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Métodos y
Técnicas de la
Investigación
Cualitativa
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Índice.
Módulo 1
Modulo 2
Apud, I. (2013) Repensar el Método Etnográfico. Hacia una etnografía multitécnica, reflexiva
y abierta al diálogo interdisciplinario. Antípodas. Revista de Antropología y Arqueología, 16,
213-235. …………….pág. 37
Modulo 3
Bassi, J. (2014) Hacer una Historia de Vida: Decisiones clave durante el proceso de
investigación. …………….pág. 50
Módulo 3
Tal como plantea Atkinson (2005), en los últimos veinte años, en sus múltiples
variedades, la investigación cualitativa está floreciendo en una escala global.
Década de los ochenta que comienzan paulatinamente a proliferar textos, así como
asignaturas de estudio en las cuales se expondrá lo cualitativo como un cuerpo
integrado.
De ahí la demanda que se realiza a la investigación social para abordar esa textura
simbólica fundamental. Como una muestra de ello Denzin (2001) señala que en la
actualidad cerca del 90% de la investigación social utiliza entre sus herramientas la
entrevista, una de las herramientas cualitativas fundamentales.
Más bien, la investigación funciona como un proceso constructivo, o como dirá Willig
(2001), una aventura. Lo que es producido, los resultados de la investigación,
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Esto que es coconstruido se realiza utilizando los recursos simbólicos mediante los
cuales la sociedad se constituye y se produce, a la vez que reproduce, a sí misma
(Potter y Weatherell, 1987), por lo tanto es un proceso eminentemente social.
Tal como se puede apreciar uno de los elementos que permite diferenciar las
actuales asunciones epistemológicas que basan los desarrollos actuales de la
investigación cualitativa tiene que ver con el cómo se considera la relación con el
otro en el proceso de investigación, la que ha pasado de ser una simple relación de
recolección a una relación coconstructivo, donde la investigación emerge como
producción dialógica. Tal como expondrá Wiesenfeld (2000) es en la relación entre
investigador e informante donde se concretan las asunciones epistemológicas que
hoy se proponen como necesarias. El segundo elemento que desarrollaremos acá
tiene que ver con uno de los principales dispositivos que se utilizan para normar la
investigación cualitativa: los criterios de validación. En efecto, al establecer una
definición de verdad que se basa en la coconstrucción, se hacen necesarios criterios
de validación distintos a aquellos desarrollados desde una epistemología positivista.
Aquí expondremos una revisión de los más importantes que hoy se proponen en la
literatura.
También tendríamos que desarrollar las principales herramientas que han emergido:
entrevistas activas reflexivas, autoetnografías, etnografías performativas, poética
social, narrativas performativas, entre otras (para ver un panorama más completo
revisar Denzin y Lincoln, 2003 y 2005). Esto entre otras muchas tareas. Sin embargo
el abordar el cómo se concibe la relación con el otro en la producción de la
investigación, así como los emergentes criterios para juzgar la calidad del trabajo
cualitativo nos darán un buen vistazo introductoria para comprender hacia donde va
la investigación cualitativa contemporánea.
eventos” (Willig, 2001, p. 9). Los investigadores cualitativos entonces, más que
investigar relaciones causa-efecto, se orientan a “la calidad y textura de la
experiencia” (Willig, 2001, p. 9), colocando su foco en las significaciones en las
cuales se concretan las relaciones sociales y en base a las cuales construimos
nuestra experiencia subjetiva y nuestras identidades.
Al decir de Kirk y Miller (en Willig, 2001) el positivismo asume que “el mundo externo
en sí mismo determina absolutamente la única visualización correcta que pueda ser
tomada de éste, independiente a los procesos y circunstancias de ese ver”
Sin embargo desde fines de los sesenta se desarrolla una paulatina ‘crisis de la
representación’ en ciencias sociales. Diversos desarrollos teóricos van a cuestionar
la posibilidad de representar una realidad que está ahí afuera. El Giro Lingüístico, el
Postestructuralismo, el desarrollo del Construccionismo Social, entre otros, van
coincidir en señalar que los significados que pueden ser ‘recolectados’, emergen de
prácticas sociales situadas, y es ahí donde son construidos y reconstruidos.
Todo el infinito contexto del posible conocimiento teórico humano —la ciencia—
debe ser reconocido responsablemente con respecto a mi unicidad participativa, y
esto no rebaja en nada y tampoco distorsiona su verdad autónoma, sino que la
completa hasta convertirla en una verdad válida necesariamente
d) Voz y Multivocalidad- Voz es uno de los criterios que más fuerte aparecen en la
literatura contemporánea, éste apela a la demanda por una investigación tanto
situada, en la cual aparezca la voz del investigador, su posicionamiento, como
también la voz del otro, el investigado, en particular cuando el self es el sujeto de
investigación, caso de este estudio (Lincoln y Guba, 2003), lo que se concreta tanto
en demandas hacia las herramientas de producción de datos como a la presentación
de estos. La voz debe aparecer vívida, contra la tendencia a escribir en la distancia,
abstrayendo a la voz propia y del otro de su corporización concreta y cotidiana, es
esta corporización en la que la voz adquiere su fragmentación, heterogeneidad o
multiplicidad.
e) Reflexividad. Este probablemente sea uno de los criterios más relevantes y más
citados por la literatura en metodología cualitativa. La reflexividad, o subjetividad
crítica (Lincoln, 2002; Lincoln y Guba, 2003), es el ejercicio de una conciencia crítica
respecto a la propia acción del investigador como sujeto realizador de la
investigación. La reflexividad hace del investigador y de su actividad objeto de su
propio análisis.
Lo político tiene que ver con el tipo de relaciones que tenemos con el otro, con el
para qué y para quién es producido el conocimiento, en definitiva con orden social es
producido y reproducido a través de la práctica investigativa. Las propuestas que
aquí han sido delineadas proponen desafíos al investigador, quizás el mayor tiene
que ver con la desestabilización de nuestra posición de poder. Debemos tener la
valentía suficiente para adoptar otra posición, la de la comprensión participativa en
intersticios no directivos. Es ahí donde se gestan las relaciones cotidianas, en la
contradicción y apertura de la actividad momento a momento. Tal como propone
Denzin (2001) la investigación es una práctica política que genera espacios de
reflexión y transformación de lo social. Esta la invitación que hoy nos desafía como
investigadores.
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Valles- CAPITULO 3
La tradición empírica adquiere una gran importancia en el siglo xix, pero está
separada de la teoría sociológica y las universidades. Durkheim influyó en el
desarrollo de la sociología Cuantitativa, Weber importante para las corrientes de la
sociología Cuali. Si en la vieja Europa se fundó la sociología (teoría sobre todo) en
EE.UU. se cristalizo como ciencia empírica. Noya miranda reclama, la necesidad de
pasar de los paradigmas y perspectivas a los diseños en la investigación Cuali. El
concepto de diseño emergente, así como la clave de la flexibilidad del diseño en los
estudios cualitativos aparecen hoy en día ya recogidos en los textos sobre
metodología Cualitativa. La flexibilidad es crucial.
Esos datos deben guardar relación con la pregunta de investigación; ser, pues,
recolectados intencionalmente y, cuando corresponda, ser recogidos en situaciones
naturales. Deben ser ricos y enfatizar la experiencia de las personas y el significado
que le otorgan en sus vidas a sucesos, a procesos y a estructuras.
Entre los diferentes tipos de datos Atkinson (2005) menciona las narrativas
personales; las historias de vida y otros documentos de vida; las películas y las
imágenes fotográficas y de vídeo; los textos y las fuentes documentales; la cultura
material y los artefactos tecnológicos y el discurso oral.
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Es decir, que la diversidad de los métodos y de los datos debe ser equivalente a las
diferentes propiedades de la cultura y de la acción social en estudio, a fin de
reflejarlas preservando sus cualidades distintivas.
Para Maxwell (1996: 17-20) la investigación cualitativa puede ser empleada para
cinco finalidades distintas: 1) comprender los significados que los actores dan a sus
acciones, vidas y experiencias y a los sucesos y situaciones en los que participan, 2)
comprender un contexto particular en el que los participantes actúan y la influencia
que ese contexto ejerce sobre sus acciones, 3) identificar fenómenos e influencias
no previstos y generar nuevas teorías fundamentadas en ellos, 4) comprender los
procesos por los cuales los sucesos y acciones tienen lugar, y 5) desarrollar
explicaciones causales válidas analizando cómo determinados sucesos influyen
sobre otros, comprendiendo los procesos causales de forma local, contextual,
situada (Maxwell, 2004b: 260).
Por su parte, Creswell (1998: 17-18) señala las siguientes entre las razones
apremiantes para encarar un estudio cualitativo: 1) la pregunta de investigación, la
que en una investigación cualitativa comienza habitualmente con el término Cómo o
Qué; 2) el tema, que necesita ser explorado; 3) la necesidad de presentar un
detallado examen del tema; 4) la exigencia de estudiar a las personas en sus
situaciones naturales; y 5) la consideración del investigador como alguien que
aprende activamente y puede narrar en términos de los actores en lugar de
constituirse como un experto que los evalúa.
