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BREVE COMENTARIO DEL

REGLAMENTO DE LA CÁMARA DE
DIPUTADOS DE LA NACIÓN

SEGÚN SU TEXTO DE 2001

Dr. Guillermo Schinelli

1
SECCIÓN I

EL PROCEDIMIENTO CONSTITUCIONAL PARA LA SANCIÓN DE LA LEY

1.
Las Cámaras del Congreso se expresan a través de decisiones que finalmente se concretan por
escrito. Muchas de ellas son individuales de cada cuerpo (resoluciones, declaraciones; en el
Senado, también comunicaciones y decretos). Algunas de esas decisiones también pueden ser
conjuntas; de éstas, la más importante es, sin dudas, la ley, determinación adoptada por ambas
Cámaras del Poder Legislativo (con la colaboración activa o pasiva, como veremos, del Poder
Ejecutivo) siguiendo el procedimiento estipulado por los artículos 77 a 84 de la Constitución
Nacional.

En este capítulo vamos a analizar cuáles son las prescripciones básicas de la Norma
Fundamental sobre el origen, la confección, la sanción y la promulgación de la ley 1. Lo
haremos en forma directa y sintética, con el afán didáctico que tiene el Manual en el cual esta
Sección está inserta, dejando para el estudioso que quiera profundizar estos temas a la luz de
otras fuentes y opiniones su análisis en los diversos y valiosos textos de Derecho
Constitucional publicados en nuestro país con posterioridad a 1994. Aprovecharemos la
sección siguiente (dedicada al análisis del Reglamento de la Cámara de Diputados) para entrar
en el detalle de algunas de otras instituciones esenciales referenciadas indirectamente en esta
primera parte y de otras normas de la Constitución Nacional que tienen directa relación con la
labor del Congreso.

A) Origen de los proyectos de leyes.

2.
El principio general lo determina el artículo 77 de la Constitución Nacional:

“Las leyes pueden tener principio en cualquiera de las Cámaras del Congreso, con
proyectos presentados por sus miembros o por el Poder Ejecutivo, salvo las
excepciones que establece esta Constitución”.

De allí, primero, se deduce que los originantes de las leyes pueden ser:

(a) los diputados;


(b) los senadores
(c) el Presidente de la República (“co-legislador”, en tanto posee este poder de
iniciativa, puede hasta cierto punto participar en los debates parlamentarios por
medio de sus ministros, y posee la potestad de promulgar o de vetar los proyectos
sancionados).

Sin perjuicio de ello, y aunque no lo menciona esa prescripción constitucional, nada obsta a
que cualquier habitante (haciendo uso del derecho de peticionar a las autoridades, consagrado
por el artículo 14 de la Constitución Nacional) pueda presentar ante cualquiera de las Cámaras
proyectos de su autoría, documentos que en el ámbito parlamentario se denominan “peticiones
particulares” (y que, en la medida en que sean receptadas por legisladores o por las comisiones
respectivas, pueden llegar hasta su aprobación final). Un tipo de estas iniciativas particulares
(la denominada iniciativa popular) ha sido receptada especialmente por la Constitución
reformada en 1994, y a ella dedicaremos algunos párrafos específicos más adelante.

3.
Los Reglamentos de las Cámaras contemplan que los proyectos de leyes presentados por sus
miembros sean acompañados por fundamentos.

Ocurre lo mismo con los que formula el Poder Ejecutivo Nacional, que son precedidos por un
Mensaje, con la misma finalidad. Estas iniciativas del Presidente, además de la firma de éste,
requieren el refrendo del ministro del ramo respectivo, y en todos los casos, además, el del jefe
del gabinete de ministros (artículo 101, iniciso 8, Constitución Nacional).
1
Nos basaremos, para este análisis, en la metodología fijada en el Curso de Derecho Constitucional, de Carlos
María Bidegain, tomo IV, pág. 111 y ss., ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1996, obra en cuya actualización
quien actualmente esto escribe tuvo oportunidad activa de participar.
2
4.
Se denomina Cámara de origen a aquella donde ingresa primero el proyecto y donde, por ende
éste goza de la oportunidad original de ser discutido y, en su caso, aprobado. El carácter de
cámara originaria no es un tema menor pues –como analizaremos en 3.I.112- dicha Sala posee
cierto privilegio, que interesa política y jurídicamente en algunos casos particulares.

El principio general es que tanto la Cámara de Diputados como el Senado pueden ser,
indistintamente, la Cámara de origen. Pero caben las excepciones que establece esta
Constitución como reza el artículo 77, que recién citamos; se trata de los siguientes casos:

4.A) El Senado como Cámara de origen:

4.A.1. En la ley convenio (tal como se prevé en el artículo 75 inciso 2 de la


Constitución Nacional) que instituya el regimen de coparticipación de las contribuciones
directas e indirectas;

4.A.2 En las leyes que tiendan a proveer al crecimiento armónico de la Nación y al


poblamiento de su territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el
desigual desarrollo relativo de provincias y regiones (tal es lo que, con bastante
imprecisión, determina el artículo 75, inciso 19, constitucional);

4.B) La de Diputados como la Cámara de origen.

4.B.1. Para recibir y considerar proyectos presentados con motivo de la iniciativa


popular (artículo 39, Constitución Nacional; ver infra 3.I.23);

4.B.2 En el procedimiento para someter un proyecto de ley a la consulta popular. Esto


es lo que precisa el artículo 40 constitucional, norma que aún no ha sido reglamentada
por el Congreso y que, por ende, carece de ejecutividad.

4.B.3. La iniciativa de las leyes sobre contribuciones y reclutamiento de tropas


(artículo 52, Constitución Nacional). Regla de vieja tradición histórica, que consagra
una prerrogativa específica a favor de aquella de las dos Cámaras de base más
inmediatamente popular.

Este principio, y por la necesaria relación entre los gastos del Estado, y sus recurso (en
gran medida, los impuestos) ha provocado que, aunque no específicamente indicado
por la letra constitucional, el proyecto de ley de presupuesto deba ser originado en la
Cámara de Diputados (como, por otra parte, en nivel infra-constitucional, lo consagra
la ley 24.156, de administración financiera del sector público). Al respecto, el artículo
100, inciso 6, de la Constitución, reserva para el Poder Ejecutivo su autoría inicial.

5.
En la práctica, es frecuente que los casos no se den con la claridad con que lo pre-determina la
Constitución. Ello ha dado origen a frecuentes discusiones entre ambas Cámaras sobre la
naturaleza de determinados proyectos, y a cuál le corresponde el privilegio de ser la originaria.
En más de una oportunidad la Cámara de Diputados se ha expresado oficialmente
reivindicando su potestad exclusiva, sobre todo en materia impositiva.

B) El tratamiento interno en las Cámaras

6.
El proyecto en cuestión es ingresado en alguna de las dos Cámaras, como recién vimos. Ello
origina un complejo procedimiento interno, tendiente al enriquecimiento de la proposición, y a
su mejor consideración y discusión.

La Constitución Nacional no hace regularmente referencias específicas a esos trámites


internos, posibilitando por ende que los Reglamentos de las Cámaras profundicen en la
materia. Nosotros, en consecuencia, consideraremos estas cuestiones en detalle, en la sección
siguiente. Se trata, fundamentalmente, de los siguientes trámites:

2
Las citas de esta Tercera Parte reflejarán, en primer término, la Sección a que hacen referencia; luego, el
capítulo y finalmente el número de parágrafo aludidos.
3
- giro a las Comisiones de Asesoramiento (permanentes o especiales)
respectivas;
- consideración y discusión en el ámbito de las Comisiones;
- emisión de dictamen por las Comisiones;
- elaboración de observaciones al dictamen de Comisión;
- en su caso, posibilidad (no habitual, pero también reglamentaria) de
tratamiento por el plenario de la Cámara sin la existencia de un dictamen de
Comisión;
- y, una vez habilitado el proyecto para su consideración en el recinto
plenario de la Cámara, consideración por ésta en general; luego su votación
también en general (con la existencia de quórum y la obtención de las
mayorías respectivas), que culmina con el tratamiento y votación, en cada
caso, en particular.

La enmienda constitucional de 1994 insertó una novedad sobre este último particular en el
cuerpo de la Norma Fundamental. Su artículo 75 expresa:

“Cada Cámara, luego de aprobar un proyecto de ley en general, puede delegar en sus
comisiones la aprobación en particular del proyecto, con el voto de la mayoría
absoluta del total de sus miembros. La Cámara podrá, con igual número de votos,
dejar sin efecto la delegación y retomar el trámite ordinario. La aprobación en
comisión requerirá el voto de la mayoría absoluta del total de sus miembros. Una vez
aprobado el proyecto en comisión, se seguirá el trámite ordinario”.

Este texto implica el reconocimiento, por la Constitución Nacional, y a nivel de la misma, de


la existencia de Comisiones en las Cámaras del Congreso, así como también la plena
constitucionalidad del procedimiento de consideración y sanción primero en general y luego
en particular. Lamentablemente, este tan interesante instituto de derivación, al seno de las
Comisiones, de la consideración en particular, no ha sido reglamentado todavía en la Cámara
de Diputados, por lo que carece allí de vigencia efectiva; no ocurre lo mismo en el ámbito del
Senado Nacional (en su reglamento se contempla, primero, la existencia de mociones de orden
especiales para requerir el cumplimiento de esta tramitación especial, y para, en su caso,
levantarlo –artículo 143, incisos 10 y 11-; y, además, en los artículos 181 a 188, una detallada
reglamentación del procedimiento aplicable en el ámbito de la Comisión, de procederse como
lo determina el nuevo artículo constitucional).

C) La aprobación y sanción por las Cámaras.

7.
Pasamos a analizar a continuación las hipótesis que contiene la Carta Magna argentina, en
relación a la sanción de los proyectos de leyes por cada Cámara. El procedimiento requiere,
necesariamente, el consenso de las dos Salas.

Se trata de la obtención de decisiones expresas, tal como lo norma el artículo 82


constitucional:

“La voluntad de cada Cámara debe manifestarse expresamente; se excluye en todos


los casos la sanción tácita o ficta”.

Los escenarios que pueden presentarse son los siguientes.

8.
Primero, el caso del consenso inmediato de las dos Cámaras. Al respecto, dice el artículo 78
constitucional:

“Aprobado un proyecto de ley por la Cámara de su origen, pasa para su discusión a la


otra Cámara. Aprobado por ambas, pasa el Poder Ejecutivo de la Nación para su
examen; y si también obtiene su aprobación, lo promulga como ley”.

9.
También la solución (prevista por el primer párrafo del artículo 81 de la Constitución
Nacional) es drástica cuando ocurre un rechazo total por la Cámara revisora:

“Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una de las Cámaras podrá
repetirse en las sesiones de aquel año”.
4
La referencia temporal que acabamos de transcribir es al “año parlamentario”, esto es, el
período que transcurre desde el 1 de marzo hasta el 28 (ó 29, en el caso de años bisiestos) de
febrero del año siguiente.

La posibilidad de rechazar totalmente un proyecto de ley está limitada por el segundo párrafo
del artículo 81:

“Ninguna de las Cámaras puede desechar totalmente un proyecto que hubiera


tenido origen en ella y luego hubiese sido adicionado o enmendado por la
Cámara revisora”

10.
Bastante más complejo es el procedimiento constitucional cuando la Cámara revisora no
rechaza totalmente la sugerencia de la de origen, sino que le introduce enmiendas. Varias
formas existen, en el derecho comparado, para tratar esta cuestión en los parlamentos
bicamerales: algunas dan preferencia a alguna de las cámaras (habitualmente la de origen más
popular); otras prevén la existencia de comisiones de enlace entre ambas Salas, que tratan de
aunar criterios y así evitar que el procedimiento se transforme en una especie de “ping-pong”
que puede no llegar a tener fin.

La Constitución Nacional, en su texto de 1853, preveía la existencia de hasta cinco “lecturas”


(entendemos por tales a cada consideración y sanción por una Cámara) diferentes; en la
última, debía necesariamente adoptarse una determinación. Desde 1994 el trámite se ha
acortado, y la sanción debe tomarse no más allá de la tercera lectura. El trámite está basado en
la ocurrencia, o no, de lo siguiente (tercer párrafo del artículo 81):

“Si el proyecto fuera objeto de adiciones o correcciones por la Cámara revisora,


deberá indicarse el resultado de la votación a fin de establecer si tales adiciones o
correcciones fueron realizadas por mayoría absoluta de los presentes o por las dos
terceras partes de los presentes”3.

11.
Las posibilidades que pueden, entonces, acaecer, previstas en lo que resta del artículo 81
constitucional, son las siguientes:

(i) si las adiciones o correcciones de la Cámara revisora fueran aprobadas por


mayoría absoluta y la Cámara de origen las acepta por mayoría absoluta, el
proyecto queda sancionado con las adiciones o correcciones de la Cámara
revisora y pasa al Poder Ejecutivo;
(ii) si la Cámara revisora aprueba las adiciones o correcciones por mayoría de dos
tercios y la Cámara de origen no alcanza a rechazarlas por igual mayoría, queda
sancionado el proyecto con las enmiendas de la Cámara revisora, y continúa el
procedimiento ante la Presidencia de la Nación;
(iii) si la Cámara revisora aprueba las enmiendas con mayoría de dos tercios y la de
origen insiste en su rechazo con mayoría también de dos tercios, el proyecto
queda sancionado tal como lo resuelve la Cámara de origen, sin tomarse en
consideración las enmiendas, y es girado al Poder Ejecutivo.

Se trata, en concreto, del privilegio de la Cámara de origen, al que hicimos


referencia en 3.I.4: aquélla, con dos tercios, siempre prevalece sobre la decision
de la Cámara revisora. Insistamos, nuevamente, que no es una prerrogativa de
que goce una de las dos Cámaras en particular, sino que le es atribuible a
aquella a la que –de acuerdo al juego institucional y político- le corresponda en
el caso actuar como originaria.
(iv) si la Cámara revisora aprueba por mayoría absoluta las adiciones o correcciones
y la de origen las desecha por mayoría absoluta, consideramos que el proyecto
de esta última, sin las adiciones o correcciones, debe ser el sancionado y el
remitido al Poder Ejecutivo. Ello no está expresamente previsto por el artículo
81 constitucional, pero lo deducimos del mismo, por considerar que, no
dándose la excepción contemplada en su cuarto párrafo (“a menos que las
3
En cumplimiento de la previsión constitucional, en el punto 2 del Acta suscripta el 26 de octubre de 1995 entre
los Presidentes de ambas Cámaras del Congreso, se dispuso: “Las comunicaciones de las sanciones de la
revisora cuando el proyecto de ley vuelve a la de origen, deberán indicar el resultado de la votación que
correspondió en particular a cada artículo, a fin de establecer si las adiciones o correcciones fueron realizadas
por mayoría absoluta de los presentes o por las dos terceras partes de los presentes”.
5
adiciones o correcciones las haya realizado la revisora por dos terceras
partes...”), debe prevalecer la insistencia de la Cámara de origen.

12.
La posibilidad de concretar adiciones o correcciones termina en la segunda lectura. Se trata de
una vieja discusión en el ámbito parlamentario que fue finalizada por la reforma constitucional
de 1994, al agregarse un último párrafo al artículo 81, del siguiente tenor:

“La Cámara de origen no podrá introducir nuevas adiciones o correcciones a las


realizadas por la Cámara revisora”

13.
La Constitución no obliga a que las adiciones o correcciones de la Cámara revisora deban ser
aprobadas o rechazadas “in totum” por la Sala de origen. Ésta puede aprobar algunas
enmiendas y rechazar otras, separadamente. El tema fue objeto de algunas controversias en la
práctica parlamentaria, prevaleciendo la postura que se acaba de expresar4.

D) El trámite ulterior en el Poder Ejecutivo.

14.
Dijimos arriba que éste era co-legislador (No. 3.I.2; ello, conforme, además, a lo previsto en el
artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional). Tal circunstancia se pone de manifiesto,
sobre todo, en su propia, necesaria e indelegable potestad constitucional de promulgar o de
vetar un proyecto de ley sancionado por las Cámaras. Es que, por más que las dos Cámaras del
Congreso hayan llegado a un consenso en materia legislativa, y a que el Senado le haya
otorgado un número (el que, probablemente, algún día tendrá la “ley” que se dicte), el
documento fruto de ese consenso no deja de ser más que un “proyecto de ley”. No habrá ley
sin la promulgación del Presidente de la Nación. Pudiéndose dar los siguientes casos.

15.
El primero es el de la promulgación expresa. Ya hemos citado la previsión constitucional en
esta materia, contenida en el artículo 78, y que se concreta en un decreto presidencial.

16.
El segundo es el de la promulgación tácita. Reza el artículo 80, primer párrafo, de la
Constitución:

“Se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto no devuelto en el término
de diez días útiles”.

Ese plazo de días hábiles administrativos debe contarse desde el momento en que la
comunicación oficial es hecha por la Cámara finalmente sancionadora del proyecto, al
Presidente de la República, dato a veces difícil de constatar con claridad en la práctica.

17.
Más compleja es la situación en caso de producirse una observación o veto por el Poder
Ejecutivo. Requiere una puntualización previa.

No cabe duda de que el Presidente de la República puede desechar totalmente un proyecto de


ley. En cambio, fue y sigue siendo motivo de intensa discusión la posibilidad presidencial de
vetarlo parcialmente (aunque la letra del artículo 83 constitucional siempre previó la
posibilidad de desecharlo “en todo o en parte”).

La Corte Suprema de Justicia de la Nación llegó a admitir, en 1967, la constitucionalidad del


veto parcial, en el caso “Colella”, siempre y cuando la parte observada no afectara la unidad
del proyecto. Posición ésta discutida en la doctrina constitucional argentina, pero
fervientemente seguida en la práctica política de nuestros Jefes de Estado.

4
Concordando con lo recién enunciado –y con lo referido en 3.I.12-, el punto 1 del Acta que mencionáramos en
la Nota anterior, establece: “Cuando un proyecto de ley vuelve a la Cámara de origen con adiciones o
correcciones introducidas por la Cámara Revisora, podrá aquélla aprobar o desechar la totalidad de dichas
adiciones o correcciones, o aprobar algunas y desechar otras, no pudiendo en ningún caso introducir otras
modificaciones que las realizadas por la Cámara Revisora”.

6
La Constitución de 1994 ha pretendido resolver finalmente la cuestión, adhiriéndose a dicha
tesitura, conforme lo dispuso en los tres últimos párrafos del artículo 80:

“Los proyectos desechados parcialmente no podrán ser aprobados en la parte


restante. Sin embargo, las partes no observadas solamente podrán ser promulgadas si
tienen autonomía normativa y su aprobación parcial no altera el espíritu ni la unidad
del proyecto sancionado por el Congreso. En este caso será de aplicación el
procedimiento previsto para los decretos de necesidad y urgencia”,

Este último mandato está pendiente. El procedimiento al que remite el artículo 80 es el, en
rasgos generales, previsto por los artículos 99, inciso 3, y 100, inciso 13, constitucionales, los
que prevén que los decretos de vetos parciales sean refrendados por todos los ministros y el
jefe de gabinete en acuerdo general, y que luego se sometan a una Comisión Bicameral
Permanente, que en un plazo de diez días debe elevar su despacho a la Cámara. Pero la
creación de esa Comisión, la reglamentación de lo recién previsto (y, sobre todo, la decisión
legislativa acerca de qué efectos tendrá un hipotético silencio de los plenarios de las Cámaras
del Congreso) está notablemente demorada. Sin esa norma reglamentaria, continuará siendo
potestad exclusiva del Poder Judicial el juzgamiento (si se plantea en casos concretos) de la
concreción de las hipótesis ahora incluidas en el artículo 80 de la Norma Fundamental.

18.
Ocurrido un veto (total o, en los casos que corresponda según lo que acabamos de explicar,
parcial), el Poder Legislativo tiene posibilidad de “reivindicar” sus facultades legisferantes,
superándolo (o, en su caso, consintiéndolo). El artículo 83 de la Constitución contempla las
siguientes situaciones:

- el proyecto vetado vuelve a la Cámara de origen, para que lo discuta


nuevamente (teniendo en cuenta las observaciones);
- si la Cámara de origen insiste en su sanción anterior, con una mayoría de
dos tercios de votos, pasa a la Cámara revisora;
- si no se obtiene esa mayoría (de discutible interpretación en punto a la
forma de calcularse: si sobre los miembros presentes o si sobre el total de
los integrantes de cada Cámara; esta última interpretación parece tener más
apoyatura constitucional, aunque la práctica del Congreso lo ha sido muchas
veces en sentido contrario), el trámite termina, con el “triunfo” del Poder
Ejecutivo, dándose por definitivo al veto;
- si la Cámara revisora también insiste en su posición original, y con dos
tercios de votos, el Congreso supera al Poder Ejecutivo, y éste debe
promulgar obligatoriamente y publicar la ley insistida.
- “si las Cámaras difieren sobre las objeciones” (lo que puede ocurrir, por
ejemplo, si la revisora no llega a alcanzar los dos tercios necesarios para
prevalecer sobre el veto), “el proyecto no podrá repetirse en las sesiones de
aquel año”. Insistimos en que se trata del criterio de “año parlamentario”
(v. supra, 3.I.9);
- las votaciones de las Cámaras deben ser, en estos casos, nominales. Esto es,
con la identificación de cada legislador votante y de la forma en que expresa
su decisión (v. infra, 3.II.114);
- las votaciones deben serlo “por sí o por no”. Como arriba (No. 3.I.12)
referimos, no hay posibilidad de incluir nuevos contenidos en el proyecto a
esta altura del desarrollo de la discusión, la que debe limitarse a aceptar o
desechar las observaciones del Presidente de la Nación;
- la previsión constitucional de que “tanto los nombres y fundamentos de los
sufragantes, como las objeciones del Poder Ejecutivo, se publicarán
inmediatamente por la prensa” es una expresión actualmente caída en
desuetudo (de todas formas, el Estado no tiene potestad para obligar a los
medios a difundir cualquier tipo de determinación);
- finalmente, consignemos que el artículo 40 constitucional, en su primer
párrafo, prevé dos casos de leyes que no podrían (la institución debe ser
reglamentada, lo que aún no ha ocurrido) vetarse: la ley de convocatoria a
una consulta popular y la que sea fruto del voto afirmativo por el pueblo del
proyecto objeto de esa consulta popular.

E) La publicación de la ley.

19.
7
El trámite legislativo ordinario culmina con la publicación de la ley en el Boletín Oficial, que
lleva a cabo el Poder Ejecutivo (habitualmente, así lo ordena en el decreto de promulgación de
la ley). Tema no previsto expresamente por la Constitución, pero que es un trámite esencial
para la vigencia de la norma (artículo 2 del Código Civil). Cuestión, por otra parte,
controvertida, sobre todo con relación a la posibilidad de la existencia de leyes secretas, y
sobre la cual no vamos a abundar por la naturaleza de este Manual.

F) Procedimientos especiales.

20.
La reforma de 1994 incorporó al texto constitucional algunos contenidos que innovan
sustancialmente en aspectos que tienen que ver con ciertos procedimientos legisferantes.
Pasamos a hacer escueta referencia a los mismos.

(a) Los decretos de necesidad y urgencia.

21.
“El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e
insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo”, comienza expresando el
artículo 99, inciso 3, de la Constitución Nacional, pero esta inicial prohibición se ve
complementada por la siguiente frase “solamente cuando circunstancias
excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos en esta
Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen
materia penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá
dictar decretos por razones de necesidad y urgencia”.

Se trata, en resumen, de normas de contenido legislativo, pero emitidas el Poder


Ejecutivo, quien regularmente no es el productor de disposiciones de tal carácter.
Todo ello con un carácter y un procedimiento que deberían ser excepcionales,
cumpliendo con los siguientes requisitos (también previstos en el inciso citado en la
frase anterior –ratificados, por otra parte, por el artículo 100, inciso 13, de la
Norma Fundamental-):

“... serán decididos (los decretos de necesidad y urgencia) en acuerdo general


de ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete
de ministros”. Este último “personalmente y dentro de los diez días someterá la
medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente, cuya
composición deberá respetar la proporción de las representaciones políticas de
cada Cámara. Esta comisión elevará su despacho en un plazo de diez días al
plenario de cada Cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato
considerarán las Cámaras. Una ley especial sancionada con la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara regulará el trámite y
los alcances de la intervención del Congreso”.

La ley especial recién referida aún no ha sido sancionada (v. 3.I.17;); tampoco ha
sido creada la Comisión Bicameral Permanente también allí aludida. Por lo que el
procedimiento relatado todavía no ha sido llevado a la práctica, pese al mandato
constitucional. Mientras tanto, la potestad del Poder Ejecutivo en esta materia sigue
siendo, en general, discutida, pero, en la práctica, efectivamente ejercida.

(b) La ley de coparticipación federal.

22.
Reviste también ciertas características especiales el procedimiento para aprobar la
norma de coparticipación impositiva entre la Nación y las Provincias, tal como se
determina en los incisos 2 y 3 del artículo 75, y en la disposición transitoria 6ª, de la
Constitución Nacional. Se busca la sanción de una especie de “ley convenio”, acordada
entre el Estado Federal y los estados provinciales, en la cual el Senado debe actuar
como cámara iniciadora, tiene que ser sancionada por una mayoría absoluta de la
totalidad de los miembros de cada Cámara, no puede ser reglamentada ni modificada
unilateralmente por el gobierno central, y debe ser aprobada por las provincias.

(c) La iniciativa popular.


8
23.
Se trata de una de las “formas semidirectas de democracia” introducidas en nuestra
disposición suprema federal en 1994, conteniendo un procedimiento legislativo
especial que estatuye el artículo 39:

“Los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos de ley


en la Cámara de Diputados. El Congreso deberá darles expreso tratamiento
dentro del término de doce meses. El Congreso, con el voto de la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada Camara, sancionará una ley
reglamentaria que no podrá exigir más del tres por ciento del padrón electoral
nacional, dentro del cual deberá contemplar una adecuada distribución
territorial para suscribir la iniciativa. No serán objeto de iniciativa popular los
proyectos referidos a reforma constitucional, tratados internacionales, tributos,
presupuesto y materia penal.”

La norma reglamentaria efectivamente emitida fue la ley 24.747, que, entre otros
elementos, precisó que debe patrocinar el proyecto al menos el 1,5% del padrón
electoral (aproximadamente 350.000 ciudadanos), y que represente como mínimo seis
distritos electorales, previéndose la existencia de distintos controles respecto de los
aspectos formales y de procedimiento, a cargo del defensor del pueblo, de la justicia
electoral nacional y de la Cámara de Diputados, originaria en temas de esta materia. Si
bien las normas citadas prevén un plazo de 12 meses para el tratamiento por el
Congreso, no contemplan consecuencias para el caso de que ello no ocurra (lo que, de
ninguna forma –conf. artículo 82, Constitución Nacional- no puede conducir a
cualquier tipo de sanción legislativa ficta).

(d) La consulta popular.

24.
Esta otra forma de participación popular más directa está ordenada por el artículo 40
constitucional, que dice:

“El Congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a


consulta popular un proyecto de ley. La ley de convocatoria no podrá ser
vetada. El voto afirmativo del proyecto por el pueblo de la Nación lo convertirá
en ley y su promulgación será automática. El Congreso o el presidente de la
Nación, dentro de sus respectivas competencias, podrán convocar a consulta
popular no vinculante. En este caso el voto no será obligatorio. El Congreso,
con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara, reglamentará las materias, procedimientos y oportunidad de la
consulta popular”.

Esta reglamentación todavía no ha sido dictada, por lo que el instituto contemplado


carece de efectividad.

(e) Ciertos tratados internacionales.

25.
La reforma constitucional de 1994 otorgó nivel de norma constitucional a
determinados tratados de derechos humanos, y contempló la posibilidad de elevar a
similar jerarquía a ciertos tratados, en el futuro. Sobre el particular, el procedimiento
parlamentario registra algunas novedades:

- respecto de los tratados y convenciones de derechos humanos incorporados


constitucionalmente en virtud del artículo 75, inciso 22, podrán ser
denunciados por el Poder Ejecutivo sólo previa aprobación de las dos
terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara del
Congreso;
- el mismo inciso determina que otros tratados y convenciones de la misma
materia podrán ser incorporados al plexo constitucional, pero con un doble
paso. Primero, como cualquier tratado, deberán ser aprobados por el
Congreso siguiendo el procedimiento habitual de aprobación de las leyes;
para conseguir dicha elevación jerárquica, requerirán luego, en otra
9
instancia, el voto de dos terceras partes de la totalidad de los miembros de
cada Cámara;
- el inciso 24 del mismo artículo, en lo que respecta a los tratados de
integración (de una jerarquía inferior a la de los anteriores, pero superior a
la de otros tratados y a la de las leyes), establece que, respecto de la
aprobación de tratados de integración con estados de Latinoamérica, será
necesaria la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara, y para la correspondiente a los de integración con otros estados, un
doble procedimiento: primero, una declaración de la conveniencia de su
aprobación, con el procedimiento legislativo habitual, y luego su aprobación
concreta, pasados ciento veinte días del acto anterior, y con el voto de la
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara.

10
SECCION II

BREVE COMENTARIO DEL

REGLAMENTO DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN

SEGÚN SU TEXTO DE 2001

11
Índice general

Pág.

Prólogo...............................................

Prólogo a la primera edición del Breve Comentario..........

Capítulo I El reglamento...........................

Capítulo II Los diputados...........................

Capítulo III Los bloques políticos...................

Capítulo IV El presidente y los vicepresidentes.....

Capítulo V La Secretaría y la organización


administrativa de la Cámara.............

Capítulo VI Organización de las comisiones..........

Capítulo VII Funcionamiento y labor de las comisiones


permanentes.............................

Capítulo VIII Mociones y proyectos....................

Capítulo IX El debate y la decisión.................

Capítulo X Las sesiones............................

Capítulo XI Quórum y mayorías.......................

Capítulo XII Relaciones con otros órganos supremos...

Capítulo XIII El Reglamento del Senado de la Nación – Comparación..

12
PROLOGO

En 1983 la Cámara de Diputados de la Nación, por medio de la Dirección de Información


Parlamentaria, dependiente de su Secretaría Parlamentaria, publicó por primera vez el Breve
Comentario del Reglamento de la Cámara de Diputados de la Nación, con su segunda y
terceras ediciones impresas en 1985 y 1992, elaborado por el Dr. Guillermo Carlos Schinelli.
Con posterioridad, se produjeron dos acontecimientos normativos que provocan la necesidad
de actualizar el contenido de la obra: la enmienda de la Constitución Nacional culminada el 22
de agosto de 1994, y una importante reforma del reglamento de la Cámara de Diputados de la
Nación, aprobada el 4 de diciembre de 1996, que llevó a que la presidencia de la Cámara,
mediante la resolución No. 2019/96, dispusiera la edición de un nuevo texto ordenado de
dicho reglamento (en los años osteriores, otras enmiendas se le fueron agregando).

Es por ello que se cree oportuno aprovechar la posibilidad que brinda la publicación de este
“Manual”, publicado por también por la misma Cámara, a través de un organismo que
depende de la misma Secretaría, el Instituto de Capacitación Parlamentaria, para agregar, en la
Sección respectiva –que es la siguiente- la reelaboración de dicha obra, con el afán de reflejar
en la misma el texto originario del Breve Comentario, mas todas las reformas recién indicadas
y las adaptaciones consecuentes, y de continuar con su difusión permanente. Tarea que ha
concretado el mismo autor.

Siguen vigentes hoy los mismos propósitos enunciados en 1983 (y para recordarlos, se agrega
a continuación la reproducción del Prólogo de esa primera edicion); por ello, la obra ha
mantenido su estructura original. Pero queremos puntualizar varias circunstancias:

a) La "hibernación" de las instituciones, a que hicimos referencia entonces, hoy ya no es tal,


después de muchos períodos constitucionales ininterrumpidos de intensa labor del cuerpo.
Empero, entendemos que sigue siendo necesario continuar haciendo conocer su labor, y el
fundamento procesal de la misma, su reglamento.

b) El paso del tiempo ha convertido en prioritario el "estudio intensivo" a que aludimos en el


punto d) del prólogo original, con otras perspectivas, no solamente la que brinda la exégesis.
Con ese motivo, cumpliendo en parte con viejas promesas, la Dirección de Información
Parlamentaria publicó en 1996 el "Reglamento de la Cámara de Diputados de la Nación
Comentado", obra también de Guillermo Carlos Schinelli, que recoge, además del comentario
a las normas, las prácticas y los precedentes parlamentarios, legislativos, jurisprudenciales y
bibliográficos producidos en parte de estos años. Consecuentemente, queremos remarcar que
si bien esta Sección continuará dando al lector una visión general del tema, si éste pretendiera
un conocimiento más profundo del mismo podrá recurrir al Reglamento Comentado.

c) Para simplificar la estructura, hemos eliminado de esta reelaboración el índice de artículos


de la Constitución Nacional que tienen relación con el derecho parlamentario, por contenerse
en detalle en el Reglamento Comentado. También hemos suprimido el índice analítico del
reglamento de la Cámara de Diputados; ello ha ocurrido pues la estructura y organización del
que agregáramos a las tres ediciones anteriores ha sido incorporada oficialmente por la misma
presidencia de la Cámara a las ediciones oficiales del reglamento publicado en 1997 ya años
posteriores, conforme a su texto ordenado dispuesto según lo que antes referimos.

d) También con el afán de evitar confusiones, verá el lector que hemos tratado de evitar toda
referencia a las reformas reglamentarias parciales que se han ido produciendo en los últimos
años, que hemos dado por incorporadas. Parte de la "historia menuda" del devenir del
reglamento, puede estudiarse en el Reglamento Comentado. Esta cuarta edición del Breve
Comentario sigue, estrictamente, el texto del reglamento ordenado de 1996 y de sus sucesivas
modificaciones (según la versión actualizada día a día que la Cámara de Diputados ofrece al
público en su “sitio” de Internet) y de la Constitución Nacional de 1994.

e) Se ha agregado, al final, un capítulo que resume las principales diferencias que el


reglamento del Senado Nacional posee, respecto del texto principal en análisis. Se ha
procedido de esa forma por entenderse que será de utilidad para el lector y el investigador.
Ello sin dejar de destacar que cualquier interesado en un cuidadoso análisis del reglamento del
Senado nacional lo podrá hallar en “Análisis coordinado del Reglamento de la Cámara de
Senadores de la Nación”, obra de los Dres. Miguel Alejandro Luna y José Cruz Pérez Nieves,
publicada en la “Revista de Derecho Parlamentario”, nro. 8, diciembre de 1998, publicada
por la H. Cámara de Diputados de la Nación, Secretaría Parlamentaria, Dirección de
Información Parlamentaria. Obra que, por otra parte, siguió estrictamente la metodología del
13
Breve Comentario, circunstancia que facilitará al estudioso la profundización de los análisis
comparativos respectivos.

14
Prólogo a la primera edición

Puede denominarse derecho parlamentario a la rama jurídica que


estudia al Congreso, a sus integrantes, estructuras y
funciones, y a los procedimientos que el Parlamento utiliza
para realizar estas últimas.

