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REGLAMENTO DE LA CÁMARA DE
DIPUTADOS DE LA NACIÓN
1
SECCIÓN I
1.
Las Cámaras del Congreso se expresan a través de decisiones que finalmente se concretan por
escrito. Muchas de ellas son individuales de cada cuerpo (resoluciones, declaraciones; en el
Senado, también comunicaciones y decretos). Algunas de esas decisiones también pueden ser
conjuntas; de éstas, la más importante es, sin dudas, la ley, determinación adoptada por ambas
Cámaras del Poder Legislativo (con la colaboración activa o pasiva, como veremos, del Poder
Ejecutivo) siguiendo el procedimiento estipulado por los artículos 77 a 84 de la Constitución
Nacional.
En este capítulo vamos a analizar cuáles son las prescripciones básicas de la Norma
Fundamental sobre el origen, la confección, la sanción y la promulgación de la ley 1. Lo
haremos en forma directa y sintética, con el afán didáctico que tiene el Manual en el cual esta
Sección está inserta, dejando para el estudioso que quiera profundizar estos temas a la luz de
otras fuentes y opiniones su análisis en los diversos y valiosos textos de Derecho
Constitucional publicados en nuestro país con posterioridad a 1994. Aprovecharemos la
sección siguiente (dedicada al análisis del Reglamento de la Cámara de Diputados) para entrar
en el detalle de algunas de otras instituciones esenciales referenciadas indirectamente en esta
primera parte y de otras normas de la Constitución Nacional que tienen directa relación con la
labor del Congreso.
2.
El principio general lo determina el artículo 77 de la Constitución Nacional:
“Las leyes pueden tener principio en cualquiera de las Cámaras del Congreso, con
proyectos presentados por sus miembros o por el Poder Ejecutivo, salvo las
excepciones que establece esta Constitución”.
De allí, primero, se deduce que los originantes de las leyes pueden ser:
Sin perjuicio de ello, y aunque no lo menciona esa prescripción constitucional, nada obsta a
que cualquier habitante (haciendo uso del derecho de peticionar a las autoridades, consagrado
por el artículo 14 de la Constitución Nacional) pueda presentar ante cualquiera de las Cámaras
proyectos de su autoría, documentos que en el ámbito parlamentario se denominan “peticiones
particulares” (y que, en la medida en que sean receptadas por legisladores o por las comisiones
respectivas, pueden llegar hasta su aprobación final). Un tipo de estas iniciativas particulares
(la denominada iniciativa popular) ha sido receptada especialmente por la Constitución
reformada en 1994, y a ella dedicaremos algunos párrafos específicos más adelante.
3.
Los Reglamentos de las Cámaras contemplan que los proyectos de leyes presentados por sus
miembros sean acompañados por fundamentos.
Ocurre lo mismo con los que formula el Poder Ejecutivo Nacional, que son precedidos por un
Mensaje, con la misma finalidad. Estas iniciativas del Presidente, además de la firma de éste,
requieren el refrendo del ministro del ramo respectivo, y en todos los casos, además, el del jefe
del gabinete de ministros (artículo 101, iniciso 8, Constitución Nacional).
1
Nos basaremos, para este análisis, en la metodología fijada en el Curso de Derecho Constitucional, de Carlos
María Bidegain, tomo IV, pág. 111 y ss., ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1996, obra en cuya actualización
quien actualmente esto escribe tuvo oportunidad activa de participar.
2
4.
Se denomina Cámara de origen a aquella donde ingresa primero el proyecto y donde, por ende
éste goza de la oportunidad original de ser discutido y, en su caso, aprobado. El carácter de
cámara originaria no es un tema menor pues –como analizaremos en 3.I.112- dicha Sala posee
cierto privilegio, que interesa política y jurídicamente en algunos casos particulares.
El principio general es que tanto la Cámara de Diputados como el Senado pueden ser,
indistintamente, la Cámara de origen. Pero caben las excepciones que establece esta
Constitución como reza el artículo 77, que recién citamos; se trata de los siguientes casos:
Este principio, y por la necesaria relación entre los gastos del Estado, y sus recurso (en
gran medida, los impuestos) ha provocado que, aunque no específicamente indicado
por la letra constitucional, el proyecto de ley de presupuesto deba ser originado en la
Cámara de Diputados (como, por otra parte, en nivel infra-constitucional, lo consagra
la ley 24.156, de administración financiera del sector público). Al respecto, el artículo
100, inciso 6, de la Constitución, reserva para el Poder Ejecutivo su autoría inicial.
5.
En la práctica, es frecuente que los casos no se den con la claridad con que lo pre-determina la
Constitución. Ello ha dado origen a frecuentes discusiones entre ambas Cámaras sobre la
naturaleza de determinados proyectos, y a cuál le corresponde el privilegio de ser la originaria.
En más de una oportunidad la Cámara de Diputados se ha expresado oficialmente
reivindicando su potestad exclusiva, sobre todo en materia impositiva.
6.
El proyecto en cuestión es ingresado en alguna de las dos Cámaras, como recién vimos. Ello
origina un complejo procedimiento interno, tendiente al enriquecimiento de la proposición, y a
su mejor consideración y discusión.
2
Las citas de esta Tercera Parte reflejarán, en primer término, la Sección a que hacen referencia; luego, el
capítulo y finalmente el número de parágrafo aludidos.
3
- giro a las Comisiones de Asesoramiento (permanentes o especiales)
respectivas;
- consideración y discusión en el ámbito de las Comisiones;
- emisión de dictamen por las Comisiones;
- elaboración de observaciones al dictamen de Comisión;
- en su caso, posibilidad (no habitual, pero también reglamentaria) de
tratamiento por el plenario de la Cámara sin la existencia de un dictamen de
Comisión;
- y, una vez habilitado el proyecto para su consideración en el recinto
plenario de la Cámara, consideración por ésta en general; luego su votación
también en general (con la existencia de quórum y la obtención de las
mayorías respectivas), que culmina con el tratamiento y votación, en cada
caso, en particular.
La enmienda constitucional de 1994 insertó una novedad sobre este último particular en el
cuerpo de la Norma Fundamental. Su artículo 75 expresa:
“Cada Cámara, luego de aprobar un proyecto de ley en general, puede delegar en sus
comisiones la aprobación en particular del proyecto, con el voto de la mayoría
absoluta del total de sus miembros. La Cámara podrá, con igual número de votos,
dejar sin efecto la delegación y retomar el trámite ordinario. La aprobación en
comisión requerirá el voto de la mayoría absoluta del total de sus miembros. Una vez
aprobado el proyecto en comisión, se seguirá el trámite ordinario”.
7.
Pasamos a analizar a continuación las hipótesis que contiene la Carta Magna argentina, en
relación a la sanción de los proyectos de leyes por cada Cámara. El procedimiento requiere,
necesariamente, el consenso de las dos Salas.
8.
Primero, el caso del consenso inmediato de las dos Cámaras. Al respecto, dice el artículo 78
constitucional:
9.
También la solución (prevista por el primer párrafo del artículo 81 de la Constitución
Nacional) es drástica cuando ocurre un rechazo total por la Cámara revisora:
“Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una de las Cámaras podrá
repetirse en las sesiones de aquel año”.
4
La referencia temporal que acabamos de transcribir es al “año parlamentario”, esto es, el
período que transcurre desde el 1 de marzo hasta el 28 (ó 29, en el caso de años bisiestos) de
febrero del año siguiente.
La posibilidad de rechazar totalmente un proyecto de ley está limitada por el segundo párrafo
del artículo 81:
10.
Bastante más complejo es el procedimiento constitucional cuando la Cámara revisora no
rechaza totalmente la sugerencia de la de origen, sino que le introduce enmiendas. Varias
formas existen, en el derecho comparado, para tratar esta cuestión en los parlamentos
bicamerales: algunas dan preferencia a alguna de las cámaras (habitualmente la de origen más
popular); otras prevén la existencia de comisiones de enlace entre ambas Salas, que tratan de
aunar criterios y así evitar que el procedimiento se transforme en una especie de “ping-pong”
que puede no llegar a tener fin.
11.
Las posibilidades que pueden, entonces, acaecer, previstas en lo que resta del artículo 81
constitucional, son las siguientes:
12.
La posibilidad de concretar adiciones o correcciones termina en la segunda lectura. Se trata de
una vieja discusión en el ámbito parlamentario que fue finalizada por la reforma constitucional
de 1994, al agregarse un último párrafo al artículo 81, del siguiente tenor:
13.
La Constitución no obliga a que las adiciones o correcciones de la Cámara revisora deban ser
aprobadas o rechazadas “in totum” por la Sala de origen. Ésta puede aprobar algunas
enmiendas y rechazar otras, separadamente. El tema fue objeto de algunas controversias en la
práctica parlamentaria, prevaleciendo la postura que se acaba de expresar4.
14.
Dijimos arriba que éste era co-legislador (No. 3.I.2; ello, conforme, además, a lo previsto en el
artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional). Tal circunstancia se pone de manifiesto,
sobre todo, en su propia, necesaria e indelegable potestad constitucional de promulgar o de
vetar un proyecto de ley sancionado por las Cámaras. Es que, por más que las dos Cámaras del
Congreso hayan llegado a un consenso en materia legislativa, y a que el Senado le haya
otorgado un número (el que, probablemente, algún día tendrá la “ley” que se dicte), el
documento fruto de ese consenso no deja de ser más que un “proyecto de ley”. No habrá ley
sin la promulgación del Presidente de la Nación. Pudiéndose dar los siguientes casos.
15.
El primero es el de la promulgación expresa. Ya hemos citado la previsión constitucional en
esta materia, contenida en el artículo 78, y que se concreta en un decreto presidencial.
16.
El segundo es el de la promulgación tácita. Reza el artículo 80, primer párrafo, de la
Constitución:
“Se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto no devuelto en el término
de diez días útiles”.
Ese plazo de días hábiles administrativos debe contarse desde el momento en que la
comunicación oficial es hecha por la Cámara finalmente sancionadora del proyecto, al
Presidente de la República, dato a veces difícil de constatar con claridad en la práctica.
17.
Más compleja es la situación en caso de producirse una observación o veto por el Poder
Ejecutivo. Requiere una puntualización previa.
4
Concordando con lo recién enunciado –y con lo referido en 3.I.12-, el punto 1 del Acta que mencionáramos en
la Nota anterior, establece: “Cuando un proyecto de ley vuelve a la Cámara de origen con adiciones o
correcciones introducidas por la Cámara Revisora, podrá aquélla aprobar o desechar la totalidad de dichas
adiciones o correcciones, o aprobar algunas y desechar otras, no pudiendo en ningún caso introducir otras
modificaciones que las realizadas por la Cámara Revisora”.
6
La Constitución de 1994 ha pretendido resolver finalmente la cuestión, adhiriéndose a dicha
tesitura, conforme lo dispuso en los tres últimos párrafos del artículo 80:
Este último mandato está pendiente. El procedimiento al que remite el artículo 80 es el, en
rasgos generales, previsto por los artículos 99, inciso 3, y 100, inciso 13, constitucionales, los
que prevén que los decretos de vetos parciales sean refrendados por todos los ministros y el
jefe de gabinete en acuerdo general, y que luego se sometan a una Comisión Bicameral
Permanente, que en un plazo de diez días debe elevar su despacho a la Cámara. Pero la
creación de esa Comisión, la reglamentación de lo recién previsto (y, sobre todo, la decisión
legislativa acerca de qué efectos tendrá un hipotético silencio de los plenarios de las Cámaras
del Congreso) está notablemente demorada. Sin esa norma reglamentaria, continuará siendo
potestad exclusiva del Poder Judicial el juzgamiento (si se plantea en casos concretos) de la
concreción de las hipótesis ahora incluidas en el artículo 80 de la Norma Fundamental.
18.
Ocurrido un veto (total o, en los casos que corresponda según lo que acabamos de explicar,
parcial), el Poder Legislativo tiene posibilidad de “reivindicar” sus facultades legisferantes,
superándolo (o, en su caso, consintiéndolo). El artículo 83 de la Constitución contempla las
siguientes situaciones:
E) La publicación de la ley.
19.
7
El trámite legislativo ordinario culmina con la publicación de la ley en el Boletín Oficial, que
lleva a cabo el Poder Ejecutivo (habitualmente, así lo ordena en el decreto de promulgación de
la ley). Tema no previsto expresamente por la Constitución, pero que es un trámite esencial
para la vigencia de la norma (artículo 2 del Código Civil). Cuestión, por otra parte,
controvertida, sobre todo con relación a la posibilidad de la existencia de leyes secretas, y
sobre la cual no vamos a abundar por la naturaleza de este Manual.
F) Procedimientos especiales.
20.
La reforma de 1994 incorporó al texto constitucional algunos contenidos que innovan
sustancialmente en aspectos que tienen que ver con ciertos procedimientos legisferantes.
Pasamos a hacer escueta referencia a los mismos.
21.
“El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e
insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo”, comienza expresando el
artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional, pero esta inicial prohibición se ve
complementada por la siguiente frase “solamente cuando circunstancias
excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos en esta
Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen
materia penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá
dictar decretos por razones de necesidad y urgencia”.
La ley especial recién referida aún no ha sido sancionada (v. 3.I.17;); tampoco ha
sido creada la Comisión Bicameral Permanente también allí aludida. Por lo que el
procedimiento relatado todavía no ha sido llevado a la práctica, pese al mandato
constitucional. Mientras tanto, la potestad del Poder Ejecutivo en esta materia sigue
siendo, en general, discutida, pero, en la práctica, efectivamente ejercida.
22.
Reviste también ciertas características especiales el procedimiento para aprobar la
norma de coparticipación impositiva entre la Nación y las Provincias, tal como se
determina en los incisos 2 y 3 del artículo 75, y en la disposición transitoria 6ª, de la
Constitución Nacional. Se busca la sanción de una especie de “ley convenio”, acordada
entre el Estado Federal y los estados provinciales, en la cual el Senado debe actuar
como cámara iniciadora, tiene que ser sancionada por una mayoría absoluta de la
totalidad de los miembros de cada Cámara, no puede ser reglamentada ni modificada
unilateralmente por el gobierno central, y debe ser aprobada por las provincias.
La norma reglamentaria efectivamente emitida fue la ley 24.747, que, entre otros
elementos, precisó que debe patrocinar el proyecto al menos el 1,5% del padrón
electoral (aproximadamente 350.000 ciudadanos), y que represente como mínimo seis
distritos electorales, previéndose la existencia de distintos controles respecto de los
aspectos formales y de procedimiento, a cargo del defensor del pueblo, de la justicia
electoral nacional y de la Cámara de Diputados, originaria en temas de esta materia. Si
bien las normas citadas prevén un plazo de 12 meses para el tratamiento por el
Congreso, no contemplan consecuencias para el caso de que ello no ocurra (lo que, de
ninguna forma –conf. artículo 82, Constitución Nacional- no puede conducir a
cualquier tipo de sanción legislativa ficta).
24.
Esta otra forma de participación popular más directa está ordenada por el artículo 40
constitucional, que dice:
25.
La reforma constitucional de 1994 otorgó nivel de norma constitucional a
determinados tratados de derechos humanos, y contempló la posibilidad de elevar a
similar jerarquía a ciertos tratados, en el futuro. Sobre el particular, el procedimiento
parlamentario registra algunas novedades:
10
SECCION II
11
Índice general
Pág.
Prólogo...............................................
Capítulo I El reglamento...........................
12
PROLOGO
Es por ello que se cree oportuno aprovechar la posibilidad que brinda la publicación de este
“Manual”, publicado por también por la misma Cámara, a través de un organismo que
depende de la misma Secretaría, el Instituto de Capacitación Parlamentaria, para agregar, en la
Sección respectiva –que es la siguiente- la reelaboración de dicha obra, con el afán de reflejar
en la misma el texto originario del Breve Comentario, mas todas las reformas recién indicadas
y las adaptaciones consecuentes, y de continuar con su difusión permanente. Tarea que ha
concretado el mismo autor.
Siguen vigentes hoy los mismos propósitos enunciados en 1983 (y para recordarlos, se agrega
a continuación la reproducción del Prólogo de esa primera edicion); por ello, la obra ha
mantenido su estructura original. Pero queremos puntualizar varias circunstancias:
d) También con el afán de evitar confusiones, verá el lector que hemos tratado de evitar toda
referencia a las reformas reglamentarias parciales que se han ido produciendo en los últimos
años, que hemos dado por incorporadas. Parte de la "historia menuda" del devenir del
reglamento, puede estudiarse en el Reglamento Comentado. Esta cuarta edición del Breve
Comentario sigue, estrictamente, el texto del reglamento ordenado de 1996 y de sus sucesivas
modificaciones (según la versión actualizada día a día que la Cámara de Diputados ofrece al
público en su “sitio” de Internet) y de la Constitución Nacional de 1994.
