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La demencia en la Historia

Introducción
Los trastornos que hoy incluimos en el concepto de demencia han sufrido muy distinta
consideración por parte de los estudiosos y de la propia sociedad a lo largo de la Historia.
Pasamos a recordar, muy brevemente, las épocas de la Historia en las que se mostró más
interés por la demencia.

Imperio Romano
La palabra demencia aparece ya en el Imperio Romano, significando —literalmente— «locura,
fuera de la mente de uno». Así la encontramos por primera vez en la obra De Rerum Natura,
de Titus Lucrecius, en el siglo I antes de Cristo, y es en la Enciclopaedia de Celsus -también del
siglo I antes de Cristo- cuando se usa por primera vez en un contexto médico.

Cicerón defendió en su obra De Senectute que la pérdida de memoria en la vejez era


consecuencia de una enfermedad ajena al propio envejecimiento.

Un siglo más tarde, Areteo de Capadocia habla ya de demencia senil.

En esa época, cualquier tipo de trastorno intelectual o de la conducta era denominado


demencia, y es preciso tener en cuenta que entonces la esperanza media de vida al nacer era
de unos 30 años.

Edad Media
Durante la Edad Media, los médicos del Islam siguieron manteniendo criterios similares a los
del Imperio Romano, tanto en lo relativo a la demencia como en lo relativo al envejecimiento
cerebral.

Renacimiento
Las ideas comunes de esta época eran la inevitable decrepitud intelectual y el carácter
melancólico del anciano. Thomas Willis, en su obra De Anima Brutorum, incluyó bajo los
epígrafes de «estupidez» y «locura» lo que hoy conocemos como demencia.

Siglo XVIII
La palabra demencia aparece por vez primera en lengua vernácula en el Physical Dictionary de
Blancard, en 1726, con los significados de «Deficiencia mental extrema. Sin mente. Extinción
de la imaginación y el juicio». El Diccionario Español-Francés de Sobrino (1791) la define como
«Locura, extravagancia, extravío, alienación del espíritu».

La raíz latina demens adquiere ya connotación médica a mediados de este siglo, como se
aprecia en la Enciclopedia Francesa de Diderot y D'Alembert de 1754, distinguiéndose ya bien
aquí la demencia de la manía y del delirium, y aceptándose además su reversibilidad en
algunos casos, la posibilidad de presentación a cualquier edad y su carácter plurietiológico.

Siglo XIX
Es en este siglo cuando se empieza a perfilar con claridad la organicidad de la demencia. En
1822, Bayle presentó su trabajo clínico-patológico, en el que demostraba que los síntomas
físicos y mentales de la parálisis general progresiva (PGP), enfermedad infecciosa tratable que
cursa con demencia y que había sido traída por los españoles de Colón desde Haití, eran
debidos a una aracnoiditis crónica. Esto hizo cambiar el concepto de demencia, que empezó a
considerarse el resultado de una enfermedad orgánica.

En el Tratado de Psiquiatría de Wilhelm Griesinger (1845) se hace mención a una clasificación


de la demencia apática, bajo el título general de Estados de Debilidad Mental. La demencia
senil era un ejemplo de tal condición que, se creía, estaba originada por enfermedad de las
arterias cerebrales.

Binswanger introdujo en 1898 el término demencia presenil. El término demencia empezaba a


delimitarse: aparecía tanto en la edad senil como antes de ella, y estaba causada por una
enfermedad orgánica cerebral, lo que la diferenciaba de las neurosis.

Hacia 1900 estaban ya bien individualizadas la demencia senil, la demencia arterioesclerótica y


algunas formas de demencia subcortical, entre ellas la descrita por George Huntington en Long
Island en 1872.

Sin embargo, no se ubicaban en esa clasificación enfermedades tan clásicas como la PGP, la
demencia precoz, las demencias alcohólicas, las postraumáticas, la debida a envenenamiento
por plomo, etc.

Siglo XX
Alois Alzheimer describió por completo en 1904 la neuropatología de la PGP, y fue Kraepelin
quien señaló que «la infección sifilítica es esencial para su aparición».

En 1906, Alzheimer presenta ante la Sociedad Médica Alemana el primer caso de la


enfermedad que lleva su nombre, el de la famosa Augusta D.

En el primer cuarto de este siglo ya se había constituido el clásico cuarteto de la demencia


presenil: enfermedad de Huntington, enfermedad de Pick, enfermedad de Alzheimer y
enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Sin embargo, no había un interés evidente por estas
enfermedades, especialmente en la literatura anglosajona, y no es hasta los años 50 cuando
comienza en el mundo occidental un desarrollo importante del estudio de las demencias.

A partir de entonces se inicia una febril actividad investigadora sobre las demencias en todos
los campos. Neurólogos, psiquiatras, geriatras, internistas, infectólogos, epidemiólogos y
expertos en biología molecular y genética forman, entre otros, la legión de especialistas
volcados en la investigación y problemática general de las demencias, y se describen algunas
de nueva aparición, como la del complejo demencia-sida y la de la nueva variante de la
enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.

Siglo XXI
Continúan el interés y la intensa actividad investigadora iniciadas en la segunda mitad del siglo
XX.

Se asientan los criterios diagnósticos de consenso para las demencias más prevalentes, y se
sientan las bases para un diagnóstico más precoz de las mismas, especialmente para la
demencia debida a la enfermedad de Alzheimer, para cuyo tratamiento hay abiertas en la
actualidad varias vías de investigación bastante prometedoras en el campo de la
inmunoterapia.
Cómo citar esta página:

De la Vega, R. y Zambrano, A. La demencia en la Historia [en línea]. Circunvalación del


Hipocampo, junio 2012 [Consulta: 9 de noviembre de 2021]. Disponible en:
https://www.hipocampo.org/historia.asp.

