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Los niños(as) de esta edad van aprendiendo a tener mayor capacidad de autocontrol,

análisis y empatía.También desarrollan un sentido más maduro entre lo que es bueno o


malo y comienzan a desarrollar más su necesidad de convivencia en armonía. A esta
edad los amigos se vuelven muy importantes, pero la familia y los padres siguen siendo
los mejores modelos a través de quienes aprenden.

¿Cómo educo a mi hijo(a) con amor, respeto y límites?

Construye lazos afectivos fuertes:


Escúchalo(a), toma en cuenta su opinión, deja que participe en temas de la
familia, dedícale tiempo y fomenta momentos para compartir en
actividades educativas y recreativas que les permitan dialogar y
conectarse.

Conversa con tu hijo(a) sobre cómo se siente:


Escúchalo(a) de manera empática, tolerante y flexible.
Ponte en su lugar, intenta pensar en las necesidades de un
niño(a) de esa edad. Sé afectuoso(a), tu hijo(a) necesita
del contacto físico y de palabras amables.

Elógialo(a) y reconoce sus logros:


Así lo/la ayudarás a construir su autoestima. Señálale lo
que hace de manera positiva, recálcaselo incluso cuando
haga cosas que parezcan equivocadas. En lugar de decirle
“eres desobediente”, es preferible decirle “eres responsable y
colaborador, lo que hiciste no va contigo”.

Enséñale a asumir las consecuencias de sus conductas:


Lograrás esto estableciendo rutinas, límites y normas claras,
acordadas previamente, exponiendo la consecuencia acorde con
la edad. Evita gritar o castigar porque eso daña su autoestima.
Basta con ser firmes y constantes.

Reflexionen juntos sobre sus acciones:


Evita sermonear y pregúntale “¿Crees que lo que hiciste está bien o
está mal?”. Guíalo(a) mediante preguntas y motívalo(a) a pensar y
reflexionar juntos. Otra forma es contar cuentos con moraleja en los que
tu niño(a) aprendan valores universales.
Fortalece su autonomía:
Deja que coma, se bañe y vista solo(a). Involúcralo(a) en
algunas tareas de la casa de acuerdo con su edad, sobre
todo las que tienen que ver con sus pertenencias (por
ejemplo: estirar su cama, ordenar su cuarto, echar la ropa a
lavar, poner y quitar la mesa, etc.). Permite que elija su
ropa y sus amigos. Cuidar de un ser vivo, como una
mascota o una planta, también puede ayudar.

Recuerda mantener una relación saludable con tu hijo(a), practica lo siguiente:

Brinda afecto.
Dedícale tiempo y escúchalo(a) sin juzgar.
Elogia y reconoce sus logros.
Establece previamente indicaciones y consecuencias claras.
Evita los gritos y los castigos.
Considera y toma en cuenta sus opiniones.
Ayúdalo(a) a identificar y expresar sus emociones.
Construye un lazo afectivo fuerte.

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