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LAS FACULTADES MUNICIPALES EN LOS ESTABLECIMIENTOS DE

UTILIDAD NACIONAL
Año 2005 / N° 1 / Pag. 313 /

Autor
 Ábalos, María Gabriela

Sumario

I. Introducción. II. Los establecimientos de utilidad nacional. 1. Conceptualización. 2. Constitución Nacional de


1853/60: el artículo 67, inciso 27. 2.1. Tesis interpretativas. 2.2. Criterios de la Corte Suprema de Justicia. 3. La
sanción de la ley 18.310. III. La reforma de 1994: la autonomía municipal y las potestades locales en los
establecimientos de utilidad nacional. IV. Nuestra opinión.

 I. Introducción
  II. Los establecimientos de utilidad nacional
 III. La reforma de 1994: la autonomía municipal y las potestades locales en los establecimientos de utilidad
nacional
 IV. Nuestra opinión

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LAS FACULTADES MUNICIPALES EN LOS ESTABLECIMIENTOS DE UTILIDAD NACIONAL

I. Introducción 
Advertimos que el tratamiento de la problemática en torno a las facultades municipales en los establecimientos
de utilidad nacional exige adentrarnos, primeramente, en esbozar una conceptualización de este tipo de
establecimientos, para luego detenernos en la determinación del alcance de las atribuciones del Congreso, antes y
sobre todo, luego de la reforma de 1994, y así finalizar con el análisis de las facultades del municipio y sus
limitaciones. 
Se pone de manifiesto que el tema en sí constituyó una cuestión de largas controversias tanto en la doctrina como
en la jurisprudencia, ya que, como bien afirma Rosatti, la interpretación de la norma contenida en la última parte
del antiguo inciso 27 del artículo 67 de la Constitución se encontraba influenciada por las vicisitudes propias de la
historia institucional argentina antes que por principios jurídico-políticos claramente establecidos [1]. De esta
forma, se hizo constante la interpretación extensiva y la aplicación centralizadora de esta disposición,
coadyuvando a hacer más unitario nuestro sistema. 
En el presente trabajo intentaremos analizar sintéticamente las distintas posturas sostenidas a raíz del texto
citado, y en especial nos detendremos en el alcance y contenido de las potestades municipales en dichos
establecimientos a partir de la reforma constitucional de 1994 que incorpora los nuevos artículos 75, inciso 30, y
123.

II. Los establecimientos de utilidad nacional

1. Conceptualización 

Advertimos que tanto en el viejo inciso 27 del artículo 67 de la Constitución Nacional como en ciertos fallos
jurisprudenciales y en buena parte de la doctrina encontramos, en general, la enumeración casuística de los
establecimientos de utilidad, en lugar de una definición más o menos abarcativa de los mismos.  
Así, para el inciso 27 mencionado son establecimientos de utilidad nacional las fortalezas, los arsenales y los
almacenes, mientras que la Corte Suprema de Justicia de la Nación incluye a los cuarteles  [2], los puertos [3], las
penitenciarías nacionales [4], los asilos de inmigrantes [5], los aeropuertos internacionales [6], los aeródromos
nacionales [7], las escuelas nacionales [8], las agencias federales de impuestos [9], los parques nacionales [10],
las universidades nacionales [11], etcétera. 
Por su parte, en la doctrina, Ekmekdjian, por ejemplo, refiere que es posible distinguir dos categorías de
establecimientos de utilidad nacional: a) los establecimientos militares (fortalezas, almacenes, arsenales, etc.), y
b) los civiles (universidades, escuelas nacionales, puertos, aeropuertos, estaciones ferroviarias, canales
navegables, etc.), siendo que en los primeros, advierte, la jurisdicción del Gobierno federal es exclusiva, sin
injerencia alguna de los poderes de la provincia en cuyo territorio se hallan, mientras que en los segundos, los
criterios han sido disímiles [12]. 
Sabsay en cambio los define como los lugares adquiridos por la Nación a fin de dar cumplimiento a determinados
objetivos relativos al interés general de la población, enunciando algunos como puertos, parques, organismos
militares, usinas hidroeléctricas, entre muchos otros organismos y funciones [13]. 
Haro refiere que un establecimiento es de "utilidad nacional" cuando se lo establece para conseguir objetivos
(fines) expresamente encomendados por la Constitución al Gobierno federal, y agrega, citando a Bidegain, que es
importante determinar esta finalidad sobre todo respecto a aquellos lugares que ocupan áreas extensas en las que
se realizan actividades particulares no vinculadas directamente con la actividad del establecimiento, como en los
puertos de La Plata, Rosario, Santa Fe, donde se realizan actividades industriales y comerciales, entre las cuales
tuvieron mucha importancia los frigoríficos, elevadores de granos, etcétera [14]. 
Agrega con acierto que es importante establecer los "fines específicos" de estos establecimientos, porque a partir
de la reforma de 1994 constituyen el límite de la legislación nacional aplicable a ellos y también determinan el
ejercicio de las atribuciones conservadas por las provincias y los municipios que de ninguna manera podrán
interferir en su cumplimiento [15]. 
Manili, por su parte, refiere que la definición de estos establecimientos guarda similitud con la ley federal, siendo
"aquellos espacios ocupados por edificios, dependencias, instalaciones o dispositivos destinados a poner en
ejercicio las competencias que la Constitución Nacional coloca en cabeza del Gobierno federal" [16]. 
Coincidimos con este autor en cuanto explica que todas aquellas funciones o atribuciones que hayan sido
delegadas al Gobierno federal en el texto constitucional y que requieran la ocupación de una determinada porción
de suelo, constituyen un establecimiento de utilidad nacional, sea que en él se construyan edificios (tribunales,
agencias de impuestos, escuelas, hospitales, universidades, etc.), se instale otro tipo de dispositivo (yacimiento de
hidrocarburos, puertos y aprovechamientos hidroeléctricos), o simplemente se deje el suelo tal como está
(campos militares o parques nacionales) [17].

2. Constitución Nacional de 1853/60: el artículo 67, inciso 27 


El artículo referido confería al Congreso en el inciso 27 la facultad de "ejercer una legislación exclusiva en todo el
territorio de la capital de la Nación, y sobre los demás lugares adquiridos por compra o cesión, en cualquiera de
las provincias, para establecer fortalezas, arsenales, almacenes u otros establecimientos de utilidad
nacional" [18]. 
En torno a este texto se discutía, en primer lugar, cuáles eran las facultades atribuidas al Gobierno federal en los
establecimientos aludidos en el inciso; es decir, si lo otorgado era la capacidad de legislar o si también
comprendía la administración y la jurisdicción federales; y, en segundo lugar, se disentía sobre el quántum de
estas atribuciones. Esto es: si la jurisdicción federal en dichos lugares anulaba todo otro poder jurisdiccional,
legislativo o administrativo concurrente (provincial o municipal), o si, por el contrario, podían coexistir distintos
estamentos públicos para el tratamiento de diversas problemáticas. 
En términos generales, entiende Rosatti que la cláusula que analizamos había funcionado a lo largo de nuestra
historia constitucional como una norma de depósito para justificar la aplicación de la ley nacional en desmedro
de las potestades provinciales y municipales, aun en aquellas cuestiones no alcanzadas por la competencia
material delegada por las provincias a la Nación [19].