Datos y cifras
 La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el
comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.
 La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento
 El número de personas con demencia está aumentando rápidamente
 La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, acapara entre un
60% y un 70% de los casos.
 La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las
personas mayores en el mundo entero.
 La mayoría de los cuidadores de personas con demencia son familiares

La demencia es un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado


por el deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento)
más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal. La
demencia afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la
capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia no se ve afectada. El deterioro
de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el deterioro del
control emocional, el comportamiento social o la motivación.

La demencia es causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma
primaria o secundaria, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.

La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas
mayores en todo el mundo. Puede resultar abrumadora no solo para quienes la padecen, sino
también para sus cuidadores y familiares. A menudo hay una falta de concienciación y
comprensión de la demencia, lo que puede causar estigmatización y suponer un obstáculo
para que las personas acudan a los oportunos servicios de diagnóstico y atención. El impacto
de la demencia en los cuidadores, la familia y la sociedad puede ser de carácter físico,
psicológico, social y económico.

Signos y síntomas
La demencia afecta a cada persona de manera diferente, dependiendo del impacto de la
enfermedad y de la personalidad del sujeto antes de empezar a padecerla. Los signos y
síntomas relacionados con la demencia se pueden entender en tres etapas.

Etapa temprana: a menudo pasa desapercibida, ya que el inicio es paulatino. Los síntomas
más comunes incluyen:

 tendencia al olvido;
 pérdida de la noción del tiempo;
 desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.
Etapa intermedia: a medida que la demencia evoluciona hacia la etapa intermedia, los signos
y síntomas se vuelven más evidentes y más limitadores. En esta etapa las personas afectadas:

 empiezan a olvidar acontecimientos recientes, así como los nombres de las personas;
 se encuentran desubicadas en su propio hogar;
 tienen cada vez más dificultades para comunicarse;
 empiezan a necesitar ayuda con el aseo y cuidado personal;
 sufren cambios de comportamiento, por ejemplo, dan vueltas por la casa o repiten las
mismas preguntas.

Etapa tardía: en la última etapa de la enfermedad, la dependencia y la inactividad son casi


totales. Las alteraciones de la memoria son graves y los síntomas y signos físicos se hacen más
evidentes. Los síntomas incluyen:

 una creciente desubicación en el tiempo y en el espacio;


 dificultades para reconocer a familiares y amigos;
 una necesidad cada vez mayor de ayuda para el cuidado personal;
 dificultades para caminar;
 alteraciones del comportamiento que pueden exacerbarse y desembocar en agresiones.

Formas más comunes de demencia


Las formas de la demencia son múltiples y diversas. La enfermedad de Alzheimer es la forma
más común de demencia: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otras
formas frecuentes son la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy (agregados
anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades
que pueden contribuir a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del
cerebro). Los límites entre las distintas formas de demencia son difusos y frecuentemente
coexisten formas mixtas.

Tasas de demencia
La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del
60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de
nuevos casos.

Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia


en un determinado momento.

Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152
millones en 2050. Buena parte de ese incremento puede achacarse al hecho de que en los
países de ingresos bajos y medios el número de personas con demencia tenderá a aumentar
cada vez más.

Tratamiento y atención
No hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva.
Existen numerosos tratamientos nuevos que se están investigando y se encuentran en diversas
etapas de los ensayos clínicos.
Sin embargo, sí existen numerosas intervenciones que se pueden ofrecer para apoyar y
mejorar la vida de las personas con demencia y sus cuidadores y familias. Los objetivos
principales de los servicios de atención relacionados con la demencia son:

 diagnosticarla precozmente para posibilitar un tratamiento precoz y óptimo;


 optimizar la salud física, la cognición, la actividad y el bienestar;
 identificar y tratar enfermedades físicas concomitantes;
 detectar y tratar los síntomas conductuales y psicológicos problemáticos;
 proporcionar información y apoyo a largo plazo a los cuidadores.

Factores de riesgo y prevención


Aunque la edad es el principal factor de riesgo de demencia, la enfermedad no es una
consecuencia inevitable del envejecimiento. Además, la demencia no afecta exclusivamente a
personas mayores. La demencia de inicio temprano (aparición de los síntomas antes de los 65
años) representa hasta un 9% de los casos. Los estudios demuestran que se puede reducir el
riesgo de padecer demencia haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el uso
nocivo del alcohol, controlando el peso, tomando una alimentación saludable y manteniendo
una tensión arterial y unas concentraciones sanguíneas adecuadas de colesterol y glucosa.
Otros factores de riesgo potencialmente modificables son la depresión, el bajo nivel educativo,
el aislamiento social y la inactividad cognitiva.

Impactos sociales y económicos


La demencia tiene importantes repercusiones sociales y económicas en lo que respecta a los
costos médicos y sociales directos y a los costos referidos a la atención prestada fuera del
ámbito institucional. En 2015, el costo social total de la demencia a nivel mundial se estimó en
US$ 818 000 millones. Esta cuantía equivale al 1,1% del producto interior bruto (PIB) mundial.
El costo total expresado como proporción del PIB varía entre el 0,2% correspondiente a los
países de ingresos bajos y medianos, y el 1,4% correspondiente a los países de ingresos altos.

Impacto en las familias y los cuidadores


La demencia tiene un efecto abrumador en las familias de las personas afectadas y sus
cuidadores. A menudo surgen presiones físicas, emocionales y económicas que pueden causar
mucho estrés a las familias y cuidadores, que necesitan recibir apoyo por parte de los servicios
sanitarios, sociales, financieros y jurídicos pertinentes.

Derechos humanos
Con frecuencia a las personas que padecen demencia se les deniegan libertades y derechos
básicos de los que las demás personas disfrutan sin problema. En muchos países, el uso de
medios de inmovilización tanto físicos como químicos está a la orden del día en los hogares de
atención para personas mayores o en los servicios de cuidados intensivos, aunque haya en
vigor normativas que defienden el derecho de las personas a ver preservada su libertad y
tomar sus propias decisiones.

Hace falta un marco legislativo apropiado y favorable basado en normas de derechos humanos
internacionalmente aceptadas para garantizar la máxima calidad en la prestación de servicios a
las personas con demencia y sus cuidadores.

