente divergentes. índios. Con frecuencia, sus proyectos sólo conducían a una mayor interferencia
del estado republicano en las comunidades indígenas. Simultaneamente, la inva-
EI presente articulo no tratará de describir los pormenores de todos estos câm-
sión de las tierras índias y la comprobación de que el pacto de recíprocidczdcolonial
bios país por país, sino que su intención es analizar el desarrollo histórico de las
relaciones étnicas en la América Latina de los siglos xix y xx. Se hará esta prin- entre el gobierno y dichas comunidadesya no era válido provocaron un descon-
cipalmente sirviéndose de ejemplos de la. región andina, pero,. de,paso, se harán tento generalizadoentre los pueblos índios y dieron lugar a un mayor número de
levantamicntos indígenas (Platt, 1982). Aunque la existencia de una población
comparaciones con la evolución registrada en otras zonas de .América Latina. La
finalidad del articulo es demostrar que la historia de las poblacionesindígenas negra no jugaba un papel principal en el debate público, las ideas in(hgenistas iban
r·1 ! r
latinoamericanas
i l_ ! no puede comprenderse más :,que
f L' Lcomo una consecuencia de la acompaóadas a menudo
177 de un debate similar sobre el papel de la población negra
continua interacción entre la población indígena, los políticos e intelectualesy el (ex) esclava en vários países latinoamericanos. Pero el debate normalmente tema
estado local y nacional:. Esta interacción se produjo al principiov en asentamientos un tono menos benevolente y estabasobre todo orientado havia el control y la
elites politicas, generalmentc la urbanizucion la expansion de la agncultura orient.ida a la exportacion hicie-
locales de las zonas rurales, pero adquiria:un carácter represión. En especialen Brasil, donde la esclavitud tradicionalmente había sido
ados esrados-nacicin se han de r on g1rarcada vez más
el debate urbano:
hacia y na- de asirnilacion
cuesriones v de inregracion de las masas
cional en el transcurso:del siglo xx::Llevaba consigo unaelconfrontación cotidiana Estos carnbios ex presaban importante y no fue abolida hasta finales del signo xix, el control de la población
no s(llo eran L·unformados por indias en proyecto de modernidad. por si rnismos la
en el terreno práctico de la política y la economia,. negra fue una cuestiónpolítica de importância (Butler, 2000). En elas regiones
v firulmente venian tamhicn emerge peroncia de igualmente
\ anus riposunade pugnai11dige11is1110 en Im que las elites blanco-mesrizas
sobre las percepciones, signiâcadós y expectativas politicas h.illar
y morales= ;La «etnohis- apenas había indícios de benevolenciapara con la población afroamericana (ex)
s y poliricas de las rcspectivas interitaban soluciones a la dificil siruucion de los -infcliccs indios»:'.
esclava;indícios Aunque
que se consideraban casi exclusivamente como problemas sociales
toria» de'América Latina tan sólo puede arrojar cxprresultados
esaban su apreciables
simpatia si
por sê
las tiene
poblaciones indigenas -a vcccs en rcrrninos radi-
,1 de ello, los dL'hares politicos y culturales reveladores del fracaso del estado nacional (Schwarcz, 1993). Esta
eii ; cuenta esa Éêrhanente; 'ínteracción práctica
os criterios y teorbs puliricas
y discursiva
calcs=-, estabauentro. mm alejados de la pr.icrica diaria de los campesinos
los diferentes
socialmenre
actores históficoãl' situación era menos acentuada en países como Venezuela o Colombia, donde la
pliamcnte divergenres. indios. Con frecuencia, sus pr oyectos solo conducfan a una m.ivor inrerfcrenciu
esclavitud fue abolida antes,pero también en esospaíseseran raras las opiniones
ormenores de rodos esros cam- dcl estado repuhlicauo en Li, cornunidades indigcnas. Simult.ine.uucnte, la inva-
favorables a la inclusión (Wright, 1990).
r cl desarrollo hisrc',rico de Lis sion de las tierras indias y la comprobacion de que el pact o de reciprocidad colonial
IDEOLOGIAS CAMBIANTES DE IGUALDAD Y EXCLUSIÓN En los primeros deceniosdel siglo xx, volvió a cambiar el contexto del debate
ns XI:\ v xx. Se har,1 esro prin- cntrc el gobierno y dichas cornunidudcs ya no era v.ilido provocaron un descon-
EN AMÉRICA LATINA sobre la nación. Con la consolidación de la hegemonia política y económica de los
ndina, pero, de paso, se harjn rcnto gcncralizado entre los pueblos indios v dieron lugar a un mavor numcro de
EstadosUnidos en la región, cundieron con rapidez las ideologiasantiimperialistas
s zonas de La Amcric1 Latina. L1 lcvantamicntos indigenas (Platt, 1982). Aunquc la ex istencia de una poblaciori
historia políti:Cae intelectual de las repúblicaslatinoamericanasviene deter- en América Latina. En parte, se manifestaban en una creciente influencia de las
de las poblaciones negra no jugaba un papel principal en el debate puhlico, las ideas indigcnistas iban
minada pormdigcnas
el contraste entre la igualdad jurídica y discursiva
acornpanadas a
que
mcnudo
después
de un
de la
debate similar sobre cl papel
ideassocialistasy antiimperialistas, que en su forma más dramática llevaron a la
de la poblacion negru
como unaihdePêndencia
consecucnci,1 de la
se otorgó a la población indígena Revolución Mexicana. Sin embargo, se pretexto de las ideologias universalistas
e inrelcctualesla ycontimtación'de
os politicosàmerit:anos)y el (ex)(yesclava
más tarde a los esclavos
en varios afro-
paises latinoamericanos, Pero el debate norrnalmenre tenia
las formas de desigualdad económica y política y internacionales, se desarrollaron diferentes formas autóctones de nacionalismo,
0 al pnncipio en asenramienros un rono menos benevolenre y esraba sobre rodo oricnrado hacia
como
cl control
puede verse
y en
la
la influencia de las ideas divergentes de José Martí y José En-
de apaí'fbeíd'social que caracterizabán ã las sociedadesrepresion. lâtinoamericanas.
En especial en Durante
Brasil, donde la esclavitud tradicionalmenre habfa sido
ter cada vez m;1s urbano y na- rique Rodó, por mencionar solo a dos de los más famosos pensadores latinoameri-
la níeJlóP parte de los signosxlX y XX, lõs políticos y los intelectuales
imporr.inre y no rue abolida trataron
hasradefinales del siglo XIX, cl control de b poblacion
n una confromacion coridiana
entender'ése escoll(i específico de la formación de los estados latinoamericanos canos de la época. Estas ideas antiimperialistas propiciaron nuevas ideas naciona-
a, pero igualmentc una pugn;1 negra foe una cuesrion polirica de importancia (Burler, 2000). En esas rcgiones
(Thurner, 1997)i Por supuesto, los términos deapcnas esedebate;variaron con el tiempo, listas que aspiraban, cada vez más, a la inclusión ideológica de todos los sectores
poliricas y morales. La «etnohis- habia indicios de beuev ole ncia para con la poblacion afroarnericana (ex)
debido, por una parte, a las cambiantescircunstancias regigtradag a escala de la
nacio- casi exclusivarnenre como prohlernas sociulcspoblación. Con elmo, se produjeron nuevasformas de intervención estatal en
csultados apreciables si sc rienc y, por otra, al cómpromiso esclava: indicios que se considerahan
nal e íhtêrnaéional Polítieó áctivó Contraídopor los esferascomo la educación y el desarrollo rural, creándose a la vez un nuevo interés
discursrva inda
enrre los diferentes y culturales reveladores de! fracaso dcl esrado nacional (Schwarcz, 199.3 ). Esta
por la cultura popular indígena y afroamericana. Esta tendencia se consolidó en
siruacion era menus uccntuada en paiscs corno Venezuela o Colombia, dunde la
Durante: el siglo xix, a la pregunta «équé hacer cóh el índia?>»se respondia con torno a 1930, cüando la crisis económica aãadió Un componente económico a este
esclavitud fue abolida antes, pero rarnbien en esos paiscs eran raras las opiniones
frecuencia en términos del lenguaje darwinista social y racializado de la época, nuevo nacionalismo latinoamericano. EI nacionalismo económico quedaba ilustra-
favorables a la inclusion (\Xlnght, 1990).
aunque, como veremos, siempre existían visionesEnalternativas (Irurozqui, 1992; do en la política de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), y
D \ EXCLUSIC)N los primeros dccenios dcl siglo XX, volviu a c.unbiar cl conrexro del debate
Defnélasj.:198:1)-'Desde finales del siglo xlx ensobr adelante, el contexto cambiante de
e la nacion. Con la consolidacion de la hegemonia politica y cconomica de los
Esrados Unidos en la region, cundieron con rapidcz las ideologias antiirnperialistas 2. Acerca del pensaüiento indigenista: Kristal, 1987; Salmón, 1997; Davies, 1970; Flores Ga
latinoamcricanas l Esviene deter- visión general la de Albó, 1999.en America Larina. En parrc, se manifestabun en una crccicnrc
una excelente lindo,intluencia de1997.
1988 ; Lauer, las En cuanto a perspectivascomparadas:Marzal, 1981; Baud, 2003.
y discursiva que despues de la ideas socialistas y antiimpcriulisras, que en su forma m.is dr.unriric.i llevaron a la
y mc'is tarde a los esclavos atro- Rcvolucion Mexicana. Sin embargo, so prerexro de las ideologfas universalistas
MICHIEL BAUD DEOLOGÍAS DE RAZA Y NACIÓN EN AMÉRICA LATINA S. XIX Y XX 179
178

los diferentes tipos de proyectos políticos populistas fomentaron también nuevas nación como procesos homogéneos verticalistas en los que la población de un de-
ideal sobre la relación entre los gobiernos y los pueblos indígenas.Mientras los terminado território es moldeada gradualmente hasta convertirse en una nación.
gobiernos intentaban acelerar la asimilación de sus poblaciones indígenas y negras Estasnuevasperspectivasson de gran interés para los historiadores, poro también
-- ipor medios benévolos y represivosl--, surgió un nuevo indzgenlsmo más radical para los políticos y activistas actuales. La cuestión esencial es: écuálesson los fun-
que reivindicaba la inclusión de las poblaciones indígenas en suspropios términos. damentos mentales y políticos en que se basa la autoridad (o falta de autoridad) de
los estados de nuestros dias?
AI mismo tiempo, podemos ver una revaloración del presenteafroamericano en
Brasil, conducente a unos movimientos ideológicos que celebran las raícesafrica- «Parael común de las gente [...] el hecho de identificarse mutuamente sobre
nas y la democracia racial de manera similar a como se celebraba el pasado indí- todo en términos de nacionalidad, másbien que en términos máscercanos(como,
gena en el f/zdzgenismo. por exemplo,la subordinación a un seóor determinado) o más extensos(como en
En la segundamitad del siglo xx se registró otra transformación del debate el casodel concepto medieval de cristianismo), es un fenómeno histórico relati-
sobre la raza y la etnicidad en Ainérica Latina. Los movimientos socialesy las vamente reciente. Cómo se construye la identificación nacional es, por supuesto,
ONG crearon el caldo de cultivo para unos movimientos constituidos por repre' crucial» (Corrigan y Sayer, 1985: 191).
sentantesde la propia población indígena. Esta tendencia cobró impulso con la No cabe duda de que estascuestioneseran particularmente importantes en
desaparición de los gobiernos autoritários en muchos paíseslatinoamericanos y la los paíseslatinoamericanos donde existia una gran población indígena y donde
creciente importância de enérgicasinstituciones internacionales que aportaron a la esclavitud y la inmigración
179 habían dado lugar a sociedadesmulticulturales. La
las poblaciones indígenas y negras un discurso de igualdad y de derechos indígenas penosapregunta «équéhaver con el índio?» era una expresión de esevivo deseode
sms fomcnraron rambien nun asrespaldado.Las ideas sociales
internacionalmente nacion coruo procesos
y políticas, honwgeneus
que alcanzaron a la vcrt icalisras en los que Liidentidad
pohl.u.ionnacional de las elites bolivianas. Asimismo, demostrabasu frustración e
de un de-
pueblos indigenus.
sociedadMicnrras
indígena los rcrminado rcrrirorio
desde la palestra nacional e internacional, es moldcad.,
las hicieron suyaslosgradualmenre hasta comTrtirsc impotenciaen unupara impulsar a sus sociedadeshacia una mayor coherencianacional.
1L1c1c'm.
us poblaciones intelectuales y ncgras y las transformaron en movimientos
indigcnas indígenas Esr.is nucv.isque
perspecriv.is
no hablaban sunyadepor A] mismo
gran mreres para los hixtori.idores, tiempo,
pero expresaba la inseguridad de esaselites para seguir la ansiada vía
tarnhicn
un nucvo indigcnisnic. sinoradical
los índios,1115s para los politicos
a través de la propia voz de la población indígenav (Wright,
activisr.i-, 1990)
actuales. La cuestion esencial es:de(CU'11cs son los fun-
transformación de su sociedad. Por obra parte, deseaban incorporar a las masas
ndigcnas en sus Esapropios
evolución rerminos.
imprimió nueva intensidad política darncnro-, menralcs
al debate sobre\ la
politicos
posición en deque se hasa la auror idad (o índias
talr.i depobres en sudegrandioso proyecto de nacionalismo y modernidad. AI igual
auroridad)
de! prescnte los afroarner
índios y losicano en en muchos paíseslatinoamericanos.
negros los csrados de Unanuestros dias?
proliferación de que las elites modernizadoras de todo el mundo, deseabancivilizar y modernizar a
os que cclebran las r.uces atrica-
movimientos indígenas y el reavivado debate político -Para el comun adesulas
fomentaron vezgentc
nuevos lasmutuamcnte
j ... ] L·I hccho de identiricarsc masaspobressobre arrinconadas y conducirlas de la mano hacia una nación moderna.
orno se celebraba el pasado indi-
debates sobre la naturaleza multicultural de todu las sociedades de n.icionalidnd. ymas hien queen terrninos mjs cercanos (comu, preservar el sistema que les daba accesoa la mano de obra
en tcrrninoslatinoamericanas Por oiro lado, querían
llevaron a vários paísesa adoptar importantespur ejemplu,
reformas la subordinac1(m
jurídicas e incluso cons-,1 tm seiior detcrm1n,1do) o mjs índia barata (como
cxtensos mediante en todo tipo de instituciones de explotación laboral tales como
> otra rransformacion del debate
titucionales (Wade, 1997). cl caso de! concepto medieval de cristianismo), es un fen6meno hist6rico rclari- el PO/zgoen Bolivia o el bnaslpz/ngoo co/zcerfízjíe
el ycz#aco/zajfe en Perú, en Ecuador
Los movirnienros sociales v las Llmente rcciente. C6mo sc construye la identiticaci6n nacional es, por supuesto,
(Guerrero, 199 1). Temían --y esmo era aún más importante-- a la exótica cultura de
irnientos constituidos por repre- crucial" (Corrigan v Sayer, 1985: 191 ). elas masas,su imprevisible comportamiento político y la fragmentación social, que a
tendencia cobro irnpulso LA conFORMACIÓN
la J\o cibe duda de que estas cuesnones eran particularmente
DE LOS ESTADOS LATINOAMERICANOS menudo se debían alentrabajo asalariadoy a la expropiación de las tierras comunales.
1mport,1ntes
ches paises latino.nncricanos )' la Y «EL PROBLEMA DEL losÍNDIO»
paises latinoarnericanos donde existia una gran pohlaci(m indigena Si bien estasy donde
políticas se inspiraban claramente en ideas raciales y racistas, que
inrernacionales que aport.iron a la esclavitud y la inmigracicin hahian dado lugar a sociedadcs hallaban su apoyo La
multiculturales. teórico en las desigualdadescoloniales y el darwinismo social
igualdad y de dercchos
Mucho indigcnas
se ha dicho sobre la construcción de penosa
naciones pregunta «(que haccr
e identidades con el indio?,, era una cxpresiondel
nacionales. de siglo
esc vivo
xix, deseo de
no estaban impulsadas siempre, o no de manera exclusiva, por ideal
s v poliricas,Ha que alcunznron a la idemidad nacional de
sido un tema favorito de los historiadores políticos que analizan los estadosenlas elites bolivianas. A.simismo, antiindias.
demostraha su En su
frustracion trabajo
e sobre América Centra], Marca E]ena Casaúsha clamado
ernacional, las hicieronactuales
desarrollo suyas los de América Latina, África yimpotencia para impulsar
Asia (Anderson, a sus socicdades hacia una mavor recientemente
1983; Dunkerley, coherencia nacional.la atenciónsobrela influencia de todo un conjunto de ideal espi-
imienros que2002).
no hahlaban vapor
Los renovados debatesse originan enAlelmismoviraje tiempo, expresaha
paradigmático la inscguridad de esas elites pararitualistas
registrado que contradecían
seguir la ansiada da y a menudo se oponían al racismo materialista im-
blacion indigena (Wright, 1990). de transformaci6n de su sociedad. Por otra pane, deseaban perante.
incorporar Esas
a lasideal
masas no sólo se importaron de Europa --influidas, con frecuencia,
desde las explicaciones económicas del câmbio social y político hacia las culturales
al debate sobre la posiciou de indias pobres en su grandioso provecto de nacionalismo y por las
modernidad.ideas de
Al Rodó--,
igual sino que ademástrataron de construir un espiritualismo
y mentales.'AI mismo tiempo, son el resultado de la nueva atención prestada a
nericanos. Una prolifcracion
conceptos tales comode «sociedadcivil», <'buen que las elitesy modernizadoras
gobierno» de todo el mundo, deseaban civilizar
participación popular. latinoamericano
y modernizar específico
a (CasaúsArzú y García Giraldes, 2005: 71-121; Gon-
tico fomcntaron En a su vez tendencias
estas nuevos se vuelven a abordarlas masas
viemos pobrespero
temas, arrinconadas
concentrándosev conducirlas de la mano hacia zales y Fracasados,
una nacic'Jn moderna.1996). Tuvieron notable influencia en el proceso de construc-
s sociedades en lariuoamericanas y
nuevas cuestiones. Se trata de aclarar las Por otro !ado,
intrincadas ción nacional
manerasclensistema que !cs claba acceso a la mano de
querL111 preservar
y completas y en
obrala creación de las nuevas comunidades imaginadas. Doce Ma-
cforrnas iur idicas e incluso cons- india barata mediantc todo tipo de yinstituciones de explotaci6n laboral talcs como esfuerzos estatales por eliminar las comunidades indígenas
na Irurozqui que «los
que los estadosposcolonialesmodernos han intentado crear una cohesión social
cl ya,wccmaje
cultural y, de esemodo, legitimar su existencia. en Pert1,
Sehan centrado lospcmgo
en el diferentes no respondieron
en Bolivia o el lmasipu11go o ccmcertaje a una política antiindia, sino a una voluntad homogeneizadora,
en Ecuador
(Guerrero,
modos en que estesesfuerzos estaban relacionados 1991).
con las -y existen-
Temian ya
estructuras esto era atm rnjs importantc-a por considerarse
la ex6tica culturaladediversidadcultural un inconvenientepara el desarrollo de la
esas masas,
tes del nacionalismo popular o las formas cotidianas desulaimprevisible
formación decomportamiento
estados politico Repúblicasoci;1l,
y la fragmentacicin y porque
desear
a una nación de ciudadanos» (Irurozqui, 1999: 707). Esta
TINO.\!\!ERICA'.\OS
(Josephy Nugent, 1994; Mallon, 1995). De menudo se debian
esaforma, sehan al trabajo asalariado
distanciado observación
de.las ya la expropiacic'Jn de las está plena de ambigüedades, pues esa «voluntad homogeneizadora» a
tierras comunalcs.
NDIO· Si bien estas polfticas sc 111spiraban claramente en ideas menudo
raciales y era un eufemismo
racistas, que para aludir a proyectos políticos racialesy coloniales;
mterpretaciones unidimensionales que considerabanla creación de los estados-
hallaban su apoyo tec'Jrico en las desigualdades coloniales v el darwinismo social
ciones e identicbdes nacionales. de! siglo XIX, no estaban impulsadas s1cmpre, o no de man~ra cxclusiva, por ideas
180 MICHIEL BAUD DEOLOGÍAS DE RAZA Y NACiÓN EN AMÉRICA LATINA S. XIX Y XX 18 1

pero no excluye el hecho de que las políticas bolivianas parecían, con frecuencia, Guerra del Pacífico en Perú (1879-1882) o la Guerra del Chaco, de 1932 a 1935.
intentos generalesde civilizar y disciplinar a los pobres, que se producen en todo En cuanto al casoperuano, Nelson Manrique y Florencia Mallon mostraron, por
el mundo. Es evidente que, en el último caso, lo que contaba eran los resultados exemplo, que en la situación .del débil e indeciso.liderazgo de las elites peruanas en
prácticos de dichas políticas --no pólo para las poblaciones afectadas,sino también Lima, a raiz de la invasión de las tropas chilenas en 1889, .lapoblación indígena de
para la investigación histórica--, pero no será ocioso tener presenteestaobserva- [as montafías se convirtió en e] guardián de ]a nación peruana (Manrique, 198 ];
ción. AI considerar las políticas estatalesde los siglas xix y xx, parece importante Mallon,. 1983. Respectoal casoboliviano, Arze Aguirre, .1987):
distinguir entre laspolíticas racistasconcretasorientadas a la represión e incluso la Estas procesos contradictorios ptosiguieron hasta bien avanzado el sigla XX.
eliminación de la población indígena y su cultura y, por otro lado, los intentos, más Demostraron que seria un error suponer la existencia,de una separación neta y cla-
ecuánimes, de crear unas nuevas formas de política de cordialidad e inclusión. ra entre los diferentes sectores de la población :yj de maneta más específica, entre
Estos dilemas deben situarse en el núcleo de un análisis histórico de las relacio- las mesasindígenasy una supuestaelite branco-mestiza.Por un lado, como hemos
nes estado-sociedad en los Andes. Los recién creados estadosy suselites políticas visto, desdela épocacolonial en adelante, los sectoresde la población indígena
abrigaban fuertes prejuicios de raza y de clase havia las poblaciones pobres indí- participaron en las amplias cstructuras económicas e intervinieroü en los proyec-
genasy negrasdel continente (al tiempo que en todo el mundo existia una impa- tós políticos de las elites nacionales. Por obra parte, elas «elites»eràn macho menos
ciencia con los pobres), mas seria erróneo suponer que ecos pobres ocupaban el homogéneasy uniformes de lo que suele creerse. Incluían pequefiõs terratenientesj
centro de atención de la elite política (e incluso económica). Por lo que pugnaban artesanos y comerciantes:
181 que veían cn sus intereses algo bien distinto:.a los de laÉ
era por la modernizacióntecnológicay el progresoeconómico.Deseabandar un capas altas de la poblacíón. Ni siquiera estas últimas Constituían un gnipo homóü
nuevo rumbo al viejo orden colonial y crear nuevassociedades«racionales»y, por géneo=i:on ideasidénticas: Expresabansusptoyectog políticos en términos muy di-
olivi.m.is parecian, con frecuencia, (,ucrra de! P:1citico en l'ert'1 (l8-'J-lSS2) ,, b Cuerra de! C.h.iu,. dc· 1cn2 ,1 tcJ,5.
ende, en grau medida, social y étnicamente insensibles, en las que los indígenas y ferentes.: En quanto al caso mexicano, Alan Knight ha prof)uesto dog modelos para
pobrcs, quc sc pruducen en rodo Fn cturno al c·:bo pcruano. :\t·bon .\Lmnquc· \. Florencia .\!Jllon mostr:iron, por
negros pobres tuvieran que adaptarseo perecer'. En estesentido, se enfrentaban comprendei' la relación entre el estado y la sociedad civil: el modelo-(consensual/in-
lo quc conraba er.111 los resultados eicmplo, quc en b sinuc1611 de! dehil e 111dccisu liderazgn de Lis c·litcs pcru.1n.1s en
al punto de vista más tradicional y, si se quiere, «colonial», en el quc eran primor- cluyente, que se base en:una sociedad civil densa,:y un modelo Colonial/excluyen-
oblacioncs afcctndas, sirio rambien Linn, :1 r.iiz de Li irnasi<in de las tropas chilt:11,is en l 889. la pohhc1,·111 111digc1u de
diales el control, la explotación y, hasta cierto punto, la protección de los pobres. tef que funciona aiélandó o i'êprimiendo a la sociedad;civil: ('Knight,-2002) Cabe
ocioso tencr prcscnre esra observa- las 11wnu11,is ,c LOnv1rti6 en el guardijn de h 11acH111 peruan:i (.\lanriquc, 198 I;
Ciertamente, estas generalizaciones son siempre simplistas e inexactas, pero reve- decir que todos los:éstãdos latinoamericanos han preseótadóexemplosde ambos
siglos XIX y xx, parcce importante i\Lillon, 198 l. Rc·spccro al ciso hol1\'1ano, . .\rzc Aguirre, l 9X7).
lan los fallos de los proyectos políticos de los siglos xix y xx en América Latina y modelos. Las elites hácionales de Amériéa Latina trãtaron :eh diferentes formas de
ientadas :1 Li represion e incluso Li F\tos pr\lccsos contrad1ctorios pros1gu1no11 hasu h1c11 ,n·,rnzado cl ,1glo XX.
las contradicciones que existían en el estado y en las elites. Y así indican también el inventar sus
a v, pur orro lndo, !us inrentos, m.is Dcmostr:1rc111 que '-t rf.1 un error ,uponcr b e:,.;1stt'11cia dc· un.1 scp:HaL·i,.,11
0 ncunaciones
\. cL1- y pensar la incorporación de poblãci;ones marginales en sus
espacio discursivo y político de que disponía la población pobre. Esmo,si se piensa pfoyectos naciohales.
ica de cordialidud e inclusion. r;1 c11trc lo, d1lcrcntes sectores
en la notaria debilidad de las instituciones oâciales latinoamericanas en el período deb pohhci<'>n \', de m,rncr:1 m.is cspecftic1. cntre Comprobaron que con gu proyecto i<ptogresista»el abando-
un .m.ilisis hisrorico de las relacio- las rnasas 111dfgc1us \ un:1 supucsta elite hLrnco-mcstiza. nohdo,
Por un de lãc·omo
lioblación
hrmn, indígena cra cada vez más difícil y meüós deseabl:e.Se planteó
estudiado y eQ su incapacidad de controlar siquiera remotamente el territorio na-
eados esr.idos y sus elites poliricas I i,ro, cksdc cpoc1 colonial en ackLrntc, lo, sl'.cto1-cs de b entonces
la de tln indfgen.1
pohlac1,·,11 problema de gran importância: el de como incorporar al campesinado
cional, da claramente a entender que hemos de abstenernos imaginar un estado indígena
hacia l.is pobl.iciones pobres indi- particip:1n111 en las :1111pl1.1s estructur;1, cco11ci1111cis e irncn1111eH1n en enlo, el ptoyecto de modernidad y de civilización <ióc(iidental».EI dproble-
11rmL·c-
republicano todopodeioso y decidido que no dejara espaciopara la autonomia o ma indid»j qüe êra un problema exterior, en êl que las:elites Coloniàles intentaban
tudo c·I mundo cxistia una irnp.i- tos pnlfti((>, de las elites n::icionales. !'or otra p,urc, csas, elite, .. cr;rn rnucho mcno,
la resistencia indígena.
oucr quc csos pobrcs ocupuban cl homogcnc1' \' unitormcs de lo quc suele neer,c. lnclufan pcqu610s rcrr,Henientcs,ã la existencia de otra póblación culturalmente diferente, pasó
hallar solucionés:
Esta situación ambígua y fragmentada propició dos fenómenos distintos pero a ser un problema dé incorporación. Fue en êste procês(y donde pasó â un primer
cconomica). I'or lo que pugnab.in :1rte,:1110, \. comercianres quc vebn
históricamente conectados a ânales del siglo xix. En primer lugar, se produto unaen ,us 1ntcrcscs algo hicn distinto :1 los de las
reso ecouornico. Dcseaban dar un cap:1s a!tas de Li poblaci(111. N1 ,iqu1cr:1 csus t'iltimas constituL111 planoun elgrnpo
grupohomo- dé políticos e :intelectuales éomúnmehte llamados «;indigenistas>».
oleada de actividad y rebeldia desde la década de 1870 en adelante, espeçialmente
evas socicdadcs «rncionales» y, por gencoincluso
con 1dc:is idcnticas. F:,.;prc,:1han
en la región andina, donde algunos han llegado a ver un «ciclo rebelde» sus prO\ cctos politicos en t~rminos rnuv di-
ensihlcs, en Lis quc los indrgcnus y fcrcntcs. Fn cu.111to :1! c:isu rne:,.;1c111u, AL111 l(rnght ha propucsto dos 11wdelos p:1ra
(Rivera Cusicanqui, [986). Una dueva ]egis]aciónagrária que restringia el acceso
. En csrc scnrido, se cnfrenruban co111prc11dcr la reL1c1on cntre cl csudo \ la socicdad c1\·il: el mode lo consc·nsu,il in-
EL PROBLEMA DEL ÍNDIO: ESTUDIOSOS E INDIGENISTAS
de las comunidades indígenas a la berra y un estado más ostensible y represivo EN LA AMÉRICÂ LATINA DEL Sl:GLOXX
«coluniul .. , en cl quc cran pnrnor- clu1-c11tc, quc ,c.«colonial>,,
hasa en u1Lisupuesta-
sociedad ci\ ii dcns:1, \' un nwdclo colonial<c:,.;cluven-
provocaron primeramente intentos de apelar a un estado
punto, la protcccion de los pobrcs, tc, que funcion:i .1isL111do c> rq1rn111endo a L1 socicdad ci\·il (!(night, 2002). Cabe
mente benévolo, y, cuqndo eito resultó ser ampliamente infructuoso, dio lugar á
simplistus c mcxactas, pero revc- decir que todos los estados L1ti110.1111nicanos h:111 prese11tado Pese a sus de
l'Jcmplo, relaciones
:1111bn, desiguales fundamentales, las sociedades: éolonialcs :V :t:api:
levantamientos indígenas.
iglos XIX y \X en America Latina )' 11wdelos. Li, elites nacionales de :\111cric1 l.at11L1 trauron t'll taxistas
difrrentcs hantormas
producidocle ];iémpre ]os .fintrusos compasívos» que se ocupaban .de ]as
La nueva y a vedesviolenta participación política del campesinadoindígena
l.is elites. Y asf indican tambicn cl irn c·nt:u ,u, 1ucionL·, v pcn-,ar Li incorpoLlCIClll de pohhcioncs masas oprimidas
111;1rgi1ules en o,
sus ãl mçnós, les expresaban su simpatia; éran lóg '«colonizadores
guardada relación con proce$os más generales de construcción nacional y guerra
poblacion pobrc. Esto, s1 sc piens.i el :ihando-
que tehusabah;,, para eúplear la famosa expresión de Memhi. Dice éste: «Desde
civil. Está ahora profusamente documentadoprun'ctos lo que han nacion,iles.
sido las C:omproharon
consecuenciasque con su pr<)\'ecto .. progrc,1sta"
lcs btinu:u11cncanas en cl pcrfodo no de la pohlaci<'m indfgena era c.1d.1 \'CZ 111:is diffcil \. mcnos queha
dcscahlc.deléubierto
Sc 11lante(>,aj'êolónizado y su carácter .existencial, desde qué el .colonizado
dramáticas de la 'êreciente participación de las poblaciones indígenas rurales en
icr.1 rcmotamcntc el territorio na- cnronces u11 prohlcm.1 de gr:m import,111c1:1: el de c61110 incoq>or.u se ha :ii
convertido
c:1111pesinadode pfohto en humanidad blue vive t padece, el colonizador rehúsa
abstcncrnos delairnaginar
guerra (nacional);
un cstado por exemplo, en la Revolución Liberal de Bolivia .en 1.899, .ja
indfgrna en el prcl\'ccto de modcrnidad participar
\ de civilizacit'>n "occidcnuJ ... Flen"prohlc-
su e]iáiinai:ión y decide acudir eh su aVüd:a;»(À]emmi, [10S7]] ] 967):
dcjara csp.1c1u para b autonomb o nu indio'", quc er:1 un prohlc111:1 c:,.;tcrior, ,:n el que bs elites u1l()]1i:iks Aunque elintentahan
análisis de Memmi no puede aplicarse simplemente a una sociedad con
3 Véase.una hermosamonografia que ilustra estalulbr
actitud soluciones h ex1,te11ci,1 de otra pohhci6n culrur.1!111,'nrc
en Kim Clark,a 1998 una historia
dilcrcntc,(colonial)
p:is6 tan diferente y su análisis psicológico tiende a pasar por alto
ci,·> do, lc116111enus distintos pero a ,er un prohle111.1 de incorpor.1cilin. Fuc en e,te prnccso dondc 11:1s<'> a un primer
X. En pr1111cr lugar, sc produjo una
MICHIEL BAUD DEOLOGÍAS DE RAZA Y NACIÓN EN AMÉRICA LATINA S. XIX Y XX 183

182

toda indígena»apenastema conexión con la realidad de la población indígenae


ignoraba su situación concreta. Mientras que los intelectuales indigenistas de Cuz-
co debatían la grandeza del pasado inca e incluso empezaban a teftir de romanticis-
mo el folclore indígena que se expresaba en las festividades religiosas y la cultura
de las cbícberüs, pasabanpor alto la realidad diária de los índios que vivían en
su propio entorno (Rénique, 1991). Evidentemente, manifestaban lo que Renamo
Rosaldo denomina en oiro contexto la «nostalgia imperial». Podemos considerar
la defenda que hacían de los índios autores como Mariátegui o Haya de la Torre
como esfuerzossimilares por integrados en la política nacional; en su caso,para
tomar la causaindígena como basede un proyecto revolucionário.
En general, podemos ver que la simpatia por la causaindígena, por un lado,
se originaba en el estado de animo psicológico personal descrito por Mcmmi, apo-
yado por una tradición humanista más antigua en América Latina. Por otro lado,
estasideas eran el resultado de la transformación estructural de la sociedad, con la
I~: I B I I\: 183modernización, y un domínio continuo de la prevalencia blan-
que se aspiraba a la
co-mestiza. Es importante seãalar que estos dos orígenes no eran necesariamente
roria indigcrLl" apenas tenb concxi()n con h rcilid d -- incompatibles.- - - La mayoría de los indigenistas de finales del siglo xlx y comienzos
ignoraha su situ;lCI(,lll concret1 '1 - - , l • de la pohLic1on del siglo xx indige1_1a
eran e de su tiempo y reaccionaban a las circunstancias cambiantes
corresponde hicn a la posici6n , .. , 1entrc1s quc u, intelectu· l ,-
,1
1· . - hijos
u::iles v politicos ,,b\ancos» de co_c ehatLm b <Trandeza del p-1 __ ·I . -. _ l ·- ·_1 ls en ll1Lsus paísesde
Igen_istas de Cuz- una manera específica, que venía motivada por su historia personal
I - " ' , S,lL o mc.1 e 111c uso emp l . - I ..
incorporaci<'rn de la poblaci6n mu el tolclore mdfgena que ', , , -. 1 - - l . - - . ez,11,111 ayten1r Le romannc1s-
su psicologia individual, así como por la transformaciónsocioeconómicade su
' _c expres,11,1 en is tcst1v1 :I· d, · j · l
cicrro punto , respetar, la socie- c_ e as chicheri,1s, pasaban por 'altc !- ,1 rt,_a l IL I aL'1·1- . La lo es resociedad. 1g1osas yMuchosa· cultura de ellos estabaninfluidos también por ideas racialistas o euge-
:I 1 . 1 L 1arn de I - ,
rentes puntos de vista sociales, su prop1u c11torno (Renic1ue l 991) 1_- . 1- , . _.., 111c
nistas ios dirigidas
que v1n:rna «civilizar» en a los índios; otros se inspiraban en ideales espiritua-
) l ' · r-\lL entemente m-m1t ·t j l
r la dur a situaciou de los indios I ,o_sa -do denomina en otro c011t, - - !·
l xto ,1 ,,nosn g1-1 imper 1•1- 1
. l . . , , es a
listas
JJ I 1:_ 1 11 o o quc
socialistas Renato
- de igualdad y justicia. Los orígenes de la importância histórica
a L ctcnsa que hacian de 1 . - _ . _ · ' , ' _ "· del oc indigenismo
emos cons1derar son tema para oiro articulo, pero no cabe negar que, cualesquiera
antes. l :I - os me1. 1os a mores como Ivhr , t , H _ -I - -
endencia humanist» o incluyen- como cstuerzos· sim1hres · ' p··r
" 1'11t l
cgrc1rosen -11101-t· l , ia egu1que
_. o 1 a\'.1
fueran c e la
sus lorre
antecedentes y sus características ventrílocuas (Guerrero, 1994),
el periodo colonial y se sigui<'i tonur L1 causa 111digena como b -~ I '_ - I lea nauona; susideas en Sll marcaban casu, parauna diferencia porque modiíicaban las perspectivas políticas y
F 1 ", , . l l - else c e un pro, ccto revoluCionano.
a epoca rcpublicana (Forment, ,J t--ener,1 ' poc emos ver que h s1m ni-l o. l- - . . jurídicas , a favor de la sociedad nacional y el lugar de la población indígena dentro
sentantes del pensamiento indi- se ong111aba en cl esndo de ·1'111111 ,. lp,. , p T a causa md1gena, de ella. por
Es un bdu
importante recordar que el movimiento indigenista creó imágenesy
, · ' , o ps1co og1co pcrso · l :I - - · '
scribe aludiendo al rriangulo de yado por una tradici611 hunn111.c1- - 1 I .-
, ., , nas antwu 1 en ·\me - - l · . . . na ,L.escnto por
reprcsentaciones J\lcmm1,
[J
apo-del mundo indígena que no sólo tuvieron consecuenciaspolíticas
emplcados p11blicos' ,, (Gonzitlez cstas ideas cran cl resulndo de I· t - ·t- " -·, , 11ca .atina. y jurídicas or otro en el ladu,
período que nos ocupa, sino que también tuvieron gran influencia
' •1 r,rns urmac1on estru ·t · 1 d, l · I
n y remordimiento descrita por que se aspiraba a la moderniz-icir'>n - I . .- . c u1,1 en c alasouec antropologia ad, con del la slglo xx y, de una manera más general, en las ideas analíticas
do u otro, un esfuerzo concerta- co-mestiza. Es importante se~ 1!-11· ' \ '.11~-l unlll\110 c~ntmuo dede la representación
prevalenCia blan- del mundo indígena.
. . · ' , que c.:,tos cos (lrl<'en ,5 - , .
i6n de las masas indigenas. Pero 1ncompat1blcs. La m lvoril ,j, l . . . _ · - . " e. no eran necesanamentc
Aunque los tiempos eran otros y las ideasindigenistas empezabana influir en
. '- ' 'e os 1nc1. 1gen1stas c 1· e hinl - :J ,j - l - _ -
or Memmi, los histonadores han c
l
e1_s1glo xx
,
eran hqos de su tie1111 - ...
10 \ rc.1cuo11;1 an 1 las ·1r ·
- - b , es L_e s1gel
-
o debate
XIX
·
y _ c um1enzos
político
l· ya en los primeros decenios del sigla xx, tomaram su raiz política
e explican la emergencia de esas en sus pa1scs de una nnnerl , , , _,h· : _ , ' _' · L cunstanc1as
en la etapa cam 11antes
nacionalista que siguió a la crisis económica de 1929. Las políticas eco-
' , cspeu ca que ,-c1111 m - t .. l I -
Estado nominal que habia ernpe- y su psicologL1 mdividu1! ·1,1' . JI - , l , - o l\ ,le a po_ rnómicas su 11stona personal representadasen el modelo ISI se reflejabanculturalmente en
protectoras
. - ' , ' ' u nu por a trm t - · . - , · , .
a de los indios era un e\emento soucdad. J\luchos de ellos est1l1·111 tl l . , sl01,mauon souuecc_mom1ca una nueva oleada de su de iniciativas políticas y culturales destinadasa incorporar a la
-. - ' ' ' 111 Ull OS ram 11en p) d . . - 1·.
Aplicundo una combinaci6n de rnsus d1ng1das a .,c1\·il1zar» ·1 l - . -I . . .l r I e,1s población rau,1 istas o euge-y afroamericana en el seno de la nación. Cuando, desde el de-
indígena
._ _ . , us 11H1os; otros se msp l , ·d- I . . .
politicos y funcionarios aprove- Istas o soc1al1stas de iau-1lch -I - - , - -- L , . ira 1.111 cenio en I ea dees1960 espintua- en adelante, esosprocesos nacionales de câmbio iban acompaóados
1 - - . eo ' 'c ' 1u,nu,1. os ongcnes j, 1 11_11portanc1a · , .
a refrenar el poder de las elites c e 1nd1gc111smoson tenn p ua t. . , . l · c e •1 de una búsqueda h1stonca internacional de inclusión y de autonomia nacional multicultural
I l - ' , 0 'o ,uncu o pero no --1l
que tueran sus antecedentes \' su. __ _ _ . _:. _ _ _
'
?e c, negar y laque, apertura cualesqu1era de nuevos nichos políticos e ideológicos, elas nuevasperspectivas
o, donde los gobiernos liberales sus ideas marcaban u1n difere.11-- s c,1raLtc1 Istllu:' ventnlocuassobre (Cucrrcro, ciudadanía 1994), y plenitud nacional cobraron fuerza y modificaron de manera
- , . ' u.1 porque lllOL Ihc-1b-rn l- - , · - .
causa i ndigcna para fomentar su 1_und1cas a favor de la socied·i•I 11·1 .· - l
, ' , uon,1 v c ug·u Le h p 0 l1 l . , ·1, 1 l '1 ' ,ls pcrspcct1\'as
espectacular politicas
el contextoy político en el que las poblaciones indígenas y afroameri-
aud, 1996, 1997). Por una parte , c j
e c la. Es
-
importante r. _ ·d· , _
ecol ar que e mov1m1ento l d- ', - - . , , . ,
1 · _ ' _' ac.1011
canas inc 1gena
luchaban dentropor sus derechos.
l
obligaciones «anticuadas-, y sus reprcse11tac1ones de! mun l - d' , _ n igen1st.1 crco 1magcncs y
. , . LO ll1 1gena que no solo tuv1 - ., . ' - . ·
mas o me nos, como miembros de Y 1und1cas en el neriudo qLie _ . . · eron consecucnc1as politicas
' 11 OS OLllpa s1no ljU, t· b', · -
ro ludo , se mantuvieron di fe-
las por en la antropologia del sig,)o xx . -I, -, . c .1111 ien tuv1eron gran intluencia
4. Véanse, exemplo, los ensayosen Kim Clarke y Becker (en prensa) · c e un.1 manera nns gen, - l , l . · l
L • • \, , _
se incapacitaba a los indios para le reprcsentac16n del mundo i;1dfgena. '. l'.Ll 'l ll as IL cas analincas
:I L
MICHIEL.BAU D IDEOLOGIAS DE RAZA Y NACIÓN EN AMÉRICA LATINA S. XIX Y XX 185
184

versia entre Robert Redfleld y Oscar Lewis en el caso de México. En un sentido


VISIONES SOBRELA-ETNOHISTOR[A LATINOAMERICANA
más general, podemos distinguir una divisoria entre el enfoque más culturalista
de estudiososcomo el indigenista Valcárcel y el interés materialista, a menudo
de influencia marxista, en la formación social y económica de esassociedades, de
especialistascomo Mariátegui y Murra. En la antropologia, esto ntostraba el con-
traste entre antropologia cultural y social. Aunque estas diferencias evolucionaron
con el tiempo y perdieron parte de su claridad inicial, siguieron presentandouna
divisoria estructural en el estudio de las sociedadesindígenas y afroamericanas. Lo
que es más interesante en ambas tendências es la manera como pugnaron con la
historia y, de manera más específica,con la tensión entre continuidad y câmbio. En
su empefío (en parte politicamente motivado) de presentar las sociedades subordi-
nadascomo verdaderos fenómenos vitales --culturales y socioeconómicos--, estou
autores solían acentuar a menudo la continuidad a expensasdel câmbio.
Mirando al pasado, no parece nada sorprendente que historiadores y antropó-
185
logos que se fundaron en la labor de esta primera generación de estudiosos recha-
zasengradualmente la «visión en aislamiento» y empezaran a interrogarse sobre la
I ns1.1 L'IHrL' Rubert IZediiL·lcl \ ( hc::ir Lewis en .-l l':hO Lk ,\k:,;1L<1. importância L11 till que tuvieron para el desarrollo de las culturas indígenasy afroameri-
SL'lllid()
\ 11, 'U\\11.IZIL .\:\\ canas las múltiples
1~1js gc11cr:1L p()de!ll()S distmgt11r l!IU d1\'IS()rJ.l cn t rc cl cntuq11c· 111:is c11lnir:1lisu influencias de la colonización, la esclavitud y el establecimiento
ck L',tllciilhllS l'lllll(I c·I md1gc·111su \'.1kjrc:L·I I L'i i n tcrcs m.ueri.ilisr.i, de repúblicas independientes en el signoxix. No cabe duda de que la insistencia en
.1 111e11ud,l
lcs) d<l111111:1ntt's Lkl d:1n,·111is11w de intlucnci.i marxivr.i. ell h f"rrn.1c:1c'in soc1.1I v L'l'<\JH.11111c.1 dL·laL',,ls ,oCIL'chdL·,,y en
singularidad ck los rasgos peculiares de las sociedades indígenas desempeóó
lcs de! s1glu XIX\ (Oll11Cl1ZOS de! L·,pcc1.1l1su, c,1111<> .\Lir1:iregu1 1 x lurr». E11 l.i :111rropolugi:1, ,·st<l un papellll(l',[r.1h.1 esencial en la reintegraciónde elas sociedadesa la palestrahistórica (y
cl L()il·
1t·n,11 que h:1lhr JHIL'IOS m:ircu, [Lhtl' cnt rc J!Hrup()l()gia cultural \ S()L'i:1\. Aunque L'S[;1S dilcrL'll(US política). l'\ olllL!(llLl!'(lll
Lo mismo cabe decir de la atención prestada a la supervivencia cultural
1doun1Llc11scs 1· curopL'<lS C()laho- ,·rn1 ,·I turnpo \ pnd1c'J'()ll p.ur« de <u cl.uid.i.] 1111(1.ll, sigutl'J'(ill entre las poblaciones
prt''>L'llLlllcl<> 1111.1 escravas.Pero, a largo plazo, era inevitable preguntarsepor
cduc·:1d, ,res loc:1ks quc cst:1h:rn d111soru L'str11c:r11r:1l e11 L·I csru.Ii« ,k l.i-, s1,c:1cchdc, 111dig,·11;ts 1 .itro.uncrican.r-, [,,, los câmbios experimentados por ecospueblos en su larga historia de interacción
ltrJlll())lio :1fro:1111eric:1110. l.:1 u>- cjllL' c, m.i-. 111tcrc,.1111L' en ,1111h.1' r,·11ck11c1.1' ,·, Li m.111cr.1 l'<,'lll" social, l'llgTu!'l>ll
económica con yl.icultural con obras culturas y las cambiantes circunstancias so-
:\k:-;1c<> \' su ,egu1dor hr:1sil6rn, h1st<>r1:1 1, Lk m.111cr:1 111:\s cspl:'c:1tic:.1, u,11 l.i r,·:1,1<·,:1 curre c:u11ti11111d:1d ciales y 1·económicas.c.1111l)I(>. l·.11 éQué les sucedió a elas sociedades en los siglas de domínio
n1·os t'll este scntido. <u cmp,·110 (en p.ur« l'',linc::111w11t,· mori , .1d,,) d,· prcsenr.ir I.ispolítico s1ic1cd:;dcs e interacción
subordi- social y cultural? éCómo se adaptaron, modificaron o refor-
go 111:is tardc co11 latinõamericána.:
l:1 hhor de John:'; :: 11.1d.1s
.:.-.
(( >Ill(
., . .- tc'IH
l \ L'l'lhdt'r(l', 1
.: >1l]L'll(IS
. \'I r.ile-: -c·1il ru r.ilc-, \' S(l(I ( mularon
IC(( ))l(.)Jllj(( sus L'S[()S sobre sí miomas y la sociedad?
is-, opiniones
"va-- de' Li ct-
Cón-todollatradiciónespe
:1l c11 l.1 inrnprcr:ic1,i11 :ializada
. en la que . eMe'rgieroií . .. y. el desço .,. . de presen:-
...:.
.lll[(lr,·, ,nli:lll .iccnt u.tr .1 mcnucio l.i ((>llti11111d:1d ;1 L':\\)C!lS;]', ,kl CJ1llb10. EI estudio de las sociedadesindígenas se vio, pues, confrontado con dos ten-
<ls cspec:1:1li-;ras h.\s1c:1mcnrc 111- \l1r:mdo _.11 p.1,.idu, Ill> p.1r,·c,· nad.i sorprcndcnre que h1St<>r1:1d"rL'S siones: en\ primer .un ropo- lugar, el contraste entre aislamiento y especificidady, por otro
illll'r lug;lr, 'il' di,t:lllCT:11'011 de Lis l(lgos q11c se tuud.uon en l.i l.ihor ck ,·sr:1 l'rllllL'Ll gt·11cr:1c1<·lll lado, interacción
,k csrudiosus e hibridismo (o, como entonces se denominaba, sincretismo) y,
rcch.i-
grnpos culrur:1 v represc11t:1cic'111. 1.:1sc11 gr:1du:1li11c11tL· l.i 1·1s1r',11 c11 .11sh1111c11W·· 1 cmpcz.unn J en mrcrrouarsc
segundo término, sobrc l:1 la tensión entre continuidad y câmbio. Bien podría afirmarse
lrur:1s v s,,c1cLhdes por dcrccho 1111purr:111ci.1 que ruvurou l':l!'J L'l tks.1rroll1, de l.i-, culrur.is 111dil.'.L'Tl:1~ que estas , . dos
alro.uueri-
polaridades han sido las fuerzas motrices esencialessubyacentesde la
n s11 propi:1 ll1L'todologf:1, crfric:i c:;111:1, l.i-, multiplc-. inrlucnci.i-, ,k i.1 c<llc111iz.ic:1<·,11. l.1 L'Sc·Linrml investigación
,· L.I L·suhlccimiemu etnohistórica en la segunda mitad del siglo xx. La necesidadde hallar
rcrmi110, ;111:1liz:H01l l:1 k1gic:1 \ cl Lk rL'\)i'1hlil',h i11clq,c11d1c·nrc, cn .l ,1gl() \I\ .. ()c.1he dud.i dl· respuestas ~jllt' la lllSISll'llL'l,1
a estasdos L'll preguntas apremiantesfomentó vários debatesintensivos y
:os .. \unquc inserción
Lis !UL'lltt'Sen las influencias (ned) 8oioniales domináhtei ' su interacé:ión con ellas.
pbntL':111 h ,mguhr1d.1d \ en los r:1sgo, pcc:11!1,UL'' de· l.i-, s<1(JL'tbdL·, 111dige11:1s a menudodc,cm1w11(, fructuosos en los estudios latinoamericanos, cargados con frecuencia de
c Lis comun1d.1dcs No es i11digc11:1s v 11L'- asas innuencias, sido.u11
que olvidaseh qué\'Jf'c·I
su :ãbjei:itó.era
L'se11c1:1l ell '(Elchar una .ojeadal'
l.i rcinrcgr.icion dL' cs:1s s<>,·ic,hdcs :1 Li alto significado
p.ilcsrr., h1,tl.>rJC:l político.
(1
Lkhi:m cnrc11dcr,c a la inHuencia colonial éspaííola .pai:a doúprênde; .úéjor las culttirag' andinas :au-
(()1110 rcsult:id(, p< ,I 1t1c.1). l.o 1111 Sill<, c.ihc deci r de la .1tc11c1l'i11 prcstJd:1 :1 l.1 su pt·n·11 cnci.i cu lru r:;Ihan surgido dos nuevas cuestiones. En primer término, vemos
Recientemente,
e :1ntr"p<'ilogos ténticai
c,,m,1 Fv:111s
Influyól'nt-
en 'ellog este empeííó? y cõlab?rarón êoÁ :lós represa.ntln.tes del lo Jcque Xavier Albó \'()J"ha llamado el «retorno del índio» en los nuevos y, podríamos
LçllLI a. xllxzu/v vz& vüüv' '''' ix { '- L'lltl'L'
: ,fl_is .['Ohi:l(J()llc'S L'SCJ.1\ ;JS. l'cro. a !Jrgo \'i.Jl<l, L'l'J Jill'\ it.ih
ultfuerteltltérés'por'el \'rcgum:irsc·
hrL' t()dt,, comprcndnmõvimiento\' :rn:1li1.:1r
indigéÀista. Eltó dio pie;:entre otfãs Cosas?a : . , : . . :. -::!; ....
l1,s c:1111h1os L':\\'L'rllllL'llL1d<1, \'<>r t',(Js puch\(,.., en <u hrg:1 h1,r"r1:1 de i11rcr.icci1',11movimientos indígenas (Albó, 1991). A resultas de la nueva
devir, «modernos»
!HH)llülSnsiiiii iia:ia eõ:;i3
L'S;iS SO(il'LLllleS -11() ihcriC:lS-.
> IL·c11rnlos esrudios s()hrl' d1ch:1s
1<>ncs :1cru:1kskovits dL· L1y etnohistori:1
çi
$us seguidores tendízi éámbién a:P:üscãt
st>c1;1l, ec·()11(11111c.1 v culrur.il con otr.i-. culrur.i-, ,. l;1s c.uuhi.mu-, política
c:ulc, I c'(())1(',111ic:1,. ;Que le, Sll(l'lil<·, :1 L'S.ls S()(IL'Lhdcs en I(),
I l(ig e;leúentcis.'aftéütlícosl siógulàres
c:1rc:unsr.111c1:1S
creciente
de visibilidad
s1olos dede.lomini«
,o- y sonoridad política de las sociedadesindígenas, un número
estudiososha empezadoa analizar la lucha política de las comuni-
~ indígenas. AI examinar los factores locales, nacionales e internacionales,
\'<1 1t1c<1 t' 1mn:1cL1,'i11 socul I cultural' ;C,,m<> s,· .td.tpr.uou, dades 111oditic:1ro11 <J rct'()r-
delapoblaciónafricanaenAmêncatatina. . . ,. , , .1:3.=.i..,.,-- ' examinan la composición y el líderazgo de esosmovimientos y el contenido de sus
mul.uon <u-. ll\'llll(lllL'S SllhrL· ,i nu-cm.is \ l.1 S(l(IL'lhd?
c c111,Tgicr(>ll \' el Lksco En este de nuevo
prcsc11- interés por la etnohistoria yl·IlaL·,rud1,1antropologia, podemos ver .con
ck Lis ,1,cinbck, l!ldigL'l;J, \l' \Ill, puc,, ((llllrllllLlcl,1 reivindicaciones (()Jl dos políticas
[Cll· (Assies, Haar, 2000; Lee Van Core, 2000). La historia y
claridad
pn>p10, lle1·:ir1111 diferentes tendencial. En antropologia, el funcionalismo y el sustantivis-
:1 inrcrprct:1c111- la etnicidad son <1tr11
elementos importantes de esasreivindicaciones. Esto ha dado pie
STllllc·,.: ell !'rlllltT lug,1r, c·.I c:011tr:1stc· L'lltre :1ish111JL'lltll 1· cspL·c·1tic1d.1cl 1·, l"'r
:1qu,;lbs p:1•.;.1r<111 .1 !'rimer pLrno.
mo pugnaron por dominar, dando lugar,hd<,, entreTllttTJ((J(l)l
otras cosas, a la famosa((),
L' h1hrid1'i11() contro-
(lllll() L'Tl[llll(L'', ',c' de1H1m11uh.1, Sll1LTL'[is1110) \,
de Lis fucntcs c"lo111:1lcs csp:i1whs L'Tl scg1md() rcr1111111,, l.i rcnsi(,11 c·mr,: c<,11ti11111,hd v c.rn1hi,,. l\iL·11 podri:1 .11·irm:1r~c
MICHIEL BAUD IDEOLOGIAS DE VAZA Y NACIÓN EN AMÉRICA LATINA, S XIX Y XX 187
186

a un diálogo ampliado con los académicos y a la emergencia de un cuestionamien- formulan interrogantespertinentessobre los conceptosempleadosen el análisis
to crítico de la investigación especializada por parte de esosgrupos (Warren, 1 998; histórico y etnográfico precisamenteporque deseancomprender esepotencial en
Rappaport,2004). . . . . . .....-=l el pasado y el presente. De este modo, su perspectiva complementa las opiniones
rp"p-segunda línea de cuestionamientoabordala importânciay el contenido que destacan el activismo indígena de nuestros dias. Ambas tendencias coinciden
de la etnicidad en la realidad social y política. Algunos historiadores, influidos a en su búsquedade instrumentosanalíticosque nos permitan entenderla acción
menudo por la escuela de estudios subalternosl han empezado a preguntarse en qué indígena en el contexto de las cambiantes sociedadeslatinoamericanas.
medida la evocación académicade la identidad y la resistencia indígenas no ha sido

ÜÜÜÜã ; l ::l:Plin
de indígenas»por los intrusos no in.dígenas,en tanto que los índios enoj:dos que
ENTRELA SUBORDINACION,LA ACCION Y LA AUTONOMIA EN LOSANDES

En la introducción de su magistral estudio de 1998 sobre lo que él mismo denomi-


;::.i:;=1;'L:i.li;à';.,t;«:-"«d.;l ;.b" ",d', p'' " j"". "«;. ,- m""- na «la transformación a largo plazo de las cosmologíasrurales andinas»,Thomas
do. Las autoridades locales no vacilaron en llamar a este episodio «guerra casta», Abercrombie escribe: «En rales esfuerzospor llevar a primer plano "un orden de
epíteto sumisamente'reiterado por .generacionesde historiadores y antropólogos cosas andino" [...] ]os etnógrafos repiten a veces, aunque con diferente intención,

mergencia depor
IEli]5iÊ11x
un los
=iü:.L:;=;
J: t ; lg
1'11 C 1·11 t L :', U [;,

terratenientes temerosos, y como tal


cuestionarni~n~ sela apropiaron
formulan más tarde
interrogantes los intelec-
pcrtincntes
- 11 ! : [a retórica de ]os 187
"ído]os detrás de ]os a]tares" o "bautizados pero no evangeliza-
dos" de los administradorescoloniales o extirpadores de idolatria» (Abercrombrie,
1998: xix-xx y 109). Seóala el hecho de que la opinión según la cual las culturas
sohre los conceptos cmpleados en cl an,llisis
tualesindigenistas(Knight,1990). .hist6rico
. . y emogratico., prccisamente
-. .. '..porque desean comprender ese potencial
indígenas han sidoenimpenetrablesal colonialismo ljeva facilmente a la conclusión
e de esos grupos (Warren, l 9':.18,
Estos exemplosdemuestran la necesidad cl pasado y el presente. De este modo, su perspectiva complementa las cultura
de una .interpretación histórica de las de que la indígena es extrahistórica, o incluso antihistórica. En câmbio,

: !u
. . _. . l _. · :J · opiniones
llama la atención sobre la continua interacción entre diferentes ramasculturales.
a la nnportuncra :,, e contenic o
lgunos historiadores, intluidos '; e :n44TT$B
lifÉ:=T;:=,h:: que destacan el activismo indfgena de nuestros dias. Amhas tendencias coinciden

del Cuzco, Marisol de la Cadena ha demostrado que las ide.ntidade.s i.ndígenas


que conducea lo que llama la «intercultura» andina. Esta intercultura se caracte-
en su b{1squeda de instrumentos analiticos que nos permitan entencler b acci6n
riza por el sincretismo y los préstamosrecíprocos pero, al mismo tiempo, por la
n ernpezado a pr,eguntarse en "'"'que indigena en el contexto de las cambiantes
la mioma sociedades latinoamericanas.
ylaindianidadsontemasde
a resrstencia 111d1g_enas no ha sido
debate continuo. y negociación
., dentro
.. :' .......:
de
no son si- necesidad de producir e inventar marcos socialesy culturales que definan dife-
población indígena. Hace observar que «cultura indígena e.indianidad rentes posiciones de identidad. «Ambasformaciones culturales, nacional-urbana e
eproduccion de YISIOnescolo111a-
nónimos,»; lo
o articulo, Jan Rus ha rno~tradu
cual puede llevar a la paradoja de que un rechazo de los
E/\JTRE I.A SUBORDINAC:l()N, elementos
I.A ACCION Y LA AllTC)NO!\IIA "indígena"-rural,
EN LOS ANDES han venido a presuponer la presencia de la tetra, produciendo en
culturales'indígenas
hiapas, en 1869, nan c_alihcaclas y la insistencia sobre elmestizaje puedan ser un signo de iden- cada tipo de posición en ]a encenabo]iviana, marcada por ]a c]ase y ]a etnicidad,
tidad índia reforzada. . .. . . . un medio de identidad positiva a través del contraste con atrás culturalmente dis-
anto que los 111d1os enojados que En la introducci6n de su magistral estudio de 1998 snhre lo que el mismo denomi-
Llamándose a sí mismos mestizosy silenciando la indianidad, los. cuzqueóos tintas». Estos contrastes fueron «reforzados por la necesidad de los espafíoles de
do, por un Justo_ acceso al merca- na «la transformaci6n a largo plazo de las cosmologias rnrales andinas», Thomas
indígenas urbanos reprocharon estigmas de todo tipo y procedieron a la desindia- impedir que los índios fueran espaóolesy los esfuerzossimultâneos de los índios
ar a esre e_p1sod10 «guerr a ~asta», Abercrombie escribe: «En tales esfuerzos por llevar a primer piano "un orden de
de histonadores _ y antropologos cosas andino" [ ... J los etn6grafos repiten a veces, aunque con por resistirintenci6n,
diferente a las estrategias civilizadoras y cristianizadoras» (Abercrombrie, 1998:
n campesma de Emiliano ~apata la ret6rica de los "idolos detr,1s de los altares" o "hautizados 1pero 11-1no15).evangeliza-
Y así seãala la paradoja de que la transformación intercultural produjo
ue nldada de r,evuelta «rnd1g~n,a_» dos" de los administradores coloniales o extirpadores de idolatria» en sí (Abercrombrie,
y por sí misma la necesidad de colocar nuevos marcadores, crear nuevas dife-
dena. 2000: 317). . . ..
.ipropiarou mas tarde los intelcc- 1998: xix-xx y 109). Seiiala el hecho de que la opinion seg{mrencias la cualy las
reforzar retóricamente los viejos contrastes.
culturas
Es obvio que estas nuevas identidades hasta.cierto punho reproducen las ideo- AIa exponer estasideal sobre el procedohistórico de interacción y formación de
, ., . , . _ . indigenas han sido impenetrables al colonialismo lleva facilmente la conclusi6n
:íii:i!=n3i: J::::;:=1:t ;;:=,:.Z:!=1"=ãâ
na mtcr_pretac1011 h1stonca de las
eg1_as e mter~retac10:1es cambian-
como la buchacontra la desgraciaimplícita
de que la cultura indigena es extrahist<irica, o inclusn antihist6rica.
llama
en lala definición
atenci6n sohre la continua
dominante
(nueva)identidad,
persuasivo
En cambio,Abercrombie presentael ejemplo elocuentey etnográficamente
interaco6n entre diferentes ramas culturales,
de la india- cana (y
de una tcndencia que empezó a dominar la etnohistoria latinoameri-
andina) desde la década de 1980, por la que se intentaba comprender la
blaciones indigenas. En su c~tud10 que conduce a lo que llama la «intercultura» andina. Esta intercultura se caracte-
nidad», es un proceso
o que_ las, identidades 111d1genas en curso en los proyectos (políticos) indígenas en América transformación histórica de la sociedad indígena como resultado de su interac-
riza por el sincretismo y los prestamos recfprocos pero, al mismo tiempo, por la
Latina(Cadena,2000:320).
negociacion dentro de la nmma
. . , .
necesidad de producir e inventar
..
cabal ción con el
tra- sociales y culturales que definan dife-
marcos colonialismo espafíol y el estado republicano. Esa interacción no se
Este es por supuesto, un debate compjejo.al que no se puede dar veia como un procedo de destrucción o "deculturización" (como lo llamó Nathan
indigena e 111d1a111dad no son s1~ rcntcs identidades
posiciones de identidad. «Arnbas formaciones culturales, nacional-urbana e
iento en estaspoçaslíneas.EI análisis'de es notoriamen.te difícil, Wachtel en los afíos de 1970) (Wachtel, 1971), sino como un procesode articu-
_que un rechazo de los elementos "indigena" -rural, ban venido étnicos
a presuponerlos la presencia de la otra, produciendo en
como lo e$ evidentemente, separar de manera neta los argumentos y lación social e inevitable câmbio societal. Este câmbio se produto en un contexto
zaje pucdan ser un signo de iden- cada ciertamente
tipo de posici6n en la escena boliviana, marcada por la clase y la etnicidad,
socioeconómicos. Los autores mencionados no desean subestimar el de conquista violenta, desigualdad política y social y etnocentrismo hegemónico,
. _ _ un medio de identidad positiva a traves de! contraste con otras culturalmente dis-
potencial
ndo la 111d1a111dad, político de la identidad y la representatividad indígenas. Por el contrario,
los cuzquenos pero no por elmo eliminó la capacidad de la sociedad indígena de influir en esepro-
tintas». Estos contrastes fueron «reforzados por la necesidad de los espaiioles de
ti_p_o y procedieron a la d,esmcha- cedo de
impedir que los indios fueran espaiioles y los esfuerzos si multaneos de los indios interacción y, en ocasiones, de guiado y controlado. En la región andina,
cniticar UIU cultura5 rnuy_ «1mpur,:»
Véase esto provoca
por resistir a las estrategias civilizadoras y cristianizadoras» (Abercrombrie, 1998:
un exemplo similar de Equador en Baud, 1993. un viraje que bien puede denominarse paradigmático. Crer toda una
do elernentos de 1nd1a1~1d,1d tales 11 1-1 15). Y asi sciiala la paradoja de que la transformaci6n intcrcultural produjo
IDEOLOGIAS DE RAZA Y NAClóN EN AMÉRICA LATINA. S XIX Y XX 189
MICHIEL BAUD
188

su aversión hacia las masasde color en sus aços ulteriores. EI temor a la partici-
nueva comprensión de la sociedad andina y alentó a numerosos investigadores pación política efectiva de la población indígena impidió toda influencia indígena
a largo plazo sobre el estado nacional y sus instituciones. A partir de entonces,
la lucha política de los índios tuvo lugar lucra del estadoy, con frecuencia,de la
esfera política. Las comunidades índias habían perdido el efímero reconocimiento
político de la Corona espaõolay fueron definitivamente relegadasa la posición de
ciudadanos de segunda clase en el síRIo xix. No es de extraóar que antropólogos
e historiadores se hayan sentido fascinados por la tercera oleada de rebeldia in-
dígena de finales del siglo xix y comienzos del siglo xx. Aunque durante mucho
tiempo habían sido influidos por la idea de la Leyenda Negra, que consideraba la
independencia política como la ruptura esencial con la historia latinoamericana, se
percataban ahora de que en la perspectiva histórica de las poblaciones indígenas,
el período de câmbioradical era el de finalesdel sigla xíx. La ruptura de lo que
Tristan Platt ha denominado pacto de recíprocldad provocó una feroz resistencia
189
del campesinado indígena contra el estado y, sobre todo, contra la Ley de exvincu-
lación (1874) en Bolivia. Esasprotestasformaban parte del llamado ciclo rebelde,
xu a\ n,i,-,n lucu h, masa-, de color en su, .mos ult erior cs. Elenrcmor el que.1losla campesinos
partier- indígenas de toda la región andina manifestaron su cólera
p.icion poliricu ctL'Cl!Ll de Li pohlacion 111digc1L1 impidio tod.ipor un modelo
intlucnci.i exclusivoy autoritário de modernizacióneconómica.Asimismo,
indigcn.1
.1 brg() pL110 sohrc cl csrado 11;1uo11;1l v sus inst itucione-, . .-'I.esta p.ut mostraba que las identidades indígenas continuaban fomentando la resistencia
ir de cnronccs,
h [uch.i politica dL· \us indios ru , (> lug;1r tu era del estado v, con en nuevos contextos
frccucnciu, deb de exclusión, modernización y construcción nacional.
L'sfcra politicn. Las cornunid.ules indi.rs habian perdido el e timcro La investigación reciente indica que no era tanto una resistencia innata al câm-
rcconocmucnto
politico deb Corona cspano!a v fucron dctinirivamenre bio y;1 la
relcg.1d.1s !;1 modernidad
posicion de lo que caracterizaba a la sociedad indígena y la resistencia
ciudadanos Lk scgund.1 clase en cl siu!o '.I'.. No cs de exrr.inarprovocada como las formas en que se implantaron usos câmbios. La sociedad indí-
quc .111trnp,'i\ogus
gena había
e histori.idorv-, se h.1\ .m se nrido tascin.idos P"r la rcrcern ole.idu de rchcldi:1 venido in- adaptándose y reaccionando a la economia de mercado durante
digcru de Iinulc-, dcl srglo '\I'. \ cumrc1110, de\ siglo '-.'-. .. \unquc duranrc mucho consecuencias genocidas del colonialismo espaóol, las pobla-
siglos. A pesar de las
ncrnpo h:1hi;111 s1do in tluidos por la idea ck h l.cvcnda Negra, ciones indígenas sobrevivientes
quc considcrnha la habían logrado recrear sus sociedadesdentro del
indepcudcnci.i sistema colonial.
poliriL·.1 corno la ruprur.i cscnc1al con l.i hisroria l.irinoamericnna, Las
se rebeliones de los siglos xvlii y xíx no iban dirigidas tanto con-
tra las circunstancias
pcrcnr.ib.m .ihora de queen \;1 pnspL'cti\ ;1 hisrorica de Lis pohhc1011es 111digen.1s, económicas y políticas cambiantes propiamente dichas, como
contra las
cl pcriudu de L·.1mh10 radical er a cl de finales Lkl siglo '.I'-:. La ruptur.t dc lo que condiciones en las que se imponían esoscâmbios y la imposibilidad de
Tr ist.in Plarr ha ,knominadu pactc. de rcciprocul.rd provoco un.i fero; resistcnci:1
participar en la decisión de sus términos y su alcance (Larson y Harris, 1995).
dcl c.uupcsinado 111digcna contra cl esr.uln v, sobre rodo, contra h Lev de c xvmcu-
lacion ( I S74) en Bolivia. Es.is protcsr.is tormaban pane dcl llamado ciclo rcbelde,
VISIONES ÍNDIAS SOBRE EL MERCADO Y EL ESTADO
en el quc los campesinos indigcnas de rod.i Li region andina manitcsraron su colera
por un modclo exclusive v aur orit.uio de moder nizacion cconoruica. Asirnisrno,
esro mostraba quc las idcntidadcs indigcnas conrinuab.m Iornenr.mdo Aunquelalorcxisrcncia
antedicho se ha de entender en términos generales, es obvio que las
en nucvo-, conrcxros de exclusion, modcrniz.icion v consrruccion condiciones
n;1c1011;1\. geográficas e históricas condujeron también a marcos cronológicos
diferentes.
L1 1rnc,tig;1ci(.lll rcciente 111d1c1 (JUL' no era t.mro u11;1 rcsistcncia 1111nta AJgunas
al earn- regionesde los Andestenían una larga historia de contacto
h10 \ la moder nid.id lo que c.iracrcriz.rba a 1.1 socicdad indigcna v Li resrstencra mercantil, mientras que obraspólo experimentaron transfor-
colonial e influencia
pr ovoc.ul.i corno Lis tormas en que se impl.mr.uon csos carnbios. maciones societales
L1 socicd.id indi-de envergadura en el siglo xx. No hay duda de que las circuns-
tancias
ge na hahia \ enido ad.ipt.indose v rc:Kc1011a11do ;1 la cconornia de merc.ido dur.mtc históricas provocaron variadas reacciones entre las poblaciones indígenas
siglos. A pcs.ir de Lis consecuenci.is genocidas dcl colonialismo cspauol, Lis pobla-social y económica, su organización política y sus relaciones. Y
según su posición
ciones 111digc11as sohrcvivicnrcs las consecuencias
hahi.m logrndo recreur sus socil'lbdcs dcnt ro de! no fueron siempre o necesariamente negativas. En su análisis de
la situación
sistcma coluni.rl. L1s rebcliones de los siglos '-:VIII v XI'-: no iban dirigidas Unto con- boliviana, escribeBrooke Larson: «Esafuerte variación regional inva-
lida los supuestos anteriores de la inexorable servidumbre de los índios comunales.
tra las circunvt.mcias cconornicas v po litic.i-, carnbianres propiarncnre dich.is. corno
contra L1s Londicioncs en las quc sc 1111poni;111 csos cambios y[...] Bafo las particulares
la imposibiliLhd de condiciones regiona]es y de c]ase, ]os campesinos andinos

