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APRENDIZAJE COOPERATIVO ANTE EL REGRESO A CLASES PRESENCIALES

Elaborado por: Mónica Mercedes Álvarez Plaza


Egresada de la Licenciatura en Pedagogía
Campus Universitario Interamericano, Plantel Tizayuca

Los cambios que se viven actualmente coloca a los actores de la educación (directivos, maestros,

alumnos y padres de familia) frente a múltiples retos y grandes oportunidades para pensar y afirmar el

valor de la escuela, así como para reconocer los saberes de las y los docentes y su capacidad profesional

y humana de organizarse en colectivos y asumir su protagonismo en la toma de decisiones educativas, a

fin de contribuir a la educación como un proyecto igualitario, abierto a toda diversidad social, cultural y

lingüística, conllevando a replantearse cada vez más el papel que se tiene en la sociedad.

Como educadores y/o profesionales de la educación, la necesidad de formar individuos con capacidades

para adaptarse a los nuevos cambios es un reto que se impone y obliga a cuestionar las actuaciones

cotidianas en las aulas, en relación a comportamientos de discriminación o de aceptación social dentro

de la misma, que por efectos de procedencia socio cultural, económica o étnica los alumnos se sientan

rechazados por el profesor y por sus propios compañeros de clase. La maestra en Educación Elizabeth G.

Cohen (1998), señala que con el trabajo cooperativo o con estrategias que fomenten los intercambios

sociales, hace posible modificar ciertos actitudes de inaceptación, de status social y académico entre los

estudiantes, ya que al darse un mejor conocimiento del otro y teniendo una perspectiva diferente se

puede entender la experiencia y las capacidades de los alumnos que provienen de distintas condiciones

del resto del grupo.

Tradicionalmente son dos las situaciones escolares que predominan en el aula de clase: la individualista y

la competitiva, en la primera, el alumno sólo depende de su capacidad para realizar la tarea, asignándole

menos importancia al trabajo de los otros compañeros, en la segunda la comparación entre los alumnos

y la cantidad de recompensas repartidas en el grupo será la que determine la calificación o

reconocimiento de los alumnos, todo esto provoca efectos negativos en los alumnos (estratificación
social, baja autoestima y bajo rendimiento), restándole importancia a los objetivos de tipo social, donde

se observa que un incremento de cooperación entre individuos puede aportar experiencias muy

relevantes para una mejor socialización de cualquiera de ellos, puesto que la relación de cooperación

que se puede establecer permite contrastes e intercambios completos a partir y sobre los grandes

campos de diversidad social.

Se han encontrado mecanismos sociales y escolares que permitan coexistir con las actuaciones

individualistas, competitivas y colaborativas, utilizando diferentes estrategias didácticas en las que el

trabajo en grupo es una característica que se distingue, creyendo firmemente en las bondades que éstas

traen consigo para el desarrollo de habilidades sociales e intelectuales de los alumnos de distintos

niveles. Las ventajas académicas y psico-instruccionales del aprendizaje cooperativo dentro de los

programas educativos, se ven reflejadas en el proceso de interacción cuando los sujetos saben hacia

dónde dirigirse y reconocen las propias cualidades y las de los demás, convirtiéndose, tanto profesores

como alumnos en guías importantes para conducir a la autonomía y la gestión del aprendizaje. Los

procesos de mejora educativa facilitan la enseñanza-aprendizaje porque se aborda desde distintas

dimensiones: intelectual, social y personal, así, desde un enfoque comprensivo, la intervención escolar

es una actividad práctica que implica conocer, comprender e interpretar las características y

peculiaridades de la vida del aula, de los individuos y de los grupos, en virtud de los intercambios e

interacciones que se producen, generando una gama de significado, construcción de conocimiento y

nuevas formas de intervenir, además, con el uso apropiado de trabajo de grupos cooperativos, se

atiende a todos los estudiantes, en aspectos como la inequidad social e intelectual, en este sentido, al

cambiar la estructura organizativa social de las aulas, se proporcionan oportunidades de acceder a

conocimientos elaborados que se van afinando conforme se desarrollan las competencias académicas.

Por lo que, se debe considerar que en el reinicio de clases, sea en la escuela o desde casa, implicará

necesariamente el trabajo colaborativo de todos los actores educativos, donde los métodos y estrategias
de aprendizaje cooperativo tendrán buenos efectos, consistentes y positivos en el mejoramiento de la

autoestima, control y encauzamiento de la agresividad, habilidades sociales, comunicativas, motivación

hacia las tareas, asistencia a la escuela, rendimiento académico, incrementando las aspiraciones y

elevando la autoestima.

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