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Métodos y
Técnicas de la
Investigación
Cualitativa
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Índice.

Módulo 1

Sisto, V. (2008). La investigación como una aventura de producción dialógica: La relación


con el otro y los criterios de validación en la metodología cualitativa contemporánea.
Psicoperspectivas, VII, 114-136…………….pág.5

Valles, M. S. (1999). Diseños y estrategias metodológicas en los estudios cualitativos. En


Técnicas Cualitativas de Investigación Social (pp 68-107). Madrid: Síntesis.
…………….pág.17

Vasilachis, I. (coord.) (2006) La investigación cualitativa. En Estrategias de investigación


cualitativa (pp 23-64). Barcelona: Gedisa…………….pág.20

Wiesenfeld, E. (2000). Entre la prescripción y la acción: La brecha entre la teoría y la práctica


en las investigaciones cualitativas. …………….pág.31

Modulo 2

Apud, I. (2013) Repensar el Método Etnográfico. Hacia una etnografía multitécnica, reflexiva
y abierta al diálogo interdisciplinario. Antípodas. Revista de Antropología y Arqueología, 16,
213-235. …………….pág. 37

Guber, R. (2001). La etnografía. Método, campo y reflexividad. Bogotá: Norma.


…………….pág. 44

Modulo 3

Rhéaume, J. (2003). Dimensiones epistemológicas de las relaciones entre teoría y práctica. En


J. Barceló (Comp.), …………….pág. 46

Enriquez, E. (2003). El análisis clínico en ciencias humanas. En J. Barceló (Comp.),


Sociología Clínica 1 (pp 21-31). …………….pág. 48
3

Bassi, J. (2014) Hacer una Historia de Vida: Decisiones clave durante el proceso de
investigación. …………….pág. 50

Bolívar, A. y Domingo, J. (2006). La investigación biográfica y narrativa en Iberoamérica:


campos de desarrollo y estado actual. …………….pág. 59

Ferrarotti, F. (2007). Las historias de vida como método. …………….pág. 70

Flyvbjerg, B. Cinco equívocos sobre la investigación basada en estudios de caso.


…………….pág. 71

Stake, R. E. (1999). Introducción. Estudio intensivo de los métodos de investigación con


estudio de casos. …………….pág. 80

Ghiso, A. (2006) Rescatar, descrubrir, recrear. Metodologías participativas en investigación


social comunitaria. …………….pág. 82

Soneira AJ (2007) La “Teoría Fundamentada en los datos (Grounded Theory) de Glaser y


Strauss. …………….pág. 93

Módulo 3

Valles, M. S. (1999). La investigación documental. Técnicas de lectura y documentación.


…………….pág. 104

Valles, M. S. (1999). Técnicas de observación y participación…………….pág. 107

Taylor, S. J. y Bogdan, R. (1987). La entrevista en profundidad. …………….pág.112

Valles, M. S. (1999). Técnicas de conversación, narración (I): la entrevista en


profundidad…………….pág.115

Alonso, L. E. (1998). El grupo de discusión y su práctica. Memoria social, intertextualidad y


acción comunicativa. …………….pág.115

Valles, M. S. (1999). Técnicas de conversación, narración (III): Grupos de discusión y otras


técnicas afines. En Técnicas Cualitativas de Investigación Social (pp 279-334). Madrid:
Síntesis………………….pág. 123
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Sisto- LA INVESTIGACIÓN COMO UNA AVENTURA DE PRODUCCIÓN


DIALÓGICA

Tal como plantea Atkinson (2005), en los últimos veinte años, en sus múltiples
variedades, la investigación cualitativa está floreciendo en una escala global.
Década de los ochenta que comienzan paulatinamente a proliferar textos, así como
asignaturas de estudio en las cuales se expondrá lo cualitativo como un cuerpo
integrado.

Según Flick (2002), la investigación cualitativa ha expandido su dominio debido a


que los procesos de transformación social de nuestras sociedades contemporáneas,
se están concretando en procesos más simbólicos y subjetivos: los modos de
construir identidad y de significar los espacios y procesos sociales.

De ahí la demanda que se realiza a la investigación social para abordar esa textura
simbólica fundamental. Como una muestra de ello Denzin (2001) señala que en la
actualidad cerca del 90% de la investigación social utiliza entre sus herramientas la
entrevista, una de las herramientas cualitativas fundamentales.

En efecto, al decir de Norman Denzin, hoy estamos en una sociedad de la


entrevista, tomando una idea de Atkinson y Silverman (1997), lo que trasciende al
campo de la investigación. Relevancia social que hoy toma la indagación por los
significados, el estudio de las profundidades subjetivas e intersubjetivas que
constituirían la esencia de lo social y donde podríamos encontrar respuesta al qué
nos depara nuestro devenir como sociedad.

En efecto, la metodología cualitativa que hoy cobra fuerza no es aquella concebida


por algunos manuales ampliamente usados para enseñarla (ver por ejemplo
Hernández, Fernández y Baptista, 1991), donde ésta aparece como un simple
paso exploratorio para la realización de la investigación definitiva, obviamente
cuantitativa.

Más bien, la investigación funciona como un proceso constructivo, o como dirá Willig
(2001), una aventura. Lo que es producido, los resultados de la investigación,
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corresponde más bien a lo que Gadamer (1975) ha llamado verdad participativa;


ésta no es una verdad en sí e independiente al sujeto, sino que producto del diálogo
y la coconstrucción.

Esto que es coconstruido se realiza utilizando los recursos simbólicos mediante los
cuales la sociedad se constituye y se produce, a la vez que reproduce, a sí misma
(Potter y Weatherell, 1987), por lo tanto es un proceso eminentemente social.

Tal como se puede apreciar uno de los elementos que permite diferenciar las
actuales asunciones epistemológicas que basan los desarrollos actuales de la
investigación cualitativa tiene que ver con el cómo se considera la relación con el
otro en el proceso de investigación, la que ha pasado de ser una simple relación de
recolección a una relación coconstructivo, donde la investigación emerge como
producción dialógica. Tal como expondrá Wiesenfeld (2000) es en la relación entre
investigador e informante donde se concretan las asunciones epistemológicas que
hoy se proponen como necesarias. El segundo elemento que desarrollaremos acá
tiene que ver con uno de los principales dispositivos que se utilizan para normar la
investigación cualitativa: los criterios de validación. En efecto, al establecer una
definición de verdad que se basa en la coconstrucción, se hacen necesarios criterios
de validación distintos a aquellos desarrollados desde una epistemología positivista.
Aquí expondremos una revisión de los más importantes que hoy se proponen en la
literatura.

También tendríamos que desarrollar las principales herramientas que han emergido:
entrevistas activas reflexivas, autoetnografías, etnografías performativas, poética
social, narrativas performativas, entre otras (para ver un panorama más completo
revisar Denzin y Lincoln, 2003 y 2005). Esto entre otras muchas tareas. Sin embargo
el abordar el cómo se concibe la relación con el otro en la producción de la
investigación, así como los emergentes criterios para juzgar la calidad del trabajo
cualitativo nos darán un buen vistazo introductoria para comprender hacia donde va
la investigación cualitativa contemporánea.

La investigación cualitativa ha sido comprendida como concerniente a la


significación, esto es “cómo la gente da sentido al mundo y cómo experiencian los
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eventos” (Willig, 2001, p. 9). Los investigadores cualitativos entonces, más que
investigar relaciones causa-efecto, se orientan a “la calidad y textura de la
experiencia” (Willig, 2001, p. 9), colocando su foco en las significaciones en las
cuales se concretan las relaciones sociales y en base a las cuales construimos
nuestra experiencia subjetiva y nuestras identidades.

Tal como se indicó en la introducción la metodología cualitativa tiene múltiples


versiones, algunas contradictorias entre sí, lo que muestra que la investigación
cualitativa es parte de un debate, no una verdad fija. En medio del debate, Parker
(2002) identifica los siguientes puntos como comunes a la investigación cualitativa
a) Es un intento de capturar el sentido que estructura y que yace en el interior de lo
que decimos sobre lo que hacemos;
b) Es una exploración, elaboración y sistematización de la relevancia de un
fenómeno identificado;
c) Es la ‘representación’ esclarecedora del significado de una cuestión o problema
delimitado.

Al decir de Kirk y Miller (en Willig, 2001) el positivismo asume que “el mundo externo
en sí mismo determina absolutamente la única visualización correcta que pueda ser
tomada de éste, independiente a los procesos y circunstancias de ese ver”

Sin embargo desde fines de los sesenta se desarrolla una paulatina ‘crisis de la
representación’ en ciencias sociales. Diversos desarrollos teóricos van a cuestionar
la posibilidad de representar una realidad que está ahí afuera. El Giro Lingüístico, el
Postestructuralismo, el desarrollo del Construccionismo Social, entre otros, van
coincidir en señalar que los significados que pueden ser ‘recolectados’, emergen de
prácticas sociales situadas, y es ahí donde son construidos y reconstruidos.

Denzin y Lincoln (2005) hablan de una triple crisis en investigación cualitativa: de


representación, de legitimación y de praxis. La representación de la realidad que
realiza el investigador, es más bien una producción. La vida social investigada es
creada por el texto del investigador al presentarla. La crisis de legitimidad, señala
que, en este contexto de crítica al realismo ¿cómo puede ser evaluada la legitimidad
de un texto investigativo? Estas dos crisis necesariamente tendrán implicancias para
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la praxis. ¿Qué tipo de acción orientada a la transformación social puede ser


realizada, y cuál es el rol de la investigación social en eso?

Desde fines de la década de los noventa, comienza a reconstruirse la investigación


cualitativa a través de diversos espacios, en el ámbito anglosajón se destaca
discusión académico desarrollada fundamentalmente a través de las revistas
Qualitative Inquiry y Qualitative Research.

En lo latinoamericano esta crítica se ha desarrollado mucho más cerca de la praxis


que de la escritura académica, a través del trabajo en investigación acción
Los significados de la vida social fluyen como las mismas relaciones de las cuales
estos emergen y a las cuales estructuran, la investigación solo puede llevarse a
cabo en tanto actividad de implicación en esa flujo vital de lo social. En este sentido
la investigación cualitativa hoy aparece definida como “una actividad situada que
localiza al observador en el mundo. Consiste en un set de prácticas materiales
interpretativas que hacen al mundo visible. Estas prácticas transforman al mundo”
La metodología cualitativa, por lo tanto involucra al investigador con lo investigado,
es una práctica que debe conectar con lo otro, de lo cual debe extraer la
significación. Sin embargo este proceso de conexión/extracción no es simplemente
un buscar algo que está ahí esperando por ser recolectado y mostrado.

El proceso de gestación de lo cualitativo ha sido visto por distintos autores como un


proceso de construcción o coconstrucción de puentes entre el investigador y lo
investigado.

Este rescate de la condición de sujeto implica la constitución de la práctica de


investigación como una práctica que reconoce en el otro un saber a ser explorado,
sin embargo esa exploración es desde el reconocimiento de la distancia entre
investigador e investigado, este el reconocimiento de la otredad en tanto condición
de diálogo.

Gadamer, en Verdad y Método I (1975), señala que la interpretación debe ser


entendida como un encuentro entre tradiciones, entendida como ‘estructuras de
prejuicios’, constituidas a través de evolución cultural de una comunidad lingüística
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particular. Así, el entendimiento de un texto requiere de la construcción de un puente


entre la tradición a la que corresponde el texto (u objeto de interpretación) y la
nuestra. La tarea hermenéutica es comprender el texto; y comprender es interpretar.
El intérprete pone sus ideas como opinión en juego para apropiarse de la verdad, es
poner las propias verdades como simples opiniones lo que permite la fusión de
horizontes donde surge la verdad común. La propuesta de Gadamer sugiere un
viraje en relación a la pretensión de objetividad de las ciencias del espíritu. No se
trata, pues, de acceder a la verdad del objeto sino más bien entrar en una
disposición de diálogo y crear en dicho diálogo una verdad, verdad necesariamente
histórica y perecedera.

Permitir nuestro acercamiento desde la conciencia de nuestros prejuicios y de


nuestra propia historicidad. Por lo anterior la propuesta de verdad que propone
Gadamer (1975) consiste en una verdad participativa que surge del diálogo. Nada
queda excluido de esta comunidad de diálogo, ninguna experiencia del mundo.

Se trata pues de un concepto de ciencia que no preconiza el ideal de observador


distante, sino que impulsa la concienciación del elemento común que a todos
vincula.

Es así que la pregunta se transforma en el elemento central de la caja de


herramientas del metodólogo cualitativo, la pregunta que pone en suspenso las
certezas del investigador, sus verdades y su experticia, para ponerse en disposición
de dejarse enseñar por el otro, abriendose así las anchas avenidas del diálogo,
diálogo como condición de la fusión de horizontes de la cual emergerá una verdad
participativa contextualizada, y, por ello, universal, en cuanto conectada con la vida
de la comunidad diálogo que es lo social.

La gestación de los datos cualitativos emergen a partir de un diálogo en el cual


investigador e investigado se ponen en suspenso en la coconstrucción de una
verdad común, esto implica una disposición hacia los sujetos o comunidades
estudiados que difiere de la disposición hacia el objeto, oibjeto que no le queda otra
alternativa que ser clazado en las categorías del investigador, en las cuales el objeto
es evaluado.
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La investigación cualitativa favorece el estudio de los procesos en tanto inseparables


de su contexto enraizando su comprensión en las características y experiencia
personal de los actores del mismo. Consecuentemente con lo anterior, la
interpretación de los fenómenos estudiados debe ser multivocal y dialógica
Ya que se erige sobre las construcciones de los diferentes actores, incluyendo las
del/la investigador/a. Niega así el carácter privilegiado de cualquier discurso, de
manera que el punto de vista del/la investigador/a no prevalece sobre el del
informante sino que se reconoce como una interpretación más (…) La investigación
es entendida entonces como un proceso relacional, en tanto la construcción que
cada quien elabora moldea y es moldeada por la de su interlocutor/a (…) El
conocimiento se fundamenta entonces en la experiencia compartida y dialogada.Se
espera, en consecuencia, que los resultados de este tipo de investigación
constituyan productos negociados o co-construcciones entre investigador/a e
informantes, concebidos ambos como entes activos en este proceso (Wisenfield,
2000, p. 6).

Por lo anterior la investigación cualitativa:


Reivindica una forma de relación investigador/a-informante, en la que las
experiencias de vida de los informantes y los significados que les asignan se
reportan en un clima de horizontalidad, donde prevalece el respeto mutuo, el diálogo
reflexivo y se acepta el involucramiento de la subjetividad del/la investigador/a en
dicho proceso”. De este modo la metodología cualitativa demanda una disposición al
diálogo que ha sido llamada por algunos autores como activa.

Según Bajtín, la investigación dialógica tiene: El carácter de un complejo acto


bilateral del conocimiento-penetración. La participación activa del que conoce y la
participación activa del objeto conocido (el dialogismo) (...) Los elementos de la
expresión (el cuerpo no como una cosa muerta, la cara, los ojos, etc.); en ellos se
cruzan y se combinan dos conciencias (del yo y del otro); aquí esde este punto de
vista, la investigación dialógica debe ser considerada una participación activa por
parte de quienes llevan a cabo esta actividad, tanto el investigador como el
investigado participan con todo lo suyo, con su historia de subjetivación, con su
cuerpo, en definitiva con su ser situado y concreto, en el proceso de investigación.
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La investigación debe ser un encuentro entre sujetos, no el análisis monológico de


cosas muertas, en que el único que tiene voz es el investigador (sus instrumentos,
sus percepciones, sus categorías), la investigación social debe ser una investigación
dialógica: un encuentro activo entre sujetos subjetivándose.

He aquí la noción de participación como una demanda de performatividad a la


metodología: los conocimientos los saberes, los seres, sólo son accesibles y
describibles en términos participativos, en los cuales actuamos con el otro, y el otro
se actúa así mismo, actuando su posicionamiento social y determinismos sociales,
por ello “un acontecimiento sólo puede ser descrito participativamente”
Reconocer a la investigación como localizada en un complejo acto participativo es
una demanda para la acción de una metodología cualitativa que sea tenida como
responsable:

Todo el infinito contexto del posible conocimiento teórico humano —la ciencia—
debe ser reconocido responsablemente con respecto a mi unicidad participativa, y
esto no rebaja en nada y tampoco distorsiona su verdad autónoma, sino que la
completa hasta convertirla en una verdad válida necesariamente

La investigación social tradicional (de tipo positivista o discursivo estructural) y el


proceso de interpretación asociado, según Bajtín (1979c/1982), se concentran en lo
repetible, se buscan momentos de consistencias, categorías a las cuales agregar
todo lo diverso dándole un orden; lo nuevo cuando es reconocido, sólo lo es desde
una forma empobrecida y abstracta, desapareciendo lo irrepetible de la creación.
Desde este punto de vista, la comprensión, tal como la propone Bajtín, no se orienta
a la formación de una representación más o menos exacta de la vivencia de la otra
persona en la investigación, sino que se dirige a la conformación de un plano
absolutamente distinto de encuentro entre sujetos actuando.

Es a partir de una interacción viva y comprometida en que el investigador pone en


juego sus esquemas cognitivos, dejándose interpenetrar por el otro. Efectivamente la
comprensión realizada desde el diálogo entre posiciones (investigador/participe o
informante) no deja a estas posiciones como invariables, pues se someten a la
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acción de lo comprendido. Comprender es una actividad, y por lo tanto el objeto del


acto de comprender siempre aporta algo nuevo.

“En el acto de la comprensión se lleva a cabo una lucha, cuyo resultado es un


cambio y un enriquecimiento mutuo”

La noción de validez ha sido desarrollada fundamentalmente desde la perspectiva


positivista y remite a la noción de que un conocimiento es válido en tanto permita
representar objetivamente la realidad estudiada. Tal como señalan Lincoln (2002),
Lincoln y Guba (2003) y Gergen y Gergen (2003), no son pocos los investigadores
que han adoptado la decisión de dejar de lado el tema de la validez, clamando por
su eliminación de las agendas y procederes cualitativos. Sin embargo siguiendo a
Lincoln (2002), Lincoln y Guba (2003) y Gergen y Gergen (2003), se requieren
criterios de validez como una demanda de responsabilidad a la investigación. Sin
embargo la validez resulta resignificada, ya no es la demanda por una objetividad
que desliga al investigador del proceso de investigación y que hace aparecer a su
producto como una representación transparente del fenómeno a estudiar,
emergiendo criterios propios para la investigación cualitativa, criterios que emergen
como respuesta a la triple crisis reseñada en un principio, y que asumen una nueva
relación productiva con el otro.

Los criterios de validez que formula la actual perspectiva cualitativa son


desarrollados en tanto criterios que permitan la conversación entre una comunidad
de interpretes, para “engranar y elaborar un diálogo complejo e interesante y para
crear un espacio para un discurso compartido” (Lincoln, 2002, p. 328) en la
elaboración de “una contribución al entendimiento que permita cambios relevantes
en las prácticas sociales”

La validez así será reconfigurada concretándose en las siguientes dimensiones:

a) Cumplimiento de estándares de aceptabilidad por parte de la comunidad de


investigadores. Esta dimensión agrupa algunos de los criterios desarrollados por
Guba y Lincoln en 1982 y 1985 (en Lincoln, 2002; y Lincoln y Guba, 2003)
actualmente más utilizados por los investigadores cualitativos:
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Credibilidad (Guba y Lincoln en Pla, 1999). Se mira el valor verdad de la


investigación, planteada ésta no desde la objetividad «positivista», sino desde el
consenso comunicativo entre los agentes implicados. Esto implica que la
investigación sea creíble tanto para la comunidad de investigadores interesados en
la temática que aborda, como para los actores involucrados en tanto sujetos de la
situación estudiada (Parker, 2002). Así pues, los procedimientos que se han de
poner en marcha, como la explicitación de la recogida de datos o la ilustración de los
datos con ejemplos específicos, tienen como objetivo conseguir
la aceptabilidad de los resultados.

Transferibilidad (Guba y Lincoln en Pla, 1999). Refiere al grado de aplicación de los


resultados en otros contextos. En este sentido el énfasis está puesto en explicitar el
tipo de muestreo, ya que las decisiones tomadas son la clave para decidir si se
pueden comparar o no los resultados en otros contextos.

A los anteriores, en el caso de esta investigación agrego el de Coherencia (Potter y


Weatherell, 1987), criterio propio del análisis de discurso. Los patrones obtenidos
mediante la técnica analítica deben permitir comprender la mayor cantidad de
microsecuencias interaccionales. Las excepciones que no calzan con las categorías
generadas deben ser analizadas cuidadosamente. Bajo el criterio de búsqueda de
heterogeneidad, se revisan una y otra vez los datos, como parte del proceso
analítico.

b) Posicionamiento (Bajtín, 1979e; Haraway, 1991; Lincoln, 2002; Denzin y Lincoln,


2002 y 2003; Lincoln y Guba, 2003; y Gergen y Gergen, 2003). De acuerdo al
desarrollo de la teoría de los conocimiento situados (Haraway, 1991), y en
consistencia con el giro narrativo que caracteriza la investigación cualitativa
contemporánea:
El yo que conoce es parcial en todas sus facetas, nunca terminado, total, no se
encuentra simplemente ahí y en estado original. Está siempre construido y
remendado de manera imperfecta y, por lo tanto, es capaz de unirse a otro, de ver
junto al otro sin pretender ser el otro.
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Lo anterior demanda reconocerse en tanto conocedor, como un sujeto emergente


socialmente y, por lo tanto, posicionado socialmente, es por ello que “sólo los textos
que despliegan sus propios fundamentos contextuales para la argumentación
pueden ser elegibles para apelaciones de calidad y rigor” (Lincoln, 2002, p.333).

Este criterio se engarza con el de Confirmabilidad (Guba y Lincoln, 1995) que


mantiene la aspiración ética de mostrar al investigador como activo y
constitutivamente imposible de neutralidad. Los procedimientos para obtener la
confirmabilidad irían sobre todo orientados a conseguir explicar el posicionamiento
del/a investigador/a.

A partir de lo anterior se justifica ampliamente la utilización de herramientas tales


como la investigación activa reflexiva y la autoetnografía, herramientas que
demandan y exponen en todo momento el posicionamiento del sujeto que investiga
como condición de diálogo y generación de puentes hacia el otro.

c) La Comunidad como Árbitro de Calidad (Lincoln, 2002). Según Lincoln (2002) la


investigación no sólo debe ser dirigida para el cumplimiento de las leyes de rigor
propios de una comunidad científica, efectivamente según esta autora, las leyes de
validación del positivismo lo único que hacen es validar el conocimiento para esta
comunidad.

Por lo anterior se sugieren al menos dos cosas:

La investigación debe considerar la voz de los participantes en tanto


posibilitados a realizar una conciencia analítica dirigida hacia su propia participación.
Esto claramente se liga al criterio empleado por los analistas de discurso de
Orientación de los Participantes (Potter y Weatherell, 1987). Durante el proceso de
producción de datos/ análisis, visto como un continuo inseparable, el analista debe
ser capaz incluso en las propias entrevistas de contrastar los patrones encontrados.
La experiencia de los participantes es considerada como relevante; el sujeto
investigado tiene voz y por lo tanto puede corroborar en la misma entrevista, a través
de los turnos de habla lo que para él o ella constituye la consistencia y la diferencia.
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Este criterio se engarza también con el de triangulación con los participantes


señalado por Denzin en Pla (1999). Así se hace relevante contrastar los resultados
de los análisis previos, poniendo estos resultados como opinión en el curso de la
interacción lingüística. Además siguiendo una recomendación de Parker (2002), en
los casos que es posible, las mismas entrevista pueden ser escuchadas por ambos
participantes de la entrevista en conjunto (entrevistado y entrevistador) comentando
en conjunto las posibles categorías y repertorios dignos de analizarse.

Además de lo anterior, la orientación hacia la comunidad implica también que a


esta le haga sentido la investigación, creando un conocimiento relacional que integre
investigación, reflexión crítica y acción en la comunidad. “Así la investigación es
primera y principalmente un proyecto comunitario, no de una disciplina académica
solitaria”; lo que se engarza con la demanda ética realizada por Denzin (2001) en el
sentido de que la investigación en todo momento debe orientarse a constituirse
como un espacio relacional de reflexión crítica respecto a los modos de producir y
reproducir orden social. Así, se propone, como en el caso de la entrevista reflexiva
de Denzin (2001) desarrollar a través de la investigación espacios de reflexión para
los participantes (incluido el investigador) en torno a la propia experiencia. Según
Lincoln y Guba (2003), esto transforma a la investigación en una suerte de filosofía
práctica

d) Voz y Multivocalidad- Voz es uno de los criterios que más fuerte aparecen en la
literatura contemporánea, éste apela a la demanda por una investigación tanto
situada, en la cual aparezca la voz del investigador, su posicionamiento, como
también la voz del otro, el investigado, en particular cuando el self es el sujeto de
investigación, caso de este estudio (Lincoln y Guba, 2003), lo que se concreta tanto
en demandas hacia las herramientas de producción de datos como a la presentación
de estos. La voz debe aparecer vívida, contra la tendencia a escribir en la distancia,
abstrayendo a la voz propia y del otro de su corporización concreta y cotidiana, es
esta corporización en la que la voz adquiere su fragmentación, heterogeneidad o
multiplicidad.

Este criterio además demanda la preocupación por aquellas voces silenciadas,


aquellas experiencias acalladas por el orden social, lo que se configuraría en lo que
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Lincoln (2002) llama participación apasionada en tanto voz de resistencia contra el


silencio.

e) Reflexividad. Este probablemente sea uno de los criterios más relevantes y más
citados por la literatura en metodología cualitativa. La reflexividad, o subjetividad
crítica (Lincoln, 2002; Lincoln y Guba, 2003), es el ejercicio de una conciencia crítica
respecto a la propia acción del investigador como sujeto realizador de la
investigación. La reflexividad hace del investigador y de su actividad objeto de su
propio análisis.

La misma participación del analista que constituye al análisis se transforma en objeto


del análisis. “el analista constantemente se pregunta: ¿Por qué yo estoy leyendo
este pasaje de esta manera? ¿Qué características y efectos produce esta lectura?”

Si consideramos con Montero (2001) que los paradigmas de investigación no sólo


tienen dimensiones ontológicas, epistemológicas y metodológicas, sino que también
éticas y políticas, los actuales desplazamientos de la investigación cualitativa nos
orientan a establecer nuevas relaciones con el otro, donde esta queda reposicionado
como interlocutor, participe no sólo para que se le ‘recolecten los significados’ desde
su interior sino incluso en los procesos de análisis y escritura de la investigación.
Siguiendo a Montero, lo ético justamente se refiere a cómo queda puesto el otro en
la producción del conocimiento.

Lo político tiene que ver con el tipo de relaciones que tenemos con el otro, con el
para qué y para quién es producido el conocimiento, en definitiva con orden social es
producido y reproducido a través de la práctica investigativa. Las propuestas que
aquí han sido delineadas proponen desafíos al investigador, quizás el mayor tiene
que ver con la desestabilización de nuestra posición de poder. Debemos tener la
valentía suficiente para adoptar otra posición, la de la comprensión participativa en
intersticios no directivos. Es ahí donde se gestan las relaciones cotidianas, en la
contradicción y apertura de la actividad momento a momento. Tal como propone
Denzin (2001) la investigación es una práctica política que genera espacios de
reflexión y transformación de lo social. Esta la invitación que hoy nos desafía como
investigadores.
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Valles- CAPITULO 3

La tradición empírica adquiere una gran importancia en el siglo xix, pero está
separada de la teoría sociológica y las universidades. Durkheim influyó en el
desarrollo de la sociología Cuantitativa, Weber importante para las corrientes de la
sociología Cuali. Si en la vieja Europa se fundó la sociología (teoría sobre todo) en
EE.UU. se cristalizo como ciencia empírica. Noya miranda reclama, la necesidad de
pasar de los paradigmas y perspectivas a los diseños en la investigación Cuali. El
concepto de diseño emergente, así como la clave de la flexibilidad del diseño en los
estudios cualitativos aparecen hoy en día ya recogidos en los textos sobre
metodología Cualitativa. La flexibilidad es crucial.

DECISIONES DE DISEÑO EN LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA- AL PRINCIPIO


DEL ESTUDIO- 1-formulación del problema, 2- selección de casos y contextos, 3-
acceso al campo, 4- marco temporal, 5- selección de la estrategia/s metodológicas,
6- relación con teoría, 7- detección sesgos e ideología del investigador, 8- aspectos
éticos.

DURANTE EL ESTUDIO- 1 reajuste cronograma de tareas, 2- observaciones y


entrevistas a añadir o anular. 3- modificación de protocolos de observación y de
guiones de entrevista. 4- generación y comprobación de hipótesis.

AL FINAL DEL ESTUDIO- 1 decisiones sobre el momento y manera de abandono


del campo. 2- decisiones finales de análisis. 3- decisiones de presentación y
escritura del estudio.
SECUENCIA DE FASES Y TAREAS EN EL DISEÑO Y REALIZACIÓN DE UN
ESTUDIO CUALI-
1-FASE DE REFLEXION- A- identificación del team y preguntas a investigar, b-
identificación de perspectivas paradigmática.
2- FASE DE PLANEAMIENTO- a- selección de un contexto- selección de una
estrategia (incluida la triangulación metodológica). C- preparación del investigador.
D- escritura del proyecto.
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3- FASE DE ENTRADA- a- selección e informantes y casos, b- realización primeras


entrevistas y observaciones.
4- fase de recogida productiva y análisis preliminar.
5- fase de salida del campo y análisis intenso.
6- fase de escritura. Janesick se asemeja a Denzin y Lincoln cuando sostiene que el
proceso de investigación comienza con el reconocimiento por parte del investigador
de su condicionamiento histórico y sociocultural, y de las características Éticas y
políticas de la investigación. En cambio, la postura de morse refleja una mayor
preocupación por la preparación técnica del investigador.

EL BUEN INVESTIGADOR CUALITATIVO- es paciente, sabe ganarse la confianza


de los que estudia, polifacético en métodos de investigación Social, es meticuloso
con la documentación (archiva metodológicamente y a diario), conocedor del tema
(capaz de detectar pistas), es versado en teoría social (capaz de detectar
perspectivas teóricas útiles a su estudio), es al mismo tiempo, capaz de trabajar
inductivamente, tiene confianza en sus interpretaciones, verifica y contrasta,
constantemente, su información, se afana en el trabajo intelectual de dar sentido a
sus datos, no descansa hasta que el estudio se publica.

La investigación Cuali es solo tan buena como el investigador. El investigador


necesita una chispa especial que provoque el encendido: el interrogante inicial, fruto
de una idea o un encargo. El diseño de la investigación Cualitativa empieza con un
interrogante. Lectura de material escrito (libros, revistas, documentos no publicados),
lo que Strauss y Corbin denominan literatura técnica y no técnica, este material es
una fuente principal de problemas o ideas de investigación. Familiarización con el
estado de la cuestión, en los diseños cualitativa no emplea más tiempo del necesario
para lograr una base cómoda de conocimiento.

La especificación de preguntas de investigación ayudan a que aspectos del


problema se van a enfocar y con que métodos. Necesitamos una pregunta o
preguntas de investigación que nos den flexibilidad y libertad para explorar un
fenómeno en profundidad. Las entrevistas a fondo han sido el recurso técnico
utilizado para sacar a la superficie el caudal de experiencias y anhelos. El ambiente
familiar y urbano. La decisión muestral casi nunca es fruto de un solo criterio.
19

Además de las consideraciones de heterogeneidad y accesibilidad, está la cuestión


de la representación que se verá más adelante. Las muestras en el estudio
cualitativas. No están generalmente preespecificadas, sino que pueden evolucionar
una vez comenzado el trabajo de campo.

El investigador además de tomar decisiones muestrales, optaba por utilización de


determinados recursos técnicos (análisis documental, cuestionarios, entrevistas
abiertas o en profundidad. Grupos de discusión, visitas u observación sobre el
terreno). Son técnicas cualitativa. En el libro de Marshall y Rosman presentan una
sugerente ordenación de técnicas y estrategias de investigación, partiendo del
propósito del estudio (explorativo, explicativo, descriptivo, predictivo) y de las
preguntas concretas de investigación.

Se considera destacable la siguiente clasificación de estrategias en el continuum


cualitativo: 1- la estrategia de la investigación Documental o uso de documentación.
2- la estrategia del estudio de caso. 3- la estrategia de la triangulación. 1- no solo
escritos o publicados ni técnicos o históricos, en los estudios cualitativa cabe
plantear un uso mínimo (o complementario) de documentos de todo tipo, incluso de
fuentes estadísticas. 2- bajo esa denominación clásica se agrupan de diversas
modalidades: a- caso etnográficos, la técnica estrella no única es la observación
participante. B- caso biográficos, se barajan sobre todo las técnicas de los
documentos Personales, relatos de vida e historias de vida. C- otros estudios de
caso, caracterizado por metodologías singulares (etnometodología, evaluación u
otras) o que se encuentran a caballo entre lo cualitativa y cuantitativa. 3- estrategia
de la triangulación o estrategia de estrategias, en la práctica investigadora se da
siempre un cierto solapamiento entre las estrategias descritas, las circunstancias de
cada estudio empujan al investigador a practicar una mínima combinación de ellas.
Las estrategias metodológicas constituyen un elemento clave en el diseño de los
estudios cualitativa. Los criterios de calidad a considerar en un estudio cualitativa: 1-
criterios de confiabilidad, 2- criterios de autenticidad, 3- criterios Éticos
20

. Irene Vasilachis de Gialdino- la investigación cualitativa

¿Qué es la investigación cualitativa?

Estas distintas tradiciones intelectuales y disciplinarias, estos diversos presupuestos


filosóficos, con sus métodos y prácticas, estas diversas concepciones acerca de la
realidad y acerca de cómo conocerla y de cuánto de ella puede ser conocido
determina que no pueda afirmarse ni que haya una sola forma legítima de hacer
investigación cualitativa ni una única posición o cosmovisión que la sustente (Mason,
1996: 4), ni que una común orientación está presente en toda la investigación social
cualitativa.

No constituye, pues, un enfoque monolítico sino un espléndido y variado mosaico de


perspectivas de investigación (Patton, 2002: 272).

Entre las más importantes perspectivas y escuelas en la investigación cualitativa,


Flick (2002) menciona: 1) la teoría fundamentada, 2) la etnometodología y el análisis
de la conversación, del discurso y de género, 3) el análisis narrativo, 4) la
hermenéutica objetiva y la sociología del conocimiento hermenéutica, 5) la
fenomenología y el análisis de pequeños mundos de la vida, 6) la etnografía, 7) los
estudios culturales, y 8) los estudios de género. Por su parte, Creswell (1998: 15,
255) considera que la investigación cualitativa es un proceso interpretativo de
indagación basado en distintas tradiciones metodológicas –la biografía, la
fenomenología, la teoría fundamentada en los datos, la etnografía y el estudio de
casos– que examina un problema humano o social.

La investigación cualitativa abarca el estudio, uso y recolección de una variedad de


materiales empíricos –estudio de caso, experiencia personal, introspectiva, historia
de vida, entrevista, textos observacionales, históricos, interaccionales y visuales–
que describen los momentos habituales y problemáticos y los significados en la vida
de los individuos.

¿Cuáles son las características de la investigación cualitativa?

Mason entiende que la investigación cualitativa está: a) fundada en una posición


filosófica que es ampliamente interpretativa en el sentido de que se interesa en las
formas en las que el mundo social es interpretado, comprendido, experimentado y
producido, b) basada en métodos de generación de datos flexibles y sensibles al
contexto social en el que se producen, y c) sostenida por métodos de análisis y
explicación que abarcan la comprensión de la complejidad, el detalle y el contexto.
21

Silverman (2005) la fortaleza real de la investigación cualitativa reside en que puede


emplear datos «naturales» para ubicar las secuencias interaccionales («como») en
las cuales se desenvuelven los significados de los participantes («que»).
Para Marshall y Rossman (1999: 2, 7-8) la investigación cualitativa es pragmática,
interpretativa y está asentada en la experiencia de las personas. Es una amplia
aproximación al estudio de los fenómenos sociales, sus varios géneros son
naturalistas e interpretativos y recurre a múltiples métodos de investigación.

De esta forma, el proceso de investigación cualitativa supone: a) la inmersión en la


vida cotidiana de la situación seleccionada para el estudio, b) la valoración y el
intento por descubrir la perspectiva de los participantes sobre sus propios mundos, y
c) la consideración de la investigación como un proceso interactivo entre el
investigador y esos participantes, como descriptiva y analítica y que privilegia las
palabras de las personas y su comportamiento observable como datos primarios.

La fuerza particular de la investigación cualitativa es su habilidad para centrarse en


la práctica real in situ, observando cómo las interacciones son realizadas
rutinariamente. Sin embargo, el análisis de cómo las personas «ven» los cosas no
puede ignorar la importancia de cómo «hacen» las cosas. Maxwell (2004a: 36)
entiende que entre los rasgos más característicos de la investigación cualitativa se
encuentran: a) el interés por el significado y la interpretación, b) el énfasis sobre la
importancia del contexto y de los procesos, y c) la estrategia inductiva y
hermenéutica.

Sin embargo, para que la tarea de investigación constituya un aporte, es necesario


agregar a las palabras de los actores algo adicional; sea una síntesis, sea una
interpretación, sea el desarrollo de un concepto, un modelo, una teoría (Morse,
1999a: 163). Es, precisamente, su relación con la teoría, con su extensión, con su
modificación, con su creación lo que hace a la investigación cualitativa significativa
(Morse, 2002b: 1421). Las estrategias cualitativas no están aisladas, los métodos
cualitativos de investigación conforman un conjunto coherente y consistente de
procedimientos que no pueden separarse del todo (Morse, 2005b: 1004).

La investigación cualitativa es un acto interpretativo que explica, define, clarifica,


elucida, ilumina, expone, parafrasea, descifra, traduce, construye, aclara, descubre,
resume.

O, en palabras de Gobo (2005), los métodos cualitativos se caracterizan por su


ostensible capacidad para describir, comprender y explicar los fenómenos sociales.

Otros de los rasgos que se señalan de la investigación cualitativa es su capacidad


para particularizar. A medida que se hacen más vívidos los rasgos distintivos de la
situación que se quiere comprender, se disminuye la habilidad de hacer
comparaciones significativas entre situaciones, debido a que el investigador, al
revelar lo que es distintivo, se aleja de lo comparativo. Matices, particularidad,
emoción, fresca percepción son para Eisner (2001: 137, 141) características que la
buena investigación cualitativa comparte con el arte.

