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Más allá de lo controvertidas que fueron en su época El cubismo, el surrealismo, el dadaísmo, el expresio-
y aún hoy día, es indudable que las vanguardias histó- nismo… sin duda serán puntas de lanza en la nueva
ricas representan uno de los periodos más fecundos e concepción artística del mundo contemporáneo. Por
innovadores de toda la historia de la pintura. En solo ello hoy no es difícil encontrar ejemplos en el diseño,
cincuenta años aparecerán corrientes que cambiarán la publicidad, el cine… de esa estética que comenzó
tanto los cánones pictóricos que se habían mante- siendo transgresora y que hoy se encuentra cómoda-
nido durante siglos como las concepciones estéticas. mente integrada en nuestras vidas cotidianas.
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Impresionismo
Posimpresionismo
j 2. El fauvismo
La palabra fauve significa «fiera» y alude a aquellos artistas que expresan sus sentimientos
a través del color. Sus influencias son claras: por una parte, el impresionismo, siendo here-
deros de su técnica, de su amplia paleta, de la preferencia por las manchas planas de color,
que van adquiriendo pequeñas fluctuaciones y matices en cada pincelada, y del gusto y la
preocupación por recoger la luz en sus lienzos.
Por otra, son los sucesores directos de los posimpresionistas, que siguen la estética del color
(Van Gogh y Gauguin). Esta herencia la reconocen abiertamente los propios fauvistas, por
ejemplo, Vlamick llegará a decir que quería más a Van Gogh que a su propio padre.
El grupo fauvista aparece como tal en la exposición del Salón de Otoño de París en 1905,
donde exponen sus obras juntas en la misma sala donde se exhibía una escultura de corte re-
nacentista. Un crítico de arte al ver el intenso contraste escribió: «Donatello peri les fauves»,
es decir, «Donatello entre las fieras», dando la denominación al grupo.
j 2.1. Características
El grupo fauvista solo funciona como tal durante un corto periodo de tiempo (1905-1907).
Pese a ello, sus componentes han pasado a la historia como pintores fauvistas. Los principa-
les son: André Derain (1880-1954) [Fig. 14.2], Maurice Vlamick (1876-1958) y Raoul Dufy
(1877-1953).
El autor más destacado de esta corriente artística y una de las personalidades más relevantes
del arte contemporáneo es Henri Matisse (1869-1954). Formado en el simbolismo, pronto
se interesa por el impresionismo. Heredero de Cézanne, Van Gogh y el neoimpresionismo, en
1898 ya estaba creando un estilo propio que muchos autores consideran protofauve: con colo-
res brillantes, de gama reducida con fuertes contrastes y sombras a base de complementarios
[Fig. 14.3]. El mismo cromatismo lo adoptará para la figura humana, además subrayará sus
formas con líneas negras muy marcadas, rellenadas por grandes manchas de color, planas y
sin contraste.
A partir de 1910, Matisse entrará en contacto con las civilizaciones del Norte de África,
Oriente y el islam, lo que se traducirá en la utilización de la línea ondulante y el arabesco
en sus lienzos. Desde este momento su estilo se llena de influencias diversas, aunque no
abandonará nunca sus principales características, tratando temas nuevos como odaliscas,
retratos y escenas de interior.
Fig. 14.3. La danza de Henri Matisse (1910). Fascinante obra que ejemplifica el tratamiento de la figura de Matisse, que logra plasmar visualmente
un concepto tan abstracto como la danza. Se aprecia también, la huida del color local, el abocetamiento de la figura humana, la aplicación de grandes
manchas de color sin matizar, puras, planas, que además contienen cierta carga de contraste, de estridencia (Museo del Ermitage, San Petersburgo).
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j 3. El cubismo
Como corriente artística, el cubismo nace en París a principios del siglo XX. Su denominación
data de 1908 cuando el crítico Louis Vauxcelles en la revista Gil Blas, habla de cubos, para
referirse en tono peyorativo a la técnica que observó en una exposición de Braque en la
galería Kahnweiler.
Los antecedentes del cubismo, influido por el arte primitivo y africano, debemos buscarlos
en el puntillismo o neoimpresionismo y sobre todo en Cézanne, quien pretendía, como vimos,
reducir la realidad a su última esencia geométrica: el cilindro, el cono, la esfera... Esta teoría
queda reflejada en obras como Los jugadores de cartas o sus vistas de La montaña de Santa
Victoria. Dos destacados cubistas, Gleizes y Metzinger, justificaban esta relación diciendo
que «quien comprende a Cézanne presiente el cubismo».
j 3.1. Características
Sin tratarse de una obra cubista propiamente dicha, Las señoritas de Avignon está conside-
rada como la verdadera precursora del cubismo. Picasso une en ella la influencia del arte
primitivo (máscaras africanas y arte íbero sobre todo), a los planos facetados y las visiones
múltiples para expresar un rotundo rechazo hacia la perspectiva clásica.