2.1. Tesis interpretativas 


La interpretación del artículo comentado ha sido muy controvertida y ha revestido gran importancia, ya que
involucraba aspectos relacionados con nuestra forma de gobierno, las autonomías provinciales, el poder delegado
a la Nación, las relaciones entre el Estado federal, las provincias y los municipios, etcétera.  
A modo de aclaración, destacamos que en este tema se registran considerables cambios en la doctrina y más aún
a nivel jurisprudencial [20]. Teniendo en cuenta lo expuesto, es posible sistematizar los criterios adoptados en las
tesis siguientes.

a) Tesis extensiva o exclusivista de la Nación 


Según este punto de vista, el artículo 67, inciso 27 de la Constitución confería al Congreso una atribución
exclusiva de legislar, administrar y juzgar en los lugares a que se refiere la norma, sin que pudiera admitirse
ningún tipo de concurrencia de los poderes provinciales. Sosteniendo el criterio apuntado se han formulado
distintos argumentos, de los cuales podemos citar a modo de ejemplo:  
a.1. Según Joaquín V. González, el ejercicio de la "legislación exclusiva" por el Congreso equivalía a "jurisdicción
exclusiva" de las autoridades nacionales. De esta forma, tal atribución privaría a las provincias de toda potestad
política sobre los lugares cedidos o vendidos a la Nación, y sus habitantes dejarían de ser vecinos de la provincia y
de ejercer derechos civiles o políticos bajo las leyes de la provincia cedente o vendedora  [21]. 
a.2. Cuando dicha norma descarta la posibilidad de concurrencia jurisdiccional, lo hace sin distinguir que se trate
de "fortalezas, arsenales, almacenes u otros establecimientos de utilidad nacional" [22]. 
a.3. El consentimiento formal y expreso de las Legislaturas provinciales en los casos de venta o cesión de
territorios sólo lo requiere la Constitución para los destinados a la capital de la República y a la formación de
nuevas provincias con otras de las ya existentes (arts. 3° y 13); en el primer caso, se trata de la federalización de
un territorio, y en los demás, de desmembraciones políticas, supuestos distintos a los contemplados por el
artículo 67, inciso 27 [23]. 
a.4. Además, corresponde señalar que si la Constitución Nacional ha reservado al Gobierno federal la potestad de
legislar, que implica la de administrar y juzgar en los lugares afectados a establecimientos de utilidad nacional en
las provincias, resulta inadmisible que éstas puedan ejercer en ellos la misma jurisdicción [24]. 
Al respecto, entiende Manchini que la interpretación extensiva encuentra su más amplia expresión en el fallo de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación en autos "Hidronor SA Hidroeléctrica Norpatagónica SA c/Provincia
del Neuquén" [25] (4-12-80), por el cual se declara la inconstitucionalidad de la ley 769 de la Provincia del
Neuquén, en cuanto dispuso la creación del municipio de tercera categoría en el pueblo "Villa El Chocón",
departamento de Confluencia, dentro de los límites de las tierras sometidas a jurisdicción nacional.  
Explica el autor que en este caso el criterio extensivo alcanza un grado relevante, ya que el triunfo de dicha
opinión impide que la Provincia del Neuquén pueda ejercer, en los lugares adquiridos, los poderes que le son
propios (anteriores arts. 104/107, Const. Nac.), en particular frustra la organización por el Estado provincial de
un municipio dentro de su ámbito territorial, circunstancia que constituye no sólo una atribución sino un deber
fundamental de la provincia de acuerdo a lo normado por el artículo 5° de nuestra Ley Fundamental  [26]. 
A modo de conclusión afirma acertadamente Luqui que llevada al extremo esta tesis conduce a afirmar que aun
cuando el establecimiento de utilidad nacional no se haya construido o no funcione, la jurisdicción federal será
siempre exclusiva y excluyente, produciéndose el caso típico de federalización [27]. 
También Manchini critica esta posición indicando que vulnera la autonomía de que gozan las provincias,
afectando intensamente su capacidad de gobierno, ya que se ven privadas de ejercer actividades legislativas,
administrativas o judiciales en los lugares de su territorio donde se ha asentado un establecimiento de utilidad
nacional [28].

b) Tesis restrictiva o de las competencias concurrentes o federalista 


La interpretación restrictiva o federalista considera que la legislación exclusiva que le corresponde ejercer al
Congreso nacional en los lugares adquiridos en las provincias para asentar establecimientos de utilidad nacional
no excluye la jurisdicción que sobre esos territorios le corresponde a los Estados provinciales conforme a lo
prescrito en los artículos 1°, 5° y viejos 104 a 107 de la Constitución Nacional (hoy 121 a 125), siempre que el
ejercicio de la misma no interfiera con el fin de utilidad nacional que persiga el establecimiento de que se trate.  
Bidart Campos con precisión explicaba que la expresión "exclusiva" utilizada en la segunda parte del inciso 27
alude a que sobre esos lugares y para los "fines" del establecimiento allí ubicado sólo puede legislar el Congreso,
pero subsistiendo la jurisdicción provincial en todas las demás materias y cuestiones que no guarden relación con
dichos fines [29]. 
Esta opinión es compartida también por Seisdedos, quien afirma que en definitiva, "la jurisdicción provincial sólo
se excluye en lo concerniente a los fines del establecimiento, mientras la federal, únicamente será exclusiva en
relación a aquel objeto" [30]. 
Manchini cita en apoyo del criterio expuesto el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del 30 de marzo
de 1978 recaído en los autos "Compañía Swift de La Plata SA c/Provincia de Buenos Aires" [31], donde se expresó
que "...la facultad del Congreso que prevé el citado inciso 27 del artículo 67 aparece referida al ejercicio de una
legislación exclusiva en los lugares que esa cláusula menciona, sin que ello autorice a concluir que se ha
pretendido federalizar esos territorios en medida tal que la Nación atraiga -por el hecho de la adquisición de
lugares para establecimientos de utilidad nacional- toda potestad, incluida la administrativa y judicial, de manera
exclusiva y excluyente" [32]. 
Se pone de manifiesto que esta interpretación, además de respetar el texto constitucional mencionado, es la única
que se compadece con nuestra forma de ser federalista expresada en el viejo artículo 104 de la Constitución (hoy
121), en cuanto establece que "Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al
Gobierno federal...." 
Continúa la Corte sosteniendo que, frente a esta configuración político-institucional, no cabe una interpretación
extensiva del inciso 27, no autorizada claramente por su texto ni exigida por la naturaleza misma de la facultad
ahí otorgada al Congreso nacional. Concluye entonces afirmando que el criterio para excluir la jurisdicción
provincial debe circunscribirse a los casos en que su ejercicio interfiera en la satisfacción del propósito de interés
público que requiere el establecimiento nacional [33]. 
De esta forma, afirma Rosatti que la nota de "utilidad nacional", referida a los establecimientos mencionados,
configuraría la razón de ser de la norma, suministrando una pauta hermenéutica razonable para fijar el alcance
de la locución "legislación exclusiva" [34].