14
Prólogo a la primera edición
16
CAPÍTULO I
El reglamento
El reglamento no es, en sí, más que una resolución de la Cámara de Diputados, quizás la más
importante (en el 3.II.94 estudiaremos qué son las resoluciones, y cómo se llega a ellas).
Por el último carácter indicado -y evidentemente con el afán de concretar una más reflexiva
decisión- para que la Cámara proceda a su reforma (que debe efectuarse también por otra
resolución), se establece, además del trámite ordinario, un procedimiento dificultado:
- ninguna de las disposiciones del reglamento puede ser alterada o derogada por una
resolución sobre tablas (artículo 2275).
Además, para facilitar su comprensión integral, las reformas que se produzcan deben ser
insertadas en el cuerpo orgánico enmendado, y en los lugares pertinentes (artículo 226).
Es competente (salvo que se creara una comisión especial ad hoc) para dictaminar en los
proyectos de reforma, la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento (artículo 89). En los
casos de enmienda, deberán tenerse presentes todas las resoluciones que la Cámara haya
expedido sobre puntos de disciplina y de forma, y las que emita en virtud de lo reglado por el
artículo 223 (artículo 224, véase infra, 3.II.3), normas éstas que deben figurar en un libro
especial que llevará la Secretaría, y que se leerá en el recinto, siempre que la Cámara lo
disponga (artículo 225).
3. Cumplimiento e interpretación.
Al presidente le compete hacer observar el reglamento (artículo 39, inciso 14), que deben
cumplir todos los diputados, gozando éstos del derecho de reclamar a la Presidencia su
observancia si se juzgare que el mismo es contravenido (artículo 222). En este caso, si el
supuesto infractor entendiera que no ha existido tal violación, la cuestión debe ser resuelta por
la Cámara, mediante un procedimiento especial y rápido, votándose sin discusión (artículo
223).
En dicha situación, la Cámara actúa en virtud de la norma general que la consagra como
intérprete necesario (artículo 228). Cabe acotar que si, por uno de los medios que también el
reglamento autoriza, la cuestión resultare objeto de mayor estudio, la comisión competente
sería la de Peticiones, Poderes y Reglamento (artículo 89).
El reglamento es la norma de procedimientos básica. Pero este mismo cuerpo orgánico deja en
manos de determinadas comisiones la elaboración de normas procesales específicas para casos
concretos. Así se estatuye que:
Expresados estos conceptos previos sobre la norma que estudiaremos, pasemos a analizar sus
contenidos.
18
CAPÍTULO II
Los diputados
5. Bases constitucionales.
Son las establecidas por el artículo 48 de la Constitución Nacional, que expresa: “Para ser
diputado se requiere haber cumplido la edad de veinticinco años, tener cuatro años de
ciudadanía en ejercicio y ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de residencia
inmediata en ella”.
Importante para el estudio de este capítulo es consignar que la elección de los diputados está
regida por estas normas constitucionales:
6. Principios generales.
Los diputados se incorporan como tales a la Cámara durante la sesión preparatoria del año
que corresponda a los períodos normales de renovación de la misma (la que debe concretarse
dentro de los diez primeros días del mes de diciembre de ese año; conf. artículo 1). Su
duración en el cargo está establecida por el artículo 50 constitucional: “Los diputados durarán
en su representación cuatro años y son reelegibles, pero la Sala se renovará por mitad cada
bienio, a cuyo efecto los nombrados para la primera Legislatura, luego que se reúnan,
sortearán los que deban salir en el primer período”.
Las calidades y elecciones aludidas en el número 3.II.5 deben ser evaluadas por la Cámara,
por cuanto ésta es “juez de las elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a su
validez” (artículo 64, Constitución Nacional), cláusula cuya intención es subrayar la
independencia del órgano, que se vería sujeto a la decisión de otros ámbitos de poder en caso
contrario. Es por esta razón que a la Cámara le pueden ser anoticiadas las impugnaciones
referentes a los títulos de los electos, y a ella le corresponderá el análisis y juzgamiento acerca
de si su posible integrante pasará o no a concretarse como tal. El procedimiento está
contemplado en el reglamento, y a continuación lo analizaremos.
19
7. Forma de las impugnaciones.
a) Por escrito:
Adviértase que el adverbio “sólo” utilizado en el artículo 5 establece que cualquier petición al
respecto, por parte de un habitante de la Nación, únicamente podrá tener relevancia jurídica si
es receptada por una de las personas o entidades mencionadas en el mismo artículo,
ratificándose así el carácter “político” del juzgamiento en estudio, exento del control judicial
en esta oportunidad.
8. Tipos de impugnaciones.
Son dos:
a) Impugnaciones personales.
Estatuye el artículo 2 que se leen los escritos recibidos, y se concede la palabra a los
diputados que quieran formular impugnaciones, y a los afectados por éstas. Todos los
citados gozan de quince minutos para manifestarse, incluyéndose también a un
representante por cada bloque político. Luego, pueden ocurrir dos casos:
(i) si tras este debate se considera prima facie la inexistencia de los requisitos
constitucionales (artículo 48), el impugnado no podrá prestar juramento, y su diploma
se discutirá en sesiones ordinarias (artículo 3, inciso 1).
(2) si el debate demostrara que existe, por lo menos, un título aparente, siendo
necesaria una investigación a fondo para comprobar o no la existencia de la causal de
impugnación, el diputado se incorporará en las formas previstas para las
“impugnaciones electorales” (artículo 3, inciso 1).
b) Impugnaciones electorales.
20
c) Aplicable a los dos tipos de impugnaciones es el principio general que consagra el
artículo 4: las planteadas por escrito deben ser presentadas en Secretaría:
(2) si se trata de una elección realizada fuera del plazo periódico (o, en su caso,
si se incorporaran reemplazantes en situación de existencia de vacantes), el
mismo día en que se diera cuenta de la presentación del diploma, o en la sesión
siguiente.
Producido despacho por esta comisión, éste debe ser tratado por la Cámara en sesiones
especiales (excepcionalmente, tras fracasar tres sesiones de este tipo por falta de quórum, en
sesiones de tablas, como asunto preferente; conf. artículo 7). La discusión de las
“impugnaciones personales” se hará individualmente, y la de las “electorales” por distrito
electoral, participando los impugnados en la deliberación, mas no en la votación (artículo 8).
Tras la deliberación en sesión, la Cámara decide sobre la nulidad, o no, del título de la
elección (artículo 6), precisándose, en el primer caso, dos tercios de los votos emitidos
(artículo 8). De no ocurrir este supuesto, la incorporación del impugnado lo habilita para
ejercer plenamente su mandato, el que quedará definitivamente saneado si la Cámara no
adoptara decisión alguna dentro de tres meses:
III. JURAMENTO
12. Hemos hecho ya referencia a este acto, consagrado a priori por una prescripción
constitucional (artículo 67: “Los senadores y diputados prestarán, en el acto de su
incorporación, juramento de desempeñar debidamente el cargo, y de obrar en todo de
conformidad a lo que prescribe esta Constitución”), y que el reglamento adapta en cuatro
fórmulas a las creencias del diputado (juramento simple, por Dios, la Patria y los Santos
Evangelios; por Dios y la Patria; por la Patria; conf. artículo 10). Encontrándose todos los
diputados de pie, lo toma en voz alta el presidente (artículo 12; entendiéndose que en el caso
ordinario de renovación de la Cámara, debe hacerlo el presidente provisional de ésta,
conforme al artículo 2), por orden alfabético de distrito y, según la práctica, agrupando a los
legisladores de un mismo distrito de acuerdo a las fórmulas por éstos elegidas.
13. El cumplimiento del alto mandato constitucional se concreta en una serie de obligaciones
específicas del diputado que, en principio, son: incorporarse a la Cámara, prestar juramento,
asistir a sus sesiones, integrarse a las comisiones, participar de la labor de éstas, ejercer los
cargos parlamentarios para los cuales haya sido electo o designado, participar de la discusión,
emitir su voto en las sesiones del cuerpo, etcétera. De estas obligaciones (contrapuestas a
21
derechos concretos -como los de presentar proyectos y mociones, gozar de la dieta- y ambos
contrabalanceados por determinados privilegios), que estudiaremos en cada caso concreto,
reservamos para su análisis en esta oportunidad la de asistencia a todas las sesiones,
consagrada por el artículo 16 y ratificada por los artículos 26 (al afirmar la obligación de estar
presente en el recinto hasta por lo menos media hora luego de la fijada para la iniciación de la
sesión) y 17 (“Ningún diputado podrá faltar a las sesiones sin permiso de la Cámara”).
Las decisiones de la Cámara que exceptúan de la obligación de asistir a las sesiones pueden
darse en los siguientes casos:
El artículo 21 del reglamento establece que estos permisos (inclusive los originados en
empleos o comisiones otorgados por las provincias) sólo podrán durar por el año
legislativo en que fueren otorgados, y que no podrán ser concedidos con autorización
de ejercer simultáneamente funciones legislativas (exceptúase de esto último a los
casos en que las comisiones hubieran sido encomendadas por la Cámara, y si hubiere
compatibilidad entre el ejercicio simultáneo de las mismas y la función legislativa).
Agrega que los permisos serán otorgados sin goce de dieta, salvo que la comisión
encargada fuere sin goce de haberes y estuviere suficientemente justificada la
percepción de los mismos. Sentando un precedente novedoso en nuestras prácticas,
determina finalmente que en caso de producirse alguna vacancia transitoria con motivo
del permiso, la Cámara podrá disponer la incorporación del diputado suplente,
temporariamente y mientras no se reincorpore el titular;
c) Concesión de licencias con goce de dieta. Estas licencias -que, como las anteriores,
deben ser pedidas por el diputado (y estas peticiones incluirse en el Boletín de Asuntos
Entrados, conf. artículo 165) y resueltas por la Cámara en una votación especial
(artículo 17)- son otorgadas en las siguientes circunstancias, regladas por los artículos
18 y 19:
3. que no haya faltado a quince sesiones en ese año, por cualquier causa
(excepto enfermedad, licencia por maternidad o cumplimiento de misión
oficial).
d) Concesión de licencia por maternidad. A otorgarse, con goce de dieta, por noventa
días (cuarenta y cinco anteriores y posteriores al parto) o por sesenta días acumulables
desde la fecha del nacimiento (artículo 17).
22
El artículo 20 consagra otro principio general: el legislador que se ausenta sin licencia pierde
el derecho a la dieta por el período en que se prolongue su inasistencia.
a) formulación de una nómina de diputados presentes y ausentes (y, en este caso, las
causales);
El reglamento intenta asegurar la asistencia por la responsabilidad política general que implica
la publicidad de las listas de asistencia, y por el medio concreto que efectiviza el descuento de
la dieta. Pero la Constitución Nacional también consagra otros caminos, y a éstos se pasa a
hacer referencia:
a) El artículo 25 del reglamento expresa: “Cuando algún diputado se hiciese notar por
su inasistencia, el presidente lo hará presente a la Cámara para que ésta tome la
resolución que estime conveniente”. La Cámara goza en este caso de amplitud política
de criterio, para adoptar una de las siguientes medidas contempladas por el artículo 66
de la Constitución Nacional: “Cada Cámara ... podrá, con dos tercios de votos,
corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus
funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su
incorporación, y hasta excluirle de su seno ...”
23
b) Dice el artículo 27 reglamentario: “En caso de inasistencia reiterada de la mayoría
de los diputados, la minoría podrá reunirse en el recinto de las sesiones para acordar
los medios de compeler a los inasistentes”, artículo que es casi una repetición textual
de la parte pertinente del 64 constitucional (“Ninguna de ellas -las Cámaras- entrará
en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros; pero un número menor podrá
compeler a los miembros ausentes a que concurran a las sesiones, en los términos y
bajo las penas que cada Cámara establecerá”). No es objeto de los limitados alcances
de este trabajo penetrar en las controvertidas discusiones parlamentarias y doctrinaras
suscitadas por la “compulsión por la minoría”. Baste aclarar que muchas de estas
fuentes están contestes en considerar que los medios utilizables pueden llegar a
exceder en mucho la mera publicación de listas de presencias o el descuento de dietas.
V. DIETAS
17. “Los servicios de los senadores y diputados son remunerados por el Tesoro de la Nación,
con una dotación que señalará la ley”, estatuye el artículo 74 constitucional, y a esa dotación
se denomina “dieta”, a la cual se tiene derecho desde el momento de la incorporación a la
Cámara (artículo 28). Su pago corresponde hacerlo al secretario administrativo (artículo 52,
inciso 1). Ya hemos visto cómo se produce el cálculo de la dieta, y en su caso, sus descuentos
(artículos 18, 19, 20, 23 y 26).
18. Hemos hecho referencia a varias situaciones concretas de los diputados (quienes, de
acuerdo a nuestro sistema republicano, no reciben un tratamiento especial -artículo 13-, lo que
equivale al apelativo único de “señor diputado”, durante su ejercicio, o de “diputado mandato
cumplido”, terminado éste, de acuerdo con lo dispuesto por la ley 20.984), a las cuales alude el
reglamento. Hay otras muchas referencias a los legisladores, que citaremos en todos los casos
concretos. Existen institutos constitucionales que hacen al parlamentario, muy complejos, tales
como los privilegios, a los que mencionaremos al estudiar la moción específica existente al
respecto. Se registran otros que, por haber sido resueltos por la Constitución Nacional, no han
sido motivo de análisis específico en el reglamento.
Tendrá oportunidad el lector de advertir que por razones metodológicas, en muchas de las
situaciones siguientes alteraremos el orden numérico reglamentario intentando así dar a la
exposición un orden más lógico, y para procuar una mejor comprensión del tema.
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CAPÍTULO III
Podrán constituirse bloques siempre que sus integrantes registren “afinidades políticas”. Este
requisito, del artículo 55, no parece exigir la comprobación formal de afiliaciones político-
partidarias comunes: basta la comunión de ideas para habilitar, de acuerdo a la forma que
luego analizaremos, a un bloque político.
En este punto, hacemos notar que, en la única oportunidad en que el reglamento tiene presente
la existencia de los partidos políticos como entes jurídicos es en el artículo 5, inciso b), al
habilitarlos a impugnar diplomas de legisladores.
El mismo artículo 55 requiere tres diputados, como mínimo, para la constitución de un bloque.
Sin perjuicio de ello, la misma norma es más permisiva: “cuando un partido político existente
con anterioridad a la elección de los diputados tenga sólo uno o dos diputados en la Cámara,
podrán ellos, asimismo, actuar como bloque”.
Con lo cual, parecería que, según el espíritu del reglamento, los únicos bloques inferiores a
tres diputados que estarían vedados son los a conformarse por legisladores en ejercicio, que
sean desafiliados por sus partidos políticos durante el ejercicio de su mandato, o que se
escindan de aquéllos o pasen a formar un partido nuevo durante, también, el ejercicio de su
cargo parlamentario; ello, dado que el caso normal de un legislador presupone un partido
político anteriormente existente a su elección, que lo haya postulado como candidato.
Dada la “afinidad política” no basta más que una comunicación formal, escrita y firmada por
todos sus integrantes, dirigida a la Presidencia de la Cámara anoticiando su composición y
autoridades, para constituir un bloque (artículo 56).
25
Las presupone el último artículo citado, dejando librado a los bloques su elección y las
características y distribución de sus cargos. Sin embargo, existe otra pauta reglamentaria
concreta: los bloques deben contar necesariamente con un presidente, puesto que lo exige el
artículo 58, al referirse a su integración a la Comisión de Labor Parlamentaria.
25. Personal.
Goza de un régimen especial; está equiparado al resto del personal de la Cámara, pero:
c) el presupuesto para crear cargos en los bloques, que la Cámara determina, deberá
proporcionarse en orden al número de integrantes que compone cada uno de aquéllos.
d) el representante del bloque goza de un término especial (treinta minutos) para hablar
en la discusión en general (artículo 150);
27. Corresponde empezar a analizar las características y funciones de las autoridades políticas
y administrativas de la Cámara. Comenzaremos por su funcionario más importante, el
presidente.
I. EL PRESIDENTE
El presidente es elegido entre los diputados, a pluralidad de votos (artículo 2). La votación se
practica en forma nominal (artículo 190). Tratándose de la autoridad máxima de uno de los
órganos supremos del Estado, el artículo 2 obliga a comunicar de inmediato esta designación a
los otros órganos supremos: el Poder Ejecutivo, el Senado y la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
El presidente dura un año en sus funciones, establece el artículo 37, agregando que “si vencido
el término no hubiere sido reemplazado de acuerdo a lo establecido por el mismo artículo,
continuará en el desempeño de sus funciones hasta que así se hiciere. En caso de que el
presidente terminare su mandato como diputado, será sustituido en el desempeño de sus
funciones por los reemplazantes indicados en el artículo siguiente”.
30. Funciones.
28
- hacer citar a los diputados a sesiones de tablas o especiales (artículos 36 y 39, inciso
9).
