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Antihistoria de un luchador

Clotario Blest 1823- 1990

Mónica Echeverría
Santiago, 1993

Dedicatoria

A Marcela Otero, mi amiga, que al morir me legó su fuerza


exigiéndome terminar esta historia.

A Fernando mi compañero, a mis hijos que aceptaron


complacidos la pasión que me inspiró Clotario Blest.

Agradecimientos a:

M. Luz Lagarrigue Castillo Daniel Hernández González,


María Luisa Pérez Walker, Jorge Barría Cerón, Felipe Tomic
Errázuriz, Rafael Agustín Gumucio Vives, Carmen Yáñez
Yañez, Ema Acevedo
Fagalde, Magdalena Casanova Vidal, Jaime Castillo
Velasco, José María Bulnes Aldunate y a todos los
entrevistados que con su cultura, conocimiento y voluntad
hicieron real esta historia.

INTRODUCCIÓN

¿Por qué?
Ciertos actos en nuestra vida son difíciles de explicar. ¿Por
qué?, me han preguntado y yo misma me he planteado esta
interrogante. ¿Por qué me impuse la tarea de contar la vida
de Clotario Blest? ¿Qué tiene que ver este viejo contigo? ¿Lo
conoces? ¿Trabajaste alguna vez con él? ¿Sabes quién es?
¡En lo que te metes! ¡Tiempo perdido, no eres la persona
adecuada para hacerlo, otros lo han intentado y no fueron
capaces!

Yo no conocía a Clotario Blest y sólo quedaba de mi


juventud un recuerdo vago de haber escuchado su nombre
como algo muy peligroso. ¡Don Clota! Para mucha gente era
el mismísimo demonio: "¡Cloteó don Clota!", exclamaban
jubilosos los periódicos de derecha cuando una huelga o un
paro fracasaban, y hasta llegó a afirmarse que el verbo
"clotear" derivaba de su nombre. Para otros era un viejo
"cucú" (1), que tuvo cierta importancia en un momento de la
vida política de Chile, pero que eso era el pasado. Otros lo
consideraban un político honesto, un ingenuo, un líder, un
loco, un individualista que quiso dirigir la clase obrera sin
ningún principio político serio. Otros recordaban con
nostalgia a este hombre que luchó sin tregua ni descanso con
el fin de unificar a la clase trabajadora: "Los años que él
presidió la CUT (2) fueron los más importantes de esa
entidad." (3) "El era capaz de paralizar todo el país en
horas." (4) "Llegó a ser en un momento más poderoso que el
propio Presidente de la República." (5) "Nunca volvió la
CUT a ser tan fuerte, tan unida." (6)

Retornar al país de origen después de años de ausencia es


siempre difícil, y yo regresaba a principios de 1978 después
de cuatro años de exilio voluntario. La cordillera imponente
siempre estaba allí, el olor del mar, la fruta, los árboles de mi
infancia. Sin embargo, una gran tristeza me embargaba ante
ese Chile que no parecía Chile. Me encontraba en plena
dictadura triunfante, estable y soberbia detrás de sus armas.
Una ciudad de aspecto limpio, paredes blancas, con un barrio
alto lleno de edificios caracoles, tiendas y autos lujosos.
¡Impresionante! Pero uno rompía el cerco y allí estaban los
barrios marginales de siempre, pobres, sucios y ahora
mudos. Ese gran silencio que lo abarcaba todo, las paredes
sin vida, las palabras que antes eran el pan de cada día, ahora
prohibidas, peligrosas, las miradas huidizas, los hombres
fantasmas.

Viví durante Allende un Chile caótico: colas, desfiles, paros,


paredes llenas de consignas, desorientación, desesperación,
pero gritos, vida, agitación. Los obreros con sus banderas,
sus canciones ¿Qué había sido de todo eso? o ¿es que esos
años sólo eran un sueño o una pesadilla?

Llegó el 1º de mayo de 1978. Yo me quedé en casa. En el


periódico del día siguiente salía una fotografía y un breve
relato: Clotario Blest había salido a la calle a expresar su
descontento, era un peligro para el orden público, se lo
llevaban preso junto a otros estudiantes y revoltosos. Era un
viejo flaco de larga barba blanca, al que metían a empujones
dentro de un furgón de policía. Unos días después aparecía
un reportaje sobre su vida en la revista Hoy. Lo leí con
asombro. Ese hombre, esa vida debían conocerse y sus
vivencias ser relatadas por él mismo. Después podía ser
demasiado tarde.
Por la revista me enteré de su dirección. Me dijeron que era
hosco, difícil, desconfiado, que no me recibiría. ¡Yo
pretendiendo meterme en ese lío, entrar a la casa de Clotario
que estaba siempre vigilada, pasaría a ser sospechosa, la
DINA (7) me detendría!

Muy asustada, sola, una tarde cualquiera, llegué a casa de


Clotario. Pocas veces he recorrido con detención ese barrio,
el barrio entre Alameda y Diez de Julio. Crucé varias veces
por las calles Copiapó, Eleuterio Ramírez, San Camilo, pasé
por San Isidro frente a la comisaría, por la iglesia de Los
Sacramentinos, casas chatas de un piso, calles sin árboles,
muchos cites, residencias que quizá en un tiempo fueron
hogares de una pequeña clase acomodada, ¿pero hoy? Por fin
di con la calle Ricardo Santa Cruz 630 (8), una casa de un
piso, gris, de dos ventanas y un portón de madera con un
gran afiche sobre los Derechos Humanos. No hay timbre por
ningún lado, golpeo levemente, estoy por retirarme, golpeo
más fuerte. Me presento, le digo que no me conoce, pero que
yo tengo la intención de escribir un libro sobre su vida, las
palabras me salen atropelladamente, estoy segura que me
cerrará la puerta encima y ... -"Pase", me dice. No sonríe,
tampoco es cordial, pero he entrado.

Un pasillo que da a un patio, a la izquierda una especie de


sala grande llena de muebles antiguos en muy mal estado: un
sofá, un sillón, una mesa larga con objetos apilados y
papeles. En la pared retratos: Luis Emilio Recabarren (9) con
una flor, Mahatma Gandhi y Martin Luther King, el
Presidente Juan Antonio Ríos acompañado por Clotario
Blest, Salvador Allende (con la Inscripción de héroe y
mártir). En un rincón perdido, Blest con Leónidas Breznev
que lo condecora. Otra pared con citas de Tolstoi: "El reino
de Dios está en nosotros mismos"; Niko Kazantsaki:
"¡Cristo, hasta cuando te seguirán crucificando por el resto
de los siglos!" y diplomas y banderines. Una gran cruz de
madera tosca, una máquina de escribir muy antigua sobre
una mesa desvanecida. El piso hace años que no se encera.
Me senté en el sofá desteñido, Clotario Blest ante mí en el
único sillón. "Otras veces han venido con la misma
intención, pero después no vuelven. Mi vida no tiene ningún
interés." (10)

Conversamos. El hombre frente a mí de mirada clara, de


frases cortas e inteligentes, de respuestas rápidas, me
observa, dialoga.

Desde ese día comenzó mi amistad con Clotario Blest. Le


hice muchas entrevistas, lo acompañé a reuniones y charlas,
tomé notas de sus discursos e intervenciones, asistí a la misa
que un grupo de la "Iglesia Joven" (11) celebró en su casa
conmemorando los diez años de la "Toma de la Catedral",
conversé con gran parte de sus amigos y adversarios,
averigüé de su vida pasada y presente, siempre activa, sin
temor a nada: "Es necesario vivir en peligro", me dice
sonriente, "es la gran atracción de la vida." Y su pobreza.
Los Traperos (12) le dan un plato diario de comida, nunca
tuvo auto, ni siquiera bicicleta. Su casa inserta en ese barrio
modesto. Sin duda lo que él exigía de sus dirigentes lo
cumplió con creces: "Para ser dirigente de la clase
trabajadora hay que ser honesto y parecerlo." (13)
Y después de meses -que se hicieron años- de meterme en su
vida, comprendí que hablar sobre Clotario Blest, describir
sus luchas, fracasos y éxitos, era entregar una historia única
y asombrosa. Ese hombrecito de aspecto frágil y humilde
poseía la tenacidad y fuerza de un gigante. Su ideal de una
clase obrera unida, de una patria en que los trabajadores
desde el poder implantasen la justicia social, fue la palanca
impulsora de sus actos. Nunca lo movió la ambición
personal, ni el éxito y cuando le fue otorgado, lo ejerció con
imaginación y fuerza, pero también supo retirarse cuando no
se sintió suficientemente apoyado. El poder nunca lo
pervirtió. Su voz entonces se hizo más firme y sus palabras
adquirieron un don profético, pero el hombre, Clotario,
siguió su camino a pie, solitario y pobre, comiendo su frugal
plato de comida, sin vino, ni cigarro, ni mujeres, como ajeno
a las tentaciones propias del género humano, como si
careciera de un yo material.

Sin embargo, como todo hombre, Clotario Blest tuvo sus


debilidades: fue excesivamente confiado y demasiado
franco. No supo adular ni esconder sus propósitos. Abierto y
directo presentó un flanco fácil a sus enemigos. Le faltó en
los grandes momentos, no audacia, pero sí sutileza, táctica.
No se dio cuenta de las intrigas e intenciones de otros, de las
ambiciones y ansias de poder intrínsecas a todo ser humano,
a todo partido político. Para él, el único enemigo que existía,
después de tantas experiencias y decepciones, era el
capitalismo, la oligarquía económica, como clase, como
tendencia política, no los hombres que la dirigen: "No
podemos odiar a las personas, a las doctrinas sí." (14) Un
Presidente lo desarmó con una mentira y no captó jamás la
traición, ni creyó en la falsedad del compañero que se decía
su amigo. Fue ingenuo. Lo engañaron muchas veces. Sin
embargo, eso no disminuye sus grandes méritos de forjador
y líder incuestionable de la clase trabajadora chilena. Luis
Emilio Recabarren da los primeros pasos, Clotario Blest, su
discípulo, hace crecer y fructificar la semilla plantada,
dándole forma y haciéndola producir frutos.

Fue vehemente, altivo y violento, sin auspiciar jamás la


violencia armada, pero comprendiendo que la pasividad es
un signo de derrota: "Quienes niegan al pueblo el derecho a
defenderse violentamente de la violencia patronal o estatal
cuando reclama pan y justicia, debieran leer aquel pasaje del
Evangelio de San Mateo, capítulo X, versículos 34 y 35: 'No
penséis que vine a meter paz sobre la tierra, no vine a meter
paz, sino espada'." (15)

Muchas veces tuvo la intención de pertenecer a un partido


político y muchos fueron los partidos que quisieron ganarlo
como adepto, pero su rebeldía innata y su peculiar forma de
disentir hacían de él un militante díscolo e imposible de
controlar. Quizá él era conciente de eso y por tal motivo
renunciaba antes de formalizar su inscripción. En los
movimientos políticos que ayudó a crear duró poco: "Los
partidos políticos son teóricos, no son como la doctrina de
Cristo que abarca a todo el hombre, íntegramente." (16)

Consideró a varios hombres como sus maestros: Fernando


Vives (17), Luis Emilio Recabarren, Ernesto Che Guevara,
Mahatma Gandhi y Martin Luther King. Pero por encima de
todos ellos emergía la figura y la palabra del que alumbró
todos sus actos: Cristo: "La revolución de Cristo fue la más
grande del mundo." (18)

Desde que recibió su título de bachiller, a los 18 años,


Clotario Blest dedicó su vida a la lucha social. Al comienzo
fueron reuniones, seminarios, lecturas. A los pocos años le
vemos participando activamente en la Casa del Pueblo (19) y
poco después presidiendo Germen (20) y dirigiendo una
revista de la clase trabajadora. Más adelante fundará ADIP
(21) y en seguida la ANEF (22) que marcará la entrada de
los empleados fiscales en la lucha laboral. Su actividad
culminará en febrero del año 1953 con la fundación de la
CUT, organización poderosa y combativa que dirigirá como
presidente durante nueve años. Cuando en el año 1962 debe
renunciar a la presidencia de la CUT, su popularidad y
fuerza es todavía inmensa; sin embargo prefiere retirarse
humillado a ser causa de la división de los trabajadores.
Durante los años siguientes su acción se radicaliza, y se
acerca más al anarquismo y a la extrema izquierda,
impulsando la formación de grupos revolucionarios como el
MFR (23) y el MIR (24), a quienes ayudó clandestinamente
-aunque discrepara de ellos en alguno de sus métodos-
durante la dictadura; no dejó sin embargo de asesorar a la
ANEF y de participar y cooperar en cualquier causa que
sirviera de ayuda en la lucha por lograr la justicia social.

Después del golpe militar y de haber sufrido el allanamiento


de su casa, la destrucción de sus libros y folletos y de uno de
sus escritos al que dedicó mas tiempo llamado La historia
del martirologio de la clase obrera chilena, vuelve a salir a
combate. Organiza entonces, "La Liga por la Paz" y preside
el "Comité de Defensa de los Derechos Humanos" y el
"Comité de Defensa de los Derechos Sindicales". En las
tardes, da cursos a empleados, obreros y estudiantes en la
ANEF, en la Pastoral Obrera, en sindicatos de la Parroquia
Universitaria. Los familiares de los detenidos-desaparecidos,
presos y ejecutados, sesionan una vez por semana en su casa.
En el aniversario del asesinato de uno de sus maestros,
Mahatma Gandhi, Clotario prepara frente a su estatua una
manifestación para revindicar el camino de la no violencia
activa. Blest y algunos seguidores fueron detenidos con gran
despliegue policíaco acusados de "agitadores".

Un día 1º de mayo, a pesar de la prohibición del gobierno,


estaba en la calle, junto a los pocos que salieron a exponer
sus derechos y a pedir libertad. Ese día fue detenido y
golpeado. Para él eso no fue una sorpresa, 26 veces había
sido encarcelado antes, sólo que ahora tenía 78 años.
Durante los años siguientes -aún más viejo y deteriorado-
sacó fuerzas para marchar cinco kilómetros, por un cerro del
valle central hacia los hornos de Lonquén en los que se
habían descubierto quince esqueletos de detenidos-
desaparecidos. Ver a dotado encabezando esa marcha,
precedido por una inmensa cruz de tronco que llevaba uno de
sus discípulos, y una gran muchedumbre que lo seguía en
silencio, fue uno de los momentos más sobrecogedores de mi
vida.

En abril de 1979, Blest se encadena a la reja del Ministerio


de Justicia junto a 67 mujeres de familiares de detenidos-
desaparecidos. Ese día todas las mujeres fueron
encarceladas, un carabinero se acercó a Clotario y le dijo:
-"A usted no lo tocamos porque es una reliquia de los
trabajadores"; Clotario protestó indignado.

También lo recuerdo en la Plaza Almagro, frente al busto de


Luis Emilio Recabarren, conmemorando el 30º aniversario
de la Declaración de los Derechos Humanos. Se desata la
represión, las bombas lacrimógenas, todos arrancan y
Clotario permanece solo, arriba de un banco, continuando su
discurso, como si nada sucediera.

En 1984, cada vez más delgado y caminando con esfuerzo,


organiza "La Jornada por la Vida" en medio de un ambiente
convulsionado de protestas y atentados contra la dictadura.
En esa Jornada en que se juntaron miles de personas con una
flor y velas como símbolo de vida, Clotario abrió la marcha,
encendió la primera vela y habló sobre el significado de la
paz y la fraternidad entre los hombres.

Su catolicismo, tan poco dogmático y que no demostraba


mayor respeto por la jerarquía eclesiástica, le creó
innumerables problemas con las autoridades de la Iglesia.
Fue acusado de comunista, de ateo, de querer dividir la
Iglesia. A principios de siglo, su posición y su lenguaje
causaron escándalo. "Esta actitud", me explicó, "no iba
dirigida contra la doctrina de la Iglesia Católica, sino en
contra de sus métodos, estructuras y procedimientos que le
han identificado, ante el pueblo y la masa trabajadora, en
acciones y contubernios con el régimen capitalista y sus
personeros." (25) "La Iglesia debe abandonar la pompa, el
Vaticano debe ser vendido..." (26)
Al avanzar en la narración de esta biografía, sentí que la
personalidad de mi protagonista se tornaba inexplicable si,
junto a sus actos y palabras, no aparecía el contorno que lo
acompañaba: la sociedad y política que le dio origen; los
cambios que iba sufriendo la ciudad, el país; la personalidad
de la novia descartada; la familia que le dio vida; la Iglesia
que lo formó; los amigos y enemigos que lo rodearon; los
animales que consolaron su vejez solitaria. Y, poco a poco,
lo que debía ser una simple narración de su vida se
transformó -sin que yo me diera cuenta- en la historia de más
de un siglo del país. Pero, ¿era esto lo que comúnmente se
llama "historia"? La personalidad de los Presidentes de
Chile, las acciones de los políticos, los trabajadores con sus
huelgas y las represiones que caían sobre ellos, adquirían,
bajo la visión de Clotario Blest, un contexto tan inédito e
irreverente que me entró la duda si eso era "historia" tal y
como se entiende tradicionalmente. Y después de meditarlo
pensé que el término apropiado era el de antihistoria. Anti
como lo opuesto, como lo que es, pero no se cuenta. Quizá
porque es más cómodo no verlo y creer que no existe. Sin
embargo, allí está, es real.

Pido perdón por esta antihistoria que sé herirá a muchos.


Destrozar ídolos -presentes en calles y estatuas- no fue mi
intención. Mostrar la otra cara de los hechos fue una
necesidad impuesta por el protagonista y para mí significó
un parto difícil. Pero no hacerlo habría sido tergiversar el
pensamiento de mi héroe. La antihistoria, como la antipoesía
y tantos anti, son nuestros. La sinrazón de lo razonable suele
producir dolor, pero develarla debe enriquecernos y
ayudarnos a crecer.

En este siglo y medio que describo no estará, por lo tanto,


sólo presente la biografía de Clotario Blest, sino también el
surgimiento, formación, enfrentamientos, luchas y derrotas
de la clase trabajadora chilena, generalmente omitida por la
historiografía oficial vigente.

Por último espero que estas páginas y el ejemplo del


personaje que las alientan, ayuden a combatir la corrupción y
a implantar la justicia, lucha a la cual Clotario Blest entregó
su vida, fuerza y sueños.

¿Cómo?

La estructura de este libro podría estar basada en la


recopilación de las entrevistas que le hice a Clotario Blest.
Durante años conversé con él interrogándolo sobre las
diferentes etapas de su vida y del acontecer del presente. Sin
embargo, a pesar del orden cronológico que quise darle a las
entrevistas y de lo sinceras que fueron sus respuestas,
existían a través de ellas demasiados vacíos. Clotario no
siempre contestaba a mis preguntas y si lo hacía se saltaba
épocas y sucesos, las fechas no coincidían, los
acontecimientos se mezclaba sin orden ni consecuencia. El
hombre estaba allí, pero la historia no se comprendía.

Entrevisté enseguida a sus compañeros -los pocos que


todavía viven- y allí choqué con errores y ambigüedades. La
mayoría de ellos querían ser protagonistas o poseían
tendencias políticas diferentes que naturalmente caían en
contradicciones entre ellos y las ideas de Blest. Era fácil
entregar las entrevistas tal cual. Resultaba simple recopilar
artículos y crónicas. Pero, ¿sería esa la verdadera biografía
de Clotario Blest? ¿No era mi deber escudriñar su origen, el
ambiente que lo rodeó, la historia política pasada y presente
que caminó junto a él? ¿No daría todo este contexto más
realidad y proximidad a su vida? Me decidí por esta segunda
forma.

En cada etapa de la vida de Blest presentaré, por lo tanto, el


ambiente político y social que lo va marcando y su entrega y
su desafío a los gobernantes. También estarán presentes los
libros y pensadores que guiaron sus pasos. Citaré, además,
las ideas de sus adversarios y entrevistas hechas a sus
detractores.

Comprendo lo difícil que es a veces permanecer imparcial,


sobre todo cuando se admira y ama al protagonista como yo
llegué a querer a Clotario Blest a medida que lo iba
conociendo e identificándome con él. Es natural que así sea.
Cuando he sentido, sin embargo, que me estoy dejando
llevar por las ideas de mi héroe me he detenido y lo he hecho
callar para que sus adversarios tengan derecho a réplica. Los
que todavía están vivos irán con sus palabras, los otros
-exiliados o muertos- a través de cartas o artículos de los
periódicos de la época.

En general he seguido en el libro un orden cronológico y he


empleado un lenguaje simple y directo, pensando que este
libro no va solamente dirigido a un erudito, sino también a
un empleado u obrero, tal cual lo fue Clotario Blest.

Los actos de Clotario, sus artículos, discursos y ensayos, no


fueron obras de un intelectual. Lo que le impulsó a tomar
decisiones, a sacrificarse, a condenar y perdonar, fue obra de
la pasión y emoción que siempre guió sus pasos. Al
entrevistarlo, varias veces cortó su narración con un
pensamiento nacido al calor del recuerdo que los hechos le
producían. Ellos irán dando el subtítulo a los diferentes
capítulos del libro.

Las entrevistas de Blest son, casi todas, hechas entre los años
1978 y 1980. Escribí la primera parte de este libro durante
esos años y lo natural habría sido mostrarle estos capítulos a
él, pero la investigación me había arrastrado a conocer
demasiadas cosas que Clotario no me había contado y que yo
sabía eran un secreto que él mantenía guardado con recelo.
El origen bastardo de su padre, el nombre y personalidad de
su novia o sus debilidades y errores igualmente necesarios
para completar y comprender su figura humana. No me
atreví a mostrarle lo escrito y distancié mis visitas. No hablé
más del tema con él y, hasta yo misma, creí haberlo
olvidado.

Pero no fue así. Cuando supe de su enfermedad y próxima


muerte fui a verlo y asistí entre la multitud a su entierro. Y,
entonces, sólo entonces, me sentí con la libertad que quería
para continuar esta biografía y antihistoria que me penaba.
Creo que hice bien, pues sin esos aspectos ocultos, el lector
no podría calar a fondo la asombrosa personalidad de
Clotario Blest ni comprender su tenaz e incansable lucha por
implantar sus principios. Tan sólo espero que desde el más
allá, Clotario acepte mi actitud.

Por otra parte esta pausa voluntaria -entre los años 1981 y
1990-me permitió releer el texto con otra mirada, corregirlo,
aclararlo. Durante los ochos primeros capítulos había
trabajado sola. Luego de la muerte de Clotario tuve la
oportunidad de conocer al historiador Oscar Ortiz, el joven
que asistió y acompañó a Blest durante sus últimos diecisiete
años. Sin su ayuda, no habría podido jamás terminar mi
narración. Oscar conoció mejor que yo a Clotario, heredó sus
libros, cartas y archivos -que puso a mi disposición-, y
mantiene contacto permanente con el mundo sindical. Los
vacíos y dudas podían ahora ser aclarados y enriquecidos.
Me acompañaba en mi tarea final alguien que admiraba a
Clotario Blest tanto como yo.

Mónica Echeverría
julio, 1993

Post factum

Las fechas 1823 - 1990 del subtítulo no son un disparate.


Son parte de la antihistoria y de lo que no es lo común. La
gente no nace precisamente en el año de su nacimiento
cronológico. Puede nacer antes, o después, a veces nunca. En
ocasiones es tal el peso de la historia, que una persona
empieza a formarse antes de existir, y en otras se descubre
mucho después...
M.E.

INDICE

INTRODUCCIÓN

¿Por qué? | ¿Cómo?

I: SU ORIGEN

El abuelo. Funda, dirige y acusa. El político. La familia . Su


origen bastardo.

II: LOS PADRES, LA INFANCIA

El Santiago en que crecí. Mi madre, sólo mi madre.

III: EL SEMINARIO

La herencia histórica. La opinión de Blest. La vida en el


seminario. Su verdadero padre.

IV: DIFÍCIL DECISIÓN

El poder de la Iglesia. Se declara la guerra entre la Iglesia y


el Estado. La paz trae la separación. No seré rebaño de la
Iglesia.

V: PRIMEROS PASOS
El ejemplo de Recabarren. Los partidos políticos. Las
primeras organizaciones. Al fin un empleo, ¿y la
Universidad?

VI: ACCIÓN SOCIAL

El surco | Partido Popular | La Casa del Pueblo, eje de la


acción social cristiana | Dios no existe | Jesús Obrero versus
Cristo Rey | Un cristiano de base | Organizar la juventud
obrera | Enfrentamiento con la jerarquía católica | Los
católicos no somos derechistas | Cómo puede la Iglesia
conservar el poder | No puedo ni debo casarme | La novia
descartada | Ni mujeres, ni farra.

VII: GERMEN

El cristiano debe incorporarse a la política | El compañero


emprende otro camino | Germen, precursora | Los símbolos |
En busca de la unidad cristiana marxista | El Partido
Conservador no es patrimonio de los católicos | Ni los
partidos políticos ni la Iglesia interpretan al pueblo | El
derecho de propiedad | ¿El monstruo comunista? | El Frente
Popular | Se conquista un aliado | Irrumpe el fascismo | Blest
cuestiona la posición pro-fascista de la Iglesia | Germen
convence al Nuncio | El Movimiento Nacional Socialista |
Formulo mi mensaje católico | Misión cumplida.

VIII: BÚSQUEDA

Círculos de estudio: "Blest era tan diferente a nosotros" |


Discrepancia, rebeldía | La historia pesa | Opina Clotario |
Triunfo y dificultades del nuevo líder | Carlos Ibáñez se
convierte en dictador | La caída de Ibáñez | Mi lucha era
contra la Iglesia tradicional | Liga Social de Chile | La breve
experiencia de un gobierno socialista | Partido Social
Sindicalista | Partido Corporativo Popular | Nace la Falange
Nacional | Otro circulo de estudios | Opiniones sobre el
origen de da Falange Nacional | Por qué Clotario no
perteneció a la Falange | La muerte del padre maestro.

IX: EL EMPLEADO FISCAL

Más que un empleado | La influencia del puerto de San


Antonio en la formación política de Blest | Regreso a
Santiago.

X: LA EXPERIENCIA DA FRUTOS: ANEF

Antecedentes históricos en que se funda la ANEF | La


industrialización nace sin ideología | Principios y primeros
pasos de la ANEF | Periodo presidencial de Juan Antonio
Ríos | La ANEF madura | El uso y no abuso del poder |
Entrevista a Tucapel Jiménez | Discurso de Clotario Blest en
el XXXVIII Aniversario de la ANEF, 1981.

XI: UNIDAD, UNIDAD

La trágica muerte de Ramona Parra | Debemos reestablecer


la unidad perdida | Nacimiento de la JUNECH | La
revolución de la "chaucha" | Todos los empleados contra el
gabinete de Concentración Nacional | El gabinete de
Sensibilidad Social | Blest se encandila con los países
socialistas del Este | El período presidencial de González
Videla | La Ley Maldita | El auto-secuestro de Colliguay | Un
paso mas.

XII: CUT: LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD

Los sueños se hacen realidad | Congreso Constituyente |


Elección y resultados del Congreso | El acontecer politice
ayuda al nacimiento de la CUT | Por qué Blest es elegido
dirigente | Presidencia de Carlos Ibáñez del Campo | Las
aspiraciones de la CUT en marcha | Fin de la luna de miel |
El enfrentamiento con el ministro Jorge Prat | Estado de Sitio
| El fallido Golpe de Estado de influencia peronista | La
huelga más exitosa contra el gobierno de Chile | Ni la
represión ni la apatía deben desunir y restar fuerzas | Primera
fractura de la CUT | Las principales ciudades de Chile
enfrentan violentamente a las autoridades | Su vida de
relegado en Molina | De regreso a la lucha, es oficialmente
acusado de marxista | Ultimas exigencias de Blest al
presidente Ibáñez | La muerte de la madre | La CUT voz
ética de la Izquierda | Se avecina una lucha diferente | El
gobierno de Jorge Alessandri, 1958-1964 | Clotario se
enfrenta con sus aliados los comunistas y socialistas |
Últimos esfuerzos de Blest para darle a la CUT un lugar
protagónico | ¿Llegó la hora de la toma del poder? |
Fundamentos de la traición | La agonía de un líder | Manuel
Bustos, diecisiete años después.

XIII: NO DEBEN INMOVILIZARME


Todavía tengo mucho que entregar | Blest y la guerrilla
latinoamericana | El patio de los cogoteros | Ambiente
político pre eleccionario | El gobierno de Frei | Blest se
afirma en sus principios insurreccionales | Blest llama a
formar el MIR | Blest le dobla la mano a Stroessner | En
plena insurrección | Rompimiento con el MIR .

XIV: IGLESIA JOVEN

Antecedentes históricos, políticos y religiosos | El líder de la


Iglesia Joven | Nace la Iglesia Joven en Chile | La toma de la
Catedral | Manifiesto de la Iglesia Joven | Demos el ejemplo |
Un nuevo escándalo | La huelga de Saba | Comienza la
desintegración | Ultimo año de la Iglesia Joven | Diez años
después en el aniversario de la toma de la Catedral.

XV: EL INÚTIL

4 y 5 de septiembre de 1970 | Los sesenta días de


incertidumbre | Año de las utopías y realizaciones |
Ayúdenos a ayudarle | Este es un gobierno de mierda, pero
es mío | Mucho ruido y pocas nueces | La improvisación se
paga y Blest sigue su camino | El paro de octubre | El fin de
una experiencia no realizada | Mientras Chile se radicaliza,
Clotario se hace trapero | Los creadores no logran evitar la
calda | El diálogo fallido | El cerco se cierra.

XVI: EN PLENA TIRANÍA

¿Se justificaba un golpe de Estado? | Martes, 11 de


septiembre | Bajo la bota de la dictadura | Los años de la
DINA | Pensadores y creadores, ciudadanos sin espacio | Los
brazos de la DINA traspasan la frontera | Llegó la hora de la
"no violencia activa" | Disolución de la DINA y su
reemplazo por la CNI | El salvavidas de la dictadura | Pese a
todo, la oposición comienza a dar la cara | El zorro se come
al lobo | Los políticos y la Iglesia, a su manera, se rebelan |
La vejez se enfrenta al silencio | Acontecimientos del año
1979 y el Premio de La Paz | Cuestionario a Clotario Blest |
El discípulo descarriado | El año del plebiscito | Soplan
vientos contrarios | Un viejo amor no se olvida ni se deja |
Intentos fracasados de la oposición | La fuerza silenciada de
la mujer irrumpe | Comienzan las protestas | La táctica de la
"dictablanda" | Todo fue una mascarada | La dictadura
culebreando se aprovecha de la desorientación opositora | La
espontánea reactivación de las protestas | El año decisivo |
Asamblea de la Civilidad | Así fue el Paro General | El
atentado que cambió el rumbo de la historia.

XVII: El Ocaso

La muerte es aceptable, la enfermedad la torna vejatoria | El


canto del cisne | Pinochet cae en su trampa | Un cristiano no
claudicar | El año del calvario | El homo politicus se resiste a
morir | Desfalleciente asiste a dos actos simbólicos de su ser |
La muerte | El funeral | El otro funeral.

EPILOGO

Notas:
1. Viejo senil. Término popular que se refiere al pájaro que
da la hora en los relojes del mismo nombre.

2. Central Unica de Trabajadores.

3. Eduardo Long Alessandri, entrevista 7 septiembre 1978.

4. Santiago Pereira Becerra, entrevista 3 septiembre 1978.

5. Milenko Mihovilovic, entrevista 30 octubre 1978.

6. Manuel Bustos Huerta, entrevista 19 octubre 1978.

7. Dirección de Inteligencia Nacional, policía política secreta


del dictador Pinochet, responsable de los primeros tiempos
de la represión.

8. En la actualidad el barrio descrito ha desaparecido


completamente al ser remodelado para dar paso a la Nueva
Avenida Santa Isabel. La propia casa de Blest fue casi
virtualmente demolida.

9. Líder del movimiento obrero, fundador de la Federación


Obrera Chilena (FOCH), en 1919. (Véase Cap. V - El
ejemplo de Recabarren).

10. Entrevista a Clotario Blest, 16 mayo 1978.

11. Iglesia Joven: nombre que se le dio a un grupo de


sacerdotes, monjas y laicos que en el año 1968 impugnaron
la acción popular de la Iglesia Católica por considerarla
conservadora, autoritaria y alejada de los postulados del
cristianismo. El hecho más importante de este movimiento
fue la toma de la catedral el 11 de agosto de 1968. La Iglesia
Joven estuvo activa hasta 1970.

12. Traperos de Emaús: entidad formada al término de la


Segunda Guerra Mundial por el abate Pierre en Francia. Su
propósito es solidarizar activamente con los marginados.

13. Entrevista a Clotario Blest, 13 julio 1978.

14. Entrevista a Clotario Blest, 5 octubre, 1978.

15. Artículo de Clotario Blest: La Iglesia Joven

16. Entrevista a Clotario Blest, 20 julio 1978.

17. Jesuíta chileno, inspirador y defensor acérrimo de las


ideas social-cristianas (Véase Cap. VIII - Liga Social de
Chile).

18. Entrevista a Clotario Blest, 20 julio 1978.

19. Ubicada, en ese tiempo, en la calle Salas 205 y fundada


por el padre Guillermo Viviani. Su objetivo fue aglutinar a
los trabajadores.

20. Grupo social cristiano que combatió a través de sus


publicaciones tanto a liberales como a conservadores, a la
Iglesia tradicional y al fascismo, desde 1928 a 1940. Su
símbolo era la hoz y el martillo, atravesados por una cruz.
(Véase Cap. VII).

21. Asociación Deportiva de Instituciones Públicas.

22. Asociación Nacional de Empleados Fiscales, que hasta


hoy perdura.

23. Movimiento de Fuerzas Revolucionarias.

24. Movimiento de Izquierda Revolucionaria

25. Artículo de Clotario Blest: La Iglesia Joven, junio. 1969

26. Clotario Blest, entrevista del 14 de septiembre, 1978.

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Clotario Blest. Antihistoria de un luchador


SU ORIGEN

"El hombre nace con una vocación determinada que la


mayoría de las
veces se hereda de los ancestros. De mi padre no tengo
nada que decir, pero sí de mi abuelo..." (1)

Nuestros antepasados suelen ser una carga y a muchos de


ellos nos agradaría enterrarlos en el olvido. Sin embargo, el
hombre huérfano, a quien el destino y la sociedad le destruyó
la familia, que no posee un nombre con raíces, hojas y
ramas, se siente desamparado y desnudo como si para
marchar en la vida. con paso seguro, se necesitara tener
presente el origen, la fuente que nos nutre, la vertiente que
nos produjo. Y, por último también, qué alivio es, ame
nuestras debilidades y vicios, poseer el pariente a quien se
culpa de ser la causa de nuestros errores.

En varias entrevistas procuré que Clotario hablara de su


familia, de sus antepasados. Respecto de su padre, se negó
rotundamente a conversar y lo poco que supe de él, fue
sacado a la fuerza como si quisiera borrarlo de su yo, negarle
existencia y realidad. Su actitud frente a su madre fue
distinta. Su cara se ilumina de ternura y nostalgia ante su
nombre, pero tampoco le agrada hablar de ella.

Comprendí que prefería no tocar el tema, que sentía que


cometía una deslealtad como si su imagen pudiera
deteriorarse, como si él fuese incapaz de describirla y contar
cómo fue y, por último, porque a él, -y sólo a él-, le es
permitido sentirla y evocarla. En cambio, de su abuelo,
Guillermo Cunningham Blest, se expresa con naturalidad a
través de varias entrevistas. En varias oportunidades, y a
veces sin que viniera al caso, Clotario lo menciona con
cariño y admiración. De este abuelo está orgulloso, sabe que
lleva su sangre, le agradece su apellido, siente que está
vinculado a él en su espíritu de lucha, en su desapego al
dinero, en su preocupación por el bienestar de sus
semejantes.

EL ABUELO

"En 1821, la Academia de Jacobo IV de la Universidad de


Edimburgo en Escocia, concedía a un joven irlandés el título
de Doctor en Medicina. Ese joven era Guillermo
Cunningham Blest que contaba en ese entonces con 22 años
de edad. Después de ejercer un año la medicina en Gran
Bretaña. Guillermo decide emprender un largo viaje a las
Indias, con el objeto de visitar a sus hermanos, el uno
comerciante lleno de actividades e iniciativas en Valparaíso:
el otro. médico como él. que se había destacado por el
acierto con que había curado al Virrey Abascal en Perú. El
doctor Cunningham Blest llega a Chile, país que será su
patria, el mismo año de la abdicación de 0'Higgins." (2)

Chile en esa época acababa de consolidar su independencia,


después de años de lucha contra los españoles y de reyertas
internas y había logrado cierta paz que le haría posible
emprender la tarea de la construcción y organización civil y
cultural del país. Pero todavía quedaba todo por hacer en la
naciente República (1820-1830) a la que llegaba ese joven
médico con la idea de pasar una corta temporada y donde se
quedaría para siempre, formando una larga familia, dejando
una obra importante.

A este ancestro de Clotario le tocó vivir el gobierno


constitucional autoritario de José Joaquín Prieto, la tregua de
Manuel Bulnes. el gobierno férreo de Manuel Montt y el más
liberal de su sucesor, José Joaquín Pérez. La consolidación
de la vida política, gracias al acertado gobierno de estos
mandatarios, provocará el desarrollo de las ideas, de las
ciencias y de la literatura.

El doctor Cunningham Blest, -que pocos años después de su


llegada perderá el apellido materno Cunningham
conservando sólo el paterno Blest-, convivirá con Mariano
Egaña, Andrés Bello, José Victorino Lastarria. Su cultura
científica, muy superior a la de los médicos de este país,
unida a su espíritu batallador, lo situarán un poco después de
su llegada, en un marco de crítica, frente a !a deplorable
situación de la ciencia médica chilena, causada por la falta
de instrucción y por la degradación económica y social del
gremio. Su primer folleto se tituló Observaciones sobre el
estado de la medicina en Chile , que contenía un plan de
mejoramiento de esta ciencia. En este folleto, escrito tres
años después de su ingreso al país, acusará a la sociedad y al
gobierno de la época de mirar "a la medicina como un mero
arte y a sus profesores, como miembros inferiores de la
sociedad, lo que demuestra nuestra propia ignorancia y
coloca nuestras opiniones en oposición con las ideas del
mundo entero". (3)

Guillermo Blest se instaló a vivir en Santiago, que contaba


en ese entonces con alrededor de 80.000 habitantes, y cuya
sociedad, dividida políticamente en pelucones y pipiolos,
abría sus salones a todo extranjero procedente de Inglaterra o
Francia, que trajera nuevas ideas. Benjamín Vicuña
Mackenna nos entrega su retrato: "Su arrogante figura no
podía pasar inadvertida, llamaba la atención desde el tiempo
en que visitaba a los enfermos en sus primeros años a
caballo, protegido en los veranos por un ancho plumero de
colores a guisa de quitasol, en su elegante birlocho". Dos
años después de su llegada se casó con María de la Luz Gana
y López, perteneciente a la rica oligarquía, cuñada de
Manuel Blanco Encalada y del general José Ignacio Zenteno,
todos de gran influencia política. Las familias Gana, Blanco
Encalada y Zenteno apoyarán a Blest en sus atrevidas
polémicas y lo ayudarán en su carrera política. En 1828
escribe un artículo Sobre las causas más comunes de las
enfermedades que se padecen en Chile . En ese ensayo habla
de lo nula que es la policía sanitaria, de los estragos del
alcoholismo y es, en cierto modo, el precursor de la medicina
social. Sus escritos desatan polémicas y réplicas airadas, sin
embargo, su clientela aumentó y fue elegido presidente de la
Sociedad Médica y un año después, Inspector General de
Medicina.

FUNDA, DIRIGE Y ACUSA

En 1833 el Dr. Guillermo Blest funda la Escuela de


Medicina y durante dieciocho años es profesor de Patología
y de Clínica Médica. En la lección inaugural dice que está
"conmovido por un sentimiento de gratitud hacia el gobierno
que me ha proporcionado los medios de llenar mis anhelos y
de que mi nombre figure en la futura historia". Recibe como
honorario

mensual por su labor docente, en 1838, sesenta y seis pesos.


Era un sueldo de hambre. En 1851, agobiado por las
exigencias de sus enfermos y por tener que proveer las
necesidades de una numerosa familia, se retira del
profesorado. Sin embargo, sigue colaborando al progreso de
la medicina: escribe un tratado, Elementos de Patología y
Terapéutica , y continúan sus polémicas en diarios y revistas
de la época sobre la naturaleza del trabajo médico, sobre
temas científicos y sociales. Comprendemos, al leer estos
artículos, por qué su nieto Clotario se siente identificado con
él un siglo más tarde. Acusa también a los médicos que se
aprovechan de la ignorancia del pueblo, recetándoles
medicinas que más parecen pócimas. Pedirá leyes justas y
abrirá los ojos ante la imperiosa necesidad de una medicina
social. Clotario, con igual fuerza y vehemencia, en otra
época y situación política, luchará por los mismos principios
de su antepasado: la redención social.

Vale la pena citar algunos párrafos de estos artículos del


doctor Guillermo Blest, especialmente los dirigidos contra el
doctor Passamán, muy en boga en esa época, escéptico y
desconfiado ante cualquier innovación, en oposición al
doctor Blest, pragmático y científico. Blest argumenta: "Un
facultativo en medicina para ganar, por ejemplo diez pesos
diarios, se halla en la obligación de visitar a veinte enfermos
en el día. Este número de visitas, agregando el tiempo que se
pierde de una casa a otra, ocupa su atención desde temprano
en la mañana hasta la noche, llegando a su casa oprimido y
fatigado de su duro trabajo y anhelando sólo el descanso. Al
día siguiente repite lo mismo, dedicando la energía de su
entendimiento y su fuerza física a una tarea tan mal
recompensada. Por esta causa las obras de valor de la
medicina quedan sin abrirse por hombres condenados a tanta
labor, y no les es posible aprovecharse de los
descubrimientos modernos que se hacen diariamente sobre
varios ramos de la medicina. Si los médicos no son versados,
si no cultivan con celo la ciencia médica, debe atribuirse a
las leyes que autorizan y determinan la cuota con que deben
remunerarse sus visitas que les obliga al trabajo de esclavos
para ganar una miserable subsistencia, sacrificando las horas
que deben emplear en el estudio y la contemplación. Esto es
una deshonra vergonzosa en el siglo presente". (4)

Otras veces Blest apuntaba: "Las calles aparecen en tan


reprensible abandono, que es imposible marchar por sus
veredas sin tropezar con asquerosas suciedades y sin cubrir
con ambas manos o con pañuelos los canales de
respiración..."

La polémica entre ambos médicos continuaba cada vez en


forma más virulenta. Passamán se burlaba del rigor científico
de Blest que lo convertía en rata de biblioteca, incapaz de
curar ninguna enfermedad. Blest le replicaba, riéndose de sus
recetas habituales: "Si tal sistema se quiere imponer como
ley los boticarios tendrán que llenar sus tiendas con raíces y
hojas de malva y los médicos tendrán que limitar sus medios
curativos a fomentos y sanguijuelas". (5)

Al ser nombrado Diego Portales biministro de estado con


amplios poderes, se dio como vencedor de esta polémica al
doctor Blest. El poderoso ministro Portales lo había elegido
como su médico particular. Passamán perdió pronto su
prestigio.
En una conferencia sobre historia de la medicina chilena
dictada por el profesor Arturo Mardones Acosta, dice éste:
"A nuestro juicio, el siglo XIX en que vivió y enseñó Blest,
es una época de esplendor de la medicina en Inglaterra y en
Francia. El doctor Blest, conocedor de esta obra, es el que en
Chile la impulsa, la ordena y la difunde. Legó, además, a las
instituciones docentes del país, la libertad de pensamiento y
la tolerancia religiosa". (6)

EL POLÍTICO

Guillermo Blest fue también un hombre político. Sin duda, la


influencia de la familia de su mujer, tradicional y
conservadora, lo impulsó a trabajar activamente en la
candidatura para presidente de la república de José Joaquín
Prieto, connotado pelucón. A los treinta y dos años fue
designado diputado "a dedo", como era la norma en esa
época. Sin embargo, cuando tenía cuarenta y seis años, se
vio envuelto en un acontecimiento que causó escándalo entre
la rancia oligarquía y la sociedad que lo admiraba. Los
pipiolos se habían vuelto ruidosos. La juventud los seguía
con admiración. Lastarria y Bilbao contaban con muchos
seguidores. Los prácticos pelucones afrontaban con su
realismo burlón y escéptico los impulsos soñadores de la
generación liberal. Pero llegó un momento en que las ideas
de las barriadas de París ya no parecieron un simple juego
propio de la juventud. Los pelucones se sintieron
directamente atacados, los escritos de José Victorino
Lastarria fueron prohibidos, Francisco Bilbao fue
perseguido. Según Jaime Eyzaguirre en su libro Fisonomía
Histórica de Chile , hasta el mismo Andrés Bello, cuyo
espíritu ponderado cuajaba con la vieja aristocracia, se
fastidió con el freno que significaba dicha actitud, lo que lo
hace exclamar que: "casi no hay proyecto útil que como
demande alguna contracción y trabajo, no se impugne al
instante con la antigua cantinela de "país naciente", "teorías
impracticables", "no tenemos hombres", etc., objeción, que
si en alguna materia vale algo, en las más es un bostezo de
pereza que injuria a Chile y daña a sus intereses vitales". A
pesar de las palabras de Bello, las persecuciones contra los
pipiólos continuaron. El juicio contra Bilbao fue convocado
en la plaza. El jurado después de escuchar la acusación y las
palabras del acusado, que no tenía más de veintiún años,
ordenó quemar públicamente su libro, Sociabilidad Chilena.

El doctor Blest, a poca distancia observaba; súbitamente


ordenó que se le sirviera un vaso de vino al joven acusado
que tenía un aspecto fatigado y desfalleciente, según su
propia expresión. Eso bastó para desatar los gritos y aplausos
de sus partidarios. Después la víctima, es paseada en triunfo
"en medio del vitoreo en que participa activamente el doctor
Blest". Y según otros testigos, hasta le facilitó su birlocho
para que se retirara.

¿Qué hacía allí el respetable representante de la aristocracia


pelucona, apoyando las ideas subversivas de unos
estudiantes locos? Era un escándalo. En una sesión del
Consejo de la Universidad, el señor Mariano Egaña propone
castigar con suspensión al doctor Blest por "la activa
participación que tomó en el vitoreo a Bilbao el día del
juicio" que condenaba al autor de La Sociabilidad Chilena.
El Consejo acordó declarar que el catedrático "queda
suspendido de sus funciones como profesor de medicina".
Blest se defiende con una insolente carta dirigida al Consejo
Universitario. Don Andrés Bello es llamado como arbitro y
luego de escuchar a las partes dio su veredicto: "el doctor
Blest seguirá, como siempre, desempeñando su cátedra".

El escándalo se acalló, pero para la sociedad pelucona algo


se había trizado: el doctor Blest, a quien había ayudado y
protegido, considerándolo uno de ellos, los había
traicionado, no se podía ya confiar en él.

Poco tiempo después, Blest renunciará definitivamente al


magisterio. En carta de renuncia presentada al Consejo de la
Universidad aduce: "que los apremios económicos, debido a
su numerosa familia, le hacen imposible continuar en su
tarea". ¡Quién sabe si la actitud de los miembros del Consejo
y la atmósfera creada en su contra fue la causa primordial de
su renuncia!

LA FAMILIA

De su matrimonio con María de la Luz Gana tuvo once hijos,


de los cuales sólo siete llegaron a adultos. Algunos ocuparon
puestos políticos y otros, como Guillermo y Alberto, son
conocidos por su obra literaria. Los biógrafos cuentan que
durante los meses de verano, el doctor Blest partía a trabajar
a las minas de cobre cercanas a los baños termales de
Cauquenes. Año tras año, la bulliciosa y alegre caravana de
sus hijos cabalgaba por los empinados y tortuosos senderos
del Cachapoal. Un día ocurrió una tragedia horrorosa: la hija
menor, de cinco años, sufrió un accidente. Cayó en los
talleres de la fundición de la mina, muriendo quemada. La
madre no se repuso nunca de este drama. Murió joven aún,
en el año 1851. Viudo y a cargo de numerosa familia,
Guillermo Blest continuó viviendo en el solar de los Gana,
fastuosa mansión que quedaba ubicada en la Alameda frente
al cerro Santa Lucía. Ejerció la medicina privada hasta sus
últimos años. A los sesenta y dos, fue elegido Senador
suplente de la República y publicó su último folleto sobre la
viruela, que asombra, según los críticos de la época, por su
vasta documentación. Al paso del doctor Blest, los
funcionarios de los hospitales, profesores, monjas,
enfermeras, lo saludan con respeto. Compró una casa en
calle Dieciocho donde pasó sus últimos días, salvo sus
estancias veraniegas en San Bernardo donde murió el 7 de
febrero de 1884. Augusto Orrego Luco, el profesor más
joven de esa época en la Escuela de Medicina, pronunció un
discurso en el cementerio: "Represento a la Escuela de
Medicina que él fundó, al profesorado del que fue su primer
maestro y a la Facultad de la que fue su primer decano". El
periódico El Ferrocarril dirá: "Hombre abierto a las grandes
ideas y partidario de las doctrinas liberales y progresistas,
tanto por impulso de raza como por convicción, figuró
siempre entre los espíritus más avanzados en materia de
ciencias o de instituciones". (7)

SU ORIGEN BASTARDO

Durante la primera entrevista que sostengo con Clotario


Blest, le pregunto por su abuelo. "Pasemos a la sala del lado,
me dice. Allí tengo los retratos de varios de mis antepasados,
-me señala uno grande- éste, es la copia de un original que
doné a la Escuela de Medicina". El retrato representa a un
hombre apuesto, de frondosos bigotes, hombros anchos y
mirada dulce. Existe un contraste entre los rasgos decididos
y esa mirada tierna. Sus ojos, que sin duda han sido celestes,
se asemejan a los de Clotario, tiernos, transparentes. Su
abuelo era irlandés, de Sligo, me cuenta. Era protestante. Y
agrega que se casó en primeras nupcias con Luz Gana, de la
aristocracia y luego, en segundas nupcias, con doña Carmen
Ugarte Plaza de los Reyes, su abuela. Ella no pertenecía a la
oligarquía, pero tenía un buen pasar y era joven y hermosa.
El tenía setenta y dos años y aunque era médico, decano y
fundador de la Escuela de Medicina, no tenía fortuna
personal. "Usted sabe, los médicos de la época eran mal
remunerados y por lo general mi abuelo no cobraba. Durante
su primer matrimonio vivió en casa de los Gana, un palacete,
que ocupó durante su viudez. Al conocer su segundo
matrimonio, la familia Gana lo echó de la casa. ¡Hasta dónde
puede llegar la crueldad de esa gente cuando hieren su
orgullo! Mis abuelos se casaron. El permiso llegó de Roma,
pues él era protestante y ella, católica. El certificado de
matrimonio se encuentra en la Iglesia de San Lázaro. Yo
tengo una copia de él.

En la Escuela de Medicina inauguraron su retrato, acto al


que fui invitado. En ese entonces era rector de la
Universidad de Chile, Gómez Millas. El retrato lo había
regalado yo, su único nieto vivo. Cuando subí al proscenio
señalé que sólo diría dos palabras: Señalando el retrato dije:
'Este es mi abuelo, casado legalmente con mi abuela Carmen
Ugarte, a quien los Blest Gana siempre negaron...' Mi abuela
no era de su clase, por eso nunca la recibieron, siempre la
despreciaron. Tuvieron tres hijos. Mi padre era medio
hermano de los aristócratas Guillermo, el poeta, y de Alberto
el novelista, los Blest Gana. Alberto criticó a su clase,
especialmente en una novela que ocurre en París, Los
Trasplantados". Agrega: "de él tengo un retrato". Lo
muestra. Es un retrato pequeño, en marco de plata y está en
la mesa de trabajo diario, en la sala donde cuelgan los
"maestros" y recuerdos más queridos de Clotario. Prosigue:
"yo no conocí a mi abuelo, había muerto cuando yo nací.
Tampoco conocí a ninguno de mis tíos" (8)

-¿Cómo se explica usted, le pregunto, que en ninguna de sus


biografías mencionen este segundo matrimonio de su
abuelo?

"Eso se explica -me contesta- por el poder que tienen ciertas


familias en Chile y el servilismo a ese poder que tienen
ciertos biógrafos".

Quise comprobar la veracidad de lo expuesto por Clotario y


me fui a la iglesia de San Lázaro. Allí, efectivamente, estaba
el certificado de matrimonio del doctor Guillermo
Cunningham Blest con Carmen Ugarte, sin acto litúrgico,
que data del año 1879.

Más tarde, hojeando una biografía sobre Alberto Blest Gana


escrita por Raúl Silva Castro, en la que dedica varios
capítulos a su padre, Guillermo Blest, en su apéndice me
encontré con algunos datos relacionados con el tema. En
1869, en la parroquia de San Lázaro, aparece el nacimiento
de una hija de Guillermo Blest y Carmen Ugarte, llamada
Zoila Rosa. Enseguida en la misma parroquia, en la partida
265, Libro 12 de Matrimonios, el acta de matrimonio, previa
dispensa y sin acto litúrgico del año 1879. Y, por último, una
cita de un consejo que se efectuó en la Universidad al morir
el doctor Blest, en el año 1884. "Al morir el doctor Blest, se
dio cuenta en el Consejo Universitario por el decano Barros
Arana, que había dejado dos hijos menores que vivían con su
madre, de muy escasos bienes de fortuna y que, atendiendo a
los importantes y numerosos servicios prestados al país por
el respetable padre de esos niños, parecía justo que se les
facilitaran los medios de instrucción". El Consejo les
concedió becas en el Instituto Nacional. (9) Estos dos niños
eran Ricardo (futuro padre de Clotario) y Arturo, muerto en
plena juventud.

La verdad es que si no fuera por la versión de Clotario, poco


o nada se sabría del amor que sintió Guillermo Blest, ya
viejo, por la joven Carmen Ugarte. ¿Cuándo la conoció?
¿Fue un amor de largos años? ¿Decidió casarse con ella
cuando ya habían nacido sus hijos y se sentía próximo a la
muerte? ¿Vivió realmente con Carmen Ugarte o prefirió
guardar celosamente su secreto ante el escándalo que
formaría su familia? Nada sabemos al respecto. La versión
de Clotario es probable que sea la de la abuela o bien de su
madre para justificar el desprecio, para ellos incalificable,
que demostraron sus parientes ricos y poderosos, frente a
esta familia Blest y sus descendientes, pobres y olvidados, a
los que llamaron "huachos". En cualquier caso, no queda
ningún Blest de esa rama a quien interrogar. Murieron todos
jóvenes.
Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 27 junio 1978

2. Revista Médica de Chile, Año 70, noviembre 1942, pp. 17


- 18

3. Idem

4. Costa C, Claudio. Antecedentes de la Prensa Médica


Chilena, Biblioteca de Historia de la Medicina en Chile,
1961, p. 64

5. Revista Médica de Chile, p. 18

6. Mardones Acosta. H. Biografía del Señor Guillermo Blest.


En: Revista médica de Chile. 1963. pp. 34

7. Silva Castro. Raúl. Alberto Blest Gana. Editorial


Nascimento. p. 72

8. Entrevista a Clotario Blest. 27 junio 1978

9. Silva Castro, Raúl. Alberto Blest Gana. Editorial


Nascimento, p. 73

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LOS PADRES, LA INFANCIA

"No teníamos nunca plata, vivíamos de plata prestada..."

Más de sesenta años habían transcurrido desde la llegada de


Guillermo C. Blest a Chile, en 1823, hasta su muerte
acaecida en 1884. Durante ese período, Chile se había
fortalecido y crecido. La República aparecía consolidada.
Después del triunfo de la Guerra del Pacífico, que permite la
anexión de ricas provincias mineras, comenzó el salitre a
producir un bienestar inesperado que repercutía
positivamente en la vida socioeconómica del país. En el sur,
se había mal logrado la "pacificación" de la Araucanía y la
región de la Frontera. Después de más de cien años de lucha,
el territorio comenzaba a poblarse y a cultivarse, "Iquique,
Concepción y Valparaíso adquirían aspecto de ciudades
importantes. Sin embargo, Santiago era la ciudad que sufría
más cambios. En 1865 tres ciudades tenían una población
casi idéntica: Copiapó:..13.300; La Serena: 13.500; y
Concepción: 13.900. Valparaíso contaba con 70.400 y
Santiago se empinaba por sobre los 115.000 habitantes.
Veinte años más tarde, el ritmo de crecimiento de Santiago
comienza a hacerse vertiginoso. De 190.000 habitantes en
1889 subirá a más de 250.000 en la década siguiente y en
1907 se eleva a las 300.000 personas". (1)

EL SANTIAGO EN QUE CRECI

Clotario Blest remonta sus recuerdos de "el Santiago en que


crecí" a los años en que la capital de Chile se urbaniza. Don
Benjamín Vicuña Mackenna, gran figura pública, hombre
muy culto, diplomático, historiador, alcalde de lujo de la
ciudad traza avenidas, demuele viejas casas y hermosea el
Cerro Santa Lucía, con sus fuentes y terrazas. Se remodela,
con un diseño francés, a la Plaza de Armas. Se construye el
Portal Fernández Concha, se inaugura la Quinta Normal. De
fines del siglo XIX y principios del XX serán la mayoría de
los palacios y grandes casas particulares. Se construye el
edificio del Congreso Nacional. Se remodela el Correo
Central, del Mercado Municipal y se diseña el Parque
Cousiño. Todo ello refleja un nuevo estilo de alta burguesía
lleno de suntuosidad y refinamiento. Adquieren auge las
recepciones y bailes. Los periódicos de la época dan
testimonio de ello. Don Ramón Subercaseaux en sus
Memorias de 80 años , nos entrega la descripción de dos
casas. Primero, la de su primera infancia, correspondiente al
modelo de antaño en la calle Catedral: "Era de las pocas
casas de balcón corrido. La mayoría de las casas de Santiago
de esa época era de un piso, al nivel del suelo, de adobe. El
único lujo era el de las rejas de hierro historiadas y
empinadas que protegían la ventana del centro que
correspondía al salón. Las casas blanqueadas por fuera no
tenían ningún adorno. Los tres patios, un salón, una sala de
espera y los dormitorios, uno tras otro. El pavimento de la
calle era muy malo, la cuneta iba por el medio, de suerte que
dos coches andando en sentido opuesto podían toparse por lo
alto". (2)

Y luego la segunda: "En 1859 nos mudamos a la casa nueva


de Huérfanos. Un niño me contó, en el colegio, que le habían
dicho que las tejas de mi casa eran de oro y de plata. No era
para tanto, pero, sin duda era hermosísima: la fachada,
trabajada en alto estilo, según las reglas de Vetruvio y
Vignola, arquitectos de la nueva escuela francesa e italiana.
El pórtico y el primer patio, con sus grandes baldosas de
mármol blanco y los tres salones decorados por Filastre, un
artista llegado para terminar el Teatro Municipal, eran en
realidad, suntuosos, sobre todo las estatuas y muebles traídos
de Europa..." "Para la fiesta de inauguración hubo un gran
baile en la noche, del cual recuerdo la magnitud de los
vestidos de las señoras puestos sobre crinolina, la
orquesta..." (3)

El enriquecimiento progresivo, el poder político, los largos


viajes al extranjero, hacen que estas familias se sientan
superiores y miren despectivamente a los que no poseen
nada ni pertenecen a su clase y ha hecho su irrupción,
también, la llamada clase media, que más tarde jugará un rol
importante dentro del marco sociopolítico y económico de
Chile.

"La política educacional desplegada por los gobiernos de los


decenios y el sostenido impulso industrial del gobierno de
Pérez, que multiplica talleres o pequeñas fábricas y crea
nuevos establecimientos comerciales, hacen aflorar este
nuevo sector social, mal delimitado y sin pasado histórico,
como el europeo. Esta clase, con aspiraciones y sin medios
económicos, trataba de superarse y surgir llenando los
empleos que desechaba la aristocracia: la administración
pública, el ejército, el profesorado. Juan Enrique Concha
observa sobre dicho grupo: "tiene la pasión de la instrucción,
de la empleomanía, de los títulos profesionales y de la
política". (4)

La migración laboral de campesinos hacia los centros


urbanos, a los centros salitreros en el norte, buscando trabajo
y mejores salarios, hace crecer en forma desproporcionada a
la fuerza obrera disponible, necesitada, y que vive en
condiciones misérrimas. En 1a capital del país, se
multiplican los barrios en que el gran negocio rentista es del
de las nuevas cites o conventillos que se suman a los
ranchos. Estas viviendas miserables se alzaban de
preferencia al sur de la Alameda y al norte del Mapocho.
"Desde el lugar llamado Cancha de los Monos, la actual
Avenida Matta, cesaba todo pavimento y faroles de
alumbrado público. El servicio municipal se desentendía de
todo. Comenzaban entonces. los barrios de ranchos oscuros,
miserables y hediondos a lo largo de la calle San Diego. De
estas chozas viles, donde había trozos de tapia sin tejas,
asomaban niños vestidos de andrajos". (5) "En habitaciones
insalubres y oscuras, sin agua potable ni desagües, se
hacinaban hombres, mujeres y niños, fáciles víctimas de
tifus exantemático, tuberculosis o epidemias de cólera y
viruelas, como las de 1865,1872, 1889. El jefe de la familia
trabajaba en el taller o en la industria y la mujer realizaba
labores de costura o lavado". (6)

El cuadro de las desigualdades aberrantes se acentúa y el


reducido costo de la mano de obra y la casi inexistente
regulación del trabajo. mantienen a los obreros sumidos en la
miseria y la desesperanza.
MI MADRE, SOLO MI MADRE

Ricardo Blest Ugarte, padre de Clotario, nació en Santiago


en 1871. Sólo en 1879 su padre, don Guillermo Cunningham
Blest se casó con su madre y lo reconoció, como a sus dos
otros hijos. Zoila Rosa y Arturo, como hijos legítimos. De
Zoila nada se sabe. "Posiblemente murió antes que yo
naciera", señala Clotario. De Arturo se sabe que murió
joven. Ricardo, después de terminar sus estudios en el
Instituto Nacional, como muchos jóvenes de su clase, siguió
la carrera de las armas. Cuando se casó con Leopoldina Riffo
Bustos, era oficial. (7)

"De mi padre supe poco. No lo quise nunca...maltrataba a mi


madre. No quiero hablar de eso. Yo era muy pequeño, pero
me di cuenta. Con mi hermano mayor era cariñoso, pero no
conmigo, él sabía que yo defendía a mi madre...como él era
Blest y mi madre Riffo...yo la prefería a ella. Murió de un
ataque cerebral cuando yo tenía siete años...debe haber
tenido treinta y cinco. Pero basta, no lo toquemos. Yo amé a
mi madre por sobre todas las cosas" (8)

A pesar de mi empeño de inquirir más sobre el padre de


Clotario, fue inútil. El se alteraba si lo mencionaba y
cambiaba bruscamente de tema. Vi su retrato colgado en la
sala de los rezagados, un joven delgado, de facciones finas,
de pelo castaño oscuro, vestido de militar. No tiene, sin
duda, la apariencia fuerte e imponente de su padre irlandés.

"La madre de Clotario, Leopoldina Riffo Bustos, nació en


1873, en Chillan Viejo. Estudió en la Escuela Normal de
Santiago y ejerció como profesora primaria en diferentes
escuelas. Pronto es nombrada directora del Liceo de
Quirihue. Sin embargo, de casada siempre vivió en Santiago,
ejerciendo su profesión en diferentes escuelas. Jubiló durante
la primera administración de Ibáñez. De su matrimonio con
Ricardo Blest nacieron en Santiago tres hijos: Fernando,
Clotario y Leopoldina. Clotario Blest Riffo nació el 17 de
noviembre de 1899. La madre tuvo que trabajar arduamente
para poder alimentar a sus tres hijos. Incluso atendió una
escuela nocturna para adultos. En 1912 formó parte de la
directiva de una asociación de profesores primarios
destinada a obtener reivindicaciones. Ella fue la tesorera.
Más tarde aparece como la pro-secretaria ad-honorem de un
organismo precursor de la medicina social, el "Servicio
Médico Escolar", atendido por la primera mujer titulada de
médico en Chile, Eloísa Díaz. Cuando en 1920, los cesantes
del salitre invadieron la capital con sus mujeres y niños,
Leopoldina, junto a otras maestras, se hizo cargo de un
albergue para niños, prestándoles ayuda escolar y médica"
(9)

A los maestros primarios de esa época "se les consideraba


despectivamente y se solía decir que cualquier hijo de vecino
podía enseñar a leer, escribir y contar. Su situación
económica era pésima ya que para los efectos de fijación de
sueldo eran los últimos en los escalafones de la
administración pública. En esas condiciones se creó la
primera Sociedad de Profesores de la Instrucción Primaria, el
1º de mayo de 1915. Su primer objetivo fue obtener una ley
de instrucción primaria obligatoria, conseguida en 1920. Los
principales promotores de este movimiento gremial del
profesorado primario fueron: Víctor Troncoso, Isabel
Kirman, Sofía de Villalobos, Carmen Mandujano,
Leopoldina Riffo".(10)

Los recuerdos de Clotario se adentran a su niñez:

Dice: "Mi madre nos sacaba a pasear por la Alameda de las


Delicias los días domingo. Nos entreteníamos con mis
hermanos tirando piedras a la acequia o con botecitos de
papel. Algunas veces nos cruzábamos con el presidente de la
República, Pedro Montt, que paseaba rodeado por su corte"
(11)

"La primera escuela donde ejerció mi madre, creo que fue la


84, ubicada en calle Brasil. De esa época recuerdo el
terremoto. ¡Cómo se movió la casa! Si a mi madre la
nombraban en otra escuela nos mudábamos. Vivíamos en el
tercer patio, al fondo. Fue también directora de la Escuela
Elemental o Primaria 25 ó 26 en la calle Independencia y en
la que queda en la Alameda, 18 y tanto. Recibía un sueldo
miserable que no alcanzaba para nada. Vivíamos de
préstamos. Sin embargo afrontó nuestra educación como
pudo. Cuando estaba desesperada, recurría a los prestamistas
o las llamadas "agencias", en las que empeñaba útiles o
ropas a cambio de dinero. Nunca podré olvidar unos golpes
muy fuertes en nuestra puerta, que indicaban la presencia de
un cobrador impaciente por alguna cuenta atrasada. Yo me
acercaba a la puerta y corría el cerrojo para asegurarme que
no pudiera entrar. Esos cobradores fueron los "cucos" de mi
niñez. ¡Cómo los odiaba!" (12)
"Sin embargo, mi madre nunca se quejaba, nunca se quejó.
Era muy católica y rezaba el rosario con nosotros, todas las
tardes. Pero no era una beata típica de la época. Le
preocupaban también los problemas sociales inherentes a su
gremio. Organizó reuniones de maestros semi clandestinas
en que se discutía acaloradamente su situación económica. A
mí me utilizaban de loro" para avisar si venía un inspector".
(13)

-¿Visitaba a sus parientes, los Blest Gana?

-"Nunca".

-Pero, ¿sabían que existían, sus nombres, sus casas?

-"No hablábamos de ellos. Sólo una vez, recuerdo, que mi


madre me señaló uno de sus palacetes: "allí viven tus primos,
me dijo, pero a nosotros nos miran en menos porque somos
pobres, nos consideran de otra clase" (14)

-Me llama la atención el nombre "Clotario". ¿Por qué le


pusieron así? ¿Algún santo?

-"No existen santos Clotario ni existirán. Yo tenía un tío que


se llamaba Clotario Riffo Bustos, hermano de mi madre. El
fue mi padrino. Era médico en Chillán; murió joven.
Operaba gratuitamente a los pobres y atendiendo tanto
tuberculoso desamparado, se contagió".

Inquiero: -¿Por qué le pusieron a él ese nombre?


-"No sé, seguramente que fue por el rey Clotario, padre de
Clodoveo. Son nombres raros, lo mismo que el de mi madre,
Leopoldina. Yo no he conocido ninguna Leopoldina. Yo
también me llamo Leopoldo, Clotario Leopoldo".

-¿De qué origen es el apellido Riffo?

-"En el sur hay muchos Riffo. Mi abuela era de Quirihue,


Chillan. En realidad mi apellido Riffo no es tal. Es un
misterio de familia. Usted sabe, antiguamente cuando había
hijos naturales le ponían el apellido de la madre y no del
padre. De allí viene mi apellido Riffo, que se origina en
Argentina". (15)

Durante otra entrevista, le digo que me extraña no ver


retratos de su madre. Clotario me dice: "Mi madre quemó
todos sus retratos antes de morir. Este -lo ha ido a buscar al
dormitorio- lo encontré por casualidad". Es una fotografía de
su madre, con marco de plata, cuando tenía treinta años.
morena, de rasgos corrientes, de-cara simpática. Le pregunto
si era bella. Me contesta:

-"¡Bella! Para los hijos todas las madres son bellas. ¡La hice
sufrir tanto! Ella siempre esperándome, aquí, en este sillón y
yo en la cárcel". (16)

En la celebración de los ochenta años de Clotario y la


exposición gráfica sobre su vida que realizó la ANEF
(Asociación de Empleados Fiscales), vi otra fotografía de su
madre; aparece en auto, sentada al lado de su hijo. Se ve muy
viejita y delgada.
-¿Cómo fueron sus primeros años escolares?

-"Fui a la escuela pública. Un día el profesor reunió a todos


los alumnos en el patío. -Que salga Clotario Blest- dijo.
Cuando yo me presenté, me preguntó: ¿Por qué anda con los
zapatos rotos? -Porque soy pobre, le contesté. El me replicó:
yo no acepto en esta escuela niños con zapatos rotos.
Saqúese los zapatos y muéstreselos al resto de los alumnos.
Todos Sos compañeros irrumpieron en una carcajada y me
gritaron: "¡zapato roto! ¡zapato roto!". (17)

Esta humillación pública a un niño de siete años, me


recuerda la de otra niña. Lucila-Gabriela, una década antes
en la escuela de Vicuña, cuando la directora la acusa de un
robo del cual no es culpable y sus compañeras a la salida le
lanzan piedras gritándole: ¡ladrona!, ¡ladrona!. Quizás el
destino y la personalidad de estas dos grandes figuras
hubiese sido diferente, sin ese estigma lapidario que marcó
para siempre sus conductas.

-¿Que recuerdos tiene de sus hermanos?

-"Yo era el segundo y el más apegado a mi madre. Des


aspecto, quizá, era el más frágil, pero ya ve usted, los dos por
motivos diferentes murieron jóvenes".

-¿Cómo ocurrió eso?

-"Mi hermano mayor, Fernando, era muy sensible, un poeta,


pero quiso ser militar. Un poeta militar ¡habráse visto! No
pudo acostumbrarse...Se drogaba, era morfinómano. Se
suicidó a los veinticinco años en Punta Arenas. ¡Cuánto
sufrió mi madre! Ocurrírsele a mi hermano meterse a milico.
Se envenenó. Cuando agonizaba, llamó a un sacerdote. Mi
hermano era un místico. Le mostraban un crucifijo y se
ponía a llorar".

-¿Y su hermana?

-"Leopoldina era la más pequeña, la regalona. Siguiendo el


ejemplo de mi madre estudió para normalista y se tituló.
Pero no ejerció nunca porque entró a monja en el Buen
Pastor. Eran monjas de claustro, muy estrictas. Sólo
podíamos conversar con ella a través de una reja por la que
aparecía tapada con un tul negro. Como la vida en el
convento es muy rigurosa y dura, enfermó, según creo, de
reumatismo al corazón. Cuando se la llevaron al hospital,
exigió irse a la sala común. Yo era en ese entonces empleado
público y podía afrontar ese gasto, pero ella rehusó. El
doctor Droguet del Fierro la atendió con mucho cariño. Sin
embargo, murió a los treinta años, en el hospital San
Vicente. Pidió agonizar al lado de sus hermanos, los pobres
y desamparados" (18) En esa época, trabajaba en el hospital
el doctor Antonio Morales Delpiano, homeópata. Conoció a
la familia Blest y desde entonces fue su médico.

Ese médico me dice: "Yo no atendí personalmente a


Leopoldina, pero pasé a visitarla muchas veces en la sala.
Allí conocí a la madre de Clotario y me hice amigo de ellos.
Leopoldina era muy joven, pero padecía de una lesión
incurable al corazón. Ella sabía que iba a morir y estaba
resignada. Era muy piadosa. Después de su muerte, fui a
darle el pésame a su madre a la casa, la misma donde vive
hoy Clotario. En esa época estaba más ordenada y todo
parecía menos viejo y deteriorado que hoy. Cuando fui, la
madre estaba sola. Dentro de todo su drama, se mantenía
entera. Fue siempre muy creyente y la religión le ayudó a
soportar todas las penas. No creo que ella tuviera parientes o
amigos. Siempre que me llamaba por alguna enfermedad
estaba sólo con Julia, la vieja empleada, que era mayor que
ella y que más que sirviente era una amiga". (19)

Algo parece haber marcado para siempre al niño Clotario, el


niño que no quiere recordar a su padre. La pobreza de esos
años, la piedad y la entereza de la madre. Varias veces
vuelve a contarme la anécdota de los "zapatos rotos" y sus
relatos de la infancia siempre terminan con un juicio sobre la
actitud de la madre: "afrontó nuestra educación con un
sueldo miserable", "ella nunca se quejaba","¡cómo sufrió la
pobre!". Y por último, la muerte trágica y prematura de sus
hermanos...

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 16 de agosto de 1978

2. Villalobos, Sergio et al., Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974, p.617

3. Subercaseaux, Ramón, Memorias de 80 años. Editorial


Nascimento. 1936, Tomo I, p.75
4. Idem, p. 168

5. Villalobos, Sergio et al. Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974, p.632

6. Subercaseaux, Ramón, Memorias de 80 años. Editorial


Nascimento, 1936,Tomo I, p. 146

7. Villalobos, Sergio et al., Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974, p.657

8. Según investigación realizada, Ricardo Blest se integró a


las filas militares, en plena guerra civil, al bando
balmacedista. Años después jubilará como militar.

9. Entrevista a Clotario Blest, 16 agosto 1978

10. Diario El Siglo 11 enero 1958, p. 4

11. Entrevista a Clotario Blest, 16 agosto 1978

12. Idem

13. Idem

14. Idem

15. Idem

16. Idem
17. Idem

18. Idem

19. Entrevista al doctor Antonio Morales Delpiano, 24


octubre 1978

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EL SEMINARIO

"La juventud actual es superior a la nuestra.


Nosotros nos criamos hipócritas, le teníamos
demasiado miedo y respeto a los mayores" (1)

En 1909, Clotario termina su educación primaria. Su


hermano Fernando ha conseguido ingresar a la Escuela
Militar. El seguirá sus estudios en el Seminario Pontificio.
Pero el ingreso allí no es fácil. Clotario logra entrar gracias a
la influencia de un pariente poderoso:

"No todos mis parientes ricos eran egoístas. Los Valdés


Cuevas me consiguieron una beca que me permitió terminar
con éxito mis estudios. Ellos creyeron, sin duda, que estaban
ayudando a formar un futuro sacerdote conservador y
tradicionalista. ¡Cómo se habrán arrepentido más tarde, de
haber ayudado a un subversivo!" (2)

Nueve años permanecerá Clotario en el internado del


Seminario, ajeno a la historia nacional e internacional de esa
época. Época llena de acontecimientos y crisis que
repercutieron más adelante en el mundo político en que le
tocará actuar.

LA HERENCIA HISTÓRICA

Europa, luego de la "Belle Epoque", del positivismo del


hombre racionalista, laico, seguro y feliz, sufrirá el drama de
la primera guerra mundial (1914-1918), que destruirá el mito
del hombre que dirige su destino, y que cambiará la vida
económica y social del mundo.

En Chile, después de los gobiernos de Santa María y de


Balmaceda, liberales y progresistas, estalla la guerra civil.
Los gobiernos de Jorge Montt (1891-1896), Federico
Errázuriz (1896-1901),Germán Riesco (1901-1906), Pedro
Montt (1906-1910), Ramón Barros Luco (1910-1915) y Juan
Luis Sanfuentes (1915-1920), sólo sirvieron para acentuar el
descontento y el pesimismo de las clases oprimidas. Los
ministerios se sucedían uno tras otro, continuaba la pugna
entre los grupos extremos, los radicales y los conservadores,
que hacían resaltar la inconsistencia de los grupos liberales
que luchaban por mantener un difícil equilibrio en el centro.
Pero, detrás de esta aparente pugna de diferentes partidos,
una sola clase social: la burguesía, que luchaba por el poder

"A la muerte de Pedro Montt y en vísperas del centenario de


la independencia, la idea de vivir una crisis, no sólo política
sino fundamentalmente moral, es el tópico que se agudiza
con particular fuerza, vicios y deformaciones" (3). Don
Enrique Mac-Iver exclama: "Me parece que no somos
felices, es un malestar que se extiende a todos. La energía
por la lucha por la vida se ha tornado en laxitud; la
confianza, en temor; las expectativas en decepciones".
Alberto Edwards, en 1912, sintetizaba con fría amargura:
"En 1905 éramos más felices que hoy. Entonces creíamos en
un hombre, ahora ya no creemos en ninguno". El libro de
Alejandro Venegas Carús, (Doctor Valdés Cange)
Sinceridad, Chile íntimo en 1910, es un testimonio
acusatorio, crudo y valeroso: "Los partidos políticos están en
decadencia y corrompidos, de la misma manera que el
sistema electoral vigente".

"Las terribles condiciones de vida de las masas laboriosas,


en el sur, los abusos de la colonización...En el norte, la
pampa desolada y explotada por magnates y capitales: ricos
y pobres; esto es, explotadores y explotados. Los que no
somos ricos ni menesterosos y aparentemente formamos el
estado llano, somos gente de tránsito, salida del campo de
los explotados y en camino para el de los opulentos...Esta
trágica realidad explica el estallido de los primeros
movimientos obreros, tan duramente oprimidos. Tres veces
han pedido seguridades para su vida y sus hijos y tres veces
se les ha respondido fusilándoseles del modo más salvaje.
Las matanzas de Taltal, Antofagasta e Iquique, han
demostrado a los 60.000 obreros que producen la principal
riqueza del país, que no deben esperar nada del gobierno,
porque está formado por explotadores del pueblo, que hacen
causa común con sus duros señores, los dueños del salitre".
(4)

Abraham Konig, escribe en sus Memorias, en 1913:


"Existe el más completo desorden político. La omnipresencia
presidencial fundada en la impotencia de los partidos..." y en
1915:

"La candidatura de Sanfuentes está fundada en el asesinato y


en el fraude".

Agrega más adelante:

"Las desgracias de 1891 han sido buenas para nada;


sobrevivimos el tiempo de don Jorge Montt. De manera que
el país no ha avanzado nada o muy poco. Los ministros se
suceden como relámpagos. Suben hombres mal preparados.
No hay marina mercante, no hay marina militar, no hay
puertos. Todo se hace por y para extranjeros".

Luis Emilio Recabarren, el principal dirigente de la clase


trabajadora de esa época, fundador del Partido Obrero
Socialista (1910), atacaba el sistema basado en la oligarquía,
"que sabía amparar muy bien la propiedad privada y el gran
capital, pero que se mostraba indiferente ante las penurias
del obrero". (5)

Otro estudioso de principios radicalmente opuestos, Julio


Philippi Bhil, observaba en 1917 la notable incomprensión
gubernativa hacia los problemas sociales, que tan palpables
eran en la región salitrera: "Las autoridades se inclinan a ver
en toda huelga un acto de subversión y a dar a los
huelguistas el tratamiento consiguiente".

LA OPINIÓN DE BLEST
Clotario Blest en el borrador sobreviviente de su libro El
martirologio de la clase obrera chilena, señala: "las matanzas
de obreros de esos años, fueron en 1903 (11 al 13 de mayo),
causadas por la gran huelga de los marítimos de Valparaíso.
Es el verdadero inicio de las luchas organizadas por la
redención social. Más de treinta muertos, numerosos heridos,
gran cantidad de detenidos. Es presidente Germán Riesco;
intendente, José Alberto Bravo. En el año 1905 (20 al 25 de
octubre), estalla la lucha del pueblo contra los impuestos al
ganado. Durante cuarenta y ocho horas Santiago permanece
en poder de los huelguistas. Se lucha en las calles. Surgen las
'guardias blancas'. Más de un centenar de muertos,
incontables heridos. Presidente; Germán Riesco. Prefecto de
Policía, Joaquín Prieto Concha. Intendente, Luis Larraín
Cotapos. Secretario del Intendente, Enrique Cousiño
Ortúzar. Ministro del Interior, Miguel Cruchaga".

En el año 1906 (febrero), se efectúa una manifestación en la


Plaza Colón de Antofagasta, por el malestar económico y un
planteamiento de pliego de peticiones. Diez muertos y
numerosos heridos. Presidente, Pedro Montt. Intendente,
Daniel Santelices. En el año 1907 (21 de diciembre), se
organiza en la escuela de Santa María de Iquique una
protesta de obreros del salitre con sus mujeres e hijos. Son
ametralladas 2.500 personas, miles de heridos y centenares
de fusilados en tierra o a bordo de los barcos. Gobierna el
país, Pedro Montt. Ministro del Interior es Rafael
Sotomayor. Intendente de Tarapacá es Carlos Eastman. A
pesar del horror de este crimen: 2.500 obreros muertos con
sus mujeres e hijos, los periódicos de Santiago apenas
destacan la noticia. Ningún político alza su voz en el Senado
para enrostrar este crimen al gobierno. Sin embargo, años
más tarde, (1915), en vísperas de las elecciones
presidenciales, el asesinato de un elector liberal importante,
Guillermo Eyzaguirre, conmueve a la opinión pública. Se
escriben infinidad de artículos de prensa. En el entierro se
pronuncian airados discursos. Las figuras políticas más
prominentes y la sociedad se divide en bandos agitados. El
muerto era uno de ellos y su asesinato significaba perder un
voto para su candidato". (6)

LA VIDA EN EL SEMINARIO

Clotario Blest nunca supo de estos acontecimientos durante


su época de estudiante. Su vida transcurría tranquila en el
internado, una casona grande, con chacra, parrones, árboles
frutales y piscina. Quedaba ubicada en Providencia, donde
está actualmente la Iglesia de los Angeles Custodios. Era una
zona sub urbana, que veía aparecer los comienzos del avance
de Santiago hacia el oriente.

A pesar que el Seminario Pontificio no era considerado un


colegio aristocrático, la instrucción era buena y eficaz.
Clotario recuerda esa época con nostalgia y cariño: "el
director era Gilberto Fuenzalida Guzmán, un hombre
conservador, pero bueno. Nunca tuve problemas con él. Yo
era buen alumno y piadoso".

-¿Lo presionaron para que fuera cura?


-"Si lo hicieron nunca me di cuenta. Quizá vieron en mí un
rebelde. Yo era un alumno inquieto. Me gustaba la música y
la pintura. En esa época creían que yo iba a ser artista. Me
saqué varios premios de dibujo y pintura. El profesor
presentó alguna de mis obras en exposiciones" (7)

Con cierta razón Clotario dice que lo consideraban rebelde.


En 1913, en el libro Recuerdos (8) aparece vinculado a una
curiosa manifestación de protesta y rebeldía estudiantil,
protagonizada por el llamado "Curso de los Federados", que
correspondía al segundo de humanidades de la sección
eclesiástica. Todo el curso acuerda darse sus propias
preguntas en el examen de historia medieval, no
respondiendo a las preguntas del profesor Fuenzalida
Guzmán. Sorprendidos en su rebelde acuerdo, todos los
miembros "federados" fueron castigados en Punta de Tralca.
Se les dio ese nombre, asociándolos a la acción
revolucionaria de la FECH, federación de estudiantes de
aquellos días.

-¿Recuerda a algún compañero o profesor en especial?

-"De mis compañeros de curso no recuerdo el nombre de


ninguno. No sé que habrá sido de ellos. De mis profesores,
eran todos curas -Imagínese que tuve como maestro nada
menos que a don José María Caro para el curso de latín, por
el año 1910, y después, durante las vacaciones en Punta de
Tralca, en la casa que tenía el Seminario, llegó a damos una
charla el padre Femando Vives, que fue mi maestro más
querido y admirado. Debe haber sido por el año 1914, por
que acababa de regresar de un destierro en Córdoba. Usted
sabe, Femando Vives Solar fue muy perseguido por sus
ideas y durante años no le permitieron vivir en Chile. El
padre Vives simpatizó inmediatamente conmigo, tenía gran
criterio pedagógico, fue el primero que mostró la injusticia
social y me enseñó la verdadera labor apostólica. Después yo
iba a verlo a San Ignacio donde me incorporó a sus grupos
de trabajo. Eramos muchos. No existía en él ningún afán de
propaganda. Nos decía: 'Ustedes deben abrir los ojos a la
realidad del mundo, del mundo de los explotados, de los
pobres'. La derecha lo detestaba; el partido Conservador, el
partido de la aristocracia, no lo dejaba tranquilo". (9)

Fernando Vives, S.J. fue varias veces a darles charlas a los


jóvenes seminaristas. En 1916 le regala un libro a Clotario,
del jesuita Goycolea, con la siguiente dedicatoria: "A mi
querido amigo Clotario Blest, para que en el curso de la
lectura de este libro y durante su vida, vea que se puede y
debe juntar una exquisita sensibilidad de alma con gran
firmeza de carácter. Santiago, octubre de 1916".

Don Santiago Tapia director del Instituto de Difusión Social


y sacerdote, me cuenta algo sobre lo que era la vida en el
Seminario Pontificio: "Yo no fui compañero de Clotario, él
es mayor que yo, sin embargo no cambió el estilo de vida ni
la instrucción durante esa época. Tuvimos el mismo director,
don Gilberto Fuenzalida, un ultra conservador. A los diez
años a los niños los dividían en los de la Sección Eclesiástica
y en los de la Sección Seglar. Clotario y yo pertenecíamos a
la Sección Eclesiástica. Casi todos los de esa sección fuimos
sacerdotes. Clotario fue la excepción. Nos dieron una
formación humanística profunda con ocho años de latín. La
vida era alegre, con deportes, academias literarias, se
fomentaba la creación personal, concursos de poesía, teatro.
Por supuesto todo estaba dirigido para formar un hombre
religioso, un futuro sacerdote". (10)

Clotario no describe ni se extiende sobre su vida de


estudiante. Sólo dice: "en este establecimiento estudié los
cursos preparatorios que eran cuatro, más cinco años de
humanidades, al término de los cuales di mi examen de
bachillerato en la Universidad de Chile, recibiendo mi
diploma en enero de 1918"

-¿Puede contarme usted, alguna anécdota de esa época?

-El primer lunes de cada mes teníamos permiso para salir.


Yo aprovechaba las tardes de ese día para visitar a Fernando
Vives. Varios alumnos hacían lo mismo. Esto llegó a oídos
del rector Fuenzalida y los alumnos fueron disgregados. (11)

SU VERDADERO PADRE

¿Quién fue Fernando Vives y por qué ejerció tanta influencia


en el joven Clotario?

Fernando Vives nació en Santiago, en 1871, siendo ordenado


sacerdote jesuita en España en 1908. En Chile, desde 1909 a
1911, organiza los Círculos de Estudios Sociales y funda los
Sindicatos de Choferes y los de Empleadas de la Aguja. Por
presiones del Partido Conservador debe alejarse del país
durante 1912 y 1913. En 1914 vuelve a Chile donde dirige
centros de estudio para obreros. Es invitado por don José
María Caro, en 1916 a la primera semana social de Iquique.
Nuevamente debe partir al destierro a España, que se
prolonga entre 1918 hasta fines de 1931. Regresa a Chile y
funda la Liga Social y apoya la República Socialista de
1932. Muere en Santiago el 21 de septiembre de 1935.

El padre Vives en una carta que le dirige al estudiante


Clotario le dice: "ya sabe usted que es para mí un hijo muy
querido, casi puedo decir, mi lado flaco" (12) En otra carta,
años más tarde le escribe: "yo me alegro mucho del
movimiento de esa juventud que usted preside; estamos en
una época de renovación de valores y conviene situarse a la
vanguardia del movimiento aprovechando la inmensa
flexibilidad de la Iglesia que "unum est necesarium" y todo
lo demás es accidental y de ocasión: regímenes de gobierno,
partidos políticos, etc. La juventud es la única que puede
reaccionar fácilmente y acomodarse a las circunstancias.
Dada la situación del mundo y de Chile, en completa
evolución, sería inmensamente funesto obstinarse en querer
conservar las costumbres de los tiempos de paz, que por otra
parte, los católicos no supieron aprovechar y querer vencer al
enemigo con armas y métodos anticuados. La juventud es la
única que puede romper moldes envejecidos, pero necesita
expertos directores que la comprendan, la estimulen y la
moderen." (13)

Clotario relata: "El padre Vives reunía a varios jóvenes y


conversábamos de amigo a amigo, nunca nos presionaba y
tenía tanto sentido pedagógico y apostólico que decía:
'ustedes deben trabajar para la redención de los pobres para
que no sean explotados, pero sin hacer proselitismos. Jamás
a nadie díganle que vaya a la Iglesia. Tienen que llegar a la
Iglesia de Cristo y a su doctrina a través del ejemplo de
ustedes' Desgraciadamente estuvo tan poco con nosotros. La
derecha lo detestaba y usaba su influencia para expatriarlo.
Pasaba muchos años fuera. Pero cada vez que regresaba,
seguíamos de nuevo. El fue el hombre que me señaló el
camino, mi primer maestro, el que me hizo comprender la
injusticia social y el verdadero y único deber cristiano: la
entrega total a sus semejantes sin esperar ninguna
recompensa. Al morir me legó su cruz (me la muestra) Me
acompaña siempre." (14)

El retrato de Fernando Vives, del Abate Pierre, junto al del


Che Guevara y de Luis Emilio Recabarren, acompañan a
Clotario en forma permanente en su sala de trabajo. Sin
duda, Femando Vives fue para el joven Clotario, el padre
perdido y añorado, el guía que le abrió las puertas hacia la
labor de toda su vida futura.

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 27 de julio de 1978

2. Entrevista a Clotario Blest, 20 de julio de 1978

3. Villalobos, Sergio et al., Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974. p.302

4. Entrevista a Clotario Blest, 20 julio 1978

5. Idem
6. Entrevista a Santiago Tapia, 3 octubre 1979

7. Carta de Fernando Vives a Clotario Blest, 2 agosto 1920


(Archivo de Clotario Blest)

8. Carta de Fernando Vives a Clotario Blest, 21 de marzo


1928 (Archivo de Clotario Blest)

9. Entrevista a Clotario Blest, 8 noviembre 1978

10. Entrevista a Santiago Tapia, 26 noviembre 1979

11. Entrevista a Clotario Blest, 6 junio 1979

12. Carta de Fernando Vives a Clotario Blest, (Archivo de


Clotario Blest)

13. Carta de Fernando Vives a Clotario Blest, 23 julio 1931


(Archivo de Clotario Blest)

14. Entrevista a Clotario Blest 6 junio 1979

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DIFÍCIL DECISIÓN

"En esta época la Iglesia impregnaba el alma de los


cristianos de
"mansedumbre", "humildad", "respeto", "resignación", ¿y el
amor
fraterno basado en la justicia, dónde debíamos buscarlo?" (1)

Clotario Blest es un flamante bachiller y tiene 19 años. Ha


llegado la hora que decida su futuro. Después de nueve años
de educación en el Seminario Pontificio y habiendo sido un
alumno eclesiástico, lo lógico es que se decida por la
profesión religiosa. Su instrucción, fuera del pequeño conato
de rebeldía, parece satisfacerlo. Es un joven estudioso,
sensible, piadoso y místico. Su maestro, Fernando Vives,
también lo cree así. Su madre está encantada. Las
aspiraciones de sus parientes conservadores que le otorgaron
la beca se realizan.

Clotario relata: "A principios de 1918 partí al Seminario de


Concepción acompañado por mi ex rector, don Gilberto
Fuenzalida. Me sentía atraído por el sacerdocio.

Permanecí allí dos años bajo las órdenes de don Alfredo


Cifuentes Gómez, futuro obispo. Pero algo debe haber en mí
de rebelde e inconformista. Un año después de haber
llegado, participé en una huelga y en marchas de protestas
contra el establecimiento, apoyando a los alumnos
penquistas que consideraban que el Rector tenía preferencias
por los alumnos de la capital y discriminaba contra ellos.
Después, para completar mis estudios de teología, estuve un
tiempo en el Seminario de La Serena. El rector era monseñor
Larraín Cotapos. En La Serena decidí que no tenía vocación
religiosa. Regresé a Santiago." (2)
Para tratar de comprender las dudas religiosas y dificultades
presentes y futuras que tuvo Clotario con las autoridades
eclesiásticas, debemos recoger algunos datos sobre la
historia de la Iglesia Católica en Chile.

EL PODER DE LA IGLESIA

Desde el establecimiento de la Capitanía General de Chile


por la Corona Española, la Iglesia Católica fue la única
iglesia presente en Chile. Durante la Colonia, el poder de la
Iglesia fue inmenso. Y sólo existió en el siglo XVIII un
problema parcial, el de la expulsión de los jesuitas en 1767
durante el reinado de Carlos III. Superada esta crisis más
adelante, el Estado Independiente de Chile no ofreció
mayores cambios en su relación con la Iglesia: el partido
pelucón reemplazó a los reyes y ambos se repartieron
amigablemente el poder político y económico del país. Sólo
en el gobierno de 0'Higgins, el Director Supremo, tachado de
masón, se presentó una dificultad, cuando se fundó el
Cementerio General de Santiago y se prohibió el entierro de
cadáveres dentro y alrededor de las iglesias. El clero
indignado, ante este abuso frente a su autoridad, hizo
manifestaciones iracundas y se declaró enemigo de
0'Higgins. Los gobiernos posteriores, desde Diego Portales,
superaron estos problemas y llegaron a un acuerdo con la
Iglesia Católica. No existía separación de la Iglesia y el
Estado y los intereses de ambos se confundían en la marcha
política del país.

"Pero, poco a poco, durante la administración de Bulnes, el


desenvolvimiento de la cultura general y la influencia
extranjera, fueron introduciendo ideas menos sumisas a la
religión del Estado y hasta hubo un diario, El Mercurio, que
un día se atrevió a hablar de tolerancia religiosa. Esto
produjo un gran escándalo y entonces fue fundada, bajo la
protección del Arzobispado, La Revista Católica (1843),
para atender a la defensa de la Iglesia, amagada por
corrientes subversivas. Pronto Bilbao y Lastarria, en sus
escritos del año 1844, confirmaron los temores del Clero.
Pero, estos hechos, si bien nimios, bastaron para demostrar
que el espíritu religioso se debilitaba. Así, por ejemplo, era
costumbre que los "serenos" o guardianes nocturnos, al gritar
las horas y el estado de la atmósfera, añadieran un "Ave
María Purísima". La Intendencia de Santiago mandó a
suprimir esta fórmula, cambiándola por un "¡Viva Chile!".
También era costumbre que en la solemne procesión de
"Corpus" las banderas de los batallones fuesen tendidas en el
suelo para que por encima pasase el sacerdote que llevaba la
Custodia. Esta práctica fue así mismo prohibida. Ambas
innovaciones dieron origen a enojosas publicaciones en las
que los gobernantes fueron presentados como herejes". (3)

Don Rafael Valentín Valdivieso no sólo combatió las


reformas comenzadas en el gobierno de Bulnes, sino también
el espíritu laico e innovador de los presidentes Montt (1851-
1861), Pérez (1861-1871), Errázuriz (1871-1876) y Pinto
(1876-1881). Pero, a pesar del ardor y la vehemencia con
que la Iglesia defiende sus privilegios, ella fue perdiendo
paulatinamente su poder político. Y eso no era sólo un hecho
particular en Chile. El Papa Pío IX, consagrado el año 1849,
ante el avance de las ideas revolucionarias y la proclamación
de la República en Roma (1849), lanza el Syllabus (1865),
cuyos anatemas, juntándose al dogma de la infabilidad del
Papa (1871), abrieron un abismo entre la Iglesia y la ciencia
y las doctrinas políticas afianzadas en el siglo XIX. En 1870,
después de proclamada la unidad italiana, los dominios
pontificios son anexados y el Papa se proclama prisionero en
el Vaticano. El dominio temporal estaba perdido, ahora debía
redoblarse el trabajo para conservar el poder espiritual en
todas las naciones.

SE DECLARA LA GUERRA ENTRE LA IGLESIA Y EL


ESTADO

En Chile la lucha entre el liberalismo y el catolicismo se


organiza en términos precisos y permanentes. El Partido
Radical se suma, más adelante, a la batalla. En 1865 se
establece cierta tolerancia hacia los cultos privados. En 1871
se dispone que haya en los cementerios una sección para los
disidentes. En 1875, se dictó la Ley Orgánica de Tribunales
que abolía el fuero eclesiástico en los juicios civiles y
criminales. Durante la administración de Errázuriz se
debatieron también con gran calor cuestiones relativas a la
libertad de la enseñanza y la autorización a los colegios
particulares para conferir certificados y títulos válidos ante la
Universidad y el decreto de la no obligatoriedad de la
enseñanza de religión en los colegios del Estado. Durante la
presidencia de Pinto el gobierno tuvo que resolver problemas
más urgentes como la guerra del Pacífico, pero antes que se
desatara el conflicto las relaciones con el Vaticano estaban a
punto de romperse. Después de la muerte del altivo e
intransigente arzobispo Valdivieso, el gobierno de Chile
propuso como candidato al canónigo don Francisco de Paula
Taforó, más abierto y comprensivo hacia las nuevas ideas.
Pero ante la campaña difamatoria lanzada por el Partido
Conservador y el clero ultramontano, el Vaticano, con
mucha sabiduría, optó por suspender momentáneamente todo
nombramiento.

Finalizada la guerra de Chile contra Bolivia y Perú, el


gobierno de Santa María (1881-1886) vuelve a insistir ante
la Santa Sede por el nombramiento de Taforó. El Vaticano lo
rechaza y el gobierno rompe relaciones. La lucha se tornó,
entonces, implacable y Santa María aprovechó el clima
anticlerical para unir a grupos disímiles a favor de su
gobierno y sacar de la jurisdicción de la Iglesia los
cementerios, obtener la dictación de la ley de matrimonio
civil, crear el Registro Civil, quitando así a los párrocos su
ingerencia en la certificación de nacimientos, matrimonios y
defunciones. Como era de esperarlo, estas reformas
provocaron una reacción violentísima de los católicos. El
clero las estigmatizó e incitó a sus fieles a desobedecerlas
como sacrílegas. Se obstaculizó el establecimiento del
Registro Civil. Carlos Walker Martínez exclamaba: "No
debe ningún católico inscribirse, porque esta ley no es otra
cosa que la creación de un pozo de sanguijuelas del fisco y
avispero de conciencias dañadas". Se rechazó el matrimonio
civil. Desde Roma, el Syllabus lo condena: "Según las luces
de la razón y de la fe, no existe allí matrimonio, sino una
unión ilegítima y criminal, reconocida, sin embargo, por la
ley como verdadero matrimonio, pero que no debe llamarse
más que "concubinato legal". Y Pío IX había dicho en su
alocución de septiembre de 1852: "A los ojos del pueblo
católico, esas personas no pueden tener el honroso nombre
de esposos: son únicamente sujetos entregados al vicio
amparados y protegidos por la autoridad pública". La
campaña contra la ley de cementerios laicos llegó a revestir
caracteres trágicos y macabros. Se excomulgó a los
congresales que la dictaban y se aconsejó a los fíeles que no
inhumaran los restos mortales de sus deudos en los
cementerios fiscales y que aun desenterraran los huesos de
los que yacían en esos cementerios. Este tiroteo entre la
potestad civil y eclesiástica llevó la excitación a su grado
máximo: "Los ataúdes se llenaban con piedras, mientras los
cadáveres eran enterrados a escondidas en los conventos e
iglesias. Se sacaban los restos en altas horas de la noche o a
través de los tejados. Estas fúnebres tramoyas daban a lugar
a escenas trágicas y cómicas y a choques diarios con la
fuerza armada, que se veía en la obligación de vigilar los
domicilios de las familias que pretendían burlar la ley,
deshacer acompañamientos, abrir ataúdes y descubrir
cadáveres en puntos clandestinos que eran arrancados a la
fuerza de manos de sus familiares". (4)

Sin embargo. Santa María, que comprendía el valor político


que aún tenía la subsistencia del patronato, inició, poco antes
de dejar el poder, contactos confidenciales con la Santa Sede
a fin de solucionar los problemas creados y buscar un
candidato de transacción para el arzobispado de Santiago.
Estas gestiones, concluidas por el presidente Balmaceda
(1886-1891), permitieron la designación en dicha
arquidiócesis de Mariano Casanova. Sin embargo, al término
de la presidencia de Balmaceda, la participación del Clero y
del Partido Conservador en la guerra civil despertó
nuevamente las odiosidades. Pero ese mismo año, 1891, un
nuevo Papa, León XIII, lanza su encíclica Rerum Novarum
sobre la cuestión social y el deber de los católicos frente a
ella. Rerum Novarum, que en Chile no fue divulgada
oficialmente por los periódicos católicos ni fue tema de las
prédicas en las iglesias, sirvió, a pesar de todo, para que
ciertos católicos de espíritu cristiano, y descontentos con el
dominio del Partido Conservador sobre la Iglesia, se trazaran
un nuevo camino.

El comienzo del siglo se caracteriza por cierta calma


aparente. Después que algunos católicos, que seguían con
atención el pensamiento social de clérigos y laicos europeos
-Ketteller, Mermillod, Le Pley, La Tour du Pin y Taparelli-
se sintieron tocados, se instituyó la Fundación León XIII
para adquirir terrenos y construir casas para obreros.
Idénticos fines tuvo la institución "Sofía Concha" y la
"Unión Social de Orden y Trabajo" creada en Valparaíso por
Juana Ross de Edwards. En 1894 se entregaban las primeras
casas para trabajadores ubicadas a los pies del cerro San
Cristóbal. Paralelamente ciertos curas agrupaban a los
obreros:

Asociación de Artesanos San José, Sociedad de Artesanos


La Unión, Círculos de Obreros de Santo Domingo, Sociedad
Sagrada Familia, patronatos de Lourdes y Santa Filomena,
etc. A pesar de estos esfuerzos, a fines de siglo, la relación
de la Iglesia con los sectores modestos se había debilitado.
Así se desprende de la experiencia de Abdón Cifuentes y
Ramón Ángel Jara con los Círculos Obreros que comenzaron
a funcionar en 1878 y al término del siglo estaban en franca
extinción. Incluso las cofradías religiosas -de tan hondo
arraigo popular en el siglo pasado- desaparecerían
paulatinamente.

LA PAZ TRAE LA SEPARACIÓN

Para que no se repitiera la guerra abierta entre las tendencias


laicas del gobierno y las religiosas del Partido Conservador,
debía darse un paso más: la separación de la Iglesia y el
Estado. Para conseguir esto el gobierno debía dialogar con
un representante de la Iglesia comprensivo ante los cambios
sociales y amigo de los políticos liberales. Después de la
muerte en 1918 de don Juan Ignacio González, cuarto
arzobispo de Santiago, los políticos y eclesiásticos se
movieron a todo nivel para lograr sus propósitos. Por una
parte, Arturo Alessandri, Ministro del Interior y senador por
Tarapacá, por la otra el Partido Conservador y los obispos
candidatos. El Gobierno preconizaba, en la terna que habría
que enviarse al Papa, el primer lugar para don Crescente
Errázuriz Valdivieso. Errázuriz fue inmediatamente
rechazado por el Partido Conservador y por la iglesia
tradicional. No podía agradarles, sin duda, un obispo
historiador que había proclamado desde hacía 40 años que
"el clero debía abstenerse de apoyar a un político, aunque
fuese del Partido Conservador", ante la Opinión de los
contrarios, que declaraban "que no se puede ser católico sin
ser conservador". Era, por lo tanto, fundamental para el
ministro Alessandri, frente a la elección de Presidente de la
República en la que él sería candidato el año 1920, contar
con Monseñor Errázuriz como el arzobispo de Santiago. Un
hombre que en sus pastorales decía: "el encarecimiento de la
vida, la falta de recursos y a menudo el desconocimiento de
las necesidades del pueblo, dan derecho a éste para presentar
justas reclamaciones....Sometidos a ímprobas faenas; en
algunas partes con escasísimo salario...casi siempre teniendo
por habitación chozas miserables, olvidados en sus
enfermedades; tratados, en fin, no como hermanos ni como
hombres cuyos servicios se están recibiendo. Tal estado de
cosas debe cesar". (5) Más adelante agregaría: "el pueblo no
pide, exige amenazador, instantáneo remedio a los males que
padece". No es de extrañar el escándalo que estas palabras
produjeron en ese tiempo. Fue muy atacado, entre otros, por
el ex-rector de Clotario, en ese tiempo obispo de
Concepción, don Gilberto Fuenzalida. Sin embargo,
triunfaron las nuevas ideas y don Crescente Errázuriz fue
nombrado arzobispo de Santiago en 1919. Y su sabia
dirección -que duró hasta 1931- le dio otra faz a la Iglesia de
Chile.

Esta es -en breve síntesis- la Iglesia que educó a Clotario y


con la cual trabajará en estrecha colaboración durante su
juventud. Las ideas de don Crescente fueron difícilmente
aceptadas y aunque la separación de la Iglesia y el Estado se
produjo honrosamente en 1925, el arzobispo que sucedió a
don Crescente no tuvo ni su amplias tud ni su criterio.
Tampoco, el Partido Conservador -acostumbrado a contar
con el apoyo de la Iglesia para conseguir sus fines políticos-
abandonará, sin lucha, a su aliado de tantos años.

Cuando Clotario se aleja definitivamente de la vida del


Seminario para enfrentarse a la vida civil, estamos en el año
1920. En Europa, la Revolución Rusa se afianza. Y después
de años de lucha y esperanzas frustradas, los marxistas del
mundo sienten que sus ideas se hacen realidad. Es la época
de la ilusión y el optimismo de las clases trabajadoras. En
Chile. Alessandri acaba de ser elegido Presidente. Por
primera vez toma el poder un hombre de la clase media, que
aunque formado por los viejos liberales de la clase aita, no es
un alumno disciplinado. Su lenguaje directo y populachero.
sus promesas revolucionarias incendian a las masas que se
sentían interpretadas.

Clotario participa pasivamente en la elección de Alessandri.


Sus primeras actuaciones como hombre libre, pero todavía
influido por la educación religiosa, se desarrollaran bajo el
amparo de la Iglesia. Una iglesia, cuyo obispo, Gilberto
Fuenzalida, ex-rector de Clotario. exclama: "para ser católico
hay que ser conservador". Otra iglesia, representada por el
maestro Fernando Vives, que opina: "izquierdas y derechas
no significan división en el campo religioso: ambas son
tendencias económicas: las derechas, las mantenedoras del
régimen pasado; las izquierdas, las propiciadoras de algún
orden nuevo".

NO SERÉ REBAÑO DE LA IGLESIA

Clotario Blest -después de dos años de estudio de teología-


ha decidido no pertenecer a los soldados de la Iglesia. Las
puertas se le abrían grandes y protectoras. Sus inclinaciones
místicas, su fe, parecían indicarle ese camino. Acepta el
trabajo agotador, el voto de pobreza, la castidad obligatoria.
Su vida futura lo probará. Sin embargo, ante el dilema de
escoger la vida segura de un miembro de la Iglesia, prefiere
la inseguridad, la lucha cotidiana económica, la batalla
solitaria. Más adelante en su vida, numerosas veces lo
veremos entregado en cuerpo y alma a un partido, pero
tampoco aceptará militar en ninguno.

-¿Por qué, don Clotario, no quiso ser cura?

-"No sé, debe haber en mí un rebelde. No acepto fácilmente


órdenes con las cuales no estoy de acuerdo". (6)

Notas:

1. Recuerdos de Clotario Blest. En: Revista Reconstrucción,


julio 1969

2. Entrevista a Clotario Blest, 8 noviembre l978

3. Galdames, Luis, Estudio de la Historia de Chile. Editorial


Ercilla. p. 74

4. Mario, Roberto, Cómo se hunde el país. Editorial San


Francisco, pp. 164-165

5. Villalobos, Sergio et al., Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974, Tomo IV, p. 38

6. Entrevista a Clotario Blest, 8 noviembre 1978

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PRIMEROS PASOS

"Me dominaba la inquietud por saber y actuar, pero


debíamos sobrevivir".

Clotario regresa a Santiago en 1921 y se reintegra a la vida


familiar, junto a su madre que es todavía directora de escuela
y a su hermana Leopoldina, Pola, como la llamaban
familiarmente. Pola estudia en la Escuela Normalista;
Femando, el mayor, sigue la carrera militar.

Clotario habría deseado entrar a la Universidad, pero los


apremios económicos de la familia lo obligan a buscar un
empleo. Mientras trata de encontrar algo estable, vende
aceite de higuerillas en las farmacias. "Ese fue mi primer
empleo. Recorría, a veces, todo Santiago, tratando de que me
compraran mi mercancía. Después de tanto esfuerzo lo que
sacaba era una miseria".

EL EJEMPLO DE RECABARREN

-"Las tardes las tenía libres y fue en esa época cuando conocí
a Luis Emilio Recabarren. El no sabía quién era yo, éramos
muchos los que asistíamos a sus charlas y conferencias
cuando viajaba a Santiago".

-¿Qué puede decirme sobre él?

-"Para mí, Recabarren es el líder más importante que ha


producido la clase trabajadora chilena. Y en esa época fue el
único a quien el León (1) nunca engañó. Creo sí, que no lo
comprendieron y lo dejaron solo''.

-¿Cómo fue eso?

-"El año 1924 cuando llamó a un mitin en contra de la Junta


Militar, no fue nadie. Imagínese, al llamado de Recabarren,
fueron sólo 50 personas, entre las que estaba yo. El se
abrumó tanto que en la noche se suicidó. Nosotros creíamos
al principio que lo habían muerto y tanto es así que se le hizo
un entierro público muy grande. Yo fui a cuidar la casa en
que se realizaba el velatorio, un sindicato a un costado del
Teatro Municipal, donde creo estuvo la Tercera Bomba. A
ese local se llevó el ataúd. Y, entonces, llegó una orden del
gobierno en que se prohibía el entierro público. Temiendo
que pudieran allanamos escondimos el cadáver en la
alcantarilla, pusimos un andarivel y dejamos colgando el
ataúd. Llegaron los pacos y no encontraron nada y se fueron.
Cuando partieron sacamos el cajón y se le hizo un entierro
colosal. En esos años se le avisaba al pueblo horas antes y
todos venían. El entierro fue hermoso e impresionante". (2)

Después de pasar años encerrado, bajo la vigilancia estrecha


de la Iglesia, Clotario parte a escuchar la palabra de
Recabarren y se siente subyugado por las ideas y la
personalidad del líder. Líder considerado por los católicos y
conservadores de esa época como un vulgar agitador de
ideas foráneas y peligrosas. La opinión actual de Clotario
Blest sobre Recabarren puede tener quizá el peso de los
años, del veredicto histórico o el de la propia y difícil
experiencia en la lucha sindical. Sin embargo, algo de la
personalidad y de las ideas del revolucionario Recabarren
debe haber tocado al joven Clotario, insatisfecho e inexperto
de entonces, porque es de los pocos que acuden a su llamado
la víspera de su suicidio en 1924 y está presente en su
velorio } en su entierro. En el Informativo CODEHS (3)
aparece un artículo en "Homenaje al gran Líder de la clase
trabajadora, Luis Emilio Recabarren en el 55º aniversario de
su trágico fallecimiento" firmado por el propio Clotario, que
dice así:

"El 19 de diciembre de este año conmemoramos el 55º


aniversario del trágico fallecimiento de LUIS EMILIO
RECABARREN. Su moral se agiganta a medida que
transcurren los años. Es, sin lugar a dudas, el más grande y
genuino representante de la clase trabajadora chilena y del
pueblo de Chile. Sus enseñanzas unidas a la acción lo
transformó en el faro luminoso que orientaba y dirigía la
lucha de los obreros y campesinos de esa época del país.

Es necesario que siquiera en esta fecha la juventud


contemporánea oiga algo de su vida y de sus enseñanzas tan
distantes por el tiempo, pero plenamente vigentes".

Luego de hacer una descripción de la agitada vida de este


líder aparecen, como puntos más importantes, la fundación
de la FOCH (Federación Obrera de Chile) que luego se
afiliará a la Internacional Roja de Moscú, dando nacimiento
en 1922 al Partido Comunista.

Termina su homenaje con su opinión sobre el suicidio de su


maestro: "cuando la oficialidad joven da un golpe de Estado,
expulsando del poder al Presidente Arturo Alessandri,
Recabarren reacciona en contra de los militares. Sus
opiniones se estrellan con gran parte de los sectores sociales
progresistas y del Partido Comunista, que veían en esta
acción una manifestación de respaldo a las leyes sociales que
durante años habían impulsado los organismos gremiales.
Sin embargo, Recabarren, insiste que detrás de esta aparente
cooperación a los trabajadores, existía el peligro de una
dictadura militar. Esto ocasiona una amonestación y una
virulenta campaña en su contra por su propio partido. Pese a
ello, Recabarren apelando a su prestigio "cita a una
concentración a realizarse en la Alameda, al pie de la estatua
de 0'Higgins". Después de una intensa propaganda, sólo
concurrieron a la concentración no más de 50 personas entre
las cuales se encontraba el que escribe estas líneas.

Recabarren profundamente afectado por este fracaso, se


trasladó al local de los tranviarios, donde se realizó un acto
de protesta contra el régimen militar. Al otro día, 19 de
diciembre, Recabarren se suicidaba en una casita en calle
Santa Filomena 195.

Este fue el trágico fin de una vida ejemplar del más grande
de los dirigentes de la clase trabajadora chilena.
Seguramente que este fracaso de la concentración que
significaba, a la vez, un olvido y un rechazo a su
convocatoria, influyó decididamente en la dolorosa
determinación de auto eliminarse, al verse solo, pobre y
abandonado por lo que había sido en su vida lo más preciado
y querido, la clase trabajadora chilena y del mundo. Yo pude
comprobar lo que afirmo, pues lo seguí a corta distancia
cuando se alejaba del sitio antes indicado, y pude ver
físicamente su dolor y su angustia.

Estas modestas líneas dedicadas con emocionado recuerdo y


entrañable cariño al GRAN LUIS EMILIO RECABARREN
pueden servir, quizá para que concentremos todas nuestras
fuerzas, al margen de todo sectarismo, sea este cual sea, para
liberar a nuestra patria del yugo ominoso que la oprime y
para que nuestras finalidades inmediatas determinadas en la
Gran Jomada Nacional e Internacional de Navidad 1979,
sean una realidad en el más breve lapso posible. Para ello
necesitamos antes que nada UNIDAD por sobre toda
mezquina ambición o sectarismo. Porque bien sabemos y
más de una vez lo hemos constatado en nuestra vida que el
PUEBLO UNIDO ES INVENCIBLE y sin hacer funcionar
metralletas o cualquiera de estos elementos que cubren la
cobardía de quienes los manejan".

LOS PARTIDOS POLÍTICOS

En 1917 los partidos políticos chilenos eran los siguientes:


Liberal Doctrinario, partido de Gobierno o de Centro, que
sustenta el Estado laico; Radical, partido progresista, anti-
religioso, que intenta combatir las pretensiones políticas de
la Iglesia; Conservador, clerical, al servicio del Catolicismo;
Liberal Democrático (agrupa a ex-balmacedistas) y el
Nacional (ex monttvarista); Demócrata, fundado para la
defensa de los Derechos de los Proletarios; el Obrero
Socialista (programa muy semejante al de los Demócratas)
formado por grupos de artesanos. Es interesante comparar
las fuerzas políticas de la época con las existentes a la
muerte de Recabarren, en que se comprueba la fuerza y
pujanza que van adquiriendo los partidos de ideas socialistas.

LAS PRIMERAS ORGANIZACIONES

"Las primeras manifestaciones orgánicas del movimiento


laboral fueron las sociedades de socorros mutuos,
compuestas principalmente de artesanos o de obreros con
características técnicas semi artesanales, como talleres de
calzado, imprenta, etc. En estas instituciones sociales de tipo
primario es probablemente que se generaron los primeros
intentos de organización sindical, estimulados por las
nacientes tendencias ideológicas obreras como el anarco
sindicalismo y el socialismo, representado este último a
comienzos del siglo por el Partido Demócrata y más adelante
por el Partido Obrero Socialista que desde 1921 pasará a
llamarse Comunista. Los trabajadores manuales son los que
inician la constitución de los primeros sindicatos y de éstos
los que laboran en los puertos son los principales
promotores. Concretamente los estibadores, los lancheros,
cargadores, wincheros o grueros en los puertos del norte son
los que organizan gremios que al federarse dan vida a un tipo
de sindicato general: la mancomunal, llamada confederación
en Valparaíso y federación en la región del carbón. Estos
organismos laborales hacen propaganda y logran organizar
núcleos en diferentes oficinas salitreras y en la casi totalidad
de los obreros de las minas del carbón de Lota y Coronel. En
la capital y Valparaíso emergen uniones y federaciones de
vida efímera, pero constantemente reorganizados en talleres
de imprenta, calzado, tranviarios y estucadores. En una etapa
de formación de una organización de tipo coalición en torno
de problemas laborales, sin dirección ni organización
definida que se expresa en huelgas multitudinarias,
espontáneas las más de las veces y reprimidas en forma
violenta por la fuerza pública. Sin embargo, la organización
echa raíces, de suerte que los 100.000 organizados en 1924
comprenden el grueso de los asalariados de las oficinas
salitreras, minas del carbón, empresas del calzado,
impresores, tranvías y grupos dispersos en la construcción y
fábricas. Se consolida la organización en los marítimos que
engrosan después sus filas con los tripulantes y los
ferroviarios de maestranza, vías y obras dependientes de la
única empresa del Estado de la época".

"En los años 20 existen dos importantes instituciones


laborales de trabajadores: la Federación Obrera de Chile
(FOCH) y los Obreros Industriales del Mundo (IWW),
"Industrial Workers of the World". La IWW se divide en
1926 entre los que eran partidarios del sindicalismo
industrial y aquéllos que estimaban que la organización por
oficio o profesión era la adecuada. Esta era, en líneas
generales, el panorama de la estructura laboral, al
promulgarse las leyes del Trabajo y de la Seguridad Social
en 1924" (4)

La FOCH celebra su primera Convención Nacional en 1911


y el progreso organizativo de los trabajadores a partir de esta
Convención es indiscutible. Los principios de la FOCH,
adherida a la Internacional Roja de los sindicatos, son la
supresión total de la explotación del hombre por el hombre,
aboliendo la causa fundamental que la genera, es decir, la
propiedad privada de los medios de producción. En
consecuencia, su lucha tenderá siempre a conseguir la
socialización de los medios de producción, a fin de imponer
una forma de convivencia social donde el trabajo sea la
principal fuente de vida, instaurando el lema: "El que no
trabaja no come". La FOCH sufrirá un golpe interno con la
muerte de Luis Emilio Recabarren, que deja un vacío difícil
de llenar, dadas sus cualidades innatas de dirigente obrero.
"La trágica muerte de Recabarren señala el principio del
reflujo y retroceso del poderoso movimiento obrero, que la
larga dictadura de Ibáñez hará todavía más evidente. Pero
una nueva generación revolucionaria tomará la bandera y el
legado de Recabarren en los comienzos de la década de 1930
y reestructurará el movimiento sindical y político de las
clases trabajadoras nacionales. El ejemplo y la lección de
Recabarren le iluminarán el camino." (5)

La IWW o Trabajadores Industriales del Mundo nació en


Estados Unidos en 1904 y tuvo gran arraigo en grandes
sectores obreros del país del Norte y fue conocida
internacionalmente por la represión que sufrieron de parte de
las autoridades por su actitud contraria a la guerra. Esta
tendencia que tuvo amplio apoyo por parte de los anarquistas
chilenos, que fueron desde principios de siglo los pioneros
de la organización obrera, especialmente en la capital y los
puertos, prendió con fuerza en Chile. Los marineros de la
marina mercante norteamericana se encargaron de difundir
los principios de la IWW y los núcleos anarquistas chilenos
organizaron bajo sus banderas un poderoso movimiento
sindical que, aunque cuantitativamente era pequeño, poseía
gran capacidad de combate. La IWW se declara una
organización revolucionaria: "los enemigos de los
Trabajadores son: el Capital, el Gobierno y el Clero. Contra
ellos se dirigirá especialmente nuestra propaganda, así en la
calle, en el taller y en nuestras propias familias. Respecto a
los medios de lucha proclamamos la huelga general, la
huelga parcial, el boycot y el sabotaje". El gobierno fue
implacable en su persecución contra la IWW, apresando a
sus dirigentes y sometiendo a la organización a largos
procesos. Sin embargo la IWW fue durante muchos años una
organización fuerte y organizada que luchó sin tregua por la
clase trabajadora. Clotario Blest conocerá íntimamente a
varios dirigentes de la IWW y aunque en ese tiempo, 1922 y
1930. se vio envuelto en discusiones y foros callejeros con
ellos, siempre habla con simpatía de "mis amigos los
anarquistas", "nos pasábamos entonces peleando por si Dios
existe o no, imagínese que hoy día eso nos preocupara..." (6)
Cuando Clotario esté solo y los partidos políticos lo acusen
de traidor y lo echen al olvido (1961-1990), los que lo
defenderán y tenderán la mano serán los anarquistas.

AL FIN UN EMPLEO, ¿Y LA UNIVERSIDAD?

Después de un período corto en que Clotario vende aceite de


higuerillas, consigue otro empleo esporádico como
escribiente del abogado Otero. Finalmente en 1922, gracias a
las recomendaciones de uno de sus parientes ricos, don
Francisco Hunneus Gana, importante político, entra al
Servicio de Tesorerías. En julio de 1922 comienza su vida de
empleado público como ayudante del Pagador de las
Escuelas Primarias. "El sueldo era poco, en fin, de algo
servía, pero su inquietud continuaba, quería saber más y
decidí entrar a un curso de Leyes que funcionaba en las
tardes. Desgraciadamente sólo alcancé a cursar hasta el
tercer año, porque se prohibió a los Empleados Fiscales
seguir otra actividad fuera de la administrativa. Esta absurda
teoría la sostenía, con mucho énfasis, el Ministro de
Hacienda, don Samuel Claro Lastarria, que era un momio de
la peor especie" (7)

Clotario tuvo que abandonar sus estudios de leyes. Sin


embargo, sus inquietudes continuaban y como los cursos de
Filosofía no eran controlados; considerándolos quizá como
un pasatiempo de intelectuales, ingresa sin mayores
problemas como alumno a los cursos Superiores de Filosofía
de la Universidad Católica. Después de tres años de estudio
los alumnos viajaban a la Argentina para recibir el título de
Doctor. Clotario se quedó sin el doctorado, porque no tuvo
dinero para costearse el pasaje.

"Por último ingresé a un curso de Química Superior que se


dictaba en la Universidad Libre cuyo rector era el doctor
Moore y que funcionaba en el interior de la Quinta Normal.
Con esto terminaron mis andanzas escolares." (8)

Clotario es Empleado Fiscal y en las tardes estudia. Sus


inquietudes son muy diversas: por una parte, le interesan las
leyes y la filosofía, pero también siente curiosidad por la
química. Trabaja y estudia, pero la semilla del padre Vives y
las palabras de Recabarren siguen latentes. El debe
transformar esa semilla en fruto, esas palabras en hechos.

Notas:
1. Apodo de Arturo Alessandri Palma

2. Entrevista a Clotario Blest, 6 agosto 1978

3. Boletín del CODEHS, diciembre 1979

4. Barría, Jorge, El Sindicalismo, Fuerza Social Chilena,


Editorial INSORA, 1966, pp. 68-69.

5. Recabarren, Luis Emilio, Obras Escogidas, Tomo I, Imp.


Arancibia, 1965, p. 142

6. Entrevista a Clotario Blest, 6 octubre 1978

7. Entrevista a Clotario Blest, 27 junio 1978

8. Entrevista a Clotario Blest, 6 agosto 1978

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ACCIÓN SOCIAL

"El que se mete a redentor sabe que debe morir crucificado"

Clotario Blest comienza su labor social bajo el ámbito de la


Iglesia. Para el obrero, el hecho de que Clotario fuera
empleado fiscal, significa un burgués de cuello y corbata, y
si su patrón era la Iglesia, su desconfianza aumentaba: "¡La
Iglesia, protectora de la oligarquía, dominada por los
partidos conservadores, opuesta a sus luchas e ideales...!"
Bartolomé Ramírez, hijo de obrero y compañero de
actividades de Clotario durante todos esos años, me expresa:
"Nosotros, para las grandes masas obreras del Norte,
dirigidas por la FOCH o para los fuertes grupos anarco-
sindicalistas que dominaban la capital y Valparaíso, no
éramos más que unos "beatitos" que no sabían nada sobre
luchas sindicales, que no teníamos mártires. Ellos ya habían
pasado por la prueba de fuego. Entonces, usted comprende,
uno era un gato y la tarea se hacía difícil." (1)

En su búsqueda, Clotario, parece tantear por varios lados,


buscando afanosamente. Trabaja, estudia, escucha. Pero para
su inquietud eso no basta, él debe verter su conocimiento en
acción.

EL SURCO

Poco sabe de sindicatos, de legislación social. Decide,


entonces, ingresar al Círculo de Estudios "El Surco" dirigido
por el padre Guillermo Viviani Contreras, sacerdote, que en
esa época tenía gran influencia en la juventud católica y que
era mirado con recelo por la autoridad eclesiástica por sus
ideas sociales de avanzada. Este Círculo se había fundado a
fines de 1921 y su proyecto era "formar la conciencia social
cristiana" y organizar sindicatos, luchando por una
legislación en favor de las "clases trabajadoras". En su
fundación aparecen, además del presbítero Viviani, Domingo
Aguayo, Francisco Bórquez, Enrique Cañas, Francisco
Castillo, Jorge Castro, Ricardo Hischfeld, Onías León, Raúl
Ravanal, Ernesto Rojas y Enrique Rojo.
Para pertenecer al Círculo se requería "ser de reconocida
independencia de carácter, llevar vida moral y cristiana, ser
sincero y audaz, ni los zalameros o arribistas podrán jamás
pertenecer al Círculo, y tener una marcada inclinación a
servir a los pobres y humildes" según indicaba el Libro de
Actas. Clotario fue aceptado como socio activo. La jerarquía
decidió cautelosamente apagar las actividades de "El Surco"
y trasladar al padre Viviani a Barón, en Valparaíso, como
párroco.

El Círculo de Estudios no reanudará sus actividades hasta el


regreso de su director en mayo de 1925. En calidad de
secretario del Círculo, Blest tomará actas de las discusiones
del grupo en torno a la sociedad chilena y a las ideologías
imperantes.

En el análisis de la sociedad, "El Surco" declara la


deshonestidad de la clase alta por el lujo desmedido en que
vive, por la incomprensión del sentimiento verdadero de
caridad y el errado modo de ejercitarla. Critica las fiestas
sociales con fines caritativos, pero que en ningún momento
corresponden a la práctica de la verdadera caridad cristiana.
Hace presente la influencia que la clase alta ejerce en la
política del país y su doctrina liberal-económica que estima
perjudicial. Denuncia la evolución de la aristocracia hacia la
plutocracia. La rancia aristocracia poseedora de las
haciendas y la nueva aristocracia que posee las industrias y
el alto comercio. Y termina analizando los dos verdaderos
ejércitos de la clase alta: los empleados y asalariados a sus
órdenes, puesto que de ella dependen. La clase media, la
instruida del país, que conserva en sus manos la Educación,
cuyas ideas políticas son en su mayoría, las del Partido
Radical y Demócrata, en cuanto a su situación social, es la
menos organizada, debido a que muchos de sus miembros no
tienen interés en servir a la clase a la que pertenecen y,
algunos, la niegan. Se cita como ejemplo el fracaso de la
tentativa de organizar esta clase en una Federación hace
algún tiempo.

El presbítero Viviani observa: "la clase media está formada


por diversos grupos, algunos intelectuales, otros pequeños
industriales o comerciantes, etc. y aún alguno que otro
millonario. Por eso es difícil precisar sus límites, pero sus
características principales son: aspiración al gobierno del
país; dominio en la instrucción y el no recurrir al trabajo de
sus manos. La clase baja se distingue porque su trabajo es
manual y se divide en obreros que laboran en las industrias,
en el campo o en las minas. En la mayoría de ellos domina el
analfabetismo y el no conocimiento de la religión. En el
aspecto económico son instrumentos de producción y se
hallan en estado misérrimo. En el aspecto político, en las
minas son demócratas o comunistas; en las ciudades,
anarquistas o comunistas y, en el campo, son del color
político del patrón".

Refiriéndose a los campesinos, hace notar que "pese a sus


malas habitaciones y bajo salario, los patrones les entregan
ciertas concesiones y protección, siendo algunas veces éstas
un nuevo modo de abusar de su trabajo". El señor Viviani
Sostiene que "hay que acercarse al obrero que
convenientemente preparados se transformarán en auxiliares
utilísimos". (2)
PARTIDO POPULAR

En esa misma época, Clotario, militará en el Partido Popular,


fundado por Bartolomé Palacios Silva, diputado y
organizador del Sindicato de Distribuidores de Leche en el
que también había participado el sacerdote Viviani y que se
había oficializado como partido en 1921. El Partido Popular
sacará su periódico El Sindicalista, representante de la Gran
Confederación Sindical del Trabajo, organismo creado por el
mismo señor Viviani. Clotario escribirá sus primeros
artículos en este periódico.

