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LECH WALESA: “EL PODER ES UN HUESO MUY DURO DE ROER” (Biografía obtenida
del libro de ELIA LANSER, LECHA WALESA, EDICIÓN ILUSTRADA, VISUAL
BIOGRAFÍAS)
Lech Walesa nació el 29 de septiembre de 1943 en Popowo, Polonia. De pequeño
lo llamaban “Leszek”. Fue el sexto de nueve hermanos. Sus padres eran católicos.
Su padre ejercía el oficio de carpintero, el cual heredó de sus tíos y hermanos
mayores. Vivió en Dobrzyn, aprendió a amar y respetar las banderas socialistas
soviéticas que representaban la hoz y el martillo, pues el gobierno ruso convirtió a
Polonia en un país socialista, según los tratados de Yalta y Potsdam, mismos que
se firmaron al término de la 2ª guerra mundial. Realizó estudios en electricidad y a
los 17 años comenzó a trabajar como electricista. El fin de semana iba de pesca.
Era muy grato para él esperar pacientemente a que los peces picaran.

En la década de los sesentas, se enlistó en el ejército para realizar su servicio


militar, obteniendo el grado de cabo. Sus compañeros lo recuerdan como un
muchacho alegre y vivaz que gustaba de hacer bromas.

En el año de 1967 se traslada a Gdansk y trabaja como electricista en “Los Astilleros


Lenin” de esta ciudad (reparación y construcción de embarcaciones). A los 24 años
se enamora de una vendedora de flores, con la cual decide formar una familia: “la
elección no es equivocada, difícilmente hubiera podido encontrar una mejor
compañera, ella lo comprende a la perfección…lo apoya en todo y le da libertad
para que logre realizar sus aspiraciones…” Al año siguiente se casan. La ceremonia
fue sencilla, Danuta Miroslawa aceptó llevar una vida llena de dificultades y
sinsabores. Llegaron los hijos y aprendieron a vivir en departamentos muy
reducidos. Cuando su esposo Lech estaba en casa, le ayudaba a realizar trabajos
domésticos y a cuidar de los niños.

En 1971 comenzó su actuación en los sindicatos libres, pues junto con otros líderes
obreros marchaba profiriendo protestas. Cuando los problemas alcanzaron a los
“Astilleros Lenin”, donde él trabajaba, formó parte del Consejo de Empresa y de los
sindicatos oficiales. Las demandas estaban encaminadas a mejorar su nivel de vida,
ya que desde 1956, el mandatario de Polonia, jefe del Partido Obrero Unificado
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Polaco, Wladyslaw Gomulka, prometió mejoras que no se concretaron, pese al gran


esfuerzo de los trabajadores por incrementar la producción. Había una profunda
desigualdad económica social entre la población y los líderes del partido
mencionado.

Ante este panorama, Lech Walesa se convirtió en activista, defendiendo los


derechos elementales de los hombres, luchó hombro a hombro con sus
compañeros. Más tarde se anexarían a SOLIDARNOSC (Sindicato SOLIDARIDAD).

Las características que distinguirían a Walesa son las siguientes:

- Principios firmes.
- Mucha energía.
- Inteligencia.
- Luchador incansable por sus convicciones y principios.
- Enérgico.
- Seguro de sí mismo.
- Conciliador.
- Líder.

La represión no se hizo esperar, por lo que decenas de personas son asesinadas


por protestar por un sueldo miserable. Los manifestantes pertenecían a las
fábricas de Gdansk, Gdynia, Azczecin, Elblag…

Como respuesta, se organizaron huelgas, las cuales se extendieron por todo el


país, de modo que el 60% de las fábricas se encontraban inactivas. Walesa
buscaba una posible negociación, pues en aquel entonces no se pensaba en
derrocar al Socialismo.

Como resultado de lucha, Gomulka fue sustituido por otro dirigente de apellido
Gierek, sin embargo, Walesa no se confía y se prepara para continuar la lucha,
pues está seguro de que podían conseguir otros triunfos. Por esta razón, su
esposa Danuta asumió por completo el cuidado de la familia.

Las negociaciones con las autoridades dan como resultado incrementos en los
salarios más bajos y en las pensiones, sin embargo continuaron las huelgas,
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porque los líderes querían la liberación de los presos políticos y el castigo para
los culpables de la represión.