- indicar al abrir las sesiones, cuántos son los legisladores presentes (artículo 163).
- dar cuenta a la Cámara de los asuntos entrados (artículos 39, inciso 2, y 165).
- hacer conocer a la Cámara qué asuntos deben tratarse en la sesión, por tener
preferencia acordada (artículo 175).
- indicar a la Cámara para que decida si debe aplicarse una sanción de las indicadas por
el artículo 66 constitucional a los legisladores que faltaren al orden (artículo 188).
- llamar a los diputados que estén en antesalas, para que se presenten en el recinto,
antes de la votación (artículo 176).
- indicar a la Cámara si debe levantarse la sesión, por terminación del tratamiento del
orden del día, o ante lo avanzado de la hora (artículo 174).
- conceder licencia para que cualquier persona, fuera de las enumeradas en el artículo
216, esté presente en el recinto.
- hacer presente a la Cámara, para que ésta tome resolución, las reiteradas inasistencias
de un legislador (artículo 25).
- nombrar una comisión especial de cinco miembros para que proponga sanciones en el
caso del artículo 188).
- firmar, como tal, las notas y requerimientos de la Cámara a las demás autoridades,
incluidos los pedidos de informes del artículo 204.
- distribuir las funciones comunes de los secretarios (artículos 46 y 50, inciso 1).
- hacer desempeñar a los secretarios otras funciones, fuera de las que específicamente
les fija a éstos el reglamento (artículo 45, inciso 7).
- designar taquígrafos para que tomen las versiones en las sesiones secretas (artículo
33).
30
- recibir los avisos relativos a la inasistencia de los taquígrafos (artículo 54, inciso 2).
- establecer las bases de los concursos de selección del personal (juntamente con las
demás autoridades de la Cámara; conf. artículo 39, inciso 12).
- remover a los empleados, cuando proceda legalmente (artículo 39, inciso 13).
- reglar las bases del concurso de selección del personal de la Oficina de Información
Parlamentaria (artículo 213).
- tener a sus órdenes a la guardia de facción, en las puertas exteriores (artículo 217).
- autenticar las actas de las sesiones, y, en su caso, todas las actas de la Cámara
(artículo 39, inciso 7), con el refrendo del secretario (artículos 45, inciso 2, y 47, inciso
1).
En lo que respecta a sus funciones, “no tendrán más atribuciones que las de sustituir por su
orden al presidente, cuando éste se halle impedido o ausente” (artículo 38). Por tanto, nos
remitimos también a los capítulos inmediatamente precedentes.
- si sus mandatos como legisladores se prolongaran por más tiempo que el del
presidente, lo reemplazarán plenamente, por su orden, si la Cámara no designara nuevo
presidente (artículo 37).
31
CAPÍTULO V
37. La tarea administrativa de la Cámara de Diputados es ejecutada, en los hechos, por los
secretarios de la misma. Su labor es clave para el funcionamiento del cuerpo, pero difícil de
comprender a la luz de los términos del reglamento. El análisis concreto que hemos realizado
no nos ha permitido definir claramente (a la mera luz del reglamento), al menos, la tradicional
división existente entre la Secretaría Parlamentaria (desempeñada habitualmente por el
secretario más antiguo) y la Secretaría Administrativa, que, de hecho, existe. Tampoco es
generoso el reglamento en lo que respecta a la organización administrativa de la Cámara, que
analizaremos exclusivamente según lo poco que su letra provee.
I. LOS SECRETARIOS
El reglamento dispone que la cámara debe nombrar a tres secretarios de fuera de su seno,
mediante una elección que, a similitud de la de las autoridades políticas, también se practicará
a pluralidad de votos (artículo 43) y en forma nominal (artículo 190). No es requisito
indispensable que la elección se realice en la sesión preparatoria.
Tienen un asiento fijo en el recinto, en el rostrum del mismo y a los costados del presidente, su
jefe inmediato (artículo 43). Pueden también estar presentes en las sesiones secretas de la
Cámara (artículo 33).
Hemos referido ya, en el número 3.II.37, lo dificultoso y confuso de este tema. A la exclusiva
luz del reglamento, se pueden clasificar las funciones de los secretarios de la siguiente forma:
Y, sin perjuicio de la división personal establecida en los casos b) y c) y las funciones que el
presidente pueda determinar en todos los casos del rubro a), existen también otras dos
categorías, dependientes de una circunstancia distinta:
32
d) obligaciones del secretario más antiguo;
A ello debe agregarse la creación reglamentaria, reciente, del área de Coordinación Operativa
(sólo mencionada en el artículo 46, y no estructurada normativamente).
El presidente, quien, como hemos visto, provee a todo lo concerniente a la Secretaría (artículo
39, inciso 10; aunque la Cámara, utilizando sus atribuciones del artículo 66 constitucional
pueda reasumir sus plenas funciones administrativas, y hacer también todo lo concerniente a la
organización y funciones procedimentales, debiendo en este caso todo despacho al respecto
ser girado a la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento; conf. artículo 89), que de él
depende inmediatamente, distribuye las funciones comunes entre los secretarios en la forma
más conveniente y según las necesidades del servicio (artículos 46 y 50, inciso 1). Son éstas
(reproducimos el artículo 45):
1. citar a los diputados a sesiones preparatorias (norma que deberá compaginarse con el
artículo 1 -en su redacción posterior a 1996-, que también faculta al presidente a
hacerlo).
8. desempeñar las demás funciones que el presidente les de en uso de sus facultades.
- publicar la lista de asistentes y estadística general, a fin de cada mes y año, a las
sesiones y a las comisiones (artículos 26 y 110).
- confeccionar la lista con los diputados anotados, para usar de la palabra en el caso del
artículo 168.
- poner a disposición del periodismo los resúmenes de actas de las comisiones (artículo
110).
- reservar por siete días los dictámenes de comisión, para que se les puedan formular
observaciones (artículo 113).
33
Se trata, dice esta norma, del secretario encargado de la “relación o anuncio de los asuntos
ante la Cámara”. Sus funciones son taxativas, pero además, la persona encargada de ejercerlas
tiene la atribución residual de encargarse de todos los “demás asuntos que para equilibrar el
trabajo no destine el presidente al otro secretario” (inc. 1 del artículo citado). ¿Cuáles son esas
funciones concretas?
- leer todo lo que en la Cámara se ofrezca (artículo 50, inciso 1), por lo cual también le
compete dar cuenta a la Cámara de los documentos enunciados en el artículo 165.
- redactar las actas de las sesiones secretas (artículo 50, inciso 2).
- poner éstas a disposición de los diputados para su corrección en 48 horas (artículo 50,
inciso 2).
- obtener, con brevedad, la traducción de las versiones taquigráficas (artículo 50, inciso
3). Por ende, creemos que le compete también la función del artículo 54, inciso 3:
encargarse de su publicación en el Diario de Sesiones.
- correr con las impresiones ordenadas por la Cámara (artículo 50, inciso 4).
Son atribuciones -comunes a más de un secretario- que consignamos luego de las del artículo
50, por no preverse en el artículo 47 la función residual a que antes hicimos alusión.
Reproduciendo el artículo 47, se trata de:
3. llevar por separado cuadernos y libros de actas reservadas, las cuales serán leídas y
aprobadas en una sesión inmediata, que será también secreta, y trasladadas en la forma
ordenada en el inciso 2 del artículo 50 (conf. inc. 3).
1. cuidar del arreglo y conservación del Archivo General, y custodiar en uno especial
bajo llave, que tendrá consigo, lo que tenga carácter reservado (inc. 1).
2. proponer al presidente personas idóneas para llenar las vacantes que se produjeran
en cualquiera de los empleos subalternos de la Cámara, salvo los sujetos a un régimen
especial (inc. 2).
3. poner en conocimiento del presidente las faltas que se cometieren por los empleados
en el servicio, y proponer las sanciones disciplinarias en los casos en que hubiere lugar
(inc. 3).
Todo ello sin perjuicio de que a este secretario le competan algunas de las funciones que
consideramos en los casos a, b y c.
Con la misma advertencia anterior, consignemos que se trata de las obligaciones descriptas en
el artículo 52.
34
1. la percepción y distribución de las dietas de los miembros de la Cámara (inc. 1).
45. Estos tres funcionarios, electos por la Cámara de entre personas ajenas a su seno, a
pluralidad de sufragios en votación nominal (artículo 190), dependen directamente del
presidente, quien les toma el mismo juramento que les corresponde a los secretarios. Sin
perjuicio de esta dependencia, y de la circunstancia de que el mismo presidente determina las
funciones de cada uno, su tarea real se efectiviza en:
Por ello, en punto a sus funciones, remitimos a lo arriba referido respecto de los secretarios.
46. La Cámara de Diputados posee, como es lógico preverlo por la importancia de sus
funciones, una compleja organización burocrática que cumplimenta, en la práctica, sus labores
legislativas, administrativas, políticas y jurisdiccionales. Siguiendo nuestro método, haremos
exclusiva referencia a las previsiones reglamentarias existentes al respecto, que formulan un
marco mínimo sobre la base del cual deberá sostenerse toda la estructura. Todo ello sin
perjuicio de destacar que, además de los servicios propios, la Cámara utiliza aquellos
emergentes de organizaciones complejas o bicamerales, comunes a ambas Salas del
Parlamento, creadas por leyes o resoluciones conjuntas, tales como la Imprenta del Congreso
de la Nación, la Dirección de Ayuda Social para el Personal del Congreso de la Nación y la
Biblioteca del Congreso de la Nación (mencionada una vez en el reglamento -artículo 215- al
hacerse referencia a la coordinación de su labor con la Oficina de Información Parlamentaria).
47. Empleados.
Son propuestos por el secretario más antiguo (artículo 51, inciso 2), pero los designa el
presidente de la Cámara (artículo 39, inciso 12), quien debe elevar a ésta en el proyecto de
presupuesto la existencia de sus respectivas dotaciones (artículo 212).
Sin embargo, el sistema de designaciones es algo más complejo. Así lo establece el artículo
39, inciso 12:
En punto a la estabilidad del personal, el reglamento establece que los funcionarios pueden ser
removidos exclusivamente por el presidente, pero sólo cuando así proceda legalmente (artículo
39, inciso 12). Las leyes que al respecto se sancionen (tal como la vigente en materia de
35
estatuto y escalafón del personal del Congreso Nacional, No. 24.600) estarán enmarcadas en el
presupuesto constitucional del artículo 14 bis, que asegura “la estabilidad del empleado
público”.
b) los taquígrafos;
48. Taquígrafos.
- concurrir con puntualidad a todas las sesiones de la Cámara, debiendo dar aviso por
escrito al director del cuerpo, en caso de inasistencia, quien lo pondrá en conocimiento
del presidente (artículo 54, inciso 2).
- de la ley 915, que citamos por haber sido referida expresamente por el reglamento,
surge también otra obligación: auxiliarse mutuamente con el cuerpo de taquígrafos del
Senado, cuando existan servicios extraordinarios.
- los taquígrafos pueden estar presentes en las sesiones secretas (artículos 33 y 50,
inciso 2), debiendo en esas oportunidades prestar un juramento especial de guardar
reserva.
36
La actualmente Dirección de Información Parlamentaria, creada por una decisión de la
Cámara de Diputados del 30 de diciembre de 1913, es otra de las pocas dependencias
específicas mencionadas por el reglamento, y si bien presta servicios a ambas Cámaras, su
organización y funciones están previstas en la órbita de la de Diputados.
Sus empleados, dependientes de la Secretaría del cuerpo (artículo 213) deben necesariamente
ingresar por concurso de selección, cuyas bases reglamenta el presidente de la Cámara,
debiendo además poseer dos idiomas extranjeros (inglés o alemán uno de ellos). De acuerdo a
una resolución de la Cámara del 13 de diciembre de 1946, sus promociones se realizan por el
sistema de escalafón cerrado.
En cuanto a sus funciones, están determinadas básicamente por el artículo 214, que expresa:
c) el Archivo Secreto: que el secretario más antiguo custodia bajo llave (que llevará
consigo). Contendrá toda la documentación de carácter reservado (artículo 51, inciso
1).
IV. PRESUPUESTO
- lo aprueba la Cámara (artículo 39, inciso 11) en la forma y oportunidad que recién
hemos aludido.
37
La ejecución concreta del manejo de fondos la realiza el secretario administrativo, bajo la
inspección inmediata del presidente (artículo 52, inciso 2), sin perjuicio de la existencia de
controles ulteriores propios de la organización estatal, dispuestos por leyes sancionadas por el
mismo Congreso.
V. PUBLICACIONES
52. Es propio también del sistema republicano que los actos de gobierno sean debidamente
publicitados. La Cámara de Diputados, el ente de la representatividad popular, ha establecido,
en esta línea de ideas, medios suficientes para que sus iniciativas, deliberaciones y decisiones
sean debidamente conocidas por el público en general. Estos medios, por otra parte, son de
una fundamental utilidad para la tarea interna que cumple el cuerpo y sus integrantes.
Es función común de los secretarios la de organizar las publicaciones de las Cámaras (artículo
45, inciso 2), y debe correr con su impresión el secretario cuyas funciones determina el
artículo 50, inciso 4. Este mismo funcionario es el encargado de hacerlas distribuir (artículo
50, inciso 5); obligatoriamente, a los miembros del Congreso y a los ministros y secretarios de
Estado y, en la práctica, a todas las dependencias legislativas y a diversas entidades estatales;
también al público en general, vendiéndose además, a precios reducidos, a cualquier otro
interesado.
Se publica todo aquello que resuelva realizar la Cámara (así se dispone en los artículos 45,
inciso 2, y 50, inciso 4), si bien el mismo reglamento hace concreta mención en el artículo 50,
inciso 5, a varias ediciones específicas: el Diario de Sesiones, el Boletín de Asuntos Entrados
(los cuales luego estudiaremos), las Órdenes del Día o Dictámenes de Comisión (que
analizaremos, en su sentido estricto, infra en el número 3.II.128, y que, según el artículo 113,
deberán ser impresas y numeradas correlativamente) y las “demás publicaciones que por
Secretaría se hicieren”, frase que trae a colación la existencia de otro tipo de ediciones, tales
como el Boletín de Trámite Parlamentario y otras que se ordenen elaborar para casos
concretos.
Con respecto al Boletín recién indicado, se trata de una publicación diaria que contiene los
textos completos de las siguientes iniciativas:
Esta publicación ha cobrado mayor relevancia aún a partir de una resolución del presidente de
la Cámara del 31 de mayo de 1990, que estableció que a partir de la iniciación del período
legislativo de 1990 el Diario de Sesiones -del que se hablará más adelante- contendría sólo la
enunciación de los asuntos, comunicaciones y proyectos de los que se de cuenta durante la
sesión, con indicación del número y página de la publicación Trámite Parlamentario donde
hubiesen sido transcriptos, su distribución y cualquier resolución que hubiesen motivado.
Dicha norma dispone, además, que esta publicación deberá ser abierta a la venta y a la
suscripción pública, debiendo ser distribuida a los diputados, a las dependencias internas de la
Cámara, a organismos públicos y a entidades conforme a los mismos criterios adoptados con
igual finalidad para la distribución del Diario de Sesiones.
Si bien no las menciona el reglamento, aclaremos que la Cámara posee otras herramientas
modernas para su publicidad. Tal el caso de la difusión por radio o por televisión de sus
sesiones, además de su “sitio” en “Internet” (proveyendo allí a quien “navega” por esa red, de
datos valiosos, documentales y también personales de los legisladores).
38
Nos interesa analizar las dos publicaciones más específicamente desarrolladas por el
reglamento: el Diario de Sesiones y el Boletín de Asuntos Entrados.
Se trata del documento que registra prácticamente toda la actividad de la Cámara: los
proyectos presentados, los mensajes recibidos, la discusión, las resoluciones del cuerpo.
Cualquier estudioso de la vida del Congreso debe remitirse a esta publicación que, por su
importancia, es autenticada (en el original) por el mismo presidente de la Cámara (artículo 39,
inciso 7) y refrendada por uno de los secretarios (artículo 45, inciso 2; el secretario también
realiza su compliación y archivo: véase artículo 47, inciso 2). Este es su contenido:
- nómina de los diputados presentes y ausentes, y causas de las ausencias (artículo 48,
inciso 1).
- las observaciones, correcciones y aprobación del acta anterior (artículo 48, inciso 3).
Al respecto, este artículo prevé que los diputados pueden verificar la autenticidad de
sus palabras contenidas en las versiones taquigráficas, dentro de las doce horas de
terminada la reunión (en caso contrario, la dirección de taquígrafos da curso a las
mismas). Luego se pueden introducir correcciones de forma, que no modifiquen el
concepto de lo expresado ni alteren o tergiversen las manifestaciones vertidas (en
ningún caso enmendando las acotaciones relativas a expresiones de aprobación o
desaprobación). Además, al iniciarse la sesión, los diputados pueden indicar los errores
del Diario de Sesiones: el secretario anotará las observaciones, para salvarlas en el
número siguiente, salvo que una resolución de la Cámara dispusiera lo contrario
(artículo 164).