ÜT
i?l ãHHll:%gil11F:lHI
E:::Éd:iBZEU parric1par L'll b decisi<'in de sus tcrminos \' su alcancc (Larson\' sacaron provecho
H:1rris, I LJL)))_ de la expansión comercial, que fundamentalmentetransformó
MICHIEL BAUD IDEOLOGIAS DE VAZA Y NAClóN EN AMÉRICA LATINA S. XIX Y XX 191
190

rrollo no terminó hasta que las reformas liberales de fin de siglo le pusieron térmi-
no en nombre del «modelo liberal de progreso» que sumió a «la economia regional
en una crisis de la que todavia no se ha recuperado». Sólo cuando la viabilidad de
la economia indígena quedó efectivamente eliminada por las importaciones de
trigo en gran escalade Chile y un implacableproyecto político liberal y antiindí-
gena, se originó la resistencia generalizada e inmediata (Platt, 1987). Platt seóala
persuasivamente que la revuelta del campesinado indígena opuso "una política que
amenazabacon derrumbar toda la completa estructura socioeconómicaelaborada
por los ay//z#s y sus cz/facas desde el siglo xvlu (por lo menos) en torno al gran
comercio de cereales»(Platt, 1982: 72).
En su trabajo, Platt seóala también la compleja interacción política existente
entre las autoridades indígenas y las nacionales. En su fecunda labor, Steve Stern
indicaba ya que los líderes indígenashabían intentado utilizar la legislación colo-
j1 iii [
nial desdeel comienzode la ocupaciónespafíolade la región andina. Demostró
191
que su «éxito» en la utilización de las instituciones jurídicas espaóolas creó a la vez
xrx» (Larson, 2004: 2J6). Asipues, fuerzas en la vida diária que modificaron fundamentalmente la sociedad andina. Su
unicarnenre se 111,1111 kstl·> en torma rrnllo no tnmin(i h,1su que las refnrmas liheralc, de tin de conclusión
,1gl() le pusicronfue quetermi-
«una estrategia de defenda que dependia de las instituciones co-
v el rechazo dcl orden econornico ;1 .. J.i l'C(l!lomi,
no en nombre dcl "lllodclo liberal de progre,o .. quc sumic·iloniales 1 region;iJ
para resistir a la explotación vinculó a los nativos con más efectividad que
las pr.icticas de la vida diaria y las en una cnsis de la que tudada no sc ha rccuperado,,. Sc'il,,nunca
cuandoallapoder l'labilitlad de
hispânico». Esta estrategia «exigia la aceptación de las relaciones
,1 menudo, a la observacion publi- la cconomia indigena qucd<i efecti\·amc11tc eliminada porcoloniales,
las importaciones
que acabaron de por empobrecer al campesinado andino» (Stern, 1982).
sta. Esros procesos politaceticos de tngo en gem esL·a!J de Ch1k V 1111 impl,1cahle prmecto politicoEI análisis liberal\ anriindi-
de Platt sobre el pacto de reciprocidad de los Andesbolivianos en el
gena, st ong1nci Li resistencia gencralizada e 111mediatJ (Platt,
siglo 1987).
xix indicaP.lattalsenala
mismo tiempo que la historia social y política de los pueblos in-
a nueva gener acion de antrop6logos
per.q.1asl\·amcnte que la ren1elta ckl campt·,inado indigcna opuso
dígenas«un;1 politic1puede
solamente que entenderse en su relación con el estado colonial espaóol,
delanre. Su investigacion se orient6
amenazaha con dcrrnmbar toda la compleu estrucwra ,ocineco116miu ebhorada
y luego republicano, y sus instituciones (en las que cabe incluir a la lglesia católi-
no politico-culturules, y transforrno
por los_,zyllus Y sus c11rau1s dcsde el s1glo \:\'Ill (por lo menus)
ca). Laenparadoja
torno ales,grancomo Stern sugiere en la cita, que la independencia cultural y
y su inscrcion en la histor ia larino- co111erc10 de cereales» (Platt, 1982: 72). política de las comunidades indígenas y su pertinaz existencia en cuanto entidades
En su trabajo, Platt se11ala umhien la compleja inrcraL"Ci6n étnicas politica
separadasexi,tcnte
dependia, en parte, y a menudo en gran parte, de su fructífera
de Sernpat Assadourian y Luis J\1i-
entre Lis aurondadcs indigenas \ lc1s nacionales. En su fecunda labor, a
adaptación Steve Stern
las políticas estatalesy su integración parcial en la organización ins-
e los primeros riernpos de la etapa
1nd1caba va quc los lideres indigenas hahi,m mtentado utilizar la leL;islaci<'>n
titucional del estadocolo-moderno.
vino a recstructurarse en torno al
nial desdc el comicnzo de la ocupaci6n espa11ola de la regi6n EI arnl;na. Demostr6
reto para los historiadores consiste en hallar esquemasy conceptos inter-
zaron cuidadosamcnte la red social
que su "exito,,_ en la uriliz,1cic'in de la, instiwciones juridicas pretativos
espa11obs ere<'> a la vez incorporar un enfoque analítico sobre la influencia domi-
que puedan
s a los indigenas y la economia co-
tuerzas en la nda d1ana que modificaron fundamentalmcnre nante la sociedad andma.
del estado Su
latinoamericano, manteniendo a la vez una abierta mirada hacia
nplcmcnre a la hegernonia colonial
condusi<in fue que «una estrategia de detensJ que depcndia la dedinâmica
las instnuc1oncs
culturalco- y política de las comunidades indígenas. Como escribe Aber-
igenas sc adaptaron rapidamente a
lon1ales para resis_tir '.1 la cxplotaci<"m \'incul6 a los nativos con m,'is efcctividad que
crombie:
rrunidades que ofrecia la demanda
nunca al poder h1span1co,,. Esta estrateg1a «exigia la aceptaci6n«Aun de las relaciones
cuando la forma actual del K'ulta, como grupo social colectivo, es fruto
1989). Bas.indose en su labor, per o
~olon'.ales, que acabaron pur empobreccr al campesinaclo andmo» (Stern, l 982).
de las negociaciones de sus autoridades con el estado, seria enganoso concluir que
Enrique Tandetcr ofrece una vision
El analis1s de Platt sobre cl pacro de reciprncidad de los Andes bolivianos en el
pueblos como el de los K'ultas scanun epifenómeno del estado nacional; pues el
socicdad andina de finales de la eta-
s1glo \:IX indica al mismo tiempo que la histuria social v politica estado de boliviano
los pueblos in- las unidades de gobierno intermedias entre la nación y el
y todas
la falacia de considerar la sociedad
d1genas sulamente puede entendcrse en su relaci6n con el estado cantón colon1al espai1ol,un producto de la continua insistencia de las autoridades en
son también
de ello, se concentra en la dinamica
v lucgo repuhlicano, ,. sus 111st1t11c1011cs (en las quc cahe incluirlugaresa lacomo
lglesi,1 cat6li-
Ayllu K'ulta en defender su existencia y sus derechos como colecti-
un papel dererrninanre. Mientras
ca)., La paradoja es, como Stern sugierc en la citJ, que la independen~ia cultural , 1998: 84).
vidad»(Abercrombie,
esesperada, rrataba de mantener su
~olmca de las comunidades 111digenas v su perrinaz cxistenc1a enEsta u1anto emiclade,s
aparente paradoja ha determinado el pensamiento del siglo xx sobre la
de Potosi, los emigrantes indigenas et111c1s separadas dependia, en pane, \. a mcnudo en gran partc, región de su fructifera
andina, y también, en gran parte, el debate especializado.
Hace observar: «Asf corno la rnita
adaptaCJOJl a las politicas estata]es ) SU intcgraci<lll parciaJ en ]a organizacit'>Jl ins-
nial [ ... ], la presencia de una nurne- tltUCJOnal dcl esrado moderno.
puesta incluso anterior al mercado El_ reto para los his_roriadores consiste en hallar esqucmas , conceptus imcr-
(Tan deter, 1993: 7 3 ). El an.ilisis de prcc1t1vos que puedan 111corporar un enfoquc analitico sobrc la intlucnc1a domi-
consrruida por la poblacion en su nantc del cstado latinoamcricmo, mantenicndo a la \"CZ una abierta 111iradc1 haciJ
an parte de ella- y que esc proceso
IDEOLOGIAS DE VAZA Y NACIÓN EN AMÉRICA LATINA S XIX Y XX 193
MICHIEL BAUD
192

dinados a los latifundios. En segundo término, existia un contraste entre los cam-
CONCLUSIÕN
pesinos indígenasque vivían en una sociedadrural .y los que trabajaban en.oiros
sectores de la sociedad. Tradicionalmente, este se daba de la forma más notable en
el sector minero, en especial en Bolivia y las tierras altas peruanas. Pero también
las actividades de comercio, transporte y artesanía han constituído siempre impor-
tantes formas de vida para las sociedadesindígenas. La población que se dedicaba
inHuencia hasta nuestros dias. En segundo lugar, están.claramente probadas la a estas profesiones actuaba a menudo como agente cultural, y en esos procesos era

RR EIÊliÜÊI Ih;'"-::::l=':;=1':=::Lli= determinante para fomentar la emigración y crear nuevas formas, a menudo hí-
bridas, de identidades. En tiempos más recientes, la emigración ha venido a ser un

IHE gÊHliF n : ii; $&


a la discriminación estructural, ha habido siempre "intrusos compaslvos»,
fenómeno más masivo y, podríamos decir, «moderno». Esto acentuaba el contraste
entre las poblaciones rurales e indígenas y los pueblos de.descendência indígena
que vivían en las zonas urbanas. Estas cuestiones están claramente relacionadas
dentro y quem del estado nacional, que trataron de a]entar y executar]o que po- con un tercer elemento importante: la penetración del mercado. Especialmente

IUü12:2klli::ü:
pu-'-'"
que con
"-n-'"' -"' '''"
frecuenciapodían ser
;
di1udos ,1 lus
1: F14$88
utilizados por los.,..líderes y. los activistas
.;..;,.
l.nvariación
indígenas.
--;...l
i tundio-, regional.
-.
l-:11 ,i:gundo
en las tierras altas andinas, el mercado ha desempeííado históricamente un papel
decisivo que explica193las transformaciones regionales. A veces,las comunidades
indígenas resistían a su influencia; a vecesprotestaban, o incluso se rebelaban para
La n rrnin». L·,1qia un L(>lltLhtc
t\ u'-' cuarta característicacomún, un tanto paradólica, es la conseguirL'IHrL· lo, c,1111_
el acceso al mercado y participar de sus ventajas.

oria de b dominacic'in
Rliügãã2iÉi.;.h
sificada.Los
;ii uq 14U
111 la s1tu.1c1<'1n de !us pueblos i11di-
colo111,1l,
11L·s111os 111digcnas quc 111 i,111 c11 u11.1 socicLLid rur.il 1 los quc rr.1h.11,1h,111
sL'dorcs de Li so,·1nbd. Trc1d1cHlll.ll111crnc. c'>lu se d,1h.1 de L1los
quc regionaleshabían influído
contrastes .l ,L·ct,,ren111111no,
grau medida en la .posictón
en cspcc1.1l
torma
En el presente

i:11 l-lolin,1 1 hs uerr.r- alt.is pcru.in.i«.


bre nuestros
L'Il or ro-,
m.i-, not.ihl«
pueblos indígenas
Pno conceptos
articulo se ha intentado aclarar que el análiseshistórico de
cn de América Latina requiere una reflexión. permanente so-
r.uubicn y nuestros instrumentos analíticos. La historia colonial y
con los indios equc los 11.111
grupos e1crcido su Donde más claramente
indígenas. Lh .Jctil id.ides ck eito
se observaba corncrcio.
era enr la r.ui-iporn-
región 1 ,HtL·s,111L1 h,111 constiruido
poscolonial sicrnpr« uupor- Latina ha tendido un manto de múltiples capassobre las
de América
ugar, est:111 claramcntc
del Cuz -p donde elLiregionalismo de la eliter.inte-,
prohadas alentó torn1a'. de 1·1Lh
un.fuerte p,ir.1 las
discurso ,nc1cLhdL·s 111digc11e1s. L,1 pohl.icion
pro'índio, sociedades quc ,c Lkd1L·,1h,1 que solamente ofrece a los especiali.smas
indígenas, de nuestros dias.un
c sutnern11 la,que nus.is
tuvo111digctL1s. Esu en el proyecto político
gran influencia del protc,;J(JllCS
.1 l'<,[,]', aC(ll,Jba Cl menu.lo
estado. Se produjeron procesos(<l!1l<l JgL'lltl' CU]tl!r.11, conocimiento
1· l'l1 L'SOS proceS(JS L'Ll
fragmentado e irregular de la historia indígena.La comprensión
cialcs r,rn popuhrcs
similares,1 hn,1lcs de! s1- al Sur de Ecuador, donde
en Cuenca, cktn111111e1rnc 11.1rc1 liberales
los políticos t<,111c11ur L1 c·migr.ici('ill I erear nucv.i-, histórica
em.pezar-on tor mux. aes incluso más
menudo hi- difícil de alcanzardebido a los múltiples estratosde inter-

: illli ãn::=,= :::


(,n modcrn1stJ de la cpoca, scgt·m Li
her sagrado. l in terccr rasgo cs quc,
bri.l.i-, de idcntid.ulc-;
=1=;;==:!:=1:=:;
Fn t icmpo-, rn.is rc,1cmc,. h cmiur.uion
fc11('i!llcn,1 111.i, 111.1,11 u 1, l'"dri,1111"' dcc1r ... modcrno-. ~:sto clCL'IHU.1h.1
ha vcnidoideológicas
pretaciones ,1 <er Lill a las que están sujetas las sociedades.indígenas. Desde las
autoridadescl coloniales
contr.isrc y los gobiernos republicanos racistas hasta los indigenistas
0

quc estos 111trusos


IEiRI#É:i q
do s1L·mprc intrusos compasivos·•,
on de ,1lentar v e1ccuur lo quc po-
11ormal111e11tc
relativamente escada,
i::i: 1 ;:
con au nla_ tcrccr
no la bacia muy vulnerable violencia
u : ia;a
cnrr« Lh 11ohhci<>llL'' rurale-, c 111clige1us 1· !(" p11d1los de dcsccndenc1.1
L]lIL' 1·i1 i,111 en I.is 1011.1, urh.111,1,. F,t.1' cuesrionc·s ext.in chrc1111c11tL'
ekmc11to i11111orr.111tc:
y la represión, perol.i 11L·11crr.1Ci('1n de! mcrc.ulo.
del siglo xx (de 111dige11a
la historiarL·hcion,aLbs
dentro y de fuera del continente) y el movimiento .indígena actual,
indígenaha sido utilizada, manipuladay reinterpretada..La investiga-
FspccialmcnrL'
ción histórica ha sacado a la luz ampliamente variadas reacciones de las sociedades
ron esp.1c1os politicos e 1dcol('ig1u1, en la,
ncrrus
permitió también Lma'mayor .independenciay una revitalización cu tural que en.ilus .111d111,1,, L'I mcrc.ulo h.1 dL'SL'111pc1-1.1do hisroric.uncnr«
indígenas anteu11lapnpcl
intervención estatal, la modernidad y la. desigualdad.política y
lo, lidercs \' lostempos
act1v1st,1s i11dige11as. di:c1s11·0 quc e xplic»
recientesincluso ha dado lugar, como en Colombia, a proyectos de auto- L1' rr.111sl<•r111.1cll>llc's rcg1011.1lcs .. \ 1·cccs,
social.LisLacornurud.ide-
resistencia puede no haber sido la reacción más frecuente u obvia, pero
ad(1j1ca, es L1 v,uiaci(1n
nomia parcial regional. L1
controlada por el estado. 111digcn,1s rcsisti.in a su inrlucncia: ,1 1 L'CCs prorc-rah.m. o inclu-«. sc rcbclab.m
tampoco lo fue la p.tr.t
adaptación o la modernización activa. Las poblaciones.indígenas
de colonial1s1110 seria erróneo suponerco11sq.>,u1r
11cs fragmcntadasEvidentemente, que la historiacl .1ccc,opolítica
.11 mercado de las1 pobla-p,1rri,·1par dL· sus 1·c11t.1j,1s. han cambiado de continuo y han adaptado sus estrategias socialesy étnicas. A ve-
a socieclad indigcna
ciones desigual ha vertido determinada por los. proyectos mencionados de111tc11t.1du
y cli1cr-
ndígenas' En cl prcscntc arriculo sc ha las acl.nar quc el ces, anjlisis hisrorico de
sus identidades étnicas ocuparon el primer plano, convirtiéndose en poderosos
uido en grcrn med1da
elites Seriaen L1 también I<"' pueblos i11digen,1s
posici<'in erróneo consideraria como algo completamente. separado .de de :\mcric:1 Lati11,1 rcquicrc un.i retlcxion
símbolos pcrruancnre
políticos; so-
en otros casos,quedaron halo la super6clede otros procesos
sc obscn·aha ecos na en la rcgi(,n
csto proyectos hre nuesrros conccpros
y de la historia nacional en general.La historia de las poblacio- \ nuc-rro-. mstrumenro-, .m.ilincos. L1 hisrori.i
políticos o colonial
socioeconómicos,
I o incluso desaparecieron.Los historiadores y antro-
1le11t<'1 un fucrtcnes discurso pro-ind10, poscolonial de America
indígenas latinoamericanas no se basa sólo, ni. siquiera especificamente,en Laina ha reudido u n m.mto de multiple,
pólogos capas
tienensohrcque Ja.s
continuar investigando las diferentes historias de las poblacio-

us rc11rnd1c1cio11es
Ü: tf:l#ÊÜl: u ::i=::.wk'=:=t==':
o de! csudo. Se prodt!]eron proccsos
e los politicos libcrales e111pez,1ron
rcgicrn.1!1stas. En
soc1cdades indigcnas. quc sol.uucnre (>frece .1 los cspccialist.ix nes
(()]lO(Hlliento
hixrorica es
fr.1g111L'nL1do c irrcuular de L1 histori.i indigen.i.
incluso
incluso en 'las pequenas regiones de los Andes. Las consecuencias del colonialismo, 111:is dihci l de ,1lc,111zar debido ,1 [os multiples
dL·indígenas
nuevrr os dias
transformaciones
L1 comprcnsion
de lacstr.rros de
y otros

acción subalterna
Lill puebloscometidos,y poner en conexión su acción con las
diversificadas de las sociedades latinoamericanas. Esa conexión
inter- y las transformaciones societales y políticas bien puede ser
e Oravalo, las oporrunidades artesa- preL1c1011es idco!(,g1c,1s
la modernización y la emergencia del estado republicano se manifiestan de manera ,1 Lis quc est.in sujcus l.is sociedades elindiucnas.
tema centralDesdede las
la etnohistoria andina (y posiblemente latinoamericana).
a nucva actividad cmpresarial i11d1e1.
diferentesegúnlascircunstanciashistóricas. auroridadcs . . colonialcs 1 los
. goh1ernos r epuhli c .mos rucistas h,1su. los indiuenisr.is
1argrnal1dad de la poblaci6n
Debido indigc11,1, de! siglo
a estasdiferencias, es difícil sacar xx (de dcntro
conclusiones \ de fuer.i
generales, perode!.pre'
co ntinentc) v el movirnienro 111digc11,; actual,
v la reprcsit'111,
a b violcncia cisamente en tules pcrodiferencias podemos hallar interesantes marcos comparativos-m.uupulada v rcintcrprctada. L',1 invcsriua-
l.1 historia 1n digcna ha s1do utilizudn,
v una rcviulizac16n cultur;1J quc en cion h1st(irica ha sacado .1 la luz .unpli.uuente variad.is rcaccrones de las suued.1:lcs
en Colombia, a proyectos de ;rnto- i11digcn.1s ante Li intervcncion csrurnl, la moder nid.id I L1 desigtuldad politic,1 1
social. L1 1c,1srcnua pucdc no haher sido Li re,1CL'I<-,n rn.i-, frccucnre u obvia, pen,
uc la historia politic1 de Lis pohla- r.impoco lo hie' la adapt.1Cll ll1 () h muderrnz,1cit'in actiLL Las pohl.1C1011cs indige11.1s
0
9

LOS ESTUDIOSCUIIURALES EN Y SOBREAMÉRICA LATINA


Friedbe tm Scbmidt-We!!e

INTRODUCCION: TODO LO SOLIDO SE DESVANECE EN LA CULTURA Y SUS ESTUDTOS

La cultura o más bien las culturas, entendidas como antítesis de la naturaleza y en


estesentido como sinónimo de la historia (su significado másantiguo) o como sis-
tema de valores para 'mar» sentido a] caos de] mundo interpretándolo y ordenán-
dolo .(Gombrich, 1969; beber, 1968), como experiencia de lo que une lo vivido
(en.el pragmatismo de John Dewey) (Dewey, 1925, 1929) o como representación
simbólica de realidades históricas, como textos o redes de significados de un sis-
LOS ESTUDIOS CULTURA.LES E~ 'l SOBRE AM~~RICA LATINA
tema simbólico (en el sentido en que los define Clifford Geertz en su tantas veces
lri e d h e l m \cf.,111idt-\'(/e/lc citado articulo «jeep P/ay») (Geertz, 1973: 412-453), como babifus de ciertos
grupos sociales,como praxis social, como estructuras, sistemas o formaciones dis-
cursivas' o como ritual, espectáculo, escenificación o per#orma/zce...z,las culturas
en todas partesy en todo. A] mismotiempo, en un procesoque sójo a pri-
mera vista puede parecer extraóo, las culturas se convierten --al menos si pasamos
revista a la historia del término-- de algo cultivable, disponible, incluso tangible,
en.algo no disponible: de la berra o la naturalezacultivada en' textos, redesso-
l\:TJZ()ll\ U u ». I Cl!)() LU S,-)!l!J() \I Ill S\'_\. FU Ir\!.\ UT! l'K\ Y q;s !SI llDIUS
ciales, representaciones simbólicas, etc. Ya no somos cultos ni distinguidos, ya no
«tenemos»cultura, sino que la creamosnuevamenteen cada momento y' en un
L.1 culturu (> mas bien las culrurns, cnrendid.is corno anriresis proceso
de Li naturalcza
sin fin deyen relacionamoscon el mundo, con los oiros y los (culturalmente)
est c sentido corno sinonimo de la hisrori.i (su signiricado 111,1,Oiros,
anriguo) corno en
conotextos sis- el sentidomásamplia de la palabra,con la historia intra. in-
rema de v.ilores p:1L1 ,,dar» seurido :11 ems dcl 1111111do intcrprcr.indolo y or denan-
ter y transcultural3. Incluso las caracterizaciones más ampliamque tratan de incluir
dolo (Gombrich, 1969; \\'ehn, l 96S), corno e xpcriencia de lo que une lo vivido
(en el prugmurismo de John Dcwev) (De\\'C\', 1925, 1929) o como rcprescnracion
l En este articulo, no puedo mencionar los trabajos de los teóricos más importantes de estas
simbolica de realidadcs hisroricas, coruo texros o re des de signiticados sis-
de un entoncSS,
coÍrieTtes M:.limita, a unos exemplosde los representantesque tienen la mayor mfluencía
terna sirnbolico (en el sentido en quc los define Clifford Ccerrz sobreen lossu ra11L1sculturales;
estádios vcccs Parala noción de cultura como baóílas o praxis social, Bourdieu, 1972,
cirado nrriculo «Deep !'fay .. ) (Cccrtz, l lJ7.1: 412-453), 1979;
corno paraus
liabit unadeinterpretación
cierros más cercanaal estructuralismo en la sociologia, Bourdieu, 1992 Parael
análises de la cultura como sistema o vários sistemas,Luhmann, 1982. 1984. 1997. Parauna teoria de
grupos soci.ilcs, corno praxis social, ,·01110 estructuras, sisternas o forrnuciones
la culmra como formación d1s- discursiva,vários de los trabajos de Michel Foucault.
curxiva-, o corno r iruul, espccr.iculo, esceniticacion o pcrjormancc ... ~. las culturas
est.in en rod.is panes v en rodo. Al misrno tiempo, en 1111 proccso que solo a pn-
mera vista puede parccer exrrano, Lis culruras se convicrtcn -al mcnos si p.isarnos
revista a Li historia del termino-e- de algo cultivable, disponiblc, 3.incluso tangible,
Los problemas que.surgen en parte por las definiçiones tan amplias de cultura en el sentido de
en algo 110 disponihle: de la rierra o la naturnleza cultivada en rcx tos, rcdes so-
cinlcs, rcprcsenraciones simbolicas. etc. Ya no somos culros 111 distinguidos, ya no
-rcnemos- culrur a. sino que la cr carnos 1111cL1111entc en L·ada memento v en un
FRI EDH ELM SCH Ml DT-WELLE
LOS ESTUDIOS CULTURALES EN Y SOBRE AMÉRICA LATINA 197
196

Los estudios culturales latinoamericanos no son nada más que una variante de
los más diferentes usos del término «cultura» parecen afíadir poco a.lo que podría
los estudios culturales (czz/fzzra/
sfudies)anglosajones.Dan una respuestaafirmati-
ser una definición concreta y aplicable; si subordinamosbaia la noción de cultura va a las posiciones de estas últimos o incluso se afilian, en la época de la llamada
.un ensamblede códigos y medias, objetos e instituciones mediante los,cualesse globalización y/o internacionalización de los conceptos teóricos, a las teorias cul-
producen o se eliminan, se conservar o se cambian, se imponen a la fuerza, se turales (supuestamente) universales del momento.
recuerdan y se olviden ciertos conceptos y significados». (Assmann, 1991: .17), no Los estádios cu]tura]es ]atinoamericanos existen antes que los estudios cultura-
l egamosa deânir bien el objeto de anájisis ni las posibles.teoriasy metodologias les anglosajones (czz/fz/a/ sf d/es) debido a que la historia de las ideal en América
de los estudiosculturales(otra vez en el sentidomásamplio y no limitado a una Latina y los discursosde los ensayistaslatinoamericanos estuvieron impregnados
sola disciplina). . . . . . por un pensamiento culturalista a partir de la independencia, es decir, que en Amé-
Ante esta infinita variedad tanto de los fenómenos culturales como de sus de- rica Latina ya hubo estudios culturales ízualzt/íz /effre.
finiciones, no es casualla afirmación de uno de los fun.dadoresde.los estudios Si bien los estudiosculturales latinoamericanos constituyen un campo crítico
culturales' ingleses, Raymond Williams, quien lamen.ta «haver escuchado alguna en disputa inserto en un escenario global, no pueden entendessesin atender a su
vez esta maldita palavra» (Daniel, 2004: 447; Kuper, 1999). Nos encontramos, en- anclaje histórico en la materialidad económica, social y cultural latinoamericana.
tonces ante la obligación de ocupamos de un «objeto» de análisescompleto, p.ero En este sentido, los estudios culturales latinoamericanos serían tanto 'producto de
también nebuloso y sicmpre mal definido. Es precisame.nteesta.noción amplia y rupturas epistemológicas
fenómenos 197 y câmbios de paradigma en el momento de su introduc-
poco definida del objeto de estudio,junto con la .complel.idadde los ción como de continuidades históricas concretas.
p.ircccn .m.idirculturales
ptiL·o J lo y/o
quc las redesde significados'lo que impide una visión global de /.z cultu-
p()dri:i La existencia de estas tremcorrientes no significa que sus representantes estén
Los cstud10, culrnr.iiL·, L1ri110:1mLT1c:111()s 11ci ,on 11.1Lh m:is quc lllLl I anaiHe de
rdin.uuos
1:)!gg='ijÍliÜ=í='t:t:
isamente
! ';::'.::u=:==';
h;1Jo J;i nociou de culturu
111,r1ruciullL'S mcdi.mre los cuale-, sc
a
;ll1lh1.111, SL' 1!1lptlllC\l ;1 LJ fucrza, ,c
::;
partir del llamado
lo, L'St11d1<,, culrnr.1ks (c11/t11r,i! ,t11d1c::.) .rnglo-.;11t>I1n. !),rn u1u rL·spiic,u sobre
cz//fz/ra/ fwrfz
I J .i Li, [1<1s1c1<•11L·,
de éstas..
de acuerdo su significado. La primera hipótesis, por exemplo, se puede for-
,it·irm,1ti-
mular desdedos posiciones diametralmente opuestas.Por una parte, se puede ver
Lk ntu, t'ilt1mo, ll 111~lus(l '>t' .1til1,m, e11 Li cpuc.1 de l:1 ll:rni,1d,1
en los ;iestudios culturales latinoamericanos «internacionalizados», según el modelo
' Considerando estascondiciones y problemas glc,J,.il11,1L·1,i11
generales de\lallpreocupación Illkr11c1L·H111.il11.1LJ<.,11
por Lk I"' ct>IlCL·prc" tcc.,r1co,, J.1, tcuri:is L·ui-
n1tic,1do, .. ( ..\\SmJ1111, I lJCJ 1: I~), no rur.1ln (supue,l.llllL'lltL') u1111crs.1k, Lki m, ,mL·nro. anglosajón de los estudios culturales, un proceso de apertura hacia los debatesaca-
la investigación en torno a la cultura, tampoco m' p'rec' extraóo que los estudios démicos internacionales, un proceso que superaría el regionalismo o latinoameri-
Lis pti,ihlcs rcorf.is \ mcrmlcilogi;i, Le" de esrud1c1, ctdtur:ilcs l.11i110:1ll1cnc.1llos L·x1,rc11 .llltL', quc lo, c,tudi(ls ctiltur:i-
culturales se hayan convertido en uno de los campos investigación.más.deba- canismo y los discursos identitarios tan vigentes en América Latina hasta la década
do 1115, ,1111pl1ti \ 110 limit.ido :1 1111.1
tidos de [as Humanidades y ]as Ciencias Sociales ks durante
:rngl(l,,JJ<111cs (c-11/t11r,i/
las últimas delLkh1du .1 LJllt' Li h1'1ori,1 dedel,1s
stu,l1e,)
décadas ILkas L'll ,\111L:rIL,l
1970. imi1rL,L',ll,ldos
En este sentido, la introducción de nuevos paradigmas y métodos inter-
Ln11u I lo, d1su1rso, tk los L'lls,111,r:1, LHin(l,lllltTIL·,rnci,, L·,ru1inon
siglo xx.'Los
1c'JlllL'llos culrurulcs corno dL' estudios
s11s de- culturales latinoamericanos J'lll' en
en especial. --una designación nacionales seria una manera de superar falsos localismos y posiciones tradiciona-
"''' '"" '' '
problemáticaporquelanoci
de los funLhdorL·, de los csrudio-,
in de América .. Latinal'iC.l , sí['L'lh,llll\Cll[()
. l\JlL.mn:i ya, Iescl ,altamente Ltdrur:1!1,u
huh() L'Stud1c,,
ideológica
..u.----. ,l p.1rr1r de Li lllLkpL·11cknu,1, L''> LicCir, LjllL' L'll .\1110-
L°tiltur.1ks ,11.111! /,1 ldtrl'. listas en las propias academias latinoamericanas. Por otra parte, se puede afirmar

li#lJPSibli.=s==:=
::sc:,'l'::?i,=$.'L=::
L1111cnr,1 .. huhcr cscuch.ido ,1lgu11a
Kupc r, I LJLJLJ), !\.'c,s c ncoutr.uuos. L'l1-
i;ç=!= S1 hiL'll _lo, L''>tlld10, ctilru1·.1k, l.nimi,1mn1L,lllOs
L'll dhpllt.l lll',L'J't() L'll llll l'SCL'!Llrit, ,L',loh.il, ll(J l'llL'Lkll L'1Hc11dnsc
también quc los estudios culturales latinoamericanos como mera variante o incluso
coihriru, L'Jl un cirnp" crit1c<i
copia de sin los estudios
Jtclllkr ,1 Sil
culturales anglosajonesson el resultado de la dependencia
·OhJeto·, de .m.ili-;i-. cornplcjo, l'lTO cultural de América Latina de las metrópolis. Esta opinión --que se hace eco de las
,rncl.qe hi,t<'mco c11 Li 111.1tn1.1lid.1d L'Ct,11t'•1rnc:1, ,oci.11 \ culr11r:1I brino:llllL'riclll:1.
recientes que
prL'CI'>JlllL'IHc c,u nocion .unpli« v se ocupam de] estado actual de los estudios culturales latinoamerica- teorias de la dependencia o del neocolonialismo en las Ciencias Sociales-- conclui-
l·.11 c,rc- scmid(), los_ L·,rudiLi, cultur:ilcs l.1t1rnurncr1c,rn,;, scri.111 l.lllto producto de
nos una considerable parte se dedica a las polémicas y los debatessobre diferentes ria (y de hecho concluye en las tesis de algunos de sus apologistas) en la necesidad
n la cornplcjiLLid de los fcnomcnos r1q,rur:1, q,1,rcrn"log1c.h I L·,unh1<1s Lk 11,ir,1digm.1 en L·i 11wmc11t(l Lk su introduc-
supuestos teóricos
mpidc un.i 1·1sic'>11 gloh,11 de /,1 culru- y perspectivas ideológicas (Morada,
uon L·c,rn() 2002b;
de Rios, 2003
cc>11ti11uid.1dL·, ; Sarto,
h1,;r<.,ric.h C()Jl~TL'Lh. de (re)formular una resistencia cultural que enfatizaría los sabereslocales contra-
2004c= 621- 764)s. En este contexto de las polémicas en torno a la existencia, la
culrurJ·· cs un.i, :iunquL· no la t'111ic;1, puestos a los de la metrópoli.
historia, la especificidady el estadoactual de los[.,1estudios L'\Isle11ci.1 Lie L'_su, lrt'', ((lJTIL'IHt'S 11() sig111tic1 quc ',\JS rL'Pl'L'SL'IH,llHt•s l'',[(;\l
culturaleslatinoame- EntreSClos que for- sostienenla segundahipótesis,es decir, la de la existenciade
manida.lcs I de Li, Cicnci.is Soci.rlc-, dL· :lUIL'J'd() :illhrc '>ll SIL',lllhC1dc,. f..l prilllLT:l iJi11c'itcs1,, )'Or L'll'illl'Jo, J'lll'Lit'
de csus. ricanos, se distinguen tres corrientes básicas que se podrían resumir en las ires los estudios culturales latinoamericanos ízuú#f /a /effre, también existen diferen-
lllllhr dL·,dc_ dus 11n,1L·1ti11cs d1.1mt·rr.1li11t·ntL· <>puc,u,. l'()r 1111.1 p;lrtt', .,c punk VLT
s gL'llL'r,1lcs de siguientes
Li prcocupacionhipóteses: por t'll los t·,rud1us culrnr.ilc, l.rnn():1mcriL·J11Li., .,1nrcrn,1cic,n,diz:1d()stes opiniones. ·, ,cgt'm cl nwdclo Por una parte, y siguiendo la famosa frase de Germán Arciniegas
me p.irccc e x t r.mo l]llL' los csrudio, :1nglos,1Jc.,11 de lo, cst11dicis cult11r.1ks, un pr<>CL'so de :1pcnur.1 h:1ci:1 I<:, Lkh:nt·s ,lCl-
según la cual en América Latina incluso las novelas, el teatro y la historiografia se
convierten en ensayos,la existencia de estos estudios culturales ilha/zf /a /eflre se
L,lll1pos de imTst1g:1c1611 111:1s dcha- ckm1cos llltLT11,1Cl(llUJn, llll proce,<i Ljlll' supcr:iri:l cJ rcgi()JUli,mo o J.1ti110:JlllCrI-
iks dur.mrc Li, ultim.i-, .lccadas de!
u»,
:l:!:B'Tl:=:ll:TH=;!'h::=.=:==
c11 e,pcc1al -r-r-Ll l l Il dcsign.icion
C.llllS\1lll
1::.:Elã:l=','::Z:;.:
- . \. .1:: ':'==;:11:=:i:;
I(), di,cursch 1dcmir.1ri<h Llll \ i"t'lltcs
c, c11 .\mc'.1·1·L·1
, [podría
., 1r1.r1·1
,
interpretar
111, ',·r·i
como resultado de una falta de diferenciación de las disciplinas
, I·,1 L·J l '. L· ,lL J J
Lk J lJ (1. Fn c,tt' ,cnri,I(), Li i11troducci<'i11 Lie 1n1cYo, p:ir;1d1gm:1, \. mctodo, inrn- sentido, como fracaso o al menoscomo proceso incompleto
académicas y, en este
11.1c1c,n:1lc, ,nu u11;1 llL1llLT,1 de supn.ir f:1lsos loc:1lismos \ p(),icionL'S rr;1dici()ll.l-
de la modernización del sistema académico o al menos como un proceso histórico
in.i en si \J cs alr.uncnrc idcol<igica
« culturul m.is o mcnox lwmngc- l1su'.~11 Lis 11rop1,1s .1c1dcmi:1s LHi11(),llllLTic.111,1s. !'or c,tr:1 11:irtc. ,c pucdL· ,ifirni:ir
tardio. Por otra, y precisamentepor la falta de diferenciacióndisciplinada,esta
eto de dch,Hc de diYcr,os di,cursos Lnnh1cn quc l()s L'Stud1os cultur:1k, l.1ti1w:u11enc.111tis (()JllO llll'U forma,lrl:lmt· de trabajo (anti)académicoanticiparía los inícios actualesde la inter y trans-
1 0 111c!uso
lgu1Hh de lc,s vohuucnc-, colccrivo-, C()p!;J de lo, cs:ud1ns ctdtur.1ks .111glos,11011cs '>()IJ cl rcstilr.1do de Li dq1L'lldcnciJ disciplinariedad, y se adelantaría a los recién iniciados procesos internacionales de
superar las fronteras disciplinadas tradicionales.
ns estudic1, culrurales l.uino.imcric.i- culrur,11 de .\menc.1 L1t11u de l.1, lllt'[J'(ll'Oiis. l',u 0(1\111(,)11 -quc SC hJCL' l'(() de las
rnicis y lli, dch,Hes sohrc difcrcmcs t~·cirus de la dept·11dcnc1,1 o dcl 11cocolci11ic1lismo en Lis C1c11c1:1, '>oLi,ilcs- conclui- de la tercera hipótesis tratan de negociar las opiniones de
Los representantes
n:i (1 de hecho conclll\c L'll Li., tcsi, de .1lgu11os dt· su, ,11solugisr:1s) en Li lll'LTsichd
los que sostienenlas dos primeras o incluso de conciliarlas considerando tanto las
:\ lor.m.i, 2002h; Rios, 200.,; Sarro,
lcm1L·,1s en torno ,1 Li cxisrcncia, Li de (re)tc,rmuhr 1111:1 1-cs1,re11u,1 cultur:11 quc e11LHi1:1rL1 los -,;ilwrL'S loc1lcs co11tr:1-
put·,rn, :1 lci, ck la mctr<.ipoli.
r'
198 FRI EDH ELM SCHM IDT-WELLE
LOS ESTUDIOS CULTURALES EN Y SOBRE AMÉRICA LATINA 199

posiciones que refuerzan los sabereslocales y los desarrollos históricos específicos discursivas. Eito podría significar también una prefiguración de los objetos de es-
de la región como las que se declarana favor de câmbiosparadigmáticosen.un tudio, punto que voy a tocar en los siguientesapartados.
ambito académicocada vez másconectado con el desarrollo de los estudioscultu-
rales internacionales.
A pesar.de la retórica oficialista a favor de la inter y hastala transdisciplina-
riedad, la situación de los programas de estudios culturales en las universidades
En los apartados que siguen, voy a discutir los debatesen torno a la existen- sigue siendo precária. La casi inexistencia de la institucionalización de los está-
cia, la historia, la especificidady el estado actual de los estudios culturales lati- dios culturales como disciplina o departamento académico los hace vulnerables
noamericanosconsiderando las tres corrientes antes mencionadasy las posibles en el momento de las negociacionesde presupuestos.La resistenciaentre los
negociaciones e intercâmbios entre ellas. Voy a comenzar con.un breve repaso de profesores de las carreras ya establecidas es oiro aspecto de esta problemática.
la problemática de la disciplinariedad de los estudios culturales y de su historia. Todo esto, dicho sea aparte, no pólo es el caso en América Latina, sino también
Más adelante,voy a avalizar las relacionesentre los estudiosculturalesy varias en oiros paísese incluso en la <.cuna»de los estudiosculturalesingleses,la Uni-
disciplinas --historia, literatura, antropologia, sociologia, sobre todo--, las teorias versidad de Birmingham, donde en 2002, se inició una <.reestructuración» del
etodologías de los estudios culturales latinoamericanos en la actualidad, su parlamento de S.ociología y Estudios Culturales que terminó nada menos que
praxis, las polémicas en torno a su carácter de disciplina o transdisciplinario y en cancelación.del Ce/zfreÁor Co/zfemporary Cu/fz/ra/ Sfzzdies(CCCS) y en la
1,r:_1
torno a sus posturas ideológicas y sus perspectivas en el futuro. transferencia de los
199 estudios culturales a institutos de estudios sociales aplica-
dos'. Como casi única huella de la existencia del CCCS en la página web de esta
universidad ha quedado la lista de sus publicaciones', la dual se lee en gran parte
LOS ESTUDIOS CUI.TURALES: éDISCIPLINA
dcsarrullos h1st(1rico~ especificos .liscursivas. Esto podria stgnificar
SIN DISCIPLINA? c1111bie11 u n.t prcriguracion como
de los un
objetos
mbo'sdembo
es- de los estudios culturales ingleses y un thesaurusde sus te-
de C,1111h1os ]XH,1d1gnut1cus en un rudio. punro quc vov ;1 roc.ir en lus s1gu1emcs ap.irtados. mas mas importantes.
el desarrollo deUno los deesrudios cultu- cruciales con respecto al estado
los aspectos _ A pc,;ar_
actual Li los
de de rett'irica
estudiosoticnlisc1
cultu- a t.ivor de hinter v hasr.i laPero rranxdisciplina-
la situación actual de los estudios culturales no solamente es precária por
rales latinoamericanos es el de su estatuaen tanto ricdad.disciplina
L1 siruacion
o dedesulos progrnrnas
ubicación y de c·stud1os culrur.iles cuestion.es
en L1s univervidadcs
de su organización académica y su financiamiento. También, es notable
los debates ensituación
torno a en la elas instituciones académicas. Desde
xrstcu- sigueun s1cndo
pranto de prcc.mn.
vista deL1la ca-.i incxisrcnci.: de la instirucionalizacion
organiza- la falta dedediferenciación
Ins csru- y definición disciplinada que los caracteriza en la actuali-
ción académica,
al de los cstud1os bt1- dios culrur.ilcs c-t,1110
culturalcs de las divisiones y subdivisiones de las universidades en faculta-
en el momcnro de las
discipl ina
ncgociac1ones
o dep,irr.1111e11to .icademico los h.icc vulnerublcs
dad. Esta se debe en parte a que los estudios culturales son un programa (o incluso
de prcsupuesro-. L1 rcsistcncia e nrr c los
antes mcnciona(bs v las pos1b\cs y carreras, los estudios culturales
des, departamentos no pueden definirse como vamos programas).que se instalan, desde sus inícios, en las fronteras epistémicas de
corucnz.ir urn una
un disciplina.
breve rcpaso prote,orcs de Lis carrcrns
Lo deque sí existe cs una serie de programas de estudios culturales, ya esc1hlccid;1, e, o tro aspecro de losesta problem.iricn.
saberes disciplinados ya institucionalizados académicamente.Co;no bien a6r.
Studios cu\tura\es \" de an fudu est<>, d1chn sea
historia. en el marco de estudios de posgrado, .en universidades latino-
SU mayoría
ap.irte. no s(ilu cs el cisc, en America L1ti11a, siuo r.unhien
maba Stuart Hall, « 'Cultural S.tudies" is not one thing; [it] has mu]tip]e discourses,
culturales yy estadounidenses.
re \os cstudiosamericanas varras Desde la últimaen década
otro-, pafscs e incluso
del siglo xx se ha en fundado
la -cun.i .. de· los c·studtos culrurales it hasinglc,es,
a number la Ll11i-
of different histories; it is always a' set of instable formadons»
una serie de centros universitários dedicados versidad
a los de !)1r1111ngha111,
estudios culturales, donde
desde en 2UIJ.?., sc inicio una "rccstru~turaut'in
el .. dcl como he afirmado al comienzode estearticulo, la noción
ocio logia, sobre torlo-e-, las reorias (Hall, 1990): Además,
dcpartamcnto de· Soc1ologi,1 \ E-,rud1os lLtlruralcs quc rer111i116 n.ida rue nos quc
cumenc111os Centro de Estudios
en la actualicbd, xu Culturales-Museode la Universidadde BaiaCalifornia hasta misma de cultura es tan poco definida que sus estudios no pueden ser definidos
el Centro de Estudios Culturales en la G1t1c-elac1(i11
Latinoamericanos de la Universidaddcl Centre
de /cir Cont
Chile. En empor.nv C11/t11r,,l Studies (C:CCS) yen la
disctplina O transdisciplinario }' en de una .manera estricta simplemente a causa de las dimensiones muy vagas del
rrnnstercncia de los L'Stud10, cultur.ilcs J i nstirutos de cstudios sociales aplica-
as en cl tururo.su gran mayoría, elles se definen como centros interdisciplinarios con programas objeto de análisis. Pero no sólo las dimensionesdel objeto de estudio son vagas,
de maestría o doctorado que terminan con una «mención dos". Como c,1s1 t"111ic.1 huel!..
en estudios de la e x rstcnct.i del CCCS en la p.iuina web de csra
culturales», sino también lo son los objetivos del análisis debido a la falta de métodos específi-
univcrsidad h,'. qucdndo l.i lista de· sus pubhcacioncs", la cualcos se de
leeuna
en gr.in pane y a la del rigor teórico y metodológico que normalmente se
disciplina
y cuentancon una planta de docentesque provienen de vários departamentos y
ct,1110 u n ll'ho s u-bo de· lc,s c,rud1us cult uruic-, 111g\csc, v u ndesarrolla thesaurusendeelsus t c-
disciplinas, planta en muchos casos limitada a los profesores de las facultades .de transcurso histórico de la formación de una disciplina« En muchos
nus 111js Im port.mrc s.
Humanidades o Filosofia y Letras. La mayoría de estos programas se ubica en los casos,los análisisdel campo de los estudiosculturales se basanexclusivamenteen
st;1do acrnal de los estudios cultu- Pero L1 situaut111 ,1cnul de los eswd1os culrurc1lcs no soL1111cntc las teoriascs precaria
y métodos porde las disciplinas en que los investigadores estabaninstalados
departamentos de Literatura, Historia, y Antropologia, y sólo en algunos casosse
n1est1onc, de su org;1111z,1c1c'm acadc1111ca 1· su tinanua1111cnto. Trn1h1en, es notable
nto discip\ina inician
ode suenuhicacic'm \
los departamentos o programas de Estudios Latinoamericanos y Cien- desde antes. De esta manera, el cine o el teatro se interpretan con teorias y meto-
un punw de cias
vistadedela la organiza-
Comunicación, es devir, en el marco Li
deLllu de difrrenc1au<·,nde las
las investigaciones 1· cktin1c1t',n
Ciencias d1supli1uri;1 quc lus caracteriz,1 en b actuali-
dologias de ]a crítica .(o cienSia) literária, las giestaspopu]ares indígenas con ]as de
dad. Esto SL' dchc en 11artL' a quc l"s c·srnd1os cultur,1lcs son ununa progra111,1 (o inclusu
histortografía todavia adherida a las cronologias de una idea decimonónica del
cs de las urnvcrsidadcs
Sociales --yen en faculta-
esto se distinguen de los estudios culturales ingleses establecidos
1c1r1os progrc1111as) quc se 111sraL111, desdc sth 1n1uc", en las fronteras cpiste111icas de
lturales no pucden
en las definirsc
universidadescorno a partir de la fundación del Cenf7e Áor ConfemPorary Cw/fz#ra/ progreso, la literatura oral con las de una semiótica antropológica que enfatiza la
lus s,1hnes disci11lin;1rios I a i11stituci()nal11.1dc,s ,1c,1dt"·1111c,1mL'ntC. (omu h1cn atir-
prograrnas deSfudies
esrud1os(CCCS)
culturales,
de la Universidad de Birmingham en la década de 1960--. Aunque
11uba Stu,Ht Hall, "'.'Culrnr,11 Srndies'" is nut one thing; [it[ has multiple discourses,
posgrado, en este
u111vcrs1dadcs
proceso de lat1110-
incluir los estudios culturales en el cruce de saberesy carreras de
It lu, a number ot d1tkrL'nt histories; 1r 1s ah,·,1\·s ,1 set llt instable fllrlllatium,,
dfrad,1 del sig\o \\ sc h,1 fundado
las Humanidades, y por consiguiente fuera de los departamentos de las.Ciencias
(I-fall_ I YYO) .. \dc·111c1s, C<>mo he .ifirnudo al com;enzo de cstc aniculo, Li noci6n
a los cstudiosSociales,
culturalcs, desde elnecesariamentecierta orientación teórica o metodológica de
no excluye
111isI11,1 de cultur;1 cs ran poco dcfin1da quc sus tcstudios no pucdcn ,er definidos
niversidad de Baja California
tudios enliastalas Ciencias Sociales, parece significar al menos que el aspecto de
de una 11u11crc1 c·srncta s1mplclllcntc ;1 causa de bs d1111c11sio11es 111u1· \ agas de\
nos de la Uni\·ersidad
las prácticas de Chile.
sociales En o socioculturales no es considerado tan relevante como los
objcto de ,rn.1l1s1s. Pero no st.Jlo Lis dimcnsioncs del uhJc'tti de cstudic; sun' L1g,1s,
s interdisciplinarios ectoscondeprogramas
la representación simbólica de realidades históricas o las formaciones 2005.) ciology.bham.ac.uk/cccs.publications.htm.(Páginaweb consultada el día 24 de judo
,ino talllhtcn lo ,on los llhjerini, dcl ,llljl1sis dcbido ab fain de metndos cspc:ifi-
a "mcnci6n en estudios cu\rurales»,
(()S clc un;1 d1sc1pli1u v ;1 la Lkl rtgur tc<'irico 1 111c·todol,igico quc normallllcntc sc
ovienen de varios departamcntos v
r'
200 FRI EDH ELM SCHMIDT-WELLE LOS ESTUDIOS CULTURALES EN Y SOBRE AMÉRICA LATINA 201

universalidad de los signos. Por supuesto, con esto no quiero decir que las teorias en que lo define Fredric Jameson) (Jameson, 1988a), se podría convergir en la
y ]os métodos de diversas disciplinas no puedan ser fructíferos en el análisesde mejor perspectiva(auto)críticade los estudiosculturales en el futuro. Lamenta-
una gran variedad de fenómenos culturales de distinta índole, pero estasteorias y blemente,también forma uno de susmayores problemas. Como se puedepercibir
métodos tendrían que ser sometidos a câmbios radicales en el procedo de aplicados incluso.mediante una lectura superficial de la gran mayoría de los artículos y libros
a nuevos objetos de estudio. de y sobre los estudios culturales latinoamericanos que se publicaron en los últi-
Por tetraparte, la falta de desarrollo disciplinado de los estudiosculturales mos aços, éstos siguen girando como en un tío vivo alrededor de los prolegómenos
tiene también susventajas. Estos estudios se presentan actualmente como una <'dis- de uno o vários modelos teóricos propios y de las polémicas en torno a su exis-
sentido tencia, su legitimidad y sus perspectivas para el futuro. Incluso en este sentido, los
ciplina sin disciplina»o «no disciplinada».(no.sólo?pero tambtén.en .el
foucaultiano) que reflexa(quizá menorque las disciplinas ya establecidas)los deba- estudios culturales son, sin haber alcanzado el estatus de disciplina, una «discipli na
tes actuales soi)re la necesidad de establecer enfoques inter, trans y metadiscipli- sin disciplina», un campo en que los prolegómenos muchas vecesoscurecen y has-
narios. Las categorias existentes de los estudios culturales.muestran, p.recisamente ta reemplazan.los análisesconcretos. Tal vez, esta situación es característicapara
por su estatusprecário y/o provisional, una gran variedad,.y la «disciplin.a»se cualquier disciplina /n sfczlz/mízsce/zd/,y en este sentido, los debates actuales no son
muestra abierta a conceptos no totalizantes y, en el menor de los casos, a metodo- nada más que una primera etapa en ]a formación y consolidación de 'los estudios
logias provenientes de diferentes contextos.académicos y disciplinas sin.establecer culturales latinoamericanos como campo de trabajo. Pero tal vez, la precariedad
una jerarquía entre éstas. No detemos olvidar, al respecto,que no es la primera de los estudios culturales,
201 su persistencia en prolegómenos y más prolegómenos es
vez que la noción de «cultura» --tan mal definida como sea-- inaugura o sirve de nada.másun signo de una crisis mayor del sistema académicoy de su producción
L''1,1 Ill! ljlllL'r()
· · · Llcc·1r ljlll'J l.1,. 'J fL·,,ri:1' I·
vehículo renovación de la investigaciónc'll.académica. q11c· I" tktirll' I r,·drlc' l;1m,·,011) de saberes.
xlx (l.1111L·,u11. I YSS.1). ,,.
1111d1·1,1 L()II\ De
cnir ser
c'llasí,
Li se desvaneceráno con el fin de estacriseso con el 6n de
111 ,LT trucr1kr,is c·11 L'para .. .1.11
_ . una
1 1,1, . __ c_ L
A finales del siglo
y comienzos lllc'i(l1· pns11,·lf11 .1 (;llltllkrit1c.1 Lk 1(1, c·sr11d1," uilr11r:1ln este
,·11 ci mismo
t11r11r11. sistema
L1me11u- tal como está consolidado ahora. Pero tal vez los estudios cul-
,lisri11u in.lo!«. j1LT<l c'sLJ, del lL''_'lxx, l,ls Ilas fronteras entre las disciplinas.sevolvieron porosasgradas
a la delimitación
r.1d1c.1lc, en ,·I pr, ,cc·,<1 LIL· ,1pl1L.11 I(),
de ciertos campos de estudio mediante
hk111,·11fl'. un cuestionamiento
u111hi,:11 h,rm,1 LIJH> ck de ,11" 111.n lire, pr"hkm:1'. (()m,,
turales ,,· no tienen
1111nk que
1)crcih1r convertirse en una disciplina, sino que pueden permanecer
objetos (y objetivos) rijos y la introducción de concepto: relacionales tanto en las 111clu", tnnlt.lllfc' t11u kou1·,1 ,upntic1.1l ck l:1 .l.'.r:111 11u1·<,ri:1 ck I," perspecti.va
.1rrfc11l1" ,. l1hro, y un campo de trabajo inter, trans y metadisciplinarioque
.
Ciênciasl Socibles . I . I,
como en las Humanidades (Daniel, Lk 1 ,11hr,·2004:I,"449-451) uilt11r,1k, lal.m11<<1Illl'I'IL;1llch q11c ,c enriquece
c·srt1tl11,s --aunque puhl1c.1ro11 ]as c·11investigaciones
lo., t'1lri- de otras disciplinas en el tan debatido campo de la o
111l11ur1<> .Lk. l,is , ,·,r11L . . 1,1, c 11 nu ,lI L' las culturas.
interdisciplinariedad que se creó en este procedo 111,is :111,". L;Sl'<h
terminó no ,ll.'.llcll ,L'.ll'.lllLl11
solamente en la (<>lll<• l'II 1111 rf,1 \ 11,, :1lrcckcl11r Lie- lo, pr,,lcL',i'>JllL'illh
crea-
:,L·11r,m ;1, r1,,1l111, 1Hl· clllllO 1111:l I "c i,-I
ción de L'll nuevas disciplinas (y en el auge de la ck 1111,1 ,, \,11'1"'
sociologia como lll11Lkl",
nueva disciplina),fl',.1r1,·,>, pr,11)11" \ ck I.is 11"k1111c,1s t'JI r,1r1111 ;1 ,11 c'\i,-
"·,1, t , J1LTti umh1,·11 . I .: J· c· I sL'Illll
J ,1 ,,
sino también en la creación de nuevas fronteras tL'llllil, ,11 kg1r1m1Lhti \ ,us pn,f1L'Ct11·.1s r1:1r;1 c·I fmur,,.
disciplinadas. lnclu,n l'll l'SIL· St'llticlo. l"s
. .
l,c·1pl11u,1;1,·,ul1n1,,1,) . ..
Debido a su
<>SLLI1,1-
J; . 11 - n111cl1", ,11lr11r.1k,
inestabilidad, los estudios culturales facilitam la aplicación de con- .,un, sin luhn ;1k.1111,1d1> L'I L·,r,m1s de d1,c1pli11;1,
LOS ESTUDIOS CUI.TURALES Y LA HISTORIA CUI.TURALS
1111;1 ·d1'c1pl111.1
nfflclllc, .nr cr, r _ r.m-, \ 111, r.u ,sc I)' I '
1 _ .

ceptos migrantes
• -' - • _

que se toman no solo de otras 'ill disciplinas,


dh,·1111111.l··,sino Lill C.llllJ'"
también l'll decjltl· ]"' pr< ,kg,·,rnL·11"' 11111ch.1s I ccc·, l"llll','Ccn
dife- 1· lu,-
c1ilrnr,1ks. I 111t1,·str,111. 111tL1s.1rn,111t
I I I - J •
rentes contextos académicos (como los estádios subalternos o el poscolonialismo) t.l ITl'lll[1l.11.rn lu, .111.il1,1s L"llLTt't"'· I.ii 1 ,·/. ,·,u ,1t1uL·11>11 Desde
L'S sus comienzos,
c·,1r;1c:rcr1.,t1c.1 p:1r.1la Historia (con mayúsculas que indican su carácter de disci-
au, , . .i ··L "''11 m.i - 1''
gr,111 \Jrll'l
·11 ·I Ill 'J<lr de Esta I(), ..apertarahlh, ,I rn,·tol a conceptos ,,-
c11.ilq111LT d1,cq1l111.1
teóricos y metodológicos provenientes de debatesinter- !II 5/<1t111usce11,l1, 1 ,·11 1'stL' ,c·r1t1du, l,1s '"!l
plina,
tlc·h:Hn pero.también,
.1cri1;1ln 1111 durante el siglo xix, el intento'de homogeneizarlas «historias
L .l ' . . . . I I ....
nacionales y distintos contextos históricos puede enriquecer los estudios culturales ILld,l m.i, ljlll' 1111.1 j)l'llllL'l',l l'l.111;1 L'll LJ furlllilc·tc'>ll \ pal:rias»de
(<Jlh<>li,hc1,·>ll y de Jo, escribir
l'stlldi(), ]a historia «oficial» de la nación y el Estado) ha sido siempre
1Lk1111clh \' d1,,111l111,1, ,111 csr.i_1 LL·L·I la historia de la cultura. La cultura en el sentido de cultivo, contrapuesta a la natu'
,ulrur:ilc·, l.rn111J,llllL'rlC,1111is L·"m,, c.1!11)1" ck rr:1h,1J<J. l'c'I'() L1i 11·1.. l,1 prc·c;1r1l'lhd
• ' 11 rc·,11,·cr11. latinoamericanos,
cjllL' 11" n l.i 1111111, poro r.:
I
al mismo tiempo se tienen que considerarcon cuidado
d,· l,is c'st11clt11, llllt11r;1lc,. ,11 11,T,l'J'c·11,·1,1 L'II [1J'(lkc',,.>111,·11,,, \ raleza, fue sinónimo nde historia hasta que las nociones de cultura' e historia se se-
11Li, ['rolc'L',1.,mc·11<is
,l.1 ,r,m,,• ,c·.1~precisamente 111.111g1Jr:1 I .,, '.inc·
porque cl'. se desarrollaron y seaplicaron a fenómenosy praxis cultura-
les· cn I un contexto
.l(,lck·1111,·;1. .·\ 1111,1 ,_,, L ,·I \,I:
. - I histórico
,1.~ ll
· distinto. AI mismo11.1cL1 tiempo,111.istendríamos
Lill SIL',llo clc·que 1111.iconsiderar
cT1,I\ 111.11 "r ckl ,1,rc·111,1 .1,·.1dem1co pararon\ ck ,11 analíticamente
11r,>dul·c·1,·,11 durante la llustración. En estesentido, toda historia y toda
de· ,,1hcrc·,. De SL'!' ,hi·. ,,. ck\\ ,llll'Ll'l';lll r> c"ll L'I tin ck c·,r.1 cTl.sis " c:1111 clseria. historiografia de
tin cultural per de/i/z/f/onera. Pero el desarrollo de la disciplina (la
111l11L1, \c' \ "lnc'J'()IJ la posible )1lll !)'>,lsasimetría 01,lc
1.1 del poder de ]os saberesen ]a recepciónde estouconceptos Historia) a pa.ruir del signo xix demuestra que, debido en parte a la separacionde
"I ' .. ·,[.()JLJllli,·11t11 d,· c'\tl' mi,m,, ,rstc111.1 r.11 c·ll111,, c·,r.1 '"11s,,l1cl.1LI() .Jh(lr,1. Peril r.111·c1 lo, ,·,rudi,>, c:ul-
<J 111,L i.mr; liltmigrantes .cllL . I , .
sobre .
todo
, J ,
cuando vienen de las metrópolis: lasJ1lll'tk11
nociones de historia y cultura y en parte a la creciente especialzación de los
rnr.1k, I]() IIL'llt'il ljliL' c't<illL'l'lit'sc· L'll Lill,) d1,c111i!ll,l, ,111,, l)IIL' J1c'l'llLllll'(LT
(<lll(l'})[t>s n·l.i,1,,11,:k'
Una de r.uir» las mayores L ll ,11'
ventajas del estado actual tan debatido de los estudios cul-
c,,111" 111u 11t'r,11ccr11,1 1 1111 c.1m11,, ck rr.1h.11<> intL'r, ir:111, \' llll'L1Lii,c1pli11;1r1<> toriadores: [a historia. q11,· cu]tura] se reduce cada vez más a todos los campos que
.uu. ·I , -)()IP·· , · ..14,1.4,
• turales en general,'
Ii. -:lllllL]lll' y ;)de los latinoamericanos en especial, es el.hecho de que ponen
,·1H1q11c·Lc' l:1s 1111 c·,r1L',.lll()IJcs ck ()fr.I\ d1scq1l111.1s c11 ,·I r.111 Lit-h:nrdo no formen géneros
c,llllJ1" clc l.1 oo Subdisciplinas .específicos o que no sean trabajaios por los
en tela de luicio la legitimidad y la autoridadl.1sde.ciertos c'liit11r,1,. modelos, métodos y dis-
,ll t crmin.:
. . Jl() '1>l.1111c·11.1,· . I· l.i IdL'.;l·
c·11 ) especialistas de la historia política, la historia social, la historia económica.ctc.
'"Ll<il<>L',l,l
cursos del
c·llllll\ ruu, ,) l 1,c q1 in.r .
saber tradicional de las disciplinas académicas o incluso de los discursos
, --en suma, todos los aspectosde la historia que no pueden subordinarsea estas
científicos en sí. No solamente critican la distinción entre menoresy peores análises
, cl\\,l!1illl.1ri,l'. . . . . . - géneros de la histori.ografía---, qutzá con la excepción de la historia de las ideas y
1r1k, t.1,,·il1t.111o,
l.1 dicho
,111l1c,1Lde
Hlllmanera
d, u1n más polémica, entre interpretaciones verdaderas y falsas de la
I t l, l \ I I I >Ill, ( I I I l IC\ I I s ) I . \ I /I\ I I l IZ I.\ l I l recientemente
I I IC\ I la de las mentalidades que mantienen estrechos vínculos con la cul.
historia --cosa que
d1,,·q,l111:1s. ,111r, t:1111h1L'll ,k d1lc··
se ha hecho desde los comienzos de la crítica académica y quc
I · I , rural. EI renacimiento de la historia cultural durante la segundamitad del siglo xx,
, ,11h,1ltcT!lll' (1es
c·l indispensable
1><h(ll (IJ1J.l para
. -. , 1,111"··
..... , .
cualquier «desarrollo»J)l·"k
de.esta misma--. Cuestionan sobre
,11, L<>llllc'll/<". i.1 l-11\t()J'l,l lc,,11 lll,l\'\·1,c11l.1s q11c· 111cl1c:111 sll c<lr.lLilT ck cl1,,1-
ic11, todockla ckh.1tc·,
11r\l\L'llll'l1ll'' legitimidad. I de la We/fízzzscbaz/z/ng
. I llltll·
científica, la autoridad de las percepcio-
pl111,1, ['l'rll t.1mh11;11. d11r:1111L'L'I SIL'.I" \I\. cl IIHl'IH<J ck h()11H1g1·11L·11:1r
8. Enl.h
estehhror1.1,
capítulo sólo me ocupo de las relaciones entre estudiosculturales e historia cultu,al
nes,·,t11d1,1,
científicas y susL'.praxis interpretativas. Esta perspectiva autocrítica, el hecho de
k L'll"ltjllLc·lT lo, ell . llll.l
I I 11:nr1.1s· 1 ck c,cr1h1r i.1 h1,r1,r1.1 .. ,>ti,·1;1]. ck h 11.1c1<.111 1 ,·I l·,r.1ti") h.1 S1d11 \IL'll))'l·1·
U== mU l
. . .