Chile comenzaba en 1925 a regirse por una nueva


Constitución Política y el Partido Popular había decidido
presentar un candidato a diputado para las elecciones
parlamentarias del 22 de noviembre de ese año. Clotario
Blest fue propuesto como pre candidato, pero finalmente el
candidato fue Luis González que recibió el apoyo de
comunas rurales de Maipú, Barrancas y Providencia.
González no salió elegido. La verdad es que el Partido
Popular era un partido nuevo y muy poco conocido. Los dos
grandes bloques políticos de la época eran, por una parte, los
"Partidos Unidos" integrados por conservadores, liberales de
todo tipo y radicales; y por otra parte, una alianza del Partido
Demócrata, el Comité de Asalariados y el Partido
Comunista. Al igual que en la anterior elección presidencial
el triunfo fue para los "Partidos Unidos". Una gran
excepción fue el triunfo del comunista Manuel Hidalgo en
Tarapacá y Antofagasta.
Clotario Blest, en su artículo Pobre Pueblo, indica que deben
formularse los fundamentos del orden democrático a través
de la organización sindical y política de los trabajadores.
"Ahí radica, dice él, la posibilidad de reemplazar (en las
luchas cívicas) a los profanadores de la democracia actual
raquítica y enferma". "La nueva etapa de la Constitución
Política no tendría ninguna trascendencia si el proletariado
no es capaz de cambiar las reglas del juego individualista y
liberal" "Los politiqueros y arribistas corrompidos de la
época actual escalarán de nuevo con cínica impudicia las
gradas del Templo de las leyes y haciendo escarnio de
aquellas masas proletarias, de que se dicen ser sus
redentores, les arrojarán desde la altura un carcomido hueso
diciéndoles, entre el aplauso de sus histriones; ¡pobres
imbéciles! creísteis en nuestras promesas, pues bien,
entreteneos mientras tanto con eso que os hemos dado, no
merecéis otra cosa, sois demasiado ingenuos" Y termina:
"Compañeros todos en el trabajo y en el dolor: poned fe en
vuestras almas, fuego en vuestras obras y venceremos". (3)

Como observamos, desde sus primeros contactos con los


trabajadores, Clotario Blest, sostendrá que ellos y sólo ellos,
los trabajadores. serán los que deben forjarse sus propias
leyes y para ello deben poseer el poder.

El Círculo de Estudios "El Surco" servirá para que Clotario


satisfaga sus inquietudes sobre algunos aspectos de los
problemas sociales de la época. El periódico El Sindicalista
acogerá sus primeros artículos. Sin embargo, tanto El
Sindicalista como el Partido Popular se irán apagando poco a
poco y no contaron nunca con muchos adeptos. A pesar de la
admiración que sintió Clotario en esos años por el padre
Viviani, sus relaciones con él terminaron en forma violenta y
brusca: "después de años de trabajar con él en plena armonía
y de ser nuestro consejero y guía, en 1927 cuando comienza
la dictadura de Ibáñez y es nombrado Capellán de la Casa de
Ejercicios de San Juan Bautista y funcionario del Gobierno
en la Inspección General del Trabajo, Viviani adhiere
abiertamente al fascismo. Yo presidía, por ese entonces, la
Unión de Centros de la Juventud Católica y pedí
públicamente su condena. Lo expulsamos de nuestra
organización. Usted comprende, no podíamos aceptar en
nuestras filas a un partidario de Mussolini" (4)

LA CASA DEL PUEBLO, EJE DE LA ACCIÓN SOCIAL


CRISTIANA

Entre 1922 y 1927 Clotario Blest se vincula a la Casa del


Pueblo. La Casa del Pueblo era una casona grande que años
antes una señora había donado a la Iglesia para que hiciera
acción social. Estaba situada en el barrio de La Vega, en la
calle Salas 208, esquina de Andrés Bello. El obispo de la
arquidiócesis de Santiago, era don Miguel Claro Vásquez
que designó a Guillermo Viviani como su director.
Aprobados sus estatutos por el arzobispo Juan Ignacio
González Eyzaguirre, él personalmente la bendijo el día de
su inauguración el 1º de octubre de 1917. Al año de su
fundación ya albergaba a 14 organizaciones obreras y a una
academia científica. Su finalidad, según los estatutos, era
propagar el sindicalismo y organizar y educar a los obreros
para que lucharan por mejorar su situación laboral.
Consideraba a la organización de los trabajadores como "la
palanca más poderosa de la democracia". Dependía
directamente de la Iglesia y dentro de sus profesores, además
de Viviani que era el alma de la institución, había muchos
laicos, muchos de los cuales pertenecían al Partido
Conservador. Junto a las charlas sobre sindicalismo y acción
social se comentaba el Evangelio y se daban cursos de moral
y de religión.

Clotario se sintió inmediatamente atraído por el plan de


acción y de estudios de la Casa del Pueblo. Nos relata: "ahí
se daban charlas, cursos de artesanías, se tenían reuniones.
En esa época la clase trabajadora era mandada por los
anarquistas quienes iban a nuestras reuniones con tribuna
libre. Nosotros hablábamos en la calle, como los bautistas y
así íbamos abriendo la brecha hacia el cristianismo que fue
muy beneficiosa. Las charlas eran de tipo social, cultural,
sindicalista. Se daban en las tardes. Los domingos asistían
muchos anarquistas, recuerdo a los que más opinaban:
Alberto Bellafé y Triviño".

DIOS NO EXISTE

"Los foros eran al aire libre, en la plaza de Artesanos, en la


Quinta Normal, en la Alameda. Con los anarquistas no
existieron nunca problemas graves. Bellafé y Triviño eran
grandes dirigentes. La única vez en que llegamos a la
violencia fue cuando hicimos ese acto en que se discutió la
existencia de Dios, en el que el doctor Lois, que era diputado
y ateo, fue a defender la tesis: "Dios no existe" y monseñor
Silva Santiago, que fue después obispo, la tesis: "Dios
existe". La polémica se fue enardeciendo y también los
gritos de uno y otro lado y al final las cosas llegaron a la
violencia. La existencia de Dios se defendió a golpes; cosas
de la juventud. Pero lo curioso es que en esos años eso
despertaba interés. ¿Quién iría a una charla sobre eso ahora?
Nadie. De manera que eso es lo interesante, el ambiente que
existía en la época de adversión a la Iglesia. La culpa la tenía
la Iglesia, porque cooperaba con el Partido Conservador, con
El Diario Ilustrado, vocero de la reacción. Esa fue nuestra
gran guerra, contra la tesis 'el que no es conservador no es
católico'. Así de sencillo. Al final esa batalla la perdimos,
pero eso fue varios años después.

También hicimos una campaña contra el pope Julio, un cura


renegado, que era llamado así porque no era político, pero sí
tenía gran popularidad y muchos seguidores y la pelotera fue
tan grande y el estadio viejo y las graderías de madera, total
se rompieron y quedó mucha gente herida. Entonces dijeron
que fue castigo de Dios y yo les dije que Dios no necesitaba
castigar de esa forma. Después el pope Julio se retractó y yo
reivindiqué su memoria".

-¿Cómo fue su participación en La Casa Del Pueblo?

-"Al comienzo asistía a las clases, más adelante ayudaba en


la organización de sindicatos y estuve a cargo de diferentes
cursos. También, por supuesto, participaba en los foros.
Varios curas ayudaban: Guillermo Viviani que era el
director, el obispo Labbé, el obispo Sotomayor y varios
señores de la aristocracia; recuerdo a Jaime Larraín García
Moreno. Dentro de los laicos el de mente más despejada e
inteligente era Emilio Tizzoni que fue diputado
conservador".

JESÚS OBRERO VERSUS CRISTO REY

-¿Por qué se produjo la ruptura con La Casa del Pueblo?

-"Nos retiramos por la clausura de la capillita Jesús Obrero.


Los que dirigían quisieron ponerle Cristo Rey, nosotros nos
opusimos. Jesús fue un obrero, su padre carpintero, su madre
lavandera, todos obreros. A qué venía ese nombre de Cristo
Rey. Nosotros debíamos demostrarle al obrero chileno que
Jesús había sido como ellos, pero ellos no entendían eso.
Seguramente había influencia conservadora, yo no lo
recuerdo, era tan poco político en esa época".

-¿Recuerda algún hecho importante durante su participación


en La Casa del Pueblo?

-"Después de algunos años organizativos salimos a la calle


con 5.000 obreros y desfilamos en la procesión del Carmen
con nuestros estandartes y consignas de los diversos
sindicatos. Esto era algo increíble en una fiesta religiosa.
Pero el hecho más importante fue cuando condenamos
públicamente a unos obreros que fueron a quebrar una
huelga en el salitre, porque en esos años existían unos
"sindicatos blancos" que eran dirigidos por señores momios
y el obispo Edwards. Los del "sindicato blanco" quisieron
quebrar la huelga de los "sindicatos rojos". Nosotros
formamos E! Tribunal del Pueblo y condenamos a los
sindicatos blancos, formados por obreros vendidos a sus
patrones y sin sentido de clase. Hay que trabajar codo a codo
con la clase trabajadora". (5)

UN CRISTIANO DE BASE

El que participó en esos años muy próximo a Clotario Blest


fue Bartolomé Ramírez Azocar. Es importante conocer algo
de la biografía de este luchador, hoy olvidado. Bartolomé
Ramírez nació en 1904 en La Viñita, barrio de la Recoleta de
Santiago. La Viñita fue donada por Inés de Suárez para hacer
una ermita a la Virgen de Montserrat. Alrededor de la ermita
se formó un barrio muy modesto de obreros y artesanos. El
padre de Bartolomé era uno de esos obreros: "Fui a las
escuelas Maristas y seguí estudiando por mi cuenta. Yo nací
beato por mi padre, él me llevaba a la ermita y se pasaba
horas hincado conmigo al lado: adolescente, entré a trabajar
en la parroquia y como dependiente en una tienda de
cristalería. No recibía sueldo, sólo comisión sobre la venta.
A veces estaba de pie más de diez horas, no nos permitían
descansar y ya existía la ley de la silla, pero nadie la
cumplía. El italiano dueño del negocio, nos obligaba a ir los
domingos. Entonces yo luché por la aplicación del descanso
dominical. Y un domingo en que se me subió la sangre a la
cabeza llamé por el mismo teléfono a la comisaría para que
cerraran el negocio. Por supuesto me despidieron
inmediatamente. Así. sufriendo y viendo por mis propios
ojos la injusticia, me fui metiendo en la lucha social. no
porque fuera agitador: yo venía saliendo de las faldas de mi
mamá".

-¿Cuándo entró a La Casa del Pueblo?


-El año 1921, de 17 años. Habíamos oído hablar en el barrio
de un cura que estaba organizando a los trabajadores. Así
que partí para allá. En el diario también había sabido de
conferencias de tipo social. Y cuando llegué me encontré con
varios sindicatos funcionando. El sindicato de Canteros y
Marmolistas, el sindicato de Vidrieros, de Pintores y estaba
en gestación el sindicato de Agujas (de mujeres que cosían).
Yo no pertenecía a ningún partido, pero inmediatamente me
incorporé. Allí conocí a Clotario que quizás se había
incorporado unos meses antes.

-¿Cómo era La Casa del Pueblo?

-Era una casa grande con corredores de piedra y pilares de


cinco por cinco y bases de piedra cuadrada. El patio era de
huevillos. Y salas que daban a los corredores por todos
lados. Unas salas las ocupaban unos sindicatos y otros, otras;
y en las más grandes eran las charlas. La gracia es que esta
donación que cayó en manos del obispo Miguel Claro fue
entregada a un cura revolucionario. Viviani, que venía
llegando de Europa de estudiar en el colegio Pío Latino y de
una gira de estudios sociales por Francia, España y Bélgica.
En Bélgica se adentró en el conocimiento v funcionamiento
de los Círculos de estudio del padre Rutten que fue lo que
implantó en Chile. Viviani con su sinceridad y franqueza
atrajo a los obreros. Los anarco-sindicalistas no faltaban
nunca. Existía una rotativa, ellos venían a La Casa del
Pueblo un domingo y nosotros íbamos a su sede en la calle
Nataniel el domingo siguiente. Se discutía la existencia de
Dios, porque ellos tenían ese problema y nos planteaban
mucho eso y hacían cuestión de eso. Para ellos la existencia
de Dios era una macana, como se dice, era pan comido y se
enfrentaron con ese fraile que junto con estar con ellos en la
lucha social y en los postulados de redención, creía en esa
macana. Y oscuramente se dieron cuenta que ellos estaban
equivocados en algo y que allí había un aspecto de la verdad
que a ellos no se les había pasado por la mente, pues para
ellos el problema estaba superado. Los debates eran
violentos por la pasión religiosa y anti religiosa y al mismo
tiempo nos hacíamos amigos en esta búsqueda de la verdad
social. Pasé seis o siete años en La Casa del Pueblo. Puede
ser que la ruptura se haya producido por el nombre de la
capilla de Jesús Obrero y no de Cristo Rey como quisieron
otros, pero no recuerdo.

-¿Qué responsabilidades tenía usted?

-Al comienzo era un alumno cualquiera. Después fui


secretario de los Canteros y Marmolistas, porque ellos no
podían escribir sus actas, no tenían instrucción, no sabían
escribir. Me incorporé en las tareas de organizar sindicatos:
teníamos en perspectiva el sindicato de empleados
particulares y la lucha constante por fortalecer y consolidar
los que existían y asesorarlos. El administrador era un obrero
muy eficiente, Eloy Rosales, que después fue diputado
conservador y se dio vuelta la chaqueta.

-¿Participaban otros curas fuera de Viviani?


-No. Viviani era el amo. En un período estuvo el cura Raúl
Ferrada, profesor de sicología de la Universidad Católica,
pero su paso fue efímero y su acción también.

-¿Sacaban algunas revistas?

-Viviani sacaba algunos folletos pequeños. El era sociólogo.


No sé de otros escritos de, o sobre, La Casa del Pueblo. Hay
cosas que se han echado al olvido. Por ejemplo nadie
nombra al obispo Miguel Claro que fue el que decidió la
acción de La Casa del Pueblo. Tampoco se menciona nunca
a Martín Rucker, obispo de Chillán, que se destacó por sus
ideas de avanzada, en cambio quedan sonando otros
pajarracos. Yo considero que La Casa del Pueblo es el punto
de partida, el eje de la acción social cristiana, y no se ha
tomado en consideración.

-¿Cuántos alumnos había?

-Yo conocí alrededor de 100 ó 150 personas. Todas las


noches había actividad. los sindicatos iban a plantear sus
problemas profesionales y los sábados y domingos se
centraban en el estudio de pensamientos ideológicos y
sociales. Allí se entendía por social cristiano la dedicación de
los cristianos al aspecto social.

-¿Eran partidarios de la huelga?

-Si, en eso no discrepábamos ninguno. Se proyectaron


huelgas y se apoyaron. Al comienzo participaban
conservadores que después se marginaron, pero que nunca
perdieron su influencia. De los líderes posteriores de !a
Falange o Democracia Cristiana ninguno, ellos pasaban
encerrados en su partido. ¿Políticos? Emilio Tizzoni, que fue
después diputado. Lucho Pizarra Espoz, profesor de la
Universidad Católica. Estefio Silva, obrero del sindicato de
Vidrieros que fue después Consejero de la Caja de Seguro
Obrero, y se formó en La Casa del Pueblo. Pero sin duda, el
obrero más brillante que pasó por La Casa del Pueblo fue
Juan Ignacio Valenzuela, del sindicato de Pintores, que fue
un gran líder sindical.

-¿Era fuerte el comunismo en esa época?

-Estaba entrando.

-¿Luis Emilio Recabarren?

-Al comienzo fue un muchacho como todos, más beato que


otra cosa, pero en ese entonces ya era importante. El Partido
Socialista no existía. A la masa la manejaban los comunistas
y los anarco-sindicalistas. Nosotros entramos a disputarle el
campo a los comunistas, que no eran tan fuertes en Santiago,
y a los ácratas o anarquistas que mantenían el control de los
gremios de la construcción y de la imprenta. Pero la pelea
era desigual, ellos eran poderosos. Una vez, en la Avenida
Matta esquina de San Diego, pretendíamos abrir tribuna
pública y nos corrieron a peñascazo limpio. Habíamos
invadido un barrio comunista: Avenida Matta y San Diego
eran de ellos.
-¿Qué sectores de la ciudad eran de ellos y cuáles de
ustedes?

-Es que esto que existe hoy no tiene nada que ver. La Iglesia
de entonces estaba recogida en la sacristía. De la época en
que la Iglesia era dueña de la calle se había pasado a otra
etapa en que la calle la dominaban las turbas, el pueblo que
se movía y expresaba.

-¿Por qué se marginó de La Casa del Pueblo?

-Para tener más independencia política y religiosa.


Discrepábamos con las ideas que querían imponernos. Es
posible que las dificultades culminaran con el nombre de la
capilla, pero los problemas venían arrastrándose desde
mucho antes. Los que se marginaron fueron todos jóvenes y
combativos. Sin duda el líder fue Clotario Blest, a quien
admirábamos por su espíritu de trabajo y sus ideas cristianas.
(6)

La partida del grupo disidente de La Casa del Pueblo


coincidió con el alejamiento del padre Viviani de su
dirección. En ese entonces, Viviani estaba confinado a
Barrancas y su labor de párroco no le permitió tomar parte
en la reyerta final, que posiblemente con su concurso habría
podido solucionarse.

ORGANIZAR LA JUVENTUD OBRERA

Paralelamente a su actividad en La Casa del Pueblo, Clotario


Blest participa en la Unión de Centros de la Juventud
Católica. La Unión de Centros, fundada el 8 de noviembre de
1920, tenía por objeto organizar a la juventud obrera y de
empleados. Es decir, era una réplica a nivel obrero y popular
de la aristocrática Asociación Nacional de Estudiantes
Católicos (ANEC), fundada en 1915. (7) Clotario Blest se
entregará con alma y cuerpo a la Unión de Centros y cinco
años después de haberse incorporado, en 1922, será elegido
presidente. La jerarquía eclesiástica pretendía que ambas
organizaciones marcharan de acuerdo, sin embargo, y a pesar
de todos los esfuerzos de Monseñor Rafael Edwards, ambas
organizaciones tomaron rumbos diferentes. La ANEC
formada por jóvenes estudiantes, la mayoría de la
Universidad Católica e hijos todos de familias
conservadoras, perseguía en el fondo un objetivo político:
ser la vanguardia del Partido Conservador; la Unión de
Centros de la Juventud Católica se declaró apolítica, sin
odios ni cegueras, "una asociación cristiana que responda a
los valores profundos del ser humano". (8)

Clotario Blest relata; "la Unión de Centros funcionaba en la


calle Bandera 657, entre Catedral y Santo Domingo, en los
altos de la Federación de Obras Católicas. Pero los
principales centros juveniles se agrupaban en las parroquias
de la Estampa, Lo Negrete, San Miguel, Santa Filomena,
Corazón de María, todos barrios populares. Después nos
extendimos a provincias, pero siempre tratando de captar los
obreros de los lugares más desamparados y populosos. El
diputado Ricardo Valenzuela, tan bueno, nos ayudó mucho,
especialmente, en la organización de los empleados. Con la
jerarquía eclesiástica tuvimos muchos problemas, en
particular con Rafael Edwards, pero no nos condenaron" (9)
"Dentro de las parroquias formábamos círculos de estudios
que no eran otra cosa que la reunión de no más de siete
amigos o compañeros que semanalmente se juntaban
después del trabajo a leer y comentar el Evangelio y a
conversar y tomar resoluciones sobre los acontecimientos
que agitaban al país y al mundo. Esta juventud no se
intelectualizaba, sino que se enfervorizaba con las palabras
de Cristo y 'actuaba'.

ENFRENTAMIENTO CON LA JERARQUÍA CATÓLICA

"A pesar que según las disposiciones eclesiásticas, el


Evangelio no podía leerse ni menos comentarse sin la
presencia física de un sacerdote, nosotros procedíamos sin
esta licencia, lo que en más de una ocasión nos significó
severas reprimendas en secreto de la confesión. De todas
estas amonestaciones y recriminaciones sacerdotales y
episcopales, nos consolábamos en Cristo, quien hablaba a
nuestros corazones juveniles en estas reuniones fraternales.
La jerarquía eclesiástica de aquella época se oponía en forma
directa o indirecta a nuestra acción renovadora de las
prácticas cristianas y a nuestra acción dentro del cambio
substancial del régimen de explotación humana" (10)

"Los Centros tenían su propia directiva y nunca rechazamos


a nadie, aunque no fueran católicos. Con el obispo Zottele,
protestante, mantuvimos una gran amistad, y en la lucha por
la paz nos relacionamos con varios jóvenes comunistas, entre
otros con Ricardo Fonseca, futuro dirigente del partido
Comunista, con quien colaboramos en los llamados 'Centros
Anti-Guerreros'. (11)

En 1927 Clotario dirige la Unión de Centros y tanta fue su


actividad y el fervor y abnegación con que se entregó a su
labor que llegó a movilizar a 10.000 obreros y estudiantes,
contando los de la capital y provincia. También organizó
Bolsas de Trabajo para ayudar a los trabajadores con
problemas económicos o cesantes. Para la aprobación
definitiva de los estatutos tuvo que dar una gran lucha, no
con don Crescente Errázuriz que no tuvo inconvenientes en
aceptarlos, sino con el obispo auxiliar de Santiago y director
de toda la Acción Social del Arzobispado, monseñor Rafael
Edwards Salas. del que Clotario tanto nos ha hablado. Las
cartas de Clotario a monseñor Edwards eran respetuosas:

"Ilustrísimo Señor: Tengo el alto honor de presentar a la


consideración de S.S. los Estatutos de la Unión de Centros
de la Juventud Católica, a fin de que si S.S. como
representante de la Autoridad Eclesiástica, estima que las
prescripciones en ellos contenidas, guardan en todo
conformidad con el espíritu de nuestra Santa Madre la
Iglesia Católica y puedan, por lo tanto, servir de norma de
conducta a la Institución Juvenil Católica, que
inmerecidamente presido, se sirva darles su aprobación.
Anticipando a S.S. que en todo nos someteremos
incondicionalmente a su resolución.

Con nuestra más respetuosa consideración se despide su


afino. en Ntro. Señor Jesucristo.
Clotario Blest.
Presidente de la U. de C. de la J.C." (12)

Sin embargo, pese a que Clotario Blest afirma que se


someterá "incondicionalmente a su resolución" y que afirma
"guardar en todo conformidad con el espíritu de nuestra
Santa Madre Iglesia", cuando monseñor Edwards declaró
que algunos artículos de los estatutos debían modificarse y
otros eliminarse, como por ejemplo, el 4º por declarar su
independencia ante las otras instituciones de la Iglesia,
Clotario reaccionó airadamente y presentó su renuncia en
una convención el 14 de julio de 1927. Monseñor Edwards,
quizá comprendiendo que sin la dirección de Clotario y con
la renuncia de toda la directiva que adhirió a su presidente, la
Unión de Centros perdería su empuje, reconsideró sus
críticas y escribió una cariñosa carta a Clotario: "Mi querido
Clotario: He recibido una carta firmada por Ud. y otros
miembros de la mesa directiva de la Unión de Centros en
que me hacen saber que han hecho la renuncia indeclinable
de sus cargos. Me agregan que esta renuncia la han hecho
"en vista de no estar de acuerdo" conmigo "en la marcha que
debe seguir nuestra institución". No sé en qué consiste este
desacuerdo. Yo deseo para la Unión de Centros la mayor
prosperidad, el mayor desarrollo y, sobre todo, la mayor
intensidad de vida espiritual. Quiero que ella marche en
armonía, y en forma autónoma, con las demás instituciones
católicas y especialmente con la Asociación de Estudiantes y
Jóvenes Católicos. Deseo que ambas organizaciones
-conservando su ser propio- formen una sola juventud y que
esta juventud sea como un Ejército o como la vanguardia de
un Ejército a las órdenes de la Iglesia, para conservar y
reconquistar las posiciones de la civilización cristiana. He
combatido hasta lograr que a la Unión de Centros le sea
reconocida su situación de organización de juventud. No veo
cuál de estos puntos esté o pueda estar en desacuerdo. Tal
vez el desacuerdo no esté en la marcha que debe seguir, sino
en la que ha seguido..." "ahora respecto del Congreso mi
pensamiento es este: Autorizado por el limo. Reverendo
Señor Arzobispo un congreso de juventud católica, la Unión
de Centros no debe quedarse fuera... Pero si quiere
abstenerse, se abstiene. Las responsabilidades no caerían en
tal caso sobre mi". "Y aquí pondría punto final, si no
necesitara desahogarme del dolor que me causa la actitud de
Ud. y sus compañeros: he hecho todos los sacrificios (Dios
sabe cuan grande han sido algunos de ellos) que he podido
por el progreso de la Unión de Centros; no esperaba que me
trataran en una forma que ofende mi dignidad y hiere mi
amistad. Pero yo ofrezco este sacrificio al Señor por la causa
de la juventud católica que me es tan querida. Mi deseo es
que, en homenaje a la causa de Dios, todo sea olvidado.
Espero que Ud. busque cuanto antes una oportunidad para
conversar conmigo, solo o con sus compañeros de la mesa
directiva.

Disponga de su affmo.amigo y Capellán

Rafael Edwards" (13)

LOS CATÓLICOS NO SOMOS DERECHISTAS

Esta carta no sólo indica criterios diferentes respecto a la


independencia y autonomía que Clotario exige en los
estatutos, sino también una discrepancia absoluta con la idea
de monseñor Edwards de mezclar en un solo congreso a las
dos grandes agrupaciones: la ANEC, universitaria y
derechista, y la Unión de Centros, popular y apolítica. Pese a
todo, los estatutos, tal cual los proponía Clotario Blest,
fueron aprobados, con el beneplácito de monseñor Edwards,
el 30 de agosto de 1927. Clotario continuó dirigiendo la
Unión de Centros hasta 1935 en que se retiró.

Bartolomé Ramírez nos relata sus andanzas con la Unión de


Centros: "Íbamos a las parroquias y formábamos un Centro
de Estudios. En la parroquia Negrete, por ejemplo, que me
tocó a mí, llegué allí y formé un Centro y al poco tiempo me
nombraron presidente; entonces, además de la sección
estudios, formé la sección "acción".

-¿Qué acción?

-Había acción netamente religiosa y también acción social,


una tarea de captación. Después de unos meses, el cura
párroco de Negrete me echó.

-¿Por qué lo echó?

-Era un curita de campo, de esa mentalidad, y que se hablara


de ideologías, de los tratados de sociología católicos, por
ejemplo, la Escuela de Lovaina, las semanas sociales de
España. Todo eso lo estudiábamos, leíamos y discutíamos.
Eran las ideas sociales de la época, del padre Lagrange,
Maritain no sonaba. El maestro supremo de toda esta acción
fue un cura modesto italiano, Luis Sturzzo (fundador de la
Democracia Cristiana en el mundo) y en Alemania el obispo
Ketteler. Bueno, todas estas ideas le parecieron peligrosas al
curita y nos echó. En cambio el cura de la Estampa, Germán
Gamboa, con el cual trabajé muchos años y que también "ira
un cura modesto de campo nos aceptó, quizá por su bondad,
y allí hicimos mucha labor. Y después que la Unión de
Centros tenía su directiva y marchaba bien, nos íbamos a
otro barrio y a otra parroquia. Era una labor gigantesca:
meterse en las parroquias, interesar y organizar a los
empleados y obreros. Creo que sin ese fraile "sui generis"
llamado Clotario habría sido imposible. También influimos
en las mujeres, a través de Teresa Ossandón. que era de
nuestras ideas, pero el obispo Edwards trataba de manejarla,
hasta que se la llevó de monja v se acabó su labor activa. El
obispo mató una iniciativa tan valiosa. El obispo Edwards
era un venerable reaccionario, pero no dejó de ser tolerante
con nosotros que éramos muy lanzados, y qué no hacíamos y
decíamos, y por último aprobó los estatutos, que le contaré
tuvimos serias dudas de que fueran aprobados. Pedíamos
cierta autonomía v la Iglesia sentía que las ideas que
inculcábamos de justicia social podrían volverse peligrosas.
Cuando salíamos en la procesión del Carmen, y éramos
muchos, nos colocábamos bien lejos de la ANEC para que
no fueran a confundirnos con esos pijes. (14)

Según el padre Fernández Pradel S.J., sin duda. existían


dificultades para toda "acción social" discrepancias entre la
jerarquía eclesiástica tradicional y ciertos obispos y
sacerdotes: "el obispo Lezaeta. culto y orientado, apoyó la
penetración en los Sindicatos e Industrias y patrocinó la
acción en ellos. Fernando Vives que regresó a Chile en 1931
y continuó su extraordinaria labor en la juventud. Más
adelante el obispo Manuel Larraín. La juventud católica
sentía que la Iglesia no respondía a los anhelos de justicia
social que ellos propiciaban, pero continuaban siendo
creyentes. De allí que cualquier obispo o sacerdote que los
guiara contaba inmediatamente con entusiastas seguidores".
(15)

COMO PUEDE LA IGLESIA CONSERVAR EL PODER

También en el partido Conservador de la época, tan


íntimamente ligado a la Iglesia, existían dos puntos de vista
diversos: -los que consideran que la Iglesia no debe
inmiscuirse en la política, renunciando a influir en la
administración y a extraer ventajas del presupuesto: que le
conviene evitar conflictos que exacerban los ánimos y
aumentan los odios; que la lucha abierta entre el liberalismo
v el catolicismo no hace sino acarrear conflictos,
dificultades, persecuciones: que por este motivo los católicos
deben retraerse y no arrastrar sus creencias a la arena
candente, relegándolas al fondo inviolable de su alma y
demostrándolas sólo en el ejercicio privado del culto. Estos
mismos opinaban que el partido Conservador debe
abandonar sus inclinaciones sectarias y apartarse un poco del
clero, con lo cual ya no provocaría la acción refleja del
radicalismo y se ahuyentarían las luchas religiosas de la
política.

Opuestos a ellos y en mucho mayor número han estado los


que consideran inconveniente la actitud pacífica de la
Iglesia, pues ésta precipitaría su decadencia. Creen que el día
en que la Iglesia dejara de intervenir en la política y
abandonar el campo de la administración, renunciando al
presupuesto del culto, se debilitaría y quedaría a merced de
sus enemigos. No desconocen que la lucha irrita al
adversario, engendra odios y persecuciones; pero en cambio,
enardece los sentimientos piadosos, provoca solidaridad y
pone en acción todas las energías del catolicismo, atrayendo
en caso necesario la intervención de Dios. Sostienen que
sólo el poder temporal, o sea, la ingerencia en el Gobierno, a
la vez que la posesión de la riqueza y de las fuerzas sociales,
pueden resguardar a la Iglesia en forma bien segura,
prolongando su existencia y estabilizando su dominio:
colocando en sus manos el único medio de reprimir a las
multitudes para coartar la temida expansión del
liberalismo...." (16)

NO PUEDO NI DEBO CASARME

Durante el período que Clotario Blest dirige la Unión de


Centros de la Juventud Católica, conoce a Teresa Ossandón
Guzmán, dirigente de la Acción Católica que también
pertenecía a la Unión de Centros. Posiblemente a través de la
labor común nació entre ambos jóvenes el compañerismo y
el amor.

En varias entrevistas a lo largo de su vida los periodistas han


interrogado a Clotario sobre el por qué de su soltería. El,
negándose siempre a dar el nombre de su novia, ha
contestado: "estuve de novio cuando era joven, pero no me
casé porque el trabajo de 'acción social' era tan absorbente
que apenas teníamos tiempo de vernos. De común acuerdo,
entonces rompimos nuestro noviazgo y juramos ante Dios
permanecer solteros. Como ve, yo soy un viudo del amor".
En un folleto entregado a los trabajadores sobre su vida y
actuación sindical, Clotario expresa: "algunos periodistas,
con justificada curiosidad me han preguntado en más de una
vez, el fenómeno de mi soltería. A pesar de ser una pregunta
un tanto indiscreta, no he trepidado en contestarla en los
siguientes términos, cuya veracidad puede ser testificada por
mis compañeros de aquellos años, que aún viven. La primera
fue la soledad de mi madre a quien prometí no abandonar
jamás, y en segundo término por cuanto la joven con la cual
debía casarme, por el año 1925, era al mismo tiempo
dirigente de la Juventud Femenina y yo era dirigente de la
Unión de Centros de la Juventud Católica, por cuya razón no
teníamos tiempo para alternar y nos veíamos tarde mal y
nunca. En vista de esto y de común acuerdo resolvimos no
contraer matrimonio y dedicarnos íntegra y totalmente a
nuestra labor apostólica, con la promesa hecha ante Jesús, de
no casarnos durante nuestra vida. Ella cumplió su promesa
ingresando a las Monjas Carmelitas en cuyo convento murió
como una santa, y el que escribe estas líneas no ha hecho
otra cosa que cumplir fielmente tan sagrado juramento,
dedicando su vida a la lucha por la justicia social"

El suicidio del hermano dos años antes, la partida de la


hermana al convento del Buen Pastor, la soledad de la madre
tienen que haber repercutido en el joven Clotario. Después
del breve noviazgo, su madre llenará su vida sentimental y
será "el gran amor". Quizá desde su niñez, el niño sin padre,
se preparaba a llenar su corazón con la pequeña madre fuerte
y trabajadora. Pero los dramáticos acontecimientos
familiares de esos años precipitaron el torrente de sus
emociones, que posiblemente bajo otras circunstancias
habrían seguido otro curso.

LA NOVIA DESCARTADA

La novia secreta de Clotario Blest nació en Santiago en


1902. Su padre, Carlos Ossandón Barros, de la oligarquía
chilena, era ahijado de María Luisa Mac-Clure, esposa de
Agustín Edwards, uno de los hombres más ricos y poderosos
de Chile. La protección de su madrina que le legó parte de su
fortuna, y que le permitió crear la primera oficina de
corretaje de propiedades, acrecentó su patrimonio personal.
Su madre, Teresa Guzmán Cruz, una mujer muy piadosa,
dedicó parte de su vida a fundar parroquias y a tejer chombas
para los pobres. Don Carlos y doña Teresa tuvieron ocho
hijos, siendo Teresa la segunda de esa larga familia.

La infancia de "Teresa, conocida como Tita, transcurrió


tranquila entre sus estudios y sus largos veraneos en el
exclusivo balneario de Zapallar. Desde los quince años se
destacó corno eximia tenista obteniendo el título de
campeona nacional que mantendría durante seis años.
Paralelamente, desarrollaba la actividad literaria con
artículos para el diario La Unión de Santiago, referentes a
anécdotas sobre su veraneo. Más adelante. estas primeras
incursiones en literatura se transformarán, bajo el seudónimo
de Pepita Peralta, en varios libros que publica entre los años
1921 y 1950 y cuyas composiciones varían desde una
biografía del poeta Becquer hasta numerosos temas íntimos
y religiosos.
Sin embargo, la verdadera vocación de Teresa parece no
haber sido la literatura; pues donde ella entregó su vital y
religiosa personalidad fue en la creación y dirección de uno
de los movimientos femeninos más activos del campo
católico: la Asociación de la Juventud Católica Femenina de
Chile (AJCF). Su inspirador fue el Obispo Monseñor Rafael
Edwards Salas, quien comprendió la necesidad urgente de
fomentar un movimiento católico que atenuara el éxito de la
pujante organización femenina laica, auspiciada por la
educadora radical Amanda Labarca. "En un lapso de quince
años, la AJCF logró contar con más de mil centros, más de
treinta mil socias que impartían la enseñanza religiosa en
más de un millar de catequesis. Contaba además la
asociación con hogares en Santiago para la socias de
provincia que necesitaban viajar a la capital, tiendas para
vender sus labores femeninas, bibliotecas religiosas para las
socias, coros para el canto litúrgico. Pero, lo más importante
consistía en la formación religiosa y moral de sus socias que
en su mayoría Dios destinaba a futuras esposas y madres de
familia." (17)

Una de sus amigas de la época relata: "Teresita era el alma


de nuestra asociación. Cuando daba alguna charla, nosotras
la escuchábamos en sepulcral silencio y sus órdenes eran
acatadas inmediatamente. Nuestro uniforme de trabajo era
una boina blanca y una falda plisada oscura que nos llegaba
casi hasta el tobillo. Muchas de nosotras de regreso a casa
abandonábamos presurosas nuestro uniforme. pues sabíamos
que con esa vestimenta no atraeríamos a ningún joven, nos
pintábamos y con ropa de colores asistíamos a fiestas y
bailes. La tarea de la AJCF había terminado, ahora debíamos
conquistar un novio y casarnos pronto. Creo que Teresa
hasta dormía con esa ropa y nunca se preocupó de su arreglo
personal. La respetábamos, pero la considerábamos entre
santa y monja, totalmente diferente a nosotras. Imagínese
que cuando viajaba a provincia lo hacía en tercera clase y se
alojaba en las pensiones más humildes." (18)

Presumiblemente, durante esa época debe haber conocido al


joven Clotario Blest, dirigente de la Unión de Centros de la
Juventud Católica. Quizás la ferviente e impulsiva Teresa,
compenetrada por el mismo fervor místico de ese joven
llamó su atención y creó entre ellos lazos afectivos. Nadie en
esa época sospechó del romance entre los novios Teresa y
Clotario. El retrato que se encontró de Teresa, después de la
muerte de Blest en uno de sus baúles, muestra a una niña
muy delgada sin ninguno de los atractivos físicos que
pudiesen haber hecho suspirar a los jóvenes de esos años.

Después de veinticinco años al frente de la AJCE Teresa


decide fundar las Misiones de Jesús. En 1946, comienza el
apostolado de esta congregación femenina dedicada a
difundir el Evangelio en lugares apartados en que no llegaba
ningún sacerdote. "El Cardenal José María

Caro recordará las andanzas de Teresa cuando recorría a


caballo los villorios cordilleranos alojándose en rucas o a la
intemperie." (19) Hasta 1967 dura la vida misionera de
Teresa. En ese año, por orden del Arzobispado son disueltas
las misioneras de Jesús por no contar con ochenta afiliadas.
En seguida, durante cinco años, vive con su hermano
sacerdote Arturo, párroco de Santa Rosa de Los Andes.
Convaleciente de una operación de cataratas y úlceras,
ingresa en 1973 a la orden de Religiosas Carmelitas
Descalzas de Los Andes. Varios años hace su noviciado
como portera del convento a cargo de las peticiones y
testimonios de milagros de Sor Teresa de Los Andes. En ese
período vivió en una celda estrecha y sin ventanas hasta que
fue admitida como monja en 1978. Durante el viaje a Chile
del Papa Juan Pablo II, la ahora madre Sor Teresa del
Sagrado Corazón, fue la que entregó a Su Santidad la
recopilación de hechos que permitió la iniciación del proceso
de beatificación y posterior canonización de Sor Teresa de
Los Andes. Su muerte se produjo el 8 de diciembre de 1988.

NI MUJERES, NI FARRA

Sus amigos y compañeros comentan la soltería y la vida


austera de su amigo. Bartolomé Ramírez dice: "nosotros le
hacíamos bromas pesadas e insistentes sobre su soltería,
sobre mujeres y el matrimonio. Como éramos amigos del
alma nunca se enojó. Nosotros creíamos que se iba a casar.
El noviazgo fue en esos años en que trabajábamos en los
Centros de la Juventud; a la novia la conocí fugazmente, no
me acuerdo mucho de ella. Después si tuvo algún amorío no
lo supimos, era tan reservado. Yo creo que debiera haberse
casado, por su bien, el hombre no puede estar solo si tiene
que hacer una tarea. El reemplazó a la esposa por la madre,
pero cuando murió ella...Nosotros sesionábamos en casa de
la madre de Clotario; ella nos atendía muy bien y la hermana
Pola era dije, hubiéramos querido intimar con ella, pero la
tenían como secuestrada, apenas la veíamos. Poco después
supimos que se había hecho monja. La madre se mostraba
muy atenta, pero debe haber sido dominante, por eso marcó a
Clotario y él era proclive a ser dominado."

Luis Quiroga Jiménez relata: "yo conocí a Clotario cuando él


tenía 48 años y le diré que fue un hijo excepcional. Su madre
era una persona agradable, de mediana estatura, más bien
gorda. Cuando lo iba a dejar después de una sesión, me decía
que lo cuidara, que tratara que no se metiera en tantas cosas.
Sin duda que era un hijo único y regalón. Ella vivía
preocupada de él. Existía entre ambos un amor inmenso y
compartido. Tenían una empleada que era más vieja que la
madre, a la que él mismo cuidó hasta hace poco, porque
estaba impedida, con el mismo cariño y abnegación que a la
madre. El hace sus compras, su comida. La parte afectiva.
usted ya la conoce. Porqué no se casó, eso sucedió mucho
antes que yo lo conociera. Me he preguntado porqué no se
hizo cura. El ha sido una especie de sacerdote en lo social,
entregó su vida a una causa. Pero quizá, cuando entra al
sacerdocio se quiere eludir de los problemas del mundo y él
no quiso eludirlos. ¿Dónde sirvió mejor a la causa? Quizá se
planteó esa pregunta. Nunca se supo de ningún amorío. Yo
soy bueno para la farra, me gusta la tanda, revolverla, comer
bien. Y un día lo invité a un "cocimiento" a la casa de un
compadre. Don clotario, le dije, aquí hay que tomar vino, por
que si no...No me contestó, yo no tomo más que agua
mineral. En la noche, por supuesto, la guata se le puso como
tambor y al otro día llegó a la CUT diciendo que yo lo había
enfermado. Mire que tomar agua con cocimiento, eso es un
sacrilegio. Yo nunca podría decir que vi a Clotario en nada
raro, ni con mujeres, ni con farras, nada, nada..." (20)

Tucapel Jiménez expresa: "fue siempre un dirigente con una


disciplina extraordinaria, aún para llegar temprano a su casa
y para eso hay que tener personalidad. Un hombre de vida
exageradamente ordenada, porque lo más tarde que se iba de
una reunión eran las nueve o nueve y media. No debía
preocupar a su madre y ella vivía con el temor que lo
tomaran preso y si no llegaba le afectaba los nervios y para
él era muy importante que su madre no sufriera. Una
vocación por su madre increíble''. "Su personalidad se lleva
muchos enemigos, porque es muy tenaz y todos los trabajos
le gustaba hacerlos en determinados plazos y como nosotros
no somos profesionales y como él es soltero, una soltería
muy respetable, pero, entonces, el compromiso que tiene
cualquier dirigente con su mujer, su polola. Eso don Clotario
no lo entendía y no lo perdonaba. Primero el gremio y
después los compromisos personales y el gremio para él
absorbía todo el horario. Y si no se cumplía, él se ponía muy
duro y peleaba." (21)

Santiago Pereira dice: "lo conocí en ia época de la ANEF, el


año 50 y más adelante en la CUT. Después de las reuniones
lo iba a dejar a su casa y cuando caía preso me entregaba las
llaves de su caja de fondos y yo le administraba sus platas y
le entregaba el dinero a su madre y le pagaba las
contribuciones etc. -No se preocupe, lo va a ver mucha
gente. La preocupación de don Clotario era su madre y la de
su madre, él. Yo los tranquilizaba a los dos. Creo que la
madre era de gran personalidad. además, y esto es curioso,
yo diría un poco reaccionaria. Me decía: "esto le pasa a
Clotario por meterse con rotos". Ella sufría mucho con los
riesgos, persecuciones y prisiones de su hijo. Era muy
piadosa, una señora muy ancianita y sobria. Se notaba una
persona culta, más que una mujer de pueblo. Yo creo que a
don Clotario lo retaba y le llamaba la atención y que él vivía
muy subordinado a ella. El levantaba las sesiones a las
nueve, pues no podía llegar después de las nueve y media y
nosotros partíamos al trote a pie desde San Francisco, donde
estaba la pérgola. frente a la iglesia, que era el local de la
ANEF y donde funcionaba la CUT, hasta su casa en Santa
Cruz. Cuando conversaba conmigo me decía que yo tenía
condiciones, pero que yo no debía dedicar mi vida al
sindicalismo, porque tenía familia y la labor sindical era
demasiado ingrata y agregaba: "el que se mete a redentor
sabe que debe morir crucificado", frase que usa mucho y
justificadamente, pero con cierto orgullo Recibió tantas
ingratitudes y como es un hombre sensible, a quien
fácilmente se le caen las lágrimas y no sólo ahora que sería
justificable por sus años, pero siempre. Cuando estaba preso
tenía momentos de verdadera desesperación, como crisis,
pero hacia afuera aparecía como duro. Su imagen era de duro
e inmutable, pero él sufría con la soledad y la ha vivido."
(22)

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 27 junio 1978

2. Entrevista a Bartolomé Ramírez, 15 febrero 1979


3. Periódico obrero El Sindicalista, 6 diciembre l925, p. 4

4. Entrevista a Clotario Blest, 20 julio 1978

5. Idem

6. Entrevista a Bartolomé Ramírez, 15 febrero 1979

7. Salinas, Maximiliano, Clotario Blest, Ediciones Vicaria


Pastoral Obrera, 1980. p.81

8. Estatutos de la Unión de Centros de la Juventud Católica


(Archivo de Clotario Blest)

9. Entrevista a Clotario Blest, 6 julio 1978

10. Recuerdos de Clotario Blest. En: Revista


Reconstrucción, Nº4, julio 1969.

11. Entrevista a Clotario Blest, 6 julio 1978

12. Carta de Clotario Blest a Rafael Edwards Salas fechada


el 19 agosto 1927. (Archivo de Clotario Blest)

13. Carta de Monseñor Rafael Edwards Salas a Clotario


Blest fechada el 17 agosto 1927 (Archivo de Clotario Blest)

14. Entrevista a Bartolomé Ramírez, 15 febrero 1979

15. Entrevista a Fernández Pradel, S.J., realizada en 1947 y


entregada por Bartolomé Ramírez 6 julio 1978
16. Mario, Roberto, Cómo se hunde el País. Ediciones San
Francisco, 1917, p. 166

17. Folleto del sacerdote Arturo Ossandón Guzmán, 1988.

18. Entrevista a Marta Cruz-Coke, 6 octubre 1992

19. Entrevista a Bartolomé Ramírez 6 febrero 1979

20. Entrevista a Luis Quiroga, 28 marzo 1980

21. Entrevista a Tucapel Jiménez, 15 octubrel978

22. Entrevista a Santiago Pereira, 30 agosto 1979

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GERMEN

"Para transformar el mundo hay que llegar al primitivo


cristianismo." (1)

Desde la publicación de Rerum Novarum por el Papa León


XIII en 1891, la Iglesia incorpora a su quehacer el problema
obrero. León XIII, inquieto ante la situación del trabajador
amenazado por la fuerza del capitalismo liberal, plantea que
el sistema liberal es un sistema "Vergonzoso" e "inhumano"
y sostiene que el salario no puede fijarse sólo de acuerdo a la
"libre" voluntad del patrón. También destaca el papel del
Estado: "la autoridad pública debe tener cuidado del
bienestar de la clase proletaria, de lo contrario violará la
justicia" "Los católicos deben ayudar al obrero a
organizarse."

Como en muchos países católicos europeos y de América


Latina. algunos católicos conservadores de fines de siglo,
atendiendo las palabras del Papa, se preocuparon de mejorar
la situación del obrero. Don Melchor Concha y Toro
instituye la "Fundación León XIII", para adquirir terrenos y
construir casas para obreros. El resultado fueron numerosos
cites: callejón con cuartos a ambos lados, que a la larga se
transformaron en un lucrativo negocio para los herederos de
los Concha que sacaban una buena renta con los alquileres.
Abdón Cifuentes y Ramón Ángel Jara fundan "Círculos de
Obreros" dirigidos por ellos y otros con el fin de acrecentar
la base popular del partido Conservador más que de entregar
la instrucción necesaria al obrero para organizarse y
defenderse de la explotación del sistema imperante.
Proliferan también las "cofradías", los "patronatos" e
instituciones benéficas que tratan de paliar la miseria, pero la
interpretación de la encíclica por la minoría poderosa
tergiversa el verdadero contenido de las palabras del Papa
que se traduce sólo en una acción caritativa, autoritaria y
paternalista.

En 1931 el Papa Pío XI publica su encíclica Quadragésimo


Anno. El mundo estaba convulsionado: Había pasado la
Primera Guerra Mundial y la depresión de 1929; aparecía el
fenómeno del imperialismo, del socialismo y del fascismo.
Pío XI condena el capitalismo liberal y el socialismo
marxista y señala que la sociedad no puede basarse en la
lucha de clases, ni en el libre juego de la competencia que
olvida el carácter social y moral del mundo económico, que
ha creado "enormes poderes y una prepotencia económica
despótica en manos de unos pocos". Esta realidad es el fruto
de la "Libertad infinita de los competidores que sólo dejó
supervivientes a los más poderosos". El Papa, al referirse a
los sindicatos, adhiere a los postulados corporativistas.

En Chile Quadragésimo Anno encontró muchas dificultades


para su publicación. Durante quince días monseñor Rafael
Edwards, el presbítero Samuel Díaz Ossa y el padre
Fernández Pradel insistieron sin cejar ante El Diario
Ilustrado para que publicara el texto del documento
pontificio, pero ni la intervención del arzobispo monseñor
Horacio Campillo logró vencer la resistencia. Uno de los
dirigentes del diario a modo de explicación, expresó que la
encíclica no se publicaría pues "era necesario proteger a los
católicos de las imprudencias del Papa." (2)

Sólo al año siguiente y gracias a la presión de Fernando


Vives se hizo una edición completa del texto y pudo ser
conocida en los círculos católicos.

EL CRISTIANO DEBE INCORPORARSE A LA


POLÍTICA

Entre los años 1928 y 1942 Clotario Blest continuará su


labor social cristiana. Pero ahora su personalidad pesa y
gravita y su tarea sobrepasará el ámbito social para penetrar
en lo político. Muchas son las instituciones y partidos que
ayudará a nacer y florecer: Germen, la Liga Social, el partido
Social Sindicalista, el partido Corporativo Popular, los
Círculos de Estudios. De todos ellos el movimiento
"Germen" (3) que él organiza en 1928 con otros disidentes
de la Casa del Pueblo, entre los que se contaban Bartolomé
Ramírez, Alberto Jerez del Pino, Ricardo Herrera Oliva,
Pedro Badella y Ernesto Rojas Taborga (4) será el más claro
exponente de su pensamiento. Nos detendremos en su
análisis.

Las palabras de su revista -también llamada Germen - irán


relatando los acontecimientos, acusando a los falsos
católicos amparados en el capitalismo, señalando a los
trabajadores sus derechos, a los cristianos su labor. El
fascismo naciente y pujante será atacado, la posición de los
republicanos españoles defendida. Clotario Blest hace suyas
las encíclicas Rerum Novarum y Quadragésimo Anno y
resucita el mensaje de santos olvidados y la palabra
revolucionaria de Cristo en el Evangelio.

Como nos relata Bartolomé Ramírez, "un grupo de jóvenes


inquietos decidimos desligarnos de la autoridad eclesiástica,
con la cual no estábamos siempre de acuerdo, y fundar un
grupo nuevo."

Los miembros de Germen, me dice Clotario, nunca fueron


más de quince.

-¿Por qué lo llamaron Germen?


"Germen significa "fuente o surgimiento". Queríamos que
nuestro grupo fuera "fuente" de los verdaderos principios
cristianos y "surgimiento" de la lucha del trabajador por sus
derechos. Nuestro símbolo fue la hoz, el martillo y la cruz.
La hoz y el martillo, símbolos del trabajador agrícola e
industrial, presididos por la cruz. Pero ¿por qué los
comunistas iban a ser los únicos representantes de los
trabajadores? " (5)

Cuando Clotario Blest funda "Germen", Chile sufría la


dictadura de Carlos Ibáñez del Campo. Para los
organizadores la actividad se tornaba difícil. "Nos reuníamos
en casa de mi madre y sacábamos en mimeógrafo pequeños
folletos. Dábamos también algunas charlas, pero sobre todo
nos dedicábamos a leer, a estudiar y a dialogar. Cuando cayó
la dictadura en 1931, hecho en el que todos nosotros
participamos ayudando a los partidarios de la libertad en las
luchas callejeras, comenzamos a actuar abiertamente y
sacamos a la luz pública nuestra revista Germen. El director
era Bartolomé Ramírez; los editoriales los escribía yo." (6)

EL COMPAÑERO EMPRENDE OTRO CAMINO

Interrogo a Bartolomé Ramírez:

-¿Cuál fue el motivo de la creación de "Germen"?

-Independizarnos de la Iglesia y aún de Viviani para poder


manejar nosotros un movimiento independiente con nuestras
ideas sobre la acción social. Clotario y yo juntamos un
pequeño grupo. Nos conocíamos bien, habíamos trabajado
juntos en la Casa del Pueblo y en la Unión de Centros. Así
nació el movimiento Social Cristiano Germen. Y tratamos de
financiarnos, porque éramos todos unos infelices. Teníamos
la casa de la madre de Clotario y funcionábamos en la
Alameda abajo donde ella era directora de una escuela en el
segundo piso. Volvíamos como a la una de la mañana.
Alberto Jerez, constructor, dibujó nuestro emblema.
Juntábamos plata a base de cuotas. Emilio Tizzoni nos ayudó
en un comienzo. Cuando hicimos un congreso también
asistió Julio Santa María. Nos llamábamos "compañeros" y
repartíamos el periódico nosotros mismos. Lo sacábamos
una vez al mes. Escribíamos Clotario y yo.

-¿Por qué se acabó Germen?

-Terminó por culpa mía. Yo soy violento y existían


discrepancias que se venían gestando desde hacía años entre
Clotario y yo. En parte tenía la culpa la diferente extracción
social existente entre los dos. Yo soy hijo del pueblo. Usted
sabe, nuestros orígenes, un conglomerado de indios,
testarudos, difíciles, sin educación. Clotario se formó en el
Seminario, hijo de una maestra de escuela. Bueno, a él lo
nombraron tesorero en San Antonio. Usted sabe que era
empleado fiscal. Eso fue en 1934 y él nos dijo que podíamos
sesionar allá, pero esto fue en teoría, porque no podíamos ir
por problemas económicos y de trabajo. Se perdió el
contacto con Blest. Entonces el grupo me comisionó para
que fuera a ver lo que pasaba, porque nos formulábamos
muchas conjeturas, pensábamos que los marxistas se lo
habían pescado. Y yo parto a San Antonio. Conversamos
largo, fuimos a comer juntos. Yo me cuestionaba: ¿lo atrapó
el medio social o qué pasa? ¿problemas de mujeres?, eso no
debía interferir en el grupo. No, dije, aquí tiene que haber
acción marxista. Y, poco a poco, me fui dando cuenta que su
relación con los gremios marítimos era intensa y de repente
aparece un diploma que estos gremios le habían otorgado.
Volví desorientado. Y durante los tres años que permaneció
en el puerto las relaciones fueron difíciles. El mandaba las
editoriales y artículos para la revista y su voto cuando debía
tomarse alguna decisión, pero ya no existía el diálogo
fraternal. Cuando la Tesorería lo traslada nuevamente a
Santiago en 1937 y se reabren las sesiones del grupo, las
palabras van y vienen y a mí me baja la indiada y digo: -el
delegado de San Antonio no ha hecho más que recibir
diplomas de gremios que no controlamos nosotros y no ha
dado cuenta de su labor con estos gremios. El dijo que yo
hablaba así por envidia. Esta pelea entre dos hermanos
mayores produjo gran desconcierto y pesimismo entre todos
los demás. Algunos jóvenes salieron llorando de la sesión. Y
Germen nunca fue lo mismo y poco a poco se fue
extinguiendo. Años después, conversando con antiguos
miembros de Germen, me decían, que ellos presentían que
iba a estallar la divergencia entre Clotario y yo. Pero yo no
lo creía. A él lo consideraba el líder, con más formación
intelectual, con más tiempo y recursos de toda índole." (7)

A pesar del altercado de los dos compañeros y dirigentes,


Germen continuó vivo tres años más. Y algunos de los
artículos de su revista más interesantes y originales fueron de
esa época: lo mismo que los ataques contra el fascismo y las
cartas públicas defendiendo a los republicanos españoles que
aparecen firmados por Blest y Ramírez. Sin embargo,
después de Germen los dos amigos, unidos por sus ideales
cristianos y por años de trabajo en común, emprenderán
caminos diferentes. Clotario Blest. al tomar contacto en San
Antonio con los gremios marítimos dirigidos por el partido
Comunista, conoció en la labor común el espíritu luchador y
de trabajo de los comunistas, los valoró y fueron amigos.
Para Bartolomé Ramírez, en cambio, los marxistas serán "el
enemigo" y su filiación posterior al partido Demócrata
Cristiano lo alejará definitivamente del campo de Blest.
Ramírez será un hombre sometido a la disciplina de un
partido político. Blest de espíritu independiente se dedicará a
la lucha de clases prescindiendo de toda directiva partidista.

GERMEN, PRECURSORA

¿Cuál es la importancia de Germen? ¿Dónde radica su


originalidad? Al leer sus postulados, al interpretar su
símbolo, al recorrer la palabra escrita de sus editoriales y
artículos comprenderemos cómo los ideales de este pequeño
grupo -dirigido por Clotario Blest- dan una nueva
perspectiva a la Iglesia Católica, al cristianismo, a los
movimientos de masas. Y no sólo se trata de ideales,
Germen entrega también una plataforma de lucha señalando
el enemigo y sus contradicciones, urgiendo a acciones claras
y definidas. Pasarán muchos años antes que la Iglesia
Católica adopte - a través de Medellín, de Puebla y de
algunos obispos y sacerdotes - la actitud valiente y
renovadora de Blest. Es verdad que las encíclicas Rerum
Novarum y Quadragésimo Anno sirvieron de sustento y
defensa a los postulados de Germen, pero Blest es el
intérprete y forjador de un nuevo esquema que sobrepasa y
profundiza las palabras de los papas. Por lo demás sus citas
de santos y del Evangelio le dan a las encíclicas,
transformadas en originales pensamientos, una base cristiana
difícilmente superable. Y, por último, para los marxistas
-que sólo ahora último han comprendido la relación y la
discrepancia entre ellos y el cristianismo - Germen tiene un
alcance profetice que lo transforma en un catecismo
indispensable para la lucha futura de los trabajadores,
especialmente aquí, en Iberoamérica.

LOS SÍMBOLOS

En casi todos los números de la revista Germen aparece una


interpretación del símbolo la hoz, el martillo y la cruz.
Citaremos algunas de estas interpretaciones:

"Nuestro símbolo representa el trabajo.

Significa el esfuerzo de las labores fabriles y campesinas,


presididos por el supremo ideal, el ideal cristiano.

Esto es lo que deseamos, que todas las esferas del trabajo


humano se inspiren en El.

Los símbolos del trabajo representan para nosotros la


expresión del supremo mandato de la vida y la cruz que está
descansando en ellos, el emblema más noble del mayor de
los valores espirituales que ha conocido la humanidad."

Otras veces expresa:


"Símbolo del más alto idealismo y de la más hermosa
realidad.

Pone alas en la materia, para impedir que el hombre se


empotre en ella y pierda la perspectiva superior y hace al
espíritu contemplar de cerca la vida presente con sus
necesidades y cruda realidad.

Trabajo y espíritu.

Trabajo mirado desde un punto de vista superior y espíritu


lastrado por la realidad humana integral, que le impide
desorbitarse y gastar sus vuelos en desesperadas e inútiles
vueltas por el vacío."

Y para terminar:

"El signo que muestra los fundamentos de la vida material, el


trabajo del campo y de la industria y ondeando sobre ellos
como un pendón ensangrentado y luminoso: la cruz de
Cristo.

El trabajo esforzado y bienhechor, base de la vida física y


verdadera, y base también de un sentido sano de la realidad.

El crucificado santificó con sus manos el trabajo material y


la mayoría de los años de su corta vida, trabajó
tesoneramente en el taller. Después sobre esta base humana y
real laboró la gigantesca construcción de sus verdades
sublimes y lanzó a la humanidad su grito de fraternidad, de
paz, de justicia y de perfección."
En el siglo XIX el liberalismo parecía ser la respuesta ideal
contra los principios conservadores. Sin embargo, en Chile,
después de años los gobiernos liberales y positivistas, son
cuestionados. Continúa la pobreza, pero ha surgido una clase
media pujante y el proletariado pretende organizarse.
Emergen además las ideas marxistas que proponen otro
camino, otras soluciones. Ha triunfado la Revolución Rusa y
el partido Comunista prende cada día más en las masas
postergadas del proletariado chileno.

Clotario Blest admira a Luis Emilio Recabarren, pero es ante


todo un cristiano. ¿Cómo puede él, empeñado en la lucha
social a favor de los trabajadores, unir los ideales propuestos
por Recabarren y sus propios principios? La Iglesia Católica
- que lo ha formado -continúa por tradición apoyando a los
conservadores y el liberalismo, capitalista y ateo, es la
antítesis para él de los verdaderos postulados del
cristianismo. El símbolo de Germen: la cruz, la hoz y el
martillo es el intento de unir en una sola bandera de lucha el
símbolo de los comunistas con el de los cristianos. Si los
principios marxistas no olvidan el alma y la fuerza del
espíritu, están en lo justo, parece señalar el emblema de
Germen y sus interpretaciones. Se comprende el escándalo
que produjo tal posición y lo cerca que estuvo Blest de ser
excomulgado por la autoridad de la Iglesia.

EN BUSCA DE LA UNIDAD CRISTIANA-MARXISTA

¿Quiénes son los que apoyan tales principios? A lo largo de


varios artículos de la revista Germen se van definiendo.
"SOMOS católicos; más allá de la órbita propia de su acción
(la religiosa y moral) la autoridad eclesiástica NO puede ni
debe legislar, ni menos establecer, aunque sea
implícitamente, dogmas o enseñanzas con el carácter de
definitivos. Quedan por consiguiente, los católicos, en
libertad de acción para aceptar, dentro por supuesto de la
moral cristiana, aquellas doctrinas económicas-sociales que
encuentran más lógicas y razonables y que puedan cumplir
en forma más perfecta con el supremo mandato de Cristo del
amor fraterno. NO SOMOS NI SOCIALISTAS NI
COMUNISTAS. No es el caso discutir en este artículo las
doctrinas socialistas en materias económicas en la mayoría
de las cuales estamos de acuerdo, sino su raíz filosófica y su
finalidad última, que son esencialmente materialistas en
contraposición a las nuestras, que son esencialmente
espirituales; así en el primer artículo declaramos que el
hombre se compone de espíritu y materia, existiendo por lo
tanto, una constante participación de las fuerzas espirituales
en el concurso de los acontecimientos históricos, no
constituyendo así una superestructura sino que la estructura
misma de la sociedad humana. No aceptamos el
determinismo histórico desde el momento que para nosotros
no existen dogmas políticos ni económicos...SOMOS
CRISTIANOS SOCIALES; con esto queremos indicar que
los principios económico-sociales de nuestro programa están
informados por el espíritu de la doctrina de Cristo y vienen a
ser las deducciones naturales y lógicas de los postulados
evangélicos sobre la JUSTICIA y la CARIDAD cristianas...
Inspirados en este espíritu evangélico, que es amor,
tolerancia y abnegación, actuamos los miembros del grupo
Germen, decididos a romper definitiva y radicalmente, los
torpes lazos que inconsistentemente han amarrado a los
católicos al criminal régimen capitalista en que vivimos,
régimen de explotación y escarnio de la sagrada personalidad
humana." (8)

En otro artículo, la revista Germen expresa: "Somos los


individuos que con una base religiosa sólida, la que prestan
los principios cristianos, vamos al terreno económico-social
en busca decidida de una nueva ordenación de las cosas y de
un cambio radical en la apreciación de muchas. Queremos
que, a la brevedad y sin contemplaciones de ninguna especie,
se devuelva a los hombres el uso de todos sus derechos y el
respeto a su dignidad. Que la sociedad dé a cada uno lo que
le corresponde y, un mínimum, de lo que necesita, pues
dentro del criterio de la fraternidad cristiana es
absolutamente inadmisible la situación oprobiosa por la que
atraviesan los trabajadores en nuestros días. Vamos a la
conquista de todas las reivindicaciones con la resolución
inquebrantable de luchar por ellas hasta su consecución.
Buscamos el orden nuevo de la sociedad y para ello
contamos con las más sólidas y seguras bases mezquinas y
llenas del egoísmo que nos ha arrastrado a la ruina presente.
Buscamos en los sublimes y generosos principios de Cristo,
los cimientos preciosos y sólidos en qué basar la
organización futura de la sociedad. ¿Está usted resuelto a
luchar por la justicia social? ¡Venga a nuestras filas! ¿Busca
una sociedad de hermanos? ¡Venga a dar con nosotros la
gran cruzada por la redención y la libertad!" (9)

Para emprender "la gran cruzada", Germen pide la unidad de


la clase trabajadora y culpa a los partidos de izquierda de la
desunión existente: "Esta muchedumbre y el papel de
impotentes, lo estamos representando nosotros, con la
diferencia de que se nos hace levantar la torre del bienestar,
de la holgura y del regalo, a unos cuantos señores que unidos
del brazo, nos explotan y nos mantienen en la servidumbre y
el desamparo y nosotros somos incapaces de hacer la menor
cosa y morimos de necesidad y de miseria, mientras hasta el
último esfuerzo de nuestros brazos da vida y felicidad a
nuestros tiranos. ¡Despertemos trabajadores a la realidad y
seamos conscientes del papel que nos corresponde! Dejemos
la desunión sin renunciar a nuestra personalidad ni nuestros
credos, porque no es necesario. Unámonos en los puntos en
que necesitamos de la unión para impedir que el yugo
ominoso de la esclavitud nos amarre a su coyunda siniestra.
Hagamos un esfuerzo común para libertarnos y una vez que
podamos comer todos del maná de los libres, entonces
veamos cuál sistema es mejor y cuál debemos implantar para
nuestra felicidad". "La acción revuelta, confusa y
contradictoria de las izquierdas. es índice cierto de falta de
alma. de carencia de un espíritu de izquierda, que oriente
todas las fuerzas dispersas y tan nulas por ello mismo. La
gran masa se revuelve y se anula a sí misma, como un
gigante torpe y ciego que con inmensas manotadas se
despedaza sin tocar a nadie." (10) Clotario Blest y su grupo
pide la unidad, pero rechazan todos los partidos políticos
existentes: "el grupo Germen declara públicamente que nada
tiene que ver con el Partido Social Cristiano ni con ningún
partido político..." (11)

EL PARTIDO CONSERVADOR NO ES PATRIMONIO


DE LOS CATÓLICOS
En seguida ataca a El Diario Ilustrado porque insiste en que
los católicos deben pertenecer al Partido Conservador. "Pero
ahora cabe preguntarse: ¿es realmente el partido
Conservador un partido político católico? Y contesta
rotundamente y a plena conciencia, NO. Nadie que tenga dos
dedos de frente puede negar que el régimen en que vivimos
es un régimen de economía liberal, o sea. basado en la
explotación del hombre por el hombre: no otra cosa es la
libre concurrencia en la que el más fuerte devora al más
débil y en la que la "usura" es el medio único de hacer
dinero. Pues bien, la prensa conservadora y sus dignos
dirigentes nos recuerdan a cada momento que dicho partido
y sus hombres son e1 más fuerte sostén del flamante
"ORDEN" actual. Su mismo Presidente, en época no muy
lejana, nos hacía una calurosa defensa del régimen capitalista
y. con petulancia propia sólo de él. trataba de ilusos a León
XIII y Pío XI. El catolicismo no puede seguir tolerando el
yugo abusivo y la explotación doctrinaria del partido
Conservador y la Autoridad Eclesiástica, a ejemplo del
recordado Arzobispo Errázuriz. debe definitivamente
deslindar los campos y proclamar muy alto, que nada tiene
de común con ningún partido político determinado, ni menos
con aquellos partidos que contrariando la base fundamental
del Cristianismo, la "fraternidad" humana, usa de los
hombres o como meros instrumentos o como bestias de
carga." (12)

NI LOS PARTIDOS POLÍTICOS NI LA IGLESIA


INTERPRETAN AL PUEBLO
Recién caída la dictadura de Carlos Ibáñez, en un editorial de
Germen de agosto de 1931, Clotario Blest describe "La hora
presente": "Caída la torpe dictadura militar que aprisionaba
con tenazas de hierro las conciencias de los hombres de este
suelo, y restablecido el imperio de la Libertad, ha sufrido la
masa social, una recia y honda conmoción psicológica
producida, por aquella necesaria fermentación de las ideas
que trabajando libremente en el individuo irradia su
dinamismo al exterior transformando las ideas en acción y
los sentimientos en principios y normas de conducta
colectiva". Blest, preocupado por esta necesidad de acción
que presiente en las masas, increpa a los partidos políticos y
a la Iglesia: "Existe en los políticos una carencia absoluta de
orientaciones definidas tanto en el campo social como en lo
político, en la intelectualidad como en la no intelectualidad.
Los políticos, ese conglomerado de ambiciosos arribistas,
llegan de nuevo ofreciendo al pueblo todo ese cúmulo de
mentiras y podredumbres que han dado en llamar
'programas' y 'manifiestos'. Pero la muy triste experiencia de
su larga explotación por estos mismos elementos ha llevado
a la conciencia proletaria al más completo y duro
escepticismo. Deben convencerse los políticos que el pueblo
no les cree nada, absolutamente nada y se engañan
lastimosamente si piensan lo contrario."

En otro artículo de la misma fecha, llamado Religión y


Política se expresa: "debemos establecer como principio
básico la siguiente proposición: prescindencia absoluta del
clero católico en la política activa de los partidos y mucho
más aún, tratándose de partidos como los actuales que
significan, en su esencia, explotación obrera y en sus
procedimientos, pedestales de caudillos amorales... Si el hijo
del hombre hubiera obrado con criterio partidarista o
político, nada le hubiera impedido proclamarse caudillo de
algunas fracciones ideológicas que dividían en su tiempo al
pueblo judío. Con los fariseos o guardadores de la ley
mosaica, habría llegado a ser Pontífice Máximo y con los
"nacionalistas" y "celótes" el Libertador del Pueblo de la
tiranía romana. No fue ni lo uno ni lo otro. Del fondo de su
alma nació aquella exclamación cuyo eco no se ha apagado
en el mundo cristiano: TENGO COMPASIÓN DE LAS
MULTITUDES. De aquellas multitudes que tienen hambre y
sed de justicia social. He aquí, la única misión grande y
noble del clero católico. Su estricto cumplimiento es
necesario si quiere ser respetado y obedecido; de lo contrario
no respondemos de su suerte. Los castigos sociales que
inexorablemente le sobrevendrán ya los han palpado países
como México, España y otros.

La nueva autoridad eclesiástica debe ser la eficaz y


verdadera fiscalizadora del procedimiento de sus
subordinados, pues, ella es la responsable directa y única de
la futura suerte de la Religión y sus ministros en los
acontecimientos sociales que por ley misma del progreso de
los pueblos, se impondrán tarde o temprano en nuestro país."

EL DERECHO DE PROPIEDAD

¿.Cuál es el concepto de propiedad del grupo Germen? En


varios artículos lo aclara: "AFIRMAMOS: que el derecho de
propiedad privada sobre las cosas de "uso y consumo" es de
derecho natural, pues. se contunde en la realidad con el
precepto fundamental de la naturaleza humana, cual es, el
derecho a la vida. NEGAMOS: que la ampliación de este
derecho a cosas que no sean estrictamente necesarias para la
conservación de la vida, sea de derecho natural. El derecho
de propiedad privada e individual sobre la "tierra". NO es de
derecho natural, pues, sólo ha sido dada al hombre en
"usufructo", debiendo primaria y esencialmente subvenir a
las necesidades de todos los hombres. Esta finalidad no
podrá cumplirse satisfactoriamente sino por medio de la
"colectivización" ya sea a base familiar o profesional." (13)
En otro artículo del mismo número se plantea El derecho de
la herencia '. "La sed de posesiones y acumulación de bienes
tiene su piedra angular en el derecho de la herencia. La
constitución y perpetuación de familias fuertes, tiene en este
derecho su sostén, ya que con el amontonamiento sucesivo
de las riquezas conquistadas por sus miembros en el
transcurso de sus generaciones, va formando castas
privilegiadas y poderosas que ahondan cada vez más las
diferencias sociales". Para dar fuerza y credibilidad a estos
principios, Germen, se apoya en la palabra de los Santos
Padres. Citaremos algunas: San Basilio: "Los rebaños pacen
en un mismo monte; muchos caballos pastan en un mismo
campo; en suma, cada animal cede a los demás el uso del
alimento necesario: lo que es de muchos lo poseemos solos".
San Juan Crisóstomo: "Tu alma no es tuya. ¿y va a ser tuyo
el dinero? No digas, pues, gasto lo que es mío, disfruto de lo
que es mío. No gastas lo tuyo, sino lo ajeno, pues tus
riquezas son comunes y pertenecen también a tu hermano,
como es común el sol, el aire, la tierra y todo lo demás." (14)

¿EL MONSTRUO COMUNISTA?


Germen fue numerosas veces tachado por sus contrincantes
como comunista. Clotario Blest y su grupo fijan su posición:
"Dentro de las enormes fauces del monstruo comunista hay
mucha más comprensión de los principios cristianos y
mucho más cristianismo que en todos los aspavientos y
declamaciones históricas de tanto asesino de los principios
cristianos. Y es por esto que no miramos con pavor el avance
comunista, sino que miramos con terror la incomprensión y
ceguedad de los católicos". "La lucha social para nosotros no
debe revestir otro significado que el de los principios
espirituales y los materiales. No permitamos que se ahogue
toda luz entre el lodazal siniestro de una revolución
totalmente enemiga y abandonada de nosotros. Pongamos
pie firme en las avanzadas sociales, en las avanzadas reales y
clavemos con seguridad la bandera de Cristo..." (15)

EL FRENTE POPULAR

En 1938 dos conflictos - uno interno y propio de Chile, y


otro externo, que analizaremos más adelante, pero también
de gran repercusión en América Latina - harán que se
pronuncie con vehemencia a favor de sus ideales.

Por primera vez en la historia política chilena, un bloque de


izquierda, llamado "Frente Popular", presenta un candidato a
la presidencia de la República. "Conviene recordar que la
formación de este "Frente" obedeció a directivas emanadas
del VII Congreso Internacional Comunista (1935), que
recomendaba la concertación de acciones comunes entre
comunistas y partidos democráticos burgueses contra los
movimientos fascistas, en auge en ese periodo. La estrecha
victoria del candidato del Frente Popular, el radical, don
Pedro Aguirre Cerda, contra el candidato de la coalición de
los partidos Liberal y Conservador, don Gustavo Ross, dejó
a Chile sumido en una difícil crisis política. La derecha
continuaba con mayoría en el Congreso, lo que impedía al
Ejecutivo desarrollar su programa de avanzada social. Por
otra parte, dentro del Frente Popular existían varias
tendencias, desde la marxista de socialistas y comunistas,
hasta las "progresistas" del partido Radical que defendía los
intereses de la nueva clase media con aspiraciones
burguesas. Tan pronto inició el presidente Pedro Aguirre
Cerda sus funciones se manifestaron los disímiles objetivos
de los componentes del Frente Popular. Mientras los
socialistas eran partidarios de una redistribución de los
ingresos en favor de los obreros industriales, los radicales
propiciaban un aumento del producto nacional, mediante la
expansión del sector manufacturero." (16) El gobierno de
Aguirre Cerda fue víctima en 1939 de un complot, dirigido
por el general Ariosto Herrera con la complicidad de
derechistas. El complot fue sofocado, pero continuaron los
problemas de Aguirre Cerda que ahora hubo de hacer frente
a sus propios aliados, socialistas y comunistas, que se
transformaron en adversarios a su gobierno. El llamado
Frente Popular se disolvió y el gobierno del presidente
Aguirre Cerda pasó a manos del partido Radical que le
impuso totalmente su sello.

Germen adhirió totalmente a la candidatura de Pedro Aguirre


y sus miembros participaron en manifestaciones y marchas a
favor del Frente Popular. A los pocos meses de haber
asumido la presidencia Pedro Aguirre Cerda, Germen, en el
periódico Trabajo escribe un interesante artículo, titulado
Denuncia en nombre de la moral cristiana: "El grupo Social-
Cristiano Germen en su última sesión tomó por unanimidad
el siguiente acuerdo:

1.- Condenar a nombre de la moral cristiana el espíritu de


obstrucción cerrado y sistemático con que las derechas se
oponen a la labor del Ejecutivo y señalar a sus jefes y
mentores como únicos culpables de posibles acontecimientos
que pudieran perturbar la paz de la República;

2.- Manifestar públicamente la profunda satisfacción con que


la masa católico del país ve la tolerancia y respeto del
Gobierno hacia las creencias religiosas;

3.- Hacer un fervoroso llamado a todas las tendencias y


agrupaciones sociales y políticas que integran la izquierda,
hacia una real y efectiva unión, la que debe traducirse en una
estrecha colaboración en el cumplimiento inmediato de un
programa mínimo de bienestar popular;

4.- Manifestar la importancia capital que tiene para la


formación de las futuras generaciones que han de mantener y
defender este régimen de justicia social, la organización de
las juventudes en un solo haz que el gobierno propicia y para
cuya definitiva marcha pronto se llamará a un magno
Congreso de Juventudes;

5.- Denunciar a la izquierda el peligro latente que significa


mantener por más tiempo un régimen de politiquería estéril y
de miseria moral y material a) pueblo, ambiente propicio
para la generación y triunfo del fascismo: y

6.- Hacer un llamado a todos los hombres de buena voluntad,


a fin de constituir una UNIÓN SAGRADA, contra la guerra
civil a que pretenden arrastrar al país una derecha obcecada y
amoral..."

Públicamente Germen no sólo apoya al nuevo gobierno, sino


que denuncia el peligro que se avecina. El golpe militar
derechista de Ariosto Herrera probará cuánta razón tenían:
por su parte, la división de la izquierda, que más adelante
será un hecho irremediable, contribuirá, al fracaso del
programa de avanzada social en el cual tantos habían puesto
su esperanza.

SE CONQUISTA UN ALIADO

Es también interesante, en relación a los mismos hechos, la


carta que el grupo Cristiano-Social Germen envía al recién
llegado nuncio apostólico monseñor Aldo Laghi:

"Llega Monseñor a nuestro país en momentos


excepcionalmente difíciles para la Iglesia Católica, pero
confiamos en que su reconocido talento y prudencia, su
verdadera y exacta comprensión de las causas que han
motivado esta trágica posición - no tanto de la Iglesia misma
cuanto de sus más altas autoridades - hará fecunda su labor
de auténtico cristianismo para todos los chilenos y muy
especialmente para los que más lo necesitan, los pobres y
despreciados del mundo.
Exmo. Monseñor, no seríamos sinceros para con nosotros
mismos ni para V.E. si ya desde luego no le indicáramos
aunque sea muy someramente, las causas a que antes hemos
hecho alusión. Un mal profundo y daños inmensos han
acarreado a la Iglesia chilena las complacencias y
concomitancias de sus autoridades para con el partido
político denominado Conservador. Este partido,
representante exclusivo de la clase adinerada y aristocrática
de nuestro país, se ha abrogado por sí y ante sí la
representación y tutela de la Iglesia Católica, sin que las
autoridades de ésta hayan demostrado - no tanto con sus
palabras cuanto con su conducta - el repudio público y
expreso a este estado de cosas que contradicen
absolutamente las claras prescripciones de la Santa Sede en
ese sentido.

Los errores económicos, políticos y sociales, las actitudes


anticristianas, las ambiciones desmedidas de sus dirigentes,
los ataques continuos y enconados hacia los partidos
populares, han hecho del Partido Conservador la entidad
política más odiada del pueblo y más repudiada por la
opinión pública consciente. Este estado de descomposición
en este partido político que hasta el momento aparece ante el
país como el portaestandarte de la Iglesia Católica, ha
llegado hasta tal punto que sus mejores elementos, la
juventud, lo ha abandonado asqueada de tanta mentira y de
tanto tráfico efectuado con los santos intereses espirituales
de la Iglesia.
Este odio popular hacia ese partido político ha repercutido
lógicamente en la Iglesia Católica. No es nuestro pueblo el
que se ha alejado de la Iglesia, es la Iglesia chilena la que se
alejado del pueblo haciendo causa común con sus enemigos.

Esta campaña política del clero y de su autoridad máxima ha


culminado en estos últimos tiempos en la elección
presidencial, atacando en forma injusta y con un
apasionamiento del todo anticristiano al que en ese período
era sólo candidato del Frente Popular. Los dirigentes del
Frente Popular, Monseñor, y especialmente el Exmo. Señor
Presidente electo don Pedro Aguirre Cerda, han hecho
declaraciones terminantes y precisas..." (17)

Esta carta - hoy incompleta, por que se ha perdido la última


parte -indica como Blest y su grupo, tratan de atraer la
atención del representante del Papa sobre la actitud de la
Iglesia Católica chilena, según él, poco cristiana, errada y de
fatales consecuencias. Monseñor Laghi fue a lo largo de su
estadía en Chile un aliado importante para todos los grupos
cristianos de ideas renovadoras.

IRRUMPE EL FASCISMO

Durante el decenio de 1930 a 1940 surgen en Europa con


ímpetu avasallador las doctrinas fascistas. En 1936 estalla la
guerra civil española, preámbulo de lo que sería algunos
años después la Segunda Guerra Mundial y campo de
experimentación de las dos tendencias mundiales en pugna.
Se baten en España, por un lado los llamados "republicanos",
apoyado por los países de tendencia democrática y
materialmente por los marxistas. Por otra parte los llamados
"nacionalistas", y más adelante "franquistas", apoyados por
los gobiernos de tendencias totalitarias y materialmente por
la Italia fascista y la Alemania nazi. Desde comienzos del
gobierno republicano, los chilenos siguieron con gran interés
la evolución de esta experiencia española de gobierno
democrático seudo socialista. Cuando estalla la guerra civil
los chilenos también tomaron partido y se inclinaron por uno
u otro lado. Los conservadores, su periódico El Diario
Ilustrado y la jerarquía eclesiástica dieron sin reserva su
apoyo a los franquistas. La izquierda y sus medios de
comunicación defendían apasionadamente a los
republicanos. Con el triunfo de Pedro Aguirre Cerda, el
gobierno invitó a la trasmisión del mando a representantes
del gobierno republicano. Los españoles mandaron una
Embajada Extraordinaria presidida por el gran dirigente
socialista Indalecio Prieto y Tuero, que dos días después
visitó a Pedro Aguirre Cerda y en seguida pronunció un
discurso en el Estadio Nacional ante cerca de treinta mil
personas. La derecha desató inmediatamente una campaña en
su contra desde la Cámara de Diputados y El Diario
Ilustrado.

El grupo Social Cristiano Germen salió en su defensa


expresando entre otras cosas: "...el pensamiento y sentir de
los cristianos sociales de Chile y de un numeroso grupo de
católicos de otras tendencias cuyo número crece de día en
día expresando su repudio ante la campana de calumnias y
diatribas desatada en la Cámara por los elementos
derechistas y desde otras tribunas de igual o aproximado
tinte, que:
1.- Los tales elementos no representan en absoluto el
pensamiento cristiano de los chilenos, ni mucho menos el de
los sociales-cristianos. cuya doctrina basada íntegramente en
los Evangelios es en todo antagónica a la tendencia y
postulados de las derechas.

2.- Reiterar su solidaridad con el heroico pueblo español y


reafirmar su fe inquebrantable en el triunfo de la Causa de la
Justicia y la Democracia...

3.- Significando en nuestro país un motivo permanente de


desorden y subversión del Gobierno constituido y al orden
existente la permanencia de representantes oficiales de los
facciosos españoles, solicitar al señor Ministro del Interior la
aplicación de la ley de residencia contra tales elementos.

4.- Por el mismo motivo anterior, solicitar del Gobierno


proceda inmediatamente a la disolución de las milicias
falangistas extranjeras.

5.- Por razones de ética cristiana solicitar del Exmo. señor


Nuncio Apostólico. cuyas primeras medidas están
demostrando en él todo un carácter, prohíba terminantemente
que en anuarios, revistas y periódicos católicos aparezcan
sacrílegamente entremezclados artículos o motivos
laudatorios a tiranos y caudillos o a la causa que ellos
representan y que son repudiados por el pueblo de Chile..."
(18)
BLEST CUESTIONA LA POSICIÓN PRO-FASCISTA DE
LA IGLESIA

En la misma época Clotario Blest en nombre de Germen le


mandó una carta pública de adhesión al Embajador de
España en Chile, don Rodrigo Soriano: "Nos hemos
impuesto por la prensa de su justa y airada protesta ante las
diatribas de El Diario Ilustrado en contra de la Embajada
Especial que nos envía la auténtica España a la Trasmisión
del Mando. Nosotros como católicos protestamos de la
actitud de esa prensa que mezquinamente se ha escudado
siempre tras el nombre de "católica" para lanzar calumnias y
vituperios en contra de lo que política o socialmente no le es
grato o no le conviene económicamente. Damos a Su
Excelencia la seguridad absoluta que esa voz no es la voz de
los católicos ni menos nos representa a nosotros los sociales
cristianos que siempre hemos estado y estamos
incondicionalmente por la España Leal..." (19) Don Rodrigo
Soriano. Embajador de España, contestó en estos términos:
"...Las sagradas enseñanza? de Cristo tan fácilmente
olvidadas o tergiversadas, según las pasiones humanas no
pueden perecer, y es grato encontrar corazones como los de
Uds. animados del amor a la verdad y a la justicia, que lo es
también del desheredado de la fortuna y del perseguido
-como lo fue Cristo- por defender a los pobres de la tiranía
de los llamados poderosos..." (20)

Pocos meses después toda la frontera española estuvo


controlada por los nacionalistas y Francia y Gran Bretaña
reconocieron oficialmente a Franco. La guerra civil terminó
el 31 de marzo de 1939 y el 1º de abril, Estados Unidos
reconoció oficialmente al régimen franquista. Clotario Blest
escribe su segunda y más dramática carta al Embajador
Soriano, expresando la solidaridad del grupo Germen cuando
"se consuma el criminal atentado de arrebatar al pueblo
español su libertad democrática..." (21)

Es también interesante la actitud de Clotario Blest, como


secretario general de Germen, ante la utilización de las ideas
fascistas por ciertos grupos católicos en Chile. Pero para
comprender el súbito éxito de esta doctrina debemos echar
un vistazo al panorama político y social de Chile en esos
años.

Por una parte la caída de la dictadura del general Ibáñez en


1931 y la consecuente apertura civilista plantea una crisis en
los tradicionales partidos políticos chilenos. Para los
católicos el partido Conservador había sido su "Partido",
pero la actitud ambigua de muchos de sus líderes ante el
dictador y sus postulados añejos y cerrados ante las
exigencias de las encíclicas y de los nuevos filósofos
católicos lo hacían aparecer para muchos como un partido
ajeno al movimiento histórico que se vivía. Por otra parte, la
grave crisis económica de esos años suscita la más palpable
demostración de la insuficiencia del capitalismo. La Unión
Soviética aparece, entonces, como un modelo digno de
imitarse, sobre todo en lo que se refiere a la "economía
planeada". El partido Comunista sale de la clandestinidad y
rápidamente reorganiza sus fuerzas y comienza a aplicar una
estrategia de extraordinaria agresividad. Los múltiples
partidos socialistas deciden aprovechar también la crisis para
fusionarse y fundar en 1933, el partido Socialista de Chile
que comienza a tener gran popularidad. Ante estas fuerzas
políticas que cada día se acrecientan, el antiguo y fuerte
partido Conservador que aglutinaba antes a todos los
católicos no ofrece la misma cohesión. Fuera del grupo
social cristiano que no deja de atacarlo, su juventud, antes
obediente y servil, se muestra subversiva y a través de su
periódico Lircay plantea nuevos postulados más de acuerdo
con las inquietudes sociales de un pueblo que comienza a
exigir reivindicaciones.

Ante el avance peligroso del marxismo, para otros católicos -


también descontentos con el partido Conservador - las ideas
de estos nuevos cristianos parecieron excesivamente teñidas
hacia la izquierda. Y fue en Europa y en los movimientos
fascistas en boga donde se consideraron interpretados:
doctrinas nuevas, populares, fuertes, el ideal para hacer
frente al comunismo.

Clotario Blest en un artículo de la revista Germen aparecido


en octubre de 1933 declara: "Los sistemas fascistas a cuyos
sones marciales hierven las juventudes superficiales y
estúpidas se fundan en la esclavitud de los hombres a
principios políticos y sociales discutibles y atentatorios a la
personalidad. Ellos prosperan debido a la falta absoluta de
sentido cristiano y de dignidad humana, en esta cultura que
se ha dado en llamar cristiana. Los católicos que prestan sus
esfuerzos a tales empresas o son cobardes cómplices de ellas,
o son nuevos Caifases y corrompidos fariseos que aman la
vida aún podrida y todas sus regalías, más que los principios
de que hacen alarde en público."
GERMEN CONVENCE AL NUNCIO

En enero del mismo año, había llegado a Chile un sacerdote


redentorista italiano, Santiago Salza, quien venía de su país a
dar una serie de conferencias de propaganda fascista. Este
sacerdote era capellán militar y había participado en la
Primera Guerra Mundial como capitán de los "Ardite" donde
había perdido el brazo izquierdo. Su primera conferencia la
dio en Valparaíso en el Salón de Honor del Colegio
Salesiano. Al día siguiente, dio otra conferencia en el Teatro
Imperio de Santiago sobre "Fascismo y Cristianismo". De
vuelta a Valparaíso nuevamente pronuncia otra conferencia
en el Colegio Salesiano, dedicada a las mujeres.

Clotario escribe una carta pública al Nuncio Apostólico


Ettore Felice en la cual denuncia a "este agente del
fascismo": "Nuestro grupo Germen, Exmo. Monseñor, se
hace un deber manifestar su profunda extrañeza y escándalo
al contemplar mancomunados en forma sacrílega el poder
espiritual de la Sagrada Persona del Pontífice, al poder
material de un dictador que ha atropellado ante la faz del
mundo entero todas las libertades y los sagrados principios
del Derecho Humano... Estos actos públicos e
internacionales de concomitancias del poder espiritual de la
Iglesia Católica con el régimen fascista, acarrea sobre la
Iglesia el descrédito y el odio de nuestro pueblo y en su
nombre estampamos en ésta, con todo respeto, pero a la vez
con toda sinceridad y fuerzas de nuestras almas de católicos,
nuestra más enérgica y formal protesta en contra de este
agente del fascismo, y esperamos confiados que S.S.
desautorice la representación del Vaticano que este señor se
abroga..." (22)

Pocos días después de esta carta el sacerdote Santiago Salza


abandonó el país.

EL MOVIMIENTO NACIONAL SOCIALISTA

Pero más importancia que estas esporádicas manifestaciones


de tendencia fascista tuvo para la vida política y social el
Movimiento Nacional Socialista de Chile. Este Movimiento
comenzó a organizarse a partir de 1931 y su impulsor fue
Jorge González von Marees gran admirador del nazismo
alemán. En abril de 1932 quedó oficialmente constituido. La
personalidad carismática de González von Marées, la férrea
organización y el uso de la violencia física contra los
adversarios, hicieron del nazismo chileno un movimiento
temible para los tradicionales partidos ajenos a esas tácticas
políticas. Por otra parte fue innegable el atractivo que ejerció
en jóvenes de sectores medios y aún obreros.

Por otra parte, se reconocían como grupo explícitamente


católico: "Somos por sobre todo católicos y anti-
bolcheviques. Reconocemos la unidad del pueblo dentro del
catolicismo y la perduración del régimen republicano, con el
exterminio implacable del comunismo." (23)

FORMULO MI MENSAJE CATÓLICO

Para el grupo Germen preocupado en ese instante de apoyar


la candidatura de Pedro Aguirre Cerda y de proclamar la
incongruencia de los postulados realmente cristianos con los
principios del candidato Gustavo Ross, ésta fue la
oportunidad para escribir una carta dirigida al director del
periódico Frente Popular (14-X-1938) titulada Los católicos
y los fascistas:

"Afirmar la identidad entre estos dos conceptos es acusar una


ignorancia absoluta de la doctrina de Cristo y de sus
preceptos fundamentales. Creemos que no hay derecho para
explotar una falsedad de esta naturaleza" En seguida entra a
explicar: "El fascismo es un sistema "totalitario", esto es,
absorbe y toma para sí, todas las dificultades e iniciativas
humanas; el individuo pertenece al Estado y sólo al Estado.
El Estado es un fin, el individuo un "medio"...El fascismo,
como toda otra doctrina totalitaria, deifica el Estado hasta el
punto de hacer desaparecer todo otro valor humano. Por el
contrario, el catolicismo y la filosofía cristiana, sostiene y
afirman lo siguiente: el individuo es el fin de la Sociedad y el
Estado, y la finalidad de éstos es propender a su
perfeccionamiento moral y material. El Estado es para el
individuo y no éste para aquel...Lo espiritual en el hombre
escapa al Estado. Su conciencia y su razón no pueden ser
esclavos de un régimen político determinado, sólo se deben a
Dios de quien emanan y a quien tienden como último fin. El
Estado no puede ni debe tener jamás atribuciones totalitarias
sobre el hombre. En él existe algo muy superior a las fuerzas
materiales que pretenden sojuzgarlos y hoy como ayer, en
esta lucha milenaria, triunfará el espíritu.

El fascismo preconiza la violencia como sistema y método


político: "Violencia suprema lex". De allí su tendencia a
militarizarlo todo, convirtiendo sus países en inmensos
cuarteles dispuestos a hacer valer la "fuerza bruta" sobre el
"derecho" y "justicia"...La Iglesia Católica, por el contrario,
preconiza y utiliza como únicas armas honestas y posibles
para sus hijos en la lucha que estos deben empeñar por la
formación de un humanismo teocéntrico, el "amor" y la
"fraternidad"...Y termina Clotario su declaración diciendo:
"del antagonismo de principios y medios entre la Iglesia de
Cristo y el fascismo o nazismo (en el fondo son idénticos)
nace esa inconvivencia de ambos en cualquiera sociedad
civil y la persecución sistemática y brutal de los personeros
de estos gobiernos a los miembros de la Iglesia. Creo, señor
Director, que esta sumaria exposición de doctrinas y
métodos, ha demostrado lo absurdo y falta de sentido de
aquella declaración "somos católicos y fascistas" y nos
atrevemos a rogar a los ex-nazistas del Manifiesto que
hemos comentado, no sigan en su campaña de hacer adeptos
por medios vedados y falsos. La doctrina de Cristo se merece
algo de más respeto y consideración..." (24)

MISIÓN CUMPLIDA

En 1938 Germen se extingue y el pequeño grupo de sus


adictos emprende rumbos diferentes. Algunos entrarán a la
Falange Nacional (25) o posteriormente a la Democracia
Cristiana; otros se dedicarán a la labor pastoral en su
parroquia o simplemente a su profesión. Clotario Blest me
expresa: "ciertos movimientos se acaban porque ya no tiene
sentido su existencia. La Iglesia Católica no estaba, como
antes, incondicionalmente al servicio del partido
Conservador; monseñor Caro, Arzobispo de Santiago era de
extracción popular y campesina, un hombre humilde,
comprensivo. ¡Por fin no teníamos un miembro de la
aristocracia en ese puesto! Creo también que la juventud se
había abierto hacia ciertos valores esenciales del
cristianismo. Sólo faltaba que el trabajador, que por su vida
misma vivía más cerca de Cristo, comprendiera el verdadero
alcance de su doctrina. Pero la injusticia social y la miseria
económica no se lo permitían. Yo mismo - como empleado
fiscal - palpaba día a día el estado en que nos tenían los
gobiernos derechistas y la necesidad de organizarse se hacía
urgente..." (26)

Pero antes de pasar a la etapa propiamente de acción


organizativa de la clase laboral, debemos detenernos en las
diversas otras asociaciones, ligas y partidos que, durante
estos mismos años, contaron con Blest. Situaciones en que
actuó con el mismo fervor que puso en todas sus decisiones.

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 17 septiembre 1979

2. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1978

3. Grupo fundado en 1928, cuyo verdadero nombre es Social


Cristiano Germen

4. Grayson, George, El Partido Demócrata Cristiano


Chileno, Editorial Francisco de Aguirre, 1968, p. 86

5. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1978


6. Idem

7. Entrevista a Bartolomé Ramírez, 15 febrero 1979

8. Revista Germen, octubre 1933, p. 3

9. Revista Germen, diciembre 1933, p. 3

10. Revista Germen, noviembre 1931, p. 4

11. Idem

12. Revista Germen, noviembre 1933, p. 4

13. Revista Germen, diciembre 1933, p. 2

14. Revista Germen, octubre 1933, p. 4

15. Idem

16. Villalobos, Sergio et al.. Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974, Tomo IV, p. 952

17. Carta del Grupo Social Cristiano Germen a Monseñor


Aldo Laghi, Nuncio Apostólico (Archivo de Clotario Blest)

18. Diario Trabajo, 8 enero 1939

19. Carta al embajador don Rodrigo Soriano. En: diario La


Hora, 15 diciembre 1938, p. 8 (Archivo de Clotario Blest)
20. Carta de don Rodrigo Soriano al director y secretario
general del grupo Germen, 16 diciembre 1938 (Archivo de
Clotario Blest)

21. Segunda carta de Clotario Blest a don Rodrigo Soriano,


Embajador de España en Chile.

22. Carta de Clotario Blest al nuncio apostólico Ettore Felici,


del 26 enero de 1933. En : Revista Germen, febrero 1933
(Archivo de Clotario Blest)

23. Salinas, Maximiliano, Clotario Blest, Eds. Vicaría


Pastoral Obrera, 1980. p. 126

24. Diario Frente Popular, 18 octubre 1938. Carta dirigida al


Director firmada por Clotario Blest y Bartolomé Ramírez a
nombre del "Grupo Cristiano -Social Germen".

25. La Falange Nacional 1937 a 1957, al comienzo fue un


movimiento que nació de la ruptura de la juventud
conservadora

26. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1978.

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BÚSQUEDA

"Destruir a Cristo Rey para resucitar a Jesús obrero." (1)

Durante los diez años de la existencia de Germen, Clotario


Blest es el pensador que da a conocer su filosofía. Sus
artículos son breves y simples, pero tras esa simpleza, Blest
está empeñado en un gran combate: destruir la caricatura de
Cristo, revelar su verdadera imagen; señalar a los culpables
de esta seudo religiosidad, de esta recreación de Cristo,
producto al servicio de la burguesía, aceptada y aplaudida
por la jerarquía eclesiástica. Junto a su labor de periodista
acusador, Clotario Blest siente que debe aclarar su posición
política y durante este mismo período la búsqueda será
afanosa, múltiple y compleja: ahondar en sí mismo, cavar,
rastrear, ver dónde está la maleza, dónde la flor y el árbol
para poder, en seguida, regar y sembrar.

CÍRCULOS DE ESTUDIO: "BLEST ERA TAN


DIFERENTE A NOSOTROS."

En pleno período de la dictadura de Ibáñez llega a Chile de


regreso de Lovaina, monseñor Oscar Larson. Este sacerdote
culto y refinado traía a la Iglesia vientos renovadores. Julio
Santa María Santa Cruz, en esos años estudiante de medicina
de la Universidad de Chile, nos relata cómo se desarrollaban
esos "círculos" y nos entrega un retrato del joven dotarlo de
esa época. "Cuando yo entré a la Universidad de Chile en
1927 existía una Asociación de Estudiantes Católicos, pero
su actividad mayor era la organización de la Fiesta de
Primavera y no pasaba nada más. Entonces apareció don
Osear Larson y nos comenzó a atraer a una Academia que
había fundado muchos años antes el doctor Eduardo Cruz
Coke, y los estudiantes de medicina invitamos a alumnos de
otras facultades. Se organizaron, entonces, sesiones de
estudio que culminaron en los Círculos de Estudios Sociales
que se desarrollaban en la Alameda 1340, a los cuales
asistían también algunas personas mayores.

A Larson lo secundaban los padres José Fernández Pradel,


Francisco Vives y Manuel Ferrada. El tema central era lo
social y lo religioso. Ninguno de nosotros pertenecíamos a
partidos políticos. Por lo demás, no había lucha política por
la dictadura de Ibáñez. Conocí a Clotario allí, en esos
Círculos de Estudio. Inmediatamente me llamó la atención
su transparencia, su honradez; cómo pretendía él aplicar la
doctrina social. Yo creo que él mismo no se daba cuenta de
la influencia que irradiaba, aunque comprendíamos que él
actuaba en otros medios que nosotros.

-¿Qué leían?

-Santo Tomás, la filosofía francesa: Peguy, Maritain, La


Rebelión de las masas de Ortega y Gasset y El Prometeo
encadenado de Rodó. Las charlas o discursos de esa época se
iniciaban o terminaban con una cita de Rodó.

-¿Participaba Clotario en las discusiones o foros?

-Si, pero en otra forma. Cuando se hablaba de los problemas


de los obreros, nosotros lo hacíamos en abstracto, de manera
intelectual. Cuando Clotario nos hablaba de la dignidad del
obrero era porque le había dado la mano, y entonces era su
corazón el que se expresaba. El se metía en sindicatos y a
nosotros -los futuros médicos- nos pedía que colaboráramos
con él, dando asistencia médica. Es curioso, nosotros
luchábamos por remediar la miseria, pero en contra del
estatus.

-¿Recuerda a algunos de los que participaban?

-A varios que tenían en común la preocupación social, pero


que después emprendieron rutas muy diferentes: Arturo
Droguet, que terminó en el Partido Conservador; Jaime
Larraín en el Partido Agrario Laborista; Julio Phillippi,
cercano a los nazistas. Otros, incluyéndome, nos dedicamos
sobre todo a nuestra profesión. Creo que Clotario fue el
único que se dedicó al problema sindical; desde entonces
hasta ahora no cambió nunca su línea. En esa época lo
escuchábamos con curiosidad e interés, ¡era tan diferente a
nosotros! El quería una juventud que se comprometiera y
nosotros éramos tan aburguesados, sin duda por el ambiente
en que habíamos nacido. Le encontrábamos razón en sus
ideas, pero nada más. Y aunque yo participé en otras
andanzas con Clotario, cuando él se metió de lleno en las
luchas sociales, se alejó definitivamente de sus compañeros
de esos años.

-¿Cómo era el ambiente universitario?

-Habría que distinguir entre la Universidad de Chile y la


Universidad Católica. En la Católica estudiaban los hijos de
los conservadores y existía poca inquietud: estudiar una
profesión, sacar un título, nada más. Don Carlos Casanueva
imponía su sello. En la Universidad de Chile se daban todas
las tendencias políticas. Existían dos grupos marxistas: el
socialista y el comunista. Se hablaba de Luis Emilio
Recabarren, pero el estudiantado de esa época era de un
marxismo de escritorio. Las directivas de estudiantes se
alternaban entre las fuerzas de izquierda y de derecha.
Existían, además, los grupos amorfos; los llamábamos
futbolistas, porque corrían de un lado para otro. Yo fui
compañero de Salvador Allende. De repente salía Allende
presidente o Roberto Alvarado o Francisco Beca de
Renovación y Avance..." (2)

Bartolomé Ramírez tiene otro punto de vista de lo que él


llama los Círculos de Estudio. Ramírez no tuvo el privilegio
como Blest de asistir a los seminarios de monseñor Larson,
pero también participó en otra clase de Círculos de Estudios
que organizó junto a Clotario Blest en las parroquias de los
barrios obreros. Interrogo a Bartolomé al respecto:

-¿Por qué se formaron estos Círculos de Estudio?

-En Germen discutíamos entre nosotros todas estas nuevas


ideas sobre las futuras acciones sociales de la Iglesia y
leíamos con interés a los nuevos pensadores cristianos.
Entonces a Clotario se le ocurrió formar "Círculos para
Obreros" y nada más apropiado para eso que utilizar los
locales de las parroquias. Es así como ciertos compañeros de
Germen -recuerdo a Ricardo Guerrero y a Ernesto Rojas
Taborga, Clotario y yo- nos repartimos las parroquias y allí
íbamos dos veces por semana en las tardes, después que nos
habíamos desocupado del trabajo diario, a entregarles
nuestro conocimiento a los jóvenes obreros y analizábamos
junto a ellos las ideas de la Escuela de Lovaina, la Semana
Social de España, los principios del padre Lagrange, del
obispo Ketteller. Y así captábamos muchos jóvenes
trabajadores a los cuales exigíamos acciones dentro de los
sindicatos.

-¿Los párrocos estaban de acuerdo?

-La mayoría eran curas de extracción campesina, humildes y


muy incultos, esos no se daban cuenta de nada, pero con una
minoría tuvimos problemas y nos echaron, encontraron
peligrosos nuestros cursos.

-¿Cuánto tiempo estuvieron dedicados a esa tarea?

-No recuerdo bien, quizá dos o tres años. Era un trabajo


ingrato y fatigoso, debíamos partir a lugares alejados
después de la jornada de trabajo y si no hubiera sido por el
entusiasmo de Clotario no habríamos tenido perseverancia."
(3)

Ramírez no sabe o no recuerda nada sobre los Círculos de


Estudio creados por monseñor Larson. Pero, no cabe duda
que Clotario se nutrió de ellos y quiso verter sus nuevos
conocimientos e inquietudes en el medio obrero. Gracias a la
"Unión de Centros" tenía los contactos necesarios en las
parroquias populares y fue allí, junto a sus amigos de
Germen, donde fundó otros Círculos de Estudio, del mismo
estilo, pero con otros participantes. Ambos se ignoraron.
Recordemos la posición de Clotario frente a la ANEC en la
cual participaban los aristocráticos jóvenes del Círculo de
Estudio de la Universidad de Chile que tenían por insignia
una banda blanca con la inscripción "Cristo Rey", mientras
la Unión de Centros ostentaba una banda con la inscripción
de "Jesús Obrero".

DISCREPANCIA, REBELDÍA

La dictadura de Ibáñez impuso en todo ese período un


paréntesis en la agitada vida política chilena. Los dirigentes
sindicales revolucionarios son deportados a las islas de
Pascua, Más Afuera y Juan Fernández, algunos son
"fondeados" (4). El dictador Ibáñez crea una confederación
sindical (CRAC), manejada por él. La Universidad,
reconocida como un foco bullente, permanece muda. Los
partidos políticos de izquierda son perseguidos y la libre
expresión amordazada. Pero a falta de expresión libre y
política, los universitarios vertían sus inquietudes en
"asociaciones", "seminarios", "círculos" y "discusiones" y la
dictadura no lograba, pese a la represión, matar el
pensamiento, la discrepancia, la rebeldía. Y Clotario,
conciente de la importancia de las nuevas ideas sociales que
florecían en el ámbito católico, pretendía ponerlas al servicio
de los obreros. Era una manera de demostrarle a la clase
trabajadora que también ciertos católicos querían remediar la
injusticia reinante y que Jesús Obrero estaba junto a ellos.

La caída de Ibáñez en 1931 levantó la cuarentena que pesaba


sobre las actividades políticas y Larson que hasta ese período
había ejercido sin problemas su papel de guía de estudiantes,
se enfrentó con fuertes presiones. Por una parte las de Rafael
Luis Gumucio Vergara de regreso del exilio y presidente del
partido Conservador que llamó a los estudiantes de los
"Círculos de Estudio" a cerrar filas en el partido. Larson
acompañó a los jóvenes a una visita a Gumucio. Abrumó al
dirigente conservador con preguntas. ¿Cómo podrían ser
aplicadas las encíclicas papales en Chile? ¿Cuáles eran los
problemas de la universidad? ¿Cuál era la situación de la
Marina Mercante? Gumucio solamente dio respuestas
esquemáticas. Cuando la reunión había terminado, Larson
encaró a sus jóvenes amigos: "Ya ven qué bien están
informados los políticos sobre los problemas sociales. ¿Eso
es lo que quieren ser? No, ustedes deben pasar más tiempo
estudiando y preparándose..."

Y, por otra parte, la presión del arzobispo Campillo que en


1934 pidió a Larson que guiara a los jóvenes católicos a las
filas conservadoras. Larson se resistió. Los miembros de la
Acción Católica tenían prohibido meterse en política, le
recordó al arzobispo. Campillo insistió. El sacerdote rehusó.
Finalmente Larson pidió ser transferido a Perú para evitar un
choque con su superior (5). Sin su promotor principal y
quizá, también, porque la vida política del país permitía
ahora acciones abiertas, los Círculos de Estudio se fueron
extinguiendo. En 1935 ya no existían.

LA HISTORIA PESA

Para comprender las inquietudes sociales del Chile de ese


entonces debemos tratar de explicar algunos hechos
históricos que cambiaron radicalmente el panorama político
del país y remontarnos al pasado próximo con Clotario y al
pasado más lejano con los historiadores.

Clotario Blest comenzó su vida de ciudadano alrededor de


1920 al regresar de sus años enclaustrado de seminarista en
provincia y enfrentarse a la capital en plena efervescencia.
Me expresa: "¡Ah, el León de Tarapacá! Todos estábamos
locos por él. Yo venía llegando del Seminario y no entendía
nada de política, pero Alessandri prometía justicia y leyes
sociales y le daba la mano a todo el mundo; no era como
esos oligarcas a los que estábamos acostumbrados:

Sanfuentes o Barros Borgoño, el adversario de Alessandri,


esos aristócratas que creían ensuciarse las manos si le
estiraban la mano a un obrero. Y cantábamos "Cielito
Lindo":

¡ay, ay ,ay, ay,


Barros Borgoño
apróntate que Alessandri,
cielito lindo,
te baje el moño!

Y a los gritos de las multitudes contra sus opositores de


"pijes unionistas" o de "canalla dorado", Alessandri extendía
los brazos y exclamaba: "Mi adorada chusma", lo mismo que
Perón años más tarde: "Mis descamisados". Ofendían al
pueblo, por supuesto, pero ellos no se daban cuenta..." (6)

los historiadores indican: "La señorial distancia del


Sanfuentes candidato. o la frialdad de Barros Borgoño.
sugerían decisiones adoptadas en círculos restringidos e
inaccesibles. Ambos eran. en buenas cuentas, representantes
de la "oligarquía" que había dirigido sin éxito el país. En
cambio el candidato Alessandri. que daba la mano. abrazaba,
se emocionaba hasta las lágrimas cuando se mezclaba al
pueblo doliente, era un fenómeno absolutamente inédito. El
nexo afectivo entre Alessandri y sus partidarios, reconocido
por sus más tenaces adversarios, fue decisivo en el
surgimiento del mesianismo que caracterizó la campaña, y
que marcó un hito en la tendencia hacia la movilización de
masas por obra de un caudillo." (7)

Alberto Edwards. historiador de origen aristocrático, analiza


las causas de la decadencia de su clase y el porqué del
fracaso y pérdida final del poder político. En su libro La
Fronda Aristocrática, escribe: "En ninguna de las horas de
peligro o lucha, ni en 1859 ni en 1891 ni en 1920 nuestra
fronda aristocrática supo actuar con mentalidad visionaria.
La viejas aristocracias europeas ennoblecieron la espada,
porque eran clases guerreras y políticas. La burguesía
chilena, con su desdén israelita por todo lo que no es oro o lo
produce. con la cortedad mercantil de su visión social, ha
estado muy dispuesta a no ver en los militares sino
"asalariados de uniforme". Este v otros fenómenos análogos
muestran a las claras que nuestra aristocracia, aún la más
feudal y campesina, debió sus blasones, no a las cruzadas,
sino al mostrador." (8)

Un Presidente que quiso actuar contra los intereses pequeños


de "mostrador" de que habla Edwards y que pretendió
gobernar con visión social e histórica. José Manuel
Balmaceda. fue derrocado en 1891 por su misma clase que
prefirió su comodidad presente, aunque fuera a costa de
destruir las instituciones y entregar el país en manos
extranjeras, a embarcarse en la epopeya de forjar una gran
nación. Edwards agrega: "Las aristocracias son por esencia
conservadoras, porque representan el régimen de los
satisfechos". "En 1891, por primera vez en 60 años, un
gobierno fue derribado en Chile por la violencia: pero la
forma en que se produjo el acontecimiento, le daba más bien
los caracteres de una restauración de la legitimidad
tradicional. Los vencedores se esforzaron en demostrar que
habían intentado combatir una tentativa de usurpación, y
que, frustrada esa tentativa, todo quedaba como antes. El
elemento aristocrático y oligárquico del viejo Chile llegó a la
Edad de Oro de su predominio: por 30 años iba a dominar
sin control. De allí la prolongación de esa suave anarquía de
salón en que la política se había transformado en un deporte
más para amenizar la vida y distraer los ocios de algunos
magnates opulentos. Parecía prudente dejar de lado "por
ahora", todo lo que pudiera dividir o perturbar, todo lo que
significaba renovación o lucha de intereses. Los Presidentes
de esa época exclamaban: "Yo no soy una amenaza para
nadie", o "No hay sino dos clases de problema en política:
los que se resuelven solos y los que no tienen solución." (9)

OPINA CLOTARIO

-"Yo nací y viví mi infancia y primera juventud con el peso


de todos estos señores encopetados que eran dueños y
señores de este país. Es verdad que se paseaban sin guardias
por la Alameda, pero quién se habría atrevido a levantarles la
voz".

-¿Cuándo comenzó a sentirse un cambio en la estructura del


poder?

-"Para mí el poder de la oligarquía se trizó con el Presidente


Juan Luis Sanfuentes (1915-1920). Es que sabe que durante
este período la influencia de la Revolución Rusa comienza a
sentirse. Circulaba la "Declaración de los Derechos del
Pueblo Trabajador y Explotado". Yo seguía pegado a las
sotanas de los curas, pero mi curiosidad y rebeldía me
llevaron a conocerla y seguir de lejos las andanzas de
Recabarren".

-¿Y qué pasó con los partidos más de izquierda?

-"Quizá lo más interesante es que los radicales, tan


preocupados hasta entonces en la lucha contra la Iglesia, se
plegaron a la ludia de clases. Se fundará la Federación de la
Clase Media y la Federación de Estudiantes que aglutinan a
focos de oposición".

-Y qué sucedía con el Partido Liberal?

-"Bueno, como sucede en los partidos que fueron de


avanzada, se rompió en dos tendencias en las elecciones del
año 20, la "tradicional" que apoyada por los conservadores
proclamó de candidato a Luis Barros Borgoño y pasó a
llamarse "Unión Nacional" y la "personalista" que proclamó
a un hombre de clase media carismático y apasionado,
Arturo Alessandri Palma".

-¿Cómo fue esa campaña?

-"No participé directamente, era tan joven e ingenuo, pero


asistí a concentraciones y escuché uno que otro discurso del
llamado León de Tarapacá que encendía a las masas con un
lenguaje popular y directo".

TRIUNFO Y DIFICULTADES DEL NUEVO LÍDER

Alessandri, un hombre de clase media, de origen italiano, y


abogado, entra muy joven al Partido Liberal. Y como todos
los jóvenes de su clase con ambiciones políticas, se busca
unos padrinos poderosos. Los de Alessandri fueron Lazcano
y Fernández Concha, crema de la oligarquía. Pero el
discípulo les resulta díscolo. "Alessandri tino su candidatura
con los colores de una revolución sin armas. Declaró
abiertamente la guerra a todas las fórmulas del pasado, y aún
a los principios tradicionales del orden burgués. Era un
programa de rebelión y protesta más bien que constructivo.
La clase media desdeñada y sin esperanzas de poder político
y la triste situación económica del proletariado,
contribuyeron al triunfo." (10) Alessandri, apoyado por la
Alianza Liberal, el Partido Radical, los partidos de izquierda
y masas independientes, gana por escaso margen la elección.

Sin embargo, desde el comienzo de su gobierno, Alessandri


tuvo muchas dificultades. Los partidos vencidos, formados
por la gente de derecha, tenían verdadero miedo a las ideas
sostenidas por el nuevo mandatario. La voz de orden era que
había que oponerse a ellas, valiéndose de todos los medios
posibles para evitar que se transformaran en leyes y para eso
contaban con una mayoría en el parlamento." (11) A este
problema político agreguemos la crisis económica, posterior
a la Primera Guerra Mundial que repercutió con fuerza en
Chile con el agravante del descubrimiento del salitre
sintético que destruía la primera riqueza de Chile, el salitre
natural. En 1924, 60.000 obreros cesantes invadían la capital.
Después de cuatro años en el poder, Alessandri no lograba
dominar el parlamento; el pueblo se sentía cansado de
esperar la anhelada justicia y decepcionado comenzó a
demostrar su descontento, descontento que se extendió a los
militares: la oficialidad había permanecido impaga por
varios meses. Todos estos hechos permitieron que se gestara
el golpe militar del 5 de septiembre. La oficialidad joven
subió a las tribunas del Senado e hicieron sonar sus sables;
"el ruido de sables", como se le llamó, bastó para que los
"honorables" se asustaran y aprobaran las nuevas leyes
sociales y todo se derrumbó rápidamente. El día 8 renunció
el Presidente de la República, el día 9 se le concedió
licencia, el día 11 se clausuró el Congreso Nacional y
Alessandri partió al destierro. El pueblo permaneció mudo,
los partidos políticos, inactivos.

Clotario me dice: "Alessandri en esa época cumplió, envió


una cantidad de proyectos de leyes sociales que el Congreso
archivó y que seguían archivados el año 24. Sí, Alessandri
propició esas leyes, pero más adelante propició muchas
masacres de trabajadores. Allí lo tienen retratado de cuerpo
entero. Era un ambicioso inconsistente. Un garabatero; las
cosas que me dijo a mi, para que le digo..." "El año 24 asaltó
el poder la juventud militar que se hizo muy simpática al
comienzo, con el fin que se aprobaran los proyectos sociales
que había enviado Alessandri y que el Congreso rechazaba
desde hacía cuatro años." (12)

La tradición democrática de Chile fue rota en 1891, pero el


saldo de esa revolución dejó un Jefe de Estado, dos generales
y diez mil hombres muertos. Restablecida la democracia y
sólo 33 años después volvía a romperse la vida
constitucional de Chile. Sin embargo, esta segunda revuelta
presentó características diferentes: no hubo ni un muerto, no
se disparó ni una bala y los militares "progresistas" - y no la
derecha - aparecen como los vencedores. Interrogo a
Clotario al respecto:

-¿Eran progresistas los militares?

-"Los militares nunca son progresistas. Lo hacían por


ambición o resentimiento, acicateados por otros y esos
fueron los que sacaron las uñas, entre otros, Carlitos Ibáñez
que se hizo presente al poco tiempo..." (13)

Según Alberto Edwards, también tuvo culpa el propio


Alessandri en los acontecimientos: "Las mismas condiciones
psicológicas del Presidente de la República, contribuyeron a
agravar la situación. Su alma era la de un tribuno, la de un
luchador, la de un hombre de protesta. Aún como Jefe de
Estado continuaba siendo como un caudillo de oposición.
Combatía más que gobernaba." (14)
Producido el golpe militar, una junta de gobierno presidida
por el general Luis Altamirano se hizo cargo del país. Esta
junta amorfa atacada por pocos, pero defendida casi por
nadie, no fue de larga duración: el 25 de enero de 1925, las
fuerzas de la Alianza Liberal y del alessandrismo tomaron el
poder y Alessandri regresó del destierro y fue recibido
triunfalmente por el pueblo en Santiago.

Clotario recuerda: "Fue un recibimiento apoteósico. Toda la


Alameda estaba llena de tribunas, desde la Estación hasta la
Moneda. Nosotros, los empleados de Tesorería, pusimos un
arco inmenso con un león; el pueblo estaba delirante, el
mismo pueblo que lo dejó irse sin chistar y que poco tiempo
después volvería a desdeñarlo." (15)

Este gobierno de facto se distinguió del anterior por su gran


actividad renovadora: se dictó una nueva Constitución de
carácter presidencial con independencia de los poderes del
estado, conforme a la doctrina de Montesquieu, tal como la
habían defendido Victorino Lastarria y, más tarde, José
Manuel Balmaceda. A pesar de la resistencia de los partidos
tradicionales, el pensamiento de Alessandri logró imponerse,
y el país consagró en un plebiscito y por gran mayoría, la
nueva Constitución.

Sin embargo, tras esa aparente adhesión a Alessandri,


promotor de los cambios sociales, se movían otras
aspiraciones, otros protagonistas, manejados con mucha
astucia por el Ministro de Guerra Carlos Ibáñez. Ningún
político le dio al comienzo importancia a este oscuro y
taciturno mayor del Ejército que con suma habilidad fue,
poco a poco, ascendiendo y que desde el año 1924 era el que
poseía verdaderamente el poder. Las Fuerzas Armadas,
olvidadas en sus cuarteles, mal remuneradas y despreciadas
socialmente, sintieron que había llegado la hora de las
reivindicaciones y ungieron como líder al ahora coronel y
Ministro de Guerra, Ibáñez. También tuvo influencia en
todos los acontecimientos futuros, lo que sucedía en el
extranjero: las ideas de Mussolini en Italia y las de Primo de
Rivera en España. El sindicalismo de estado y el
corporativismo eran muy conocidos y populares en Chile.
Hasta el padre Viviani, maestro de Clotario Blest, se había
dejado llevar por las tendencias corporativistas. Y los
sectores medios se fueron convenciendo que ni la dictación
de leyes o la nueva Constitución sería garantía suficiente: se
necesitaban nuevas organizaciones que sustituyeran a las
existentes y un "gobierno fuerte", capaz de hacer respetar lo
que no eran más que palabras escritas. Poco antes del
período electoral, Alessandri se vio forzado, una vez más a
renunciar, después de designar a Barros Borgoño como
vicepresidente de la República. En las elecciones de
diciembre de 1925 fue elegido el candidato de la derecha,
Emiliano Figueroa Larraín. Este hombre fue "el canto del
cisne" de la decadente oligarquía; incapaz, elegante y
ponderado carecía de todas las condiciones necesarias para
una época de crisis. Presionado por Carlos Ibáñez, el ahora
todopoderoso ministro del Interior, el presidente Figueroa se
retiró silenciosamente.

"En realidad, Chile, desde el 5 de septiembre de 1924, vivió


al margen de preceptos legales. Se guardaron las formas
democráticas, pero se atropello el requisito fundamental,
relativo a las garantías constitucionales establecidas para la
libertad individual y de prensa. La fuerza estaba representada
por un solo hombre. Los procedimientos ilegales que él
adoptó fueron aceptados y tolerados por la opinión pública,
por el Congreso y por el Poder Judicial. Y tan resignado se
estuvo en todo, que en 1927, el veredicto popular ratificó
abrumadoramente los hechos y llevó a ese mismo hombre a
la Presidencia de la República." (16) El 22 de Julio de 1927,
el Coronel Ibáñez fue proclamado por el Congreso Pleno
como Presidente de la República. Había sido elegido por
abrumadora mayoría, el 82% sobre su contrincante, el
comunista Elías Laferte.

CARLOS IBÁÑEZ SE CONVIERTE EN DICTADOR

Carlos Ibáñez, desde que tuvo el poder, como ministro


primero y como presidente, después, ejerció medidas de
fuerza contra la oposición: prestigiados parlamentarios
fueron deportados, entre otros, el presidente del partido
Conservador, Rafael Luis Gumucio; muchos fueron los
relegados y detenidos. Se censuró a la prensa y se allanaron
locales y domicilios. El ex-presidente Alessandri en una
ocasión dijo: "Fue así como el gobierno de Ibáñez me trató a
puntapiés. Eso sí que, derrocar a Ibáñez fue mi constante
aspiración, después del vejamen inaudito y cruel a que fue
sometida mi familia, incluso mi mujer, a quien sacaron a
empujones de la cama." (17)

Reducido el Congreso a labores meramente consultivas, los


senadores y diputados que permanecieron en el país se
sometieron dócilmente al dictador e hicieron abstracción de
las medidas represivas aplicadas a afiliados de sus mismos
partidos. Todos ellos, por miedo o por servilismo, prestaron
el más completo respaldo a los propósitos de Ibáñez.

Sin embargo, a los cuatro años de haber sido elegido, Ibáñez


sería derrocado. Sólo mencionaremos aquí los principales
hechos que acarrearon su fracaso, algunos debidos a causas
externas, otros propios de las debilidades del gobernante.

La gran depresión mundial repercutió en Chile en 1930 y


hundió al país en una crisis económica. Para enfrentarla el
gobierno aumentó las contribuciones, redujo las plantas de
empleados públicos y el monto de las jubilaciones, pero ante
la imposibilidad de obtener nuevos créditos en el extranjero,
estas medidas fueron totalmente insuficientes y sólo
acarrearon impopularidad que el elemento universitario,
intelectual y profesional, aprovechó para crear un clima
favorable a sus ideas libertarias. A los problemas
económicos habría que añadir el descontento por las medidas
represivas que se traducían en detenciones arbitrarias,
deportaciones, delaciones, espionajes. El Presidente Ibáñez,
durante su período popular no supo o no pudo agrupar a los
sectores que lo apoyaban, ahora se encontraba solo. Y los
tradicionales partidos de derecha, ante la debilidad del
gobierno y el descontento de las masas se pasaron a la
oposición. Los desterrados también completaban y desde el
exterior llegaban miles de panfletos; las agencias noticiosas
publicaban un cable firmado por el depuesto presidente
Alessandri y los senadores Ladislao Errázuriz y José Maza
en que le pedían a Ibáñez que renunciara.
LA CAÍDA DE IBÁÑEZ

Los hechos se precipitan: "El 21 de julio de 1931 renunció el


gabinete y al día siguiente los estudiantes universitarios
iniciaron una huelga indefinida. El 23, los obreros de
Antofagasta acordaron un paro general, tras un gran comicio
en que se escuchaban insistentes gritos en pro de la
"civilidad". Manifestaciones similares se efectuaron en
Valparaíso y Concepción, en tanto que el 24, en la que se
efectuó en Santiago, fue muerto un estudiante de medicina y,
poco más tarde, otras cuatro personas. Si bien el nuevo
Ministro del Interior, Carlos Frodden, y el comandante en
jefe de la plaza, general Bartolomé Blanche, creían poder
aplacar la conmoción, ella se agravó con la muerte de un
profesor por la fuerza pública. Médicos, ingenieros,
profesores y personal de los servicios de asistencia social,
declararon entonces una huelga de brazos caídos, en tanto
que el comercio cerraba sus puertas. El 26 de julio, Ibáñez
optó por delegar el mando en el presidente del Senado, Pedro
Opazo Letelier, y emprendió el camino al destierro." (18)

-Don Clotario, ¿podría usted darme su opinión sobre este


período?

-Como le dije anteriormente, al comienzo los militares se


hicieron simpáticos: la aprobación de leyes sociales, la nueva
Constitución de 1925 se debió a presiones ejercidas por ellos
contra los partidos de la derecha que se oponían a todo lo
que significara algún cambio favorable al pueblo y contrario
a sus intereses. También el Código del Trabajo se gestó en la
época de Ibáñez, aunque entró a regir después que fue
derrocado. Yo era muy joven en esos años y trabajaba en las
parroquias, en la Unión de Centros, en la Casa del Pueblo;
también estudiaba. Recuerdo que había muchas
manifestaciones en contra del régimen de Ibáñez. Cayó por
la fuerza del pueblo, no por un golpe militar. Se usó una
táctica de no violencia curiosa y tremenda. A cualquier parte
que entraran militares, la gente se iba. Entraban al teatro y la
gente se salía; se subían a un tranvía, se bajaba la gente. De
manera que fue una guerra silenciosa que los mató. Hasta tal
punto que cuando cayó Ibáñez, los carabineros estuvieron
escondidos un mes, no podían salir a la calle, porque los
mataban. Yo, desgraciadamente, vi una vez cómo
charqueaban a un "paco", quedaron pedazos. Ese era el odio
que existía. Y eso que la tiranía no fue tan tremenda como
ésta. Ibáñez, a pesar de lo tirano, no era tan estúpido como
éste; dejaba salir a la gente a la calle que hicieran
manifestaciones. Decía: "El pueblo debe tener una válvula de
escape, si no esa válvula se me revienta". Fue una guerra
moral la que lo destruyó." (19)

MI LUCHA ERA CONTRA LA IGLESIA TRADICIONAL

Clotario Blest en esos años no tenía contacto con los partidos


políticos. Su interés era conocer y dar a conocer la doctrina
social cristiana. Su lucha era contra la iglesia tradicional, la
que había olvidado, dominada por el Partido Conservador, su
labor junto al pueblo: "Atacábamos a El Diario Ilustrado,
vocero de la oligarquía, que en nombre de la Iglesia se
dedicaba a defender a los poderosos y a silenciar el
verdadero contenido de los Evangelios". (20) Su opinión
respecto al derrocamiento de Ibáñez es la de un romántico
marginado de los conciliábulos. Para él fue "la fuerza del
pueblo" la que derrocó a la dictadura. No ve a la derecha
movilizada impulsando a los estudiantes y profesionales ni a
los partidos de izquierda cooperando en el gran paro final.
No está conciente que el golpe contra Ibáñez, al que él se
sumó al final en manifestaciones callejeras, fue fraguado por
los mismos que él combatía y que ellos mismos serían, como
verdaderos triunfadores, los que colocarían en la presidencia
de la República al radical Juan Esteban Montero.

LIGA SOCIAL DE CHILE

En septiembre de 1931 regresa a Chile después de un


destierro de casi 14 años, el padre adoptivo y maestro de
Clotario, el jesuita Fernando Vives. "Quizá, de no haberse
proclamado la República en España y ella, expulsado a la
Compañía, el Padre Vives no hubiese vuelto a ver el dulce
suelo natal...el país que el ya sexagenario jesuita encontraba
al volver de su largo destierro, estaba más avanzado que el
que dejara en las postrimerías de la "república veneciana"
bajo el gobierno del marrullero don Juan Luis Sanfuentes. Se
habían dictado las primeras leyes sociales y las apasionadas
disensiones político-religiosas no estaban olvidadas pero
pertenecían ya al pasado." (21)

Las opiniones de Fernando Vives sobre el Chile de su


regreso están expresadas en una carta dirigida a Alberto
Hurtado, su discípulo, seminarista en ese entonces en
Lovaina: "La situación actual de Chile es caótica: en lo
político gobiernan tres partidos que no tienen arraigo en el
pueblo: conservadores, liberales y radicales; la gran masa,
con principios económicos bien definidos, está del otro lado.
El Partido Conservador es un conglomerado de añejeces,
ambiciones e ignorancias; la juventud católica que vale
mucho más que antes, o está al margen del partido o en
actitud de formar uno nuevo; no he conocido un solo joven
decente, y suben a centenares los que han pasado por mi
aposento, que manifiesten simpatías conservadoras. La parte
económica no puede ser peor, sólo las inmensas riquezas de
nuestro suelo la podrán defender de una bancarrota. La
dictadura de Ibáñez ha sido mucho más funesta de lo que yo
en mi pensamiento había creído. La parte social,
aparentemente, es lo peor de la realidad. El comunismo no
está organizado y sus manifestaciones son esporádicas; el
mal principal está en el número de cesantes, que es, en
relación, mayor que el de Inglaterra. El horizonte empieza a
abrirse y creo que la situación mejorará." (22)

Inmediatamente después de su llegada, Fernando Vives toma


contacto con Clotario y junto a otros intelectuales y
profesionales como Clarence Findlayson, Jaime Eyzaguirre,
Julio Philippi, Jaime Larraín García Moreno y algunos otros
cristianos interesados en la acción social funda la Liga Social
de Chile. La Liga era partidaria de una economía
corporativa, organizada sobre la base de profesiones: "La
profesión está organizada sobre bases legítimas cuando se
halla subordinada al interés general, cuando procede como
uno de los elementos constitutivos en la organización de la
sociedad, y cuando se halla alineada con otras entidades."
"El cristianismo animaría las nuevas asociaciones
procurando la disciplina, la moralidad y la solidaridad que
finalizarán con la actual anarquía moral, política, económica
e intelectual." (23) Según la Liga, el Estado realizaría la
cooperación económica reemplazando la competencia
característica del sistema liberal capitalista que imperaba en
Chile: "Como social-católicos, declaramos que el Estado
tiene un positivo rol que jugar en la vida económica (del
país). Debería intervenir por los medios legales para proteger
la vida humana, asegurar la justicia...para proteger las
legítimas iniciativas sociales y, especialmente, para procurar
la elevación de las clases menos favorecidas..." (24)

Varios de los principios de Germen fueron aplicados a la


Liga y allí se ve la influencia de Blest. Por ejemplo, se
aceptaba el derecho a la propiedad privada porque se le
consideraba una ley natural; sin embargo se propiciaba la
propiedad colectiva de la tierra. También, tanto Germen
como la Liga, pretendían mantener una total independencia
frente a los partidos políticos existentes.