Respuesta de la OMS
La OMS reconoce la demencia como una prioridad de salud pública. En mayo de 2017, la
Asamblea Mundial de la Salud respaldó el Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud
pública a la demencia 2017-2025 - en inglés. El Plan es un marco integral de referencia para las
instancias normativas; los asociados internacionales, regionales y nacionales, y la OMS en las
siguientes esferas: la evaluación de la demencia como prioridad para la salud pública; la
concienciación y la puesta en marcha de iniciativas para satisfacer las necesidades de las
personas afectadas; la reducción de riesgos; el diagnóstico, el tratamiento y la atención; los
sistemas de información; el apoyo a los cuidadores, y la investigación y la innovación.

Se ha creado para los planificadores de políticas y los investigadores una plataforma


internacional de vigilancia, el Observatorio Mundial de las Demencias - en inglés, que facilitará
el seguimiento y el intercambio de información sobre las políticas relacionadas con la
demencia, la prestación de servicios, la epidemiología y la investigación. La OMS también está
desarrollando una plataforma de intercambio de conocimientos - en inglés para facilitar el
intercambio de buenas prácticas en el ámbito de la demencia.

El documento Towards a dementia plan: a WHO guide («Hacia un plan sobre la demencia: una
guía de la OMS») proporciona orientaciones a los Estados Miembros para establecer y aplicar
un plan sobre esta enfermedad. Está muy relacionado con el Observatorio Mundial de la
Demencia de la OMS y proporciona varias herramientas, como una lista de verificación para
preparar, elaborar y aplicar un plan sobre la demencia. Además, se puede utilizar para conocer
cuáles son las partes interesadas y para establecer prioridades.

Las Directrices de la OMS para la reducción del riesgo de deterioro cognitivo y de demencia- en
inglés ofrecen recomendaciones basadas en datos científicos sobre intervenciones que
reducen los factores de riesgo modificables de la demencia, como el sedentarismo y las dietas
malsanas, así como sobre problemas de salud relacionados con la demencia, como la
hipertensión y la diabetes.

La demencia es una de las enfermedades prioritarias del Programa de Acción Mundial para
Superar las Brechas en Salud Mental (mhGAP, por sus siglas en inglés), un instrumento que
pueden utilizar los médicos de cabecera, sobre todo en los países de ingresos bajos y
medianos, para atender directamente a las personas con trastornos mentales, neurológicos o
relacionados con el uso de sustancias.

Referencia bibliográfica:

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dementia
Demencia
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Para otras aceptaciones, véase Demencia senil.
«Demente» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Demente (desambiguación).

Demencia

Comparación entre un cerebro sano y uno con alzheimer grave.

Especialidad psiquiatría
neurología

 Aviso médico 

[editar datos en Wikidata]

Demencia (del latín de: "alejado" + mens -genitivo mentis-: "mente") es la


pérdida progresiva de las funciones cognitivas debida a daños o trastornos
cerebrales.
Característicamente, esta alteración cognitiva provoca incapacidad para la
realización de las actividades de la vida diaria.
En el año 2014 se calculó un total de 47,5 millones de casos registrados en el
mundo, cuyo impacto en las personas enfermas y sus familias representa un
gran problema de salud.

Índice

 1Déficit cognitivo
 2Evolución de la enfermedad
 3Tipos de demencia según etiología
o 3.1Demencias corticales, degenerativas o primarias
o 3.2Demencias subcorticales o secundarias
o 3.3Demencias mediadas inmunológicamente
 4Importancia de las demencias degenerativas
 5Epidemiología
 6Véase también
 7Referencias
 8Enlaces externos

Déficit cognitivo[editar]
Los déficit cognitivos pueden afectar a cualquiera de las funciones cerebrales,
particularmente las áreas de la memoria y la Memoria semántica, el lenguaje
(afasia), la atención, las habilidades visuales visuoconstructivas, las praxias y
las funciones ejecutivas como la resolución de problemas o la inhibición de
respuestas.

Evolución de la enfermedad[editar]
Durante la evolución de la enfermedad, se puede observar pérdida de
orientación tanto la orientación espacio-temporal como de identidad. La
demencia puede ser reversible o irreversible según el origen etiológico del
trastorno.1
Las personas con demencia pueden mostrar también, según avanza la
enfermedad, rasgos psicóticos, depresivos y delirios.
Dentro de los síntomas conductuales, los primeros hallazgos consisten en
cambios de personalidad o de conducta leves, que posteriormente se hacen
más evidentes con cuadros de delirio o alucinaciones. Los dementes suelen
experimentar cuadros de confusión al ser hospitalizados o secundarios a otras
enfermedades como infecciones o alteraciones metabólicas.
La demencia puede afectar el lenguaje, la comprensión, la habilidad motora,
la memoria a corto plazo, la capacidad de identificar elementos de uso
cotidiano, el tiempo de reacción, rasgos de la personalidad y funciones
ejecutivas.
Aunque la alteración de la memoria puede, en una minoría de casos, no ser un
síntoma inicialmente dominante, es la alteración típica de la actividad cognitiva
en las demencias, sobre todo para la más frecuente que es la enfermedad de
Alzheimer,2 y su presencia es condición esencial para considerar su
diagnóstico.

Tipos de demencia según etiología[editar]


Los tipos más comunes son:
Demencias corticales, degenerativas o primarias[editar]
Son irreversibles y progresivas, el factor fisiopatológico principal radica en la
hipofunción o pérdida de sinapsis y neuronas a causa de
alteraciones inherentes al metabolismo neuronal. Los tipos más comunes son:

 La enfermedad de Alzheimer.
 La enfermedad de Pick y otras demencias frontotemporales.
 La demencia de cuerpos de Lewy.
Demencias subcorticales o secundarias[editar]
Este tipo de demencia es tratable. El factor patógeno también es una disfunción
o pérdida de neuronas por causas externas al metabolismo neuronal.