1c·11c'll 'illl' c'I\Jls1dt·1J1 .c"Il '.111~ ,h ,, del obJeto de estudio


c.n,,n .1 k11ornc11,1,
.
que no
respecto
sólo
1 l'l.l\,,
se'habla
de. éste, es decir,
,1il,111.1
. I··.
sino también de la mesmaactitud crítica
l.1 h1swr1.1 Lk l.1 c11lrnr.1. l .. 1 c11lrur.1 c·11 cl s,·1111d() de ,ult11ll,
la praxis científica r:dc1,1.
de un meta-comentário (en el sentido
/111· ,111r,111111<,ck 111,r"rl.l h.hLl LjllL' i.h ll"L'i"lll's de
c"1irr.q1uc·,u .1 l.1 11,1111-
c'l1lrnr.1 c' liis1"1·1.1 \l' SL'-
: :.'u:llEI,':.'h:;::::2
;a.='=;u'u.::=àm::lJ';:11::
11c·11111,,, k11cl:·1.1m,1,
. c111c· u111'1c
. . . , c1.11
' p;n.11·"11 ,lll;11itic:11nc'lllc' dur:111k l.1 ll11,rr.1c11111. I.Ii nr,· 'L''lllclll. rucl.1 h1,rur1.1 1 t11cLi
r'
FRI EDH ELM SCHM l DT-WELLE LOS ESTUDIOS CULTURALES EN Y SOBRE AMÉRICA LATINA 203
202

se inscribe explicitamente en una historia de América Latina muy amplia (desde


la Colonia hasta nuestros dias, tratando la economia, la historia social'y política,
las relacionesinternacionales)y no en la de las culturaso los sistemas
'literários.
dedica casi la mitad de sus páginas a la literatura (incluyendo al ensayo literário y
fi[osófico). En estesentido, ]a historia cultural de América Latina seguesiendo en
gran parte una historia de ]as ideas y de ]a ]iteratura:'. A] mismo tiempo, la historia
cultural como historia literária es altamenteproblemática por la mesmacrisis de la
historia literária como género de la crítica literariait
Lo dicho antesno quiere decir que los problemasde escribir una o unashis-
torias culturales de América Latina sean problemas únicos del mundo académico
' - }'-,-n' '' '-' ""' ifía cultural . de América Latina, en latinoamericano. Las dificuldadesde escribir historias culturales en un nível supra
otrasdisciplinas,lahistoriogr . . , .. el..........-,í.
sentido de una .. o transnacional --sin reducirlas a la mera historia comparada-- también las en-
contramos en los intentos recientes de introducir la historia cultural europea como
campo de trabajo en las universidades de algunos paíseseuropeos, sobre todo en
I I: 203
los de la Unión Europea (Landwehr y Stockhorst, 2004; Rietbergen, 1998). Ade-

rno c.unpo de los


HIEHilÊ='Lih::=:.='bfm:=Z
pocosque
rraha10
1%FB:l
exemplos
nbarca detrabajos históricos sobre
SC inscribe e.xpliciumcnte c,n U!Ll histona de Amcnu Larina en111U\'
América Latina que consideran los
más, los problemas radican en las mismasdefiniciones de cultura: si la cultura está
todas amplia
partes(desdey en todo --desde ]a ]lamada <.cultura empresarial» hasta la <.cultu-
la (.u\on1.l hasU 11UCStruS d!.lS. tr,ltando la CCO!Hl!111.l. Ja hi,tona ra del ,ocia\
café», \' desde
po\ftiL·a,la «cultura popular» hasta cualquier forma de comportamiento
dcsdc Otras_ perspectl\',:S, Se dc\-ic, las rclac1011es 1ntern.1uo11alcs) \' 110 en la de bs culruras o !us sistcmas
social en loslitcrarios,
espacios públicos y privados--, es casi imposible, precisamente por
tras dlSL'iPllllaS (hlo~otu, lireraru- c:ed1:': c1s1 i_a 1111tad de sus p,igin.is ab litcLltur,1 (inclu\cndo la,1!.noción
ens:l\'ll amplia
literanoy vpoco definida de cultura y la complejidad de los fenómenos
a de h h1st,mograt1,1 rradicion.rl. hlosohco). En e,te scntido, la hisroria cultural de Alllcnca Latina s,g-uc de
culturales, sicndo e;
tener, 1y mucho menos de expresar por escrito, una visión global de
el roucrnlt), c_l, dcurnsrruct1v1s111,o gr;111 pane un,1 historia de Lis idc.1s v deb literatur;1:". Al mismola cultura ricnipo. oLi/ahisroria
cultura latinoamericana.
en la cmograt1a v la anrropolog_1a cultural COlllO historu ltteraria es ,1ltamentc prohlc111jtic1 por la ll11Sllla cnsis de la se suman los de las relacionei de la historiografia cultural
A estos problemas
en a u na crisis de la histor iogralia h1srona ltterana como gencro de L1 critica literaria11. con otras discip]inas. Muchas vices, ]os historiadores se ven confrontados con la

IÜ$ HHI
unu hermcneutica supuCSDJllentC
iz.antes (l.1cgcr, 2004: 522-524).
a v mctodnl6g1c,1 inrroducida por

IFlg1il
BHn
Ü:SE9iis:==':1::.:i.='=;
11enc1 L1t111<1, en cl scnt1du de una
=W:m,:L:ü
. Lo cl1cho antes no qu1cre dcc1r que Ins prohlcmas de escrihir
tonas culruralcs de Americ1 L1tina sc,rn prohlemas t'111icos de!
crítica1111a
de mundo
lat1'.10a111cncrn(). Las diticulL1dc, de escrihir historias culruralcshistoria
o ti ansnaunnal ~s111 rcduc1rlas a b mera hisroria comparacla-
en Lillcomo
<> unas his-
de representantes

ni\'Cl historia
tamhiencomo
la histórica
de estas disciplinas --sobre todo de la crítica literária--
acadelllicocultural pinte una visión reduccionista o hasta revisionista de la
que la historia
supra oficial o dominante. Sobre todo la literatura sobre la nove.
las «historiografia
en- alternativa» repite una y otra vez esteprejuicio y
nado ,isi, murio, gmsso ntoiio; en contramos en los 1nte11tos rcc1enre, de introduc1r la historia cultural curopea colllo
complica de esta manera la comunicación entre historiadores y críticos literários
las hisrnrias culturalcs que no se campo de tra;1a10 en las univcrs1dadcs de algunos pafscs curopeos, sobre todo en
y/o culturales. AI mismo tiempo, los teóricos del posestructuralismo y del de-
, de un solo pais. Yen las historias lo~ de la Llrnon Europc_a (Landwt'hr \ Stockhorst, 2004; Riethcrgen, constructivismo 1998). :\de-critican la baseepistemológica (la relación entre texto y realidad
ma 111;\s quc un apend1ce, un mtcs- mas, los prohlemas r.1d1can en las mismas detirnc1011es de cultura: si la cultura cst:1
histórica) de la metodologia hermenéuticade gran parte de la historia cultural.
hisroriografia de la regi(rn. Enrre enintentos
toclas partes v en todude-desdc Además,
la lbmad.1 "culrura empresana\,, loslaintentos
hasta «cultu- de criticar la hermenéuticatradicional desdela mismahis-
-v-u-",-v- ''
America L1ti11ayKadir,2004).Esnotableelh
que cons1dcran los '"' " ' ' ' . ..
cho de que los mencionados
ra de! cate», desde Li
. . . ' ':..'..;--,-..-.. las últimas
,,niltura popular» hasta cualqu1er forma toriografia,
de comportamiento sobre todo la crítica de la relación entre discursonarrativo, repre-

llBÊÜlãiEIÜ:BilH
c11tra11 los de C.crnun Arcimcgas y
il$1
cras, V ,HlnlJUC tcngan un _en toque

I Y6S, l Y6 7, I Y7 6) y con rcspccto a


zinski (C1runnsk1, E'eTbe Cambridge
[ 9LJY;
social_en los cspaum p<1hliC<?s 1· prt\'ados-,
la nouon a111pl1a v poco dch111da de cultura
cs casi imposihle,sentación
v la co111plej1dad
rnlrnrales, de tcner, \' 111ucho mcnos de e.xpresar por escrito, En
C.ruz111sk1Hisfory o/La jfz Ámerica,laelculrnraúnico de los tres mencionados que
o /c1 cultura latinoamcncana.
no
precisamente
de
unaesta
los
encontraron
visi6n
y realidad
fen6mcnos la
global de
situación
L
por histórica en los trabajosde Hayden White (White, 1992y:,
merecida resonancia en la historia cultural latinoamericana.
de crisis de ]a historia cultural en general,pera sobre todo de

con Tlie i\1udl'm C11lt11re uf L1ti11 .\ csws_prohlcmas se Sllll1an los de las relac,ones de \a hi,toriograK1 cultural
r b histori,1 culrnral dcsdc h pcrs- Co,n otras d1sc1p\mas. ;\luchas \'CCCS, \os historudorcs SC ven confro11tados 10. Voy.a considerar (011 \aeste aspecto importante no solamente para la historia cultural sino también
t', reducicndol.i en p.utc a csn \ cnt1c1 de reprcsentantes de esus d1sciplinas -sohre todo depara la los estudios
critica culturales con más detalhe en los siguientes apartados.
litnana-
,
lus dch,nes sub re (qu1D1110 de) h de que la historia cultural pinte una visi6n reduccionista o hasta
1 1. Por una parte, estacrisis.dela historia literária tiene que ver con la concienciade la imposibili-
de la escriba una historia literária que abarque toda esta historia de un pais o del
dad derevisionista
o
que una sola persona
de l 970. Adcm.is, en b, nlrim.i-.
h1ston:1 cumo historia oticial dominante. Sohre todo la lneratura
subcontinente sohrelatinoamericano,
la no\·c- debido a la creciente especialización(ie los críticos literários. Pór obra.
silos vernos en cl contcxto de todo la h1stonc1 como «h1stonogratia alternativa» repite una v otra se crlticó
vez este con prejuicio
razón el afán \' de una visión tf?talizantede la (o las) historia(s) literária(s), y los conceptos
m,1ticos de cscril;ir hisrorias de las del deconstructivismo y de la intertextualidad negaron rotundamente la' posibilidad de escribir una
compl1ca de esta manera la co111unicaci(m cntre historiadoreshistoria v criticos
literária literario.s
a base de una supuesta «tradición , histórica de la literatur:
de los A1111,iles. Ultimamentc, a to- y/o culturales. Al mismo tie111po, los te6ricos de! posestruct~1ral1s1110 ' 12;. Véase,\'además, de! dc- la di?!usión de la narratividad de la historiografia desdeuna perspectivafilo-
he C1111/)l'idgc f--listory ol los
en total gn L1ti11 A111e- 11,111y IV
volúmenes
sófica-literária, en Ricoeur, 1955, 1983-1984.
ccm~truct1\'ts1110 critican la base epistcmol6gica (la relaCJ()n cntre te.xto \: realidad
' " ' '''"' '"" -"- r "''
as. Culture ,111d Societv .. ", y los tres h1ston,ca) de_ la rnetodologia hcrrneneutica de gran pane de la histori,~ cultural.
FRI EDHELM SCH M IDT-WELLE LOS ESTUDIOSCULTURALESEN Y SOBREAMÉRICA LATINA 205
204

trabajos de los primeros estudios culturales ingleses partieron del análisis de la


literatura --aunque no en el sentido estricto de un análisis del texto literário y su
dimensión estética, sino másbien en el de la investigación de los sistemas literários
y de los usosde la literariedad--. Incluso dos de los textos «fundadores»de los
estudios culturales, Tbe Useso/l,Iferacy de Richard Hoggart y Cu/f e a/zdSocfefy
de Raymond Williams, se inclinan bacia estacorriente (Hoggart, 1957; Williams,
1958). La crítica literária ha sido y ligue siendo una de las influencias decisivas
cn la historia de los estudiosculturalesno solamentcen América Latina. sino en
general. Lo es hasta tal grado que los «enemigos»de los estudios culturales les han
negadotodo intento de innovación y han enfatizado a la vez la actitud abierta
siempre inter y transdisciplinaria de la crítica literária que se ve amenazada con ra-
zón por los intentos de los estudiosculturales de conquistar suscamposde trabajo
y sus departamentos. Este luicio va acompaflado por el de una total falta de teoria
o metodologia propia de los estudios culturales, su afición por lo contemporâneo
205 de perspectiva histórica y su inutilidad porque sus campos de
y ]o popular, su falta
trabajo ya fueron trabajados por la crítica y sobre todo la historiografia literária
rrahajos de los prirncros cxtudio-, culrur.ik-.
(Cunningham, 1999)"
111glescs p.irricron de! an;ilisis de Li
po(U ,1S[l'l11Jti1 .. 1do cknrro de J.i lircr.uura -;11mquc 110 en cl -cnrido cstricro de un ;lll;ilis1, de! rexro A pesar de las
lin-rurio I su
polémicasentre representantesde la crítica literária y de «los
Lkr.irsc conw u11.1 1i;1 ;ilrcr11au1;1 dm1c11s1<111 esrcric1, smo m.i-, hicn en cl de Li 1111·c,rigaci<'111 de los estudios»
siste111,h--no solamentelos culturales, sino también los de género, los poscolo-
literarios
1rc11Lkr Lis rcprL''>L'llt;1c1011e, u b, 1· de I(), usos Lk l.i litcr.uicd.id->. l nciu-,« dos de los tcx tos niales, los subalternos,
.,f11I1d.1d()res·· de los etc., que muchas vices se incluyen en estas polémicas como
. .. cswd1os culrur.ilcs. si fueran
The Uses o] I it eracv de Richard Hoggan v Culture ,111d Socictv nada más una parte integral de los estudios culturales--, son innegables
c111 Lis rebc1u11cs d1hulcs cnrre
de ~b1·mu11d \X/ilJi;1ms, se 111cli1u11 hncia cst.t corriente (Hoggan, I YS7; \X/illiam~, entre la crítica literária y los estudios culturales no sólo en
los vínculos estrechos
por si porquc sus relauoncs son I Y.)X). Li cririca litcr.u ia hu ,ido v siguc ,1c11d() 111u de Lis la fundacióndcusiY,lS
intluenci.i-, de los estudios culturales ingleses, sino también en la historia de los
punk h;1her rclac1011c,cultural. i11rcrd1sc"1~ estudios culturales latinoamericanos. Esta vinculación no se debe tanto a la in-
en Li historiu de lo, c,rudios culrur.ilcs nu sol.unenre en .\mcnc:1 Lati11;1, ,1110 en
csrudt(l'> culturaks 11" ,011 -,1 111 fluencia de lask,investigaciones sobre la narratividad de la historia cultural (Hayden
general. Lo cs h.tvr.i ral gr ado que los "e11c1111go,,. dt· !us esrudios cultur.rlc-, Jun
h1srun,1 culrur.11 cs u1u r;1111.1 de Li 11cg:1du r Y ocio White, Paul
intcnro de 11111n1·;1cH.111 v h.m cuf.irizado ;1 Li vcz la acrirud abicrta Ricoeur) (White, 1992):s y a la de las teorias discursivas.Más bien, la
ESTUDIOSCUIIURALES, CRÍTICA LITERÁRIA ANTROPOLOGIA
lo, csrnd1(h culrnr.1ks sc s1ttu11 teoria cultural latinoamericana parte en muchos casosde la crítica literária y aplica
s1cmprc inter" rr.111sdiscipli11;1ria de Li crfrica lircr.uia que se \'C .unenazada con r.i-
ICOS 111gJcsCS de LJ i\il'!U f.e// L'n b Z<lll p()r los intcnro-, de Jos L'StlldJo', culrurnic« tit- conquistar SUS losc.unpos
conceptos y nociones de ella a la cultura en general. Algunos de los precursores
de rr.ibajo
1crcri1..rn pur su 111tn v transd1\c1-
1 ,u, depan.1111t·11tos. Esre 1u1c1l1 1:1 ncornp.m.id« por el de unainmediatos turn] falra más importantes de los estudios culturales latinoamericanos como son
de tcoria
1p:irr.1do ,rnrcnor-. Estu s1g111hc.1 Roberto Fernández Retamar, Antonio Cândido, Ãngel Rama, y Antonio Corneto
0 111etod0Jogi;1 prop1,i de Jo, l'-;tudios culrur.ilcs, SU ariciou por Jo contcrnpor.inco
10 sc d1st1ngut·11 adu:1l111e11tc u1iru Polar'' <us basan sus conceptos teóricos sobre las culturas latinoamericanas en análisis
hn1uo11 de de
lus obJctos ~~tud10,
v I() popular, su t.ilr.t dc·_pns1wcrn .t hisroric., 1· xu inut ilid.id porque
concretos
rr.ihajo va tueron rrabajados por la crit ica ,. sohrc tudo Li hixtoriogratia litcraria
c.nnpos
de sus
de
literaturas, y a veces solamente en el de estasliteraturas. Esta
n;1 \' pen ,US COllLL'pWs _tt'lnl~US I (Cu1111111gham, I YYLJ) '. 1 conexión estrecha entre los conceptos de las literaturas y las culturas latinoame-
1d \' la Lilta de s1sre111at1zac1011 de ricanas es, en parte, el resultado de la confrontación de las diferentes culturas en
.\ pcs:11" de l.1, polemic.is cnrrc represcntantc, de la cririca liter.uia v de -los
;111c11tc deb histurLi cultur;il 1: lus la Conquista. Aunque la oposición entre la cultura letrada de los conquistadoresy
csrudios- -no sol.uncnre lus culrur.iles, ,1110 r.imbien los de gcnero, losposcolo-
dc1111cos, s111u urnhic'.·11 en u1u Lilr.1 las culturas orales de las civilizaciones indígenas fue exagerada en retrospectiva y a
111;iks, los suhalrcrno-; erc.. quc much.is H'ces sc i11clu1T11 en esr.is polcrnicas coruo
L'S \111.1 mcra CJSUJlidad, cnwnCL''>,
s1 tm:r;111 11;1da m.is una partc imL·gr:11 de los csrnd1os cnlturulcs=-, son inncgnblcs
nurr:111 111ucl_10 mas de otra,_ d1sc1-
losvmculos esrrcchos cntre L1 cr itica literari.i v los estudios culrurnles 110 s,.1!0 en polémica de Cunningham va en contra del trabajo no menos polémico de
14. La argumentación
i ,1nrrupolug1;1- quc deb h1storu
la tundacion de los csrudio-. culrurales en la hisrori.i
inglt·ses, s1110 ta111h1c·11 Antony, 1991, pero deincluye
los a los estudioscultumles anglosajones--y sobre todo los de la «corriente
L·,rndi(), culrur.ilcs l.uino.nncric.mos. Esta vinculacion no scmarxista»-- dehe en general.Parael contexto latinoamericano, Kauffmann, 1999-2000. Kauffmann equipa-
r.inro a
ra la «anti-teoria»(Stanley Li i11- Fish, StephenKnapp) a los estudiosculturales en general.
tlt_1t·11cia de Lis 1111 csrigac1011cs scihrc la n.nr.uividad de la hi-roria 15. cultural
Véase(Havdcn
ademásla discusiónde la narratividad de la historiografia desdeuna perspectivafilosó-
fica-literária en: Ricoeur, 1955. 1983-1984.
\\'hire, Paul Ricocur) (\'\'hitc, IYY2)1' v a la de las reorias discurvivas, i\Lis hicn, la
Z,\IZI,\ 'I .\:--.;T!Zlll'Ui< l(,L\ 16. Estos teóricos se consideran precursores inmediatos de los estudios culturales latinoameri-
rcoria culrur al lati11oa111criClll.l p.irtc en 11ll!CJ10s (;lSOS de la crftic:i liter.iri.i
canosporque desarrollan,\ ;1pJiL·;1 sobre todo a partir de la décadade 1960, conceptos teóricos que o se usan
ills conccpros ~- nocioncs de el!a .t la culrur.i en ge11er;1l. Algunc»,conde los prt·cursorcs
frecuencia en los estudios culturales actuales o tienen una inHuencia decisiva sobre ellos. AI mesmo
s cstud1os c"ttlrur;1lcs (t'll su HTsi<'in
inmediaros nus uuport.intcs de los csrudios cultur.iles l.uino.nncric.mos tiempo, y porque
mericanos, más corno en algunos casossus trabajos son contemporâneos a los estudiosculturales latinoa-
tarde sono se afilian de cierto modo a los estudios culturales. o éstos se nutren de sus
rd Hogg;irr, R;1v111u11d \X/dliams
de
.=,:::JE=m::!=TFH:a:HE'.E\:U=:=H:J::ÉiHti:S:t
tc<·,ncos v metmlo, de ,111alis1,
Robert" Fcrn.indcz Reu111,1r, Antonio C:111dido, .\ngcl Rarn.i, conceptos
; '-" v Ant oni«
Pol.u!" hasan sus conceptos rcor ico-. sohrc Lis culrnr.~s lati11lla11ierica11as en a11,1lisis
Cornejo en puntos de referencia obligatorios de los debates actuales del campo.
y los convierten

n, l cJLJc'; Hall, l LJLJO). Pero su Jtfo


connctos de sus litcr.ituLis, v a \'l'Cl's soLimcntc en cl de cstas liter;ituras. Esta
FRIEDH ELM SCH M l DT-WELLE LOS ESTUDIOS CULTURALES EN Y SOBRE AqÉRICA LAT[NA 207
206

dedica al análisis de las estrategias de la representación de la alteridad, las dimen-

:iH:Ü;==;=FElalH#;HX;; siones de la simbolización cultural específica de los géneros, los grupos minoritá-
rios y los subalternos, la estratificación y (des)territorialización
múltiples y contradictorios en la representación cultural (Clifford, [988; Geertz,
de voces y discursos

1991; Greenblatt, 1991). Estaredefinición de la relación entre texto y prácticas


culturales a partir de la influencia de la antropologia abre nuevos caminos tanto en
los estudiosculturalescomo en la crítica literária latinoamericanos.En estecon-
texto, definir los estudiosculturales contra o en oposición a la crítica literária tiene
poco sentido. Por un lado, significaria reducir la crítica literária a una mera filolo-
gia que --sobre todo en América Latina y en parte por la situación poscolonial de
sus naciones y culturas-- nunca fue. Por oiro (y como ya he mencionado antes con
respectoa la relación entre estudios culturales e historia/historiografia), no puede
haber, o al menos no debe haber una competencia entre una disciplina (la crítica
I
I I!•' Ii._)
literária) y unos intentos inter y transdisciplinarios (los estudios culturales), com-
207 la crítica literária como los estudios culturales perderían
petencia por la dual tanto
racia .. (Rama, l 984) y los difcrcnrcs
geneichd litcr.uia y cultural de las dcd1~-at. tit
:;11e1Jisi~
S!()Jlt.s t t . .1 Still O 11ac1011 cuhur;1I cspeciric1 de Ins g<.:nno,,en los
su estatus,académicoya o todavia precário, en estosmomentos.
Jas :S[Lltt•gias de LJ reprcsentaCi<'in de LJ ,1Jtcridad, Más alia de
1os
las la dimcn-
rninoriti-
relación entre crítica literária, estudiosculturalesy antropologia
el nível teórico o metodológico,la antropologia influye en los estudioscultu-
~rt!
LJ~8) 1ueg,111 u n rol clecisi, o para Li
m~s '. ]o,s suha]tcrnos, LJ l">[L1t1fic1cici11 I (dcs)tcrritona]izc1Ci,i11ralesdepor ',o}e, \' di'-.Clll'S;lS
la situación histórica de las naciones de América Latina como sociedades
de Lis sociedades latinoamericanas, ,l1:Jl~Jlrl1pl(c.s, ul11!1rrad1L'torttis en la r.e.prcscntc1C1<.·in cultural (C:liff<lrd I LJSS· C ''t·1·t1
poscoloniales.La identidad cultural en el sentidode una identidad étnicay la al-
· ,rce111 Ht 199]) f- j , · ·, ' ' ·~ .,
ur.il y re l.icioncs sociales pr escnrc . ' . . . ·. , . · .sta rn ehrnc1011 de h rclaci(>n teridad cmre texto son temas \ 1ri ·tconstantes - tanto de] pensamiento culturalista tradicional como
el pcnsamienro de v.trtos ensavistus l UJturaicjs ,lf1_.lr]tlf dtJ" la mflucncia.dc Ja C11l(TOpo]ogf,1 ahre nUCV<lS (,llllill~l/Ll'Il~<~Lt:~:
de los estudiosculturaleslatinoamericanos.En estesentido, la antropologia no
os estuL tos LU tun cs corn , I · · . .
e los csrudios cultur.ilcs en scnrido ., . i "h . I . , . o tn ,1 cr1ttc1 1. ircL1nc1 L1tt11oamcricanos.
solamente es En una cste quente con- de teorias para los estudios culturales, sino que susobjetos
ras en la Conquist« v los cuntlictos ttxto,,t t .r~tr ns estudtos culrurales c.011tL1 o en opos1ci,i11 a ylasus critic1
métodos lirerirn forman rien. una parte integral de ellos.
poui scnttuo. Por un hdu .·, ·ti .. ·i I .. . ' · t
esulr.m en cl cuesrionamiento de la '· J , , s1gn1 t.1r1.1 rec uc1r a cnr1c1 l1terana a una mer·1 f-ilol( _
g1,1 quc -so 1re todu en .\m; · · I · . · , '
rir de corruenxos dcl siglo \X, sohrc . .· . . I ' t:rtL.l .at1n,1 1· en p,ut.e por la ,1tuac1ci11 poscoloni·il de
SUS ll.lL1ones \' (ll runs- nun '• f , J) ( ,
sobre la literarura nucional 1 • Para . , . .. . . . .. , .. ' ·. L,1 Ut. or otro ,. corno \·,1 he mcncionadoTEORÍWS Y METODOLOGIA/S antes con DE LOS ESTUDIOS CUIIURALES LATINOAMERICANOS
nericanos, esro signitica quc ellos no rts1pttto .111.1 relc1uon entrc e.srud1os culturales l' h1stori,11h1srorio•Tifh) ptil'.cit·
l n 1er o J me . I I I I ,.. , , , 11<1
ulruru -cultu- v culruru popular, sino r' . '.)
<' nos nu ( l' )C 1,1 )t'f una (O!llpctcnci,1 cntre 1111'1 Comodiscir1li11a
hemos(la visto, criricalos estudios culturales o no son una disciplina en sentido es-
Los esrudios culruralcs latinoarnc- lter.lrta \ un1os llltCiltOS ll.lter 1· .tr:rnsdi,cipJi1urios (los Cstudios
tricto rnJtunJes)
o lo son //z sfafz/ C<llll- /zzsce/zdí,pero hasta hoy, en su mayoría son intentos inter
petcll(ll por 1 · · I r· I , · 1· · ' '
ran medida de fen(Jmenos literurios. . , . ' . ' Uta .rnro ,1 LTltlC1 1tcr:1na COlllO los estudios utlturales perdcrfande definir nuevos objetos de estudio. (No hablamos por el
y transdisciplinarios
ingleses, se nora un desplaz.unicnro su cst,1:us, ,~c1dem1co va o todavi:1 prccirio. l'll estos momentos. momento de los trabajos , que nada más hacen uso de la noción de «estudios cultu-
!\fas ,ilia de Li rehci(·in cmrc · 't. · 1· · 1·
J LJ70, en America Latina, hasra hoy , ,] .. I , , . . ' . , _en tea 1tcrana, estut 10s cultur:ilcs
rales»como etiqueta de moda para disimular sus análisis tradicionales.) Por isto,
1· anrropologia
lerrada- corno instirucion de la lire- tn > 111\·C· ttOfkO ,() lllt't~>dologtco, la Jntropologfa inthl\'e actualmente
1,1lc s por la sttuauon h1,tonc1 ck las naciones j, ., ; .· · J tas
Cll los ~studios
. · restricciones
. .
ni escul~u- posible definir sus conceptos teóricos ni su metodologia sin cier-
· que resultan de su precário estatus actual y su desarrollo histórico
ales. Solo poco a poco sc introducen ) . , I ·. j,.
f ,OStO 0111,1 tS: La . . . . l t .,n1tr tea -,1t111.1
1de11ttdad culrural en cl scmido de Ulla idcmidad
Lomo soc1ecbdes
concreto.ctnic1 \' la al-
tlll:~s
ar, los medics m.isivos de cornunica-
los monumenros y los museos coruo tit~ltld son trnsr.111res Lrnto de! pcnsamicmo culturalisu Para tradicionai
poder definir como las bases teóricas de los estudios culturales latinoamerica-
al, o la culrur.i ma renal en general 1'. l c. os estuc 1os tll rur.1les htt110:1menc,mos. En cstc senrido nos, l·i tenemos
·iiitr(J · que I , localizar primero sus comienzos históricos. Si partimos del su-
f l · , · ,
ducir, al mcnos ,1 mcdiano plazo, a . ( 'Int
s >I 1 , , , ·
U!:;1
!He CS l!Cllte ( e tcorfas para Jos CStudios CU]turaJes,puesto sino según
po 0°1:1 11()
que SUSel(~).etOS dual los estudios culturales latinoamericanos fueron unos estudios
ma central de los cstudios culturales I sus rncrodos torman una pane imegral '
de cllos.. culturales czz/azzf · Ja1 /effre --y eito significaria sobre todo que existieron antes de los
re para cl unalisis de la definicion de estudios culturales ingleseso los anglosajones en general--, tendríamos que buscar
u ahora sc ha inrerprer.rdo en gran suscomienzosen la historia de la ensayísticalatinoamericanaa partir de 1820,
ur.iles latinoamericanos coruo 1'111ic1 TFORI.\ s y \IFTOllOL<JC,L.\ S Dl LOS FSTlllllOS Uil .. ·1·t1f' . \l.l:.,_ más
I o menos. A:\:'-:OS
pesar de que esta ensayística en muchos casos tiene --en parte
, , ,\TL'iO:\,\ILRIC
adcs nacionalcs, se percibiria, enron- precisamente por la falta de diferenciación de las disciplinas en las universidades
a la construccion de ellos. Al mismo C:o_rno hemos visto, los cstudios culturales o no son una disciplina en scntidohasta
latinoamericanas cs- bien entrado el siglo xx-- un enfoque interdisciplinario o
la de la cultur a en ]general- a partir ~ntto
8. Véase el siguiente epígrafe del presente capítulo.
O Jo_son 111.S[d[/I lhlSC'.'lldi, pero hasta hov, en SU 111ayoria inte!ltOS inter
al menos no muy definido de acuerdo con las teorias y metodologias específicas de
SOil
exclusividad. , rransd1supl111ar tos de dehrnr nuevos ohjeros de cstudio (N(> h·i]1j. . I
111 I J h · , · , .1111os por e
208 FRI EDH ELM SCH M l DT-WELLE LOS ESTUDIOSCULTURALESEN Y SOBREAMÉRICA LATINA 209

las disciplinas, estesupuesto nos confronta con el problema de que todo.intento ogeneizadores de la nación y la cultura nacional. Por otro, el crítico peruano
de hablar de las culturas en América Latina se convertiría en un intento de hacer se dedica en vários artículos a diferentes fenómenos culturales como la literatura
estudios culturales. Es decir, la mera inexistencia de fronteras entre las disciplinas el cine, las artes plásticas, la filosofia --latinoamericanos, pera también europeos
o la existência de fronteras siempre porosas entre ellas no presupone la existen- y estadounidenses--,considerando la función social de la producción artística e
cia ni la metodologiade los estádiosculturales(Larsen, 1998), pero.sí la de un intelectual (Mariátegui, 1980a, 1980b, 1987). Aunque la mayoría de estos ensayos
pensamientoculturalista indisciplinado'9 que forma parte de la «prehistoria»de no son exhaustivos,se percibe en ellos una actitud de relacionar la interpretactón
estas estudios culturales o, más bien, define la formación de una tradición del pen- de representaciones simbólicas con la realidad social muy cercana a la de los estu-
samiento latinoamericano en que los estudios culturales se inscribirán más tarde. dios culturales más recientes.
Podemostrazar este pensamiento culturalista en América Latina hasta los es- E] afán de Mariátegui de cuestionar el proyecto de homogeneizaciónde la
critos de Andrés Bello y Simón Rodríguez, Domingo Faustino Sarmiento, José cultura nacional, sus interpretaciones de fenómenos culturales nacionalese inter-
Martí y José Enrique Rodó, para mencionar solamente las figuras mlís importantes nacionales más alia de los esquemas binários de regionalismo z/farsasuniversalismo.
del sigla xix y comienzosdel xx. Continúa con pensadorescomo José Vasconce- nacionalismo uel'susinternacionalismo, culturas autóctonas versus culturas occi-
los, Alfonso Reyes,Pedro Henríquez Ureíía, Mariano Picón Salas,Gilberto Freyre dentales etc., resulta, a largo plazo, en la actitud que caracteriza a los representan-
y Fernando Ortiz, entre otros. Todos elles ya discuten algunas de las ideas que tes de los estudios 209
culturales latinoamericanos en y fuera de América Latina. Como
i ! >i "i
I I más tarde estarás
1.
en el centro de la atención crítica de los representantes de los
)

bien afirma Abril Trigo en su introducción general a Tbe l,ali/z .4merjca/z Cz//fzzra/
estudios culturales latinoamericanos: identidad nacional e identidad americana/la- Slwdfesleader, los estudiosculturalesno se caracterizanexclusivamentepor sus
holllogt·11e1zadures de l.1 11,1c1ti11 \ L1 cultur.i 1L1c1u11c1I. Por "tru, el cr ir ico pcruau«
el pruhle111:1 tinoamericana/hispanoamericana;
de que wdo inrenw regionalismo z/ersz/suniversalismo; modernidad objetos ni por una particular metodologia --la cual comparten con una serie de
U!1\Crt1na en yLiilmodernización;
1nre11ro de se ded1c1 en v.ir
'alteridad y etnicidad; neocolonialismo
hacer
d cine, las
y ios
arrcs
ar riculo-, :1 ditcrentcs
anticolonialismo.
pl.isticas, L1 hlusotL1
Pero lcnorncnos culruraics
-br1110:1mer1cano,,
coruo Lt litc r.itura.
atrás disciplinas--, sino por la construcción epistemológica de estosobjetos. La
pvro t.uuhicn eurupcos
1 dt· fronter:is loemrc que las prevalece
d1sc1phnas en estos pensadores, y lo que les distingue tanto de algunos pre' diferencia fundamental entre el tradicional pensamientoculturalista y los estudios
re ellas nu presupone
cursores Li de los estudios
C\:!StL'll-
culturales como de csradouuidcnses=-.
Ilos representantes
inrclccruul
de
(Mnri.itcgui,
considerundo
estos estudios, Li
es tuncion social de h produccion .irnsrica e
culturales latinoamericanos seria, entonces, la siguiente: mientras que los proyec
l lJS0:1, l lJSUh, l LJS-) .. \unque la 11u1 orj.: de estm em.1ym
(1 ·"·1rsc11
· ,
l L)LJS) nero
un , intento
t
s1 homogeneizador
la de Lill en la interpretación de las culturas latinoamericanas tos.homogeneizadores mencionados antes se basan en la capacidad'de integración
que en
orm,1 _parte de Li ,,preh.istoria,, de muchos de sus escritos se conviertenno sonen exh.iustivos.
un singular se percibc en
significativo ello, una .ictirud de rcl.u.ion.u h intcrpr cr.iciou
(/a.cul- de la producción cultural para la proyección havia la comunidad imaginada de la
turat'rad!UO!l
nacional, de rcprcscntacioncs
americana)--.simholic.is con Li orcalidad social muv ccrc.mu a la de los cstu-
rlll:1C!Oll de ll!U ~le\hispanoamericana,
pe!l- latinoamericana, Seaestacrioula nación o de las Américas, de la América Latina o la América hispana, los estudios
ulturales se 1nscr1b1ranmestiza, siempre mas urde. sepercibe o se piensa, comodios culrur.ile-,
proyecto que rn.is
seharecrcnte-;
de realizar o como culturales cuestionan estos proyectos como mecanismos o discursos del poder des-
a t·n :\menca utopia, L1t1na como !usu una los cs:
af.in de Muriarcgui
y única en todo el continente Elo subcontinente, de cucsrionur
respectivamente. el prm't'cto de ho mogencizncion de l.t
de una perspectiva crítica consciente de la construcción ideológica de ellas (Trigo,
'EI'primer
om111go raustlllO ~a_nrnenw, Jost: intento importante de culrura
cuestionar la n.icional,
unidad de su-.
la inrerprcracionc-,
cultura nacional,.y de fcnc'Jmcnos culrurale-,
2004:nacionnlcs
4 y 6). e niter- ' ' '
con ésta
111e11te Lis hguras mas 1'.nporr.mtc, (al menos implicitamente) la nacionalcs
existencia de una m.is
sola alb de
cultura los esquernus
mestiza en hinnrio«
toda de rcgionulismo icrsus univcrsalismo,
Precisamente esta conciencia de la construcción de las distintas identidades
pensadores cunw América ,loseLatina, se concreta en el pensamiento
V.1sc<lI1Lt'· crítico detersus
nacionali-.mo JoséCarlos Mariátegui, culrur.is .iuroctonas caracteriza
mter11,1c1011al1,11w, 1'cTs11s culrur.is occr-
a los estudios culturales latinoamericanos actuales, pero también a los
riano l'ic<'>n Salas, sobreGdherro
todo en rreyresus 7 e/zsayos de f zle prelacfó/z de /a crc.,
.lenrnles r csulta,
rea/ídad Feri/ana plazo, en la .icrirud quc caracrerizn a \us rcprescnrun-
a hrgo(Mariátegui,
estudios .culturales en general. La formación de una especiede mercado académi-
discuten algunas 1957). de Los escritos
Lis ideas quede Mariátegui al respecto se los
res de cxrudios enculrurnles
inscriben un debate lurinoarncric.mos
generali- cn v tucru de :\111er1c1 Latina. Como
co global con la internacionalización de ciertos conceptos teóricos resulta en este
zado
critic1 de los reprcscntantes en América Latina
de los entre 1910 y 1940 sobre
bicn nacionalismo
atirma Ahril y
Trigo cultura
en xu nacional,
inrroduccion general a The L1ti11 A111erzc,111 Cultural
cuestionamiento de las identidades construidas, pero este último también se casa
debate que
11ac1u11al e idenrid:1d :1111encm,1/b- gana importância en las Studies
polémicas entreReader.
el los
liberalismoestudios culruralcs
progresivo, el no sc caracterizan cxclusivarnenrc
en tradiciones por sus
y saberes locales. Los estudios culturales latinoamericanos no son.
populismo y el
l'CrSUS ll Il I \'tTS:11 isl110 ;_ moder111d:1d marxismo (Moraíía, 1984). objctos 111 por
Mariátegui.constata una pnrticul.ir
el carácter rnctodologin
inorgá: -h cual comparrcn con una scr
entonces, una variante ie de
o copia de los estudios culturales ingleseso estadouniden-
om,1hsmo Ricode la nación,
y ant1colornahsmo. su dualismocultural y lingüístico
Pero y la pluralidad
orras discipl111as-, s1110 de r1orlalasociedad
consrruccion cpisrcmologicu de csros objctos. La
ses,m una mera consecuencia de la «globalización» cultural y académica, porque
peruana
!es distingue tant<J de ,1\gu11os pr~-a partir de la Conquista. Y va más difercnci.i
alia afirmando fundamental
que «la cnrrc
nación el tr.idicional
misma es pens.nuicnro culruralisrn y los estudios
sebasan en el pensamiento culturalista de los ensayistaslatinoamericanos. Aunque
represenuntcs una abstracción,
de estos csrnd1os,una LS alegoria, un mito, que culruralcs
no corresponde larinoamericanos
a una realidad scr ia , cons-
cntonccs, Li siguicnte: rnienrrus que los proycc-
sus temas u objetos son más amplios porque incluyen las culturas populares, los
n de las cultuL1_s tantebt,moamcncanas
y precisa,cientificamente determinable» (Mariátegui, 1957:meucion.idos
ros homogenc1zadores 235)..Anticipa, antes se basan en h capncidad de 111tegL1CI<1n
medios de comunicación masivos, etc., sus conceptos o preocupaciones siguen
en un smgubr en esta negación
s1gnihc1t1vo explícita de la existenciade
(/a cul- delalaproduccion
nación como realidad
cultural Li prmccc1<'1n hucia la comunid.id 1111ag111acb de la
par;1histórica,
siendo los prefigurados por estos ensayistas. En el centro de estas preocupaciones
11a, :1111er1c,111a)-. la nociónSea esta de cnolla
la «comunidad
o imaginada» quenarion introducirá
ode LisBenedict
Amcr ica-; de la America
Anderson y que Larina o Li America hisp.ma, los csrudios
encontramos nociones chavescomo cultura nacional, neocolonialismo y anticolo-
o\'t'Cto que_se tendrá una gran
lu de rc1\1zar influencia sobre los debates
<l culllo de los estudios
culrurale-, cuestionan culturales latinoame-
estos provccros corno mccarusrnos o discursos nialismo, cielculturas
podcr des- populares, modernidad y modernización, identidad, alteridad
o subcont111e11te, ricanos (Anderson,1983). Por un lado, la dc
rcspccnvamenrc. importância
una perspccriva de Mariátegui paralos es-
cr it ica conscicnrc de la consrruccion 1deol(Jgic1 de ellos (Trigo,
y etnicidad.
la ll!11Lhd de tádios
h cultl!Ll culturales
nauo11al,latinoamericanos
\ radica en2004:
este cuestionamiento
4 1 6). de los proyectos
A] mismo tiempo, los estudiosculturales latinoamericanos no existieron antes
de una sola cuin1ra !1lCS[!Za en tmb Precisarncntc csta concicncia de la coristruccion de Lis disrinrns idcnridadcs
de los czz/fu a/ sfz/doesporque el pensamiento culturalista de los ensayistas latino-
o crit1co de .Jose Carlos i\1Lin,~tegu1, caracteriza a los cstudios culrurules larinoamericanos acruales, pero rarnbien
americanos, a losfuera inter o transdisciplinario, ni incluía la conciencia ni la
aunque
de /<1 /'CU/icfc1cf />Cl'lhlllil
19. Según csrudios culrur.iles
Walter Mignolo, este pensamiento indisciplinado
(l\\arutegu1, en general.de 1?
seria una característica tormucion de 111u «specie de mcrc.ido ucademi-
L1produc-
crítica de la construcción de identidades o proyectos culturalcs homogeneizadores
ción intelechal del clamado Tercer Mundo y una consecuéncia de las estructuras de poder en los países
se 111scnben encolonializados(Mignolo,
un deh:1te generah- 1998). co global con la iurcrnaciounlizacion de cicrtos concepros teor ico-. rcsulru antes.
mencionados en esreAdemás, en general, los objetos de la teoria cultural de estou
re 11;1C1011ahslllo y cultura nac1011al, cuestion.unicuto de las ideuridadcs consrruidas, pcro esrc ultimo t.imhicn se basa
entre el lihcralismo p1:ogres1vo, ~-\ en tradicioncs v sahcrcs locales. Los cstud1t1s cultur;i\cs larinoamericanos 110 son,
FRI EDH ELM SCHM l DT-WELLE LOS ESTUDIOS CULTURALES EN Y SOBRE AMÉRICA LATINA 21 1
210

ensayistasse limitaron a las praxis simbólicas«cultas,bsobretodo a la literatura por exemplo--, los factores internos mencionados antes son decisivos para el sub-
como supuestafundadora de la identidad nacional. En suma, los.estudioscul- desarrollo cultural del subcontinente(Cândido, 1972):'. Lo importante de esta
turales l:ltinoamericanos constituyen un campo crítico en disputa inserto en un tesesdel subdesarrollocultural es que Cândido nunca la percebecomo un proceso
escenario global --sobre todo con respecto a ja construcción epistemológica de mecânico.Estesubdesarrollose reflexaen los temasde la literatura que el deno-
sus objetos--, pero no pueden ser entendidos sin atender a su anclaje histórico en mina «superregionalismo» (JogoGuimarãesRosa,Juan Rulfo, entre otros), pero
la 'nlzlterialida(ieconómica,socialy cultural latinoamericana.En la praxis, y más estéticamenteestacorriente literária es innovadora y «universal».
alia de las polémicas impregnadas más por los lugares de en.unciación que por los En l,Iferízfaríz e sociedade(Cândido, 1985), Cândido trata de comprender e]
culturales procedo estructurante de la formación literária, es decir, la manera en que los
objetivos de los análisesconcretos de los textos culturales, los estudios
latinoamericanos se abren havia los debatesacadémicos internacionales sin menos- aspectos sociales de la producción literária se convierten en aspectos estéticos.
Este énfasis en la literatura como proceso, énfasis que marca también los intentos
preclar la resistencta cultural que .enfatiza los saberes.locales contrapuTstos a los
de la metrópole y la necesidad de desarrollar los estudios culturales en el contexto de una serie de críticos de los setentay ochenta de escribir una historia literária
histórico concreto de la región. . .. latinoamericana distinta (Pizarro,1985, ] 993-1995),influye sobrelos estudios
Si entendemos los estudios culturales latinoamericanos en el sentido antes culturales.Más alia de las interpretacionesde la literatura latinoamericanaa las
descrito, comenzarían --.{on algunas excepciones notables a finales de la década cuales Cândido ha dedicado tanto tiempo e interés estratégico para relacionar
de 1960 y comienzosde la de 1970--:o a partir de la décadade 1980 con el des siempre la teoria y metodologia
211 con el análisis concreto, el método sociocrítico y
plazamiento del Interés de los críticos .literários a las culturas populares Pêro los la consideraciónde la producción cultural como procesoen Cândido son de im-
cultas-. sohre t ocio a la liter arur a
conceptos teóricos en que estostrabajos se basan pur provienen.
eie111plo-, en
losgran
l,1cturcs de 111e11ciorL1dos antes son decisivos para
111rern,>s
medida portância para los estudios culturales actualesa pesar de que se menospreciancn
cl suh-
ional. En sum.i, lo,. estudios cul-de las décadasanteriores y de desarrnllo
la de los culrnral
ochenta, dcl subconrincnre (l;ind1do, J 'F'' 2f . Lo muchos casosporque la sociologia literária no está de moda en estes momentosz4
las t:eorías literárias teorias que se 1111porr;11ire de esra
critico e11 dispur.i
desarrollaron en elunmarco del proyecto de fundar
mserro en tcs1,del suhdesarrnllo
una crítica literária cultural
«auténtica- cs que Ccindido 1rn11ca Li pcrL·ihe Aparte de esta
u,nw influencia sobre la crítica actual, la tesis de Cândido con respecto
till procesu
a consrruccion cpisremologic»
mente» de
latinoamericana:'. Estasteorias literárias lllecan1co.
definen los 1-.steconceptos
suhcksarrollo .culturales se retlc,i;1 t'll los rernas de la litnaturaa la relación que entre
el dcno-subdesarrolloy cultura influye de maneja directa sobre la pro-
l .ircnder a Sll anclaje hisrorico l'n 11111~a ,,,upnrcg1011al1smo .. (Joi10 Cu1mar;1es Rosa, Jt1c111 ducción
Rulto, cultural,
otros), entre
pcro atrás la cinematografia del Cinema Novo, sobre todo en las
posteriores y en parte la afiliación de estosúltimos a la crítica literária hasta hoy. CIHl'L'
uo.unericann. En Li praxis,\' nus películas de Glauber Rocha.
Sus representantes más importantes son Antonio csrcr1carnentl· Cândtdo, Roberto csta cornente
Fernández l1rcrc1ria
Re- cs 111110L1dorc1 \ «un1\·cr,,1l".
ugarcs de cnunciacion que por los
tamar, Angel Rama y Antonio Corneto Polar. Todos.ellos.se.convierten Fn f_itcT<1t11r<1 e soocd<1dc en precTr (C1nd1do, J 9,'-;'i), CJ.ndido trau Roberto de cornprcndcrFernández cl Retamar desarrolla su idea del «calibanismo»en C.z/ib.ífz.
culrurales. los csrudios culrur.ilcs h furmc1u,in litcrana, es decir, h manera e11 quc Josrn e /zz/eslrnÁmérica (Fernández Retamar, 1971, 1993), en
.4Pu/lias sobre !a czz/f
sores inmediatos y, en algunos casos, hasta en proceso teóricos estructur;1nre
de los estudios deculturales
rnicos inrcrnncion.ilcs
latinoamericanos.
ahcrcs. locales conrrapuestos
s111 menos-
a los brasileíío Antonio Cândido
,l.SJ1l'UOS SOC1aic, lk la [1rodt1cci(m.. lirerana SC CO!l\'llTtCll oposición Cll aspecro,conesteticos.
la obra teatral Tbe Zempest,de William Shakespeare,y el arielismo
EI crítico literário es uno de los poços .estudiosos
Lsre e11tas1s en la ltrcraturc1 comu proceso, c11L1s1s que m:1rc1 tamhien los mtcntos de José Enrique Rodó. En el contexto continental de la Revolución'Cubana y de
esrudios culturalcs en cl conrexro la Guerra .Fria, y en un ambito de esperanzasrevolucionáriasreforzadaspor las
que en sus escritos sobrepasa la fr.ontera entre.de una senc de crit1cos
Hispanoamérica y Brasildepara setenta y ochenta de l'Scrih1r un,1 h1storia liter,1ri;1
!us fun-
lati11oamer1c111c1
dar un proyecto de interpretación en el ambito latinoamericano..Susanálisisse d1stinra (1'11arro, I LJ,<-;5, 1991-1995), guerrillas
intlu\T sohre latinoamericanas
los L'Studim y los movimientos de liberación nacional en Africa.
noamericanos mscnben
en cl scntido antes
en la tradición culturalcs.
de la sociologia literária, siempreJ\Lb parten alb de delalas 111terpretaL·1011es de Li litcratura el
literatura, autor cubano representa
.L1tinoamcrica11,1 a las una postura decididamenteanticolonialista del bati:
notables a finales de la decada cuales Ci111dido ha dcd1c1do tanro tiCIJl[)U l' rntcres estL1tegico para
noamericanismo. relac1011,1r
A pesar de la alusión a Nuesfp'aÁmérica, de José Martí, ya no se
y de ahí Cândido sacasusconclusionespara la historia de la cultura en general.
de Li dec1da de 1980 con el des- s1empre la
En sus obras tempranascomo Formação'(&z/ffezafa a brasa/ezrn(Cândido,.1969), teorL1 1 mctodologia con cl a11.il1sis concrcto, el trata
metodo de[ americanismo
sociocritico de] escritor de] modernismo, sino de un latinoamericanis-
I
a las culrurus popularcs. Pero los
escrita en grau parte en la décadade 1950, y en Li co11s1dcracit'i11
contra del formalismo y las ten-cultural comn proccsu enmo
de la producci<'>n político son
C:'mdido y cultural
de 111i- que se opine a la fuerza hegemónica de Estados Unidos en
an provie ncn dencias
en graninmanentistas
n:ed1da de del New Crificism:2, Cândido poruncia separa ocupa los de la historia
cstud1os de ,lctuak, J pesar de quetodo
culturc1les el continente, yenque, al mismo tiempo, sigue la línea general de una tradición
sc menospreL·1a11
de la de los ochcnr.i, tcorras
la literatura nacional quc se de Brasil. Destacaque por llll!L-hos
muchoL·asostiempo
porqucellapaís. fue unalitnari,1 no estc1 de muda caribeóa
sociologia del pensamiento antico]onia]ista, sobre todo ]a de Frantz Fanon (Fanon,
en estos momentosc".
ar una cririca sociedad
Iiteraria «sin «autenrica-
literatura» (en el sentido de unaA.pane de _esta
institución o un rntluc11cia
sistema sohrc literários) la critica actual, L1 tesis de CJ.ndido con rcspecro
1952, 1985). Para los estudios culturales, la vigencia de la propuesta de Fernández
s defincn los conccpros culrurales ,1 Ja r~)aL,1011 l'lltre
por el analfabetismo. Relaciona literatura y subdesarrollo suhdesarro]lo
no solamente para\ 'lCU](llra 111t]uye de 111,l!lCl'a direct.! sobrc laen
Retamar radica pro-la cuestión que Gayatri C. Spivak replantea en su conocido
os a la criticacaso lirerar ia hasra hov,
de Brasil, sino para América Latina en general, dUCCIOll .y cultural,
critica la e11tre orr,1s lade
debilidad ci1wmatografia
las de! Ci11c111c1 Noi'o, sohrc todu en «Can
articulo de 1988, las the Subaltern Speak?»(Spivak, 1988). EI autor cubano se
Candido, Roberto Fernandez Re- pcliculas de Glauher
mstituciones literárias y culturales. Por estasrazones, la literatura latinoamericana Rocha. ocupó precisamente de esta pregunta crucial para los actuales y los futuros estu-
odos ellos sc convierren en pre cur- dios culturales: écómo
Ruberto FenL111dcz Retamar desarrolla su idea de] .. c1liha11ism 0 .. en Cz/i/;, 111. será posible la creación de un lenguaje y una articulación
reor icos de los esrudios culrurales A17u11te~ sobrc !<1 cu/tum c11 1111estr<1 A111criu (Fcrn.indez Reumar, propial ':1del
7 I,colonizado?
J 993), en A diferencia de Spivak --que habla desde la misma me-
(Sargo, 1980), para él --a diferencia de Robertoopos1c'. 011 conRetamar
Fernández la obra ytea tr al 1hc
Àngel Tem{Jest, de Will I c1m Sha kespcare, y cl arie I ismo
Rama,
do es uno de los pocos esrudiosos de Jose Ermque Rud6. En el comcxto continental de la Rcvoluc1,-,n Cubana , de
Hispanoamenca \' B~asil p,~ra hm- L1 Guerra Fria, v en un cimbito de esperanzas renilucionariaset littérature l:23 EI articulopo;-
rcforzadas se.publicó. por primera v??.enfrancés, en ] 970, halo el título «Sousdéveloppement
lasLatine».
en Amérique 'Ca#fers d;FJísfolre Mo#d;a/e. n. 4: 6 18-640. -
latinoamcr icano. Sus analts1s se
;l:..HHi Eld
a, siernpre parrcn de la literatura,
historia de la culture en general.
gucrnllas lannoamencrnas v Ins movimicntos de libcraci('in nac1011al
:B:#â€1=E.:!ufü:==.=:t.=lL=;:
cl autor cuhano rcprescnta una posrnra decid1damenre
24. Paraunaen Africa,
tritbajosen el campo
anticolonulista
crítica de.la falta de recepción de la obra de Cândido y un primor balance de sus
de] deL1ti-
la crítica literária y cultural, Antelo, 2001. sobretodo con la'..Introducción» del
11oa111ericrnis1110. A pcsar de la alus1611 J Nuestra Amh-ic,i, de1992, Josey ,\farti, Ll nose
süss.20nS)ttos liaentos de recepción crítica de Cândida son: Esboço.- 1979; Incas y Faria s.,
rat ura brasileira (Cimdido,
a este en1969),
pr(]::acrloF Ramos, 20Í)2ilistoria de la escritura de este libra (Franco, 2001)
trata de] amencrnismo de] escritor de! modernismo, sino de 1m lati11oamerica11is-
contra de! torrnalismo y las ten- 1110 politico\. cultural que se oponc a la fuerza hcgc111<.,nici de Estados Unidos en
FRI EDH ELM SCHM l DT-WELLE LOS ESTUDIOSCULTURALESEN Y SOBREAMÉRICA LATINA 213
212

EI antropólogo cubano Fernando Ortiz había introduzido el concepto de trans-


culturación en el contexto latinoamericano, pero lo había limitado al debate etno-
lógico del cual Rama lo toma y lo transforma para aplicado a la literatura latino-
americana. Parael etnólogo cubano, la transculturación no consiste exclusivamente
en adquirir una cultura, sino la transculturación implica procesos de aculturación,
de desculturación parcial y de neoculturación29. Mientras el autor cubano muestra
las transformaciones de la cultura dominante por parte de la cultura dominada en
sus trabajos a partir del libro de 1 940 Co/zfzaPzínleo czzóízno de/ abczco y e/ czzzícízr
(Ortiz, 1952, ] 978), 1osprocesosde transculturación descritospor Rama implican
exclusivamente câmbios de las culturas dominadas.
Este câmbio de perspectiva depende del desarrollo de la teoria cultural y lite-
rária de Rama. En un primer momento, el autor uruguayo favorece la moderniza-
ción de la literatura latinoamericana como institución. Opta por una .perspectiva
cosmopolita orientándose de acuerdo con los valores de la vanguardia europea. A
iii·-''' I I
finales de la década213
de 1960, su enfoque cambia hacia un modelo de moderniza-
ción de la cultura latinoamericanacomo un procesode dependenciade la metró-
11 llllnuritaru () poscolonulist.l-, El amrup(il()g() cuh.111() f-ern.111do Un1z h.1h1c1 111tn,duc·1cl()pole. 0
Ve en el tk
t•l (.. ()ilLL')'W capitalismo
tL11lS- una fuerza homogeneizante que destruye las culturas no
u11;1 pcrspecuv ,1 am1colo111al1,t,1 ,. uilt11rac](Jll t'll L'I co11tt·:s;r(> LH111()a111cnt.1110, pcro !() h,1h1a limir.1do capitalistas (Franco,
.11 dch:nc L't11o-1984: 69), y que da unidad al procedode producción cultural
rcer Mundo- ((;t'nncz, 1997). Li log1co Llel u1,1I R.1111,1 lo tl>llU, lo tr:111,turm,1 f'JLl :1pl1carlo en .1 1.todas las regiones
1 l1rn.ttur:i Lmno- del continente. Afirma explicitamente «que la cultura de la
ert(> modo CCl1l,c1e1He por L1 esrr.i- modernidad
:1menc:111a. Para cl etll<ilogo c'Llh,1110, Li rr:111,culrnr:1c1(i11 n" Lu11s1,tL' c·\cJ11,11 .lllll'IHL' es wna y /íz mesmaen todos los puntos de América Latina» (Rama,
1982a: 218).
vb situacion polfricn dcCuha de! L'n :1dqu1nr 111u culrur.1, Stllo la rr.rnscult11r.1c·1(i11 1mpi1c·.1 prClccsos de .tculruracl(in,
Rama considera la literatura de la transculturación como reforzamiento unia
rnas de Lis socl(:cbdes latinoarncri- de dcsculwrac1()n f',Hc1al \ ck 11eoculrnr.1c1(,>ll ". ;\lic11tus cl ,111wr cuh,111" lllllL'str.i
dador del sistemaliterário latinoamericano. Mediante la transculturación narrativa
poscol"11ulcs »terccrmu11d1st:1s" l.1s rr.111stormac·1011cs de h cultur:1 du11111u1irc pur p:1nc de L1 culruu do11111uLL1 en
crtc, en cl conrexro de la idea de sus tr,1h:1J<>, .1 p.1rtir dcl lihro dL· l 'J ..t() C()11tr,1/i1111/crJ oilu11u de/ t,i/J.1c·(; y clde
los materiales la literatura regionalista son integrados en el discurso superior de
l
,l~llc',lr
para rodas las cL1scs debs socic- la modernidad
(Ortiz, ':JS2, I LJ-8), los f'rucc-,t,, de tr:111,culrur:1c1<->11 dcscrirus por R:1111.,1 imr,lic.111 cultural. La unidad cultural, que es el resultado de la dependencia
L'\ClusJ\ ,lllll'lltc c.1111h1os dt, I.is culrnr.is do111111.1cbs. de América Latina, se reflexa en el discurso homogeneizante de su literatura, que
11crica11<1, Fernandez Retamar rr.i- fsrc cm1h1o de f'l'l'spcdiL1 dcpL·ndc de! dcs:1rrollo de Lies uno yL'liirnr.il
tcllria el mismo en todos suspaíses. Por esto, la respuesta de Rama a la crisis de
I lire-
lliz:1du mjs .rll.i de los modclos () r,iru llc !Z:1111a. En llll prlllllT llH>lllL'llt(l, l'l ,lll[Cll' llrtlgLLl\'() t,1\ laorc·ce
noción de literatura nacional y a las expectativasrevolucionáriasde la década
L1 111uderrn11-
rcic z Rcum.ir'. I 977). En sunu_, _cl (1(,)Jl de h liter,1[llr,1 LHillo:1111crlc',llLl (()Ill() lllstitl!CI<ill .. Opt.l def'Orlosllll,1
setenta no puede ser otra que la que ha dado en el título programático dc
pnsr,ect1i.1
rcnro postoccidcnralista -1wc1on c:usnwpuliu lHlt'11ta11dosc de .1c11erdu con los ,·,1lores de l.i I a11guard1.1 nirupe:1. ,\y que se podría aplicar al ambito cultural en general: «De /as
uno de sus artículos
o ,, Nucstra America v Occidente- hll:lles de Li dcuda de I 'ih(), su c11toquc c1lllh1a lucu un llWLklo literaturas nacionalesa /a literatura latinoamericana» (Rama, 1974-1975; Martí-
dl' 11lodcrn11:1-
olo rerornar.i mjs tank en cl coll- c1on de Li cultur:1 l.1t11lo,111wnc:rn;1 Collw un pn,ceso de dqwndL'lK·ia de h ml'tr(>-
nez A., 1983: 11):'
v el posco!Cl1lial1smo en Arnericu 1'<>11. \l· en t·I cap1ul1smo un.1 tuer1.1 honwgc11e1z:11HL· quc dt:stn11 c Lis culruras EI segundo concepto de Àngel Rama con gran impacto en los estudios cultu-
1w
lrurales larinoamcricanos. las pro- c1p1r.1listas (Fr;111co, I 984: h'J), \ que d:1 11111cbd .11 proccso de pr;>ducci(m culrur.11 es la «ciudad letrada». En el libro póstumo con el mismo
rales latinoamericanos
porque co nxcrvan la nccesidud de L'll tod:1s Lis rcg1oncs Lkl U>ntincmc .. -\tirma e:s;plic1t.1mcnrc· título "ljlie Li (Rama,
culrnr:i1984),
de la Rama traza la historia de la escritura, de la función social y
enuuci.u.ion de los conce pros rco- llllldern1dad el poder
cs 1111c1 _,· lc1 111is11u t'11 todos los pumos de .\mcrici L1tina .. (Rallla, de los letrados desde los tiempos de las colonial. EI análisis de la relación
tu.rlcs (Alr.uuir.mcln , 1997) y la de I CJ82:1: 218). entre [a ciudad rea] y ]os artiâcios de] discurso ]etrado considera ]a base material
u1ctos colonizndo-, o poscolouiale», Ram:1 cuns1dera Li l1tcrarnr;1 de Li tr.111sculrur.1u(,n conw de la construcción
rd(>lLm1ie11tCl de los discursos identitarios y el perÓormcznce
uniti- de las elites inte-
lectuales en América Latina. Con este libro, Rama ya se encuentra en la frontera
c1dor de! s1sre111a lircr,1rio l.1rino:1111cnc:rno. i\lnl1amc Li rr:rnsculturaci<in 11,irr:ni,a
vcs en la cririca de la lireruturu v los 11l,ltcriaks ck Li litcr:1tur:1 rcg1011alisu son 1nrL·grados en el d1scurso superior de
· , 1 1 .ur.u
racton Lie· l.iun
· 1°1· v :1 ,.25.",,j Para . ~,·1·balance
t1LL1Ll Li 111odcrn1d:1d
. crítico del pensamiento de Fernández cultur:11. La
Retamar, Sklodowska 11111dad
y Heller, uilrnral, quc cs el rcsultadu 29.
2000; de LiOrtiz
dcpc11dcnu.1
no traduce correctamentela palabra ózcc/ zrafzon, como la definieron Redfield y otros
ecisiva sohrc los cstud1os cult11rales de :\111cr1c.1 L:1t111:1, SL' rdkp en l:'.I discurso homugcnL'll.:llltc en ck1936. «Aculturación»
,u lnn.irur:1, qtic en realidad no quiere decir más que «contacto de culturas» y no, como lo
=B::?h=s:;?nh;=:.i'm'
n mavor reccpcion en cste carnpo.
Zh:':=:='.f==H:i!;==u=:i:r=:1:;=
r.mvcu lt urnrion sc convtcrtc, junro cs uno ,. cl 1111s111u en rod(>'> sus f',iises. !'or e,to, Li rcsp11est:1 de
entiende el autor cubano, un procedo de asimilación unilateral. Sin embargo, su esquema se distingue
R.rnL1
de la
la nout·,n Lk lirn.1tur,1 n:1c1ull:1l ,. ,1 las c:s;pc·cuti\ ,is rn olucillnan:is
.1 Li de
definición
culturas está
cr1s1s de
los antropólogos
lieimpregnado
estadounidenses de su época por considerar que este contacto de
b dc'-,ida poi: una serie de actos de violencia (Aguirre Beltrán, 1970: 7-12)
cs la dcscnpcir'in de! contlido cnrrc
n de nucvas torm.is lirer.u i.is por
11cr morncnro. .. LJ canccl.icion de!
ã UX8 1iiM] Hii de los sl'tcllt:1 110 punlc ,er utr.1 qt1L' L1 qut· h,1 dado l'll cl tltulo3.0.
:?u:
1111<> tlc SLIS :1rnculus \' quc Se podria .1pl1ur al :imhltCl L'llltur.11Trigo,
Para una críticaLkde las basesepistemológicas y la influencia de las teorias de la modernización
pro~ralll:itico
! de la dependencia en el concepto de la transculturación de Rama, véanseSchmidt-Welle, 1994-1995;
L'll general: ··De l<1s
1997, y Schmidt-Welle,
l1ter.1tur.1, 1uc1on.1lcs a /,1 liter:1tur:1 l,Hi11,u111eric:111,1 .. (Rallla, I ll-4-1 ll-S; ,\brri-
200S (en prensa).

82a: 2(H)2". Son rrcs las rcspucxta« ncz :\., 198 ,: 11 )'".
214 FRI ED HELM SCH MI DT-WELLE LOS ESTUDIOSCULTURALESEN Y SOBREAMÉRICA LATINA 215

entre la crítica literária/cultural y los estudios culturales. La ciudad letrada.funcio- pliando el esquemaa diferentes sistemasliterários (el culto, el popular, el indígena)
naçcomolínea de demarcaciónentre un adentro --la utopia del ordemy el civilis- en América Latina (Corneto Polar, 1989a). Este concepto teórico se podría aplicar
mo-- y un afuera--la otredad, la subversión,el caos--. Ramacombina en este no sólo a las literaturas, sino también a las culturas latinoamericanas(o incluso a
trabajo métodos y conceptos de'la crítica literária, .el urbanismo: la sociologia y la las poscoloniales en general) si lo liberamos de un cierto estatismo en la interpreta-
antropologiapara diseóarun modelo de la historia cultural latinoamericanaque ción de las «culturas» como bloques o sistemas opuestos y si lo aplicamos, con los
abarca tanto la época colonial como la poscojonial y muestra.así una de las esliruc- necesarios câmbios conceptuales que eito implica, a espacios más alia de la nación
turas que dominam la historia de las sociedade.scolonizadas hasta bien entrado el (Morafía, 1995; Schmidt.Welle, 1996: 182);:
siglo xx. Lo que con razón se ha criticado son.las generalizaciones en estaconcep A mediados de la década de 1990, Correio Polar introduce una segunda cate-
cion de Rama que como la de la transculturación, «seguetodavia controlada por la goria en los estudios culturales latinoamericanos: la del sujeto y el discurso migran-
misma escala (i:v;fores formalizada a través de los conceptos de unidad/vanguar- tes o del sujeto no dialéctico (Corneto Polar, 1995, 1996). Esta noción se refiere
Rama
dia/modernidad» (Lesada,1985; Campa, 1997) A pesarde esto?la obr.ade a la constitución de sujetos «multiculturales» --pero no en el sentido en que esta
.s de gran importância pam los estudiosculturale1lactuales,sobre todo para los palabra se entiende en el debate en Estados Unidos, donde el multiculturalismo se
relaciona con el conjunto de las culturas de diferentes grupos étnicos o de minorias
que se ocupan de la relación entre tradición y modernidad/posmodernidad y de los
uuç- v--l' '''" o en elnivelsocioeconómicocomo en elcultural3t. en que cadauno tiene su propia cultura diferente--. EI sujeto multicultural no
proyectosmodernizadorestant.
·i,i
. , . . .. :-...l=..=-i;-..;. 215
i.11

EspecialmenteLa cizldad/errada.puede funcionar como modelo interdisciplinario dialéctico es un sujeto que cambia sus actitudes culturales según el contexto cul-
-'' ''''"'
deaproximaciónalahisto ia cultural ;y la, de las
.. ideas en . América
. Latina.
i-...i..l tural en que se mueve sin querer o poder resolver las contradicciones que pueden
rn comparacion con los aportes de Angel pl1andc~
Rama el los
a csquema ad1tcrc11tes
estudios culturales, s1stcma,
los l1tcrarios (el cul((), cl resultar
popuhr·,de cl oindigena)
entre estoscontextos. EI discurso migrante no es exclusivo de'la lite-
ralcs. L1 ciudud [err.u!.i tuncio-
deorden
Antonio en ,\mcric1 Lnma (CorncJc> PuLu, I 98'Ja). E,tc cunccpto tcc',nc:o
ratura, sc pudri,1
sino ,1plic1r se percibe en las manifestaciones o perÓormíz/icesde la cultura
también
-la utopia del v clCotejocivilis- Polar selimitan sobretodo a susconceptos.teóricos.porque literatura,
el
crítico peruano no solo
se dedicó casi exclusivamentea la interpretación de.la a las lirer,1tuL1s, s11w tamhien a las cultur,1s popular
larinoa111enc111as (una
(o de
111cluso las,1representacionesculturales no textuales o no exclusivamente
c10s-. R,111L1 comhina en este
'"---'- I'''"'''
yenlamayoríadesusescrito " '' s a la llamada
, . h~ posL'<ilorn,1lc,
literatura
,.. culta
-.. en en )..;L'lleL1i)
América si
Latina.
'n.....r-.-.:. l() lihcr,11110,
AI Lk tlll L·1cnu csratismo
textuales, en la 111tnprcta-
a cuyo análisis se dedica Corneto Polar en sus últimos trabajos a partir
el urhanismn'. Li soc1ologf,1 \' la
mismo tiempo, su c1Cl11 debs "culturas» cunw hloqucs o s1ste111as upuestos \ s1 l()
ãe aplic1mos,
Escribir en co11
el los
gire).
ria cultural lannoamn1cana quelibro La Áorm.zcfóm de /a fradíció7zl gerariae/ze/ Pprzí(Corneto
Polar, nccesanos c,1111h1os ccmceptt1,1lcs Lille esto 1111plica, a espacios mcis EIalb de
sujeto Li nacic'm
migrante se convierte en un sujeto descentrado, múltiple, disperso,
1l \' mucsrr.i aSI una 1989b)
de las estruc- va másalia de esteenfoque meramente.literário porque es una con-
tribución a la historia de las ideas y de la (\lor,11ia, ] ':i9S;
construcción de la Schmidt-Welle,
identidad nacional 19%: 182) '~ . y su discurso en un discurso poscolonial y hasta postoccidental. Con esta noción
olo111D1das hasta hicn entr.ido el
mediante .\ Por
111cd1.1dos de Li los dccad,1 de 1990,.de C:ornL·jo Pohr introduL·t· u1u set.>.t1ncLi
se relaciona una care-crítica de la constitución/construcción del sujeto (y de su discurso
gencraliz,1uones en cstalos (discursosliterários y metaliterarios.
concep- tetraparte, trabajos
gc>ri,1 en lo, esrudios cultur.1les LH1noaml'.ric111os: h de! su1crn v cl disctirso
identitario), llllf.2:ra11-
que en última instancia es una crítica de la construccióndel sujeto
.. sigue todavfa controlad,1
Come)o Polar por la
se muestran más abiertos a câmbios conceptuales y reescritums in-
terpretativasqueconsiderana.
~v-"'J' ' '''' " " '" lgunos .
de ...
los tes u, delmás
enfoques sujcto , 110 dialcctico
recientes . de los (Cornejo Polar. I 99S. 1996). l--,r,1
estudios
.......;'-l. moderno r10cic1nenscla r~ticre
cultura occidental (izada) (Cornejo Polar, 1994b). Esta crítica de la
os corrceptos de uI11d,1d/va11guar-
' todo con respecto a la .1 h la
diáspora, ,·omrirucH°in
migración ydela ,ujetch
construcción ·111ultiL·ulrur.1les"
de -pern 110 en elconstituciónscmido en que csu coincide en parte y dialoga con la crítica de los discursos
del sujeto
A pcs.ir de csro, la obru de Rama
pabhra se c11t1e11dc en cl deharc . . L"ll Fsudo, llnidch, do11dc el occidentales 111ulr1cultur,1lis1110de Roberto sc Fernández Retamar y Walter Mignolo en sus conceptos
lcs actualcs. identidades
sohrc todo múltiples. para los .
'Corneto vPolar rebc1on,1 con cl L·on1u11ru de las culturc1s de d1tere11tL'S grupus ct11icos"
del de m1norias
postoccjdentalismo, pero también con las nociones teóricas sobre las represen-
der111dad;posmodern1Lhd de l;isdesarrollasu teoria de las literaturas.-:y en un sentido más
eC011011llCO CO!llO
uv''''J'
amplioaunquemenoselabor ' ''''
en el cultural _1•
''
. . .. en también
do en sus análisis que .L·,1Lh ..launu dc las tienc su .',....;.
culturas-- propi,1hete- culrnr.1 d1lcrcnte-. El sujeto taciones multiniltural
culturales 1w de situaciones fronterizas (bordar ca/fz res). En este sentido, las
dialcdicc, es un su1cw que L·amhi.1 sw, ,1critudcs culturales ,et.>.t'1n categorias cl comcxto
de Corneto cul- Polar se encuentran, desde una perspectiva latinoamericana,
r corno mod~lorogéneas 1nterd1sc1plinano
a partir de interpretaciones de la literatura indigenista peruana (Corneto
1980b). Se basa en los escritos de Josétural
Polar,L:it111a. .Carlos en Mariátegui
quc se rnueh' sobre sin la quercr
dualidad o podcr resolver Li, co11traJ1ccio11es precisamente quc en puedenel centro de los actuales debates de los estudios culturales (Mo-
ideas en America
socioeconómica y cultural de Perú y la rcsulur
pluralidad de de
una u cultura
cnrre estus nacionalL·omcxtcis.
todavia Fl d1scursc> n11gra11tc no csrada, cxclus1vo
2002a; de Bueno
h litc- Ch., 2004: 19-57; Schmidt.Welle,2002a) y no son, como
,1111a a los estud1n~ cu lturulcx, los
ratu ra, s111 contradictoria»
o um hi en sc perc1 be carac-
en L1s 11L1111 fesuc1 ones o /1er/1>n1i.mas sugirierondealgunos h cul tu críticos,
ra la última etapa de un latinoamericanísmo esencialista.
1 sus conccptospor realizasse,
rcoricos porque e introduce
el la noción de la «totalidad para
r- zar major la confrontación violenta de popubr (u1u
distintas culmras de hs .en rcpreSL'ntac1,
un solo. ,nes L"Liltt1rc1les 110 re. ·nules basado
espacio o 110 cxclusivamente
en la noción de origen o lasde territorialidad y tradición, que ligue aterra:
la intcrpretaci,·m c'.c la literarurc1,
nacional (Cornejo Polar, 1980a, 1981, 1983).rextualcs,
Corneto a Polar.
cuyo hace an:1lis1s una scdiferencia
dediL·,1 Cornejo PoLu en sus t'ilt1111os do a la trabajus
cuestión a partir
de la cultura nacional (Palermo, 2000; Ramos, 2002).
aruru cultn en America Lanna. Al
deLas {scnlnr en t'i c1,rc). A] mesmotiempo --y al respecto es ilustrativa la frase «yo también soy irre-
icion lztcr,ll'hl entreen el literaturas
I'cni (Cornejo homogéneasy heterogéneas. literaturas heterogéneasson las
Fl_ stqeto 111igrc111tc se ct,11\·ierrc t·n un su1cto descenrrado,mediablemente ,rn.dtiple. d1spcrso. (éy felizmente?) un confuso y entreverado hombre heterogéneo»
mentc literario porque es una con-
que incluyen en su proceso literatio.el ;onflicto entre.distintas culturas provenien'
\' su d1scurso en un d1scurso po,colun1al \ lusta postocc1dt·nral. con que Con termina
L"Sta nocic'in la introducción de Escrlófr e/z e/ .z/re--, la reformulación de
strucc1c'm de lateidentidad
de la conquista. 11;1C1cmalEn el caso de la literatura indigenista esta división existe entre
se rebcic>ILl u1u critit·a de h consrituc1Ci11'co11strucucrn de! ,tqcto (y de su teóricas
disL"trrsc> centrales (éo debemos decir descentralizadas?) de Corneto
Êliliã\ : :ué::::::::: üu::=:::='11W
. Por otr a pane. los trabujos de
os conceptuales v reescrituras 111-
1978, de1982).
ques 111,is re,c1c11tcs
idcntitario), quc en t'ilri11L1 111st,rnL·ia cs una crft1L·,1 de Li co11stru:t-1<i11
modern<>
Más tarde, el crítico peruano modifica este esquema
Ins esn_1d1os
en Li culruu considerando
occidenul (izada) (CorneJo Pobr,
las

199-tb).
nociones
Polar?a partir
condición Esta
de! de
crit1ca
de
st1Jcto
sujeto de
la noción del discursomigrante y del contexto de su propia
Li
migrante, incluye una autorreferencialidad que abre su teoría

u'T=!
co11stitucic'i11 de! sujcro coincide en p,ute \. d1aloga co11 L1 critic,1 a un Lk los d1scursos
procedo similar al que destaca en su interpretación del discurso migrante: la
la nngrncion v la consrruccion de
iiiÉXãEqÊÊ=ilil:'t==.='a:=.1'==::\
iteratur:1s -y en u11 sentido mas
_ ,
occidenules de Rulwrro Fern:indo Retamar y \\/alter ;\l1gnolo L'l1 SUS conceptos
dcl_ 1,ostocc1de11talis11w. perc, tamb1cn con Lis nociones teciric1s sohrc Lis rcprc,e11-
tac1one, ctilrur.iles Lk siru,1c1oncs fronterizas (/mrdcr cultures). F11 32. c,te
Consentidu,
respeito i!Lis la .posibilidadde aplicar la noción «heterogeneidadcultural» a otros contextos
tamhien la de las31culturas-:-
. Paraun balance here-de la crítica actual sobre Rama, véanseMoradia, 1997 y Allemand, 2000: 49-76. poscoloniales, Sciimidt.Welle, 2000. ' '
c1teguria, de CorneJ<i Puhr st' e11cue11tr,111, dcsdc u1u perspecti\ a Lnmoamcricana,
atur a 1nd1gemsra peruana (Cornejo
prcc1sa111cntc en cl centrn de los acrnaks deh,1tcs de lus estt1d1os L'tiiturales (:\lo-
Y'