Es necesario poner de relieve que aquí, el término «natural» no supone el empleo


del modelo de las ciencias naturales, con sus presupuestos ontológicos y
22

epistemológicos como vía de acceso al conocimiento de la realidad social. A lo que


ese vocablo alude es a la circunstancia de que la investigadora y el investigador
cualitativos se aproximan a situaciones, a acciones, a procesos, a acontecimientos
reales, concretos, a interacciones espontáneas que, o bien son preexistentes, o
bien, en parte tuvieron lugar, o bien se desarrollan durante su presencia en el campo
y pueden continuar en su ausencia.

La respuesta a la pregunta ¿Cuáles son las características de la investigación


cualitativa? requiere que, teniendo en vista las contribuciones analizadas, se
distingan a esas características según se refieran: a quién y qué se estudia (a), a
las particularidades del método (b), y a la meta de la investigación (c). a) las
características que se refieren a quién y qué se estudia: la investigación cualitativa
se interesa, en especial, por la forma en la que el mundo es comprendido,
experimentado, producido; por el contexto y por los procesos; por la perspectiva de
los participantes, por sus sentidos, por sus significados, por su experiencia, por su
conocimiento, por sus relatos.

b) las características que aluden a las particularidades del método: la investigación


cualitativa es interpretativa, inductiva, multimetódica y reflexiva. Emplea métodos de
análisis y de explicación flexibles y sensibles al contexto social en el que los datos
son producidos. Se centra en la práctica real, situada, y se basa en un proceso
interactivo en el que intervienen el investigador y los participantes.

c) las características que se vinculan con la meta, con la finalidad de la


investigación: la investigación cualitativa busca descubrir lo nuevo y desarrollar
teorías fundamentadas empíricamente, y es su relación con la teoría, con su
creación, con su ampliación, con su modificación y con su superación lo que la hace
relevante. Intenta comprender, hacer al caso individual significativo en el contexto de
la teoría, provee nuevas perspectivas sobre lo que se conoce, describe, explica,
elucida, construye y descubre.

¿Cuáles son los componentes de la investigación cualitativa?

Los tres componentes más importantes de la investigación cualitativa son, para


Strauss y Corbin (1990: 20), los datos –cuyas fuentes más comunes son, para ellos,
la entrevista y la observación–; los diferentes procedimientos analíticos e
interpretativos de esos datos para arribar a resultados o teorías; y, por último, los
informes escritos o verbales.

Esos datos deben guardar relación con la pregunta de investigación; ser, pues,
recolectados intencionalmente y, cuando corresponda, ser recogidos en situaciones
naturales. Deben ser ricos y enfatizar la experiencia de las personas y el significado
que le otorgan en sus vidas a sucesos, a procesos y a estructuras.

Entre los diferentes tipos de datos Atkinson (2005) menciona las narrativas
personales; las historias de vida y otros documentos de vida; las películas y las
imágenes fotográficas y de vídeo; los textos y las fuentes documentales; la cultura
material y los artefactos tecnológicos y el discurso oral.
23

Es decir, que la diversidad de los métodos y de los datos debe ser equivalente a las
diferentes propiedades de la cultura y de la acción social en estudio, a fin de
reflejarlas preservando sus cualidades distintivas.

Patton (2002: 276), el factor humano es la gran fuerza y la debilidad fundamental de


la investigación cualitativa. El analista tiene la obligación de revisar y exponer su
propio proceso analítico y sus procedimientos tan completa y verazmente como le
sea posible. Esto significa que el análisis cualitativo es un nuevo momento del
trabajo de campo en el que el analista debe observar su propio proceso al mismo
tiempo que realiza el análisis y dar cuenta de él conjuntamente con el informe de los
resultados de la investigación.

La respuesta a la pregunta ¿Cuáles son los componentes de la investigación


cualitativa? es sencilla, esos componentes son los datos, los procedimientos de
análisis de esos datos y el informe final.

Se recomienda evitar la utilización de un único método de recolección de datos e


intentar que la diversidad de estos pueda reflejar la idiosincrasia y la complejidad del
contexto que se estudia. Un punto de especial interés lo constituye el del proceso de
análisis de los datos, al que no se considera neutral, y que debe ser expuesto en
cada uno de sus pasos a fin de que otros investigadores puedan llegar a iguales
resultados reiterando el mismo procedimiento analítico.

¿A qué preguntas de investigación responde la investigación cualitativa?

La investigación cualitativa se ocupa de la vida de las personas, de historias, de


comportamientos pero, además, del funcionamiento organizacional, de los
movimientos sociales o de las relaciones interaccionales .

Está basada en la comunicación, en la recolección de historias, narrativas y


descripciones de las experiencias de otros.

Para Maxwell (1996: 17-20) la investigación cualitativa puede ser empleada para
cinco finalidades distintas: 1) comprender los significados que los actores dan a sus
acciones, vidas y experiencias y a los sucesos y situaciones en los que participan, 2)
comprender un contexto particular en el que los participantes actúan y la influencia
que ese contexto ejerce sobre sus acciones, 3) identificar fenómenos e influencias
no previstos y generar nuevas teorías fundamentadas en ellos, 4) comprender los
procesos por los cuales los sucesos y acciones tienen lugar, y 5) desarrollar
explicaciones causales válidas analizando cómo determinados sucesos influyen
sobre otros, comprendiendo los procesos causales de forma local, contextual,
situada (Maxwell, 2004b: 260).

Se recurre a la investigación cualitativa, para Morse (2003: 833), cuando se sabe


poco acerca de un tema, cuando el contexto de investigación es comprendido de
manera deficiente, cuando los límites del campo de acción están mal definidos,
cuando el fenómeno no es cuantificable, cuando la naturaleza del problema no está
clara o cuando el investigador supone que la situación ha sido concebida de manera
restrictiva y el tema requiere ser reexaminado. Los resultados de la investigación
24

cualitativa inspiran y guían a la práctica, dictan intervenciones y producen políticas


sociales.

Por su parte, Creswell (1998: 17-18) señala las siguientes entre las razones
apremiantes para encarar un estudio cualitativo: 1) la pregunta de investigación, la
que en una investigación cualitativa comienza habitualmente con el término Cómo o
Qué; 2) el tema, que necesita ser explorado; 3) la necesidad de presentar un
detallado examen del tema; 4) la exigencia de estudiar a las personas en sus
situaciones naturales; y 5) la consideración del investigador como alguien que
aprende activamente y puede narrar en términos de los actores en lugar de
constituirse como un experto que los evalúa.

La respuesta al interrogante ¿A qué preguntas de investigación responde la


investigación cualitativa? está estrechamente unida a aquella otra que respondía a la
interpelación acerca de las características de ese tipo de indagación. La
investigación cualitativa se interesa por la vida de las personas, por sus perspectivas
subjetivas, por sus historias, por sus comportamientos, por sus experiencias, por sus
interacciones, por sus acciones, por sus sentidos, e interpreta a todos ellos de forma
situada, es decir, ubicándolos en el contexto particular en el que tienen lugar. Trata
de comprender dichos contextos y sus procesos y de explicarlos recurriendo a la
causalidad local.

Las investigadoras y los investigadores cualitativos se interesan por la manera en


que la complejidad de las interacciones sociales se expresa en la vida cotidiana y
por el significado que los actores atribuyen a esas interacciones. Ese interés ubica a
los investigadores en situaciones naturales y fomenta el empleo de múltiples
métodos para estudiar el tema que les concierne.

Esa habilidad de estar con los otros, de conectarse con ellos emotiva y
cognitivamente es lo que distingue a la investigadora y al investigador cualitativos, lo
que les permite experimentar el mundo de manera similar a la de los participantes
(Rager, 2005: 424-425) y, por tanto, verse afectados, en especial, cuando se trata de
«investigaciones sensibles» que son las que, potencialmente, suponen una
amenaza para los que participan o han participado en ellas y que tienen fuertes
implicancias éticas.

Las investigadoras e investigadores cualitativos deben evitar que su presencia, sus


preguntas, sus observaciones, sus interpretaciones, sus representaciones, en fin,
que su actividad menoscabe la identidad, la dignidad, la libertad de quien contribuye
con su proceso de investigación haciendo que la indagación sea posible.

Para Strauss y Corbin (1990: 17) la investigadora y el investigador cualitativos deben


dar un paso atrás, analizar críticamente la situación, reconocer y evitar sesgos para
obtener datos válidos y confiables y, asimismo, deben alcanzar el pensamiento
abstracto. Para lograr estos objetivos quien investiga ha de tener sensibilidad social
y teórica, mantener distancia analítica y, al mismo tiempo, recurrir a su experiencia y
conocimiento teórico. Debe contar, además, con un astuto poder de observación y
con capacidad interactiva.
25

La investigadora y el investigador cualitativos deben, por lo demás, optar por esta


manera de indagar no porque la consideren fácil y sencilla sino porque es la
adecuada a su pregunta de investigación. Una manera de resumir la respuesta a la
pregunta ¿Quiénes son, qué hacen y que deberían hacer las investigadoras y los
investigadores cualitativos? sería afirmando que la investigación cualitativa es
relacional y que se basa, fundamentalmente, en la comunicación.

¿Responde el desarrollo de la investigación cualitativa a un orden secuencial,


por etapas?

En una propuesta inicial Denzin y Lincoln (1994: 6-11), al referirse a la historia de la


investigación cualitativa, aluden a cinco momentos: 1) el tradicional (1900-1945), en
el que los investigadores están preocupados por ofrecer interpretaciones objetivas,
válidas y confiables en sus escritos; 2) el modernista o Edad de Oro (1945-1970), en
el que se intenta dar rigor y formalizar los métodos cualitativos; 3) el de los géneros
borrosos (1970-1986), en el que coexiste una pluralidad de paradigmas, métodos y
estrategias de investigación; 4) el de la crisis de representación (1986-1990), en el
que la escritura se hace más reflexiva y se procuran nuevos modelos acerca de la
verdad y del método y prevalece el interrogante acerca de quién es el «otro»; y 5) el
del presente (la década de 1990), caracterizado por una doble crisis: la de
representación y la de legitimación, refiriéndose esta última a la autoridad
y validez de los textos de investigación cualitativa. Este período es redefinido,
después, como posmoderno, de etnografías nuevas y experimentales.

Más tarde se agregan otros períodos: 6) el sexto momento, el futuro, en el que se


combina la etnografía crítica, la investigación-acción aplicada y el nuevo periodismo
público (Denzin, 1997); y 7) el séptimo momento, que es el de la explosión y el
fermento y que se define por su ruptura con el pasado, su foco en las voces
previamente silenciadas, la importancia acordada a los textos realizativos y por un
continuo interés en el discurso moral, con diálogos sobre la democracia, la política,
la raza, el género, la clase, la nación, la libertad y la comunidad. En este período se
intenta mostrar cómo las prácticas de la investigación cualitativa, interpretativa y
crítica pueden cambiar el mundo en un sentido positivo.

El séptimo momento se constituye, entonces, en la forma imaginada que ha de


asumir la investigación cualitativa, que será simultáneamente mínima, existencial,
autoetnográfica, vulnerable, performativa y crítica.

La representación del futuro de la investigación cualitativa no es homogénea ni va en


el mismo sentido. Así, Gobo (2005) construye un escenario en el que identifica cinco
direcciones: a) la mayor formalización de los métodos, b) el desarrollo del análisis de
datos, c) el vínculo entre la informática y la investigación cualitativa, d) la necesidad
de los métodos cualitativos en una sociedad multicultural, y e) la relación con la
investigación aplicada.

Comparto, sin embargo, las características que Patton (2002: 279) atribuye a los
principales desarrollos de las dos últimas décadas en la investigación cualitativa: a)
la finalización del debate cualitativo/cuantitativo; b) el surgimiento de enfoques
diversos y competitivos en la investigación cualitativa, que incluyen distintos criterios
para juzgar y diferenciar la calidad de la indagación; c) el incremento de la
26

importancia de la mezcla de estrategias y métodos, de los diseños emergentes y de


la flexibilidad y adaptabilidad en el campo; d) el empleo de muestras por propósitos;
e) el renovado aumento de la apreciación y del reconocimiento de la creatividad
como centro del análisis cualitativo a pesar de f) la constante emergencia de cada
vez más sofisticado software para facilitar y apoyar el análisis cualitativo; y g) nuevos
desafíos y preocupaciones a fin de comprender mejor el impacto potencial de la
investigación cualitativa sobre los distintos sujetos comprendidos en ella, así como
las nuevas formas de investigación participativa y los diseños emergentes,
cuestionando las tradicionales concepciones acerca del consentimiento y la
confidencialidad.

¿Están las decisiones metodológicas enraizadas en presupuestos


epistemológicos?

Las respuestas negativas. Los posturas que intentan desprender la actividad del
investigador cualitativo de presupuestos de orden epistemológico son por demás
reducidas, y dirigen sus críticas, en especial, contra quienes entienden que la
influencia del posmodernismo es la que está en la base de la producción cualitativa
de los últimos «momentos» del orden secuencial propuesto por Denzin y Lincoln
(1994) al que me he referido y el que, como se puede observar, ha tenido una muy
amplia difusión, sea vinculada a su aceptación como a su rechazo.

La reflexión filosófica y metodológica constituye, pues, una parte integral de la


práctica de investigación, aunque para que esta pueda llevarse a cabo no es
necesario resolver previamente debates teóricos, epistemológicos o metodológicos

Las respuestas afirmativas

Las cuestiones epistemológicas, para Mason (1996: 11-13), son las que remiten a
aquello que juzgamos como conocimiento o evidencia de las cosas en el mundo
social. Nuestra epistemología es, literalmente, nuestra teoría del conocimiento y
concierne, por lo tanto, a los principios y reglas por las cuales decidimos si y cómo
un fenómeno social puede ser conocido y cómo el conocimiento que producimos
puede ser demostrado. El investigador, afirma, debe reconocer que hay más de una
epistemología y que no son todas complementarias o igualmente consistentes con
su posición ontológica, es decir, con su perspectiva acerca de la verdadera
naturaleza o esencia de las cosas en el mundo social. Según esas distintas
perspectivas ontológicas la realidad puede estar conformada, por ejemplo, por
personas, actitudes, identidades, experiencias, textos, acciones, historias,
interacciones, procesos, culturas; y son esos posibles componentes de la realidad
social los que determinarán cómo esa realidad puede ser válidamente conocida.

Siguiendo esta orientación, Creswell (1998: 74-77) afirma que los investigadores
cualitativos abordan sus estudios con determinados paradigmas o cosmovisiones, es
decir, con un conjunto básico de creencias o presunciones que los orientan.

Esos presupuestos versan sobre: a) la naturaleza de la realidad (lo ontológico), b) la


relación del investigador con lo que está siendo estudiado (lo epistemológico), c) el
rol de los valores en la investigación (lo axiológico), y d) el proceso de investigación
(lo metodológico). En cuanto a lo ontológico, para el investigador cualitativo, la
27

realidad es construida por las personas de la situación que él analiza. Por ende,
existen múltiples realidades: la de esos actores, la del investigador, la de los que
leen o interpretan el estudio. A nivel epistemológico el investigador trata de
minimizar la distancia entre él y quienes forman parte de su investigación.
Axiológicamente, no deja de reconocer la influencia de sus propios valores en el
proceso de investigación.

La investigación cualitativa está basada, entonces, en presunciones epistemológicas


y ontológicas que la diferencian de la investigación cuantitativa. Es contextual y
subjetiva en lugar de generalizable y objetiva.

Como sostiene Mantzoukas (2004), los puntos de vista ontológicos y


epistemológicos de los distintos paradigmas, sus nociones acerca de la realidad y de
la verdad, tienen efecto directo sobre todo el proceso de investigación y sobre quién
y qué es o debe ser representado en el texto del investigador, sobre qué voces son
reproducidas y cuáles acalladas, incluyendo su propia voz y su propia presencia.
Esos puntos de vista deben ser aclarados en los estudios, el investigador ha de
exponer cuáles son sus reglas, modelos, convicciones, vocabulario, tanto para ser
evaluado de acuerdo con ellos como para, fundamentalmente, cumplir con los
criterios de validez y confiabilidad. Tal como asevera Patton (2002: 266), es
importante reconocer que diferentes supuestos filosóficos y orientaciones teóricas
influyen de diverso modo sobre la investigación cualitativa y que, por tanto, han de
generar distintos criterios para juzgar la calidad y la credibilidad de esa investigación.

La epistemología se interroga acerca de cómo la realidad puede ser conocida,


acerca de la relación entre quien conoce y aquello que es conocido, acerca de las
características, de los fundamentos, de los presupuestos que orientan el proceso de
conocimiento y la obtención de los resultados, acerca de la posibilidad de que ese
proceso pueda ser compartido y reiterado por otros a fin de evaluar la confiabilidad
de esos resultados.

¿Debe la reflexión epistemológica acompañar a las decisiones metodológicas?

La respuesta es positiva, debido a que la reflexión epistemológica está


profundamente ligada a la elucidación de los paradigmas vigentes en la producción
de cada disciplina. Defino a estos paradigmas como los marcos teórico-
metodológicos utilizados por el investigador para interpretar los fenómenos sociales
en el contexto de una determinada sociedad (Vasilachis de Gialdino, 1992a).

Indicaré, brevemente, cuáles son las características más relevantes de los tres
paradigmas que, entiendo, coexisten en las ciencias sociales. Considero que los
siguientes son los presupuestos más significativos del paradigma positivista: a) la
observación exterior de los fenómenos sociales, b) las leyes sociales como
expresión de regularidades, c) las explicaciones causales, y d) la verificabilidad y/o
refutabilidad de las teorías.

Por su parte, los criterios fundamentales del paradigma materialista- histórico se


vinculan con: a) el carácter real y comprobable empíricamente de las principales
premisas, que son: los individuos reales, su acción, sus condiciones materiales de
vida, tanto las que encuentran como las que crean con su acción, b) la necesidad de
28

conocer elevándose de lo más simple a lo más complejo y de lo más concreto a lo


más abstracto, c) el movimiento dialéctico y, para el neomarxismo y para la teoría
crítica, d) la totalidad concreta y la voluntad de totalidad como categoría crítica, y e)
la realidad social frente a sus posibilidades utópicas.

El paradigma interpretativo no está aún del todo consolidado. Su fundamento radica


en la necesidad de comprender el sentido de la acción social en el contexto del
mundo de la vida y desde la perspectiva de los participantes (Vasilachis de Gialdino,
1992a: 43). Sus cuatro supuestos básicos se vinculan, específicamente, con la
consideración del lenguaje como un recurso y como una creación, como una forma
de reproducción y de producción del mundo social.

Tal como propuse en trabajos anteriores (Vasilachis de Gialdino, 1992a: 57), los
métodos cualitativos suponen y realizan los postulados del paradigma interpretativo.
Acepto, pues, que la investigación cualitativa es una forma de ver (Morse, 2005a:
287), pero entiendo que esa «visión» goza de un plus que es el que le otorga el
paradigma interpretativo a través del cual el investigador privilegia lo profundo sobre
lo superficial, lo intenso sobre lo extenso, lo particular sobre las generalidades, la
captación del significado y del sentido interno, subjetivo, antes que la observación
exterior de presuntas regularidades objetivas.

Es, pues, su enraizamiento en el paradigma interpretativo, no positivista, lo que


otorga unidad a los métodos cualitativos.

Entiendo que los tres paradigmas a los que he aludido, y que coexisten en las
ciencias sociales, forman parte de la que denomino «Epistemología del sujeto
cognoscente». Esta epistemología está centrada en el sujeto que conoce ubicado
espacio-temporalmente, en sus fundamentos teórico-epistemológicos y en su
instrumental metodológico.

Tal sujeto, con esos recursos cognitivos, aborda al sujeto que está siendo conocido
y la situación en la que se halla. Ese sujeto conocido podrá ser aprehendido
presuponiendo o no que sus características son asimilables a las de un elemento
exterior, objetivo y objetivable según sea que la perspectiva de quien lo conoce se
aproxime o se aleje del paradigma positivista. Entonces, cuanto más cercana al
paradigma interpretativo esté la orientación de ese sujeto que conoce, más reducida
será la distancia supuesta entre él y ese otro sujeto que está siendo conocido.

La Epistemología del sujeto conocido que propongo no se presenta como un


producto acabado ni intenta sustituir a la Epistemología del sujeto cognoscente, ni a
los paradigmas que esta propone como medios de explicación y/o comprensión de la
realidad, ni a los disímiles métodos definidos y caracterizados al interior de esos
paradigmas, ni a los diferentes conceptos cuyo significado está determinado por
cada uno de esos mismos paradigmas o teorías consolidadas como tales. Por el
contrario, la Epistemología del sujeto conocido viene a hablar allí donde la
Epistemología del sujeto cognoscente calla, mutila o limita, e intenta que la voz del
sujeto conocido no desaparezca detrás de la del sujeto cognoscente, o sea
tergiversada como consecuencia de la necesidad de traducirla de acuerdo con los
códigos de las formas de conocer socialmente legitimadas.
29

Seguidamente me referiré a las características más salientes de la Epistemología del


sujeto conocido respecto de: a) la validez del conocimiento, b) la capacidad de
conocer, c) las formas de conocer, d) el alcance del conocimiento, y e) el desarrollo
del conocimiento.

a) En cuanto a la validez del conocimiento puede sostenerse que una de las


condiciones del conocimiento científico para la Epistemología del sujeto conocido es
que los sujetos no sean considerados como objetos sino como sujetos, pero sujetos
con una realidad ontológica distinta a la presupuesta en la epistemología anterior, es
decir, la del sujeto cognoscente.

La resistencia del investigador a considerar como objetos a los sujetos que


participan del proceso de conocimiento se funda, para la Epistemología del sujeto
conocido, no en el hecho de postular otra concepción acerca de la naturaleza
ontológica de la realidad social, sino en la circunstancia de plantear características
ontológicas diferenciales respecto de la identidad del ser humano.

Si propongo, entonces, hablar de Metaepistemología es porque ambas


epistemologías, la del Sujeto Cognoscente y la del Sujeto Conocido, se
complementan sin excluirse y porque las concepciones teóricas acerca del sujeto
que se está conociendo y que operan como parte del horizonte interpretativo del
investigador, no serán rechazadas sino en la medida en que impidan a ese sujeto
conocido manifestarse en su integridad y al investigador transformarse como efecto
de esa manifestación. De manera tal, la Epistemología del sujeto conocido rompe,
respecto de la Epistemología del sujeto cognoscente, con sus conceptos,
sus categorías, sus modelos, sus esquemas, sus leyes, sus formas de ver, de
diferenciar y de justificar las diferencias, sobre todo, si esas diferencias se fundan en
la inadmisión del principio de igualdad esencial.

Por consiguiente, la validez del conocimiento, para la perspectiva de la


Epistemología del sujeto conocido, será más lograda cuanto menos se tergiversen
las acciones, los sentimientos, los significados, los valores, las interpretaciones, las
evaluaciones, en fin, la identidad de ese sujeto conocido.

En las anteriores formas de conocer, a las que ubico en la Epistemología del sujeto
cognoscente, los sujetos a ser conocidos, por lo general, son inducidos a mantener
una actitud pasiva en el proceso de conocimiento. Son considerados como distintos,
como ajenos, como lejanos y observados, interrogados, comprendidos por el
investigador, quien a partir de los datos que estos le proveen y mediante el
instrumental gnoseológico de su área de conocimiento verifica y/o genera teorías e
hipótesis y/o elabora explicaciones y/o interpretaciones que estarán en el núcleo de
los resultados obtenidos.

Como en todo este proceso el protagonista relevante es el que conoce, el foco está
puesto en el conocimiento que produce y no en la procedencia de ese conocimiento,
es decir, en el resultado y no en la génesis del dato y en las condiciones y
características del proceso de conocimiento.

Las representaciones creadas por las teorías que han «sensibilizado » al


investigador le preanuncian aquello que va a encontrar, dibujan el rostro del sujeto
30

conocido antes de que el sujeto cognoscente se aproxime a él, y determinan el


comportamiento y las actitudes, las preguntas y las observaciones, las palabras, los
silencios y los gestos de ese sujeto cognoscente.

Por lo demás, la relación que ese mismo sujeto presuponga entre él y el sujeto
conocido durante el proceso de conocimiento va a estar condicionada por la
concepción de ese sujeto cognoscente acerca del lugar que le conceda, respecto de
la diferenciación social, a la posesión del conocimiento científico como bien de
carácter simbólico. La forma en la que el investigador define su posición en la
sociedad se vincula, pues, con la actitud que asume en el proceso de conocimiento.

Para abordar el alcance del conocimiento es fundamental tener presente que el


investigador no se presenta ante el sujeto conocido de una manera inocente,
desinteresada y espontánea sino que, más bien, este encuentro aparece marcado
desde su inicio por los propósitos, por los objetivos de su indagación, por su
necesidad y aspiración de verificar una hipótesis o de responder a la pregunta de
investigación que constituye el corazón de su diseño.

Por último, en cuanto al desarrollo del conocimiento es preciso reiterar que para las
nuevas formas de conocer que propongo, el sujeto que conoce no solo no puede
estar separado del sujeto conocido sino que es en el proceso de conocimiento en el
que ambos, identificándose con el otro en aquello que tienen de iguales y que los
identifica como hombres o mujeres, incrementan el conocimiento que poseen sobre
sí mismos y sobre el otro y aumentan, además, su conocimiento por medio de una
construcción cooperativa de la que ambos participan por igual, pero realizando
contribuciones diferentes. No se trata ya ni de una ontología de la representación ni
de una ontología de la pertenencia (Berti, 1994: 50-51;Vattimo, 1994: 144) sino de
una ontología de la mutua manifestación
de ambos sujetos de la interacción cognitiva.

De esta manera, la validez, para la Epistemología del sujeto conocido, a diferencia


de la presupuesta en la Epistemología del sujeto cognoscente, pero sin excluirla,
depende de la actitud, de la conversión del sujeto cognoscente en un igual, pero
distinto al sujeto conocido, ya que si esta conversión no se produce y no se hace
uno con él, carece de la legitimidad suficiente como para expresar como suya la
palabra del sujeto conocido.

¿Qué hay de nuevo en la metodología cualitativa?

La Epistemología del sujeto conocido provoca, pues, una modificación primero


ontológica, y luego epistemológica, a nivel de quién es ese actor participante, su
semejanza y diferencia con el investigador, qué y cómo conoce, el valor que tiene su
conocimiento, las características de este, qué y cuánto depende de él el
conocimiento que produce el investigador, y la medida en que esa producción puede
tergiversar los deseos, las expectativas, las esperanzas de ese actor que es, ahora,
reconocido como un sujeto primordial del proceso de conocimiento.

No basta, entonces, con acortar la distancia que nos separa del sujeto conocido, no
basta con aproximarse a él, es menester reconocerlo como igual, como libre, tan
libre como para construir sus propias representaciones, cuestionar las nuestras,
31

proveernos de un lenguaje con cuyas palabras logremos decir lo que tantas veces
no sabemos cómo decir y de un sentido con el cual no «atribuir», sino reconocer la
multiplicidad de sentidos, de visiones, de mundos, de búsquedas, de esperadas
realizaciones.

A la pregunta ¿Qué hay de nuevo en la investigación cualitativa? respondería,


entonces, que nada y todo a la vez. Nada si se reconoce que los avances más o
menos rápidos hacia uno u otro destino se realizaron a partir de la profundización,
enriquecimiento y extensión de los presupuestos, métodos, estrategias, tradiciones y
técnicas de la investigación cualitativa. Todo si se admite la necesidad de modificar
los presupuestos ontológicos acerca de la identidad del ser humano como, por
ejemplo, lo propone la Epistemología del sujeto conocido. Este cambio ontológico
vendría a dar un nuevo sentido a ciertas expresiones, entre las que mencioné el
«punto de vista interno», la «experiencia interna», la «perspectiva subjetiva», la
«narrativa personal»; en las que se ha enfatizado a fin de señalar las características
diferenciales de la investigación cualitativa respecto de otro tipo de indagaciones.
Ese cambio ontológico en el «quién» es conocido produce una modificación
epistemológica en el «cómo» ese «quién», ese «otro», es conocido, en el valor de su
conocimiento y de su contribución en la interacción cognitiva.

Ese cambio ontológico es el que me permite postular la Epistemología del sujeto


conocido como presupuesto epistemológico de la metodología cualitativa. Como la
Metaepistemología supone la copresencia de dicha epistemología con la del Sujeto
Cognoscente y la mutua complementación de ambas, el paradigma interpretativo
sería, entonces, el presupuesto de la investigación cualitativa en el ámbito de esa
Epistemología del sujeto cognoscente.

Entre la prescripción y la acción: La brecha entre la teoría y la


práctica en las investigaciones cualitativas- Esther Wiesenfeld

A poco menos de tres décadas de la conocida crisis de la psicología social, crisis


que significó una acentuación de la polémica sobre la pertinencia del paradigma
Positivista en psicología, podemos afirmar que estamos asistiendo a una creciente
reivindicación y aceptación de los paradigmas interpretativos como un modo
alternativo de acercamiento y de conocimiento de la realidad.

Hablamos pues, de una propuesta metodológica contraria a la creencia en: a) la


existencia de una realidad objetiva, independiente de nuestras experiencias en ella;
b) la objetividad como la forma privilegiada de acceder al conocimiento de dicha
32

realidad y c) la neutralidad científica como la forma de aprehender nuestro objeto de


estudio. Esto no quiere decir que el nuevo paradigma niegue la realidad sino la idea
de su existencia como una condición absoluta, externa y separada de nosotros, y
hacia la cual reaccionamos independientemente del contexto en el que se sitúe. De
acuerdo con este paradigma, la realidad es concebida en términos de los
significados construídos y reconstruídos por las personas con base a sus
experiencias en contextos particulares.

La investigación cualitativa reivindica un relación de proximidad entre los distintos


actores del proceso que se investiga, lo cual supone una actitud y un rol diferentes
por parte del/la investigador/a.

2. La relación investigador/a – sujeto en la investigación cuantitativa

Al respecto se sustenta que la metodología cuantitativa, se caracteriza por una


retórica de preguntar, investigar, publicar, que intenta evitar sesgos de género, raza,
clase social, en aras de la neutralidad científica.

Esta retórica de la psicología tradicional basada en la retórica del realismo de los


"hechos", sustrae a los sujetos de lo que FOUCAULT llamó la individualidad
ordinaria cotidiana (1979, p.91) ejemplo de lo cual son las conocidas referencias al
"Experimentador" y a los "Sujetos". Coherente con este principio, el reporte excluye
las construcciones textuales del sujeto y en su nombre se erige omnipotente la figura
paradójicamente ausente del investigador/
a, quien interpreta a aquellos con los que no tuvo sino una relación distante,
utilizando la voz pasiva, despersonalizada y descontextualizada a fin de evitar
intromisiones inconvenientes que le resten seriedad y credibilidad al texto.

En respuesta a ello se propone superar las barreras que separan al investigador/a


de sus objetos de estudio, tanto en el lenguaje, como en el proceso de recolección y
reporte de la información. Las críticas expuestas y las sugerencias para superarlas
provienen fundamentalmente de propuestas integradas en lo que podríamos
denominar paradigmas alternativos o emergentes, entre cuyas características está el
empleo de la investigación cualitativa.

Antecedentes. El uso del término "investigación cualitativa' (IC) se remonta a


principios de siglo, en disciplinas como la sociología y la antropología y desde
entonces son múltiples las ciencias humanas (educación, psicología, trabajo social,
comunicación social), paradigmas (feminismo, estudios culturales, postpositivismo),
enfoques teóricos (etnometodología, fenomenología, teoría crítica, neomarxismo,
postestructuralismo, construccionismo) estrategias de investigación (teoría
fundamentada, estudio de caso, etnografía, investigaciónacción- participativa,
investigación construccionista), métodos de recolección de información (entrevista,
observación, relato de vida) y técnicas de análisis (semiótica, hermeneutica, análisis
del discurso, análisis de contenido) que en diferentes etapas de la historia y de
diversas maneras han adoptado e implementado este tipo de investigación.

El período actual se caracteriza por la proliferación de diversas alternativas de


concebir la realidad y de legitimar formas de conocimiento y prácticas sociales que
33

apoyen compromisos políticos y morales para construir un mundo mejor. En


psicología su expresión ha sido particularmente notoria en el desarrollo de las
diferentes versiones de la psicología social postmoderna tales como la psicología
social crítica, liberadora, emancipatoria, y en áreas recientes y novedosas como la
psicología del género, psicología política psicología social comunitaria, psicología de
la pobreza.

Aún cuando se reconoce la dificultad de definir y caracterizar este tipo de


tendencias, debido a la heterogeneidad de posturas que la integran, todas ellas
comparten : 1) la crítica a la metateoría, a las grandes narrativas propias del
Positivismo, las cuales se sugieren reemplazar por comprensiones locales y
contextuales de los procesos estudiados; 2) el compromiso con diferentes formas de
construccionismo social y con políticas progresistas que se colocan del lado de los
sectores explotados y oprimidos; para lo cual se propone complementar la teorías y
la investigación con acciones que favorezcan el cambio social y la emancipación; 3)
el interés por las prácticas discursivas y la comunicación, 4) el empleo de recursos
linguísticos y convenciones que permitan reconceptualizar las nociones de "self" y
otros procesos sociales que construyen socialmente el mundo; 5) la crítica al role
intervencionista del investigador/a en la producción del conocimiento y
paradójicamente a su ausencia en los reportes de investigación, 6) el empleo de
métodos cualitativos de investigación, entre otros.

La relación investigador/a – informante en la I.C. Existe acuerdo en concebir la IC


como un campo de indagación en sí mismo que intenta capturar el sentido que
subyace a lo que decimos sobre lo que hacemos a partir de la exploración,
elaboración y sistematización de los significados de un fenómeno, problema o
tópico, y de reflexionar sobre ellos a fin de transformarlos .

Entre las características más resaltantes de este tipo de investigación,


particularmente con respecto a la relación investigador/a-informante podemos
mencionar:

1. La IC favorece el estudio de los procesos en el ambiente natural, en tanto se


sostiene que los procesos son inseparables de su contexto y por tanto su
comprensión se enraiza en las características y experiencia personal de los actores
del mismo, en sus historias personales, géneros, razas, etc.

2. Dichos procesos son interpretados en términos de los significados que la gente


elabora sobre ellos. En consecuencia interesa acceder a la información proveniente
del conocimiento del sentido común de los informantes sin partir de categorías
previamente definidas por el/la investigador/a, es decir, es inductiva

3. Se admite la imposibilidad de acceder directamente a la experiencia vivida por


parte de los sujetos de investigación, de allí que reconoce la importancia del
lenguaje, el poder del discurso, de las narrativas, de los textos, como constructores
de realidades

4. La interpretación de los fenómenos estudiados es multivocal y dialógica ya que se


erige sobre las construcciones de los diferentes actores, incluyendo las del/la
investigador/a. Niega así el carácter privilegiado de cualquier discurso, de manera
34

que el punto de vista del/la investigador/a no prevalece sobre el del informante sino
que se reconoce como una interpretación más.

5. La investigación es entendida entonces como un proceso relacional, en tanto la


construcción que cada quien elabora moldea y es moldeada por la de su
interlocutor/a.

6. Es reflexiva porque permite analizar la influencia del proceso en sí mismo y en los


demás

7. Es también subjetiva, por cuanto reconoce el sesgo particular de la propia historia


del/la investigador/a en su aproximación al objeto de estudio y a la interpretación de
las narraciones de los informantes. Más aún, se acepta que el investigador/a
comparta en lo personal, profesional, político con sus informantes

8. El conocimiento se fundamenta entonces en la experiencia compartida y


dialogada (REASON, 1994). Se espera, en consecuencia, que los resultados de este
tipo de investigación constituyan productos negociados o coconstrucciones entre
investigador/a e informantes, concebidos ambos como entes activos en este proceso
9. Visto de este modo la investigación conlleva en si un aprendizaje mutuo que
beneficia a los distintos actores (KENDALL & MICHAEL,1997), así como a la
disciplina misma y facilita el trabajo conjunto orientado a promover el cambio social y
la emancipación, de grupos minoritarios (TOLMAN & BRYDON, 1997) hacia los
cuales se orienta en parte el esfuerzo de los profesionales comprometidos con este
enfoque (DENZIN & LINCOLN, 1994; BANISTER et. al, 1994).

Como se desprende de las características expuestas, la investigación cualitativa


reivindica una forma de relación investigador/a-informante, en la que las
experiencias de vida de los informantes y los significados que les asignan se
reportan en un clima de horizontalidad, donde prevalece el respeto mutuo, el diálogo
reflexivo y se acepta el involucramiento de la subjetividad del/la investigador/a en
dicho proceso.

Se trata de compartir saberes, reflexionar conjuntamente sobre ellos y derivar


aprendizajes que se traduzcan en conocimientos útiles y en acciones
transformadoras para los informantes, y en el desarrollo teórico de la disciplina a
través de publicaciones e intercambios con pares para los /as investigadores/as

La práctica de la investigación cualitativa

1- Si consideramos que el/la investigador/a es quien generalmente selecciona y


se aproxima a un contexto con el que se familiariza, sin que lo mismo ocurra con los
informantes en dicho contexto; que llega motivado por ciertos propósitos, que
independientemente que los negocie o modifique en el curso de su interacción, lo
colocan como promotor/a de un proceso; que tiene acceso a la subjetividad,
intimidad del informantes en virtud de su entrenamiento para preguntar, argumentar,
reportar; que usualmente es quien pregunta y el informante responde, sin que nada
de esto ocurra a la inversa; debemos admitir que no estamos frente a una relación
simétrica.
35

De acuerdo con KENDALL y MICHAEL (1997), la necesidad de que el trabajo


realizado sea reconocido entre pares, cuyos mundos de vida guardan distancia con
los de los protagonistas de las narraciones a las que acceden, tiene el inconveniente
adicional de atrapar al/a la investigador/a dentro de reglas metodológicas que
paradójicamente lo llevan a establecer barreras con la experiencia a la que se desea
acercar y comprender.