Una completa comprensión del derecho parlamentario implica


investigar todas sus fuentes. ¿Cuáles son éstas? La
Constitución Nacional, las leyes de la Nación, los reglamentos
de ambas Cámaras, las resoluciones dictadas por cualquiera de
las salas -a veces por sus autoridades- en consecuencia de lo
anterior, las demás prácticas, precedentes y dictámenes
existentes en la historia del Parlamento, la jurisprudencia
judicial en cuanto tuvo o tiene aplicablilidad al Congreso, la
doctrina de los estudiosos en la materia y, en su caso, los
antecedentes del derecho comparado.

El objeto de este ensayo es realizar una exégesis literal del


Reglamento de la Cámara de Diputados de la Nación. ¿Porqué
elegimos únicamente esta fuente formal del derecho
parlamentario, y porqué recurrimos a dicho método?

Porque entendemos que:

a) La actual coyuntura político-institucional representa un


acicate para estudiar instituciones que estuvieron hibernadas
por largo tiempo y, por tanto, hoy algo olvidadas; por ende,
nada mejor que empezar por recordar, sistemáticamente, la norma
básica de la Cámara de base más popular, la de Diputados;

b) Se considera que este aporte puede resultar de utilidad para


los legisladores entrantes, dado que constituye la regla básica
a tenor de la cual desempeñarán su labor; y también para los
interesados en el tema y para el lector en general (no sólo en
cuanto representado por la Cámara de Diputados, sino también,
muchas veces, por cuestiones de interés personal; por ejemplo,
no olvidemos que en multiplicidad de organizaciones
comunitarias o societarias se ha establecido la vigencia
supletoria del Reglamento de la Cámara de Diputados);

c) Se desea, además, elaborar un texto que tenga practicidad y


que permita ganar tiempo en la futura y presumiblemente muy
intensa labor parlamentaria. Por ello, se ha optado por el
camino del análisis literal y de la concordancia de una
concreta norma jurídica que, en sí, es un verdadero código de
procedimientos (y de más reciente actualización que el del H.
Senado de la Nación);

d) A tenor de lo manifestado en el último punto, no se


incluirán juicios de valor ni citas legales o doctrinarias, ni
referencias a las demás fuentes del derecho parlamentario o
históricas (excepto, exclusivamente, lo atinente al marco
constitucional de cada institución): el estudio intensivo de
todos los temas a la luz de todas esas referencias se intentará
realizar en oportunidades futuras;

e) Es indudable que esta obra, con las antedichas advertencias,


no representará una total y cabal comprensión de todo lo que es
la Cámara de Diputados de la Nación. Pero, por lo menos, se
pretende que permita una regularmente buena inteligencia de su
reglamento que, como cuerpo jurídico, responde al marco
constitucional, es técnicamente apropiado, permite
razonablemente la libre expresión de las ideas, es producto de
la labor sucesiva de más de un siglo y medio de trabajo de
foros populares y que, por todo ello, merece ser comprendido y,
15
consecuentemente, aplicado en su plenitud, aun en aquellos
puntos que la práctica ha olvidado y que merecen ser
recordados.

Estas son nuestras intenciones. El lector sabrá considerar si


les hemos sido consecuentes.

Buenos Aires, 1983.

16
CAPÍTULO I

El reglamento

1. Base constitucional. Origen.

“Cada Cámara hará su reglamento...”, estatuye el artículo 66 de la Constitución Nacional. En


virtud de este derecho-deber consagrado por la Carta Magna, la Honorable (tratamiento
específico que recibe la sala -artículo 13- y que, en adelante, por razones de síntesis, no
repetiremos) Cámara de Diputados procedió históricamente a sancionar la norma jurídica
básica relativa a sus procedimientos y estructura.

El reglamento vigente es consecuencia del texto actualizado elaborado mediante Resolución


R.P. No. 2019/96, del 26 de diciembre de 1996, de la Presidencia de la Cámara, a raíz de la
reforma dispuesta por una Resolución de ésta, del 4 de diciembre de 1996, y de sus posteriores
modificaciones parciales. Se le atribuye un lejano origen en los aportes de Jeremías Bentham,
que fueran presuntamente utilizados con cierto fundamento para el reglamento aprobado por la
Sala de Representantes de la Provincia de Buenos Aires en 1822.

2. Naturaleza jurídica. Reformas.

El reglamento no es, en sí, más que una resolución de la Cámara de Diputados, quizás la más
importante (en el 3.II.94 estudiaremos qué son las resoluciones, y cómo se llega a ellas).

Por el último carácter indicado -y evidentemente con el afán de concretar una más reflexiva
decisión- para que la Cámara proceda a su reforma (que debe efectuarse también por otra
resolución), se establece, además del trámite ordinario, un procedimiento dificultado:

- ninguna de las disposiciones del reglamento puede ser alterada o derogada por una
resolución sobre tablas (artículo 2275).

- no podrá ser considerado el proyecto de reforma en la misma sesión en que hubiere


sido presentado (artículo 227).

Además, para facilitar su comprensión integral, las reformas que se produzcan deben ser
insertadas en el cuerpo orgánico enmendado, y en los lugares pertinentes (artículo 226).

Es competente (salvo que se creara una comisión especial ad hoc) para dictaminar en los
proyectos de reforma, la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento (artículo 89). En los
casos de enmienda, deberán tenerse presentes todas las resoluciones que la Cámara haya
expedido sobre puntos de disciplina y de forma, y las que emita en virtud de lo reglado por el
artículo 223 (artículo 224, véase infra, 3.II.3), normas éstas que deben figurar en un libro
especial que llevará la Secretaría, y que se leerá en el recinto, siempre que la Cámara lo
disponga (artículo 225).

3. Cumplimiento e interpretación.

Al presidente le compete hacer observar el reglamento (artículo 39, inciso 14), que deben
cumplir todos los diputados, gozando éstos del derecho de reclamar a la Presidencia su
observancia si se juzgare que el mismo es contravenido (artículo 222). En este caso, si el
supuesto infractor entendiera que no ha existido tal violación, la cuestión debe ser resuelta por
la Cámara, mediante un procedimiento especial y rápido, votándose sin discusión (artículo
223).

En dicha situación, la Cámara actúa en virtud de la norma general que la consagra como
intérprete necesario (artículo 228). Cabe acotar que si, por uno de los medios que también el
reglamento autoriza, la cuestión resultare objeto de mayor estudio, la comisión competente
sería la de Peticiones, Poderes y Reglamento (artículo 89).

La interpretación concreta que en cada caso realice la Cámara constituye un precedente


parlamentario, que podrá tener, a posteriori, un valor análogo al de la jurisprudencia judicial.
5
En esta Sección, todas las referencias a artículos –salvo que se especifique otra cosa- corresponderán a artículos
del reglamento de la Cámara de Diputados de la Nación.
17
4. Otras reglamentaciones.

El reglamento es la norma de procedimientos básica. Pero este mismo cuerpo orgánico deja en
manos de determinadas comisiones la elaboración de normas procesales específicas para casos
concretos. Así se estatuye que:

a) La Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, dictará el procedimiento de


juzgamiento, en lo que respecta a las impugnaciones de los títulos de los diputados que
se produzcan (artículo 7);

b) La Comisión de Juicio Político reglamentará el procedimiento a seguir en las causas


sometidas a su dictamen (artículo 90).

Y, aunque no lo mencione expresamente el reglamento, utilizando las facultades autónomas


que por éste se le conceden, la misma Presidencia (o, en su caso, otras autoridades) pueden
normalizar determinadas de sus competencias.

Expresados estos conceptos previos sobre la norma que estudiaremos, pasemos a analizar sus
contenidos.

18
CAPÍTULO II

Los diputados

I. CONDICIONES EXIGIDAS. ELECCIÓN.

5. Bases constitucionales.

Son las establecidas por el artículo 48 de la Constitución Nacional, que expresa: “Para ser
diputado se requiere haber cumplido la edad de veinticinco años, tener cuatro años de
ciudadanía en ejercicio y ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de residencia
inmediata en ella”.

Importante para el estudio de este capítulo es consignar que la elección de los diputados está
regida por estas normas constitucionales:

“Artículo 45: La Cámara de Diputados se compondrá de representantes elegidos


directamente por el pueblo de las provincias, de la ciudad de Buenos Aires y de la
Capital, en caso de traslado, que se consideran a este fin como distritos electorales de
un solo Estado y a simple pluralidad de sufragios. El número de representantes será
de uno por cada treinta y tres mil habitantes o fracción que no baje de dieciséis mil
quinientos. Después de la realización de cada censo, el Congreso fijará la
representación con arreglo al mismo, pudiendo aumentar pero no disminuir la base
expresada por cada diputado.

Artículo 47: Para la segunda Legislatura deberá realizarse el censo general y


arreglarse a él el número de diputados, pero este censo sólo podrá renovarse cada
diez años”.

II. JUZGAMIENTO DE LAS ELECCIONES, DERECHOS Y TÍTULOS DE LOS


DIPUTADOS.

6. Principios generales.

Los diputados se incorporan como tales a la Cámara durante la sesión preparatoria del año
que corresponda a los períodos normales de renovación de la misma (la que debe concretarse
dentro de los diez primeros días del mes de diciembre de ese año; conf. artículo 1). Su
duración en el cargo está establecida por el artículo 50 constitucional: “Los diputados durarán
en su representación cuatro años y son reelegibles, pero la Sala se renovará por mitad cada
bienio, a cuyo efecto los nombrados para la primera Legislatura, luego que se reúnan,
sortearán los que deban salir en el primer período”.

Excepcionalmente ocurrirá la incorporación en sesiones ordinarias, de prórroga o


extraordinarias, en caso de cobertura de una vacante (artículo 51, Constitución Nacional: “En
caso de vacante, el gobierno de la provincia o de la Capital hace proceder a elección legal de
un nuevo miembro”; disposición respecto de la cual las leyes reglamentarias han permitido
efectuar los reemplazos con los candidatos que siguen en el orden de lista a los cesantes, y
luego con los suplentes). El artículo 11 del reglamento contempla que, en este caso, el
reemplazante debe asumir en la primera reunión posterior a la fecha de otorgamiento del
diploma por la autoridad competente.

Las calidades y elecciones aludidas en el número 3.II.5 deben ser evaluadas por la Cámara,
por cuanto ésta es “juez de las elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a su
validez” (artículo 64, Constitución Nacional), cláusula cuya intención es subrayar la
independencia del órgano, que se vería sujeto a la decisión de otros ámbitos de poder en caso
contrario. Es por esta razón que a la Cámara le pueden ser anoticiadas las impugnaciones
referentes a los títulos de los electos, y a ella le corresponderá el análisis y juzgamiento acerca
de si su posible integrante pasará o no a concretarse como tal. El procedimiento está
contemplado en el reglamento, y a continuación lo analizaremos.
19
7. Forma de las impugnaciones.

Las impugnaciones pueden ser presentadas:

a) Por escrito:

1. Por un diputado en ejercicio o electo (artículo 5, inciso a).

2. Por el órgano ejecutivo máximo nacional o de distrito de un partido político


(artículo 5, inciso b).

b) Oralmente, durante el debate: por un diputado (artículo 2).

Adviértase que el adverbio “sólo” utilizado en el artículo 5 establece que cualquier petición al
respecto, por parte de un habitante de la Nación, únicamente podrá tener relevancia jurídica si
es receptada por una de las personas o entidades mencionadas en el mismo artículo,
ratificándose así el carácter “político” del juzgamiento en estudio, exento del control judicial
en esta oportunidad.

8. Tipos de impugnaciones.

Son dos:

a) Por negación de las calidades exigidas por el artículo 48 constitucional, que de


ahora en más llamaremos “impugnaciones personales” (artículos 2 y 3 inciso 1);

b) Por la supuesta existencia de irregularidades en el proceso electoral (artículo 3,


inciso 2), que denominaremos “impugnaciones electorales”.

9. Oportunidad de las impugnaciones. Incorporación.

a) Impugnaciones personales.

Las impugnaciones deben ser consideradas en la sesión preparatoria, tras la elección de


las autoridades provisionales de la Cámara y antes del juramento de los nuevos
legisladores.

Estatuye el artículo 2 que se leen los escritos recibidos, y se concede la palabra a los
diputados que quieran formular impugnaciones, y a los afectados por éstas. Todos los
citados gozan de quince minutos para manifestarse, incluyéndose también a un
representante por cada bloque político. Luego, pueden ocurrir dos casos:

(i) si tras este debate se considera prima facie la inexistencia de los requisitos
constitucionales (artículo 48), el impugnado no podrá prestar juramento, y su diploma
se discutirá en sesiones ordinarias (artículo 3, inciso 1).

(2) si el debate demostrara que existe, por lo menos, un título aparente, siendo
necesaria una investigación a fondo para comprobar o no la existencia de la causal de
impugnación, el diputado se incorporará en las formas previstas para las
“impugnaciones electorales” (artículo 3, inciso 1).

b) Impugnaciones electorales.

A tenor de la reforma reglamentaria del 4 de diciembre de 1996, sólo se considerarán


las presentadas por escrito (interpretación que hacemos a la luz de la supresión del
último párrafo del anterior artículo 2). Los impugnados pueden incorporarse
provisionalmente con los mismos caracteres y atribuciones de los diputados en
ejercicio (artículo 3, inciso 2).

20
c) Aplicable a los dos tipos de impugnaciones es el principio general que consagra el
artículo 4: las planteadas por escrito deben ser presentadas en Secretaría:

(i) si se trata de una renovación normal, veinticuatro horas antes de la señalada


para la sesión preparatoria, y desde que la autoridad competente efectúe la
proclamación de los electos.

(2) si se trata de una elección realizada fuera del plazo periódico (o, en su caso,
si se incorporaran reemplazantes en situación de existencia de vacantes), el
mismo día en que se diera cuenta de la presentación del diploma, o en la sesión
siguiente.

10. Trámite posterior de las impugnaciones.

La Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, que aplicará a este estudio un


procedimiento de juzgamiento especial -a reglamentarse, y que debe garantizar el derecho de
defensa del impugnado- es la única competente para entender en las impugnaciones a los
diplomas, pudiendo dictar medidas para mejor proveer y ejercer las atribuciones
correspondientes a las comisiones investigadoras (artículo 7).

Producido despacho por esta comisión, éste debe ser tratado por la Cámara en sesiones
especiales (excepcionalmente, tras fracasar tres sesiones de este tipo por falta de quórum, en
sesiones de tablas, como asunto preferente; conf. artículo 7). La discusión de las
“impugnaciones personales” se hará individualmente, y la de las “electorales” por distrito
electoral, participando los impugnados en la deliberación, mas no en la votación (artículo 8).

11. Decisión de la Cámara: efectos. Caducidad.

Tras la deliberación en sesión, la Cámara decide sobre la nulidad, o no, del título de la
elección (artículo 6), precisándose, en el primer caso, dos tercios de los votos emitidos
(artículo 8). De no ocurrir este supuesto, la incorporación del impugnado lo habilita para
ejercer plenamente su mandato, el que quedará definitivamente saneado si la Cámara no
adoptara decisión alguna dentro de tres meses:

a) desde la iniciación del año parlamentario;

b) en caso de elección producida fuera de plazos normales, contados -dentro de


períodos de sesiones ordinarias- desde la fecha de presentación del diploma (artículo
9).

III. JURAMENTO

12. Hemos hecho ya referencia a este acto, consagrado a priori por una prescripción
constitucional (artículo 67: “Los senadores y diputados prestarán, en el acto de su
incorporación, juramento de desempeñar debidamente el cargo, y de obrar en todo de
conformidad a lo que prescribe esta Constitución”), y que el reglamento adapta en cuatro
fórmulas a las creencias del diputado (juramento simple, por Dios, la Patria y los Santos
Evangelios; por Dios y la Patria; por la Patria; conf. artículo 10). Encontrándose todos los
diputados de pie, lo toma en voz alta el presidente (artículo 12; entendiéndose que en el caso
ordinario de renovación de la Cámara, debe hacerlo el presidente provisional de ésta,
conforme al artículo 2), por orden alfabético de distrito y, según la práctica, agrupando a los
legisladores de un mismo distrito de acuerdo a las fórmulas por éstos elegidas.

IV. OBLIGACIONES DE LOS DIPUTADOS. ASISTENCIA.

13. El cumplimiento del alto mandato constitucional se concreta en una serie de obligaciones
específicas del diputado que, en principio, son: incorporarse a la Cámara, prestar juramento,
asistir a sus sesiones, integrarse a las comisiones, participar de la labor de éstas, ejercer los
cargos parlamentarios para los cuales haya sido electo o designado, participar de la discusión,
emitir su voto en las sesiones del cuerpo, etcétera. De estas obligaciones (contrapuestas a
21
derechos concretos -como los de presentar proyectos y mociones, gozar de la dieta- y ambos
contrabalanceados por determinados privilegios), que estudiaremos en cada caso concreto,
reservamos para su análisis en esta oportunidad la de asistencia a todas las sesiones,
consagrada por el artículo 16 y ratificada por los artículos 26 (al afirmar la obligación de estar
presente en el recinto hasta por lo menos media hora luego de la fijada para la iniciación de la
sesión) y 17 (“Ningún diputado podrá faltar a las sesiones sin permiso de la Cámara”).

El reglamento es estricto en el tratamiento de la asistencia. Es que ésta tiene íntima y directa


relación con el quórum, requisito sin el cual la Sala cesará de hecho en su actividad.

14. Asistencia: excepciones. Licencias y permisos.

Las decisiones de la Cámara que exceptúan de la obligación de asistir a las sesiones pueden
darse en los siguientes casos:

a) Concesión de permisos para desempeñar empleos o comisiones del Poder Ejecutivo.


Otorgados de acuerdo al siguiente precepto de la Constitución Nacional: Artículo 72:
“Ningún miembro del Congreso podrá recibir empleo o comisión del Poder Ejecutivo,
sin previo consentimiento de la Cámara respectiva, excepto los empleos de escala”.

El artículo 21 del reglamento establece que estos permisos (inclusive los originados en
empleos o comisiones otorgados por las provincias) sólo podrán durar por el año
legislativo en que fueren otorgados, y que no podrán ser concedidos con autorización
de ejercer simultáneamente funciones legislativas (exceptúase de esto último a los
casos en que las comisiones hubieran sido encomendadas por la Cámara, y si hubiere
compatibilidad entre el ejercicio simultáneo de las mismas y la función legislativa).
Agrega que los permisos serán otorgados sin goce de dieta, salvo que la comisión
encargada fuere sin goce de haberes y estuviere suficientemente justificada la
percepción de los mismos. Sentando un precedente novedoso en nuestras prácticas,
determina finalmente que en caso de producirse alguna vacancia transitoria con motivo
del permiso, la Cámara podrá disponer la incorporación del diputado suplente,
temporariamente y mientras no se reincorpore el titular;

b) Concesión de licencias sin goce de dieta (artículo 17);

c) Concesión de licencias con goce de dieta. Estas licencias -que, como las anteriores,
deben ser pedidas por el diputado (y estas peticiones incluirse en el Boletín de Asuntos
Entrados, conf. artículo 165) y resueltas por la Cámara en una votación especial
(artículo 17)- son otorgadas en las siguientes circunstancias, regladas por los artículos
18 y 19:

1. que el peticionante esté efectivamente incorporado a la Cámara.

2. que haya asistido a alguna sesión en el año legislativo.

3. que no haya faltado a quince sesiones en ese año, por cualquier causa
(excepto enfermedad, licencia por maternidad o cumplimiento de misión
oficial).

4. que junto con el pedido de licencia se ponga en conocimiento de la Cámara


el número de inasistencias del solicitante.

5. que la licencia se pida por tiempo determinado, transcurrido el cual se


perderá el derecho a la dieta por el plazo excedido.

d) Concesión de licencia por maternidad. A otorgarse, con goce de dieta, por noventa
días (cuarenta y cinco anteriores y posteriores al parto) o por sesenta días acumulables
desde la fecha del nacimiento (artículo 17).

Si el diputado en uso de licencia asiste al recinto, caduca la misma (artículo 19).

15. Ausencias. Penalidades.

22
El artículo 20 consagra otro principio general: el legislador que se ausenta sin licencia pierde
el derecho a la dieta por el período en que se prolongue su inasistencia.

Sin embargo, este mandato concreto, y aparentemente automático, es alterado y en algunos


casos morigerado y en otros agravado, por el artículo 23. Este precepto, tras contemplar la
figura del “ausente con aviso a la Presidencia”, en caso de impedimento accidental, determina
que “a los diputados que sin permiso de la Cámara faltaren durante el mes a más de tres
reuniones de tablas, consecutivas o no, con o sin aviso, no se les abonará la dieta
correspondiente a las reuniones en que hubiesen estado ausentes en el mes calendario,
inclusive las correspondientes a las tres primeras inasistencias, y aunque dichas reuniones no
se hubiesen realizado por falta de quórum. Para practicar el descuento, la Contaduría dividirá
la dieta de cada diputado por el número de reuniones de tablas que la Cámara haya resuelto
celebrar durante el mes”.

Se equipara a la penalidad recién referida el supuesto del legislador que se ausentare de la


sesión sin permiso del presidente (y en su caso, si la Cámara quedara, por la ausencia, sin
quórum, sin el consentimiento de ésta; conf. artículos 24 y 178). Otro caso en que corresponde
el descuento de la dieta es el determinado por el segundo párrafo del artículo 26: si la sesión
tuviera que ser levantada durante su transcurso por falta de quórum, y previo pase de lista
ordenado por el Presidente.

Para el control de las asistencias, su publicidad y la adopción de penalidades, el reglamento


establece una serie de procedimientos, a cargo de la Secretaría, en los artículos 22 y 26,
consistentes en:

a) formulación de una nómina de diputados presentes y ausentes (y, en este caso, las
causales);

b) comunicación de esta nómina a la Contaduría (inmediatamente si la sesión se


levanta por falta de quórum; y media hora después de la citación si la sesión se inicia
en el tiempo fijado);

c) si la sesión fracasara por falta de quórum, publicación de la lista de presentes y


ausentes (y las causales de las inasistencias);

d) confección de una estadística mensual y anual de asistencias e inasistencias;

e) publicación de esasestadísticas en el Diario de Sesiones.

La publicidad de la asistencia, para su conocimiento por parte del electorado, se encuentra


asegurada por la obligación genérica del artículo 48, inciso 1: la nómina de presentes y
ausentes (y las causales de las inasistencias) debe incluirse, en todos los casos, en el Diario de
Sesiones.

16. Ausencias. Otras medidas constitucionales.

El reglamento intenta asegurar la asistencia por la responsabilidad política general que implica
la publicidad de las listas de asistencia, y por el medio concreto que efectiviza el descuento de
la dieta. Pero la Constitución Nacional también consagra otros caminos, y a éstos se pasa a
hacer referencia:

a) El artículo 25 del reglamento expresa: “Cuando algún diputado se hiciese notar por
su inasistencia, el presidente lo hará presente a la Cámara para que ésta tome la
resolución que estime conveniente”. La Cámara goza en este caso de amplitud política
de criterio, para adoptar una de las siguientes medidas contempladas por el artículo 66
de la Constitución Nacional: “Cada Cámara ... podrá, con dos tercios de votos,
corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus
funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su
incorporación, y hasta excluirle de su seno ...”

Pensamos que este supuesto es también aplicable al caso de inasistencias a las


comisiones, al consagrar el artículo 108 que la Cámara puede “acordar lo que estime
oportuno respecto de los inasistentes ...”

23
b) Dice el artículo 27 reglamentario: “En caso de inasistencia reiterada de la mayoría
de los diputados, la minoría podrá reunirse en el recinto de las sesiones para acordar
los medios de compeler a los inasistentes”, artículo que es casi una repetición textual
de la parte pertinente del 64 constitucional (“Ninguna de ellas -las Cámaras- entrará
en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros; pero un número menor podrá
compeler a los miembros ausentes a que concurran a las sesiones, en los términos y
bajo las penas que cada Cámara establecerá”). No es objeto de los limitados alcances
de este trabajo penetrar en las controvertidas discusiones parlamentarias y doctrinaras
suscitadas por la “compulsión por la minoría”. Baste aclarar que muchas de estas
fuentes están contestes en considerar que los medios utilizables pueden llegar a
exceder en mucho la mera publicación de listas de presencias o el descuento de dietas.

V. DIETAS

17. “Los servicios de los senadores y diputados son remunerados por el Tesoro de la Nación,
con una dotación que señalará la ley”, estatuye el artículo 74 constitucional, y a esa dotación
se denomina “dieta”, a la cual se tiene derecho desde el momento de la incorporación a la
Cámara (artículo 28). Su pago corresponde hacerlo al secretario administrativo (artículo 52,
inciso 1). Ya hemos visto cómo se produce el cálculo de la dieta, y en su caso, sus descuentos
(artículos 18, 19, 20, 23 y 26).

VI. DIPUTADOS. OTROS SUPUESTOS.

18. Hemos hecho referencia a varias situaciones concretas de los diputados (quienes, de
acuerdo a nuestro sistema republicano, no reciben un tratamiento especial -artículo 13-, lo que
equivale al apelativo único de “señor diputado”, durante su ejercicio, o de “diputado mandato
cumplido”, terminado éste, de acuerdo con lo dispuesto por la ley 20.984), a las cuales alude el
reglamento. Hay otras muchas referencias a los legisladores, que citaremos en todos los casos
concretos. Existen institutos constitucionales que hacen al parlamentario, muy complejos, tales
como los privilegios, a los que mencionaremos al estudiar la moción específica existente al
respecto. Se registran otros que, por haber sido resueltos por la Constitución Nacional, no han
sido motivo de análisis específico en el reglamento.

Así por ejemplo, la renuncia de un diputado, contemplada en el artículo 66 de la Carta Magna


(“ ... pero bastará la mayoría de uno sobre la mitad de los presentes para decidir en las
renuncias que voluntariamente hicieren de sus cargos”), o las incompatibilidades,
consagradas por los artículos constitucionales números 72 (empleos o comisiones del Poder
Ejecutivo, salvo permiso de la Cámara, véase supra, 3.II.14); 73 (eclesiásticos regulares y
gobernadores de provincia) y 105 (ministros).

19. Pero no hemos puesto el acento exclusivamente en lo constitucional, sino en la labor


concreta del diputado, a la luz del reglamento, que seguiremos estudiando en las páginas
siguientes.

Tendrá oportunidad el lector de advertir que por razones metodológicas, en muchas de las
situaciones siguientes alteraremos el orden numérico reglamentario intentando así dar a la
exposición un orden más lógico, y para procuar una mejor comprensión del tema.

24
CAPÍTULO III

Los bloques políticos

20. Iniciamos el estudio concreto del reglamento de la Cámara de Diputados mencionando a


los legisladores, integrantes natos de la misma. Sin embargo, la evolución política argentina y
comparada provoca que toda reglamentación de la labor de un Parlamento sea parcial si
desconoce que la tarea de gobierno, si bien ejercida efectivamente por personas físicas, se ha
visto ordenada, coordinada y, prácticamente, monopolizada por una serie de entidades
intermedias existentes entre el elector y sus representantes. Son los partidos políticos quienes
gozan en la actualidad (tal como lo ha reafirmado el artículo 38 constitucional) del derecho de
proponer al pueblo a sus futuros representantes. No figuraban en nuestra Constitución formal
hasta 1994, pero sí en la real desde fines del siglo pasado, y en las leyes constitucionales
complementarias a partir de la tercera década del siglo XX. Su influencia no ha suprimido, por
supuesto, a la iniciativa individual del parlamentario, pero la realidad indica que se han
transformado en un elemento aglutinador de sus tareas concretas (llegándose, en casos
extremos, a la compleja afirmación de que la banca pertenece al partido y no al legislador).
Nuestro método inicial (expuesto en el Prólogo a la edición 1983) nos inhibe de ulteriores
referencias a los análisis que la ciencia política ha realizado al respecto. Nos habilita a elaborar
solamente una exégesis del reglamento, en el cual las entidades políticas han hecho su formal
ingreso, mediante la institucionalización de los denominados “bloques”.

Es importante consignar, históricamente, que hacia 1895 se reconoció oficialmente la


existencia de grupos políticos, y que, desde 1915, en la Cámara de Diputados se asignaron
oficinas a los bloques como tales.

21. Principio de unión.

Podrán constituirse bloques siempre que sus integrantes registren “afinidades políticas”. Este
requisito, del artículo 55, no parece exigir la comprobación formal de afiliaciones político-
partidarias comunes: basta la comunión de ideas para habilitar, de acuerdo a la forma que
luego analizaremos, a un bloque político.

En este punto, hacemos notar que, en la única oportunidad en que el reglamento tiene presente
la existencia de los partidos políticos como entes jurídicos es en el artículo 5, inciso b), al
habilitarlos a impugnar diplomas de legisladores.

22. Número mínimo de integrantes. Excepciones.

El mismo artículo 55 requiere tres diputados, como mínimo, para la constitución de un bloque.
Sin perjuicio de ello, la misma norma es más permisiva: “cuando un partido político existente
con anterioridad a la elección de los diputados tenga sólo uno o dos diputados en la Cámara,
podrán ellos, asimismo, actuar como bloque”.

Con lo cual, parecería que, según el espíritu del reglamento, los únicos bloques inferiores a
tres diputados que estarían vedados son los a conformarse por legisladores en ejercicio, que
sean desafiliados por sus partidos políticos durante el ejercicio de su mandato, o que se
escindan de aquéllos o pasen a formar un partido nuevo durante, también, el ejercicio de su
cargo parlamentario; ello, dado que el caso normal de un legislador presupone un partido
político anteriormente existente a su elección, que lo haya postulado como candidato.

23. Constitución. Forma.

Dada la “afinidad política” no basta más que una comunicación formal, escrita y firmada por
todos sus integrantes, dirigida a la Presidencia de la Cámara anoticiando su composición y
autoridades, para constituir un bloque (artículo 56).

24. Autoridades políticas.

25
Las presupone el último artículo citado, dejando librado a los bloques su elección y las
características y distribución de sus cargos. Sin embargo, existe otra pauta reglamentaria
concreta: los bloques deben contar necesariamente con un presidente, puesto que lo exige el
artículo 58, al referirse a su integración a la Comisión de Labor Parlamentaria.

25. Personal.

Goza de un régimen especial; está equiparado al resto del personal de la Cámara, pero:

a) es transitorio, y al disolverse el bloque cesa en sus funciones;

b) se designa y remueve a propuesta del bloque y no del secretario competente;

c) el presupuesto para crear cargos en los bloques, que la Cámara determina, deberá
proporcionarse en orden al número de integrantes que compone cada uno de aquéllos.

Guardando cierta analogía con la organización general de la Secretaría de la Cámara, deben


contar los bloques con un secretario parlamentario y con un secretario administrativo. Este
mandato, y los anteriores, son consagrados por el artículo 57.

26. Importancia de los bloques.

El principal efecto de la regimentación de los bloques políticos no está consagrado


formalmente, pero es obvio: la afinidad política produce una participación efectiva, en los
casos concretos, en una misma línea de ideas y, consecuentemente, ello tiende a provocar
actitudes y decisiones orientadas en un mismo sentido (más precisamente, en las votaciones)
por parte de los diputados del mismo sector.

A lo expuesto cabe agregar la enumeración de diversas situaciones reglamentarias concretas,


que ejemplifican la influencia de los bloques y secores políticos en la actividad de la Cámara
de Diputados:

a) un representante de cada bloque goza del derecho excepcional de intervenir en el


debate de la impugnación de los diplomas por la supuesta carencia de los requisitos del
artículo 48 constitucional (artículo 2);

b) la integración personal de las comisiones permanentes o especiales se hará en forma


proporcional a los sectores políticos que integran la Cámara (artículo 105);

c) el representante del bloque goza de un derecho especial para usar de la palabra


(artículo 137, inciso 4);

d) el representante del bloque goza de un término especial (treinta minutos) para hablar
en la discusión en general (artículo 150);

e) el representante del bloque goza del derecho excepcional de usar de la palabra


durante la discusión en general de despachos sin disidencias, pero con observaciones
(artículo 153);

f) el representante de un sector político goza de un plazo excepcional de diez minutos


para usar de la palabra en la discusión en particular (artículo 158);

g) el presidente del bloque tiene participación necesaria en la Comisión de Labor


Parlamentaria, y ésta (que analizaremos detalladamente en el número 3.II.66)
constituye un elemento esencial de influencia en todo el trabajo del cuerpo,
reconociendo en su origen la participación, en sus decisiones, de los grupos políticos
que integran la Cámara (artículo 58);

h) como analizaremos en los números 3.II.37 y 3.II.38, la pertenencia a determinado


sector político constituye un factor fundamental a tener en cuenta para la elección de
los secretarios de la Cámara.

i) los bloques y sus representantes gozan de atribuciones especiales en lo que respecta


a la sesión informativa del jefe de gabinete de ministros (artículos 198/202).
26
27
CAPÍTULO IV

El presidente y los vicepresidentes

27. Corresponde empezar a analizar las características y funciones de las autoridades políticas
y administrativas de la Cámara. Comenzaremos por su funcionario más importante, el
presidente.

I. EL PRESIDENTE

28. Forma y oportunidad de su elección.

Regularmente se elige al presidente de la Cámara de Diputados en la sesión preparatoria


realizada en los primeros diez días del mes de diciembre de cada año, y una vez incorporados
los nuevos diputados (esto último, en los años en que corresponda la renovación normal de la
Sala; conforme artículos 1 y 2).

No previendo el reglamento el supuesto de la vacancia definitiva de la Presidencia durante el


período regular de sesiones, cabe interpretar (lo que es avalado por la práctica de la Cámara)
que, si esta situación se llegara a producir, la designación procederá, específicamente, aún en
tales oportunidades, y de inmediato (por la importancia de sus funciones -en orden a sus tareas
propias dentro de la Cámara, y a sus demás responsabilidades políticas; por ejemplo, el
presidente es uno de los necesariamente indicados en la línea de sucesión del Poder Ejecutivo
en caso de acefalía de la República, ley 20.972).

El presidente es elegido entre los diputados, a pluralidad de votos (artículo 2). La votación se
practica en forma nominal (artículo 190). Tratándose de la autoridad máxima de uno de los
órganos supremos del Estado, el artículo 2 obliga a comunicar de inmediato esta designación a
los otros órganos supremos: el Poder Ejecutivo, el Senado y la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.

29. Mandato. Duración. Reemplazos.

El presidente dura un año en sus funciones, establece el artículo 37, agregando que “si vencido
el término no hubiere sido reemplazado de acuerdo a lo establecido por el mismo artículo,
continuará en el desempeño de sus funciones hasta que así se hiciere. En caso de que el
presidente terminare su mandato como diputado, será sustituido en el desempeño de sus
funciones por los reemplazantes indicados en el artículo siguiente”.

En caso de vacancia temporaria, por ausencia o impedimento transitorio, lo reemplazarán los


vicepresidentes y, de ocurrir el mismo supuesto con éstos, corresponderá hacerlo a los
presidentes de las comisiones, en el orden establecido por el artículo 61 (conforme lo dispone
el artículo 38).