LOS ESTUDIOS CULTURALES EN Y SOBREAMÉRICA LATINA 217


FRI EDH ELM SCH MIDT-WELLE
216

La noción de «culturas híbridas» en sí no está bien definida. García Canclini le-


gitima el uso del concepto en una nota a pie de página de su libro Cz//furczsbíóridas.
Esfrafegíaspara enfrczry sa/fr de /a mover/zidad, poro no lo distingue claramente de
oiros conceptos como el de mestizaje cultural, el sincretismo, la transculturación,
[a heterogeneidad (García Canc[ini, 1990: ]4-15) a pesar de ]as contradicciones
entre estouconceptos;s. La hibridación cultural significa entonces todo un conjun-
to de diferentes prácticas simbólicas que incluyen oiros procesos culturales que (en
parte en obrasy para otras regiones) se habían denominado heterogeneidad socio-
cu[tura[, transcu]turación, sincretismo, mestizaje (García Canc]ini, 1992, ] 999b)...
Aunque estajustiflcación por parte de García Canclini tenga la ventavade incluir
una gran variedad de textos, prácticas simbólicas, etc., no resuelve los problemas
epistemológicos y metodológicos que causa la falta de diferenciación teórica con
respecto a otros conceptos.
A] mismo tiempo, la noción de culturas híbridas --como también la del mes-
• !11
tizaje tal como la 217
entiende Serge Gruzinski:'-- puede leerse como crítica implícita
al multiculturalismo en Estados Unidos. La hibridación cultural es, como lo son los
conceptos de la heterogeneidad y la transculturación en sus versiones más avan
. L111()(1,i11 de ··u1lrnr:1, hih1·1d:1S·· cn ,i llll esr.i hic111.ldi11i,L1. (,.irc'i:i C:.1ii(lilll k-
,ctcrngl;llt:il ,k las rcprc,c11L1(10- zadas,una categoria relacional que considera el poder y la violencia inherentes a
,'Jr1111,1 L·I \ISll dcl (011,q,t() en u11:111ut:1 .1 i•ic' de p:ig111.1 de su lihru ( ultur.1s /,i'/Jrid.rs .
mpo sc prcscnt:1 L·(11110 u11:1 nctirud las transgresiones de las prácticas culturales en los procesos enter y transculturales.
Lstr,1teg1,1, f>,11,1 entr,11' Y s,i/1r de /,1111udcrnid,1,I. pcro n11 il> d1srn1g11l· Li:H,rniciite dL'
:1di(i(rn Lk los u1rn1c11zos de lo, Mientras tanto, el multiculturalismo supone la existencia de diferentes sistemas
()[r(lS (Oll(Cj'tllS ("()Ill() cl de lllC\fl!.ljC (LJitllr.1J, cl sillcTC[IS\1ll>, la \T.1\lS(Jiitllr.\(lll\l,
culturales de cada minoria o grupo social sin que sus prácticas culturales se mez
. h llL'tcTll['.c'llc'ilL1d (C:ir(i.1 C:111c'li111. I LJcJO: 14-1 ~) a pes,ir de hs curnr:idic(Jolll''>
Li,.111,k ttiLhs las tcorLb dc,LrJLlS clen o se relacionen entre sí. Además, lo híbrido se puede entender como negación
,·mTc ,·sfl>S (ll\l(cpr,i... . Li h1hnd.1(ic'i11 (ulrur:11 s1g111hc1 ,·11tt>J1(cs tl>cl" un LllllJIIJ\-
<>m,1 t:1mh1c11 en los de hs d1s(1- de pensar los sistemas o esferas culturales (tanto nacionales como supranaciona-
r" ,fr d1tcrcntcs pr:icTJC\S simh( ..Ji(Js quc i1KIL11L·11 orros prtl(L'St>s u1lrnr:iks l]l!L' kn
csrn, ((}llCCptos no .''.1b111cntc dcl les, étnicos como regionales, etc.) como bloques estáticos e impermeables cuyos
p:1rrc en "tr:1s 1· J•Jr,1 orr.1s rcg1ll11cs) SL' h,1hi.111 de111,m111:1do h,·rcn,~cnc·i,bd ,u(lt>-
de su (()\HO:tll h1sf()\'l(O reg1011,1l. miembros «tienen» o «habitan» una sola cultura. De esta manera, esta categoria
(Ultur,1i, tr.11is(ulrur:1(.1<'111, s111LTCtis1111>, rnc,ri1:1jL· ((,,Jr(IJ C.,lll(llll1 .. I LJ92.] LJ'J'Jl,) ...
nrc. cl rcsulr.1Llo ck hs ditcrL'll(ias superatambién el estatismode los debatesidentitarios y los de la crítica cultural
,\u11LJllL' l·,r:1 1ust1h(.1(H.,11 J1llr p,irrc de C.:ir(i:1 C:.111(l1rn rc11g:1 Li \L'llt:l\J de m(luir
10:1rncncrnas. F.sr:1, ditcrl'll(l:lS re- visible incluso en los trabajos de Cândido y Fernández Retamar y en algunos de los
uru g1·:111 1_:1r1nhd ,k re:-.:ws, 1•r:iLtic1s ,1rnh1',l1c1'. ct(., 11t, rc,11chc lus pr"hkrn:1,,
cor11:1(it'in de lo.s (riti(llS 111c11(10- escritos tempranos de Rama y Corneto Polar que o suponen una unidad cultural la-
L'j>IStc•Jll(>lllgJ(llS 1· llll'[(}d()l(·)~\(ll, l]llt' (.\ll,.l Li fain dL' LlikTCll(i:1c.:il'>n tet'>rl(:l (()\]
L1ti11:1. L1 1.::1si :1hsolut:1 volunrad tinoamericana (en el caso de Rama) o dos grandes sistemas culturales (el occidental
rcspc(to :1 otrns coll(L'\•t<h.
1den1:Hhs por lus uilrnr:1s de lo-. y el indígena) en permanentes conflictos (en el caso de Corneto Polar).
\I lll!Slll() r1c111po, LJ ]l()(\llll ck ,·ultllr:h hihnchs -(()]lj() t.1111h1c11 l.1 dcl l11t's-
:1 parrir de la dccHLi de \ 92(), en Por supuesto, y como he destacado antes, los conceptos teóricos descritos en
ri1:11c t:11 u,111,1 h ClHIL'lldc Sngc C,ru1i11sk1 .. _ puL·de kn,c c,irno nitiL·11111i,li(Jl.l
1ti11 (uhan:1 \ b rcs1sfL'lKJ:1 con- esteapartadono son los únicos que se emplcan en el análisisde los textos y las
:11111tilt1(ulrur,1lis111,, en Fsc1,J,,... L'Jlldl),. L.1 hihnd.1ut.,J1 (ulrur:il ,·s. (ll!llo lo\(>!\ l,is
en cl de Roberto Fcrn.111de1 Rcu- prácticas culturales latinoamericanas. A ellas se afladen las teorias y metodologias
L'()\l(L'(,f()S de i.i hL'flT(lgL'llL'l,hd I h rr:\JlS(lllrnr.1(1(')\l L'll SLIS \ L'rS\()Jlt'S m:\s ,1L111-
ell Peru. F(u:1dllr \' l',oliYl:1, en cl internacionales de diferentes disciplinas y contextos que influyen en la misma teo-
/:ld.1s. 1111,1 (:llC~llri:1 r,·l:1(1c,11,1l qu,· ((lllSJdn.1 L'I poLkr I l:1 1 lllic11,1:1 111hnenrcs ,1
OS ,1sp,·cttl, de esr:i d1tcrc11(1:l(l(ll1 rización de las culturas en América Latina. Pero a diferencia de estasúltimas, los
hs tr:111sgrL'sll>llL''>Lk I.is J'Lldll.l' cultur.1k, en Ills prt,(L'Sos llllLT I rLlll\(liitllr:ilcs.
nr:1les Lnino:11ncr1c:lllt>s prt>(cdell- conceptos descritos antes se caracterizan por un fuerte perspectivismo ]atinoame-
\!1e11rr.1, LllHll, ,·I rn1ilri,·ulruul1srnr1 sup,>11L' h c:1stL'J1(1,1 ,k d1kre11rc, ,1srciius
ilcpdo L'\l la hisroriogr:1ti:1 culrnr:il. ricano que considera los contextos locales y el desarrollo histórico de las prácticas
(tilrnr.1ks Lk (:1,h <1111H1ri:1 l> .gn;[''' S()(lJI sin quc sus pr:kt1(:1S (ulrur:1IL .., sc m,·;-
ll(C)'tth tL'(lrl(O'i de intcrprl'L\(i,.,11 simbólicasen América Latina. Con razón se ha afirmado que el proyecto de fundar
lkll '' SL' ,·L·l:1(H>fll'!ll'llfrL' si .. \d,·111:is. Ill hihndo sc puL·d,· c·111c11dn c'i\1110 nl·~:i(ir'ii1
1CJllS I ricmpos disciplinadas.
dikrcntes, sc vucl una crítica cultural «auténticamente» latinoamericana fue un fracaso3'. Pero quizá
de pL·11,,1r lo, s1src·nu,,, csf,T.is (ulrur:1k, (t:rnr,, 11:1(\llll:li,·, (()Jlll> s11i,r:rn,i(i()Jl,l-
c11L·i:1 :1 utr:1s csh:r:1•;. d1s(1plm:1s,
ks. crniu" c" · 111 " rcgJ()lLJ
. I ,·,. er(. ) L'll\111, l 'oqtJL''>
I ·
c·st:itl(<" .
c· lll1)1LTll1L',1hl,·, (l!\·<l,
h1srt'ir1c,l de su prodL1(L·1011 1· sus re- 35. csuCon (.ltL'g(;ri:1
respecto a las distintas bases epistemológicas y/o metodológicas de estos conceptos y sus
llc'l\l'll .. ,, · l1:1hiu11 · 1111.1 soh d1lrur:1. lk c,L\ 111.lllLT.\.
.,,{fi,'H:;:t:b:'li:t.f::31::.E;l=;:::;=1:.P! :yu'i!:b$1::.à::lH:;#?«;;
l, tcncmo, quc (l>l1\idcr:ir ··Li co n
no de llOSlltrlls, dcl ado de p,·ns'.ir
m1cmhn,s
supcr.1 r.1111h1,;11 L·I ,·sr.Hisnw de los ,kh:1tl's idemir.1r1"s I los ,k 36.
contradicciones,véanseCorncjo Polar, 1994a, 1997; Schmidt.Welle, 1994-1995, 2000, y Trigo, 1997
h nfti(,1
Gruzinskiculrnr.1 !
igualmente hace uso de las nociones de «lo híbrido» y del «mestizaje»sin diferen-
I isihk 111(l11s" L'Jl l"s rr.1h:1i!ls ,kc ·,rndi,I" 1 l-crn:i11du 1 ,·n estrictamente
rz~,1:1111.irciadas .1kurios ,le (Gruzinski,
los 1999). Pera en su libro prevalece la noción del mestizajecomo una
d gL'll(tilrur:11 :1 tr:11c-s de h reh(1tlll
L'snir"s r,.·1111,r:111lls ,k R.1111:11 C!lrnejll l'ol:ir qu,· ,, sup1,11c!1 1111.1.111111.i.iil categoriahistórica, h-
ctillllr.11procesual en vez de una noción que caracterizariauna «esencia»cultural.
1/ICdlclO(.)I/ de Ci idi,:.;uS, cnrre 11/J~(cl- 37. Estas intentos se reunieron en Pizarro. 1993-1995. Véase también Pizarro. 1985. Parauna
t1111,.1111cT)(.11l,i (c-11 c·l c·,1," ,k !Crnu) ,, d<>s gr:111,k,, sistc111:1, (llil1lr:1ks crítica del fracasork·,·i,knul
del proyecto, Corneto Polar, 1999. Una crítica general del latinoamericanismo ligado
ird, I '!97c1: ',46: IZ1(h:1rd, I'!') h).
\ L·I mdigl'll:1) L'!\ 1•LT111.1neTHL'' c·<111lliu"s (,:11 L'I c,1'() ,k ( 11rn,j,, a este1\,1 proyecto en Ramos,2002.
Ltilturc1I L1tiJ1():\JllCri(:1l1:1Sedequc S11'\L'11 p <11. . I lL' dL'"!Lh_-c1d1.1
.
comprobar '-illf1llL'\t1,,: l.'\llll() Jn~-c·\. ](h ;._'(111ccpr1-1\ rc/1n1..-·1,\~ d(.·...,'---rit<h L'1l
ks :1Ltu:1ks, sc :11-1:1,kn :1lgu11os (t>n-
r
218 FRI EDH ELM SCH MtDT-WELLE LOS ESTUDIOSCULTURALESEN Y SOBREAMÉRICA LATINA 219

la autorreferencialidad y la autocrítica de los estudios culturales latinoamericanos, A pesar.de estas câmbios políticos y culturales que influyeron en el desarrollo
aunque se encuentren f?zsfafw /lasca/zdf,ya han mostrado que en tiempos del fra- de ]os estudios culturales latinoamericanos, ellos siguen arr mados a las mismas
caso'de las grandes narraciones y de los conceptos totalizantes y en una época de constelacionescognitivas que ya caracterizarongran parte de la crítica cultural
creciente conciencia del carácter de construcción discursiva de las identidades, esta latinoamericana y, sobre todo, los aportes teóricos de los críticos mencionados
crítica «auténtica»ya no face falta. antes (Cândido, Fernández Retamar, Rama, Cornejo Polar y García Canclini). Es-
Lo que sí hace falta es una crítica de las relaciones entre los estudios culturales tas constelaciones cognitivas, que siguen siendo las más importantes hasta hoy en
latinoamericanos producidos en América Latina y los producidos sobre América día, son: modernidad y diferencia; modernización socioeconómica y/o cultural; la
Latina en las universidades fuera de América Latina38.Además lo que hace falta es cuestión nacional; lo popular; las identidades (nacionales, étnicas, de género, etc.);
una crítica de las relaciones entre los estudios culturales latinoamericanos (tanto alteridad y etnjcidad; neo, anti y poscolonialismo.Por otra parte, se desarrollan
los que se producen en y fuera de América Latina) y los estudios culturales de y nuevas líncas de investigación en las universidades en Estados Unidos y en Gran
sobre oiros contextos históricos, sobre todo una crítica de las relaciones con los Bretaóa.que reaccionana los câmbios políticos y culturales latinoamericanos con
estudios culturales ingleses y estadounidenses. La ventava de estudiar estas relacio- el establecimiento de carreras de estudios culturales en la década de los noventa.
nes podría ser la de sensibilizarnos como representantes de los estudios culturales en los cuales .influyen los estudios culturales antes establecidos en estos países3P
latinoamericanos para temascomo las culturas de las minorias o para una recon- A pesar de la 219 situación precária de los estudios culturales latinoamericanos
sideración de nuestro quehacer académico. Lo mismo es válido para el análisis de como campo de .investigación académica que he descrito en los apartados ante-
las relacionei entre las teorizacionesde los estudiosculturales latinoamericanosy ores, hay un primer auge de ellos en la década de 1980, sobre todo con trabajos
;\ pcsar de t'stos c.imbios po liticov , culnu alcs quc inrluvcron
atrás
udLUs CUit!ILl]es teorias con que se conectan frequentemente: los estudios subalternos y de
latillOCl!llCriCln<lS, sobre en
lascl.culturas
dcsarrollo
populares, la vida cotidiana de los ahora llamados «subalternos.
de los csrudios culrur.ilcs l.uino.uncr icauos. cllos s1guc11 arrimadus a las nusmas
mostL1do LjllC en (ll"I11pll~ de] tr,1-
género, el poscolonialismo, los qzíeer sfz/dias, los /ízffmo/bíspa/zic/cbfca/zosfudies. y los medios masivos de comunicación. Y aunque machos de sus protagonistas no
tos toral1zantt'S v cn u11.1 cpoc1 de consrcluciones counirivas que vu caracn-riz.u on gran p.trrc ck la cr it ic.i cultural
latinoamericana y, sohre tudo, los aporres tcoricos de los criticos mencionudos
practican los estudios culturales conscientemente en estes altos, reconocen más
tarde, cuando se generalizala etiqueta correspondiente, haberlos pracücado des-
d1scurs11·a dc bs 1dcnt1Lbdes, c,r.1 antes (Candido, Fcm.indcz Retamar, Ram.i, Corne10 I'olar v C.ircu Canclini). Es-
LOS ESTUDIOS CUIIURALES LATINOAMERICANOS
. de antesh.i-.t.t
(GarclahovCanclini, 1996: 84; Martín-Barbero, 1997; Sarlo, 1997: 87). EI
pmis, POLÉMICAS Y ra, consrelaciones cogniti\ as, que sigue n sil'.ndo las mis nnporrantes
PERSPECTIVAS creciente interés enenlo popular, la vida cotidiana y en los medios masivos de comu-
1cionc, cmrc los. cstud1os . . culturalcs
., , ; .. dia, son: modernidad v di tcrcnci.i: modcrruz.icion socioccouomica v.o cultural; la
1 . \. l(. >s nroduudos sohrc ,\mertL,1 nicación, sobre todo en la televisión, ya se había anunciado en la década anterior.
t • Debido a una. cierta . «sobreteorización»frecuentecuesrion en1uc1011,1l;
la crítica lo popular:
cultural y loslas estu-
idenridadcs (nacionalcs, etnicas, de gcnno, crc.):
rnia · ·. :\dcm,1sdios lo que_ hacc Lilta
culturales c,
actuales, quizá por el momento ulternoidad \. ctnicidad;
es tan importante nco, anti \ poscolo111,1lis1110.
el empleo de
sobre todo en las crónicas urbanas en México (Carlos Monsiváis, Elena Poniatows-
Por otra pane, sc dcvarroll.m
cultur.1\cs lat1no,1mcncanus
.
la teoria «correcta» (rantu I como la confrontación de los modelos
nuev.is line.iv deteóricos con el en
invcstizacion objeto ka, Cristina Pacheco,entre otros) Pero es en los trabajos de Monsiváis y de jjean
las univervidades en Esr.ulos Unidos \ en Cr,rn
i1u) \. Ith esrnd1us cu]rnr;1lcs_· c e \. Franco en los cuales se investigan estos fenómenos más a mondo,y en los cuales se
; .
n,1 crinc1 de las

de investigación
reL1uont,
teorias os
. . . (Daniel,
LOn
y metodologias,
I 2004: 464-465). En
este aspecto a vices
Brcui'ta
el tiende
quc re.iccionan
los debates
establecimie
actualessobre
nro de carrcras
a desaparecer.
a los distintas
c.unhios polfticos v culrur.ile-, latino.uncricanos con
La conexión
relacionan cultura de elite, cultura popular y cultura de masas,por una parte, y las
de csrudios culnnalcs en la decuda de los novcnr.i,
Li \·cnta1a de csrnd1,1r entre los_estas modelosrehuo- en los cualcs
teóricos (como la transculturacíón, intluvcn Ins esrudios
la heterogeneidad, etc.) y culturnlcs
el culturas locales, las regionales y las'internacionales, por otra (Franco, 198 1, 1989,
antes csrnhlccidos en cstos pulses ''.
scnUntt'S . de lo, 1996, 2002; Monsiváis, 1987, 1995, 2000; Sarto, 2004a: 158).
.análisesde
cstud1us _ prácticas _ . simbólicas o textos en el sentido
culturalc,
A. pcsarmásdeamplio la -iruacion prccariaesde lo, csrudios culrur.ilc« L1ti110,1111crica11os
de la palabra,
de las 111IllllrI:1' o par.1 un,1_ r eton-. Mientras que Monsiváis trata estos temas en una mezcla de crónica periodís-
decir. la transformación de teoria en metodologia como carnpo de invesrigacion
de investigación, acadcrnica que he dcscriro en los ap.irtados ante-
es un deside-
m1smn c, L1lid(, rátum para cl a_n,1l1s1s c_lc
. de los. estudios culturales latinoamericanos la la dccada de 1980, sohre yrodo
tica ensayo cultural, y el enfoque de Franco se caracteriza por las metodologias
rrorcs, enhavlau nactualidad.
primer auge Es denotable
cllo-. en con tr abajos
d1os culrnrales. L1t1no,1mer1c111os I v de la.crítica .literária y de los estudiosde género, los trabajos de Néstor García
falta de verificación de los conceptos teóricos, sohre
por las
una culruras
parte, ypopularcs.
la ausencia la devida una cotidian.i de lus ahorn llarnados -sub.ilrernos-
lltc: los estud1os suhalrernos \ ( t c Canclini en la décadade los ochenta marcan la transición entre la metodologia
fundación teórica en muchas de las interpretaciones \ los medics masivos
concretas, pordeDera.
comunic.icion. Y aunque muchos de sus proragonistas no
los l,1ti11u:'his/hlll/CCl!lc,11w st11< 1cs. Sociológica y la de la antropologia social o la interdisciplinariedad de la década de
A comienzos de la década de 1980, 1ospracric.m estudios culturales
los esrudioslatinoamericanos
culrur.iles conxcicnrcmente en cstos anos, reconocen mas
los noventa (García Canclini, 1982, 1988). Aunque en García Canclini se notan
se establecencomo una línea de investigación, rardc,aunque
cu.mdolas sc faltas
generaliza la eriqueru corrcspondicnrc, hubcrlos pr.icticado des-
metodológicas,
de antesen(Garcia Canclini, 1996:
tanto la influencia de Pierre Bourdieu como ]a de Antonio Gramsci, él no se puede
8-t; Mar tin-Bnrbero. 1997; Sarlo, 1997: 87). El
Tl:\\l
la inexistencia de programas de estudios culturales
\\!UZI( .\:\U,:
las universidades en el sub-
liberar, a veces?de las posiciones afirmativas frecuentes con respeito a las culturas
EJZ,J'H 11\.\, continente y la resistencia frecuente de los críticos creciente inter es enLatina
en América lo popular,
con respectola vid.i coridiana v en los medics m.isivos de cornu-
popularesen América Latina en la décadade 1980, posicionesque destacanla
a los estudios culturales impiden su instalación nicacion, sobrecomo
definitiva rodo campoen la television,
de trabajova se habia anunciado supuesta en la decada anrcnor,
resistenciapolítica y cultural per se de «lo popular» en cuanto a todo lo
HL' en l.1 criric.1 cultuL1l 1 (Sarto,
o disciplina !t,s cs(ll-2004b). La redemocratización sobre rodo en las cronicas
en vários paísesy urbanas
el creciente en Mexico (Carlos Monsivais, Elena Poniatows-
que se considera, en un sentido muy amplio, cultura dominante'o. JesúsMartín-
interés enc] elClllpJeu
Il<> l'S Llll llll)'Una!l[t' funcionamiento tk ka, Cristina
de la sociedad civil Pacheco,populares
y en las culturas enrre otros). empu- Pero es en los trubajos de Monsivais v de Jean
Barbero, a su vez, no sólo analiza laproducción y difusión cultural en los mediou
COil c] ubJC[ll al respecto,pero estasúltimas también son un efecto y en fcnornenos mas a Iondo, \ en los cu.iles se
jan las investigaciones
ios I11lldclos (l'llr!COS Franco en los cuales sc invcstigan esros
los dcb,1tcs ,1cnulcs muchossohrt· casosd1st1nL1,
una respuesta relacionan real
al fracaso del «socialismo culrura de elite,al culrura
existente», neolibera- popular y culrurn de m.isas. por una parte, \. las
..
lismo en América
ric·ndc .1 de,ap,1re1..·c·r._ l..1 concx1ull Latina y a la llamada culruras
globalización locales,
económica las regionales
y cultural. )' las inrernacionales, por otr.i (Franco, 198 I, 1989.
1ci,·,n, Li hc'tcrllgenc1cbd,
scmido 11L1S . :1111pl1_u
. 38. de Li_
etc.) v cl
p:1lahr:_1,
. . Un primer\ peso cs
19%, 2002;
Mientrus
Monsivais,
que Monsiv.iis
1987,
. \ en estadirección lo constituyen los trabajos comparativos de GeorgeYúdice,
rr ara
1995,
estos
$ ãE:5Hi: : sina::.=::::
z.;Ê:E%SSl;ÊR
2000: Sarto, 2004a: 158).
ternas en una mezcla de croriica pcr iodis-
:::
Fiske019Esta tendencia no es exclusiva a los 'estudios culmrales latinoamericanos; véase, por exemplo,
gi,1 de 1mc,t1g,1c1oll, 1993, 2003. t', También,
un c csitGarcía c- Canclini, 2001a. tica y ensavo cultural, \. el enfoquc de Franco sc caractenz,1 ror Lis mcrodologias
1· I \ 1 l I I de la critic1 literaria v de los estudios de gcnero, los trahajos de Nestor Garcia
rn<>S en Li .1cttu 1t ,1t · -.s 1wta' e J
Y'

220 FRIEDH ELM SCH M l DT-WELLE


LOS ESTUDIOSCULTURALESEN Y SOBREAMÉRICA LATINA 221

masivos de comunicación y la influencia de modelos internacionales, sobre todo


en los trabajosde Romena
Adorno y Walter Mignolo hay un desplazamientodel
estadounidenses, en ellos, sino también las estrategias de resistencia en el consumo enfoque que concluye en el acto de reemplazar la noción de literaturas coloniales
y las prácticasdiárias de la recepciónde estosmodelos (Martín-Barbero,1987): por la de discursos coloniales'7. Bajo estos discursos colonialcs se subordinan tex-
Oiros, como RenatoOrtiz, enfocanla relaciónentrela noción de cultura nacional
tos que incluyen una variedad de representaciones mediales (alfabéticas visuales.
y la producción de la industria cultural y su difusión en los mediou masivos consi- espaciales,.icon.ográficas, cartográficas) y diferentes sistemas de escritura. "'
derando los trabajos de la «Escuelade Frankfurt», sobre todo los de Theodor W
En la década de 1990 1osestudios culturales latinoamericanos, a pesar de su
Adorno, al respecto(Ortiz, 1988)': situación precária y todavia no resueltaen el sistemaacadémicotanto en como
Implícita o a vecesexplicitamente, todos estostrabajos sobre culturas.popula- fucra de América Latina, se multiplican notablemente.Tanto en América Lati-
reso de maças,medios masivosde comunicación, industria cultural y las relacionei
na como en Estados.Unidos y unos pecos paíseseuropeos (Gran Bretaõa, sobre
entre cultura de elite, cultura popular y cultura de masaso las culturas locales, todo) se realizan trabajosque se inscriben de una u otra manera en la tradición
las regionales y las internacionales, se inscriben en el debate sobre la modernidad
--tanto la socioeconómica como la cultural-- en América Latina42. En algunos de los estudiosculturales.Debjdo a los efectosde la llamadaglobalización ahora
hay más trabajos sobre la globalización cultural y el neoliberalismo, y sobre la
autores, los conceptos de la modernidad o posmodernidad latinoamericanas son
relación entre ciudadaníay sociedadde consumo (García Canclini, 1995, '1999a;
más que una mera constelación cognitiva o una preocupación latente. Bafo la in- Ortiz, 1994; Yúdice, 1992, 2004). A] mesmotiempo, es notable la ampliación de
fluencia de Angel Rama y Antonio Cândido, Beatriz Sarlo y Roberto Schwarz se
los temas.de los estudios
221
culturaleslatinoamericanos.'Desdela formación de la
dedicana la investigaciónde la configuración dc la modernidad en el contexto
ciudadanía hasta la iconografia nacionalista de los monumentos, los museos y las
el,,s 111ttTIL1L.i()J1,1!cs.
de sociedades s"hrcposcoloniales
t<1d,1 como la argentina y la brasileíía. Sarlo introduce la
s de rcsistcnuJ influyente en clnoción c,,11,u_i~() de la «modernidad periférica» en los para rr,1h.1jos
designar delas Rolt-11,1 .\d"rno \ \\'.1lrcr .\lignolo h,n 1111 dc,pl.11:1111icnro tkl
contradicciones
wdclos (1\Llrri11-B:1rhtTo,
internas del proyecto l LJS ). de modernización en c11foq11t· una cultura q11c nacional
L·r>J1c:l11n:supuestamente
en cl :100 de rct·mphnr L1 n"ci611 de littT,Huras L·,do11i:1lc,
re IJ nocu mhomogénea Lk cult ur.i en que lo moderno funciona como
n,K1011al por eje h de d1sc11rsoslegitimador.
y modelo c:ulo111alc,1 Critica ... B,1jo l'sto, discurs<>, colnrn,1lcs SL' suhordin:111 rcx-
l1 c11 lo, 111ed1"' no solamente 111,hll<lS los c:,,11s'.: fll', quc 111L·i111·e11
proyectos nacionalistasy populistas, sino también (en parte a una 1 ,1riL'lbd de reprt'St'11t.1L·1011c, mcduks (.1lfahcrich, \T,tulcs,
t''-PJL·i:1lc,, 1co11,lgr:itic:.1s, c1rrogr:ihL·:1s) \ dikrt·11tcs s1st<:'11L1selde
cine internacional y el latinoamericano (King, 1993).
csnirur:1.
,llbre t()domanera lus de de una autocrítica)
theodor \\'. la participación de los intelectuales de izquierda en
Li dcc:adJ de
fnigualmente I LJ9() losdecstudio, A] mesmo tiempo,
de s11 s.epercibe más claramente la asimetría del poder de los dife-
_ e[[os(Sar[o, ] 984, 1988, 1994y:. Schwarzcritica el empleo ideas L:ulrur.1lcs L1ri110:1111tT1c1110,, rentes
:1 pcs,n
sistemas académicos. Los estudios culturales latinoamericanos se identifican
(Llh,1JU'> sohre cultur:u, metropolitanas
pop11J.1- sit11.1ci<'i11 prt"c:iri.1 \ tod:1\·ia 110 resuL'lt.1 c11 cl s1src11u ac1dcm1co r.111w en d>!llo
o categorias en la constitución de la literatura y la cultura brasi- a veces, rotunda y erróneamente, con ]os estudios culturales sobre América Latina
ndusui.i cultur.il leíía considerando
, Lis rel.icioncs los procesos de traducción tucr:1
eclécticade .\menu y legitimadoraL1ti11:1. SC !11L1ltipl1L·.111
de éstas al !1()t.1hkmcnre. Trnro en .\mcriL·,1 Liri-
11:l cumoJosé en Joaquín
Esudos Brunner,
l!111do, 1· por llevados
11110,sup,,L·os p,11,cs curopeo, (Cr.rn Brcr.11u. "'hrc a cabo en Estados Unidos y hay una creciente tendência de publicar traba-
de mas,h ocontexto l.1, culrur.is latinoamericano
l,JL·:1lcs. (Schwarz, 1992, 2001)".
rodo) St'e re.1l1z,111 tr.1h:1jos los en ing]és (incluso. entre ]os latinoamericanos que trabajan en Estados Unidos)
el dchare parte, soh_re Li .. rnodcrnidad
desde una perspectiva másbien desarrollista impregnada por quc las tesis,c 111,nihc11
de de un:1 u otra m.111er:1 en la rr:1d1ei('>11
de los csrudl()s a los
Deh1do a los ckcr", de Li lla!ll,lth ~lohal11:1L·1,·111. ,1lwr:1
c:1dturale,. latinoameri- cuales los investigadores .en América Latina tienen poco o mngún acceso.Las
America la LH111a'-.
dependencia 1-.11 :1lgu11<1,
cultural, critica la <'heterogeneidad» de la modernidad tendencias más importantes de los estudios culturales latinoamericanos en Esta-
wdcrn1d.1d lnrino.uncricanas
cana cuyos câmbios h:1\ 111:i, rr:1h.1jo,
,011se introducen desde las sociedades metropolitanas y de acuer-
sobre la gl"h,1l1z.1L·it.>11 culrur:11 \ l'I 11tol1h~-r.1li,m,J, 1· ,ohrc Li
. I .
las_l'necesidades dos Unidos los.estudi.osculturales transnacionales,mientras que los estudios
son] 999:i;
,
coc:up:1(1()1]dolarcon
.
cntc. ,.110 ,1 111- del mercado internacional rcl.1u,i11o de t'ntre ciud.1danf:1 \ '1JL1cd:1d
la «globalización» culturalck c:011,u1110 (( ,,1rL·ia C:111c:l111i, I 9LJ5,
On11.. J 9LJ-+; Y1'1dicc. l LJLJ2. 200-+) . .-\I mi,m,) rie!llpo. t'S 1wt.1hlc culturales en América
L1 .1111pli:1L-i(·111 de Latina machas veces mantienen una perspectiva «nacional»
n1 Sari() v (Brunner, Rohcno Sch11.u1 1988, 1989, ,c 1992, 1998)'s aunque no nacionalista
la modernid.idA en_ finalesL·I conrc de laxro IDs rcni:l\
décadade [980, se introduce ademásun câmbio paradigmático de los esrndit>s uilt11L1lc, L1t1no,1111cr1c::111u,. Dcsdt· la tor!ll:ic:ir'm dt l.i en susinterpretaciones, pero estes últimos se dedicar más
l.1 hrusilcnn. enSarlo los estudios111troduc:c coloniales.
J.i Considerando nucvas c:iud:1d,111i,1
nociones h.1:,t:1 l.1 IL·u11()grati:1
teóricas en la antropo- 11.1cio11:1list:1 de Ins lll<Jllllllll'lltus. los 111t1scos \' Lis investigación y menos a'la «sobre-teorización».En Estados
al objeto concreto de
Unidos, \. los estudios 2()04; culturales se conectan con bastante frecuencia a los estudios
.ir:1 des1g11:1r[ogía, ]a semiótica y e] postestructura]ismo, rcprcst'llLk!<>11cs
Li, conrrucliccion.-, y e] debate sobre 11acio11.1ln el Otro inspirado e11 L1s en frri:h mu11d1.1lcs (.-\11dcr111.11111 Ru11-c,
Cr:irda (Todorov,
Cmc:11111, 1987)", J lJLJO: I 5S-J --; subalternos,
(;0111.,ilcz Srq,h.rn, 1996, 2003; ·.knorio ·ri·illo, e] posco]onia]ismo, y e] deconstructivismo. Este empleojuega un rol
culruru 11:1c:1,i11:1lel (y en una crítica del) litro de Tzvetan Todorov
supuL·sr:imcmc La conqzzisfcz decisivo.en los debates polémicos de los estudiosculturales latinoanlericanos de la
' \ nwdclu de .América. seCr1t1c1
kg1t111udor. buscamsuevos caminos de interpretación I 996). desdepara cl dc,arrollo
analizar las urh:111,1
prácticas 1· Li fu11c:1,·n1 de Li arquiteL·tura h:1st:1 cl dcportl'
l; C"ron:1, década de los noventa porque a]gunos ]o consideran como otro intento de aplicar
ms, sino textuales
t:111lh1cn (en p.urc :1 o la literariedad más(:\rclwrri,
alternativas alia de la Jciudad LJLJlJ, 200 letrada. Sobre20U4; todo (,()rt·lik, J 9LJ,'-:, 200-+) \ Lis rcl:1L·io11cs cntrL·
cl L·inc 111tcriuuo11.1l I cl l.1ti110.1!llcric1110 (f-.:111g, [ 99 l). 1.. nas metropolitanas a la historia cultural latinoamericana, es decir, una especie
s inrclccrualcs de 1zqu1crda en
1gu.1lmenrc cl crnplco de ideas .\I !lli,111,J ricmpo. SL' pnciht· 111;is L-l:1r.1111cnrc la ,himctri,1 de! neocolonialismo pudcr Jc lus d1k-académico (Mignolo, 2000)" y otros defienden los s,I'eras
la lin-r.irur.i \41.la También, cultllr,: hr:1s1-
Canclini y Moneta, 1999. J
l'L'lHl',
n·n· s .
Shtc111:1s
rotunda
:1c:1tkm1cos.
con el desarrollo reciente de las industrias culturales en América Latina, García
I
Los
crn',11t-:111lc11k,
c,t11d1os
L·on los la.=':!::8;
L·liit11r.1les
cqudi()s :Ó::ÜÊãi:l'tlgi?3R
'x::J:;:s=hf.
hti110,1111n1c::mo,
L·1ilt11rJles sohrc
sc 1dent1tiL·.1n
:\111enL·:1 L1ti11:1
d1ci \ lcg1t111udor:1 42. Paradeuna cst.1, .ii
interpretación lúcida de los discursosde la nlodernidad en la América hispânica,
. .lusc Joaquin Alonso. Bru1111cr,
1998: 3-49. por ,11 lln·.ido, :1 L·:1ho en Fsud,Js ll11idos I h:11· u11.1 Cl'CL·1cnrc rcndc11c:i.1 de puhlic1r rrah,1-
43.
c 11111>rt·gn,1tb por Lis re,1s Para de
una crítica de ]os conceptos
44. Schwarz muestra, por tetraparte, (Schwarz, 1990)
de Sar]o, ju,
véase c11 inglcs
A]]emand,
a los que n1:1ks
(inL·iuso
2000:
hay excepciones
153-] c11trc
65 los
en la producción
los 111\'t'stigad()rcs
hti110:1mcric111os
t'l1 :\mcricacul-
quc trah.ij.111 en F,r.1dos
L1ti11a ric1w11 puL-<>" 11mg1'111 ,1L.<.:L',(), L1,
lJ11idos)
de la 111odcrnid.1d
tural en Brasil. lat11Hia111n1-
Escritores como Joaquim'Machado de Assis tratan de encontrar formas adecuadasde 19897deVérsej se
dt''- 111ctropol11,111:1s v detextual ,1L·11n- re11dc11L·1:1, lll:is 1111porr:111tcs de los c,rud10, L·1drur:1k, Lirin,umcnc.1110, L'l1Drsposízio,ursos
Esu- coloniales, el volumen especial, editado por Adorno y Mignolo en
representación de su propio contexto social.
do, Unidu, son 2000.
los estudios culturales rr:111s11ac1u11:1lcs, 111icnrr,1s quc lus cstud1os
cl de Li "gloh.1liz:1c1<'1n 45. Con respecto
_
.. cultural
. , .
a una crítica de las tesis de Brunner,
46. Véase también la crítica del concepto de Todorov
véaseTrigo,
en Adorno,
c:ulruralc, en 1991b
:\111criu uÚ $:Ü:llllligmü=i=:',,1= ; ::
L1ti11:1 nrnc:lus 1cL·cs m,111rie11c11 u11:1 pnspedil',1 11.1L·1"11:1l» ::=:.L::ã:;:.;:à:'::#:b=:
c111:1s u n c:1111h10 p.nadigm.irico :1\lllljl!C 110 IUUO!Lllisu l'll Sl!S l!HLTpn·t.1L·iullt'\, pero l'S[()', t'ilri1110, ,c ded!Clll 111:is
r
FRI EDH ELM SCH M l DT-WELLE LOS ESTUDIOSCULTURALESEN Y SOBREAMÉRICA LATINA 223
222

En el nível epistemológico, nos debemosconfrontar con algunos problemas


realizan estudios culturales la denominan <'crítica cultural» (Hugo Achugar, Nelly
de las ciencias en el contexto histórico de sociedades poscoloniales impregnadas
Richard, ef íz/.) para separarse de los estudios metropolitanos. , . . por los conflictos de una conquista en general. EI debate sobre la(s) cultura(s) en
Las posiciones en estas polémicas no siempre se deânen según la procedencia América Latina se conecta todavia intimamente con las cronologias y espacios
de los críticos ni de su lugar en las universidades latinoam.tricanas o las estadouni- nacionalesy transnacionales,y la cultura nacional ha sido, por mucho tiempo, el
denses Hay quienes de6enden posiciones del. latinoamericanismo en las universi- proyecto más importante para definir las identidades. La historia de la cultura, y
dadesestadounidensescomo los hay en América Latina; pera hay también críticos con ella, en estecaso,la de los estudiosculturales,siguesiendo una historia del
que proponen una «internacionalización» de los estudios culturales latinoamenca- «tiempo histórico» moderno a pesar de la confrontación con otras culturas con un

; :1:
:llil11il:iHÜll!'::::=;':.=u:ni=;:
(Morafía, 2002b; Rios, 2003; Sarro, 2004). En estos debates?buchas veceshace
pensamiento, unos discursos y unos paradigmas diferentes. Es decir, tendríamos
que enfrentar la cuestión de un pensamiento poscolonialista y postoccidentalista
más alia de la mera crítica del neocolonialismo en América Latina.
falta una diferenciación histórica de los lugares de enunciación y de los saberes Los estudios culturales latinoamericanos actuales confrontan una creciente mi-
locales -- y isto no solamente se puede afirmar con respecto al menosprfcio:de los gración en vários niveles. En el del objeto dc estudio, se trata de la constitución de
saberesloÍ:atesen las metrópoles,sino también con respectoa la.falta de diferen- sujetos migrantes (o no dialécticos) tanto en la realidad latinoamericana y la de los
ciación de los conceptos metropolitanos en América Latina-:. No son lo con
mismo, paísesa los cuales emigran
223 muchos latinoamericanos como en las representaciones
fre-
por templo,'los estudios culturales ingleses y los estadounidenses, que J;-. simbólicasde estosprocesosde migración. En el nível de los saberesdisciplina-
rica cultural .. cuencia
(Hugo Achugar, se subordinam Ncllr bafo el denominador supuestamente En .común de "estudios
cl rn\el epi,tl'lll()l('Jgiu>, Jl()', dchcmos Uliltronur L'()Jl dos,1lgu1w,
se percibe, más alia de las confesiones de lábios y las etiquetas de moda, una
prohlc111,1s
mcrronolir.mos.
llEÜgijÉ'2i:l=,:=; J; rJ ::! V:i:ie'=i:u:
npre sc dcrincn .scgt'rn la proccdenci.i
~c _las c1c·nLLl, L'll cl cunrc-..:ro lw,t(JrIL.,J de sclL.IL'LLidcs !'OsL·cd"111,1
l 01 ,lm_u>n_tl1u_,>s_
. . de una COI1cJl!Jst,1 en ,-.."L'nLTli , · fl. ckhitl'
,
necesidad
plinariedad.
s"l1r-' t Ji()
de relacionarestassaberesy llegar a una verdaderainter y transdisci-
ic·, 11111,rcgnaLhs
En el snível
, s l · 11 J t ll L1 (._) C II
de las relacionesentre diferentes tradiciones académicasy
dcs iarino.uncricnna-,
académico, o Lis csr.idouni-
en Estados Unidos, estas'posturas:\mcnca se convjrtieronLrnn.1 SL' en L'(Jf1L'L'L1
un debate sobre inrinumcmL·
tocbda sabereslocales
con hs LT<>ll(>l"gi,is existe, debido en parte a la migración de los propios académicos,
\ L'sp,iL·,o,
el multiculturalismo
brm,u111cric1111s1110 en las univcrsi- y las identidades y las culturas J~,lLI0,1laJcs de.minorias.. Tampoco tiGRe
i·. [L111'>nJUl>llaJcs, I Ja Cllitllr.1 IL1L'it>I1;1] ha sido. pero también
fl()J' J1lllCJio debidocJa los nuevoscanalesde comunicacióninternacional (sobre
ticmpo,
ica L1t111,1; pnomucho sentidocriricos
h.iv r.unbicn hablar de «la cultura europea' 1 en los debates. sobre la construc-
l_ o1 LL to m,is 1111porumc !1JLJ dchn1r Lis 1dcnrichdc,,. todo Internet),
L1 h1,r,n1a un fluxo intensificado de categorias teóricas de todas partes. En
de l.1 L·uln1r.1, 1
cion delarinoameric.i-
!us csrudios culrur.ilcs las identidades latinoamericanasentreLlJn modernidad y diferencia, entre «lo
ella, en cste c1s<1. la de los csrndios L'liituL1lcs. '1gue '1Cndo una Ji1q,,riasolamente este sentido, no dL:I existen sujetos migrantes, sino también una cada vez
.uubas A111c;nc1s. corno sey desprcndc
europeo» «lo indígena»,sin diferenciar entre "nempo h1,ronL·o .. modcrno a pc,ar de Li confromaL·ilin
las diferentes naciones europeas y mayor tendencia
L·on ,>tLls culruras c·on un a que las mismas teorias y conceptos del estudio de la cultura
también
ulruralc- puhlicado-, dentro
a p.utir de de
2000 ellas. pens,1m1c11to, unos .d1,cursns \'. uno,- n·1r1d1 n, dikr•'JltL's migren.
j', Por
clt·L·ii· te una l - parte, esta tendencia nos obliga a considerar en mayor medida
, ' · ,-.. ,
o 11 ~ . . . ., , 11 L r u 111 o s
En estos deh.ircs. muchas A pesarvcces de lashace
polémicas académicas, y a vedes puramente académicas, que tien-
que entrentar la L'lICsri,.>n de un pc11sam1cntu !'OSCOlu11ial1sta \ postocL·1de11tal1su las asimetrías en la aplicación de teorias y conceptos migrantes provenientes de las
cs de cnunciacionden av oscurecer
de los xahcrc-,los análisis concretos de los estudios
mas ,1IL1 de culturales
la mcr,1 latinoamericanos,
crftiL-a dcl 11cocolonialh1110 en :\mcnca metrópolis Liriiu. o de la periferia, respectivamente,y tenemos que considerar cada vez
con rcspecto yal amenosprccio
pesar de su crisis de lospermanente como.«disciplina Lo, sincsrnd1os
disciplina»3 cult11r,1lcs larino,1111LTiL·,111os
los estudios cul- ,1crualcs confronLlll más los un,1procesos
nccicntc demi- traducción cultural de estos conceptos. Por otra --y con base
a la falru
n con rcspecro 'urales siguen de diferen-
realizándose e indican más.que graL·1011
los meros en câmbios
Llrios 111vcles. En cl de!o ohJcro
de paradigma la de cstudio, sc trataendeel lafinL·onsriruci,.>n
de las grandes ck narraciones y la decadencia de los conceptos totalizantes--,
America Larina=-. crisesNodeso11 autodeânición
lo 1111s111n. del quehacer académico su1_nusde las Humanidades
1111gra11tL'S y las Cien.das
(u no dialcdicos) Llllto L'll la real1dad L1ti11u,1mniu1 la migración u 1· en la todos
de Jos los niveles mencionados nos permitirá analizar las prácticas
Sociales. Una
v los cstudounidenscs, qul' con frc- de las cuestiones centrales en el futuro será, a
paisc~ ,1 lo, cu,1ks cmigran mi modo de much()s
ver, cómo L1ti11oamcr1c111us como en simbólicas, los textos culturales,etc., más alia de la «pertenencia»a una cierta
las rcprL·s~ntaciones
supucsramerite se cornun
puedede -cvtudios
integrar el saber de los estudios culturales
simbolici, en las de disciplinas
csw.s pr,'.ccsos tradicionales,
de 111ip;rau(i11. En cl 111vel de cultura los sahncs (la indígena,
d1sc1plina-la occidental...). De esta manera, a lo major superaríamos los
csrudios culrurnlesy cómo inglcscs desdeintegrar
se puede sus 11os SC peruhc,
el saber de estas disciplinas mas ,11ia de la,
en la investigación de COl1kSJOl1l'S
los es- de LJbios ) hs l'tiqt1CUS conceptos de esencialistas
moda, una en la delinición de identidades culturales todavia vigentes
por la funcion poliric« del quehacer
tudios culturales sin grandes pérdidas del conocimiento
llt'Cl'Sidad disciplinado.ya
de rcJac1011,1r eS[()S estab.lecido.
sahcrc·s \. licgar :l un,1 vcrdadera en los intndebates sobre las culturas latinoamericanas y llegaríamos a conceptos rela-
\ transdisci-
se convirticron en En un cuanto
debate asobrc los objetos de estudio, los pilll:UICdad.
estudios culturales En cl_ ni\·el de Lis rcL1cionL·, enrrc diferenres rradiL·i,Jnc, ,ic,idcmicis para
latinoamericanos, cionales y migrantes \. los estudios culturales latinoamericanos del futuro.
culturas culta,
ulruras de 111111orias.hasta T1111pncoahoraricn«trataron los fenómenosdesabcres la ciudad letrada, las
loL:,:Jcs e-..:1_,te. dch1do en pane a h 1111grau6n dl· los prupios ,1L·ademico~,
- en los debates sohrc de
'opular, la mesas,
construe- pcro u111h1enladeh1do
los mediou masivos de comunicación, a
construcción Ins nuev_os
qE.jdend c.111alcs de L'0111lll1icacit')l1 inrernacional (sohre
modcrnidad vt'adesdifercncia,nacionales,cntre de -Io género y las étnicas, podrían dedicasseun
rodo. lnterner), menos tlu10a 1ntcm1hcado
los discursos de L·atcgoria, tc6ric,1s de toLbs partes. En
e las difcrenre-,yn.iciones
más a la curope.is
base material \ t.'Stl' SClltJdo,
de las culturas en América Latinano soJamcnte alas
y, además, CXISten
culturas Slljc.·to, migrantes, sino t,1111bic11 una cacb \'l'Z
indígenas más alia de la etnologia tradicional. mavor En.este tcnde11c1<1
contexto, a queunabsde111is111as
las tareas tcorfas \' COllCCptos dcJ C,tudio de LJ cuitl!L1
cces purarncnre de los estudios
acaclemicas, que culturales
rien- latinoamericanos migrcn.
en el futuro Por unasiguepane_. siendo no tcndcncia
csra solamen- nos ohliga ,1 considerar en mavor mcdida
csrudios culruralcste lalarinoamcricanos,
de deconstruir los discursos dominantes y los proyectos
las as1metnas homogeneizadores
en la apl1_cau<'>n de tcorias \. conceptos migrantc, provcnicntl'S de las
lina sin disciplin.i-- del liberalismo
.. , los cstudios cul- triunfante del siglo xix al m~tropoli,
neoliberalismo o de actual--,
la pentena, sinorespccti\'amentc,
también y tencmns que considcr,1r cada n·z
los mcros carnbiosla de de rescatar
par.idigmaen mayor o Li mas lc'.s
grado las voces distintas, deprocesos
la resistencia de traducu6n
y diferencia cultural
con de estos conccprus. Por orra -v con base
de Lis Hurnanidadcs
respectov alasestos Ciencias
proyectos. Además, lo que hace en cl_ falta de
hn son las estudios
grandes narraciones
empíricos sobre y la dec1dcncia de los conccptos rouiiz,111tcs-,
turur o ser.i, a milos modo hábitos y practicas
de ver, c6mo cultumles en'América la Latina
llll~L~CIOn y sobreen todoslas instituciones me11c1011ados nos pcrmitirj analizar Li, pr'1ctic1s
los n1vclcs cultu-
uralcs en las disciplinas
rales y su tradicionales, ,1mbolicas,_ los re-..:tos culturales, etc., 111.i.s a!L1 de Li «pt-rtcncncia»
función social (Schmidt.Welle, 2004-2005)- a una L·icru
iplinas en la inw,tigaci6n de los es- cultura (la mdigcna, Li occidental. .. ). De e,ra manera, a lo mejor supcr,irfamos los
10

EL DESCUBRIMIENTO DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA


luiio Cotler

En términos generales,la inestabilidad política y los esfuerzosinfructuosos para


asentar los princípios democráticos han sido rasgos característicos de la h storia de
América Latina; sin embargo, durante las últimas dos décadas factores políticos

IU
::i:;h:=:'=b n :j:==U;EI.:##Ü<llilrE:
ola democratizadora»que recorre el mundo. La derrota de los movimientos radi-

iêliglliH#RBuiãÉÜHl
EL DESCUBRl\lIEr\TO DEL\ DF\10CIZACL\ EN A\IERICA L\TINA

J11!1u ( o t lcr
Círculos intelectuales, en los que destacabancientíficos sociales,analizaron las

B;4;$111.tl
:i:: ligE5R gi
Wll=.':É.=::::
:J í l:i:;J .;Ü: {: ÜÍliâÊUÜI
[·11 tcTllli11<h gtlllT,lin, la incvt.ibilid.id de la111frtJ([LJ(JS<JS
['<JJftiC:,1 \ Jos., C'-fULT!'.(h democracia, p.ir..
en tanto que fundamento de la libertad individual, los derechos
.lSL'llt.H los prillcl]'ll" .lcrnocr.irico-, h,111 ,id,, r.1sglls c·.1r.1c:rnist1cos dL· Li hi-roria de
.vmcric.t L1ti11.1: <in cmh.irgo, dur.mrc l.1, ultimas dos dcc·,1(b,, t.ictorcs politicos
L' inrclecrunk-v, 1uc1,i11.1k, L' 111tn11.1c:1"11,1ks h.111 propici.ido quc un o rr.is orro de
L''-.t,1, 11,11,L'S cx pcrinu-nr« Liil prucl''<> de t r.mvicion quc ha dado de las transiciones
inicio a la democracia durante la décadapanada también favorecieron
,1 L1 -tcrccr.i
llb dL·111llc:r.ni1,1dllr.1 .. quc rccorrv cl 1m111do. l..1 dc-rr<ll,1 de un lo, debate similar yr.idi-
ll10\·i1111c11tos la creación de un mesmo interés por la democracia.
c.1lcs \ Li implnnr.uiun de d1cradt1r.h mi lit.ucs en los p.iiscs Lkl C:0110 sur, dur.mrc
Lis dc·c.1Lh, dL· !," sese11L1 1 !u, ,L·tcnra, moti , .uo n el surgirniento de movimienros
de resistcnci,1 \ u11.1 ,n1c de deh,1tes ,llhn· lu, t,1c:wres que dcsc1Kadc11.1rn11 L'SW,
rc-ulr.id.», 1· Lis (()J1d1c·Hi11cs l''1L1 rcmonr.ulos.
( ircul.», intclccrualc-; c n lo, LjllL' dL·st,1c1h;111 cl<:'lltiticllS sucuks, ,111;1!11,1ro11 l.1,
h:hl'S 1dcuk1giL·,h \ l,1s tr.Jyt:ctori.1, tk !us movmucnto-. n.u ion.il-popularcs: ,11'<1r-
r.non <:'klllL'IHos Lk JlllL·1,1 .1 Lis crit ic.r-, en curso, ,1 Lis couccpcroncs 111,1r-..1sL1s 1· ,1!
socialismo rc.il: rn 1s,iro11 los .1purtcs de l,1 soci.il-dcrnocracia 1· dcl pe11sc11111e11t,>
lihcr.i], F-.rc cJcrL·ILitJ 111t<:'kdt1J! conrribuvo ,1! ··dL·scuhri1111L·11t,i» 1 d1fus1,.111 del v.ilor
de L1 dc11wcr.1c:1,1, <:·11 r.mro qm· tuud.mu-nto de l.i libcrr.id individual. los dcreclws
L·iuLhd;1110s I Li ncccs.nta clllll i1 L'llLU de idcntid.ulc-, c 111tnc,cs plur.rlc-, h.110 cl
.unp.uo Lk i.J In. I..1., (Ulllllll(J()J1es ',(l(i,ilc, I pulit1c,1s qtll' L',pnillll'll[;\rtlll .\lc,ic<l,
Y'
JU LIO COTLER EL DESCUBRIMIENTODE LA DEMOCRAC[A EN AMÉRICA LATINA 227
226

reducción de las atribuciones del Estado en favor de los agentesdel mercado glo- mientos nacional-populares y sus líderes asumieron la representación orgânica de
balizado frenan el desarrollo de los derechos ciudadanos. Las críticas y presiones
los contrastadosinteresessocialesy de la comunidad nacional, mientrasque en
México e] monopo]io po]ítico de] partido governante y el acentuado presidencia-

H Hgl Hall:l:l:lSHil lismo del régimen posrevolucionario organizaron la representación corporativa


de los intereses sociales en el Estado. La articulación de viemosy nuevos actores y
prácticassocialesen el Estadopropició que la escenapública seviera plagadade
contradicciones: de ahí que esta solución de compromiso se comparara a un «mu-
la Iteernactonat3:ciontecono=lica y política.rayectoria de los câmbiospolítico- seo viviente» en el que se superponían y se cruzaban diferentes tipos de agentes,

BÜ$ÜEli$::n;Ü:il;:;:pi::l
examina algunas'contribuciones y circunstancias que favorecieron la crítica a .di-
intereses y comportamientos, correspondientes a distintas etapas históricas '
Esterégimenpolítico propició la activa intervención del Estadoen la econo-
mia. A raiz de la crisis de la década de 1930, la caída de los precios y las ganâncias
provenientes de las exportaciones primárias paralizaron las inversiones y provoca-
cho comportamientoy el descubrimientode la democracia;la última pasarevista ron el desempleomasivo, lo que condicionó el desarrollo de múltiples presiones
a algunos problemas y posibilidades de la consolidación de este régimen. para que el Estado remediara tal situación, en tanto representante de los intereses
colectivos.
,) ! I (.1 t.. ( · I. I' 227
LA TRADICION POLITICA: REFORMAO REVOLUCION La restricción del comercio internacional durante las décadasde los treinta
y los cuarenta creó condiciones de protección a la producción doméstica; lo que
or de los agcntes La de! mercadu
crisis glo- de los treinta marcó unmicntos
de la década punto de nacional-popularcs
inflexión en la historia lideres .isunucron la rcpreseuracion
v su-, con- aprovechó or g.inica
el Estado de para estimular la industrialización por sustitución de importa-
critic1s y pres1011es
udadanos. Las temporânea !us contrnsr.ido-, mrereses socialcs v de la cornunidad nacionul,
ciones, inverter enensectores <.estratégicos»y destinar recursos para la construcción
micntras que
de América Latina, porque propició la e.mergenciade nuevos actores
Lrncon erosiunar, bs cxpectanv:1s Mexico el rnonopolio politico de! parrido gobernantc v el accntuado de obrasprpúblicas
esidencia- a fin de animar la demanda interna, aplacar el desempleo y el
en la escenapública a través de organizaciones e ideologias nacionalistas y socialis-
genda de d1sCUSJOl1 C0111prendc Ja lismo de! regimen posrevolucionario org.uuzaron la rcprcscnracion
descontento corporative
social. Estas medidas de inspiración keynesiana sustentaron los lazos
tas, que dieron inicio a la ruptura de la dominación tradicional.
mcjorarla en las nucvas ccmd1uones de los inrcreses sociales en el Estado. La arriculacion de viejosdev lealtad nucvosyacrorcs
control \ político de los movilizadossectoressocialescon los jefespolí-
En los casosde incipiente desarrollo económico y complelización social.---como
pr.icricas sociales en cl Estado propicio que la esccna publica ticos sc viera
y losplagad.,
burócratas,de en tanto que el contrai del aparato político les permitia re-
, .
ravectoria de !us camb1os poln1co- conrr.idicciones: de ahi que esra solucion de compromise se co111p,1L1raa un «mu-
producir las vielas atribucionespatrimoniales y conceder pretendas a sus clientes.
seo vivientc- en el quc St' superponian v se cruz.ihan difercntcs De ripos
ahí la de agcntcs, de las diferentes organizaciones sociales a los partidos y los
a L1tma que desembocaron en el dependencia
mtereses y comporr.uurcntos, corrcspondicnrcs a disrintas ctapus historicas'.
se cx,1m111an las umd1c1011cs )' las aparatos gubernamentales.
Esrc regimen politico propicio la activa inrervencion dcl Estado en lade ecorio-
d1c1onaL y sus etectos; la seguncb A partir 1950, la reaperturadel comercio internacional y la aplicación gene-
111i,1. .-\ r.uz de la crisis de la dccada de 1930. L1 caida de los prccios y las ganancias
C!aSque tavorec1eron Ja Crit!Cl a d1- ralizada de estetipo de medidas gubernamentales en América Latina contribuyeron
pr ovemenres de las cxportucione-, pr im.irias paraliznron las invcrsiorics v provoca-
HI'l!$EÊi=iil: i :: : ] i:::::l: l
demo~raci,1; la ul:111ia pasa rcnsta
idac1011 de este regimen.
ron el desernpleo 111as1\u, lo quc condiciono el desarrollo de elmultiples
para que cl Estado rt'111edi,1L1 tul siruacion, en tanto reprcscnrantc
a alterar los
crecimiento
de ios
perfiles socialesy agudizar las demandas redistributivas. En erecto, con
presiones
de la población, debido a aplicación de medidas sanitárias, dichos
intercses la relativa decadencia de las estructuras patrimoniales rurales

l$:neunil:UEI IW
factores favorecíeron
colecri vos. y el fomento de corrientes migratorias a las ciudades;incentivaron las inversiones
R\L\ Cl RFVOI llCI('iN La restriccion ck! cornercio inrcrnacional durunrc las dccadas urbanas depúblicas
los neinta y privadas con la consiguiente modificación de la estructura ocu-
y los cuarcnta creo condicioncs de proteccion a la produccion pacional, domestica; lo quc
especialmente por el incremento del empleo gubernamental. La expan-
caudillos militares que aplastaron los movimientos anta-oligárquicos y congelaron
nto de intlexi{m en b hisrona cnn- aprovccho el Estado para estimular la indusrrializacion por sustirucio sión den la de educación
irnporra- pública, particularmentede la universitária, y el desarrollo
6 b cmc;gencia de nuevos actorcs ciones, invertir en sccrores -csrrutcgicos- y destinar recurses para lacomunicaciones
construccion

l Ü#8:ii;$:;nH g
de las nacionalese internacionales se sumaron para reforzar los
e 1deologus_ nauonalistas V soual1s- de obrus public.is a fin de unimar la dernanda intcrna, aplacar câmbios cl desernpleo y cl
en la composición socialy cultural de América Latina.
ciC,n tL1dici011al.., _ dcscontcnto social. Estus medidas de inspiraciori keynesi.ma susrenrarori los lazos dieron lugar a un novedoso e intenso procedo de moviliza-
Estos fenómenos
ico v complepzacion social -como de lcaltad y control politico de los movilizudos sector es sociales con
ción los jefes
social poli- --la «modernización»-- que se enlazó politicamente con par-
y cultural
egmentaci6n estamental Y b _segrc- ticos y los burocratas, en tanro quc cl control del apararo politico tidos e ideologiasre-
les perrnitia reformistas y nacionalistas,antioligárquicos y antiimperialistas,
des "cluale~>•.produJeron eJ entrenta- producir las vicjas atribuciones patr imoniales v conceder prebendas a sus clienrcs.
que perseguían redistribuir los recursos que monopolizaba el bloque dominante,
cbdes politic1s v souales, represen- De ahf la dependcncia de las difcrerites organizaciones socialescomo a los primer
parridospaso y los para la «liberación nacional». En esta medida, dichas orga-
entos e ideologbs anti-oligjrquicos aparatos gubernamentales. nizacionesimpulsaron la intervención estatal en diferentes instâncias para forjar
ci(m polit1co-social de los scctores A parrir de l 950, la reapcrtura de! cornercio inrernacional v la aplicacion genc-
crear las condiciones para el dcsa- ralizada de estc ripo de mcdidas guberrumentalcs en America Latina contribuyeron
n de los inrercses nacionalcs y pupu- a alterar los perfiles sociales y agudizar las dernandas rcdisrriburivas.1. En Para algunoscon
efecto, autores, esta situación confirmaba la vigencia de la «tradición ibérica» de Améri-