Esa habilidad de estar con los otros, de conectarse con ellos emotiva y
cognitivamente es lo que distingue a la investigadora y al investigador cualitativos, lo
que les permite experimentar el mundo de manera similar a la de los participantes
(Rager, 2005: 424-425) y, por tanto, verse afectados, en especial, cuando se trata de
«investigaciones sensibles» que son las que, potencialmente, suponen una
amenaza para los que participan o han participado en ellas y que tienen fuertes
implicancias éticas.
Comparto, sin embargo, las características que Patton (2002: 279) atribuye a los
principales desarrollos de las dos últimas décadas en la investigación cualitativa: a)
la finalización del debate cualitativo/cuantitativo; b) el surgimiento de enfoques
diversos y competitivos en la investigación cualitativa, que incluyen distintos criterios
para juzgar y diferenciar la calidad de la indagación; c) el incremento de la
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Las respuestas negativas. Los posturas que intentan desprender la actividad del
investigador cualitativo de presupuestos de orden epistemológico son por demás
reducidas, y dirigen sus críticas, en especial, contra quienes entienden que la
influencia del posmodernismo es la que está en la base de la producción cualitativa
de los últimos «momentos» del orden secuencial propuesto por Denzin y Lincoln
(1994) al que me he referido y el que, como se puede observar, ha tenido una muy
amplia difusión, sea vinculada a su aceptación como a su rechazo.
Las cuestiones epistemológicas, para Mason (1996: 11-13), son las que remiten a
aquello que juzgamos como conocimiento o evidencia de las cosas en el mundo
social. Nuestra epistemología es, literalmente, nuestra teoría del conocimiento y
concierne, por lo tanto, a los principios y reglas por las cuales decidimos si y cómo
un fenómeno social puede ser conocido y cómo el conocimiento que producimos
puede ser demostrado. El investigador, afirma, debe reconocer que hay más de una
epistemología y que no son todas complementarias o igualmente consistentes con
su posición ontológica, es decir, con su perspectiva acerca de la verdadera
naturaleza o esencia de las cosas en el mundo social. Según esas distintas
perspectivas ontológicas la realidad puede estar conformada, por ejemplo, por
personas, actitudes, identidades, experiencias, textos, acciones, historias,
interacciones, procesos, culturas; y son esos posibles componentes de la realidad
social los que determinarán cómo esa realidad puede ser válidamente conocida.
Siguiendo esta orientación, Creswell (1998: 74-77) afirma que los investigadores
cualitativos abordan sus estudios con determinados paradigmas o cosmovisiones, es
decir, con un conjunto básico de creencias o presunciones que los orientan.
realidad es construida por las personas de la situación que él analiza. Por ende,
existen múltiples realidades: la de esos actores, la del investigador, la de los que
leen o interpretan el estudio. A nivel epistemológico el investigador trata de
minimizar la distancia entre él y quienes forman parte de su investigación.
Axiológicamente, no deja de reconocer la influencia de sus propios valores en el
proceso de investigación.
Indicaré, brevemente, cuáles son las características más relevantes de los tres
paradigmas que, entiendo, coexisten en las ciencias sociales. Considero que los
siguientes son los presupuestos más significativos del paradigma positivista: a) la
observación exterior de los fenómenos sociales, b) las leyes sociales como
expresión de regularidades, c) las explicaciones causales, y d) la verificabilidad y/o
refutabilidad de las teorías.
Tal como propuse en trabajos anteriores (Vasilachis de Gialdino, 1992a: 57), los
métodos cualitativos suponen y realizan los postulados del paradigma interpretativo.
Acepto, pues, que la investigación cualitativa es una forma de ver (Morse, 2005a:
287), pero entiendo que esa «visión» goza de un plus que es el que le otorga el
paradigma interpretativo a través del cual el investigador privilegia lo profundo sobre
lo superficial, lo intenso sobre lo extenso, lo particular sobre las generalidades, la
captación del significado y del sentido interno, subjetivo, antes que la observación
exterior de presuntas regularidades objetivas.
Entiendo que los tres paradigmas a los que he aludido, y que coexisten en las
ciencias sociales, forman parte de la que denomino «Epistemología del sujeto
cognoscente». Esta epistemología está centrada en el sujeto que conoce ubicado
espacio-temporalmente, en sus fundamentos teórico-epistemológicos y en su
instrumental metodológico.
Tal sujeto, con esos recursos cognitivos, aborda al sujeto que está siendo conocido
y la situación en la que se halla. Ese sujeto conocido podrá ser aprehendido
presuponiendo o no que sus características son asimilables a las de un elemento
exterior, objetivo y objetivable según sea que la perspectiva de quien lo conoce se
aproxime o se aleje del paradigma positivista. Entonces, cuanto más cercana al
paradigma interpretativo esté la orientación de ese sujeto que conoce, más reducida
será la distancia supuesta entre él y ese otro sujeto que está siendo conocido.
En las anteriores formas de conocer, a las que ubico en la Epistemología del sujeto
cognoscente, los sujetos a ser conocidos, por lo general, son inducidos a mantener
una actitud pasiva en el proceso de conocimiento. Son considerados como distintos,
como ajenos, como lejanos y observados, interrogados, comprendidos por el
investigador, quien a partir de los datos que estos le proveen y mediante el
instrumental gnoseológico de su área de conocimiento verifica y/o genera teorías e
hipótesis y/o elabora explicaciones y/o interpretaciones que estarán en el núcleo de
los resultados obtenidos.
Como en todo este proceso el protagonista relevante es el que conoce, el foco está
puesto en el conocimiento que produce y no en la procedencia de ese conocimiento,
es decir, en el resultado y no en la génesis del dato y en las condiciones y
características del proceso de conocimiento.
Por lo demás, la relación que ese mismo sujeto presuponga entre él y el sujeto
conocido durante el proceso de conocimiento va a estar condicionada por la
concepción de ese sujeto cognoscente acerca del lugar que le conceda, respecto de
la diferenciación social, a la posesión del conocimiento científico como bien de
carácter simbólico. La forma en la que el investigador define su posición en la
sociedad se vincula, pues, con la actitud que asume en el proceso de conocimiento.
Por último, en cuanto al desarrollo del conocimiento es preciso reiterar que para las
nuevas formas de conocer que propongo, el sujeto que conoce no solo no puede
estar separado del sujeto conocido sino que es en el proceso de conocimiento en el
que ambos, identificándose con el otro en aquello que tienen de iguales y que los
identifica como hombres o mujeres, incrementan el conocimiento que poseen sobre
sí mismos y sobre el otro y aumentan, además, su conocimiento por medio de una
construcción cooperativa de la que ambos participan por igual, pero realizando
contribuciones diferentes. No se trata ya ni de una ontología de la representación ni
de una ontología de la pertenencia (Berti, 1994: 50-51;Vattimo, 1994: 144) sino de
una ontología de la mutua manifestación
de ambos sujetos de la interacción cognitiva.
No basta, entonces, con acortar la distancia que nos separa del sujeto conocido, no
basta con aproximarse a él, es menester reconocerlo como igual, como libre, tan
libre como para construir sus propias representaciones, cuestionar las nuestras,
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proveernos de un lenguaje con cuyas palabras logremos decir lo que tantas veces
no sabemos cómo decir y de un sentido con el cual no «atribuir», sino reconocer la
multiplicidad de sentidos, de visiones, de mundos, de búsquedas, de esperadas
realizaciones.
que el punto de vista del/la investigador/a no prevalece sobre el del informante sino
que se reconoce como una interpretación más.
3. Además, dado que para su análisis las citas son usualmente separadas del
contexto dialógico en el que se producen (SAMPSON, 1993); que las mismas no
diferencian a los informantes entre sí mas allá de su género, edad, o cualquier otra
condición general, lo cual equivale a una despoblación del sujeto similar a la que se
le critica a la metodología positivista (BILLIG, 1994); tampoco estamos frente a una
relación que dé cuenta del contexto y diversidad de los diferentes actores.
4. Si esa doble redacción, en la que aparecen las citas textuales de los discursos de
los informantes y les anteceden o siguen las interpretaciones del/la analista, sugiere
que se exponen dos subjetividades, de las cuales se supone que la del/la analista
interpreta la de los/as informantes, pero no reporta sus comentarios o reflexiones
que motivaron el discurso del cual se extrae la cita, su posición frente al tema
tratado, su contexto personal que lo/la lleva a comprender del modo que lo hace y no
de otro, el impacto de la experiencia en su vida personal y profesional (aún cuando
este /a si lo hace respecto a los informantes), podemos sugerir que el reporte de
dicho análisis tiende a ocultar la reflexividad del/de la investigador/a y a subestimar
su ingerencia en la co-construcción de los discursos que analiza.
Como forma de difundir los puntos de vista en cuestión, MARECEK, FINE y KIDDER
(1997) proponen elaborar reportes que contengan reflexiones sobre experiencias
previas ya publicadas. Pienso, que hacerlo de esta manera, en vez de incluirlas en el
reporte mismo, es reforzar el anonimato del/la investigador/a tanto en el curso de las
investigaciones reportadas como en su difusión.
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Conclusión
MÓDULO 2
Existe cierto consenso en que se trata de un método “holístico” –o sea, que tiene en
cuenta el contexto en su complejidad, sin restricciones acotadas a variables o
simplificaciones artificiales–, que utiliza la observación participante, y que informa
sobre reglas, acciones y significados de los sujetos estudiados. También se
considera al trabajo etnográfico como un catalizador de los procesos de
desfamiliarización y extrañamiento (DaMatta, 1978), una especie de vacuna contra
el etnocentrismo, a través de lo que usualmente se denomina reflexividad.