LA BREVE EXPERIENCIA DE UN GOBIERNO


SOCIALISTA

Sin embargo, cuando el 4 de junio de 1932 un movimiento


militar al mando del Coronel Marmaduque Grove echó por
tierra el débil gobierno de Montero, y fue sustituido por una
junta compuesta por Arturo Puga, General en retiro, Carlos
Dávila y Eugenio Malte, proclamándose la "República
Socialista"; Clotario Blest y el Padre Vives, no dudaron en
manifestar su apoyo solidario al nuevo gobierno. Esta actitud
de Clotario provocó reacciones airadas de otros miembros de
la Liga Social y rompió su unidad, Blest presentó su
renuncia a la dirección.
Clotario nos relata: "Como presidente de la Liga Social fui a
ofrecer mi adhesión al nuevo gobierno socialista, a
Marmaduque Grove, Carlos Dávila, Eugenio Matte y Oscar
Schnake, porque el programa de gobierno que ellos ofrecían
estaba de acuerdo con nuestros ideales sociales. Fernando
Vives, vestido de civil, para que no lo reconocieran nos
acompañó hasta la puerta de La Moneda. Al señor Matte le
manifesté nuestra preocupación por la posible persecución a
la Iglesia Católica de la que se hablaba, pero él me dijo que
eso era completamente falso y sólo rumores de grupos
reaccionarios asustados porque temían perder sus privilegios.
Estuve doce días en La Moneda, participando en la defensa
del gobierno, junto a obreros y estudiantes. Marmaduque
Grove era sano y limpio, no digo lo mismo de Dávila.
Alessandri le ofreció su adhesión a Grove y después le dio
una puñalada." (25)

Entrevisto a Florentino Mateluna, un viejo empleado de


imprenta que conoce a Clotario desde hace 53 años. En la
década de 1930, Florentino Mateluna trabajaba como obrero
en la Imprenta Güttenberg, más adelante lo haría en la
imprenta El Escudo, en El Diario Ilustrado y en los talleres
en que se imprimió Lircay, primer periódico que dio a
conocer las ideas disidentes del partido conservador. "Nunca
me afilié a ningún partido político -me expresa. Mis ideales
estuvieron siempre basados en el cristianismo y en la
necesidad de luchar por la justicia social. Durante los años
de la Unión de Centros, Clotario me presentó al Padre Vives
y ambos me convencieron para que me incorporara a la Liga
Social. En la Liga existían tres grupos: Uno presidido por
Jaime Larraín, el hombre de más edad y que también
colaboraba económicamente. En segundo lugar, otro grupo
que se había adherido a través de Clotario, formado por
empleados y hombres de trabajo, al cual pertenecía yo. Y un
tercer grupo de universitarios de la ANEC: Gustavo
Fernández del Río, Jaime Eyzaguirre, Julio Phillippi y
grupos fundadores de la próxima Falange, como Ignacio
Palma, Bernardo Leighton, Manuel, Arturo y Jaime Atria,
Antonio Cifuentes, Fernando Cifuentes, Clemente Pérez
Pérez, Clemente Pérez Zañartu, etc. Fernando Vives es el
único hombre con sotana. La Liga Social pasó por varias
pruebas de fuego, creo que la peor fue la causada por la
República Socialista.

-¿Qué fue lo que pasó?

-El mismo 4 de junio de 1932 yo me encuentro con Clotario


en la calle y con un caballero viejote con anteojos que al
principio no reconocí y que era el Padre Vives sin sotana. Se
les permitió a los religiosos que estuvieran vestidos de civil,
había mucho pánico, creían que venía algo como en México;
no creo que Vives tuviera miedo, más bien, creo, quería
pasar desapercibido, porque andaba recolectando gente para
una reunión en su celda. No recurrió a Jaime Larraín que
había sido el primer presidente y los que llegaron fue el
grupo de Clotario, Carlos Contreras Sepúlveda, un
muchacho Torres, unas siete personas de la Unión de
Centros, un sacerdote Osear Larson.

-¿Qué se acordó?
-Nombrar una comisión que en nombre de la Liga presentara
un pliego de 12 puntos en que se pedía respeto a las ideas
religiosas, no persecución a los católicos y otras medidas de
justicia social de acuerdo a los principios de la Liga. Fue una
comisión a La Moneda encabezada por Clotario; Fernando
Vives los acompañó hasta la puerta. No los recibió la Junta,
pero conversaron con Matte y Schnake que les aseguraron
que no existiría persecución religiosa y que coincidían en sus
anhelos y que imprimirían el espíritu de la Liga en el futuro
gobierno, pues no eran antagónicos.

Al otro día los diarios publican la adhesión de los católicos


al gobierno y se arma la escandalera tremenda que quiebra la
Liga Social. Bernardo Leighton se puso anti Vives y lo atacó
en una publicación universitaria. Después del fracaso de la
República Socialista, hubo una convención universitaria en
el teatro de los Padres Franceses; allí el grupo Falangista le
rindió un homenaje a Francisco Vives y otro grupo defendió
a Fernando Vives. Recuerdo en este último grupo a Tomás
Allende, a Julio Phillippi, a Jaime Eyzaguirre, a Alfredo
Bowen, al doctor Roberto Barahona. Después del 4 de junio,
Jaime Larraín no volvió nunca a la Liga. Los ánimos se
habían calmado un poco y Fernando Vives trató de unirnos
de nuevo, pero en una reunión se produjo un careo entre
Clotario Blest y Alfredo Bowen, más politiquero, que
terminó con la renuncia definitiva de Clotario y la elección
de Bowen de presidente y la Liga quedó en manos de
Bowen, Philippi, Eyzaguirre, Clemente Pérez Pérez. Con la
muerte de Vives se acabó definitivamente." (26)
Se ha sostenido numerosas veces que Fernando Vives no
aceptaba los partidos políticos y que a sus discípulos les
aconsejaba lo que en esa época se llamaba abstencionismo:
"Manteneos limpios de la política", insistía. Sin embargo, su
actitud frente a la República Socialista desmiente esta
afirmación. Ni por un momento dudó allí Vives en
participar, cooperar y defender al naciente gobierno
socialista. Lo que el padre Vives no deseaba, parece, es que
sus discípulos entraran al Partido Conservador que era, por
lo demás, el camino natural, pasada la adolescencia, de los
jóvenes católicos de ese entonces: "ese conglomerado de
fósiles, ambiciosos e ignorantes", le expresaba en una carta a
Alberto Hurtado, refiriéndose a los conservadores. Su
compromiso y alianza con el Partido Socialista, siempre que
respetara las ideas católicas, concordaba con sus enseñanzas,
con sus escondidos anhelos. Fue lógica, también, la reacción
contraria de muchos de los militantes de la Liga que sólo,
como expresa Julio Santa María, practicaban un
intelectualismo de izquierda, pero que jamás, como lo
probaron sus vidas futuras, adquirirían un verdadero
compromiso en la lucha de clases. Jaime Larraín de la vieja
aristocracia se interesaba por establecer una cierta justicia
social, siempre que fuera controlada por la derecha; era el
sucesor de Melchor Concha y Toro o de Abdón Cifuentes.
Jaime Eyzaguirre y Julio Philippi, admiradores del
corporativismo, posteriormente demostrarían su adhesión al
fascismo de Franco o al nazismo alemán.

Por último, la gran mayoría de los militantes de la Liga,


fundarían y serían la vanguardia del futuro partido
Demócrata Cristiano. Ahora comprendemos por qué
Fernando Vives legó su cruz al morir a Clotario Blest, el
único de sus discípulos que creyó en un gobierno del pueblo
para el pueblo con el sentido moral y cristiano que Vives
quiso darle.

PARTIDO SOCIAL SINDICALISTA

Tres días después de la proclamación de la República


Socialista, el 7 de junio de 1932, se fundó el Partido Social
Sindicalista (PSS).

El origen de este nuevo partido es la consecuencia natural


del movimiento social cristiano que venía aflorando desde
los años 1920. La Casa del Pueblo, la Unión de Centros,
Germen, la Liga Social, aglutinaban a grupos cristianos
descontentos con el partido Conservador y ansiosos de
apresar la realidad social contenida en los Evangelios. Ahora
que el país ha recobrado la libertad sienten que ha llegado la
hora de actuar en la vida política. Carlos Vergara Bravo
(1893-1973), abogado, profesor y destacado intelectual
social cristiano será el gestor de este partido el que apenas
alcanzará a durar un año. La presión de la Jerarquía católica
en contra del naciente partido será tan fuerte que sus líderes
se vieron obligados a renunciar.

El PSS planteaba la abolición del capitalismo, la


expropiación de fundos y su cultivo por sindicatos de
agricultores, la socialización de la industria pesada, el
comercio y los bancos, el término de la conscripción militar,
etc. Carlos Vergara era un ferviente admirador de Ketteller
que postulaba a un corporativismo cristiano, contra el
individualismo liberal y el totalitarismo del Estado,
contenida en su obra más importante: La Cuestión Obrera y
el Cristianismo, publicada en 1864. "El PSS generosamente
condimentaba su literatura con términos marxistas. Pero
favorecía al socialismo, no al comunismo, como antídoto
contra el capitalismo. Este sentimiento se refleja en su
concepción económica: Todos deberían contribuir de
acuerdo con su capacidad; todos deberían beneficiarse de
acuerdo con sus necesidades. La toma de las decisiones
estaría en manos de un pequeño grupo, cada uno de cuyos
miembros representaría un sindicato, negocio, región o
religión. No habría dictadura, ni una oligarquía, o gobierno
de las masas o de las clases, sino "comunidades autónomas"
en la forma de un estado corporativo." (27)

"Los fines sociales del PSS eran menos claros que su


esquema gubernamental. El partido acentuaba una familia
fuerte y trabajo obligatorio (de los capaces) como a los
pilares de la organización social." (28)

El PSS sacó un periódico llamado Idea Nueva , en 1932. Los


dirigentes más importantes fueron: Carlos Vergara,
secretario general del movimiento, Julio Santa María,
Clotario Blest, que aportó cierto apoyo popular, Ignacio
Palma. El grupo Germen adhirió al nuevo partido. El Partido
Social Sindicalista nunca obtuvo una banca en el Congreso
ni tampoco alcanzó a gravitar en la vida política de la época.
Para Clotario significó un nuevo amigo; me dice: "Allí
conocí y aprecié al gran hombre que fue Carlos Vergara; el
me regaló su libro Un Espíritu Nuevo, un Orden Nuevo, una
Nueva Cultura con esta dedicatoria; me la muestra: "Al buen
amigo Clotario, un recuerdo de la jornada del año anterior".
El libro de Carlos Vergara fue publicado en 1933.

PARTIDO CORPORATIVO POPULAR

La influencia de la Iglesia, en su afán por apoyar al partido


Conservador, fue la causa del fracaso del Partido Social
Sindicalista. El descontento contra la Jerarquía Eclesiástica
aumentaba y la autoridad seguía insistiendo en que todos sus
fieles debían pertenecer al Partido Conservador y que la
creación de otros partidos no haría más que destruir la unión
política de los católicos del país.

"En el hecho, a la muerte del arzobispo don Crescente


Errázuriz había vuelto a predominar el criterio que tan
fogosamente sustentaba el obispo de Concepción. monseñor
Gilberto Fuenzalida que en su circular, sobre la conciencia
del deber político, acusaba a los que se abstenían de militar
en "el partido católico", de una inconsciencia
verdaderamente inexplicable y de un desconocimiento
absoluto de sus más sagradas obligaciones". "En su última
conferencia anual de 1933, los obispos resolvieron establecer
la obligación que tenían los católicos de militar en el partido
Conservador. Sin embargo, el nuncio Monseñor Ettore
Felici, obtuvo que esa resolución no se publicara sin un
pronunciamiento de la Santa Sede. Los obispos creyeron que
el Vaticano no los desautorizaría. Fue grande su extrañeza y
decepción cuando de vuelta de Roma el Nuncio trajo consigo
la respuesta negativa. La lamosa carta del cardenal Pacelli
establecía con toda claridad y sin apelación que "un partido
político, aunque se proponga inspirarse en la doctrina de la
Iglesia y defender sus derechos, no puede arrogarse la
representación de todos los fieles, ya que su programa
concreto no podrá tener nunca un valor absoluto para todos,
y sus actuaciones prácticas están sujetas a error". Por lo
mismo, concluía, "debe dejarse a los fieles la libertad que les
compete como ciudadanos, de constituir particulares
agrupaciones políticas, y militar en ellas, siempre que éstas
den suficientes garantías de respeto a los derechos de la
Iglesia y de las almas". Esta carta confirmaba lo que va había
ordenado a su clero el arzobispo don Crescente Errázuriz en
la discutida pastoral de 1922: "Es evidente que la Iglesia no
puede vincularse a la actividad de un partido político sin
comprometer su carácter sobrenatural y la universalidad de
su misión..."

Antes que monseñor Felici llegara de Roma con el original


de la carta del cardenal Pacelli, pero diez días después que
éste la firmara, se constituyó en Santiago un partido
Corporativo Popular, a cuya gestación, evidentemente, no
podía ser ajeno el padre Vives, que debió tener noticia
anticipada del contenido de la carta, directamente desde
Roma. Con ella, el triunfo era del jesuita de la Liga Social, la
Vanguardia Obrera y otras obras que, por los
"abstencionistas" resultaban indirectamente
anticonservadoras. La aparición del nuevo partido equivalía
a una abierta declaración de guerra." (29)

"El 29 de junio de 1934 se realizó el primer congreso social-


cristiano de Chile. Al encuentro acudieron los representantes
de Germen, la Liga, el PSS y grupos cristianos más
pequeños, tales como el partido Social Cristiano (no tiene
ninguna relación con el actual partido Demócrata Cristiano),
Acción Integral, y la Unión Nacional. Bartolomé Palacios y
el catedrático Carlos Vergara, dominaban el Congreso.
Tenían sus miradas fijas en un solo propósito: la formación
de un fuerte partido Social Cristiano. ¿Por qué?
Principalmente por el peligro que Roma accediera al pedido
de los católicos tradicionales. Temerosos de que el Papa
pudiera acceder. Vergara y Palacios se apresuraron a fundar
un segundo partido predominante católico, compuesto por
social-cristianos, para presentarse al Vaticano con un "fait
accompli".

Los delegados asintieron. El Congreso fundó un partido


Popular Corporativo (PCP), que asimiló la mayoría de los
grupos participantes. Encabezados por el profesor Vergara,
el PCP se fundaba sobre los preceptos que eran virtualmente
idénticos a los que afirmaba el partido Sindicalista. Los ocho
puntos que dominaban el programa del partido, resumían los
objetivos de la mayoría de los grupos social-cristianos de
este período. Son los siguientes:

1.- Rechazo tanto del individualismo como del socialismo.

2.- Énfasis sobre la familia como grupo social básico,


anterior al gobierno.

3.- Responsabilidad familiar en lo educacional, con el Estado


jugando solamente un papel regulador supervisor.

4.- Acento sobre la función social de la propiedad y sobre la


necesidad de dividir los latifundios.
5.- Rechazo del capitalismo basado en la libre competencia y
la recomendación de que los obreros participen en la
dirección y que les sea permitido poseer acciones y
participación en las ganancias.

6.- Fundación de un estado corporativo, en el cual los


derechos políticos estén íntimamente relacionados con el
pertenecer a una profesión o sindicato.

7.- La responsabilidad de la riqueza social pasa del Estado a


la corporación.

8.- La lucha internacional contra el capitalismo a través de la


organización mundial económica. También el respeto y
protección de las minorías culturales, raciales y lingüísticas
en todas partes, empleando los fondos para el bienestar y la
educación del pueblo." (30)

"El partido Corporativo Popular, como el PSS. nunca obtuvo


preeminencia política. Con todo sirvió como esponja que
absorbió las varias ideas v propuestas de las organizaciones
social-cristianas. La mayoría de los miembros del PCP se
unieron más adelante a la Falange Nacional, precursora del
partido Demócrata Cristiano: Clotario Blest y Bartolomé
Ramírez que encabezaban el pequeño y combativo grupo
Germen, fueron la excepción." (31)

¿Por qué - le pregunto a Blest y Ramírez -, no se


incorporaron ustedes a la Falange Nacional?
Clotario Blest me mira extrañado

-Yo nunca he querido pertenecer a un partido político; si uno


se amarra a ellos pierde la independencia necesaria para
luchar por la clase trabajadora, debe obedecer a un partido y
los partidos desean el poder político para ellos y no para las
masas trabajadoras que, por lo demás en Chile, en su gran
mayoría, no pertenecen a partido alguno.

-Pero, ¿en esos años usted perteneció a algunos partidos


políticos?

-Eso fue sólo un cierto tiempo, ni lo recuerdo, era muy


joven. (32)

Interrogo a Bartolomé Ramírez:

-"Cuando comenzó a sonar la Falange Nacional, debe haber


sido por el año 37 ó 38 cuando era el presidente Manuel
Carretón, fuimos Clotario Blest, Ernesto Rojas y yo, como
delegados de Germen a proponerle a Carretón que nos
uniéramos para formar una sola cosa, pero las ideas de él
eran diferentes; si quieren ingresar aquí, nos dijo, ingresen.
Nos pareció prepotente e insolente. No hubo acuerdo. Yo
ingresé muy posteriormente al partido, cuando se llamaba
Democracia Cristiana." (33)

NACE LA FALANGE NACIONAL

El Partido Corporativo Popular sólo duró hasta 1938. Su fin


se debió al creciente éxito de la Falange Nacional. Este
nuevo partido que nació como un simple movimiento
disidente dentro del partido Conservador, estaba dirigido por
un grupo de jóvenes universitarios impregnados de ideas
social-cristianas, conocedores de las encíclicas e
intelectualmente brillantes. Desde la fundación del partido
Conservador en 1870 existió en su seno una preocupación
por la cuestión social aún antes de que se conocieran las
encíclicas del Papa León XIII. Prueba de ello aparece en el
diario El Ferrocarril, en editoriales y artículos del periodista
y pensador Zorobabel Rodríguez. En las llamadas
Convenciones de este partido aparecen las dos tendencias en
pugna: la liberal económica con énfasis clerical y la social
cristiana. Los nuevos jóvenes líderes serán los hijos de esta
última tendencia cultural, reforzada ahora por las ideas del
filósofo francés Jacques Maritain contenidas en su libro El
humanismo integral, donde se sistematizan las doctrinas del
nuevo movimiento.

Inmediatamente después de la derrota de la dictadura de


Ibáñez, los impugnadores iniciarían una guerra sorda contra
la línea tradicional de su partido. Desde los años 1933 la
lucha se iría acrecentando y después de las elecciones de
1938 en que el candidato de la derecha fue derrotado por el
Frente Popular, las diferencias se acentuaron. Horacio
Walker, presidente del partido, aunque nunca fue un
entusiasta del candidato Ross, culpó a los jóvenes de la
derrota. La causa, según él, de la pequeña diferencia de votos
que habían dado el triunfo a la izquierda, se debía a la mala
imagen que habían ayudado a crear del candidato y a la débil
y casi nula colaboración que habían prestado para su triunfo.
La junta ejecutiva del partido Conservador, ante lo que
consideró una falta grave de disciplina, propuso la
reorganización de sus huestes juveniles. La decisión no fue
aceptada y la ruptura fue total.

La juventud conservadora a través de su periódico Lircay y


gracias a las giras y discursos de sus líderes: Ignacio Palma,
Bernardo Leighton, Manuel Antonio Garretón Walker,
Radomiro Tomic y Eduardo Frei, contaban ya con miles de
adherentes, no sólo en Santiago sino también en provincias;
pero permanecieron dentro de la esfera de influencia del
partido "padre". Desde la decisión de reorganización se
rompían todos los puentes y la Falange Nacional pasaba a
autodenominarse como un partido "por encima de las
derechas y de las izquierdas", y su apoyo decidido al Frente
Popular la alejó bruscamente de sus raíces conservadoras.

La Iglesia, después de la elección de José María Caro como


Arzobispo de Santiago en 1939, también abrazaba el
programa social del nuevo gobierno, especialmente el
proyecto del Presidente Aguirre Cerda en pro de un salario
mínimo. Monseñor Caro escribía: "El Presidente Aguirre
Cerda es un hombre valioso y está trabajando con
intenciones loables. Sus deseos de emprender las reformas
que beneficien...a las masas, son bien conocidas y muy
dignas de alabanza. La Iglesia chilena se halla lista para
ayudarlo con todo su poder. Yo conozco bien al Presidente, y
sus obligaciones para con el pueblo lo preocupan
constantemente...Es necesario dar al Presidente tiempo y
ayudarlo con nuestra energía, en la difícil tarea de
renovación que está llevando adelante." (34)
Se comprende, entonces, que el Partido Corporativo Popular
fuera absorbido por este nuevo y pujante partido que
marchaba, además de acuerdo con la Iglesia. Clotario Blest,
sin embargo, se sintió marginado de este nuevo movimiento
compuesto, según sus palabras, "por pijes de la Universidad
Católica y de la ANEC que nada sabían del pueblo y sus
problemas." Su maestro Fernando Vives había muerto; quien
sabe qué le habría él aconsejado.

OTRO CÍRCULO DE ESTUDIOS

Eduardo Long Alessandri conoció a Clotario Blest en unas


reuniones filosóficas que se realizaban en la casa de Clotario
en la calle Santa Cruz 630. Me dice: "En 1931 el hijo de
Valenzuela Llanos me invitó a un Circulo de Estudios que se
realizaba una vez por semana y de noche, en casa de don
Clotario. Así llegué a este ambiente en que todos
discutíamos apasionadamente y conviví dos o tres años con
este grupo hablando de filosofía, de catolicismo. Yo era ateo
y Clotario defendía las tesis de Maritain. Las tendencias
filosóficas políticas de esa época eran presentadas por algún
exponente y después analizadas en acalorados debates muy
entretenidos y que duraban hasta altas horas de la noche. Allí
nos hicimos amigos con Clotario y aprendimos a
respetarnos. Por eso hay tanto cariño y comprensión entre
ambos, porque él siempre ha mantenido sus principios y yo
también; a pesar de los años no hemos variado." (35)

Le pido a Clotario que me relate algo al respecto:


-"Yo había estudiado tres años filosofía y me interesaba
exponer mis ideas, armar debate, escuchar a otros con
diferente formación e ideas, a veces diametralmente opuestas
a las mías. Asistían hasta quince personas. Recuerdo a un
dirigente del partido Aprista, el que fundó Haya de la Torre,
a algunos obispos protestantes, Zottele; a Finlayson, un gran
metafísico que desgraciadamente se suicidó; a Mario Ciudad
que fue secretario de Ibáñez; todos de diferentes sectores.
Tratábamos temas filosóficos, especialmente el humanismo
alrededor de Maritain. Me atraían las ideas de Maritain, pero
no fui su discípulo, nunca me asimilé a sus seguidores, no
formé parte de su doctrina, de su partido. Yo no quise
teñirme políticamente, porque me alejaban entonces del
sector propiamente sindical." (36)

En su libro sobre Clotario Blest, Maximiliano Salinas divide


este primer período de acción social de Blest en dos etapas.
La primera, expresa Salinas, "va de 1920 a 1927 y se
caracteriza por la participación de Clotario en la Unión de
Centro de la Juventud Católica, la Casa del Pueblo, el
Círculo de Estudio "El Surco", y la fugaz experiencia del
Partido Popular. La orientación básica es la crítica del
horizonte conservador y aristocrático de la Iglesia Católica a
través del social-cristianismo en la línea del presbítero
Guillermo Viviani y la experiencia central de "Cristo
Obrero" en oposición a "Cristo Rey", en medios oficiales y
jerárquicos. El segundo subperíodo corre entre 1928 a 1939
y está marcado por la participación de Clotario, ante todo, en
el grupo Germen, y en menor medida en la Liga Social de
Chile y las simpatías por las iniciativas políticas de Carlos
Vergara Bravo, en el partido Social Sindicalista y en el
partido Corporativo Popular. La influencia del presbítero
Viviani es tajantemente rechazada por fascista, y se vuelve a
la influencia original del padre Vives Solar. La orientación
básica, dada por el grupo Germen, es la presencia unitaria
del cristianismo en medio de las luchas del proletariado,
rechazando, al mismo tiempo, y enérgicamente, tanto las
tendencias conservadoras como fascistas." (37)

OPINIONES SOBRE EL ORIGEN DE LA FALANGE


NACIONAL

Salinas desea indicar con su reflexión sobre la Falange


Nacional, las características de ese movimiento en sus
inicios: extracción conservadora y su inspiración en
experiencias fascistas. El marxismo continuaba penando a
los jóvenes creadores de la Falange; debían buscar nuevas
fórmulas para combatir al capitalismo, pero no podían
inspirarse en el marxismo. De allí que las nuevas
experiencias italianas y españolas les parecieron interesantes.

Al regresar de Europa en 1934 tres miembros de la juventud


conservadora, Manuel Garretón, Ignacio Palma y Jorge
Rogers, tomaron el mando de la organización. Garretón
había hablado de Mussolini como de "un gigante", y del
fascismo como "el más interesante sistema para estudiar, el
mayor intento de remediar los males del régimen
democrático-liberal..." (38) Palma, un ingeniero, demostró
gran inclinación hacia la organización y la eficiencia. Le
correspondía, sin embargo, a Rogers, el desarrollar las
nuevas actividades de la Falange: los jóvenes recibieron
uniformes y se estructuraron en equipos, secciones y grupos.
A la cabeza de cada grupo se hallaba un "brigadier". Se
hallaría bajo un régimen de "instrucción física regular, y el
desarrollo de su amor por la naturaleza por medio de viajes y
salidas, una especie de tropa de boy scouts. El propósito era
crear entre los jóvenes una robusta personalidad, un fuerte
sentido de la dignidad humana, responsabilidad social y
espíritu patriótico." (39)

Más adelante, los falangistas y futuros demócrata-cristianos


negarían toda influencia fascista italiana o española.
Garretón cuestionaría los principios filosóficos en que se
fundaba el sistema de Mussolini, ya que era "contrario a la
dignidad del ser humano." (40) Leighton en una entrevista a
un periodista norteamericano, John Gunther, indicaría que la
Falange chilena no tenía ninguna conexión con la Falange
española, ya que los chilenos habían usado este nombre
desde 1935, mucho antes que Franco y Serrano lo hiciesen.
(41) Pero como lo indica Grayson, biógrafo y admirador de
la Democracia Cristiana, "sería dejar demasiado lugar a la
coincidencia el afirmar que la Falange española no ejerció
ninguna influencia para la denominación de la organización
chilena. Con el tiempo el emblema, una flecha roja cruzada
por dos barras blancas, representaría el único rastro de la
filtración del militarismo en la Falange." (42)

POR QUÉ CLOTARIO NO PERTENECIÓ A LA


FALANGE

Clotario Blest, ligado a varios falangistas, en su


preocupación social cristiana y su interés por Maritain, no se
sintió, -como me lo indica textualmente-, atraído por este
nuevo partido. Si analizamos el origen y formación de
Clotario, encontraremos lógico que así fuera. El nunca formó
parte del partido Conservador; al contrario, siempre lo
combatió. Durante su infancia y juventud se alimentó con el
desprecio a la oligarquía chilena, origen familiar de una gran
mayoría de los nuevos líderes. Tampoco temía al marxismo
con el cual compartía algunas ideas y muchas de sus
acciones. Si, -como asegura Bartolomé Ramírez-, estuvo
tentado por formar parte de la Falange, su breve diálogo con
Manuel Garretón lo convenció de lo contrario.

LA MUERTE DEL PADRE MAESTRO

Una etapa de la vida de Clotario se cerrará para siempre con


la muerte del que fuera su padre adoptivo y su maestro más
querido v admirado, Fernando Vives. De ahora en adelante
no tendrá a quien acudir para recibir consejos o aliento.
Cuando Fernando Vives residía en el extranjero, la
correspondencia entre ellos era casi semanal. Durante los
últimos años de su estada en Chile, muchas tardes las pasaba
Clotario en su celda. La preocupación primordial de este
jesuita era la de formar futuros líderes impregnados de
ideales cristianos. ¿Por qué, se preguntaba Fernando Vives,
han de ser comunistas y socialistas quienes han de enarbolar
banderas que siempre debieran haber estado en manos de la
Iglesia? No quería caudillos políticos sino apóstoles sociales.
A Clotario lo conoció adolescente y en él encontró el terreno
adecuado para sembrar la semilla del futuro apóstol. Desde
su regreso ayudaba al joven árbol a fortificarse, a crecer. Al
legarle su cruz, la víspera de su muerte, le entregaba también
su fuerza y honestidad para que él, el hijo predilecto
realizara lo que él como sacerdote no había logrado concluir:
la tarea de transformar en acciones sus ideales.

No se conserva ningún libro de Fernando Vives.


Afortunadamente existen artículos suyos en el diario La
Unión de Valparaíso donde escribió con el seudónimo de
Jaime Edén entre 1932 y 1935. Gracias a la recopilación que
hizo de ellos Francisco Javier Cid en un libro titulado: El
Humanismo de Fernando Vives Solar, están todos a nuestro
alcance. Títulos de estos artículos: Colaboración
Inconsciente y de Clases , ¿Cristianos marxistas?.
Capitalismo y Comunismo , Paradojas soviéticas , etc. En
decenios se adelantaba Vives en los que serían los dilemas
críticos de la Iglesia Católica. Plantea: "El régimen
individualista capitalista ¿es enteramente antagónico del
comunista? La sola pregunta parece una paradoja. Con todo,
las dos tendencias están unidas por lazos comunes. Ambas
provienen de un mismo punto de partida: el capital y el
trabajo no podrán armonizarse si no se les concede un
vínculo moral. Roto éste por la filosofía naturalista
sobrevino el divorcio entre ambos, y la hipertrofia del capital
trajo el capitalismo, como la hipertrofia del trabajo engendró
el socialismo. Y así ambos, al repudiar la finalidad
trascendental de la vida, no quieren que el poder espiritual
influya en la vida pública y fundan la civilización
exclusivamente en factores de orden temporal. Un segundo
punto los une también. Utilizan ambos los medios técnicos.
Hay que dominar la naturaleza cada vez más para
proporcionar al hombre el mayor bienestar posible. Y así,
buscando ese fin. capitalismo y comunismo utilizan la
máquina, expresión concreta del tecnicismo generalizado.
Aunque no parezca tan claro, también se encuentran hoy de
acuerdo comunismo y capitalismo en el colectivismo de los
fines. El capitalismo nació del liberalismo económico que
veía en el lucro el estímulo suficiente para encontrar la
armonía social. Pero como el resultado no fue el apetecido,
se evolucionó al racionalismo económico que consideró el
bien de los grupos sociales sobre el bien particular, y por eso
formó esos dos grandes trusts internacionales que han
producido ¡a absorción del individuo en esas grandes masas
de capital, y frente al internacionalismo teórico, se ha
levantado el práctico del capitalismo.

El error comunista no es otra cosa, pues es la reducción


lógica del error capitalista. Ni el capitalismo ni el
comunismo traen solución de la vida. Son ambos dos
hermanos que no se conocen, se odian y, con todo, llevan en
su sangre el germen morboso del padre común. Tanto el
capitalismo como el comunismo suprimen de hecho la
propiedad privada. El capitalismo la pone en manos de unos
pocos, el comunismo la pone en manos del Estado.
Prácticamente en uno y en otro, la masa no es propietaria.

La solución cristiana está en el medio: diseminación de la


propiedad en el mayor número posible, para el mayor
bienestar y la mayor armonía llenando una verdadera función
social. Respecto al hombre y la familia, en contra del
concepto de lucro del capitalismo, en contra del concepto de
masa del comunismo. Y, por encima de todo, la vuelta al
espiritualismo para sanear este ambiente materialista que nos
ahoga y que en tres siglos de influencia nos ha conducido a
la más horrible de las tragedias." (43)
En otro artículo expresa: "Es indiscutible que en su ensayo
por industrializar a Rusia, el comunismo está estrechamente
unido con el capitalismo occidental, unión monstruosa de
fuerzas que se execran y que son la negación la una de la
otra." (44) Y en varios artículos insiste: "Nuestra
civilización, aunque originalmente inspirada en el
cristianismo, está infectada ahora por elementos no
cristianos. La miseria creciente de los pobres, el trabajo
pesado de las mujeres y los niños, la carencia de una
verdadera educación religiosa de la juventud, la degradada
condición de los obreros, el notorio egoísmo de muchos
capitalistas, el abuso de aquellos ricos que sólo buscan el
placer, la desigual repartición de los cargos públicos, el
impuesto que no cae justamente sobre las ganancias e
industrias de los poseedores de los negocios..." "todas estas y
otras formas de DESPOTISMO, INJUSTICIA y
ANARQUÍA, que forman el tema de la acusación socialista,
exigen también una austera condenación de quienes profesan
la fe católica." (45)

Organizó círculos de estudio para profesionales, estudiantes,


obreros. Crea la Liga Social, la Liga de Acción Sacerdotal,
asesora la Unión de Trabajadores de la Construcción, la
Acción Popular y otras entidades. Insiste: la Iglesia debe
desmentir con los hechos la acusación de estar
tradicionalmente coludida con los poderosos; debe anteponer
la justicia a la caridad y ésta a su vez debe inspirar y
perfeccionar la justicia; la función social de las riquezas y de
la propiedad privada; la subdivisión de la tierra y otras
reflexiones anticipadas 40 años a la Reforma Agraria, a los
cristianos de izquierda y a los marxistas cristianos, a la
colaboración y convergencia entre comunismo y capitalismo
y otras cuestiones candentes de nuestra época.

Los medios de comunicación de la época le fueron hostiles,


según Javier Cid, más interesados en silenciar o tergiversar
su pensamiento que en realzar su conducta. A juicio de sus
censores el padre Vives cometió demasiadas "imprudencias"
que le valieron reprimendas, destierro y el título de persona
non grata para quienes, según sus palabras, "se sintieron
mucho más turbados en sus bolsillos que en su conciencia."

Dentro de todas las incomprensiones y enemistades creadas


contra él, quizá una de las más dolorosas haya sido la de los
jóvenes conservadores de los años 1930 que no
comprendieron el alcance futuro de sus intenciones, de las
cuales años después le estarían agradecidos.
Momentáneamente sólo era el que entorpecía el flujo de los
jóvenes al partido Conservador. Bernardo Leighton,
contrario a Vives desde la participación de la Liga Social en
el gobierno socialista, lo atacó duramente. Los golpes
arreciaban: la jerarquía eclesiástica le quita el secretariado
económico-social de la Acción Católica y la Liga de Acción
Sacerdotal que fundó. Sus superiores suspenden una Semana
Social del Clero que él había organizado. En el campo
político, Rafael Gumucio escribe airados artículos en su
contra. Según Alejandro Magnet, Vives y Gumucio eran dos
adversarios que se merecían. "Y como don Rafael Luis no
era de los que mandaban anónimos ni iban con chismes, fue
una tarde de aquellos años de apasionada pugna al cuarto del
padre Vives. Salió pálido, golpeando el suelo con el bastón
como si fuese a perforarlo. Uno de los jóvenes que esperaba
hablar con Vives, entró entonces, y lo vio con el rostro
amarillo, echado hacia atrás en el sillón, los ojos cerrados, el
mentón tembloroso. Al ruido de los pasos, abrió los ojos y
reconoció a uno de sus íntimos: -Todos los reformadores
sociales, le dijo, mueren del hígado; yo también voy a morir
del hígado." (46)

Vives perdía el apoyo, que nunca fue muy entusiasta, del


superior de los jesuitas y de la jerarquía eclesiástica; pero
adquiría nuevos amigos, especialmente entre los dirigentes
socialistas que acudían a su celda para intercambiar ideas.

Una enfermedad al hígado fue, como él lo había


pronosticado, la que lo llevó a la tumba. Una semana de
dolores atroces y una tarde en un reposo más tranquilo,
después de una dosis de morfina, el padre Fernando Vives
murió en su cuarto de San Ignacio; era el 23 de septiembre
de 1935.

Clotario había permanecido a su lado todos estos días. Me


dice: "Recibí su crucifijo de sus manos la tarde anterior. El
entierro salió de la Iglesia de San Ignacio, la carroza con
caballos esperaba en la puerta. Nosotros, sus amigos y toda
esa juventud que lo admiraba y quería, retiramos los caballos
y arrastramos la carroza hasta el Cementerio Católico.
Después que murió sentí una gran soledad." (47)

Pocos meses antes de morir, el 15 de mayo de 1935,


Fernando Vives pronunció un discurso, cuya parte final
encierra una declaración de principios: "En mi larga vida de
actividades sociales, jamás he traicionado la causa del
pueblo. Tendré derecho de acusar de calumniador al que
pretendiese enrostrarme cualquier claudicación en favor de
los ricos y patrones. Puedo decir con toda sinceridad las
palabras del cardenal Manning: "amé a Cristo y así aprendí a
amar al pueblo por el cual él murió." Pongo al mismo Dios
por testigo de la declaración que os haré: sea colgado de un
árbol de nuestras plazas, sea despedazado por las turbas
desenfrenadas, si me aparto alguna vez del servicio
exclusivo del pueblo, a quien con mi voto me comprometí a
servir el mismo día de mi ordenación sacerdotal. Tengo pues
derecho a que me miréis con desconfianza..." (48)

De todo lo que se dijo después de su muerte, quizá lo más


significativo sean las palabras de su amigo Ricardo Latcham
en esa época uno de los líderes de la juventud socialista: "El
padre Vives ha muerto más que por la dolencia física que lo
arrebató materialmente, por su pasión prolongada en busca
del bien y la verdad. Quería unir a Cristo con el pueblo y
hacer que reinara en las almas. No quería verlo alejado del
corazón de los trabajadores ... El padre Vives vivía
agonizando. Esto es, luchando y padeciendo a través de las
incomprensiones, de las apostasías y de los desengaños. Pero
también recibía consuelos indecibles y cosechaba éxitos
frondosos y fecundos. Como el Cid, ganará batallas después
de muerto. Sus discípulos y su espíritu no morirán. Quedaron
modelando a nuevas generaciones, a hombres más
comprensivos y más generosos.

Su entierro fue un acto de solidaridad. Lo acompañaron


largas columnas de jóvenes y obreros, de políticos y
sacerdotes. Entre los que llegaron al cementerio el lunes
pasado, habían muchos que le clavaron la cruz y le dieron de
beber el vinagre del desaliento. Había en ese extraño y
sugestivo entierro hombres de todas las tiendas y de los más
apartados credos. Hombres de mundo, sacerdotes
demacrados, políticos maestros de macuquería, jóvenes
idealistas, viejos y macerados jesuitas, revolucionarios
febriles, discípulos conmovidos. Se alzaban algunas cabezas
acusadoras. Otras tímidas, muchas pensativas ...

Los Libros Santos dicen que "el recuerdo del justo vivirá en
la eternidad de la memoria". El recuerdo del Padre Vives
será en Chile el estímulo ardiente de los que aman a Cristo y
desean verlo imperando en las almas por el amor que no
reconoce fronteras y que tiene por base el gran pueblo
doliente y olvidado." (49)

Entre esas largas columnas de estudiantes, obreros, políticos


y sacerdotes que acompañaron a Fernando Vives en su
último viaje, marchaba Clotario Blest. Su marcha junto al
jesuita revolucionario e idealista no se detendría más; su
espíritu y su fuerza formaban parte de su ser.

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 20 junio 1978

2. Entrevista a Julio Santa María Santa Cruz, 14 noviembre


1979

3. Entrevista a Bartolomé Ramírez, 4 marzo 1979


4. Grayson, George, El Partido Demócrata Cristiano
Chileno, Editorial Francisco de Aguirre, 1968, p. 71

5. Entrevista a Clotario Blest, 3 agosto 1978

6. Villalobos, Sergio et al., Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974, Tomo IV, p. 986

7. Edwards Vives, Alberto, La Fronda Aristocrática,


Editorial Ercilla, 1935, p. 64.

8. Idem, p. 64

9. Villalobos, Sergio et al., Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974, Tomo IV, pp. 986-987

10. Idem

11. Würth Rojas, Ernesto, Ibáñez, Caudillo Enigmático,


Editorial del Pacífico, 1958, p. 75

12. Entrevista a Clotario Blest, 3 agosto 1978

13. Idem

14. Edwards Vives, Alberto, La Fronda Aristocrática,


Editorial Ercilla, 1935, p. 98

15. Entrevista a Clotario Blest, 3 agosto 1978


16. Edwards Vives, Alberto, La Fronda Aristocrática,
Editorial Ercilla, 1935, pp. 99-100

17. Montero, Rene, La Verdad Sobre Ibáñez, Editorial del


Pacífico, 1957, p. 128

18. Villalobos, Sergio et al., Historia de Chile. Editorial


Universitaria, 1974, Tomo IV, pp. 987-988

19. Entrevista a Clotario Blest, 3 agosto 1978

20. Idem

21. Magnet, Alejandro, El Padre Hurtado, Editorial del


Pacífico, 1953, pp. 64-65

22. Carta de Femando Vives a Alberto Hurtado, sin fecha.


Posiblemente escrita después de la ascensión de Montero al
poder (Archivo de Clotario Blest)

23. Declaración de Principios de la Liga Social, 1931,


folleto. (Archivo de Clotario Blest)

24. Idem

25. Entrevista a Clotario Blest, 3 abril 1979

26. Entrevista a Florentino Mateluna, 11 junio 1980

27. Revista Idea Nueva, Nº 1, agosto 1932, pp. 6-8


28. Revista Idea Nueva, Nº 2, septiembre 1932, pp. 8-9

29. Magnet, Alejandro, El Padre Hurtado, Editorial del


Pacífico, 1953, pp. 101-102

30. Declaración de Principios del Partido Corporativo


Popular, Santiago, Imprenta La Fama, 1934, Folleto
(Archivo de Clotario Blest)

31. Grayson, George, El Partido Demócrata Cristiano


Chileno, Editorial Francisco de Aguirre, 1968, pp. 143-144

32. Entrevista a Clotario Blest, 10 agosto 1978

33. Entrevista a Bartolomé Ramírez, 28 diciembre 1970

34. Caro, José María, La Iglesia está con el Pueblo, Editorial


AUDA, 1939, pp. 28-29

35. Entrevista a Eduardo Long Alessandri, 7 septiembre


1978

36. Entrevista a Clotario Blest, 5 octubre 1978

37. Salinas, Maximiliano, Clotario Blest, Ediciones Vicaría


Pastoral Obrera, 1980. p.69

38. Grayson, George, El Partido Demócrata Cristiano


Chileno, Editorial Francisco de Aguirre, 1968, pp. 191-192
39. Elementos de la Falange Nacional, 30 enero 1937
(Archivo de Clotario Blest)

40. Periódico Lircay, 28 agosto 1934, pp. 3-4

41. Gunther, John, et al., Inside Latin America, Nueva York


y Londres, Harper Brothers, 1941, pp. 78-79

42. El emblema de la Falange chilena es una flecha roja


cruzada por dos barras también rojas y es diferente al de la
Falange española que proviene de las flechas heráldicas de
los Reyes Católicos.

Consultado al respecto Bosco Parra, indicó que el fallecido


senador Ignacio Palma explicaba el símbolo como inspirado
en el scoutismo y las barras transversales rojas, simbolizan
dos obstáculos, la derecha y la izquierda.

43. Capitalismo y Comunismo. En: La Unión, Valparaíso, 30


junio 1933, p. 4

44. Paradojas Soviéticas: Capitalismo bolchevique. En: La


Unión, Valparaíso, p. 3

45. La Cuestión Social Vista por un Jesuita. En Revista Proa,


junio 1935, pp.10-11

46. Magnet, Alejandro, El Padre Hurtado, Editorial del


Pacífico, 1953, pp. 189-190

47. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1980


48. Blest, Clotario, Discurso en el aniversario de "Rerum
Novarum". 15 mayo 1934. Texto manuscrito de su puño y
letra en poder del presbítero Oscar de la Fuente.

49. Revista Hoy, septiembre de 1935, pp. 10-11. Artículo


firmado por Observador Eclesiástico, seudónimo utilizado
por Ricardo Latcham.

---------------------

EL EMPLEADO FISCAL

"El dirigente gremial debe transformar sus principios en


vida" (1)

Recorrer la vida de Clotario Blest como empleado fiscal


reviste un gran interés. Por una parte, su labor como
empleado: cumplidor, puntual. "Creo que durante mis 32
años de servicio, no falté más de dos o tres días por
enfermedad; la mayoría de las veces en que no asistí a mi
trabajo fue por causas ajenas a mi voluntad: había sido
detenido por razones políticas..." (2) Pero además del
correcto y eficiente empleado, Blest era honesto, y esa
intransigente honestidad a toda prueba, en la que varias
veces arriesgó su puesto, es lo que marca un ejemplo para el
resto de sus compañeros.

En este período, es también ciando Blest comienza su


brillante carrera de organizador gremial, donde recurrió a los
más diversos ingenios para crear asociativas entre los
trabajadores con miras a su unidad final.

MAS QUE UN EMPLEADO

En 1921, Blest se vio obligado por la situación precaria de su


hogar, a entrar a trabajar. "Una de mis tías ricas, Luz Blest,
me recomendó a un conocido de Tesorería, y allí estuve
cerca de un año, como un empleadito cualquiera, lavando
vidrios, barriendo. En 1922, gracias al empeño de otro
familiar, Don Francisco Hunneus Gana (3), ingresé
formalmente al Servicio de Tesorería, como ayudante de
pagador de las Escuelas Primarias" (4)

En septiembre de 1929, es designado Tesorero Comunal de


Providencia, y mientras ejercía sus funciones estuvo a punto
de ser despedido.

Estamos en pleno período de dictadura de Ibáñez, y el


Almirante Carlos Fröden (5) es el Ministro del Interior. Blest
descubre que el Ministro no ha pagado sus contribuciones y
lo declara públicamente deudor moroso a través de los
diarios del país. Se arma un gran escándalo y Blest es
suspendido de su cargo. Escuchemos de boca de Clotario
Blest los acontecimientos: "En 1931, siendo Ministro del
Interior el Almirante Carlos Fröden, fui sancionado por la
Jefatura de mi servicio por orden de dicho Ministro y
suspendido de mi cargo, sin derecho a sueldo. Le contaré
cual era mi delito: en aquellos años, los Tesoreros tenían la
obligación perentoria de publicar en un diario de la ciudad o
pueblo, la lista completa de los propietarios que no hubiesen
pagado su contribución de Bienes Raíces antes del último día
indicado por la Ley. Pues bien, es el caso que el señor
Fröden tenía un hermoso chalet en la comuna, y llegado el
último día del mes de mayo, fecha fatal para pagar las
contribuciones de Bienes Raíces, el señor Fröden apareció
como moroso; lógicamente que como Tesorero apliqué la ley
al Ministro del Interior, y él salió en primer plano en el
diario como deudor del Fisco. Usted comprenderá que esto
significó una escandalera mayúscula y ese mismo día me
llamaron del Ministerio para pedirme explicaciones. El señor
Fröden en cuanto me vio, montó en cólera y me trató de la
peor manera, con insultos de grueso calibre, y llamó a su
despacho al Tesorero Provincial, al Tesorero General y al
Director de Impuestos Internos. Y este alto tribunal me
suspendió del cargo por un mes. Cumplido mi castigo, me
hice cargo nuevamente de mi puesto, y con gran extrañeza
mía, a los pocos días aparece en mi oficina el secretario del
señor Fröden, quien me expresa que el Ministro me manda
toda clase de excusas, pues lo que ocurrió fue que el anterior
secretario del Ministro no canceló la contribución,
habiéndosele entregado el dinero para ello. ¿Qué se hizo este
dinero? Hasta el momento nadie lo sabe..." (6)

Durante estos primeros años de empleado, Clotario seguía


sus cursos en la Universidad y sus pocas horas libres eran
para la Casa del Pueblo, la Unión de Centros y
posteriormente, Germen.

LA INFLUENCIA DEL PUERTO DE SAN ANTONIO EN


LA FORMACIÓN POLÍTICA DE BLEST
En el mes de julio de 1934, recibe su tercer nombramiento:
Tesorero Comunal de San Antonio. San Antonio era un
puerto importante y lleno de actividades, y para Clotario su
estadía allí fue rica en nuevas experiencias, tanto en el plano
político como humano. Al llegar tomó contacto con los
estibadores, el gremio más fuerte y politizado de la zona.
Nos declara: "En el puerto de San Antonio fundé una escuela
nocturna para los obreros portuarios y sus hijos. La escuela
funcionaba en un local del liceo, cedido gratuitamente por el
cura párroco don Abel García Huidobro, que era su director.
La mayoría de estos hombres eran analfabetos y sus hijos
entraban a trabajar a corta edad. Gracias a estos cursos
aprendieron a leer y a escribir. Formé igualmente un club
deportivo en Barrancas, que denominamos "Primero de
Mayo", al que se incorporaron todos los hijos de los
pescadores, lancheros y estibadores del puerto. Además,
organizamos un conjunto artístico en este mismo barrio. A
esta labor se agregaba la ayuda a los reos de la cárcel; ¡no se
imagina las veces que recurrí al Secretario del Juzgado,
señor Rene García, para que intercediera en favor de los
condenados!" (7)

Muchas son las anécdotas de Clotario en San Antonio, y a él


le agrada recordarlas, parece feliz con sus nuevos amigos y
su relación con el gremio portuario le abre perspectivas
sobre la mentalidad, la fuerza y las tácticas utilizadas por el
obrero politizado. Estos sindicatos eran dirigidos por los
comunistas, sin embargo, el católico Clotario parece no
haber tenido nunca ningún problema con ellos. La amistad y
respeto de los estibadores por Clotario fue inmensa y quedó
demostrada en la manifestación que le brindaron cuando fue
trasladado a Santiago. Su compañero de Germen, Bartolomé
Ramírez, insiste en que durante ese período, Blest fue
cautivado por los comunistas. Clotario replica que su
amistad con los obreros no tuvo ninguna connotación
política. Rebelde e independiente como es, será difícil hacer
de él un comunista más. Aunque innumerables veces sus
enemigos lo acusaron de comunista, jamás perteneció al
partido. "Amigo, compañero de lucha y de ruta, de acuerdo;
camarada dócil y obediente, NO. El ser militante me habría
quitado fuerza ante la mayoría de los independientes" (8)

A pesar de la inocencia política proclamada por Clotario, los


derechistas de la zona comenzaron a mirarlo con malos ojos.
¿Quién era y qué pretendía este empleadito de cuello y
corbata que se decía católico, pero que no frecuentaba más
que a los rotos, aspirando educarlos y cultivarlos? Sobre
todo después de la última y hábil jugada que Clotario les
había tendido, más valía deshacerse de él a la brevedad
posible. En una entrevista, Blest narra el episodio: "En el año
1937 se me trasladó a Santiago bajo presión y ese cambio
fue dirigido por el poderoso latifundista de esa región,
Manuel Cruzat Vicuña, alto jerarca del Partido Conservador,
quien me acusaba de intervención electoral en beneficio del
Frente Popular. Mi "delito" consistió en dar facilidades,
como integrante de la Junta Inscriptora Electoral, para que se
inscribieran los obreros portuarios, ya que estos días no lo
podía hacer porque la Junta funcionaba sólo ocho días al
mes, desde las 12 del día hasta las 4 de la tarde, y los obreros
terminaban su horario de trabajo a las 18 y 19 horas. Yo
había averiguado que la Junta inscriptora estaba autorizada
para sesionar hasta el momento que terminara la "cola" de
las personas que acudían a inscribirse. El tremendo "delito"
consistió en que, de acuerdo con el Notario, que era otro
miembro de la Junta, buscamos una treta para que a las 4 de
la tarde hubiera "cola", con el objeto de seguir inscribiendo.
La maniobra tuvo pleno éxito y fue así como en las
elecciones municipales que siguieron a estas inscripciones, la
derecha en San Antonio perdió su fácil mayoría y
posteriormente contribuyó con gran número de votos al
triunfo del Frente Popular: Pedro Aguirre Cerda" (9)

A pesar de sus múltiples compromisos, unos meses antes de


su traslado a Santiago, Blest participa en la fundación de otra
entidad: la "Sociedad Protectora de Animales" de San
Antonio.

-¿Por qué, don Clotario, esta sociedad tan ajena a sus


preocupaciones diarias? le pregunto.

-"En esa época se usaba mucho la carreta con bueyes y estos


sufridos animales eran castigados con picanas con clavos.
Considero que esta crueldad, que desgraciadamente aún
existe, es un abuso contra un animal indefenso. Quise llamar
la atención contra esa práctica inhumana" (10)

Clotario degradado, pasaba a ser Jefe de la Sección


Pensiones, y debió trasladarse a Santiago. En abril de 1937,
antes de partir, recibe un gran homenaje de despedida.
Clotario conserva dos recuerdos de este acto público: un
diploma colgado en un gran marco en la pared de su sala de
estar, que dice: "Sincero homenaje de admiración y respeto
al gran filántropo y cultor social del puerto de San Antonio,
por sus relevantes dotes de altruismo, abnegación y profundo
amor a sus semejantes". Y una carta de homenaje del gran
compañero y amigo de Luis Emilio Recabarren, Luis Víctor
Cruz que expresa en algunos acápites: "Contrario, por
convicción, a esta clase de manifestaciones a ésta me he
adherido, salvando mis escrúpulos, porque tiene una
significación distinta, porque es una de esas raras y
justísimas manifestaciones a un hombre que si la psicología
no le ha dado ya ese adjetivo, se lo daré yo en esta ocasión:
es una manifestación al hombre integral, modesto, bueno,
inteligente, abnegado, recto. Sobre todo recto, como una
varilla de acero que se quiebra, pero no se dobla..." (11)

REGRESO A SANTIAGO

Clotario llega de regreso a Santiago con nuevas ideas para


emprender la lucha. Sin embargo, un acontecimiento político
de esa época marcará a Clotario Blest y en varias de sus
entrevistas me lo relata. Fue "la masacre del Seguro Obrero":
"Arturo Alessandri Palma, que era Presidente, tuvo que
hacer frente a un conato subversivo de un grupo de nazistas
dirigido por González von Marees. Yo iba caminando, como
todos los días, a mi lugar de trabajo y observé que un grupo
de muchachos habían ocupado la Universidad, y como llegó
un regimiento para sacarlos y destruyeron la puerta con una
granada, debieron salir con los brazos en alto, rendidos. Yo
los seguí mientras los llevaban por Morandé 80 y allí estaba
el León. Yo estaba muy lejos del fascismo, los muchachos
eran nazis. González von Marees, como todos los jefes, se
había quedado en un auto a 15 cuadras de distancia y por
radio daba las órdenes a los estudiantes, y él, por supuesto,
muy bien gracias. Pasaron los universitarios rendidos, y el
León, que estaba con el Director General de Carabineros
-Amagada, creo- y otros dos o tres más, gritó a todo pulmón:
"Mátenlos a todos". Yo lo escuché y lo vi, así es que a mí no
me engañen. Después lo negaron. Los metieron al Seguro y
los mataron a todos, quedando sólo dos o tres vivos que
contaron. No porque fueran nazistas nosotros los íbamos a
odiar de esa forma, y a la gente rendida no se le mata,
indefensos como estaban."

Clotario, que es testigo ocular de este luctuoso episodio, por


laborar en el edificio de la Tesorería, que estaba ubicado
donde hoy se encuentra la Plaza Bulnes, ratificará este
testimonio al historiador Leopoldo Castedo (12), agregando:
"Lo único que sé es que los nazistas eran enemigos nuestros
y nos hicieron muchas barbaridades. Llegaban a nuestras
reuniones y nos agarraban a chicotazos con cinturones. Eran
muy locos, concretamente. No obstante, yo, como cristiano,
tenía que estar con ellos en el momento del sufrimiento."

En esa agitada época como siempre, Clotario deseaba


apresurar el paso del tiempo y se estrellaba contra una clase
media insegura y llena de prejuicios. Por esto resultó una
tarea muy difícil para él poder sacarlos de su apatía y que los
empleados comprendieran la fuerza que significaría su
organización.

La clase media chilena carecía de espíritu de clase, su


ambición se limitaba a lograr ser burgués gozar de los
privilegios de la clase alta, la oligarquía, dueña del dinero y
del poder político y económico.
"Mire, usted no podrá creerlo, pero el problema que tuve al
formar estas agrupaciones fue el término "trabajadores" con
que yo los mencionaba y que ellos se negaban a aceptar."
(13)

Por los diversos artículos aparecidos en Germen hasta 1938,


antes citados, vemos como Clotario Blest comienza a
preocuparse de la problemática política partidista. Cómo
ataca a los partidos de derecha y como critica a los partidos
de izquierda por su sectarismo y falta de cohesión.
"Debemos mantenernos exclusivamente en el campo
gremialista y defender a nuestros compañeros, sin
importarnos su etiqueta política." (14)

El principal escollo era una ley dictada en tiempos de


Alessandri de 1934. El Código del Trabajo y el Estatuto
Administrativo prohibían a los empleados fiscales formar
sindicatos. Sin embargo, la Constitución permitía, como a
todo ciudadano, formar asociaciones.

"Me di cuenta de cuan mal pagado estaba el personal de la


administración pública. ¡Cómo los defiendo!, pensé. Eran
alrededor de 300 mil. Fundé, entonces, clubes deportivos y
culturales en todos los servicios. Los jefes, al comienzo
estaban encantados, pero después se dieron cuenta que en los
clubes se discutían problemas gremiales. Todos los
empleados asistían a charlas sociales y técnicas. La tesis que
se sustentaba era: "mens sana in corpore sano"; para ser buen
empleado hay que alimentarse bien y para eso se necesitaba
un buen sueldo o salario. Y luchamos para eso. El Ministro
Pablo Ramírez, primer Contralor de la República, y de
mucha cultura, me dijo: Mire, sé que esta fundando clubes
con otras intenciones, yo voy a "morir pollo", siga adelante.
Era muy diablazo Formé entonces un inocente "Club
Cultural Deportivo Tesorería", que tuvo gran éxito. Y luego
las otras reparticiones públicas siguieron el ejemplo. Se
hacía deporte, mucho deporte. Pero la palabrita "cultural"
permitía dar charlas, y los charlistas pasaban, naturalmente,
del deporte al problema económico." (15)

Estos clubes, como decía un artículo de su reglamento,


contaban con una rama deportiva, una sección cultural y otra
de asistencia social. Al principio formó parte de la "Liga
Bancaria de Deportes", pero más adelante se independiza y
se crea una federación deportiva de los trabajadores del
Estado, y así como en enero de 1938, nace la ADIP
(Asociación Deportiva de Instituciones Públicas), que
Clotario dirigirá como presidente hasta más o menos 1941

La ADIP no ha sido suficientemente valorizada. Tucapel


Jiménez como muchos otros dirigentes laborales, la
consideraba esencial en su formación posterior como
sindicalista comprometido. Tucapel, alumno, amigo y a
veces adversario de Blest. La dictadura de Pinochet lo sintió
tan peligroso para su estabilidad que en el año 1982, lo
asesinó en un crimen todavía no aclarado.

Tucapel nos dirá: "Yo conocí a don Clotario en la primera


asamblea que hubo de empleados fiscales (1934, en el Teatro
Splendid). Yo tenía una mentalidad muy joven, no entendía
el sindicalismo y sólo me atraía el deporte, y por ese
conducto conocí la tragedia de los trabajadores. Entonces me
encontré con que los jugadores no tenían como comprarse
zapatos, medias, porque el sueldo no les alcanzaba para
entregar recursos a esta rama. Decidí entonces continuar
atendiendo el deporte, pero luchar por las reivindicaciones
de los trabajadores, y llegué a la ANEF como un simple
soldado, y don Clotario me distinguió." (16)

Para Clotario, ADIP señala el comienzo de su tarea.


Prendidas en su mameluco, lleva tres insignias, que me
muestra: "aquí están mis tres grandes obras: la ADIP,
pequeña y humilde, pero que fue la antesala y el primer
instrumento que tuve en mis manos para forjar el gran
movimiento gremialista del país; esta otra es la ANEF
(Asociación de Empleados Fiscales), su hija; y ésta es la
CUT (Central Unica de Trabajadores), en la que culminó mi
labor como organizador." (17)

Poco después, Clotario fundará la Asociación de Empleados


de Tesorería (AET), que se lanza en campaña de
reivindicaciones económicas y edita una revista: Momento.
Poco después, pero más importante que la AET, organiza la
Federación de Trabajadores del Estado (FTE), en la que
Blest fusiona a sindicatos y asociaciones. Duró desde 1939 a
1940 y contó con 15 sindicatos que fueron: Obreros y
Empleados del Instituto Bacteriológico, Empleados
Sanitarios, Comité de Identificación y Pasaportes, Obreros
de Pavimentación de Comunas Rurales, Obreros de
Alcantarillado Fiscal, Caja de Previsión y Retiro de los
FF.CC. del Estado, Caja de la Colonización Agrícola, Caja
del Seguro Obligatorio, Empleados Secundarios de la
Administración Pública, Personal de Aprovisionamiento del
Estado, Personal del Registro Civil, Obreros del Ministerio
de Agricultura, y Asociación de Alcantarillado de Santiago.
La Federación tuvo corta vida, continuó entonces
colaborando en ADIP como Director Cultural, sin dejar de
lado sus grandes aspiraciones.

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio l978

2. Entrevista a Clotario Blest, l0 julio 1978

3. Francisco Huneeus Gana era pariente lejano de Clotario


Blest. Creador de la Caja de Crédito Prendario, más
conocido como "Tía Rica"

4. Entrevista a Clotario Blest, 4 octubre 1978

5. Blest, Clotario, Apuntes de una Autobiografía, 1977,


mimeo. (Archivo de Clotario Blest)

6. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1978

7. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1978

8. Entrevista a Clotario Blest, 30 agosto 1978

9. Idem

10. Idem
11. Carta fechada el 21 marzo 1937 (Archivo de Clotario
Blest)

12. Entrevista a Leopoldo Castedo. En: Diario La Época, 3


junio 1990, pp. 13-15

13. Entrevista a Clotario Blest, 30 agosto 1978

14. Revista Germen, 1938

15. Entrevista a Clotario Blest, 30 agosto 1978

16. Entrevista a Tucapel Jiménez, 22 octubre 1978. Según lo


que se ha podido establecer, Tucapel Jiménez habría sido
asesinado bestialmente luego de haber constituido el Frente
Nacional, basado en la unificación amplia de diversos
estamentos sociales, de empresarios, sindicatos, colegios
profesionales, etc. que preparaba un paro para mediados de
marzo de 1982 y del cual se rumorea que también se habrían
adheridos algunos oficiales de mediana gradación. La
ejecución habría sido obra de una acción conjunta entre una
brigada del trabajo de la CNI y la secretaría nacional de los
gremios el 25 de febrero de 1982 en un camino cercano al
aeropuerto internacional (Pudahuel).

17. Entrevista a Clotario Blest, 30 agosto 1978

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LA EXPERIENCIA DA FRUTOS: ANEF

"Yo podía actuar con independencia, porque no te prendía


velas a ningún partido político" (1)

La edad oscura de la administración pública terminó para


siempre en el año 1943. Hasta entonces la situación de los
empleados públicos era dramática: rentas demasiado bajas;
impotencia ante los atropellos al escalafón; abuso de los
jefes arribistas que se convertían en dioses para sus
subordinados; angustiosa falta de un estatuto administrativo
que pusiera orden al caos, y por último, trabajadores que
asumen una resignada actitud de sometidos. El terror, el
temor a las persecuciones y a las cárceles, impiden cualquier
movimiento de defensa. Parecía que no había esperanza". (2)

Por fin, el 5 de mayo de 1943, se comenzó a poner término a


esta situación. En un segundo piso de la calle Esmeralda 878
de Santiago, se reunieron los representantes de diez
Servicios del Estado (3) que acordaron fundar la Agrupación
de Empleados Fiscales (ANEF). Todas estas agrupaciones de
empleados eligieron a Clotario Blest como su presidente.
Durante muchos años Clotario Blest dirigirá la ANEF, y sólo
renunciará cuando, absorbido por los problemas de la CUT,
de la cual es presidente, se siente incapaz de dirigir ambas
asociaciones. En 1958 se retira y pasa a integrar la comisión
técnica de la ANEF, cargo que ocupa hasta el año 1980. Hoy
día ANEF es uno de los gremios más poderosos y
combativos de la vida sindical chilena.
Clotario relata: "En el año 1943 unimos a todos los gremios
en la ANEF Durante 15 años yo dirigí la ANEE y no se ha
destruido ni se va a destruir. Estuve varias veces preso en ese
tiempo." (4)

"Pienso que a través de la vida de la ANEF se operó un


cambio fundamental en los trabajadores del Estado y se
lograron conquistas que les dieron otro sentido a sus vidas..."
"Fue largo y trabajoso modificar la mentalidad burguesa y
arribista que caracterizaba a este gremio, pero la mayoría,
me parece, se ha librado de estas taras, sobre todo de la
vanidad que caracterizó a muchos. Los chilenos somos así.
Antes, a los empleados no les gustaba que los calificaran de
"trabajadores". Y los obreros preferían el término de
"operarios". Poco a poco se fue adquiriendo una conciencia
de clase" (5)

ANTECEDENTES HISTÓRICOS EN QUE SE FUNDA LA


ANEF

Cuando la ANEF se transforma en realidad, el corto período


del Frente Popular acaba de terminar y el Presidente Pedro
Aguirre Cerda, que lo encabeza, ha muerto prematuramente.
"El Frente Popular, puede decirse, falleció con anterioridad
al malogrado Presidente. Los comunistas vivían durante
estos años en perpetua pugna con el socialismo de Schnacke
y de Grove; los radicales comenzaban a dividirse entre
"Riístas" y "Gonzalistas". Los ejemplos europeos de Francia
y España caían ahogados, el uno en el exaltado nacionalismo
francés, y el otro en la sangre de la revolución franquista.
Por otro lado, la guerra europea polarizaba a la humanidad
en dos sectores predominantes: el fascismo y la democracia."
(6)

El período de Pedro Aguirre Cerda se suele mencionar como


"una gran obra, iniciada pero no concluida. Existió en esos
años el ideal de llevar al pueblo al poder, pero los graves
acontecimientos internacionales influenciaron en tal forma la
política nacional, que Chile dejó de ser "neutral" y se entregó
por entero a la causa de los aliados, vendiendo su mayor
riqueza, el cobre, a precios irrisorios. A la larga, esa alianza
significaría una mayor dependencia de Estados Unidos, pero
en esa época, la izquierda exclamaba: "¡Cómo puede
plantearse la nacionalización del cobre cuando nuestro
hermano del Norte está convertido en el gran defensor de la
democracia continental! Tampoco se habla de reforma
agraria, sino de colonización agraria. Sin embargo, en ese
período se solucionó en parte el problema de las reducciones
indígenas, adjudicando hijuelas a los mapuches; se
aumentaron las matrículas en colegios primarios, liceos y
universidades; se construyeron hospitales; se bajó el precio
del pan; se creó el Instituto de Información Campesina..." (7)
Pero sin duda, la gran obra del Gobierno de Aguirre Cerda
fue la creación de la Corporación de Fomento de la
Producción (CORFO), que haría de Chile un país industrial.

El economista Aníbal Pinto, en un artículo titulado Los


altibajos económicos, analiza muy bien las diferentes etapas
que son propias del Chile de esos años. "Hasta 1930, la
economía chilena evoluciona bajo el patrón clásico del
"desarrollo hacia afuera", esto es, un progreso basado en la
explotación y venta de unos pocos productos básicos: la
plata, el salitre y el cobre. Prosperidad que dura hasta 1930 y
cuya historia es siempre la misma: descubrimiento de algún
recurso nacional pródigo; explotación rudimentaria; su
agotamiento y desaparición de la economía. La razón es
clara: los grupos dirigentes y propietarios, en lugar de
"sembrar el auge" y capitalizar parte importante de las rentas
para mantener las innovaciones técnicas y ampliar la
plataforma de sustentación del sistema, desviaron las
riquezas hacia la satisfacción de sus apetitos de consumo.
Don Enrique Molina dice: "Somos primitivos para producir
y civilizados para consumir." (8)

LA INDUSTRIALIZACIÓN NACE SIN IDEOLOGÍA

"Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Chile no


pudo continuar trayendo los bienes a que estaba
acostumbrado, debíamos, por lo tanto, producirlos. La
industrialización del país nació sin ideología, fue una
imposición de las circunstancias. Su centro de origen fue un
grupo de ingenieros y funcionarios de Aguirre Cerda. Los
logros de la CORFO son inmensos hasta 1956. El
crecimiento industrial fue dinámico, pero anárquico, y
aunque el Estado se erigió en agente principal del desarrollo
y bienestar, todos los diferentes gobiernos de estos años
fueron impotentes para llevar a cabo una reforma profunda
del sistema de ingresos públicos. En estas condiciones era
inevitable recurrir a los expedientes inflacionarios, que en el
fondo son un modo de cargar sobre los más débiles el peso
del financiamiento fiscal. Este factor, unido al énfasis de
favorecer a grupos minoritarios, impidió atender las
inversiones básicas que requería un desenvolvimiento
expansivo: transporte, puertos.

La política escapista de controlar precios y tolerar


monopolios, generalmente extranjeros, son algunos de los
obstáculos que detuvieron el proceso de crecimiento y
desarrollaron la inflación." (9)

La inflación, flagelo que será para Clotario Blest: "la herida


que desangra al trabajador y le impide llevar una vida digna"
(10), de la cual, según él, es culpable el gobierno, gobierno
al que combatirá con todo el poder que le dan las
organizaciones que preside.

PRINCIPIOS Y PRIMEROS PASOS DE LA ANEF

En el discurso de inauguración de la ANEF, Clotario


expresa, después de ser elegido presidente: "Nos hemos
asociado para buscar nuestro perfeccionamiento económico,
cultural y social." "Nuestro movimiento es gremialista, no
somos políticos; la justicia social y la confraternidad humana
son las bases de la ANEF." "Buscamos el perfeccionamiento
moral de nuestros asociados, basados en principios de
honradez, disciplina y sacrificio." (11)

"Este primer directorio dedicó fundamentalmente su acción a


organizar cuadros con todos los empleados y obreros fiscales
del país, y es así como en breve plazo quedaron constituidos
los Consejos Provinciales de la ANEF en todas las
provincias, desde Iquique a Punta Arenas, al igual que se
constituían asociaciones en todos los servicios de la
Administración Pública. Paralelamente a esta acción
organizativa, se entró a estudiar y resolver los problemas de
carácter socio-económico más apremiantes que afectaban a
los servicios del Estado, y a preparar la Primera Convención
Nacional de la organización, que le daría su espaldarazo
definitivo. Todas estas actividades de la ANEF eran seguidas
con profundo interés por el gobierno y la opinión pública, ya
que a ellas se les daba un carácter combativo y de absoluta
independencia gremial. Quien recorra la prensa de aquella
época, podrá comprobar nuestra categórica afirmación." (12)

Antes de cumplir un año, la ANEF lograba su primera


conquista social: obtiene, el 10 de enero de 1944, un
aumento de sueldos del 10% sobre los sueldos base de
$13.500 y más y del 12% sobre los sueldos menores a esa
cantidad, a través de la ley Nº 7.753.

Cuatro meses después, entre el 5 y el 7 de mayo de 1944, se


realiza, con sorpresivo éxito para todos, la Primera
Convención Nacional. Mucho público unitario, con gran
espíritu gremialista y luchador, repleta el Teatro Maipo.

El objetivo de este congreso es trazar las acciones futuras del


gremio, con el objeto de conseguir remuneraciones justas
para ellos y sus cargas familiares. Se plantea enseguida:

1º.- Establecer un efectivo intercambio intelectual por medio


de la fundación de una cátedra de Administración Pública en
la Universidad Interamericana.
2º.- Realizar un Congreso de los Empleados Fiscales del
continente latinoamericano.

Esta preocupación por la integración entre gremios afines del


continente, queda manifestada cuando es elegido Pedro
Ugalde, del Servicio de Impuestos Internos, como delegado
al Primer Congreso de los Empleados Fiscales, a realizarse
un año después en Cuba.

Clotario Blest pronuncia el discurso de apertura: "El éxito


alcanzado ha superado las mejores expectativas, pues se ha
conseguido la unidad completa y en la mayor armonía; se
han estudiado y resuelto nuestros problemas." (13)

Blest escribirá años después: "Este primer evento nacional


del gremio consolidó así su existencia y unidad y fue un
promisor augurio de sus éxitos posteriores, al alcanzar para
obreros y empleados del sector público, condiciones más
humanas y dignas." (14)

Semanas después, el Presidente de la República, Juan


Antonio Ríos, le da un substancial apoyo cuando logra
promulgar un decreto del Ministerio del Interior sobre "el
Estatuto Administrativo de los Funcionarios del Estado", en
1944.

Clotario Blest describe así su primera relación directa con un


Presidente de la República: "Nos mandó llamar, pues estaban
listos los estatutos de la ANEE Cita entonces al Ministro de
Hacienda, Roberto Wachholtz que le dice: "Antes de
firmarlo, entréguenselo a los gremios estatales para que lo
revisen. Así pudimos nosotros poner las observaciones; el
Presidente las aceptó. El decreto 2.500 se dictó en junio de
1944."

Este mandatario tuvo la habilidad de no enfrentarse nunca


directamente con la ANEF, lo que hace exclamar a Blest:
"Juan Antonio Ríos practicaba la democracia, pues llamaba a
los trabajadores a conversar con él y arreglaba los problemas
sobre la marcha, conversando." (15)

Este estatuto significó un enorme beneficio al gremio estatal,


pues estableció la asignación familiar, el pago de horas
extraordinarias diurnas, nocturnas y de días festivos,
aumento de feriados anuales de acuerdo a los servicios, etc.

Durante 1945, la ANEF obtiene nuevas conquistas sociales.


En septiembre se logra la dictación del estatuto orgánico de
los funcionarios de la administración civil, que entre otras
cosas permite aumentar la asignación familiar en un 5% a
partir del cuarto hijo. Otra ley, la No 8.283, del 24 de
septiembre, fija la planta del personal de los diversos
servicios de la administración pública, lo que significó un
aumento en un promedio del 30% en los sueldos.

PERÍODO PRESIDENCIAL DE JUAN ANTONIO RÍOS

Según Ricardo Boizard (Picotón): "El ideal supremo de Ríos


no era democrático ni totalitario, ni siquiera radical, era
solamente llegar a la Presidencia de la República. La
Presidencia era su acicate y su doctrina. Ahora, sin ser
democrático ni comunista, entraba en la Moneda por el atajo
de una guerra mundial que cualquiera diría que estalló para
que se consumiera, en el ajedrez provincial, una misteriosa
jugada maestra que dejó momentáneamente fuera de
combate a su rival, Gabriel González Videla.

La situación política de Chile cambió fundamentalmente con


la llegada de Ríos al poder. Desde luego, el Partido Radical
dejó de conjugar su destino de izquierdismo y cedió a los
intereses que unían a su próspera clase media con la derecha
tradicional. González Videla, representante radical de la
izquierda, aceptaba una tregua, vigilante, en la Embajada de
Brasil. Desde lejos comprendía que llegaría su hora. La
oportunidad, en efecto, no se dejó esperar: un cáncer gástrico
iría en pocos meses consumiendo al Presidente.

Así como el terremoto había brindado a Pedro Aguirre Cerda


una cierta tranquilidad para gobernar, así también la
enfermedad entregaba a Ríos un período de calma. Sin
embargo a los pocos meses postrado en cama tuvo que ceder
el poder a su vicepresidente, amigo y radical: Alfredo
Duhalde. Y comenzó de nuevo, al borde mismo del lecho de
muerte de Ríos y alentada por la actuación de González
Videla, la vieja reyerta entre izquierda y derecha. El
problema hizo crisis en la masacre de la Plaza Bulnes." (16)

"El Gobierno de Juan Antonio Ríos lo sintetizó él en:


"gobernar es producir'", y a pesar de su corta duración, sus
aciertos como gobernante fueron numerosos. En la
administración del país puede citarse la ley 7.747 (Clotario
Blest presentó el proyecto), en que se racionaliza la
Administración Pública, sin producir cesantía y que perduró
hasta el gobierno de la dictadura militar. Las normas para
erradicar el analfabetismo, la creación de la Sociedad
Constructora de Establecimientos Educacionales y -después,
en 1944- Hospitalarios; la creación de la Empresa de
Transportes Colectivos del Estado, el Código Orgánico de
los Tribunales de Justicia y la aplicación de la reforma
constitucional de 1943, que reserva al Jefe del Estado la
división política o administrativa del país y otorga
atribuciones especiales a la Contraloría de la República.

En el orden económico, Ríos crea la Compañía de Acero del


Pacífico, la que dará después vida a Huachipato, en la bahía
de San Vicente; la Empresa Nacional de Electricidad
(ENDESA) que construye las plantas de Pilmaiquén,
Abanico, Sauzal. Los Molles, Los Cipreces y Calafquén. La
electricidad llega a todo el país. Se comienzan oficialmente
las investigaciones petroleras en Magallanes y en diciembre
de 1945 surge el petróleo en Cerro Manantiales. Ríos lleva a
Chile a ser el tercer país más industrializado de
Latinoamérica, después de México y Argentina." (17)

Desde el punto de vista internacional, a Ríos le tocó


enfrentar el conflicto bélico. Chile permaneció hasta abril de
1945, neutral, pese a las presiones de las grandes potencias.
Sin embargo, después de asistir a la Conferencia de
Chapultepec, conjuntamente con 19 países americanos,
rompe relaciones con Alemania, Japón e Italia y se formaliza
el estado de guerra con Japón, en razón de haber sido
apresado en Tokio el embajador chileno Armando Labra. En
agosto de ese mismo año, Chile aprueba en el Congreso la
Carta de las Naciones Unidas. Como era la tradición, el
gobierno recibe, desde comienzos del conflicto, a miles de
exiliados judíos.

La Guerra Mundial, desde su inicio, desorganizó la


producción agrícola, minera e industrial del país. Al poco
tiempo se hizo sentir la carencia de algunas materias primas
que paralizaron manufacturas, como igualmente se produjo
una semiparalización de la construcción y crisis en los
ferrocarriles y en la industria metalúrgica. Cuando Estados
Unidos entra en la guerra, la neutralidad de los países
latinoamericanos implícitamente termina y el costo es
grande. No se notó mayormente en esa época. Nuestras
ciudades no fueron bombardeadas; nuestros hijos no se
dejaron matar, pero el desangramiento que significó la
entrega de nuestras materias primas a precios irrisorios,
repercutió en una crisis económica de la cual muchos países
latinoamericanos todavía, 50 años después, no logran
reponerse. Sobre todo si analizamos que por nuestro
sacrificio no recibimos ningún premio y, en cambio,
Alemania y Japón, los enemigos, fueron agraciados con
planes económicos que al poco tiempo los harían prósperos.
"Chile por su principal riqueza básica, el cobre, de
indiscutible valor estratégico, tuvo que aceptar un precio
muy inferior al del mercado internacional, lo que le significó
un menor ingreso de alrededor de US $ 500.000.000." (18)

Clotario Blest, en diferentes entrevistas, habla de la miseria e


injusticia social de esos años. "Durante los años de la Guerra
Mundial se hicieron sentir algunas escaseces. La bencina
para los automóviles estaba restringida y muchos productos
que importábamos escaseaban, pero los ricos continuaron
con su mismo estándar de vida, sin tanto viaje al extranjero
en grandes transatlánticos, por supuesto. Los sueldos de los
empleados públicos apenas alcanzaban para "parar la olla"."
(19)

Sin embargo, ningún político de esa época, fuera de derecha


o izquierda, tuvo la visión de señalar la dependencia casi
total en la que caímos al participar en un conflicto mundial
del cual no éramos responsables y cuyo costo, en vez de
asegurar la democracia y justicia social en nuestro
continente, nos hundiría en un tercer mundo totalmente
dependiente, del cual algunos países latinoamericanos
habíamos logrado salir y otros soñábamos con hacerlo. El
continente al sur de Río Bravo, en la gran repartija de los
vencedores, fue entregado a Estados Unidos, que no tuvo
desde entonces ninguna potencia rival que le discutiera la
política gubernamental, económica o militar que debía regir
en esos países.

LA ANEF MADURA

Paralelamente al acontecer histórico, Clotario escribe un


interesante artículo sobre el gremialismo: "Este tiene dos
funciones que cumplir: la primera, relativa a elevar el nivel
cultural de la masa; la segunda, la que tiende a liberarla
económicamente." Concluye diciendo: "Vale decir que el
gremialismo está llamado a desempeñar en la vida, funciones
de orden universal y particular o concretas. En este sentido,
puede decirse que el gremialismo no es sino un aspecto de la
política científica, sociología aplicada" (20)
En lo laboral, Blest es nombrado jefe de la Sección Egresos
de la Tesorería General de República, en abril de 1934. En la
cuenta anual que rinde al término de su tercer período como
presidente de la ANEF, en mayo de 1946, formula una ácida
crítica a quienes privilegian la opción partidista: "mientras
los más representativos organismos de larga tradición social
se dividen por mezquinos intereses del momento, nuestra
colectividad da ejemplo a los trabajadores manuales,
empleados particulares y profesores, de lo que es capaz una
institución que sabe guardar incólume su UNIDAD,
sobreponiéndose a los vaivenes circunstanciales de la
política. El secreto de este fenómeno es el haber sabido
mantenerse exclusivamente en el campo "gremialista" y
haber sabido defender a nuestros compañeros sin
importamos la etiqueta de su filiación ideológica." (21)

Semanas después, la ANEF funda la llamada Sociedad


Cooperativa El País Ltda., Banco de los Empleados de Chile,
institución que tenía por objeto el mejoramiento de la
condición social y material de sus asociados. La existencia
de este organismo cooperativo fue autorizada por decreto del
Ministerio de Economía y Comercio Nº 614, del 5 de julio
de 1946. Debemos destacar el nombre del señor Alberto
Baltra como uno de los principales impulsores de esta
importante iniciativa, y que en esa época era Subsecretario
de dicho Ministerio. Esta primera y única experiencia de la
ANEF, sufrió un lamentable descalabro, no debido a la
dirección que se le dio, sino que a los errores y vacíos de la
anterior Ley de Cooperativas, que permitía la acumulación
indiscriminada e indefinida de poderes en una sola persona
para las elecciones de miembros de su Consejo; esto
permitió que un pequeño grupo de comerciantes que actuaba
dentro de ella, se apoderara de su dirección, dándole un giro
que no se compadecía con el carácter exclusivamente social
y "no comercial" de la institución." (22)

Cuando se realiza la Segunda Convención de la ANEF, en


mayo de 1947, del total de funcionarios del país, 21.526 -
excluyendo al magisterio - pertenecían a esa organización
20.014. Clotario Blest es reelegido presidente nacional de la
ANEF e integrante de la "comisión formada por el Gobierno
para estudiar la nueva reestructuración de la administración
pública." (23)

Las principales resoluciones aprobadas por dicha


Convención son:

"1) Nacionalización de las fuentes de materias primas del


suelo y subsuelo, así como de los Servicios de Utilidad
Pública.

2) Revisión de todas las concesiones que entregan las


riquezas nacionales a capitales extranjeros.

3) Reforma agraria y mejoramiento de las condiciones de


vida de la población en general y de los campesinos en
particular; inmediata realización del censo agropecuario.

4) Formulación de un plan general y coordinación de


construcción de habitaciones para toda la población.
5) Creación del Banco del Estado, con una adecuada
orientación del crédito que tienda a estabilizar el signo
monetario, el control de emisiones y el aumento efectivo de
la producción."

Estas conclusiones alcanzan a diez, todas de capital


importancia. La décima conclusión la copiaremos por ser
fundamental para la buena y correcta marcha del Presupuesto
Nacional: "inclusión de todas las entradas y de todos los
gastos del Estado, fiscales, semifiscales. de empresas u
organismos de administración autónoma, en un solo
presupuesto universal que permita la intervención nacional y
sistemática del Estado en las actividades nacionales." (24)

La memoria presentada por Clotario Blest a la Convención,


destaca el gran aporte brindado por ANEF a la formulación
de la Junta Nacional de Empleados de Chile. Además, resalta
la infinidad de mejoras sociales conquistadas por la
agrupación, sin necesidad de

haber apelado a la huelga.

Ese año. la ANEF consigue exhibir nuevos logros sociales a


sus asociados, como la Ley Nº 8.742. que concede un
subsidio por una sola oportunidad, y la Ley Nº 8.926, del 22
de noviembre de 1947, que otorga una gratificación de un
mes de sueldo.

Casi al terminar el año 1948, la ANEF, por boca de Blest,


disconforme con el proyecto de reajuste de sueldos a los
empleados fiscales, acusa al Ministro de Hacienda de
entonces, Jorge Alessandri, de "tratar de equilibrar el
presupuesto de la nación al precio del hambre y de la miseria
de los empleados fiscales." (25) Estas declaraciones acarrean
violentos ataques de algunos congresales de la derecha. Los
trabajadores, en cambio agradecen a Clotario Blest, y le dan
su más entusiasta solidaridad ante esos juicios
descalificadores.

Durante ese año- la ANEF obtiene a favor de su gremio las


siguientes leyes: Nº 9.260 y Nº 9.281, que ordena pagar
horas extraordinarias de trabajo al personal de los Servicios
que no gozaran de ese beneficio.

Al cumplirse el sexto aniversario del organismo gremial de


los empleados estatales, Clotario Blest denunciará la
dramática realidad de su sector: "Existen más de 10 mil
funcionarios que ganan menos del salario vital fijado para
los empleados particulares de Santiago. De éstos, más de un
90% son casados, con dos o tres hijos. Sobre estas bases de
inmoralidad, porque es inmoral el patrón que hace cumplir
una ley a los demás y no es capaz de cumplirla él mismo,
sobre estas bases de hambre y miseria, no es posible realizar
una reestructuración de la administración pública." (26)

Durante 1949, la ANEF sigue conquistando leyes que


favorecen a los fiscales. Así, la ley Nº 9.311, del 4 de
febrero, que aumentó los sueldos en un 20%, más la
asignación familiar y el desahucio y la Ley Nº 9.546 del 24
de diciembre, que da una bonificación navideña de un mes
de sueldo.
Habiendo sido recién designado Tesorero Comunal de San
Miguel, Clotario resulta reelegido presidente nacional de la
ANEF, dentro del marco de la Tercera Convención de los
Empleados Fiscales, que se realizó en Concepción durante
los días 30 de agosto al 3 de septiembre de 1950. A ella
asistieron los Ministros de Hacienda y de Obras Públicas,
señores Carlos Vial Espantoso y Ernesto Merino,
respectivamente, lo que demuestra la importancia nacional
del evento. En esta Convención se aprobaron diversas
conclusiones referentes al proceso inflacionario que
empezaba a azotar el país en forma implacable, y que incide
fundamentalmente en la pérdida del poder adquisitivo de
sueldos y salarios. En ese documento se solicitó al Gobierno:

a) Detención general de precios:

b) Dictación de medidas y disposiciones que sancionen


severamente el delito económico;

c) Control efectivo y real de los créditos, orientándolos


exclusivamente hacia las actividades de la producción;

d) Modificar, para estos efectos, la estructura orgánico-


administrativa del Banco Central de Chile y de la Caja
Nacional de Ahorros;

e) Dictación de la ley de probidad administrativa;

f) Coordinación y unificación de todos los organismos


estatales que se refieren a finanzas, economía y comercio;
g) Racionalización de la administración pública sobre bases
estrictamente técnicas y científicas, al margen de toda acción
política;

h) Formación de grandes cooperativas nacionales de


producción y consumo. Para llevar adelante este plan,
solicitan la cooperación de todas las centrales gremiales,
especialmente la JUNECH." (27)

EL USO Y NO ABUSO DEL PODER

Al fundar la ANEF y dirigirla, Blest, adquiere por primera


vez PODER. Un PODER que no se traducirá en un cambio
en su vida cotidiana. Continuará viviendo en su misma casa,
acompañado por su madre y su vieja sirviente. No tendrá
automóvil con chofer para movilizarse y ,en general,
caminará a pie desde su casa a la sede de ANEF. Cuando
tenga que viajar a provincia no utilizará más que el tren y en
tercera clase. No se adjudicará una remuneración adicional
por su cargo de presidente y continuará recibiendo su sueldo
de tesorero comunal. Pero de él dependerán miles de
empleados que seguirán sus órdenes y acatarán huelgas cada
vez que su presidente, Blest, admirado y carismático se lo
indique. Será recibido en audiencia especial por el Presidente
de la República. Los ministros lo respetan y lo temen. Su
fotografía aparece en diarios y revistas. Su voz se escucha en
la radio. Con el tiempo ese PODER irá creciendo, pero
Clotario no claudicará jamás de sus principios.

-Don Clotario, durante ese período, ¿continuó siendo


católico observante?
-Yo acompañaba a mi madre a misa los domingos. A ella eso
le

daba tanto gusto, pero dejé de ser un siervo de la Iglesia. Mi


tarea era tan absorbente que...

-¿Y los partidos políticos -a los cuales pertenecían la


mayoría de sus empleados- no trataban de influenciarlo?

-Si, por supuesto, pero yo nunca tomé contacto con ellos. No


me lo perdonaron nunca. Por último, pero eso fue muchos
años después, urdieron mi caída y me derrotaron.

-De eso hablaremos más adelante, sin embargo, en ese


entonces, usted parece tener trazado su camino.

-Sólo un sendero, pero que funcionaba. ¡Cuántas leyes,


cuántos reajustes económicos!, cuántas garantías se lograron
que desunidos por partidos o creencias religiosas jamás
habríamos obtenido!

-¿Cómo se sentía cuando lograba derrocar un ministerio o


doblarle la mano al gobierno?

-Era una estrategia del uso del PODER con las masas
movilizadas con el único fin de lograr nuestros objetivos de
justicia y equidad social. El uso y no el abuso del PODER
que desgraciadamente es tan propio del ser humano.
-¿A quién, fuera de usted, debo yo entrevistar como dirigente
de la ANEF?

-Con muchos me he peleado y estoy en franco desacuerdo,


(se queda pensando un rato) Milenko Mihovilovic es mi
amigo y bien intencionado, pero creo que Tucapel Jiménez
-aunque también ha tenido diferencias conmigo- sería el más
apropiado. Es un hombre honesto y ahora está viendo más
claro. (28)

ENTREVISTA A TUCAPEL JIMÉNEZ

Como un homenaje póstumo a este compañero de Blest que


fue vilmente asesinado por la dictadura de Pinochet y cuyo
crimen, en los momentos en que esto se escribe, todavía no
se aclara, entrego esta entrevista. Desgraciadamente, no
profundicé, el interrogatorio, especialmente sobre las ideas
propias de Tucapel Jiménez, presidente de la ANEF, ni sus
planes futuros. Difícil era creer en ese entonces que sus ideas
unitarias de empleados y obreros opositores al régimen de
Pinochet le acarrearía una trágica muerte. El 25 de febrero de
1982, cuatro años después de la entrevista. Tucapel Jiménez
se aprestaba a reunirse con el presidente de la CUT. Manuel
Bustos, para concretar un programa de oposición, pero no
llegó a la cita. Su cuerpo fue encontrado en el camino a
Lampa (cerca del aeropuerto internacional) con cinco
impactos de bala, degollado y con una herida punzante en la
muñeca derecha.

"-¿Cuándo y cómo conoció usted a don Clotario?


-Lo conocí en la primera asamblea de empleados fiscales que
fue en el teatro Splendid en 1943. Yo era muy joven, no
entendía nada sobre sindicalismo y sólo me atraía el deporte,
pero en esa asamblea también se habló del drama de los
trabajadores. Como le decía, yo fui por novedad, para
curiosear de qué se trataba eso de la unidad de los
trabajadores y qué se iba a plantear allí. Dirigía la reunión
Clotario Blest. Me impresionó por su firme resolución de
unir a los trabajadores en cuerpo colegiado. El fue el orador
principal, con un lleno impresionante del teatro. Y eso era
una hazaña, porque reunir a la clase media es difícil: es muy
cómoda y cada vez que tiene un problema quiere que se lo
resuelvan al minuto. No es como el obrero que enfrenta una
situación difícil, una huelga y no espera retribución
inmediata. Si nos va mal, piensan, en la próxima nos irá
mejor. La clase media, en cambio, si se les descuentan uno o
dos días nos fusilan y le hablo de fusilamientos de antes no
de ahora. La empresa de don Clotario era una hazaña muy
difícil y por eso lo admire no sólo yo, sino todos los
trabajadores, hasta los más duros.

-La personalidad de don Clotario, ¿dejó alguna huella en


usted?

-Yo soy de su escuela y siento una profunda admiración por


él. porque es un hombre que ha entregado todo a la clase
trabajadora, sin esperar retribución. Con esa mentalidad
muchos de nosotros lo seguimos. Nunca pensando ser
regidores, diputados o senadores que creo es eso lo que echa
a perder al dirigente gremial. Le quita su independencia, su
representatividad y el deseo de trabajar. Ya no trabaja por
una vocación sindicalista, sino partidista y eso se lo dice un
militante radical como yo, pero que cuando se trata de un
problema gremial eso es lo primordial. Don Clotario tuvo
esa virtud, y la ha mantenido hasta ahora, de trabajar con
todo el mundo y se ha llevado triunfos y fracasos. Fracasos
amargos, pero que no lo destruyen, yo creo que ese temple
ha sido el que nos ha llevado a nosotros a redoblar los
esfuerzos en los fracasos, no desorientarnos, no pretender dar
por concluida una misión.

-¿Cómo han sido sus relaciones con las autoridades?

-El trabajador está en una posición difícil, las autoridades


son contrarias a nosotros. Siempre se nos tilda que somos
anti gobierno, pero nadie se fija que el patrón es el Estado, el
Presidente de la República, el Ministro de Hacienda.
Entonces, evidentemente, las relaciones con ellos no han
sido buenas en múltiples oportunidades. Han habido
enfrentamientos, pero siempre han sido por objetivos
concretos en que se busca un mayor bienestar para los
trabajadores.

-¿Cuándo comenzó a trabajar con don Clotario?

-El año 1943 estaba a cargo del deporte, como un simple


soldado y don Clotario me distinguió y poco a poco me fui
metiendo en la lucha por las reivindicaciones. aportando
ideas y un contingente de compañeros. Yo representaba a
doscientos. pero en los teatros y concentraciones ellos iban
con sus familias. Al comienzo. como éramos todos jóvenes y
llenos de vitalidad repartíamos las citaciones y noticias para
diarios y revistas. Trabajábamos hasta las 11 ó 12 de la
noche y don Clotario nos exigía disciplina y entrega total.

-¿Estuvo alguna vez preso con él?

-No. pero los que estábamos libre lo íbamos a ver todos los
días y recibíamos sus instrucciones y las repartíamos.
También fuimos a Molina durante su relegación

-¿Y siempre fueron cordiales sus relaciones con don


Clotario?

-En la ANEF siempre lo apoyamos en las buenas y en las


malas. Cuando sufrió el desconocimiento de los obreros y
políticos, tan injusto, en que le tiraron monedas y le gritaron
vendido en el escenario del teatro Caupolicán, nosotros
fuimos el único gremio que después le rindió un homenaje.
Porque a los dirigentes gremiales siempre nos acusan de
estar vendidos. A mi me lo han dicho cien veces o más. En la
ANEF tuvo, por supuesto momentos de jaleo, pero de allí a
enrostrarlo públicamente no.

-Pero debe haber sido difícil estar bajo sus órdenes

-Sí, su personalidad tan fuerte y decidida le acarreó muchos


enemigos. Las tareas le gustaba hacerlas en determinados
plazos y como nosotros no éramos profesionales y él era
soltero, una soltería muy respetable, pero entonces el
compromiso que tiene cualquier dirigente con su mujer, su
polola, eso don Clotario no lo entendía ni lo perdonaba.
Primero el gremio y después los compromisos personales y
el gremio para él le absorbía todo su horario. Y si no se
cumplía, se ponía muy duro y peleaba. Pero en la ANEF
todos esos problemas, aun los políticos no dieron para una
lucha interna. En la CUT, en cambio, lo encajonaron y le
quitaron el mando.

-Durante la Unidad Popular, ¿don Clotario jugó algún papel


importante?

-No tuvo ningún cargo oficial, pero su opinión pesaba


mucho. Después de la mitad del mandato criticaba a la U.P.,
su falta de línea clara, algunas de sus decisiones. Nosotros
fuimos opositores desde el comienzo. En la huelga de los
camioneros, don Clotario quiso servir de mediador, no se la
pudo. Porque esa era una huelga política y había que
enfrentarla políticamente. En la ANEF tuvimos varias
huelgas de ese estilo.

-¿Y cuál fue la reacción de don Clotario cuando usted


integró la delegación a la OIT en representación del gobierno
militar?

-Por favor no me mal interprete, yo no fui a defender la


dictadura. Integré esa delegación para salvar a la ANEF, mi
temor era que fueran a disolverla, como lo hicieron con
tantas instituciones. Pero, don Clotario no lo entendió así, y
durante varios años no quiso pisar la ANEF y me quitó la
palabra. Gracias a Milenko Mihovilovic hemos logrado
volver a entendernos. El año pasado fue el único orador de
nuestra celebración. Yo no hablé. Siempre para nosotros él
será primera figura. Ahora presiento que vamos a tener
diferendos, me da la impresión. No creo que sus opiniones
hagan cambiar el curso de nuestros actos, pero su
pensamiento pesa." (29)

DISCURSO DE CLOTARIO BLEST, POCOS MESES


ANTES DEL ASESINATO DE TUCAPEL JIMÉNEZ EN
EL XXXVIII ANIVERSARIO DE LA ANEF, EL AÑO
1981.

"Este año hemos conmemorado solemnemente el XXXVIII


aniversario de la Agrupación Nacional de Empleados
Fiscales, ANEF, cuya finalidad esencial es, según lo
establece su Declaración de Principios y Estatutos aprobados
en mayo de 1943. "Coordinar la acción de las instituciones
afiliadas en pro de un mejoramiento económico-social de los
empleados fiscales." Esta misma Declaración establece que:
La ANEF tendrá un carácter esencialmente gremialista, o
sea, que su constitución, reglamento y procedimientos,
deberán inspirarse invariablemente hacia un ideal de máximo
perfeccionamiento cultural y técnico de sus elementos y de
su justa remuneración de acuerdo con el costo de la vida y
cargas familiares.

Después de 38 años de lucha permanente por alcanzar estos


elementales derechos humanos, los trabajadores del Estado y
de todo el país no sólo no han avanzado sino que se
encuentran en mucho peores condiciones socio-económicas
y culturales y ello a pesar de todos los esfuerzos realizados
permanentemente por sus dirigentes de hoy y de ayer. Ante
este fenómeno real y que no necesita explicación alguna de
tipo teórico debemos enfrentarnos a su estudio en contacto
directo con las bases de las instituciones y sindicatos o
gremios. ¿Por qué hoy se han exonerado de sus cargos a
dirigentes de la prestancia moral de Tucapel Jiménez,
presidente de la ANEF, y a otros connotados dirigentes del
país, sin que haya habido una respuesta traducida en
acciones y no solo en literatura de declaraciones? Hecho
incomprensible frente a tales atropellos y abuso. Todos
sabemos y tenemos conciencia de que estos compañeros y
muchos otros han sido sacrificados por ser leales e
intachablemente honrados en su acción gremial.

Este aniversario conmemorado con diversos actos nos


encuentra en este período de implacable dictadura y
violencia sin parangón en la historia de nuestra patria, lo
puedo afirmar después de sesenta años de lucha permanente
por suprimir esta explotación del hombre por el hombre.

Debemos tomar resoluciones y actuar en conformidad a


nuestros principios que hemos jurado cumplir y lo debemos
hacer en forma valiente y sin subterfugios o cobardes
entregas a la Junta Militar que ejerce en la actualidad las
funciones de gobierno basados en una Constitución
prefabricada y arbitrariamente aplicada.

La ANEF fue fundada para alcanzar su sagrada trilogía


"LIBERTAD, JUSTICIA, FRATERNIDAD", principios sin
los cuales jamás podremos crear esa nueva sociedad humana
sin explotadores ni explotados; la auténtica DEMOCRACIA
DEL PROLETARIADO. Que este aniversario sea el inicio
de esta jornada memorable.
Sí, estas son mis palabras y convicciones después de sesenta
años de permanente lucha contra la avaricia, la explotación,
la hipocresía, el arribismo y la politiquería, dirigidas a las
bases en general. Las que debo dirigir a los dirigentes se
condensan en el Decálogo del Hombre Nuevo que me
permito presentarles, junto a mi saludo en este aniversario
tan querido para todos nosotros." (30)

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1978

2. Revista ANEF, Nº 41, junio 1971

3. Estos eran: Tesorería, Postal Telegráfica. Impuestos


Internos, empleados administrativos y de servicios de la
Universidad de Chile, Registro Civil e Identificación,
Servicio de Cobranzas Judiciales de Impuestos, empleados
administrativos del Ministerio de Educación y Dirección de
Pavimentación.

4. Su primer directorio, estaba encabezado aparte de


Clotario, por Francisco Cabezas, como primer
vicepresidente, y Julio Alegría, como secretario general.

5. Revista ANEF, N 41, junio 1971

6. Boizard, Ricardo (Picotón), El frente y el perfil de los


líderes políticos de estos 25 años. En: Revista Vea, Nº 1312,
edición especial de junio de 1964, pp.7
7. La Historia del Frente Popular Chileno, Revista Aquí
Está, Nº 33, pp.22

8. Revista Érenla, Nº 1321,14 septiembre 1960, p.26

9. Idem

10. Entrevista a Clotario Blest 5 octubre 1978

11. Fragmentos del discurso de la primera concentración


pública realizada en el salón de honor de la Universidad de
Chile, el 25 julio 1943 (Archivo de Clotario Blest)

12. Blest, Clotario, Cuarenta años, 1943-1983. Mimeo., en:


Boletín ANEF, Boletín CODEHS, mayo 1983

13. Diario El Siglo, 8 mayo 1944, p.7

14. Boletín CODEHS, mayo 1983, mimeo., pp.3-4

15. Entrevista a Clotario Blest, 3 julio 1978

16. Boizard, Ricardo (Picotón), El frente y el perfil de los


líderes políticos de estos 25 años. En: Revista Vea, nº1312,
edición especial de junio de 1964, p.7

17. Idem

18. Izquierdo, Gonzalo, Historia de Chile, Editorial Andrés


Bello, Tomo III, p. 146.
19. Entrevista a Clotario Blest, 28 mayo 1979

20. Revista Momento, marzo 1946.

21. Memoria Anual ANEF -1946 (Archivo de Clotario Blest)

22. Blest, Clotario, 40 años, 1943-1983. Boletín CODEHS,


mayo 1983, mimeo., p.4

23. Revista Ercilla, 2 abril 1947, pp. 10-11

24. Revista Vea, 11 mayo 1947, p. 8

25. Blest, Clotario, 40 años, 1943-1983. Boletín CODEHS,


mayo 1983, mimeografiado, pp.4-5

26. Diario La Ultima Hora, 15 diciembre 1948; Diario La


Nación, 15 diciembre 1948

27. Discurso pronunciado en la emisora "La Americana", el


11 mayo 1949

28. Entrevista a Clotario Blest, 5 junio 1978

29. Entrevista a Tucapel Jiménez, 8 junio 1978

30. Boletín CODEHS, mayo-junio 1981, mimeo., pp.2-3

--------------

UNIDAD, UNIDAD
"¡Cómo no van a ser capaces de unirse ustedes, que son los
explotados." (1)

En el orden personal, Blest comienza a efectuar los primeros


pasos en torno a la búsqueda de la aglutinación de los
trabajadores. En octubre de ese año 1945, la ANEF, por
intermedio de una comisión presidida por Clotario, accede a
trabajar en conjunto con la CTCH, que dirige el senador
Salvador Ocampo. También, impulsa la formación del
Comando Unico de los Trabajadores Civiles del Estado, que
era representado por Blest en nombre de la ANEF y por
Alejandro Ríos Valdivia en representación de la Federación
de Educadores de Chile. (2)

Ante el recrudecimiento de la especulación en los precios y


otras acciones en desmedro de los intereses de los
asalariados. Clotario Blest logra concretar la Central
Nacional de Defensa de los Consumidores (CENADECO), a
principios de 1946. (3) En un manifiesto que se lanza al país,
dice: "Resueltos a poner término a la difícil situación en que
viven las masas laboriosas del país, por la acción
especulativa de los acaparadores y grandes trust
monopolistas, por la acción antipatriótica de los latifundistas
que se niegan a hacer producir la tierra en forma adecuada;
por la falta de medidas prácticas y eficaces del Gobierno
para planificar la economía nacional y poner atajo a los
lanzamientos y especulación desenfrenada de que es víctima
el pueblo, los asalariados de Chile, los obreros y empleados,
las organizaciones mutualistas y populares, han creado la
Central Nacional de Defensa de los Consumidores
-CENADECO." Terminaba expresándose: "Sólo una acción
enérgica y decidida del pueblo hará posible cambiar el curso
de este anormal estado de cosas." (4)

Días después, la CENADECO efectúa su primera


concentración pública, donde convergen obreros y
empleados. En esta ocasión, Blest pronuncia un encendido
discurso, donde da a conocer a la gran concurrencia,
aterradoras cifras respecto al costo de la vida. Al destacar el
significado de la UNIDAD entre los empleados estatales,
dice: "La clase media ha comprendido que sólo con la
unidad en la organización gremial logrará conquistas
económico-sociales" (5)

LA TRÁGICA MUERTE DE RAMONA PARRA

Desgraciadamente, el 29 de enero, un trágico episodio


callejero redundará fatalmente en el movimiento sindical
chileno. "Ese día se hizo una gran concentración para
protestar contra el gobierno del señor Alfredo Duhalde, por
la cancelación de la personalidad jurídica de unos sindicatos
del salitre. Duhalde había reemplazado al Presidente Ríos,
por su grave enfermedad, que seis meses después le costaría
la vida. El Vicepresidente Duhalde no tenía su buen criterio.
Bueno, se llenó la Plaza Bulnes y el Gobierno ordenó que se
disolviera la manifestación a punta de palos, patadas y
balazos. En el tiroteo murieron 10 trabajadores, Ramona
Parra entre ellos. La Confederación de Trabajadores de Chile
(CTCH) se reunió esa noche para decidir si se hacía un paro
en señal de protesta. Y los partidos que tenían el predominio
de la CTCH, el Comunista y el Socialista, no llegaron a un
acuerdo. Y la única organización se dividió en dos: una,
comandada por el comunista Bernardo Araya (hoy no
sabemos donde está, desapareció con su señora) y la otra, por
el socialista Bernardo Ibáñez. Y esta masacre contra
trabajadores que nos debiera haber unido, concluyó en una
disputa que causó grave daño a la clase trabajadora y muy
buen provecho a la oligarquía económica." (6)

Según Ricardo Boizard: "En el centro de la ciudad


comenzaron a reunirse columnas y columnas de
manifestantes, cuyos dirigentes no habían obtenido el
permiso de las autoridades. En medio de esa polémica, de
pronto saltó una piedra de la multitud y el Gobierno,
enfurecido y atónito, creyó del caso reprimir. De pronto,
cuando nadie lo esperaba, los fusiles de Carabineros
empezaron a vomitar un fuego asesino sobre el pueblo. ¿Por
qué se había producido esa catástrofe? ¿Quién la desató y
quién fue incapaz de detenerla? Es posible que ninguna de
estas preguntas tenga respuesta, pero de lo que no cabía duda
es que la tendencia derechista del mandatario radical había
dominado incontrolablemente su serenidad. En la tarde de
ese día y pocos minutos después de la masacre, el ministro
falangista Eduardo Frei presentaba su renuncia indeclinable."
(7)

DEBEMOS RESTABLECER LA UNIDAD PERDIDA

Ante estas vicisitudes, dotarlo inventará diversas fórmulas de


avenimiento para restablecer la unidad sindical. "El 1º de
mayo de 1946, yo mandé un saludo a las dos CTCH. Esta era
una guerra muy trágica que producía la división. En el
saludo les decía que la ANEE se ponía a disposición para
provocar la unidad. Y durante años luché para que esta
unidad se produjera." (8) Estas cartas no tuvieron ningún eco
en la CTCH.

Al mes siguiente, Clotario Blest protesta por la clausura que


el Gobierno de Duhalde realiza contra el diario comunista El
Siglo y por la aplicación de la ley de residentes contra los
comunistas extranjeros, especialmente españoles. Lamenta
profundamente, además. la muerte de dos obreros en el
Sauzal (Rancagua) a mano de los comunistas de la CTCH-
Araya. "Porque la batalla entre el PS y el PC llegó a ser
sangrienta. Las asambleas terminaban a puñetazos y
puñaladas. Me acuerdo que una vez iba saliendo de una
asamblea, con el presidente de los panificadores, el
compañero Torres, y le llegó un balazo por la espalda. Murió
ahí, a mi lado." (9)

El 22 de noviembre, en una concentración que realiza el


Comando Unico de los Empleados Civiles, Blest reiterará
que las condiciones de los funcionarios del Estado continúan
muy por debajo del costo de la vida, por lo cual pide que los
empleados civiles del Fisco emprendan nuevas acciones de
lucha.

Durante el primer trimestre de 1947, Clotario impulsa una


violenta embestida contra los "especuladores" por medio de
la CENADECO. El 12 de enero resuelve apoyar toda medida
contra la "especulación" y, además, participar en el
homenaje que se le tributará a las víctimas de la Plaza
Bulnes.
Clotario Blest, al observar el dramático cuadro económico
del proceso inflacionario y la dura represión en contra de una
parte del movimiento social, profundizará sus esfuerzos
unitarios, que comienzan a dar resultados al término de
1948.

Durante noviembre, los gremios particulares y semi-fiscales


ya habían manifestado su descontento por la desvalorización
de la moneda, pues significaba un alza en los precios de los
artículos de primera necesidad.

NACIMIENTO DE LA JUNECH

Semanas después, Blest vería concretar sus desvelos


unitarios, cuando en diciembre de 1948 se daba nacimiento a
la Junta Nacional de Empleados de Chile (JUNECH), que
aglutinaría a ANEF, CEPCH Y ANES (semi-fiscales).
También integraría esta entidad la FEDACH, la Asociación
Nacional de Empleados Municipales, la Federación
Industrial Ferroviaria de Chile y la Asociación de Empleados
Administrativos de la Beneficencia. El motor de esta acción
fue "aunar y coordinar todos los esfuerzos en pro de las
finalidades que son comunes a los empleados y asalariados
en general" y que "sintetiza en sus postulados las
aspiraciones económicas y sociales de las que
impropiamente se han dado en llamar 'la clase media
chilena.'

A principios de agosto de 1949, la JUNECH realiza una


importante concentración en el Teatro Caupolicán, donde se
sacan seis conclusiones que, fuera de referirse a cuestiones
de seguridad social y de defensa del derecho sindical, llama
a conformar un "amplio movimiento popular en contra del
alza constante del costo de la vida, fortaleciendo una política
en defensa del consumidor", y exhorta en el punto principal a
"luchar por la unidad de los asalariados del país sobre la base
de una concepción gremialista estrictamente ajena e
independiente a todo partido, que permita la realización de
las justas y postergadas reivindicaciones sociales y
económicas." (10)

LA REVOLUCIÓN DE LA "CHAUCHA"

El vigor y combatividad de estos organismos queda de


manifiesto a mediados del mismo mes, cuando Clotario
dirigirá exitosamente la "Revolución de la Chaucha". Esta
revuelta se desató ante una imprevista alza de la locomoción
colectiva (de 20 centavos). Los estudiantes protestarán
violentamente en las calles de Santiago, volcando e
incendiando vehículos de la locomoción. A estas
manifestaciones se sumarán los empleados y obreros
representados por la JUNECH, quienes paralizarán sus
labores en apoyo de estas reivindicaciones.

"Pero los sucesos de agosto de 1949 fueron sólo un síntoma


del descontento popular. Los que juzgaron superficialmente
estos hechos, tenían polvo en los ojos: no quisieron o no
desearon comprender que los desfiles del pueblo, el
volcamiento de los microbuses, la protesta materializada y
engrandecida en el limpio gritar de la juventud, significaba el
repudio a una medida injusta e intolerable.
En torno a esta jornada opositora de lucha, el movimiento
social alcanzó una fase importante al formarse el Comité
Unido de Obreros, Empleados y Estudiantes. Días después
culmina la llamada "Revolución de la Chaucha", con la
conquista para los estudiantes de la tarifa escolar y la
exigencia por parte del Comité Unido de Obreros,
Empleados y Estudiantes, de un memorial que pedía: "la
derogación de la ley de facultades extraordinarias, la revisión
de todas las alzas que se hubieran producido a contar del 1º
de enero de dicho año, la representación de una formal
protesta por la represión policial y la libertad de todos los
detenidos por los incidentes." (11)

TODOS LOS EMPLEADOS CONTRA EL GABINETE DE


CONCENTRACIÓN NACIONAL

Meses después, los empleados estatales y particulares,


aglutinados en la JUNECH, lograron una victoria gremial
más, al derribar, por medio de una huelga de 12 días, en el
verano de 1950, al denominado Gabinete de Concentración
Nacional, que trató de implantar por medio de una ley, la
congelación de sueldos y salarios, de la que era autor el
Ministro de Hacienda, Jorge Alessandri.

Durante esta huelga de enero y febrero de 1950, se dice:


"Clotario Blest. el talentoso y fogueado presidente de la
ANEF, junto a su fogueado e inquieto secretario general,
Hugo Pinto, busca fórmulas de arreglo al conflicto ante los
presidentes de las Cámaras y el Presidente de la República."
(12)
El 23 de marzo de 1950, la JUNECH realizará una gran
asamblea de análisis de los fructíferos resultados de la
huelga del verano: "Blest, líder de los empleados fiscales, en
brillante intervención, comenzó haciendo un análisis
completo de la organización denominada Junta Nacional de
Empleados de Chile (JUNECH). que recibió el espaldarazo
de la fama y efectividad durante los sucesos de agosto de
1949, que originó la persecución de sus dirigentes, tachados
de subversivos, conspiradores y vendidos al oro de Moscú.
(Incluso se habló con ánimo ligero de "Complot de los
Judíos", aludiendo a los apellidos de algunos dirigentes de la
JUNECH: Maass, Waiss, Blest, Budnevic). También expuso,
con énfasis y sin circunloquios, las aspiraciones de los
empleados fiscales y terminó propiciando la unidad de todos
los asalariados." Y agregará: "La huelga de los empleados
fue un ejemplo heroico de virilidad, al dar el primer grito de
alerta al país; fueron los gremios los que derribaron una
bastilla que parecía inexpugnable."

EL GABINETE DE SENSIBILIDAD SOCIAL

Después de expresar su esperanza en que el nuevo gabinete,


ahora llamado de "sensibilidad social" y que había asumido
el 27 de febrero, respondiera en otra forma a las exigencias
populares, Clotario añade, aludiendo a los capitalistas: "La
plutocracia, la alta banca, ya está suficientemente
enriquecida. No queremos seguir en la parte delgada del
embudo. Si hay sacrificios que hacer para remediar la
situación, hay que mirar hacia los capitalistas que han hecho
las utilidades. Cuando hablamos así, no hablamos por
nosotros mismos, sino que por los miles de empleados que
representamos." (13)

Las casi 10 mil personas reunidas en la ocasión, acuerdan


auspiciar las siguientes conclusiones: Reafirmar los ocho
puntos del manifiesto del 18 de marzo, que son los que se
pasan a enumerar:

"1.- Elaboración de un plan integral destinado a detener la


inflación.

2.- Reajuste general y uniformidad de sueldos y salarios, a


fin de nivelarlos con el alza del costo de la vida.

3.- Uniformidad de los diferentes sistemas de previsión y


representación directa de los empleados en los consejos de
las cajas respectivas.

4.- Elaboración de un plan de viviendas baratas, con vista a


hacer a cada asalariado propietario de un bien raíz.

5.- Amplio derecho a la agremiación y sindicalización de


todos los sectores asalariados, contemplando el fuero de los
dirigentes.

6.- Derogación de todas las leyes que restringen las


libertades de reunión, organización y huelga.

7.- Propender a una efectiva estabilidad de los funcionarios.


8.- Prestar su apoyo solidario a los movimientos pendientes
de los gremios, a fin de obtener una solución rápida.

Además, la concentración de la JUNECH acuerda:

a. Declarar que no tolerará el uso de procedimientos


represivos o vejatorios con que se pretende atemorizar a los
asalariados para que acepten soluciones injustas.

b. Hacer un llamado a la clase obrera para que conquiste su


unidad por sobre los intereses políticos que la dividen.

c. Propiciar un gran movimiento nacional contra el alza del


costo de la vida y la especulación.

d. Luchar por la reincorporación inmediata a su trabajo de


todos los empleados víctimas de la leyes represivas " (14)

La actividad de la JUNECH durante 1950 fue muy intensa


constructiva. A la declaración suscrita en abril, como
contestación d los ataques vertidos en su contra, esa entidad
dirá apelando a los 300 mil trabajadores de todo Chile que
agrupa: "Nosotros no hemos amenazado a nadie. Amenazan
solamente los que se sienten débiles, y nosotros tenemos
conciencia de nuestra unidad y de nuestra fuerza." (15)

En la Plaza de la Constitución, el 12 de mayo, Clotario Blest


pronuncia un apasionado discurso en el cual critica la
política liberal del gobierno de González Videla: "Estamos
atravesando por un período que nos acongoja el alma, por la
suerte del país. Las clases asalariadas se ven desposeídas y
abandonadas por quienes llegaron al parlamento por ellas. La
JUNECH quiere que las autoridades oigan la voz de justicia
que reclama el pueblo." (16)

Semanas después, reiterará su exhortación a combatir la


carestía de la vida y el proceso inflacionario: "Debemos
emprender una campaña por la estabilización de los precios.
Que no se nos venga a imponer un ahorro obligatorio,
dejando cancha, tiro y lado, a los que especulan sin freno.
Los empleados y obreros estamos dispuestos a constituir un
solo frente para transformar a este país, de hacienda de
latifundistas y especuladores, en un país de los trabajadores."
(17)

BLEST SE ENCANDILA CON LOS PAÍSES


SOCIALISTAS DEL ESTE

Un mes antes, en abril, Blest es invitado, junto a empresarios


y trabajadores, por la Confederación Económica Mundial de
la URSS. Permanece en la Unión Soviética alrededor de
veinte días y otros cuatro en Checoslovaquia. En Moscú,
sede de la conferencia, pronuncia un discurso contra el
armamentismo y el imperialismo norteamericano y a favor
de la paz: "Chile es víctima, como todos los países
subdesarrollados, de los grandes monopolios de intercambio.
Nuestras grandes riquezas, el cobre y el salitre, son
controladas y dirigidas desde el exterior. Por eso, a fin de
romper el monopolio actual sobre su comercio, Chile está
interesado en que los intercambios se abran camino en el
mundo y deje de haber para ellos barreras y obstáculos."
"Apoyo la proposición de la Conferencia: la disminución de
los gastos militares y la utilización de las sumas invertidas
en ellos para el equipamiento de instituciones sociales,
culturales y otras, destinadas a la elevación del nivel de
vida." (18) Después de la conferencia visita Kiev y
Leningrado.

Al regresar da conferencias y entrevistas en diarios y revistas


en que expresa su admiración por la justicia social lograda,
tanto en la Unión Soviética como en Checoslovaquia.
También declara que después de asistir a las ceremonias de
Semana Santa en Moscú éstas se realizan con mucho mayor
fervor que en Chile. Ante estas últimas declaraciones la
juventud del PAL (19) pide su excomunión. Los periódicos
de derecha hacen mofa de su actitud y en algunas
caricaturas, Blest, aparece con un crucifijo en una mano y en
la otra la hoz y el martillo y Clotario con la mirada en blanco
como en un dilema.

Blest es también invitado por la ASICH (20) dirigida por el


padre Alberto Hurtado Cruchaga para que dé una
conferencia. Al llegar, acompañado por un grupo de las
juventudes comunistas, se percata que las primeras filas
están ocupadas por rusos blancos cuya finalidad es crear un
ambiente hostil al conferencista. Blest, ante esta situación se
retira y declara: "Yo no he venido a polemizar, sino a contar
la experiencia socialista." Paralelamente el diario Tribuna
Sindical, órgano informativo de la ASICH denuncia a
Clotario como "Un agente del comunismo." (21)

De la imagen espiritual del cristiano apegado a las


parroquias, Blest fue adquiriendo una imagen de
revolucionario comunista. Y no se trataba sólo de su
personalidad y lenguaje, sino también de su aspecto físico,
ahora, de camisa abierta y sin corbata y un jockey que le
regalaron en Moscú.

En este viaje conoce a Mao Tse Tung que le obsequia unas


palomitas de la paz que aún conserva. También tiene la
oportunidad de conversar con Ho Chi Min que lo invita a
Vietnam para que observe la lucha desigual de su país contra
los franceses. En esa oportunidad toma contacto con el
filósofo, matemático y pacifista, Bertrand Russel con el cual
mantiene relaciones epistolares hasta la muerte de este.

Al finalizar 1950, por iniciativa de la JUNECH, "Clotario


Blest formará y presidirá un importante organismo de unidad
y lucha de los trabajadores. denominado Comando Contra la
Especulación y las Alzas" (22). A este comando se
integraron la Federación de Estudiantes de Chile, sector
comunista; la Confederación General de Trabajadores
(FECH), la Confederación de Trabajadores de Chile, sector
comunista, la Confederación General de Trabajadores (CGT)
y el MUNT, ambos de filiación anarquista; JUNECH, la
Alianza Femenina, Federación de Pensionados y Jubilados
en Retiro y la Confederación Mutualista.

"Fundé esta organización, que nada tenía que ver con la


política. Como se atacaba un problema que era común para
todos, fueron llegando de distintos partidos, y en el contacto
se dieron cuenta de que no éramos enemigos" (23) "Además,
el principal objetivo que buscábamos era consolidar acciones
de este tipo, para transitar hacia la edificación de una Central
Unitaria de Obreros y Empleados." (24)

EL PERÍODO PRESIDENCIAL DE GONZÁLEZ VIDELA

Según Clotario Blest,"es muy difícil ejercer el poder y no


claudicar en sus principios, sobre todo cuando esos
principios dañan el capitalismo. Así fue, sin duda, el caso del
representante radical que a través de su vida pública
numerosas veces había sido detenido por defender los ideales
del pueblo y que a los pocos meses de ser elegido Presidente
de la República, se transformó en enemigo de sus
partidarios".

Después de la muerte del Presidente Ríos, en junio de 1946,


"los partidos Liberal, Conservador y Agrario-Laborista
intentaron designar un candidato único de derecha. La
imposibilidad fue señal del ocaso de las agrupaciones
tradicionales, incapaces incluso de llegar a acuerdos tácticos,
por la preponderancia de los personalismos y de las
oligarquías partidistas. Mientras tanto, en la izquierda, la
candidatura de González Videla, portadora de un agresivo
programa de justicia social y de desarrollo industrial, recibió
el apoyo de radicales y comunistas.

A las elecciones de septiembre llegaron, por los motivos


anteriormente expresados, divididos los partidos de derecha:
Cruz Coke, proclamado por los conservadores, y Femando
Alessandri por los liberales. Los socialistas llevaron como
candidato a Bernardo Ibáñez. No fue, pues, sorpresa el
triunfo de Gabriel González Videla, no obstante que los
partidos de izquierda, con excepción de los comunistas.
estaban ya dando muestras de sufrir graves crisis internas."
(25)

González Videla inició su presidencia en medio de una gran


euforia popular. Los ministros desfilan en carroza, en una los
comunistas, en otra los radicales y liberales. El Presidente
llama a ese gabinete el del "equilibrio inestable". Para no
decepcionar a sus electores del pueblo, una vez por semana
se abrían las puertas de la Moneda a las llamadas "audiencias
populares", y a ella acudían mujeres que pedían máquinas de
coser, obreros cesantes, ancianas que solicitaban asilo,
pordioseros que alargaban la mano. El Presidente escuchaba,
sonreía y prometía. Sin embargo, este período de simbiosis
extraña de derecha e izquierda sería de corta duración. La
"guerra fría" se había desatado en todo el mundo,
especialmente en Estados Unidos. Para el Departamento de
Estado, este juego peligroso, con los comunistas ocupando
altos cargos, debía terminar. González Videla acató
rápidamente las órdenes del imperialismo norteamericano.

A fines de julio de 1947, después de ocho meses de ese


forzado idilio, el Presidente pronunció un encendido discurso
en que notificó a los comunistas que debían marcharse. Y no
sólo se irían los ministros comunistas, sino también los
funcionarios comunistas y hasta los españoles comunistas.
Todo sería reemplazado por un "Gobierno de Concentración
Nacional" en que el Partido Radical compartiría el poder con
los liberales y conservadores, una fracción del Partido
Socialista y con las FF.AA. representadas en el Ministerio
del Interior por el Almirante Inmanuel Hölger.
LA LEY MALDITA

La mayoría en el Parlamento le permitió al Presidente


González Videla aplicar facultades extraordinarias y dictar la
famosa "Ley de Defensa de la Democracia" (26), que contó
igualmente con el apoyo de un sector socialista acaudillado
por Bernardo Ibáñez y Juan Bautista Rossetti.

En lo sustantivo, la ley prohíbe la existencia del Partido


Comunista, ordena a la Dirección del Registro Electoral la
cancelación de las inscripciones de los electores del mismo;
determina los delitos contra la seguridad interior del Estado
y contra el orden público: el de la subversión, y establece un
procedimiento judicial expedito para el rápido juzgamiento
de los infractores a sus disposiciones.

En lo que se refiere a materias sindicales, la Ley de Defensa


de la Democracia configura a una serie de delitos contra el
orden público, estableciéndose sanciones contra aquellas
personas que: "Organicen o estimulen paros, huelgas con
violación de las disposiciones legales que los rigen, y
produzcan o puedan producir alteraciones del orden público
o perturbación en los servicios de utilidad pública o de
funcionamiento legal obligatorio o daño a cualquiera de las
industrias vitales."

La Ley continúa categóricamente en sus preceptos: "No


podrán declararse huelgas ni suspender sus labores, en
ningún caso, los funcionarios, empleados u obreros fiscales,
municipales, de organismos del Estado, de las empresas
fiscales de administración autónoma, de instituciones semi-
fiscales. Tampoco podrán hacerlo los empleados u obreros
de empresas particulares que tengan a su cargo servicios de
utilidad pública. Los que estimulen, promuevan o sostengan
dichas huelga o suspensiones de labores, incurrirán en la
misma sanción contemplada en este artículo, sin perjuicio de
declararse la vacancia de inmediato del empleo o función, o
de poner término al respectivo contrato de trabajo.

Los conflictos del trabajo que se susciten en las empresas o


instituciones particulares a que se refiere esta disposición, se
someterán, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 40,
inciso 1º de la Ley Nº 7.295 en primera instancia, al arbitraje
obligatorio de un tribunal de tres miembros que tendrá
carácter de arbitro arbitrador y que será integrado por un
representante de los empleados u obreros, por otro de las
instituciones o empresas afectadas y por una persona
designada en cada caso por el Presidente de la República.

Otras disposiciones castigan el sabotaje, el sistema de trabajo


lento o actos ilegales que puedan entorpecer el normal
funcionamiento de las industrias vitales del país.

Completa la ley sus disposiciones con un título que se


denomina "De la Protección del Régimen Democrático en
los Sindicatos y demás Organismos del Trabajo". En síntesis,
se establece en estos preceptos legales que modifican el
Código del Trabajo, la prohibición de pertenecer a los
sindicatos y, desde luego, ejercer funciones directivas a los
sancionados por la ley y excluidos de los registros
electorales.
También establece disposiciones sobre finanzas sindicales,
estableciendo acción popular por la denuncia de las
malversaciones de fondos y otros controles por parte de los
funcionarios del Trabajo" (27)

Para aplicar estas medidas, González Videla llamó a un


contingente de 4.500 reservistas del Ejército, que
mantuvieron el orden.

Clotario Blest, inmediatamente promulgada la ley, a la que él


siempre llamó "la ley maldita", se propuso derogarla, por lo
cual fue varias veces encarcelado.