39
- la hora de levantamiento de la sesión, o de su pase a cuarto intermedio para otro día
(art. 48, inc. 7).
Cabe reiterar la mención que se hizo en el número 3.II.52, de una resolución por la cual lo que
se incluye en el Diario de Sesiones con referencia a lo prescripto en el inciso 4 del artículo 48
es sólo la enunciación de los asuntos, comunicaciones y proyectos de los que se hubiera dado
cuenta durante la sesión, con indicación del número y página del Trámite Parlamentario, que
es la publicación donde los mismos son transcriptos con su texto completo. Esta resolución
está fundada en la necesidad de evitar la inconducente reiteración del material contenido en las
distintas publicaciones de la Cámara. La cotidianidad con que se debe publicar el Trámite
Parlamentario, así como su difusión, brindan las garantías de una amplia publicidad y una
mayor prontitud en el conocimiento de los asuntos presentados en la Cámara.
Finalmente, consignamos otro mandato reglamentario contenido en el artículo 49: éste dispone
que la impresión y distribución del Diario de Sesiones se realizará en un plazo improrrogable
de dos meses, contados a partir del día siguiente al de la sesión respectiva.
40
CAPÍTULO VI
55. Organismos esenciales en los Congresos modernos para la elaboración racional y meditada
del producto legislativo, las comisiones permanentes de asesoramiento han sido previstas por
el reglamento, que determina sus normas de organización, competencia y funcionamiento,
además de hacer referencia a otros dos tipos particulares de entes de consulta: las comisiones
especiales e investigadoras.
Determina el artículo 61 que el número de integrantes de las comisiones será determinado por
la Cámara, entre un mínimo de 15 y un máximo de 31 diputados, con algunas excepciones
sobre esto último, que son las siguientes:
Cabe aclarar que esta determinación del artículo 61 puede verse alterada por una decisión de la
Cámara, cuando ésta, a pedido de la Comisión, ante la gravedad del asunto en estudio u otro
motivo especial, disponga el aumento de sus miembros (artículo 103).
Los integrantes de cada comisión deberían ser designados en la sesión preparatoria que
corresponda a un año de renovación de la Cámara. Esta previsión del artículo 29 ha sido de
cumplimiento imposible en períodos recientes, siendo necesario esperar a las primeras
sesiones ordinarias para producir la composición personal.
Los vicepresidentes de la Cámara pueden integrar las comisiones (artículo 105) y pueden estar
presentes en las reuniones los diputados ajenos a las mismas (con posibilidad de participar en
la discusión, mas no en las decisiones o en la suscripción de despachos). Debe ser citado
especialmente el autor del proyecto en estudio (artículo 105), aunque no pertenezca a la
comisión.
58. Autoridades
41
59. Permanencia temporal de sus integrantes.
Con la excepción general del relevo anticipado por resolución expresa de la Cámara o, en su
caso, el acaecimiento de cualquier causal que provocare su cese como diputado, el integrante
de una comisión permanente dura en ese cargo por dos años (artículo 107).
En las dos situaciones, sus miembros durarán hasta la nueva renovación de la Cámara (artículo
107).
Uno de los supuestos de relevo anticipado por la Cámara, antes referido, es el que consagra el
artículo 108: si la mayoría de la comisión estuviere impedida o rehusare concurrir a las
reuniones, la Cámara puede proceder a integrarla con otros miembros, en forma transitoria o,
también, definitiva.
Los inasistencias pueden llegar a causar que la Cámara proceda a integrar a la comisión con
otros miembros (artículo 108 in fine). El reglamento no contempla específicamente la sanción
del descuento de dietas por ausencias a las reuniones de comisión (aunque esa, o cualquier otra
resolución punitiva no puede descartarse a priori, dado que la Cámara está facultada para
“acordar lo que estime oportuno respecto de los inasistentes”, según lo determina esa misma
norma).
Establece el reglamento la pauta general de que las reuniones no deben coincidir con las
sesiones plenarias del cuerpo (artículo 109). El 30 de septiembre de 1992 la Cámara aprobó
una resolución por medio de la cual se adoptó un complejo esquema de horarios de
funcionamiento de las comisiones, contemplando evitar, en lo posible, la superposición de las
mismas (prevé que las reuniones se harán los días martes, miércoles y jueves, desde las 10
hasta las 19 horas).
Las comisiones pueden funcionar en todo tiempo, inclusive durante el receso de la Cámara, en
que fuere necesaria su labor. Sin embargo, poseen limitaciones temporales para dictaminar:
42
Para clarificar la competencia de las Comisiones Permanentes de Asesoramiento, debemos
tomar en cuenta cuál es la competencia específica de la Cámara de Diputados, en cuanto tal y
como integrante del Poder Legislativo de la Nación, detallada por la Constitución. De acuerdo
con el método que adoptáramos, sólo reproduciremos textualmente los artículos 39 (primer
párrafo), 40 (primer párrafo), 52, 53 y 75 de la Constitución Nacional, sin perjuicio de indicar
que, en los siguientes artículos se consignan facultades que deben ser ejercidas por el
Congreso: 3, 6, 7, 9, 13, 14, 14 bis, 15, 17, 18, 19, 21, 24, 25, 28, 29, 30, 31, 32, 36, 37, 38,
41, 42, 43, 45, 49, 77, 85, 86, 88, 92, 93, 99, 100, 101, 104, 106, 107, 108, 110, 115, 115, 116,
117, 118, 119, 120, 124, 125, 126, 127, 128 y 129.
“Artículo 39.- Los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos
de ley en la Cámara de Diputados. El Congreso deberá darles expreso tratamiento
dentro del término de doce meses...
Artículo 53.- Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente,
vicepresidente, al jefe de gabinete de ministros, a los ministros y a los miembros de la
Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal
desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes,
después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa
por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes.
Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias,
instituirá regímenes de coparticipación de estas contribuciones, garantizando
la automaticidad en la remisión de los fondos.
43
deberá asegurar la representación de todas las provincias y la ciudad de
Buenos Aires en su composición.
10. Reglamentar la libre navegación de los ríos interiores, habilitar los puertos
que considere convenientes, y crear o suprimir aduanas.
12. Dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal, de Minería, y del Trabajo y
Seguridad Social, en cuerpos unificados o separados, sin que tales códigos
alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los
tribunales federales o provinciales, según que las cosas o las personas cayeren
bajo sus respectivas jurisdicciones; y especialmente leyes generales para toda
la Nación sobre naturalización y nacionalidad, con sujeción al principio de
nacionalidad natural y por opción en beneficio de la argentina; así como sobre
bancarrotas, sobre falsificación de la moneda corriente y documentos públicos
del Estado, y las que requiera el establecimiento del juicio por jurados.
13. Reglar el comercio con las naciones extranjeras, y de las provincias entre
sí.
15. Arreglar definitivamente los límites del territorio de la Nación, fijar los de
las provincias, crear otras nuevas, y determinar por una legislación especial la
organización, administración y gobierno que deben tener los territorios
nacionales, que queden fuera de los límites que se asignen a las provincias.
22. Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los
tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
45
sobre derechos humanos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los
ancianos y las personas con discapacidad.
27. Fijar las Fuerzas Armadas en tiempo de paz y guerra, y dictar las normas
para su organización y Gobierno.
32. Hacer todas las leyes y reglamentos que sean convenientes para poner en
ejercicio los poderes antecedentes, y todos los otros concedidos por la presente
Constitución al Gobierno de la Nación Argentina”.
Cada comisión permanente de asesoramiento tiene facultad para dictaminar en los asuntos que
el reglamento determina en los artículos 62 a 101 sexies (estas materias son, además, una de
las pautas que tiene la Oficina de Información Parlamentaria para organizar su registración de
antecedentes; conf. artículo 214).
La tarea habitual de girar los asuntos a las comisiones la realiza el presidente de la Cámara
(artículo 167), estando facultada ésta para “en cualquier caso”, decidir las dudas que ocurran
46
en la distribución de los proyectos (artículo 103; una determinación adoptada por la Cámara el
5 de junio de 1986 habilitó al presidente del cuerpo a cambiar o ampliar el destino de los
proyectos, pero, en caso de no aceptar algún legislador dicha decisión, deberán girarse los
antecedentes a la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, para su análisis y posterior
decisión por la Cámara; una resolución de la Presidencia, del 21 de octubre de 1988,
reglamentó esta cuestión). El destino de los asuntos debe consignarse en el Boletín de Asuntos
Entrados (artículo 167)..
Es importante destacar que son habituales los casos de competencia mixta, en que corresponde
que intervengan dos o más comisiones, situaciones que, incluso, pueden ser solicitadas por la
única comisión a la que el proyecto haya sido girado (artículo 103). El reglamento prevé dos
tipos de competencia mixta:
Ya dijimos que esta comisión puede tener un número máximo de 41 integrantes (artículo 61), y
un plazo especial para dictaminar, bajo un apercibimiento particular en caso de silencio, cuando
actúa como comisión no especializada (artículo 102). Como otra característica particular,
señalemos que puede considerar y despachar asuntos, en segunda convocatoria, con solamente
más de la cuarta parte de sus miembros presentes (artículo 108).
COMISIÓN DE JUSTICIA: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto que se relacione con la
organización y administración del Poder Judicial y leyes de procedimientos civiles” (artículo
69).
48
COMISIÓN DE FINANZAS: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto que se relacione con la
política bancaria, monetaria y cambiaria, régimen y fiscalización de la actividad bancaria y del
movimiento de capitales, operaciones de crédito interno y externo, operaciones de empréstitos
públicos y otras obligaciones por cuenta del gobierno de la Nación, así como en cualquier otro
de legislación relacionado con dicha materia” (artículo 79).
49
COMISIÓN DE TURISMO: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto vinculado a la
promoción y fomento de las actividades turísticas; como también en todo aquello vinculado a la
la formulación de las normas legislativas que regulen su funcionamiento” (artículo 92).
COMISIÓN DE MERCOSUR: “dictaminar sobre todo proyecto o asunto que pueda afectar el
proceso de integración regional expresado en la formación del Mercado Común del Sur -
Mercosur. En especial, le compete dictaminar sobre todo proyecto o asunto que importe la
incorporación al ordenamiento jurídico interno de las normas emanadas de los órganos del
Mercosur, de acuerdo a lo previsto en el art. 25 del protocolo de Ouro Preto, suscrito el 17 de
diciembre de 1994 entre los gobiernos de la República Argentina, la República Federativa del
Brasil, la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay” (artículo 101).
50
COMISIÓN DE PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS: “el estudio y la implementación
de medidas que tiendan a la protección y desarrollo de ese sector productivo, a través de una
adecuada legislación en materia impositiva, crediticia y de promoción de sus actividades,
como así también dictaminar en todo proyecto en que las pequeñas y medianas empresas se
encuentren involucradas por sus implicancias en cualquiera de los aspectos antes
especificados” (artículo 101 bis).
Su creación corre por cuenta de la Cámara (artículo 104), la que puede delegar en el presidente
esta prerrogativa. ¿En qué casos se crean?
Para proceder a su integración personal deben también cumplirse los requisitos del artículo
105, ya estudiado (infra, número 3.II.57), pero, a diferencia de las comisiones permanentes,
sus miembros duran en los cargos hasta que la comisión termine su cometido, siempre que la
Cámara no tomare resolución en contrario al iniciarse el primer período ordinario de sesiones
en los años de renovación parcial del cuerpo (artículo 107).
La otra referencia concreta que el reglamento hace de estas comisiones es la del artículo 106,
que las faculta a ejercer durante el receso todas las atribuciones que la Cámara les otorgue.
Todo ello sin perjuicio de señalar la posibilidad de que los diputados se desempeñen en
comisiones extra-parlamentarias, creadas por leyes u otras disposiciones y para cumplir fines
específicos, junto con representantes de otros poderes del Estado o de distintos estamentos de
la sociedad.
Corresponde hacer muy especial referencia a este órgano, creado en la reforma reglamentaria
de 1963, institución que no puede ser catalogada como Comisión de Asesoramiento pues tiene
funciones distintas y relevantes, que pretenden posibilitarle a la Cámara diversos medios para
obtener una optimización de su labor normal, racionalizando su tarea y acortando plazos a
veces innecesariamente prolongados. Todo ello por parte de un órgano que, por su propia
integración, pasa a ser una especie de “mini-cámara”.
Integración.
Está formada por el presidente de la Cámara, los vicepresidentes y los presidentes de cada
bloque o quienes reemplacen a estos últimos (artículo 58).
Autoridad
La preside el presidente de la Cámara (artículo 58).
Reuniones. Periodicidad
A diferencia del resto de las comisiones, se debe reunir necesariamente una vez por semana,
durante el período de sesiones. Fuera de éste, cuando lo estime conveniente (artículo 58).
Funciones
La letra del reglamento determina que le corresponden las siguientes funciones (aunque la
práctica parlamentaria frecuentemente ha extendido las mismas más allá de los límites que
pasamos a referir):
- preparar el Orden del Día de las sesiones, con los asuntos despachados por las
comisiones (artículo 59, inciso 2). Si no lo hiciere, corresponderá formularlo al
presidente (artículo 39, inciso 6);
- fijar los horarios de votación en función de los temas del Orden del Día (artículo 59,
inciso 3, y 189);
- informarse sobre el estado de los asuntos en las comisiones (artículo 59, inciso 4);
- considerar y resolver los pedidos de pronto despacho y las consultas de los bloques,
de los diputados y de las comisiones, que se presenten por escrito a la Comisión
(artículo 59, inciso 5);
53
CAPÍTULO VII
67. Quórum.
Para que una Comisión de Asesoramiento pueda sesionar, deberá estar presente la mayoría de
sus miembros (artículo 108), es decir, más de la mitad de los mismos. Sin embargo, pasada la
media hora, dispone el mismo artículo que podrá considerar y despachar los asuntos por lo
menos la tercera parte de los integrantes (y, para la Comisión de Presupuesto y Hacienda, la
cuarta parte).
Existe sin embargo la figura excepcional del dictamen en minoría, que es normada por el
segundo párrafo del artículo 108, que establece: “Sin embargo, luego de fracasada por falta de
número una reunión citada para tratar determinado asunto, el mismo podrá ser considerado y
despachado por los miembros que concurran a las reuniones siguientes convocadas con el
mismo objeto. En este último caso la impresión se hará con el rótulo ‘Dictamen de comisión
en minoría’, dejándose constancia de las citaciones realizadas para considerar el asunto y de la
asistencia de los miembros a cada una de las reuniones convocadas. Para todos los efectos
reglamentarios, estos dictámenes en minoría serán considerados ‘dictámenes de comisión’”.
La carencia de quórum debe ser puesta en conocimiento, por la minoría, a la Cámara. Esta
podrá resolver lo que crea oportuno, o bien integrar la comisión con otros miembros, en forma
permanente o transitoria (artículo 108, párrafo tercero).
68. Temario.
Los asuntos objeto de tratamiento en una reunión deben consignarse en la citación a la misma
(artículo 109), presuponiéndose que ello lo determinará el presidente de la comisión. Pese a
esta circunstancia, el pedido de tres integrantes obliga a incorporar al temario los asuntos
entrados que éstos indiquen (artículo 109).
Las comisiones durante su desempeño podrán por sí pedir informes, requerir el asesoramiento
que estimen necesario -de los dependientes, funcionarios y personas internas o externas del
Congreso- e invitar a audiencias a quienes consideren conveniente; fijarán su propio plan de
trabajo para cada reunión o conjunto de reuniones, y lo llevarán a cabo. Las comisiones
pueden ser objeto de resoluciones de pronto despacho formuladas por otras comisiones o por
cualquier diputado. Asimismo, podrán ser consultadas por la Cámara, o ser objeto de pedidos
de informe por parte de ésta; la Comisión de Labor Parlamentaria debe considerar y resolver
los pedidos de pronto despacho que se formulen por escrito (artículo 59, inciso 5).
Es obligatorio labrar un acta de cada reunión, pero sólo consignando las resoluciones que se
adopten. Sin embargo, a pedido de un diputado integrante, se debe dejar constancia de las
razones en las que éste fundó su voto. La comisión debe formular un resumen de sus actas y
remitirlo a Secretaría para su difusión por la prensa, dentro de las 24 horas de cada reunión
(artículo 110). La Comisión de Labor Parlamentaria está facultada, como dijimos, para
promover medidas prácticas para la agilización de los debates en las comisiones (artículo 59,
inciso 4).
Se denomina despacho al dictamen de la comisión, que debe ser firmado por los asistentes a la
reunión en la cual el mismo se aprobó, o por los presentes en la mayoría de las reuniones, si se
trata de más de dos sesiones. La firma debe producirse en la Sala de la comisión (artículo
110), norma que pretende evitar la rúbrica de despachos preconfigurados por parte de
diputados inasistentes, practicada, por ejemplo en el recinto de la Cámara antes o durante una
sesión plenaria.