1==EIBÇ:ib:::::::==::;
'::%:u:!'mpí=:::.=
amcnaza ,1 los intereses dom1nantcs
v
tranjero, de los terratcnientes de
el crecirniento de la poblacion, dcbido a aplicacion de medidas
caLatina, basadã en el legado «pactista» medieval, en el que las atribuciones parrimoniales del monarca
sanitaries. dichos
artiçulabandistintos cuerpos y fueros sociales.Véanse Guerra, 1992; Morse, 1982, y Wiarda, 1997.
factores favorecicron la relntiva dccadencia de las estructuras parrirnoniales rurales
y cl fornento de corrientes rnigrarorias a las ciudades; incenrivar on las inversiones
orden ex1stentc por la grac1a div111a
v'
228 JULIO COTLER
EL DESCUBRIMIENTODE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA 229

actores nacionales, en vista de la debilidad de los capitalistas nativos para hacerlo


por su naturaleza rentista y dependiente del capital externo.
Estos proyectos políticos también se vieron impulsados por el espíritu que ani-
maba la época. La descolonización y la guerra de Vietnam; la Revolución Cubana
y el mito del Ché Guevara; el aggíor/zamenfo de la lglesia católica y la irrupción de
la Teologia de la Liberación; mayo del 68 y la «contracultura», concurrieron con
[os câmbios estructura]es de orden interno para ]anzar a ]os ampliados sectores
medios universitários y al grueso de los trabajadores urbanos a la conquista de las
reivindicaciones nacionalistas. .=:=:=:U:i::\:!:=:=
J=T:E:=:==:UT::lZJ=.
:Tl:
En este ambiente de transformaciones sociales y de enfervorizado clima ideo-
lógico se intensificaron las presiones antioligárquicas y antiimperialistas, con di-
ferentesresultados.Producto de esaspresiones,entre ]a décadade ] 950 y la dc
1970 en Bolivia, en América Central y en el Caribe estallaron movimientos re-
câmbio, para los monetaristas, el desgobierno fiscal y la intromisión del Estado en
volucionários; en el marco de la Guerra Fria, cada uno a su turno se enfrentó a
la intervención norteamericana, con las consecuenciasconocidas. En Colombia,
dichas tensiones dieron lugar a un «pacto de caballeros» entre los sectores domi- É;:: lüáilEHillXlf
E;lW;ll=jH8:=i: 229
librio macroeconómico y favoreciera el desarrollo de los mecanismos del mercado.
c1piulisus nantes
n.ttivos que
p:ir,1desembocó
h.iccrlo en una prolongada y sangrienta
ri,1mcmc sublevación
mcd1dc1s de popular, cuyas que .suspcmlian los p.1ctos sociaks \. rcpri-
'1JLI'1c ccon<'im1co
Los estructuralistas-reformistas impugnaban estas soluc ones aduciendo que
1\ c x rrrno. secuelas. siguen
. presentes
. hoy. En Perú, las infructuosas fórmulas políticas
mun I.is L'IUrdcud.1, protcsLb de tran-
souc1k,. Esre ctccto pl'nduLll' Llc Li L'COnomia v de
ellas agudizarían la concentracjón económica, el dualismo social y la dependencia
llpLikidos ,,orsacción que se
cl csp1rirn qucintentaron
,1111- aplicar durante la década de los
J,1 polinu sebentacondicionaron
se trcidi!jo l'Jl ll11'1 pol0rnici ,Kadcmici que opo11iaa factores bs JlllCrprcLKI;llll'S
externos, lo que podría desembocar en situaciones explosivas En tanto
Victu.trn: l.ielRcvolucion
surgimiento de un gobierno militar que decretó
(uh,111e1 reformas
\' soluuonl'S nacionalistas; pero,
·csrruct11r:1l1su,, , ... I1Hllll't.1r1,L1, .. p.1r;1 L''>plic1r ,. monetaristas-liberales
rcsohtr los nules al'gumentaban que las soluciones de los estructuralistas
paradójicamente,
Li lgks1,i c1t<il1c.1 \ Li irrupcion éstas de incentivaron la movilización política
de yLi el desarrollo de clarus,
mo-
vimientos
c<>IHL1Ctiltt1L1",
lanz:u ,1 \usen
insurgentes.
concurruron cun En Venezuela, después:1de
1959 se constituyó
.unpliad.»,
enLk·micus

seer ores un régimen de compromiso


una década
vastos
regic'm.
Sl'dOrcs dededictadura
Lospolítico
!'or sus
Li orin1< ll10
militar,
ptih\1ci l'll ..\111cnc1 L1tin,1.
que persistió
cstructur.1\1sus aducfandurante
=:n='s=:==El:ó=,'=iJ:ü
lii ililiHHHll
1sos politicos d1che1 poJ~;mica cDmpromui(i

sociales. v lc1 ngcnci,1


que L1 co!lCL'l1tL1Ci(·,n de la prop1ed,1d
ores urbane», 30 :1 l,1aftas ininterrumpidos,
(()lll]LiisL1 lie I.is al amparo de la renta de petrolera Estado.arc,1ic1s cr.111 Lis princip,1lc, causas de la crisis
csrructur.1s delsoci,1\cs tisc,1\, dedeLh
EI desenlace este debate estuvo determinado por la radicalización de vastos
En el Cono sur tules presionesincidieron para que las
pr_(ltcsr.1s representaciones
popuLircs; por lo qucpolíti-
l'W[><lllian rcd1srrihuir cl mgrcso v la rILJLilLl,y am-
sectores medios populares que impugnaban los p]anteamientos ]iberales, en tan-
cas compitieran
s v de cnfn,·oriz.1do en el dictado de políticas distributivas
clim.i idco- que resultaron
pli,1r la dcm,111da en el\.1desme-
\" e:-;tcndcr ocup,1cH>I1 de l.1 f'ohlacic'111 "ilurg1nal ,. en los de sector,s
to expresión los jntereses dominantes y, de oiro lado, cuestionaban la solución
dido gasto público.
uic.1s , ,111\Jilll)'CrI,1\i,Lh, U>ll di- Esto más el incremento de modnnos de Li ccunomL1. I\irJ l'Jl'CLitJr ul pLrn, los estructur.1listas posrulah,111 lc1
las importaciones, cn circunstancias
que la de compromiso policlasista,porque manteníaintangible a los grupos de poder
cntrc la lk·c1lh de política
J LJ~() \" de
h de industrialización desalentaba las exportaciones,
111d1spem.1hlc \' .1ctiv:1y111tcnlos términos
enu<.>n t'st:ital en l,1 ,1cti\1Lbd eco1H'nrnc1
tradicional v asociados
sc,c1al. En con ]os poderes externos que impedían la expansión de los
del intercâmbio
nril«. cst.11\.ir()n Jll()\ 11111e1Hoscomercial
rc- favorecían a los países
c1111h10, desarrollados en perjuicio
p,1ra los Il1(>IlCt:1nsus, de
cl desgoh1cnw tisc,1\ \. la 1ntnll1l!Si<in
derechosd~I sociales.
Fsudo L'n ' ' """ '- '"'
América Latina
1da 11110 :i -u turno sc cnfre11t('l J de acuerdo a las teses
de la Comisión Económica para América
la economiJ er,111 los mori\'<h cc11trc1lcs de los prol~lenus del pais, por lu quc sc
Latina l·.11
L'Il(JJs (l>IlllCid.is. (CEPAL)--,
Colornbi.t.fueron motivos para el creciente prec1sabadéficit fiscal, endeudamiento
un,1 gcsticin pt'1hliL·a has:1da en crirn1os tfrnicos, quc 111,mruviera cl l'(jl!I-
e inflación durante la década de 1960.
h,1\\crlls" cnrr c l()s sccrores d()mi- libno 111acroeconc'1111ico \. favorecinJ cl dcsarrollo de los mccmismos de\ mcrc1do.
grie11L1 suhlcL1Ci(i11 Invariablemente,
P_"l'Lihr, CLIL\s los dirigentes de los movimientos nacional-populares res-1mpugnc1han c,t:1s ,oluciones aduciendo que
Los csrructur.1l1sras-rdor1111st:1s
ponsabilizaron
ruosa-. t(lrrnul.is pol1r1c,1s Lk al bloque oligárquico de estaelhs
rr:111- situación, mientras
agudizarian que los grandes
b conce11tr:1ciCln eco11c'nnic.1, el du.1lismo soci,11 v la dependenL·ia
propietarios
,1d.1 de \os sc,cnt:i replicaban achacándola a la demagogia
(O!ld!(l<lllCli'()Jl ,1 t.1crorcs«populista».
externos, Estas lo qucmutuas
11odri.1 re-
descmhoc.1r en ,ituaciones e:-;r\osivas. En umo
L't('> rc-Iormas criminaciones
nncion.ihsras: constituyeron
pn(), seãalesevidentes losdel resquebrajamientode
n1011eunsus-libcr,1lcs los lazos
,irgumenrahan quc las snluciones de los cstrucruralisras
<'>11 p()litiL·.1, corporativos
cl dcscirr()llu ylkde mu-clientela que vinculaban a esuhan los completos
condenad,1sactores socialesy sus
a profu11d1zcir bs d1stors1oncs ccon(·>micas, mientras sus phn-
un.i dcc,ilb respectivos
de d1cudur:1partidos rnilit.tr, con el Estado; en la mesma medida,,1lc11tari,111
team1cntos daban muestras del de-el uecim1ento v la rcducci611 debs distanci:1s
la 111vns1(·>n,
terioro
() j'()liti(() ljlll' de la dur.mr
flCJ'SJSti(°i capacidad c de arbitraje de los dirigentes
sociaks. de los movimientosnacio-
11ctnilcr.1 dcl nal-populares
Esr.ulo. y del Estado para amainar los conflictos distributivos.
El descnlacc Es decir,
de cstL' debate las dctnminado por la radicaliz,1ci(in Lie vasto.s
csn1,·o
diâcultadas fiscales
:1 quc Lis rl'prL'Sl'llt:lCi()ncs politi-y sus consecuenciaspolíticas dejaban
secrorcs ver la
mcdio, precariedad
\ po11ubrcs deimpugn,1han
quc las los 11L111tcam1entos \ihnale,, en r.rn-
bases institucionales
un, :is quc rcsult:lr<lll en cl Lksme- del régimen de conciliación social, con excepción de México
ro e:-;presi(in de Ins intcreses drnrnnanrcs v, de otro Lido, cuestionah,111 \.1 soluci<·,11
s import.uionr«, donde en la solidez del partido del Estado permitia
urcun;t.111cias controlar y reprimir
de UlJllpromiso policlasistJ,los reclamos
pnrque m,111re11i.1 inungihlc a los grupos de podcr
sociales y sus
Li, c:-;port,1L·1,,m·s, v los n-ruu no-, expresiones políticas. trad1c1onal asuuados con los podcres cxtenws quc 1mpnlian la e:-;pc1ns1<'>11 de los
fscs dcs,irrulbdus Por en elmo, durante
pcrjutcto de la década de los sesenta, en distintos
dercchos S<Kialcspaíses
. se observaron La competencia entre las facciones nacionalistas y marxistas latinoamerica-
câmbiosp,ir.1
)mJsI<.>Il l~Lun<·,rnic.1 bruscos de los gobiernos o golpes militares
:\mcrici destinados a executar
En e,us cond1cio11es, Li tl',IS autorita-
sohre la ,,dependenc1a» contrihuni a repLmtecir el
nas ---en las que se confundían católicos, moscovitas, maoístas, troskistas, castris-
cntL' ddicir hscil, c11dcudc1m1l·nru debate sohre la prohkn1e1tiu l.itino,1mcr1cin,i -en los tcrminos que h,1hL111 sosteni-
Y'
J U LI O COTLER EL DESCUBRIMIENTODE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA 231
230

tas...-- dieron lugar a un acelerado «movimientismo» social que .sustentabauna Las protestas por los actos criminales de las dictaduras y las críticas a empresas
suerte de democracia roussoniana y en crecientes presiones al Estado para ganar el y gobiernos extranjeros por su respaldo se acompaóaron de recriminaciones en y
control de las organizaciones sociales y, eventualmente, la dirección revolucioná- entre las desbandadasfuerzas nacionalistas y marxistas. Unos acusabana otros por
ria Las movilizaciones de universitários y de trabajadores y el intenso debate entre haber impulsado irresponsablementelas movilizaciones contra los gobiernos, o
porque no habían sido suficientementeaguerridas para reduzir la resistenciapolí-
las posiciones nacionalistas y marxistas.enardecieron .susânimos antagónicos, y de tico-estatal de las clasesdominantes.
estos con los grandes propietarios, con inusitadas dosis de dogmatismo, sectarismo
Mientras tanto, sectoresde la lglesia católica y organismos amparados por ella,
y mesianismoque se volcaron en brotes insurreccionales.Mientras, los esfuerzos
de conciliación eran denunciados y marginados por responder a criterios «peque- en el Cono sur como en atrás áreascríticas de la región, se volcaron a la defenda
íío-burgueses». . . . . . de los derechos humanos. Para los médios allegados a las dictaduras, estas accio-
"' EI agudoy generalizadoestadode incertidumbre y temor que produto la crises nes constituyeron una demostración más de la infiltración marxista en la lglesia y
âscal y las movilizaciones socialesllevaron a los guardianes del.orden del Cono un recurso para proteger a miembros de las clasesmedias y altas pertenecientes a
sur a enfrentar y derrotar al vanguardismo. revolucionário, con el apoyo de secto- movimientos católicos radicalizados--puesto que anteriormente la lglesia no ha-
res de la población, cuyas posiciones sociales se veían amenazadas,y de empresas bía prestadoesaatención a las represionescontra obreros y campesinos--; lo que
denominadas dic- determinó el distanciamiento y la desconfianza entre ambas instituciones tutelares.
y gobiernos extranjeros. Este desenlacemilitar dio lugar a las
tadurasburocrático-autoritáriasen el Cono sur y que los sectores.radicalizados
,I__I! Esta sostenida231
defenda de sectores eclesiásticos a los acosados por la represión,
calificaron de fascistas,fozíf coz/rt. A diferencia de los clásicosgolpesmilitares, sin distingos de su extracción social y afiliación política, hizo posible que ganaran
estasdictaduras se caracterizaron por el monopólio Li,institucional
prorcsr.is pordellospoder actos público
criminulcs de Lis dicradur.i-, \ Li, audiencia
cr iricas anacionalcrnprcsas e internacional; y contribuyó a que la defensa universal de los
t1smo" soc1,1I que susrcnraba una
y su disposición
prcs1ones al Estado para g,111arde v g(>h1ern()s
el terminar, a cualquier.precio, con lascxrr.injer
.organizaciones os por su rcspnldo sc acornpanaron de rccriminaciones en vsurgiera como un elemento político de importância crucial,
p:olíticas derechos humanos
incluso entre los por
que la habían descalificadopor su raigambre y connotación bur-
revoluciona-socialesapegadasa ellas;entrc
y las asociaciones
lmcnrc, la dirccc?t'in al .mesmoL1s dcsbaudadas
tiempo que fuerzas
autontana nucionalisra-,
y 1 m.irxrstas. Unos acusab.in a orros
tecnocráticamente impulsaban el desarrollo h.iber capitalista. Sin embargo,
irnpulsado irr la dictadura Lis movilizucioncs contra
esponsablcmenre guesas.lo, Más aún
gobier nos, quando
o la defensade los derechoshumanosadquirió carta de
a1adorcs y cl mrenso debate cntre
porque no h.ihian s1do suficicnternenre ,1gunndas para rcducir ciudadanía
la resisrcncia mundial poli- por las iniciativas de organismos no-gubernamentales como
cron sus e1111111os antagcmicos, y de
chilena logró un grado de estabilidad mayor que las obras del Cono sur; entre otros
motivos, sectansmo
porque la sistemática represión política tico-csr.uul
de Pinochet de las .se clases domin.inres.
acompaííó con la Amnistia [nternaciona[ --ganadora de] Premio Nobe] de ]a Paz--, ]a Carta de ]os
s dosis de dogmatismo,
aplicación Mientr.is
de'medidas económicasortodoxas; en consecuencia,el gobierno pr(:: r.mto, secrorcs de la lglcs1,1c1tlilic11· organisrnos 77 y la
amp.ir.idos campaâa por para
ella, mantener viva la memoria del Holocausto; así como por la
c1011;1]es. Ivl1cntras, los cstucrzus
cindió de los mecanismos corporativos y los
en lazos
cl de
Coll(> clientela
sur CO!llU que enhabían
orras ligado
cireas crir icas de la region, se estrategia
volcnron .1 del
la gobierno
de rensa de J. Carter y del Vaticano contra el comunismo, que cul-
pur responder a crirerios «peque-
la sociedady el Estado. de los. dcrcclrn,
. hum.mos.
, .,P.1r.1. los mnlios .illegados a las dicr.idurns. minaron esras con laaccio- suscripción de convenios internacionales.
La decución nes de
autoritária de la liberalización co nvntuveron
la economiauna de movtr.uion
permitió el sanea-m.i-, deb intilrracion 111,1rx1,u Sinenembargo,b lulesia elv interés del gobierno norteamericano en la defendade estos
mhrc \ tcmor que produJo la cr1s1,
miento y el crecimiento económico, así como
un el restablecimiento
recurso para prorcger del ,1 .orden.
micmhro-, Por ck Lis clascs medias v derechos
alr.is en América
pcrtcuccicntcs .1 Latina se redujo considerablemente durante la década de los
os guardiancs del orclcn de! Cono
esto. la dictadura chilena gana legitimidad en vastos sectores de la sociedad y del
movinue nros c.u olicos radic.ilizado-, -rsue,tr1 quc anrertormenrc la lglesu no ha- ochenta, por el impulso que dio el presidente R. Reagan a la Guerra Fria. Mientras
uc1onario, con cl apoyo de secro-
extranjero;
veian amcnazadas, y, más aún, se convirtió en modelo
y de empresas hiadel prL·sudo
desarrollo es.1 político
atenciony aeconómico,las reprcs1,,11e, contra obreros 1· campesino,-; era manifiestamente lo que hostil al «totalitarismo»de los gobiernosy los movimientos
en diversos âmbitos internacionales. dctermino cl distanciam1e11ro v Li dcscontianza e nrre ambas insriruciones tutelares. revolucionários en América Central y Cuba, por su asociacióncon el «imperio del
dio lugar a las denomrnadas d1c-
Esra sosrenidu defensa de sccrorcs cclcsi.isricos a los acosados por la re presion, mal», este gobierno hizo la vista gorda y consintió las dictaduras «autoritárias» de
r y que lus sectorcs radicalizados
sin disringos de xu cxtruccion xoci.i! , .itiliacion politica, hizo posihle que ganaran sus aliados anticomunistas del Cono sur. A su vez, Reagan atacó la participación
a de los cle1s1cos golpes milirares, LA ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA
audicncia 11c1c1011al e internacional: 1 conrribuvo a que la dcfcnsa universal de los de sectores eclesíales en los procesos revolucionários centroamericanos, lo que re-
lio rnstituc1unal de! puder pt'1blico
dnt·clws hurnano-, surgier.i coruo forzó
un cle mcnto politico de import.utcia crucial, las posiciones antagónicas de los militares hacia dichos sectores de la lglesia;
o, con las organizaciunes
Las traumáticas polfticas
experiencias causadas por las dictaduras del Cano sur --así como
cntrc los que Li habiar: dc,c,1litic,1do por su r aig.uubr« v connoracion bur- pera, del otro lado, contribuyó a acercar a los perseguidos políticos a la lglesia
mismo tiempuporque lasautoritarta
guerrasciviles Y en América Central y inclusolos movimientos subversivos en algu-
gucsa,. \ Lis ai.'111 cuando b latinoame-
ddcnsa de lo, dercchos humanos «progresista».
adquirio car ta de
pitalista. Sm embargo,
nos países la dicradura
andinos-- contribuyeron para que intelectuales y políticos
ciudadania La defensacorno de los derechos humanos por determinados sectores eclesiales se
e las urre1s de! Cono
ricanossur; atravesaran
entre otros un período de análisis que los llevómundial a desistir pordelas sus iruciativ.is
pasadas de oruanismos no-uuhernamentalcs
a de Pinochet se acompa11('> ycon la . .\111111sric1 lnrern.icional -ga11,1dorc1 dcl Premiu Nobel de I;; ceóía
Paz=-. a
Li los
Carta preceptor
de los mordes cristianos de proteger la vida, la seguridady la inte-
convicciones a favorecer valores y prácticas .democráticas.
en consccucnc1a, elLagobierno ""7 \ l.i cumpan.i para manre ner \ ivn la mcmoria de! gridad
Holocausto; ,1sffísica
corno de todos
por la los individuos, en tanto hinosde un mismo padre; y ampa-
prisión,pr<:s-tortura, exílio y muerte de miles de dirigentes,militantesy simpa-
azus de dienreb tizantes
que habfan L'Strcnegi,1 tkl gohicrno
ligado políticos, así como de.susfamil.iares y allegados, constituyeron
de partidos de J. Carter 1· dcl V1tiL·a110 contra el rar sus
co111unis1110, atribuciones
que cul- individuales para que desplegaranlibremente sus vocaciones
minaron con la <uscripcion de convenios internacionales. cívicas y religiosas. Para tal erecto, el amor fraternal cristiano debía inspirar la
el primer pasopara la destrucciónde fales organizaciones,de .los sindicatos,las
de la cconomfaentidades
permitir'> estudiantiles
el sanea- y culturales; en general, S111decmburgo,
las asociaciones dcl goh1crno norte.unericano c11 tolerância
cl intercsconstituídas la de tenxay comprensión
de cstos entre individuos con intereses diferentes, de manera que
considcrublernenre encaminase
Li lasde distintas voluntades al logro del «bien común». De lo que se podia
;i;=:i:ã;l; ã;i'é;h«.« d: «mp-'mÍ;' .-
cl restablccimicnto de! orden. Por 'l C-..;-
dcrcchos en America
EI t«-.- ««ló l., ""fi'"'
Larina se redujo dur.mrc
conc[uir
dccadu los
soc1ecbd y dcl
vastos scctores ydeellatriunfalismo de los jóvenes e intelectualesochcnra.
radi.cales por en cl impulse
suspropósitos que dio revolu cl presidcnrc R. Reagan ab Cuerra l r que [a protección de [os derechos humanos era potestad y ob]igación de]
ia, Mienrras
del desarrollu politico
cionarios;y ccon6mico,
despolitizó y retrato las expresiones era m.uuticsr.uncnrc
socialesa la esfera hostil
privada,al -ror.ilir.uisrno-
lo que de los guhicrnus v Ins movimicntosbafo la conducción y fiscalización moral de la lglesia católica.
estado de derecho,
culminó en «la paz de los cementerios». rcvolucionnrios en ,\111enc.1 Ccnrral I Cuba, por <u a~ocuc1,·m Más ccm aliacl .. de las supuestas
impcrio de! intenciones de ciertas autoridades eclesiásticasde aprove-
111.1] .. , csrc goh1crno hiz o h nsr,1 gurda \ co11simi6 las dicr.iduras .. autoritar i.is- de
Y'
232 JU LI O COTLE R EL DESCUBRIMIENTO DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA 233

char las circunstancias para reunir al dividido redil cristiano baia un mismo y único cas», caracterizadas por su atraso y porque la dominación se ejercía exclusivamen-
pastor, lo cierto es que sus propósitos valieron.para adelantar los fundamentos te por la coacción, motivo para que no contaran con sociedadesciviles y políticas
seculares de los derechos humanos y, en esa medida, para invalidar el relativismo diferenciadas. De ahí que en condiciones de desintegración del bloque dominante
moral de [as izquierdas y de ]as derechas, que justificaban el recurso a la violencia y de incapacidad para ejercer dicha coacción, una vanguardia organizada verti-
para defender sus posiciones y lograr sus respectivos fines. calmente estuviera en capacidad de capturar, ]itera]mente, e] poder del Estado e
EI resultado de este câmbio ideológico fue que se cuestionara las posturas imperar sobre la sociedad.
moralistasque concebíanla política como una lucha entre el bien y el mal que Sin embargo, esta última versión se vio enfrentada a diversos críticos que ex-
determinados actores representarían de manera inequívoca --y que el presidente plicaban las derrotas populares y las distorsiones al programa socialista por el
Reagansimbolizaba de manera paradigmática--; se reconociera la validez de la to- carácter autoritário de los dirigentes y de las prácticas partidárias, típicas de las or-
lerância entre los contrários y se postulara la necesidad de negociar las diferencias. ganizaciones leninistas. En erecto, éstos aducían, como diversos autores lo habían
Asimismo, colaboró para que se registrara la importância instrumental y moral de indicado repetidamente y la experiencia mundial lo confirmaba reiteradamente.
las instituciones del estado de derecho para arraigar y canalizar dichas actitudes y que el vanguardismo y el centralismo de los partidos leninistas de toda laya apare-
comportamientos. jaban actitudes y conductas antidemocráticas y dogmáticas, contrárias a la expre-
De ahí a postular que los aspectos<'formales»de la democracia --tan denosta- y articulación de intereses plurales, presentes en este tipo de sociedades, pero
dos por populistas y marxistas-- estabanintimamente vinculados con los aspectos reprimidas por las233
fuerzasdominantes; lo que impedia la construcción de alianzas
ustantivos» de tal régimen, no había sino un paso. Es decir, los viemospreceptor que pcrmitieran erigir la hegemonia moral e intelectual del socialismo.
lil crtsn.in« h:11() u n 1111,mo vdet'1111c·(,
republicanos libertad e igualdad ciudadanas dejaron
c,1.s··, de ser simples
c,1r:1ct,T11.1,h, p()r ,11motivos
.1tr:1s<i I de
p"rLJllL' h d,,m11ucH·,11 sc· l'JL-rci:1
En c:-;c\11,11':rnicn-
estesentido, la dirección del partido se mostraba intolerante con los que
n p:H:l :1dcLrnt:ir lo, lulld:imclltus
la retórica tL· P"r l:1 concreta
política y pasaron a tener una significación c1i,1c..:1<·,11,e111ori1·,i
inmediata. no compartían
p.1r.1 qu,· no L'()llt.ir:111 con S<lL'1nl.1dcs su orientación y métodos, en tanto asumía --ante sí y para sí-- ]a
c11·ilc, 1 poliri..::is
1cll1LLi, p.ir.i in , .ilid.rr rcl.u ivi-mo
UnL'isegundo factor que contribuyó parad1krc11ci:1LL1s.
que intelectuales y políticos
lk ,1hi latino-
quc en lr111d1c1011c, Lk ,k,imcgr.1ur'i11 ,klrepresentación fiel de los intereses del proletariado y de la doctrina marxista. Esasí
hlllq11,· d"111111.rnk
americanos
11sttliL·:1h:rn cl rccur-«: revisaran sus concepciones, estrategias
:1 l,1 violcnci.i y comportamientos
,. ck 111c:q1:1uchd p:1r.1 cjcrLn fue d1cli.1
la in- uuccil·,11, 1111:1 1·a11g11.1rd1.1
como se exp]icaba
org:m11.1ll:i que ]os disidentesfueran acusadossistematicamentede traido-
1·crri-
11 (>Stines. corporaciónde la tesesde Gramscien el debate público.
c.1lmL'lltC t'Srtl\Esta
ll'Lltesis, elaborada,le
L'll c.1p.1..:1d:1d enc:1pt11r.1r, l1rnal111c11tc, clresp,,dcr ,kl Fst:Jd()
y apóstatas, y fueran
C expulsados de las filas de los partidos; y, en caso que estas
c L]llC SC Cllt'\ll(ln:lr:J
Italia décadas l.1, p()S!lll'.lS
atrás, en circunstancias análogas i111pn:1r
a las que sohrc Li sticic·Lhd.
atravesaban los países del organizaciones controlaran el poder, los elementos discrepantes fueran reducidos
1 !11..:h:1 cn t rc clConoh1L·11sur,v clsostenía
111c1l L]LIL'
que las sociedadescompletascontaban
S111 L'lllh,1n;o,con c,u
una densa
t'iltim:1 red aso- St' \'J() L'lltrc11t.1,Li .1 dl\LTS(l',
\ LTSl(.lll a prisión y se ]es
criric,is ljlll'dieta
L'\;- muerte. Por esmo,dichos críticos recordaban,como se había
ITlCLJLiiv"c.1 -1· L]llL' el
ciativa, pres1,k11rc
relativamente autónoma de la política y del Estado, en la que se forma- advertido
11l1c.il1:111 Lis dnn,r.i, por111hrn , I.is Li1sr"r,1oncs .11 pn,gr:rn1.1 sou.1\i,r:1 por el tempranamente, que «la dictadura del proletariado» se transformada en
1-: ,L. rL'L'<li1(>c1cr.1
ba l.1la1 opinión
:1l1du Lkpúblicah 10- a través de la deliberación de sus miembros. Este enfoque la dictadura
c:1r:icrn ,llltor1t.1r1" d,· I", d1r1gL·11t,·s: d,· I.is pr.icric.1s p.1rrid.1n:b, rfp1,:1s ,k i.h or- del partido; luego, del comité central y culminaba con la dictadura del
cuestionaba
ec·c,1Lhd de 11cg()u,1r la visión organicistade la oligarquia
l.i-. d1fcrL'l1Ci.1'. y del pueblo, de la burguesia y venerable y venerado
g:rn11,:1c1oncs lc111111,r:1s. l--.11 L'IL'd(), est"' :1d11ci,rn, (()Ill\> ,111 ,-rs"s .llltorcs lo h.1hi:111 secretario general.
11port:111ci:1 instnnucnr.il
del proletariado I mor.il paraLk reemplazarlapor una111dic:1d"
imagen de la sociedad
rqwrid:1mc11tc basada en la
I h ,·,11,·ncnci:1 Las lecturas
mu11di:1! lo co11tirm:1h:1 rcirn:1,l.1111c11tc. que se hicieron en Ainérica Latina de los planteamientos grams-
1ig.n I c·:111:1!11:1r dich:1, de
relación itu.lc-, \ y conflicto entre identidades
.utconsenso ljllL' ,·Icompletas- En estas
1 .111g11.1rd1sm" 1 cl condiciones,
cc11tr.1l1smr, ,k !11, 11,1rrido, k11in1st.1s ,k tod:1
cianos L11 ,1 :111:1rc-
crearon una nueva polémica en los predios marxistas, en tanto pusieron en
Gramscisosteníaque el predomínio político-estatal de un grupo
1.1h:111 :icrirudn determinado
1· L'<)]JLl11cu, se
.1rn1dcm"cr:itic.1s I d(,glll:itic:1s, tela de juicio
ui11tr,1r1:1·, .1 l.1 un conjunto de certezasrelativas a la organización y las relaciones
c'\prc-
, .. ,k h dcmocr:1,1:1-t.lll
fundaba en la combinación de medidas de coacción
dc11,i,t:1- y de consenso,
,1,\11 1 :1rtic11L1c1"n que le permitia
Lk llltLTL'SL'S 11lur,1lc,, ,,r,·sL·1ircs L'll t·src· rq10partidárias.
de socic,Lidcs, Mientrasper" los quc se reclamabande la ortodoxia marxista acusaronde
uu.nt« vincul.ido-, alcanzar coll los ,lspL·ctos
la hegemonia moral e intelectual sobre actores
r,·pr11111,l:is I.ts f11cr1.1s
e intereses
l'<ir plurales; vale I" qu,· 1rnpcdi:1 Li CllllstrLJL'L'l<,lll
d"111111.111t,·s; reformistasdey :1li:111L1,
socialdemócratas a los que asumían posiciones gramscianas, éstos re-
p.r-.«. Fs dn:1r, devirlos \IL'i()s prcccpto, era condición de la legitimidad
la hegemonia política. De
q11e 11nmiricr.rn n1g1rdonde se concluía111or.1l ,· 111tL·kduc1l dcl scici:1lis11w.
h hcgc111"ni:1 plicaban atacándolospor seguir los princípios leninistas, causalesde los fracasosy
Lkj.1ro11 de SLTque Slll1pic, mor ivo-,políticos
los aspectos d,· y culturales --super'estructurales--
f:11 ,·st,· sc11t1d,i, tenían un papelLie!
l.1 dirccc1<,11 re-p.1n1dt> 'L' mostr:1h.1 1m"ln:1mc las distorsiones con losdel socialismo. Esta polémica se agudizócuando, simultaneamente
quc
,·:1c1r')!l L'OllL'ITLl L' iumcdi.u autónomo
lativamente a. y relevante en el ejercicio de la dominación
nu c,i111p:1ni:u1 social. ,. 111C·rod(is, ,·11 t.111to .1su111i:1 -.\lltl'
,11 ,ir1,·11uc1,·,n a la derrota
si, p:1r.1 de,i-la «vía
Li pacíficaal socialismo»en Chile, el Partido Comunista de
11,· inrclccru.ilc-, I Así puliricos
las cosas, l.u ino-
la organización socialista debía competir con
rq1r,·sc11t:1c1t.,11 ti,·! cklaslo,
de Illtnesc·s
la burguesia Italia reivindica Fs
,kl 11rokt.1r1,1do I de l:1d"crri11.1111:ir:-;1,r:1. los:1sf
postulados de Gramsci al proponer el «coinpromiso histórico»
mediante alianzas
1:1, \ co111pon:11111,·111ris f11,· 1:i m-de largo aliento con diversos
,,inll, actores e identidades
sc c,pl1..:.1h.1 socialesyl11n:rn .1c11s:1Liu, ,1Stc111:ir1c:1111,·ntc
quc I"' d1s1dL·11tL'S con la Democracia dc tr.1ido- Cristiana y el «eurocomunismo»aparecia como fórmula alter-
c puhlico. LstJcu[tura[es,
il'SIS, cL1hor:1LLi en
que ]e permitieran ganarse ]a confianza y simpatia
J'L's I :lp('iSt.1[,ls, de la sociedad
I tULT:lll civil,,Jc. \.1s ti\.1s Lk \os p:!rtidt)',;
l'\;jlliis:1,\11s nativa
1·, t'll aL':lS<>
la dictadura
lJlll' l'SUS del proletariado.
,l l.i-. q11,· .irr.u L'so1h:rn
para liderar l"s p,11ses ,kl nacional-popular y hacer
el bloque posible la transición al socialismo.
org.11111.:1cionn co11tr"l.ir:rn ,·I l'"dn. los ck111,·11tos d1scr,·p.11Hcs tucr.rn rcducid(), Es así como las derrotas sufridas por las organizaciones nacionalistas y socialis-
s L'l)llt.1h.111 L'OllDe 1111,1 dcns,1 rnl :JS()-
lo contrario, se podia conjeturar a partir .1deprisiL'lll
la experiencia italiana de la década tas, las
I SL' k, d1,·r.1 11111cn,·. l't,r L'sto, d1clws l.Tiricos rL'L'"r,Lih:111, co111" sc l1:1hf.1 críticas al leninismo --que, por cierto, no constituían ninguna novedad-- y
1 ,kl F,r:1d\l, de cn los l.t q11c
veinte s,· yt ode
rm.i-
los eventos recientes en el:1,hntt,i<i
Cono sur,rc11111r.111.1rncm,·,
el «vanguardismo quc ·l.1 ,l1cud111·.1 ,kl proln.1r1.1do·· sc tr.m,form.1h.1 en que se hacíanal socialismo real contribuveron a renovar el
proletá- las censuras crecientes
i11 Lk ,11, nucmlno-.rio» y ell·:sre ,·ntlllJllL' democrático» de las organizaciones
«centralismo leninistas condenaban
l.1 d1Lt:1dur:1 ,kl 11,11-rido; lucg", ,kl lr,m1rc c,·mr.1! 1 c11lrni11:1h.1pensamiento ui11 l.i d1ct:1d11r.1 y ]asdcipropuestaspolíticas de las izquierdas del Cano sur al poner el
1:1 1 dcl pueblo, al movimiento
de la h11rgucs1:1 socialista
1 al aislamientode1·c11cr:1hlc
sectoresestratégicos dc la sociedad,
/ \ L'lll'J',ldo SL'LTL'l.11'1() ,l.;l'lll'l'.11. . acento en la :forma» democrática y plural de la organización partidária y de sus re-
11.l,C:L'll ,k Li socicd:1d
y a su derrota h:1s:1d:1 en ante h los intentos para implantarLis violentamente
lccrnr:is LJIIL' la s,· «dictadura
h1c1n"11 ,·11 del laciones con lagr.1ms-
\111cric:1 L1ti11:1 ,k I", 11!.111r,·:11111,·11t", sociedad y el Estado. Es decir, ]a defenda de ]os derechos humanos
,·s L'lllllplcp,. l.ll L'SLls condiciunc-.
proletariado». ci:111,is crc:lr()Jl 1111:l lllll'\ :1 l'Ldc1111c'.1 L'll !,is prL·d1os 111,1!'\l\f.h. y,·11las propuestas
t.111[() PllSILT()J] gramscianas
L'll colaboraron, desde distintos ângulos, para descubrir
ut.11 ,k un grt1J'" En ,kr,-r111111:1d,i
câmbio, de">L'la lectura de Gramsci podia tL·l.1 de colegirse que
JlllL'lu 1111 los princípios
C"llJlllltO leni- r,·l.1t11 .1, ,1 l.1 org,11111.:1u,i11
L1c' c,-rtc1.1s la calidad 1· Lisdel estado de derecho para contrarrestar la opresión y el terror de cual-
rcl.1c11111,·s
L'J()J] I dL· L'()llsl'l]SI),
nistasque podían[c pn1rntL1
adecuarse a las características de las denominadas
11,1rt1d:1n:1s. \l1,·11trJs sociedades
!,is qu,· ,c«asiáti- quier signo
r,·cl:1111.1h,111 ,k L1 ortr>Ll(),J,1 m:1r,1~u político,de y también como medio de participación y de control social al
.1c11s:1r"11
c :JL't()rL'" L' 111tl'rL·sc·s plur:ilc,: 1·.ilc rcl"rn11sr:1s \' sric1.1lckmL,>L'Lll.1s .1 I", qu,· .1s11111i:111 ptisJL'lllllL'S .~r:1111sc1:111.1s, C·sr,,.., re-
Y'
234 JU L[O COTLER
EL DESCUBRIMIENTODE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA 235

funcionamiento del poder estatal. En consecuencia, resultaba evidente que sin esta
la opresión o de la guerra civil era congregar fuerzas, incluso con los enemigos de
calidad, la justicia social y la igualdad ciudadana serían ilusorias. antaão, para lograr conjuntamente el transito a la democracia. Para adelantar esta
Este viraje político-intelectual tuvo consecuenciasteóricas y prácticas, porque
p?sictón se requeria que los actores abandonaran las posiciones maximalistas y
ponha de lado las interpretaciones reduccionistas y teleológicas que habían guiado ofrecieran seguridades de que su comportamiento político se regiría por las reglas
la definición de los actores, sus comportamientosy las dinâmicaspolíticas por y procedimientos democráticos; se asegurara la vigencia de los intereses económi-
atrás que resaltaban el carácter dinâmico de la formación de los sujetos y la natu- cosy, en el caso chileno, que las medidas que se adoptaran fueran consistentes con
raliza relativamente indeterminada de su actuación. En erecto, las interpretaciones el mercado.
tradicionales de las izquierdas latinoamericanas estipulaban con una certidumbre suma, ello equivalia al q#id pro qz/o entre democracia y capitalismo, entre
canónica la existencia de un libreto prefijado por leyes y metas ineludibles del ese régimen político y el mantenimiento del estatuto privilegiado de los militares;
movimiento histórico que determinabanestructuralmente--«en última instan- lo cual suponía.que las representacionespolíticas y socialesprodemocráticas tu-
cia»-- la existencia de actores socialespredeterminados, el papel que debían asumir
vieran que modular sus reclamacionesa câmbio de que los intereses capitalistas
.' I''''
y los caminos que debían recorrer para lograr las metas que estaban destinados a --nacionales e internacionales-- aceptaran establecerfórmulas de convivencia y]
alcanzar. Para lo cual seria imprescindible contar con la iluminación intelectual y en esamedida, que los uniformados se retiraran a sus cuartelesde invierno.
decidida voluntad del liderazgo político para comprender
1_11_ i r·, c I;'dichas leyes y ponerlas 235condicionó el acercamiento entre actores democráticosy los
1 Esta plataforma
en movimiento en el sentido adequado.
«blandos»del régimen dictatorial para lograr una salida concordada; ade-
En términos concretos, una de las consecuenciasde estas concepciones fue el más,
la opresilin de Li guerra L·l\·il er,1 congregar funzas, mcluso con el
los ejemplo
ene,mgosexitoso de.las «rupturas pactadas»en Europa del Sur y distintas
resultaba ndesarrollo
,dente quc delsinespíritu
est a mesiánico y dogmático que animo aointelectuales, dirigentes de
anta110, para lograr conjunurncntc el tr5nsito a Li dcmocrac1a.plesiones internacionales
Pan adelantar esta alentaron este tipo de solución para asegurar la recon-
erian il:1sonas. . . y sociales, así como a los «militantes» de este tipo de organizaciones, al
políticos
posicit'm se requeria que los acrorcs ahc1ndonar,rn las ciliación
posiciones y la estabilización
maxi111alisus , política. Sin embargo, no faltaron los que, desde la
1as teo_ncas asumirse
\' pract1c:1s,
como porquc
los únicos agentes históricos de la «lucha final», destinada a elimi-
y teleo!Of',IC1,'inar
que ofrecieran seguridades de que su co111poru111iento politico seizquierda
rcgiria pory laLisdere.cha?
regL{s concibieran estas operaciones como inmorales y contrárias
lash,lbI,:11
graves?u1adu
injusticias existentesy erigir un suevo orden comunitário; igualitá-
\' procedimientos democLiticos; se asegurc1ra a sus
Li \'lge11cia de los inte.reses
mtereses y objetivos por lo que se opusieron a ellas, las sabotearono, en el
ccorn1111i-
y las d111am1ca, politicas poi
rio, fraterno y hermoso, a la vez.
coslas en el caso chileno.
\', propuestas que del
las vira-
med1chs quc se adoptaran mejoruins1stentes
fueLrn de los casos,con
las aceptaron como soluciones «tácticas», y por lo tanto transito-
m,lL-i<'in de los <ujctos
Frente vb naru-
a estasdefiniciones cuasi-religiosas, derivadas
el mercado. rias, para "acumular fuerzas»y estar en mejores condiciones para lograr suspropó-
1. En el ccto,jelasmencionado
1nterpretac1011es
no contaban con esasconnotaciones certeras y épicas, lo que fue sitos finales. Pelo, vastos sectores de la población, por la evaluación de los factores
elln equiv,ilia al quid pm quo entre dc111ocr,1Cia 1· capiul1s1110, entre
estipubhan con
motivo una de decepciones, nostalgias y el rechazo deEnlossuma,
cerndumbre que seguiam pendientes del
esc regi111en politico elv carácter
el manten,miento del estatuto privilcgiado que desembocaron
de los 1111\itares; en la dictadura y el 'recuerdo vivo de los estragos causados por
or !eyes v metas «asalto 111elud1blcs
al cielo». En del erecto, estas nuevas propuestas subrayaban multi-
lo cual suponia que las representac1ones ella o por.
politic.is y sociales prodemocr5tic1s la subversión,.
tu- se inclinaron por esas nuevas soluciones de compromiso
ralmente facético
-scCll de la msran-
(Jitima construcción de los sujetos sociales y de sus conductas, en razón de
vieran que y modular sus recla111ac1ones democrático, a pesar de los gostosy limitaciones que acarreaban,pero con ]a espe-
dos, el papel
lasque debun asunur
tradiciones históricas, de las cambiantescondiciones experiencias que expe' a camhio de que los ranza intercses capitalistas
que la democracia los remediaría.
-nacionales e internacionales-
s meras que rimentaban
estab,;11 destinados
a lo largo a de su formación y desarrollo; es decir, la naturaleza deaceptaLrn la estahlecer f(1r111ulas de com·ivcncia \',
Deinv,erno.
esta manera, . las tensiones entre lo posible y lo deseable se resolvieron en
con la ilurninacion inrelecrual
constitución de los actores
v se debía a un en
conjuntoesa medicb,
de que
circunstancias los uniformados
y decisiones, se rctirar,m ,l sus cuarteles de
favor de lo primero; v los pero, muchosde los nuevosdemócrataspusieron susespe-
mprender dichas
más que leycsa vciertas
pouerlas determinaciones estructurales yEsra pLnaforma condic1onl-, el acercamiento
al voluntarismo.ideológico del entre actores democr:iticos
ranzas en que una nueva «utopia» permitiria avanzar havia la realización de la de-
liderazgo.. Por ello sectores .. bJandos» del regimen dictatori,11 para lograr una salida concordada; .ade-
_ mismo, el comportamiento de los actoresno estabaâjado de an-
c1s de estastemano, concqx1unes sino que tuerespondia
el a las evaluacionesmas,
que el ejemplo
hacían anteexitoso
situaciones de las "rupturas pactadas» en Europa de! Sur v distintas la que los aspectos formales y los sustantivos fueran paremos;
concre-
mocracia radical, en
valeascgurar
decir, en que las reglas y los procedimientos democráticos, y la justicia social
.mirno ;.1 intelcctuales, dirigentcs Ique adoptaban ante distintas opciones para alcanzar objetivos este tipo de soluci6n para
tas, de las elecciones presiones intcrnacionalcs alentaron
se reforzaran lamutuamente.
recon-
de este n1~u de
• ·

orgarnzac,ones,
determinados; ciliaci(m y Li estahilizaci(m
por aesta razón no cabia explicar sus conductas como <'correctas»o politic,!. Sin embargo, no faltaron los que, desde la
Li «lucha tinal-, como destmadaJ izquierda v la derecha,
el11111- de una línea justa, determinada por necesidadeso intereses
«desviaciones» conc1h1eLrn estas operaciones como inmorales v contrarias
L'VO orden comumtarro:
históricos, o por igualita- a sus intereses v ob1etinis pnr lo que se opusieron a ellas, las sahotea;on
la genial sabiduríade los profetas. o, en el !CUÁL DEMOCRACIA?
111ejor de los casos,
Por la mesmarazón, las conductas y los procesospolíticos guardabanuna re- Lis aceptaron como solucioncs «tacticas», \' por lo tan to transito-
Lis pro pucst.islativa autonomia
der ivad.is de las estructuras económicas
del vir.i- rias, opara "acumular
sociales y tenían fuerzas» y estar en mejores condiciones para lograr sus prop<1-
una dinâmica Contrariamente a lo que se esperaba, la transición a la democracia durante la dé-
nes cerreras específica \o
V _cpicas, por que lo que sitos t-inales. Pero, vastos
tue sus erectos serían inciertos. Es decir, estou nuevos enfoques sectores de la poblacic'in, por la evaluaci6n de Ins facrorcs
cada de los ochentapor frustró las expectativas que se habían puesto en este régimen,
de los que scgui.m pend1cntes
secularizaban del
la acción que desembocaron
política y la diferenciaban de oiros planos en la dictaduraEstas
sociales. y el recuerdo vivo de los estragos ClllScldos
ellapreocupaciones
o por la suhversi611, se inclin,iron
lo que inhibió el desarrollo de las nuevasactitudes y proyectos políticos. Esto se
.is subr,l\'ahan conclusiones
el car.u.terestaban
n_rnln- directamente ligadas a las políticas inmedia- por esas nuevas soluciones de co111promiso
demncratico, a pesar parade los debió al
costos \'lalimitaciones quc acarrcaban, pero con la espe- câmbio de época, producto de la globalizacióneconómicaen curso y al
y de sus conduct.1,:
tas. relativas en raz.on
a cómodeencarar las dictaduras y crear las condicionem remontar
agotamiento del modelo político-social de compromiso, fundado en la centralidad
dicioncs v expenc11c1as quc cxpe- ranza que la democracia los remed1aria.
opresión militar. Estos nuevos vires intelectuales contribuyeron a definir el proble- de los partidos y del Estado. Las consecuencias nefastas que acarreó este câmbio
ollu: es decir,malacomo naturaleza de la
la (re)constitución De esta
de actores y alianzas que manera, competir
permitieran las tensiones entre lo posiblc y lo deseable se resolvieron en
con los
o de c1rcunstancias y decisiones, favor de lo primero; pero, muchos de Ins nue,·os dem6cratasfueron motivosusdeespe-
pusieron que se calificara esetiempo como la .-décadaperdida , de Amé-
militares y susaliados, para ganarse el consentimiento social. Además, haciendo de rica Latina. EI pesado legado de las dictaduras militares y el embatede la crisis de
v al voluntarisrno
la necesidad1de?k)g1cu
virtud,delse constatada que la única ranzas en que válida
alternativa una nuevapara•<utopia»
escapar permitiria
de avanzar hacia la realizaci(m de la de-
mocrac1a radical, en la que los aspectos formales v los sustantivos fueran parejos; la deuda externa, en las nuevas condiciones internacionales,'restringieron las po-
\oc; act<Jres 110 CStah:1 hpdo de an-
ue hadan ,rnte s1nuc1011es concre- vale decir, en que las reglas y Ins procedi111ientos democrar,cos, y la justicia social
Y'
236 JU L10 COTLER EL DESCUBRIMIENTODE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA 237

sibilidades de restablecer el régimen de conciliación de intereses y sus políticas de y, de] otro lado, a las presiones que ejercieron distintos agentes internacionales.
bienestar social. Sin embargo, los gobiernos recientemente elegidos de Argentina, pertenecientes
a la sociedadcivil transnacionalen formación,para defenderlos
Bolivia, Brasil y Perú buscaron remontar dichas limitaciones mediante la aplica- rechoshumanosy la democracia.De ahí que el apoyo externo a las reformas
ción de políticas heterodoxasque, al contrario, desencadenaron hiperinflaciones destinadasa forta]ecer ]a economia de mercado se vinculara con la vigencia del
con la consiguienterenovación e intensificación de los conflictos sociales. régimen democrático, lo que fundó el nuevo consensosobre las relaciones entre
economia y política.
Colombia, a pesardel equílibrio y crecimiento económico que había manteni-
do durante las últimas décadas, a costa de la cxclusión política, sufrió la expansión - Este fecho daba cuenta del vuelco de algunos de esos agentesexternos que,
de los movimientos subversivos,al igual que Perú; a su vez, estospaísesy Bolivia hacía peco, favorecían las dictaduras militares; y de la influencia creciente de las
experimentaronun súbito crecimiento del tráfico ilícito de drogasdurante la dé- organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos, en el marco
de la internacionalización económica y política. Estas nuevas condiclones seriam
cadapasada.Venezuela,despuésde 30 aços de régimenconstitucional,entró en
un período de inestabilidad política porque la crisis económicay los intentos para decisivas para .el ejercicio de acciones multilaterales para impulsar las reformas
lacarel ajuste provocaron la protesta y la represión popular? mientras que la rup- económicas y drenar decisiones antidemocráticas en Pera; para propiciar solucio-
tura del compromiso entre los partidos propiciaron levantamientosmilitares, pelo nes pacíficas en América Central y favorecer la transición a la democracia en Chile
que se vieron frustrados. Mientras, la revolución en Nicaragua, los movimientos y México. Además, 237el peso de] modelo centrado en e] Estado al del mercado se
insurreccionales en Guatemala y San Salvador, la intervención norteamericana en realizó sin interrupciones porque, despuésde un primer momento de sorpresay
estos países y en Panamá, así como la relación\, de\
conflictiva entre
otro hdo, Estados
;1 h, Unidos
prcs1011cs quey ejnc1no11 d1st111tos ;1gc11tl"'rechazo genera] a] ajuste económico, recibió el apoyo de la población ya que
i11tnii:iunna\e,,
de inrercsesCuba,\ susmotivaron
politicas de
que América Central atravesara por situaciones de extrema difi- reduto y eliminó la inflación y, en consecuencia, restableció el orden.
pntt'lll'CientL'' ;1 L1 soc1cd:1d c11 ii tr;rns11;1c1011al en lorm,1c1t'i11, p;1Ll defender ln,
temente elcg1dos
cultad dey enArgentina,
las que no se perfilaban soluciones pacíficas. EI agotamiento de los actorespolíticos y del modelo de conciliación de intere-
Lkrec\ios llllllLlll<lS \ h Lkl1WCL1L'i,1. rk ,1\ii qtlL' e\ ,lj.10\ () L"\tCrll() ;] \.is ret()rlll;lS
li1111uc·io11,s 111edi:111te Li .iplica-
En câmbio, los regimentados sistemaspolíticos de Chile y de México ses centrado en el Estado, de un lado, y la eficácia relativa de las medidas liberales.
pudie-de 111cre;1do ,e \'i11uilar;1 C<lll Li \ it.;L·ric-i;i
dL·st111;1Lbs ;1 l()rr,1\ecer h cc·o1w111i;1 de\
desenc1de11:1ro11 hipenntbciones
ron adaptarse a la crisesexternay reprimir las protestas
reg1111c'J1 sociales,pero
dcmocT.1t1c·o, éstas
lo q11e favo-el nun,> L·()1be11su ,ohrL'de[
ILillli<'>
oiro, produjeron ]a «crisesde representaciónpolítica»y la devaluaciónde la
Lis rc,Lici;lllt', l'lltre
e los contlicrus suL·ialcs.
recieron la organización de la oposición y que sus gobiernos
L'c'()JlCll11iJ \. poliric;L se vieran obligados política. En la medida en que los partidos y el Estado se mostraron ineâcacespara
eccm<'l1111cuaque h.ihinla 111;111te111-
iniciar pautada «liberalización»de sus regímenes autoritários que, en Chile,
__ F,lc hL·chn daha UIL'11Ll _Lkl n1clco de algunos de esl)S ;1gc11te\ l''(fL'rllll, quc,
canalizar las demandas sociales, para plantear alternativas válidas que contrarres-
sion politic:1, culminó
sufr1<'1 lacon la transición a la democracia en 1989. En estecaso, el control político
expansion h;icu P"Cu, t.11 Ol'L'Cl,111 Lis d1cudur,1s 111i\1urcs; \. de b i11tlut·11ci,1 taran c1-cc1c11re
las exigencias,de
de Li, reestructuración económica, con el consiguiente pesque-
1; ;1 su vez, csros
de lospaises
militares v l',o\i\'ia
y el respaldo público de que gozaban fue determinante pala que los brajamientode las formas asociativasy el deterioro de las condicionemde vida.
UI).:,11111.;1c1011cs 111ter1uL·i1111ale, Lkfe11-,,>r;1s de los dcr,L·hos h11111:111c>s, c11 L'I llLlrL'"
o ilicito de drogas
partidos duLrnte la de- se vieran en la obligación
democráticos de11Hernac1011;1\11.;1uc'i11
limar susdiferencial ccu111'i111ie;1
históricas \ poliric;1. Esus 11u,L1, pro.vocaron la desafección de ]a ciudadanía a ]os partidos y, en general, hacia la
de Li_ L·o11dicio11L'S
acción colectiva.sni.111
regimen constirucional
y asegurar,elentro en
mantenimiento del modelo económico
Lll'L"ISn;lScomop:1r;1 condición
el cjnL-iLlllpara de obtener
accion,, mulriLHL'Llie, p;l!'J impukir b, ref()rJ11;]\
sis econ<irn1u la vmayoría
los inrcntos de losparavotos y asegurar la estabilidad política. \' trell;lr dL'L"ISilllll", ;ll1t1deJ11llLT,ltic·,h ell J'crt'I; p;lr.] propici;JrMás aún cuando a instânciasde oz/fs/deraal sistemase fomenta un clima anti-
eCOl10111IC;l', so\UCll)-
in popular: 111ie11tr;1sEn losqueotros Li rup-
casos,'lashiperinflacioneslll'\--más la subversión y el tráfico de político
p:1L-lhL-,h en \111errL·;1 Cc11tnl \. i,t\t>rcL·n h tr;rn,1L·1ti11 ;1 L1 dc111ocL1ci,1 en Chile
que persigue presentar al decisionismo tecnocrático y al «pragmatismo»
1 lev;111ta111ientos
drogas militates,
en los países pero andinos-= agotaron a los actores;..\dt'Jll.lS,
\ \l_e~ICO, minaronL'Ilas bases
11,N> dcl de las c"L'IHr,1d1) L'll ti F,tad()como
lll<ldelo las únicas
al Lkl 111ne;1do alternativas
SL' válidas y eficaces, que se veriam confirmadas por las
en Nicaragua, los movimientos
instituciones políticas y estatalesy paralizaron el Estado. En estas condiciones ex- acciones exitosas del gobierno, encarnadasen la figura presidencial. En estos casos.
rL·,1\1zo s111 111tc-rrupc1n11L-s 11,)rquc. dc,pues de un prrnll'r 1111,mL'IHo de ,orprl',a 1-
a intern.:nc1t'in cepcionales,
ontlict iva entrc
norrc.nnericana
Estados--militares,
tácticos»
en
gobiernos d~·
de origem constitucionallTLh,E'O
Unidc» _Y empresários, gobiernos 1LLlu11>
y con gc11l'Lli
extranjeros
el concurso
y
de «poderes
;1\ ,11u,_rc
organismos
la concentración de poder en manos del presidente le otorga medios privilegiados
eco1ll'11111co. ITL"th1<'1 cl ;lpll\"() de \;i pllhhci('i!l \ ;1 quc
internacto- para relaclonarse directamente con los pobres y desorganizados, y asumir persa-
\ Lli111111<l L1111tLic·1cl11 \·, L'll L-ll11secuc11cu, resuhlccit'1 l'i llrden.
por s1t1uuoncsnales-- de e"trema
ignorarondih- sus promesas electorales, pasaron por alto a la opinión. pública nalmentela delegaciónde susinteresesgradas al accesoque tiene a los recursos
El ,1gou111ic11t" de Ins ;1ctt>rl', l'(llitiL·'" \ Lkl 111lldelo de ct,11Li\i;1L-it'1n de intcrc-
nciticas. y los intereses organizados para adoptar tecnocráticamente medidas destinadas a púb[icos, a ]os créditos y a ]as donaciones internacionales; así como a los medios
sn L·e11trado en L'I Fsudo, de 1111 hdo, \' b diL·;1ci,1 rehtiL1 de Lis 111cdid.1s \ibcr;i\cs
cos de Chile resolver
v de Mclos xicodesequilíbrios
pudic- económicos y ponerse a dono
dcl _lltrn, con la globalizacjón
produjcrnn Li ·u-isis deeco: rq1rcsL'I1L1c1t'l11 pulitiu,, vde lacomunicación
devaluacit'm de y alL; uso del /narêez/ngpolítico. Estaposición privilegiada le per-
rotestas socialcs,
nómica pcro cstas favo-
y política. EI ajuste de las cuentas fiscales abatió la inflación y restableció el mite al presidente subordinar o eludir las mediacionesinstituciona]es y evadir e]
polinca. l--11 b ll1ell1Lh L'll qtIL' !tis [',lrtidos \ L'I L,udo '>L' 1110,traron i11L'licices p:1Ll
sus goh1er11os crédito
SL' vier internacional,
an obligados mientras que la liberalización
L,111,1\ 11;1rdeLi,_
losdL·111;rnd:1s
sistemasfinancieros, endimiento de cuentas,motivos para que abunden ]as sospechasy las'denuncias
soculc,, p;1r;1la pL111te;l!' ;1\tern;1ti\·;1s \ ;\\id;1, que contr;irrcs-
11enes nutoritarios que, en de
privatización Chile,
las empresas públicas, la desregulación de las.actividades produc- de corrupción, a pesar de los alardes que las reformas liberales favorecen el funcio-
ur.111 hs l'" 1gL·11cu, _ de rn'structur.1c1t'lll t'L·o11,'i111ic1, C()ll el Ulllsiguicnrc rcsqlll'-
89. En csre caso, tivas el ycontrol politico
la ílexibilización del mercado de trabajo cerraron elde
hr.11;11111l'lltll ciclo
h, histórico fundado;1, \ cl dcter1oro de \;1' namiento
tornu, ;1sllL'i,1ti\
transparente de las instituciones y reducen los cestos de transacción. De
Cllndic·ionL·, lk \ ida.
an tue detcrminante para que del
en la centralidad losEstado y de las políticasprovocnon
distributivash y dcs;1tecc1,>11
abrieron paso ahí que a este tipo dc.régimen se le haya denominado neopopulista, porque evoca
de alh desa-
ciud;1d;111i:1 ;1 los p;1rtid()s \, en gcm·r;i\. haci:i Li
de lunar sus rrollo
diferencias
de lashist6ric;1s
fuerzas del mercado globalizado.;1CL·i(l!1 L·n\ectiLL el monopolio de poder,'la discrecionalidady el tipo de relacionesdirectasentre
11ico coruo condicion para ohre ncr
Paradójicamente, dichas medidas no interrumpieron el régimen constitucio- el líder y las masaspopulares, en la forma populista de conciliación de intereses.
_\L\s ;1t'1n ctundo a i11st.rnc1.1, de u11t,ider, :1\ sistcnu ,e fo111c11t;1
como esun c\1111,1de
el caso ;u1ti-
Collor, Fujimori y Minem. '
polftic1. nal, como se hubiera podido prever. Eito sepol1t1co debió alLptl·_pn,1guc
mencionadoprcsc11t:1r debilitamiento;1\ dL'L·i,10111,1110 tcc110cr;itico ,. ;1\ 11ug111;Hisnw,
1;1s la subversion y cl tr;1tico de
y desprestígio de los actores políticos y de las propuestas nacionalistas.y Este énfasis en los resu]tados, a costa de ]os mecanismos democráticos. al com-
COl1Hl L1, u111c,1, ,1\tn11,1t1\ ;is marxistas
1 ;1\id,1s \ ctic;1ccs, quc ,c \ nfan L't>11lirnL1Lhs por Lis
actores: minar que,on enlaslas bases de Lis
condicionem de la bancarrota del ;JLCltllll's
socialismo en Europa del Este,cnL·anud;1s
favo- plementarse con dosesvariables de cinismo para justificar el ejercicio de prácticas
C'(ltll~;1-; de\ gnh1err10, l'll h tigur;1 r1rL·side11cuL Fn cstos c·,1so,,
l Esr.ido. En recieron
estas condiciones
la irrupción ex- exitosa de los voceros yhde las prescripciones <'neoliberales»; autoritárias de los gobiernos, también apuntan a devaluar la credibilidad de las ins-
cu11cc11trac1t>ll dL' podcr en 111,m,ls de\ 11rc,idc11rc le otorg;1 mcditis pri\'ikgi;idos
\' con el concurso de «podercs p,1r;1 relac1011:1rsc d1r~·LL1I11e11tc L-011 \us pohrl's v Lksurg,111i1,1dos, 1 ,1,urrnr pcrsu-
Y'
238 JULIO COTLER

tituciones políticas y a fomentar conductas.insolidarias:Si estascaracterísticasdel


funcionamiento político ponen en entredicho la calidad democrática del régimen,
las consecuencias de sus medidas hacen dudar de la compatibilidad entre ésta, el
mercado y la integración social. En erecto, despuésde.resolver los problemas más
álgidos de las crisis que atravesaron los países durante la década de los ochenta, no 11
se han concretado las expectativas de mejora en las condiciones de vida de vastos
sectores de la población y la reducción de las graves distancias sociales. HISTORIA CUIIURAY«AMÉRICA LATINA»,.
Esta situación y los crecientes estímulos al consumo conspícuo, correspondien- LAS DOS ULTIMAS DÉCADAS DEl=IGl:O XX
te a estilos de vida de los paísesdesarrollados, tienden a acrecentar la frustración
social y a difundir la percepción de que los sectorespopulares y medios se encuen- Mauricio TenorioTrilho
tran excluídos de los benefícios de las reformas económicas. Asimismo, la.relativa
desnacionalizaciónde la sociedad,producto de la globalización,el câmbio y la
reducción de las atribuciones del Estado, se suman para que los muchos «perdedo-
res» se perciban
'') desamparados y con dificuldades.para concebir nuevos referentes
permitan reconstruir sus desarticuladasidentidades colectivas.
Así las cosas,no es de extrafíar la existencia de un sentimiento.de desengafio
i.l.uia-, S1 est.is car.ictcrfsncas de!
colectivo hacia la política; y si el régimen democrático sigue siendo preferido a Los monos, cuenta un .relato.de Leopoldo Lugones, «fueron hombres que por una
caliLlad dcmocr.irica de! regimen,
cualquierentrc
Lk la comparibilidad otro, esta,
el funcionamiento
el de sus instituciones dejan mucho que desear por u obrarazón dejaron de hablar». Yzur, el mono del cuento de Lugones, no cruzo
loquerecibenbajascalificaciones.
ucs de resolver los prohlem.is m.ix .. . . ..pajabra. con. el científico.que queria regresarlo a su oralidad, hasta que, moribundo,
La combinación de estosfactores políticos, socialesy culturales es motivo de dejó salir algunos vocablos, «cuya humanidad reconciliaba las especies',: «Amo,
.uirc Li dec:1cL1 de los ochcnta, nu
diferentes muestras de alienación al régimen político. La proliferación de críticas 11 agua. Amo, mi amo»:. Lo mesmodigo de la historia: en algún tiempo debió de
l.i-, cond1c1unes de vida de v.istos
a las desigualdades y al pobre desempeíío institucional, si no a las .violaciones haber sido cultura, hoy es «historia cultural». Las dos últimas décadas de .«nueva»
VL'S disrancias sociales.
constitucionales; el crecimiento de diferentes formas delictivas.y de la inseguridad
HISTORL\ CULTURA_Y ,,A:\lf:RICA LAT!NA.,. historia cultural .han querido reenseóara hablar a la historia, hacerla cultura una
risumo conspicuo, corrcspondien-
pública; la irrupción
icndcn ,1 acrccentar la frusrracion de nuevas creencias, práctlcas y LAS DOS
solidaridades ULTL'v!AS
étnicas. y reli- DFC:ADAS DEL SIGLO
vez XX A grandes trazes, éste es el curso seguido por la llamada historia cultural.
más.
giosas, que buscan remediar el sentimiento de abandono y pérdida de horizontes Aún más, grosso modo, diria que, al menos en lo que concierne a América Latina.
cs popularcs v medics se cncue n-
certeros de las masas desorganizadas; los actos de violencia de sectores.marginados
.\I a 11 ric 1r1 Tc 11n rio Tri I lo no existe una /zz/ez/a historia cultural, sino esfuerzosvariados y desigualespor re-
ccono micns .. \simisrno, la n-lativa
por el cl
la glohalizacJt·m, Estado sony algunas
carnbio la de las manifestaciones más evidentes de dicho estado aproximar historia y cultura, en tanto que, quiero proponer, por sí misma la cate-
de animo. goria «América Latina» es /a historia (slo/y) cultural, la síntesis más perenne entre
an para que los muches -perdcdo-
Frente a este escenario, los tecnócratas procuram que los gobiernos adelanten cultura e historia que nos adjudicamospara escribir ya historia, ya cultura.'
par,1 conccbir nucvos rcfcrenres
las reformas de «segundageneración», en el supueslo de que ellas m.ejoraránl en el Este ensayo parte de estas afirmaciones, por demás exageradas, para mostrar,
idadcs colcctivas.
largo prazo, las condicionemde incorporación social en el nuevo orden .económico primero, que lo que entendemos por <'AméricaLatina» es en sí la historia cultural
de un scntimienro de descng.mo
y social, Sin embargo,
ocr.itico siguc sicndo pretcrido a en las nuevas circunstancias de relativa estabilidad social y máspreponderante de la historiografia de lo que se tiene por costumbre llamar
de recomposición social, surgen con variadoLostmon(i~,
oncs .lejan mucho quc dcscar por
ímpetu suevos
n;enuacto.res sociales
unlreL1to que
ck LL·opoldo Lugones, ,,fueron América
ho111hrcsLatina; L]Ue norAmérica urn Latina esel cultivo: la Cultura de una Historia. Sin em-
invalidan los métodos autoritários que los gobiernosu o r.1 Llzon hanucpron utilizado ( e para
lnhhcorregir , '( · ·I j J bargo, en los últimos ' ' aços ha surgido una autollamada Nueva Historia Cultural
. . . _ .. ._ , · r ·. zur, L 1110110 le cucnto de Lugones 110 cruz(i
los desequilíbrios económicos y que siguen usando p •.1labr,1de l'i CIL'Iltihco quc qucri;i rtgresarlo 1 su l 1· l· J I, . ' ' explicación
· .
i ,· · . r . I
u)J]manera indebida.
soci.ilc-, y cultur.iles es morivo de . .. , ' ' r,i Il ,10, que 1.1,u merece que, 111onhundo a punho seguido. Bien vista, la literatura historiográfica
Pero, hoy en día, el aprendizaje colectivo yl ,~1° las presiones
S,l\Ir a gunos internacionales
\ ocahlos, respec'
:·Cl!Ll hurnanidad rcconciliah:1 de las la especi<.:s»:
región «Amo'
muestra una presencia aguerrida de los mismos temas, cronologias
litico. Li proliferacion de critic.is
to a la democracia favorecen que estes nuevos a"'u,1. actores , rno, propugnenmr ,11110»1el fortalecimien-
[ o mismo j , J J J . · y perspectivas? aunque '
irucion.il. si no a las violaciones l . I . i - I I .. . . . l It--o l l' a 11stuna: en algt111 tiempo dehic'i de con importantes nuevasaportaciones.Un Historia] de la
to institucional de las reglas y los procedimientos l,ner SJ('() democráticos
LU .tura, 1()\. como condición
<.:'.S' vh1storia cultural». Las dos tiltinus Culturadecadas condeHistoria
«J1UC\';]» se impone como manera panorâmica de divisar el contorno
rnas dclictivas y de la inscguridad demandas
para participar e influir en las decisiones políticas
h. 1ston,1 que
uiltu.1 consagren
al han sus
quendo rcensciiar a hahhr h histori~ de I.
la , . -!·
literatura: . I Una advertencia es obligada: la disparidaà' de la literatura hace que
cas y solidnrid.idcs ernicas y rcli- · ·· .· · \ . ' '1 '
e intereses.Queda por ver si esteesfuerzoprosperará\l.Z en ell..futuro
HU.>
gI:l'.lllS
. .
trazos,
.
inmediato
~StC eJ decurso ,tguido por Ja
· ..,, 1,lL<:I .1 LL! tura una
cualquier
Jbmada histor1a revisión culturalseapor fuerza incompleta y parcial. A las variaciones nacionales
b.mdono y pcrdidu de horizontcs
gw_,~()
I <.:'.S
manera que asegure
violcncia de sectorcs marginados
la integración social y política
Aun nLlS: de América Latina
lll(!du, d1na y que,
quc, por
:1! menus en lo lJUt' concicrncentre a America
la historiografia Latina. de los diecinueve países que generalmente se aceptan como
esavía, la región pueda encarar los retos que no tiene
ex. _ port11l1'delante.
1stl . 1. 1111e11c1 h1ston:1 cultural, s1110 csfuerzos \·ariados constituyentes
\' desiguales de
rJor América
re~ Latina se suman las difcrencias en la calidad de la his.
s mis n idcnrcs de die ho csr.ido
.1prux1111ar 11storn \. ·ultu. toda · escrita ·· para , diversas regiones y períodos históricos en cada país. Necio seria
, ', ' ,\ ; .·. L' : l I ,1, en tan to ljlll', qurero proponer. por si lll!SllU Li cat<:-
gona •n.1111.:1 Ila ;1t1na» cs /<1 h1storr 1 (,t · ') - I . J J · . ·
urun que los gohiernos adelantcn - I . I . . .· . . . - on l ll tu1 a , a s111tcs1s mas percnne cntrc
esto de que cllns mcjoraran, <.:n el c.u ttE1r,1 e 11sto1 Ia quc nos ad1ud1c:1mos para escrihir va historra \ a culturi
_stc cnsavo p·irte le , T · . h. . .· · . ' · ..
ial en cl nuevo ordcn econornico .· . · .1 ' l cs .is a rm,1uoncs, por demas cxagcradas, menti'p Utilizo p;ira lan mostnr
Bulon s e Yzur incluída en La eslafua de sa/, Madrid, Siruela, 1985. Fue original-
as de relativa esrahilidad social y pr.'.me1<:, qu~ o que entcndcmos por :,America L1tina» cs en sf h historia udtu~:1!
petu nucvos actores socialcs quc ~1.1\
P~lpi°nl era11te de Li lw,tonogratia de lo quc SC ticnc J'OJ' costumhre lla111ar
r
MAU CICIO TEN ORIO TRI LLO HISTORIA, CULTURA Y<<AMÉRICALATINA 241
240

1992). No es de extraóar, pues, que para historiadores como E. H. Gombrich «la


creenciaen el progresopor sí sola pudo unificar la historia de la humanidad»,y
H/zczhistoria haceposible una ciencia (/a historia) que es, inevitablemente,una
disciplina dedicada a la cultura, una mirada a lo que ordena lo panado(Gombrich,
1969: 4)'. Si la historia no fuera en esenciala de la cultura, écómopodríamos
hablar del paço del tiempo, de câmbios de eras, de revoluciones? Así, creo, del
siglo xix despertamoscon una cultura transformadaen historia muy ordenada,
con una historia hecha cultura renegada.En fin, como buenashijas de los tiempos
modernos, historia y cultura conviven de manera paradójica: poseen dos nombres
diferentes, pero indistintamente ambas responden al llamado de uno o de otro.
Cultura, como concepto moderno, es indefinido pelo tiene buenareputación;
es inseparable de connotaciones antropológicas y biológicas, pera gradas a su
reciente divorcio conceptual de la historia ha adquirido legitimidad, en la posgue-
rra, como terreno de la igualdad posible en la diferencia, como la materia prima
de las identidades. 241
La noción de cultura implica tanto aspiraciones universalistas
como deseos particularistas. Por ello, le son inherentes, y sele perdonan, las ambi-
11lL'Ul11ClltC insinuur L1s !~osihilid,1- 1 LJL).:). :\Li es de e'\tL11ur, pucs, que p,ira hhto\'l,1dorcs l'UllWciones E. H. reivindicativas
Gll!11hrich .. !J e incluso la venganza,porque por cultura siempre queremos
cion culrur.i c histori.i. No aspir« ,1 decir
cree11cu en cl 11rugrcso p,ir si ,ob pudo u111tic1r Li h1-,r,,n,1 de Li huni.rniLfad.,, culturas. Cultura siempre implica comparación e identidad: la diferencia y
1
culrur.il, sino a I"L'CO!'lhr quc .uin s111
la pertenencia.
1111,1 h1storu k1L-e posihle 1111,1 c1cn(1;1 (/,1 h1sturu) quc e,, 1ne1·iuhle111entc, un:1
de los .. post .. ticmpos, 110 toclo \'J. discipl111c1 dcd1cc1d,1 a Li cultura, u1u m1r,1d,1 ,1 lo quc ordc1L1 lo p,1s,1du Poro, en realidad, en su forma moderna, cultura tiene su espaciotiempo bien
(Comhnch,
urn L' lw,toru. Historia de l.is 1Lk,1s, demarcado,
l lJhLJ: -+)'. "ii Li histl>rI,1 !llJ fuer.1 ell escnua la de h culrnr,1, ;u'imo p<>drLrnws tiene z//zahistoria adherida: la de la modernidad miomay, por ello, la
hisrori.i de l.is «mcnL1litc, .. v de los hahhr de! pa,o de! tIL'lllJ'O, de camhios dL· L'Lls, de rnoluciune,: del Estado-nación.
:\si, crco, de! Lo que hoy entendemospor cultura esindivisible de dospro-
en los disClll'SOS (quc lu j)C):',,ldO pur s1glo \I\ despcna1rni, cun llll,1 udtur;1 tLrnsturlllJLb en lw,tLin,1 lllll\ ordc!lJLLl, excelencia:libertad y progreso. Paradójicamente,«libertad»
yectos modernos por
significó, por un lado, la historia independizada de la cultura, y la razón independi-
con una histl>ri,1 hel'ha culrnra rcnegada. En tin, l'<llllL> hucnas hi1c1, de. I, ,s lll'.lllpus
s son m.mcras de nombrur al esrudio
.i-. indctinido 1· mulritorme quc, s111 mudern,i,, h1st1Jl'la \ Cllitll\'J CUil\ !H'll de 11L111CL1 pJLld('ljiC,1: zada de lados
J1USecn historia; por otro, significa también la razón (científica), aparentemente
ll<llllhrL'S
1· mor.il cspccialmcntc a p.irtir de Li d1krcntcs, pno 111distinta111c11tc amh,1s rcsponden ,11 IL1111ado de uno ode otro. livre y neutra, vuelta a la historia y a la cultura, capacitadapara ver y descubrir
stori.: dccir cl nombrc de ln culrur.i
las «leyes»
. Cultur;1, l'onw cuncepr" modn1w, L'S 111dctin1d<i pero ticnc h11L'llcl rcpuuc·1,.in;
que rigen historia y cultura. Y ni razón, ni historia, ni cultura son inte-
L'S 1nscp,1rJhle de ligibles sin
CLlllllOL1cio11c, a11trupok1g1c1s 1· h1olt>g1c,1s, pcro gr.1L·ias ,1 su
hablamos de
la noción
tradiciones,
de progreso,
de
dc avancemáso menoslineal en el tiempo. Si
identidades, de modernidades y posmodcrnidades es
menus hllmog{·nco, hi-roric« 1· dcli- rc(1e11tc d1n,rc10 concepttul de Li hisrnna l1c1 ,1dqu1ridu legiti1111LLid, en L1 pusguL·-
u de cstud1os culturulcs. cs plconas- porque
rra, como terrc110 de Li 1guc1ldad 11os1hle L"ll L1 d1tcrL·nua, comu Li m,1tcna prilll,l con cultura de alguns manera decimos libertad y progreso.
ord, -una torrn.r o ripo parricul.ir dl· Cultura,
de bs 1dc11t1dc1des. L1 n,iL-1<,in Lk cultur.1 1n1pl1l-,l unto c1,p1rauunes u1111 ersal1sr.1s por consiguiente, ha acabado por denotar fronteras y mechas casasiem-
l.is cosrurnbrcs, lo, logros arristi- como clescos part1cul,1risus.
pre coincidentes
Pur cllo, lc son 1nhnc11tcs, 1 Sl' le 11erduna11, Lis ,1mhi-
con las entelequias que quisieron materializar las ideas modernas
cierrn etap.i de Sll desarrLll!O ohisto- c1u11L'S rc1\i11d1c1ti1c1s c 111(lt1so L1 1·L'llg,111z,1, purque pur cultura de libertad
sic111prc yque1-c11Hls
progreso: los Estados-naciones.EI calendário del tiempo cultural fuc
adherido a la cronologia de la nación, la cual corre, casi instintivamente, de menos
la misma mnl1da en que la historia deur culturas. Cultur;1 s1cm11rc 111111l1c,1 C<1111pauc1L'i11 c 1dc11tidad: Li ditnenl'ia I
scp,uLi est,1 1dl'ntidad c hizo posihk LJ j)LTtl'!H.'llCiJ. o más, de lo crude a lo coado, de lo disperso a lo homogéneo. Incluso cuando
fue posible concebir la cultura másalia de razasy genes,cultura no se despegóde
y ,1 h culrur.i como dos conccpros Pero, ell reJl1dc1d, en Sll forma modern,], uilrnra tie11e sll L'Spacio tie111pu hicn
e permitio J la culrur.il xer rcrrcno dc11urc1do, tll'llC I/lie/ hisrnria ,1dhnid,1: LJ de L1 111odnnidad loll1\Sl11J que elI, Estado-nación
por cllo, LJ reprcsentaba,porque la nación dota a los conceptos de
libertad y progreso de espacioy tiempo claro y visible. La pátria fue la forma lhas
de nur os ni;i, quc de r,11;1s, ser un dl'i l·_sudo-n,1(1on. L" L]llL' hLl\. ClltL'llde11ws por culrnr;1 L'S indi11s1hk dL· dos prn-
moderna y abarcante de «memoria colectiva» sin la cual, aún, la historia es ílegible.
cnrngruma evolutivo'. De csu torma, \L'Cto, modern us por L''\CL·lenl'ia: liherud 1 11rogreso. l\ir,1Lk>1iulllL'lltl', "lihcrud,
l tip,i de hisroria -Ll no /,1 histori.i sign1ticL'1, 11or u11 Lido, Li hi,ton,1111Lkpc11diu,b de L1 (tdtura, 1 Li EI relativismo
r,l/L,>11 111Llepc·11d1cultural,
- creo, ha resultado más barato de imaginar que la pro-
las disrinr.is cr;1s hist oricas: la er.i de miscuidad
ZJlLi de Li histuria; pnr otrn, sig111tidi u111hic11 Li raZ('in ((1L·11titic.1), .1pai-cntcmcnte cronológica y espacial. Apenas se inicia la discusión sobre cultura más
uximo peso tundncion.rl de! tcrmino alia de las
l1brL' 1 IlL'lltLl, 1 uelra ,1 Li h1sturi,1 y ;1 h culrnrc1, l·,1pc1ciuLLi pc1r.1 \'LT I dL·sL-llbrir cronologias y espacios nacionales, como algo más que el sí o el no del
Estado-nación.
L1s "IC)c, .. qm· rigcn hi,tor1a I culrurc1. Y 111 LlZ(lll, ni histori,1, ni l'1iln1r;1 son llltL'- A la historia, afirmaba Benedetto Croce con eurocéntrica candidez,
ric111os.
e cl hivtori.ulor último
Fr.mcis ar#chulopor La
1-LiskL·II, "L'l1 lig1hles s111 Li !l()CH'ni de progrL'S(J, de ,lLlllL-L' mcis Ll ll1L'110, l111l',1l L'll L'I riL'lll[•ll. Si
Oxfor 1992 0: 374..Sobre la historia de cultura y civilización, véase Ellas, 1989.
Véasetambién la sugerentee importante visión, si por momentos irritantemente racionalista y conser'
luhcr CL>lls,1grado c1si la roulidad de lublanws de tL1Ll1c1ones, Lie idcmidades, de 11wLkr111dadcs I pos111, idcrn iLLidcs cs
6. Para una penetrante crítica y análisis de este concepto de historia cultural, véase Pavur
sa y militar- acah,rn ora,con unveo'cl
dearu mo la cultura fue separadade laporque
ca11itt1- noción de Cull Cllitllr.1 en
civilización delac1lgt111a
décadade llU!ler,1 dl'Cllll()S !ihntad \ f'rogrcs<i.
los veinte, 199]
Stocking, 1989.
11scr1hc11 L'll Li cont1rn11Lbd de! .\1ccfr Culrnra, [1Lir cunsiguicntl', h,1 ,1c1h,1do por dc1wrar trLi11tn,1s I kchas c;is1 siL'lll-
: 20S). Peru de hL·l·lw cl ,lrtt' mismo prc coi11Lidc11tL'' um L1, enrL·leqlli.1s LjllL' Ljlll'>ll'fl>ll 11utn1c1l11,1r !.~, 1ck:1s lll()dcnus
r
242 MAU RIC 10 TENO RI O TRI LLO HISTORIA, CULTURA Y«AMÉRICA LATINA 243