30. Funciones.

Es el artículo 39 el que determina las funciones del presidente de la Cámara, pero la


enumeración allí transcripta no es taxativa: su mismo inciso 14 le otorga las demás
atribuciones que en el resto del reglamento se le asignan. Estudiaremos según la clasificación
que sigue, todas las competencias que le concede el reglamento, sin dejar de señalar que
determinadas leyes (la 20.972, recién citada, por ejemplo), prácticas y costumbres
parlamentarias y políticas han ido concediendo a la figura en análisis una importancia que
excede los límites estrictamente reglamentarios.

31. a) Funciones relacionadas con la conducción de las sesiones de la Cámara:

- convocar a la Cámara a la sesión preparatoria (art. 1).

28
- hacer citar a los diputados a sesiones de tablas o especiales (artículos 36 y 39, inciso
9).

- llamar a los diputados al recinto (artículo 39, inciso 1).

- autorizar a los diputados a retirarse del recinto (artículos 24 y 178).

- abrir las sesiones (artículos 39, inciso 1, y 163).

- indicar al abrir las sesiones, cuántos son los legisladores presentes (artículo 163).

- dar cuenta a la Cámara de los asuntos entrados (artículos 39, inciso 2, y 165).

- proponer el orden del día de la sesión, en defecto del proyecto de la Comisión de


Labor Parlamentaria (artículo 39, inciso 6).

- hacer conocer a la Cámara qué asuntos deben tratarse en la sesión, por tener
preferencia acordada (artículo 175).

- dirigir la discusión (artículo 39, inciso 3).

- acordar, a su criterio, el uso de la palabra, en el caso del artículo 140.

- anunciar cuándo un proyecto no tiene disidencias generales ni observaciones,


procediéndose en la discusión como lo determina el artículo 152.

- conceder su venia para que un diputado interrumpa al orador (artículo 181).

- llamar a los diputados al orden y a la cuestión (artículo 39, inciso 4) por sí o a


petición de cualquier diputado (artículos 183 y 186).

- indicar a la Cámara para que decida si debe aplicarse una sanción de las indicadas por
el artículo 66 constitucional a los legisladores que faltaren al orden (artículo 188).

- proponer a la Cámara se prohiba a un diputado el uso de la palabra durante el resto de


la sesión (artículo 187).

- llamar a los diputados que estén en antesalas, para que se presenten en el recinto,
antes de la votación (artículo 176).

- proponer las votaciones (artículos 39, inciso 5, y 172).

- proclamar el resultado de las votaciones (artículo 39, inciso 5).

- presidir la Cámara constituida en comisión (artículo 141).

- solicitar a la Cámara el cierre del debate en comisión (artículo 143).

- invitar a la Cámara a pasar a cuarto intermedio (artículo 171).

- indicar a la Cámara si debe levantarse la sesión, por terminación del tratamiento del
orden del día, o ante lo avanzado de la hora (artículo 174).

- conceder licencia para que cualquier persona, fuera de las enumeradas en el artículo
216, esté presente en el recinto.

- llamar al orden, ante un desorden generalizado en el recinto (artículo 219), inclusive


disponiendo que se retire de la casa todo individuo que moleste desde la barra,
recurriendo, a esos fines, al uso de la fuerza pública (artículo 220).

- suspender la sesión hasta que la barra sea desalojada y finalice el desorden, si se


produce el caso anterior (artículo 219).

- hacer conocer al jefe de gabinete de ministros, al ministro o al secretario de Estado


interpelados los motivos de su citacion (artículo 206) y recibir de éstos las minutas
escritas que presenten (artículo 207).
29
- tomar juramento a los diputados (artículo 12), en el caso en que la Presidencia no sea
ocupada por el encargado nato de tal tarea, el presidente provisional, en la sesión
preparatoria.

- hacer presente a la Cámara, para que ésta tome resolución, las reiteradas inasistencias
de un legislador (artículo 25).

- hacer observar el reglamento (artículo 39, inciso 14).

32. b) Funciones relacionadas con las comisiones.

- nombrar a los integrantes de las comisiones, si la Cámara le delega esa facultad


(artículo 29).

- destinar los asuntos entrados a las comisiones competentes (artículo 167) y, en su


caso, ampliar dichos giros.

- formular requerimientos de pronto despacho a las comisiones (artículo 106).

- integrar la Comisión de Labor Parlamentaria (artículo 58).

- presidir la Comisión de Labor Parlamentaria (artículo 58).

- nombrar una comisión especial de cinco miembros para que proponga sanciones en el
caso del artículo 188).

33. c) Función representativa de la Cámara.

- hablar y comunicar en nombre de la Cámara, con su previo acuerdo (artículo 42).

- firmar, como tal, las notas y requerimientos de la Cámara a las demás autoridades,
incluidos los pedidos de informes del artículo 204.

- diligenciar directamente ciertos pedidos de declaración de interés nacional (artículos


59, inciso 8, y 114).

- recibir y abrir todas las comunicaciones, y ponerlas en conocimiento de la Cámara


(artículo 39, inciso 8).

34. d) Funciones administrativas.

- ser el jefe inmediato de la Secretaría (artículo 43).

- proveer lo concerniente al orden y mecanismo de la Secretaría (artículo 39, inciso


10).

- tomar juramento a los secretarios (artículo 44).

- distribuir las funciones comunes de los secretarios (artículos 46 y 50, inciso 1).

- hacer desempeñar a los secretarios otras funciones, fuera de las que específicamente
les fija a éstos el reglamento (artículo 45, inciso 7).

- inspeccionar el manejo de los fondos de la Secretaría, que realiza el secretario


administrativo (artículo 52, inciso 2).

- ser el jefe inmediato de los prosecretarios (artículo 53).

- determinar las funciones de cada prosecretario (artículo 53).

- designar taquígrafos para que tomen las versiones en las sesiones secretas (artículo
33).
30
- recibir los avisos relativos a la inasistencia de los taquígrafos (artículo 54, inciso 2).

- recibir las comunicaciones relacionadas a la constitución y autoridades de los bloques


(artículo 56).

- presentar a la Cámara el presupuesto (artículo 39, inciso 11).

- nombrar a todos los empleados (excepto secretarios y prosecretarios; conf. artículo


39, inciso 12), de acuerdo a las formas y procedimientos previstos en ese inciso.

- establecer las bases de los concursos de selección del personal (juntamente con las
demás autoridades de la Cámara; conf. artículo 39, inciso 12).

- remover a los empleados, cuando proceda legalmente (artículo 39, inciso 13).

- determinar las funciones de los empleados (artículo 211).

- proponer en el presupuesto las dotaciones de todos los empleados (artículo 212).

- reglar las bases del concurso de selección del personal de la Oficina de Información
Parlamentaria (artículo 213).

- coordinar con la Comisión Administradora de la Biblioteca las labores de ésta en


relación a la Oficina de Información Parlamentaria (artículo 214).

- tener a sus órdenes a la guardia de facción, en las puertas exteriores (artículo 217).

- autenticar las actas de las sesiones, y, en su caso, todas las actas de la Cámara
(artículo 39, inciso 7), con el refrendo del secretario (artículos 45, inciso 2, y 47, inciso
1).

35. e) Funciones personales en el debate.

- votar en caso de empate (artículo 41), siempre que se produzca el procedimiento


especial del artículo 196.

- participar en la discusión, si ocupa la Presidencia su reemplazante (artículo 40) y, en


este caso, votar, si es que aquél no deseare hacerlo (artículo 41).

II. LOS VICEPRESIDENTES

36. La Cámara de Diputados posee un vicepresidente 1o., un vicepresidente 2o. y un


vicepresidente 3o., designados en las mismas oportunidades y bajo las mismas formas que,
para el presidente, recordáramos en el número 3.II.28. Permanecen en el cargo por un tiempo
similar al del titular. Todo ello es determinado por los artículos 1, 2, 37 y 190.

En lo que respecta a sus funciones, “no tendrán más atribuciones que las de sustituir por su
orden al presidente, cuando éste se halle impedido o ausente” (artículo 38). Por tanto, nos
remitimos también a los capítulos inmediatamente precedentes.

Aclaremos finalmente que:

- si sus mandatos como legisladores se prolongaran por más tiempo que el del
presidente, lo reemplazarán plenamente, por su orden, si la Cámara no designara nuevo
presidente (artículo 37).

- integran de pleno derecho la Comisión de Labor Parlamentaria (artículo 58).

- pueden integrar comisiones permanentes o especiales (artículo 105).

31
CAPÍTULO V

La Secretaría y la organización administrativa de la Cámara

37. La tarea administrativa de la Cámara de Diputados es ejecutada, en los hechos, por los
secretarios de la misma. Su labor es clave para el funcionamiento del cuerpo, pero difícil de
comprender a la luz de los términos del reglamento. El análisis concreto que hemos realizado
no nos ha permitido definir claramente (a la mera luz del reglamento), al menos, la tradicional
división existente entre la Secretaría Parlamentaria (desempeñada habitualmente por el
secretario más antiguo) y la Secretaría Administrativa, que, de hecho, existe. Tampoco es
generoso el reglamento en lo que respecta a la organización administrativa de la Cámara, que
analizaremos exclusivamente según lo poco que su letra provee.

I. LOS SECRETARIOS

38. Requisitos, condiciones, elección, juramento.

El reglamento dispone que la cámara debe nombrar a tres secretarios de fuera de su seno,
mediante una elección que, a similitud de la de las autoridades políticas, también se practicará
a pluralidad de votos (artículo 43) y en forma nominal (artículo 190). No es requisito
indispensable que la elección se realice en la sesión preparatoria.

En la votación la Cámara deberá tener presente, además, la pertenencia política de los


candidatos a secretarios, pues dos de tales cargos corresponderán al sector político con mayor
cantidad de integrantes, y el tercero a aquel que siga en orden de importancia numérica
(artículo 43).

El compromiso de los secretarios se concreta en un juramento prestado ante el presidente,


obligándose (aunque el reglamento no lo diga, podrá ser también ante Dios, la Patria o los
Santos Evangelios) a:

a) desempeñar fiel y debidamente su cargo.

b) guardar secreto, si la Cámara lo ordena (artículo 44).

Tienen un asiento fijo en el recinto, en el rostrum del mismo y a los costados del presidente, su
jefe inmediato (artículo 43). Pueden también estar presentes en las sesiones secretas de la
Cámara (artículo 33).

En caso de vacancia temporaria, su cargo será momentáneamente cubierto por los


prosecretarios, quienes deben auxiliarlos en forma permanente (artículo 53); ello sin perjuicio
de la colaboración de los demás oficiales y empleados que determine el presidente, que
dependen de los secretarios aunque sus funciones las determina también el presidente; conf.
artículo 211).

39. Funciones. Introducción.

Hemos referido ya, en el número 3.II.37, lo dificultoso y confuso de este tema. A la exclusiva
luz del reglamento, se pueden clasificar las funciones de los secretarios de la siguiente forma:

a) comunes para ambos secretarios;

b) individuales del artículo 50;

c) obligaciones del artículo 47.

Y, sin perjuicio de la división personal establecida en los casos b) y c) y las funciones que el
presidente pueda determinar en todos los casos del rubro a), existen también otras dos
categorías, dependientes de una circunstancia distinta:

32
d) obligaciones del secretario más antiguo;

e) obligaciones del secretario administrativo.

A ello debe agregarse la creación reglamentaria, reciente, del área de Coordinación Operativa
(sólo mencionada en el artículo 46, y no estructurada normativamente).

40. a) Funciones comunes a los secretarios.

El presidente, quien, como hemos visto, provee a todo lo concerniente a la Secretaría (artículo
39, inciso 10; aunque la Cámara, utilizando sus atribuciones del artículo 66 constitucional
pueda reasumir sus plenas funciones administrativas, y hacer también todo lo concerniente a la
organización y funciones procedimentales, debiendo en este caso todo despacho al respecto
ser girado a la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento; conf. artículo 89), que de él
depende inmediatamente, distribuye las funciones comunes entre los secretarios en la forma
más conveniente y según las necesidades del servicio (artículos 46 y 50, inciso 1). Son éstas
(reproducimos el artículo 45):

1. citar a los diputados a sesiones preparatorias (norma que deberá compaginarse con el
artículo 1 -en su redacción posterior a 1996-, que también faculta al presidente a
hacerlo).

2. refrendar la firma del presidente al autenticar el Diario de Sesiones que servirá de


acta y cuya redacción estará sujeta a lo prescripto en el artículo 48.

3. organizar las publicaciones que se hicieren por resolución de la Cámara.

4. hacer por escrito el escrutinio en las votaciones nominales.

5. computar y verificar el resultado de las votaciones.

6. anunciar el resultado de cada votación e igualmente el número de votos en pro y en


contra.

7. proponer al presidente los presupuestos de sueldos y gastos de la Secretaría y de la


casa.

8. desempeñar las demás funciones que el presidente les de en uso de sus facultades.

Sin perjuicio de lo establecido por la prescripción aludida, también consideramos como


funciones comunes a otras establecidas por distintos artículos del reglamento, y que éste no
imputa a ningún secretario en particular, tales como:

- confeccionar la lista de presentes y ausentes a cada sesión, y remitirlas a la


Contaduría de la Cámara (artículo 22).

- publicar la lista de asistentes y estadística general, a fin de cada mes y año, a las
sesiones y a las comisiones (artículos 26 y 110).

- anotar las observaciones que se realicen al Diario de Sesiones anterior, por la


Cámara, para su corrección (artículo 164).

- confeccionar la lista con los diputados anotados, para usar de la palabra en el caso del
artículo 168.

- poner a disposición del periodismo los resúmenes de actas de las comisiones (artículo
110).

- reservar por siete días los dictámenes de comisión, para que se les puedan formular
observaciones (artículo 113).

41. b) Obligaciones de un secretario, individuales, establecidas por el artículo 50.

33
Se trata, dice esta norma, del secretario encargado de la “relación o anuncio de los asuntos
ante la Cámara”. Sus funciones son taxativas, pero además, la persona encargada de ejercerlas
tiene la atribución residual de encargarse de todos los “demás asuntos que para equilibrar el
trabajo no destine el presidente al otro secretario” (inc. 1 del artículo citado). ¿Cuáles son esas
funciones concretas?

- leer todo lo que en la Cámara se ofrezca (artículo 50, inciso 1), por lo cual también le
compete dar cuenta a la Cámara de los documentos enunciados en el artículo 165.

- redactar las actas de las sesiones secretas (artículo 50, inciso 2).

- poner éstas a disposición de los diputados para su corrección en 48 horas (artículo 50,
inciso 2).

- obtener, con brevedad, la traducción de las versiones taquigráficas (artículo 50, inciso
3). Por ende, creemos que le compete también la función del artículo 54, inciso 3:
encargarse de su publicación en el Diario de Sesiones.

- correr con las impresiones ordenadas por la Cámara (artículo 50, inciso 4).

- distribuir todas las publicaciones de la Cámara, y que por Secretaría se hicieren


(artículo 50, inciso 5).

42. c) Obligaciones establecidas por el artículo 47.

Son atribuciones -comunes a más de un secretario- que consignamos luego de las del artículo
50, por no preverse en el artículo 47 la función residual a que antes hicimos alusión.
Reproduciendo el artículo 47, se trata de:

1. autorizar todos los documentos firmados por el presidente (inc. 1).

2. compilar los Diarios de Sesiones autenticados al término de cada período


parlamentario, para su archivo (inc. 2).

3. llevar por separado cuadernos y libros de actas reservadas, las cuales serán leídas y
aprobadas en una sesión inmediata, que será también secreta, y trasladadas en la forma
ordenada en el inciso 2 del artículo 50 (conf. inc. 3).

4. llevar el libro indicado en el artículo 225 (inc. 4).

43. d) Funciones del secretario más antiguo.

La antigüedad está referida a la asunción del cargo, y no a la edad. Reproduciendo el artículo


51, son sus atribuciones:

1. cuidar del arreglo y conservación del Archivo General, y custodiar en uno especial
bajo llave, que tendrá consigo, lo que tenga carácter reservado (inc. 1).

2. proponer al presidente personas idóneas para llenar las vacantes que se produjeran
en cualquiera de los empleos subalternos de la Cámara, salvo los sujetos a un régimen
especial (inc. 2).

3. poner en conocimiento del presidente las faltas que se cometieren por los empleados
en el servicio, y proponer las sanciones disciplinarias en los casos en que hubiere lugar
(inc. 3).

Todo ello sin perjuicio de que a este secretario le competan algunas de las funciones que
consideramos en los casos a, b y c.

44. e) Funciones del secretario administrativo.

Con la misma advertencia anterior, consignemos que se trata de las obligaciones descriptas en
el artículo 52.
34
1. la percepción y distribución de las dietas de los miembros de la Cámara (inc. 1).

2. el manejo de los fondos de la Secretaría, bajo la inspección inmediata del presidente


(inc. 2).

II. LOS PROSECRETARIOS

45. Estos tres funcionarios, electos por la Cámara de entre personas ajenas a su seno, a
pluralidad de sufragios en votación nominal (artículo 190), dependen directamente del
presidente, quien les toma el mismo juramento que les corresponde a los secretarios. Sin
perjuicio de esta dependencia, y de la circunstancia de que el mismo presidente determina las
funciones de cada uno, su tarea real se efectiviza en:

a) ser los auxiliares permanentes y más importantes de los secretarios;

b) reemplazar a éstos cuando se produzca su vacante transitoria (artículo 53).

Por ello, en punto a sus funciones, remitimos a lo arriba referido respecto de los secretarios.

III. LOS SERVICIOS DE APOYO

46. La Cámara de Diputados posee, como es lógico preverlo por la importancia de sus
funciones, una compleja organización burocrática que cumplimenta, en la práctica, sus labores
legislativas, administrativas, políticas y jurisdiccionales. Siguiendo nuestro método, haremos
exclusiva referencia a las previsiones reglamentarias existentes al respecto, que formulan un
marco mínimo sobre la base del cual deberá sostenerse toda la estructura. Todo ello sin
perjuicio de destacar que, además de los servicios propios, la Cámara utiliza aquellos
emergentes de organizaciones complejas o bicamerales, comunes a ambas Salas del
Parlamento, creadas por leyes o resoluciones conjuntas, tales como la Imprenta del Congreso
de la Nación, la Dirección de Ayuda Social para el Personal del Congreso de la Nación y la
Biblioteca del Congreso de la Nación (mencionada una vez en el reglamento -artículo 215- al
hacerse referencia a la coordinación de su labor con la Oficina de Información Parlamentaria).

47. Empleados.

Los funcionarios y empleados de la Cámara de Diputados sirven a la Secretaría y dependen


inmediatamente de la misma, pero sus funciones son determinadas por el presidente (artículo
211).

Son propuestos por el secretario más antiguo (artículo 51, inciso 2), pero los designa el
presidente de la Cámara (artículo 39, inciso 12), quien debe elevar a ésta en el proyecto de
presupuesto la existencia de sus respectivas dotaciones (artículo 212).

Sin embargo, el sistema de designaciones es algo más complejo. Así lo establece el artículo
39, inciso 12:

a) las vacantes se cubren en lo posible, por ascenso dentro de las respectivas


categorías, tomándose como base la competencia, las aptitudes y la antigüedad en el
empleo;

b) en caso de creación de cargos nuevos, éstos deben cubrirse previo concurso de


selección, cuyas bases serán establecidas por las autoridades de la Cámara.

Se pueden aplicar medidas disciplinarias a los agentes, correspondiendo al secretario más


antiguo (artículo 51, inciso 3) poner en conocimiento del presidente las faltas que cometieren,
y proponer las sanciones disciplinarias que correspondieren, deduciéndose de ese inciso que la
concreción de esas medidas está en manos exclusivas del presidente.

En punto a la estabilidad del personal, el reglamento establece que los funcionarios pueden ser
removidos exclusivamente por el presidente, pero sólo cuando así proceda legalmente (artículo
39, inciso 12). Las leyes que al respecto se sancionen (tal como la vigente en materia de
35
estatuto y escalafón del personal del Congreso Nacional, No. 24.600) estarán enmarcadas en el
presupuesto constitucional del artículo 14 bis, que asegura “la estabilidad del empleado
público”.

Tres tipos de empleados gozan de regímenes especiales:

a) el personal de los bloques políticos: al cual hemos hecho referencia en el número


3.II.25;

b) los taquígrafos;

c) el personal de la Oficina de Información Parlamentaria.

A los casos b) y c) aludiremos a continuación.

48. Taquígrafos.

De fundamental relevancia en la tarea parlamentaria, los taquígrafos deben cumplir


específicamente con determinadas obligaciones, establecidas por el artículo 54, y otros, del
reglamento:

- observar fielmente las prescripciones del reglamento a que se refiere el artículo 5 de


ley 915 (artículo 54, inciso 1). El reglamento allí mencionado debe ser sancionado por
el presidente de la Cámara: lo habilita la ley indicada, que dispuso la división en dos
servicios, uno para la Cámara de Diputados y otro para el Senado, del originalmente
único cuerpo de taquígrafos.

- concurrir con puntualidad a todas las sesiones de la Cámara, debiendo dar aviso por
escrito al director del cuerpo, en caso de inasistencia, quien lo pondrá en conocimiento
del presidente (artículo 54, inciso 2).

- traducir a la brevedad posible las versiones de cada sesión, entregándolas al secretario


respectivo, para su publicación (artículo 54, inciso 3).

- de la ley 915, que citamos por haber sido referida expresamente por el reglamento,
surge también otra obligación: auxiliarse mutuamente con el cuerpo de taquígrafos del
Senado, cuando existan servicios extraordinarios.

Otras referencias reglamentarias establecen:

- los taquígrafos pueden estar presentes en las sesiones secretas (artículos 33 y 50,
inciso 2), debiendo en esas oportunidades prestar un juramento especial de guardar
reserva.

- el secretario a cargo de las obligaciones previstas en el artículo 50 debe cuidar de


obtener, a la brevedad, la traducción de las versiones taquigráficas (inc. 3 de ese
artículo).

- Las versiones taquigráficas se consignan en el Diario de Sesiones (artículo 48, inciso


5), existiendo un procedimiento especial (contenido en los últimos párrafos de dicho
artículo) que habilita a los oradores a introducir correcciones meramente formales (que
no desvirtúen o tergiversen los conceptos manifestados) dentro de las doce horas de la
terminación de la sesión, estableciéndose que en ningún caso podrán alterar las
acotaciones puestas por los taquígrafos, relativas a manifestaciones de aprobación o
desaprobación en el recinto (un procedimiento análogo, de corrección de las actas
levantadas en sesiones secretas, prevé el artículo 50, inciso 2, pero para el caso en que
a este tipo de sesiones no asistan taquígrafos).

Los taquígrafos gozan de la reglamentación particular a que aludimos al referir al artículo 5 de


la ley 915. Su ingreso se produce en todos los casos por concurso y sus promociones se
efectúan por ascensos dentro de un “escalafón cerrado”.

49. La Oficina de Información Parlamentaria.

36
La actualmente Dirección de Información Parlamentaria, creada por una decisión de la
Cámara de Diputados del 30 de diciembre de 1913, es otra de las pocas dependencias
específicas mencionadas por el reglamento, y si bien presta servicios a ambas Cámaras, su
organización y funciones están previstas en la órbita de la de Diputados.

Sus empleados, dependientes de la Secretaría del cuerpo (artículo 213) deben necesariamente
ingresar por concurso de selección, cuyas bases reglamenta el presidente de la Cámara,
debiendo además poseer dos idiomas extranjeros (inglés o alemán uno de ellos). De acuerdo a
una resolución de la Cámara del 13 de diciembre de 1946, sus promociones se realizan por el
sistema de escalafón cerrado.

En cuanto a sus funciones, están determinadas básicamente por el artículo 214, que expresa:

“La Oficina de Información Parlamentaria deberá tener a disposición de los diputados,


debidamente clasificados por las materias que competen a las comisiones, los debates,
proyectos y antecedentes de legislación nacional, provincial, municipal y comparada
sobre los asuntos que corresponden al Congreso en virtud de lo dispuesto por el
artículo 75 de la Constitución Nacional. Tendrá, asimismo, a disposición de los
diputados, debidamente clasificados, los actos administrativos producidos por el Poder
Ejecutivo, gobiernos de provincias y municipalidades, sus ministerios o secretarías y
demás dependencias, inclusive los de las reparticiones autárquicas.”

Para facilitar y simplificar las tareas de información legislativa y administrativa, el artículo


215 estatuye que el presidente de la Cámara dispondrá, de acuerdo con la Comisión
Administradora de la Biblioteca del Congreso, las medidas tendientes a la coordinación de este
último ente con la Oficina de Información Parlamentaria.

50. Otras dependencias mencionadas por el reglamento.

Este cuerpo jurídico sólo menciona a otras tres dependencias específicas:

a) la Contaduría: al referirla como receptora de las listas de diputados ausentes y


presentes (artículo 22), debiendo practicar el descuento de dietas (artículo 23), también
en el caso de los legisladores que se ausentaren del recinto sin permiso (artículo 24);

b) el Archivo General: de cuyo arreglo y conservación cuida el secretario más antiguo


(artículo 51, inciso 1);

c) el Archivo Secreto: que el secretario más antiguo custodia bajo llave (que llevará
consigo). Contendrá toda la documentación de carácter reservado (artículo 51, inciso
1).

IV. PRESUPUESTO

51. Garantizando su independencia, requisito emergente del principio de separación de


poderes de nuestro sistema republicano, la Cámara de Diputados goza del derecho de
establecer su propio presupuesto, que habitualmente se concreta en la norma general anual
respectiva, o en sus modificatorias o complementarias, pero que debe elaborarse de acuerdo a
un sistema progresivo:

- lo propone un secretario (es una de las obligaciones comunes a ellos; véase el


artículo 45, inciso 6) al presidente.

- el presidente lo presenta a la Cámara (artículo 39, inciso 11).

- lo aprueba la Cámara (artículo 39, inciso 11) en la forma y oportunidad que recién
hemos aludido.

La propuesta de presupuesto debe contemplar la asignación de personal para los bloques


políticos (artículo 57) y para la Secretaría (artículo 211), con detalle de las dotaciones de
empleados propuestas (artículo 212).

37
La ejecución concreta del manejo de fondos la realiza el secretario administrativo, bajo la
inspección inmediata del presidente (artículo 52, inciso 2), sin perjuicio de la existencia de
controles ulteriores propios de la organización estatal, dispuestos por leyes sancionadas por el
mismo Congreso.

V. PUBLICACIONES

52. Es propio también del sistema republicano que los actos de gobierno sean debidamente
publicitados. La Cámara de Diputados, el ente de la representatividad popular, ha establecido,
en esta línea de ideas, medios suficientes para que sus iniciativas, deliberaciones y decisiones
sean debidamente conocidas por el público en general. Estos medios, por otra parte, son de
una fundamental utilidad para la tarea interna que cumple el cuerpo y sus integrantes.

Es función común de los secretarios la de organizar las publicaciones de las Cámaras (artículo
45, inciso 2), y debe correr con su impresión el secretario cuyas funciones determina el
artículo 50, inciso 4. Este mismo funcionario es el encargado de hacerlas distribuir (artículo
50, inciso 5); obligatoriamente, a los miembros del Congreso y a los ministros y secretarios de
Estado y, en la práctica, a todas las dependencias legislativas y a diversas entidades estatales;
también al público en general, vendiéndose además, a precios reducidos, a cualquier otro
interesado.

Se publica todo aquello que resuelva realizar la Cámara (así se dispone en los artículos 45,
inciso 2, y 50, inciso 4), si bien el mismo reglamento hace concreta mención en el artículo 50,
inciso 5, a varias ediciones específicas: el Diario de Sesiones, el Boletín de Asuntos Entrados
(los cuales luego estudiaremos), las Órdenes del Día o Dictámenes de Comisión (que
analizaremos, en su sentido estricto, infra en el número 3.II.128, y que, según el artículo 113,
deberán ser impresas y numeradas correlativamente) y las “demás publicaciones que por
Secretaría se hicieren”, frase que trae a colación la existencia de otro tipo de ediciones, tales
como el Boletín de Trámite Parlamentario y otras que se ordenen elaborar para casos
concretos.

Con respecto al Boletín recién indicado, se trata de una publicación diaria que contiene los
textos completos de las siguientes iniciativas:

a) mensajes y proyectos remitidos por el Poder Ejecutivo nacional;

b) proyectos remitidos en revisión o con modificaciones por el Senado;

c) proyectos presentados por los diputados, pedidos de modificación y/o retiro de


proyectos formulados por el autor de la iniciativa, y solicitudes de diputados de ser
considerados cofirmantes de iniciativas ya presentadas.

Esta publicación ha cobrado mayor relevancia aún a partir de una resolución del presidente de
la Cámara del 31 de mayo de 1990, que estableció que a partir de la iniciación del período
legislativo de 1990 el Diario de Sesiones -del que se hablará más adelante- contendría sólo la
enunciación de los asuntos, comunicaciones y proyectos de los que se de cuenta durante la
sesión, con indicación del número y página de la publicación Trámite Parlamentario donde
hubiesen sido transcriptos, su distribución y cualquier resolución que hubiesen motivado.
Dicha norma dispone, además, que esta publicación deberá ser abierta a la venta y a la
suscripción pública, debiendo ser distribuida a los diputados, a las dependencias internas de la
Cámara, a organismos públicos y a entidades conforme a los mismos criterios adoptados con
igual finalidad para la distribución del Diario de Sesiones.

El mismo reglamento debe materializarse en una publicación, y distribuirse a todos los


miembros de la Cámara (artículo 229). Vale también la mención de una publicación
posiblemente pensada por el reglamento, los resúmenes de las actas de las comisiones, que
deben ser puestos a disposición del periodismo dentro de las veinticuatro horas del fin de cada
reunión de aquéllas (artículo 110); la publicación Labor de las Comisiones, cumple
parcialmente con ese objetivo.

Si bien no las menciona el reglamento, aclaremos que la Cámara posee otras herramientas
modernas para su publicidad. Tal el caso de la difusión por radio o por televisión de sus
sesiones, además de su “sitio” en “Internet” (proveyendo allí a quien “navega” por esa red, de
datos valiosos, documentales y también personales de los legisladores).
38
Nos interesa analizar las dos publicaciones más específicamente desarrolladas por el
reglamento: el Diario de Sesiones y el Boletín de Asuntos Entrados.

53. El Diario de Sesiones.

Se trata del documento que registra prácticamente toda la actividad de la Cámara: los
proyectos presentados, los mensajes recibidos, la discusión, las resoluciones del cuerpo.
Cualquier estudioso de la vida del Congreso debe remitirse a esta publicación que, por su
importancia, es autenticada (en el original) por el mismo presidente de la Cámara (artículo 39,
inciso 7) y refrendada por uno de los secretarios (artículo 45, inciso 2; el secretario también
realiza su compliación y archivo: véase artículo 47, inciso 2). Este es su contenido:

- nómina de los diputados presentes y ausentes, y causas de las ausencias (artículo 48,
inciso 1).

- hora de apertura de la sesión (artículo 48, inciso 2) y de cierre o de pase a cuarto


intermedio, si la reunión no continuara en el día.

- lugar de celebración de la sesión (artículo 48, inciso 2).

- las observaciones, correcciones y aprobación del acta anterior (artículo 48, inciso 3).
Al respecto, este artículo prevé que los diputados pueden verificar la autenticidad de
sus palabras contenidas en las versiones taquigráficas, dentro de las doce horas de
terminada la reunión (en caso contrario, la dirección de taquígrafos da curso a las
mismas). Luego se pueden introducir correcciones de forma, que no modifiquen el
concepto de lo expresado ni alteren o tergiversen las manifestaciones vertidas (en
ningún caso enmendando las acotaciones relativas a expresiones de aprobación o
desaprobación). Además, al iniciarse la sesión, los diputados pueden indicar los errores
del Diario de Sesiones: el secretario anotará las observaciones, para salvarlas en el
número siguiente, salvo que una resolución de la Cámara dispusiera lo contrario
(artículo 164).

- los asuntos, comunicaciones y proyectos entrados, su giro y las resoluciones que


hubieren motivado (artículo 48, inciso 4). Rubro éste íntimamente vinculado con el
Boletín de Asuntos Entrados (del cual es casi en este aspecto, una reproducción),
elemento que en el recinto reemplaza a la lectura de esos asuntos. El artículo 207
agrega que en el Diario de Sesiones deben incluirse también las minutas que el jefe de
gabinete de ministros, los ministros o secretarios de Estado “interpelados” presentaren.

- toda la discusión de los asuntos, reproduciendo la versión taquigráfica (artículo 48,


inciso 5) Este punto, el más general y quizás el de mayor valor para el intérprete, se ve
complementado por otras disposiciones del reglamento.

- el orador puede solicitar la inserción de un documento, durante su discurso. Si


la Cámara lo aprobare, el documento por insertarse debe ser remitido a
secretaría durante la sesión (artículo 48).

- en el Diario de Sesiones sólo podrán consignarse las interrupciones


consentidas por el orador y por el presidente (artículo 181).

- también deben ser incluidos los llamados al orden (artículo 186).

- si se practicara votación nominal, debe incluirse el nombre de los votantes y la


forma de su voto (artículo 190).

- en caso de introducirse modificaciones o adiciones a un proyecto originado en


el Senado, debe indicarse si las mismas se aprobaron con mayoría absoluta o
con dos terceras partes (artículo 191).

- asimismo, debe incluirse la consignación de un voto, si se pide (artículo 197).

- el texto completo de las resoluciones adoptadas por la Cámara en cada asunto


(artículo 48, inciso 6).

39
- la hora de levantamiento de la sesión, o de su pase a cuarto intermedio para otro día
(art. 48, inc. 7).

- la nómina mensual de asistencia de los diputados a las sesiones y a las comisiones


que integran (artículo 48, inciso 8).

- en un anexo anual, se contendrán todos los despachos de comisión no considerados


por la Cámara (artículo 111). Los que son considerados se incluyen antes de la
transcripción de la discusión subsiguiente.

- también anualmente, el Diario de Sesiones agrega un detalle temático del contenido


de todos los asuntos del período, un resumen de la actuación que le correspondió a
cada diputado, y el texto de las leyes sancionadas en el año parlamentario.

Cabe reiterar la mención que se hizo en el número 3.II.52, de una resolución por la cual lo que
se incluye en el Diario de Sesiones con referencia a lo prescripto en el inciso 4 del artículo 48
es sólo la enunciación de los asuntos, comunicaciones y proyectos de los que se hubiera dado
cuenta durante la sesión, con indicación del número y página del Trámite Parlamentario, que
es la publicación donde los mismos son transcriptos con su texto completo. Esta resolución
está fundada en la necesidad de evitar la inconducente reiteración del material contenido en las
distintas publicaciones de la Cámara. La cotidianidad con que se debe publicar el Trámite
Parlamentario, así como su difusión, brindan las garantías de una amplia publicidad y una
mayor prontitud en el conocimiento de los asuntos presentados en la Cámara.

Finalmente, consignamos otro mandato reglamentario contenido en el artículo 49: éste dispone
que la impresión y distribución del Diario de Sesiones se realizará en un plazo improrrogable
de dos meses, contados a partir del día siguiente al de la sesión respectiva.