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La presentación de los despachos de comisión se da cuenta a la Cámara por su inclusión en el
Boletín de Asuntos Entrados (artículo 165) y en el posterior Diario de Sesiones.
Estando conteste la comisión en determinado sentido, debe designar a un integrante para que
redacte el despacho y sus fundamentos (artículo 111).
El despacho de comisión debe contener el dictamen concreto a que ésta arribe respecto del
tema en estudio, y un informe escrito aclaratorio de las motivaciones de la comisión. Además,
debe publicarse un anexo con los antecedentes reunidos sobre el asunto y con las opiniones
vertidas en su seno (artículo 111). Incluso, si algún diputado presentara a la comisión
propuestas de modificaciones a cualquier asunto objeto de estudio, estas propuestas, y sus
fundamentos por escrito, serán publicadas también con el despacho de comisión (artículo 111).
También debe la comisión designar, en cada caso, al integrante que ha de sostener el despacho
en el plenario de la Cámara (artículo 111).
- tiene un plazo especial de treinta minutos para hablar durante la discusión en general
(artículo 150);
Los despachos emitidos por las comisiones mantienen su vigencia (artículo 111):
"Artículo 1. Todo proyecto de ley sometido a la consideración del Congreso que no obtenga sanción en una
de sus Cámaras durante el año parlamentario en que tuvo entrada en el cuerpo o en el siguiente, se tendrá
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por caducado. Si obtuvo sanción en alguna de ellas en el término indicado, éste se prorrogará por un año
más.
Todo proyecto de ley aprobado con modificaciones por la Cámara revisora que no termine el trámite
establecido en el art. 71 de la Constitución Nacional en el año parlamentario en que obtuvo la referida
aprobación o en el siguiente, se tendrá por caducado.
Artículo 2. Exceptúanse de lo dispuesto en el artículo anterior, los proyectos de códigos, tratados con las
naciones extranjeras, los proyectos enviados por el Poder Ejecutivo sobre provisión de fondos para pagar los
créditos contra la Nación y los reclamos de particulares con igual carácter.
Artículo 3. Los proyectos de ley o parte de ellos que el Poder Ejecutivo devuelva observados en uso de la
facultad que le acuerda el art. 72 de la Constitución Nacional, que el Congreso no confirme en el año
parlamentario en que fueran devueltos o en el siguiente, se tendrán por caducados.
Artículo 4. Los presidentes de las comisiones de ambas Cámaras presentarán al principio de cada período
de sesiones ordinarias una nómina de los asuntos que existan en sus carteras que estén comprendidos en los
artículos 1 y 3 de esta ley, los que sin más trámite serán mandados al archivo con la anotación
correspondiente puesta por Secretaría, devolviéndose a los interesados los documentos que les pertenezcan y
soliciten, previo recibo que deberán otorgar en el mismo expediente. Esta nómina se incluirá en el Diario de
Sesiones.
Artículo 5. Los asuntos pendientes en órdenes del día que caducaran en virtud de la presente ley, se girarán
a las respectivas comisiones, a los efectos del artículo anterior.
Artículo 5 bis. Cada Cámara establecerá los plazos de vigencia y reglamentará los procedimientos para la
caducidad y archivo de las iniciativas parlamentarias que no sean proyecto de ley que se hubieren sometido
a su consideración
El segundo párrafo del artículo 112 define que si hubiera dos dictámenes con igual número de
firmas, será el de mayoría el que lleve la firma del presidente de la comisión o de quien
presida el pleno de las comisiones.
El documento queda “en observación” (sic) por siete días hábiles, en Secretaría. Este plazo, y
lo que de allí en más ocurra, es fundamental: la Cámara a posteriori no considerará ninguna
propuesta de modificacion al despacho (también llamada “observación”) que no haya sido
depositada en secretaría dentro de ese término, salvo:
56
a) que la comisión interviniente aceptara la propuesta de modificación presentada fuera
de término, antes de la consideración del despacho por la Cámara (artículo 113; un
caso concreto al respecto ejemplifica el artículo 161, correspondiente a las
modificaciones introducidas durante la consideración en particular);
b) que la Cámara, por dos terceras partes de votos, determine, sin debate, considerar o
no las observaciones presentadas fuera del plazo antedicho (artículo 113).
El efecto principal está establecido por el artículo 147: los asuntos no podrán ser tratados por
la Cámara sin despacho de comisión. Este principio general, que pretende racionalizar la tarea
legislativa, procurando que todos los proyectos pasen por el “filtro” de estudio de las
comisiones, sin embargo, registra excepciones en la letra del reglamento:
a) que la Cámara (excepto en los casos de proyectos que importen gastos), por una
resolución adoptada por las dos terceras partes de los votos emitidos -medie moción de
sobre tablas o de preferencia- decida tratar el proyecto sin despacho de comisión
(artículo 147);
b) que la Cámara trate el proyecto constituida “en comisión” (artículo 141), tema que
trataremos en el número siguiente;
Y cierta práctica parlamentaria de los años recientes también registra otro caso,
excepcional,: la habilitación del tratamiento de un proyecto sin dictamen de comisión
en regla, en una sesión especial convocada por la Cámara para cumplir ese objetivo.
La existencia, o no, del despacho de comisión, y el tipo de éste, produce también otros efectos
secundarios:
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La forma de la discusión (dirigida por las habituales autoridades de la Cámara; conf. artículo
141) es particular:
Durante el debate en comisión, la Cámara puede resolver por votación todos los asuntos que
estudia en tal carácter, pero sobre los mismos no podrá pronunciar sanción legislativa,
mientras no quede cerrado el debate en comisión (artículo 142). Producida esta circunstancia,
si el cuerpo decidiera tratar el asunto objeto de la consideración anterior en comisión, el
reglamento establece que no debe existir debate ordinario posterior y, directamente, se pasará
a votar si se aprueba o no el proyecto en general (artículo 156).
El cierre del debate en comisión será determinado por la Cámara, a propuesta del presidente o
ante una moción de orden planteada por un diputado (artículo 143; sobre la forma de
constitución de la Cámara en comisión, véase el capítulo siguiente, número 3.II.84).
58
CAPÍTULO VIII
Mociones y proyectos
78. Si un diputado desea promover un asunto, debe hacerlo cumpliendo ciertas formalidades y
los pasos procesales subsiguientes dispuestos por el reglamento. Los medios iniciales que
tiene son dos: la presentación de un proyecto parlamentario o la formulación de una moción.
Empezaremos estudiando las mociones, definidas por el artículo 126 como las proposiciones
hechas de viva voz desde la banca por un legislador. Adviértase que deben ser proposiciones
concretas, tendientes a promover un asunto, generalmente de immediato objetivo procesal,
también concreto (ordinariamente relacionado con el ordenamiento del debate). Nótese así
también la diferencia existente entre la formulación de una moción y la común participación
en el debate, normada en otra parte del reglamento, oportunidad en que el legislador sostiene
una postura legislativo-política determinada, pero en orden a una cuestión ya promovida y
encaminada por la vía correspondiente, un proyecto o, también en su caso, una moción.
I. MOCIONES DE ORDEN
79. Caracterización.
Estas mociones son determinadas casuísticamente por el artículo 127. Gozan de una
preferencia legal respecto de todo otro asunto, incluido el que está en debate (entre sí, además,
la preferencia para su consideración y sometimiento a votación la fija el orden en que están
enumeradas por el artículo 127; conf. artículo 128), y no pueden repetirse en la misma sesión
si hubiesen sido desechadas (artículo 129).
80. Mociones de orden de levantamiento de la sesión (artículo 127, inciso 1), de pase a cuarto
intermedio (artículo 127, inciso 2), de cierre del debate (artículo 127, inciso 4), de pase al
Orden del Día (artículo 127, inciso 5) y de que se aplace la consideración de un asunto
pendiente, por tiempo determinado (artículo 127, inciso 7).
Son puestas a votación sin discusión (artículo 128) y se aprueban con la mayoría normal, la
absoluta (artículo 129).
81. Moción de orden de que se declare libre el debate (artículo 127, inciso 3).
La libertad de debate es definida por el artículo 151: en ese caso, cada diputado tiene derecho
a hablar cuantas veces lo estime conveniente, pero exclusivamente sobre el asunto sometido a
discusión. Esta moción tampoco se discute (artículo 128) y, tratándose de una excepción
reglamentaria, se exige la mayoría cualificada de dos terceras partes de votos para su
aprobación (artículo 129).
82. Moción de orden de que se trate una cuestión de privilegio (artículo 127, inciso 6).
59
Define el artículo 128 qué son estas cuestiones: todas las que se vinculan con los privilegios
que la Constitución Nacional otorga a la Cámara y a cada uno de sus miembros para asegurar
su normal funcionamiento y resguardar su decoro.
“Artículo 68.- Ninguno de los miembros del Congreso puede ser acusado, interrogado
judicialmente, ni molestado por las opiniones o discursos que emita desempeñando su
mandato de legislador.
Artículo 70.- Cuando se forme querella por escrito ante las justicias ordinarias contra
cualquier senador o diputado, examinando el mérito del sumario en juicio público,
podrá cada Cámara, con dos tercios de votos, suspender en sus funciones al acusado,
y ponerlo a disposición del juez competente para su juzgamiento.”
La moción de orden para que se trate una cuestión de privilegio tiene un procedimiento
especial, determinado por el artículo 128. Quien la plantea goza de cinco minutos para
hacerlo. Ese planteamiento tiene total preferencia y desplaza a todo otro asunto. Una vez
formulada la moción, se la somete a consideración de la Cámara, que debe decidir por dos
terceras partes de votos de los presentes, si la misma es preferente o no. En caso afirmativo, se
pasa a discutir la cuestión de privilegio. De lo contrario, el asunto pasa a la Comisión de
Asuntos Constitucionales, para que continúe el trámite parlamentario normal.
83. Moción de orden para que el asunto se envíe o vuelva a comisión (artículo 127, inciso 8).
El procedimiento y la mayoría necesaria son idénticos a los citados en 3.II.80. Cabe señalar
acá el efecto particular que produce el retorno del asunto a la comisión, una vez que el mismo
ha sido sancionado en general por la Cámara: al volver a ser considerado por ésta, se lo somete
al trámite ordinario, como si no hubiese tenido sanción (artículo 155).
84. Moción de orden para que la Cámara se constituya en Comisión (artículo 127, inciso 9).
85. Moción de orden para que la Cámara se aparte del reglamento (artículo 127, inciso 10).
Es el caso extremo en que la Cámara, para considerar un asunto en circunstancias muy graves
o especiales, puede llegar a disponer la exclusión de su norma básica, el reglamento. Por esta
razón, la única prevista por este cuerpo normativo con tal severidad, la Cámara precisa del
voto afirmativo de las tres cuartas partes para su aprobación (artículo 129). La moción debe
ponerse a consideración sin discusión alguna (artículo 128).
La contiene el artículo 130: “Es moción de preferencia toda proposición que tenga por objeto
anticipar el momento en que, con arreglo al reglamento, corresponde tratar un asunto, tenga o
no despacho de comisión”.
87. Tipos.
a) sin fecha fija (artículo 131): Si se fija preferencia sin determinación de una fecha
concreta de consideración, el asunto será tratado en la reunión subsiguiente que la
Cámara celebre, como el primero del orden del día. Las preferencias de igual clase se
tratarán a continuación y por su orden;
b) con fecha fija (artículo 132): El asunto será considerado en la reunión de la fecha
fijada como preferente, como el primero del orden del día. Si así no ocurriese, o si ese
día no se realizara la sesión, la preferencia caducará.
Las mociones de preferencia sólo se formulan en la oportunidad del artículo 168 (véase infra,
3.II.129), y en el orden en que sean propuestas (artículo 133).
Si el asunto objeto de la moción tiene despacho de comisión, la preferencia debe ser aprobada
por mayoría absoluta de votos emitidos. Si no existe ese despacho, será necesario contar con
las dos terceras partes de los votos. Adviértase que, en este último caso, y por lo establecido en
el artículo 147, la aprobación de la moción implica necesariamente otra importante excepción
reglamentaria: la Cámara podrá considerar el asunto declarado preferente, sin despacho de
comisión.
La moción debe ser discutida brevemente, usando de la palabra cada diputado por no más de
cinco minutos, y en una sola oportunidad, con excepción del autor de la misma (puede éste
hablar dos veces, la primera por diez minutos y la segunda por cinco; artículo 136).
Los asuntos a los que se fijare preferencia serán incluidos en el Boletín de Asuntos Entrados
(artículo 165) y aquellos que deben ser tratados en una sesión determinada por tener
preferencia acordada deben ser hechos conocer por el presidente a la Cámara, en esa sesión, y
tras la lectura de los asuntos entrados (artículo 175).
Sin perjuicio de todo lo expuesto, y aunque no exista una moción especial al respecto, el
reglamento establece en varios casos distintos asuntos que son siempre preferentes:
- todas las mociones de orden, y en el orden establecido por el artículo 127 (artículo
128);
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- la cuestión declarada de sobre tablas, en la sesión en que así se hubiere aprobado, que
será consideada como, necesariamente, primera del orden del día (artículo 134);
90. Definición.
La establece el artículo 134: “Es moción de sobre tablas toda proposición que tenga por objeto
considerar en la misma sesión un asunto, tenga o no despacho de comisión”. Reiteramos la
explicación adicional que agregáramos al número 3.II.86 y añadimos que el asunto objeto de
la moción aprobada será tratado como primero del orden del día en la sesión en que así se
hubiere establecido.
Las mociones de sobre tablas se plantean en la oportunidad del artículo 168 (véase, infra,
3.II.129) y en el orden en que se propongan (artículo 134). Excepcionalmente podrán
plantearse en oportunidad de finalizar una “interpelación”, para formular allí un proyecto
(artículo 210).
En todos los casos estas mociones deben contar con una mayoría de dos terceras partes de los
votos emitidos (con la única excepción del artículo 210, en que el cómputo se hace sobre los
presentes), para su aprobación. Cabe nuevamente reiterar el efecto excepcional que, en caso de
que el asunto objeto de la moción no tenga despacho de comisión, la aprobación de la moción
causa: la cuestión será tratada igualmente por la Cámara, siendo ésta una de las excepciones al
principio del artículo 147.
Ningún proyecto de reformas al reglamento podrá ser objeto de una moción de sobre tablas
(artículo 227).
92. Definición.
Prevista en el artículo 135: “Es moción de reconsideración toda proposición que tenga por
objeto rever una sanción de la Cámara, sea en general o en particular”. Su importancia se ve
refirmada por el artículo 160: es la única forma de volver a tratar una decisión antes aprobada
por la Cámara.
62
Para su aprobación se requiere la mayoría calificada de dos terceras partes de los votos
emitidos, y no pueden ser repetidas.
V. PROYECTOS PARLAMENTARIOS.
Si los asuntos generalmente procesales deben ser instados por los legisladores mediante
mociones, éstos promueven habitualmente las cuestiones de fondo, propias sustantivamente de
su función constitucional, por la vía de los proyectos parlamentarios, cuyos tipos enumera el
artículo 115, y que son los siguientes:
- Proyecto de ley: “Se presentará en forma de proyecto de ley toda proposición que
deba pasar por la tramitación establecida en la Constitución para la sanción de las
leyes” (artículo 116).
95. Autores.
Sobre la autoría de los proyectos de leyes, remitimos a supra, 3.I.2. El reglamento le da una
consideración similar a un proyecto de ley del Poder Ejecutivo a las sanciones del Senado,
llegadas a la Cámara en revisión (artículo 122).
Respecto de los tres tipos de proyectos, éstos podrán ser presentados conjuntamente por hasta
15 diputados (artículo 120).
- tiene derecho a hablar por diez minutos en la discusión en particular (artículo 158);
- tiene derecho a pedir el retiro del proyecto que está en estudio en comisión o en
consideración por la Cámara (artículo 125), aunque la decisión afirmativa al respecto
sólo podrá ser tomada por ésta;
96. Forma.
Los tres tipos de proyectos mencionados deben ser presentados por escrito, y firmados por sus
autores (artículo 119). Además, los proyectos deben ser acompañados por sus fundamentos,
también por escrito (artículo 123). En la práctica parlamentaria, cuando el proyecto es
suscripto por más de un legislador, se considera autor del mismo a quien firma los
fundamentos.
Respecto de los proyectos presentados por el Poder Ejecutivo y sus formalidades, véase infra,
3.II.147.
El reglamento determina, además, que para su difusión a todo el pueblo en general, los
proyectos presentados sean puestos a disposicion de los diarios, para su publicación (artículo
124), circunstancia que se facilita con el Boletín de Trámite Parlamentario, el cual, entre otros
rubros, contiene diariamente el detalle y texto de todos los proyectos ingresados. La
importancia de esta publicación ya ha sido analizada en el número 3.II.52. La difusión pública
se asegura, por otra parte, con la inclusión de los proyectos en el “sitio” correspondiente a la
Cámara, en Internet (v. ídem).