Santiago Pereira nos relata la oposición marcada que tuvo el


Gobierno de González Videla: "A don Clotario no le agradó
la persecución implacable contra los comunistas y muchas
veces lo vi tomar parte en discusiones y peleas contra los
radicales, que terminaban golpeándose con las sillas. Era un
período violento." (28)

Jorge Barría dice de él: "Don Clotario era un hombre de


izquierda progresista. Yo le tenía reservas porque defendía
demasiado a los comunistas, que en esa época estaban fuera
de la ley y en una campaña llamada Pro Paz de Estocolmo,
entre el 48 y el 50. Don Clotario, como Presidente de la
ANEF, pertenecía a los grupos más combativos contra el
Gobierno." (29)

Sobre el Gobierno de González Videla, que duró hasta


septiembre de 1952, se indica como positivo el continuado
desarrollo industrial, gracias a la ayuda de créditos externos
proporcionados en especial por el BID y el Export-Import
Bank de Washington. Se da vida y función definitiva a
Huachipato y a la Compañía de Acero del Pacífico (CAP) y
ENDESA. En lo cultural, se crea la Universidad Técnica del
Estado. Sin embargo, para los trabajadores y Clotario Blest,
"éste fue un gobierno netamente derechista que salió con los
votos de la izquierda, a la que González Videla engañó, un
"momio" superficial que se pasó abrazando y bailando, y
sobre todo preocupado de su ciudad natal. La Serena, en la
que hizo plazas y edificios con el dinero de todos." (30)

EL AUTO-SECUESTRO DE COLLIGUAY

Clotario se refiere al hecho: "En agosto de 1952, un


compañero muy inteligente (Edgardo Maass), quizás llevado
por su juventud, cometió una locura de nefastas
consecuencias para el movimiento de los trabajadores. Se
trató del famoso 'auto-secuestro de Colliguay'. Esto sucedió
así: dos dirigentes connotados, uno empleado, Maass, y otro
obrero, Domiciano Soto, después de haber participado en la
exitosa 'Marcha contra el Hambre', desaparecieron, horas
después, desde sus casas. Inmediatamente se culpó al
Gobierno de este secuestro y comenzó una gran movilización
que culminaría en un paro nacional. González Videla estaba
muy asustado; me mandó llamar y me dijo que no existía tal
secuestro, que era un tongo y que me invitaba a visitar las
cárceles; me juraba que Maass y Soto no habían sido
detenidos y que se lo dijera a mis compañeros. No le creí al
Presidente. En eso llegó un periodista de izquierda y me dice
que hay una gran fiesta en casa de Soto. Eso no podía ser.
Así que detuve por 24 horas la asamblea en que se resolvía el
paro general y comencé a investigar. Durante esas horas
descubrimos que los dirigentes estaban en Colliguay, buenos
y sanos, jugando rayuela. Fue espantoso. Por mucho que
ellos dieran explicaciones en cuanto a que con eso se
pretendía darle un golpe mortal a González Videla, no nos
cupo dudas que habían sido mal aconsejados por los nazis.
Este hecho, que dejaba en ridículo y como mentirosos a
destacados dirigentes, provocó una gran decepción en la
masa de empleados y obreros y malogró por un tiempo la
Unidad " (31)

Clotario relatará lo que aconteció después, sobre este


episodio: "desgraciadamente, todo este enorme esfuerzo tuvo
un triste epílogo en el famoso caso Colliguay, en el que
algunos destacados dirigentes de este comando cayeron en
injustificados renuncios ante la clase trabajadora, lo que
significó la caída vertical del gran movimiento unitario."
(32)

UN PASO MAS

A pesar de esta situación adversa, Clotario, gracias a su


tenacidad y a los trabajadores que creían en su líder y lo
sabían honesto, logra articular un Comité de Unidad de
Obreros y Empleados, que había sido fundado meses antes.
Esta entidad, bajo la dirección de Clotario, jugará un
decisivo rol en 1952.

Por primera vez, desde 1946, se conmemoró el 1º de Mayo


en forma unitaria en una gran concentración, cuyo espíritu se
expresa en consignas voceadas ese día: "Trabajadores de
Chile: impulsad la lucha por vuestra unidad sindical. Por la
libertad y derogación de las leyes represivas, en especial de
la Ley de Defensa de la Democracia. Contra las alzas y la
especulación. Por la libertad de todos los presos por
cuestiones sociales y la reincorporación de todos los
trabajadores exonerados. Contra el imperialismo y la guerra.
Por el sindicalismo y la libertad. ¡Viva la unidad sindical!
¡Viva la lucha mancomunada de obreros, campesinos,
empleados y estudiantes! ¡Viva la liberación de los
trabajadores! " (33)

Clotario rememorará esa ocasión: "Pedí a todos los sectores


políticos que hiciéramos una sola concentración en la Plaza
Bulnes. Ese 1º de mayo se juntaron todos los trabajadores en
la Plaza, con srs diferentes banderas. Había 50 mil personas.
Al ofrecer el acto, les hice la siguiente pregunta: ¿Quieren o
no quieren Unidad? y todos gritaron: ¡Unidad, Unidad,
Unidad! Aproveché el momento y volviéndome a los
dirigentes que estaban sentados conmigo en la tribuna, les
dije: vamos a formar una comisión de 35 compañeros, que
prepare un congreso de donde salga un solo organismo de
los trabajadores. Al calor del momento, elegimos a los
compañeros. La Comisión se llamó "Comité de Unidad'' (34)

Esta "Comisión de los 35" (35) aprobó también la plataforma


de lucha de 7 puntos: "La unidad sindical de todos los
trabajadores, la derogación de las leyes represivas, la libertad
de todos los presos y relegados por cuestiones políticas o
sindicales, por salarios y sueldos de acuerdo al costo de la
vida, contra la especulación y las alzas, por la seguridad
social de los trabajadores de la ciudad y del campo, por la
nacionalización del cobre y la reforma agraria, por la paz y la
independencia nacional" (36)

El Congreso que surgió de ese acto. programado para junio


de 1953, se adelantó a febrero de ese año (37).

-¿Cómo se sintió usted don Clotario después de ese acto?

-"Le diré la verdad, por fin sentí que mis desvelos se


transformarían en realidad, pero tantas veces me había hecho
esa ilusión que estaba inquieto, pero lleno de esperanzas."
(38)

Notas:

1. Discurso en la fundación de la JUNECH, diciembre 1948

2. Revista ANEF, 12 noviembre 1945

3. Creada el 2 enero 1946. Sus organismos participantes


fueron la CTCH, ANEF, DEDACH, CEPCH, Federación
Independiente de Empleados Particulares, Confederación
Mutualista de Chile y algunos gremios

4. Revista ANEF, 23 enero 1946

5. Revista ANEF, 23 noviembre 1946

6. Entrevista en Revista Hoy, 17 mayo 1978


7. Revista Vea, 18 junio 1964 "Frente y perfil de los líderes
chilenos", de Ricardo Boizard

8. Entrevista a Clotario Blest, 27 junio 1978

9. Entrevista en revista Hoy, 17 mayo 1978

10. Pizarro, Eduardo, Victoria al amanecer. Intimidades y


Trayectoria de la huelga gremial de enero de 1950

11. Folleto conducían de la concentración de la JUNECH, 5


agosto 1949

12. Pizarro, Eduardo, Victoria al amanecer. (Archivo de


Clotario Blest)

13. Salinas, Maximiliano, Clotario Blest. Santiago, Edición


Vicaría Pastoral Obrera, 1981

14. Pizarro, Eduardo. Victoria al amanecer

15. Boletín Los empleados de Chile, Nº 25 (Archivo de


Clotario Blest)

16. Idem

17. Idem

18. "Queremos que nuestras materias primas se dediquen a la


paz y no a la guerra". Folleto de la Conferencia Económica
Mundial (Archivo de Clotario Blest)
19. Partido Agrario Laborista. Colectividad que buscaba la
instauración en Chile de un sistema corporativista y que
sirvió de sustento, en sus primeros años, al segundo gobierno
de Carlos Ibáñez del Campo

20. Acción Sindical Chilena

21. Tribuna Sindical Nº 34,1952. "Clotario Blest miente a


sabiendas"

22. Entrevista a Oscar Ortiz, 12 septiembre 1990

23. Revista Hoy. Entrevista a Clotario Blest. mayo 1978

24. Entrevista a Clotario Blest. 26 junio 1978

25. Sergio Villalobos, et al., Historia de Chile. Edit.


Universitaria, 1974

26. Jobet, Julio César, Historia del Partido Socialista

27. Barría, Jorge, Trayectoria y estructura del movimiento


sindical chileno, 1946-1962

28. Entrevista a Santiago Pereira, 13 enero 1979

29. Entrevista a Jorge Barría, diciembre 1978

30. Entrevista a Clotario Blest, 3 agosto 1978


31. Idem

32. Convención Nacional de ANEF 1953. Cuarto informe


del Presidente

33. Barría, Jorge, Trayectoria y estructura del movimiento


sindical chileno

34. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1978

35. La directiva de este comité de Unidad Sindical es


estructurada a base de los siete grupos sindicales existentes,
siendo cada grupo representado por 5 dirigentes. De ahí su
elevada cifra de 35 personas. Su directiva ejecutiva quedó
integrada por los máximos personeros de los grupos, a saber:
Clotario Blest, del comité de Obreros y Empleados; Isidoro
Godoy, del Comité Nacional de Federaciones; Ernesto
Miranda, del Movimiento Unitario Nacional de Trabajadores
(MUNT); Otilio Olivares, del Movimiento de Unidad
Sindical; Bernardo Yuras, de la JUNECH; Bernardo Araya,
de la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH); y
Arturo Velázquez, de la CTCH

36. Archivo de Clotario Blest

37. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1978Entrevista a


Clotario Blest, 27 julio 1978Entrevista a Clotario Blest, 27
julio 1978

38. Idem
------------

CUT: LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD

"La historia de las luchas de la clase trabajadora


-ignorada por la mayoría de los historiadores
clásicos- es la verdadera historia patria." (1)

Por fin, a los 52 años, Clotario Blest transforma su anhelo en


realidad: empleados y obreros unidos en una gran Central
que cobija a todos los asalariados de Chile.

El Congreso Constituyente se realiza entre el 12 y el 15 de


febrero de 1953, en el Teatro Coliseo. La convocatoria a este
acto es suscrita por federaciones representadas por 2.355
delegados que expresan a 300.000 sindicalizados. (2)

Al término del Congreso, el 15 de febrero, nace oficialmente


la Central Unica de Trabajadores (CUT) y Clotario Blest es
designado su presidente. La alegría popular se manifiesta en
poemas y canciones que Clotario conserva en su archivo:

"Del doce al quince'e febrero


se efectuó en la capital
un gran congreso sindical
del empleado y obrero
nuestro gran proletariado
sigue su senda ascendente
luchando siempre valiente
la aspereza ha superado
librando un fiero combate
fuerte dando a los rastreros
a traidores y amarillos
unióse enorme y sencillo
del doce al quince'e febrero." (3)

"Si Recabarren viviera


qué feliz se sentiría
después de tanta porfía
ya se unió la clase obrera.

Este doce de febrero


a la Central vio nacer
por eso Clotario Blest
oído por Chile entero
en un discurso sincero
proclamó con voz entera
en la asamblea primera
en el teatro Coliseo
inaugurado el torneo
Ya se unió la clase obrera." (4)

"Que exista un mundo


de trabajo e igualdad,
respeto y dignidad,
que exista amor
justicia y comprensión
sin distinción..." (5)

CONGRESO CONSTITUYENTE
La Comisión Nacional, obra de Clotario, denominada
también Comisión de los Treinta y Cinco, llamaba a las
innumerables organizaciones sindicales a ser una sola, y
convence a sus integrantes que sus discrepancias son
insignificantes ante la fuerza que pueden adquirir todos
juntos. Enseguida, esta Comisión reafirma la independencia
y autonomía frente a cualquier tutelaje de partidos políticos y
de gobiernos de turno.

Esta Comisión presentó al futuro congreso los siguientes


puntos: Declaración de Principios, Estatutos y Programa de
Reivindicaciones.

Meses después, en febrero de 1953, se inauguran las


deliberaciones sindicales. Al acto asisten el Ministro del
Interior. Guillermo del Pedregal, y Clodomiro Almeyda,
Ministro del Trabajo del gobierno de Ibáñez. Almeyda en su
alocución manifiesta que su ha anulado la Circular González
Cerani, análoga a la Circular Hölger Letelier (6). También se
compromete a reorganizar el Ministerio del Trabajo, con el
fin de abordar con más celeridad los conflictos del ramo.
Además, asisten al congreso los representantes de la rama
interamericana de la Conferencia Internacional de Sindicatos
Libres (ORIT) y la Confederación de Trabajadores de
América Latina (CTAL).

Los grandes temas que se discuten son:

1.- Organización y objetivos de la Central Unica:


a) Declaración de Principios y Finalidades.
b) Estatutos y Reglamentos
c) Finanzas y Cotizaciones
d) Métodos de lucha y Propaganda
e) Nombre de la Central Unica

2.- Reivindicaciones:

a) Sueldos y Salarios; Escala Móvil; Participación de


Utilidades
b) Derecho de Organización y Huelga de los Trabajadores
c) Seguridad social, previsión, salud pública.
d) Educación, cultura y capacitación técnica.

3.- Problemas Nacionales:

a) Rescate de las materias primas y desarrollo industrial.


b) Reforma Agraria y situación de los campesinos.
c) Viviendas, servicios públicos y cooperativas.
d) Situación de la mujer y de la juventud trabajadora
e) Derechos sindicales y libertades públicas.

4.- Problemas internacionales:

a) Capitalismo y Estado. Imperialismo y Liberación


Nacional.
b) La Guerra y la Paz.
c) Relaciones Comerciales.
d) La Central Unica y las Internacionales de Trabajadores
En lo concerniente a la declaración de principios, es
aprobado lo siguiente:

"El régimen capitalista actual fundado en la propiedad


privada de la tierra, de los instrumentos y medios de
producción y en la explotación del hombre por el hombre,
que divide a la sociedad en clases antagónicas, explotados y
explotadores, debe ser sustituido por un régimen económico
social que liquide la propiedad privada hasta llegar a la
sociedad sin clases, en la que se asegure al hombre y a la
humanidad su pleno desarrollo.

Frente al régimen capitalista, la Central Unica de


Trabajadores realizará una acción reivindicacionista
encuadrada dentro de los principios y métodos de lucha de
clases".

Se establece enseguida, los organismos que compondrán la


CUT: Congreso, Consejo Directivo Nacional, Comunales o
Locales y en la base, Sindicatos, Asociaciones o Uniones.

Sobre las relaciones internacionales, se resuelve mantener


relaciones fraternales con todas las centrales extranjeras, sin
adherir a ninguna de ellas

En lo que respecta al programa de acción inmediata, se


decide: "La Central Unica de Trabajadores condensa los
numerosos problemas enunciados en la convocatoria del
Congreso Constituyente, como los debates de comisiones y
reuniones plenarias realizados durante los cuatro días. El
programa en lo económico impulsa la obtención de mejores
condiciones de trabajo y vida para los asalariados, con
remuneraciones en relación al costo de la vida y
estabilización de los precios de las subsistencias y de la
vivienda, acción complementada con la revalorización de la
moneda, petición destinada a aumentar el valor adquisitivo
de los salarios. La Central luchará por el pleno empleo y por
el establecimiento por parte del Estado de un seguro de
cesantía; el principio de "a igual trabajo igual salario" regirá
su actividad para proteger las ocupaciones de la mujer y del
joven. La elaboración de un plan nacional de habitaciones
populares deberá ser preocupación preferente de la
institución.

El programa en el orden social plantea la defensa del


régimen democrático para perfeccionar y consolidar la
organización obrera. Estima que la planificación de la
economía, la limitación de las utilidades de las grandes
empresas, la reforma agraria, deben ser los medios para
estimular el desarrollo del país. Se plantea la reforma de las
leyes del trabajo, que se termine de una vez por todas con la
división de empleados y obreros; la sindicalización y el
reconocimiento del derecho a sindicalizarse de los
trabajadores estatales. También se solicita representación de
la Central a los diversos consejos de las instituciones de
seguridad social como la participación del trabajo
organizado en las empresas en que tenga ingerencia el
Estado. En lo educacional y cultural, la Central promoverá el
fomento a la educación pública gratuita, la aprobación de
una ley de alfabetización nacional, la creación de escuelas
industriales y de universidades populares; la preocupación
por la salud pública y su mejoramiento y expansión.
Por último, se aprobaron numerosas resoluciones sobre
problemas particulares de federaciones, sindicatos y
poblaciones que reflejan la enorme gama de asuntos que se
discutió en el Congreso Constituyente." (7)

ELECCIÓN Y RESULTADOS DEL CONGRESO

En la última sesión plenaria se procedió a efectuar la


elección de la Directiva Nacional en votación secreta. La
lista que encabezaba Blest estaba integrada por sindicalistas
de los Partidos Comunista, Socialistas de Chile, Radical y
Falange (más tarde Democracia Cristiana), eligió a 23
miembros del Consejo. Las restantes listas eran cuatro,
representando a grupos ibañistas y socialistas populares, que
eligieron 9, y los anarco-sindicalistas, a 3 miembros. (8)

"En suma, el Congreso Constituyente es un éxito en lo que


dice relación con la asistencia de la inmensa mayoría de los
organismos sindicales. La presencia de todas las tendencias
ideológicas existentes en el campo del trabajo organizado, la
confrontación de sus puntos de vista y la concordancia en las
directivas básicas de la futura acción de la Central es un
signo auspicioso." (9)

Clotario Blest recordará, años después, que su labor fue muy


difícil y apremiante para solidificar la unidad. "El trabajo
producto de la constituyente, se concretó en los siguientes
puntos:

1) Organización de la CUT en todas las provincias.


2) Campaña para alcanzar reivindicaciones relacionadas a la
plataforma de lucha.

3) Relaciones internacionales.

4) Defensa de dirigentes y sus bases frente a la represión.

5) Sindicalización campesina y modificaciones sustanciales


del Código del Trabajo.

6) Organización de todos los trabajadores en sindicatos y


gremios. Como método de lucha se adoptó la acción directa,
sin llegar a convenir relaciones, ni con el gobierno ni con los
patrones. También se resolvió que toda acción futura sería
sin tuición política partidista." (10)

En otro artículo, Blest expresa: "Este fructífero resultado de


seis años de lucha, alcanza su más amplia coronación en el
Congreso Constituyente que, se debió, no a determinadas
personas o dirigentes, sino a la decidida voluntad de la clase
trabajadora de llegar a esta unidad, voluntad y aspiración que
fue leal y honradamente interpretada por sus dirigentes en
todo momento. Hubo, evidentemente dificultades, pero todas
ellas fueron ampliamente superadas por la actitud y conducta
antisectaria y plenamente unitaria de sus dirigentes." (11)

EL ACONTECER POLÍTICO AYUDA AL NACIMIENTO


DE LA CUT
La instauración de la nueva Central Sindical marcará el
término de un ciclo de más de siete años en que los rasgos
más sobresalientes de la realidad sindical fueron la
dispersión del movimiento obrero, las persecuciones
administrativas y judiciales del mismo, las violentas pugnas
entre fracciones de trabajadores y la incorporación de nuevos
contingentes sindicales a las luchas sociales. Otra
característica especial de esa época, es el desplazamiento que
sufre el sector obrero o manual en el liderazgo del
movimiento social y reivindicativo, como había sido usual
hasta fines del siglo pasado, en organismos como la FOCH o
CTCH. Son en cambio, en 1953, los trabajadores de cuello y
corbata quienes reactivaron e impulsaron la nueva instancia
laboral, con Clotario Blest a la cabeza como líder.

El vigoroso movimiento gremial de la década de los


cuarenta, que había demostrado su eficacia en innumerables
movilizaciones sociales, observaba a principios de 1953 un
enorme fortalecimiento, producto del 48% del electorado que
obtuvo el candidato Ibáñez, que prácticamente desplazó a los
partidos políticos, especialmente los de signo izquierdista.
Como reacción obvia, ante este nuevo escenario, los
diferentes partidos de izquierda optan por traspasar sus
actividades al desarticulado campo sindical, desde donde se
ejerce una fuerte oposición al gobierno de Ibáñez, por el
temor a que éste se transforme en una dictadura.

Un testigo de ese entonces, el hoy detenido-desaparecido


Bernardo Araya, dirá: "Sabíamos, nosotros los comunistas,
que Ibáñez podía hacerse dictador. Tenía una corriente de
adherentes al interior de las Fuerzas Armadas, como
posteriormente quedó establecido con la Línea Recta. Por
eso nos abocamos a reagrupar al sindicalismo, como para
hacerlo una gran muralla anti-golpista." (12)

Rene Montero, ex secretario de Ibáñez del Campo, reconoce


que el terreno sindical es "donde más vulnerable está el
ibañismo, pues en el resto de las actividades sociales nuestro
control es absoluto." (13)

Los propios anarquistas, en un recuerdo de la "Masacre de


Chicago", aceptan la presencia de las tendencias partidarias
en el seno gremial, advirtiendo el desdibujamiento que sufre
la organización sindical, por privilegiar lo político, como
sucedió posteriormente:

"Pese a que, por estrategia y táctica, la politocracia se ha


definido como la de los trabajadores explotados y que
nuestra defensa es la organización sindical, pensamos que no
debemos desechar esta hipócrita alianza entre sindicalismo y
partidismo. Tratemos de construir alguna línea obrera
clasista, mientras los partidos curen sus heridas, por el golpe
propinado por las fuerzas populistas del ex dictador." (14)

A nuestro entender, este elemento sociológico denominado


''ibañismo", será el desencadenante del nuevo reacomodo
que experimentará el campo social chileno, luego de casi
veinte años de virtuales oligarquías de partidos.

PORQUE BLEST ES ELEGIDO DIRIGENTE


Alfredo Molina Lavín, por entonces subsecretario del Frente
del Pueblo, organismo que en alianza con socialistas,
comunistas e independientes, alzó la candidatura
presidencial de Salvador Allende en 1952, expresa que
"apenas instituido Ibáñez como Presidente de Chile,
comenzamos una ronda de negociaciones con diferentes
personeros políticos y sindicales, con miras a buscar la mejor
fórmula doctrinaria que tuviera la naciente Central Sindical.
Recuerdo, luego de varios días de interminables pláticas,
cuando alguien - me parece Long - dijo: necesitamos un
hombre que dé garantías al espectro ideológico sindical. Por
eso propongo a esta reunión el nombre de Clotario Blest,
como el mejor para esta misión de aglutinación entre los
trabajadores, por ser un factor de unidad."

"Meses después, al fundarse la CUT, no había otro dirigente


que como Clotario Blest contara con la simpatía de la
inmensa mayoría de los trabajadores, cualquiera fuera su
tendencia política o filosófica. Pienso personalmente más
allá de las licitas divergencias, que Blest supo dejar de lado
lo que dividía y tener en cuenta lo que unía." (15)

Clotario entiende que ir apoyado por fuerzas partidarias no


significa subordinarse a sus direcciones. Su único norte es la
defensa de todos los asalariados. Por ello, asevera con
mucho orgullo: "Nunca fui instrumentalizado por ningún
partido o grupo; al contrario, yo utilicé conscientemente a los
partidos políticos, especialmente a los socialistas y
comunistas, para la unidad. Mi olfato sindical me lo indicó."
(16)
En cambio, el dirigente comunista Juan Vargas Puebla
opina: "la dirección de la CUT, desde su inicio, fue producto
del acuerdo político, tanto de la mayoría como de la minoría.
Su presidencia fue el triunfo de las fuerzas mayoritarias
unitarias que pugnaban por una Central independiente de los
patrones, del gobierno y de los partidos políticos." (17)

Blest profundizará este enunciado, cuando escribe: "De este


principio se deduce lógicamente que la CUT no es ni puede
ser un partido político, ni formar parte de una combinación
de partidos, tal cual hoy existen y se estructuran. De aquí que
la CUT no obedece ni se somete a consignas o acuerdos
determinados por estos partidos políticos que la integran;
nuestros sindicatos y gremios no pueden actuar en ellos sino
en función de los intereses sindicales y gremiales. A ningún
miembro de la CUT le es permitido traer al tapete de la
discusión sindical o de sus asambleas o locales gremiales,
discusiones de carácter sectario encaminadas a romper la
unidad de la clase trabajadora y realizar labor proselitista
contraria a los principios sindicales de la más amplia y
cordial unidad".

"Evidentemente que esto no significa -continúa escribiendo


en este largo artículo- que nuestros trabajadores deben
despojarse o renunciar a sus ideologías o doctrinas políticas
al incorporarse a la acción sindical o gremial. Todos nuestros
compañeros tienen derecho a pertenecer al partido político
de sus afecciones y en él actuar como mejor lo estimen
conveniente, pero este compañero trabajador debe saber que
esta condición de político no le da el derecho a pretender que
el sindicato o gremio deba estar controlado por elementos de
su exclusivo color político, o callar como cómplice los
errores de sus correligionarios y hasta pretender defenderlos
o disminuir sus faltas contra el gremio o la colectividad."
(18)

Esta conducta para la acción, en que lo sindical predomina


sobre lo partidista, lleva a que "en un momento, todos los de
la CUT estaban contra el Gobierno, donde Clotario ocupa el
lugar de portavoz", entre los años 1953 y 1956. (19)

Durante los años señalados, antes que los partidos se


recuperen electoralmente, la oposición política de Chile la
lideró la CUT y Blest fue el jefe de la oposición. Fue la
época en que la CUT fue más fuerte, donde doblegó al
Congreso.

Después vino la formación del FRAP (20) el año 1957. en


que comunistas y socialistas fueron los que dirigieron a la
oposición con un criterio más "parlamentarista." (21)

PRESIDENCIA DE CARLOS IBÁÑEZ DEL CAMPO

En los últimos meses de la administración de González


Videla. se desarrolló un pesimista clima político-social y de
rechazo a los partidos, en especial al Radical, ya que muchos
de sus miembros tuvieron activa participación en los
caudales públicos e influencias en el poder. Los anhelos de
regeneración se volcaron entonces hacia la persona del ex
dictador Carlos Ibáñez del Campo, quien, prometiendo
"barrer la inmoralidad administrativa", resultó elegido como
Presidente de la República en noviembre de 1952.
"Viejo ya, rodeado de nietos y de flores en su apartado retiro
de Dublé Almeyda, el general Ibáñez vio llegar de improviso
la popularidad que tantas veces le fuera infiel. Enfrentado en
la lucha presidencial al eminente radical don Pedro Enrique
Alfonso, comenzó a encarnar la desesperación reinante. Es
verdad que lo jurídico se llamaba Alfonso, pero la
desesperación se definía Ibáñez, y los desesperados lo
hicieron triunfar.

Ibáñez es la figura más compleja de la política chilena. Su


carácter parece haber sido modelado con líneas cruzadas, y
no hay manera de encajarlo en una definición completa.
Muchos piensan que era un militar enérgico; sin embargo,
hay en él algunos rasgos de ternura y flaqueza
verdaderamente desoladores. Muchos lo acusan de escasa
virilidad; sin embargo, jamás hubo una mano más diestra
para dirigir un destino tan confuso. Muchos le creen
dictatorial, y fue quizás el militar más apegado a las
fórmulas constitucionalistas. Muchos lo culpan de su
excesivo respeto por la ley, pero es el revolucionario más
realista que hemos tenido. A veces, la derecha lo creyó el
instrumentos de sus designios, y nadie puede definir a Ibáñez
como un derechista. Por momentos la izquierda le consideró
afiliado a sus preceptos, y ¿quién podría confundir a Ibáñez
con un agitador común?

En el fondo, para Ibáñez no existía la política ni las


doctrinas. Existía un puesto de mando que es necesario
conquistar a todo trance. Conquistar con éste o aquél, no
importa; llegado al poder, éste y aquél desaparecen y sólo
queda su mano gobernando el timón.

Cuando en la tarde de su triunfo las muchedumbres se


agolpaban en La Moneda y le hacían sentir esa tremenda
emoción del hombre que resucita después de veinte años de
encontrarse sepultado, no daba él la sensación de Lázaro,
pálido y enjuto: daba más bien la del que tiene un billete
reservado y espera su turno.

El gobierno de Ibáñez, pues, fue un trasunto de su extraña y


evasiva personalidad: ni democrático ni revolucionario; ni
defensor de privilegios ni atentatorio de derechos; ni negro
ni blanco; ni de derecha ni de izquierda. Fue un gobierno sin
programa fijo y sin apellido.

Ibáñez gobernó en la misma orfandad política en que había


vivido. Si bien el Partido Agrario Laborista parecía ser su
base principal, él no hacía nunca caso de las directivas
agrarias en la organización de sus gabinetes. Llevaba
siempre consigo una libreta en que anotaba nombres de
futuros ministros, y en las frecuentes y repetidas crisis que él
mismo provocaba, sacaba su libreta, ponía distraídamente su
dedo sobre un nombre, y ya está: un señor improvisado y sin
más títulos que el capricho del Presidente, llegaba a jurar.
Hemos oído, por ejemplo, que el Almirante Olsen, que fue
Ministro de Relaciones, llegó a ese cargo porque Ibáñez, un
día en que le dio audiencia, lo encontró con facha de
diplomático." (22)
La victoria de Ibáñez fue una demostración palpable de las
limitaciones de los partidos organizados según los cánones
tradicionales, incapaces de valorar el real grado de
politización alcanzado por los sectores de bajos ingresos.

La crisis económica, entretanto, no menguaba. Desde


mediados de la década del cincuenta, comenzaron a hacerse
evidentes en las economías latinoamericanas las fallas
estructurales del modelo socioeconómico surgido tras la
crisis de 1930.

En Chile, los primeros signos se empezaron a manifestar en


1953, como consecuencia de una contracción del comercio
exterior, que perdió el impulso que le había dado la guerra de
Corea. Como un síntoma de los complejos problemas de la
estructura económica social, aparecía la inflación
desbordándose de sus marcos históricos. La fuerte alza del
costo de la vida, que de un 56,2% en 1952, siguió con un
71,1% en el año siguiente, pasando luego al 83,8% en 1954
y a un 86% en el 56, tuvo como causales, entre otras, la
fuerte expansión del gasto público, que sólo era financiado
parcialmente por nuevos ingresos tributarios, y los serios
problemas que existieron en el comercio exterior.

Con la pérdida del impulso dado al comercio exterior por la


guerra de Corea, escribe el historiador Sergio Villalobos,
más la caída del precio del cobre y la contracción que afectó
a la economía norteamericana, la débil situación chilena se
hizo crítica en 1953, año en que precisamente se calculaba
que el cuarenta por ciento de la renta nacional debería
destinarse a los gastos del Estado. El proceso inflacionario
que se desató adquirió caracteres extraordinariamente
agudos. Como de costumbre, los déficits presupuestarios
llevaban a nuevas emisiones, a la postergación de
obligaciones y a otras perturbadoras prácticas financieras. A
esto se unía una política cambiaría lamentable. (23)

La inoperancia de activar algún plan de recuperación por


parte del Presidente Ibáñez, se debió a la nula intención de
cohesionar a la heterogénea masa popular que le dio el
triunfo.

"Con esta actitud, el ibañismo comenzó a devorarse a si


mismo, dividiéndose en una infinidad de grupos que pasaron
a la oposición ante los desaires del General. Sólo seis meses
después de la elección, al renovarse el Gobierno, el ibañismo
empezó a desvanecerse, y aunque obtuvo cerca del cincuenta
por ciento de los votos, no logró una mayoría en ninguna de
las cámaras" (24)

Desde entonces, el ibañismo, cuya existencia obedecía sólo a


la magnética personalidad del caudillo, comenzó a
experimentar sucesivas derrotas, que culminaron con su casi
desaparición en las elecciones parlamentarias de 1957.

LAS ASPIRACIONES DE LA CUT EN MARCHA

A pocos días de creada la entidad sindical, el Gobierno


designa como secretario de Estado en la cartera del Trabajo,
al miembro del Consejo Directivo Nacional de la CUT,
Leandro Moreno, quien además era dirigente máximo de la
Confederación de Obreros Molineros. Ante esta designación,
la Directiva Nacional, en conformidad a sus principios y
estatutos, resuelve expulsar a Moreno de la CUT, dejando
establecido que "mantendrá con el nuevo Ministro las
relaciones que corresponden a una Central de clases que
busca con independencia la solución de los conflictos y la
defensa de los intereses de la clase trabajadora."

Esta disposición de diálogo con el Ejecutivo en la búsqueda


de arreglos sociales, dura hasta octubre de 1953, cuando el
nuevo Ministro del Interior, Contraalmirante Jorge Araos,
denuncia que la CUT es una "institución ilegal", y da las
instrucciones a los funcionarios públicos de negarles
cualquier ayuda en la tramitación y gestiones de
negociaciones colectivas.

La primera concentración pública organizada por la CUT, el


12 de marzo, en la capital, a la que asiste el Presidente de la
República, Carlos Ibáñez, intendentes y gobernadores,
marcaría la tónica de esta "luna de miel".

La conmemoración del día de los trabajadores, en mayo de


1953, sirve para que Clotario pida, como lo había hecho en
el mitin de marzo, el "respeto a los organismos sindicales,
que son víctimas de persecuciones por parte de sectores
patronales y oligárquicos."

También insiste en la denuncia contra los empresarios.

La reorganización ministerial, realizada como medio de


encarar el proceso inflacionario, lleva a que el nuevo
Ministro de Hacienda, el socialista popular Felipe Herrera,
dé a conocer un paquete de medidas económicas, siendo las
más importante: la dictación de un listado de 250 productos
de primera necesidad que congelan sus precios; el
establecimiento, por decreto con fuerza de ley del salario
mínimo para el obrero agrícola, la asignación familiar de
todos los obreros y la indemnización por años de servicios.

La Central Unica de Trabajadores, pese a considerar positivo


el ajuste económico, encontrará débiles las medidas tomadas
para llevarlo a cabo. Pide, por lo tanto, ante las autoridades
de Gobierno, la aprobación del petitorio económico que
había sido elaborado por ellos, realizando una gran campaña
de agitación, como la concentración del 10 de septiembre,
que concluyó intempestivamente al renunciar el ministro que
promovía el "Plan Económico".

"La reestructuración del Ministerio y los que le suceden


posteriormente, significan un cambio en la orientación
política y económica del Poder Ejecutivo, debido a la
presencia de personeros pertenecientes al grupo
"estanquero", que dirige Jorge Prat Echaurren. (25)

Meses antes, en octubre de 1953, ante una invitación de la


Liga de los Derechos Humanos de Argentina extendida a la
CUT, para que interceda ante el Presidente Perón por la
libertad de los presos políticos anti-peronistas, emprende un
viaje a Buenos Aires con seis dirigentes sindicales. Clotario
me narra esta experiencia:

-"Cuando el avión hizo escala en Mendoza nos metieron a


todos en un calabozo. Al juez le daba con que yo era
comunista. Apunte, le dijo al secretario: Clotario Blest es
comunista. Como protesta por el maltrato y el vejamen
comenzamos una huelga de hambre. Estuvimos ocho días en
huelga y la noticia trascendió. El Cónsul de Chile, el chico
Moreno, se portó muy bien, no quiso separarse del grupo por
temor a que nos pasara algo. Cuando, por fin, nos liberaron,
al subir al avión yo grité un ¡Viva Chile! con tan mala suerte
que el avión retomó a Mendoza por fallas técnicas, los
compañeros en Chile me esperaban con un mitin de
bienvenida." (26)

A fines de 1953, como premonición a lo que ocurriría tiempo


después, con ocasión de las festividades de Pascua y Año
Nuevo, Blest dirige una carta al Directorio Nacional de la
CUT, donde luego de representar algunas duras
observaciones sobre la marcha de la Central Sindical,
termina instando a "mantener el espíritu ecuánime y
conciliador de todas las corrientes ideológicas que se
suscribieron en el seno del Consejo directivo." (27)

Entre los problemas más importantes para los trabajadores a


principios de 1954 en el orden económico, está la aspiración
por el salario vital para el sector obrero, reajustable en
consonancia con el costo de la vida. También la abolición
del trato privilegiado que se hacía para algunos servidores
del Estado -Carabineros y Fuerzas Armadas- en relación a
los trabajadores civiles. En lo político, la CUT comienza un
plan de movilización que durará seis años, que busca la
derogación de la ley de Defensa de la Democracia. El
Gobierno, entretanto, irá desplegando una actitud represiva e
intolerante contra la entidad Central de Trabajadores,
especialmente contra Clotario.

FIN DE LA LUNA DE MIEL

Las respetuosas relaciones entre Gobierno y CUT


comenzaban a deteriorarse. El 12 de febrero de 1954, una
delegación del Comando de Servidores del Estado, presidida
por Blest. luego de aguardar más de cuatro horas al Ministro
de Hacienda, con quien se iba a hablar sobre la respuesta
gubernamental al proyecto presentado un mes antes, debe
retirarse al no ser recibida por el titular de la cartera. La
delegación sufre este desaire en silencio, pero su dignidad
está herida.

Para un nuevo 1º de Mayo y ante miles de trabajadores,


Clotario Blest pronuncia en la Plaza Artesanos un encendido
discurso contra el Gobierno: "Camaradas, el panorama del
país es demasiado trágico; hombres ineptos e irresponsables
nos han llevado a esta situación. La clase trabajadora, con su
admirable intuición, ya sabe como descubrir a todos los
traidores y a aquellos que venden a la patria. Están en la
Moneda el Presidente y los Ministros. Hay, camaradas,
muchos traidores a la Patria en el Congreso Nacional."... (28)
"La clase trabajadora es la única que puede castigar
implacablemente a los que le han traicionado, y darse para sí
una justicia social integral." (29)

Días después, el Gobierno interpone ante los Tribunales de


Justicia, una querella contra Clotario, por "proferir injurias a
S.E.", que le vale su ingreso por primera vez a la Cárcel
Pública. La denuncia la efectúa el Ministro del Interior,
Contraalmirante Jorge Araos.

Esta situación provoca un clima de gran expectación e


inquietud entre las filas de los trabajadores, lo que
intranquiliza al Ejecutivo, que adopta extraordinarias
medidas de seguridad a través de Carabineros e
Investigaciones, por temor a eventuales desórdenes.

Los poetas populares también se hacen presentes:

"Cuarteta:

Don Clotario, hombre de acción


que se encuentra detenido
delincuente nunca ha sido
no merece su prisión.

Glosa:

Un luchador muy conciente


siempre don Clotario ha sido
hoy se encuentra recluido
por hablar claro y valiente
es un deber no carente
de profunda comprensión
visitarlo en su prisión
donde se encuentra detenido
porque es y siempre ha sido
don Clotario hombre de acción.
Su viejita, acongojada
ruega a Dios que pronto salga
por su hijo ella se amarga
y se halla triste y postrada
de esta ancianita amargada
su sustento siempre ha sido.
Yo en mi corazón anido
junto al pueblo el gran deseo
que deje de ser reo
que se encuentra detenido.

La CUT, los gremios y todos


deben ir a visitarlo
y su afecto demostrarlo
con esmero de ese modo.
El siempre ha sido estimado
y no hay que echarlo al olvido
pues ejemplo siempre ha sido
de hombre leal y valiente
que por su fervor creciente
delincuente nunca ha sido.

Con su palabra elocuente


en favor del proletariado
ha luchado don Clotario
con ideal puro y ferviente
este hombre tan vehemente
y de noble corazón
sufre con resignación
el cadalso inmerecido
como digno siempre ha sido
no merece prisión.

Despedida:

Que torne pronto a su hogar


le deseo a don Clotario
para que así su calvario
ya se pueda disipar.
Cuando vuelva ha de estrechar
con dulzura y sin demora
a su viejita que adora
siendo de ella su sostén
así pedimos le den
libertad en buena hora." (30)

-¿Recuerda cómo fue su encarcelamiento?

-"Yo estaba enfermo de úlceras, según el médico, porque se


me olvidó alimentarme ese 1º de Mayo, y ... bueno, eran
tantas las dificultades de ese momento. Rafael Retamal fue el
magistrado que sustanció el proceso en mi contra. Yo
declaré. Y me pasa un periódico, La Ultima Hora, donde
expresa: "Este es un accidente en la vida de los dirigentes
gremiales, es un honor tal acusación. Me mantengo íntegro
-se lee en el amarillento papel que Blest conserva como un
preciado tesoro- en esta lucha que ha sido el centro de mi
vida. Mantengo, ahora más que nunca, mi posición de
luchador gremial. Espero que la clase trabajadora también
sepa conservar su espíritu unitario y su combatividad." (31)
Frente a este hecho, la CUT se dispone realizar un paro
general nacional para el 17 de mayo. "Pese a que el día
anterior -asevera Clotario- fui dejado en libertad, con el
propósito evidente de quebrar el paro, éste se hizo. El
resultado fue completamente exitoso." (32)

Faltando horas para que la paralización general del país


termine, Blest, en un magno acto, expresa: "Este paro y acto
de hoy, es protesta y sentimiento de un pueblo, es la
expresión de la pobre mujer, madres de pecho que no tienen
cómo alimentar a sus hijos. Estos actos son un sentimiento
de venganza ante la injusticia y los atropellos, y estos actos
se realizan en todo el país; es el repudio y es un grito de fe,
de esperanza y unidad. Esto me recuerda, cuando muchacho
salía a la calle a pelear por las reivindicaciones de los
trabajadores y me insta a volver a luchar por nuestros
derechos."... "Seguramente, aquí hay soplones y huincha
magnética imprimiendo mi discurso, pero yo vuelvo a repetir
que en Chile hay miseria y sufrimiento de un pueblo, por la
incapacidad del Gobierno. No temo caer bajo la ley de
Defensa de la Democracia como reincidente. Bien debe
saber el Gobierno que yo no hago otra cosa que traducir los
sentimientos del pueblo.

Se me ha arrastrado a los tribunales y a la cárcel pública por


injuriar e incitar a la revuelta, salvo que así se llame a quien
dice la verdad. Yo he llamado traidores a los traidores y por
eso se me ha condenado." (33)
Entre el Presidente de la República y el presidente de la CUT
se desencadena una violenta discusión pública que los
periódicos de la época reproducen en grandes titulares:

-"Debería estar en la cárcel por desconocer sus deberes con


la Patria"

-"La patria no sólo es patrimonio de los que sustentan el


poder, los indefensos son la gran mayoría y tienen derechos
que no deben desconocerse."

-"Hay ciertas personas que han perdido todo respeto a las


tradiciones y trasgreden el orden público.".

-"Lamento profundamente el fallo del Ministro Retamal de


absolver a un agitador. Por la salud del país, yo lo
mantendría encarcelado."

-"Este país está gobernado por nazis incrustados. Repudio


con asco estas leyes antidemocráticas que violan la justicia y
los derechos humanos, como las que motivaron mi
encarcelamiento." (34)

Durante todo el año 1954 se mantiene la tirantez entre los


movimientos sociales y el Estado.

En relación con la detención de Blest y de los obreros que


adhirieron a la huelga ya mencionada, el Consejo Directivo
Nacional de la CUT inicia en junio las gestiones para la
tramitación de una ley de amnistía. Clotario se opone: "No
deseo ninguna amnistía, pues no he cometido ningún delito.
Creo que expresar la verdad es obligación de todo ser
humano. Debemos, en cambio, luchar con toda energía para
que el gobierno reconozca el derecho a huelga y tanto yo
como los obreros estamos haciendo uso de un derecho
legítimo." (35)

Entre el 19 y el 22 de mayo de 1954, se realiza la Primera


Conferencia Nacional de la CUT, que se convocó en
reemplazo del Primer Congreso, que debió haberse efectuado
en febrero de ese mismo año y que por múltiples razones no
se realizó. En dicha Conferencia, Blest dio un informe que
no mereció objeciones. Sugiere, además, que se llame a un
Congreso para enero del año siguiente, en el cual se
ratificará la plataforma de lucha y se llamará a una Asamblea
Nacional de las Fuerzas del Trabajo, como un medio de
ampliar los grupos que apoyarán los planteamientos de la
Central.

Paralelamente, ante la invasión de Guatemala apoyada por


Estados Unidos contra el Gobierno progresista de Jacobo
Arbenz, la CUT llama a un paro y marcha. El desfile, que se
realizó en Santiago, estuvo encabezado por Blest, Neruda,
Frei y Allende, el 24 de junio de 1954. El 11 de julio, en la
Conferencia de Parlamentarios y Personalidades de América
Latina, Clotario Blest cierra el acto.

Al mes siguiente, el mundialmente conocido escritor


soviético Uya Ehrenburg, invitado a celebrar los cincuenta
años del poeta Pablo Neruda, es detenido al bajarse del avión
y le confiscan su equipaje. Ante este atropello, el mundo
cultural y la CUT protestan airadamente, acusando a la
policía de actuar "al margen de las autoridades nacionales."
(36)

Dos días después, el Ministro del Interior da explicaciones


oficiales, devolviéndole sus valijas, lo que le permite asistir
al homenaje. Blest habla en nombre de la clase trabajadora.

Dentro de la CUT, comienzan a manifestarse


minoritariamente censores a las actuaciones de Clotario,
especialmente en su relación con el Gobierno. Sin embargo,
el Consejo respalda plenamente a su presidente frente a "las
maniobras y esfuerzos divisionistas de elementos
reconocidos como incondicionales de la oligarquía e
imperialismo o de franca tendencia totalitaria o
personalista." (37)

EL ENFRENTAMIENTO CON EL MINISTRO JORGE


PRAT

El nuevo Ministro de Hacienda, Jorge Prat, estudia un


enérgico plan de choque para mejorar la economía. Sin
embargo, la agitación social continúa. "Ese año se
produjeron 231 huelgas de importancia." (38) El cobre, el
salitre y parte del carbón llevaban meses detenidas las
faenas. La CUT decide presentar una fórmula de solución al
conflicto cuprífero ante los Ministros del Interior, Abdón
Parra, y del Trabajo, Ignacio Cousiño. Los ministros la
recusan e increpan a Blest, culpándolo de ser el causante de
la gran tensión reinante. Clotario abandona el Palacio de
Gobierno y declara: "No soy niño chico para soportar que
me reten", dando por cancelada la negociación. (39)
Al estudiar el nuevo plan económico-social de Prat, la CUT
se muestra totalmente contraria; especialmente inaceptables
le parecen las medidas que limitan los reajustes a las
remuneraciones de los trabajadores por dos años y la
supresión, por el mismo período, del derecho a huelga. Esta
actitud confrontacional contra el poder gubernamental,
desata una persecución laboral que se dirige especialmente
contra su presidente, Clotario Blest. Sin embargo, al leer los
periódicos de esa época, algunos insisten en que existió
cierta amistad entre el Ministro Prat y Clotario. Al
entrevistarlo, lo interrogo sobre ese punto:

-¿No ofreció usted la colaboración de la CUT al Ministro,


como lo indica el vespertino La Segunda ?

-"Jamás ofrecí nada. La palabra colaboración no fue


pronunciada y no debe serlo por ningún dirigente
responsable. Para nosotros, la causa de los trabajadores es
sagrada y en el plano humano está por encima de nuestra
propia vida. Mal podríamos entregar nuestro aporte a los
oportunistas de la inconsistencia y a personeros que, aunque
muy respetables, no pertenecen a nuestra clase y cuya
mentalidad económica, social y política nos es ajena y
adversa."

-¿Entonces el Ministro Prat nunca le agradó?

-"Nunca. Jorge Prat fue el culpable de que me echaran de la


administración pública. Yo era presidente de la ANEF y de
la CUT; él me mandó llamar y me dijo: '¿usted es un
empleado fiscal o es presidente de la CUT?'. 'Ministro - le
contesté -, no hay ninguna ley que lo prohíba'. 'Es cierto -
respondió -, pero yo lo haré trasladar al norte, así no podré
continuar siendo dirigente'. Tuve que presentar mi renuncia.
Prat decía que uno de sus méritos era el de haber echado a un
'roto alzado'. Años después, en 1962, encarcelado por
atribuírseme, injustamente, actos terroristas, me visitó
cuando ya no era ministro y me pidió perdón. Yo lo perdoné
de inmediato." (40)

En relación con su expulsión de la administración pública:


"Único cargo remunerado que yo tenía; la CUT solidarizó
conmigo y reiteró su confianza en su presidente." (41)

El 12 de septiembre, con motivo del sobreseimiento que le


devolvió la libertad, se realiza un homenaje en su honor y
una comida en la quinta El Rosedal. Entre los asistentes se
destacaban: Elías Lafferte, Pablo Neruda, Salvador Allende
y Eduardo Frei. Clotario, en su discurso de agradecimiento,
señala: "Mi única ambición, mi único camino en la vida, es
la lucha por los trabajadores. No espero nada; sólo aspiro, al
final de la vida, morir sacrificado como mi Maestro, Cristo...
Lucharé tesoneramente contra la injusticia social para
quebrar la prepotencia de los capitalistas..." (42)

ESTADO DE SITIO

Ante las imposibilidades de quebrar las huelgas existentes y


para abortar el paro nacional que se preparaba para los
primeros días de octubre, y conseguir aplicar sin oposición
verbal ni activa el plan Prat, el gobierno decide decretar, en
uso de sus atribuciones constitucionales en caso de
"conmoción interna", el 30 de septiembre, el Estado de Sitio,
que incluye la clausura de sesiones extraordinarias del
Congreso Nacional. Este Estado de Excepción desata una
oleada de detenciones y relegaciones en los ámbitos
sindicales, estudiantiles y periodísticos. Diez partidos
políticos deciden, entonces, en conjunto con la CUT y la
FECH, formar el Comité de Acción Parlamentaria y
Sindical, con el fin de rechazar este decreto. La CUT emite,
pocos días después, una declaración pública en que sostiene
que no existe en el país "conmoción interna" y que el "estado
de sitio" no tiene, por lo tanto, base legal; lo que sí hay es un
"estado de protesta nacional". La finalidad única del
Gobierno es lograr la promulgación de lo que el Ejecutivo
llama "rectificación económica" y que nosotros
denominamos "hambre para los trabajadores". Al final del
comunicado llama a las asociaciones sindicales y gremiales a
defender las libertades públicas y el sistema democrático del
país.

El 15 de octubre de 1954, el Ministro del Interior, general


Abdón Parra, cita intempestivamente a la directiva de la
CUT a su despacho. "Esta cita terminó en las puertas de La
Moneda con mi detención." (43)

-¿Por qué esta invitación terminó tan violentamente?

-"El ministro quería saber si nuestra declaración reflejaba


exactamente la opinión de la CUT sobre el Estado de Sitio.
Yo le repliqué: sí, señor, ese texto corresponde al sentir de
las 14 federaciones y ese es nuestro sentir y ese es nuestro
pensamiento. El se levantó y dio por terminada la
conversación, diciendo: -No tenemos nada más que hablar.
Buenas tardes".

-¿Cuánto tiempo estuvo preso?

-"Sólo horas. Fuimos llevados a Investigaciones y, como no


existía. según la ley, ánimo de injuriar, fuimos declarados
libres en conjunto con los compañeros. Yo insistí en que no
cederíamos un palmo en nuestra firme actitud." (44)

El Comité de Acción Parlamentaria Sindical organiza


diferentes actividades de protesta, manifestaciones y
marchas. La más importante es la marcha "Por la Libertad y
Contra la Miseria y la Cesantía", que reunió a 50.000
personas. El 13 de diciembre el Congreso determinó la
"Inconstitucionalidad del Estado de Sitio", que acarrea la
caída del Ministro Prat y de su plan. La disputa entre el
dirigente sindical Clotario Blest y el Ministro Prat adquirió
una vehemencia que los diarios de la época reprodujeron a
grandes titulares:

Lo que dijo Jorge Prat:

"Al dejar el cargo de Ministro de Hacienda, con que me


honrara S.E., creo justo tener la oportunidad de detenerme en
algunos principios fundamentales que inspiraron mi gestión
económica y que, en mi concepto, deben seguir inspirando
cualquier política que pretenda defensa de los intereses del
pueblo por la única vía propia, que es la estabilidad
económica.
En primer lugar, estimé y estimo incompatible con la
conducción seria y patriótica de los intereses económicos del
Estado, la subordinación del Ejecutivo a los poderes
abusivos de un dirigentismo gremial que no comprendía su
alta función. De allí que me viera precisado a tratar de poner
término a la indisciplina administrativa e incluso a hacer
salir de la Administración a un subordinado alzado, así fuere
este presidente de la ANEE y de la CUT, y de allí que
debiera cerrar mis oídos y las puertas del Ministerio a
aquellos grupos dirigentes que estimaban que era aún posible
seguir tratando con el Ejecutivo sobre la base de los
ultimátum y de las amenazas de huelga por cualquier
motivo." (45)

Clotario Blest "despide" al ex Ministro de Hacienda.

En una violenta réplica el líder gremial el 5 de enero, dirigió


a los directores de los diarios la siguiente carta:

"Sr. Director:

Ruego a Ud. se sirva a publicar las siguientes líneas, a


manera de breve contestación a las alusiones que hace a mi
persona el ex Ministro de Hacienda, Sr. Jorge Prat
Echaurren, en la declaración oficial que entregó a la prensa y
que aparece en los diarios de hoy.

No me detendré a analizar algunos pintorescos términos de


este ex Ministro, que le son usuales, pero que demuestran su
ignorancia del castellano, a pesar de tener tantos millones,
confirmando así aquel adagio que dice: "Quod natura non
dat; Salamanca non prestat". No es la primera vez que
tenemos la "insolencia" de llamar la atención del ex Ministro
sobre estos errores y hoy volvemos a decirle que los
términos "dirigentismo" y "dirigentistas" no son vocablos
castizos y el término "alzado" que me da, tampoco tiene el
sentido que él ha pretendido darle y que, según entiendo, es
el de "roto alzado" que usan mucho los latifundistas como él.

El ex Secretario de Estado de los "sacrificios compartidos"


ha estimado como la obra cumbre de su Ministerio el 'haber
hecho salir de la Administración Pública al Presidente de la
CUT y de la ANEF', sin dar su nombre, no sé si por cobardía
o vergüenza. Para este señor, obsesionado por el especial
criterio que tiene sobre el concepto de "autoridad", que
confunde con el de "lacayismo" y muy especialmente
dejándose arrastrar por su típica mentalidad "nazi", no
contaba para nada el "proceso inflacionista" ni el "déficit
presupuestario", ni el hambre y la miseria del pueblo. Lo
fundamental para él era hacer salir de la Administración
Pública al presidente de la CUT y de la ANEF Pero debo
aclararle un pequeño error al señor Prat. El suscrito salió del
servicio de Tesorerías por rechazar someterse a sus caprichos
y venganzas, lo que es muy distinto a lo por él afirmado y de
lo que tanto se pavonea como un escolar cualquiera.

Tengo la satisfacción de haber sido uno de los que ha


contribuido a que el señor Prat saliera del Ministerio de
Hacienda, librando así al país de una pesadilla y a los
trabajadores de su peor verdugo. Desgraciadamente, el daño
que ha causado a la Nación será muy difícil de reparar, a
pesar de sus pretensiones de querer dar normas al nuevo
Ministro que ha de sucederle en dicha Cartera de Estado.

Agradezco anticipadamente a Ud. la publicación de estas


líneas en legítima defensa de mi gratuito detractor.

Saluda muy atentamente a Ud., su afmo. (Fdo.) CLOTARIO


BLEST RIFFO." (46)

La situación de emergencia del país se normaliza a


principios de enero de 1955, cuando el Gobierno promulga la
amnistía para todos los procesados por la huelga de mayo de
1954.

EL FALLIDO GOLPE DE ESTADO DE INFLUENCIA


PERONISTA

La desaparición de la escena política del grupo de


tecnócratas de orientación autoritaria y nacionalista que
aglutinaba Jorge Prat, explica tal vez la aceptación por parte
del Presidente Ibáñez de un grupo formado en su mayoría
por oficiales del Ejército y de la Aviación que buscaba la
implantación de una dictadura militar-populista denominada
"Línea Recta." (47) El Presidente se reúne secretamente con
los conspiradores, pero el alto mando militar, que sabe

del cónclave del 25 de febrero de 1955, protesta y estima "un


grave desquiciamiento institucional" y se produce un severo
conflicto entre la comandancia y el Presidente, que se da por
finiquitado con la renuncia de los generales Enrique Franco
y Oscar Herrera y el juicio y retiro de todos los implicados.
Esto "significó la muerte del movimiento, porque Ibáñez se
vio obligado a quitarle su apoyo debido a la oposición del
acuerdo de generales que sometió a juicio y pasó a retiro a
todos los implicados." (48)

Clotario Blest nos relata como fue tentado por los


conspiradores que le ofrecieron la dirección del plan: "Una
noche, creo que de primavera, tocaron insistentemente la
puerta. Creyendo que podría ser la policía, me levanté
presuroso para no levantar a mi madre que estaba enferma.
Al abrir, me encontré con un compañero que conocía que me
invitó a subir al auto. Mientras dábamos vueltas por la
ciudad, una persona que se identificó como militar, me
ofreció la Presidencia de Chile, a cambio de que la CUT
apoyara un golpe militar. Mire señor -le dije-, ni yo ni mis
compañeros estamos dispuestos a aventuras, terminemos el
paseo, por favor. Después me enteré que el militar que habló
conmigo era un coronel en retiro, Oscar Squella." (49)

Antecedentes sobre golpes militares frustrados existían


desde el año 1948, todos del mismo estilo, inspirados por los
movimientos nazi y el populismo exitoso de Perón, que
pretendían implantar en todo el cono sur de Latinoamérica
dictaduras nacionalistas antiyanquis. Alejandro Magnet en su
libro Nuestros vecinos justicialistas, explica detalladamente
estos hechos. "Desde 1948, cuando la administración
González Videla aún no cumplía dos años, abortó un
complot militar -llamado pintorescamente "de las patitas de
chancho"-, inspirado por las aspiraciones peronistas para
constituir un bloque de naciones. Pocos años después, otro
intento golpista, dirigido por una logia secreta "Los
Cóndores", formado por elementos nazis, estuvo cercano al
éxito. El complot de Colliguay, que gracias a la intervención
de Blest descubrió el escondite de Maass y Soto que de
haberse demorado y no esclarecido el autosecuestro, habría
provocado un paro nacional y la tensión necesaria para el
golpe. El proceso posterior a que estos hechos dieron lugar
reveló el nombre y los hilos de una trama tejida por
numerosos conspiradores. "Los Cóndores", fundado en 1945,
estuvo dirigido por Guillermo Izquierdo Araya y contó con
el apoyo del ACHA (50) y de la cancillería argentina, que
hacía de cabeza. La prolongación del grupo "Los Cóndores"
dio vida a la Acción Chileno Argentina, que con una fachada
legal actuaba para "Los Cóndores"." (51)

Dentro de este mismo contexto de anuencia a ciertos sectores


militares, las autoridades militares crean la Oficina de
Coordinación Sindical y Gremial, dirigida por el Capitán de
la Armada Nacional y edecán de Ibáñez , Jorge Ibarra
Castro. Clotario no trepida en acusar de divisionista a esta
entidad "ya que el pueblo y la clase trabajadora no necesitan
tutores uniformados y se basta a sí misma para triunfar en
esta guerra a muerte contra la oligarquía económica, sus
incondicionales y gobiernos que lo amparan." (52)

LA HUELGA MAS EXITOSA CONTRA EL GOBIERNO


DE CHILE

En abril de 1955, Clotario Blest intuía un posible cisma


sindical. Dentro de la CUT afloraban cada vez con más
fuerza dos tendencias tácticas y estrategias opuestas que a la
larga fueron las que precipitaron la renuncia obligada de
Blest a la presidencia de la Central Sindical. Por una parte, el
sector reformista o legalista, que sostenía que las críticas al
Gobierno debían hacerse dentro de los marcos democráticos
del país. A esta tesis adherían comunistas, socialistas de
Chile, falangistas y radicales. A la otra, que se denominó
insurreccional y revolucionaria, se plegaban los anarquistas,
socialistas populares y trotskistas, que auspiciaban la
necesidad de cambios de la estructura social y desechaba la
lucha reivindicativa por limitada y reformista. Clotario, ante
el peligro de la ruptura de la unidad, logra que la directiva
sea la que decida. Esto se refiere puntualmente, según el
historiador Jorge Barría, al dilema "huelga general por días
determinados, o huelga general indefinida con marcado
carácter insurreccional." (53)

En el acto oficial del 1º de Mayo de 1955, convocado


paralelamente al acto de la CUT por una Federación
Nacional de Trabajadores Independientes, el Presidente
Carlos Ibáñez acusa a la CUT y a sus dirigentes como
"traidores a la patria, politiqueros y al servicio del
comunismo." (54)

El 31 de mayo, la Central Sindical suscribe un convenio con


la conjunción Centrista y de Izquierda, en virtud del cual
estos sectores se comprometen a impulsar, por vía
parlamentaria, una serie de iniciativas que culminarían con:
Derogación de la Ley de Defensa de la Democracia,
modificación de la ley campesina, salario vital obrero
reajustable, etc. El Consejo de Federaciones, reunido días
después, estima insuficiente el acuerdo antes citado,
resolviendo llevar a cabo una masiva demostración de
protesta social, representada en un paro nacional de
"advertencia".

Días antes, el 4 de julio, la directiva de la CUT, encabezada


por Clotario, entrega en memorándum de 12 puntos (55) que
los trabajadores consideraban esenciales para lograr la
libertad y justicia social que el país necesitaba. El documento
fue entregado en el Ministerio del Trabajo a su ministro, el
general Eduardo Yáñez. El 6 de julio se realiza en la Plaza
Artesanos una concentración en que no sólo asisten los
sectores sindicalizados, sino también los estudiantes, los
políticos de izquierda y personalidades intelectuales. Ahí se
decide, dentro de una gran efervescencia, llevar a cabo el
paro nacional, cuya duración no se fija, en espera de los
acontecimientos. Hasta ese momento el gobierno no había
dado respuesta a las exigencias presentadas.

El 7 de julio de 1955, a las cero horas, se dio por iniciada la


paralización acordada. La huelga general se desarrolló con la
participación de los trabajadores asalariados, a los que se
sumaron los comerciantes minoristas con el cierre de sus
negocios, los estudiantes no asisten a clases y todos los
medios de comunicación radial y escrita se pliegan a la
protesta. Las oficinas públicas y servicios de administración
autónoma debieron cerrar sus puertas por ausencia de
personal. Los ferrocarriles y el transporte en general
paralizaron. Los cines, restaurantes y bombas bencineras
asumieron igual actitud. La Dirección de Carabineros
reconoció que el 90% de las actividades del país no
funcionaban. Chile parecía un país fantasma. El Gobierno,
encerrado en La Moneda, decreta acuartelamiento en primer
grado, las tropas y tanques salen a las calles y toman
posición en lugares estratégicos. Dos tanques apuntan al
local de la CUT en la Alameda con Londres.

En este país paralizado no se produjo ninguna acción


violenta, la gente disciplinadamente acató la orden de
permanecer en sus hogares. Las tropas se retiran a las 16
horas. ¿A quién debía defenderse? ¿Qué edificios habían
sido ocupados? ¿Cómo ejercer la represión en un país sin
habitantes, silencioso y pacífico?

A las 19 horas de una tarde de invierno muy fría, en el local


de la CUT se reúne el Consejo Directivo y los presidentes de
las Federaciones Nacionales. Después de evaluar y aquilatar
el éxito de la huelga, estalla una violenta discusión entre los
que desean prolongar la huelga con el fin de derribar el
gobierno, y el sector legalista, que insiste en que el paro es
sólo de advertencia para lograr mejoras económicas.
Después de tres horas en que ambas facciones insisten en sus
posiciones, Clotario ofrece una salida digna para ambos: se
dará término a la huelga, dándole al gobierno 10 días de
tregua para dar respuesta al memorándum; en caso contrario
se iniciará otro paro, esta vez indefinido.

El 11 de julio, el Presidente Ibáñez llama a la CUT para


dialogar. Clotario narra así lo sucedido: "Ibáñez estaba
alarmado: El paro demuestra que ustedes cuentan con el
apoyo de la opinión pública; ¿qué quieren? Si desean el
Gobierno, se los entrego, pero no a los partidos políticos,
-nos dijo el Presidente. Yo sentí que hacemos cargo del
Gobierno en ese instante era una irresponsabilidad, habían
demasiados partidos en pugna que malograrían esta
experiencia. Le contesté:

- No, Presidente, no hemos venido a hacernos cargo del


Gobierno, a usted le corresponde solucionar los problemas
de la clase trabajadora y le propongo nombrar comisiones
con mayoría de la CUT, para que en un plazo máximo de un
mes, elaboren proyectos que no necesiten pasar por el
Congreso. -Conforme, -nos dijo Ibáñez,- pero como ustedes
han puesto todas las condiciones, yo voy a poner una sola:
durante un mes no debe haber ninguna huelga para poder
trabajar con tranquilidad." (56)

Según el historiador Luis Vítale, los hechos sucedieron así:


"Ibáñez no ofreció el gobierno a la CUT. sino colgar en la
Plaza de Armas a los seis políticos oligarcas de apellidos
vinosos que ellos señalaran. Al presentar Clotario la moción
del Presidente, fue descartada por amplia mayoría de las
Federaciones." (57)

"Pocos días antes del plazo acordado y cuando las


comisiones tenían sus trabajos listos - nos cuenta don
Clotario -, llega a buscarnos el auto de la Presidencia;
querían hablar urgente conmigo. Ibáñez me señala un
periódico en el cual aparece el inicio de una huelga en un
servicio público y da por terminado el convenio aduciendo
falta de cumplimiento de nuestra parte a lo acordado.

-Pero entonces, ¿la CUT no controlaba todos los sindicatos?


-Sí, así lo creíamos, pero esta huelga había sido secretamente
provocada por el mismo Gobierno, a través del presidente de
un servicio público. Poco después, como si nada, me invitan
a integrar la comitiva oficial a Bolivia, que yo rechacé, sin
comentario." (58)

Ante la decepción general, estallan huelgas en diferentes


servicios estatales al margen de la dirección de la CUT. Se
desencadena la represión y los afectados recurren a
diferentes mediadores, entre otros, al Cardenal José María
Caro. Frente al problema, la CUT resuelve un paro general
de solidaridad para el 5 de septiembre (59). La cancelación
de este paro se debe a la mediación de Francisco Cuevas
Mackenna, vicepresidente de la Sociedad Nacional de
Minería y amigo personal del jefe de Estado. Según el
historiador Jorge Barría, "la mayoría de la directiva de la
CUT tomó esa decisión "porque estimó" que no estaban las
condiciones dadas para realizar una paralización de faenas
inmediata. " (60) Lo que en realidad sucedía era que la CUT
perdía credibilidad por no concretar las aspiraciones de la
mayoría. Blest comprende la situación pero acata la
resolución impuesta por los partidos. Luis Vitale dirá: "la
suspensión se logró mediante un acuerdo secreto entre
Cuevas Mackenna y los comunistas Chacón Corona y
Volodia Teiltelboim." (61) De ahí la congoja de Blest
cuando en una asamblea a la cual es citado en San Miguel el
mismo 5 de septiembre, es abucheado y los asistentes le
arrojan monedas, gritándole traidor.

Pese a que el líder perdía cierta popularidad, en el ámbito


internacional su figura continúa agrandándose. Organiza y se
destaca en la Conferencia Latinoamericana por las
Libertades, del 2 al 15 de agosto de 1955, cuyo objetivo era:
"luchar por los derechos humanos en América Latina,
especialmente los derechos individuales, políticos y
sindicales; la liberación de los presos políticos y el respeto a
la democracia y soberanía popular amenazados por
regímenes dictatoriales." (62) poco antes había sido
nombrado miembro del Consejo Mundial de la Paz. Clotario,
ante este honor, en una carta de agradecimiento expresa:
"...Nuestra clase trabajadora sabrá hacer honor a la distinción
que se le ha conferido por tan alto cuerpo mundial de
artífices de la paz y redoblará sus esfuerzos cooperando con
esa directiva..." (63)

En el plano interno, el Gobierno, al estimar que la calma


pública no está restablecida, solicita al parlamento el
otorgamiento de una ley de facultades extraordinarias, la
cual es rechazada. Ante esto, el Ejecutivo decreta el Estado
de Sitio para las cinco provincias más importantes y clausura
la legislatura extraordinaria del Congreso.

La inflación, que se empinaba sobre el 80%, obligó al


gobierno a contratar la asesoría técnica de la misión
norteamericana Klein-Saks (64), experta en finanzas, para
intentar corregir la política económica y detener el
descalabro financiero. Sus recomendaciones fueron la
racionalización y reorganización de la administración
pública, una política de créditos, remuneraciones limitadas,
supresión de los subsidios y la eliminación del control de
precios. Pero las medidas propuestas por dicha misión no
surtieron los efectos esperados, porque aún cuando se
controló momentáneamente la inflación, no pudieron
aplicarse todas sus proposiciones debido a una nueva ola de
"agitación social" que, dirigida por la CUT, debía culminar
con un paro nacional indefinido el 9 de enero de 1956.

El Gobierno, al sentirse débil, decreta el Estado de Sitio en


todo el país por 60 días. Los locales gremiales son allanados
y sus miembros relegados a diferentes lugares del país y los
dirigentes de la CUT son, además, demandados por los
tribunales de justicia, como infractores a la Ley de Defensa
de la Democracia. La CUT, desde la clandestinidad, lanza un
llamado destinado a "obtener por medio de la unidad y el
combate, la libertad de los presos sindicales y políticos..."
(65) Las medidas decretadas por el Gobierno le permiten
aplicar las proposiciones contenidas en la misión Klein-Saks.

Clotario es detenido en su casa y llevado a los tribunales,


después de ser interrogado se le traslada a la Cárcel Pública,
donde permanecerá, junto a otros dirigentes, 5 meses. Blest
aprovechará estos meses de reclusión para escribir y leer.
Sus cartas públicas y artículos son ampliamente difundidos
por los diarios de izquierda y las revistas gremiales.

Después de algunos días de reclusión, Clotario - meditando


sobre el fracaso del paro nacional - envía una carta pública a
los trabajadores, en que se deja traslucir su preocupación por
la existencia de fuerzas subterráneas que se movieron
traidoramente para quebrar la organización. Para el tercer
aniversario de la CUT, el 2 de febrero, reitera la vigencia de
esta entidad como "fuerza liberadora de la clase trabajadora."
En la manifestación del 1º de Mayo de 1956 se lee un
mensaje de su líder encarcelado: "Las reservas creadoras y
combativas de nuestra clase trabajadora son inagotables e
invencibles, y en este 1º de Mayo debemos reafirmarlas para
alcanzar el triunfo." (66) En un tono más personal,
conmovido por su experiencia cotidiana en la cárcel, escribe
una serie de artículos titulados: La Vida Carcelaria. (67)

La solidaridad hacia el luchador encarcelado se manifiesta


desde el exterior, con protestas ante las embajadas y a través
de innumerables telegramas exigiendo su libertad. En el país,
recibe diariamente un amplio apoyo personal y regalos que,
aún hoy día conserva, como un chamanto chilote que lo
acompañará hasta su muerte. Entre los libros que le
obsequian y que más lo impactaron -enriqueciendo su
personalidad- podríamos mencionar: Cristo de nuevo
crucificado, de Nikos Kazantzakis: Los Traperos de Emaús,
del abate Pierre, que más adelante pasó a ser su amigo y en
sus viajes a Chile conversó largamente con él: y por último.
Ergocracia, de Victor Krüger, austríaco que abrió para Blest
y otros dirigentes de la CUT un nuevo planteamiento
económico. (68)

Después de 110 días de reclusión, el 3 de mayo, Clotario,


obtiene su libertad.

NI LA REPRESIÓN NI LA APATÍA DEBEN DESUNIR Y


RESTAR FUERZAS

Inmediatamente Blest planteará la completa revisión, tanto


de los métodos de lucha como de una reestructuración
profunda de la Central Sindical. En el vespertino Ultima
Hora (69), declara que "una gran apatía embarga a la clase
trabajadora ligada a la CUT que motiva a que su líder
emprenda una maratónica tarea: reorganizar a la fuerza
sindical dispersa." Con este fin llama a una concentración
para protestar contra las alzas de los precios y las medidas
anti-inflacionarias implantadas por el Gobierno, que se
realiza el 17 de junio de 1956, con relativo éxito. Semanas
después, la CUT continúa tratando de recuperar su impulso
perdido, cuando presta su solidaridad activa con los
huelguistas de los bancos privados y denuncia al Gobierno
posibles fines "dictatoriales". Esta acción genera que
Clotario Blest sea nuevamente detenido el 31 de agosto en
compañía de varios consejeros durante un corto período,
acusados de "instigar la subversión al orden público".

En esa oportunidad, Blest, quien permanece de cuidado por


una úlcera sangrante duodenal, es arrestado
domiciliariamente, debiendo recurrir el juez instructor a
interrogarlo a su lecho de enfermo. Dos agentes de seguridad
son designados en su casa para evitar cualquier intento de
fuga. Los policías rodean su cama. La madre de Blest,
Leopoldina, que no se separaba de su lado, increpa
duramente a los agentes de investigaciones y los echa de la
pieza. Su enojo debe haber sido tan convincente que los
detectives salen de su dormitorio y permanecen de pie en la
puerta. Clotario Blest se refiere con orgullo al hecho: "usted
ve como era mi madre, a pesar de ser mujer humilde, tenía
carácter fuerte y no aceptaba injusticias." (70) La sede de la
CUT, sufre igualmente los rigores de la represión, cuando es
allanada en dos oportunidades.
Durante la víspera de las festividades patrias, mientras se
desarrollaba una huelga de los trabajadores del salitre en
contra de la Compañía Anglo-Lautaro, se produce un
violento enfrentamiento entre carabineros y los huelguistas,
dejando un saldo de dos muertos y veinticinco trabajadores
heridos. Apenas conocidos los hechos, el presidente de la
CUT hace llegar su mas encendida protesta "por este ataque
a mansalva a mis compañeros del salitre, que una vez más
han regado con su generosa sangre las pampas del salitre en
defensa de la Justicia y la Verdad." (71)

Frente al giro que tomaban los acontecimientos por las


medidas coercitivas por parte del Ejecutivo, la CUT junto a
los partidos de centro e izquierda y con el apoyo
incondicional de la Federación de Estudiantes (FECH),
comienza gradualmente a dinamizar la campaña contra la
carestía, que meses después se manifestaron en el Martes
Rojo", y en un gigantesco mitin en la Plaza Artesanos.
Refiriéndose a la masacre de la Oficina Salitrera, Blest dirá:
"Los verdaderos responsables de ese crimen no son los
carabineros, sino los gobernantes, cuyo delito aún permanece
impune." Añade más adelante: "Después que asumió el
poder el señor Ibáñez, se ha preocupado de perseguir a los
dirigentes sindicales y a los trabajadores en general. Al
actual Presidente de la República lo tenemos en La Moneda
rodeado de Volpones como un gobernador romano: "basta de
Nepotismo y Cesarismo"." (72)

PRIMERA FRACTURA DE LA CUT


En el verano de 1957, dentro del marco de La Segunda
Conferencia Nacional, que se realiza entre los días 15 al 17
de febrero, en reemplazo del congreso nacional, se produce
la primera fractura seria de la CUT, al retirarse de ella los
sectores sindicales anarco-sindicalistas. El problema surgió
cuando se discutió cómo enfrentar para los meses futuros la
estrategia y la táctica del sindicalismo. Para los grupos afines
a los partidos políticos de izquierda, la CUT debía marchar
de acuerdo al Frente de Acción Popular (FRAP), que
apoyaba electoralmente a Salvador Allende. En cambio, la
corriente representada por los anarquistas preconizaba que el
único medio para obtener éxito en las reivindicaciones
sociales, era la "acción directa" traducida en la huelga
general revolucionaria, y desestimaba, naturalmente, toda
acción parlamentaria o interpartidaria. Al ser votada esta
tesis, la mayoría de los delegados pertenecientes a tiendas
partidarias, no aceptaron que el campo político fuera
reemplazado por un movimiento exclusivamente sindicalista.
El resultado, al ser adverso a los anarquistas, motiva el retiro
de tres de sus consejeros. (73)

Los anarcos resuelven entonces, echar las bases de un


"movimiento de recuperacionismo sindical", que tenga como
finalidad "el mantener el espíritu de la Declaración de
Principios de nuestra Central Única de Trabajadores que
estipula que nuestra acción será sobre los partidos políticos,
y no a través de ellos." (74) En respuesta a esta actitud, el
Consejo Directivo, presidido por Clotario Blest procede a
separar de sus cargos a los mencionados consejeros y
denuncia sus actividades como divisionistas.
Meses después, al profundizarse la crisis, el grueso del sector
anarco-sindicalista se desafilia de la organización central
sindical. Clotario, frente al litigio doctrinario producido,
expresa su posición en un lúcido y valiente artículo titulado:
La CUT y los partidos políticos (75), donde en lo sustancial
es plenamente coincidente con los anarco sindicalistas en lo
que respecta al proyecto de sociedad, pero no comparte en
cambio su apartidismo, pues entiende que ellos (los de
extracción popular), están formados por asalariados y
necesitan ser atraídos y no rechazados, para lo cual sugiere
que los partidos de izquierda "renueven sus programas y
métodos de lucha. Que de metafísicos se transformen en
prácticos, pero de una objetividad dirigida no por apetitos
electorales o de cualquier otra índole, sino por ideales,
desterrando el economismo puro que va matando todo
esfuerzo y sacrificio." (76)

Otra de las conclusiones que emanan de esta Conferencia es


la de realizar el Primer Congreso Nacional Ordinario, que
debió ser diferido por las circunstancias represivas que vivió
la CUT el año anterior para el mes de agosto de 1957. En lo
concerniente a la larga "plataforma de lucha", se destaca la
exigencia de la derogación de la "Ley Maldita", entre otras
cosas. Los hechos producidos, sumados a la poca
receptividad que encuentra la CUT a una manifestación en
pro de las libertades públicas, hará que un nuevo
protagonista social emerja.

LAS PRINCIPALES CIUDADES DE CHILE


ENFRENTAN VIOLENTAMENTE A LAS
AUTORIDADES
Ante la lentitud de decisiones inmediatas, la FECH adquiere
liderazgo del descontento mayoritario envolviendo a obreros
e independientes en acciones insurreccionales en contra de la
situación imperante. El 28 de marzo de 1957, los estudiantes
universitarios convocan a una vasta movilización contra la
cesantía y el alza del costo de la vida. La cesantía había
alcanzado a un 8% como promedio. La movilización se
inició con un desfile en la capital que fue disuelto y exacerba
los ánimos. En los días posteriores se producen toda clase de
escaramuzas, la policía interviene y una estudiante cae
herida de muerte. En las horas siguientes se declara una
huelga general universitaria a través de todo el país. La CUT
apoya moralmente a los estudiantes.

"Las cosas se agravaron con hechos sucedidos en el puerto


de Valparaíso, donde el estudiantado en masa salió a la calle
e impidió el tránsito en los vehículos colectivos y los
apedreó. Se producen sangrientos encuentros entre la policía
y estudiantes en que hubo un fuerte saldo de heridos.
Naturalmente que los estudiantes usaron como armas las
piedras y la policía usó bastones, sables y culatazos. Se
produjo un muerto y las acciones tomaron un ritmo grave. La
población rodeó un cuartel para rescatar sus presos y heridos
y tuvo que intervenir fuerzas de marinería para impedir una
masacre. Los carabineros fueron retirados y patrullaron las
calles Fuerzas Armadas del Ejército y Marina, pero las
acciones continuaron.

Paralelamente en Concepción e importantes ciudades del sur,


se empezaron a desarrollar iguales acciones con saldos de
muertos y heridos. Santiago se convirtió en un campo de
batalla día y noche. Se declaró Estado de Sitio en 20
provincias..." (77)

"En Santiago los obreros de la construcción lanzaban piedras


contra la policía desde los edificios, los jóvenes formaban
barricadas en diversos puntos de la ciudad que
descentralizaban la lucha. Los grupos de combate se
comunicaban señales preestablecidas a través de golpes en
los postes de alumbrado público. Ante la impotencia de
Carabineros, Ibáñez llamó al Ejército y los tanques
invadieron las calles, pero los obreros, ágiles en inventar
nuevas tácticas de lucha, derramaban aceite que habían
sacado de negocios vecinos y los tanques se resbalaban y
giraban en redondo. También fueron expropiados numerosos
locales de armas con las cuales, obreros y estudiantes,
enfrentaron durante dos días al ejército." (78)

Clotario Blest rememora esos días: "Los estudiantes y


trabajadores se exponían sin control a una lucha desigual de
elementos armados hasta los dientes contra niños sin
preparación guerrera. Me presenté, entonces, ante la FECH,
donde les propuse que tomáramos el control. Se acordó
realizar una asamblea entre la CUT y la FECH en un local
sindical que lamentablemente fue detectado por la policía
secreta siendo detenidos todos los asistentes a medida que
iban llegando. Yo fui incomunicado en Investigaciones
durante dos días y dos noches. La noche del 2 de abril,
mientras escuchaba el tableteo de las ametralladoras me
dijeron que si sucedía algo grave y yo trataba de escapar me
matarían." (79)
El Estado de Sitio es aplicado con pleno vigor. Patrullas de
Fuerzas Armadas vigilan las calles bala en boca. El
Parlamento, con mayoría derechista, otorga al Gobierno
Facultades Extraordinarias, mediante las cuales tiene poderes
legales para apresar y reprimir violentamente cualquiera
actividad opositora. Sin embargo, el gobierno se siente
obligado a derogar el alza de tarifas de la locomoción,
mientras una comisión revisa los costos.

Blest expresa: "Pese a que la CUT no dirigió directamente


ninguno de estos sucesos, el gobierno de Ibáñez consideró
que la directiva de nuestra entidad había infringido las
disposiciones de la Ley de Defensa de la Democracia, siendo
relegados por 3 años Clotario Blest, presidente; Baudilio
Casanova, secretario general y Juan Vargas, tesorero a
diferentes lugares de la geografía chilena " (80)

SU VIDA DE RELEGADO EN MOLINA

El 28 de abril en el llamado "tren de los curados" (81)


Clotario, escoltado por dos carabineros a los cuales tuvo que
pagarles el billete de tren, es trasladado a Molina. La
localidad de Molina situada en el valle central de Chile era
un lugar de unos diez mil habitantes. Su población de origen
campesino está estrechamente ligada al cultivo de la vid. Al
llegar, el cura párroco le ofrece un cuarto en la iglesia que
ocupará unos días. Algunos agricultores de la zona también
le ofrecen albergue, sin embargo, Clotario, prefiere alquilar
una pieza en una pensión.
Durante los cinco meses que duró su relegación, Blest,
desplegó una rica actividad social y cultural. Recordando,
cómo veinte años atrás el deporte había servido de anzuelo
para agrupar a los trabajadores, decide crear un club
deportivo-cultural que tiene gran éxito entre los campesinos
(82) y que aún treinta y dos años después se mantiene y en
noviembre de 1980 le rindió a Clotario un homenaje. En el
plano religioso, encabeza varias procesiones que el párroco,
excesivamente conservador, acepta a regañadientes.

La popularidad que adquiere entre los habitantes, lo hace


acreedor del título: "Huésped Ilustre de la ciudad" que le es
entregado en una ceremonia pública por el gobernador,
Diego Silva Lastra. (83) "Ya perdí la cuenta de la infinidad
de ahijados que recibí en esa época. Además desempeñé
entre las mujeres el rol de un virtual componedor
matrimonial, porque los problemas conyugales entre el
campesinado eran serios." (84) Al estar desvinculado de la
fatigosa actividad de la CUT, dedica gran tiempo al estudio
de textos de filosofía y a meditaciones éticas. Especialmente
sus estudios se centraron en la vida de Gandhi, en los
Hechos de los Apóstoles, en escritos de Alberto Schweitzer
y en el libro Fenómeno Humano del jesuita Theilhard de
Chardin.

Esta situación de tranquilidad es alterada cuando un


individuo no identificado le dice que su madre ha sufrido un
síncope que le ha costado la vida. Blest, enloquecido parte a
pie a Santiago. En el camino es recogido por un joven
comerciante que llama a Santiago para adquirir noticias,
enterándose que la misma sucia maniobra se hizo con la
madre de Clotario, quien al creer que su hijo había muerto
sufre un grave deterioro en su quebrantada salud, lo que
producirá su deceso, pocos meses después. La gravedad de
doña Leopoldina, generará que la ANEF y la CUT iniciaran
una gran campaña pro amnistía a Clotario Blest, que logra su
objetivo el 20 de agosto. Blest es trasladado a Santiago y en
pleno gabinete presidencial es informado por el presidente
que ha sido amnistiado. "Ibáñez en presencia del Ministro
del Trabajo y de la directiva de la ANEF, luego de
estrecharle la mano, mientras los fogonazos de los
reporteros, alteraban la ceremonia, le dijo
ceremoniosamente: "-¿cómo le ha ido en su veraneo,
Clotario?" "-Pero si usted, Presidente, sabe que me tuvo
cinco meses relegado". A lo que Ibáñez contestó:

"-No me diga que lo ha pasado mal si allí hay tan buenos


vinos..." (85)

DE REGRESO A LA LUCHA, ES OFICIALMENTE


ACUSADO DE MARXISTA

Clotario Blest fue reelecto en su período de relegación, como


presidente de la CUT entre el 15 y 18 de agosto de 1957
durante el Primer Congreso Nacional Ordinario, por un lapso
de dos años. Sin embargo, al hacerse cargo de su puesto,
debe enfrentar una nueva crisis: la marginación del Partido
Demócrata Cristiano de la CUT. El problema había estallado
durante los días del Congreso por no estar de acuerdo con la
"Carta Constitutiva de la Central Sindical",

[FALTA, en la edición de LOM]


sidente subrogante, incapaz de detener el cisma, eleva la
moción, aclamada por los asistentes donde sugiere que sólo
Blest puede evitar la desunión. Blest plantea que se
modifique la declaración de principios, pero que se
mantenga su espíritu, con lo cual los cuatro consejeros
disidentes se reincorporan a la directiva (86)

El origen de este cisma -superado momentáneamente- venía


arrastrándose desde mucho antes. Desde las declaraciones de
Blest a su regreso de Moscú, comentadas en los capítulos
anteriores, comenzó el cuestionamiento a su militancia
católica. El Padre Hurtado era partidario de las centrales
sindicales ideológicas y Blest consideraba que debía existir
una sola central en que coexistieran en su interior cualquiera
tendencia filosófica. El Padre Hurtado no creía en la lucha de
clases, Blest la consideraba una realidad. El Padre Hurtado,
de origen oligárquico, jesuita y obediente a la jerarquía
eclesiástica tenía que chocar con un Blest de origen
proletario, no militante y rebelde ante la jerarquía de la
Iglesia. Y, por último, para el Padre Hurtado su apostolado
fue la caridad, mientras que para Blest fue la lucha contra la
injusticia social. En dos artículos aparecidos en el periódico
Tribuna Sindical, órgano de prensa de la ASICH, fundada
por Alberto Hurtado en el año 1947, aparecen claramente
estas dos posiciones. Augusto Cárdenas, presidente sindical
de la entidad, declara: -No nos someteremos a la Central del
señor Blest con su declaración de principios marxista y su
entreguismo político, a los cuales se sacrifican las legítimas
aspiraciones de los trabajadores..." "...Es evidente que la
posición totalitaria del presidente de la C.U.T. está por la
dictadura sindical. No aceptamos su monopolio..." (87)
Meses después, otro artículo decía: "...La CUT sostiene la
liquidación del régimen de propiedad privada, la
expropiación de las empresas sin indemnización, la creación
de un Estado Socialista, (vale decir propietario de todo y con
partido único) y patrocina el método de la lucha de clases
dirigido a la conquista del poder político y la huelga como
expresión máxima del sindicalismo descrito en su plataforma
de lucha." (88)

Blest responde: "La lucha de clases es un hecho...hay que


reconocer trincheras. ¿En qué trinchera debemos estar los
católicos? ¡En la del pueblo, junto a los trabajadores!" (89)
Para los católicos tradicionales no existirá más que San
Alberto, para los católicos revolucionarios San Clotario.

En setiembre, el descarrilamiento de un tren minero en Lota,


que causa la muerte de varios trabajadores suscita un grave
incidente entre Clotario y un sector de la Iglesia. Sobre este
suceso interrogo a Clotario:

-¿Es verdad don Clotario que la Iglesia pidió su excomunión


por su posición en contra de los ejecutivos de la mina?

-"Así fue. Yo fui al entierro de las víctimas, donde estaban


todas las autoridades y al hablar, como presidente de la CUT,
dije:

'¡Compañeros Trabajadores, los causantes morales de la


tragedia están aquí presentes, porque se trata de un problema
técnico, ya que un convoy ferroviario no puede llevar carga
humana y material.'

-Pero eso no es causa de excomunión

-"Eso pienso yo, pero existía en mi contra, de un sector de la


Iglesia, toda una campaña. El vicario Miguel Ángel Alvear
que reemplazaba al Obispo de Concepción se puso a recoger
firmas, pidiendo mi excomunión, donde se recolectaron casi
5 mil. Monseñor Caro me mandó llamar y me preguntó qué
había dicho, pues le había llegado una petición para
excomulgarme. Yo le conté todo. El me expresó: 'Voy a
echar al canasto esta solicitud y siga adelante". (90)

ULTIMAS EXIGENCIAS DE BLEST AL PRESIDENTE


IBÁÑEZ

El 8 de octubre de 1957, el Consejo Directivo de la Central


Única de Trabajadores, sostiene una entrevista cor; el
Presidente de la República, donde Blest encabezando la
delegación le entrega el petitorio político sindical, aprobado
en su Congreso. El pliego de peticiones consistía en cinco
puntos:

1º- Modificación de la Ley General de Elecciones, para


introducir en ella la cédula única.

2º- Que el Registro Civil, sea el único garante de las


inscripciones.

3º- Derogación de la Ley Maldita.


4º- Ley Amplia de Amnistía para delitos sociales y políticos,
hasta la fecha de su promulgación.

5º- Anulación del Decreto Koch-Yáñez." (91)

En el transcurso del coloquio, Clotario solicita, la


conveniencia de indultar a los consejeros Vargas y
Casanova, relegados en la misma época de Blest, como un
homenaje del Estado de Chile a los doce años de la
fundación de la ONU. Clotario insiste en que los principios
de la ONU se basan en la no persecución de ningún
individuo por sus ideas, única forma de lograr la fraternidad
entre los hombres.

Una semana después, Ibáñez levanta la sanción a los


relegados aludidos, acallándose así la campaña que algunos
sectores extra-sindicales habían lanzado contra Blest a quien
acusaban de "conversar con el Presidente, mientras sus
compañeros siguen relegados".

Como los cinco puntos del petitorio no se concretaban,


Clotario Blest le envía una carta al Presidente Ibáñez, que en
su parte final decía: "Sólo si Ud. cumple las exigencias de la
CUT, se logrará el restablecimiento pleno de los derechos
ciudadanos y la libertad democrática y sindical. Me permito
recordarle que a través de una carta del 24 de octubre, Ud. se
comprometió a dar en la brevedad posible, satisfacer
nuestros anhelos." (92)
Semanas después insiste: "Es profundamente lamentable que
usted se resista a cumplir su palabra de honor, hecho insólito
en la historia del país y profundamente desquiciador para la
moral de un pueblo que necesita el ejemplo de los de 'arriba'.

Añade más adelante: "No creo que haya firmado esta carta
con el propósito deliberado de engañamos, pues sería una
ofensa demasiado grave que inferiría con su alta
investidura." Terminaba expresando: "Aún mantengo la
esperanza, pese a que me juzgue ingenuo, de que vuestra
excelencia cumplirá las promesas estampadas en la carta a
que me he referido." (93)

LA MUERTE DE LA MADRE

Para un hombre como Blest, cuya única imagen de la mujer


había sido su madre, el deterioro físico de esa imagen
idealizada fue dramático. Doña Leopoldina, pequeña y
dominante había vivido sus últimos treinta años dedicada a
su único hijo vivo, Clotario. Ella se molestaba con la entrega
total a la lucha de los trabajadores en que estaba empeñado
su hijo, considerándola inútil y sobre todo peligrosa. No le
interesaban los vaivenes políticos partidistas y sólo le
preocupaba la felicidad y realización de su vástago, pero sin
riesgos: que no llegara tarde al hogar, que comiera lo
suficiente, que sus camisas estuvieran limpias, sus libros
ordenados. Para Clotario su madre era la víctima de una
familia oligarca que la había humillado desde su infancia.
Una maestra primaria, mal pagada, que con gran esfuerzo
había logrado darle educación suficiente a sus tres hijos,
fuerte, tierna y dulce. Después de la crisis de hemiplejía,
cuando Clotario estaba relegado, la mujer fuerte se fue, poco
a poco, apagando. A los 87 años, un ataque cerebral le causó
la muerte.

Me extrañó cuando lo visité no encontrar entre los


numerosos retratos que estaban en su sala, ninguno de su
madre.

Ante mi extrañeza me respondió: "Mi madre no se expone a


la vista de todos los que salen y entran de esta casa." (94)

Después de la muerte de Clotario, cuando tuve acceso a su


habitación, me encontré con un gran retrato colgado al muro,
de Leopoldina. Aparecía como de 45 años, distinguida,
pequeña y robusta con una mantilla que le cubría parte del
cabello oscuro. En la mesa velador una copia chica que fue
la que acompañó siempre a Blest en sus largas estadías en la
cárcel o relegación.

Durante los períodos críticos de la ANEF o de la CUT, las


reuniones de noche se realizaban en casa de Clotario. La
madre recibía a la directiva amablemente y se retiraba en
silencio a sus habitaciones. Sólo cuando asistía una mujer,
Rosalía Figueroa, consejera de la CUT, la madre se sentaba a
su lado y no se movía hasta que ella se retiraba. Su hijo
podía recibir a quien quisiera, la casa estaba abierta para
todos, pero una mujer sin marido y a esas horas...

Clotario, a los 58 años, vivía con su madre y una sirvienta de


muchos años, llamada Julia. Entre las dos velaban por sus
bienestar. La madre le preparaba sus comidas y no le
permitía en las noches atravesar el patio para ir al baño, junto
a la cama le colocaba una bacinica y en invierno, además un
brasero. Le tejía sus chombas y de sus propias manos recibía
todas las mañanas sus mudas limpias y su desayuno que
tomaba en cama. A la hora de almuerzo, Blest, regresaba a
su casa a servirse una cazuela de ave o un pastel de choclo,
sus guisos preferidos. Enseguida volvía a sus actividades que
se prolongaban hasta las nueve de la noche. Leopoldina, su
madre, en las tardes hincada en su reclinatorio, que todavía
existe, rezaba el rosario. Los días domingo los dos iban a
misa a la parroquia de San Isidro.

La madre fallece el 4 de enero de 1958. A su entierro lo


acompañan numerosos compañeros de la ANEE y de la
CUT, el Presidente Ibáñez manda a su edecán.

Según sus amigos, el líder estaba deshecho. Colocaron el


ataúd de doña Leopoldina en la tumba familiar del
Cementerio General junto a sus otros dos hijos, Fernando y
Pola, y abajo su marido, Ricardo. Al pie de la tumba, Blest
renueva su juramento de lealtad y entrega absoluta a la causa
sagrada de los trabajadores. (95) Las condolencias que recibe
son numerosas, tanto del extranjero, como nacionales. Entre
ellas cabe destacarse la de la Federación Sindical Mundial, la
de los Exiliados Españoles con sede en Sao Paulo, la del
Cardenal José María Caro, la de los poetas Pablo Neruda y
Pablo de Rokha, la del escultor Samuel Román.

La muerte de su progenitora, no sólo significó para Clotario


un dolor intenso, del cual nunca logró reponerse totalmente,
sino que también un cambio significativo en su vida
hogareña. Aunque, Julia, trató de reemplazar a la madre,
Clotario murmuraba, ella cocina muy mal. El dejó de comer,
comenzó a enflaquecer rápidamente y la misa dominguera
fue reemplazada por la visita a los presos. Según Clotario, en
esa forma cumplía mejor el mensaje de Cristo. (96) Por unos
años continuó poniéndose su temo oscuro y sus camisas
blancas abiertas, pero, desde 1964, después de salir del patio
de los cogoteros, sólo se colocaría su mameluco azul que
usaba tanto para reuniones de trabajo, como en grandes
reuniones y ceremonias y aún en fiestas de embajadas. Al
morir, Julia, en el año 1978, su plato de comida consistió en
un plato de sopa con legumbres que a mediodía le llevaban
los Hermanitos de Emaús; antes de dormirse, unas galletas,
una fruta, un vaso de leche. Desde 1952 era naturista.

Largo tiempo duró el duelo de Clotario, durante 5 años no


dejó nunca los fines de semana de ir al cementerio y
permanecer largas horas en silencio ante los restos de su
madre. Pero semejante estado anímico no lo inhibió ni le
quitó fuerzas para continuar la gran tarea que se había
impuesto. (97)

LA CUT VOZ ÉTICA DE LA IZQUIERDA

Tres días después de la caída del dictador venezolano.


Marcos Pérez Jiménez, el 26 de enero de 1958, Blest
organiza una gran manifestación pública, donde expresa:
"Por fin, un dictador ha caído, la verdad de los pueblos se
impone." (98)
Al celebrar la CUT su quinto aniversario, Blest
desenmascara públicamente al Movimiento de Recuperación
Sindical, (99) como infiltrado por la policía política del
gobierno que causa luchas internas con el fin de dividir la
entidad y por ese motivo acusa directamente a Héctor Duran
como: "un sujeto que viene desde hace mucho tiempo
trabajando para la policía. Una vez lo sorprendimos
entregando a un reportero de La Nación acuerdos
confidenciales, además una vez que fuimos detenidos a la
salida de La Moneda, los agentes no apresaron a Duran."
(100) La intuición de Clotario, años después fue confirmada
cuando Duran aparece dirigiendo desde una radio de la
ultraderecha, la insurrección contra el Presidente Allende y
cuando es nombrado posteriormente por la dictadura,
agregado cultural en Miami y en seguida acusado como uno
de los sospechosos de ser contacto de los asesinos de
Orlando Letelier.

La proximidad de las elecciones presidenciales, el 4 de


septiembre de 1958, motiva a la CUT en marzo, a la
formación de un frente unido de acción llamado Frente
Unido de Acción en Defensa de los Trabajadores que estaría
integrado por la D.C., el FRAP. el PANAPO y la CUT. Esta
proposición encuentra buen eco en el presidente del FRAP,
Salvador Allende, que en carta respuesta del 5 de marzo
dice:

"Concordamos plenamente en la necesidad imperiosa de


aglutinar a todos los sectores que resisten la política
económica y social del actual Gobierno y de coordinar su
acción en defensa de los intereses de los trabajadores, del
pueblo y del país..." "Sugerimos, también, se incorporen los
estudiantes, que siempre han estado junto a los trabajadores."
(101)

Blest, durante una de nuestras entrevistas, y mientras me


entrega la carta de Allende ya citada, me expresa: "Toda esta
buena disposición del FRAP no pasa de ser más que un
volador de luces ya que no se concretizó absolutamente
nada. Seguramente los partidos políticos, no quisieron estar
al servicio de los trabajadores como debiera ser, en
contraposición de los trabajadores al servicio de los partidos
" (102)

A pesar de que un voraz incendio destruye la sede de la


CUT, dos días después, el 2 de abril, se realiza un gran
desfile en oposición al Gobierno.

En el plano internacional, Clotario preside un comité pro


independencia argelina en que denuncia a los colonialistas
franceses, y pide el retiro del embajador de Chile en Cuba
"por trasgredirse diariamente los más elementales derechos
humanos del pueblo cubano en manos de los esbirros del
tirano Batista." (103) Por otra parte elogia la política de paz
de la URSS, presidida por Nikita Krushev. (104)

SE AVECINA UNA LUCHA DIFERENTE

Durante la conmemoración del 1º de Mayo, Blest, insiste en


que no se trata de una fiesta sino de una protesta del
oprimido contra su opresor, añadiendo que el momento
político que vive el país, pre-eleccionario, exige que "la clase
trabajadora debe actuar a través de los organismos políticos
de acuerdo a sus convicciones y simpatías y apoyar a los que
los interpretan." (105) Blest, con olfato político, y ante el
fracaso anterior de un solo candidato de centro izquierda, se
ve en la obligación de dar libertad de acción a sus afiliados
que se dividen en tres candidatos:

Eduardo Frei, demócrata cristiano, Luis Bossay, radical y


Salvador Allende, apoyado por una coalición llamada FRAP
y que tenía la mayor posibilidad de ganar la elección
presidencial. Sin embargo, a dos meses de la elección se
proclama a un quinto candidato, Antonio Raúl Zamorano,
llamado popularmente el cura de Catapilco, que según
recientes investigaciones históricas fue fabricado desde La
Moneda por Ibáñez y Volpone (106) y que con los 40.000
votos que le resta a Allende le dará el triunfo a Jorge
Alessandri, representante de los empresarios y la derecha.

Pese a la tensión política de esos momentos, Blest, se da


tiempo en julio de viajar a Buenos Aires para participar en la
Conferencia Democrática de América Latina. En Chile
también inaugura la Semana de la Paz.

Semanas antes de la elección presidencial, la CUT entra en


una etapa de receso, siendo Clotario uno de los pocos que
continúa preocupado de los pequeños conflictos laborales.

El resultado final del cómputo eleccionario da a Alessandri


una mayoría relativa. El Congreso debe decidir entonces
entre los dos candidatos con más votos, o sea, Alessandri y
Allende. Blest formula una declaración pública:
"Consideramos que tratándose de un candidato que
representa a la clase explotada en contra de otro que
interpreta a los explotadores, es deber de la CUT darle el
triunfo a Allende, aunque no tenga la mayoría, pues es el
candidato que nos da más garantías." (107)

A pesar de las intenciones de Blest, el Congreso con los


votos de conservadores, liberales, radicales y demócrata
cristianos, confirmó -como era tradición en Chile- a la
mayoría relativa y proclamó a Jorge Alessandri, Presidente
de la República.

Clotario Blest. pocos meses antes y en plena efervescencia


electoral, presintiendo el triunfo del candidato-empresario,
advierte en varios discursos el peligro que significa la toma
del poder por ese grupo social: "La derecha económica es
más hábil que la izquierda chilena y el gobierne que
impondrá, pondrá en marcha nuevos métodos para atajar la
lucha de los obreros. No habrá carcelazos ni relegaciones, ni
brutalidades como las del gobierno de Ibáñez, sino que se
actuará en forma sibilina para destruir la unidad de la clase
asalariada. Esa será su gran arma y por eso, si no hay unidad
serrinos destruidos." (108) "La persecución que va a venir
será hábil y planificada..." (109) "El gobierno usará una
política de ablandamiento contra la que habrá que estar
preparados " (110)

EL GOBIERNO DE JORGE ALESSANDRI, 1958-1964

El nuevo gobernante de 62 años, es recibido en general con


grandes esperanzas. ¡ Un economista que reactivará la
producción y detendrá la inflación, mal endémico del país!
¡Se trata de un demócrata, exiliado junto a su familia por
Ibáñez, hijo de un líder, el León Arturo Alessandri! El
pueblo, con su mala memoria olvida que Jorge Alessandri,
diez años antes había sido Ministro de Hacienda de González
Videla y que por su injusta distribución del erario nacional
provocó huelgas y paros dirigidos por Blest, que precipitaron
su renuncia. ¡Austero, solterón, alejado de todo lo que
significara lujo y ostentación!. Hombre de pocas palabras,
para muchos el símbolo del padre o del patrón. Con su largo
sobretodo, su sombrero calabrés y su bufanda, camina a pie
diariamente desde su departamento hasta el palacio
presidencial, acompañado sólo de su guardaespaldas y algún
amigo. Su figura se impone y nadie se atreve a levantarle la
voz ni a fumar en su presencia. No se le conocen amores
oficiales, pero se susurra que cultiva un intenso amor
platónico. Ninguna de las debilidades o placeres típicos de
los hombres de su clase parecen ser de su agrado.

Durante el primer año, Alessandri se abocó principalmente a


frenar la inflación e intentar una racionalización de la
administración. Apelando a la economía liberal moderada, su
Ministro de Hacienda, Roberto Vergara, popularmente
conocido como "el Ruca", impulsa un programa tendiente a
estabilizar el presupuesto, logrando el control de la inflación
como se desprende en estos índices:

1959: 33% de inflación.


1960: 5,4% de inflación.
1961: 9,7% de inflación.
Con el apoyo del sector empresarial, Vergara pudo absorber
el costo originado por el reajuste de sueldos y en el sector
viviendas y obras públicas inició un relativo auge
económico.

Un duro golpe fue el violento sismo del 21 de mayo de 1960,


que azoló el Sur del país, entre Concepción y Puerto Montt,
con una secuela de muertos y millonarias pérdidas
materiales, que sumados a gravísimos desaciertos
monetarios, motiva que un tercio de los electores le retiren
su apoyo.

El Presidente Alessandri, ante esta situación, decide llamar, a


fines de 1961, a los radicales a formar parte de su Ministerio.
Con ellos impulsa diversas medidas de reforma social, como
la reforma agraria, pero que no logran frenar la agitación
política. Las reformas aludidas fueron impuestas por la
intervención de los Estados Unidos a través de la Alianza
para el Progreso lanzada por el Presidente Kennedy. El
fracaso de la revolución de los gerentes que pretendía
cambios anti-estatistas y en pro de la empresa privada,
considerada el motor del desarrollo, tuvo éxito mientras se
contuvo la inflación y el tipo de cambios. Pero la repentina
devaluación del peso sepultó los éxitos. La crisis, rodeada de
un ambiente de especulación y corrupción, terminó
desprestigiar al equipo económico del ejecutivo y enterró la
experiencia de cambios de corte liberal.

Este desprestigio se hizo notorio en las elecciones


municipales de 1963 que dan al Partido Demócrata Cristiano
la primera mayoría con un 22,7% de los votos, desplazando
al Partido Radical al segundo lugar con 21,6% de los
sufragios. Los partidos de izquierda, lograron un aumento
significativo.

Para terminar el análisis no podemos dejar de mencionar los


logros más importantes del Gobierno del Presidente Jorge
Alessandri:

-Creación de mil escuelas primarias, 40 liceos y 39 institutos


de enseñanza profesional.
-Fundación de Entel (Empresa Nacional de
Telecomunicaciones).
-Canalización del río Lauca.
-Decreto Ley de Fomento de la Construcción.
-Fomento de la producción petrolera.
-Inicio de la reforma agraria y constitución de la CORA
(Corporación de Reforma Agraria).

CLOTARIO SE ENFRENTA CON SUS ALIADOS LOS


COMUNISTAS Y SOCIALISTAS

Apenas Jorge Alessandri se hace cargo de la primera


magistratura de la nación, la CUT celebra dos entrevistas con
el Ejecutivo, en que insiste en sus reivindicaciones
económicas. No recibe respuesta En cambio, Clotario Blest
es atacado públicamente por el ex-secretario privado del
Presidente Ibáñez, Rene Montero, que lo acusa de ser el
portavoz del Partido Comunista.

Días antes, el 4 de diciembre de 1958, fallece el Cardenal


José María Caro. Con su muerte, Clotario pierde la
comprensión y el aliento en su lucha del más importante
representante de la Iglesia Católica.

Aprovechando el sexto aniversario de la CUT, en febrero de


1959, se desarrolla la Tercera Conferencia Nacional en que
se critica la política continuista de Alessandri. Por lo tanto se
decide un frente con el FRAP y la D.C. para rechazar en el
Parlamento los proyectos económicos. Al cerrarse el evento,
Blest dice: "Nuestra paciencia se está acabando. Hemos sido
demasiado pasivos. Nuestra acción fundamental es la
destrucción del régimen capitalista...Por lo tanto la CUT
debe dejar de lado las tediosas esperas en las oficinas de los
ministerios, donde sólo se nos tramita-Y debe recuperarse
nuestra antigua forma de lucha, la acción directa..." (111)

Este planteamiento recibe un inmediato rechazo por parte de


los partidos comunistas y socialistas, quines no cesarán de
oponerse drásticamente a la posición de Clotario.

A dos días de concluida la conferencia, el órgano del Partido


Socialista La Ultima Hora acusa en un artículo bajo el
seudónimo de "Espartaco", a Blest: "De una oscuridad y un
primitivismo extraordinario. En realidad, él ha contribuido
en grado muy importante a confundir el mundo de la política
y de los gremios, entre otras razones porque siempre ha sido
embrujado por la idea ingenua de que las organizaciones de
los trabajadores pueden tener una influencia directa y hasta
rectora. Esto, en general, y sobre todo en las condiciones
chilenas, es pura utopía y sólo siembra confusión." (112)
Blest replica: "Partidos políticos completos prostituyen el
mandato recibido de sus modestos electores, que son los
trabajadores, obreros y campesinos, para entregarse a una
verdadera bacanal presupuestaria en beneficio exclusivo de
los correligionarios con el olvido de la clase trabajadora y el
pueblo en general. La CUT, debe, por lo tanto, asumir su rol
de fiscalizadora y rectora de los representantes de su clase en
el Congreso o en cualquier organismo público." (113)

Meses después, el Partido Comunista se suma a los


detractores de Clotario, cuando Bernardo Araya, destacado
dirigente comunista, en su informe al pleno lo acusa de
"personalista", agregando que la CUT no podía ser un ente
rectora de la sociedad, debido a que "por su composición
heterogénea llegan a ella, no sólo ideologías del proletariado,
sino también las corrientes del pensamiento de la pequeña
burguesía y de la oligarquía." (114)

A principios de 1959, el Gobierno arrecia sus ataques contra


Clotario Blest a través del subsecretario del Interior, Jaime
Silva, y del propio Presidente, que insisten en motejar a la
CUT como marxista. O sea por un lado Blest era acusado
por la derecha de ser portavoz del comunismo y por otra
parte los comunistas habían decidido librarse de este líder
que no militaba en sus filas y al que no podían dominar.
Blest atacado por dos fuegos, habría requerido de una fuerza
sobrenatural para conservar su poder. Desgraciadamente,
Clotario en su lucha sin cuartel contra el capitalismo, no
percibió la conspiración en su contra que se incubaba en su
misma entidad, considerándose imprescindible y el único
capaz de aglutinar diversas ideologías de los asalariados.
Desde ese instante, su suerte estaba echada. Poseer la
dirección de la CUT fue la meta de los comunistas. Los
demás partidos aceptaban complacidos ese juego,
suponiendo que pronto a ellos les tocaría su tumo. Clotario
Blest, como presidente de la CUT, tenía sus días contados.
La derecha contemplaba complacida el fin del poder de su
peor enemigo.

Quizás por ese ambiente de intrigas y tensiones internas,


durante el resto del año no se realizan grandes
movilizaciones. En el Segundo Congreso Nacional,
celebrado en la primera semana de diciembre, Blest logra
sortear con éxito las elecciones y es ratificado como
presidente. Sin embargo, la atmósfera en su contra cunde, los
demócrata cristianos y radicales deciden abstenerse del
proceso eleccionario por: "Existir en la directiva de la CUT
planteamientos que atentan contra la libertad de pensamiento
filosófico y religioso que les son propios." (115) Lo más
importante de las resoluciones de este Segundo Congreso
fueron: "a) La presentación de pliegos únicos de
reivindicaciones por ramas de actividades que serían
asumidas como propias por los demás gremios, y el b)
Apoyo a la triunfante revolución cubana."

ÚLTIMOS ESFUERZOS DE BLEST PARA DARLE A LA


CUT UN LUGAR PROTAGÓNICO

En 1960, el 8 de enero, Clotario, en representación de la


CUT, asiste a Sao Paulo, Brasil, a la Conferencia Pro-
Amnistía de los Presos Políticos y Exiliados de España en la
cual determinan la formación de una comisión investigadora
de la ONU de los Derechos Humanos en la Península
Ibérica.
Los métodos de lucha de acción directa, propugnadas por
Blest desde tiempo atrás, comienzan a ponerse en práctica a
contar del séptimo aniversario de la CUT, cuando en la
tribuna del Teatro Princesa efectúa una fuerte crítica a sus
consejeros, por estar sólo preocupados de las elecciones
municipales de marzo, abandonando la defensa sindical: "Lo
que necesitamos ahora, para enfrentar la política de
congelación de sueldos del gobierno, es una solidaridad de
hechos. Toda huelga por aumentos de salarios debe ser
respaldada por todos los gremios, y si el sector patronal
insiste, todos unidos deben ir al paro nacional." (116)

Una semana después, el presidente de la entidad sindical


organiza la marcha de los reajustes. En esa oportunidad
expresa: "El gran acto de protesta de hoy es sólo el comienzo
de acciones de mayor envergadura que conduzcan a quebrar
la soberbia y prepotencia de industriales, gerentes,
empresarios, banqueros y monopolios nacionales y
extranjeros. Por esto, compañeros, muy cerca está el día en
que los trabajadores arrasemos con el clan de los gerentes
que nos gobiernan. Los echaremos a patadas." (117)

Ante la visita del Presidente de Estados Unidos Dwight


Eisenhower, a fines de febrero, en el que es recibido con
grandes honores por las autoridades y a los que se pliega la
izquierda parlamentaria, Blest elabora una original protesta.
Sólo un reducido número de dirigentes anarquistas,
trotskistas, socialistas disidentes e independientes se
adhieren a la acción. Cuando la comitiva pasa por el frontis
de la CUT, miles de volantes caen sobre el auto descubierto
del poderoso visitante. Simultáneamente se despliega a lo
largo del edificio de tres pisos un lienzo con la imagen de
Fidel Castro. Inmediatamente un fuerte contingente de
efectivos policiales y agentes norteamericanos armados
rodean el inmueble. Blest cuenta: "Nosotros teníamos todo
cerrado herméticamente con el fin de resistir el asalto
policial, inclusive teníamos comida para varios días, ya que
nuestra protesta debía durar los días que Eisenhower
permaneciera en el país. Lamentablemente, como la CUT
colindaba con la parroquia de San Francisco, las fuerzas
represivas lograron entrar debido a que los frailes les
facilitaron una larga escalera que permitió nuestra detención
y tuve que enfrentar una querella del Ejecutivo." (118)

Semanas después, Clotario solidariza con la huelga de los


mineros del carbón de Lota. Encabeza, por ese motivo, bajo
fuerte lluvia, la combativa marcha de los mineros a pie
durante 40 kilómetros.

Al cruzar el puente Bío-Bío un destacamento militar detiene


la columna. Ante la inminencia de una masacre, Blest,
premunido de un megáfono, les pide a los mineros
-recurriendo a una acción no violenta- que permanezcan
sentados mientras él dialoga con el capitán a cargo del
destacamento. Después de unos minutos, Clotario subido en
el techo de un jeep se dirige a los mineros:

"Compañeros, les comunico que después de haber


conversado con los militares, ellos han aceptado que
crucemos el puente y realicemos nuestra concentración en
Concepción. Así como ellos se comprometieron, por su
uniforme y la patria, a no disolvemos, nosotros como
trabajadores debemos dar nuestra palabra que no
cometeremos ningún desorden ni vandalismo. ¿Les parece?"
Los interpelados contestaron al unísono: "De acuerdo don
Clota." (119) Horas después finalizaba la apoteósica marcha
sin ningún incidente.

Durante todo el año 1960 las huelgas cunden a lo largo del


territorio nacional y se extienden a los diversos gremios. La
CUT pasa de nuevo a ser el líder del descontento popular.

Sin embargo cuando Blest convoca a un paro general, el 17


de mayo, en contra del imperialismo norteamericano por el
bloqueo a que es sometida Cuba, la adhesión es escasa. Se
comprueba con este hecho que al pueblo sólo le interesa
movilizarse por sus reivindicaciones económicas.

Este revés no le impide a Clotario continuar la lucha a nivel


continental. En la segunda semana de julio asiste a la
conferencia sindical que se efectúa en Caracas y donde se
aprueba un boicot contra el dictador dominicano Trujillo.

Desde la capital venezolana, Blest vuela, el 22 de julio, a


Cuba donde es invitado al Primer Congreso Latinoamericano
de Juventudes, que se realizará en el Teatro Blanquita de La
Habana el 28 de julio. "El amplio local estaba lleno de un
público entusiasta, con numerosas delegaciones de variados
continentes, entre los invitados se destacan el ex presidente
guatemalteco Jacobo Albernz y Vicente Lombardo, máximo
dirigente gremial mexicano. El certamen lo inaugura el
Ministro de Industria Ernesto "Che" Guevara, quien
agradece a los participantes su presencia en la Cuba
Revolucionaria. El dirigente chileno que siguió en el uso de
la palabra expuso que "todos nuestros pueblo tienen
aspiraciones comunes, todos padecen hambre y perciben
salarios que no alcanzan para una vida humana digna. Esta
lucha no es sola de Cuba, es la de toda América..." (120) "Es
hermoso el ejemplo de espíritu de sacrificio del pueblo de
Cuba, no es una clase sino de todas las clases para levantar a
los trabajadores-Hay que crear una verdadera democracia, un
nuevo modo de vivir. ¡Juventud latinoamericana, de aquí
debe nacer el grito de Libertad de todos los pueblos de
América! ¡No retrocedan, vosotros sois la vanguardia, el
dique que debe atajar a la ignominia del Norte!" (121)

Durante este encuentro nace entre Clotario y el Che una


profunda amistad. "El primer día del Congreso, el Che
Guevara dijo: Les presento al más joven de los delegados.
Era un personaje tan vital y lleno de humor. Le acompañé a
varias charlas que le dio a los campesinos. Mantuvimos
largas conversaciones. Me di cuenta que era un hombre
cautivante que a todos nos impregnaba de sus ideales y de
espíritu de lucha. También me di cuenta de su desilusión
ante el excesivo acercamiento exclusivo a la URSS.
Comprendí más adelante, el por qué de sus viajes a los
países africanos y asiáticos pidiendo su colaboración con el
fin de crear una asociación entre los países del tercer mundo
contra los imperialismos. Admiré además su rechazo a la
opulencia y su amor hacia los pobres. Al hablar del "hombre
nuevo" comprendí su similitud con las palabras de Cristo."
(122)
-Pero ¿cómo, don Clotario, siendo usted un seguidor de
Gandhi admira a un guerrillero como el Che?

-"Recuerde usted que Gandhi en su lucha independentista


dijo: 'Entre un violento y un cobarde me quedo con el
violento." Por lo demás Cristo usó la violencia cuando
expulsó a los mercaderes del templo".

-"Estamos de acuerdo en que tanto Gandhi como Cristo


aceptaron la violencia en casos extremos, pero el Che no
creyó más que en la violencia como método para ganar la
lucha".

-"Son temperamentos así, no podemos juzgarlos


negativamente. Sobre eso están sus grandes ideales sobre la
redención del hombre, de los explotados. En sus
convicciones fundamentales estamos de acuerdo, no así en
los medios utilizados en que diferimos. Es un argumento
perfectamente escolástico. Fui y continúo siendo uno de sus
grandes admiradores. Pudo ser un hombre inmensamente
rico, sin embargo no aceptó honores y se marchó de Cuba.
Creo que en ese sentido obró mejor que tantos cristianos que
se golpean el pecho y van a misa." (123)

Durante su permanencia en la isla, Blest recibe la visita de


un grupo de disidentes encabezados por Castor Moscú,
antiguo anarcosindicalista tabaquero, que le entrega la lista
de combatientes revolucionarios que a pesar de sus méritos
están presos, con el fin que Blest apele por ellos ante Fidel
Castro. Clotario entrega la petición a la Confederación de
Trabajadores Cubanos que lo declaran "persona no grata". Al
enterarse de este hecho, Blest determina regresar a Chile, el
"Che" lo convence de no hacerlo. Años después, sin la
influencia de Guevara, presumiblemente este suceso será una
de las causas que le impedirá repetir su visita al país. Pese a
este escollo, Clotario firma un acuerdo cultural entre la CUT
y la Confederación de Trabajadores y recorre la isla
conociendo el testimonio de los guajiros. Toma contacto
además con varios dirigentes tercer mundistas anti
colonialistas.

El 16 de agosto retorna a Chile, constituyendo los días


siguientes el Comité de Solidaridad con la Revolución
Cubana. (124)

¿LLEGÓ LA HORA DE LA TOMA DEL PODER?

Imbuido de un nuevo espíritu, Blest, con motivo de las


fiestas patrias de 1960 manda una circular donde expresa:
"Los triunfos, si es que así pudiéramos llamarlos, de carácter
local o parcial, son totalmente ilusorios ya que se mantienen
las estructuras capitalistas de nuestra sociedad. El pueblo no
desea esta lucha esporádica parcelada y sin fruto alguno, sino
que anhela un cambio sustancial y fundamental..." (125) Por
eso no llama la atención cuando en el marco de una gran
concentración el 3 de noviembre del mismo año, expresa:
"...La clase trabajadora debe despertar de este letargo, los
obreros, empleados y campesinos deben despertar de este
sueño soporífico para levantarse en armas y derribar a este
gobierno. El pueblo debe darse cuenta que con los puños
crispados estamos dispuestos a los sacrificios y a la lucha
callejera que dé el triunfo a la clase trabajadora chilena...
Alessandri y los partidos que lo acompañan se han
mantenido en el poder hasta este momento debido a nuestra
pasividad y cobardía. Desde esta tarde seremos capaces de
enfrentarnos a las fuerzas al servicio de la reacción..." (126)

Demostrando, además, la fuerte influencia del ejemplo


cubano agrega: "El heroico pueblo cubano ha sido capaz de
enfrentar al imperialismo norteamericano. Nosotros, los
chilenos, debemos responder a este llamado y ser capaces de
tener nuestra Sierra Maestra. Cuando el pueblo se lanza a la
calle nadie lo detiene. Estamos convencidos que todos los
trabajadores de Chile, todos unidos en un Paro General
derrotaremos a este gobierno..." (127) Enseguida, Blest
llama a una marcha hacia el centro de Santiago:
Compañeros, comencemos nuestra acción combativa ahora
mismo, avanzando por las plazas y calles, demostrando
nuestro valor y de lo que somos capaces..." (128)

El gobierno previendo la dimensión que adquiría la


manifestación lanza un fuerte dispositivo de seguridad en
resguardo del sector céntrico. Clotario, acogiendo la
sugerencia del consejero Luis Vítale, instruye a los
participantes de las columnas que a medida que se acerquen
las barreras policiales, comiencen a trotar y serpenteando
desorienten y quiebren el cerco. En parte la táctica tiene
éxito, sin embargo, Blest cae brutalmente golpeado. Los
trabajadores a duras penas rescatan de manos de Carabineros
a su presidente. Las fuerzas policiales retroceden
atolondradamente disparando a mansalva contra los
manifestantes, resultando dos muertos y treinta y cinco
heridos. Interrogado, al día siguiente por la prensa, Blest
dirá: "En una batalla tiene que caer alguien y ese también
podía haber sido yo. Era un desfile de hombres y no de curas
ni de monjas...El gobierno no ha entendido la razón y
entonces ha llegado la hora de que lo hagamos por la fuerza.
Pelearemos para ver quién le quiebra la mano a quién, pues
en las innumerables entrevistas que he tenido con el
Presidente no se ha sacado nada a favor de los trabajadores."
(129)

Reunida la CUT en forma extraordinaria, se acuerda realizar


un paro nacional para el 7 de noviembre, día fijado para el
sepelio de los dos trabajadores asesinados. La paralización es
completa. Sin embargo, en el propio cortejo, Blest, sostiene
una agria discusión con algunos dirigentes de la CUT que
querían acatar el recorrido ordenado por el Ministerio del
Interior y Clotario, que insistía en que sólo los trabajadores
decidían por qué calles pasaría el entierro. Blest gana esta
discusión, lo que significó escaramuzas entre los adherentes
a Clotario y los comunistas y una fracción del Partido
Socialista, además de sufrir

ROMPIENDO EL CERCO POLICIAL

la represión de los carabineros. Como principal orador en el


cementerio, el presidente de la CUT, en tono exaltado dice:
"Al rendir un postrer homenaje a los compañeros asesinados
y en su nombre exclamamos: No descansaremos hasta
derrocar este gobierno maldito para el pueblo. Santiago será
la Sierra Maestra que aplastará a la reacción y al Señor
Alessandri y sus corifeos-La detención de un sólo dirigente,
tiene que significar un paro indefinido que se prolongará
hasta que salga en libertad-Los dirigentes sindicales nos
reuniremos inmediatamente para decidir si el paro de hoy
continúa. Por eso quisiera saber la opinión de los
trabajadores aquí presentes." (130)

¡Paro indefinido, paro indefinido!, grita la multitud, según


testimoniaron los diarios de la época.

Clotario consideraba que la huelga general debía mantenerse,


pues había que aprovechar de inmediato la toma de ofensiva
de los asalariados, luego de años de inactividad. Dieciocho
años después, en una entrevista, Blest me aporta más
antecedentes: "Yo era partidario que en ese instante se
mandara una comisión con un petitorio al Presidente
Alessandri y que nadie se moviera hasta recibir la respuesta.
Desafortunadamente los partidos de izquierda no aceptaron
mi planteamiento, por lo cual se termina el paro sin
aprovechar la gran oportunidad de triunfar." (131)

El 22 de noviembre es nuevamente encarcelado y trasladado


al anexo Capuchinos donde permanece hasta el 5 de
diciembre, cuan do sale en libertad bajo fianza. Desde la
cárcel manda un saludo a la Tercera Conferencia Nacional
de la CUT: "...Nuestro destino depende directamente del
Fondo Monetario Internacional y de los grandes monopolios.
La clase trabajadora se ha sentido frustrada, engañada y
pisoteada por nuestra actitud indefinida y carente de coraje
ante las embestidas de la oligarquía económica. La CUT es
la única capaz de liberarnos de nuestra actual servidumbre
para lograr la transformación sustancial de la estructura
social y económica de nuestra sociedad..." (132)
Como su postura no encontraba adeptos entre las cúpulas
partidarias, más interesadas en tener buenas relaciones con
las autoridades, Blest crea al interior de la CUT el
movimiento "3 de Noviembre" como reivindicación a la
movilización social ya aludida, que tenía como finalidad
"levantar el espíritu de los trabajadores, cansados de políticas
blandas y de medias tintas y con el fin de impulsar la
revolución..." (133)

Durante el año 1961 su llamado a la revolución lo hace


aparecer como golpista. Clotario se defiende: "Entiendo por
"golpismo" el que una minoría, sin significación social, se
apodera del gobierno de un país por la violencia. Lo que
nosotros entendemos por "revolución" es imponer lo que la
mayoría del país anhela: eliminar un gobierno que no
interpreta sus aspiraciones que han sido traicionadas..." (134)
Percibiendo el desgaste que ha sufrido Jorge Alessandri,
Blest se prepara para dar la estocada final. Comienza su
oportunidad cuando el 19 de marzo logra imponer dentro del
Ampliado de Federaciones el "Pliego Unico". El combate
ahora abarcaba a obreros, campesinos y empleados del sector
público. De esta manera las exigencias económicas tenían
por fin beneficiar a todos los asalariados.

En el último Primero de Mayo que le tocará presidir, insta a


los asistentes a que comiencen a prepararse para el gran paro
que "transformará a Chile en un país de los trabajadores..."
(135)

FUNDAMENTOS DE LA TRAICIÓN
En junio de 1961, nace la Asociación de Apoyo a la
Revolución China, cuyos inspiradores son el poeta Pablo de
Rokha y Clotario Blest. Este paso emprendido por el
sindicalista fue tal vez el detonante por el cual el sector más
importante de la izquierda, semanas después hizo sentir su
ruptura con Blest.

El conflicto chino-soviético fue una de las más grandes


fisuras que padeció el mundo socialista, ya que generó
violentos quiebres dentro de los partidos marxista-leninistas,
al extremo de llevar a ambas posiciones a luchas físicas. Los
pro-chinos, con Mao Tse Tung a la cabeza, proclamaban que
los movimientos sociales debían comenzar la lucha sin
cuartel contra el bloque capitalista, y repudiaban la actitud
soviética de buscar la coexistencia pacífica con ellos, por
considerarla entreguista.

Con motivo del tercer aniversario de la revolución cubana, el


26 de julio, el movimiento "3 de Noviembre" que Blest
dirige, manda una circular a diversos grupos pro
insurreccionales, negando la vía electoral y exhortándolos a
aglutinarse en un "frente común".

En agosto la ebullición social aumenta. Importantes gremios


como el de los ferroviarios, los siderúrgicos y otros, se
declaran en huelga, acordando la CUT un "paro general" por
48 horas, el 29 de agosto. Clotario recuerda: "Cinco horas
antes del inicio del Paro, soy citado a una asamblea de
federaciones. Extrañado ante esta citación en que sólo
asistían las bases de los partidos políticos contrarios a mí, les
dije: -Espero que esta reunión sólo sea informativa sobre la
marcha del Paro. Uno de los asistentes con mucha
preocupación me contesta: -Los aquí reunidos hemos venido
a pedir la suspensión del Paro. Yo replico: -Compañeros,
sólo faltan horas para cumplir lo acordado, cómo le aviso a
todo el país, mucha gente va a quedar botada y expuesta a
toda clase de represiones. Me responden: -No se preocupe,
nuestro secretario general, Luis Figueroa, dará cuenta por
cadena nacional de esta anulación. Les manifiesto la poca
seriedad que encierra esta medida. Al insistir ellos les
presento mi renuncia y me retiro." (136) Pocas horas
después, Luis Figueroa, pasando por alto la renuncia de
Blest. informaba al país que condiciones adversas hacían
imposible el Paro.

Clotario Blest, en carta pública difundida por toda la prensa


da a conocer su renuncia y los motivos de esta: "Mi más
absoluta y total disconformidad con esta resolución (de
suspensión del paro), pues estimo que este paro nacional
debió mantenerse de todas maneras, por razones obvias de la
más elemental solidaridad y honradez gremial para con
nuestros compañeros..." "Una acción directa masiva de los
trabajadores y la posición que transa con el "actual régimen
de legalismo y pseuda democracia, burguesa y corrompida
en que se debate el país y sus.....

En seguida, reafirma su posición de que la CUT debe asumir


"el papel que le corresponde como rectoría,...y vanguardia
del pueblo trabajador..." capaz de "arrollar y aplastar
definitivamente a la oligarquía económica y terrateniente que
hoy como siempre en nuestra Patria, ha gobernado a su
antojo y amaño para su exclusivo provecho.". Por el
contrario, una CUT legalista y economista sólo ha de dilatar
"indefinidamente esta larga agonía de la clase trabajadora."
(137)

A la semana siguiente de su renuncia, Clotario Blest al


dirigirse al correo para despachar su correspondencia, se
encontró por casualidad con el Presidente de la República
Jorge Alessandri que caminaba, como siempre, hacia La
Moneda.

"-¿Cómo fue su diálogo con el Presidente, don Clotario?"