54. El Boletín de Asuntos Entrados.

Mencionado en varias oportunidades, y reglamentado por el artículo 165, el Boletín de


Asuntos Entrados es el documento por el cual el presidente da cuenta a la Cámara de todos los
antecedentes llegados a ésta. Se incluyen todos los asuntos recibidos en secretaría antes de las
20 horas del día anterior a la sesión y que, en concreto, son: comunicaciones oficiales,
despachos de comisión, peticiones o asuntos particulares, proyectos presentados por los
diputados, pedidos de licencia que éstos formulen y la nómina de asuntos para los cuales se
hubiere fijado preferencia. En todos los casos, junto a los asuntos se detalla el giro a comisión
de los mismos (artículo 167).

Este Boletín se distribuye previamente a la sesión a los diputados y a la prensa, y reemplaza,


de hecho, la lectura de asuntos que debería realizar el presidente, por medio del secretario, al
inicio de la sesión.

40
CAPÍTULO VI

Organización de las comisiones

55. Organismos esenciales en los Congresos modernos para la elaboración racional y meditada
del producto legislativo, las comisiones permanentes de asesoramiento han sido previstas por
el reglamento, que determina sus normas de organización, competencia y funcionamiento,
además de hacer referencia a otros dos tipos particulares de entes de consulta: las comisiones
especiales e investigadoras.

56. Número de integrantes de las comisiones permanentes.

Determina el artículo 61 que el número de integrantes de las comisiones será determinado por
la Cámara, entre un mínimo de 15 y un máximo de 31 diputados, con algunas excepciones
sobre esto último, que son las siguientes:

a) máximo de 33: casos de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de


Educación.

b) máximo de 37: la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto.

c) máximo de 41: la Comisión de Presupuesto y Hacienda.

Cabe aclarar que esta determinación del artículo 61 puede verse alterada por una decisión de la
Cámara, cuando ésta, a pedido de la Comisión, ante la gravedad del asunto en estudio u otro
motivo especial, disponga el aumento de sus miembros (artículo 103).

57. Designación de integrantes. Modo.

Los integrantes de cada comisión deberían ser designados en la sesión preparatoria que
corresponda a un año de renovación de la Cámara. Esta previsión del artículo 29 ha sido de
cumplimiento imposible en períodos recientes, siendo necesario esperar a las primeras
sesiones ordinarias para producir la composición personal.

La designación corre por cuenta de la Cámara, por sí o delegando esta facultad en el


presidente (artículo 29). Este último es el modo habitual. Si se recurriera a la designación por
la Cámara, debería utilizarse una votación nominal (como lo prevé el artículo 190), lo cual
complicaría mucho el mecanismo, puesto que la decisión no es totalmente libre, dado que debe
atenerse, “en lo posible”, a un criterio objetivo: la composición proporcional de las
comisiones (que deben constituir un reflejo de la integración de la Cámara; véase el artículo
105).

Los vicepresidentes de la Cámara pueden integrar las comisiones (artículo 105) y pueden estar
presentes en las reuniones los diputados ajenos a las mismas (con posibilidad de participar en
la discusión, mas no en las decisiones o en la suscripción de despachos). Debe ser citado
especialmente el autor del proyecto en estudio (artículo 105), aunque no pertenezca a la
comisión.

58. Autoridades

El reglamento contempla la existencia de un presidente, un vicepresidente primero, un


vicepresidente segundo y tres secretarios (cuatro, en el caso de las comisiones de Asuntos
Constitucionales, Legislación General, Presupuesto y Hacienda, Relaciones Exteriores y
Culto, Educación, Cultura, Obras Públicas y Agricultura y Ganadería), elegidos por los
integrantes de la comisión a pluralidad de votos (artículo 106).

El presidente, además de sus labores habituales como integrante de la comisión y como


diputado, tiene la expectativa de ocupar transitoriamente la presidencia de la Cámara, en caso
de ausencia o inhabilidad temporaria del presidente y de los vicepresidentes 1o., 2o. y 3o., y
en el orden establecido por el artículo 61 (artículo 38).

41
59. Permanencia temporal de sus integrantes.

Con la excepción general del relevo anticipado por resolución expresa de la Cámara o, en su
caso, el acaecimiento de cualquier causal que provocare su cese como diputado, el integrante
de una comisión permanente dura en ese cargo por dos años (artículo 107).

Ese plazo puede reducirse, además, en dos circunstancias:

a) cuando la comisión se integrare fuera del plazo normal, la sesión preparatoria


(artículo 29);

b) cuando se creare una nueva comisión permanente.

En las dos situaciones, sus miembros durarán hasta la nueva renovación de la Cámara (artículo
107).

Uno de los supuestos de relevo anticipado por la Cámara, antes referido, es el que consagra el
artículo 108: si la mayoría de la comisión estuviere impedida o rehusare concurrir a las
reuniones, la Cámara puede proceder a integrarla con otros miembros, en forma transitoria o,
también, definitiva.

60. Asistencia a las reuniones.

El orden lógico y la responsabilidad republicana de sus integrantes presupone la obligación de


asistencia a las sesiones de comisión. El reglamento establece diversas formas para publicitar
esa presencia:

a) por una nómina mensual de asistencia que debe consignarse en el Diario de


Sesiones;

b) por la publicación, también, de una estadística anual de asistencias e inasistencias


(artículos 110 y 26).

Los inasistencias pueden llegar a causar que la Cámara proceda a integrar a la comisión con
otros miembros (artículo 108 in fine). El reglamento no contempla específicamente la sanción
del descuento de dietas por ausencias a las reuniones de comisión (aunque esa, o cualquier otra
resolución punitiva no puede descartarse a priori, dado que la Cámara está facultada para
“acordar lo que estime oportuno respecto de los inasistentes”, según lo determina esa misma
norma).

Establece el reglamento la pauta general de que las reuniones no deben coincidir con las
sesiones plenarias del cuerpo (artículo 109). El 30 de septiembre de 1992 la Cámara aprobó
una resolución por medio de la cual se adoptó un complejo esquema de horarios de
funcionamiento de las comisiones, contemplando evitar, en lo posible, la superposición de las
mismas (prevé que las reuniones se harán los días martes, miércoles y jueves, desde las 10
hasta las 19 horas).

61. Período en el que pueden funcionar y dictaminar.

Las comisiones pueden funcionar en todo tiempo, inclusive durante el receso de la Cámara, en
que fuere necesaria su labor. Sin embargo, poseen limitaciones temporales para dictaminar:

a) en orden a la organización de la labor legislativa, y para evitar atosigamientos a


fines de noviembre, sólo pueden dictaminar sobre los asuntos en consideración hasta el
día 20 de ese mes, salvo una resolución expresa de la Cámara en contrario, adoptada
con las dos terceras partes de los votos emitidos;

b) para el caso de las sesiones extraordinarias o de prórroga, esa limitación se fijará en


diez días antes de la fecha prevista para su culminación (artículo 106).

62. Competencia de las Comisiones Permanentes. Marco constitucional.

42
Para clarificar la competencia de las Comisiones Permanentes de Asesoramiento, debemos
tomar en cuenta cuál es la competencia específica de la Cámara de Diputados, en cuanto tal y
como integrante del Poder Legislativo de la Nación, detallada por la Constitución. De acuerdo
con el método que adoptáramos, sólo reproduciremos textualmente los artículos 39 (primer
párrafo), 40 (primer párrafo), 52, 53 y 75 de la Constitución Nacional, sin perjuicio de indicar
que, en los siguientes artículos se consignan facultades que deben ser ejercidas por el
Congreso: 3, 6, 7, 9, 13, 14, 14 bis, 15, 17, 18, 19, 21, 24, 25, 28, 29, 30, 31, 32, 36, 37, 38,
41, 42, 43, 45, 49, 77, 85, 86, 88, 92, 93, 99, 100, 101, 104, 106, 107, 108, 110, 115, 115, 116,
117, 118, 119, 120, 124, 125, 126, 127, 128 y 129.

“Artículo 39.- Los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos
de ley en la Cámara de Diputados. El Congreso deberá darles expreso tratamiento
dentro del término de doce meses...

Artículo 40.- El Congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a


consulta popular un proyecto de ley. La ley de convocatoria no podrá ser vetada. El
voto afirmativo del proyecto por el pueblo de la Nación lo convertirá en ley y su
promulgación será automática...

Artículo 52.- A la Cámara de Diputados corresponde exclusivamente la iniciativa de


las leyes sobre contribuciones y reclutamiento de tropas.

Artículo 53.- Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente,
vicepresidente, al jefe de gabinete de ministros, a los ministros y a los miembros de la
Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal
desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes,
después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa
por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes.

Artículo 75.- Corresponde al Congreso:

1. Legislar en materia aduanera. Establecer los derechos de importación y


exportación, los cuales, así como las avaluaciones bore las que recaigan, serán
uniformes en toda la Nación.

2. Imponer contribuciones indirectas como facultad concurrente con las


provincias. Imponer contribuciones directas, por tiempo determinado,
proporcionalmente iguales en todo el territorio de la Nación, siempre que la
defensa, seguridad común y bien general del Estado lo exijan. Las
contribuciones previstas en este inciso, con excepción de la parte o el total de
las que tengan asignación específica, son coparticipables.

Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias,
instituirá regímenes de coparticipación de estas contribuciones, garantizando
la automaticidad en la remisión de los fondos.

La distribución entre la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos Aires y


entre éstas, se efectuará en relación directa a las competencias, servicios y
funciones de cada una de ellas contemplando criterios objetivos de reparto;
será equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente de
desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio
nacional.

La ley convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser


sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los meimbros de cada
Cámara, no podrá ser modificada unilateralmente ni reglamentada y será
aprobada por las provincias.

No habrá transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva


reasignación de recursos, aprobada por la ley del Congreso cuando
correspondiere y por la provincia interesada o la ciudad de Buenos Aires en su
caso.

Un organismo fiscal federal tendrá a su cargo el control y fiscalización de la


ejecución de lo establecido en este inciso, según lo determine la ley, la que

43
deberá asegurar la representación de todas las provincias y la ciudad de
Buenos Aires en su composición.

3. Establecer y modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables,


por tiempo determinado, por la ley especial aprobada por la mayoría absoluta
de la totalidad de los miembros de cada Cámara.

4. Contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación.

5. Disponer del uso y de la enajenación de las tierras de propiedad nacional.

6. Establecer y reglamentar un banco federal con facultad de emitir moneda,


así como otros bancos nacionales.

7. Arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación.

8. Fijar anuanlente, conforme a las pautas establecidas en el tercer párrafo del


inc. 2 de este artículo, el presupuesto geneal de gastos y cálculo de recursos de
la administración nacional, en base al programa general de gobierno y al plan
de inversiones públicas y aprobar o desechar la cuenta de inversión.

9. Acordar subsidios del Tesoro nacional a las provincias, cuyas rentas no


alcancen, según sus presupuestos, a cubrir sus gastos ordinarios.

10. Reglamentar la libre navegación de los ríos interiores, habilitar los puertos
que considere convenientes, y crear o suprimir aduanas.

11. Hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras; y adoptar un


sistema uniforme de pesos y medidas para toda la Nación.

12. Dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal, de Minería, y del Trabajo y
Seguridad Social, en cuerpos unificados o separados, sin que tales códigos
alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los
tribunales federales o provinciales, según que las cosas o las personas cayeren
bajo sus respectivas jurisdicciones; y especialmente leyes generales para toda
la Nación sobre naturalización y nacionalidad, con sujeción al principio de
nacionalidad natural y por opción en beneficio de la argentina; así como sobre
bancarrotas, sobre falsificación de la moneda corriente y documentos públicos
del Estado, y las que requiera el establecimiento del juicio por jurados.

13. Reglar el comercio con las naciones extranjeras, y de las provincias entre
sí.

14. Arreglar y establecer los correos generales de la Nación.

15. Arreglar definitivamente los límites del territorio de la Nación, fijar los de
las provincias, crear otras nuevas, y determinar por una legislación especial la
organización, administración y gobierno que deben tener los territorios
nacionales, que queden fuera de los límites que se asignen a las provincias.

16. Proveer a la seguridad de las fronteras.

17. Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas


argentinos.

Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e


intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la
posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan;
y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano;
ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o
embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos
naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden
ejercer concurrentemente estas atribuciones.

18. Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de


todas las provincias, y al progreso de la ilustración, dictando planes de
44
instrucción general y universitaria, y promoviendo la industria, la inmigación,
la construcción de ferrocarriles y canales navegables, la colonización de
tierras de propiedad nacional, la introducción y establecimiento de nuevas
industrias, la importación de capitales extranjeros y la exploración de los ríos
interiores, por leyes protectoras de estos fines y por concesiones temporales de
privilegios y recompensas de estímulo.

19. Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con


justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de
empleo, a la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor
de la moneda, a la investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su
difusión y aprovechamiento.

Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su


territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el
desigual desarrollo relativo de provincias y regiones. Para estas iniciativas, el
Senado será Cámara de origen.

Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la


unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que
aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la
famila y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad
de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen
los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la
autonomía y autarquía de las universidades nacionales.

Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación


de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y
audiovisuales.

20. Establecer tribunales inferiores a la Corte Suprema de Justicia; crear y


suprimir empleos, fijar sus atribuciones, dar pensiones, decretar honores, y
conceder amnistías generales.

21. Admitir o desechar los motivos de dimisión del presidente o vicepresidente


de la República; y declarar el caso de proceder a nueva elección.

22. Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los
tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la


Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana
sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y
su Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del
Delito de Genocidio; la Convención Internacional sobre la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la
Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones
de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de
la primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de
los derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en
su caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa aprobación de las dos terceras
partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara.

Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser


aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de
la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía
constitucional.

23. Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad


real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos
reconocidos por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes

45
sobre derechos humanos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los
ancianos y las personas con discapacidad.

Dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del


niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del
período de enseñanza elemental y de la madre durante el embarazo y el tiempo
de lactancia.

24. Aprobar tratados de integración que deleguen competencias y jurisdicción


a organizaciones supraestatales en condiciones de reciprocidad e igualdad, y
que respeten el orden democrático y los derechos humanos. Las normas
dictadas en su consecuencia tienen jerarquía superior a las leyes.

La aprobación de estos tratados con Estados de Latinoamérica requerirá la


mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara. En el caso
de tratados con otros Estados, el Congreso de la Nación, con la mayoría
absoluta de los miembros presentes de cada Cámara, declarará la
conveniencia de la aprobación del tratado y sólo podrá ser aprobado con el
voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara,
después de ciento veinte días del acto declarativo.

La denuncia de los tratados referidos a este inciso exigirá la previa aprobación


de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara.

25. Autorizar al Poder Ejecutivo para declarar la guerra o hacer la paz.

26. Facultar al Poder Ejecutivo para ordenar represalias, y establecer


reglamentos para las presas.

27. Fijar las Fuerzas Armadas en tiempo de paz y guerra, y dictar las normas
para su organización y Gobierno.

28. Permitir la introducción de tropas extranjeras en el territorio de la Nación,


y la salida de las fuerzas nacionales fuera de él.

29. Declarar en estado de sitio uno o varios puntos de la Nación en caso de


conmoción interior, y aprobar o suspender el estado de sitio declarado,
durante su receso, por el Poder Ejecutivo.

30. Ejercer una legislación exclusiva en el territorio de la capital de la Nación


y dictar la legislación necesaria para el cumplimiento de los fines específicos
de los establecimientos de utilidad nacional en el territorio de la República.
Las autoridades provinciales y municipales conservarán los poderes de policía
e imposición sobre estos establecimientos, en tanto no interfieran en el
cumplimiento de aquellos fines.

31. Disponer la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Buenos


Aires.

Aprobar o revocar la intervención decretada, durante su receso, por el Poder


Ejecutivo.

32. Hacer todas las leyes y reglamentos que sean convenientes para poner en
ejercicio los poderes antecedentes, y todos los otros concedidos por la presente
Constitución al Gobierno de la Nación Argentina”.

63. Competencia de las comisiones permanentes. Principios generales. Competencia mixta.

Cada comisión permanente de asesoramiento tiene facultad para dictaminar en los asuntos que
el reglamento determina en los artículos 62 a 101 sexies (estas materias son, además, una de
las pautas que tiene la Oficina de Información Parlamentaria para organizar su registración de
antecedentes; conf. artículo 214).

La tarea habitual de girar los asuntos a las comisiones la realiza el presidente de la Cámara
(artículo 167), estando facultada ésta para “en cualquier caso”, decidir las dudas que ocurran
46
en la distribución de los proyectos (artículo 103; una determinación adoptada por la Cámara el
5 de junio de 1986 habilitó al presidente del cuerpo a cambiar o ampliar el destino de los
proyectos, pero, en caso de no aceptar algún legislador dicha decisión, deberán girarse los
antecedentes a la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, para su análisis y posterior
decisión por la Cámara; una resolución de la Presidencia, del 21 de octubre de 1988,
reglamentó esta cuestión). El destino de los asuntos debe consignarse en el Boletín de Asuntos
Entrados (artículo 167)..

Es importante destacar que son habituales los casos de competencia mixta, en que corresponde
que intervengan dos o más comisiones, situaciones que, incluso, pueden ser solicitadas por la
única comisión a la que el proyecto haya sido girado (artículo 103). El reglamento prevé dos
tipos de competencia mixta:

a) cuando el tema es proporcionalmente común a las dos o más comisiones


intervinientes (artículo 102). Estas pueden: 1) estudiarlo en conjunto, y 2) estudiarlo
por separado, con aviso a la otra u otras comisiones competentes, pero el despacho
debe ser sometido al pleno de todas las comisiones;

b) cuando el asunto es girado a una o más comisiones y a la de Presupuesto y


Hacienda. Las primeras deben formular su anteproyecto de dictamen, remitirlo a la
Comisión de Presupuesto y Hacienda, y ésta tiene un mes para pronunciarse, pasado el
cual el anteproyecto originario se elevará a la Cámara, como despacho de la o las
comisiones respectivas, también llamadas especializadas (artículo 102).

64. Competencia concreta de las Comisiones Permanentes de Asesoramiento.

Detallamos a continuación los artículos pertinentes, y, en casos particulares, agregamos otras


referencias:

COMISIÓN DE ASUNTOS CONSTITUCIONALES: “dictaminar sobre todo proyecto o asunto


que pueda afectar principios constitucionales y sobre aquéllos que versen sobre legislación
electoral, ciudadanía y naturalización” (artículo 62). Esta comisión, además, será competente en
el despacho de las cuestiones de privilegio, cuando este tema no fuera declarado preferente por
la Cámara (artículo 128).

COMISIÓN DE LEGISLACIÓN GENERAL: “dictaminar sobre todo proyecto o asunto


referente a la legislación civil o comercial y sobre aquellos de legislación general o especial
cuyo estudio no esté confiado a otra Comisión por este reglamento” (artículo 63). Este último
“poder residual” le otorga especial relieve a esta comisión.

COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO: “dictaminar sobre los tratados,


convenciones, conferencias, congresos internacionales y demás asuntos que se refieran al
mantenimiento de las relaciones de la Nación con los Estados extranjeros y sobre todo otro
asunto o proyecto que se refiera al culto, ejercicio del Patronato en toda la Nación, concordatos
con la Silla Apostólica, libre ejercicio de las iglesias establecidas en la República y admisión de
nuevas órdenes religiosas” (artículo 64).

COMISIÓN DE PRESUPUESTO Y HACIENDA: “dictaminar sobre el presupuesto general de


la administración y de las reparticiones autárquicas y sobre todo proyecto o solicitud de reforma
de las leyes tributarias, o de sueldos, suministros del Estado, créditos suplementarios, así como
en cualquier otro de legislación relacionado con dicha materia.aEsta Comisión no podrá
incorporar en el articulado de la ley general de presupuesto disposición alguna relacionada con
materia de la competencia de otras comisiones de la Cámara, si no cuenta con despacho
favorable de la comisión correspondiente. Tampoco podrán crearse en el presupuesto general de
gastos nuevas instituciones autárquicas si previamente la Cámara no ha sancionado la ley
orgánica respectiva” (artículo 65).

Ya dijimos que esta comisión puede tener un número máximo de 41 integrantes (artículo 61), y
un plazo especial para dictaminar, bajo un apercibimiento particular en caso de silencio, cuando
actúa como comisión no especializada (artículo 102). Como otra característica particular,
señalemos que puede considerar y despachar asuntos, en segunda convocatoria, con solamente
más de la cuarta parte de sus miembros presentes (artículo 108).

COMISIÓN DE EDUCACIÓN: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto relacionado con:


- Los fines, misiones, objetivos y funciones del Sistema Educativo Nacional.
- El diagnóstico, la planificación, la coordinación, la conducción, la evaluación, la
articulación y la acreditación del Sistema de Educación Formal y de Formación
Profesional.
- La promoción y divulgación de los valores humanos trascendentes, sociales y
ambientales y de los principios democráticos en todos los niveles educativos.
47
- La relación de la educación con las áreas de la producción, el trabajo y el empleo.
- la relación de la educación con el desarrollo científico-tecnológico.
-la integración de la República Argentina a través de la educación, en los nuevos
escenarios regionales y globales.
- El desarrollo de formas educativas alternativas e innovadoras.
- El cuidado de las garantías constitucionales para enseñar y aprender” (artículo 66).

COMISIÓN DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto


vinculado a la investigación científica y al desarrollo tecnológico, así como también en lo
relativo a sus diversas aplicaciones” (Artículo 67).

COMISIÓN DE CULTURA: “dictaminar sobre todo asunto relacionado a:


- Estimular la planificación, la administración y financiación de las actividades
relacionadas con el desarrollo cultural.
- Fomentar la creación artística e intelectual de otras realizaciones como expresión
concreta de esta actividad y promoción de la educación artística que acompañen los
procesos de participación del pueblo en la vida cultural.
- Integrar las políticas culturales y las políticas aplicadas en las esferas de la educación,
la ciencia y la comunicación.
- La producción y difusión de los bienes y servicios culturales.
- La preservación y revalorización del patrimonio cultural, preservando la
conservación de las formas autóctonas, el respecto de las minorías culturales y el
afianzamiento de los valores que conforman nuestra identidad nacional” (artículo 68).

COMISIÓN DE JUSTICIA: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto que se relacione con la
organización y administración del Poder Judicial y leyes de procedimientos civiles” (artículo
69).

COMISIÓN DE PREVISIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL: “dictaminar sobre todo asunto o


proyecto relativo al seguro social, jubilaciones, pensiones y retiros” (artículo 70).

COMISIÓN DE ACCIÓN SOCIAL Y SALUD PÚBLICA: “dictaminar sobre todo asunto o


proyecto referente a la legislación sobre salubridad: individual, pública o social, considerando la
medicina asistencial, preventiva y social; así como con lo relacionado a la salud colectiva y lo
referente a subsidios o subvenciones a hospitales, asilos, colonias e instituciones nacionales,
provinciales, municipales o particulares con actividades inherentes a los fines especificados en
este artículo y sobre cualquier otro proyecto de legislación especial o investigación sobre estas
materias y todo lo relativo a beneficencia en general” (artículo 71).

COMISIÓN DE LA FAMILIA, MUJER Y MINORIDAD: “dictaminar sobre todo asunto o


proyecto relativo a la organización, desenvolvimiento, consolidación y desarrollo de la familia
en la comunidad; la protección y orientación de la minoridad, y lo referente al estado, condición
e integración de la mujer en el conjunto de la sociedad” (artículo 72).

COMISIÓN DE LA TERCERA EDAD: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto referido a la


problemática global de la población mayor de 60 años” (artículo 73).

COMISIÓN DE LEGISLACIÓN PENAL: “dictaminar sobre todo asunto relativo a la


legislación penal, procesal penal, policial, carcelaria y régimen de defensa social” (artículo 74).

COMISIÓN DE LEGISLACIÓN DEL TRABAJO: “dictaminar sobre todo proyecto o asunto


relativo a legislación del trabajo, así como en cualquier otro de legislación especial relacionado
con dicha materia” (artículo 75).

COMISIÓN DE DEFENSA NACIONAL: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto relativo a


la organización, armamento y disciplina de las fuerzas armadas de tierra, mar y aire de la
Nación, y sus servicios auxiliares y afines; así las cuestiones atinentes con las misiones que a
estas fuerzas corresponden y las que se refieren a recompensas, honores y demás asuntos
comprendidos en esta legislación” (artículo 76).

COMISIÓN DE OBRAS PÚBLICAS: “dictaminar sobre lo relativo a concesión, autorización,


reglamentación y ejecución de obras arquitectónicas, de urbanismo, sanitarias, saneamiento,
hidráulicas o de riego, así como las que se refieran a subvenciones o subsidios para las obras
provinciales, municipales o de instituciones particulares, y todo otro asunto referente al ramo de
obras públicas, empresas del Estado, sociedades del Estado u otra hacienda productiva cuya
propiedad corresponda al Estado nacional” (artículo 77).

COMISIÓN DE AGRICULTURA Y GANADERÍA: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto


relativo al régimen y estímulo de la agricultura y ganadería: sobre los que se refieran a
legislación rural y agrícola en general; enseñanza agrícola, policía sanitaria, régimen y fomento
de bosques nacionales” (artículo 78).

48
COMISIÓN DE FINANZAS: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto que se relacione con la
política bancaria, monetaria y cambiaria, régimen y fiscalización de la actividad bancaria y del
movimiento de capitales, operaciones de crédito interno y externo, operaciones de empréstitos
públicos y otras obligaciones por cuenta del gobierno de la Nación, así como en cualquier otro
de legislación relacionado con dicha materia” (artículo 79).

COMISIÓN DE INDUSTRIA: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto relativo al régimen y


fomento de la producción industrial, caza, pesca, concesión y explotación, privilegios, patentes
y marcas” (artículo 80).

COMISIÓN DE COMERCIO: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto relativo a las


actividades de abastecimiento interno, promoción y orientación del comercio exterior de la
Nación” (artículo 81).

COMISIÓN DE ENERGÍA Y COMBUSTIBLES: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto


vinculado al aprovechamiento de las fuentes energéticas y de los recursos hidráulicos, así como
a la explotación, industrialización y comercialización de los productos y subproductos de la
energía y los combustibles sólidos, líquidos y gaseosos, y su aplicación en la petroquímica”
(artículo 82).

COMISIÓN DE COMUNICACIONES E INFORMÁTICA: “dictaminar sobre todo asunto o


proyecto de concesión, régimen, gobierno y ejecución de obras o sistemas privados o del
Estado, relativo a las comunicaciones internas o externas de la Nación, Correos,
Telecomunicaciones, Radiodifusión y Televisión, medios de comunicación social y actividades
relacionadas así como todo asunto o proyecto vinculado al tratamiento automático de la
información por medio de ordenadores electrónicos” (artículo 83).

COMISIÓN DE TRANSPORTES: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto relacionado con


los transportes terrestre, marítimo, fluvial y aéreo, tarifas y fletes. Entenderá también en los que
se refieran a la utilización de caminos, puentes, puertos y aeropuertos” (artículo 84).

COMISIÓN DE ECONOMÍAS Y DESARROLLO REGIONAL: “dictaminar sobre todo asunto


o proyecto relativo al desarrollo económico de las áreas geográficas del país integradas
regionalmente y la implementación de medidas de protección, promoción y fomento de sus
actividades productivas” (artículo 85).

COMISIÓN DE ASUNTOS MUNICIPALES: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto


relacionado con la legislación exclusiva sobre la ciudad capital de la Nación conforme lo
establecido en el art. 129 de la Constitución Nacional, los intereses del Estado nacional en la
ciudad de Buenos Aires, mientras sea capital de la Nación, así como los asuntos y proyectos
relativos a las actividades de fomento, coordinación y regionalización de la actividad
municipal” (artículo 86).

COMISIÓN DE INTERESES MARÍTIMOS, FLUVIALES, PESQUEROS Y PORTUARIOS:


“entender en todo lo concerniente a la preservación, desarrollo y explotación de los recursos
naturales renovables y no renovables del mar, los ríos y aguas interiores; implementación del
sistema portuario y vías navegables; política portuaria y actividad naviera; investigación y
explotación de la actividad pesquera en todas sus manifestaciones y promoción de la industria
naval; transporte marítimo y fluvial” (artículo 87).

COMISIÓN DE VIVIENDA Y ORDENAMIENTO URBANO: “dictaminar sobre todo asunto


o proyecto relacionado con la temática habitacional, así como las que se refieren a aspectos
administrativos, económicos, financieros, técnicos y legales de la vivienda y del desarrollo y
ordenamiento de los asentamientos humanos” (artículo 88).

COMISIÓN DE PETICIONES, PODERES Y REGLAMENTO: “dictaminar sobre toda


petición o asunto particular presentado a la Cámara, que no esté expresamente destinado a otra
Comisión por este Reglamento; reformas e interpretación del mismo; elecciones; de Diputados,
organización y funciones de la Secretaría” (artículo 89). Por lo ya referido en el número 3.II.10,
le compete también estudiar y dictaminar sobre las impugnaciones a los diplomas de los
diputados, con un procedimiento de juzgamiento que determinará (artículo 7).

COMISIÓN DE JUICIO POLÍTICO: “investigar y dictaminar en las causas de la


responsabilidad que se intenten contra los funcionarios públicos sometidos a juicio político por
la Constitución y en las quejas o denuncias que contra ellos se presenten en la Cámara. Cuando
las quejas o denuncias se refieran a magistrados judIciales de distritos donde algunos de los
miembros de esta Comisión ejerciese la profesión de abogado o procurador, éste deberá
excusarse y se integrará aquélla con Diputados de otros distritos. Esta Comisión reglamentará el
procedimiento a seguir en las causas sometidas a su dictamen” (artículo 90).

COMISIÓN DE RECURSOS NATURALES Y CONSERVACIÓN DEL AMBIENTE


HUMANO: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto vinculado con el aprovechamiento
racional e integral de los recursos naturales y con la conservación o la contaminación
ambiental” (artículo 91).

49
COMISIÓN DE TURISMO: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto vinculado a la
promoción y fomento de las actividades turísticas; como también en todo aquello vinculado a la
la formulación de las normas legislativas que regulen su funcionamiento” (artículo 92).

COMISIÓN DE ECONOMÍA: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto vinculado con el


planeamiento del desarrollo económico; régimen de las bolsas y mercados de valores; seguros y
reaseguros; régimen aduanero; acuerdos, convenios y arreglos de comercio, cooperación,
complementación y/o integración económica, así como en cualquier otro de legislación
relacionado con dicha materia” (artículo 93).

COMISIÓN DE MINERÍA: “dictaminar sobre lo relativo al régimen y fomento de la minería en


todas sus manifestaciones, tanto de la actividad primaria como la de elaboración; fiscalización
de procesos afines; estudios e investigaciones tecnológicas; certificación de calidad;
procedimiento y volúmenes de producción; necesidades del mercado; análisis y control de la
política crediticia y de fomento minero; instalación, desarrollo y actividades de agencias de
promoción y comercialización minera; instalación y funcionamiento del parque minero;
organizaciones económicas y profesionales vinculadas a la producción minera; cooperativas
mineras, su incrementación y desarrollo; exposiciones y ferias mineras; publicaciones,
intercambios y demás actividades tendientes al fomento minero, así como en cualquier otro de
legislación relacionado con dicha materia” (artículo 94).

COMISIÓN DE DROGADICCIÓN: “dictaminar en todo asunto o proyecto concerniente a la


problemática originada en el consumo habitual, abusivo y adictivo de fármacos, drogas y/o
cualesquiera otros elementos o substancias que puedan acarrear deterioro psicofísico y
alteraciones en el comportamiento social del individuo; al similar abuso de medicamentos
utilizados en el tratamiento de la salud humana, y de productos nocivos de uso doméstico y
ambiental que puedan dañarla en idéntico sentido, así como también en los acuerdos y
convenios, y toda otra legislación sobre la materia” (artículo 95).

COMISIÓN DE ANÁLISIS Y SEGUIMIENTO DEL CUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS


TRIBUTARIAS Y PREVISIONALES: “realizar el análisis y seguimiento permanente del
cumplimiento y la aplicación de las normas tributarias y previsionales, tanto por parte del
Estado y sus distintos organismos y reparticiones, cuanto por parte del sector privado a efectos
de propender a una permanente actualización de dichas normas, a su perfeccionlamiento y
adecuación a la realidad y a las políticas en ejecución, de forma tal de poder prever y evitar la
evasión, la elusión, la transgresión y las distintas formas de incumplimiento de tales
obligaciones por parte de todos los sujetos involucrados. Para el cumplimiento de sus fines, la
comisión podrá requerir informaciones y realizar investigaciones referidas a su competencia,
tanto en el sector público cuanto en el privado. Cuando las circunstancias del caso lo
justifiquen, previa autorización de la Honorable Cámara, podrá requerir esos informes y llevar a
cabo las investigaciones con el auxilio de la fuerza pública, ordenado judicialmente” (artículo
96).

COMISIÓN DE POBLACIÓN Y RECURSOS HUMANOS: “dictaminar en todo lo vinculado


a las políticas de censos, recursos humanos, planificación demográfica, crecimiento urbano y
rural y desarrollo poblacional, migraciones, estadísticas y asentamientos poblacionales”
(artículo 97).

COMISIÓN DE DEPORTES: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto vinculado a la


promoción y fomento de las actividades deportivas; como también, en todo aquello vinculado
a la formulación de las normas legislativas que regulen su funcionamiento” (artículo 98).

COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS: “dictaminar sobre todo asunto


relativo a la vigencia, promoción, defensa y difusión de los derechos humanos, civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales, así como sobre proyectos vinculados con la plena vigencia de
los derechos y garantías reconocidos por la Constitución Nacional y las leyes de la República.
La Comisión de Derechos Humanos y Garantías coordinará su actividad con los titulares de las
áreas de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y del Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio Internacional y Culto” (artículo 99).

COMISIÓN DE ASUNTOS COOPERATIVOS. MUTUALES Y ORGANIZACIONES NO


GUBERNAMENTALES: “dictaminar sobre todo asunto o proyecto relacionado al régimen,
promoción y fomento de las asociaciones civiles sin fines de lucro, de las organizaciones no
gbernamentales, de las fundaciones y de las actividades filantrópicas, de la actividad
cooperativa y mutualista, en todas sus ramas cualquiera fuera su objetivo social, así como en
cualquier otro de legislación especial relacionado con dicha materia” (artículo 100).

COMISIÓN DE MERCOSUR: “dictaminar sobre todo proyecto o asunto que pueda afectar el
proceso de integración regional expresado en la formación del Mercado Común del Sur -
Mercosur. En especial, le compete dictaminar sobre todo proyecto o asunto que importe la
incorporación al ordenamiento jurídico interno de las normas emanadas de los órganos del
Mercosur, de acuerdo a lo previsto en el art. 25 del protocolo de Ouro Preto, suscrito el 17 de
diciembre de 1994 entre los gobiernos de la República Argentina, la República Federativa del
Brasil, la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay” (artículo 101).