En 1908 comienza la investigación sistemática de Braque y Picasso, que irán avanzando en
lo que Apollinaire denomina «cubismo científico», y que se divide principalmente en dos
momentos: a) el cubismo analítico y b) el cubismo sintético.
Cubismo analítico (1910-1912). El objeto se analizará descomponiéndolo en múltiples pla-
nos, resultando una apariencia de cubos o poliedros como reflejo de la multiplicidad de
ángulos de visión. La paleta cromática se irá reduciendo a pardos, tierras y grises. El camino
tomado llevará a obras en las cuales las referencias con la realidad van desapareciendo, co-
locándose al borde de la abstracción.
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A C TIVIDADE S
Fig. 14.9. Guernica de Picasso (1937). Esta obra se ha convertido en un verdadero icono de la violencia absurda, gratuita y cruel que puede causar
el ser humano a otro ser humano. Sus figuras están cargadas de simbología y de dramatismo. Picasso consigue trascender un hecho concreto y puntual,
como es el resultado de un bombardeo, que él únicamente ve a través de las páginas de un periódico en una imagen universal de denuncia contra la
guerra y sus devastadores consecuencias. (Museo de Arte Reina Sofía, Madrid.)
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j 4. El futurismo
Primer gran movimiento de vanguardia, de ruptura con toda la cultura y el arte anterior.
Como movimiento artístico nace el 20 de febrero de 1909, día en el que Marinetti publica en
Le Fígaro el «Manifiesto fundacional del futurismo». Por primera vez en la historia del arte,
la teoría va por delante de la práctica. Es la primera vanguardia en actuar conforme a un
manifiesto fundacional, pero no será la última.
j 4.1. Características
Los futuristas condenan la cultura del pasado y alaban las excelencias de la sociedad in-
dustrial, elogiando especialmente la máquina y la velocidad, lo que será epicentro de las
temáticas de muchas de sus obras. El mismo Marinetti escribe «es más bello un coche de
carreras que la Victoria de Samotracia», frase que se convierte en el compendio del propó-
sito estético futurista. Por tanto, es imprescindible para ellos el dinamismo y la velocidad
asociada a la mecánica.
Es evidente la influencia del cubismo sobre el futurismo. En pintura, a la imagen cubista se
la dota de movimiento, de dinamismo y de color. Los pintores tratarán de reproducir el mo-
vimiento mediante la reiteración de imágenes sucesivas reaccionando así contra el rigorismo
cubista al que se le acusa de estático.
El movimiento nace en Italia con grandes propósitos renovadores, sin ir más lejos, cambiar
la vida en el mundo. Proclamarán el odio a los museos, mostrando su adhesión al mundo
contemporáneo y al progreso.
En 1910 se publica un manifiesto de los pintores futuristas, firmado por Boccioni, Carrá
[Fig. 14.10], Russolo, Balla y Severini. En este texto exaltarán la originalidad, aunque sea
temeraria y violenta, el dinamismo y la desmaterialización.
Por último, cabe decir que estas posiciones en principio artísticas se pasarán al ámbito po-
lítico. De la lectura del manifiesto de Marinetti se desprenden ideas xenófobas, militaristas,
belicistas, antisocialistas y anticlericales; no es de extrañar que muchos futuristas acabaran
engrosando las filas del partido fascista de Mussolini.
A C TIVIDADE S j 5. El expresionismo
El término expresionismo se populariza en el con-
texto de la República de Weimar y, más concre-
tamente, a partir de las críticas de Worringer en
la revista Der Sturm (La tormenta) a raíz de la ex-
posición de la Sociedad Berlinesa de 1911. Al año
siguiente se comenzó a denominar expresionista a
toda la vanguardia europea, por extensión. Hoy día
la historia del arte acota el término expresionismo
al arte comprometido con la renovación política y
social en la Alemania de principios del siglo XX.
Pese a esto, debemos decir que existe expresionis-
mo y expresionistas de primera línea fuera del epi-
centro alemán, como por ejemplo el francés George
Rouault (1871-1958), el español José Gutiérrez So-
lana (1886-1945) y los considerados iniciadores del
movimiento: el noruego Edvard Munch (1863-1944)
y el belga James Ensor (1860-1949).
h A. Los precursores
La primera gran figura y padre del expresionis-
mo es Edvard Munch (1863-1944). Toda su obra
llevará la impronta de su tragedia personal y
de sus demonios interiores. Técnicamente logra
unir la línea curva y ondulante del art nouveau,
la aplicación violenta del color de los fauve y el
desbordamiento colorista y creador de Van Gogh.