Si bien la antropología social nace como disciplina con Edward Burnett Tylor y su
Primitive Culture, en 1871, la etnografía, en cuanto método general no
necesariamente profesionalizado, puede rastrearse hasta tiempos más remotos.
En su nacimiento, la antropología fue una disciplina de gabinete o sillón (armchair
anthropology), y el trabajo de campo etnográfico no era todavía uno de sus intereses
principales. Antes de fines del siglo XIX, el etnógrafo y el antropólogo eran figuras
distintas: James George Frazer nunca había realizado trabajo de campo, si bien
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Uno de los primeros antropólogos en realizar trabajo de campo fue Franz Boas,
crítico de las perspectivas evolucionistas y difusionistas, fundador del particularismo
histórico, y considerado padre de la antropología norteamericana moderna.
Para Boas la tarea del antropólogo no pasaba tanto por componer un modelo de
desarrollo civilizatorio al estilo evolucionista o de los “ciclos culturales”, sino por
conocer las diversas culturas y sociedades en sus particularidades. Esta concepción
será motor de su interés por el manejo de la lengua nativa y de la observación in
situ.
Esta [la etnografía multitécnica] se inicia con Tylor, Rivers, Boas y Malinowski, y
continúa hasta nuestros tiempos; no sólo da cuenta de la flexibilidad, sino también
de la apertura y comunicación que ha tenido lugar entre la antropología y diversas
disciplinas (filosofía, matemáticas, estadísticas, psicología, lingüística, sociología,
geografía, ecología, etc.). Hablar de una etnografía multitécnica no resulta para nada
una perogrullada, en tanto en la literatura, la confusión con la observación
participante o reducción a ésta técnica continúa reproduciéndose… (Mora, 2010)
Stephen Tyler (1986), la etnografía posmoderna privilegia el discurso por encima del
texto, la ruptura y desfamiliarización del sentido común por encima del crecimiento
del conocimiento, y la reflexividad de la relación texto-autor-lector por encima de una
objetividad en tercera persona.
En resumen, como aspectos positivos de este giro retórico que analiza a la escritura
etnográfica como objeto cultural, podríamos mencionar: 1. La explicitación de las
dimensiones sociales, culturales y políticas de la etnografía, que llevan al abandono
de una ingenuidad positivista sumergida en la posibilidad de descripciones neutrales
y objetivas.
2. La consecuente importancia de la reflexividad en la metodología etnográfica, que
implica la inclusión del investigador como sujeto localizado socioculturalmente, y su
relación con la reflexividad de los actores estudiados. Se trata de una reflexividad en
torno a una relación intersubjetiva, productora de sentidos y determinante en el
producto final escrito (Guber, 2005).
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Se dice que existe validez interna cuando existe control de las variables que
intervienen en el experimento, de modo que la relación causa-efecto no se
encuentre contaminada o interferida por otros factores. Por otro lado, se dice que
tenemos validez externa o ecológica cuando los resultados obtenidos por el
muestreo pueden ser extrapolados al conjunto de la población que se toma como
objeto de estudio, lo cual implica la capacidad de generalización –inferencia
estadística de por medio–. Para ello es necesario cumplir con los criterios de
representatividad, que implican una relación analógica entre muestra y población.
Por último, tenemos el criterio de confiabilidad (reliability), que involucra la capacidad
de replicabilidad de la técnica, de poder obtener los mismos resultados aplicando la
42
El traslado del método científico al estudio de los hechos sociales supuso todo un
problema, por cuanto en ciencias sociales resulta difícil aislar y controlar variables
intervinientes, así como manipular variables en general, además de que no es del
todo pertinente extrapolar resultados de un individuo a otro sin tomar su contexto.
Siguiendo a Hammersley (1989), las respuestas de los investigadores cualitativos
ante esta situación han sido: i. Plegarse a los criterios de validez y confiabilidad de la
“concepción heredada”, ii. Proponer nuevos criterios que se adecúen a la
metodología propuesta y al referente empírico abordado, iii. El rechazo de todo
criterio de evaluación, dada la propia naturaleza de la investigación cualitativa.
La segunda de estas posturas –a la que nos adherimos en este trabajo– supone una
reformulación de los criterios de validez y confiabilidad, pero en clave cualitativa, que
pretende escapar de cualquier intento de imitación o copia. En el caso de la validez
interna, los intentos de fijar nuevos criterios implican una readaptación a las
características de la investigación cualitativa, a través de la estandarización y
explicitación de criterios, que en muchos casos los investigadores formulaban en
forma tácita o implícita en sus procedimientos. Tenemos, por ejemplo, los
numerosos chequeos de validez (vinculados a la credibilidad de los informantes), la
validez teórica (presentar aquellos datos que no se adecúan a la teoría o hipótesis
propuesta), el análisis de la reflexividad (análisis de la relación investigador-sujeto de
investigación), el estudio de la reactividad (incidencia del investigador sobre el
campo).
Nos parece adecuado defender una concepción multitécnica del método etnográfico,
sin menospreciar la importancia de lo cualitativo y la observación participante en el
trabajo de campo antropológico.
Módulo 3
Es por eso que, en lugar de oponer continuamente los métodos clínicos y los
métodos objetivos, será interesante ver en qué medida se excluyen, pero también en
qué medida pueden ayudarse recíprocamente. Las aproximaciones que se dicen
neutras favorecen la explicación (explicar quiere decir etimológicamente desplegar),
49
Este trabajo, como he señalado, no se puede hacer solo. El otro está siempre
presente. El lenguaje nos invita a la intercomunicación, y así a pensar nuestro propio
pensamiento, teniendo en cuenta la actividad "espiritual" del otro y los
cuestionamientos que se presentan sobre nuestro discurso, y las razones de su
creación.
Para presentar esta cuestión, creo que resulta útil distinguir entre metodologías,
métodos y técnicas. Sugiero preservar el término metodología para las diferentes
alternativas a la (obsoleta) distinción cualitativo/cuantitativo (Bassi, 2014a). Así,
habrá tres tipos de metodologías —las cualitativas, las cuantitativas y las mixtas—,
que se diferencian por su modo de comprender y abordar la realidad social.
Método puede utilizarse así para denominar las diversas estrategias que, dentro de
cada metodología, existen (o habrán de existir). Dentro de las opciones cualitativas:
análisis del discurso, teoría del actor-red, enfoque narrativo, método etnográfico,
investigación- acción participativa, sistematización de experiencias, método
documental, teoría fundamentada, etc.
A fines de este escrito, usaré el término método biográfico para referirme a una
serie de tradiciones, tanto académicas como no académicas, que utiliza o ha
utilizado «todo tipo de fuentes que aportan información de tipo personal y que sirven
para documentar una vida, un acontecimiento o una situación social», haciendo
«inteligible el lado personal y recóndito de la vida, de la experiencia, del
conocimiento». Así, «en él tienen cabida todos los enfoques y vías de investigación
cuya principal fuente de datos se extrae de biografías, material personal o fuentes
orales (…)» (Bolívar y Domingo, 2006, p. 4, las cursivas son mías).
Estos textos repasan el recorrido histórico del método (un recorrido «a tres bandas»:
Estados Unidos, Europa y Latinoamérica), reseñando sus autores/as clave y obras
señeras, además de, claro, sus aspectos epistemológicos, teóricos y metodológicos
esenciales.
Por otra parte, la forma —es decir, qué puede incluirse como documento personal
para enriquecer una historia de vida— es virtualmente infinita y en buena medida
dependiente de las necesidades, creatividad y posibilidades concretas de los/as
investigadores/ as. En la actualidad, si bien es poco probable, en algunos casos,
contar con, por ejemplo, cartas o fotografías en papel, sí es esperable que pueda
accederse a correos electrónicos, fotos en archivos digitales y toda la gama de
registros derivados del uso por parte del/de la informante de las redes sociales e
internet en un sentido general.
Esto, claro, además de documentos de más larga historia y de uso convencional en
ciencias sociales: registros oficiales de diverso tipo (como partidas de nacimiento),
legajos educacionales o laborales, etc. De este modo, más que estarse reduciendo
la cantidad y el tipo de documentos secundarios, como quizás podría pensarse, lo
que sucede es que están, en tanto expresión de una forma de vida, cambiando.
Así, una historia de vida será, como mínimo, un trabajo analítico a partir de un relato
biográfico —escrito o verbal— obtenido a pedido de un/a investigador/a y que puede
—y suele— incluir documentos personales como fuentes de información
complementarias.
Se asocian al método biográfico una serie de ventajas (Pujadas, 1999/2002, pp. 44-
45): riqueza y profundidad de la información, posibilidad de generar hipótesis
teóricas (en el mismo sentido que el postulado por la teoría fundamentada), facilidad
para evaluar in vivo todas las variables que determinan el comportamiento del
individuo, equiparación y rebasamiento de todas las informaciones que pudieran
obtenerse por otras técnicas más conservadoras, posibilidad de representatividad a
través de las biografías cruzadas (como en el clásico de Oscar Lewis, Los hijos de
Sánchez, 1961/2012) o a través de la estrategia de saturación teórica (en la que me
detendré más adelante), contraste de resultados obtenidos por otros métodos e
ilustración vívida de un caso.
