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Hebrew Roots International Research

Center

(Centro Internacional Investigación


Raíces Hebraicas)

Escuela de Ministerio Hayyim


YESHIVA OR HAYYIM

DEPARTAMENTO DE EDUCACION

CURSO 011-103

E-BOOK KIRUV-PARTE II

LEYES CONTRA LA IDOLATRIA

ESTUDIANTE: ___________________________
Las Siete Leyes Universales

Introducción:

Siete leyes universales fueron dadas a Adám HaRishón (el


primer hombre) y luego confirmadas en forma de Pacto en
los días de Noaj. Desde entonces se conocen como las Siete
Leyes de Noaj (Génesis 9: 8-17)

La razón por las cuales fueron dadas a Noaj se debió al


hecho que la humanidad pre-diluviana, se corrompió y se
apartó de estos principios entregándose a la violencia y la
maldad. Dios destruyó aquella generación y empezó de nuevo
con Noaj a quien le confió estas leyes y la obligación de
enseñarlas a todos sus descendientes (Gén. 6:1-7:24)

Siendo Noaj el representante de toda la humanidad, estas


siete leyes o principios son vistos como normativos y
obligantes para toda la raza humana como lo que Dios exige
de ellos como norma de justicia que les permita la paz y la
prosperidad en esta edad presente, y una porción en el
mundo por venir.

Las Siete Leyes Universales o Siete Leyes de Noaj son las


siguientes:

No idolatría
No blasfemia
No robar
No asesinar
No inmoralidad sexual
No comer alimentos prohibidos
Establecer cortes de justicia para imponer estas leyes

Debido a que los hombres descendientes de Noaj olvidaron


estas leyes y se apartaron de las mismas (Gén. 11:1-9),
venido el cumplimiento del tiempo, Dios la entregó a Israel
en Har Sinaí, dentro del cuerpo general de leyes y
preceptos conocidas como las 613 leyes de los hijos de
Israel (Éxodo 19: 1-20: Deuteronomio 34:12).

Dentro de los 613 mandamientos, están incluidos las Siete


Leyes de Noaj que ahora fueron dadas a Israel como
receptora de la revelación y con la responsabilidad de
enseñarla a todas las naciones de la tierra para que
“teman a Dios y guarden Sus mandamientos”, es decir, las
Siete Leyes Universales.
Es incumbente sobre todo judío la responsabilidad
insoslayable e ineludible de dar a conocer estos
principios, sus derivaciones y ramificaciones a todos los
hombres, sin distinción de raza, religión, sexo o posición
social o política.

A partir de Sinaí, Israel ha quedado como garante de estas


Siete Leyes y se espera no solamente que las cumpla ella
misma, sino que muestre a las naciones el significado de
las mismas y la manera correcta de aplicarlas en las
situaciones cambiantes de cada generación.

Debido al hecho que Israel ni guardó ni enseñó a guardar


estas leyes pequeñas en relación con las grandes (los 613
mandamientos), entre las misiones encomendadas al Mashiaj
estaría causar que Israel no solamente las aprenda de nuevo
y las guarde, juntamente con el resto, sino que las enseñe
a las naciones.

Mientras Israel no cumpla esta misión y mientras las


naciones no sean instruidas apropiadamente en estos Siete
Principios, el Mashiaj no habrá concluido Su misión en la
tierra.

Es normativo entonces para todos los discípulos del Rabí


HaKadosh, ser fieles a su legado y dar a conocer a todos,
sin distinción y usando todos los recursos legítimos, estas
Siete Leyes Universales para el bien, la paz, la justicia y
la redención final de todos los hombres de la tierra.

Una Misión: dos destinatarios

Para lograr esto, Yeshua estableció en una misma misión,


dos destinatarios diferentes. Por un lado, el judío,
especialmente el judío asimilado y viviendo fuera del
contexto de los 613 mandamientos (Torah-Instrucción Mayor)
y por el otro, el no judío, viviendo fuera del contexto de
las Siete Leyes Universales (la Torah- Instrucción Menor).

La Academia de Ya’akov ben Yosef, hermano del Maestro, y


la de Shaul de Tarso, el apóstol Pablo, se encargarían de
realizar esta misión única, hacia estos dos grandes grupos:
el pueblo judío y el pueblo gentil, respectivamente.

Esto significa que está prohibido obligar a un judío a


vivir como gentil de la misma manera que está prohibido al
gentil, vivir como judío. Ambos forman parte de un todo en
el cual diferentes roles, responsabilidades y atributos
espirituales han sido dados y repartidos según la sabiduría
del Eterno.

No nos está permitido cambiar esto ni tampoco intentar


mejorarlo, porque no podemos superar a Dios. Así lo hemos
recibido y así debemos pasarlo a la generación de revelo y
así deberá mantenerse hasta que venga Mashiaj y complete
todas las cosas.

Cuando dicha misión vaya siendo alcanzada, judíos y no


judíos son hechos parte de un mismo cuerpo, ocupando
diferentes posiciones estratégicas, pero unidos a través de
un mismo cordón umbilical, es decir, una misma raíz y
colaborando por el bien común del cuerpo.

Esto significa que donde quiera que Israel falle en cumplir


su misión, afecta a los gentiles. Y donde quiera que los
gentiles fallen, afecta al judío. El judío no estará
completo y seguro hasta que todos los gentiles abracen y
vivan según la Siete Leyes y los gentiles no estarán
tranquilos ni seguros, hasta que los judíos abracen y vivan
según las 613 leyes. Ambos grupos, en este sentido,
dependen el uno del otro porque ocupan un mismo cuerpo, un
mismo mundo, una misma promesa de redención final y una
misma raíz espiritual que los alimenta a todos.

Y por cuanto vivimos todos en una misma tierra y tendremos


la oportunidad, todos, de compartir el mismo mundo por
venir, entonces es obligante sobre cada parte, el bien
común de la otra en justicia y santidad, sin celos, ni
contiendas, ni envidias, pero en amor, respecto y
consideración mutua, es decir, como hermanos amados, no
enemigos.

Esto significa que donde quiera que un no judío vea a un


judío, debe ver en él su hermano y amigo, ayudarle a
cumplir su misión y servirle de ejemplo. Y donde quiera que
un judío vea a un no judío, debe ver en él a su hermano y
amigo, ayudarle a cumplir su misión y servirle de ejemplo.

Para esto, debemos seguir la regla de nuestro Adeonenu


Yehoshua: “Haz con los demás como quieras que los demás
hagan contigo” y la del Maestro Hillel: “No hagas a los
demás lo que no quieres que los demás hagan contigo”. Y
como está escrito en la Torah: “Amarás a tu prójimo como a
ti mismo”.
Si ambos pueblos hacemos esto, el resultado será la paz y
la justicia, la prosperidad y el bien común de todos. Si lo
ignoramos o nos movemos en contra, ya sea de forma pasiva
o activa, tendremos un mundo repleto de odios sin causa,
violencia, enemistad e inseguridad con la potencialidad de
nuestra propia autodestrucción, tanto de judíos como de
gentiles.

Por tanto, para la gloria de Dios y el bien común de todos,


se hace imprescindible que los judíos, por ser los
depositarios de la revelación y los guardianes de la
legislación divina, por decreto del Cielo, demos a conocer
a todos los hombres estas Siete Leyes Universales
mostrándonos en todo como ejemplos vivientes de buena
conducta, piedad y pureza que se transformen en imán
celestial que atraiga a muchos bajo las alas del Dios de
Israel.

En este sentido, los siguientes principios deben estar


presentes:

Primero: Las Siete Leyes son normativas para todos los


gentiles, sin distinción de sexo, el cual será tomado en
cuenta solamente cuando la violación de un precepto es
hecho sobre la base del género en cuestión. Por ejemplo: la
homosexualidad puede darse solamente entre los varones, no
entre las hembras, como el lesbianismo, solamente entre las
hembras, no entre los varones. Y así sucesivamente.

Segundo: Ignorancia de las Siete Leyes Universales no es


pretexto para violarlas, pero el desconocimiento de causa
donde se prueba la falta de intención del trasgresor, es un
hecho que debe ser tenido en cuenta por la corte de
justicia que juzga el caso. Por ejemplo, un hombre que
tiene relación sexual con una menor de edad, persuadido por
la vista de su adultez, cuando en realidad todavía la
muchacha no era mayor de edad legalmente, cae en una
categoría diferente cuando tal conocimiento era evidente.

Tercero: Un hombre no es culpable hasta que sus acciones


demuestran, mas allá de la duda razonable que ha
transgredido. Por tanto, los pensamientos y los
sentimientos internos de una persona, deben ser respetados
en todo momento, excepto que los haga públicos, como si
alguien revela a otro su intención de asesinar a una
persona en cuanto tenga la ocasión, o su deseo de inducir a
otros a cometer un acto de idolatría.
Cuarto: Toda persona incapacitada mentalmente o menores de
edad que cometen alguna trasgresión involuntariamente, no
deben ser penadas por las cortes de justicia, probado que
dicha persona es incapaz de usar su libre albedrío. Pero si
la persona o niño en cuestión es capaz de discernir entre
su mano derecha y su mano izquierda, es reo de juicio como
adulto.

Quinto: Toda persona que viola un precepto legal bajo


coerción, intimidación o por la fuerza, no es responsable
de sus acciones y la corte de justicia no debe condenar al
que transgrede bajo tales condiciones, excepto en caso de
asesinato y algunos casos relacionados con la idolatría y
la inmoralidad sexual.

Sexto: La vida propia toma precedencia a la del prójimo,


por tanto, si por salvar su vida, una persona transgrede,
no debe ser penado por la corte, probado que su vida habría
perecido en caso contrario. Pero el que expone su propia
vida y aun la pierde por salvar la de su prójimo, es
considerado un héroe, pero tales actos de heroísmo no deben
ser objetos de explotación religiosa, política o social,
excepto que la persona misma lo realice en pleno uso de sus
facultades mentales y su libre albedrío.

Séptimo: La manera de alcanzar el perdón de los pecados


cometidos será siempre por medio del arrepentimiento
sincero, como se explica en esta obra.

Octavo: Las autoridades que dirigen las cortes de justicia


y que se sientan en la silla de Noaj, deberán ser primero
instruidas y educadas en las mismas, antes de proceder a su
nombramiento.

Noveno: Ninguna autoridad es suficientemente amplia para


abolir permanentemente, ninguna de las Siete Leyes
Universales, sus derivaciones y formulaciones relacionadas,
pero pueden hacerlo temporalmente, si así lo exigieran los
jueces, para preservar el bien mayor, la fe del pueblo y la
integridad nacional, restaurándolas inmediatamente que haya
pasado la crisis.

Décimo: Los jueces escogidos para ocupar la Silla de Noaj,


estarán sujetos a ellas mismas, sin excepción, de lo
contrario, no califican para el cargo, por tanto es
obligante para el pueblo escoger jueces temerosos de Dios y
de conducta irreprochable, según las normas de la propia
Escritura.
Décimo primero: Toda comunidad formada por Benei Noaj que
acepte los reclamos mesiánicos de Yeshua, estarán sujetas a
la autoridad de su corte de justicia, formaba por la
autoridad concedida a los Doce, incluyendo Shaul de Tarso
como representante oficial de Su Majestad para los Benei
Noaj.

Décimo segundo: Toda comunidad formada por Benei Noaj que


no acepte los reclamos mesiánicos de Yeshua, es decir, son
seculares, están sujetas a la autoridad de los rabinos y
jueces de Israel que no aceptan la mesianidad de Yeshua
cuando estas tres condiciones estén presentes: Israel tenga
un gobierno basado en la Torah y obediente a la Torah.
Israel tenga control de su tierra. Israel tenga una Corte
de Justicia según la Torah. Mientras estas condiciones no
existan, tales autoridades son consultivas, no obligantes,
siendo responsabilidad de cada corte de justicia entre las
naciones, hacer lo mejor posible por preservar la paz y la
justicia social de sus naciones bajo la inspiración y
moralidad de las Siete Leyes Universales.

Décimo tercero: Las penalidades impuestas por la violación


de las Siete Leyes Universales, es una manera de ayudar al
reo a arrepentirse y expiar sus pecados, siempre y cuando
la intención de ambos sea pura y aceptable a los ojos del
Eterno.

Décimo cuarto: Los Benei Noaj creyentes en Yeshua como


Mashiaj están sujetos primariamente, a sus propias cortes
de justicia, pero si viven en una comunidad secular,
deberán guardar también y preservar las leyes de su ciudad
y país natal o donde se encuentren por el principio de
Santificación del Nombre de Dios y el honor de su justo
Mesías.

Décimo quinto: Está prohibido a un Benei Noaj que tenga


conflictos con otro Benei Noaj, presentar su caso ante una
corte secular, sin antes haber seguido los pasos de la paz
y la reconciliación establecidos por el propio Yeshua y sus
emisarios, dentro de las provisiones creadas en la
comunidad para dicho fin.

Décimo sexto: Es responsabilidad para cada comunidad de


Benei Noaj que aceptan la mesianidad de Yeshua establecer
sus cortes locales, regionales y nacionales de justicia,
eligiendo sus propios jueces.
Décimo séptimo: Deben ser elegidos como jueces de la
comunidad mesiánica solamente los que califiquen para dicho
fin según las normas establecidas en las Escrituras para
los mismos.

Décimo octavo: Las decisiones de las cortes de justicia


locales establecidas dentro de una comunidad Benei Noaj
que reconoce la mesianidad de Yeshua, deben ser aceptadas
por todos los miembros, usando de los derechos de apelación
que la misma corte establezca, si ello procede. Estas
decisiones no obstante, son de carácter moral y espiritual,
no civil ni criminal, pues para ello solamente el tribunal
de Mashiaj, cuando sea establecido en Yerushaláyim, tendrá
autoridad.

Las reglas para la interpretación apropiada de las Siete


Leyes, serán tratadas en otro lugar.

Los Tres Pilares

Tanto la Torah Mayor como la Menor, se fundamentan en tres


principios que actúan como los tres pilares sobre los
cuales se sostiene el resto del edificio. Son los
siguientes:

Arrepentimiento – Fe Obediente – Bondad Divina

Aunque estos tres principios han de ser estudiados en


capítulos aparte, aquí daremos un esbozo general de cada
uno para que tengamos una idea concreta de su naturaleza.

Arrepentimiento:
En su sentido primario, es un recurso divino dado al hombre
sobre la base de la bondad de Dios, por el cual se le
concede a toda persona la oportunidad de corregir el rumbo
equivocado de su vida y empezar de nuevo en amistad con
Dios.

Visto así, el arrepentimiento es una puerta de escape a


nuestras transgresiones y violaciones de las leyes divinas.
Si no echamos mano a este recurso, no tenemos acceso a la
bendición del Eterno en esta edad presente y mucho menos en
el mundo por venir.

En otras palabras, la obediencia, tanto a la Torah Mayor


como a la Torah Menor es efectiva y aceptable a los ojos
de Dios, exclusivamente sobre la base de nuestro
arrepentimiento, es decir, de nuestro reconocimiento de que
hemos hecho mal, nos hemos desviado del propósito por el
cual fuimos creados y necesitamos volvernos a Dios de
nuestros caminos errados.

Así está escrito: “Deje el impío sus caminos y el hombre


inicuo sus pensamientos y vuélvase al Eterno quien tendrá
de él misericordia; y al Dios nuestro, el cual es amplio en
perdonar” (Is. 5:7)

Solamente cuando el arrepentimiento de corazón está


presente dentro del alma humana, la Torah Mayor o la Menor,
es decir, Su Palabra, hará su efecto limpiador,
santificador y regenerador en nuestras vidas.

Así pues, antes de intentar guardar cualquier mandamiento,


preciso es asegurarnos que nos hemos arrepentido de
nuestras transgresiones y maldades, ya sea mentales
(pensamientos malos), sentimentales (deseos perversos) como
volitivas (acciones concretas) ya sean estas, pasivas o
activas, por acción o por omisión, por debilidad o por
maldad, en ignorancia o en plena conciencia de causa.

Adonenu Yehoshua dijo: “Si no os arrepentís, todos (judíos


y no judíos) pereceréis igualmente”, de donde se deduce que
“sin arrepentimiento, no hay remisión de pecados”.

Siendo el arrepentimiento un pilar fundamental, su


explicación detallada, como se dijo, será expuesta en una
sección aparte donde se enseñará en profundidad dicho
concepto. Por ahora es suficiente conocer su naturaleza y
sus implicaciones elementales como fueron definidas en
clases previas. No obstante, el Instructor debe conocer un
poco más de estos principios, los cuales pueden ser
enumerados de la siguiente forma:

1. Reconocimiento de haber transgredido las leyes de


Dios. Esto se hace mediante una confesión apropiada.
2. Dolor en el corazón por el daño causado a mi persona,
a otros, a la creación y a Dios mismo con mis errores
y prevaricaciones.
3. Anhelo sincero de no desear más cometer dicha
infracción, lo que incluye súplica por la ayuda divina
para no tener más ese mal deseo y promesa de no volver
a reincidir.
4. Reparar el daño causado en tanto sea posible y de toda
forma legítimamente posible.
5. Presentar una ofrenda por la culpa cometida según
disposición divina, lo cual incluye un proceso de
disciplina y educación para dicho fin.
6. Cambio de conducta según las normas estipuladas para
mostrar que en verdad estoy arrepentido, es decir,
frutos de arrepentimiento delante de Dios y de los
hombres.
7. Absolución y perdón por una autoridad espiritual
competente para estos casos, que refleje
apropiadamente, lo que ha sido dictaminado por el
tribunal celestial.
8. Agradecimiento a Dios por el perdón y la absolución
recibida aceptando el veredicto divino sobre dicho
perdón y absolución, es decir, sin más cargo de
conciencia ni remordimientos innecesarios ahora.

Cada uno de estos ocho principios que forman parte del


“arrepentimiento” deben ser explicados y dados a conocer a
todos los hombres de cada generación. Ello constituye el
pilar fundamental de la salvación en el mundo por venir y
la paz, el perdón, la prosperidad y emancipación
espiritual, en esta edad presente.

