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IGUALDAD DE GÉNERO.

Primer pregunta.. ¿Qué es la igual de género?


América Latina y el Caribe es la región del planeta con más desigualdad,
discriminación y violencia. La situación afecta a millones de niñas, niños y
adolescentes.

Las identidades, vivencias, oportunidades y discriminaciones que experimentan


niñas, niños y adolescentes no son homogéneas; cambian según el lugar de
residencia, las normas sociales y la condición de pobreza.

A eso se le suman factores como vivir con algún tipo de discapacidad, pertenecer
a comunidades indígenas o afrodescendientes, además de las necesidades
específicas de niñas y adolescentes por el hecho de ser mujeres y menores de
edad.

La igualdad de género, para UNICEF, significa que mujeres, hombres, niñas y


niños deban gozar, por igual, de los mismos derechos, recursos, oportunidades y
protecciones.

Sin embargo, la realidad sigue evidenciando que niñas, adolescentes y mujeres en


su diversidad enfrentan aún hoy mayores desventajas por razón de su género. Las
desigualdades históricas que han enfrentado las mujeres en este sentido siguen
teniendo impactos intergeneracionales que alcanzan a la niñez actual.

Eso impide que se avance en el goce de condiciones de igualdad y en construir


nuevas relaciones sociales y entornos saludables y justos para niños, niñas y
adolescentes.
Apoyar el empoderamiento de niñas, adolescentes y mujeres

segunda pregunta ¿de qué forma impacta el

empoderamiento de niñas, adolescentes y

mujeres?
El empoderamiento de las niñas, adolescentes y mujeres es clave para romper
con el ciclo de discriminación y violencia. Cuando una sociedad consigue que las
mujeres –en toda su diversidad – alcancen su plena autonomía económica, física
y política, asegura que se cumplan sus derechos en igualdad de condiciones y,
por tanto, garantiza también que niños, niñas y adolescentes tengan un desarrollo
pleno.

De hecho, las normas de género afectan a los niños y los hombres porque ejercen
influencia en la forma como viven y actúan y en cómo esta información se
transfiere de una generación a la otra.

Tal y como lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), la
Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las
Mujeres (CEDAW por sus siglas en inglés), y la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad (CDPD), es crucial reconocer y proteger los
derechos de niñas, adolescentes y mujeres para transformar los patrones de
conducta y redefinir las relaciones de género.

Adicionalmente, como estrategia, proteger los derechos de todos y todas resulta


clave a la hora de superar las desigualdades de género que afectan a millones de
niñas, niños y adolescentes en la región de América Latina y el Caribe.
Apoyar el empoderamiento no es otra cosa que fortalecer los conocimientos y
capacidades para que más niños, niñas, adolescentes y mujeres tengan la
libertad, la información y el apoyo para tomar decisiones sobre su propia vida y
actuar para hacerlas realidad.

Sobre todo, porque la desigualdad de género permea todos los niveles: se hace
presente en las relaciones personales, familiares y sociales, pero también en las
instituciones y en las políticas públicas, y afecta no solo a las mujeres y a las
niñas, sino también a los hombres y a los niños.

Para lograr cambios significativos en materia de igualdad de género es necesario


aumentar la sensibilización y fomentar un cambio de conducta, así como promover
políticas públicas que transformen las dinámicas de poder y las relaciones
desiguales de género. 

Una participación significativa permite a niñas, niños y adolescentes adquirir


conocimientos y habilidades, desarrollar competencias, innovar y tener
autoconfianza. Adicionalmente, los posiciona como agentes de cambio a la hora
de avanzar hacia la igualdad de género, a través de capacidades como el
compromiso, el respeto y la tolerancia.

Para que sus sueños sean realidad y gocen de un desarrollo integral, UNICEF
promueve la igualdad de género y apoya el empoderamiento de las niñas,
adolescentes y mujeres.
A nivel mundial, casi 1 de cada 4 niñas entre los 15 y los 19 años carece de
empleo y no se está educando ni capacitando, en comparación con 1 de cada 10
niños.
Sin embargo, en la primera infancia no se observan mayores disparidades entre
los géneros. Las tasas de supervivencia al nacer son más altas entre las niñas,
que tienen más probabilidades de desarrollarse adecuadamente y de recibir
enseñanza preescolar. Entre aquellos que logran cursar la enseñanza secundaria,
las niñas tienden a superar a los niños en lectura en todos los países que
disponen de datos.
Pero el comienzo de la adolescencia puede presentar considerables obstáculos al
bienestar de las niñas. Las normas de género y la discriminación incrementan el
riesgo de embarazo no deseado, VIH/SIDA y malnutrición. Especialmente en
contextos de emergencia y en lugares donde la menstruación sigue siendo tabú,
las niñas se ven privadas de la información y los elementos que necesitan para
mantenerse saludables y seguras.

Tercera pregunta...¿Qué está haciendo UNICEF para promover la


igualdad de género?
Reducir las desigualdades fortalece las economías y crea sociedades más
estables y resistentes que ofrecen a todas las personas –incluidos los niños y los
hombres– la oportunidad de alcanzar su potencial.

UNICEF forja alianzas a nivel mundial para acelerar los progresos hacia el logro
de la igualdad de género. En todas las esferas de nuestro trabajo integramos
estrategias que abordan la discriminación y las desventajas relacionadas con el
género.

Esto implica formar alianzas con los sectores de la salud de los países, a fin de
ampliar la atención materna de calidad y apoyar la profesionalización de los
trabajadores comunitarios de la salud de primera línea, que son mujeres en su
mayoría. Lo anterior implica promover el papel de la mujer en el diseño y la
gestión de los ecosistemas de agua, saneamiento e higiene. Y significa colaborar
con el sector de la educación para que las niñas y los niños prosperen en su
aprendizaje y encuentren caminos que les permitan conseguir empleos dignos.

UNICEF invierte especialmente en la capacitación de las niñas adolescentes, con


el propósito de mejorar su autonomía económica, como emprendedoras,
innovadoras y dirigentes. Dedicamos particular atención a la creación de entornos
de aprendizaje adaptados a las circunstancias individuales de las niñas; al
desarrollo de tecnologías de apoyo para las niñas con discapacidad; y a la
expansión de las plataformas digitales, la formación profesional y el aprendizaje.

Apoyar a las niñas en el camino de la educación al empleo requiere más que


oportunidades educativas. Exige mantenerlas a salvo de todas las formas de
violencia, tanto en la escuela como fuera de ella.

Nuestras iniciativas destinadas a prevenir y responder a la violencia basada en el


género contribuyen, entre otras cosas, a poner fin al matrimonio en la infancia, a
eliminar la mutilación genital femenina, a suministrar espacios seguros, a apoyar la
gestión de la salud menstrual, a prestar asistencia para el VIH y el SIDA, y a
satisfacer las necesidades psicosociales. Invertimos en modelos innovadores que
ayudan a proteger incluso a las niñas a las que resulta más difícil atender, como
por ejemplo espacios virtuales seguros y aplicaciones que les permiten denunciar
hechos de violencia y entrar en contacto con recursos y ayudas locales.

Con el objeto de orientar las decisiones en materia de inversión y programación en


los planos nacional y mundial, reunimos, cuantificamos e intercambiamos datos de
suma importancia para comprender los problemas actuales y los nuevos retos, y
encontrarles solución. Además, aprovechamos la capacidad de los jóvenes para
hallar soluciones en beneficio de su propia generación.

Fuentes bibliográficas

https://www.unicef.org/es/igualdad-de-genero

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