2.2. Criterios de la Corte Suprema de Justicia 


Si bien hemos hecho una somera referencia en el punto anterior a algunos fallos de la Corte referidos al tema en
análisis, cabe ahora marcar las distintas etapas por las que ha atravesado la jurisprudencia de ese tribunal.  
Como sostienen Bidart Campos [35], Rosatti [36], entre otros, desde la organización nacional hasta el presente, la
Corte Suprema de Justicia de la Nación ha tenido más de una oportunidad para juzgar sobre las implicancias del
viejo inciso 27 del artículo 67. 
a) Desde que se concreta la organización nacional y hasta el año 1929, la Corte adoptó la tesis exclusivista. Así, en
1929, en ocasión de fallar en autos "Frigorífico Armour de La Plata c/Provincia de Buenos Aires"  [37], el máximo
tribunal manifestó que la palabra "exclusiva" a que se refiere el inciso bajo examen quería decir única y no
compartida, resultando en consecuencia que el Gobierno federal poseía sobre esos territorios las potestades de
legislar, juzgar y ejecutar, con independencia de cualquier poder provincial. 
b) Desde 1929 y hasta 1967 la Corte fue morigerando lo expresado en el fallo "Armour", elaborando una doctrina
interpretativa tendiente a limitar la exclusividad del Gobierno federal, es decir que fue incorporando
progresivamente la tesis de la concurrencia. 
Así, en las causas "Swift" [38] y "Tunkieviez" [39] admitió los poderes provinciales para suplir la negligencia
legislativa del poder central. Igualmente en este sentido, en las causas "Caminos SA" [40] y "Cruzeiro do Sul"[41],
reconoció que la atribución del Congreso era exclusiva, pero sólo en lo concerniente a la realización de la
finalidad de utilidad nacional del establecimiento de que se trate. 
c) Pero en 1968, cuando tuvo que juzgar la causa "Marconetti SA Ltda." [42], la Corte volvió a adoptar la tesis
exclusivista, afirmando que "la cláusula del artículo 67, inciso 27 de la Constitución Nacional importa reservar al
Gobierno federal, de modo exclusivo y excluyente, la potestad de legislar, ejecutar y juzgar en los lugares
adquiridos por compra o cesión en cualquiera de las provincias, para instalar establecimientos de utilidad
nacional; exclusividad que, consecuentemente, implica la negación del ejercicio simultáneo en esos lugares de
análogas funciones provinciales". 
d) Con posterioridad a esta fecha, la Corte volvió a receptar en diferentes fallos la teoría de la concurrencia, pero
con distintos argumentos que llegaron, incluso, a declarar la inconstitucionalidad de la ley 18.310 que, como se
verá más adelante, intentaba poner fin a este problema interpretativo. 
e) En 1973 y 1976 el máximo tribunal sostuvo que los poderes del Congreso nacional eran exclusivos en cuanto a
los fines de utilidad común del establecimiento, pero no excluyentes del poder local en tanto éste no interfiriera
con los mencionados fines. Esto último fue expresado en las causas "Provincia de Neuquén" [43] y "González
Zugasti" [44], en donde el tribunal rescató el criterio de la ley 18.310 que antes había declarado inconstitucional. 
Igual tesitura fue adoptada por la Corte, aunque con matices, en las causas "Municipalidad de Santa Fe"  [45] y
"Armour" [46], en donde adoptó la tesis concurrente de las provincias ante la ausencia en estos lugares de
legislación federal específica. 
Estos matices para receptar la tesis de la concurrencia se ponen en evidencia en el caso "Saade c/Provincia de
Santa Cruz" [47] cuando la Corte, no obstante aceptar el criterio de las facultades mixtas, falla en contra de la
Provincia de Santa Cruz por considerar que la legislación de esta provincia se encontraba interfiriendo con la
legislación expresa de la Nación (Ley de Hidrocarburos y Ley de Sellos). 
f) Con posterioridad se observa que, en general, los vaivenes de la jurisprudencia de la Corte ya no vuelven a
implicar una clara alternancia entre las dos tesis. Entre tanto, como veremos, la sanción de la ley 18.310 generaba
otra suerte de problemas, no menos conflictivos en orden a la seguridad jurídica.

3. La sanción de la ley 18.310 


Con la intención de dirimir las interpretaciones contrapuestas de la cláusula del inciso 27 del artículo 67 de la
Constitución de 1853/60 se sanciona la ley nacional 18.310 el 8 de agosto de 1969 [48]. 
Entiende la doctrina que a pesar de que esta ley fue dictada durante un gobierno de facto, implicó la
reglamentación del citado inciso 27 del artículo 67, apareciendo como aconsejable no solamente por el grado de
inseguridad jurídica que el tema arrastraba sino también por sus implicancias institucionales  [49]. 
La ley 18.310 expresaba entre sus fundamentos la necesidad de otorgar "...una solución definitiva del problema
que plantea el deslinde entre las jurisdicciones federal y provincial en los lugares adquiridos por la Nación en
cualquiera de las provincias, que se debate desde hace más de cincuenta años en nuestro país [...] El proyecto [...]
tiende, mediante la precisa determinación de la jurisdicción federal y la provincial, a poner punto final a
conflictos que se repiten con cierta frecuencia [...] La confusa situación actual, al no estar fijados claramente el
alcance y efectos de la transferencia de tierras ubicadas en las provincias al Estado federal, ha provocado
cuestiones dudosas y litigiosas, que no siempre han sido resueltas con igual sentido en sede jurisdiccional..."  
La norma buscaba, entonces, resolver estos conflictos mediante sus artículos 2° y 3°, en los que se expresa:
"Tratándose de adquisiciones hechas por la Nación de tierras situadas en las provincias para establecimientos de
utilidad nacional, imperará la jurisdicción y leyes nacionales únicamente en lo afectado o inherente a esa utilidad
nacional destinado a servir objetos expresamente encomendados al Gobierno federal por la Constitución y las
leyes nacionales..." (art. 2°). 
"En lo no comprendido en ese uso las provincias mantendrán su jurisdicción y podrán ejercer los actos que de
ella se deriven, en tanto no interfieran directa o indirectamente en las actividades normales que la utilidad
nacional implique..." (art. 3°). 
Ramayo entendía que esta ley era pasible de ciertas críticas, tanto de orden constitucional como práctico, ya que
no eliminaba la posibilidad de controversias judiciales en la materia pues quedaba reservado a los tribunales y en
última instancia a la Corte Suprema decidir cuándo un acto provincial interfería directa o indirectamente en las
actividades normales en relación con la utilidad nacional, no obstante las pautas del artículo 2°  [50]. 
Efectivamente, el 29 de diciembre de 1971 en el fallo "Rosa de Luna c/International Air Catering Aeropuerto
Ezeiza y otro" [51] la Corte declaró la inconstitucionalidad de los artículos 2° y 3° de la ley 18.310. No obstante
ello, el criterio interpretativo "finalista" cobró relevancia en lo que refiere a la evaluación por parte del máximo
tribunal, respecto a cuándo un acto provincial debe considerarse que interfiere en las actividades que la utilidad
nacional implica. 
En el período posterior, los votos de los integrantes de la Corte variaron la línea jurisprudencial con llamativa
asiduidad, dando lugar a múltiples confusiones y aun a soluciones a veces inicuas. Como expresa Tristán Bosch,
"en esta etapa de la vida de la Corte el resultado de los pleitos dependió de la opinión de los jueces [...] acerca de
la existencia o inexistencia de interferencia en cada caso particular [...] Esto agravado por las sucesivas
alteraciones en la composición de la Corte que revivieron la alternancia entre las tesis exclusivistas y de la
concurrencia y, entre los jueces que adoptaban las tesis de la concurrencia, acerca de si interferían o no
interferían" [52]. 
Teniendo en cuenta entonces este estado de incertidumbre producido mayormente por los vaivenes de la Corte
Suprema que, aun receptando la tesis de la concurrencia, no había podido fijar el mismo criterio incluso en la
resolución de casos esencialmente similares, coincidían los autores en la necesidad de una reforma constitucional
que pusiera fin a las polémicas en torno a este tema [53].