 La demencia vascular o demencia multiinfarto (antiguamente llamada


demencia arteriosclerótica), incluyendo la enfermedad de Binswanger.
 El complejo de demencia del SIDA.
 La pseudodemencia depresiva.
 La hidrocefalia normotensiva.
 Los estados de confusión aguda o delirio.
 El hipotiroidismo.
 Las deficiencias de vitamina B6 o B12.
 Ciertos tumores.
 Y en casos muy raros:
o Los traumatismos craneoencefálicos.
o La enfermedad de Parkinson.
o La enfermedad de Huntington.
o El síndrome de Down.
o La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Demencias mediadas inmunológicamente[editar]
Entre las principales enfermedades que pueden producir demencias mediadas
inmunológicamente se incluyen:

 La enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca sin diagnosticar ni


tratar (la demencia puede ser la única manifestación de estas enfermedades, en
ausencia de síntomas digestivos o de otro tipo).34
 El síndrome de Behcet.35
 La esclerosis múltiple.35
 La sarcoidosis.35
 El Síndrome de Sjögren.35
 El lupus eritematoso sistémico.35
Las demencias mediadas inmunológicamente pueden progresar rápidamente
pero, a diferencia de las demencias causadas por neurodegeneración, suelen
tener una buena respuesta al tratamiento, instaurado precozmente. 3 Por todo
ello, es necesario su diagnóstico urgente.3 No obstante, la mayoría de
neurólogos desconoce este tipo de demencias y sus causas. 3
Los tratamientos pueden incluir la administración
de inmunomoduladores, corticosteroides o la eliminación del agente causal.3 En
el caso de la enfermedad celíaca y de la sensibilidad al gluten no celíaca, el
tratamiento temprano con la dieta sin gluten suele permitir la mejoría o la
recuperación completa de la demencia. 3 Asimismo, la dieta sin gluten se
emplea como prueba diagnóstica ante la sospecha de una demencia causada
por el consumo de gluten.3

Importancia de las demencias degenerativas[editar]


Desde el año 2012, la OMS reconoce la demencia como una prioridad de salud
pública y el programa Mundial tendrá por objeto proporcionar información y
fomentar una mayor concienciación sobre la demencia.

Epidemiología[editar]
En el año 2014 se calculó que cada año se registran 7,7 millones
de casos nuevos de demencia degenerativa en el mundo. 6Se calcula que entre
un 5% y un 8% de la población mundial de más de 60 años sufre la
enfermedad.[1]
La enfermedad de Alzheimer, que es la causa de demencia más común,
acapara entre un 60% y un 70% de todos los casos de demencia.
La prevalencia del Alzheimer se dobla cada 5 años a partir de los 65 años. [2]
Casi el 60% de las personas con demencia viven en países de ingresos bajos o
medios y su proporción se incrementará rápidamente durante la próxima
década. [3]
Demencia*

Dr. Félix José Amarista

Invitado de Cortesía

*Trabajo presentado en la Academia Nacional de Medicina en la sesión del día 2 de


mayo de 2002.

RESUMEN

Al describir las demencias se sigue el siguiente orden: Concepto y delimitación


nosológica. Definición. Etiología. Clasificación. Clínica, Evaluación general,
Diagnóstico. Curso y evolución. Pronóstico. Tratamiento y manejo. Prevención.

Se las clasifica en reversibles e irreversibles, recomendando una evaluación general que


incluya: historia clínica meticulosa; exhaustiva anamnesis, cuidadoso examen
psiquiátrico, examen clínico completo, incluyendo el neurológico, exámenes
paraclínicos, imagenología, electro encefalografía y evaluación psicométrica.

Se sugiere procurar diagnóstico precoz, que permita modificar el curso, la evolución y


el pronóstico de la demencia, ya que el 10 % de ellas puede remitir y en el 30 % se
detiene el curso. También se proponen medidas preventivas.

Palabras clave: Demencia. Demencias orgánicas y vesánicas. Demencias cerebrales y


sistémicas. Demencias primarias y secundarias. Demencias degenerativas y vasculares.
Demencias reversibles e irreversibles. Seudodemencias. Diagnóstico precoz.

Concepto y delimitación nosológica (Evolución histórica)

El concepto de demencia ha sufrido muchas eventualidades y dificultades en la historia


de la psiquiatría. Según Thorton Pray actualmente se le señalan por lo menos tres
significados: 1. proceso psíquico progresivo e irreversible de deterioro mental; 2.
síntoma de una enfermedad orgánica cerebral reconocible y tratable; 3. manifestación
parcial de una enfermedad mental (1).

Esto se debe a que en el devenir histórico de la ciencia psiquiátrica, el término demencia


se ha venido utilizando con sentidos diferentes.

Los autores antiguos no aportaron ninguna contribución importante en el vasto dominio


de las demencias En el siglo XVII, Platter describe entre las "mentis imbecilites", una
enfermead que evoca a la demencia. Zacchias aisla entre el estado de "fatuitas", un
grupo que anuncia los cuadros demenciales (2). A inicios el siglo XIX Pinel establece
rasgos diferenciales entre la demencia, la manía y el idiotismo, pero fue Esquirol, quien
tuvo el mérito de diferenciar la idiocia y la demencia, considerando a ésta como un
trastorno general de la actividad intelectual no congénita sino adquirida (2).

Georget, en 1820 agrega la noción de incurabilidad, relacionándola con el estado


orgánico cerebral y acuñando la idea de irreversibilidad del cerebro demencial;
distingue una demencia primitiva (por lesiones cerebrales) y otra secundaria a "manías y
monomanías" (2).

Para Baillarget, la demencia correspondía a formas incurables de la alienación mental:


la parálisis general progresiva (PGP), la demencia senil, las demencias orgánicas y las
demencias vesánicas. Es decir, se podía llegar a ser demente por vicio, por accidente,
por viejo o por loco (3). Magnan y Legrain distinguen las demencias orgánicas de las
que ocurren al final de ciertos delirios crónicos. Regis describe una demencia primitiva
(senil y orgánica) y otra secundaria (vesánica, epiléptica y alcohólica) (3).

