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LA ÉTICA DE LA ALTERIDAD.

A partir de una lectura atenta de la obra de Levinas, podemos destacarse cinco niveles o
aspectos de la alteridad:
1. Plano metafísico: En primer lugar, la idea de alteridad se origina de la constatación de
que existe una otredad radical, no asimilable a la lógica de lo Uno y de lo Mismo que ha
predominado en la tradición metafísica occidental, según la crítica que desarrolla
Levinas. Más allá de la identidad, hay una lógica de la alteridad que posibilita una
comprensión del ser –y, por consiguiente, de la ontología– mucho más adecuada que la
que se deriva de la lógica de la identidad.
2. Plano religioso: La alteridad se manifiesta como infinitud, como totalidad cuyos límites
son inaprehensibles y que, no obstante, aspiramos a alcanzar. Ese deseo de infinitud se
relaciona con la dimensión religiosa, con la búsqueda de lo absoluto que caracteriza a
la persona de fe. El autor, en suma, relaciona la idea de infinitud con la idea de Dios.
3. Plano individual: En otro nivel, se asume que la alteridad forma parte de la propia
identidad, puesto que aquello que nos particulariza y describe como individuos, lo que
denominamos personalidad o carácter, es precisamente una suma de acontecimientos
heterogéneos, una síntesis de todos los momentos vividos y experimentados de forma
concreta, única e intransferible.
4. Plano intersubjetivo: A través del lenguaje nos abrimos a la alteridad, es decir, la
palabra siempre es una interpelación que el otro me lanza y a la que yo respondo o, al
menos, tengo el imperativo ético de responder, ambas dimensiones, la ética y la
lingüística, están estrechamente conectadas en los planteamientos de Levinas. Esa
respuesta supone, ya desde un inicio, un intento de comprender su alteridad, de
acercarme a ella sin anularla.
5. Plano ético: Siento al otro como alteridad que no poseo ni puedo poseer, y esto me
induce a respetar al otro en su diferencia y especificidad. La ética emerge de la
confrontación directa con el rostro del otro y la actitud receptiva frente a la
interpelación directa que ese rostro me lanza. En el plano ético confluyen todos los
demás, ya que, a través de la toma de conciencia de la alteridad del otro, y de mi
propia alteridad constitutiva, comienza un nuevo proyecto de relación interpersonal
basado en el diálogo, el respeto, la tolerancia, y la aceptación de la diferencia, así como
de la semejanza.
Por lo expuesto anteriormente, la propuesta de Lévinas es un intento de salir del ser,
enfocando y dando importancia al otro, en donde el “yo” es responsable del cuidado del
otro, superando la barrera del egoísmo. Esto es una acción ética responsable del cuidado
del otro donde no puede generar ningún tipo de violencia. De esta manera la ética
levinasiana, es el actuar responsablemente frente al otro, y debo protegerlo de todo tipo
de exclusión y violencia.

El eje del discurso está centrado en el otro. Esta ética trata de la responsabilidad que se
tiene frente al otro. En la medida que somos responsables frente al otro somos
interpelados, por ende, no le tenemos que hacer daño alguno. Somos lo que somos
porque existe el otro. Así se lleva a cabo una relación asimétrica.

Tomando en cuenta todo lo dicho anteriormente ésta ética tiene vigencia hasta la
actualidad en nuestro quehacer diario y la aplicamos en nuestra labor pedagógica, porque
nosotros como docentes estamos preocupados por nuestros estudiantes porque no les
suceda nada malo. Estamos al pendiente y somos responsables de ellos en su desarrollo
personal y cognitivo. Los padres confían en nosotros y nosotros damos alma , vida y
corazón por brindar los aprendizajes en las áreas de personal social, psicomotricidad ,
comunicación, matemática y ciencia y tecnología. Logrando el desarrollo integral de
nuestros estudiantes y útiles a la sociedad.

Es muy importante brindarles un ambiente de ternura y cariño a nuestros estudiantes ,


tomando en cuenta que cada uno es único y diferente, requiriendo para su óptimo
desarrollo el reconocimiento de sus derechos y de su individualidad para desarrollarse ,
aprender y relacionarse con su entorno.Ellos son nuestra razón de ser , son la razón de
nuestra profesión.

Nosotros somos modelo de nuestros estudiantes y debemos ser los mejores modelos
para ellos , demostrando nuestra ética y moral altos.Ellos también tiene que ser agentes
de cambio al promover la participación y la movilización creativa de los padres de familia,
líderes y otros agentes de la comunidad.

Nuestros estudiantes son seres abiertos al mundo y al entorno social del cual
dependen,capaces de tener iniciativas, sujetos de acción,seres plenos de emociones, se
sensaciones, de afectos, de movimientos. De miedos y ansiedades, de pensamientos
lógicos a su nivel , capaces de establecer vínculos intensamente vividos en le cuerpo y los
reconocemos como personas maravillosas.

Dialnet-LevinasYLaAlteridad-5257681.pdf

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