III. La reforma de 1994: la autonomía municipal y las potestades locales en los establecimientos
de utilidad nacional 
En torno a la temática en análisis, la reforma constitucional de 1994 viene a poner fin, en buena medida, a dos
largas discusiones doctrinarias y jurisprudenciales, una relativa a la naturaleza del municipio con la
incorporación en el artículo 123 de la autonomía municipal y, acorde con ello, la inclusión en el inciso 30 del
artículo 75 del reconocimiento de las potestades provinciales y municipales de policía e imposición en los
establecimientos de utilidad nacional, solucionando las innumerables dudas interpretativas generadas por el
anterior inciso 27 del artículo 67, como hemos descripto anteriormente. 
a) En torno al municipio se incorpora en el artículo 123 [54] la expresa referencia a la autonomía municipal,
imponiéndola como una condición más a las provincias, la cual se suma a las contenidas en el artículo 5°, pero
admitiendo la potestad provincial para reglar su alcance y contenido en el orden institucional, político,
administrativo y económico-financiero. 
Mucho se ha escrito sobre el alcance de los términos empleados en este artículo, pudiendo advertirse que la
Constitución Nacional solamente declara tal autonomía y enumera sus ámbitos característicos, pero no la define,
dejando a cada provincia la facultad de delinear su contenido conforme a su propia realidad municipal.  
Sin perjuicio de ello, es posible precisar el sentido de cada uno de estos órdenes de la siguiente forma: el
institucional: supone la facultad de dictarse su propia carta fundamental mediante una convención convocada al
efecto; el político: elegir a sus autoridades, dictar sus propias normas y regirse por ellas; el administrativo: la
gestión y organización de los intereses locales, servicios, obras, etcétera; y el económico-financiero: organizar su
sistema rentístico, administrar su presupuesto, recursos propios, inversión de ellos sin contralor de otro poder.  
Advertimos que la mayor parte de la doctrina constitucional argentina manifiesta la utilidad y conveniencia que
aporta el nuevo texto. Aunque en el abanico de opiniones encontramos que para algunos este artículo sería
inconstitucional por obligar a las provincias a adoptar determinado régimen municipal [55]. Otros, en una
postura que podríamos definir como intermedia, sin perjuicio de considerar positiva la reforma, entienden que
hubiese sido preferible que cada provincia fijara las características de su régimen municipal atento a la
singularidad de la problemática local [56]. Y, por último, la mayoría considera loable el propósito de consolidar la
autonomía municipal [57], siendo para unos una herramienta interpretativa uniforme en todo el país  [58], que
viene, según otros, a poner fin a los vaivenes doctrinarios y jurisprudenciales  [59]. 
En definitiva, entendemos que la autonomía municipal debe ser necesariamente receptada por las provincias
para tornar legítimo el ejercicio de su poder constituyente condicionado, como un requisito para la garantía
federal. Sin embargo, será de su competencia dotar a sus respectivos municipios de mayores o menores grados de
autonomía en los distintos ámbitos señalados por el artículo 123, debiendo asegurar contenidos mínimos en cada
uno que impidan su posible desnaturalización [60]. 
b) En torno a los establecimientos de utilidad nacional, la ley que declaró la necesidad de reforma de la Carta
Nacional, 24.309, en su artículo 3°, A, inciso c, habilitó expresamente la modificación del artículo 67, inciso 27, y
así, el nuevo artículo 75, inciso 30 dispone que le corresponde al Congreso: "Ejercer una legislación exclusiva en
el territorio de la capital de la Nación y dictar la legislación necesaria para el cumplimiento de los fines
específicos de los establecimientos de utilidad nacional en el territorio de la República. Las autoridades
provinciales y municipales conservarán los poderes de policía e imposición sobre estos establecimientos, en tanto
no interfieran en el cumplimiento de aquellos fines" [61]. 
1. Sobre el nuevo texto, se destaca que se cambia "ejercer una legislación exclusiva" por "dictar la legislación
necesaria para el cumplimiento de los fines específicos", lo cual implica, para Bidart Campos y Manili, un reajuste
de la norma, no una modificación, pues explican que aun antes de la reforma de 1994 la legislación del Congreso
solamente era la necesaria para la regulación de los hechos, actos y relaciones jurídicas que se desarrollaran en
esos establecimientos y siempre y cuando estuvieran relacionados con su finalidad, por lo que el nuevo texto es
más preciso [62]. 
También resulta acertada la supresión de la enunciación de establecimientos a que hacía alusión la vieja cláusula
("fortalezas, arsenales, almacenes..."), pues se trataba de una terminología antigua que encerraba una casuística
que en nada ayudaba a la interpretación del texto [63]. Además se ha eliminado la mención respecto a que los
establecimientos aludidos se emplazan en lugares adquiridos por compra o cesión en las provincias[64].  
2. Especial referencia merece la nueva cláusula en torno al reconocimiento de las potestades provinciales y
municipales de policía e imposición sobre estos establecimientos. 
En nuestra opinión, el texto incorpora la tesis de la concurrencia sobre la base de un criterio finalista. De tal
manera, el ejercicio por el Congreso nacional de una legislación exclusiva sobre los establecimientos de utilidad
nacional que estén ubicados en el territorio de las provincias se limitará a las medidas necesarias que motivaron
dicha calificación para esos espacios físicos, subsistiendo la autoridad provincial y la municipal siempre que no
interfiera con los fines que motivaron la calificación de la utilidad nacional. 
Cabe destacar que esta solución resulta en gran medida acorde con los principios establecidos por la
jurisprudencia de nuestro alto tribunal de justicia en los casos "Brizuela" de 1976 [65] y "Vialco" de 1980 [66]. 
Coincidimos con la doctrina que se ha pronunciado favorablemente respecto de esta cláusula, entendiendo que es
sobria pero suficientemente clara, ya que involucra no sólo a las provincias sino también a los municipios,
estipulando que ambos "conservarán los poderes de policía e imposición" sobre los establecimientos de utilidad
nacional, en tanto no interfieran en el cumplimiento de los fines específicos de dichos establecimientos  [67]. 
Aclaran autores como Seisdedos, Ekmekdjian, Natale, entre otros, que en los casos señalados no existe un
desmembramiento del territorio provincial, no hay una federalización, sino que los establecimientos son
federales pero, estando dentro del ámbito de las provincias, éstas conservan sus poderes en tanto no interfieran
con los fines de la Nación [68]. 
En torno a los municipios, celebramos esta clara coincidencia con el nuevo artículo 123 que se pronuncia por la
autonomía municipal, ya que en la cláusula en análisis se indica que la concurrencia no sólo existe entre Nación y
provincia sino también en relación con los municipios. 
Sobre este aspecto se ha dicho que declarar expresamente que las provincias y los municipios conservan el poder
de policía local es otro dato indiscutible de provincialización, de municipalización, de que la Argentina es un país
federativo [69]. 
3. Ahora bien, en relación con las potestades municipales en particular, observamos opiniones doctrinarias más o
menos dispares. 
Así, por ejemplo, Natale afirma que el municipio conserva el poder de policía urbanístico en cuyo ejercicio podría
prohibir al Estado nacional la construcción de un edificio que no respetara las normas locales sobre uso de la
tierra en una ciudad, como asimismo entiende que la Nación no podría dejar de pagar las tasas municipales por
servicios [70]. 
Rosatti, por su parte, entiende que el criterio finalista adoptado no puede impedir el ejercicio de los poderes
locales sobre los establecimientos de utilidad nacional en tanto no interfieran en el cumplimiento de esos fines
específicos [71]. 
Seisdedos sostiene que la jurisdicción provincial solamente se excluye en lo concerniente a los fines del
establecimiento, mientras la federal únicamente será exclusiva en relación a aquel objeto  [72]. Coincidentemente,
Hernández opina que no se produce un desmembramiento de territorio provincial, pues los establecimientos
pueden tener legislación específica federal dentro de la utilidad nacional, pero siguen estando en las provincias y
municipios, que a su vez mantienen sus facultades de policía e imposición [73]. 
Pérez Hualde y Badeni hablan de un criterio restringido en lo que respecta a las facultades nacionales, pero
mientras el primero afirma que la competencia nacional es indudable pero solamente comprensiva de todas las
facultades implícitas de modo de obtener los objetivos deseados por la norma constitucional  [74], el segundo
agrega que en caso de duda la solución debe ser favorable a la autonomía provincial y a la autarquía de los
municipios, llamándonos la atención tal terminología que no se condice con el artículo 123 de la Carta
Nacional[75]. 
Manili, por su parte, refiere que en realidad la tesis sería la de la no interferencia con la finalidad, afirmando que
la postura favorable a la concurrencia sobre la base de un criterio finalista es demasiado amplia, ya que deja un
margen de discrecionalidad importante [76].