Fe Obediente

El segundo pilar es el de la Fe Obediente. En otras


palabras, debemos creerle a Dios que cumplirá Sus promesas.
En otras palabras, tener plena confianza que si nos
arrepentimos, sinceramente, él que es bueno y bondadoso,
nos limpiará de todo pecado, porque ha dicho que si el
impío se vuelve al Eterno, él le recibirá por misericordia
pues Dios es generoso en perdonar, es decir, perdona
nuestros errores, transgresiones y maldades si ve que en
verdad nos hemos arrepentido de forma completa y total.

Esta fe obediente antecede a cualquier acto de obediencia a


cualquier mandamiento. Es decir, antes de obedecer algún
mandamiento, debemos tener plena confianza en el Eterno, no
solamente que nos perdonará, nos limpiará y nos concederá
vivir, sino que además anulará cualquier mal decreto que
haya sido firmado contra nosotros y nos borrará la deuda
pendiente, echando a lo profundo de la mar nuestros
pecados, como ha dicho.

Por encima de esto, debemos tener confianza obediente que


él cumplirá todo lo que nos ha prometido, sin dejar caer a
tierra ninguna de Sus promesas, plenamente convencidos que
el Eterno es confiable, no me abandonará ni me desechará,
sino que tomándome en Sus brazos, me guiará aun más allá de
la muerte.

En otras palabras, que todas las promesas que nos ha hecho


y que están contenidas pasiva o dinámicamente en Su Torah,
son y serán como él ha dicho y por tanto constituyen la
garantía segura de que en nada seré avergonzado, ni en esta
edad presente, ni en el mundo por venir.

Por lo tanto, podemos decir, confiadamente: “Aunque un


ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón”. “El
Eterno es mi pastor, nada me faltará”. “El Eterno está
conmigo como poderoso gigante, no temeré lo que pueda
hacerme el hombre”. “No moriré, sino que viviré y daré a
conocer a los pueblos Sus obras”. “Seré como un árbol
plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su
tiempo y su hoja no cae y todo lo que hago prosperará”.
“Estaré arriba y no abajo, seré cabeza y no cola; prestaré
y no tendré que pedir prestado”. “Vendrá el enemigo contra
mí como un río, pero el Eterno levantará bandera contra
él”. “Este es mi Dios y le alabaré, mi Redentor y le
bendeciré para siempre”. “Aunque mi padre y mi madre me
dejaran, con todo, el Eterno me recogerá”. “No estoy solo,
el Eterno está conmigo; el Eterno cumplirá Su propósito en
mí, estaremos alegres”. “El Eterno es mi amparo y fortaleza
mi pronto auxilio en las tribulaciones, por tanto, no
temeré aunque tiemble la tierra, aunque sean lanzados los
montes al corazón del mar, no temblará mi corazón”. “El
Eterno es mi socorro y en la sombra de Sus alas moraré
confiado”. “La diestra del Eterno es poderosa, la diestra
del Eterno me sostiene”. “Los que me aborrecen y los que se
levanten contra mí, serán destruidos, serán comida para las
aves de los cielos y las fieras de la tierra”. “El Eterno
me esconde del secreto de los malignos, de la conspiración
de los malvados”. “Caerán a mi lado mil y diez mil a mi
diestra, pero a mí no llegará. “El Eterno quitará la
enfermedad de mi, me levantará y me hará saltar de gozo y
danzar de alegría y por tanto, bendeciré Su nombre en todo
tiempo y Su alabanza estará de continuo en mi boca”. “Yo
seré saciado del bien de Su casa, de Templo Sagrado pues tu
has redimido mi alma y le has guardado depósito seguro para
el día de la resurrección. El Eterno cumplirá Su propósito
en mi en medio de los que me aborrecen”. “El bien y la
misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la
vida de mis descendientes por lo que veré a mis hijos y a
los hijos de mis hijos guardados y sostenidos por la
Diestra del Altísimo”.
Bondad divina.

Este es el tercer pilar. Quiere decir que de todo esto que


he recibido, el don del arrepentimiento y sus derivaciones,
perdón, limpieza, justificación, confianza y seguridad
divinas, son expresiones de Su bondad y por tanto, no
confiaré en mis propias fuerzas ni me presentaré delante de
él confiando en mis propias virtudes, sino en Sus muchas
misericordias, como está escrito: “No elevamos nuestros
ruegos delante de ti confiando en nuestras justicias, sino
en tus muchas misericordias” (Daniel 9:18).

En otras palabras, que no somos tan insolentes y rebeldes


como para decir: “es por mi propio esfuerzo que lo he
logrado, ni por mi propio brazo que lo he alcanzado”, sino
que reconozco que Dios es quien nos da el poder de hacer la
riqueza, que es Él quien concede el regalo del
arrepentimiento, perdón y restauración.

Debemos confiar plenamente que del Eterno viene toda


dádiva y todo don perfecto y no puedo recibir nada aquí
abajo, sino fuere decretado allá arriba, en el Cielo.

Por tanto, no pongo mi confianza en ningún hombre, ni en


ningún mensajero celestial, independientes del Eterno. Ni
siquiera en mí mismo, pues mi brazo es de carne, pero Su
gracia y misericordia que son más altas que los cielos,
inagotables como las aguas, infinitas como la eternidad,
seguras como Su misma divinidad, mueven mi corazón a
confiar en él absolutamente.

Por ende, solamente en HaShem pongo mi confianza y en


aquellos que lo representan, es decir, sus profetas de
verdad y en Su justo Mashiaj quienes me muestran Sus
caminos y me instruyen en Sus sendas.

Al reconocer pues sus bondades y misericordias, acepto que


mi participación en este proceso no constituye mérito
personal que pueda usar como justicia delante de él, sino
que toda obediencia a Sus mandamientos, lo haré sobre la
base de mi temor y amor a él, buscando siempre Su gloria y
que Su Nombre sea visto en mi para salvación de muchos.

Esta es la doctrina de Adonenu Yehoshua quien dijo: “Así


alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean
vuestra conducta irreprochable y tengan entonces ocasión de
glorificar a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt.
5:16)
En otras palabras, Su gracia y misericordia son los únicos
méritos seguros que han de permanecer para siempre,
concediéndome la oportunidad de enmendar mis caminos, no
tomarme en cuenta mis transgresiones y concederme una nueva
oportunidad.

Por esta seguridad, puedo obedecer confiadamente Sus


mandamientos, porque ellos me han sido dados para mi bien,
para que me mantenga en el camino de Su justicia y esparza
el olor de Su conocimiento a todos los hombres cumpliendo
así la misión que me ha sido encomendada.

Por tanto, el arrepentimiento, la fe y la misericordia


divina, preceden al estudio y obediencia práctica de
cualquier mandamiento y sobre estos tres pilares debe
fundamentarse la proclamación de las Siete Leyes
Universales a todos los hombres.

Si estos tres pilares no están presentes, ni el estudio y


obediencia nominal de los mismos darán resultados
prácticos, es decir, no cumplirán el propósito para el cual
fueron dados y consecuentemente, no serán aceptables
delante del Eterno, porque está escrito: “Dejad de hacer lo
malo, aprended a hacer el bien” y “ venid luego dice el
Eterno…” ( Is. 1:17,18)

De donde se deduce que venir delante del Eterno con puro


conocimiento de Sus mandamientos y ovediencia1 solo cultural
y nominal, sin arrepentimiento, fe y confiando no en
nuestra justicia sino en Su misericordia, en vez de abrir
el Cielo, lo cerrará para nosotros, porque el Eterno no los
acepta pues fue dicho:

“¿Quién demanda esto de vuestras manos cuando venís a


presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me
traigáis más vana ofrenda, el incienso me es abominación…
cuando extendáis vuestras manos yo esconderé de vosotros mi
rostro y cuando multipliquéis la oración, yo no oiré,
llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos,
quitad la iniquidad de vuestras obras delante de mí, dejad
de hacer lo malo, aprended a hacer el bien; buscad el
juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano,
amparad a la viuda. Venid luego dice el Eterno, y estemos a
cuenta…” (Is. 1: 12-18)

1
Al escribir “ovediencia” y no “obediencia” se indica que no es auténtica obediencia.
Ahora bien, como el arrepentimiento no puede serlo en su
totalidad a menos que entendemos qué hemos hecho mal y de
qué camino nos hemos desviado, el estudio de estos
preceptos universales precede a su vez al arrepentimiento,
porque a menos que entendamos dónde transgredimos, no
sentiremos necesidad de arrepentirnos y consecuentemente
no echaremos mano de este recurso del cielo. Por tanto, en
este sentido, el estudio y enseñanza de la Torah sobrepasa
al resto. Consecuentemente, es derecho de todo hombre que
viene a este mundo, ser educado e instruido en las Siete
Leyes Universales y luego en cambio, le es impuesto el
deber sagrado de darla a conocer a los demás para propiciar
el arrepentimiento, la fe y la operación de la gracia
divina para su bien y salvación.

Clase 7 (Estudiante)

Tema: Las Siete Leyes Universales: No Idolatría, Parte 1.

Introducción:

Las Siete Leyes Universales o Siete Leyes de Noaj son las


siguientes:

1) No idolatría
2) No blasfemia
3) No robo
4) No asesinar
5) No inmoralidad sexual
6) No comer alimentos prohibidos.
7) Establecer cortes de justicia.

1. No Idolatría

En esta sección hemos de considerar más que la definición


racional de idolatría, la manera cómo se manifiesta la
idolatría. Si podemos reconocer esto, nos será fácil
después, definirla de forma apropiada. Esto haremos con la
ayuda del Cielo.

1:1 Violación del principio: Emunat HaShem (Creencia en el


Único Dios)

Es el precepto por el cual se demanda que el que se acerca


a Dios, crea que le hay. Por tanto, en su sentido
primario, idolatría es la violación del precepto de Emunat
HaShem es decir, de creer solamente en Dios, el único Dios
verdadero, el Dios de Abraham, Yitzjak y Yaakov, el Dios de
los profetas, el Dios de Yeshua, el Dios de Israel,
uniéndolo o sustituyéndolo por otro dios.

La idolatría viola el precepto de saber que hay un Primero


y Único Ser Supremo pues lo reemplasa2 por dos, tres o
muchos dioses, incluyendo, pero no limitado, a la persona
misma (egolatría, narcisismo).

La idolatría es por tanto, la desviación del mandamiento


positivo de creer en un solo Dios, Causa única y primaria
de toda la creación; es decir, que él y solamente él
promueve y causa todo lo existente y sin él y
exclusivamente sin él, sin nadie más, es imposible
existencia alguna.

Visto así, la idolatría es la trasgresión del fundamento de


todos los fundamentos, la infracción del pilar de la
sabiduría y el conocimiento, es decir, destruye el
principio de que hay una Existencia Primaria y única de la
cual surgen todas las demás existencias, ya sean
consideradas pre-existentes, existentes o post-existentes,
es decir, diseñadas y concebidas antes de la creación,
durante la creación o después de la creación.

1:2 Ansiedad e Idolatría

Creer en el Eterno significa también confiar en él, estando


persuadido que tiene el control de todo en Su mano y que
finalmente, “todo obrará para bien de los que le aman”.
Consecuentemente, toda forma de desánimo, depresión y
ansiedad es contada como idolatría porque viola el
principio básico de Emunat HaShem.

Consecuentemente está prohibido para un Benei Noaj estar


ansioso o deprimido espiritualmente3, dejando así que tales
sentimientos le interpreten mal la realidad de quién
controla el mundo y moviendo dicho derecho divino a otras
fuentes y circunstancias, destruyendo así la fe en Dios.
Cuando esto sucede, se ha cometido idolatría.

2
Al escribir “reemplasa” y no “reemplaza” como deber ser, se indica que tal acción aun cuando ha sido
hecha por el ofensor, en la práctica no puede reemplazar en verdad, al Dios de Israel, es decir, quien se
hace daño es el ofensor, no Dios, pues él, Bendito Sea, seguirá siendo el mismo, sin cambios ni variación.
3
Ciertos estados de ansiedad y depresión tienen un origen patológico, no espiritual cuando se altera por
rezones biológicas, el balance químico en el torrente sanguíneo. Estos casos son diferentes al que aquí se
menciona que tiene su origen en el alma y espíritu de la persona, no en su patología molecular.
Por ello está escrito: “Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones en toda oración y ruego, con
acción de gracias”. Y también fue dicho: “No os afanéis
pues por vuestra vida, qué habréis de comer o de vestir…
mas buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia y
todas estas cosas os serán añadidas”. Y también fue dicho:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él porque él tiene
cuidado de vosotros”. ( Filp. 4:6; Mt. 6:31-33; 1 Pedro
5:7)

1:3 Amor al dinero e idolatría

El amor al dinero es otra variante de esta forma de


idolatría que estamos considerando pues está escrito: “Raíz
de todos los males es el amor al dinero”. No el dinero,
sino el amor al dinero que desplaza al Eterno de nuestras
vidas. Enseñó el Maestro que cuando el dinero se convierte
en amo y no en siervo, caemos en el corazón mismo de esta
forma de idolatría que destruye el principio de “emunat
HaShem”.

Dijo el Maestro: “Ningún esclavo puede servir a dos


señores, porque siempre amará al primero más que al
segundo, o al segundo más que al primero. De la misma
manera, no podréis servir al mismo tiempo al Eterno y a tus
tesoros materiales” (Mt. 6:22)

La cura de tal forma de idolatría, será entonces el


arrepentimiento sincero de todas estas formas de idolatría,
reemplazándolo inmediatamente con el reconocimiento
absoluto y la creencia firme en un solo Dios, sin ningún
tipo de variación, concesión o admisión diferente,
plenamente convencido que tiene el control de todo en Su
mano y que es digno de mi absoluta confianza, sin confundir
los medios con la fuente única y segura de todo, que es el
Bendito.

1:4 Violación del principio: Yijut HaShem (Unidad Divina)

Es el mandamiento de creer en la unidad del Eterno. Por


tanto, toda creencia que de alguna manera niegue o ponga en
entredicho que otro y no exclusivamente HaShem sea el
promotor y causa primaria de toda forma de existencia o que
comparta de alguna forma, incluso, co-existentemente con él
dicha causa esencial, es idolatría.
Dicha forma de idolatría, evidentemente destruye el
fundamento de Yijut HaShem, es decir, que Dios es Único y
como único Dios, no admite sustituto alguno, como también
que haya otro que tenga la totalidad de su misma esencia,
sustancia y atributos.

Decir que Dios tiene hermano, hermana, madre o hijo y que


dicho hijo, madre, hermana o hermano comparten totalmente
su misma esencia y divinidad, de forma total y absoluta, es
decir, que son co-sustanciales, es idolatría.

¿Por qué es idolatría? Porque desvirtúa y corrompe la


enseñanza dada no reconociendo dicho lenguaje como figurado
acerca de Dios como Padre o Madre, o Esposo; o nosotros,
Sus ángeles, jueces y magistrados como Sus hijos, o Israel
como “primogénito” o “esposa” o “novia”.

Esto es dicho en efecto, pero en lenguaje humano para que


podamos entender, partiendo de lo que vemos, la relación
posible con el único Dios a quien no vemos físicamente pero
no porque en verdad Él, quien es Bendito, tenga sexo, o
color de piel o casamientos con hijos e hijas como los
mortales.

Esta forma de idolatría se revela al no creer que la Causa


de toda existencia posible y su Causa primera y única es el
Dios Uno y Único, como dijera Adonenu Yehoshua: “Que te
conozcan a Ti el ÚNICO Dios verdadero… (Yn. 17:1-3).

Es evidente que todo discípulo de Yeshua debe ser un


defensor del principio de Yijut HaShem, porque más de esto,
nos lleva al terreno de la idolatría.

Por lo tanto, la violación de este principio está prohibida


para un Benei Noaj por ser una forma de idolatría mientras
que por el otro lado, le es impuesta la obligación de creer
en la unidad Divina que constituye lo que en lenguaje
figurado se llama el “yugo del Cielo”, es decir, un
precepto del cual no podemos zafarnos, ni retraernos ni
ignorarlo.

La antítesis de esta forma de idolatría, es decir, su cura,


será entonces el arrepentimiento de la violación del
principio de Yijut HaShem y dicho arrepentimiento debe
conducir inmediatamente al reconocimiento absoluto y
total de la Unidad Divina, la firme creencia en ella, sin
ningún tipo de variación, concesión o admisión diferente
porque dicho principio no es negociable bajo ninguna
circunstancia.

Por tanto, es deber fundamental de todo Benei Noaj, la


creencia en un solo y único Dios, el Dios de Abraham,
Yitzjak y Yaakov, el Dios de Rabenu Yehoshua, el Dios, en
fin, de Israel. No puedes creer en otro Dios Uno y Único,
que no sea YHWH, el Dios de Israel.

El dios de cualquier otra religión conocida o por conocer,


no será nunca el Dios verdadero. Ya sea el Islamismo, el
Cristianismo Católico o el Budismo. Si no es YHWH, el Dios
de Israel, tales dioses de dichas religiones, son falsos
dioses, y por tanto, idolatría, asunto que está prohibido
para un Benei Noaj.

Consecuentemente, todo Benei Noaj deberá confesar al


levantarse y al acostarse la siguiente declaración4:

“Un ídolo nada es en el mundo y no hay más que un


Dios, el Padre, del cual proceden todas las
cosas, por tanto, tener una relación íntima con
el Dios Uno y Único es el secreto de la vida
eterna”.

1:5 Dar culto a los enviados como si fuera el enviador

Esta es una variante de la forma de idolatría que estamos


considerando. Dios, en su administración del mundo usa Sus
ministros, representantes o agencias divinas que actúen
como embajadores o emisarios investidos con autoridad y
dominio en el ejercicio de sus funciones.

Estos enviados pueden ser celestiales o terrenales. Un


ángel por ejemplo, es un mensajero del Eterno que cumple Su
voluntad. Los profetas y jueces son emisarios. ¿Cómo
sabemos que estamos en presencia de un enviado y no del
enviador? Cuando oímos que viene para cumplir algún
precepto, encomienda o voluntad divina.