Así, una primera razón para hacer una historia de vida sería poder acceder a un
tipo de información que improbablemente podría ser producida mediante
metodologías más estructuradas y que supongan una relación más superficial entre
investigador/a e informante.
53
Si los relatos de vida (y, claro está, las autobiografías), nos interesan, no es
porque sean historias personales (con las que no tenemos nada que hacer),
sino porque estas historias “personales” no son sino el pretexto para describir
un universo social desconocido. A través de los ojos del narrador, no es a él a quien
queremos mirar, sino al mundo; o, con más precisión, a su mundo [así] al
representar las historias de la vida individual, el método biográfico pretende acceder
a la realidad de la vida de los agregados sociales (estratos, clases, culturas, etc.)
el valor del método biográfico para la ciencia social, de su ubicación en un espacio
paradigmáticamente psicosocial, es decir, fronterizo entre el espacio individual y la
estructura social.
Es evidente que, desde este punto de vista, una historia de vida se vuelve relevante
si aborda un «problema de la estructura social» y no solamente una «inquietud» (con
todo lo acuciante que ésta pueda ser para una persona particular). Así, puede
pensarse una historia de vida como un «pretexto» para investigar «otras cosa»: en
esa posibilidad reside, justamente, la relevancia del método biográfico para la
ciencia social.
iii. sostener que un estudio intensivo y laborioso como el que supone componer una
55
José Pujadas (1999/2002) sostiene que las historias de vida «de caso único»
resultan «poco interesantes» a nivel analítico, ya que los autores parecen creer que
la historia habla por sí misma y, por tanto, no necesita ser explicada o no deben
extraerse conclusiones de ella. A pesar de esto, el autor no considera esto
necesariamente como una debilidad.
Han advertido de que los métodos biográficos narrativos, si bien permiten dar voz a
los agentes, son también unos dispositivos de saber y de poder y, como tales, a la
vez instrumento de dominio mediante el acceso al conocimiento de la vida (Bolívar y
Domingo, 1996, p. 3).
Según está definido, el método biográfico está orientado al estudio de una vida
«completa ». De todas maneras y de acuerdo a los intereses específicos de los/as
investigadores/ as y de sus objetivos, puede, según algunos autores, considerarse
sólo una parte de ella, aunque esta opción parece acarrear cierto «disvalor». Dicen
al respecto Bertaux y Bertaux-Wiame (1980, p. 162):
Mi distinción apunta a reservar el método biográfico para los casos en que lo que se
examina es la vida completa de una persona, en tanto ésta resulta relevante en el
sentido que he defendido antes —derivado de la idea de «problema de la estructura
social» de Wright Mills—. En este caso, es toda una vida lo que se considera
relevante teóricamente. En contraposición, considero que el enfoque narrativo podría
abocarse a periodos específicos de la vida de una persona en tanto en éstos
aparezca el problema de investigación de interés para el/la investigador/a.
No sólo por su dependencia del lenguaje —algo que podría decirse de todo lo
humano—, sino, sobre todo, por la relevancia que en ambas áreas tiene algo muy
difícil de precisar: una buena historia. Así, en el caso del método biográfico, a los
57
A diferencia de este caso, las historias de vida suelen escribirse en un tono personal
y directo que no pretende ocultar dichas condiciones de producción (que son en
todos los casos, se reconozca o no, indiferenciables de los «hallazgos»): el/la
investigador/ a reconoce la particular posición sociopolítica desde la que habla y no
procura ocultarla en ningún momento del proceso de investigación, la escritura
incluida. Tampoco oculta que el informe final es «tan suyo» como del/de la
informante.
En el caso del método biográfico una exigencia no declarada es que las historias de
vida resultantes debes ser atractivas, interesantes, hasta cautivantes. Y en muchos
casos lo son: quienes leen historias de vida por primera vez —al menos, en el caso
de los/as estudiantes a quienes se las he dado a leer— suelen destacar que «no
parecen ciencia».
En cualquier caso, no debe perderse de vista que la lectura teórica es siempre una
hipótesis de la que, más que mostrar su «verdad», debe poder mostrarse su
plausibilidad.
Dicho de otro modo, el análisis debe poder ser defendido a partir del relato y de los
documentos personales, pero no como una lectura última o representativa de «los
datos », sino como una lectura que pueda legítimamente sostenerse a partir de ellos.
A este respecto y en la línea de lo que defiende Pujadas (1999/2002), lo importante
sería justificar las decisiones tomadas a lo largo del proceso de investigación, es
decir, hacer transparente dicho proceso mediante la explicitación de sus pasos,
incluido el análisis teórico, de manera de reducir la opacidad de la práctica científica.
En este sentido, creo que no deben tomarse «precauciones adicionales» a las que
se consideren pertinentes para cualquier proceso de investigación ya que no veo por
qué los/as informantes de una historia de vida estarían más inclinados/as a mentir
que en cualquier otro contexto de investigación. ¿Es, acaso, menos probable que
un/a informante mienta menos en un test o en una encuesta?
Bourdieu llama a esto «la ilusión biográfica»: la esperanza de que podemos tomar
las vidas y presentarlas como procesos coherentes, inteligibles, con sentido. En
definitiva, domesticar el caos y la irracionalidad de una vida a las constricciones
propias de un relato: secuencialidad, desarrollo lógico, predictibilidad e, incluso,
teleología.
59
De este modo, desde una perspectiva foucaultiana, Nikolas ROSE (1996) puso
de manifiesto cómo las narrativas de vida, biografía y autoformación se puedan
inscribir dentro de los nuevas tecnologías de gobernación de los individuos del
"liberalismo avanzado", cuya esencia consiste en hacerlos responsables. Esta
nueva configuración de la individualidad, con la ilusión de autorrealización,
propugna una ética de la personalización como nueva fórmula de reinventar
contemporaneamente el hacerse a sí mismo. Las biografías, convertidas en
objeto de saber, se convierten en procedimientos de objetivación de los individuos
en sujetos. Que, en su lugar, puedan ser un instrumento de autonomía individual o
de capacitación profesional, exige explicitar y negociar al máximo las condiciones de
su ejercicio y uso.
ocupa de todo tipo de fuentes que aportan información de tipo personal y que
sirven para documentar una vida, un acontecimiento o una situación social –
hace inteligible el lado personal y recóndito de la vida, de la experiencia, del
conocimiento. En él tienen cabida todos los enfoques y vías de investigación
cuya principal fuente de datos se extrae de biografías, material personal o
fuentes orales, que dan sentido, explican o contestan preguntas vitales actuales,
pasadas o futuras, a partir de las elaboraciones o posibles argumentos con los
que se cuentan experiencias de vida o historias vividas desde la perspectiva de
quien las narra.
Tanto la dimensión social como la personal y biográfica, como vieron en los años
veinte THOMAS y ZNANIECKI (2004), es indisociable de las lógicas del decir: el
relato de los sujetos. Los relatos que la gente cuenta sobre la vida personal
hablan de lo que hacen, sintieron, les sucedió o las consecuencias que ha tenido
una acción, siempre contextualmente situados en relación con otros; no desde
un yo solitario o imparcial. La narrativa expresa la dimensión emotiva de la
experiencia, la complejidad, relaciones y singularidad de cada acción; frente a las
deficiencias de un modo atomista y formalista de descomponer las acciones en
un conjunto de variables discretas. Como modo de conocimiento, el relato capta
la riqueza y detalles de los significados en los asuntos humanos (motivaciones,
sentimientos, deseos o propósitos), que no pueden ser expresados en definiciones,
enunciados factuales o proposiciones abstractas, como hace el razonamiento lógico-
formal. Como dice BRUNER (1988, p.27): "el objeto de la narrativa son las
vicisitudes de las intenciones humanas".
1. life story, récit de vie o narración o relato de vida: como la narración de una
vida tal como la persona la ha vivido y/o cuenta;
2. life history, histoire de vie o historia de vida: o conjunto del anterior concepto
y las elaboraciones externas de biógrafos o investigadores, así como los
registros, entrevistas, etc, que permiten validar esta narración y/o historia.
Con todo ello, como defendíamos en otro momento (BOLÍVAR, DOMINGO &
FERNÁNDEZ 1998, 2001), se trata de un enfoque biográfico-narrativo que pretende
la exploración de los significados profundos de las historias de vida, en lugar de
limitarlo a una metodología de recogida y análisis de datos, para constituirse en una
perspectiva propia que se podría caracterizar por cinco postulados básicos:
El auge actual, sin duda, puede estar debido a esta nueva sensibilidad
64
Así se compone un escenario que, desde diversos focos y con distintas influencias y
trayectorias (unas locales y otras claramente internacionales), empieza a
desarrollarse un movimiento de los parámetros de la investigación social que se
vehicula principalmente desde la historia oral, la reivindicación política de vencidos y
minorías mayoritarias (mujer, campesinos o pueblo llano) y el auge de la
investigación sociológica de corte cualitativo. Paralelamente se arma de argumentos,
razones, principios y procedimientos de acción, que le dan cuerpo y estructura
metodológica y epistemológica, hasta el punto de constituirse en un enfoque con
entidad propia – pasando de moda o síntoma a racionalidad – y que puede usarse
indistintamente más allá de las áreas o los campos de estudio.
