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Historia de Aragón

Bloque I: Medieval
Tema I: Introducción: Historia e historiografía del Aragón
medieval.
I.1. El Concepto de Comunidad Imaginada y la Construcción de la
Identidad Nacional
Las categorías sociales son generadas por la propia sociedad para describirse a sí
misma, y en el caso de la identidad colectiva el referente territorial es un elemento capital. De
este modo, se produce de manera sistemática la identificación entre la sociedad y el territorio
que aquélla ocupa: nuestra tierra es el legado de nuestros antepasados, el marco de nuestras
raíces.

Aragón, entendido como una identidad colectiva en la larga duración, teniendo en


cuenta que el aspecto identitario, se configura en una época temprana de la Edad Media,
reciclándose con el cambio de los tiempos. Ahora bien, lo que llamamos Aragón en la Plena
Edad Media y lo que consideramos como Aragón hoy, no son totalmente lo mismo, pero si
tienen aspectos comunes.

Los Grupos Dominantes como Creadores de la Identidad Nacional


Para entender cómo funcionan las identidades colectivas hay debate historiográfico.
En este sentido, es importante el concepto de comunidad imaginada, un concepto de Benedict
Anderson. El discurso que tiene como objetivo crear una comunidad imaginada suele tener
históricamente un origen en los grupos dominantes y su misión histórica radica en cohesionar
al conjunto del cuerpo social bajo el dominio de dichos grupos, es decir, ahí donde hay una
organización social con agentes que pretenden ejercer el dominio social, es decir, una clase
social dominante como la aristocracia letrada de la ilustración, surgen estos fenómenos de
manera vertical.

Así pues, esa comunidad imaginada vendría determinada por la acción plenamente
consciente del grupo o la clase dominante dentro de cada contexto. Debe mucho a la acción de
la monarquía, pero también a los diferentes grupos sociales que dentro de los Estados
monopolizan el poder político.

Dentro de este discurso, de esta génesis de Aragón en tanto que comunidad


imaginada, hay un componente esencial: la reconstrucción de la memoria histórica, proceso
que se llevó a cabo a lo largo de toda la Edad Media. En este sentido, se rememoran
determinados acontecimientos, se promueven ciertas celebraciones, etc.; siendo muchas de
estas ceremonias cívicas creaciones ex novo de la Monarquía. Las celebraciones suponen un
factor tanto unitario, como el caso de la festividad de san Jorge, pero también diferenciador,
como el caso de los patronos de cada ciudad y territorio, siendo el caso de san Lorenzo en
Huesca y san Vicente en Valencia.

Dentro del papel relevante de la monarquía cabe destacar que, junto con el rey se
desarrolló un entramado de relaciones conocido como la casa del rey, un sequito de personas
al servicio de este y con una serie de cargos domésticos, como el mayordomo que actúa como
mano derecha del rey, es decir, literalmente es un mayordomo doméstico, pero también tiene
poder político, encargándose de ciertas funciones políticas en ausencia del rey; así como el
canciller o el camarlengo.

Este entramado de relaciones integra a gentes de la clase dominante, y se desarrolla a


tal punto que a partir del s.XIV se nombra un mayordomo en la corona para cada territorio, y a
partir del s.XV pasa con más cargos. El rey se rodea de aristocracia procedente de muchos
lugares del territorio de la corona.

Además de la casa del rey como centro aglutinador de nobleza, también


encontraríamos señoríos supranacionales, siendo señores, usualmente muy cercanos o
parientes del rey, que concentran territorios a caballo entre varios estados dentro de la
corona.

Entre los distintos territorios de la Corona de Aragón hay un entramado de aduanas,


ajeno al del rey, sobre todo tras la creación de las diputaciones del general encargadas de
cobrar impuestos manejados por las propias diputaciones. Esto provocaría que los ¿señores?
cobren sus aranceles propios. Serian organismos diferentes.

En el caso concreto de la Corona de Aragón podemos observar otra serie de factores que
contribuyeron a la creación de una identidad común:

 Las lenguas, entendidas como lenguas derivadas del latín, serian otro ejemplo, aunque
es cierto que entre los territorios de la corona había grandes diferencias entre lenguas,
aunque la lengua franca era el catalán, pues era la lengua predominante en las
cancillerías y por parte de los reyes.

 Al ocupar el mismo soberano la cúspide del poder, la política exterior de todos los
territorios estaba subordinada al interés del rey y por tanto eran los mismos. Por
ejemplo, para defender Valencia de un ataque granadino, el rey convoca a sus súbditos
y vasallos de toda la corona. Es decir, tanto para ampliar como para defender sus
territorios e intereses de política exterior, el monarca recurre por igual a todos sus
súbditos. Cabe destacar, por ejemplo, que la excomunión afectaría a todo el territorio
si se aplicaba al rey.

 En cuanto a la moneda, en Aragón se utilizaba el sueldo siguiendo el sistema


carolingio, desde finales del s.XI se utilizaba el sueldo jaques, siendo el sueldo una
medida. Ahora bien, existían otros dineros dentro de los territorios de la corona que
tenían su equivalencia con el resto de monedas, pero el sueldo jaques era el que más
valía.

El hecho de que distintos estratos sociales se identifiquen con un mismo aspecto sirve
para diluir las tensiones sociales entre distintas clases sociales, económicas, etc. En el mundo
feudal, que la identidad aragonesa se asuma por parte de distintos estratos sociales no tiene
detrás una intención política como en el caso moderno, sino que se remite a otros aspectos.

La interpretación de Anderson, que desde arriba se gestan este tipo de realidades de


las que hablamos para cohesionar al conjunto del cuerpo social, es la que también planteó en
su momento Hobsbawm refiriéndose a los Estados-nación en el s. XIX: la invención de la
tradición. Asume aquí que la identidad colectiva está estrechamente ligada al poder y al
Estado.

Por otra parte, los historiadores de época contemporánea, especialistas en analizar la


construcción de estas identidades, han llamado la atención sobre un problema: en España el
discurso nacionalista que identificaba el Estado liberal contemporáneo no llegó nunca a cuajar
en el conjunto del Estado. Álvarez Junco hacía referencia a este hecho en su obra Mater
dolorosa: que los nacionalismos periféricos se desarrollaran en paralelo al discurso nacionalista
del poder central fue por la debilidad de este último. Entre las razones de dicha debilidad cabe
destacar los intereses económicos y comerciales divergentes entre las élites de las regiones
periféricas desarrolladas, y también la inexistencia de guerras que enfrentaran al Estado
español con otros poderes externos (un enemigo externo siempre favorece la cohesión
interna).

Para que una identidad se construya hacen falta dos factores: el propio, es decir, un
contexto que nos influya y que nos haga convencernos e identificarnos con una identidad; y
por otro lado un contrapunto, un elemento que genere alteridad, otro con el que compararse.

Si retrocedemos a la Edad Media encontramos también factores que contribuyeron a la


idea de Aragón como una comunidad imaginada. Vamos a ver tres ejemplos al respecto.

 Marta Serrano trata el discurso del poder real y su simbología, viendo como estos
elementos sirven para concitar el espíritu de la colectividad.

 Rafael Narbona ha estudiado los cultos cívicos, que movilizan al conjunto de la


población.

 Suzann Cawsi ha trabajado el discurso de la cancillería y el poder real bajo el reinado


de Pedro IV el Ceremonioso, uno de los monarcas que más trabajó el capital simbólico
con el objeto de legitimar su posición de poder.

La tesis principal que estamos exponiendo es, pues, que las clases dominantes son las
elaboradoras de este discurso y de esta identidad colectiva, la comunidad imaginada. Pero ojo,
esto no significa que las masas no hayan jugado también un papel importante, ya que asimilan
y adaptan ese discurso juegan un papel protagonista a la hora de asimilar este discurso y
adaptarlo.

La Cultura Popular como Creadora de la Identidad Nacional


Pero también hay una parte de la historiografía que sitúa como gran agente generador
de esa identidad nacional a la cultura popular, que se enfrenta con sus símbolos y su identidad
colectiva a lo que se pretende imponer desde arriba, desde el Estado central.
Esta visión procede sobre todo de la Historia moderna y contemporánea, que no se
han preocupado por buscar los orígenes de la identidad colectiva en época más remota
además de que identifica al Estado únicamente con el Estado liberal. Además de ello, estos
autores no reparan en que la identidad colectiva tiene una génesis histórica anterior a la época
contemporánea, donde los grupos dominantes habrían tenido un papel capital. Es decir, la
crítica es que esas identidades, como por ejemplo la catalana, serían, si no producto sólo de la
acción de una clase dominante, al menos mezcla entre esto y la cultura popular.

Dos autores argumentan en la línea de esta segunda visión:

 Agustí Colomines, que se ha dedicado a esta cuestión argumentando que el hecho


nacional catalán se desarrolla de abajo-arriba con independencia de la acción del
Estado. Así, la identidad se habría formado de forma independiente y habría entrado
en contradicción con el discurso estatal.

 Pere Anguera, que postula esencialmente lo mismo.

En resumen, la diferencia entre las dos líneas historiográficas se basa en el motor o los
agentes históricos protagonistas en la creación de la identidad colectiva. Para la primera teoría
son el Estado y los grupos dominantes, mientras que, para la segunda, vinculada al mundo
moderno y contemporáneo, sería las clases populares.

La Comunidad Imaginada en la Corona de Aragón. El Caso de Cataluña.


La comunidad imaginada se construye a partir de una serie de elementos, y dentro de
ellos destaca el uso del pasado o la historia. La Historia es un instrumento de legitimación para
los poderes fácticos, y en el sentido de la construcción de las comunidades imaginadas, la
historia se utiliza para proyectar en el pasado cuestiones del presente. Así, buena parte del
discurso político se sirve de la Historia.

No se puede entender la historia de Aragón sin tener en cuenta que forma parte de un
conjunto de estados o reinos. Un mismo rey para toda la corona, una corona que no tiene un
documento o acto fundacional, aunque sí que podríamos entender el casamiento entre Ramón
Berenguer II y Petronila como punto de partida, desde el cual la cúspide del poder seria
común.

La historia de la Corona de Aragón está plagada de este tipo de injerencias: desde el s.


XIX el discurso nacionalista catalán ha utilizado la historia y ha tomado la parte por el todo,
reescribiendo la historia de la Corona de Aragón hablando de la Corona Catalano-aragonesa.
Este “tomar la parte por el todo” es una forma muy sesgada de enfrentarse al pasado. El lastre
de este tipo de interpretaciones todavía se percibe en el vocabulario histórico: Països catalans,
Corona catalano-aragonesa, imperio catalán, etc. En lo académico también ha existido este
problema, aunque en la universidad está ya más o menos superado. Por otro lado, este
conflicto mediático está salpicado por el discurso nacionalista español, e incluso el
aragonesista. Entre las consecuencias, que podemos ver en los medios de comunicación, está
la obsesión por negar la historicidad de Cataluña más allá del mapa actual, o negar la entidad
de reino de Cataluña.
En términos historiográficos hoy en día el reto está en explicar cómo la sociedad feudal
se proyectó en una comunidad imaginada y por qué, en el proceso de configuración del estado
nación, algunas de estas comunidades fueron suplantadas por el gran discurso nacional de la
historia de España y en otras zonas, sobre todo periféricas, no.

I.2. Aragón: La Construcción Medieval de una Comunidad Imaginada


Es un proceso dirigido por la clase dominante, por lo que empieza en torno a los
círculos de poder monárquico. Tres etapas en la elaboración de la primitiva Historia de Aragón:

El punto de partida (ss. IX-XIII): intento de transmitir la legitimidad de reyes, linajes y


fundaciones

El punto de partida podemos definirlo como una fase precronística, aunque la


memoria era algo esencial. Así, destacan las genealogías, listas de nombres de aquellos que
tuvieron el poder, cuya memoria linajística era necesario conservar para legitimar el poder de
los monarcas venideros. De los pocos documentos que hay el más importante es el códice de
Roda (s. X), importante para el estudio de Navarra y Aragón.

Pero conforme avanza el tiempo tenemos más documentos. En el ámbito catalán,


tenemos los anales de Ripoll (s. XII): desde la época de Ramón Berenguer IV la memoria del
condado de Barcelona elabora un sincretismo, tratando de unificar el patrimonio simbólico de
los reyes de Aragón con los condes de Barcelona. Otro documento importante son los anales
de Tortosa (s. XII), cuya finalidad era documentar esta tradición monárquica en la catedral de
Tortosa. Es significativo, además, que según estos anales el inicio de la memoria de la
monarquía se fija en un hecho muy anterior: en la conquista de Huesca. Así, se recurre a la
memoria de Pedro I como el conquistador de una ciudad importante del Islam como era
Huesca. Un último documento son las gestas de los condes de Barcelona.

Asistimos, pues, al inicio de una labor de sincretismo en el ámbito catalán desde


mediados del s. XII: los monarcas aragoneses y los condes catalanes se inscriben dentro de una
misma tradición memorística. En definitiva, tratan de unir las dos líneas de la monarquía en
una misma tradición.

Las grandes crónicas (ss. XIII y XIV): identificación entre monarquía (casa real de
Aragón) y cuerpo social
El panorama anterior cambió a finales del s. XII y sobre todo en el s. XIII. El primero de
los documentos narrativos que podemos inscribir en esta época son las Gestas de los condes
de Barcelona y reyes de Aragón. Además de adoptar un lenguaje narrativo (ahora se narra, no
se nombra), la novedad que supone es el reconocimiento como monarca de Alfonso II. La
introducción de estas Gestas explicita que Alfonso II era el fundador de una nueva línea, en su
persona el linaje quedaba de alguna manera refundado.

Pero lo verdaderamente importante son las denominadas cuatro grandes crónicas son:

 Libro de los hechos de Jaime I. Es la primera de las denominadas cuatro grandes


crónicas. La crónica narra, de forma autobiográfica, la vida y las gestas más
importantes del rey, especialmente las conquistas de Mallorca y Valencia. La historia
comienza con su nacimiento y termina con su muerte. Se trata de una narración
caballeresca y literaria, y es la crónica más verosímil históricamente. Por otra parte,
cabe destacar que Jaime I continuó la política iniciada por su abuelo Alfonso II, la
identificación de la Corona de Aragón con su persona. Para conseguirlo, llevó a cabo
una estrategia de propaganda, y situó el panteón real en Santa María de Poblet,
monasterio de nueva fundación, lugar que no estaba vinculado con anterioridad ni a
Aragón ni al Condado de Barcelona. El siguiente monarca, Pedro II, escogió como
mausoleo el monasterio de Sigena.

 Crónica de Bernad Desclot. Desclot era un barcelonés del séquito de Pedro III. La
crónica está sólo centrada en Cataluña hasta el reinado de Pedro III. Históricamente,
es la menos verosímil; las tergiversaciones residen, por ejemplo, en la narración de la
conquista de Mallorca y Valencia. Es una crónica que mana del entorno regio, pero no
está supervisada por el rey, no fue utilizada por la monarquía.

 Crónica de Ramón Muntaner. Contemporánea al reinado de Alfonso IV, es


históricamente verosímil, aunque quizás no tanto como la de Jaime I. Es una de las
crónicas en la que se explica con mejor detalle la ceremonia de la coronación de los
reyes de Aragón.

 Crónica de Pedro IV el Ceremonioso (1375). Es literariamente la menos rica de las


cuatro, y desde el punto de vista histórico también incluye varias tergiversaciones
explícitas.

Humanismo (s. XV): expresión de una identidad aragonesa en términos políticos


(libertades e instituciones)
En esta fase, ya a finales del s. XV, hay un cambio sustancial respecto a la creación de
memoria histórica: entran en escena, como generadores de memoria, no ya los monarcas, sino
las oligarquías, y lo hacen a través de sus propias plataformas institucionales.

Un ejemplo significativo de esto es la creación a finales del s. XV del cronista oficial del
reino de Aragón, cargo promovido por la diputación y no por el rey. Identificándose como algo
distinto a la monarquía, las oligarquías quisieron hacer su propia historia (en todo caso, la del
grupo dominante, claro). El primer cronista oficial fue Gualberto de Vagad (elegido en 1495),
que ya tenía experiencia como cronista, además de que era un poeta formado. En 1499
escribió la primera historia oficial de Aragón, donde el protagonista es el reino, entendido
como el devenir histórico de los grupos que habían ostentado el poder en este estado feudal.

Esta tradición la continuarían otros como Jerónimo Zurita, el más historiador de los
narradores de la historia de Aragón.

I.3. Tres pilares en la construcción de la memoria histórica aragonesa


El mito de San Jorge como respaldo divino
En el reino de Aragón, el mito de San Jorge es el mito más importante, que garantiza el
respaldo divino. San Jorge se convierte en el intermediario entre los designios divinos y las
acciones de la monarquía.
El origen de este mito se sitúa en la juventud de Jaime I, que reina entre 1213 y 1276, y
ya desde el comienzo de su reinado tuvo que afrontar el problema de renovar o no la
enfeudación que su padre había realizado al Papa. Finalmente, Jaime I decidió no renovar esa
enfeudación, pues suponía una trasferencia de rentas reales al Papado. Por tanto, para
solucionar la crisis de legitimidad que esto podría provocar, apeló directamente a la divinidad a
través de la figura de San Jorge. Además, se valdría sistemáticamente de su figura, hasta el
punto de que incluye una mención a San Jorge en su crónica: durante la batalla de Portopí
cuentan que se vio entrar a la ciudad a un caballero vestido de blanco que tal vez fuera San
Jorge.

A partir de entonces, los monarcas se valdrían de esta misma asociación San Jorge-
Monarquía aragonesa de forma cada vez más intensa, lo que sirvió para identificar el terreno
de la divinidad con la monarquía aragonesa. Cabe destacar que el monarca que más recurrió a
esta apelación a la divinidad fue Pedro IV, quien además estableció que el día de San Jorge
fuera día de celebración.

Así pues, aunque San Jorge sea un santo de la Iglesia católica, fue una figura impulsada
por el poder real aragonés.

*Crónica de San Juan de la Peña: prefacio de la crónica de Pedro IV. Escrita en


aragonés. Dice que San Jorge acudió a la batalla previa a la conquista de Valencia: ante un
discurso pergeñado en favor de la legitimidad del poder real.

Los fueros de Sobrarbe


El segundo pilar es la construcción de un orden primordial utópico, una especie de
edad de oro, que desde el principio de los tiempos dota de dimensión moral y articula en
igualdad a todo lo comprometido con ese origen. En esta construcción destacan los Fueros de
Sobrarbe, que surgen a mediados del s. XIII y fueron utilizados por la monarquía como
argumento para resolver simbólicamente conflictos políticos muy determinados.

Vienen a decir que, en un orden primordial utópico, los aragoneses luchaban contra los
musulmanes de “modo pacífico”, pero con el paso del tiempo se rompió la concordia. Ante
esto, los aragoneses reunieron a unos sabios y éstos les recomendaron acudir a una serie de
juristas lombardos y al Papa para que les dieran consejo. Éstos aconsejaron a los aragoneses
elegir un rey que los gobernara, pusiera paz y legislara, y el producto de esa legislación serían
los fueros de Sobrarbe.

Este mito, que nace en el primer tercio del s. XIII, se incluye en el prólogo del Fuero
General de Navarra (1238). Esto fue así porque pocos años antes, en Navarra, había tenido
lugar un cambio dinástico con Teobaldo de Champaña, rey procedente de Francia, y por tanto
extranjero. Así, se intentó legitimar la preeminencia navarra frente a la intromisión de una
dinastía extranjera a través de estos fueros míticos, que rezan que el rey no es superior a la
aristocracia, es sólo como un árbitro.

Desde este momento, los Fueros de Sobrarbe fueron utilizados siempre en coyunturas
históricas específicas, en momentos de conflicto con la monarquía. Pasamos a ofrecer dos
ejemplos. Primero, cuando a mediados del s. XV el príncipe de Viana ordena redactar una
crónica en la que de nuevo aparece la leyenda de los fueros de Sobrarbe, esta vez porque
estaban inmersos en pleno conflicto con Cataluña. Segundo, en 1499, cuando Gualberto de
Vagad los rememora. Se habían sucedido poco antes varios conflictos importantes: Fernando II
había introducido la Inquisición, y algunas de sus prácticas chocaban con los fueros de Aragón;
había intentado implantar la Santa Hermandad, que no fructificó porque las Cortes lo echaron
para atrás; había nombrado virrey de Aragón a un catalán en 1482, aunque tampoco fructificó,
etc.

Todo esto supuso que la oligarquía se reafirmara en el mito de los Fueros de Sobrarbe:
“todos somos igual que vos, y todos juntos somos más que vos”.

Providencialismo y ejemplaridad en las acciones fundadoras

El providencialismo y la ejemplaridad en las acciones fundadoras es un eje dentro del


discurso del poder real, un ejemplo de ello es la campana de Huesca. Esta leyenda se sitúa en
el reinado de Ramiro El monje, el cual se enfrentó a una rebelión nobiliaria que resolvió
decapitando a los rebeldes y realizando con sus cabezas una campana para que sirviera de
aviso a futuras disidencias. De este modo, la historia se presenta como la posibilidad de la
utilización de la violencia por parte del rey para imponer justicia; el rey tiene legitimidad para
aplacar a la aristocracia díscola.