En 1972, recién electo Gierek, inició un diálogo con los obreros de Gdansk,
durante el cual Walesa expone un pliego petitorio que fue aceptado por el nuevo
dirigente:

1. Permitir elecciones libres en partidos y sindicatos.


2. Liberación de presos políticos.
3. Castigo a los culpables de la represión.

La tensión prevalecía en las fábricas, los precios se congelaron y sobrevino la crisis,


para solucionarla el nuevo gobierno solicitó préstamos a occidente.

Este periodo fue difícil para los huelguistas, debido a que son espiados, por lo que
Danuta, su esposa, se cambió varias veces de departamento y Walesa se mantuvo
alejado de su familia para evitar ser detenido.

La población muestra profunda fidelidad a Walesa y a otros líderes, por esa razón
fueron protegidos y escondidos. Las autoridades se dan cuenta del gran apoyo que
existe para este movimiento y se cuidan de cometer errores graves.

Se libra una lucha entre el gobierno y los obreros, la economía estalla en crisis
nuevamente, ahora los comités se han hecho fuertes, han creado suplementos
informativos para comunicarse con la gente, entre ellos destaca Robotnik (El obrero)
el cual tiene como principal portavoz al líder sindical Lech Walesa, reconocido a
nivel nacional. Esta revista une a sectores obreros que están dispersos y ayuda a
los trabajadores a resolver sus problemas de reivindicación a través del Comité de
Defensa Obrera (KOR), organización creada para aportar sostén jurídico, financiero
y médico a los huelguistas que eran perseguidos por la represión.

Para el año de 1976 Polonia estaba muy endeudada con occidente, los precios no
podían seguir congelados y los salarios ya no podían sostenerse a ese ritmo, así
que el gobierno anuncia un incremento en los precios, los cuales se van por las
nubes. La reacción de los trabajadores consistió en huelgas y protestas callejeras.
El sindicato oficial trata de frenarlos, por lo que los líderes del movimiento anuncian
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su descontento. Walesa es uno de los más enconados enemigos del sindicato oficial
y ayuda a redactar una serie de reivindicaciones en favor de los trabajadores. Es
despedido de su empleo. En la clandestinidad continúa su lucha. Para este
momento tenía 4 hijos y su familia vivía en un departamento muy pequeño.

Walesa huye a la costa de Polonia junto con otros activistas y organizan los
sindicatos libres. Con esta acción se declara enemigo del sistema gubernamental.
Su familia fue socorrida por los amigos de Walesa. Para este momento se ha dado
cuenta de que es necesario cambiar de raíz el mando gubernamental. Es
encarcelado mientras su esposa da a luz a la pequeña Ana. Durante estos años es
detenido y puesto en libertad en más de 90 ocasiones.

Para Walesa su fe religiosa está depositada en la Patrona de Polonia, en la virgen


Czestochowa, ella lo ha inspirado a llevar a cabo su movimiento disidente y le ha
dado fuerzas para continuar.

La religión católica ha sido desde tiempos muy antiguos, un firme baluarte de la


población polaca. Esta se ha apoyado en el catolicismo ante los constantes
infortunios, siendo una nación que ha quedado indefensa ante las múltiples
reparticiones que se han hecho de su territorio. En 1939, por ejemplo, los nazis
alemanes invadieron el país y firmaron junto con los rusos un acuerdo mediante el
cual se repartieron a Polonia. Al terminar la 2ª guerra mundial, el territorio pasa a
poder de los rusos quienes implantaron un sistema gubernamental calcado del suyo
(socialismo estilo soviético). El cardenal Wysynski, una de las grandes
personalidades de la historia eclesiástica polaca llegó a firmar, sin autorización
expresa del Vaticano un convenio con las autoridades estalinistas, (abril de 1950),
reconociendo al gobierno legítimo y renunciando a cualquier actividad o
manifestación de carácter político, a cambio de que se permitiera a la Iglesia seguir
ejerciendo sus funciones litúrgicas y pastorales, mantener la enseñanza de la
religión en las escuelas públicas y conservar la Universidad Pontificia de Lublin,
fundada en 1918 y única existente en los países del Este. Pero, una vez establecido
el gobierno, comenzaron los hostigamientos hacia la iglesia polaca, de modo que
tuvieron que reducir el culto, sufrir el cierre de iglesias, conventos y persecuciones.
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Sin embargo las autoridades se dieron cuenta que para evitar problemas, debían
tolerar la fe católica.