Si alguien dice: “Dios me envió para que os diga esto…”,


estamos en presencia de un enviado. Si alguien dice: “La
palabra vino a Mí diciendo...” estamos en presencia de un
enviado. Si alguien dice: “Yo de Dios he venido, no para

4
Basado en 1 Corintios 8:4-6; Yohanán. 17:3.
hacer mi voluntad, sino la Suya”, estamos en presencia de
un enviado. Si alguien dice: “En nombre de Dios os pido que
os reconciliéis con Dios”, estamos en presencia de un
enviado. Si alguien dice: “Que el Eterno te reprenda”,
estamos en presencia de un enviado. “Si alguien dice:
“Escrito está”, estamos en presencia de un enviado.

Por el lado terrenal, los más grandes representantes de


Dios son los jueces de cada generación. Adám lo fue en la
suya, así como Noaj, Malkizedek, Abraham, Yitzjak, Yaakov,
Moisés y los profetas de verdad.

Sin embargo, la posición de más alta autoridad tanto arriba


como abajo, ha sido reservada para el más extraordinario de
todos los representantes de Dios, esto es al Mashiaj. En
Mashiaj están sumadas todas las autoridades de todos los
representantes, tanto celestiales como terrenales y por
tanto, el Mashiaj es en este sentido, único en su clase.

Debido a que muchas veces esos enviados reciben incluso


autoridad para llevar consigo el Nombre Sagrado y propio de
Dios, (YHWH), existe la posibilidad de que sean confundidos
con el Creador, Bendito Sea y que se le intente dar culto
como si fuera YHWH mismo. Esto debemos evitar.

El Código Real recoge una experiencia interesante cuando el


propio Yohanan (Juan) quien escribe el libro, pensando que
estaba ante la Presencia Divina directa, por el poder,
autoridad y esplendor de gloria del ángel que le hablaba,
que se postró para adorarlo como si fuera Dios mismo.

Sin embargo, de forma inmediata fue reconvenido por el


propio ángel quien le tomándolo del brazo lo levanta y le
dice5:

“Cuídate de hacer tal cosa, porque yo no soy


Dios, sino un consiervo tuyo y de tus parientes,
los profetas… póstrate en adoración solamente
ante Dios”.

Aquí Yohanan estaba a punto de dar culto al enviado como si


fuera el Enviador. Pero ya vimos como el propio mensajero
celestial se lo impide.

El propio Yeshua le dijo a hasatán6:

5
Revelaciones de Elohim 22:9
6
Matityahu (Mateo) 4:10.
“Solamente al Eterno reconocerás como Juez Supremo y
solamente a él temerás y darás culto”.

Por tanto, no nos está permitido dar culto a los enviados


como si fuera el “Enviador”, porque esto es una forma de
idolatría. Consecuentemente, el culto a las personas, ya
sean ángeles, o jueces o incluso, el Mesías, como si fuera
el Dios Uno y único, está prohibido para los Benei Noaj7.

La Presencia Divina llenó el Santuario en el desierto. Pero


los hijos de Israel no adoraron el Tabernáculo, sino la
Presencia Divina que llenó el Tabernáculo. De la misma
manera, la Presencia Divina reposa en los jueces, en los
profetas y por supuesto, de forma plena en el Mesías, pero
debemos tener cuidado de no confundir la vasija con la
sustancia que lo llena.

No fueron los profetas los que hicieron las obras, sino


Dios en ellos y por medio de ellos. De la misma manera
ocurrió con nuestro Maestro Yeshua, como está escrito8:

“Varones israelitas, oíd estas palabras: Yeshua


de Netzaret, varón aprobado por Dios entre
vosotros con obras de poder, prodigios y señales
que Dios hizo entre vosotros por medio de él,
como vosotros mismos sabéis”.

Como es evidente, fue Dios quien hizo la obra usando como


vasija apropiada a Yeshua quien se sujetó y sometió
completamente para hacer la voluntad del Padre. Debido a
esto, la Presencia Divina estuvo plenamente derramada en él
quien se convirtió, por así decirlo, en un Tabernáculo
viviente.

Lo mismo sucedió con el apóstol Pablo, como esta escrito9:

“Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano


de Shaul de tal manera que hasta llevaban a los
enfermos los paños o delantales de su cuerpo y
las enfermedades se iban de ellos y los espíritus
inmundos salían”.

Como es evidente, no era Pablo quien hacía los milagros,


era Dios usando a Pablo como instrumento, como vasija

7
Mucho menos el culto a Satanás y a los demonios.
8
Hechos 2:22
9
Hechos 19:11,12.
apropiada para sanar a los enfermos. Debido a esto,
debemos ser muy cuidadosos en no confundir el medio con la
fuente, el instrumento, con el Creador, el tabernáculo
mismo (la vasija) con la Presencia Divina que estuvo en la
vasija.

Ahora bien, está escrito que no debemos deberle a nadie


nada, sino “pagar a todos lo que le debemos. Al que
tributo, tributo. Al que impuesto, impuesto; al que
respeto, respeto, al que honra, honra” (Ro. 13:7).

En este sentido, a los enviados hay que darles el respeto y


la honra debida a la autoridad e que están investidos como
representantes del Dios Uno Único. Por tanto, a los
ángeles hay que darles el respeto que merecen como ángeles.
A los jueces hay que darle el respeto que merecen como
jueces. A los padres hay que darles el honor que merecen
como padres. Al rey hay que darle el honor que merece como
rey. Al Mesías hay que darle la gloria y el honor que
merece como Mesías.

Pero ir más allá de esto y reemplazar al Eterno que envía,


con el enviado, es una grave violación de este precepto y
está prohibido para todos, incluyendo los Benei Noaj porque
de hacerlo, es una trasgresión de la primera regla de las
leyes universales, la prohibición contra la idolatría en
cualquier forma.

Siendo Mashiaj la más alta autoridad e investido entre


otras, con la del sacerdocio celestial, ha placido al
Eterno que él gobierne en nombre Suyo, a Israel, las
naciones y el universo entero. Pero Yeshua mismo no puede
hacer nada por sí mismo, sino lo que el Padre le permite
hacer, como él mismo lo afirma y según está escrito10:

“De cierto de cierto os digo, no puede el Hijo


hacer nada por su propia nefesh (de sí mismo, de
su propia voluntad), pero lo que él ve que su
Padre hace, él lo imita, porque todas las cosas
que el Padre hace, el Hijo las hace igualmente,
para imitarlo”.

Por tanto, a Mashiaj están sujetos tanto las autoridades


celestiales como terrenales pero al mismo tiempo, Mashiaj
está sujeto al Dios Uno y Único quien le sujetó a él todas
las cosas con la excepción de Él mismo, como está escrito11:
10
Yohanán 5:19.
11
Vea 1 Cor. 11:3; Yohanán (Juan) 7:17,18; 13:20
“El varón es la cabeza de la mujer, Mashiaj la
cabeza del varón y Dios la cabeza de Mashiaj”.
“Mi doctrina no es mía, sino de Aquél que me
envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios,
conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo
por mi propia cuenta. El que habla por su propia
cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca
la gloria del que le envió, este es verdadero y
no hay en él injusticia”. “El que me recibe a mí,
no me recibe a mí, sino al que me envió, el Padre
que es mayor que yo”.

Y también fue escrito12:

“Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio


el nombre que es sobre todo nombre para en el nombre de
Yeshua se doble toda rodilla, de los que están en los
cielos y en la tierra y debajo de la tierra y toda lengua
confiese, para la gloria de Dios, que Yeshua es Mashiaj y
Señor”.

Y además fue escrito13:

“Porque todas las cosas las sujetó bajo sus pies.


Pero al decir que todas las cosas han sido
sujetadas a él, claramente se exceptúa Aquél que
sometió a él todas las cosas. Pero luego que
todas las cosas le estén sujetas, entonces
también el Mashiaj mismo se sujetará al que le
sujetó a él todas las cosas para que Dios sea
todo en todos”.

Por tanto, la adoración a los representantes divinos como


si fueran el Dios Uno y Único, esta prohibida para todos,
incluyendo a los Benei Noaj, sobre el fundamento del
primer mandamiento universal: No idolatría.

Conclusión:

Como vemos, la idolatría siendo un solo mandamiento


general, está compuesta de varios sub-mandamientos
particulares, como un racimo de uvas contiene “muchas uvas”
y sigue siendo un solo racimo, así también este mandamiento

12
Filipenses 2:9-11
13
1 Cor. 15:24-28.
contiene derivaciones importantes las cuales hemos
comenzado a ver en esta sección.

Por supuesto, la lista es mucho más larga y eso será el


tema de nuestros próximos estudios. Recuerda: La idolatría
es la desviación del mandamiento positivo de creer en un
solo Dios, Causa única y primaria de toda la creación; es
decir, que él y solamente él promueve y causa todo lo
existente y sin él y exclusivamente sin él, sin nadie más,
es imposible existencia alguna.

Preguntas de Estudio:

1. En el espacio provisto, ponga en el orden correcto la


siguiente declaración: “La mujer es la cabeza del
varón, Mashiaj la cabeza de Dios y el hombre la cabeza
de Mashiaj”.
_________________________________________________________
_________________________________________________________
________________________

2. Según Yeshua, el que “habla por su propia cuenta” ¿qué


es lo que busca?
2:1 El honor de Dios__
2:2 Su propia gloria__
2:3 Ninguna de las anteriores__
2:4 Todas las anteriores__

3. Lea con cuidado el siguiente texto: “Porque todas


las cosas las sujetó bajo sus pies. Pero al decir
que todas las cosas han sido sujetadas a él,
claramente se exceptúa Aquél que sometió a él
todas las cosas. Pero luego que todas las cosas
le estén sujetas, entonces también el Mashiaj
mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las
cosas para que Dios sea todo en todos” y diga:
3:1 ¿Quién se exceptúa en esta declaración?
a) El Padre__
b) El Hijo__
c) Israel__
d) Creyentes__

3:2 ¿Quién le sujetó todas las cosas a Mashiaj?


a) El Padre__
b) El Hijo__
c) Israel__
d) Creyentes__
3:3 Cuando las cortinas de las edades caigan y la
historia concluya, ¿quién será “todo en todos”?
a) El Padre __
b) El Hijo__
c) Israel__
d) Creyentes__

4. Al recibir a Yeshua, es decir, sus enseñanzas,


sus doctrinas, su mensaje, en realidad ¿a quién
estamos recibiendo?
4:1 Al Padre__
4:2 Al Hijo__
4:3 Israel__
4:4 Tanak __

5. “Un ídolo nada es en el mundo y no hay más que un


Dios, el Padre, del cual proceden todas las
cosas, por tanto, tener una relación íntima con
el Dios Uno y Único es el secreto de la vida
eterna”. Según esta afirmación...
5:1 ¿Cuántos dioses hay? Uno__ Dos__ Muchos__
5:2 ¿Quién es el único Dios? El Padre__ Los
profetas___ el Mesías__
5:3 ¿De quién proceden todas las cosas? Del Padre__
Del Mesías___
5:4 ¿Cuál es el secreto de la vida eterna? Tener
una _________ _______ ¿con quien? Moisés__
Mesías__ Con el Dios Uno y Único__

6. Lea y complete: “Reemplazar al ___________que envía,


con el _________, es una grave ____________ de ____
_________ y está ___________ para todos, incluyendo los
Benei Noaj porque de hacerlo, es una _____________ de la
__________ ________ de las leyes universales, la
____________ contra la __________en cualquier ________”.

7. Complete y diga: “Debido a que muchas veces los ________


o ________ reciben incluso ___________ para llevar consigo
el ________ __________ y propio de _____, (YHWH), existe
la _________ de que sean ___________ con el ________,
Bendito Sea y que se le intente dar ________ como si fuera
___________mismo”. Esta declaración es:
7:1 Correcta__
7:2 Aceptable__
7:3 Bíblica__
7:4 Todas las anteriores__
7:5 Ninguna de las anteriores__
8. ¿Cómo sabemos que estamos en presencia de un enviado y
no del enviador? Menciones al menos, tres evidencias.
8:1
8:2
8:3

9. El concepto de Yijut HaShem puede ser explicado como…


9:1 Dios es Único__
9:2 Dios no admite sustituto alguno__
9:3 No hay otro que tenga la totalidad de Su misma
esencia__
9:4 No hay otro que tenga la totalidad de su misma
sustancia__
9:5 No hay otro que tenga la totalidad de sus atributos__
9:6 Todos los anteriores__
9:7 Ninguno de los anteriores__

10. Diga si las siguientes declaraciones son Verdaderas (V)


o Falsas (F) encerrando en un círculo su respuesta:
10:1 El amor al dinero es una forma de idolatría
_____________________ V F
10:2 El dinero es una forma de idolatría
____________________________ V F
10:3 Cuando el dinero se convierte en amo y no en siervo,
es idolatría ____ V F
10:4 Idolatría es la violación del precepto de Emunat
HaShem __________ V F
10:5 Creer solamente en Dios, el único Dios verdadero, es
Emunat HaShem V F
10:6 La violación del precepto de saber que hay un Primero
y Único Ser Supremo
puede ser definida como fanatismo religioso
______________________ V F
10:7 Yijut HaShem es el mandamiento de creer en la
pluralidad del Eterno V F
10:8 Toda forma de desánimo, depresión y ansiedad es
contada como idolatría
porque viola el principio básico de Emunat HaShem
__________________ V F

11. Completa: “La ____________ _________ llenó el


__________ en el desierto. Pero los hijos de Israel no
____________ el _________, sino la _________ __________
que llenó el _____________. De la misma manera, la
_____________ ___________ reposa en los ___________, en
los _____________ y por supuesto, de forma plena en el
___________, pero debemos tener cuidado de no ____________
la __________ con la
___________ que lo ________”.

12. Vocabulario: Escribe las palabras que no hayas


comprendido bien.
12:1 12:2
12:3 13:4

13. Preguntas que deseas hacer a tu Instructor:

13:1

13:2

13:3
8

Tema: Las Siete Leyes Universales: No Idolatría, Parte 2.

En la continuación del tema relacionado con la primera ley


universal, esto es, la prohibición de toda forma de
idolatría, destacamos en esta clase, las siguientes:

1:6 Desacato a las autoridades divinas

El desacato, desobediencia, burla o rebeldía contra los


representantes enviados por el Dios Uno y Único, es una
forma de idolatría que se da dentro del precepto que
estamos estudiando. Esto es así por la condición misma de
representante que tiene la autoridad delegada. En otras
palabras, rechazar a un enviado de Dios es rechazar a Dios
quien está presente en el enviado y en la misión que le ha
sido encomendada.

De la misma manera que al recibir un enviado en verdad


estamos recibiendo al que lo envió, así también
desobedecer, burlarse, mofarse, resistir o rechazar al
enviado equivale a rechazar al que lo envió porque el
enviador se hace presente legalmente, en el enviado.

Cuando el presidente de una nación envía su embajador para


representarle a él y su gobierno ante otro país y ese
embajador es burlado, rechazado y vejado por las
autoridades del país a donde fue enviado, la ofensa, más
que al embajador, es hecha al presidente y a la nación que
el presidente representa como máxima autoridad. Todo país
digno se sentirá ofendido si su embajador es maltratado y
burlado por las autoridades del país a donde fue enviado
como representante plenipotenciario.

Dios le dijo a Samuel: “No te han rechazado a ti, sino a


Mí”. Y Samuel le dijo al rey Shaul: “El obedecer es mejor
que los sacrificios y el prestar atención que la grosura de
los carneros. Porque como pecado de adivinación es la
rebelión y como ídolos e idolatría, insistir en hacer mi
voluntad” ( 1 Samuel 16: 22,23).

El castigo por este pecado es “karet” es decir, la pena


máxima, muerte eterna, destrucción en el lago de fuego.
Por lo tanto, está prohibida toda rebeldía, pasiva o activa
contra las autoridades espirituales que el Eterno ha puesto
sobre nosotros y constituye una violación del principio
Yijut HaShem, es decir, que Dios es Único y como único
Dios, no admite sustituto alguno, ni que haya otro que
tenga la totalidad de su misma esencia, sustancia y
atributos, por lo que desobedecer Sus emisarios es contado
como idolatría toda vez que se impone una voluntad humana
sobre la Voluntad Divina sustituyendo al Creador quien es
bendito, por la criatura que le debe obediencia y sujeción.

Mientras mayor es la autoridad del representante, mayor es


la culpabilidad por rebeldía a su autoridad delegada.
Siendo Mashiaj el que ha recibido la más alta autoridad en
el cielo y en la tierra, rechazar al Mashiaj, burlarse,
mofarse o ridiculizarlo es uno de los actos más horribles
que pueda cometer el hombre. De hecho, está escrito de él:
“Y el que rechazare las palabras que él dirá en mi Nombre,
yo le pediré cuenta”. (Deut. 18:19), es decir, es reo de
juicio por el tribunal celestial.

Y está escrito: “Sométase toda persona a las autoridades


que gobiernan, porque no hay autoridad sino de Dios y las
que existen por Dios existen, De modo que quien se opone a
la autoridad, a lo decretado por Dios resiste y los que
resisten, acarrean condenación para sí mismos” (Ro. 13:1,2)

Si esto es así con los que están en autoridad secular,


¿cuánto más a los jueces y profetas que están en autoridad
espiritual? Por lo tanto, es responsabilidad del Benei Noaj
obedecer a sus jueces, profetas y magistrados espirituales
de su generación, mayormente al Mesías y sus emisarios,
particularmente a los de la Academia de Pablo y Bernabé,
asignados especialmente para los gentiles.

Como vemos, la idolatría es el más grave de todos los


pecados, viene dada en muchas formas diferentes, vestida en
camuflajes de muchas marcas y formas distintas, para
hacerse menos imperceptible, incluso, con apariencia de
piedad y religiosidad extremas, pero siempre será un
atentado contra la Unidad y Unicidad del Eterno quien es
Bendito.

Está prohibido entonces para los Benei Noaj, toda forma de


rebeldía, pasiva o activa, contra las autoridades
divinamente establecidas, ya sean celestiales o terrenales,
la mayor de las cuales es el Mashiaj, porque ello es
contado por idolatría.