50
COMISIÓN DE PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS: “el estudio y la implementación
de medidas que tiendan a la protección y desarrollo de ese sector productivo, a través de una
adecuada legislación en materia impositiva, crediticia y de promoción de sus actividades,
como así también dictaminar en todo proyecto en que las pequeñas y medianas empresas se
encuentren involucradas por sus implicancias en cualquiera de los aspectos antes
especificados” (artículo 101 bis).

COMISIÓN DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR: “asesorar y dictaminar sobre toda la


legislación relacionada con la protección del consumidor, tanto en lo que se refiere a la
política de precios, cuanto a la defensa de la competencia, a la observancia de las normas que
regulan la garantía de calidad, la responsabilidad frente al consumidor por parte de fabricantes
e intermediarios y, en general, todo aquello que tienda a la transparencia de la
comercialización de productos en resguardo del bienestar y los intereses de la población”
(artículo 101 ter).

COMISIÓN DE SEGURIDAD INTERIOR: “asesorar y dictaminar en toda legislación, tanto


de fondo cuanto de forma relacionada directamente con la seguridad pública interior,
especialmente en materia de tenencia y uso de armas, el accionar de organizaciones delictivas
a través de la violencia, la prevención de la comisión reiterada de delitos de esta índole en
lugares urbanos y rurales, como así también en rutas y en lugares de frecuente concentración
de personas y la instrumentación de toda medida legal que tienda a una mejor protección de la
seguridad de las personas y sus bienes” (artículo 101 quater).

COMISION DE LIBERTAD DE EXPRESIÓN: “asesorar y dictaminar en toda legislación o


norma jurídica de cualquier orden que sea atinente a la libertad de expresión, de las ideas y
creencias que garantiza la Constitución Nacional, tendiendo al respeto y a la seguridad de
quienes se manifiesten por cualquier medio, con arreglo a las disposiciones legales vigentes,
tanto las resultantes de la Carta Magna, cuanto las contenidas en los tratados internacionales
suscritos por la República, en las leyes dictadas por el Congreso Nacional y sus disposiciones
reglamentarias y las expreesadas en declaraciones y compromisos con organizaciones de
derecho internacional o con países en particular, a las cuales adhiera la Nación” (artículo 101
quinquies).

COMISION DE DISCAPACIDAD: “dictaminar sobre todo asunto concerniente ala defensa


de los derechos de los descapacitados, y sobre todo proyecto o solicitud de reforma a las leyes
concernientes en la materia. Estimular políticas efectivas en todas las áreas que permitan la
total integración de las personas con necesidades especiales. Promover campañas de
concientización y educación en pro de la no discriminación y la igualdad de oportunidades”
(artículo 101 sexies).

65. Comisiones especiales. Comisiones investigadoras.

Sin perjuicio de la existencia de las comisiones permanentes, es frecuente en la vida


parlamentaria la creación de comisiones especiales para la realización de dictámenes de
estudio particulares o para hacer investigaciones.

Su creación corre por cuenta de la Cámara (artículo 104), la que puede delegar en el presidente
esta prerrogativa. ¿En qué casos se crean?

a) cuando así se estimare conveniente;

b) ara los casos no previstos en el reglamento.

Para proceder a su integración personal deben también cumplirse los requisitos del artículo
105, ya estudiado (infra, número 3.II.57), pero, a diferencia de las comisiones permanentes,
sus miembros duran en los cargos hasta que la comisión termine su cometido, siempre que la
Cámara no tomare resolución en contrario al iniciarse el primer período ordinario de sesiones
en los años de renovación parcial del cuerpo (artículo 107).

Son innumerables los ejemplos de comisiones especiales registrados en los precedentes


parlamentarios (incluso el reglamento, en el artículo 188, prevé la existencia de un tipo
particular: la que debe crearse para aconsejar qué sanción corresponde aplicar a un diputado
por faltar al orden) y, particularmente las investigadoras, han sido fuente de pronunciamientos
por parte de la Cámara en defensa de su derecho a crearlas y a concederles amplias facultades.
También han sido objeto de controvertidas opiniones en el ámbito doctrinario. El estudio de
51
esta problemática merece un tratamiento especial y particularizado, ajeno a los limitados
alcances de esta obra.

La otra referencia concreta que el reglamento hace de estas comisiones es la del artículo 106,
que las faculta a ejercer durante el receso todas las atribuciones que la Cámara les otorgue.

También señalemos la existencia de comisiones especiales bicamerales (también llamadas


“parlamentarias”) creadas por resoluciones conjuntas de ambas Cámaras y, en algunos casos,
por leyes, normas éstas que, generalmente, determinan las atribuciones de que gozan.
Destaquemos, además, la existencia de comisiones bicamerales permanentes, en algunos casos
administradoras de entes parlamentarios (por ejemplo, la Biblioteca del Congreso de la
Nación, cuya comisión está mencionada en el artículo 215) y, en otros, para el cumplimiento
de determinadas funciones constitucionales del Congreso (como la Comisión Parlamentaria
Mixta Revisora de Cuentas).

Todo ello sin perjuicio de señalar la posibilidad de que los diputados se desempeñen en
comisiones extra-parlamentarias, creadas por leyes u otras disposiciones y para cumplir fines
específicos, junto con representantes de otros poderes del Estado o de distintos estamentos de
la sociedad.

66. La Comisión de Labor Parlamentaria.

Corresponde hacer muy especial referencia a este órgano, creado en la reforma reglamentaria
de 1963, institución que no puede ser catalogada como Comisión de Asesoramiento pues tiene
funciones distintas y relevantes, que pretenden posibilitarle a la Cámara diversos medios para
obtener una optimización de su labor normal, racionalizando su tarea y acortando plazos a
veces innecesariamente prolongados. Todo ello por parte de un órgano que, por su propia
integración, pasa a ser una especie de “mini-cámara”.

Integración.
Está formada por el presidente de la Cámara, los vicepresidentes y los presidentes de cada
bloque o quienes reemplacen a estos últimos (artículo 58).

Autoridad
La preside el presidente de la Cámara (artículo 58).

Reuniones. Periodicidad
A diferencia del resto de las comisiones, se debe reunir necesariamente una vez por semana,
durante el período de sesiones. Fuera de éste, cuando lo estime conveniente (artículo 58).

Funciones
La letra del reglamento determina que le corresponden las siguientes funciones (aunque la
práctica parlamentaria frecuentemente ha extendido las mismas más allá de los límites que
pasamos a referir):

- preparar los planes de labor parlamentaria (artículo 59, inciso 1);

- preparar el Orden del Día de las sesiones, con los asuntos despachados por las
comisiones (artículo 59, inciso 2). Si no lo hiciere, corresponderá formularlo al
presidente (artículo 39, inciso 6);

- fijar los horarios de votación en función de los temas del Orden del Día (artículo 59,
inciso 3, y 189);

- informarse sobre el estado de los asuntos en las comisiones (artículo 59, inciso 4);

- promover medidas prácticas para la agilización de los debates en las comisiones y en


el recinto (artículo 59, inciso 4);

- considerar y resolver los pedidos de pronto despacho y las consultas de los bloques,
de los diputados y de las comisiones, que se presenten por escrito a la Comisión
(artículo 59, inciso 5);

- determinar la forma de votación, respecto de si se hará por cada artículo en particular


o capítulo por capítulo o título por título (artículos 59, inciso 6, y 192);
52
- considerar y resolver acerca de los homenajes que deseen rendir los diputados en los
términos del artículo 221 (artículo 59, inciso 7);

- autorizar a la presidencia de la Cámara para cursar al Poder Ejecutivo los asuntos


previstos en el artículo 114 (diligenciamiento directo de ciertos proyectos de
declaración de interés nacional de determinadas actividades, de carácter urgente).

53
CAPÍTULO VII

Funcionamiento y labor de las comisiones de asesoramiento

67. Quórum.

Para que una Comisión de Asesoramiento pueda sesionar, deberá estar presente la mayoría de
sus miembros (artículo 108), es decir, más de la mitad de los mismos. Sin embargo, pasada la
media hora, dispone el mismo artículo que podrá considerar y despachar los asuntos por lo
menos la tercera parte de los integrantes (y, para la Comisión de Presupuesto y Hacienda, la
cuarta parte).

Existe sin embargo la figura excepcional del dictamen en minoría, que es normada por el
segundo párrafo del artículo 108, que establece: “Sin embargo, luego de fracasada por falta de
número una reunión citada para tratar determinado asunto, el mismo podrá ser considerado y
despachado por los miembros que concurran a las reuniones siguientes convocadas con el
mismo objeto. En este último caso la impresión se hará con el rótulo ‘Dictamen de comisión
en minoría’, dejándose constancia de las citaciones realizadas para considerar el asunto y de la
asistencia de los miembros a cada una de las reuniones convocadas. Para todos los efectos
reglamentarios, estos dictámenes en minoría serán considerados ‘dictámenes de comisión’”.

La carencia de quórum debe ser puesta en conocimiento, por la minoría, a la Cámara. Esta
podrá resolver lo que crea oportuno, o bien integrar la comisión con otros miembros, en forma
permanente o transitoria (artículo 108, párrafo tercero).

68. Temario.

Los asuntos objeto de tratamiento en una reunión deben consignarse en la citación a la misma
(artículo 109), presuponiéndose que ello lo determinará el presidente de la comisión. Pese a
esta circunstancia, el pedido de tres integrantes obliga a incorporar al temario los asuntos
entrados que éstos indiquen (artículo 109).

69. Labor. Acta.

Las comisiones durante su desempeño podrán por sí pedir informes, requerir el asesoramiento
que estimen necesario -de los dependientes, funcionarios y personas internas o externas del
Congreso- e invitar a audiencias a quienes consideren conveniente; fijarán su propio plan de
trabajo para cada reunión o conjunto de reuniones, y lo llevarán a cabo. Las comisiones
pueden ser objeto de resoluciones de pronto despacho formuladas por otras comisiones o por
cualquier diputado. Asimismo, podrán ser consultadas por la Cámara, o ser objeto de pedidos
de informe por parte de ésta; la Comisión de Labor Parlamentaria debe considerar y resolver
los pedidos de pronto despacho que se formulen por escrito (artículo 59, inciso 5).

Es obligatorio labrar un acta de cada reunión, pero sólo consignando las resoluciones que se
adopten. Sin embargo, a pedido de un diputado integrante, se debe dejar constancia de las
razones en las que éste fundó su voto. La comisión debe formular un resumen de sus actas y
remitirlo a Secretaría para su difusión por la prensa, dentro de las 24 horas de cada reunión
(artículo 110). La Comisión de Labor Parlamentaria está facultada, como dijimos, para
promover medidas prácticas para la agilización de los debates en las comisiones (artículo 59,
inciso 4).

70. Firma de los despachos.

Se denomina despacho al dictamen de la comisión, que debe ser firmado por los asistentes a la
reunión en la cual el mismo se aprobó, o por los presentes en la mayoría de las reuniones, si se
trata de más de dos sesiones. La firma debe producirse en la Sala de la comisión (artículo
110), norma que pretende evitar la rúbrica de despachos preconfigurados por parte de
diputados inasistentes, practicada, por ejemplo en el recinto de la Cámara antes o durante una
sesión plenaria.

54
La presentación de los despachos de comisión se da cuenta a la Cámara por su inclusión en el
Boletín de Asuntos Entrados (artículo 165) y en el posterior Diario de Sesiones.

71. Contenido de los despachos.

Estando conteste la comisión en determinado sentido, debe designar a un integrante para que
redacte el despacho y sus fundamentos (artículo 111).

El despacho de comisión debe contener el dictamen concreto a que ésta arribe respecto del
tema en estudio, y un informe escrito aclaratorio de las motivaciones de la comisión. Además,
debe publicarse un anexo con los antecedentes reunidos sobre el asunto y con las opiniones
vertidas en su seno (artículo 111). Incluso, si algún diputado presentara a la comisión
propuestas de modificaciones a cualquier asunto objeto de estudio, estas propuestas, y sus
fundamentos por escrito, serán publicadas también con el despacho de comisión (artículo 111).

72. Miembro informante.

También debe la comisión designar, en cada caso, al integrante que ha de sostener el despacho
en el plenario de la Cámara (artículo 111).

La existencia de un “miembro informante” (tal es el nombre que recibe el diputado recién


citado), no solamente tiene efectos prácticos y racionales en orden a la discusión, sino que,
además, adquiere relieves normativos determinados. Así, el “miembro informante”:

- goza de prelación en el orden de la palabra (artículo 137, inciso 1);

- tiene un plazo especial de treinta minutos para hablar durante la discusión en general
(artículo 150);

- tiene un plazo especial de quince minutos para intervenir en la discusión de


despachos que no tienen disidencias generales, pero sí observaciones (artículo 153);

- tiene derecho a replicar siempre, o a contestar observaciones al despacho, durante la


discusión en general (artículo 138), y también durante la discusión en particular
(artículo 158);

- se le equiparan los ministros y secretarios de Estado presentes en la cámara para ser


“interpelados” (artículo 203);

73. Vigencia de los despachos.

Los despachos emitidos por las comisiones mantienen su vigencia (artículo 111):

a) mientras no se produzca su retiro o modificación en la forma prevista por el


reglamento (concretamente, la determinada por el artículo 125: ni el autor del proyecto,
ni la comisión productora del despacho, pueden retirarlo ni modificarlo excepto que
ocurra una decisión de la Cámara, originada en una petición de dicho autor o de la
misma comisión);

b) hasta la renovación ordinaria de los integrantes de la comisión; ello, con excepción


de los dictámenes de la comisión de Juicio Político que cuenten con Orden del Día, que
permanecerán vigentes y en condiciones de ser considerados en el recinto por un
período legislativo más (artículo 111, anteúltimo párrafo).

c) hasta que se produzca su caducidad de conformidad con lo dispuesto por la ley


13.640. La mención expresa que hace el reglamento de esta ley, y su especial
importancia, provoca que consideremos necesaria su transcripción. La misma
corresponde a un texto actualizado realizado por la Dirección de Información
Parlamentaria en el que se incluyen las modificaciones introducidas por las leyes
23.821 y 23.992:

"Artículo 1. Todo proyecto de ley sometido a la consideración del Congreso que no obtenga sanción en una
de sus Cámaras durante el año parlamentario en que tuvo entrada en el cuerpo o en el siguiente, se tendrá

55
por caducado. Si obtuvo sanción en alguna de ellas en el término indicado, éste se prorrogará por un año
más.

Todo proyecto de ley aprobado con modificaciones por la Cámara revisora que no termine el trámite
establecido en el art. 71 de la Constitución Nacional en el año parlamentario en que obtuvo la referida
aprobación o en el siguiente, se tendrá por caducado.

Artículo 2. Exceptúanse de lo dispuesto en el artículo anterior, los proyectos de códigos, tratados con las
naciones extranjeras, los proyectos enviados por el Poder Ejecutivo sobre provisión de fondos para pagar los
créditos contra la Nación y los reclamos de particulares con igual carácter.

Artículo 3. Los proyectos de ley o parte de ellos que el Poder Ejecutivo devuelva observados en uso de la
facultad que le acuerda el art. 72 de la Constitución Nacional, que el Congreso no confirme en el año
parlamentario en que fueran devueltos o en el siguiente, se tendrán por caducados.

Artículo 4. Los presidentes de las comisiones de ambas Cámaras presentarán al principio de cada período
de sesiones ordinarias una nómina de los asuntos que existan en sus carteras que estén comprendidos en los
artículos 1 y 3 de esta ley, los que sin más trámite serán mandados al archivo con la anotación
correspondiente puesta por Secretaría, devolviéndose a los interesados los documentos que les pertenezcan y
soliciten, previo recibo que deberán otorgar en el mismo expediente. Esta nómina se incluirá en el Diario de
Sesiones.

Artículo 5. Los asuntos pendientes en órdenes del día que caducaran en virtud de la presente ley, se girarán
a las respectivas comisiones, a los efectos del artículo anterior.

Artículo 5 bis. Cada Cámara establecerá los plazos de vigencia y reglamentará los procedimientos para la
caducidad y archivo de las iniciativas parlamentarias que no sean proyecto de ley que se hubieren sometido
a su consideración

Artículo 6. Esta ley se aplicará a los asuntos pendientes.

Artículo 7. Deróganse las leyes 2.714/1890 y 3.721/1898.

Artículo 8. Comuníquese, etc."

NOTA: las referencias constitucionales lo son al texto anterior a la enmienda de 1994.

La decisión de la Cámara sobre lo previsto en el artículo 5 bis de la Ley 13.640 fue


tomada posteriormente, mediante una Resolución aprobada el 30 de septiembre de
1992, que expresa:
"Art. 1 Los proyectos de declaración y/o resolución, así como también los expedientes Oficiales Varios y Particulares,
que no hayan sido considerados en el año parlamentario de su ingreso, caducarán y se les dará trámite establecido en el
artículo 4o. de la ley 13.640 y su modificatoria ley 23.821. Art. 2o. En el caso de que tengan Orden del Día impresa se
los considerará de acuerdo a lo preceptuado en el primer párrafo del artículo 1o. de la ley 13.640 y su modificatoria ley
23.821."

74. Dictamen de minoría.

Produciéndose en la comisión opiniones diversas, la minoría tiene derecho a practicar su


propio dictamen que, acompañado por un informe escrito, será sostenido en la discusión
(artículo 112). Inclusive, la minoría tiene derecho a designar a su propio “miembro
informante”, quien también goza de ciertas prerrogativas: tiene prelación en el uso de la
palabra (artículo 137, inciso 2) y puede hablar durante treinta minutos en la discusión en
general (artículo 150). Sobre los efectos del dictamen de minoría, véase el número siguiente.

El segundo párrafo del artículo 112 define que si hubiera dos dictámenes con igual número de
firmas, será el de mayoría el que lleve la firma del presidente de la comisión o de quien
presida el pleno de las comisiones.

75. Transformación del despacho en Orden del Día. Observaciones.

Los despachos serán impresos y numerados correlativamente en el orden de su presentación a


la Secretaría, que los distribuirá a todos los diputados, senadores, ministros y secretarios del
Poder Ejecutivo (artículo 50, inciso 5) y los pondrá a disposición de la prensa para su difusión
pública. En la práctica del Congreso Nacional, ese despacho impreso y numerado recibe el
nombre específico de “Orden del Día” (artículo 113; en su sentido más estricto: sobre ésta y
otras acepciones, véase infra, número 3.II.128).

El documento queda “en observación” (sic) por siete días hábiles, en Secretaría. Este plazo, y
lo que de allí en más ocurra, es fundamental: la Cámara a posteriori no considerará ninguna
propuesta de modificacion al despacho (también llamada “observación”) que no haya sido
depositada en secretaría dentro de ese término, salvo:

56
a) que la comisión interviniente aceptara la propuesta de modificación presentada fuera
de término, antes de la consideración del despacho por la Cámara (artículo 113; un
caso concreto al respecto ejemplifica el artículo 161, correspondiente a las
modificaciones introducidas durante la consideración en particular);

b) que la Cámara, por dos terceras partes de votos, determine, sin debate, considerar o
no las observaciones presentadas fuera del plazo antedicho (artículo 113).

Adquieren el carácter de observaciones formuladas en término el dictamen de la minoría de la


comisión, y las disidencias parciales a ese dictamen, todas ellas durante el debate en particular
(artículo 113).

76. Efectos del despacho de Comisión.

El efecto principal está establecido por el artículo 147: los asuntos no podrán ser tratados por
la Cámara sin despacho de comisión. Este principio general, que pretende racionalizar la tarea
legislativa, procurando que todos los proyectos pasen por el “filtro” de estudio de las
comisiones, sin embargo, registra excepciones en la letra del reglamento:

a) que la Cámara (excepto en los casos de proyectos que importen gastos), por una
resolución adoptada por las dos terceras partes de los votos emitidos -medie moción de
sobre tablas o de preferencia- decida tratar el proyecto sin despacho de comisión
(artículo 147);

b) que la Cámara trate el proyecto constituida “en comisión” (artículo 141), tema que
trataremos en el número siguiente;

c) que la Cámara decida otro procedimiento, tras la aprobación de una moción de


apartamiento del reglamento (artículo 127, inc. 10).

Y cierta práctica parlamentaria de los años recientes también registra otro caso,
excepcional,: la habilitación del tratamiento de un proyecto sin dictamen de comisión
en regla, en una sesión especial convocada por la Cámara para cumplir ese objetivo.

La existencia, o no, del despacho de comisión, y el tipo de éste, produce también otros efectos
secundarios:

- las mociones de preferencia podrán peticionarse exista o no despacho de comisión. Si


el asunto lo tiene, la moción puede aprobarse con el voto de la mayoría absoluta de la
Cámara; si no lo tiene, exclusivamente con las dos terceras partes de los votos emitidos
(artículo 133);

- la existencia o no del despacho de comisión resulta indiferente para la adopción de


decisiones afirmativas en materia de mociones de sobre tablas y de la moción de orden
de constituir a la Cámara en comisión (artículos 134 y 141).

- el despacho sin disidencias generales y sin observaciones se vota sin debate en el


plenario de la Cámara (artículo 152);

- el despacho sin disidencias generales y con observaciones se considera por el pleno


de la Cámara en un debate especial, abreviado (artículo 153).

77. La Cámara en Comisión.

La constitución de la Cámara en Comisión es una figura especial, que trataremos en esta


oportunidad (aunque podría ser también objeto de consideración en capítulos posteriores), por
los efectos formales que tiene este tipo de deliberación (similares quizás a los del despacho de
comisión), y por la forma particularmente amplia con que la Cámara realiza en esta
circunstancia sus debates, parecida también a la propia de los organismos de asesoramiento.
Se trata (artículo 141) de cuando la Cámara se constituye para considerar en calidad de
comisión los asuntos que estime conveniente (aunque previamente tuvieren formal despacho
de aquélla).

57
La forma de la discusión (dirigida por las habituales autoridades de la Cámara; conf. artículo
141) es particular:

a) en primer término, la Cámara deberá establecer si se conservará o no la unidad de


debate (artículo 142), es decir -a tenor de la definición de esta última situación que
realiza el artículo 159- si los oradores podrán o no aducir consideraciones ajenas al
punto en discusión (y, como lo define el mismo artículo 142, si cada orador puede
hablar indistintamente sobre los diversos puntos o cuestiones que el proyecto o asunto
comprenda). Si la resolución fuere favorable a la unidad de debate, deberán cumplirse
las normas de los capítulos XV y XVI del reglamento (véase infra, 3.II, capítulo IX);

b) la discusión siempre es libre: no rigen las limitaciones temporales o personales para


el uso de la palabra (artículo 142) y, aplicando otra definición reglamentaria, cada
diputado tendrá derecho a hablar cuantas veces lo estime conveniente (artículo 151).

Durante el debate en comisión, la Cámara puede resolver por votación todos los asuntos que
estudia en tal carácter, pero sobre los mismos no podrá pronunciar sanción legislativa,
mientras no quede cerrado el debate en comisión (artículo 142). Producida esta circunstancia,
si el cuerpo decidiera tratar el asunto objeto de la consideración anterior en comisión, el
reglamento establece que no debe existir debate ordinario posterior y, directamente, se pasará
a votar si se aprueba o no el proyecto en general (artículo 156).

El cierre del debate en comisión será determinado por la Cámara, a propuesta del presidente o
ante una moción de orden planteada por un diputado (artículo 143; sobre la forma de
constitución de la Cámara en comisión, véase el capítulo siguiente, número 3.II.84).

58
CAPÍTULO VIII

Mociones y proyectos

78. Si un diputado desea promover un asunto, debe hacerlo cumpliendo ciertas formalidades y
los pasos procesales subsiguientes dispuestos por el reglamento. Los medios iniciales que
tiene son dos: la presentación de un proyecto parlamentario o la formulación de una moción.

Empezaremos estudiando las mociones, definidas por el artículo 126 como las proposiciones
hechas de viva voz desde la banca por un legislador. Adviértase que deben ser proposiciones
concretas, tendientes a promover un asunto, generalmente de immediato objetivo procesal,
también concreto (ordinariamente relacionado con el ordenamiento del debate). Nótese así
también la diferencia existente entre la formulación de una moción y la común participación
en el debate, normada en otra parte del reglamento, oportunidad en que el legislador sostiene
una postura legislativo-política determinada, pero en orden a una cuestión ya promovida y
encaminada por la vía correspondiente, un proyecto o, también en su caso, una moción.

I. MOCIONES DE ORDEN

79. Caracterización.

Estas mociones son determinadas casuísticamente por el artículo 127. Gozan de una
preferencia legal respecto de todo otro asunto, incluido el que está en debate (entre sí, además,
la preferencia para su consideración y sometimiento a votación la fija el orden en que están
enumeradas por el artículo 127; conf. artículo 128), y no pueden repetirse en la misma sesión
si hubiesen sido desechadas (artículo 129).

Un agregado al primer párrafo del artículo 128, concretado en la reforma reglamentaria de


1996, parece querer desestimar cierta práctica (tendiente a fomentar el levantamiento
extemporáneo de sesiones) seguida hasta entonces: dispone que las mociones de orden se
considerarán (por supuesto, también se votarán) sólo cuando la Cámara cuente con quórum
legal.

Consideramos que la enumeración del artículo 127 no es taxativa. Por ejemplo, en el


reglamento se registran otros casos de mociones de orden no comprendidas en ese artículo,
tales como las de los artículos 143 (cierre del debate en comisión) y 188 (que se aplique una
sanción por faltar al orden).

80. Mociones de orden de levantamiento de la sesión (artículo 127, inciso 1), de pase a cuarto
intermedio (artículo 127, inciso 2), de cierre del debate (artículo 127, inciso 4), de pase al
Orden del Día (artículo 127, inciso 5) y de que se aplace la consideración de un asunto
pendiente, por tiempo determinado (artículo 127, inciso 7).

Son puestas a votación sin discusión (artículo 128) y se aprueban con la mayoría normal, la
absoluta (artículo 129).

81. Moción de orden de que se declare libre el debate (artículo 127, inciso 3).

La libertad de debate es definida por el artículo 151: en ese caso, cada diputado tiene derecho
a hablar cuantas veces lo estime conveniente, pero exclusivamente sobre el asunto sometido a
discusión. Esta moción tampoco se discute (artículo 128) y, tratándose de una excepción
reglamentaria, se exige la mayoría cualificada de dos terceras partes de votos para su
aprobación (artículo 129).

82. Moción de orden de que se trate una cuestión de privilegio (artículo 127, inciso 6).

59
Define el artículo 128 qué son estas cuestiones: todas las que se vinculan con los privilegios
que la Constitución Nacional otorga a la Cámara y a cada uno de sus miembros para asegurar
su normal funcionamiento y resguardar su decoro.

El tema de los privilegios colectivos de la Cámara, y de los individuales de sus integrantes, ha


sido objeto de complejo tratamiento por parte del mismo Parlamento y de la doctrina y
jurisprudencia nacionales. La índole de nuestro trabajo nos restringe exclusivamente a
reproducir (como haremos en los párrafos siguientes) los artículo 68, 69 y 70 de la
Constitución Nacional, referentes a los privilegios individuales, y remitir a los demás artículos
constitucionales mencionados en el resto de esta obra en punto a los privilegios colectivos.
Ello sin perjuicio de hacer referencia a la muy recientemente sancionada ley 25.320, llamada
“ley de fueros”, que reglamenta ciertos temas comprendidos en algunos de los artículos que
siguen.

“Artículo 68.- Ninguno de los miembros del Congreso puede ser acusado, interrogado
judicialmente, ni molestado por las opiniones o discursos que emita desempeñando su
mandato de legislador.

Artículo 69.- Ningún senador o diputado, desde el día de su elección hasta el de su


cese, puede ser arrestado; excepto el caso de ser sorprendido in fraganti en la
ejecución de algún crimen que merezca pena de muerte, infamante, u otra aflictiva; de
lo que se dará cuenta a la Cámara respectiva con la información sumaria del hecho.

Artículo 70.- Cuando se forme querella por escrito ante las justicias ordinarias contra
cualquier senador o diputado, examinando el mérito del sumario en juicio público,
podrá cada Cámara, con dos tercios de votos, suspender en sus funciones al acusado,
y ponerlo a disposición del juez competente para su juzgamiento.”

La moción de orden para que se trate una cuestión de privilegio tiene un procedimiento
especial, determinado por el artículo 128. Quien la plantea goza de cinco minutos para
hacerlo. Ese planteamiento tiene total preferencia y desplaza a todo otro asunto. Una vez
formulada la moción, se la somete a consideración de la Cámara, que debe decidir por dos
terceras partes de votos de los presentes, si la misma es preferente o no. En caso afirmativo, se
pasa a discutir la cuestión de privilegio. De lo contrario, el asunto pasa a la Comisión de
Asuntos Constitucionales, para que continúe el trámite parlamentario normal.

83. Moción de orden para que el asunto se envíe o vuelva a comisión (artículo 127, inciso 8).

El procedimiento y la mayoría necesaria son idénticos a los citados en 3.II.80. Cabe señalar
acá el efecto particular que produce el retorno del asunto a la comisión, una vez que el mismo
ha sido sancionado en general por la Cámara: al volver a ser considerado por ésta, se lo somete
al trámite ordinario, como si no hubiese tenido sanción (artículo 155).

84. Moción de orden para que la Cámara se constituya en Comisión (artículo 127, inciso 9).

Repetimos lo afirmado en el número 3.II.80 respecto del procedimiento; pero la mayoría


requerida se agrava en este caso: son necesarias las dos terceras partes de votos (artículo 129).
Nótese que también para levantar la sesión en comisión es necesaria otra moción de orden de
un legislador (o la indicación del presidente), contemplada en el artículo 143, aunque sin
establecerse un procedimiento determinado, con lo cual consideramos que el caso es análogo
al del artículo 127, inciso 4.

85. Moción de orden para que la Cámara se aparte del reglamento (artículo 127, inciso 10).

Es el caso extremo en que la Cámara, para considerar un asunto en circunstancias muy graves
o especiales, puede llegar a disponer la exclusión de su norma básica, el reglamento. Por esta
razón, la única prevista por este cuerpo normativo con tal severidad, la Cámara precisa del
voto afirmativo de las tres cuartas partes para su aprobación (artículo 129). La moción debe
ponerse a consideración sin discusión alguna (artículo 128).

II. MOCIÓN DE PREFERENCIA


60
86. Definición.

La contiene el artículo 130: “Es moción de preferencia toda proposición que tenga por objeto
anticipar el momento en que, con arreglo al reglamento, corresponde tratar un asunto, tenga o
no despacho de comisión”.

El reglamento en diversas oportunidades hace referencia al orden y al momento en que deben


tratarse todos los asuntos. Así, por ejemplo, lo que establece el artículo 170 como norma
general: los asuntos se discutirán en el orden en que figuren impresos en el orden del día. Las
excepciones serán establecidas por las mociones en estudio, y también, aunque con efectos
algo diferentes, por las de sobre tablas (ello sin perjuicio del orden ue determine el Plan de
Labor aprobado en definitiva por la Cámara; v. 3.II.128).

87. Tipos.

Existen dos clases de mociones de preferencia:

a) sin fecha fija (artículo 131): Si se fija preferencia sin determinación de una fecha
concreta de consideración, el asunto será tratado en la reunión subsiguiente que la
Cámara celebre, como el primero del orden del día. Las preferencias de igual clase se
tratarán a continuación y por su orden;

b) con fecha fija (artículo 132): El asunto será considerado en la reunión de la fecha
fijada como preferente, como el primero del orden del día. Si así no ocurriese, o si ese
día no se realizara la sesión, la preferencia caducará.

88. Cuestiones de procedimiento

Las mociones de preferencia sólo se formulan en la oportunidad del artículo 168 (véase infra,
3.II.129), y en el orden en que sean propuestas (artículo 133).

Si el asunto objeto de la moción tiene despacho de comisión, la preferencia debe ser aprobada
por mayoría absoluta de votos emitidos. Si no existe ese despacho, será necesario contar con
las dos terceras partes de los votos. Adviértase que, en este último caso, y por lo establecido en
el artículo 147, la aprobación de la moción implica necesariamente otra importante excepción
reglamentaria: la Cámara podrá considerar el asunto declarado preferente, sin despacho de
comisión.

La moción debe ser discutida brevemente, usando de la palabra cada diputado por no más de
cinco minutos, y en una sola oportunidad, con excepción del autor de la misma (puede éste
hablar dos veces, la primera por diez minutos y la segunda por cinco; artículo 136).

Los asuntos a los que se fijare preferencia serán incluidos en el Boletín de Asuntos Entrados
(artículo 165) y aquellos que deben ser tratados en una sesión determinada por tener
preferencia acordada deben ser hechos conocer por el presidente a la Cámara, en esa sesión, y
tras la lectura de los asuntos entrados (artículo 175).

89. Preferencias reglamentarias.

Sin perjuicio de todo lo expuesto, y aunque no exista una moción especial al respecto, el
reglamento establece en varios casos distintos asuntos que son siempre preferentes:

- el tratamiento de una impugnación al diploma de un diputado, en una sesión de


tablas, habiendo fracasado por falta de quórum tres sesiones especiales convocadas al
efecto (artículo 7);

- todas las mociones de orden, y en el orden establecido por el artículo 127 (artículo
128);

- el planteo de una cuestión de privilegio (artículo 128);

61
- la cuestión declarada de sobre tablas, en la sesión en que así se hubiere aprobado, que
será consideada como, necesariamente, primera del orden del día (artículo 134);

- en el ámbito de una comisión, todo pedido de “interpelación” o informe al Poder


Ejecutivo (artículo 204).

III. MOCIÓN DE SOBRE TABLAS

90. Definición.

La establece el artículo 134: “Es moción de sobre tablas toda proposición que tenga por objeto
considerar en la misma sesión un asunto, tenga o no despacho de comisión”. Reiteramos la
explicación adicional que agregáramos al número 3.II.86 y añadimos que el asunto objeto de
la moción aprobada será tratado como primero del orden del día en la sesión en que así se
hubiere establecido.

91. Cuestiones de procedimiento.

Las mociones de sobre tablas se plantean en la oportunidad del artículo 168 (véase, infra,
3.II.129) y en el orden en que se propongan (artículo 134). Excepcionalmente podrán
plantearse en oportunidad de finalizar una “interpelación”, para formular allí un proyecto
(artículo 210).

Su discusión es idéntica a la referida respecto de las mociones de preferencia, y la regla el


artículo 136.

En todos los casos estas mociones deben contar con una mayoría de dos terceras partes de los
votos emitidos (con la única excepción del artículo 210, en que el cómputo se hace sobre los
presentes), para su aprobación. Cabe nuevamente reiterar el efecto excepcional que, en caso de
que el asunto objeto de la moción no tenga despacho de comisión, la aprobación de la moción
causa: la cuestión será tratada igualmente por la Cámara, siendo ésta una de las excepciones al
principio del artículo 147.

Ningún proyecto de reformas al reglamento podrá ser objeto de una moción de sobre tablas
(artículo 227).

IV. MOCIÓN DE RECONSIDERACIÓN

92. Definición.

Prevista en el artículo 135: “Es moción de reconsideración toda proposición que tenga por
objeto rever una sanción de la Cámara, sea en general o en particular”. Su importancia se ve
refirmada por el artículo 160: es la única forma de volver a tratar una decisión antes aprobada
por la Cámara.