El pueblo polaco se ha distinguido de otros por su ferviente catolicismo y, por lo


tanto, la familia de Lech Walesa no sería la excepción. Dicho pueblo se llenó de
júbilo cuando el domingo 22 de octubre de 1978, es oficialmente proclamado el
nuevo Papa de nacionalidad polaca, Karol Wojtyla, quien contribuye en la liberación
de Polonia. Este Papa, fue el número 264 de la Iglesia Católica.

Esta noticia no fue del agrado del gobierno, ya que entre la Iglesia Católica y la
ideología socialista del Estado no había buenas relaciones. La Iglesia soportó ser
tratada como el principal oponente ideológico del nuevo sistema. Hacia 1970 se
declara defensora de los Derechos Humanos y poco a poco se convierte en la
mediadora entre gobierno y el Movimiento Reivindicativo Popular.

Para 1980 la deuda externa de Polonia creció a 23 mil millones de dólares, lo que
supone casi el total de sus exportaciones, esto pone en evidencia a una Polonia
endeudada que no ha administrado los recursos y no ha aprovechado bien la
materia prima. La población se rebela ante las medidas de austeridad impuestas
por las autoridades.

En julio de 1980, mientras Walesa actuaba en la clandestinidad, el malestar en los


Astilleros de Gdansk crecía, pues despiden a Ana Walentynova, una de las
principales líderes del Movimiento Reivindicativo Popular y colaboradora cercana
de Walesa. Comienzan las huelgas nuevamente en varias ciudades, en todas ellas
reclaman aumentos de salarios y congelación de precios.

El 14 de agosto en Gdansk 17 mil obreros protestan por el despido de Walentynova


y por la limitación de sus derechos sindicales. Días después Walesa encabezaría el
Comité de Huelga Interpresarial (MKS) que elabora un total de 21 puntos en un
pliego petitorio, el pueblo se une y reprueba la represión del gobierno. Walesa se
coloca sobre su chamarra una insignia sindical: la virgen de Czestochowa y una
fotografía de Karol Wojtyla. Es imitado por los demás y juntos expresan la siguiente
consigna: “Fieles a Dios y a Solidaridad”. Posteriormente hicieron una huelga
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general y triunfaron. Durante este conflicto, se llevaron a cabo misas para pedir por
los obreros.

En el mundo, había inquietud por conocer a Lech Walesa, de modo que viaja por
Francia, Italia, Japón, Suecia, y es invitado como huésped de honor a Ginebra,
Suiza, sede de la ONU.

Por su popularidad, las autoridades de Polonia estaban en sus manos y el 31 de


agosto de 1980 es llamado para negociar. De esta plática se produjeron los
“Acuerdos de Gdansk”, relativos a la creación de sindicatos independientes, los
cuales encaminaron al Movimiento a obtener su registro como sindicato
independiente el 10 de noviembre. Por esta razón, se convirtió en la segunda
persona más importante del país, después del Papa Juan Pablo II.

El 6 de septiembre de 1980, el dirigente Gierek es sustituido por Kania. Pero el


impulso ya estaba dado y el 22 de septiembre, 35 comités de huelga constituidos
en sindicatos locales deciden fusionarse tras diversas reuniones, formando un solo
sindicato “Solidaridad” que respetaría la autonomía de cada uno de ellos.

El 24 de octubre Solidaridad se legaliza, constituyéndose en sindicato


independiente. Nadie podía detener los sueños de Walesa. El 16 de diciembre un
millón de personas acudieron a inaugurar el monumento a las víctimas de 1970 en
Gdansk; participan Solidaridad, el gobierno, la Iglesia, el ejército.

El sábado 10 de enero de 1981, hubo paro de labores durante 24 horas, pues los
obreros exigían los sábados libres. Walesa convoca al paro y el 24 de ese mes se
van a huelga general. El gobierno accede a conceder los sábados libres, pero
además se pedía liberalización de la censura, acceso a los medios de
comunicación, pues no se llevaban a la práctica a pesar de haber sido firmados en
los Acuerdos de Gdansk. También se solicitaba la legalización de la sección
campesina del sindicato Solidaridad. Las propuestas son aceptadas, pero eso no
impidió las represalias.