En su célebre El grito (1893) constata las posibi-
lidades del arte plástico para transmitir sensa-
ciones, emociones y estados de ánimo, en este Fig. 14.12. Pentecostés de Nolde (1909). Puede verse una gran intención dramática y
caso de angustia, desasosiego e intranquilidad… expresiva que le lleva a la deformación de los rasgos de los personajes transformándolos
[Fig. 14.11]. en seres grotescos (Nationalgalerie, Berlín).
Precursor también de esta corriente es el belga James Ensor (1860-1949), cuyo arte se pone al
servicio de la crítica sarcástica a la sociedad burguesa y a sus valores. Para ello, emplea formas
de expresión como la caricatura, plasmando lo grotesco, lo incongruente y lo irracional.
j 6. Dadaísmo
Con este término se designa al movimiento más corrosivo e innovador no solo de todas las
vanguardias, sino de toda la historia del arte. Por principio, los dadaístas tratan de acabar y
destruir todo el arte y la cultura anterior, una cultura que había llevado al mundo a los ho-
rrores de la Primera Guerra Mundial. Por ese mismo motivo, también son tremendamente crí-
ticos con la sociedad de su tiempo y sobre todo con la sociedad burguesa «bienpensante».
Su intención en el mundo artístico es contradictoria, ya que, por un lado, pretenden la
destrucción del arte y de los museos, y por otro crean sus objetos artísticos y montan sus
propias exposiciones. Pero ahí radica su originalidad, la idiosincrasia dadaísta, el gusto y la
explotación de lo contradictorio, de lo abstracto, de lo polémico.
Con estos artistas el arte toca terrenos antes inexplorados, llegando a expresar: «Si crees
que una cosa es arte, es arte», lo que supone llevar la subjetividad artística hasta sus últimas
consecuencias.
El mismo nombre del grupo delata ya las características y la ambigüedad del mismo, comen-
zando por sus variadas interpretaciones (primer sonido que emiten los bebés, un pequeño
caballo de madera, o la simple unión de sílabas encontradas por azar en un diccionario, o
nada o todo). Eso es dadá, lo irracional, lo absurdo, lo escandaloso, lo provocador, lo inco-
herente.
Tan importantes como las obras de los artistas, van a ser las actividades, los acontecimien-
tos, los actos, las manifestaciones, las exposiciones propias o ajenas en las que interviene el
grupo. Ahí aparecerán la crítica, la polémica, el escándalo, la experimentación, la agresión,
la violencia, el insulto y el humor siempre ácido y corrosivo.
Desde este punto de vista, podemos entender una de las más famosas obras dadaístas, el
famoso urinario-fuente de Duchamp (1887-1968). El urinario causó un gran escándalo en la
sociedad burguesa de principios de siglo, lo que era precisamente la pretensión del autor
[Fig. 14.19].
Los dadaístas, más que crear obras fabricarán objetos cuyo interés radica en su significado
polémico, en su poder de causar reacción, incluso enfado e indignación en el espectador. El da-
daísmo, en esta línea, recurrirá e inventará nuevos medios expresivos en la creación artística:
• El fotomontaje y el collage, son técnicas que se desarrollan buscando la unión a veces
incoherente o irracional de imágenes y objetos.
• Pintoescultura matérica. Cuyo máximo representante es Schwitters, inventor de un
tipo de obras llamadas «Merz», elaboradas con desperdicios callejeros y todo tipo de
utensilios.
• Ready made. Es quizá el más reconocido vehículo expresivo del dadaísmo. Significa «ya
hecho» u «objeto encontrado». Se trata de objetos cotidianos que con una mínima inter-
vención del artista, se convierten en una obra de arte.
A veces la intervención puede ser plasmar una firma, en otras ocasiones conjugar dos ob-
jetos que nada tienen que ver, o que nunca se juntarían en el día a día. La clave está en
la descontextualización del objeto que, sacado de su uso, se convierte en algo diferente,
en objeto artístico.
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h A. Zúrich
Varios artistas exiliados tras la Primera Guerra Mundial van a coincidir en esta
ciudad y van a comenzar a reunirse en un local llamado Cabaret Voltaire. De este
grupo destacarán en el arte plástico dos autores: Jean Arp y Picabia.