Algo similar sucedería de nuevo bajo el reinado de Pedro III, que tuvo que hacer frente
a una revuelta nobiliaria muy potente. Por ello, Pedro III impulsó la creación de un poema
épico que narra este acontecimiento, mostrando este hecho como precedente de la utilización
de la violencia.

Capital simbólico, legitimidad y poder


El señal de la Corona de Aragón, cuyo origen se remonta a finales del s. XI, es una
franja amarilla con cuatro barras rojas. A falta de pruebas más sólidas para fijar su origen,
parece que procede de la copia por parte del segundo de los reyes privativos del reino de
Aragón, Sancho Ramírez, del señal del papado, un poder superior al de aquellos “reyezuelos”
que surcaban el eje europeo.

Sancho Ramírez necesitaba legitimidad y viaja a situarse bajo la dependencia feudo-


vasallática, a infeudar el reino y situarse bajo la dependencia del papa en el 1068. Sancho pudo
adoptar el símbolo del papado, y las tiras donde colgaba el símbolo eran de color amarillo y
rojo. Esta es la hipótesis considerada más verosímil por los investigadores.

*Ramiro no se llamó nunca a sí mismo rey (sí lo hicieron luego los demás), pero sí
Sancho Ramírez, por la legitimidad que le dio el papa, esto que decimos: se creció.

En cuanto al escudo, las cuatro cabezas de moro aparecen junto a la cruz de San Jorge
(roja sobre fondo blanco), en referencia a la creación mítica que sitúa a San Jorge en la Batalla
de Alcoraz. En cuanto a la cruz de Íñigo Arista (blanca sobre fondo azul), proviene del primero
de los reyes navarros del que hay memoria, del que quedó registro. Recordemos que en origen
Aragón estuvo muy unido a Navarra.

La heráldica y la emblemática utilizados a escala territorial no dejan de ser


asimilaciones de los iconos propios de la monarquía. Estos que son hechos propios por los
grupos dirigentes década territorio son elementos adoptados por el rey previamente, y que
por extensión esta nobleza asume con el fin de legitimarse.

También el caso de la intitulación del rey destacaría una jerarquización y cierta


autonomía entre si un origen distinto, pero también enfatizaría la unidad al estar todos estos
títulos atribuidos al mismo monarca.

Tema II: Un Mundo Ancestral: Los Orígenes de Aragón


(siglos VIII-XI).
En esta etapa oscura, de casi total ausencia de fuentes escritas, nada anunciaba la
gestación de la entidad política de Aragón, que acabaría convirtiéndose en un gran Estado en
los albores de la Modernidad. Sea como fuera, los orígenes se sitúan en torno a los Pirineos,
siendo Aragón un condado en torno al valle de Echo, Canfranc y Jaca.

II.1. La cristiandad y el islam en el noroeste peninsular


Delimitación geográfica
El condado de Aragón estaba rodeado en los ss. IX y X, por occidente, por el reino de
Pamplona y, por oriente, por Huesca, dentro de la marca superior de al-Ándalus y dentro de la
taifa de Zaragoza a partir de comienzos del s. XI, y por el condado de Ribagorza.

Fuentes para el estudio de los orígenes de Aragón


Para el estudio de esta época, hasta el año 1025, cuando se instauran los grandes
monasterios benedictinos en la zona central del macizo pirenaico y la zona más al este, en la
zona de los condados protocatalanes, contamos con muy pocas fuentes escritas, y es por ello
que se trata de una época oscura. Pero durante el reinado de Ramiro I comenzó la fundación
de los monasterios, y por ende la creación de archivos monásticos. En el s.XI estos monasterios
comienzan a recopilar documentos. En la época de los primeros monarcas aragoneses, muchos
de estos monasterios, destacando el de San Juna de la Peña, recopilaron documentación del
s.X, pero están en entre dicho pues pueden ser falsos. En su mayoría se tratan de
consagraciones, pleitos, etc.

Desde este momento comenzamos a conservar diplomas. En general, en esta época


contamos fundamentalmente con las siguientes fuentes:
 Cartularios del Monasterio de San Pedro de Siresa, que incluye diplomas del s.IX. Lugar
de enterramiento de los condes de Aragón y edificio emblemático de esta “dinastía
condal”, pero sus documentos son copias muy posteriores, por lo que pueden ser
falsos o manipulados, pero algunos son factibles. En estos documentos aparecen
menciones a Galindo Aznárez.

 Referencias dentro de los anales carolingios al comes Aureolo en el condado de


Aragón.

 Códice de Roda, que incluye la genealogía condal aragonesa y pamplonesa hasta el s.X.

Otro tipo de información que debemos tener en cuenta es la topografía. La primera


referencia a Aragón es del 828 y designa un territorio adscrito al poder condal asociado al
Conde Galindo de Aragón. Además, también hay referencias coetáneas designando Aragón
como un hidrónimo («Aragus flumen») mencionado por el obispo de Córdoba Eulogio, quien
viajo por los monasterios de la zona. Ambas referencias son una de las más antiguas que se
documentan en la Alta Edad Media hispánica.

Articulación de los poderes protofeudales


¿Cómo se produce la articulación de estos primeros poderes que podemos denominar
protofeudales y que adquieren un carácter feudal en el primer tercio del siglo XI, al menos en
lo fundamental?

Para contestar a esta pregunta debemos mirar en dos direcciones:

 Pamplona, donde encontramos una dinastía que remite al primer monarca del que se
guarda memoria en las genealogías: Íñigo Arista. Es la figura a quien remiten los
símbolos más antiguos que forman parte del imaginario del poder real y son más
antiguos. De su relación con los musulmanes destacan sus pactos con los Banu Qasi.

 El Imperio carolingio. En torno al año 800 un episodio bélico, la batalla de


Roncesvalles, nos permite documentar la distribución de poderes locales. Esta batalla
ha sido descrita en los anales carolingios y en dos grandes poemas épicos: Roldán en
Zaragoza y la Canción de Roldán.

Gracias a estas crónicas se ha podido reconstruir una serie de referencias sobre lo que
ocurrió en esta zona de la península nada más llegar los musulmanes. El momento en el que
más se describe la zona del valle del Ebro es la campaña de Carlomagno contra la Saraqusta
islámica.

La campaña la empieza a forjar en torno al 770, según cuentan los anales carolingios,
en la marca superior de Al-Ándalus se produce una rebelión contra el poder cordobés cuando
un potentado andalusí, Suleyman, junto al gobernador de Huesca, Abu Tawr, decidieron
presentarse ante Carlomagno y ofrecerle Saraqusta como sumisión. Carlomagno diseño una
expedición militar a Zaragoza guiando a su ejército por dos frentes, Pamplona y Cataluña.

Tras 4 años y una vez frente a Zaragoza, el valí de la ciudad no abrió las puertas de esta
y el ejército dio media vuelta por ambos flancos, con la mala suerte de que una emboscada en
la zona de Roncesvalles, muy probablemente vascones indígenas, diezmo esa parte del ejercito
franco acaudillado por Roldán, quien murió en el enfrentamiento.

Este hecho se refleja en el Cantar de Roldan o Cantar de Roncesvalles. Este hecho


desbarato las fuerzas de Carlomagno, pero se convirtió en parte de la tradición épica franca.
Sobre este episodio no hay un consenso sobre el lugar donde tuvo lugar.

Ésta es una de las pocas informaciones de las que disponemos en el s.VIII, si bien es
cierto que sabemos que en torno al año 778 en la franja norte de los Pirineos existía un
gobernador, un comes, de nombre Oriol o Aureolo asociándolo con el topónimo Peña Oriol de
Jaca, pudiendo remitir a este conde. Amrus Ben Yusuf sería un general que en 809 que lanza
un ataque desde Huesca en el que el conde Oriol pierde la vida según las fuentes.

En este momento esta zona de la península entra en la zona de influencia carolingia, y


las fuentes árabes sitúan también aquí a una especie de gobernador de la zona, un tal Galindo
Blasco. También se hace referencia a que Aznar Galíndez seria colocado por Carlomagno en la
zona, siendo su sucesor, el conde Galindo Aznárez I, atribuyéndole el sobrenombre de el
Restaurador.

A finales del s.VIII este tipo de noticias son nuestras únicas referencias. Pero lo
verdaderamente importante es que estas fuentes nos permiten identificar a los primeros
poderes condales de Aragón, además del contexto en general, del juego de fuerzas.

II.2. El condado de Aragón


Es a partir de comienzos del s.X cuando podemos establecer una secuencia de
configuración de un poder que acabará teniendo las características de un poder feudal.

La tradición condal aragonesa será absorbida por la monarquía pamplonesa, quedando


en su órbita de influencia en 2-3 generaciones.

El reinado de Sancho Garcés I (905-925)


Sancho Garcés I (905-925) será un monarca con un reinado destacable y emblemático
pues supo hacer suya una carga simbólica y cultural proveniente de la monarquía visigótica, y
trasladar todo ese poder redentor a su reinado en la Península. Destaco por encarnar unas
características que distinguían al rey de la clase aristocrática, liderando un proceso indiscutible
de reconocimiento del poder del rey sobre los nobles. Encontramos una ideología real muy
vinculada al discurso visigótico religioso, y el liderazgo de un proceso de conquista en las que
habrá épocas en las que no estará tan claro el liderazgo del rey.

Tanto calo el discurso de reconquista, que en el prólogo del Fuero General de Navarra
aparece este tipo de discurso a modo de justificación de las conquistas, a imitación asturiana.
En este momento existía esa verdad operativa de la perdida de la Hispania visigótica y la
voluntad de los pueblos que permanecieron en el norte de recuperarla. En los fueros de los
monarcas aragoneses del s.XI, e incluso en época de Ramiro, también se transmite esta idea a
través de fórmulas más cortas.

Además, la estructura de corte palatina también estaría estrechamente relacionada


con este discurso. Entre las influencias encontraríamos la de influencia de Constantino VII a
través de la obra Libro de las Ceremonias (913-959) y de Hincmaro de Reims y su De Ardine
Palatii (843-877), contemporáneo de Carlos el Calvo. Sabemos que la monarquía asturiana
seria de las primeras en adoptar estos rasgos, siendo la monarquía pamplonesa un par de
generaciones más retrasada.

Independientemente de la monarquía asturiana y su recuperación de la monarquía


isidoriana, la influencia de las taifas sobre los reinos fronterizos con los que se crearon lazos de
diversos tipos es clara, pues en algunas fuentes árabes encontramos también este tipo de
nombramientos como es el caso del alcaide, quien guía o conduce un ejército ya en época
emiral. Que haya una persona o un varón que reciba uno de estos cargos (mayordomo,
botellero, alcaide, etc.) son un rasgo que se ve tanto en el mundo cristiano como en el mundo
musulmán de las taifas, así como del emirato. Esta es una idea de poder palatino bastante
avanzado, pues vemos un poder del rey y de la reina en sus espacios y en sus relaciones con la
aristocracia.

Hablar de puntos de inflexión en esta época es complicado, más allá de hechos


puntuales o enfrentamientos bélicos. Aun así, podríamos marcar el año 905 como punto de
inflexión destacable, pues hay un cambio dinástico en el reino de Pamplona, llamado “golpe de
estado”.

En el año 905 comienza el reinado del primero de los monarcas cuya labor podemos
seguir con algo de precisión: Sancho Garcés I, el primer rey de la llamada dinastía Jimena. Su
reinado supone una ruptura con la tradición anterior por diversos aspectos.

En primer lugar, una ruptura dinástica, con el fin de la dinastía Íñiga (Descendientes de
Iñigo Arista) y el comienzo de la dinastía Jimena, siendo Sancho Garcés el primer monarca de la
misma. No por medios violentos

Segundo, una ruptura política, ya que comenzó a extender su reino integrando y


sometiendo a núcleos de poder tantos islámicos como cristianos. Así, bajo su reinado se
realizan conquistas como la zona de la actual Rioja (Nájera, Calahorra, la baja Navarra, etc.), así
como Aragón y Ribagorza acabaron bajo el poder de los reyes de Pamplona a partir de este
monarca; destacando el hecho de que se hizo a la par de la proclamación del califato andalusí,
época de expansión musulmana.

Tercero, la ruptura también es ideológica, por dos cuestiones: comenzamos a observar


representaciones mayestáticas y tuvo lugar la identificación del poder real y el poder
eclesiástico: Sancho Garcés I incluyó en su séquito a obispos y demás; quería recuperar el ideal
de la monarquía visigótica (“monarquía isidoriana”, según J. J Larrea).

¿Cómo pasó el condado de Aragón a formar parte de los dominios de Sancho Garcés I?

Las noticias son indirectas y escasas. Por entonces los comes tenían control por el
territorio que se extendía por el valle de Echo y Canfranc. Respecto a lo que nos preguntamos,
en el año 921 el condado de Aragón ya aparece documentado como parte de los dominios de
Sancho Garcés I. Es también una noticia incluida en una confirmación de unos términos
concretos: las tierras pertenecientes al monasterio navarro de Fuenfría.
La referencia a la anexión de Aragón la encontramos en el Comienzo del Reino de
Pamplona, señalando que en el año 921 tomo para si el condado de Aragón, y desde el 921
hasta el 925, existen documentos relativos a la donación de terrenos a monasterios de Aragón
que mencionan a que el conde Galindo Aznárez II estaba junto al rey en el momento de la
donación, hasta la muerte del conde en el 922. Desde la muerte de este es el rey de Pamplona
quien gobierna y transmite el territorio del Condado de Aragón.

Esto no implica que fuera una conquista: probablemente fuese consecuencia de un


contrato entre Sancho Garcés I y Galindo Aznar, el entonces conde de Aragón.

Reinados de García Sánchez (925-970) y Sancho Garcés II Abarca (970-994)

Además, en la siguiente generación este pacto se ratificó con una alianza dinástica
cuando la reina Toda Aznárez y la condesa de Aragón, Sancha Garcés, arreglaron un
matrimonio entre Andregoto, hija del conde Galindo Aznar, y el rey García Sánchez I, hijo de
Sancho Garcés I. Debió estar promovido por las mujeres, ya que la condesa y el rey de
Pamplona eran hermanos.

El matrimonio se divorció, aunque fue importante políticamente porque se saldó con


el nacimiento de Sancho Garcés II Abarca, rey de Pamplona y conde de Aragón (Los territorios
aragoneses conservaron su entidad particular), quien casaría con Urraca de Castilla. Además,
es un personaje que pasaría a la historia, a la memoria dinástica tanto de la monarquía navarra
como aragonesa.

Cabe destacar que la herencia de Andregoto es relevante, pues se da durante el


periodo en el que se está desarrollando la importancia de la monarquía isidoriana. En el
reinado de Sancho Garcés II se copia el Códice Conciliar del Albelda, el Liber Iudiciorum.

García Sánchez I se casa por segunda vez con Teresa Ramírez, y fruto de ese
matrimonio nace un tal Ramiro, que sería rey de las tierras conquistadas por su abuelo, rey de
Viguera (975-991). Esto revela o destaca una costumbre aristocrática o de la realeza, desgajar
territorios y dejarlos en manos de varios sucesores. También es relevante que Ramiro, su
madre Teresa y su padre García Sánchez I, son reconocidos como reyes sin problema, por lo
que el apelativo rey/reina engloba a miembros de una familia. Es importante toda esta
iconografía del poder real (rex, regina, regulus) que comparte toda la familia real que procede
del Códice de Albelda, es decir, todos los que pertenecen a la casa y la familia del rey.

Esto destaca el discurso mesiánico visigótico en el que la familia se desmarca de la


nobleza a través del título de rey. Cabe destacar que en el relieve de Luesia datado del s.X
representa a un monarca coronado al estilo visigótico, reforzando la figura del rey.

Por otra parte, en este momento, durante las décadas centrales del s. X, y ya desde el
reinado de Sancho Garcés I, se inicia una particular ofensiva contra el Islam: la guerra contra la
Marca Superior se intensifica. Así, son incorporados Nájera, Calahorra, Estella y Arnedo, entre
otras ciudades en la época Sancho Garcés I y Sancho Garcés II Abarca. Además, la sede de los
monarcas pamploneses se traslada a Nájera: el rey de Pamplona residiría habitualmente en
Nájera y no ya en Pamplona.
Sancho Garcés II Abarca, primer monarca de Pamplona que abarca el Condado de
Aragón dentro de las posesiones del monarca pamplonés, no tendrá distinción como monarca
y conde. Esto es destacable pues años después será el ejemplo en el que se fijen las
generaciones futuras para justificar su dominio.

En cuanto a esto último, tenemos dos casos claros que lo reflejan:

 Dentro del Libro de los Hechos de Jaime I de Aragón, en torno a 1270, se destaca un
evento de la monarquía aragonesa, un levantamiento dirigido por Pedro de Ahonés, y
en cuyo relato el rey intercala un discurso que dio a los ciudadanos de Huesca, tras
haber pacificado la revuelta, en el que hace referencia a 14 generaciones previas de
reyes, llegando a Sancho Garcés II. Es decir, recurre entre sus credenciales como rey a
14 generaciones que lleva su familia reinando, poniendo el origen en Sancho Garcés II.

 Otro episodio destacable se inscribe en otra crónica, la Crónica de San Juan de la Peña,
un texto casi de caballería del s.XIII, pues constituye una amalgama de historias
distintas. Data de 1360 aprox. Es una introducción a la Crónica de Pedro el
Ceremonioso, la cual data de 1376.

Al ser previa, tenía como fin contar desde el origen de la humanidad hasta la
coronación de Pedro el Ceremonioso. La historia que esta cuenta de cómo llega al
trono Sancho Garcés II, según la cual, en un pasado mitificado, el rey y la reina
esperaban un hijo cuando los musulmanes atacan en una batalla en la que murieron
rey, reina y nobles. Tras la batalla un pastor encontró al bebe saliendo de la tripa de la
reina muerta y lo crio. Tiempo después la nobleza navarra que quedaba se organizó
para elegir nuevo rey, le puso unas abarcas al joven, pues el pastor pertenecía a la casa
Abarca y lo presento, siendo elevado como rey. En esta historia encontramos
referencias a historias como al del Rey David de la Biblia o la de Hércules de Disney.

Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035)

En el reinado de Sancho III el Mayor, la cantidad de documentación de la que


disponemos comienza a aumentar notablemente (A finales del s. X, en torno al año 1000, nos
situamos en el contexto previo de la reforma gregoriana y la instalación de los grandes
monasterios benedictinos, que son, para esta época, los auténticos registros tanto del poder
real como de las élites aristocráticas). Por tanto, veremos mucho mejor las cosas que
caracterizan a las aristocracias, cómo se articulan las relaciones de poder a escala más
reducida, el gobierno y la administración del territorio, etc.

Sancho Garcés III el Mayor comenzó su reinado en el año 1004 a la edad de 12 años.
Por tanto, debido a su minoría de edad, quienes ejercían el poder eran su madre Jimena y su
abuela Urraca. Dentro de los reinos cristianos, Sancho el Mayor pretendió la unificación de los
mismos bien por vínculos de vasallaje o bien bajo por su propio mando. Durante su reinado el
reino de Pamplona experimentaría una expansión, y la autoridad del monarca experimentó
una consolidación.

Línea castral
En este contexto, Sancho el Mayor levantó una línea castral entre los dominios
pamploneses y aragoneses como consecuencia de una decidida tarea de expansión frente al
islam. Esa línea castral, que se articulaba en torno a las honores, comprendía tres grandes
sectores fronterizos:

 El valle de Funes, sector controlado por Fortún Velázquez, el primer delegado del
poder real con autoridad supralocal.

 Las altas Cinco Villas (en torno a Uncastillo), sector controlado por Jimeno Garcés,
quien había sido el ayo (Tutor legal, “padre de hecho”) del monarca. Cabe mencionar
que este cargo palatino nos informa de la primitiva construcción de la casa real.

 Territorio sureño en torno a Loarre, sin que tengamos un personaje claramente


identificado.

Así pues, es importante destacar la incipiente casa real y la decidida estrategia militar
concretada en fortalezas, este entramado castral, que es más ofensivo que defensivo.

Descendencia

Debemos fijarnos en el mapa de esta zona a la muerte de sancho III. En época de


sancho Garcés I ya se había fijado la costumbre de vincular ciertas zonas del territorio a cada
descendiente del rey. En el caso de Sancho III la llevo en vida con los territorios en el mismo
tomo.

Por tanto, este mapa se configuro entre la década de 1010 hasta 1035 de forma
fragmentada. Sancho III anexiono territorios desde el antiguo Condado de Castilla hasta
Sobrarbe y Ribagorza, a veces por herencia natural, como es el caso del reino de Pamplona y el
Condado de Aragón por parte de su padre, mientras que el Condado de Castilla se incorporó
por herencia de su esposa, doña Muniadona, hija de Sancho García, conde de castilla.

Algo similar ocurrió con Ribagorza, lo recibió por herencia de su tía. Sobrarbe es
desconocido como lo heredo. Ribagorza mantenía una identidad condal que se remontaba
bastantes años, teniendo una diócesis particular.

 García Sánchez III, el primogénito de los hijos nacidos en el matrimonio, heredó


Navarra.

 Ramiro recibió Aragón. Es el primogénito, pero es un hijo bastardo, hija de la noble


navarra Sancha. Para poder recibir un territorio debía ser declarado hijo legítimo, y así
acabó sucediendo. No sabemos en qué momento pasó esto, pero en el año 1032 ya lo
tenemos como gobernador de Aragón.