«nosotros, los europeus modernos, la dividimos en antigüedad, medioevo y época pólo busca ser punto. de vista, cultura de hoy y aqui. Frente a las identidades, el
moderna... y e] haberse [esta periodización] fraguado insensiblementese vuelve nuevo historiador cultural se presençacomo el defensor del agency de la gente (de
más en su favor que en su contra, porque significa que no es producto del arbítrio su capacidad de reaccionar ante, y hacer, la historia). Es un sacerdote laico y mo-
individual, sino que ha acompaõado el desarrollo mesmo de la conciencia moder- derno: localiza las múltiples estructurasdiscursivasque cruzan a los sujetoshistóri-
na» (Croce, 1955: 90). No hemos superado, por más que queramos, esaconcien- cos, pero salva el libre albedrío (agency) así como la'idea misma de la racionalidad
cia moderna; no obedecemosa otra noción de tiempo histórico, no obstanteel liberal (pomo eco/zomicz/s, maximizadores de intereses culturales o económicos).
pluralismo cultural, no importando nuestra <'condición posmoderna» EI historiador de ]a cultura es,pues, un narrador menor de algo que crer puede
La historia cultural, esmoes la disciplina (razón científica) que estudialo cultu- ser conocido y «hecho de otro modo por elección, esfuerzo y aplicación de cono-
ral, comparte estas dimensiones espaciales y temporales (las de la modernidad y los cimientol', es decir,.la cultura (Redfield, 1975: 70). Pero es menos honesto que el
Estados-nación), pero --a diferencia de obras historias-- vuelve, o busca volver, poeta quien, dijo María Zambrano, «ha sabido desde siempre lo que el filósofo ha
forzosamente a ellas porque sus lecturas necesariamente versan sobre los criterios ignorado [:] que no es posib]eposeersea sí mismo, en sí'mismo. Seriamenester
que definem tales dimensiones. Es decir, lo que en un momento dado se define ser mâs que uno mesmo; poseerse desde alguna otra cosa más alia, desde algo que
como un espacioy un tiempo historiable es definido precisamentepor presupues' pueda realmente contenernos» (Zambrano, 1992: 35). o' ''

tos culturales, y son esospostulados a los que la historia cultural deseaacercarse. La concentración en temas profundos, en temas sin forma definida, así como
Por tanto, la relación historia y cultura, sugiero, se caracterizapor un estilo pecu- la búsqueda de identidades,
243 pareciera poner pecos limites a la historia cultural No
liar de narración: el estilo de la auto-conciencia del estilo, de la mano que aspira a obstante,la propia indefinición y la inherente modernidad de la cultura constitu-
escribir
en antigucdad, (moz/ere,
mcdiocvo de/aclara,docere), a conocer,r'ilo
v epoc1 y a hus_c:1
dar a conocer,
ser pt111toaldt·mismo
\1st:1, tiempo
L'ttltllr:1 de h(l\ \ :iqui. Frl'llk yen .1 Lisel limite principal
identidades, el de la historia cultural. Si se aceptala modernidad inherente
guado insensiblernenre
que, como en se un
vuelvc
diseóo de Maurits Escher, se mira y dibuja a sí
nuc,o ht,ror1:1dor cultural scmioma. Este estilo com1i el detensor del c1gc
prescnra 11n· de Li gcnte
al mismísimo proyecto(de de definir y tener culturas, y se concibe lo impensable quc
es ineludible
1 qu« 110 cs producro del para
arbirr laiohistoria de lo cultural más
st1 que para cualquier
L·:1p.lc'1d:1d oiro campo,
Lie rc:1cc·H1n:1r ,llllL', \y es
h:iL·er, Li h1sr<lr1:1). E, un es la narración
,:lc'LTdorc LiiL·o historiográfica
,. sin la conciencia de este proyecto, se puede extrair
1110_
misrno de en
la concicncia moder-
verdad la gana de ser, o volver a ser, cultura (difusa, inmune, consensual).
clcnw: l()c:1ltz,1 Lie; n1t'1ltiplcs ntrucrnras disu1rs1\ :ls que cru/,111de:1 la11 lSidea abstracta
SUJL'tos h;su'in-de cultura un mínimo de criterios más o menos veri6cables.
m.is quc qucrarnos,
Mas,esa concien-
como especialidadde la historia, la historia
c'OS, cultural
pcrn s:1lv:1 esya
L'i librc un «ghetto»
albedrio (,zgc11q·) :isi ui1n<> Li idea 111isnu EstaLkes, la todo te.maes susceptible de ser leído culturalmente, y el objetivo de toda
racion:il,dad
académico
ticrnpo hisrorico, bien delimitado.
no ohstanre el En 1926 Johan Huizinga definia así la historia cultural: historia
liberal (humu l!CfJ11()IIJio1s, m:1xi1111z,1dorcs de 111tcrcsc, cultt1r,1lcs o ecorn'imicos). cu]tura] es ser cultura, pera no todo lo que clama ser historia cultural es
dicion posmodernn-. «EI objeto de la historia cultural es la cultura. Estanoción, moderna por exce-
El h1srnr1:1dur de la uiltur:1 L'S. pucs, \111 narr:1dor menor de cultura, :1lgu l]llCsi Cl'l'L'
por cultura
punk entendemosla importância de, y los limites para crearla.
n cicnritica) lencia
quc c-tyudia lo culru-distintivo de nuestro tiempo,
casasigno ,n urnoc1do \ · hcc/1<> de otro modo por clec·c1r'i11, c,fuerzo \' apl1cac1(l11 clc L·tnw- asumir que el estudio del pasado de la cultura esel cultivo
será siempre muy difícil de definir. Lo cual es, primero,
or.iles (las deLa L1 historia cultural
modernidad v !uses distinta de la historia política y económica,
c11rnclltu··. en tanto que
c, cll'L'lr, IJculrnra ella 19-_): -u). Pero C', lllt'll()S
(Rl'llhL·ld, y diálogo, pasado
honc,to L]l!Cy clpresente,de la razón en libertad, entendiendola razón como
srorias- vuelve,
merece o busca volver, solamente si está centrada
ese adjetivo enqu1e11,
ptiL't:l los temas d110 más
\l:inaprofundos,
!'.:1mbr.11H>,más.. Ju sahido dcsde siemprc unlo pensar
l)llL' cl en voz alta
hl1'isoto h:1 sobre ayer y hoy, sobre aqui, ahora y ]o porvenir. Y cultura.
.uncnte vcrs.m genera[es [...]crirerios
sohre los ]a existencia de una historia cu]tura]
1g1wr:1d<1só]o/ :Jesquc
posib]e
nu es cuando
pusihlce] erudi-
poscer,c a si mic;nw, en sf m1sm<>. si fue ySeriaes diálogo,
menestn exige comunicación, compresión, en fin, leitores potenciales
en u n mementoto aja d.ido se define
su atención en los patrones de vida, descr artem:i,
y deque
pensamiento
Uil<l 1rn,mo;tomados
po,ecrse todosdesde :1lgun:1 orr:1 cos:1 111:isy ,111.i,
el eco de las
desde preocupaciones
algo quc machaconas que aquejan a un tiempo. Académica-
do prccisamenreen su conjunto.
por presupucs-La naturaleza de ecospatrones no esrL·,1lme11tc
punb âja. Estascomcnnnu,
adquieren su.. forma,
(Za111hrano, I LJLJ2: 15). mente, pues,todo puede ser«historia cultural», pero, para sercultura, una historia
solamente
hisroria cultural dcsca cuando
acercar sc, podemostener influencia sobre Li ellos» (Huizinga,en 1970:
L·o11centr.1L·i<in tcmas 27-28).
protundo,, en rc111:1s sm fontu
cultural tiene,1s1que
dcti111cb, comoentrar en diálogo amplia! con el pasadoy con el presente,y para
sc carncrcr iza porY un
en estilo
1997,peen-
un académicodefinia la historia cultural: «... en tanto el cstudio
b ht'1squed:1 Llc 1denrid:1dcs, p:ireL-icr:1 puner pouis limitcs :1 laello tiene cultural.
h1storia que ser comprensible
No y saber'hablar de las preocupactones que siembran
dcl csri!o, debde 111:11w
la construcción
que aspir« del :1 sujeto, sus limites inherentes,
ohsume, así la como
prop1:1 los mecanismos
indctinicic',11 con
v la inhcrente modernidad al presente
de la L-ultura y constitu-
que se revelan en el pasado.
los cuales
a d.ir ,1 conocer, al misruo los tiernpo
individuos están unidos a susyen identidades» (Poster, 1997: 10). Ayer
el limitc pri11cip:1l de la hi,toria cultural. S1 sc ,1ccpt:1 la modcrrndad La cultura, instrumentalizadacomo criterio historiográfico, no termina en el
inhercnte
ra \' dibuja a usfhoy,
misma. Fsre csrilo
la historia cultural es ante todo una especialidad historiográfica, meridiana- dato empírico --no puede--.perolorequieretantocomoalacoherenciayala
' '' "' ''' "----
aJ llllSlll!Sill10 prn\·eC[ll de dchnir \ fl'llt'r Lliitl!LlS, \' Se C011L·ihe i'.: lo impe11sahic
. . que ..
c para cualquiermente orroprofesionalizada;
c.unpo, v n un campo caracterizado por indefinición
cs Li narrac1011 histonogr:ihca de temas, pero, lógica
s111 b concicnci:1 de esre proyectc,, sc en la interpretación.
puede cxtracr Para que una' historia seacultura tiene que contribuir
difusa, inmune. sugiero, con estrictas dimensiones espaciotemporales,
consensual). ademásdedeposeer
de Li 1dc:1 :1bstract:1 cultura ununestilo
minimo de critenos 111:is <ial menos
balance\'erinc1hies
entre ignorar y conocer, y para elmotiene que contar su trama dando a
storic culturalparticular
cs , :1 1111que«ghetto,.
habla (o pretende hablar) no sólo Esto dees, las
todocosas
temasinocs del hecho mismo
susceptible: de Ser leido culturalmcllte, conocer algo.deEItcJLL;
\' cl objeti\'O entretejido de dadosen el logro de un argumentoes un triunfo
1g:1 clcfinia ,1sf hivror iaEsto
deLihablar. culrur.il:
es, más que por su tema u objeto dc estudio definido --siempre va-
h1stor1<1 cultural cs sn cultuL1, pcro 110 todo lo quc clan1.1 scr sobre el caos
hisroria de losL',mil documentos y libros, es la victoria más importante para
niltur:11
Esr:1 nocion.riable--,
modcrn.ila por exec- de historiador culturalL-ultura,
profesión se distingue
si por por la ambición
cultur:i entcndcmos de defi-
Li importancia la cultura..Y
de, y los limitcs nunc.a es una victoria de' los datos, pero siempre vuelve a ellosr«es
para crL·:1rL1.
er.i xicrnprc muynir una
diffcil de dcrinir. una mirada, que sirva de método
perspectiva, Lo ctuly de es, objeto
pnmero,de estudio.
asumir quc Así,clelcstud10 del pasado deb inalcanzabJe
L·ultura es elsin ellos. La cuestiónde los datas para la cultura como criterio de
cultivo
a v economica.
campoen unto que clb cultural es un estudiar que
de la historia se metamorfosea
\' di:ilogo, en lo quede
pasado ,. presemc, estudia,
la r:1zc'i11 en lihertad, entcnd1cndo
validezladerazc'Jn
una narración
como no es un pomposo problema de la objetividad, sino de
n los rcrnas es,masenprotundo«,
afecto, una111:is disciplina construyendo sz/b/ecos:
un pcnsar sus en personajes (históricos
voz :1lta sohre :1\'cr y y al sobre aquf, ahora y lopejo,
hoy, y cultura, qué tanto más sabemos,qué tanto másignoramos, del panado
de erudición:
porvenir.
mismo
al s<ilo cs posihle historiador)
cuando el crudi- y su tema (la cultura). Un estudio que en el deseo de conocer o y ael presente. '
s1 tuc )' es di:ilogo, exigc comu11ic:1ci611, comprcsi()ll, en tin, lcctores potcnL·ialcs
de, si bien vale,
\ de pc1;samic11to tom:1dos todos deconstruir la cultura guarda la callada intención de crearla.
Y el ecn de las prcoc11paciones mad1:1conas que aqucj:111 a tm ' riempo. Por último, si la historia ha de volver a la cultura, ha de ser crítica o no será.
Ac1de111ica-
Como la
cs tija. Fsros adquicrcn su filosofia
forma, o la poesiala historiamcnrc,cultural trata de las identidades,pera
pues, todo pucdc ser «histori:1 L'ttituraJ .. , pero, para sn AL·ultuL1,
las historias culturales se las ha de conocer por su capacidad de ser y crear de-
una historia
de manera
cllos» (Huizing.1, I lJ-:'(): .:i.--28).
menos metódica que la filosofia, cultural
y menos honesta
tienc que la en
que L'11tr:1r poesia porque
di:ilogo :implio, con cl pasado v L·on sengano, crítica vypara
cl prescnte, autocrítica, siempre con relación a los grandes temas socialmente
rnltur:11: "··· en t:mto cl cstud10 ello t1enc quc ser comprcns1hlc v s,1hcr hahlar de las preocup:icioncs que sic111hran
r
244 MAU RI CIO TENO RIO TRILLO
HISTORIA. CULTURA Y <<AMÉRICA LATINA 245

definidos en el aqui y ahora del que escribe. Si una historia es soberbia y cuadrada cambiante de acuerdo a las circunstancias. La noción de América Latina está im-
como hipótesis decimonónica, puede que sea historia (puntaje académicos),pero buída no sólo de imperio y tiempo sino de raza y ciencia. América es eternamente
no es cultura.
«las Américas». De hecho, el nombre «/'Hmérlqzle /afina» desde sus orígenes, no se
Mucho de lo que se produce como historia cultural no regresaa la cultura (en- entiende.sin su.corolário, el otro mito, el Tocquevilliano, /'Zmér/que. En las prime-
tendida así, como un mínimo de cultivo y diálogo, ensefianza,educación, crítica, ras décadasdel siglo xx, sin embargo, no todos en la región se resignabana ser el
autocrítica) ni como duda, ni como protesta, ni como información. éQué hacer? lado opuesto del imperio, del tiempo, la espiritualidad y la ciencia. En 1925, ante
Lo que alcanzó a articular Yzur, el mono de la historia de Lugones, «reconciliaba la celebración de un congreso de intelectuales hispanoamericanos, José Carlos Ma-
lasespecies».éQué debe decir la historia para reconciliarse con la cultura sin miti- riátegui se preguntaba «éExiste un pensamiento hispano-americano?». Su respues-
ficada? A estasreflexiones volveré a lo largo del ensayo. ta: No, «elpensamientohispano-americanono esgeneralmentesino una rapsodia
compuesta con motivos y elementos del pensamiento europeo», y lo que en Ar-
gentina era síntesisde rezas (segúnAJfredo Palácios), en Perú no existia; lo que en
LACUIIURADEUNAHISTORIA
Perúera.cultura, no lo era en Costa Rica (Mariátegui, 19óOy'. ParaMariátegui no
había tal cosacomo una cultura original y propiamente «hispanoamericana». La
De los ímpetus y disputasimperiales de Napoleón 111nació el término, /'Amériqz/e idea mioma de América Latina era, para algunos «latinoamericanos», el paso previo
/aff/ze, y ganó uso entre los que habrían de autonombrarse «latinoamericanos» 245
a diluirse en un tiempo histórico másgeneral: ya la revolución social universal,ya
Entre los esfuerzospor una confederación de ex-colonias espaõolasy la consagra- la modernización industrial, ya el cosmopolitismo cultural. Así, América Latina
ción de la idea de América Latina, se utilizaron vários nombrescuya corrección
c.imhi.mte de .icucrdo a las cucunsr.mci.is. L1 uocion de .vmcric.; l.arinu csta irn- conscientemente a contracorriente, como estación previa de
1 lfr,tori;1 ,·s.sohcrh'.,1 y cu.ulr.ida también fue cultivada
era todavia cuestionada a princípios del siglobuid.i
xx: que si endeHispano-América
110 ,c·,10 cabia
imper i« 1· ricrnpo futuros
s1110 de r.11;1 1· c1e11C1;\. ,\111eric.1 t·,venturosos.
crcrn.uuente
ori« (punr.uc .1c.1dcm1L·os), iscr,1
o no Brasil, que si lbcro-América era arcaísmo
.. las yAmericas
Latino América una incorrección
... De hecho, cl nornbrc .. lAnieriqu« lat ine- dcsdc su-, origct1t',,ya 110
Además, en scla década de 1960, el concepto «América Latina» readquiere
etimológica e histórica... Si Latinos todos, opor
ltur:il 110 rcgrcs;1 ;1 l.i culwr.1. (en· cnticnd«qué sin no ,11
la hermandad
corol.u io, cl con otro las ex- L'I TcJCqun·illi.1110, l':\111enq11c.
111ir,1, la connotación F.n Lis prime·que tuvo í//o [emPore:la utopia. En ]a décadade los treinta. un
colonias francesas,latinas como las que más, pero africanas?8.Y éManongo?, aquel
;", ct1sL·11;rnz;1, cducacion, cnr1c1, r.1s dcc.1da, de! s1glo xx. sin embargo, nu rodo, en l.i region SL' rcsig11;1b;m estadounidense,
antropólogo a scr cl Robert Redfield, encontró la comunidad perdida, la
del verso de Martínez Estrada, que era «de pura raza latina,
ludo opuesro de! /impcrio,
su abuela de!emigró
ricmpo, de Li esp1rinuliLbd" la cicucia. cultural.n l cJ25, ante
fraternal, en Tepoztlán. Igualmente, el historiador francésHenri Lefebvre
corn« intorrnacion. 2Qu{ h.iccr?
China, / su madre vinte del Congo»P.EI nombre América de
Li cclcbrucion Latina triunfó ydepoco
un congreso a
inrelccruales h1sp:111ci;1111cnc,111os. }bl' Carlos \fa.que «en los aflos sebenta... pensáramos ingenuamente en toda
istori.i de lugouc-; ,,J"L'co11cilub;1 confesaba en 1988
poco perdió sus connotaciones imperiales yri.iregui meramente geográficas y se convirtió
d--:xisrc 1111 lw,p;1110-;1111criL·;1110;,.. Su América
oncilinrsc con la culturu s111 1111t1- sc pr cgunr.iba .. pcns.imiento Europa que rcspucs- Latina iba a ser el lugar de emcrgencia de la revolución mun-
en el título de una historia, de una epopeyata:que \Jo,hoy.. el es dada por hecho
pcnsanucnto como la
h1sp.1110-.1111t-r1c;mo no es gc11cral111entc
cns.11·,,. dial,si1w
una1111.1 r;1p,od1;1 a la vez humanista y socialista. Luego, por los aços setenta, se
revolución
certeza de un mapa. compucsra CCll1 motivo-, 1· ekmcnros de! pe11s;1111ic11to curopco-, pensó1· que lo que en Ar-encontrar entre ]os índios remotos de América Latina modelos
se podia
Es de ideas filas del tiempo histórico que)-;L'ntinc1 también se lleno el vocablo «América
era s111tes1s de r.11,1s (,egi.'111 .\ltrnlo Palacios). en Peru de cxisna: l\l quc
noorganización L'Il
socio-cultural que aseguraran la felicidad de la humanidad futura:
ST<l!Zl\
Latina». Y desde 1900, cuando se publicó el Arie/
PerC1 erade Rodó, se hizo evidente que
culrur.i, no lo era en ((1su Rica (Mar i.itcgui, 1960) la 1'.1ra
1''.
sociedad .\L1ri:1rcg11i
sin Estado,110 sin clases»(Velar,Romano, 1988: 67). Entoncesera clara
el hispanismo crioulo se había apropiado del habiavocablo
r.il cos.1América
corno Latina
1111;1 culrur y loa había
originn] 1· propiarncnrc .. 1i1sp;111oa111nic.111;1 ... Lt
la existenciade «América Latina»,la región con la historia distinta y la utopia de
largado de superioridad
Ill naCI(·, el tc;r111111u, /'1\1111;ri,711__,· espiritual aparentemente sustentada en la
idea 111is111;1 de America l.ntin.i era. historia y en la .1lgunos -Iut inoamcr icanos
p;1r;1 .. , cl p.iso pureza
autenticidad, prn·io y renovación. América Latina era una porque era la misma
Cl110111hr;1rst' lengua de Esparsa.Ya. en los aços sesentadel asiglo
.. Jarn1<>,rn1cnc;11ws·· xx, el Ca/fbá/z revolucionário de
diluirse en un ticmpo historico 111:is general: 1 a la revolucionlucha, socialresistencia
1111i1Trsal.yvaesperanza, era, como resumia en 1989 una'historia del arte
Fernández Retamar vino a sustituir al hispanista y aristocrático Anel. Pero en los
ulo111,h csp;111ohs y h cons.1gr;1- l.i 111odern11;1ci(>11 indusnial. Y:1 el cosmopolitisrno cultural. latinoamericano, AsL America l.arin.i «la historia compartida de la opresión colonial. . . herencia de la
LHill, 1wmhrcs Arieles cuvao en los Calibanes, nadie cuestionó r.unhicu
corrccc1611 la superioridad
fuc culrivespiritual de los «lati- ;1 conrrucorricnte.
ada con-cicntcmcnre corno est.iciony prcvia de
injerencia de la explotación externas, y, frente a todo eito, la continua preocu-
noamericanos» yubi,1
qut' si en H1spa11c,-:\mc:rica la convicción en la existencia de una
fururos «cultura latinoamericana» (o
venrurosos. pación de los creativos artistas de América Latina en expresar de forma auténtica
l.;1ri110 .\mt-ricahispano-americana
1111;1 i11corrcccit'i11en Rodo). Calibán era «anui-yankee» Adc111;1s, como 1·;1 en Anel,
la dccad.i y como de AnelI 960, cl concepro .. A111eric.1 susl.atinu-
propias reuclquiere
vocês, en ubicar su propia identidad cultural>» (Baddeley y Fraser, 1989:
o Calibán,LUil
quc: 110 h hn111;111thd pues, bs América
e,- Latina ha aparecido como la víctima
la cormotacion que de t11n1 la historia,
illo t cm porc:que h utopia, En la dccada 2). Lode cual,
los trbien cinta,visto,
un no es decir mucho másque lo que un «afrancesado»como
;itr1c.111;1s''- hizo a Prospero
Y ;l\l.rnongo', (EstadosUnidos) «sercomo
;1qucl es»,por tanto,
.mtropologo decíadon Edmundo
cstadounidcns«, Robert Redfield, cnconrr o la cornunidud perdida,
García Calderón dijera, Li a costa de diferenciar a /'Zmér/que /afi/ze de la ana cbfe d
r,11;1 Lit111.1, O'Gorman,
su ;1huch c1111gn'1«la exorbitante
ck pretensión del culrur.i
reclamofraternal,
de una justicia absoluta para
en Tepoztl.in. Igualmcnte, el hisrorrador trances froPlqaé? Henri (e.g., Paraguay):de México a la región del Plata, «mediante una acción
Lefebvre
lberoamérica no es sino una huida de la realidad, porque, iclarol, para salvarse
A111tT1c;1 l .;1ti11.1 rnuntc', v poco a confesaba en 1988 que "en los a110s sesenr.i. .. pcns.ihamos i11ge1111a111ente amplia y secular, en todalos romanos, el catolicismo y las ideas francesas dieron un as-
de la historia
\111l'l1ll' gn1gr.1tic;\S no hay menorremedio que salirse
\ SL' cu111·1rric', de ella» (O'Gorman, 1977 : 54).
Europa quc America Latina ih,1 a scr cl lugar de erncrgcncia deb uniforme a11111n-
pectorevolucion la conciencia americana» (García Calderón, 1912). La búsqueda
c hov cs Lhd;1América pur hccho Latina Ct1mo está h así amunicionada de una superioridad espiritual selectivay
dial, una revolucion a la vez hu111.1111sta 1· socialism. l.uego, por una.1110s
delos identidadsetcnr.i,o deSL' una tradición esencial es, como decía en 1945 Luis Alberto
, . pcnso que se podi.i encont r.ir entre los indios rcmotos de America Sánchez Latina
de [a modclo,
idea de ]a tradición común latinoamericana,un «vicio retórico»
1hic:11 St' llcnu cl voc,1blci «:\111cnca
7. Sobre el origem del término «J'AménqKe /aflfze», de organiz;1ci(m
véase Phelan, 1968. socio-rnltural quc aseguraran b felicidad de ISánchez,
Véase la apropiación la h1111unidad 1945). futur;1:
Parala décadade 1980, la crisis del marxismo rebotó en crisis
d de Rc,d,'i, del ,L' término.
hi/(, l'\ en
1dentt'
1865'de la sociedad
qucTorres Caicedo, 1865. La explicación sin Esudo,
del surgimiento sin clases»
del término en Ardao,(Vilar, Romano, 1988: 67).de Entonccs ciencias sociales n;1 clarae incluso, para algunos, en crisis de aquel «vicio retórico»,
c,c;1blo Amt;ric:1 1980; Latin;1 ) _ lo porciones
que incluye lubi;1 la existencia
del trabajo de Torres Caidedo; y también de ...\meric1
en.Sánchez, Latina», h regic'>11 con la h1storia distinu I h utopia de
1.945.
8. ' Espinosa,'1919; quien resume las posición de Menéndez Pedalal respeito del término
C ,usrcnutb l'll 9. Li hiswru \ l'll Li aute11tic1dad,
En Guajirasde M.l Martínez Estrada (1937), citado por Sánchez,1945. purez,1 1· renov:1c1r1n. America l.atin,1 era 1111:1 porque 10. cr;1 Li 1111s111a
Dicho articulo fue publicado originalmente en la revista Mundia/ de Lima en 1925
\,\,, cl Czlilhill rcvol11cio11;1rtu d,· lucha, rcsistencia 1· espna111;1, era, como rcsumfa en 198 9 1111;1 histori.1 de! arte
)' ari,rocr:iticu ,\neL !'er" L'l1 1(), latinoamencano, .. h )fr;ron;1 co111p.1rtid;1 de b oprcsic'111 colunial ... hcrcncu de Li
Y'
246 MAURICIO TENORIO TRILLO HISTORIA CULTURA Y «AMÉRICA LATINA>> 247

Latinoamérica. Incluso, hay quien ha identificado la noción «América Latina» con que como tal más que afirmar, sugiere, implica, ciertos contenidos más o menos
marxismo y con modernidad, ergo post-marxismo es post-América Latina y post- cristalizados. Como entidad aja y tangible, América Latina no existe sino más que
modernidad''. Había que preguntarse qué quedabade América Latina, y a los in- a olo de pájaro imperial (desde alia o desdeacá pero cuando hablamos de alia).
telectuales «latinoamericanos» el periodista chileno Santiago Marras les preguntó Mas, como concepto,Am.éricaLatina esuna manuable,movible, dinâmicay casi
'équé queda?», «ésesiente usted latinoamericano?»: Fuentes, Benedetti, Fernández indefinible amálgamade ideasy creenciasque adquiereforma de acuerdoa las
Retamar,latinoamericanistasconvencidos; Sábato,Cabrera Infante, Bioy Casares, circunstancias. A cada momento, y para cada terreno, hay una América Latina.
Jorge Amado, descreyentes:: totales de la idea misma de <'AméricaLatina». SÍ ha de hablarse de historias culturales, pues, en sí misma «América Latina»
Así, entre império, tiempo, espiritualidad, historia, ciencia, afirmaciones, ne- es la másimportante historia cultural de la región. A ella acompaóanhistorias
gacionesy utopias, floreó la idea de «América Latina»; idea pseudo-geográfica específicasde los países.del área, algunas, muy pocas, comparaciones y unos cuan-
construída de y para la cultura. tos estudios de «subregiones»relativamente consolidadas a través de presupuestos
culturales (el., Mesoamérica) o racial-geográficos (ej. el Caribe, Centroamérica) o
puramente mapísticos (Schwartzmann, 1988) (ej., el Cono sur). No puede decirse
HISTORIA que América Latina, entendida como el conjunto de paísespenosamente formados
como Estados-nacionesa ]o largo del siglo xix, cuente con una historia cultural.
l La noción de América Latina nos ha durado gradas tanto a lo que Gamio con can-
1 ;\ 1. I:;.'
En general, reinan247las historias nacionalescon acentos culturales, y una historia
didez mostraba, la existencia de la otra, la América anglosajona, como a los impul- cultural titulada «América.Latina», la cual esinseparablede la otra gran histo-
sos de unaLirina,,
o la nocil'in ,,A111cric;1 que tetra
conutopia compartida (ya elque
arielismo, ya la búsqueda antropoló- ria cultural
corno ral 111:is qu« atirm.ir, sugier c, implic.i, cterros conrcnido-, m.is del
O
continente,la de la «city upon a hill», la intitulada IMetbe /)eoP/e.
mcnos
gica de Larina
la comunidad
Y post- perdida, ya la vazacósmica, ya el mestizaje, ya la negritud, ya
o es post-America crisulizad(> Como entidad tip\ tangible, America L1t11L1 11() cxDe ist ehecho,
SillO rn.is comoque el latinoamericanismo decimonónico hino del exílio (Bello,
aha de America la sociedad
Larina, ,-sin clase,
a los i11- ya la superioridad sexual o espiritual de la latinidad). AI final
,1 <1Jo de p.uar o irnpcri.i] (dcsdc all:i o Lksdc ac.i pcr o cuando hahLrnws de allri). Lastarria, Mitre, López), en la segunda mitad del siglo xx de no ser por el mélíznge
ello Sa11tiago del sigloles
1\larr:is xx prcgunt<'>
vale preguntarnos équé era lo .\Lis,_c,lrn<llatino que definia esta unidad «Amé- intelectual
conccpto, .\111cnc:1 L1t11u cs un.i manuahie, 111<11·1hle, din.imic., v L·asi provocado por los exílios entre 1965 y'1980, en Brasil nadie hablaría
rica Latina»?:
": Fu en res, Benedetti, éreligión?, éhistoria?, égenes?,
Fcrn;111de1 élengua?, éespíritu?, éautenticidad?
mdchrnhlc _.1111alga111a de idc:1s v crccnci.i-, quc .ulquierc t,1rnu de acm-rdu. :l Lis que de Brasil, en México de México y en Perú de Perúi'. Es en Europa y Es-
Si religión,
o, C:abrcr:1 Infonrc, Hiov historia
Casares.y lengua, opor qué sí Brasil, porque no A
L'IJ'CUnsu11c1;1s. Taxas,
cad.i Nuevo México,
ll10111L'llt<>, v par.i L·aLLi terrcno. hav uua tados Unidos
AmenL·a que masivamentese estudia «América Latina», a la totalidad y a la
L1ti11a.
Haití, Latina».
r,rn.1 de »A111eric1 o Surinam? Si autenticidad, équé ha hecho que la región seaparticularmente mayoría de sus paísesa la vez.
',f ha de hahLirsL· de h1sron:1s culrur.rl.-c, pt1L'S, en si .111is11u -Amcr ica Liri11,1 ..
auténtica? Una
historia, ciencia, atirrnac1011es, nc- vez más: éraza, rcligión, historia...? En verdad, no es de historia .Américahiswri:is
Latina», como obra cu]tura], cuenta en erecto con una literatura
cs Li 11_1is i1111)<Jl'LllltL' historu cultural de la reg1,·,11. :\ elh acornp.m.m
sino de cultura
Latina,,; idea pscudo-gcogr:1lic1 olvidadiza de la historia que surgió la noción de América Latina. EI periódicamente renovada Esta historiografia no es sobre América Latina, sino
cspeciricas de los pai.scs de! .irea, algu11.is, mm· poc.is, compuracioncs I uno-, cu.m-
mecanismo intelectual que permitia la idea ros de csrudio-,
una razadehíbrida superior,
"suhrcg1ones en José
.. rclariv.uncnn- es precisamente
consolidad.u, a tr.tvc-, de América Latina:,la construcción, reproducción y mantenimiento
Vasconceloso en Paulo Prado, es el mismoculrur.ile-, que hizo (cj., posible el épico <'nosotros» 1~rcsupticstos
;\!csoa111cnc.1) <J r.1c1al-gL·ogr.1ricos (e], el Carihe, Cemroamcrica) <> Latina». Esta es una historiografia que, si épica, no es tan
de la idea de «América
a veda desangrantede Eduardo Galeano, ypur:1rne1~rc es idénticom:1pisricosal que entra en funciona-
(',chw:1n1m:111n, I YI-.S) (ci., cl Con» sur). armoniosa
No pucde como con frecuencia sepresença; una literatura llena de imperdonables
dccirse
miento en todos los pretendidos excepcionalismos patrióticos, incluyendo el de la
quc A11~cnc:1 l.at ina, L'1He11d1d:1 corno cl LOllJUnt<1 de p:1iscs pcnosamente tormndo-, negligencias historiográficas, en la que, por ejemplo, resalta más la importância de
obra América, fbe excepf/ona/ del Norte. La del Sur, igualmente excepcional, de
Clirno Esrados-1uc1011cs :1 lo l:irgo del .siglo .\IX, cucnre con u11;1 hivtori., cultural cortes de Cádiz que la trascendencia de una revoLución de esclavosen Haití que
ias canto a lo la queque decíacon
Camio Sarmiento
c111- que tema «una alta En conciencia de su valor como nación»:
general, rciuan l.is h1ston.1s 11acionaks con accnros culrur.iles, 1· un.i histori.i acabó por configurar tanto una de los primeros Estados-nacionesmodernas,como
1 a11glosajo11a, como anoloshabría
«Cuánto irnpul-podido contribuir a la independencia de una parte de América
culrurnl riruLida ...-\merica l.ar inn-, Li cual cs inseparable de la orr.i gra11 histo- en gran medida el mismísimo concepto occidental de /íóerfé y ega/ífé rTrouillot,
clismo, va la la arrogância
bt'1squecb de estos gauchos argentinos que nada han visto bafo el sol menorque
a11tropoki- ria cultural de! conr111L'rHc,h dL· h "cit1 upon :i hill .. , la inrirulad.r 1995ys.\\'c América
'the people. Latina, en erecto, es una historia plena de presupuestos cultura-
,·a cl 111cstiza1e, va la De
ellos»i3. esta arrogância
11egritud, y;1 están hechas todas las historias nacionales.
De. hcL·lw, corno el l.1tmu.1mcnca111smo dcC11llllll(.)l1JCO hijo de] cx ilro (Bello,
listas a vedescompafíeros del anta-imperialismo, atrás veces vecinos del racismo o
Por ello,
espiritual de Li latinidad). Al ti11:1IAmérica Latina más que designar a una cultura homogénea, a una
l.avt.irria, Mirrc, l.opcz ), en la scgu11J:1 mir.id de! s1glu xx de de 11<> las
ser ideas
por clde superio.ridadespiritual. Una historia, en fin, que apresuradamente
melang«
no que dctiniahistoria csta unidadcomún,,,Ame-es el nombre de una historia cultural en la cual han actuado mitos,
inrclcctual provocado por los c\il1os cntn- I ':165 1 j L)SO, en Brasil n.idic luhlari:i
reacomoda contradicciones internas difíciles de saldar, en' la dual las diferencial
ngua?, ;cspiritu?,historias, (;rntentic1dad?
política y ciencia. Es un nombre111;\s queque ha de adquirido
lk1sil, enestatua ;\le icode Lie- \le\X<1, en Peru de Peru ; y
criterio, .•. prejuicios
Es en Europa nacionalistas
I
h- entre los distintos países,con frecuenciamezcladoscon
porquc 110 T(:xas, fico yNucvo
«natural»,1\.1cxico,
para la organización del conocimiento; hoy, América Latina es
t.1dos Unido-, que 11us1v:1111e11te SL' cst udi.. .. ,\menL·a L1ti11a», :i la ror.rlid.n] v a Li
intereses imperiales de fuera de la región, han prevalecido sobre la mítica unidad
quc la rcgi{m un seacampo específicodel conocimientotanm.ivoria
partirnlarrncntc normal de y asumido
sus paisescomo la física o la
:1 la vcz, --lo atestiguanmúltiples · y sangrientasguerras, como la sangrienta que inició en
... ) En vcrdad, 110 cs En
química. de realidad,
h1sroria América Latina ha sido una categoria
.,,\meriL·:1 esencialmente
Larina .. , corno ohra cultural,
culrur.il, cucnra e11 efecto1865 con que un.i casi terminó
lircr.u ur.i con la población del Paraguay,o el actual antagonismo
i la noci<'in de America Larina. El pnic'idic.rn1L'rHl' rc11,iv;1Lb. Esu h1sror1ogr:1fia nu cs sohrc Americ.i Larina, si110
una r;1z:1 hibrida superior, en Jose cs prccisarncmc AmerJca L1t111;1; Li c,rnstrucci(i11, rcproduccion v m.mrcnimicnro
hi10 posihlc el 1cpico 1. Colas, 1994, quien afirma (p. 161): «Un sello distintivo de la izquierda revolucionária durante
«nosotros» de L1 1de;1 de .. J\meric1 L1ti11a". Esta cs Lilla hisroriograffn quc, SI cpica, 110 cs r.in
dentico al queelAmérica
ÚM$1 hü$Hwn w
período que' he caracterizado como "Modernidad Latinoamericana" ha sido sus intentos de dar a
entra Latina"
en iu11cio11a-
un signiâcado conceptual o políticoarmonros.i
con verdadero L·onw con trccuencin sc presenta: u11;1 lircr.u urn llc11.1 de 1mpndon.1hk,
referente».
patrititicos, incluyendo
12. Entrevistas el deconla vários distinguidos intelectuales comúnmente
11cgligc11c1:1s identificados conenellatérmino
h1sronogr;ihcas, que , pur ejernplo, rcsalu 111:is la imporranci.: de
«Latinoamérica»,
Sur, igualrnl'nte cxccpcio11al, en Marras,
de 1992.
las cc:rtes de Cadiz
13. Vasconcelos,1948 y Prado, 1981. También Galeano, 1975; o Sarmiento, 1977: 33. qu,- la rrascendcncia de una rcvolucion de csclavos 15. Para c11 unHaiti
resumen que del devenir de estahistoriografia y de su potencial, Pérotin-Dumon, 1995
ie11ua de su valor corno naci(m»: acaho por conngurar ranro una de los primcros Est:1dos-11;1c1,111cs modn11:1s, cornu
ndencia de una partc de America en gr:111 mcdid.i cl nnsnusimo conceprn llCL·1dcnul de lihert e» cvulit» (irornllor
Y'
MAURICIO TENS RIO TRILLO HISTORIA, CULTURA Y <<AMÉRICA LATINA>> 249
248

«civilización» en el tiempo global. Hasta mediados de la décadade los cincuenta, los


entre Peray Ecuador, o más recientemente,el «sálvesecada uno como pueda»de conceptos de cultura se enfrentaron en las reuniones de científicos e historiadores
la crisis de las deudas en la década de 1980--. América Latina está hecha,de unam
de la UNESCO, como sacando lección postrera de los terrores de la guerra y asu-
historias que afirman una cronologia común, pera con,tramas separadasde acuer-
miendo la posibilidad de una cultura universal. De ahí surgió Tbe /oz/r?za/o/'Wor/d
do al temPO marcado por las diferentes historias patrióticas.
Hisfory en 1952, y, posteriormente,la colecciónCz//furas;Dla/ogz/eBefzaee/z
fbe
1%op/eo/ fbe \Mor/d (UNESCO, 1986). De estasdiscusionesintelectuales,América
CULTIVO Latina salió consolidadacomo concepto,como unidad civilizatoria. En 1977, la
UNESCO, nos cuenta Leopoldo Zea, asumió la idea de que el estudio de la región
.América Latina» fuera «un instrumento de integración de la mesma»(Zea, 1993:
La historia (cultural) de «AméricaLatina».ha cambiado sus.formas,.pero no sus
esencias.A cada tanto aparece un nuevo libra sobre .las virtude.s del mestizaje, 8). También,en la décadade los sesentalas cienciassocialestuvieron un empuje
común en su profesionalización, el cual se reflejó en la creación, por exemplo, de la

SüúRi: ii e:liluyH$
en un semestre. En la Aínérica de habla hispana, puede decirse que solo un.ahisto-
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y el Consejo Latinoame
ricano de Ciencias Sociales(C]..ACSO):'. De igual forma, los pocos intelectuales de
presencia continental ayudaron a la consolidación de «América Latina» como enti-
dad cultural con una
249 historia específica. De la posguerra, podrían nombrarse exem-
ii:l?E: HÊhl : l :l ;'.=ü=u=:
Ti141
i 1r" I ]I j-j

plos tan distintos como Alfonso Reyes,Antânio Cândido, José Merquior, Eduardo
Ga[eano, Ernesto Guevara, o Fernández Retamar, por no citar ]os c]ásicos de ]a idea
. scilvc,c caLh uno
quecnmo
después de la sólida empresa, Tbe "c1vi\iz;1ci('lll,.
de i9i0
pucd:1» de
toda América Latina aprendió su nombre. en el riernpoPronto gloh:11.
podremos H;1,L1 !llcdi;iclus de Li dec·JLL1 cle lo-. c·i11cuc11L1. lus
decir lo mismo Cambridge Hfsfory o/' Lafffz Ámerica, contemporâneo de América Latina, la generación, dize LuasLoayza, de la hora de
Amerrc1 L1ti11,1 csrc'i hcch,1 de u11,1s concepros de culrur.i ,e cutrenr.uon e11 bs rL'UJ11011es Lk CIL'11titicus L' historiadorc-.
la rejuvenecida América que sustituiría a Europa:': Rubén Darío, Francisco García
dirigida por L. Bethell y que abarca, aunquededesigualmente,
ero con tL1m:1s scp:1L1das de acucr- Li LINFSC:l ). corno casi cada s,1candu
país desdeleccionel po,trcL1 de los tcrrorL', de l.t gucrr:1 \ axu-
Calderón, Laureano Vallenilla, José de la Riva Agüero, José Enrique Rodó, Angel
período prehispánico''. rnicudo. Li pmihilidad '..: .. de u11:1 culrur.i
" ..=.. . uni. crs:11. De ahi smgi(·, Tl»: /()u;·11,il ()( \\()rid
s p,1tn(Jtic:1s. Cappelletti, Juan Bautista Alberdi, Germán Arciniegas, Henríquez Ureia, Marçano
'Sea como historia general, seacomo mito Hist orv cultural, América
c11 J LJ52. Latina ha respe'
v, postcT1urlllc11tc, b culccci('i!l Cultures: f)i,iloguc lktzccc11 the
lna enraizada dimensión espacio-temporal, una cro- Picón Salas,José Vasconcelos,Jose Carlos Mariátegui y Francisco Miró Quesada.
tadoyayudadoamantener .. l'eu;,/c n/ .the . \\<n-lci
, (I .'NFSCO. ...-.-:....I 9S6). De l'SL1s discusim1cs inrclecrunle-, .. \lllfriu

Elél ! Üil(ilüi : i: ;j',:H::l;::l):.: u


Mención aparte merece el esfuerzo de Daniel Cosia Villegas como director de
Larina sa\i(, consolidnda coruo concepro, C(>llH> unidud ci11J1;,:1tor1:1. En I cr:-. la
la editorial Pondo de Cultura Económica (FCE) entre 1941 y 1948. Impregnado
U!',;l-SCO. nos cucnra Leopoldo LcJ, ,1,un1!(·> la ide.i ck quc el estmliu de l,1 reuion
vlsión de inrcurucion de Li de lo que Enrique Krauze llamó «vasconcelismo editorial», Cosío Villegas lanzó la
Ibérica
c1!llb1,1du sus forrnas. pcro no sus que llegó tarde a las marcas en el cronómetro
-Americ.i moderno.
l.ar in.i- tucru -un Sin.esta
msrrumcnro misrnu- (Zea. J :,,n:
o ,ohrL· bs virr11des temporaldcl no seria posible hablar de América
rnesti1c11c. S). Latina
Tambien.como iJ
ell conjunto.
ckcJcia Si, de por lo, ejem
colección de libros más latinoamericanista hasta entonces emprendida --y por la
seSL'lll":1 l.r-. cicncias socialcs ruvu.ron 1111 e111pUJL'
empresa editorial (creación de él) más importante de la América de habla espaõo-
plo, uno'ie
Li1·il11;1c1,'in, subrc h h1sror1,1 corn- los países de la reglón fuera cornun
hiper-moderno, ell ,11 protcsionalizucion.
desarrollado y rico, cl cu.il sc rctlcj(i c11 l.i crcacion, por cjcmplo, de Li
ésería
la--. Así, seesperaba que en la editorial donde brasileõos, argentinos o mexicanos
América Latina? éA qué cronologia corresponderia? . .
Faculrnd l.ruino.trncrican.i ..,
Lk C1c11L·1,1, 'ioc1,des (FL\CSO) v cl ( (l!hCJ<i larinourne-
! \'CZ, Cll EmopJ \ Esrc1dos llrndos. leyeron por primera vez las traducciones de beber, Marx o Heidegger, podrían
Esta noción de tiempo ha sido establecida paradeAnlérica.
r1c,1110 C1L·11ci,1s Latina
S(>cuks no sin dificulda-1 '. De 1gual torm.i, los poe<h
(( L\CSO) intclccru.ilcs Lk
1 \ c11lrur:1 de toda AmcrrCJ Linna leer también, por exemplo, a Sergio Buarque de Hollanda. Se trataba de recuperar
des. EI
, puedc decrrse quc solo u11:1 h1sw-
viejo «americanismo», que podia fechar la
['l"t'SL'llCU hi.storia de
continental acuerdo
avud.non a una .1 visión
h consoliducion de v. \lllerica l.arina- corno cnrr-
racial evolucionista, tuvo que enfrentar nuevas visiones la cultura de la «reza cósmica», de ayudarla a conocerse a sí misma. Pedro Hen-
pais v ,ii cun1u11to co1110 reg1<·m cul- d,1d cultur.il condel tiempo.
u11c1 hixt ori.:LaL'SPL'c·itic:1.
etnogra- lk l.i 1,o,g11eru, podrf.in nombr.use cjcm-
ríquez Ureia y Cosío Villegas idearon dos colecciones, Tierra Firme y Biblioteca
fia de los veinte y treinta nunca pudo diferenciar
l.,zti11c1 de Tiil1u Halperin, lihru Lkl plo, L111totalmente
distrnrus co1111J cultura y civilización
:\lt,Jmu Rnc, .. \11tcJ11i() c.:rndido, .Jose Mcrquior, Fdu.udo
Americana, y aunque nunca llegaron a publicar todo lo planeado, en elas coleccio
11di<') ,u nomhrc.(Stocking, 1989). En la posguerra, la UNESCO
Promo podrernos asumió
C,1le,1110. como Cuc1c1r,1.
Ernesto un área cultural Amé- Re·r:1111ar. l'()r 110 cir.ir los cl:is1c(ls de lu idc.i
,1 J.. crn.indcz
nes sedifundieron los trabajos de Gilberto Freyre, del mencionado Sergio Buarque
111/n1dgc /-/1:-:turyrica u/ Latina y promovió la escritura conjunta
f.,1t111 A111cn(c1, corm-mpor.inco
de su historia de y su .\rner1c1
cultura,l.arina, como una l.i ge·ner:1c1c'm. dice Luis lo:111:1. de Li hor.i de
de Hollanda, de Germán Arciniegas, de José Luis Romero y de muchos más. La
sigu,1lrncntc, c:1si cJdJ pais dcsek L'I h rc1m enecida .\rncncJ qiu. <usriruiri» :1 Furopu 1": Ru hen D,1ri,< lr.incivcu ( ,arci,1
empresafue, sin embargo,un fracasocomercial.«aporqué América Latina no se
C1ldn<'i11, L1mc,11w Vc1lleJ11lh. Jose· de IJ Riv:1 :\giicrn, Jose Fnr1quc Rode'), 1\11gel
• interesa en América Latina?», se preguntaba Enrique Krauze al relatar la empresa
cultur:11. AlllerICl l.at1n,1 ha J'L',pc- Cappelletti. Ju,111 lbm1stc1 .\llwrd1. (,crlllcin .\rcirneg,is. 1 lcnriqucz Urena, J\l:ma110
de Cosío Villegas. apor qué?zo.
ll'llSl('i!l CSpclCIO-te!llpOraJ, 1111:1 cro- Picon 'i:1Lis, Jose \!;1sco11cclo,. Jci,c C,1rlo, i\Llncitcgu1 1 Fr.uicisco Mini Qucs.ula,
Con todo, fue la Revolución Cubana el hecho que apuntaló la concepción mo-
pu, \ dcsdc !us cualcs sc orga11i1.,1 cl i\lcnc1(i11 .ip.utc mcrccc L'I csfuerzo de Dunicl Cosio Vilieg:1, corno d1!'l'dll1· de
derna de América Latina como región espacio-temporal. Significó una esperanza,
utra .\JllerICl, h hip de Ja pcni11suL1 Li cditoriul hind() de (ulrura Fc,i11('1rn1cc1 (F(F) .nrre I ~J.-11 ~- J LJ4S. l mprcuu.u!o
)Jl('illletl'll Jl]()dcrno. Sin CSU 1·is1(°i!l de lo qur l·:nriquc Kr.iu «: lhm,'i, \ ,huinccli,11w ccliroti.tl ... Cosio Villcg,1s h111c', l.t
Lni1u COJll(> c<mJumo. S1. por c1cm- colccci.in de lihros mis L1ti110Jlller1c:1111su h.isrn enroncc-, c!llprL'llcl1LL; 18. A este -1 respecto,
por h véaseRodríguez, 1983. Atahualpa Rodríguez, autor de este articulo, era en
1mlerno, dcs,nrulLtdo 1· nco, (scria l'lll['l'L'.SJ cdirori.il (Cl'l'JCl<.Jll de cl) llli, uuport.uitc de l.i .\n1crlc',1 de h.ihln
realidad c,1,,1110-
el sociólogo argentino Enrique Oteiza.
l:1- .. \si. '-c' L'Si'L'LlhJ cJUL' en Li nl1tur1;1I clondc hL1sik11us. 19. Véase
,11'\..'.L'IH!n(J, <J el interesante estudio de esta generación en Pera en Loayza, 1990. Para estageneración,
mcxic.mo-,
dericl; .
lcvcron por prllllL'Ll \Ti'. hs rr.iduccioucv de \Vcher . .\br:,.; i, l-k1deggn.
dize el autor, lo menorestabapor venir pelo nunca llegó
par:1 ,\meriu L1tin:1110 sin d1hc11lra- 20. Véase la 1sodri,111
penetrante biografia de Cosío Villegas escrita por Enrique Krauze, quien lúcidamente
n Li hisrona de acuerdo a 11n:1 1·1s1(in leer tc1111h1<:11. p o r cjcmp!o, ,1 Sngro l-\11arqul' de· HolLrnda. Sc rr.u.ib.i
narra y LIL'
examina rL'c11per:1r
el fracaso de esta empresa de Don Daniel (Krauze, 1980: 126-135).
v,1, 1·i,1<llll'S dcl tJcmpo. L1 ctilO('JJ- Li cuiruL1 de h r,1z:1 C<.hlllJc':l>·. de ,1n1d:1ri.1 ,1 co11occr'L· c1 ,i 1111sn1,1. l\·dr<> Hen-
riquez lirL'I1J \ Cosio Vilkg,1, 1dL'c11'<;11 d()s C()lecc1011c,, TieTr:1 FirlllL' 1· l',1hliotcc,1
Y'
250 MAU RICIO TENORIO TRILLO H ISTORIA, CU LTU RA Y AMÉRICA LATINA 251

una ideologia y una «ciencia»(materialismo dialéctico) compartida para la región, Pero de Leopoldo Zea ha salido el esfuerzo mayor para la historia de «América
al mesmo tiempo que promovió el auge de los programas de l,af//z Ámerfcan Sfu- Latina». Zea reunió en ] 956, en Puerto Rico, el '«Primer Seminário de Historia
dfes en Estados Unidoszl. Pero desarrollo, progreso, modernización, tercer mundo,
de las Ideas»,del cual surgiria el Comité de Historia de las Ideas dirigido por él
revolución, latinoamericanismo, «el boom»... fueron términos que se pudieron smo (Roig, 1990). Desde entonces, Zea ha promovido y mantenido el estudio
conjugar bafo el postulado incuestionable de la preexistencia de una región cultu-
de las ideal en América Latina como una manera de tomar conciencia de la pro-
ral espacio-temporal: América Latina.
pia historia y cu]mra ]atinoamericanas,paso inevitable, a su modo de ver, para
A partir de finalesde la décadade 1960, creo que el esfuerzomássostenido lograr una filosofia auténticamente latinoamericana. Para Zea la labor 61osóficade
por definir y mantener la idea de América Latina como üna entidad cultural vino, ca Latina, cuya historia cultural siempre ha ido, en su opinión, a la saga del
por un lado, de Leopoldo Zea como filósofo, intelectual, historiador y promotor pensamiento europeo, es la de restablecer el vínculo entre teoria y práctica en la
editorial. Mención postrera merece Lewis Hanke, quien no sólo fue el padre fun- âlosofía. La influencia de Zea se ha dejado sentir no sólo en léxico, sino en to(ia
dador de la idea contemporâneade una civilización latinoamericanaen Estados América Latina, como lo demuestranlos volúmenes colectivos que ha publicado
Unidos, sino un promotor del conocimiento de EstadosUnidos en América Latina en colaboración con historiadores de toda América:s. Para Zea, si existe una filo-
(Hanke 1973, 1985)::. Por otro lado, la idea de América Latina debe mucho a los sofia propia de América Latina, es.e] problema de ]a identidad, y considera que el
trabajos de un tipo de historiadores muy szzige/zer/scomo Richard Morde o Ma- penspmiento occidental debiera abrir sus puertas a un pensamiento preocupado
251
no iGóngora,
'
aunque ha habido muchos estudiosos del tema América Latina. Por por la identidad local y no pólo en los temasuniversales.Otros estudiososhan
exemplo,el historiador Claudio Véliz contribuyó con dos libros a la idea de una mantenido la necesidad de dejar de buscar una filosofia latinoamericana, y de pen-
civilización
ctico) compartida p:ira lalatinoamericana,
regi(in, siempre haciendo Pero uso delde Leopoldo
contrasteZc:1 con ha la salido
«civiliza- cl cstuerzo mavor p:1r:1 lasar hisroria
en temas de -Amcrica
genelales, universales (Fornet Betancourt, 1985):'. '
rogramas de ción» anglosajona.
Liti11 A111cric,111 Larina-. Zea rcunio
Stu-Una civilización de valores tradicionales urbanos que después en 1956, en Puerto Rico, t'I .. Pr um-r Scminario de Historia
De cualquier forma, los trabajos de Zea han mantenido la idea de América La-
de seguir
o, 111odnn11.aci<'in, vários
tcrccr modelos se vio, en la década
nrnndo, de delas 1930,
Ideas»,sinde!«modelos
cual sur gir para cl Cornice de Historia (le- Lis tina
ia imitar» l.lca-,como
dingido por cl
una identidad cultural distinguible y activa. Es más, también han dado
(Véliz, 1980:
ucrun termrnos quc sc pudieron 281, 1994). 1111s1110 (Roig, 1990). Dcsdc enronccs, Zea h,1 prornovido v mantcnido cl esrudio
lugar a trabajos específicossobre historia intelectual y cultural de vários países.
Asimismo,
reL'Xtstcnc-1,1 de una vários estudiosos,de muy desigual
rcg.1611 cultu- de las ideas en America
calidad, propusieron Lat111a cornodeun.i n1:111er:1 ck torn.ir Este
la idea concienci.i
tipo dedepensamiento,
la pro- sin embargo, ha formado la idea de algo así como una
la «tradición distinta», del «ethos»coorperativista, p1:1 htstort,1_ \' cuitur:1
católico, btill0:1111CrtC111,lS,
patrimonialista y cau- paso inevitable. :1 Sllcultura modo de ver, p:1L1
homogénea europea que surge de circunstancias especificamente europeus,
dillescolll:ls
cll quc cl csfucrzo llamado América Latina (un poco alograr
soc;ccntdo una tiloso
la manera tia autenticamenre
de Richard Morde pero larino.unericana.
sin Para Zc:1y la labor
algo ti!0St'1tic:1
asícomo unadecultura total latinoamericana, sin contradicciones,una mezcla
su erudición,
cum" un.1 _enr1dad culrur.11 vmu, ironia y autocrítica):;. Así, America
uno de estos Latina,
autores cuv :1 historia
sostenía a cultural
finales de stem pre Ju idu, en su opinion, :1 la saua de!
de lo europeo y lo nativo, donde raramente cabe otro ingrediente, y donde depen-
la década de
tclcctuaL h1stonador \' prumotllr los setenta que las sociedades r~cnsamicnto
protestantes europco,
capitalistas es la de
valoran rcstublecer
el tra- cl vinculo enrrc tcorf a v pr:1ctica' en Li
dencia y búsqueda de identidad parecen reinar. Así, para América Latina, el siglo
bajo,tucencltanto
c, qu1cn no s{1!0 p,1drc en tun- tilosofla.
c.zz/df//alia/a/zds el trabajo no La intluencia
causa aprecio. De ahídeseZcc1 podíansc hacon- dejado sentir no s(,lo en Me x ico, sino en tod.i
xx esel siglo latinoamericano?el.5iglo xix es el siglo perdido, y la Conquistay la
cluir cosas
1Citin latinoall1L'fic:1na entanEst:idus
aventuradascomo: «Que el marxismo .-\111cnc1 Latina,
como teoriacoruo haya lo dcmucsr
encontrado r.m los volurncncs colcctivos coloniaquc son ha publicado
tiempos.de cocción. Este es el tiempo coagulado por el mito de una
Estadus Un1dosuna enrecepción
:\rncric1 Lnina en colaboracion con
tan favorable en una región de caudillos, se dele en buena parte, historiadorcs de tod,1 America". Para Zea, si cxiste
cultura. .En gran u na medida,
filo- la América Latina de finales del sigla xx debe su nombre
AmericJ L1ti11:1ergo, a sumuchu
dcbe vigorosa a los sofin pr opia de r\mcric1
condena de la explotación de la clase obrera. Naturalmente, en Latina, L'S cl problerna de Ia identidad. v cousidcra
a Leopoldo Zea; cualquier que el estudio sobre cultura en la región inevitablemente debe
una cultura
11cris com(, Riclurd J\lurscqueo considera
J\la- el trabajo de escadapens.uniento
utilidad, taloccidental
teoria es adehie primeraru abrvistair sus pucrras a un pcnsanucnro iniciarse con preocupado
este nombre, pero también partir de él. Cualquier pensar de la cultura
sos de\ tcma correcta» (Dealy, 1
:\mcrica L:1tin:1. 977: 40). Y de estosexemplos
!'or por lahay idenridad
maça. local ,, no srilo en los ternas universales, Orros
ya no cabeestudiosos h.in
en los absolutos que designa la idea de «América Latina».
Existen
i coll dos librm a la idea de una también unos cuantos trabajos rnanrenido
puntuales la
que necesidad
resumieron de dcjar
la de
discusión huscar un:1 tilosofia l:1tino:1111cnc111:1, v de pcn-
Parala décadade los setenta,el prestigio político y académicodel marxismo
uso de! contras latinoamericana
re coll b "c1vt!1z:1- sobre su propia identidad; estudios sar en tem:is que generalcs,
sehan beneficiado un11·ersalcs
mucho (Forner lkt:mcourt, 198.'if". y de la historia socioeconómica inspirada en la escuela'de los ,4n/za/esfue vital en
de la adeja
r:1diuo11:1les urbanos quc dcspucs tradición de historia de la literatura De
en rnalqutcr
toda forma,
América:'. los tr.1b:1jos de Zc,1 han 111:intcnido bla idc:1 de de
crítica Amcnca La-
las generahzaciones «culturalistas» de donde parte la idea de Améríca
1930, sin --modclos p:ira i111it:1r,, tina como una 1dcntidad cultural distingu1blc v activa. Es m;is, tambicn han dado
Latina. Con todo, mucho de] marxismo de ]a época asumíatambién la existencia
lugar :1 trabajm espcciticos s()bre histona intelcctual 1· cultural de Y:1rios paises.
mismade «AméricaLatina» como una unidad cultural, aunquepor un tiempo la
21. De esto he escrito en oiros lados. Sobre los aspectos
1! ca Ii dad, prupustcron la ide:1 de Este tipo de pcnsa1111ento,
económicos y políticos delsinestudio
embargo,
esta- h:1 formado b idea de algo asi conw un,1
dounidensede América Latina a partir de 1960, véasecultura la versión corrigida y aumentada cultura no parecia.merecer ser tema de estudio, no obstante el apogeo de Gramsci
1, cat<ilico, p:1tn111onial1sta v cau- homogenc:1 europca de quevários
surgeen-de c1rcunstanc1as cspecffica,mcnte curopeas,
sayos de Morde, ] 989; 169-200. Existe versión castellana, p.ublicada por Vuelt!!.Méxicc!, 1995. Vé?se en la región a finales de la década de los setenta. Entonces, gradas a una especie
m:111er:1 de Rich.1rd
tambiénMorse pcro sin
Martz, 1990a, ,- :1lgo :1si comt1 un:1 L·ultura
1990b; Horowitz, 1967; y también la introducción de Klaren y Bossert,1986. tut:1! latinoamcric:111:1, sin contradiccioncs, un:1 111l'!.ch
de «dispensapapal» que ofreció el término «hegemonia»,'temas como religión
Véase también el papel jogado por la tradición liberaldeenloeleuropco
cstos :rntores Latina.
sostc11i:1 :1 f-inales de
tratamiento y lo natil'o,
estadounidensedondc raramente
de América cabc otro ingredicntt', \" dondc dq1t'n-
en Packenham, 1973. Sobre las «relaciones peligrosas»dcnc1a entre ciencia y política,
v bt'1squcd:1 entre gabo/ars
de idcntidad parcccn e reinar. Asf, para America Latina, el ,1,l!,10
cst:rntcs c:1pital1st:1s valoran
intelectuales el tra-
latinoamericanos en la era de oro de la teãría de la dependencia iéase Packenham, 1992.
ns:1 :ipreuo. De ahi sc podi:rn urn-
Véase también el estádio «post-estructural» de XX
Berger, cs
1995 el
y siglo
dos latinoamcricano,
historias generales de lascl ;iglo
visiones XIX es el siglo perd1do, y b Conquista )'. Li
estadounidensesde América Latina en Park, 1995 y Pike, 1992. son ticmpos de coccHJn. Estc es el tiempo coagulado por cl mito de un:1
colonia
1smo como teoria22.luv:1 cnc()ntr:1do
Entre muchosotros
caudillos, sc dchc23.enDealy5 bucru p:1rte,
1977,
cultura. En gran medida, la America Latina de finales de! siglo xx debe su nomhrc
1992; Wagley,1968; Liebman, 1976; Wiarda, 1976, 1985, 1992, 199(l=.]'ara
e la clasc obrcr:1. Narnr:1!111c11tc,_ en
una revisión general de esta tendencia en el estudio a Leopoldo
deAmérica Latina, Zea;
véase cualquter cstud10
la introducción snbre cultura en la rcg1(1;1 incv1tablc111cnte debe
de Klaren
y Bossert,1986. iniciarse con cstc nomhre, pero tambtcn partir de el. Cua,lquicr pcnsar de la cultura
ilid:id, ta! tcori.1 es a prnncra vista
' 24. Los clásicosHernández SánchezBarba, 1978; Leonard, 1949; Whitaker, 1942; Romero,
ya no cahe en los absolutos que dcsigna la idea de ,,r\menc:1 Lnina,•. 26. Véasetambién la crítica a las'identidadesesencialesen Larraín lbáõez, 1996.
s luv 111as:1.
nulcs quc resumicron Li discustcin Para la decada de los sctcnta, el prestigio politico v :1c1dem1co de! marxismo
Y'
MAURICIO TENORIO TRILLO HISTORIA, CULTURA Y <<AMERICA LATINA>> 253
252

Aunque en cierto sentido el marxismo devaluó el estudio de lo cultural, en


I'=:i==;:::: :='=':i;li=:=:1='.i=':: J;:;':'Jl:: E América Latina se empezó a formar una escuela de las menfíz/ffés en la década de
] 970, como una perspectivacercana al marxismo, pero con una metodologia es-
=.=:;=;=n'a.'üõ:'õ; '': Ü;l::e==:,=:=,'Íi:ii,r':='=:
pudo lntenatr e la celturas Pedrrna de América Latina. Si a Henríquez Ureia un
pecial para el estudio de la otra dimensión, la cultura. Una extensión de la historia
social para la cultura: «EI estudio de las mentalidades, ledosde ser un planteamien-
con- to mistificador, se convierte en última instancia en una ampliación esencial del
canon literário cosmopolita le permitia ordenar su sínteses,a Franco un hilo campo de la investigación. No como un territorio extraflo o exótico, sino como la
ductor materialista y universalista como el marxismo, e, irónicamente, una. idea pro[ongación natura] y de avanzada de toda historia socia]» (Vove]]e, ] 982: 17).
cultural tan huidiza como América Latina misma, le permitieron llevar al cabo la
Poco a peco esta perspectiva fue proponiendo nuevos temas y nuevas quentesde

!il!(iillili::'=:=!::=!;tHi:==:::=ta==::=?.:=
sociedades latinoamericanas(Franco,
= 1967). . . . . .
análisis. Su influencia se dejó sentir sobre todo en dos aspectos:los esfuerzospor
descubrirculturas populares,y en la búsquedade nuevasquentesasícomo en la
formulación de innovadoras lecturasde vielas quentes.En Brasil, por exemplo,

HÜi$: K l:n=H'a:XE::
inHuencia de Leopoldo Zea ha sido muy importante. En Argentina, por exemplo,
Ricardo
esta «nova» historia trajo a cuento los temas de la subjetividad, la epistemologia,
o temas como la presencia de las «carpideira», «rezadeiras», las personificaciones
diabólicas, la cotidianidad,
253 etc. (no sin oposición de lasvisiones materialistas más
o menosortodoxas) (Fico y Palito, 1992: 159-175):'
Vicente Quesada, Alejandro Korn, José'lngenieros, y luego gentes como
Como propuesta de estudio de la cultura popular, las menta//fés y los imagi-
Rolas,
:1r1>11 en l:1 ,1ge11tb de Jorge Max Rohde y Francisco Romero crearon
1n\"estig:1CJL.>11 :\t111qttl' el c.:ic-rr,, de
cncampo ,c·nrido
historia l'i de
m.ux lasivmo cleL1lu,·, cl csrt1d10nários de 1(1 culrur.il, en
fueron especialmente influyentes en la historiografia sobre el período de la
ideas (Romero, 1965, 1975; Marsal, 1969; :\111t-T1c,1
Roig, 1990: "'' l'!llpo(, En
lar in.i535-548):8. :i t,Jr111:ir
Brasil, 1111;1
la csu1ch de las 111c11t,i/i1(:., ,·11 Li di:cid:1 de
u tuer:1 c11trcg:1rst' al 111ricrno de Li Conquista y la colonia en América Latina, poco para el sigla xix y poco para el xx,
J LJ-(), pcrspcdi\ una
un.iimportante .1 CLTClJL1 ,\J murxt-tuo. rll'rtl con llll.l Jlll"f()d()Jogi.1 CS-
Fr:inco, lita,zrv historiografia nacional del sigla xx tuvo como
critic prnfrsio11:1L ingrediente
(()Ill() historia cuyo tratamiento fue marcado por la categoria de «imperialismo cultural» al estilo
de las ideas
llr61,1 ,, 1\Lin:rno Pidm Sabs: u1u o historia literária o ["ll'Ci:1J
intelectual plena p,1r;1 de cl c,rudio
aguerridos de Li ot r.t d1mc1h1,-,11, l:1 culrur.i. U11:1 l"XfL'llsJ<.,11 de· L1 h;,t()J"J:1
debates,donde
de Earcz/eer a/ Pato Dona/d''. Como explicara Serge Gruzisnki en la década de los
,oci:11 p:1r;1 Li cultur.i: .. EJ c,rud10 de Lb 11H:11ulid:1des, le1os de sn t111 1)h!Ht\llllJCJ1-
ÜÊE=5:nÊlE ::=\ =íi=lb=::':v;;u;=='?;a
c1 L1t111:1. S1 a Henriquez Urc1i:1 u11
u su sime,is, :1 Fr:mcc1 un hilo con-
Azevedo, 1943
to misritic.idor,
setenta, la historia de las mentalidades permitia superar la idea de folclore y con-
Sl' c-om·ienc en ultirna 111st:111L·i:1 en u11;1 :1mpl1:1c1,-,11 c·,c11ci:1l ,kl
c1111po de l.i i11\T'>[Jg:1ci(J11. "-"o cc,m,J u11 t rrri t ori o cx tr.in« o c\,·,n,,>, s111" c,,1rn, l:1
vertida en el concepto de cultura popular, a través del marxismo en su interpreta-
1:nxismo, l', irc'micamcntc, una ; ide:1
y Rodrigues, 1957'zP ción gramsciana (Gruzinsky y Alberro, 1979). Desde sus inícios la noción de cultu-
Para las
m:1, le pcr111itino11 IIC\·ar al distintas
ciho l:1 escuelas de historia de prol(111g:1u,"i11
las id(las, el nntur.t]
marxismo \ dede:1\·:1111:ub
las.décadas de rod.i hi,roria ',(>cl.ll .. (Vovcll«. I YS.2: 1-).
ra popular incluía la idea de resistencia, de elaboración de una cultura alternativa,
Poe" :1 p,,co e',f:1 {llT,pccti\·;1 fue pr,>p()!lJl'lllll' nucvox tcm.is \ nucv.i- tucnrc-, de
contr,1diccione, socialcs realc, de L1, n=,'g:K:=n.=:1;
::.$1Hilili:=i=ê=!!ü:t,==\::
latino:1111n1t-:111:1 (hurguesa) que no

era una historia de las ideas más bien convencional,


:111.111',JS. )U intlucncia ')l' ,lej(, <cnur \()hJ"L' [()di) en dos :l'>JlCL"tOs: 111' L",(UL'r!l>S !101"
.lcscubrir culrur:i-, liberal ypc1l1uLUL'S.
de carácter v en.más Li fi-
diferente de la cultura hegemónica,a la maneja en que quedó plasmadoen un
diccionario de historia editado en Francia (1986): «En los últimos veinte aços, la
hi'1squl·,L1 de 11t1e\ .1, tucnrcs .1,i cc,mo en Li
definición de una cultura popular, radicalmente diferente de la cultura dominante
ide:1 1111,111:1 de losó6co,
:\111cric1 muy ligada
Lati11:1, sc a las tradiciones liberaleslc>rllluL1c1,'111 de 1111w\·:1dur:1s
y los nacionalismos lccrur.i-,
de cada paísck \ Jc'j,lS luc ntcv. En l~r.1sd, Jl"r L'jc'lllJllo,
(religiosos u hombres de letras), ha sido incuestionablemente uno de los objetivos
Para 1974,(oendelab,reunión de historiadores
eb, de hi,tori:1 intckctual de ·ll<l\
c-r.i .i- hisrori.:
]as ideas en México,tr.1111 a la influencia
cucnro los r cm.i-, de l.1 suh1eti\ 1,hd, Li cp1,tL'lllillogi:1,
principales de los historiadores de la sociedad tradicional» (Burguiêre, 1986: 174).
1011aliz:H.b,. Fn csro,del marxismo
una vc1. m:is, en suL1 versión antiimperialista o rcm.1s ClllllO Li prcscncia
y dependentista era pordedemos L1s · c.irpidcir.:
evi- .. , rcz.idcir.», .. , L1, 11erson1ric:1ciLmes
duh<.>l1c:1,, Li c"ridi.1111Lbd, La historia dem.i-, las mentalidades trajo, y enhorabuena, el desempolvamiento de
dente. por
portante. Fn Argentina, La historia
e1emplo, de las ideas viró, primero, hacia una rara forma deere.historia: (110 <inlaop(ls1c1,-,11 de Lis \·is1011c, m.ircrialisr.is
quentescomo luicios inquisitoriales, papeles judiciales antes poco considerados, la
1eros, v luego gcnres .xégesis como delRicardo ll mcnox ortodox.ix)
canoa --recuérdense los innumerables. (Fico x Polite>,
estudios históricos sobre los l ~Y-1-5) ·".
I LJLJ.2:
C ()Jllo propucsta de l".;rndio de Li
literatura de panfletos,teatros, representaciones,
.ulrur.i popular, Lis tncnt.il it c« \ los 1111:1g1-
imágenesde todo tipo, y trajo
crearon ,·I c1mpo de h1ston:1 de Lis también una manera imaginativa de leer todo esematerial. De esta forma, lo que
oig, 19'.I(): 53S-54S)~'. En Brasil, b 11:1r1os tucron c,p,·ci:ilmeme intluvcnn-. en l.i h1Storiogr:1li:1 ,ohrc cl p~-ri,>du de, L1
antes no era tema adquirió carácter de historia: lo cotidiano, la moda, la brujería,
ingredicntc 1111portantc un:1 h1stori:1 Crn1qt11,u \ Li coln111:1 en .\mC·ric:1 l .,H111:1, \l<>C<> l':1r:1 cl s1gl() .\I\ \ p1JLO par.t el x x.
las giestaspopulares, la música popular, las canciones, las costumbres sexuales.
plc11:1 de :1guerndos debates dondc Ul\CI tr,1t,11111c1Ho Iuc m.uc.ido 11or Li c.1tcgori:1 ell' "i111per1:1li,111,, cultur.rl- .il csti!o
Además, esta perspectiva estimuló en América Latina el conocimiento y traducción
1r:ictcr 11:1uonal v clima entrahan en Lk /l,zu leer .tl l',ztu Dc,11.lld C(lmu cx plic.un Snge Cru11s11k1 en l.: dfr,1Lb de]"'
1•

de textos hoy clásicos. Por exemplo, los trabajos de Mijail Bakhtin sobre la cultura
1957; Castaãeda,
srilo (Co,ra, I '.167; Vcr1ssi1110, l '.16'.I; 1993). sL'tc·rn:1, b hisr(lr1;1 de la, menr:1l1d,1d,·s pcrrnit ia ,upn:1r la 1dL·:1 de t"lcl"rl' \ con-
popular de la Edad Media (que fueron traducidos antes al espaf\ol que al inglés),
H'n1rL1 cn L'I (l)Jl(L'\ltUdl' c-ulrur:1 popul:1r, ,l tr;]\'.:s dcl m:1rx1,111() L'll SU IIHl'q)rCL1-
las miles de ediciones populares de los trabajos de Gramsci, los trabajos de George
as idc:1s, cl marx1smo de las dccad:1s l·1011 gr:u11sc1:rn,1 ((,ru1111,k\· \ .\lhnr(l, I LJ-,LJ). [ksdc sus i111c-i(l, Li !lllU<.>11 Lk cultu-
Duby y JacquesLe Goff::
s1g11it-ic1ti\·o. Cuando en l 9S6 sc rc- ra popuLn i11clui:1 l:1 idea de rcsisr,·11ci:1, dL' cbh,,r,1ci(m de u11:1 u1ltt1r.1 .ilrn11:HJ\:l,
e las Ideas, b perspccriv:1 do111111anre difrrL'IHL' Lk J:i udttll":1 hcgcmc'JllJ(;l, :1 la 111:llll'Ll L'n l{Ut' qunJc"> pLJc,Jll:Jdo t'll Ull
nuon:1L liberal \" de c1r:1cter 111:is ri- d1t·c1"11:1r1c> de h1sror1:1 cd1t:1do en Fr:rnc1:1 ( J LJS6): , En le>, t'dt111w, 30. \·cimc
Para un,11-ws,
exemplo Li de reacción a estas temas, véanse las críticas de Cardoso, 1988.
dcri11ic1C111 dt· u11.1 cultura popuLn, r:1d1c:1lmc11tc difrrc11tc de la 3 1. Rowe
c1drt1r:1 y Sche]]ing, ] 99 1; Dorfman y Mattelar, 1975. Sobreteoriasy nuevasvisionesde la culta
do111111:111tc
s \" lo, 11:1Cio11:1lismos de cada pais. ra popular en la región, véanse Tatum, 1994 y Salman, 1996; especialmente, el ensayo de Salman: 3-32
e la, idc:1s en Mexico, la intlucncia (rclig1r"o' ll ll()111hrL'S de lerr:1,), lu s1d" 111cuc,t1<>1uhlemcJHL· u11<> 32.de Véase
i1Js 1JhJctiv()s
Bakhtin, 1990; del que existia traducción prévia de princípios de la décadade los
Véase Haver 1997a, 1997b. ste, el caso peruano enpr111L·q1,1ks
Salazar Bonda, de·1965.
l<ls h1stor1:1dort'S dL' l.1 S()Cinhd tr:1d1c1011:1l·· (l'iurgu1i.Tl', I LJS(,: por
ochentapublicada I...,.+).
Seio Barral. VéaseLe Goff, 1987, 1990, 1991a, 1991b. También Duby, 1984,
v depc11de11fr;ra er:129.porSobre'lasdem:i, polémicas,
evi- véase Ventura, 1991.
h,1c1a un:1 rar:1 forma de h1stona: Li . L.1 histun:1 de l:is mem,1lid:Hle, tr.110, \" c11lwr.1huL'ILl, cl d,·sL'Jll\l< >ii ,rn11cJ1t() de
tue11rcs Clllll<> 1111uu, 111qu1slt<lrJ:lks, p:1pcles 1ud1L·1:1le, ,11ltL's p•>C<l CC111,1dcr.1dC1s, la
Y'
254 MAU RICIO TENORIO TRILLO HISTORIA, CULTURA Y AMÉRICA LATINA»
255