En el primero, además de los trabajos de Oscar LEWIS (1959, 1961, 1964)20 , Jorge
ACEVES (1992, 1993), desde el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social (Ciesas), introduce en su edición de historia oral a algunos de
los más acreditados investigadores internacionales (Paul THOMPSON, Daniel
BERTAUX, Alessandro PORTELLI, etc.). Por su parte, Jorge BALÁN (1974), años
antes en Argentina, introduce en su compilación sobre historias de vida a algunas de
las voces más acreditadas (Howard BECKER, Juan F. MARSAL, etc.) en ciencias
sociales. Ambos países son dos focos que irradian nuevas formas a todo el mundo
iberoamericano. Su potencial editorial se hace sentir, proyectando enfoques y
aportaciones propias o traducen obras de bastante interés que difícilmente hubiesen
llegado a España en determinados momentos históricos.
Este enfoque parte del interés por el estudio de los documentos personales y la
validación de los métodos emergentes de ellos. Desde la tradición emanada
desde la escuela de Chicago en los años veinte, tras la crisis del funcionalismo y
el positivismo, adopta una orientación reflexiva y metodológica cualitativa, con
especial incidencia en la orientación biográfica. Entre las aportaciones
metodológicas más destacadas cabría reseñar las de CÓRDOVA (1990), ACEVES
(1992, 1996), MARINAS y SANTAMARINA (1993), PUJADAS (1992) o
De MIGUEL (1996), BOLÍVAR, DOMINGO y FERNÁNDEZ (2001). En ellas se
incluyen desde aspectos teóricos, metodológicos y técnicos, hasta balances de la
historia oral y guías de campo para la recopilación de testimonios al tiempo que
afrontan – de una parte – el reto de superar la banalidad denunciada por
ALONSO (1998) y – de otra – la racionalidad y cientificidad del enfoque
(MARINAS 2004).
Al empezar a utilizarse las historias orales, los relatos biográficos y este tipo de
material desde principios democráticos e igualitarios, cediendo la voz a los
"verdaderos" protagonistas, hace que el investigador se diluya hacia un mero
recolector de testimonios – eso sí, a su juicio – interesantes y significativos, con
un apego a la mera transcripción de la entrevista para no adulterarla de
interpretaciones no nacidas del propio narrador29. Pese a ello, ofrecen la novedad
de volver la mirada y centrar interés en esta otra historia "subjetiva o iletrada", y,
con ello, comienza el enfoque a tomar cuerpo de disciplina y cientificidad.
Los trabajos de LEWIS y otros autores del llamado retrato cultural, van
aportando elementos claves para afrontar nuevos retos en este campo:
trascender de los individualismos y testimonialismos, hacia un método más
replicable, con un fuerte componente teórico y que se puede aventurar en la
generalización desde las subjetividades de las diferentes individualidades que
componen un "grupo" social, al tiempo que cuestionado la pertinencia del método
sólo hacia sectores de testimonialistas basados en la filosofía de ceder la
palabra a los actores sociales.
La investigación narrativa
Con el auge del enfoque, venido en gran medida por la analogía de GEERTZ de
tomar los fenómenos sociales como textos y el giro hermenéutico acaecido en
las ciencias sociales, hace que la investigación narrativa sea hoy un lugar de
encuentro e intersección o eje transversal entre diferentes ciencias sociales. Lo
que produce un doble impacto, a modo de trasgresión metodológica de los usos
69
Con ello se supera la distancia entre oralidad y relatos escritos, que es una
cuestión de soporte, para incidir en lo sustantivo y que da cuerpo al enfoque
biográfico-narrativo (la perspectiva y su utilidad, no su tecnología a las fuentes
utilizadas). Llegándose a afirmar que el propio relato sirve para representar el
conocimiento enraizado y elaborado que surgió a lo largo del proceso: desde los
hechos en sí, a la toma de conciencia de los mismos, y a la exposición pública de
los significados, matices e interpretaciones que se le dotan a lo largo del relato.
Hoy son las mismas ciencias de la naturaleza, las ciencias exactas, que se ven
constreñidas a autoproblematizarse, las que se aproximan cada vez más y de
manera por completo imprevista a las ciencias de lo vago y que renuncian o
penosamente comienzan a renunciar, al concepto de ley intemporal, necesaria o de
necesidad, universalmente valida.
La historia de vida es un texto, un campo, área más bien definida, algo vivido con un
origen y un desarrollo, con progresiones y regresiones, con contornos sumamente
precisos, con sus cifras y su significado. Debo aproximarme a este texto con
atención humilde, silenciado al aventurero interior. Las áreas problemáticas de una
historia de vida pueden concernir la socialización primaria (familiar, escuela), la
esfera sexual, trabajo, y la posibilidad de hallar una ocupación, como se dice
“creativa,”, los vínculos con la pareja y con los hijos.
Descubrí al cabo del tiempo, con la ayuda de las últimas obras de Campbell y otros
trabajos similares, que el falso juicio del saber común con respecto a la investigación
basada en estudios de caso puede resumirse en cinco equívocos o simplificaciones
extremas sobre la naturaleza de dicha investigación:
Podemos afirmar dos cosas. Primero, los estudios de caso producen el tipo de
conocimiento dependiente del contexto que, según revelan las investigaciones
sobre el aprendizaje, es necesario para que una persona pueda avanzar desde el
nivel del principiante que sigue reglas hasta el del experto virtuoso. Segundo, en el
estudio de los asuntos humanos, al parecer sólo existe el conocimiento dependiente
del contexto, el cual, por lo tanto, excluye la posibilidad de efectuar una construcción
epistémico teórica.
Por tanto, los estudios fenomenológicos del proceso de aprendizaje hacen hincapié
en la importancia de éste y otros métodos similares: no es sino gracias a las
experiencias con casos que uno puede avanzar del nivel de principiante hasta
convertirse en un experto.
Hacer del conocimiento basado en reglas el objetivo último resulta nocivo. Ambos
métodos son necesarios. Los niveles más altos del proceso de aprendizaje, es decir,
el virtuosismo y la verdadera maestría, sólo se alcanzan mediante las experiencias
propias de la persona como practicante de las habilidades relevantes. Por tanto,
además de emplear el método de casos y otros métodos experienciales, la forma en
que los profesores pueden ayudar más a sus estudiantes de cursos superiores es
propiciando que tengan experiencias prácticas reales; por ejemplo, mediante
convenios de colocación, internados, empleos de verano, etcétera.
Eckstein ha expresado una opinión equilibrada del papel que desempeñan los
estudios de caso para llegar a la generalización mediante la comprobación
de hipótesis:
Eckstein utiliza aquí el término “teoría” en su sentido “duro”, es decir, que comprende
la explicación y la predicción. Esto hace que su refutación de la idea de que los
estudios de caso no pueden ser utilizados para comprobar teorías o para generalizar
sea más fuerte que la mía, dado que yo me limito aquí a la comprobación de
“teorías” en el sentido “suave”, es decir, comprobando los planteamientos o
hipótesis. Eckstein demuestra que si hubiera teorías predictivas en las ciencias
sociales, entonces se usarían estudios de caso para comprobarlas, así como otros
métodos.
El hecho de querer aplicar rigurosamente las teorías a los casos nos obliga a
elaborar teorías con mayor rigor que en otras circunstancias, siempre que la
aplicación sea verdaderamente “rigurosa”, es decir, que tenga el propósito de
mostrar que una teoría válida obliga a una interpretación específica del caso y
excluye otras. Como se dijo antes, esto es, por desgracia, poco frecuente (si acaso
ocurre) en la ciencia política.
Los estudios de caso son ideales para generalizar usando el tipo de prueba
que Karl Popper llamó “falsificación”, que en las ciencias sociales forma parte
de la reflexividad crítica. La falsificación es una de las pruebas más rigurosas
a las cuales puede ser sometida una tesis científica: basta con que una sola
observación no coincida con la tesis para que ésta se considere totalmente inválida
y deba, por tanto, ser revisada o rechazada. El propio Popper empleó el ahora
célebre ejemplo de “todos los cisnes son blancos”, y propuso que la sola
observación de un solo cisne negro falsificaría la proposición, con lo que adquiriría
relevancia general y daría lugar a que se hicieran más investigaciones y se
elaboraran otras teorías. Los estudios de caso son muy adecuados para detectar
“cisnes negros”, por la profundidad de su enfoque: lo que parece ser “blanco” a
menudo, tras una observación más atenta, resulta ser “negro”.
La tercera idea equívoca acerca de los estudios de caso es la creencia de que este
método es útil para generar hipótesis en las primeras etapas del proceso general de
investigación, pero que existen métodos más adecuados para comprobar hipótesis y
elaborar teorías. Este malentendido se deriva de la idea errónea anterior de que no
podemos generalizar a partir de casos individuales. Y dado que acabamos de
corregir el error anterior, podemos hacer lo mismo con el tercero, replanteándolo de
75
la siguiente manera: Los estudios de caso son útiles para generar y comprobar
hipótesis, pero no se limitan tan sólo a estas tareas de investigación.
