Está en la página 1de 6

Los 9 frutos del Espíritu Santo

Muchas personas se preguntan cuáles son los frutos de una vida llena del Espíritu Santo. La Biblia habla, en Gálatas
5:22-23, de un solo fruto que se manifiesta de 9 formas:

 Amor
 Gozo
 Paz
 Paciencia
 Benignidad
 Bondad
 Fe
 Mansedumbre
 Templanza
AMOR: Para Dios, el amor es esencial. Todo aquel que ama a Dios también debe amar a su prójimo. No es una
sugerencia, es un mandamiento. Por lo tanto, es un amor que incluye una decisión firme, no una emoción que viene
y va.

Amar a Dios y al prójimo son los dos mandamientos que resumen la ley de Dios (Mateo 22:36-40). ¡Así de
importante es el amor para Dios! Cuando el Espíritu Santo llena todo tu ser, tienes el amor de Dios en tu corazón y
aprendes a amar cada vez más a los que están a tu alrededor y a ti mismo. Llénate más del Espíritu de Dios y tu amor
hacia Dios, hacia ti mismo y hacia los demás, crecerá.

Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de
él y lo conoce.(1 Juan 4:7)

GOZO/ALEGRIA: Nehemías 8:10 dice que el gozo del Señor es la fortaleza de los que creen en Dios y confían en sus
promesas. El gozo o la alegría que Dios nos da, no depende de las circunstancias, sino que fluye del interior. Brota
del saberse perdonado y amado por el Rey de reyes y Señor de señores.

Como creyente, cuando llegan las dificultades sabes que la tristeza no durará para siempre. Lo cierto es que aun en
medio de ellas, puedes encontrar alegría en la seguridad de tu salvación.

Gritarán de júbilo mis labios cuando yo te cante salmos, pues me has salvado la vida.(Salmo 71:23)

PAZ: La paz que Dios te da abarca todas las áreas de tu vida. Sientes una paz generalizada porque sabes que tu vida
está en las manos del Dios todopoderoso. Aun en medio de circunstancias adversas, sabes que el Dios soberano
cuida siempre de ti y tiene un propósito para tu vida. Con tu confianza puesta en él, aprendes a echar el miedo a un
lado y a encontrar la verdadera tranquilidad.

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.

(Juan 14:27)

PACIENCIA: La paciencia es muy importante en la vida porque pasamos bastante tiempo esperando a que suceda lo
que deseamos. En el Señor, la paciencia implica perseverar, seguir adelante en fe aun cuando no vemos cambios. La
paciencia llega cuando logras entender que Dios sabe cuál es el momento perfecto para que sucedan las cosas. Él
promete ayudarte y no te abandona en tus tiempos de espera. Solo debes creer, ser paciente y confiar, porque él
obrará.

Pacientemente esperé al SEÑOR, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.(Salmo 40:1)

Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.(Romanos 12:12)

BENIGNIDAD: La amabilidad y suavidad hacia los demás deben crecer según recordamos cuán grande ha sido la
bondad de Dios a nuestro favor. Él no nos trató conforme a nuestros errores o pecados (Salmo 103:10). Al contrario,
siguió mostrándonos su amor de forma amable, con paciencia y misericordia.
Asimismo, Dios desea transformar tu relación con los demás. Él quiere ayudarte a ser más sensible a las necesidades
y a ser más amable con ellos. Recuerda cada día la paciencia de Dios para contigo, su amabilidad constante y permite
que te guíe en tu trato con los demás.

Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no
propenso a irritarse.(2 Timoteo 2:24)

BONDAD: La bondad surge de un corazón que se inclina hacia el bien. No somos buenos por nuestros propios
méritos, sino por la obra de Cristo en nosotros. Mientras más conscientes estamos de la presencia de Dios en
nosotros y de su obra en nuestros corazones, más crecemos en bondad hacia los demás. Es bueno hacer el bien.
Cuando entiendes todo lo bueno que Dios ha hecho por ti, tu corazón anhela hacer cosas buenas por los demás.

Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a
ustedes en Cristo.(Efesios 4:32)

FE/FIDELIDAD: Una persona fiel mantiene sus ojos puestos en el objeto de su fidelidad. Como hijo de Dios, debes
mantener tus ojos puestos en él. Así es como aumenta tu fe, al conocer mejor a Dios y mantenerte cerca de él. Ser
fiel a Dios te ayuda a ser persona de confianza, a permanecer firme sin echarte atrás luego de dar la palabra. Dios te
ayuda a ser fiel a él y a los demás. ¡Aférrate a él y crece en tu fe!

Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu
señor”.(Mateo 25:21)

Pondré mis ojos en los fieles de la tierra, para que habiten conmigo; solo estarán a mi servicio los de conducta
intachable. (Salmo 101:6)

MANSEDUMBRE: La humildad y la mansedumbre nos ayudan a aceptar la voluntad de Dios y a vivir en paz con Dios y
con los demás. En lugar de buscar imponer nuestros puntos, nos esforzamos por ayudar y servir a los demás. Jesús
era manso, él trataba a todas las personas de forma justa y con amor. Él no buscaba vengarse ni respondía con
maldad a quienes lo trataban de mala manera.

Aprende a ser humilde y manso, sigue el ejemplo de Jesús. Encontrarás descanso porque no estarás en una lucha
constante intentando imponerte a los demás.

Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su
alma. (Mateo 11:29)

La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a
Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y
haciéndose semejante a los seres humanos. (Filipenses 2:5-7)

TEMPLANZA: Llenándote cada día más del Espíritu Santo, podrás dominar los deseos de la carne. Gálatas 5:16 nos
llama a andar «en el Espíritu, y así jamás satisfarán los malos deseos de la carne». El dominio propio es una señal de
fortaleza en el Señor. Es obedecer a Dios aun cuando nuestros deseos carnales intenten llevarnos por otro camino.

Dios te ayuda siempre a actuar con sabiduría, aunque te encuentres en medio de situaciones difíciles. Busca su
dirección en todo momento y podrás andar conforme al Espíritu.

El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla.(Proverbios 29:11)


La Biblia enseña no sólo que debemos ser llenos del Espíritu Santo sino que también debemos andar o vivir en el
Espíritu.

I. Amor

Filipenses 1:9-11;

1 Juan 4:7-11

Pregunta: ¿Qué clase de amor es el fruto del Espíritu?

Este es un amor abundante, continuo y fiel, como el que se describe 1 Corintios 13:4-7. Es un amor sublime, santo y
abnegado que procede inmenso amor de Cristo, derrama por el Espíritu Santo en nuestro corazón. Es un amor
humilde y generoso que no depende de un mero sentimentalismo ni mucho menos de guste preferencias. Este es un
amor abarca el corazón y la mente del creyente. Es perceptivo, inteligente y práctico. Es un amor que discierne y se
esfuerza por escoger lo mejor y lo que realmente agrada a Dios y a los demás seres humanos.

Pregunta: ¿Por qué dice Juan que todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios?

Aquí el apóstol Juan no habla del amor enfermizo, sentimental, emocional y carnal que se hace pasar en el mundo
por "amor". El se refiere más bien a esa clase de amor que manifestó Dios al enviar a su Hijo Jesucristo a morir en la
cruz por nuestros pecados. Ese tipo de amor sólo es posible cuando hemos nacido de nuevo (Juan 3:3). No hay otra
manera de conocer a Dios en forma personal, pues el conocerlo significa reconocer, aceptar y experimentar su amor
el cual nos ha sido otorgado a nosotros en la persona de Cristo Jesús.

El amor como fruto del Espíritu es lo único que puede hacernos "sinceros e irreprensibles para el día de Cristo". Este,
a la vez, se convierte en la base para el desarrollo de otros frutos de justicia "para gloria y alabanza de Dios".

II. Gozo

Nehemías 8:10; Hechos 20:24

Pregunta: ¿Cómo podemos hacer distinción entre este fruto del Espíritu y la alegría, la diversión y los momentos
placenteros que se disfrutan en la vida?

Este es un gozo profundo y firme que persiste victorioso aun cuando las cosas no marchen nada bien. La persona
mundana puede disfrutar de cierta felicidad momentánea, pero en cualquier instante se puede quedar sin ella. Los
no cristianos no saben lo que es el verdadero gozo. "Aquí me tienes, Señor, si me quieres." Pero el señor Lewis
testifica que más tarde lo sorprendió un torrente de gozo celestial.

Según la experiencia de Nehemías y de todo el pueblo, el gozo del Señor viene como resultado de una actitud de
consagración y entrega a Dios y a su plan para nuestra vida. Ese gozo inunda el corazón cuando uno está dispuesto a
compartir todo lo que Dios le ha dado con los que no tienen nada. El apóstol Pablo lo encontró cuando se dedicó sin
reservas ni egoísmo a seguir la "carrera" y cumplir el "ministerio" que había recibido del Señor (Hechos 20:24).