93. Cuestiones de procedimiento.

Las mociones de reconsideración sólo pueden formularse mientras:

a) el asunto esté pendiente; o

b) dure la sesión en que el asunto quedó terminado.

Esta “preclusión” parlamentaria es estricta: si la Cámara decidiera rever la aprobación en


oportunidades futuras y distintas a las recién previstas, será necesario recurrir a todo el
mecanismo procesal ordinario para obtener la derogación o modificación de lo antes aceptado.

Las mociones de reconsideración se tratan inmediatamente después de formuladas, y con el


debate breve establecido por el artículo 136 que analizáramos en el número 3.II.88.

62
Para su aprobación se requiere la mayoría calificada de dos terceras partes de los votos
emitidos, y no pueden ser repetidas.

V. PROYECTOS PARLAMENTARIOS.

94. Conceptos y tipos.

Si los asuntos generalmente procesales deben ser instados por los legisladores mediante
mociones, éstos promueven habitualmente las cuestiones de fondo, propias sustantivamente de
su función constitucional, por la vía de los proyectos parlamentarios, cuyos tipos enumera el
artículo 115, y que son los siguientes:

- Proyecto de ley: “Se presentará en forma de proyecto de ley toda proposición que
deba pasar por la tramitación establecida en la Constitución para la sanción de las
leyes” (artículo 116).

En el número 3.II.62 hemos referido los artículos constitucionales que, en general,


establecen la forma legal para la adopción de decisiones por parte del Congreso.
Siguiendo la metodología adoptada, hacemos abstracción de los diversos planteos
jurídico-constitucionales suscitados al respecto en la práctica y en la doctrina.

- Proyecto de resolución: "Se presentará en forma de proyecto de resolución, toda


proposición que tenga por objeto el rechazo de solicitudes particulares, la adopción de
medidas relativas a la composición u organización interna de la Cámara, y en general
toda disposición de carácter imperativo que pueda adoptqar el cuerpo por sí o
juntamente con el Senado” (artículo 117).

Podemos citar diversos ejemplos: creación de nuevas comisiones, solicitud de informes


al Poder Ejecutivo, reformas al reglamento, decisión de "interpelar" a ministros. Las
resoluciones sancionadas, con origen en proyectos como el definido, en todos los casos
dispondrán normas jurídicas obligatorias, aunque de un alcance constitucional distinto
del de las leyes, y con efectos generalmente dentro del ámbito propio de la
administración de la Cámara, o en defensa de las prerrogativas constitucionales y
privilegios individuales de los legisladores o colectivos de aquélla.

- Proyecto de declaración: "Se presentará en forma de proyecto de declaración, toda


proposición que tenga por objeto expresar una opinión de la Cámara sobre cualquier
asunto de carácter público o privado, o manifestar su voluntad de practicar algún acto
en tiempo determinado, no siendo incidental al curso ordinario del debate, o de adoptar
reglas generales referentes a los procedimientos" (artículo 118).

Si bien la redacción es algo confusa para su correcta interpretación, la práctica nos


lleva a admitir que las declaraciones de la Cámara son siempre expresiones de deseos,
que manifiestan una voluntad que no puede, por las limitadas atribuciones del cuerpo,
extenderse a ámbitos generales o a otros poderes del Estado. Por ejemplo: opiniones de
la Cámara en materia de situaciones políticas generales o coyunturales;
manifestaciones de la Cámara en el sentido de que el Poder Ejecutivo debería obrar de
determinada manera, todas ellas expresiones que no se pueden concretar en la práctica
por la independencia constitucional propia del presidente de la Nación y de sus
órganos en los ámbitos en que la Carta Magna determina.

95. Autores.

Sobre la autoría de los proyectos de leyes, remitimos a supra, 3.I.2. El reglamento le da una
consideración similar a un proyecto de ley del Poder Ejecutivo a las sanciones del Senado,
llegadas a la Cámara en revisión (artículo 122).

Respecto de los tres tipos de proyectos, éstos podrán ser presentados conjuntamente por hasta
15 diputados (artículo 120).

El autor de un proyecto goza de una consideración particular en varias situaciones


reglamentarias:

- tiene prelación en el uso de la palabra (artículo 137, inciso 3);


63
- tiene un plazo especial de treinta minutos para hablar durante la discusión en general
(artículo 150);

- tiene derecho a participar en la discusión breve de los despachos de comisión sin


disidencias generales, pero con observaciones, por cinco minutos (artículo 153);

- tiene derecho a hablar por diez minutos en la discusión en particular (artículo 158);

- tiene derecho a pedir el retiro del proyecto que está en estudio en comisión o en
consideración por la Cámara (artículo 125), aunque la decisión afirmativa al respecto
sólo podrá ser tomada por ésta;

- tiene derecho a oponerse a las modificaciones que se intentaran formular a los


proyectos de pedidos de informes al Poder Ejecutivo, sancionados por unanimidad de
la comisión mediante el procedimiento especial del artículo 204;

- tiene derecho a ser especialmente citado por la comisión encargada de dictaminar


sobre el proyecto de su autoría (artículo 105).

96. Forma.

Los tres tipos de proyectos mencionados deben ser presentados por escrito, y firmados por sus
autores (artículo 119). Además, los proyectos deben ser acompañados por sus fundamentos,
también por escrito (artículo 123). En la práctica parlamentaria, cuando el proyecto es
suscripto por más de un legislador, se considera autor del mismo a quien firma los
fundamentos.

Exclusivamente respecto de los proyectos de leyes y de resoluciones, se consigna en el artículo


121 que deben ser de un carácter rigurosamente preceptivo y que no deben contener los
motivos determinantes de sus disposiciones (motivos que, por lo recién dicho, deben figurar
en los "fundamentos" de esos proyectos, no en su parte dispositiva). Fácil es explicar por qué
esta disposicion no se aplica a los proyectos de declaraciones, en atención a lo que antes
referimos respecto del contenido de éstos: son meras opiniones o expresiones de deseos de la
Cámara.

Respecto de los proyectos presentados por el Poder Ejecutivo y sus formalidades, véase infra,
3.II.147.

97. Publicidad de los proyectos.

Todos los proyectos presentados deben referirse inicialmente en el Boletín de Asuntos


Entrados, por cuyo medio se dan cuenta, en cada sesión, a la Cámara (artículo 165). En
consecuencia, al tomar "estado parlamentario" en la forma recién indicada, por el
conocimiento que de ellos adquiere formalmente la Cámara, serán también necesariamente
incluidos en el Diario de Sesiones, juntamente con el giro a comisión dispuesto por la
Presidencia (artículo 48, inciso 4).

El reglamento determina, además, que para su difusión a todo el pueblo en general, los
proyectos presentados sean puestos a disposicion de los diarios, para su publicación (artículo
124), circunstancia que se facilita con el Boletín de Trámite Parlamentario, el cual, entre otros
rubros, contiene diariamente el detalle y texto de todos los proyectos ingresados. La
importancia de esta publicación ya ha sido analizada en el número 3.II.52. La difusión pública
se asegura, por otra parte, con la inclusión de los proyectos en el “sitio” correspondiente a la
Cámara, en Internet (v. ídem).

98. Otras consideraciones.

Las ulterioridades de los proyectos serán estudiadas en los capítulos siguientes. Cabe señalar,
sin embargo, que existen distintas circunstancias reglamentarias interesantes para puntualizar:

- Anuncio: tanto los proyectos presentados por los diputados, como los del Poder
Ejecutivo o las sanciones del Senado llegadas en revisión, deben anunciarse en la
64
sesión en que tengan entrada (por los medios que vimos en el número anterior) y serán
girados sin más trámite a la comisión respectiva (artículos 122 y 123).

- Giro: la destinación de los proyectos a determinadas comisiones compete a la


Presidencia (artículo 167), encontrándose facultada la Cámara para decidir las dudas
que se suscitaren, en "cualquier caso", al respecto (artículo 103; recordar, al respecto,
las demás normas existentes sobre el particular, que indicamos en el número 3.II.63).

- Modificación a proyectos que están en comisión: "Los diputados presentarán


directamente a las comisiones toda modificación a un asunto o proyecto sometido a su
estudio. Estas modificaciones y sus fundamentos por escrito serán publicadas con el
despacho de la comisión" (artículo 111, primer párrafo).

65
CAPÍTULO IX

El debate y la decisión

99. Marco constitucional.

Es en el recinto de sesiones donde la Cámara terminará de concretar sus atribuciones. El


marco constitucional "procesal" existente respecto de los proyectos de leyes es el que hemos
explicado en la Sección anterior, y a éste hacemos remisión. A continuación, haremos alusión
al debate, en el recinto, de los proyecos, y a la votación.

100. Etapas.

El debate se realiza en dos etapas: primero, la discusión en general, finalizada la cual se pasa a
votar; luego, la consideración en particular (artículo por artículo, capítulo por capítulo o título
por título), que también culmina en cada porción con una votación (artículo 144). La discusión
se da por terminada cuando recae resolución sobre el último artículo o período (artículo 148).
Estudiaremos, en concreto, todas estas diligencias.

I. DISCUSIÓN EN GENERAL

101. Concepto.

Tiene por objeto la idea fundamental del asunto bajo análisis considerado en conjunto (artículo
145).

La que analiza este tema es, quizás, la parte más importante del reglamento, puesto que éste
debe arbitrar los medios necesarios para que la discusión sea intensa, interesante y
esclarecedora para la interpretación futura del proyecto sancionado. Al mismo tiempo debe
establecer pautas claras que eviten las confusiones, las interrupciones y las detenciones
excesivas en el uso de la palabra, propias de todos los foros más o menos multitudinarios. Por
otro lado, debe prever ejecutividad en la labor del cuerpo, pero al mismo tiempo permitiendo
que todos quienes lo integran tengan derecho a expresar con libertad sus ideas.

Analizando el reglamento, hemos llegado a la conclusión de que el mismo contempla una


situación normal de discusión y cuatro casos expeciales (sin perjuicio de las situaciones
excepcionales que mencionaremos en el número 3.II.112): el debate libre; la consideración de
un despacho sin disidencias generales ni observaciones; la consideración de un despacho sin
disidencias generales pero con observaciones y el tratamiento de un asunto tras la reunión de
la Cámara constituida en Comisión. Estudiaremos uno por uno, advirtiendo que todo lo
relativo al concreto orden de la sesión y al uso de la palabra durante la misma será analizado
en el capítulo siguiente.

102. Caso normal.

Lo regula el artículo 150. Gozan de un plazo de treinta minutos para hacer uso de la palabra
los miembros informantes de los despachos de la mayoría y de la minoría de la comisión
(diputados estos que, además, tienen la prelación en el uso de la palabra consagrada por el
artículo 137 y el privilegio de réplica normado por el artículo 138), el autor del proyecto, y el
diputado que asuma la representación de un sector político de la Cámara.

Los demás diputados podrán hablar (en el orden que veremos en el capítulo siguiente) pero
sólo por hasta diez minutos, con la posibilidad (que también asiste al diputado que asuma la
representación de un bloque, o al autor del proyecto) de solicitar el uso de la palabra para
rectificar aseveraciones equivocadas que se hayan hecho de sus palabras, pero sólo por cinco
minutos.

Todos los plazos que figuran en el artículo 150, que acabamos de describir, son
improrrogables, según disposición expresa de esa norma (por lo que, entendemos, la única
forma de permitir una ampliación debería ser obtener una votación afirmativa a una moción de

66
apartamiento del reglamento, no bastando el mero asentimiento que contempla el artículo 177
-véase infra, 3.II.133-).

103. Primer caso especial: debate libre.

El debate libre -que se puede decidir tras una moción de orden a tal efecto, en las formas y
condiciones que estudiáramos en el número 3.II.81 (artículo 127, inciso 3)- es definido por el
artículo 151: “cada diputado tendrá derecho a hablar cuantas veces lo estime conveniente pero
exclusivamente sobre el asunto sometido a discusión”.

104. Segundo caso especial: consideraciones de un despacho sin disidencias ni


observaciones.

Si existiera en consideración por la Cámara en pleno un despacho de comisión que no


registrara disidencias generales ni observaciones en los términos del artículo 113, estas
características deben ser anunciadas por el presidente y “prescindiéndose de todo debate, se
votará sin más trámite” (artículo 152).

105. Tercer caso especial: consideración de un despacho sin disidencias pero con
observaciones.

En este caso sólo podrán hablar el miembro informante del despacho de la comisión (por
quince minutos), el autor del proyecto, un representante de cada sector político de la Cámara y
los diputados que hubieren presentado observaciones (todos estos por cinco minutos).
También dispone el artículo 153 que si las observaciones fueren de contenido similar y
presentadas por diputados del mismo bloque, uno de ellos deberá hacer uso de la palabra en
representación de los objetores de ese grupo político.

106. Cuarto caso especial: consideración de un asunto tras la reunión de la Cámara en


comisión.

Si el asunto fue objeto previo de consideración por la Cámara reunida en comisión (la que, en
tal situación, no puede pronunciar sanciones legislativas, artículo 142 y supra, 3.II.77), luego
de constituida la Cámara nuevamente en sesión normal se limitará a votar si se aprueba o no el
proyecto en general, sin nuevo debate (artículo 156).

107. Cierre de la discusión en general. Efectos.

Cerrado el debate en general, se procederá a votar. Sin perjuicio de los efectos


constitucionales, respecto de los proyectos de leyes, que una decisión afirmativa o negativa de
la Cámara pueda tener (véase lo que hemos referido en el capítulo anterior), los efectos
procesales parlamentarios de la situación serán los siguientes:

a) si se desecha el proyecto en general: concluye toda discusión sobre el mismo


(artículo 154);

b) si se aprueba el proyecto en general: se pasa a su discusión en particular (artículo


154).

Agrega el artículo 155 un efecto especial, producido por la decisión de la Cámara de girar el
proyecto nuevamente a comisión: "Un proyecto que, después de sancionado en general, o en
general y parcialmente en particular, vuelve a comisión, al considerarlo nuevamente la Cámara
se le someterá al trámite ordinario como si no hubiese recibido sanción alguna".

Otros efectos procesales muy importantes son los determinados en la ley 13.640, cuyo texto
obra en el número 3.II.73.

II. DISCUSIÓN EN PARTICULAR

108. Definición.
67
"La discusión en particular tendrá por objeto cada uno de los distintos artículos o períodos del
proyecto pendiente" (artículo 146). La discusión en particular se inicia tras la aprobación del
proyecto considerado en general (artículo 154).

109. Forma.

La discusión en particular debe realizarse en detalle, artículo por artículo, o capítulo por
capítulo, o título por título. Sobre cada uno de éstos, sucesivamente, debe procederse a la
votación (artículos 157 y 192). Debe guardarse la unidad de debate y no podrán aducirse
consideraciones ajenas al punto en discusión (artículo 159).

110. Uso de la palabra.

Sin perjuicio de reiterar que la distribución personal del uso de la palabra será estudiada en el
capítulo siguiente, manifestamos que el artículo 158 determina que la palabra, en la
consideración en particular, se concederá por los siguientes plazos:

- miembro informante, autor del proyecto y diputado que asuma la representación de


un bloque político: pueden hablar dos veces, ambas por diez minutos. Los primeros
pueden utilizar su derecho a replicar o a contestar observaciones, previsto por los
artículos 138 y 158.

- cualquier otro diputado: puede hablar dos veces, ambas por cinco minutos.

111. Presentación de nuevos artículos en sustitución.

Durante la consideración en particular pueden introducirse nuevos artículos, que sustituyan al


que está en tratamiento. Pese a que el artículo 161, que contempla la situación, afirma que se
tratará ésta de acuerdo al artículo 113, el mismo artículo desmiente esta afirmación, puesto que
permite que los artículos nuevos sean presentados durante la discusión, y no en la oportunidad
del artículo 113 (no tratándose de los casos excepcionales que esa norma contempla; véase
supra, número 3.II.75).

Los nuevos artículos propuestos deben ser presentados por escrito (artículo 162), y el
procedimiento es como sigue:

a) si la mayoría de la comisión acepta la sustitución, modificación o supresión de su


despacho por el nuevo o los nuevos artículos introducidos, éstos se considerarán como
parte integrante del despacho;

b) si la mayoría de la comisión no acepta esta determinación, se pasa a votar el


despacho de la comisión, y si éste es rechazado por la Cámara, se discuten y votan el o
los artículos nuevos propuestos, en el orden en que hubieren sido presentados.

Párrafo aparte merecen los intentos de rever las decisiones del cuerpo, que, por lo ya
anunciado en el número 3.II.92 (artículo 135), se refirma en el artículo 160 que la moción de
reconsideración es la única forma de revisar una sanción de la Cámara.

Es importante asimismo recordar que el nuevo artículo 79 constitucional (referido en la


Sección anterior) permite -lo que aún no ha sido reglamentado por la Cámara de Diputados- la
posibilidad de tratamiento en particular dentro de la comisión.

III. CASOS EXCEPCIONALES

112. A todo lo expuesto hasta el presente, debemos agregar que existen situaciones especiales
para las que, por las características de los asuntos en debate, el reglamento establece formas de
consideración excepcionales. Solamente las enumeraremos, a continuación, puesto que en
cada caso en especial las hemos analizado (o las analizaremos más adelante):

68
- debate de impugnación de un diploma, por falta de las calidades del artículo 48 de la
Constitución Nacional: usa de la palabra por quince minutos improrrogables el orador,
y hablan únicamente el impugnante, el afectado y sólo un diputado por cada bloque
político (artículo 2).

- consideración del plan de labor y del Orden del Día: sólo puede hablar por tres
minutos y por una sola vez cada diputado (artículo 60). Este turno se extiende sólo por
media hora (artículo 168).

- la Cámara vota sin debate si se considera o no una modificación a un despacho de


comisión presentado fuera de término (artículo 113).

- cámara en comisión: procedimiento especial, con o sin unidad de debate, y sin


limitaciones temporales (artículo 142).

- las resoluciones de la Cámara referentes a las correcciones del Diario de Sesiones se


votan sin discusión (artículo 164).

- la lectura de documentos es resuelta por la Cámara sin debate (artículo 166).

- todas las mociones de orden, salvo la de que se trate una cuestión de privilegio
(artículo 128), se votan sin discusión.

- la moción de orden de que se trate una cuestión de privilegio se debate con el


procedimiento especial del artículo 128, párrafo final.

- las mociones de preferencia, de sobre tablas y de reconsideración, se discuten


brevemente, conforme con lo normado por el artículo 136.

- cuando se trata si un diputado está o no en la cuestión, se vota sin discusión (artículo


184).

- se vota sin discusión si ha llegado o no la oportunidad de sancionar a un diputado


que alterare el orden (artículo 188).

- igualmente se procederá si el autor de una supuesta infracción al reglamento no


reconociere haberla cometido (artículo 223).

- cualquier proyecto de reforma al reglamento no puede ser discutido en la sesión en


que se hizo conocer a la Cámara (artículo 227).

- los pedidos de informes por escrito al Poder Ejecutivo sancionados por la comisión
por unanimidad, con la conformidad de su autor, no se discuten por la Cámara y son
girados directamente por el presidente al Poder Ejecutivo (artículo 204).

- un caso parecido al anterior es el del artículo 114, respecto de los proyectos de


declaración dirigidos al Poder Ejecutivo para que se declare de interés nacional un
evento o actividad a desarrollarse en fecha determinada.

- el procedimiento durante la "interpelación" es particular, y lo regulan los artículos


203/210.

- el procedimiento durante la sesión informativa del jefe de gabinete de ministros


(artículos 198/202).

- la petición de que un homenaje se rinda en la misma sesión se sostiene por no más de


cinco minutos y se vota sin discusión (artículo 221).

Para terminar de considerar el tema de la discusión, agreguemos que la Comisión de Labor


Parlamentaria se encuentra facultada para promover medidas prácticas tendientes a la
agilización de los debates (artículo 59, inciso 4).

IV. VOTACIONES

69
113. Concepto. Derecho y obligación. Abstención. Consignación del voto.

Con la votación finaliza la discusión en general (si resulta afirmativa, se inicia la


consideración en particular; si negativa, se da por terminada la discusión del asunto, conf.
artículo 154). También con la votación, artículo por artículo, capítulo por capítulo o título por
título, se culmina, progresivamente, la discusión en particular.

La reforma reglamentaria de 1996, admitiendo una práctica inmediatamente anterior, ha


dispuesto (artículos 59, inciso 3, y 189) que, además de en esas oportunidades, la votación se
lleve a cabo cuando la Comisión de Labor Parlamentaria o el plenario de la Cámara lo
decidan, permitiéndose así unificar o normalizar horarios para votar.

Votar en el recinto es una de las fundamentales obligaciones del diputado. En ejercicio de la


misma se concretará la voluntad política y su representación de los derechos del pueblo de la
Nación. Dijimos "obligación", y así lo establece el reglamento en el artículo 197: el diputado
presente en el recinto sólo puede abstenerse de votar con un permiso especial de la Cámara,
que ésta debería conceder en casos realmente particulares, tales como, por ejemplo, cuando
por razones de colusión de intereses, la ética del legislador le obligue a solicitar tal excepción
(esta pauta la extraemos del artículo 8: no puede votar el afectado, en el debate de la
consideración de las impugnaciones a su diploma). De no obtenerse dicha autorización, al
diputado que deseara abstenerse le queda no presentarse o ausentarse del recinto, con las
sanciones que esas conductas deberían conllevar y que ya hemos comentado. Sin perjuicio de
lo anterior, el legislador posee otro derecho: si bien no puede protestar contra la resolución que
la Cámara votó, podrá pedir la consignación de su voto en el acta y en el Diario de Sesiones,
aun en el caso en que no se practicase votación nominal (artículo 197).

114. Tipos.

Según el artículo 189, las votaciones serán nominales, mecánicas y por signos. Salvo en el
primer caso, en los otros dos se consignará el resultado final de la votación, sin detalle de la
forma en que cada legislador emita su decisión.

A estos efectos, la Cámara está provista de un sistema electrónico (recientemente remozado)


que refleja en los tableros existentes en el recinto, en la Secretaría, y en la memoria central, el
resultado de la votación.

La votación por signos se refleja en el tradicional sistema de "mano levantada" que, pese a la
existencia de los medios mecánicos, muchas veces, cuando el asunto sujeto a votación no
ofrece mayores disidencias, resulta más rápido y efectivo.

Merece especial consideración la votación nominal.

115. Votación nominal.

Este tipo de votación permite individualizar -y dejar constancia de ello en el acta y en el


Diario de Sesiones- el nombre y apellido de cada diputado votante, y la forma en que produjo
su decisión.

La reforma reglamentaria de 1996 (artículo 189) parece haber eliminado la opción


(técnicamente posible) de votaciones nominales hechas por medios mecánicos (muy utilizada
con anterioridad), al sólo contemplar el sistema antiguo de votación nominal, con pase de lista
por orden alfabético.

En todos los casos, el escrutinio debe ser realizado por escrito y por el secretario mencionado
en el artículo 45, inciso 3, consignándose en el acta y en el Diario de Sesiones los nombres de
los sufragantes y la forma del voto.

Los casos en que se debe practicar votación nominal son los contemplados en el artículo 190:

a) Para los nombramientos que deba hacer la Cámara, dispuestos por el reglamento,
que, en principio, son:

- Presidente (artículo 1);

70
- Vicepresidentes 1o., 2o. y 3o. (artículo 1);

- Presidente provisional (artículo 2);

- Secretarios (artículo 43);

- Prosecretarios (artículo 53);

- Integrantes de las comisiones, si la Cámara no hubiere delegado la facultad de


nombrarlos en el presidente (artículo 29).

b) Para los nombramientos que debe hacer la Cámara, dispuestos por la ley. Un
ejemplo es la designación del Defensor del Pueblo (artículo 86, Constitución
Nacional); otro, la designación del titular del Poder Ejecutivo en caso de acefalía
(artículo 88, Constitución Nacional, y ley 20.972). Pero, aclaremos que en dichas
decisiones no intervendrá la Cámara de Diputados únicamente, sino en conjunción con
el Senado.

c) Siempre que lo exija una décima parte de los diputados presentes: en estos casos, la
votación nominal responde a la necesidad política de aclarar al electorado el sentido de
votaciones, generalmente respecto de temas de relevancia.

Y, aunque no lo menciona el artículo 190, existe un cuarto caso:

d) Por disposición de la Constitución, aunque no sea para proveer a un nombramiento:


así, la situación del artículo 83 constitucional, cuando a la Cámara de Diputados le
corresponda entender en la insistencia de un proyecto de ley, tras el veto del Poder
Ejecutivo.

116. Formalidades.

Antes de la votación, el presidente debe llamar a tomar parte en ella a los diputados que se
encuentren en antesalas (artículo 176). Es al presidente a quien corresponde proponer la
votación (artículo 39, inciso 5) y lo hace con las palabras consagradas por el artículo 172 ("Si
se aprueba o no el proyecto, artículo o punto en discusión"); pero la confección del cómputo y
verificación del resultado es competencia del secretario mencionado en el artículo 45, inciso 4,
quien tiene a su cargo anunciar el resultado y el número de votos en pro y en contra del
despacho (artículo 45, inciso 5). El resultado final es proclamado por el presidente (artículo
39, inciso 5).

Este alto funcionario, en principio, no puede votar, salvo en dos situaciones:

a) cuando hubiere participado del debate desde una banca, y quien lo reemplazare en el
estrado no deseare emitir su voto artículo 41;

b) en caso de empate (artículo 41), pero no del simple empate, en el cual debe reabrirse
la discusión. Si después de esta segunda instancia se registrare un nuevo empate, recién
en esa oportunidad corresponderá el desempate presidencial (artículo 196).

La votación podrá parcializarse. En principio, la votación tras la discusión en particular se


limita a un solo artículo, salvo que la Comisión de Labor Parlamentaria o la Cámara acordaran
hacerlo capítulo por capítulo o título por título (artículo 192).

Consigna el artículo 193 que la votación será por la afirmativa o la negativa, solamente (en los
términos en que esté redactado el asunto a resolver), pero este principio recoge la importante
excepción de las votaciones realizadas para la concreción de los nombramientos que debe
hacer la Cámara, en que esa simple variable no se produce.

Toda decisión votada en particular puede ser objeto de reconsideración (artículo 135),
cumpliéndose los requisitos que mencionáramos en el número 3.II.93. Sin llegar a ese
extremo, cabe considerar el supuesto de la rectificación de la votación, que se presenta si se
suscitan dudas respecto del resultado del escrutinio después de proclamado. En este supuesto,
cualquier diputado podrá pedir la rectificación, que se tomará con los legisladores presentes
que hubiesen tomado parte en la votación (artículo 195).

71
Las mayorías necesarias para adoptar decisiones serán estudiadas especialmente en el capítulo
XI.

72
CAPÍTULO X

Las sesiones

I. TIPO DE SESIONES

117. Tipología constitucional.

La Constitución Nacional prevé que durante el "año legislativo" (que corre desde el 1o. de
marzo al 28 ó 29 de febrero del año calendario siguiente) pueden existir tres períodos de
sesiones: ordinarias, de prórroga y extraordinarias. Así lo disponen los artículos 63 ("Ambas
Cámaras se reunirán por sí mismas en sesiones ordinarias todos los años desde el primero de
marzo hasta el treinta de noviembre. Pueden también ser convocadas extraordinariamente
por el presidente de la Nación, o prorrogadas sus sesiones") y 99, iniciso 9 ("El presidente de
la Nación tiene las siguientes atribuciones... inciso 9. Prorroga las sesiones ordinarias del
Congreso, o lo convoca a sesiones extraordinarias, cuando un grave interés de orden o de
progreso lo requiera"). También contempla la existencia de sesiones de Asamblea Legislativa
(véase infra, 3.II.122).

Son sesiones ordinarias las determinadas por la primera parte del artículo 63 constitucional, y
se producen en los nueve meses allí determinados. Durante las mismas, la Cámara de
Diputados ejercerá su total competencia constitucional.

Durante las sesiones de prórroga (convocadas por el presidente de la Nación, aunque se


discute en doctrina si el Congreso podría también autoprorrogar sus sesiones, hecho no
registrado en nuestra historia), también posee la Cámara de Diputados sus facultades
ordinarias.

En sesiones extraordinarias (convocadas exclusivamente por el Poder Ejecutivo, aunque


también se sostiene que para determinados objetos -como el ejercicio de sus funciones
administrativas o jurisdiccionales o la protección de sus prerrogativas y privilegios- las
Cámaras podrían autoconvocarse a este tipo de reuniones) sólo se pueden tratar los asuntos de
"grave interés de orden o de progreso" para las que las Cámaras hayan sido llamadas por el
Poder Ejecutivo (discutiéndose también si éste puede ulteriormente retirar del Congreso
Nacional los temas para los cuales lo hubiese convocado).

El reglamento que estudiamos no tiene porqué hacer referencia específica a las sesiones
ordinarias. Respecto de las de prórroga o extraordinarias, sólo las menciona en el artículo 106,
afirmando que las comisiones pueden emitir dictámenes durante las mismas, hasta diez días
antes de su culminación. Este principio coincide con la circunstancia de que durante los
recesos las Cámaras no pueden sesionar, es decir, no pueden expresar su voluntad como
cuerpos, sin que ello signifique la suspensión de otras actividades: las comisiones pueden
funcionar (no dictaminar), los legisladores pueden concurrir a sus despachos y presentar
iniciativas, las dependencias técnicas y administrativas pueden continuar con sus tareas
habituales.

Finalicemos este punto mencionando que en el Congreso de la Nación se numeran los años
legislativos ordinariamente, a partir de 1862. De ello queda constancia en el Diario de
Sesiones (al exceptuarse los años en que se registraron interrupciones por gobiernos "de
facto", el de 1975-76 fue el 100o. período legislativo). Cada sesión del período ordinario lleva
también su propia numeración (igualmente ocurre con las de prórroga y extraordinarias). Y
también se consigna progresivamente el número de reuniones que ha efectuado la Cámara, con
exclusión del tipo de las mismas.

118. Sesiones preparatorias.

No específicamente mencionadas en la Carta Magna, son de fundamental importancia las


sesiones preparatorias, normadas por el reglamento.

De acuerdo al artículo 1, se realizan dentro de los primeros diez días del mes de diciembre de
cada año. La citación a las mismas es formulada por el secretario mencionado en el artículo
45, inciso 1. Son sus finalidades:

73
a) la recepción y, en su caso, el juramento de los diputados electos (artículo 1;
oportunidad en que se concreta, o inicia, el proceso de impugnación de los diplomas y
el juicio de la elección, derechos y títulos de los legisladores, que estudiáramos supra
en el número 3.II.6 y subsiguientes) en los años en que correspondiere la renovación de
la Cámara;

b) la constitución de la Cámara (artículos 1 y 2);

c) la elección de sus autoridades (artículos 1 y 2);

d) el nombramiento de las comisiones permanentes, en los años en que se produce la


renovaciòn de la Cámara (artículo 29);

e) la fijación de los días y horas de las sesiones (artículo 1).

Son sus autoridades (como precisa el artículo 2):

- en principio, la preside el diputado de mayor edad;

- a continuación, el presidente provisional, elegido a pluralidad de sufragios;

- las autoridades ordinarias electas, precisamente, en la misma sesión preparatoria.

Todos los acontecimientos específicos arriba mencionados han sido ya objeto de estudio en los
capítulos correspondientes.

La circunstancia de que las sesiones de 1983 se iniciaran (por razones relacionadas con la
finalización del gobierno "de facto" anterior) el 29 de noviembre de ese año (es decir, en plena
etapa temporal “no ordinaria” del Congreso), provocó que se debiera prever para el futuro
(artículo 1, segundo párrafo) que la fijación de días y horas de sesión para el período ordinario
inmediatamente siguiente se efectúe en otra sesión preparatoria, que se debe realizar dentro de
los últimos diez días del mes de febrero de cada año.

119. Sesiones de tablas y especiales.

Desde un punto de vista diferente al arriba referido, las sesiones pueden ser clasificadas en "de
tablas" o en "especiales".

Son sesiones de tablas las que se realizan los días y horas preestablecidos en la sesión
preparatoria recién indicada (artículo 30). En los últimos períodos parlamentarios, las sesiones
de tablas se previeron en principio para los días miércoles y jueves, por la tarde.

Respecto de la hora de apertura, se deja constancia de la misma en el Diario de Sesiones


(artículo 48, inciso 2), así como también de la hora de cierre o de pase a cuarto intermedio (si
se pasara la reunión a otro día; artículo 48, inciso 7). La tolerancia reglamentaria es de media
hora (artículo 26). El artículo 173 dispone que no se podrán acordar o pedir sesiones para que
se celebren entre las cero y las nueve horas, salvo decisión en contrario de dos tercios de los
miembros de la Cámara.

Son sesiones especiales las que se llevan a cabo fuera de los días y horas predeterminados
(artículo 30). Se convocan:

a) por resolucion de la Cámara, por sí o previa petición del Poder Ejecutivo (artículo
35);

b) a petición escrita de diez o más diputados, que deberán expresar el objetivo de la


sesión peticionada (artículo 35);

c) cuando se consideren los despachos de la Comisión de Peticiones, Poderes y


Reglamento relativos a la impugnación de diplomas (eventualmente, si fracasaran tres
sesiones especiales a estos efectos, el tema deberá ser estudiado en sesión de tablas).
Es el único caso dispuesto obligatoriamente por el reglamento (artículo 7);

d) cuando lo determine la Comisión de Labor Parlamentaria, para rendir homenajes


(artículo 221).
74
Generalmente se convoca a sesión especial para tratar un tema determinado. Corresponde al
presidente proceder a su citación (artículo 36).

También es el presidente quien debe citar a sesiones de tablas (artículo 39, inciso 9), aunque
este último caso no se justifica, por la previa determinacion, en la sesión preparatoria, de los
días y horas de las reuniones ordinarias.

120. Sesiones de homenaje.

Cambiando pronunciadamente lo que determinaba el viejo texto normativo (en toda sesión de
tablas existía una etapa, con duración determinada, durante la cual los legisladores podían
rendir homenajes), la reforma reglamentaria de 1996 contempla que los homenajes, en
principio, deben ser realizados sólo en sesiones convocadas a tal único efecto. En concreto,
determina el artículo 221:

“Los diputados que deseen rendir homenajes, podrán hacerlo bajo la forma de
proyectos de resolución, los cuales serán presentados directamente por escrito ante la
Comisión de Labor Parlamentaria para su consideración. Cuando dicha comisión lo
apruebe, se establecerá una sesión especial mensual al efecto pudiendo los diputados
optar por acompañar sus expresiones por escrito como inserciones en el Diario de
Sesiones en la misma sesión especial o en la primera sesión de tablas. Se exceptúa de
lo precedente el caso en que circunstancias especiales aconsejen que el homenaje se
rinda en la misma sesión en que se solicite. Para ello, se deberá contar con la
aprobación de la Cámara requiriéndose dos tercios de votos emitidos. El tiempo para
fundamentar esta petición será de cinco minutos improrrogables. El presidente lo
someterá a votación sin discusión”.