2. En segundo lugar: si a) reconocemos que una de las formas más frecuentes de


introducir la voz del informante en la investigación cualitativa es a través de citas
textuales de sus discursos, las cuales son seleccionadas, analizadas, interpretadas y
reportadas por el/la investigador/a, aún cuando hayan sido previamente discutidas y
negociadas con dichos informantes, y b) tal como opina ULICHNY (1997) esto debe
ser así, puesto que el/la investigador/a es quien tiene la responsabilidad y autoridad
para representar a la comunidad o situación, de asignar significados a las acciones
de los informantes, se refuerza la falta de simetría y de dialogicidad, en tanto los
protagonistas no participan en la interpretación de sus propios discursos

3. Además, dado que para su análisis las citas son usualmente separadas del
contexto dialógico en el que se producen (SAMPSON, 1993); que las mismas no
diferencian a los informantes entre sí mas allá de su género, edad, o cualquier otra
condición general, lo cual equivale a una despoblación del sujeto similar a la que se
le critica a la metodología positivista (BILLIG, 1994); tampoco estamos frente a una
relación que dé cuenta del contexto y diversidad de los diferentes actores.

4. Si esa doble redacción, en la que aparecen las citas textuales de los discursos de
los informantes y les anteceden o siguen las interpretaciones del/la analista, sugiere
que se exponen dos subjetividades, de las cuales se supone que la del/la analista
interpreta la de los/as informantes, pero no reporta sus comentarios o reflexiones
que motivaron el discurso del cual se extrae la cita, su posición frente al tema
tratado, su contexto personal que lo/la lleva a comprender del modo que lo hace y no
de otro, el impacto de la experiencia en su vida personal y profesional (aún cuando
este /a si lo hace respecto a los informantes), podemos sugerir que el reporte de
dicho análisis tiende a ocultar la reflexividad del/de la investigador/a y a subestimar
su ingerencia en la co-construcción de los discursos que analiza.

Se ha señalado que incluso en los estudios etnográficos, que tradicionalmente


incorporaban el relato de la experiencia de los/as investigadores en sus reportes,
sobre cómo se sintieron y comportaron en la actividad de campo, estos recuentos
han quedado marginados a prefacios y apartados separados (DENZIN, 1996;
RICHARDSON, 1995). Ello constituye una omisión importante si se parte de un
paradigma que reconoce que la mera presencia del/de la investigador/a influye en
los discursos y prácticas sociales de sus interlocutores y a la inversa.

Como forma de difundir los puntos de vista en cuestión, MARECEK, FINE y KIDDER
(1997) proponen elaborar reportes que contengan reflexiones sobre experiencias
previas ya publicadas. Pienso, que hacerlo de esta manera, en vez de incluirlas en el
reporte mismo, es reforzar el anonimato del/la investigador/a tanto en el curso de las
investigaciones reportadas como en su difusión.
36

Para MORENO la única forma de acceder hermeneuticamente a lo que llama


"episteme popular" (MORENO, 1993) es insertarse e implicarse dentro del mundo de
vida de los sectores populares, lo cual a su juicio sólo es factible a través de la
estrategia que denominó: "investigación convivida". Ilustración de ello es el libro
Historia de vida de Felicia Valera , del cual MORENO es coautor (MORENO y otros,
1998) junto con otros miembros de la comunidad en la que reside y con la que
investiga.

Adicionalmente, si al decir de RICHARDSON (1995), el advenimiento del post-


estructuralismo ha: a) legitimado la narración de la historia, agenda personal,
creencias y valores del/la investigador/a, considerado como un deber ético extender
nuestra reflexividad a nuestras prácticas de escritura, propuesto incorporar nuevas
formas narrativas que permitan dar cuenta de las emociones y de la riqueza de las
informaciones provenientes de estrategias cualitativas de investigación, que
transmitan las historias que las personas desean revelar, y que constituye su forma
cotidiana de comunicarse (EISNER, 1997), pero los reportes continúan
redactándose de forma que satisfagan los criterios que rigen las revistas científicas
tradicionales, debemos aceptar que aún en el presente, los psicólogos no han
manifestado el impacto transformador del lugar del lenguaje en las ciencias
humanas.

Al respecto RICHARDSON (1995) sugiere reportar a través de narraciones en


primera persona y de comentarios en el texto relativos a la influencia del proceso en
cada uno de los participantes A su juicio este procedimiento desmistifica el proceso
de escritura ante el estudiante y amplía la comprensión de los lectores. Propone
incluso escribir de manera diferente para las distintas audiencias. Finalmente, y
vinculado con el punto anterior, si la I.C defiende principios éticos y morales
orientados por el deseo de un mundo mejor para el oprimido.

Una experiencia que intentó vincular teoría y praxis, generando un movimiento de


discusión con respecto a la praxis de la psicología social comunitaria fue una
asignatura electiva dirigida a estudiantes de pregrado en Psicología y de postgrado
en Psicología Social. Los contenidos de esta asignatura se iban estructurando de
acuerdo con los intereses e inquietudes de los participantes, incluyendo los míos
como docente. La agenda consistía en el análisis de relatos de experiencias
psicosociales comunitarias por parte de estudiantes e invitados, a fin de entender y
contrastar desde la práctica la relación entre elementos teóricos y metodológicos de
la disciplina.

Como beneficio secundario de los encuentros semanales se planteó el objetivo de


promover un sentimiento de comunidad entre los asistentes similar al que se intenta
promover entre los miembros de las comunidades en las que realizan sus acciones
comunitarias, como una forma de armonizar los principios que guían esa praxis con
la vida académica y personal.

Conclusión

La presente exposición ha sido mi lectura crítica acerca de las inconsistencias entre


los principios pertinentes a la relación investigadores/as-informantes en la IC. En
37

esta lectura está implícita la preocupación respecto a la implementación de la


investigación cualitativa: ¿Estaremos repitiendo prácticas similares a las que
criticamos a los/as investigadores/as que emplean la metodología cuantitativa?
¿Será posible hacerlo de otra forma? ¿Estaremos asistiendo a una crisis de la
investigación cualitativa?

Al finalizar la redacción de este trabajo me he percatado que yo también he hablado


por otros, he interpretado sus discursos sin acceder a las voces de los autores a fin
de conocer si coinciden o no conmigo en las interpretaciones que he hecho de sus
escritos y de sus reflexiones al respecto.

Por otra parte, también me he percatado que yo no he expuesto mi postura, es decir:


reforzar o reformular los principios analizados, cuáles han sido las dificultades que
yo he enfrentado para reportar el impacto que en mi han tenido las investigaciones
que he realizado desde la perspectiva cualitativa, cómo las mismas han influído en
mi vida personal y académica, qué continuidad le he dado a las relaciones con los
informantes una vez finalizada la investigación. Tampoco he accedido a los
testimonios de colegas y estudiantes estos y otros temas. Queda entonces por
iniciarse un nuevo proceso de dialogo en el que se pueda conocer de las voces de
los autores, sus reflexiones con respecto a las discrepancias señaladas y en caso de
concordar con ellas, los caminos a transitar a fin de superarlas. Espero que ustedes,
interlocutores, contribuyan a que este diálogo sea fructífero.

MÓDULO 2

APUD- Repensar el método etnográfico. Hacia una etnografía multitécnica,


reflexiva y abierta al diálogo interdisciplinario

Existe cierto consenso en que se trata de un método “holístico” –o sea, que tiene en
cuenta el contexto en su complejidad, sin restricciones acotadas a variables o
simplificaciones artificiales–, que utiliza la observación participante, y que informa
sobre reglas, acciones y significados de los sujetos estudiados. También se
considera al trabajo etnográfico como un catalizador de los procesos de
desfamiliarización y extrañamiento (DaMatta, 1978), una especie de vacuna contra
el etnocentrismo, a través de lo que usualmente se denomina reflexividad.

Si bien la antropología social nace como disciplina con Edward Burnett Tylor y su
Primitive Culture, en 1871, la etnografía, en cuanto método general no
necesariamente profesionalizado, puede rastrearse hasta tiempos más remotos.
En su nacimiento, la antropología fue una disciplina de gabinete o sillón (armchair
anthropology), y el trabajo de campo etnográfico no era todavía uno de sus intereses
principales. Antes de fines del siglo XIX, el etnógrafo y el antropólogo eran figuras
distintas: James George Frazer nunca había realizado trabajo de campo, si bien
38

alentaba tal empresa; E. B. Tylor tampoco, aunque aconsejaba la sistematización de


datos por parte de misioneros, administradores coloniales y viajeros. La articulación
entre trabajo de campo etnográfico y teorización antropológica fue un proceso que
comenzó a finales de siglo XIX, y que se consolida definitivamente con Bronislaw
Malinowski y su ya célebre capítulo metodológico de Los argonautas del Pacífico
occidental, en la segunda década del siglo XX. Se verá enmarcado dentro de un
paradigma positivista de investigación científica, vinculado a las ciencias naturales
como forma de conocimiento por excelencia.

Uno de los primeros antropólogos en realizar trabajo de campo fue Franz Boas,
crítico de las perspectivas evolucionistas y difusionistas, fundador del particularismo
histórico, y considerado padre de la antropología norteamericana moderna.

Para Boas la tarea del antropólogo no pasaba tanto por componer un modelo de
desarrollo civilizatorio al estilo evolucionista o de los “ciclos culturales”, sino por
conocer las diversas culturas y sociedades en sus particularidades. Esta concepción
será motor de su interés por el manejo de la lengua nativa y de la observación in
situ.

En el viejo mundo, los primeros pasos hacia el abandono de la antropología de


gabinete y la consolidación del trabajo de campo pueden rastrearse en la Expedición
de la Universidad de Cambridge al estrecho de Torres, en 1898. Liderada por el
zoólogo Alfred Cort Haddon, reunía investigadores de variadas disciplinas, como
William Halse Rivers Rivers (médico y psicólogo experimental), Charles Gabriel
Seligman (médico), Sydney Ray (experto en lenguas melanesias) y Anthony Wilkin
(fotógrafo). La expedición poseía una fuerte impronta naturalista, que partía del
estudio del mundo social en su estado “natural”, en consonancia con la observación
directa zoológica. Esta expedición interdisciplinaria se dedicó no sólo al registro de
las costumbres locales sino también al de posibles universales en la percepción
(ilusiones ópticas, discriminación de colores) y la sensibilidad (discriminación táctil),
a fin de poder indagar sobre las conexiones entre mente y cultura.

Pero para la consolidación de la etnografía profesionalizada habrá que esperar a la


segunda década del siglo XX, cuando Bronislaw Malinowski toma todos estos logros
y los sistematiza en su trabajo de campo en las islas Trobriand, buscando un método
de documentación objetivo y centralizado en la observación participante. En su
capítulo introductorio de Los argonautas…realiza una serie de recomendaciones
para el trabajo de campo que consolidarán el método etnográfico profesionalizado:
cortar la relación con otros blancos (estar sólo con el grupo estudiado), conocer la
lengua nativa, utilizar la observación directa –principalmente para observar lo que
denominaba los “imponderables de la vida cotidiana”–; la necesidad de “captar el
punto de vista nativo”, la importancia de la teoría y los chequeos empíricos, la
exhaustividad de la información registrada, el mantener un diario de campo.

En cuanto a la antropología francesa, es a partir de la década de los veinte que


comienza a desarrollarse la etnografía profesionalizada en las colonias africanas, a
través del Instituto de Etnología de la Universidad de París. Allí, Marcel Mauss
dictará sus clases de etnografía, posteriormente recopiladas en su Manual de
Etnografía, de 1947, con el objetivo de ofrecer recomendaciones a viajeros,
misioneros y administradores coloniales en los métodos de recolección sistemática
39

de materiales y datos. En el Instituto se formarán figuras célebres de la antropología,


como Alfred Métraux, Marcel Griaule o Louis Dumont.

Método etnográfico como eminentemente cualitativo, atributo cuestionable si


tenemos en cuenta que los pioneros del trabajo de campo etnográfico incluían en
sus metodologías técnicas de diversa procedencia, y no solamente la utilización de
la observación y las entrevistas. De allí que podamos concebir a la etnografía como
un método multitécnico, y no sólo cualitativo.

Esta [la etnografía multitécnica] se inicia con Tylor, Rivers, Boas y Malinowski, y
continúa hasta nuestros tiempos; no sólo da cuenta de la flexibilidad, sino también
de la apertura y comunicación que ha tenido lugar entre la antropología y diversas
disciplinas (filosofía, matemáticas, estadísticas, psicología, lingüística, sociología,
geografía, ecología, etc.). Hablar de una etnografía multitécnica no resulta para nada
una perogrullada, en tanto en la literatura, la confusión con la observación
participante o reducción a ésta técnica continúa reproduciéndose… (Mora, 2010)

La concepción de la etnografía como “paradigma” de los métodos cualitativos surge


en la década de los sesenta, junto con la popularización de diversas corrientes
cualitativas como la fenomenología, el construccionismo, la etnometodología, el
interpretacionismo, la antropología simbólica, la teoría crítica.

Más allá de sus diferencias respectivas, todas estas corrientes comparten su


rechazo y oposición al enfoque normativo de lo que suele denominarse “concepción
heredada”, “consenso ortodoxo” o “visión estándar” del método científico (Marradi et
al., 2007), asentado epistemológicamente en los cánones del neopositivismo
(Escuela de Viena, falsacionismo popperiano), y metodológicamente, en la
Universidad de Columbia (popularización de los surveys por Lazarsfeld y Merton). Si
bien los orígenes de los métodos cualitativos pueden rastrearse en la tradición
alemana del siglo XIX (Schleiermacher, Dilthey, Windelband, Rickert, Weber), es
luego de la Segunda Guerra, y bajo un contexto de suspicacia frente al paradigma
científico y sus promesas de bienestar y emancipación social, que comienzan las
disputas metodológicas entre los enfoques cualitativos y cuantitativos. Comienzan a
formarse dos bandos antagónicos: por un lado, los cualitativos, que acusan a los
cuantitativos de su incapacidad de crítica social, su orientación hacia problemas de
corte mercantilista y deshumanizador, y su complicidad con el statu quo social
capitalista. Por otro lado, los cuantitativos, que incriminan a los primeros por su falta
de rigurosidad científica, su incapacidad de establecer metodologías confiables y
válidas, y sus imposturas “pseudocientíficas”.

Bajo estas nuevas perspectivas –quizás un posible retorno de una etnografía de


raíces multitécnicas e interdisciplinarias–, afirmar el carácter multitécnico de la
etnografía no implicaría negar la importancia de la observación participante y el
enfoque cualitativo en el trabajo de campo, sino concebir el diseño de investigación
etnográfico evitando discriminaciones y exclusiones propias de una falsa dicotomía
entre lo cualitativo y lo cuantitativo. La inclusión de técnicas cuantitativas puede
realizarse como formas complementarias de validación, cruzamiento y triangulación
de datos, o como formas anidadas, que respondan a incógnitas puntuales dentro del
diseño etnográfico general.
40

Entender la etnografía como investigación multitécnica implica entender la relación


método-técnicas en su articulación medios-fines, argumento técnico de por medio. Y
si bien la observación participante en cuanto técnica cualitativa resulta en la
actualidad esencial para el acercamiento antropológico al trabajo de campo, no por
ello debe definir en forma absoluta o fagocitar cognitivamente los potenciales del
investigador, pudiendo éste extender sus herramientas metodológicas, para de esta
manera ampliar su horizonte de preguntas y cuestionamientos.

El concepto de reflexividad es hoy un aspecto central en el método etnográfico, más


allá de que muchos trabajos etnográficos demuestren una escasa o mala utilización
del término.

El diario de Malinowski inicia una conciencia reflexiva sobre la necesidad de un tipo


de escritura más honesta y plural, que ilustre sobre las complejidades y
contradicciones del etnógrafo en el campo. Siguiendo a James Clifford. El Diario es
un texto inventivo, polifónico. Es un documento crucial para la historia de la
antropología, no porque revele la realidad de la experiencia etnográfica sino porque
nos fuerza a enfrentarnos a las complejidades de tales encuentros y para tratar
todas las reseñas textuales basadas en el trabajo de campo como construcciones
parciales.

En la búsqueda de nuevas alternativas a los problemas de la etnografía clásica, la


nueva antropología posmoderna explora nuevos modos de hacer etnografía. Surge
la “etnografía experimental”, donde se yuxtaponen documentos autobiográficos,
múltiples voces narrativas, transcripciones de textos históricos. Comienzan a surgir
modos dialógicos de escritura (George Marcus, Jean-Paul Dumont, Paul Rabinow,
Vincent Crapanzano y Renato Rosaldo) bajo la consigna de dar lugar a la polifonía o
plurivocidad de los actores, y escapar de la voz en tercera persona, pretendidamente
objetiva, de las etnografías clásicas. Todos estos autores son impulsores de una
etnografía cuestionadora del objetivismo científico que intenta escapar de la voz
monológica y totalizante característica de la etnografía clásica.

Stephen Tyler (1986), la etnografía posmoderna privilegia el discurso por encima del
texto, la ruptura y desfamiliarización del sentido común por encima del crecimiento
del conocimiento, y la reflexividad de la relación texto-autor-lector por encima de una
objetividad en tercera persona.

En resumen, como aspectos positivos de este giro retórico que analiza a la escritura
etnográfica como objeto cultural, podríamos mencionar: 1. La explicitación de las
dimensiones sociales, culturales y políticas de la etnografía, que llevan al abandono
de una ingenuidad positivista sumergida en la posibilidad de descripciones neutrales
y objetivas.
2. La consecuente importancia de la reflexividad en la metodología etnográfica, que
implica la inclusión del investigador como sujeto localizado socioculturalmente, y su
relación con la reflexividad de los actores estudiados. Se trata de una reflexividad en
torno a una relación intersubjetiva, productora de sentidos y determinante en el
producto final escrito (Guber, 2005).
41

3. La producción de nuevos modos de hacer etnografía, que implican nuevos


recursos escriturales que permiten una exposición deslocalizada –por lo menos
parcialmente– de la voz impersonal de un antropólogo escritor.

Como aspectos negativos, podríamos mencionar:

En suma, si bien la etnografía posmoderna introduce en el diseño antropológico una


instancia de reflexividad, que ha permitido el abandono de una práctica etnográfica
“realista”, así como ha posibilitado nuevos estilos de escritura y una vigilancia
epistemológica de nuestras propias formulaciones teóricas, por otro lado, y en su
forma más radical, corre el peligro de irreflexividad en otras instancias de validación,
así como de ensimismamiento en una postura epistemológica relativista incapaz de
dialogar con otras disciplinas que no manejen sus mismos códigos.

Siendo los criterios de validez y confiabilidad el correlato operativo del concepto de


“objetividad científica”, no es de extrañar la dificultad que la antropología ha
encontrado a la hora de reflexionar sobre los mismos, más allá de que éstos siempre
deban ser reformulados, dada la naturaleza de la investigación cualitativa. Según
Roxana Ynoub (2007), a diferencia de los diseños experimentales, cuyo objetivo es
principalmente correlacionar variables, las investigaciones interpretativas suponen la
comprensión de los fenómenos a través de la profundización en la perspectiva del
otro y de los fenómenos culturales en sus contextos naturales.

La emergencia y flexibilidad del diseño cualitativo no serían una consecuencia de la


falta de “rigurosidad” científica, sino que estarían vinculadas a la naturaleza de su
objeto de estudio, las relaciones de significación, que exigen, siguiendo a Taylor y
Bogdan (1987), la utilización de una metodología de carácter flexible (comienza con
interrogantes vagas que luego se van desarrollando), holística (no reduce su objeto
a variables, sino que lo considera como un todo) y humanística (intenta comprender
a los sujetos dentro de sus propios marcos de referencia)9. Esto no exime de todas
maneras de una reflexión y vigilancia de la validez y confiabilidad en las
metodologías cualitativas, problemas que en el debate cualitativo-cuantitativo han
generado un amplio espectro de críticas, enfoques y reformulaciones.

El problema de la validez nos traslada a los orígenes del pensamiento científico y la


necesidad de normativizar los modos de hacer ciencia a través del método
experimental. En su forma ideal el método científico debe cumplir aquellos requisitos
formulados para el método experimental, principalmente a través de los criterios de
validez y confiabilidad.

Se dice que existe validez interna cuando existe control de las variables que
intervienen en el experimento, de modo que la relación causa-efecto no se
encuentre contaminada o interferida por otros factores. Por otro lado, se dice que
tenemos validez externa o ecológica cuando los resultados obtenidos por el
muestreo pueden ser extrapolados al conjunto de la población que se toma como
objeto de estudio, lo cual implica la capacidad de generalización –inferencia
estadística de por medio–. Para ello es necesario cumplir con los criterios de
representatividad, que implican una relación analógica entre muestra y población.
Por último, tenemos el criterio de confiabilidad (reliability), que involucra la capacidad
de replicabilidad de la técnica, de poder obtener los mismos resultados aplicando la
42

técnica a un mismo objeto. Implica estabilidad y consistencia, independientemente


del investigador o del contexto. Estos tres criterios –validez interna, validez ecológica
y confiabilidad– son el soporte que asegura una relativa objetividad en torno a los
datos científicos obtenidos mediante el método experimental.

El traslado del método científico al estudio de los hechos sociales supuso todo un
problema, por cuanto en ciencias sociales resulta difícil aislar y controlar variables
intervinientes, así como manipular variables en general, además de que no es del
todo pertinente extrapolar resultados de un individuo a otro sin tomar su contexto.
Siguiendo a Hammersley (1989), las respuestas de los investigadores cualitativos
ante esta situación han sido: i. Plegarse a los criterios de validez y confiabilidad de la
“concepción heredada”, ii. Proponer nuevos criterios que se adecúen a la
metodología propuesta y al referente empírico abordado, iii. El rechazo de todo
criterio de evaluación, dada la propia naturaleza de la investigación cualitativa.

La segunda de estas posturas –a la que nos adherimos en este trabajo– supone una
reformulación de los criterios de validez y confiabilidad, pero en clave cualitativa, que
pretende escapar de cualquier intento de imitación o copia. En el caso de la validez
interna, los intentos de fijar nuevos criterios implican una readaptación a las
características de la investigación cualitativa, a través de la estandarización y
explicitación de criterios, que en muchos casos los investigadores formulaban en
forma tácita o implícita en sus procedimientos. Tenemos, por ejemplo, los
numerosos chequeos de validez (vinculados a la credibilidad de los informantes), la
validez teórica (presentar aquellos datos que no se adecúan a la teoría o hipótesis
propuesta), el análisis de la reflexividad (análisis de la relación investigador-sujeto de
investigación), el estudio de la reactividad (incidencia del investigador sobre el
campo).

Dado que en los estudios cualitativos el foco no es puesto en las relaciones


explicativas (causaefecto), sino en las relaciones de significación (las relaciones
entre una práctica y el sentido adjudicado por los actores a la misma), la
“contaminación” de las conjeturas realizadas por el investigador no será la misma, ya
que no se trata de relaciones entre variables, sino relaciones establecidas entre
campos semánticos o sistemas simbólicos. Esto implica el acercamiento a la validez
interna en otros términos, donde no se enfatiza en el control de las variables, sino en
el conocimiento de los factores contextuales y las interpretaciones intervinientes,
tanto de los sujetos estudiados como del propio investigador y sus interpretaciones
en cuanto actor social perteneciente a sus propios sistemas socioculturales. En el
caso de la validez externa, nos enfrentamos a la capacidad que tiene el caso
estudiado de ser representativo de un universo más amplio (más allá de las
consideraciones intrínsecas que puedan motivar el estudio del caso).

Por cuanto la capacidad de representatividad involucra las elecciones de muestreo,


en los estudios cualitativos la modalidad de selección de los sujetos responderá en
modo general al tipo de diseño emergente que esta clase de investigación supone.
La estrategia cualitativa de producción de datos es recursiva, el investigador va
avanzando conforme a la información que produce y analiza, y así, decide
los próximos pasos a seguir. El investigador cualitativo va disponiendo en vivo, a
partir de lo previsible y lo no previsto, los alcances de la selección. La muestra
43

cualitativa aborda desde lo intensivo las características de la calidad de los


fenómenos, desatendiendo su generalización cuantificable y extensiva.

El muestreo es entonces abierto, y depende del desempeño en la aplicación de


campo. Va emergiendo a medida que avanzamos en la investigación, y de acuerdo
con criterios intencionales y teóricos, vinculados no a variables, sino a categorías
conceptuales que construimos a medida que estudiamos los campos semánticos de
nuestro referente empírico. Las muestras cualitativas son pequeñas, dif íciles de
descontextualizar, deliberadas, no totalmente preespecificadas, orientadas por la
teoría, y evolucionan a medida que el trabajo transcurre.

El criterio de generalización no es un asunto primario, y se sustituye generalmente


por el de transferibilidad, por cuanto los estudios cualitativos permiten al lector
realizar inferencias a otros grupos o fenómenos a través de descripciones ricas que
hagan posible hacer comparaciones contextualizadas.

Se trata de una inducción “analítica”, al decir de Florian Znaniecki, o de un muestreo


teórico, desde la teoría fundamentada. Desde la teoría fundamentada. En cuanto a
la confiabilidad, tampoco resultan pertinentes los criterios utilizados por las
metodologías cuantitativas (test-retests, test paralelos, etcétera), siendo la fiabilidad
sustituida por criterios relativos a la dependabilidad del contexto, a través de
variaciones en los modos de interrogar, de observar y de recolectar datos. En el
método etnográfico el tema de la confiabilidad nos lleva a la conocida controversia
Freeman-Mead, cuando, poco después del fallecimiento de la célebre antropóloga,
Derek Freeman publica una lapidaria crítica a sus observaciones de campo en
Samoa, contradiciendo la “imagen turística, amable y apacible” (Reynoso, 1993) que
Margaret Mead había descrito para la cultura samoana y la adolescencia de sus
jóvenes púberes. Más allá de las vicisitudes personales y las polémicas, la
controversia Freeman- Mead pone en la mesa el problema de qué tan confiables
resultan las observaciones etnográficas, siendo que distintos etnógrafos pueden
llegar a conclusiones radicalmente distintas sobre una misma cultura o un mismo
pueblo.

Siguiendo a Martínez Miguélez (2006), la confiabilidad resulta un requisito complejo


para las investigaciones cualitativas, dada la imposibilidad de que, por ejemplo, dos
etnógrafos repitan exactamente la misma investigación, sin que existan variaciones
de contexto o aquellas propias del investigador, en cuanto instrumento interpretativo
y reactivo del trabajo de campo.

Nos parece adecuado defender una concepción multitécnica del método etnográfico,
sin menospreciar la importancia de lo cualitativo y la observación participante en el
trabajo de campo antropológico.

También abordamos el tema de la validez y la confiabilidad, adhiriéndonos a una


reformulación en clave cualitativa, a fin de lograr una explicitación y un refinamiento
mayores de los métodos y técnicas de recolección, análisis y exposición de los
datos. Creemos que el etnógrafo debe estar al tanto del debate, y debe asumir
posturas explícitas en torno a estos problemas, reduciendo los riesgos de sesgos y
contaminaciones en el trabajo de campo. En cuanto a la reflexividad, desarrollamos
brevemente su emergencia, así como expusimos su importancia como herramienta
44

metodológica, buscando integrar la misma no sólo a los criterios de validez


expositiva, sino también a los de validez operativa y empírica, sin por ello caer en un
uso relativista de la misma. También creemos que, en su sentido amplio, la
reflexividad debe informar sobre la lógica del campo científico en toda su extensión,
y que todo investigador científico tiene que asumir cierto grado de “vigilancia
epistemológica” de su práctica, si buscamos investigadores críticos y reflexivos,
comprometidos éticamente, que sean capaces de comprender su lugar en el mundo
académico, científico y social.

Capítulo 1: ¿ qué es la etnografía?

La etnografía (o su término cognado, «observación participante») simplemente es un


método de investigación social, aunque sea de un tipo poco común puesto que
trabaja con una amplia gama de fuentes de información. El etnógrafo, o la etnógrafa,
participa, abiertamente o de manera encubierta, de la vida cotidiana de personas
durante un tiempo relativamente extenso, viendo lo que pasa, escuchando lo que se
dice, preguntando cosas; o sea, recogiendo todo tipo de datos accesibles para poder
arrojar luz sobre los temas que él o ella han elegido estudiar. En muchos sentidos la
etnografía es la forma más básica de investigación social.

En lo que respecta a la etnografía, ni el positivismo ni el naturalismo son


completamente satisfactorios. El naturalismo se mueve dentro de una amplia gama
de corrientes filosóficas y sociológicas: el interaccionismo simbólico, la
fenomenología, la hermenéutica, la filosofía lingüística y la etnometodología. De
acuerdo con lo que dicen los naturalistas, el valor de la etnografía como método de
investigación social se funda en la existencia de dicha variedad de
padrones culturales -ya sea dentro de una misma sociedad o entre sociedades
diferentes-y en su relevancia para entender procesos sociales. La etnografía explota
la capacidad que cualquier actor social posee para aprender nuevas culturas, y para
alcanzar la objetividad a la que lleva este proceso.

En conclusión, el naturalismo presenta la etnografía como el método preeminente, si


no exclusivo, de investigación social. Ello es así porque cualquier predicado sobre el
comportamiento humano requiere que entendamos los significados sociales que nos
informan sobre aquél. La gente interpreta los estímulos en términos de tales
45

significados, no responden meramente ante el ambiente físico. Tal comprensión


requiere que aprendamos la cultura de aquellos a quienes estamos estudiando.
En sociología, el naturalismo surgió como una reacción contra el crecimiento de la
tradición que investigaba a través de cuestionarios, con la intención de construir un
paradigma alternativo, diseñado para proteger de la crítica positivista la etnografía y
otras técnicas cualitativas. El pionero en las décadas de los 40 y 50 fue Herbert
Blumer (Blumer, 1969), y en los años 60 esta tendencia fue reforzada por el
renacimiento de la sociología interpretativa. Incluso dentro de la antropología, donde
la etnografía siempre ha sido el principal método de investigación, se ha producido
una tendencia similar, aunque menos intensa, hacia el establecimiento de varias
tradiciones de investigación.

Hemos visto cómo el positivismo y el naturalismo hacen referencia a esta cuestión


de maneras muy diferentes. Para el positivismo el objetivo es descubrir leyes
universales o al menos elaborar explicaciones acerca de fenómenos particulares
formuladas en términos de leyes universales. Por otra parte, para el naturalismo, la
única tarea legítima es la descripción cultural. Debería quedar claro que no
entendemos la etnografía como un «paradigma alternativo» a la investigación
experimental, de encuestas o documental. Más bien se trata simplemente de un
método con unas ventajas y desventajas específicas a pesar de que, debido a la
influencia del positivismo, sus virtudes hayan sido en gran medida subestimadas.
Por muchos científicos sociales. Hemos examinado dos lógicas contrastadas de
investigación social y sus implicaciones para la etnografía.

Ni el positivismo ni el naturalismo nos proporcionan una estructura adecuada para la


investigación social. Ambos desconsideran su reflexividad fundamental, el hecho de
que hacemos parte del mundo que estamos estudiando, y que no hay cómo escapar
a la inevitabilidad de confiar en el conocimiento del sentido común y en métodos de
investigación basados en el sentido común. Toda investigación social se basa en la
capacidad humana de realizar observación participante. Actuamos en el mundo
social y somos capaces de vernos a nosotros y nuestras acciones como objetos de
ese mundo.
46

Módulo 3

RHÉAUME, DIMENSIONES EPISTEMOLÓGICAS DE LAS RELACIONES ENTRE


TORÍA Y PRÁCTICA

Hablar de análisis clínico es evocar, entre otras, cuatro grandes "imágenes" o


modelos de prácticas profesionales y modos de producción de conocimiento. La
clínica médica -La noción de "clínica" refiere bastante directamente a la "clínica
médica", en el sentido preciso del saber médico que se desarrolla en el contacto
directo con los "enfermos”. Este método clínico de producción del saber médico es
bien diferente del saber biomédico "moderno", fundado al principio sobre una gestión
científica de producción de conocimientos tal que se la puede desarrollar en las
ciencias naturales (biología, química, física). Este modo de construcción del saber
biomédico, básico o aplicado, domina largamente ahora la escena médica.

Se construye habitualmente por fuera del nexo clínico, La psicología clínica- El


análisis clínico hace pensar, también, en toda la tradición de la psicología clínica,
donde la psicoterapia es una de las formas más típicas. Se trata, entonces, del saber
acerca de la persona humana y su desarrollo, construido sobre la base del contacto
entre el psicólogo y su "cliente/paciente”.

La investigación-acción -El análisis clínico se acerca igualmente a la investigación-


acción. En la tradición de la "investigación-acción", iniciada por Kurt Lewin en
psicología social, la formación del saber científico es inseparable de la práctica
social. Se puede contrastar esta tradición de investigación con la de la psicología
social experimental, elaborada siguiendo las características del método de las
ciencias naturales en el laboratorio. Se encuentra allí la misma distancia que existe
47

entre la psicología clínica y la psicología experimental. La consulta organizacional -El


análisis clínico puede ser asociado, por último, a otro sector de práctica y de
producción del conocimiento: la consulta organizacional.

Esta se ha desarrollado, principalmente, en América del Norte, dentro de la tradición


Lewiniana de la investigación-acción. El repaso rápido de estas grandes tradiciones
de práctica, nos permite extraer un cierto número de rasgos a retener que pueden
contribuir a definir lo que sería un análisis clínico en ciencias humanas y sociales. El
análisis clínico es una gestión de investigación, basada en una relación dialéctica
entre la teoría y la acción: la elaboración teórica se desarrolla a partir de estrategias
orientadas a solucionar los problemas de acción que la gente vive. Recíprocamente,
la acción es de algún modo la base de referencia y una fuente de validación de la
teoría. El análisis clínico se basa en la relación e interacción particular entre el
investigador y la población a la que la investigación va dirigida.

El análisis clínico apunta a la construcción de un saber acerca de la acción social,


dando a esta última expresión el significado de "toda conducta individual o colectiva
inscrita dentro de relaciones sociales históricamente situadas”. Por último, el análisis
clínico da lugar a la elaboración de un saber sobre el proceso mismo de interacción
o de intervención, establecido entre el investigador interviniente y las personas o
grupos en los que él interviene. Estos cuatro rasgos ponen el acento sobre la
relación del análisis clínico con la intervención y la acción, el cual apuntaría así, a
producir conocimientos que puedan ayudar a hacer más eficaz la práctica. La larga
tradición etnográfica, tanto en antropología cultural como en sociología (la "primera
escuela de Chicago"), toma también el aspecto de un "análisis clínico", en el sentido
de una relación concreta entre un investigador y una población determinada, de un
esfuerzo de comprensión de los puntos de vista expresados por la gente "estudiada"
a propósito de su cultura y de las relaciones sociales establecidas entre ellos.

El método biográfico, las historias de vida y la observación participante se relacionan


con el análisis clínico, en lo que refiere a la implicación del investigador en su
relación con la población estudiada, tomada de una situación de acción específica.
El análisis etnográfico apunta más a comprender que a contribuir a poner en regla
los problemas, o a volver eficaz la acción. El análisis clínico se inscribe en el amplio
48

espectro de enfoques, métodos y técnicas. Citemos las que hemos tratado:


investigación clínica médica, psicología clínica, investigación-acción, consulta
organizacional, enfoque etnográfico, del cual en particular se trataron los métodos de
historias de vida y observación participante.

EL ANÁLISIS CLÍNICO EN CIENCIAS HUMANAS


Eugène Enriquez

Un trabajo de este tipo, en común, que procura hacer surgir al sentido (y al no


sentido) y por consecuencia al cambio, parece particularmente atractivo. Y no soy
yo, que defiendo desde hace tiempo a la psicosociología y la sociología clínica,
quien diría lo contrario. Pero es indispensable profundizar en el problema. En efecto,
las otras aproximaciones (psicológica, antropológica, sociológica) que no quieren ser
clínicas, son percibidas, de hecho, de manera negativa, como objetivantes,
reificantes, clasificatorias, modelizantes, y que dejan escapar lo que es el pulso de la
vida.

Podemos igualmente adelantar, sin equivocarnos mucho, que una sociología


fundada sobre paradigmas de determinación social global (ej.: la sociología de P.
Bourdieu), que trata de explicar el sistema social y su funcionamiento con la ayuda
de algunas variables simples, aún cuando puedan ser cruzadas (ej.: la sociología de
T. Parsons) o incluso una sociología de tipo cuantitativo, tienen todas la pretensión
de mostrar y demostrar todos los engranajes de una sociedad, en la cual nuestro rol,
en tanto que sujeto actuante y pensante de manera autónoma, sería casi nulo.

Es por eso que, en lugar de oponer continuamente los métodos clínicos y los
métodos objetivos, será interesante ver en qué medida se excluyen, pero también en
qué medida pueden ayudarse recíprocamente. Las aproximaciones que se dicen
neutras favorecen la explicación (explicar quiere decir etimológicamente desplegar),
49

es decir, cuando ello es posible, la búsqueda de causas múltiples y no de una única


causa (la investigación causal dejó en el olvido -por lo menos podemos esperarlo- a
la causalidad en "última instancia", apela a la multicausalidad, la sobredeterminación
y la causalidad circular), y cuando esto se vuelve muy difícil, la elaboración de leyes
o de regularidades.

Las aproximaciones clínicas favorecen la comprensión (como lo ha demostrado


Dilthey, Weber, Scheler), dicho de otra manera, la aptitud de simpatía, de empatía,
de comprensión del interior de eso que pasa en el exterior y que tiene siempre eco
en uno mismo, a condición de ser sensible y no resistirse, que permite el
advenimiento progresivo del sentido e igualmente la interpretación que permite salir
de la confusión, la amalgama, y que da a cada uno la posibilidad de situarse en su
sexo, generación y grupo social.

La reflexión que evoco remite a una experiencia intra e interpsíquica, en la que la


subjetividad del sujeto está totalmente comprometida. Es un modo de pensar, donde
lo vivido y lo sentido encuentran su lugar junto a la actividad racional. Sólo esta
reflexión permite la reflexividad, es decir, la facultad del pensamiento de retornar
sobre sí mismo y aprehender las condiciones de creación de la reflexión.

Este trabajo, como he señalado, no se puede hacer solo. El otro está siempre
presente. El lenguaje nos invita a la intercomunicación, y así a pensar nuestro propio
pensamiento, teniendo en cuenta la actividad "espiritual" del otro y los
cuestionamientos que se presentan sobre nuestro discurso, y las razones de su
creación.