Por tetra parte, en EstadosUnidos para 1970 ya se había consolidado una


historia de las ideas al estilo de Perry Miller o A. O. Lovejoy, y algunos de estou
historiadores de las ideas se dedicaron al estudio de América Latina, sobre todo del
liberalismo, el positivismo y el nacionalismo'3. A su vez, en Inglaterra la historia
inte[ectua[ recibió e] dob]e y enriquecedor iní]ujo de ]a historia social (con gran
contenido cultural) a la manera de E. P Thompson, y de los historiadores como
Quentin Skinner y John Pockockque dieron un giro lingüístico-socialal estudio
de las ideal. Esta historia cultural enriquecida dio fruto en algunosestudiosde
gran calidad sobre Espada,Portugal y la América hispano-lusitana(por exemplo,
considérense los importantes trabajos de historiadores como John Elliott, David
Brading, Anthony Pagden, Charles Boxer, por mencionar pocos pero notables)
(Boxes,1952, 1990; Brading, 1991; Pagden,1982, 1990; Elliott, 1970, 1991). En NUEVAHISTORIACUIIURAL
Francia, donde la influencia de François Chevalier y del mismo Braudel fue tan
I I
importante
I I 1. (J
( l l: c.para
1 \
la institucionalización del estudio de América Latina, los frutos
i H.11. \
1_' 255
han sido más frecuentesy buenos en las últimas tres décadas3'.Hoy a los im-
portantes estudios sobre utopias, conquistaslisnw-patrinrnnulismo)".
culturales y descubrimiento del otro11 crcc11L·1·1 c11 t111·111 ->,· 1: ·
Segundo
. , _ . _ __ _ , , . , , ( 1a ,nnu lej SllfXTlClrJ- ·
c1-() va sc h,ihia consol1dadu
(piénsese un.i
en los trabajoshoy clásicosde Georges Baudot, Serge Gruzinski, y del
dad np1ntu,1l .\ t1 Jtc1 n,il dern ada Lk un,1 constantc h<1,qucd.1 de ILkntid,ul I de
A. 0. l.ovciov,lingüista y algunos búlgarode estos
Tzvetan Todorov) se aóaden investigaciones
Jccchos 1mpenalcs.históricas
lcrcero, (especial-
la conncci<in lk scr, cultur,1lmc1m:, uiu cii·iliLl~it'm
de America Larina. mente sohre roclo del por las reinterpretaciones
influenciados nccesnadade las ideas modernas en de
(de modern1dad, la Revo-
unidad, de rc11·rndic';1ci(>11) 1 L'll rclaci{>n dcsiuual
:\ su ITZ, en luciónlnglatcrra la histor
Francesa) iu
y socio-históricas sobre ideas e intelectuales en distintos países de
II Imal cntcnd1da
S \ , · pl.>r otras ci1 ilizacll>llCS
, · · hn · 1lmente , h, c'nrc11., L l,t sc r po J 1rc, t- l 1 e-·
lu10 de la hisroria AméricasocialLatina
(con (porgran exemplo,François Xavier11 Guerra y sus estudios sobre
· - 1 : rnenc1 Latrna c11m<1 idea ,glolnl el viejo , tiL·11e h1srori
. . ,1 110 t's. 111·1·,
, l 111 L' una I 11storL1
pson, 1· de losrégimen historiadores
en México, co mo o sobrela modernidadcultural de los procesos de independenciaen
I rez,1 alrededor de cstos tc111,1s. :\ lo largo dcl siglo :\:\, csu hisroria sc h,i
n g1ru l1ngiiistico-sncL1l
Hispanoamérica; al estudio o los estudiosde Daniel Pécaut sobre intelectuales en Brasil; o
mostr,:do nc1ccsar1u, ha ILrnuclo ,1 consenso a prrlpios 1· extL1fws. No ohst:intc, ;,c
dio truro en el,1\gunostrabajo esrndios
de Annickde Lempériêre sobre los intelectuales segu1r,1 escnmexicanos 11enl o cstapost-revolucio-
h1srnna~ :\ csu prcgunra 1·oh·ert'.
ca h1sp,11w-lusitana nários) (por(Pécaut, cJemplo,
1988; Lempériêre, 1992; CNRS, 1979; Todorov 1987; Gruzinski,
nadorcs corno 1991; John Baudot,
Elliott, 1983,David 1990; Guerra, 1989, 1992, 1994).
r 111cnc1on,ir pocos Enpcro notables)
[a década de 1980, sin embargo, e] estudio de ]o cu]tura] experimentó un
'.\U\.\ HJSIOIZI.\ l l:J Tl !Z:\L
982, I LJLJ(); Ell1on, 1970, 1991 ). En
câmbio, cuya importância y consecuenciasson aún difíciles de estimar. Se trata de
alier v del rnismo Braudclhistoria
una «nueva foe t,111cultural» para los tiempos .. [.adel desencanto
historia llarnad,1político, epistemo-
"'c1emft1ca" ahorJ da ,cfulcs de no sostenersc Ll sc'ilidalllcntc
uclio de America lógico Latina, los tr ut
y cultural. A os
esto, sección aparte. sobrc ,us piernas:·, cscrihit'> nu un h1sroriadur narratt'llogo de tin,1lcs del siglo xx,
mas trcs dcc,idas'~.En Hoy suma, ,l la
losidea
1111- de una cultura, una civilización
c,1110 Benel'.etto latinoamericana
CroCl' en ha 19 I subsisti-
"i' (Croce, J 955: 16). En cfecto, .. E,pecialh \1 his-
ultl!L1lcs v descuhrilll1cnto
do y de hecho dclesorro
la historia que estáatrásde lo que designa el
tory, .. ,dec1,1 un cnncu de la Nezc término «Améri- /11tcllcct11,zl H:storv, «new is suspect··'·.· Lo cier-
ges Baudot, Serge ca Latina». Junto\' adclesta historia, han crecido
(;ruz111ski, ro distintas
es_ quc poco escuelas historiográficas
de nuevo t1cne la n1elta y l111giiistiL·a, bs dudas cp1stcmologic1s \
1nvestigac1ones tradiciones
hist6ne1s nacionales
(especial- que corren a vecesenpol1t1_cas paralelodea veces a contrapelo de ese
la llamada llllCLl h1sturi;1 cultural, la ctul Ju florecido en el imhit;l
de las ideas lllOdcrnas
relato: América en la Revo-Latina. Esta narración ha sostenido ,1c1den_1JL'O ciertas constantes:
a p,Htlr' primero,
de la dccida de Ila9SO. Fn vcrdad cs una COllSl'ClleJlc'l,1 de la re-
e inrclectuales idea en disrintos
misma de p.uses
una dehistoria común que segue el cursomctodologica,
voluc1011 evolutivo, «natural» tecSnc,1 y\ ópti- polinca miciada en Li dec1Lh de los scsenLl. No
Guerta y sm estudiosmo de lasobrc modernidad cl vicjo occidental pero a distinto ritmo; esto
ser noinhd, sm es, la nostalgia,
emh,irgo, L1mp<xo como es prohlema; el ti,1sco reside en cl sindrome de
e Ins proccsosescribiera de mdcpcndcncia
RaymondenPoincaré en el prólogo at,,/)1(/cl l,es démocrczfies
l'll:"LI, Llll de /ízfínes
Sll\'O de /'Ámérlqz e
academidl.
aur sohrc inrclecrualcs
(1912), poren«haver Hr,1sil; alegado
o tarde a un mundo demasiado La 1-crdadera viejo» nmcdad
(Loayza, de1990) (de h1stona cultur,il cst,1 en la ,ll.lrth,l c'1nnci-
la 11ucL1
t-ctualcs mexic.mos ahí laspost-rcvolucio-
dicotomias tradición-modernidad, protestantismo-catolicismo, individua-
de· IL"nomcnos, con todo cl peso dcl siolo
dcncia
'd . " :\\ .. ' lie'Tltr<l 1· t.tl C,.1-.1 Lt1, J ,h l!Tll\Cr-
-
S, 1979; Todor ov, 1987; (;ruzinski, SJ _ades. ~e traL: amc todo d,c Lill cucstionamiento a Li 11oci(JI1 de hi,tori,1 (reru111
2, 1994). gc~t,71'11111, ,ic,1dem1ca, c1ent1hc1, neutral) m,b que unJ pucsL1 en cluda dl' Li idc,1
uclio de lo cultural ]S.59 ] 75
expenmentci
1990, 1987-1990. un
Paratraducciones al portugués de estasy otros autores, véaseFico y Palito, 1992:
moderna 1· com-cnc1onal de cultura (como \¥/c/t,rnsch,1111111gconncihk, como rerrc-
,ll-111 dificiles de 33 estiruar.
. Whitaker,Se rr.ira
1942;deStabb, 1967; Crawford, 1944; nuTurner,
moralmente aceptahle
1964; Safford, de creaci<'ln
1970; Leonard, 1974. de identidadcs). ,\L1s que uiia irnci·,1 1 isi(m
del descncanro 34. politico,
Parala.:pistcrno-
influencia de Braudel en la institucionalización del estudiode América Latina en Fran-
sobrc la culrnra es una rcnovada ducb sohrc la h1sroria quc llcL1 al redcscuhnmicn-
zia, véaseDesse,1987. Sobrela importância de Latinoamérica, especificamentede Brasil (donde dictó
clases),en las propias ideas de Braudel, véaseParis, 1996. to de Li_cultur,1 como cl terreno de lo cunringcntc, ctcrco, plural C, incluso, (()lllll
izaci6n Lirinoarncncana ha subsisti- cl terruno de lo 1nr1mo I pnsonal del hiswri,idor.
e lo que designa el rernnno «Ameri-
Y'
MAU RI CIO TENO RIO TRI LLO HISTORIA, CULTURA Y«AMERICA LATINA» 257
256

Pero la cultura mantiene su común estado de indefinición, en el cual pue- empiricista y cientificista, vuela. Arriba encuentra reinando a una idea consensual
den coexistir universales(civilización, democracia,libertad) con particularismos que lleva formándose másde un sigla: la cultura.
(identidades culturales encontradas, raza, género, etnia) en perpetua autoafirma-
interacctón La historia afiló su autocríticacon interdisciplinariedady excepticismo.Y así
marcada por poder afanes reivindicativos, venganzas, afirmaciones y los trabajos del antropólogo Clifford Geertz encontraron gran audiencia. Irónica-
clODeS37Lo que sí consolida la nueva historia cultural es lo que.vençafraguándose mente, con él lo cultural, aquello que costara tanto a la antropologia deshistorizar,
desde la década de los treinta (gradas a la antropologia cultural),. y .luego obra vez adquiriapor fin definición,y por ello una historia potencial.Cultura: sistemasim-
en la de los setenta (a través de la historia social y de las mentalidades); esta es?la bólico, estructura profunda de los significados, terreno de la conciencia y la acción
consideración de la cultura fundamentalmente como cultura popular. Ya es sentido de hombresy mujeres; «La cultura denota un esquemahistóricamente transmitido
común la preocupación por la autenticidad cu]tura] y ]a certezade encontraria en de significacionesrepresentadasen símbolos,un sistemade concepcioneshere-
laculturamáscompartida,enladelagentecomún. . . . .. dadasy expresadasen formas simbólicas con las cuales los hombres comunican,
La cultura retoma importância, pues, ante e] renacer de las dudas sobre la perpetúan y desarrollan su conocimiento y sus altitudes frente a la vida» (Geertz,
1973: 89). Historia cultural, por tanto, es desciframiento «del significado... antes
historia, sobre la escritura del panado.Antes la historia tema.no pólo motor, sino
sentido. JacquesLe Golf, uno de los valuartes.de la Noz/ue//ebísloire, escribió a que de la inferencia de leyescausalesde la explicación»(Hunt, 1989: 12). Así,
íinales de los ochenta:«En la actualidadel trabajo histórico y la reflexión sobre un diccionario de mediadosde la décadade los ochenta definia al campo de la
a historia
:i·'I( l!i)
I II'
se desarrollan en un clima de crítica y desencantoen cuanto a la ideo- historia cultural como
257 «unasubespecialidadde la historia que procura alcanzar
logia del progreso, y más recientemente en Occidente, de repudio al marxismo un tratamiento integral de la actividad humana: literária, estética,intelectual, y
o de indcfinicion. (Le en
(;olf, 1991b:
cl CLL11 pue-125). La historia sin motor, sin sustento,
empiric1sta sin quórum.
v c1cnriticisu, n1eb, A estase11cuc11tL1 rcinando a así
Arriba
sucesivamente, así como otras de tipo político, social y económico, a través del
una idc1 const·nsual
estudio de las formas sociales, los símbolos, las metáforas, los estilos, los modos
dudas políticas, se afíaden las epistemológicas: las lecturas de Michel Foucault,
1eia, liberrad) con particulnrismos que lle,·a torm5nduse 111:1s de tm sig]o: L1 culrura. del pensamiento» (Ritter, 1986: 88).
el historiador y
eru, er nia) en pcrper ua 111tcL1Lc1c'in
el filósofo, hicieron que la historia perdierasu
La hisruria ,1til6 suvisión maniquea
aurocririu 'cun yinrerdisciplinanedad \ cxccpricismu. Y as[
empinclsta del poder y la 'objetividad (Veyne, 1984). Oiro filósofo francés, Louis EI desciframiento de redes de significados se ha acompafíado de la búsqueda
ganz,1s, .rtir rn.iciouc- y autouhrma- los rraha1os de! ;rntrop<'>logo Clifford Gcerrz t'!lconrrarun gr,rn audiencia. lr611ica-
Marin, hizo lo mismo de la noción de espacio (Marin? de paradigmas, de esperanzaspolíticas y, más faltaba, de prestos para los historia-
cultural cs In que vcni.t lr,1gu5ndosc 111enrc, con el 1973) ,Desgraciadamente,
lu culrnrc1L aqucllo que costara ranto a la anrropologfa dores. Pordcsh1stonzar,
ello priva el elogio del másvariado mízsferdixit: del redescubrimiento
rupolugia cultural), pronto esteorra
y luego importante
vu impulso renovador se autotraicionó
adquirfa al volverse
por tin dctinicicin, \' pm escuela.y
ello una historia potencial. Culrura: sisrcma s1rn-
(primero en castellano, luego en inglés) de Gramsci, a las lecturas literárias de Ray-
cita obligada,
11 y debs memaliLLidcs): csto cs, la especialmente en el caso de Foucault
h6lico, a. quien
c,rructur,1 la muerte
profunda le
de ahorro
los la
s1g11iticadns, rcrreno de la conciencia
mond Williams;,. Li acc1t'>n
y de ahí a los más vanguardistas estudiosos de lo cultural, como
pena deY1seguisse
corno culrurn popular. viendo convertido en escuela.
cs scnt icio de hombresIgualmente,
y mujeres; "La culrura
los trabajos de histo-
denot,1 un esquema hisr6ricarnentc r~ansmirido
riadores como Hayden White fueron muydeinfluyentes en regresar.a la historia, a Stuart Hall, y al clamado pensamiento poscolonial, que ha sido cuestión en inglés
lrur.il v Li ccrrcza de encoutrarln en signiticaciones rq1resenud,1-, en simholos, un s1sre111:1 de concepc1oncs hcre-
la autoconciencia de ser ante todo narración, pera de la Índia (autores como Rahajit Guha, Gayatri Chakravorty Spivak o Partha
1111'111. cbdasdey ser letra sujeta
expresadas en aformas
los avatares del con las cuales los hornhrcs co111u111crn,
sirnh6lic1s Chaterjee), o en su versión latinoamericana Ernesto Lacrau; sin faltar las lecturas
estilo38.Y écómo quedó la escritura de la pcrpen'un historia ante todo esmo?
v desarrullan Algo
su así como: \' sus acrirudes frente a la vid,1» (Ceerrz,
conocimicnto
te cl rcnaccr de las dudas sobrc Li filosóficas de la historia y el poder (los Micheles, de Certeau y Foucault), y las im-
«La historia es un discurso problemático, cambiante, en apariencia.sobre
197.,: 89). Historia cultural, por untantn,
único es dcsciframiento «de] s1g111ticado ... antes
L1 hisroria renia no s<'ilo motor, s1110 plicaciones de todas estas lecturas en las diferencias de género en la historia (Joan
s de la Nonucllc aspecto
histoire,del mundo:,1 el pasado, producido quc
cscrih16 por un de grupo de trabajadores
la inlerenc1a de lne, pre:o(Tpa.
crns,1les de la explicacic'rn·· (Hunt, 1989: 12). r\si,
Scott), y, recientemente, las lecturas antropológicas sobre el hibridismo cultural
dos continuamente
rabajo histor ico y la reflexion sohrc por el presente (en especialZ
un nuestros
dicciunario asalariados
de rnediadus b dcclLb de los ochenu dctinia ,ii c1111pn de Li
historiadores
de
de la cultura), los cualesrealizamsu trabajohisroria mediante procedimientos (Nestor García Canclini) y sobre las divisiones o confusiones entre lo público y lo
a y dcsencanro en cuanro a la idco- culrurc1l curno ·,unamutuamente suhespccialidad de la h1stori,1 que procura
privado alcanz,ir (Vaughan, 1997). éEstán todos? Seguramente no, poro lo que
(Habermas)
reconociDles, dispuestos en forma epistemológica: un rraramienro metodológica,
integral de ideológica
h acrindad o humana: lircraria, esrerica, intelecruaL v
Occidente, de rcpuclio al marxisrno-

IÜEiiüEüh
, s111 suvrcuro, sin quorum. A esus
as: bs lccturas de Michel Foucault, i2 :h=:=:! : sin ll;lll
con frecuenciaa una amplia gama de estratos
tori.i perdier.. su vision m.miquca v
,1si sucesivamenre, asi conw orrc1s de ripo politico, social
cstud10 de bs fornus socialcs, los sirnholos, Lis met5for,1s, Ins esrilos, los modos
de poder, .que
del pcnsamiemo" estructuran
(Ritter, l 986: 88).y dis-
y
me interesa resaltar es lo afanoso de la búsqueda. Por sí solos, cada uno de estas au-
cc01Hirn1co, a traves d~I
torescontribuyó con importantísimas historias o inspiracionesa escribir la cultura.
EI problema de la historia cultural generalmente no ha sido el de anorexia teórica
(como en oiros campos),sino de bulimia e indigestión,visible especialmenteen
tribuyen
1984). Orr o filosoto de forma
trances, Louis permanente los significadosElhistóricos
desciframiernoa lo largo de un de
de rccles signiticados se ha acompai'!ado
espectro de la ht'1squeda
marginal dominante» (Jenkins, 1991: 26. de Véase también.,de idem, 1995) poliricas
. .. ...y, mjs Lilraha, de pucsws la proliferación de palabras paquetes con significados mutantes3P:<<discurso»,«he-
o (Marin, 197.'\ ). Desgrac1ada111enre, paradigmas, espcranzas para los h1srona-
'uando la historia se llena'de tantas pausas, gemonia», «texto», «fexfz/a//fy», «resistencia», «agefzcy»,«confr.z-czz/[zzre», «contra-
e nurorrniciono ,11 volvcrsc escucla \ dorcs. paréntesis,
Por cllo priVc1 advertencias,
el elogio de! la cultura
mjs vari,1do m<1ster dixit: del rcdesrnhrimienro
vuelve a ser importante: la historia aligerada de motores, liberada hegemonía», «descentralización» (descenferi/zg), «contingência», «ambivalencia»...
ucault a quien L\ mucrre _le ahorro b (primero en c1stelLmo, luego deeninocencia
ingles) de (;rarnsci, a las lecturas lirerarias de l·Cw-
Para la década de 1990, se han andado muchos caminos en busca de un para-
. lgu,1lmentc, los nabajos de histo- mond \villi,rn1s: \' de ;1hi ,l Ins rn5s 1anguard1sns estud1osos de lo cultural, con~o
digma, de una moral historiográfica renovada. A cada nuevo intento, hay que pe-
ntluvcnres en rcuresur a la historic, a Stuart Hall, y al lbrnado pensarnienro poscolonial, que ha s1do cuesti<'m en inglcs
dir perdón o permito al intento anterior. Cada nuevo intento se presente como un
de scr lcrra sujct.t a los av,1L11-cs dcl peru de la India (autores como Ralujir Ciuha, Cavarri Chakra\·ortv Spivak o Parrha
completo ensayo sobre el méf/er d'ófsforíe/z, y se repite incansablemente el inventa-
oria .mtr rodo csto? Algo asi corno: Ch,Hcrjcc), o en su \Trsi(>n Lninoamericana Ernesto LK!au: sin falur las lecruras
nbiantc, en .tp.uicncia sob re un unico tilosc'>ticas de la hisroria v el rsodcr (!us tvlichcles, de Ccrtcrn I Foucault),\ L1s im-
un grupu de rr.ib.uadorc-. preucupa- plicaciones de rodas esras lectuL1s en las diferencus de gcne1,;, en 39. la hisro;.i,1 (10,111 de la falta de claridad en la definición de términos en la llamada «nuevahis.
Parauna crítica
11, nuestros as;1Janados h1sronadores
1992y Ricoeur,1995: 269-281 Scott), \, recicnrcrnente, Lis lecturas amropol()gicas sohre el hihridisnw
toda cultural», cultural
en el caso específico de América Latina, véase Stephen H. Haber, Wofsf of13ofb \Mor/ds
mediantc proced11111entos n1t1tturne11te (Nestor CarcL! Canclini) 1 sohre las divisinnes o co11fus1oncs enrrc lo pC1hlico v lo
wk>g1ca, rncrudokig1c1, 1dcul\lgica o privado (Hahermas) (Vaughan, I 9tF). c EsL111 rodos? Seguramcntc nu, pero lo quc
v'
HISTORIA, CULTURA Y<<AMERICALATINA» 259
MAU RÁCIO TENORIO TRI LLO
258

de atacar e] «prob]emade] índio», a ser ]a búsquedade] Perú o de] Médico real,


sumergido gajo la idea moderna, nacional, elitista y dominante. Paralos historia-
dores decimonónicos de ambos países, la modernidad era eso que no cuajaba por
causa de la heterogeneidad racial, por la falta de unidad nacional, por el problema
del índio. Pero surgieron Mariátegui en Perú o Molha Enríquez en México para
decir que no era problema del índio sino de tierras. En Brasil, modernidad y nación
también fueron cuestión de homogcneización racial (Silvio Romero), primero, y
luego de cultura (Gilberto Freyre): el mito de una democracia racial. Brasil pasó
del tema de la «cultura brasilefia», de la conciencia del atraso (Freyre, Francisco

!É$ ini: de Azevedo) a la conciencia del subdesarrollo (Helio Jaguaribe, Celso Furtado)':
Y en Haití, como Morse ha mostrado, sucedió lo contrario: vinteJean Prime-Mars
a decir que el problema de berra en verdad era un problema racial':. Con el tiem-
po, en Perúo en México surgiríansus Guillermos (Bonfil Batalla) y susAlbertos
(Flores Galindo) para revindicar la existencia moderna de una utopia popular,
HISTORIAL DE LA CULTURA CON HISTORIA
indígena, profunda
259(Bonfil Batalla, 1987; Flores Galindo, 1987)'3
En câmbio, para Argentina el tema de la modernidad y la nación no ha sido
generalmente cuestión de autenticidad sino de adaptabilidad y transformación ver-
de .u.icar t'I -prohlerna del 111dill··, a xcr Li busqueda dcl l'cr unácula
u Lkl de
.\lcxicu real,
las elites intelectuales o de la resistencia o transformación de una cultura
su IH>\TLhd, Lis rcflcxil>ne, en bu,c.1
,u111erg1du h:11u Li idea 111oder11:1, 11,1L·ill11;1!, elirista v domin.inr.-. I'ar.i !us historia-
humildad de ,iquellos ,.,manu:1le,» de popular. Ya la historia de la buchacontra «la sombra terrible de Facundo»que
dore, decimononicus de arnhos p.usc-; Li modcr nidad e r.i l'S() Ljlll' 11<> cu.ijaba por
le ha gusudo medirar sobre su LHCJ «vive aún [...] en las tradiciones populares, en la política y revoluciones argenti-
causa dl· l.t heterogern.:1cbd racial, por la t.rlt.t de unidud n.uion.i], por el problerna
quc IL1 m,111c1:1do nrncho tiempt1 la nas» (Sarmiento, 1977: 7-8). Ya una nacionalidad moderna, como mantenía Mano
de! rnd1u. l'cru sururcr on i\br1;1tcgu1 en l'LTLI O Molina Enriquez en .\lcxico para
1tico» (Hltd1, J l)';)(,). 2Se puede bus- Góngora sobre Chile, creada por un Estado que surge antesque ella, a diferencia
decir que no era problerna del 111d10 suio de ticr ras. En Brasil, modernidad \ nacion
quc cs "pt-r,on,1ic de tdnsiro, al t-ilo de Perúy México donde «grandesculturas autóctonas prefiguraron los virreinatos
r.nuhicn tucron cuesrion de homogcucizacion racial (Silvio Ro111no), pr;mero, v
y las repúblicas» (Góngora, 1981). Ya una nación copia exitosa de la modernidad
l11ego de culrur.i (Gilberto Freyre): el 1111ru Lit: una dcrnocracia racial. Brasil p;1s;·1
sihil1dades \' potencialidades de csu occidentalfrustrada en la décadade 1930, una que obtuvo para cada pasodel
de! rc m.i de la -culruru brasilcnn-, de Li conciencia del atr.iso (Frcvrc, Francisco
o vcrd:1dt'Llllltntc novedoso de esu
o vi\'1do» en el siglo '\'\, v lo quc csto
de pensamiento occidental una generación argentina. Así, decía Alejandro Korn, en la
Azevedo) J iJ conciencra de! subdcs.irrollo (He lio jagu.n ibe. Cel.su Furr.ido) ".
Argentina «aún cruzaban por la escenalos reyes românticos con todos los oropeles
) en Ha1t1, co1110 Morse ha mosrr.ido, sucedH'i lo conrr.mo: vino Jc-an Price-Mars
a de los p:11,es de A111cric1 L1ti11;1. del verbo hugoniano, poro el rey verdadero, de chistera y con paraguas, se codea-
:1 dccir que el problerna de t icrr.i en vcrdad cru un problema raciai1'. Cun el riern-
ba en las aceras con los oiros burgueses» (Korn, 1961: 163). O Buenos Abres: una
po, en Peru u en .\!exKo surginun su-. Cuillern10s (Bontil lfaralla) \' sus Alberros
modernidad como la que más pera periférica y decadente. Para finales de la década
(F!('.res Gal111du) para re: 111d1c;1r Li c istcncia rnodern.i de una utopia popular,
Ul:\ lll~TORL\ de los ochenta, la literatura habla de México como el país de la desmodernidad,
indigcn.i, protuuda (Bon hi Baul Li, I '38-; Flores (dindu, ] '387)' '.
de Argentina como el de la modernidad periférica, y de Brasil como el paísal que
En c.unhio, para Argentina el rcma de la modernidad Y la nacion no ha sido
ec1da, gmssu 111odu, pucde agnrparse la modernidad era alérgica (Bartra, 1987)". Las nuevas historias se mueven sobre
ge11nalmc11tc cucsrion de aurenticidnd sino de aduptabilidad v trunstormacion ver-
cruz;rn \' complemenun. La pnmc- la dicotomia casi insuperable de modernidad z,s.tradición, pero desde abalo, bus-
n.icula de las elites intclecrualcs ode la rcsistcncia o transformacion de una cultura
odernid,1d, n:1ci<i11 v Esudo, cs la m5s cando resistencia y <.vibrealbedrío» popular's
popular_. Y1 Li historia de Li luch.i contra «la sornbra terrible de Facundo» que
lidad cl tcma de cis1 todo esrudio \' Una preocupación muy ligada a la anterior y que ha tenido importantes traba-
-vive aUil j ••• ] en \as tr.idicioncs popularcs. ell la polirica y revoluciones argenti-
aiscs de :\111cTic;1 Latina ;1 Jo hrgo de! los es la investigación de la cultura y la ciudad como terreno por excelenciade la
nas- (Sarrmento, I Y--;-: --8). Y:1 una nacionalidad moder na, coruo mantenia Mario
1ntirnbcb »Am~rica Latina», ,1si como
(;<'ingora sohre Chile, cread.i por un Esrado que surge antes quc clla, a diterencia
aiscs de Li rcgi(111, son una cspcue de 41. Véase la periodización de Mota, 1977. La idea del paso de la conciencia del atraso es original
de Peru \' 1'l_ex1co donde «grandes cnlrur a-, autocronas pr etigurur ou los Cândida.
de Antonio virreinaros
enraL h dicotomia tradiu6n-modcr-
v las rcpuhlicas» (Congorn. I Y8 I), Ya Ulla IUCJ(111 copia exitosa de 42.laMolha
modernidad
Enríquez,1909; Mariátegui, 1957; Prime-Mars,1973. VéaseMorse, 1992, trabajo
h;1 \'isto todo lo cultural. El c6mo si
occidental trustrada en la decud.i de I Y30, una que obruvo presentado para cadaen FLACSO,
paso de!Quite, en enero de 1992, y la original síntesisde estastendenciasen su ensayo
rasgo sine q11c1 11011, el Esrado-nacit'in, Morse. 1995
pcnsanueuto occ1dcntal Ulla ge11craci611 argentina. Asi, decta Alejandro Korn,
43. Para Perú, en la también las interesantes revisiones de esta búsqueda de la autenticidad en
véanse
dades, va en las historias de las ideas,
Arge11t111a -aun cn1zaba11 por la escena los rcyes rornanricos conCastro, los yoropcles
t odos1994 cargas Llosa, 1996.
dcsde arriha o desde abajo. 44. Véase
de! verbo huuuniano, pero el rev verdadcro. de chistera v con paraguas, xeelcodea-
lúcido trabajo de Sargo,1988; por cierto con gran influencia de N7alterBenjamin.
11isc1 por su propia naturaleza -es VéaseCarvalho, 1992, 1988; este último, muy influenciado por Geertz
ba en las acer.is con los otros burguese s» (Korn, I '361: I G3). 0 Buenos 45. SonAires: una los trabajosen estetenor. Quizá'los menoresexemplosmeanlas siguientes
omo hucn modcrnismo,
Ü@HgglUWiiliH
lilHg# :
ha~ta cierto
n el csrndio de! cxtcnso s1glo '\I'\ (csc
1s) \' sc alarga !usu hien e11tr;1do cl
mudernid.id corno la que mas per o peri fcric1 y decadenre. Paravisiones tinniespara
de los ochent.i. b literatura lubL1 de i\lcxico comu el p~1,s de la desmodernidad,
de Argentina como el de la modcrnidad
muchísimos
la dccada
de los

periferica, y de Br,1sil como el pafs al que


post-tiempos: Mallon, 1994, 1995; 1osensayosincluídos en Josephy Nugent, 1994.
v'
260 MAURICIO TENORIO TRILLO HISTORIA CULTURA Y «AMÉRICA LATINA>> 261

modernidad. Esta esla preocupación por la cultura urbana, las !iudades y .lasideas, repl:esentacionesartísticas,música y ciencia (esto es, historia de la antropologia y
las ciudades y sus intelectuales, las ciudades como naciones, la llamada cultura ma- dela etnologia).
terial (arquitectura, urbanismo, estatuária). De hecho, hasta muy recientemente, La cuarta gran preocupación es la de los encuentros culturales, especialmente
historia cultural de lo urbano sonabaa redundância(Romero, 1976; Rama, 1984) concentrada en el período pre-hispânico, Conquista y colonia en paísescomo Méxi-
Esta preocupación también ha tendido a favorecer el siglo xix y princípios del xx, co y la región andina. En el campo de.la historia pre-hispânica y de la conquista,
aunquecon importantesestudiosde ciudadescolonlelescomo México y Lima'ó la literatura no solo esampla, sino só.liday de gran calidade influencia.Después
Las ciudades más socorridas han sido Buenos Abres, Río de Janeiro y hasta cierto
de los trabajos pioneros de Charles Gibson, la obra de James Lockart, por algunos
punho São Paulo y México47. Aún esperamos la aproximación cultural. a ciudades llamada «nueva filologia», se destaca por su rigurosidad en el uso de quentes /za-
importantes en tanto verdaderos filtros americanos de una modernidad occidental bwat/s en lo que es hasta hoy la más convincente visión de la respuesta indígena en
indecisa y cambiante (por exemplo, La Habana, Puerto Prínc.ipe, Mordia, (}uate- el centro de México .a la presencia colonial espaóolasi. Esta perspectiva de .mnueva
malay:. Por lo demás, en esta preocupación, los trabajos de Richard Morse y Jorge historia sociocultural» fue complementadapor una sofisticadavisión que combina
Hardoy han sido verdaderas columnas historiográficas sobre las.que sc sostiene una «mentalités»: imaginários e historia social en autores como Serge Gruzinski, Sabine
crecientehistoria urbanacultural (Hardoy, 1991; Hardoy y Morse, 1989, 1985) MacCormack y recientemente SusanE. Ramírez (Gruzinski, 1991; MacCormack,
En la última décadala historiografia cultural de las ciudadesha ido del énfasisen la 1991; Ramírez, 1996; Adorno, 1993; Browman, 1994). Además, el'caso mexicano
261
relación ciudades, ideal e intelectuales al estudio del vínculo espacio-nación-socie- ha contado con.la sana, erudita y refrescante visión de Alfredo López Austin so-
dad-modernidad y también, «resistencia»social y, más faltaba, «crimen y castigo»" bre los mitos y la vida cotidiana pre-hispânica (López Austin, 1994, 1988, 1989).
a urb.ma, Lis cimbdcs v La tercera preocupación que ha venido sumando
las _1dL·:1s, representauoncs
deb
estudios,1rtist1c:1s,
etnologia).
en los últimos mt1s1L-:1aíios
v cienci:1 (esro es, histori:1 Sobre de b encuentros
:rntropologiay desencuentros
\. entre Europa y América, la literatura es buena
naciones. Li son ll.un.u]«[as imp[icacioneslliltu1.1
.
111.1- cu]tura]es de ]a raza en la historia: Muy ligada a la inquietud y abundan.te. Desde los clásicos trabajos de Edmundo O'Gorman (l.a ;nuenclon de
hccho hasLl por muv la1Tc1cmc111cnrc, modernidad y la nación,el temaraza,sin L1 c11,1rt:1
embargo, gr:rn ha preoc11p:1CH.i11
adquiridocierta e.s b de los encuenrros culturalcs, especi:1lmcnrc
' , . L ~ . . . l , .4mép'ica),hasta e] boom de «e] otro» en ]a década de los ochenta, el tema ha produ-
1:1 (Romero, independencia I), \1, !Z.111u, !~184). y una literatura creciente. A concenrrad:1 finales del siglo en el.xx pcriodo
los estudiospre-hisp:inico,
sobre Conquisra v colonia en p:1iscs corno i\lc'\i-
cido variopintos trabajosque incluyen análisesdiscursivo, filosó6co, etnohistórico y
1' L'I s1glo '\I'\ esta \ 111111up1os uc xx. co \ b regit'm .111din:1. En el campo deb h1stori.1 prc-hisp,111ica v de la(Schwarts,
conquista, 1.994; Todorov 1987; Pagdem, 1982, 1993; Adorno, 1991a).
· . _ . . preocupación. . . . . _,,,secaracterizanpor la construcciónsocialy cultural de la idem filológico
mesma:
\0111aks corno '.\lc'\l.LO \ l.11n:1 •. raza. Se trata de una preocupación b
y lirerarura
una no
literatura s6lo
que es ampl1a,
facilmente s1no
ha sc'ilida
en- v de gran calicbd c intluencta.
Esta preocupación Dcspucsha hecho a don Bernal Díaz del Castillo, Bartolomé de las Casas
res ' Rio dt·.: \:111t110) contradoh.1sr.1 puntos t.lttro_ de contacto con la de de
literatura los obras
rr:1b:1jos pioneros
regiones y de los
con Charles
grandes Cihson, b ohr:1 de .James yLockart, Guaman Pomapor :1lgunm
de Ayala lecturas clásicos, de esasde ediciones de bolsillo, y a T.
j j
:1pro-x1111:1c1untemas culru_r:_11 de la a cruc historia_al c_·s occidental como esclavitud ILrnuda «nueL1 tilologi,1
y colonialismo. De ahí .. , sc que seaenpor su ngurosidad en el uso de fuentes 11L1-
destaca
_ . I 1 · l I lo quc cs h,1sta hm la 111:1s com inccntc \·is1t'm de b respuesr:1 indigcna en
Todorov Anthony Pagdem y RomenaAdorno lecturas universitárias obligatorias.
1os de unu 111odcrt11t esta área au donde occic c11t.1 se puedan encontrar vários /mL1t!s estudios en comparativos.
. . . . . . .. , También ha hecho renacer la importância de la literatura de viajeros (Praz, 1992).
Puerto Principc, i\101 e\1.1, el centro de IV!cx1co
sobre laabcolonia presenc1a colonial esp:11iola'1• Esra pcrspecriv:1 de "i1l1C\a
. Esta _ (.uatc-
preocupación .. ha producido numerosos estudios en toda La quinta gran preocupación,muy relacionadacon la anterior pero que se
r:1h:11us de la región,
R1chard_i\_ lorse vários \ }ll sobre
~L- el siglo xix en Brasilhisroria y Cuba, sociocultural
y algunos sobre .. fuc complemL·ntada
el.siglo xx por una sofisricada \·1s16n quc comhina
ha extendido incluso a la historia contemporânea, es e] estudio de ]a religión y la
. l l . . . ,
c.1s ,o 1l"t' astambién quc sc so~~tt·n~ en países como Cubo y Brasils'. De
~1~1.1 «mt'ntalites»,
hecho, como 1magi11arios
tema cultural, e h1swria social en :wtores co1110 Serge
la raza Cruz111ski,como
religiosidade S,1hinc
pensamlento y como institución (Taylor, 1996; Vainfas, 1995).
' L lov. \. i\lnrsc,
I·, I-hr ha. dadoI 98 0,bcCormack \' rcuenremenre Sus:111 E. Ra111ire1 (Crnzinski, 1991; J\fac(:ormack,
. :J, I a)8~).
lugar innovadores estudios que involucran movimientos milenaristas, La historia del arte se mezcla mucho con esta preocupación. Una rama de esta pre-
CllltbLll'S h.i ido dcl enb,1s en Li 199 I; R:rn1irez, 1996; Adorno, 1993; Br(J\vm:111, I 9LJ4). Adcm:1s, el c:1so 111exic:1110
ocupación, esla creciente historiografia sobre la inquisición, el pecado, la brujería,
ck! . vinculo cspc1c10-n:1c10n_-st_ic1c- ha contado C()ll Li s:111:1, erudit:1 \ refrescmtc \·isit'in de :\lfrcdo lJipez :\ustin so-
. . . _ , .. el satanismo(Cervantes,1994; Alberro, 1988; Tardieu, 1995)s: En su afán por
, 111:lS t:J]taha, cluídos 46. Un exemplo
·•Crl111l'l1,\' t.astl)l.O~ clásico · de cultura y ciudad colonylbrc es losLeonard, la vida rntidiana
mitos y1.974;.también los ensayosprc-hispfoic:1
in- (l.c'ipez Austin, 1994, 1988, 1989).
struir todo lo maio, la inquisición portuguesay espaíiolalo eternizaron dejaron
en Hoberman y Socolow. 1986. Sobre Lima, Flores Galindo tjene importantes argumentos
Sohre la lircrarura
uuio estudiosculrurales(FloresGalindo,1984).Véaseladesigualp.
'_ .
en !usb- ultirnos
ç'u-uv' _ - vuv'--'-"
:1110s
_ .. / '"-'- ' '' ' ' ':ro . encucntros
. importante colección.\' .dcscncuentros
de monografias . - sobreenrre Europ:1 \ America, evidencia
':.. cs buena
histórica abundante que ahora es deleite de historiadores.
\' :1hu11dante. Dcsde los cLisicos trah.1jos de Fdmundo ()'Corman (La inuc11or>11 de
h1srona.
.
s111 embargo,_ IWilãÜlliãJÊ?ü;É':':g::t::1%\
MuY
. '
.. \igad.1 _
h_a :1dqu1r1do_
.1 Li
:':n==';t\:/ü;:=':alar';
... inquuuu]
· uc1L_1
· ...
I
America), hasu cl hoom de .. e\ orro» en b dec:1d:1 de los ochenra,
Por último, una preocupación de muy reciente creación es una peculiar con-
cl tcma ha produ-
cepción de lo femenino. No es solamente una historia de las mujeres, o una, para
1ks d,cl s1glu '\'\ los csrud1<_1s su 11:c cido variopintos trahajos quc 111cluvcn
tilolog1co (Sclrnarrs, 1994; Todorov, I 98,..,; Pagdcm, 1982, I 991;
an:1lis1s d1scursivo, tilus6fico, ernohist<irico \
usar el término en inglés porque en castellano suena a despropósito, gemder b/sfory
Adorno,hombres
199 Li).y mujeres, sino también la hasta ahora'inevitable asociación
ucuon social \ culuual de Li 1dc.1 que incluye
_ . , ._. .: . , _ . _
a lircr:irur.1quc L1Lilmtnrc !1.1 en Esra preocuparn'in ha hecho a don Bernal Di:11. dcl Castillo, Bartolome de las Casas
de lo femenino con lo privado, la família, la sexualidad. Sobre estapreocupación,
e orr.is rcg1<i11cs . _ Y. con _ .los grandcs
\ (;11a111a11 Poma de Avala lccturas cl:isicos, de esas de ediciones SilviadeM.holsillo,
Arrom vy aKacia·r. Ali han detectado las corrientes reinantes y su vínculo con
19
\ _co]<lJll:lli,!110. l)c ,1hl quc SCa en TodorO\·, :\nthom· l'agdcm \ Roleru Adorno lccturas univcrsitarias obl1gatorias.
el movimiento feminista en América Latina y, muy importante, en Estados Unidos
49. Sobre nuevas aproximaciones culturales a la ciudad, véase la colecció.n de ensayos.cooTdinada
lldJllS C0111p:1r:1fl\'US. Tamhicn ha hecho rcnacer h 1mpnrt:mC1:1 de la literatura de viajeros (Arrom, (Pratt, J LJ92).1994; AJ1,1995). Si bien hasta 1970, como seãalaAh, la his-
b
1993; Guy,
s .t·srud1os sohrc
:::hÊlãi'ãn!:=B=H'ãl$1
( , 11h:1 , \. :1ku11os ,
echo, como tc·m:1 culru1,1l, Li 1.11.,_1
1: :$ HB
sobH
co'.t.l\1.1:1 c,1,1 tod:1
cl.. s1,,lo_ . _ . '\'\
La quinta gr:111 prcocupacit'm, mm relac1011ada
ha e-xtendido incluso ah histori:1 crmtcmpor:1nca, es el estudio de la religHin v Li
rel1giosicbd, c:01110 pcnsamiento v como instirucic'in Cfavlor, 1996; Vain fas, I 99S).
con Li anterior pcm que se

.
lucr:111 m<iv11111cntos milc11,111,t:1s,
. . . . ,
i ím,': E,s '
La historia dcl arre sc mczcla mucho con esta prcocupacitin. Lina :ra111:1 de cst:1 prc- ;;:.::fl; i.E"E:::E:=:
ornpacitin, cs Li creciente h1storiogr:1ffa sobre la inquisicit'm, el pccado, la hrujcria,
w;;?'Um.i,'#i'tl=::: {gá$;
hist52a c=leasettamj=ln, e199ci E itrab:le a c Meio enSrezastorg6de ritos religiosos, historia social e
el satanismo (Cerv:rntes, 1994; Alberro, 1988; Tardieu, I 9LJ5)'~. En su af:111 por
dcstruir todo lo main, la mquisici<in porrugucsa \ esp:1fwla lo ctcrnizaron: dejaron
HISTORIA. CULTURA Y«AMÉRICA LATINA>> 263
MAU RÁCIO TINO RIO TRILLO
262

parte, la historia económicase ha venido sofisticandocadavez mássin que aún


toda de las mujeres se resumia en «Malinche, Sor Juana, Evita» --hoy sumaríamos contemos con una historia del pensar económico en América Latina. Mientras no
a estatríada a Frida--, en la última décadala historiografiade temasculturales exista una historia de esta racionalidad seguiremos temendo una historia mani-
con relación a la mujer ha crecido enormemente. Sobre todo en lo que hace a la quea de idiotas tradicionales z/s.inteligentes modernos;'
histórica deânición social del papel femenino en el hogar, la calle y el sitio de.tra-
Estebrevísimo historial muestra que nuevos temas se van abriendo poro que
o. Reinan grandes temas: prostitución, educación (mujeres educadasy mujeres en esenciala historiografia cultural de los distintos paísesestámarcada, ante todo,

:: ::='s;===ã=.1;FÇ
ità2:::1l2'T'.:;:HiÜ::JU':; por la misma historia que le dio existencia a la región, esmoes, la de tradición us.
modernidad. No obstante el surgimiento de originales preocupaciones, lo que rige
el calendário y el ritmo de las historias es el qué, quién, cómo y cuándo de la mo-
dernidad en cada país. Sin acabar de ser modernos, no somos, sin embargo, más.

FINAL

I_ ()
Propondo retomar el263
hilo de la historia como cultura y de la cultura como historia:
rehumanizar la historia, y desmitificar la cultura. Que la historia ya no seaimflaffo
Sor Juana, Evita» -hew sumariamos pane, Li . h1storia cco116m1c1 se ha 1·e111do. .sotisticrndu ud lzafzzrcze
1 'Z o fmifafio
-11 re.z/if/s,
· no quiere decir que seaalgo más o algo menos que la
_ _ . . . . , , , 1 L • 111.1•·s·. s I q ue au n
la historiogrnfia de ternas culrurales urnremos um_ una h1qona del 11ens1r conciencia
1 I_,
econt1mico en ·.\111c··r1·,-~' de la modernidad,
·1t1.11-1 , . n,,. 1entr;1s no que el punto de vista moderno, que la expresión más
.
análisestextual o artístico. No es hasta muy recientemente. que más o menos se ·'
ente. Sohre todo en lo que hace a la acabada
ex1st.1 una h1storia de e,ra r,1L·ionalid,1d segu1rcmos tcnicndn un<1 histona mani- de nuestra noción de tiempo (Geertz, 1973, Gillespie, 1989). Filosófica-
o en el hogar, laha homogeneizado
calle y el sitio de rra-la producción de investigaciones
quea de sobre
id10L1s lotradicionalcs
cultural en algo así
1':5. imelil;cllte: nwdernos'~. mente,podemosnegartanto la realidad del tiempo como de la historia; no obs-
ucacion (mujeres cducadas estudios culturales» y no estádel todo claro que eito vaya ser una caracten-
y mujercs tante, es en esa irrealidad donde habitamos, y estenuestro vivida así hace de esa
Este brevi,imo hisrorul llll!CStra l]lll' llllCI OS re mas SC van ,lbnendo pero que
zación def nitiva
una prcocupacion con gem apertura ni en las universidades de América Latina ni en las estadouniden- irrealidad algo
en esL'IKJJ la h1stonograt111 cultural de los d1srinros paiscs esr;\ nurL·,1(b, anrenorodo
sólo real sino vitalmente verdaderos;. Rehumanizar la historia
campus. Quiz.i ses y europeas
corno cjernplo En de câmbio,
lo los campos que sí están consolidados y que han abierto
por Li misma historia quc le din e;;istencia a Li regil'm, esto no cs,esLihundirla l'/
de tr:idici(>n en laberintos de textualidad, ni empecinarse en aóejas versiones de

na Guy (sohre parece


Buenos ser
:! i:: :: l:n:
i121ilHlâükiÉ
rrahajos rnismos de Arrom sohrc el
sociedud azreca), Asuncion Lavrin (so-
Airesquea finales
lt:qW'i=
nwdcrn1dad. No obstante el surgimicnto de orig1nalcs prcocupauoncs, la objetividad;
fundacional:
el calendano I el ritmo de las h1stonas es el que, qu1en, c(lmo v cu.1ndo de ]a 111
está ocurriendo un câmbio dedern1dad
la natural erudición, exquisitismos tiva pero también
es, simplemente,
lo que
:>-
el afán
ril;e
de
resaltar en la escritura de la historia su intención
conocimiento,
verificable y «real»).
de verdad pública (social, discursiva y rela-
en each pais. S111 ,1cahar de ser modernos, nu sumos.' sin embargo, m;is.
irucion en Sfio yPaulo):
anticuarianismo
Magali Engel a una historia cultural con más ecos(Curiel, 1994; Mautner, Por su parte, las culturas aparecenmenos cuestionadasque la historia, ya que
en laSarlo,
en Rio de Janeiro1994; segunda1985).
mitas . . : ...... . brillan en su intocado y místico reino de pluralismo .y ecumenismo que la posgue-
dornestico v esclavirudDosencamposRio durvan an- creciendo, aunque.no adquieren .gran presencia entre las rl i\.\L rra les otorgó. Cualquieraque seael verbo que nombra la acción de la historia
avrin, 1989; Guy.grandespreocupacionesdela.
'.'v- '-"'r'"
1991; Rago, 1991; '" ' tistoriografía . .. a saber, la'-.:..,..----;
.. cultural, historia de la cien- siempre está cuestionado, en câmbio, el que hace a la cultura es venerado, y en
95; Stern, 1995). cia y la historia de lo que podríamos llamarPropongo la culturarcromar
económica el hilo(pensamiento
medio la llamada historia cultural. Hablar de historia cultural esentendible dentro
de Li hisroria comu cultura y de la cultura cumu historia:
económico y cultura
de todo: historia de las ideas strict u de la toma de decisiones). Siempre ha habido los eruditos de
rehuman1zar la hisruria, y desm1t1tic1r la ctiltura. Que la h1storia del desarrollo
y,1110 sea disciplinado de la historia, pero, más alia de la inercia de la produc-
o
imit<Jf/()
la ciencia
inrclectual, sociologja de enla América
cultur a, Latina, pero recientemente estás surgiendo más trabajos e
1h1t1nc1e 1111it,1tiu rc,ilitrs, no quierc dcur que sea ,1Jgo masción académica,no debe olvidarse que de lo que se trata es de la tenue frontera
O a.Igo menos que la
recicnrcmente historias
que 111;1s máso menoscompletas,
se más'innovadoras, que está rescatando las grandes colec-
cunuenua de Li modern1dad, que cl pun to de nsta moderno, entre que Lihistoria y cultura.
e.,presi(m llLls
gacioues sobre lociones
culturalcientíficas
en algo coloniales
asi y del siglo xlx que han permanecido en el olvido por
acahada de nucstra IllKic'>n de tiempo ((;eertz, I 973, (;dlespie. 1989). Filus6tica-lo verdaderamenteinnovador de una «historia cultural» seria
Curiosamente,
claro quc esro vaya ser una caracreri- mente, pudenws negar tanto Li realidad del riempo culllo de unLiextraóo
historia; «progreso» en la disciplina histórica. No seria un peso a piegashavia
110 obs-
merica Latina ni en las esradounidcn- tanre,. cs en csa 1rrealidad donde hahiumos, v cste nuestro v11irla ,1si hace de esa de las «cienciassociales»,sino un asumir, por decido de
afuera o hacia adentro
esr.in consolidados y que han abierro 1rreal1dad algu no S<>lo real ,1110 \it,1lmentc \-crdadero". Rehumanizaralguna forma, el papel de lazarillo de la ciencia en el arte, y del arte en la ciencias'
la hisroria
ria m.is aharcadorapreocupación,
de la culturu, esperemos,
son se consolida una no visión cultural endeLiherintos
cs_ hund1rla la ecologia, de que ya
textualidad, ni cmpecinarsc enSeria un esfuerzo
a1iej:is versioncspor de habitar la cultura o las culturas, no como esenciassupremas,
re v la hisroria liter
se apuntaba
aria, en cuyas en lafilas
obra Warren Dean, pionero enla el campo (Dean,
oh1ctii·1dad; 1995). Porre,altar
cs, simplclllente, obra en la escritura de lasino como
hi,toria su conjunto
1ntenu6n de preocupaciones epocales,de estilos, de dilemas éticos y
e Li natural erudicion, exquisirisrnos tundac1onal: el aLin de conocim1cnto, de vcrd11d pt'1hlici (social, políticos, de debates
discursiva v rcla- y, muy importante, de crítica y auto-crítica. Esto seria, en
n mas ecos (Curiel, 1994; Mautner, nva pero tambien 1-criticable 1· ,,real»). efeito, un progreso · y raro hacia la noción de la historia como cultura, del historia-
_ Por SL! pane, las cultur;1s aparecen menos cuestionadas que la historia, va que
adquieren gran pr escncia entre las bnllan en SU '.ntucadu v mistiUl rcino de pluralismo v t'UllllClliSJllU
54. L]llt' la P;Jsguc-
Algunos exemplos:para Perú,Gootenberg, 1993; para Argentina, FernándezLópez, 1990.
cultural, a saber, la hisroria de la cien- rra les otorgo. Cualqu1cra quc sea el 1·erho quc nomhra la acu6n de Liexemplo
55. Como histurude Ílna sofisticaday elegante negación de la realidad del tiempÓ, McTaggart
1993: 21-34. ' ' ' ' ' ' ' ''
la cultura econornica (pcnsarnienro siemprc est;1 Clll'StlOllado, en camhio, el que hace a la cultura L'S vener;1do, \' en
56. Me inspiro, de algunaforma, en McKeon, 1987: 1-24, originalmente publicado en 1971.
s). Siempre ha habido los eruditos de med10 la llamada h1stor1a cultural. 1-fablar de historia cultural es cntendible de;Jtrn
mente est.in surgienclo mas trabajos e dd dcsarrullu discipl111ario de la h1storia, pcru, m:is al Li de la 111ercia de la rrnduc-
MAURICIO TENORIO TRI LLO HISTORIA, CULTURA Y<<AMERiCA LATINA 265
264

Habitar una cultura eshilar fino. Setrata de un unir, con perícia,los andares
dor como voz pública, crítica, como angustia.intelectual (Chartier, .1992; Masseau,
de varias historias que sin un buen ojo no parecerían asociables. La historia de lo
1994).Seríarevestiral(ala)
uu- ',v"-v
'-- r "' '''"" istoriador . (a) de una imagen de intelectual,
., . .........
como lo
cultural es forzosamentetexto (letra), crítica, visión de la arquitectura de escribir,
y, sobre todo, una historia, una averiguación sfrícfu sezzsw:un afán por conocer.
Sin embargo, ]a historia de ]o cultural no puede seguir modelos lineales de casua-
lidad, ni ser «falsificable»de la manera en que Sir Karl Popper o Thomas Khun
creían que la «ciencia» funcionaba. «Lo bueno de las historias culturales», alguna
inevitable tarea de investigación, y muy clara de suspropias.limitaciones epistemo-
vez oí decir a Vulto Halperín, «esque siempreencuentranlo que buscan».Nada
lógicas, empíricas y políticos. Formaria, a su vez, una noción de cultura histórica- máscierto. Pero el encontrar de una historia de lo cultural que habita la cultura no
mente informada, desmitificada de identidades absolutas y de la miopia a-histórica.
es como el encontrar o el descubrir una piedra, sino como el hallar un enigma, un
' Sostenerel reacercamiento entre historia y cultura, irónicamente, es abrir ad
acertijo. La verdad de una historia así no radica sólo en la propuesta de solución
i/ínilum las posibilidadesdel eclectisismoteórico, interdisciplinario o a-discipli- del acertijo, sino en el acierto del mismo: en la manera en que el enigma sugerido
: ll!\HgSliii='i;='::=:i ;li;l;l'=nl;;B
lo cultuml es, si se quiere, «discurso»o «contradiscurso»,pero tiene que ser ante
nos regresa, trayendo a cuento evidencias pasadasde varias y diferentes historias,
al sentido de extrafíeza y duda sobre nuestras propias visiones del mundos'

: #iÜHE?üs ,'n:zl=: :1:;am}.B1l


1tl'lect11;1\ (Chartier,
cosas. I ':i':!2;
No se Masscau,
puede habitar una cultura con IEnguajes H:1hiurprivados,
u11.1 cultur;1
nl es esútil
h1hr hacerlo
retórica
Porque en verdad
265 la historia es un enigma. Nuestra noción de historia «pendu-
lea» rapidamente entre historia como pasado real al que ansiamos acceder y la his-
toria como escritura. Nunca estamossegurossi por historia nos referimos a una u
ti11n. SL' tr.1r:i de un u111r, L·"n pcrici;i, lc>s andares
tetra cosa59.Una historia de lo cultural que habita conscientemente la cultura debe
un.i imagen dl' tan solo pamfmseando
inrclccru.il, coruo lo dl' LlrLb oh1sturi,1s
vocabuláriosextra refinados los de moda, quc sin oun la hl!L'll ujc1 110 J',ll'l'cTri.111 .1soci:1hlc,. L:1 htsl'<ln,1 dl' Ju

Üh Üh: IÍ j iT'E:::l:.:l='=:\h'=1:à=:=
hacer accesible el penduleo, mostrar su ir y venir, sin ofrecer solución final, sin pre-
orru111,u dl'I sl'sudo .. ro,111c1dn11n" c·tiltur,11 cs fo17os;1111c11te rcxro (letr.1), criric.1, \·isJ(Jtl Lk l.i ;1rqltltectur:1 ck cscrihir,
sentar verdades absolutas, pero exhibiendo y obedeciendo el penduleo; dando a
\, sohre t,Jdo, u11.1 ht,tt>rIJ, 1111.1 ;l\'crtguacic'm str/(t11 se11,11: tltl ;1t.i11 pllr Lt>tl<lcer.
, I LJY..+). l111J .. Ji1sroru niltur:1\ .. con
S111 l'111hargo, Li h1srnri;1 de lo ctdt11r;1l conocer nuestra incapacidad de liberar al péndulo de su oscilar entre la atracción,
io: un.i histori.:entre quc vários por hahlarlenguajes:
de una síntesisde las múltiples historias del presente,, de sus1w pucdc scgu1r 11wdelos lincak, d,· castu-
por un lado, del relativismo pleno, y, por el otro, del empiricismo inocente,sin
llãÜEEÜ111i
le :::t:.;:u'ü:
e ,u, prof>ias limiuciones cpistcrno-
cz, uu.i 11oc1,.1n lo de particular,
:: : t
Lk <u labor cr itic.i. f.in.irica de su

cult ur.i h1sr,''.ric:1-


lidJd, 111 scr f.1\sific1h\c .. de la 11u11er;1 en LJllC Str Karl !'upper <> Tlw111.is Khun
crL'i.111 l]lll' Li · c1c11L"TJ« tu11ciu11;1h:1. .. Lu hm·1w dl' Lis histor1;1s cult11r:1ks,, .i\gunaen uno u otro lado, y tic, tac, tic, tac... Por un lado, sostiene
\ l'I <>i dec1r
específico y olvidado o desconocido, .1 Tulio generales,
a los temas H:1\pcri11, sonoros,
caem nunca de lleno
Leis Eduardo Soarez,«la búsquedade universales»,por el otro, «la exploración
· L'S que ,IL'lll['t'L' l't1cuc11tr,111 lo que ht1sc;111 ... :\.1d,1
m.is c1errn. l'cn1 cl e11comr.1r de t111.1 h1srnru de·\" ctdtltr;1\ quc h;ihiu L1 L·ulrnr:1 110
radical de las diferencial», sin concesionesy con plena conciencia de los propios
.1h,olur;1s v dc l.i nuopra n-hisroric.t. limites. «Serradical en la precariedad autoconsciente es el desafio para quien desça
para:l presente
v culturu, ironic.uncnrc. cs ahr irdel cs L·<l111<>
<1d historiador. ueva historia» cl e11ct111tr.1r
se distingue de la ohistoria
el dL·sL·uhr1r
tradicio-u1u p1edr.1, sino com<> el lulbr un c·111gm;1, un
contestar a la parálisis de la duda, sin casar de dudar con toda intensidad» (Soarez,
:1L'LTIIJO. L1 \ crd,1d de t111.1 h1stor1;1 ;1si ll<J r.1d1c.1 sc'ilu en Li propucsLl 1994: 91)de soluc·ic',11

11<1ccr lo cultural.noble
:!iá! 11âllãü::e::!=:
1nc·c1, inrerdisciplmario
1dus pur el prupio .ihinco pur \1;1h1-
.\,f.sueco
:r:: l\
,1 a-d1scq,\i-

de objetividad,,
Li historiu Lk (Burke, 1991: 1-23), no se puede ser tanto.sin
ll
ckl .lc'crtiju, si110 en cl JCil'l't<> Lkl mi,m,,: c'll h 111;111cr.1 L'll LJllL' l'i c111g111:1 sugcr1d<1
110, rcgrl's:1, tr;l\'L'I1li<, .1 L·uc11t,1 ser L'\·1Llcnc1.1s
algo
Parala historia, o al menospara la historia de lo cultural, ser enigma no sig-
is.1s:1Lhs de \,1n.1s I d1tcrct1tL·s hi,ror1,1s
;1\ sc11tidu de l'Xtrc11ie1.1
nifica desataral péndulo de su amarre a un mundo externo, empírico. Aqui, el
radi-cur«: .. , pcromás' ticncqueljlll' scr .111tc
última moda académica.Una.historia reencontrada con la\ culturadud.1 s"hrL'
lmpli 11uesrr.1s J'I'll['I;lS \'lsi,1nes problema
de\ 111u11dc,'·'. '
de la objetividad no es cuestión de constante correlación de datas con
anca cnrr e varios cadL·cires
una historia v cutrc académica
\,1 Porquc ,·11
desencantada,teóricamente \ crd.1d L1 empiricamente
informada, h1stor1;1 cs u11 c111g11u. Nucstr.1 nou<.>ll de hisrun:1 "JW11du-
k:1 .. r:ipid;1m,·11t,· ,·mrc h1srori.1 L·o1110
idease hipótesis, sino de gravitación universal: es el levitar irrenunciable sobre y
exrsreucra debs enraizada,
p;1hhr:1s vmodesta Li dl' Lis y consciente de limitaciones. Seria cultura por ser historia, por1s,1s:1d<> re.ii .1\ qt1L' ,111,iJmus accnlcr \ l.1 his-
ser 111
traducción (t7adz/e7ey fradífio: pasar deton.1
un lugar comoa otro,
escrit11r.1. , 1
transmitir.aunc;1 L',L1111<l,
través delsegur<>s st por h1quriJ t1<is gradas a la fuerza de atracción de la empina, sin que cada palabra de una histo-
rcfrr1111<>s .:1 u11;1 u
enguajcs prt\ ados, cs ut il h.icerlo
ll:.,ilS"'Õ='Üi;;=;';.ã.Ü=i'Ú.i,««,
fi1udus ,1 los Lk mocla. <l Li rctc'ir1c;1 f-'l'-',''m..-,,í'-l"'df.:g"S:
I' <1tr:1 c'tl'>;1"'. l11u l11stt>ri;1 dl' lo cult11r;1\ quc luhiu co11sc1c11tcmc11tc b cultur;l ria pueda
constituirse
canjearse
en
dchcpor dadoduro, pero sm escapara esagravitación, sin poder
fluir narrativo a no ser por el levitar que le provoca la atracción
tL' rcpruduCL'll /elfre
los ,,medics
de !ar de sefzco- h:1ccr accc,ihk
/e surPius mefre, de aproptlción L·l 1>e11duko,a través
de los significados m,1,tr;ir desula ir 1 \L't11r, ,m ofrcccr soluc1,'rn ti11;1\, sin prc-
delos ditos.
HhUãiluji=.i;m'it
ih:à: :
dc'l,icrJ scr, ;111tc rodo b rr.uluccion
r iplc-. historias dcl prcsenrc, de sus :i Ç::l :n
SL'tlt.ir \·crd:1Lles .1h,olutas, pn<> L''.hih1cnclo \ ohcdec·1l'ndu cl pcnduko; d,111do a
LOtWCLT 11uc,tr;1 mcap;1c1d.1d ,le lihcr:u .11 pcndulo dl' su uscihr cntrl' Li ,1tr;1cci,·m,
rosa
Así, pues, una historia que por estudiar cultura la habita esta sujeta a una rigu-
.zccou/zrab///fyconceptual, empírico y político. Nada que ver con el ir y venir
ggãÉlil!;:S:l:::H':i:'=:RELI':l'::l
tiL·,is, v <u tr:1ducc1,·,11 simulr.inca de
ihlcs Lkl pasJd<l. ll11,1 rrnducci.in de
·id<>, ;1 los tcmas temas cu tumles
gc11c·r;1\cs,
: l ;i
sonoros,
por llll Lido, Lie! rL·l.1ti\ts11rn plcnu, \·, por L'I otro, de\ l'111ptrtcisnw i11oce11tc, s111
c.1n 11u11e;1 Lk llc1rn l'll uno u <ltro l.1do, \ tiL·, uc, tic, t.1c ... !'cir un Lido,académicas.
no estáen compartir una ul.u1, otraJ-_dt1cndo
«revolución Sc,.uo, · h ht'!Squnbsino
epistemológica»
de modas sosricnc Una historia cu]tura] puede ser encontrada en errar, volver-
seanacrónica o ser inconsistente internamente. No hay manera de escapar: uno es
ck u11i\crs.1k, .. , i'<>r L'I otru, .. \a cxp\,,r.1citin
r:1d1c.1\ de cultura
Lis dikrl't1ci;1s .. , ,in pero
co11ccsi<>t1L's
quien de escribe, no hay posibilidad de saltar a alguna otra moda. Una historia cul-
en escribir
. conocimiento
. . dentro de y gradas a una académica, más \ co11 plc11:1 co11c1c11ciJ lo, prop1os
tural se entrega al luicio de la erudición panada,presentey futura. Nada fácil. Ar-
.. SL' disringuc Lkalia de ella.rr.idicio-
Li hixrori.: Ahí la dificultad. l11111tcs ... ~er r.1d1c.il L'll l.1 prl'Cll'ICLbd ;ll!toC<>llsLIL'ntl' cs cl dcs.1fio pJLl quic11 dc,cJ
scr m.is consctl'tltc de su 11;1tur;1\u;1 co11tcstar .1 Li p;u:1l1sis de l.1 dud.i, sin ccs.ir de dud;u con toLb i11tL'11sid:1d,. (So;ll'l'I,
dc :1h:11<• \ por habcr supcr:1d() .. csc JLJlJ--l:LJI).
58. Sobrela naturaleza de la evidenciaen historia (z,ls-íà-z,is simplesfechos), véaseel debate entre
2 >), 1w SL' puedc scr L1nto sm scr :1lg,1 l\ir.1 Li h1,ruri:1, o .1\ lllL'll<lS p,1r.1 l.i h1srur1;1 Lie lo ctiltur:1\, Lorrain sn cn1gnu nu Sil.;-
1 rn·ncontr:llh con ..=.,, b:l'Ê='Ê:
Li culrnr.1
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nc:1111L'lltl' i11fort11:llb, cmpiric;1111cntc pr<1hk111;1 Lk \.1 ohjL'tl\'ILhd 11() L'S cuc,t1(,11 Lk l(JJ]',t;ltltL' ((J!Tchci,'in ck d;H()S (()Tl
1cs. Scri;1 culrnra por scr h1sron,1, por ideas L' h1p<,ltL'sis, ,in<> de ,l.;Ll\ ir.1c1,.111 unin'l'sJ\: cs cl IC\ iur IITL'llllllCIJbk s"hre \'
MAU CICIO TENO RIO TRILLO
266

aumentos simplones, elocuencia barata?.evidenciasdelgadas, falta de rigurosidad,


pereza nitelectual, horas de villa en biblioteca, se notan. MaZ©é fouf, no todo va.
De estamanera se llevan, pues, historia y cultura a finales del siglo.xx en lo
que conocemoscomo América Latina. No sé si todo esmoque aqui digo lo a6rmo
sobre o a pesar de América Latina. Por supuesto, nada puedo, decir que niegue la BIBLIOGRAFIA GENERAL
existencia de un indefinible «nosotros», pero no es recomendable compartir esta
historia sin dudar. Mas êy América Latina? Crer que mientras funcione el mote,
indicio de que no post-somosy no post-estamos,.espruebade que en verdad a
nosotros,por masque hayamosquerido, no nos ha tocado en suertetorcerle el
cuello a algún «cisne de enganoso plumaje».