Por su parte Kania es reelegido, mientras que Lech junto con los dirigentes deciden
hacer un llamamiento a los trabajadores de los países del Este, para que formen
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sus propios sindicatos independientes. Hay datos que muestran que durante 1981
el sindicato Solidaridad logró la afiliación de 10 millones de personas. Las pequeñas
agrupaciones que estaban dispersas se habían unido a solidaridad.

El sindicato Solidaridad se dedicó a consultar con la población cada uno de los


acuerdos que se presentarían a las autoridades; de esta manera la gente aprendió
el significado de la palabra “democracia”. También se dedicaron a dialogar en los
centros de trabajo para explicar por qué era conveniente parar una huelga o
continuarla. Su líder, Lech Walesa siempre temía a la represión y les explicaba que
podían sufrir una intervención armada por parte de la Unión Soviética y eso
empeoraría las cosas: “Lo que me inquieta es que menospreciemos al oponente.
Confiamos demasiado en nuestra fuerza, y al mismo tiempo, no vemos todos los
medios que el oponente tiene para hacernos aceptar sus razones. Uno de ellos
consiste en cercanos por hambre este invierno que empieza…con estas actitudes
de omnipotencia son mínimas las posibilidades que tenemos de vencer.”

En octubre de 1981, mientras Lech Walesa era reelecto como presidente de


Solidaridad, los paros laborales no cesaban, pese a que se temía una intervención,
por las constantes amenazas del gobierno. Walesa y su esposa Danuta visitaron el
Vaticano y se entrevistan con su santidad el Papa Juan Pablo II. Durante su charla,
el Papa centró su interés en el objetivo de la cristiandad y la solidaridad que debe
prevalecer entre los seres humanos (eso representaba el sindicato Solidaridad), por
lo que pidió fidelidad a estos valores y a la doctrina social de la Iglesia Católica.

Solidaridad decidió participar en las elecciones para nombrar líder del país. Walesa
sabía que la confrontación con el gobierno era inevitable.

La prensa de Europa occidental manifiesta su simpatía por Lech Walesa dándolo a


conocer como un portavoz de la política de la Iglesia, pero a la vez como un hombre
realista que muestra energía con los trabajadores, cuando los confronta con el
irrealismo de las reivindicaciones que anhelan sin pensar en las consecuencias.

El 13 de diciembre de ese año, el Parlamento decretó la limitación huelga y los


dirigentes de Solidaridad son detenidos. La revisión de correspondencia privada, los
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toques de queda, las detenciones en masa, los arrestos, cateos, las persecuciones
se convierten en un escenario cotidiano. La respuesta de la población es descrita
por Walesa: “Los polacos son increíblemente unidos y saben esperar y sufrir
pacientemente, por eso no hubo derramamiento de sangre, son muy disciplinados
y por eso ahora que contemplo cuánto ha sufrido mi pueblo, pienso que merece vivir
bien, yo quiero para los polacos lo mejor.”

Los países occidentales lamentan los acontecimientos sucedidos en Polonia,


especialmente los Estados Unidos de Norteamérica. Los dirigentes de los países
mandan mensajes a Polonia a través de los medios de comunicación.

Los polacos se reorganizan en las calles, los campos y las fábricas. Walesa se
reunió varias veces con el general Jaruzelsky y con una autoridad eclesiástica de
Polonia, Monseñor Glemp, para llegar a un acuerdo, pero el gobierno ya no estaba
dispuesto a conceder más derechos. Walesa fue detenido sorpresivamente y
permaneció en la cárcel por 11 meses, a unos cinco kilómetros de la Unión
Soviética. Mientras estuvo aislado, se dedicó a estudiar; tenía algo de libertad para
leer (tenía al alcance libros de historia y de cultura general).

Su arresto levantó protestas mundiales, su popularidad traspasó las fronteras y


desde 1980 ya estaba consagrado como un gran personaje que luchaba por la
democracia, no nada más para su país, sino para aquéllos trabajadores reprimidos
por gobiernos. Walesa fue propuesto en dos ocasiones como candidato al premio
Nobel de la Paz.