En todo trabajo de formación, investigación e intervención, somos solicitados en


esos diferentes aspectos. Tratemos de hacer a los especialistas de las ciencias
humanas seres más vivos; si hacemos eso, tanto las ciencias humanas como sus
especialistas, serán más apreciados.
50

HACER UNA HISTORIA DE VIDA: DECISIONES CLAVE DURANTE EL


PROCESO DE INVESTIGACIÓN

El método biográfico —también conocido como el método de las historias de vida—


se ha consolidado, en el contexto de las ciencias sociales iberoamericanas, como
una alternativa metodológica académicamente legítima, si bien comparativamente
poco utilizada. En este sentido, existen, en castellano, textos destacados que
abordan sus aspectos epistemológicos, ético-políticos, históricos, teóricos y
metodológico-técnicos
.
¿Qué es el método biográfico?

Lo primero que podría decirse es que no es el único. En efecto, el método biográfico


es una de las opciones cualitativas que los/as investigadores/as tienen a su
disposición.

Para presentar esta cuestión, creo que resulta útil distinguir entre metodologías,
métodos y técnicas. Sugiero preservar el término metodología para las diferentes
alternativas a la (obsoleta) distinción cualitativo/cuantitativo (Bassi, 2014a). Así,
habrá tres tipos de metodologías —las cualitativas, las cuantitativas y las mixtas—,
que se diferencian por su modo de comprender y abordar la realidad social.

Método puede utilizarse así para denominar las diversas estrategias que, dentro de
cada metodología, existen (o habrán de existir). Dentro de las opciones cualitativas:
análisis del discurso, teoría del actor-red, enfoque narrativo, método etnográfico,
investigación- acción participativa, sistematización de experiencias, método
documental, teoría fundamentada, etc.

Volviendo a los métodos disponibles en la actualidad y respecto de ellos, el método


biográfico parece distinguirse claramente. A excepción del enfoque narrativo (con el
que guarda, como ser verá, ciertas similitudes), ninguno aparenta confundirse con él.
Claro, esos parecidos y apariencias se disuelven cuando se intenta una definición:
en ese momento, los límites claros empiezan a difuminarse. Veamos.

El «método biográfico» (Pujadas, 1999/2002, p. 13) es un término relativamente


moderno y resulta útil en tanto permite englobar bajo un mismo rótulo intentos muy
dispares a nivel teórico y metodológico, además de alejados geográfica y
temporalmente; y, por ello, muy poco sumisos a un intento inclusivo de este tipo. No
sólo que muchos/as autores/ as no coincidirían en llamar «método biográfico» a ese
conjunto de tradiciones, además el término ni siquiera existía en la segunda mitad
del siglo XIX, cuando algunos/ as estadounidenses se abocaban a retratar, bajo una
luz benévola y mediante coloridas biografías de diversos jefes indígenas, a quienes
acaban de conquistar y sojuzgar.
51

En definitiva, como en el caso del pasado que nos cuenta la Historia y de la


«realidad » que «reflejan» las historias de vida, las vicisitudes históricas de un
enfoque tan poliédrico como el (que me empeño en llamar) «método biográfico», no
pueden ser reducidas a un relato simple y consistente. Sería ése un relato más
propio de la (re)construcción, mitológica y a posteriori, de un pasado ordenado y sin
aristas por limar, un relato como el de los/as «fundadores/as» à la Wundt y su
laboratorio seminal (Danziger, 1979; Harris, 1999). Pero, en el caso del método
biográfico, existen demasiadas discontinuidades, divorcios, separaciones,
diferencias, distancias (físicas también, no sólo teóricas), ignorancias mutuas,
desfases temporales y objetivos dispares como para poder construir un relato pleno
de sentido. Como siempre, contar la Historia de una disciplina o de un área de
conocimiento, supone torcer las historias para que se alineen y no desentonen en la
foto de familia.

A fines de este escrito, usaré el término método biográfico para referirme a una
serie de tradiciones, tanto académicas como no académicas, que utiliza o ha
utilizado «todo tipo de fuentes que aportan información de tipo personal y que sirven
para documentar una vida, un acontecimiento o una situación social», haciendo
«inteligible el lado personal y recóndito de la vida, de la experiencia, del
conocimiento». Así, «en él tienen cabida todos los enfoques y vías de investigación
cuya principal fuente de datos se extrae de biografías, material personal o fuentes
orales (…)» (Bolívar y Domingo, 2006, p. 4, las cursivas son mías).

Desde esta perspectiva, la historia asume un rol vital: en un sentido fuerte, el mé -


todo biográfico, como he dicho antes de las ciencias sociales, es su historia. Es por
ello que recomiendo a los/as lectores/as interesados/as la lectura de las obras que,
en castellano y sistemáticamente, se han ocupado del asunto, particularmente, los
textos de Jorge Aceves Lozano (1993), Jorge Balán (1974), Antonio Bolívar y Jesús
Domingo (2006), José Miguel Marinas y Cristina Santamarina (1993) y José Pujadas
(1999/2002).

Estos textos repasan el recorrido histórico del método (un recorrido «a tres bandas»:
Estados Unidos, Europa y Latinoamérica), reseñando sus autores/as clave y obras
señeras, además de, claro, sus aspectos epistemológicos, teóricos y metodológicos
esenciales.

Partiré de la dificultad para definir el método biográfico, más fácilmente


comprensible, como he dicho, si se atiende a su carácter histórico: «El carácter
multifacético de esta metodología y las diversas tradiciones en las que se sustenta
han dado lugar a una multiplicidad terminológica» (Bolívar y Domingo, 2006, p. 5).
Así, hasta el momento, he utilizado el término «método biográfico» para englobar
genéricamente a expresiones tan diversas como la biografía, la autobiografía
(formas, ambas, cercanas a la literatura), el relato biográfico o la historia de vida.

A pesar de ello, en el marco de las ciencias sociales se suele seguir la distinción


hecha por Denzin que reserva el término «relato biográfico» (life story) para la
«narración biográfica de un sujeto» o «para una historia de vida tal como la persona
que la ha vivido la cuenta» e «historia de vida» (life history) para «el estudio de caso
referido a una persona» y que incluye su «relato biográfico» así como también «otro
tipo de información o documentación adicional»
52

Por otra parte, la forma —es decir, qué puede incluirse como documento personal
para enriquecer una historia de vida— es virtualmente infinita y en buena medida
dependiente de las necesidades, creatividad y posibilidades concretas de los/as
investigadores/ as. En la actualidad, si bien es poco probable, en algunos casos,
contar con, por ejemplo, cartas o fotografías en papel, sí es esperable que pueda
accederse a correos electrónicos, fotos en archivos digitales y toda la gama de
registros derivados del uso por parte del/de la informante de las redes sociales e
internet en un sentido general.
Esto, claro, además de documentos de más larga historia y de uso convencional en
ciencias sociales: registros oficiales de diverso tipo (como partidas de nacimiento),
legajos educacionales o laborales, etc. De este modo, más que estarse reduciendo
la cantidad y el tipo de documentos secundarios, como quizás podría pensarse, lo
que sucede es que están, en tanto expresión de una forma de vida, cambiando.
Así, una historia de vida será, como mínimo, un trabajo analítico a partir de un relato
biográfico —escrito o verbal— obtenido a pedido de un/a investigador/a y que puede
—y suele— incluir documentos personales como fuentes de información
complementarias.

Se asocian al método biográfico una serie de ventajas (Pujadas, 1999/2002, pp. 44-
45): riqueza y profundidad de la información, posibilidad de generar hipótesis
teóricas (en el mismo sentido que el postulado por la teoría fundamentada), facilidad
para evaluar in vivo todas las variables que determinan el comportamiento del
individuo, equiparación y rebasamiento de todas las informaciones que pudieran
obtenerse por otras técnicas más conservadoras, posibilidad de representatividad a
través de las biografías cruzadas (como en el clásico de Oscar Lewis, Los hijos de
Sánchez, 1961/2012) o a través de la estrategia de saturación teórica (en la que me
detendré más adelante), contraste de resultados obtenidos por otros métodos e
ilustración vívida de un caso.

De las ventajas mencionadas quiero detenerme en dos: la «riqueza y profundidad de


la información » y la «posibilidad de generar hipótesis teóricas».

La primera ventaja se inscribe en una más general, tradicionalmente asociada a


las metodologías cualitativas: en tanto los/as informantes no son constreñidos/as a
responder en unos términos limitados y predefinidos (como lo harían en una
encuesta de ítems cerrados), la información derivada es consecuentemente más
detallada, rica y «libre» (en el sentido de más abiertamente configurada por el/la
informante). En efecto, dado que el núcleo duro de una historia de vida está
constituido por un largo y minucioso relato en primera persona de alguien acerca de
su propia vida, es esperable que el emergente esté más directamente ligado a la
vivencia según el/la informante la articula y comunica. También es más probable que
dicho emergente contenga más detalles y matices, es decir, sea más profundo, al
tiempo que más amplio temáticamente.

Así, una primera razón para hacer una historia de vida sería poder acceder a un
tipo de información que improbablemente podría ser producida mediante
metodologías más estructuradas y que supongan una relación más superficial entre
investigador/a e informante.
53

La segunda ventaja —«generar hipótesis teóricas»— está directamente vinculada a


dos cuestiones centrales para el método biográfico: su relevancia para la ciencia
social y la cuestión de la representatividad. Dos cuestiones, a su vez, vinculadas
entre sí, pero que no son exactamente lo mismo.

Si los relatos de vida (y, claro está, las autobiografías), nos interesan, no es
porque sean historias personales (con las que no tenemos nada que hacer),
sino porque estas historias “personales” no son sino el pretexto para describir
un universo social desconocido. A través de los ojos del narrador, no es a él a quien
queremos mirar, sino al mundo; o, con más precisión, a su mundo [así] al
representar las historias de la vida individual, el método biográfico pretende acceder
a la realidad de la vida de los agregados sociales (estratos, clases, culturas, etc.)
el valor del método biográfico para la ciencia social, de su ubicación en un espacio
paradigmáticamente psicosocial, es decir, fronterizo entre el espacio individual y la
estructura social.

Es evidente que, desde este punto de vista, una historia de vida se vuelve relevante
si aborda un «problema de la estructura social» y no solamente una «inquietud» (con
todo lo acuciante que ésta pueda ser para una persona particular). Así, puede
pensarse una historia de vida como un «pretexto» para investigar «otras cosa»: en
esa posibilidad reside, justamente, la relevancia del método biográfico para la
ciencia social.

No resulta relevante hacer la historia de vida de cualquier persona (con todo lo


«interesante» que ésta pueda ser). En una investigación concreta (habitualmente en
su proyecto y más específicamente y en el apartado fundamentación,
contextualización o formulación del problema), debe poder mostrarse en qué sentido
la historia de vida que se pretende componer ilustra, representa o se vincula a un
«problema de la estructura social». Es decir, la vida en cuestión (al menos algunas
de sus aristas) debe aludir a algo diferente de sí misma.

En definitiva, la historia de vida debe poder comprenderse y presentarse en términos


teóricos, es decir, debe poder ser «leída» a partir de un cierto punto de vista teórico
o de cierta teoría específica. De ahí aquella «ventaja» del método biográfico a la que
aludí —«generar hipótesis teóricas»—, aunque yo preferiría decir que, más que una
«ventaja», se trata de un «requisito»: que la historia de vida pueda ser comprendida
desde una teoría o puesta en sus términos. De ese modo, podrá sacarse la historia
de vida del espacio de la anécdota colorida y se la hará «hablar» a la ciencia social
en el idioma que entiende: la teoría. Del éxito de esa maniobra, entiendo, depende el
éxito de una historia de vida en tanto algo más que una buena historia y la
posibilidad de legitimarse dentro de una ciencia social que, en general, pide más que
anécdotas: pide regularidades, generalidades y, puestos/as a pedir, ¡pide incluso
leyes! Para terminar, diré que considero difícil poder justificar —sobre todo en
entornos académicos teórica y metodológicamente conservadores— una historia de
vida que no cumpla este «requisito».

De hecho, Marinas y Santamarina (1993, pp. 9-10) se refieren a la relación


investigadores/ as-informantes como un valor del método biográfico en contraste con
la distancia positivista: «El proceso de investigación social exige la toma de
conciencia (…) de la implicación de quien investiga en la tarea de formular la
54

identidad de lo investigado». Franco Ferrarotti (en Marinas y Santamarina, 1993, p.


121) propone una salida ingeniosa y honesta: argumenta que el objeto de estudio no
es el/la informante foco de la investigación, sino la relación entre él/ella y el/la
investigador/a. Los relatos de vida (…) no tienen un autor, sino dos: el narrador, pero
también el investigador.»

La historia de vida es, sobre todo, el producto de un encuentro, es el resultado


de una seducción mutua, una historia de amor. (…) Relata la culminación y
desenlace de un encuentro entre dos personas que se atraen la una a la otra,
desarrollan una mutua confianza y donde cada una de ellas integra la posición
afectiva de la otra en su vida cotidiana. (…) Por eso, el investigador tiene problemas
a la hora de realizar su análisis, ya que debe objetivar y traducir a términos
científicos lo que es, en primera instancia, un encuentro humanos, donde los límites
del «yo» y «él» se funden como en una relación amorosa.

Todo esto alude, en última instancia, a la dimensión dialógica de toda investigación


(Bajtín, 1979/1998; Sisto, 2008), es decir, al hecho de que se trata de procesos
intersubjetivos y situados de construcción, realizados a través de y en el lenguaje.
Desde este punto de vista, «los hallazgos» de una investigación —en este caso, la
historia de vida en tanto informe de investigación— no puede entenderse al margen
de sus condiciones contingentes de producción —rol del/de la investigador/a
incluido— que son las que, literalmente, producen esos «hallazgos».

La exigencia de representatividad suele confundirse con lo que he presentado antes


(subapartado Relevancia del método biográfico para la ciencia social), sea, la
capacidad de poder comprender y presentar una vida en términos teóricos y poder
así contribuir a la ciencia social con algo más que una historia colorida. Trataré de
mostrar que son éstas dos cuestiones diferentes, aunque a menudo se presenten
como la misma.

La representatividad es un criterio metodológico que alude a la relación entre una


«muestra» y un «universo». La idea (y aparentemente, lo ideal) es que la primera
represente («hable por») el segundo. Así, según el «discurso metodológico»
establecido (Cottet, 2006, p. 185), las personas que efectivamente operan como
informantes resultan relevantes si y sólo si «representan» a unas personas distintas
de sí mismas (nótese que digo «unas personas» y no un «problema de la estructura
social»).

En el caso de las historias de vida habrá que mostrar en qué medida la


generalización no es exigible o deseable (y, quizás, tampoco posible). Entiendo que
hay al menos cuatro líneas de respuesta:

i. Defender, en un sentido esencial (radical), que la generalización en ciencias


sociales no es posible, toda vez que sus objetos de estudio son históricos y
contingentes y sólo «hablan» de sí mismos;

ii. argumentar que es la comprensión y no la generalización la meta de la ciencia


social;

iii. sostener que un estudio intensivo y laborioso como el que supone componer una
55

historia de vida es pragmáticamente incompatible con la generalización; y,


finalmente,

iv. contraponer la falta de generalización a la profundidad de la información, es decir,


ofrecer un «factor compensatorio» que toma la siguiente forma: «Lo sé, mis
resultados no son generalizables y son idiosincráticos, pero proveen una información
sumamente rica y detallada de una parcela relevante del funcionamiento social.»
Como fuere, y en el caso de que se quiera procurar cierta generalidad del conoci -
miento en el sentido contenido en la idea de representatividad, hay algunas
posibilidades.

En primer lugar, evidentemente, pueden tomarse muestras en base a estrategias de


muestreo probabilísticas: no hay obstáculo teórico-metodológico ahí, si bien,
erróneamente, este tipo de muestreo se asocia sólo a modelos cuantitativos. En todo
caso, dado el nivel de exigencia que para los/as investigadores/as supone componer
una historia de vida, considero poco realista proponer esta alternativa.

En una línea similar (aunque de menor pedigrí académico), se halla la «saturación


teórica»: Daniel Bertaux e Isabelle Bertaux-Wiame en su conocido trabajo acerca del
oficio de los panaderos de París (1980), proponían esta estrategia como forma de
eliminar el componente idiosincrático del método biográfico y permitir la
generalización:

«La saturación es el fenómeno por el que, superado un cierto número de entrevistas


(biográficas o no), el investigador o el equipo tienen la impresión de no aprender ya
nada nuevo (…)» (Bertaux y Bertaux-Wiame, 1980, p. 156). El matrimonio Bertaux
considera que es este concepto el que «fundamenta la validez de la perspectiva
biográfica»

Para ello, es importante que «la(s) personas(s) seleccionadas (como informantes)


respondan a un perfil característico y representativo del universo socio-cultural que
estamos estudiando; esto es, una persona integrada en su propio medio social»

José Pujadas (1999/2002) sostiene que las historias de vida «de caso único»
resultan «poco interesantes» a nivel analítico, ya que los autores parecen creer que
la historia habla por sí misma y, por tanto, no necesita ser explicada o no deben
extraerse conclusiones de ella. A pesar de esto, el autor no considera esto
necesariamente como una debilidad.

Así, las posibilidades quedan abiertas para quienes se embarquen en la


composición de un historia de vida: tanto quienes opten por limitarse a presentarla
—lo cual es ya, de por sí, un trabajo considerable— como quienes decidan hacer
algún tipo de análisis teórico, tienen tradiciones académicas disponibles en las que
apoyar (legitimar) sus decisiones. En términos retóricos, el efecto de esta maniobra
es que quienes deseen objetar, sea una historia de vida «testimonial» como una
«analizada», deberán también poder sostener su objeción frente a la tradición en
que dicha historia de vida se enmarca. En definitiva, y desde una concepción de la
ciencia en tanto una empresa eminentemente retórica (Billig, 1987), el foco se
desplaza de la «corrección» de las decisiones a, como he insistido, su justificabilidad
en contextos concretos.
56

Han advertido de que los métodos biográficos narrativos, si bien permiten dar voz a
los agentes, son también unos dispositivos de saber y de poder y, como tales, a la
vez instrumento de dominio mediante el acceso al conocimiento de la vida (Bolívar y
Domingo, 1996, p. 3).

Según está definido, el método biográfico está orientado al estudio de una vida
«completa ». De todas maneras y de acuerdo a los intereses específicos de los/as
investigadores/ as y de sus objetivos, puede, según algunos autores, considerarse
sólo una parte de ella, aunque esta opción parece acarrear cierto «disvalor». Dicen
al respecto Bertaux y Bertaux-Wiame (1980, p. 162):

Muchos investigadores, influidos por los relatos de vida publicados, que se


presentan casi siempre como relatos autobiográficos completos, que cubren
todos los aspectos de la existencia y toda su duración, deploran el carácter
incompleto de los relatos que ellos mismos recogen.

Mi distinción apunta a reservar el método biográfico para los casos en que lo que se
examina es la vida completa de una persona, en tanto ésta resulta relevante en el
sentido que he defendido antes —derivado de la idea de «problema de la estructura
social» de Wright Mills—. En este caso, es toda una vida lo que se considera
relevante teóricamente. En contraposición, considero que el enfoque narrativo podría
abocarse a periodos específicos de la vida de una persona en tanto en éstos
aparezca el problema de investigación de interés para el/la investigador/a.

En definitiva, si se acepta esta distinción, el método biográfico sería pertinente


cuando la totalidad de la vida de una persona —o, mejor, el rasgo que de ella se
considere más notable o destacado, pero que aparece transversalmente en la vida
toda— se considera como foco de la investigación.

Las historias de vida suelen focalizarse en una o muy pocas personas


(históricamente y si no se diluyen las exigencias del método, no más de cinco, a no
ser que se trate de investigaciones de gran envergadura que suelen no ser
particularmente profundas), mientras que en el enfoque narrativo las unidades de
información pueden ser más e, incluso, estar sujetas a criterios de representatividad
convencionales. Entiendo que esto se deriva de los requerimientos de trabajo de uno
y otro método: mientras que el método biográfico suele focalizarse intensivamente
en una persona y, por tanto, requerir la realización de múltiples entrevistas y el uso
de documentos personales que cubran toda la vida de la persona considerada, el
método narrativo suele ser igualmente intensivo, pero centrado en periodos más
cortos y no contempla, en general (aunque no hay obstáculo para ello), el uso de
documentos personales.

Es evidente que el método biográfico se halla en una región fronteriza con la


literatura.

No sólo por su dependencia del lenguaje —algo que podría decirse de todo lo
humano—, sino, sobre todo, por la relevancia que en ambas áreas tiene algo muy
difícil de precisar: una buena historia. Así, en el caso del método biográfico, a los
57

«criterios científicos» parecieran agregarse otros convencionalmente ajenos a la


ciencia social: los criterios estéticos.

A diferencia de este caso, las historias de vida suelen escribirse en un tono personal
y directo que no pretende ocultar dichas condiciones de producción (que son en
todos los casos, se reconozca o no, indiferenciables de los «hallazgos»): el/la
investigador/ a reconoce la particular posición sociopolítica desde la que habla y no
procura ocultarla en ningún momento del proceso de investigación, la escritura
incluida. Tampoco oculta que el informe final es «tan suyo» como del/de la
informante.

En el caso del método biográfico una exigencia no declarada es que las historias de
vida resultantes debes ser atractivas, interesantes, hasta cautivantes. Y en muchos
casos lo son: quienes leen historias de vida por primera vez —al menos, en el caso
de los/as estudiantes a quienes se las he dado a leer— suelen destacar que «no
parecen ciencia».

Pujadas (1999/2002, pp. 45-46) repara en la dificultad «a veces extrema» de obtener


buenos/as informantes, «dispuestos a colaborar» y con «una buena historia que
contar ». Quizás por ello este autor introduce algunas características deseables en el
(sujeto) objeto de la investigación, que pueden resultar llamativas dentro de modelos
más conservadores. Por pedir, pide Pujadas que «el informante» sea «brillante,
genuino, sincero, que se explique con claridad e introduzca en el relato elementos
amenos, que sea autocrítico.

En cualquier caso, la técnica de producción más utilizada ha sido la entrevista.


Pero no cualquier tipo entrevista, en tanto ésta debe ser coherente con las bases
epistemológicas y teóricas del método.

Una historia de vida no es una entrevista en profundidad sino la narración de toda la


historia vivida por una persona tal como a ella le va saliendo en máxima
espontaneidad. Por esto es necesaria para el sujeto la mayor libertad posible
de expresión. El «investigador» ha de limitarse a provocar y facilitar la
espontánea narración del sujeto.

Lo que es más importante retener es que, muy frecuentemente, las informaciones


más cruciales, las pistas más significativas para una investigación, las
obtenemos en esas situaciones de distensión posteriores a la realización de
una sesión formal de encuesta. Esos momentos de charla informal, frente a
una cerveza o a un café, son tan importantes como la encuesta en sí misma.

Es poco probable que una sea suficiente.


A estas dos fuentes básicas —y casi exigibles— de información suelen agregarse lo
que yo llamo «apuntes etnográficos»: toda la serie de observaciones más o menos
anecdóticas —en el sentido de no sistemáticas— realizadas durante los contactos
entre investigadores/as e informantes, que enriquecen la historia de vida y que
pueden incluir: la apariencia del/de la informante, la descripción de sus espacios de
residencia y circulación cotidiana, la reseña de sus seres significativos, algunos
datos de su trabajo o grupos con que interactúa, etc. Estas observaciones pueden
ser más o menos fortuitas (derivadas únicamente del hecho de que
58

investigadores/as e informantes pasan tiempo juntos/as) o estar intencionalmente


provocadas, por ejemplo, planificando un día de visita al barrio en que el/la
informante vive o a un lugar en el que él/ella pasa habitualmente su tiempo de ocio
(biblioteca, bar, plaza, etc.).

En cualquier caso, no debe perderse de vista que la lectura teórica es siempre una
hipótesis de la que, más que mostrar su «verdad», debe poder mostrarse su
plausibilidad.

Dicho de otro modo, el análisis debe poder ser defendido a partir del relato y de los
documentos personales, pero no como una lectura última o representativa de «los
datos », sino como una lectura que pueda legítimamente sostenerse a partir de ellos.
A este respecto y en la línea de lo que defiende Pujadas (1999/2002), lo importante
sería justificar las decisiones tomadas a lo largo del proceso de investigación, es
decir, hacer transparente dicho proceso mediante la explicitación de sus pasos,
incluido el análisis teórico, de manera de reducir la opacidad de la práctica científica.
En este sentido, creo que no deben tomarse «precauciones adicionales» a las que
se consideren pertinentes para cualquier proceso de investigación ya que no veo por
qué los/as informantes de una historia de vida estarían más inclinados/as a mentir
que en cualquier otro contexto de investigación. ¿Es, acaso, menos probable que
un/a informante mienta menos en un test o en una encuesta?

A pesar de esto, sí hay algunos «trucos metodológicos», como la triangulación de


información —acudir a otros/as informantes, a los documentos personales o a los
apuntes etnográficos en busca de «confirmación»— que permitirían, aunque no del
todo, disipar la objeción. Es lo que Potter (1996/2006) entiende como el recurso al
consenso para hacer factual un «hecho» y que podría caricaturizarse como sigue:
«Si lo dicen muchos/as, por algo será.»

En cualquier caso, y a riesgo de ser repetitivo, de lo que se trata aquí es de una


toma de posición consciente y de la posibilidad de justificarla ante una audiencia
presumiblemente hostil a confiar, sin más, en la historia que alguien tiene para
contarle a la ciencia social.

Bourdieu llama a esto «la ilusión biográfica»: la esperanza de que podemos tomar
las vidas y presentarlas como procesos coherentes, inteligibles, con sentido. En
definitiva, domesticar el caos y la irracionalidad de una vida a las constricciones
propias de un relato: secuencialidad, desarrollo lógico, predictibilidad e, incluso,
teleología.
59

BOLIVAR- La investigación biográfica y narrativa en Iberoamérica:


Campos de desarrollo y estado actual

Dentro de la investigación cualitativa, el enfoque biográfico y narrativo ha adquirido


una identidad propia, cuyos orígenes, desarrollo y variantes metodológicas pueden
ser descritas en Iberoamérica.

En primer lugar, la investigación narrativa es una parte de la investigación cualitativa


convencional, aún cuando hay posiciones que la entienden como un enfoque
específico y propio, distintivo de la investigación cualitativa convencional.

Por su parte, la investigación biográfica no se identifica con la investigación


narrativa, puesto que hay estudios biográficos desde una metodología cuantitativa,
pero una parte sustancial de los estudios biográficos adoptan una metodología
narrativa. Como señala Paul ATKINSON (2005) la "narrativa no es el único modo de
organizar o dar cuenta de la experiencia, aunque es de los modos más penetrantes
e importantes de hacerlo. La narrativa es un género relevante para representar y
hablar de la acción en la vida cotidiana y en contextos especializados". Historia de
vida (desde la life-history) e investigación narrativa (narrative inquiry), pues,
configuran un campo propio de investigación, que ha adquirido cada día mayor
relevancia y se ha visto potenciado ante el desengaño postmoderno de las grandes
narrativas y la reivindicación de la dimensión personal en las ciencias sociales.

La investigación narrativa es hoy un lugar de encuentro/intersección entre diversas


ciencias sociales, lo que la configura como "transversal" a dichos campos
disciplinares, como un "género confuso", que decía GEERTZ. Así incluye elementos
derivados de la teoría lingüística/literaria, historia (historia oral e historia de vida),
antropología (narrativa), psicología (ciclos de vida, psicología moral, psicología
narrativa), la filosofía hermenéutica, etc. De este modo, 1) lingüística y teoría
literaria, de manos del estructuralismo primero, de la semiótica/pragmática después,
y – finalmente – del análisis del discurso y narratología, ha hecho contribuciones
relevantes en este ámbito.

2) En historia, la "historia oral" cuenta ya con una larga tradición. aparte de


recopilaciones relevantes (BALAN 1974; MARINAS & SANTAMARINA 1993;
ACEVES 1993), que han contribuido a difundirla. 3) sociología y etnografía: La
metodología biográfica primariamente ha sido empleada por los sociólogos
españoles, pues no en vano su origen es sociológico ("escuela de Chicago",
contando con numerosos trabajos de campo y teóricos (PUJADAS 1992; De
MIGUEL 1996). Finalmente, 4) en filosofía ha tenido un amplio tratamiento, con
estudios monográficos, la narratividad en Paul RICOEUR (1987, 1996), así como de
otros filósofos (MacINTYRE 1987; TAYLOR 1996) comunitaristas que han
reivindicado la narrativa en la constitución de la identidad, o en el campo del
desarrollo y educación moral.
60

El incremento y popularidad alcanzado por la investigación narrativa sobre las


historias de vida y biografías puede responder a nuestra actual coyuntura
postmoderna: en un mundo que ha llegado a ser caótico y desordenado, sólo
queda el refugio en el propio yo. De modo paralelo al fin de siècle anterior, la
pérdida de fe en el racionalismo ilustrado y en las explicaciones totales del
mundo ("l'incrédulité à l'égard des métarécits", de que hablaba LYOTARD), han
abocado a refugiarse en las pequeñas, pero auténticas, narrativas personales.

En este contexto, la investigación biográfico-narrativa emerge como una potente


herramienta, especialmente pertinente para entrar en el mundo de la identidad, de
los significados y del saber práctico y de las claves cotidianas presentes en los
procesos de interrelación, identificación y reconstrucción personal y cultural.

La investigación biográfico-narrativa está adquiriendo cada día mayor relevancia,


altera los modos habituales de lo que se entiende por conocimiento, comportando un
enfoque propio, con sus propios modos de emplear la metodología cualitativa. El
enfoque biográfico-narrativo y sus metodologías correspondientes se está volviendo
crecientemente más seductor. Con sus propios orígenes ("escuela de Chicago"),
las distintas ciencias sociales (sociología, antropología, psicología, educación) la
están empleando con profusión en la última década. Dentro de una metodología
de corte "hermenéutico", permite conjuntamente dar significado y comprender las
dimensiones cognitivas, afectivas y de acción. Contar las propias vivencias, y
"leer" (en el sentido de "interpretar") dichos hechos/acciones, a la luz de las
historias que los agentes narran, se ha convertido en un perspectiva peculiar de
investigación.

Pero los análisis biográfico-narrativos no están exentos de peligros y limitaciones.


Michael FOUCAULT (1999), Norman DENZIN (1991) o Nikolas ROSE (1996) han
advertido de que los métodos biográficos narrativos, si bien permiten dar la voz a los
agentes, son también unos dispositivos de saber y de poder y, como tales, a la vez
un instrumento de dominio mediante el acceso al conocimiento de la vida.

Conducir toda la cuestión biográfico-narrativa al ángulo personal, sin conectarla con


el substrato social y político, que – si seguimos siendo modernos – la
sobredetermina, nos llevaría a una visión "políticamente naive", dejando las cosas
como están.

De este modo, desde una perspectiva foucaultiana, Nikolas ROSE (1996) puso
de manifiesto cómo las narrativas de vida, biografía y autoformación se puedan
inscribir dentro de los nuevas tecnologías de gobernación de los individuos del
"liberalismo avanzado", cuya esencia consiste en hacerlos responsables. Esta
nueva configuración de la individualidad, con la ilusión de autorrealización,
propugna una ética de la personalización como nueva fórmula de reinventar
contemporaneamente el hacerse a sí mismo. Las biografías, convertidas en
objeto de saber, se convierten en procedimientos de objetivación de los individuos
en sujetos. Que, en su lugar, puedan ser un instrumento de autonomía individual o
de capacitación profesional, exige explicitar y negociar al máximo las condiciones de
su ejercicio y uso.

El marco biográfico – entendido, en primer término, como la investigación que se


61

ocupa de todo tipo de fuentes que aportan información de tipo personal y que
sirven para documentar una vida, un acontecimiento o una situación social –
hace inteligible el lado personal y recóndito de la vida, de la experiencia, del
conocimiento. En él tienen cabida todos los enfoques y vías de investigación
cuya principal fuente de datos se extrae de biografías, material personal o
fuentes orales, que dan sentido, explican o contestan preguntas vitales actuales,
pasadas o futuras, a partir de las elaboraciones o posibles argumentos con los
que se cuentan experiencias de vida o historias vividas desde la perspectiva de
quien las narra.

Tanto la dimensión social como la personal y biográfica, como vieron en los años
veinte THOMAS y ZNANIECKI (2004), es indisociable de las lógicas del decir: el
relato de los sujetos. Los relatos que la gente cuenta sobre la vida personal
hablan de lo que hacen, sintieron, les sucedió o las consecuencias que ha tenido
una acción, siempre contextualmente situados en relación con otros; no desde
un yo solitario o imparcial. La narrativa expresa la dimensión emotiva de la
experiencia, la complejidad, relaciones y singularidad de cada acción; frente a las
deficiencias de un modo atomista y formalista de descomponer las acciones en
un conjunto de variables discretas. Como modo de conocimiento, el relato capta
la riqueza y detalles de los significados en los asuntos humanos (motivaciones,
sentimientos, deseos o propósitos), que no pueden ser expresados en definiciones,
enunciados factuales o proposiciones abstractas, como hace el razonamiento lógico-
formal. Como dice BRUNER (1988, p.27): "el objeto de la narrativa son las
vicisitudes de las intenciones humanas".

Con la aparición del método biográfico en sociología y las delimitaciones


conceptuales a estos términos se ha convenido distinguir entre:

1. life story, récit de vie o narración o relato de vida: como la narración de una
vida tal como la persona la ha vivido y/o cuenta;

2. life history, histoire de vie o historia de vida: o conjunto del anterior concepto
y las elaboraciones externas de biógrafos o investigadores, así como los
registros, entrevistas, etc, que permiten validar esta narración y/o historia.

Bernabé SARABIA (1985), en un estudio pionero en castellano sobre las historias de


vida, ya establecía – siguiendo a DENZIN (1991) – claramente la distinción entre
historias de vida ("autobiografías definidas como vidas narradas por quienes las han
vivido, o informes producidos por los sujetos sobre sus propias vidas") y biografías
("narraciones en las que el sujeto de la narración no es el autor final de la misma").

Con todo ello, como defendíamos en otro momento (BOLÍVAR, DOMINGO &
FERNÁNDEZ 1998, 2001), se trata de un enfoque biográfico-narrativo que pretende
la exploración de los significados profundos de las historias de vida, en lugar de
limitarlo a una metodología de recogida y análisis de datos, para constituirse en una
perspectiva propia que se podría caracterizar por cinco postulados básicos:

• Narrativo: Las percepciones de la práctica y el conocimiento práctico,


experiencial y de vida son difícilmente perceptibles y transmitidos de otro
modo.
62

• Constructivista: Existe una continua atribución de significados a las múltiples


historias que se van reconstruyendo en torno a pasajes o episodios, en
función de la explicación del presente y del grado de desarrollo actual, lo que
nos permite una reconstrucción/reflexión/asimilación/superación de nuestra
propia historia. El pasado al menos en su interpretación y consecuencias
sigue presente en el día a día cotidiano influyendo y ayudando como
analizador desde el que tomar deciones y encarar el futuro, al mismo tiempo
que esta propia historia se reconstruye, interpreta o se refocaliza en función
del punto de interés y comprensión actual.

• Contextual: Las narraciones biográficas y los episodios que éstas relatan,


sólo encuentran sentido dentro de los contextos en los que son contadas y en
los que se produjeron: social, cultural, institucional, etc.

• Interaccionista: Los significados se adquieren e interpretan en función del


contexto en el que se desenvuelven y en continua interacción con los
mismos; un contexto determinado influenciará en la biografía y ésta tendrá
verdadero sentido en su perspectiva interaccionista con otras vidas,
contextos, situaciones, momentos históricos, epifanías y momentos críticos,
etc. entre los cuales se construye el significado de la propia narración. Las
fuentes, los testigos, los actores, etc. no anteceden a la biografía, sino que
se constituyen y modifican a través de los relatos.

• Dinámico: Tiene un componente temporal importante y, por el propio


concepto de desarrollo, se construye y reconstruye constantemente en un
proceso continuo aunque no homogéneo.

Como aproximación humanista a la realidad social (PLUMMER 2004) combina,


dialécticamente, su aproximación a la subjetividad de los testimonios biográficos
contextualizados dentro de las matrices de relaciones objetivas con el contexto y
cohortes con las que está implicado el sujeto en su trayectoria vital. De este
modo, los relatos personales muestran la complejidad de las trayectorias vitales
de los sujetos y de los grupos sociales – especialmente los primarios (pequeña
comunidad), más allá de las normas y modas más formales y/o globales.

La indagación biográfica sirve para hacer explícitos los procesos de socialización,


los principales apoyos de su identidad, los impactos que recibe y percibe, los
incidentes críticos en su historia, la evolución de sus demandas y expectativas, así
como los factores que condicionan su actitud hacia la vida y hacia el futuro. A través
de esta metodología se puede mostrar la "voz" de los protagonistas cotidianos, sus
relatos de vida y experiencia hacen públicas aquellas percepciones, intereses,
dudas, orientaciones, hitos y circunstancias que – desde su perspectiva – han
influido significativamente en ser quienes son y en actuar como lo hacen.

La investigación biográfica y, especialmente, narrativa, permite aflorar y desarrollar


perfiles que vinculen estrategias cualitativas de investigación a los actores reales
de la vida cotidiana. La narración biográfica ofrece un marco conceptual y
metodológico para analizar aspectos esenciales del desarrollo humano y marca
"sus" personales líneas y expectativas de desarrollo. Compartir la vida, los
63

significados y las comprensiones dialécticamente mediante un relato de vida


posibilita la creación y mantenimiento de una comunidad discursiva. En este
sentido, la investigación narrativa permite reparar y representar un conjunto de
dimensiones relevantes de la experiencia (sentimientos, propósitos, deseos,
etcétera), que la investigación formal deja fuera. Pero no sólo expresa
importantes dimensiones de la experiencia vivida, sino que, más radicalmente,
media la propia experiencia y configura la construcción social de la realidad

Una historia de vida se construye integrando todos aquellos elementos del


pasado que el sujeto considera relevantes para describir, entender o representar
la situación actual y enfrentarse prospectivamente al futuro y, como tal, decían
THOMAS y ZNANIECKI (2004), "constituyen la clase perfecta de material
sociológico". Una historia de vida, como ejemplificara el campesino Wladeck,
emigrante polaco, contada en extenso a lo largo de 300 páginas, desde su
nacimiento hasta el momento presente (su etapa escolar y familiar, primeros
trabajos y emigración a Alemania y, luego, a Chicago) en El campesino polaco
es una narración extensa de una experiencia de vida entera como un todo,
iluminando los aspectos más importantes. Para hacerla se apoya en los
documentos personales, que PLUMER (2004, p.14) define como "todos aquellos
documentos en los que una persona revela sus características sociales y personales
en formas que las hacen accesibles para la investigación. Incluirían diarios, cartas,
fotografías, historias de vida e incluso inscripciones de lápidas. Hoy día deberían
incluirse también videos y sitios web personales".