 Gonzalo recibió Sobrarbe y Ribagorza, pero su temprana muerte hizo que esos
territorios fueran a parar a su hermano Ramiro.

 Fernando recibió el condado de Castilla, aunque también fue rey de León poco
después por enlace matrimonial.

 Jimena, reina de León junto con Bermudo III.


Por último, cabe destacar que asistimos en este momento a un proceso de
fortalecimiento de la institución monárquica y de sus resortes de poder, algo que no
conocemos bien pero que sin duda tuvo que ser así percibido tanto por la aristocracia como
por el campesinado. Comenzó a existir una especie de consenso aristocrático que atribuye
derechos sucesorios y de gobierno al rey mucho más allá del mero ejercicio de la coerción, que
es lo que había primado en la Alta Edad Media.

Articulación de la proyección del poder real. Las honores .

Durante el s.X, esa idea de distinción frente a la aristocracia y el valor de las conquistas
territoriales como un hecho que distingue a la monarquía sigue formando parte de los
elementos que regulan las acciones entre el rey y la aristocracia. A finales del reinando de
Sancho Garcés II, y de García Sánchez II (994-1000/1004) y Sancho Garcés III empezamos a ver
un cambio significativo.

En torno al año 1000, en el conjunto de la cornisa pirenaica y en centro-Europa, se


estaba produciendo la revolución o mutación feudal, que cristalizó en el contrato feudo-
vasallático, la forma de consenso aristocrática que consiste en la creación de redes de
dependencia verticales en la que los inferiores se comprometen a dar una prestación a los
superiores y éstos, a su vez, se comprometen a dar protección a aquéllos. Este proceso se
acabó ritualizando, se convirtió en un verdadero rito que viene a subrayar la importancia de las
relaciones aristocráticas. En este marco, uno de los ejes que permiten tanto el desarrollo del
ritual como de estos lazos verticales es la idea de beneficio (un bien, ya sea una explotación, ya
sea una renta, que el superior confiere al inferior por un contrato feudal).

Las vinculaciones con el rey estaban comenzando a virar desde un Pallatium visigótico,
que giraba en torno a una vieja configuración romana, hacia un nuevo rumbo, basada en una
configuración feudataria. Pasamos de cargos palatinos a tenentes y tenencias.

Paulatinamente vemos como la aristocracia cambia su forma de autoidentificarse,


ligándose más a las fortificaciones construidas o tomadas por iniciativa del rey. No será
incompatible tener un cargo doméstico y gobernar una fortaleza, pero el gobierno de una
fortaleza ira dando más prestigio y poder.

Un señor podía ser feudatario de una plaza concreta pero no era extraño que se
cambiase de plaza, pues estas no eran hereditarias. Tenían la potestad de poner en cultivo
todas aquellas tierras que quisiesen, pero no tenían tanta libertad para construir
fortificaciones. Este sería el mayor honor del que podía hacer gala un varón aragonés.

No hay rastro de que los señores, los propietarios de la tierra, tengan otras
atribuciones. Es decir, ejercen ese dominio concedido por el rey o formas más antiguas de
colonato, que se basa en la explotación de ese terreno que dominan por aparte de los
campesinos, pero no va mas allá. Sin embargo, tras el cambio de milenio (COMPLETAR)

Tenencia: se refiere a la misma realidad, pero prescindiendo de ese matiz de prestigio


que va asociado al honor. La historiografía a veces diferencia entre ambos términos, pero
deben tratarse como sinónimos. Es más sencillo usar feudo, pues engloba ambos conceptos.
Según el profesor Carlos Laliena, en estos últimos reinados asistimos a una “revolución
silenciosa”, en referencia esas 2-3 generaciones en las que se adopta la costumbre de nombrar
a los miembros de la alta nobleza. Una “revolución silenciosa” que supone un cambio en las
relaciones entre rey y aristocracia. También suponía un cambio en las relaciones entre la
propia aristocracia (los hasta ahora llamados magantes, potentados…) y la población
campesina inscrita en los propios feudos, en la castra, que va a vivir un proceso de sujeción a la
tierra y de control por parte de esos tenentes

A finales del s.X y comienzos del XI encontramos una aristocracia de servicio, plagiada
de Asturias, en la que se forja otra relación basada en la cesión de una serie de territorios y
distritos castrales, que comportan el control de una fortificación y el disfruté de una renta
aportada por la población de la zona.

Por tanto, la aristocracia a partir de Sancho el Mayor, se pasará a relacionar a la


aristocracia con los territorios y no con los servicios domésticos al rey. Esta revolución que no
fue violenta y fue silenciosa, nos habla de un proceso de feudalización que desde comienzos
del s.XI, Sancho Garcés III realizara desde el 1004 y que progresara. En el siglo anterior la
monarquía se va configurando en base a las características asturianas, pero a finales del s.X
comienza a feudalizarse. Se ceden temporalmente, pues son feudos.

Sera en torno a los s.X-XI cuando en la Europa occidental se modifique la distribución


del medio rural, conocido en Italia como encastellamiento y en Francia como ruptura feudal.
Una de las manifestaciones de este proceso, desde la historia social, es la aparición de una
estructura de poblamiento novedosa, que desde la postura rupturista se entiende que,
previamente al año 1000, había un poblamiento más disperso, y que sería con estos señores
feudales cuando harían replegarse y concentrar a la población para un mejor cobro de las
rentas, forzando la creación de las aldeas.

Los rasgos que distinguen este encelulamiento o agrupamiento son el urbanismo


concentrado, casas apiñadas en torno a una calle, la introducción de al menos una
iglesia/oratorio por cada una de estas aldeas, en las que habría un presbítero como
responsable, y la aparición de los términos donde se inscribían los campesinos y que estaban
bajo la dependencia de un poder superior, real, aristocrático o monástico, que queda fijada al
terreno por ese poder superior que les pide una renta feudal, pudiendo chocar con las aldeas
próximas. Tienen que explotar la tierra, obtener leña, criar el ganado… y se pueden crear
tensiones por el territorio entre poblaciones cercanas.

Otra característica es la aparición de la actividad colectiva. En algunas fuentes


encontramos el término “concilium”, que luego dará lugar a la palabra concejo (comunidad
organizada políticamente para regular aquellas cosas que atañan a sus miembros). Sería la
comunidad de vecinos de la aldea. En la década de 970, en Tierra de Campos, encontramos la
palabra collazo, que tendría el mismo sentido.

Otro rasgo que permite datar a estas comunidades es la existencia de intermediarios


entre la comunidad y el señor, denominados ambacti en fuentes carolingias, arimani y más
tardíamente en el s.XI, en las fuentes navarro-aragonesas, merinos.
Durante el reinado de Sancho el Mayor, ese beneficio se identifica con la denominada
honor. Se empezó entonces a documentar la concesión de estos dominios y rentas, de estas
honores. Cabe destacar que, en el ámbito navarro-aragonés, en el centro de cada una de ellas
había una fortificación: el rey cedía a un aristócrata una fortaleza, y esto le daba el derecho de
percibir las rentas de los habitantes de su hono, a ejercer funciones propias de la
autoridad/poder público (justicia, etc.). A cambio, esos seniores que reciben las honores se
comprometen a tres cosas:

 Auxilium, ayuda militar (“y cuanto más me dé el rey, más tendré que ayudarle yo”).

 Consilium: compartir la información con el señor.

 Favor. Más general. Su consecuencia más directa se resume en “no hacer daño”.
Vamos, no perjudicar de ninguna manera al señor.

Honor: Remite a la situación de privilegio, de disfrute de ciertas condiciones por pasar


a tener un feudo. Es una situación de dependencia, pero honorable. El noble ofrece su servicio
militar al rey a cambio de disfrutar de ciertos privilegios.

En el reinado de Sancho el Mayor se conocen hasta 15 honores, y en el primer tercio


del s. XI tenemos ya noticia de la existencia de 35.

*Salto temporal 1: es importante decir que, a finales de este siglo, bajo el reinado de
Pedro I, estas honores comienzan a convertirse en hereditarias. Dado que la élite feudal es
reducida y que las honores no crecían a un ritmo elevado, es lógico pensar que se acaben
sucediendo de padres a hijos más de facto que de iure. Aunque finalmente sí acabó siendo de
iure: las honores se acabaron convirtiendo en señoríos. Cabe destacar que la diferencia entre
ambas es que las honores son más “libres”, dependen más del monarca que de otra cosa,
mientras que los señoríos son algo más patrimonial (Seguía pudiéndose dar el caso de que un
monarca privara a una familia de un señorío, pero sólo pasaría esto si era una situación
extraordinariamente grave; los casos fueron escasos y supusieron grandes crisis políticas).

*Salto temporal 2: un siglo más tarde, en torno al 1200, se produjo un gran cambio
respecto a las honores. La forma de los feudos que la aristocracia recibe de la monarquía dejó
de ser un territorio en torno a una honor y pasó a ser una renta anual, los llamados “feudos de
bolsa”. Así pues, se pasa de una situación inicial en la que

Esto son referencias para dirigirse a la aristocracia en vísperas del reinado del sancho
III

-Omni Militia Palatii (985) (toda la milicia del palacio). El palacio en el sentido de los
miembros de la aristocracia que gobiernan junto al rey. Militia en el sentido de que hacen la
guerra en nombre del rey o que tienen cargos militares.

-Omnes Seniores Aragonenses vel Pamilonenses in unum (989) (todos los señores
aragoneses y pamploneses en uno). Referencia a una reunión del rey con miembros de la
nobleza pamplonesa y aragonesas. Con la integración del condado de Aragón en el reino de
pamplona, aun así, pervive la noción de territorialidad en Aragón, lo que afloraría en un futuro.

-Curia Palatii Regis (+-1000).


-Scola Regis/Masnata (+-1000). Refiere a todos estos varones, pero poniendo énfasis
en el campo militar.

Tema III: La Formación de la Sociedad Feudal de Aragón


(1035-1134)
Podemos ubicar este proceso entre 1035 y 1134, período en el que acontece la
desvinculación de esa entidad territorial que había recibido Ramiro de Navarra y su
consolidación como un Estado autónomo. Desde el punto de vista político, vamos a estudiar la
secuencia dinástica y de ampliación territorial de los territorios vinculados a la monarquía
aragonesa: un puñado de guerreros dedicados a la explotación institucionalizada de la
servidumbre fueron capaces de llevar su dominio hasta desarmar por completo el reino taifa
de Zaragoza y multiplicar por mucho (± x10) el dominio territorial directo que hasta entonces
tenían.

III.1. Configuración del reino y formas de poder. Los factores explicativos


de la expansión feudal y territorial del reino de Aragón.
El punto de partida es el testamento de Sancho el Mayor, quién a su muerte (1035)
repartió todos sus territorios entre sus hijos: véase tema anterior. Dicho esto, cabe destacar
que fueron tres los grandes factores explicativos de esta expansión feudal y territorial del reino
de Aragón:

 Factor cultural: Configuración de una ideología de guerra santa y de cruzada que


identificamos con la Reconquista en el ámbito hispánico.

Desde mediados del s. X, en el conjunto de los incipientes estados feudales del norte,
se extiende el convencimiento de que la guerra contra el islam no se basa en
“conquistar” sino en “recuperar”, por lo que su objetivo sería restaurar un antiguo
reino visigodo de matriz cristiana, pues los poderes soberanos del norte se sentirían
obligados a ello.

En el reino de Aragón esto tiene un hito significativo en el año 1064, con la campaña
con sentido de cruzada dirigida por Sancho Ramírez contra la ciudad de Barbastro. Esta
campaña tiene por primera vez la consideración de cruzada: el papado trata de
reorientar la violencia feudal llevándola a la periferia de la cristiandad y santificando
cualquier lucha contra el islam. También se santificó como cruzada la campaña contra
Zaragoza de 1118 de Alfonso el Batallador en el año anterior en un concilio en
Toulouse.

Son dos ejemplos, pues, de esta ideología de reconquista.

 Factor social: La asimilación en el seno de la aristocracia feudal de auténticas


tradiciones de guerra contra el islam: combatir contra el islam es uno de los rasgos
definitorios de la aristocracia y se transmite de padres a hijos (tradiciones familiares de
guerra santa).

En este sentido, los poemas épicos que se transmitían en los círculos palatinos y
castrales servían para recordar a los barones de la aristocracia que su función social es
el combate y generan la cultura caballeresca. La canción de Roldán es un ejemplo de
estos poemas.

En definitiva, se inscriben tradiciones que se van sucediendo de padres a hijos; se


transmite la necesidad de combatir contra el islam.

 Factor político: Desde el punto de vista político, existen dos cuestiones:

La operatividad del sistema de honores para consolidar el dominio sobre el


territorio. La cesión de honores, que sirve a los magnates, comenzando por el propio
rey, servía para fijar parentelas de señores, pero también población que emigra,
conforme avanza la conquista feudal, desde el norte al VME.

El papel insustituible de la Iglesia como estructura de poder simbólico, pero


también material. La aristocracia feudal y la Iglesia son una misma cosa en este
sentido: la Iglesia es el gran respaldo social de la clase dominante.

Los vínculos ideológicos de la monarquía con la Iglesia

Era fundamental para los monarcas contar con la legitimidad y el respaldo suficiente
como para hacerse reconocer entre las parentelas militares. Para ello era fundamental
desplegar lo que la historiografía denomina “políticas de carisma”: rituales, performances
públicos que rodearan de un aura espiritual al monarca y en los que la población viera en él
una figura que mercería el reconocimiento que solicitaba. En este sentido, los reyes se
vincularon siempre a monasterios. Por ejemplo, Ramiro I se vinculó al monasterio de San Juan
de la Peña (Es el monasterio clave para la monarquía aragonesa. Fue fundado en el año 1025
por Sancho el Mayor), y allí llevó a cabo estas ceremonias de las que hablamos; ceremonias
que, en definitiva, sitúan a la monarquía en un plano de superioridad espiritual.

Junto a San Juan de la Peña, el centro espiritual de la monarquía aragonesa, destaca el


monasterio de Santa Cruz de la Serós, fundado por Ramiro I ca. 1050 con objeto de ser un
centro monástico femenino directamente gestionado por las mujeres de la casa real. Pero a
finales del s. XII fue fundado el monasterio de Sigena, que sustituyó al de la Serós en sus
“funciones”, en su significado.

Con todo esto tratamos de subrayar la voluntad expansionista del rey y los vínculos
ideológicos de éste con la Iglesia, que la hacen posible. En definitiva, la monarquía está
totalmente imbricada con la institución eclesiástica, sobre todo con los monasterios, como
vemos, y esto lo desmarca totalmente del resto de la aristocracia y la pone por encima.

Dos principios de reparto feudal

Por otra parte, la monarquía consolida su poder sobre el resto de la aristocracia y,


conforme avanza la conquista feudal, nos encontramos con dos principios relativos a los
repartos:

 Principio de regularidad: conforme se coloniza el territorio arrebatado al islam, a la


taifa de Zaragoza, el reparto del mismo se lleva a cabo de arriba abajo (de rey a
aristocracia, y de aristocracia a sus parentelas) y sobre una pauta fija que se concreta
en la asignación de dos yugadas (unas 5 ha.) de tierra para los caballeros y una para los
peones. Esto hizo que la conquista y el reparto estuviera regulada, pautada por la
costumbre.

 Principio de homología: es fruto del consenso. Dice que los bienes que pertenecen al
fisco regio de la taifa musulmana pasan directamente a ser propiedad de la
monarquía, aquellos que son de las mezquitas, pasan a la Iglesia, los que son de las
aristocracias, pasan a las aristocracias, y las propiedades libres pasan a formar parte a
los barones que contribuyen en las huestes de conquista.

Se explica así un proceso de larga duración que dura más o menos un siglo entre los ss.
XI y XII. Hay un impulso muy potente liderado por una aristocracia feudal ansiosa de
multiplicar su poder a costa del desmoronamiento de al-Ándalus.

En conclusión, los aspectos claves del factor político son: fundación de monasterios,
ceremonias y control el territorio a través de la distribución de propiedades con cierta
magnificencia.

III.2. Secuencia político-militar de la expansión feudal del reino de


Aragón
1. Ramiro I (1035-1063);
2. Sancho Ramírez (1063-1094)

3. Pedro I (1094-1104)

4. Alfonso el Batallador (1104-1134)

Desde el reinado de Sancho Ramírez se empieza a apuntar de forma más o menos


directa hacia la conquista de Zaragoza, capital del Valle Medio del Ebro y por tanto objetivo
esencial.

Conquistas bajo el reinado de Ramiro I (1035-1063)


La monarquía podemos iniciarla ya con Ramiro I, hijo de Sancho III de Navarra. Con
Ramiro los territorios de Aragón se comenzarán a expandir hasta 1134 con la muerte del
Batallador.

De un territorio rural, montañés, encerrado entre el reino de Pamplona, los Condados


Catalanes (Urgel) y la taifa saraqusti, 100 años después vemos un territorio que se expande por
toda la taifa.

Ramiro I se inscribió en la dependencia simbólica respecto a su hermano el rey de


Navarra y multiplicó la concesión de los honores a la aristocracia. Además, dirigió algunas
campañas significativas, de las que destacan las conquistas de Samitier y Abizanda, en el valle
del Cinca, en la década de 1050. Estuvo cerca de conquistar Graus, pero no lo consiguió, y
además le costó la vida.

Una expansión sin precedentes que vendrá apoyada por un crecimiento demográfico
sostenido. Además, también se dará un proceso de feudalización que permitirá a los señores
apoyar a su rey con sus propias huestes.

La lucha constante contra el Islam explicara la expansión. La voluntad por adquirir ese
nuevo territorio y ampliar las fuentes de ingresos y crecer a costa del Islam será un rasgo
destacable. La conquista del Valle del Ebro es un objetivo secular e intergeneracional. No se
logró en una única batalla ni en una campaña ni en una generación. El concilio de Toulouse
favoreció esta situación, por supuesto, pero era un proceso iniciado previamente.

Esto hizo que la sociedad feudal que estaban intentando controlar a unos cuantos
siervos, acabaron controlando uno de los territorios con mayor potencial de crecimiento de la
Plena Edad Media.

Por trazar una cronología de la expansión, nos damos cuenta de que los avances en
época de Ramiro son minúsculos en comparación a los posteriores, destacando los del
Batallador.

Conquistas bajo el reinado de Sancho Ramírez (1063-1094)


Primera fase: expansión territorial

Con Sancho Ramírez, hijo y sucesor de Ramiro I, quien murió en el asedio de Graus, en
1064 tuvo lugar uno de los hitos de la expansión de Aragón, e incluso de la Península Ibérica, la
cruzada de Barbastro.
Esta guerra contra el Islam fue santificada por la Santa Sede, aunque hay quien duda
de la existencia de cruzadas previas a la Primera Cruzada. A esta cruzada acuden miembros de
todas las aristocracias de la cristiandad. Por tanto, todos estos soldados se lanzaron y logaron
tomar la ciudad bajo el mando de Sancho Ramírez.

Sus consecuencias no destacaron en el registro material y solo permaneció en manos


cristianas hasta 1065, cuando Al-Muqtádir, rey de la taifa saraqusti, la retomo. Aun así, la
campaña de Barbastro marco el precedente de que el Papa concedía indulgencias a cambio de
luchar por la cristiandad en las cruzadas, siendo, por tanto, un claro precedente de la Primera
Cruzada que se dirigía a Tierra Santa, siendo esta más destacable por la magnitud que suponía,
pero no debemos restar relevancia a la de Barbastro, pues sienta un precedente, también para
la expansión peninsular cristiana.

Esta campaña quedo en la mentalidad colectiva, ya que hay una versión de un cantar
de gesta de finales del s.XIII titulada el Sitio de Barbastro, que es relevante pues se crea
durante la época en la que se configura el modelo caballeresco sobre el guerrero honorable de
las justas y las aventuras épicas, como el ciclo artúrico.

Hay una fuente árabe de Ibn Idari que cita el registro de Ibn Hayyan, quien vivió el
momento, por lo que debe ser tomada con cuidado. Según esto la llegada del ejercito cristiano
frente a Barbastro culmino con la conquista de la plaza gracias a lo que podríamos denominar
una traición. Los cristianos cortaron el suministro de agua de la ciudad, y la población
reacciono ofreciendo la ciudad a cambio de agua. Sancho Ramírez se negó y un vecino de la
ciudad traiciono a está abriendo las puertas. La ciudad fue saqueada y la población arrasada en
gran cantidad.

Un año después el gobernador de Zaragoza, Al-Muqtádir, se plantó frente a las


murallas y su ejército se dedicó a cavar túneles hasta el pie de la muralla, derrumbándola
desde abajo y entrando en la ciudad. No hay grandes descripciones técnicas. Barbastro no
volvería a manos cristianas hasta la conquista de Huesca que Sancho Ramírez inicio y en 1096
Pedro I completaría.

Dos años más tarde Sancho Ramírez conquistó Alquézar, conquista que sí tuvo
continuidad. Cabe mencionar que cada una de las plazas que se iban conquistando, por
pequeñas que fueran, eran fundamentales en el discurso de la lógica feudal: cada
incorporación contribuía a restaurar poco a poco el orden visigótico, la “monarquía isidoriana”,
y, en todo caso, a ampliar la cristiandad.