1:7 Violación del principio: Ahavat HaShem


Es el mandamiento por el cual debemos amar al Dios Uno y
único. No amar al Eterno, el Uno y Único Dios verdadero
con todo nuestro corazón, alma y fuerzas, es una forma de
idolatría.

Cuando no amamos al Eterno con todo nuestro corazón, es


decir, por medio de la oración; cuando no amamos al Eterno
con toda nuestra alma, es decir, con la manera cómo
pensamos y hacemos planes en nuestras vidas; y con toda
nuestra fuerza, es decir, por medio de los recursos
materiales que nos hayan sido dados, nos movemos al
territorio de la idolatría porque estamos dejando que otros
intereses ocupen el lugar supremo y de más alto honor que
Él, bendito Sea, debe tener en nosotros.

Amar al Eterno es un principio derivado de la prohibición


de la idolatría, porque así como en los días de tu
idolatría amabas tus ídolos y tus corrompidas creencias,
así ahora, volviéndose al Eterno de todo su corazón, debes
aceptar sobre tu vida el principio de Ahavat HaShem, de
Amar a Dios como hemos explicado.

Amar a HaShem como antítesis de la idolatría significa


“imitarlo”.

Es decir, que así como el Eterno es bueno para con todos,


haciendo salir su sol sobre justos e injustos, así debemos
amar a todos los hombres, sin excepción, como dijera
nuestro Maestro: “Sed pues perfectos como vuestro Padre
Celestial es perfecto” (Mt. 5:48) y como estableciera el
juez Shaul de Tarso en su Academia como un precepto para
los Benei Noaj: “Sed pues imitadores de Dios como hijos
amados” (Efesios 5:1).

Por tanto, como el Eterno es misericordioso hacia sus


criaturas, así deben sus hijos ser misericordiosos los unos
con los otros. Así como el Eterno es misericordioso con su
creación, así debemos ser misericordiosos con la creación
sin procurar dañarla o destruirla innecesariamente.

Un Benei Noaj tiene sobre sí la imposición de este precepto


que es una derivación del mandamiento negativo que prohíbe
toda forma de idolatría.

Como vemos, hacerle daño al prójimo, que es la antítesis


de no amarlo, es una forma de idolatría y está prohibido
para un Benei Noaj. Cualquier cosa que hagamos que
perjudique el honor, el buen nombre, los bienes, la salud o
las posibilidades reales de desarrollo de nuestro prójimo
es un acto de idolatría, porque a imagen de Dios fue hecho
el hombre. No amar al prójimo es negación de Dios, porque
“el que no ama no ha conocido a Dios” y “Si alguno dice:
amo a Dios, pero aborrezco a mi hermano, es mentiroso” ( 1
Yn. 4: 7-21), por tanto, el que dice que ama a Dios, debe
amar también a su prójimo, menos que esto, es idolatría.

Esto significa que mentirle a tu prójimo, engañarlo,


avergonzarlo, odiarlo en tu corazón, rechazarlo, no
perdonarlo si te pide perdón, codiciarle sus bienes, etc.,
son formas de idolatría derivadas del precepto que
estudiamos. Esto está prohibido para los Benei Noaj.

1:8 Violación del principio: Yirat HaShem

Es el precepto por el cual se nos ordena temer a Dios y


darle gloria, reverenciando Su Nombre, concientes que
tendremos que presentarnos un día frente a Él para dar
cuenta de nuestros hechos, sean buenos o malos y que esto
sea una advertencia para preservarnos de pecar
concientemente contra él (Revelaciones 14:7).

Por tanto, toda forma de vida que ignora este precepto, es


contado como idolatría porque se mofa en la práctica del
día de rendir cuentas, pues está establecido para los
hombres que “mueran una vez y luego el juicio”, donde se
juzgarán los pensamientos de los hombres, sus acciones,
motivaciones y actuaciones.

La idolatría, vestida de irreverencia hacia Dios, causa que


el hombre olvide que todos sus pensamientos, acciones y
motivaciones están siendo escritos en el libro de la vida y
que todos seremos juzgados por las cosa que allí estén
escritas, sean buenas o malas (Revelaciones 20:11-13).

Esta forma de idolatría produce un estilo de vida donde


olvidamos que “de toda palabra ociosa que pronunciemos, de
ella tendremos que dar cuenta en el día del juicio” y
consecuentemente se desarrollan actitudes de ligereza,
irresponsabilidad y descuido de la vida espiritual, moral y
social que aleja a la persona de Dios constantemente,
causando que su corazón se endurezca, pierda cada vez más
su sensibilidad espiritual y no tenga conciencia de pecado,
haciendo difícil el arrepentimiento, única vía segura para
corregirnos.
Al perder el temor al castigo, el hombre se daña a sí
mismo y rompe los diques morales y espirituales que lo
protegen de destruir la única vía de escape que nos ha sido
dada para ser salvos tanto en esta edad presente, como en
el mundo por venir, exponiéndose a ser atrapado en su
propia maldad en cualquier momento, incluyendo la muerte
prematura, después de lo cual no tendrá oportunidad de
arrepentirse.

Por tanto, la irreverencia hacia Dios, que incluye el uso


profano, mundano y vano de Su Nombre14, es la madre de
todas las trasgresiones porque destruye la chispa de la
presencia divina en la imagen espiritual de la persona y
está prohibida para un Benei Noaj porque le es contado como
idolatría, el primer precepto en la lista de las Siete
Leyes Universales.

Todo Benei Noaj debe recordar este principio: “No os


engañéis, Dios no puede ser burlado, todo lo que el hombre
sembró, eso también cosechará”. (Gálatas 6:7) y tal
doctrina debe provocar en él temor a HaShem, la antítesis
de la idolatría que se manifiesta en una actitud de
irreverencia, ligereza y mofa de que sus actos serán
traídos a juicio, tanto en esta edad presente, donde aun
hay esperanza, como en el mundo por venir, donde el decreto
divino será para entonces irrevocable e inapelable.

1:9 Violación del principio: Avodat HaShem

Es el precepto por el cual se nos ha ordenado servir al


Eterno, Bendito Sea, dándole el honor, el culto y la
exaltación que sólo Él merece como Uno y Único Dios
verdadero dirigiendo a Él y solamente a Él nuestras
súplicas y plegarias.

La idolatría causa que este principio de Avodat HaShem sea


violado cuando se le da a otra persona, celestial o
terrenal, el honor, el culto y la exaltación que solamente
merece el Eterno, incluyendo orarle, rezarle o pedirle a
alguien o algo mas que a Él, Bendito Sea.

Esto es un asunto que ya fue tratado previamente y por lo


tanto aquí es innecesario repetirlo.

En cuanto a la oración como servicio a Dios, se deduce que


orarle a otro que al Padre Celestial o no orar, es una

14
Asunto que se expondrá en detalle más adelante, cuando se estudie la prohibición de la blasfemia.
forma de idolatría y por tanto está prohibido para un Benei
Noaj.

Dirigir la oración a otra persona, por muy exaltada que


sea, es una forma de idolatría que viola el principio de
Avodat HaShem.

Nuestro Maestro claramente expresó que la oración debe ser


dirigida exclusivamente a Dios: “Vosotros pues, oraréis
así: Padre nuestro que estás en los cielos…” (Mt. 6:11)

Yeshua no permite que la oración sea dirigida a otra


persona que el Padre Celestial. Todo lo que pidamos debe
ser hecho al Padre, fundamentándonos en Sus promesas y en
los méritos y autoridad de aquél que hemos recibido como Su
Mashiaj.

1:10 No orar

No orar a Dios es también una forma de idolatría porque no


solamente burla el principio de Avodat HaShem sino que
además nos hace pensar que somos independientes y
autosuficientes de tal manera que no necesitamos ni Su
presencia ni Su guianza, ni Su consuelo y que podemos vivir
sin él.

Esta forma de idolatría lleva al orgullo disfrazado de


humanismo que aleja el alma de su raíz espiritual y
destruye su fuerza interna y su potencial.

1:11 Violación del principio: Kidush HaShem

Es el precepto que impone sobre nosotros la santificación


del Nombre de Dios, como está escrito: “Santificado sea Tu
Nombre”.

Santificar el Nombre de Dios significa hacer ver Su honor,


atributos y gloria en público, es decir, delante de los
hombres, para que reconozcan y sirvan al Eterno15.

Pero cuando en vez de santificar Su Nombre, causamos que


sea ridiculizado, blasfemado o tenido en poco, nos es
contado como idolatría de la peor clase, porque trae
bochorno y vergüenza, ignominia y retraimiento que alejará
a los hombres del camino de la vida eterna.
15
No para recibir sus aplausos, porque en tal caso, no se santifica el Nombre del Eterno, sino el suyo
propio y ello es trasgresión.
Dijo el Maestro: “Ay del mundo por los escándalos, pero hay
de aquel por quien vienen. ¡Mejor le fuera a ese hombre no
haber nacido…!”

Tan serio es este principio, que si se nos obligase a


trasgredirlo en público, so pena de muerte, debemos
preferir la muerte antes que causar deshonra al Nombre del
Eterno quien es Bendito.

Es responsabilidad de los Benei Noaj hacer todo lo


necesario para que el Nombre del Eterno no sea vituperado
por su causa.

Para ello, será su responsabilidad cuidar la manera cómo


habla, preocuparse por los demás, aceptar incluso ser
humillado sin causar la humillación de los demás, ser
honesto en sus relaciones familiares, sociales y
comerciales.

No perder su tiempo en la compañía de hombres obradores de


maldad, buscar siempre el tiempo apropiado para estudiar la
Torah, especialmente todos aquellos mandamientos y
preceptos que le son impuestos dentro de las Siete Leyes
Universales y causar que otros reciban dicha instrucción
tanto como sea posible, yendo más allá incluso de lo que
sea su deber, estará santificando el Nombre del Eterno en
presencia del pueblo y esto le guardará de la idolatría.

Pero si lo contrario fuese el caso, el cielo lo prohíba, y


el Benei Noaj se dedica a juntarse y beber con los
borrachos, ofender a la viuda, ignorar el gemido de los
pobres, no visitar a los enfermos y malgastar sus bienes en
cosas vanas, haciendo luego gala de mucha religiosidad y
piedad, está trasgrediendo el primer mandamiento dado a los
hombres lo cual le es contado por idolatría.

1:12 Comer y beber de cosas sacrificadas a ídolos.

Está prohibido para un Benei Noaj comer algo que haya sido
conocido fue sacrificado a los ídolos. No porque el ídolo
tenga algún poder para contaminar la comida que Dios
declaró ya apta para el consumo humano, sino por causar
deshonra al Nombre del Eterno, pues se daría la impresión
de apoyar o respaldar la idolatría.

De la misma manera, no debe sentarse a comer en un lugar


donde se honran ídolos o se exponen los mismos ante el
público como sucede en muchos restaurantes idólatras, pues
de hacerlo, el Benei Noaj estaría dando la impresión de
estar de acuerdo con esas prácticas y ayudar a su
sostenimiento por medio del uso pagado de los mismos.

Es deber del Benei Noaj, huir de toda forma de idolatría (I


Cor. 8:1-13; 10:14; 23-32)

1:13 Destruir todo lo relacionado con idolatría

Es el precepto por el cual se nos ordena destruir toda


expresión de idolatría que asume forma y espacio dentro de
nuestra zona de autoridad y dominio.

Esto se deduce del mandamiento negativo de no destruir el


cuerpo, porque es Templo de la Presencia Divina ( 1 Cor.
3:17) por lo tanto, todo templo, lugar o figura corporal
dedicado a la idolatría, merece la destrucción y
aniquilación total, si está bajo nuestro dominio y
autoridad hacerlo.

Pero si está en un dominio y autoridad de otro, entonces


estamos exentos del mandamiento en tanto no hagamos nada
para apoyarlo o dar la impresión de que lo apoyamos y
respaldamos, todo lo contrario, debemos hacer lo posible
por eliminar toda forma de idolatría en la tierra.

Figuras, estatuas, afiches, dibujos, revistas, videos,


altares, obeliscos, panteones, etc., que contengan parcial
o totalmente cualquier forma de idolatría, debe ser
destruido si está bajo nuestra jurisdicción y autoridad.

No debemos sacar provecho personal de tales ornamentos


idolátricos ni regalarlos a otros para su empeoramiento
espiritual, sino que nos es impuesta la obligación de
destruirlos y eliminarlos para siempre de nuestra zona de
autoridad y dominio, cuidando que no quede ni rastro de
ellos, pues ha sido tal cosa la destrucción mayor que ha
experimentado el alma del hombre.

No hacerlo, pudiendo, nos es contado como idolatría. Y una


de las definiciones del pecado es el “que sabe hacer lo
correcto y no lo hace”.

1:14 No entrar ni admirar lugares dedicados a la idolatría

Es el precepto que se nos impone de no tener comunión con


los demonios, pues detrás de cada ídolo, fetiche o imagen
idólatra, hay una entidad demoníaca que opera bajo el
camuflaje del ídolo, el panteón o el altar y está escrito:
“Lo que los gentiles sacrifican a los demonios lo
sacrifican y no a Dios y no quiero que vosotros os hagáis
participes con los demonios” ( 1 Cor. 10:20-21)

Admirar o entrar a un lugar dedicado a la idolatría y


recrear la vista en su belleza arquitectónica, es una forma
de respaldarla y entrar en comunión con los demonios. Ello
está prohibido a un Benei Noaj.
Esto incluye, pero no se limita a templos, mezquitas,
edificios, museos, pirámides, altares y casas semejantes,
que han sido dedicadas específicamente para tal fin o para
resaltarlos, ya sea religiosa o culturalmente.

1:15 Avaricia

La avaricia es otra forma de idolatría (Col. 3:5). Su


significado primario es acumular riquezas de forma injusta,
sed de tener más y más usando recursos y maniobras sucias y
engañosas.

De esta forma, la avaricia se trasforma en un ídolo, en un


fetiche, en una adicción moral que hunde a los hombres, les
ciega los ojos y los aparta del camino de la vida.

Visto así, la avaricia tiene el potencial de desplazar a


Dios como Supremo y Principal, colocándolo fuera de nuestra
vista, de nuestro horizonte de prioridades y sirviendo y
dando culto a las riquezas injustas.

Tales cosas están prohibidas para los Benei Noaj bajo el


primer precepto de las Siete Leyes de Noaj.

1:16 Necromancia o la invocación del espíritu de los


muertos.

Rendir culto a las cosas creadas, fuerzas o espíritus otro


que al Dios Uno y Único, es una violación de la primera
ley universal que prohíbe la idolatría. Esto incluye pero
no se limita a la invocación del espíritu de los que han
muerto, por cualquier medio posible.

Por ejemplo, invocar el espíritu de fulano para que envíe


un mensaje del más allá a sus familiares vivos aun en la
tierra, está prohibido. Visitar la tumba de un muerto y
dirigirle oraciones a su espíritu para que intervenga o
interceda a favor del que reza, está prohibido. Enviarle
cartas por cualquier medio moderno, incluso en el
pensamiento, al espíritu de un fallecido, es una violación
de la primera ley universal.
Pero visitar la tumba de los familiares, los hombres justos
y los profetas, sin la intención de procurar ningún tipo de
comunicación con ellos, pero para recordar su buena
conducta e imitar su fe en el Dios de Israel, si fuere el
caso, no tiene nada que ver con la violación que estamos
estudiando y está permitido.
Pero si se entra a un cementerio donde es creído que todos
visitan sus muertos para intentar una comunicación con
ellos, deberá ser evitado entonces por un Benei Noaj para
no dar la impresión de cometer la misma trasgresión y así
preservar el honor del Nombre de Dios.
Esta prohibición se deriva del precepto que prohíbe también
a Israel toda forma de idolatría como está expresado en
Levítico 20:27: “El hombre o la mujer que evocare espíritu
de muertos… ha de morir”

1:17 Adivinación

La adivinación en todas sus formas, es considerado


idolatría y por tanto, está prohibido para los Benei Noaj,
como se desprende del texto previo que dice también: “El
hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se
entregare a la adivinación, ha de morir”.

Adivinar es recurrir a poderes ocultos, comunicación con


muertos o demonios o poderes síquicos especiales, para
predecir el futuro mediato o inmediato de la creación, una
persona, comunidad o nación.

Es un acto específico de idolatría porque niega la


providencia divina por la cual el Eterno controla Su
creación y que permite que Su intervención pueda cambiar
rotundamente el curso de los acontecimientos.

No tiene nada que ver con los pronósticos científicos que


pueden ser dados sobre la base de la acumulación
científicas de datos y su interpretación racional, como
pronosticar el estado del tiempo para la próxima semana, o
la posibilidad de ciertos cambios sociales o ciertos
descubrimientos científicos inminentes o altas y bajas en
las bolsas de valores, fundamentados en información
científicamente recopilada e interpretada.

La prohibición no solamente tiene que ver con el adivinador


en sí, sino también con su consulta, es decir, está
prohibido el adivinador y consultarlo e incluso, dar a
conocer sus oráculos, temerles o hacerles caso en cualquier
forma.

Por ejemplo, sin un adivinador anuncia que habrá un


terremoto tal día en tal ciudad, un Benei Noaj no debe
mudarse de esa ciudad por tal anuncio, sino confiar
plenamente en la providencia divina y santificar así el
Nombre del Eterno públicamente.

Aceptar y creer en sus adivinaciones es aceptar que la


creación es controlada por otras fuerzas y poderes
independientemente de Dios y que la Providencia Divina no
supervisa ni causa el cumplimiento exclusivo de Su voluntad
soberana.

1:18 Hechicería

Es la práctica proscrita de la adivinación pero relacionada


con ciertas formas de astrología, por el cual se presagia
el futuro de una persona, de acuerdo a la posición e
influencia de los cuerpos celestes.

Es idolatría porque arrastra a los hombres del


reconocimiento y servicio del Uno y Único Dios verdadero,
haciéndolo depender de las fuerzas ciegas de los astros
como si fueran en verdad los que controlaran la vida humana
y su historia, dando la impresión de que el Eterno no tiene
supervisión ni dominio completo sobre Su creación, como si
Sus ojos no contemplaran la tierra y a los hijos de los
hombres, sino que los ha dejado al abandono de estos
poderes invocados por los violadores de Su Torah.