Para tratar de reducir el efecto de esas dificultades varios trabajos lo describen


suficientemente y recomiendan:

• Usar instrumentos adecuados tales como: cascadas de profundización


reflexiva en relatos biográfico-narrativos, grupos de discusión, historias de
aprendizaje, etc.;

• triangular modos de análisis verticales, o de caso, y horizontales, o de


búsqueda de regularidades grupales, narrativos y de narrativas (más
paradigmáticos);

• cuidar la validez del proceso de investigación, explicando, describiendo y


argumentando cada paso y decisión tomada;

• emplear procesos de saturación de datos (llegar a un estadio en el que


nuevos relatos no aportan nada relevante no conocido ya) y de búsqueda de
informantes clave con procesos de "bola de nieve" (partiendo de unos
iniciales, ir ampliando el volumen de informadores en función de los datos y
pistas que se vayan ofreciendo), con buenos informantes y no despreciando "puntos
en blanco" (no suficientemente explicados o pasados – conscientemente o no – por
alto) o casos alternativos o discordantes;

• sometiendo los resultados a juicio público y negociación dialéctica con los


informantes/actores.

El auge actual, sin duda, puede estar debido a esta nueva sensibilidad
64

postmoderna que ha inundado el estudio en ciencias sociales, pero – como


muestra la panorámica presentada – tiene raíces históricas suficientes y focos
geográficos, temáticos y epistemológicos tan diversos, como para afirmar que
esta popularidad tiene todo un basamento más allá de la moda o de la
concreción en un determinado lugar geográfico o temático o la simple asignación
a un área de conocimiento.

Una primera aproximación histórica en el contexto iberoamericano al origen y


desarrollo del método biográfico desvela que ha tenido múltiples enfoques y
centros de interés cambiantes a lo largo del tiempo: desde las consideraciones
narrativo-literarias, los diversos posicionamientos ideográficos y conservacionistas,
al uso de voces y documentos personales orientados a recuperar la memoria
histórica de episodios, personajes y situaciones de especial relevancia personal y/o
social o bien de la otra historia, la no oficial, la del pueblo llano, la de las minorías,
los perdedores, los campesinos, los silenciados o "sin voz".

Con ellos y el creciente interés por los campos de la marginalidad, la aculturación


y los desarrollos de la personalidad y la cultura, empieza a interesarse por el
tema la sociología y con ello, va tomando cuerpo este método que se va
diversificando y concretando "in crescendo" desde el llamado "síntoma biográfico"
(MARINAS & SANTAMARINA 1994) hasta la eclosión de nuestros días, en los que
se habla de "la razón tras el síntoma"

Este indicador – llamado "síntoma biográfico" – hace surgir un discurso que


tradicionalmente estaba ocultado en la investigación sociológica tradicional y que
ahora renace con fuerza ampliando sus miras, para retener y formar una
autoconciencia de la sociedad. En el contexto actual se da una importancia
general (fuera de la investigación social) a lo que significan los relatos de los
sujetos, las historias que recogen experiencias vitales, como un "derecho de
todos a la autobiografía". La historia de vida y las biografías parecen tener, en
este momento, una importancia nueva. Precisamente porque hay una revisión en
profundidad de nuestros saberes sociales (no sólo sociológicos) ante el conjunto de
fenómenos de ruptura de códigos culturales e ideológicos, de los sistemas de
referencia convencionales.

Así se compone un escenario que, desde diversos focos y con distintas influencias y
trayectorias (unas locales y otras claramente internacionales), empieza a
desarrollarse un movimiento de los parámetros de la investigación social que se
vehicula principalmente desde la historia oral, la reivindicación política de vencidos y
minorías mayoritarias (mujer, campesinos o pueblo llano) y el auge de la
investigación sociológica de corte cualitativo. Paralelamente se arma de argumentos,
razones, principios y procedimientos de acción, que le dan cuerpo y estructura
metodológica y epistemológica, hasta el punto de constituirse en un enfoque con
entidad propia – pasando de moda o síntoma a racionalidad – y que puede usarse
indistintamente más allá de las áreas o los campos de estudio.

La aceptación y la generalización de la investigación biográfico-narrativa, como


enfoque metodológico con entidad propia – y de manera paralela al síntoma
cualitativo que anuncia CISNEROS (2000) –, lleva a que cada vez haya más
proyectos de investigación que lo usan y a que aparezcan nuevos artículos de
65

difusión que dan cuentan de la importancia y/o utilidad de esta perspectiva, de


cara a su integración en áreas de conocimiento particulares, como es el caso de
la educación17 e incluso en el ámbito de las ciencias biosanitarias.

En la actualidad, la metodología cualitativa en ciencias sociales se ha consolidado


definitivamente. Lo que también ocurre con la metodología biográfico-narrativa. Y se
da una tendencia evidente hacia la sistematización y especialización en estos tipos
de investigación, con un corpus creciente de investigación – desde esta perspectiva
– que va arraigándose y robusteciéndose paulatinamente con nuevas aportaciones,
perspectivas y cierres metodológicos. Con ello se empiezan a superar los recelos de
la academia y el complejo de inferioridad del enfoque, comienzan a observarse
nuevos retos de racionalización y se vislumbra una nueva fase de asentarlo
epistemológica y metodológicamente.

En latinoamerica- México y Argentina podrían ser, en cierto modo, los precursores


de estudios y sistematizaciones del mismo.

En el primero, además de los trabajos de Oscar LEWIS (1959, 1961, 1964)20 , Jorge
ACEVES (1992, 1993), desde el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social (Ciesas), introduce en su edición de historia oral a algunos de
los más acreditados investigadores internacionales (Paul THOMPSON, Daniel
BERTAUX, Alessandro PORTELLI, etc.). Por su parte, Jorge BALÁN (1974), años
antes en Argentina, introduce en su compilación sobre historias de vida a algunas de
las voces más acreditadas (Howard BECKER, Juan F. MARSAL, etc.) en ciencias
sociales. Ambos países son dos focos que irradian nuevas formas a todo el mundo
iberoamericano. Su potencial editorial se hace sentir, proyectando enfoques y
aportaciones propias o traducen obras de bastante interés que difícilmente hubiesen
llegado a España en determinados momentos históricos.

En México, con experiencia en el uso de la historia oral como parte importante


del estudio en ciencias sociales, por su permeabilidad hacia tendencias y
aportaciones venidas de Norte América (especialmente desde la escuela de
Chicago), más la llegada de algunas otras influencias europeas y su particular
idiosincrasia hace que se desarrolle una antropología etnográfica focalizada en el
mundo de los suburbios y la pobreza – caso de LEWIS – los más que significativos
aportes desde la sociología y la investigación cualitativa21 (LINDÓN
1999b; GALINDO 1994) o el importante salto cualitativo en la perspectiva que
supuso pasar del modelo de constitución de archivos de recuperación de la
memoria oral a verdaderos proyectos de investigación. En este sentido, junto a
otros investigadores, el papel desempeñado por Jorge ACEVES (1992, 1993,
1994, 1996) es fundamental en el uso de la historia oral, así como en los nuevos
enfoques integradores de otras disciplinas, no limitado a la recogida de las voces
sino triangulado con otras fuentes que aporte una genealogía del contexto. A la
historia oral, dice Jorge ACEVES (1996, p.18): "le interesa los hechos y eventos
sociales donde intervienen instituciones e individuos en determinados procesos
económicos, políticos y simbólico-culturales. Le interesa producir conocimientos
y no sólo ser un canal de exposición oral de testimonios".

En el segundo también tiene un espacial desarrollo la historia oral, influenciada


por los estilos de la historia oral norteamericana del momento, aunque sin su
66

grado de financiación. Un ejemplo de ello será la creación del Archivo de Historia


Oral del Instituto Di Tella de Buenos Aires, con relatos de dirigentes sindicales o
sobre el peronismo. Hecho éste que se vio potenciado grandemente a partir de la
restauración de la democracia y como foco clave de los vientos "militantes" que
circularon por Iberoamérica y la península en torno a los ochenta.

Pero lo que le da espacial relevancia es su amplia y tradicional cadencia hacia el


estudio del mundo interior y el psicoanálisis y por la influencia de la escuela
francesa vehiculada por la revista Annales, que se dejará notar en sus proyectos
y escritos (SCHWARZSTEIN 1991). El trabajo de BALÁN publicado en 1974
sobre "Historias de vida en ciencias sociales" tiene impacto a nivel internacional y
supone una revalorización de los relatos autobiográficos y otras historias de vida
más allá de las influencias venidas del norte. Así recoge múltiples historias de
vida de distintas disciplinas y regiones, que reorientan este tipo de estudios hacia
procesos sociales básicos de la vida cotidiana y en la propia constitución de la
identidad.

Este enfoque parte del interés por el estudio de los documentos personales y la
validación de los métodos emergentes de ellos. Desde la tradición emanada
desde la escuela de Chicago en los años veinte, tras la crisis del funcionalismo y
el positivismo, adopta una orientación reflexiva y metodológica cualitativa, con
especial incidencia en la orientación biográfica. Entre las aportaciones
metodológicas más destacadas cabría reseñar las de CÓRDOVA (1990), ACEVES
(1992, 1996), MARINAS y SANTAMARINA (1993), PUJADAS (1992) o
De MIGUEL (1996), BOLÍVAR, DOMINGO y FERNÁNDEZ (2001). En ellas se
incluyen desde aspectos teóricos, metodológicos y técnicos, hasta balances de la
historia oral y guías de campo para la recopilación de testimonios al tiempo que
afrontan – de una parte – el reto de superar la banalidad denunciada por
ALONSO (1998) y – de otra – la racionalidad y cientificidad del enfoque
(MARINAS 2004).

No todos los estudios y autores que se acogen al abanico de lo biográficonarrativo


toman opciones metodológicas similares. El enfoque biográfico
permanece, pero se utilizan diseños e instrumentos de recogida y análisis de
evidencias bastante variados. Cada momento o problemática de estudio ha
optado por unos enfoques y presupuestos metodológicos determinadazos, hasta
llegar a una visión actual más holística del campo, capaz de ofrecer cobertura a
múltiples problemáticas y planteamientos.

Aportes y desarrollos metodológicos experimentados desde la historia oral


En un primer momento se limitan a recopilar datos, historias y voces desde una
perspectiva documentalista, heredada de la tradición periodística en Estados
Unidos. La gran mayoría de estos trabajos fueron más simples recogidas de
horas y horas de grabación, sin análisis ni sistematización, que verdaderas bases
de documentación con cuerpo y estructura científica. No obstante con estas
aportaciones se pondrán algunas bases del método: la implicación personal de
los investigadores en la recogida de información y la construcción de la
narración, tiene una finalidad concreta (enfoque). Se preocupan por
contextualizar los relatos, sus construcciones son más mostrar cómo reacciona
un individuo ante unas normas culturales que reconstrucciones cronológicas de
historias personales.
67

Al empezar a utilizarse las historias orales, los relatos biográficos y este tipo de
material desde principios democráticos e igualitarios, cediendo la voz a los
"verdaderos" protagonistas, hace que el investigador se diluya hacia un mero
recolector de testimonios – eso sí, a su juicio – interesantes y significativos, con
un apego a la mera transcripción de la entrevista para no adulterarla de
interpretaciones no nacidas del propio narrador29. Pese a ello, ofrecen la novedad
de volver la mirada y centrar interés en esta otra historia "subjetiva o iletrada", y,
con ello, comienza el enfoque a tomar cuerpo de disciplina y cientificidad.

En un principio, el método biográfico se ve limitado y vinculado a áreas


específicas de estudio que, por lo general, son menos accesibles desde otros
métodos (droga, vejez, mujer, homosexualidad, experiencias de guerra,
prostitución, etc.) y para los que esta perspectiva ofrecía otra mirada con mucha
mayor potencialidad y realidad. Seguidamente, a partir del auge de la historia
oral30, los aportes metodológicos adquieren mucha mayor consistencia y
conciencia de marco común de trabajo.

Los trabajos de LEWIS y otros autores del llamado retrato cultural, van
aportando elementos claves para afrontar nuevos retos en este campo:
trascender de los individualismos y testimonialismos, hacia un método más
replicable, con un fuerte componente teórico y que se puede aventurar en la
generalización desde las subjetividades de las diferentes individualidades que
componen un "grupo" social, al tiempo que cuestionado la pertinencia del método
sólo hacia sectores de testimonialistas basados en la filosofía de ceder la
palabra a los actores sociales.

Si bien, al principio, suelen ser estudios no muy fuertes, metodológicamente


hablando, desde nuestra perspectiva actual, para su tiempo tienen gran
importancia e impacto metodológico y temático. Autores como SARABIA (1985,
1986, 1988) se dedican a mostrar la importancia de los documentos personales
para documentar y analizar una vida. Es de reseñar el auge que tomaron los
estudios a partir de documentos personales (PLUMMER 1989), diarios personales
o profesionales. Las propuestas de ZABALZA (1988), a mediados de los
ochenta, de uso de diarios de clase como documentos para estudiar
cualitativamente los dilemas prácticos profesionales, en este sentido, fue un
referente en el mundo de la educación.

Un gran aportación, en esta línea de trabajo, supuso integrar toda la


fundamentación y el desarrollo de la investigación social en el campo de las
entrevistas en profundidad y, muy especialmente, alrededor de la metodología de
los grupos de discusión, llevados al ámbito de lo personal, lo particular o
biográfico.

Desde el ámbito de la antropología y la etnografía se han hecho importantes


contribuciones al enfoque, tanto en sus formas, como en sus posicionamientos.
De partida, la investigación etnográfica es narrativa y construye un discurso
escrito en el que retratar, interpretar y ayudar a la comprensión de los otros. Así
ha venido aportando pistas desde los pioneros informes biográficos de estudios
antropológicos, a los análisis de los discursos sobre el otro, al que hay que
deconstruir, pasando por los estudios de la cultura como texto. Pero también por
sus propios debates, que han terminado por fortalecer determinadas opciones y
68

desvelando ciertos peligros

Otra aportación interesante al enfoque viene dada desde la filosofía,


principalmente contribuyendo a consolidar su argumentación epistemológica34.
De este modo, cabe destacar el poder de la reflexión a través de un relato y del
valor del mismo como herramienta para revelar la identidad y para reinterpretarla
y proyectarla hacia el futuro. Asimismo, se insiste en que esta reflexión en y
sobre el relato, detiene la historia y permite comprenderla, acceder a su sentido,
a su significado, a la razón que la inspira, etc. superando su mero discurrir
histórico o textual.

Desde la hermenéutica, la filosofía de la historia y la teología fundamental se han


hecho importantes desarrollos – aunque ignorados entre la comunidad científica
–, analizando la cuestión del sentido de la historia y de los acontecimientos
desde una perspectiva teológica

En cuanto a las dimensiones de estudio más relevantes han venido desarrolladas


– primeramente – en torno a la historia oral, los relatos de vida, las
autobiografías y los retratos culturales. Pero están emergiendo con fuerza otras
áreas. Una de ellas proviene del feminismo que, más allá de retratar el mundo de
la mujer, reivindican sus voces, desmontan prejuicios y apuestan por el cambio
social.

El método biográfico se ve limitado y vinculado, en un principio, a áreas


específicas de estudio que, por lo general, son menos accesibles desde otros
métodos (droga, vejez, mujer, homosexualidad, experiencias de guerra, prostitución,
etc.), para los que esta perspectiva ofrecía otra mirada con mucha
mayor potencialidad para hacer visibles dichos mundos. Seguidamente,
recogiendo toda una tradición a lo largo del siglo e integrados todos los aportes
que la investigación cualitativa le podía ofrecer, en torno a los años noventa, se
observa un gran momento de auge y desarrollo. Es el llamado "síntoma
biográfico"

La potente línea de trabajo desde el enfoque biográfico-narrativo, ha sido


fortalecida en gran medida, por las aportaciones venidas desde entrevistas en
profundidad o relatos orales/escritos, focalizados en un tema concreto o episodios
de vida. Estos van evolucionando y ganando en capacidad de comprensión y
pretensión de verdad al inscribirse en verdaderos procesos dialécticos de búsqueda
en común de una verdad posible/creíble y consensuada. Ya no es sólo recoger
testimonios, con pretensión de mostrar "lo oculto" o de ayudar a la denuncia y la
emancipación, sino, hacerlo con ciertas garantías de veracidad y desde opciones
más atentas a los procesos dialécticos de negociación y de búsqueda de la verdad
que se generan en estas situaciones.

La investigación narrativa

Con el auge del enfoque, venido en gran medida por la analogía de GEERTZ de
tomar los fenómenos sociales como textos y el giro hermenéutico acaecido en
las ciencias sociales, hace que la investigación narrativa sea hoy un lugar de
encuentro e intersección o eje transversal entre diferentes ciencias sociales. Lo
que produce un doble impacto, a modo de trasgresión metodológica de los usos
69

tradicionales de otros métodos en las áreas de procedencia38, y como escenario


en el que se configuran nuevas líneas de investigación y objetos de estudio hasta
ahora inaccesibles; abriendo el campo – desde su posición "bisagra" entre teoría
de la acción y la de la ética – hacia cualquier forma de reflexión oral o escrita que
utiliza la experiencia personal.

La narración biográfica ofrece un marco conceptual y metodológico para analizar


aspectos esenciales del desarrollo de la sociedad o de una profesión en el
tiempo de una persona y marca "sus" personales líneas y expectativas de
desarrollo, proporcionando el marco biográfico que hace inteligible la complejidad
de la vida y de la acción humana y social. La vida puede ser interpretada como
un relato, siendo básico para comprender la acción y el conocimiento humano.
Así, RICOEUR señalaba que interpretar el texto de la acción es interpretarse a sí
mismo42 y McEWAN identificaba abierta a la narrativa como "la forma propia para
caracterizar las acciones humanas".

Como se ha defendido en otro momento (BOLÍVAR 2002), la narrativa no sólo


expresa importantes dimensiones de la experiencia vivida, sino que, más
radicalmente, media la propia experiencia y configura la construcción social de la
realidad. BRUNER (1988), nos señaló que la narrativa no es sólo una
metodología sino una forma de construir realidad, apropiarse de ella y de sus
significados particulares y colectivos, es otra forma de conocimiento igualmente
legítima. La reconstrucción biográfica es un juego de intersubjetividades que
emerge esencialmente de la persona y de su testimonio, ya sea oral u escrito.

Desde la fundamentación de la narrativa se reconoce la propiedad del


significado, de la interpretación y de la pretensión de verdad, de la que tanto se
le objetaba anteriormente a estos relatos.

Además, un enfoque narrativo prioriza un yo dialógico, su naturaleza relacional y


comunitaria, donde la subjetividad es una construcción social,
intersubjetivamente conformada por el discurso comunicativo. El juego de
subjetividades, en un proceso dialéctico, se convierte en un modo privilegiado de
construir conocimiento.

La investigación narrativa permite representar un conjunto de dimensiones de la


experiencia que la investigación formal deja fuera, sin poder dar cuenta de
aspectos relevantes (sentimientos, propósitos, deseos, etc.). Con ello se resalta
el valor de la experiencia y el saber acumulado, que – como defendiese
BRUNER – se integra en el conocimiento y se hace público en la narración y se
defiende que al contar y escribir un caso, se produce un mayor grado de
concienciación y elaboración del mismo.

Lo importante es el saber dialéctico que emerge en torno a un relato biográfico.


Se supera el dilema entre veracidad del relato o intenciones que lo guían,
entendiendo la memoria como un mecanismo de búsqueda de sentido de los
hechos en función de la experiencia previa vivida, el contexto en el que se
produce y la capacidad para interpretar la realidad actual, y no sólo como
almacén de experiencias y recursos del que echar mano. No importa ya tanto el
mundo interior que es capaz de hacer emerger, sino el mundo de interrelaciones,
cogniciones y elementos que intervienen que sea capaz de potenciar en la
70

reconstrucción y comprensión del mismo. No es ya sólo contar, sino dialogar


(consigo mismo y con el investigador) y negociar el significado, escribir para
facilitar la comprensión y llegar a un nuevo saber dialéctico compartido entre
informante e investigador

Con ello se supera la distancia entre oralidad y relatos escritos, que es una
cuestión de soporte, para incidir en lo sustantivo y que da cuerpo al enfoque
biográfico-narrativo (la perspectiva y su utilidad, no su tecnología a las fuentes
utilizadas). Llegándose a afirmar que el propio relato sirve para representar el
conocimiento enraizado y elaborado que surgió a lo largo del proceso: desde los
hechos en sí, a la toma de conciencia de los mismos, y a la exposición pública de
los significados, matices e interpretaciones que se le dotan a lo largo del relato.

comporta un enfoque específico de investigación con su propia credibilidad y


legitimidad para construir conocimiento en ciencias sociales. Reclama, por tanto, un
modo distintivo del paradigma cualitativo convencional, sin limitarse a una
metodología de recolección y análisis de datos. Contar las propias vivencias y "leer"
(en el sentido de "interpretar") dichos hechos y acciones, a la luz de las historias que
los actores narran, se convierte en una perspectiva peculiar de investigación.

FERRAROTI- LAS HISTORIAS DE VIDA COMO MÉTODO

Hoy son las mismas ciencias de la naturaleza, las ciencias exactas, que se ven
constreñidas a autoproblematizarse, las que se aproximan cada vez más y de
manera por completo imprevista a las ciencias de lo vago y que renuncian o
penosamente comienzan a renunciar, al concepto de ley intemporal, necesaria o de
necesidad, universalmente valida.

La investigación cualitativa históricamente ha privilegiado los estudios de


comunidad, además de la experiencia extraordinaria de la escuela de chicago en los
’30, contrario a la investigación Cuantitativa, en vez de dejar caer sobre el objeto de
estudio categorías, esquemas y cuestionarios preelaborados y usados en formas
intercambiables, descuidando con esto el contexto histórico específico, las
investigaciones cualitativa tienden a hacer emerger, desde abajo en contacto directo
con el objeto de investigación (observación participante y esa que llamo
investigación a fondo), las “áreas problemáticas” y los eventuales “conceptos
operativos”.

Son fruto de una impostación de la investigación esencialmente inductiva y que no


puede partir sino sobre la base de una exploración preliminar. La reunión de las
historias de vida presupone, como antes he subrayado una relación de confianza
entre entrevistador y entrevistado. La investigación cualitativa es una búsqueda
típicamente abierta que induce al analista a practicar esa virtud de la humildad que
ya Bacon consideraba esencial para cualquier científico.
71

La historia de vida es un texto, un campo, área más bien definida, algo vivido con un
origen y un desarrollo, con progresiones y regresiones, con contornos sumamente
precisos, con sus cifras y su significado. Debo aproximarme a este texto con
atención humilde, silenciado al aventurero interior. Las áreas problemáticas de una
historia de vida pueden concernir la socialización primaria (familiar, escuela), la
esfera sexual, trabajo, y la posibilidad de hallar una ocupación, como se dice
“creativa,”, los vínculos con la pareja y con los hijos.

Ben Flyvbjerg- cinco equívocos sobre la investigación basada en


estudios de caso

Estudio de un caso. Al tratarse del examen detallado de un ejemplo singular de una


clase de fenómenos, el estudio de un caso no puede proporcionar información fiable
sobre la clase en toda su amplitud, pero puede resultar útil en los estadios
preliminares de una investigación, puesto que proporciona hipótesis que pueden
contrastarse sistemáticamente con un número más extenso de casos.

Esta descripción es indicativa de la opinión que popularmente se tiene sobre la


investigación basada en estudios de caso, la cual, aunque no sea completamente
errónea, es tan simplista que lleva a equívocos muy burdos.

Si bien es cierto que un estudio de caso es un “análisis detallado de un solo


ejemplo”, como veremos más adelante no es verdad que un estudio de caso
no pueda “proporcionar información confiable sobre la clase en su conjunto”.
También es correcto decir que un estudio de caso puede ser utilizado “en las etapas
preliminares de una investigación” para generar hipótesis, pero es descaminado
pensar que constituye un método piloto que sólo ha de usarse para preparar las
encuestas completas del verdadero estudio, la comprobación sistemática de las
hipótesis y la elaboración de la teoría.

Dogan y Pelassy (1990:121) lo expresan de esta manera: “sólo podemos explicar


un caso particular basándonos en hipótesis generales. Todo lo demás es
incontrolable y, por tanto, inútil”.

Descubrí al cabo del tiempo, con la ayuda de las últimas obras de Campbell y otros
trabajos similares, que el falso juicio del saber común con respecto a la investigación
basada en estudios de caso puede resumirse en cinco equívocos o simplificaciones
extremas sobre la naturaleza de dicha investigación:

Equívoco núm. 1. El conocimiento general y teórico (independiente del contexto)


es más valioso que el conocimiento concreto y práctico (dependiente del contexto).
Equívoco núm. 2. No puede generalizarse a partir de un caso individual; por
72

tanto, los estudios de caso no pueden contribuir al avance científico.


Equívoco núm. 3. Los estudios de caso son más útiles para generar hipótesis, es
decir, para la primera etapa de un proceso completo de investigación, mientras
que otros métodos son más apropiados para comprobar hipótesis y elaborar
teorías.

Equívoco núm. 4. Los estudios de caso tienen un sesgo hacia la verificación, es


decir, una tendencia a confirmar las ideas preconcebidas del investigador.
Equívoco núm. 5. A menudo es difícil resumir y elaborar proposiciones y teorías
generales con base en estudios de caso específicos.

Función que desempeñan los casos en el aprendizaje humano

Podemos afirmar dos cosas. Primero, los estudios de caso producen el tipo de
conocimiento dependiente del contexto que, según revelan las investigaciones
sobre el aprendizaje, es necesario para que una persona pueda avanzar desde el
nivel del principiante que sigue reglas hasta el del experto virtuoso. Segundo, en el
estudio de los asuntos humanos, al parecer sólo existe el conocimiento dependiente
del contexto, el cual, por lo tanto, excluye la posibilidad de efectuar una construcción
epistémico teórica.

No obstante, ya desde ahora podemos afirmar que si ambos postulados son


correctos, tendrían enormes consecuencias sobre los juicios del saber común con
respecto a los estudios de caso en la investigación y la enseñanza y, siendo así,
tales juicios serían cuestionables.

Por tanto, los estudios fenomenológicos del proceso de aprendizaje hacen hincapié
en la importancia de éste y otros métodos similares: no es sino gracias a las
experiencias con casos que uno puede avanzar del nivel de principiante hasta
convertirse en un experto.

Esta es la limitación de la racionalidad analítica: es impropia para obtener los


mejores resultados en el ejercicio de una función, como estudiante, investigador o
profesionista.

En una situación de enseñanza, la apropiada selección de estudios de caso puede


ayudar a que el estudiante alcance un buen nivel de competencia, mientras que los
hechos y reglas independientes del contexto lo llevan apenas al nivel de principiante.
Una de ellas es la Universidad de Harvard, en la cual tanto la enseñanza como la
investigación en las escuelas profesionales están basadas en gran medida sobre la
idea de que el conocimiento de casos es esencial para el aprendizaje humano.
En Harvard encontré literatura y gente que, con todo conocimiento de causa, me
decía: “Olvídate del saber común, sigue adelante y lleva a cabo estudios de caso”.
Pensé que, si eso era bueno para Harvard, debía también ser bueno para mí,
y me atrevería a sugerir que otros hagan esta misma reflexión, entre ellos algunas
grandes instituciones universitarias. Mucho se ganaría, por ejemplo, si se cambiara
el formato de cátedras aún vigente en la mayoría de las universidades, por uno de
aprendizaje por casos.
73

Hacer del conocimiento basado en reglas el objetivo último resulta nocivo. Ambos
métodos son necesarios. Los niveles más altos del proceso de aprendizaje, es decir,
el virtuosismo y la verdadera maestría, sólo se alcanzan mediante las experiencias
propias de la persona como practicante de las habilidades relevantes. Por tanto,
además de emplear el método de casos y otros métodos experienciales, la forma en
que los profesores pueden ayudar más a sus estudiantes de cursos superiores es
propiciando que tengan experiencias prácticas reales; por ejemplo, mediante
convenios de colocación, internados, empleos de verano, etcétera.

En el caso de los investigadores, el hecho de que el estudio de caso esté cercano a


situaciones de la vida real y a su variada riqueza de detalles es importante por dos
motivos. En primer lugar, es crucial para tener una visión matizada de la realidad, en
la que se vea que el comportamiento humano no puede entenderse como meros
actos gobernados por reglas, cosa que se afirma en los niveles inferiores del
proceso de aprendizaje y en gran parte de la teoría. En segundo lugar, los casos son
importantes para los procesos de aprendizaje de los propios investigadores, pues los
llevan a desarrollar las habilidades necesarias para realizar una buena pesquisa.
Si los investigadores desean mejorar sus habilidades a niveles más altos, entonces
la experiencia concreta, dependiente del contexto, es tan esencial para ellos como
para cualquier profesionista que aprende otra habilidad. Como método de
investigación, los estudios de caso pueden ser un remedio efectivo para esa
tendencia.

Campbell no es el único ejemplo de un investigador que haya cambiado de opinión


en cuanto al valor de los estudios de caso. En el estudio de los asuntos humanos no
pueden hallarse teorías predictivas y universales. Por lo tanto, el conocimiento
concreto y dependiente del contexto es más valioso que la búsqueda vana de
teorías predictivas y de universales.

Por lo general, se piensa que la idea de que no es posible generalizar a partir de un


caso individual resulta devastadora para los estudios de caso en tanto método
científico. Este segundo error en relación con los estudios de caso es típico entre los
defensores del ideal de la ciencia natural en las ciencias sociales, pero también lo
comparten algunos investigadores a los que no suele relacionarse con este ideal.
La elección del método tiene que depender del problema por estudiarse y de sus
circunstancias.

Eckstein ha expresado una opinión equilibrada del papel que desempeñan los
estudios de caso para llegar a la generalización mediante la comprobación
de hipótesis:

[L]os estudios comparados y de caso son medios alternativos para la finalidad


de comprobar teorías, cuya selección debe basarse en gran medida en
consideraciones de tipo arbitrario o práctico, más que de tipo lógico (…). Es
imposible tomar en serio la afirmación de que los estudios de caso resultan dudosos
porque suelen enfrentar problemas, y que los estudios comparados merecen
el beneficio de la duda, porque nunca presentan problemas (1975:116 y 131,
subrayado en el original, véase también Barzelay, 1993:305 y ss).
74

Eckstein utiliza aquí el término “teoría” en su sentido “duro”, es decir, que comprende
la explicación y la predicción. Esto hace que su refutación de la idea de que los
estudios de caso no pueden ser utilizados para comprobar teorías o para generalizar
sea más fuerte que la mía, dado que yo me limito aquí a la comprobación de
“teorías” en el sentido “suave”, es decir, comprobando los planteamientos o
hipótesis. Eckstein demuestra que si hubiera teorías predictivas en las ciencias
sociales, entonces se usarían estudios de caso para comprobarlas, así como otros
métodos.

El hecho de querer aplicar rigurosamente las teorías a los casos nos obliga a
elaborar teorías con mayor rigor que en otras circunstancias, siempre que la
aplicación sea verdaderamente “rigurosa”, es decir, que tenga el propósito de
mostrar que una teoría válida obliga a una interpretación específica del caso y
excluye otras. Como se dijo antes, esto es, por desgracia, poco frecuente (si acaso
ocurre) en la ciencia política.

Una razón de ello es la falta de teorías contundentes (Eckstein, 1975:103-104).

Los estudios de caso son ideales para generalizar usando el tipo de prueba
que Karl Popper llamó “falsificación”, que en las ciencias sociales forma parte
de la reflexividad crítica. La falsificación es una de las pruebas más rigurosas
a las cuales puede ser sometida una tesis científica: basta con que una sola
observación no coincida con la tesis para que ésta se considere totalmente inválida
y deba, por tanto, ser revisada o rechazada. El propio Popper empleó el ahora
célebre ejemplo de “todos los cisnes son blancos”, y propuso que la sola
observación de un solo cisne negro falsificaría la proposición, con lo que adquiriría
relevancia general y daría lugar a que se hicieran más investigaciones y se
elaboraran otras teorías. Los estudios de caso son muy adecuados para detectar
“cisnes negros”, por la profundidad de su enfoque: lo que parece ser “blanco” a
menudo, tras una observación más atenta, resulta ser “negro”.

Volveremos a hablar de la falsificación cuando examinemos más adelante el cuarto


equívoco respecto de los estudios de caso. Por ahora, podemos corregir el segundo
equívoco (que no es posible generalizar a partir de un caso individual y que los
estudios de caso no pueden contribuir al avance científico), de tal forma que diga:
A menudo se puede generalizar a partir de un caso individual y los estudios de
caso son en ocasiones esenciales para el avance científico mediante la
generalización como complemento o alternativa a otros métodos. Sin embargo, se
ha exagerado la importancia de la generalización formal como factor primordial
del progreso científico, al tiempo que se subestima “el poder del ejemplo”.

Estrategias para la selección de casos

La tercera idea equívoca acerca de los estudios de caso es la creencia de que este
método es útil para generar hipótesis en las primeras etapas del proceso general de
investigación, pero que existen métodos más adecuados para comprobar hipótesis y
elaborar teorías. Este malentendido se deriva de la idea errónea anterior de que no
podemos generalizar a partir de casos individuales. Y dado que acabamos de
corregir el error anterior, podemos hacer lo mismo con el tercero, replanteándolo de
75

la siguiente manera: Los estudios de caso son útiles para generar y comprobar
hipótesis, pero no se limitan tan sólo a estas tareas de investigación.

Contra lo que afirma el saber común en esta materia, Eckstein (1975:80) sostiene
que los estudios de caso son incluso mejores para comprobar hipótesis que para
producirlas. En su opinión, los estudios de caso “son valiosos en todas las etapas
del proceso de concepción de una teoría, pero lo son aún más en aquella en la que
suele reconocérseles menos valía, a saber, la etapa en la que se ponen a prueba las
candidatas a teorías”. La comprobación de hipótesis se relaciona directamente con
el tema de la “capacidad de generalización” y éste, a su vez, con el de la selección
de los casos. Ahora bien, la capacidad de generalización de los estudios de caso
puede elevarse mediante la selección estratégica de casos.

Además, desde una perspectiva dirigida tanto a la comprensión como a la acción,


suele ser más importante esclarecer las razones de fondo de un problema
determinado y sus consecuencias, que describir sus síntomas y la frecuencia con
que ocurren. Las muestras aleatorias que hacen hincapié en la representatividad
rara vez conducen a ese tipo de conclusiones, por lo que resulta más apropiado
tomar unos pocos casos, elegidos por su validez.

Por ejemplo, una clínica médica dedicada a la salud en el trabajo quería investigar si
la gente que manejaba solventes orgánicos sufría algún daño cerebral como
resultado de dicha actividad. Pero, en lugar de elegir una muestra representativa
entre todas las empresas ubicadas en esa zona y que utilizaban solventes
orgánicos, la clínica localizó un lugar de trabajo en el que se cumplía con todas las
normas de seguridad en materia de limpieza, calidad del aire, etc.

Así, esa empresa modelo se convirtió en un caso crítico, pues, si en ese


establecimiento en particular se hallaban daños cerebrales relacionados con los
solventes orgánicos, lo más probable sería que el mismo problema estuviera
presente en otras empresas en las que se tenía menos cuidado con las normas de
seguridad para el uso de solventes orgánicos. Por medio de esta selección
estratégica, es posible ahorrar tiempo y dinero en la investigación de un determinado
problema. Otro ejemplo de selección de un caso crítico es la elección antes
mencionada del plomo y la pluma para probar si objetos de distinto peso caen a la
misma velocidad. La selección de los materiales hizo posible que se formulara una
generalización característica de los casos críticos, una generalización del tipo: “Si es
válido para este caso, es válido para todos los casos (o muchos)”. En su forma
negativa, la generalización sería: “Si no es válido para este caso, entonces tampoco
lo es para ningún caso (o sólo unos cuantos)”.

Un ejemplo de un caso “menos probable” es el estudio clásico de Michels (1962)


sobre la oligarquía en las organizaciones. Al elegir una organización popular con una
estructura horizontal y fuertes ideales democráticos (es decir, el tipo de organización
con una probabilidad especialmente baja de ser oligárquica), Michels pudo
comprobar la universalidad de la tesis relativa a la oligarquía:
“Si esta organización es oligárquica, entonces también lo serán la mayoría de ellas”.
El ejemplo complementario de un caso “más probable” sería el estudio de Whyte
(1943) sobre un barrio bajo de Boston, el cual, según la teoría existente, tendría que
presentar desorganización social, pero que, en cambio, mostraba todo lo contrario
76

(véanse también los artículos que comentan este estudio en Journal of


Contemporary Ethnography, vol. 21, núm. 1, 1992). Los casos del tipo “más
probable” son particularmente adecuados para falsificar proposiciones, mientras que
los “menos probables” son más convenientes para las pruebas de verificación.

Por ejemplo, el barrio bajo de Whyte podría considerarse como el caso menos
probable para una hipótesis concerniente a la universalidad de la organización
social. Por tanto, identificar un caso como más o menos probable depende del
diseño del estudio, así como de las propiedades específicas del caso en cuestión.

Heidegger afirma que un caso paradigmático se reconoce porque brilla, pero me


temo que eso no nos ayuda mucho. Todos podemos decir qué caso es mejor o
peor (por ejemplo, de un cuadro de Cézanne). Pero no creo que exista ninguna
regla que determine qué es lo que hace de Cézanne un pintor moderno
paradigmático

(…) [E]sto representa un grave problema para una sociedad democrática, en donde
se supone que la gente debe justificar sus intuiciones. De hecho nadie puede
justificar realmente sus intuiciones. Por tanto, tienes que fabricar razones, pero no
serán las razones reales.

Además de la selección estratégica del caso, la realización del estudio de caso sin
duda influirá en ello, así como las reacciones al estudio por parte de la comunidad
investigadora, el grupo estudiado y, posiblemente, un público más amplio. El valor
del estudio de caso dependerá de los postulados de validez que los investigadores
puedan plantear en su estudio y del estatuto que dichos postulados obtengan en
diálogo con otros postulados de validez del discurso al cual el estudio pretende
contribuir. Como cualquier otro buen artesano, lo único que puede hacer el
investigador es recurrir a su experiencia e intuición para juzgar si un determinado
caso es de interés en un contexto paradigmático y si puede presentar razones
aceptables para todos que justifiquen la selección del caso.