De la conquista de Alquézar hay que destacar su carta puebla de 1069, documento por
el cual Sancho Ramírez concedió una serie de prerrogativas a los nuevos habitantes de
Alquézar: lo más importante es que se diferencia a los habitantes de Alquézar del estatuto
jurídico de la servidumbre, que es aquel que sustenta el dominio de la aristocracia feudal. Esta
mejora del estatus jurídico tenía el objetivo implícito de dar más valor a esa localidad y, por
tanto, a esa conquista. Además de que les permite a sus pobladores apropiarse de las tierras
que puedan frente a los musulmanes y trabajarlas.

Segunda fase: freno de la conquista e importancia de las políticas de carisma


Tras esto el monarca conoce su posición, para que no le vuelva a ocurrir el error de
Barbastro, es consciente de que debe reunir apoyos a gran escala, por lo que encontramos la
acuñación de monedas, la constitución de la ciudad de Jaca como capital y la enfeudación a la
Santa Sede en 1068, con el fin de desmarcarse de la situación de vasallaje que su padre había
contraído con el rey de Pamplona, García Sánchez III, además de la legitimidad que esto
otorgaba, todo ello a cambio del pago de un censo.

De modo simultaneo en torno a 1069-1070, y en relación con la acuñación de moneda


para el pago a la Santa Sede, se comienza la acuñación del dinero jaques que se mantendrá
hasta época de los reyes católicos, moneda propia de la monarquía aragonesa, siendo la
unidad básica y única corriente. Se aplica un sistema carolingio en esto.

A partir de 1067, más que una conquista territorial y una colonización (algo que no
veremos de nuevo hasta finales de su reinado), asistimos a una intensificación de las políticas
de carisma y sobre todo a una sofisticación de la estructura del Estado. En este sentido, vamos
a nombrar algunas cuestiones.

1. Tras conquistar Alquézar, Sancho Ramírez viaja a Roma a infeudar el reino de Aragón al
Papado para conseguir una mayor legitimidad.

2. En el año 1076 tuvo lugar una conspiración nobiliaria que termina con la muerte del
rey de Navarra, Sancho Garcés IV asesinado en Peñalen. Esto se saldó con la
intervención de Alfonso VI de Castila y Sancho Ramírez de Aragón, que se repartieron
tanto las lealtades de la aristocracia navarra como el reino en sí. Así, asistimos a una
inversión: ahora es el rey de Aragón quien sitúa bajo su órbita a esa parte de la
aristocracia navarra parte del territorio en la órbita aragonesa hasta época de Alfonso
el Batallador.

Así las cosas, tras estos dos hechos, Sancho Ramírez desplegó una política de carisma
muy relevante: quería equiparar su reino a ese complejo sistema de monarquías, lo que se
tradujo en lo siguiente. Primero, en 1076 el monarca emite un peaje que se aplica
simultáneamente en Pamplona y Jaca, una forma de equiparar ambas civitates. Prorrogando
esta idea, en 1077 el monarca concede un fuero específico para la ciudad de Jaca, cuya
intitulación distingue a Jaca del resto de los dominios: cambia el estatus jurídico de la
localidad, de villa a ciudad, y el estatus jurídico de sus pobladores.

Todo esto supuso una constitucionalización decisiva dentro de la configuración del


estado feudal. Además, Sancho Ramírez empezó a acuñar moneda propia, denominada dinero
jaqués. Este hecho significa un paso verdaderamente importante en el proceso de
institucionalización y sofisticación de las estructuras del Estado feudal, y todo ocurre en esta
época entre Alquézar y 1070.

*Se acuñan los dineros, que es la unidad de cuenta general. Doce dineros hacen un
sueldo, y las transacciones más comunes se miden en sueldos (pero un sueldo como tal, como
moneda, no existe. Es simplemente la forma de llamar a 12 dineros: no es lo mismo unidad
física que unidad de cuenta). Asimismo, 20 sueldos (240 dineros) hacen una libra, que es una
unidad de cuenta principalmente institucional, utilizada por los concejos y la tesorería real. Por
debajo de los dineros están los óbolos o miaja (y de ahí viene decir “no tienes ni miaja de
algo”).

Tercera fase: vuelta a la política de expansión

No fue hasta mediados de 1080’ cuando se retoma la expansión: concretamente en


1083 el rey conquista Graus y Naval. Simultáneamente, el infante Pedro comenzó otra
campaña que culminó con la conquista de Monzón en 1089. Además, se empieza la empresa
de conquista de Huesca por parte del infante Pedro, quien sería luego Pedro I, con la conquista
de plazas encaminadas a la conquista de Huesca

Entre 1083 y 1089 Sancho Ramírez vuelve al campo de batalla y se incorporan algunas
plazas, incluso más significativas que Alquezar, como Graus o Naval. En paralelo, el infante
Pedro se hará con Monzón en 1089, Ayerbe, etc., llegando a constituir la fortaleza de Castellar
en 1091. El castillo de Montearagón se comienza a construir en 1086 con la finalidad de
hostigar la taifa, aunque cabe destacar que ya se están cobrando parias sobre la taifa saraqusti,
y aunque ya se piensa en la conquista de Zaragoza, lo significativo de este reinado es el sitio
sobre Huesca.

Durante el asedio de Huesca muere Sancho Ramírez reconociendo la muralla. El asedio


de Huesca duro dos años más.

Conquistas bajo el reinado de Pedro I (1094-1104)


Sancho Ramírez murió en 1094 asediando Huesca y su sucesor, Pedro I, culminó la
conquista de Huesca en 1096.

En 1096 Pedro I durante una batalla campal, la batalla de Alcoraz, ayudado por las
tropas de Alfonso VI de Castilla vence y es tomada Huesca.

En ese año, con la incorporación de Huesca, la monarquía aragonesa y el conjunto de


la aristocracia del estado feudal aragonés inicia una progresión aún más significativa. A partir
de entonces, la capitalidad simbólica y episcopal del reino se traslada a Huesca; el privilegio
que otorga en 1100 Pedro I a Huesca distingue a sus habitantes como privilegiados a nivel
fiscal. A partir de entonces la importancia de Jaca y San Juan de la Peña comienza a decaer
paulatinamente.

En 1100 se conquista Barbastro e inmediatamente después se comienza el asedio de


Zaragoza durante toda la década siguiente desde Juslibol y Alfajarín. Además, se van
aumentando el número de parias que cobra el rey de Aragón.

Conquistas bajo el reinado de Alfonso I (1104-1134)


Es en este momento cuando un hecho coyuntural, la muerte prematura de Pedro I en
1104, sin herederos, pone el trono de Aragón en manos de quien que no estaba destinado a
reinar y que, a pesar de ello, iba a ser una de las personalidades más influyentes en el devenir
histórico del reino: Alfonso I el Batallador, hermano de Pedro I.

Alfonso I se había formado durante su infancia con su tía doña Sancha, y su formación
había sido fundamentalmente religiosa. Por tanto, adquirió rápido una mentalidad de monje-
soldado, de cruzado, que va a condicionar todo su largo reinado. Cabe destacar que poco antes
se habían fundado las órdenes militares cristianas: Temple, Santo Sepulcro y Hospital.

Dentro de su reinado y de sus expansiones militares frente a los musulmanes debemos


destacar la conquista de Zaragoza, un proyecto gestado generaciones atrás.

La conquista de Zaragoza además se reviste de un espíritu de cruzada que venía de


tiempo atrás. En el concilio de Toulouse se conceden indulgencias a quien fuese a la conquista
de Zaragoza, la cual no se dio inmediatamente después debido a que los almorávides tomaron
la taifa entre 1110 y 1118. Fue a partir del año 1118 cuando se llevó a cabo la conquista
definitiva. Cabe destacar que en 1101 se construyó la fortaleza de Juslibol, con el fin de crear
un cerco a la ciudad.

Desde el punto de vista técnico, el asedio es descrito por pocas fuentes, aunque
podemos destacar a Ibn Idari, quien explica que el Batallador uso máquinas de asedio como
torres o gatos y trabuquetes. También conocemos sobre estas máquinas en la Crónica de
Alfonso VI de Castilla, en las que se habla de las ballestas de asedio.

Zaragoza era importante de conquistar ya que la antigua sede diocesana estuvo allí, y
existía una relevante comunidad mozárabe en donde ahora se sitúa el Pilar. Se da un proceso
de mitificación de la antigua Saraqusta en las crónicas islámicas.

La ciudad de Saraqusta cae por capitulación, pues el gobernador, el 18 de Diciembre


de 1118 se la entrega a Alfonso I, quien permitió a la población musulmana salir o quedarse. La
ocupación y feudalización costo un tiempo más, y hasta finales del s.XII no encontramos
núcleos cristianos de nueva ocupación.

Entre 1118 y 1120 todo el Valle del Ebro pasa a quedar bajo dominio feudal, y si ya era
complejo controlar la ciudad, controlar el territorio del valle lo fue más. El problema de la
generación del Batallador y de la siguiente fue precisamente el reparto de los territorios de la
taifa. Hubo ocasión para una reacción almorávide, al mando de Ali Ben Yusuf quien dirigió
tropas almorávides contra los cristianos aragoneses.

Esa mentalidad de monje-soldado le influyó en su sed de expansión frente al islam.


Destacan numerosas conquistas:

 Ejea de los Caballeros en 1105.

 Zaragoza en 1118.

 Tudela, Tarazona, Soria, Calatayud y todo el valle del Jalón entre 1118 y 1120.

 La línea entre Molina de Aragón, Daroca, Alcañiz, etc., aunque no se consolidaron esas
conquistas.

 A mediados de la década de 1020’ llega con una expedición hasta Córdoba, y gracias a
ella se atrajo a mozárabes del sur de la península a los que se les cedió propiedades en
Zaragoza.

 Se llegó a planear una cruzada que debía tener como objetivo la anexión de Tierra
Santa, de Jerusalén, lo que incluiría conquistar Tortosa y Valencia y de ahí lanzarse al
Mediterráneo. Obviamente no se hizo, pero da buena idea de la potencia de esa
aristocracia feudal que había conquistado Zaragoza, así como de la mentalidad de
cruzado del monarca.

El paso siguiente de la expansión fue el objetivo feudal en el Bajo Ebro. A lo largo de la


década de 1120, el Batallador, en el pleno apogeo de su expansión, aun tuvo tiempo de dirigir
una expedición hacia tierras cordobesas, que le reporto beneficios, así como un acto de piedad
en el que se trajo consigo mozárabes de la zona. Algunos autores piensan que también intento
abrirse paso hacia el mar, con un objetivo en mente, participar en la cruzada en Tierra santa.
Tras avanzar por Mequinenza y Caspe se plantó ante Fraga en 1134.

Entre finales de 1120 y comienzos de 1130’ se ve un agotamiento de la nobleza que


conquistó Zaragoza, por lo que la expansión comienza a flojear. Durante estas campañas en
1134, en las inmediaciones de Fraga, Alfonso I sufrió una herida mortal y poco después murió
en Poleñino.

Dejando a un lado las conquistas, las relaciones de Alfonso I estuvieron más orientadas
a lo diplomático que a lo dinástico. En este sentido, casó con Urraca de Castilla en 1108:
durante los seis años siguientes, Alfonso I sería rey consorte en Castilla e imperator. Así, se
hallaba en la cúspide del poder sobre los estados feudales cristianos en el norte.

Pero a pesar de esto, en 1114 el matrimonio se disuelve, no fructifica a nivel territorial


ni dinástico. Esto se explica por esta personalidad del rey como monje-soldado: no le interesa
la política, le interesa el combate, dirigir cruzadas y matar muchos moros. Esto es lo que,
además, nos permite entender el singular testamento de 1130.

Testamento del Batallador y problemática sucesoria.


Alfonso I muere, de sus heridas en Fraga, en 1134, pero en 1130 había realizado un
testamento en el que legó sus derechos sucesorios (reino de Pamplona, que desde Sancho
Ramírez le pertenecía, y reino de Aragón) por voluntad testamentaria a las tres órdenes
militares antes citadas: Hospital, Temple y Santo Sepulcro.

Antes de la muerte del Batallador estas órdenes tenían arraigo en zonas de los
condados catalanes, pero no tanto en Aragón, ya que, como mucho, los Hospitalarios tenían
parte de la zuda de Zaragoza. Este testamento no se aceptó y la mayor parte de la aristocracia,
que creía más oportuno que el reino pasara a manos de su hermano, Ramiro, que era
arzobispo de Roda de Isábena, por lo que debía aceptar el trono.

Los navarros pensarían lo mismo, pero en lugar de aliarse con la nobleza aragonesa,
recurrieron a un ricohombre descendiente del sucesor de Sancho III el Mayor, es decir, de
García Sánchez de Nájera, que tuvo un bastardo, del cual este descendía. Este García Ramírez,
según las crónicas de Alfonso VI fue uno de los que trato de salvar a Alfonso I en Fraga.

Además, a la muerte del Batallador y la crisis de legitimidad, el rey de castilla Alfonso


VII trato de llevarse algo y fue a Zaragoza a reclamar sus derechos como hijastro del Batallador
sobre las conquistas de su padre, el reino de Zaragoza. Nos encontramos con la primera crisis
política del reino de Aragón, y desde el punto de vista diplomático hay fractura de la
aristocrática.
La mayor parte de la aristocracia aragonesa reconoció como rey a Ramiro, si bien es
cierto que una pequeña parte sí reconoció como rey a Alfonso VII. Éstos dieron a Alfonso VII
unos privilegios para que se los confirmara, y el monarca lo hizo. Al hacerlo estampó un sello
que, como emperador de León, tenía un León, y de ahí el león que tiene aún hoy en día
Zaragoza como símbolo.

En 1134 las órdenes militares eran instituciones en torno a un grupo relativamente


pequeño que existían en ultramar, fuera del contexto social y político de la aristocracia
aragonesa. Eso, y el hecho de que la sucesión de la soberanía no recayera en la fórmula
tradicional de sucesión (por sangre real), hizo que el testamente fuera recibido como
inaplicable, pues habría supuesto pasar todas las lealtades de esa aristocracia a alguien que no
sabían quién era y que estaba lejos.

Entre 1120 y 1144 se crean las primeras ordenes de caballería propiamente


peninsulares, en un inicio denominadas cofradías, sin ser aun órdenes militares. Son varones,
incluyendo miembros del clero que se ponen bajo las órdenes de un señor, cuyo objetivo es
organizarse para campañas concretas contra musulmanes como la de Belchite y la de Monreal
del Campo. Esto se debe a las fortalezas que eran su sede. En la de Belchite figuraron Galindo y
López Sánchez. Y en la orden de Monreal seria señor Gastón de Bearn, franco quien participo
con el Batallador en la conquista de Zaragoza. Hay una campaña dirigida contra la localidad
valenciana de Benicadell en 1124 en la que parece la orden de Belchite por primera vez bajo el
mando de Galindo Sánchez.

El reinado de Ramiro el Monje (1134-1137). Desvinculación de Navarra del reino de


Aragón.
La aristocracia aragonesa y navarra se saltó la aplicación del testamento del rey,
aunque las donaciones a monasterios sí se llevaron a cabo. Además, durante el principado de
Ramón Berenguer IV las órdenes militares recibieron amplias concesiones señoriales en
Aragón y Cataluña, y sobre todo en la llamada Cataluña Nueva, los territorios conquistados por
Ramón Berenguer IV. Así, ambos territorios se buscaron un nuevo rey, y a partir de este
momento los destinos de Navarra y Aragón se vuelven a separar definitivamente.

En 1134 la aristocracia navarra busca un sucesor de sangre, que en encuentra en


García el Restaurador, un bastardo, rompiendo la unión entre el reino de pamplona y de
Aragón en época de Sancho Ramírez. Entre 1134 y 1136-37 la “frontera” entre Navarra y
Aragón, con el reconocimiento del a nueva figura real en navarra, termina de configurarse, con
pueblos como Caparroso se quedan en la tierra navarra, y Ejea o Sos del Rey Católico quedan
en territorio aragonés. Habrá tensiones entre municipios vecinos en territorios distintos
debido a las tierras y pastos.

En Aragón se busca al hermano de Pedro I y Alfonso I: Ramiro II el Monje, quien era


obispo de la sede de roda, en Ribagorza. Se le buscó rápidamente una mujer, Inés de Poitou,
con quien se casó gracias a una dispensa papal, para que no pasara como con su antecesor y la
transmisión se pudiera basar en la tradición. Como consecuencia de esta alianza matrimonial,
Ramiro II concibe una hija, Petronila, que se casaría con Ramón Berenguer IV.
Aunque las ordenes no heredaron el reino había que tenerlas contentas, por lo que
recibieron encomiendas, como la de Monzón y Ambel para el Temple en 1151, así como
Alfambra, Billel y Tortosa en 1182. Los Hospitalarios recibieron Amposta en 1150, Remolinos
en 1157 y Sigena en 1187, así como la zuda de la ciudad de Zaragoza en 1150. La Orden del
Santo Sepulcro recibió Calatayud en 1141.

Ramiro el Monje tuvo que ceder varias conquistas a Alfonso VII (Soria y un pequeño
territorio por esa zona más o menos) y reconocerle como imperator hispaniae. Además, se
hizo su vasallo, y por eso de ahí en adelante el rey de Castilla tendría siempre la primacía en el
juego de fuerzas Castilla-Aragón.

III.3. La estructura social en la Plena Edad Media


La aristocracia feudal: el liderazgo militar
El primer rasgo que hay que tener en cuenta es que, en este momento, ser noble es
ante todo ser un guerrero, estar en condiciones de dotar materialmente una pequeña hueste.
Aquellos varones que disfrutaban de honores del rey estaban obligados a acudir a la guerra a
su servicio hasta un máximo de tres meses al año. Por lo tanto, debían tener capacidad de
movilización de tropas y presentarse con sus huestes a la guerra. Así, lo primero que hay que
destacar es la función militar: la nobleza vive orientada al combate hacia el islam. Además, ese
espíritu guerrero es algo sociológico, pues justifica su preeminencia social. Destacando como
fuentes los testamentos, ya que desde el s.XI, los nobles incorporan a sus testamentos o
reúnen todas las referencias a bienes, destacando arneses, vajillas copas, etc., y en muchos de
estos testamentos aluden a la relación con otros señores. Los señores feudales reúnen en sus
testamentos y legan armas y monturas a sus parentelas, así como a sus vasallos a modo de
sello de fidelidad.

Desde el reinado de Pedro I, entre 1004 y 1034 contamos con un documento de la


monarquía que vincula al conjunto de la aristocracia y de la infanzonía con el servicio militar. El
Fuero de los Barones e Infanzones de Aragón sabemos que data de época de Pedro I, pero lo
conocemos por una copia de 1134, y la conocemos porque a la muerte del Batallador, parte de
la aristocracia de Aragón apoyo al rey de Castilla, a condición de que aprobase el fuero.

El fuero regulaba a la aristocracia por dos medios, por un lado, los barones de alta
aristocracia, como feudatarios del rey, se les obligaba a prestar un servicio de 3 meses a su
costa cuando eran convocados. A los infanzones este código les obligaba igual, pero solo 3 días
al año solo en caso de batalla campal y otro momento en caso de que un castillo este siendo
asediado, en peligro.

Otro rasgo fundamental es que la aristocracia feudal es propietaria de grandes


heredades, tierras de explotación agraria. Ahora debemos preguntarnos cómo consiguió la
aristocracia dominios sobre las aldeas campesinas en una cantidad tan extensa como lo hizo.
Pues fundamentalmente porque la aristocracia estaba autorizada por el monarca a roturar e
incorporar a sus dominios todas aquellas tierras de secano que fueran capaces de mantener.
Además, también tenían una gran libertad para incorporar tierras de regadío: el secano goza
de una mayor permisividad de adhesión para todos, pero el regadío es más para la aristocracia.
En muchos de estos casos estas propiedades u honores se entregaban por méritos de guerra.
Las honores. Importancia de las mujeres, servicio militar.

El hecho de detentar una honor por concesión real se justifica en el auxilium que los
barones se ven obligados a ofrecer al rey, por lo que es la cuestión militar lo que justifica este
contrato feudo-vasallático. Aunque esto a priori excluye a las mujeres en tanto que no
empuñan las armas, en realidad no sucedía así, pues podían poseer una honor por concesión
regia o señorial. En caso de que los varones estuvieran en la guerra, gestionaban los dominios
feudatarios

Contamos en la documentación con mujeres feudatarias cuya trayectoria vital permite


constatar que actuaron en cuanto de feudatarias, aunque no las encontramos físicamente en
los campos de batalla combatiendo. En este sentido, Agustín Ubieto habla en un artículo de 16
mujeres tenentes en el s. XI, por ejemplo, Jimena de Binacua, que junto a su marido detentó
doce honores/feudos, y ella sola se hallaba al frente de, al menos, uno de ellos; o doña Sancha
como deodata y señora del patrimonio feudatario de las comunidades dependiente del
monasterio de Santa Cruz de la Seros. Otro claro ejemplo es el de una tal Talesa o Teresa,
vizcondesa de Bearn (1085-1130), quien casa en 1085 con Gastón IV, cercano a Alfonso I y
siendo considerado uno de los primeros feudatarios de Zaragoza, y que a su muerte se hace
enterrar donde está el Pilar. Talesa durante su vida hizo de tenente de algunas de las honores
de su marido, así como fundaría del hospital de Santa María de Somport, una institución que
hasta el s.XIII acumulara propiedades. También Talesa aparece como arbitra e impartiendo
justicia.