La consulta con los tales, especialmente a través de los


horóscopos, y los programas públicos o privados de sus
representantes, constituye un acto de idolatría y por tanto
está prohibido para los Benei Noaj.

1:19 Encantamientos

Está prohibido para un Benei Noaj los encantadores, su


consulta y temerles. Un encantador es la persona que
invocando poderes ocultos afirma que es capaz de cambiar la
conducta de las personas y de los animales para el logro de
sus propios intereses o el interés personal de quien le
consulta.
Tal práctica está proscrita para un Benei Noaj y es
considerado una violación de la primera ley universal, la
prohibición contra la idolatría. “No se hallado en ti…
encantadores…” dice la Torah (Deuteronomio 18:13), porque
causa que los hombres desvíen su vista del Dios Uno y Único
y teman a otras fuerzas y personalidades ocultas que no son
dioses.

1:20 Sortílegos – Sortilogia

Por el mismo mandamiento previo, la existencia del


sortílego, la permisión de sus prácticas y su consulta,
está prohibido por la Torah.

La sortilogía y el sortílego aunque está relacionado con


las violaciones previas que hemos considerado, tiene un
característica particular que requiere considerarlo aparte:
es la atribución de un poder oculto por el cual puede
causar que ciertas palabras o combinación de palabras
mágicas, en forma de agüeros, causen un efecto dañino,
enfermedad o desgracia a otra persona.

El estudio de estas palabras, su enunciación, o consulta


para uso personal o partidista, es una violación del primer
principio universal que prohíbe la idolatría y está por lo
tanto proscrito para un Benei Noaj.

Todo Benei Noaj debe estar firmemente convencido que no hay


sortílegos ni agüeros contra Israel ni contra los Benei
Noaj que han hecho su conversión al Dios de Israel y
guardan los mandamientos que le han sido confiados debido
a que por asociación con Israel, están protegidos por los
pactos y promesas dadas por el Eterno a Su pueblo.

Al igual que los casos previos, el sortílego arrastra a los


hombres del temor y servicio al Dios Uno y Único, haciendo
que desvíe sus ojos hacia otras personalidades y poderes
ocultos que es la raíz misma de la idolatría y ello está
prohibido a un Benei Noaj.

1:21 Molokismo

Aunque su práctica no es muy común en estos días, todavía


existe, o sea, la adoración al dios molok que incluye el
sacrificio humano para satisfacer los deseos de dicho
ídolo.
Tales prácticas son extremadamente antiguas, conociéndose
de las mismas aun desde los días de Abraham quien las
combatió con todas sus fuerzas.

Básicamente los adoradores de molok tomaban sus propios


hijos y los echaban en los brazos de bronce del ídolo,
calentados casi al punto de ebullición, donde eran
consumidos por el fuego.

Debido a esto, dicho culto pagano se conoció popularmente


como “pasar su hijo por el fuego” que es una referencia al
ritual proscrito en la Torah (Deut. 18:13).

El apóstol Pablo ha dicho en una de sus cartas, que lo que


los gentiles sacrifican, “a los demonios sacrifican”, por
lo tanto, molok no es sino la representación de Satanás y
consecuentemente es la raíz del satanismo como conocido hoy
día.

Tales prácticas son una violación de la primera ley


universal que prohíbe la idolatría en todas sus formas,
siendo esta, el molokismo, posiblemente, la más infame de
todas porque destruye moral, espiritual y físicamente, lo
más preciado de la humanidad, sus renuevos.

Por tanto, a un Benei Noaj esta forma de idolatría como el


resto, le está terminantemente prohibida.

No obstante, hay una derivación moral de esta ley que sería


bueno puntualizarla en el sentido de que entregar la mente
y el corazón de un hijo a una educación religiosa o secular
donde su cuerpo espiritual (su mente y su espíritu) fuese
destruido, debe ser prohibido.

Esto podría ser alcanzado por medio de un sistema


educacional dominado por el ateismo, el secularismo,
humanismo y el liberalismo sexual, arrastrando la vida de
sus hijos lejos del Dios Uno y Único.

Tal situación constituye una variante social de dicha


práctica pagana, proscrita por la Torah y consecuentemente
es impuesta la necesidad de los Benei Noaj cuidar y
supervisar pacientemente, el tipo de educación que reciben
sus hijos, procurando en todo momento que sean respetadas
sus creencias religiosas sin las violaciones de
inescrupulosos que tomando ocasión de las leyes civiles y
educativas del país en cuestión, procuren apartar a los
hijos de los Benei Noaj del camino correcto.
Debido a esto, será necesario que los Benei Noaj procuren
con todas sus fuerzas establecer sus propios centros de
educación, incluso a nivel del hogar, si esto fuera
permitido por la ley del país, donde se garantice la
protección moral y espiritual de su descendencia.

1:22 Falsas Profecías

Hablar falsamente en nombre de Dios como si Dios le hubiera


hablado a la persona, constituye un serio acto de idolatría
porque arrastra tanto a la persona como a sus oyentes,
lejos del Dios Uno y Único.

Está escrito: “El profeta que tuviere la presunción


(atrevimiento) de hablar palabra en mi Nombre, a quien yo
no le haya mandado hablar… el tal profeta morirá”. (Deut.
18:20).

Por lo tanto es menester que los Benei Noaj se mantengan


alejados de toda persona o práctica, institución o culto
que incluya las profecías falsas, aunque fueren una sola
vez, descalifica completamente a la persona y recibe la
pena capital.

Esto puede darse ya sea por medio de oráculos falsos, como


por ejemplo el que orando confiesa: “Así dice el Señor”,
cuando el Eterno no ha dicho nada ni le ha confiado tal
mensaje, sino que es del propio corazón o invención de la
persona que habla haciéndose pasar como profeta.

También puede darse cuando se “ora en lenguas desconocidas”


como sello y garantía de que lo que la persona dice es
“Palabra del Señor” y peor aun, cuando es la propia persona
la que “interpreta” a sus propias lenguas desconocidas.

Como el hablar “en otras lenguas” es visto por muchos como


una señal de autoridad espiritual, cercanía con Dios y
santidad extrema, los fieles que escuchan son fácilmente
convencidos que tales formas de culto son ineludiblemente,
de corte celestial y estarán firmes y confiados en creer y
hacer cualquier cosa que les sea ordenado en tales
profecías.

Sin embargo, existe siempre el peligro de que se trate de


falsas profecías, que vienen no de Dios, sino del corazón
mismo del profeta u orador.
Consecuentemente, es impuesto sobre los Benei Noaj el deber
de no aceptar ninguna profecía, ya sea directamente o por
medio de lenguas o interpretación de las mismas, si antes
no es traído el asunto a la corte de jueces elegidos para
su evaluación.

Está escrito: “Los que profetizan, sean a lo más tres, y


los demás juzguen” y “No menospreciéis las profecías, pero
examinarlo todo para retener lo que es bueno” ( 1 Cor. 14:
29; 1 Tes. 5:21).

Con estos principios el apóstol Pablo abre el espacio


suficiente para que el verdadero profeta pueda tener su
lugar en la comunidad pero al mismo tiempo, el falso
profeta y las falsas profecías puedan ser detectadas y
echadas fuera de la comunidad como una forma de idolatría
no permitida entre los Benei Noaj.

¿Cómo distinguir la profecía verdadera de la falsa?

En primer lugar, la profecía cuando es verdadera, viene por


medio de un vaso limpio y sagrado. Una persona que no haya
alcanzado un nivel espiritual suficientemente elevado y
reconocido así por todos, no podrá nunca recibir el don
profético porque Dios no asociará nunca Su Nombre que es
Sagrado, a un recipiente sucio y contaminado.

Pero uno que se diga profeta y no es un ejemplo en pureza,


humildad, oración, ayuno, sencillez y conocimiento de la
Torah, no califica para tan elevada responsabilidad.

Alguien que se crea profeta y es un mentiroso, dados a


negocios fraudulentos, abusos a su esposa o hijos, no
cumplidor de sus promesas ni sostenedor de los huérfanos,
las viudas y los pobres, así como de su propia comunidad,
jamás podrá ocupar la posición de un profeta.

Por tanto, toda palabra que venga de fuentes sucias y


corruptas como esas, son evidentemente falsas y constituyen
un acto específico y grave de idolatría.

En segundo lugar, toda palabra profética cuando viene de


una fuente confiable, causará que la comunidad sea
edificada, exhortada y consolada. Cualquier profecía que no
produzca estas tres señales, no es auténtica y por tanto es
una falsa profecía, pues que así fue advertido ( 1 Cor.
14:3).
Por ejemplo, una profecía que en vez de edificación de la
comunidad trae división a la comunidad; que en vez de
exhortar a la pureza, la obediencia y santidad, promueve
la ligereza y la liviandad espiritual en el pueblo y en vez
de consolar, amedrenta, infundiendo miedo y terror en vez
de confianza y seguridad en las promesas del Eterno,
debemos asumir que es una profecía falsa.

En tercer lugar, si no se cumple al pie de la letra la


profecía, es una señal de que fue falsa, con alevosía habló
dicho profeta y por tanto, debe ser cortado de la
comunidad, excepto que los destinatarios de la profecía se
arrepintieran y entonces la profecías dadas fueron
revocadas por el Tribunal Celestial, como fue el caso de
los ninivitas, que luego de oír la profecía de Jonás se
arrepintieron y el Eterno revocó el castigo.

En cuarto lugar, si se cumple la profecía pero contradice


las Escrituras en alguna forma, tal profecía es falsa
porque no se originó en el Eterno y consecuentemente dicho
profeta debe ser cortado de la comunidad.

En este caso. Dios mismo permitió la aparición de dicho


profeta para que nosotros mismos viéramos que tan seguros
estamos de servir y temer solamente al Eterno y andar en
Sus caminos y por ello hacernos bien.

En quinto lugar, si quien profetiza en público es una


mujer, debemos tener cuidado y estar alertas contra una
falsa profecía, porque está prohibido que las mujeres Benei
Noaj profeticen en público, excepto bajo autoridad y en
privado.

Pablo, después de dar instrucciones sobre estos asuntos, y


habiendo declarado que Dios no es dios de confusión sino de
paz, establece que siguiendo la práctica de las comunidades
judías, las mujeres Benei Noaj no tienen autoridad para
hablar o profetizar en público, sino que estén sujetas,
porque es indecoroso que una mujer Benei Noaj hable o
traiga un mensaje de parte de Dios a vista de la
congregación. (1 Cor. 14:32-35)

Es cierto que en ocasiones especiales, el espíritu de


profecía fue dado a algunas mujeres de Israel quienes
fueron profetizas, pero ello estuvo restringido y
eventualmente quedó más restringido aun de tal manera que
para los días de Pablo quedó prácticamente abolido,
limitándose a ciertos casos especiales y privados, pero no
en público (delante de diez o más judíos) o sean en las
comunidades Benei Noaj que es la referencia aquí.

Esto se debe a que la mujer es más susceptible de ser


engañada por Satanás que el hombre, por varias razones. En
primer lugar, por su propia naturaleza femenina; en segundo
lugar, por su falta de conocimiento y maestría de la Torah
y de las leyes por las cuales se interpreta la misma; en
tercer lugar, porque la llevaría a descuidar sus funciones
básicas como mujer, esposa y madre; en cuarto lugar porque
sería demasiado atractivo para el hombre causando que un
espíritu de fornicación penetre en la comunidad y la
destruya (Revelaciones 2:20-23). En quinto lugar, porque
casi siempre las profetizas que descuidan esta restricción
apostólica, terminan en divorcios y divisiones familiares y
escándalos que causan deshonor al Nombre de Dios.

Ciertamente, cuando los hombres no están listos, el Eterno,


Bendito Sea, puede levantar mujeres que asuman la posición,
mas eso es la excepción, no la regla. Toda mujer que hable
en público debe hacerlo bajo estrictas medidas de autoridad
espiritual venidas de un varón en autoridad espiritual.

Como vemos, las falsas profecías son una forma de


idolatría y por lo tanto están proscritas para los Benei
Noaj.

Debido a lo delicado del tema, será preferible a todo Benei


Noaj evitar entrar en el campo de la profecía o el don de
profetismo, dejando el asunto en las manos del Eterno para
que sea Él, y solamente Él quien decida de forma
bíblicamente aceptable, sobre quien haga descender Su
Espíritu para trasmitir un mensaje profético, prefiriendo
en todo caso, el estudio, conocimiento y proclamación de
las verdades ya reveladas en las Escrituras que todos
sabemos que son confiables.

Porque uno que se dedica al estudio y enseñanza de la


Torah, es visto también como profeta de su generación, no
al nivel o estilo de los profetas bíblicos, pero a un nivel
necesario y aceptable para bien común de todos.

1:23 Profetizar en nombre de un ídolo

No solamente profetizar falsamente en nombre de Dios,


constituye un acto de idolatría, pero también profetizar en
nombre de un ídolo, pues ha sido escrito: “El profeta que
tuviera el atrevimiento de hablar palabra en mi nombre a
quien yo no le haya mandado hablar o que hablare en nombre
de dioses ajenos, el tal profeta morirá” (Deut. 18:20)

Profetizar en nombre de dioses ajenos significa proclamar


que otra fuente de autoridad espiritual, aparte del Dios
Uno y Único, tiene un mensaje para tal o mas cual persona,
haciendo creer que esa otra fuente espiritual es un dios
también, cuando no lo es.

Ya sea en su forma antigua o moderna, por medio del uso de


la ouija, el péndulo, el iris, los estados alterados de la
conciencia, la cartomancia, etc., este principio es visto
como esencialmente idólatra.

Tales actos constituyen prevaricación grave de la primera


ley universal que prohíbe toda forma de idolatría para un
Benei Noaj.

1:24 Incitar a otros a la idolatría

Aun si una persona no tiene otros dioses delante de ella,


excepto el Dios verdadero, incitar, causar o permitir que
otra persona sea llevada a un lugar, adoración o
exposición de cualquier forma de idolatría, constituye el
acto denominado, “incitar a otros a la idolatría” es una
clara y repugnante violación de la primera ley universal
que prohíbe la idolatría en cualquier forma.

Esto incluye la enseñanza del ateismo, el materialismo y el


evolucionismo como teorías erradas que incitan a los
hombres a apartarse del Dios Uno y Único.

Tal acto es penado severamente por la ley bíblica y está


prohibido para un Benei Noaj. Por tanto, invitar, permitir,
o simplemente sugerir a una persona que vaya a un lugar
donde él conoce perfectamente que existe real o
posiblemente la ocasión de exponer a su prójimo a una falsa
profecía o a un acto de idolatría en cualquier forma,
incluyendo las actuaciones de mujeres profetizando en
público, es una violación de la primera regla universal.

En este caso, la persona estaría cometiendo el pecado de


incitación a la idolatría que no puede ser permitido entre
los Benei Noaj.

1:26 Jurando o exclamando en nombre de ídolos o


representándolos en forma física.
Hacer una exclamación, voto, juramento o promesa invocando
el nombre de un ídolo o un demonio, es considerado
idolatría. Está prohibido mencionar el nombre de los falsos
dioses, excepto donde es imprescindible para alertar a los
hombres y educarlos en el camino correcto.

Fue escrito: “Y nombre de otros dioses no mentaréis ni se


oirá de vuestra boca”. (Éxodo 23:13)

Esto sucede cuando por ejemplo, alguien dice: “Por Alá…” o


“Por Júpiter”, o “Ave Maria purísima” o “Que Satanás me
mate si…”, pues al hacer esto, da la impresión de que estas
personalidades aludidas son divinas o poseen el estado de
divinidades, causando así que tanto ellos como los que los
escuchan, sean arrastrados del servicio y temor al Dios Uno
y Único.

Por tanto, un Benei Noaj no puede siquiera permitir a su


prójimo que le jure algo usando el nombre de sus dioses
como garantía de que lo que diga es cierto.

De hacerlo así estaría violando la primera regla universal,


esto es la prohibición contra la idolatría.

Además, si a las palabras se añaden la construcción de


figuras idolátricas de cualquier forma, se viola también el
primer principio porque escrito está: “No te harás imagen…
no te inclinarás a ellas… no las honrarás” (Éxodo 20: 4-
5).

Esto significa que perder el tiempo viendo cosas idólatras,


monumentos o discursos de los representantes de tales
cultos idólatras o siguiendo hábitos y costumbres idólatras
o ayudando de alguna manera a la promoción de literatura,
facilidades, monumentos o imágenes relacionadas directa o
indirectamente con la idolatría, es considerado
trasgresión y está proscrito para los Benei Noaj, como fue
dicho:

“Ya no andéis como los otros gentiles que andan en la


vanidad de su mente, teniendo el entendimiento bajo
oscuridad, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que
en ellos hay, por la dureza de su corazón” (Efesios
4:17,18)

Conclusión
Hemos visto pues 26 formas diferentes de idolatría todas
las cuales están prohibidas para un Benei Noaj de la misma
manera que está prohibido para Israel.

El hecho de incluir 26 formas diferentes de idolatría,


cuando sabemos que el número de la divinidad es 26, nos
indica una lección: que por cada principio de temor y
servicio verdadero al Dios Uno y Único, existe la
posibilidad de 26 infracciones del más elemental de todos
los principios dados a los hombres, es decir, la
prohibición de la idolatría.

Concluiremos esta sección con algunas palabras finales


sobre la idolatría.

En sentido general, la base fundamental de esta prohibición


es aceptar el monoteísmo bíblico como la premisa esencial
sobre la cual debe desarrollarse toda relación posible con
el Dios de Israel, el único Dios verdadero.

El principio dicho por el Eterno mismo de: “No tendrás


dioses ajenos delante de Mí”, (Ex. 20:2,3) es de carácter
universal y consecuentemente constituye el credo básico de
todo ser humano del cual cuelga el resto de todos los
mandamientos, ya sean dados a Israel como a los gentiles
que hacen su conversión, abandonando sus ídolos y
refugiándose bajo las alas del Dios de Yeshua.