Puede concluirse que ls nosología clásica francesa aceptaba dos tipos de demencia: unos
producidos por enfermedades cerebrales, y otros a consecuencia de locura, siendo esta
última a la que denominaban "vesánica". La existencia de la demencia vesánica fue
aclarada por Kraepelin, cuando creó el concepto de "demencia precoz", en el cual
agrupó varios cuadros psiquiátricos: la hebefrenia de Haecker, la catatonia de
Kahlbaum, etc., que presentan de común su terminación en demencia (3).

Wernicke creó el término seudodemencia al describir cuadros histéricos y de simulación


que aparentaban demencias (3).

Ya Ganser, antes que él, había descrito un cuadro parecido de simulación (4). Madder y
Anderson emplean el término y el vocablo de seudodemencia en casos de depresión, de
histeria y de simulación. Kiloh incluye las dos líneas históricas y Wells acompaña el
estudio del tema con una tabla de diagnóstico diferencial (4). En 1963 Weitbrecht
propone llamar seudodemencias a los estados demenciales reversibles, diferenciando los
clínicamente irreversibles de los clínicamente reversibles; a su vez, al cuestionar el
término demencia, sugiere sustituirlo por el de defekt (defecto) (5).

La décima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) (1995),


en su Capítulo V sobre trastornos mentales y del comportamiento, incluye el término
demencia entre los trastornos mentales orgánicos (FOO-FO3) (6). En este mismo
sentido se pronuncia la Asociación Psiquiátrica Americana en su DSM-IV (7).

Para la OMS la demencia es un síndrome debido a una enfermedad cerebral,


generalmente de naturaleza crónica o progresiva, en la que hay déficit de múltiples
funciones corticales superiores y entre ellas: la memoria, el pensamiento, la orientación,
la comprensión, el cáculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. El déficit
cognoscitivo se acompaña generalmente, y a veces es precedido de un deterioro del
control emocional, del comportamiento social o de la motivación (6).

Definición

Las demencias son enfermedades mentales caracterizadas por trastornos de conducta


graves, sin insight  o conciencia de enfermedad, con juicio distorsionado de la realidad,
cuya sintomatología predominante consiste en un deterioro progresivo del intelecto, de
etiología orgánica (cerebral o sistémica), que aparece frecuentemente en la tercera edad.
Aunque recientemente se han descrito demencias en adultos jóvenes, causadas por el
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es innegable que la prevalencia del
síndrome demencial aumenta exponencialmente con la edad: 1,5-2 % entre los 65-69
años; 5,5-6,5 % entre los 75-79 años y 20-22 % entre los 85-89 años (8).
Etiología

El síndrome demencial puede ser causado por cerca de sesenta enfermedades, unas
cerebrales y otras sistémicas. Es por ello que se hace importante el diagnóstico
etiológico del síndrome, pues muchas de sus causas son tratables, pudiéndose por tanto,
cambiar la evolución y el pronóstico de la demencia en curso.

Según su etiología, las demencias pueden dividirse en dos grandes grupos: 1. las
demencias cerebrales o primarias y 2. las demencias sistémicas o secundarias.

1. Las demencias cerebrales o primarias son degenerativas, presentando procesos


atrofiantes del encéfalo: disminución del tamaño y destrucción de las células nerviosas.
Son demencias degenerativas las enfermedades de Pick, Alzheimer, Huntington,
Parkinson, Fahr, Wilson, la demencia senil, la parálisis supranuclear, la leucodistrofia
metacromática, la esclerosis múltiple.

2. Las demencia secundarias o sistémicas se dividen, según su etiología, en: vasculares,


tóxicas, avitaminósicas, medicamentosas, traumáticas, tumorales, infecciosas,
epilépticas, por hidrocefalias normotensivas, por enfermedades generales o por
endocrinopatías.

2.1. Las demencias vasculares pueden ser causadas por: infarto único cerebral, infartos
múltiples, infartos lacunares, arritmias cardíacas, anoxias, hipoxias, vasculitis (lupus
eritematoso) o la enfermedad de Binswanger.

2.2. Las demencias tóxicas se originan por el alcohol etílico, los metales pesados (Pb,
Hg, etc.) o el monóxido de carbono.

2.3. Las severas carencias avitaminósicas de tiamina, cianocobalamina, ácido fólico o


de ácido nicotínico, también causan cuadros demenciales.

2.4. Las demencias medicamentosas suelen ser originadas por: antineoplásicos,


psicofármacos o el empleo de quimioterápicos.

2.5. Entre las causas de las demencias traumáticas se cuentan las contusiones, los
hematomas subdurales, y la actividad pugilística.

2.6. Los tumores cerebrales (primarios o secundarios) también producen cuadros


demenciales.

2.7. Causas infecciosas de la demencia son: la tuberculosis, el VIH y la sífilis; esta


última origina dos variantes: la paralítica (PGP) y la no paralítica. La enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob actualmente se considera causada por priones, (glucoproteínas
infecciosas carentes de ácido nucleico).

2.8. La epilepsia ocasiona cuadros demenciales, especialmente en pacientes epilépticos


institucionalizados.

2.9. La hidrocefalia normotensiva de Hakim también suele originar cuadros


demenciales.
2.10.La diálisis renal, el síndrome portocava y los trastornos metabólicos, están entre las
posibles causas de las demencias.

2.11.Las enfermedades de Cushing, de Adisson, la diabetes mellitus y las disfunciones


tiroideas, se hallan entre las endocrinopatías que originan demencias.

La causa más frecuente de la demencia es la enfermedad de Alzheirmer, cuya


prevalencia se sitúa entre 50 % y 60% (9). La enfermedad vascular le sigue: 8-15 %.
Sucesivamente vienen: el alcoholismo 6-18 %, las neoplasias 5 %, la hidrocefalia
normotensiva 4-5 %, la enfermead de Huntington 2-5 %, los trastornos metabólicos 2-4
% (10).