121. Sesiones públicas y secretas.

Responde a nuestra impronta republicana que, ordinariamente, las sesiones de la Cámara de


Diputados sean públicas (artículo 31). Excepcionalmente, podrá haberlas secretas, pero
existiendo previamente una resolución especial del cuerpo, adoptada por mayoría absoluta.
Tendrán derecho a peticionar que se realice una sesión secreta, para que la Cámara resuelva en
ésta si el asunto por el que se pide debe tener o no ese tratamiento reservado, tanto el Poder
Ejecutivo cuanto cinco diputados que remitan un escrito al presidente, a estos efectos (artículo
32).

Durante las sesiones secretas podrán estar presentes los:

a) diputados;

b) secretarios;

c) senadores;

d) ministros del Poder Ejecutivo;

e) secretarios de Estado;

f) demás funcionarios que autorice la Cámara, quienes deberan prestar juramento


especial de guardar secreto;

g) taquígrafos que el presidente designe, quienes deberán prestar igual juramento


(artículo 33).

La sesión secreta puede transformarse en pública si la Cámara así lo decide (artículo 34). De la
misma forma, una sesión pública puede derivar en secreta, existiendo una determinación, en
esos términos, del cuerpo.

Las actas de las sesiones secretas deben ser llevadas por separado, en cuadernos y libros de
actas reservados que lleva el secretario mencionado en el artículo 47, inciso 3, y deben ser
aprobadas en una sesión inmediata, también secreta. Las redacta el secretario mencionado en
el artículo 50, inciso 2, y éste diligencia las correcciones de forma, que deben concretar los
75
diputados en el término de 48 horas. Se guardarán en un archivo especial reservado bajo llave
que lleva consigo el secretario más antiguo (artículo 51, inciso 1).

122. Asamblea Legislativa.

Si bien no son propias de la Cámara de Diputados, no podemos eludir la mención a las


sesiones de Asamblea Legislativa, también previstas por la Constitución Nacional, que
realizan en conjunto las Cámaras alta y baja en el recinto de esta última, por su mayor
amplitud.

Se realizan sesiones de Asamblea Legislativa en los siguientes casos:

a) proclamación de la elección directa del presidente y vicepresidente de la Nación (ley


24.444);

b) consideración de la renuncia del presidente y vicepresidente de la Nación (artículo


75, inciso 21, Constitución Nacional; aunque el caso de la aceptación de la renuncia
del vicepresidente, acaecido en 2000, se concretó mediante la sanción de una ley,
actuando las cámaras por separado

c) elección del presidente de la Nación en caso de acefalía de la República (artículo 88,


Constitución Nacional, y ley 20.972);

d) recepción del juramento del presidente y del vicepresidente de la Nación (artículo


93, Constitución Nacional);

e) apertura, por el presidente de la Nación, de las sesiones ordinarias, y lectura de su


memoria sobre el "estado del país" (artículo 99, inciso 8, Constitución Nacional);

f) actividad protocolar del Congreso Nacional, como la recepción de visitantes


extranjeros, o realización de acontecimientos muy importantes a los que se quiere
brindar un marco de solemnidad.

No existe una reglamentación del procedimiento de las asambleas legislativas, salvo el caso
previsto antes de la reforma constitucional de 1994 del escrutinio y elección del presidente y
vicepresidente de la Nación (ley 240 1/2). Sin embargo, esta última norma fue aplicada en
varias oportunidades, por decisión de la propia asamblea, en algunas de las otras situaciones
aludidas.

II. ORDEN DE UNA SESIÓN

123. El recinto de sesiones, ubicado en el centro del Palacio del Congreso Nacional, es el
único lugar donde se constituye la Cámara, salvo razones de fuerza mayor (artículo 14; una
situación de ese tipo ocurrió durante los sucesos de 1880, en que el Congreso debió sesionar
en el entonces pueblo de Belgrano). El lugar de realización debe consignarse en el Diario de
Sesiones (artículo 48, inciso 2).

Podrán estar presentes en el recinto, ordinariamente:

a) los diputados;

b) cualquier senador;

c) el jefe de gabinete de ministros;

d) cualquier ministro del Poder Ejecutivo;

e) cualquier secretario de Estado;

f) excepcionalmente, con autorización del presidente, cualquier persona (artículo 216).

76
El presidente dirige la sesión (artículo 39, inciso 3), y está encargado de convocar a los
diputados al recinto (artículo 39, inciso 1). En el momento oportuno comenzará la reunión,
que se compone de los siguientes pasos.

124. Apertura.

Mientras los diputados van ingresando al recinto la Secretaría (también contando con medios
electrónicos a tal fin) elabora el listado de presente y ausentes, que menciona el artículo 22, a
los efectos allí establecidos.

La hora de apertura se prefija en la sesión preparatoria, pero los diputados presentes en ese
momento tienen obligación de esperar media hora más (artículo 26). No puede abrirse la
sesión sin quórum (tema que trataremos en el capítulo siguiente; si no hubiera quórum existiría
una simple reunión en minoría, con alcances meramente políticos. Llegado ese momento, el
presidente la declara abierta (artículos 39, inciso 1, y 163), indicando cuántos son los
presentes.

A continuación se procede a izar el pabellón nacional en el mástil existente en el recinto, tarea


que desempeña cada diputado, siguiendo el orden alfabético (simultáneamente, en un mástil
exterior, ubicado sobre la esquina del Palacio de las avenidas Rivadavia y Entre Ríos, ondea la
bandera argentina mientras la Cámara está reunida).

125. Errores del Diario de Sesiones.

Luego, los diputados pueden indicar los errores del Diario de Sesiones, anotándose por
Secretaría las observaciones que formularen, para salvarlas en el número siguiente; todo ello
sin perjuicio de una resolución en contrario que adopte la Cámara, en una votación sin
discusión (artículo 164).

126. Asuntos entrados.

Las cuestiones que deberá tratar la Cámara adquieren "estado parlamentario" en el momento
en que el presidente la entere de las mismas (artículos 39, inciso 2, y 165), en el estadio
procesal de la "lectura de asuntos entrados" (que se reproducirán debidamente -con las
particularidades que expusimos en el número 3.II.53- en el Diario de Sesiones; conf. artículo
48, inciso 4).

El presidente da cuenta, por medio del secretario, de los mensajes que se hubieren recibido del
Poder Ejecutivo. Para evitar la pérdida del tiempo que insumiría la lectura de todos los
documentos, el resto de los asuntos se informa a la Cámara por la remisión que el presidente
hará al Boletín de Asuntos Entrados, que contiene los asuntos ingresados hasta las diez horas
del día anterior, y que se debe distribuir a los diputados y a la prensa antes de cada sesión. Los
demás asuntos, que se informan por el Boletín de Asuntos Entrados (artículo 165) son: otras
comunicaciones oficiales, despachos de comisión, peticiones particulares, proyectos
presentados por los diputados (artículo 123), pedidos de licencias de los legisladores, nómina
de asuntos para los que se haya fijado preferencia y las sanciones del Senado llegadas en
revisión (artículo 122). En el Boletín mencionado debe dejarse constancia del giro a comisión,
dispuesto por el presidente, de cada asunto (artículo 167).

Pese a lo recién expuesto, la Cámara puede resolver, sin debate, que se de lectura a un
documento, cuando lo considere conveniente (circunstancia no aplicable, exclusivamente, a
los asuntos entrados, sino, a veces, también frecuente durante la sesión; conf. artículo 166).

127. Preferencias.

En la siguiente etapa procesal, el presidente hace conocer a la Cámara los asuntos que deben
tratarse en esa misma sesión, por tener preferencia acordada (artículo 175).

128. Consideración del plan de labor y del orden del día propuesto.

77
Antes de comentar esta etapa, digamos que el reglamento, en diversas oportunidades, utiliza
los términos plan de trabajo, plan de labor y orden del día, a veces en forma indistinta, y en
oportunidades con significados multívocos.

Consideramos plan de labor o plan de trabajo, en su sentido estricto, a la proposición que se


haga a la Cámara para el tratamiento concreto de asuntos en la sesión del caso. A veces su
sentido es más amplio: responde a la proyección de la tarea de la Cámara para una serie
continuada de sesiones, que abarque más allá de una reunión efectiva.

Orden del día es un giro aplicable, ya más propiamente, a la lista de asuntos específicos que
deben tratarse en una sesión determinada (y, en este sentido, equivalente al primero que dimos
a "plan de labor", pensamos que se utiliza en el artículo 168, a la luz, también, de la
interpretación habitual que, en cualquier asamblea o reunión no parlamentaria, se da al juego
de palabras antes referido). Pero, en el Congreso, también se le da un significado distinto, más
restringido: por una costumbre inveterada, se denomina “orden del día” a cada despacho de
comisión, debidamente publicado y numerado.

Esta confusión terminológica se ve simplificada en la práctica por la intervención de un


órgano especial, la Comisión de Labor Parlamentaria, encargada de proyectar estos elementos
(artículos 59, incisos 1 y 2, y 60), con lo cual se ahorra tiempo y se racionaliza la tarea. En
defecto de la realización de ese proyecto por parte de dicha comisión, corresponderá hacerlo al
presidente (artículo 39, inciso 6). Las cuestiones preferentes serán siempre primeras en el
orden del día (artículos 131 y 132), así como también, en la sesión concreta, las declaradas de
sobre tablas (artículo 134).

La propuesta de la Comisión de Labor Parlamentaria debe ser considerada y aprobada (o no)


por la Cámara (artículo 168), durante media hora, lapso durante el cual hablarán por tres
minutos, y por una vez, los diputados que pidan la palabra (artículo 60).

129. Mociones.

A continuación (artículo 168), la Cámara dedica media hora a la consideración de mociones de


preferencia, de sobre tablas y pedidos de tratamiento de homenajes en la misma sesión.

La concesión del uso de la palabra en esta etapa del procedimiento parlamentario está regulada
por los segundo y tercer párrafos del artículo recién mencionado, que expresan: "Los
diputados que formulen mociones o pedidos de los previstos precedentemente deberán
anotarse en Secretaría antes de la sesión, indicando el asunto del que habrán de ocuparse. La
palabra será concedida en el orden de su inscripción. Si el turno venciese sin que se haya
agotado la lista, los diputados inscriptos en ella que no hayan alcanzado a usar de la palabra lo
harán en el mismo turno en la sesión siguiente, guardándose análogo orden”.

130. Tratamiento del orden del día.

La duración de los turnos indicados precedentemente es improrrogable. Vencida la última


etapa se pasa a tratar el orden del día, excepto en los casos en que el debate anterior se hubiere
agotado, pero fuere sólo indispensable proceder a la votación. Agrega el artículo 169 que los
términos no invertidos en un turno se emplearán en el siguiente, "sin que esto importe
ampliación del mismo", cláusula que busca obtener una mayor continuidad y agilidad en la
sesión.

Con el sentido más estricto de "Orden del Día" a que nos referimos en el número 3.II.128,
establece el artículo 170: "Los asuntos se discutirán en el orden en que figuren impresos en el
Orden del Día, salvo resolución de la Cámara en contrario, previa una moción de preferencia o
de sobre tablas al efecto". Esta resolución de la Cámara en contrario puede no obedecer
únicamente a mociones de preferencia o de sobre tablas: cabe alterar el orden numérico del
tratamiento de asuntos si así se establece al determinar la Cámara el orden del día y plan de
labor en la oportunidad del artículo 168.

131. Cuartos intermedios.

Se trata de las interrupciones o suspensiones que puede tener una sesión, originándose las
mismas en una invitación del presidente (artículo 171) o en la aprobación de una moción de
78
orden a ese efecto presentada por cualquier diputado (artículo 127, inciso 2). En las
oportunidades en que se prevé un corto interregno (frecuentemente durante la discusión en
particular), el cuarto intermedio se realizará "en las bancas".

En el Diario de Sesiones debe dejarse constancia de la hora en que se pasa a cuarto intermedio,
únicamente en los casos en que la Cámara no vuelva a reunirse en el mismo día (artículo 48,
inciso 7). Si tras el cuarto intermedio no se reanudara la sesión, ésta quedará levantada de
hecho, excepto el caso en que la interrupción sea establecida hasta determinada oportunidad
concreta (artículo 174). Si el cuarto intermedio se prolongara hasta otra fecha, se considera
que, si bien las reuniones son distintas, la segunda o ulteriores asambleas serán continuación
de la "sesión" anterior, y continuarán con la numeración que tenía aquélla. El recurso del
cuarto intermedio hasta otra fecha es de frecuente utilización práctica puesto que permite la
continuidad en el tratamiento de uno o varios temas determinados, eludiéndose en la segunda
o sucesivas reuniones distintas etapas procesales, tales como las señaladas en este capítulo, en
los números 3.II.125 a 129.

132. Fin de la sesión.

Las sesiones no tienen una duración horaria predeterminada, aunque la Comisión de Labor
Parlamentaria está facultada para proponer límites de tiempo (conf. artículo 174). Así,
concluirán por decision de la Cámara, ante:

1. una moción de orden presentada al respecto (artículo 127, inciso 1).

2. una indicación del presidente, cuando se termine la consideración del orden del día,
o atento lo avanzado de la hora (artículo 174).

Y, sin manifestación expresa de la Cámara, por lo recién expresado, también terminarán


cuando se pase a cuarto intermedio sin fijación de plazo de continuación y no se reanudaran en
el mismo día.

III. USO DE LA PALABRA

133. Orden.

Si bien distintas disposiciones del reglamento, que ya hemos analizado, determinan a priori
qué legisladores pueden hacer uso de la palabra, de acuerdo a los asuntos en tratamiento, es el
capítulo XIII del mismo el que establece las pautas generales respecto del orden en que la
palabra debe ser concedida por el presidente. Así, el artículo 137 precisa que corresponderán
las siguientes preferencias:

1. al miembro informante de la comisión que haya dictaminado en el asunto en


discusión (artículo 137, inciso 1). Este diputado posee, además, el privilegio de usar de
la palabra para replicar a discursos pronunciados durante el debate, o para contestar las
observaciones al despacho, presentadas de acuerdo al artículo 113. Es el artículo 138 el
que lo determina en general, ratificándolo, para la discusión en particular, el artículo
158.

Se equiparan, a estos efectos formales, al miembro informante, los ministros y


secretarios de Estado participantes en un debate (artículo 203).

2. al miembro informante de la minoría de la comisión, si ésta se encontrare dividida


(artículo 137, inciso 2).

3. al autor del proyecto en discusión (artículo 137, inciso 3). Agrega el artículo 138
que en caso de oposición entre el autor del proyecto y la comisión, el primero podrá
hablar también en último término.

4. al diputado que asuma la representación de un bloque (artículo 137, inciso 4).

5. al primer diputado que pida la palabra (artículo 137, inciso 5). En este último caso
pueden darse varios supuestos:

79
a) "En lo posible se concederá el uso de la palabra al diputado que se oponga a
las razones que se hubieren expuesto precedentemente", determina el artículo
139;

b) si dos diputados piden al mismo tiempo la palabra, y no se presenta el caso


anterior, la Presidencia preferirá a aquel legislador que aún no hubiese hablado
(artículo 140);

c) en todo caso no particularmente contemplado por estas normas del


reglamento, corresponderá al presidente decidir a quién acordará la palabra "en
el orden que estime conveniente" (artículo 140).

Respecto de la cantidad de veces que un diputado puede hablar, al tiempo aplicable a esos
efectos, y a las demás cuestiones atinentes a este tema, remitimos a las normas específicas
estudiadas en la consideración en general (número 3.II.101 y siguientes), en particular
(número 3.II.108 y siguientes) y a los casos excepcionales analizados en el número 3.II.112.
Es importante, sin embargo, recordar que una norma general, la del artículo 177, determina
que los plazos fijados por el reglamento para el uso de la palabra son improrrogables, salvo su
ampliación por el asentimiento de la mayoría de los diputados presentes, cualquiera que sea el
número de éstos.

134. Forma.

El reglamento prohíbe la lectura de discursos pero permite la utilización de apuntes y la


lectura de citas documentales breves, directamente relacionadas con el tema en discusión
(artículo 179). Con el fin de evitar incidentes o cuestiones enojosas, el mismo artículo
determina que el orador debe dirigirse a la Presidencia o a los diputados en general, evitando
designar a sus colegas por sus nombres.

Con el mismo ánimo se prohíben las alusiones irrespetuosas o las imputaciones de mala
intención o de móviles ilegítimos no sólo respecto de los restantes legisladores sino también
de la misma Cámara (artículo 180), así como también todo tipo de discusión en forma de
diálogo (artículo 181).

Están vedadas asimismo las interrupciones, con excepción de dos casos (únicos en los cuales
se consignarán en el Diario de Sesiones):

a) cuando se trate de una explicación pertinente, produciéndose la interrupción con la


venia del presidente y el consentimiento del orador (artículo 181);

b) cuando el orador saliere notablemente de la cuestión o faltare al orden (artículo


182).

135. Llamamientos a la cuestión.

Cuando el orador se aparte del tema en debate, el presidente por sí (artículos 39, inciso 4, y
183), o a petición de cualquier diputado, debe llamarlo a la cuestión. En esos casos, el orador
puede:

- consentir la observación de la Presidencia y volver a la cuestión.

- pretender que su intervención está dentro del tema en discusión. Corresponderá en


esta situación a la Cámara decidir, en una votación sin discusión, si debe volverse a la
cuestión o si continuará hablando el diputado interviniente, dentro de los términos en
que lo estaba haciendo (artículo 184).

136. Llamamientos al orden.

Define el artículo 185 las faltas al orden:

- violaciones de lo dispuesto por los artículos 180 y 181: producir alusiones


irrespetuosas, imputaciones de mala intención, imputaciones de móviles ilegítimos,
interrupciones al orador sin su venia y la del presidente, y discutir en forma de diálogo.
80
- incursiones en personalizaciones (artículo 179), insultos (en general, también
incluidos en el artículo 180) o interrupciones reiteradas (repetición de actos prohibidos
en el artículo 181).

Si se produjera este tipo de hechos el presidente por sí, o a petición fundada de cualquier
diputado, invitará al orador a reiterar o a explicar sus palabras. Si éste accediera a la indicación
se sigue adelante sin más ulterioridades. Si, en cambio, el orador se negara, o diera una
respuesta insatisfactoria, el presidente lo llamará al orden, de lo que quedará constancia en el
acto (artículo 186).

Si tras dos llamados al orden en una misma sesión se produjera un tercero, el presidente debe
proponer a la Cámara la prohibicion del uso de la palabra al diputado en cuestión por el resto
de la reunión (artículo 187) y, en caso extremo, cabría la aplicación del artículo 188: la
Cámara, por una votación sin discusión, ante una indicación del presidente o una moción de
cualquier integrante, decide si es o no llegada la oportunidad de utilizar la facultad que le
confiere el artículo 66 constitucional (véase supra, número 3.II.16). En caso afirmativo, el
presidente nombrará una comisión especial de cinco miembros para que proponga la medida
que el caso requiera.

137. Orden en el recinto.

En la sala de sesiones están prohibidas las demostraciones o señales bulliciosas de aprobación


o desaprobación (artículo 218) por parte del público que asiste a las mismas desde las galerías
(la "barra" en la jerga propia del Parlamento). Si se violare esta disposición:

- el presidente mandará salir del edificio del Congreso a quien contravenga lo antes
mencionado (artículo 219).

- si el desorden se generalizara, llamará al orden, pudiendo llegar a suspender la sesión


hasta que la barra sea desocupada (artículo 219). Una potentísima campana que
manipula el presidente frecuentemente es el medio a veces más apropiado para poner
fin a estos incidentes o a las discusiones generalizadas entre los diputados.

- para desocupar la barra puede el presidente llegar a recurrir a todos los medios que
considere necesarios, incluido el uso de la fuerza pública (artículo 220).

La Cámara, en casos extremos, puede llegar a tomar otro tipo de penalidades o medidas
disciplinarias, en defensa de sus fueros, en casos como los expresados, o de violación de las
garantías individuales de los legisladores o colectivas del cuerpo. El tema es de controvertidos
alcances en las prácticas parlamentarias y en la jurisprudencia judicial, discutiéndose en teoría
la posibilidad de, entre otras medidas, arrestar a los infractores (recurso al que en la práctica
algunas veces se acudió) por disposición de la misma Cámara.

El control general del orden lo ejercerá la Presidencia a través de medidas de policía (artículo
39, inciso 10), mediante la intervención de la comisaría (órgano no contemplado
específicamente por el reglamento, pero de existencia real en la vida de la Cámara). La única
otra referencia concreta al tema que hace el reglamento es el artículo 217: la guardia que esté
de facción en las puertas exteriores del Congreso sólo recibirá órdenes del presidente.

81
CAPÍTULO XI

Quórum y mayorías

I. QUÓRUM

138. Noción.

En todo cuerpo colegiado es indispensable que determinado número de sus integrantes se


encuentre presente para deliberar o para tomar decisiones. A ese requisito se denomina
quórum y el reglamento (de conformidad con el artículo 64 constitucional, que lo requiere
para “entrar en sesión”), en el artículo 163, lo considera esencial para declarar abierta la
sesión. Una vez ocurrido este hecho, la Cámara puede perder el quórum legal y continuar la
reunión (hecho éste receptado expresamente por el mismo reglamento, que en el artículo 177
autoriza a prorrogar los términos del uso de la palabra por asentimiento de la mayoría de los
presentes “cualquiera sea el número de éstos”) pero, llegado el caso de votar nuevamente
deberá verificarse el número de los presentes, y si así ocurriera, llamarse a los diputados que
se encontraren en antesalas para retornar al recinto (artículo 176); de no obtenerse el requisito
legal de presencias, se cerrará el debate y será imposible la votación (artículo 150). Es por esta
circunstancia que la Cámara podrá no consentir que el presidente autorice a un legislador a
retirarse del recinto si la sala quedara, por esa circunstancia, sin el quórum reglamentario
(artículo 178).

Exceptúase de lo anterior a la consideración de mociones de orden, caso en el que, según la


redacción dada por la reforma reglamentaria de 1996 al artículo 128, será necesario que la
Cámara cuente con quórum durante su tratamiento, y no sólo en el momento de votarse.

139. Determinación constitucional y reglamentaria.

El principio general lo establece el artículo 64 de la Constitución Nacional: “Ninguna de ellas


(las Cámaras) entrarán en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros”. Parte de la
doctrina nacional opina que “la mayoría absoluta de sus miembros” es “más de la mitad de sus
miembros”, cifra que en los períodos en que la Cámara tiene número impar de integrantes no
coincide con “la mitad más uno de sus miembros”, que es la otra tesis existente (por la cual se
pronunciaba abiertamente el reglamento antes de su última enmienda).

A partir de la producida en 1996 la situación cambió, y el nuevo artículo 15 expresa: “Para


formar quórum legal será necesaria la presencia de la mayoría absoluta de sus miembros,
entendiéndose como tal cuando los miembros presentes superen a los miembros ausentes”.
Por ende, con la actual composición de 257 diputados, 129 presentes (más de la mitad) harán
quórum.

Es cuestión de interpretación considerar si la Constitución Nacional ha establecido, en algunos


casos concretos, quórum agravados. Pasaremos a mencionar dos situaciones:

a) la Constitución exige una mayoría especial de dos tercios, superior a la absoluta,


para adoptar decisiones, y no detalla si esa cifra debe calcularse sobre el total de los
integrantes del cuerpo, o sólo respecto de los presentes. Si se interpretara de acuerdo a
la primera tesis, habría una exigencia de quórum agravado para que la Cámara pueda
obtener, luego, determinaciones afirmativas. Tales casos controvertidos en la doctrina
y en la práctica constitucional, son:

1. declaración de la necesidad de la reforma constitucional (artículo 30, C.N.).

2. corrección, remoción o exclusión de los integrantes de la Cámara (artículo


66, C.N.).

3. desafuero de los legisladores (artículo 70, C.N.).

4. rechazo del veto presidencial (artículo 83).

82
b) en un caso concreto, se exige la mayoría de las dos terceras partes sobre el total de
los integrantes para tomar una decisión válida. Se trata de dos supuestos del artículo
75, inciso 22: “constitucionalización” de nuevos tratados de derechos humanos, y
autorización al Poder Ejecutivo para denunciarlos.

140. Otras consideraciones reglamentarias.

Es importante consignar que, en la sesión preparatoria previa a la renovación de la mitad de la


Cámara, el quórum se computa reunidos los diputados en ejercicio cuyo mandato no finalice
junto con los electos (artículo 2). También, que la existencia o no de quórum provoca que, en
caso negativo, el secretario comunique inmediatamente a la Contaduría la lista de ausentes y
presentes en la reunión; y que, en caso de reunirse quórum, ello ocurra recién media hora
después de abierta la sesión (artículo 22).

Finalmente, recordemos lo manifestado en el número 3.II.67: en las comisiones se requiere la


presencia de la mayoría de sus miembros, pero, luego de media hora, podrán sesionar y
despachar asuntos con la tercera parte, salvo para la Comisión de Presupuesto y Hacienda, que
lo hará con la cuarta parte (artículo 108).

II. MAYORÍAS

141. Norma general.

Dado el requisito de quórum, la Cámara deberá contar asimismo con una cantidad determinada
de votos favorables para que sus decisiones sean válidas, constitucional y reglamentariamente.

El principio general lo establece el artículo 194: “Para las resoluciones de la Cámara será
necesaria la mayoría absoluta de los votos emitidos, salvo los casos en que la Constitución o
este reglamento exijan una mayoría determinada”. Subrayamos que el cómputo debe ser sobre
los votos emitidos: por ende, para el cálculo deben excluirse a los diputados presentes que se
hubieren abstenido de votar (conforme con lo dispuesto por el artículo 197) y al Presidente,
que no vota salvo en caso de empate.

Las excepciones, dice el mismo artículo, son las que determinan la Constitución o el
reglamento. Las consideraremos en los puntos sucesivos. Pero antes queremos decir que en
determinadas oportunidades –que pasamos a referir- el mismo reglamento insiste en repetir
expresamente el principio general a que arriba aludimos (la mayoría absoluta de los votos
emitidos):

- aprobación de las siguientes mociones de orden: levantamiento de la sesión,


aplazamiento de un asunto, vuelta de un asunto a comisión, pase a cuarto intermedio,
cierre del debate, pase al Orden del Día (artículo 129).

- aprobación de una moción de preferencia respecto de un asunto que tiene despacho


de comisión (artículo 133, inciso 1).

- decisión de entrar en sesión secreta (artículo 31, aunque en este caso no se aclara la
forma de computar esa mayoría absoluta).

142. Excepciones constitucionales.

Se presentan los siguientes casos:

a) Mayoría de dos terceras partes calculadas sobre el total de los miembros: es el


supuesto que prevé el inciso 22 del artículo 75 (en éste y en los demás casos de este
parágrafo, de la Constitución Nacional): mayoría necesaria para otorgar jerarquía
constitucional a ciertos tratados de derechos humanos, y para autorizar al Poder
Ejecutivo a denunciar aquellos tratados de igual índole expresamente contemplados en
el mismo inciso.

83
b) Mayoría de dos terceras partes, sin aclararse si es sobre los miembros presentes o
totales:

- declaración de la necesidad de la reforma constitucional (artículo 30).

- corrección, remoción o exclusión de los diputados (artículo 66).

- desafuero de los parlamentarios (artículo 70).

- insistencia frente al veto presidencial (artículo 83).

c) Mayoría de dos terceras partes de los miembros presentes:

- para que la Cámara de Diputados acuse, en el trámite del juicio político,


artículo 53 (paralelamente, idéntica mayoría se exige para que el Senado tome
declare culpable, en el mismo proceso, artículo 59).

- para que la decisión legisferante de la Cámara iniciadora o de la revisora se


imponga sobre la sostenida por la otra Cámara, en el caso de proyectos de leyes
adicionados o corregidos (artículo 81).

En concordancia con este mandato, instituido por la reforma constitucional de


1994, la enmienda al reglamento de 1996 introdujo en éste el artículo 191, que
expresa: “En caso de introducirse modificaciones o adiciones a un proyecto
originado en la Cámara de Senadores, se indicará en el acta respectiva y en el
Diario de Sesiones, el resultado de la votación, con el objeto de establecer si
tales correcciones o adiciones se realizaron con mayoría absoluta o dos terceras
partes”. Ello concuerda con el Acta que reprodujéramos en la Nota 3 inserta en
3.I.

- para la designación y remoción del Defensor del Pueblo (artículo 86).

d) Mayoría de la mitad más uno de los presentes: dicha cantidad, según la


interpretación que se le dé al principio general de la mayoría absoluta, puede en
legislaturas de número de integrantes impar, coincidir o no con el de “más de la
mitad”. El único supuesto constitucional al respecto es el de la aceptación de la
renuncia de un diputado (artículo 66).

e) Mayoría absoluta calculada sobre el total de los miembros:

- artículo 39: para sancionar la ley reglamentaria de la iniciativa popular en la


presentación de proyectos de ley en la Cámara de Diputados.

- artículo 40: para emitir la ley reglamentaria de la consulta popular de


proyectos de leyes.

- artículo 75, inciso 2: para sancionar la ley-convenio de coparticipación


impositiva.

- artículo 75, inciso 3: para sancionar la ley que establezca y modifique


asignaciones específicas de recursos coparticipables, por tiempo determinado.

- artículo 75, inciso 24: para aprobar tratados de integración con países de
Latinoamérica, y para aprobar finalmente, en “segunda lectura”, tratados de
integración con demás países del mundo; y para denunciar cualquiera de estos
tratados de integración.

- artículo 77: para sancionar leyes que modifiquen el régimen electoral y de


partidos políticos.

- artículo 79: para que una Cámara delegue el tratamiento de un proyecto de ley
en particular en sus comisiones, y para dejar sin efecto esa delegación.

- artículo 80: para sancionar la ley que reglamente cierto procedimiento para el
caso de veto parcial (se infiere por la remisión al procedimiento de “decretos de
necesidad y urgencia” que, según el artículo 99, inciso 3, debe disponerse
84
mediante una ley a ser aprobada con la mayoría absoluta del total de miembros
de cada Cámara).

- artículo 99, inciso 3: la ley recién citada, respecto de la Comisión Bicameral


Permanente que -cuando se institucionalice- debe analizar los “decretos de
necesidad y urgencia”.

- artículo 101 (primer caso, el otro lo veremos más abajo): para interpelar al
jefe de gabinete de ministros, a los efectos de una moción de censura.

- artículo 114: para sancionar la ley reglamentaria del Consejo de la


Magistratura (y, según el artículo 115, esa misma ley debe reglamentar los
tribunales de enjuiciamiento de magistrados).

f) Otros supuestos:

- situaciones en que la Constitución reitera el principio de la mayoría absoluta


de los presentes, que es la regla según el reglamento (aunque éste, artículo 194,
se basa en los votos “emitidos”). Así en las hipótesis del artículo 81 (trámite
normal de un proyecto de ley, en el que esa mayoría absoluta sobre presentes
deja de tener fuerza legislativa frente a dos tercios de presentes obtenidos en la
otra Cámara); y del artículo 75, inciso 24, cuando hace referencia al supuesto
de la “primera lectura” en la aprobación de tratados de integración con países
no latinoamericanos.

- casos en que, a diferencia de la gran cantidad de hipótesis que antes vimos, el


constituyente de 1994 no diferenció si la mayoría absoluta debía ser contada
sobre los presentes o sobre el total de los integrantes. Son los de los artículos 85
(sanción de la ley reglamentaria de la Auditoría General de la Nación) y 101
(segundo supuesto indicado en el mismo: remoción del jefe de gabinete de
ministros; pese a que en este caso -como en el anterior- se habla “de los
miembros”, es sintomático que pocas palabras más arriba, al hacer alusión a su
designación, se haya indicado “la totalidad de los miembros”).

143. Excepciones reglamentarias.

Son las siguientes:

a) Mayoría de tres cuartas partes:

- para la aprobación de una moción de orden de apartamiento del reglamento


(artículo 129).

b) Mayoría de dos terceras partes de votos emitidos: para

- declarar la nulidad del diploma de un diputado (artículo 8).

- que se autorice a una comisión a seguir dictaminando luego del 20 de


noviembre (artículo 106).

- decidir la consideración de una propuesta de modificación de un despacho de


comisión presentado fuera de término (artículo 113).

- la adopción de una moción de preferencia respecto de un asunto que no tiene


despacho de comisión (artículo 133, inciso 2).

- la aprobación de una moción de sobre tablas (artículo 134).

- la aprobación de una moción de reconsideración (artículo 135).

- decidir la consideración de un proyecto que no cuente con despacho de


comisión, medie moción de sobre tablas o de preferencia (artículo 147).

- que se rinda un homenaje en la misma sesión (artículo 221).


85
c) Mayoría de las dos terceras partes de los presentes: para

- que la Cámara decida si la cuestión de privilegio tiene carácter preferente o no


(artículo 128).

- resolver el tratamiento sobre tablas de un proyecto presentado durante una


“interpelación” (artículo 210).

d) Mayoría de dos terceras partes de los miembros de la Cámara:

- para realizar una sesion entre las 0 y las 9 horas (artículo 173).

e) Mayoría de dos terceras partes, sin aclararse si se computan sólo los votos
“emitidos”, o si el cálculo se hace sobre la totalidad de los presentes en la votación o
sobre el total de los integrantes:

- para la aprobación de una moción de orden de libertad de debate, constitución


de la Cámara en comisión o de que se trate una cuestión de privilegio (artículo
129).

f) Pluralidad de sufragios:

- elección del presidente provisional, en la sesión preparatoria, del presidente y


de los vicepresidentes 1o., 2o. y 3o. (artículo 2).

- elección de secretarios (artículo 43), y, si bien el artículo 53 no lo expresa,


también de prosecretarios (idéntico sería el supuesto de la elección de los
integrantes de las comisiones, si la Cámara no delegara esa facultad en la
Presidencia -conf. artículo 29-).

Finalmente indicamos que en el exclusivo ámbito de las comisiones, el principio de la mayoría


absoluta (que tiene sus características particulares: recordemos la posibilidad de que existan
dictámenes de la minoría de la comisión), se ve alterado en dos casos:

- unanimidad: para la formulación directa de un pedido de informes de acuerdo al


procedimiento del artículo 204).

- pluralidad de sufragios: para la elección del presidente, vicepresidentes y secretarios


de la comisión (artículo 106).

86
CAPÍTULO XII

Relaciones con otros órganos supremos

144. Comunicaciones.

Por su función constitucional, la Cámara de Diputados necesariamente mantiene frecuentes


vinculaciones con los órganos supremos del Estado federal (veremos en sucesivos puntos sus
vinculaciones con el Senado y con el Poder Ejecutivo). Es habitual también la vinculación con
los poderes de gobierno provinciales. Todo ello se concreta formalmente en comunicaciones
oficiales, que remite y que recibe la Cámara, y que son mencionadas por el reglamento, que al
respecto establece que:

- se debe comunicar oficialmente la elección de presidente y vicepresidentes al Poder


Ejecutivo, al Senado y a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (artículo 2).