Contra lo que afirma el saber común en esta materia, Eckstein (1975:80) sostiene
que los estudios de caso son incluso mejores para comprobar hipótesis que para
producirlas. En su opinión, los estudios de caso “son valiosos en todas las etapas
del proceso de concepción de una teoría, pero lo son aún más en aquella en la que
suele reconocérseles menos valía, a saber, la etapa en la que se ponen a prueba las
candidatas a teorías”. La comprobación de hipótesis se relaciona directamente con
el tema de la “capacidad de generalización” y éste, a su vez, con el de la selección
de los casos. Ahora bien, la capacidad de generalización de los estudios de caso
puede elevarse mediante la selección estratégica de casos.
Por ejemplo, una clínica médica dedicada a la salud en el trabajo quería investigar si
la gente que manejaba solventes orgánicos sufría algún daño cerebral como
resultado de dicha actividad. Pero, en lugar de elegir una muestra representativa
entre todas las empresas ubicadas en esa zona y que utilizaban solventes
orgánicos, la clínica localizó un lugar de trabajo en el que se cumplía con todas las
normas de seguridad en materia de limpieza, calidad del aire, etc.
Por ejemplo, el barrio bajo de Whyte podría considerarse como el caso menos
probable para una hipótesis concerniente a la universalidad de la organización
social. Por tanto, identificar un caso como más o menos probable depende del
diseño del estudio, así como de las propiedades específicas del caso en cuestión.
(…) [E]sto representa un grave problema para una sociedad democrática, en donde
se supone que la gente debe justificar sus intuiciones. De hecho nadie puede
justificar realmente sus intuiciones. Por tanto, tienes que fabricar razones, pero no
serán las razones reales.
Además de la selección estratégica del caso, la realización del estudio de caso sin
duda influirá en ello, así como las reacciones al estudio por parte de la comunidad
investigadora, el grupo estudiado y, posiblemente, un público más amplio. El valor
del estudio de caso dependerá de los postulados de validez que los investigadores
puedan plantear en su estudio y del estatuto que dichos postulados obtengan en
diálogo con otros postulados de validez del discurso al cual el estudio pretende
contribuir. Como cualquier otro buen artesano, lo único que puede hacer el
investigador es recurrir a su experiencia e intuición para juzgar si un determinado
caso es de interés en un contexto paradigmático y si puede presentar razones
aceptables para todos que justifiquen la selección del caso.
Por último, con respecto a las estrategias para la selección de los casos, debemos
mencionar que las distintas estrategias no son por necesidad mutuamente
excluyentes.
Él observa que los estudios de caso padecen lo que llama un “daño discapacitante”,
porque no aplica los “métodos científicos”, entendidos como métodos que sirven
para “disminuir la tendencia a imprimir nuestras interpretaciones previas en los datos
obtenidos”. Para Francis Bacon (1853, xlvi) este sesgo hacia la verificación no era
tan sólo un fenómeno relacionado con los estudios de caso, en particular, sino una
característica humana fundamental. Bacon lo expresaba así: El entendimiento
humano, por su peculiar naturaleza, supone con facilidad un grado mucho mayor de
orden e igualdad en las cosas del que realmente encuentra. Una vez planteada una
proposición, el entendimiento humano fuerza todo lo demás de tal suerte que la
77
De acuerdo con las experiencias antes citadas, lo que caracteriza a los estudios de
caso es la falsificación, no la verificación.
Más aún, la cuestión del subjetivismo y del sesgo hacia la verificación se aplica a
todos los métodos, no sólo a los estudios de caso u otros métodos cualitativos. Por
ejemplo, el elemento de subjetivismo arbitrario es importante para elegir las
categorías y variables que se utilizarán en una investigación cuantitativa o
estructural, como sería un cuestionario estructurado para ser usado en una amplia
muestra de casos. Y es muy probable que 1) dicho subjetivismo perdure, sin que se
le corrija por completo a lo largo de todo el estudio, y 2) que afecte los resultados,
simplemente porque el investigador cuantitativo-estructural no se acerca tanto a sus
objetos de estudio como el investigador de estudios de caso, y por ende, es menos
probable que sea corregido por la “retroalimentación” de los objetos de estudio.
Con base en esto, el cuarto equívoco (que los estudios de caso supuestamente
tienen un sesgo hacia la verificación, entendida como una tendencia a confirmar las
ideas preconcebidas del investigador) se replantea de la siguiente forma:
Los estudios de caso no tienen un sesgo a verificar las ideas preconcebidas del
investigador en mayor grado que cualquier otro método de indagación. Por el
contrario, la experiencia indica que los estudios de caso tienen una mayor tendencia
a falsificar las nociones preconcebidas que a verificarlas.
Por lo general, los detractores de los estudios de caso consideran esto como un
inconveniente, pero, para el investigador de estudios de caso, una narrativa “densa”
y difícil de resumir no constituye un problema. Por el contrario, a menudo es un
síntoma de que el estudio ha revelado una problemática particularmente rica. Por lo
78
De esta manera, permito que lectores con formaciones diversas hagan distintas
interpretaciones y extraigan conclusiones diferentes de la pregunta: “Este caso,
¿de qué es un caso?” El propósito no es que el estudio de caso sea cualquier
cosa para cualquier persona, sino permitir que sea algo diferente para cada
persona diferente. E intento lograr esto describiendo el caso con tantas facetas
distintas (como la vida misma) de tal suerte que los diversos tipos de lectores
se sientan atraídos o repelidos por diversas cosas presentes en él. Así, además
de las interpretaciones de los actores y narradores del caso, se invita a los
lectores a que determinen su significado y que interroguen las interpretaciones
de actores y narradores para que respondan a esa pregunta categórica de
todo estudio de caso: “Este caso, ¿de qué es un caso?”
De esta manera, el quinto equívoco, según el cual a menudo resulta difícil sintetizar
los estudios de caso específicos en proposiciones y teorías generales, puede
reformularse de la siguiente manera:
Es cierto que a menudo resulta difícil resumir los estudios de caso, sobre todo
en lo que concierne al proceso del caso; es menos cierto en lo que se refiere a los
resultados. Sin embargo, los problemas para sintetizarlos se deben con más
79
Debemos destacar de nuevo que, pese a lo difícil o inadecuado que sea resumir los
estudios de caso, en general este método puede contribuir al desarrollo acumulativo
del conocimiento; por ejemplo, usando los principios para poner a prueba
proposiciones, que describimos antes, en el segundo y tercer equívocos
.
Conclusión
Por las razones antes expuestas, los estudios de caso constituyen un método
necesario y suficiente para algunas importantes tareas de investigación en las
ciencias sociales, y es un método que se defiende muy bien cuando se le compara
con otros de la amplia variedad que ofrece la metodología de investigación de las
ciencias sociales.
Cuando los estudiantes me piden bibliografía sobre cómo llevar a cabo una
investigación basada en estudios de caso, por lo general les recomiendo The Art of
Case Study Research de Stake (1995), y si son intelectualmente curiosos, les
sugiero que también lean What is a Case? de Ragin y Becker (1992). Ambas obras
son de primera y coinciden con las opiniones expresadas en este trabajo.
Sin embargo, permítanme reiterar que la anterior revisión de los cinco equívocos
sobre la investigación basada en estudios de caso no debe interpretarse como un
rechazo de la investigación que utiliza amplias muestras aleatorias o poblaciones
enteras, como serían, por ejemplo, las encuestas-cuestionario con análisis
cuantitativos. Este tipo de investigación también es esencial para el desarrollo de las
ciencias sociales; por ejemplo, para comprender hasta qué punto están presentes
ciertos fenómenos en un determinado grupo o cómo varían entre diversos casos. La
ventaja de las muestras numerosas es su alcance, y su problema es la profundidad.
Para los estudios de caso la situación es la inversa. Por ello, ambos métodos son
necesarios para que las ciencias sociales puedan tener un desarrollo sólido.
El caso es uno entre muchos. Un niño puede serlo. Un profesor también. Pero su
forma de enseñar carece de la especificidad y de la acotación necesarias para que
pueda llamarse un caso. Pero es menos frecuente considerar como casos la relación
entre las escuelas, las razones de una enseñanza innovadora, o la política de la
reforma educativa. Éstas son cuestiones generales. no específicas.
El caso es algo específico, algo complejo, en funcionamiento. Tenemos un interés
intrínseco en el caso, y podemos llamar a nuestro trabajo estudio intrínseco de
casos. Cada estudio de casos es un instrumento para aprender sobre los efectos de
las normas de calificación, pero deberá existir una buena coordinación entre cada
uno de los estudios individuales. Cuanto más intrínseco sea el interés de un caso,
más deberemos refrenar nuestra curiosidad y nuestros intereses especiales, y más
deberemos discernir y centrarnos en los temas específicos de. La investigación con
estudio de casos no es una investigación de muestras. El objetivo primordial del
estudio de un caso no es la comprensión de otros.
Parece que el estudio de casos es una base pobre para poder generalizar. Sólo se
estudia un caso, o unos pocos casos, pero se estudian en profundidad. El cometido
real del estudio de casos es la particularización, no la generalización. El buen
estudio de casos es paciente, reflexivo, dispuesto a considerar otras versiones de.
82
La vida, las acciones y relaciones sociales se configuran como los ámbitos, como él
nicho ecológico/gnoseológico por excelencia de la investigación social comunitaria.