Además, este mismo autor explica que cuando las honores aun no eran hereditarias, se
registran pocas mujeres al frente de un feudo, pero cuando a finales del s. XI se produce el
proceso de señorialización (prima el linaje a la voluntad real) y las honores se convierten en
hereditarias, esto cambió totalmente: cada vez más mujeres de los linajes aristocráticos
asumen el gobierno de estos feudos cuando se van convirtiendo en patrimonio de linaje.

Por otra parte, cabe destacar que algunas de las mujeres tenentes lo eran en tanto que
prioras o gestoras de los dominios monásticos fundados por la monarquía, sobre todo a partir
de mediados del s. XII, tras la conquista del Valle del Ebro.

Las mujeres tenentes en Aragón jugaron un importante papel en la conversión de las


honores en feudos, es decir, en la patrimonialización de los feudos.

Campesinado y servidumbre
Introducción

El campesinado está adscrito a un estatuto jurídico particular que denominamos


servidumbre. Existían distintas palabras para referirse a esta realidad social, siendo las dos más
frecuentes “mezquinos” en Aragón y “collazos” en Navarra. Además, en el caso de que estos
siervos pertenezcan al dominio del monarca, se les denomina “villanos” (siervos en dominios
que dependen directamente del monarca).

Los siervos conforman un grupo social sometido a reglas muy estrictas. En un contexto
de pugnas entre parentelas aristocráticas “era necesario” que los campesinos, a cambio de
protección, se vincularan a este régimen servil. No es una denominación exclusivamente
económica, pues es también algo simbólico, hace referencia a alguien en un estatus menor, en
sentido degradatorio.

La servidumbre se trasmite por herencia y por vía masculina. Su origen se sitúa en el


primer impulso demográfico de los siglos IX y X, cuando el mapa del dominio político en toda la
franja pirenaica se está configurado en torno a los distritos políticos (reinos y condados), y que
son la consecuencia de una tremenda competencia entre las parentelas aristocráticas.

El origen de la servidumbre en Aragón y Navarra es complejo, pues sus origenes en


este caso proceden fundamentalmente de la revolución feudal, es decir, conforme la
aristocracia se hace fuerte, el dominio se endurece. En otras zonas de Europa se llegó a través
de la libertad, y en otras a partir de la esclavitud, siendo en el último caso el estado carolingio
un claro ejemplo, que, al no poder mantener una estructura de esclavitud, tuvo que aligerar la
carga de los siervos.

La servidumbre implica la identificación personal de todas las casas de los siervos por
su nombre: que en el s. XI un aristócrata sea capaz de conocer por su nombre a todos sus
siervos nos remite a una realidad pequeña. En este sentido, destaca el cap breu, un registro
llevado a cabo por la aristocracia en el que se recogían los nombres propios de los siervos para
identificar a todas las casas sometidas.

Recordemos que la unidad familiar servil está vinculada a la renta; es decir, el siervo y
la tierra que ha de proporcionar esa renta son indisociables, por lo que los cap breu recogen el
nombre del siervo y lo que paga. Así pues, si ese siervo muere sin descendientes muchas veces
tenían que asumir esa tierra y renta otros siervos. Es decir, una casa sometida a servidumbre
siempre tenía que proporcionar una renta al señor.

*En esta época vemos la multiplicación de topónimos, que se repiten de forma


idéntica o casi idéntica (Botaya y Botayuela, por ejemplo). Esto denota una expansión y
crecimiento de las comunidades campesinas que, a impulso de la aristocracia, se van
diseminando y poniendo en explotación nuevas tierras.

En términos demográficos, C. Laliena estima la cantidad de núcleos poblados en torno


al año 1100 en 900 lugares de población. Es una cifra que apunta a un crecimiento sostenido
de la población que permitió la multiplicación de los núcleos habitados y la puesta en
explotación de tierras bajo este estatuto jurídico particular de la servidumbre.

Los rasgos de la servidumbre

 El pago del censo: el pago que realizan los siervos a su señor, símbolo de humillación y
dependencia. Es el rasgo fundamental que caracteriza a los siervos. Las formas y
cuantía del censo contemplan una casuística muy amplia; en todo caso, hace
referencia al pago de una parte de la cosecha.

La documentación transmite una amplia heterogeneidad de situaciones en la que debe


satisfacerse este pago y variedad en los términos de pago de productos (el pan se paga
en delgadas, el vino en galletas o arenzadas, etc.). Además, las estimaciones realizadas
apuntan a que el censo equivale aproximadamente a 1/9 o 1/10 de la explotación, de
cada una de las familias. Son estimaciones realizadas a partir de fuentes de la segunda
mitad del s. XI en la que Sancho Ramírez se dirige a sus villanos reclamándoles la
novena parte de los frutos obtenidos por ellos.

 Servicios de trabajo y transporte (corveas) . El control no sólo de la persona jurídica


sino también de su fuerza de trabajo implica la posibilidad de convocar a los siervos
para realizar tareas, en momentos concretos y en beneficio del señor o institución
correspondiente. Mientras que en Europa se denomina corvea, el término que se
utiliza en Navarra y Aragón es zofra, que viene a significar “trabajo comunitario”. Es
importante subrayar que la ejecución de este tipo de tareas nos permite observar un
cierto margen de negociación con el señor, y es que nunca estuvo fijado en la Edad
Media cuánto tiempo había que ir a trabajar. Las tareas que conllevan estos servicios
eran muy amplias, e iban desde podar juncos hasta trabajar en minas.

 Obligación de participar en la hueste . Esto está relacionado con lo anterior, pues


muchas veces cuando el señor solicitaba a los siervos para trabajar se los llevaba a la
guerra para cuestiones logísticas (abrir caminos, minar una fortaleza, construir un
puente, etc.).

 Régimen judicial específico. La característica fundamental de este rasgo es que la


palabra de un hombre libre sirve como prueba a la hora de dirimir un conflicto y la
palabra de un siervo no. Además, a la hora de dirimir conflictos entre siervos lo que se
hacían eran ordalías o “juicios de Dios”, que humillaban de forma sistemática al siervo:
una serie de prácticas en estos juicios simbolizan el estatus de mierda que tenían los
siervos. Lo más común ante una ordalía era que el siervo renunciara a su defensa y
diera la razón al otro, aunque no la tuviera.

*Las ordalías eran excepcionales y sólo se hacía si no había forma de demostrar una
acusación (y recordemos que la palabra de los siervos no vale nada). Juicio con hierro
candente: la persona acusada que está intentando hacer valer su testimonio debe
agarrar el hierro candente, se le venda la mano y, si tras un tiempo estipulado (unos
días) no se le ha curado la mano, miente. La existencia de las ordalías no implicaba que
esto ocurriese, muchas veces la amenaza de someterse a estos procedimientos servía
para acobardar a los siervos y favorecer su sometimiento.

 Estatus de sumisión e inferioridad, que implica una humillación sistemática sobre la


identidad de los siervos. Existe un reconocimiento público de esa humillación que se
traduce en prácticas como marcar las puertas de las casas de los siervos. Por otra
parte, los siervos no pueden entrar en la jerarquía eclesiástica.

*En esta época, un infanzón es un campesino libre.

La superación del estatuto servil


A partir de la segunda mitad del s. XI, desde el reinado de Sancho Ramírez, vemos que
la aristocracia aragonesa comienza a organizar el poblamiento de las nuevas tierras
conquistadas según prácticas jurídicas diferentes a la de la servidumbre. Así pues, para alentar
el poblamiento de las nuevas tierras se ponen en práctica procesos intensivos de emigración
de infanzones, pues la servidumbre no es muy buen reclamo para atraer nuevos pobladores.
Así pues, el monarca y la aristocracia establecen condiciones estatutarias diferentes, y
éstas se expresan en las cartas de población indicando que los nuevos pobladores estarán
exentos del censo y todos los “malos usos”. Algunos ejemplos de estas cartas pueblas son las
de Alquézar, Jaca, Ejea, Barbastro y Huesca. En cuanto a Zaragoza, es la ciudad cuyos
pobladores más privilegios recibieron; se equipará en todo a sus pobladores con los infanzones
del reino (Privilegio de los Infanzones, Privilegio de los Veinte, etc.)

La población que acumulo un mayor grado de privilegio, y más alejada del estatuto de
la servidumbre, fue la población de Zaragoza. Como era una ciudad tremendamente relevante,
el estatuto de sus pobladores tenía que estar a su altura.

En 1119 Alfonso I el Batallador otorga el Fuero de los Infanzones de Aragón que iguala
a los pobladores de Zaragoza con los infanzones. Una consecuencia seria que los vecinos y
ciudadanos de la ciudad comparecerían en el brazo de las villas y ciudades en las cortes, pero
quitando este hecho, eran prácticamente iguales a los infanzones, sin ningún tipo de
dominación o sometimiento servil.

De 1129 sería el Privilegio de los Veinte que sería una ampliación del original de 1119,
en el que se incluyen cosas relevantes como la libre explotación de recursos en todos los
dominios del rey, es decir, les exime de todo tipo de carga, servicio, etc. en relación con el
transporte, salvo en los puertos, en el comercio con Francia; y algo propio de Zaragoza fue que
permitió movilizar por su cuenta una milicia, es decir, un cierto grado de autonomía militar, de
modo que la ciudad podría salir en defensa de sus pobladores si consideraba oportuno esto.

Por tanto, entre estos lugares que reciben privilegios para diferenciarse de la masa
campesina y servil, Zaragoza se desmarca la que más, aunque no implicaba que Zaragoza fuese
una isla de libertad.

Hasta finales del s.XII el poblamiento nuevo no sería patente, pues quedaba huella aun
de la Zaragoza de los almorávides. Zaragoza desde época romana tiene una muralla de piedra
que s uso en época musulmana y época cristina. En la Baja Edad Media se documentan fuentes
de restos de una muralla de ladrillo bajomedieval y el recinto que protege será referido por
primera vez en 1178.

La superioridad jurídica de los nuevos pobladores de Zaragoza no es solo un signo de


distinción. En 1129 el rey permite disfrutar de los recursos de forma libre en sus territorios,
pero sus territorios no eran tan grandes, lo que implicaba que en un contexto de avance
constante y de expansión, este privilegio se volvió un problema, pues en los nuevos territorios
debían recurrir a los pleitos para defender estos derechos. Sabemos que en muchos casos
salían ganando el pleito, ahora bien, lo conocemos por fuentes propias de la ciudad, así que no
es toda la información. En Tortosa siempre se le exigía el pago del peaje y la resolución
también solía ser favorable al concejo de Zaragoza.

En la zona más al sur del pre-Pirineo nos encontramos, pues, con un mapa diferente
del dominio feudal, sin servidumbre. En consecuencia, en el VME se crean los concejos rurales,
igual que en el medio urbano, y a partir de entonces los señores van a recibir rentas no de las
personas individualmente sino de las comunidades, que se articularon en torno al concejo.
Durante el proceso de conquista del Valle del Ebro, se supera el régimen de la
servidumbre en cierto modo. Eso no significa que desapareciese, pues al norte de Aragón y en
Navarra encontramos documentación de gente que seguía pagando los censos serviles, etc.
Pero es cierto que a partir de 1200 aprox. ese estatuto servil pasa a ser más bien un recuerdo
en lugar de un conjunto de normas totalmente operativas. En algunos documentos podemos
atestiguar el desconocimiento de algunas personas acerca de este régimen, y para ellos en su
imaginario, tal y como lo explican, lo entendía como una cosificación de las personas bajo
régimen.

Según algunos testimonios, en el Fuero General de Navarra del s.XIII, los siervos
estaban en tal grado de sometimiento, que los señores podían partir por la mitad con un
cuchillo a estos si así lo deseaban. Por tanto, el grado de inferioridad era tal, que les llegan a
comparar con corderos. Estamos en un momento en que la servidumbre ha pasado al
imaginario de la población, una situación pasada que ya no es contemporánea.

A pesar de esto, no podemos ver este testimonio como una simple mitificación, pues
en documentos similares se habla de particiones de tierras, y las comunidades que incluían
esos lotes. Si un mismo territorio se quería entregar a dos señores o a un señor y una
comunidad eclesiástica, se podía dar la mitad del territorio y media familia de siervos a uno y a
otro.

Cambio en la percepción de las rentas feudales: del censo a la pecha

Un cambio importante viene determinado por el cambio del cobro del censo a cada
familia al cobro de una renta recaudada no por las familias sino por un poder intermedio que
se gesta durante el s. XII: los concejos, una representación oligárquica de los pobladores de los
nuevos lugares. De esta manera, los señores, y el monarca en su caso, van a organizar la
percepción de la renta feudal en torno a una cantidad más o menos fija que se exige al
concejo.

La diferencia con el sistema anterior es sustancial, pues con la nueva la representación


oligárquica las localidades van a disponer de la posibilidad de negociar la carga tributaria
exigida por el señor, de manera que esa carga tiende a fosilizarse (e.g., si el rey exige 2000 al
concejo de Borja en concepto de pecha, pero pasado un tiempo hay más vecinos, seguirán
pagando 2000 en total, por tanto, menos dinero cada vecino).

Con este cambio, los señores renunciaron a la presión directa siervo por siervo porque
no era operativo sostener semejante coerción: era más fácil asegurarse el ingreso a través de
la corporación municipal, del concejo. Además, el hecho de que los concejos se organicen
como tales va a abrir un proceso de fortalecimiento de las instituciones del poder local que
pone en manos de la oligarquía un repertorio bastante amplio de posibilidades de actuación
política.

Además, a través de las corporaciones locales se abre también la posibilidad de


negociar los privilegios otorgados por la monarquía, algo que se hacía de una manera bastante
coyuntural: la pecha, la cantidad total que los señores o monarcas exigen en las villas de su
jurisdicción cada año, siempre estaría sujeta a negociación. Y a cambio de la negociación de la
pecha, la oligarquía local obtenía beneficios (más pecha, más privilegios para la oligarquía
local).
Por último, cabe destacar que también hubo coyunturas en los que los concejos no
podían afrontar el pago de la pecha, por ejemplo, el s. XIV, en momento de crisis productiva y
demográfica. Además, hay que tener en cuenta que los municipios, al igual que los individuos,
tenían que hacer frente a multitud de gasto más (de fortificación…).

Hasta ahora nos referíamos a privilegios que se expedían para pobladores de una
comunidad. Esto tenía dos consecuencias:

Por un lado, un cambio político que en estas comunidades acogidas a estatutos que
invocan la infanzonía más que la servidumbre, se van a crear conceptos y categorías de
representatividad comunitaria. Un ejemplo sería el concilium o concejo, un cuerpo político
conjunto a nivel local. Junto a esta categoría va a funcionar también la categoría de universitas,
que procede del derecho romano, cuya extensión por los territorios del imperio aragonés tiene
que ver con la actividad legislativa de Raimundo de Peñaford. Si el concejo remite a la
institución jurídica que gobierna la ciudad, el concepto de universitas o universidad es más
abstracto. Se refiera a toda comunidad política que tenga derecho o capacidad legal de
autorregularse. Autorregularse en referencia a imponerse normas a sí mismo, lo cual no
implica que este fuera del aspecto de la soberanía, sino que es capaz de dictar órdenes.

Este es importante también a nivel feudal, pues los señores ya no cobran a la renta
feudal. La cuestión es que no se renuncia totalmente al cobro de la renta feudal. Lo que sucede
es que los señores y el rey renegocian las exacciones que reciben y las acciones que realizaran
sobre sus vasallos en base al concejo y la universitas. En lugar de exigir el censo a las familias
serviles, el sujeto de cobro será el concejo de la comunidad. La comunidad que se representa a
través del concejo será con la que traten los señores. La exención más importante que
encontramos tras este cambio es la pecha, que se pagaba al señor o al rey y que se cobraba a
las entidades, a las comunidades, y no a las personas.

Este cambio político por tanto tiene una importante dimensión en el ámbito feudal, y
por ello decimos que hay un cambio relevante en la dinámica entre señores y campesinos.

Por otro lado, en relación con la propiedad de la tierra. Cuando estos privilegios se van
extendiendo, que se harán comunes a algunas comunidades rurales, la categoría ceso se usar
para referir a algo distinto. Ya no refería a ese decimo que se exigía a los campesinos, sino que
en el s.XII se extenderá la enfiteusis, una forma de propiedad compartida, codificada en el
derecho romano y en el código de Justiniano, que a partir del s.XII los privilegios atenúan lo
que los señores podían recibir y se reestablece la enfiteusis, es decir, se comparte la propiedad
con alguien que paga a cambio una pequeña cantidad, a veces cantidades casi testimoniales. El
que trabaja la tierra paga una cantidad por poder disfrutar esta. Esto lo codifica la mentalidad
o imaginario medieval con la palabra que ya conocen, el censo. La palabra censo pasa a referir
a este pago enfitéutico. En época moderna pasa a denominarse treudo en Aragón.

Sobre estos dos pilares se va a configurar el mapa de dominación social de esta nueva
forma de feudalismo en el reino de Aragón: expansión del treudo y los concejos y universitas.
Las pechas en tanto que tributo señorial se fosilizan, es decir, que el rey tiende a exigir lo
mismo y el concejo a pagar los mismo. Si en un año hay 100 fuegos, pagan X, y al año siguiente
hay 120 se paga menos por cabeza. Esto cambiara años más tarde cuando las tendencias
demográficas se inviertan.
La evolución de la servidumbre pirenaica

La servidumbre permaneció en la franja norte del reino (Ribagorza, Sobrarbe,


Jacetania, etc.) hasta las primeras décadas del s. XIV: seguimos encontrando justicia señorial y
censo en los términos que lo hemos definido, y también términos en la documentación como
“señores de signo servicio”, “mezquinos”, etc., que aluden a la servidumbre. Quedan, pues,
fosilizados en un mapa general en el que la servidumbre no sólo no se reproduce, sino que ya
no se implanta más al sur desde un principio.

En el Valle de Aragón asistimos a un proceso similar al de la feudalización y de


superación de la servidumbre. Esto prolifera gracias a elementos como las cartas de población
que venían a definir el estatuto y los privilegios de los pobladores de la zona. Este tipo de
documentación suponen un negativo a la servidumbre, pues tratan de distinguir a estos
pobladores de la masa servil que les precede.

De todas maneras, es probable que esta servidumbre fuera en la última época más
laxa que la que conocíamos, pues las villas y lugares más importantes van desarrollándose en
torno a instituciones comparables a las que encontramos al sur del somontano, y sobre todo
en torno a la pecha colectiva pagada por los concejos. Es decir, el dominio señorial tiende a
cambiar también en el norte.
Tema IV: Orígenes y Consolidación de la Corona de
Aragón (1134-1238).
Partimos de 1134, de la crisis dinástica a la muerte de Alfonso el Batallador, y
concluiremos en 1238, momento en que se produce la conquista de la ciudad de Valencia ante
el ejército de Jaime I.

Se trata, pues, de un siglo en el que se produce la formación de la llamada Corona de


Aragón, a raíz de la crisis dinástica y la configuración definitiva de los estados que son el eje de
la Corona y en torno a los cuales ésta se desarrolla (reino de Aragón, condado de Barcelona y
luego agrupación de condados, reino de Valencia, reino de Mallorca, etc.)

El estado feudal que conocemos como reino de Aragón, a partir de 1137, va a formar
parte de una entidad mayor. Sera la Corona de Aragón, un conglomerado de territorios que
van a mantener rasgos identitarios, jurídicos y políticos propios, pero que van a desarrollar
muchos elementos en común, siendo más estos últimos que los primeros. La Corona de
Aragón es algo más que una alianza dinástica que pudo salir o no. Podría haberse dado mucho
antes, con el matrimonio de Alfonso el Batallador con Urraca, y sin embargo no tuvo esa
repercusión. Los territorios de la Corona de Aragón compartirán una cúspide de poder, pero
con una identidad diferenciada debido a su origen.

IV.1. La coyuntura de 1134-1137


Los acuerdos de Barbastro
Retomamos la evolución política en este momento, con la inviabilidad de poner en
práctica el testamento de Alfonso I y el recurrir a su hermano Ramiro II para gobernar. Su hija
fue Petronila, a quien, al igual que a su padre, se le buscó una alianza dinástica. Esta vez el
reino de Aragón se orientó hacia los condados catalanes, de forma que se establecieron las
condiciones del matrimonio, en 1151, entre quien iba a ser reina de Aragón, Petronila, y
Ramón Berenguer IV.

Según los Acuerdos de Barbastro (1137), los documentos públicos que refrendaban
jurídicamente la alianza entre Ramón Berenguer IV y Ramiro el Monje (Petronila era una niña),
se establece la cesión de la potestas regia de Ramiro II a Ramón Berenguer IV para “que actúa
en todo como rey”, dicen las fuentes. Ahora bien, Ramón no se intitula rey, sino que se declara
princeps aragonum, pero actuó como tal dirigió la conquista feudal de una parte del sistema
ibérico y parte de la Cataluña nueva, tomo juramento a las entidades políticas que se
formaban, a las entidades aristocráticas, que no ha dejado rastro porque se debió hacer
oralmente, y concedió cartas de poblamiento como sus antecesores.
Cabe destacar que el matrimonio no se consumó hasta bastantes años más tarde,
momento en que nació el heredero, que ya sí fue conde de Barcelona y rey de Aragón: Alfonso
II el Casto.