• Jean Arp (1887-1966). Tras formar Dadá, destruye todas sus obras anteriores,
siguiendo el ideario del grupo. Empieza a producir collages abstractos, con
materiales de todo tipo. En los años veinte se inicia su obsesión por el círculo-
ombligo. Terminará adhiriéndose al surrealismo en 1924.
• Francis Picabia (1879-1953). Difusor de las ideas dadaístas en Nueva York, Pa-
rís, Berlín y Barcelona. Su aportación al grupo será la Máquina Dadá, el objeto
inservible.
h B. Berlín
En Alemania las actividades dadaístas se cargaron de contenido político y así lo
hacen saber en su Manifiesto dadaísta berlinés de 1918.
h C. París
El movimiento tuvo aquí un carácter fundamentalmente literario. La rivalidad de
dos escritores de fuerte personalidad y carisma como Tristan Tzara y André Bretón
llevará a la finalización del movimiento en 1923.
h D. Nueva York
Fig. 14.18. Rueda de bicicleta de
Marcel Duchamp (1887-1968) encarna lo más valioso del dadaísmo neoyorquino, siendo una
Duchamp (1913). Ejemplo de ready
de las figuras clave del arte contemporáneo. Dos son sus grandes aportaciones: a) es el made (objeto encontrado). Relación
creador de los ready made u objetos encontrados [Figs. 14.18 y 14.19] y b) la contribución a sorprendente de objetos; una rueda de
desacralizar el arte anterior, pintando por ejemplo una réplica de La Gioconda con bigotes o bicicleta, apoyada en una banqueta
incluyendo un urinario público en una de sus exposiciones. Aunque quizá su obra más impor- (Museo de Arte Moderno de Nueva York).
tante es El gran vidrio, también llamado La novia desnudada por sus solteros, incluso.
A C T I V I D A D ES
j 7. El surrealismo
El término surrealista fue empleado por primera vez por el crítico de arte, Guillaume Apo-
llinaire en 1917, siendo adoptado a partir de ahí por André Bretón, Paul Eluard y otros
colaboradores de la revista Litterature, este hecho indica los comienzos eminentemente li-
terarios del movimiento, máxime cuando en 1922 Bretón y Soupault descubren la «escritura
automática», como método para dejar aflorar el subconsciente y las ideas más íntimas del
artista evitando el tamiz que supone la razón y la consciencia.
Fruto de estas ideas, colaboraciones y la influencia de Freud y el psicoanálisis, los escritores
publican en 1924, bajo la firma de Bretón el Manifiesto surrealista, donde se expondrán los
objetivos y el ideario del grupo.
El surrealismo se propone la superación del realismo externo para llegar a niveles más profun-
dos de la realidad que se buscarán en lo mágico, los sueños. El subconsciente en el surrealismo,
pues, supone la culminación de la exploración de los misterios interiores del ser humano.
h A. Surrealismo figurativo
Sirviéndose por una parte de la figuración, de los objetos y persona-
jes tomados de la realidad y de la naturaleza, y por otra de los con-
Fig. 14.22. Las musas inquietantes de Giorgio de Chirico (1916).
vencionalismos de la perspectiva del Renacimiento, crean imágenes La pintura metafísica busca la intranquilidad, la angustia en el
sorprendentes, impactantes (metamorfosis de objetos, asociaciones, espectador pero con formas calmadas, estáticas y vinculadas al
espacios extraños, fragmentación...). clasicismo (Colección Gianni Mattoli, Milán).
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Dalí será expulsado del movimiento surrealista en 1934 por el propio Bretón, cansado de
sus excentricidades, a pesar de que su llegada había revitalizado enormemente al grupo
por la novedad de sus invenciones.
Ya en los años cercanos a la Segunda Guerra Mundial el artista catalán ahondará más
en las posibilidades de este método incorporando visiones personales y reminiscencias
del modelado clásico como Premonición de la guerra civil o El gran masturbador (1929)
[Fig. 14.24].
Hacia 1938 abandona el experimento surrealista, aunque nunca deja de utilizarlo en cier-
tas imágenes de sus cuadros, para inclinarse por una objetividad neta, basando su pintura
en el fundamento simbólico y el análisis de objetos en diferentes estados. Somete a las fi-
guras a diversas mutaciones, buscando un efecto fantástico o metafórico. Se vuelve lenta-
mente al estilo figurativo, llegando a alcanzar en ocasiones un realismo casi fotográfico.
Después de la Segunda Guerra Mundial regresará a España, comenzando una nueva etapa
llamada por algunos autores «mística» o «pseudoclásica», en la que conjugará la influen-
cia de los grandes genios de la pintura, con una concepción pseudoacademicista, de un
preciso realismo y una técnica minuciosa adornada con un cierto lenguaje simbólico, he-
redado de sus etapas anteriores.