La mayoría de los dirigentes fueron arrestados y a pesar de esto los que quedaron
libres siguieron como miembros activos en la clandestinidad. Ya sin un sindicato
que los amparara, decidieron seguir adelante con la resistencia, repartiendo folletos
y dando comisiones a las personas que se acercaban a colaborar e incluso lograron
el funcionamiento de una estación de radio pirata que logró llegar a la población y
mantenerla unida.

El 12 de noviembre de 1982 se le dejó en libertad y volvió a su casa. Ahí conoció a


su pequeña hija María Victoria, quien había nacido cuando él estuvo en prisión.
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Cinco semanas antes de su liberación, el 8 de octubre de 1982, el sindicato


Solidaridad había sido disuelto legalmente por el Parlamento, cuando éste votó una
nueva ley sobre sindicatos.

La revista Visión llevó a cabo una votación y resultó electo como “Hombre del año
1982”; votaron por él los columnistas, el director de la revista, Juan Pablo II, el
presidente Felipe González y el escritor Gabriel García Márquez. En 1981 le
otorgaron en la Universidad de Columbia, Estados Unidos, el Doctorado de Honor;
fue distinguido con la medalla de La Libertad en Filadelfia ese mismo año; le dieron
el Premio del Mundo Libre en Noruega en 1982, un Doctorado de Honor en
Notredame, otro en Harvard en 1983, otro en París ese mismo año. El máximo
premio otorgado fue el de la Academia Sueca al nombrarlo Premio Nobel de la Paz
el 6 de octubre de 1983. Walesa recibió la buena noticia en la iglesia de Santa
Brígida, parroquia de Los Astilleros de Gdansk. El premio monetario lo destinó a un
Fondo de la Iglesia Católica para ayudar a los granjeros privados, que laboraban el
75% de la tierra cultivable del país. El reconocimiento lo recibió su esposa Danuta.

La desorganización existía en Polonia. El Estado no tenía una dirección definida, si


bien la Unión Soviética se cuidó de intervenir militarmente (tenía la presión de
Francia y Estados Unidos), mientras tanto, la Iglesia Católica, a través de los
Comités Sociales de Ayuda Personal, auxiliaba a los que estaban sin trabajo a
causa de la represión.

La prensa occidental lo calificó de “bombero”, porque apaciguaba los brotes


huelguísticos que aparecían constantemente. Pero en su casa le era difícil
reprender a sus hijos, pues estaban acostumbrados a la madre. Un día quiso
reprender a uno de ellos y éste le recordó que era Premio Nobel de la Paz y que no
le estaba permitido usar la violencia.

La tensión en la que vive se empieza a mostrar en su rostro: viajes, preocupaciones,


ataques de la Unión Soviética. Esto le resta tiempo para dedicarse a sí mismo, a los
consejos del médico y a la atención de sus hijos.
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De vez en cuando se dirige a pescar, su deporte favorito. También le gusta caminar


y descubrir setas (hongos) comestibles.

La dirección del sindicato está nuevamente en sus manos.

Durante mayo y agosto de 1988, Walesa fue el primero en protestar cuando la


situación en Los Astilleros parecía volver a la misma situación de años atrás. Los
trabajadores se habían organizado nuevamente y habían fortalecido al sindicato;
con Walesa a la cabeza comenzaron dos de las protestas que serían el detonador
de los cambios tanto en Polonia como en la Europa comunista. Solidaridad aún era
considerado ilegal, pero la población consideraba que eran los únicos capaces de
definir el rumbo del país.

El Partido Comunista comprendió que su futuro dentro de la política había terminado


y se fuero retirando poco a poco.

En el mes de diciembre surgió “El Comité Cívico” de Lech Walesa que agrupaba a
la vanguardia de la oposición polaca. Al mismo tiempo, la revista soviética “Tiempos
Nuevos” recogía la siguiente declaración de Lech Walesa: “¿Qué queremos? La
desestalinización, la renuncia a las estructuras totalitarias y a la herencia del
estancamiento”. Lech Walesa opinaba lo siguiente:

“Mire usted, Polonia, la URSS, todos los países de la comunidad van a la zaga de
Occidente en tecnología. Estuve hace poco en París y volví a constatar que en el
plano intelectual no somos menos que los estadounidenses y europeos
occidentales. Quiere decir que tenemos que poner con urgencia la sociedad a la par
con las demandas de las postrimerías del siglo XX, a tenor con la época de satélites
artificiales, computadoras, videos. Por lo tanto, no hay que temer a la demolición de
usos y estereotipos desfasados. Es lo mismo que hacer reparaciones en casa.
Primero hay un terrible desorden, pero los obreros hacen su trabajo, el dueño lo
pone todo en su lugar y vive mejor que antes. Las reformas son imprescindibles: Lo
queramos a no, debemos cambiar de vida. El problema son los plazos y el precio.
Estoy por transformaciones rápidas, pero no quiero que le cuesten demasiado a la
gente sencilla.”
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Entre febrero y abril de 1989 se convocó una mesa de negociación a los principales
líderes del movimiento, entre ellos, Lech Walesa. El triunfo fue rotundo, el
Comunismo se alejaba, la alegría inundó ese país, Solidaridad era la única vía para
salir de la crisis económica y su líder debería tomar las riendas de Polonia.

El 4 de junio de 1989 se celebraron elecciones parcialmente libres para constituir la


Dieta (Parlamento) y el Senado, en las cuales los comunistas fueron vencidos.
Entonces Walesa entabló negociaciones con los distintos líderes de otras
agrupaciones para estudiar la posibilidad de crear un gobierno de coalición, y
Solidaridad propuso a Tadeusz Mazowiecki como candidato para Primer Ministro
(equivalente a Presidente). Walesa no se postuló para este cargo porque decía que
no quería perder su libertad.

Mientras tanto, Walesa fue invitado por algunos políticos a visitar sus países, ese
fue el caso de George Bush, presidente de Estados Unidos; Margaret Tatcher,
Primer Ministro de Inglaterra; Francois Miterrand, Presidente de Francia; Boris
Yeltsin, líder de la Federación Rusa, y también por el Papa Juan Pablo II.

Viajó por varios países para obtener apoyo financiero para su país, logró que
George Bush condonara el 70% de la deuda que el anterior gobierno polaco contrajo
con este país.

Se hicieron críticas a las reformas que el gobierno de coalición estaba llevando a


cabo en Polonia ya que se hablaba de un retroceso en los diferentes sectores de la
vida polaca, arguyendo que vivían mejor con el sistema comunista. Walesa sale a
la defensa e ilustra con sus clásicos ejemplos en los que toma las parábolas bíblicas
para indicar que deben ser pacientes: “Hagamos de cuenta que esta habitación
donde me encuentro necesita ser reformada. Llegan los albañiles, los carpinteros,
con sus escalas, baldes, pinturas, brochas, serruchos, martillos y clavos y empiezan
a raspar las paredes y retirar los zócalos. Quien entrara en ese momento diría:
¡Caray! Esta recámara está mucho peor que antes. En la época de los comunistas
estaba mejor. Ese es el momento en que nos encontramos en Polonia. Estamos en
plena reforma. Y debo admitir que por eso, el nivel de vida polaco medio está peor
que en la época del régimen comunista.”
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Sin embargo, en ese tiempo el líder polaco comenzaba a inquietarse, porque el plan
económico denominado “Balcerowicz” estaba bajando la inflación pero a un precio
muy alto: los ciudadanos tenían un nivel de vida muy bajo, los precios de los
artículos de primera necesidad estaban por las nubes y los bolsillos vacíos. Eso lo
decidió a intervenir directamente en el gobierno.

En el año de 1989 se le otorgó el Premio europeo de los Derechos Humanos. El 19


de julio de ese año triunfa el candidato postulado por Solidaridad Wojcieh Jaruzelski,
y como Primer Ministro Tadeusz Mazowiecki, mientras Walesa piensa en su
postulación como presidente. Se produce un desacuerdo entre Walesa y el primer
ministro, por lo que anuncia que buscará la presidencia en las próximas elecciones.
Mientras tanto, fue reelecto como presidente de Solidaridad. En septiembre,
después de haberse entrevistado con el Papa, postula su candidatura para la
presidencia de Polonia.