Clasificación

El concepto de la irreversibilidad de las demencias permaneció incólume hasta los años


cincuenta del siglo XX, cuando se pudo curar casos de PCG. Esto permitió la
reconsidración de la irreversibilidad como característica del síndrome demencial,
considerándolo más bien relacionado con la lesión responsable del cuadro (11).

En 1963 Weitbrecht diferencia entre demencias con capacidad reversible de las


demencias irreversibles, proponiendo llamar seudodemencias a las reversibles y a las
demencias irreversibles denominarlas defekt (defecto) (5).

Una corriente nosológica diferencia las demencias primarias y las secundarias (5). Las
primarias serían las causadas por lesiones de la corteza cerebral, cuyo paradigma es el
Alzheimer, y las lesiones axiales intrínsecas de origen desconocido (desmielinización de
sustancia blanca o cambios patológicos de estructutras mediales en diencéfalo, tálamo,
etc.).

Las demencias secundarias estarían determinadas por procesos generales o de


reconocida etiología de distinta índole que incidirían en el cerebro de forma única,
predominante o concomitante.

Las demencias reversibles o curables y las potencialmente reversibles se hallan


comprendidas en el grupo de las demencias secundarias, correspondiendo a las
designadas por Weitbrecht como seudodemencias. Este criterio de demencias curables
ofrece el aspecto positivo de enfocarlas desde el punto de vista diagnóstico etiológico, a
la vez que alienta una esperanza, porque en el futuro podrían ser reversibles o evitables
(5).

Clínica

Sintomatología general.

Frcuentemente la presentación y el aspecto del paciente permite revelar una demencia:


el enfermo muestra un aspecto descuidado, observa una conducta inadecuada y comete
errores crasos.

Generalmente coopera poco en la entrevista, mostrándose ajeno e indiferente. Extraña


su indiferencia ante fallas importantes, como ignorar el nombre del cónyuge, o el
número de sus hijos. Muchos cuadros demenciales se acompañan de una sensación de
enfermedad, coincidente con un estado avanzado de demencia, pero otras veces
impresiona el contraste entre el aspecto inicial del paciente y la profundidad del cuadro
mental (12-14).

Alteración de la memoria

Trastorno fundamental, constante y precoz. En casos leves se manifiesta por olvidos,


pequeñas equivocaciones y repeticiones; a medida que avanza el cuadro se instala un
deterioro de la capacidad de aprender y recordar lo aprendido. Se alteran las
capacidades de registro, retención y evocación, afectándose por tanto las memorias
inmediata, mediata y remota. La amnesia de fijación impide retener lo nuevo, aunque la
memoria de evocación se conserva mucho más tiempo.

Alteración de la atención

Se halla afectada gravemente; al principio puede estar conservada, aunque el paciente se


fatiga pronto, creándose dificultad para concentrar la actividad psíquica, pues un
mínimo esfuerzo origina un agotamiento mental.

Alteración en la orientación

La orientación en el tiempo y en el espacio se va perdiendo. La desorientación en el


tiempo le impide saber la fecha en que vive, le hace mezclar y confundir fechas de su
biografía, presentándose una incapacidad para situarse en el tiempo.

Respecto al espacio, los dementes se pierden al comienzo, en lugares poco conocidos y


luego hasta lo hacen en su propia casa.

Alteración del pensamiento

Progresiva destrucción de los procesos del pensamiento. Tendencia a la perseverancia,


viscosidad y adherencia a temas, que se manifiestan con monotomía, lentitud, pobreza,
de manera repetida. Dificultad para cambiar de tema, dando la impresión de torpeza,
asimismo dificultad para pensar.

Olvidos frecuentes de nombres propios, nombres técnicos y poco a poco, referidos a


objetos comunes.

Alteraciones del lenguaje

Tanto la comprensión como la expresión del lenguaje oral y escrito se hallan


trastornados, haciéndose vagos e imprecisos; es frecuente la sustitución de sustantivos
por expresiones como: "coroto", "bicho", "eso", "cosa". Finalmente, se pierde la
espontaneidad del lenguaje, llegando el paciente, en fases avanzadas, a enmudecer, a
repetir sonidos y palabras (ecolalia y palilalia).

Alteración del juicio


Los trastornos del juicio son muy importantes y precoces; a veces, la primera
manifestación de la enfermedad. Es posible observar en un sujeto, hasta entonces
sintomático, la realización de actos absurdos de los que el paciente no es capaz de dar
explicaciones.

A medida que el cuadro avanza, la alteración del juicio se manifiesta por pérdida de la
lógica para valorar cuestiones teóricas y aspectos prácticos de la vida cotidiana. Se
pierde la noción de autocrítica y el paciente realiza actos aberrantes y conductas
indignas y anéticas, especialmente de índole sexual.

Alteraciones afectivas

El paciente presenta desinterés progresivo por sus actos y el entorno, así como la
gravedad de sus síntomas. Al inicio, cuando el paciente nota que pierde facultades, se
muestra irritable, ansioso y deprimido. Luego aparece una labilidad afectiva, pues su
humor fluctúa, con motivo o sin motivo; también puede presentar incontinencia
afectiva, con explosiones de llanto agresivo, al verse frustrado por no lograr alguna
actividad intelectual. Ya avanzado el deterioro aparece una indiferencia afectiva, que le
impide responder a las expresiones de afecto de sus seres queridos.

Alteraciones del intelecto

El demente comienza a fracasar en la solución de problemas matemáticos elementales o


de la vida corriente, utilizando medios absurdos para resolverlos. Va perdiendo la
capacidad de abstracción, la habilidad constructiva, es incapaz de hallar similitudes y
diferencias, presenta discalculia y acalculia y no puede reproducir figuras
tridimensionales.

Alteración sensoperceptiva y delirante

Entre las manifestaciones sensoperceptivas presentan faslsos reconocimientos y


alucinaciones, especialmente de índoe visual. Asimismo, el paciente demencial tiene
ideas delirantes.