La resolución de este “conflicto”, pues, se resolvió en estos términos y con el ejercicio


de facto de Ramón Berenguer como rey. En aquel contexto, esa unión dinástica, la Corona
fundacional, incluía al reino de Aragón, que en estos momentos llegaba hasta el valle del Ebro,
y cinco condados de Cataluña, de los que destaca el de Barcelona. No sería hasta Alfonso II
cuando comienza un desarrollo institucional paralelo entre el reino feudal de Aragón y el
incipiente principado de Cataluña.

Alfonso VII de Castilla y los derechos sobre Zaragoza


Otra cuestión importante es la solución del problema originado con respecto a los
derechos que Alfonso VII había intentado hacer valer sobre la ciudad de Zaragoza. Haciendo
gala de una importante fuerza militar, Alfonso VII se presentó en Zaragoza reivindicando que,
como hijastro de Alfonso I, tenía derecho a heredar los territorios conquistados por el
Batallador. Una parte de la aristocracia aragonesa lo reconoció como rey de Zaragoza, y
Alfonso VII ratificó en 1134 los Privilegios de los barones e infanzones de Aragón. Así las cosas,
hasta 1137 Alfonso VII conservó la soberanía sobre Zaragoza, una soberanía más bien nominal.

En 1137 Ramiro II reconoció, en tanto que rey de Aragón, la supremacía de Alfonso VII,
encomendándose a él como vasallo nominal a cambio de que se retirara de Zaragoza.
Finalmente, así sucedió, además de que Castilla logro vincular a su reino algunas conquistas
aragonesas del Valle del Ebro, la zona en torno a Soria.

La relación con Castilla no se rompe, pues para establecer una alianza que no implicase
la unión de los reinos, pero dejase abierta la puerta para el futuro, una hija de Alfonso VII,
Sancha de Castilla, fundadora del monasterio de Sigena siendo reina de Aragón, y el hijo de
Petronila y Ramón, Alfonso II, se casarían.

Historiografía y referencias a la sucesión

Ahora bien, debemos tener en cuanta como fue visto esto por los contemporáneos y
por las generaciones siguientes. Para ello podemos acudir a 5 obras historiográficas:

 Annales de Ripoll (XI-XII). En principio recopilaban los hechos de los condados


catalanes, pero tras el anal dedicado a Ramón Berenguer IV se introduce una
referencia a un evento del reino de Aragón, el reinado de Alfonso el Batallador. El
monje que lo escribió entendió la relevancia de este evento en relación a Ramón
Berenguer IV. Menciona la muerte del Batallador en Fraga, y lo describe como
destructor de sarracenos, conquistador de Tarazona. Por tanto, vemos como se tiene
en cuanta esta unión, haciendo hincapié en la historia condal, pero también dando
importancia al linaje aragonés.

 Annales de Tortosa (1151). Se redacta en la catedral de Tortosa, en 1151, tras su


conquista, siendo la primera entrada de contenido no barcelonés o catalán, ni
episcopal, la conquista de Huesca por Pedro I. Va mas atrás que los Annales de Ripoll.
Cuando se refiere a la solución dinástica entre Ramón y Petronila se refiere a un logro
del conde por conseguir Aragón. En este caso nos encontramos con una fuente que,
aunque considera importante la unión, es mas proclive a considerar el hecho como
una anexión d ellos condados catalanes que una unión en igualdad de ambos
territorios.

 Gesta Comitum Barchinonensium (1180-1184). No es una historia narrada en un


ambiente eclesiástico, pero sigue siendo una historia narrada, generada en el círculo
de Alfonso II, el primero en atesorar los condados y el reino bajo su mano. Es relevante
porque en 1180-1184 Alfonso II ya es adulto, y cuenta la historia desde el primero de
los condes de Barcelona en la memoria, Wilfredo el Belloso, quien heredad el condado
y es el origen de la dinastía. Esta gesta de los condes de Barcelona deja una impronta
significativa, pues en el plano administrativo se estaba redactado el Liber Feudorum
Maior, una compilación de los castillos feudos y honores que en los condados reunía
bajo su poder Alfonso II. Esta doble creación de obras busca legitimar la figura de
Alfonso II en los condados.

Aquí ya podemos sacar dos conclusiones y es que en esta época los cronistas
entendían la necesidad de incorporar Aragón tras la unión dinástica. Hay una voluntad
de integrar ambas memorias. La gesta comitum será la vertiente narrativa del
documento administrativo paralelo, indica que el monarca Alfonso no podía prescindir
de todo el patrimonio simbólico que suponía la historia de los condes de Barcelona
desde el s.IX, pues la legitimidad de su soberanía se basaría en esa herencia de
naturaleza condal. Así que, aunque el titulo real le veía por la rama aragonesa, y rey
supera a conde, necesitaba del origen condal para reivindicar su control sobre los
condados catalanes. Y ese es el sentido al que los monarcas de la Corona de Aragón no
van a renunciar jamás. Porque renunciar a todo ese capital simbólico sería un suicidio
político.

 Gestas de los Condes de Barcelona y Reyes de Aragón (1270). En torno a 1270 tenemos
el reinado de Jaime I quien promueve una crónica de su reinado, el llamado Libro de
los Hechos. En esta obra se sigue la línea condal barcelonesa, pero es relevante que
cuando se llega al reinado de Ramon Berenguer vemos una clara importa de que había
cambiado algo radicalmente, además de que tras este se introduce la línea de los reyes
de Aragón entera.

 Crónica de San Juan de la Peña (1375). No es una crónica estrictamente aragonesa,


sino que es un texto promovido por Pedro IV, el Ceremonioso, como prólogo a su
crónica. Teniendo como ídolo a Jaime i, encarga una crónica como este hizo. Viene a
contar la historia del mundo desde sus inicios. Indica que con Ramon Berenguer IV se
acabaron los reyes de Aragón, y que se recurrió a este a falta de un heredero
masculino. Pedro IV tiene una serie de ordinaciones en las que se refiere a sí mismo
como Pedro III, esto en referencia a que el primer pedro en gobernar los condados fue
Pedro II, el católico (de Aragón), y siguiendo la línea condal, Pedro IV seria Pedro III…….

Otros ejemplos serian Jaime I, quien, tras sofocar una revuelta de la nobleza
aragonesa, reclamara, en un discurso en Huesca, su legitimidad como rey, alegando las 14
generaciones de monarcas de Aragón que le precedían, refiriéndose a Sancho Garcés I o
Sancho Abarca como el primero de los reyes navarro-aragoneses.

Pedro, el Ceremonioso, 100 años después, en 1332, se dirige a un abad en documentos


expedidos por la chancillería diciendo que los restos del que fuera primer rey de Aragón, según
Pedro Iñigo Arista, se trasladasen al monasterio de San Victorian. De este modo se estaría
remontando a generaciones aun mas antiguas que Jaime I.

Stefano M. Cingolani tiene una obra destacable en la que explica y sostiene una idea
para entender mejor la historiografía de la época catalana, y es que, a partir de la unión
dinástica, al seguir la línea condal barcelonesa, destaca a los soberanos de Aragón desde
Alfonso II de Aragón y previos como elementos importantes. Desde la óptica de esas fuentes
narrativas la alianza dinástica implica la anexión de un espacio nuevo, y los siguientes
monarcas aragoneses no renuncian ni una herencia ni otra, ya que el capital de la memoria
histórica aragonesa es clave en un espacio, pero la memoria condal barcelonesa también es
clave en otro espacio, nada desdeñable. Por lo que, desde esta óptica, el debate maniqueo de
que territorio anexiona cual no tiene sentido. No hay una memoria histórica que se ponga por
encima de otra.

Pedro, el Ceremonioso, además ordeno elaborar estatuas de 19 de sus antepasados,


remontándose a 19 generaciones, incluyendo 8 generaciones de soberanos de la Corona de
Aragón y el resto hasta 19 eran condes de Barcelona hasta el origen. Estas se iban a colocar en
salón del Tinell, en el palacio real de Barcelona. Tiene sentido de que al querer adornar el
palacio de Barcelona con estatuas que refieren a la genealogía de los condados catalanes.

También llegado un momento encarga una espada en cuya vaina incluye 19 rostros o
emblemas siguiendo la misma genealogía como las estatuas. Esta espada seria para coronar al
rey como monarca de Mallorca. Ahora, en el caso de la espada, ¿por qué sigue la genealogía
condal? Esto se debe a que la aristocracia condal había sido la que más había respaldado la
conquista, además de que, en 1115, el conde Ramón Berenguer II junto a la republica de pisa
había llevado a cabo una campaña contra pisa, que fracaso, pero esta campaña se mantuvo en
la memoria. En 1229 se materializa este recuerdo con Jaime I y por el apoyo de la aristocracia
condal se plasma a la genealogía catalana.

IV.2. La articulación política en la unión dinástica de Aragón y Cataluña


2.1 Elementos comunes de cohesión entre los territorios de la Corona
Intentando trazar una visión a medio-largo plazo, cabe preguntarnos por los elementos
que permitieron esta unión dinástica en aquel momento.

En primer lugar, la Corona de Aragón debe ser entendida como una unidad, un espacio
de soberanía común vinculado a la soberanía del rey de Aragón. Este espacio de soberanía, y
por extensión todas aquellas instituciones que derivan de la soberanía real como la Casa del
rey, es el primero de los elementos que permitieron perpetuar la Corona de Aragón a lo largo
del tiempo a pesar de las adversidades.

Otro elemento común, en este caso vinculado a la soberanía regia pero no dirigido por
los monarcas, son las asambleas generales. En este tipo de asambleas comparecían
representantes de todas las instituciones de todos los estados de la Corona. Es, pues, otro
elemento de unión entre los distintos territorios de la Corona.

Por último, un elemento quizás no tan formal como los anteriores, pero no menos
importante son las relaciones establecidas entre la gente, las relaciones de tipo social, y
particularmente las relaciones comerciales y financieras. Desde el s. XIII al menos, entre
Cataluña, Valencia y Aragón, especialmente, las élites urbanas de los distintos reinos
estuvieron muy relacionadas entre sí.

La Corona de Aragón, pues, no es sólo el espacio de soberanía de un rey, sino que es


una agregación de estados que funciona de modo coherente.

2.2 Elementos particulares de los estados de la Corona


¿Cuáles son los elementos particulares que no sólo se mantuvieron, sino que se
desarrollaron a lo largo del tiempo dentro de esta identidad colectiva, en ese macro estado
feudal que es la Corona de Aragón?

 Las Diputaciones del General. Las diputaciones aragonesa, valenciana y catalana, que
surgieron en 1363-1365, monopolizaron una serie de funciones anteriormente propias
del poder real y entre las cuales destaca gestionar el producto de la fiscalidad
extraordinaria: cuando las Cortes concedían un subsidio al rey de forma colectiva, a
partir de 1365 serían las diputaciones quienes lo gestionarían.

 Un marco jurídico propio en cada uno de los estados de la Corona, con compilaciones
jurídicas diferentes (fueros, usatges, etc.)

 Una moneda distinta, pues fuera de Aragón no se acuñaba el sueldo jaqués, sino en
que en Cataluña nos encontramos con el sueldo barcelonés y en Valencia el sueldo
real. Cabe destacar que lo común es que la moneda más valiosa fuera el sueldo jaqués.
Un sistema monetario, pues, con una singularidad particular que hace que exista una
cierta variación en términos fiscales en el interior de la Corona (por ejemplo, en
Cataluña se empezaron a utilizar antes los impuestos indirectos que en Aragón).

Capital simbólico del reino de Aragón: la prelación aragonesa

1. Intitulación. Además, hay también un elemento que afecta al capital simbólico de la


monarquía y que ésta mantuvo en toda la Edad Media: la prelación en su intitulación,
es decir, primero el título real, y luego el resto de ellos. También es cierto que ninguno
de los reyes aragoneses renunció a utilizar el resto de sus títulos además del de rey. Y
es que la monarquía aragonesa, resultado de la unión dinástica, inició toda una labor
de legitimación destinada a integrar a todos los antepasados aragoneses con los
antepasados de los condes de Barcelona dentro de una misma línea dinástica. No
habría tenido sentido que la monarquía aragonesa renunciara a la fuerza simbólica de
un linaje condal del que había memoria desde al menos finales del s. IX.

Así, cada uno de los títulos no es un cargo que se ejerza, sino que está vinculado a la
fuerza simbólica del territorio bien aragonés bien catalán. Se entiende, pues, que la
relación entre los distintos estados de la Corona no es una relación jerárquica, y que
para nada Cataluña era “un estado de segunda”.
2. Onomástica real. No sólo los monarcas mantuvieron la prelación en su intitulación.
También es significativo que la onomástica de la sucesión de los herederos al trono sea
la propiamente aragonesa. Es decir, los nombres que se pone a los reyes desde
Petronila son como los de Aragón (Pedro, Alfonso, etc.) y no como los de Barcelona
(Ramón Berenguer, Berenguer Ramón, etc.). Recordemos que todo esto es importante
por el capital simbólico del reino de Aragón.

3. Celebración de Cortes generales. La prelación aragonesa aún se manifiesta en otro


aspecto más: las Cortes generales de la Corona se han de celebrar necesariamente en
Aragón, y si se convocan en Cataluña, los aragoneses no van, porque nos las reconocen
como tal. Así pues, todas las que tuvieron valor se celebraron en Monzón (por cuestión
logística, por estar cerca de Cataluña y Valencia).

Pero esto no significa, como hemos dicho ya, que la monarquía renunciara al capital
simbólico de otros territorios como Cataluña. Tres hechos significativos:

 La mayoría de los enterramientos regios desde Alfonso II (éste, en el monasterio de


Sta. María de Poblet, por ejemplo) se llevan a cabo en Cataluña, con la importancia
que ello conlleva. Es más, en Poblet incluso se instauró un panteón real. A partir de
ahí, todos los monarcas, todos, se enterrarían en Cataluña.

 El archivo real se encuentra en Barcelona.

 La cúspide de la jerarquía eclesiástica en la Corona recae sobre el arzobispo de


Tarragona, que de hecho es la única sede arzobispal hasta que en 1318 el obispado de
Zaragoza recibe por el Papa la consideración de archidiócesis.

IV.3. Las donaciones territoriales a las órdenes militares


El comienzo de este proceso, en la coyuntura política, sigue a la unión dinástica entre
el reino de Aragón y el condado de Barcelona. El primer objetivo político de Ramón Berenguer
IV consistió en la legitimación de su nueva posición de soberanía frente al reino de Aragón de
cara, fundamentalmente, a la Iglesia. El hecho de haber hecho caso omiso de la voluntad
testamentaria de Alfonso I, en perjuicio de las órdenes militares de oriente, no podía pasar así
sin más: las órdenes militares y el papa como cabeza de la Iglesia exigieron al princeps de
Aragón una compensación.

En este contexto se crearon las primeras encomiendas y maestrazgos de las órdenes


militares de Oriente en Aragón y Cataluña y se produjeron las primeras grandes donaciones
territoriales.

 La Orden del Temple fue la primera que recibió un señorío. De los que recibe, el más
importante es Monzón, tanto por la villa en sí como por su castillo, aunque también
destaca Tortosa. Cabe destacar que tras la desaparición de la Orden del Temple en
1309 todos los señoríos y posesiones de dicha orden pasaron a la Orden del Hospital.

 La Orden del Hospital recibió Amposta, Caspe, Remolinos y Sigena, el gran enclave
simbólico de las mujeres de la monarquía aragonesa y uno de los grandes latifundios
del reino.
 La Orden del Santo Sepulcro fue la menos beneficiada, pues sólo recibió un pequeño
priorato en Calatayud y unas rentas asignadas por Ramón Berenguer IV. Bien es cierto
que en Zaragoza una aristócrata fundó un convento urbano de canonesas, fundación
que se vinculó a la Orden del Santo Sepulcro.

Además, con la configuración de las órdenes militares se conseguía un objetivo


político, dado que entonces, en los ss. XII y XIII, los monjes-soldado, los varones que formaban
parte de las encomiendas y hacían vida en las fortalezas de las órdenes, se reclutaban en la
media nobleza y eran, estrictamente, monjes-soldado: hombres de armas que vivían por y para
la guerra. Esto es un objetivo político y militar porque configurar señoríos controlados por
freires (esos monjes-soldado), que se comprometían a fijar y proteger la frontera frente al
islam, y a ser posible proyectarla hacia adelante.

Además de las órdenes militares creadas en oriente se crearon también dos


encomiendas más vinculadas a dos órdenes militares castellanas: la orden de Calatrava, que
recibió la encomienda de Alcañiz poco después de su conquista, y la Orden de Santiago, que
recibió la encomienda de Montalbán.

Vemos, pues, que las fronteras del reino están en gran parte dominadas por señoríos
de estas órdenes militares.

Durante el principado de Ramón Berenguer IV y antes en los condados catalanes,


encontramos en los archivos eclesiásticos en los que un hombre, mujer o una viuda se
encomiendan bajo una orden y a cambio de sus bienes la orden lo protege durante su vida.
Esta encomendación empieza a ser común en las clases medias. Dejar bienes a la iglesia para
salvar el alma siempre ha sido algo común, pero lo que estaba “de moda” era beneficiar a las
órdenes militares. Esto explicaría también porque las órdenes militares ganaron tanto poder
en esta época, ya que no solo el reye los beneficia, sino que una amplia base social media
repercute en su beneficio.

IV.4. La gran expansión territorial en la Península Ibérica


4.1 Los pactos con Castilla y la conquista de Alcañiz y Cataluña “la Nueva”
Pero además de esta compensación a la Iglesia, hay que mirar a Castilla. Vimos que la
alianza matrimonial entre la hija de Alfonso VII y Alfonso II había normalizado la situación de
equilibrio político bajo la preeminencia del emperador, pero, además, en las décadas
sucesivas, la relación con Castilla pasó por la necesidad de replantear las futuras conquistas
territoriales frente al Islam, y esto se concretó en una serie de tratados firmados entre 1140 y
1180: Carrión, Tudilén y Cazola. Estos tratados, cuyo objetivo era repartirse las futuras
conquistas territoriales, son muy importantes porque se respetaron, que no era algo que se
hiciera siempre.

 Tratado de Carrión 1147. Alfonso y Ramón colaboraron en una campaña


contra Almería, aunque no llegaron a conquistarla. Sin embargo, esta campaña
refleja una unidad en las estrategias de expansión, pues se fijaría Tortosa como
nuevo objetivo, logrando conquistarla Ramon Berenguer en 1148. Esta cruzada
contra Tortosa, llevaría a aragoneses, catalanes, normandos y occitanos a
incorporar a la Corona las tierras de “Cataluña Nueva” (la franja de Fraga y
Mequinenza, hasta Amposta y Tortosa). Cabe destacar que 7 años antes se
había acordado que la frontera entre Aragón y Castilla quedaría en Daroca.

 Tratado de Tudilén 1151. En este pacto, los firmantes convinieron en declarar


la guerra al Reino de Navarra, repartiéndose el mismo, además de adjudicar a
Aragón la conquista de las plazas y términos situados al sur del Júcar y el
derecho a anexionarse el reino de Murcia. Poco después de este tratado se
conquistó Alcañiz.

 Tratado de Cazola 1179. Firmado entre Alfonso VII y Alfonso II. Se estableció
definitivamente el área de expansión de cada una de las coronas, poniendo la
frontera en la actual comunidad valenciana.

Así pues, en pocos años, la zona de Alcañiz y Cataluña la Nueva se incorporan a la


Corona de Aragón. En adelante, el sur de esta zona hasta Murcia debería pertenecer a Aragón.

Volviendo Cataluña Nueva, cabe destacar que además de la fundación de señoríos


vinculados a las órdenes militares, también la Iglesia, en general, recibió importantes
donaciones en este territorio, en virtud de la creación de dos grandes monasterios
cistercienses, particularmente el obispado de Tortosa, creado tras la conquista de 1148. Uno
es el monasterio de Santescreus (“cruces santas”), que recibió tierras en la provincia de
Tarragona, y otro el monasterio de Santa María de Poblet, que fue dotado directamente por
Ramón Berenguer IV en 1150.

4.2 La conquista de Teruel (1176): el Fuero de Extremadura, la nueva oligarquía y las


comunidades de aldea
En este contexto entra en juego un nuevo tipo de dominio y organización del territorio
que terminará de perfilar el mapa señorial en los confines meridionales del reino de Aragón,
las villas como sujeto político estructurados en torno al os conceptos de concilium y
universitas, y con …..jurídica con privilegios, equiparándose a los infanzones. En este sentido,
hasta tal punto forman parte del mismo proceso histórico la conquista de Cuenca y la de
Teruel que el texto legislativo que se otorga a ambas villas es el mismo exactamente, el
llamado Fuero de Extremadura (1177).

Este tipo de instrumento normativo se caracteriza fundamentalmente por configurar


una oligarquía regional que se diferencia estatutariamente de la nobleza laica y de la población
urbana. Es decir, esos fueros de Extremadura sitúan en el poder en esta zona del reino a un
nuevo grupo social que comparte con la aristocracia los rasgos formales, ya que es una
oligarquía militar, pero que no forma parte de los linajes de sangre. Además, otra diferencia es
la renta económica: según cuánto valga tu caballo podrás ostentar un cargo en el concejo o no
(caballeros-villano). En definitiva, al sur de Aragón no nos encontramos con grandes señoríos
sino con grandes villas cuya oligarquía es capaz de hacer la guerra como la aristocracia, pero
no es la aristocracia. Se aplica el sistema de comunidades y de villas de tierra.