Las ulterioridades de los proyectos serán estudiadas en los capítulos siguientes. Cabe señalar,
sin embargo, que existen distintas circunstancias reglamentarias interesantes para puntualizar:
- Anuncio: tanto los proyectos presentados por los diputados, como los del Poder
Ejecutivo o las sanciones del Senado llegadas en revisión, deben anunciarse en la
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sesión en que tengan entrada (por los medios que vimos en el número anterior) y serán
girados sin más trámite a la comisión respectiva (artículos 122 y 123).
65
CAPÍTULO IX
El debate y la decisión
100. Etapas.
El debate se realiza en dos etapas: primero, la discusión en general, finalizada la cual se pasa a
votar; luego, la consideración en particular (artículo por artículo, capítulo por capítulo o título
por título), que también culmina en cada porción con una votación (artículo 144). La discusión
se da por terminada cuando recae resolución sobre el último artículo o período (artículo 148).
Estudiaremos, en concreto, todas estas diligencias.
I. DISCUSIÓN EN GENERAL
101. Concepto.
Tiene por objeto la idea fundamental del asunto bajo análisis considerado en conjunto (artículo
145).
La que analiza este tema es, quizás, la parte más importante del reglamento, puesto que éste
debe arbitrar los medios necesarios para que la discusión sea intensa, interesante y
esclarecedora para la interpretación futura del proyecto sancionado. Al mismo tiempo debe
establecer pautas claras que eviten las confusiones, las interrupciones y las detenciones
excesivas en el uso de la palabra, propias de todos los foros más o menos multitudinarios. Por
otro lado, debe prever ejecutividad en la labor del cuerpo, pero al mismo tiempo permitiendo
que todos quienes lo integran tengan derecho a expresar con libertad sus ideas.
Lo regula el artículo 150. Gozan de un plazo de treinta minutos para hacer uso de la palabra
los miembros informantes de los despachos de la mayoría y de la minoría de la comisión
(diputados estos que, además, tienen la prelación en el uso de la palabra consagrada por el
artículo 137 y el privilegio de réplica normado por el artículo 138), el autor del proyecto, y el
diputado que asuma la representación de un sector político de la Cámara.
Los demás diputados podrán hablar (en el orden que veremos en el capítulo siguiente) pero
sólo por hasta diez minutos, con la posibilidad (que también asiste al diputado que asuma la
representación de un bloque, o al autor del proyecto) de solicitar el uso de la palabra para
rectificar aseveraciones equivocadas que se hayan hecho de sus palabras, pero sólo por cinco
minutos.
Todos los plazos que figuran en el artículo 150, que acabamos de describir, son
improrrogables, según disposición expresa de esa norma (por lo que, entendemos, la única
forma de permitir una ampliación debería ser obtener una votación afirmativa a una moción de
66
apartamiento del reglamento, no bastando el mero asentimiento que contempla el artículo 177
-véase infra, 3.II.133-).
El debate libre -que se puede decidir tras una moción de orden a tal efecto, en las formas y
condiciones que estudiáramos en el número 3.II.81 (artículo 127, inciso 3)- es definido por el
artículo 151: “cada diputado tendrá derecho a hablar cuantas veces lo estime conveniente pero
exclusivamente sobre el asunto sometido a discusión”.
105. Tercer caso especial: consideración de un despacho sin disidencias pero con
observaciones.
En este caso sólo podrán hablar el miembro informante del despacho de la comisión (por
quince minutos), el autor del proyecto, un representante de cada sector político de la Cámara y
los diputados que hubieren presentado observaciones (todos estos por cinco minutos).
También dispone el artículo 153 que si las observaciones fueren de contenido similar y
presentadas por diputados del mismo bloque, uno de ellos deberá hacer uso de la palabra en
representación de los objetores de ese grupo político.
Si el asunto fue objeto previo de consideración por la Cámara reunida en comisión (la que, en
tal situación, no puede pronunciar sanciones legislativas, artículo 142 y supra, 3.II.77), luego
de constituida la Cámara nuevamente en sesión normal se limitará a votar si se aprueba o no el
proyecto en general, sin nuevo debate (artículo 156).
Agrega el artículo 155 un efecto especial, producido por la decisión de la Cámara de girar el
proyecto nuevamente a comisión: "Un proyecto que, después de sancionado en general, o en
general y parcialmente en particular, vuelve a comisión, al considerarlo nuevamente la Cámara
se le someterá al trámite ordinario como si no hubiese recibido sanción alguna".
Otros efectos procesales muy importantes son los determinados en la ley 13.640, cuyo texto
obra en el número 3.II.73.
108. Definición.
67
"La discusión en particular tendrá por objeto cada uno de los distintos artículos o períodos del
proyecto pendiente" (artículo 146). La discusión en particular se inicia tras la aprobación del
proyecto considerado en general (artículo 154).
109. Forma.
La discusión en particular debe realizarse en detalle, artículo por artículo, o capítulo por
capítulo, o título por título. Sobre cada uno de éstos, sucesivamente, debe procederse a la
votación (artículos 157 y 192). Debe guardarse la unidad de debate y no podrán aducirse
consideraciones ajenas al punto en discusión (artículo 159).
Sin perjuicio de reiterar que la distribución personal del uso de la palabra será estudiada en el
capítulo siguiente, manifestamos que el artículo 158 determina que la palabra, en la
consideración en particular, se concederá por los siguientes plazos:
- cualquier otro diputado: puede hablar dos veces, ambas por cinco minutos.
Los nuevos artículos propuestos deben ser presentados por escrito (artículo 162), y el
procedimiento es como sigue:
Párrafo aparte merecen los intentos de rever las decisiones del cuerpo, que, por lo ya
anunciado en el número 3.II.92 (artículo 135), se refirma en el artículo 160 que la moción de
reconsideración es la única forma de revisar una sanción de la Cámara.
112. A todo lo expuesto hasta el presente, debemos agregar que existen situaciones especiales
para las que, por las características de los asuntos en debate, el reglamento establece formas de
consideración excepcionales. Solamente las enumeraremos, a continuación, puesto que en
cada caso en especial las hemos analizado (o las analizaremos más adelante):
68
- debate de impugnación de un diploma, por falta de las calidades del artículo 48 de la
Constitución Nacional: usa de la palabra por quince minutos improrrogables el orador,
y hablan únicamente el impugnante, el afectado y sólo un diputado por cada bloque
político (artículo 2).
- consideración del plan de labor y del Orden del Día: sólo puede hablar por tres
minutos y por una sola vez cada diputado (artículo 60). Este turno se extiende sólo por
media hora (artículo 168).
- todas las mociones de orden, salvo la de que se trate una cuestión de privilegio
(artículo 128), se votan sin discusión.
- los pedidos de informes por escrito al Poder Ejecutivo sancionados por la comisión
por unanimidad, con la conformidad de su autor, no se discuten por la Cámara y son
girados directamente por el presidente al Poder Ejecutivo (artículo 204).
IV. VOTACIONES
69
113. Concepto. Derecho y obligación. Abstención. Consignación del voto.
114. Tipos.
Según el artículo 189, las votaciones serán nominales, mecánicas y por signos. Salvo en el
primer caso, en los otros dos se consignará el resultado final de la votación, sin detalle de la
forma en que cada legislador emita su decisión.
La votación por signos se refleja en el tradicional sistema de "mano levantada" que, pese a la
existencia de los medios mecánicos, muchas veces, cuando el asunto sujeto a votación no
ofrece mayores disidencias, resulta más rápido y efectivo.
En todos los casos, el escrutinio debe ser realizado por escrito y por el secretario mencionado
en el artículo 45, inciso 3, consignándose en el acta y en el Diario de Sesiones los nombres de
los sufragantes y la forma del voto.
Los casos en que se debe practicar votación nominal son los contemplados en el artículo 190:
a) Para los nombramientos que deba hacer la Cámara, dispuestos por el reglamento,
que, en principio, son:
70
- Vicepresidentes 1o., 2o. y 3o. (artículo 1);
b) Para los nombramientos que debe hacer la Cámara, dispuestos por la ley. Un
ejemplo es la designación del Defensor del Pueblo (artículo 86, Constitución
Nacional); otro, la designación del titular del Poder Ejecutivo en caso de acefalía
(artículo 88, Constitución Nacional, y ley 20.972). Pero, aclaremos que en dichas
decisiones no intervendrá la Cámara de Diputados únicamente, sino en conjunción con
el Senado.
c) Siempre que lo exija una décima parte de los diputados presentes: en estos casos, la
votación nominal responde a la necesidad política de aclarar al electorado el sentido de
votaciones, generalmente respecto de temas de relevancia.
116. Formalidades.
Antes de la votación, el presidente debe llamar a tomar parte en ella a los diputados que se
encuentren en antesalas (artículo 176). Es al presidente a quien corresponde proponer la
votación (artículo 39, inciso 5) y lo hace con las palabras consagradas por el artículo 172 ("Si
se aprueba o no el proyecto, artículo o punto en discusión"); pero la confección del cómputo y
verificación del resultado es competencia del secretario mencionado en el artículo 45, inciso 4,
quien tiene a su cargo anunciar el resultado y el número de votos en pro y en contra del
despacho (artículo 45, inciso 5). El resultado final es proclamado por el presidente (artículo
39, inciso 5).
a) cuando hubiere participado del debate desde una banca, y quien lo reemplazare en el
estrado no deseare emitir su voto artículo 41;
b) en caso de empate (artículo 41), pero no del simple empate, en el cual debe reabrirse
la discusión. Si después de esta segunda instancia se registrare un nuevo empate, recién
en esa oportunidad corresponderá el desempate presidencial (artículo 196).
Consigna el artículo 193 que la votación será por la afirmativa o la negativa, solamente (en los
términos en que esté redactado el asunto a resolver), pero este principio recoge la importante
excepción de las votaciones realizadas para la concreción de los nombramientos que debe
hacer la Cámara, en que esa simple variable no se produce.
Toda decisión votada en particular puede ser objeto de reconsideración (artículo 135),
cumpliéndose los requisitos que mencionáramos en el número 3.II.93. Sin llegar a ese
extremo, cabe considerar el supuesto de la rectificación de la votación, que se presenta si se
suscitan dudas respecto del resultado del escrutinio después de proclamado. En este supuesto,
cualquier diputado podrá pedir la rectificación, que se tomará con los legisladores presentes
que hubiesen tomado parte en la votación (artículo 195).
71
Las mayorías necesarias para adoptar decisiones serán estudiadas especialmente en el capítulo
XI.
72
CAPÍTULO X
Las sesiones
I. TIPO DE SESIONES
La Constitución Nacional prevé que durante el "año legislativo" (que corre desde el 1o. de
marzo al 28 ó 29 de febrero del año calendario siguiente) pueden existir tres períodos de
sesiones: ordinarias, de prórroga y extraordinarias. Así lo disponen los artículos 63 ("Ambas
Cámaras se reunirán por sí mismas en sesiones ordinarias todos los años desde el primero de
marzo hasta el treinta de noviembre. Pueden también ser convocadas extraordinariamente
por el presidente de la Nación, o prorrogadas sus sesiones") y 99, iniciso 9 ("El presidente de
la Nación tiene las siguientes atribuciones... inciso 9. Prorroga las sesiones ordinarias del
Congreso, o lo convoca a sesiones extraordinarias, cuando un grave interés de orden o de
progreso lo requiera"). También contempla la existencia de sesiones de Asamblea Legislativa
(véase infra, 3.II.122).
Son sesiones ordinarias las determinadas por la primera parte del artículo 63 constitucional, y
se producen en los nueve meses allí determinados. Durante las mismas, la Cámara de
Diputados ejercerá su total competencia constitucional.
El reglamento que estudiamos no tiene porqué hacer referencia específica a las sesiones
ordinarias. Respecto de las de prórroga o extraordinarias, sólo las menciona en el artículo 106,
afirmando que las comisiones pueden emitir dictámenes durante las mismas, hasta diez días
antes de su culminación. Este principio coincide con la circunstancia de que durante los
recesos las Cámaras no pueden sesionar, es decir, no pueden expresar su voluntad como
cuerpos, sin que ello signifique la suspensión de otras actividades: las comisiones pueden
funcionar (no dictaminar), los legisladores pueden concurrir a sus despachos y presentar
iniciativas, las dependencias técnicas y administrativas pueden continuar con sus tareas
habituales.
Finalicemos este punto mencionando que en el Congreso de la Nación se numeran los años
legislativos ordinariamente, a partir de 1862. De ello queda constancia en el Diario de
Sesiones (al exceptuarse los años en que se registraron interrupciones por gobiernos "de
facto", el de 1975-76 fue el 100o. período legislativo). Cada sesión del período ordinario lleva
también su propia numeración (igualmente ocurre con las de prórroga y extraordinarias). Y
también se consigna progresivamente el número de reuniones que ha efectuado la Cámara, con
exclusión del tipo de las mismas.
De acuerdo al artículo 1, se realizan dentro de los primeros diez días del mes de diciembre de
cada año. La citación a las mismas es formulada por el secretario mencionado en el artículo
45, inciso 1. Son sus finalidades:
73
a) la recepción y, en su caso, el juramento de los diputados electos (artículo 1;
oportunidad en que se concreta, o inicia, el proceso de impugnación de los diplomas y
el juicio de la elección, derechos y títulos de los legisladores, que estudiáramos supra
en el número 3.II.6 y subsiguientes) en los años en que correspondiere la renovación de
la Cámara;
Todos los acontecimientos específicos arriba mencionados han sido ya objeto de estudio en los
capítulos correspondientes.
La circunstancia de que las sesiones de 1983 se iniciaran (por razones relacionadas con la
finalización del gobierno "de facto" anterior) el 29 de noviembre de ese año (es decir, en plena
etapa temporal “no ordinaria” del Congreso), provocó que se debiera prever para el futuro
(artículo 1, segundo párrafo) que la fijación de días y horas de sesión para el período ordinario
inmediatamente siguiente se efectúe en otra sesión preparatoria, que se debe realizar dentro de
los últimos diez días del mes de febrero de cada año.
Desde un punto de vista diferente al arriba referido, las sesiones pueden ser clasificadas en "de
tablas" o en "especiales".
Son sesiones de tablas las que se realizan los días y horas preestablecidos en la sesión
preparatoria recién indicada (artículo 30). En los últimos períodos parlamentarios, las sesiones
de tablas se previeron en principio para los días miércoles y jueves, por la tarde.
Son sesiones especiales las que se llevan a cabo fuera de los días y horas predeterminados
(artículo 30). Se convocan:
a) por resolucion de la Cámara, por sí o previa petición del Poder Ejecutivo (artículo
35);
También es el presidente quien debe citar a sesiones de tablas (artículo 39, inciso 9), aunque
este último caso no se justifica, por la previa determinacion, en la sesión preparatoria, de los
días y horas de las reuniones ordinarias.
Cambiando pronunciadamente lo que determinaba el viejo texto normativo (en toda sesión de
tablas existía una etapa, con duración determinada, durante la cual los legisladores podían
rendir homenajes), la reforma reglamentaria de 1996 contempla que los homenajes, en
principio, deben ser realizados sólo en sesiones convocadas a tal único efecto. En concreto,
determina el artículo 221:
“Los diputados que deseen rendir homenajes, podrán hacerlo bajo la forma de
proyectos de resolución, los cuales serán presentados directamente por escrito ante la
Comisión de Labor Parlamentaria para su consideración. Cuando dicha comisión lo
apruebe, se establecerá una sesión especial mensual al efecto pudiendo los diputados
optar por acompañar sus expresiones por escrito como inserciones en el Diario de
Sesiones en la misma sesión especial o en la primera sesión de tablas. Se exceptúa de
lo precedente el caso en que circunstancias especiales aconsejen que el homenaje se
rinda en la misma sesión en que se solicite. Para ello, se deberá contar con la
aprobación de la Cámara requiriéndose dos tercios de votos emitidos. El tiempo para
fundamentar esta petición será de cinco minutos improrrogables. El presidente lo
someterá a votación sin discusión”.
a) diputados;
b) secretarios;
c) senadores;
e) secretarios de Estado;
La sesión secreta puede transformarse en pública si la Cámara así lo decide (artículo 34). De la
misma forma, una sesión pública puede derivar en secreta, existiendo una determinación, en
esos términos, del cuerpo.
Las actas de las sesiones secretas deben ser llevadas por separado, en cuadernos y libros de
actas reservados que lleva el secretario mencionado en el artículo 47, inciso 3, y deben ser
aprobadas en una sesión inmediata, también secreta. Las redacta el secretario mencionado en
el artículo 50, inciso 2, y éste diligencia las correcciones de forma, que deben concretar los
75
diputados en el término de 48 horas. Se guardarán en un archivo especial reservado bajo llave
que lleva consigo el secretario más antiguo (artículo 51, inciso 1).