-"Me saludó afectuosamente y en seguida me dijo con cierta


ironía:

-Como ve, Clotario, yo continúo siendo Presidente de Chile


y usted es un don nadie. -Sí, le contesté, pero eso es a base
de una traición. Recuerde, me respondió: en la guerra y en el
amor todo es válido." (138)

Para tratar de comprender esta actitud de los comunistas,


aparentemente traidora, tendríamos que situarnos en el
contexto histórico de la post guerra y de la posición que
adopta el movimiento mundial de los partidos comunistas
después del acuerdo con los aliados llamado Yalta (febrero
de 1945). Durante esta cita cumbre de los jefes triunfadores
de la Segunda Guerra Mundial: Roosevelt, Stalin, Churchill
y De Gaulle limitan sus esferas de influencia en el mundo. A
la URSS le corresponderá Europa del Este y parte del Asia.
América Latina estaría sujeta a la tutela de Norte América.
Un paro general exitoso, como era lo que pretendía Blest,
desestabilizaría las relaciones del gobierno chileno con
Estados Unidos. Para Luis Figueroa, el segundo hombre de
la CUT y fiel militante comunista, la estrategia de Blest
transgredía el acuerdo entre Stalin y Roosevelt. Es muy
posible que ésa haya sido la razón de fondo de lo que
Clotario Blest llamaba la traición de los comunistas. No sólo
se trataba, como creyó él, de un golpe sucio para apoderarse
del poder total de la CUT, sino también una maniobra
exigida desde la Unión Soviética para tranquilizar a los
aliados y cumplir lo acordado en Yalta. esa fue la
explicación -ante ese fallido paro y la renuncia impuesta a
Blest- que dieron públicamente trosquistas, anarquistas y
maoístas.

El historiador Jorge Barría, refiriéndose al episodio me dice:


"Clotario era pragmático, si daba una pelea era para ganarla.
Las explicaciones que dio Figueroa sobre los motivos de la
cancelación de esta huelga general no convencieron a nadie.
Tanto es así que muchos gremios no acataron la orden. En
cuanto a la renuncia de Blest, ésta fue ilegal, ni las
Federaciones podían aceptarla sino ante un congreso de la
CUT. El Partido Socialista, que es mi partido, al principio
iba a defenderlo, pero después llegó a un acuerdo con los
comunistas y lo sacrificaron." (139)

Rigoberto Muñoz, secretario general de la ANEF, desde la


época de Clotario hasta nuestros días, da su versión: "Al
retirarse en agosto de 1961, contaba con el apoyo de la
mayoría, pero en vez de exigir un congreso extraordinario,
opta por recluirse un año en su casa, esperando
tranquilamente la fecha normal del congreso ordinario en
agosto de 1962. Quizás esta actitud fue por orgullo o
dignidad, pero el hecho fue que al ausentarse tanto tiempo le
permitió a los comunistas y otros partidos adquirir más
adeptos y preparar tácticas para enfrentarlo." (140)

Entre el 1º y el 5 de agosto de 1962, se realiza el cuarto


congreso de la CUT. Los cuatro primeros días Clotario no
asiste, el quinto día presionado por los sectores de ultra
izquierda (MFR) decide ir. Sentado en las galerías, espera
que lo llamen para explicar su renuncia. Al subir al
escenario, Blest es recibido con una rechifla y gritos de
"¡Viejo, viejo!" Después de unos minutos de gran desorden,
Clotario exclama: "No es un delito ser viejo, es un diploma
de honor..." No alcanza a decir nada más, su voz es acallada
por una lluvia de monedas que caen encima y alrededor de
él. Entre los abucheos se escucha: "¡agente de la CIA",
"¡fanático, traidor a la clase obrera!" Después de unos
minutos, Clotario se dirige al público:

"La unidad es la mejor arma de los trabajadores, no seré yo


quien le ponga obstáculos a la clase trabajadora. En nombre
de esa unidad no plantearé ante ustedes los fundamentos de
mi renuncia."

En mayo de 1966, Blest explica cuáles fueron esos


fundamentos: "La revolución debe constituirse en las
siguientes fases:

1º.- Sustitución del Parlamento por la Asamblea del Pueblo,


organizado por sus propias bases.
2º.- Nuevo Código del Trabajo, dictado por ellos mismos.
3º.- Una nueva CUT, descentralizada, representativa y
antiburocrática." (141)

LA AGONÍA DE UN LÍDER

La versión de Luis Vítale, que era generalísimo de la lista del


MFR que buscaba la reelección de Blest, expresa: "Al darme
cuenta que Clotario había abandonado el Caupolicán, yo,
muy preocupado y asediado por el recuerdo del suicidio de
Recabarren, corro a su casa. Golpeo durante largo rato la
puerta teniendo como única respuesta los ladridos del perro.
Por fin se abre bruscamente el portón y aparece Clotario muy
descompuesto con el revólver en la mano. Me dice: Me ha
salvado la vida." (142) A Oscar Ortiz, su amigo y su
colaborador de sus últimos años le confidenció: "Llegué a mi
casa dispuesto a suicidarme, saqué el revólver de la caja
fuerte, era un revólver cargado de recuerdos, pues con él se
suicidó mi hermano. Al irme a pegar un tiro vi colgado en el
muro la imagen de Cristo crucificado y pensé: Si Cristo fue
capaz de sufrir la agonía de la crucifixión, ¿por qué yo no?"
(143) Santiago Pereira, amigo desde los principios de la
ANEF en que ocupó el cargo de secretario general, nos
cuenta: "Al día siguiente de la vejación sufrida por Clotario
en el Caupolicán fui a verlo a su casa para ofrecerle mi
solidaridad. Al no encontrarlo y por insinuación de los
vecinos, me dirigí al cementerio, efectivamente estaba allí,
frente a la tumba de su madre con la cabeza inclinada,
abrumado. Al saludarlo me dijo: Ella es la única que puede
comprender mi desaliento, la injusticia de que he sido
víctima." (144)
Cinco años después en un semanario, Blest, ante la pregunta:

"-¿Qué sintió cuando le tiraron monedas al escenario?",


respondió: "-Lo hacían sin saber que horas antes yo había
hipotecado mi casa para pagar el teatro. Fue un golpe terrible
que pudo terminar en suicidio, como le sucedió a
Recabarren. Mi obligada renuncia a la CUT se debió a que
nunca tuve respaldo de un partido político.

Soy cristiano, no necesito otra etiqueta. Quizás me faltó


ambición. En varias ocasiones me ofrecieron diputaciones y
senaturías. Siempre las rechacé, porque me habría visto
obligado a pagar favores. Nunca recibí ni un centavo por mi
acción gremial." (145) "La única voz pública que en esos
días salió en mi defensa fue la del director y periodista del
diario El Clarín, que en una editorial proclamó mi inocencia
y lealtad a la causa de los trabajadores." (146) "Años
después este mismo periodista, insistió en la carencia en la
CUT de líderes como yo, sin sectarismos y honestos." (147)

Hoy, no existe dudas sobre la injusticia que se cometió en


ese entonces, de acusar a Blest como "vendido". Pocas veces
se ha visto en la historia chilena la figura de un líder tan
ajeno al dinero. Jamás aceptó sueldo por su trabajo como
presidente en la ANEF o de la CUT. Nunca tuvo un auto
propio, su respuesta ante este hecho insólito, que le hacía
perder tiempo y le causaba toda clase de molestias fue que
"mientras los obreros no tuvieran oportunidad de comprarse
un auto, su presidente tampoco debía poseerlo." (148) Su
casa, fue heredada de su madre, gracias a la jubilación de
ella como maestra. Sus muebles fueron legados por su padre.
Tampoco gastó dinero en darse buena vida. Su austeridad y
pobreza nunca fue discutida. El tirarle monedas y los insultos
de "vendido" que recibió en el tercer congreso de la CUT, se
debió a una maniobra politiquera al que fue arrastrado un
público manipulado por pasiones políticas del momento.

MANUEL BUSTOS, DIECISIETE AÑOS DESPUÉS

"-¿Cuándo conoció a don Clotario?

-Lo conocí el año 1975 personalmente, pero sí sabía de su


actividad sindical y el papel que jugó en la organización de
la CUT y de la ANEF. Cuando me inserté en el movimiento
sindical quise averiguar sobre su origen y el porqué existían
tantos prejuicios en relación a la influencia del marxismo.
Me encontré, entonces, que quien la fundó fue Clotario Blest
un eminente cristiano que sintió que la única manera de unir
a los trabajadores era al margen de ideologías partidistas,
aunque lo político fuera lo esencial, no debían entregarse a
ningún partido. A mí se me clarificó que los errores en que
incurrió la CUT no eran culpa de Blest, sino de las
organizaciones que tomaron el poder y degeneraron su
sentido. Su doctrina está claramente expresada en discursos,
artículos y entrevistas.

Algunos dicen que es un lastre, pero al leerlo me di cuenta


que eran opiniones interesadas. Cuando conversé con él, la
lucidez de su pensamiento me reafirmó su condición de líder.
-¿Cómo consideraba usted que fue la actuación de Clotario
como presidente de la CUT?

-Por una parte quiero dejar muy en claro que encuentro


inaceptable la forma en que lo echaron. Por otro lado me
parece que él no planteó claramente lo que él pretendía: un
organismo sindical con política propia que se incrustara en la
sociedad para transformarla. Los problemas laborales de esa
época fueron tan intensos y reivindicativos que absorbieron
los grandes ideales de Clotario Blest.

-Y, actualmente en plena dictadura, ¿considera usted que


dada la persecución, división y miedo existente, puede Blest
ayudar a la reconstrucción del sindicalismo?

-Es cierto que él no está en la actividad sindical, pero es


igualmente respetado y los dirigentes io estiman. Si él se
suma a nuestra lucha y proclama públicamente y nos incita a
la unión, con su figura, prestigio y experiencia podría
lograrlo. Yo no tengo la autoridad suficiente para hacerlo,
pero él sí. Nosotros vamos a pedirle que lo haga, pues tiene
un papel histórico que jugar. Debe ser el puente de la unión
de los distintos estratos: marxistas, cristianos etc. Debe
hacerse conciencia en algunos dirigentes como: Tucapel,
Vogel. Otros no nos interesan como Hernol Flores y
Guillermo Medina, porque pensamos que ellos son
irrecuperables. La organización sindical futura no debe
repetir la misma equivocación en que cayó al final la CUT:
su excesiva politización y en manos de un solo partido.

- ¿Pero usted no es militante de la Democracia Cristiana?


-Si, pero de allí a que el partido imponga sus ideas en la
conducción no, pues eso causa la división. En una
organización sindical están todas las corrientes de
pensamiento y si se piensa - que por muy politizado que sea
este país - la gran mayoría del pueblo trabajador no son
políticos, estaremos actuando en la dirección adecuada."
(149)

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 6 noviembre 1979

2. Entre las federaciones podemos citar: Federación del


Cuero y del Calzado, molineros, construcción, etc. El Siglo,
12 febrero 1953, p. 3

3. "Saludos a la creación de la CUT", décimas de Sergio


Valentín Mora

4. Manuel Palma Hernández, poeta popular

5. Décimas de Francisco Díaz, poeta popular

6. Circular González Cerani: tendía a regularizar la vida


personal de los dirigentes laborales

7. Los acuerdos y resoluciones fueron publicados in extenso


en las ediciones de El Siglo de marzo y abril 1953
8. La directiva nacional quedó definitivamente integrada por:
Clotario Blest, como presidente, Manuel Collao,
vicepresidente, Baudilio Casanova, secretario general,
Isidoro Godoy, subsecretario general. Secretarios de
organización: Bernardo Araya, Héctor Duran y Ramón
Núñez; secretarios de conflictos: Eduardo Long, Miguel
Pradeñas y Ramón Domínguez; de Finanzas: Otilio Olivares
y Juan Vargas P.; de Actas y Correspondencia: Luis
Quiroga. Las consejerías recayeron en: Ernesto Miranda,
Wenceslao Moreno, Julio Alegría, Eleodoro Díaz. Leandro
Moreno, Raúl Pinto, Gilberto Cea, Víctor Urbina, Rosalía
Figueroa y Luis Figueroa

9. Barría, Jorge, Trayectoria y estructura del movimiento


sindical chileno. (1946-1962). Editorial Universidad de
Chile, 1963 p. 60.

10. Razones políticas, históricas y sociales sobre la elección


del presidente de la CUT. En: Punto Final, noviembre 1971,
separata, p.l6

11. Idem

12. Conferencias en la Universidad Técnica del Estado


(UTE). Folleto mimeografiado, sin tapa ni fecha (Archivo de
Clotario Blest)

13. El Diario Ilustrado, 5 mayo 1954, p. 5

14. Tierra y libertad, Santiago, enero 1953, 3º etapa- 2


(Archivo Oscar Ortiz)
15. Ortiz V., Oscar, Conversaciones de Café. Entrevistas
inéditas a diversos actores sociales de las décadas anteriores,
realizadas entre los años 1979 y 1983.

16. Boletín Hombre Nuevo, noviembre-diciembre de 1970,


mimeo., p. 3

17. Fragmento de una carta de Juan Vargas Puebla a Mónica


Echeverría, desde Ciudad de México el 20 febrero 1980

18. Revista ANEF, Nº 15, marzo-abril 1957, p. 25

19. Entrevista a Jorge Barría 6 diciembre 1978

20. Frente de Acción Popular (FRAP), creado en 1957.


Coalición de partidos de izquierda que aspira a acceder al
poder

21. Entrevista a Jorge Barría 6 diciembre 1978

22. Boizard, Ricardo (Picotón), El frente y el perfil de los


líderes políticos de estos 25 años. En: Revista Vea, 1312,
edición especial junio 1964, pp.11-12

23. Villalobos, Sergio et al. Historia de Chile, Editorial


Universitaria, 1974, Tomo IV, pp. 847-849

24. Izquierdo, Gonzalo, Historia de Chile, Editorial Andrés


Bello, Tomo III, p.72
25. Villalobos, Sergio et al., Historia de Chile. Editorial
Universitaria, 1974, Tomo IV, p. 882

26. Entrevista a Clotario Blest, 8 mayo 1979

27. Carta de Clotario Blest al C.D.N., 29 diciembre 1956


(Archivo de Clotario Blest)

28. Hispanic American Report, junio 1954, p. 31

29. El Siglo. 2 mayo 1954

30. Poeta popular (Archivo Clotario Blest)

31. Diario La Ultima Hora, 14 mayo 1954, p. 3

32. Entrevista a Clotario Blest, 5 mayo 1978

33. Diario La Ultima Hora, 15 mayo 1954, p. 9

34. Entrevista a Clotario Blest, 28 julio 1979

35. Diario La Ultima Hora, 6 agosto 1954, p. 6

36. Diario La Ultima Hora, 29 julio 1954, p. 8

37. Izquierdo, Gonzalo, Historia de Chile, Editorial Andrés


Bello, Tomo III, p.63

38. Diario La Ultima Hora, 15 septiembre 1954, p. 3


39. Entrevista a Clotario Blest, 6 junio 1978

40. Idem

41. Diario El Siglo, 13 septiembre 1954

42. Los partidos representados eran: Socialista Popular,


Democrático Popular, Falange Nacional, Frente del Pueblo
del Trabajo, Socialista, Socialcristiano.

43. La directiva de la CUT era: Clotario Blest, Baudilio


Casanova, Bernardo Araya, Eleodoro Díaz. Miguel
Pradeñas, Luis Figueroa, Manuel Ovalle, Héctor Duran e
Isidoro Godoy

44. Entrevista a Clotario Blest, 18 junio 1978

45. Revista ANEF

46. Diario El Siglo, 16 octubre 1954. p.l

47. Línea recta: "El movimiento perseguía dos fines:


decapitación del alto mando por no actuar pro Ibáñez, y el
llamado a retiro a los oficiales no ibañistas, y, segundo,
respaldo a La Moneda en la instauración de un "gobierno
fuerte"

48. Izquierdo. Gonzalo, Historia de Chile, Editorial Andrés


Bello. Tomo III, p. 73

49. Entrevista a Clotario Blest, 7 octubre 1978


50. Acción Chilena Anticomunista, surgida en 1947 con el
propósito de combatir a los comunistas que participaban en
el gobierno de González Videla. Reanudarán sus actividades
secretas después del golpe militar de 1973.

51. Su directorio estaba formado, entre otros, por Ernesto


Barros Jarpa, Carlos Ketteler, Jaime Larraín García Moreno
y Sergio Onofre Jarpa

52. Revista ANEF, noviembre-diciembre de 1954, Nº 4, p.


31

53. Entrevista a Jorge Barría, 26 mayo 1978

54. Diario La Nación, 5 mayo 1955, p.8

55. Diario El Siglo, 5 julio 1955, p. 8

56. Entrevista a Clotario Blest, 29 octubre 1978

57. Entrevista a Luis Vitale, 10 febrero 1991

58. Entrevista a Clotario Blest, 29 octubre 1978

59. Diario El Siglo, 28 agosto 1955. p. 3

60. Barría, Jorge, Trayectoria y estructura del movimiento


sindical chileno. (1946-1962). Editorial Universidad de
Chile, pp. 98-99
61. Entrevista a Luis Vitale. 10 febrero 1991

62. Conferencia Latinoamericana por las Libertades.


Informes, documentos, resoluciones. Folleto (Archivo de
Clotario Blest)

63. Revista ANEF, julio-agosto de 1955. Nº 8. p. 7

64. Diario La Tercera, 10 enero 1956, p. 2

65. Diario El Siglo, 2 mayo 1956, p. 3

66. Diario El Siglo, julio 1956

67. Diario La Ultima Hora, 18 septiembre 1956, p. 12

68. Este vienes llegó a Chile en 1931, huyendo de su patria


por cuestiones políticas. Su doctrina sirvió, en su fase inicial,
de sustentación al grupo formador del Partido Socialista que
nucleaba Eugenio Matte. Se basa en la concepción de una
restructuración monetaria que eliminaba el dinero como
especulador.

69. Diario La Ultima Hora, 26 de octubre de 1956, p. 4;


Diario El Siglo. 26 octubre 1956, p. 10.

70. Entrevista a Clotario Blest, 16 agosto 1979

71. Idem

72. Idem
73. Los afectados por la medida disciplinaria fueron: Ernesto
Miranda del Cuero y del Calzado, Ramón Domínguez de la
construcción y Héctor Duarte del sindicato de ladrilleros.

74. Manifiesto Constitutivo del Movimiento de


Recuperación Sindical, abril de 1957 (Archivo Oscar Ortiz)

75. Revista ANEF, 15, marzo-abril de 1957, pp. 15, 25, 27,
29, 30, 31

76. Revista ANEF, mayo-junio de 1957,

77. Vitale, Luis, Clotario Blest y la revolución chilena.


Editorial Victoria, 1961. pp.86-88

78. Idem

79. Entrevista a Clotario Blest, 8 agosto 1978

80. Blest, Clotario, Apuntes para una Autobiografía, 1974,


Mimeo, p. 10-(Archivo de Clotario Blest)

81. Denominado así porque cumplía un itinerario en que se


detenía en todas las estaciones, por lo cual al ser lento
muchos pasajeros bebían y comían mientras aguardaban
llegar a su destino final: la ciudad de Concepción. Al
descender, muchos pasajeros lo hacían en estado de
intemperancia
82. Este club sirvió como aglutinante del sector campesino.
Además desempeñó importantes labores de solidaridad,
especialmente después del golpe militar de 1973

83. Premio que otorga la municipalidad a los ciudadanos


conspicuos que nos visitan.

84. Entrevista a Clotario Blest, 20 agosto 1978

85. Idem

86. Los dirigentes que realizaron este retiro fueron: los


demócratas cristianos Luis Quiroga, Santiago Pereira,
Gilberto Cea y Eliodoro Díaz.

87. Tribuna Sindical, Nº 11, diciembre de 1958, p. 4

88. Tribuna Sindical, Nº 12, marzo de 1959, p. 3

89. Diario El Siglo, 25 agosto 1958, p. 10

90. Entrevista a Clotario Blest, 25 octubre 1978

91. Pliego de peticiones (archivo de Clotario Blest)

92. Carta de Clotario Blest al Presidente Carlos Ibáñez del


Campo, 6 noviembre 1957 (Archivo de Clotario Blest)

93. Carta de Clotario Blest al Presidente Carlos Ibáñez del


Campo, 27 enero 1958 (Archivo de Clotario Blest)
94. Entrevista a Clotario Blest, 13 abril 1979

95. Diario La Ultima Hora, 17 enero 1958, p. 4

96. Entrevista a Clotario Blest, 18 febrero 1979

97. Los hechos relacionados con su madre se basan en


conversaciones informales con Julia Arriagada, su sirvienta ;
Santiago Pereira, compañero de lucha y amigo de Clotario;
Oscar Ortiz el joven historiador que acompañó a Clotario
hasta su muerte.

98. Diario El Correo de Valdivia, 29 enero 1958, p. 6

99. Movimiento de Recuperación Sindical. Apareció cuando


los disidentes al acusar a la CUT de haberse entregado a los
partidos políticos, deseaban recuperar la primitiva línea.

100. Diario La Ultima Hora, 13 febrero 1958

101. Carta del Senador Allende a Blest, 5 marzo 1958


(Archivo de Clotario Blest)

102. Entrevista a Clotario Blest, 6 de junio de 1979

103. Diario La Ultima Hora, 15 de abril de 1958, p 2

104. Diario El Siglo, 7 abril 1958. p 3. El Siglo, 23 junio


1958.

105. Diario El Siglo, 2 mayo 1958


106. Alegría, Ramón, Del General de la Esperanza hasta la
Desesperanza General, Suplemento Revista Hoy , 1985.

107. Diario La Ultima Hora, 2 octubre 1958, p 6. La Ultima


Hora, 21 octubre 1958, p 3

108. Diario La Ultima Hora, 25 septiembre 1958, p 6.

109. Diario La Ultima Hora, 27 septiembre 1958, p 7.

110. Diario La Ultima Hora, 11 noviembre 1958, p 6.

111. Discurso del Presidente de la CUT ante La Tercera


Conferencia Nacional, febrero 1959, 16 pp. (Archivo de
Clotario Blest).

112. Espartaco, Los Graves Problemas de la CUT En: La


Ultima Hora, 19 febrero 1959, p 2.

113. Blest, Clotario, Contesto a Espartaco En: La Ultima


Hora, S marzo 1959, pp 2 y 14. (Archivo de Clotario Blest).

114. Revista Vistazo, 29 septiembre 1959, p 9.

115. Revista Política y Espíritu, diciembre 1959

116. Diario La Ultima Hora, 12 febrero 1960, p 7.

117. Diario El Siglo, 18 febrero 1960, p 8 y 9. La Nación. 19


febrero 1960, p 12.
118. Entrevista a Clotario Blest, 6 enero 1979.

119. Diario El Sur, 15 mayo 1960, pp 1-6.

120. Diario Revolución, La Habana, 29 julio 1960, p 2.


(Archivo de Clotario Blest).

121. Idem.

122. Entrevista a Clotario Blest, 17 abril 1978

123. Idem.

124. Semanas antes del 14 de julio de 1960, a iniciativa de


Clotario, se formó el Movimiento Nacional de Solidaridad y
Defensa de la Revolución Cubana.

125. Circular de Saludo de Fiestas Patrias..., 16 septiembre


1960 ( Archivo de Clotario Blest).

126. Vitale, Luis, Los Discursos de Clotario Blest y la


Revolución Chilena, Editorial La Victoria, p 10.

127. Idem.

128. Idem.

129. Diario La Ultima Hora, 5 noviembre 1960, p 4.


130. Vitale, Luis, Los Discursos de Clotario Blest y la
Revolución Chilena, Editorial La Victoria, p 10.

131. Entrevista a Clotario Blest, 22 septiembre 1979

132. Vitale, Luis, Los Discursos de Clotario Blest y la


Revolución Chilena, Editorial La Victoria, pp 21-23.

133. Llamamiento del M.3.N., 12 de febrero de 1961


(Archivo de Clotario Blest).

134. Diario La Ultima Hora, 9 marzo 1961, p 2.

135. Diario Insurgencia, mayo 1961, p 2 (Archivo de


Clotario Blest).

136. Entrevista a Clotario Blest 17 octubre 1978

137. Carta - renuncia presentada ante el Consejo Directivo


Nacional de la CUT, 28 agosto 1961 (Archivo de Clotario
Blest)

138. Entrevista a Clotario Blest, 17 octubre 1978.

139. Entrevista a Jorge Barría, 2 noviembre 1978.

140. Entrevista a Rigoberto Muñoz, 4 abril 1991.

141. Periódico La Rebelión, 1 mayo 1966. Tercera Época, p


1 (Archivo de Clotario Blest).
142. Entrevista a Luis Vitale, 12 febrero 1991.

143. Entrevista a Oscar Ortiz, 8 octubre 1990.

144. Entrevista a Santiago Pereira, 4 julio 1978.

145. Revista Flash, 13 mayo 1966, pp 20-23.

146. El periodista aludido por Blest, es Alberto Gamboa,


director de El Clarín.

147. Entrevista a Clotario Blest, 6 noviembre 1978.

148. Idem

149. Entrevista a Manuel Bustos, Presidente de la entonces


Coordinadora Nacional Sindical, 26 julio 1978.

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NO DEBEN INMOVILIZARME

"Las utopías parecen imposibles, pero luchar por ellas es


nuestro deber."

TODAVÍA TENGO MUCHO QUE ENTREGAR

En agosto de 1961, Clotario Blest presentó su renuncia a la


CUT. En su oficina no quedó de él más que una vieja
máquina de escribir "Underwood", una mesa, dos sillas y
uno que otro objeto sin importancia. No se preocupó de
retirar nada. Sólo volvería a pisar los locales de la CUT,
remozados y en otro lugar, cuando en 1966 le rinden un
homenaje y lo declaran presidente honorario. Su cargo fue
ocupado momentáneamente por el vicepresidente Juan
Campos, comunista. Después del retiro definitivo de
Clotario, en el marco del Tercer Congreso, se realiza la
renovación de la directiva. Para el acceso a la presidencia,
socialistas y comunistas habían llegado a un acuerdo de
ocupar rotativamente por dos años la dirección máxima.
Primero asume un socialista. Oscar Núñez y en seguida Luis
Figueroa, comunista. Desde entonces el acuerdo pasó al
olvido. Para el golpe militar, Luis Figueroa continuaba
siendo, además de ministro de Estado, presidente de la CUT.

Desde su casa, y pasados los días más críticos de su


depresión, Blest vuelve a adquirir fuerza y decide romper
con los grupos de izquierda tradicional. Se relaciona,
enseguida, con los maoístas, trotzquistas, comunistas y
socialistas disidentes, anarquistas e independientes dispersos.
Después de dos meses de discusión interna, Blest, cree que
ha llegado el momento de fundar el M.F.R. (Movimiento de
Fuerza Revolucionario), primer intento de aglutinar,
conservando su autonomía, a las tendencias insurreccionales
del país. Años después, en una crónica de Hernán Millas
titulada La historia secreta del MIR escribe: "Desde 1960 se
reunían ideólogos marxistas que encabezaban pequeños
grupos revolucionarios que se consideraban a la izquierda de
la izquierda. Se habló de los revolucionarios de café. Cada
cual se sentía desengañado o frustrado con los partidos
tradicionales de la izquierda. Llegaron a ser siete grupos. En
el Movimiento de Fuerza Revolucionaria estaba como
caudillo el católico fundador de la CUT, Clotario Blest. En la
Vanguardia Revolucionaria Marxista, el doctor Enrique
Sepúlveda y el ingeniero Moisés Benados. En la Oposición
Socialista, el librero Gonzalo Villalón y el abogado Oscar
Waiss." (1)

Fundamentando su posición, el MFR señala su carácter


insurreccional para la conquista de un gobierno popular en
Chile,"la única vía viable". "Como lo demuestra la historia
de Chile la oligarquía va a defender a sangre y fuego sus
posiciones económicas y políticas de clase." (2) No hay duda
que este movimiento rebasaba los marcos de los partidos
políticos tradicionales al expresar: "No creemos además que
la democracia se salva con una cataplasma tipo guatemalteco
como lo acabamos de comprobar con el golpe militar
dirigido por el imperialismo norteamericano contra el
Presidente Jacobo Arbenz o con una fórmula
democratacristiana o con programas izquierdizantes tímidos
que se detienen ante la muralla China de la constitución de
1925." (3)

Su programa inmediato planteaba: "reforma agraria integral,


disolución del Ejército, formación de milicias sindicales,
autogestión de las unidades productivas y socialización de la
sociedad." (4)

Entre los principales directivos de este nuevo conglomerado


de izquierda, fuera de Blest que lo presidía, debemos
mencionar a los trotzquistas Luis Vítale y Enrique Sepúlveda
y al zapatero anarcosindicalista, Ernesto Miranda.
La admiración que despierta el proceso revolucionario
cubano, como lo hemos mencionado en capítulos anteriores,
produce durante el año 1962 la ruptura con los fuerzas
tradicionales de centro y de izquierda, y el diálogo sólo será
restablecido parcialmente por Blest, después del golpe
militar de 1973. Sin embargo, antes de su ruptura definitiva
con la CUT y de los lamentables sucesos del Caupolicán y
poco después de fundar el MFR, Clotario mandó una carta al
jefe del departamento sindical del Partido Socialista Oscar
Núñez en que trata de atraer a este partido hacia sus nuevas
posiciones políticas. Esta carta nunca recibió respuesta. (5)
También con ocasión del décimosegundo congreso del
Partido Comunista, Blest envió un saludo, el que es
repudiado con los siguientes términos: "Su movimiento sólo
sirve para amparar a agentes de la CIA y de la policía
chilena." (6) Blest reacciona emplazando al Partido
Comunista a que dé a conocer los fundamentos de su
acusación y si no lo hacen, agrega, quedarán como unos
embusteros y calumniadores. Ante la no reacción de este
partido, Clotario los denuncia como provocadores y
mentirosos.

No es de extrañar entonces que con ocasión del Tercer


Congreso de la CUT, narrado anteriormente, los partidos
Socialista y Comunista se declaren contrarios a este naciente
movimiento.

BLEST Y LA GUERRILLA LATINOAMERICANA


Si bien el fenómeno político de la insurgencia armada existía
ya desde las décadas de 1940 a 1960 en África y Asia, en
nuestro continente sólo se generalizó esta forma de lucha
después del triunfo de Fidel Castro contra el dictador
Fulgencio Batista. Esta epopeya de un grupo de civiles mal
armados contra un ejército profesional fue recibido con gran
entusiasmo por todos los sectores progresistas del
continente. Los partidos de izquierda tradicionales y los
movimientos marginales e independientes, defraudados por
la lentitud y la esterilidad de la lucha dentro de los marcos
institucionales, deciden que la esperanza revolucionaria sólo
se logrará rompiendo los esquemas establecidos y
enfrentando con armas el poder.

Clotario Blest, pasa a ser líder de esta posición cuando en


julio de 1962, antes del congreso de la CUT, forma el
"Comité Latinoamericano por la Guerrilla", siendo su primer
objetivo emitir "Bonos Solidarios", que tenían por fin
promover la compra de plasma sanguíneo y elementos de
primeros auxilios para las columnas guerrilleras que
combatían. Sin embargo, a pesar de ser él la cabeza de esta
corriente, al pronunciar el discurso que ponía en marcha esta
campaña en la librería Victoria, se nota la aprensión que
tiene el viejo político, sobre la posibilidad de triunfo que
ofrece esta opción, para casi todos los países
latinoamericanos. Expresa: "...La guerrilla no debe ser un
foco aislado encerrada en la montaña o en el clandestinaje.
Temo que la guerrilla, como se está planteando, va a ser
aniquilada en la forma más salvaje. Ella debe contactarse con
las luchas sociales, si no quieren que resulte una aventura. Si
en Cuba tuvo un desenlace feliz, fue porque el elemento
obrero, al no contar con organismos sociales que acogieran
sus reivindicaciones, pasó a incorporarse a las huestes de
Castro, enriqueciendo así la base social del Movimiento 26
de Julio. Hay que encontrar, por lo tanto, la combinación
exacta entre el movimiento social organizado y el grupo
armado. Mientras la oligarquía económica continúe
imponiendo la injusticia social en nuestra patria, nosotros
debemos, desde hoy mismo, manifestar nuestra solidaridad
activa, con los que luchan por los mismos ideales." (7)

Días después, hablando en homenaje al tercer aniversario del


triunfo de la guerrilla cubana, reiterará: "...Cuando la
guerrilla sólo ha captado pequeños estamentos, sean estos
rurales o urbanos, ellos se transforman en bandoleros o en
círculos de conspiradores que sólo buscan asonadas
violentas." (8) Al expresar esta idea , Blest recibió una gran
rechifla.

Estas son las primeras fisuras entre los veteranos líderes,


como Blest, Miranda, Sepúlveda, Vitale, Valenzuela, Waiss
y las generaciones revolucionarias nuevas. Los jóvenes,
como siempre, más impetuosos, juzgaron a los viejos como
fuera de época, ignorando su experiencia y sabiduría de años
de lucha.

EL PATIO DE LOS COCOTEROS

A pesar de las divergencias existentes, Blest, continúa


jugándose por la causa cubana. A fines de julio de 1962 el
MFR lanza a circulación un folleto titulado: Contra el
Sectarismo de Fidel Castro (9), cuyo prólogo es de Clotario.
En octubre, habiendo renunciado por presión del Partido
Comunista a la presidencia del Comité de Solidaridad con
Cuba, asiste, sin embargo, a las manifestaciones callejeras de
apoyo a la isla caribeña que sufría un bloqueo económico y
militar por Estados Unidos. El 25 del mismo mes, Clotario,
es detenido en Alameda con Dieciocho. Los carabineros lo
llevan a la comisaría. De pronto surge una orden del
gobierno: Blest debe ser internado en la cárcel pública y
recluido en el patio de los cogoteros. Ese lugar era famoso
por ser el sitio en que se encerraban a los reos más
peligrosos, condenados por sus asesinatos sanguinarios. Ni
los gendarmes se atrevían a circular por esa galería.

Interrogo a Clotario sobre ese suceso:

"-¿Es verdad, don Clotario. que por defender a la revolución


cubana a usted lo encerraron junto a los criminales más
peligrosos?"

-"Si, así fue. El secretario del Presidente Alessandri, hizo


que me echaran a ese sitio, con la intención que me mataran.
Cuando llegué vi iodo tétrico. Al otro día, con gran sorpresa
mía, se presentó el jefe de ellos y con amabilidad me trasladó
a una celda única, donde dio instrucciones para que me
llevaran la comida y prohibió que se dijeran palabras
groseras delante de mí".

"-¿Cómo fue su relación con los cogoteros durante esos 15


días que permaneció allí"?"
-"Me impresionó la calidad humana de esos hombres. Tuve
largas conversaciones con ellos. ¿Por qué se habían
convertido en cogoteros? Ninguno de ellos había tenido
hogar, ni había recibido afecto. Siempre desde chicos habían
sido perseguidos, eran producto de la miseria. ¡Cómo
culparlos!. Cuando me presenté, delante del juez Eyzaguirre
le dije: - Si hubiera sido uno de ellos habría sido mucho
peor. - Durante todo el tiempo que estuve allí, nadie supo de
mí, ni siquiera el director de Gendarmería, Diego Silva
Lastra. Cuando se enteró, él mismo me trasladó a otra
dependencia de la cárcel, al anexo Capuchinos. Entonces
pasé a despedirme de mis compañeros y les pregunté: -¿Por
qué me han tratado así? 'Me respondieron': -Nosotros
sabemos quien es usted y además nos ha enseñado que todos
somos hermanos. Por eso lo hemos tratado como un
hermano. ¡Qué ejemplo recibí, durante este tiempo!. El amor
al prójimo lo aprendí en el patio de los cogoteros y no en las
grandes doctrinas, ni en los majestuosos palacios. En la
cárcel comprobé que en todos los hombres, por mucho que
hayan caído, existe una chispa noble que nadie sabe
aprovechar. Fueron días amargos, pero no guardo rencor a
mis perseguidores." (10)

La ANEF, que en esos años, era presidida por Tucapel


Jiménez, se hace cargo de la defensa de su fundador,
logrando a principios de febrero de l963 su liberación.

El proceso contra Blest, caratulado como: "Subversión al


Orden Establecido", fue quizás el más problemático que
enfrentó en su vida judicial. El estallido de varias bombas
durante la primavera de 1962, que costó la vida a unos de sus
portadores, efectuado por el Movimiento Social Progresista,
(11) grupo adscrito al MFR, genera que el gobierno
responsabilice directamente a Blest en su calidad de
presidente del MFR, "de instigador social", "agente del
castrismo cubanista" y de "terrorista". La represión, se hizo
extensiva al consejo ejecutivo, a sus periódicos y sedes.

Al revisar la prensa de ese período, sea de derecha o de


izquierda, encontramos que las opiniones contra Blest son
vitriólicas, coincidiendo ambos sectores en tildarlo desde
"peligroso terrorista", pasando por "falso redentor", hasta
llegar a "demente senil", frase esta última expresada por el
Subsecretario del Interior, Jaime Silva. Clotario Blest me
dice: "Si no fuera por la ANEF, en especial por Tucapel, mi
suerte habría sido terrible. Estaba condenado
irresistiblemente a diez años de prisión. A mi se me culpaba
de ser autor intelectual del bombazo. ¡Qué paradojal, ¡yo que
siempre he abogado por la no-violencia activa!. En cambio,
los verdaderos culpables, como Julio Stuardo, Ricardo Lagos
y Jorge Arrate, dirigentes del grupo que había colocado la
bomba, sólo eran citados a declarar ante el juez instructor."
(12)

Blest, continúa en su campaña en favor del MFR. Poco


después de su liberación, en marzo de 1963, Clotario inicia
una gira por el territorio chileno, dando a conocer los
postulados del MFR. En su visita a Concepción conoce a
Miguel Enríquez, Luciano Cruz y Edgardo Enríquez, según
él: "Muchachos íntegros, honrados y valientes, pero que
andaban en las nubes, pues creían que en 24 horas
cambiarían el mundo." (13)
Para Blest, el MFR, no sólo representaba una tesis nueva de
la izquierda, sino que también debía preparar, gracias a
nuevas organizaciones, el plan que haría exitosa la
insurrección. Por tal motivo, durante la convención de la
ANEF, celebrada en mayo de ese año, presenta a
consideración de la asamblea su teoría, sobre la seguridad
social. (14)

La proximidad del proceso electoral presidencial a realizarse


el año siguiente, produce al interior de la izquierda chilena
profundos debates sobre su candidato. Si bien el nombre de
Salvador Allende, conocido ya por sus anteriores campañas
parecía como el más seguro, desde principios de 1963 el
Partido Comunista, con la intención de conquistar al Partido
Demócrata Cristiano, comenzó una silenciosa maniobra con
el fin de desplazar a Allende por Baltazar Castro, Senador
socialista, a quien este partido sentía más cercano. Al
enterarse Allende que la candidatura, de Castro estaba por
materializarse convoca a su despacho a la directiva del MFR;
Blest, Miranda, Valenzuela, Sepúlveda y Vítale. Durante el
coloquio, Allende les expresa que bajo ninguna circunstancia
dejará de ser candidato y por tal motivo les pide lo apoyen.
Blest le replica que el MFR no tiene impedimentos en
cooperar electoralmente, pero sólo si Allende se compromete
a cumplir el programa del MFR. La proposición es aceptada
y se resuelve formar un equipo pro-candidatura,
independiente. (15)

En conocimiento de este pacto, el FRAP, ante el peligro que


encierra la influencia de este movimiento que no dominaban,
proclama candidato presidencial a Salvador Allende. Desde
ese momento, el acuerdo entre Blest y Allende, pasó al
olvido.

Entre octubre y diciembre, Clotario asiste a diversos eventos


que efectúan los bloques ultra izquierdistas (16) Durante este
período, en compañía de otras personalidades, estructura el
Instituto Chino de Cultura en el cual hace clases de
Sindicalismo, Filosofía. Organización Social, Latín.
Permanece de profesor hasta el año 1973. Poco tiempo
después de la fundación del Instituto, el gobierno de la
República Popular China lo invita a visitar el país. Blest
rehúsa: "Si bien no tenía el impedimento para viajar que era
dejar sola a mi madre, no acepté porque en ese momento
varios de mis amigos tenían problemas policiales. Recuerdo
que mi buen amigo, Vítale, estaba relegado. Abandonarlos
habría sido una traición y deslealtad." (17) La lucha por la
libertad de sus compañeros será uno de sus grandes desvelos
del año 1964.

Dos eran las posiciones que fundamentalmente se


enfrentaron:

Los abstencionistas (anarquistas, maoístas y algunos


independientes) y los electoralistas (trotzquistas. socialistas
disidentes y un fuerte núcleo de independientes), que a pesar
de reconocer la falacia de los procesos electorales, optan por
participar en la elección, pensando en la posibilidad del
triunfo de Salvador Allende. Clotario, se suscribe a la última
tesis pero se margina de la campaña presidencial. En la
revista Aquí Está fundamenta su criterio al respecto: "Tengo
una posición revolucionaria que los partidos de izquierda no
aceptan en su integridad. La de ellos es diferida,
condicionada a lo que puede venir. Nosotros tenemos una
posición revolucionaria integral." (18)

En los meses siguientes, en cambio, dedica gran parte de su


actividad a la cooperación con el llamado "Enlace Político"
de la guerrilla latinoamericana bajo el seudónimo del
"abuelo". Su vieja casa es sitio obligado de los emisarios de
la guerrilla de Venezuela, Perú, Uruguay, etc., que viajan a
nuestro país en busca de infraestructura de apoyo. En el
transcurso del año, Blest, es detenido fugazmente
innumerables veces, por apoyar manifestaciones callejeras
de estudiantes secundarios y universitarios, huelguistas de
Correos, de Ferrocarriles, etc.

AMBIENTE POLÍTICO PRE ELECCIONARIO

"A sólo siete meses de la elección presidencial, se llevó a


efecto una elección complementaria para la diputación de
Cuneó y sus resultados tuvieron consecuencias
espectaculares: El FRAP postuló al socialista Osear Naranjo,
que no tenía trayectoria política; el Partido Demócrata
Cristiano presentó a Mario Fuenzalida; el Frente
Democrático llevó al conservador Rodolfo Ramírez. Las
predicciones hacían prever un triunfo derechista por ser
Curicó un tradicional baluarte del conservadurismo. La
izquierda inició una intensa campaña que deparó una gran
sorpresa: ganó con un 39%, de los votos seguida por los
conservadores que llegaron al 32,5% y por los demócrata
cristianos que llegaron a un 27,5%. Este hecho, que pasó a
denominarse el "naranjazo", significó un duro golpe, tanto
para el radicalismo como para la derecha. Cundió el
desconcierto, y el radicalismo, encabezado por Bossay, se
sumo al allendismo. La derecha en masa se decidió por el
apoyo a Frei, considerando su triunfo como el mal menor.

Así se fue perfilando una confrontación electoral que para


algunos implicaba decidir entre la democracia y el
comunismo. Al respecto se realizó una costosa campaña en
que a través de la prensa ponía énfasis en los sucesos
cubanos y en el aplastamiento, a sangre y fuego, de los
levantamientos populares de Hungría y Checoeslovaquia por
los soviéticos con el aplauso de los comunistas." (19)

A pocos días del "naranjazo", el diario comunista El Siglo,


refiriéndose al revés sufrido por los partidos de gobierno
titulaba su portada: "La Derecha se deja crecer la Nariz"
aludiendo a la nariz larga de Frei. Semanas después, retirada
la candidatura del abanderado del gobierno, Julio Duran, se
inicia la campaña a dos bandos: Eduardo Frei de la
Democracia Cristiana apoyada por la derecha. Y Salvador
Allende, representante del FRAP y una fracción de la
extrema izquierda. (20)

Las características de este período estuvieron marcadas por


la llamada "Campaña del Terror", que usó toda clase de
presiones sicológicas con el fin de asustar a la población de
los "cambios" propuestos por la candidatura del FRAP. Entre
los ardides utilizados -fuera de los anteriormente
mencionados por el historiador Gonzalo Izquierdo- para
desprestigiar al adversario, podríamos citar la invitación
cursada a Juana Castro, hermana del líder cubano exiliada en
Miami, que recorrió el territorio pronunciando discursos
apasionados contra el régimen de su hermano. También a 48
horas antes de la elección fue trasmitido un encendido
discurso de doña Juanita que causó tal impacto que llevó al
Presidente Alessandri a romper inmediatamente relaciones
con Cuba. "Esta concertada campaña anticomunista tuvo sus
toques humorísticos, un impactante cartel, impreso por el
partido liberal, mostraba a Santa Claus y a un robusto
soldado ruso golpeando en lados opuestos una puerta. El
cartel preguntaba ¡Chileno!¿A quién quieres en tu puerta esta
Navidad? Otro, que representaba al Pensador de Rodin,
prometía: ¡Libertad de pensamiento con Frei!, implicando
que tal libertad no sería posible con Allende." (21)

La izquierda fue incapaz de hacer frente a esta propaganda,


provocada contra todo lo que pareciera "progreso". Salvador
Allende fue transformado en un ogro que destruía la familia,
la propiedad y cuyo propósito último sería llevarse a los
niños chilenos a Cuba. "Para las elecciones de 1964, los
Estados Unidos canalizaron hacia Chile (a partir de 1962)
por intermedio de la CIA unos 4 millones de dólares." (22)

En esta atmósfera inquietante llegó el día de la elección, que


como era tradicional en Chile, se desarrolló tranquilamente.
Los resultados fueron los siguientes: Eduardo Frei,
1.409.012 votos con un 55,6%. Salvador Allende, 977.902
votos con el 38,6 % y pese a su retiro, Julio Duran el 4,9%.

Según el mismo historiador, anteriormente mencionado, el


triunfo de Eduardo Frei se debió a que presentó "un
programa en algunos aspectos similares al del FRAP, pero
con un marcado énfasis en las vías constitucionales y legales
de acción. Su programa básico, bajo el lema: "La Revolución
en Libertad", incluía la reforma del agro, la promoción
popular, la chilenización del cobre, la construcción de
60.000 viviendas y reformas educacionales", "Por lo demás
hay que reconocer que este proceso estuvo íntimamente
vinculado al carisma de un líder: Frei, era en verdad un
triunfador. El pueblo chileno seguía necesitando la presencia
de un líder." (23) Por primera vez en la historia de Chile un
candidato triunfaba con tan amplia mayoría.

Cuáles fueron las razones de la victoria tan sin precedentes


de Frei "Se pueden sugerir cuatro factores: la tremenda
campaña anticomunista dirigida contra el FRAP y su
candidato; el gran apoyo a Frei de los votos femeninos: la
perfecta organización de las secretarías de Frei; y el
programa del candidato demócrata cristiano." (24)

EL GOBIERNO DE FREI

Este gobierno podría dividirse en dos etapas: a)1964 a 1967;


b)1967 a 1970. La primera se caracteriza por el apoyo de la
gran mayoría de la ciudadanía chilena, numérica y
socialmente hablando. "Aunque se ha dicho que ello se debió
al mal menor elegido por la derecha, la verdad que ese apoyo
aumentó en las elecciones parlamentarias de seis meses
después. La explicación de esto es sencilla: Frei pidió al
pueblo un parlamento que le permitiera gobernar, porque el
primer paquete de las leyes que envió fue rechazado ipso
facto, tanto por la derecha como por la izquierda; en
consecuencia, las elecciones ratificaron la voluntad de que
Frei dispusiese de las herramientas para gobernar. Estos dos
triunfos tan resonantes tuvieron, sin embargo, un efecto
negativo; el PDC adquirió una visión desproporcionada de
su propio poder; se convenció de que, habiendo ganado solo,
podía gobernar a solas; y algunos funcionarios transformaron
esta confianza, en una forma de arrogancia política." (25)

Las "vigas maestras" del gobierno demócrata cristiano


fueron: la Reforma Agraria, que se fundamentaban en una
justa distribución de la tierra, impidiendo la existencia del
latifundio y fomentando otros tipos de sociedades
económicas. Esta ley estableció los asentamientos,
sociedades entre el gobierno (CORA) y los campesinos, para
preparar durante tres años la asignación de propiedad
definitiva. A cargo de esta misión estuvo INDAP, dirigida
por Jacques Chonchol. La Chilenización del Cobre, que
consistía en la adquisición gradual por el Estado chileno del
51% de la gran minería del cobre. "Los dos pilares básicos le
fueron saboteados al gobierno por lado y lado: contra la
Reforma Agraria se levantó la derecha, que consiguió dilatar
la ley hasta mediados de 1967; contra la Chilenización del
Cobre, la izquierda puso dificultades que impidieron que el
proceso se concretara hasta 1968." (26) La tercera viga,
llamada Promoción Popular bajo la responsabilidad de
Sergio Ossa Pretot, buscaba incorporar activamente la
participación del pueblo a través de la ampliación de la base
sindical, del impulso de juntas de vecinos, centros de
madres, cooperativas y fomento de un 20% de la
sindicalización campesina, a un 100%.
En la segunda etapa, de 1967 a 1970, estas reformas
comienzan a naufragar como consecuencia del alto grado de
agitación social. "Lo cierto que la Democracia Cristiana
había creado expectativas, que durante el final de su
gobierno se convirtieron en exigencias inmediatas a las
cuales el gobierno no pudo dar respuestas, situación que los
llevó a recurrir a la represión. Así la huelga de El Salvador,
en 1966, dejó como saldo 7 muertos y decenas de heridos;
luego, en 1969. los enfrentamientos de Puerto Montt
culminaron con la muerte de 8 personas \ más de cien
heridos. Las huelgas se extendieron a sectores estudiantiles,
del profesorado. obreros y principalmente campesinos." (27)
A estos problemas debemos agregar el acuartelamiento del
general Roberto Viaux, en el regimiento Tacna, en Octubre
de 1969 con el propósito de lograr mejor remuneraciones y
la modernización de los equipos militares. Este movimiento
militar, llamado Tacnazo se solucionó pacíficamente, cuando
el gobierno cedió a las peticiones de los rebeldes los que
posteriormente fueron destituidos y juzgados. Pocos días
después se realizó la primera huelga del poder judicial
chileno, también por causas económicas.

Otra característica de esta segunda etapa fue la explosión, a


nivel cultural, de manifestaciones anti-burguesas, cuyos
síntomas venían gestándose desde los años de 1950, debido a
las influencias de las juventudes norteamericanas y europeas
y al agotamiento de las tradiciones burguesas chilenas. El
pelo largo, los bluejeans, la minifalda. el bikini, la música
juvenil, la disminución de los tabúes sexuales fueron algunos
de los rasgos de esta rebelión. Sin embargo, el mayor
impacto cultural fueron "las tomas" por los estudiantes
universitarios de sus sedes exigiendo reformas. El
movimiento estudiantil que comenzó en el más arcaico de
los centros superiores de enseñanza. la Universidad Católica,
dependiente del Vaticano, protegida y auspiciada por el
Partido Conservador, se extendió rápidamente a las demás
universidades estatales. Su finalidad fue romper con las
caducas estructuras propias de las viejas universidades
europeas en las cuales se había inspirado. Los estudiantes
exigían participación en la elección de sus autoridades, una
universidad pluralista y al servicio de los grandes problemas
propios del país. Tan fuerte y organizado fue este
movimiento que El Vaticano tuvo que ceder ante sus
presiones y las del Cardenal Silva Henríquez, que sirvió
como mediador. El gobierno, por otra parte, aceptó, inquieto
y sorprendido por la mayoría juvenil organizada y partidaria
de cambios sociales rápidos. Su líder fue el estudiante de
Medicina. Miguel Ángel Solar.

Todos estos hechos repercutieron en el partido del Presidente


Frei, que sufrió un alejamiento de su mayoritario sector
juvenil y un brusco descenso electoral en las parlamentarias
de marzo de 1969, de cerca de un 10%, en tanto la derecha e
izquierda aumentaban su representación. Más adelante, en
mayo, los rebeldes demócrata cristianos echaron las bases de
un nuevo partido, el MAPU ( Movimiento de Acción
Popular Unitario) cercano a los partidos marxistas,
encabezado por uno de los fundadores y líderes de la Falange
y posterior Democracia Cristiana, Rafael Agustín Gumucio.

Llegado el año 1970, todo el país comenzó a vivir un


frenético clima electoral y de gran ebullición social como
nunca se había visto antes: bloqueo de caminos por parte de
terratenientes, asesinato de un representante de CORA al
entrar a expropiar un fundo en Linares, asalto a bancos,
atentados dinamiteros, etc. y huelgas que estallaban a lo
largo de todo el país, tanto provocadas por la derecha como
por la izquierda.

BLEST SE AFIRMA EN SUS PRINCIPIOS


INSURRECCIONALES

Clotario, educado en el Seminario y posteriormente formado


políticamente por el sindicalismo cristiano, cuya sede eran
las parroquias donde comparte su labor social con varios de
los líderes de la Falange, no quiso, sin embargo, militar en
sus filas.

Décadas después, cuando estos mismos jóvenes, dirigentes


de la Democracia Cristiana y ahora en el poder, lo invitan a
integrarse a su proyecto histórico, Blest se niega, lo
descalifica y pasa a formar parte de la oposición
radicalizada.

En vísperas de la Navidad de 1964, durante una romería que


realiza el MFR, a la tumba de Luis Emilio Recabarren, Blest
asevera:

"La tan mentada Revolución en Libertad sólo será un nuevo


chiste para el sufrido pueblo trabajador...No tengo dudas que
este gobierno terminará no siendo ni demócrata ni menos
cristiano...Creo que no existe el más leve propósito de
escuchar al humilde. Conozco a esta gente, especialmente a
sus fundadores, que siempre andaban pegados a las sotanas
del clero aristocrático. Sé de sus mentalidades que son de
soberbia y de sectarismo. Esta conducta va a llevar al país a
un desastre descomunal." (28)

En el período estival de 1965, comienza a investigar y a


reunir datos de todo lo concerniente al campo sindical, para
iniciar posteriormente la escritura de un ensayo:
Martirologio de la Clase Trabajadora Chilena, que alcanzó
en sus originales a tener cerca de 1500 páginas. Esta magna
obra, semanas antes de ser editada, durante septiembre de
1973, fue requisada y desaparecida, posiblemente quemada,
durante un allanamiento sufrido en su hogar días después del
golpe. En abril de 1965, debido al desembarco por parte de
marinos norteamericanos que sufre la República Dominicana
para derrocar el gobierno izquierdista del literato Juan Boch,
Blest alza su voz anti colonialista y encabeza diversas
marchas de repudio.

BLEST LLAMA A FORMAR EL MIR

Dos meses después, el 18 de junio, como presidente del


MFR, suscribe una convocatoria (29) a toda la izquierda
disidente de los partidos populares. Entre el 14 y el 15 de
agosto, se realiza el Congreso Constituyente del nuevo
referente, llamado Izquierda Revolucionaria, en el local de
los anarquistas, ubicado en la calle San Francisco 264. Blest,
preside el evento: "Aquí estamos todos los que nos hemos
cabreado con la obligación de cada seis años entregar
nuestro voto para terminar frustrados..Debemos entender los
que somos la izquierda revolucionaria, marxistas, anarquistas
y cristianos que sólo la transformación de las estructuras
sociales y políticas, a base de la acción directa, permitirá la
libertad y la desaparición de la explotación económica, que
divide la sociedad entre ricos y pobres." (30). La nueva
colectividad toma el nombre de MIR (Movimiento de
Izquierda Revolucionaria), siendo elegido Blest como
integrante de su Comité Central, pese a su pedido de sólo
obtener un puesto sin importancia en la lucha. El doctor
Enrique Sepúlveda asume como su primer secretario general.
El resto de la directiva, entre otros, estuvo formada por:
Humberto Valenzuela, Ernesto Miranda, Luis Vitale, Oscar
Waiss, Miguel Enríquez, Luciano Cruz, Bautista Van
Schouwen, Edgardo Enríquez. Sus postulados más
importantes fueron: Reforma Agraria Integral; formación de
un gobierno obrero; socialización, por medio de cooperativas
y entidades estatales del sistema económico, financiero y
privado. En lo internacional, acusar a Estados Unidos y a la
Unión Soviética como imperialistas. Exhortar y luchar por la
unión de los pueblos pobres. (31)

En el terreno sindical, Clotario se hace cargo en octubre de la


Comisión Técnica de la ANEF, la cual dirigirá hasta 1982.

Durante los últimos meses del año, a pedido de varios


sindicatos que estaban en huelga, desempeña el papel de
mediador ante el Ministro del Interior Bernardo Leighton. El
ministro declara que los obreros en huelga pueden hablar con
él directamente, negándose a recibir a Blest. Esta actitud
produce el retiro del despacho ministerial de toda la
delegación sindical.
El 12 de febrero del 1966, durante la celebración del
aniversario de la CUT, Clotario asiste y es homenajeado
junto a otros dirigentes por el presidente Luis Figueroa. Pese
a ser requerido para que hablara, Clotario prefirió guardar
silencio. Así lo recordó cuando yo lo entrevisté años
después: "Opté por permanecer mudo, temiendo que mi boca
me traicionara, había sufrido demasiado por lo que me
habían hecho en el Caupolicán. Además estaban en el
escenario los mismos que me habían traicionado. La
invitación me la cursaron los trabajadores ligados a las
federaciones y por eso acepté ir." (32)

Estando en huelga los mineros de El Salvador y mientras


celebraban una asamblea en su sindicato, el 7 de marzo,
fueron bruscamente interrumpidos por un contingente militar
que les exigió abandonar el lugar por trasgredir el Estado de
Emergencia. Al no acatar la orden, los militares dispararon
dejando trabajadores muertos y decenas de heridos. El
suceso conmociona a la opinión pública del país. El ex
presidente de la CUT, dos días después expresa: "Hasta
cuándo continuaremos viendo correr sangre proletaria a
manos de los soldados. El gobierno de Freí debe asumir su
responsabilidad, pues no hacerlo será un gesto de cobardía.
Señor Frei no olvide usted que hace veinte años atrás usted
renunció al Ministerio de Obras Públicas, por que no quiso
ser cómplice de la masacre de la Plaza Bulnes. Debe por
tanto, reestructurar su gabinete, pues en el hay varios
reaccionarios y derechistas, como Thayer y Carmona." (33)

El primero de mayo, como era tradicional, la CUT solicita la


Plaza Bulnes para la conmemoración del día de los
trabajadores. El gobierno niega la autorización alegando que
en ese sitio le ha sido otorgado al Comando Nacional de
Trabajadores presidido por el diputado demócrata cristiano
Santiago Pereira al cual asistirá el Presidente Frei. Blest
denuncia el hecho como peligroso al crearse un paralelismo
sindical, que vulnera la unidad sindical y que está impulsado
desde la propia Moneda "...que desgraciadamente secunda
servilmente mi viejo amigo Chago Pereira." (34) La CUT
deberá realizar su acto, como lo fue durante todos los años
del gobierno de Frei, en los márgenes del río Mapocho.

Iniciado el invierno, Clotario, acusa en una revista al


Ministro del Trabajo y Previsión Social, William Thayer de
limitar el derecho de huelga al aprobar la intervención
militar en los conflictos laborales del cemento y el cobre.
(35)

BLEST LE DOBLA LA MANO A STROESSNER

A fines de septiembre, la CUT le encarga a Clotario la difícil


misión de interceder ante el dictador paraguayo por la
liberación de más de cien presos políticos. Viaja con ese
propósito el 24 de septiembre a Asunción. "Apenas llegado
al aeropuerto, me sorprendí del recibimiento, no se me revisó
ninguna maleta. El propio jefe de aduana me saludó y me dio
la bienvenida por mi llegada al Paraguay. Cuando horas
después me recibió el dictador me llevé otra sorpresa.
¿Cómo está usted, don Clotario?, -me dijo. A usted lo ubico
mucho, tanto por mi compadre Perón, como por mi
desaparecido amigo Ibáñez. Sé que usted, es un sindicalista
cristiano que le da garantías a todo el mundo. Por eso estoy
encantado de conocerlo, ¿Qué se le ofrece? Yo le dije:
-Vengo, Presidente, mandado por la organización sindical de
mi país, para solicitarle la liberación de un grupo de personas
que llevan más de veinte años encarcelados y para mí la
libertad es el más sagrado derecho del hombre. -Muy bien-,
me contestó Stroessner, -los voy a liberar con la condición
que se marchen del país y no regresen más. Creo, don
Clotario, que su viaje no fue en balde,- mientras me abraza
efusivamente." (36) Blest viajó con los ex cautivos hasta
Uruguay, donde abordaron otro avión con destino a Europa.
Blest regresó a Chile y dio por cumplida su misión, soñando
que le había doblado la mano a un dictador.

EN PLENA INSURRECCIÓN

Durante los últimos meses del año, Clotario, estrecha, sus


lazos de amistad con el grupo proveniente de la Universidad
de Concepción, especialmente con Luciano Cruz y Miguel
Enríquez. Como prueba de esa amistad. Blest, escribe una
misiva de presentación y recomendación a los sindicatos
chinos para Enríquez que viaja hacia ese país: "El infrascrito
ex-presidente de la Central Unica de Trabajadores de Chile
(CUT), se permite presentarles al compañero Miguel
Enríquez Espinoza, integrante de una comisión que visitará
la República Popular China. Me permito solicitar con todo
afecto a mis compañeros trabajadores de ese país hermano,
para nosotros los revolucionarios profundamente respetado y
querido, tengan la bondad de dar al compañero Enríquez
todas las facilidades para imponerse a fondo de los adelantos
y conquistas sociales del pueblo chino. El compañero
Enríquez: es miembro del Comité Central del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria de nuestra patria, organismo al
cual pertenezco y a cuya dirección, como el compañero
Enríquez, pertenezco desde su fundación." (37)

En febrero de 1967, junto a varios cristianos revolucionarios


que participaban individualmente en la orgánica del MIR,
forma el Movimiento Revolucionario Camilo Torres que se
adhiere como corriente cristiana a la estructura mirista.

Meses después, Blest se reúne en su casa con varios líderes


sindicales latinoamericanos, el más importante de los cuales
es Juan Lechín, presidente de la Confederación Obrera
Boliviana. Esta mini-cumbre sindical decide intercambiar
ideas y experiencias con el fin de apoyarse mutuamente
cuando sea necesario. Lechín, que viajaba clandestinamente,
fue detenido en la frontera con Bolivia, lo que hizo desistir a
Blest de ir a Bolivia y tomar contacto con los guerrilleros.
(38)

En una asamblea efectuada en el Teatro San Diego, Clotario


pronuncia un discurso en que llama a integrarse activa y
pasivamente a la lucha en Bolivia. El Movimiento Camilo
Torres da cuenta de la recolección de víveres y
medicamentos. Esta actitud le vale que sea requerido, junto a
Sergio Zorrilla, Enrique Sepúlveda y otros por el Sub-
Secretario del Interior Enrique Krauss que los acusa de
fomentar la lucha armada. Pese a no ser encarcelados, les
impiden salir del país y Blest es vigilado constantemente.
Días después en una marcha de apoyo a los estudiantes en
Concepción es detenido por 48 horas.
Para el aniversario de la revolución soviética, la CUT lo
designa como su representante en las festividades a
realizarse en Moscú. Junto a los más importantes líderes de
la izquierda mundial. Clotario en la tribuna de honor
presencia el desfile de la Plaza Roja. Es entrevistado por
radio Moscú: "Hablé sin ninguna restricción sobre mi
posición como cristiano en las transformaciones sociales. Se
extrañaron mucho de que un cristiano se expresara como yo.
Les dije que no era un lenguaje inventado por mí, pues Jesús
lo había dicho en el Nuevo Testamento, que les regalé."Al
término de la visita. Blest fue condecorado por Brezhnev,
foto que Clotario guardaba muy escondida. En seguida visita
varios países del área socialista y termina su viaje en Roma.
"Llegué hasta las puertas del Vaticano, ante tanta pompa y
boato, decidí regresar. La Iglesia debe abandonar la
ostentación. El Vaticano debe ser vendido y el papa debe
vivir en una casuchita cualquiera, allí sí que se redimiría el
mundo con el ejemplo. Cristo no necesita de iglesias
monumentales de mármol, la Iglesia necesita de
monumentos dentro de nosotros." (39)

Inmediatamente después de su regreso de Moscú, el 7 de


diciembre, se realiza en la Sala Chile, sede del Partido
Socialista de San Miguel, el Tercer Congreso del MIR.
Cuando Enrique Sepúlveda, secretario general comienza a
dar lectura a su informe en el que describía el crecimiento
del movimiento, gracias a nuevos adeptos dentro del terreno
sindical y estudiantil, por lo cual él consideraba que la
acción armada debía postergarse hasta que se conquistara
una mayor fuerza, especialmente en el ámbito de los
trabajadores, fue abucheado por los sectores juveniles
presentes. Clotario Blest se sube en ese momento al
escenario y pide respeto para el expositor, añadiendo que el
compartía la tesis del secretario general, pues "estimaba que
la revolución en Chile debía hacerse a través de las
organizaciones de la clase trabajadora: sindicatos y gremios
y que sólo, accidentalmente, podría establecerse los focos
guerrilleros que exigían las juventudes, sino seria un simple
aventurerismo." (40)

Los estudiantes que eran mayoría en la sala, le replican


violentamente a Blest: "Ustedes están siguiendo el mismo
camino que el aburguesamiento revolucionario, no podemos
seguir esperando es preciso emprender la acción directa de
inmediato." (41) Ante estas dos posiciones diferentes,
Miguel Enríquez llama a votación. La tesis de los jóvenes
triunfa. La vieja guardia: Humberto Valenzuela, Enrique
Sepúlveda, Ernesto Miranda, Oscar Waiss, Clotario Blest y
sus partidarios, predominantemente cuadros sindicales, se
retiran de la sala, renunciando a la militancia oficial del
MIR. (42)

Marco Antonio Enríquez, hermano de Miguel y Edgardo en


una entrevista en París del año 1980, me declaró lo siguiente:
"Enrique Sepúlveda estuvo siempre en desacuerdo con
Miguel. Me decía: Yo siempre quisiera estar sujetándole los
suspensores al compañero. Con estas ideas vamos a la
catástrofe, pues sólo lograremos la implantación de una
dictadura militar. Como usted ve, Sepúlveda fue un
Casandra. Sepúlveda y sus aliados quedaron muy frustrados.
Para Sepúlveda, Miguel fue su sepulturero político." (43)
Jorge Barría, el historiador socialista, me expresó: "Creo que
los jóvenes del MIR cometieron un grave error al marginar a
los viejos. Al no vincularse con el pasado de este país
perdieron la experiencia y la sabiduría que todo movimiento
político nuevo necesita." (44)

Luis Quiroga, militante demócrata cristiano y antiguo


dirigente de la CUT opinando sobre este punto, me dice: "La
idea de constituir el MIR fue de don Clotario. Todo partió en
Santiago, donde en conjunto con otras personas,
especialmente sindicalistas echaron los fundamentos de ese
movimiento revolucionario. Lamentablemente, un tiempo
después los jóvenes universitarios de Concepción no
estuvieron de acuerdo con algunas concepciones de los
viejos sindicalistas y los marginaron. Pienso que ese paso,
sin compartir en absoluto su ideario político fue suicida,
pues desde ese momento el MIR inauguró la lucha armada
callejera, que años después sería el argumento central para la
justificación del golpe militar". (45)

Luis Vitale, que estaba presente en el acto y que no


solidarizó con su correligionario Enrique Sepúlveda, quizás
porque era mucho más Joven, nos dice: "No se produjo en
ese momento ninguna división grave con la partida de los
viejos. Se fueron en silencio y no formaron otro movimiento.
A mediados del 1969, ante las próximas elecciones
presidenciales, surge en el MIR otro quiebre, quizás más
numeroso que el primero entre dos estrategias políticas. La
presentada por Enríquez, Pascal, Cruz, etc., que se negaban a
participar en la campaña electoral de la Unidad Popular, ni
apoyar al Gobierno de Allende si era elegido, y los
contrarios a esta tesis, a la cual yo me adherí, que
considerábamos que debíamos estar presentes en esta lucha.
El Comité Central impuso su teoría de "rebelión total" y
nosotros nos excluíamos del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria. " (46)

Meses después el MIR emprendía la lucha armada urbana,


especialmente asaltos a bancos y bombazos a lugares claves
del Estado y el poder económico. El Ministro del Interior,
Leighton, los llamó "los bomberos locos". El Gobierno a
través de un exhorto los declaró "prófugos y rebeldes de la
justicia". Advertía, además, que "cualquier persona que les
dé asilo será juzgada como cómplice y encubridora".
Clotario Blest comenta en una revista: "No podría atacarlos
porque son perseguidos, pero creo que lo que hacen es una
insensatez. Arriesgan sus vidas por un método que pudo
tener justificación en Rusia hace 60 años. Aún que asaltasen
todos los bancos del país, el régimen continuará igual y la
represión peor." (47)

Durante los primeros meses de 1968, la figura de Blest


vuelve a adquirir notoriedad pública al participar en varias
marchas por la paz en Vietnam. En febrero de ese año
pronuncia un sentido discurso a los campesinos agrupados
en la CORA, donde los insta a que sólo con derechos cívicos
podrán edificar la fraternidad humana basada en la no
violencia activa.

El 5 de abril es asesinado en Estados Unidos el gran


luchador pacifista, Martin Luther King, que acongoja
profundamente a Blest:"Luther King, Gandhi y Cristo
forman la sagrada trilogía de Libertad, Justicia y
Fraternidad", dirá años después. Desde ese momento, hasta
su muerte, todos los años en el aniversario de ese doloroso
hecho, Clotario hará una romería a la plaza que lleva su
nombre.

Notas:

1. Revista Ercilla, 6 marzo de 1970, pp. 11-12

2. Periódico Revolución, septiembre 1961, p. 1

3. Idem

4. Idem

5. Carta de Blest a Oscar Núñez, Santiago, 19 febrero 1962


(Archivo de Clotario Blest).

6. Declaraciones de Bernardo Araya en nombre del PC. En:


El Siglo. 25 marzo 1962,p 6.

7. Por un apoyo a la guerrilla. Crónica, recorte de un


periódico sin indicación de título ni fecha de éste (Archivo
de Clotario Blest).

8. La Vanguardia, agosto de 1962, Nº 2, p 1 (Archivo de


Clotario Blest).

9. Entrevista a Clotario Blest, 27 enero 1979.


10. Idem

11. Grupo de origen laico, aparecido al escindirse del Partido


Radical, por no estar de acuerdo con el ingreso del
radicalismo al gobierno de Jorge Alessandri.

12. Entrevista a Clotario Blest, 6 junio 1979.

13. Entrevista a Clotario Blest, 18 noviembre 1978.

14. Revista ANEE, agosto de 1963, Nº extraordinario, pp 59-


67.

15. Entrevista a Clotario Blest, 19 febrero 1979.

16. Asiste a las convenciones Trosquistas, Pekinesas y


Socialistas Progresistas, como invitado de honor.

17. Entrevista a Clotario Blest, 24 julio 1978.

18. Revista Aquí Está, 22 mayo 1964, Nº 64, 2.

19. Grayson, George, El Partido Demócrata Cristiano


Chileno, Editorial Francisco de Aguirre, 1968, p 360.

20. Fermandois, Joaquín, La Política Internacional del


Gobierno de Salvador Allende

21. Izquierdo, Gonzalo, Historia de Chile


22. Síntesis de lo expuesto en su libro El Partido Demócrata
Cristiano Chileno por George Grayson. p. 358

23. Izquierdo, Gonzalo, Historia de Chile

24. Idem

25. Idem

26. Idem

27. Idem

28. Boletín de la Cuarta Internacional

29. Carta de Clotario Blest al MFR, (Archivo de Clotario


Blest)

30. Testimonios de H. Valenzuela, 6 febrero 1976

31. Manifiesto del MIR al pueblo de Chile, agosto de 1965.


(Archivo de Clotario Blest)

32. Entrevista a Clotario Blest, 16 octubre 1978

33. Diario El Rebelde, abril 1966

34. Entrevista a Clotario Blest, 6 noviembre 1978

35. Revista Estrategia, julio 1966


36. Entrevista a Clotario Blest, 6 octubre 1978

37. Carta de Clotario Blest a Miguel Enríquez

38. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

39. Entrevista a Clotario Blest, 2 enero 1979

40. Idem

41. Conversación con H. Valenzuela

42. Idem

43. Entrevista a Marco Antonio Enríquez, París, 26 julio


1979

44. Entrevista a Jorge Barría, 16 enero 1980

45. Entrevista a Luis Quiroga, 28 junio 1979

46. Entrevista a Luis Vitale. 12 febrero 1991

47. Folleto del Servicio de Impuestos Internos, Concepción,


julio 1969

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IGLESIA JOVEN
"Por una Iglesia junto al pueblo y su lucha."

Desde la década de 1960 en toda Latino-américa comenzó a


explotar el descontento contra la posición de la Iglesia
Católica en relación a su posición social. Esta rebelión fue
adquiriendo, poco a poco. más fuerza y adeptos. Libros,
folletos, volantes y prédicas de sacerdotes crearon gran
preocupación en la Jerarquía Eclesiástica.

En Colombia la prensa clasificó este hecho como: "La


Rebelión de las Sotanas"; en Argentina fue tildado de
"Sacerdotes Rebeldes"; en México de "Cristianos Díscolos"
y en Chile se autodenominaron "Iglesia Joven". Aunque en
los demás países no tuvo nombre propio, su presencia y
acciones fueron notorias. Hasta en Europa y Estados Unidos
estas inquietudes tuvieron eco.

Paulo VI desde El Vaticano exclamaba: "La iglesia está


atravesando un período de autodestrucción. Confío en que
Jesucristo llevará a su barca por buen rumbo" "Parece existir
un fermento carismático en la actitud de los católicos." (1)

Los adherentes respondían: "Hay un Dios que matar y un


Dios que seguir y buscar." (2) "Es un grito de angustia, de
respuesta a una Iglesia que oprime y aplasta." (3) "La
pobreza, la libertad, el servicio, la comprensión abierta y
audaz son los valores que deben cambiar el rostro de la
Iglesia." (4)

"La Iglesia Católica, a través de los tiempos (excepto en los


primeros siglos de nuestra era) ha estado coludida e
identificada con los ricos y poderosos y hoy también lo está"
(5) "El objetivo de la Iglesia es unir a los cristianos que ante
todo quieren vivir el Evangelio junto a sus hermanos de
oprimidos." (6)

Durante tres años que duró el movimiento llamado "Iglesia


Joven" en Chile, muchos fueron los manifiestos,
declaraciones y documentos y aún revistas que tratan de
definir, explicar y aclarar lo que se consideró en ese tiempo
como una revolución dentro de la Iglesia.

El Cardenal Raúl Silva Henríquez, defendiéndose ante los


ataques de la iglesia tradicional y de la derecha expresaba en
el canal nueve de televisión: "La crisis por la que
atravesamos no es vital, sino de crecimiento. Existen
disensiones dentro de marcos básicos, no luchas de fondo."
En sus Memorias, recopiladas por Ascanio Cavallo en el
diario La Época de febrero de 1991, el Cardenal dice: "Tuve
una opinión dura respecto a la acción de la "Toma de la
Catedral". Sin embargo, y porque ellos, representaron la
emergencia de fuerzas descontroladas en nuestra Iglesia,
también vi en su acto la señal de nuestros defectos: No
hemos sido humildes, pues creíamos que nuestra Iglesia era
la mejor de todas." (7)

El movimiento Iglesia Joven nace oficialmente el 11 de


agosto de 1968 cuando un grupo de sacerdotes y laicos se
toman la Catedral. Dentro del grupo de laicos, todos jóvenes
no mayores de 30 años, se destacaba un viejo de pelo blanco:
Clotario Blest.
"-¿Por qué participó usted en ese acto? ¿No significaba eso
una rebelión abierta contra la Jerarquía Eclesiástica?"

-"Participé porque queríamos una Iglesia para el pueblo,


como en el Evangelio, viviendo en pobreza su sencillez y sus
luchas. Esta actitud no fue dirigida contra la doctrina de la
Iglesia Católica, sistematizada en sus dogmas milenarios,
sino que en contra de métodos, estructuras y procedimientos
que la han identificado ante el pueblo y la masa trabajadora,
en acciones comunes y contubernio con el régimen
capitalista y sus personeros. La Iglesia Joven no tuvo una
larga vida, sólo tres años, pero nuestras acciones, nuestros
artículos y discursos tuvieron repercusión, eco, y se
divulgaron nuestras intenciones. Hasta el Cardenal comenzó
a darse cuenta, vea usted, hoy día como encabeza la Vicaría
de la Solidaridad en su lucha contra la tiranía." (8)

ANTECEDENTES HISTÓRICOS, POLÍTICOS Y


RELIGIOSOS

El escritor brasileño, radicado en París, Michael Lowy,


explicando el origen de la filosofía de la Teología de la
Liberación, indica:

"El marxismo ha sido constantemente reinterpretado en


Latinoamérica a partir de las tradiciones culturales indígenas
y africanas, más las creencias religiosas de) pueblo. Los
héroes Tupac Amaru, Martí y Sandino son raíces vivas de
nuestro continente. En los años 20, el que sintetiza todas
estas corrientes es José Carlos Mariátegui, el filósofo
peruano que, sin duda, es el más grande pensador marxista
latinoamericano: original, auténtico, un marxista romántico
latinoamericano." (9)

Las postrimerías de la década de 1960 estuvieron marcadas


por un signo especial: aires renovadores contra las viejas
estructuras soplaban en todas partes, tanto al este como al
oeste. Europa, Norteamérica y Asia se estremecían con estos
aires. El mundo socialista, sería protagonista de una lucha
incansable contra el dogmatismo y burocratismo, como
aconteció en China y Checoeslovaquia. América Latina
estará conmovida y expectante con la Revolución Cubana y
la Alianza para el Progreso.

La Iglesia Católica no podía quedar al margen de estos


signos de cambio. Será el Concilio Vaticano II el encargado
de modernizar a la Iglesia de Cristo. El Papa Juan XXIII
declara: "Hay que abrir las ventanas para que entre aire
fresco." En Chile, sin embargo, la Iglesia Católica no activa
la nueva política pastoral acorde a las circunstancias
históricas, pese a que el Sínodo de Santiago celebrado en
1967 se comprometió a implementarlo a corto plazo.

Esta situación, sumado el hecho de la desmoralización que


ha producido en amplios sectores estudiantiles, obreros y
campesinos la "Revolución en Libertad" y la cercanía del
Congreso Eucarístico de Bogotá, motivará la aparición de un
movimiento explosivo y polémico que buscará el
rejuvenecimiento de la Iglesia mediante un nuevo modelo,
desprendido de la cultura tradicional y ligado a las luchas
populares. Esta corriente reformadora católica, estuvo
influenciada por los escritos del uruguayo Juan Carlos
Zaffanov, del teólogo belga Joseph Comblin. También por
las publicaciones Vísperas y Onis del Perú que eran
comentadas y analizadas por vastos grupos de cristianos.
Dos figuras históricas, trágicamente muertas en esos años,
pasarán a ser los líderes simbólicos del movimiento, el
comandante-médico Ernesto Che Guevara y el sacerdote-
guerrillero colombiano Camilo Torres. La revista del
movimiento que se editaba en la casa de Clotario pasará a
llamarse: Hombre Nuevo (10) y la imagen del Che presidirá
la portada del primer número. Camilo Torres, será para los
sacerdotes jóvenes de izquierda el mártir y héroe cuya vida y
mensaje hay que imitar.

EL LÍDER DE LA IGLESIA JOVEN

La "rebelión de las sotanas" en América Latina fue


encabezada por el colombiano Camilo Torres Restrepo, que
se convirtió en el líder de todas las izquierdas de su país,
desde comunistas pekineses hasta católicos reformistas. Es
un sociólogo de 37 años, con formación en la Universidad de
Lovaina en Bruselas y, catedrático de la Universidad de
Colombia. Desde su tribuna en el aula, y ante cualquier
auditorio, nunca ocultó sus ataques a los sectores
conservantistas de su país, exclamando que "un verdadero
cristiano debe colaborar con todos aquellos revolucionarios
que se proponen cambiar las actuales estructuras sociales
injustas y opresoras". Después de múltiples entredichos con
la jerarquía eclesiástica colombiana, el padre Torres decidió
pedir ser relevado de sus obligaciones sacerdotales.
"En la estructura actual de la Iglesia, se me ha hecho
imposible continuar el ejercicio de mi sacerdocio en los
aspectos del culto. Sin embargo, el sacerdocio cristiano no
consiste únicamente en la celebración de los ritos externos.
La misa, que es el objetivo final de la acción sacerdotal, es
una acción esencialmente comunitaria. Pero la comunidad
cristiana no puede ofrecer en forma auténtica el sacrificio si
antes no ha realizado, en forma efectiva, el precepto del
amor al prójimo.

"Yo opté por el cristianismo por considerar que en él


encontraba la forma más pura de servir a mi prójimo. Fui
elegido por Cristo para ser sacerdote eternamente, motivado
por el deseo de entregarme, tiempo completo, al amor de mis
semejantes.

"Estimo que la lucha revolucionaria es una lucha cristiana y


sacerdotal. Solamente por ella, en las circunstancias
concretas de nuestra patria, podemos realizar el amor que los
hombres deben tener a sus prójimos."

En su Plataforma Latinoamericana de Acción Popular, que él


diera a conocer en mayo de 1965 en Bogotá, propugna la
necesidad de tomarse el poder político como medida
indispensable para que sean las mayorías quienes produzcan
las decisiones políticas, ya que no puede esperarse que las
actuales minorías que lo detentan "tomen decisiones que
afecten sus propios intereses ni los intereses extranjeros a los
cuales estén ligadas". (11)
Si mientras vistió la sotana el padre Torres Restrepo hizo
erizarse de horror a la jerarquía eclesiástica colombiana, sus
actuaciones posteriores lo convirtieron en un proscrito a
quien la prensa de su país llamó "cura comunista" o "idiota
útil al comunismo". Sus superiores. temerosos de su
influencia demoledora, lo fueron alejando poco a poco de sus
funciones sacerdotales, para que no interviniera en la política
activa. Fue enviado a estudiar a Bélgica. Cuando regresó en
mayo de 1965, fue recibido por una multitud de estudiantes
ante los cuales lanzó su programa revolucionario:

"Los partidos políticos al dividir la sociedad colombiana


verticalmente y al agrupar en las luchas electorales a la clase
popular en fracciones antagónicas por sentimiemos y
tradiciones opuestos, impidieron la formación de un partido
de clase. La ausencia de este partido aseguraba los
privilegios sobre la clase mayoritaria y popular. La exigencia
del conformismo es el instrumento de control más eficaz de
una clase privilegiada minoritaria sobre una clase
mayoritaria desvalida." (12)

A fines de junio de 1965, cambió la sotana por un traje negro


y una camisa del mismo color, sin corbata, y se lanzó a la
política activa. Dio conferencias en sindicatos, centros
estudiantil; y en todo lugar donde se solicitara su presencia.
Sacó un periódico, Frente Unido, que su propia madre salió a
vocear a las calles, convertida en una prosélita suya más.

El 8 de noviembre desapareció misteriosamente de Bogotá.


Se sospechaba que hubiera ido definitivamente a las
guerrillas, en las montañas, pero nadie lo sabía con certeza,
hasta que el 8 de enero del año siguiente comenzó a llegar a
los periódicos bogotanos y a diversas personalidades
políticas una circular firmada por el ex sacerdote Camilo
Torres y dos dirigentes del Ejército de Liberación Nacional,
Fabio Vásquez Castaño y Víctor Medina Morón. Cada carta
iba acompañada de una foto donde aparecían los tres
firmantes en tenida de milicianos.

"Todo revolucionario sincero tiene que reconocer la vía


armada como la única que queda -decía en una de sus
partes-. Sin embargo, el pueblo espera que los jefes. con su
ejemplo y con su presencia, den la voz de combate. Todos
los colombianos patriotas debemos ponernos en pie de
guerra -continuaba amenazadoramente-. Poco a poco irán
surgiendo jefes guerrilleros experimentados en todos los
rincones del país. Mientras tanto, debemos estar alertas.
Debemos recoger armas y municiones, Buscar entrenamiento
guerrillero. Conversar con los más íntimos. Reunir ropas,
drogas y provisiones para prepararnos a una lucha
prolongada." Y concluía con el grito de guerra: "¡Ni un paso
atrás....! ¡Liberación o muerte!"

Fue muerto en combate y enterrado por orden del Ejército, y


nadie sabe donde yace su cadáver. Sin embargo, su deceso
trajo el florecimiento de un fuerte movimiento de católicos
de avanzada. El nuevo cabecilla pasó a ser un franciscano de
26 años; Eduardo Aranjo Trujillo. (13)

NACE LA IGLESIA JOVEN EN CHILE


A cargo de la Iglesia Católica en Chile estaba el Cardenal
Raúl Silva Henríquez que había sido un ferviente partidario
de las reformas que impusieron en el Concilio Vaticano II.
Sin embargo, deberá enfrentarse en Chile a graves problemas
doctrinarios que estuvieron a punto de producir un cisma en
los católicos.

Desde el Concilio se nota claramente la posiciones de dos


tendencias. En Chile el enfrentamiento estalla por la visita
que efectuará el sucesor del Papa Juan XXIII, Paulo VI a
Colombia. Por primera vez un Papa llega a territorio
latinoamericano. "¿A qué viene el Papa? ¿A bendecir la
miseria, el dolor? ¿A predicar la paciencia en la injusticia?
¿O viene como otro Cristo, a denunciar la injusticia bajo
todas sus formas, a comprometerse con los pobres que
sufren, a gritar a los ricos la verdad del evangelio? Si esto
último hiciera, y así lo esperamos todos los cristianos de
América Latina, lo matarían como otro Camilo Torres o por
lo menos lo harían callar." (14)

Estas interrogantes expresadas en una carta pública por el


sacerdote español, párroco de una barriada en Santiago,
Paulino García, encuentra un gran apoyo en un grupo de
religiosos, estudiantes y sindicalistas, provenientes de la
Juventud Obrera Católica. Semanas después de este
conglomerado pasa a denominarse, "Iglesia Joven". El
Cardenal presintiendo el conflicto que podía desatar la falta
de respeto a la autoridad papal por parte de este grupo,
ordena a sus vicarios que convenza a los disidentes de la
inconveniencia de sus palabras. El llamado del prelado es
rehusado en una franca actitud de rebeldía.
No es extraño, pues, que en ese clima haya surgido otro
grupo que también buscó en los obispos el chivo expiatorio
para las dificultades que surgían en la Iglesia. Así, a fines de
julio, la Sociedad de Defensa de la Tradición, Familia y
Propiedad (TEP), más conocida con el nombre de "Fiducia",
difundió una declaración titulada: Reverente y filial mensaje
a su Santidad el Papa Paulo VI. (15)

Patricio Larraín, presidente de Fiducia, entrevistado explica


su posición: "El mensaje que haremos al llegar a su Santidad,
es el denunciar como el comunismo desarrolla actividades en
Chile, para transformar a una nación católica en una vil
colonia de Moscú, Pekín o La Habana: manifestando por
esto, públicamente y con toda energía la execración del
comunismo, porque el sistema en que se apoya es ateo,
materialista y amoral; porque su régimen social totalitario
niega la familia, la propiedad individual y la legitimidad de
una armoniosa jerarquía de clases." (16)

Acusaba esta declaración, además, a la revista Mensaje, al


"Centro Belarmino" y a "Desal", pidiendo con rapidez que
sea eliminada enteramente la acción eclesiástica y laica pro-
comunista.

"Hasta entonces, "Fiducia" no era conocida más que por la


edición clandestina de un libro llamado: Frei el Kerensky
chileno, escrito por el abogado brasileño Favio Xavier da
Silveira." (17) Este movimiento formado por una centena de
jóvenes de extracción universitaria y acomodada, cuyos
inspiradores vivían en Brasil, se distinguían por su
indumentaria medieval: traje negro, pañuelos amarillos y un
gran escapulario de la Virgen de Fátima. De pelo muy corto,
haciendo contraste con el largo cabello de moda en la
juventud de la época, se colocaban en las esquinas de las
arterias principales, voceando sus consignas y repartiendo
panfletos. Ninguna mujer integraba el grupo y entre sus
postulados estaba el de castidad.

Según el Cardenal, "el comunicado de "Fiducia" se imprimió


como inserción en varios diarios y revistas y se distribuyó a
través de todo el país. El Obispo Alfredo Cifuentes, que ya
estaba jubilado, fue el único que le dio cierto
reconocimiento. por medio de una carta. Para despejar
equívocos, mi Obispo Auxiliar Fernando Ariztía, emitió una
declaración condenando la actitud de este grupo, afirmando
que conversaría con los miembros de la TFP si así lo
deseaban. Pero estos replicaron con un agresivo comunicado
en que sostenían que la iglesia de Santiago se cerraba al
diálogo..." (18)

En ese invierno la Iglesia Joven inicia sus actividades


públicas al realizar una estruendosa protesta en contra de la
construcción del Templo Votivo de Maipú, al que
consideraban un lujo que provocaba inútilmente a las clases
desposeídas.

LA TOMA DE LA CATEDRAL

La ocupación del principal templo de la capital de Chile por


más de 200 personas, entre sacerdotes y laicos, dirigidos por
Clotario Blest el 11 de agosto de 1968 fue la acción de más
impacto que realizó la Iglesia Joven.

Semanas antes Blest reunió en su casa a los responsables de


los diversos componentes de este movimiento con el fin de
diseñar el plan de la ocupación de la Catedral. La idea era
causar tal impacto en la sociedad que los medios de
comunicación no pudieran silenciarlo. Clotario que era el
único viejo de los llamados Iglesia Joven, nos relata el
episodio: "Como nuestra posición no trascendía y como no
contábamos con radios, televisión o periódicos que dieran a
conocer nuestros ideales de una Iglesia junto al pueblo y sus
luchas, decidimos tomarnos La Catedral, símbolo de la
Iglesia. Tramamos la acción detalladamente, para no fracasar
en nuestro intento. Decidimos por lo tanto, que un grupo de
cincuenta personas entrarían a las oficinas parroquiales el día
anterior, cerca de las seis de la tarde. Los canónigos, que
sabían de nuestros propósitos, creyeron que la toma se había
reducido a esas oficinas, así que cuando después de dos
horas de charla se despidieron, los canónigos quedaron
complacidos. Lo que no se imaginaron es que 20 de los 50,
sigilosamente, se escondieron en una escalera interior de un
entrepiso. La operación "Toma de la Catedral" había
comenzado. En la madrugada llegamos los demás y como
sabíamos que el templo estaría rodeado de policías,
inventamos una pelea entre cuatro muchachos en la plaza. El
incidente, como era obvio, atrajo a los carabineros que en
gran número trataron de disolver el pugilato. Aprovechamos
ese momento para ingresar tranquilamente a la Catedral."
(19)
El periodista Fernando Reyes Matta añade otras anécdotas
sobre este hecho:

"Hace dos semanas dos turistas españolas llegaron a la


Catedral. Manifestaron su curiosidad por verlo todo, hasta
los patios interiores. Allí se desmayó una de ellas, las
condujeron hasta las oficinas interiores para que se
repusieran. Pero ni el desmayo ni las turistas eran reales. Se
trataba de dos monjas que cumplían el primer paso de la
operación "toma de la catedral". Su objetivo era hacer un
plano del edificio. Este plano fue fundamental para que un
grupo de laicos se tomara la Catedral. provocando el mayor
remezón registrado en la historia de la Iglesia chilena." (20)

Luis Torres Acuña, hoy rector de la Universidad Arcis y en


ese entonces un joven estudiante de segundo año de
Periodismo de la Universidad Católica, me entrega su
testimonio: "Yo tenía una sólida formación católica, había
estado interno en el Liceo Alemán de Los Angeles, regido
por curas muy estrictos. Cuando regresé a Santiago pertenecí
al Movimiento Juvenil Cristiano, inspirado en Michel Quois:
"La oración que vale es la que uno construye"; "Debemos
acercarnos al hombre cotidiano". Para mi la misa había
perdido autenticidad, me sentaba en la última fila y criticaba
la frivolidad, el mecanicismo y ramplonería del rito. Escribía
el diario mural de mi parroquia y allí exponía mis dudas y
disgustos. El año anterior, junto a otros dos estudiantes,
fuimos los encargados de tomarnos la Facultad de
Periodismo, cuando se impuso la reforma universitaria
liderada por Miguel Ángel Solar. Quizás por todos estos
antecedentes fui seleccionado para la acción previa, los
"adelantados" que debíamos ser 20, pero sólo se presentaron
19, que facilitarían, al abrir las puertas por dentro, la entrada
de los 200 que se tomarían al amanecer la Catedral. Todo fue
programado con anticipación. Cuando nos despedimos de los
canónigos, ellos se quedaron tranquilos. Lo que no supieron
es que 19 permanecimos escondidos en el entrepiso. Patricio
Hevia era nuestro guía, estábamos todos como poseídos por
esta misión que considerábamos trascendental. En círculo y
en voz baja nos fuimos presentando, yo dije: Soy Luis
Torres, estudiante de la Universidad Católica, calzo 41.
Después nos dividimos las tareas, algunos limaron las
cadenas de las rejas, otros colocaron cera en las bisagras de
las puertas para evitar todo ruido. Atravesamos el patio y así
llegamos a la sacristía. Al entrar, en pleno silencio sonaron
ruidosamente unas campanadas, creímos que nos habían
descubierto y estaban alertando a los demás curas, nos
tranquilizamos cuando nos dimos cuenta que era un reloj
antiguo que indicaba las dos de la madrugada. Al prender
nuestras linternas nos enfrentamos con los inmensos retratos
de los deanes que con su mirada severa parecían criticar
nuestra violación de ese lugar sagrado. ¡Por fin entramos al
templo!. Dentro de dos horas, o sea a las cuatro,
entreabríamos las grandes puertas, para que 200 se tomaran
el símbolo de esta iglesia que amábamos tanto, pero que
considerábamos equivocada. Eramos ahora sus redentores,
yo me fui a dormir encima del altar, coloqué mis pies junto
al cáliz y mi cabeza en la parte baja. Sentí una gran
liberación: El mundo debía cambiar; la iglesia al servicio de
los pobres, para los pobres... Me dormí"... (21)
Inmediatamente después del ingreso a la catedral, se
extendió entre las dos torres un lienzo que decía: "Por una
Iglesia junto al pueblo y sus luchas". La noticia se extendió
rápidamente y una multitud acudió a la Plaza de Armas
frente al templo, mientras se distribuían folletos: Manifiesto
de la Iglesia Joven y Por una Iglesia servidora del Pueblo.
"Fiducia" no tardó en reaccionar, gritando: ¡Sacrílegos!
¡Herejes! ¡Agentes comunistas! El público tomaba
posiciones y se armaron grandes polémicas.

Los sacerdotes, monjas y laicos que habían ingresado


tapiaron las puertas y se juntaron en lo que llamaron una
jornada de reflexión: misas, canciones, debates y
meditaciones llenaron las horas de la ocupación. Según los
diarios El Clarín, El Siglo y La Ultima Hora : "A pesar de las
dificultades para ingresar al templo, asistimos a cuatro misas
que oficiaron los sacerdotes: Diego Palma, Paulino García y
Francisco Guzmán, poco habituales. Estas se realizaron en el
medio de la nave, en vez de las hostias se comulgó con tres
panes partidos y tres copas de vino. Acompañaba a la liturgia
el llamado "Oratorio para el Pueblo" cantado por los hijos de
Violeta Parra, Ángel e Isabel, de raíces folclóricas. Las
letanías usuales se cambiaron por: Te pedimos, Señor, por
todos aquellos hermanos nuestros que han muerto en las
lucha por la libertad de América Latina, recordándose al Che
Guevara y Camilo Torres, coreado por un "escúchanos.
Señor, te rogamos". En la tarde todos los ocupantes se
retiraron pacíficamente, bajo fuerte custodia policial." (22)

Luis Torres me señala: "Las misas se sucedían, las oraciones,


los cantos y también los discursos. Algunos como el de
Germán Cortés, seminarista y posteriormente dirigente del
MIR muerto en un enfrentamiento en 1978 y se quedó para
siempre con el apodo de "el cura", me sobrecogió: el sentido
de la pobreza, de la entrega a los pobres de espíritu. Lo
recuerdo exaltado, chascón, le temblaba la mandíbula, le
brillaban los ojos. Otro que me pareció sincero, fue un
estudiante de la Universidad de Chile, Ricardo Halabi, se
expresaba con tanta humildad y sencillez. Varios, en cambio,
aprovecharon la ocasión para lanzar discursos políticos,
Oscar Guillermo Garretón fue uno de ésos, tan sociólogo,
frío y poco espiritual. No hablaba con el corazón, sólo quena
lucirse, no comprendía el signo profético y desinteresado de
nuestra misión. Las palabras de esos discursos que yo
califiqué de políticos perseguían un fin personal, el poder.
Algo me sucedió allí, se me apretó el alma. Después no fui a
ninguna reunión, no formé parte del movimiento y a muchos
de ellos no los vi nunca más. Cuando abandonamos la
Catedral, los compañeros del exterior nos hicieron una fila
para protegernos de la violencia de los adversarios. Recuerdo
a don Bernardo Leighton: "¡Tranquilos, tranquilos, estamos
aquí, estamos bien!" (23)

Clotario Blest, al salir de la catedral le declara a un


periodista:

-"La Iglesia Joven no toca el dogma, no ataca la doctrina,


pero si está en contra de la estructura de la Iglesia que tiene
20 siglos y no se ha modificado".

-¿Y, usted, considera que ahora es el momento?


-"La humanidad vive un período de transición: la familia, la
moral, el sexo, el marxismo, la Iglesia. No negamos la
infabilidad del Papa cuando hable ex-cátedra, pero es falible
en todas las demás materias, como en el caso de la píldora en
que no tenemos la obligación de creerle".

-¿Qué persiguen?

-"Que la Iglesia Católica sea verdaderamente cristiana, que


abandone el boato, las riquezas que nada tienen que ver con
Cristo, que no tenía donde reclinar la cabeza. Es una
contradicción y un grave pecado estar junto a los ricos y a
los poderosos. Por eso le pedimos a la Iglesia que se defina
en defensa del oprimido, que se arriesgue a perder su
situación de privilegio. Se debe vivir en contacto directo con
la miseria, el alcoholismo, la prostitución, los sueldos de
hambre. Por esto insistimos la Iglesia no debe servir a la
escandalosa división de clases. Sus colegios que educan a la
aristocracia chilena, son una institución que contradice al
Evangelio, contribuyendo a formar miembros de la clase
burguesas, donde no existe sensibilidad ni sentimientos de
solidaridad efectiva frente a la miseria, donde el interés
individual y del grupo prima".

-¿Creen que lograrán sus objetivos?

-"Por supuesto. No estamos haciendo un show ni una


barbaridad. Es una actitud irreversible. No vamos a
retroceder, sino a avanzar para purificar a la Iglesia de todas
sus taras materiales a fin de que retorne al primitivo
cristianismo." (24)
Por otra parte, reunidos en el episcopado, los siete Vicarios
de Santiago entre los que se encontraba, Rafael Maroto
Pérez, (25) declaraban que lamentaban y condenaban
"profundamente la forma en que se ha procedido, reñida
absolutamente con el espíritu del Evangelio." (26)

Al día siguiente, el Cardenal informa a la prensa, que ha


resuelto suspender "A divinis" a los siete sacerdotes que
participaron en la ocupación: Francisco Guzmán, Andrés
Opazo, Diego Palma, Paulino García, Carlos Langue,
Ignacio Vergara y Gonzalo Aguirre, dando a conocer una
declaración donde señala "se ha profanado a nuestra Iglesia
Católica, se ha profanado, además, hermosas tradiciones de
nuestra patria en materia religiosa", añadiendo que tal acción
ha "llevado a un grupo de laicos, estudiantes y obreros, ha
efectuar uno de los actos más tristes de la historia
eclesiástica de Chile..." (27)

Enterándose los sacerdotes sancionados de la medida tomada


en su contra, elevan una carta al Cardenal Raúl Silva
Henríquez, donde explican que jamás pretendieron herir a su
persona, solicitándole, además, continuar con el ejercicio de
su ministerio y disculpándose sinceramente si es que habían
ofendido a la Iglesia de Santiago.

"En los días siguientes, el Obispo Carlos González asumió la


tarea de hablar uno por uno con los sacerdotes suspendidos.
Según parece, los convenció de escribirme una carta
pidiéndome perdón para reconsiderar la medida. Acepté las
disculpas y levanté la suspensión." (28)
A pesar de que el Cardenal declara en sus memorias, en una
carta a la prensa de la época firmada por los sancionados, se
deja establecido que este perdón no significó en absoluto un
arrepentimiento o claudicación a la toma de la Catedral o a
su ideario: "La ocupación de la iglesia y la declaración
fundamental son dos elementos inseparables, de los cuales
nos hacemos responsables, pues nuestra conciencia nos urgió
a hacerla. A esto no renunciamos, ni el Cardenal nos pidió
que lo hiciéramos." (29)

El sacerdote Andrés Opazo que participó en la Toma de la


Catedral y fue el redactor del manifiesto que explicaba el
sentido de la acción, me entrega 25 años después -y cuando
ya abandonó el sacerdocio- su testimonio que él titula: Sobre
la Toma de la Catedral.

"Los hechos, cuando son mirados a la distancia o por


espectadores externos, tienden a ser vistos como
determinados por una cierta lógica que los vuelve
comprensibles. Ellos son interpretados de acuerdo a visiones
más amplias del acontecer. La Toma de la Catedral, que fue
un hecho impactante, dio mucho que hablar. Para ser
comprensible, debía ser enmarcado dentro de una lógica
asumida como tal. Por ello, se lo percibió como parte de un
"plan" o de un designio inspirado en diferentes motivos. No
obstante, para los que allí intervinieron como actores fue otra
cosa: un gesto espontáneo, sin muchos antecedentes previos,
y sin desenlaces posteriores.
Yo participé desde la primera reunión y escribí el documento
de proclama, que cuando lo leí hace un tiempo me impactó
por lo válido de las convicciones y por el candor con que se
exponen. Era sacerdote de una congregación religiosa y
estaba sometido al voto de la obediencia. Me sentí obligado
a revelar el secreto a mis superiores antes de los hechos. Era
una cuestión de conciencia y sabía que, como tal, sería
asumida por ellos. Y así fue, ellos me dijeron que si pensaba
que debía participar (en algo que por supuesto ellos no
compartían para nada) y lo creía mi deber de religioso, que
lo hiciera. Lo dejaban a mi criterio.

Las interpretaciones que he escuchado, formuladas con total


convencimiento. son de dos tipos. Una es de carácter
político. De acuerdo a ella. la toma obedecía a una estrategia
bien elaborada. Se pretendía abrir espacios a la izquierda
para personas religiosas, honestas y comprometidas, que
adherían, casi por inercia, a la Democracia Cristiana. Desde
este punto de vista fue una maniobra genial. A mí me han
felicitado, en el seno de la izquierda, por nuestra supuesta
perspicacia política. En la toma participaron efectivamente
muchos militantes de la D.C. Algunos de ellos buscaban
bases de mayor apoyo para separarse del Partido, este grupo
pasó al poco tiempo al MAPU. Yo no puedo dudar que esta
lógica pueda haber guiado la participación de algunos en la
toma. Pero de lo que estoy seguro, es que esta perspectiva
jamás existió en los que la idearon, planearon y condujeron
la Toma de la Cátedra!. Nunca analizamos los hechos desde
una perspectiva partidista ni instrumental. Eramos mucho
más ingenuos de lo que podía imaginarse el analista que
reconstituye las cosas a posteriori.
La otra lógica es de tipo institucional, es una interpretación
eclesiástica, de acuerdo a esta visión, la Toma de la Catedral
fue una iniciativa promovida por un grupo de curas
atolondrados y desesperados. Eran curas disconformes con la
institución eclesiástica, que deseaban que ésta asumiera
papeles más radicales en lo social, que buscaban mayor
liderazgo y figuración. Pero sobre todo, habían otras
motivaciones ocultas. Detrás de los bombos y platillos, y
como medio de legitimación ante su auditorio joven y
deseoso de cambios, tales curas pretendían esconder su
deseo íntimo de renunciar al celibato y dejar el sacerdocio. O
sea. existían motivos espúreos para tomarse la Catedral. Esta
es una lógica eclesiástica, un tanto defensiva. Es natural que
la autoridad de una institución como la Iglesia delimite
responsabilidades corporativas, y apele a la explicación del
"mal funcionario", que induce a error de sus seguidores,
fieles buenos, sencillos, pero engañados. De hecho, la
mayoría de los sacerdotes que participamos en la toma,
abandonamos después el sacerdocio. Pero una cosa no tenía
nada que ver con la otra. La decisión de pedir la dispensa a
los compromisos sacerdotales es, quizás, el momento más
crítico vivido por un ex sacerdote. Se ponen en juego cosas
muy profundas, que se viven en la esfera de lo más íntimo.
Pero, cualquiera que sea la opinión al respecto, los hechos se
dieron de forma muy distinta. La iniciativa provino de laicos,
no de sacerdotes. Un grupo de laicos empujó todo y los
sacerdotes estuvimos de acuerdo y los acompañamos. En mi
caso personal, sentía que estábamos tramando una locura que
nos ponía en situaciones muy difíciles, que ojalá a nadie se
le hubiese ocurrido tal insensatez, que íbamos a
experimentar el rechazo de gente a la que queríamos. Pero
estábamos muy identificados con nuestras comunidades;
ellas nos demandaban acompañamiento en un gesto
ambiguo, pero sentido como muy importante para expresar
una forma nueva de ver la Fe y el compromiso cristiano. No
digo con esto que participé a regañadientes. Me convencí
que había que hacerlo, teníamos razones para arriesgar, en
una época de cambios, en que se creía en el futuro como una
novedad, como un renacimiento de la sociedad y de la
Iglesia.

La idea surgió en una reunión, un domingo en la mañana, en


un local de una parroquia de la comuna de La Granja. Había
salido con anterioridad un artículo firmado por un sacerdote
español, que no era de esa parroquia que protestaba por la
venida del Papa Paulo VI a Colombia. Los que estábamos
coincidíamos en que la venida del Papa a Colombia era un
respaldo a la Iglesia más conservadora del continente, que
preparaba un Congreso Eucarístico estridente, que
sacralizaba a autoridades civiles y eclesiásticas insensibles a
la pobreza, amantes del lujo y la ostentación. Para la
preparación del Congreso y para la venida del Papa, se había
maquillado la cara, se había lavado la suciedad y escondido
la pobreza. Se había encerrado a los niños de la calle de
Bogotá, los gamines, que viven en pandillas y se drogan con
el tubo de escape de los automóviles. Un año antes había
muerto Camilo Torres, el sacerdote que al ver todos los
caminos cerrados para promover un cambio social, se había
visto forzado a sumarse a la guerrilla. Era considerado un
traidor. El Cardenal Arzobispo de Bogotá, representaba al
catolicismo tradicional, legitimador de una sociedad injusta
que se dice cristiana, y se identifica con los de arriba y opera
a través del poder. Pensábamos que una venida del Papa a
América Latina, debería significar un respaldo a los
sacerdotes que trabajaban con los pobres, que llevaban una
vida de compromiso total. Había muchos de éstos, eran los
tiempos del Concilio y se preparaba Medellín. A nuestro
juicio, el Papa daba la espalda a esta realidad. En cambio
aparecía bendiciendo la forma de catolicismo que para
nosotros era un contra testimonio.

La discusión y el intercambio de ideas debía terminar en la


pregunta del millón: ¿Qué hacer? A un dirigente poblacional
de La Granja se le ocurrió una idea: ¡Tomémonos la
Catedral! Fue dicho como una broma. Pero al rato resurgió el
tema: ¿Por qué no? El único antecedente que existía
entonces era la toma de la Universidad Católica. Pero un año
después, en esa reunión de La Granja, no estaban esos
universitarios, aunque algunos de ellos se sumaron después a
la iniciativa. Se tomó el acuerdo dentro del mayor sigilo; se
repartieron responsabilidades y se crearon tres comisiones, la
que organizaba la entrada a la Catedral, la de prensa y la de
redacción del texto. Se fijó como fecha el domingo 4 de
agosto, quince días después. Se citó a una reunión del grupo
para el domingo siguiente, a fin de revisar el avance de las
comisiones. Se trabajó en la mayor clandestinidad. Pero no
todo estuvo listo, y se postergó para el domingo siguiente, el
11 de agosto. Entramos a la Catedral como a las cuatro de la
madrugada.

El gesto fue un típico acto espontáneo. Causó una gran


conmoción, en la gente y en nosotros mismos. Entramos y
salimos ordenadamente, pese a que se dijo después que
adentro había tenido lugar una verdadera orgía y que se
escribieron en la paredes consignas comunistas. Nosotros no
habíamos pensado nada más que en tomarnos la Catedral.
No habíamos preparado nada para el día siguiente. Pero
tuvimos que reunimos. Llegaban telegramas de adhesión. Se
pedía continuidad, respuesta a lo hecho, y se pensó en la
organización de un movimiento. Allí comenzaron las
tensiones y discrepancias. Aparecieron muchos que veían la
oportunidad soñada de fundación de un partido cristiano de
izquierda. No la Izquierda Cristiana que vino después. En la
D.C. se peleaban entre "oficialistas", "chascones" y
"terceristas". La mayoría de los que habíamos estado en la
Catedral no entendíamos mucho de estas cosas, pues éramos
pobladores, militantes de la JOC y estudiantes, más algunos
profesionales jóvenes. Eramos muy ingenuos y peleábamos
con los politizados. La mayoría veíamos la toma en una
dimensión principalmente intra-eclesial, pero preñada de
repercusiones políticas. Pero otros no compartían este
criterio. La cosa terminó con la expulsión de los que
encabezaban una línea más política. Y los que quedamos no
supimos qué hacer con el movimiento. Lo que siguió fue una
cadena de errores garrafales, como la protesta en la
ordenación episcopal de don Ismael Errázuriz, excelente
pastor y hombre bondadoso. Eramos tan principistas que
protestábamos porque no había sido elegido por el pueblo
cristiano y se consagraba en la Iglesia de El Bosque, la más
elegante de Santiago.

Si se quiere catalogar la Toma de la Catedral, puede decirse


que fue algo profético y no político, al menos desde el punto
de vista de las intenciones (aunque la profecía posee un
contenido político, al denunciar un orden entendido contra la
voluntad de Dios, y anunciar un reino distinto). En esto nos
encontrábamos muchos cristianos que sentíamos del mismo
modo. Y entre nosotros apareció un profeta mucho mayor.
Nos acompañó don Clotario Blest. Desconozco la forma en
que se unió al movimiento, pero recuerdo que desde el
comienzo, él dijo estar enteramente con la "Iglesia Joven", y
se ponía a su disposición para asumir las tareas que se le
encomendaran. La prensa se fijó en él, por su trayectoria y
por ser un líder entre una serie de desconocidos. También se
fijó en otro participante que figuró en el movimiento
estudiantil y estuvo en la toma de la Universidad Católica.
Se pensó que eran los jefes del movimiento. Después fuimos
testigos del odio que un sector le tenía a don Clotario,
cuando los fornidos jóvenes de familias distinguidas se
ensañaron a golpes contra él.

Don Clotario nunca estuvo en la dirección del movimiento.


Con su generosidad característica nos ofreció su casa para
las reuniones. Allí nos dimos cita durante casi un año, los
días jueves en la noche, un grupo que nos ocupábamos de un
movimiento que buscaba angustiosamente una definición.
No teníamos lugar para encéntranos. No pasó nada
importante, fuera de conocer a don Clotario en su vida diaria,
a la anciana mayor que él que había en la casa, a su perro "el
Momio", a su viejo catre, sus fotos, sus recortes de diarios y
sus recuerdos. La Toma de la Catedral valió sólo como un
gesto espontáneo y profético." (30)
Aunque en esos momentos, para los sectores progresistas, las
medidas disciplinarias contra los sacerdotes y los términos
usados para descalificar lo sucedido fueron consideradas
excesivamente duros, decenios después en sus memorias el
Cardenal, retirado de sus funciones, expresa: quizás nuestro
diálogo no ha sido suficiente, tal vez no hemos sabido darnos
a nuestros sacerdotes y a nuestro pueblo en la medida que
hoy se necesita." (31) Clotario en una entrevista, diez años
después comenta:

"Esta acción, pese a la ira que provocó en nuestras cúpulas,


tuvo una gran repercusión que era lo que buscábamos, se
divulgó nuestro pensamiento y el Cardenal fue tocado. Por
ejemplo, poco tiempo después, vendió su elegante mansión
de la calle Lota y se fue a vivir a una casa más modesta en
un barrio menos ostentoso. Creó, también, la Vicaría Obrera
y pidió austeridad en la conducta del Clero y por último, no
debemos olvidarlo, dio comienzo con su ejemplo, al
traspasar a los campesinos, los fundos que poseía la Iglesia a
la Reforma Agraria." (32)

Los fundamentos de la "Toma de la Catedral", difundidos


públicamente, tuvo para muchos cristianos la fuerza de un
despertar del Evangelio y de un reencuentro con el primitivo
cristianismo.

MANIFIESTO DE LA IGLESIA JOVEN

Queremos volver a ser una iglesia del pueblo, como en el


Evangelio, viviendo su pobreza, su sencillez y sus luchas.
POR ESO DECIMOS:
-NO a una iglesia esclava de estructuras de compromiso
social.
-SI a una iglesia libre, servidora de los hombres.
-NO a una iglesia comprometida con el poder y la riqueza.
-SI a una iglesia que, por su fe en Jesucristo y en el hombre,
se arriesga a ser pobre.
-NO a un esquema jerárquico impuesto al pueblo cristiano.
-SI a pastores nacidos del pueblo y que buscan con él.
-NO a una iglesia que tiene miedo a afrontar la historia.
-SI a una iglesia valiente que se compromete en la lucha por
la auténtica liberación del pueblo.

QUEREMOS una Iglesia fiel a la VERDAD DEL


EVANGELIO

DENUNCIANDO:
-La violencia provocada por los ricos y poderosos.
-La explotación del hombre por el sistema inicuo del lucro.
-El imperialismo internacional del dinero.
-El engaño de una falsa democracia manejada por unos
pocos.
-La sumisión de las conciencias a través de los monopolios,
propietarios de los medios de información.
-La segregación racial, cultural y económica.
-La instrumentalización de la educación en favor de las
clases dirigentes.
-La división del pueblo para consagrar su dominación.

DEMOS EL EJEMPLO
Pero los "Fundamentos" no debían ser meras palabras. La
Iglesia Joven debía transformarlos en acciones. Con este fin,
decide llamar a su primera jornada, para estructurar, sin
títulos ni burocracias y en forma pragmática, su futuro.

Entre los días 7 y 8 de septiembre este movimiento efectúa


su asamblea. Asisten distintos grupos y comunidades.
Después de arduas discusiones se aprueba el documento
final concerniente a su doctrina y organización interna, en
cuyo diseño a Blest le cupo una activísima labor.

La Iglesia Joven es proclamada como un movimiento de


Iglesia, que aspira a construir el reino de la fraternidad,
auspiciado por Cristo desde la liberación del hombre. Este
objetivo de liberación no busca la toma del poder, pues eso
lo transformaría en un partido político. Desea, en cambio,
que cada miembro asuma un compromiso personal para
vivirlo en comunidad.

Sus acciones se dividieron en cuatro tipos: a) De denuncia,


b) De concientización, c) De capacitación y d) De acciones
públicas. Todas estas acciones son optativas, pero deben
cumplirse aunque signifiquen un riesgo y sacrificio personal.

Para que el movimiento sea efectivo debe contar con cierta


estructura. Las ideas generales al respecto son:

a) Federativo.
b) Flexible y ágil.
c) No institucionalizarse.
d) Secretariado general con capacidad organizativa.
e) Coordinación a nivel nacional.
f) Existencia de una cabeza visible con carácter rotativo.

La jornada terminó con una misa al aire libre a la hora del


crepúsculo. Los miembros que se habían enfrentado
acaloradamente, se sientan en círculo compartiendo el pan y
el vino, se abrazan y entonan sus canciones de raíz
folclórica.

Durante la gira que realiza por el país la reina Isabel II de


Inglaterra, en el mes de noviembre, la Iglesia Joven emite
una declaración donde critica los lugares que ha recorrido,
proponiendo, en cambio que vaya "al verdadero Chile y a su
auténtico pueblo, donde se muere de hambre, un Chile que
vive en poblaciones sub-humanas, un Chile donde mueren
miles de niños antes de cumplir un año, un Chile donde la
cesantía crece a diario en forma alarmante... a la reina la
hacen admirar los bellos jardines de los ricos que se riegan
con el agua que escasea en los barrios pobres. Esa es la
realidad de Chile." (33)

En vísperas de la Navidad, Clotario Blest, en la compañía de


otras personas efectúa "sentadas" frente a las principales
tiendas de la capital, en señal de protesta por "transformar la
Natividad de Jesús, surgida desde un humilde pesebre en una
gran feria de ventas donde los mercaderes reinan sin
contrapeso." (34)

En la temporada veraniega de 1969, integrantes de la Iglesia


Joven, en la cual se destaca Blest, se insertan en diversas
poblaciones y barrios obreros, para así poder "vivir el
auténtico cristianismo." (35)

El 9 de marzo de ese año, después de conocerse la masacre


de diez pobladores en Puerto Montt, diversas organizaciones
sociales expresan su repudio al hecho, siendo detenido por
un par de días Clotario, cuando encabezaba manifestaciones
callejeras.

La última semana de ese mes, la Iglesia Joven realiza su


Segunda Jornada. Su evaluación fue la siguiente:

"a) Predominio del sentimentalismo y ausencia de metas


racionales,

b) Búsqueda anhelante del mundo popular que llevó a


muchos integrantes a mezclarse en él artificialmente,

c) Ausencia de una auténtica integración entre las


comunidades obreras y las de estudiantes, profesionales y
empleados,

d) Confusión entre lo eclesial y lo político,

e) Por evitar la institucionalización se creó una estructura


demasiado flexible que inhibió la acción orgánica,

f) Comité ejecutivo que entró en fuertes conflictos por existir


en él varias tendencias,

e) Un coordinador que burocratizó las decisiones,


h) Insistir en la unidad con los hermanos no creyentes y los
marxistas " (36) Al término de este cónclave se elige un
nuevo comité directivo, (37) en el que no figura Blest.
Interrogado años después Hugo Cancino, exiliado en
Dinamarca, dice: "Nunca, Clotario quiso aceptar un cargo en
nuestro movimiento, pues consideraba que estos debían ser
ocupados por gente joven. A pesar de nuestra insistencia él
nunca varió su postura. Sin embargo, él era el símbolo de la
Iglesia Joven, era nuestro maestro." (38)

El 14 de abril llega al país el reformador Obispo de Recife,


Helder Cámara. Blest y miembros de la Iglesia Joven lo
saludan con pancartas desde la terraza del aeropuerto y
sostienen posteriormente con él varios encuentros, en que le
expresan que su paso por Chile reafirma el compromiso de
una construcción de una Iglesia Junto al Pueblo y se decide
mantener una estrecha relación entre ambos.

Pocos días después apoyan la huelga de los trabajadores del


Hospital J.J. Aguirre, donde Blest sirve de mediador.

El primero de mayo, celebrado en la Plaza Bulnes, la Iglesia


Joven declara: "los cristianos hemos estado marginados de la
lucha del proletariado, ahora exigimos el puesto de mayor
sacrificio que nos corresponde." (39)

Clotario Blest en un manifiesto que entrega a la opinión


pública expresa lo que para él es "el hombre nuevo":
"El hombre nuevo deberá ser sólido fundamento de la nueva
sociedad humana, basada en la verdad, la libertad, la justicia
y la fraternidad universal"

-Qué dice Cristo sobre "el hombre nuevo"

San Mateo IX-16 "Nadie pone remiendo de paño nuevo en


un vestido viejo, porque aquel pedazo entero tira del vestido
y se hace peor la rotura."

IX-17: "Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, de


otra manera, los cueros revientan, y el vino se derrama, y los
cueros se pierden, si no que el vino nuevo se echa en cueros
nuevos y así ambos se conservan."

-En la carta que dirigiera San Pablo a los Efesios IV-22-23 y


24, expresa: "A despojaros del hombre viejo, según el cual
fue vuestra antigua conversión que se vicia según los deseos
del error. Renovaos pues, en el espíritu de vuestro
entendimiento, y vestíos del hombre nuevo, que fue creado
según Dios en Justicia, y en santidad de verdad."

-Qué dice Lenin del Hombre Nuevo. En su libro Estado y


Revolución, expresa: "La revolución no debe consistir en
que la nueva clase gobierne o dirija por medio de la vieja
maquinaria estatal, sino que tras haberla destruido, dirija y
gobierne por medio de hombres nuevos."

"Se puede lograr romper una institución de un sólo golpe,


pero queda en cada habitante el hombre viejo."
La doctrina del Che Guevara sobre el hombre nuevo la
condensamos en el siguiente decálogo, extractado de sus
discursos y escritos:

El Hombre Nuevo es:

I. El que se forja en la vida diaria, elevando sus principios de


Libertad, Justicia y Fraternidad, a la categoría de ideales o
centro de acción de toda nuestra vida;

II. El que abre camino hacia la cima y no se detiene jamás;

III. Es el capaz de sentirse y alzarse contra la injusticia, la


violación de los Derechos Humanos y la explotación del
hombre por el hombre, donde quiera que se cometa y quien
sea el que lo haga;

IV. Es el que está guiado en toda su vida por grandes


sentimientos de amor sin acepción de personas;

V. Es el que huye de todo dogmatismo hueco y actitudes


sectarias o prepotentes;

VI. Es el capaz de renunciar voluntariamente a una vida


cómoda o aburguesada y pagar en cualquier momento su
cuota de sacrificio, aún el de su propia vida;

VII. Es el que une a un espíritu apasionado una mente


realista, capaz de tomar las decisiones más dolorosas, sin
desmayar un sólo instante;
VIII. El que lo da todo en la vida, sin esperar retribución
alguna que no sea la crucifixión;

IX. Es el que todos los días lucha, para que ese amor a la
humanidad viviente se transforme en hechos concretos,
predicando, más que con palabras, con el ejemplo
permanente de una vida austera llevada con humildad y
sencillez, propias de las almas grandes y heroicas.

X. Es el mejor entre los buenos. (40)

UN NUEVO ESCÁNDALO

El Obispo Ismael Errázuriz, debía ser consagrado en la


iglesia El Bosque. Según el Cardenal: "Su consagración se
preparaba con verdadero fervor, pero el día de la ceremonia
se hizo presente un grupo de la Iglesia Joven que interrumpió
el ritual y el jefe del grupo, Leonardo Jeffs, en voz alta pidió
que el pueblo católico, participara en la elección de los
obispos. La interrupción originó, una verdadera batahola,
porque un grupo de laicos reaccionó con indignación y sacó
a empujones y golpes a los manifestantes." (41) Blest nos da
su versión: "En esa ceremonia que era presidida por el
Cardenal Raúl Silva Henríquez, estaban presentes todos los
obispos de Chile y los más empingorotadas personalidades
de la oligarquía. No se olvide que era la familia Errázuriz;
cuando un sacerdote se disponía a leer la bula papal que
consagraba obispo a este hijo de la aristocracia, nosotros que
nos habíamos sentado en un sector de la iglesia, nos pusimos
a hacer ruido con pies y manos, lo cual permitió que el
compañero Jeffs se levantara y comenzara a leer el
"Manifiesto" en que expresábamos nuestra oposición a tal
designación, pues lo considerábamos una prueba más de
centralismo y autoritarismo papal. De repente al otro lado de
la iglesia un grupo de muchachos, que dijeron pertenecer a
"Fiducia", nos agredieron a puntapiés y puñetazos. A mí me
golpeó violentamente Ossa Bulnes, dejándome el rostro
sangrante. Lo increíble, que ningún obispo de los que
estaban tan compungidos en el altar, hicieron algo por
impedir esta golpiza. Los partidarios de la Iglesia Joven
trataron de defenderme produciéndose una gran "pelotera"
con los "fiducianos" (42)

El Manifiesto escuchado sólo en parte por los feligreses,


decía lo siguiente: "El Movimiento Iglesia Joven ve con
tristeza como no podemos participar en la designación de
nuestros pastores. Dependemos de los designios autoritarios
del Papado y sus representantes. ¡Qué lejos de la Iglesia
Primitiva! No pretendemos cuestionar la persona de Ismael
Errázuriz y él lo sabe. Pretendemos, eso sí, que cambie
nuestra Iglesia, pues cambiando ella, será verdadera luz para
todos. ¿Podríamos decir que la parroquia El Bosque es
significativa de las comunidades de Santiago? ¿Podríamos
decir que las familias aquí reunidas representan
proporcionalmente a todos los sectores sociales a quienes
tendría que servir como obispo don Ismael? ¿Cuántos
obreros, cesantes, vendedores ambulantes, modestos
empleados, están presentes, junto a su pastor en esta
ceremonia? Esperamos que la jerarquía chilena, aquí
reunida, no se muestre sorda y muda de este nuevo clamor y
dolor." (43)
Pese a que el clero no dictó sentencia contra la Iglesia Joven,
algunos obispos, como Jorge Medina, rechazaron con
indignación "este día de triste recuerdo" que sólo busca
publicidad pues "los malos productos, al igual que las malas
causas, necesitan de muy buena propaganda." (44)

LA HUELGA DE SABA

Una noticia ocupó las primeras páginas de los diarios: "Un


incendio destruye completamente la industria electrónica
Saba". Se inculpaba del hecho a los trabajadores que se
encontraban en huelga y que tenían ocupado el edificio.

Por este hecho son detenidos 34 trabajadores. Durante nueve


meses ellos permanecen encarcelados, sin que les abra el
proceso correspondiente.

Esto motiva que once mujeres de los obreros inicien una


huelga de hambre en los jardines del Congreso Nacional en
abril de 1969. Después de algunas semanas, varias
comenzaron a sufrir desmayos y se temió por sus vidas. El
cura Rafael Maroto oficia una misa en el lugar, teniendo por
"altar una estufa que sirve para darles calor a las ayunantes.
El sacerdote les dice: "¡Ojalá esta acción haga meditar a los
cristianos!". Los médicos aconsejan que sean hospitalizadas,
pero ellas se niegan y declaran que seguirán hasta "las
últimas consecuencias." (45)

Son muchas las organizaciones sociales que solidarizan con


esta causa, pero el Movimiento Iglesia Joven es, sin duda, el
que mayor apoyo presta, quedándose su directiva y gran
parte de sus miembros días y noches acompañándolas. Su
declaración pública expresa: "En esta hora que los hijos del
pueblo están siendo vejados y explotados es deber de los
cristianos estar junto al pueblo." Mandaron además cartas a
los partidos políticos, a los obispos y a la CUT, en que les
piden que intervengan. Especialmente emotiva fue una
jornada religiosa, dirigida por la Iglesia Joven en que se
canta: "Yo busco por el mundo un rato de amistad" que
culminó con las palabras de Blest: "Los Tribunales de Chile
están definitivamente entregados a la oligarquía. No ejercitan
la justicia, sino la injusticia. Pero lo que más nos inquieta es
la pasividad de los dirigentes sindicales. En otra época, esta
situación habría producido un paro, por lo menos, de los
trabajadores de la capital. Tanto los marxistas. como los
verdaderos cristianos deben despercudirse y tomar el papel
que les corresponde." (46)

Este esfuerzo desplegado por la Iglesia Joven y Clotario


surte efecto en los meses siguientes cuando el gobierno de
Frei presiona a los Tribunales de Justicia para que agilicen
los procesos, y se logra la libertad provisional de los
inculpados.

El Presidente Allende, recién electo, un año después, otorga


la amnistía, archivándose el caso.

"-¿Es cierto, don Clotario, que esta medida fue solicitada por
usted?

-Efectivamente. En una ocasión en que transitaba por la


calle, siento que alguien me bota el jockey. Al mirar al
causante me encuentro con que el Senador Allende había
sido el gracioso. Entonces Salvador, recurriendo a ese humor
que tenía, me dice: - Sé que lo ofendí con esa broma,
perdóneme y acepte en desagravio venir a almorzar conmigo
al Senado. De no aceptarlo, don Clotario, me sentiría muy
mal, pues he ofendido a una persona mayor y respetable
como usted.

-¿Y qué temas trataron durante el almuerzo?

-Hablamos de diferentes cosas, pero yo hice hincapié,


especialmente sobre el drama de Saba. El me contestó: -Si
soy Presidente de Chile me comprometo a decretar la
amnistía completa a los afectados y me estrechó la mano.
Cumplió, era un hombre de palabra." (47)

COMIENZA LA DESINTEGRACIÓN

Dos hechos mantienen todavía la unión de la Iglesia Joven.


A mediados de junio, con motivo de la compra de una lujosa
mansión en el barrio alto de Santiago, que servirá de
residencia y oficina del señor Arzobispo don Carlos Martini,
embajador del Estado del Vaticano ante el gobierno de Chile,
emiten una declaración pública condenando "el lujo y
ostentación", "verdadero vejamen al pueblo, a Cristo y a la
Iglesia". "Dicha actitud es contraria a lo establecido por
Paulo VI y el Concilio Vaticano II: "El deber de todos los
cristianos es no permitir escándalos parecidos, para que los
pasos falsos sean rectificados en el futuro inmediato." (48)
En el campo internacional, durante el mismo mes, este
movimiento sale en defensa pública de cinco sacerdotes
peruanos, entre estos, Gustavo Gutiérrez, actual ideólogo de
la Teología de la Liberación, amonestados por el Nuncio en
Lima, Romualdo Caubori, por "Fomentar posturas no
adecuadas a la revelación de Dios."

En el plano interno, a un año de la próxima elección a


Presidente de la República, Chile vive un ambiente de
confrontación, tanto ideológica como en la práctica, sumada
a una creciente ebullición social. El Partido Demócrata
Cristiano, a pesar de tener el poder exclusivo, vive un
cuestionamiento interno que lo llevará a un enfrentamiento
entre los llamados "rebeldes" y los "oficialistas". La crisis
culmina a mediados del año 1969, cuando el sector opositor,
ante la imposibilidad de imponer una vía no capitalista de
tinte comunitario y de apertura hacia la izquierda, rompe con
el gobierno y su partido, formando el Movimiento de Acción
Popular Unitaria (MAPU). Los mismos signos de división se
observan en el Partido Radical: Los que se inclinan hacia la
derecha, liderados por Julio Duran y los simpatizantes con la
izquierda, encabezados por Carlos Morales Abarzúa y Luis
Bossay.