Para acreditar y renovar el compromiso con la comunidad, cada año los hombres que
tenían caballo y arnés debían mostrar que aun podían formar parte de la elite de comunidad y
dirigirla. Por tanto, esta clase dirigente es distinta a la tradicional perteneciente a la
aristocracia, que se sitúa al lado de la aristocracia feudal, reproduce su modus vivendi, pero
siendo consciente de que es un grupo distinto. Esta acreditación la vemos plasmada en los
fueros que se aplican en Teruel y Cuenca.

Un claro ejemplo de como a esta oligarquía se les aplican privilegios de la aristocracia


son los registros del monedaje, un impuesto que aparece sobre todo en época de Jaime I, que
se exige a todos aquellos fuegos que se consideran solventes, es decir, con una hacienda igual
a 70 sueldos. Lo relevante es que cada vez que este derecho a de cobrarse, hay un funcionario
real que debe recopilar y registrar esto, siendo los primeros registros de 1242, de modo que a
través de esto conocemos a los cabezas de fuego que pagan y a los que no, a los que quedan
exentos. En un fragmento del monedaje registrado en 1349 de la aldea de Terrer en el que se
enuncia a los vecinos indicando quien no paga y quien sí.

Cabe destacar la relevancia de Teruel en este contexto, pero Teruel no es la única villa
que se articula en torno a esta nueva oligarquía local: esto también sucede en Daroca y
Calatayud.

Otra cuestión importante es que en esta segunda mitad del s.XII el resto del territorio
en torno a estas tres villas anteriores se articula conforme al modelo de “villa y alfoz”: la nueva
oligarquía de la que hablamos dota a las ciudades de un señorío, que está conformado por su
alfoz, un conjunto extenso de aldeas alrededor de la villa principal. Es decir, el concejo de la
ciudad ejerce su titularidad sobre un señorío que comprende la ciudad principal y su entorno
rural. El hecho de que estas villas y comunidades crearan señoríos colectivos, provocaba que
los impuestos que normalmente se pagarían al señor pasen a pagarse a los concejos, etc. Esto
genera conflictos entre la población y los concejos, llegando a enemistar a las aldeas y a las
villas.

Además, cabe destacar que a mediados del s.XIII, a diferencia de lo que sucedió en
Castilla, las comunidades de aldea de Calatayud, Daroca y Teruel se separaron de la titularidad
del dominio señorial de las villas y pasaron a tener sus propios órganos de gestión económica,
pudiendo recurrir a tribunales reales, se comunican con este, pueden ser convocadas acortes,
etc. Aunque bien es cierto que las ciudades conservaron algunas prerrogativas sobre las
aldeas como convocarlas para que acudieran a trabajar en obras de reparaciones públicas, por
ejemplo. Hay que decir que las ya nombradas no son las únicas comunidades de aldeas de
Aragón, también había más, por ejemplo, Sariñena.

*Podemos hablar de “Cataluña” a finales del s. XII sin ser anacronismo

4.3 Pedro II y la llegada al poder de Jaime I


Dominio en el sur de Francia. Es también en este contexto, en la segunda mitad del s.
XII, cuando tiene lugar el intento de consolidación del dominio de la monarquía aragonesa en
el sur de Francia. Lo que sucede desde Sancho Ramírez es que, en el contexto del viaje que
éste hizo a Roma y las conquistas posteriores, la monarquía aragonesa había conseguido la
dependencia feudal de una serie de señores del sur de Francia. Esos homenajes, pleitesía que
había conseguido la monarquía aragonesa se suman a los que había acumulado la Casa de
Barcelona. Pero hay que tener en cuenta que el dominio que se tenía en Francia no era tal en
realidad: sólo eran nobles que tenían un compromiso feudal con la monarquía; no era una
soberanía real.

Herejía cátara. El rey Pedro II la lio mucho yendo a ayudar a los señores cátaros que le
rendían pleitesía y la cagó y fue asesinado en Muret. *Key words: Felipe Augusto, Simón de
Monfort, Inocencio III, liarla mucho.

Así, como consecuencia de la cruzada de Muret y de otras muchas campañas menores


pero muy costosas, Jaime I heredó una hacienda muy pobre. En 1228 una asamblea de
barones y representantes de las ciudades se reunió en Daroca y proclamó como sucesor a
Alfonso. Además, en este contexto, tras esta asamblea se empieza a materializar el proyecto
de conquista de los reinos musulmanes de Mallorca y Valencia.

4.4 La conquista de Mallorca (1229)


La historiografía está de acuerdo en que las conquistas de Mallorca y Valencia fueron
dos proyectos gestados a la vez, fueron en realidad un proyecto conjunto: una gran campaña
articulada en torno a dos grandes objetivos.

Una de las principales fuentes por no decir la única es la crónica de Jaime I, el libro de
los hechos, a pesar de ser crónica, es un relato narrativo, dirá que se ve obligado a dirigir la
conquista porque se lo piden. el rey argumenta que, en una cena con un oligarca de Tarragona,
unos ricos hombres alegan que hay que tomar la isla para evitar el ataque de los barcos
musulmanes.

Mallorca era un reino musulmán que tras la derrota almohade en 1212 había quedado
como un reino autónomo. En el litoral catalán, los piratas musulmanes mallorquines
intentaban sabotear el comercio con Italia. Así las cosas, Jaime I decidió acabar con ellos y
conquistar el reino, y las condiciones de la conquista se establecieron en las cortes de
Barcelona de 1228. La conquista de Mallorca, aunque involucró al resto de los súbditos, fue
una empresa de la monarquía; no es una guerra dirigida por la oligarquía catalana sino
pensada y dirigida por el poder real. Además, esta empresa consiguió la categoría de cruzada
gracias a una bula papal.

La campaña fue rauda, una campaña de golpe. Mallorca cayó ante las huestes de Jaime
I en 1229 con la toma de Palma tras la batalla de Portopí, aunque aún quedaron sin conquistar
algunos enclaves como Ibiza y Menorca que se conquistarían pocos años después. Tras su
conquista, Mallorca pasa a ser un reino propio dentro de la monarquía aragonesa.

Pau Caterna y Álvaro Santamaria son los únicos que se han atrevido a cuantificar el
número de hombres. Pau alega que un tercio de las fuerzas seria aragonesa. Aunque cuando
los datos proceden de una crónica es difícil delimitarlo. Cabe destacar que en esta empresa se
ha cifrado la participación aragonesa en aproximadamente en 300-350 efectivos de un total de
680.

El criterio de homología que se aplicó en la conquista del Valle del Ebro se ve igual en
ambas conquistas, Mallorca y Valencia. Tanto aportas tanto recibes. Para Mallorca solo hay un
libro de repartimentos que es complicado. El reparto de la isla fue 50% para el rey incluyendo
Mallorca, el 40% fue de origen catalán, 25% occitanos, 20% genoveses, 8% aragoneses y 7% de
otros. Aunque según Jaime I e su crónica, a la hora del reparto hubo miembros de la
aristocracia aragonesa que participaron, de hecho de la comisión de 6 catalanes original se
unieron 2 aragoneses.

Estamos, pues, ante una empresa dirigida por el rey pero que revierte en términos
materiales (bienes inmuebles y señoríos) en individuos catalanes, lo cual tiene su sentido por
proximidad geográfica. Además, pervivía el intento previo de Ramón Berenguer II junto a pisa
por conquistar Mallorca. Es decir, la aristocracia catalana seria la principal contribuidora y
financiadora de esta empresa. El éxito de la empresa y su materialización en recepción de
beneficios se reflejó en la aristocracia catalana.

4.5 La conquista de Valencia


En este caso las circunstancias de partida varían. Esta empresa, que también fue
objetivo de la monarquía, había quedado diplomáticamente planteada desde los tratados de
mediados del s. XII. Implicó mucho más directamente a la aristocracia aragonesa, a las órdenes
militares y a los concejos de frontera, aunque también hubo infanzones y gente de la mediana
nobleza.

Este proceso de conquista duraría dos generaciones: hasta 1274 no se termina de


pacificar el reino al acabar con una revuelta mudéjar, y no es hasta entonces cuando se puede
hablar de una consolidación del poblamiento feudal o cristiano.

En este caso será la aristocracia aragonesa la que financie y participe


mayoritariamente la campaña, junto a las ordenes militares y las ciudades y villas de la
frontera. Estamos poco después de la conquista de Mallorca, por lo que los catalanes no
podían apoyar tanto la conquista quedando en segundo plano.

La conquista de Valencia tiene lugar en 4 campañas no muy alejadas entre 1232 y


1259, partiendo de la conquista de Burriana en 1232-33 y el castillo de Morella, en la que
participo Blasco de Alagón, siendo el culmen de la conquista de la propia ciudad de Valencia en
1238. Con la conquista de Valencia quedaba configurado el territorio que debía formar el reino
de valencia, pero en las décadas siguientes, 40-50, la expansión aragonesa en virtud de los
tratados de Cazola y Tudilén, llegarían a ocupar parte de la actual Alicante y parte de Murcia, el
resto durante el reinado de Jaime II. entre 72-74 tuvieron lugar una serie de revueltas
mudéjares el reino de valencia, pues gran parte de la población musulmana permaneció
creando comunidades de aljamas. Con la pacificación de estas se daría por finalizada la
campaña de Valencia.

Este caso no permite tener un registro tan claro de las fuerzas ya que son distintas
campañas. No obstante, en su segundo testamento, Jaime I dijo que el número total de
participantes aragoneses y catalanes que participaron en la conquista de Valencia con derecho
a recibir bienes fue de 380.

En cuanto a los colonos y su procedencia, las fuentes no son nada sistemáticas hasta
finales del s. XIII, cuando para documentar la colonización de los colonos contamos con tres
libros de repartimento, que eran documentos emitidos por la cancillería real en los que se
registraba “por aluvión”, desordenadamente, los nombres y apellidos de quienes habían ido a
conquistar la ciudad de Valencia. En la mayoría de los casos, determinar la procedencia de esta
gente es muy difícil, aunque los historiadores lo han intentado hacer por la antroponimia.

Estos libros arrojan en términos cuantitativos una presencia aragonesa importante,


sobre todo en lo que respecta a la ciudad de Valencia. Pero si nos vamos a finales del s. XIII,
observamos un fenómeno mucho mejor documentado: la mayoría de los medios y pequeños
señoríos valencianos están en manos de familias de origen catalán, y la gran mayoría de los
registros nominales de pobladores son también de origen catalán. Esto denota un fenómeno
de emigración más allá del primer momento: acabaron “triunfando” los catalanes en este
territorio, a pesar de que los aragoneses importaron más en el momento de la conquista.

La polémica a señalar es que la interpretación es peliaguda pues vemos que hay una
enorme movilidad de los bienes inmuebles, pues los beneficiarios no tomaron posesión para
ocuparlos, sino que muchos inmediatamente los liquidaron, los vendieron o los cambiaron por
posesiones en su lugar de origen, por ejemplo aragoneses que buscarían bienes en Aragón. Por
ello aparecen cancelaciones, cambios, concesiones a una misma persona.

Observamos que el primer reparto hay un mayor peso de los aragoneses, pero tras 2
generaciones quienes verdaderamente señorializan Valencia son linajes de origen catalán. Es
decir, la movilización que se dirige a la conquista del territorio fue aragonesa, pero quienes de
verdad pueblan el territorio no lo son. Enric Guinot ha demostrado como los que recibieron en
primer momento estos territorios cambiaron o vendieron estos a catalanes, o bien quienes
poblaron esta zona volvieron a su lugar de origen y fue poblado por catalanes, etc.

Por último, hay que añadir que la mayor parte de la nobleza hereda en Valencia y se
desvincula de Aragón. Por su parte, la gran nobleza conserva en el mismo patrimonio los
señoríos aragoneses y valencianos. Es decir, la mediana nobleza se divide entre Aragón y
Valencia; la alta nobleza, no. Hay aun linajes de Aragón como los Alagón, los Urrea, los Luna,
además hay linajes que no son aragoneses ni catalanes con señoríos en muchos lugares como
Jaime Pérez, hijo bastardo de Pedro III. A finales del s.XIII hay 13 familias arraigados, 3 ricos
hombres y 10 familias de mesnaderos, peor lo normal eran las liquidaciones.

Algunos ejemplos serian:

 1240-1246 los miembros de la milicia de Calatayud que recibieron bienes en Moncada,


las vendieron a la orden del Temple.

 Un tal García Pérez de Figueruelas, devolvió al rey una heredad en Valencia y en 1258
a cambio por varias heredades en el valle oscense.

 Ato de Foces recibe propiedades vitalicias

 En 1289 los castillos y villas de Javier, de Huesca se cambian por el castillo y villa de
Almenar en Valencia

*Los caballeros-villanos permanecen en las zonas de frontera, pero en estos


momentos su operatividad militar decae. Con el paso del tiempo se habla de personas con un
potencial económico que les da, más allá de 1350, para mantener caballo y armas pero no
porque sean guerreros; ya son otra cosa. Bien es cierto que al menos en lo estético el rol
militar aspira a ser conservado.
*A partir de mediados del s. XIV se documenta el hecho de que las encomiendas tienen
cada vez menos fuerza militar directa: cada vez hay menos miembros de la nobleza que se
ordenan como freires. Ya no hay guerra directa con el islam, y las órdenes militares no se
hicieron para luchar contra cristianos, sino contra musulmanes. Por tanto, las órdenes pierden
su potencialidad militar, aunque eso no significa que pierdan sus señoríos ni que se diluyan.

4.6 El testamento de Jaime I el Conquistador


A la muerte de Jaime I, por su voluntad testamentaria la Corona de Aragón se desgajó
en dos grandes espacios de soberanía: por un lado, el reino de Aragón, Cataluña y Valencia
pasaron a la soberanía del primogénito, Pedro III, en 1276; por otro lado, el nuevo reino de
Mallorca y el condado de Rosellón pasaron al segundo de los hijos de Jaime I, quien pasó a ser
Jaime II de Mallorca.

Bajo el reinado de Pedro IV el Rosellón y Mallorca fueron reintegrados por las armas
en 1344 a los dominios de la dinastía aragonesa. Esta campaña, que comenzó en 1342 y
culminó con la toma de Mallorca, fue una de las grandes expediciones militares del
Mediterráneo, una gran empresa dirigida por la monarquía en la que se integró el conjunto de
las élites de los estados de la Corona.

Para que esto no volviera a pasar, Jaime II de Aragón fue obligado a jurar por fuero la
indivisibilidad de la Corona: que aquello que había hecho su abuelo Jaime I no volviera a
suceder.

IV.5. El pleno desarrollo de las instituciones del Estado feudal


Hay varios factores que concurren entre mediados del siglo XII y se alargan hasta el
siglo XIV que suponen una sofisticación del Estado feudal ya configurado y un mejor control del
territorio, ahora más extenso.

El aumento de la burocratización: las asambleas bajomedievales (Cortes)


A partir de 1164, y cada vez con mayor frecuencia, en las grandes asambleas de paz y
tregua convocadas por la monarquía encontramos representantes del medio urbano, de las
grandes ciudades, tanto de Aragón como de Cataluña. En estas asambleas, en las que se toman
decisiones de tipo jurídico, la representación de las oligarquías urbanas termina de configurar
el precedente de las asambleas pleno y bajo medievales que denominamos Cortes. Estas
asambleas que incluían al monarca y a representantes de los estados de la Corona tendrían
que aprobar documentos y normas vinculantes.

En esta época también asistimos a una cristalización de la diferenciación entre el


ámbito catalán y el aragonés, ya que el rey va a convocar de manera separada a los vasallos de
cada territorio. Es decir, se plasma la diferencia en el ámbito de poder. Alfonso II distinguía dos
ámbitos de origen de los asistentes a la curia regia. En 1173 el rey confirma los estatutos de
paz y tierra, y la validez de estos, desde Gerona hasta Tortosa y Lérida. Se separan las esferas
de poder. Esto permite entender que en época de Jaime I las conquistas de Mallorca y Valencia
generen la existencia de dos entidades políticas distintas, ya que Mallorca será una campaña
sostenida en gran medida por la aristocracia catalana, pero no es Cataluña, es un reino
particular a pesar de la ligazón inicial. Con valencia pasa algo similar.
Institucionalización de nuevos cargos

Creación e institucionalización de una serie de cargos con funciones judiciales o fiscales


por delegación del poder real. Se trata de dos oficios: los merinos, llamados vicarios en
Cataluña, que son funcionarios nombrados por el rey con competencias judiciales: aplican los
fueros del lugar, responden ante el monarca y tienen funciones policiales); y los bailes, los que
cobran las rentas que pertenecen al dominio real (la pecha), arriendan los monopolios reales
(molinos, etc.), y por tanto gestionan el patrimonio real en cada una de sus jurisdicciones.

Nuevas formas de beneficio: de las honores a los feudos de bolsa (caballerías)


Hasta ahora hemos visto que el contrato feudo-vasallático entre monarquía y
aristocracia se articulaba en las honores que el rey entregaba a la aristocracia a cambio de su
apoyo militar. Con el tiempo esto experimenta una mutación debido a que esas honores se
acaban patrimonializando y se hacen hereditarias, por lo que la aristocracia ya no dependía de
la voluntad real para recibir estos beneficios.

Por otra parte, es importante tener en cuenta que durante la reconquista el rey tenía
algo que dar a la aristocracia a cambio de sus servicios y potencial militar, pero tras la
conquista de Valencia ya no habría tierras que repartir. Entonces la aristocracia pasa a ser más
opresiva, tanto horizontal como verticalmente hablando. Así, desde el reinado de Jaime I, el
rey fragmenta sus ingresos ordinarios (la pecha cobrada a las comunidades de aldea) en
caballerías, lotes de 500 sueldos jaqueses que distribuye directamente entre la aristocracia a
cambio de que el beneficiado pusiera a disposición del rey un hombre a caballo. Estamos pues
ante un gran cambio: un feudalismo que descansa en la circulación de rentas económicas, no
ya de honores ni feudos, y que denominamos feudo de bolsa o feudalismo bastardo. Esto es
algo común al conjunto de los estados feudales europeos.

Además, esto supuso una reorganización del patrimonio real y de las relaciones entre
rey y aristocracia: ahora el objetivo de ésta será apropiarse de la mayor cuantía posible de
dinero del rey. Por su parte, la figura del rey pasó a ser fundamental, pues era quien pagaba y
hacía circular las rentas entre la aristocracia: la aristocracia dependía de él. Así pues, la
aristocracia pasó a vivir de las rentas reales sobre todo a partir de mediados del s. XIII.

Cabe destacar que los verdaderos perdedores de todo esto son las comunidades de
aldea y, en general, toda tierra de realengo, pues si el rey necesitaba más dinero para pagar
más caballerías aumentaba la presión fiscal sobre las tierras de realengo.

Este sistema quebró con la crisis bajomedieval, ya que las tierras de realengo ya no
podrían satisfacer las mismas rentas que antes.

Nuevos tributos: monedaje y bovaje


Desde el reinado de Pedro II y sobre todo con Jaime I se habían ido sucediendo una
serie de campañas militares que habían exigido de una dotación económica importante
(Navas, Muret, armada contra Mallorca, etc.), recursos específicos que no provinieron
únicamente de la pecha, sino que se crearon nuevos tributos. Los nuevos tributos introducidos
en esta coyuntura y consolidados en el s. XIII son el monedaje en Aragón y el bovaje en
Cataluña.
 El monedaje se comenzó a cobrar en 1218, pero no se reglamentó hasta el reinado de
Jaime II en torno a 1300. Supone el derecho del rey a percibir cada siete años un
maravedí (siete sueldos jaqueses) de todos aquellos hogares cuyo patrimonio sea
superior a setenta sueldos. La nobleza y la Iglesia estaban exentos. El monedaje es
importante porque el rey lo va a utilizar entre otras cosas para pagar la fidelidad de la
nobleza (las caballerías).

 El bovaje grava a todos los fuegos que son propietarios de bueyes o en general de
animales de tiro para el campo.

Orígenes y desarrollo del municipio (ss. XI-XIII): concejos y comunidad de realengo


Hasta ahora hemos visto que el poder local se articulaba en torno a “funcionarios” que
ejercían su cargo por delegación del poder real. Pero desde mediados del s. XII, sobre todo con
las cartas de donación que daban un estatuto propio a una población urbana, vemos que las
comunidades locales se van dotando de instrumentos propios de poder. Es decir, la comunidad
se organiza a sí misma con el consentimiento del rey. A esta organización institucional de las
comunidades locales la denominamos universitas, concepto que engloba a todos aquellos que
pagan la renta feudal al rey, aunque en realidad quien es importa es la oligarquía local. La
comunidad, en tanto que universitas, se fue haciendo fuerte y comenzó a reivindicar mayores
tasas de auto-organización:

1. Administración de justicia: las comunidades locales exigían que el juez dependiera de


ellas y no del rey, y así fue por donación real. El primer oficial del concejo es el
encargado de administrar justicia: en Zaragoza es denominado zalmedina, aunque en
la mayoría de ciudades se denomina [el] Justicia. Este cargo era nombrado por el
monarca entre tres candidatos propuestos por el concejo.

