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Tema 4. Cristianización.
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Patena de Cástulo o de Cristo en Majestad. Siglo IV d.C. Hallada en el yacimiento
de Cástulo (en Linares, Jaén). Se trata de una de las representaciones más
antiguas de Jesucristo descubiertas en la Península Ibérica.
PREGUNTA DE EXAMEN.
(curso 2017/2018, convocatoria extraordinaria, examen oficial)
PREGUNTA DE EXAMEN.
(curso 2018/2019, convocatoria extraordinaria, examen de reserva)
El priscilianismo.
ESQUEMA DE CONTENIDOS.
Contextualización.
- Introducción: el Cristianismo como fenómeno histórico.
- Orígenes y desarrollo del Cristianismo en la sociedad romana altoimperial.
- El triunfo del Cristianismo.
- El Cristianismo en Hispania: autores cristianos.
- Los orígenes del Cristianismo hispano.
Cristianización.
a) La Iglesia hispana.
b) Priscilianismo.
c) Difusión social del Cristianismo.
«Pero ni con los medios humanos, ni con la generosidad del emperador o el aplacamiento de los dioses desaparecía la mala fama por la
cual se creía que el incendio había sido provocado. Por ello, para acabar con el rumor, Nerón presentó como reos y sometió a refinados
castigos a quienes, odiados por culpa de sus inmoralidades, la gente llamaba cristianos.
El fundador de la secta, Cristo, había sido castigado durante el gobierno de Tiberio por el procurador Poncio Pilato, y la fatal
superstición, momentáneamente reprimida, irrumpía de nuevo, no sólo en Judea, origen del mal, sino también en Roma, donde confluye
y se celebraba todo lo horrible y vergonzoso, provenga de donde provenga.
De modo que, primero, fueron detenidos quienes confesaban; luego, gracias a su denuncia, una gran multitud fue declarada, junto a los
primeros, convicta y confesa, no tanto bajo la acusación del incendio como por odio al género humano.
A la hora de su muerte se recurrió además a burlas, de tal manera que, cubiertos con pieles de alimañas, perecían desgarrados por los
perros, o bien clavados en una cruz y, tras prendérseles fuego, eran quemados para ser usados como antorchas de noche cuando se iba
el día.
Nerón había ofrecido su jardín para este espectáculo y celebraba unos juegos de circo mezclado con la plebe en traje de auriga o
montado en un carro. De aquí que, aunque considerados culpables y merecedores de la última pena, naciese la compasión, pues a todas
luces no eran sacrificados en nombre de la utilidad pública, sino por la crueldad, el sadismo, de uno solo»
«La historia del cristianismo antiguo es inseparable de la historia del Imperio romano, no
sólo porque los cuatro primeros siglos de su existencia se desarrollan en el marco político
de aquél, sino porque en cuanto a fenómeno religioso es un producto característico del
ambiente social, espiritual y religioso que caracteriza al Imperio romano».
TEJA, R.: El cristianismo primitivo en la sociedad romana. Madrid. Istmo, 1990, pág. 21.
Para este investigador, el Cristianismo asumió el pensamiento griego, el derecho romano… en definitiva, la cultura
clásica, por lo que puede considerarse como el principal legado de Roma al mundo actual, lo que justifica la importancia
de conocer sus orígenes y los de la institución que lo encarna, la Iglesia, en el Mundo Antiguo.
• Los orígenes históricos del Cristianismo están vinculados a un espacio geográfico (la región histórica de Palestina), a
una cronología concreta (finales del siglo I a.C. y primeras décadas del Imperio romano) y a un personaje mesiánico
(Jesús de Nazaret).
Contexto histórico: finales del siglo I a.C. y primeras décadas del Imperio romano.
César, después de su victoria en la guerra civil contra Pompeyo (en Farsalia, 48 a.C.)
concedió al Judaísmo el carácter de religio licita, decisión confirmada por el Senado.
Jesús de Nazaret.
Provenía del norte de Galilea, una de las regiones más helenizadas, y que procedía de
una familia judía, tal y como se infiere de la onomástica de sus familiares (José, María,
Santiago, Simón…). A pesar de sus orígenes humildes, fue un hombre con cierta cultura,
tal y como se deduce de sus predicaciones.
A sus treinta años se hizo seguidor de un movimiento religioso promovido por Juan el
Bautista, separándose después de él para desarrollar esta misma actividad, aunque de
forma independiente, en Galilea.
En torno al 30 d.C. (época del emperador Tiberio) fue detenido y condenado a muerte,
siendo entonces una provincia ecuestre en manos de Poncio Pilato. Las causas que
motivaron su muerte no están del todo claras (teniendo en cuenta la escasa objetividad
de las fuentes históricas disponibles), aunque los historiadores coinciden en subrayar
que, muy probablemente, las acusación partió de las autoridades judías, en un momento
de numerosos movimientos secesionistas de la doctrina oficial.
Detalle de un mosaico del siglo XIII (ca. 1280) procedente de Hagia Sophia, en Estambul (Turquía).
«En cualquier caso es evidente que la condena fue dictada por la autoridad romana,
Poncio Pilato, y ejecutada por soldados romanos, y que se realizó por el sistema de
crucifixión según práctica frecuente en la época para los acusados de sedición o
alteración del orden público, y que no tenían la consideración de ciudadanos romanos.