IV. Nuestra opinión 


Por nuestra parte entendemos que del inciso 30 del artículo 75 en análisis se extrae la tesis de la concurrencia con
criterio finalista, interpretación que resulta acorde con nuestro federalismo y en base a las siguientes
consideraciones: 
a) En primer lugar, conforme a la cláusula de deslinde de competencias entre Nación y provincias contenida en el
artículo 121 de la Constitución Nacional, éstas conservan todo el poder no delegado por la Constitución al
Gobierno federal, que en este caso la delegación se concreta en "la legislación necesaria para el cumplimiento de
los fines específicos de los establecimientos de utilidad nacional", fuera de lo cual las provincias conservan todas
sus potestades. 
Como bien explica Castorina de Tarquini, en principio, el Gobierno federal es un gobierno de facultades
delegadas, limitadas y excepcionales, en tanto que los gobiernos locales detentan facultades reservadas o
conservadas. Sin embargo agrega que son tantas y de tal magnitud las facultades delegadas que el concepto de
"excepción" o "limitación" adquiere una especial dimensión, a lo que se suma que si bien estos poderes son
"solamente" los delegados, en su ámbito son supremos (art. 31, Const. Nac.). Es decir que las diversas facultades
que competen al Gobierno de la Nación según el texto constitucional son, en la medida en que su ejercicio surja
de éste, supremas respecto de los órdenes provinciales. Esta calidad de por sí redimensiona las facultades
delegadas o limitadas [77]. 
b) En segundo lugar, observamos que la cláusula del artículo 75, inciso 30 en análisis supone un claro ejemplo de
facultades concurrentes [78], entendidas como aquellas materias en las que las entidades de gobierno, en este
caso Nación, provincias y municipios, reglamentan en sus respectivos órdenes: la Nación en todo lo concerniente
a los fines de la utilidad nacional, y las provincias y los municipios, en todo lo demás, cada una en el marco de sus
competencias, siempre y cuando no afecte tales fines. 
Ahora bien, acorde con lo expuesto, surge la palmaria importancia que adquiere la delimitación de los "fines
específicos" de dichos establecimientos, pues constituyen el límite, por un lado, de la legislación nacional
"necesaria" aplicable a ellos y, por el otro, de las atribuciones conservadas en materia de policía e imposición por
la provincia y el municipio donde se encuentren. 
De esta forma, las facultades de la Nación se limitarán a las medidas necesarias que motivaron la calificación de
utilidad pública para esos espacios físicos, subsistiendo la autoridad provincial y la municipal siempre que no
interfiera con dichos fines, es decir, en la medida en que no dificulte, obstaculice o impida la concreción de los
mismos. 
Coincidimos con Haro en cuanto afirma que la interferencia se produce cuando se configura un efecto negativo
en las actividades federales del establecimiento [79] que, indudablemente en nuestra opinión, será una cuestión
que deberá meritarse en cada caso particular. 
Creemos que este criterio se visualiza en algunos pronunciamientos de la Corte Suprema de Justicia nacional,
como por ejemplo en el caso "Banco Hipotecario Nacional c/Municipalidad de Santa Fe" de 1972 [80], donde el
tribunal sostuvo que la exención impositiva establecida a favor del Banco Hipotecario Nacional sobre bienes
inmuebles no comprende la contribución de mejoras por construcción de pavimentos, máxime si no se alega y se
demuestra que la imposición imposibilite o dificulte la actividad que desarrolla el referido Banco. 
Años después, en la causa "SA Montarsa" del 30 de octubre de 1980 [81], dicha Corte afirmó que el impuesto de
sellos pagado a la Provincia de Neuquén por un contrato celebrado por el Gobierno nacional y la empresa actora
para la ejecución de una obra de utilidad nacional es contrario al artículo 67, inciso 27 de la Constitución
Nacional, pues al encarecer la exploración y explotación de hidrocarburos, afecta al establecimiento de utilidad
nacional perteneciente a Gas del Estado. 
Asimismo, en los autos "SRL Emebal c/Municipalidad de Buenos Aires" de 1980 [82], el mismo tribunal expresó
que el ejercicio del contralor de la moralidad, seguridad, e higiene inherente al poder municipal respecto de un
predio arrendado para depósito de hierro de Ferrocarriles Argentinos, no interfiere de manera directa o indirecta
en la finalidad del establecimiento de utilidad nacional. 
También en "Municipalidad de Laprida c/Universidad de Buenos Aires" fallada en 1986  [83] se pronunció la
Corte en el sentido de que no pueden coartarse las facultades impositivas de las provincias en tanto no hayan sido
delegadas en el Gobierno federal, principio también aplicable al poder impositivo municipal, por lo cual la
Universidad de Buenos Aires no puede considerarse exenta de la tasa de conservación, reparación o mejora de la
red vial municipal, por ser una retribución de servicios. 
De esta forma, entendemos que la tesis de la concurrencia sobre la base de un criterio finalista permite armonizar
las facultades nacionales con las potestades provinciales y municipales en el marco de las respectivas autonomías
y en aras del bien común de la Nación. 
c) Por otra parte, en torno a las facultades propias de los municipios, cabe resaltar que si bien su autonomía le
viene reconocida por la Carta Nacional, el alcance y contenido ha sido dejado en manos del constituyente
provincial, por lo que, para conocer las mayores o menores potestades de policía e imposición de un municipio
determinado, se deberá recurrir ineludiblemente a la Constitución provincial respectiva, y así podremos develar
el concreto contenido de tales facultades. 
También en este punto propiciamos una interpretación restrictiva de las facultades nacionales, pero extensiva en
torno a las normas provinciales referidas a lo municipal, que permita el fortalecimiento de la autonomía local, de
forma tal de impedir una posible violación al artículo 123, y por ende al inciso 30 del artículo 75 en análisis.  
d) En definitiva, creemos que esta interpretación de la cláusula mencionada supone adoptar un criterio
comprometido con el federalismo de concertación que defiende las autonomías de las provincias y de los
municipios, propendiendo a un armonioso equilibrio en el uso de las potestades nacionales, provinciales y
municipales [84].