- las comunicaciones que llegan a la Cámara deben ser recibidas y abiertas por el
presidente, quien debe ponerlas en conocimiento de aquélla (artículo 39, inciso 8).

- dichas comunicaciones deben ser incluidas en el Diario de Sesiones (artículo 48,


inciso 4) y también en el Boletín de Asuntos Entrados (artículo 165), medio por el cual
se le da cuenta a la Cámara.

- las comunicaciones que emita la Cámara deben estar suscriptas por el presidente
(artículo 39, inciso 7) y refrendadas por el secretario mencionado en el artículo 47,
inciso 1.

Dejando de lado este aspecto formal, interesan particularmente, desde el punto de vista
constitucional y desde nuestra mira particular, expresada en el Prólogo a la edición 1983, las
relaciones con el Senado y con el Poder Ejecutivo (por ser ajenas a la índole propia de este
trabajo, no haremos referencias de fondo a las vinculaciones existentes entre el Congreso y el
Poder Judicial).

145. Relaciones con el Senado.

Comparten la Cámara de Diputados y el Senado la función legislativa y parlamentaria, en la


forma prevista por los artículos 77 a 84, ya citados en el capítulo anterior, y concordantes de la
Constitución Nacional. Ambas Cámaras son independientes entre sí. Sin embargo, ocupan el
mismo edificio (pero dividido en su parte central de acuerdo a la jurisdicción de cada rama
parlamentaria) y se reúnen plenariamente en las sesiones de Asamblea Legislativa (véase
supra el número 3.II.122). Y una expresa referencia constitucional, muchas veces incumplida,
pretende establecer la correspondiente coordinación: “Ambas Cámaras empiezan y concluyen
sus sesiones simultáneamente. Ninguna de ellas, mientras se hallen reunidas, podrá suspender
sus sesiones más de tres días sin el consentimiento de la otra” (artículo 65 de la Constitución
Nacional). Esta especial relación ha sido receptada en varias situaciones concretas por el
reglamento. Así:

- los senadores pueden estar presentes en cualquier sesión de la Cámara de Diputados,


inclusive en las secretas (artículos 33 y 216).

- los senadores reciben todas las publicaciones que realice la Cámara (artículo 50,
inciso 5).

- el Senado y sus integrantes están protegidos por la prohibición de formular alusiones


irrespetuosas o imputaciones de mala intención o móviles ilegítimos (artículo 180).

La vinculación toma caracteres significativos en todo lo inherente al proceso de sanción de


una ley (eventualmente, también de resoluciones o declaraciones bicamerales), regulado por la
Constitución Nacional. Al repasar el contenido de los artículos pertinentes, en la Sección
anterior, vimos que la Carta Magna establece un sistema complejo, donde cada Cámara puede
ser indistintamente iniciadora (con algunas excepciones, como vimos en el número 3.I.4) o
revisora de un proyecto o de una sanción de la otra Sala. Sobre este tema, las consecuencias
reglamentarias son las siguientes:
87
- toda sanción del Senado, llegada a la Cámara de Diputados, adquiere a grandes
rasgos las particularidades y características de un proyecto presentado: será
anunciado a la Cámara y pasará sin más trámite a la comisión respectiva (artículo 122);
luego seguirá el trámite normal.

- los proyectos de leyes sancionados definitivamente por la Cámara de Diputados serán


comunicados por ésta al Poder Ejecutivo, a los efectos previstos por el artículo 78
constitucional, dándose además aviso al Senado (artículo 149). Pese a lo aquí referido,
cabe apuntar que la ley numerada como 73 por el “Congreso de Paraná”, de 1856,
estableció que es a la Cámara alta a quien corresponde siempre producir la
comunicación al Poder Ejecutivo. Empero, resulta indiscutible, a la luz de esta última
ley, y también a lo que refleja la contínua práctica parlamentaria, que sólo el Senado
inserta su número al proyecto de ley sancionado definitivamente por cualquiera de las
dos Salas.

Finalmente, destaquemos que en el aspecto en que la relación adquiere características más


íntimas es en la coparticipación de las dos Cámaras en organismos compartidos, creados por
leyes o resoluciones conjuntas de ambas Salas, en ocasiones con permanencia o estabilidad
(por ejemplo, la Comisión Bicameral Administradora de la Biblioteca del Congreso, o la
colaboración anual recíproca en la administración de la Imprenta o la Ayuda Social del
Congreso, o la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas) y en otras para fines
determinados o coyunturales (por ejemplo, cualquier comisión investigadora bicameral).

146. Relaciones con el Poder Ejecutivo.

Siendo el Poder Ejecutivo colegislador, y objeto de control permanente por el Congreso, son
harto frecuentes sus vinculaciones con la Cámara de Diputados. Hay varios temas relativos a
estas relaciones a los que hemos hecho o haremos referencia más detallada (presentación de
proyectos por el Poder Ejecutivo; concurrencia voluntaria de ministros y secretarios de Estado
a la Cámara; pedidos de informes por escrito al Poder Ejecutivo; la llamada “interpelación”; la
presencia del jefe de gabinete en la Cámara). Sin perjuicio de estas importantes cuestiones,
recordemos, en general, la existencia de los institutos constitucionales o reglamentarios que
hacen a estas vinculaciones:

- el presidente de la Nación puede presentar proyectos de leyes (artículos 77 y 99


inciso 3, Constitución Nacional). El jefe del gabinete de ministros debe enviar al
Congreso los proyectos de leyes de ministerios y de presupuesto (previo tratamiento en
acuerdo de gabinete y aprobación presidencial) y refrendar todos los mensajes del
titular del Ejecutivo que promuevan la iniciativa legislativa (artículo 100, incisos 6 y 8,
Constitución Nacional).

- el Poder Ejecutivo promulga o veta las leyes (artículos 78, 80, 83 y 99, inciso 3, de la
Constitución Nacional).

- el Poder Ejecutivo debe, por medio de los ministros y del jefe de gabinete,
presentarle al Congreso una memoria detallada del estado de la Nación (artículos
100, inciso 10, y 104, Constitución Nacional), diligencia que habitualmente ocurre en
la sesión de Asamblea Legislativa de inauguración del período ordinario. Al respecto,
determina el artículo 99, inciso 8, constitucional: “El presidente de la Nación tiene las
siguientes atribuciones: ... Hace anualmente la apertura de las sesiones del Congreso,
reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión al Congreso del
estado de la Nación, de las reformas prometidas por la Constitución, y recomendando
a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes”.

- existe incompatiblidad entre el cargo de ministro del Poder Ejecutivo y el de


parlamentario (artículo 105 de la Constitución Nacional); así como también, para los
legisladores, con todo empleo o comisión del Poder Ejecutivo, sin permiso de la
Cámara (artículo 72, Constitución Nacional).

- el Poder Ejecutivo tiene directa relación con la “vida” de la Cámara, pues puede
prorrogar sus sesiones o convocarla a extraordinarias y, por lo arriba referido, abrir
las ordinarias (aunque esto último está relativizado en el nuevo texto del artículo 63
constitucional, el que comienza diciendo que “ambas Cámaras se reunirán por sí
mismas...”).
88
- además, la Cámara de Diputados, como integrante de la Asamblea Legislativa,
participa en la aceptación o no de los motivos de las renuncias del Presidente y
Vicepresidente de la Nación (artículo 75, inciso 21, Constitución Nacional), en la
designación del nuevo Presidente en caso de acefalía de la República (artículo 88 de la
Constitución Nacional y ley 20.972), y en la toma de juramento de ambos altos
magistrados (artículo 93, Constitución Nacional). Como cuerpo ordinario, la Cámara
de Diputados interviene en el trámite legislativo que autoriza al Presidente a
ausentarse del territorio de la Nación (artículo 99, inciso 18, Constitución Nacional) y
en forma exclusiva le corresponde acusar en juicio político al Presidente y al
Vicepresidente de la República, al jefe de gabinete de ministros y a los ministros
(artículo 53, Constitución Nacional).

- la reforma constitucional de 1994 creó nuevas fuentes de relaciones entre los Poderes
Legislativo y Ejecutivo. En particular, con relación al jefe de gabinete de ministros,
funcionario “con responsabilidad política ante el Congreso” (artículo 100,
Constitución Nacional), organismo que puede llegar a removerlo (artículo 101). O,
también, en todo aquello que tenga que ver con la delegación de facultades legislativas
(contemplado en el artículo 76 de la Constitución Nacional), etcétera.

Analizando la cuestión desde, únicamente, el punto de vista del reglamento, digamos que:

- el Poder Ejecutivo puede pedir a la Cámara la realización de una sesión especial


(artículo 35).

- los ministros y secretarios de Estado deben recibir todas las publicaciones que realice
la Cámara (artículo 50, inciso 5).

- el Poder Ejecutivo es uno de los receptores de la comunicación de la designación de


las autoridades de la Cámara de Diputados (artículo 2).

- los actos administrativos del Poder Ejecutivo y de todos sus despachos deben ser
registrados y clasificados, para su utilización en el Parlamento, por la Oficina de
Información Parlamentaria (artículo 214).

- la existencia del jefe de gabinete de ministros y la relación de la Cámara con aquél ha


sido reconocida en los artículos 198 a 202, y 216.

No constituyendo la presente una obra de derecho constitucional, intentándose únicamente


puntualizar aquellos aspectos más importantes del reglamento, queremos, con ese criterio,
analizar los tópicos particulares referidos en el principio de este punto.

147. Presentación de proyectos por parte del Poder Ejecutivo.

De conformidad al reiteradamente citado artículo 77 constitucional, el artículo 122 autoriza al


Poder Ejecutivo a iniciar el trámite legislativo, mediante la presentación de un proyecto.
Habitualmente, el Poder Ejecutivo lo hace acompañando la proposición con un mensaje, que
refrenda el jefe de gabinete de ministros y el ministro del ramo, detallando los propósitos de la
inciativa presentada.

De todos los mensajes del Poder Ejecutivo (que acompañen o no a proyectos, puesto que
pueden existir mensajes que no necesariamente lo hagan: por ejemplo, aquellos mediante los
cuales haga saber al Congreso el decreto de prórroga de sesiones) se debe dar cuenta a la
Cámara, tarea que realiza el presidente por medio del secretario respectivo (artículo 165). Tras
el anuncio, el proyecto recibe también el tratamiento formal de un proyecto presentado por un
diputado, y debe ser girado sin más trámite a la comisión correspondiente (artículo 122).

148. Concurrencia voluntaria de ministros y secretarios de Estado.

La prevé el artículo 106 de la Constitución Nacional: “Pueden los ministros concurrir a las
sesiones del Congreso, y tomar parte en sus debates, pero no votar”. Lo mismo dispone el
artículo 100, inciso 9, constitucional, respecto del jefe de gabinete de ministros. El reglamento,
por su parte, autoriza la presencia de este último y de los ministros o secretarios de Estado en
el recinto, durante las sesiones (artículo 216), inclusive en las secretas (artículo 33), y recepta
89
el artículo 106 constitucional, autorizando a los ministros a tomar parte en los debates,
pudiendo ser asistidos por los secretarios de Estado; equipara a los funcionarios ejecutivos, en
lo relativo al uso de la palabra, con los miembros informantes de la comisión (artículo 202).

149. Pedidos de informes por escrito al Poder Ejecutivo.

El poder de información e investigación de que goza el Congreso (al cual hemos hecho
referencia en el número 3.II.65), puede ponerse de manifiesto mediante la solicitud al Poder
Ejecutivo de informes por escrito (artículo 204). Estas proposiciones tendrán la forma y el
procedimiento normal de cualquier proyecto (en este caso particular, de resolución) y se
detallarán los puntos sobre los que el Poder Ejecutivo debe informar.

Existe, sin embargo, un procedimiento más rápido y expeditivo, un caso en que la decisión de
la Cámara no es adoptada por el plenario de la Sala, sino por una comisión. Lo regla el artículo
204, tercer párrafo, de esta forma:

Si la comisión interviniente en el estudio del pedido de informes al Poder Ejecutivo

- actuando con preferencia,

- resolviere por unanimidad darle forma definitiva, y

- no le introdujere modificación alguna sin la conformidad del autor,

el proyecto pasará directamente a la presidencia para que, sin más trámite, se curse el
requerimiento al Poder Ejecutivo.

150. La llamada “interpelación”.

Dice el artículo 71 de la Constitución: “Cada una de las Cámaras puede hacer venir a su sala
a los ministros del Poder Ejecutivo para recibir las explicaciones e informes que estime
convenientes”. Se ha extendido esta obligación al jefe de gabinete de ministros (artículo 101,
Constitución Nacional). Tradicionalmente se denomina a este instituto como “interpelación”,
propio de los sistemas constitucionales de tipo parlamentarista.

Se registra, empero, una gran diferencia con esos regímenes, en los cuales el desagrado del
Parlamento ante las explicaciones brindadas puede llegar a culminar hasta en la remoción del
ministro (quien, generalmente, también es un parlamentario). La separación de poderes de
nuestra Constitución presidencialista no habilita tamaña conclusión. Pero el instituto existe, se
ha puesto en ejercicio reiteradamente en la práctica de los poderes, es uno de los medios que
tiene el Congreso de controlar al Poder Ejecutivo, y ha sido motivo de múltiples
interpretaciones por parte del Poder Ejecutivo interpelado (que ha autorizado, o no, a sus
ministros a concurrir; que, a veces, sólo ha contestado por escrito, y que, en otras
oportunidades, ha guardado silencio) y por actitudes de la misma Cámara en sus anales
parlamentarios. Se ha transformado así en una de las cuestiones del derecho parlamentario más
controvertidas. Sólo haremos breve referencia al procedimiento predeterminado por el
reglamento para la llamada “interpelación” (nombre que, por los muy específicos orígenes
parlamentaristas recién referidos, por esta razón, hemos y seguiremos entrecomillando),
aunque no podemos dejar de referir que es frecuente que la Cámara decida, en cada caso
concreto, implementar otras reglas de conducta específicas para esa situación

- pueden ser “interpelados” los ministros del Poder Ejecutivo y, junto con ellos, los
secretarios de Estado que correspondan (artículo 204).

- el pedido de “interpelación” adquiere forma de proyecto, habitualmente de


resolución; deben determinarse en el mismo los puntos a informar, y su trámite gozará
de preferencia en la comisión (artículo 204).

- se citará inmediatamente al “interpelado” si los informes a requerirse se refieren a


asuntos despachados por las comisiones, que esté considerando o por considerar de
inmediato la Cámara (artículo 205).

- el “interpelado” tiene derecho a presentar a la Cámara una minuta escrita de los


informes que brindará, para un mejor orden y para abreviar su exposición verbal, antes
90
de los tres días del fijado para su concurrencia a la Cámara. Esta memoria será
impresa, distribuida e incluida en el Diario de Sesiones (artículo 207).

- presente el “interpelado” en el recinto, el presidente le comunica el motivo de la


citación. Le concede luego la palabra (artículo 206), pudiendo hablar, en una primera
exposición, una hora, y en una segunda oportunidad, media hora. Luego lo hace el
diputado “interpelante”, quien podrá hacer uso de la palabra por dos veces, y por igual
tiempo que el “interpelado”, inclusive igualarlo si éste se hubiere extendido en demasía
en su exposición. Finalmente, podrán hacerlo los demás diputados, y por un término no
mayor de veinte minutos (artículo 208).

- el reglamento es sumamente permisivo en esta materia, pues habilita la prórroga de


todos los términos por una vez y por iguales plazos que los normales en la cuestión.
Autoriza además a formular rectificaciones o aclaraciones por una sola vez y por no
más de diez minutos (artículo 209).

- incluso, durante la “interpelación” puede proponerse un proyecto relativo a la


cuestión en tratamiento. En tal caso, al terminar el debate la Cámara podrá resolver,
por el voto afirmativo de las dos terceras partes de los presentes, su tratamiento sobre
tablas. Caso contrario, será girado a la comisión pertinente (artículo 210).

151. Concurrencia mensual al Congreso del jefe de gabinete de ministros.

La enmienda constitucional de 1994 introdujo el siguiente primer párrafo al artículo 101 de la


Carta Magna: “El jefe de gabinete de ministros debe concurrir al Congreso al menos una vez
por mes, alternativamente a cada una de sus Cámaras, para informar de la marcha del
gobierno, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 71....”

Para delimitar internamente las formalidades y alcances de dicha presencia en la Cámara de


Diputados, un nuevo capítulo, el XXII, fue incorporado al reglamento. Contiene a los
siguientes artículos:

“Artículo 198. Se denomina sesión informativa del jefe de Gabinete de Ministros a la


sesión en que éste concurre ante el plenario de la Cámara de Diputados a efectos de
cumplimentar lo dispuesto en el artículo 101 de la Constitución Nacional.

Artículo 199. El jefe de Gabinete de Ministros, con una anticipación no inferior a siete
días hábiles, hará llegar a los presidentes de cada uno de los bloques políticos, a través
del presidente de la Cámara, un escrito con los temas a exponer.

Artículo 200. Los bloques políticos integrantes del cuerpo presentarán al jefe de
Gabinete de Ministros, a través de la Presidencia de la Honorable Cámara, en el término
de dos días hábiles contados a partir de la recepción del temario, los requerimientos,
informes y ampliaciones que consideren oportunos, todos los cuales serán evacuados en
la sesión de que se trate.

Artículo 201. El jefe de Gabinete de Ministros podrá concurrir acompañado de los


ministros y secretarios de Estado que considere convenientes. Estos sólo podrán hacer
uso de la palabra a requerimiento del jefe de Gabinete de Ministros, previo asentimiento
de la Cámara.

Artículo 202. El jefe de Gabinete de Ministros dispondrá de una hora para exponer su
informe.

A continuación los bloques en su conjunto dispondrán de doscientos cuarenta minutos


para solicitar aclaraciones o ampliaciones. El tiempo acordado a los distintos bloques
será distribuido en proporción a la cantidad de sus integrantes, estableciéndose un
mínimo de cinco minutos por bloque.

El jefe de Gabinete de Ministros dispondrá de un máximo de veinte minutos para


responder a cada uno de los bloques, estando facultado para solicitar en cada caso breves
cuartos intermedios a efectos de ordenar las respuestas.

Cuando la naturaleza y la complejidad del asunto lo requieran, el jefe de Gabinete de


Ministros podrá responder por escrito dentro de los cinco días hábiles posteriores a la
sesión.

El tiempo no invertido en un turno por quien haga uso de la palabra, de conformidad con
lo establecido en este reglamento, no importará ampliación de los tiempos acorados a los
restantes oradores.
91
Los plazos antes mencionados sólo podrán prorrogarse una vez, por un máximo de cinco
minutos, por resolución de la Cámara.”

92
CAPÍTULO XIII

El Reglamento del Senado de la Nación – Comparación

152. No podemos finalizar nuestro análisis sin hacer también referencia al reglamento de la
otra Cámara del Congreso Nacional argentino, el Senado de la Nación. Lo efectuaremos
limitadamente, sólo haciendo alusiones breves a algunos aspectos en que ambos cuerpos
normativos difieren. Que no son muchos pues los reglamentos de ambas Salas han partido de
moldes comunes (hemos hecho referencia al origen del reglamento de la Cámara de Diputados
en el número 3.II.1; el del Senado Nacional, cuyos primeras versiones fueron aprobadas en
1855 y 1862, se nutrió también originalmente en el texto de los reglamentos de la década de
1820).

Influyen en esas diferencias factores constitucionales, tales como ciertos roles específicos que
la Carta Magna atribuye al Senado (a mero título de ejemplo, la presencia del Vicepresidente
de la Nación como su autoridad máxima, o el sistema de acuerdos). Y, sobremanera su
composición numérica (72 bancas), notablemente inferior a la de la Cámara de Diputados (257
integrantes), que posibilita –entre otros elementos- trámites parlamentarios más pausados, con
la posibilidad de los senadores de gozar de mayores posibilidades en el uso de la palabra y de
imprimir un ritmo más reflexivo a las sesiones.

Nuestro análisis se limitará exclusivamente (y en consonancia con el método adoptado para


todos los capítulos precedentes) a reflejar las principales diferencias que contiene la letra fría
de la norma senatorial, sin entrar en otras consideraciones.

153. Tales principales diferencias, a nuestro criterio y siguiendo cierto orden temático
adoptado para el caso (los que pasamos a citar a continuación son en todos los casos artículos
del reglamento del Senado), son:

Sesiones preparatorias
- se producirán, cada año, el 24 de febrero (para elegir autoridades y designar
días y horas de reunión) y el 29 de noviembre (para incorporar senadores,
los años en que corresponda la renovación parcial del cuerpo –artículos 1 y
2-);

Impugnación de diplomas
- la existencia de observaciones de ese tipo no habilitan al impugnado a
incorporarse, aun de manera provisoria, al Senado; el proceso de
impugnación es aplicable también a los senadores suplentes (artículo 2),
pero, en la eventualidad de la incorporación efectiva de éstos al Senado, su
diploma podrá ser objeto de reconsideración, de haberse registrado
circunstancias de impugnabilidad sobrevinientes;

Juramento e incorporación
- sólo existen tres fórmulas de juramento (artículo 3);
- el “diploma” a otorgarse al senador incorporado está reglamentado (artículo
7);

Autoridades y organización administrativa

- las autoridades del Senado, además del Vicepresidente de la Nación (titular


nato del cuerpo, por disposición constitucional, artículo 57) son su
Presidente Provisional (también de origen constitucional, artículo 58), un
vicepresidente, un vicepresidente 1o. y un vicepresidente 2o. Su elección es
“por mayoría”; de no registrarse ésta, se designará a quien más votos obtuvo
y en caso de empate desempatará la presidencia (artículos 8 y 9). El
juramento de las autoridades (también según tres fórmulas prefijadas) puede
obviarse si las mismas fueran reelectas (artículo 10). Las autoridades
continúan en sus cargos luego del 28 de febrero de cada año, si no se llegara
a producir el acto de elección previsto para ser completado anualmente;
- cuando la presidencia es ejercida por el Vicepresidente de la Nación, en
concordancia con las previsiones constitucionales (artículo 57), no puede
93
participar en el debate, y vota sólo en caso de empate; un senador que actúe
como presidente puede además participar en el debate (artículo 34); pero en
caso de que este senador así lo haga, no puede volver a ejercer la
presidencia hasta que se vote el punto sobre el cual participó en el debate
(artículo 36);
- el presidente tiene la facultad de hacer testar frases del Diario de Sesiones
(artículo 33, inciso 11);
- el Senado tiene tres secretarios, que se eligen por mayoría absoluta, y cuyas
funciones determina el presidente (artículo 39), pero uno de esos secretarios
lo es de Acción Social, con la obligación particular de ejecutar las políticas
de acción social que aconseje el Plenario de Labor Parlamentaria (artículo
42); otro de esos secretarios es el Parlamentario, mencionado
específicamente en los artículos 23 y 33 (inciso 11);
- la normación de la organización administrativa es tanto o más confusa que
en el reglamento de la Cámara de Diputados. A lo que recién acabamos de
referir, agreguemos que los artículos 51 a 53 prevén la existencia de tres
prosecretarios, elegidos de igual forma que los secretarios, pero
definiéndoles sus áreas de actuación. Se trata de las parlamentaria,
administrativa y de coordinación operativa; sin embargo, el artículo 54 hace
referencia también a la existencia de un prosecretario de coordinación
institucional, con funciones distintas de los anteriores;

Quórum
- el levantamiento de la sesión debería ser inmediato si tras el paso de media
hora luego del momento fijado para la convocatoria no se registrara quórum
(artículo 15);
- la interpretación senatorial de la “mayoría absoluta” para tomar
determinaciones es que se trata de la “mitad más uno” (artículo 16);

Sesiones secretas
- las mismas (que, hasta la reforma reglamentaria de 1992, y la constitucional
de 1994, eran las corrientes para los casos de los acuerdos) son, de por sí,
especiales; para convocarlas, bastarán pedidos al respecto (cuyos motivos
pueden reservarse) sin preverse a priori una determinación especial del
Senado (artículos 17, 18 y 20); se autoriza a presenciar una sesión secreta a
los diputados sólo cuando se traten asuntos de carácter legislativo; no se
mencionan, como autorizados, a los secretarios de Estado (artículo 25);

Homenajes
- en los homenajes, cada orador no podrá hablar más de diez minutos, pero si
se designare un solo orador por todo el Senado podrá usar de la palabra por
hasta treinta minutos;

Acuerdos del Senado


- el procedimiento específico está regulado en los artículos 23 y 24;

Ausencias, licencias y permisos


- el reglamento senatorial es notoriamente más escueto que el de la Cámara
de Diputados, en la materia. Por ejemplo, no existe disposición expresa que
determine el deber de asistencia, aunque el mismo se presume del resto del
articulado correspondiente. Existe obligación de pedir licencia si la
inasistencia se prolongará por más de tres sesiones o la ausencia de la
Capital Federal excederá los 8 días (artículo 26); el derecho a la dieta se
pierde por el plazo en que la licencia hubiera sido excedida (artículo 27); el
sistema de compulsión a los inasistentes tiene algunas diferencias
(contemplándose también la posibilidad de imponer multas sobre la dieta;
v. artículos 28/30);
- la única disposición contenida sobre los permisos a otorgarse para ejercer
comisiones decididas por el Poder Ejecutivo es que ellos no se extenderán
por más allá de un año legislativo (artículo 32);
-

Bloques
- sólo un artículo, el 56, reglamenta a los bloques, determinando entre otros
elementos que bastan dos o más senadores para formar bloque;
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Plenario de Labor Parlamentaria
- el Plenario de Labor Parlamentaria, lo llamado Comisión de Labor
Parlamentaria en la Cámara de Diputados, fue instituido en la reforma
reglamentaria de 1992, tiene funciones parecidas a aquélla. No incluye entre
sus miembros a los vicepresidentes. Este Plenario somete el plan de labor al
Senado, pero si no llegara a acuerdo al respecto, el presidente o cualquier
senador puede proponer un plan de labor, que se votará por su orden
(artículos 57 a 60);

Comisiones
- las comisiones permanentes del Senado, reguladas en los artículos 61 y
siguientes, son actualmente cuarenta y siete (cuyos propósitos están
determinados en esos artículos), integradas, cada una, por un número de
senadores predeterminado en esas normas (número que es menor, en cada
caso, al que poseen las comisiones de la Cámara de Diputados); el
Presidente Provisional del Senado puede integrar comisiones (artículo 116);
- la integración de las comisiones debe hacerse en la primera sesión ordinaria
(artículo 14), sin preverse la poco realista hipótesis del reglamento de la
Cámara de Diputados de que se concrete en sesiones preparatorias;
- las comisiones especiales son creadas mediante decisión adoptada con dos
tercios de votos emitidos (artículo 108); las comisiones especiales
bicamerales son objeto de una expresa mención en el artículo 109;
- las autoridades de las comisiones serán su presidente, su vicepresidente y su
secretario (artículo 111); sus integrantes están obligados a compartir entre sí
los informes y documentación que posean, pues de lo contrario no podrán
utilizarlos individualmente en el recinto (artículo 115);
- el quórum en una comisión se alcanza con más de la mitad de integrantes
presentes; y si dos sesiones fracasan por falta de quórum, la tercera podrá
realizarse con un tercio de los senadores integrantes (artículos 118 y 119);
- el artículo 120 admite que el informe de un despacho de comisión se haga
en forma verbal; y el artículo 124 que un proyecto presentado por todos los
miembros de una comisión sobre un tema de su competencia pase
directamente al orden del día, sin ser girado a esa comisión;
- las renuncias a integrar una comisión se informan al Senado para que las
tome en cuenta, sin exigirse que las acepte (artículo 126);
- el reglamento del Senado no contempla el régimen, vigente en la otra
Cámara, de sujeción de un despacho de comisión a observaciones por un
tiempo determinado y las posteriores consecuencias (entre ellas, una
discusión especial) de despachos objeto de esas observaciones.

Proyectos

- en el Senado existen también, a diferencia de lo que ocurre en la Cámara de


Diputados, los proyectos de decreto: “toda proposición que tenga por objeto
originar una decisión especial de carácter administrativo” (artículo 130);
- lo mismo ocurre con los proyectos de comunicación “toda moción o
proposición dirigia a contestar, recomendar o pedir algo, o expresar un
deseo o aspiración de la Cámara” (artículo 132), forma muy parecida a la de
los proyectos de declaración (artículo 133: “toda moción o proposición
destinada a refirmar las atribuciones constitucionales del Senado, o a
expresar un deseo o aspiración del cuerpo”);
- cualquier proyecto que no sea de ley, puede ser fundado verbalmente, por
hasta veinte minutos, si el Senado lo autoriza;
- una tratamiento especial brinda el artículo 140 a los proyectos del Poder
Ejecutivo remitidos con carácter de urgente por éste (o a los proyectos
urgentes del Ejecutivo venidos en revisión de la Cámara de Diputados): el
Senado resuelve por dos tercios la preferencia a otorgarles y, en su caso, el
plazo que se otorga a las comisiones a las que se destinarán, para que
dictaminen;

Mociones de orden
- son las existentes en la Cámara de Diputados, más otras dos mociones (las
de los incisos 10 y 11 del artículo 143) que tienen que ver con el envío a
comisión o la vuelta de ésta al plenario, respecto de los trámites especiales
de consideración de proyectos en particular en la comisión, previstos por el
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artículo 79 de la Constitución Nacional, y con un procedimiento al respecto
sólo reglamentado en el Senado, en sus recientemente incorporados
artículos 181 a 188;
- existe la posibilidad de discutir ciertas mociones de orden; pero la de cierre
de debate no se puede votar mientras un senador desee hacer uso de la
palabra (artículo 144);
- todas las mociones de orden son aprobadas sólo por mayoría absoluta de los
votos emitidos (que, constitucionalmente, y para las mociones de los incisos
9 y 10, debería calcularse sobre el total de los integrantes del Senado), y
pueden repetirse en la sesión (artículo 145);
- las cuestiones de privilegio, objeto de mociones según el artículo 143,
inciso 6), no son objeto de la definición concreta que al respecto contiene el
reglamento de la Cámara de Diputados;

Mociones de preferencia, de sobre tablas y de reconsideración


- para la aplicación de determinada mayoría en la aprobación de mociones de
preferencia, el criterio del reglamento senatorial es basarse en si la orden del
día correspondiente a un despacho de comisión está o no publicada (artículo
149);
- las mociones de sobre tablas se pueden plantear a medida que sea
presentados los asuntos al Senado; un asunto decidido como de sobre tablas
será considerado antes que los demás asuntos, no como el primero en el
orden del día, como en la Cámara de Diputados (artículo 150);
- los plazos para discutir estas mociones son levemente superiores que en la
Cámara de Diputados (artículo 152);

Senado en Comisión
- estando el Senado en tal situación, sus autoridades pueden ser distintas de
las ordinarias (artículo 158); durante este estado, no se efectúan votaciones
(artículo 162);

Discusión
- en la discusión en general, los plazos son más amplios que en la otra
Cámara, y pueden ser ampliados por decisión del Senado antes del inicio
del debate, fijando un máximo para el uso de la palabra. El Senado puede
fijar también la hora de la votación, una vez que esté cerrada la lista de
oradores, respetándose el derecho de todos los oradores anotados (artículo
166);
- también durante la discusión en general se pueden presentar proyectos sobre
igual naturaleza que la del que está en discusión, los que pueden llegar a ser
considerados en esa oportunidad (artículos 168 a 171), aunque no posean
dictamen de comisión (excepción de la que también participan los proyectos
que hayan sido objeto de mociones afirmativas de preferencia, de sobre
tablas, de apartamiento del reglamento, o despachados por el Senado en
Comisión);
- por lo que señalamos anteriormente (inexistencia de la posibilidad de
observar despachos de comisión, entre otros factores), no se contempla,
como en la Cámara de Diputados, la existencia de discusiones especiales en
casos de despachos sin disidencias, sin disidencias pero con observaciones,
etc.

Orden de la sesión y uso de la palabra


- tras la lectura de los asuntos entrados, se discute el plan de labor, pudiendo
hacer uso de la palabra cada senador una sola vez y por hasta cinco minutos
(artículos 59 y 190);
- a diferencia del reglamento de la Cámara de Diputados, no se prevé con
detallismo la existencia, en las sesiones de tablas, de los períodos de
corrección del Diario de Sesiones y de la consideración de pedidos de
pronto despacho, consultas y mociones; sin embargo, el artículo 192 prevé
que “antes de entrar al orden del día, o después de terminada la
consideración de un asunto, pueden presentarse proyectos o hacerse
indicaciones verbales que no se refieran al orden del día, observándose lo
dispuesto en el Título XI”; éste hace referencia a las mociones, pudiéndose,
por ende, obtenerse de esta manera los efectos a que recién hicimos
referencia (disposición análoga, sobre la moción de sobre tablas, se incluye
en el artículo 150);
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- los oradores pueden leer sus exposiciones, hasta plazos de quince minutos
(artículo 199);
- en el Diario de Sesiones no figurarán las interrupciones, salvo las que hayan
sido autorizadas o consentidas por el presidente y el orador (artículo 203);
- en las sesiones podrán estar presentes en el recinto los directores del Senado
y los secretarios de comisión (éstos, mientras se esté en discusión despachos
propios de las respectivas comisiones); conf. artículo 220;

Votación
- la votación por signos puede consistir no sólo en levantar la mano, sino
también en ponerse de pie (artículo 208);
- el artículo 212 define a la mayoría absoluta: más de la mitad de los
presentes;
- cuando el Senado sea presidido por un senador y se requieran dos tercios de
votos, el senador que presida votará en último término (artículo 214).

Relaciones con el Poder Ejecutivo


- las “interpelaciones” están incluidas en un solo artículo, el 217, que
reglamenta el tema en una forma más general (y con más amplia posibilidad
de discusión) que en la Cámara de Diputados;
- también ha sido incorporada al reglamento senatorial (el nuevo y extenso
–13 incisos- artículo 218) la sesión informativa a la que,
constitucionalmente, cada dos meses debe presentarse el jefe de gabinete de
ministros

Varios
- el artículo 41, inciso 9, contempla la posibilidad de que se levante un acta
especial de las sesiones públicas, cuando el Senado así lo resuelva; en todos
los demás casos, las actas serán reemplazadas por el Diario de Sesiones
(artículo 41 inciso 9);
- anualmente se liberarán al público los antecedentes existentes en el archivo
reservado, que tengan una antigüedad superior a 50 años (artículo 50);
- el artículo 219 contempla el muy discutido instituto del arresto de los
responsables de obstaculizar e impedir en cualquier modo o lugar el
ejercidio de la actividad parlamentaria de los senadores (requiriéndose dos
tercios de votos y previa posibilidad del ejercicio del derecho de defensa por
el ofensor);
- la “policía de la casa” depende del “comisario del cuerpo” (artículo 221);
- los artículos 225 y 226 reglamentan detalladamente al cuerpo de
taquígrafos;
- existen otras reglamentaciones específicas, aunque no incluidas
expresamente en el texto del reglamento del Senado. Tal, por ejemplo, la
que regula al cuerpo durante el proceso del juicio político, procedimiento
aprobado en 1867, y reformado en varias ocasiones posteriormente.

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