Por último, con respecto a las estrategias para la selección de los casos, debemos
mencionar que las distintas estrategias no son por necesidad mutuamente
excluyentes.

El cuarto de los cinco equívocos acerca de la investigación basada en estudios


de caso es que este método tiene un sesgo hacia la verificación, entendida como
una tendencia a corroborar las nociones preconcebidas del investigador, por lo que
el estudio acaba perdiendo todo valor científico.

Él observa que los estudios de caso padecen lo que llama un “daño discapacitante”,
porque no aplica los “métodos científicos”, entendidos como métodos que sirven
para “disminuir la tendencia a imprimir nuestras interpretaciones previas en los datos
obtenidos”. Para Francis Bacon (1853, xlvi) este sesgo hacia la verificación no era
tan sólo un fenómeno relacionado con los estudios de caso, en particular, sino una
característica humana fundamental. Bacon lo expresaba así: El entendimiento
humano, por su peculiar naturaleza, supone con facilidad un grado mucho mayor de
orden e igualdad en las cosas del que realmente encuentra. Una vez planteada una
proposición, el entendimiento humano fuerza todo lo demás de tal suerte que la
77

corrobore y le dé nuevos sustentos. El error peculiar y perpetuo del entendimiento


humano es que lo mueven y entusiasman más las afirmaciones que las negaciones.

El sesgo hacia la verificación es general, pero la presunta deficiencia de los estudios


de caso y otros métodos cualitativos es que son claramente más propensos a que
entre en juego el juicio subjetivo y arbitrario del investigador, que otros métodos; a
menudo se les considera menos rigurosos que los métodos cuantitativos, hipotético-
deductivos. Aunque esa crítica sea útil, pues apunta hacia un problema importante,
los investigadores de casos más experimentados sin duda encuentran en ella una
ignorancia total de lo que implica una investigación basada en estudios de caso.
Campbell y otros han demostrado que esa crítica es falaz, pues los estudios de caso
tienen su propio rigor, sin duda diferente, pero no por ello menos estricto que el de
los métodos cuantitativos. La ventaja de los estudios de caso es que pueden
“encapsular” situaciones de la vida real y poner a prueba los argumentos en relación
directa con los fenómenos, a medida que éstos se desarrollan en la práctica.

Según Campbell, Ragin, Geertz, Wieviorka, Flyvbjerg y otros, los investigadores


que han realizado estudios de caso intensivos y profundos suelen comentar que sus
opiniones, suposiciones, conceptos e hipótesis preconcebidos eran erróneos y que
el material del caso les obligó a revisar sus ideas sobre puntos esenciales. Los
estudios de caso obligan al investigador a hacer el tipo de falsificaciones antes
descrito.

De acuerdo con las experiencias antes citadas, lo que caracteriza a los estudios de
caso es la falsificación, no la verificación.

Más aún, la cuestión del subjetivismo y del sesgo hacia la verificación se aplica a
todos los métodos, no sólo a los estudios de caso u otros métodos cualitativos. Por
ejemplo, el elemento de subjetivismo arbitrario es importante para elegir las
categorías y variables que se utilizarán en una investigación cuantitativa o
estructural, como sería un cuestionario estructurado para ser usado en una amplia
muestra de casos. Y es muy probable que 1) dicho subjetivismo perdure, sin que se
le corrija por completo a lo largo de todo el estudio, y 2) que afecte los resultados,
simplemente porque el investigador cuantitativo-estructural no se acerca tanto a sus
objetos de estudio como el investigador de estudios de caso, y por ende, es menos
probable que sea corregido por la “retroalimentación” de los objetos de estudio.

Con base en esto, el cuarto equívoco (que los estudios de caso supuestamente
tienen un sesgo hacia la verificación, entendida como una tendencia a confirmar las
ideas preconcebidas del investigador) se replantea de la siguiente forma:

Los estudios de caso no tienen un sesgo a verificar las ideas preconcebidas del
investigador en mayor grado que cualquier otro método de indagación. Por el
contrario, la experiencia indica que los estudios de caso tienen una mayor tendencia
a falsificar las nociones preconcebidas que a verificarlas.

Por lo general, los detractores de los estudios de caso consideran esto como un
inconveniente, pero, para el investigador de estudios de caso, una narrativa “densa”
y difícil de resumir no constituye un problema. Por el contrario, a menudo es un
síntoma de que el estudio ha revelado una problemática particularmente rica. Por lo
78

tanto, la pregunta sería si el hecho de sintetizar y generalizar, que los críticos


consideran un ideal, siempre es deseable.

Peattie (2001:260) advierte explícitamente contra el deseo de condensar estudios de


caso densos: “El problema consiste, simplemente, en que el valor mismo del estudio
de caso, la naturaleza contextual e interdependiente de las fuerzas, se pierde
cuando uno trata de sintetizar conceptos vastos y mutuamente excluyentes.” Los
estudios de caso densos, según Peattie, son más útiles para los profesionales y más
interesantes para la teoría social que los “hallazgos” basados en hechos o las
generalizaciones teóricas de alto nivel.

Lo contrario de resumir y “cerrar” un estudio de caso es mantenerlo abierto. A este


respecto, encontré dos estrategias que propician particularmente esa apertura. En
primer lugar, al escribir sobre un estudio de caso, prescindo de adoptar el papel de
narrador omnisciente y sintetizador, y prefiero relatar la historia en su diversidad,
permitiendo que ésta surja a partir de las historias multifacéticas, complejas y a
menudo opuestas que los actores involucrados me narraron. En segundo lugar, evito
relacionar el caso con las teorías de alguna especialidad académica, y mejor lo
vinculo con posturas filosóficas más amplias, que trascienden las especializaciones.

De esta manera, permito que lectores con formaciones diversas hagan distintas
interpretaciones y extraigan conclusiones diferentes de la pregunta: “Este caso,
¿de qué es un caso?” El propósito no es que el estudio de caso sea cualquier
cosa para cualquier persona, sino permitir que sea algo diferente para cada
persona diferente. E intento lograr esto describiendo el caso con tantas facetas
distintas (como la vida misma) de tal suerte que los diversos tipos de lectores
se sientan atraídos o repelidos por diversas cosas presentes en él. Así, además
de las interpretaciones de los actores y narradores del caso, se invita a los
lectores a que determinen su significado y que interroguen las interpretaciones
de actores y narradores para que respondan a esa pregunta categórica de
todo estudio de caso: “Este caso, ¿de qué es un caso?”

Wittgenstein empleaba la siguiente metáfora para describir cómo utilizaba


los estudios de caso en filosofía: Cuando les enseño filosofía, soy como un guía que
les prepara para desplazarse por Londres. Los debo llevar por toda la ciudad, de
norte a sur, de Euston al dique, y de Picadilly al Marble Arch. Después de haberlos
hecho recorrer toda la ciudad durante varios días, en todas direcciones, es posible
que pasemos varias veces por cierta calle, al tener que cruzar por ella en distintos
recorridos. Al final, conocerán Londres y podrán orientarse como cualquier
londinense. Como es obvio, un buen guía los llevaría por las calles principales más a
menudo que por las secundarias; un mal guía haría lo contrario. En filosofía, yo soy
más bien un mal guía.

De esta manera, el quinto equívoco, según el cual a menudo resulta difícil sintetizar
los estudios de caso específicos en proposiciones y teorías generales, puede
reformularse de la siguiente manera:

Es cierto que a menudo resulta difícil resumir los estudios de caso, sobre todo
en lo que concierne al proceso del caso; es menos cierto en lo que se refiere a los
resultados. Sin embargo, los problemas para sintetizarlos se deben con más
79

frecuencia a las propiedades de la realidad estudiada, que al estudio de caso


como método de investigación. A menudo no es aconsejable resumir y generalizar
un estudio de caso. Los buenos estudios deberían leerse como narraciones,
en su totalidad.

Debemos destacar de nuevo que, pese a lo difícil o inadecuado que sea resumir los
estudios de caso, en general este método puede contribuir al desarrollo acumulativo
del conocimiento; por ejemplo, usando los principios para poner a prueba
proposiciones, que describimos antes, en el segundo y tercer equívocos
.
Conclusión

Hoy en día, cuando algunos estudiantes y colegas se presentan ante mí esgrimiendo


las ideas tomadas del saber común acerca de la investigación basada en estudios
de caso (por ejemplo, que no puede generalizarse a partir de un caso individual o
que los estudios de caso son arbitrarios y subjetivos), sé qué contestarles: ese saber
común está en gran medida equivocado o es engañoso.

Por las razones antes expuestas, los estudios de caso constituyen un método
necesario y suficiente para algunas importantes tareas de investigación en las
ciencias sociales, y es un método que se defiende muy bien cuando se le compara
con otros de la amplia variedad que ofrece la metodología de investigación de las
ciencias sociales.

Cuando los estudiantes me piden bibliografía sobre cómo llevar a cabo una
investigación basada en estudios de caso, por lo general les recomiendo The Art of
Case Study Research de Stake (1995), y si son intelectualmente curiosos, les
sugiero que también lean What is a Case? de Ragin y Becker (1992). Ambas obras
son de primera y coinciden con las opiniones expresadas en este trabajo.

Sin embargo, permítanme reiterar que la anterior revisión de los cinco equívocos
sobre la investigación basada en estudios de caso no debe interpretarse como un
rechazo de la investigación que utiliza amplias muestras aleatorias o poblaciones
enteras, como serían, por ejemplo, las encuestas-cuestionario con análisis
cuantitativos. Este tipo de investigación también es esencial para el desarrollo de las
ciencias sociales; por ejemplo, para comprender hasta qué punto están presentes
ciertos fenómenos en un determinado grupo o cómo varían entre diversos casos. La
ventaja de las muestras numerosas es su alcance, y su problema es la profundidad.
Para los estudios de caso la situación es la inversa. Por ello, ambos métodos son
necesarios para que las ciencias sociales puedan tener un desarrollo sólido.

Entre métodos cualitativos y cuantitativos es espuria. La separación es un


desafortunado artefacto de las relaciones de poder y limitaciones de tiempo en los
estudios de posgrado; no es una consecuencia lógica de lo que los estudiantes de
posgrado y los académicos necesitan saber para realizar y realizar bien sus
investigaciones. En mi opinión, la buena ciencia social se opone al “uno u otro” y
está a favor del “ambos/y” en la cuestión de los métodos cualitativos versus métodos
cuantitativos. La buena ciencia social se ocupa de los problemas, no de la
metodología, en el sentido de que emplea aquellos métodos que mejor convienen
80

para responder, en una determinada problemática, a las preguntas de la


investigación.

En la mayoría de los casos, los mejores resultados se obtienen de una combinación


de métodos cualitativos y cuantitativos. Por fortuna, actualmente se ha relajado, en
términos generales, la antigua e improductiva separación entre métodos cualitativos
y cuantitativos.

Dicho lo anterior, no podemos dejar de señalar que, en las ciencias sociales, el


equilibrio entre los estudios de caso y las muestras numerosas está actualmente
sesgado a favor de estas últimas, al grado de que pone a los primeros en desventaja
en la mayoría de las disciplinas. A este respecto, cabe repetir la observación de
Thomas Kuhn de que una disciplina que carece de una cantidad suficiente de
estudios de caso cuidadosamente realizados es una disciplina que carece de una
producción sistemática de ejemplares, y una disciplina sin ejemplares es una
disciplina ineficaz. En lo que se refiere a las ciencias sociales, la existencia de un
mayor número de estudios de caso contribuiría a remediar esta situación.

STAKE- INVESTIGACIÓN CON ESTUDIO DE CASOS

De un estudio de casos se espera que abarque la complejidad de un caso particular.


Estudiamos un caso cuando tiene un interés muy especial en sí mismo. Buscamos el
detalle de la interacción con sus contextos. El estudio de casos es el estudio de la
particularidad y de la complejidad de un caso singular, para llegar a comprender su
actividad en circunstancias importantes.

Circunstancias importantes. La visión sobre los estudios de casos que presento en


este libro parte de los métodos de investigación naturalistas, holísticos, etnográficos,
fenomenológicos y biográficos. Aquí presentamos, de forma breve, un modo
disciplinado y cualitativo de investigación en el caso singular. El investigador
cualitativo destaca las diferencias sutiles, la secuencia de los acontecimientos en su
contexto, la globalidad de las situaciones personales.

El caso único- estudio intrínseco e instrumental, selección de casos, formulación de


generalizaciones, importancia de la interpretación. Nos interesan tanto por lo que
tienen de único como por lo que tienen de común. Pretendemos comprenderlos.
81

El caso es uno entre muchos. Un niño puede serlo. Un profesor también. Pero su
forma de enseñar carece de la especificidad y de la acotación necesarias para que
pueda llamarse un caso. Pero es menos frecuente considerar como casos la relación
entre las escuelas, las razones de una enseñanza innovadora, o la política de la
reforma educativa. Éstas son cuestiones generales. no específicas.
El caso es algo específico, algo complejo, en funcionamiento. Tenemos un interés
intrínseco en el caso, y podemos llamar a nuestro trabajo estudio intrínseco de
casos. Cada estudio de casos es un instrumento para aprender sobre los efectos de
las normas de calificación, pero deberá existir una buena coordinación entre cada
uno de los estudios individuales. Cuanto más intrínseco sea el interés de un caso,
más deberemos refrenar nuestra curiosidad y nuestros intereses especiales, y más
deberemos discernir y centrarnos en los temas específicos de. La investigación con
estudio de casos no es una investigación de muestras. El objetivo primordial del
estudio de un caso no es la comprensión de otros.

La primera obligación es comprender este caso. En un estudio intrínseco. El caso


está preseleccionado. En un estudio instrumental, algunos casos servirán mejor que
otros. Debemos escoger casos que sean fáciles de abordar y donde nuestras
indagaciones sean bien acogidas, quizá aquellos en los que se pueda identificar un
posible informador y que cuenten con actores (las personas estudiadas) dispuestos
a dar su opinión sobre determinados materiales en sucio.

Parece que el estudio de casos es una base pobre para poder generalizar. Sólo se
estudia un caso, o unos pocos casos, pero se estudian en profundidad. El cometido
real del estudio de casos es la particularización, no la generalización. El buen
estudio de casos es paciente, reflexivo, dispuesto a considerar otras versiones de.
82

Rescatar, Descubrir, Recrear- metodologías participativas en investigación


social comunitaria- Guiso

La vida, las acciones y relaciones sociales se configuran como los ámbitos, como él
nicho ecológico/gnoseológico por excelencia de la investigación social comunitaria.

Si la vida es el ámbito, el espacio social de la investigación comunitaria, ésta se


configura en procesos en los que se ponen en escena las tensiones entre la
reproducción, la producción, la recuperación y la creación de conocimientos capaces
encubrir, desinformar, incomunicar o, por el contrario, de reinformar, descubrir y
divulgar satisfactores a necesidades vitales. Para que esto último se dé, la
investigación social comunitaria toca comprenderla como una praxis comprometida y
crítica de generación de conocimientos; como un movimiento dialéctico de acción –
reflexión – acción, donde los sujetos rescatan, descubren y recrean el sentido de sus
prácticas y discursos. Esto requiere una opción epistemológica y un diseño
metodológico que genere alta reflexividad sobre el contexto, la acción y los sujetos
que conocen y que se reconocen al expresar las miradas, percepciones,
conocimientos y supuestos sobre la realidad que buscan describir, comprender,
explicar y transformar.

La investigación social comunitaria, se constituye también desde emociones e


intereses teóricos y extrateóricos, desde los deseos de participar de manera
consciente en la construcción del mundo, con una esperanza indignada para
transformar los contextos y las precarias condiciones de vida. Se requiere entender
que puede existir un quehacer humano caracterizado por la acción comunicativa
transformadora, entendida como el diálogo problematizador acerca de los acuerdos,
desacuerdos y contradicciones en los referentes experienciales, teóricos, políticos y
culturales. Es por ello que podemos decir que la propuesta de investigación social
comunitaria, que comentaremos, asume como dinámica metodológica transversal la
inserción crítica y dialógica en la realidad como ámbito y estrategia para la
construcción de conocimiento social emancipador.

El texto, en definitiva, va a presentar una perspectiva de la investigación social


comunitaria, caracterizada por la intencionalidad consciente y expresa de crear
vínculos entre lo conocido y lo desconocido, entre la teoría y la práctica, entre el yo y
los otros, entre los discursos y la acción que transforma la realidad. Esto es un
desafío en el mundo de hoy, cuando todo lo desconocido y diferente es una
amenaza, cuando lo que no esta a la moda no sirve, cuando la pregunta distancia,
cuando cada uno tiene que resolver sólo sus problemas. Hoy más que nunca
necesitamos con urgencia investigadoras e investigadores capaces de retejer
vínculos, crear articulaciones e hilvanar solidaridades.

Estas ideas no presentan solamente un modo de hacer; sino, y por sobre todo,
quieren ser una invitación a pensar la investigación social comunitaria como esa
disposición a la apertura, a la escucha, al diálogo y al reconocimiento crítico de la
83

diferencia y la desigualdad, que además de permitirnos conocer, nos construye


como mejores seres humanos.

La vida es el nicho ecológico/gnoseológico de la Investigación Social Comunitaria


(ISC) porque se reconoce como punto de enclave y de constitución del
conocimiento. No es posible pensar y realizar ISC sin reconocer que ésta se da,
genera y desarrolla en los diferentes ámbitos y devenires de la vida. No hay
conocimientos, observaciones, consideraciones o propuestas que sean ajenas o que
se hagan fuera de ella. Y es allí donde el que investiga “necesariamente se
encuentra a si mismo en la praxis de vivir haciendo distinciones que no están nunca
operacionalmente fuera de lugar, porque pertenecen a las coherencias
operacionales de su realización como sistema viviente, constitutivamente en
congruencia con el medio.”

Reconocer que la vida - individual, grupal, comunitaria, institucional - es el nicho en


el que se genera el conocimiento, es darse cuenta de varias características y
condiciones en las que éste se produce.

Algunas condiciones generadas, desde el nicho “vida”, nos permiten dar cuenta de la
ubicación temporal y espacial del proceso y del producto del conocer; lo que nos
señala el carácter situado del conocimiento y por ello su singularidad y
particularidad. Por otro lado, nos permite indicar que el conocer es una práctica vital
ubicable, relacionable en un espacio y tiempo social. Es allí donde podemos
identificar acumulados, continuidades y rupturas; como también, se pueden
establecer los hechos, eventos y acontecimientos que contextualizan la construcción
social de conocimientos.

También, al vincular conocimiento y vida, podemos reconocer que este proceso es


por naturaleza inacabado y por consiguiente perfectible, lo que permite romper con
el paradigma de la certidumbre y de las verdades absolutas y definitivas.

Reconocer que la construcción de conocimiento es una práctica social, desarrollada


desde la vida, es entender que este se produce desde opciones, emociones y
reacciones que mueven a la pregunta, a la problematización y transformación de los
modos de comprender, explicar, expresar y construir lo social desde una perspectiva
humana; También, desde las opciones, emociones y reacciones los conocimientos
se producen, se afectan, se transforman, cobrando valor, legitimidad o sentido
social. Estas relaciones y articulaciones no son vistas u observadas por sujetos
ingenuos, que no hayan tomado conciencia de ello, ni hayan reconocido los
elementos que se ponen en juego en este tipo de dinámicas generadoras y
articuladoras de vida y sentidos.

Establecer esta relación fundante, es relacionar el conocimiento con la praxis de


vivir, con las formas de actuar, y de proceder en todas las dimensiones en las que se
configuran las personas. Es por ello que los procesos de conocimiento sobre lo
social no sean ajenos a prácticas reflexivas sobre: los contextos, las acciones y las
relaciones entre sujetos y de estos con el ambiente.

Conocer, como toda práctica social, es un quehacer que se caracteriza por aspectos
84

explícitos e implícitos, por la toma de decisiones y el uso de bienes culturales


materiales y simbólicos, por transitar por momentos y espacios privados, públicos,
íntimos y externos. Como praxis se articula a una red de coordinaciones que
configuran “comunidades de práctica”1 donde se acuerdan fines y procedimientos
comunes; lo que posibilita mantener o recrear sentidos y significados, resituando y
relacionando de manera singular “esfuerzos, trabajos y acciones”2. Conocer en el
nicho de vida, en la práctica social, genera cohesiones. Los colectivos, grupos o
comunidades investigativas se esmeran en compartir un repertorio práctico -
empírico- y teórico - discursivo - desde el que pueden establecer distinciones,
competencias y luchas en diferentes campos. Este efecto de unión y contacto está
mediado por procesos de apropiación y de aprendizaje, que cualifican a los sujetos y
sus prácticas.

El proceso de conocimiento vital es multireferenciado al ser un quehacer ligado a la


historia, la vida cotidiana, el trabajo y los intereses de las personas y grupos. Es una
práctica social que puede ser relacionada con opciones y que construye sus
referentes desde intra/inter, privado/ público, individual/grupal y también, lo
comunitario/institucional. El proceso vital de conocer es una praxis vinculante a
sistemas, circuitos y redes de información y comunicación. Es un ejercicio soportado
en valores diversos y contradictorios. Es una práctica que se referencia, que cobra
significados y sentidos particulares en las diferentes disputas y luchas generadoras
de inquietudes y problemáticas a estudiar. Es una práctica que configura su perfil
desde relaciones, ejercicios e instancias de poder.

En resumen, la ISC es pensada como una practica vital/social caracterizada y


generada como un proceso constructivo y dialógico movido por intenciones e
intereses de conocer y apropiarse del acumulado práctico/teórico existente en el
presente, para definir un escenario de futuro transformador. La ISC así entendida no
es ajena a opciones, emociones y decisiones orientadas a problematizar las
experiencias y los conocimientos socialmente acumulados, y desarrollar otros a
partir deconstruciones y recreaciones.

Entender la ISC como una práctica social en la que se construyen comprensiones y


explicaciones, es reconocer que esta hace parte de una dinámica social y cultural
que lleva a los sujetos involucrados a reconocerse, a reconocer, a reinventar y a
reinventarse, y a restablecer y reorganizar los componentes configuradores del
contextos - hechos, tensiones, eventos, procesos de apropiación de culturales:
materiales / simbólicos - , y facilitar el desarrollo de nuevos sentidos y la
reelaboración de relatos, discursos y proyectos sociales.

El carácter dialógico, la orientación cara a cara de esta construcción, caracteriza la


ISC como un encuentro entre sujetos que se van constituyendo recíprocamente
como interlocutores capaces de reconocerse y de reconocer un objeto de estudio a
partir de un acuerdo comunicativo.

Participación y comunicación son elementos constitutivos de una propuesta de


investigación alternativa, donde el diálogo crítico con lo diverso resignifican y
transforman los componentes epistemológicos y metodológicos de las propuestas y
programas positivistas, simplificadores y reificadores (cosificadores) de investigación
social.
85

Al asumir la comunicación y la participación de cada sujeto, se reconoce y valora la


singularidad y particularidad como niveles legítimos en los procesos de construcción
de conocimientos sociales. “El conocimiento científico, desde este punto de vista
cualitativo, no se legitima por la cantidad de los sujetos estudiados, sino por la
cualidad de su expresión. El número de sujetos a estudiar responde a un criterio
cualitativo, definido esencialmente por las necesidades del proceso de conocimiento
descubiertas en el curso de la investigación” (GONZÁLEZ R. 00). La singularidad y
la particularidad llevan a recrear las nociones de sujeto restableciendo y
reconfigurando los caracteres individual y social, político y cultural de las
construcciones de sentido.

HECHOS Y PERCEPCIONES- En los procesos de ISC, la realidad se asume a


través del reconocimiento de los hechos, situaciones, experiencias y eventos; esta
es la parte concreta, que se presenta, la mayoría de las veces, como irrefutable
porque es, fue, está y hay evidencias... Es la cara palpable de la realidad, que no se
discute sino que se relata, narra y se informa a partir de unos datos y comprobantes
que dan cuenta de ella. Pero aquí no queda la cosa, el problema es que la realidad
social, esa que construimos los sujetos tiene también una dimensión social, cultural,
emocional, subjetiva que se manifiesta cuando se expresan las percepciones,
comprensiones, valoraciones, los juicios y las proyecciones que de la situación a
estudiar poseen las personas.

El conocimiento que se genera en un proceso de ISC no se relaciona o se organiza


sólo en torno a los datos, sino que también se tienen en cuenta las percepciones
que los diversos sujetos poseen y activan en el momento de analizar, interpretar y
ubicarse frente al asunto que se quiere estudiar y sobre el que también se quiere
actuar. Es de notar que no es sólo frente al objeto de investigación que las personas
se posicionan, sino que también lo hacen frente a las opiniones, análisis y
comprensiones que los otros sujetos expresan del asunto estudiado.

En la ISC, reconocemos que somos seres dispuestos, listos para narrar, relatar y
contar a otros lo que somos, hicimos, vimos; o también para referir lo que nos
relataron sobre hechos, personas o sucesos. Somos sujetos testimoniales, nos
gusta nombrar, estamos dispuestos a recordar contando y a registrar para recordar y
dejar una marca. En los procesos de ISC el relato, la narración y la expresión se
ponen de manifiesto en grafías, fotos y videos que dan cuenta de situaciones,
actividades, acciones y actuaciones. Todo registro es un punto de partida para el
análisis de la realidad.

Lo primero que se hace es un relato que ubique, describa y relacione el objeto de


estudio con los diferentes aspectos del contexto y de la vida de las personas, los
grupos, las comunidades y las instituciones.

La realidad se va describiendo, narrando en reuniones, entrevistas, tertulias, foros y


talleres. “Hablar la realidad, para ver donde habitualmente no se ve” Es necesario
registrar estas narraciones de una manera sencilla y sistemática, que permita la
utilización posterior de la información. La revisión de información documental es un
aspecto importante (pero no el único como a veces se cree) en el momento
descriptivo, porque pone de manifiesto otras maneras de observar, relatar y
86

representar. (Mapas revistas, memorias, cuadros estadísticos, directorios, agendas,


periódicos…)

La ISC es sin duda una práctica social dialógica que tiene por objetivo la
construcción de textos descriptivos que permiten objetivar la realidad y poner de
manifiesto las percepciones que los sujetos tienen sobre ella. En el momento
descriptivo, todos los procedimientos y técnicas están orientados hacia un fin:
construir relatos, narraciones y descripciones.

A diferencia de otros procesos investigativos, éste no tiene como pretensión elaborar


el texto único, que debe ser considerado como descripción objetiva y verdadera de
la realidad social; por el contrario la ISC, como práctica anfibia, se sitúa en múltiples
terrenos y nichos vitales y discursivos, donde se generan voces, conversaciones,
relatos y nombres con los cuales se objetiva la realidad. La ISC reconoce diversidad
descriptiva y favorece la aparición de múltiples textos, que van dando cuenta de las
particulares y singulares maneras de describir, comprender, explicar y prospectar la
realidad.

La ISC se constituye en un proceso de búsqueda de caminos que permitan "explorar


los modos muy diversos en los que los grupos humanos e individuos construyen
redes de sentido en sus prácticas cotidianas, en su circulación por los espacios,
como consumidores culturales y de los medios de comunicación..."

MOMENTOS Y RECORRIDOS. Esta parte del texto, se centra en la descripción y


análisis del diseño metodológico buscando dar cuenta de los momentos que
permiten a los sujetos involucrados en un proceso de ISC rescatar, descubrir y
recrear sentidos y conocimientos articulados a situaciones, acciones y discursos
sociales.

Como toda práctica social, la ISC es una secuencia de acciones encadenadas,


ordenadas por una estructura que se expresa en programaciones y planes, pero que
también se devela en los momentos de reflexividad y dialogo que se dan a lo largo
del proceso investigativo. Existen entonces ejes estructurantes, fases, énfasis y una
serie de estrategias que se diseñan para alcanzar los objetivos propuestos. Dado
que la ISC es entendida como contextuada una práctica social su estructura no
puede ser atemporal, ni inflexible, por el contrario se presenta y reconoce como
abierta a eventualidades, a puntos de vista y a decisiones teóricas y
procedimentales.

A continuación se presentan las fases, momentos, técnicas y productos


desarrollados en el proyecto de ISC “Construyendo culturas de convivencia”,
desarrollado en el Municipio de Bello, Antioquia, Colombia. Completan este ejercicio
de recuperación y sistematización inicial, algunos comentarios, conceptos y cuadros
que permitieron ordenar la información o situarla en el marco analítico pertinente a
las necesidades temáticas y teóricas de la ISC.

Diseño Metodológico ISC


Fase I: De Reconocimiento: Noviembre 17 – Diciembre 19 De 2003
Finalidades:
87

Identificar y caracterizar los diferentes actores, instituciones y organizaciones


sociales de las Comunas 7 y 8 de Bello,
Construir avances sobre los referentes temáticos del proceso.
Avanzar en la elaboración de la ruta metodológica del proceso.

Momentos:
Primer Momento: Conformación y organización del Equipo de Trabajo.
El equipo base del proyecto se conformó por seis profesionales de las Ciencias
Sociales y Humanas, y está coordinado por un profesional con experiencia
investigativa, docente y comunitaria en diferentes procesos educativos con
organizaciones sociales e instituciones educativas.

El equipo cuenta con el apoyo de un grupo de 12 estudiantes de la Fundación


Universitaria Luis Amigó y de la Universidad de Antioquia, adscritos a diferentes
programas del área social como Trabajo Social, Pedagogía Reeducativa, Sociología,
Desarrollo Familiar y Psicología Social; quienes constituyen el Laboratorio
Universitario de Estudios Sociales (LUES), algunos de ellos en calidad de
practicantes y otros como colaboradores voluntarios. Se organizaron tres grupos de
trabajo de acuerdo a las áreas de acción definidas:

Reconocimiento y contextualización de la zona


Diseño Metodológico
Desarrollos Temáticos

Segundo Momento:

Reconocimiento de los barrios


Definidos los equipos de trabajo, se inició el proceso de reconocimiento de los
barrios que integran las Comunas 7 y 8 de Bello, con el fin de identificar los lugares
característicos de los barrios, su infraestructura, límites, fronteras, los tránsitos y las
actividades de la población. Estos recorridos se registraron por medio de
cartografías en donde se mapearon aspectos y características de los barrios y de los
espacios sociales en donde aparecían interacciones significativas, identificadas
durante los recorridos. Se utilizaron los registros fotográficos de algunos lugares
claves para los pobladores como instituciones educativas, bibliotecas comunitarias,
parques, iglesias y otros locales de alta significación para las organizaciones
sociales de la zona.

Durante estos recorridos se lograron identificar diferentes dinámicas sociales,


culturales y económicas de los barrios:

1* El entorno de la estación del Metro, el Éxito y las nuevas urbanizaciones que se


levantan en la parte baja de Niquía: En estos espacios se objetiva el orden
establecido y la planeación previa en la distribución del espacio público, en las
vías de acceso y en la ubicación del equipamiento comunitario. Los espacios son
homogéneos, aunque este sector es de estratificación tres, parece ser la zona
donde residen los habitantes con las mejores condiciones económicas de las
comunas 7 y 8.
88

2* Ciudadela del Norte o Cacique Niquía en cercanías al Hospital Marco Fidel


Suárez: El segundo espacio se aprecia como “inmóvil”, sin espacio público y
escenarios de encuentro. Se aprecia la contigüidad, el hacinamiento y la densidad
poblacional. Es una dinámica social distinta. Las mallas que rodean los edificios
limitan el acceso y separan manzanas enteras de viviendas.

3* El entorno de la Casa de Justicia en Niquía parte alta y limites con el sector de


Camacol, barrio El Mirador: Estos barrios son menos planificados, pero más
dinámicos que los anteriores, se presenta mayor movimiento vehicular, mayor
presencia de personas, no sólo caminan, algunas esperan, se toman la calle para
conversar, se saludan, intercambian. Al contrario de los espacios anteriores se ven
ventas ambulantes, niños jugando en la calle, hombres y mujeres compartiendo.
Aquí el espacio se objetiva como público y se presenta deteriorado y reducido;
sin embargo se siente la vida que se expresa en los estudiantes cruzan de un
lado a otro, en las tiendas pequeñas llenas de música, en los graffiti y “algunas
pintas” con las que marcan sus territorios los actores armados.

Algunos espacios recorridos, observados y cartografiados con la gente tienen una


importancia histórica y vivencial para los pobladores:

4* Las Mangas (lotes baldíos) de la parte baja del Cerro Quitasol: como espacio de
convivencia y encuentro y actualmente están siendo cerradas y selladas por las
urbanizadoras del sector de Niquía.

5* Parroquia Nuestra Señora de Chiquinquirá: se caracteriza por ser un centro


comunitario, allí se ubican un colegio, la parroquia, una biblioteca comunitaria, un
parque y un centro de acopio.

6* Zona Escolar (Niquía Parte Alta): Hacia el costado sur occidental de la Casa de
Justicia se encuentran concentradas un número significativo de instituciones
educativas.

7* Sector en Desarrollo (Niquía parte baja): En las cercanías de la estación del Metro
se ha establecido una zona comercial importante articulada a una dinámica
residencial.

8* Alrededores del Hospital Marco Fidel Suárez: es una de las zonas donde se ha
establecido el expendio de sustancias psicoactivas.

9* Limites entre Niquía Parte Alta y Barrio Mirador (Sector Camacol): Zona de
conflictividad y confrontación entre bandas y presencia de actores armados más
evidente.

10* Sector Ciudad Perdida: Barrio de invasión y asentamiento de familias


desplazadas.

Contextualización de las Políticas de Seguridad y Convivencia en Bello


A la par de ir realizando los recorridos, el grupo de investigación emprende la
búsqueda de bases de datos e información y la indagación con personas claves de
las organizaciones comunitarias, juveniles, instituciones educativas y funcionarios de
89

la Administración Municipal. También, se indagó por los documentos institucionales


que recogieran experiencias desarrolladas específicamente en las Comunas 7 y 8.

A lo largo de la indagación documental y del reconocimiento de la zona, se fueron


estableciendo contactos institucionales y comunitarios, con funcionarios y personas
que participaron en programas y proyectos de convivencia y de resolución de
conflictos. Este acercamiento a los actores locales fue importante para desarrollar la
fase de recuperación de experiencias.

Construcción del Marco de Referentes Temáticos

A través de la indagación documental, de entrevistas y conversatorios, con


funcionarios de la Asesoría de Paz y Convivencia de Bello, se amplía la información
de los programas y proyectos realizados, así como las percepciones, reflexiones y
enfoques que tenían las Administraciones Municipales para intervenir los conflictos y
promover la Convivencia Lo que se buscaba no era producir un glosario sobre los
temas propuestos, sino ganar claridades sobre cómo operan éstas categorías en los
actores y espacios concretos, y cómo inciden las contradicciones en los discursos
que construyen los actores involucrados en la ISC.

Elaboración de la Ruta Metodológica

Se realizó durante ésta primera fase, un proceso de indagación bibliográfica sobre


los referentes del componente metodológico: La IAP, la Animación sociocultural y las
Técnicas Interactivas con el objetivo de ganar claridad sobre los enfoques que
fundamentan el proyecto ISC.

Técnicas Utilizadas

Durante la fase de reconocimiento y contextualización se emplearon algunas


técnicas como:

Observación participante
Cartografía Social
Entrevistas
Recorridos de observación
Registros fotográficos

Fase II: Recuperación y Análisis de Experiencias: Enero 19 – Marzo 12, 2004


Finalidades
Recuperar participativamente prácticas, conocimientos, vivencias, percepciones
sociales de los líderes, miembros de instituciones educativas, integrantes de
organizaciones comunitarias, jóvenes, artistas y gestores culturales de la comuna 7
y 8 del municipio de Bello, en relación con la solución negociada de conflictos, la
promoción de la convivencia pacífica y la negociación de acuerdos de paz.

- Organizar y analizar participativamente la información recogida y generada con


técnicas interactivas de investigación social.
-
Características
90

Como estrategia de acercamiento y desarrollo del proceso de recuperación de


experiencias, se organizaron cuatro grupos de trabajo de acuerdo con los escenarios
de resolución de conflictos y afianzamiento de la convivencia.
Escenario Comunitario y Social
Escenario Juvenil
Escenario Escolar
Escenario Cultural y Religioso
De igual manera se promovieron y generaron espacios de encuentro entre los
habitantes de la comuna 7 y 8 del municipio de Bello y los líderes que poseen cierto
grado de reconocimiento y legitimidad ante la comunidad, que se encuentran
desarrollando procesos organizativos, culturales y educativos en los distintos barrios
que conforman las comunas. En estos espacios se conversó y reflexionó en torno a
la manera como se han venido resolviendo los conflictos entre los habitantes y las
estrategias que han venido utilizado para promover la convivencia pacífica.

Así mismo, se realizó el Seminario Taller “Convivencia y Acceso a la Justicia en


Colombia, Elementos para la reflexión y el debate en el Municipio de Bello”, con el
fin de propiciar un espacio de reflexión académica en el municipio de Bello y de
aportar elementos teóricos y prácticos. En este seminario se contó con la
participación de funcionarios públicos, instituciones públicas y privadas, pobladores
del municipio de Bello, estudiantes y profesores de instituciones educativas y
especialmente habitantes de las comunas 7 y 8.

Momentos

1* Momento de Contactos : este momento se caracterizó por la realización de


visitas, a las sedes de Organizaciones Sociales, de grupos juveniles, de iglesias,
Instituciones educativas y bibliotecas comunitarias; en donde era posible conocer
sobre el proceso que desarrollaban en los distintos barrios. De igual manera, se
realizaron contactos telefónicos, con aquellas personas que eran recomendadas.
(Bola de nieve)

2* Momento de Ejecución de Estrategias para la Recuperación de Experiencias : En


este momento se desarrollaron estrategias como el taller, la entrevista, la tertulia y
los conversatorios, con el fin de motivar la reflexión acerca de la convivencia y de
la recuperación de experiencias en torno al tratamiento de los conflictos.
Momento de Tematización y Análisis de la Información: fue un momento de trabajo
al interior de cada uno de los equipos conformados para los distintos escenarios.