Estas ideas no presentan solamente un modo de hacer; sino, y por sobre todo,
quieren ser una invitación a pensar la investigación social comunitaria como esa
disposición a la apertura, a la escucha, al diálogo y al reconocimiento crítico de la
83
Algunas condiciones generadas, desde el nicho “vida”, nos permiten dar cuenta de la
ubicación temporal y espacial del proceso y del producto del conocer; lo que nos
señala el carácter situado del conocimiento y por ello su singularidad y
particularidad. Por otro lado, nos permite indicar que el conocer es una práctica vital
ubicable, relacionable en un espacio y tiempo social. Es allí donde podemos
identificar acumulados, continuidades y rupturas; como también, se pueden
establecer los hechos, eventos y acontecimientos que contextualizan la construcción
social de conocimientos.
Conocer, como toda práctica social, es un quehacer que se caracteriza por aspectos
84
En la ISC, reconocemos que somos seres dispuestos, listos para narrar, relatar y
contar a otros lo que somos, hicimos, vimos; o también para referir lo que nos
relataron sobre hechos, personas o sucesos. Somos sujetos testimoniales, nos
gusta nombrar, estamos dispuestos a recordar contando y a registrar para recordar y
dejar una marca. En los procesos de ISC el relato, la narración y la expresión se
ponen de manifiesto en grafías, fotos y videos que dan cuenta de situaciones,
actividades, acciones y actuaciones. Todo registro es un punto de partida para el
análisis de la realidad.
La ISC es sin duda una práctica social dialógica que tiene por objetivo la
construcción de textos descriptivos que permiten objetivar la realidad y poner de
manifiesto las percepciones que los sujetos tienen sobre ella. En el momento
descriptivo, todos los procedimientos y técnicas están orientados hacia un fin:
construir relatos, narraciones y descripciones.
Momentos:
Primer Momento: Conformación y organización del Equipo de Trabajo.
El equipo base del proyecto se conformó por seis profesionales de las Ciencias
Sociales y Humanas, y está coordinado por un profesional con experiencia
investigativa, docente y comunitaria en diferentes procesos educativos con
organizaciones sociales e instituciones educativas.
Segundo Momento:
4* Las Mangas (lotes baldíos) de la parte baja del Cerro Quitasol: como espacio de
convivencia y encuentro y actualmente están siendo cerradas y selladas por las
urbanizadoras del sector de Niquía.
6* Zona Escolar (Niquía Parte Alta): Hacia el costado sur occidental de la Casa de
Justicia se encuentran concentradas un número significativo de instituciones
educativas.
7* Sector en Desarrollo (Niquía parte baja): En las cercanías de la estación del Metro
se ha establecido una zona comercial importante articulada a una dinámica
residencial.
8* Alrededores del Hospital Marco Fidel Suárez: es una de las zonas donde se ha
establecido el expendio de sustancias psicoactivas.
9* Limites entre Niquía Parte Alta y Barrio Mirador (Sector Camacol): Zona de
conflictividad y confrontación entre bandas y presencia de actores armados más
evidente.
Técnicas Utilizadas
Observación participante
Cartografía Social
Entrevistas
Recorridos de observación
Registros fotográficos
Momentos
Productos
Transcripciones de entrevistas
Diarios de campo
Tematizaciones y análisis de información
Consolidados de los talleres
Registro de vídeo y fotográfico
Fase II: Formulación y validación de lineamientos y propuestas: Marzo 12
Agosto
2004
Finalidades
Sensibilizar a líderes comunitarios, gestores culturales, educadores, directivos,
estudiantes y funcionarios de las instituciones, en la necesidad de diseñar y negociar
un plan integral de convivencia para las comunas 7 y 8 del municipio de
Bello.
El reto que tenemos entre manos es pensar diseñar y realizar proyectos de ISC
ubicados en puntos de intersección reales/virtuales, en zonas de tránsito y
encuentro, en los que sea posible la construcción de vínculos que vayan, técnica e
ideológicamente, más allá de los existentes y que tengan la potencia suficiente para
recrear los ámbitos, las capacidades y las actitudes que configuran sujetos solidarios
en la acción política, económica, ecológica y cultural, buscando con ello debilitar el
modelo dominante empeñado en bloquear la vida, la justicia social, la convivencia y
toda forma de participación democrática.
93
• Ajuste: las categorías deben surgir de los datos y ser fácilmente aplicables a ellos;
y
• Funcionamiento: deben ser significativamente apropiadas y capaces de explicar la
conducta en estudio.
El muestreo teórico es, por cierto, distinto del muestreo estadístico:
El muestreo teórico se realiza para descubrir categorías y sus propiedades,
y para sugerir las interrelaciones dentro de una teoría. El muestreo estadístico se
realiza para obtener evidencia precisa sobre distribuciones de una población entre
categorías, que pueden ser utilizadas en descripciones o verificaciones.
Codificar supone siempre un corte o fractura de los datos. Por un lado permite
identificar y agrupar información descontextualizándola, es decir extrayéndola del
texto original. Por otro lado admite recuperarla en un nuevo texto
(recontextualización) y comenzar a interrogarla para descubrir sus propiedades y
dimensiones (sub-categorías). Esto supone dos operaciones analíticas
complementarias:
b. La escritura de notas (memos) para registrar las ideas y relaciones que vayan
surgiendo durante la codificación. Básicamente los memos son notas que uno se
escribe a sí mismo para retener las ideas y relaciones que le van surgiendo a partir
de la lectura y comparación de los datos.
Los elementos básicos de una teoría son las categorías, las propiedades de las
categorías y las hipótesis. La forma propuesta por la TF para ir articulando los
componentes de una teoría dentro del método de la comparación constante, es
proceder, en un primer paso, a maximizar las similitudes y minimizar las diferencias
para, en un paso posterior, realizar el proceso inverso, enfatizar las diferencias entre
los casos analizados.
Sin duda estamos ante la categoría central. Cuando una categoría central ha sido
identificada se interrumpe el procedimiento de codificar información que no estuviera
directamente relacionada con ella. Se codifica sólo para la categoría central y
aquellas que aparecen conectadas a esta. A este procedimiento se lo conoce
también como codificación selectiva.
96
Strauss (1987; citado por Strauss y Corbin, 2002: 161) proporcionó una lista de
criterios que se pueden utilizar para determinar si una categoría califica como
central:
1. Tiene que ser central, o sea, que todas las otras categorías principales
se puedan relacionar con ella.
2. Debe aparecer con frecuencia en los datos. Ello significa que en todos, o en casi
todos los casos haya indicadores que apunten a tal concepto.
6. El concepto puede explicar las variaciones así como el asunto central al que
apuntan los datos, o sea, cuando varían las condiciones, la explicación se mantiene,
aunque la manera como se expresa un fenómeno puede variar algo. También
debería uno poder explicar los casos contradictorios o alternativos en términos de la
idea central.
Para la TF, la teoría puede ser sustantiva o formal. La teoría es sustantiva cuando
está referida a una misma clase de grupos o casos. Es formal cuando está referida a
grupos o casos no comparables a nivel sustantivo, pero comparables a un nivel
conceptual más amplio. Cuando se busca ampliar las posibilidades de
generalización de una teoría sustantiva a un nivel de mayor generalización (de teoría
formal), se dice que se está ampliando el alcance de la teoría.
El paradigma de codificación
Según Dick, «la teoría fundamentada comienza con una situación de investigación.
Dentro de esa situación, la tarea del investigador es la de comprender qué esta
pasando ahí, y cómo los actores manejan sus roles» (Dick, 2005: 2). Cuando se
trabaja con datos, las relaciones entre acontecimientos y sucesos no son siempre
evidentes. Por tal razón es útil tener un esquema que se pueda utilizar para
organizar las conexiones que van emergiendo.
influencian las estrategias), y delinea las consecuencias (por ejemplo, los resultados
de las estrategias) para este fenómeno.
La recolección de datos
La codificación
Estas categorías básicas que surgen de exaltar las similitudes, no nos impiden, sin
embargo, visualizar las profundas diferencias que existen en los casos estudiados. A
saber:
a) El carisma
Si bien es cierto que en el origen de todos estos movimientos hay un fundador (en el
sentido de J.Wach) que respalda la continuidad del movimiento, vemos luego que la
manifestación del carisma asume diversas formas:
100
Delimitación de la teoría
Muy cerca del «polo Iglesia» ubicaríamos a Dimensión de Fe, la cual se define como
brazo evangelístico de la Alidd.
Por todo lo dicho hasta aquí, hemos visto que existe un conjunto de categorías
básicas que nos permiten identificar a un movimiento evangelístico. Sin embargo,
dentro de estos hay diferencias marcadas, que nos permiten proponer por lo menos
tres tipos distintos de evangelismo.
Si, por ejemplo, pretendiéramos comparar este tipo particular de movimiento con
movimientos políticos (por ejemplo, peronismo) y movimientos sociales (feminismo,
ecologismo, etc.) podríamos generar teoría formal sobre «movimientos» en general,
entendidos como un tipo de organización social flexible con alta capacidad de
movilización.
Para Glaser «una teoría debe tener ajuste y relevancia, y debe funcionar.
La Teoría Fundamentada alcanza estos criterios porque es generada
sistemáticamente de los datos de la investigación» (Glaser, 1978: 4).
El ajuste significa que las categorías de la teoría deben ajustarse a los datos. Los
datos no deben forzarse o seleccionarse para que encajen en teorías
102
Esta afirmación de que los datos que produce la TF son para generar teoría y no
para describir, es una respuesta explícita a los distintos autores de las diferentes
tradiciones de investigación cualitativa (las cuales engloban como QDA), entre las
que incluye a la versión «constructivista » de TF de Charmaz.