El 9 de diciembre de 1990 Lech Walesa es elegido por sufragio universal, presidente


de la República de Polonia. En entrevista con la prensa señaló que ninguna
democracia se puede formar en poco tiempo: “Nosotros no tenemos mucho tiempo,
debemos hacerlo cuando mucho en 20 años y no resulta fácil, ya que no nos
podemos basar en nuestros propios errores y experiencias porque carecemos de
ellas. Somos una sociedad que despierta después de 50 años, pero podemos
aprender de los demás países.” Amante de la paz, siempre se ha mostrado a favor
de las soluciones pacíficas, buscando fomentar los vínculos de hermandad entre
colores y razas. Cuando la prensa soviética trató de desacreditarlo calificándolo de
antisemita, él lo negó y aunque no le correspondía hacerlo, pidió perdón a nombre
de todos los polacos por su supuesto antisemitismo. “Pedir perdón, nunca ha
sobrado a nadie, si recurriéramos a esta palabra con más frecuencia, sería posible
construir un presente y un futuro sobre bases más claras…”

En 1993, después de tres años de gobierno, Walesa enfrentó una situación


económica difícil. Cuando cumplió cincuenta años se veía cansado: el poder lo
había consumido, su cabello casi plateado en su totalidad hacía un marco nostálgico
de su rostro que dibuja una sonrisa triste cuando asegura: “El poder es un hueso
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muy duro de roer”. No le quedaba tiempo para salir a pasear tranquilamente en el


anonimato. También se aficionó a la lectura de novelas policiacas; leía las dos o
tres primeras páginas y trataba de imaginarse qué venía después, luego consultaba
el fin de la novela, si el autor era más ingenioso que él, leía todo el libro, y si no, lo
dejaba de leer.

Con respecto a la relación con Rusia se inclina hacia la conciliación: “Cuanto nos
separó en el pasado hay que eliminarlo.” Decidió reconocer las fronteras como
quedaron después de la 2ª guerra mundial para evitar nuevos conflictos. “Tenemos
que hacer lo mejor posible para que las diferencias políticas, sociales y raciales no
dividan al ser humano…tenemos que orientar al mundo hacia la democracia y
libertad”.

Amante de la paz, opina que la guerra siempre está de algún modo dentro del
hombre, pero “…es tiempo de aspirar a la solución de los conflictos sin utilizar la
fuerza…”

Solidaridad se fue abriendo paso a paso, con pequeños logros que, en el contexto
mundial, fueron pasos gigantescos. La reforma de la Perestroika impulsada por
Mijail Gorbachov fue aceptada en Polonia y por el mismo Walesa.

Puso en marcha un plan conocido como “Plan de choque”. A un año de ejercitarse,


se buscó una alternativa, pues los problemas se intensificaron y los trabajadores se
quejaron con Walesa y pedían mejoras. El desempleo aumentó, los campesinos
estaban inconformes y acusaban a Solidaridad de traición. Walesa los calmaba: “
El cambio tiene que ser lento, debemos ajustarnos el cinturón”. La población no
comprendía lo que está pasando, creían que los beneficios llegarían de inmediato,
incluso se produjo división dentro de Solidaridad.

Los esfuerzos de su gobierno se orientaron a establecer el sistema capitalista, con


buenos resultados a pesar de que unos 50 mil polacos cruzaron la frontera de
Alemania en abril de 1991, aprovechando la supresión del visado obligatorio, lo que
originó protestas de grupos neonazis (tras la reunificación tomaron fuerza). Se firmó
un Acuerdo de Amistad y buena vecindad entre Polonia y Alemania.
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Su mandato presidencial duró del 22 de diciembre de 1990 al 22 de diciembre de


1995. Se le criticó por posturas conservadoras como el rechazo al Aborto.

Con el tiempo, la industria caminó alentadoramente elaborando maquinaria,


locomotoras, vagones, automóviles, hilados y tejidos, productos químicos y
farmacéuticos, cemento, azúcar, alcohol y bebidas (obtenidas de la papa), aceites
y conservas vegetales. Actualmente explotan hierro y acero, carbón, zinc, cobre,
plomo, azufre, arcilla, mármol, granito, sal y petróleo. El 57% de su población activa
se dedica a la agricultura. Cultivan cereales, papa, remolacha azucarera, lino,
cáñamo, tabaco, etc.