Se llevó a cabo el siguiente procedimiento:

Trascripción textual de las entrevistas y organización de los registros de talleres;


Tematización de cada uno de los relatos
Realización de informes por campo que dieran cuenta de los hallazgos
encontrados,
Interpretaciones y formulación de planteamientos que sirvieran de base para los
lineamientos del Plan Integral de Convivencia.
91

Talleres de análisis para establecer relaciones entre los escenarios las


experiencias y las concepciones acerca de seguridad, conflicto, convivencia y
justicia.

Productos
Transcripciones de entrevistas
Diarios de campo
Tematizaciones y análisis de información
Consolidados de los talleres
Registro de vídeo y fotográfico
Fase II: Formulación y validación de lineamientos y propuestas: Marzo 12
Agosto
2004
Finalidades
Sensibilizar a líderes comunitarios, gestores culturales, educadores, directivos,
estudiantes y funcionarios de las instituciones, en la necesidad de diseñar y negociar
un plan integral de convivencia para las comunas 7 y 8 del municipio de
Bello.

Propiciar una interlocución entre los diferentes actores comunitarios,


institucionales y organizaciones comunitarias, con el fin de desarrollar pautas y
propuestas de convivencia ciudadana a partir de los aprendizajes obtenidos en la
reflexión de las experiencias realizadas.

Romper las tendencias de aislamiento y fragmentación social, propiciando


espacios de interacción, en donde los individuos asuman su realidad sociocultural en
el diálogo y pongan en juego las diferentes concepciones, percepciones e intereses
que configuran los imaginarios y las acciones sociales que buscan la paz, la
convivencia, y la resolución negociada de conflictos.

Movilizando procesos ciudadanos

La experiencia relatada nos muestra como, en un proceso de ISC, las comunidades


no son objeto de estudio, sino sujetos portadores de conocimientos, por lo cual
participan en el proceso de investigación y se apropian del saber así construido. La
investigación a la que hemos hecho referencia, permitió la recuperación, descripción
y textualización de las experiencias y prácticas de convivencia, así como las de
resolución de conflictos en una zona urbana marcada por la violencia y la lucha
armada.

Las estrategias investigativas participativas e interactivas implementadas permitieron


reconocer los ámbitos en los que se configuran y resuelven los conflictos (familiar,
barrial, escolar y grupal); caracterizando los modos que poseen habitantes y las
organizaciones de buscar y de dar respuestas a problemáticas coyunturales y
específicas de manera creativa y solidaria.
92

El desarrollo de la propuesta ISC hizo posible identificar las posibilidades y


limitaciones que se presentan en las concepciones, conocimientos y las prácticas de
los pobladores cuando orientan sus esfuerzos a promover y afianzar la convivencia y
la solución negociada de conflictos; lo que generó conocimientos instituyentes
(fundantes), apropiados (pertinentes) y apropiables (asimilables y utilizables), que
pudieron ser integrados en la formulación de propuestas y en el diseño de
estrategias para la aplicación de los lineamientos, su negociación e integración en
las políticas públicas municipales de convivencia y paz.

La construcción de conocimientos capaces de aportar en el desarrollo de ambientes


de reconocimiento, en la promoción del diálogo entre actores, en la formulación de
acuerdos que permitan el tránsito entre territorios, en la resolución satisfactoria los
conflictos entre vecinos, en la formación en la tolerancia religiosa y estética, en la
ampliación de las condiciones de seguridad y libertad, en el restablecimiento del
trato humano y dialógico en el seno de la familia, son algunos de los desafíos que
tendrán que asumir los diferentes actores comunitarios e institucionales en próximos
ejercicios de ISC si el objetivo sigue siendo el de construir una cultura de
convivencia en el marco de una opción democrática, en derecho y justicia.

Asumiendo lo anterior, las propuestas ISC sólo podrían pensarse desde la


construcción de identidades alternativas, desenmascarando cualquier intento que
busque caer en nuevas negaciones o repetir exclusiones. Los productos de la
recuperación, tematización, comprensión y comunicación, son conocimientos,
saberes, mensajes, contenidos y valoraciones que van creando conjuntos de
resonancia, mapas de sentidos y prácticas, redes y rizomas en los que se reconocen
las pluralidades y se conectan sujetos con colectivos.

En nuestros días, necesitamos pensar la investigación social en el marco


paradigmático de las redes. La red se constituye en el ámbito privilegiado de
recreación conceptual, de la generación de interrogantes, de la producción y
circulación de conocimientos sobre la práctica, de la recreación cultural, política,
económica y, en general, de la vida cotidiana de los "ciudadanos". La red como
ámbito que permite el encuentro y la reconstitución de las identidades, valorando la
diversidad y las diferencias. En los escenarios que se perfilan en este nuevo milenio,
las redes reales/virtuales son y serán los espacios de legitimación de lo producido en
procesos de ISC.

El reto que tenemos entre manos es pensar diseñar y realizar proyectos de ISC
ubicados en puntos de intersección reales/virtuales, en zonas de tránsito y
encuentro, en los que sea posible la construcción de vínculos que vayan, técnica e
ideológicamente, más allá de los existentes y que tengan la potencia suficiente para
recrear los ámbitos, las capacidades y las actitudes que configuran sujetos solidarios
en la acción política, económica, ecológica y cultural, buscando con ello debilitar el
modelo dominante empeñado en bloquear la vida, la justicia social, la convivencia y
toda forma de participación democrática.
93

Soneira- La teoría fundamentada en los datos (Grounded Theory)


de Glaser y Strauss

La teoría fundamentada, tal como fue originalmente formulada, supone la


convergencia de dos tradiciones intelectuales y académicas diferentes de la
sociología norteamericana: por un lado, la de Barney G. Glaser, proveniente del
departamento de sociología de la Universidad de Columbia, que recoge la influencia
de la metodología cuantitativa de Paul Lazarsfeld y la propuesta de teorías de
alcance medio de Robert K. Merton; y la de Anselm Strauss, del departamento de
sociología de la Universidad de Chicago, bajo el liderazgo intelectual de Robert Park,
quien a su vez reconoce la influencia de Georg Simmel y del interaccionismo
simbólico de Herbert Blumer. Ambas tradiciones se conjugan en una original síntesis
que puede definirse como «una metodología general para desarrollar teoría que está
enraizada (grounded) en información sistemáticamente recogida y analizada»
(Strauss y Corbin, 1994; la traducción es nuestra).

A partir de esta obra fundamental, ambos comenzaron a desarrollar por separado la


metodología de la teoría fundamentada en los datos. En 1978 Glaser redactó
Theoretical Sensitivity. Advances in the Methodology of Grounded Theory, y en 1987
Strauss hizo lo propio con Qualitative Analysis for Social Scientists.

El método de la TF- Algunos términos utilizados por la TF y su definición

• Conceptos: se refiere al etiquetamiento [labeling] realizado a hechos, eventos o


fenómenos.
• Categoría: es una clasificación de conceptos, hecha a partir de la comparación
de conceptos y su integración en un orden más elevado llamado categoría.
• Codificación: procesamiento y análisis de los datos (abierta, axial, selectiva).
• Propiedades: atributos o características pertenecientes a una categoría.
• Dimensionalizar: dividir una propiedad en sus dimensiones.
• Hipótesis: respuestas provisorias acerca de las relaciones entre categorías.
• Proposición: un enunciado que expresa una relación entre dos o más categorías y
sus propiedades.
• Sensibilidad teórica: se refiere al atributo de tener discernimiento, la habilidad
de dar sentido a los datos, la capacidad de comprender, de separar lo pertinente de
lo que no lo es.

La metodología propuesta por la TF se basa en dos grandes estrategias:


el método de la comparación constante, y el muestreo teórico. A través del método
de la comparación constante el investigador recoge, codifica y analiza datos en
forma simultánea, para generar teoría. Es decir, estas tareas no se realizan en forma
sucesiva sino simultánea, y no están dirigidas a verificar teorías, sino solo a
94

demostrar que son plausibles. Esto, a su vez, se realiza a través de dos


procedimientos:

• Ajuste: las categorías deben surgir de los datos y ser fácilmente aplicables a ellos;
y
• Funcionamiento: deben ser significativamente apropiadas y capaces de explicar la
conducta en estudio.
El muestreo teórico es, por cierto, distinto del muestreo estadístico:
El muestreo teórico se realiza para descubrir categorías y sus propiedades,
y para sugerir las interrelaciones dentro de una teoría. El muestreo estadístico se
realiza para obtener evidencia precisa sobre distribuciones de una población entre
categorías, que pueden ser utilizadas en descripciones o verificaciones.

Por el muestreo teórico el investigador selecciona casos a estudiar según su


potencial para ayudar a refinar o expandir los conceptos o teorías ya desarrollados.
La «saturación teórica» significa que agregar nuevos casos no representará hallar
información adicional por medio de la cual el investigador pueda desarrollar nuevas
propiedades de las categorías.

A fin de avanzar en la descripción de esta metodología, expondremos sus


principales operaciones o procedimientos, teniendo siempre presente «que las fases
previas siguen operando simultáneamente a lo largo del análisis».

Si bien la TF utiliza prioritariamente la entrevista como instrumento de recolección de


datos, esto no es excluyente de otras técnicas. En efecto, pueden utilizarse en forma
alternativa o conjunta la observación, la conversación informal, focus groups y el
análisis de documentos y literatura.

Respecto de las entrevistas, Creswell (1998: 56) considera que entre 20 y 30


entrevistas son suficientes para saturar categorías, aunque no fundamenta esta
aseveración. Glaser se manifiesta contrario a grabar las entrevistas y al análisis
palabra por palabra de las desgrabaciones. A su vez, Dick (2005: 5) sugiere tomar
notas y controlar estas notas con la grabación.

La observación, las conversaciones casuales que se realizan en el escenario así


como las entrevistas grupales, deberían registrarse como notas de campo. Por su
parte, los documentos y la literatura específica, como veremos más adelante, son
tratados como una fuente más de información.

Una vez obtenido un conjunto de datos a través de alguno o varios de los


procedimientos antes mencionados, la primera operación a desarrollar consiste en
comparar la información obtenida, tratando de dar una denominación común a un
conjunto de datos que comparten una misma idea. Es lo que llamamos codificar.
Codificar supone leer y releer nuestro datos para descubrir relaciones, y en tal
sentido codificar es ya comenzar a interpretar.

Este tipo inicial de codificación es la que se ha denominado codificación


abierta [open coding]. Los códigos pueden provenir tanto de las lecturas y la
formación teórica del investigador (pre-codificación) o, lo que es más rico, del
lenguaje y las expresiones utilizadas por los actores (códigos in vivo).
95

Al principio se compara entrevista (u otra fuente de datos) contra entrevista (u otra


fuente): de aquí surgen las categorías. Luego, cuando la teoría emerge, se
comienzan a comparar los nuevos datos que se van recolectando con las categorías
teóricas. Esto es lo que se denomina la comparación constante.

Codificar supone siempre un corte o fractura de los datos. Por un lado permite
identificar y agrupar información descontextualizándola, es decir extrayéndola del
texto original. Por otro lado admite recuperarla en un nuevo texto
(recontextualización) y comenzar a interrogarla para descubrir sus propiedades y
dimensiones (sub-categorías). Esto supone dos operaciones analíticas
complementarias:

a. La búsqueda activa y sistemática de propiedades. Es lo que se denomina


codificación axial.

b. La escritura de notas (memos) para registrar las ideas y relaciones que vayan
surgiendo durante la codificación. Básicamente los memos son notas que uno se
escribe a sí mismo para retener las ideas y relaciones que le van surgiendo a partir
de la lectura y comparación de los datos.

Los elementos básicos de una teoría son las categorías, las propiedades de las
categorías y las hipótesis. La forma propuesta por la TF para ir articulando los
componentes de una teoría dentro del método de la comparación constante, es
proceder, en un primer paso, a maximizar las similitudes y minimizar las diferencias
para, en un paso posterior, realizar el proceso inverso, enfatizar las diferencias entre
los casos analizados.

El proceso de comparación a través de similitudes y diferencias entre los casos nos


permite delimitar la teoría, a través de dos operaciones de análisis características de
esta fase:
a. el criterio de parsimonia (o economía científica), es decir, hacer máxima la
explicación y comprensión de un fenómeno con el mínimo de conceptos y
formulaciones;

b. el criterio de alcance [scope] que busca ampliar el campo de aplicación de la


teoría sin desligarse de su base empírica.

El primer criterio se operativiza a través de un proceso de reducción de categorías,


lo que permite centrarse en alguna categoría central [core category]. En efecto,
luego de un tiempo dedicado al análisis de datos sucede que una categoría
(ocasionalmente más de una) aparece con una alta frecuencia de menciones y bien
conectada con otras categorías.

Sin duda estamos ante la categoría central. Cuando una categoría central ha sido
identificada se interrumpe el procedimiento de codificar información que no estuviera
directamente relacionada con ella. Se codifica sólo para la categoría central y
aquellas que aparecen conectadas a esta. A este procedimiento se lo conoce
también como codificación selectiva.
96

Strauss (1987; citado por Strauss y Corbin, 2002: 161) proporcionó una lista de
criterios que se pueden utilizar para determinar si una categoría califica como
central:

1. Tiene que ser central, o sea, que todas las otras categorías principales
se puedan relacionar con ella.

2. Debe aparecer con frecuencia en los datos. Ello significa que en todos, o en casi
todos los casos haya indicadores que apunten a tal concepto.

3. La explicación que se desarrolla a partir de relacionar las categorías es lógica y


consistente, y los datos no son forzados.

4. El nombre o la frase usados para describir la categoría central deben ser lo


bastante abstractos para que puedan usarse para hacer investigación en otras áreas
sustantivas, que llevan al desarrollo de una teoría más general.

5. A medida que el concepto se refina analíticamente por medio de su integración a


otros conceptos, la teoría crece en profundidad y poder explicativo.

6. El concepto puede explicar las variaciones así como el asunto central al que
apuntan los datos, o sea, cuando varían las condiciones, la explicación se mantiene,
aunque la manera como se expresa un fenómeno puede variar algo. También
debería uno poder explicar los casos contradictorios o alternativos en términos de la
idea central.

Al recolectar información sobre un conjunto reducido de categorías llega un punto en


que la nueva información no agrega nuevo conocimiento sobre estas y sus
propiedades. Cuando esto sucede se interrumpe la codificación sobre esta
categoría. Se dice que la categoría está saturada.

Para la TF, la teoría puede ser sustantiva o formal. La teoría es sustantiva cuando
está referida a una misma clase de grupos o casos. Es formal cuando está referida a
grupos o casos no comparables a nivel sustantivo, pero comparables a un nivel
conceptual más amplio. Cuando se busca ampliar las posibilidades de
generalización de una teoría sustantiva a un nivel de mayor generalización (de teoría
formal), se dice que se está ampliando el alcance de la teoría.

Por teoría sustantiva expresamos aquella desarrollada para un área sustantiva,


empírica, de la investigación sociológica, como ser el cuidado de pacientes,
relaciones interétnicas, educación profesional, delincuencia, u organizaciones de
investigación. Por teoría formal, significamos aquella desarrollada de un área formal
o conceptual de investigación sociológica, como estigma, conducta desviada,
organizaciones formales, socialización, congruencia de estatus, autoridad y poder,
sistemas de recompensa, o movilidad social. Ambos tipos de teoría pueden ser
considerados como de «alcance medio»

A diferencia de lo que sucede en otro tipo de estudios, no se conoce cuál es la


literatura relevante hasta tanto no se ha avanzado en la investigación.
97

Segundo, la literatura específica no tiene un lugar destacado, se le da el mismo


estatus que a otra fuente de datos.

• La literatura como emergente.

En un estudio emergente, como lo son los de teoría fundamentada, a recolección de


datos comienza cuando se tiene una situación de investigación. El fenómeno central
decanta a partir de la identificación de una categoría central y sus relaciones. Es
también a partir de este punto que uno puede identificar la literatura relevante.
Dentro de esta lógica es muy difícil, por no decir imposible, elaborar a priori un
estado del arte.

• La literatura como información.


Esta identificación progresiva de la literatura relevante permite también que a la
misma se la compare con la teoría emergente que va surgiendo del proceso de
investigación, del mismo modo que se comparan nuevos datos con la teoría
emergente. En este sentido la lectura de esta literatura es un procedimiento más que
se integra a los procedimientos de recolección de datos, codificación, redacción de
memos.

El paradigma de codificación

El conjunto de técnicas y procedimientos de la TF a partir de los distintos tipos de


codificación (abierta, selectiva, axial) y la aplicación de los métodos de la
comparación constante y el muestreo teórico se conjugan en un esquema o armazón
representativo de esta tradición de investigación. Es lo que Strauss y Corbin (1990:
99) denominaron «el paradigma» o «paradigma de codificación».

Según Dick, «la teoría fundamentada comienza con una situación de investigación.
Dentro de esa situación, la tarea del investigador es la de comprender qué esta
pasando ahí, y cómo los actores manejan sus roles» (Dick, 2005: 2). Cuando se
trabaja con datos, las relaciones entre acontecimientos y sucesos no son siempre
evidentes. Por tal razón es útil tener un esquema que se pueda utilizar para
organizar las conexiones que van emergiendo.

Lo que llamamos paradigma es un esquema organizativo de este tipo. En realidad,


el paradigma no es más que una perspectiva sobre los datos, otra posición analítica
que ayuda a recolectarlos y a ordenarlos de manera sistemática, de tal modo que la
estructura y el proceso se integren.

Creswell (1998: 57) sintetiza el proceso sistemático de análisis de datos en la teoría


fundamentada de la siguiente forma: En la codificación axial, el investigador reúne
los datos en nuevas formas después de la codificación abierta. Esto es presentado
usando un paradigma de codificación o diagrama lógico en el cual el investigador
identifica un fenómeno central (por ejemplo, una categoría sobre el fenómeno),
explora condiciones causales (por ejemplo, categorías de condiciones que
influencian el fenómeno), especifica estrategias (por ejemplo, las acciones o
interacciones que resultan del fenómeno central), identifica el contexto y las
condiciones intervinientes (por ejemplo, las condiciones estrechas o amplias que
98

influencian las estrategias), y delinea las consecuencias (por ejemplo, los resultados
de las estrategias) para este fenómeno.

Los procedimientos de recogida, codificación, análisis, clasificación e interpretación


de la información se realizan a lo largo de todo el proceso de investigación, y se
operativizan mediante la redacción de memos. La redacción de memos y su
clasificación a partir de algún criterio (una línea narrativa) permiten elaborar un
esquema de redacción. Este esquema y la confección de gráficos y mapas
conceptuales, «adelantan» de alguna forma la redacción del informe final, y debería
permitir al investigador poder presentar los resultados de su investigación a través
de la publicación de artículos o libros.

Este es el título de una investigación1 realizada hace ya unos años, aplicando la


metodología propuesta por la TF. El tema de la investigación era lo que
denominamos los «movimientos evangelísticos». Esto es, el surgimiento y desarrollo
de –en ese momento– nuevas formas de expresión de lo religioso en el campo
evangélico centradas en las figuras de predicadores carismáticos o evangelistas.
Estas formas de expresión de lo religioso daban origen a formas organizativas
distintas del tipo «iglesia», y que denominamos «movimiento». Las preguntas
centrales de la investigación eran: ¿qué características tienen los «movimientos
evangelísticos»?, ¿se trata de un nuevo tipo de organización religiosa?

El caso seleccionado fue el de Dimensión de Fe del obispo Gabriel Vaccaro, y las


categorías que se generaron fueron confrontadas con nuevos casos: el Ministerio
Ondas de Amor y Paz (OAP) del pastor Héctor Aníbal Giménez, fruto de una
investigación anterior,2 y Visión de Futuro (VDF) del reverendo Omar Cabrera y
Mensaje de Salvación (MDS) de Carlos Annacondia; ambos presentados por la
literatura existente en ese momento.

La recolección de datos

El trabajo de campo se realizó en el templo de la Iglesia de Dios (Alidd) y,


particularmente, en el Dimensión de Fe, ambos ubicados en el barrio de Mataderos.
La recolección de datos se realizó a través de entrevistas grabadas, conversaciones
informales, observación participante en ceremonias, visitas ocasionales y
documentación proporcionada por los pastores y de difusión.

La codificación

Transcribimos a continuación algunas partes del informe final, con el objeto de


ilustrar la aplicación de la metodología. Las palabras resaltadas en los párrafos
siguientes son «conceptos» (en el sentido que utilizan el término Glaser y Strauss)
fruto del etiquetamiento [labeling] a eventos o fenómenos. La mayoría de ellos son
producto de una codificación in vivo, es decir utilizando términos empleados por los
actores o extraídos de la literatura de estos grupos religiosos. La relación entre
conceptos permitió crear un conjunto de «categorías».

En este último apartado intentaremos el análisis comparativo de los distintos grupos


estudiados. Seguiremos para ello, el esquema propuesto por Glaser y Strauss, es
decir proceder en un primer paso a maximizar las similitudes y minimizar las
99

diferencias para, luego, en un paso posterior, realizar el proceso inverso, enfatizando


las diferencias entre los casos analizados. De esta manera intentaremos generar
algunas categorías básicas ancladas en los datos (grounded theory) que sirvan
para comprender el fenómeno. La pretensión de este trabajo no va más allá de
generar teoría sustantiva.

Si destacamos las similitudes entre los cuatro grupos estudiados, tenemos:

a) El surgimiento del movimiento y su sostenimiento se basan en un fuerte carisma


personal del evangelista.

b) Adquieren la estructura de movimiento, en desmedro de las formas organizativas


eclesiásticas tradicionales. Esta forma organizativa se destaca por su ductilidad y
adaptabilidad.

c) Los cuatro casos estudiados se caracterizan por considerarse iglesias nacionales,


independientes, no ligadas formalmente a iglesias misioneras, es decir, extranjeras.

d) Tienen un núcleo básico de creencias compartidas:


d.1) La necesidad de conversión, es decir, aceptar al Señor significa
un antes y un después en la vida personal.
d.2) La bendición del Espíritu Santo, es decir, el Espíritu Santo
se manifiesta en las personas a través de fenómenos de glosolalia
o de sanidad divina.
d.3) La lucha espiritual: los males de este mundo se explican por
la presencia de Satán, empeñado en destruir al hombre.

e) Los movimientos evangelísticos se caracterizan por emplear una metodología


significativamente distinta de las iglesias tradicionales. Su manifiestación más
evidente se da en la campaña, esta supone: • Un objetivo principal: convertir
(conseguir frutos).

• Una «metodología», utilizando distintos medios: medios de comunicación


social (radio, TV), volantes, carteles, etcétera.
• Una figura principal, aunque no excluyente, el evangelista.
• Un mensaje que se transmite a través de la palabra u otra manifestación
(sanidad, exorcismo, etcétera).
• La campaña tiene un lugar (un espacio público, abierto o cerrado, vg. un cine,
estadio deportivo, plaza, carpa, etc.) y un tiempo que adquieren una especial
significación.

Estas categorías básicas que surgen de exaltar las similitudes, no nos impiden, sin
embargo, visualizar las profundas diferencias que existen en los casos estudiados. A
saber:

a) El carisma
Si bien es cierto que en el origen de todos estos movimientos hay un fundador (en el
sentido de J.Wach) que respalda la continuidad del movimiento, vemos luego que la
manifestación del carisma asume diversas formas:
100

a.1) El líder carismático, en el sentido weberiano. A este tipo se acerca Carlos


Annacondia.
a.2) La pareja carismática: se da cuando el carisma del fundador se transfiere a la
pareja (el “Pastor Héctor Giménez y su esposa Irma”, Omar y Marfa Cabrera).
a.3) El líder institucional: es el caso de O. Vaccaro. Sigue teniendo una fuerte
presencia convocante (en ciertos círculos) pero su carisma se ha institucionalizado.
Ha habido un proceso de rutinización del carisma en vida del fundador.

Delimitación de la teoría

Continuamos con el informe:


b) Estructura de movimiento
Aquí podríamos proponer, para ubicar los casos estudiados, un continuo teórico
entre movimientos evangelísticos y estructuras eclesiásticas tradicionales. O sea:
Movimiento ——————————— Iglesia

Sin duda, en el extremo «movimientista» ubicamos al Ministerio Ondas de Amor y


Paz, ya que este se caracteriza por una organización cambiante, relativamente poco
estructurada, centrada en la figura de Giménez.

Ubicamos a continuación, y hacia el centro, a Mensaje de Salvación de Carlos


Annacondia. Podría argumentarse en contrario que la organización de MS es menos
estructurada incluso que la de Giménez. Es cierto. Pero recordemos que
Annacondia trabaja coordinadamente con las iglesias locales (a diferencia de OAP),
las cuales aportan su propia estructuración.

De todas maneras, este caso lo tratamos más abajo.

A continuación podríamos ubicar a VDF, el cual en los últimos años ha perdido en


poder de convocatoria pero ha ganado en estructura organizativa.

Muy cerca del «polo Iglesia» ubicaríamos a Dimensión de Fe, la cual se define como
brazo evangelístico de la Alidd.

La comparación constante de los casos estudiados permitió la generación de teoría.


En este caso concreto, la construcción de una tipología bipolar que permitió ubicar
los casos en un continuum movimiento/ iglesia.

Por todo lo dicho hasta aquí, hemos visto que existe un conjunto de categorías
básicas que nos permiten identificar a un movimiento evangelístico. Sin embargo,
dentro de estos hay diferencias marcadas, que nos permiten proponer por lo menos
tres tipos distintos de evangelismo.

a) Tenemos por un lado un Evangelismo de prosperidad cuya prédica se basa en la


salud y el bienestar económicos. Para recibir estos dones es necesario dar (diezmo
y ofrendas). Su accionar se basa en el uso intensivo de los medios de comunicación
social (radio, TV, literatura, casetes).
101

La estructura del movimiento se caracteriza por su adaptabilidad. Está dirigido a todo


tipo de público y actúa de manera autónoma frente a otros grupos religiosos o
iglesias locales. Entendemos que VDF y el ministerio OAP se ubican en este tipo.

b) El Evangelismo de salvación o de sanidad se caracteriza, precisamente,


por la prédica y la práctica de la sanidad divina. Tiene un fuerte énfasis en el carisma
personal del evangelista, quien manifiesta “dones” muy destacados. Todos los
medios organizativos están en función del carisma del evangelista, el cual se irradia
también a la relación con otros grupos religiosos. Está dirigido a todo tipo de público,
en especial a aquellos que necesitan “sanidad” (física o espiritual). Sin duda el
ministerio de Carlos Annacondia se ubica en este tipo.

c) El Evangelismo institucional. Está ligado a una iglesia en el sentido más


tradicional, para la cual desarrolla proselitismo religioso. El carisma del evangelista
(puede haber varios) está subordinado a la institución. Su función primordial es
convertir, incorporar nuevos creyentes a la institución religiosa. La relación con otros
grupos religiosos es de institución a institución. Dimensión de Fe-Alidd se acerca a
las características de este tipo. La potencialidad heurística de este esbozo de
tipología debe ser demostrada con el estudio de nuevos casos.

En este texto podemos observar la delimitación de la teoría. Es decir, la búsqueda


de la categoría central («movimiento evangelístico») a partir de una codificación
selectiva (criterio de parsimonia). También queda claro, por el tipo de casos
seleccionados y comparados, que el alcance de la teoría generada queda
circunscrito a movimientos evangelísticos. Es decir, se ha generado teoría sustantiva
respecto de este tipo particular de fenómeno religioso.

Si, por ejemplo, pretendiéramos comparar este tipo particular de movimiento con
movimientos políticos (por ejemplo, peronismo) y movimientos sociales (feminismo,
ecologismo, etc.) podríamos generar teoría formal sobre «movimientos» en general,
entendidos como un tipo de organización social flexible con alta capacidad de
movilización.

En la medida en que se avanzó en el proceso de codificación (abierta, axial,


selectiva) y comenzó a delimitarse la teoría pudo, simultáneamente, iniciarse la
evaluación de la literatura existente sobre el tema, identificando aquella relevante de
la que no lo era. Es decir, identificar la literatura emergente.

Si bien los procedimientos de la TF son compartidos por un gran número de


investigadores, sin embargo no todos los aplican de la misma manera, o
necesariamente comparten los mismos supuestos de los cuales partir. Básicamente
podemos identificar tres diseños de la teoría fundamentada:

a) El diseño emergente. Barney Glaser es su principal exponente.

Para Glaser «una teoría debe tener ajuste y relevancia, y debe funcionar.
La Teoría Fundamentada alcanza estos criterios porque es generada
sistemáticamente de los datos de la investigación» (Glaser, 1978: 4).
El ajuste significa que las categorías de la teoría deben ajustarse a los datos. Los
datos no deben forzarse o seleccionarse para que encajen en teorías
102

preconcebidas. «Nuestra posición es que la realidad producida en la investigación es


más precisa que la teoría cuyas categorías no encajan, no al revés»

b) El diseño sistemático. Este modelo, que fue desarrollado particularmente


por Strauss y Corbin, consiste en un conjunto de pasos cuya ejecución minuciosa
permitiría «garantizar» la construcción de una buena teoría.

Básicamente estos procedimientos de codificación son los siguientes:


1. Construir teoría más que comprobarla.
2. Ofrecer a los investigadores herramientas útiles para manejar grandes cantidades
de datos brutos.
3. Ayudar a los analistas a considerar significados alternativos de los fenómenos.
4. Ser sistemático y creativo al mismo tiempo.
5. Identificar, desarrollar y relacionar los conceptos, elementos constitutivos básicos
de la teoría

c) El diseño constructivista. El diseño constructivista, propuesto por Charmaz, parte


de la crítica a los otros diseños, a los cuales engloba en la categoría de
«objetivistas», y a los que endilga lo siguiente: La teoría fundamentada objetivista
acepta el supuesto positivista que un mundo externo puede ser descrito, analizado,
explicado y predicho: es verdad, pero con v minúscula. Esto es, la teoría
fundamentada objetivista es modificable en tanto cambien las condiciones. Asume
que diferentes observadores van a descubrir este mundo y describirlo de una
manera similar

Por el contrario propone una teoría fundamentada «constructivista», a la que


describe de la siguiente forma:
Una teoría fundamentada constructivista asume que la gente crea y mantiene
mundos significativos a través de procesos dialécticos de otorgar significado a sus
realidades y actuar dentro de ellas […] Adoptando un enfoque de teoría
fundamentada constructivista, el investigador puede mover más lejos los métodos de
la teoría fundamentada al reino de la ciencia social interpretativa consistente con un
énfasis blumeriano (1969) en el significado, sin asumir la existencia de una realidad
externa unidimensional.

A su vez, un enfoque constructivista reconoce que las categorías, conceptos, y el


nivel teórico de un análisis emerge de las interacciones del investigador dentro del
campo y de preguntas sobre los datos.

El analista de teoría fundamentada cuenta un relato [story] sobre gente, procesos


sociales, y situaciones. El investigador compone el relato; no simplemente extiende
la mirada de un observador [viewer] objetivo. Este relato refleja al observador así
como al observado.

La TF nacida de la combinación de dos tradiciones intelectuales y académicas


distintas de la sociología norteamericana abarcó no solo el ámbito de esta disciplina
sino que se expandió a las ciencias sociales en general, a la psicología y produjo
importantes contribuciones en el campo de la enfermería y la educación. Es por esta
razón que la TF es el método más citado en el mundo por investigadores que hacen
investigación cualitativa (Qualitative Data Analysis, QDA), de acuerdo a las
103

búsquedas en bases de datos (Google, Medline, Cinahl, Psyclit, Econlit).

En general todos los autores coinciden en señalar que la TF puede combinarse


provechosamente con otras tradiciones de investigación cualitativa. Asimismo, si
bien la entrevista es la técnica de recolección de datos privilegiada por la TF, esta no
es excluyente, y puede utilizarse en forma conjunta con la observación, el análisis
documental y aun el focus group.

La TF ha alcanzado un gran desarrollo dentro de la investigación cualitativa. Sin


embargo este desarrollo no está exento de controversias. Un primer nivel de
controversia queda expresado en las distintas formas de aplicación de los métodos
de la TF a partir de los tres diseños vistos en el apartado anterior. A un diseño más
«emergente» se le contrapone otro más «sistemático», dejando planteada una
discusión de tipo metodológico. Sin embargo, la propuesta de un diseño
«constructivista » opuesto a los otros dos («objetivistas») deja planteada una
controversia en el plano epistemológico.

«Todo son datos» es un bien conocido dictum de Glaser. ¿Qué significa?


Significa exactamente que lo que está sucediendo en la escena de investigación son
los datos, cualquiera sea la fuente, ya sea entrevistas, observación, documentos, en
cualquier combinación. No es solamente qué está siendo contado, cómo está siendo
contado y las condiciones en que está siendo contado, sino también todos los datos
que rodean lo que está siendo contado. Significa que lo que está sucediendo debe
resolverse exactamente de la manera que debe utilizarse, esto es para
conceptualizar, no para descripciones precisas. Los datos son siempre buenos hasta
donde llegan, y siempre hay más datos para seguir corrigiendo las categorías con
propiedades más relevantes.

Esta afirmación de que los datos que produce la TF son para generar teoría y no
para describir, es una respuesta explícita a los distintos autores de las diferentes
tradiciones de investigación cualitativa (las cuales engloban como QDA), entre las
que incluye a la versión «constructivista » de TF de Charmaz.

Así como el diseño emergente utiliza preferentemente la inducción, 5 el diseño


sistemático de Strauss y Corbin combina inducción y deducción en un nuevo tipo de
inferencia lógica: la abducción.6 A su vez algunos autores, como Miller y Fredericks,
plantean que la TF tiene capacidad explicativa y aun predictiva:
La Teoría Fundamentada es un tipo de teorización, enfocado en el contexto de
descubrimiento como relacionado a una explicación plausible de algunos fenómenos
y proveyendo un argumento inductivo por su plausibilidad. No tiene necesidad de
acomodarse o predecir, aunque puede hacer lo uno o lo otro en principio.

Algunos, por el contrario, enfatizan la naturaleza hermenéutica de la TF, destacando


las posibles contribuciones que podría hacer a la construcción de una hermenéutica
metódica.

Finalmente, dos observaciones respecto de las bondades la TF. A diferencia de


otras metodologías cualitativas que ponen su énfasis en la descripción, la TF pone
énfasis en la generación de teoría. Es decir, privilegia la «densidad conceptual»
antes que la «descripción densa» (Strauss y Corbin, 1994: 274). Por otra parte,
104

varios programas informáticos cualitativos se basan en la lógica propuesta por la TF


(véase cap. 7), lo cual facilita la posibilidad de producir investigación cualitativa
con rigor intelectual.

Valles - Capítulo 4: La investigación documental: técnicas


de lectura y documentación

La dimensión histórico-cultural de los problemas que plantean los investigadores


sociales

La investigación documental fue una herramienta de investigación importante de los


fundadores de la sociología. La ciencia social trata de problemas de biografía, historia y de
sus intersecciones dentro de estructuras sociales, los cuales se usan como punto de
orientación de sus estudios. Los estudios a-históricos tienden a ser estáticos o a muy corto
plazo. El conocimiento de la historia es siempre indispensable para comprender la sociedad.
Los estudios comparativos e históricos están profundamente entrelazados.

Definición y clasificación de los materiales documentados

El diccionario distingue tres concepciones de la palabra documento

1) Testimonio escrito de épocas pasadas que sirve para reconstruir historia


2) Escrito que sirve para justificar o acreditar algo, tal como un título profesional, una
escritura notarial, un oficio o un contrato
3) Instrucción o enseñanza de una materia.

Estas definiciones dejan afuera la “historial oral” y en general, todo tipo de documento que
no sea papel.

Documentación es entendido como una estratégia metodológica de obtención de


información. En la investigación social, los documentos constituyen una tercera fuente de
evidencia, una tercera técnica de recogida de datos, colocando en primer lugar la
observación y la entrevista. La “tercer técnica de recogida de datos” (sobre un texto) se
puede realizar a través de una entrevista y observación con la misma intensidad con que se
hace sobre otra cosa. Los derivados de la lectura del texto pueden usarse de la misma
manera que los derivados de otro tipo de entrevista u observación.

Los tipos de documentos que acaban diferenciando MacDonald y Tripton son los siguientes:
Documentos escritos
o Documentos oficiales de las administraciones públicas (informes y estadísticas)
o Prensa escrita
o Papeles privados (cartas, diarios, memorias, etc)
105

Documentos audiovisuales
o Fotografías
o Pinturas
o Esculturas
o Arquitecturas

Ambos autores reflexionan sobre la diferenciación de documentos según su


“intencionalidad” (explícita o implícita) de registrar y archivas aspectos de la vida social.
Amparo Almarcha, Amando de Miguel, Jesus de Miguél y Jose Luis Romero hablan sonre la
documentación y organización de los datos de la investigación sociológica, donde distinguen
tres tipos de datos sobre la realidad social:

1) Datos primarios: elementos de observación obtenidos intencionalmente por el


investigador en la búsqueda de una hipótesis de trabajo (ej: una encuesta).

2) Elaboración secundaria de datos primarios: normalmente los investigadores sociales no


explotan todos los datos obtenidos y puede avanzarse notablemente en el conocimiento de
una realidad social a base de reanalizar las informacionres recogidas en estudios
sociológicos realizados previamente con otros fines.

3) Datos secundarios: es el cúmulo de información que se hallan registradas o publicadas


por diversas instituciones sin propósitos específicos de investigación social, sino con otros
fines muy variados, fundamentalmente, proveer de información o documentación a los
órganos del Estado o al público.

Estos tres autores también hablan de la “intencionalidad” en los puntos anteriores. Dentro de
los datos secundarios, conviene diferenciar:

a) Documentos literarios
b) Documentos numéricos
c) Documentos audiovisuales

En síntesis, son varias las clasificaciones posibles de los materiales documentales que
interesan al investigador, sin embargo, las clasificaciones en si mismas no son lo más
importante, sino el reconocimiento a la riqueza de los elementos documentales
aprovechables en la indagación cualitativa.