1 ROSATTI, Horacio D., en Rosatti, Horacio D. y otros, La reforma de la Constitución,


Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1994, p. 246. También Sabsay entiende que el tema dio
lugar a una larguísima polémica que se tradujo en una jurisprudencia errática en el
tiempo por parte de la Corte Suprema que no podía sino favorecer la inseguridad
jurídica en la materia (SABSAY, Daniel, El Poder Legislativo, en ALBANESE,
DALLA VIA, GARGARELA, HERNÁNDEZ Y SABSAY, Derecho Constitucional,
Universidad, Buenos Aires, 2004, p. 508.
2 Fallos: 103:403.
3 Fallos: 155:104.
4 Fallos: 138:147.
5 Fallos: 27:144.
6 E. D. 47-340.
7 Fallos: 201:536.
8 E. D. 47-341.
9 Fallos: 122:5. 
10 Conf. FRÍAS, Pedro J., Derecho Público provincial, Depalma, Buenos Aires, 1987, p.
336. 
11 Fallos: 308:647. 
12 EKMEKDJIAN, Miguel Ángel, Tratado de Derecho Constitucional, Depalma, Buenos
Aires, 1997, t. IV, p. 679. En tal sentido señala que un criterio suponía que estos
establecimientos estaban federalizados y las autoridades locales no tenían jurisdicción
sobre ellos. El otro admite que la provincia puede controlar las actividades que se
desarrollan en dichos establecimientos, en el ámbito de sus propias competencias
(vgr., seguridad e higiene), siempre que esta actuación no moleste o perturbe el
cumplimiento de los fines de utilidad nacional del establecimiento. 
13 SABSAY, El Poder Legislativo cit., p. 580. 
14 HARO, Ricardo, Curso de Derecho Constitucional argentino, Advocatus, Buenos Aires, 2003, t. I, p. 235.
Agrega que "debemos considerar que la declaración de utilidad nacional si bien debe responder a un fin
federal, es efectuada por el gobierno central unilateralmente. Aspecto importante de considerar a partir de la
reforma de 1994, ya que al eliminarse los modos de adquirir estos establecimientos (por compra o cesión), se
ha acentuado el requisito de utilidad pública por sobre el de propiedad de éstos. "Esto adquiere peculiar relieve
teniendo en cuenta que el proceso de reforma del Estado puede acrecentar notablemente el espectro de lugares
de propiedad privada en los cuales se desarrollen tareas de utilidad nacional -a través de concesiones u otras
figuras- que requieran la aplicación de normas federales que aseguren el cumplimiento de los fines del
establecimiento" (ob. cit., p. 236).
15 HARO, ob. cit., p. 236. 
16 MANILI, Pablo Luis, Establecimientos de utilidad nacional, Universidad, Buenos
Aires, p. 18. 
17 MANILI, ob. cit., p. 19. Este autor efectúa una muy buena clasificación de estos
establecimientos según la función de cada uno y los correlaciona con las normas
constitucionales que les dan sustento: a) Defensa nacional: Preámbulo; arts. 75, incs.
25, 26, 27 y 28; 99, incs. 14 y 15, y 126: arsenales, cuarteles, campos de ejercicios
militares; b) transportes y comunicaciones: puertos, aeropuertos, aeródromos
nacionales (art. 75, inc. 10), dependencias del Correo (art. 75, inc. 14); c) ecología y
medio ambiente: Preámbulo y art. 41: parques nacionales, áreas protegidas y
monumentos naturales; d) energía: Preámbulo; art. 75, incs. 18 y 19: yacimientos
hidrocarburíferos, aprovechamientos hidroeléctricos; e) seguridad: penitenciarías,
dependencias de la Policía Federal Argentina (Preámbulo), de la Gendarmería
Nacional, de la Prefectura Naval Argentina (art. 75, inc. 16), de la Dirección de
Migraciones (art. 25), de la Policía Aeronáutica; f) justicia: Preámbulo; art. 75, inc.
20: sedes de los tribunales federales; g) educación: Preámbulo; art. 75, inc. 19:
escuelas nacionales, universidades nacionales; h) economía: agencias federales de
impuestos (arts. 4° y 75, inc. 2°), bancos nacionales (arts. 75, inc. 6° y 126),
dependencias de la Dirección General de Aduanas (arts. 9°, 75, inc. 1° y 126); Casa de
la Moneda (arts. 75, inc. 11 y 126); i) salud pública: hospitales nacionales, asilos de
ancianos (art. 75, incs. 18, 19 y 23); j) seguridad social: Preámbulo; arts. 14 bis, 75,
incs. 20 y 23, 99, inc. 6°: Administración Nacional de la Seguridad Social (ob. cit., ps.
17/18). 
18 El art. 67, inc. 27 de la Constitución de 1853/60 carece de antecedentes en las normas
constitucionales anteriores a la Carta de 1853/60, ni siquiera figura en el proyecto que
acompaña a las Bases..., encontrándose su fuente inmediata en el art. I, secc. 8,
cláusula 17 de la Constitución de Filadelfia (LINARES QUINTANA, Segundo V.,
Gobierno y administración de la República Argentina, Tea, Buenos Aires, 1959, t. II,
p. 30; ZUCCHERINO, Ricardo M., Derecho Público provincial y municipal, Lex, La
Plata, 1976, t. I, p. 284; citados por SEISDEDOS, Felipe, Los establecimientos de
utilidad nacional en la doctrina constitucional, en PÉREZ GUILHOU, Dardo y otros,
Atribuciones del Congreso Argentino, Depalma, Buenos Aires, 1986, p. 425). Sin
embargo, el texto patrio se diferencia de su modelo porque no incluye expresamente la
necesidad del consentimiento de los Estados provinciales, además añade a la cesión
como medio de adquisición y, finalmente, emplea la locución "establecimiento de
utilidad nacional" ausente en la Constitución de 1787 (ver al respecto, entre otros, de
la autora, Consideraciones sobre los establecimientos de utilidad nacional en la
Constitución Nacional, en PÉREZ GUILHOU, Dardo y otros, Derecho Constitucional
de la reforma de 1994, Depalma, Buenos Aires, 1995, vol. II, ps. 43 y ss.; también
HERNÁN-DEZ, Antonio M., Federalismo, autonomía municipal y Ciudad de Buenos
Aires en la reforma constitucional de 1994, Depalma, Buenos Aires, 1997, p. 146). 
19 ROSATTI, ob. cit., p. 246. 
20 Ver el importante análisis doctrinario y jurisprudencial efectuado por MANILI, ob.
cit., ps. 27 y ss. 
21 GONZÁLEZ, Joaquín V., Manual de la Constitución Argentina, 1897, p. 493. 
22 Fallos: 168:96; 197:507; 271:186 o J. A. 3-1969-44 ("Marconetti SA Ltda."). 
23 Fallos: 155:104 ("Frigorífico Armour de La Plata c/Provincia de Buenos Aires");
271:186 o J. A. 3-1969-44 ("Marconetti SA Ltda."). 
24 "Compañía Swift de La Plata SA c/Provincia de Buenos Aires", Fallos: 300:343. 
25 Fallos: 302:1461 y E. D. 92-311, con nota de BIDART CAMPOS, Germán,
Municipio provincial en lugares del artículo 67, inciso 27 de la Constitución
Nacional. 
26 MANCHINI, Héctor L., Jurisdicción de la Nación y las provincias en lugares
adquiridos para establecimientos de utilidad nacional (art. 67, inc. 27, Const. Nac.), en