Por tanto, toda admiración, todo pacto humano, toda


actividad, artística, educacional, religiosa o política,
debe estar sujeta al principio fundamental que hay un solo
Dios, quien es Creador, Sustentador, Supervisor y Amo del
universo por cuyo aliento somos y vivimos y
consecuentemente ninguna lealtad en ninguna relación humana
posible, puede superar este principio fundamental.

Consecuentemente, está prohibida la idolatría en toda forma


y expresión posible. Como el Eterno conoce el corazón y los
pensamientos íntimos del hombre, pues Él mismo lo creó,
sabe también que ciertas necesidades básicas del ser humano
pueden causar que le arrastren a la idolatría en el momento
menos pensado.

Una de esas necesidades es la de tener un líder, un


guiador, un maestro que pueda pilotarles en el camino de la
vida. Esto fue hecho así para que le tomáramos a él como
nuestro Guía, nuestra Roca, nuestro Pastor, nuestro Rey,
nuestro Padre celestial.
Pero como él, Bendito Sea, no tiene forma ni físico
alguno, pues ningún hombre le ha visto ni le puede ver
porque Dios es Espíritu, y por tanto, no tiene carne ni
huesos, es decir, es incorpóreo, el más mínimo desliz
podría llevar al hombre a buscarse un dios que pueda ver y
tocar y palpar, porque aparentemente, tal dios sería más
cercano y comprensible para él.

Lejos es el caso, porque un dios así, podría ser manipulado


por el hombre a su antojo y reducido a sus limitantes
humanas, destruyendo así la virtud principal del Creador
que es Bendito.

Mas debido a la atracción de la inclinación mala, el hombre


constantemente se ve arrastrado a corromper el concepto del
monoteísmo, adorando y dando culto a la criatura en vez del
Creador que es Bendito por los siglos.

La idolatría es la manera de intentar describir y definir


el acto del reconocimiento, adoración, servicio y temor de
algo o alguien que no es Dios, como si lo fuera, dándole el
honor debido solamente a Dios.

Por supuesto, ello toma diferentes formas y variantes, que


hemos intentado agrupar en estas 26 descripciones
realizadas en este capítulo.

Es cierto, estas formas y variantes conforman mayores o


menores grados de idolatría, pero no por ello, dejan de ser
expresiones idolátricas prohibidas para un Benei Noaj, como
lo es para Israel.

Algunos consideran que dada la posición de nuestro pueblo


como nación escogida para ser receptora y guardiana de la
revelación de Dios por medio de Su Palabra, las exigencias
sobre la idolatría son mayores en relación con Israel que
con los Benei Noaj.

Esto significa que podrían existir formas de idolatría


expresamente prohibidas para Israel que no lo serían tanto
en caso de un Benei Noaj, quien tiene, por así decir, un
nivel de compromiso menos exigente que el judío.

Sin embargo, tal posición es incorrecta porque tratándose


del mas importante de todos los mandamientos y del cual el
resto, por así decir, cuelgan o dependen, la misma ley
contra la idolatría que aplica al judío aplica también al
Benei Noaj que hace su conversión por medio de Yeshua el
Mesías.

Tanto en sus formas antiguas como en sus encarnaciones


modernas que asumen figuras y prácticas ocultistas en
cualquiera de sus 26 formas principales que hemos señalado
aquí, están prohibidas para los Benei Noaj que aceptan los
reclamos mesiánicos de Yeshua.

Cinco Clases de Herejes

Por tanto, las cinco clases de herejes y herejías


proscritas para y en Israel, lo están también para y entre
los Benei Noaj. Son las siguientes:

a) El que dice que no hay Dios y que el Universo no tiene


un Amo y Rey que es su Creador y Sustentador.
b) Uno que dice que hay un Dios, Amo, Rey, Creador y
Sustentador pero que coexiste con otras personas
igualmente co-eternas y co-sustanciales.
c) El que dice que hay un Dios, Amo, Rey, Creador y
Sustentador, pero que tiene cuerpo y forma material
como nosotros los humanos.
d) El que niega que Dios sea el Uno y Único Creador,
Sustentador y Gobernador del universo.
e) El que adora y sirve a los agentes de Dios, Sus
emisarios o representantes, ya sean celestiales o
terrenales, confundiéndolos con Dios y rindiéndoles
culto y adoración como si fuera el Uno y Único Dios
verdadero.

Cualquiera que sostenga de alguna manera o incite a alguien


a sostener estas creencias de alguna forma, es visto como
idólatra y no tiene parte en la herencia del Reino ni en
esta edad presente ni en el mundo venidero.

Los Benei Noaj que han hecho su conversión al Dios de


Israel por medio de las enseñanzas y la vida de Yeshua, son
responsables de dar testimonio de esta cosas a todas las
naciones, más incluso que los judíos mismos, porque conocen
mejor el corazón y forma de pensar de los gentiles porque
de ellos proceden.

Esto significa que cualquier castigo aplicable a un judío


que viole las leyes de la unidad y unicidad de Dios, es
decir, que yerre en cualquier forma de idolatría, es
aplicable también al Benei Noaj, incluyendo la pena
capital.
Esto significa además, que Dios no concede a ningún
hombre, la duda en cuanto al tema de la idolatría pues “lo
que de Dios se conoce, les ha sido manifiesto por medio de
las obras hechas, de modo que no tienen excusa” (Rom. 1:19-
25).

No hay excusas para la idolatría. Por tanto, ningún hombre


tiene autoridad para inclinarse delante de un ídolo o de un
objeto de adoración o de una persona, celestial o terrenal
y rendirle los honores que solamente son dignos del Dios
Uno y Único.

Inclinarse delante de un rey, un magistrado, e incluso el


Mesías, que es ambas cosas, sin la intención de darle culto
como si fuera el Dios Uno y Único, es decir, el Padre de
todos, como señal de respeto y reverencia, es permisible,
pero hacerlo en un contexto donde el público lo
interpretaría como adoración al Eterno, es prohibido.

Cantar a los profetas, a Moisés y al Mesías, por ejemplo,


declarando su importancia y lo extraordinario de la misión
que han cumplido, no es idolatría, en tanto que no sean
confundidos con el Dios Uno y Único que los profetas,
Moisés y el propio Yeshua adoraron, temieron y sirvieron.

Pero si dichos cantos fueran hechos delante de un público


que lo identificaría como adoración al Dios Uno y Único,
tal acto estaría prohibido.

Tampoco tiene ningún hombre derecho a servir un ídolo,


temerle en forma alguna, o prestar atención a la manera
como sus seguidores le adoran para traer dicha práctica
dentro de la comunidad de los Benei Noaj, para adorar con
ella al Dios de Israel.

Por ejemplo, si es costumbre de los gentiles besar sus


ídolos, inclinarse delante de ellos o echarle monedas a sus
pies en fuentes de aguas, para atraer su buena suerte,
tales prácticas están proscritas también para los Benei
Noaj.

Y finalmente, está prohibido para los Benei Noaj usar


cualquiera de las cuatro formas usadas para el servicio
divino en el Templo para otro propósito, que no sea el
original dado a nuestro pueblo.
Esas cuatro formas de servicio son16: inclinación o
postración sacerdotal, sacrificios cruentos, incienso y
libaciones (colocar aceites u otros líquidos sobre ciertas
ofrendas).

Por tanto, los Benei Noaj se cuidarán de no usar dichas


formas sagradas de servicio al único Dios verdadero a
ninguna otra persona para no dar siquiera la impresión de
estar cometiendo forma alguna de idolatría.

En privado, los cuatro niveles de inclinación están


permitidos: inclinación de la cabeza, del torso, de
rodillas y postración total. En público, debemos ser más
cuidadosos para no dar la impresión de estar rindiendo
culto a la criatura antes que al Creador Quien es Bendito.

Las penalidades

Las penalidades que sean impuestas por la violación de esta


primera regla universal deberán ser realizadas
exclusivamente por las autoridades competentes siempre y
cuando estén presentes los siguientes elementos:

En Israel:

Que Israel ocupe todas su extensión territorial, como


prometido a los padres.
Que el Templo esté construido y funcionando.
Que el sanedrín haya sido establecido según las normas de
la Torah.
Que Israel tenga un gobierno según la Torah.

Fuera de Israel:

Además de las anteriores, que el Mashiaj esté sentado y


gobernando el trono de David su padre.

Si estas condiciones no están presentes, las penalidades


criminales relacionadas con estas leyes, no son operativas,
limitándose a decisiones de carácter moral y espiritual,
como reprimendas públicas, retiro de la comunidad,
eliminación de credenciales etc.

Pero en caso de que tales violaciones lleven a cometer


actos criminales según las leyes del país, los jueces de
las naciones tienen la responsabilidad de juzgarlas y

16
Sanedrin 56b
sancionarlas siguiendo los códigos legales establecidos
para esos casos.

Por ejemplo, si un idólatra comete asesinato como un acto


de adoración, tal acto idólatra tiene repercusión criminal
y es reo de castigo según las normas establecidas por el
sistema legal de la nación, ciudad o lugar donde se haya
cometido el delito.

LEYES CONTRA LA IDOLATRÍA

De todo lo que hemos estudiado hasta aquí, podemos decir


que la primera ley universal es la esencia misma del resto
de las Siete Leyes y todas de alguna manera derivan de
esta. Por tanto, podemos definir idolatría como la
adoración, activa o pasiva, de cualquier tipo de persona o
cosa considerada una deidad, aparte del Creador, el Uno y
Único Dios verdadero. Por tanto, guardarnos de toda forma
de idolatría es el mejor camino para buscar la santidad,
esto es, la vida que agrada a Dios, según está revelada en
Su Palabra.

A continuación ofrecemos las leyes contra la idolatría que


se derivan de la Primera Ley Universal.

1. Está prohibido adorar, servir o temer otra persona o


cosa considerada como una divinidad aparte del Dios Uno y
Único, YHWH, el Dios de Abraham, Yitzjak y Yaakov, el Dios
de Israel, el Dios de Yeshua HaMashiaj.

2. Está prohibido adorar, servir o temer ninguna cosa


creada, ya sea ángeles, plantas, estrellas, ni cosa alguna
proveniente de las cuatro sustancias fundamentales, a
saber, tierra, agua, fuego y aire ni separados ni
combinados.

3. Está prohibido adorar, servir y temer al Dios Uno y


Único al mismo tiempo que rendirle culto y adoración a
cualquier persona o cosa creada, independientemente de la
grandeza, belleza o autoridad de éstos.

3. Está prohibido contemplar los cielos, sus astros,


planetas y estrellas y postrarse ante ellos, aun cuando los
tales cuenten de la Gloria de Dios y anuncien sus obras, no
está permitido confundir la creación con el Creador, el
cual es Bendito.
4. La responsabilidad del hombre es primordialmente con el
Dios Uno y Único, no con Su creación, ni con sus mensajeros
y emisarios, celestiales o humanos, conocidos o
desconocidos. Está prohibido rendir culto y adoración a los
mensajeros de Dios como si fuera YHWH, no importa su rango,
autoridad y esplendor, porque son ministros de Dios, no
Dios mismo, aun cuando la persona reconozca la diferencia
entre ellos. Si le rinde culto y adoración, servicio y
temor como si fuera en verdad Dios mismo, es idolatría y
por tanto, está prohibido.

5. Está prohibido hacer de una persona objeto de adoración,


de la misma manera que está prohibido hacer un ídolo
proveniente de cualquiera de las cuatro sustancias
fundamentales ya mencionadas, esto es, tierra, agua, fuego
y aire o una combinación de las mismas. Al momento de
hacerlo ya transgrede como también cuando lo sirve
directamente.

6. Toda forma de “sociedad con Dios” está prohibida para


un Benei Noaj que ha hecho su conversión al Dios Uno y
Único de Israel. La idea detrás del concepto de “sociedad
con Dios” es pensar que el Dios de Israel existe, pero que
aparte de él, existe también la posibilidad de una deidad
que expresa una voluntad independiente de Dios. Ya sea esto
conceptual o real, está prohibido y la adoración y
servicio a cualquier entidad independiente de Dios como si
fuera una deidad, está prohibida.

7. Está prohibido jurar en nombre de Dios en combinación


con un ídolo, ya sea personal o impersonal, como por
ejemplo, decir: “Juro por el Dios Altísimo y por_____ ,
mencionando entonces otra persona o cosa considerada por el
que jura o por otros, como una deidad”.

8. Está prohibido para un Benei Noaj que ha hecho su


conversión al Dios Uno y Único, postrarse, besar o abrazar
cualquier persona o cosa considerada un ídolo, voluntaria o
involuntariamente, con plena conciencia o por coerción, y
será su deber santificar el Nombre del Eterno, el Uno y
Único Dios verdadero, aun a costa de su vida.

9. Está prohibido para un Benei Noaj leer, ver u oír,


cualquier literatura, revista, periódico, programa de radio
o televisión, así como cualquier otra forma moderna de
comunicación que promueva cualquier forma de idolatría, sus
leyes, naturaleza, principios y formas, aun cuando no tenga
la intención de obedecer tal información. Esto incluye,
aunque no se limita, al estudio del origen de creación de
algún ídolo aun cuando sea estimado como gran obra de arte
por las masas.

10. Siendo que muchas formas de adoración falsas existen y


que mantienen sus similitudes y diferencias entre ellas,
está prohibido para un Benei Noaj, reconocer ninguna
religión que promueva otra deidad o divinidad como válida
para la humanidad, aun cuando él mismo no la comparta, pues
ello es una manera de establecer una rivalidad con el que
no tiene rivales y admitir que hay otro camino que el único
dado por el Creador, quien es Bendito.

11. Tanto la intención como la acción misma de adorar otra


deidad aparte del Dios Uno y Único, es una forma de
idolatría y está prohibido para el Benei Noaj, aun cuando
no haya consumado el acto. Así como se puede cometer
adulterio en el corazón, también idolatría.

12. Está prohibido para un Benei Noaj toda forma de


adoración que incluya las cuatro formas de servicio que se
hacía al Eterno en el Templo de Jerusalén, incluso
tratándose de a Dios mismo. Por tanto, está prohibido hacer
inclinación o postración sacerdotal (con la intención de
hacer libaciones), sacrificios cruentos, incienso y
libaciones (colocar aceites u otros líquidos sobre ciertas
ofrendas). Hacerlo al Dios Uno y Único como una imitación
del culto del Templo, con sus sacrificios y libaciones, es
trasgresión, penado con azotes, pero hacerla a ídolos, es
penado con la muerte.

13. Comidas y bebidas ofrecidas a un ídolo está prohibido


a un Benei Noaj, aun si se tratase solamente de agua y sal,
porque caen normalmente en la categoría de formas de
adoración idolátrica usada por muchos. En el caso de
comidas preparadas para ser ofrecidas a un ídolo pero que
todavía no lo ha sido, todavía es prohibido, porque la
intención fue ofrecerlo a los ídolos. Por tanto, no se
puede sacar provecho personal de tales cosas y uno debe
evitar incluso orar, comer, reunirse o trabajar en tales
ambientes.

14. Está prohibido para un Benei Noaj que ha hecho su


conversión al Dios de Israel comprar artículos o alimentos
vendidos por tiendas o individuos que representan
religiones paganas. Por ejemplo, muchas tiendas cuyos
propietarios son hindúes, tienen creencias panteístas, que
es una forma de idolatría. Plantas, incienso, medicinas
naturales, alimentos y otros productos provenientes de
dichas fuentes, deben ser vistos como “cuestionables” y por
tanto, evitados a toda costa. Los Benei Noaj deben siempre
recordar as palabras de nuestro justo Mesías cuando citando
la Torah afirmó: “El hombre no solo vive de pan, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios” (Devarim 8:3), de
lo cual se deduce que no es el pan mismo quien nutre al
hombre, sino Aquél que es capaz de sacar el pan de la
tierra. Lo mismo aplica a cualquier otra hierba, líquido o
medicamento para la sanidad del cuerpo, porque ellos son
meramente, agentes o instrumentos en las manos del Eterno
para bendecirnos. Por tanto, un Benei Noaj no adquirirá
ningún producto que provenga de manos de fuentes dudosas,
como las explicadas arriba. Por ejemplo, si una hierba es
buena para hacer una "tizana” o “te”, no debe ser comprada
de manos de idólatras, sino de una fuente no religiosa,
como por ejemplo, una farmacia o supermercado moderno sin
conexiones idolátricas en la venta de sus productos. No
comprar nada de las manos de un representante y promulgador
de la idolatría cuyos productos han sido diseñados para tal
fin.

15. Está prohibido importar y usar las formas de adoración


comunes en las prácticas de los idólatras para ser usadas
en la adoración al Dios Uno y Único, excepto que tales
prácticas hayan sido tomadas directamente de las
Escrituras como fijadas y reveladas al pueblo de Israel y
luego pervertidas, torcidas y corrompidas entre los
idólatras.

16. Está prohibido el uso de expresiones que son conocidas


pertenecen a los idólatras aun cuando no se tenga la
intención de usarlas en adoración ni al Dios Uno y Único
como a los ídolos. Por ejemplo, decir ante una situación de
asombro: “Ave María purísima”, es idolatría. Y desde que el
hombre no puede escudriñar los secretos del corazón, tales
personas quedan reos del Tribunal Celestial.

17. Está prohibido usar cualquier forma de adoración usada


por los paganos para mostrar respeto por su religión. Por
ejemplo, inclinarse delante de un sacerdote pagano, de un
Templo, de una ceremonia o algún ritual. El respeto se
puede guardar sin participar de forma alguna con sus
costumbres.

18. Está prohibido para un Benei Noaj que ha hecho la


conversión al Dios de Israel, temer a un ídolo o a sus
representantes pensando que pueden causarle daño físico o
espiritual, tanto a él como a su familia o negocio. Solo al
Eterno debemos temer y servir.

19. Está prohibido para un Benei Noaj que ha hecho su


conversión al Dios de Israel, inclinarse para limpiar sus
zapatos o el borde inferior de su ropa si coincide estar
frente a un ídolo o frente a una casa de adoración
idólatra, porque daría la impresión de estarse inclinando
frente a ellos.