Estas definiciones dejan afuera la “historial oral” y en general, todo tipo de documento que
no sea papel.
Los tipos de documentos que acaban diferenciando MacDonald y Tripton son los siguientes:
Documentos escritos
o Documentos oficiales de las administraciones públicas (informes y estadísticas)
o Prensa escrita
o Papeles privados (cartas, diarios, memorias, etc)
105
Documentos audiovisuales
o Fotografías
o Pinturas
o Esculturas
o Arquitecturas
Estos tres autores también hablan de la “intencionalidad” en los puntos anteriores. Dentro de
los datos secundarios, conviene diferenciar:
a) Documentos literarios
b) Documentos numéricos
c) Documentos audiovisuales
En síntesis, son varias las clasificaciones posibles de los materiales documentales que
interesan al investigador, sin embargo, las clasificaciones en si mismas no son lo más
importante, sino el reconocimiento a la riqueza de los elementos documentales
aprovechables en la indagación cualitativa.
Ventajas e inconvenientes
Detrás del uso de los materiales documentales, algunos autores han detectado las
siguientes ventajas:
Bajo coste de una gran cantidad de material informativo, que en algunos casos tienen un
carácter periódico
No reactividad, a diferencia de lo que puede ser una observación o conversación
Exclusividad: el contenido informativo que proporcionan algunos materiales documentales
tienen un cierto carácter único, pues difiere del que puede obtenerse mediante técnicas
directas de observación y conversación
Historicidad: los escritos, imágenes y voces permanecen en el tiempo.
106
a) Problemas específicos
a. Autenticidad del documento
b. Disponibilidad de la documentación
c. Problemas de muestreo (identificación de las muestras que se disponen)
d. Credibilidad del documento
e. Posibilidad de hacer inferencias a partir del contenido de los documentos sobre los rasgos
individuales del autor, aspectos sociales o características de su audiencia
b) Problemas compartidos con otros tipos de investigaciones
a. Interpretación del significado del documento
b. De presentación del material documental
Se hará un prevé apunte de una tarea por la cual tiene que pasar necesariamente cualquier
investigación documental. Esta es la localización de los documentos y suconsulta, presto o
adquisición. Generalmente, la idea de un proyecto hace que el investigador tenga en mente
la clase de documentos que le gustaría disponer, pero también pueden que vayan
apareciendo según transcurre el estudio.
Existe un primer eje que dice que la distinción entre observación científica y
observación común suele ser uno de los ejes en torno a los que giran algunas
reflexiones.
El rol técnico del observador participante hay que diseccionarlo, ya que cuenta con
distintas modalidades porque podemos dividirlo en “observador” y “participante”.
Burfor Junker sugiere cuatro roles posibles, van desde el completo participante a un
observador. A su vez tenemos el “participante como observador” y el “observador
como participante”.
No participación:
Participación pasiva: se presencia la escena pero con participación mínima. El
investigador dispone de roles periféricos (un espectador, por ejemplo)
110
1) Sociología formal: da especial interés por la forma de interacción social y los tipos
de interactores.
2) Sociología dramatúrgica sintetiza un estilo investigador basado en una sugerente
visión escénica y ritualizada de las relaciones sociales entre las personas. La OP se
encuentra ligada a una perspectiva microsociológica, atenta a la exterioridad teatral
y al juego de roles en la vida social.
3) Los estudios de la esfera pública: constituyen en gran parte una amplicación de la
línea de investigación comentada en el punto anterior.
4) El uso de la autoobservación como herramienta técnica en el estudio de la
sociedad, encuentra especial cobertura en la sociología fenomenológica y en la
sociología existencial. De estas perspectivas se propugna la inmersión del
observador en la vida real, donde tiene lugar el fenómeno a estudiar.
5) La perspectiva de etnometodología supone un contrapunto respecto a los
enfoques interaccionistas, fenomenológicos y existencialistas presentes también en
la sociología. Optan por el estudio de los fenómenos empíricamente observables (no
entran los pensamientos, ideas o creencias, por ejemplo)
Toda técnica de investigación social requiere de una previa toma de decisiones que
se ha de plasmar en un diseño especifico en el que se casen los objetivos de estudio
y la metodología. En cualitativa los diseños suelen ser más flexibles y abiertos,
aunque igual deben tener directrices básicas del trabajo de campo.
111
Lo que se deberá hacer es tomar “notas de campo”. Spradley nos dice que debemos
ya distinguir en la nota el lenguaje utilizado en la situación estudiada del lenguaje
utilizado por el investigador. Los términos nativos deberían registrarse al pie de la
letra. En la descripción de observaciones se aconseja evitar la tendencia a emplear
el lenguaje de las ciencias sociales. Debe seguirse el uso del lenguaje concreto, o
sea, empezar con hechos concretos que veas, oigas, saborees, huelas y sientas
(esto mucho antes de empezar a generalizar). Si las notas se llenan de la jerga de
social, difícilmente se podrá generalizar a partir de ellas. Este autor, además,
diferencia 4 tipos de notas de campo:
Para Schatzman y Strauss las notas son meras ayudas. Es un registro vivo basado
en una concepción interactiva de las etapas de la investigación. Ayudan a guardar y
analizar datos.
El modelo de notas de campo que proponen los autors de Field Research son:
a) Notas de observación (NO): sobre lo presenciado (visual y auditiva). Poca
interpretación. Cada NO representa un suceso considerado suficientemente
importante para incluirlo en la experiencia registrada
b) Notas teóricas (NT): intentos auto-conscientes, controlados de derivar significado
a partir de las NO.
c) Notas metodológicas (NM): refleja un acto operativo completado o planeado, una
instrucción a uno mismo, un recordatorio, critica a las teorías propias.
112
LA ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD
conocimiento sobre las personas que uno intenta estudiar, por lo menos en las
entrevistas en profundidad: Es útil para la investigación y evaluación en equipo o en
otras investigaciones subsidiadas.
El mejor modo es aceptar a las personas por como son y por lo que son, sin abrir
juicios tampoco mentalmente. A veces requiere una gran cantidad de paciencia, los
informantes pueden extenderse sobre cosas en las que no estamos interesados.
Prestar atención, comunicar interés sincero en lo que los informantes están diciendo
y saber cuándo y cómo indagar formulando la pregunta correcta. En la entrevista
cualitativa tenemos que sondear los detalles de las experiencias de las personas y
los significados que estas les atribuyen.
2) Que uno de sus rasgos distintivos tiene que ver con la duración del encuentro
conversacional.
Solo las tres primeras anteriores son consideradas dentro del rotulo “entrevistas
cualitativas”
1) Entrevista focalizada
2) Entrevista estandarizada no programada, entrevista no estandarizada
3) Entrevista especializada y a elites
4) Entrevista biográfica; intensiva, individual abierta semidirectiva, larga, etc.
Entrevista focalizada
Según sus “creadores”: la entrevista focalizada diferente de otros tipos que podrían
parecer similares, y las razones son las siguientes:
a) Los entrevistado han estado expuestos a una situación concreta (visto un film,
leído algo, etc)
b) Los investigadores han estudiado previamente dicha situación, derivando del
análisis de contenido y de la teoría psicológica social hipótesis sobre el significado y
los efectos de determinados aspectos de la situación
c) El guión de entrevista se ha elaborado a partir del análisis de contenido y las
hipótesis derivadas
d) La entrevista se centra en las experiencias subjetivas de la gente expuesta a la
situación, con el propósito de contrastar las hipótesis y averiguar respuestas o
efectos no anticipados.
117
Para que la entrevista focalizada resulte productiva debe basarse en cuatro criterios:
1) No dirección
2) Especificidad (animas a dar respuestas concretas, no difusas)
3) Amplitud
4) Profundidad y contexto personal
Entrevista estandarizada no estructurada, entrevista no estandarizada
La clasificación de la entrevista de investigación según su estandarización y grado
de estructuración ha tenido una gran repercusión. Se distingue entre
a) Entrevista estandarizada programada
b) Entrevista estandarizada no programada
c) Entrevista no estandarizada
Entrevista no estandarizada
Es una entrevista con cualquier entrevistado.. a quien de acuerdo con los propósitos
del investigador se le da un tratamiento especial, no estandarizado. Por el
tratamiento especial me refiero a
Otras expresiones
Aspecto A: el guión
Esto es lo mismo que el cuestionario en una entrevista de encuesta. No hay
entrevista en profundidad donde no se emplee un guión. Contiene temas y subtemas
a cubrirse, de acuerdo con los objetivos de la investigación. No proporciona las
formulaciones textuales de las preguntas ni sugiere las respuestas. Es un esquema
a tratar, pero no se considera cerrado.
a. Claves: estos son más bien “informantes”, no dan información directamente sobre
el problema pero aportan sobre la situación local donde se realiza el estudio.
b. Especiales: es cualquier persona que de información directamente relevante para
los objetivos del estudio y que es seleccionada porque ocupa una posición única en
la comunidad, grupo o institución de estudio
c. Representativos: también dan información directamente relevante a los objetivos
de la entrevista, pero se trata de una información más general poseída, por un
numero amplio de personas de una condición social o características
sociodemográficas similares