l Seminário de Esf dos Brczs//oiros-Anais.1972. São Paulo. IEB-USP


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ÍNDICE TOPONIMICO

Ãfrica: ]6 31, 43,48, 49, 141, 178, 211 l Lll\+bD) XJvD . l '7 ) 180. 188, 189: 190
Amazonas: 58 191. 192
América Antillas. Las: 49. 51 57
AméricaCentral:57. 73. 89. 134. Argentina; 6.
6, 10, 70, 75, 80, 89, 97 108
142, 144. 161, 162. 164. 170. 173 110. 113. 114. 119. 120. 123. 124
174, 179, 225, 226, 228, 230, 231. 125, 126. 127. 133. 134. 135. 136
fNDICE TOPONIMICO 236.237, 247 137. 138. 140. 142. 145. 149. 155
-- América portuguesa:
11 52, 57 162. 164. 216, 226. 236, 240, 245
-- Espaãola48,51,52,53,54,55,61 252, 258,259.263
72 Asma:
43, 141, 178
--América Latina; 11, 13, 14, 15. 16.
18 19 20 21 22 23 25 26 27 Bélgica 105
28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35. 36 Birmingham: 198, 199
37, 38, 39. 40, 41. 43. 44. 45. 47. Bolivia: 39, 145, 162, 172, 179, 180, 189
48, 49, 52, 53, 54, 55, 56, 57. 63. 193.216, 228.236
64, 65, 66. 67, 68. 69. 70. 71. 72 1/1 CIDll - ./ ) l v] Z-4f] 48,49, 51, 52, 53, 57,58
73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81. 59, 60. 61. 65. 70. 72. 73. 74. 75. 76
83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 92, 93. 77, 78, 79, 80, 83, 84, 85, 86, 89, 97
94, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 108. 98, 99, 100, 103, 108, 110, 112, 113
111. 112, 114. 115. 119. 120. 121 114, 115. 119. 120. 123 124. 125
Africa: 16, u, 4"3, 48, 49, 141, 178, 211 Andes, Los: 49, 85, 180, 188, 189, 125.
123, 124, 190, 128. 129. 130. 131 127. 138. 140. 141. 143. 145. 162
Amazon.is: S8 191, 192 132, 133. 134. 135, 136. 137. 139. 164. 177. 178. 210. 220. 226. 236
America Antill.is, Las: 49, 5 I, 57 140, 141, 142, 143, 144, 145. 146. 240, 244, 246. 247. 252. 253, 254
- A111eric1 Central: 57, 73, 89, 134. .\rgentina: 6, IO, 70, 75,80,147,
89,149,
97, 150.
108, 151, 152. 153. 154. 259.260.262
142, 144, lf,l, 162, 164, 170, 173. 110, 113, 114, 119, 155, 156.
120, 123. 157.
124, 158, 159. 161. 162. Budapest: 35
174, 179, 22S, 226, 228, 2.10, 231, 125, 126, 127, llJ, U4, ll5, 165.
163, 164, U6, 166. 170. 171. 172. BuenosAbres:49, 110, 113, 131, 132, 135
236, 237, 247 ll7, 138, 140, 142, 145, 149, 175,
173, 174, 155, 176. 177. 178. 180. 140, 141,239,259,260,262
- America portuguesa: 52, 57 162, 164, 21(,, 226,236,
181, 240, 245, 186, 188, 192, 193
183, 184,
- Espanola: 48, 5 I, 52, 5 l, 54, 5S, 61. 252.258,259, 26,
196, 197, 199, 201, 202, 203, 204, Cádiz: 247
71
.!,;... As I a: 4 3. I 4 I , 1 78 205, 206, 207, 208, 209, 210, 212. Caiçara: 110
-America Latina: II, U, 14, 15, 16, 213, 214, 215, 216, 217, 218, 219. California: 96. 198
18, 19, 20, 21, 22, 23, 25, 26, 27, Belgic1: !OS 220, 221, 222, 223, 225, 226, 227, Cambridge; 97 104, 105, 174, 202,248
28, 29. 10, 3 I, .n, n, H, 35, 36, Birmingham: 198, 199 228, 229, 231, 233, 235, 238, 239, Canarias. lulas: 31
u. ss, "l9, 40. 41, 43, 44, 45, 47, Bolivia: 39, 145, 162, 172, 244,
179, 245,
180, 246,
189, 247, 248, 249, 250, Caracas: 51
48, 49, 52, S3, 54, 55, 56, 57, 63, 193, 216, 228, 236 251, 252, 253, 254, 255, 257, 258. Caribe, El: 51, 71. 96, 115, 144, 162, 196
64. 65. 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72, Brasi]: 9, 10, 22, 48, 49, 51, 261.262.263.
52. 5 l, 57, 58, 266 228.247
73, 74, 7S, 76, 77, 78. 79, 80, 81. 73, 4, 75, 76,57. 8.5.247
59, 60, 61, 65, 70. 72, Mesoamérica:
7
Castilla: 27
83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 92. 93. 77, 78, 79, 80, 83, 84, 85, 86,andinos:
-- Países 89, 97, 225, 226, 230, 236 Caxambú: 103
94, %. <n. 98, 99, 100, IOI, 108, 98,99, 100, 103, 108, 110, 112, 113,
111, 112, 114, 115, 119, 120, 121, 114, 115, 119, 120, 123, 124, 125,
ÍN DOCETOPONÍMICO 321
320
HISTORIA GENERAL DE AMÉR\CA LATINA

Quito: 259 Sevilla; 9. 48, 49


Índia: 54,257 Surinam: 246
Chaco: 110, 181
Italia: 105, 232, 233 Río Bravo:49
Chayanta: 190
77 Río de Janeiro: 59, 144, 260, 262 Tandil:110
Jujuy: 110

!:lllÉt
Río dela Plata:40,42.112 Tepoztlán; 245

IÊg,Z'K'ill:
191, 198.'226, 233, 236, 237, 259
Kyoto: 89
Rio Grande do Sul: 58
Romã:72. 93
Rosário:108. 110
mexas: 246
Tordesillas: 5 1
Trento; 91, 248
China:54.244 Lima: 49. 72, 76, 93, 181, 182, 245, 260 Tucumán:49, 110
Lisboa:48.49 Rusia:50, 105

'.-':":iB=i:Xã'8:8,
236
!!:: Londres:49, 60
Luján: 110
Salta:49. 110
San Cristóbal de Chiapas: 186
San Salvador: 236
Ubatuba: l lO
Uruguay: 39, 60, 75, 113, 119, 162, 164
216,226
Cano Sur: 162, 225, 226, 228, 230, 231 Mato Grosso: 58 n Catarina
Santa .58
232,233, 247 Mediterrâneo:30, 57, 121
Santiagode Chile: 111. 124. 144 Venezuela: 10, 35, 75, 119, 132, 133, 138
Córdoba: 110, 114 México: 9. 10, 17, 35, 42, 49, 52, 53, 55 SãoPaulo: 58, 74 79, 97, 108 109 110 140, 162, 177,228,236,247
C orrientes: 110 56. sj, 65',70, 72, 73, 74, 75, 80, 81 260,262 Viena: 33, 35
i ii_j'
Costa Rica: 57, 110, ll l, 142, 144, 174

;i#'iiiiiii
321

: 'i-1, 2,-
.1: I 11,. 2 l2, 2l,
245
Cuba: 10, 97, 113
231,236, 260
192
Cuenca: 192
138, 164, 172, 212.
llill1ll'lêiB
Quit": 2'i'!
240: 245: 247, 250, 251, 252, 254
-I'!
Rio Bran,:258,259,260,
255,256, 261,262
Sevilla:'!, -IS, 4lJ
Surin.u»: 24h
Curitiba: 108. 109
U\: I l II Minas Ri" ,k j.uuiro:
Gerais: ) b, y / 'iLJ, 1-1-1. 2hlJ, 2h2 Trndil: 110
Cuzco: ]82, 183, 186, 192
Montevideo: l'l.rr.i: -Ill. -12. I 12
Ri,, ,k \.1 76 Tq,oztl:in: 2-15
Dresden: 35 Rio Cr,rnd,·
Mordia: 260 cl" Sul. 5.~ Ti:x:is: 2-16
Rom.r: -2. lJl Tordcsill:is: 51
a: -llJ, 72, -h. 'il, IS!, IS2, 2-l'i, 2611 Rosario: 172,
I OS.236 I 111 Tr,·nro: ')I. 24S
Ecuador: 10, 39, 100, 179, 182, 186, 192, Nicaragua:
oa: -18, 49 216.248 R11si,1: Sil, I 05 Tncum.in: 49. 11 IJ
Nueva Espafia;39, 53
drcs: -19, hll
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Nueva York: 124
n: I Ill :;-'Íii1;,:!81 i;l: S:1lt:1:
Nuevo -I'!, I 111113, 246
México;
S:111 Mundo:
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139, 154 Ur uuu.iv: l9, !oil. -, 11 l, 11 lJ, I h2, I h4,
no Crrosso: 58 EstadosUnidos: 49, 51, 54, 65, 67, 68, 69, S:rn S:11'·.1dor: 2 l!, 216, 226
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Otavalo: 192

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5h, 57, hS. -11. 72, ..,,, 7-1, 75, SO, 8 I,
S l, S-1, S9, lJh, 'J7, 'JS, 99, I 08, l Ill,
112, 115, 120, 125,
140, 141, 142,Europa
127, IV, IF>,
254,261
162, l o-l, IS-I, IS5,
S:ioPreto:
Ouro l\rnlo:60,
2h0, 2h2
ise Bafos: 51 65
Países
SS,
114 7-1, -,;, '!-, lllS, IO'J. 110,

]20
140, I 62, 1--, 22S, 2 ,1,, 2r
Vil'n.1: ii, )S

Panamá:113, 236
219. 225, 22h, 227,=- Europa
228, 2.16. 237, 236
del Este: Paraguay: 52,115,245,247
2-10, 245. 2-11, 250,-- Eurooa
251, 252, 25-1,
delSur:235 Paraná:97, 108, 109
255, 25h, 258,259, --
2h(), 2hl,Europeu:
Unión 2h2 49, 93,203 r
Parras 110
us Ccr.iis: SS. l)7 Pataaonia:49
ntcv idco: 76 Francia: 28. 48, 51, 53, 56, 65, 78, 84, 85: PenínsulaIbérica: 27, 48, 51, 53
reli»: 260 104, 105, 109, 121, 253, 254
rr.uzu.i: 172, 2.,6Goiás: 58
V:1,Esp:111a: llJ, 5.l
vn 'fork: 12-1
Golfo Pérsico: 33
Granada: 33
246 Bretaõa: 42, 45 48. 51. 53, 86, 104.
vo :\lc:,;ico: I 1.l, Gran
no Mundo: lh, 27, 'JI, 92, 108,
105. I q 120, 204, 219, 221
I llJ, 111
""HXlil<X:gB
Polonia:34, 75
Portuga[: 51, 53, ]05, 254
252,254 PotosÍ:49, 190
cntc 1\1edio: (il) Guatemala: 42, 145 172,236,260 Praga: 35
v.ilo: I 92 Princeton: 105
o l'r ero: hO, I 1-1 Habana. La: 260 Puebla: 110
Haití: 40, 188, 246, 247, 259 Puerto Príncipe: 260
c·s lbjos: 5 I, 65, l 20 Puerto Rico: '10, 84, 133, 25 1, 252
un.i: I l.l, 236
iuuav: 52, 115, 245, 24"7
ÍNDICE ONOMASTICO

Abbeville. CI. d': 58 Bagú,S.: 149


Abel. W: 106 Bakhtin. M.: 79. 253
Abercrombie. Th.: 187. 191 Balandier. G.: 79
Abreu. C. de: 60. 125. 127 Baldwin. R. E.: 127
Achugar:212, 222 Balhana. A. IZ: 108
Acosta.C.: 132, 139 Bambirra. V: 162. 163. 164. 165
Acuda.V H.: 73 Barón. G.: 133
Adorno. R.: 221. 261 Barón Castro. R.: 108
INDICE ONOMi\STICO Adorno, Th. W: 220, 221. 261 Barreda. G.: 55. 56. 137
Agramonte,R.: 133, 134, 135, 137, 139, 141 Barras Abana. D.: 140
Aguilar: 120, 196 Barthes. R.: 79
Aguirre Beltrán, G.: 83, 108, 213 Band. M.: 175. 177. 182. 1 86
Aguirre Rolas,C. A.: 63, 66, 74, 77, 82 Baudot. G.: 254
Agulhon, M.: 79 Bellini. L.: 86
Alberdi, J. B.: 132, 134, 135, 136, 249 Bello, A.: 31, 55, 56, 132, 208, 247
AlbÓ.X.: 176. 185 Benedetti. M.: 246
Ali. K.: 261 Benítez, R.: 172
Allende.S.: 172 Berger, M.: 80, 81, 250
A[varez,J.: 70, ] 20 Bergquist, Ch.: 71, 75, 85
Alvarez.S.E.: 77 Berr. H.: 56
Amado, J.: 246 Besio Moreno. N.: 108
Abbeville, Cl. d': 58 Bag11, S.: 149
Abel, W: 106 Bakhrin, M.: 79, 253 Andara,J. L.: 133
Bideau. A.: 109
Abercrombie, Th.: 187, 191 Balandier, G.: 79 Anderson.B.: 208 Bielschowsky, R.: 71
Abreu, C:. de: 60, 125, ll7 Baldwin, R. E.: 127
Anderson.R: 130. 178 Billington, R.: 107
Achugar: 2 12, 222 Balhana, A. I~: I 08 Ansaldi.W: 131 Bioy Casares,A.: 246
Acosta, C.: 132, 139 Ansart,
Bambirr.i, V.: 162, 163, 164, R:
16579
Bloch. M.: 56. 73. 121. 258
Acuna, V. H.: 73 Baron, G.: l.B Arcaya,RM.: 133 Boas. F.: 184
Adorno, R.: 221, 26 I Baron Castro, R.: I 08Arciniegas, G.: 139, 197, 202, 249 Boeke,J. H.: 149
Adorno, Th. W: 220, 221, 26 I Barreda, G.: 55, 56, U7Arcondo.A.: 110 Bolívar,S.: 18, 35, 40, 42, 132, 136, 188
Agramonte,R.: 133, 134, 135, I.F, 139, 141 Barros Arana, D.: 140
Arendt. H.: 79 Bonfil Batalha.G.: 252. 259
Aguilar: 120, 196 Bart hes, R.: 79 Arretx. C.: ll l Borah.W: 96. 107. 120
Baud, M.: 175, 177, Arrom.
182, 186S. M.: 100. 109. 112. 113. 261
Aguirre Belrr.in, G.: 83, 108, 213
Borbones. dinastia: 51
Aguirre Rojas, C. A.: 6."l, h6, 74, 77, 82
262 106. 110. 116
Boserup,E.: 106,110
Baudot, G.: 254
Agulhon, M.: 79 Bellini, L.: 86 Ayarragaray, L.: 133 Bourdieu.E: 79.195.204,219
Albcrdi, ). B.: Ln, 134, 13S, 136, 249 Bello, A.: 31, 55, 56, Azevedo,
132, 208, F. de: 141, 252,259
247 Boxer.Ch.: 254
Albo, x.: 176, 185 Benedetti, M.: 246 Brading,D.: 254
Ali, K.: 261 Baczko.B.: 79 Brasa.W : l l l
Benitez, R.: 172
Allende, S.: 172 Baer,W: 125, 159
Berger, J\1.: 80, 81, 250 Braudel, F.: 51, 56, 57, 66, 73, 74, 121, 254
Alvarez, J.: 70, J 20 Bergquist, Ch.: 71, 75, Báez,
85 C.: 133 Brunner,J.J.: 220, 255
Alvarez, S. E.: 77 Berr, H.: 56
Amado,].: 246 Besio Moreno, N.: 108
324 HISTORIA GENERAL DE AMERICA LATINA ÍNDICE ONOMÁSTICO 325

Buarquede Hollanda, S.: 249 Cook. Sh. F.: 96, 107 Ferrer.A.: 124 Gramsci A 81 219 232 233 251 253
Bücher.K.: 122 Corneto, M.: 133 Fishlow.A. 125. 127 2.57
Bulmer-Thomas.V: 161 Corneto Polar, A.: 205, 206, 210 214 215 Fleury M. 103. 104 Greenblatt, S.: 206, 207
Bunge,A.: 123 216.217,219 Florescano,
E.: 72, 73, 74, 93, 99, 108, Grosso,J. C.: 98
Bunge, C. O.: 133, 134, 135, 137, 139 Cortés Conde, R.: 70, 119, 126, 127, 161 120. 121. 171 Gruzinski. S.: 116. 202. 217. 254. 261
Burke, E: 79,240,255,264 Cosia Villegas, D.: 65, 120, 249 Flores Galindo, A.: 177. 252. 259. 260 Guaman Pomo de Abala, F.: 261
Cotler, J.: 225 Fogel, R.: 95, 107, 127 Guerra.F. X.: 227. 254
CabreraInfante, G.: 246 Courcelle-Seneuil,.J.: 55, 56 Foucault.M.: 79. 81. 85, 195. 202. 240. Guerray Sánchez,R.: 108
Cadena.M. de la; 182, 186 Croce. B.: 241. 242, 255 256.257 Guevara
1] E. «Che»:228. 249
Calcagno,E.: 166 Cueva,A.: 71, 156, 157, 158 162 163 Fragoso,.J.L 72 Guimarães Rosa,J.: 211
Caldeu, R.: 132 170. 174 Francastel.R: 79 Gusmao,A. de: 59
Calhoun.C.: 130 Curtin, Ph.: 97, 107, 115 Franco,J.: 202,210,213,219,252 Gutiérrez. R.: l lO, 113
Callinicos.A.: 66 Franco, R.: 129. 142. 144. 145 Guy, D.: 86, 251, 260, 261, 262
Calvo.Th.: 97. 109 Dalberg Aston, J.: 44 Frank,A. G.: 71, 126, 143, 148, 151, 152,
Camacho,D.: 77, 162, 172 Daria. R.: 3 1, 249 154. 155. 163. 164 caber, S. H.: 99, 100, 125, 252, 257
Canabrava.A.: 71, 73 Darwin, Ch.: 134 Freyre, G.: 140, 141, 184, 208, 249, 259 Habermas, J.: 257
Cândido, A.: 205, 210, 211, 212, 217, 219 Davis.B.: 107 Friede, J.: 110 Habsburgo, dinastia: 51
220. I,249.259
_ 111, Davas,N.: 79 Fuentes.C.: 246 325 Halbwachs,M.: 79
Capelato, M.,H.: 74, 78, 79, 81 Davas.Z.: 240 Fujimori, A.: 237 Hall. S.: 199. 204. 257
Cappelletti,A.: 249 Dean.W: 99, 125. 262 Furtado.C.: 70. 71. 73. 123. 124. 162. Halperín Donghi, T.: 71, 119, 134, 161
h.F.:%, 10' Caputo, O.: 162 Derrida,
.J.:202
Ferrer, :\.: 124 2n.
C.r.1msci. A.: Si. 21'!. 2.,2,259 251. Lil. Hamilton, E. .J.:48, 99
M.: In Cárdenas.E.: 125. 127 Fishlow,
Dewey, J.: 195A.: 125. 127 257 Hanke, L.: 250
I', ,L1r. :\.: 20S.Cárdenas.
206. 21 n,
L.:2 80
14, 2 15. Díaz Alejandro.
Fleurv, M.: C.J(H,
F.: 125,
104 126 GrecnhL1tt. S.: 206. 2U""' Gaignard, R.: 114 Harber. IZL.: 76. 85
, 217. 219 Cardoso, C. F. S.: 66, 72, 73, 74, 76, 126, Díaz del Castillo, B.:
Floresc.mo. E.: 29. 7,, '4, 'n, 99, !US.
72,261 Crosso, I. C:.: YS Galeano. E.: 246. 249 Hardoy, J.: 260
Cornie, R.: ro, 11 '!, 144, 12...,, 151,
126,147, 161 152, 162, 163, 166, Dopsh,A.:120,12212 I. J 7 I Crnzinsl:1. S.: I I h. 2U2. Gallo.21-.E.:
254,
1612h I Hartwell. R. M.: 123
illegas, D.: h5, 120. 249168,169, 170, 171, 253, 260
167, Duby,Flores
G.: 253(d1ndo, A.: 17'. 252. 259, 260 Gu,11110111 !'0111:1 de :\1 ,1l:1,
Gamio.F.: 26M.:
I 137. 184. 246 Haskell.F.: 240
J.: 22 'i Cardosode Mello. Z. M.: 125 Dupâquier,
Fogel. J.:
R.: 104
lJ5, JO'. 127 Guerr,1, F. X.: 227, 254 Garavaglia,J. C.: 98, 110 Haya de la Torre, V R.: 183, 229
lv-Seneuil. _I.: Carlomagno:
55, 56 33 Durkheim, E.: 140,
Fo~ICault, xi.: 141,
79, 8152
I. 85. 195. 202, 240, C,uerra 1· Sanchez. R.: García, I 08 .J.A.: 70 Hegel, G. H.: 123
B.: 241, 242. 255 Carlos l de Espada y V de AJemania: 29, 48, Dutra, E.:25h.
78, 79
2'i' Gun·,n,;. E. "Chl'": 228, García249 BedoyaM., C.: 196 Heidegger,M.: 249
,\.: -1. 156, 157, \ l !SS, lh2, !h,. Fragoso, J. L.: 7J Guimar:ies Rosa, j.: 2García
I I Calderón. F.: 133. 245. 249 Henríquez IJreíía, R: 30, 208, 249, 252
174 Carmagnani,M.: 71, 72, 80, 98, 109, Eakin.Fr.inca-rcl.
M.: 68, 84P.: 79 Gusmao. A. de: ~·9 García Canclini. N.: 216, 217. 218, 219 Henry L.: 96, 97, 103, 104, 108, 109, 111
l'h.: 'I"". 107• 115 156. 162.261 Easterlin. R.: 107202. 210. 213. 219. 252
Fr.111co,J.: Cutit'rrcz. R.: I 111, I 13 220.221. 255.257 HernándezArregui, O.: 252
Carrera Damas. G.: 13, 27 Echeverría,
Franco.J. R.
E.:
: 134
129. 142, 144. 145 c;ll\, D.: Sh, 251, 260,García 261, 262
de León, A.: 74, 77, 252 Herskovits,M. J.: 184
:\Ltnn, .J.:
44 Carter, J.: 231 Edwards Vives,
Frank, A.: 57 126,
A.G.:""'!, 141. 148. 151. 152. García Giraldés: 179 Hobsbawn.E.: 73
R.: 3 I. 249 Casas.B. de las: 96, 107, 261 Egaíía,J.: 56 154, 155. 163, 164 Haber. S. H.: 99, JOO,Garner. R.: 99
125. 252. 257 Hofman.A. A.: 125
Ch.: 134 CasausArzú, M. E.: 73, 179 Frevre,
Elliott,J.: 254G.: 140. 141, 184, 208, 249. 259 Haberrn.is, j.: 257 Gay,CI.: 56, 57 Hoggart, R.: 204, 205
107 Cassirer.E.: 79 Eltis. D.: 97. J.:
Fn~clc, 107.
I IO115 Habsburu«, dinast i.i: 5Geertz,
I CI.: 79, 195, 202, 206, 207, 257 Houver. K.: 106
N.: 79 Castells.M.: 143. 172 Encha, F. A.: 57,
Fuentes. C.: 119,
24(1 120, 123 H:1lhw,JCl1s. lvl.: 7'J 259,263 Hostos.E. M. de: 140
Z.: 240 Castoriadis.C.: 79 Engel,Fujimori. A.: 2.F
M.: 85, 125, 260, 262 Hall, S.: 199, 204. 257Genovese,E.: 107 Huizinga, J.: 242
V: 99, 125, 262 Castro.F.: 67 Engermann,
Furrudo, S.:C.:
10770. 'I, ""'3. 123. 124, I 62. Halperin Donghi. T.: Germana.
71, 119. G.: 16 I 135, 142, 143, 146, 147
134, 112, Humboldt, A. von: 54, 93, 108
, J.: 202 Caulâeld, S.: 83, 85, 86, 87 Erasmo de259
Rotterdam: 34 Hamilton. E. J.: 48, 99 153
j.: 195 Certeau, M. de: 79. 257 F.scobar.
C A 77 Hanke, L: 250 Gibson. Ch.: 83. 261 lanni. O.: 162
125, 12hR.: 79, 240, 255, 256, 264
~']:llldro. CF: Chartier, Gaignard,
Eugenio R.: I I 4
de Saboya:35 Harber, !: L.: 76. 85 Giddens. Ch.: 73 Ingenieros,J.: 70, 133, 135, 136, 137 1{ x
Casrillo. IL Chevalier.
29, 261 F.: 120. 248, 254 Euraque,D.: 73E.: 246, 249
Gal~ano, Hardov, J.: 260 Gil Fortoul, .l.: 133, 138 252
A.: 122 Chiaramonte, T.C.: 79, 252 Evreux,Y d':F.: 58lhl
Cdlo. rar
Hartwell. R. J\1.: 123 Girardet R.: 79 Innís. H 127
.: 25., Gamio. xi.. U', 184, 246 Haskell, F: 2411
er, J.: I 04 G,1r,1v:1glia,J. C.: LJS. 110 H:w:1 de la Torre, V R.: 183. 229
m, F.: 140, 141, 152 G,m:ia, .J. A.: 70 Hegel, C.H.: 123
F.:n, 79 Garcia Bcdova M.; C.: ] LJ(, Heidegger, xt.. 249
Garcia C1ldc:r6n, F: ll3. 245. 249 Henriquez Urena, P: io, 208, 249. 25 2
i\L 6~. 84 Garcia Canclini, N.: 216, 217, 218, 219, Henrv, L %. 97, ICU, 104, !OS, 109. I JI
n.R.: 107 220, 221, 255. 257 Hern:\ndcz Arr euui, 0.: 252 173
r i.i, J. E.: 134 Garcia de l.con, A.: 74. 77. 252 Herskovits. M. j,: I S4
Vives, A.: 57 G,1rci:1 Giraldes: ! ""'9 Hobsbawn, E.: 7,
J.: 5 h G.uner. R.: 99 Hofman. A. A.: 125
_I.: 254 Gav, CL: 56. 57 Hoggart, R.: 204. 205
: 'P, 107, I 15 Ge~rtz. CL: 79, 195, 202, 206, 207. 257. Hoover. K.: 106
F. A.: 57, 119, 120. 123 25lJ, 2b3 Hostos, E. M. de: 140
326 HISTORIA GENERAL DE AMÉRICA LATINA ÍNDICE ONOMÁSTICO 327

Junot,J.-A.:53 Lovejoy,A. O.: 254 Moore Jr, B.: 130 Pockock,J.: 254
Justo,J. B.: 70 Lovell, G.: 96, 109. 115 Mora, J. .J.de: 56 Polanyi, K.: 184
Jutkowitz, J.: 129 Lozier. A.: 56 Mora, J. M. L.: 132, 173 Poniatowska, E.: 219
Lugones,A.: 239, 244 Moreno,.l. L.: 110,112 Popper, K.: 265
Kaimovitz. D.: 73 Lula, Luís 1.,presidente: 76 Moreno. M.: 119 Postan. M.: 106
Kaplan,M.: 172, 174 Moreno Fraginals, M.: 10, 72, 97 Prado.E.: 60
Katz, J.: 126 MacCormack,S.: 261 Morin, C.: 109 Prado.R: 74.81.246
Kay, C.: 158, 159 Maingot, A.: 188 Mõrner, M.: 63, 69, 113, 116. 120 171 PradoJr., C.: 65, 70, 73, 119, 120
Khun. Th.: 265 Malavé. H.: 162 Morse, R.: 63, 227, 250, 259, 260 Prebisch,R.: 123, 124, 144, 159, 166
Klein, H. S.: 91, 93 96 97, 98 99, 100 Malerba, J.: 63, 66 Mott, L.: 85. 86 Prime-Mars,
.J.:259
109 Malinche, La (Malintzin): 262 Moya, J.: 113, 116, 240 Pritchard, E.: 184
Knight, A.: 181, 186 Mallon. F.: 85, 178. 181. 259 Muóoz, 0.: 125. 138
Kondratieff. N.: 50. 53 Malthus. R.: 106. 116 Murra, J.: 184, 185 Queirós, E. de: 60, 97, 100
Korn. A.: 252. 259 Malvado.E.: 97. 108 Myrdal, G.: 106, 121 Quesada,E.: 140
Kosacoff. B.: 126 Mamalakis.M.: 93. 125 Quesada,V: 252
Krauze, E.: 249 Mannarelli. M. E.: 85. 100 Napoleón l (Bonaparte): 53 Quijano, A.: 144, 162, 248
Kula. W: 72 Manrique,N.: 181 Napoleón lll (Bonaparte): 244
Kuznesof.
;)I( E.: 109,; Iii
1 12 Marcílio.
I:' -M.
, L.: 74, 97, 108, 109, 110 Nassau.M. de: 58 Rabell, C.: 97, 98, 108, 110, 112
Kuznets, S.: 107, 147 Mariátegui, J. C.: 136, 137, 183, 185, 206, Nebrija, A. de: 31 327 Rago, M.: 76, 85, 260, 262
208,209,214,229,245, 249, 259 Nef, U.: 52 Rama,A.: 205, 206, 210, 212, 213, 214
:\. 0.: 254 Labrousse.E.: 121 Marechal, C.: Jr.
:\1,HJJT 98,B.: 100I HI Nora. R: 79
(,.: 91,, 109, Laclau.E.:
115 126.257 Marin.\!1Jr,1.
L.: 256J. j. dt:: ,1, I'ockock, j.: 254
Polanvi, K.: I S4 North. D.: 127
216.217.219. 220.260
Ramírez, S. E.: 261
\.: Sh Lambert, J.: 137, 143, 149, 155 Marini.:\l()Ll,
R. M.:J. 1.\1.62,I..:165,
1 ,2,166
1-, f'nniato\,·sk.1. E.: .!. I'!Nún,.l.: 162 Ramírez Necochea. H.: 119
s,.\.: 2,9, 244Larraín,J.: 172, 248,251, 255 Martí, :\!orrno, J. I..:135,
J.: 133, 134, I Ill.177,
112 208, 211 Popper. K.: 26, Nurkse, R.: 121, 122, 125 Ramos. A.: 138. 210
is I., pr evide nn-: -6 B.: 188, 189. 190
Larson. ,\loreno, .i\1.:
Martín-Barbero, 119 220
J.: 219, I'o-r.m, xt.. 1(16 Ramos. F.: 135
Laslett. R: 104 Martínez Estrada,
.\l<>n:no E.: 244.\1.: 10, ""'2, 'F
Frc1gin.ds, l'r.ido, F.: 60 O'Connell. A.: 126 Reagan, R.: 231, 232
uck, S.: 26 Lastarria,
I J. V: 133, 247 i\lorin,
Martner. c.. 119,
D.: 70, J l)'J 120
Pr.ulo. f': ...,4, 81. 24hO'Gorman, E.: 244. 261 Redfield, R.: 185, 213, 243. 245
A.: 18 8 Lauderdale.S.:262 Marx. .\!iirner,
K.: 73. 130, 141,h'J,
.\!.: h,, l U,
149, I 16,
157, 249120. !...,! I'r.uio Ir .. C.: h5. -11,Ocampo,
~,,] ]'I, J.]211
A.: 125, 127 Reis,J. .l.: 74
H.: 162 Lavrin. A.: 112, 262 Matute, A.: 65R.: (11, 22-. 2,0, 2'i'J, 2h(I
:\lms,·, Oliveira
l'reh1s~h. R.: ]2l, 124, 144. Viana, F..l.: 61
l.'i'I, lhh Rénique,J. L.: 182, 183
I.: 6 ,, 66 Le Bon. G.: 132 Mauro.:\Iott,!..:-~),
F.: 25. 47 Sh l'r1c:c-:\l.1rs. J.: 2'i9 Orgaz,R.: 135 Reyes,A.: 30, 208, 249
Lc1 (:\Ldmuin):
Lee.R. 262D.: 105. 106 .\!m.1, J.:
Maza Zavala, D. 11F.:,,162
11 h. 2411 l'r1tclurd, E.: I 84 Ortega,L.: 125, 126, 260 Reynolds,C. W: 125
F.: fVi, 178, Lefebvre.
181,259 H.: 245 McCaa. R.: 109.
:\!u111J1, O.· 110. rn 113
12). ll 1 1. C)rtiz, F.: 120, 138, 140, 208, 212. 213 RezendeMartins, E. de: 25. 63
R.: I 06, I 16Leff. N.: 125 f\!urr,1.
Medina /.: 184,J.:185
Echavarría, 135, 142, 144, 147, Ortiz.
Q11t·11·<i,, E. de: hO, '!7, I 00R.: 220. 221 Ribeiro. D.: 162
E.: 'F, I 08 Lefort. C.: 79 :\!nd.1(C.:
153 1111,, 121 ()ues.1,Li, E.: 140 Ospina,L.: 70 Richard. N.: 216. 222
ki«, xr. 93, 125 Le Golf, .l.: 79, 253, 255, 256 Meinecke,F.: 59. 60 ()u,·s.1,Li, \!. 25 2 Ricoeur,P:203,205,255.256
clli. .\1. F.: 85, JI)() R.: 133 I (Blln.1p.1rr,·): 5 l
Mejía,'\,1p"lc,-,n Pacheco.
Lempériêre, A.: 254 Quijano.:\.: 144, 162, 24S C.: 219 Riva Agüero, J. de la: 249
, N.: 181 Lenin, V 1.: 126, 157, 158 '\.1p,,lc<.,n
Mellafe. R.: 108,Ill111 (Bll11.1p.1ne): 244 Pagden,A.: 254 Rocha. G.: 21 1
Iv!. L.: 74, 97, !OS, G.:
IU9,130110 P: 125.\!. de: 58
Meller.Nc1ss;rn, Palácios.
Lenski. 11.:lhcll. C.: LJ-, 'JS, 108, 110, A.:
112 245 Rocha, J. da: 60
uui, J. C.: 136,León. 137,C.: 18 133
l, 185, 206, Mello ]\."y ehri de:385
j,1, .\.L. de:
Souza, I Palma.
11.:lg(), M.: 7r,, SS, .!.6U, 262 G.: 126. 127 Rodó, J. E.: 130, 177, 179, 208, 211, 244.
20':i, 214, 229,León 245, 249, M.:
Portilla. 259 85 Nd,A.:U.: 181,
Memmi, 52 182, 183 249
R.un.1, :\.: 205. 20h. Pane,1.: 210, 212, 133 211, 214,
C.: 98, I 00Le Roy-Ladurie,E.: 106 i\"r.1,
Menem. C.: !':
237 -9 216, 21-. 219, 2211, Parsons. 2110 T.: 1 14 Rodrigues,J. H.: 57, 58, 59, 60, 61. 252
.: 25(, N1JJTh, 12""'
D.: 249
Le Royy Cassa,J. E.: 108 Merquior, J. G.: R.imfro. S. F.: 2h I Pécaut.D.: 254 Rodríguez,O.: 160
R. !VI.: 162, Léry,165, J. IM,de: 58 lh2
\li111.J.:[.: 106 Pedro
Meuvret, R.imin:z J\iec"c:hc-.1, H. · 1191:59 Rodríguez,S.: 208, 249
I, l, ll4, US,Lewis. 177,
C. 208, 211
M.: 125. 145 i':urk~c·,
Mignolo, W: 208, 212, 122.
R.: 121, 215, 125
221 R,un"s, .-\.: 1,s. 21t1 Pedro11:59 Rohde,J. M.: 252
hrhero, J: 219, 220 M. Y: 73, 74
Linhares. Míguez, E. J.: 116, 126 R,1 Ill()',, F_: ]l ', Peláez,C. M.: 125 Roitman, M.: 130, 141, 143, 152, 170
244 F.: 122. 123
lsrr.ida, E.: List. enA.:
Mijares, 138 .v. 121,
(,nncll. Re.1g.rn. R.: 2,1. 2,2Peça, S. dela: 171 Rolas,R.: 252
D.: 70, 119, Lobo.E.L.:73
120 Miller.o·(IZ:,mm.111.
254 F : 24·+, 2h ! RL·cfli,·lcl. lZ.: I S'i, 21 Pérez
,. 243,Brignoli,
24'i H.: 25, 72, 73 103, 110 Romero.F.: 252
.: -,. UO, 141. 149, 157,261
Lockart,J.: 249 S.: 171 v. 12'-. 12-
Mintz.O,ampo,J. Rrn, I I.: - 4 111. 171 Romer o,.l.L.: 120,202,249,250
A.: 65 Lopes de Sousa,P: 58 Miró Quesada, F.: 249!-. l: h I
0li\vir.1 \'i.111,1, R<'11iqul· . .J. L .. : 1 x2. Perón,
18, J. D.: 80 Romero,S.: 259. 260
F.: 25, 47 López,F.:56, 100,247 Mitre, (hpz,
B.: 56,R.119,
: l l) 140, 247 Rc\·cs .. ·\.: ,0, 2118, 249 PicónSalas,M.: 208, 249. 252 Roque Gondra, L.: 70
w,il,1, D. F.: 162 Molia.Ortega,!..:
1.: 73 125, I 2h. 2(,() Rn lllllck (. \X'.: 125Pierre Charles. G.: 162 Rosaldo,R.: 65. 183. 184
López Austin, A.: 261
R.: I 09, I I 0, I I 1. I I , MolhaOrm. F.: 120, 259 140, 208, 212. 21,
A.: US,
López Beltrán: 100 Enríquez, R,·1cmk \l:inins. F. Pinochet.de: 25, 6.lA.: 230 Rosenblat.A.: 108
Echnvarrf«, J.:López
135, de142,Gómara,
144, 14F.:
7, 29, 30 Ortiz.R:R.:
Monbeig, 114220, 2.!. I Rihcir", D.: I h2 Pinto,A.: 123, 124, 153 Rosenstein-Rodan. R: 121
López Gallo, M.: 120, 127 Ospin.1,C.:!..210.
Monsiváis. : -ll 219 R1cl1.1rLI. !\:.: 21 h. 222Pirenne,H.: 122 RosenzweigH., F.: 120
e, F.: 59, «o López Martínez: 98 Montesquieu, Ch. (Baron de La Brêde y de) . .!.'i),R.:
R1,1>ct1r, I': 2ll , . .!.ii) Pita 25h59 Rulfo, J.: 211
R.: l.l, Love,J.: 71, 162 l'.1ch,·c<>, C:.: 21 '! R1v,1 :\giiern, I. ,k l:i:Platt,249 T.: 177, 189, 190. 191 Rus, J.: 186
R.: 108, 111 l'.1gdrn .. \.: 254 Ro, iic1.' C .. : 2 i° I
E: 125 1':1L1cios, :\.: 24) R<>c:h.1, J. d.1: hll
ÍN DICE ONOMÁSTICO 329
328 HISTORIA GENERAL DE AMÉRICA LATINA

Wolf. E.: 171 Zambrano.M.: 243


Sábato,E.: 246 Suzigan,W: 99, 125, 127 Wrigley, E. A.: 104, 105 Zamela.M.: 73
Saco,J. A.: 108 Wunthnow R.: 130 Zapata,E.: 186
Taine.H.: 132 Zea. L.: 129. 248. 249, 250, 251. 252
Saignes, Th.: 190 Tandeter, E.: 72, 99, 190 Young,E. Van: 82, 83
Salas,J. C.: 133
Salinas Meza, R.: lll Taunay,A.: 60
Salomon,F.: 116 Taylor, A.: 126, 127, 195, 261
Salvador.F.V do: 59 Taylor,D.: 87
TenorioTrillo. M.: 201, 221, 239
Samper,J. M.: 36
Samper, M.: 73 Thayer Ojeda,L.: 108
Thévet, A.: 58
Sánáhez,L. A.: 139, 245
SánchezAlbornoz, N.: 108, 110, 115 Thiel. B. A.: 108
Santos.Th. dos: 162, 165 Thompson, E. ]Z: 74, 84, 254
Santos Vilhena, L. dos: 59 Tilly, Ch.: 106, 130
Sarlo.B.: 210, 219, 220, 259 260. 262 Tocqueville,A. de: 41
Toda;rov.T.: 220, 254, 261
264
Sarmiento,D. F.: ..56, 132. 133 135. 136, Tonnies.F.: 166
' I
1•

208. 246,259
I
Toro, F.: 30, 36, 132
329
Sauer.C.: 107 Torrado, S.: 112, 1 13
Torres-Rival,E.: 162, 170
g.rn. \\'.: '!LJ. I 2Sauvy,
'i, I 2- A.: 106 \\<.It. F.· 1-1
Tosta.V: ]32, 133, 137, 138, 139 /.rn1b1·.11w. \ !. · 24,
Schmidt.Welle,F.: 195, 213, 215, 216, 2]7, \\rr<>b .v.: J()4, j[)\
TovarPinzón, H.:1-. 110 .\1.· -)
\\ lll~iii",;<l\\, 1,. · ! rn
/~1ll1L'L1,
c. 1--1.· I,.?. 222
Trigo, A.: 209, 2131217Z220 /ap.1L1. F.· I,\()
etn. !:'.: -2. ')LJ.
Schmoller.
I 'JO G. von: 122
.iv, .\.: !ill Schofield,R.: 104, 105 Ttimer, F.: 107, 195, 254 /,·.1. I. 12'!, 24,. 24'! . .'.'ill . .'.'i I. 25.'.
m . .\.: 12h. 12-.Schwartz,
l'i'i, .'.hi S.B.: 116
lor, u. x-; Scott, J.: 257 Ugarte,C.: 120
Urrutia, M.: 93, 125, 127
.'.O I, 22 Assadourian,
rin Tnllo, \1. · Sempat I, 2 l'! c.: 72, 99, 115,
vcr Ujed,1, i.. I US lzó.17t,t90
Vainfas.R.: 86, 261
~cr. i\.: 5S Semper, M.: 73 Valcárcel,L. E.: 137, 185
l, B .. \ . I OS Shakespeare, 'Dç1;
21 1 Valleni[[aLanz. L.:]33, 138, 140
mp,"11, L. I': -4,Sierra,
84, 254 J.; 137, 140
. Ch.: I 116, I W Salva,J.:98, 260 Vergas,G.: 80, 25.9
Varhhagen, F. A. de: 60
Silvo
uc·\·ilk, .-\. de: 41 Michelena, J.: 132 Vasconl;e[os,J.: ] 37, 208, 246, 249
rci1·. T.: 2.'.0. 254 . .?.hi
n
Simonsen, R 70 120
Vasconi.T. A.; 162
11iL",. F.: I hh Simpson,L. B.: 107 Vaz de Caminha, R: 58
, F.: lil, ,h. 13.'.
.ido, S.: I I 2. I I!Gg"bn.:lh2s
l ó5, ó7, ós, 85, 248, 2óo VázquezPresedo,V; 126
Véliz. C.: 150, 172, 174, 250
CS-Ri1e1', F.: I h2,Skinner,
I '(I Q.: 254
1, v Ill. In. Soarez. IP. US. U'!265
L. E.: Vespucio,A.: 58
Viaies. R.: 129, 134, 147, 161
l'inzou. 1-1.: I Socolow,
1(1 S.: 100, 113, 260
A.: 129, 139, 143, 147, 148, ]50, Vidas de la Blache,R: 56
o,.\.: 211'!, 2 I l. Solari.
2 i-. 22() r A 59
Vieira.
n.-r. F.· I IF, I '15, 2.'i4 151. 152, 153, 154
Velar,R: 245
Sombart,W: 122, 123
Villalobos,S.: 119
nr«, C.: I 21J Somoza, J.: lll
I 27 A.: 131, ]46, 150, 153, 154.159,162
utia. \!.: '! ,, I 25,Sote[o. Villegas,J.: 87, 88, ]95, 251
Villeia. A.: 125, 127
1fa,, R.: Sh, 2h I ::::?,:T;:,B,njl
rc,·I. L. F.· I,-. I SS141
"', "-,"', "., Vovelle,M.: 79, 253
(: e N
Wachtel. 184. 187. 261
cnill:i l.anz , L.: I,,.
Spivak, I ,S,G.:1411
21 1, 257 Wallerstein, 1.: 49, 66, 130
e1,. (,.: SO, .'.SLJ Staden, H.: 58
79 Waltkins, M.: 127
h:1~L·11. 1-. :\. ,k: Starobinskt,.l.
hO Weber.M.: 73, 88, 122, 130. 140 144
:()ll~L"los, J· IF. Stavenhagen,
2(1S, 246, 24'!R.: ]50, 151 152. 153,195,249
Olli. T. .\.: I h!. Stein.B.: 65, 70, 71, 72
de Cam i 11 h.i, I': _,Stein.
S S.: 145 Westphalen, C.: 108
White. H.; 203, 205, 240, 256
quo l'resnlo. V · Stern. I 211 S.: 191, 262
Whitmore, Th. M.: 115
1. C: 150, 172, 1-4. Suárez 250Íííiguez,E.: 252 Williams, R.: 196, 204, 205, 257
c·io. A.: 5S Sunkel,O.: 71, 174
es. R.: 12'!, I '4, 147, J1,J
BIOGRAFIAS

Bízzzd,
À4. (Holanda). Es doctor en Historia y Antropologia por la Universidad de Utrecht.
Profesor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Amsterdam y director del Cen-
tro de Estudios y Documentación Latinoamericanos (CEDLA) en Amsterdam. Autor de los
libras siguientes:Peízsíz?z]s
a d Zoóacco/ ]#e Domfnfcan Repz/b/!c,] 870-í930 (Knoxville,
1995); Efnic]dad como esfrafeg]a en 4mé fca Lízfz/zay e/ Carfbe (Quito, ] 996); //zle/ecfzfa/es
y szís afoPüs. Ind@enlsmo y /a /magfnacfón de Ámé fca l,.zfzna (Amsterdam, 2003); (con
Rosanne R.utten) Popular Intellectuals and Social Mot/emetits: Framing Protest in Agia, Afri-
BIOGRAFIAS ca, .zndLaff/z Ámerica (Cambridge, 2004).

Correr'z Damas, G. (Venezuela). Profesor titular 111,jubilado, de la Escuela de Historia de


la Universidad Central de Venezuela (UCV). Fundador de las cátedras de Historia de la
Historiografia Venezolana,y de Teoria y Método de la Historia. Se ha desempenadoen
las CátedrasSimón Bolívar de las universidadesde Cambridge y de Colonia. Ha publicado
másde 35 obras personalesy otras más en colaboración con otros autores. Ha sido emba-
lador de su país en México, Suiza, Colombia y República Checa. Es presidente del Comité
Científico Internacional de estacolección de Hfsforfa GeKe7'a/deAmor/ca Laf//za (HGAL) y
miembro del Buró del Comité Científico y colaborador de los oiros proyectos de Historia
de la UNESCO. Entre susobras destacan:SímózzRodr@zlez, bombre de ires seg/os(Caraças,
H,111d, M. (Hol.md.i). h doctor en Hisroria 1 :\ntrnpologfa por Li Univcrvidad 1971\; Unadenación Utrecht.llamada Venezuela= procesosociobistóricode Venezuela(1810-1974)
Profesor de Fsrudio-, l.arinoamcric.uios de la Univcrvid.id de Amsterdam (Caracas, 1980);
y director dcl Me/zezz/e/a,
Cen- Proyecfo Nado/za/ y PoderSacia/ (Barcelona, 1985); Hlsfof/a
tro de Esrudios v Documenr.icion latino.uucric.inos (CEOL:\) en Amsterdam Confemporá/zea
.. ·\11tor de
de Venezae/a:
lo, bases melodo/ógicas (Caraças, 1996).
libr.», siguientes: I'ca s.ntt» c111d 7i,lh1au i11 tin: /)()}11i111C,111 Re/>11/i/1c. I 871!- I 9.W (Knoxville,
I 9'J5): Lt nici.l.ul cr1111" cstr.itcgi« e11.'\111Jricc1 I.c1ti11c1 :v el Carih: (Quito,
Cortês Conde,
I '196); R. u.tlcs
lnt clcct (Argentina). Cursó estudios de derecho, sociologia, economia e historia
en la Universidad
1· sus ut opi.i«. l11dige11i.<1110 v /<1 i111,zgi11<1cici11 dt' /vncrica L1t111c1 (Amsterdam, 20(U); de (conBuenosAbresy en atrás universidades. Ha sido Robert Kenedy Pro-
Rosanne Rutten) I'r>/1/1/,ir lnt cllvrt u.ils .ind Soci.rl Alr!l'c111e111s: Fr,1111i11g fessor parai11los
Protest A(n- latinoamericanos en la Universidad de Harvard y Visiting Professor
estudios
Asi«,
ca, and J,,1ti11 A111eric.1 (Cambridge, 2004). en la Universidad de Chicago (EE UU). Ha sido presidente de la Asociación Internacional
de Historia Económica (AIHE) y es miembro de número de la AcademiaNacional de His
Czrrcr,1 D,1111c1s. c;_ (Venezuela). l'roft:sor tirul.ir !IL 1uhihdo. de l.t toda de de
Escuel.1 la Argentina.
Hist or i.i Lit:Trás ser director del Departamento de Economia de la Universidad
de San
Li l l11i11.:rs1clad (L·mrcil de \ L'lll°/.Uel.1 (LlC\'). F1111d.1dorde I.is c.iteclr.1s
0 cit- Andrés
Hisrori.i(Argentina)
de Li fue elegido profesor emérito de dicha institución, en la cual
H 1storiugrafL1 Venewl.rna, 1· de Tcor i.i y ,'\ kt<ldu de l.i H ist ori.i. Sc sigue
h.i desempeóándose
desempcn.ido en actualmente. Dentro de sus obras destacan: Di/zero, Dea(&zy Crfsls.
Lis Carcdr as Sinum bolfvar de I.is universid.idc-, de C..unhridgc I de Ez/o/ucfózz
Coloniu. H,1 risca/ y Fina cfera de /a .4rgenfz a 7862-í980 (Buenos Abres,1989); 1,a Eco
puhlic.ido
rn.i» de t~ obr.i-, pcrsonalc. 1· otr.r-, m.is en col.ibor.u.iou con otros autores.
lzomü Área/zHu sidof a crnb.t-
e e/ Largo P/azo. rSíg/osxlx y xx) (BuenosAires, 1994); (con M. Bordo,
J:!dor de su p.11s en Mexico. Su1z.1. Colombia v Rcpuhlica Chec,1. Es:d.] Transferting
prcsideur« Wealtbó' Powetftom tbe Old to tbe New Torta - MonetarTand Fiscal
dcl Comire
Cienntico Inrcrnacion.il de csr.i cokcci,in de Histon.i Ccncral de :\111,'ricc1 /nsfffz L1ti1111 (HCAL)
fio/zs i?z fbe ] 7fbv fbrozzgb fbe ] 91b Cenfz#ries (Cambridge, 200] ) ; Hfsforla Ecofzómlca
rnieml-r o dcl llun"i de! Cornirc Cicnt itico \' cohhor.idur de los ot r o-,Mundial.
pr ovccto-,Desde el Medioet/o basta los tiempos contemporâneos (BuCHosAbres, 2003}.
de Hi-toria
Lk la LJ!\ESCO. l.ntrc SUS ohr.ls dcsr.ic.in: Si11Hi11 Rudrzr;uc. hcnnlnc de Ires s1glns (C.1r,1c:1s,
I 9~I): U11c1 nae ion I la111,1dc1 \ 'cnct uc] a: proccs«. sociohistcinc«, de \,:11e;:11clc1 ( I 8 I 0-197 4)
(C1r:1c:1s, I 'ISO); vcncruela. Provect o Naciu11,il y I'odcr Social (Barcelona, 1985); Htst oria
332 HISTORIA GENERAL DE AMERICA LATINA BIOG RÁFIAS 333

Cof/e6 .r. (Perú). Ha desarrollado sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de.San /%rez Br@?zo/l,H. (Argentina-Costa Rica). Se educó en la Universidad de Buenos vires y la
Marcos de Lima (UNMSM-Pera) y en la Universidad de Burdeos (Franzia). Es sociólogo Universidad de París, y obtuvo un doutorado en historia en ] 975. Ha sido profesor en la
y científico político y especialistaen temas de educación en medio rural. Ha sido profesor Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional (Heredia, Costa Rica),'y en la actua-
visitante en varias universidadeseuropeasy norteamericanas.Fue director del Instituto de lidad es catedrático emérito de ambasinstituciones. Ha sido profesor visitante en las Uni-
Estudios Peruanos (IEP) de donde seguesiendo investigador principal. Se desempefíaactual- versidadesde Minnesota, mexas(Austin) y Wisconsin (Madison), y en varias universidades
mente como Profesor de la UNMSM en Limo. Entre sus principales obras figuran: C/ases, de América Latina. Ha recibido bebasde investigación del programa Fulbright, el Wilson
Estado y Nacfó/z e/ze/ PeM (Lama, ]978, 2005); Po/íflca y Soc/edadefze/ PpM; C.zmbfos Ce.nter(WashingtonDC), el DAAD (Alemania) y la Solomon Guggenheim Foundation. Ha
y co/zfí/zzzldades (Lama, 1994), Drogas y po/íffca e/z e/ Pera: /a co/zexió/z /zorfe.onzeicana publicado ll libras y más de 60 artículos en espaóol, inglés, francés, italiano y portugués.
(Lima, 1999); (con R. Grompone) E/ F /imodsmo: Ásce/zso y cada de zz/z ré©íme?z .zwlod- Obras principales: (con.C. F: S: Cardoso) Los nzéfodos de /a blsfoHa; f/zfroduccfó/z a /os pro -
fízrío (Lama, 2001). )lemas, métodos T técnicas de la histeria demográ$ca, económica y social (Ba ceXana, X976à
e Hfsforia eco/zómlca de Ámérfc.z Lafin z (Barce]ona, ] 979); Breu,eblsforla de Ce/zfroamérlca
K/ei?z, H. S. (EE UU). Se desempefia como Gouverneur Morris Professor de Historia en (SanJosé de Costa Rica, 1986, varias reediciones y traducciones al inglés y el italiano);
la Universidadde Columbia y es al mismo tiempo director del Center for Latin Ameri- !3reueblsf07'fízconfempor.ífzea de Costa nca (San José de Costa Rica, 1997); '(con Carolyn
can Studies en la Universidad de Stanford. Obtuvo su dip]oma de PhD en ]a Universidad Hall) llisfor/ca/ Áf/.zs o/' Ce/irra/ Ámen'fca (Oklahoma, 2003). '
de Chicago (1963). Es autor de más de 17 libros y 145 artículos sobre América Latina y
sobre asuntos de historia económica y social. Destacan entre sus obras los siguientes estu- Reze/zdeMarfins, E. de (Brasil). Doutor en Filosofia por la Universidad de Múnich (Ajema-
i Ii
dios comparatistas sobre la esclavitud : .4frfc.z S/az/eryf?zL.zff/z Ámerfca íznd fbe Carfbbea/z 333 de Teoriay Metodologia de la Historia y de Historia Contempo-
nia) en 1976. Profesor
(Oxford,'1986), Tbe Af/a ztic S/at,e Zr zde (Cambridge, 1 999), y (coautor) S/az'ery .zfzd fbe rânea y de las Relaciones Internacionales en la Universidad de Brasilia (UnB), desde 1977.
l'ni, crsrdad t'bcional
Ecofzomy\h1 or de
o/São S.rn 1750-] 8SO (Stanford, 2003).Pere;
Paw/o, /Jr:g11u/i. f-1. (:\rgcnt111.1-( '"t.1 Rica). Sc· c·clrlc'c> en L1 L1rn1·n,id.1,ICoordenador
Es autor también de varias obras so- ck Buenos del Núcleo
Ai1·cs ,. Li de Estudios Europeos del Centro de Estudios Avanzados Multi-
d tk Burd,o, bre (Fr.mci.i). h ,oci,.,logo
la historia de Bolivia, entre las que se pueden citar: Hacíe/idasck
l inil'ns1d,1t! arzd Áy//zls;
l',u·i,. Rzzra/Socfefy
1 1Jht111·" un docror.ido cn hi-rori.. en I LJ~S. disciplinares Ha s1do prufrsor de la en Universidad
Li de Brasilia.'Coordenadordel Grupo de Trabalho .;reoría.
°>11 en mcdi» rural. f/z fbe H.1
Bo//z,ia7z .Andesi fbe ] 8fó a/zd19íb Ce/zfz/rias
,1do proks<lr l (Stanford,
,n11·n,1d.1d1993) ck ( 1 "l.ly Á l{lc'.l
Co/zclse I Li l
Hfstory
1ni1nsi,Lid
\J,1c1()11.1l (Hercdi.i, Cnsr.1 Metodologia
Ric·,11. 1 eneJ,Historiografia»
1 acru.i- de la AsociaciónNacional de Historia (ANPUH, Brasil)
e nc.m.is. hie dir o/'crr lnsrirur« de 2003). Ha publicado también
or de! (Cambridge,
Bo/fz/fa lidaJsobre diversos temas
c·, c·,nc·dr.inc,, c·mcriro financieros
,k .uub,i-,y invtitucionc-; I-Li sid" prnleS<>r, J.efedel Grupo
1,ir;rn~c en L1,de Investigación
Uni- .;teoria, Historia e Historiografia» del ConsejoNacional
t1g.1dllrprincipal.demográâcos.
Sc· dc,c·mpc·f1c1.icru.il- vcr-id.ul.-, de \!1n11,·'<n.1. ·k:u, (..\usrin) 1 \\'i,c·o11Sin (.\Lidi,on). v de vn Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq). Ha publicado recientemente:A proposílo
I .ui.r- 11n11·crsidades
,11, princip,de, ohrus tigur;rn: C/,1,,·s. ,k :\111cri~·,,1 l.arina. H.1 rt'C1h1dn hcc1, ck 1n1 e,rig,1ci,in de! p1·ogr,1111;1 da Soda/-Democracia
hilhrighr, el Wil,on(Brasilia, 1997) ; Re/anões/nfer7zacforzals;Cw/fura e Poder'(Brasilia,
litic.: Y \(!(ictl.ulMa/erga,
en cl I'cr«: C111ilnos
/. (Brasil). Doutor en Historia por la Universidad de São Paulo
Cxnrn (\\.1,llll1gt<>n (1997).
ll(). Ha sido
el ll.\,\!) (.\km:rni:1) v l.r Solnnwn (,11ggcnhc·1111 2002, reed. 2006) ; (org.)
lound.uiou. Ha Re/anões /?zfernac/o?z z/s; Wsões do Br.zsí/ e da Ánzer/cíz l..zfi/za (Bra-
cl Pen): /,1 concxion
profesor nortdec.uncric.rn.:
la UniversidadEstatalde Maringá (Departamento puhl1c.1L!" I I de Historia)
lihr.», 1 111;1, y ,ledesde no- rn c·,p:111.,I,ingJ,:,. lr.rnc·c's.
(,II .u nculo-,
silia, 2003) ; (org.) Àfemor/a, /densidade e Hisforiogra/ía
it:1!1.111" v P"rtugm',. (Brasilia, 2004).
\sce11su \' ,·,1/,l,1viembre de 2004
de 1111 rcvinicn .rut1oon-es en la Universidad Estatal Paulista
()hr.is Julio k"n(.
de Mesquita (UNESP).
priruip.ilc-: Ha I.us ntct cnl.»: de l.t ln.<llin.1: 111tr,hi11(tir511,1 Ins pru-
I·. 'i. l ·.1rd"'")
sido Visiting Fellow (enero-junto de 2003) del Consejo !1/em,1s. 111,·tud/Js
Nacional 11'011(,IS de Científico
de1'Desarrollo /,1 bist ori.r denwgr.i/i(,I, ('C()l/()lllic.1 .\' soct.t!Scbmídf.We//e, E J(Alemania).
(B,11·,·clo11.1, LJ7(,) Obtuvo su maestríaen Literatura Latinoamericana Compa-
y Tecnológico(CNPq) de Brasil, en el Centro de c·Estudios l-f15tuu.1BrasileÃos
,·,-, ,11/)1111(,1de ,le la
:\m,'nc.1
Universidad rada edeHistoria
l..11111.1 (l\,ircclll11.1. I LJ-LJ): !Jrc1 c l.1istunc1
1
en 1988 .y su doctorado en Literatura Latinoamericanaen 1993, por la
Cc11tru,1111,;n(t1
·ur ,\l,lrrr, Prnfcss"r
de Oxford de Hivrori.;
(Gran Bretafia),cn donde ha desarrollado('i.rn I.,<· ,k C,»r.1
un proyecto de investigación
Rk.l. I '!SU,, 1 .ui.i-,la rc·nlic1t1llc', 1 ri·,1ducci"11,·, Universidad
sobre .1! rngl,:, v clLivre de Berlín. Ha sido profesor de Literatura Latinoamericana. Literatura
it.rii.mn},
dirccror de! Center for l.atiny t\111n1-
historiografia la política de emancipación brasilefía. IJr,·1·c l.'1_,f,,n.1 ,,,11t,·111; ur,111,·,1 ,I,· ( ost.: /,1c1 (::i:rn J<,<· de' (<>st;1 Ric.i, I '!'i-); .(con (,uoh n Alemana en las UniversidadesLebrede Berlín. Nacional Autóno-
Ha sido tambien 1 Visiting Professor Comparada y Literatura
11 diplo111;1de en PhDla cu la Univcrxid.«!
Universidad de Georgetown (USA).Forma parte H:111) /-/1.,f1m(c1/
del comité :\ti,'-' r,jCc11/r,i/
editorial de la revista :\111cnu
Dfá- (Ok l.rhum.r, 200\). ma de México, Autónoma . de Nuevo León (Monterrey) y la Universidad de Guadalajara.
l-lS .unculo-, ,ohrc /egos.:\1m:ric,1
Ha publicado: L,irin;i Á \. MelgalJfslóHcz:Zeorfíz,Mefodo e H]storfogra/ia. (Campinas, ] 996); Desdejulio de 2000 hasta la fecha es investigador en 'Literatura y Estudios Culturales en
.u: cnrrc ,us obr.i-, lo, ,1g11icnrc·s
O Brízsí/ /mperia/ ,·stu- (]808-í889) (Maringá, ]999); (con Rc;cndc C. F. L
.\1~1'1111s.
S. Cardoso) de Representações: el Instituto lbero-Americano Património Cultural Prusiano de Berlín. Es autor o editor de
(Br.i,il). ll"cror ,·n Fil,hofi,1 P"r l.1 Ll1mnsid:1d ,k \lt'I11ich (.\lem.i-
los siguientes libros: (ed.) W2/des/br.zdies-Role/ ó//e. Das B//d À4ex/Êosi# Liferczf r afia
/11 L1ti11 1\maic<1 ,111d t/.,c C.m/Jh,·.111
contribuição a um debate transdisciplinar (Campinas, 20001;
n1.1) t'll I 'A 1 h.corte no exílio.
l'rritc·,01· Cit/ilização
ck Tt·"rf,1 1 :\kt<>clologi.1 ,k l:1 H1srori,1 1 de Hi,tori,1 Conr,·mpo-
c, I LJ9LJ), ,. (co,1utor) \l,11
1 i'I')' .111,l thc
e poder no Brasa/ às z,ásperasda ]?zdependê/zela (] 808 r.rnc·;1
a 782])1 de l.1, (São IZcL1c1011e,
Paulo, 2000); «Esboço ,·11 l.1 Unrvnsidad ,k lk1sili,1
lmern.1cionalc·, Ff/m(linB),
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LJ'7. 1992); Sf/ámen Áer/zerWe/len. Reco/fumas zíndHezerogenllãf
Es ,rntor umhi0n crítico de da
1:1ri,1s
recente ohr:1,historiografia
so- sobre Independência do Brasil (desde
Coord111;1dor c. 1980)»
,kl :\Jr'1cle<J (Oxford,Furopc·os de! (cnrro dt' Fsrud1"s
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: /-f.1cic11d.1s ,111d :hi/us:
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Tr.1h,dlw]atinoamericanos (PIttsbutgh , 2002 ); {ed.) Ficciones y silencios fandacionales.
(St,rnford, 1'!93) 1 A Concise f-list"ry \krod"l"gi.1 e H1srorillgraffa .. ck la .\,oci.1ci,in i\:icional de l-11srm1a (,\Nl'Ul-1, Brcisil). L/fer.zfz/ras y cz{//aras Fosco/o/zfa/es e/z Ámér/ca Z..zf/na (szg/o XH](Madrid y Frankfurt am
·n sohrc di versos rcm,bE tin,rncinm
Magro, (Francia, 1921-2001).I !ck ,lei
Especialistaen historia económica
(,rnpo de e historia de Brasil,
l111c·srigaci,,n dis- Hi,rori.1 t' 1-lisroriogr;1tia»M.ain,
.. Teorf.1, de! ( .2003
onsejo}\ (ed.}
N,1cion:1lGuillén, ValEejo, Drummond de Andrade: t/angüardia - compromiso -
cípulo de Fernando Braudel y Ernest Labrousse. Fuetic Dcc,;irroll,,
profesor en lac·il'nritic·,,
Universidad 1 T,·cn,,1,-,giu,
de Toulouse (( .;'\;l'q). H,1 puhl1c.1d,, rc·ucnrcmt·me: er/z/c/dczd/pangzzardz
:\ fm,/>t>Slln - compromisso - ef/zfc/(tida (Berlín, 2004).
(1953-1967)y luego en la Universidadde ParasX,l.1(Nanterre) y en el Institut
.\,,n,il-ne1110,·1,ft'1.1 I'!'!~), l:/.,·l.10-,c:e /11i<'m,1ci"11.1is: C11/t11r.1 ,· f'u.lcr (Br.isili.1.
des Hautes
(ilr:isili.1.
nsid.1d de Sjo Etudes 1'.rnlo ( deI LJLJ~). H,1 s1d" Latine (IHEAL, París111).Durante
I'Amérique más 2111)h);
20112, 1·c·c·cl. de tres(mg.) décadas fue uno
l\,·l,1(1i,·s /11tl'ln,1111J11,11s:
de menor/o
\'1.sr,,·;du /lr,1-,i/ ,· d.1 :\111cnc.1Zrl//o, M. (llrci-
/..1/111,t (México). Obtuvo su título de doctor en Historia por la Universidad
,1rt,1me11t" de los líderes más
Hist\lri,1) \' cksde connotados
no- de los estudios sobre América Latina (,,rg.)
,1li.1. 20111); en la universidad francesa. ,· / listori,1gr.1/i,1 (Br.1silu. 2004).
.\1,·111,m,1. !,lrntid.1dc de Stanforden 1992. Es profesor de la División de Historia del Centro de Investigación
li'1:l Julio de \ksquiLl (llNFSI'). inc[uyen:
Sus publicaciones I-Li ].e Porfzíga/ef /'Zf/anf]q e zz/Xv]/e sfêc]e, ]570-1670 (París, y DocenciaEconómicasde la Ciudad de México y del Departamentode Historia de la
jo Nacirn1.1l de1960); Desarrnllo Cic·nritic"
L'expansão/z ezíropée/z/ze, ]600-1870 (París, .\,-/n11ii/1-\\,,ff,·_.
1964); Des produffs I. (.\lc-111.rni.1).
et desClhru1·" óommes; Universidad de (,1111p:i-
,u 111.1cstri.1 ,·11 l.ircr.1t11r.1 l.Hillll;1mnic·.111.1 mexas,Austin, en EE UU. Entre sus obras destacan las siguientes: Àlexlco aZ
E,rudios Br,1,ilciios estais Li l lnin-r,i,Lid
debistoriques !atino-américains XVle.XXe siêcles r.1da(Paras, '19721;c·n
c· I lis1"rr.1 La I uie
LJSSquotidienne
1 ,11 ,lllct<>rc1L!o au c·n l.itc1·,nur,1 L.1t1no.1111eric,111.1 lbe Wor/d's lüirs;
c·n I LJLJ \, l'"rCr.z/tfng
l.i a Moderrz Nafíon (Berkeley, Los Angeles, 1996); Árgzíclasde /a
un pron·cro de Binve,tig.1cic'in
ésf/ a fempssohrc de cedro J;1 Sega/zdo l inivcrs1d.1d
(]83 Z-]889) (París, 1980); Hfsfofre lihrc· d,It- caP Berlin. (París,1-1.1 199]);
,ido pruk,"r ,k l.itnatur;i l..ninua111nic,111,1. üfsfor/a (México, Buenosvires, Barcelona, 1999); De cómo {gfzorczr(México, 2000) y E/
l.itn,nur;1
. H.1 sid" t;1I11hic·nademás Visiting
de una Professor
gran cantidad de artículos sobre temas de historia urb.ZKzsf.z (Méxlco, 2004)
( <>111p.1r,1d.1 ,. Leconómica e historia,·nlati-
llLT.Hllr.l :\km.111.1 l.1, l l1m ns1d.1clc·, I.ihrc· de Berlin, N.1cio11al :\rir<>IW-
de! comitC· ,·dirnri;1J de Li rc1·isr.1
noamericana. Fue fundador
/)/,i- de la revista Cízrczz/e//e,e investigador
111.1 ,k \k"c". del CNRS. ,k :\!In·" Lt·,·,n (.\["nrnrc·,·) 1 l.1 l 1n11·c·r,1cl.id ,It- Cu.1d.d.1j.ir.1.
:\IIr,·,11l>n1;1
u c f-listnringr.1fi,1. (Cc1111pin,1s, I LJLJh): llt-,d,, 1ul1" ,k .211111) h,1sr.1 l.1 f,·,h.1 t'S i111,·,rig.1dor t'll l.itn.ltllr.l \ E,rud10, (ultur.dc·s en

°'"
nn C. F. S. Cirdoso) Rc/>resc11td('(1t's: c·I lmri1ur" lhno-.\nrnic.rno l'.irrnnoni,, (ulrur;1J l'rmi.rno de lkilin. Fs .lllt"r u editor de
2000): A d>rtc 110 cxiliu. Ci1·i/1;11r,iu Im s1g111,·mc·, lihr"': (nl.) \\i/,1,·s /;ir,i.li,·s-/,otc IIii/le. !Jild .\lcxi/.:"-' /11 1.itcr.1/11r 1111d
S .1 1821) (S.io !',ml", 2000): "F,l1<1c,·o
334
HISTORIA GENERAL DE AMÉRICA LATINA

,- l'.,J f\.'\i ,\ r - · r~ :\ : i l'j .:

Universidad Auronorna de Barcelona en


Univcrsidad de Ctlsta Rica en Lis .ircas
ural v cstudios soci.iles de la cicncia, la
Posgrado Ccnrro.uncr icuno en Hisrori.i
cionc« Historicas Jc America Central,
os siguie nre, lihros: Despucs de/ enclave.
7-19.50 (San Jost' de Costa Rica, I 998)
de Hisroria, 1998); Fl Colcgi» de Far-
c11 Costa Rica. l 902-2002 (San Jose de
200.l); (cd.) Pobrc;« c liist ori.t e11 Costa
s socialcs de/ siglo xvit ,1 I 9 ',() (San Jose

nsamienro Argentine y l.atiuoamericuno


ucric.mu de Li Univcrvid.id de Buenos
1 en Li m1s111c1 Universid.id. Se ha dcsem-
la Rcpuhlic.i Argentina y ha parricipado
Li cienci.i y la tccnologia. en su pais y el
cert.imenes, ha recibido la medalla Aris-
se pucdcn dcsracar: A1odelos cducatiuos
84); la cteuci.t y la idea de progresc. e11
cion y ed11c<1ci611 superior e11 Histiano-
<1ri,1t,'1;11i y ot ros cnsayo: (Buenos Aires,

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