20. Está prohibido para un Benei Noaj entrar a un Templo


idólatra o cualquier lugar donde se sabe que hay adoración
a los ídolos para no dar la impresión de estar respaldando
o participando de tal perversión. Solamente en casos
especiales, si la intención es enseñar contra la idolatría,
que tal acción estaría permitida. Para ello es preciso
contar con la autoridad de sus autoridades superiores. Si
lo hace finalmente, debe tener cuidado a la hora de entrar,
porque muchas veces estas casas de adoración idolátricas
tienen puertas sumamente reducidas y bajas para que la
persona que entra se vea obligada a inclinarse y de esta
manera sea forzada a adorar su ídolo. Esto es cierto por
ejemplo, en algunos centros idólatras levantados por la
Iglesia Católica en Jerusalén y en Belén.

21. Está prohibido para un Benei Noaj beber agua que sale
de la boca de una estatua idolátrica y mucho menos acercar
su boca por el saliente del agua porque estaría dando la
impresión de besar al ídolo, asunto que es precisamente la
intención de los idólatras al hacer salir el agua de la
boca de su ídolo.

22. Está prohibido tener literatura idólatra, figuras,


pinturas o similares dentro de la casa donde uno vive. Si
es necesario tenerlas para estudio personal y así poder
advertir a otros de sus peligros, es preciso tener el
permiso de sus autoridades superiores y cualquiera sea el
caso, tales libros, figuras o revistas deben ser guardadas
fuera del alcance de los niños y guardado con llave fuera
de la casa en un lugar aparte y solamente por el tiempo
requerido para su estudio. Una vez concluido ese tiempo,
deberá ser quemado y destruido completamente.

23. Está prohibido permitir a una persona que trabaja


permanentemente en casa de un Benei Noaj, traer consigo
cualquier objeto idolátrico, ya sea en forma de amuletos,
libros o collares y anillos. De la misma manera está
prohibido entregar dinero o bien alguno a una persona que
se sabe tiene la intención de usarlo para hacer un ídolo o
comprarlo.

24. Está prohibido para un Benei Noaj hacer ídolos o


cualquier figura idolátrica para la venta a los idólatras
aun cuando el mismo no los use.

25. Está prohibido hacer figuras o imágenes idólatras o


adquirirlas, aun cuando sean para uso artístico u
ornamental incluso sin ya no se usaran para adoración. Ni
imágenes de oro, ni de plata, ni de piedra, ni de maderas
ni de ningún otro material que contenga de alguna forma una
o varias combinaciones de los cuatro elementos
fundamentales ya mencionados. Esto es necesario porque
podría dar la apariencia a otros de pensar que usted adora
esos ídolos y causar así que el Nombre del Eterno sea
deshonrado en público. Esto incluye, pero no se limita, a
figuras humanas o con características humanas o semi-
humanas especialmente si están diseñadas en forma
tridimensional. Pero cuadros o fotos de pintores y dibujos
o pinturas de personas bi-dimensional, está permitido,
probado que no son vistas ni entendidas como idolátricas.
Pero si tales pinturas, dibujos o fotos en cuadros de
personas han sido y son objeto de adoración de muchos, está
prohibido tenerlos. Por ejemplo, la de los “santos” a
quienes se les rinde pleitesía (culto, adoración,
intercesión, etc).

26. Está prohibido llevar en el cuerpo todo collar o


anillo que tenga fijado en él cualquier imagen humana que
pueda ser impresionada luego como un “sello” en un papel
porque tal acto sería visto como apoyo a la idolatría y al
sellarla, como hacer un ídolo.

27. Está prohibido hacer imágenes del sol, la luna, las


estrellas o constelaciones, ángeles o figuras con los
cuatro rostros mencionados por el profeta Ezequiel, así
como de las jayot sagradas (ángeles ministeriales) ni
tridimensional ni be-dimensional, con la intención de
adorarlos. Paisajes con el sol y la luna y las estrellas
pueden ser pintados o en fotografías dentro de un cuadro
como expresión de arte natural, pero no sacados de dicho
orden.

28. Está prohibido hacer una escultura de un hombre de


cuerpo completo, pero sí un busto, incluyendo su rostro,
sin los brazos, a los efectos de recordar un héroe
nacional por ejemplo, que no esté relacionado con la
idolatría de esa nación. La pintura o cuadro de un hombre,
si no ha sido usada para idolatría, es permitido. En el
evento de duda, se puede dañar a propósito una parte del
mismo, pues con ello se anula el ídolo si ese hubiera sido
el caso.

29. Está prohibido hacer una escultura de árboles o


animales que tengan símbolo astrológico si los tales están
juntos, pero sí se pueden cuando están separados lo cual no
los conecta con la astrología. Casos como el león y el
cordero, o el buey, o el carnero en una zarza, etc., están
permitidos. Si hay duda, consulte a su líder espiritual.

30. Existen tres imágenes idólatras en el mundo que deben


ser evitadas a toda costa por los Benei Noaj, a saber: a)
el dragón, que es un derivado de la serpiente antigua; b)
la figura de un hombre completo ofreciendo algo en su mano
y c) La madre y el bebé cargado en sus brazos, lo cual es
una perversión idólatra de Eva, la madre de toda la
humanidad, que luego pasó por muchas transformaciones hasta
convertirse en María y el niño Jesús. En realidad, tales
imágenes no es otra que la diosa antigua llamada “reina del
cielo” proveniente de Egipto, Babilonia y Roma.

31. Está prohibido para los Benei Noaj permitir que en su


casa se adoren ídolos o se ofrezca incienso a deidades
paganas o que debajo de su techo se promueva el culto a los
ídolos ni que alguien en su casa aliente, insinúe o
convenza a otra persona adorar un ídolo. Toda forma de
insinuación, seducción o convencimiento para adorar un
ídolo, está prohibida, ya sea pasiva o activa
(permitiéndolo o sugiriéndolo directamente).

32. Está prohibido para un Benei Noaj decir que un ídolo


le ha hablado o que un dios le haya dicho: “Adórame”, o que
Dios le haya dicho: “Adora a esta persona”, porque tales
expresiones son idólatras y provienen de falsos profetas.

33. Está prohibido para un Benei Noaj profetizar en nombre


de un ídolo, aun si fuera en un sueño, como por ejemplo
decir: “Tuve un sueno y vi al ídolo tal decirme: “tienes
que hacer esto y aquello” o “no hagan esto o aquello otro”,
aun si tales palabras no contradijeran la Torah, o la citan
correctamente, es contado por idolatría.

34. Está prohibido establecer cualquier reglamento o


principio ético que provenga de una persona que profetiza
en nombre de un ídolo o en estado de trance idolátrico,
conciente o inconcientemente, ya sea escritura automática o
de cualquier otra clase. Esto incluye pero no se limita a
pedir una señal o un milagro, y pensar que porque produjo
un milagro, tal ídolo es verdadero. Lo mismo es cierto si
el reglamento o principio proviene de la persona misma
considerada un dios por ella misma o por sus seguidores y
adoradores. Ya sea un milagro o portento extraordinario que
realice, no debe ser seguido porque el tal es una prueba
para ver si nos mantenemos firmes en la adoración y
servicio al Uno y Único Dios verdadero.

35. Toda enseñanza que provenga de un falso profeta, no


debe ser aceptada ni creída, porque constituiría un acto de
idolatría, aun cuando cite bien la Torah y el resto de las
Escrituras, como hizo el propio hasatán en el desierto de
Judea al citar el Salmo 91:11.

36. Uno que profetiza palabras que él no oyó en realidad ni


recibió por visión, sino que las inventó de sí mismo, o que
las oyó de un verdadero profeta pero se las toma para sí y
las anuncia como si fueran propias, robándose las palabras
de los profetas verdaderos, es un falso profeta y recibir
sus palabras y profecías está prohibido, es idolatría.

37. Está prohibido abstenerse de declarar a una persona


falso profeta, luego de que evidentemente ha sido
demostrado su falsedad, bien por anunciar la fecha de un
evento que no se cumplió o por cualquier otra evidencia
previamente citada, que demuestra, más allá de la duda
razonable, su falsedad, por miedo a las palabras dichas por
el falso profeta, porque tal temor es idolatría. Solamente
al Eterno debemos temer y Sus palabras guardar. (Salmo
146:3-5)

38. Está prohibido usar los nombres o lugares de idolatría


como puntos de referencia, como por ejemplo, decir a un
amigo: “Nos reuniremos en la cafetería tal que está al lado
del templo tal”, cuando sabemos que ese templo está
dedicado a la adoración de ídolos. O también, anunciar:
“Tendremos una reunión en la plaza del “obelisco”, cuando
sabemos que tal figura es un signo idolátrico.

39. Un pilar que sirve como punto de reunión y adoración de


los idólatras, tales como un obelisco, una cúspide o
similares, es llamado “matzevá” esto es, un “pilar
prohibido” y no está permitido para un Benei Noaj aun
cuando sea usado para adorar al Dios de Israel, porque esa
era la forma de adoración de los antiguos lo cual está
prohibido para un converso. Por ejemplo, la famosa piedra
Kaaba, en la Meca, es “matzevá”. Lo mismo aplica a
figuras idólatras grabadas en piedra y colocada como
mosaicos. La adoración a la cruz, símbolo del Catolicismo,
está prohibido para un Benei Noaj. Está prohibido postrarse
sobre tales lugares, porque estaría apoyándose la
idolatría. El único lugar que se puede postrar sobre una
piedra es dentro del atrio del Templo de Jerusalén, pero
tal lugar aun no existe. Por tanto, toda postración sobre
piedras y en frente a pilares, está prohibido.

40. Todos los ídolos u objetos de adoración en cualquiera


de sus formas que esté dentro de la posesión personal de un
Benei Noaj, debe ser destruido y quemado. En el caso de la
tierra de Israel, es responsabilidad de las autoridades
competentes hacer lo mismo hasta destruir todos los lugares
altos, ídolos y objetos de idolatría que existan en la
tierra sagrada.

41. Está prohibido recibir placer o beneficio de los


ídolos, sus ventas, negocios u utensilios dedicados para
tales fines, como velas, vinos o incienso, que son muy
comunes. Por tanto un Benei Noaj procurará no vender nada
de estas cosas a nadie que sabe lo compra para tales fines.
Pero no debe preguntar a cada persona interesada en un
producto, para qué lo compra, excepto que sepa de antemano
el destino que ha de darse al mismo. Todo el que se
beneficia de alguna manera de un ídolo, viola la primera
ley universal: no idolatría.

42. Está prohibido beneficiarse de un animal que ha sido


ofrecido a un ídolo, incluyendo sus partes y deposiciones
fecales (para abono) como su piel, para hacer zapatos,
cintos, correas, carteras y demás. Cualquier marca que
tenga dicha piel que sea sospechosa, debe ser descartada y
no usada.

43. Un Benei Noaj que se convierte al Dios de Israel debe


ser meticulosamente cuidadoso de toda forma de adoración
idolátrica, desde el mismo momento que se hace un ídolo
hasta cuando se le usa específicamente, le es prohibido.
Por tanto, no debe adquirir, ni por amor al arte, ninguna
figura idolátrica diciendo: “Esto acaba de hacerse y aun no
ha sido usada para propósitos viles, por tanto, lo tendré
en mi casa como valor artístico”. Tal pensamiento está
prohibido.
44. Figuras e imágenes, como cuadros, fotos, lienzos, etc.,
que son hechos para propósitos artísticos, son permitidos,
ya sea por amor al arte o para negocio, excepto que sea
conocido de su uso idolátrico previo. Si hay duda, no debe
adquirirse. Por ejemplo, estatuas que sostienen cetros, un
ojo central, coronas o espadas, así como el globo
terráqueo, todos los cuales son símbolos de poder
idolátrico, están prohibidos.

45. No está permitido inclinarse o expresar respeto


religioso, o ponerse en pie, si se está sentado, o
quitándose el sombrero o la gorra por ejemplo, ante
sacerdotes, obispos o personas que representan un valor
religioso y que lleven colgados cruces u otros amuletos
relacionados con la idolatría. En el evento de estar en una
situación donde tal cosa podría ocurrir, será
responsabilidad del Benei Noaj moverse de allí para no
verse comprometido y ofender innecesariamente la fe
religiosa de otras personas.

46. Si uno se encuentra utensilios, joyas o productos con


imágenes en ellos, si tales imágenes son conocidos objetos
de adoración, como imágenes del sol, la luna, los signos
zodíacos, dragones, etc., está prohibido sacar provecho de
ellos. Pero de lo contrario, puede sacar provecho. Si hay
duda, es mejor asumir que son de origen idolátrico y
destruirlos.

47. Está prohibido ingerir comidas o bebidas que hayan


sido creadas o apartadas para oficios religiosos idólatras,
pensando que la sustancia de tales comidas y bebidas
implican comer y beber sustancialmente las propiedades del
dios a quien sirven, como es el caso de la eucaristía por
ejemplo. Esto ocurre porque los idólatras normalmente no
entienden la diferencia entre Eloah (Dios-Divinidad) y
elokut (sagrado, piadoso). Uno puede decir que toda la
creación es sagrada porque procede de las manos de Dios y
de alguna forma existe por el Espíritu Divino que las creó,
pero de ahí a decir que lo creado es Divino, hay una gran
diferencia. Por tanto, está prohibido para un Benei Noaj
ingerir esos tipos de bebidas o alimentos, como también
decir: “La comida quedó divina” o hablar de la tierra de
Israel como “Tierra bendita y divina”. Benei Noaj debe
saber que el único divino por naturaleza propia es el
Eterno.

48. Todos los ídolos u objetos de adoración idolátrica que


aparezcan en un mismo plano con otros objetos no usados
para idolatría, los contamina y está prohibido el uso y
beneficio de aquellas partes que se conocen no son usadas
para propósitos idolátricos. Por ejemplo, si en un cuadro
aparece la figura de un dragón, unido a árboles, casas,
etc., los árboles y casas no pueden ser extraídos del
cuadro para beneficio personal porque su unión con el ídolo
lo hace idolátrico. Si está en su poder, el Benei Noaj debe
destruirlos, enterrarlos o echarlos al mar para que nadie
los encuentre luego.

49. Está prohibido regalar figura u objeto alguno usado en


la idolatría a un idólatra para complacerle su gusto, aun
cuando uno mismo no lo use ni lo adquiera pensando en tal
fin. Ya sea su propio padre o madre el beneficiado de tales
objetos, está prohibido.

50. Si uno encuentra dinero o vasijas en la cabeza de un


ídolo o en su alrededor y todo indica que fueron colocados
allí para complacer al ídolo, está prohibido, pero si todo
indica que fue colocado allí para irrespetar al ídolo,
podría ser usado. Debido a la fina línea que aquí existe,
es mejor no sacar provecho de los mismos por la duda. En
este caso, una autoridad debe ser consultada.

51. Si hay un jardín con piscina y en el centro tiene un


ídolo de forma ornamental, sus aguas pueden ser usadas en
tanto no exprese beneficio alguno al sacerdote o persona
dueña del ídolo. Pero si hay que pagar por usarla, está
prohibido porque seria crear un beneficio en honor del
ídolo.

52. Está prohibido hacer negocios en tiendas, restaurantes,


mercados etc., cuyas ganancias son sabidas se usan para
sostener y promover la idolatría.

53. Comida de cuya parte una porción es dada a los


sacerdotes idólatras es permitida por cuanto no es ofrecida
directamente al ídolo, sino que una porción de las mismas
van a los sacerdotes.

54. Velas y lámparas usadas para adorar ídolos, no pueden


ser usadas luego para estudiar Torah o las Siete Leyes
Universales. Está prohibido por su origen idolátrico pues
no nos está permitido mezclar lo pagano con lo sagrado.

55. Todo lo que no es manipulado, creado o hecho por el


hombre, aun cuando sea adorado por el hombre, está
permitido usarlo para sacar provecho del mismo. Montañas,
árboles, frutas, lagos, ríos, lagunas, animales, etc.,
pueden ser usadas aun cuando los idólatras las adoren y
usen en sus servicios, excepto los árboles que hayan sido
plantados con la intención específica de adorarlos o usar
de su fruto para la adoración a sus dioses. En este caso
está prohibido y es llamado “asherah” por la Torah17. Los
frutos de los árboles que no fueron plantados para
propósitos idólatras, pueden ser comidos, probado que no
han sido arrancados ni mutilados de alguna manera. Un
animal cuyo dueño es idólatra y que pueda luego ser usado
en idolatría puede ser comprado y sacarle beneficio, si su
adquisición tiene lugar antes de ser ofrecido oficialmente
a los dioses. Pero desde el momento que haya sido
consagrado oficialmente a un ídolo, está prohibido sacarle
beneficio. Incluso si un animal sacrificado a un ídolo ha
sido intercambiado por un objeto de adoración, está
prohibido. Pero si el animal no pertenece al idolatra,
entonces no aplica porque solamente el dueño legal de algo
tiene autoridad para causar que sea dedicado al ídolo y por
extensión, prohibido.

56. Está prohibido adornar las sinagogas o templos con


árboles en su interior, sus ramas, flores o frutos, toda
vez que es copiar una forma de adoración típica de los
paganos. Solamente en contadas ocasiones del año, cuando es
temporal, puede ser usado e inmediatamente quitado (Deut.
16:21)

57. Uno puede orar e inclinarse en oración estando en


tierra, si dicho espacio se mantiene en su forma natural,
pero si ha sido alterado por el hombre, levantado, elevado
o cavado alrededor en nombre de la idolatría y para su uso,
orar, inclinarse y rezar en tales lugares, está prohibido.

58. Si un idólatra observa un árbol con fruto y dice que


tal fruto será usado para la fiesta tal y tal de sus
dioses, está prohibido comerlo, aun cuando no haya madurado
y permanezca en su estado natural unido al árbol, porque es
razonable pensar que tal árbol fue sembrado con la
intención de ser usado para usos idólatras.