2. Poder ejecutivo. Las decisiones las tomaba los jurados, los responsables del poder
ejecutivo. La elección de estos oficiales dependía exclusivamente del municipio a
través de sus parroquias: cada parroquia aporta uno o dos jurados y se hace por
cooptación; es decir, en la práctica las élites urbanas se elegían entre ellas.
Recordemos que en la Edad Media la parroquia es la célula básica que organiza la vida
en sociedad.

3. Cargos con “componente de oficio”. Algunos de estos cargos suponían mucho


prestigio, como los encargados de cobrar las rentas de la ciudad: mayordomos en
Aragón, síndicos en Valencia, etc. Otro oficio es el vigilante de los pesos y medidas y
del mercado en general, el almotacén o zabazoque. Por último, están los notarios, en
concreto a partir de 1283 los municipios van consiguiendo la potestad de nombrar a
sus propios notarios.

4. Cabe destacar que la figura del merino desaparece, o permanece residualmente.

La configuración de los señoríos (1137-1213)


La renta feudal es la que permite la existencia del señorío: el conjunto de ingresos de
los señores feudales o el rey como titulares de dominios. No hablamos solo de señores
feudales, sino del concejo de un municipio que ejerce el señorío sobre aldeas, o la priora de un
convento. Esa renta feudal se sustenta con a) un dominio sobre la producción, b) un dominio
sobre el espacio, c) un dominio sobre las personas, y d) un dominio sobre el ejercicio de la
justicia; y todos ellos cristalizan en tributos para el señor.

Dominio sobre la producción. El eje de la renta feudal es la pecha, una renta más o
menos fija que los concejos han de entregar anualmente al monarca. En Aragón se satisface en
tres plazos. En el realengo, este principio se completa con la existencia de tributos a las
aljamas (de judíos o de musulmanes), que tributan más que la pecha que pagan los concejos
cristianos.

El dominio sobre la producción se rige también sobre las regalías, monopolios que el
rey conserva sobre los medios de producción y los recursos naturales, que a veces son
transferidos a señores (molinos, uso de aguas, uso de bosques, uso de pastos). Conforme se
avanza a la Baja Edad Media esta situación se vuelve insostenible y el rey los cede a los
municipios, que pasan a gestionarlos.

Otro derecho del rey es el cobro de un tributo por el cual, si el monarca pasa por un
dominio que le pertenece, tiene derecho a que sus vasallos le mantengan (itinerancia del rey).
Sin embargo, esto acaba derivando en que en Aragón el monarca cobra a los concejos un
tributo denominado cena, que se paga esté o no esté el rey.

Dominio sobre el espacio. Se concreta en el pago de tributos al atravesar unas tierras.


Son derechos de tránsito que acaban cristalizando en lezdas o peajes, que se pagan a un señor
al pasar por sus dominios, y todavía más si además se pasa con mercancías destinadas al
mercado. En la Baja Edad Media aragonesa es un gran pilar de la renta feudal.

Dominio sobre las personas. Aunque tiene su precedente en las corveas que los
señores del S. XI podían ejercer sobre los siervos, ahora cobra otro cariz. La disponibilidad d la
fuerza física de los vasallos se concentra en torno al derecho señorial de disponer de su fuerza
militar. Conforme se van alejando del estado estructural de guerra contra el Islam, se pierde la
especialización militar de las personas, y va perdiendo eficacia para el señor convocar a las
huestes municipales. La redención de hueste es un tributo que se cobra en Aragón, como
compensación, que sustituye poco a poco al servicio militar. No es que se negocie el cambiar el
servicio militar por el tributo, sino que se va imponiendo y se hace obligatorio y normal pagar
este tributo en concepto de redención de hueste.

Dominio sobre el ejercicio de la justicia. Los titulares de señoríos se distinguen ante


todo porque ejercen justicia sobre los vasallos, bien directamente, bien a través de jueces
nombrados por ellos. El fruto del ejercicio de la justicia señorial se concreta en el pago de
multas sobre todo al señor, por lo tanto, este principio también implica aumento de las rentas
económicas del señor feudal.

*Tributo: no revierte a la población; impuesto: sí revierte a la población.


Tema V: Una Etapa de Esplendor (1238-1327).
Entre los años 1238 hasta 1327. La primera etapa de la baja edad media en la corona
de aragon. Ha sido considerada la etapa de esplendor d ela corona de aragon, cuando a nivel
internacional tuvo un espacial portagonismo. A lo larfo deestos 100 años trataremos de
explicar la configuracion casi definitiva del sistema politico que va a caracterizar a la corona de
aragon. Hablamos de unsistema de gobierno en el que la monarqui esla cuspide delpoder,
pero que el gobierno se complementa o integra con las elites urbanas y la araistocracia. En la
corona de aragon las reuniones a cortes, el sistam parlamentario, y los parlamentos de cada
region entre el reiand dejaime i y jaime ii se van a configurar ya sentar, ganando la scortes un
protagonismo mayor. Ademas en aragon esta caracterizado por una serie de princiios politicos
del derecho romano pero que ganan fuerza en este momento, siendo un ejemplo el caso de las
univeristas, una comunidad urbana, una comunidad de adeas ylatotalidad de villas y aldeas
representadas en cortes. Quod omnes longitr ab omnibus decideretur “lo que atodos afecta
debe ser decidido por todos” ahora bien según la configuracion feudal, no la totalidad de
lapoblacion. Estetodoas es aristocracia de sangre, iglesia y elites urbanas. El rey no puede
gobernar solo, pero no puede contar solo con uno de los uerpos politiuucos. Cada rama va a
reivindicar su derrecho. No sera hasta 1327 hasta que cristalice esto. El pirncipio debien
ccomu, depatria, deiesa maiesta, son principios que se desarrollan ya en epoca de Jaime I. Un
estado con una srie deprincipios politicos quese plasman. Otro aspeto relevante es que tras la
conquista de valencia, el porcseo quehabia laimentadoel cambio politico y social,, el proceso
de colonizacion detierras arrebatasdas alislam finaliza. Hubo queesparar unas decadas aque la
fronteraentre el reino de valencia cristiano y de murcia sefijara, peroya fue un asunto entre
reinos cristianos, pero ya no hay lucha contra el islam mas alla de cruzadas contra Almeria o
Granada. Ya no hay crecimiento abase deco nquistadelislam. El foco internacional se traslada a
3 ambitos: la corona de aragon tendra intensa actividad militar y colonizadora enel
mediterraneo occidnetal napoles sicilia ycerdeña. En segundo lugar el escenaropeninusla. La
corrona mirara a navarra oa castilla sviendose ometidaa conflictos, donde nonos interesa
lavertiente militar sino sus consecuencias institucionales. Entre 1296 y 1304 la corona de
castilla se implica en lageurra desucesion o guerrasciviles quesiguieron a lamuerte dealfonso x.
la consecuencia fundaental deeste cconflictofu laanexion del norte del reino de murcia. Peroes
que tambienen unacompeticion fruto dela rivalidadcon castilla eestall laguerra delos dos
pedros. Durante este conflicto tuvo lugar la crecion de la diputacion delgeneral. Y tambien
inmediatamente despues lacorona dearagon se implicoen la guerra civil castellana, entre el 66
y el 69.

-tecer doco seran las guerrasciviles y las tensiones internas. Caeb destacar que la corona
dearagon tiene pocas guerras civiles, ques e puedan llamar asi. La primera union 1282, ñla
segunda 1343-1348. Amplios grupos de poblacion urbana se enfrentan al rey, con nombre y
apellidos, reivindicando que cumpliera los fueros, tal y como se habian aprobado y lo piedne
atraves de las armas. Por ultimo habia otra guerra civil, la guerra civil catalana 1462-1472, con
una coalicion entrelas elites urbanas ye l conseill debarceona contra elrey, la aristocracia y la
sclases populares catalanas siendo rey juan ii. Seimpone el bandorealista, alque se diferencia
dela corona decastilla. Hayun sistema constitucional que funciona oq ueal menos es practico
donde hay pocos conflictos internos en los que se impondra elrey.

El cambio que tiene que ver dentro del mundo del derecho. La ejcucion del poder tiene mucho
ams quever con los siglos posteriores que con los siglos previos. Hemos visto como se
coconcedido fueros pedidos por las poblaciones en muchos casos. Este hecho de crecion de
grandes corpus juridicos noes solo exclusivo dela corona de araon, un claro ejemplo es el
trabajo en epoca de alfonso X.

El de araogon data de una reunion en huesca en 1247. Los añli reunidos con jaime i
encaragaron alobispo dehuesca quecompialara lasdistintas tradiciones forales aragonesas, que
no eran muy distintas, una era el fuero de jaca, que se habia ido recrecciendo, que se habia
aplicado con novedades en zaragoza, y en huesca, daroca albarracin se habian aplicado los
fueros de extremadura, sobr ecomo debian comportar los caballeros, etc. Aun asi no era muy
distintos. En 1247 se compilan en un unico texto en latin, ademas entre 1247 y 1300 tenemos
otras fuentes, el vidal mayor, un comentario en romance que realiza vidal decanellas dela
compilacion, enla que explica como se aplica cada fuero; ademas hay otra version delos fueros,
la de mirabete dela sierra, un texto en romance que compila en aragones todos los feuros. A
coluntad esla de crear un unico corpus juridico quese pueda aplicar a todo el reino. Esto no es
automatico, tras ahcer lacompilacion habriaque relaizarmas estudios, pero no perdieron
vigencia el resto de fueros. Durante el restodel siglo XIII la poblacion dej aca aun funcionaria.
No esmuy distitnto. Cuando empiezan a cabiar mas es a partdir de la scortes de 1300 con jaime
ii, en el quelos fuerosque se vayan aprobando hasta el find elos tiempos seañaden aese
corpus. Lastradiciones de fueros extensos previa y la compilacion tienen pocas diferencias. Lo
que cambia fundamentalmente es lasupremacia delpoder real sobre cualquier otro. Apartir de
1247 el rey es el que decidide cuando y contra uien sepuede guerrear. Las paces y guerras que
impone el rey ahora son mas relevantes. La aplicación del crimen de iesa maiesta ledotaba deu
poder tremendo.ademas aboles definitivamente las ordalias, algo muy relevante, hora bien es
posible que despues aun hubiese quien hiciera uso de esto, pero desapareceria. Lo qqu no
desaparece son los ius malectractandi, por lo que los señores podian tratar como viesen a sus
vasallos, pero del dicho al hecho hay un trecho.

Si comparamos algunos fueros con la compilación de 1247, encontramos como el


compilador encuentra practicas de las que no se tenia constancia.

PEDIR APUNTES MARTES.

Hababamos de la compilacion foral, algo no exclusivo de la corona de aragon, ya que la


mayoria de coronas hacen estos, en el caso de aragon se concretan en la scrotes de huesca del
1247. Las cortes aun no son una insttucion fija y solida, pero comienzan a tener algunas de sus
funciones y estan para poner paz, fiscalizar la soberania legal, legislar, etc. La compilacion de
1247 se redacta por decidion de las cortes de huesca convocadas por jaime i y fue vidal de
canellas elencargado deredactarlas. Hasta 1300 en las cortes de zaragoza con jaime ii sera
cuando el fuero de zaragoza tenga una validez mayor asi como la compilacion foral.

Ademas de estecorpus juridico hay otros dos eventos relevantes. El privilegio general de 1283
es un conjuntode 30 ñeyes aprobadas en este año en unas cortes en zaragoza. Es el restultado
deunaserie deexigencias impuestas por los brazos en las cortes del mismo año. No es un fuero,
pero unaleye que entra en vigor y se aplica, de hecho todos los concejos guaradaran una copia,
siendo en la actualidad uno de los documentos guardados en cada poblacion mas antiguo. Es
una compilacion denormas queno tiene valor de fuero, pero que finalemete, con la segunda
union sieque es elevado a la categoria de fuero. Algunas de sus disposiciones a destacr nos
sirven para ver la evolucion del campo del derecho que se daba en este contexto:

-Por un lado en relacion al poder real y su regulacion. Se reclama que el rey solo
puede nombrar en aragon oficiales delegados suyos que sean oriundos de aragon.

-Se reclama que la cancilleria no pueda cobrar tasas excesivas por el hecho de expedir
documentos. Cualquier carta o documento expedido requería que se pagara un impuesto por
el sello.

-Se reclema que no pueda nombrar bailes generales ni bailes regionales,Se reclema
que no pueda nombrar administradores judíos

-Se reclama que deje de imponer tasas excesivas en relación de impuestos indirectos o
lezdas.

-SE RECLAMAMO tener disposicion del rey regularmente en zaragoza, es decir, la


periodicidad de las cortes, que no se respetaria.
Este privilegio general no se elevo a fuero hasta 1348, pero se respetaron bastente estas
normas. Desde la aristocracia hay problemas y aspectos elevantes que podemos observar a
traves delprivilegio general. En pleno conflicto unionista con pedro iii, provocado por un lado,
por el aumento de la presion fiscal, sobre todo en las tierras de realengo, de forma batsante
continuada. A traves de la pecha (concepto jurídico y fiscal que habia sustituido al censo servil,
a traves de la extension de los derechos jurídicos desde el año 1100, encontramos a las
comunidades urbanas que negocian de forma colectiva con el rey el pago del censo, que en
aragon se conoceria como pecha) irian subiendo el precio de las mismas. Habia quepagar
ladfidelidad aristocratica, ya ya no podian darles tierras arrebatadas al os musulmanes, porloq
uequedaba pagarles con dinero, yese lo podia obtener findamentalmente de territorios de
jurisdiccion real. Tambien mediante lezdas y peajes, mediante cenas…..que los monarcas
incrementarian deforma aleatoria. En este momento, se reflejaba tamebine en las relaciones
rearsitocracia. Y el rey en el contexto d ela guerra de sicilia, habia intentado y consiguio obligar
a las aristocracia aragonesa a servir …………….. ademas la artocracia exige que los feudos que
disfrutaba la nobleza fuese acompañado de dinero?. En relacion a las ciudades, a partir de
1283 obienen lacapacidad den ombrar notarias, que antes dependian de losnotarios que
nombraba el rey. Ademas intentaron asegurarse de que los cordores, intermediarios de
comercio que ponian en relacion a los compardores convendedores debienes e inmuebles,
como unpuesto publica. Consiguieron que a escala local consiguieron que los concejos
decidieron cuando loquear el fluj de suministros. Jimeno perez y hsopital señalan que hay
debate en torno al los 3 dias de servicio de los infanzones, pues no se sabe cuando empieza a
contar si cuando salen de casa o cuando llegan.

Por otro lado tenemos la figura del justicia de aragon, un ganarnte del funcionamiento de la
ley, pero no hay que verlo como juez supremo que se encuantra sobre el rey y que esta para
que se apliquen bien los fueros de aragon. Su origen lo encontramos en la propia corte del rey,
al iual que habia un mayordomo, un camarlengo, etc. habia un juez. Esto lo constatamos desde
el reinado de jaime i, 1265, ya que en unas cortes de ejea seimpuso la norma de que el rey
nombrase juez de su corte a un caballero. Desde entonces la funcion del justicia sera elmaximo
tribuanl deapelacion, condicionanado la arbitrariedad del poder real y poniendo un freno
alpoder deeste. Los justicias suelen ser xaballeros formados en derecho, juristas que escriben
obras en las que indican como deben cumplirse los fueros, pero son personas muy afinaes al
rey. Desde las cortes de Zaragoza 1442 se patrimonializa, quedando siempreen lamisma familia
los lanuza. También llevaba acabo otras funciones debido a su condicion social, como guerrear.
En cuanto al derecho de firma, hablabamos que cualquiera podia denunciar ante el justicia e
incluso acogerse bajo la protección de este, el derecho de firma, por elcual sehacia inventario
de la persona acusada y se salvaguardaba a integridad de esta persona y de sus bieneshasta
quese resolviese. El derecho de manifestación seria una evolución de esto.

En valencia el rey quiso reservarse derecjos relacionados con monopoliosde medios de


produccion como molinos, pozos etc. en aragon, las primicias, un derrechos eclesiatsioc que
cobra la iglesia, por aprroquias, en aragon las ocbran los concejos y son para uso civil. Esto en
valencia no. El suo civil de estas rpimicias iba con el fin de defender la ciudad y castillos,
siempre que as iglesias estuvieran bien acondicionadas. En el caso d avllencia, las cortes de
1329la aplicación de losfueros de aragon en aquellos señorios donde seguian vigentes se
suprimieron. En la segunda mitad del s.XIII y principios del xiv, los grandes nobles aragoneses
que estaban gheredados en valencia aplicaron el derechos aragones, ccerand tiranteces con el
rey. eseaño sepaso aaplicar elderecjo valenciano.

Las cortes

Queson como funcionana

Duramte el reiando de jaime i hubo varias sesiones de crotes, siendo unas de ellas las
encargadas de tomar juramento al joven rey, en otras s trato la necesidad de inicair la
campaña de mallorca, otrs fueron las que realizaron la compilacion de 1247, pordemos
emepzar aahabalr decortes con las asambleas de paz y tregua, pero a inicias del reinado de
alfonso II convoca una des estas reuniones en las que comparecen miembros de la aristocracia
y la iglesia asi omo de las ciuedes en huesca. Por lo tanto al estarreprresnetados los concejos al
margen de la aristocracoia y la ifglesia, por lo que son cortes. El rey convocaba a toda esta
egente paraque le dieran dinero para cosas, legislar, jurar al rey, etc. sus oriegens estarian en
las asambleas de paz y tierra de s.XI-XII.

En pleno feudalismo, unque habalmos de este tipo de manifestaciones, lo principios juridicos


que las respaldan no tienen que ver con la democracia ni e ejercicio de la soberania. En su base
estan los dos principios del contrato feudal: consilium y auxilium, el rey cnvoca a esta gentuza
para consejo y auxilio.

Para que sirven?

Para fiscalizar el dominio real, el rey convoca cortes para exigir ayuda d e sus subditos , que se
traduce en ayuda militar. El rey pide.

Para que las tensiones se diluyan, evitar la violencia y el conflicto, es decir, pacificar. Se
lepueden deciral rey en cortes cosas que fuera no podrian.

Para legislar o abolir. Los fueros requieren del beneplacito del rey, pero estos surgen de
negociaciones, reclamaciones y quejas de los subditos, que el rey accede a poner como fueros.
Ademas de los fueros hay un tipo de leyes con caducidad que se negocia y se aprueba, los
actos de cortes.

Jaime ii muere en 1327 y en 1328 se celebran las primers cortes del reinado de alfonso Iv,
SIENDO EL MODELOS DE ESTAS el que perdurara. Hemos habaldo de dos tipos de cortes, las
privativas en las que solo se convoca a los de un sitio concreto, y las cortes generales, donde
convoca a todo cristo, estas son excepcionles ya que a cuantas mas perosnas te enfrentes a
negociar peor. Le interes convocar las cortes cada mucho y siempre privativas. Cuando el rey
convoca a uno d elos brazos es un parlamaneto ysuele serpara pedir dinero. Esto es actividad
parlamentaria ya que durante la expansion mediterranea se resolvieron la mayoria en
parlamaento.

Quien va?

La articualcion de los distintos ordenes en cortes constituye una alegoria del cuerpo umanao,
el rey e sla cabeza y preside las cortes y quienes particiaan son lps brazos: nobleza, clero y el
realengo. En aragon desde 1328 se organiza en 2 brazos: alta y baja nobleza, del estamento
militar, haciendo 4 brazos. La iglesia acude según sus cargos, es decir, convoca abedes obispos
y arzobispos, asi como a los comendadores de las ordenes, representandoese asi mismos y
asus señorios. Sus decisiones hablaran por sus vasallos, de manera coorporativa. Al igual que la
alta nobleza, que se convoca por linajes, e rey convoca siempre a losmismos linajes, y al
cancilleriatiene una lista de estos linajes. Con la baja nobleza hay diferencia, pues hay miembrs
de esta baja noblza con señorios, pero al mayoria no. Aunque el rey convoca a algunas de
estas familias, todos estos caballeros tienen derecho a acudir, aunque no sean convocados. En
el caso de las couedaees universidades y villas, el rey convocaba a lagunas de cada, no siempre
los mismos, pues solian cambiar, pero las grands ciudades eran convocadas siempre. Los
concjos enviaban procuradores con pleigos decuestiones en nombre de sus vecinos.

Con la scortes de 1328 spn las primeras en la scque seconvocan conlos 4 brazos, coincidiendo
conlacoronacion delrey.

Actas no tenesmos hasta 1557, pero sabemos que habia una estructura. El rey convoca,
normalemnete por motivos de pasta, cuando estan reunios, abra las cortes con un discursos de
saludo y explicacion deque hacen aquí, luegolos brazos responden con un procuarador
normalmente eclesiastico y piden que los agravios se resuelvan. El rey exige que la demenada
real se resuelva, se abren debates, se llegan acuerdos en ambos terrenos, se dan un donativo y
se imponen o derroga fueros, estos se incorporan a las actas y se firman o sellan. Este es el
guion. La resolución de agravios depende d ela coyuntura.

Ahora bien a las cortes en princio que se panos iban hombres, sobre todo con la aristocracia y
el celro, pero es probable que las muejres pudieran trasladar sus exigencias a las cortes a
traves de procuradores.

Rey+brazos, sin el rey no hay cortes.

ABIZANDA MUSEO

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