Alteraciones de la personalidad

En los dementes puede ocurrir que algunas características de su personalidad se


acentúan, como también producirse cambios de la misma. La conducta se desinhibe y el
paciente hace bromas inapropiadas, desprecia las normas sociales y morales, se
familiariza con extraños, comete indiscreciones sexuales y su trato se torna grosero,
rudo y agresivo. A medida que evoluciona la demencia, el enfermo se hace apático,
descuidado en la higiene y su arreglo personal, llegando a no importarle estar orinado o
evacuado.

Alteración de funciones corticales superiores

Ayudan a establecer el diagnóstico, la presencia de: apraxia, agnosia y afasia, es decir,


respectivamente incapacidad para realizar actividades motoras, a pesar de que están
indemnes la compresión y la motricidad, fallo en el reconocimiento o identificación de
objetos, a pesar de que la percepción es nomal, trastorno del lenguaje.
Evaluación general

El diagnóstico de la demencia requiere la elaboración de una meticulosa historia clínica


que comprenda una exhaustiva anamnesis, cuidadosa evaluación psiquiátrica, completo
examen clínico y exámenes complementarios paraclínicos de laboratorio,
electroencefalográfico y de imagenología:

1. La valoración psiquiátrica se describirá en el apartado sobre diagnóstico.

2. La valoración somática incluye en el examen clínico una fina evaluación neurológica,


lo mismo que de todas las funciones somáticas y vegetativas.

3. En cuanto a la exploración paraclínica, a los exámenes de laboratorio habituales, se


añadirán el LCR, la serología y en ciertos casos, determinación de hormonas.

4. La imagenología incluye el estudio radiológico clásico, el TAC, la RMN. El trazado


electroencefalográfico, completa la batería médica de exploraciones complementarias.

5. Clásicamente, si la demencia era incipiente, se hacía una evaluación psicométrica,


con el objeto de distinguir lo que Pichot llama "la diferencia entre la eficiencia anterior
y la eficiencia actual". Para ello, se usaba la escala de Wechsler, que mide dos grupos de
respuestas: unas que se mantienen con la edad, y otras que no se mantienen. Aplicada la
prueba, se calcula el porcentaje de deterioro mental, dividiendo el resultado de los tests
que no se mantienen, entre el de aquellos que sí se mantienen.

También se puede medir el deterioro aplicando el test de matrices progresivas de Raven


o empleando el test de Rorschach. Los signos de organicidad de Piotrowky son:
respuestas por debajo de 15, F+ bajo, pocas respuestas de movimiento, reducción de las
respuestas C, reiteración de la misma respuesta en varias láminas, y tiempo de reacción
alargado.

Hace unos 30 años surgió la neuropsicología "que se ocupa de las actividades mentales
superiores en sus relaciones con las estructuras cerebrales que las sustentan", creando
técnicas neuropsicológicas que tienen un doble carácter diagnóstico y terapéutico de las
demencias.

Los tests neuropsicopatológicos más usados son:

El Minimental, Test de Folstein. El MSQ. El Test de Información, Memoria,


Concentración. Sandoz Clinical Assesment Geriatric. La escala de deterioro global de
Rossberg.

Diagnóstico

A. Para el diagnóstico psiquiátrico se recomienda utilizar los siguientes criterios:

1. Pérdida de la capacidad intelectual que interfiere el funcionamiento en las áreas


familiar, social y laboral.

2. Trastornos de la memoria.
3. Trastornos de la atención.

4. Trastornos de la orientación.

5. Deterioro del pensamiento abstracto.

6. Deterioro del juicio.

7. Trastorno de funciones centrales (afasia, agnosia y apraxia).

8. Modificación o acentuación de rasgos de la personalidad.

9. Conciencia lúcida.

Diagnóstico diferencial

B. Es necesario establecer el diagnóstico diferencial de las demencias con:

1. El proceso normal de envejecimiento.

2. El delirium o confusión mental.

3. La esquizofrenia y delirios crónicos.

4. El retraso mental.

5. La depresión melancólica.

1. El diagnóstico de demencia se justifica si el deterioro de la función intelectual es tan


severo que interfiere el funcionamiento social, familiar y laboral. Envejecimiento no es
sinónimo de demencia.

2. En el delirium o confusión mental, se detecta una obnubilación de la conciencia,


inexistente en la demencia; además la sintomatología demencial se hace estable y en el
delirium fluctúa en el curso del día.

3. La esquizofrenia crónica se inicia en la adolescencia o en el adulto joven, presenta


alteraciones del pensamiento característicos y carece de patología cerebral manifiesta.
Los delirios sistematizados conservan un fondo mental y un capital intelectual intactos.

4. Hay que recordar a Esquirol: "Los retrasados siempre fueron pobres y los dementes
son ricos que se empobrecieron". En los retrasados hay una falta congénita del
desarrollo mental y en los dementes la ruina de las capacidades intelectuales adquiridas.

5. El diagnóstico se dificulta si se trata del primer acceso depresivo, pues si hay


antecedentes anamnésicos personales de cuadros depresivos, se descarta la demencia. El
diagnóstico de depresión se afirma si se imbrican delirios de perjuicio, nivel elevado de
ansiedad y preocupaciones hipocondríacas acentuadas. En ocasiones, puede hacerse un
tratamiento antidepresivo farmacológico de prueba o con electroshock.

Demencias degenerativas y demencias vasculares

Parece importante establecer un diagnóstico diferencial entre ellas, dado que son las
etiologías más frecuentes de las demencias.

Anamnesis familiar: casos similares en familiares longevos, en las demencias


degenerativas; en las vasculares: diabetes, plétora, afecciones y accidentes
cardiovasculares y cerebrales.

Anamnesis personal: evolución progresiva y alteraciones anamnésicas en las demencias


degenerativas; en las vasculares: ACV, diabetes, plétora, agravaciones y remisiones.

Examen general: escasez o ausencia de signos vasculares en las demencia


degenerativas; en las vasculares diabetes, plétora, HTA, infartos.