Nota: la biografía se completó con datos obtenidos de:

-Ortiz, R., (2001), CIDOB Barcelona Internacional, consultado el 21 de diciembre


de 2020 en
https://www.cidob.org/biografias_lideres_politicos/europa/polonia/lech_walesa

-Ocaña, Juan Carlos (2003), Historiasiglo20.org en


http://www.historiasiglo20.org/BIO/walesa.htm

-Entrevista a Lech Walesa, (octubre 2014) ( Lo que ocurre en México me parece


una falta de democracia) en https://www.youtube.com/watch?v=vnwIMcDUo1g (liga
de Youtube)

-Lech Walesa de visita en México (2009) en


https://www.youtube.com/watch?v=KoKcHM3zN6g

Película: “Walesa, la esperanza de un pueblo” en


https://www.youtube.com/watch?v=OyBukch0Yg4

Instrucciones:
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a) Leer el documento de forma individual y ver la película sobre este personaje,


la liga está en las fuentes de consulta.
b) En equipos de 5 integrantes obtener las ideas centrales y desarrollarlas en
cualquiera de las siguientes opciones: Padlet (equivalente a periódico mural),
Piktochart (infografía), Powtoon (power point animado), Pixton (Historieta o
comic) u otro que ustedes conozcan.
c) Tópicos a desarrollar:
- Tema 1 : Datos biográficos (combinar con imágenes). Fecha de nacimiento,
lugar, datos sobre su familia de origen, religión practicada, estudios, datos de
su esposa, cuántos hijos tiene, razón por la que se convirtió en activista (qué
defendía, qué logró), su papel en Solidaridad, cargos políticos de
importancia.
- Tema 2: Sindicato Solidaridad (cuándo se fundó, qué tipo de personas lo
integraron, cifra aproximada, importancia, demandas, resultados, investigar
si aún existe).
- Tema 3: Lech Walesa (ideas, demandas) y la Iglesia (importancia en la lucha
sindical y en la caída del socialismo).
- Tema 4: Reconocimientos otorgados a Walesa en el extranjero (qué
significan, por qué se otorgan, años en que fueron dados).
- Tema 5: Viajes de Walesa a occidente y líderes que lo reconocieron.
- Tema 6: Acciones de gobierno de Walesa como presidente (dos políticas,
dos económicas, dos sociales).
- Tema 7: Conferencias de Yalta y Potsdam (contenido, qué tienen que ver con
Polonia en el aspecto territorial y de gobierno).
- Tema 8: Pacto de No Agresión entre la Unión Soviética y Alemania (fecha,
contenido, importancia, en qué afectó a Polonia).
- Tema 9: Película Karol Wojtyla, el hombre que se convirtió en Papa (Papa
Juan Pablo II). Se encuentra en youtube (José G.R., 25 septiembre de 2013,
tiempo duración 2:40:29 https://www.youtube.com/watch?v=MYJPZU6rW58)
Contestar preguntas.
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¿Quién fue Karol Wojtyla? (cuándo nació y murió, quiénes fueron sus padres
y cuántos hermanos tuvo, estudios realizados, fechas de su pontificado,
características principales de éste), según la película, ¿cómo le impactó la
experiencia de la 2ª guerra mundial?, ¿cómo contribuyó la Iglesia polaca y
su santidad, en la caída del socialismo en ese país?, proporcionar dos
ejemplos extraídos de la cinta, sobre su humanidad y dos ejemplos más
sobre su fortaleza de corazón (por ejemplo, cuando llora ante la muerte de
un niño a causa del bombardeo lanzado por los nazis a su país). Exposición
en zoom en 10 minutos, usando una aplicación, en donde destaquen las
imágenes sobre el texto.
d) Expondrán su trabajo en zoom. Cada equipo tendrá 10 minutos.
e) Calificación de 2.5 si cumplen con los siguientes criterios.
Entrega a tiempo (subirán la liga, o el archivo o aplicación a classroom).
Buena presentación (sin errores ortográficos, ni de dedo).
Manejo de ideas centrales (no saturar de información, deben predominar las
imágenes).
Uso de colores de fondo acordes al tema, a lo que se desea representar
(ejemplo: si hablo de Fascismo, puedo utilizar un tono serio como el gris o
como el azul (sin que opaque lo escrito) ya que se trata de un gobierno
autoritario).
Uso de efectos especiales…
Citar fuentes de consulta.

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