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LA CARIDAD PASTORAL

En este mes de ENERO, siguiendo el modelo de San Francisco de Sales y de San Juan
Bosco (Obispo uno, sacerdote diocesano de la Arquidiócesis de Turín, el otro), podemos
meditar sobre los rasgos pastorales vividos por estos dos discípulos de Jesús para ver cómo
ellos han realizado lo expresado por el Señor en el capítulo 10 del Evangelio según san
Juan, versículos 1 al 18 y en Lucas 15,4-7.

Juan 10, 1-18: Características resaltantes del Buen Pastor

El Buen pastor entra por la puerta (v 2). La puerta es Jesús, por tanto, quien quiera ser
pastor, participar de la misión pastoral de Jesús, debe ser llamado por EL, autorizado a
entrar por EL para hacerse cargo de sus ovejas.

El Buen Pastor llama a cada una por su nombre (v3), es decir, conoce a cada uno de sus
destinatarios, los identifica en su peculiaridad, con sus valores y sus límites. Recordemos
como cada uno de los jóvenes se sentía especialmente querido y predilecto de Don Bosco y
cómo él conocía e iba conociendo a cada uno de ellos, hasta en lo más íntimo de su
conciencia. Y san Francisco de Sales atendía a todos, aunque su secretario le reprochaba
que perdiera el tiempo con pobres campesinas.

El Buen pastor saca fuera a las ovejas (v3), es decir, no las mantiene en el corral toda la
vida, pegaditas a él, sino que las hace caminar, las hace crecer, que se muevan, que echen
para adelante, que se fortalezcan... valdría la pena pensar si hacemos esto o muchas veces
somos obstáculo para el crecimiento de nuestros destinatarios.

El Buen Pastor va delante de ellas (v4), es decir, les da ejemplo para que sepan por donde
andar. Esto es fundamental, que los destinatarios vean en nosotros aquello que queremos
inculcarles como valor. Recordemos el adagio latino: Las palabras vuelan, los ejemplos
arrastran. Por eso es importante saber ESTAR CON la gente, pero como PADRES
bondadosos, firmes y confiables. Y muy atentos a los lobos.

Al Buen Pastor, las ovejas le siguen y escuchan su voz (v5) porque lo conocen, lo han visto
y en consecuencia, responden fácilmente a su amor. Don Bosco lograba cosas maravillosas
en los jóvenes porque los amaba verdaderamente. Es necesario que los jóvenes SIENTAN
que son amados, decía él.

El Buen Pastor da su vida por las ovejas (v 15). Esto quiere decir que VIVE Y MUERE por
ellas, no solamente que muere (si fuera necesario) sino que da su vida día a día por sus
ovejas, en nuestro caso, por nuestros destinatarios. Este es el sentido profundo de nuestra
consagración sacerdotal: dar la vida día a día, cada día más, hasta el final. “Yo por ustedes
estudio, por ustedes rezo, por ustedes me sacrifico... todo lo hago por mis queridos jóvenes”
(Don Bosco).
El Buen Pastor tiene otras ovejas que buscar (v 16). El pastor no se conforma con poco,
tiene deseos y miradas universales, no se queda en un grupo o en una situación, nunca dice
“es suficiente o es demasiado”, siempre está “de servicio por el Reino”.

El Buen Pastor en Lucas 15, 4-7:

Busca la oveja perdida hasta encontrarla (Lucas 15,4). El buen pastor nunca se desespera,
persevera en buscar la oveja perdida con paciencia hasta encontrarla, sea como sea. Cuando
la encuentra, la pone sobre sus hombros (Lucas 15,5), es decir, se compadece de la
debilidad de la oveja, no le grita ni le pega por haberse perdido, y aunque él (el pastor) esté
cansado después de haberla buscado tanto, él carga a la oveja descarriada y la lleva de
vuelta con alegría (Lucas 15,6) hasta la casa.

La caridad Pastoral:

Estas características del Buen Pastor, las vemos reflejadas en san Francisco de SALES y
San Juan Bosco y constituyen lo que llamamos la CARIDAD PASTORAL, es decir, ese
amor efectivo y afectivo, esa sintonía, ese gusto, esa atracción... que sentimos cada persona
y por todo su mundo, amor que se traduce en acciones concretas para SALVAR a las
personas que Dios pone en nuestro camino (salvarlas del pecado, del mal, de la ignorancia,
de la pobreza, de innumerables peligros...) y llevarlas al encuentro con JESÚS, Verdadero
Buen Pastor y Amigo.

Inseparable de lo anterior y expresión de la Caridad Pastoral es tener siempre presentes EN


LA ORACION, a las personas que Dios nos ha encomendado. Pueden estar físicamente
distantes, pero nuestro corazón ha de tenerles presentes, implorando para ellos las Gracias
que necesiten. La liturgia, en el común de Pastores, dice: “este es el buen pastor, el que ora
mucho por su pueblo”. Y ciertamente, este será un trabajón, que requiere mucha fortaleza y
constancia, para “cargar” con el peso de las almas ante el Señor.

Por supuesto la caridad pastoral es un don SOBRENATURAL, es una Gracia que Dios da a
quien llama por este camino. Y decimos que es un don sobrenatural porque muchas veces el
amor a los destinatarios implicará sacrificios, paciencia, amor, tolerancia y muchas otras
cosas que humanamente son imposibles de mantener sino se tiene un verdadero anclaje en
Dios.

En consecuencia tenemos que pedir mucho al Señor que nos ayude para discernir cuáles
son nuestras motivaciones vocacionales (¿simplemente ME GUSTA ser sacerdote o soy
capaz de entregarme totalmente como lo pide la verdadera caridad pastoral? ¿Cómo lo
estoy viviendo en el día a día? ).

Que en este mes de Enero, Dios nos conceda la Gracia (si lo pedimos, lo hará) de tener en
nosotros, el espíritu de san Francisco de Sales y san Juan Bosco.

P JUAN JOSE ALDAZ- RECTOR

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