En sus últimos años insiste en la repetición de fórmulas anteriores, aunque su personali-
dad genial no decaerá. No obstante su versatilidad y su capacidad creadora traerán consi-
go una cierta mercantilización y trivialización de su obra, lo cual ha llevado a ver en este
artista un personaje que representaba un papel sorprendente y no a un genial dibujante
capaz de sintetizar influencias clásicas, vanguardistas y derivadas del progreso científico,
como los avances en el psicoanálisis de Freud.
A C T I V I D A D ES
h B. El Surrealismo abstracto
Los autores de esta corriente serán los más fieles a los manifiestos literarios
y los más capaces de inventar universos personales no figurativos. Los más
destacados son:
• Max Ernst (1891-1976). Procedente del expresionismo y del dadaísmo, no
solo le interesaba conseguir una imagen final surrealista, sino anular la
razón en el proceso creativo [Fig. 14.26]. Para ello utiliza nuevas técnicas
como el frottage (colocar un papel o un lienzo sobre una superficie rugosa
y frotar con un lápiz consiguiendo así una imagen).
• Joan Miró (1893-1983). Su papel en el movimiento surrealista es fundamen-
tal. Su aportación más genuina se sitúa en el campo del «automatismo» (ba-
sado en la anulación de la mente racional-superficial para liberar la mano,
que así queda sometida a los impulsos de un grafismo inconsciente).
Lo fantástico de Miró es la creación de un universo nuevo, en el que los
objetos son mostrados mediante signos que se disponen de una manera
desordenada, en una especie de horror vacui, de manera ingenua y burles-
ca. En este universo tienen cabida el humor, la poesía, lo grotesco y pese
a su primera apariencia trivial e ingenua, el artista alcanza gravedad en
su conjunto con la mezcla de realidad y alucinación, en un ámbito espacial
sin dimensiones ni distancias.
Miró abandonará el surrealismo como estética dominante en los años trein-
ta. A partir de este momento recurrirá a las formas orgánicas y al claros-
Fig. 14.26. El antipapa de Max Ernst (1941-42). Es
una de las imágenes típicas de este autor, con personajes y curo, como lo demuestran sus «pinturas salvajes», variando su estética
escenarios que más allá de estar sacados del mundo onírico anterior [Fig. 14.27].
parecen ser la causa por sí mismas de la pesadilla y de la
ensoñación. Siempre aleja toda su pintura de la realidad Símbolo de la esperanza y de la evasión de la estupidez humana, Miró rein-
inmediata y de la razón (Colección Guggenheim, Venecia). venta su propio lenguaje, capaz de expresar un universo de símbolos, creando
imágenes poéticas y sugerentes al filo de la objetividad y de la realidad.
En sus últimos años Miró acometerá un proceso de profundización y simplifica-
ción de sus propias formas. Hablamos así de las llamadas «pinturas lentas»,
esmeradas, preciosistas, en las que usa colores primarios muy luminosos, y
las «pinturas espontáneas» en las que da rienda suelta a su ingenuidad,
agitando tanto los fondos como las figuras con salpicaduras de color.
j 8. El camino hacia
la abstracción
La pintura abstracta, y por extensión el arte
abstracto, es aquel que prescinde de todo ele-
mento figurativo que aporte alguna relación en-
tre la realidad y el cuadro. Sus orígenes pueden
remontarse al arte primitivo, pero ya explica-
mos que será Kandinsky quien será considerado
padre de la abstracción, y llegará a ella a tra-
vés de los escritos teóricos, del parangón entre
pintura y música y de la transcendencia de los
aspectos visibles de la imagen para ahondar en
su esencia intelectual.
Otra de las claves de la abstracción es la in-
fluencia tomada de las experimentaciones de
otras vanguardias (cubismo, fauvismo…). Aho-
ra el cuadro no tiene por qué significar nada,
es autónomo respecto a la naturaleza, es algo
creado por vez primera, y a partir de ahí, puede
gustar o no, emocionar, entristecer, fascinar o Fig. 14.28. Contraposición de disonancias XVI de Van Doesburg (1925). El
simplemente causar indiferencia. neoplasticismo no solo es una escuela artística para sus miembros, es una forma y
concepción de vida, casi una religión. En su investigación Van Doesburg coloca líneas negras
Podemos hablar de dos grandes escuelas que en ángulo de 45º, lo que supuso el abandono del grupo de Mondrian y una enemistad entre
llegan a la abstracción por caminos diferentes. ambos artistas de por vida (Gemeente Museum, La Haya).
j 8.1. El neoplasticismo
j 8.2. El constructivismo