El uso de los materiales documentales: ventajas e inconvenientes, cuestiones de


evaluación e interpretación

Ventajas e inconvenientes

Detrás del uso de los materiales documentales, algunos autores han detectado las
siguientes ventajas:
Bajo coste de una gran cantidad de material informativo, que en algunos casos tienen un
carácter periódico
No reactividad, a diferencia de lo que puede ser una observación o conversación
Exclusividad: el contenido informativo que proporcionan algunos materiales documentales
tienen un cierto carácter único, pues difiere del que puede obtenerse mediante técnicas
directas de observación y conversación
Historicidad: los escritos, imágenes y voces permanecen en el tiempo.
106

Con respecto a los inconvenientes:

Selectividad en la producción o registro, y en la conversación o archivo del material


documental.
La propia naturaleza secundaria del material documental
La interpretabilidad multiple y cambiante del material documental, dependiendo del
contexto
La denominada “crítica etnometodológica” a la utilización de fuentes documentales
oficiales: estadísticas e informes públicos. Se plantea que la información procedente de
fuentes oficiales debe tratarse como “socialmente producida”

Todo esto no habla de un inconveniente del material documental, sino de un uso


inadecuado. El uso que haga el investigador deberá ir acompañado de la correspondiente
evaluación e interpretación del material documental, reconociendo también sus límites.
Evaluación e interpretación del material documental disponible

Conviene añadir algunas consideraciones al uso de información documental. Platt organiza


su reflexión metodológica distinguiendo dos conjuntos de problemas de la investigación
documental:

a) Problemas específicos
a. Autenticidad del documento
b. Disponibilidad de la documentación
c. Problemas de muestreo (identificación de las muestras que se disponen)
d. Credibilidad del documento
e. Posibilidad de hacer inferencias a partir del contenido de los documentos sobre los rasgos
individuales del autor, aspectos sociales o características de su audiencia
b) Problemas compartidos con otros tipos de investigaciones
a. Interpretación del significado del documento
b. De presentación del material documental

Búsqueda y consulta del material documental

Se hará un prevé apunte de una tarea por la cual tiene que pasar necesariamente cualquier
investigación documental. Esta es la localización de los documentos y suconsulta, presto o
adquisición. Generalmente, la idea de un proyecto hace que el investigador tenga en mente
la clase de documentos que le gustaría disponer, pero también pueden que vayan
apareciendo según transcurre el estudio.

En el mejor de los casos, los documentos estarán centralizados en un archivo de fácil


acceso, pero no siempre es así, dándole al investigador la tarea de recolectar material
disperso y poco accesible.

La búsqueda de hemerotecas y bibliotecas va siendo, cada vez menos, el único modo de


obtener información. Los medios digitales están fomentando esto, dando acceso más
cómodo y rápido a la que se necesita.
107

Técnicas de observación y participación: de la observación


participante a la investigación-acción-participativa

Clarificación conceptual y terminología

Existe un primer eje que dice que la distinción entre observación científica y
observación común suele ser uno de los ejes en torno a los que giran algunas
reflexiones.

Según Ruiz Olabuenaga y Ispizua: la observación es una de las actividades


comunes de la vida diaria, esta observación puede transformarse en una poderosa
herramienta de investigación social en caso de que se haga de la siguiente manera:
orientándola y enfocándola a un objetivo concreto, planificándola sistemáticamente,
controlándola y relacionándola con proposiciones y teorías y sometiéndola a
controles de veracidad, de objetividad, fiabilidad y precisión.

Koning, en su tratado de sociología empírica habla de:


1) Principio de constancia en la observación
2) Principio de control del sesgo del observador
3) Principio de la orientación teórica de los actos de observación científica

Merton inclusive ha dicho que los investigadores pueden llegar a realizar


observaciones casuales, no planeadas, pero de importancia científica.

En un segundo eje, otra distinción frecuente en los manuales de métodos se plantea,


por un lado, a la observación científica en tanto método de conocimiento presente en
una investigación, y por otro a las técnicas concretas de observación directa. Esto
lleva a establecer las diferencias entre “observación” en un sentido restringido y la
experimentación, la encuesta o la documentación. Cualquiera de estos modos de
investigación cabe dentro de la categoría genérica de observación científica. Pero
suele confundirse con “observación” los procedimientos en que el investigador
presencia en directo el fenómeno que estudia.

El observador no puede contentarse solo con la información indirecta de los


entrevistados o de los documentos, esto se fundamenta en:

a) La búsqueda de realismo (frente al control logrado en el experimento o en la


encuesta, pero a través del artificio contextual)
b) La reconstrucción del significado, contando con el punto de vista de los sujetos
estudiados.

Es una diferencia entre aproximación directa e indirecta, el observador no puede


contentarse solo con lo expresado anteriormente.

Un tercer eje trae como ejemplo a Gutierrez y Delgado donde exponen la


consideración de la técnica de observación participante como modalidad de ob
108

servación exógena, propia de los sistemas observados. Ellos abogan por un


procedimiento inverso: la autoobservación, considerada una de las modalidades de
observación endógona propia de sistemas observador. La distinción en torno a las
nociones de observación exógena-endógena y a los conceptos de sistemas
observados-observador procedentes de la cibernética, donde se dice que
observado- observador representan el paso de una teoría del control del
comportamiento y la comunicación en animales y maquinas a una autoorganización
y complejización creciente de los sistemas.

La autoobservación constituye un procedimiento de aprendizaje/conocimiento


inverso del realizado en la observación participante: en lugar de aprender a ser un
nativo de una cultura extraña el nativo aprender a ser un observador de su propia
cultura.

Matices a tener en cuenta en la definición de la observación participante


La expresión de observación participante designa una estrategia metodológica
compuesta por una serie de técnicas de obtención y análisis de los datos, entre las
que se incluye la observación y la participación directa.

Denzin supone asignar el rango de estrategia de la investigación a lo que tan solo es


una técnica (la OP). La estregia aquí es el método de campo o estudio de casos, la
cual tiende a confundirse con un instrumento especifico de obtención y análisis de
los datos, como es la técnica de la observación participante.

Sanmartin hace referencia a que el investigador no es solamente un observador


participante, es a la vez un activo entrevistador y analista de archivos que contrasta
los datos producir a partir de la encuenta, documentos, observación y experiencia
participativa.

La falta de definición entre la estrategia de casos de estudio y la técnica de OP


puede verse en muchos autores.

Los Adler emplean la expresión “observación naturalista” para definir el conjunto de


técnicas observacionales encuadradas en el “paradigma cualitativo”. Hay una
insistencia en marcar la línea entre cualitativo y cuantitativo que lleva a pasar por
alto un elemento común a todo acto de observación, esto es que toda observación
es selectiva.

Sobre la variedad de técnicas cualitativas de observación participante


Cabe distinguir dos roles: participante ordinario y participante observador.
Participante ordinario:

Propósito único: realizar actividades correspondientes a la situación social en la


que participa naturalmente
Desatención selectiva: baja la guardia o da cosas por supuesto
Observación de ángulo cerrado: limitada al propósito inmediato
Experiencia desde dentro de la situación, desde la condición de miembro o parte
de la escena
Introspección natural: usa la vida cotidiana para comprender la ajena
109

Sin registro sistemático

Por otro lado, el observador participante tiene estas características:


Propósito doble: implicarse en las actividades y observar a fondo
Atención incrementada
Observación en ángulo abierto: ampliada por el propósito añadido de estudiar un
aspecto puntual.
Experiencia desde dentro y fuera de la escena
Introspección aplicada: explotación de la introspección natural como instrumento
de investigación social
Registro sistemático

El rol técnico del observador participante hay que diseccionarlo, ya que cuenta con
distintas modalidades porque podemos dividirlo en “observador” y “participante”.
Burfor Junker sugiere cuatro roles posibles, van desde el completo participante a un
observador. A su vez tenemos el “participante como observador” y el “observador
como participante”.

Rol Participante: máxima ocultación de la observación y algo grado de


implicación/participación
Participante como observador: ocultación parcial de la actividad de observación y
predominio de la participación
Observador como participante: revelación de la actividad de observación y
predominio de la observación
Observador: máxima revelación de la actividad de observación y alto grado de
distanciamiento/no participación.

La concreción de implicaciones éticas y científicas son las que completa la


caracterización de cada rol.

Junker también menciona:

1) El investigador también resulta observado


2) Las personas observadas ejercen, asimismo, de sujetos observadores, desde
posiciones sociales diversas
3) Aparte los roles que el investigador vaya eligiendo, hay otros roles que le
adjudican los miembros de la situación social que estudia.
4) Uno y otros roles pueden ir cambiando en el curso de la interacción que tiene
lugar durante el trabajo de campo.

Spradley habla de los tipos de participación, estos van desde la no participación a la


completa participación, pasando por tres opciones intermedias. Pasiva, moderada y
activa.

No participación:
Participación pasiva: se presencia la escena pero con participación mínima. El
investigador dispone de roles periféricos (un espectador, por ejemplo)
110

Participación moderada: es el balance entre miembro y extraño.


Participación activa: no es solo presenciar lo que ocurre, sino que supone
implicarse en la actividad estudiada.
Participación completa

Usos ventajas e inconvenientes en las técnicas de observación y participación

La utilización de la observación y la participación desde perspectivas sociológicas


Jorgensen dice que la observación participante resulta apropiada cuando:

a) Se sabe poco sobre lo que se estudia


b) Hay grandes diferencias entre puntos de vista de los miembros y el de los ajenos
c) El fenómeno se oculta a la luz publica

El autor señala que la observación participante es adecuada en estudios


exploratorios y orientados a generar interpretaciones teóricas.

Más que la OP, interesa ampliar el foco a la utilización de las “técnicas


observacionales”. Los Adler fijan en cinco las tradiciones teóricas y/o de
investigación sociológicas, estrechamente relacionadas con las técnicas de
observación participante:

1) Sociología formal: da especial interés por la forma de interacción social y los tipos
de interactores.
2) Sociología dramatúrgica sintetiza un estilo investigador basado en una sugerente
visión escénica y ritualizada de las relaciones sociales entre las personas. La OP se
encuentra ligada a una perspectiva microsociológica, atenta a la exterioridad teatral
y al juego de roles en la vida social.
3) Los estudios de la esfera pública: constituyen en gran parte una amplicación de la
línea de investigación comentada en el punto anterior.
4) El uso de la autoobservación como herramienta técnica en el estudio de la
sociedad, encuentra especial cobertura en la sociología fenomenológica y en la
sociología existencial. De estas perspectivas se propugna la inmersión del
observador en la vida real, donde tiene lugar el fenómeno a estudiar.
5) La perspectiva de etnometodología supone un contrapunto respecto a los
enfoques interaccionistas, fenomenológicos y existencialistas presentes también en
la sociología. Optan por el estudio de los fenómenos empíricamente observables (no
entran los pensamientos, ideas o creencias, por ejemplo)

Aspectos de diseño, campo y análisis

Toda técnica de investigación social requiere de una previa toma de decisiones que
se ha de plasmar en un diseño especifico en el que se casen los objetivos de estudio
y la metodología. En cualitativa los diseños suelen ser más flexibles y abiertos,
aunque igual deben tener directrices básicas del trabajo de campo.
111

Si se utilizarán técnicas de observación participación, una decisión será sobre los


tipos de participación. Otro punto le corresponde a las decisiones muestrales, donde
se trata de seleccionar temas de interés, situaciones sociales, escenarios, grupos,
etc.

Una vez obtenida la perspectiva sociológica de la observación, la atención se


centrará en un ejercicio de observación directa sobre el terreno, algunas pistas para
observar el escenario son:

1) Elaborar un croquis del escenario y preguntarse que actividades se permiten o no


2) Prestar atención a los usos del espacio y las actividades que hace la gente:
formas de comunicarse o evitar comunicación, la distancia que mantienen entre si
3) Fijarse en la escenificación que protagonizan unos y otros para ayudarse,
mutamente, en la representación de sus papeles respectivos
4) Buscar diferencias en la manera de comportarse, de realizar actividades,
dependiendo de si las personas están solas, en pareja o en grupos.

Lo que se deberá hacer es tomar “notas de campo”. Spradley nos dice que debemos
ya distinguir en la nota el lenguaje utilizado en la situación estudiada del lenguaje
utilizado por el investigador. Los términos nativos deberían registrarse al pie de la
letra. En la descripción de observaciones se aconseja evitar la tendencia a emplear
el lenguaje de las ciencias sociales. Debe seguirse el uso del lenguaje concreto, o
sea, empezar con hechos concretos que veas, oigas, saborees, huelas y sientas
(esto mucho antes de empezar a generalizar). Si las notas se llenan de la jerga de
social, difícilmente se podrá generalizar a partir de ellas. Este autor, además,
diferencia 4 tipos de notas de campo:

a) Condensadas: tomadas en el momento o después de una sesión de trabajo.


Incluyen todo tipo de apuntes, de lo que el observador ve u oye, pero sin pararse a
anotar en detalle todo lo que observa
b) Expandidas: escritas a partir de las anteriores
c) Notas del diario de campo: donde se va registrando el lado personal del trabajo de
campo. Es instrospectivo
d) De análisis e interpretación: entre las anteriores y la redacción final. Donde se
funde lo observado con la perspectiva teórica utilizada.

Para Schatzman y Strauss las notas son meras ayudas. Es un registro vivo basado
en una concepción interactiva de las etapas de la investigación. Ayudan a guardar y
analizar datos.

El modelo de notas de campo que proponen los autors de Field Research son:
a) Notas de observación (NO): sobre lo presenciado (visual y auditiva). Poca
interpretación. Cada NO representa un suceso considerado suficientemente
importante para incluirlo en la experiencia registrada
b) Notas teóricas (NT): intentos auto-conscientes, controlados de derivar significado
a partir de las NO.
c) Notas metodológicas (NM): refleja un acto operativo completado o planeado, una
instrucción a uno mismo, un recordatorio, critica a las teorías propias.
112

Otro instrumento importante son las “hojas de registro”, o sea, guiones de


observación y codificación, en forma de listados, casilleros, fichas, aplicados según
un protocolo de observación con instrucciones específicas.

TAYLOR Y R.BOGDAN- CAP 4

LA ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD

La entrevista es una herramienta de excavar favorita de los sociólogos, para adquirir


conocimiento sobre la vida social, los científicos sociales reposan en gran medida
sobre relatos verbales. Las entrevistas cualitativas: Son flexibles y dinámicas, no
directivas, no estructuradas, no estandarizadas y abiertas. Entrevista en
profundidad- método de investigación cualitativo. Reiterados encuentros cara a cara
entre el investigador y los informantes, encuentros dirigidos hacia la comprensión de
las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias o
situaciones, tal como las expresan con sus propias palabras. El rol implica no solo
obtener respuestas, sino aprender que preguntas hacer y cómo hacerlas. 3 tipos de
entrevista en profundidad. 1- historia de vida o autobiografía sociológica.

La diferencia entre historia de vida y autobiografía popular es el hecho de que el


investigador Solicita activamente el relato de la experiencia y los modos de ver de la
persona y construye la historia de vida como producto final. La historia de vida tiene
una larga tradición en las ciencias sociales y figuró de modo prominente en el trabajo
de la escuela de chicago en la décadas del 20, 30, 40. Segundo tipo de entrevista en
profundidad se dirigen al aprendizaje sobre acontecimientos y actividades que no se
pueden observar directamente. Los intereses de la investigación son relativamente
claros y están relativamente bien definidos. Los escenarios o las personas no son
accesibles de otro modo.
113

El investigador tiene limitaciones de tiempo.

La investigación depende de una amplia gama de escenarios o personas, en la


investigación Cuali un grupo de uno puede ser tan esclarecedor como una muestra
grande. Las personas dicen y hacen cosas diferentes en distintas situaciones, la
entrevista es una situación o sea que lo que una persona dice en la entrevista es lo
que esa persona cree o dice en otras situaciones. La estrategia del muestreo teórico
puede utilizarse como guía para seleccionar las personas a entrevistar. Al construir
historias de vida el investigador busca a un tipo particular de persona que ha pasado
ciertas experiencias. En la mayoría de los casos no se sabe cuántas entrevistas en
profundidad habrá que realizar hasta que se comienza a hablar realmente de
informantes.

No se puede decir de antemano cuantas entrevistas exactamente queremos realizar,


es recomendable avanzar lentamente al principio con los informantes. Los puntos
siguientes son los que con mayor facilidad suscitan desinteligencias y por lo tanto lo
que es más importante plantear, los motivos e intenciones del investigador,
anonimato, la palabra final (decirles que ellos tendrán la palabra final sobre leer y
comentar los borradores de cualquier libro, articulo, etc. Dinero, puede corromper el
vínculo. Logística- horario general y un lugar para los encuentros.

Durante las primeras entrevistas el investigador establece el tono de la relación con


los informantes. Debe hallar modos de conseguir que la gente comience a hablar
sobre sus perspectivas y experiencias sin estructurar la conversación ni definir lo
que aquella debe decir. La entrevista con cuaderno de bitácora, llevan un registro
corriente de sus actividades durante un periodo específico, este proporciona una
base para las entrevistas en profundidad. Esta no se adecua a informantes que no
son adeptos a registrar sus actividades por escrito. Los documentos personales
(diarios, cartas, dibujos, registros, agendas, listas de cosas importantes de las
propias personas) pueden utilizarse para guiar las entrevistas sin imponer una
estructura a los informantes.

LA GUIA DE LA ENTREVISTA- no es un protocolo estructurado, es una lista de


áreas generales que deben cubrirse con cada informante. Supone un cierto grado de
114

conocimiento sobre las personas que uno intenta estudiar, por lo menos en las
entrevistas en profundidad: Es útil para la investigación y evaluación en equipo o en
otras investigaciones subsidiadas.

En las entrevistas cualitativas, el investigador intenta construir una situación que se


asemeje a aquellas en las que las personas hablan naturalmente entre sí sobre
cosas importantes. Igual que en las OP, las entrevistas en profundidad requieren
capacidad para relacionarse con otros en sus propios términos. No abrir juicios parte
importante de la técnica de entrevistar.

El mejor modo es aceptar a las personas por como son y por lo que son, sin abrir
juicios tampoco mentalmente. A veces requiere una gran cantidad de paciencia, los
informantes pueden extenderse sobre cosas en las que no estamos interesados.
Prestar atención, comunicar interés sincero en lo que los informantes están diciendo
y saber cuándo y cómo indagar formulando la pregunta correcta. En la entrevista
cualitativa tenemos que sondear los detalles de las experiencias de las personas y
los significados que estas les atribuyen.

El entrevistador hábil fomenta preguntas estimula preguntas que estimulan la


memoria. Lo que se sospecha que son mentiras o engaños con frecuencia se
convierten en desinteligencias o cambios sinceros en las perspectivas del
informante. La relación entre entrevistador e informante es en gran medida
unilateral. Un grabador permite al entrevistador captar mucho más que si reposara
únicamente sobre su memoria. Los datos del entrevistador son casi exclusivamente
palabras.
115

Técnicas de conversación, narración: las entrevistas en


profundidad
Clarificación conceptual y terminología

Todas las formas de conversación mantenidas por el investigador de campo, en su


papel de OP, se pueden considerar como formas de entrevista. Existen dos ideas
recurrentes sobre las entrevistas cualitativas:

1) Que su variedad abarca modalidades equiparables a las conversaciones


informales, casuales

2) Que uno de sus rasgos distintivos tiene que ver con la duración del encuentro
conversacional.

Schatzman y Strauss afirman que el investigador entiende la entrevista como una


conversación prolongada.

Erlandson hablan de que la entrevista adopta una forma de dialogo o interacción,


permitiendo al investigador moverse de atrás hacia adelante en el tiempo. Las
entrevistas pueden adoptar una variedad de formas, desde muy enfocadas a muy
abiertas. La más común es la semi estructurada, la cual es guiada por preguntas y
cuestiones básicas a explorar, pero ni la redacción ni el orden están
predeterminados.

Existen diferencias sobre lo que es una entrevista profesional a una conversación


ordinaria:

1) La define el encuentro, los cuales se componen de tres elementos básicos:


personas, situaciones y reglas de interacción.
2) Caplow refiere a pistas de por que la entrevista es similar y diferente a una
conversación. Sostiene que en beneficio de la entrevista, el entrevistado debe
percibirla como una conversación. La entrevista formal se diferencia de lagunas
conversaciones en la vida cotidiana:

a. En la entrevista, la participación de entrevistado y entrevistador cuenta con


“expectativas implícitas”
b. El entrevistador anima al entrevistado a hablar sin contradecirle
c. A los ojos del entrevistado, el encargado de organizar y mantener la conversación
es el entrevistador.

Patton añade los tipos de entrevistas que existen:

a) La entrevista conversacional informal. Caracterizada por el surgimiento y


realización de las preguntas en el contexto y en el curso natural de la interacción.
b) La entrevista basada en un guión
116

c) La entrevista estandarizada abierta, que se caracteriza por un listado de


preguntas ordenadas y redactadas por igual para todos los entrevistados, pero de
respuesta libre o abierta
d) La entrevista estandarizada cerrada, donde se empla un listado de preguntas
ordenadas y redactadas pero con respuestas cerradas.

Solo las tres primeras anteriores son consideradas dentro del rotulo “entrevistas
cualitativas”

Segundo acercamiento: de los tipos de entrevista profesional a la entrevista de


investigación social y sus variedades

Hay muchos encuentros de entrevista, dentro de las entrevistas profesionales se


distinguen las siguientes:

1) Entrevista de asesoramiento (jurídico, financiero, laboral, etc)


2) Entrevista de selección (RRHH)
3) Entrevista de investigación
4) Entrevista médica
5) La entrevista de evaluación y promoción laboral.

La confesión es un elemento que aparece en la entrevista cara a cara. No es solo la


religiosa, sino que envuelve un gran abanico y engloba a las llamadas confesiones
cotidianas menores. Según Ibañez la confesión se transforma en un técnica de
investigación social en forma de entrevista en profundidad. Las entrevistas en
profundidad se encuentran dentro de las entrevistas de investigación. Este es un
glosario minimo

1) Entrevista focalizada
2) Entrevista estandarizada no programada, entrevista no estandarizada
3) Entrevista especializada y a elites
4) Entrevista biográfica; intensiva, individual abierta semidirectiva, larga, etc.

Entrevista focalizada

Según sus “creadores”: la entrevista focalizada diferente de otros tipos que podrían
parecer similares, y las razones son las siguientes:
a) Los entrevistado han estado expuestos a una situación concreta (visto un film,
leído algo, etc)
b) Los investigadores han estudiado previamente dicha situación, derivando del
análisis de contenido y de la teoría psicológica social hipótesis sobre el significado y
los efectos de determinados aspectos de la situación
c) El guión de entrevista se ha elaborado a partir del análisis de contenido y las
hipótesis derivadas
d) La entrevista se centra en las experiencias subjetivas de la gente expuesta a la
situación, con el propósito de contrastar las hipótesis y averiguar respuestas o
efectos no anticipados.
117

La diferencia entre la entrevista en profunidad y la entrevista focalizada se alude a la


posición ventajosa que tiene el entrevistador con el entrevistado porque ya ha
analizado la situación previamente.

Para que la entrevista focalizada resulte productiva debe basarse en cuatro criterios:
1) No dirección
2) Especificidad (animas a dar respuestas concretas, no difusas)
3) Amplitud
4) Profundidad y contexto personal
Entrevista estandarizada no estructurada, entrevista no estandarizada
La clasificación de la entrevista de investigación según su estandarización y grado
de estructuración ha tenido una gran repercusión. Se distingue entre
a) Entrevista estandarizada programada
b) Entrevista estandarizada no programada
c) Entrevista no estandarizada

Entrevista estandarizada programada

Es en donde la que la redacción y orden de todas las preguntas es exactamente el


mismo para cada candidato. Todas las preguntas deben ser comparables, de forma
que cuando aparecen variaciones entre encuestados pueden atribuirse a diferencias
reales de respuesta y no al instrumento. Se supone de base que:

1) El estimulo sea el mismo para todos los encuestados


2) Que sea posible redactar todas las preguntas de modo que tengan el mismo
significado para todos los encuestados
3) Que el orden de las preguntas debe ser el mismo para todos, con el fin de
construir un contexto equivalente
4) Que lo anterior sea posible en la práctica, tras la realización de estudios piloto y la
prueba del cuestionario

Entrevista estandarizada no programada

Se diferencia de la anterior en base a lo siguiente:

1) La estandarización del significado de una pregunta requiere reformularla en


términos familiares al entrevistado
2) No hay una secuencia de preguntas satisfactorias para todos los entrevistados.
3) Es factible conseguir la equivalencia de significado para todos los entrevistados a
través del estudio de estos y la selección y preparación de los entrevistsadores.

Entrevista no estandarizada

No hay siquiera un listado prefijado de preguntas. No se intenta estandarizar nada,


aunque sea considerada una extensión lógica de la entrevista estandarizada no
estructurada.
118

Gorden subdivide esta clase de entrevista en dos: la no estandarizada preparatoria


(de la estandarizada), y la independiente (no preparatoria, sino cumplidora de una
función propia).

Entrevista especializada y a elites

Es una entrevista con cualquier entrevistado.. a quien de acuerdo con los propósitos
del investigador se le da un tratamiento especial, no estandarizado. Por el
tratamiento especial me refiero a

1) Enfatizando la definición de la situación por el entrevistado


2) Animando al entrevistado a estructurar el relato de la situación
3) Permitiendo que el entrevistado introduzca en medida considerable sus nociones
de lo que considera relevante, en lugar de depender de las nociones del investigador
sobre relevancia.

El investigador esta gustoso y deseoso de permitir que el entrevistado le enseñe


cual es el problema, la pregunta o la situación.

Otras expresiones

Entrevistas en profundidad refiere a muchas, como por ejemplo: bibliográfica


intensiva, individual abierta semidirectiva, larga, etc.

McCracken afirma que la entrevista larga puede distinguirse de la “no estructurada”


practicada en la OP; y de la “entrevista en profundidad” practicada por el psicólogo.
La entrevista larga requiere preparación y estructural especiales, incluyendo, el uso
de un cuestionario abierto.

No hay que descartar la combinación de diversas modalidades de entrevista,


inclusive, se pueden utilizar en una entrevista “real” distintas modalidades de
preguntas:

a) Las decididas con anticipación (sean estas cerradas o abiertas)


b) Las que surgen durante la realización de la entrevista

Tercer acercamiento: los modelos teóricos de comunicación e interacción social en


la definición de la entrevista

Los autores coinciden en la consideración de la entrevista en tanto proceso de


comunicación interpersonal, inscrito en un contexto social y cultural más amplio.
Gorden encara la definición de “entrevista en profundidad” centrando su atención en
algunas de las barreras psicosociales que obstruyen el libre flujo de información
desde el entrevistado al entrevistador. El dibuja el contexto social de la entrevista,
donde el proceso de obtención de la información mediante entrevista depende de:

1) La combinación de tres elementos internos a la situación de la entrevista


(entrevista, entrevistado y tema en cuestión)
2) Los elementos externos (factores extra situacionales que relacionan la entrevista
con la sociedad, la comunidad o la cultura)
119

Gorden insiste que el flujo relevante, válido y fiable dependen no solo de la


interacción dentro de la situación de entrevista sino también de la relación entre la
situación y la comunidad local y la sociedad más amplia.

En la preparación de la entrevista, Gorden cita que pueden tomarse las siguientes


decisiones

a) La selección de los entrevistados más capaces y dispuesto a dar información


relevante
b) La selección de los entrevistadores que tengan la mejor relación en el
entrevistado
c) La elección del tiempo y lugar más apropiado para la entrevista.

Durante cualquier entrevista aparece un ciclo de actividad repetida. Se inicia con el


entrevistador, haciendo saber al entrevistado la clase de información que necesita,
pero trasmitiendo también mensajes no verbales. Hay una emisión de motivación del
grado o signo que sea, hacia el entrevistado. Este interpreta lo que se le pide o
pregunta, y responde con una información que le parece relevante. Por ejemplo, la
memoria afecta a la capacidad y la autocensura la voluntad. El ciclo se completa
cuando el entrevistador califica esta información, evalúa la motivación y decide en
función de ambas evaluaciones lanzar otra pregunta, animar al entrevistado a que
continúe, etc. A este ciclo se le denomina “interviewing performance”.

Para Millar, Crute y Hargie aparece, similar al de Gorden, el “modelo interaccional


social de la entrevista”, con el que se pretende dar los principales inherentes en la
interacción diádica” entrevistador-entrevistado. El modelo se completa con dos
elementos cruciales: los factores personales y los factores situacionales. Realizamos
aquí dos puntuaciones

a) Las declaraciones no siempre pueden tomarse literalmente


b) El analista precisa del conocimiento de las prácticas relatoras empleadas por los
informantes antes de poder comprender con confianza razonable el significado de
los relatos

Alonso define la entrevista en profundad como un proceso comunicativo de


extracción de información por parte de un investigador. Dicha información, según
este investigador, se encuentra en la biografía de la persona entrevistada, esto
implica que la info ha sido experimentada y absorbida por el entrevistado.

Presenta además una definición comparada de la entrevista individual abierta, el


grupo de discusión y la entrevista en cuestionario cerrado ayudándose del “modelo
de las funciones del lenguaje de Jakobson”, donde se afirma que:
a) La técnica cuantitativa mencionada se adapta a la función referencial (lo que
representa una comunicación denotativa, descriptiva)
b) El grupo de discusión se ajusta a la función metalingüística del lenguaje
c) La entrevista abierta se ubica en la función expresiva, emotiva
120

Uso, ventajas e inconvenientes de las entrevistas en profundidad

En relación a otras técnicas, las entrevistas en profundidad presentan algunas


ventajas compartidas y otras exclusivas, siendo destacables las siguientes:

1) El estilo especialmente abierto permite la obtención de una gran riqueza de


información
2) Proporciona la oportunidad de clarificación y seguimiento de preguntas y
respuestas en un marco de interacción más directo, personalizado, flexible y
espontáneo de la entrevista estructurada o de encuesta
3) Sobresale su ventaja de generar, en la fase inicial de cualquier estudio, puntos de
vista, enfoques, hipótesis y otras orientaciones útiles para traducir un proyecto sobre
el papel a las circunstancias reales de la investigación, o acoplarlo a la demanda del
cliente, además de preparar otros instrumentos técnicos
4) Durante el desarrollo o la fase final, la entrevista en profundidad comparte con
otras técnicas cualitativas la doble ventaja
a. De ofrecer el contraste o contrapunto cualitativo a los resultados obtenidos
mediantes procedimientos cuantitativos
b. De facilitar la comprensión de los mismos
5) Frente a técnicas cualitativas de observación, la entrevista en profundidad es más
capaz y eficaz en el acceso a la información difícil de obtener sin la mediación del
entrevistador o de un contexto grupal de interacción.
6) Frente a la técnica del grupo de discusión, la entrevista en profundidad puede
preferirse por su intimidad o por su comodidad.
Entre las limitaciones:
1) El factor tiempo
2) Comparte con otras técnicas basadas en la interacción comunicativa los
problemas potenciales de reactividad, fiabilidad y validez.
3) Frente a técnicas cualitativas de observación, la entrevista en profundidad acusa
la limitación derivada de la falta de observación directa o participada de los
escenarios naturales en los que se desarrolla la acción.
4) La entrevista en profundidad no produce el tipo de información del grupo, tampoco
es igual el tipo de estimulación, seguridad y espontaneidad en una técnica u otra.

Aspectos de diseño (preparación), campo (realización) y análisis (tratamiento)


de las entrevistas en profundidad

Preparación de la entrevista en profundidad: el guión de entrevista, la selección de


entrevistados y otros preparativos

Aspecto A: el guión
Esto es lo mismo que el cuestionario en una entrevista de encuesta. No hay
entrevista en profundidad donde no se emplee un guión. Contiene temas y subtemas
a cubrirse, de acuerdo con los objetivos de la investigación. No proporciona las
formulaciones textuales de las preguntas ni sugiere las respuestas. Es un esquema
a tratar, pero no se considera cerrado.

Aspecto B: la selección de entrevistados


121

Son decisiones muestrales tomadas al proyectar el estudio y completadas durante el


trabajo de campo. (¿A quiénes?, ¿a cuántos? Y ¿Cuántas veces?).
Algunas recomendaciones para lograr esto son:

1) Aproximarse al universo de entrevistados potenciales a través de las fuentes


disponibles (estadísticas, estudios previos, etc). La idea es ganar conocimiento de
todo tipo para luego tratar una estrategia.

2) En ocasiones se opta por realizar entrevistas en profundidad solo a algunos tipos


o perfiles sociológicos, basando la selección de entrevistados en criterios de
marginalidad, de normalidad o de excelencia.

3) La selección de entrevistados puede apoyarse en la clasificación de estos en tres


“tipos generales”:

a. Claves: estos son más bien “informantes”, no dan información directamente sobre
el problema pero aportan sobre la situación local donde se realiza el estudio.
b. Especiales: es cualquier persona que de información directamente relevante para
los objetivos del estudio y que es seleccionada porque ocupa una posición única en
la comunidad, grupo o institución de estudio
c. Representativos: también dan información directamente relevante a los objetivos
de la entrevista, pero se trata de una información más general poseída, por un
numero amplio de personas de una condición social o características
sociodemográficas similares

4) Se pueden añadir un conjunto de criterios muestrales de naturaleza práctica.


Tiene que ver con la selección concreta y final de los entrevistados. Estas preguntas
criterio son:

a. ¿Quiénes tienen la información relevante?


b. ¿Quiénes son más accesible física y socialmente?
c. ¿Quiénes están más dispuestos a informar?
d. ¿Quiénes son más capaces de comunicar la información con precisión?

5) Un problema aparejado es “¿a cuántos?”. La fórmula para el tamaño muestral


contiene como ingrediente clave la noción, principio o estrategia de la saturación.
Aspecto C: otros preparativos
1) Sobre el entrevistador. Las características extremas (sexo, edad, apariencia, etc)
y otras menos aparentes (actitud o personalidad) son rasgos a tener en cuenta en la
selección de entrevistadores adecuados.
2) Sobre condiciones de tiempo, lugar y registro. Son condiciones de producción que
pueden afectar a la obtención de información (positiva o negativamente).
3) Sobre el contacto o la presentación. En las entrevistas en profundidad, las labores
de contacto y presentación adquieren especial relevancia debido a la mayor
duración de estos encuentros. Inclusive le tipo de información (muchas veces más
íntima) requiere un mayor detenimiento y cuidado en las formas sociales de
presentación entre extraños.
122

La realización de entrevistas en profundidad: las tácticas de entrevista

Conviene diferencias 2 grandes clases de tácticas

1) Tácticas que pueden avanzarse en el guión de la entrevista (como un


complemento o desarrollo de éste). Consiste en trazar un esquema, en el que se
anticipen los modos de abordar el tema central y las cuestiones secundarias.
Supone tener preguntas de amplio espectro para los inicios, asi como una serie de
argumentos y cuestiones que sirvan para pasar de un asunto a otros, o para motivar
al entrevistado.

2) Tácticas del entrevistador en la situación de entrevista. Forman parte del oficio y


pericia del entrevistador, que las improvisa durante la realización de la entrevista.
Son formas de comportamiento verbal y no verbal. Existen varias

a. Táctica del silencio: emplear momentos adecuados de silencio, diferente a los


silencios incomodos.
b. Tácticas neutrales: animación y elaboración. Animar es motivar con gestos o
ruidos que el entrevistador acepta lo que el interlocutor dice. La segunda es motivar
al entrevistado que se extienda en el tema
c. Táctica de reafirmar o repetir. Obtener más información mediante la repetición de
expresiones manifestadas por el entrevistado sin tener que formular una pregunta
directa
d. Táctica de recapitulación: es una forma de elaboración retrospectiva, que invita al
entrevistado a relatar algo nuevamente.
e. Tácticas de aclaración: es pedir al entrevistado una secuencia más detallada de
hechos a partir de un evento puntual.
f. Táctica de cambiar de tema: se adopta para soslayar un asunto delicado que
oprima al entrevistador.
g. La post entrevista: prolongación del encuentro, donde se dio por concluida la
entrevista y se produce una cierta redefinición de la situación y de los roles
respectivos. Puede cumplir alguna de estas funciones
i. Para hablar amigablemente con el entrevistado
ii. Oportunidad extraordinaria para recoger o detectar algún tipo de información que
el entrevistado se ha guardado durante la entrevista.
123

ALONSO- CAPITULO 3- EL GRUPO DE DISCUSIÓN EN SU PRÁCTICA:


MEMORIA OSCIAL, INTERTEXTUALIDAD Y ACCIÓN COMUNICATIVA

El grupo de discusión es un proyecto de conversación socializada en el que la


producción de una situación de comunicación grupal sirve para la captación y
análisis de los discursos ideológicos y de las representaciones simbólicas que se
asocian a cualquier fenómenos social.

En su práctica concreta, no es más que un pequeño grupo en torno a 7 u 8 personas


que comentan y debaten sobre una serie de temas discriminantes o estímulos,
inducidos en la dinámica interactiva por un director o moderador formal de la
reunión, durante una duración variable de tiempo, pero que suele estar entre los 90
minutos y 2 horas. Su objetivo fundamental es el estudio de las representaciones,
colectivos u objetos, tópicos, discursos estereotipados, etc., que surgen a partir de la
confrontación discursiva de sus miembros.

El grupo de discusión de esta manera se mueve y encuentra su pertenencia en la


esfera de los discursos, en cuanto que estos se presentan como líneas de
enunciación formadas por combinaciones de signos, gracias a los cuales los sujetos
pueden utilizar el código de la lengua para expresar sus pensamientos personales,
teniendo en cuenta que la conciencia de los hechos por los sujetos sociales entraña
la existencia de significados intersubjetivos estructurados por un sistema de signos o
lenguajes.

El grupo de discusión es un grupo creado, el grupo de discusión es así un artificio,


un constructo que tiene que ser montado en función de una tarea su formación
entonces tiene que estar adaptada al nivel de la realidad social en la que opera. La
grupalidad se toma aquí, por tanto, en términos de identidades sociales, esto es, de
cómo los sujetos comparten y se identifican con categorías -valores, normas,
atributos tópicos, convenciones, sobrentendidos, etc.- que asientan y permean sus
124

comportamientos; dándoles a estos comportamientos la forma de naturalidad, desde


la que se conforman el sentido común y los marcos de interpretación con que se
percibe y se actúa en el mundo de la vida, espacio en el que los sujetos interactúan
cotidianamente.

El grupo de discusión es un grupo artificial convocado en función de los objetivos de


la investigación, cuya interacción está parcialmente controlada por un investigador-
director que marca los objetivos de la reunión y crea la situación discursiva. El grupo
de discusión es un juego de lenguaje interindividual, una situación de interacción
verbal abierta; su tarea está marcada: tiene como fin la producción de un discurso
que servirá de materia prima para el análisis, por parte del investigador social. En la
discusión de grupo, por tanto; se buscan internamente diferencias discursivas, y de
ahí la heterogeneidad parcial y controlada de los miembros del grupo; pero estas
diferencias no pueden obstaculizar el intercambio conversacional, ni el principio de
cooperación.

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