Examen neurológico: síndrome psicomotor homogéneo relacionado con el síndrome


psiquiátrico en las demencias degenerativas: en las vasculares focalizaciones.

Nivel de vigilancia: estable en las demencias degenerativas en las vasculares, variable.

Curso y evolución

La demencia puede comenzar de manera aguda o insidiosa, dependiendo de la causa que


la origina. El curso de la enfermedad es variable también, pues en ocasiones es estático,
otras progresivo y a veces, en remisión, dependiendo de la rapidez con que se inicie el
tratamiento específico. Cerca del 10 % de las demencias pueden remitir, si son tratadas
con rapidez, es decir, antes de que se instalen cambios estructurales en el cerebro
afectado. Es posible detener el curso de las demencias entre el 25-30 % de ellas.

Pronóstico

El pronóstico se establece quod vitam, quod functionem y quod valetudinem y está


vinculado al curso, a la evolución, a la oportunidad del diagnóstico, a la etiología, al
tipo de demencia y al inicio de la terapia.

Existe una relación directa entre el pronóstico y el tipo de demencia. Esto es, si es
reversible o irreversible, primaria o secundaria.

Las demencias reversibles tienen un pronóstico favorable, dado que el cuadro puede, si
se aplica el tratamiento espcífico, remitir o detenerse.

Las demencias irreversibles, tales como las degenerativas y las vasculares, cuya
evolución se cumple fatalmente, tienen un pronóstico sombrío.

Tratamiento y manejo
Slaby resaltaba que para acceder al tratamiento de las demencias, se debe diagnosticar
las que son susceptibles de tratamiento, con miras a la remisión o a la detención de la
sintomatología (15). Es decir, serían tratables las demencias reversibles o
seudodemencias; tales como: las causadas por: avitaminosis, intoxicaciones exógenas,
intoxicaciones endógenas, aneurismas intracraneales, hidrocefalia normotensiva,
endocrinopatías, la enfermedad de Addison, infecciones cerebrales, angiomas
cerebrales, anoxias cardiorrespiratorias, absceso cerebral, hematomas subdurales,
desequilibrio electrolítico (5).

Estos casos son resueltos mediante intervenciones quirúrgicas, tratamientos


medicamentosos (hormonoterapia, vitaminoterapia, antibióticos, etc.), que logran
detener la evolución demencial, con resultados espectaculares (5).

Entre las demencias con graves dificultades de tratamiento, es decir, irreversibles, se


hallan las primarias degenerativas (el Huntington, el Parkinson, las enfermedades de
Pick y de Alzheimer), las multiiinfarto, la demencia alcohólica, la demencia pugilística,
la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, las neoplásicas.

En estos casos el manejo se limita a utilizar medidas generales y tratamiento


farmacológico sintomático, administrando la mitad de la dosis para adultos jóvenes
(haloperidol en alucinaciones e ideas delirantes y agitación; antidepresivos inhibidores
de la recaptación de la serotonina; buspirona para la ansiedad) (10). Recientemente se
ha descrito un déficit de acetilcolina en los pacientes con Alzheimer, razón por la cual
se han utilizado inhibidores de la colinesterasa para aliviar los síntomas cognitivos
deficitarios. El tacrine, el donezepilo y la rivastagmina se vienen indicando; las dos
últimas drogas causan menos efectos periféricos y no afectan las enzimas hepáticas;
últimamente se investiga la galactamina, que modula los receptores nicotínicos de la
acetilcolina.

También se recomiendan medidas destinadas a facilitar el desempeño de los pacientes


en el hogar, tales como: fijar la lista de los nombres y teléfonos de las personas
allegadas, identificar las llaves de la casa con colores, mantener a la vista calendarios,
relojes, letreros, identificando ambientes de la casa, tomar medidas para evitar
accidentes, dejando pasillos libres, eliminar objetos peligrosos, mantener encendida una
luz piloto en la habitación. En fases avanzadas se requerirá de cuidado permanente,
vigilancia constante y personal especializado, dada la imposibilidad de que el paciente
se valga por sí mismo (10).

Prevención

Si se observan las diferentes etiologías, puede constatarse que ciertos tipos de demencia
por ahora no pueden prevenirse; tal es el caso de las degenerativas. Existen la esperanza
de que en el futuro el desarrollo de las investigaciones sobre el genoma pudieran lograr
éxito en la prevención de las enfermedades de Alzheimer y Huntington, dado que en
ellas se han involucrado, respectivamente los cromosomas 14, 19 y 21 y el cromosoma
4.

En las demencias vasculares podría hacerse una prevención primaria controlando los
factores de riesgo cardiovasculares modificables. Para ello contribuiría el evitar que los
pacientes incurrieran en el tabaquismo, el alcoholismo y la obesidad.
Las demencias tóxicas se evitarían imposibilitando el contacto con metales pesados, la
exposición al monóxido de carbono, el consumo de drogas y bebidas alcohólicas.

La alimentación adecuada y balanceada serían el mecanismo de prevención ideal para


las demencias avitaminósicas.

El estricto control en el uso de medicamentos quimioterápicos, antineoplásicos y


psicofármacos, contribuiría a la prevención de las demencias medicamentosas.

Entre las demencias traumáticas, la pugilística podría evitarse con la modificación de


los guantes de boxeo para amortiguar la contundencia de los impactos. Las campañas
preventivas de tránsito contribuirían en la prevención y disminución de los accidentes
viales.

Las demencias infecciosas podrían prevenirse con estrictas medidas sanitarias e


información y educación al público. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob se previene
evitando el consumo de carne contaminada.

Las demencias por endocrinopatías se prevendrían mediante estricto seguimiento y


control de las diferentes entidades causantes, una vez diagnosticadas.

 Formato Documento Electrónico(Vancouver)

Amarista Félix José. Demencia. Gac Méd Caracas  [Internet]. 2002  Jul [citado  2021  Nov  09] ; 
110( 3 ): 310-317. Disponible en: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0367-
47622002000300003&lng=es.

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