No existe una reglamentación del procedimiento de las asambleas legislativas, salvo el caso
previsto antes de la reforma constitucional de 1994 del escrutinio y elección del presidente y
vicepresidente de la Nación (ley 240 1/2). Sin embargo, esta última norma fue aplicada en
varias oportunidades, por decisión de la propia asamblea, en algunas de las otras situaciones
aludidas.
123. El recinto de sesiones, ubicado en el centro del Palacio del Congreso Nacional, es el
único lugar donde se constituye la Cámara, salvo razones de fuerza mayor (artículo 14; una
situación de ese tipo ocurrió durante los sucesos de 1880, en que el Congreso debió sesionar
en el entonces pueblo de Belgrano). El lugar de realización debe consignarse en el Diario de
Sesiones (artículo 48, inciso 2).
a) los diputados;
b) cualquier senador;
76
El presidente dirige la sesión (artículo 39, inciso 3), y está encargado de convocar a los
diputados al recinto (artículo 39, inciso 1). En el momento oportuno comenzará la reunión,
que se compone de los siguientes pasos.
124. Apertura.
Mientras los diputados van ingresando al recinto la Secretaría (también contando con medios
electrónicos a tal fin) elabora el listado de presente y ausentes, que menciona el artículo 22, a
los efectos allí establecidos.
La hora de apertura se prefija en la sesión preparatoria, pero los diputados presentes en ese
momento tienen obligación de esperar media hora más (artículo 26). No puede abrirse la
sesión sin quórum (tema que trataremos en el capítulo siguiente; si no hubiera quórum existiría
una simple reunión en minoría, con alcances meramente políticos. Llegado ese momento, el
presidente la declara abierta (artículos 39, inciso 1, y 163), indicando cuántos son los
presentes.
Luego, los diputados pueden indicar los errores del Diario de Sesiones, anotándose por
Secretaría las observaciones que formularen, para salvarlas en el número siguiente; todo ello
sin perjuicio de una resolución en contrario que adopte la Cámara, en una votación sin
discusión (artículo 164).
Las cuestiones que deberá tratar la Cámara adquieren "estado parlamentario" en el momento
en que el presidente la entere de las mismas (artículos 39, inciso 2, y 165), en el estadio
procesal de la "lectura de asuntos entrados" (que se reproducirán debidamente -con las
particularidades que expusimos en el número 3.II.53- en el Diario de Sesiones; conf. artículo
48, inciso 4).
El presidente da cuenta, por medio del secretario, de los mensajes que se hubieren recibido del
Poder Ejecutivo. Para evitar la pérdida del tiempo que insumiría la lectura de todos los
documentos, el resto de los asuntos se informa a la Cámara por la remisión que el presidente
hará al Boletín de Asuntos Entrados, que contiene los asuntos ingresados hasta las diez horas
del día anterior, y que se debe distribuir a los diputados y a la prensa antes de cada sesión. Los
demás asuntos, que se informan por el Boletín de Asuntos Entrados (artículo 165) son: otras
comunicaciones oficiales, despachos de comisión, peticiones particulares, proyectos
presentados por los diputados (artículo 123), pedidos de licencias de los legisladores, nómina
de asuntos para los que se haya fijado preferencia y las sanciones del Senado llegadas en
revisión (artículo 122). En el Boletín mencionado debe dejarse constancia del giro a comisión,
dispuesto por el presidente, de cada asunto (artículo 167).
Pese a lo recién expuesto, la Cámara puede resolver, sin debate, que se de lectura a un
documento, cuando lo considere conveniente (circunstancia no aplicable, exclusivamente, a
los asuntos entrados, sino, a veces, también frecuente durante la sesión; conf. artículo 166).
127. Preferencias.
En la siguiente etapa procesal, el presidente hace conocer a la Cámara los asuntos que deben
tratarse en esa misma sesión, por tener preferencia acordada (artículo 175).
128. Consideración del plan de labor y del orden del día propuesto.
77
Antes de comentar esta etapa, digamos que el reglamento, en diversas oportunidades, utiliza
los términos plan de trabajo, plan de labor y orden del día, a veces en forma indistinta, y en
oportunidades con significados multívocos.
Orden del día es un giro aplicable, ya más propiamente, a la lista de asuntos específicos que
deben tratarse en una sesión determinada (y, en este sentido, equivalente al primero que dimos
a "plan de labor", pensamos que se utiliza en el artículo 168, a la luz, también, de la
interpretación habitual que, en cualquier asamblea o reunión no parlamentaria, se da al juego
de palabras antes referido). Pero, en el Congreso, también se le da un significado distinto, más
restringido: por una costumbre inveterada, se denomina “orden del día” a cada despacho de
comisión, debidamente publicado y numerado.
129. Mociones.
La concesión del uso de la palabra en esta etapa del procedimiento parlamentario está regulada
por los segundo y tercer párrafos del artículo recién mencionado, que expresan: "Los
diputados que formulen mociones o pedidos de los previstos precedentemente deberán
anotarse en Secretaría antes de la sesión, indicando el asunto del que habrán de ocuparse. La
palabra será concedida en el orden de su inscripción. Si el turno venciese sin que se haya
agotado la lista, los diputados inscriptos en ella que no hayan alcanzado a usar de la palabra lo
harán en el mismo turno en la sesión siguiente, guardándose análogo orden”.
Con el sentido más estricto de "Orden del Día" a que nos referimos en el número 3.II.128,
establece el artículo 170: "Los asuntos se discutirán en el orden en que figuren impresos en el
Orden del Día, salvo resolución de la Cámara en contrario, previa una moción de preferencia o
de sobre tablas al efecto". Esta resolución de la Cámara en contrario puede no obedecer
únicamente a mociones de preferencia o de sobre tablas: cabe alterar el orden numérico del
tratamiento de asuntos si así se establece al determinar la Cámara el orden del día y plan de
labor en la oportunidad del artículo 168.
Se trata de las interrupciones o suspensiones que puede tener una sesión, originándose las
mismas en una invitación del presidente (artículo 171) o en la aprobación de una moción de
78
orden a ese efecto presentada por cualquier diputado (artículo 127, inciso 2). En las
oportunidades en que se prevé un corto interregno (frecuentemente durante la discusión en
particular), el cuarto intermedio se realizará "en las bancas".
En el Diario de Sesiones debe dejarse constancia de la hora en que se pasa a cuarto intermedio,
únicamente en los casos en que la Cámara no vuelva a reunirse en el mismo día (artículo 48,
inciso 7). Si tras el cuarto intermedio no se reanudara la sesión, ésta quedará levantada de
hecho, excepto el caso en que la interrupción sea establecida hasta determinada oportunidad
concreta (artículo 174). Si el cuarto intermedio se prolongara hasta otra fecha, se considera
que, si bien las reuniones son distintas, la segunda o ulteriores asambleas serán continuación
de la "sesión" anterior, y continuarán con la numeración que tenía aquélla. El recurso del
cuarto intermedio hasta otra fecha es de frecuente utilización práctica puesto que permite la
continuidad en el tratamiento de uno o varios temas determinados, eludiéndose en la segunda
o sucesivas reuniones distintas etapas procesales, tales como las señaladas en este capítulo, en
los números 3.II.125 a 129.
Las sesiones no tienen una duración horaria predeterminada, aunque la Comisión de Labor
Parlamentaria está facultada para proponer límites de tiempo (conf. artículo 174). Así,
concluirán por decision de la Cámara, ante:
2. una indicación del presidente, cuando se termine la consideración del orden del día,
o atento lo avanzado de la hora (artículo 174).
133. Orden.
Si bien distintas disposiciones del reglamento, que ya hemos analizado, determinan a priori
qué legisladores pueden hacer uso de la palabra, de acuerdo a los asuntos en tratamiento, es el
capítulo XIII del mismo el que establece las pautas generales respecto del orden en que la
palabra debe ser concedida por el presidente. Así, el artículo 137 precisa que corresponderán
las siguientes preferencias:
3. al autor del proyecto en discusión (artículo 137, inciso 3). Agrega el artículo 138
que en caso de oposición entre el autor del proyecto y la comisión, el primero podrá
hablar también en último término.
5. al primer diputado que pida la palabra (artículo 137, inciso 5). En este último caso
pueden darse varios supuestos:
79
a) "En lo posible se concederá el uso de la palabra al diputado que se oponga a
las razones que se hubieren expuesto precedentemente", determina el artículo
139;
Respecto de la cantidad de veces que un diputado puede hablar, al tiempo aplicable a esos
efectos, y a las demás cuestiones atinentes a este tema, remitimos a las normas específicas
estudiadas en la consideración en general (número 3.II.101 y siguientes), en particular
(número 3.II.108 y siguientes) y a los casos excepcionales analizados en el número 3.II.112.
Es importante, sin embargo, recordar que una norma general, la del artículo 177, determina
que los plazos fijados por el reglamento para el uso de la palabra son improrrogables, salvo su
ampliación por el asentimiento de la mayoría de los diputados presentes, cualquiera que sea el
número de éstos.
134. Forma.
Con el mismo ánimo se prohíben las alusiones irrespetuosas o las imputaciones de mala
intención o de móviles ilegítimos no sólo respecto de los restantes legisladores sino también
de la misma Cámara (artículo 180), así como también todo tipo de discusión en forma de
diálogo (artículo 181).
Están vedadas asimismo las interrupciones, con excepción de dos casos (únicos en los cuales
se consignarán en el Diario de Sesiones):
Cuando el orador se aparte del tema en debate, el presidente por sí (artículos 39, inciso 4, y
183), o a petición de cualquier diputado, debe llamarlo a la cuestión. En esos casos, el orador
puede:
Si se produjera este tipo de hechos el presidente por sí, o a petición fundada de cualquier
diputado, invitará al orador a reiterar o a explicar sus palabras. Si éste accediera a la indicación
se sigue adelante sin más ulterioridades. Si, en cambio, el orador se negara, o diera una
respuesta insatisfactoria, el presidente lo llamará al orden, de lo que quedará constancia en el
acto (artículo 186).
Si tras dos llamados al orden en una misma sesión se produjera un tercero, el presidente debe
proponer a la Cámara la prohibicion del uso de la palabra al diputado en cuestión por el resto
de la reunión (artículo 187) y, en caso extremo, cabría la aplicación del artículo 188: la
Cámara, por una votación sin discusión, ante una indicación del presidente o una moción de
cualquier integrante, decide si es o no llegada la oportunidad de utilizar la facultad que le
confiere el artículo 66 constitucional (véase supra, número 3.II.16). En caso afirmativo, el
presidente nombrará una comisión especial de cinco miembros para que proponga la medida
que el caso requiera.
- el presidente mandará salir del edificio del Congreso a quien contravenga lo antes
mencionado (artículo 219).
- para desocupar la barra puede el presidente llegar a recurrir a todos los medios que
considere necesarios, incluido el uso de la fuerza pública (artículo 220).
La Cámara, en casos extremos, puede llegar a tomar otro tipo de penalidades o medidas
disciplinarias, en defensa de sus fueros, en casos como los expresados, o de violación de las
garantías individuales de los legisladores o colectivas del cuerpo. El tema es de controvertidos
alcances en las prácticas parlamentarias y en la jurisprudencia judicial, discutiéndose en teoría
la posibilidad de, entre otras medidas, arrestar a los infractores (recurso al que en la práctica
algunas veces se acudió) por disposición de la misma Cámara.
El control general del orden lo ejercerá la Presidencia a través de medidas de policía (artículo
39, inciso 10), mediante la intervención de la comisaría (órgano no contemplado
específicamente por el reglamento, pero de existencia real en la vida de la Cámara). La única
otra referencia concreta al tema que hace el reglamento es el artículo 217: la guardia que esté
de facción en las puertas exteriores del Congreso sólo recibirá órdenes del presidente.
81
CAPÍTULO XI
Quórum y mayorías
I. QUÓRUM
138. Noción.
82
b) en un caso concreto, se exige la mayoría de las dos terceras partes sobre el total de
los integrantes para tomar una decisión válida. Se trata de dos supuestos del artículo
75, inciso 22: “constitucionalización” de nuevos tratados de derechos humanos, y
autorización al Poder Ejecutivo para denunciarlos.
II. MAYORÍAS
Dado el requisito de quórum, la Cámara deberá contar asimismo con una cantidad determinada
de votos favorables para que sus decisiones sean válidas, constitucional y reglamentariamente.
El principio general lo establece el artículo 194: “Para las resoluciones de la Cámara será
necesaria la mayoría absoluta de los votos emitidos, salvo los casos en que la Constitución o
este reglamento exijan una mayoría determinada”. Subrayamos que el cómputo debe ser sobre
los votos emitidos: por ende, para el cálculo deben excluirse a los diputados presentes que se
hubieren abstenido de votar (conforme con lo dispuesto por el artículo 197) y al Presidente,
que no vota salvo en caso de empate.
Las excepciones, dice el mismo artículo, son las que determinan la Constitución o el
reglamento. Las consideraremos en los puntos sucesivos. Pero antes queremos decir que en
determinadas oportunidades –que pasamos a referir- el mismo reglamento insiste en repetir
expresamente el principio general a que arriba aludimos (la mayoría absoluta de los votos
emitidos):
- decisión de entrar en sesión secreta (artículo 31, aunque en este caso no se aclara la
forma de computar esa mayoría absoluta).
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b) Mayoría de dos terceras partes, sin aclararse si es sobre los miembros presentes o
totales:
- artículo 75, inciso 24: para aprobar tratados de integración con países de
Latinoamérica, y para aprobar finalmente, en “segunda lectura”, tratados de
integración con demás países del mundo; y para denunciar cualquiera de estos
tratados de integración.
- artículo 79: para que una Cámara delegue el tratamiento de un proyecto de ley
en particular en sus comisiones, y para dejar sin efecto esa delegación.
- artículo 80: para sancionar la ley que reglamente cierto procedimiento para el
caso de veto parcial (se infiere por la remisión al procedimiento de “decretos de
necesidad y urgencia” que, según el artículo 99, inciso 3, debe disponerse
84
mediante una ley a ser aprobada con la mayoría absoluta del total de miembros
de cada Cámara).
- artículo 101 (primer caso, el otro lo veremos más abajo): para interpelar al
jefe de gabinete de ministros, a los efectos de una moción de censura.
f) Otros supuestos:
- para realizar una sesion entre las 0 y las 9 horas (artículo 173).
e) Mayoría de dos terceras partes, sin aclararse si se computan sólo los votos
“emitidos”, o si el cálculo se hace sobre la totalidad de los presentes en la votación o
sobre el total de los integrantes:
f) Pluralidad de sufragios:
86
CAPÍTULO XII
144. Comunicaciones.
- las comunicaciones que llegan a la Cámara deben ser recibidas y abiertas por el
presidente, quien debe ponerlas en conocimiento de aquélla (artículo 39, inciso 8).
- las comunicaciones que emita la Cámara deben estar suscriptas por el presidente
(artículo 39, inciso 7) y refrendadas por el secretario mencionado en el artículo 47,
inciso 1.
Dejando de lado este aspecto formal, interesan particularmente, desde el punto de vista
constitucional y desde nuestra mira particular, expresada en el Prólogo a la edición 1983, las
relaciones con el Senado y con el Poder Ejecutivo (por ser ajenas a la índole propia de este
trabajo, no haremos referencias de fondo a las vinculaciones existentes entre el Congreso y el
Poder Judicial).
- los senadores reciben todas las publicaciones que realice la Cámara (artículo 50,
inciso 5).
Siendo el Poder Ejecutivo colegislador, y objeto de control permanente por el Congreso, son
harto frecuentes sus vinculaciones con la Cámara de Diputados. Hay varios temas relativos a
estas relaciones a los que hemos hecho o haremos referencia más detallada (presentación de
proyectos por el Poder Ejecutivo; concurrencia voluntaria de ministros y secretarios de Estado
a la Cámara; pedidos de informes por escrito al Poder Ejecutivo; la llamada “interpelación”; la
presencia del jefe de gabinete en la Cámara). Sin perjuicio de estas importantes cuestiones,
recordemos, en general, la existencia de los institutos constitucionales o reglamentarios que
hacen a estas vinculaciones:
- el Poder Ejecutivo promulga o veta las leyes (artículos 78, 80, 83 y 99, inciso 3, de la
Constitución Nacional).
- el Poder Ejecutivo debe, por medio de los ministros y del jefe de gabinete,
presentarle al Congreso una memoria detallada del estado de la Nación (artículos
100, inciso 10, y 104, Constitución Nacional), diligencia que habitualmente ocurre en
la sesión de Asamblea Legislativa de inauguración del período ordinario. Al respecto,
determina el artículo 99, inciso 8, constitucional: “El presidente de la Nación tiene las
siguientes atribuciones: ... Hace anualmente la apertura de las sesiones del Congreso,
reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión al Congreso del
estado de la Nación, de las reformas prometidas por la Constitución, y recomendando
a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes”.
