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Este documento describe tres tendencias musicales de la primera mitad del siglo XX: el impresionismo, el folklorismo y el expresionismo. El impresionismo se enfoca en evocar atmósferas e imágenes sin un contenido sentimental a través de la tonalidad, el timbre y la forma fluida. El folklorismo da forma artística a elementos culturales nacionales tomando melodías y instrumentos tradicionales. El expresionismo transmite angustia psicológica a través de la atonalidad, el dinamismo del sonido, y la dis
Descripción original:
Título original
La primera mitad del siglo XX enfocado por tendencias musicales
Este documento describe tres tendencias musicales de la primera mitad del siglo XX: el impresionismo, el folklorismo y el expresionismo. El impresionismo se enfoca en evocar atmósferas e imágenes sin un contenido sentimental a través de la tonalidad, el timbre y la forma fluida. El folklorismo da forma artística a elementos culturales nacionales tomando melodías y instrumentos tradicionales. El expresionismo transmite angustia psicológica a través de la atonalidad, el dinamismo del sonido, y la dis
Este documento describe tres tendencias musicales de la primera mitad del siglo XX: el impresionismo, el folklorismo y el expresionismo. El impresionismo se enfoca en evocar atmósferas e imágenes sin un contenido sentimental a través de la tonalidad, el timbre y la forma fluida. El folklorismo da forma artística a elementos culturales nacionales tomando melodías y instrumentos tradicionales. El expresionismo transmite angustia psicológica a través de la atonalidad, el dinamismo del sonido, y la dis
La primera mitad del siglo XX enfocado por tendencias musicales.
Impresionismo: A diferencia de una obra romántica, donde el reflejo
interior y personal es característico aún aludiendo a lo extramusical, la música impresionista reacciona ante esta proyección evocando atmósferas e imágenes sin que medie un basamento sentimental. El viento, el oleaje, la sensualidad de los cantos de sirenas, los movimientos nubosos, los pasos sobre la nieve o la soleada claridad de un mediodía en el mar se vuelven un fin en sí mismos dentro de la expresión. Para lograr esta premisa la tonalidad se encubre, enriquece y alterna con escalas modales, pentágonas, exáfonas y cromatismos. Así mismo elementos asiáticos y orientales son asumidos por las nuevas concepciones occidentales expandiendo la visión cultural del mundo. Por ejemplo “El mar” que describe Debussy más que europeo es universal. El timbre y la factura son revalorizados en esta búsqueda evocadora y poética, de ahí que se logren describir flujos, intensidades, volúmenes y las ondulaciones presentes en cualquier elemento de la naturaleza. Tómense por ejemplo: el timbre del arpa ejecutando arpegios en función del ir y venir de las olas; la sonoridad de la celesta aludiendo a salpicaduras; golpes brillantes y extendidos en los platillos para lograr un fuerte viento marítimo o el rompimiento brusco de las olas contra la costa; giros cromáticos de rápida ejecución en función de arremolinamientos de viento o agua; solos en las maderas con notas pausadas y ligadas para transmitir la quietud del viento o el mar calmo; acordes de quintas descubiertas en el piano para recrear el ambiente sonoro de una basílica o catedral de la edad media; murmullos de voces femeninas asociadas al canto de sirenas. En la forma no hay una intención de delimitación u organización objetiva, se trata más bien de un constante, espontáneo y muy fluido desarrollo de ideas que van surgiendo. No por ello deja de existir gran complejidad constructiva. Armónicamente se encadenan acordes sin resolución de novenas, décimas, oncenas, trecenas, de quintas descubiertas, todo de un modo coherente. Un ritmo libre que puede estar o no sujeto a compases, más valores irregulares y rubateos en la agógica, transmiten cierta vaguedad, que lejos de ser monótona debe interpretarse como sensual, evocativa e intelectual.
Folklorismo: Los compositores dan forma artística a elementos
provenientes de las raíces nacionales tomando literalmente melodías ancestrales, instrumentos nativos, diseños rítmico-melódicos asociados directamente al contexto sonoro primitivo que le da origen. El tratamiento de instrumentos convencionales en la tradición europea, puede verse reexplorado en función de un carácter martillante y percusivo o de la evocativa y exótica sonoridad de instrumentos poco conocidos fuera de su contexto local. Armónicamente se recurre al modalismo, la politonalidad, el diatonismo, la disonancia como fin estético, etc.
Expresionismo: Tendencia de sonoridad chocante, compleja en lo
psicológico, que puede transmitir angustia al expresar el artista su interior de manera tajante. Musicalmente aboga por: la absoluta independencia del acorde logrando una armonía no funcional (atonalismo); un preciosismo en el trabajo de todos los parámetros del sonido de ahí la explotación del silencio con un fin expresivo, la dinámica y las múltiples posibilidades del ataque en los medios tímbricos, todo ello trabajado de una forma inédita en función de factores dramáticos; valor expresivo de la disonancia; línea melódica quebrada y trunca dada a los saltos interválicos; recurrencia a lo camerístico de ahí la economía de medios; libertad en el tratamiento rítmico.