La condena de Jesús fue uno más de los numerosos conflictos políticos y religiosos a los
que hubo de hacer frente Poncio Pilato, que tuvo uno de los gobiernos más turbulentos
del siglo I, quizá debido a su poco tacto político y que terminaría por costarle el cargo y,
quizá, la vida (…). No obstante, la tradición cristiana posterior intentará descargar la
responsabilidad a Pilato y cargar las tintas a los judíos. Esta visión de los hechos, iniciada
en los evangelios, se incrementará en tradiciones posteriores que hacen de Pilato una
persona inocente que actúa presionado por los judíos, y se le llegará a presentar como
converso al Cristianismo; incluso en la Iglesia copta fue venerado como un santo».
TEJA, R.: El cristianismo primitivo en la sociedad romana. Madrid. Istmo, 1990, pp. 23-24.
Cristo crucificado (ca. 1632), de Diego de Velázquez. Óleo sobre lienzo. Conservado en el Museo del Prado
(Madrid, España).
Persecución de Diocleciano. Iniciada en el año 303. Fue la última, la más larga y la que más
víctimas ocasionó, según autores como Lactancio o Eusebio de Cesarea. Se trató de una acción
represiva y profundamente hostil.
Edito de tolerancia de Galerio. Publicado en el 311. Ponía fin a la represión anterior y reconocía a
los cristianos la facultad de ejercer su religión libremente.
Edicto de Milán (313). Conservado en las obras de Lactancio y Eusebio de Cesarea. Se estableció la
libertad de culto.
GONZÁLEZ SALINERO, R.: Las persecuciones Edicto de Tesalónica (380). En época del emperador Teodosio. Convierte al Cristianismo en religión
contra los cristianos en el Imperio romano.
Madrid/Salamanca. Signifer, 2015. oficial.
La primera y la última han sido consideradas versiones muy tardías y sin demasiada consistencia histórica; en cuanto a la
segunda, su soporte documental se reduce al deseo de Pablo de viajar a Hispania y a alguna noticia sobre la verosimilitud
del viaje, lo cual no da cuenta de su certeza.
Los orígenes del Cristianismo en Hispania: oscuros desde un punto de vista documental. Cipriano de Cartago hace
referencia, en una de sus cartas (67), a comunidades cristianas en el entorno de Astorga-León, Mérida y, seguramente,
Zaragoza (ubicaciones actuales). Fecha: ca. 254.
A) LA IGLESIA HISPANA.
Disputas internas.
• El conflicto religioso en Hispania es más un enfrentamiento entre cristianos que entre éstos y otras religiones
(paganismo, judaísmo).
• Tras el Concilio de Nicea (325), incluso es probable que antes, se produce una división entre nicenos (defensores de la
nueva doctrina) y rigoristas (defensores de la doctrina tradicional). Cuestiones: naturaleza del hijo y relación con el padre.
Persecuciones.
• De seguir a Prudencio, las persecuciones cristianas en tierras hispanas habrían sido muy numerosas. Se desconoce el
verdadero alcance, ya que el culto local a los mártires parece ser muy posterior, pero queda claro que la cristianización
había arraigado en las comunidades cristianas urbanas de Hispania, tal y como lo demuestran otros indicios, como la
celebración del Concilio de Elvira o de Iliberris (ca. 305). Los enfrentamientos entre jerarquías eclesiásticas son otra
muestra.
B) PRISCILIANISMO.
Prisciliano nació en Gallaecia (episcopus ex Gallaeciae), aunque hay quien opina que procedía de la Bética o de Lusitania. Fue el líder de un
movimiento ascético-social que se rebelaba contra las riquezas y comodidades practicadas por algunos representantes de la Iglesia. Sus
principales enemigos fueron Higinio de Córdoba, Itacio de Ossonoba e Hidacio de Mérida.
Prisciliano, que logró un número importante de adeptos, buscaba transformar la Iglesia desde dentro y propuso a sus seguidores el
rigorismo ascético como forma de vida. Esto hizo que algunos miembros de las jerarquías eclesiásticas, como Higinio de Córdoba, se
sintiesen amenazados, recurriendo de inmediato a otros representantes de la Iglesia, como Hidacio de Mérida.
Hidacio, ayudado por Itacio, llevó a cabo una investigación sobre Prisciliano, acusándolo de gnóstico y de la lectura de obras apócrifas.
Con objeto de impedir el avance del priscilianismo, convocó un concilio en Zaragoza (380), al que los obispos priscilianistas no acudieron.
La ordenación de Prisciliano como obispo de Ávila, a manos de Instancio y Salviano, agravó el conflicto. Hidacio acusó a Prisciliano de
practicar magia; esto daba un nuevo matiz al conflicto, que pasaba a un ámbito cívico-penal, no sólo religioso, ya que la ley condenaba la
práctica de la magia. La autoridad imperial, mediante un rescripto, les obligó a disolverse y ponerse bajo la jurisdicción de Hidacio.
Tras varios intentos de obtener la exculpación que les llevaron a Roma y a Milán, retornaron a Hispania y se unieron al usurpador Magno
Máximo. Este hecho marcó su suerte ya que, nuevamente acusados de magia y herejía, fueron desterrados (Instancio) o ejecutados
(Prisciliano). La historiografía se plantea ahora: ¿herejía o disciplina?
1. Aristocracia. Ejemplo: familia del emperador Teodosio. La historiografía actual se centra en la identificación de las
familias integrantes de la aristocracia hispánica tardorromana, así como su vinculación a esta difusión del
Cristianismo.
2. Mujeres. Existen algunos ejemplos, como Poemenia, Egeria, Melania senior, Melania la joven, Tesaria, Acantia…
Desarrollaron una intensa actividad en los diversos ámbitos en que se ha conservado su testimonio. Para su estudio,
suelen dividirse en mujeres de la familia imperial, esposas de altos funcionarios y religiosas.