- el Poder Ejecutivo tiene directa relación con la “vida” de la Cámara, pues puede
prorrogar sus sesiones o convocarla a extraordinarias y, por lo arriba referido, abrir
las ordinarias (aunque esto último está relativizado en el nuevo texto del artículo 63
constitucional, el que comienza diciendo que “ambas Cámaras se reunirán por sí
mismas...”).
88
- además, la Cámara de Diputados, como integrante de la Asamblea Legislativa,
participa en la aceptación o no de los motivos de las renuncias del Presidente y
Vicepresidente de la Nación (artículo 75, inciso 21, Constitución Nacional), en la
designación del nuevo Presidente en caso de acefalía de la República (artículo 88 de la
Constitución Nacional y ley 20.972), y en la toma de juramento de ambos altos
magistrados (artículo 93, Constitución Nacional). Como cuerpo ordinario, la Cámara
de Diputados interviene en el trámite legislativo que autoriza al Presidente a
ausentarse del territorio de la Nación (artículo 99, inciso 18, Constitución Nacional) y
en forma exclusiva le corresponde acusar en juicio político al Presidente y al
Vicepresidente de la República, al jefe de gabinete de ministros y a los ministros
(artículo 53, Constitución Nacional).
- la reforma constitucional de 1994 creó nuevas fuentes de relaciones entre los Poderes
Legislativo y Ejecutivo. En particular, con relación al jefe de gabinete de ministros,
funcionario “con responsabilidad política ante el Congreso” (artículo 100,
Constitución Nacional), organismo que puede llegar a removerlo (artículo 101). O,
también, en todo aquello que tenga que ver con la delegación de facultades legislativas
(contemplado en el artículo 76 de la Constitución Nacional), etcétera.
Analizando la cuestión desde, únicamente, el punto de vista del reglamento, digamos que:
- los ministros y secretarios de Estado deben recibir todas las publicaciones que realice
la Cámara (artículo 50, inciso 5).
- los actos administrativos del Poder Ejecutivo y de todos sus despachos deben ser
registrados y clasificados, para su utilización en el Parlamento, por la Oficina de
Información Parlamentaria (artículo 214).
De todos los mensajes del Poder Ejecutivo (que acompañen o no a proyectos, puesto que
pueden existir mensajes que no necesariamente lo hagan: por ejemplo, aquellos mediante los
cuales haga saber al Congreso el decreto de prórroga de sesiones) se debe dar cuenta a la
Cámara, tarea que realiza el presidente por medio del secretario respectivo (artículo 165). Tras
el anuncio, el proyecto recibe también el tratamiento formal de un proyecto presentado por un
diputado, y debe ser girado sin más trámite a la comisión correspondiente (artículo 122).
La prevé el artículo 106 de la Constitución Nacional: “Pueden los ministros concurrir a las
sesiones del Congreso, y tomar parte en sus debates, pero no votar”. Lo mismo dispone el
artículo 100, inciso 9, constitucional, respecto del jefe de gabinete de ministros. El reglamento,
por su parte, autoriza la presencia de este último y de los ministros o secretarios de Estado en
el recinto, durante las sesiones (artículo 216), inclusive en las secretas (artículo 33), y recepta
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el artículo 106 constitucional, autorizando a los ministros a tomar parte en los debates,
pudiendo ser asistidos por los secretarios de Estado; equipara a los funcionarios ejecutivos, en
lo relativo al uso de la palabra, con los miembros informantes de la comisión (artículo 202).
El poder de información e investigación de que goza el Congreso (al cual hemos hecho
referencia en el número 3.II.65), puede ponerse de manifiesto mediante la solicitud al Poder
Ejecutivo de informes por escrito (artículo 204). Estas proposiciones tendrán la forma y el
procedimiento normal de cualquier proyecto (en este caso particular, de resolución) y se
detallarán los puntos sobre los que el Poder Ejecutivo debe informar.
Existe, sin embargo, un procedimiento más rápido y expeditivo, un caso en que la decisión de
la Cámara no es adoptada por el plenario de la Sala, sino por una comisión. Lo regla el artículo
204, tercer párrafo, de esta forma:
el proyecto pasará directamente a la presidencia para que, sin más trámite, se curse el
requerimiento al Poder Ejecutivo.
Dice el artículo 71 de la Constitución: “Cada una de las Cámaras puede hacer venir a su sala
a los ministros del Poder Ejecutivo para recibir las explicaciones e informes que estime
convenientes”. Se ha extendido esta obligación al jefe de gabinete de ministros (artículo 101,
Constitución Nacional). Tradicionalmente se denomina a este instituto como “interpelación”,
propio de los sistemas constitucionales de tipo parlamentarista.
Se registra, empero, una gran diferencia con esos regímenes, en los cuales el desagrado del
Parlamento ante las explicaciones brindadas puede llegar a culminar hasta en la remoción del
ministro (quien, generalmente, también es un parlamentario). La separación de poderes de
nuestra Constitución presidencialista no habilita tamaña conclusión. Pero el instituto existe, se
ha puesto en ejercicio reiteradamente en la práctica de los poderes, es uno de los medios que
tiene el Congreso de controlar al Poder Ejecutivo, y ha sido motivo de múltiples
interpretaciones por parte del Poder Ejecutivo interpelado (que ha autorizado, o no, a sus
ministros a concurrir; que, a veces, sólo ha contestado por escrito, y que, en otras
oportunidades, ha guardado silencio) y por actitudes de la misma Cámara en sus anales
parlamentarios. Se ha transformado así en una de las cuestiones del derecho parlamentario más
controvertidas. Sólo haremos breve referencia al procedimiento predeterminado por el
reglamento para la llamada “interpelación” (nombre que, por los muy específicos orígenes
parlamentaristas recién referidos, por esta razón, hemos y seguiremos entrecomillando),
aunque no podemos dejar de referir que es frecuente que la Cámara decida, en cada caso
concreto, implementar otras reglas de conducta específicas para esa situación
- pueden ser “interpelados” los ministros del Poder Ejecutivo y, junto con ellos, los
secretarios de Estado que correspondan (artículo 204).
Artículo 199. El jefe de Gabinete de Ministros, con una anticipación no inferior a siete
días hábiles, hará llegar a los presidentes de cada uno de los bloques políticos, a través
del presidente de la Cámara, un escrito con los temas a exponer.
Artículo 200. Los bloques políticos integrantes del cuerpo presentarán al jefe de
Gabinete de Ministros, a través de la Presidencia de la Honorable Cámara, en el término
de dos días hábiles contados a partir de la recepción del temario, los requerimientos,
informes y ampliaciones que consideren oportunos, todos los cuales serán evacuados en
la sesión de que se trate.
Artículo 202. El jefe de Gabinete de Ministros dispondrá de una hora para exponer su
informe.
El tiempo no invertido en un turno por quien haga uso de la palabra, de conformidad con
lo establecido en este reglamento, no importará ampliación de los tiempos acorados a los
restantes oradores.
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Los plazos antes mencionados sólo podrán prorrogarse una vez, por un máximo de cinco
minutos, por resolución de la Cámara.”
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CAPÍTULO XIII
152. No podemos finalizar nuestro análisis sin hacer también referencia al reglamento de la
otra Cámara del Congreso Nacional argentino, el Senado de la Nación. Lo efectuaremos
limitadamente, sólo haciendo alusiones breves a algunos aspectos en que ambos cuerpos
normativos difieren. Que no son muchos pues los reglamentos de ambas Salas han partido de
moldes comunes (hemos hecho referencia al origen del reglamento de la Cámara de Diputados
en el número 3.II.1; el del Senado Nacional, cuyos primeras versiones fueron aprobadas en
1855 y 1862, se nutrió también originalmente en el texto de los reglamentos de la década de
1820).
Influyen en esas diferencias factores constitucionales, tales como ciertos roles específicos que
la Carta Magna atribuye al Senado (a mero título de ejemplo, la presencia del Vicepresidente
de la Nación como su autoridad máxima, o el sistema de acuerdos). Y, sobremanera su
composición numérica (72 bancas), notablemente inferior a la de la Cámara de Diputados (257
integrantes), que posibilita –entre otros elementos- trámites parlamentarios más pausados, con
la posibilidad de los senadores de gozar de mayores posibilidades en el uso de la palabra y de
imprimir un ritmo más reflexivo a las sesiones.
153. Tales principales diferencias, a nuestro criterio y siguiendo cierto orden temático
adoptado para el caso (los que pasamos a citar a continuación son en todos los casos artículos
del reglamento del Senado), son:
Sesiones preparatorias
- se producirán, cada año, el 24 de febrero (para elegir autoridades y designar
días y horas de reunión) y el 29 de noviembre (para incorporar senadores,
los años en que corresponda la renovación parcial del cuerpo –artículos 1 y
2-);
Impugnación de diplomas
- la existencia de observaciones de ese tipo no habilitan al impugnado a
incorporarse, aun de manera provisoria, al Senado; el proceso de
impugnación es aplicable también a los senadores suplentes (artículo 2),
pero, en la eventualidad de la incorporación efectiva de éstos al Senado, su
diploma podrá ser objeto de reconsideración, de haberse registrado
circunstancias de impugnabilidad sobrevinientes;
Juramento e incorporación
- sólo existen tres fórmulas de juramento (artículo 3);
- el “diploma” a otorgarse al senador incorporado está reglamentado (artículo
7);
Quórum
- el levantamiento de la sesión debería ser inmediato si tras el paso de media
hora luego del momento fijado para la convocatoria no se registrara quórum
(artículo 15);
- la interpretación senatorial de la “mayoría absoluta” para tomar
determinaciones es que se trata de la “mitad más uno” (artículo 16);
Sesiones secretas
- las mismas (que, hasta la reforma reglamentaria de 1992, y la constitucional
de 1994, eran las corrientes para los casos de los acuerdos) son, de por sí,
especiales; para convocarlas, bastarán pedidos al respecto (cuyos motivos
pueden reservarse) sin preverse a priori una determinación especial del
Senado (artículos 17, 18 y 20); se autoriza a presenciar una sesión secreta a
los diputados sólo cuando se traten asuntos de carácter legislativo; no se
mencionan, como autorizados, a los secretarios de Estado (artículo 25);
Homenajes
- en los homenajes, cada orador no podrá hablar más de diez minutos, pero si
se designare un solo orador por todo el Senado podrá usar de la palabra por
hasta treinta minutos;
Bloques
- sólo un artículo, el 56, reglamenta a los bloques, determinando entre otros
elementos que bastan dos o más senadores para formar bloque;
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Plenario de Labor Parlamentaria
- el Plenario de Labor Parlamentaria, lo llamado Comisión de Labor
Parlamentaria en la Cámara de Diputados, fue instituido en la reforma
reglamentaria de 1992, tiene funciones parecidas a aquélla. No incluye entre
sus miembros a los vicepresidentes. Este Plenario somete el plan de labor al
Senado, pero si no llegara a acuerdo al respecto, el presidente o cualquier
senador puede proponer un plan de labor, que se votará por su orden
(artículos 57 a 60);
Comisiones
- las comisiones permanentes del Senado, reguladas en los artículos 61 y
siguientes, son actualmente cuarenta y siete (cuyos propósitos están
determinados en esos artículos), integradas, cada una, por un número de
senadores predeterminado en esas normas (número que es menor, en cada
caso, al que poseen las comisiones de la Cámara de Diputados); el
Presidente Provisional del Senado puede integrar comisiones (artículo 116);
- la integración de las comisiones debe hacerse en la primera sesión ordinaria
(artículo 14), sin preverse la poco realista hipótesis del reglamento de la
Cámara de Diputados de que se concrete en sesiones preparatorias;
- las comisiones especiales son creadas mediante decisión adoptada con dos
tercios de votos emitidos (artículo 108); las comisiones especiales
bicamerales son objeto de una expresa mención en el artículo 109;
- las autoridades de las comisiones serán su presidente, su vicepresidente y su
secretario (artículo 111); sus integrantes están obligados a compartir entre sí
los informes y documentación que posean, pues de lo contrario no podrán
utilizarlos individualmente en el recinto (artículo 115);
- el quórum en una comisión se alcanza con más de la mitad de integrantes
presentes; y si dos sesiones fracasan por falta de quórum, la tercera podrá
realizarse con un tercio de los senadores integrantes (artículos 118 y 119);
- el artículo 120 admite que el informe de un despacho de comisión se haga
en forma verbal; y el artículo 124 que un proyecto presentado por todos los
miembros de una comisión sobre un tema de su competencia pase
directamente al orden del día, sin ser girado a esa comisión;
- las renuncias a integrar una comisión se informan al Senado para que las
tome en cuenta, sin exigirse que las acepte (artículo 126);
- el reglamento del Senado no contempla el régimen, vigente en la otra
Cámara, de sujeción de un despacho de comisión a observaciones por un
tiempo determinado y las posteriores consecuencias (entre ellas, una
discusión especial) de despachos objeto de esas observaciones.
Proyectos
Mociones de orden
- son las existentes en la Cámara de Diputados, más otras dos mociones (las
de los incisos 10 y 11 del artículo 143) que tienen que ver con el envío a
comisión o la vuelta de ésta al plenario, respecto de los trámites especiales
de consideración de proyectos en particular en la comisión, previstos por el
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artículo 79 de la Constitución Nacional, y con un procedimiento al respecto
sólo reglamentado en el Senado, en sus recientemente incorporados
artículos 181 a 188;
- existe la posibilidad de discutir ciertas mociones de orden; pero la de cierre
de debate no se puede votar mientras un senador desee hacer uso de la
palabra (artículo 144);
- todas las mociones de orden son aprobadas sólo por mayoría absoluta de los
votos emitidos (que, constitucionalmente, y para las mociones de los incisos
9 y 10, debería calcularse sobre el total de los integrantes del Senado), y
pueden repetirse en la sesión (artículo 145);
- las cuestiones de privilegio, objeto de mociones según el artículo 143,
inciso 6), no son objeto de la definición concreta que al respecto contiene el
reglamento de la Cámara de Diputados;
Senado en Comisión
- estando el Senado en tal situación, sus autoridades pueden ser distintas de
las ordinarias (artículo 158); durante este estado, no se efectúan votaciones
(artículo 162);
Discusión
- en la discusión en general, los plazos son más amplios que en la otra
Cámara, y pueden ser ampliados por decisión del Senado antes del inicio
del debate, fijando un máximo para el uso de la palabra. El Senado puede
fijar también la hora de la votación, una vez que esté cerrada la lista de
oradores, respetándose el derecho de todos los oradores anotados (artículo
166);
- también durante la discusión en general se pueden presentar proyectos sobre
igual naturaleza que la del que está en discusión, los que pueden llegar a ser
considerados en esa oportunidad (artículos 168 a 171), aunque no posean
dictamen de comisión (excepción de la que también participan los proyectos
que hayan sido objeto de mociones afirmativas de preferencia, de sobre
tablas, de apartamiento del reglamento, o despachados por el Senado en
Comisión);
- por lo que señalamos anteriormente (inexistencia de la posibilidad de
observar despachos de comisión, entre otros factores), no se contempla,
como en la Cámara de Diputados, la existencia de discusiones especiales en
casos de despachos sin disidencias, sin disidencias pero con observaciones,
etc.
Votación
- la votación por signos puede consistir no sólo en levantar la mano, sino
también en ponerse de pie (artículo 208);
- el artículo 212 define a la mayoría absoluta: más de la mitad de los
presentes;
- cuando el Senado sea presidido por un senador y se requieran dos tercios de
votos, el senador que presida votará en último término (artículo 214).
Varios
- el artículo 41, inciso 9, contempla la posibilidad de que se levante un acta
especial de las sesiones públicas, cuando el Senado así lo resuelva; en todos
los demás casos, las actas serán reemplazadas por el Diario de Sesiones
(artículo 41 inciso 9);
- anualmente se liberarán al público los antecedentes existentes en el archivo
reservado, que tengan una antigüedad superior a 50 años (artículo 50);
- el artículo 219 contempla el muy discutido instituto del arresto de los
responsables de obstaculizar e impedir en cualquier modo o lugar el
ejercidio de la actividad parlamentaria de los senadores (requiriéndose dos
tercios de votos y previa posibilidad del ejercicio del derecho de defensa por
el ofensor);
- la “policía de la casa” depende del “comisario del cuerpo” (artículo 221);
- los artículos 225 y 226 reglamentan detalladamente al cuerpo de
taquígrafos;
- existen otras reglamentaciones específicas, aunque no incluidas
expresamente en el texto del reglamento del Senado. Tal, por ejemplo, la
que regula al cuerpo durante el proceso del juicio político, procedimiento
aprobado en 1867, y reformado en varias ocasiones posteriormente.
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