III. Paz

Isaías 32:17

Pregunta: ¿A qué se refiere la Biblia cuando habla de la «paz" como fruto del Espíritu?

Esta paz es más que una simple quietud o la ausencia de problemas en la vida. Ella ofrece, ciertamente, un ambiente
de tranquilidad y sosiego, pero también incluye salud y bienestar espiritual, junto con la certidumbre de que se está
en buena relación con Dios. No hay desbordes de ansiedad y angustia, porque hemos aprendido a abandonar con
confianza nuestra vida y nuestras circunstancias en las manos del Señor. Esta paz de Dios nos ayuda a reconocer que
El suplirá todo lo que nos falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:9). Nos hace confiar
decididamente en Dios de tal manera que descansamos en El en medio de las tormentas de la vida.
Es imposible pensar en expresiones de amor y gozo provenientes de un corazón destrozado por la ansiedad y la
congoja. O con una actitud de contienda y malas relaciones con Dios y con los demás seres humanos. El amor, el
gozo y la paz siempre tienen que ir juntos. Cuando estos tres se encuentran en acción, entonces el Espíritu Santo los
usa para desarrollar las demás facetas del fruto.

IV. Paciencia

Gálatas 5:22

Pregunta: ¿Pueden las fuerzas enemigas levantarse y atacar a una persona cuyo corazón está lleno del amor, el gozo
y la paz que da el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo nos ayuda a ser pacientes y de temperamento calmado aun hacia esas personas que hacen todo lo
posible por enojarnos o hacernos daño. Solamente el poder del Espíritu nos da la fuerza suficiente para no
reaccionar de manera agresiva o con resentimiento contra los que repetidamente nos ofenden y nos atacan de
diversas maneras.

Este aspecto del fruto del Espíritu nos ayuda a caminar la segunda milla, dar la otra mejilla y resistir los insultos y las
burlas que muchas veces tenemos que sufrir, ya sea en lo personal o en las cosas de Dios.

Dios demostró su inmenso amor e infinita paciencia cuando envió a su Hijo Jesucristo para que viniera a este mundo
a dar su vida por los pecadores, aun después de recibir tanta ofensa. (Vea Romanos 2:4; 9:22; 2 Pedro 3:9.) Jesús
manifestó su amor al permanecer callado y soportar con absoluta paciencia todas las injurias y el maltrato que sufrió
cuando estaba en manos de los pecadores (Isaías 53:7). Lo sublime de su paciencia se echa de ver en que oró al
Padre intercediendo por sus enemigos (Lucas 23:34). Dios espera que nosotros también demostremos ese mismo
amor paciente hacia los que nos rodean (Efesios 4:1, 2). ¿Cómo vamos a demostrar la paciencia de Cristo y a
desarrollar los demás dones espirituales si persistimos en nuestro mal carácter hacia aquellos por quienes murió
Jesús? ¿Cómo podemos manifestar el amor, el gozo, la paz y la benignidad como fruto del Espíritu Santo si
sucumbimos ante la tentación de la venganza? (Romanos 12:19; Efesios 4:2; Santiago 1:19).

Enseñanza práctica

Jesús ilustró el significado de la humildad cuando nos dio la ley sublime de las relaciones humanas: "Al que quiera
ponerte y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con
él dos" (Mateo 5:40, 41).

El verdadero sentido de estas dos declaraciones del Señor se puede percibir mejor cuando se entienden las
costumbres orientales con las cuales se relacionan.

La verdadera paciencia, como fruto del Espíritu Santo, capacita al cristiano para actuar de esta manera con toda
naturalidad.

V. Benignidad

Santiago 3:13-18

Pregunta: ¿Cómo se explica la benignidad que viene del Espíritu Santo?

La persona que la posee es pacífica, sumisa, gentil, incapaz de ofenderse. Siempre está dispuesta a cooperar en
cualquier forma necesaria para propiciar ese espíritu de unidad y concordia que tanto agrada al Señor y que el
Espíritu Santo bendice.