59. Si un ídolo es colgado de un árbol, mientras


permanezca allí, tal árbol es prohibido juntamente con su
fruto. Cuando el ídolo es removido, puede ser usado probado
que el árbol mismo no fue sembrado con intenciones
idolátricas.

17
Deut. 16:21
60. Si una casa o edificio no fue hecho con la intención de
servir como lugar de adoración de los ídolos, pero luego
fue renovada y decorada con ídolos para su adoración, puede
ser usada luego, si los ídolos y pinturas y óleos idólatras
añadidos luego de su fabricación, han sido removidos y
destruidos.

61. Si una persona trae un ídolo a una casa o edificio, por


el tiempo que dicho ídolo esté allí, es considerada un
accesorio de adoración pagana. Pero si el ídolo en cuestión
es removido en forma tal que indica la nulificación de tal
intención idolátrico, la casa o edificio es permisible.
Para mayor seguridad, es importante que sea la persona
misma o su representante quien trajo el ídolo, quien se lo
lleve, porque de lo contrario, la intención original al
momento de traerlo puede aun estar presente en tal lugar y
el acto mismo de quitarlo por terceros, no es nulificación
de su idolatría.

62. Uno no puede usar ninguna casa o edificio idólatra de


forma alguna, no entrar allí, no sentarse allí, ni siquiera
para protegerse del sol o la lluvia. Pero es permitido
pasar de largo por su lado, aun cuando un poco de sombra
caiga sobre la cabeza de uno. Es recomendable mantenerse no
menos de 3 metros (9 pies aproximadamente) de distancia
entre uno y la puerta de entrada a una casa de ídolos.

63. Es prohibido escuchar música, oler perfumes, escuchar,


ver o percibir enseñanzas que provengan de una casa o
institución idólatra o que hayan sido difundidas por ellos.
En el evento de pasar cerca de esos lugares, debe uno
cubrirse el lado de la cara que da hacia el lugar y si es
posible taparse los oídos para no escuchar nada que
provenga de dicha fuente idólatra. Un Benei Noaj debe estar
siempre alerta para protegerse de estas cosas.

64. Si un ídolo es cavado en una piedra, dicha piedra es


prohibida tanto como permanezca el ídolo gravado en ella.
Cuando es removido, la piedra puede ser usada y sacarle
provecho porque no es asunto hecho por el hombre.

65. No está permitido compartir una misma pared con una


casa de ídolos, tiene que existir una separación completa
de propiedad. Una costumbre antigua en Israel consistía en
echar sal en el suelo que divide las dos propiedades, así
como abono químico para evitar que nada de la casa de
ídolos pase a la propiedad de uno, ni siquiera una
cucaracha. El que desee ser meticuloso en eso, no peca.

66. La forma apropiada de destruir un ídolo es volviéndolo


polvo y echarlo al viento o a las aguas. Si uno vive en
Israel, echarlo en el Mar Salado es lo ideal para que se
corrompa para siempre. Si no lo puedes hacer polvo,
entonces deberás romperle al menos la nariz, los oídos, la
barbilla, los brazos y una porción de su rostro.

67. Los restos de un ídolo o sus accesorios pueden ser


usados probado que ha sido nulificado y si tiene un valor
en oro o piedras preciosas importante, debe darse a un
rabino para su clarificación en cuanto a si puede o no
usarse. En caso de duda o ausencia de una autoridad legal
competente, debe ser desechado completamente. Lo mismo
aplica a un accesorio de un ídolo. Pero todo lo que ha sido
consagrado a un ídolo, es prohibido y no hay posibilidad de
nulificación, recordando que la nulificación debe ser hecha
por el idólatra mismo, de lo contrario, no hay nulificación
completa, porque la intención permanece con la sustancia
del ídolo o su accesorio. Si un Benei Noaj que se ha
convertido al Dios de Israel intenta nulificar el ídolo, no
lo logra, excepto que previamente haya sido el dueño o
quien consagró la cosa al ídolo mismo.

67. Lo que no puede ser nulificado tiene que ser destruido


completamente. Solamente el dueño del ídolo puede
nulificarlo. De lo contrario hay que destruirlo. Ni un
menor de edad, ni una persona considerada “retrasada
mental” puede nulificar. Pero cuando la nulificación del
ídolo se alcanza, sus accesorios quedan anulados
juntamente. Pero la nulificación de los accesorios no
nulifica el ídolo. Vasijas, vasos, copas etc., que sean
usadas por sacerdotes idolátricos, son accesorios y deben
ser nulificados.

68. Si los adoradores de ídolos abandonan el lugar de


adoración, es permitido usarlo luego, limpiando el lugar,
toda vez que al abandonarlo, lo consideraron sin valor y
por tanto fueron nulificados. Pero si el lugar estuvo en
medio de una guerra, no está permitido porque se asume que
lo hicieron para preservar sus vidas, no por considerar sin
valor sus ídolos.

69. Si un ídolo, aun costoso materialmente, cae al suelo y


se rompe en pedazos, los pedazos están prohibidos hasta que
sean nulificados, por tanto, si uno encuentra pedazos de un
ídolo, no debe usarlos porque podrían no haber sido
nulificados. Si las piezas son grandes que pueden ser
fácilmente ensambladas y pegadas, hay que nulificar cada
pieza por separado, caso contrario, con una sola pieza que
se nulifique, el resto queda nulificado.

70. El altar idólatra que sea quebrado o dañado está


prohibido hasta que los mismos idólatras lo hagan pedazo,
al menos más del 50% del total del ídolo, solamente
entonces podría usarse. Benei Noaj debe recordar esta
regla: solamente los que hicieron o montaron el ídolo lo
pueden nulificar. Un extraño no puede.

71. Uno que convive con espíritus o procura levantarlos de


la tierra con la mira de sacar información del más allá o
del futuro, si lo hace conciente y voluntariamente, o si se
entrega conciente o voluntariamente a un estado de auto-
trance o trance inducido por otros por cualquier forma y
procedimiento, antiguo o moderno, incluso, bajo el uso de
estupefacientes, es responsable de sus actos, culpable y
llevará su pecado, es idolatría. Es deber del yehudí y del
converso sincero advertir de estas cosas para que nadie
tenga luego excusas.

72. Si una persona se pone en pie, quema incienso, mueve en


el aire ramas de mirto o de otros tipos normalmente usados
en estos ritos, comienza a fumar y beber licor, o ambos, y
su voz cambia y emite sonidos de animales y de personas y
afirma que está oyendo mensajes o que alguien le está
hablando o comienza a hablar en una lengua desconocida y
luego las interpreta, afirmando que ha oído voces que
vienen desde el fondo de la tierra o que ha visto cierta
persona y que tal persona le ha dicho algo o compartido
alguna información, o si toma un cráneo humano disecado o
lanza caracoles al suelo o tira las cartas para confirmar
información de tipo metafísica, el tal ha violado la ley
principal de las Siete Leyes Universales, la prohibición
contra la idolatría y es culpable de karet.

73. Si una persona toma un hueso de animal o de ave y lo


coloca entre sus dientes y ofrece incienso y realiza
ciertos rituales hasta que cae de espaldas al suelo y
afirma oír voces procedentes del sub-suelo o convulsa como
un epiléptico y comienza a hablar en una lengua conocida o
desconocida y traer un mensaje a los presentes e incluso,
llamarlos por sus nombres y recordarles algunos aspectos
del pasado de sus vidas o alertarlos de ciertas cosas del
futuro, es idolatría, ha violado la primera ley universal y
es reo de karet por el tribunal celestial.

74. Grave daño espiritual reciben los que violan la primera


ley universal, pero más aun los que entran en contacto
directo con las fuerzas espirituales de maldad, las cuales
afectan las almas de los que se dedican a estas cosas
prohibidas por la Torah. Y los que afirman que estas cosas
no existen que es pura imaginación de la mente humana
condicionada culturalmente, se engañan a sí mismos y a
otros, y revelan total ignorancia en los asuntos
espirituales. Todo Benei Noaj debe conocer que estas cosas
malignas existen, como los ritos de Vudú y los convenios
satánicos los cuales no solamente continúan en nuestros
días sino que se han incrementado incluso en los países
desarrollados como Estados Unidos, Inglaterra, Japón y
varios de Europa, exactamente igual como en los días de
Egipto y Babilonia o como los cultos paganos africanos en
las Antillas durante los siglos 16-18. Aun cuando sus
expresiones sean camuflageadas, como por ejemplo, música
metálica del tipo rock and roll, la raíz espiritual procede
de las fuerzas de las tinieblas. Y aunque estos ídolos y
costumbres paganas, ”no tienen poder ni para hacer el bien
ni el mal” (Jer. 19:5) a los que habitan bajo el abrigo
del Altísimo, si pueden hacer daño espiritual a otros que
no tienen dicha cobertura espiritual, no pactos, ni
promesas, ni esperanza, ni la señal de la sangre en sus
portones, como también a los mismos que las practican. Por
tanto, es menester enseñar estas cosas a los Benei Noaj
para que hagan su conversión sincera al Dios de Israel y
entren en una relación de pacto segura y confiable, como
ahora tienen disponible. Benei Noaj debe saber que estas
cosas existen y que tanto lo bueno como lo malo proceden de
la permisión divina y que solamente el Eterno, Amo del
Universo tiene control absoluto en todo y sobre todos, por
tanto, a él debemos siempre encomendar nuestras almas y
escondernos bajo Sus alas.

75. Toda forma de adivinación está prohibida y quienes se


entregan a tales practicas, incluyendo la de adivinar
señales y acontecimientos basándose en otras fuentes que no
sean la de la obra del Espíritu de Santidad, cae dentro de
la categoría de idolatría. Ejemplo de esto es decir: “Como
ha caído este lápiz de mi mano, no voy a ir a cierto lugar
hoy día porque tendré una caída, por tanto, me quedaré en
mi casa”. O también, “una mariposa negra a entrado en la
casa, algo malo nos ha de ocurrir, debemos cerrar todas las
puertas”, y cosas por el estilo. Ya sea adivinar por el
sonido de un pájaro, o decir, “si me pasa esto, haré esto,
pero si no pasa esto, no haré esto otro”, son formas
sofisticadas de adivinación y debemos erradicarlas de
nuestras costumbres judías y de Benei Noaj también, excepto
que sea un trato personal entre un creyente y Dios, como el
caso de Eliécer cuando fue a buscar esposa para Yitzjak,
dando por hecho de que el autor de la señal aquí es el Uno
y Único Dios verdadero.

76. Está permitido no obstante decir: “Esta mujer que el


Eterno me ha dado ha sido una señal de bendición para mi,
porque desde que la conocí y me casé con ella, las cosas me
han ido bien”. Como decir: “Esta comunidad ha sido una
señal de bendición para mi, porque desde que llegué a ella,
el Eterno me ha enriquecido con todo bien”. O si le
preguntas a tu hijo: ¿Qué texto te aprendiste hoy de
memoria? Y cuando el joven responde resulta que hay una
bendición allí, es apropiado decir: “Esta es una buena
señal del Cielo para nuestro bien”. Tales expresiones son
aceptables y no constituyen actos de idolatría.

77. Todo tipo de ejercicio o disciplina que trae la persona


a un estado de euforia y de alteración del estado de su
conciencia, interrumpiendo el proceso normal del
pensamiento para anunciar eventos futuros o cosas que pide
sucedan a ciertas personas, es considerado idolatría y debe
ser proscrito inmediatamente. Toda persona que diga: “Así
dice el Señor, etc., etc., y lo que hable no se cumple, es
culpable de idolatría y de profanación del Nombre Divino,
ambas cosas penadas por karet.

78. Existen aquellos que se envuelven en acciones idólatras


como el uso de piedras preciosas, arenas de colores o que
se postran hasta la tierra dando giros y emitiendo gritos
extraños, o miran cartas o bolas de cristal o predicen en
trance, levantando las manos al cielo, el futuro de
alguien, todo lo cual es una violación de la primera ley
universal, es idolatría y debe ser evitado por los Benei
Noaj.

79. Existen aquellos que se dedican a leer las manos, el


tarot, la frenología18, líneas síquicas, horóscopos y
similares, todas las cuales son violaciones de la primera
ley universal. La mayoría lo usa como negocio, explotando
la ignorancia de la gente, pero aun así, es idolatría
18
Masaje y toque físico del cráneo de la persona para detectar, en cualquier abultamiento que encuentre en
el mismo, una marca para predecir una enfermedad, o futuro evento que tendrá lugar en la vida de la
persona.
porque se está confiando en poderes aparte de Dios, el Amo
del Universo. Lo mismo aplica a los que usando los efectos
de la ilusión óptica y los trucos detrás de las cámaras, se
anuncian como “ilusionistas” y “magos”, todo lo cual
conduce a la idolatría y debe ser proscrito por los Benei
Noaj.

80. Está prohibido practicar toda forma de magia, real,


ficticia o comercial, porque llevará sin duda a la
idolatría mas horrenda. De la misma manera está prohibido
consultar a los que se dedican a estas cosas ni siquiera
para diversión o pasatiempo. Los Benei Noaj deben
mantenerse alejados de todas esas prácticas paganas.

81. Está prohibida la astrología, el zodíaco y toda forma


de adivinación del éxito del día de una persona consultando
los astros, su posición en el universo etc., todo lo cual
es idolatría. Anunciar que “tal día es bueno para esto” o
que “tal día es malo para esto” porque el signo tal o tal
se ha movido a tal y tal lugar, es idolatría. Las
predicciones astrológicas y sus teorías de la personalidad,
deben estar proscritas de los Benei Noaj. Planear un viaje
o no realizarlo y acciones similares, por miedo a dichas
predicciones, es idolatría.

82. Hablar en lenguas desconocidas por las personas en


estado de trance, cuyas palabras no tienen sentido ni
racionalidad, sino que emite sonidos ininteligibles muchas
veces similares a la de los animales, acompañado esto con
gestos de respiración parecidos a los que tienen lugar en
las relaciones sexuales humanas, o se cae al suelo y se
hacen contorsiones corporales con fatiga pulmonar y se
golpean contra el suelo o asientos y tienen que ser
sujetados o sostenidos o guiados por terceros porque de lo
contrario se accidentarían, o tales acciones llevan a la
exposición indecorosa de las partes privadas del cuerpo,
que normalmente están cubiertas, es una forma de idolatría
y debe ser proscrito entre los Benei Noaj19.

83. No está permitido a un Benei Noaj invocar ningún


espíritu de ningún muerto, ni palabra mágica alguna, ni
pedir ayuda alguna de estas fuentes, aun cuando su vida

19
Nada de esto tiene que ver con el don espiritual de que mencionan el apóstol Pablo, sino que constituyen su
corrupción espiritual.
esté en peligro de muerte, porque en tal caso, su alma
puede ser cortada de su raíz espiritual y condenada al
Guehinón inmediatamente. Solamente se podrá fortalecer en
el Eterno y pedir auxilio al Altísimo invocando Su Nombre
por los méritos interpuestos a su favor por Adonenu Yeshua.

84. Está prohibido tomar un rollo de la Torah y ponerlo


sobre el pecho o sobre la herida de una persona para
procurar su sanidad, pues tal acto es peor que la de un
adivino mencionado previamente toda vez que está usando las
Sagradas Escrituras como ritual para curar el cuerpo,
negando así la validez de la Torah que es cura para el
alma. Pero si uno estudia la Torah y al momento de una
necesidad un pasuk (texto) viene a la mente, puede
confesarlo abiertamente y sin impedimento pidiendo que lo
prometido en el pasuk, se cumpla sobre la persona en
necesidad. También puede leerlo para buscar el cuidado y la
protección divinas que nos han sido prometidos e invocar
el nombre del resucitado por cuyos méritos nuestros ruegos
son atendidos. Pero no esta permitido tomar un rollo de
Torah y colocarlo sobre los pies, las rodillas, el pecho o
cualquier otra parte de la persona. Debemos siempre
recordar que es la Palabra que sale, la que hace
maravillas, no la palabra que no ha salido.

85. Está prohibido levantarse y caminar de noche entre los


sepulcros con la mira de tener contactos con los muertos, o
recibir allí de alguna manera, visiones o informes sobre el
futuro de los vivos. Es necromancia pura idolatría.

86. Está prohibido usar pañuelos, ropas, telas o cintas


rojas y pronunciar encantaciones sobre ellas y luego
regalarlas o venderlas para proteger del mal de ojo, sanar
enfermedades o cualquier asunto relacionado con estos
menesteres.

87. Esta prohibido pedir consejo sobre los asuntos


cotidianos del hombre a personas que se sabe son idólatras,
en cualquier grado, porque sus consejos podrían prevenir de
las fuentes negativas de las fuerzas del mal. Los Benei
Noaj deben saber perfectamente que estas cosas no son
simplemente ilusiones, sino realidades que proceden del
mundo de las tinieblas (kelipot impuras) que tienen la
capacidad de destruir la santidad de los Benei Noaj y su
limpieza espiritual. Por tanto, deben ser evitados los
idólatras.
88. Está prohibido visitar los sepulcros de los grandes
maetros de la Torah, o profetas con la mira de hacerle
oraciones, rezos o pedirle información.

89. Está prohibido usar la tecnología para solicitar


información a los espíritus de los difuntos, no importa qué
gran profeta o maestro de Torah haya sido. Por ejemplo:
enviar un correo electrónico a la oficina de alguna
organización para que lo lleven al sepulcro de un tzadik o
profeta a fin de buscar información del más allá, está
prohibido.

90. Está prohibido usar sellos, ropas, alhajas, gorras,


sombreros, camisetas o cualquier joya que contenga símbolos
idólatras.

91. Está prohibido aprender artes, conocimiento o


información idólatra de un maestro de idolatría, santería,
hechicería o brujería, ni siquiera para combatirla luego.

92. Está prohibido accesar a páginas de Internet que


promueven la idolatría o que usan sus recursos para
promoverla.

Conclusión:

“Ustedes me serán un pueblo santo, porque Yo, YHWH, soy


santo”.

“Sed santos, porque Yo, HaShem vuestro Elohim, soy Santo”.

“No harás según las prácticas de todas estas naciones que


Yo echo delante de ti”.

“Conviértanse ellos a ti, mas tú no te conviertas a ellos”.

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