J. A. 1982-IV-741. Agrega el autor que "en este supuesto el tema tiene especial
importancia debido al rol trascendente que la Constitución de la Provincia del
Neuquén acuerda al régimen municipal en su organización político-institucional".
Para reflejar lo apuntado basta con mencionar lo expresado por el art. 11 del texto
constitucional según el cual "la Provincia adopta para su Gobierno el principio de la
descentralización de los poderes y reconoce las más amplias facultades a los
municipios en forma tal que sean éstos quienes ejerzan la mayor suma de funciones
del gobierno autónomo en cada jurisdicción, equivalente a ponerlo en manos de los
respectivos vecindarios". 
27 LUQUI, Juan Carlos, Medio siglo y un tema que no se agota (A propósito de la
sentencia de la Corte Suprema Nacional en el caso "Frigorífico Swift de La Plata"), en
L. L. 1978-D-1201. Cabe agregar que Italo A. Luder indica que esta federalización
importa en sus consecuencias prácticas la destrucción del sistema federal de gobierno
(citado por SEISDEDOS, Los establecimientos de utilidad... cit., ps. 433/434). 
28 MANCHINI, ob. cit., p. 742. 
29 BIDART CAMPOS, Germán, Tratado elemental de Derecho Constitucional
argentino, Ediar, Buenos Aires, 1993, t. I, p. 260. 
30 SEISDEDOS, Los establecimientos de utilidad... cit., p. 433. Puede verse también:
BIANCHI, Alberto B., Los establecimientos de utilidad nacional en las provincias y el
sistema federal de gobierno, en E. D. 1990, 136-468; FRÍAS, Pedro J., La jurisdicción
federal en lugares adquiridos en las provincias, en Introducción al Derecho Público
provincial, Depalma, Buenos Aires, 1980, ps. 199 y ss. 
31 Fallos: 300:328 y E. D. 78-167. 
32 MANCHINI, ob. cit., p. 739. 
33 "Brizuela, Pablo César c/Cía. Swift SA" (Fallos: 300:334). Agrega Héctor L.
Manchini que "los conceptos enunciados reflejan la doctrina más adecuada a la forma
federal de gobierno adoptada por nuestra Constitución Nacional, al respeto por las
autonomías provinciales y a la necesidad de auspiciar una relación armónica, de
cooperación y solidaridad entre la Nación y las provincias con el fin de promover el
bienestar general, tal como está prevista en el Preámbulo de nuestra Ley
Fundamental" (ob. cit., p. 741). 
34 ROSATTI, ob. cit., p. 251. Agrega que esto ha sido sostenido también como doctrina
judicial de la Corte Suprema en Fallos: 201:536 ("Caminos"); 240:311 ("Cardillo") y
248:824. 
35 De este autor ver, además de las obras citadas, Manual de la Constitución reformada,
Ediar, Buenos Aires, 1996, t. I, p. 459. Ver también, entre otros, MIDÓN, Mario,
Manual de Derecho Constitucional, 2 ' ed., La Ley, Buenos Aires, 2004, p. 590;
BECERRA FERRER, Guillermo y otros, Manual de Derecho Constitucional,
Advocatus, Córdoba, 1995, ps. 263 y 264. 
36 ROSATTI, ob. cit., ps. 251/253. También Jorge Tristán Bosch, entre otros, hace una
reseña de las distintas etapas jurisprudenciales sobre este tema en El artículo 67,
inciso 27 de la Constitución Nacional, en L. L. 1984-A-988/993. 
37 Fallos: 155:104. 
38 Fallos: 160:342. 
39 Fallos: 180:157. 
40 Fallos: 201:536. 
41 Fallos: 215:260. 
42 Fallos: 271:186 y E. D. 24-5. En el mismo sentido falló el 23 de agosto del mismo año
en autos "Municipalidad de Avellaneda c/Agencia Marítima Numeriani SRL", no
haciendo lugar a la demanda del municipio. 
43 Fallos: 293:26. 
44 Fallos: 293:80. 
45 Fallos: 259:413. 
46 Fallos: 262:186. 
47 Fallos: 299:442. 
48 Comenta Rosatti respecto a esta ley que "el proyecto se asemeja al enviado al
Congreso por el presidente Agustín P. Justo el 22 de setiembre de 1934 y que, no
obstante ser aprobado por la Comisión de Asuntos Constitucionales del Honorable
Senado, no fue finalmente sancionado. Otros proyectos referidos al mismo tema
-presentados por Samuel Alperín, Emilio J. Hardoy y Juan E. Solá- tampoco
alcanzaron aprobación" (ver ob. cit., p. 253). Esta opinión es compartida por LUQUI,
Medio siglo y un tema... cit., p. 1198. 
49 LUQUI, Medio siglo y un tema... cit., p. 1199. DROMI, Roberto y MENEM,
Eduardo, La Constitución reformada, Ciudad Argentina, Buenos Aires, 1994, p. 272;
RAMAYO, Raúl Alberto, Las interpretaciones judiciales cíclicas del artículo 67,
inciso 27 de la Constitución Nacional, en L. L. 1979-B-933. Para Ekmekdjian esta ley
adhirió a la tesis restringida según la cual las provincias conservaban el poder de
policía e impositivo en tanto no se afectaran los intereses nacionales a cargo del
establecimiento en cuestión, salvo que se tratara de lugares destinados a la defensa
nacional (EKMEKD-JIAN, Tratado... cit., t. IV, p. 680). 
50 RAMAYO, Las interpretaciones... cit., p. 933. 
51 Fallos: 281:407. 
52 BOSCH, El artículo 67, inciso 27... cit., p. 991. El autor hace una importante reseña
de los principales fallos desde 1978 y marca las distintas posturas adoptadas por los
jueces de la Corte: Fallos: 299:442, caso "Saade c/Provincia de Santa Cruz", favorable
al demandante: Rossi se manifiesta por la interferencia, Daireaux y Frías por la no
interferencia. Fallos: 300:328, caso "Swift", favorable a la Provincia de Buenos Aires:
Rossi y Daireaux por la no interferencia. Fallos: 301:856, caso "Casullo", favorable a
la Provincia de Buenos Aires: Rossi, Guastavino y Daireaux por la no interferencia.
Fallos: 301:1122, caso "Vialco SA": Daireaux, Frías y López por la no interferencia y
Rossi por la interferencia. Fallos: 302:436, caso "Municipalidad de Esteban
Echeverría": Rossi, Guastavino y Frías por la no interferencia. Fallos: 302:1223, caso
"Montarsa": Rossi y Guastavino por la interferencia y Frías por la no interferencia.
Fallos: 302:1236, caso "Técnica Patagónica": Rossi y Guastavino por la interferencia
y Frías por la no interferencia. Fallos: 302:1252, caso "Vial Hidráulica": Rossi,
Guastavino y Frías por la no interferencia. Fallos: 302:1461, caso "Hidronor": Rossi
por la interferencia, Frías y López por la no interferencia. Fallos: 304:730, caso
"Marconetti": Rossi, Guastavino y Renom por la interferencia. Fallos: 304:1381, caso
"Ramognino": Rossi, Guastavino y Renom por la interferencia. Esta cuestión,
suscitada entre jueces que aceptan la tesis de la concurrencia, se ve agravada por la
cíclica interpretación de jueces que antes no la admitían (vgr.: los jueces Gabrielli y
Black), pero que en autos "Schlumberger" y en el caso "Supercemento" adhirieron a la