La benignidad se manifiesta en generosidad y en un deseo de hacer bien a otras personas y de ponerlas en un mejor
plano. Jamás usa las faltas de otros para ponerlos en aprietos. Una persona benigna muestra simpatía a los que
sufren y se empeña en ayudar a resolver los problemas de los demás. Ese es el individuo que da siempre la blanda
respuesta que quita la ira y se aleja de los choques y explosiones temperamentales (Proverbios 15:1).
VI. Bondad

Efesios 5:9

Efesios 5:8 indica claramente que este, así como todo el fruto del Espíritu, es el producto de una vida llena de la luz
del Señor. Estar inundado de la luz de Dios es conocerlo más y más, a través de su Palabra. Mientras más cerca
andemos del Señor, más fácil se nos hace desarrollar en nuestra vida el fruto del Espíritu Santo. Una de las
cualidades que surgen en una vida consagrada es la bondad: "Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia
y verdad" (versículo 9).

Pregunta: ¿Es posible ser bueno sin ser generoso?

No podemos manifestar "bondad", que es el fruto del Espíritu, sin ser generosos y buenos con los demás.

En primer lugar, esto es algo que tiene que integrarse en lo íntimo de nuestra naturaleza y de nuestro carácter.
Cuando venimos a Cristo, nos convertimos en nuevas criaturas: una nueva creación de Dios. Tenemos que
desarrollar esta nueva vida en Cristo para poder demostrar bondad, justicia y verdad. Por otra parte, como lo hizo
Jesús, debemos ir en busca de los necesitados para ayudarlos y demostrarles nuestra bondad.

VII. Fe

Romanos 1:17; 10:17

Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre la fe como un don espiritual (1 Corintios 12:9) y como fruto del Espíritu (Gálatas
5:22)?

La fe como fruto del Espíritu se traduce mejor como fidelidad. En Romanos 1:17 hallamos una cita que hace el
apóstol Pablo de Habacuc 2:4. Este texto en hebreo tiene definitivamente el sentido de "fidelidad". Pero debemos
recordar que en el Nuevo Testamento jamás se habla de la fe como una actitud mental solamente. Siempre se da la
idea de fidelidad y obediencia a Dios. En Gálatas 5: 19-23 se hace un contraste bien marcado entre las obras de la
carne y el fruto del Espíritu. Esto es también una prueba más de que la fe como fruto es esencialmente la fidelidad
del cristiano.

En cambio, como don del Espíritu Santo, la fe es la manifestación del poder de Dios en obras y portentos. Puede
hallar más información sobre este tema en la lección de la semana próxima.

VIII. Mansedumbre

Salmo 22:26; 1 Pedro 5:5

Pregunta: ¿Con qué contrasta la Biblia la mansedumbre?

La mansedumbre es simplemente una actitud de humildad, opuesta totalmente a la arrogancia, la vanagloria, el


orgullo y el despotismo contra los pobres y los débiles. La verdadera mansedumbre no se demuestra en una
degradación o subestimación de uno mismo. Ser manso significa estar dispuesto a hacerse cargo de las tareas
humildes y pequeñas. La mansedumbre hace que la persona sea cortés, considerada y servicial con los demás, sin
importar quiénes sean. Esta virtud se manifiesta en la modestia de la persona que la posee, pero a la vez ella misma
capacha a dicha persona para que se enfrente a cualquier tarea con plena confianza. Otro aspecto de la
mansedumbre es que no impulsa a la persona a defenderse ni mucho menos atacar a los que le atacan. Lo que hace
es dejar su causa en las manos de Dios y esperar que el Espíritu Santo se encargue de su situación. Y, por supuesto,
Dios actuará a su favor.
IX. Templanza

Tito 2:2

Pregunta: ¿Cuál es el significado fundamental de la templanza en la Biblia?

La templanza no es una mera actitud de moderación. Es, más bien, dominio propio que surge como resultado de la
autodisciplina. El sentido práctico de la templanza se da en 1 Corintios 9:25 donde se habla de la autodisciplina de
los atletas. "Todo aquel que lucha, de todo se abstiene." Allí mismo se indica que -si ellos ejercen tanta disciplina, a
fin ganar trofeos materiales, ¡cuánto más los cristianos, que hemos emprendido una carrera superior! El Espíritu
Santo no siempre elimina inmediatamente los deseos, impulsos y tendencias de la carne. Pero la templanza que El
implanta en el corazón nos ayuda a hacer morir esos deseos, pasiones y apetitos carnales. En otras palabras, el
Espíritu Santo nos ayuda a autodisciplinarnos. Ser "sobrios", como lo expresa Tito 2:2 es algo que sólo ocurre cuando
hemos recibido de parte de Dios ese "espíritu de dominio propio" que El pone en nuestro corazón (2 Timoteo 1:7).

También podría gustarte