Los partidos de izquierda, ante el revés del partido de


gobierno, aprovechan la crisis de sus adversarios para formar
una alianza entre marxistas y no marxistas, que conformarán
la Unidad Popular.
La derecha en abierta guerra contra sus recientes aliados que
habían traicionado sus intereses económicos, decide llevar
un candidato propio.

Ante este panorama, no había duda que el proceso


eleccionario se hará a tres bandas; la derecha, el centro y la
izquierda. Ese año se caracterizará por la búsqueda e
imposición de los futuros candidatos.

La Iglesia Joven frente a estos dilemas que alteran también a


sus miembros y hacen peligrar su cohesión, recurre a
Clotario para que arbitre el conflicto. Finalmente, y en base a
un documento que elabora el mediador aceptado por todos,
se declara:

a) La organización es ajena a toda acción política partidista;

b) Frente a la lucha de clases, la Iglesia Joven forma parte de


la clase explotada y se identifica con su lucha;

c) Se reconoce que sólo las organizaciones gremiales


unificadas serán la única representación auténtica;

d) Si bien respeta a todos los partidos políticos no se


identifica con ninguno.

Estos conceptos, despiertan tal entusiasmo en algunos


núcleos de pobladores y jóvenes que ellos deciden proclamar
a Clotario Blest pre-candidato a la presidencia de la
República.
Según Hugo Cancino, del directorio de la Iglesia Joven:
"Como en ese momento los sectores progresistas, tanto de la
Democracia Cristiana como del Radicalismo y la coalición
comunista-socialista debatían estérilmente sobre su
programa y candidato, y la derecha ya estaba trabajando, un
grupo creyó que el mejor representante de la izquierda,
incluyéndola un sector de la D.C., era Blest. Con este motivo
durante todo un mes se realizó toda clase de propaganda
callejera, no sólo en la capital, sino también en provincia. Al
enterarse, algunos personeros del Partido Socialista y del
MAPU, vieron con buenos ojos esta iniciativa y adhirieron.
Sin duda era una buena carta de triunfo para la izquierda.
Para este grupo iba a ser la ocasión de cambiar a Allende por
un rostro nuevo". (49)

-¿Es verdad don Clotario que el año 1969 usted se presentó


como pre-candidato a la presidencia?

-Sin que yo me hubiera percatado, un grupo de la Iglesia


Joven decidió, sin consultar a la directiva, nominarme pre-
candidato de la izquierda. Yo me enteré por una trasmisión
radial de Hernández Parker. De inmediato llamé a estos
ilusos, diciéndoles que era absurdo y que yo no estaba
arterioesclerótico.

ULTIMO AÑO DE LA IGLESIA JOVEN

Dentro del clima de efervescencia creciente del período


eleccionario de 1970, la Iglesia Joven realiza sus últimas
acciones y publica los tres últimos boletines del Hombre
Nuevo.
La atmósfera política exacerbada pide a todos los chilenos
una definición en la difícil encrucijada que vive el país. Cada
persona debía entregarse a la lucha social que se avecinaba.
Semana a semana, los activos miembros de la Iglesia Joven,
se retiran de sus filas no por discrepar de sus creencias, sino
por el momento tan especial que afecta a Chile. ¿Las críticas
a la izquierda no restarían votos al triunfo de la Unidad
Popular? El último número de El Hombre Nuevo fue
redactado en su totalidad por un Blest solitario.

Sin embargo, a principios de ese año la visita a Chile del


dictador argentino, Juan Carlos Onganía, genera una
enérgica protesta de la Iglesia Joven. Una carta pública
lanzada a los medios de comunicación expresa el 7 de enero:
"...Su amplia solidaridad fraterna y de clase con todos los
trabajadores y perseguidos de ese país hermano...."

En el mes de febrero, el presidente de la entidad Leonardo


Jeffs se retira por razones laborales que lo trasladan al Norte
y asume su vicepresidente Hugo Cancino.

Durante ese período nace el "Comité de los Sin Casa", que


en años posteriores, por su crecimiento y activismo, será
objeto de múltiples ataques de la derecha. El gobierno de la
U.P, incapaz de controlar las llamadas "tomas", y la
oposición -ante el miedo de perder sus terrenos urbanos-
culpará al gobierno de Allende de no proteger el derecho de
propiedad. La primera acción de este comité fue la
ocupación y levantamiento del "Campamento 26 de Enero",
situado en unas tierras agrícolas abandonadas al sur de
Santiago que posteriormente se llamará "Población La
Bandera". El liderazgo del Comité de los Sin Casa será
asumida por el poblador y militante del MIR, Víctor Toro,
que contará con el apoyo entusiasta de la Iglesia Joven.
Clotario Blest ejercerá la vicepresidencia.

Estas "tomas" se caracterizaban por familias completas de


pobladores que, generalmente de noche, a pie, y en
carretones trasladaban sus míseros enseres, acompañados por
sus quiltros y gatos y se instalaban en carpas improvisadas
de cualquier material. Al tomar posesión del sitio izaban la
bandera de Chile y después de una asamblea general elegían
a su directiva interna. La mayoría de los "Sin Casa" eran de
origen campesino que habían llegado a la capital, atraídos
por la industrialización y mejores expectativas económicas.
Paradojalmente, durante la presidencia de Blest en la CUT y
sin que él lo promoviera, se efectuaron las primeras y más
bulladas ocupaciones de tierra: La Victoria (1957) y la José
María Caro (1959). La diferencia que existía entre una época
y otra es que las de 1970 se organizaban de acuerdo a
tácticas militares, siendo el jefe del campamento
denominado "Comandante".

El movimiento Iglesia Joven, en cambio, no compartía esta


visión jerárquica directa. Muchas veces adherentes de una u
otra posición se tranzaron en fuertes discusiones que Blest
lograba apaciguar.

En abril de 1978 conversando sobre este tema dice:


-"Pienso, quizás por mi larga experiencia, que violentos y no
violentos pueden existir.

-¿Pero era difícil lograr el consenso?

-Las diversas posiciones están unidas por erradicar la


injusticia social, violentos y no violentos pueden trabajar
juntos.

- Cuál de los dos caminos consideraba usted más efectivo?

Los pobladores son los que deben decidir. Es ejemplo y la


honestidad de los dirigentes, creo yo, será el norte que
inclinará la balanza hacia una u otra forma de lucha.

-Y para Ud., don Clotario, ¿quienes se acercaron más a estos


valores los miristas o la Iglesia Joven?

Los miristas; porque ellos supieron mantener una línea de


rectitud - 'Honestidad política ejemplar. No fueron tentados
como le sucedió a la Iglesia Joven, que apenas inaugurado el
gobierno de Allende se plegaron incondicionalmente al
Poder, olvidando sus compromisos inmediatos. Los miristas
continuaron en la causa.

-¿De qué manera?

-Fuera de vivir con ellos , los miristas médicos atendían


gratis a los pobladores. El ejemplo vale más que cualquier
discurso".
El 21 de julio, un grupo de personalidades de izquierda y la
Iglesia Joven, crean el Comité de los Derechos Humanos
(CODEHS) cuyo objetivo era proteger a los perseguidos
políticos por el Estado. Grandes personalidades formaron
parte del Directorio (50) que eligió por unanimidad a Blest
de presidente. En su declaración constitutiva declara: "Los
Derechos Humanos son una conquista del progreso de la
Humanidad y su defensa es tarea de todos los seres humanos,
aspirando por ello a movilizar a los trabajadores en esta
lucha, pues son ellos los más interesados en su respeto." (51)
Entre los dos conceptos de Derechos Humanos existentes, el
proclamado en diciembre de 1948, de tendencia liberal e
individualista, y el de Argel de 1964 que restringe la defensa
de los derechos humanos sólo al proletariado, excluyendo a
la burguesía. Clotario Blest propone una tercera tendencia,
que defiende el derecho de vida a todo ser humano, siendo el
de los trabajadores el más importante. En años posteriores
durante la dictadura militar, esta posición relativamente
confusa, lo alejará de la "Comisión Chilena de Derechos
Humanos" creada por Jaime Castillo Velasco y del "Codepu"
(Comité de los Derechos del Pueblo).

Durante las semanas previas al 4 de septiembre, día de la


elección, Blest manifiesta su escepticismo sobre los
programas presentados por los tres candidatos: "Tengo
bastante experiencia social y sé fehacientemente que
cualquiera que gane, no solucionará el problema que
padecen los asalariados: la permanencia de una oligarquía
económica explotadora. Sólo su desaparición como clase
permitirá el advenimiento de la sociedad ideal; libertad,
justicia y fraternidad." (52)
Esta tesis de Clotario explica la contradicción en que entra
Blest con la mayoría de los miembros de la Iglesia Joven,
que sí creían en el programa y éxito de la Unidad Popular. Al
asumir Salvador Allende la presidencia, la Iglesia Joven
realiza una asamblea donde el sector predominante opta por
retirarse del movimiento y Blest como su guía deja en
libertad de acción a sus militantes.

En una entrevista realizada nueve años después, Clotario me


expresa: "La Iglesia Joven no tuvo larga vida, pero
mantuvimos publicaciones mensuales que se redactaban en
mi casa, editadas en mimeógrafo. Creo que el movimiento
sirvió para que el pueblo trabajador entendiera que el
mensaje cristiano es tan revolucionario como lo es el
marxista o anarquista. Sabe usted, ¿por qué Cristo fue
crucificado? Nadie quiere asumirlo. Cristo fue ejecutado por
el delito de subversión. Comprende cuánta importancia tiene
esto. No podemos permanecer, si somos cristianos
indiferentes y pasivos ante la injusticia social imperante."
(53) Sólo después del Golpe de Estado, Blest, volvió a
encontrarse con sus compañeros de entonces.

Nuevamente, Clotario Blest, artífice de proyectos políticos


originales que marcaron la vida política del país, quedaba
solo. Las legendarias batallas a las cuales él se entregó con
alma y cuerpo para lograr la unidad de los trabajadores, que
culminó en la CUT, y sus ocho años de luchas posteriores,
más los cuatro años del MFR, sumadas a los tres del MIR y a
los dos años de la Iglesia Joven, terminan todas por marginar
a su líder. A los setenta años, Blest, cierra el portón de su
casa y acompañado por un perro, "el Momio", y sus
numerosos gatos, se sienta a reflexionar. Ahora todos
parecen considerarlo un inútil.

DIEZ AÑOS DESPUÉS EN EL ANIVERSARIO DE LA


TOMA DE LA CATEDRAL

Hoy, en plena dictadura, se cumplen diez años de la toma de


la Catedral por un grupo de jóvenes y algunos sacerdotes y
monjas que se agruparon por algún tiempo en el movimiento
llamado Iglesia Joven. Clotario Blest el único viejo del
grupo fue uno de sus impulsores. En su casa se mimeografió
el boletín mensual y se hacían reuniones. Blest también
participó en la toma de la Catedral. En la última entrevista
que le había hecho, me contó que se realizaría una misa en
su casa para celebrar el aniversario. Yo le pedí permiso para
asistir.

Me dirijo a su casa a las seis de la tarde, me acompaña


Ximena Prieto, fotógrafa. Nuestra intención es grabar la
ceremonia y sacar algunas fotografías. Es una tarde lluviosa
y fría. Cuando llegamos hay sólo seis personas, escondemos
la grabadora, los focos y máquina fotográfica. Nos miran un
poco extrañados, don Clotario no nos presenta a nadie.
Alguien nos pregunta si también nosotros participamos en la
toma. Nos sentimos como intrusas, yo contesto bajito que sí.
Miran a mi compañera. ¡Pero usted debe haber sido una
niña! No, estaba en la Universidad, contesta. Nos sentamos,
nos sonríen. Entran dos personas más.
La misa se realiza en el salón de don Clotario entre sus
muebles destartalados, con las paredes cubiertas de sus
viejas fotografías: Luis Emilio Recabarren, el padre Vives, el
Che, Allende, el abate Pierre. Una inmensa cruz de madera
colgada al fondo, al lado un banderín regalado por los presos
comunes y más banderines y diplomas entregados por
sindicatos. Hace mucho frío. Nos sentamos alrededor de la
mesa. Comenzamos a conocer a algunos. El padre Ignacio
Vergara enciende una vela, dando comienzo a la misa.
Hablan del sentido que tuvo la toma de la Catedral, de su
significado hace diez años, de cómo ese hecho, para algunos,
marcó un cambio en su vida espiritual y material, de los
ausentes. La mayoría han tenido que salir del país, algunos
están desaparecidos, otros muertos. Son casi todos jóvenes,
el padre Aldunate, que se ve mayor, no participó en la toma
y es el que más pregunta. Don Clotario con su larga barba
blanca se ve muy viejo y casi no habla, sólo breves palabras:
"Queríamos llamar la atención sobre el deber de la Iglesia
con el pueblo, eso es lo que queríamos." Otro dice: "El viaje
de Pablo VI a Colombia con toda esa pompa, nos chocó, con
la toma de la Catedral pretendíamos demostrar nuestro
disgusto, lo alejado que era ese lujo y ceremonial del
verdadero cristianismo." Otro agrega: "Viajar al tercer
mundo, a nuestra América con todo ese ceremonial
ostentoso, propio de la riqueza." Don Clotario replica:
"Queríamos tener eco y que nuestras ideas repercutieran, la
Iglesia pobre dando su ejemplo, junto al pueblo, no con los
ricos y sus palacios." Leonardo Jeffs, concluye:
"Tergiversaron nuestras intenciones y crearon un escándalo".
Al llegar el momento de la comunión todos recibimos un
pedazo de pan de una fuente de madera que los indios
guaraníes habían regalado a Blest, cuando fue a liberar a los
presos políticos en Paraguay. El vaso de vino circuló de
mano en mano, mi compañera fotógrafa estaba angustiada,
según ella no se había confesado hacía años y estaba
cometiendo un pecado mortal al recibir la carne y sangre de
Cristo en estado impuro. Yo le susurraba que para todos los
presentes sus pecados eran veniales y que no podía rechazar
la fraternal convivencia.

Al terminar la ceremonia los padres Vergara y Aldunate le


pidieron a Clotario que nos contara algunas anécdotas. Yo
señale una calavera que estaba en la mesa y le pregunté por
qué la conservaba: "Esa es la cabeza de un gato, y gracias a
ella ahora estoy vivo. ¿Cómo es eso, don Clotario, replican
todos. - Poco después del golpe, una tarde un fuerte
contingente de militares allanaron mi casa insultándome, me
envolvieron en una bandera cubana que me habían
obsequiado en la isla y me hicieron marchar a paso de ganso
en círculo por el patio. En seguida comenzaron a cavar
hoyos buscando armas. Yo creí que había llegado mi último
momento, pues yo había enterrado una cantidad de armas
que una monjita uruguaya, Hilda Elena Meikle, me había
entregado dos días después del golpe. Yo la conocía pues
pertenecía a la Iglesia Joven y le di albergue por una noche.
Por precaución encima de las armas puse tierra y encima el
esqueleto de un gato. En su búsqueda dieron con el lugar y
triunfantes y extrañados me preguntaron: - ¿Qué es esto? Yo
les respondí: Huesos de un gallo. - Esto no parece un gallo,
sino un perro. Y en que era un perro o un gallo o un gato la
discusión acalorada se prolongó y los militares no
continuaron excavando. Ustedes comprenderán que si
hubiesen continuado removiendo la tierra me fusilan
inmediatamente. Por eso la cabeza de ese gatito está puesta
en un lugar privilegiado."

La conversación continúa por un rato sobre el momento


trágico que vivimos. Recuerdos sobre hechos y personajes
que intervinieron en la Iglesia Joven. En especial se
rememora al seminarista Félix de la Jara, asesinado el año
1974 por una jauría de perros entrenados, como le narraron a
Blest en secreto.

Se ha oscurecido, continúa lloviendo. Ha llegado la hora de


retirarse. Nos damos un abrazo. Una gran tristeza y
desesperanza nos embarga a todos. ¡Hasta el próximo
aniversario, si las circunstancias lo permiten! Salimos de a
uno, la casa debe estar vigilada.

(Apuntes de Mónica Echeverría, escritos el 12 de agosto de


1978)

Notas:

1. Diario La Tercera, 26 mayo 1969, p. 16

2. Presencia, La Paz (Bolivia), 2 junio 1969, p. 4 y 5


(Archivo Clotario Blest)

3. Documentos de la Iglesia Joven, agosto de 1969, p. 8


4. Idem

5. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969, p. 10

6. Idem, p. 9

7. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, p. 88

8. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

9. Conferencia de Jaques Chonchol. Universidad Academia


de Humanismo Cristiano, 4 septiembre 1991

10. Revista que tomó el nombre de una de las frases de


Cristo y del "Che" Guevara. Se editó hasta 1970. Era
bimensual

11. Sucesos, febrero 1967, pp. 3 y 4

12. Idem

13. Idem

14. Carta de Paulino García al mundo cristiano, 2 p.


manuscritas (Archivo de Clotario Blest)

15. El Diario Ilustrado, 27 julio 1968, p. 4

16. Aquí Está, primera quincena agosto 1968, p. 16


17. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, pp. 91 y
92

18. Idem

19. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

20. 7 Días, 17 agosto 1968, p. 3

21. Entrevista a Luis Torres Acuña, 2 junio 1993

22. Basado en crónicas de El Clarín, El Siglo y La Ultima


Hora, 12 agosto 1968

23. Entrevista a Luis Torres Acuña, 2 junio 1993.

24. Aquí Está, primera quincena agosto 1968, pp. 13 y 14

25. Importante figura en la lucha contra la dictadura fue


encarcelado; actuó en el CODEHS y como vocero del MIR
de cuyo Comité Central fue miembro. Murió en 1993

26. Diario El Mercurio, 12 agosto 1968, p. A12

27. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, pp. 94 y


95

28. Idem

29. Idem
30. Entrevista a Andrés Opazo, 27 junio 1993.

31. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, p 143

32. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

33. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969; pp. 14 - 16

34. Idem p. 19

35. Se instala la mayor parte del día en la Población San


Gregorio entre los años 1969 y 1970

36. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969, pp. 24 y


25

37. Destacaban entre otros, María Antonia Saa y Leonardo


Jeffs

38. Entrevista a Hugo Cancino, 2 abril 1987

39. Diario El Siglo, 1º mayo 1969, p. 4

40. Folleto mimeo. (archivo de Clotario Blest)

41. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, p. 97

42. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

43. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969, pp. 27 y


28
44. FEUC, agosto 1968, p. 6

45. Diario El Clarín, 12 mayo 1969, p. 2

46. Diario La Ultima Hora, 14 mayo 1969, p. 4

47. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

48. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969, p. 30

49. Entrevista a Hugo Cancino, A, 2 abril 1987

50. Pertenecieron a él, por nombrar a algunos, personas


como Ricardo Lagos, Eduardo Novoa, Mario Palestro,
Manuel Cabieses

51. Razón de ser del CODEHS, mimeo, 1970

52. De Frente, Antofagasta, agosto 1970

53. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

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EL INÚTIL

"Nosotros los simples mortales debemos vivir en constante y


terrible soledad" (1)

4 Y 5 DE SEPTIEMBRE DE 1970
El 4 de septiembre, día de la elección, Clotario decide no
votar. Tampoco lo hacen sus amigos anarquistas. Los
miristas, si bien no llamaron a la abstención, se marginan del
proceso eleccionario.

"-¿Por qué, don Clotario, no fue a votar?

-Yo no creía que pudiera tener éxito la aplicación del


socialismo basado en las estructuras de un régimen burgués"
(2)

Bajo una gran tensión pero en plena calma, la ciudadanía,


después de votar en forma ejemplar, se retiró a sus hogares a
escuchar los cómputos. Se preveía que los resultados finales,
dándole el triunfo al ganador, serían estrechos. La
expectación crecía y el gobierno no entregaba el cómputo
final. A las 10 P.M., Radomiro Tomic que obtenía el tercer
lugar, desde su comando hace una declaración pública al
país, dejando entrever que Allende es el vencedor: "El
pueblo chileno ha expresado su voluntad. No me
corresponder criticarla, sino acatarla. Eso es lo que hago con
lealtad democrática." (3) El general Camilo Valenzuela, jefe
de plaza, reconociendo el triunfo de Allende autoriza a las
23:45 manifestaciones. Una gran multitud se congrega, a los
gritos y consignas de la U.P, se suman las de las juventudes
demócratas cristianas: "Allende Presidente, Tomic está
presente", "El uno y el tres, juntos esta vez".

A la una de la mañana, desde los balcones de la Federación


de Estudiantes de Chile, Allende hace uso de la palabra:
"Aquí declaro solemnemente que respetaré los derechos de
todos los ciudadanos, pero también declaro y quiero que lo
sepan definitivamente, que al llegar a La Moneda y siendo el
pueblo gobierno, cumpliremos el compromiso histórico que
hemos contraído de convertir en realidad el programa que
nos hemos trazado. Les digo, no tenemos ni podríamos tener
ningún propósito pequeño de venganza. Sería disminuir la
victoria alcanzada. Pero de ninguna manera vamos a
claudicar o comerciar el programa de la Unidad Popular que
fue la bandera de combate del pueblo. No seré un Presidente
más. Seré el primer Presidente del primer gobierno
auténticamente popular, democrático y nacional de la
historia de Chile. Nuestra revolución, por tanto, no implica
arrasar, sino edificar; destruir, sino construir y el pueblo
chileno está preparado para esta tarea en esta hora
transcendental de nuestra vida." La multitud eufórica
aplaude, salta, grita, se abraza. Los Quilapayún y Víctor Jara
entonan sus canciones. El pueblo baila y corea:

Aquí va todo el pueblo de Chile


Aquí va la Unidad Popular
campesinos, estudiantes y obreros
compañeros de nuestro cantar
Venceremos, venceremos
con Allende en septiembre ha de ser
Venceremos, venceremos
la Unidad Popular al poder.

Mientras tanto, en el barrio alto de la capital, los pavos y


champagne que estaban preparados para festejar el seguro
triunfo, se guardan sigilosamente. En todo el sector reina un
gran silencio. Detrás de ventanas cerradas y cortinas gruesas,
la burguesía aterrada transforma sus consignas en contra de
la izquierda en realidad: "Los upelientos, marxistas y
comunistas se tomaron el poder. Sus casas serán saqueadas,
sus tierras y empresas confiscadas..." (4)

Sólo a las dos y media de la madrugada serán entregados por


el ministerio del Interior los resultados oficiales y finales; de
un total de 3.539.747 votantes:
Allende 1.070.334 con el 36.30%
Alessandri 1.031.159 con el 34.90%
Tomic 821.801 con el 16.52%
En blanco 20.021 con el 0.20%
Nulos 11.002 con el 0.60%
Al no contar ningún candidato con mayoría absoluta, la
contienda entre los dos primeros debía ser decidida por el
Congreso Pleno: "De modo que la pieza clave pasaba a ser la
Democracia Cristiana, cuyos parlamentarios quedaban en
posición de decidir. El mismo día 5, el candidato de la D.C..
Radomiro Tomic. desde su posición de tercero, adelantó un
paso. Fue a ver a Allende a su casa.

"-Salvador, mientras más duras son las batallas, más grandes


son los éxitos.

-Este es un gesto de hombría, de virilidad profunda, que


consolida una amistad de veinte años." (5)

La tradición histórica de Chile, a través de sus largos años de


democracia, era que el candidato con primera mayoría
relativa fuera siempre confirmado por el Congreso como
Presidente de Chile. Pese a ello, "Los partidos de derecha
que había apoyado a Jorge Alessandri declararon que la
elección no estaba concluida aún y llamaron a la unión de las
fuerzas democráticas, entendiendo por ello a los
antimarxistas." (6)

LOS SESENTA DÍAS DE INCERTIDUMBRE

El lunes, 7 de septiembre, primer día hábil, se produce el


retiro masivo de capitales de los bancos y la bolsa baja en un
48,7%. Ante la gravedad de la situación, Allende se reúne
con el Presidente Freí para proponerle que tome medidas.
Sin embargo, si es que se tomaron medidas, éstas no
surtieron efecto. Largas caravanas de autos, cargadas de
enseres y niños cruzaron durante semanas la cordillera. Los
"momios" preferían escapar a otro país más seguro que
enfrentar al "terror rojo". Sus casas quedaban entregadas a
corredores de propiedades que las vendían a precios
irrisoriamente bajos.

El 9 de septiembre, la derecha política, aprovechándose del


desconcierto general, idea una fórmula política: si el
Congreso Pleno vota por Alessandri, éste renunciaría para
dar paso a una segunda elección, a la cual no se presentaría.
Esto era un claro mensaje a la D.C. y en particular al
Presidente Frei, ofreciéndole otros seis años de gobierno.
Allende replicó violentamente a estas maniobras días
después: "No habrá una empresa, una industria, una tienda,
una escuela, un hospital o fundo que funcione, como primera
manifestación de nuestra fuerza. Todos los trabajadores están
esperando las órdenes de la U.P." (7)
Mientras tanto, la D.C. debate el ofrecimiento de la derecha,
rechazándolo el 14 de septiembre, decidiendo apoyar a
Allende en el Congreso, previo a la promulgación de un
estatuto de garantías, que se redactaría entre ambas
posiciones.

El 23 se dirige al país por radio y televisión, el Ministro de


Hacienda Andrés Zaldívar: "Hasta el 3 de septiembre la
economía chilena se desenvolvía en plena normalidad, pero
con posterioridad a esta fecha el proceso económico se ha
visto alterado, anulando los efectos positivos..." (8)

El 25 de septiembre Clotario Blest obsesionado, como


siempre, por los encarcelados aprovecha la visita semestral
que efectúa el Presidente de la Corte Suprema a los presos
para apoyar, mezclado entre ellos, la denuncia de atropellos
y maltratos que sufren.

El 30 de septiembre, después de una difícil negociación, la


D.C. y la U.P. llegan a un acuerdo sobre el estatuto de
garantías que consistió, en sus aspectos más importantes en:
asegurar la libertad de reunión, de enseñanza, de trabajo y de
seguridad social y dar rango constitucional a los partidos
políticos. Declaraba, además que las Fuerzas Armadas y de
Carabineros tenían el uso exclusivo de la fuerza pública.

Ante esta realidad, los sectores de la ultra-derecha recurren a


diversos actos de terrorismo durante todo el mes de octubre,
siendo el más grave el que sufre el comandante en jefe del
Ejército, Rene Schneider, que le costará la vida y en el cual,
se supo más adelante, estaba involucrada la CIA. Los
propósitos eran claros: al desaparecer este general
constitucionalista, se daban las oportunidades para un golpe
de Estado.

Clotario, ajeno a todas estas movidas políticas, el 8 de


octubre, para conmemorar el tercer aniversario de la muerte
del Che Guevara, organiza un acto en el salón de honor de la
Universidad de Chile. Víctor Toro, presidente del Comité de
los Sin Casa, modera la asamblea. Blest, como vice-
presidente, está a la diestra. En la mitad del acto, la fuerza
policial rodea la Universidad exigiendo la entrega de Toro,
pues sobre él pendía una orden de detención. Blest se
enfrenta con la fuerza pública y les expresa que Toro no será
entregado, que se permita la salida de mujeres y niños y que
el acto continuará. En un ambiente tenso, Clotario le pide al
público que entone canciones, con el fin, me dice, de
apaciguar los ánimos. Entre medio de canciones, Víctor Toro
es sacado furtivamente del recinto. Los carabineros,
respetando la autonomía universitaria, no desalojan a los
ocupantes.

Este hecho que sucedió durante el mes en que el Parlamento


todavía no confirmaba a Allende como Presidente, generó
toda clase de comentarios de prensa. El diario El Siglo,
vocero del Partido Comunista, tildó esta acción Como "una
provocación de la derecha para sabotear la asunción de
Allende." El Mercurio, portavoz derechista, llamó a Blest,
"agitador de ultraizquierda, que prepara a las masas para
tomarse el poder ilegalmente." La coalición triunfante de la
U.P. también censura a Blest y lo margina de las ceremonias
oficiales.
El 24 de octubre el Congreso Pleno procedió a votar.
Allende obtuvo 153 sufragios, hubo 7 en blanco y 35
parlamentarios del Partido Nacional votaron por Alessandri.
El Presidente del Senado, Tomás Pablo, proclamó entonces
como nuevo Presidente de la República a Salvador Allende.

El 3 de noviembre, Allende es ungido en el Parlamento con


la banda presidencial. La ceremonia contó con más de un
centenar de invitados extranjeros y un millar de invitados
nacionales. En seguida el Presidente y sus invitados se
dirigieron a la Catedral para celebrar el Te Deum ecuménico
de acción de gracias con el cual las iglesias, a pedido del
cardenal Raúl Silva Henríquez, se adherían a la legitimidad
del nuevo gobierno. Clotario Blest no fue invitado a ninguna
de estas ceremonias, quizás como castigo por ser
considerado un "agitador". Esa misma tarde, desde la plaza
Italia hasta la Estación Central en la Alameda, se realizan
fiesta populares.

El día 4 se efectúa la Parada Militar. Al anochecer, Allende


ofrece junto a su esposa, una recepción en los salones.

"-Don Clotario, ¿se sintió usted vejado al no ser invitado a


las ceremonias de la toma de mando?

-Yo me había preparado para ir con mi ropa habitual, el


mameluco, demostrando así que la pobreza existía en Chile.
Le confesaré, de todos modos, que me llamó la atención, y
para bien, que Allende y sus ministros no aceptaran la
tradicional carroza ni el frac. Allí se notó un cambio que
aunque fuera de imagen, era positivo. Frei y sus ministros en
carroza y de frac; Allende y su gabinete en auto y de temo y
corbata. Yo permanecí en mi casa y no participé ni siquiera
del júbilo popular callejero." (9)

AÑO DE LAS UTOPIAS Y LAS REALIZACIONES

Para el presidente Allende la realización de su gobierno


debía basarse en: "Definir y poner en práctica como la vía
chilena al socialismo, un modelo nuevo de estado, de
economía y de sociedad, centrado en el hombre, sus
necesidades y aspiraciones. Para eso es preciso el coraje de
los que osaron repensar el mundo como un proyecto al
servicio del hombre. No existen experiencias anteriores que
podamos usar como modelo, tenemos que desarrollar la
teoría y la práctica de la ruptura con el subdesarrollo como
para la creación socialista... "El principio de la legalidad rige
hoy en Chile..." "En el régimen de transición al socialismo,
las normas jurídicas responderán a las necesidades de un
pueblo esforzado en edificar una nueva sociedad. Pero
legalidad habrá."

Poco después que Allende se hiciera cargo de la presidencia,


Clotario Blest en nombre del CODEHS, elabora un
memorándum que envía al ejecutivo, pidiendo "una ley de
amnistía para los más de 40 presos políticos que purgan sus
penas sólo por haber sustentado grandes ideales de libertad y
justicia social." (10) En los días siguientes el gobierno
decreta la libertad del primer grupo de presos políticos.
El 12 de noviembre, la cancillería anuncia el
restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba,
interrumpidas desde agosto de 1964. Y en la elección de la
Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile,
triunfa la lista de la Unidad Popular sobre la Democracia
Cristiana que había mantenido una mayoría los últimos años.

El 1º de diciembre, el Presidente Allende firma desde los


balcones de la Intendencia de Concepción, el decreto de
expropiación de la principal industria textil (Paños Bellavista
Tomé). El discurso del mandatario terminaba con las
siguientes palabras: "Este decreto de expropiación es el
primero que firmo y creo que no será el último."

El 7 de diciembre el Presidente de la República y el de la


CUT, Luis Figueroa, establecen un acuerdo en que la CUT
se obliga a respaldar las medidas del gobierno durante los
próximos 14 meses y a no ejercer presiones por mejoras de
salario. Blest, ante este acuerdo, despacha una carta al
Consejo Directivo de la Central Sindical, donde puntualiza:
"...Semejante paso sólo conducirá a la destrucción de la
unidad sindical, que tanto esfuerzo le costó a los
trabajadores..." "...No deben olvidar, que el sindicalismo
debe siempre permanecer al margen de cualquier sectarismo,
sea ideológico o de cualquier gobierno de turno..." (11) Esta
carta no obtuvo respuesta.

En vísperas de Navidad en la plaza de la Constitución, el


mandatario lanza un proyecto de reforma constitucional
destinado a nacionalizar las grandes minas de cobre. El 30 de
ese mismo mes, Allende, por cadena de radio y televisión
anuncia que el gobierno mandará al congreso un proyecto de
ley para estatizar el sistema bancario. Al día siguiente se
toma posesión de los yacimientos carboníferos de Lota y
Schwager.

A fines de enero de 1971 se efectúa el congreso del Partido


Socialista, siendo desplazada la corriente moderada y
reemplazado Aniceto Rodríguez, por Carlos Altamirano en
la secretaría genera!. Hasta el golpe militar. Altamirano
ejercerá "el poder detrás del trono", acelerando y
radicalizando el proceso político, transformándose en el
hombre más odiado por la derecha.

En esos mismos días. la Sociedad Nacional de Agricultura,


feudo de los terratenientes, denuncia que desde el comienzo
del gobierno de Allende se han ocupado ilegalmente más de
250 predios agrarios.

Dentro de estos cien primeros días se establecen relaciones


diplomáticas con China Popular. Corea del Norte. Vietnam
del Norte, Nigeria. Mongolia, RDA.

Sólo hemos indicado algunos de los hechos más importantes


de estos tres primeros meses para demostrar el clima de
cambios y urgencias que existían.

Clotario Blest, pese a su soledad y a los pocos amigos


íntimos que tenía es, ante todo, un hombre de acción y la
pasividad no es propia de su personalidad. Su prestigiosa
vida pasada y la influencia que todavía ejercía, sobre la clase
trabajadora eran suficiente mérito para ocupar un cargo en el
gobierno llamado del pueblo, quizás él también lo esperaba.

-¿Le ofrecieron a usted algún puesto gubernamental?

-"Yo no era un trepador y jamás habría pedido algo que no


se me daba. Los partidos políticos que apoyaron a Allende
eran muchos y las "pegas" se hacían pocas en esta repartija.
Me daba asco ver, como hombres idealistas hasta ayer,
cambiaban su manera de vivir tan bruscamente. Sin
embargo, podría hacerle una confesión, me habría gustado
ser director de prisiones.

-¿Tenía confianza en el gobierno de la Unidad Popular?

-La verdad es que no. Los mismos partidos que me habían


traicionado, ahora dirigían todo. Creo que ellos tampoco me
tenían confianza".

En marzo se produce la primera fisura entre dos poderes del


Estado: el Ejecutivo y el Judicial. Al inaugurarse el año
judicial el ministro de Justicia no es invitado.

Los sectores de oposición recobrándose de su derrota


comienzan a dar signos de recuperación. El complot del
cobre es uno de ellos. En ese complot se trataba de crear
artificialmente una baja de precios en el mercado
internacional. Intentan además con dos acusaciones ante el
Parlamento, la destitución de los ministros de Justicia y de el
Trabajo. Mociones que no prosperaron porque la DC no las
apoyó.
AYÚDENOS A AYUDARLE

Es interesante exponer la tesis política del ex candidato


presidencial demócrata cristiano, Radomiro Tomic,
contenida en una carta personal al presidente Salvador
Allende, fechada el 3 de junio de 1971. Como se observará a
través de los fragmentos de la misiva que exponemos, para
Tomic con su mirada visionaria, la situación era preocupante
y el porvenir dramático. Deseaba sinceramente el éxito de
esta nueva e inédita experiencia de la Unidad Popular.

"Mi estimado Salvador: "Nuestro compromiso es la


franqueza. Estoy cada vez más preocupado por el riesgo
creciente de que esta excepcional oportunidad de dar forma a
un "segundo modelo histórico (democrático, revolucionario,
pluralista) hacia el socialismo", tienda más y más al "primer
modelo" tradicional: el del "enfrentamiento" y la violencia
con su trágico cortejo de "sangre, sudor y lágrimas" ...¡y de
riesgos muy serios sobre el desenlace (España, Grecia). Para
iniciar el asunto en su forma mas concreta, te resumo mi
opinión: El día en que el antagonismo entre gobierno y
democracia cristiana haya llegado "al punto de no retorno"
habrá dejado de ser viable en Chile el "segundo modelo".

...Dicho de otro modo: en esta fase de tu gobierno y dentro


del marco constitucional que te sirve simultáneamente de
respaldo y de cauce, la cuestión decisiva es dejar de ser
minoría institucional y pasar a ser mayoría institucional.
Aquí está la "contradicción principal" (para utilizar el
lenguaje de algunos de los clásicos del marxismo) que
condiciona decisivamente la posibilidad del "segundo
modelo". Es ésta la condición indispensable para el éxito de
la histórica y excepcional tarea de apoyarse en la vieja
institucionalidad minoritaria y capitalista vigente, para crear
una nueva institucionalidad socialista, pluralista y de claro
predominio popular... ¿Por qué entonces, en la práctica
parece que ni la U.P. ni el gobierno ven la importancia
trascendental que tiene? Y si lo ven, ¿por qué dejan perderse
una y otra vez oportunidades preciosas que no podrán volver
a "fabricarse" cuando se quiera? En la guerra y en la política,
la oportunidad es decisiva para el éxito. Lo que hay que
hacer, se hace a tiempo o no sirve...

Esta es la realidad suprema en las relaciones entre el


Gobierno y la Oposición en un país como el nuestro y en una
etapa como la actual. Es una cuestión sobre la cual no cabe
llamarse a engaños. Si el Gobierno de la UP prefiere a la DC
en la oposición, la DC estará en la Oposición. Y dada la base
fundamentalmente popular de la UP y la DC, las relaciones
entre ambos serán rápidamente de intenso encono, hostilidad
y animadversión...

Te decía en Abril que el plazo útil para actuar "era de


semanas y no de meses". Se han perdido ya demasiadas
oportunidades...

En cambio, el imperativo del antagonismo entre gobierno-


oposición está aflorando de nuevo con renovada virulencia
en el Senado, la Cámara la prensa diaria, las elecciones
gremiales y sindicales, las reuniones internas del PDC y
seguramente también en las de la U.P. Temo mucho que las
elecciones complementarias por Valparaíso representen el
"punto de no retorno".

...¿Qué hacer? En lo permanente, entenderse con el PDC no


para transar el programa de tu gobierno sino para facilitar su
cumplimiento en términos aceptables para ambos. Hacerlo
cuanto antes, ojalá aprovechando la oportunidad que abre la
elección de Valparaíso.

Aunque hay otros puntos de interés fundamental, no alargo


más esta carta. En todo caso, aquí va lo más urgente.

Tu amigo
Radomiro Tomic.

Nota del autor: esta carta no obtuvo respuesta. Solamente un


llamado telefónico de Salvador Allende, confirmando
haberla recibido." (12)

El 4 de abril se realizan las elecciones municipales, donde el


bloque gubernamental obtiene el 50,87%, mientras la
oposición totaliza el 49,13%.

La DC, en un ampliado, puntualiza, poco después de las


elecciones, su línea frente al gobierno: "Seremos una
oposición que milita por los cambios y no negativa ni
reaccionaria."

Sin embargo el crimen, adjudicado a un comando


ultraizquierdista, que le costará la vida al eminente político
demócrata cristiano, Edmundo Pérez Zujovic, el 8 de junio,
precipita a ese partido a una posición de franca rebeldía
contra el gobierno. Ante el fuerte operativo lanzado por las
fuerzas policiales y militares en busca de los culpables de los
que todos exigían sus cabezas, la única voz que se escucha
en defensa de la vida es la de Blest.

Su solicitud ante el ministro del Interior José Tohá dice:


"Preserve, por sobre todas las cosas, la vida de los posibles
implicados en este horroroso crimen, pues es la única manera
que la democracia funcione." A pesar de la exhortación de
Clotario, los ejecutores fueron abatidos mientras huían.

En el invierno de ese año, la conducta díscola de Blest,


deteriora aún más sus relaciones con el gobierno de Allende.
En julio, su intervención televisiva en el popular programa
"A Esta Hora Se Improvisa", causa polémica.

-¿Qué fue lo que originó el escándalo?

-Creo que fueron mis apreciaciones sobre los nuevos ricos


del gobierno. Para ser representante de este gobierno del
pueblo, no sólo hay que ser honesto, sino que parecerlo, dije.
El cambio de vida de varios políticos y dirigentes sindicales
eran una bofetada en la cara de los asalariados. De una vida
modesta pasaron a ser ricos, de una casa humilde se han
trasladado a un barrio pudiente.

-¿Sufrió usted alguna represalia por sus opiniones?

-En la noche bandas anónimas apedrearon mi casa y el diario


comunista Puro Chile, me otorgó el "Huevo de Oro" (13)
-¿Alguien le respondió en ese programa?

-Le diré que la mayoría de los integrantes de ese programa


eran contrarios al gobierno. Deben haberse sentido
satisfechos con mis comentarios. Me trencé poco después en
un altercado con Jaime Guzmán, posteriormente ideólogo de
la dictadura militar, el cual con insolencia se dirigió a mí:
-Mire, señor Blest, usted se pasa preocupado de la
explotación del hombre por el hombre. Yo nunca he
entendido qué es eso, explíquemelo. -Mire, señor Guzmán, le
contesté, ¿usted ha sido alguna vez obrero? -No, nunca, me
dijo. Entonces no va a entender jamás, le repliqué, dejándolo
callado. Cuando salí del canal, Guzmán en un gesto de
honestidad se acercó a mí y me dijo: -Don Clotario,
excúseme, creo que fui un grosero. Fue un caballero pese a
todo." (14)

Como paréntesis dentro de los fríos vínculos entre el


gobierno y Clotario, se podría mencionar su declaración
pública emitida días después de la nacionalización del cobre:
"El paso que ha dado este gobierno constituye la auténtica
independencia económica de este país." (15)

En agosto Blest efectúa una larga visita a los campesinos del


sur de Chile que mantienen bajo su control varios predios
agrícolas. El ministerio del Interior lo amenaza con
requerimiento judicial por el delito de "subversión del orden
público".
La trágica muerte, a mediados de ese mes, del dirigente
mirista, Luciano Cruz precipita una fuerte disputa entre la
ultraizquierda y los partidos de la U.P, fundamentalmente el
Partido Comunista. La causa es la negativa de la CUT de
cederle su sede para velar al dirigente mirista muerto. En esa
ocasión Clotario logra, a través de su mediación, que se
levante la restricción del velatorio público.

En septiembre, Blest es invitado a Perú por organismos


sindicales que desean que conozca el Plan Inca (16),
implementado por los militares. En Lima es recibido como
huésped de honor. Después de las conceptuosas palabras del
Primer Ministro, Clotario en su respuesta expresa: "...debo
admitir como cristiano con criterio amplio que el gobierno
militar de este lugar ha comenzado una hermosa experiencia
social, donde los derechos de los trabajadores e indígenas
son respetados en su totalidad..." "...hago votos para que el
gobierno revolucionario peruano continúe en su senda de
justicia social, y que el movimiento social peruano prosiga
con su independencia de clase. Lamentablemente en mi
patria el sindicalismo organizado, manifestado en la CUT, no
coopera con los trabajadores y sólo ayuda a los que apoyan
al gobierno de la U.P." (17)

En el intertanto, el gobierno ha tomado bajo su control las


minas de cobre y el sistema de telecomunicaciones.

El Ejecutivo, durante esos meses, pierde una elección


extraordinaria en Valparaíso, frente a una oposición unida de
la derecha y de la Democracia Cristiana, indicadora de un
futuro cercano.
Por otra parte el gobierno amplía su base al incorporar a sus
filas sectores escindidos de la DC, denominados terceristas,
que crean el Partido Izquierda Cristiana. El Partido Radical,
integrante del gobierno, sufre también una división entre la
corriente crítica al gobierno y la favorable.

En el campo social la labor que mayor entusiasmo despierta


entre la juventud es la de los "trabajos voluntarios", en que
se demuestra dispuesta a ejecutar todas las tareas que le
encomiendan las autoridades.

Internacionalmente, el Eximbank, una de las entidades


financieras más importantes, comienza a negar créditos a
Chile. Pronto se sumarán a esta decisión otros bancos. "Sin
duda esto obedecía a que el gobierno y sectores importantes
de EE.UU. pusieron en juego enormes recursos para terminar
con una experiencia amenazadora para el mundo
hegemonizado por ellos." (18)

ESTE ES UN GOBIERNO DE MIERDA, PERO ES MÍO

Al iniciarse el segundo año del gobierno de Allende,


comienza a notarse el desabastecimiento. "El equipo
económico en el poder lo adjudica a una mayor demanda, lo
que causa más circulante que luego se agudiza al agotarse la
provisión de dólares." (19) La derecha opina que la escasez
es producto del mercado negro y de la desorganización
económica, que afecta al aparato productivo como
consecuencia de la ocupación de industrias y fundos.
El 4 de noviembre, una fervorosa multitud celebra en el
Estadio Nacional su primer aniversario en el poder. Allende
en un discurso improvisado y entusiasta, da cuenta al pueblo
de su primer año de gobierno: "Se me dijo: no van a poder
llenar el Estadio. Se sostuvo que las galerías iban a estar
desiertas; que no había carne, que la gente no iba a venir. Yo
quisiera que nuestros adversarios y enemigos vieran este
maravilloso espectáculo: un estadio repleto...En un proceso
revolucionario es difícil construir; es más fácil destruir y
desorganizar..." El anuncio más importante de su alocución
es el envío al Congreso del proyecto de Cámara Unica.

Clotario Blest esperó varios meses la respuesta a su carta-


protesta, enviada a la CUT a principios del gobierno, por su
pérdida de independencia. Decide, entonces formar un
bloque sindical autónomo.

-¿"Qué pretendía usted con la formación de otro frente?

-Como fui ignorado en mis críticas, y para mí no existe


organización sindical si es apéndice del gobierno, fundé el
FRAS (20) (Frente Revolucionario de Acción Sindical), cuya
tarea sería servir de freno a la posición entreguista de la
directiva de la CUT.

-¿Quiénes integraron este frente sindical?

-Lo componían anarquistas, trotzquistas, miristas y varios


sindicatos independientes. En lo humano contaba con
antiguos compañeros de la CUT, como el zapatero
anarquista Ernesto Miranda, el obrero municipal Humberto
Valenzuela, el profesor Luis Vítale. Ese factor nos permitió
una buena acción sindical, inclusive editábamos un boletín
mensual. Lamentablemente, matices en la estrategia a seguir,
causaron al año nuestra desintegración".

Entre el 27 y 28 de noviembre de 1971, tiene lugar el


encuentro nacional de los sindicalistas revolucionarios que
da como resultado la estructuración del Frente de
Trabajadores Revolucionarios (FTR). Clotario lo preside. En
esa oportunidad señala: "...Los trabajadores creen estar
representados por el gobierno y esperan; pero es una espera
incierta porque mientras el pueblo no llegue al poder, no
hará otra cosa que dilatar el problema trágico de la clase
trabajadora. Decir la verdad no es atacar, no es hacer
oposición, no queremos traicionar al pueblo. Sería fácil
convertirnos en aduladores, en pateros, pero eso no es tarea
de revolucionarios. La misión de los revolucionarios es
fortalecer los cuadros, robustecer el proceso..." "...La única
forma de derrotar a la derecha es hacerla desaparecer. El
FTR tiene importancia porque ha nacido en el momento
justo, en el instante en que el proceso chileno necesita más
que nunca del sacrificio joven y no de los "revolucionarios"
que viven con dieta parlamentaria y con suculentos sueldos y
privilegios de embajadores. Eso es traición." "Esta es la
sexta revolución que tenemos en Chile, pero no han sido los
trabajadores que han llegado al poder, son sus apoderados."
(21)

En ese mismo mes se produce la visita más controvertida del


período: Fidel Castro, primer ministro de Cuba y jefe
indiscutible de la revolución, llega por unos diez días a
Chile, pero se queda un mes. No sólo la larga visita de Fidel
Castro, ídolo de la izquierda chilena, agudiza los problemas
demoledores con la oposición, sino también la importancia
que ha adquirido la embajada de Cuba en Chile que, con sus
84 funcionarios, pasa a ser una poderosa agencia ideológica
activa dentro del gobierno de la UP. La derecha murmuraba
que las órdenes de Cuba se transmitían directamente a la
oficina de la hija de Allende, Beatriz, casada con un alto
miembro de la Seguridad Cubana, Luis Fernández de Oña.

Blest aprovecha la estadía del líder para conversar con él en


la sede de la CUT. Clotario me cuenta: "Fidel no podía
entender mi posición de defensa de los Derechos Humanos
dentro de un proceso socialista como el de la UP. En el
diálogo sobre ese punto, tuvimos opiniones diametralmente
opuestas." (22)

La derecha ante la agudización del desabastecimiento,


comienza lo que será de aquí para adelante su demostración
pública de descontento: mujeres en las calles y desde sus
casas tocando cacerolas vacías, produciendo un ruido
estruendoso. Esos días de noviembre marchan por las calles
céntricas miles de ellas golpeando sus utensilios de cocina.

Durante el desfile se producen violentos enfrentamientos,


dejando un saldo de 99 heridos de ambos lados, por lo cual
la provincia de Santiago es declarada en Estado de
Emergencia y varias radios silenciadas por incitar a la
violencia. La Democracia Cristiana ante esta situación,
rompe su tregua y pasa a apoyar la posición rupturista de la
derecha, presentando una acusación parlamentaria contra el
Ministro del Interior, José Tohá, a quien responsabiliza de no
disolver los grupos armados. Semanas después el ministro
Tohá queda suspendido automáticamente de su cargo por el
Congreso. Una muchedumbre trata de presionar al
Parlamento para que no se acuse a Tohá. Al pasar frente a La
Moneda la multitud coreará insistentemente: "¡Este es un
gobierno de mierda, pero es mi gobierno; ¡este es un
gobierno de mierda, pero es mío!" Al transcurrir el tiempo
esta consigna será uno de los lemas de los adeptos a la
Unidad Popular.

Al no contar con el apoyo del Parlamento, Allende para que


no le doblen la mano, recurre, en los casos de ministros que
caen bajo la acusación de "no confiables", al "enroque"
(cambiar de ministerio al cuestionado). También apelaría a
lo que llamó "resquicios legales" con el fin de conseguir las
metas que la UP se había propuesto.

Clotario Blest, entre tanto, no puede viajar como era su


propósito, a Vietnam del Norte, donde había sido invitado
por la central sindical de ese país, en conjunto con varios
delegados de la UP. Blest reflexionando sobre ese suceso me
manifiesta: "Fui objetado por los partidos de izquierda,
debido a que ellos consideraban que mi conducta política no
era proclive en absoluto a la línea del gobierno de Allende.
Por eso no pude viajar a ese país, pese a mi enorme interés
de conocer de cerca la lucha de ese pueblo contra las tropas
yanquis." (23)

-¿Por qué era usted tan crítico al gobierno?


-Sentía que las aspiraciones de los trabajadores se dilataban,
no sólo por culpa de la oposición parlamentaria y de la
derecha económica dirigida por el imperialismo, sino por
una falta de un programa socioeconómico claro. Las
discusiones de los partidos que apoyaban a Allende lo hacían
avanzar y retroceder. Pagaron excesivas indemnizaciones a
los empresarios y latifundistas, dinero que ellos mismos
aprovecharon para derrocar a Allende. El último año fue un
caos total. Allende tenía buenas intenciones pero su lucha
final fue sólo para conservar el poder. Faltó, de parte de él,
mano firme con sus propios partidarios que opinaban y
actuaban de diferentes maneras." (24)

A principios de 1972, Clotario se dedica a recorrer el país


dando a conocer el FTR. Su propósito era ganar adeptos para
las próximas elecciones, por primera vez directas, de la
CUT. En marzo el Frente Revolucionario de Acción Sindical
decide presentarse a la elección con una lista que encabeza
Blest, como presidente, y Ernesto Miranda como secretario
general. Clotario está lleno de optimismo ante la respuesta
masiva de los trabajadores. Sin embargo, un hecho extra
sindical conspira contra el éxito final.

-¿Qué fue don Clotario, lo que alteró su hipotético triunfo?

-Creo que mi apoyo a la candidatura para rector de la


Universidad de Chile de Luis Vitale, cuya elección debía
realizarse en la misma fecha causó irritabilidad al MIR, ya
que ellos llevaban de candidato a Andrés Pascal. Mi posición
fue interpretada como agravio a Pascal. Como resultado se
produjo el quiebre unitario del FTR y cada tendencia llevó su
propio candidato lo que restó toda posibilidad de triunfo. En
vista de ello renuncié a mi candidatura y al FTR.

La elección fue ganada nuevamente por el comunista Luis


Figueroa, como vice-presidente y por estrecho margen, fue
elegido Ernesto Vógel, demócrata cristiano.

En marzo de 1972, el Partido Socialista - partido del


presidente -se declara "Vanguardia Revolucionaria" y
propone abandonar el programa de la UP "para avanzar
rápidamente por la vía de los hechos". El presidente y otros
partidos de la UP, en los cuales el peso de los comunistas era
fuerte, se oponen a esta tesis, considerándola inaplicable a la
democracia existente en Chile.

Poco después, se produce el retiro del gabinete de los


ministros del PIR (Partido de Izquierda Radical), retiro
causado por el planteamiento de las tres áreas de la
economía: privada, mixta y estatal, que no estaban
claramente delimitadas. Este conflicto será uno de los
mayores focos de tensión política sin resolverse hasta el
Golpe Militar.

Como se observa, el apoyo y entusiasmo por el experimento


chileno de un socialismo en democracia decaía. Allende no
contaba entre sus colaboradores con dos partidos: la
poderosa Democracia Cristiana y el PIR y entre sus propios
partidarios debía sufrir difíciles querellas. La inflación, que
se había situado en un nivel muy bajo en 1971, escalaba
rápidamente en un promedio de un 5% mensual. La pequeña
clase media se plegaba abiertamente a la oposición. La
popularidad de Allende se debilitaba día a día.

Sin embargo, en el terreno internacional, Chile mantenía un


gran prestigio, especialmente entre los países del tercer
mundo. Esto se comprueba al ser elegido de sede de la
Conferencia de Comercio y Desarrollo (UNCTAD),
organizada por la ONU. Para la ocasión se inaugura un
nuevo e imponente edificio en pleno centro de Santiago,
construido en tiempo récord con el fin de albergar a los
delegados de todo el mundo. En la apertura de la reunión las
palabras del Presidente Allende son recibidas con grandes
aplausos: "...En nuestros países se va creando una resistencia
cada día más fuerte a la dominación imperialista y también a
la dominación clasista interna; un sano nacionalismo
adquiere un renovado vigor." "...La experiencia, muchas
veces dura, nos ha demostrado que, para satisfacer las
necesidades de nuestro pueblo y para proporcionar a cada
uno los medios que le garanticen una vida plena, es
indispensable superar el régimen capitalista dependiente y
avanzar por un nuevo camino. Ese nuevo camino es el
socialismo que empezamos a construir..." (25)

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

Para Clotario Blest esta nueva revolución, llamada "vía


chilena al socialismo" y popularmente de "vino tinto y
empanadas" estaba condenada al fracaso. En una entrevista
que le hace la revista Punto Final de esa época (26) da una
visión sobre las revoluciones intentadas y fallidas de nuestro
país. Según él, éstas fueron seis:
"La primera fue el año 1920 con Arturo Alessandri. Fue una
revolución fervorosa y entusiasta, pero carente de conciencia
de clase, ya que se tomó como abanderado a un personajillo
del Partido Liberal, cuya única meta era su incontenible
ambición de mando. Entre otras felonías efectuadas por
Alessandri contra el pueblo, se encuentra la masacre de
Ranquil, La Coruña, San Gregorio y el Seguro Obrero. Aún
recuerdo los acordes de "Cielito Lindo", que sonaban en todo
el país como símbolo de redención y su "querida chusma"
como llamaba al pueblo este demagogo. Pagamos duramente
nuestra credulidad y digo "nuestra", porque todos fuimos
alessandristas en aquellos años. A los únicos que no engañó
fue a Luis Recabarren y a los anarquistas.

La segunda revolución fue la que se produjo el año 32, al


instaurarse la República Socialista de Marmaduque Grove,
Eugenio Matte y Oscar Schnake. Tuvo la adhesión entusiasta
del pueblo, pero al no contar con armas para defenderla cayó
a los once días de haberse establecido en La Moneda. En
resumen, fue una revolución fracasada que pasó sin pena ni
gloria.

El advenimiento al poder del Frente Popular, cuya base de


gobierno eran los socialistas, comunistas y radicales y que se
lleva a cabo en 1938, es la tercera revolución. Este gobierno
realizó una política que no era "ni chicha ni limonada" (27)
Totalmente al margen de las organizaciones sindicales.

La cuarta revolución fue la de Carlos Ibáñez del Campo,


denominada la "revolución sin sangre" o "revolución de la
escoba", del año 1952. Ibáñez llegó al poder por segunda vez
con el fervor popular, creyendo los trabajadores que
"barrería" con toda la mugre burguesa y politiquera. Pero
más bien pretendió terminar con las organizaciones
sindicales. Fracasó en su intento. Una vez más el pueblo fue
traicionado.

La llamada "revolución en libertad" que personificó el


gobierno de Freí, fue la quinta revolución. Tuvo todos los
elementos para cumplir con lo que prometió al pueblo.
Nunca ningún gobierno tuvo una mayoría parlamentaria
como la de él. Al igual que Alessandri en 1920, los
trabajadores fueron burlados por estos seudo-izquierdistas
que usando etiquetas revolucionarias engañaron al pueblo.

El sexto intento revolucionario es del gobierno de la Unidad


Popular del año 1970. Su inicio ha sido plenamente
promisorio. La atención del mundo entero se vuelca hacia
esta experiencia inédita de aplicación del socialismo
marxista, en libertad. En Chile, Allende cuenta con el
fervoroso apoyo de los trabajadores. Desgraciadamente, no
se consolida un proceso genuinamente revolucionario. Por
ejemplo, yo le pedí a Allende, poco después de asumir, que
llamara inmediatamente a una asamblea constituyente de
trabajadores para que ellos directamente decidieran qué
gobierno y qué constitución debía regir en Chile, incluyendo
la elaboración de un nuevo Código del Trabajo. (28)

"-Pero don Clotario, realmente ahora no lo entiendo, ¿qué


significa para usted una revolución exitosa?
-Lo que pasa es que usted no me comprende. Claro, como ni
es política, lo que yo propongo como revolución es un
cambio sustancial en la estructura económica y política del
país. Pero, por favor, no confunda esta posición con la del
socialismo que se aplica en Europa del Este, Asia o Cuba.

-¿Por qué no me aclara esta idea?

-La democracia en la que yo creo, no es la tradicional que


conoce el mundo occidental, con sus tres poderes
específicamente limitados, sino aquella en la que los
asalariados organizados, por medio de la asamblea popular,
generan sus políticas en beneficio de la gran mayoría del
país. Es lo que dice la palabra griega: gobierno del pueblo, a
través de los gremios y sindicatos.

-Pero, ¿acaso no existen las asambleas populares en Cuba?

-Esas son controladas por un partido y no son


independientes, además tienen carácter netamente consultivo
y con nulo poder resolutivo.

-¿De dónde proviene esta concepción de política?

-Del municipio libre de la Edad Media, conocido como la


Guilda y también, sin duda, de los fundamentos anarquistas
de principios de este siglo.

-¿Pero Allende y los partidos que lo apoyaron, no plantearon


en su programa, contenido en las cuarentas medidas, lo que
usted dice?
-Ese fue el error. Como lo demostró el tiempo, sin esta
concepción, la derecha y el imperialismo no fueron
destruidos sino sólo marginados del poder ejecutivo; pero
mantuvieron toda su fuerza en el poder legislativo y judicial,
y con su economía casi incólume. Esa fue la tragedia de esta
última revolución que la llevó al fracaso."

LA IMPROVISACIÓN SE PAGA Y BLEST SIGUE SU


CAMINO

En agosto de 1972 se aplica un nuevo modelo económico,


dirigido por el ministro de economía Orlando Millas,
comunista, que restringe en parte la emisión del circulante
con el fin de detener la inflación y el desabastecimiento,
opuesto al sustentado por el ministro anterior, Pedro
Vuskovic, socialista, que produjo un mayor circulante sin
preocuparse del respaldo financiero. El circulante creció
3255,3%. La crisis económica fue también producto de la
brusca interrupción de préstamos extranjeros, del embargo
que sufren bienes chilenos, como LAN (Línea Aérea
Nacional), CODELCO (Corporación del Cobre) y de la
confiscación del cobre en puertos internacionales. Esta
medidas fueron impuestas a Chile como represalia a la
negativa -dictada por la Contraloría- del pago de las
indemnizaciones a las grandes minas expropiadas.

Meses antes, el CODEHS, dirigido por Clotario Blest,


presenta ante los Tribunales de Justicia la denuncia de
haberse "cometido graves torturas contra un grupo de
personas, pertenecientes al Partido Nacional, mientras se
encontraban detenidas en el cuartel de investigaciones." (29)
Esta medida fue muy criticada por los partidos que apoyaban
al gobierno.

Semanas después Blest es detenido mientras marchaba con


un grupo de ultra-izquierda por el centro de Santiago, cuando
pedía que el gobierno no expulsara a su país de origen a un
grupo de guerrilleros argentinos, que se habían fugado
espectacularmente del penal de Trelew y que buscaban asilo
político en nuestro país.

Durante todo el trienio de la Unidad Popular, Blest


continuará su productiva labor en favor de la libertad de
presos políticos de México, Brasil, Guatemala, Argentina,
Uruguay, Perú, Haití, Cuba, Nicaragua, Honduras, El
Salvador, Estados Unidos. Esta gestión le valdrá que el
CODEHS obtenga su afiliación como miembro de varios
organismos internacionales de Derechos Humanos.

En octubre de 1972, Blest recibe, a través de la embajada de


Francia, una carta pública suscrita por varias personalidades
mundiales, entre los cuales mencionamos a Jean Paúl Sartre,
Simone de Beauvoir, Miguel Ángel Asturias, Costa Gavras,
Luis Buñuel, Mario Moreno, Pablo Casals, Helder Cámara,
Sergio Méndez, María viuda de Fleming, Kwame Nkrumah.
Francisco Arrabal, Harold Wilson, Raúl Alfonsín, Leonel
Brizóla, Ernesto Cardenal, entre otros, en que le piden su
adhesión al llamado de la ONU para que se haga cargo de la
defensa de los Derechos Humanos, "que son diariamente
atropellados en los estados y oligarquías económicas." (30)
Clotario, como único chileno, estampa su rúbrica. Este
reconocimiento internacional lo refuerza en su tarea, en un
momento de gran decaimiento. Y este hecho le permitirá,
inmediatamente después del Golpe Militar, ser avalado y su
institución respetada como fuente de credibilidad por el
mundo entero.

Blest al agradecer su inclusión entre tan ilustres


personalidades expresará: "...aunque mi país vive un proceso
socialista, lucharé para que éste y cualquier socialismo
respete a la persona humana por sobre todas las cosas y que
su doctrina de la redención se aplique por convicción y no
por imposición. Los principios morales son fundamentales
en una nueva sociedad. Creo que no habrá socialismo sin
cristianismo." (31)

EL PARO DE OCTUBRE

"En octubre los comerciantes, los transportistas y los


mineros del cobre, lanzaron un paro general cuyos efectos
desestabilizadores fueron tremendos. Años mas mide hubo
ciertas comprobaciones de que en aquel famoso "paro de
octubre" se infiltraron manos foráneas, proporcionando
dinero para mantener la inactividad." A la tercera semana de
paro el país había perdido 150 millones de dólares." (32)

La inflación, desatada por la disminución de! ingreso


económico v el intento del gobierno de estatizar ciertas áreas
del transporte v del comercio detallista, origina que
empleados y trabajadores resuelvan iniciar un paro laboral
como protesta contra la política económica de la U.P. Este
sector opositor independiente de la derecha y de los
empresarios, le pide a Blest que sea su portavoz ante el
gobierno. Clotario acepta y comienza de inmediato a tomar
contacto con el ministro del Trabajo y de Economía.

-¿"Cómo le fue don Clotario en esas gestiones?

-Inesperadamente, y cuando yo creía que había avanzado en


el diálogo, se rompe todo contacto. Me dirijo entonces a la
CUT para inquirir detalles y allí, ante mi consternación, me
dicen que yo soy un instrumento de los momios y fascistas y
que por lo tanto se ha congelado todo intento de acuerdo. Al
bajar me esperaban los compañeros, honestos hombres de
trabajo, que cuando se enteraron de que habíamos sido
desahuciados, rompieron para siempre con la U.P., de la
cual, la mayoría eran partidarios. ¡Qué miopía y sectarismo
el de esa gente de la CUT! Se hicieron de enemigos por su
ceguera.

-Parece que usted en esa época no era comprendido por


nadie.

-Usted dio en el clavo. Sabe, ese es el costo que deben pagar


los espíritus independientes en procesos tan politizados. Mis
intenciones eran consideradas infantiles".

Salvador Allende, sintiendo la debilidad del gobierno al no


lograr mantener el orden público, frente a los atentados
provocados por sectores derechistas y la efervescencia social
imperante, decide formar un gabinete en que se incluya a las
Fuerzas Armadas. Como Ministro del Interior es designado
el general Carlos Prats.
Esta medida aquietó a las fuerzas golpistas de la oposición.
La extrema izquierda la definió como "una claudicación
inaceptable". En enero de 1973, Clotario, en una asamblea
que realizan los trabajadores en los "Cordones Industriales"
(33) de la zona sur de la capital, dice: "Designar a un general
de ejército en una cartera tan importante, es ofender a la
clase trabajadora que cree en este gobierno. Porque los
obreros no olvidarán jamás que han sido efectivos militares
los peores asesinos de los trabajadores, como ocurrió en la
Escuela Santa María donde fueron masacrados más de 3.000
trabajadores.." "Este hecho abre camino para el golpe
militar, pues el ingreso en el gabinete y en los mandos
medios permite a las Fuerzas Armadas ir conociendo la
mecánica interna del Estado." (34)

EL FIN DE UNA EXPERIENCIA NO REALIZADA

Despertando gran expectación, el Presidente Allende ocupa,


en diciembre de 1972, como representante del tercer mundo,
la tribuna de las Naciones Unidas en Nueva York, donde
acusa a las grandes transnacionales de actuar en contra de la
soberanía de los pueblos pequeños. Siguiendo su gira por
México, Marruecos, Argelia, llega a Moscú donde pide
ayuda económica y técnica. Confiaba en que los países
socialistas, orgullosos de esta experiencia de un socialismo
marxista, le otorgarían ayuda. La respuesta del primer
ministro soviético fue lapidaria: "Apoyaremos sus ideas y
pueden estar seguros que siempre vamos a estar junto a
ustedes, estamos seguros de la victoria de Chile." (35)
La cooperación económica nunca se concretó.

Mientras tanto, en Chile la presencia de tres uniformados


tranquiliza por un breve tiempo la convivencia social. Sin
embargo, el desabastecimiento se acentúa, lo que impulsa al
gobierno a decretar medidas de racionamiento. El Ministro
de Hacienda, Fernando Flores, decreta un plan para evitar el
mercado negro y regularizar la distribución de alimentos
esenciales. Para el cumplimiento de dichas medidas se
organiza al pueblo en torno a las Juntas de Abastecimientos
y Precios (JAP) y se nombra al general de Aviación, Alberto
Bachelet, a cargo de la Secretaría Nacional de Distribución.
Los alimentos llegarían ahora a precios bajos a toda la
población; para los comerciantes y especuladores era el fin
de sus ganancias. A los politices opositores se les abría un
nuevo frente. Frei, el ex Presidente de la República afirmaba:
"Es una acción clara y definitiva para el control totalitario
del país. El pueblo de Chile no puede tolerar que se le
someta a esta dictadura sin regreso." Francisco Bulnes,
Senador del Partido Nacional, añade: "En Chile se está
cumpliendo la implementación de un régimen similar al de
Cuba." (36) Para la clase media este plan no satisface sus
niveles de consumo y las colas -producto del mercado negro-
continuarán existiendo. La inflación se eleva durante el año
1972 al 163,4%

Como paréntesis a este clima, el país olvida sus problemas


de abastecimiento volcando su interés a las próximas
elecciones legislativas que deben efectuarse en marzo de
1973. Sus resultados serán un virtual plebiscito entre los que
desean continuar con el gobierno de la U.P. y los que los
rechazan. El imperialismo, atento y optimista, pronostica el
triunfo arrollador de los opositores. A pesar de estos
vaticinios y que la oposición saca la mayoría parlamentaria,
el gobierno aumenta su cuota y sus adeptos en relación a
septiembre de 1970. Eduardo Frei electo con gran mayoría
senador, es nominado presidente del Senado.

Clotario Blest no se involucra en esta gesta política,


preocupado más del éxito de un plan económico integral y
coherente.

"-¿Por qué usted no le dio importancia a las elecciones del 4


de marzo?

-Para mí resultaba inaudito que la enmienda social que


necesitaba la economía nacional haya quedado atascada
hasta conocerse los resultados eleccionarios. Semejante
conducta, sólo demostraba el desprecio que sentían los
dirigentes políticos hacia la masa trabajadora que buscaba
denodadamente los medios para terminar con las colas y la
escasez." (37)

MIENTRAS CHILE SE RADICALIZA, CLOTARIO SE


HACE TRAPERO

Durante los primeros meses de ese año llega a Chile el abate


Fierre, cura obrero francés, creador de los Traperos de
Emaús. Clotario, que lo admiraba por su obra y que lo había
conocido personalmente el año 1969, establece una gran
amistad con el abate. Numerosas tardes, los dos viejos
cristianos se juntaban y charlaban por largo rato. Al retornar
a Francia luego de dos meses, el abate Fierre deja
instrucciones precisas a sus hermanos de Emaús chilenos en
relación con Clotario Blest, que eran: 1º Le mandarán,
diariamente almuerzo. 2º Entregarán mensualmente leche,
comida y ropa para que él lo reparta entre los necesitados. 3º
Facilitarán papel, stencils y mimeógrafo cuando él lo
requiera. 4º Posibilitarán la utilización de salas para
reuniones o seminarios. 5º En caso de que su salud se
quebrante se le prestara ayuda médica. Durante muchos
años, se mantuvo una estrecha relación entre los Hermanos
de Emaús y Blest, que sólo terminó cuando los Hermanos,
que residían a tres cuadras de la casa de Clotario, se
trasladaron al otro extremo de Santiago. Para los Hermanos
de Emaús, el costo económico del traslado hasta la casa de
Blest resulta excesivo. Al mostrarme Blest, el retrato del
abate, colgado en la sala de estar de su casa, me expresa:
"Fue uno de mis grandes amigos. Compartimos un
cristianismo al servicio de los necesitados. ¡Ojalá la ANEF y
la CUT tuvieran el espíritu de sacrificio y la estructura
fraterna que tienen ellos!" (38)

El fracaso de la oposición en los últimos comicios


electorales para lograr la mayoría necesaria para acusar
constitucionalmente al Presidente y así obtener su renuncia,
no detienen a los adversarios en sus propósitos de urdir
nuevas estrategias. Una de ellas fue la acusación pública del
decano de la facultad de Derecho de la Universidad Católica,
Jaime del Valle, denunciando que los registros electorales
estaban viciados intencionalmente por el gobierno. El rector
de esa casa de estudios, Fernando Castillo Velasco, ordenó
efectuar una acuciosa investigación al vice-rector, abogado
Alfredo Etcheberry, que llegó a la conclusión que la
acusación era falsa. Sin embargo, para la opinión pública
primó la sensación de unos comicios fraudulentos.

A mediados de ese mes se origina el único problema grave


entre la Iglesia Católica y el gobierno, cuando se trata de
aplicar por medio del ministerio de educación, la Escuela
Nacional Unificada, cuya finalidad era "crear una educación
que lleve a la construcción de una sociedad socialista." La
derecha y la Iglesia Católica, a través del arzobispo de
Valparaíso Emilio Tagle, se lanza en contra de lo que
denominan "interferencia marxista en la educación". El
cardenal Silva Henríquez, ante esta presión, conversa sobre
el tema con el Presidente Allende: "-Señor cardenal, si la
Iglesia opina así, yo considero totalmente desafortunado este
proyecto de la ENU. Esta ha sido una torpeza y yo me
comprometo a que será postergado y en definitiva no se
promulgará si no tiene el acuerdo más amplio." (39)

A fines de marzo, decide Blest formar una escuela sindical,


basado en los pensamientos de Gandhi, Luther King y
Schweitzer. La escuela funcionaba en las salas de los
Traperos de Emaús y en la propia casa de Clotario.
"Preocupados por la situación cada vez más violenta del país
en que todos nos veíamos arrastrados, comenzamos, con
varios compañeros, a practicar y enseñar el método y el
modo de vida no violento." (40)

Sin embargo, pese a que la mayoría de los actos de Clotario


estuvieron dominados por un pensamiento de "no violencia
activa", en varias ocasiones, sintió que no quedaba otro
camino para enfrentar a la oligarquía económica, que la
violencia. Quizás esto explique su solidaridad con los
"Cordones Industriales", que eran fórmulas ideadas por la
ultra-izquierda, de obreros armados que defenderían su
industria si eran allanados. Su visita, durante los meses de la
U.P., a los "Cordones Industriales" alentando a los obreros
en su posición, indican su aprobación a la táctica
desesperada de defensa, debido al estado en que se
encontraba sumergido el país.

Para los analistas internacionales la situación chilena, en


abril de 1973, no tenía más que cinco alternativas. La
primera y menos probable, una posible transacción entre el
gobierno y la oposición. La segunda, la toma de la totalidad
del poder por parte de la Unidad Popular. Una tercera
alternativa, contrapuesta, sería un golpe exitoso de la
extrema derecha (Patria y Libertad). La cuarta opción, un
golpe militar. Finalmente una quinta posibilidad, la guerra
civil (41) Para los seguidores de Allende, esta grave crisis de
deterioro institucional se debía principalmente a la
intervención del imperialismo norteamericano a través de la
CIA. Años después, el informe Church (42), confirmó en
parte esta aseveración. Según el informe, la llamada
"Operación Encubierta", "gastó ocho millones de dólares en
forma secreta entre los años 1970 y 1973. El objetivo de
estas acciones era desestabilizar al gobierno por medio de:
propaganda, apoyo a medios de comunicación, a partidos
políticos y al sector privado y, por último, el esfuerzo directo
para promover el golpe de estado. " (43) Para otro cientista
político internacional, los trastornos socio-políticos de esa
época serían "producto de mala conducción económica y
gubernamental." (44) En ese ambiente debía celebrarse el 1º
de mayo, que como en los dos años anteriores se
conmemoraría en la plaza de la Constitución. Acudió una
gran masa de trabajadores notándose, sin embargo, dos
grandes ausentes: el cardenal Silva Henríquez y Clotario
Blest. "Contemplo con angustia -dirá el cardenal- la división
que se ha creado en el mundo obrero donde son lanzados
obreros contra obreros. Como obispo y pastor, debo ser más
que nadie el centro de unidad de mi pueblo." (45)

-¿"Por qué, don Clotario, no asistió a ese Primero de Mayo?

-Estaba enfermo. Asistí al de 1971 y 1972, aunque no ocupé


los lugares oficiales reservados. Ese año durante el
aniversario de la CUT, sí estuve con el Presidente Allende.
Lo fui a esperar a la puerta del salón de actos del edificio
Gabriela Mistral, que sirvió para el congreso de la
UNCTAD. Lo llevé al pódium donde se sentó al lado mío.
En esa oportunidad pronunció un hermoso discurso donde,
señalándome a mí, dijo: "Este hombre es el que hizo crecer y
dar frutos a la semilla sembrada por Recabarren." (46)

LOS CREADORES NO LOGRAN EVITAR LA CAÍDA

Dentro del análisis más bien sombrío de esta época tan


peculiar, los jóvenes y artistas, al margen de las querellas
partidistas, se sentían protagonistas y vitales. Los pintores
organizados en brigadas se expresaban en las calles,
avenidas y tajamares del río Mapocho. La salas de teatro
estaban repletas y crecía el teatro popular callejero. Nacían
cada día nuevas canciones de raíces folklóricas y de
inspiración rock-andina. Los grupos Quilapayún, Inti
illimani y Los Jaivas eran coreados y aplaudidos por
multitudes. La literatura, con la creación de la editorial
estatal Quimantú, entregaba por primera vez en Chile
novelas, poesía y ensayos al alcance de los más pobres. Si a
esto agregamos los 14 diarios y 12 semanarios que se
agotaban, se podría asegurar que nunca se había leído tanto
en Chile. Sin embargo, la huelga de los mineros de El
Teniente por espacio de 76 días exigiendo reivindicaciones
económicas, conmueve al país. El gobierno declara "Estado
de Emergencia".

Clotario Blest rememora este hecho: "Esta huelga estuvo a


punto de terminar en masacre. Las intenciones del gobierno
eran atajar la marcha que viajaba, a punta de metralletas. Yo
fui, al enterarme, a hablar con el Intendente de Santiago,
Julio Stuardo, y le dije: - No haga ese disparate. Nosotros
siempre hemos luchado contra esos métodos. Un obrero que
caiga, sea quien sea, es un crimen. Felizmente, a pesar de
que no me tomaban en cuenta, esa vez me hicieron caso."
(47)

En junio, el enfrentamiento entre los poderes del estado se


agudiza, cuando la Corte Suprema reclama ante el gobierno
por el incumplimiento de las órdenes judiciales. También en
las Fuerzas Militares se manifiesta una actitud rupturista. El
día 29, el regimiento Blindado No 2 saca sus tropas y
tanques a la calle. Hay muertos y heridos. El levantamiento
es sofocado. El pueblo demuestra su alegría con una gran
concentración en la Plaza de la Constitución. Más adelante
se comprobó que el llamado "Tanquetazo" no fue más que
un ejercicio previo para detectar la resistencia armada de la
U.P. Allende está sentado sobre un polvorín. Los rumores
sobre el inminente derrocamiento del Presidente se
multiplican día a día.

Poco después, Blest se encuentra con Allende: "Iba yo por la


calle y pasó Allende rodeado de aduladores. - Mire, Clotario,
me dijo, usted no ha ido nunca a La Moneda desde que soy
Presidente. - Sí, Salvador, usted sabe que no me gusta llegar
a las alturas. - Pero necesito hablar con usted, me contestó.
Fui esa semana, estuvimos conversando en privado. Me
declaró cosas bien tremendas: -Yo necesitaba hablar con
usted, para expresarle que el Presidente de la República ya
no manda en este país. Los partidos políticos y sus dirigentes
toman las decisiones, sin acatar mis órdenes. Yo me alarmé.
- Eso no puede ser, le contesté, usted debe ponerse en sus
cabales. - Ya no hay tiempo, me contestó. - Sé que si abdico
me van a matar y si me quedo también lo harán. Pero vaya a
hablar conmigo en la casa de Tomás Moro, porque quiero
seguir conversando. Desgraciadamente, y a pesar de estar
preocupado, no fui, lo cual me remuerde la conciencia.
Debía haber ido, quizás si todavía podrían haberse tomado
algunas medidas. Esa era la situación de Allende." (48)

EL DIALOGO FALLIDO

Ante la urgencia, el 16 de julio, la Iglesia Católica,


encabezada por el cardenal, solicita a los bandos
institucionales en pugna "que den los pasos necesarios para
crear las condiciones para un diálogo que haga posible un
entendimiento." Pese a la resistencia que ofrecen algunos
partidos de la U.P, especialmente el Socialista, Allende
acepta dialogar con el principal partido, la Democracia
Cristiana -para buscar coincidencias de enfoque en los
problemas nacionales." La D.C. acepta.

La noche del 27 es asesinado por un comando derechista, el


edecán naval del Presidente, Arturo Araya. Esa misma
madrugada se desata una nueva huelga de camioneros. A la
que, a los días siguientes, se sumarán los comerciantes, los
profesionales, los empresarios y otros muchos gremios, y
que sólo concluye el día del golpe de Estado. Durante los
cuarenta días de esta huelga general se sucedieron más de
200 atentados dinamiteros que afectaron a torres eléctricas,
gasoductos y líneas férreas en todo el país.

El 30 de julio, luego de dos rondas de conversaciones, se da


por fracasado el diálogo. En una carta al presidente de la
D.C.. Patricio Aylwin, Allende escribe; "No deseo
dramatizar, pero tengo el deber de recordarle las
trascendentales responsabilidades que usted y yo tenemos,
en los difíciles instantes que vive el país y las proyecciones
históricas de nuestras decisiones. Por ello y por el interés
supremo de Chile, debemos continuar en nuestras
conversaciones. (49)

A comienzos de agosto, frente a la paralización y violencia


que sufre el país, el Presidente Allende llama a integrarse a
su gabinete de "Seguridad Nacional" a los tres comandantes
en jefe de las Fuerzas Armadas y al director de Carabineros.
Diez días después tres de los generales renuncian,
manteniéndose sólo el del Ejército, Carlos Prats. El 21, un
numeroso grupo de señoras de generales se congregan frente
a su casa arrojándole plumas y gritándole traidor, acto que
finaliza con la entrega de una carta pidiéndole su renuncia.
Al día siguiente, Prats somete su puesto a votación en el
consejo de generales, donde pierde por amplia mayoría. Su
abdicación, según él, fue para impedir una división en el
Ejército.

"Allende, siguiendo la recomendación de Prats y respetando


la prelación nombró comandante en Jefe a Augusto Pinochet.
convencido de que este haría una depuración en el alto
mando, para sacar a los "golpistas". Pero los días pasaron y
la depuración no llegó." (50)

Los hechos se suceden vertiginosamente. La Cámara de


Diputados, el 22 de agosto de 1973, por 81 votos contra 47,
aprueba un acuerdo donde acusa al Presidente de violar la
Constitución. Este hecho significó para los golpistas la
bendición final para dar el golpe de Estado. Bernardo
Leighton, entrevistado un año después dirá: "He cometido
muchos errores en mi vida, pero el haberme sometido a la
mayoría de mi partido y entregado mi voto sin expresar mi
disidencia, me pesa enormemente. porque a pesar de todos
los errores de la administración de Allende, fue un gobierno
democrático." (51)

La última entrevista que Clotario entrega a la opinión


pública pocos meses antes del golpe militar, es de la revista
Qué Pasa del 30 de mayo de 1973. Estos son los fragmentos
más interesantes:
"-¿Cuál cree usted es la causa del mal que nos aqueja?

-Los males son muchos, pero quizás el más importante es el


del control de la inflación, de la cual se ha aprovechado la
derecha. Si este proceso hubiese estado manejado por los
trabajadores con un equipo de técnicos, se hubiesen sentido
responsables de él, y las huelgas no hubiesen sido tan
numerosas ni estallado con tanta facilidad.

-¿Qué otros males podría mencionar?

-El de la utilización de los medios de comunicación en la


forma en que lo hace tanto la derecha, como la izquierda.
Comprendo que Allende no quiera atacar la libertad de
prensa si es un demócrata, pero la forma en que se miente
sobre la vida privada es vergonzoso y soez. Eso es
simplemente libertinaje que enardece y ciega. Me temo que
esto nos arrastrará a consecuencias impredecibles.

-¿Qué opina de los dirigentes políticos?

-Son irresponsables. Echan a pelear a los jóvenes a la calle


en un gesto de inconsciencia extrema. Que salgan ellos a la
calle como lo hacíamos nosotros, arriesgando nuestro propio
pellejo.

-¿Cree compatible marxismo y cristianismo?

-Creo que el marxismo es una teoría socio-económica y no


una filosofía. Cuando Marx comienza a filosofar la embarra.
El cristianismo es una vivencia, una fe, una doctrina social.
Sin embargo, creo que ambas se complementan."

EL CERCO SE CIERRA

Los golpistas tenían claro que si el pueblo se defendía con


las armas, se declararía una guerra civil de características
impredecibles. Para ellos lo esencial era desmantelar los
posibles focos de resistencia, que se encontraban en las
industrias, fábricas y fundos en los cuales se habían
almacenado armas para evitar la caída del gobierno. Desde
julio se empieza a aplicar con rigor la "ley de control de
armas", que habían impulsado un año antes los senadores
DC Juan de Dios Carmona y Juan Hamilton. Todos los
lugares de posibles conflictos son allanados por las Fuerzas
Armadas. En algunos casos, como el de la fábrica textil
Sumar se producen enfrentamientos que dejan numerosos
heridos. Poco a poco el mito de los obreros armados es sólo
una ilusión.

El país ofrece a fines de agosto una imagen de caos total.


Los escolares y universitarios no asisten a clases por falta de
locomoción. En cada esquina se aglomeran peatones
desesperados por trasladarse de un lugar a otro. Clotario,
ante la inminencia de un drama generalizado, decide ir a
hablar con Arsenio Poupin, Ministro Secretario de gobierno,
sobre el problema del transporte, le expresa: "Esta es un
huelga ficticia, armada por la derecha económica,
entregúeme este conflicto y yo me comprometo a
solucionarlo en breve tiempo. Pero una vez más no me
hicieron caso." (52)
Allende, durante esos mismos días decide construir un
ministerio de su entera confianza, que dé garantías a todo el
espectro político. Su primera intención es integrarlo con
Fernando Castillo Velasco y Domingo Santa María,
demócrata cristianos y con Carlos Briones, socialista. La
directiva de la DC rechaza el beneplácito para sus dos
militantes; los socialistas también tachan el nombramiento
de su afiliado, Carlos Briones, por no contar con la confianza
de la tendencia de la directiva. Sin embargo, Briones acepta
a título personal.

Mientras Allende trata de contener por todos lados la crisis


nacional, decide aclarar su relación con los partidos de su
gobierno. Plantea así, a comienzos de septiembre, las
siguientes proposiciones para que la U. P. se pronuncie: a)
Conseguir un acuerdo con la DC, b) Formar un Gabinete de
Seguridad Nacional con militares, c) Que le entreguen
plenos poderes para tomar decisiones urgentes.
Increíblemente la U.P. analizó durante tres días las
propuestas y el 8 de septiembre entregó su respuesta: "No, a
todo..."

La presión para que el Presidente Allende abdique aumenta.


Los parlamentarios demócrata cristianos resuelven, el 8 de
setiembre, renunciar a sus cargos para así forzar a nuevas
elecciones. Esa misma tarde, el general retirado Carlos Prats,
según cuentan sus memorias Testimonio de un Soldado, le
sugiere a Allende pida permiso constitucional por seis
meses, para que la crisis la resuelva el Congreso. Al día
siguiente, Altamirano agrava la situación a través de un
discurso en el que reitera que hay que "avanzar sin transar".

El 10 de septiembre tres partidos de la U.P.: Socialista,


Mapu e Izquierda Cristiana, deciden separarse de la política
oficial. "Decidimos dejar al Presidente Allende en libertad de
acción para que él -sin ninguna presión- pudiese resolver la
crisis." (53)

En la tarde de ese último día de gobierno, Allende envía un


mensaje a Aylwin, donde le anuncia que está dispuesto en un
lapso de tres meses a promulgar la reforma de las tres áreas
de la economía. La DC no acepta la oferta.

Según su Ministro del Interior. Carlos Briones, esa noche, la


última de su vida, Allende la dedicó a redactar un mensaje a
la nación donde anunciaría, durante la inauguración de la
estación televisiva de la Universidad Técnica, un plebiscito
que tendría por objeto aclarar su futuro.

En palabras de Joan Garcés, asesor español y para muchos la


eminencia gris del presidente Allende, éste le declaró: "El
nueve de septiembre le informé al Comandante en Jefe
Augusto Pinochet y al Inspector General Orlando Urbina que
en las horas siguientes convocaría a un plebiscito. Los ojos
de los generales se pusieron redondos como platos cuando
supieron de mi intención". Según Garcés, "este llamado a
plebiscito adelantó la fecha que los conjurados tenían fijada
para la insurrección armada y motivó el definitivo apoyo de
Pinochet al Golpe de Estado. Esta consulta popular de haber
sido favorable al gobierno le habría permitido a Allende
presentar una nueva constitución a la ciudadanía. Esto indica
la visión de futuro que Allende tenía sobre el futuro de Chile
hacia una República Democrática de Trabajadores". (54)

Nunca sabremos si estas últimas determinaciones habrían


logrado salvar el gobierno o sólo prolongar su agonía.

Este socialismo en libertad tenía enemigos poderosos. Por


una parte el gobierno norteamericano que a través del
"Comité de los 40", presidido por Henry Kissinger, tenía
como meta conducir al fracaso esta fórmula política. Por otra
parte, el enemigo directo, la derecha económica y política
del propio país. Para neutralizar ambas fuerzas secretamente
coaligadas, los estrategas del gobierno de Allende pudieron
haber programado un sutil, original y lento accionar que, por
razones largas de explicar, no se produjo.

La escuadra norteamericana, que desde la década de 1950


efectúa junto a la Armada chilena durante los meses de
septiembre lo que se denomina la "Operación Unitas", esos
días de 1973 permaneció en altamar, como un poder
vigilante que encierra todo un símbolo.

Muchos dirigentes políticos no alojaron esa noche del 10 de


setiembre en sus casas, como medida de precaución. Otros
directamente ligados a la asonada militar y que ya tenían
asignadas sus tareas, se dirigieron a los lugares claves. El
hombre común, se retiró a su hogar, algunos indiferentes, la
mayoría preocupados, pero ninguno imaginando que el día
siguiente marcaría un cambio total en su destino.
Clotario Blest, cuyo rechazo al mercado negro era público,
pasó gran parte de esa tarde haciendo cola para conseguir su
cuota de alimento, especialmente para darle de comer a su
vieja sirviente inválida y al Momio, su perro, único amigo y
compañero. Como de costumbre, se acostó temprano.

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 6 septiembre 1978

2. Idem

3. Diario El Clarín, 6 septiembre 1970, p. 3

4. Ejemplo de las frases terroríficas que circularon en los


sectores sociales mas acomodados

5. Diario El Clarín, 6 septiembre 1970

6. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, tomo II. p.


87

7. Diario El Siglo, 22 septiembre 1970, p. 6

8. Diario El Siglo, 24 septiembre 1970 p. 5

9. Entrevista a Clotario Blest, 6 septiembre 1978

10. Pliego del CODEHS, octubre de 1970. mimeo. (Archivo


de Clotario Blest)
11. Carta de Clotario Blest al Consejo Directivo Nacional de
la CUT, 12 diciembre 1970. (Archivo de Clotario Blest)

12. Tomic. Radomiro. Testimonio. Coedición de Editorial


Emisión, Centro de Estudios Latinoamericanos Simón
Bolívar y Ediciones Copygraph. 1988

13. Galardón mordaz y vejatorio que otorgaba este diario a


los opositores que habían incurrido en algún hecho contrario
al interés popular, en declaraciones retrógradas en algún
error risible.

14. Entrevista a Clotario Blest, 6 septiembre 1978

15. El Diario El Mercurio de Antofagasta, 17 julio 1971

16. Plan del gobierno Peruano del general Velasco Alvarado.


que planteaba una transformación de la sociedad peruana.

17. Diario El Comercio, Lima (Perú), 29 septiembre 1971

18. Fermandois, Joaquín, La Política Internacional de la


Unidad Popular, Ediciones de La Universidad Católica.
1985. pp. 206 y 207

19. Idem

20. Participaron dirigentes sindicales de zapateros,


laboratoristas. empleados municipales y de algunas
industrias de Vicuña Mackenna.
21. Punto Final, noviembre de 1971, pp. 16 y 17

22. Entrevista a Clotario Blest, 20 de octubre de 1978

23. Idem

24. Idem

25. Breve Historia de la U.P. Editorial Lord Cochrane, 1974,


p.67

26. Punto Final. 2ª quincena de noviembre de 1971, pp. 16 y


17

27. Expresión criolla que indica ni una ni otra cosa.


Ambigüedad

28. Entrevista a Clotario Blest, 6 septiembre 1978

29. Diario La Tercera de la Hora, 19 marzo 1972, p 8

30. Carta a Clotario Blest del Comité de Personalidades


(Archivo de Clotario Blest)

31. Carta de Clotario Blest al Comité de Personalidades


(Archivo de Clotario Blest)

32. Fermandois. Joaquín, La Política Internacional del


Gobierno de Salvador Allende, p 301
33. Fueron expresiones de sindicalismo revolucionario que
se dieron en los barrios industriales.

34. Revista ¿Qué hacemos?, abril de 1993, p. 4.

35. Fermandois. Joaquín, La Política Internacional del


Gobierno de Salvador Allende, p 346

36. Breve Historia de la U.P.. Editorial Lord Cochrane.


1974. p.197

37. Entrevista a Clotario Blest, 6 septiembre 1978

38. Idem

39. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez p 247

40. Entrevista a Clotario Blest, 6 septiembre 1978

41. Fermandois, Joaquín, La Política Internacional del


Gobierno de Salvador Allende, pp 383-384

42. Comisión del Senado de los Estados Unidos que se llamó


así por el Senador Demócrata Frank Church. que la presidió,
y que fue la Comisión que elaboró el Informe sobre la
intervención y las acciones encubiertas de la CIA en Chile.

43. Fermandois, Joaquín, La Política Internacional del


Gobierno de Salvador Allende, p 391

44. Idem
45. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez., pp. 194-
195

46. Entrevista a Clotario Blest, 20 de octubre de 1978

47. Idem

48. Idem<

49. Breve Historia de la U.P., Editorial Lord Cochrane,


1974, p,202

50. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, tomo II, p.


201

51. Entrevista a Bernardo Leighton, 6 marzo 1979

52. Entrevista a Clotario Blest, 20 octubre 1978

53. Entrevista a Bosco Parra, 28 septiembre 1992

54. Revista Los tiempos, 23 mayo 1993

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Clotario Blest. Antihistoria de un luchador


EN PLENA TIRANÍA
"Es la peor época que ha vivido Chile, la más triste,
la más sanguinaria, la más hipócrita y la más politiquera" (1)

Han transcurrido siete años de dictadura. Estoy sentada,


como hace un año, frente a Clotario. Hoy parece más
cansado y viejo que otros días. Había olvidado que dentro de
dos meses, mi amigo cumpliría 79 años. Sus ojos
permanecen cerrados, su barba está descuidada. Me
agradaría compartir un cigarrillo con él, o una taza de té o de
café, pero con Clotario eso no se estila. Algunas veces suelo
llegar con algo para comer juntos. Clotario me da unas
"gracias" a secas y guarda celosamente los comestibles en la
alacena. Quizás se le hace muy largo atravesar el inhóspito
patio para llegar a lo que debe ser la cocina, tras unas tazas o
platos. ¿Tendrá tazas? No sé como interrumpir el silencio.
Hemos recorrido tanto camino juntos: su infancia y su
juventud, sus luchas, triunfos y decepciones. Casi un siglo de
historia. Repentinamente me clava la vista y golpea con
fuerza la mesa. Comprendo que ha llegado el momento de
hablar del presente:

"¡Qué me perdone Cristo, pero no puedo resignarme a la


actualidad de este país! A la Junta Militar y a sus sicarios no
puedo tolerarlos ni perdonarlos. Han obrado diabólicamente,
porque han muerto a miles de seres humanos, quizás los
mejores y en la forma más infame y eso no tiene perdón.
Nunca Chile había pasado por una dictadura tan implacable
y feroz como ésta. Ibáñez también fue un dictador, pero no
se le puede comparar. No existieron fusilamientos masivos y
clandestinos, no habían detenidos-desaparecidos, no se
torturó a la gente. Y la tortura es peor que la muerte, pues se
muere moralmente.

-¿Usted se dio cuenta que venía un Golpe Militar?

-Nunca me imaginé que vendría un golpe de esas


características. Pensé en alguna intervención de tipo cívico
militar, pero no lo que sucedió." (2)

¿SE JUSTIFICABA UN GOLPE DE ESTADO?

El jurista Hernán Montealegre es muy claro al analizar este


punto:

"Es necesario, ante todo, tener en cuenta que el 11 de


septiembre de 1973 un Golpe Militar puso término a un
gobierno constitucional. Las Fuerzas Armadas tomaron el
poder, según expresa su declaración de principios de la fecha
"para restaurar la institucionalidad quebrantada". Los
militares, dieron el Golpe porque sentían que la
institucionalidad se había quebrantado. ¿Pero que entendían
por "quebrantamiento" de las instituciones democráticas?
Aquí está la clave de toda la interpretación jurídica que
aplicaron.

Ciertamente, desde un punto de vista objetivo, las


instituciones democráticas a la fecha no se habían agotado.
Es efectivo que existía una situación de pugna entre los
poderes del Estado, que la sociedad misma se encontraba en
extremo polarizada ideológicamente y que la marcha de la
economía había hecho crisis. Todo esto lo tenía presente el
Presidente Allende cuando decidió la convocatoria de un
plebiscito para el 13 de septiembre de 1973. Esta era la
salida democrática y política a la crisis generalizada. Por otra
parte, tampoco el Congreso había acusado
constitucionalmente al Presidente, por lo que está
doblemente claro que no existía el tal quebrantamiento
institucional. Al revés, habían claras salidas constitucionales
pendientes. Las dos que se han mencionado: el plebiscito y
la acusación constitucional, eran medidas extremas desde
luego, pero estaban contempladas para situaciones límites
como las que vivía Chile. Esto significaba claramente que la
institucionalidad no estaba quebrantada, sino todo lo
contrario. Quienes de verdad quebrantaron esta
institucionalidad fueron precisamente las Fuerzas Armadas
que no permitieron que la sociedad chilena resolviera su
agudo problema por métodos democráticos, por tanto, lo de
quebrantamiento de la institucionalidad no era más que un
pretexto para dar un cruento Golpe de Estado que no tenía
justificación. También resultó ser un mero pretexto la
anunciada "restauración" de la democracia, porque lo que se
instaló fue una dictadura que se aferró 17 años al poder y que
bajo ropaje supuestamente democrático quiso prolongarse 8
años más. La restauración de la democracia consistía así, en
el proyecto de implantar una dictadura por 25 años, la que el
pueblo logró contener a los 17 años." (3)

MARTES, 11 DE SEPTIEMBRE

A la una de la madrugada, Federico Willoughby recibió un


llamado: "se soltó la lancha", clave que indicaba que la
Armada se había sublevado. Una hora y media después el
Ministro del Interior Carlos Briones y en seguida Carlos
Altamirano, secretario general del Partido Socialista, le
comunican al Presidente Allende que existen movimientos
militares inusuales en que tropas de la provincia de
Aconcagua se dirigían a Santiago. Orlando Letelier, Ministro
de Defensa, recibe la misma noticia. Se contacta, entonces,
con el general Hermán Brady, jefe de la guarnición de la
capital, que le responde que no se preocupe, pues eso es
habitual en vísperas de los desfiles militares del 18 de
septiembre.

A las 6:30 A.M., Alfredo Joignant, director de


Investigaciones, le informa al Presidente que Valparaíso ha
sido ocupado por tropas sublevadas de la marina. Allende le
contesta: "Enseguida me voy a La Moneda". Se viste
apresuradamente: una camiseta blanca de cuello subido, una
chaqueta a cuadros, pantalones marengo y en el hombro se
cuelga un fusil AKA, regalo de Fidel Castro. Acompañado
de sus GAP se dirige a toda velocidad a la sede de gobierno.
Cuando llega a las 7:30 A.M. ve el edificio rodeado de
tanquetas de carabineros leales.

Poco a poco fueron llegando a La Moneda los médicos


personales, algunos ministros y sus secretarios, periodistas,
los edecanes. colaboradores, las dos hijas de Allende: Isabel
y Beatriz, su secretaria privada, Miriam Contreras (la Payita)
y los dos generales de Carabineros Sepúlveda y Urrutia.

Mientras tanto, los golpistas llevaban a cabo la llamada


"Operación Silencio", que consiste en allanar y acallar las
radios adeptas a la Unidad Popular. Las únicas que desde las
ocho de la mañana se mantienen en el aire son Radio
Magallanes, propiedad del Partido Comunista, y la Sargento
Candelaria, del MAPU.

El primer bando militar, se difunde a las 8:30 A.M.. Informa:


"Teniendo presente la crisis económica, social y moral que
destruye al país; la incapacidad del gobierno para adoptar
medidas que detengan el caos; el aumento de grupos
armados y paramilitares que conducen a Chile a una guerra
civil: las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile declaran:
que el señor Presidente de la República debe proceder a la
inmediata entrega de su alto cargo a las Fuerzas Armadas y
Carabineros de Chile. Firman los comandantes en jefe,
Augusto Pinochet (Ejército), José Toribio Merino (Armada),
Gustavo Leigh (Fuerza Aérea), César Mendoza
(Carabineros)."

A este ultimátum, Allende responde desde el despacho


presidencial:

"Amigos míos...(ininteligible)...la última oportunidad en que


me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado
las torres de radio Portales y Corporación. Mis palabras no
tienen amargura, sino decepción. Que sean ellas el castigo
moral para los que han traicionado el juramento que
hicieron; soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el
almirante Merino que se ha autodesignado, más el general
Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su
fidelidad y lealtad al gobierno, que también se ha
denominado director general de Carabineros. Ante estos
hechos, sólo cabe decir a los trabajadores: Yo no voy a
renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi
vida la lealtad del pueblo, y les digo que tengo la certeza que
la semilla que entregáramos a las conciencias dignas de
miles de miles de chilenos no podrá ser cegada
definitivamente. Tienen la fuerza. Podrán avasallarnos. El
capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción,
crearon el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su
tradición, la que les enseñara el general Schneider y
reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector
que hoy estará en sus casas esperando, con mano ajena,
reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerias
y sus privilegios.

Me dirijo a ustedes, sobre todo a la modesta mujer de nuestra


tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la madre que
supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los
profesionales de la patria, a los profesionales patriotas que
siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los
colegios profesionales, colegios clasistas que defendieron
también las ventajas de una sociedad capitalista.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron


su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de
Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que
serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya
estuvo hace muchas horas presente; en los atentados
terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas,
destruyendo los oleoductos y los gaseoductos, frente al
silencio de quienes tenían la obligación de proceder.

Estaban comprometidos. La historia los juzgará.


Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal
tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La
seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes.

Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que


fue leal con la patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no


debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede
humillarse.

Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y en su destino.


Superarán otros hombres este momento gris y amargo en que
la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que,
mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las
grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para
construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi


sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo
menos, será una lección moral que castigará la felonía, la
cobardía y la traición". (4)

Dentro de La Moneda, Allende se ve muy seguro de sí


mismo. Lleva puesto un casco. Los GAP y algunos
detectives se distribuyen las pocas armas que hay. Las
tanquetas, que hasta ese instante han custodiado el palacio
gubernamental, se retiran. El general Sepúlveda, al mando, le
expresa al Presidente que las tropas no le obedecen y sólo
acatan órdenes radiales de los golpistas.

Paralelamente, Allende es emplazado, advirtiéndole que un


avión está a su disposición para sacarlo del país junto a su
familia, y que si no se retira, La Moneda, será bombardeada
por la Fuerza Aérea a las 11 A.M..

Clotario Blest al encender la radio a las 8 A.M. se da cuenta


que existe un levantamiento militar.

"-¿Qué hizo usted, don Clotario, cuando se dio cuenta del


Golpe?

- Al escuchar las noticias sospeché que algo grave sucedía y


que mi deber era estar junto al Presidente dándole mi apoyo.
Me dirigí entonces a pie a la casa de gobierno. Me crucé con
mucha gente que apresuradamente regresaban a sus hogares
y con patrullas militares por todos lados. Dos cuadras antes
de llegar a mi destino, un comerciante que bajaba la cortina
de su negocio me dijo: Don Clotario, por favor escóndase
aquí, pues más adelante lo van a matar. Yo continué mi
marcha, pero casi frente a La Moneda una patrulla me atajó y
me ordenó imperativamente regresar a mi casa." (5)

En La Moneda se responde al ataque exterior. Allende ha


disparado varias veces, los GAP lo trasladan de una ventana
a otra para que no presente un blanco fácil. En medio de los
estampidos, el Presidente ordena que se quemen los
documentos privados. Uno de sus edecanes, Badiola, llama
desde el Ministerio de Defensa para informar que el
bombardeo se ha diferido hasta el mediodía. El Presidente
reúne a sus colaboradores incondicionales indicándoles que
los libera de todo compromiso: "Los únicos que tienen la
obligación de permanecer aquí son los miembros de mi
escolta". Sólo unos pocos abandonan el edificio.

En seguida, junta a las mujeres: sus dos hijas Beatriz e


Isabel, Nancy de Barrios, las periodistas Modak, Tormo y
Ahumada y su secretaria Miriam Contreras. Las mujeres se
niegan a salir. Allende las persuade y las conduce hasta la
puerta, despidiéndose de cada una con un abrazo. Miriam
Contreras desobedece la orden y se escabulle hacia el
interior de La Moneda.

A las doce, aviones de guerra bombardean La Moneda,


quedando prácticamente destruida por el ataque y el incendio
que le sigue, arrojando un saldo de alrededor de diez
muertos. Al alejarse los aviones, los militares lanzan por
puertas y ventanas gases lacrimógenos. Los sobrevivientes
semi ahogados comienzan a salir en una larga fila. Allende
en dirección contraria pasa dándoles la mano a todos
diciéndoles: "Compañeros, hay que rendirse, boten las
armas. Les agradezco su presencia y solidaridad en esta
hora." El Presidente ingresa al salón Independencia y se
escucha por los que están próximos a la puerta:

"Allende no se rinde milicos..." En seguida, detonaciones de


una metralleta. El doctor Guijón, ahogado por las bombas
lacrimógenas entra en busca de una máscara anti gases al
salón y se enfrenta con una imagen dantesca: Allende
sentado frente a su escritorio, el arma en una mano, sin
cráneo de las cejas hacia arriba. La masa encefálica ha
volado. El doctor Guijón como un autómata le toma el pulso
al cadáver y se queda sentado a su lado. Algunos rezagados
al percatarse de lo sucedido gritan: ¡Murió el Presidente! El
Intendente de Palacio, Enrique Huerta emite un ¡Viva
Allende! La información de la muerte del Presidente, corre
de boca en boca. La larga fila entona cada vez más fuerte la
canción nacional y una voz anónima grita: "Allende no se
morirá nunca" Las cuarenta o cincuenta personas rendidas,
ven pasar a su lado a los bomberos con sus máscaras y
mangueras y se enfrentan en seguida, con los militares que
entraban, y a culatazos y con improperios los sacan de La
Moneda.

Simultáneamente se produce el ataque aéreo de la residencia


particular de los presidentes de Chile y su posterior saqueo.
Su esposa, Tencha, logra escapar ilesa y su chofer particular
la traslada a la casa de un amigo.

Horas más tarde el cadáver del Presidente es retirado de La


Moneda por efectivos militares cubierto con un choapino
boliviano.

A las cinco de la tarde, la Jefatura de las Fuerzas Armadas,


declara que la situación en el país está bajo control. Sólo
quedan focos de resistencia aislados en algunos cordones
industriales o poblaciones obreras. Al atardecer, todavía
humeaban los restos de lo que había sido la casa de los
presidentes de Chile. Según los estrategas militares, los
bombardeos no eran necesarios, pero se hacía imprescindible
aniquilar el símbolo de la democracia para que la nación
comprendiera que una nueva autoridad se había impuesto.
Años después, el general del aire y sucesor del miembro de
la Junta Gustavo Leigh, Fernando Matthei, declararía: "Yo
nunca habría bombardeado La Moneda."

Clotario Blest, en su casa, siente poco antes de las seis de la


tarde golpes en su puerta. Al abrir se enfrenta con una monja
amiga, un cura y dos estudiantes. Le suplicaban que les diera
albergue en su casa durante las 24 horas de restricción. La
monja traía un bolso grande lleno de armas y granadas, que
fueron las que Clotario enterró presuroso en el patio, como
se narra en el capítulo de la "Toma de la Catedral".

La lluvia comienza a caer sobre Santiago. El toque de queda


que ha empezado a las seis de la tarde, convierte a la capital
en un gran desierto silencioso, sólo interrumpido por ráfagas
de metralletas y el paso de camiones blindados que patrullan
las calles.

A las 22 horas en la Escuela Militar, jura el nuevo gobierno


y gabinete. Una era de la historia de Chile ha terminado, una
nueva etapa se inicia.

BAJO LA BOTA DE LA DICTADURA

Para consolidar su poder, la Junta Militar, presidida por


Augusto Pinochet, toma como primera medida política la
clausura del Congreso Nacional. Los partidos marxistas son
declarados fuera de la ley y sus bienes son confiscados; los
demás partidos, declarados en receso. Las municipalidades e
intendencias son intervenidas. Sólo el Poder Judicial escapa
a estas medidas.

Muchos fueron los detenidos. Las cárceles y regimientos


estaban saturados de prisioneros. En Santiago se abren dos
campos de concentración: el Estadio Nacional y el Estadio
Chile. A lo largo de todo el país se habilitaban nuevos
centros de reclusión. Los principales dirigentes del gobierno
depuesto son relegados a la isla Dawson; los jefes de los
mandos medios, a la isla Quiriquina. La CUT es disuelta y su
patrimonio arrebatado.

Para los dictadores, Chile está en "Estado de Guerra", donde


todo se justifica, aunque el enemigo permanezca invisible.
"Se aplica la doctrina de "Seguridad Nacional" que fue el
nombre que los militares dieron a su ideología que no fue
defendida por lo que es. sino por lo que luchaba: una guerra
permanente contra el marxismo. De ahí nace el concepto
básico de enemigo interno. Esta doctrina desde mucho antes
del Golpe, se había introducido en las Fuerzas Armadas
chilenas, ideología que fue elaborada en Estados Unidos para
América Latina y el Caribe, luego del triunfo de la
Revolución Cubana." (6) La Junta Militar declara durante
ese tiempo 200 muertos. La Iglesia eleva el número a 600,
sin contar los numerosos detenidos-desaparecidos, más
adelante se comprobará que fueron muchos miles. Los que
no han sido arrestados se esconden, mientras aguardan entrar
a alguna embajada amiga como asilados, lo que varios logran
como la familia del Presidente depuesto.
"-Don Clotario, ¿no temió que después del Golpe lo
detuvieran?

-Recuerde que yo no ocupé ningún cargo durante la U.P..


Sentí además, desde el comienzo de este drama que mi deber
era no esconderme ni asilarme, sino quedarme en Chile,
ayudando a los perseguidos como pudiera y como lo manda
Cristo.

-¿Cambió su vida después del Golpe Militar?

-Me hice una promesa al día siguiente: mientras durara esta


tiranía no me cortaría más la barba. Los días domingo dejé
de ir a misa, ocupé ese tiempo en visitar a los presos. Pienso
que así cumplía mejor el Evangelio de Cristo, yendo a
acompañar a estos pobres hombres y mujeres que habían
padecido la tortura y el fracaso de sus ideales. Tomé además,
debo confesarle, otra decisión que para mí fue la más difícil.
No hablaría mal de ningún partido político derrotado. No hay
que hacer leña del árbol caído, me dije." (7)

Pese a que Blest creía que no iba a ser detenido ni su casa


allanada, el 24 de septiembre de 1973, siente a las tres de la
tarde que le derriban la puerta de entrada y un fuerte
contingente de uniformados lo agreden a golpes tirándolo a
un rincón de la sala en que trabaja. "Me hicieron toda suerte
de humillaciones, insistían en que yo tenía armas escondidas.
Al no descubrir nada me robaron todo lo que pudieron:
máquina de escribir, más de 500 libros, un mimeógrafo, un
reloj de bolsillo, mi pensión de jubilado y hasta las camisas.
Se retiraron después de dos horas, despidiéndose con toda
clase de amenazas. No pudiendo reclamar de inmediato,
"porque si hablai te cortamos el pescuezo", le escribí a la
ANEF dándole cuenta de lo sucedido y el detalle de lo
robado y esa nota la firmé ante notario. A pesar de eso nada
apareció nunca. Por eso me he formado el más triste
concepto de esa gente: además de asesinos esa gente es
ladrona y mentirosa." (8)

El allanamiento descrito por Clotario Blest se repitió miles


de veces a lo largo de todo Chile. Algunos, con menos suerte
que Blest, fueron arrastrados a lugares desconocidos donde
nunca más se supo de ellos. Durante esos primeros meses era
usual formar grandes piras con toda clase de libros, la lectura
fue considerada un enemigo más. También la xenofobia fue
desatada contra cualquiera que tuviera un acento peculiar,
especialmente latinoamericano: argentinos, brasileños,
uruguayos, centroamericanos que habían escogido a Chile
como tierra de asilo y que sí eran detectados, eran detenidos
o muertos rápidamente. Los jóvenes afeitaron sus barbas y se
cortaron sus melenas. A las mujeres, especialmente las
colegialas, se les prohibió los pantalones y las mini faldas.
La ciudadanía debía retornar a las costumbres propias de un
país en orden y tradición. Estas últimas medidas que
recordaban demasiado una era nazi, no tan lejana, fueron tan
criticadas en el extranjero que la dictadura debió abolirlas.

En el aspecto económico el diagnóstico del fracaso del


gobierno anterior es unánime. La situación financiera era
caótica: déficit fiscal superior a los 148 millones de escudos;
déficit de las empresas social y mixta, 176 millones de
escudos: incremento de más de 800 millones de dólares en la
deuda externa y pérdidas por 290 millones de dólares por
reservas. Durante los últimos tres años se produjo una baja
generalizada de la producción industrial y agrícola y sólo
había 41 millones de dólares disponibles el 11 de septiembre
de 1973.

Con asombro, desde el 14 de septiembre, en que el comercio


reabre sus puertas, aparecen en venta todos los productos que
se consideraban no existentes en Chile. Ahora cualquier
ciudadano podía comprar lo que se le antojara, sólo que las
mercancías habían triplicado su valor.

El país emprende un período de ajuste económico. Se


renegocia la deuda externa, se llega a un acuerdo con las
grandes compañías del cobre para cancelar la deuda externa
pendiente por la nacionalización, se comienza con una
política restrictiva frente al gasto público, generando una alta
tasa de desocupación y se inicia finalmente el proceso de
privatización. De igual forma se toman las primeras medidas
para el cambio de estructura económica. Se pasa de una
economía cerrada con precios fijos y bastante planificación,
a otra abierta al comercio exterior con libertad de precios y
regida por el mercado. A partir de entonces sólo será
conveniente fomentar aquellas áreas que puedan competir
con los precios internacionales.

El gobierno militar insiste en que debe trabajarse con ahínco


para la recuperación del país. Los partidarios del golpe
donan sus joyas para la reconstrucción nacional. El Ministro
del Interior, General Oscar Bonilla, semanas después,
explica las razones de la toma del poder: "Muchos preguntan
por qué las Fuerzas Armadas, tan respetuosas del poder civil
y de la Constitución, y orgullosas de ser consideradas un
ejemplo en el mundo, han cambiado esta línea de conducta.
La respuesta es una sola: la situación . por la que atravesaba
el país: un poder Ejecutivo que había excedido todas sus
esferas de acción. Y en este panorama llegó el 11 de
septiembre. El día en que las Fuerzas Armadas y Carabineros
no soportaron más y asumieron el mando supremo del país.
Buscamos siempre encontrar la fórmula para que fuera el
poder civil el que resolviera la situación. Desgraciadamente,
no ocurrió así. La Junta de Gobierno ha reiterado su deseo de
no eternizarse en el poder. Sólo queremos que la nación
vuelva a la normalidad, que se termine el odio, queremos
llevar al país al resurgimiento económico, social y moral.
Estas son nuestras metas; una vez cumplidas, con el apoyo
de este noble pueblo chileno, el poder volverá a la autoridad
civil. A los militares no nos gusta el poder." (9)

Esta declaración del gobierno militar trataba de neutralizar


un documento que circulaba clandestinamente en el interior
del país y profusamente en el exterior, del 13 de septiembre,
suscrito por 15 altas personalidades de la Democracia
Cristiana encabezadas por Bernardo Leighton, Radomiro
Tomic, Ignacio Palma y Renán Fuentealba (10). En su
primera parte expresaba: "Condenamos categóricamente el
derrocamiento del Presidente constitucional de Chile,
Salvador Allende... Reiteramos nuestra convicción profunda
de que dentro de los cauces democráticos habríamos podido
evitar la implantación de un régimen totalitario, sin
necesidad de pagar el costo de vidas y los excesos en las
soluciones de fuerza." En otra parte del documento exigían a
la Junta Militar "la restitución del poder a la voluntad
popular y el respeto a las libertades públicas..." Concluía:
"Asumimos la responsabilidad de proseguir la lucha por los
principios de la Democracia Cristiana y por la restitución de
la democracia chilena..." (11)

Sin embargo, la dirección del Partido Demócrata Cristiano


de ese período, presidida por Patricio Aylwin, expone la
posición oficial del partido: "Los hechos que vive Chile son
consecuencia del desastre económico, el caos institucional,
la violencia armada y la crisis moral a que el gobierno
depuesto condujo al país..." "Las Fuerzas Armadas y de
Carabineros no buscaron el poder..." "Ellas han asumido
para evitar los graves peligros de destrucción y totalitarismo
que amenazaban a la nación chilena; devolverán el poder al
pueblo para que libre y soberanamente decida el destino
patrio..." "La Junta Militar interpreta el sentimiento general y
merece la colaboración patriótica de todos los sectores..."
(12)

Semanas después, la Junta Militar recibía al Partido


Demócrata Cristiano en la sede de gobierno. La finalidad de
ese encuentro era de parte de la D.C. plantear la necesidad de
que el receso político durara poco. Ante la queja, expresada
por Pinochet, por la "Declaración de los 15", Aylwin asevera
que "las opiniones de sus camaradas sólo son personales".

Pero finalmente, lo que dio el espaldarazo a la dictadura fue


la larga carta que envió Eduardo Frei al Presidente de la
Unión Mundial de la Democracia Cristiana, Mariano Rumor,
en que justifica el Golpe Militar y donde acota textualmente:
"...es necesario que el país salga del caos, y en consecuencia,
que el gobierno actual tenga éxito..."

-"Don Clotario, ¿cuál es su opinión sobre la posición de la


Democracia Cristiana después del Golpe?

-La "Declaración de los 15" demuestra que no todos los


demócratas cristianos fueron partidarios del Golpe, de lo
cual me alegré mucho. Desgraciadamente, pienso que la
directiva del partido lo era. Si bien los desacuerdos entre la
UP. y la DC se fueron acrecentando durante los años
anteriores y que el descontento de sus numerosos militantes
de la clase media ejercían una gran presión, no puedo
explicarme la ceguera de parte de la directiva sobre lo que
significaba avalar el drama de este Golpe de Estado.

-¿Y cómo analiza usted la posición de Eduardo Frei?

-Eso es todavía más grave. Frei, como Presidente del Senado


debiera haber exigido el mando de la nación que le
correspondía legalmente después de la muerte del Presidente
Allende. El no haberlo hecho significó entregar en bandeja el
país a los militares.

-¿A qué atribuye esto?

-Creo que dentro de la trayectoria política de Eduardo Frei


afloraron dos personalidades diferentes. Antes de asumir la
Presidencia de la República su conducta fue la de un gran
humanista, cristiano y progresista. La llegada a las alturas lo
transformó en otro hombre, prepotente y alejado de los
sufrimientos del pueblo. Durante la UP actuó con excesivo
resentimiento y sin ninguna visión política. Se rodeó además
de aduladores que lo convencieron que el Golpe era
necesario y que él a corto plazo recibiría el gobierno de parte
de las Fuerzas Armadas. Sus ex-ministros de Defensa,
Sergio Ossa y Juan de Dios Carmona, sirvieron de emisarios
a través del General Arellano Starck entre los generales
golpistas y él. Por esto creo que sabía claramente que venía
la ruptura democrática. Eso explica sus declaraciones al
exterior tratando de justificar lo injustificable.

-Pero después de un tiempo ¿era posible no darse cuenta que


la dictadura permanecería en el poder?

-Cuando se peca por soberbia es difícil aceptar haber errado.


A Frei el afán de poder y su anticomunismo enfermizo no le
permitieron actuar como el gran político que esperábamos
todos. El camino que conduce al bien no es cómodo. Es un
desafío al hombre, pero quedarse tranquilamente encerrado
en sí mismo no libera. Debe haber sufrido mucho durante su
larga agonía." (13)

Algunos dirigentes sindicales son muertos, otros, detenidos y


la mayoría pierden sus fuentes de trabajo. Entre los
sindicalistas que quedan hay bastante desconcierto, algunos
de ellos inicialmente apoyan al gobierno en los días
inmediatos y aún sirven de testigos a la dictadura en las
comisiones investigadoras de la OIT. Los que colaboran son:
Rigoberto Díaz, Ernesto Vogel, Tucapel Jiménez, Eduardo
Ríos, Federico Mujica, entre otros. Pasado un tiempo
confesarán ingenuidad política, presiones, y otros declararán
que prestaron su colaboración al gobierno militar por el
sectarismo de la Unidad Popular.

En una ponencia que presentó en un seminario universitario


el ex Ministro del Trabajo de la administración del
presidente Eduardo Frei, William Thayer Arteaga, expone:
"Fue evidente por la composición de las misiones oficiales y
extraoficiales al extranjero y por la calidad de los que
aceptaron altos puestos administrativos o diplomáticos; por
la carta del ex presidente Frei a Mariano Rumor; por la
concurrencia de dirigentes sindicales a la OIT en 1974; por
la publicación de libros como los de Genaro Arriagada,
Hernán Millas y Emilio Filippi y por muchos otros
antecedentes, que el respaldo en Chile al gobierno de la
Junta Militar fue inicialmente casi universal, salvo en las
fuerzas que sustentaban la Unidad Popular..." "Muchos
creyeron, sin mayor análisis, que la Junta Militar podía durar
pocos días o meses, al cabo de los cuales entregaría el poder
a las fuerzas políticos-civiles" "Una alternativa en que
algunos pensaban era que Eduardo Frei, presidente del
Senado, asumiera como vice presidente..." "Recuerdo
haberle oído al ex presidente Frei que el pensaba inevitable
por lo menos tres años de dictadura militar antes de que el
país estuviera en condiciones de reasumir la democracia.
Justo es decir que correspondió aproximadamente al tiempo
en que Frei se mantuvo prácticamente en silencio, antes de
asumir una posición progresiva y públicamente adversa al
gobierno de Pinochet" (14)

Este análisis de un importante militante democratacristiano y


desde el Golpe Militar, asesor de la dictadura, coincide con
Clotario Blest en su apreciación sobre la conducta de
Eduardo Frei, y de varios dirigente, sindicales y muchos
otros políticos que, años después, tomarán una posición
contraria al gobierno militar.

La dictadura emite tres decretos que producen la definitiva


fragmentación del movimiento sindical: el 32, que modifica
la ley de inamovilidad; el 198, que prohíbe las elecciones
sindicales; y el 670, que congela la negociación colectiva sin
participación efectiva de las bases.

La Iglesia Católica fue la primera en Chile en emitir una


declaración en contra del estado imperante. En síntesis
declara: "Nos duele inmensamente y nos oprime la sangre
que ha enrojecido nuestras calles, nuestras poblaciones y
nuestras fábricas...Pedimos respeto por los caídos en la
lucha...Pedimos moderación frente a los
vencidos...Confiamos que los adelantos logrados por la clase
obrera y campesina no serán desconocidos..." (15) Concluye
con un llamado a la cordura que permita que Chile pueda
volver muy pronto a la normalidad constitucional. Era el día
15 de septiembre. El 18, a pesar de la renuencia de muchos
sacerdotes, que veían la realización del tradicional Te Deum,
como una ceremonia que legitimaría el Golpe Militar, el
Cardenal decide efectuarla, usando túnica púrpura en señal
de duelo y transformar su homilía en una oración por la
patria. Asisten los ex presidentes Alessandri, González
Videla y Frei. Este último se retira sin haber saludado a los
miembros de la Junta Militar.
A fines de septiembre, tanto el Cardenal Raúl Silva
Henríquez como Blest, visitan el Estadio Nacional. Para
ambos el espectáculo de los detenidos apilados en estrechas
celdas, algunos heridos y torturados, otros a la intemperie en
las graderías del estadio, todos sin comida ni frazadas y
custodiados por tropas militares y perros, les causa un
impacto doloroso. Al Cardenal se le permitió hablar con
algunos prisioneros. Clotario sólo pudo desde lejos sentir el
dolor y la desesperación de los cautivos. De ahí para
adelante la misión del Cardenal se entrecruzará varias veces
con la de Blest. Para ambos la lucha por los Derechos
Humanos será su preocupación esencial. El Cardenal
formará el Comité por la Paz, de carácter ecuménico en que
todos los credos religiosos ofrecerán su cooperación
concerniente a la asistencia jurídica, médica y alimentaria a
los perseguidos. Clotario Blest, desde el comienzo, junto a
varios de sus amigos, entregará su ayuda y experiencia al
Comité, conservando simultáneamente la dirección del
CODEHS (Comité de los Derechos Humanos), que sin ser
oficialmente público, presta servicio, asilando o escondiendo
a los fugitivos.

Diez días después del golpe, el 21 de septiembre, fallece el


insigne vate, Pablo Neruda. La noticia recorre el orbe: "El
gran poeta no logra sobrevivir el drama de Chile". Aunque
para la dictadura la muerte del artista -que tantas veces había
vociferado contra la injusticia- significaba un enemigo
menos, ella debía ahora encarar un funeral con asistencia de
embajadores e ilustres personalidades extranjeras y no podía
-como en el caso de Allende- ordenar un entierro
clandestino. El nuevo gobierno estaba obligado a dar una
imagen respetable. Se produce, entonces, la paradoja de que
por un lado se decretan tres días de duelo nacional y, por otra
parte, la casa del poeta, "La Chascona", es intencionalmente
inundada y los asistentes al velatorio deben, para acercarse a
su ataúd, entrar a una casa con puertas y ventanas destruidas
y sortear el agua en que flotan los objetos más preciados del
premio Nobel. Continua el desconcierto: se permite la
asistencia de la multitud que acompaña al féretro,
encabezada por su viuda Matilde Urrutia, los ex
parlamentarios Tomic y Leighton, el sindicalista Clotario
Blest, embajadores y emisarios extranjeros, pero la masa que
desfila a lo largo de la Avenida La Paz está rodeada por
fuerzas policiales armadas. Uno que otro grito interrumpe,
sin embargo el silencio: "Se siente, se siente, Allende está
presente", "Neruda, Neruda, el pueblo te saluda". Por
primera vez, después de la sangrienta semana, los derrotados
sienten que, pese a todo, todavía existen, me comentó
Juvencio Valle, escritor y amigo personal de Neruda.

En diciembre, en vísperas de Navidad, Blest envía una carta


personal a la Conferencia Episcopal y al ex Presidente Jorge
Alessandri rogándoles que intercedan ante el General
Pinochet, Presidente de la Junta, por la liberación de los
presos políticos, a través de un decreto de amnistía. Aunque
ambos destinatarios aseguraron a Clotario que habían
cumplido su encargo, Blest nunca recibió respuesta de parte
del gobierno militar.

LOS AÑOS DE LA DINA


La DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), fue creada en
diciembre de 1973 y oficializada en junio de 1974. Se trataba
de un organismo que aglutinaba en sus filas a miembros de
los servicios secretos, de las cuatro ramas de las Fuerzas
Armadas. Para la dictadura, su existencia fue explicada como
"un medio eficaz para imponer y luego preservar la
tranquilidad interna". Para la comisión "Verdad y
Reconciliación" (16) fue el brazo ejecutor del terrorismo de
estado. Su jefe, el general Manuel Contreras Sepúlveda, sólo
recibía órdenes del General Augusto Pinochet. Sus medios
económicos eran incalculables y su poder llegó a ser tan
inmenso y secretos sus actos y tanta la impotencia y miedo
de los jueces para sancionarla, que logró sembrar el terror en
el país y aún en el exterior. A la DINA se le atribuyen los
asesinatos del General Prats en Buenos Aires y el de Orlando
Letelier en Washington, más el fallido atentado en Roma,
que dejó malheridos al ex vicepresidente Bernardo Leighton
y señora. Dentro de Chile sus crímenes son incontables. Fue
disuelta en agosto de 1977, al descubrirse en Estados Unidos
su participación en el crimen de Letelier.

Durante esos años, Clotario dio refugio temporal en su casa a


los miristas Miguel Enríquez y Hernán Aguiló; a los
trostkistas Humberto Valenzuela y Carlos Sotomayor; a
varios sacerdotes, entre otros a Rafael Maroto, y a
numerosos exiliados latinoamericanos.

-¿"Cómo fue su vida en esos años don Clotario?

-Comprendí que en esos momentos lo más importante era


salvar vidas; los clandestinos sabían que fueran lo que fueran
sus militancias, las puertas de mi casa permanecerían
abiertas. A los que se desistieron en continuar la lucha en
Chile los ayudé a asilarse en diferentes embajadas.

-¿Tenía usted alguna influencia en las embajadas para lograr


esos propósitos?

-Las embajadas sabían quien era yo. A veces sólo bastaba


una llamada telefónica para lograr los objetivos. Me hice
especialmente amigo de Roberto Kozack del CIME (Comité
Intergubernamental de Emigraciones Europeas) y gracias a
su intervención logré sacar del país a muchos.

-Usted también dirigió el CODEHS, ¿cómo funcionaba?

-En mi casa y clandestinamente. Contaba con varios asesores


voluntarios: Rosa Rubilar. Patricio Orellana, Luis Geldres,
Oscar Ortiz, Angélica Cimbel y la asesoría de los abogados
Eduardo Long, Raúl Elgueta, Jorge Barría y otros, cuya
dedicación a la causa de los Derechos Humanos no era
remunerada. Ver a toda esta gente, pese a los peligros que
ofrecía y con ocho a doce horas diarias de trabajo, dedicadas
a ese ideal, era para mí estimulante. Nos juntábamos a las 8
A.M. evaluando los casos y tareas urgentes. Algunos partían
enseguida a la cárcel, a embajadas y al Comité por la Paz.
Los más arriesgados y de más confianza ayudaban a
trasladar a otros alojamientos a los clandestinos o servían de
enlace entre ellos. Las tardes las dedicábamos a escribir un
informe sobre violaciones a los Derechos Humanos.
Semanalmente lo transformábamos en un boletín. Al
comienzo sólo entregábamos información de la región
metropolitana, más adelante lo hicimos extensivo a
provincias".