concurrencia. 
53 SEISDEDOS, Los establecimientos de utilidad... cit., p. 440; RAMAYO, Las
interpretaciones... cit., p. 935; ROSATTI, ob. cit., p. 257. 
54 Este artículo expresa que "Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo
dispuesto por el artículo 5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance
y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y
financiero". Sobre la reforma de 1994 y el municipio, entre otros, ver, de la autora,
Reflexiones sobre el régimen municipal en la Constitución Nacional, en PÉREZ
GUILHOU y SEISDE-DOS, Derecho Constitucional de la reforma de 1994 cit., t. II. 
55 PADILLA, Miguel, Prólogo a la Constitución de la Nación Argentina, Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, 1994, ps. 30/31. 
56 CASTORINA DE TARQUINI, María Celia, El régimen federal y la reforma
constitucional, en PÉREZ GUILHOU y SEISDEDOS, Derecho Constitucional de la
reforma de 1994 cit., t. II, p. 363. De la misma autora ver La provincia y el municipio,
en PÉREZ GUILHOU, Dardo y otros, Derecho Público provincial y municipal, 2 ' ed.
act., La Ley, Buenos Aires, 2003, ps. 269 y ss. 
57 BADENI, Gregorio, Reforma constitucional e instituciones políticas, Ad-Hoc, Buenos
Aires, 1994, p. 434. También HERNÁNDEZ, Federalismo, autonomía municipal y
Ciudad de Buenos Aires en la reforma constitucional de 1994 cit., ps. 129 y ss. 
58 ROSATTI, ob. cit., p. 223. Agrega el autor que de esta forma habrá municipios que
podrán tener un status de autonomía plena y habrá otros que tendrán una autonomía
semiplena o relativa. En sentido coincidente se pronuncian, entre otros, SABSAY,
Daniel A., La Ciudad de Buenos Aires y la reforma constitucional, en L. L.
Actualidad del 9-5-95, p. 1; GIANNA DI FULVIO, Mirta, Integración regional.
Nuevo rol de los municipios, en Asociación Argentina de Derecho Constitucional,
Comentarios a la reforma constitucional, Compañía Impresora Argentina, Buenos
Aires, 1995, p. 449. 
59 BIDART CAMPOS, Tratado elemental de Derecho Constitucional argentino cit., t.
VI, p. 522. 
60 Puede ampliarse en CASTORINA DE TARQUINI, María Celia, La provincia y el
municipio y ÁBALOS, María Gabriela, El régimen municipal en el Derecho Público
provincial argentino, ambos en PÉREZ GUILHOU y otros, Derecho Público
provincial y municipal cit., t. I, ps. 269 y ss. 
61 Ver los comentarios a los debates en la Convención Nacional Constituyente de 1994
en torno a este artículo en HERNÁNDEZ, Federalismo... cit., p. 161. 
62 Ampliar en BIDART CAMPOS, Tratado elemental... cit., t. VI, p. 360, quien expresa
con gran claridad: "Para los enclaves que tienen naturaleza de establecimientos de
utilidad nacional en el territorio de la República, este inciso ha reajustado la letra del
anterior inciso 27. En efecto ya no se habla de legislación 'exclusiva' sino de
legislación 'necesaria', haciendo además la mención de que los establecimientos
aludidos se emplazan en lugares adquiridos por compra o cesión en las provincias y
los municipios conservan sus poderes de policía e impositivos, en tanto no interfieran
en el cumplimiento de aquellos fines". Ver también MANILI, ob. cit., p. 83; BAEZA,
Carlos R., Exégesis de la Constitución Nacional, Ábaco, Buenos Aires, 1998, t. 2, p.
223. 
63 Coinciden con esta posición, entre otros, SABSAY, Daniel A. y ONAINDIA, José
M., La Constitución de los argentinos, Errepar, Buenos Aires, 1994, p. 229;
NATALE, Alberto, Comentarios sobre la Constitución. La reforma de 1994,
Depalma, Buenos Aires, 1995, p. 110; SABSAY, El Poder Legislativo cit., p. 581. 
64 BIDART CAMPOS, Tratado elemental... cit., t. VI, p. 360. 
65 Fallos: 296:432. 
66 Fallos: 301:1122. 
67 ROSATTI, ob. cit., p. 258. También SABSAY y ONAINDIA, La Constitución de los
argentinos cit., p. 228; SABSAY, El Poder Legislativo cit., p. 581; BADENI, Reforma
constitucional e instituciones políticas cit., p. 324; GELLI, María Angélica,
Constitución de la Nación Argentina. Comentada y concordada, 2 ' ed., La Ley,
Buenos Aires, 2003, p. 608; BIDART CAMPOS, Tratado elemental... cit., t. VI, ps.
360/361. Agrega este autor que la redacción actual de este inciso supera en mucho a la
anterior, adecuándose a los parámetros del Derecho judicial emanado de la Corte
Suprema e impidiendo que su jurisprudencia pudiese retornar a interpretaciones que
no se compadecen con nuestro federalismo. Respecto al poder de policía e imposición
que conservan las autoridades provinciales y municipales, entiende Gentile que si bien
la solución jurídica es correcta, la expresión "poder de policía" incorporada a la
Constitución no es de su preferencia por su difuso contenido (GENTILE, Jorge H., El
debate posterior de la reforma constitucional. Avances y retrocesos de nuestro
federalismo, en L. L. del 25-4-95, p. 3). 
68 SEISDEDOS, Los establecimientos de utilidad... cit., ps. 434/439; EKMEKD-JIAN,
Miguel Ángel, addenda de la obra Manual de la Constitución Argentina, Depalma,
Buenos Aires, 1994, p. 65; del mismo autor, Comentarios de la reforma constitucional
de 1994, Depalma, Buenos Aires, 1994, p. 73 y Tratado... cit., t. IV, p. 680;
NATALE, Comentarios sobre la Constitución. La reforma de 1994 cit., p. 110. 
69 DROMI y MENEM, La Constitución reformada cit., p. 275. 
70 NATALE, Comentarios sobre la Constitución. La reforma de 1994 cit., p. 110. 
71 ROSATTI, ob. cit., p. 258. 
72 SEISDEDOS, Los establecimientos de utilidad... cit., p. 425. 
73 HERNÁNDEZ, Federalismo... cit., p. 167. 
74 PÉREZ HUALDE, Alejandro, Crisis jurídico-política, emergencia económica y
recurso extraordinario federal en el terreno tributario, en GELLI, María Angélica
(dir.), Emergencia económica y recurso extraordinario, La Ley, Buenos Aires, 2003,
ps. 22 y ss. 
75 BADENI, Gregorio, Tratado de Derecho Constitucional, La Ley, Buenos Aires, 2004,
t. II, p. 1110. 
76 MANILI, ob. cit., p. 87. 
77 CASTORINA DE TARQUINI, María Celia, La provincia y la Nación, en PÉREZ
GUILHOU y otros, Derecho Público provincial y municipal cit., t. I, p. 165. 
78 Ver entre otros a CASTORINA DE TARQUINI, La provincia y la Nación cit., p.
177. 
79 HARO, Curso... cit., p. 236. 
80 Fallos: 282:407.
81 Fallos: 302:1223.
82 Fallos: 302:742. 
83 Fallos: 308:647. 
84 FRÍAS, Pedro J., El federalismo posible en la Argentina finisecular, en La reforma
constitucional 

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