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Diferencia Entre Psicólogo y Amigo
Diferencia Entre Psicólogo y Amigo
Todos nosotros solemos preocuparnos ante la aparición de dificultades y cuando eso ocurre,
naturalmente buscamos sentirnos mejor, como por ejemplo, recurriendo a nuestros amigos para
que nos escuchen, aconsejen y, en algunos casos, nos ayuden a tomar decisiones. Definitivamente
el conversar con ellos, en esos momentos de dificultad, nos va a reconfortar y, muy
probablemente, nos saque de ese momento de tensión y/o preocupación; pero en base a ello,
podríamos decir que ¿recurrir a un amigo es igual que obtener apoyo psicológico?, ¿crees que tu
amigo puede hacer de psicólogo? ¿Y el psicólogo de amigo? Pues no.
Siento decirles que confesar un problema a un amigo jamás será lo mismo que conversarlo con un
psicoterapeuta. ¿Cuál es la diferencia?
2. Un buen psicoterapeuta conoce de métodos, posee habilidad para localizar todo tipo de
información del paciente, tanto verbal como no verbal. El adquirir mayor información
relevante, permite formular de manera clara y exacta estrategias de ayuda al paciente.
3. Por ejemplo, te debes haber dado cuenta que la mayor parte de las personas,
normalmente escuchamos siempre pensando en responder a lo que nos están diciendo en
ese momento; incluso, es muy común en conversaciones con amigos las interrupciones
con opiniones de antemano, que te impiden poder expresar lo que sientes. En el caso de
los psicólogos esto no ocurre, ya que hemos desarrollado una gran capacidad para la
escucha activa, sabiendo el momento indicado para interrumpir al interlocutor. Los
psicólogos, en este caso los psicoterapeutas, sabemos identificar las emociones durante el
diálogo, para trabajarlas junto al paciente.
6. Durante la conversación con un amigo, hay momentos en los que él es incapaz de decirte
directamente algo que sabe que puede no agradarte; intenta “quedar bien”. En el caso del
psicólogo, esta situación no va a darse, ya que seguramente te revelará aquello que un
amigo no se ha atrevido a decirte, te guste o no.
7. Las personas tenemos opiniones y perspectivas particulares de cada situación o hecho que
se nos plantea, en el caso de una persona con la que tienes amistad igual. Si le cuentas a
un amigo una situación determinada, este podrá darte su opinión muy particular, subjetiva
y sesgada, basada en sus propios valores, opiniones e historia de vida. Sin embargo, desde
la visión de un psicoterapeuta las cosas son diferentes, te mostrará una opinión objetiva,
no relacionada a su subjetividad por su amistad contigo.
8. Hay que tomar en cuenta que, inicialmente, tratar un problema con un psicólogo puede
ser más dificultoso, por aquello de tratarse de un desconocido para ti; pero también es
cierto que tendrás la certeza de que lo conversado siempre gozará de una absoluta
confidencialidad. En el caso de un amigo, esa certeza nunca la tendremos por completo,
pues al no tratarse de un secreto profesional corres el riesgo de que pueda enterarse otra
persona. De suceder esto, puede empeorar aún más la situación de la persona que confió
y es poseedora del problema, generando mayor ansiedad, tristeza y demás emociones
desagradables.
9. Cuando acudes a terapia, lo haces con la plena seguridad que en ella te sientes seguro
para expresarte con total libertad, sin miedo a ser juzgado; con plena libertad para
expresarte en función a tus necesidades. Esto estaría derivando, incluso, en que el proceso
psicoterapéutico se enriquezca y, lógicamente, tú serás el máximo beneficiado.
Con estas diferencias, quiero dejar en claro que cada persona en nuestra vida tiene un rol
fundamental y que estos no pueden mezclarse, pues no se harían nada bien. Los amigos
están con nosotros para compartir la vida y, en algunos casos, brindar soporte; pero no
necesariamente (en realidad no) para ayudarte a solucionar los dilemas particulares por
los que todos pasamos.
Entendido esto, ¡zapatero a tu zapato!