En un documento de FASIC, Violaciones a los Derechos


Humanos e Información, se menciona: "En este período
empiezan a aparecer informes confidenciales que entregaba
CODEHS, presidido por el antiguo líder y patriarca del
movimiento sindical chileno, Clotario Blest. Publicaba un
informe mensual que se reproducía en veinte o treinta
ejemplares, una docena de los cuales era enviado al exterior.
Esta información tenía un carácter artesanal, pero era exacta.
Paradojalmente, el grupo que preparaba el informe nunca fue
identificado por la DINA y sus miembros no sufrieron
persecuciones directas." (17)

Aunque el boletín del CODEHS no fue detectado por la


DINA, la casa de Clotario era allanada periódicamente. Lo
que parece irritaba a la DINA eran los escritos, que según la
coyuntura, aparecían pegados en las ventanas que daban a la
calle. Algunos de ellos que acompañaban a la Declaración de
Derechos Humanos expresaban:

"Si durante el Toque de Queda secuestran a chilenos


¿quiénes son los que circulan a esas horas?";"Hoy, 11 de
septiembre, día de duelo nacional por las miles de
victimas";" 1º de mayo fecha histórica de los trabajadores y
no de fiesta con el tirano en el Diego Portales":"21 de
diciembre, conmemoración de la masacre de Santa María,
donde los "heroicos soldados chilenos" asesinan a más de
tres mil obreros": "No cabe duda que Tucapel fue mandado a
asesinar por el tirano por miedo a la unidad". Manos
anónimas agregan inscripciones transformándose el frontis
de su casa en un verdadero diario mural. Los allanamientos
tenían por objeto destruir los carteles y amenazar a Blest con
castigos drásticos, entre otros, con la expulsión del país, que
para Clotario era la peor sanción. Sin embargo, al otro día,
las ventanas volvían a aparecer con nuevas consignas y
emplazamientos.

En vísperas del 1º de mayo de 1974. el Cardenal Silva


Henríquez forma la Vicaría Pastoral Obrera que dirigirá el
sacerdote Alfonso Baeza. La Fiesta del Trabajo de ese año se
celebra en la catedral. bajo el lema "José el carpintero".
Algunos dirigentes sindicales, rompiendo el cerco policial
que rodeaba el templo, asisten al acto litúrgico. Entre otros
recordamos a: Héctor Cuevas de la Construcción. comunista:
Alamiro Guzmán de la Federación Minera, comunista:
Manuel Jiménez, del Cuero y Calzado, socialista: Teresa
Carvajal por los Pensionados, comunista: el radical
Edmundo Lillo por la Federación de Empleados del
Comercio: y los ex dirigentes Ernesto Miranda. Lino
Morales y Clotario Blest. A esta ceremonia no concurrieron
más de sesenta personas, varios de ellos leyeron pasajes
bíblicos, mientras la homilía estuvo a cargo del presbítero
Alfonso Baeza. Al retirarse se escucharon gritos anónimos
en contra de la dictadura, los que desataron la represión.

Paralelamente y a la misma hora, la Junta de Gobierno,


conmemoraba esta fecha en el edificio, ahora nominado
Diego Portales. como lo haría cada año hasta el final de la
dictadura. Los únicos oradores fueron: el General Pinochet y
el Presidente de la CUT provincial de Santiago. Manuel
Rodríguez, demócrata cristiano. Destacaba entre la
asistencia, Tucapel Jiménez. Eduardo Ríos. Federico Mujica
y Ernesto Vögel. entre los cuatro mil asistentes.

Para el Día Internacional del Trabajo del año siguiente,


algunos sindicatos deciden conmemorar esa fecha en la sede
de la Federación de la Construcción, con todos los riesgos
que ese lugar significa. Sólo hicieron uso de la palabra
Héctor Cuevas y Clotario Blest.

En 1976, el 1º de mayo se celebró en el sindicato Pizarreño.


Para esa ocasión fueron invitados sindicalistas extranjeros.
Cerró el acto Blest.

En la asamblea del 1º de mayo de 1977 -que se efectuó


nuevamente en el sindicato de la construcción, pero ahora en
una sala pequeña para el numeroso público asistente- se
determina constituir una comisión organizadora que tenga
como finalidad preparar un 1º de mayo combatiente y
callejero para 1978. Clotario es elegido coordinador general
de esa comisión, de la cual forman parte cuarenta personas
de diferentes tendencias políticas y estudiantes. El marco
socio-económico-político permitía creer que dentro del
régimen -igualmente dictatorial y represivo - las
frustraciones de un sector de la sociedad, coronaría con éxito
este llamado masivo y público.

A comienzos de 1975 tres hechos reflejan un grave problema


económico: el precio del cobre cae abruptamente, el ritmo
inflacionario sigue alto y hay un aumento vertiginoso de la
tasa de desempleo, producto de la reducción del personal en
el sector público. Se produce entonces un déficit en la
balanza de pagos, lo que obliga a tomar medidas drásticas.
En abril jura como Ministro de Hacienda Jorge Cauas, que
recibe facultades extraordinarias y está encargado de
preparar, en un plazo de diez años, un plan de recuperación
económica. El equipo queda constituido por Sergio de
Castro, Ministro de Economía, Pablo Barahona, Presidente
del Banco Central y Roberto Kelly, Ministro de Odeplan.
Con estos auto denominados "técnicos" se inicia la era de los
"Chicago Boys", que marcarían la economía neo liberal
inspirada por el profesor norteamericano Milton Friedman.
La aplicación de esta receta es la política de "shock", que
pone freno al gasto público para bajar en forma rápida la
inflación y que establece una escala arancelaria para la
apertura a los mercados externos. Esto significa una
avalancha de productos importados que sustituyen con
rapidez a los nacionales.

En 1976 se reanuda el pago de la deuda externa. El año 1977


marca la recuperación y crecimiento de la economía chilena.

A fines de ese año, por presiones de la DINA, la Iglesia


Católica se ve en la obligación de disolver el Comité pro
Paz. El cardenal decide inmediatamente formar otra
organización similar, bajo su directa tuición en las
dependencias de la catedral, la Vicaría de la Solidaridad. La
vicaría prestaría servicios impagables a todos los
perseguidos, contando para ello con departamentos jurídicos,
de asistencia social y médica. Sus archivos fueron los que
sirvieron, principalmente, de base para la futura Comisión
Verdad y Reconciliación.
Donde la represión se mostró implacable fue en las regiones
campesinas. Muchos de los comprometidos con la Reforma
Agraria fueron asesinados y donde se habían instituido
asentamientos y Centros de Reforma Agraria, sus integrantes
fueron detenidos y de algunos nunca más se supo. Esto
aconteció con humildes campesinos de Paine, Lonquén y
Valdivia, entre otros lugares.

Desde 1974 la dictadura comienza a devolver las tierras a los


propietarios antiguos.

El Ministerio del Trabajo, desde el año 1976 es asumido por


los llamados "sectores duros" que encabeza el Ministro
Sergio Fernández, sustituyendo al General de Aviación,
Nicanor Díaz Estrada, que había demostrado interés por
fortalecer la tendencia cooperativista entre los trabajadores.
Esta tendencia alcanzó a elaborar un ante proyecto del
Código del Trabajo, de Previsión y de la Empresa.
Fernández inmediatamente archiva este proyecto, lo que
provoca el distanciamiento de Tucapel Jiménez, Eduardo
Ríos y Federico Mujica del gobierno militar y la posterior
formación del "Grupo de los Diez", que sin ser francamente
opositor, deja de defender la política laboral reinante.

PENSADORES Y CREADORES, CIUDADANOS SIN


ESPACIO

Sin duda para el régimen dictatorial, había que destruir a


corto plazo no sólo los ámbitos políticos partidistas, sino
también los espacios de libertad y crítica que significaban las
universidades y todo quehacer artístico. Aún las formas de
enfrentar el amor y la fraternidad expresadas en atuendos
peculiares, propios de una época innovadora, fueron
aplastados. La universidad, centro de crítica y análisis,
intranquilizaba al nuevo orden. A las pocas semanas del
Golpe las universidades a lo largo de todo Chile fueron
intervenidas. Sus rectores, destituidos y encarcelados. Su
reemplazo en la dirección por miembros de las Fuerzas
Armadas destruyó su tradicional autonomía. La purga se
extendió a profesores y estudiantes.

Las únicas universidades que podían haberse defendido de


este golpe eran las llamadas "Católicas", sin embargo
también fueron intervenidas y el poder de la derecha
totalitaria se hizo presente, destituyendo a sus rectores y
persiguiendo a profesores, estudiantes y personal
administrativo. El Cardenal Raúl Silva Henríquez ostentaba
el cargo de Gran Canciller de la Universidad Católica de
Chile. Desgraciadamente el Cardenal, que contaba con el
apoyo del Vaticano, no se atrevió a hacer frente a esa
medida, demostrando una debilidad y un temor que no tuvo
en otras circunstancias.

Los focos de formación artística, claramente izquierdistas


como eran Bellas Artes y el Instituto de Teatro de la
Universidad de Chile (ITUCH), fueron aniquilados y sus
artistas perseguidos. De las librerías y bibliotecas fue
retirada la literatura considerada progresista. Se dio la
paradoja que hasta la poesía del Nobel de Literatura, Pablo
Neruda, fuera considerada subversiva. La editorial Quimantú
y los estudios de Chile Films fueron quemados con todo su
patrimonio. Los pocos grupos teatrales que escaparon a esta
inquisición pasaron a ser estrictamente vigilados y sus
espectáculos sólo autorizados después de una odiosa
censura. Víctor Jara, el popular cantautor fue asesinado en el
Estadio Chile, Los Jaivas fueron detenidos y posteriormente
expulsados del país, los Quilapayún e Inti Illimani, que
casualmente estaban fuera de Chile, se les impidió el
reingreso, viéndose obligados a vivir en el extranjero.
Dejaron de ofrecer sus conciertos los cantantes Joan Manuel
Serrat, Paco Ibáñez, Piero y Silvio Rodríguez, que por sus
mensajes fueron acusados de rememorar anhelos y
situaciones anteriores. Sus canciones, como la de muchos
otros, dejaron de escucharse en radios y televisión. Al cine se
le impusieron las mismas reglas. Sólo películas sin ningún
contenido social y político fueron autorizadas. La mediocre
teleserie "Simplemente María" pasó a ser el opio de una
masa silenciosa y sobrecogida. La televisión, antes en manos
de universidades renovadas, como el canal 9 y el 13, pasaron
a ser, junto al canal estatal, el principal medio
propagandístico del régimen militar.

La educación primaria y secundaria también sufrió cambios.


Durante los primeros años de la dictadura se prohibió en el
ramo de Historia profundizar toda época denominada
"Revolución" (Francesa, Rusa o Industrial). En literatura
varios autores fueron objetados. Entre ellos, Cortázar y el
Premio Nobel Gabriel García Márquez. En las escuelas,
liceos y colegios particulares se iniciaba el día de estudios
con los alumnos formados escuchando la Canción Nacional
mientras se izaba la bandera patria. En el patio cantaban la
Canción Nacional a la cual se exigió se incluyera aquella
estrofa relativa a "los valientes soldados..."

Hasta la vida nocturna tan bullente en años anteriores dejó de


existir, pues el toque de queda no permitía transeúntes
después de la medianoche. Tampoco dentro de los hogares
un cumpleaños o fiesta de bodas podía llevarse a cabo sin
permiso policial.

La libertad de que gozaba la juventud, alejada de


restricciones religiosas y tradicionales, fue considerada una
gravísima transgresión, culpable de la "degeneración" propia
del régimen anterior. Los chilenos de esos años sólo
preocupados de sobrevivir fueron, poco a poco, aceptando
como normal este panorama gris, impuesto por el gobierno.
El nuevo modelo económico trascendía a lo cultural. El
pueblo y la juventud en especial, estaban inundados por
exóticos y baratos productos de Taiwán que se
transformarían en padrones de éxito, fáciles de lograr.

¿Y dónde están los entusiastas seguidores de Salvador


Allende? ¿Y dónde están los militantes que se jugaban la
vida por mantener vigente la revolución en democracia? En
esa época, se supo que el MIR, como grupo político, fue el
único que tomó una decisión clara de acuerdo al momento
histórico que se vivía, optando por crear la resistencia dentro
del país. A todos sus miembros se les dio la orden de no
asilarse, lo que a la larga significó la muerte de casi todos
sus dirigentes. Para los demás partidos integrantes de la
Unidad Popular, no existieron órdenes precisas de las
cúpulas a los militantes. Cada cual eligió su propio
comportamiento. Por ejemplo, Víctor Jara, el cantautor, y
Ociel Núñez, el dirigente estudiantil, encabezaron la
resistencia al Golpe Militar en la Universidad Técnica.
Otros, en cambio, se replegaron a sus casas y muchos se
asilaron.

Carlos Altamirano, Secretario General del Partido Socialista


y tan cercano a las ideas ultraizquierdistas del MIR, sólo
logró permanecer dos meses en Chile, viéndose obligado a
salir clandestinamente al extranjero. Luis Corvalán,
Secretario General del Partido Comunista, fue detenido en
una población en las semanas siguientes del Golpe Militar.
Poco después las directivas oficiales del Partido Comunista y
Socialista se trasladaron a Moscú y a Berlín del Este.

Para la mayoría de los fervientes adeptos de la Unidad


Popular que no poseían cargos oficiales, incluyendo los
viejos políticos y luchadores, llenos de experiencias en
derrotas y victorias, la desatada conducta represiva de los
vencedores fue una sorpresa. Todos ellos, aún el propio
Blest, no imaginaron la forma en que fueron tratados los
caídos. Sus primeras reacciones fueron de espanto, en
seguida cayó sobre ellos el terror que, afectándolos de una u
otra manera, los sumergió en años de silencio.

LOS BRAZOS DE LA DINA TRASPASAN LA


FRONTERA

En el país remaba la tranquilidad, pero los ataques al General


Pinochet y sus colaboradores se acrecentaban en el exterior.
La tiranía no lograba dormir tranquila, acallar la crítica por
los Derechos Humanos violados y la dificultad de créditos
económicos que ellas acarreaban incitaban a una rápida y
drástica actuación. Silenciar a las personalidades políticas
exiliadas, que mantenían la llama de la oposición, se tornaba
primordial para la DINA.

El General Carlos Prats, exiliado en Buenos Aires,


simbolizaba a los militares constitucionalistas. No sólo era
escuchado y por su intachable pasado respetado en todas
partes, sino que también podía transformarse en un futuro
líder que aglutinara a militares democráticos y a toda la
oposición interna y externa. Eliminarlo era urgente. El 30 de
septiembre de 1974 una bomba colocada en su automóvil
estalla provocando la muerte de Prats y su señora.

Bernardo Leighton, fundador de la Falange y posterior


Democracia Cristiana, ex Vicepresidente de la República, ex
ministro de Estado y parlamentario por varios períodos, era
reconocido como una personalidad honesta y pluralista. Su
actitud de condena por lo sucedido días después del Golpe,
lo marca como otra figura considerada altamente peligrosa
por la tiranía. El 5 de octubre de 1975, a pocos metros de su
departamento en Roma, es baleado a quemarropa junto a su
esposa. Después de varias operaciones y meses de
hospitalización, ambos logran sobrevivir, pero el combativo
político nunca podrá recuperarse totalmente.

Orlando Letelier, ex Ministro de Allende, ex Embajador en


Estados Unidos y funcionario del BID (Banco
Interamericano de Desarrollo) era un socialista moderado,
ampliamente conocido en círculos internacionales políticos y
financieros. Su intervención en La Haya pidiendo el
congelamiento de créditos a favor de Chile lo transforma en
otro personaje altamente peligroso, se le quita la
nacionalidad. El 21 de septiembre de 1976 el auto en que se
dirigía a su oficina estalla en pleno corazón de Washington,
muriendo él y su secretaria norteamericana. Su asesinato
causó gran escándalo, quizás porque había sido ejecutado en
la capital de los Estados Unidos.

El brazo internacional de la DINA también pretendió


aniquilar a Carlos Altamirano en Alemania y a Andrés
Pascal en México, aunque sin éxito.

Hoy día estos crímenes están aclarados y algunos de los


culpables, enjuiciados. En todos ellos, como autores directos
o intelectuales aparece la DINA. En su momento estos
crímenes fueron atribuidos por el gobierno a pugnas entre
grupos de izquierda, versión que gran parte de la sociedad
chilena admitió como veraz.

LLEGÓ LA HORA DE LA "NO VIOLENCIA ACTIVA"

Durante esos años de violencia institucionalizada, Clotario


Blest vuelve a refugiarse en sus maestros de la "no violencia
activa". Es cuando más medita sobre los escritos de Gandhi,
cuando más se empapa de la vida y verbo de Martin Luther
King y cuando los Evangelios, especialmente Los Hechos de
los Apóstoles, pasan a ser su diaria lectura antes de dormirse.
Apilados alrededor de su cama se encontraban Mis
experiencias con la verdad. Mi socialismo. Independencia de
la India y discursos y artículos de Gandhi. Los viajeros de la
libertad, ¿Por qué no podemos esperar?, ¿Hacia dónde
vamos, caos o comunidad?, de Luther King. Del antropólogo
y filósofo belga Theilhard de Chardin, El fenómeno humano.
Mundo y Dios al encuentro. Cartas de viaje, La evolución
desfigurada. Toma la Biblia y saca de ella un papel, al
leérmelo, dice: "Lo escribí cuando me tachaban de
extremista, escuche usted: "Conozco tus obras, no eres frío
ni hirviente. ¡Ojalá fueras frío o hirviente! Pero porque eres
tibio, y no hirviente ni frío, voy a vomitarte de mi boca.
Estas son las palabras de San Juan en el Apocalipsis III, 15".
(18)

Después de fundar en su casa la "Agrupación de familiares


de detenidos-desaparecidos" en noviembre de 1976, Blest
ejecuta en junio de 1977, su primera acción pública de no
violencia activa, ocupando junto a mujeres de esa entidad la
CEPAL (Comisión Económica para América Latina).
Durante más de diez días se prolonga la "toma" y "el ayuno".
La acción recibe una gran cobertura nacional e internacional,
dándose a conocer los casos dramáticos de estas mujeres
cuyos maridos e hijos son hasta hoy día detenidos-
desaparecidos.

Para comprender lo que significaba arriesgarse en esos años,


aunque se tratara de "no violencia activa", debemos recordar
que el miedo dominaba a todos los chilenos. Clotario fue el
primero que, con sólo un mínimo grupo de 5 a 10 personas,
comienza a romper la apatía de la mayoría de los
ciudadanos.
En agosto de 1977 con seis familiares de exiliados llevando
pancartas y tirando panfletos, lee en voz alta frente a La
Moneda la Declaración de los Derechos Humanos
relacionada con los apátridas. La represión se descarga a los
pocos segundos, Blest y sus seguidores son golpeados,
mojados y algunos detenidos.

En octubre lleva a cabo otra protesta frente a los Tribunales,


exigiendo a la justicia que acoja los recursos de amparo en
favor de los perseguidos.

El Día Internacional de los Derechos Humanos pronuncia,


subido en un banco de la Plaza Artesanos, un breve discurso
sobre el sentido y significado de ese aniversario.

Para el trigésimo aniversario del asesinato de Gandhi


organiza en la Plaza de la India un homenaje a su memoria.
A su llamado sólo acuden cuatro personas. Blest como si se
hallara frente a una multitud enfatiza: "La voz potente del
apóstol se ha silenciado. Su cuerpo yace guardado como en
una tumba. Pero jamás una tumba ha podido encerrar un
pensamiento. Y el alma invisible de Gandhi sigue animando
el inmenso cuerpo de la humanidad: Paz, No violencia activa
y sufrimiento..." (19) No alcanzó a decir nada más, cincuenta
carabineros suspenden violentamente el acto y Clotario Blest
y sus tres compañeros son llevados detenidos.

El 19 de abril de 1978 se firma el decreto de amnistía,


redactado por la Ministro de Justicia Mónica Madariaga, en
el cual "personas que habían cometido delitos simples o
calificados, secuestros, lesiones, hurtos, violaciones de
domicilio, apremios ilegítimos y que no hubiesen sido
sorprendidos por la justicia, están amnistiados." Esta
normativa mereció el aplauso de la prensa de diferentes
países, de líderes políticos y de instituciones religiosas. La
amnistía permitió que el 20 de abril fueran liberados 97
presos políticos. Sin embargo, numerosos juristas y
abogados y el sindicalista Clotario Blest, señalaron que esta
ley favorecía fundamentalmente a los agentes de la DINA y
de la CNI que cometieron precisamente miles de esos
delitos.

Los familiares de los detenidos-desaparecidos inquietos por


el silencio e impunidad que cubría el destino de sus seres
queridos, pidieron una entrevista con el Ministro del Interior
Sergio Fernández, con el fin de explicarle personalmente el
drama de los cientos de hogares chilenos que no sabían la
suerte de sus familiares y con el propósito de hacerle saber
su desacuerdo por los sobreseimientos y reiterarle su afán
irrenunciable de llegar a la verdad. El ministro no otorgó
ninguna audiencia. Ante esto, el 22 de mayo de 1978, la
Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos
decidió efectuar una huelga de hambre indefinida. En ella
participarían 69 familiares distribuidos en tres parroquias:
Jesús Obrero, Don Bosco y La Estampa. En los días
posteriores se plegaron a este ayuno diversos grupos de
Derechos Humanos que ocuparon dependencias de
organismos internacionales: Unicef. Cruz Roja. OIT y varias
otras iglesias de barrios. Explican este gesto: "Pedimos que
las autoridades de gobierno cumplan de una vez por todo el
compromiso adquirido, dando a conocer el paradero de los
detenidos."
A los pocos días de esta exhortación, las federaciones
sindicales. estudiantes, sacerdotes, religiosas y artistas, no
sólo ocupan parroquias a lo largo del país, sino que también
se expresan en las calles. Y rápidamente esta protesta se
extiende al exterior, donde centenares de huelguistas se
pliegan al ayuno en 21 países europeos y americanos.

El senador Edward Kennedy visita a los huelguistas en


Ginebra. El secretario del Partido Socialista francés.
François Mitterand y el ex Presidente de México, Luis
Echeverría hacen declaraciones públicas apoyando a los
familiares.

La primera actitud de la Iglesia Católica, ante las tomas de


las parroquias es "no considerar como profanación estas
acciones, pues las familias de detenidos-desaparecidos tienen
legítimo derecho de pedir a las autoridades competentes.
información esclarecedora sobre el destino de sus seres
queridos."

Ante la bola de nieve que parecía crecer, los medios de


comunicación oficialista comenzaron a darle cobertura y
algunos, por primera vez desde el Golpe Militar,
reconocieron que existían detenidos-desaparecidos y que
debía aclararse su paradero.

El gobierno militar comienza por negar el conflicto y en


seguida desvirtuarlo, deslegitimarlo y tratar
infructuosamente de aislarlo.
Clotario Blest organiza el cuartel general de esta "acción no
violenta" en su casa. Todos los comunicados a la prensa
nacional e internacional, los contactos con la Iglesia y los
organismos de Derechos Humanos, las acciones a seguir y el
estado físico de los ayunantes se estudian y proyectan allí.

Al cuarto día de iniciada la huelga, 66 elementos del auto


denominado "Grupo de Unidad Católica" procedieron a
tomarse la Catedral metropolitana, donde leyeron una
proclama de apoyo al gobierno militar. Al retirarse el grupo,
a uno de ellos se le cayó una credencial que lo identificaba
como agente de la CNI (Ex DINA).

Después de 15 días y en medio de una gran efervescencia


pública y cuando algunos ayunantes están al borde de la
muerte, la Iglesia decide tomar contacto con el gobierno
militar, el cual a través de el Ministro del Interior se
compromete a efectuar una investigación. El Comité
Permanente del Episcopado insta a poner fin a la huelga de
hambre. Al día siguiente los ayunantes acatan la orden de la
Iglesia expresando: "Aceptamos, basados en la palabra de la
Iglesia, suspender este movimiento..." Una semana después y
pese a la llegada a Chile de una comisión de abogados
católicos y de la Comisión Allana de la ONU que apoyan las
demandas de las víctimas, el ministro Fernández sin mayor
explicación declara: "No tenemos antecedentes que
comprueben la detención de estas personas y por lo tanto
rechazamos la sugerencia de que ellos puedan estar
detenidos ocultamente por las autoridades..."
Clotario Blest ante esta fracasada acción no violenta me
declara: "Cuando estábamos por doblar la mano al tirano, la
jerarquía eclesiástica que al comienzo apoyaba a las víctimas
termina por ser dominada por los sectores conservadores que
vuelven a dejar desamparados a los necesitados, dándole la
mano a la dictadura." (20)

Esta decisión jerárquica de la Iglesia fue impuesta pese a las


palabras del teólogo jesuita José Aldunate, que frente al
planteamiento del Nuncio Apostólico Angelo Sodano: "No
matar y no matarse también", respondió: "...El privarse de
alimento con daño eventual para la salud, y aún tal vez
peligro para la vida, parecería ser una acción irracional y aún
inmoral y suicida. Pero si dado el contexto de circunstancias,
resulta ser el medio proporcional -tal vez el único
remanente- para obtener fines necesarios...entonces, la
huelga de hambre, aún la indefinida, adquiere el carácter de
un sacrificio meritorio y de un don en aras del amor." (21)

Un día de invierno lluvioso de 1987 voy a casa de Clotario


para preguntar por su salud, pues me habían contado que
estaba enfermo. Al entrar a su casa me recibe Oscar Ortiz, su
acompañante, que me indica que puedo pasar al dormitorio
del enfermo. Por primera vez lograba conocer la intimidad
del patriarca. Yace sentado en una cama de bronce antigua,
su cabeza apoyada en una almohada, su cuerpo tapado por
una sábana blanca y unos ponchos mapuches. Al lado de su
cama una mesa de velador circular, encima de ella una radio
pequeña, una lámpara ordinaria y cantidades de libros. Los
que no caben en la mesa rodean su cama, junto a periódicos
y revistas nacionales e internacionales. En su cabecera un
crucifijo. En las paredes numerosos retratos de sus familiares
y fotografías de diversa épocas en las que él aparece
acompañado por los Presidentes Allende, Ríos, González
Videla e Ibáñez en actos públicos, y otras de diversos
dirigentes sindicales participando en eventos laborales.

Al poco rato de estar sentada conversando frente a Clotario,


sus cuatro gatos que dormían sobre su cama deciden
acercarse a conocer la nueva visita. Algunos afilan sus uñas
en mi sillón, otros se restriegan contra mis piernas. Más de
una pulga se pasea ahora en mi cuerpo. Al sospechar Blest
mi incomodidad me dice: "No se moleste son criaturas de
Dios, cuando pican están demostrando su amistad."

-Don Clotario, ¿cuáles son sus escritos favoritos?

-A lo largo de mi vida he cambiado mucho mis lecturas,


ahora, le diría que me basta releer y reflexionar sobre el
pensamiento de Gandhi, el discípulo más cercano a Cristo,
aunque nunca fue un conocedor de los Evangelios ni un
militante cristiano, pero ambos tuvieron la genialidad de
extraer su misticismo de la contemplación para entregarlo al
servicio de la sociedad, ambos fueron hombres de acción que
supieron identificarse con la manera de ser de los humildes.
Tengo subrayadas algunas de las sentencias de Gandhi que
hoy día me sirven de inspiración para combatir la tiranía que
nos domina. Mientras busca el folleto, me dice: -No
olvidemos que Gandhi hizo héroes de barro; a veces me
pregunto si no nos hemos vuelto barro de nuevo. Me lee:
"Ningún hombre reverencia su religión, si no reverencia
también las religiones de los demás". "Vivir en el pasado
para el futuro, abarcando lo mejor del pasado". "La vida
significa lucha"

-Pero también en su mesa de velador veo a muchos otros


autores.

-Sí, estos son de Luther King, que sin duda se nutrió de


Gandhi. Escuche usted: "Quien cree en la no violencia tiene
profunda fe en el futuro". "Hoy la opción no es entre
violencia y no violencia, sino entre no violencia y existencia,
porque todo aquel que toma la espada perecerá de espada."

-Y ese que tiene abierto y marcado con un lápiz, ¿de quién


es?

-De un sacerdote católico de este siglo, antropólogo y


filósofo, perseguido por varios sectores de cristianos. Se trata
de Teilliard de Chardin que contra el creacionismo bíblico
desarrolla el evolucionismo cristiano. Es el que se esfuerza
por interpretar la fe cristiana con mentalidad moderna, se
trata por último de una nueva cultura.

Creo que sus ideas pueden ser el fundamento del socialismo


en el tercer mundo más que el marxismo. He escrito varios
artículos sobre ese tema que he enviado para su publicación
a la revista jesuita Mensaje. Pero parece que ellos son menos
tolerantes y fraternos que lo que yo creía, pues el director de
la revista, Renato Hevia, me los ha rechazado sin
explicación." (22)
DISOLUCIÓN DE LA DINA Y SU REEMPLAZO POR
LA CNI

La crisis que acarreó la caída de la DINA y su director


Manuel Contreras venía gestándose desde 1976 cuando la
FACH retira a sus hombres de la entidad y meses después lo
hace la Armada y Carabineros. Pero lo que precipita su final
es la presión que ejerce el Departamento de Estado desde
Washington el que acusa a la DINA como cómplice en el
asesinato de Orlando Letelier. Es también posible que la
invitación a Pinochet a la capital norteamericana para
suscribir los "acuerdos Carter-Torrijos" (23) se haya
condicionado al término de la existencia de la DINA. A la
insistencia del gabinete presidencial (y del General Sergio
Covarrubias, personalmente en que la figura de Contreras era
inconveniente) se sumaba la protesta de muchos oficiales
que consideraban inoportuno que Contreras dependiera
directamente de Pinochet. (24)

El país atravesaba por una fase crítica. Townley, agente de la


DINA, había sido identificado. Contreras tenía sus días
contados: "Desconfiaba de un gabinete dominado por los
Chicago Boys y por hombres de negocios que cederían
fácilmente a la presión norteamericana. Necesitaba
protegerse con urgencia. En un avión LAN que salía hacia
Punta Arenas Contreras embarco 23 maletas. Un poderoso
archivo de carpetas con el nombre de altos funcionarios
había sido puesto a salvo y embarcado en el carguero alemán
"Badenstein", rumbo a Europa." (25)
En reemplazo de la DINA, Pinochet crea en agosto de 1977
la CNI (Central Nacional de Inteligencia), que durante tres
meses se mantendrá bajo el mando de Contreras. A fines de
noviembre es nombrado en su cargo el General (R) Odlanier
Mena, su enemigo y crítico. Contreras es ascendido a
General y destinado al Comando de Ingenieros. Los nombres
de los dos servicios secretos y sus directores habían
cambiado, sin embargo, no eran muchas sus diferencias. La
CNI estaba también bajo el control directo de Pinochet y sus
funciones eran similares. Pero, sin duda, la CNI suavizó los
métodos represivos, institucionalizándolos con normas
jurídicas: los arrestos fueron individualizados; la
permanencia de ellos fue de 20 días; los lugares secretos de
la DINA fueron revelados, pero el ingreso a esos lugares de
detención fue prohibido, aún al Poder Judicial. La tortura
continuó siendo un hábito que también utilizaban las
diferentes ramas de las Fuerzas Armadas e Investigaciones.
Varios muertos de esos años son producto de torturas
excesivas. La CNI -pese a varios cambios en su directiva-
continuó vigente con toda su infraestructura y sus casas de
interrogatorio y tortura hasta enero de 1990 cuando parte de
sus integrantes pasaron a formar parte del DINE (Dirección
de Inteligencia del Ejército).

EL SALVAVIDAS DE LA DICTADURA

A fines del año 1977 la ONU vuelve a condenar en forma


abrumadora al gobierno de Chile por el "incumplimiento de
las promesas hechas para mejorar la situación de los
Derechos Humanos". Para Pinochet esto significó un golpe
inesperado que, sumado al caso Letelier, hacía tambalear su
régimen. Ideó entonces, pese a la oposición de alguno de sus
colaboradores, un plebiscito que plantearía: "Frente a la
agresión internacional desatada en contra de nuestra patria,
respaldo al Presidente Pinochet en su defensa a la dignidad
de Chile y reafirmo la legitimidad del gobierno de la
República para encabezar soberanamente el proceso de
institucionalización del país: Sí- No."

Dentro de la gran masa silenciosa se alzan ante este


emplazamiento tres voces: la de la Iglesia Católica que
considera que sin registros electorales vigentes la consulta
popular no ofrece garantías; la del líder sindical Clotario
Blest que exhorta junto a un grupo de partidos de izquierda,
a la abstención, "porque nunca un plebiscito en dictadura
deja de ser ganado por el tirano"; y el líder de la Democracia
Cristiana, Eduardo Frei, que llama a participar, pero votando
NO.

El 4 de enero de 1978 se efectúan los comicios, arrojando el


siguiente resultado:
SI 4.012.025 75.00%
NO 1.092.226 20.24%
NULOS 244.921 4.76%
Total escrutado: 8.349.172
-"Don Clotario, ¿qué significa para usted esta especie de
plebiscito?

-Una jugarreta del tirano que era más astuto que lo que
muchos pensamos. Como usted se habrá dado cuenta
consiguió lo que quería, un tapabocas a todas las críticas del
exterior.
-¿Y la actitud de Eduardo Frei?

-Un medias tintas, que por un lado avalaba esta farsa y que
por otra parte lo hacía aparecer como opositor. Yo cuando
supe que iba a llamar al NO, fui personalmente a verlo para
que me explicara tamaña monstruosidad. Me lanzó un largo
y latoso discurso, yo le contesté: -"Nuestra obligación es no
colaborar con la tiranía, el abstenerse es una acción no
violenta pero que indicará dentro y fuera del país que somos
muchos los que no aceptamos lo que está sucediendo. Frei
me respondió: -'En una coyuntura como esta hay que actuar
con habilidad política y no con idealismos'. Ante esto me
retiré y le di un portazo en la puerta. La abstención nunca fue
contabilizada y el resultado final fue el que yo más me
temía: un espaldarazo a Pinochet y largos años más de
crímenes e impunidades." (26)

PESE A TODO, LA OPOSICIÓN COMIENZA A DAR LA


CARA

Para celebrar su aniversario el 12 de febrero de 1978, la CUT


organiza en el auditorium Don Bosco una asamblea a la cual
asisten 500 personas. Por primera vez, siendo la CUT ilegal,
decide desafiar públicamente a las autoridades. Pronuncian
encendidos discursos Santiago Pereira, Eduardo Long y
Clotario Blest que cierra el acto. En las puertas del teatro
fueron disueltos cuando pretendían iniciar una marcha
callejera.
En marzo estos mismos oradores deciden fundar el CODES
(Comité de Defensa de los Derechos Sindicales). En casa de
Clotario se redacta la declaración: "...Las flagrantes
violaciones a los derechos sindicales y gremiales han sido
discriminatorias, pues sólo han afectado al sector laboral y
en ninguna forma al sector empresarial y patronal..." "...No
aceptamos las disoluciones y cancelaciones de personalidad
jurídica..." "...el CODES luchará por la justicia y la verdad
dentro del ámbito sindical..." A la larga este comité ayudó a
reorganizar al sindicalismo perseguido y desunido.

La dictadura para ocultar el quiebre del movimiento sindical


organiza la UNTRACH (Unión nacional de trabajadores de
Chile), siendo sus dirigente, entre otros, Bernardino Castillo,
Rene Sotolichio y Hernol Flores. Esta entidad servirá de
apoyo al gobierno militar cuando el movimiento sindical
internacional declare un boicot total contra el gobierno
chileno.

Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el 8 de


marzo, las organizaciones femeninas deciden pronunciarse
en la calle. Clotario Blest fue el único invitado hombre. Ese
día logran copar algunas calles céntricas donde son
reprimidas con carros lanza aguas y bombas lacrimógenas.

Para conmemorar el 1º de mayo de 1978, Blest, a quien se le


había encomendado el año anterior organizar una acción
masiva callejera, comenzó meses antes a reunirse con el FUT
(Frente Unitario de Trabajadores), la ANEF y la
Coordinadora Sindical, CEPCH (Confederación de
Empleados Particulares de Chile) y algunos veteranos
dirigentes como Tucapel Jiménez, Ernesto Vögel, Elías
Mallea y otros, más pobladores, estudiantes y grupos de
Derechos Humanos quienes planifican la estrategia a seguir.
Son invitados numerosos dirigentes sindicales y periodistas
extranjeros. Grupos de abogados y médicos permanecen
alertas en la Vicaría, en parroquias y en algunos sindicatos
para prestar ayuda a heridos y presentar recursos de amparo
en favor de los posibles detenidos. La dictadura previendo la
magnitud de la protesta acuartela a las Fuerzas Armadas. Los
carabineros pasan a controlar el centro de Santiago y los
militares la periferia. Pese a todo la manifestación se tornó
incontrolable. Las diferentes columnas pujando por llegar a
la Plaza Almagro, punto del encuentro, rompieron los cercos
policíacos. Se calcula que unas 5.000 personas salieron a la
calle ese día, logrando llegar a la plaza sólo 400. Varios
fueron los heridos, muchos los detenidos y más de 60 los
relegados a lugares inhóspitos del país. Clotario fue uno de
los detenidos, estaba feliz. Por primera vez 5.000 personas
habían logrado superar el miedo y desaliento. Muchos otros
ahora se sentirían estimulados a seguir ese ejemplo.

Ese mismo mes el gobierno militar dicta la llamada "Ley de


Amnistía" que prescribe todo delito político desde el 11 de
setiembre de 1973 hasta mayo de 1978. La intención era
clara, la ley no permitía juzgar ni condenar los crímenes de
la dictadura.

EL ZORRO SE COME EL LOBO

Una Junta compuesta por los cuatro Comandantes en Jefe de


las Fuerzas Armadas fue la que desde el 11 de septiembre de
1973 tomó el mando del país. Siendo el General Pinochet,
representante del Ejército, la fuerza más antigua y poderosa,
a él le correspondió ejercer la Presidencia del Estado durante
el primer año. El acuerdo entre los cuatro miembros era que
cada año se alternarían el poder.

Desde el comienzo el General Gustavo Leigh se destacó


como el miembro de la Junta más duro y de mayor
personalidad. Al finalizar el primer año, el acuerdo de
rotación no se llevó a cabo, proclamándose el General
Pinochet Presidente de la República. Este gesto de Pinochet
marca el inicio del distanciamiento con Leigh que a través de
los años se acentuó.

"La disputa por la consulta abrió la última fisura entre el


General Pinochet y el Comandante en Jefe de la FACH. Pese
a que ambos sabían que después de eso nada sería igual, el
General Leigh se proponía insistir en la necesidad de dar
pasos sustantivos en la nueva institucionalidad que se habían
comprometido a crear." (27) En abril de 1978 algunos
mandos de la FACH deciden dar un golpe de fuerza basado
en las simpatías y popularidad que acaparaba Leigh. Ellos
creían que la Armada y Carabineros reaccionarían con
relativa pasividad, de acuerdo en derrocar el poder
omnímodo de Pinochet. La fecha tentativa se fijó para el 1º
de mayo, pero el plan fue detectado por el ex jefe de la
DINA, Manuel Contreras, que lo hizo abortar.

Desde ese momento Pinochet y su camarilla, encabezada por


Manuel Contreras, Jaime Guzmán, Sergio Fernández y
Mónica Madariaga, arman la estrategia para destituir a
Leigh, lo cual se concretó el 24 de julio. Leigh, sorprendido
en su oficina, se sintió aislado y sin ninguna posibilidad de
comunicarse hacia el exterior. Por lo demás todos los puntos
claves de la Fuerza Aérea habían sido rodeados por efectivos
del Ejército. A pesar de la lealtad de 21 de sus generales,
Pinochet ya había conquistado a su reemplazante, el General
de Aviación Femando Matthei, que juró al mediodía como
nuevo miembro de la Junta. Leigh, demudado se retiró en
silencio a su casa.

Días después de estos sucesos, me dirijo a la casa de


Clotario.

-¿"Qué opina usted sobre la caída de Leigh?

-Puedo confesarle que me tomó hasta cierto punto de


sorpresa la actitud de Leigh, pues yo creía que era él más
astuto y valiente. Al comienzo de la tiranía, Leigh era la voz
cantante de la Junta y el más implacable. Pinochet
tartamudeaba y no sabía expresarse, lo que nos hacía creer
que era un huaso rústico y de pocas luces. Leigh, en cambio,
hablaba fluidamente y con voz segura y autoritaria. Sin
embargo, la apariencia engaña y Leigh, como todos nosotros,
desestimó la influencia que ejercía el siniestro y hábil
Manuel Contreras en la conducta de Pinochet. Esto nos
demuestra que el zorro es capaz de ganarle al lobo.

-¿No cree que Pinochet ha engañado a los viejos y


experimentados políticos?
-El tiene la típica personalidad del traidor rastrero. Para
lograr sus propósitos no trepida en mentir. Vea usted como
engañó a Frei, a Allende, a su compañero de armas, Carlos
Prats, y ahora a este tenebroso colega. Con lo acontecido,
Pinochet se ha vuelto el único dueño del país. Los otros tres
miembros de la Junta, para no caer en desgracia, no se
atreverán nunca a estar en desacuerdo con él.

-Me comentaron algunos integrantes del CODEHS que el


equipo de Leigh había tomado contacto con usted meses
antes.

-Efectivamente, algunos compañeros de la ANEF me


invitaron a una reunión en la oficina de un connotado
abogado. Allí me insinuaron que se preparaba un golpe
contra Pinochet por parte de la Fuerza Aérea y me
preguntaron si yo estaría dispuesto a apoyarlos,
ofreciéndome a cambio un alto puesto en el futuro gobierno.

-¿Qué les contestó usted?

-Les dije que ya en al año 1956 el movimiento Línea Recta


me había hecho la misma proposición y yo me había negado
rotundamente, porque ustedes comprenderán, agregué, que
no estoy dispuesto a participar en ninguna aventura golpista
dirigida por uniformados, pues no creo en los ideales
democráticos de ellos. Pese a mi negativa volvieron a insistir
semanas después, varias veces." (28)

LOS POLÍTICOS Y LA IGLESIA, A SU MANERA, SE


REBELAN
En agosto de 1978 un grupo de juristas encabezados por
Manuel Sanhueza, Patricio Aylwin, Alejandro Silva
Bascuñan, entre otros, deciden fundar el "Grupo de los
veinticuatro", cuyo objetivo sería redactar una Constitución
elaborada por un amplio espectro social y político. Ellos
consideraban que la forma de neutralizar a la Constitución
que secretamente se redactaba en el gobierno dictatorial y
que sin duda estaba hecha para servirle, era escribir otra que
fuera útil a un régimen democrático. En el año 1980 este
grupo dio por finalizado este proyecto que, sin embargo,
pese a estar completo, no pudo divulgarse y fue enterrado
por el dictador.

La Iglesia Católica organiza para noviembre de ese año un


simposio internacional sobre los Derechos Humanos, cuyo
lema es: "Todo hombre tiene derecho a ser Persona" y que
debe realizarse en la Catedral. Participan 45 delegados de
diferentes países. La responsabilidad de ese acontecimiento
recayó en la Vicaría de la Solidaridad, que después de un
accidentado comienzo había llegado a construir un extenso y
complejo aparato de asistencia, al cual acudían cientos de
personas diariamente. Si el área jurídica era la más notoria,
el área de ayuda social era aún más amplia: 300 comedores
infantiles, 50 bolsas de cesantes y 130 talleres de
subsistencia estaban bajo su tutoría. Los servicios de
seguridad del gobierno estimaban que sus zonas más
sensibles, particularmente las de documentación, equivalían
a un auténtico sistema de inteligencia. Los militares y
también los funcionarios civiles del gobierno creían ver en la
Vicaría el germen de la resistencia. Pero el simposio por los
Derechos Humanos significaba una verdadera provocación
desestabilizadora. Sin embargo, la dictadura tuvo que
permitir el acto para no agravar las tensas y difíciles
relaciones con la Iglesia, sobre todo ahora que el Papa
serviría pronto de mediador ante el conflicto con Argentina.

Los ataques contra el Cardenal arreciaron aún dentro de la


curia. El acto tuvo un éxito total. Miles de personas llenaron
el templo y la Plaza de Armas, siguiendo con emoción la
Cantata a los Derechos Humanos, escrita por el padre
Esteban Gumucio, con música de Waldo Guarello y recitada
por el actor Roberto Parada. Cuatro días duró este simposio
que sacudió el ambiente social y político. Dos figuras fueron
las más aplaudidas: el Cardenal Raúl Silva Henríquez y el
sindicalista Clotario Blest. La prensa desató su furia contra
ambos a base de caricaturas y artículos. El Mercurio del 2 de
diciembre escribió: "El marxismo indirectamente está
recurriendo a dos venerables ancianos: Blest y Silva
Henríquez en la tarea de desprestigiar al gobierno." Pese al
optimismo del gobierno militar al sentir derrotados a los
viejos y tradicionales políticos y a que el plan económico
tenía éxito, la oposición levantaba ahora a dos líderes
inusuales.

"-¿Qué sintió usted al ser vitoreado por esa multitud?

-Me emocioné hasta las lágrimas, pues pese a todos mis


fracasos, la gente ahora me comprendía y amaba.

-¿A qué atribuye ese homenaje al Cardenal y a usted?


-Quizás a que ambos no buscábamos provecho personal y a
que sabían que podían contar con nosotros todos los
perseguidos sin discriminación." (29)

Aprovechando esa coyuntura y la visita de connotadas


personalidades internacionales, un grupo de abogados,
encabezados por Jaime Castillo, recién retornado del exilio,
deciden estructurar un organismo laico de Defensa de los
Derechos Humanos. Para tal fin suscriben un llamado para
sensibilizar a la opinión pública sobre la violación de los
Derechos Humanos en Chile. Firman esta declaración, entre
otros, Juvencio Valle, escritor; Jorge Millas, filósofo, Ana
González, actriz, Joaquín Luco, científico; Mila Oyarzún,
escritora y políticos de diferentes tendencias, como Jaime
Castillo, Adolfo Zaldívar, Gonzalo Taborga; Germán
Molina, Raimundo Valenzuela, Andrés Domínguez; Pascual
Barraza, Máximo Pacheco y Clotario Blest, sindicalista. El
25 de noviembre de 1978 suscriben en la CEPAL su acta
constitutiva. El 10 de diciembre, Día de los Derechos
Humanos, dan comienzo a sus actividades. La idea era
complementar la intensa labor de la Vicaría. Por ejemplo,
tomarían a su cargo la defensa de los detenidos en provincias
y las agrupaciones de familiares de Presos Políticos,
Detenidos-Desaparecidos, Exiliados y posteriormente
retornados que funcionarían definitivamente en su sede.
Como Presidente fue elegido Jaime Castillo y como
Vicepresidente, Máximo Pacheco. En ese momento esta
institución no contaba con ayuda económica alguna, todos
sus miembros trabajaban por idealismo. Más adelante
llegarían recursos. La figura prestigiosa de Jaime Castillo no
sólo aglutinó a muchos a su alrededor, sino que también
sirvió de aval para el necesario reconocimiento del
extranjero.

A Clotario la creación de esta institución, llamada Comisión


Chilena de los Derechos Humanos, le causa al comienzo
sorpresa. ¿No existía desde 1970 el denominado Comité de
Defensa de los Derechos Humanos dirigido por él? Al ser
invitado a participar creyó que había llegado el momento de
agrandar y fortalecer su CODEHS, pero al poco andar se dio
cuenta de que los que presidían la nueva entidad no tenían tal
intención. Por este motivo escribió una carta a Jaime Castillo
exigiéndole explicaciones. Castillo le contestó pidiéndole
excusas. Entre ambos se produjeron varios intercambios
epistolares, que no lograron apaciguar el resentimiento de
Blest y que marginó totalmente al sindicalista del quehacer
de esa comisión. Al entrevistar a Jaime Castillo, me expresa:
"Yo no sabía de la existencia del CODEHS ni creo que
tampoco lo supiera la directiva. Hice lo posible por zanjar el
malentendido, pero todo fue inútil." (30) Clotario Blest
interpreta el suceso así: "Considero que la directiva de la
llamada Comisión Chilena de los Derechos Humanos actuó
con una falta total de respeto hacia mi organización. Ellos
optaron por un abanico político restringido, pues marginaron
a una parte de los socialistas, a los comunistas, a los miristas,
anarquistas y a otros de su dirección como si no fueran ellos
los más perseguidos. Yo actuaba con un criterio de
movimiento social. A mi directiva pertenecían todas las
corrientes de pensamiento como Santiago Pereira, DC;
Eduardo Long, socialista; Rafael Maroto, mirista; Pedro
Gaete, mapucista; Raúl Elgueta, radical; Luis Geldres, IC y
Alberto Núñez, trozquista." (31)
La Comisión Chilena de los Derechos Humanos, a través de
los años de la dictadura fue adquiriendo cada vez más
importancia y sin duda jugó un papel esencial en la defensa
de los perseguidos y en el desprestigio de la tiranía. El
CODEHS, en la misma sala destartalada de la casa de
Clotario, continuó su labor, pero cada vez con menos
integrantes. Hasta los fieles redactores del boletín se
trasladaron a otras entidades. Blest, tozudo como siempre
pese a sus 80 años, advertía: "Aunque quede yo solo,
continuaré con mi tarea." (32)

En relación a este conflicto que le causó tanto resentimiento


a Clotario Blest, entrevisto el año 1992 a Rosa Rubilar
colaboradora del CODEHS, una de sus discípulas más
queridas y en la actualidad funcionaría de la Comisión
Chilena de los Derechos Humanos:

-"Rosita, te he conocido siempre trabajando en los Derechos


Humanos, pero según don Clotario, tú fuiste una de sus
principales colaboradoras en los momentos más difíciles de
la existencia del CODEHS, ¿podrías tú explicarme tu
alejamiento de esa entidad?

-Creo que por primera vez voy a romper mi silencio


-estamos ahora en democracia, ¿no es cierto?- sobre hechos
y decisiones que para mí fueron muy traumáticos.

-¿Por qué?
-En el año 1976 yo estaba desesperada. Mi compañero era
Octavio Boettinger Vera, detenido-desaparecido desde enero
de ese año. Estaba sola con dos niños y aterrada. En ese
momento don Clotario me abrió su puerta sin preguntarme
nada. Tuvo confianza en mí. Creo que si no es por él yo me
habría suicidado.

-¿Cómo era trabajar con él?

-No era fácil. Era muy exigente, pero al mismo tiempo nos
imponía una mística y un coraje que no hubiésemos tenido
sin su influencia. Era tan especial, estaba poseído por lo que
yo llamaría una soberbia modesta; nadie podía competir con
él en sacrificio, entrega y pobreza. No aceptaba que faltara
nunca, ni siquiera cuando murió mi madre lo encontró
justificable. Me dijo: -¿Por qué no me mandó los artículos
para el boletín? Pero cuando caí presa me fue a ver.

-¿Y cuál fue el motivo de su partida del CODEHS para


integrarse a la nueva Comisión de Derechos Humanos?

-Sentí que se trataba de una organización amplia, en el


interior del país y no clandestina. Esto para mí era muy
importante. Había, además, en su directiva militantes del
Partido Demócrata Cristiano eso significaba una posición
política fuerte.

-¿Pero tú le advertiste a don Clotario que te ibas?

-Es verdad es que no me atreví. El creía que todo su personal


del CODEHS se integraría a la Comisión. Cuando vio que no
era así se sintió incomprendido y herido. Yo fui, junto a
Patricio Orellana, quienes llevamos los boletines y archivos
del CODEHS a la nueva institución, sin quizás realizar que
don Clotario no comprendía nuestra actitud, motivada por
buscar más seguridad. Los de la Comisión no leyeron los
boletines y documentos que nos llevamos. Pensábamos
entonces que don Clotario no tenía visión política, pues
consideraba traidores a los de la UP que se juntaban con la
DC.

-Y después de esa conducta tuya, ¿volviste a ver a Blest?

-Una tarde en el día de su cumpleaños fui a saludarlo. El


mismo me abrió y me dijo que no tenía nada que hablar
conmigo y me cerró la puerta. Pasados muchos años pienso
que don Clotario tuvo razón cuando nos aconsejaba a los de
la Unidad Popular que no cooperáramos con la Democracia
Cristiana, pues pese a nuestros muertos, torturados y
desaparecidos, ellos se han adjudicado todo el éxito en la
derrota de la dictadura". (33)

LA VEJEZ SE ENFRENTA AL SILENCIO

Clotario Blest. un hombre con tanta capacidad de amor y


ternura, sólo tenía en ese tiempo dos seres con quién
compartir sus afectos: la vieja nana ahora centenaria, a quien
cuidaba con esmero y su perro el Momio que lo acompañaba
a cobrar su pensión y en las noches se acurrucaba a sus pies.
Ambos morirían con pocas semanas de diferencia. En su
hogar, ahora, no le quedaba más que las palomas que
pernoctaban en su techo y bajaban al patio a comer las
migajas de su pan y los gatos marginales que intuyendo la
partida del regalón se introdujeron a la casa en busca de
calor humano.

Durante varias semanas, Clotario se sumió en una gran


tristeza: "Se fueron, me dice, Julia que era como tener en
parte a mi madre; se me fue "el Momio" que conocía todas
mis desventuras de la CUT. Es como enterrar una fase de mi
vida". (34)

Pero no sólo partieron ellos, dos meses después fallecieron el


zapatero anarquista Ernesto Miranda y el obrero municipal
Humberto Valenzuela, trozquistas que fueron sus viejos y
leales hermanos de lucha desde la época de la JUNECH, la
CUT, el MIR, el FRAS y ahora del CODEHS. "¿Con quién
recordar esas etapas de mi vida? La vejez es la etapa más
dolorosa de la existencia y no me refiero a los achaques
propios de los años, sino a ese silencio que nos envuelve y
aísla del resto del mundo.". (35)

Quizás al percibir el desamparo de ese viejo tan solitario.


Oscar Ortiz, estudiante de historia, sintió que su deber era
entregarle la amistad y solidaridad de la cual Blest carecía.
Abandonó sus estudios y dedicó la mayor parte de su tiempo
a ayudarlo. Puso a disposición de Clotario su destartalado
auto sirviendo de chofer hasta que su coche no caminó más.
Lo acompañaba a las cárceles, a embajadas, a sindicatos, a
manifestaciones callejeras y en viajes a provincia y a México
cuando fue invitado en 1982. Se hizo popular la imagen del
viejo barbudo con su mameluco azul escoltado por un joven
chascón de jeans y camiseta. A pesar de la informalidad
física de estos dos personajes tan peculiares, ninguna
embajada ni visita oficial dejó de recibirlos. A Oscar, que
conocía desde la década de 1970 a Blest, habiendo
participado en la redacción de boletines del FRAS y del
CODEHS, le fue fácil insertarse en su vida cotidiana:
cocinaba, limpiaba la casa y redactaba cartas y discursos.

"En esa época -me relata Oscar Ortiz- me sucedió algo


desagradable y para mí sorpresivo. En una de la reuniones
del Comando de Trabajadores en que yo asistía como
representante de Blest, voté en contra de una declaración
pública que me pareció contraria al pensamiento de mi
maestro. Al aceptarse mi moción de censura un grupo de
dirigentes sindicales me gritaron: ¡Cómo le hacen caso al
maricón oficial de Clotario! Ante tal imputación yo quedé
consternado y opté por retirarme en silencio. De regreso a
casa le conté a don Clotario el episodio. El, con su habitual
gesto de indignación, se pescó la barba con la mano y
retorciéndosela me contestó: a usted le duele esa acusación
que sólo me había causado extrañeza. Entonces agregó:
"mire Ortiz el hecho de que yo no me haya casado y de que
no participe en farras con mujeres ha servido para que todos
los mal intencionados me declaren homosexual. Esto es una
forma de terrorismo moral que utilizan como táctica para
destruir al enemigo. A mí eso me tiene sin cuidado." Y
añadió: "si los perros ladran es señal que caminamos." Los
dos no hablamos más del asunto." (36)

En el año 1984, otro muchacho, Francisco Díaz, amigo desde


la niñez de Ortiz también pasó a llenar el vacío de la vida
afectiva de Blest. Ambos lograron en parte reemplazar a los
hijos que Clotario no tuvo.

ACONTECIMIENTOS DEL AÑO 1979 Y EL PREMIO DE


LA PAZ

El inicio de ese año estuvo marcado por el inminente


estallido bélico entre Chile y Argentina. A horas de
comenzar la guerra, la intervención del Cardenal Antonio
Samoré, enviado especial del Papa Juan Pablo II, logra
calmar los ánimos al proponer al Vaticano servir de arbitro
entre los contendores.

Los problemas limítrofes con el Perú significan, pocas


semanas después, el congelamiento de relaciones
diplomáticas entre ambos países.

Clotario Blest durante ese tiempo participa activamente en la


creación de la Liga por la Paz que tenía como objetivo
movilizar a la opinión pública a favor de la paz. Durante
semanas, Blest y los adeptos de la Liga se manifestarán en
desfiles callejeros.

En ese mismo verano explota públicamente el conflicto entre


el gobierno militar y algunos grupos sindicales opositores.

Desde 1974 los sindicatos perseguidos se empeñan en


reagruparse. En 1975 se reactiva el Frente Unitario de
Trabajadores (FUT), heredero de la Asociación Sindical
Chilena (ASICH), fundada por el padre Hurtado en 1947 al
alero de la Iglesia Católica. Tal vez por ser una organización
avalada por la jerarquía eclesiástica, la dictadura permitió
parcialmente su existencia. Su dirigente era Carlos Frez, DC,
y agrupaba a trabajadores portuarios, de movilización
colectiva, obras públicas y organizaciones económicas
populares.

En el año 1977 se constituye la Coordinadora Nacional


Sindical dirigida por Manuel Bustos, que también contaba
con varios dirigentes comunistas.

Estos dos organismos junto al grupo de los Diez ya


mencionado, logran que la ORIT (Organización Regional
Internacional del Trabajo) y filial de la CIOSL
(Confederación Internacional de Sindicatos Libres), declare
un boicot de carga y descarga de todo producto desde y hacia
Chile de los puertos y aeropuertos internacionales a contar
del 30 de enero de 1979. Esta medida se llevaría a efecto
mientras la dictadura no restableciera los derechos sindicales
básicos, como: derecho a huelga, negociación colectiva y
tripartita y elección directa de los dirigentes sindicales. El
boicot fue considerado por el gobierno de suma gravedad
para una economía que iniciaba el período de exportaciones
no tradicionales que cada día adquiría mayor auge. La
dictadura decide entonces cambiar al Ministro del Trabajo
Vasco Costa por José Piñera, a quién se le encomienda
buscar una solución.

Antes de que el boicot comience a aplicarse, viaja


sorpresivamente a Chile, Peter Grace, representante de la
OIRT, empresario e inversionista en Chile y amigo de
Pinochet, con quien llega a un acuerdo; se postergará el
boicot por seis meses con el compromiso de que el gobierno
dicte una nueva ley laboral.

El 1º de julio, inspirado en las ideas neo-liberales del


ministro Piñera, aparece el llamado Plan Laboral, que como
expresó en ese momento Blest "es un negociado a espalda de
los trabajadores y un plan laboral nefasto que sólo favorece a
los capitalistas criollos y a las multinacionales." (37)

En vísperas de la Navidad de 1978, un hecho conmoverá


profundamente al país y lo mantendrá impactado durante
todo el verano de 1979. Por primera vez en Chile se
encuentran los cadáveres de quince detenidos-desaparecidos.
Hasta ese momento, la opinión pública se negaba a admitir la
veracidad de múltiples denuncias de familiares, abogados,
organismos de derechos humanos y personeros de las
iglesias sobre víctimas de la represión de las cuales nada se
sabía.

Gracias a la intervención del Cardenal Silva Henríquez se


presenta ante los Tribunales de Justicia una denuncia firmada
por el abogado Máximo Pacheco, la Vicaría de la
Solidaridad y el Obispo Auxiliar de Santiago Enrique Alvear
que pide la designación de un Ministro en Visita para que
investigue una mina abandonada cerca de Lonquén. En los
hornos de esa mina son encontradas las osamentas
correspondientes a cinco miembros de la familia Maureira, a
tres de la familia Hernández, a tres de la familia Astudillo y
a cuatro lugareños más, todos campesinos.
Ante estos acontecimientos, Clotario Blest y la Agrupación
de Familiares de Detenidos-Desaparecidos llaman a una
concentración para el 20 de enero en el teatro Caupolicán. Al
ser rechazado el permiso, se reúnen en la Plaza Almagro.
Blest acompañado de la viuda de Pablo Neruda, pronuncia
un vibrante discurso. La policía los disuelve y 50 de los
asistentes son detenidos.

El 25 de febrero de 1979 la AFDD llama a una romería que


comienza en la parroquia de Lonquén, después de una misa
que oficia Cristian Precht, Vicario de la Solidaridad. Desde
allí: "1.500 personas peregrinan 5 kilómetros que los llevan
hasta los hornos de la mina. Encabezaba la marcha el viejo
Clotario Blest, precedido por una inmensa cruz de troncos
que carga su discípulo Oscar Ortiz, seguido de una
muchedumbre."

Cristian Precht rememora: "En una mañana muy


impresionante de dolor y oración, emergió sobre los hornos
la figura inconfundible de Clotario Blest.

Espontáneamente se hizo silencio y entonces se escuchó la


voz inconfundible del profeta: "no busquen entre los muertos
a los que están vivos. Levanten su mirada a los cielos e
invoquen al Dios que acoge y hace justicia." Y a
continuación hizo brotar el padrenuestro en los labios de esa
asamblea doliente que entre las cenizas buscaba la
esperanza." (38)

Dos meses después, en vista de que la investigación de


Lonquén no avanza y de que los cuerpos de las víctimas no
han sido entregados a sus deudos, un grupo de 63 mujeres,
integrantes de la Agrupación de Detenidos-Desaparecidos,
junto a Clotario Blest, deciden encadenarse a las rejas del ex
Congreso Nacional. La acción acompañada del grito: ¡Por la
vida, por la paz que nos digan dónde están!, dura 50
minutos, el tiempo que demora el rompimiento de los
candados por Carabineros. En seguida, las mujeres son
golpeadas y arrastradas al furgón. Pese a la indignación de
Blest de no recibir el mismo trato, un oficial lo interrumpe:
"-A usted tenemos la orden de no tocarlo, pues es una
reliquia de los trabajadores." El vespertino La Segunda
informa: "Una concertada acción callejera destinada a crear
clima de agitación, previo al 1º de mayo, tuvo lugar esta
mañana en el centro. Lo demuestra la presencia del ex
sindicalista y antiguo agitador, Clotario Blest, desesperado
porque los carabineros no lo quisieron detener." (39)

Pasan los meses y continúa el caso sin novedades. El 3 de


septiembre se declara una masiva huelga de hambre que se
interrumpe cuando el gobierno militar anuncia la entrega de
los cuerpos. En la iglesia Recoleta Franciscana la espera es
en vano. Los cadáveres, se anuncia, han sido
clandestinamente enterrados por orden del Fiscal Militar.
Ante la indignación de la multitud presente se forma
espontáneamente una marcha que atraviesa el centro de
Santiago. Como siempre, Clotario está presente.

Los responsables de esta masacre son, después de meses de


investigación, identificados y declarados culpables.
Pertenecen a la Fuerza de Carabineros de Isla de Maipo. La
Justicia Militar los declara libres, amparándose en la Ley de
Amnistía.

Por su actuación destacada en todo este dramático


acontecimiento, SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia) que
preside el Nobel de la Paz, el argentino Pérez Esquivel, le
otorga al sindicalista Clotario Blest el Premio de la Paz en
octubre de 1979.

Llega la fecha conflictiva para la tiranía: la conmemoración


del 1º de mayo, ahora de 1979. Después de ser negado el
permiso de reunión en la Plaza Aguirre Cerda, los
convocantes, encabezados por Blest, pese a la reticencia de
algunos sindicalistas, deciden tomarse el sector céntrico y
desde allí marchar a la sede de la ANEF como punto de
encuentro. El gobierno militar acuartela a las Fuerzas
Armadas, suspende el servicio del metro, restringe el paso de
vehículos y ordena red de radios obligatoria. Clotario sale
caminando desde su casa al centro. Los que circulaban al
reconocerlo comienzan a desfilar detrás de él. Así se dirige
al lugar acordado. Al encontrar Blest la ANEF rodeada por
Fuerzas de Carabineros, continúa su andar hacia la Basílica
de El Salvador. Se llena el templo y varias cuadras aledañas.
En los escaños del templo toma la palabra un delegado
extranjero y Tucapel Jiménez, Eduardo Ríos y por último
Clotario Blest. Cuando en medio de su discurso expresa:
"Este acto de protesta demuestra que es posible derribar a la
tiranía. Somos capaces los trabajadores y estudiantes, con
una huelga general propia de la no violencia activa, de
paralizar al país. Yo los exhorto a..." (40), bombas
lacrimógenas comienzan a caer sobre la multitud. No se
escucha nada más. La gente huye refugiándose dentro de la
iglesia, la presión de esa masa descontrolada provoca en el
recinto la caída de vidrios, puertas e imágenes sacras. Pese a
la intervención ante las autoridades de obispos y sacerdotes
presentes, continúa en la calle el apaleo y las detenciones
arbitrarias. Las cifras oficiales al atardecer darán 150 heridos
y 350 detenidos.

Pocos días antes del Día del Trabajo, Blest recibe una orden
del Ministerio del Interior en que se le comunica la
prohibición de ingresar a cárceles chilenas. Para Clotario
esto significa un golpe bajo. Para él visitar a los presos era
cumplir un mandamiento que sustituyó al de la misa
dominical.

"-¿Porqué cree usted sucedió esto?

-Sospecho que se debió a una arenga que pronuncié veinte


días antes en el patio de la Penitenciaría, en la cual exhortaba
a los presos a que se sumaran al movimiento de los
trabajadores, para que el 1º de mayo próximo fuera
combativo y el inicio de acciones unitarias que
definitivamente derrocaran a la tiranía. Apelé de esta
decisión a la Ministra de Justicia Mónica Madariaga que me
indico que las órdenes venían de sus superiores " (41)

Tres años duró este castigo que sólo fue levantado gracias a
la intervención de la Comunidad Europea.

Para señalar la importancia que había adquirido la figura de


Clotario Blest durante ese año, transcribimos un cuestionario
que le formula el diario El Mercurio, vocero de la dictadura,
sobre los personajes políticos y de la cultura más importantes
de la historia de Chile.

Cuestionario a Clotario Blest

"INFLUENCIAS POSITIVAS.

1. Luis Emilio Recabarren; fue el que creó el movimiento


sindical y gremial de la clase trabajadora en el país.

2. Camilo Henríquez: gran periodista e ideólogo.

3. Francisco Bilbao: organizador de la clase trabajadora en


un sentido mutualista.

4. Fermín Vivaceta: uno de los grandes iniciadores del


movimiento mutualista en Chile.

5. Bernardo 0'Higgins y José Miguel Carrera: iniciadores de


la República.

6. Cardenales José María Caro y Raúl Silva Henríquez:


orientadores de la Iglesia hacia el pueblo.

7. Andrés Bello: por su labor en educación.

8. Padre Fernando Vives Solar: luchador del movimiento


gremial y sindical de la clase trabajadora entre los años 20 y
35.
9. Benjamín Vicuña Mackenna: por razones obvias.

10. Carlos Vergara Bravo: profesor universitario y orientador


de la juventud entre los años 50 y 70.

11. Salvador Allende: aunque en política cometió grandes


errores, tuvo a la vez grandes aciertos.

INFLUENCIAS NEGATIVAS:

14. Carlos Ibáñez: porque estableció la tiranía en Chile y


persiguió a la clase trabajadora.

15. Gabriel González Videla: autor de la Ley de Defensa de


la Democracia y perseguidor de la clase trabajadora.

16. Gustavo Ross Santa María: gran amparador de los


monopolios y de las empresas internacionales.

17. Augusto Pinochet, José Toribio Merino, Gustavo Leigh y


César Mendoza: establecieron la autocracia en el país." (42)

Los periódicos de ese año y hasta fines de 1980, como se


comprueba en editoriales y crónicas, no dejaron de fustigar
los hechos y pensamientos de Blest pidiendo la aplicación de
castigos drásticos.

EL DISCÍPULO DESCARRIADO

Desde 1973 Oscar Ortiz mantenía con una mujer una


relación. secreta para Clotario Blest. Según Ortiz, desde
1973 hasta 1975 la relación entre Claudia y él fue a una gran
amistad de compañeros de universidad. Pero, poco a poco, el
compañerismo se transformó en amor y la pareja sintió que
después de cuatro años había llegado el momento de casarse.
Tímidamente, me relata Oscar, insinué a mi maestro que
deseaba contraer un compromiso permanente con la que
consideraba el amor de mi vida. La reacción de Clotario
Blest fue inusitada y explosiva: "Yo creía contar con la
amistad incondicional de un seguidor de Cristo, pero veo que
me he equivocado. Porque sepa usted, Ortiz, que los que
dedican su vida a la causa de la justicia no claudican. Si
usted pretende casarse y formar una familia, mejor retírese.
Pero, don Clotario -le respondió Ortiz- yo no he pensado en
abandonar mis ideales y creo poder compatibilizar ambos
sentimientos.

-Yo soy más viejo que usted -replicó Clotario- y sé que eso
no será posible. Le ruego medite sobre los que le he dicho y
sólo regrese cuando haya tomado una determinación." (43)

Oscar Ortiz luego de quince días de meditación retornó a ver


a Clotario, más resuelto que nunca a casarse. Ante lo
ineludible, Blest decidió recibir a Claudia, la joven a la que
durante años había negado la entrada a su casa, golpeándole
con fuerza la puerta en la nariz cada vez que iba a buscar a
Oscar. Claudia Soto tenía en ese entonces 23 años. Se trataba
de una muchacha alta, de cabellos largos e inmensos ojos
negros. Una "mansa mina", como afirmaban los amigos de
Ortiz. Ella me narra los hechos: "A pesar de los desaires
sufridos, yo admiraba a don Clotario, quizás por el respeto y
admiración que le profesaba mi novio. La tarde en que Blest
anunció que nos recibiría y que por primera vez se abría para
mí la puerta de su casa, estaba nerviosa y asustada. Sabía que
él se oponía al matrimonio y que tenía mucha influencia
sobre Oscar. Don Clotario nos esperaba en la sala, no nos
saludó ni tendió la mano. Caminaba de un lado para otro
agarrándose la barba, síntoma de una gran indignación. Con
voz estruendosa nos dijo: "Tendré que aceptar este disparate,
pero desde ya les pronostico que este ridículo idilio no
durará más de seis meses. Para mí esto no es más que una
atracción carnal. Ahora bien, si ustedes se comprometen
después del matrimonio a no tener relaciones sexuales
durante tres meses yo creeré que el amor entre ustedes es
verdadero." Nosotros dos, consternados y estupefactos, le
juramos que así sería. Y aunque a usted le parezca raro
cumplimos lo prometido. Después de una privada ceremonia
civil, nos fuimos cada uno a nuestros hogares durante los tres
meses convenidos." (44)

Me contará Oscar Ortiz, años después, que, a pesar de la


promesa cumplida, la relación con Claudia no mejoró. "Aún
después de anunciarle el nacimiento de mi primer hijo, él no
se dio por enterado, lo mismo sucedió con la llegada de
Yaritza, nuestro segundo vástago. La primera vez que yo
noté un cambio en la actitud de mi maestro fue durante la
enfermedad y muerte de mi tercer hijo. Este tercer parto
había sido difícil y, desde el nacimiento del niño los médicos
consideraron que él no viviría y que había que salvar a la
madre. Viendo mi angustia, Clotario abandonó todas sus
labores sociales y no se separó de mí durante los diez días de
agonía del bebé y de la lenta recuperación de Claudia. Desde
esos días se operó un cambio profundo en su actitud, distante
y fría, con mi familia. Aceptó a Claudia y con los niños se
mostró cariñoso. Para los pequeños pasó a ser un abuelito, el
"Tata Tocario" como lo denominaron." (45)

EL AÑO DEL PLEBISCITO

Durante 1980 la dictadura da el salto definitivo a una nueva


institucionalidad política y económica. En relación al aspecto
económico se producen las llamadas "Siete
Modernizaciones" que tuvieron como finalidad la
privatización de parte importante del sistema social, como
educación, previsión, salud, etc. y cuyo ideólogo fue José
Piñera. En lo político, la promulgación por vía plebiscitaria
de una nueva Constitución, que reemplaza a las ambiguas
Actas Constitucionales, con las cuales hasta entonces se
basaba la dictadura; lo que dará en el aspecto jurídico la
legalidad constitucional necesaria a una república.

La génesis de esta nueva Constitución se remontaba a


septiembre de 1973, cuando el gobierno militar le encargó a
un grupo de juristas, presidido por Enrique Ortúzar, la
elaboración de la Carta Constitucional que reemplazaría a la
del año 1925. En agosto de 1976, el General Pinochet,
encomienda al Consejo de Estado (46), presidido por el ex
Presidente Jorge Alessandri, el estudio final de la nueva
Constitución. Durante dos años y a puerta cerrada, el
Consejo de Estado se dedicó exclusivamente a redactar este
proyecto que estipulaba, entre otras cosas, que el período de
transición duraría entre marzo de 1981 hasta marzo de 1986,
etapa en la cual el Congreso sería designado por el gobierno
de facto. En seguida, durante 1986, se convocaría a
elecciones directas de Presidente y parlamentarios.

En vísperas de ser entregado este proyecto a Pinochet, en


julio de 1980, un grupo de trabajo, designado por el jefe de
Estado, se posesiona del texto y lo modifica. Las alteraciones
principales fueron: extensión del período de transición a
dieciséis años en vez de cinco;

a la Junta de Gobierno se le asigna el poder legislativo; el


Presidente de la República duraría en su cargo 8 años y no 6
como proponía Alessandri. Antes de darlo a conocer al
pueblo de Chile, la Junta decide cuestionar los dieciséis años
de transición, considerando que causarían un impacto
negativo, resolviendo, entonces, reducir a ocho años este
período y completar los dieciséis sólo después de un
plebiscito de ratificación por otros ocho años.

Al enterarse Alessandri de esta maniobras, queda


profundamente decepcionado, presentando en los días que
siguen su renuncia indeclinable al Consejo de Estado. Esta
carta renuncia no fue difundida hasta después del plebiscito.
La opinión pública, por lo tanto, creyó votar por la
constitución gestada por el viejo estadista Jorge Alessandri,
que pese a su colaboración con el régimen militar, era
considerado un demócrata por la gran mayoría.

En relación a este alejamiento del Consejo de Estado del ex


mandatario, Clotario Blest opina: "Yo sabía que a la larga
Jorge tendría que irse." Como prueba de lo expresado me
muestra una carta que tenía guardada de puño y letra escrita
por Alessandri, enviada como respuesta a una demanda suya
para que intervenga por los detenidos-desaparecidos: "...Sabe
cuánto lo aprecio, porque lo considero uno de los pocos
luchadores políticos sincero y honrado que no han buscado
en la vida pública ningún beneficio ni satisfacción personal.
Comprenderá cuan grato habría sido para mí dar una
respuesta satisfactoria a sus peticiones. Mi intervención
caería en el vacío porque las solicitudes que me formula, no
encontrarían ninguna acogida por ser incompatibles con el
régimen de excepción que estamos viviendo...Tengo la
conciencia tranquila, porque mis archivos dejan constancia
de todos los esfuerzos que he gastado en estos últimos años
por aliviar los dolores de algunos parientes de desaparecidos.
En algunos casos he logrado señalar el paradero de los
parientes, pero después de pasado un tiempo se han renovado
esos reclamos..." (47)

El 10 de agosto de 1980, el General Pinochet informa al país


de la realización de un plebiscito para el 11 de septiembre,
donde se aprobaría o rechazaría la nueva constitución.

La Democracia Cristiana, prácticamente el único partido en


actividad abierta, sacó una declaración en que califica la
convocatoria como: "Un acto de extrema violencia y una
afrenta a todo el país." Añadiendo:

"En estas condiciones, el supuesto plebiscito carece de toda


validez y, en consecuencia, el texto que se vote, como todos
los futuros actos que se ejecuten en el ejercicio de los
poderes emanados de aquel, son igualmente ilegítimos y sin
valor." La declaración llevaba cinco firmas: Raúl Troncoso,
Jaime Castillo, Tomás Reyes, Carmen Frei y Andrés
Zaldívar. Este último agregó un llamado a movilizarse en la
forma en que cada uno pueda y aún, a pesar los riesgos,
expresar su repudio al acto. "Aún no se pronunciaban si
participarían o no en la votación: para unos un fraude estaba
en curso y debía llamarse a la abstención; para otros, era
preciso jugarse por un NO, combinado con la descalificación
del plebiscito" (48)

Clotario Blest reacciona llamando a una reunión amplia en


su casa, a la cual asisten los dirigentes del FUT, los obispos
Hourton y Camus y todos los miembros del CODEHS, entre
otros. La gran mayoría deciden, después de largas
deliberaciones formar un "Frente por la Abstención" y
difundir los postulados de esta posición: 1º esta constitución
fue hecha a espaldas del pueblo, 2º El plebiscito no ofrece
ninguna garantía de legitimidad porque, a) no existen
Registros Electorales, b) no hay libertad de prensa, c) existe
Estado de Excepción vigente en todo el territorio, 3º de
acuerdo a la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones
Unidas se puede, dadas las condiciones, otorgar la libertad
de no participar.

Blest me indica que después de este pronunciamiento que


influía sólo en una parte de la oposición, decide entrevistarse
con Jorge Alessandri y Eduardo Frei, para que ellos arrastren
a la abstención a sus seguidores y así este pseudo plebiscito
tenga ilegitimidad. "Desgraciadamente, me agrega,
Alessandri me dice que no le corresponde hacer ninguna
declaración, pues él ya envió una carta a la Junta sobre su
parecer y que espera que la ciudadanía la conozca pronto.
Frei me argumenta que está de acuerdo con mi raciocinio,
pero que debe consultarlo con su partido y que la decisión
final se hará pública en un acto en el Teatro Caupolicán al
cual yo seré invitado. La invitación no me llegó nunca y ese
día Frei en un discurso llamó a votar NO. Con esa
determinación se avaló -ante el mundo entero- esa
constitución hecha a la medida de la dictadura. El tirano
ganó una vez más." (49)

En el aniversario del Golpe Militar, el 11 de septiembre, se


realiza el plebiscito, arrojando los siguientes resultados:
SI 4.204.879 67.04%
NO 1.893.420 30.19%
NULOS 173.56 2.77%
Votos escrutados 6.271.868
''Al caer la tarde una alegre muchedumbre se congregó frente
al edificio Diego Portales. Esa noche Pinochet pronunció un
discurso llamando a "quienes impugnaron la pureza de ese
acto a deponer tal actitud y reconocer el legítimo triunfo del
pueblo de Chile." Hizo varias promesas para los siguientes
ocho años: un millón de nuevos empleos, 900.000 casas más,
una nueva previsión, un automóvil y un teléfono por cada
siete chilenos y un televisor por cada cinco, un Ministerio de
la Mujer y un gran Movimiento Cívico Militar de Chile para
el cual había que inscribirse en el municipio." (50)

Todo este clima triunfalista que vivió el gobierno dictatorial


tendía a opacar los reveses sufridos meses antes. En marzo
de ese año, Pinochet resolvió visitar el archipiélago de
Filipinas e islas aledañas invitado por el jefe de Estado de
ese país, Ferdinand Marcos para "inaugurar la apertura de
nuevos mercados chilenos en el Pacífico sur." Cuando estaba
próximo a aterrizar, el gobierno de Filipinas se niega a
admitirlo a él y a su comitiva. Como producto de ello se ve
obligado a regresar apresuradamente y en pleno vuelo
destituye a su Ministro de Relaciones Exteriores, Hernán
Cubillos. Para los analistas políticos esto significó -fuera del
deterioro de la popularidad de Pinochet- un regreso al poder
de los llamados "duros", liderados por los ultranacionalistas
y en especial por Manuel Contreras, que promovían como
política "la vía represiva en el frente interno y la
intransigencia en las relaciones exteriores." (51) Como
prueba de la presencia de los duros, el gobierno militar en
octubre firma el decreto de no ingreso al país del Presidente
de la Democracia Cristiana, Andrés Zaldívar, aprovechando
su asistencia a un congreso en Israel. Tres años permaneció
Zaldívar exiliado.

Blest en esos momentos lloraba la pérdida de su amigo el


obispo de El Salvador. Oscar Arnulfo Romero, asesinado por
esbirros de derecha.

Así se explica que el 1º de mayo de ese año 1980, sólo pudo


conmemorarse en la sede del sindicato IRT a puertas
cerradas y rodeado por fuerzas uniformadas. A pesar del
clima de miedo reinante, Clotario Blest, lamentando la
desunión sindical a siete años de la instauración de la tiranía
militar, expresa: "Se debe dejar de lado las ambiciones
personales, las ideologías políticas sectarias, por este gran
problema de la unidad de la clase trabajadora, sin la cual no
será posible redimir a Chile...Oíganlo bien, nosotros seremos
responsables de esta traición que cometemos a la clase
obrera cuando no nos unimos." (52) La asamblea, muda,
escucha al viejo luchador de la unidad.

En julio es asesinado en un atentado el jefe de Inteligencia


Militar, Roger Vergara. Como consecuencia de esta acción
atribuida a la oposición armada, deben renunciar el director
de la CNI, Odlanier Mena y el jefe de la policía civil, general
Ernesto Baeza. por demostrarse ineptos ante la lucha
subversiva. La represión se desata sobre grupos
universitarios y periodistas, resultando muerto a raíz de las
torturas el joven Eduardo Jara.

Antes de terminar el año, el Parlamento de Alemania Federal


anuncia la candidatura para el Premio Nobel de la Paz del
sindicalista y luchador, Clotario Blest. A esta nominación se
adhieren Venezuela, Finlandia y Noruega. En Chile apoyan
esta iniciativa ex parlamentarios, intelectuales, artistas,
dirigentes sindicales y poblacionales. Esta postulación se
mantendrá hasta el año 1990, fecha del deceso de Blest.

Con un grupo de mujeres "Sin Casa", a fines de octubre,


Blest ocupa las oficinas del SERVIU (Servicio de la
Vivienda). Al poco rato son desalojados violentamente, a los
golpes y gritos de: "Esto es por el Premio Nobel, para que no
te olvides de tu no violencia abuelito cabrón de todas estas
mujeres." Después de este apaleo Clotario tuvo que
permanecer varios días en cama debido a un esguince y a
una vértebra rota.

Para indicar la seriedad y pluralidad con que aplicaba Blest


sus principios sobre los Derechos Humanos, debemos
mencionar la formación del Comité de apoyo al pueblo
polaco, personificado en su líder Lech Walesa y la carta
enviada a Fidel Castro donde le pide la libertad del
encarcelado sindicalista David Salvador. Meses después, el
homenaje que rinde en una plaza a los mártires del
levantamiento del pueblo húngaro contra la ocupación
soviética: "Tengo la obligación de participar en todos los
actos que defienden la libertad y el sindicalismo..."

"...Nosotros no aceptamos ninguna dictadura, venga del


proletariado o venga de Dios..." Tampoco El Vaticano deja
de recibir su reprobación cuando en un comentario del
boletín CODEHS escribe: "Es absolutamente necesario que
El Vaticano, sede de la autoridad máxima de la Iglesia
Católica, explique y aclare lo ocurrido en el Banco del
Vaticano, que ha significado el suicidio de dos altos
magnates de dicha oficina, cuya manipulación de dinero
internacional en nada se diferencia de las oficinas cuyas
ganancias en dólares y oro proviene del trabajo del
proletariado mundial. Todos sabemos que El Vaticano, sede
del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, es un país
independiente como cualquier otro y que "por lo tanto está
sujeto a la crítica universal". Esto significa que la autoridad
máxima de este país, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica
Juan Pablo II, debe dar una explicación clara y precisa sobre
lo ocurrido, ya que este hecho ha sido profusamente
divulgado por toda la prensa mundial." (53)

En diciembre de ese año, la Iglesia Católica realiza su tercer


Congreso Eucarístico. Muchos son los invitados: políticos,
artistas e intelectuales. Durante el acto de encuentro con la
juventud, realizado en la Parroquia Universitaria, los
asistentes -casi todos estudiantes- solicitan a Clotario que
cierre el acto. Blest de ochenta años, y muy emocionado,
entregará a ese centenar de jóvenes lo que podría llamarse su
"Testamento Doctrinario", basado en sus vivencias más
sentidas: "El cristianismo se demuestra en las acciones, no
en las palabras. Creo haber cumplido la doctrina de Cristo,
creo haber actuado de buena fe. El cristianismo tiene muchas
definiciones, basadas en la historia y la filosofía, pero la
realidad le da una dimensión distinta. El cristianismo es la
lucha por alcanzar la justicia, para sacar de la miseria a los
pobres, para dar esperanza a los que sufren sometidos a una
sociedad corrompida por el dinero. El siglo XX es el siglo
del becerro de oro, no digo con patas de qué, sería
desagradable. Todos, hoy día, no ambicionan más que el
dinero, lo demás no importa, aunque estemos rodeados de
pobres que se mueren de hambre. Estamos viviendo un
período auténticamente anti-cristiano, porque hemos hecho
de la esencia del cristianismo mofa, teatro. Ser cristiano es
querer imitar a Cristo y nada más. Pero, ¿quién fue Cristo?
Yo lo sintetizaría así: nació en un pesebre y ¿quién, por
miserable que sea, no tiene un lugar humano para dar a luz a
su hijo? ¿Y cómo vivió? Junto a todos los marginados de la
sociedad, aún con los leprosos. Cuando un joven le preguntó
¿Maestro, cumplo yo los mandamientos de Dios? Le
contestó: vende todos tus bienes, repártelo entre los humildes
y después sigúeme. La respuesta es clara. No justifiquemos
nosotros el dinero ¿Cómo murió Cristo? Crucificado por
sedicioso y entre dos ladrones. Hoy, en cambio, ¿cómo
aspiramos a vivir nosotros? De la manera más cómoda
posible, rodeados de toda una mercancía que nos ofrece la
sociedad de consumo. Esa postura no es cristiana.
Discúlpenme que hable en este tono, pero yo he vivido
sesenta años luchando para ese hombre nuevo que será el
único capaz de crear un mundo nuevo. Allí está la solución.
Hay que transformarse internamente, no externamente. Eso
es el cristianismo. No andemos buscando otros epítetos. Y,
por favor, no confundir con ese que se hace llamar católico
porque va a la iglesia y se golpea el pecho y piensa que eso
basta. Al terminar, quiero expresarles que les he hablado con
el corazón. Excúsenme que me haya extendido, pero cuando
uno está frente a la juventud y mira esos rostros anhelantes,
resulta reconfortante entregarles la experiencia de un viejo
que dice la verdad. No soy un demagogo, porque pronto me
moriré y porque jamás he esperado algún pago en esta vida,
absolutamente ninguno. Mi único orgullo es haber nacido
pobre y vivir pobre como lo hizo mi maestro Cristo." (54)

SOPLAN VIENTOS CONTRARIOS

En marzo de 1981, coincidiendo con la puesta en vigencia de


la nueva constitución, el General Pinochet y parte de sus
ministros se trasladan a La Moneda, restaurada casi ocho
años después de su destrucción. Ese edificio, símbolo del
poder Ejecutivo, debía, según los militares, ser lo que
durante casi un siglo fue: el lugar más elegante y alhajado
del país. Para el transeúnte común el cambio más notorio fue
la desaparición de la puerta de Morandé 80, por donde salió
el cadáver de Salvador Allende. El 12 de marzo, día en que
empezó a regir el mandato de ocho años de presidencia, el
General Pinochet comenzó a actuar en su nueva oficina.
Durante la noche se efectuó una recepción en el patio de los
naranjos, siendo la más formal de cuantos se recuerdan del
régimen.

Pese a la imagen de bienestar y fuerza que demostraba ese


inicio de gobierno estable, comenzaron muy pronto a
manifestarse los síntomas de inestabilidad económica.

Hasta ese momento la economía estaba en manos de los


Chicago Boys, muchos de ellos redactores del texto llamado
El Ladrillo, presentado en agosto de 1972 a petición del ex
marino Roberto Kelly, para tener preparado un plan
alternativo de economía ante el descalabro económico de la
Unidad Popular. Según los marinos "Botar a Allende no
cuesta nada, lo importante es qué hacer con el gobierno,
como solucionar los problemas económicos." (55) Diez son
los economistas que elaboran El Ladrillo : Álvaro Bardón,
Juan Braun, Pablo Barahona, Manuel Cruzat, Sergio de
Castro, Andrés Sanfuentes, Emilio Sanfuentes, Sergio
Undurraga, Juan Villarzú y José Luis Zabala. Este
documento dará las pautas de la futura acción en el plano
económico del gobierno militar, según lo indica Arturo
Fontaine, en su libro "El Presidente Pinochet y sus
Economistas".

Todas las señales económicas hasta 1980 vaticinaban el éxito


de este modelo: superávit fiscal, mejora de la balanza de
pago, disminución de la deuda externa y el cobre a buen
precio. La aplicación de la libertad de precios y tasas de
interés, permitieron la formación del mercado de capitales
que posibilitaron la contratación de crédito externo a
mediano plazo. Este mercado proporcionaba al público
depósitos a plazo, cuota de Fondos Mutuos y otras
operaciones, lo que motivaba que el pequeño y mediano
industrial, agricultor y comerciante se involucraran en el
aparato financiero.

Para que este modelo económico funcionara era


imprescindible mantener la inflación absolutamente
controlada. Por esto, el equipo económico, sabiendo que el
fenómeno inflacionario era endémico procede
dogmáticamente a combatirlo, utilizando el mecanismo de
cambio fijo consistente en un dólar a 39 pesos. La medida,
tomada en julio de 1979 por el Ministro de Hacienda Sergio
de Castro, se fundamenta en la paridad con el dólar
norteamericano, garantizando una inflación baja similar a la
de Estados Unidos. Esta "dolarización" desata un fuerte
consumo interno que se manifiesta en supermercados
abastecidos con esquisiteces de los más lejanos puntos del
planeta, en el aumento de los automóviles, muchos de ellos
de lujo, y proliferación de toda clase de productos
electrodomésticos.

Los empleados y trabajadores también son tentados a


adquirir créditos en bancos y financieras. La sociedad se
siente partícipe del bienestar general. Algunos -aunque sea
por primera vez- logran comprar a plazo un televisor o una
máquina lavadora. Y aun el obrero calificado posee ahora su
auto propio. Salir a turistear tampoco es una utopía, pues con
el dólar tan bajo se goza de vacaciones en lugares de
ensueño.
Desgraciadamente esta bonanza duró sólo tres años. La
recesión en Estados Unidos tocó a Latinoamérica y a Chile
en particular. El Ministro Sergio de Castro obcecado por el
éxito no vislumbró el descalabro que se avecinaba. Varios de
sus compañeros de El Ladrillo insistirán inútilmente sobre la
necesidad imperiosa de modificar el cambio fijo, pero sus
clamores no serán escuchados. "Un implacable Ministro de
Hacienda, Sergio de Castro, sufrió durante todo el año 1981
el embate de numerosos y enfurecidos enemigos. Al
despuntar el Año Nuevo los presagios oscuros dominaban la
escena." (56)

Ante la baja del precio internacional de el azúcar y frente a la


imposibilidad de seguir subsidiando sus actividades, la
Compañía de Refinería de Azúcar de Viña del Mar, CRAV
-una de las más solventes del país- paraliza y quiebra
económicamente arrastrando a supermercados, Compañías
de Seguros, Administradoras de Fondos Mutuos, Plantas
elaboradoras de remolacha y variados negocios dependientes
de su dirección. Tiempo después, en noviembre de 1981, se
intervienen seis bancos y cuatro financieras por insolvencia
económica. Los pequeños y medianos industriales que
habían sustituido sus actividades productivas por el negocio
fácil de la importación, también quiebran. Durante 1981 se
produjeron 431 quiebras.

Al considerado "mago de las finanzas", el Ministro de


Castro, se le exige su renuncia. Su lugar lo ocupa un militar,
el general Luis Danús, que como primera medida alza el
dólar a 46 pesos. Semanas después, al no surtir efecto esta
medida, el general es reemplazado por el economista Sergio
de la Cuadra, quien decreta plena libertad cambiaría. Como
todo el mundo había creído en el cambio fijo los grandes
empresarios, banqueros, continuando con los agricultores,
comerciantes hasta los obreros, caen en estado moroso.

En 1982 las quiebras ascienden a 626, la cesantía llega al


25,2%, el mercado accionario baja a un 48,8%. Junto a los
presos políticos, las cárceles se llenaban ahora de
comerciantes, agricultores, transportistas, endeudados con el
sistema bancario. El dólar se empinaba en esos días a 90
pesos y las reservas continuaban disminuyendo
peligrosamente. El dinero había casi desaparecido. El
gobierno militar esperando, mitigar la alta cesantía, crea el
POJH y el PEM (57). Los remates se suceden uno tras otro
contra los deudores. La dictadura militar que esperaba paliar
esta situación por medio de flujos crediticios del exterior,
sufre una gran decepción cuando en agosto de 1982 a causa
de la cesación del pago de la deuda externa que afecta no
sólo a Chile, sino a toda Latinoamérica los créditos son
congelados. Es el término del oxigeno exterior para los
deudores.

Ante el cariz que tomaba la situación socioeconómica y sus


posibles consecuencias políticas, Pinochet efectúa
desesperadas maniobras. El 30 de agosto de 1982, asume el
cargo de biministro de Hacienda y Economía con amplios
poderes, el empresario y economista Rolf Lüders. Su primera
disposición será fijar el dólar a 52 pesos, aboliendo la
libertad de cambio. Pero, sin duda, la más espectacular es la
intervención estatal del sistema financiero virtualmente
quebrado.
Entrevisto a Clotario poco después de las medidas del
Ministro Lüders:

"-Don Clotario, sé que usted no ha sido víctima del


descalabro económico que sufre el país, ¿cuál es su juicio
sobre esta etapa que ha vivido Chile?

-Yo no creí nunca en la trampa del llamado "milagro


económico", pues toda esta bonanza era falsa y se debía a
créditos de la banca internacional que a la larga tendríamos
que pagar todos y con intereses. Traté de advertirles a la
directiva de la ANEF y a mis amigos obreros para que
tuvieran cuidado y no se endeudaran. Pero era tanta la
propaganda y las ansias de la mayoría de poseer lo que hasta
entonces era inalcanzable que los consejos de este viejo
cayeron en el vacío. Ahora están desesperados. La más
popular distribuidora de artículos electrodomésticos, el "Pie
Chiquitíto" que facilitaba el acceso a estos bienes en cuotas
mínimas, ahora tiene contratados unos matones que
confiscan los enseres tan codiciados de la manera más brutal
y vejatoria, sólo por el "delito" de no pagar las últimas
cuotas y eso que la mayoría han cancelado más de la mitad
de la deuda. Ver a esas familias modestas perder tan
injustamente sus ilusiones me causa ira. Porque, sabrá usted,
que los ricos, como siempre, son los que menos sufren con
este colapso. Ellos tienen a muy buen resguardo sus
capitales.

-Pero, ¿ese drama no trasciende a la opinión pública?


-Esta es una tiranía y por lo tanto no existe libertad de
expresión. Además el pueblo está tan chequeado con todo lo
que ha sucedido en este país que el desánimo y la pasividad
es su única respuesta ante estas arbitrariedades." (58)

UN VIEJO AMOR NO SE OLVIDA NI SE DEJA

Durante la conmemoración de la muerte del jesuita Fernando


Vives, Clotario organiza -como todos los años-una liturgia a
su memoria en la iglesia de San Ignacio. Allí se encuentra
con dos de sus antiguos compañeros: Florentino Mateluna y
Bartolomé Ramírez. El recuerdo de su guía y padre adoptivo
Vives y la compañía de sus hermanos de lucha, evocan en
Clotario imágenes dormidas. La novia del pasado le pena
durante toda la ceremonia.

Al día siguiente, Blest solicita a la madre superiora del


Convento de las Carmelitas Descalzas de Los Andes,
autorización para visitar a su antigua prometida: la madre
Sor Teresa del Sagrado Corazón, en la vida civil, Teresa
Ossandón Guzmán. Aunque parezca extraño, dadas las
reglas estrictas del convento, la madre superiora -quizás por
inspiración del Espíritu Santo- concedió la autorización.
Después de 60 años de separación, el octogenario
sindicalista se prepara para visitar al amor de su juventud.

El 13 de octubre de 1982, le pide a su discípulo Oscar Ortiz


que revise su destartalado auto pues ambos emprenderán un
viaje a Los Andes. Según me relata Ortiz, en el trayecto de
dos horas, Blest permaneció silencioso, como sumido en un
profundo sueño. Al llegar al convento, Clotario se dirigió
solo al claustro.

-Me dijo, agrega Ortiz, que debía cumplir una misión


importante y que yo lo esperara hasta su regreso. Después de
una hora retornó, venía sonriente y durante todo el trayecto
de vuelta a la capital estuvo relajado. Mientras escuchaba por
la radio un preludio de Bach -su compositor preferido-
opinaba sobre la belleza de los campos que atravesábamos y
que a pesar de la aridez de la cordillera, sin embargo, en esa
primavera se mostraban verdes y florecidos. A continuación
en una actitud confidencial que no le era propia, me dijo:
"Estoy en paz. Mi novia, Teresa Ossandón comprendió que
la decisión de romper nuestro noviazgo y la de continuar
nuestras vocaciones por separado era correcta. Ella ha sido
feliz entregada a la oración. Hablamos largo rato sobre
nuestras vidas. Fue como reanudar un diálogo inconcluso.
Me agradeció mi visita con una sonrisa que todavía
conservo. Fue también una despedida, no necesito repetir
este encuentro. Ella está enferma, más que yo. En el más allá
volveremos a vernos, aunque yo tendré que pasar un tiempo
en el purgatorio. Ahora comprendo que mi soberbia me
impidió perdonar y ser tolerante. Debiera haber aceptado
-pese a las humillaciones sufridas- la tarea de ser un
dirigente como era mi deber. Es difícil para un pobre ser
humano seguir las huellas de Cristo sin Saquear" (59)

Al llegar a Santiago y luego de despedirse de su compañero,


le murmuró: "guarde este secreto, no sé por qué se lo he
contado. Para todo el mundo esta novia no tiene nombre y
está muerta." (60)
Sor Teresa del Sagrado Corazón falleció el 7 de diciembre de
1988, a los 86 años, un año y medio antes que Clotario Blest.

INTENTOS FRACASADOS DE LA OPOSICIÓN

La crisis económica debiera haber sido el detonante -como lo


fue en el año 1931 para la dictadura de Ibáñez- de una
explosión social.

Sin embargo, una y otra tentativa no fueron más que


voladores de luces que en algunos casos terminaron
trágicamente, como el asesinato de Tucapel Jiménez.

A mediados de 1981, el FUT, la CEPCH, la CNS y el


CODEHS convocan a un congreso de la CUT, proscrita por
la dictadura. A pesar del entusiasmo de muchos y estar fijada
la fecha para el 21 de diciembre (aniversario de la masacre
de la Escuela Santa María de Iquique, considerado el día del
trabajador latinoamericano), la UDT (Unión Democrática de
Trabajadores) a la cual pertenecía la ANEF, decide no
participar arguyendo que la presencia de los comunistas no
daba garantías democráticas.

Pese al fracaso de este proyecto de unidad sindical, la


resistencia contra la aplicación de las nuevas leyes laborales
se manifiesta a través de la Coordinadora Nacional Sindical
encabezada por Manuel Bustos (DC) y Alamiro Guzmán
(PC). A mediados de agosto de 1981, Pinochet ordena sus
detenciones. Como consecuencia de estos arrestos se
constituye un Comité de Defensa de la Libertad Sindical,
integrado por políticos y dirigentes de variadas tendencias,
en el que participa Blest. Pinochet al interiorizarse del
surgimiento de este comité que no respetaba la legalidad
vigente, instruye al Ministro del Interior, Sergio Fernández,
para que promulgue el Estado de Sitio y la expulsión masiva
de los firmantes. El Ministro del Interior logra persuadir a
Pinochet de lo nefasto que sería, para la imagen exterior, tal
medida. Se resuelve entonces sólo deportar a cuatro de ellos:
Jaime Castillo, DC; Alberto Jerez, IC; Carlos Briones, PS y
Orlando Cantuarias PR.

Eduardo Frei, después del plebiscito y el exilio forzoso de


Zaldívar, toma la decisión de permanecer definitivamente en
Chile con la idea de reforzar la posición de su partido y ser
una voz crítica y esperanzada ante la situación que aqueja al
país. Desde 1975, Frei, esporádicamente en seminarios en el
extranjero y en sus libros escritos durante esos años, declara
su decepción y preocupación por el rumbo que toma el país:
"Nuestra patria tiene que volver al ejercicio de los derechos
y de la libertad de cada ciudadano, sin que nadie viva en el
temor, en la inseguridad." (61) "La libertad que se aplica en
el campo económico, salvo en cuanto a las remuneraciones,
es, sin embargo, drásticamente restringida en el campo
político y social." (62) "En Chile podríamos preguntarnos si
el país tiene hoy más o menos seguridad que antes, sobre
todo en lo que se refiere a la situación externa y en especial a
los problemas limítrofes, y si el país está ahora en mejores
condiciones para afrontarlos o en las peores que ha conocido
en todo el período de su vida independiente. Es necesario
afrontar seria y decididamente el retomo a la democracia."
(63)
Mientras el modelo económico comenzaba a despeñarse,
Frei que padecía una dolencia incómoda, pero no mortal, la
esofagitis, decide en noviembre de 1981, intervenirse
quirúrgicamente. De esta operación Frei no se repuso nunca.
Su agonía fue larga y dolorosa. El 22 de enero de 1982
fallecía a los 71 años de edad. Su muerte inesperada produjo
una gran conmoción. Los exiliados Zaldívar, Castillo,
Fuentealba y Huepe, todos demócrata cristianos, viajaron a
Santiago, pero no se les permitió el ingreso, obligándolos a
retornar a sus lugares de exilio. El cuerpo del ex Presidente
fue velado en la Catedral y una inmensa muchedumbre
acompañó sus restos hasta el cementerio, transformándose el
sepelio en una manifestación masiva de repudio a la
dictadura militar. Pinochet y sus ministros se hicieron
presentes en el velatorio de la Catedral. Al entrar son intensa
y ruidosamente abucheados. Entre los que dirigen la contra
manifestación en la Plaza de Armas se distingue la figura de
Clotario Blest. El vacío del líder de la DC se dejará sentir
por largo tiempo.

Un mes después es encontrado degollado y baleado en su


auto particular, un taxi, el Presidente de la ANEF, Tucapel
Jiménez. La posible unidad de los trabajadores, fraguada en
los meses anteriores y que debía concretarse con la anuencia
del General Leigh y sus partidarios, es detectada por la CNI
y el asesinato de Jiménez congela, todo posible proyecto de
movilización por un año. El plan, dirigido por Tucapel,
llamado "Frente Nacional" significaba un arma
excesivamente peligrosa para la estabilidad de la dictadura.
El crimen - para los detentadores del poder- es justificable.
Si bien la clase trabajadora se siente abrumada por sus planes
fracasados, los partidos políticos, desde 1979, han
comenzado a reorganizarse. Pese a su precaria condición
económica y a la persecución contra sus jefes y militantes, su
presencia se manifiesta en boletines clandestinos, actos
públicos disfrazados de culturales y centros de estudios
amparados en ONG (Organizaciones no Gubernamentales).

En el sur el descontento de los pequeños y medianos


empresarios agrícolas, industriales, comerciantes y
transportistas se hace notorio después de las quiebras. Desde
octubre a diciembre de 1982, estos sectores se agrupan en
una multi gremial que abarca desde la octava a la décima
región, encabezada por el dirigente triguero Carlos Podlech.
Se inician las acciones con bloqueos de caminos, cierre de
comercios y resistencia masiva ante el remate de sus bienes
ejecutado por los bancos comerciales. La dictadura replica el
3 de diciembre, aprovechando el día en que se efectúa una
gran asamblea en Temuco. Los asistentes son reprimidos y
Podlech es expulsado del territorio nacional.

El mismo día en Santiago, algunos meses después de la


liberación de Manuel Bustos, la Coordinadora Sindical
convoca a una reunión pública con el fin de dar cuenta de un
petitorio económico en la Plaza de Artesanos. Mientras
Bustos, dirigente textil, y Héctor Cuevas, dirigente de la
construcción, daban comienzo al acto, la policía uniformada
disuelve a los presentes y aparece por primera vez un grupo
de civiles, los denominados "gurkas", armados con cadenas,
manoplas y laques que golpean al público sin
discriminación. Clotario Blest sufre las consecuencias de
esta brutalidad que termina con el y su discípulo Ortiz en la
Asistencia Pública. Bustos y Cuevas son deportados a Brasil.

LA FUERZA SILENCIADA DE LA MUJER IRRUMPE

Los primeros días de enero de 1983, cuando todavía Blest


permanece en reposo por la golpiza de la Plaza de Artesanos,
paso a saludarlo para desearle un Feliz Año Nuevo. Al entrar
a su casa me encuentro con varias mujeres en su sala de
estar. Las saludo; son representantes de agrupaciones de
Detenidos-Desaparecidos, de Ejecutados, Exiliados y Presos
Políticos y pobladoras a cargo de ollas comunes. En la sala
contigua también trabajan otras mujeres a cargo del boletín y
correspondencia. Clotario recibe mis saludos sin ningún
entusiasmo: "Un año más viejo, no es para celebrarlo."

"-Su casa está repleta de mujeres, don Clotario, ¿y los


hombres?

-Todos unos cobardes. Deben estar en algún partido de


fútbol en el estadio.

-Yo creía que usted no tenía experiencia en trabajo con


mujeres.

-Es verdad, pero hoy día en esta tiranía se ha vuelto


imprescindible. No sé que habría sido de Chile sin la
fortaleza, dignidad y espíritu de trabajo de la mujer.

-¿Cómo es eso?
-¿Ve usted a esas dos mujeres?, la Felisa y la Gloria que son
de la población La Bandera y La Pintana. Pocos días después
del golpe sus maridos se escondieron y no se ha sabido más
de ellos, quedaron solas y con varios hijos. Sin embargo,
tuvieron el ingenio y la fuerza para formar ollas comunes
que surten de alimento a los niños del sector. Así como ellas,
son centenares las mujeres a través de todo Chile las que han
tomado la directiva de sus poblaciones, ante la desaparición
y la apatía de los hombres. Han organizado, además,
dispensarios, huertos medicinales y familiares, compras y
distribuciones comunitarias. Han contado, es verdad, con el
apoyo de los párrocos tanto católicos como protestantes.
Pero a ellas se debe que exista todavía cierta esperanza y una
alimentación mínima en esos sitios tan marginales. Hoy
Gloria y Felisa han venido a buscar su cuota de leche, aceite,
harina, azúcar y un poco de ropa enviada por los sindicatos
europeos.

-¿Y las demás mujeres?

-Ellas ejecutan un trabajo peligroso, al tratar de aclarar la


verdad sobre los crímenes atroces que ha cometido esta
tiranía. Y son tan valientes que no han trepidado en llegar
hasta los cuarteles, en encadenarse a las rejas de los
Tribunales, hacer largas huelgas de hambre y demostrar su
repudio a gritos en la calle. Pocos son los hombres que se
atreven a seguirlas, por eso las admiro y ayudo tanto. La
imagen de mi madre está siempre presente en sus rostros.

-¿A que se debe esta actitud de los hombres?


-Los pocos que han dado la cara siempre se refugian en su
militancia, si el partido no está de acuerdo no hacen nada."
(64)

COMIENZAN LAS PROTESTAS

Lo que explica el fenómeno social y político de lo que se


denominó "protestas" fue la agudización del problema
económico y su repercusión en la vida diaria del chileno,
especialmente el de clase media y baja. La intervención por
el Estado de los bancos y la moratoria, cuyas cuentas
impagas fueron traspasadas a las escuálidas arcas fiscales,
redundó en que estas deudas cayeran sobre los hombros de
todos los ciudadanos.

Presintiendo un próximo estallido social el gobierno decide


un nuevo cambio en el equipo económico. El 14 de febrero
de 1983 se reemplaza al biministro de Hacienda y Economía
Rolf Lüders por el economista Carlos Cáceres y el
empresario Manuel Martín, tratando así de conciliar las ideas
de un Chicago Boy con un ortodoxo como Martín.

La exposición financiera de Cáceres al país, el 22 de marzo


describe con descarnada realidad la situación y anuncia la
imposibilidad de hacer milagros. Presenta enseguida un
paliativo a la crisis: modesta repactación de deudas;
programa limitado para la venta de viviendas; drástica
reducción de los plazos de las exportaciones y cobertura de
las importaciones; recargo arancelario. La concreción del
"Programa Cáceres" sufre desde el comienzo dificultades en
su aplicación, debido a las permanentes críticas y colisiones
que sostiene con su colega Manuel Martín, contrario a esa
orientación.

La riqueza básica de Chile es el cobre y, por lo tanto, sus


trabajadores están afiliados a la confederación laboral más
numerosa (alrededor de 50.000). Inmediatamente después
del Golpe Militar sus dirigentes fueron fusilados,
encarcelados o exiliados. Hasta fines de 1981. el dictador
determinaba la nominación de la directiva de la
Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC). Bajo la
presión internacional y al elaborarse el nuevo plan del
trabajo de José Piñera se opta por derogar el Decreto Ley
198 que estipulaba la designación de 1os dirigentes
sindicales desde la cúpula. Al producirse la elección directa
es elegido por los mineros cupríferos Emilio Torres, DC, que
durante todo el año 1982 trabajó arduamente para
recomponer y unificar el disperso campo sindical.

En los primeros días de 1983 el sindicato Coya de la


División del Teniente, al cual pertenecía Torres, debe
desafiliarse de la Confederación al no tener las cotizaciones
sindicales al día. Emilio Torres, por lo tanto, se ve obligado a
renunciar transitoriamente en espera de regularizar la
situación de su sindicato. Para los dos meses que durará su
ausencia propone que lo reemplace Rodolfo Seguel, un joven
desconocido en Rancagua, futbolista, evangélico y sin
filiación política. El 26 de febrero de 1983 es ratificado por
la asamblea. Nunca pensó Torres que este jovenzuelo,
ayudante de cajero de 27 años, pasaría a ser la principal
figura de la oposición de esos años. Dos abogados
laboralistas, Luis Eduardo Thayer y Ernesto Yávar, junto al
antiguo sindicalista del cobre Milton Puga, toman a su cargo
la instrucción del inexperto nuevo dirigente que rápidamente
adquiere las dotes de líder.

Aprovechando una asamblea de trabajadores del cobre


congregados en Punta de Tralca, el 21 de abril de 1983,
Rodolfo Seguel llama a la realización de un paro nacional
por 24 horas para el 11 de mayo próximo, siendo su moción
aceptada unánimemente. Al conocerse esta sorpresiva
decisión, la ANEE, el FUT, la CEPCH, la CNS, la UDT y
Blest, en calidad de patriarca del sindicalismo, debaten
durante varios días la posibilidad de éxito de este paro. La
conclusión es: "Un paro no se improvisa pues requiere
preparación." La mayoría de los deliberantes se sienten
"pasados a llevar" y ofendidos por no haber sido
consultados, deciden no acatar el llamado. Eduardo Ríos,
dirigente portuario, y Clotario Blest logran convencerlos de
que una iniciativa de esa índole no puede ignorarse y que
debe ser aprovechada. Se propone, entonces, como fórmula
conciliatoria transformar el paro en protesta manteniendo la
misma fecha, el 11 de mayo.

Instrucciones para el día once Boletín Nº 1


El día 11 de mayo TODOS debemos responder al llamado a
PARO NACIONAL formulado por la Confederación de
Trabajadores del Cobre (CTC) y al que han adherido muchas
organizaciones sindicales. Esta respuesta debe ser activa y
responsable. NINGÚN chileno puede quedarse sin expresar
su protesta de alguna manera frente a la grave crisis que vive
el país.
Tú puedes participar en este día de mil maneras. Aquí
sugerimos varias.

1. Si trabajas en una industria o empresa, debes preocuparte


de que se efectúe asamblea de sindicato para que se conozca
la declaración de la C.T.C. Allí se puede acordar la adhesión
masiva al PARO. Este acuerdo también se puede adoptar si
no hay sindicato.

Para evitar problemas posteriores, se puede conversar con el


empresario o jefe de la empresa para tratar de llegar a un
entendimiento de cerrar la empresa ese día.

2. Si es muy difícil paralizar las faenas (después de haber


hecho todo lo posible), se puede adherir a la PROTESTA
SOCIAL NACIONAL desarrollando las siguientes acciones:

a) Haciendo trabajo lento.


b) Paralizando faenas por algunas horas, en el mismo lugar
de trabajo.
c) No asistiendo a los comedores en las horas de almuerzo
y/o colación
d) Llegando atrasado en la mañana o al turno
correspondiente.

3. Además, la familia debe desarrollar las siguientes acciones


de protesta:

a) Ningún hogar chileno debe mandar a sus hijos a la


escuela, colegio o universidad.
b) Ningún chileno debe efectuar compras ese día. PARO
TOTAL DE CONSUMIDORES.
c) Los profesores que no puedan dejar de asistir a su escuela
o colegio, deben tratar el tema: "El paro, los trabajadores y la
situación general del país"
d) NADIE debe ocupar los servicios de movilización
colectiva (autos, buses, metro)
e) A las 20:00 horas TODO el mundo debe hacer "ruido de
cacerolas"
f) El que tenga auto particular, transita lento, produzca
congestión en el centro de la ciudad durante el día. Y al
volver a casa, hágalo tocando la bocina especialmente a las
13:00 y a las 18:00 horas.

4. En el barrio se debe informar casa por casa que el día


miércoles 11 hay PARO NACIONAL Y/O PROTESTA
SOCIAL NACIONAL contra la política del gobierno.
Conversar con dueñas de casa y choferes de micros,
taxis,camiones, etc...

CHILENO: hemos perdido todo. Sólo nos queda nuestra


dignidad. En este día 11 la mostraremos al gobierno, de
manera responsable, que estamos en contra de su política
económica social y laboral. Que no toleramos más la brutal
represión. Le diremos a las autoridades que queremos
recuperar nuestra libertad y nuestra democracia. NINGUNO
de nosotros tiene derecho a esperar que otros hagan lo que a
él le corresponde.

CUANDO UN PAÍS SE PONE DE PIE Y DICE BASTA A


LA INJUSTICIA Y ARBITRARIEDAD, NO HAY
GOBIERNO QUE RESISTA. ESTE 11 INICIAREMOS UN
MOVIMIENTO POR EL CUAL LOS CHILENOS
DEMOSTRAREMOS QUE AUN TENEMOS DIGNIDAD.
EL 11 SE INICIARA LA "NO VIOLENCIA ACTIVA"
POR LA RECUPERACIÓN DE NUESTROS DERECHOS.
CADA CHILENOS TIENE UN DERECHO QUE
CUMPLIR. ¡PUES A CUMLIRLO ... COMO CHILENO!

Copie este instructivo y hágalo correr.


HAGA VOLANTES Y PALOMAS CON ESTAS IDEAS.

Circulaba también la siguiente misiva, que era enviada por


correo y cantantes populares la entregaban de mano en mano
en buses y calles:

CADENA DE LA RESISTENCIA ACTIVA NO-


VIOLENTA

Señor(a)____________________

Mediante esta carta alguien -que es un amigo(a) o un


conocido(a) suyo- le comunica que le escogió para que se
integre a esta Cadena no-partidista (pero de ninguna manera
contraria a su adhesión a algún partido) de Activa pero no-
violenta Resistencia al actual Régimen de Hambre y
Opresión que agobia a todos los estratos sociales de nuestra
Patria.

El objetivo de esta Cadena es promover una Revolución de


Las Conciencias que despierte a quienes somos el pueblo de
Chile y nos una en una sola Voluntad que exprese
masivamente el anhelo de las grandes mayorías nacionales
de retorno a la Justicia y a la Democracia.

Si usted está de acuerdo con el contenido del poema-


llamamiento adjunto:

"Lázaro", continúe y aumente esta cadena enviando por


correo copia a máquina o fotocopia de esta carta y del poema
a 5 ó 10 personas amigas o conocidas que usted cree que
pueden seguirla. Al hacer esto usted se hará un bien a sí
mismo(a) y a Chile, ayudando a despertar a nuestro Lázaro
dormido por el miedo y la incomunicación. De no hacerlo,
ayudará en cambio a prolongar este sistema de pesadilla, o a
favorecer la Vía Violenta.

Si no quiere que esto siga hasta el año 2000, o lleve al


pueblo a levantarse en armas, adhiera de inmediato a esta
Cadena y participe en la próxima Jornada Nacional de
Protesta No-Violenta.

El lema es: DEMOCRACIA AHORA.

LÁZARO
¡Lázaro despierta, ponte de pie y camina!
¡El Pueblo no muere, el Pueblo no pasa,
el César y el Imperio sí!
Lázaro vencido. Lázaro abajado:
¡Levántate y anda!
Sube a la luz y nace el nuevo día.
¡Levántate, Lázaro pueblo!
Despiértate del sueño en que te tuvo sumido
la opresión, la mentira, la amenaza
Resucita una vez más
para que el mundo te vea
y crea en la justicia,
para que tiemble el amo
del sistema y comprenda
que tiene el tiempo medido
Lázaro humilde, Lázaro caído:
¡Despierta! Y alza tu frente,
abre tus ojos al futuro,
abre tu boca y habla...
Y luego. Lázaro querido,
enciende el fuego del honor,
el puñal de la esperanza.
Reparte la luz de Jesucristo y de Krishna
y de Buda; también la del Diamat, la de Mahoma,
la de Simón el pobre y la del siervo de tu casa.
¡Tú eres el redentor. Lázaro pueblo,
tú serás siempre el que cumpliendo
con el cielo, haga su propia redención!

El día 11 desde temprano los dirigentes del Comando se


reunieron en su sede. Al transcurrir la mañana el pesimismo
cundía. El paro laboral era un fracaso y los instructivos para
la protesta sólo se cumplían débilmente. Ante este revés, los
dirigentes deciden salir a diversos lugares claves para
fomentar la agitación. Clotario Blest y Oscar Ortiz se dirigen
a las poblaciones del sector sur.

Como táctica el gobierno militar decidió ignorar todo el plan


fraguado por sus enemigos. Para ridiculizarlo, ¡qué mejor
procedimiento que mostrar un país laborioso y en calma, con
las radios transmitiendo la música de moda!

A las 20 horas, aprovechándose de la oscuridad otoñal,


comienza a través de toda la capital a escucharse un ruido
ensordecedor de golpes de cacerolas que salían por puertas y
ventanas. Manifestantes de todas las edades invadían de a
poco las calles obstruyendo, los más osados, el tráfico
vehicular con fogatas improvisadas. Hasta en el barrio alto
los autos recorrían la comuna tocando sus bocinas. Pero
donde la "protesta" era un éxito total era en las llamadas
poblaciones marginales que rodeaban Santiago. Ante este
cuadro, la dictadura perdió su indiferencia y mandó a todas
sus fuerzas de carabineros, apoyadas por helicópteros, a
restablecer el orden. Sin embargo, a medianoche la fuerza
pública no lograba controlar la situación. El saldo de esa
jornada fue centenares de detenidos, quinientos heridos y un
muerto.

Para los integrantes del comando convocador a la protesta,


esta agitación espontánea y sorpresiva del 11 de mayo de
1983 indicaba un mayor descontento a lo imaginado que por
primera vez después de diez años, se expresaba
bulliciosamente. Por fin se había logrado vencer el miedo y
sacar de su apatía a la ciudadanía.

La dictadura, ante lo sucedido, sintió que demostraba su


poder, poro ante la intempestiva fuerza de descontento,
prefirió querellarse judicialmente contra los convocantes,
desechando la expulsión por temor a radicalizar la situación.
Con su astucia acostumbrada, Pinochet invitó a dialogar a
tres dirigentes: Flores de la ANEF; Mujica de la CEPCH y
Ríos de los Portuarios. Ellos pese a su disposición pacífica
no lograron sustraerse a las fuerzas que exigían continuar
con las "protestas".

En preparación para la segunda protesta, fijada el 14 de


junio, se constituye el Comando Nacional de Trabajadores
(65), primera organización laboral unitaria que se da en
plena dictadura. En esa oportunidad Blest es designado
Presidente Honorario. La plataforma de lucha lanzada al país
el 20 de mayo de 1983, es la siguiente:

1. Término de los estados de excepción, especialmente del


Estado de Emergencia en todo el territorio nacional y
democratización automática de las universidades.

2. Derogación del Artículo 24 Transitorio de la Constitución


Política de 1980, y apertura de los Registros Electorales.

3. Transparencia en la tramitación de las leyes, para lo cual


deberá elegirse un Parlamento con participación de todas las
tendencias políticas.

4. Regreso de todos los exiliados.

5. Derogación de toda clase de medidas o disposiciones de


censura a los medios de comunicación social, como
asimismo la prohibición o restricción para la edición de
libros, revistas, folletos, diarios, etc.
6. Elaboración de un inmediato plan de emergencia para
absorber la cesantía, creando fuentes de empleo productivo y
eliminando el PEM y el POJH.

7. Restauración de la legislación laboral y de seguridad


vigente hasta el año 1973.

8. Restablecimiento de las leyes 16.625 para el sector


campesino; 16.724, para el sector marítimo-portuario; del
estatuto de los trabajadores del cobre y restitución de los
salarios mínimos y tarifados por rama profesional.

9. Reincorporación de todos los trabajadores despedidos de


la Administración Civil del Estado y del sector Privado,
desde 1973 en adelante, y término a los despidos de
trabajadores del sector público y privado.

10. Transparencia en los sueldos y remuneraciones del sector


público y privado, terminando, en consecuencia, con los
roles secretos de jefes y ejecutivos.

11. Devolución de las personalidades jurídicas, y el total de


sus bienes y patrimonio, a las organizaciones de trabajadores
disueltas por decreto, incluyendo la organización de los
funcionarios de prisiones, del Sindicato Único de
Trabajadores de la Educación, de la Confederación de
Empleados Particulares de Chile y de la Central Única de
Trabajadores.
12. Reajuste de sueldos y salarios para todos los trabajadores
del sector público y del sector privado, que resuelva como
mínimo las necesidades básicas de los trabajadores.

13. Derecho a la disidencia para usar cadenas de radio y


televisión e inserciones en la prensa escrita. (66)

Un día después, Clotario sufre un grave atentado que podría


haberle costado la vida. Después de dos días de
hospitalización y estando de regreso en su casa lo entrevisto:

"-Don Clotario, cuénteme, ¿cómo sucedieron los hechos?

-A mediodía del feriado 21 de mayo, sentí que golpeaban la


puerta y fui a abrirla. Allí me enfrenté con un sujeto que a
bofetadas me arrastró hacia el interior del patio. Comenzó
entonces a azotar con furia mi cabeza contra el suelo de
baldosas, gritándome: "hasta cuando jodes a los rotos, viejo
h...Te voy a matar." Sentí en ese instante el filo de un puñal
que se incrustaba entre mis costillas. Algo sucedió en ese
minuto, algo milagroso, pues mi agresor sorpresivamente me
soltó y salió huyendo.

-¿Y qué hizo usted?

-Estaba semi inconsciente y no podía moverme. Creo que el


vecino vio al tipo arrancar y como dejó la puerta abierta,
entró y llamó a la ambulancia. Para mí que el alma de mi
madre se hizo presente y evitó mi muerte.
-¿Es verdad, como escuché por radio, que Pinochet envió
hoy en la mañana su edecán para inquirir sobre su salud?

-Así es. Este tirano no trepida en nada para engañar al


pueblo. Ahora quiere parecer como un buen samaritano."
(67)

Mientra se acercaba el día designado, Pinochet por cadena de


radio y televisión, culpa a '". Unión Soviética de financiar a
los opositores. En cambio, el recién elegido Presidente de la
Corte Suprema, Rafael Retamal, dictaminaba que "protestar
no era un cielito sino un derecho."

Después de esa declaración el comando acusado fue


absuelto.

Circulaba, desde semanas antes, entre los ciudadanos el


siguiente comunicado:

"Se llama a toda la comunidad a protestar en la misma forma


pacífica anterior, para el día martes 14 de junio de 1983, de
la siguiente manera:

1. No pagar ninguna cuenta ni hacer trámites ese día;

2. No tomar movilización colectiva y no salir de las casas;

3. No comprar nada ese día;

4. No asistir los niños al colegio;


5. Día del silencio para el trabajador en su trabajo;

6. No tomar movilización de las empresas;

7. No entrar a los casinos;

8. Cacerolazo a las 20:00 horas;

9. Apagón de luces, de 20:00 a 21:00 horas y

10. Bocinazos a las 20:00 horas." (68)

El día 14 de junio de 1983 se produce la segunda "protesta".


Desde el mediodía la ciudad de Santiago parecía desierta,
hasta el transporte público y el comercio adherían al
instructivo. Los diez puntos de las órdenes fueron cumplidas
en un 80%, no sólo en Santiago, sino, también en las
principales capitales del país. Al atardecer la dictadura
mandó retirar las fuerzas policiales de las calles, lo que
provocó que grupos de exaltados aprovecharan para cometer
actos de vandalismo, de los que el gobierno militar culpó a la
disidencia.

El Comando Nacional de Trabajadores estaba eufórico. Para


ellos esta segunda protesta colmaba todas las expectativas.
La siguiente, designada para el 12 de julio, podía significar,
si se alimentaba la efervescencia, la caída de la dictadura.

En la madrugada Seguel y sus compañeros fueron detenidos,


acusados de "conspirar contra el Estado". Al conocerse la
noticia, los mineros, a lo largo del país paralizaron sus
faenas. El saldo de esa jornada fue de cinco muertos.
Durante la semana siguiente las cárceles se repletaron de
dirigentes sociales y laborales.

Para comprender la situación de la oposición partidaria


debemos hacer historia sobre lo que sucedió durante los años
anteriores en los grandes partidos políticos de la izquierda.
El Partido Comunista que funcionaba dentro de Chile se
reestructura en 1975 a base de dos frentes. Uno dirigido por
el catedrático Fernando Ortiz y el otro por el dirigente
sindical Víctor Díaz. Ambos son detenidos por la DINA en
mayo de 1976 y su paradero se desconoce hasta hoy día. En
1978, Gladys Marín, Manuel Cantero y Hugo Faccio forman
el Frente Amplio Anti Fascista que demuestra su
operatividad con un apagón general en todo el país en 1980.
En diciembre de 1983, se crea el brazo armado del Partido
Comunista llamado Frente Patriótico Manuel Rodríguez,
FPMR, que adopta la vía armada como táctica.

El Partido Socialista también se reestructura en 1975, siendo


igualmente descabezada su directiva. Carlos Lorca, Exequiel
Ponce, Armando Camus caen en manos de la DINA. Dos
años después, superado este revés, forman un comité político
encabezado por Eduardo Long Alessandri que funciona
durante tres años en la casa de Clotario Blest. Este comité
político socialista se rebeló contra la directiva socialista del
exterior.

Recién en 1980 los partidos de oposición logran coordinarse


a través del Proden y la Multipartidaria.
El escenario para la Tercera Protesta se presentaba confuso.
Los dirigente sociales que hasta ahora las habían dirigido
estaban encarcelados y los políticos representados por el
Proden y la Multipartidaria pugnaban por ser ellos los
protagonistas. Aunque, hasta entonces, no habían dado la
cara, consideraban que era el momento de hacerse cargo del
descontento social.

La primera dificultad fue dar a conocer al público la fecha y


quién convocaba. Se decidió que el portavoz fuera el
Presidente de la DC, Gabriel Valdés. Debido, sin embargo, a
la rígida censura de prensa, el llamado es silenciado. Los
panfletos mandados a imprimir son detectados y confiscados
por la CNI, lo que acarreará la detención e incomunicación
por una semana de Gabriel Valdés, Jorge Lavanderos y José
de Gregorio, todos militantes DC. Pese a la falta de medios
de comunicaciones, la ciudadanía se ingenió: rayados de
muros, globos pintados, canciones improvisadas, y panfletos
artesanales escritos a mano, poblaron las calles del país.

El martes 12 de julio estalla la conflictiva protesta a pesar de


un toque de queda nocturno. El estrépito de las cacerolas, las
fogatas y las barricadas especialmente notorias en las
poblaciones marginales, sumadas ahora a grupos armados
rudimentariamente que no corresponden a los instructivos
centrales, son la tónica nueva que marca ésta y las futuras
protestas.

Algunos sindicalistas sintiéndose postergados por los


políticos, deciden distanciarse del Comando de las Protestas.
Entre ellos Clotario Blest. Hugo Estivales, Vicepresidente de
esa entidad describe el hecho: "Ellos eran un cacharro diez
años en desuso, todo oxidado y nosotros estábamos
funcionando normalmente. Nos pidieron, los señores
políticos que les diéramos un empujoncito. Cuando partió el
auto nos dejaron botados en el polvo del camino. Se arrancó
el auto cuando nosotros estábamos en el suelo, pero antes
nos arrebataron las banderas y salieron arrancando no se
sabe para donde." (69) Blest explica su renuncia.
"Nuevamente los políticos, habiendo utilizado la
organización y el esfuerzo de los sindicatos, se quedan con el
poder. Una nueva etapa, al estilo de ellos, de componendas y
conversaciones a espaldas del pueblo, se iniciará." (70)

Desde ese instante, la tregua planteada por Blest, entre los


partidos políticos y él después del Golpe de Estado se dará
por finalizada. Públicamente alzará su voz contra la clase
política.

LA TÁCTICA DE LA "DICTABLANDA"

El éxito de las protestas creaba un problema grave a la


solidez del gobierno militar. Estudiar las causas y
controlarlas se transformó en la tarea primordial del equipo
de gobierno. El diagnóstico fue breve y claro: el descontento
se debía a la política económica que no lograba repuntar y a
una movilización social descontrolada de consecuencias
políticas difíciles de manejar. El problema debía ser atacado
por los dos flancos. El General Pinochet, decide entonces,
recurrir a Sergio Onofre Jarpa, otrora cacique del Partido
Nacional, quien poseía un diseño político y económico para
la emergencia.
Semanas después de la Tercera Protesta los partidos políticos
de oposición, Derecha Democrática Republicana,
Democracia Cristiana. Social Democracia, Radicales y una
fracción de los socialistas deciden crear la Alianza
Democrática (AD) a cuya cabeza queda el demócrata
cristiano y ex Canciller de Frei, Gabriel Valdés. Los
objetivos eran: a) Renuncia del General Pinochet, b)
Convocatoria a una asamblea constituyente para una nueva
Constitución, c) Formación de un gobierno provisional por
18 meses que llamaría a elecciones. La Alianza Democrática
convoca entonces a la Cuarta Protesta.

El 10 de agosto de 1983, para conjugar el peligro que se


avecinaba. el Jefe de Estado nombra a Sergio Onofre Jarpa,
Ministro de Interior con rango de Primer Ministro, para que
implemente el llamado Plan Jarpa. Como medida urgente, el
nuevo Ministro copa las calles de Santiago con dieciocho mil
efectivos de las Fuerzas Armadas, esperando que esa medida
logre hacer abortar la Protesta. Sin embargo, la movilización
social se manifiesta con más virulencia que las veces
anteriores, arrojando un saldo de 89 civiles muertos,
causando un gran impacto nacional e internacional. Los días
siguientes, los sectores opositores y la Iglesia Católica
deciden formar una comisión investigadora sobre los
sucesos, siendo elegido Clotario Blest como su Presidente.
La dictadura por medio de un decreto oficial prohíbe la
constitución de dicha entidad.

Ante la incertidumbre sobre el futuro, la Iglesia Católica a


través de su nuevo Arzobispo de Santiago, Francisco Fresno,
llama a dialogar al gobierno y a la oposición, ofreciéndose
como mediador. El Ministro acepta siempre que se
modifiquen las exigencias de la Alianza Democrática. El 25
de agosto en casa del Arzobispo de Santiago se reúnen
ambas partes. La Alianza Democrática presenta un nuevo
petitorio que no exige la caída del dictador: 1) Término
inmediato de los Estados de Emergencia: 2) Término del
Artículo 24 Transitorio de la Constitución: 3) Dictación del
la Ley Electoral: 4) Reconocimiento de los partidos
políticos; 5) Retorno de los exiliados; 6) Libertad de
Información y la posibilidad de editar periódicos; 7) Libertad
de Reunión; 8) Adopción de medidas para el pleno
esclarecimiento de los hechos ocurridos en la última protesta
y reintegro de los trabajadores del cobre despedidos.

El gobierno responde dando término al Estado de


Emergencia y al Toque de Queda; levantando la censura a la
correspondencia y permitiendo una relativa libertad de
prensa. Además autoriza el ingreso de 1.120 exiliados.

Para la gran mayoría opositora el acuerdo Alianza


Democrática y gobierno fue un fraude. Los centenares de
heridos y los 86 muertos merecían algo más. Clotario Blest,
al pronunciar una charla ante dirigentes de cooperativas
campesinas en un lugar privado en las afueras de Curicó,
expresará: "Los políticos en el diálogo de ayer no lograron
más que migajas que no acarreará la caída de la dictadura."
(71)

Los disidentes opositores a estas gestiones, representados


por comunistas, socialistas almeydistas, miristas e
independentes de izquierda crean el Movimiento
Democrático Popular, el MDP, con Germán Correa de líder.
Desde ese momento existirán dos estrategias para enfrentar
al gobierno militar, que durarán hasta el atentado a Pinochet
en septiembre de 1986. Una basada en la negociación; otra
que aceptaba toda forma de lucha contra la dictadura para
lograr su total derrocamiento.

Las llamadas Protestas, durante el último trimestre de 1983


serán reemplazadas -por imposición del Ministro Jarpa- por
un acto masivo en el Parque 0'Higgins. Esta concentración
que se llevó a cabo en noviembre, aunque multitudinaria, no
causó ninguna alteración en la vida cotidiana de la capital
por el hecho de efectuarse en un lugar limitado.

En lo concerniente a la economía, el Ministro Jarpa acoge las


peticiones de los empresarios decaídos, renegociando sus
deudas pendientes y alejando a los Chicago Boys del equipo
económico.

"La tormenta de las protestas, que en siete meses transformó


la fisonomía política del país y reveló las explosivas
tensiones acumuladas en la estructura social, amainó con el
fin del año 1983. Muchos fenómenos convergieron para
producir ese efecto. El cansancio, la violencia, el miedo, la
manipulación, las vacilaciones de los dirigentes...Pero uno
de los fenómenos más relevantes había sido el diálogo entre
le Ejecutivo y la Alianza Democrática, un inédito
intercambio que concentró fuertes expectativas sobre una
solución negociada." (72)
Al saludar a Blest, como era mi costumbre al iniciarse otro
año, me responde adolorido: "Yo que tenía la certeza, que no
moriría hasta no asistir a la caída de este tirano, siento ahora
que la muerte la tengo encima y que esta dictadura sigue tan
campante como en los primeros años." (73)

TODO FUE UNA MASCARADA

Los primeros meses de 1984 -coincidiendo con el verano-


Chile presentaba una nueva cara, más relajada y alegre. Al
suprimirse el toque de queda, reapareció la vida nocturna y
al desaparecer la censura se estrenaron películas prohibidas.
Por radio, televisión y prensa escrita, surgieron debates y
foros políticos.

Se recuerda, además, tres grandes manifestaciones públicas:


la de la CUT, la de las mujeres y la del Partido Socialista,
realizadas en el Teatro Caupolicán con capacidad para ocho
mil personas. Todas vibrantes y con un lenguaje político
audaz.

Sin embargo, en marzo ya no cabía duda de que las


movilizaciones sociales debían ser reactivadas. Bajo esta
presión, el Comando Nacional de Trabajadores vuelve a
llamar a una protesta para el 27 de marzo. La Alianza
Democrática y el Movimiento Democrático Popular se
pliegan a este llamado. El gobierno militar responde
reimplantando el Estado de Emergencia y, para ese día, el
toque de queda. Igualmente dictamina la censura sobre
cuatro revistas opositoras y tres radios emisoras. Durante
esta protesta el Ministro Jarpa, resuelve recorrer los barrios
de Santiago en un jeep militar, y Pinochet -que por primera
vez durante un descontento social se queda en Santiago-
sobrevuela la capital en un helicóptero, desde el cual mira
atónito las fogatas de las poblaciones que iluminan y cercan
como un gran cinturón de fuego a la ciudad.

La reacción de la dictadura, ante el fracaso de los planes para


detener los estallidos sociales, no se hace esperar. Mantiene
el Estado de Emergencia y la censura a los medios de
comunicación; una semana después, en un nuevo giro de la
política económica, incorpora al dirigente empresarial
Modesto Collados como titular de Economía y como
Ministro de Hacienda al tecnócrata de la Universidad de
Chile y hombre de confianza de Jarpa, Luis Escobar Cerda.

La oposición está ahora tácticamente de acuerdo en que el


Paro Nacional es la palanca que derribará a la dictadura.
Pero para que una Huelga Nacional sea exitosa es necesario
un acuerdo amplio de las bases. Clotario Blest de 83 años y
que desde hacía una año criticaba las decisiones cupulares
del Comando Nacional de Trabajadores, resuelve impulsar
un "Encuentro Nacional de Dirigentes y Organizaciones
Sindicales" en Punta de Tralca el 7 y 8 de abril de 1984. Su
principal propósito era: Reconocer al Comando Nacional de
Trabajadores como el máximo organismo sindical, pero una
vez lograda una democratización interna donde las bases
orienten las decisiones. Rodolfo Seguel, Presidente del
Comando, denuncia públicamente a Blest Como "Un
elemento disociador que atenta contra la unidad del
movimiento sindical..." "No se dejen sorprender por pretexto
demagógicos que, en todo caso, le hacen el mejor de los
favores al régimen imperante..." Al día siguiente, 5 de abril,
aparece la respuesta de Clotario que acusa a Seguel de:
"Posero, oportunista y teatrero" agregando "para algunos
sectores de trabajadores este señor no ofrece confianza
porque es un ambicioso de liderazgo, pues él es un dirigente
más político que sindical." (74) El enfado de Blest, explica la
crónica, se remontaba a mediados de marzo de 1983, cuando
en la reunión de Puente Alto, en que la CNT acordó la
Protesta del 27 de ese mes, no se admitieron a los seguidores
de Blest, o sea a los dirigentes de la Confederación de los
Sindicatos de Maipú (FESIMA), la Federación de Unidad
Sindical y la Federación de Sindicatos Portuarios, lo que
provocó gran malestar entre estos sectores sindicales, que
acusaron a Seguel y Bustos de "dirección sindical
dictatorial". El dirigente minero, Hugo Estivales, meditando
sobre esta discrepancia, dirá: "Las pasiones y celos
sindicalistas, son peores que las de los homosexuales" (75) A
la semana siguiente, ante estas presiones, el Comando de
Trabajadores amplía su base social formando el CONFASIN
(Confederación, Federación y Sindicatos Nacionales) como
órgano resolutivo de las decisiones finales.

En junio y julio de 1984, al recrudecer el terrorismo de


Estado, Blest encabeza diversas manifestaciones de repudio,
siendo la más importante la del 10 de agosto, denominada la
Jornada por la Vida, donde él y el Cardenal Silva Henríquez,
son sus principales organizadores. Ese día casi todo el país
hace causa común con este llamado. En medio de una ciudad
paralizada, la muchedumbre se congrega en la Plaza de
Armas y sectores vecinos llevando una flor y una vela como
símbolo de vida. Clotario, cada vez más delgado y
caminando con esfuerzo, abre la ceremonia a las 15 horas,
encendiendo la primera vela que deposita en el pavimento,
pidiendo paz y fraternidad entre los hombres. Desde ese
instante un continuo peregrinar con velas y flores se
manifiesta durante la tarde en la Plaza de Armas y calles de
las grandes ciudades, constituyendo al oscurecer un
impresionante espectáculo de flores y millares de velas
encendidas.

En sepiembre, para el aniversario de la toma del poder de


Salvador Allende en 1970, el Movimiento Democrático
Popular, pide que se haga un acto recordatorio por la muerte
del "Presidente mártir" y por los centenares de muertos de
esa fecha. Los únicos que responden entusiastamente al
requerimiento son las poblaciones obreras que rodean al
Gran Santiago. La Población La Victoria - considerada la
más organizada y combativa - es la que sufre la mayor
represión y una bala loca destinada a aplacar la revuelta,
mata al sacerdote francés André Jarland, mientras él leía la
Biblia en su cuarto de la parroquia. Este asesinato a un cura
extranjero, ayudante del párroco Pierre Dubois -el más
querido y popular de las barriadas- causa una gran
conmoción. Al entierro de André Jarland, cuyo cortejo
atraviesa gran parte de Santiago, asisten los prelados y
pastores de las iglesias, el cuerpo diplomático y los políticos
de oposición, fuera de millares de ciudadanos. Encabezando
la marcha fúnebre en una camioneta descubierta iba Clotario
Blest llevando en una mano un clavel rojo y en la otra una
vela encendida.
Hasta octubre de 1984 la oposición -controlando la
efervescencia política- había esperado el cumplimiento de la
promesa del Ministro Jarpa de llevar a cabo la Reforma
Constitucional, planteada en febrero de ese año. Consistía en
la elección directa de un 50% de un Congreso Parlamentario
y, para los dos años siguientes, en un llamado a comicios
presidenciales. Al desconocer Pinochet públicamente esta
apertura -propuesta por Jarpa- los políticos disidentes optan
por provocar un Paro Nacional como medida de coacción. El
30 de octubre de 1984 se produce el Paro con relativo éxito a
lo largo del país. Para muchos analistas políticos el clima de
insurrección había pasado: los empresarios, comerciantes y
sectores medios no se habían plegado al Paro, pues estaban
comenzando a recibir los beneficios de la reactivación
económica. Al sentirse el gobierno militar apoyado por estos
estamentos sociales, decide demostrar su fuerza y aniquilar
las intenciones de los sediciosos, decretando el Estado de
Sitio, el toque de queda y la relegación de centenares de
dirigentes favorables al Paro.

Frente a esta situación, Clotario Blest privilegia, en estos


últimos meses de 1984, los boletines acusatorios contra la
violación de los Derechos Humanos y recorre el país
visitando a los prisioneros y relegados.

LA DICTADURA CULEBREANDO SE APROVECHA DE


LA DESORIENTACIÓN OPOSITORA

Los frenos impuestos por Pinochet al plan de apertura de


Jarpa, culminan con su renuncia y la de su equipo. El 11 de
febrero de 1985 se reajusta el ministerio, quedando Ricardo
García, empresario y abogado, como Ministro del Interior, y
Hernán Büchi, ingeniero comercial y administrador de
empresas, como titular de Hacienda. La misión del
ministerio era la de mantener los objetivos de la Constitución
de 1980, que señalaba que hasta el año 1988 no habría
ninguna apertura y sólo en esa fecha se llamaría a un
plebiscito sobre la continuación o no de Pinochet al mando
de la nación. En relación a la economía, al reingresar los
Chicago Boys se pretendía "no más castigos ni
inculpaciones; capitalización de las empresas; fórmulas para
que los deudores salgan de su situación; ayuda a los
pequeños exportadores; saneamiento de las instituciones
financieras y normalización del mercado de capitales." (76)
para llegar al plebiscito, tres años después en un floreciente
estado económico.

A fines de marzo en Concepción una bomba puesta por el


Frente Patriótico Manuel Rodríguez (destacamento armado
impulsado por el PC.) estalla en un hotel dejando como saldo
dos carabineros muertos.

La DICOMCAR (77) decide aniquilar a tres altos dirigentes


del PC, raptando y degollando a José Manuel Parada,
empleado de la Vicaría de la Solidaridad, a Santiago Nattino,
publicista y a Manuel Guerrero, profesor y dirigente de la
AGECH (78).

Este crimen sanguinario contra tres conocidos profesionales


conmociona profundamente al país, acarreando en las
investigaciones posteriores a cargo de un juez civil, la caída
del miembro de la Junta de Gobierno, César Mendoza,
General de Carabineros, por su directa implicancia. Durante
la multitudinaria exequia donde asiste lo más representativo
de la oposición resalta la larga barba de Clotario Blest, que
pese a sus 85 años de edad acompaña en su trayecto
kilométrico a la multitud doliente.

A mediados de junio de 1985 el gobierno militar suspende el


Estado de Sitio. "El levantamiento del Estado de Sitio fue un
duro golpe para Pinochet, pues hasta el último momento se
resistió a la petición norteamericana en tal sentido. El
ultimátum de Washington condicionaba los créditos para
negociar la deuda externa." (79) Esta dictadura comenzaba a
molestarlo. La marcha de la economía le era grata. El
"hermano mayor del norte" satisfecho, debía ahora limpiar
su imagen y propiciar alguna salida democrática, ojalá sin la
persona de Pinochet.

Para celebrar el décimo catorce aniversario de la


Nacionalización del Cobre, efectuada bajo el gobierno de
Salvador Allende, la Confederación de Trabajadores del
Cobre, invita a Rancagua -como oradores centrales- a Tomic
y Blest. Clotario que desde hacía dos semanas comenzaba a
sentir los deterioros propios de su edad, no pudo levantarse
de su lecho para asistir al acto, mandando una carta de
excusas que fue muy aplaudida.

El 15 de agosto de ese año, Blest parcialmente restablecido,


asiste invitado al vigésimo aniversario de la fundación del
MIR, que se efectuó a -puertas cerradas- en el local sindical
de Mademsa. Los centenares de miristas allí presentes le
rindieron a Blest un ruidoso homenaje como su fundador y le
obsequian una estatuilla del Quijote. Clotario respondiendo a
las palabras del sacerdote Rafael Maroto -desde 1973
representante público del MIR- expresa: "...Me resulta
halagador que ustedes recuerden a este viejo enfermo que
hace 20 años ayudó a levantar este movimiento. Aunque no
siempre estuve de acuerdo con sus planteamientos no puedo
dejar de rendir un tributo a todos los jóvenes dirigentes y
militantes que -consecuentes con sus ideales- entregaron sus
vidas en la lucha contra la tiranía..." (80)

Durante ese invierno la opinión pública fue sorprendida con


el anuncio de la entrega de una parte de la Isla de Pascua a
fuerzas militares norteamericanas. Al filtrarse la noticia un
grupo de personalidades encabezadas por el conocido
político Radomiro Tomic forman el "Comité de
Personalidades de Defensa de Isla de Pascua" que integraban
alrededor de una cincuentena de conspicuos ciudadanos,
como Bernardo Leighton, Manuel Sanhueza, el sacerdote
Cristian Precht y Clotario Blest. Pese a la campaña del
comité, el gobierno otorga el permiso para una base
norteamericana.

Las cúpulas políticas, incluyendo a dos de los principales


sostenes de la dictadura, el Partido Nacional que presidía
Germán Riesco y el Movimiento de Unidad Nacional que
encabezaba Andrés Allamand, deciden en agosto de 1985
-bajo la sugerencia de la Iglesia- suscribir el llamado
"Acuerdo Nacional para la Transición a la Democracia
Plena", con el fin de ser un interlocutor en negociar la
apertura democrática con la dictadura. El documento, tres
meses después de su entrega al Ministro del Interior, fue
rechazado sin explicación. Pinochet sólo comentó: "Mejor
demos vuelta la hoja."

LA ESPONTANEA REACTIVACIÓN DE LAS


PROTESTAS

Ante el fracaso de esta última tentativa de diálogo entre la


oposición y el gobierno, el pueblo decide expresar su
descontento. El Comando Nacional de Trabajadores,
haciendo eco de esta efervescencia que se tornaba
incontrolable, llama a una Protesta para el próximo 4 de
septiembre, fecha llena de símbolos, esta jornada opositora
"fue en los hechos incluso más allá de lo imaginado por los
propios convocantes. Traspasó las barreras de la
desinformación y superó la confusión que en esta ocasión
había llegado a su momento más álgido, cuando el Cardenal
Juan Francisco Fresno hizo días antes un llamado "a
abstenerse de realizar actos de protesta". Así mismo,
sobrepasó el escepticismo de buena parte de las dirigencias
políticas que, con los ojos puestos en el Acuerdo Nacional,
no parecían entusiasmarse con la convocatoria del CNT."
(81)

Pese a la magnitud de la paralización del país, similar a las


dos primeras protestas de 1983, pero que además incluyó el
apoyo masivo de los estudiantes, la dictadura que había
provocado 10 muertos reaccionó al día siguiente con su
habitual método: querellas a destajo, allanamientos brutales a
poblaciones obreras y la detención, además de los personeros
del Comando, de las principales cabezas del movimiento
estudiantil. Frente a las cárceles se congregaba una multitud,
especialmente de estudiantes con la intención de solidarizar
con sus compañeros detenidos. Al negárseles la entrada el
descontento se expresó en gritos y consignas contra la
dictadura. En uno de esos momentos hizo su aparición con
su clásico mameluco y su mirada distante, Clotario Blest. La
multitud, ante esta aparición, le abrió camino entre aplausos
y vítores que lo acompañaron hasta la puerta del penal. Los
gendarmes, ante el asombro de los asistentes, le abrieron la
puerta de acceso. La figura de Blest continuaba siendo la de
un líder que con su sola presencia lograba lo que a los
políticos y sus poderes les era negado.

Durante casi tres meses las protestas en contra del


encarcelamiento se hicieron en múltiples formas. Las más
originales fueron las de las mujeres que hicieron exclamar al
semanario Análisis: "Las mujeres se pasaron." La dictadura
con el fin de mitigar uno de los focos conflictivos decide
adelantar el término del año universitario en 30 días.

Los problemas del gobierno militar se acentúan a fines de


ese año con la deserción pública, en la que pide perdón por
sus actividades pasadas, de la ex Ministra de Justicia,
Educación y embajadora ante la OEA, Mónica Madariaga.
Las declaraciones contra el régimen militar de la sobrina del
General Pinochet, brillante abogado y otrora la voz cantante
y más convincente de las bondades de la dictadura, significó
un golpe doloroso para el Capitán General Pinochet.

Las presiones negativas del exterior también se hacen sentir.


El gobierno se ve obligado a admitir la entrada al país de un
representante de la Comisión de los Derechos Humanos de la
ONU, el jurista Fernando Volio. La tarea del relator es
investigar directamente la violación a los Derechos
Humanos. Después de 15 días de permanencia, la evaluación
de Volio es crítica contra el Ejecutivo: "La concentración de
poderes, las restricciones a los Derechos Humanos durante la
ininterrumpida vigencia de los estados de excepción, la
vulnerabilidad del derecho a la justicia y al proceso regular y
la falta de sanción a los violadores de los Derechos
Humanos, permiten a la comisión considerar que el estado de
derecho no existe en Chile en la actualidad." (82)

Pese a la estabilidad económica que parece asentarse en


1985, el deterioro social y político continúa cada vez más
incontrolable, por parte de un régimen que tiene todas las
herramientas en sus manos para imponer su criterio.

Durante la primavera de 1985 y el verano de 1986, Clotario


Blest, cargando 85 años, percibe que la gran mayoría de la
juventud no se siente interpretada por los partidos políticos.
Intrigado por este fenómeno decide participar directamente
en los eventos que atraen a los jóvenes de entonces. ¡Qué
mejor para eso que asistir a los conciertos de rock del grupo
más popular, "Los Prisioneros" Muchas veces entre la
multitud de jóvenes y adolescentes -varios drogados- sentado
como uno de ellos (¿quizás se trata de un tata colérico?,
piensan sus vecinos), Blest permanece durante horas
acompañado por su discípulo aplaudiendo las letras
subversivas de las canciones. Un periodista extrañado por la
presencia de este asistente inusual lo fotografía y lo
interroga. Su respuesta tajante es: "Mi deber como luchador
es conocer la forma de expresar el repudio a la dictadura que
tiene esta masa de muchachos marginados, aprendo mucho
de ellos." (83)

EL AÑO DECISIVO

El rechazo formal del Acuerdo Nacional estimula la idea de


una inmensa movilización social, incentivada además por el
reconocimiento del Ministro de Hacienda Büchi en cuanto a
lo reducido del crecimiento económico de 1986. Síntomas
recesivos volvían a asomarse en el horizonte y el equipo
económico parecía sólo preocupado en desactivar los
recursos estatales.

Por otra parte las semillas de las protestas se habían


enterrado profundamente en los sectores populares.
Estimulado por esas perspectivas, el Movimiento
Democrático Popular envía una carta a la Alianza
Democrática en que propone dos cosas: coordinar entre
ambos un plan de movilización para frenar el cronograma
político que se había trazado el régimen y establecer un
acuerdo amplio sobre la gobernabilidad futura. La carta fue
rechazada sustentando que el Partido Comunista sostenía una
tesis de rebelión que era incompatible con los postulados de
la Alianza. Sumidos los meses de verano en esta discusión
agotadora y desgastante, el MDP insiste que es el año
decisivo.

Sin duda, la teoría del MDP adquirió mayor credibilidad


cuando dos dictadores que parecían eternizarse en el poder
eran derrocados gracias a la presión social sin acarrear una
guerra civil. Las tiranías impuestas por Duvallier en Haití y
Marcos en Filipinas desaparecen con semanas de diferencia
durante el mes de febrero. Las caídas de estos dictadores, sin
duda sostenidos por Estados Unidos, tenían un significado
que trascendía la lucha local. El imperio norteamericano
necesitaba limpiar su imagen apoyando una salida
democrática negociada a las otrora aplaudidas tiranías. En
Chile, desde hacía un año, el embajador de Estados Unidos,
Harry Barnes, daba signos de repudio a la violación de los
Derechos Humanos y de simpatía y diálogo con personeros
de la oposición. La visita del Senador Edward Kennedy
-persona non grata para la dictadura después de haber
propiciado el bloqueo de material bélico norteamericano a
las Fuerzas Armadas chilenas, la llamada "Enmienda
Kennedy"-significaba una bofetada al régimen militar.
Kennedy, sufriendo toda clase de contramanifestaciones se
reúne, sin embargo en el Círculo Español con toda la gama
de la dirigencia opositora, entre ellos Clotario Blest.

Dentro de ese marco favorable a la oposición durante los


meses de marzo y abril del año 1986, el 8 de marzo, en
conmemoración a su día, la organización llamada "Mujeres
por la Vida" que reunían un amplio abanico de sectores
sociales desde DC hasta la ultra izquierda llama a un acto en
el Parque Forestal, inaugurando las movilizaciones sociales
de ese año. Al ser reprimidas por Carabineros y los UFA
(estas Unidades Fundamentales Anti Subersivas eran
pequeños destacamentos militares de coacción callejera que
aparecían con las caras pintadas para resguardar su
anonimato) las mujeres se desplazan copando gran parte del
centro de Santiago.
A fines de ese mes, los estudiantes secundarios y
universitarios se declaran en huelga. Huelga que dura
alrededor de tres semanas. En los primeros días de abril, los
médicos también efectúan un paro que dura 48 horas. Por
esos días, 15 no videntes del Comité de Comerciantes Sin
Permiso de Santiago que agrupa a los vendedores
ambulantes ciegos, inician una prolongada huelga de
hambre, para conseguir de las autoridades el permiso para
comerciar sus productos. Como consecuencia de este ayuno
muere uno de ellos, lo que conmueve a la opinión pública y
transforma su entierro en un masivo acto contrario al
régimen militar. Los 21 días de huelga de estos impedidos es
alentada diariamente con la presencia de Clotario Blest que
declara a la prensa: "Los apoyo porque este grupo humano
que sufre un destino tan limitado ejemplariza con su acción
al poner en peligro su vida -el bien más preciado del ser
humano- el derecho a defender su subsistencia." (84)
Durante una de esas visitas en un día de otoño frío a la
federación del Cuero y del Calzado, lugar en que pernoctan
los ciegos, Blest contrae una bronconeumonia que lo
mantendrá alejado por cinco meses de toda actividad
pública. Para Clotario Blest los primeros signos del ocaso se
manifestaban.

Los políticos de ese momento coinciden en la urgente


necesidad de exigir durante ese año la rectificación de la
Constitución de 1980. Armando Jaramillo, Presidente del
derechista Partido Republicano declara: "Pedimos la rápida
modificación constitucional." Carlos Briones, dirigente del
Partido Socialista, añade: "Nosotros no aceptamos la
Constitución por dos razones: la forma en que fue aprobada
y por su contenido anti democrático." (85)

Días antes del 1º de mayo, fuerzas conjuntas de Carabineros,


Ejército y CNI, hicieron gigantescos operativos en
poblaciones periféricas de Santiago lo que generó un clima
de guerra. En el Día Internacional del Trabajo, convocado
por la CNT, se produce una masiva concurrencia de diversos
sectores ciudadanos a la Alameda obligando al gobierno a
ocupar militarmente la capital. Efectivos del Ejército con los
rostros embetunados se desplazaban por un extenso
perímetro de la capital, arremetiendo contra los
manifestantes dejando como saldo centenares de heridos.

ASAMBLEA DE LA CIVILIDAD

Dentro del año que hemos llamado "decisivo", el 26 de abril


se crea la Asamblea de la Civilidad, herramienta con la cual
la oposición pretende, con sus tres millones de afiliados,
ejercer la última presión "no violenta" para derrocar a la
tiranía. El Consejo Ejecutivo de esta entidad es integrado por
toda clase de organizaciones sociales desde colegios
profesionales, gremios, sindicatos, hasta agrupaciones
étnicas, de mujeres y de artistas. La Asamblea de la
Civilidad, encabezada por el médico Juan Luis González,
pasa a ser la más amplia y numerosa del país. En un
documento denominado Demanda de Chile exhorta al
gobierno militar a que "restituya de inmediato la soberanía
nacional para ejercer la democracia." El ultimátum da un
plazo de 30 días a la tiranía para que cumpla el petitorio. En
caso contrario decretarán Desobediencia Civil para llegar
posteriormente a un Paro Nacional a lo largo de todo el país.

Ante esta rebelión pacífica, pero masiva, para derribar al


gobierno, Pinochet intenta decretar el Estado de Sitio. El
Departamento de Estado lo veta con el poder que le da el
control de los créditos económicos. Para lograr entonces su
objetivo, la dictadura inventa el "Bando 43" que con el
nombre de Estado de Emergencia cumple las mismas
funciones que el Estado de Sitio. Entre variadas medidas
coercitivas, el Bando 43 prohibía cualquier reunión de más
de cuatro personas, aún en colegios y locales de Iglesia.

Durante el mes de junio de 1986, la Asamblea de la


Civilidad, al no recibir respuesta del gobierno militar
proclama la Desobediencia Civil y el 2 y 3 de julio, Día del
Gran Paro General.

Clotario Blest, desde su lecho de enfermo y recién


convaleciente de su estado crítico, manda un emotivo saludo
radial a los trabajadores pidiéndoles que adhieran a esta
movilización.

En esos meses, con sorpresa y temor, los ciudadanos ven en


las calles que los carabineros, garantes del orden público,
son reemplazados por patrullas de soldados, los UFA o
"caras pintadas".

ASÍ FUE EL PARO GENERAL


Desde tempranas horas las radios indicaban que la
paralización de faenas -tanto en la capital como en
provincia- parecía ser total y "la más significativa
manifestación social opositora desde septiembre de 1973." A
mediodía los contingentes militares toman el control de los
puntos claves del país y ocupan calles y plazas de las
grandes ciudades. Chile durante esos días, parece una nación
sitiada. Sin embargo, lo que causó más impacto nacional e
internacional fue la acción demencial y despiadada contra
dos jóvenes, Rodrigo Rojas, fotógrafo de 20 años y Carmen
Gloria Quintana, estudiante y pobladora de 18 años.

Según la declaración de la Comisión de los Derechos


Humanos, "un grupo de jóvenes manifestaban su repudio a la
dictadura en una esquina de General Velásquez con Yungue,
calles situadas al sur de Santiago. En ese momento
aparecieron varios vehículos militares que comenzaron a
perseguir a los muchachos, siendo alcanzados Rojas y
Quintana. El personal militar luego de golpearlos
brutalmente procedió a rociarlos con un líquido inflamable,
para a continuación prenderles fuego." (86) Después se supo
que los dos cuerpos de la víctimas fueron tirados al borde de
un camino rural. Varios obreros que se dirigían a su trabajo
esa mañana del 2 de julio, presenciaron una imagen
fantasmal. Dos figuras negras sin rostro moviéndose como
autómatas pedían auxilio. Los obreros horrorizados dieron
aviso a Carabineros que trasladaron a las víctimas a la
Asistencia Pública. Rodrigo Rojas falleció dos días después,
sin que se lograra -pese a las presiones directas del
Departamento de Estado norteamericano- trasladarlo a un
hospital especializado. Carmen Gloria, irreconocible y con el
70% de su cuerpo quemado, logró sobrevivir.
Investigaciones posteriores demostraron que los implicados
en ese brutal crimen eran militares al mando del Teniente
Pedro Fernández Dittus. La Fiscalía Militar luego de dos
años de diligencias judiciales los absolvió.

Las exequias del joven fotógrafo, que estaba de visita en


Chile por unas semanas procedente de Estados Unidos,
donde vivía con su madre exiliada, despertaron gran
solidaridad. Miles de personas se juntaron dentro y alrededor
de la Basílica del Salvador en que se despedían sus restos.
Intempestivamente, las fuerzas policiales arremetieron con
bombas lacrimógenas y chorros de agua contra la multitud
congregada. Ni siquiera los embajadores asistentes, entre los
que se contaban el de Francia y de los Estados Unidos, se
libraron de la represión. El embajador norteamericano fue
retirado del lugar semi asfixiado.

La dictadura, como reacción al exitoso Paro General, ordenó


el encarcelamiento de la directiva de la Asamblea de la
Civilidad, quienes desde la cárcel respondieron llamando a
una Jornada por la Democracia para el día 4 de septiembre
de 1986.

EL ATENTADO QUE CAMBIÓ EL RUMBO DE LA


HISTORIA

Desde Radio Moscú Volodia Teitelboim, Secretario General


del Partido Comunista, declaraba: "este será un año de
combates titánicos." Y así parecía ser el destino de Chile
durante el segundo semestre de 1986. Los movimientos
sociales adquirían un carácter insurreccional, sólo faltando
ahora dar el golpe final para que el derrocamiento del
dictador Pinochet fuera un hecho.

El brazo armado del Partido Comunista, el FPMR, se


preparaba secretamente para la estocada final. La estrategia
estudiada y fomentada en la RDA y Cuba y que contaba
además con la bendición de la URSS, había comenzado el
montaje de la operación a fines de 1984 y todo el 85. Las
armas habían comenzado a entrar por tierra desde el Perú, en
pequeñas cantidades, a Chile. Pero como se tornaba cada vez
más difícil ingresar pertrechos bélicos por esa vía, se decidió
que los cargamentos llegaran directamente a costas chilenas.
Los lugares elegidos fueron varias caletas de la Tercera
Región, esta osada acción militar se encubrió bajo la legal
apariencia de empresas de extracción y comercialización de
algas marinas. La ficticia empresa contaba con camiones,
grúas, equipos pesados, dos goletas pesqueras de alta mar y
hasta una lujosa oficina en el centro de la ciudad de Vallenar.

A mediados de enero de 1986, quedaron habilitados más de


diez piques mineros abandonados que se llenaron de fusiles
M-16, granadas, lanza cohetes, pistolas ametralladoras UZI,
toneladas de explosivos de procedencia norteamericana
(abandonadas en Vietnam) y soviéticas. Entre tanto, se
construyeron depósitos subterráneos en varios lugares de
Santiago y del Valle Central.

Después de una primera descarga desde el barco cubano Río


Najasa, apoyado por equipos de telecomunicaciones y
navegación por satélite, a fines de julio llegan dos nuevos
despachos que dan un total de 50 toneladas de armas
descargadas. Muchas de esas armas durante esos meses
fueron utilizadas en diferentes atentados contra oficinas
públicas, tendidos eléctricos uy cuarteles policiales y
militares.

Paralelamente a estos sucesos, las manifestaciones sociales


se sucedían con gran intensidad. Para el FPMR el
diagnóstico parecía claro: se acercaba -apoyada por la
agitación social- la insurrección que generaría el asalto al
poder.

A principios de agosto de 1986, con ayuda de un satélite


militar norteamericano y probablemente por infiltrados, la
CNI detectó el plan y varios de los más importantes
dirigentes del FPMR fueron detenidos en diferentes lugares
del país y sometidos a crueles torturas que no se aplicaban
desde 1973. Ante el cariz que tomaba la situación, los
frentistas resolvieron dar un golpe de efecto para aminorar la
derrota sufrida. El 18 de agosto es secuestrado el Jefe de
Protocolo del Ejército, el Coronel Mario Haberling, siendo
abandonado el 22 de agosto drogado y envuelto en una
bandera del FPMR cerca de un cuartel de investigaciones.

En esa misma fecha, varios escondites de armas fueron


descubiertos, que según la prensa oficialista, habrían servido
para equipar a varios destacamentos de combatientes. La
opinión pública -pese a estas sensacionales revelaciones- no
daba crédito a las asombrosas noticias.
Los frentistas debían ahora dar el golpe decisivo, el que
desencadenaría el asalto al poder: la Operación Siglo Veinte,
en que Pinochet sería asesinado. Para ese propósito la
emboscada fue estudiada minuciosamente. El General
Pinochet poseía un refugio en un lugar del Cajón del Maipo
llamado Melocotón, ubicado en los contrafuertes
cordilleranos. Desde allí descendía, después de unos días de
descanso y sin previo aviso, a Santiago, acompañado de una
fuerte escolta, por un camino estrecho y de curvas. Fácil era
allí cercarlo.

En el atardecer del 7 de septiembre un acontecimiento


conmociona a Chile y al mundo: un grupo fuertemente
armado dividido en dos comandos de catorce hombres ataca
con fuego cruzado de fusiles y cohetes anti tanques, en un
recodo del camino cordillerano, a Pinochet y su escolta.
Tomados por sorpresa, los carabineros y CNI que constituían
la protección del dictador, sólo atinan a salvarse mientras
varios autos oficiales estallan. Cinco escoltas son muertos y
una docena son heridos gravemente. Un sólo automóvil -el
penúltimo- parece no sufrir los impactos de las bazookas que
le son lanzadas. Los autores del magnicidio, creyendo haber
cumplido su misión, descienden raudamente a Santiago, no
siendo en ningún momento interceptados por las fuerzas
policiales debido a que viajan en vehículos semejantes a los
de la CNI. Sin embargo, el General Pinochet, objetivo de la
Operación Siglo Veinte, con sólo una pequeña herida en una
mano, regresa ileso a su refugio del Melocotón.

Tres providenciales razones fueron las que salvaron la vida


del dictador y cambiaron el rumbo de la historia de Chile: el
macizo blindaje del coche que transportaba a Pinochet; fallas
en los proyectiles anti tanques de los frentistas; y la pericia
del chofer de Pinochet. En declaraciones públicas al pueblo,
Pinochet, en cambio, dice haberse salvado gracias a la
intervención milagrosa de la Virgen del Carmen, patrona de
las Fuerzas Armadas.

La población abrumada y desorientada por la escasez de


noticias que no aclaraban los hechos y, en particular, por el
mutismo sobre el destino del Capitán General, aguardaba
expectante el curso de los acontecimientos. A las 10 de la
noche se decretó el Estado de Sitio y el toque de queda y
recién a medianoche apareció en los canales de televisión la
imagen del general, trémulo y con la mano vendada.

Al amanecer la represalia de la tiranía se dejó caer: cinco


opositores pertenecientes al MDP son secuestrados y
asesinados en diferentes lugares de Santiago. En la misma
noche detienen a prominentes políticos opositores como
Ricardo Lagos, Germán Correa, el sacerdote Rafael Maroto
y Eduardo Loyola.

Seis años después del atentado la revista Qué Pasa, en tres de


sus números (87)- analiza y da su versión sobre lo sucedido
y sus consecuencias en el cuadro político futuro.

Con el título La historia inédita del atentado narra, después


de entrevistar a varios guardaespaldas y colaboradores de
Pinochet, el estado anímico de terror que sufrió el General:
"tras escapar del tiroteo Pinochet estaba convencido que
moriría en manos de un grupo encargado de rematarlo." Este
trauma le producía tal impacto emocional que le causó un
misticismo -para sus allegados- inexplicable. "Pinochet se
había convencido que su salvación era un designio divino.
¡Fue la Virgen María, ella siempre me ha salvado!", repetía.

En la segunda parte del informe de la revista se investiga a


los posibles ejecutores e ideólogos: "Si bien no existen dudas
que fueron los terroristas los ejecutores, para muchos la
autoría intelectual del atentado no es clara."

En el citado artículo se insinúa la sospecha de la implicancia


de la CIA, representada por el embajador Harry Barnes. En
seguida se comenta la presencia de un misterioso helicóptero
que sobrevoló varias veces el sitio de la balacera.

El ejército -sorprendido ante la ineficiencia del operativo y


de la superioridad bélica de los emboscadores frente al
dispositivo de seguridad de Pinochet- reabrió los meses
siguientes sumarios para verificar sus fallas. "Pero pese a
todas las horas de organización y de la preparación que tuvo
el atentado, los objetivos del FPMR se destruyeron como un
castillo de naipes. La emboscada no sólo había sido un
fracaso, puesto que Pinochet seguía vivo, sino además, el
país había cambiado en una forma muy distinta a lo que ellos
querían: sin quererlo el FPMR, como grupo cohesionado,
había firmado su acta de defunción, tanto para ellos como
para sus creadores, el Partido Comunista. El atentado,
sumado al fracaso de la internación de armas por Carrizal,
había sido el cuchillo que partiría en dos la unidad del
FPMR, dividiéndose definitivamente en 1987 con fuertes
pugnas internas. Por otro lado, el resto de los partidos
políticos opositores, decidía, tras la emboscada en la cuesta,
abandonar definitivamente sus coqueteos con el Partido
Comunista, partidario de una salida vía rebelión popular,
encauzando todos sus esfuerzos en derrocar al régimen
militar por la vía legal."

El primer sector político que se distancia del Partido


Comunista es el Socialista, pues, según él, este ataque
armado al General ocurría justamente cuando la estrategia de
las protestas de la oposición estaba en su punto más alto. De
allí nace la posición del Partido Socialista de privilegiar al
centro político representado por la Democracia Cristiana. En
este último partido también se opera un giro. La directiva,
encabezada por Gabriel Valdés -que hasta ese momento
impulsaba la estrategia de la movilización social en unión
estrecha con el Partido Comunista- pierde su vigencia
política ante la tesis de Patricio Aylwin. Este último,
prácticamente retirado de la vida pública, buscaba derrotar al
gobierno militar dentro de su propia legalidad. La DC acepta
desde ese instante el cronograma constitucional planteado
por Pinochet. Esta postura precipita el triunfo, al año
siguiente, de Aylwin como Presidente de la Democracia
Cristiana, siendo este hecho el punto de partida de la
Concertación Democrática.

En el ámbito oficialista, las consecuencias del atentado


fueron un repliegue de Pinochet hacia el sector militar,
rompiéndose el equilibrio de influencias que se mantenían
dentro de La Moneda entre los civiles y uniformados. Al
mismo tiempo, se gestó un reencuentro entre el General y la
UDI que había perdido su poder tras la salida del gabinete de
Sergio Fernández en 1982.

El camino de la rebelión popular, que parecía llevar al


derrocamiento de la dictadura, estaba ahora definitivamente
obstruido e intransitable. Los políticos lo abandonaban y el
pueblo desorientado por el fracaso de su estrategia,
pasivamente cambiaba de ruta.

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 18 de septiembre de 1978

2. Idem

3. Chile: Recuerdos de la Guerra, Editorial Codepu-Emisión,


1990, p. 166

4. González Camus, Ignacio, El día en que murió Allende.


Editorial CESOC, 1988

5. Entrevista a Clotario Blest, 28 de septiembre de 1978

6. Chile: Recuerdos de la Guerra, Editorial Codepu-Emisión,


1990, pp. 10

7. Entrevista a Clotario Blest, 28 de septiembre de 1978

8. Idem

9. Revista Vea, septiembre 1973.


10. Tomic, Radomiro, Testimonios. Coedición de Editorial
Emisión, Centro de Estudios Políticos Latinoamericanos
Simón Bolívar y Ediciones Copygraph, 1988,p 301

11. Diario La Tercera , 13 septiembre 1973 p 7

12. Idem, p.9

13. Entrevista a Clotario Blest, 8 enero 1983

14. Ponencia de William Thayer en el Seminario "Veinte


años después de la UP". Finis Terrae. El Mercurio

15. Declaración de la Conferencia Episcopal, septiembre


1973, mimeo (Archivo Clotario Blest)

16. Informe de la Comisión Verdad y Reconciliación,


comúnmente llamada Rettig, por haberla presidido el ex
senador radical Raúl Rettig

17. Orellana, Patricio, Informe de Derechos Humanos,


resumen de 1978, mimeo (Archivo Clotario Blest)

18. Entrevista a Clotario Blest, 24 de agosto de 1979

19. Discurso de Clotario Blest, mimeo (Archivo Clotario


Blest)

20. Entrevista a Clotario Blest 24 junio 1979


21. En archivo de Rosa Rubilar (Informes de Derechos
Humanos, Cartas a Organismos Solidarios...)

22. Entrevista a Clotario Blest, 24 agosto 1978

23. Este tratado fue suscrito en septiembre de 1977. En él


James Cárter, Presidente de los Estados Unidos, en presencia
de todos los Jefes de Estado de América Latina, se
comprometió a devolver el Canal de Panamá en 1999

24. Historia Oculta del Régimen Militar. Suplemento del


Diario La Época, 16 abril 1989

25. Idem

26. Entrevista a Clotario Blest, 8 octubre 1981

27. Historia Oculta del Régimen Militar, supra

28. Entrevista a Clotario Blest, 27 julio 1979

29. Idem

30. Entrevista a Jaime Castillo Velasco, 11 agosto 1992

31. Entrevista a Clotario Blest, 3 enero 1979

32. Entrevista a Clotario Blest, 16 diciembre 1978

33. Entrevista a Rosa Rubilar, 18 julio 1992


34. Entrevista a Clotario Blest, 28 diciembre 1978

35. Idem

36. Entrevista a Oscar Ortiz. 6 agosto 1992

37. Revista Solidaridad, 2a. quincena enero 1979

38. Diario La Época, 2 junio 1990, Homilía de Clotario Blest

39. Diario La Segunda, 19 abril 1979

40. Transmisión en Radio Cooperativa, 1º mayo 1979

41. Entrevista a Clotario Blest, 28 abril 1979

42. Diario El Mercurio, Revista del Domingo, 2 enero 1979

43. Entrevista a Oscar Ortiz, 8 noviembre 1992

44. Entrevista a Claudia Soto R, 13 noviembre 1992

45. Entrevista a Oscar Ortiz, 8 noviembre 1992

46. Esta entidad se creó en enero de 1976, con la finalidad de


darle una legitimidad política histórica al régimen.

47. Carta de Jorge Alessandri a Clotario Blest, 5 noviembre


1978 (archivo de Clotario Blest).
48. Historia Oculta del Régimen Militar. Suplemento del
Diario La Época, 12 junio 1989

49. Entrevista a Clotario Blest, 15 octubre 1980

50. Historia Oculta del Régimen Militar, supra.

51. Revista Mensaje, abril 1980

52. Revista Solidaridad, la quincena mayo 1980

53. Boletín CODEHS, octubre de 1982

54. Discurso de Blest en la Parroquia Universitaria, octubre


1980

55. Fontaine, Arturo, El Presidente Pinochet y Los


Economistas

56. Idem

57. Programa de Ocupación de Jefes de Hogar y Plan de


Empleo Mínimo que fue ideado como expediente para
disminuir la cifra estadística del desempleo y contener en
algunos sectores la explosión de la protesta social. El trabajo
fundamental era asear calles y plazas, con remuneraciones
irrisorias en parte en dinero y en parte en especie.

58. Entrevista a Clotario Blest, 16 septiembre 1978

59. Entrevista a Oscar Ortiz, 3 diciembre 1992


60. Idem

61. Pinochet de la Barra, Oscar, Pensamiento de Eduardo


Freí M., Editorial Aconcagua, p.66

62. Idem

63. Idem

64. Entrevista a Clotario Blest, 6 enero 1983

65. El Comando Nacional de Trabajadores se fundó el 20 de


mayo de 1983

66. Plataforma del Comando Nacional de Trabajadores, 20


mayo 1983 (archivo de Oscar Ortiz)

67. Entrevista a Clotario Blest, 27 mayo 1983

68. Comunicado del CNT, 1983

69. Diario La Tercera, octubre 1983

70. Entrevista a Clotario Blest, 3 febrero 1984

71. Idem

72. Historia Oculta del Régimen Militar, suplemento diario


La Época 16 agosto 1989
73. Entrevista a Clotario Blest, 8 octubre 1983

74. Diario La Tercera, 5 y 6 abril 1984

75. Diario La Tercera, 21 octubre 1983

76. Fontaine, Arturo, El Presidente Pinochet y Los


Economistas, p. 46

77. Aparato de Inteligencia de Carabineros

78. Agrupación Gremial de Educadores de Chile

79. Revista Análisis, junio 1985

80. Acto por Blest, 15 agosto 1985, mimeo. Secretariado del


MIR

81. Revista Análisis, 6 septiembre 1985

82. Informe de la ONU (Comisión Volio), 1985. (Archivo de


Clotario Blest)

83. Revista Vea, diciembre de 1985

84. Diario Fortín Mapocho, abril de 1986

85. Revista Análisis, 22 mayo 1986

86. Informe de la Comisión Chilena de Derechos Humanos,


julio 1986
87. Revista Qué Pasa, 2a. quincena de septiembre y la.
quincena de octubre de 1992

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EL OCASO

"El hombre no elige su final" (1)

El luchador y profeta es también un ser humano. A los 85


años, Clotario Blest padece su primera enfermedad grave,
una bronco-neumonía. Trata, como era su costumbre, de
combatir su malestar tomando píldoras homeopáticas; sin
llamar a ningún médico. Cinco días permaneció en su lecho
con fiebre alta y un dolor agudo al pecho. Los únicos que le
atendieron durante ese tiempo fueron sus dos discípulos
Oscar y Francisco.

En varias entrevistas, después de narrarme una de sus luchas


fracasadas, Clotario exclamaba: "Debo morir peleando." Por
esa exclamación que le brotaba del fondo de su ser, yo
comprendía que expresaba su anhelo: su vida no acabaría por
una larga enfermedad; su vida terminaría, como él había
vivido, combatiendo. Sus maestros, Gandhi y el Che
Guevara, habían caído atravesados por una bala; a él le
tocaría la misma suerte. O quizás la de tantos compañeros
detenidos-desaparecidos. Esas eran muertes honrosas.
¡Tantas veces había expuesto su vida! Su coraje debía ser
recompensado. Para Clotario, la enfermedad física y la
muerte en una cama era propia de un ser débil y a él no le
correspondía sufrir esa humillación.

Sin embargo, allí estaba tirado en una cama, sin habla ni


respiración. Oscar y Francisco ante la gravedad de Blest
deciden pedir ayuda a la ANEF y a la Pastoral Obrera.

Oscar Ortiz rememora; "En el día tratábamos con Francisco


de aliviar los múltiples dolores de Clotario y cada vez nos
retirábamos con más angustia a las diez de la noche,
pensando que quizás no lo encontraríamos vivo a la mañana
siguiente. La imagen de su frágil cuerpo rodeado de sus
cinco gatos y las palomas en las ventanas no nos permitía
conciliar el sueño. Por primera vez, Blest nos pasó la llave
de la casa , pues el esfuerzo de abrir la puerta se le tornaba
imposible y como no tenía teléfono, las largas noches eran
de soledad absoluta. Fue entonces cuando decidimos llamar
a un médico. El diagnóstico fue bronconeumonía que
requería urgente hospitalización. Llamamos al padre Alfonso
Baeza, vicario de la Pastoral Obrera y a Milenko
Mihovilovic de la ANEF, que de común acuerdo ordenan su
traslado a la clínica privada Indisa. Al llegar la ambulancia
con el enfermo, el 27 de abril de 1986, nos exigieron antes
de hospitalizar al enfermo, una alta suma de dinero que
ninguno de nosotros tenía. Ante este escollo y con el
enfermo en la ambulancia, Milenko decidió firmar unas
letras en las cuales se comprometía a pagar lo exigido. Pero,
sin duda, su firma no ofrecía garantía, pues no contaba con
ningún patrimonio." (2)
Clotario Blest fue considerado como un enfermo grave e
internado en la Unidad de Tratamiento Intensivo, UTI.
Cuatro noches después de la hospitalización de Blest, un
grupo no identificado entró en su casa robándole varios
muebles y documentos. Desde esa noche, Ortiz y Díaz se
alojarán en casa de Clotario para evitar nuevos saqueos.

El 1º de mayo de 1986, en que se conmemoraba un siglo de


la masacre de Chicago, el acto no contó con la presencia de
Clotario Blest. Desde 1938, en que Blest se incorpora al
movimiento sindical, nunca dejó de asistir a esa efeméride,
para él una fecha simbólica y de gran importancia. En la
concentración, realizada en el Auditorium Don Bosco, se le
recordó varias veces, como si su palabra de luchador
estuviera resonando como siempre. La represión se dejó
caer, arrojando un centenar de detenidos y heridos.

LA MUERTE ES ACEPTABLE, LA ENFERMEDAD LA


TORNA VEJATORIA

Cuando trasladaron a Blest en la ambulancia iba consciente.


"Que el chequeo sobre mi mal sea rápido. Mi lugar está aquí
en la casa. Recuerden, no moriré hasta que caiga el tirano;
Cristo me lo prometió." (3)

Al internarlo en la UTI, Clotario se dio cuenta que el retorno


a su casa se había postergado. Reclamó insistentemente, pero
fue en vano. Las visitas le fueron restringidas. Sólo Oscar y
Francisco podían verlo durante breves minutos. Oscar relata:
"Mi impresión al contemplar a Clotario al día siguiente fue
terrible. Lo tenían amarrado a la cama. Al reconocerme,
Clotario me gritó: "Sáquenme de aquí. Esto es un infierno."
Conversé en privado con las enfermeras, quienes me dijeron:
don Clotario es el peor enfermo que hemos tenido. Se saca la
sonda. No permite que lo lavemos ni que lo toquemos. A la
kinesióloga que le hace masajes para aliviarle la flema, la
escupe. Ninguna enfermera quiere atenderlo, pues las insulta
v patea. En la noche no deja dormir a nadie. El médico
tratante ha recetado calmantes fuertes, pues así como van las
cosas no podremos curarlo." (4)

Mientras, en la UTI, se trataba de dominar a Blest para


lograr sanarlo, el salón de la clínica se llenaba de personajes
ilustres que pasaban a inquirir noticias sobre la salud del
viejo líder. Desde el extranjero, el Presidente de la República
Argentina. Raúl Alfonsín. mandó un emisario con el fin que
se lo llevara a tratarse y reponerse en Argentina.

Cinco días permaneció Blest en estado de sopor gracias a los


calmantes, pero después del tratamiento despertó más
rebelde que nunca. Ante su insistencia, lo trasladaron a una
habitación aislada. Esa misma noche. Clotario Blest fue
sorprendido arrancándose por una escala de escape, a pie,
descalzo, y en camisón. Los médicos llamaron a sus amigos,
el padre Baeza y Mihovilovic y los emplazaron con el fin de
que se llevaran al enfermo a otro sitio. Sus amigos estaban
abrumados, no sólo por la actitud incontrolable, sino también
porque había llegado el momento de hacer electiva la
cancelación de los gastos de hospitalización. Milenko. el
más afectado, conversa entonces con el director de la clínica,
doctor del Fierro, quien acepta postergar por quince días el
pago, siempre que se lleven al paciente a la brevedad
posible. Los amigos, ante las dificultades que surgían,
deciden formar el "Comité Pro Ayuda a Clotario Blest" cuyo
objetivo sería recolectar fondos económicos para cancelar las
deudas. La decisión inmediata fue trasladar al sindicalista a
ANECAP (Agrupación Nacional de Empleadas de Casas
Particulares), especie de albergue católico que entregaba
pensionado a sus socias de provincia. Blest y dos enfermeras
dedicadas a su cuidado llegaron al hogar el 14 de mayo.
Durante su permanencia, Clotario algo repuesto, traslada su
tarea del CODEHS a su habitación, donde acoge denuncias e
impulsa la campaña contra la pena de muerte, que se había
dictado contra algunos presos políticos. Cuando Blest
quedaba solo, las enfermeras lo encerraban bajo llave. Sin
embargo, un mes después, Clotario logró distraer la
vigilancia y, una noche lluviosa de pleno invierno, se marchó
a su casa que estaba a pocas cuadras del lugar.

EL CANTO DEL CISNE

El Comité Pro Ayuda a Clotario Blest, después de golpear


las puertas de todas las organizaciones sindicales y de la
Iglesia, decide acudir, como última instancia, a la caridad de
ciertos empresarios. El primero que visitan es Carlos Vial
Espantoso, ex senador y ex ministro de Hacienda y, en ese
entonces, uno de los más prósperos hombres de negocios.
Recordaba Milenko que, siendo Vial Ministro de Hacienda,
había tenido una actitud respetuosa con Clotario, que se
tradujo en posteriores beneficios a los empleados públicos,
que en reconocimiento le otorgaron el título de Director
Honorario de la ANEF Vial entregó personalmente su
donación a Blest y sugirió que Eugenio Heiremans, Ernesto
Ayala y Arturo Alessandri Besa también estarían dispuestos
a cooperar. Así fue, y Milenko pudo dormir tranquilo. La
cuenta de Indisa sería cancelada, y con el saldo se restauraría
el dormitorio de Clotario y se construiría un baño adyacente.
Al correrse la voz, entre el sector capitalista, de la miseria en
que vivía el otrora presidente de la CUT, el principal
accionista de la Compañía de Teléfonos, Dámaso García,
pasó a ser el ángel guardián de Blest: le instalará un teléfono
en su velador y hasta el día de su muerte solventará sus
gastos de energía eléctrica, gas y agua. Clotario no aceptará
la remodelación de su casa y, ante las exigencias de Milenko
y el cura Baeza de llevarla a cabo, romperá relaciones con
ellos, distanciamiento que durará un par de años. Para el
sindicalista, ese dinero debía tener un mejor uso.

El Clotario Blest resucitado era otro hombre. Su decepción


por la falta de ayuda económica de las organizaciones que
había creado y formado, y de la Vicaría a la cual siempre se
había sentido ligado, lo herían profundamente. Le debía su
restablecimiento no a sus amigos, sino a sus enemigos.

Una semana después de instalarse en su casa, Blest se dirigió


secretamente a la notaría Carvajal y cambió su testamento.
Ahora no heredarían su casa, muebles, biblioteca y archivos,
ni la ANEF ni la Vicaría Pastoral, como era su intención
primitiva. Sus únicos herederos -aunque nunca lo supieron
hasta el día de su muerte- serían Oscar Ortiz y Francisco
Díaz.

Gran parte del día Clotario pasaba en su escritorio con sus


más fieles, dedicado a la redacción de cartas y artículos que
formaban parte de un plan para lograr la libertad, por
extrañamiento, de 35 presos políticos detenidos desde 1973,
tarea que concluyó exitosamente en octubre de 1986, con la
expulsión del país de dichos presos. En el ámbito sindical, su
esfuerzo lo dedica a organizar el Paro General programado
para fines de septiembre de ese año.

El 30 de agosto de 1986 fallece, luego de una larga y penosa


enfermedad, el ex Presidente Jorge Alessandri. Clotario
Blest asiste a su velatorio, que se efectúa privadamente en la
capilla del Cementerio General. Interrogado por los
periodistas del por qué de su presencia, responderá: "Pese a
que Jorge Alessandri me mandó detener y estuve
encarcelado en el patio de los cogoteros por su culpa, y que
éramos adversarios, no puedo dejar de reconocer que fue un
demócrata. Mi obligación como cristiano es acompañarlo en
su entierro." (5) Las fotografías que aparecieron al día
siguiente lo muestran sentado con un rosario en la mano
rodeado de la larga familia Alessandri. Ortiz me relata lo
acontecido cuando él y Clotario se retiraban de la capilla:
"En el momento que cruzábamos la puerta nos encontramos
frente a frente con el general Pinochet que entraba con sus
ministros y edecanes. Pinochet, al reconocer a Clotario, se
acercó y, risueño, le preguntó por su salud. Clotario
permaneció mudo sin que se le moviera un músculo de la
cara. El general, ignorando el gesto hostil, lo tomó del brazo
y lo arrastró hacia el altar donde estaban la familia y las
personalidades. Yo, rodeado por los edecanes, lo seguí.
Cuando Pinochet se acercó al ataúd, Blest en voz alta, como
para que todos lo escucharan exclamó:
"¡Qué se imagina este tirano, haciéndose el conmovido
cuando fue él quien le amargó la vida a Alessandri en sus
últimos años!" Al retirarse Pinochet se acercó a mí,
diciéndome que yo tenía una gran responsabilidad al cuidar a
Clotario Blest que era un patrimonio nacional. Después del
sepelio tuvimos otros malos encuentros, el de Jaime Guzmán
y Sergio Fernández, que también preguntaron por la salud
del convaleciente. Blest dejándolos con la mano estirada
replicó: "Cómo quieren que esté bien con un tirano en el
poder". Al regresar a la casa, Clotario descargó toda su
indignación contra mí: "¿Cómo es posible que usted
converse con ese asesino? Ha perdido toda dignidad, yo que
creía haber formado un combatiente." Yo estaba muy
avergonzado. La verdad es que todo fue tan sorpresivo, y el
miedo a Pinochet tan latente, que comprendo que actué como
un cobarde... Clotario pasó dos días sin dirigirme la palabra."
(6)

El 7 de septiembre, día del atentado a Pinochet, Clotario


permaneció en su casa pendiente de las noticias.
Inmediatamente que supo del acontecimiento cayó en una
gran pesadumbre. Para él lo importante era que el pueblo
movilizado fuera el que derribara al tirano. Para eso había
trabajado durante esos años a favor de la Protestas y del Paro
General. Sin embargo, reponiéndose de su amargura, el día 8
se dirigió a la Tercera Comisaría donde estaban detenidos
desde la noche anterior los principales políticos opositores.
Las visitas se repitieron durante los 45 días de cautiverio del
grupo.
En esos mismos días, Blest se abocó secretamente a una
tarea peligrosa que muy pocos hubiesen aceptado. Los
militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, al
sentirse acosados, decidieron recurrir al octogenario
sindicalista. Quizás su edad, pero en especial su línea
intachable de luchador, ofrecía las garantías suficientes. A él
le encargaron la misión de mimeografiar y hacer circular sus
comunicados al exterior e interior del país. En ellos se
adjudicaban el magnicidio y explicaban su motivación. La
operación fue urdida con meticulosidad. Dos hermosas y
elegantes mujeres del Frente tomaron contacto con el
CODEHS y sirvieron de contacto con Blest.

Durante esos días, Ortiz, Díaz y Patricio (nombres de chapa),


algunos sacerdotes y, a veces, hasta el mismo Blest, servían
de enlace entre el Frente y CODEHS. Lo que la opinión
pública - especialmente internacional- supo de la génesis y la
explicación del atentado, así como las posteriores
detenciones que la dictadura hubiese querido mantener
secretas, fueron en su gran mayoría dadas a conocer por el
CODEHS. El boletín llamado El Combatiente , que se
mimeografiaba en la casa de Clotario, resumía
quincenalmente todas las noticias al respecto. La relación
con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez volvió a activarse
en septiembre de 1986. El coronel Carlos Carreño, director
de FAMAE (7) fue secuestrado en las puertas de su casa. Al
día siguiente, se adjudicó el hecho un comando del Frente. El
suceso causó gran conmoción pública. El gobierno ordenó
un gigantesco operativo con el fin de ubicar a la víctima y
sus captores, que duró un mes y sin éxito. Clotario Blest nos
cuenta: "En una de mis visitas a la cárcel un desconocido
tomó contacto conmigo pidiéndome que yo sirviera de
mediador entre el Ejército y el Frente. Yo acepté. Para mí,
salvarle la vida al coronel era importante, aunque se tratara
de una persona de dudosos antecedentes. Sin embargo, no sé
por qué causas no fui yo el intermediario, sino el sacerdote
argentino Soissa. Pese a lo riesgoso y a las críticas de
católicos obcecados, el sacerdote logró cumplir los
requerimientos exigidos. El coronel Carreño apareció en Sao
Paulo, sano y salvo, en diciembre de ese año." (8)

Fracasado el plan del Paro General en el cual Blest había


puesto toda su esperanza, a causa del abortado atentado, toda
esa táctica de lucha quedó archivada. La estrategia de la
oposición ahora se concentraba en aceptar el plebiscito
trazado por la dictadura y tratar de ganarlo. Para Clotario
esta consulta popular era aceptar las reglas del juego del
régimen militar. Al no ser escuchada su opinión, cayó en una
gran depresión.

El 1º de abril de 1987 arribó a Chile en visita oficial el Papa


Juan Pablo II. Mucho tiempo pasó un sector de la Iglesia y
de la oposición intentando infructuosamente cancelar el
viaje, entre ellos Clotario Blest. Para éstos, la visita del Papa
sólo serviría para consolidar el régimen militar. Frente al
hecho consumado, tanto la oposición como Pinochet tratarán
de sacarle provecho, y la iglesia oficial de "mantener la
imagen de Su Santidad fuera de toda contingencia política".
Sin embargo, el general Pinochet se las ingenió para aparecer
con el Papa en los balcones de La Moneda saludando a un
público de adeptos que lo aplaudían. Por otra parte, los tres
días del Papa en Santiago estuvieron marcados por
testimonios públicos de los disidentes: pobladores, jóvenes,
trabajadores y organizaciones de Derechos Humanos
narraron frente a las cámaras de televisión sus situaciones de
marginalidad, opresión y persecución política. En uno de los
encuentros del Papa Juan Pablo II con personalidades, en la
Universidad Católica, Blest le entregó una abultada carpeta
con informaciones que contenían graves trasgresiones a los
Derechos Humanos y sindicales y con un petitorio final
contra la condena a pena de muerte de un grupo de presos
políticos. La culminación de este polémico viaje se efectuó
en un multitudinario acto litúrgico en el Parque 0'Higgins
que desembocó en violentos incidentes. Durante la homilía
el Papa, semi ahogado por las bombas lacrimógenas
interrumpió la misa tratando de calmar a parte de los 600 mil
asistentes, gritando: "¡El amor es más fuerte! ¡El amor es
más fuerte!".

Clotario a pesar de lo resentido que había quedado después


de la bronconeumonía, prescindió de las instrucciones
médicas que indicaban reposo y continuó -sacando fuerza de
flaqueza- iniciando su jornada a las 6:30 de la mañana. Una
hora la dedicaba a dar de comer a las palomas y a sus gatos.
A las 7:30 se duchaba y tomaba un frugal desayuno. Oscar
llegaba a las 8:00 y ambos se dirigían a pie al correo, a
depositar la correspondencia escrita el día anterior. En
seguida, iban a visitar a los presos o a una reunión sindical.
A las 12:30 Oscar se despedía de Clotario dejándolo en un
banco en el patio interior del convento de San Francisco.
Después de un breve descanso, Blest regresaba caminando
con dificultad a su casa. Allí, después de almorzar un caldo
de verduras, leía los diarios, revistas y cartas recibidas. A las
15:00 horas regresaba Oscar y se incorporaba Francisco para
iniciar la redacción del boletín y la correspondencia. En las
tardes se abría el portón para recibir a los numerosos
visitantes. A las 20:00 horas Clotario se retiraba a su
dormitorio, que previamente las mujeres de Oscar y
Francisco habían aseado. Esta activa rutina diaria sólo
variaba cuando Blest era invitado a algún seminario o charla
en provincia, como sucedió la quincena del 1º de mayo de
1987, en que estuvo en la Quinta Región.

El ex ministro de Relaciones Exteriores, Clodomiro


Almeyda rompió su exilio, ingresando en marzo de 1988
clandestinamente a Chile. Al día siguiente de su llegada se
presentó a los tribunales alegando su derecho a permanecer
en el país. La respuesta fue su relegación por 90 días a Chile
Chico, un lugar aislado del extremo sur del país. Cumplida
esta sanción, Almeyda fue encarcelado durante casi dos años
inculpado de violar el artículo octavo. Clotario Blest, pese a
sus divergencias anteriores con el político, cuando ejercía el
Ministerio del Trabajo durante la presidencia de Ibáñez, fue
a visitarlo a la cárcel. Visita que se repitió numerosas veces
durante su largo período de reclusión. Entre ambos
dirigentes nació una gran amistad y Blest fue uno de los
testigos que presentó Almeyda para verificar su intachable
conducta democrática.

No podemos dejar de mencionar, dentro del canto del cisne


del viejo sindicalista, su actitud en el caso "Operación
Albania" (denominación de la CNI) o "Masacre de Corpus
Christi" (calificativo de la oposición). Fuera de recopilar
antecedentes sobre el suceso en que fueron asesinados 12
militantes, entre hombres y mujeres, del Frente Patriótico,
Clotario Blest, después de entregar los resultados de sus
investigaciones a las comisiones internacionales de Derechos
Humanos, recibió como aporte solidario una suma de dinero
que se repartió entre los familiares de las víctimas.

PINOCHET CAE EN SU TRAMPA

"Es seguro que la historia de Chile registra pocos años tan


tensos, tan duros y apretados como 1988.

El plebiscito que el régimen militar impuso para dirimir el


rumbo de la sociedad chilena creó un raro efecto. No
sabemos si la transición habría sido diferente con otro
mecanismo; pero todos los que lo vivimos tenemos la certeza
de que fue una ocasión excepcional, un acontecimiento
abrasador que ocupó, aunque algunos resistiesen, los ámbitos
más íntimos y reservados de cada chileno. Por eso 1988 no
fue convulso, sino tenso: estuvo hecho de secretos, de
sentimientos, de rumores privados y versiones semipúblicas.
No lo cruzaron los vientos huracanados de la revolución; fue
agitado, calladamente, por las ansiedades de millones de
personas, abruptamente enfrentadas a dirimir, con el poder
de un pequeño trazo, el distante y colosal problema del
poder." (9)

Con el fin de ganar el plebiscito del SI y del NO que ellos


mismos habían propuesto, el gobierno militar decidió armar
un equipo estratégico que le facilitara un triunfo abrumador.
Estaban optimistas. La experiencia del plebiscito anterior los
avalaba. Pero olvidaron que la oposición había ganado
experiencia y que los años transcurridos los habían
desgastado. El primer paso de Pinochet fue reemplazar al
Ministro del Interior Ricardo García por Sergio Fernández,
autor y ganador del plebiscito de 1980. Por otra parte, el
Ministro de Hacienda Hernán Büchi continuó consolidando
la economía: renegociación exitosa de la deuda externa;
liberalización de impuestos tributarios y auge comercial -
gracias a franquicias aduaneras - de la línea electrónica y
automotriz. Lo que olvidó el equipo económico de derecha
fue la existencia de cinco millones de pobres, a quienes estas
medidas dejaban indiferentes.

La oposición dirigida por una amplia gama de partidos


políticos encabezados por la Democracia Cristiana, trazó
toda una campaña basada en la necesidad de cambios que se
expresaba en su canción:

"Chile, la alegría ya viene,


Chile, la alegría ya viene.

Porque diga lo que diga, yo soy libre de pensar


Porque siento que es la hora de ganar la libertad
Hasta cuándo ya de abusos, ya es tiempo de cambiar
Porque basta de miseria, voy a decir que NO

Porque nace el arcoiris después de la tempestad


porque quiero que renazca mi manera de pensar
porque sin la dictadura la alegría va a llegar
porque pienso en el futuro, voy a decir que NO"
Su símbolo fue el arcoiris, la diversidad de tendencias se
unían en un franja de siete colores que indicaban la variada
gama de partidarios de diferentes tendencias políticas y de
numerosos independientes opositores.

Mientra las alegres caravanas recorrían las calles cantando,


Clotario Blest sumido en una gran depresión, parecía ajeno a
toda esta atmósfera optimista. Encerrado en su casa, canceló
sus actividades y visitas y dejó de comer. Sólo se supo de su
existencia por dos entrevistas dadas por teléfono: "Hoy
estamos viviendo el más pobre espectáculo electoral y
politiquero. ¡Cuántos de los que ahora se abanderizan con el
NO, son los mismos que dijeron SI a todas las bestialidades
producidas!" (10) "Ahora se conmueven hasta las lágrimas
por lo que era sabido por los Derechos Humanos desde el
mismo golpe militar." (11) "El haberse introducido dentro
del esquema del régimen militar, el SI o el NO, terminará en
una opereta bien afinada. Nuevamente el pueblo será
utilizado." (12) "Yo personalmente me hastié. No deseo
prolongar esta penosa agonía. Lo único que deseo es morir,
estoy completamente defraudado de todos." (13)

El candidato del SI es Pinochet y su triunfo significa ocho


años más de su mandato. El NO representa la convocatoria a
elecciones presidenciales y parlamentarias para 1989. El
plebiscito se realiza el 5 de octubre de 1988. El resultado es
el siguiente:

SI: 42,0%
NO: 56,8%
Para la dictadura perder una elección con todo el poder en
sus manos, era un estruendoso fracaso. El triunfo opositor
era contundente, casi por un millón de votos. Sobre todo si
se toma en cuenta la enorme desventaja de la oposición en
esa campaña. Sin embargo, el éxito no sólo se debió a la
estrategia utilizada, sino también como lo expresan el Time y
Newsweek, por el apoyo que le tributó el hermano mayor del
norte: "¿Cuánto ayudaron los Estados Unidos?, Times
sostiene que el nombramiento del Embajador Harry Barnes
en 1985 indicó un cambio en el gobierno norteamericano."
"Cuatro días antes de la votación, Washington supo que la
Junta podía tratar de postergar el plebiscito. Altos
funcionarios norteamericanos le advirtieron a las autoridades
chilenas que no lo hicieran, llegando al extremo de citar al
embajador de Chile a un nada usual encuentro. Dijo un
diplomático norteamericano: "Nuestro mensaje fue que si
ellos seguían adelante con la operación de postergar la
elección, nosotros revelaríamos públicamente y en detalle lo
que sabíamos." A propósito de esto mismo: estoy
convencido de que los apagones que hubo las noches del
sábado y del martes, justo antes del plebiscito, fueron
provocados intencionalmente para que jóvenes y pobladores
se tomaran las calles, como solían hacerlo en años anteriores.
Si esto hubiera sucedido, el gobierno habría tenido pretexto
para justificar la suspensión del acto plebiscitario, como
denunciaron los norteamericanos." (14) Sin embargo, la
extraordinaria conducta cívica de los chilenos evitó esta
provocación.

Poco después de la euforia de la oposición por el triunfo, sus


políticos comenzaron a negociar con el gobierno militar una
posible reforma constitucional. Por el gobierno, lo hace el
nuevo Ministro del Interior Carlos Cáceres, que sustituía al
derrotado "estratega" Sergio Fernández. Por la oposición.
Patricio Aylwin, presidente de la Concertación por el No.
Entre los puntos que se resuelve plebiscitar, están los
siguientes: disminución de los senadores designados;
derogación del artículo octavo; reducción del período
presidencial del primer mandato, de ocho a cuatro años, y la
inamovilidad del Comandante en Jefe del Ejército, Augusto
Pinochet, por ocho años. Luego de meses de diálogo se
realiza este nuevo plebiscito, el 30 de julio de 1989. Sus
resultados fueron:

Por la aprobación: 99,2%


Por el rechazo: 0,8%

UN CRISTIANO NO CLAUDICA

Clotario Blest derrotado, deprimido y contra sus anhelos,


continuaba vivo. Una mañana llamó a su cuarto a Oscar
Ortiz y le dije "La depresión no es digna de un cristiano.
Oscar, abra el portón y ayúdeme a vestirme. El cristiano no
busca el triunfo y su lucha no termina con la derrota." Su
deber era entregar su último mensaje. pese a su estado físico
y anímico. Al abrirse el portón, poco a poco, fueron entrando
los decepcionados como él: ecologistas, agrupaciones de
Derechos Humanos, cristianos de base y uno que otro
sindicalista y cooperativista, se reunieron durante varias
tardes de noviembre y diciembre de 1988, para discutir el
momento actual y la forma de transmitir sus preocupaciones
y principios. Después de dos meses, decidieron
autodenominarse "Movimiento por la Vida", cuyo primer
objetivo sería impedir que los políticos y los militares
transaran la búsqueda de la verdad sobre los crímenes
cometidos por la dictadura y, en seguida, la aplicación de la
justicia. La misión prioritaria sería sensibilizar a los comités
de base de los Derechos Humanos de Santiago y provincias.
En algunos de estos actos en que Blest era el orador principal
lo acompañaba Manfred Max Neef, que se define como
"economista humanista-anarquista", en otras reuniones,
monjas y sacerdotes obreros, entre los que se destacaba
Mariano Puga y en el campo sindical, Carlos Frez. Las giras
a provincia de Clotario Blest abarcaron desde La Serena por
el norte, hasta Temuco por el sur, durante todo el verano de
1989.

Apenas caminando, apoyándose en un bastón, y acompañado


por Ortiz y Díaz, llegaba exhausto a los lugares de reunión.
Su entrada a las sedes sociales causaba siempre emoción y
estupor. ¿No debía este anciano enclenque estar recluido en
un asilo? Sin embargo, en el momento que alzaba la voz no
volaba una mosca, el líder estaba presente cautivándolos a
todos. Era - me dijo un espectador campesino de Paine -
como si esa voz viniese del más allá, cerrábamos los ojos y
el viejito patuleco desaparecía y sólo se escuchaba la voz del
profeta.

Su última actuación como representante del Movimiento por


la Vida fue la del 1º de mayo de 1989 donde se realizaba una
multitudinaria manifestación en General Velásquez con la
Alameda. Después de caminar, Clotario, seis cuadras para
llegar a las tribunas oficiales, se desplomó frente al
escenario. Los dirigentes sindicales y los políticos asistentes
le prestaron los primeros auxilios y como no recobraba el
conocimiento, lo trasladaron en brazos, abriéndose con
dificultad, paso entre la multitud, hasta un auto que lo
trasladó hasta la Posta 4. Los médicos le diagnosticaron una
severa insuficiencia cardíaca, recomendándole la
implantación de un marcapasos. Luego de permanecer dos
días hospitalizado, Blest fue trasladado a su casa. De la
implantación del marcapasos, no se dio por aludido.

Después de ese colapso, Clotario Blest no volvió nunca a ser


el lúcido y brillante hombre que era.

EL AÑO DEL CALVARIO

Para Clotario Blest, el hombre que había a lo largo de su


vida prescindido de las tentaciones propias del género
humano, como si careciera de un yo material, sentir de
pronto que su razón no dominaba a su físico fue un calvario.
Desde ese momento de mayo de 1989 sufrió de prolongadas
ausencias de memoria, perdió el control de los esfínteres y
por primera vez manifestó inquietudes sexuales. Para los
pocos que en el último año de su vida lo asistieron, fue
desolador constatar el deterioro progresivo del otrora hombre
cautivante.

Los amigos más cercanos de Clotario dejaron bruscamente


de visitarlo. Encerrado en su casa debía tratar de sobrevivir
económicamente con su mísera pensión y con la ayuda
fraternal y gratuita de Oscar y Francisco.
A las ocho de la mañana llegaba Oscar a la casa de Clotario.
Se dirigía a su dormitorio. Blest en general amanecía en el
suelo, la lámpara de su velador caída, las frazadas y sábanas
en el piso. Daba la impresión que Clotario había mantenido
una batalla campal durante toda la noche. Según Ortiz, Blest
lo reconocía y lo llamaba con su nombre, pero en seguida se
trasladaba al pasado y preguntaba por su madre y su
hermano Fernando. Después que, con mucho esfuerzo. Oscar
y Francisco lograban levantarlo y vestirlo, lo sentaban en el
patio para que tomara un poco de sol. Ese era el único
momento de paz para Clotario. Daba la impresión de una
estampa religiosa: un viejo barbudo, desgranando un pedazo
de pan, le da de comer a las palomas que revolotean
alrededor de él. A las tres de la tarde, después de obligarlo a
beber una taza de leche con azúcar, lo recostaban a dormir
una siesta que se prolongaba hasta las cinco de la tarde. El
despertar de su siesta era el más lúcido de todos. Preguntaba
por el acontecer político y solicitaba escuchar música.
Apoyado en sus almohadones pedía que le leyeran las
invitaciones recibidas y planificaba -como si estuviera sano-
a las que asistiría. A las 20 horas llegaban Claudia y Nélida,
las mujeres de Oscar y Francisco, acompañadas, a veces, con
sus niños. Clotario, con los pocos pesos que tenía, mandaba
a comprar golosinas para los chicos. Entre las 20:30 y las
21:00, los visitantes apagaban la luz y cerraban con llave el
cuarto y la puerta de entrada. El viejo se preparaba para otra
noche de guerra con sus fantasmas. Varias veces,
aprovechando la llegada tarde de sus discípulos, los fines de
semana, Clotario logró arrancarse a la calle, pero su caminar
tambaleante sólo le permitía avanzar unos pasos, Después, se
caía bruscamente, sufriendo varios hematomas. Los vecinos
lo trasladaban en brazos de regreso a su casa.

Oscar Ortiz me relata los frecuentes diálogos que mantuvo


con Clotario sobre temas que para ambos antes habían sido
tabú. "Era tan raro, -me dice-, que un hombre como él, que
nunca demostró ningún interés por el sexo, ahora viejo y
senil, se inquietara por todo lo relacionado con la libido.
"¿Cómo son los senos de las mujeres? ¿Cuáles son sus
órganos sexuales? ¿Cómo se produce la copulación? ¿Qué
siente usted Ortiz cuando intima con su mujer?" (15) Oscar
ante la insistente indagación solía hacer dibujos en la pizarra,
como si se tratara de enseñarle a un colegial lo que era el
acto sexual y la procreación.

A fines de junio, el deterioro de Blest se agudiza. Ante esta


situación, Ortiz llama a un médico amigo. La situación
económica y la carencia de previsión que asumiera su
enfermedad, no les ofreció otra alternativa que recurrir al
pediatra de sus hijos, el doctor Ignacio Cornejo, que recetó
un calmante. Durante ese año 1989 pasaron también a verlo,
como admiradores del viejo líder, el doctor Patricio Rojas
Saavedra y Oscar Jiménez Pinochet que, después de
chequearlo, le recomendaron que hiciera algún ejercicio
físico por la eventualidad de una trombosis.

La noche del 3 de agosto, en que por casualidad la puerta de


su dormitorio había quedado sin llave, Clotario salió al patio
desnudo, y allí le sobrevino un vahído en que perdió el
conocimiento. Al día siguiente, Francisco, que llegó primero,
se dio cuenta que padecía dislalia y no lograba articular
palabras. Ante este cuadro, llamó a la ambulancia, que
demoró una hora en llegar. Blest, todo sucio y sólo envuelto
en una sábana, fue trasladado -junto a todos los vagos,
alcohólicos y enfermos que había recogido antes la
ambulancia- hasta la Asistencia Pública. Allí -según Ortiz
que lo acompañó- lo trataron muy mal, como si fuera un
viejo indigente cualquiera, hasta que un médico, el doctor
Neira, lo reconoció y lo llevó a una habitación privada. Este
médico dirigiéndose al personal de guardia, les dijo:
"Ustedes me tratan con respeto al enfermo, él debiera haber
sido Presidente de la República." La noticia de la gravedad
de Clotario Blest apareció, al día siguiente, en todos los
diarios. Ante esta noticia, la Posta Central se llenó de
conspicuos políticos acompañados de un séquito de
fotógrafos: Patricio Aylwin, Hernán Büchi y Francisco
Javier Errázuriz, candidatos presidenciales, y variados
futuros senadores y diputados. También se hicieron
presentes el cardenal Fresno y el edecán de Pinochet. Tanto
ellos, como dirigentes gremiales y estudiantiles, llenaron la
sala de espera durante los días que Blest permaneció
hospitalizado. Oscar Ortiz, interrogado por un periodista,
expresó: "Sólo ahora han venido a acordarse de él, pero
muchas otras veces ha estado a punto de morir y nadie lo ha
venido a visitar." (16)

Después de tres días, la mejoría observada por Blest era


clara; la Asistencia Pública decidía devolver al enfermo a su
hogar. Ante este dilema, los empresarios Eugenio Heiremans
y Ernesto Ayala ofrecieron hacerse cargo de la recuperación
del enfermo. El 8 de agosto de 1989, Clotario Blest fue
internado en el Hospital del Trabajador donde recibió una
óptima atención. Estuvo allí hasta el 13 de noviembre de ese
año. Entre el empresario Eugenio Heiremans y el
sindicalista, promotor de huelgas y paros de su personal,
nació una amistad que duró hasta la muerte de Blest.

En vísperas de su nonagésimo cumpleaños, Clotario Blest


fue dado de alta por el Hospital del Trabajador, pero bajo
una condición: "El paciente no debe retornar a su casa, pues
allí no se reúnen las condiciones para su pleno
restablecimiento." Blest se negaba a ser trasladado a
cualquier lugar que no fuera su casa. ¿Qué hacer? Frente al
apremio, Ortiz y Díaz decidieron llamar a una conferencia de
prensa para denunciar el abandono material en el que se
encontraba el otrora famoso dirigente y, con el fin de crear
un "Comité de Personalidades Pro Ayuda a Clotario Blest".
Abocadas al caso, la CUT, ANEF y Pastoral Obrera,
decidieron que lo más adecuado sería internar a Blest en el
hogar de ancianos "Don Orione". Blest se opuso
rotundamente a esta medida, considerándola una
humillación: "Si a él le prohibían el regreso a su casa, lo
único aceptable sería la enfermería del convento de los
franciscanos. Los franciscanos aceptaban gustosos a Blest,
pero sus reglas eran estrictas: "Sólo se habrían las puertas del
convento a los que vestían el hábito." Pero si nunca había
aceptado entrar a una orden religiosa, ¿por qué ahora?

Para Clotario Blest, San Francisco era su santo predilecto:


"El santo de mayor compromiso con los pobres, y un rebelde
que, como él, se había enfrentado a la jerarquía eclesiástica,
lo que le costó el exilio." La parroquia de Blest, desde que se
trasladó a la casa de Santa Cruz, había sido la de San Isidro.
Allí, acompañando a su madre, asistía a misa los domingos.
Cuando la iglesia parroquial se cerró en 1979, la de San
Francisco pasó a reemplazarla: su patio, lleno de árboles, fue
el lugar elegido de reposo y meditación. Nadie, durante su
larga vida, sustituyó a su director espiritual, el jesuita
Fernando Vives, pero las raras veces que se confesaba, lo
hacía con los franciscanos Damaceno Espinoza y Pablo
Yáñez Ruiz Tagle, posteriormente obispo de Los Angeles.
También daba charlas sobre sindicalismo en el convento de
la Recoleta Franciscana. En esas charlas fue donde lo
conocieron el superior de la orden Juan de Dios Hernández y
fray Ovidio, su futuro enfermero. A Clotario le agradaba
especialmente el museo de fray Andresito, a quien
consideraba el precursor del sindicalismo.

El superior del convento, Juan de Dios Hernández, decide


-ante el dilema de los amigos de Blest y su insistencia- hacer
caso omiso de los reglamentos y aceptar en la orden tercera a
Clotario Blest. El superior me relata: "La larga vida ejemplar
y cristiana dedicada a los pobres de Clotario Blest bien
merecía una excepción. Por lo demás recordé como años
antes, otro superior de la orden, había hecho lo mismo con
otra gran figura humana, Gabriela Mistral. Mi decisión
estaba tomada: las puertas del convento se abrirían para
cobijarlo." (17)

El 17 de noviembre de 1989, en el día de su cumpleaños, los


90, durante una ceremonia sobria que se realizó en la capilla
del convento, Clotario Blest fue ungido Hermano Terciario
Franciscano Seglar. A la ceremonia sólo asistieron Eugenio
Heiremans, su amigo empresario; Mercedes Esquerra,
consejera de Estado; Oscar Ortiz y Francisco Díaz con sus
mujeres e hijos, y Teresa Vera, periodista de Las Ultimas
Noticias. Después de la misa, el superior de los franciscanos
le colocó a Blest, encima de su mameluco azul, el cordón de
la orden. Firmaron en la sacristía como testigos: fray Ovidio
Aguilera; Francisco Díaz y su esposa Nélida Muga; Oscar
Ortiz y su esposa Claudia Soto; fray Alberto Sagredo, asesor
espiritual de los franciscanos y el provincial fray Juan de
Dios Hernández.

Desde ese día, Clotario Blest vivirá en el segundo piso, en la


enfermería de la Recoleta Franciscana, junto a religiosos
enfermos o incapacitados por su avanzada edad. El pequeño
cuarto privado de Blest no contaba más que con una cama,
un velador y un cuadro de la Virgen María. En la pared,
Clotario colgó pergaminos y diplomas que le habían enviado
últimamente. Entre ellos se destacaba una arpillera bordada
que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez le había hecho
llegar anónimamente. Se observaba en ella el rostro de perfil
del patriota Manuel Rodríguez con el lema: "Aún tenemos
patria ciudadanos". Blest lo había colocado a los pies de la
Virgen, ante el estupor de los franciscanos. La única ventana
se abría hacia el cerro San Cristóbal. Cuando Ortiz y Díaz,
acompañados de sus familiares venían a verlo, el viejo líder,
en la única silla, contemplaba soñoliento el cerro. Sus ojos
entornados se fijaban en la estatua de la Inmaculada que
yacía en la cumbre. Después de un largo silencio que nadie
interrumpía, Clotario exclamaba: "El San Cristóbal me
recuerda mi juventud, cuando junto a mis compañeros
seminaristas escalábamos el cerro hasta llegar a la Virgen."
Cuando Blest despertaba de su melancólica nostalgia,
comenzaba a reclamar del trato vejatorio que, según él, le
infligían los sacerdotes enfermeros Ovidio Aguilera y
Miguel Castro y sus dos auxiliares. Al mes, ante la
insistencia del enfermo en el hostigamiento que sufría. Oscar
y Francisco decidieron dar cuenta de la acusación al superior
de los franciscanos, Juan de Dios Hernández, que se negó a
aceptar la denuncia. Para él era falsa, pues provenía de dos
mocosos insolentes, y dio a conocer la actitud de Ortiz y
Díaz a la directiva de la CUT, ANEF y Pastoral Obrera que
respaldaron la postura del superior y le aconsejaron que
restringieran las visitas. Al entrevistar a Claudia Soto,
compañera de Ortiz, sobre el hecho, me cuenta: "Cada vez
que iba a verlo. Clotario se quejaba y me decía: "Los
enfermeros me pegan y me sacan la ropa a la fuerza. Me
encierran cuando no quiero comer, estos curas me quieren
matar." Creo que Clotario se sentía impotente y pisoteado en
su dignidad. Otro día me contó lo que sucedió una noche:
"Me tenían sentado frente al televisor mirando un programa
en que enseñaban a bailar una de esas danzas actuales en que
no hacen más que moverse provocativamente. El espectáculo
era repulsivo, ver a dos curas bailando con las enfermeras,
cantando y en actitudes que no correspondían a discípulos de
san Francisco. Yo trataba de calmarlos, pero todos ellos se
mofaban de mí" (18) Desde ese momento, las relaciones
entre los franciscanos y los discípulos de Blest se hicieron
imposibles. A ellos les pusieron toda clase de inconvenientes
para visitar al enfermo Sólo fueron bien recibidos los
delegados sindicalistas o de la Pastoral, que iban muy de
tarde en tarde. En general Blest pasaba solitario.
Ante las increíbles aseveraciones de Claudia y los discípulos
de Blest sobre el trato que recibió el anciano y enfermo
sindicalista -ahora hermano tercero- durante los últimos seis
meses de su vida, me siento en la obligación de esclarecer las
acusaciones. ¿La imagen unánime de los dulces y castos
franciscanos trastocada por la de sádicos y lujuriosos
demonios? Le pido una entrevista al superior de los
franciscanos, fray Juan de Dios Hernández y a fray Ovidio
Aguilera con el fin de escuchar sus versiones.

El superior Hernández me recibe en la puerta de acceso del


monasterio, a un costado del templo de San Francisco. Se
trata de un hombre de mediana edad, bajo, de lentes y pelo
oscuro, vestido de seglar. Tiene el aspecto de un profesor
secundario de un liceo de provincia. Su saludo es cordial.
Está contento que, después de casi tres años de la muerte de
Blest, alguien se acuerde de él y desee publicar su biografía.
Al atravesar los centenarios patios llenos de flores y
arbustos, evoco a Blest y comprendo por qué ese lugar se
convirtió en su predilecto. Subimos por una estrecha escalera
a la clausura donde está el escritorio del superior. Comienza
por mostrarme objetos personales de Clotario, todos
guardados celosamente en una caja con naftalina: su
mameluco viejo y desteñido, su bufanda, la gorra y
calcetines y la cruz de TAU, propia de la orden franciscana
que le fue impuesta en su ordenación. En seguida pasamos a
otro cuarto, el de los archivos, donde en uno de ellos están
los recortes de diarios y revistas con comentarios sobre la
muerte y entierro del sindicalista, además de la copia del acta
de su ingreso y cartas. "En el futuro haremos un pequeño
museo con todo esto" -me indica. Comenzamos a charlar.
Me cuenta el superior las dudas que tuvo de aceptarlo sin
previa preparación.

-¿Cómo se portó Blest los meses que permaneció con


ustedes?

-Estaba deteriorado, no sólo física sino también


mentalmente. Insistía a ratos en regresar a su casa y otras
veces se ponía a llorar y exigía que le pusieran el hábito.
Para que se tranquilizara se lo permitíamos y los frailes que
lo acompañaban también lo hacían.

(Me muestra una foto en la que Blest aparece rodeado de


curas, todos con el hábito franciscano) Yo pienso, al mirar la
fotografía, en otra que me mostró hace años Blest, en que
aparece adolescente con sus compañeros de curso y sus
profesores, también todos vistiendo el hábito. Quizás ahora
el viejo y senil Clotario Blest necesitaba regresar a una época
para él importante y feliz de su vida.

-¿Tuvo usted problemas con los discípulos de Blest sobre el


trato que debían darle al enfermo?

-No, no...(Mueve la cabeza. Siento que tiene mucho que


decir, pero que posiblemente una promesa lo obliga a
permanecer en silencio. El espíritu franciscano, tal vez, le
impide hablar mal del prójimo)

-Ellos dicen que ustedes no lo querían y que lo trataban con


dureza.
-Para nosotros fue un honor cuidar a don Clotario. Pero,
tenga claro, que yo no estaba encargado de su vigilancia. El
hermano Ovidio desempeñó esas labores, converse con él.
Yo considero a Blest el San Francisco chileno y así se lo
manifesté -después de su muerte- al vicario de la Pastoral
Obrera monseñor Alfonso Baeza. Interceda, le dije, ante el
arzobispado de Santiago para que éste se haga o declare
parte actora con el fin de iniciar el proceso de beatificación y
canonización de este hermano laico.

-¿Y qué le respondió?

-La respuesta fue negativa.

Me muestra, en seguida, las dos cartas: la enviada a


monseñor Baeza el 1º de junio 1990 y la respuesta del
mismo, fechada el 9 de agosto. En su parte medular ésta
expresa: "No creo que vaya a ser fácil que se comparta este
juicio a nivel de algunos miembros de la Iglesia jerárquica,
pues todavía en nuestra Santa Iglesia se teme demasiado los
conflictos sociales y muchos creen que los dirigentes
sindicales que luchan como lo hizo don Clotario no lo hacen
por motivaciones cristianas y se les mira con sospechas de
"contaminación" ideológica."

El superior Juan de Dios Hernández me pareció un hombre


sencillo y honesto. Si Clotario Blest fue tratado mal durante
su estadía en la enfermería del convento, él parecía, creo yo,
ignorarlo. Recordé, además, cómo cada vez que Clotario
dejaba de ser dueño de sus actos y caía enfermo, adoptaba la
misma actitud de guerra contra los que lo cuidaban, como
sucedió en la Clínica Indisa y en Anecap.

Al día siguiente, 4 de febrero de 1993, fui a ver a fray Ovidio


Aguilera al convento de la Recoleta Franciscana, donde en el
segundo piso continúa a cargo de la enfermería. Me recibe
un hombre joven, fornido, de sonrisa fácil. Se ve una persona
con sentido del humor, satisfecha.

-¿Cómo conoció usted a don Clotario?

-Cuando yo era novicio asistí a algunas de las charlas de


sindicalismo que daba en este mismo convento. Pero no
intimé con él hasta noviembre 1989 cuando me lo
encargaron como enfermo.

-¿Qué opinión se formó de él durante los meses que lo


cuidó?

-Era un viejito de salud muy quebrantada. Sin embargo, a


pesar de su estado senil, tenía momentos de lucidez. Para
nosotros era como una reliquia y tratábamos de darle gusto
en todo.

-¿Cómo era eso?

-Estaba muy preocupado del dinero de su jubilación, porque


-según él- debía repartirla entre sus pobres. Nosotros para no
contrariarlo le entregábamos billetes falsos y en desuso que
conseguíamos en los cachurees y él los distribuía entre los
pobres. Otras veces le informábamos que periodistas querían
entrevistarlo y nosotros mismos nos hacíamos pasar por ellos
y él, muy serio contestaba nuestro interrogatorio. También
otro día, me disfracé de mujer mendiga y le pedí consejos.
Ese verano lo llevamos de paseo a la playa y nos divertimos
mucho. (Me muestra una foto en la cual Clotario aparece
muy serio sentado en una silla de playa rodeado de curas y
seminaristas en tenida de baño)

-Pero, ¿no era esa una forma de burlarse de él?

-Don Clotario no se daba cuenta y era el único modo de


hacerlo comer algo. Por lo demás cumplíamos las
instrucciones del psiquiatra de la orden que nos recomendó
estimularlo, pues podía caer en depresión.

-¿Es verdad que se produjo una agria discusión, entre usted y


los discípulos de don Clotario, sobre la forma en que lo
trataban?

-(Evade la respuesta)

-¿Cómo fue ese 1º de mayo en que ustedes lo llevaron a la


cárcel?

-Los días anteriores a esa fecha don Clotario estuvo triste.


"Nadie se acuerda de mí", repetía. Cuando llegó la invitación
de los presos insistió en ir. Lo llevamos con el hermano
Miguel, pese a su estado de debilidad extrema. Creo que le
dimos una alegría. La ceremonia en la cárcel fue
emocionante. En la noche asistió a la cena que todos los años
le damos a los vagabundos, donde, antes de dormirse, bebió
un vasito de champagne.

-¿Se sentía muy solo?

-Dos gatos del convento se encariñaron con él, la Cinthia


Paola y la Yesenia José, que lo acompañaban cuando rezaba
el rosario. Una de ellas, me parece que fue la Cinthia Paola,
no sé cómo, llegó hasta la iglesia de San Francisco, y debajo
de su ataúd le dio su último adiós.

-¿Cómo fueron sus últimos momentos?

-Se apagó como una velita. Murmuraba unas palabras


ininteligibles, algo como: "Luchen por sus ideales; paz,
mucha paz. Cristo..." (19)

A la luz de estos antecedentes existe, sin duda, una


contradicción entre las apreciaciones de los franciscanos y
los discípulos de Blest. Creo que quizás los enfermeros
franciscanos creyeron a Blest más senil de lo que en realidad
estaba, pero, como muchos viejos en su estado, no lo
engañaron con sus juegos infantiles Así podrían explicarse
las explosiones de rabia e impotencia que descargó contra
sus enfermeros.

EL HOMO POLITICUS SE RESISTE A MORIR

A pesar de su soledad y de sus frecuentes lagunas mentales,


Clotario en sus instantes de lucidez escuchaba las noticias
políticas por radio. Las elecciones presidenciales y
parlamentarias continuaban su marcha. Tres eran los
candidatos a Presidente de la República: Patricio Aylwin,
representante de la oposición; Hernán Büchi, ex Ministro de
Hacienda, apoyado por el gobierno y gran parte de la
Derecha; Francisco Javier Errázuriz, figura de la derecha
populista que se definía como de Centro-Centro y que
criticaba tanto a la oposición por haber sumido anteriormente
a Chile en el caos, como al Gobierno Militar por su falta de
interés en los más desposeídos. Algunos días antes de la
elección, fijada para el 14 de diciembre de 1989, varios
periodistas fueron a entrevistar a Blest. Sus respuestas fueron
las siguientes: "No tengo deseos de ir a las urnas, porque
estimo que en esta elección se presentan políticos que no han
mostrado la voluntad de comprometerse con el sindicalismo
y los trabajadores. Solicito pues al nuevo mandatario que
respete el derecho de los trabajadores porque ellos son el
sueldo de Chile." (20)

Los resultados de la elección del 14 de diciembre de 1989


fueron:

Patricio Aylwin 3.570.669 55,2%


Hernán Büchi 1.901.668 29,4%
Francisco Javier Errázuriz 998.783 15,4%
La primera actividad del triunfante nuevo Presidente de la
República, Patricio Aylwin, fue ir a saludar al anciano
sindicalista. La foto del electo mandatario, dándole un
abrazo a Clotario Blest apareció en todos los medios de
comunicación como un regalo de Navidad de fines de ese
año 1989. El diálogo entre ambos fue el siguiente: "Aylwin:
-Lo menos que podía hacer yo era venir a saludarlo, don
Clotario. Clotario: -En nombre de todos mis compañeros
trabajadores de Chile yo le agradezco esta visita." (21)

El 11 de marzo de 1990, día de la toma de mando del


Presidente Aylwin, fue recibida con gran alegría y la
asistencia de numerosos dignatarios que durante los años de
la dictadura se habían negado a pisar tierra chilena, le dio un
marco de solemnidad al acto. Clotario Blest fue uno de los
invitados de honor, pero su estado físico sólo le permitió
asistir, ayudado por un grupo de sacerdotes, al Te Deum que
se realizó en la catedral de Santiago. Para el rebelde
sindicalista este hecho que le costó grandes esfuerzos debe
haber tenido un significado muy especial. Varias
delegaciones oficiales extranjeras pasaron a saludarlo y
rendirle tributo. A Alan García, Presidente del Perú le
expresó: "Ve usted como Cristo me concede algunas gracias,
pese a que el tirano no cayó en la forma en que yo hubiese
querido y por ese motivo no me he cortado la barba, me ha
dado un tiempo extra de vida para presenciar la asunción al
mando de un presidente elegido por votación popular." (22)

DESFALLECIENTE ASISTE A DOS ACTOS


SIMBÓLICOS

En enero de 1990, como era usual desde el año 1978, se


organizó un acto en recuerdo del día del asesinato de
Mahatma Gandhi. El día anterior Oscar y Francisco en su
visita, ahora semanal, le recordaron a Clotario lo que él
llamaba "su compromiso sagrado" de asistir mientras viviera
a ese aniversario. Clotario Blest estaba mal, su voz apenas se
escuchaba y gran parte de la visita se la pasó semi dormido.
Tenía fiebre. Sin embargo, poco antes de la retirada de sus
amigos mandó a llamar a los curas y les insistió en que su
deber era ir al homenaje a su maestro. A las diez de la
mañana del día siguiente, Oscar y Francisco pasaron a
buscarlo en un vehículo que habían conseguido. El
sacerdote-enfermero se sumó a la pequeña comitiva. Al
llegar a la Plaza de la India, Blest fue sacado con mucho
esfuerzo del auto y, prácticamente arrastrado y apoyado por
sus acompañantes, logró colocarse en primera fila. La
reunión la presidía el embajador de la India rodeado por unas
cincuenta personas. Numerosos periodistas dieron cuenta del
hecho y fotografiaron al desfalleciente líder sindical. Al
retirarse, Blest murmuró: "Que en el mundo haya paz y
fraternidad."

Para Clotario, el costo de esa demostración de amor y


admiración al maestro que le había señalado el camino de la
"no violencia activa" le costó quince días de fiebre echado en
su lecho.

El lento decaimiento de Clotario Blest continuaba su marcha.


Fuera de unas breves salidas a la calle por el Te Deum en
marzo de 1990 ya descrito y por el aniversario de la
Asociación de Empleados de Tesorería en el mes de abril, su
vida continuaba en la soledad de sus sueños.

Sin embargo, en vísperas del 1º de mayo, un periodista del


suplemento Ya de El Mercurio fue a entrevistarlo, y, dentro
de su estado crepuscular, Clotario manifestó su tristeza y
desencanto con los dirigentes sindicales: "Me han olvidado.
Ni la CUT ni la ANEF me han invitado a esta celebración.
Los únicos que se han acordado de mi son los presos
políticos; aquí está su invitación. Y aunque usted crea que
soy un incapacitado asistiré al acto en la Cárcel Pública."
(23). Hugo Marchant (24), preso político, me cuenta lo
sucedido ese 1º de mayo, el último para Clotario Blest.

-¿Por qué, Hugo, invitaron ustedes a Blest?

-Faltaban veinte días para el 1º de mayo. Los más de


cuatrocientos presos políticos discutíamos el qué hacer. Era
un momento muy difícil. Después de la inauguración del
gobierno democrático, las posibilidades de acceder a la
libertad se tornaban posibles, pero la discusión sobre nuestra
inserción política era encontrada. La crisis que azotaba al
movimiento popular se reflejaba en nosotros. ¿Cómo
cohesionar nuestro colectivo? Fue entonces cuando nos
dimos cuenta de la proximidad del 1º de mayo y de la
necesidad de hacer una celebración unitaria y con mística. Y
el resultado de esta reunión fue la idea de invitar a Clotario
Blest, símbolo de la lucha del movimiento obrero.

-¿Cómo fue esa conmemoración?

-Unos días antes le encomendamos a Jorge Escobar, un


preso pintor autodidacta, la confección de un cuadro cuyo
tema sería el siguiente: el rostro de Clotario en primer plano,
pero que fuera transparente para que en el fondo apareciera
la masa en lucha, chimeneas de fábricas, etc., "lo demás lo
pones tú", le agregamos. El cuadro estuvo listo el 30 de abril.
Escobar le colocó, además, indios y lanzas, que hacían
perder el protagonismo a los proletarios, pero igual lo
aceptamos. Le habíamos enviado una semana antes a
Clotario una carta invitación. No creíamos mucho que
pudiera venir y grande fue nuestro estupor cuando los curas
franciscanos nos dijeron que Blest, en uno de sus momentos
de lucidez leyó nuestra carta, la acarició y sus palabras
fueron una sentencia: "Yo iré".

-¿Y cómo se prepararon ustedes para recibirlo?

-Hicimos un lienzo que decía: "CLOTARIO BLEST


APÓSTOL DE LOS TRABAJADORES". Y a mí se me
encargó de escribir el discurso de bienvenida. Yo lo redacté,
pero el de mejor voz entre nosotros, Renato Narbona, fue el
encargado de leerlo. Llegó ese día y todo estaba programado
para las 15:30 horas, pero pasaba el tiempo y Blest no
llegaba. Hacía mucho frío. Fue en ese instante cuando
alguien avisó: ¡Ya llega!.

-¿Entró caminando?

-Venía apoyado en dos curas. Yo salí a su encuentro. Se veía


un anciano muy cansado, flaco, chico, y que apenas se
sostenía. Yo lo abracé y le di un beso en la mejilla. Me
emocionaba verlo entre nosotros. En ese momento, se
tambaleó y antes de que se cayera lo tomé en brazos. No
pesaba nada, y así, con él en brazos, entré al gran patio en el
cual los presos nos esperaban. Todos se pusieron de pie y,
acompañado por un estruendoso aplauso, lo condujeron
hasta un sillón ubicado frente al escenario.

-¿Y Clotario pudo seguir el acto?


-La verdad es que no sé. Uno de mis compañeros le trajo un
té caliente y otro lo envolvió en una frazada. Los curas le
gritaban en el oído: Don Clotario, el acto lo están haciendo
los presos para usted. El abría los ojos con una expresión de
satisfacción. Sin embargo, a pesar que el compañero leyó el
discurso casi gritando, me dio la impresión que no lo seguía,
pero creo que se daba cuenta que toda esa algarabía era en su
honor. Después que se le hizo entrega del cuadro preguntó:
"¿Ese soy yo? ¿Me lo puedo llevar?", y ante nuestra
afirmación, Clotario lo abrazó y volvió a caer en sopor que
sólo se interrumpió cuando los curas le gritaron: "Don
Clotario, preguntan si usted es comunista", y entonces el
viejito parecía saltar y exclamaba: "Yo no soy comunista,
nunca".

Don Clotario, volvían a gritarle, "preguntan qué opina sobre


el diario El Mercurio ". "El Mercurio miente", replicaba.
Después del acto casi todos continuaron con sus actividades.
Para la mayoría de ellos -todavía jóvenes a pesar de ser
políticos y de que se habían jugado la vida por la libertad-
este ancianito no significaba nada. Nos dimos cuenta allí que
ninguno conocía la historia del movimiento obrero chileno.
Ya todo había terminado, Clotario debía partir. Yo lo volví a
tomar en brazos y lo cargué hasta la segunda reja. Hasta ahí
me permitían llegar. No faltó el chistoso que me gritó:
"¡Aprovecha y llévalo hasta la calle!" (25)

Esa misma noche los franciscanos lo invitaron a una cena en


el pensionado junto a los vagabundos del sector. Pero para
Blest las emociones de ese día habían sido excesivas. El
poco rato que permaneció en la mesa lo pasó durmiendo.

LA MUERTE

A mediados de mayo, Oscar junto a sus hijos fueron a visitar


a Clotario. Sus intenciones eran presentarle al pequeño
Ornar, recién nacido. A Blest lo encontraron aquejado por
una fuerte bronquitis. Su respiración se hacía difícil. Pese a
ello, tomó en sus brazos a la guagua y dijo: "¡Qué niño tan
hermoso y sano y uno que está tan feo y en las últimas!"
Poco pudieron conversar con él. Según Claudia y Oscar,
sintieron que la muerte estaba próxima.

El día 30 de mayo los Ortiz realizan la última visita a Blest.


Claudia me relata: "Don Clotario sufría una crisis
respiratoria. Yo le pedí a los curas enfermeros que le
colocaran una sonda para aliviarlo. Ellos me contestaron que
quién era yo para opinar. Me dirigí entonces a un doctor
viejito, sordo y con mal de Parkinson que era el único doctor
de la enfermería que tampoco me hizo caso. Los curas
insistieron en que nada temamos que hacer en ese lugar y
que ojalá no volviéramos nunca más. Muy apenados nos
fuimos a despedir de don Clotario. Él me reconoció, creo, y
me tomó la mano murmurándome: ¡La casa, la casa! No
supe que quería decirme. Oscar le dijo que se tranquilizara y
tuvimos que partir. Estábamos acongojados viéndolo sufrir y
rodeado de gente que no quería." (26)

Al día siguiente, a las 6:30 A.M., sonó el teléfono en casa de


los Ortiz. El padre Ovidio, cura enfermero, comunicaba el
fallecimiento de Clotario Blest acaecido a las 3:45 de la
madrugada. Pedía la ayuda de Oscar y Francisco para
amortajar al líder. A pesar de la rapidez con que Oscar,
Claudia y Francisco se trasladaron a la Recoleta Franciscana,
muchos se habían adelantado a su llegada y Clotario yacía en
su lecho vestido con su mameluco azul y ceñida a su cintura
el cordón franciscano.

La larga vida de Clotario Blest, nacido el 17 de noviembre


de 1899, de casi 91 años, se había extinguido. Un viejito de
sólo 35 kilos, de rostro pálido y mirada serena era lo único
que quedaba del altanero y fuerte dirigente sindical que
durante 70 años había luchado sin tregua por la dignidad del
trabajador.

Los discípulos y Claudia se sentaron alrededor de su lecho.


Los acompañaban tres compañeros sindicalistas, un joven
estudiante de música de la Universidad Católica y varios
hermanos franciscanos. El joven músico, Ricardo Fonseca,
tomó su guitarra y a dúo con el hermano Aguilera
comenzaron a entonar cánticos. En Seguida Clotario Blest
"con las manos enlazadas, una con otra, sobre un crucifijo, y
mostrando un rostro pálido y de párpados hundidos, pero
pleno de paz, fue introducido en el ataúd." (27) "Ya sellado,
el féretro fue montado sobre una camioneta y llevado hasta
el templo de San Francisco, donde ingresó a las 11:45 horas,
cargado por Hernol Flores de la ANEF, Arturo Herrera de
Tesorería, y autoridades de gobierno representadas por Rene
Cortázar, ministro del Trabajo y los subsecretarios Eduardo
Loyola, del Trabajo y Martín Manterola de Previsión
Social." (28)
Mientras el féretro avanzaba por la nave central del templo,
las campanas doblaban y en la torre de la iglesia se izaba la
bandera de Chile a media asta con un crespón negro en señal
de duelo. Poco a poco se fue congregando una multitud en la
que destacaban numerosos sindicalistas, representantes del
gobierno, parlamentarios y representantes del cuerpo
diplomático. Marginados de la ceremonia oficial que
designaba los que montarían guardia alrededor del ataúd y de
los que debían ocupar las primeras filas, mezclados con la
multitud anónima, permanecían Oscar y Francisco. Al
reconocer un periodista a Oscar Ortiz, éste le expresó:
"Ahora aparecen esos amigos que tuvieron oídos sordos
cuando Clotario Blest los necesitó, los tartufos de última
hora, cosa que duele." (29)

Para el día siguiente, el 1º de junio, se fijó el funeral y la


solemne misa de cuerpo presente. El Presidente de la
República en compañía de su gabinete había anunciado su
asistencia.

EL FUNERAL

Ese día todos los titulares de los diarios anunciaban en su


portada, con una gran foto, el fallecimiento de Blest. "Murió
Clotario Blest" (30); "Se nos fue don Clota" (31); "Clotario
Blest, una vida por la unidad" (32); "Murió Clotario Blest,
figura histórica del sindicalismo" (33). El Fortín Mapocho,
diario popular de tendencia más izquierdista, sacó su edición
en color negro en signo de luto: "Chile, de duelo, llora a don
Clota" y como subtítulo: "Murió el primer obrero del país".
Hasta su tira cómica, de "Margarita", expresaba: "Si dejamos
que muera Clotario Blest, estamos sonados...Pero si estamos
dispuestos a seguir su limpio y claro ejemplo, vivirá para
siempre." Las radios y la televisión, desde el día anterior
dedicaban programas especiales en los que se relataban los
triunfos y derrotas del otrora gran líder. Amigos y enemigos
olvidaban sus discrepancias y se plegaban al duelo y sólo
recordaban las cualidades del fallecido. Para todos, Clotario
Blest era un personaje mítico

que cada cual describía como un héroe partidario de sus


mismos ideales. El Presidente de la República, Patricio
Aylwin, declaró: "Tenía un gran aprecio y admiración por
don Clotario que fue un hombre que dio testimonio. El vivió
sus principios y sacrificó oportunidades de una vida holgada,
entregado a sus ideales de profunda formación cristiana."
(34) Sola Sierra, presidenta de la Agrupación de Detenidos-
Desaparecidos, dijo: "Don Clotario fue una de las primeras
personas que después del Golpe Militar nos amparó.
Nuestras primeras conferencias de prensa, para dar a conocer
nuestro drama, fueron en su casa de San Isidro. Estábamos
rodeados por agentes de la DINA y él con mucha valentía
nos apoyó." (35) La diputada Evelyn Matthei, de
Renovación Nacional, partido de la derecha, opinó; "Fue un
gran líder sindical, una figura legendaria, una leyenda en
vida." (36) Andrés Chadwick, diputado de la UDI, de ultra
derecha, señaló: "Lamentamos la muerte de don Clotario, fue
un símbolo por su dedicación y vocación a una causa." (37)
La CUT Comentó: "Su mayor legado está en su lucha por la
unidad del movimiento sindical y su permanente acción por
la justicia económica y social." (38) El Partido Comunista
indicó: "Rendimos un minuto de silencio en homenaje a este
connotado sindicalista que nos deja como herencia la
consecuencia en la defensa de los trabajadores." (39) El MIR
declaró: "Su muerte nos resulta particularmente dolo-rosa,
no sólo porque él fuera un miembro fundador, sino porque,
además, muchos de los cuadros de nuestra dirección son
tributarios de horas de diálogo y formación entregados en su
legendaria casa de Ricardo Santa Cruz." (40) El movimiento
contra la tortura Sebastián Acevedo, representado por el
padre José Aldunate, expresó: "Estuvo siempre con el pobre,
con la víctima, inserto entre el mundo obrero llevó una vida
de constante oposición y denuncia profética; es un verdadero
profeta de los Derechos Humanos." (41)

A las cuatro de la tarde se fijó la hora de la misa de responso


y a las cinco de la tarde se indicó que el féretro, en un carro
mortuorio, partiría al Cementerio General donde, desde un
estrado, harían uso de la palabra representantes del gobierno
y sindicalistas.

Me dirigí al velatorio con mucha anticipación. Sin embargo,


una gran multitud rodeaba ya el templo de San Francisco.
Abriéndome paso difícilmente, llegué a la plazoleta frente a
la iglesia. Recordé entonces que en ese mismo sitio que
ocupaba ahora un elegante hotel estaba la vieja casa que
durante largo tiempo utilizó la ANEF y la CUT y donde
Blest entregó su mayor capacidad y talento. El alma de
Clotario parecía estar flotando en el ambiente. Me llamó la
atención las largas filas ordenadas que esperaban entrar a dar
su último adiós a este líder que la mayoría no había
conocido. Muchos pobladores, muchos jóvenes. Un
estudiante del Liceo de Aplicación, de sólo 16 años me dice:
"Este era un viejo tan encachao, no le tenía miedo a nada".
Su compañera, del Liceo 1, me agrega: "Yo lo vi encadenado
al Congreso. Hacía -a pesar de ser tan flaco y enclenque-
cosas que los jóvenes no nos atrevíamos." Un poblador
replica: "Yo me hice un tiempito; para los trabajadores esto
es una pérdida inmensa."

Las coronas de flores no sólo abarrotaban la iglesia, sino que


continuaban por la calle Londres hacia el sur. Las banderas
de los diversos partidos políticos y organizaciones sociales
aparecían flameando entre la multitud. Comprendí, entonces,
que pese a la soledad y el olvido en que murió, Clotario
Blest continuaba vivo. También pensé cuántas veces me
había dicho: "Quiero que mi entierro sea estrictamente en
privado. Sólo deben asistir mis amigos más cercanos. Nada
de farándulas, ceremonias o discursos. Quiero ser incinerado
y que me echen en una fosa común junto a los más
desposeídos." Como tantas veces, reflexionaba, los deseos
del gran líder no se cumplirían.

Entré, por fin, al templo junto a una viejita pordiosera que,


con lágrimas en los ojos, comentaba en voz alta:

"Yo estuve con él en la comida que se dio para los pobres en


la Recoleta, Hablaba muy poco y se sentía mal. Alternó con
la gente pobre, esos que viven en el Mapocho."
Escurriéndome, a codazos, llegué cerca del ataúd de color
madera, encima de él un hábito franciscano. A su alrededor,
hacían guardia, en ese momento, empleados de Tesorería,
mientras la multitud seguía desfilando para contemplar por
última vez el rostro del famoso sindicalista. Las primeras
filas comenzaba a ser ocupadas por altos dignatarios. En ese
momento se le abrió paso al Presidente de la República y su
gabinete, que ocupó los primeros asientos junto al cardenal
Silva Henríquez, compañero de Blest durante los años más
difíciles de la dictadura.

La misa comenzó exactamente a las 16:00 horas. Oficiaron


el réquiem monseñor Sergio Valech, vicario de La
Solidaridad; monseñor Cristian Precht, vicario general de la
Pastoral de Santiago. En la homilía y en el responso final
intervino el cardenal Silva Henríquez. La conducción de las
oraciones, el relato homílico y el canto, contó con el marco
de un gran contingente eclesial. Monseñor Precht recordó
episodios de la vida de Blest y preguntó: "¿De dónde sacó
fuerzas este hombre, frágil en apariencia, que nunca se
apoyó en el poder? La fuerza la tuvo en que creyó en la
palabra, creyó en la autoridad moral, las únicas armas que
don Clotario empuñó sin tregua...Hoy pertenece a la
memoria agradecida de la patria." Minutos antes de las 17:00
horas, al compás del salmo final coreado por la multitud, el
féretro fue sacado de la iglesia. Debajo de él, un misterioso
personaje que no estaba contemplado en el protocolo, un
gato negro con paso felino acompañaba al cortejo. A su
manera, el gato, en nombre de la raza, le rendía a Blest, tan
amante de ellos, su último adiós.

Según el instructivo del gobierno y de los encargados del


sepelio, se suponía que el ataúd debía ser trasladado en un
carro mortuorio seguido de una caravana autorizada hasta el
cementerio. Sin embargo, al aparecer el féretro en la calle,
un grupo de jóvenes lo arrebató a los sindicalistas y
franciscanos que lo portaban y se lo llevaron por la calle
Londres. La periodista Teresa Vera de Las Ultimas Noticias
que presenció la escena, narra: "En un confuso incidente, a
empujones y bajo los gritos "llevaremos a pie el cuerpo de
don Clota y no en vehículo especial", se apoderaron del
cadáver." (42) El féretro volvió a aparecer por Santa Rosa y,
de allí, en hombros anónimos, continuó su viaje por las
calles Mac-Iver, Cardenal Caro y Avenida La Paz donde, al
pasar por la Pérgola de las Flores, las floristas le abrieron un
camino de pétalos que decía:

¡Adiós don Clotario! Dos horas demoró el cuerpo del viejo y


pobre sindicalista en llegar a la plazoleta del cementerio
donde las autoridades, diplomáticos y dirigentes sindicales lo
esperaban impacientes.

EL OTRO FUNERAL

El féretro, con el cuerpo de Clotario Blest, había llegado, por


fin, a la plazoleta del Cementerio General. Allí estaban
programados los discursos oficiales en honor del muerto. Era
inusual enterrar a alguien después de las cinco de la tarde,
pero los inesperados sucesos que habían entorpecido el
programa oficial retrasaban en dos horas el reglamento. Eran
las siete, cuando los oradores comenzaron sus discursos,
rodeados por la masa que había acompañado a pie al líder
sindical. El primero que se subió al pódium fue Arturo
Herrera, presidente de la Asociación de Tesorería, entidad en
la cual Blest había empezado su vida de empleado fiscal. El
ambiente era tenso y Herrera varias veces fue interrumpido
por gritos:

"¿Quién eres tú, sindicalista chueco?" Y las pifias arreciaron,


mutilando los loores al muerto. En seguida tomó la palabra
Hernol Flores, presidente de la ANEF. Entre chillidos y
gritos de: "¡Traidor!" "¡Vendido!" y "¡Soplón!", las sentidas
expresiones del orador se perdieron. El presidente de la
ANEF logró a duras penas terminar. Después subió al
escenario Manuel Bustos, presidente de la CUT. Ahora la
gritería se volvió ensordecedora. Las banderas del MIR, del
Frente Patriótico Manuel Rodríguez, del Movimiento
Popular Intransigente, del Partido Comunista, Trozquistas y
Anarquistas se agitaron rodeando y tapando la figura de
Bustos. Monedas y objetos varios cayeron a su alrededor:
"¡Fuera de aquí, chupa medias! ¡Sinvergüenza, patudo hijo
de puta, concha de tu madre...!" y la multitud que coreaba:
"¡Se siente, se siente, Clota está presente!" Para los formales
y silenciosos asistentes resultaba imposible escuchar las
palabras de homenaje que Bustos pretendía rendirle a su
maestro. Pese al ambiente hostil y belicoso, Rene Cortázar
-Ministro del Trabajo- cerró, como orador, el acto. A gritos,
y agitando las manos, el ministro trató de calmar a la
multitud, pero sólo logró pronunciar unas palabras que nadie
escuchó. En seguida los representantes del gobierno, del
parlamento, cuerpo diplomático y varios dirigentes
emprendieron la retirada.

El padre Mariano Puga me relata su impresión de los


sucesos:
"Yo asistí a la misa en la iglesia de San Francisco mezclado
entre la multitud, Al salir por una puerta del costado, no vi
cuando arrebataron el ataúd. Después me fui directamente al
cementerio. En la plaza traté de calmar a los manifestantes
más exaltados, pero no me hicieron caso. Después de los
abortados discursos vi que de nuevo un grupo de
manifestantes se apoderaban del féretro, los seguí,
integrándome a la marcha que con antorchas improvisadas
caminaba hasta el lugar de la sepultura familiar de Blest.
Como a mí me conocían y me consideraban amigo,
aceptaron mi compañía. Antes de introducir el ataúd a la
sepultura, despidieron a don Clotario, fuera de mí, tres
personas, no recuerdo cuáles ni qué dijeron." (43)

Al tratar de esclarecer lo sucedido en este segundo funeral,


me guío por la intuición del superior de los franciscanos que
le echaba la culpa a los miristas y trato de comunicarme con
ellos. Pocos días después, recibo un llamado telefónico. Una
voz de hombre, por medio de una grabación, puntualizaba:
"Nosotros, el MIR (no supe de qué fracción se trataba),
organizamos y nos responsabilizamos de lo acontecido,
después de la salida de la misa, hasta el entierro definitivo
del compañero Clotario Blest. Nuestro objetivo era que Blest
recibiera un entierro que reflejara su vida combativa y de
lucha con, y por, el pueblo. Como el gobierno no aceptó que
el proletariado lo transportara a pie por las calles, urdimos
apoderarnos de su cadáver. En una acción relámpago le
quitamos el sarcófago a los curas y representantes del
gobierno. Los seminaristas franciscanos, que creo eran
uruguayos, se pusieron difíciles y tuvimos que empujarlos.
Todo fue tan rápido, que los carabineros no pudieron actuar.
Cuando por fin llegamos a la puerta del cementerio y los
oradores oficiales quisieron rendirle al líder sindical sus
homenajes, los pifiamos y les tiramos monedas. Al terminar
toda esa faramalla, volvimos a coger el ataúd y acompañados
por los gritos: "¡Clota, ejemplo de lucha por una patria libre
y reivindicativa del pueblo!, entramos dentro del cementerio.
Nos acompañaba el cura Puga, él también, a su manera, es
un luchador social. Al llegar al mausoleo y después de los
discursos de los compañeros, le permitimos a él que
pronunciara el responso final..." (44)

Oscar y su mujer Claudia, también presentes, me agregan:


"A nosotros se nos perdió el cortejo y sólo llegamos al
cementerio cuando terminaba de hablar el ministro Cortázar,
a quien no le escuchamos nada, porque los gritos y pelotera
eran descomunales. Acompañamos a la multitud
efervescente, premunida de antorchas y banderas, hasta el
lugar de la tumba familiar de don Clotario, que queda a
pocos metros de la de Luis Emilio Recabarren. El primero en
hablar fue un estudiante de la Universidad de Santiago,
después lo hizo un representante del MIR, que
desconocemos. En seguida lo hice yo, me añade Oscar. Yo
dije: "Este es el entierro que don Clotario se merece y en el
cual siempre soñó, sin autoridades gubernamentales ni
partidistas. Sólo con sus amigos, los perseguidos y
desposeídos, a los cuales siempre ayudó... Asco me dio ver
en el templo y en primera fila a esos personajillos que
siempre ignoraron a Clotario Blest.-.Gracias a ustedes que
realizaron esta acción directa, esa que descarta a los
intermediarios, sean estos frailes, ministros o políticos.
Hemos enterrado, con la dignidad que se merece, al maestro
de la verdadera justicia." (45)

Mariano Puga me explica: "Yo aproveché, después de la


última intervención, de rendir mi tributo, como sacerdote y
en nombre de los cristianos, al querido discípulo de Cristo.
Mi responso fue aproximadamente éste: "Cristo recibe en
estos instantes a Clotario Blest y al abrazarlo exclama:
Clotario, porque fuiste hambriento de verdad y justicia, ven a
gozar de tu Señor. Clotario. porque no callaste cuando yo tu
Señor fui atropellado en los más pobres, ven a gozar de tu
Señor. Clotario. porque luchaste con mis hermanos, los
trabajadores, los sin casa. los perseguidos en su dignidad y
derechos, ven a gozar de tu Señor. Clotario, porque nunca ;e
vendiste, ven a gozar de tu Señor... Terminé clamando: ¡San
Clotario de los trabajadores! y la multitud respondió: ¡ruega
por nosotros, ruega por nosotros'" (46)

La noche fría. cubierta por una espesa neblina de ese junio


de 1990, envolvía a todos los presentes. Por diferentes
lugares del cementerio aparecieron armas que apuntaban al
cielo. Una estruendosa salva iluminó un instante la oscuridad
y rompió el silencio sobrecogedor que embargaba a la
multitud después de la última súplica de Mariano Puga; ¡San
Clotario de los trabajadores, ruega por nosotros, ruega por
nosotros! Los insurgentes, los jóvenes rebeldes que
continuaban soñando con un Chile utópico de hombres libres
y solidarios rendían con sus armas, un homenaje a ese
hombrecito modesto, cristiano y partidario de la no violencia
activa que había entregado su larga vida a una causa que
también era la de ellos.
EPÍLOGO

Inmediatamente después de las salvas, los carabineros que


habían permanecido discretamente a cierta distancia del
entierro, se lanzaron contra la multitud arrojando bombas
lacrimógenas y golpeando a los asistentes. Estos,
parapetados detrás de las tumbas o encaramados a los
árboles, tiraron piedras contra la fuerza pública. Hubo varios
heridos y numerosos detenidos. Según la voz anónima de la
grabación del MIR, sus militantes no cayeron en la
escaramuza. Ningún diario o semanario con excepción de
Revista Apsi, contó lo acaecido en "El otro funeral". Sólo
unos pocos mencionaron que "existió un confuso incidente
que opacó el homenaje al gran líder."

Es interesante advertir la analogía entre los funerales de los


dos más importantes líderes populares de este siglo. Luis
Emilio Recabarren. fallecido en 1924, y Clotario Blest, cuyo
deceso se produjo en 1990. Ambos, contrariando las órdenes
de las autoridades, fueron enterrados como lo determinó el
pueblo.

Notas:

1. Entrevista a Clotario Blest, 15 diciembre 1981

2. Entrevista a Oscar Ortiz, 26 octubre 1992

3. Idem
4. Idem

5. Diarios: La Tercera, Las Ultimas Noticias, El Mercurio y


La Nación, 1º septiembre 1986.

6. Entrevista a Oscar Ortiz, 26 octubre 1992

7. Es el lugar donde se fabrica toda clase de armas y


municiones

8. Entrevista a Clotario Blest, 26 febrero 1988

9. Tomic, Esteban, El general bajó del llano Editorial Cedoc,


pp. 104-105

10. Radio Chilena, 22 septiembre 1988

11. Radio Nacional, 1º octubre 1988

12. Radio Chilena, 22 septiembre 1988

13. Radio Nacional, 1º octubre 1988

14. Tomic, Esteban, El general bajo del llano Idem. Editorial


Cedoc, Idemp. 109

15. Entrevista a Oscar Ortiz, 26 octubre 1992

16. Diario El Mercurio, 8 agosto 1989, pp 3

17. Entrevista a Juan de Dios Hernández, 1º febrero 1993


18. Entrevista a Claudia Soto R. 11 noviembre 199

19. Entrevista a Ovidio Aguilera, 4 febrero 1993

20. Diario La Tercera, 12 diciembre, pp. 5 y 14 diciembre, p.


6

21. Diarios: La Época, El Mercurio, La Tercera, El Fortín


Mapocho y La Nación, 25 diciembre 1989

22. Diario El Comercio de Lima, 13 marzo 1990

23. Diario El Mercurio, Suplemento, 18 mayo 1990, p. 4

24. Hugo Marchant, fue beneficiado con el indulto


presidencial en septiembre de 1990, estando en la actualidad
en Finlandia.

25. Entrevista a Hugo Marchant, 13 julio 1992

26. Entrevista a Claudia Soto R., 13 noviembre 1992

27. Diario La Época, 1º junio 1990

28. Diario El Fortín Mapocho, 1º junio 1990

29. Idem

30. Diario El Mercurio, 1º junio 1990


31. Diario La Tercera, 1º junio 1990

32. Diario La Nación, 1º junio 1990

33. Diario La Época 1º junio 1990

34. Diario El Fortín Mapocho, 1º junio 1990

35. Idem

36. Diario La Época, 1º junio 1990

37. Idem

38. Idem

39. Idem

40. Diario El Fortín Mapocho, 1º junio 1990

41. Idem

42. Entrevista a Teresa Vera, 4 enero 1993

43. Entrevista a Mariano Puga, 15 febrero 1993

44. Comunicado anónimo entregado por cassette el 8 febrero


1993

45. Entrevista a Oscar Ortiz y Claudia Soto R., 25 febrero


1992
46. Entrevista a Mariano Puga, 15 febrero 1993

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