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Economía Ambiental

09/12/2021
Desarrollo Económico Sostenible:
Introducción: Mercado y satisfacción
de necesidades
Los problemas ambientales se
producen por una multitud de causas,
algunas de las cuales son naturales
(una erupción volcánica, por ejemplo)
y otras, la mayoría, producto de la
intervención de la especie humana
La especie humana lleva ya unos
cuantos miles de años conviviendo con
las demás en este planeta, y nunca
hasta ahora, aparentemente, habían
revestido tal magnitud los problemas
ambientales: nunca habían alcanzado
tal gravedad
Supondremos, en efecto, que la
degradación ambiental no es producto
de la ignorancia, ni de la mala fe o las
ganas de perjudicar a alguien, sino que
es el producto, generalmente descono
cido y no deseado, de una conducta ra
cional que trata de resolver
determinados problemas, en un marco
institucional concreto
El principal problema al que se
enfrentan las personas, y la sociedad,
es el de satisfacer sus necesidades más
básicas. Utilizan para ello los medios
de que disponen, tanto los que les
ofrece la propia naturaleza como los
que a lo largo del tiempo
han sido capaces de producir, adquirir
y heredar
El trabajo, los bienes de capital, la
tecnología, y otros, el acceso a estos
bienes, lo que se puede y no se puede
hacer con ellos, está regulado
por el marco institucional que rige las
relaciones entre unas personas y otras,
y el catálogo de derechos y deberes
que se reconocen entre sí, y para con
los demás
El supuesto básico del que se parte es
el de que la degradación ambiental es
el resultado de un proceso en el que
las personas, y en ocasiones la
sociedad, trata de resolver
racionalmente un problema de
maximización condicionada, en el que
la información procesada no es la
correcta, y no se cuenta con los
incentivos necesarios
para actuar en consecuencia
MERCADO Y SATISFACCIÓN
DE NECESIDADES

La especie humana, organizada en


distintos niveles, tiene que resolver
muchos problemas,
algunos de los cuales tienen un
contenido marcadamente económico
El de satisfacer una serie de
necesidades de sus miembros, desde
las más básicas (la propia
supervivencia) hasta las que muchos
observadores considerarían
superfluas, tanto individuales como
colectivas
Cuenta para ello con una serie de
recursos: tierra, mano de obra,
maquinaria, infraestructuras,
tecnología, recursos naturales, etc.
Cómo organizar estos recursos para
obtener de ellos el máximo bienestar,
en función de las necesidades
satisfechas, es uno de los principales
problemas de los que se ocupa
la economía
En una sociedad como la nuestra, el
mercado juega un papel fundamental
en la resolución de este problema: de
hecho, vivimos en una sociedad regida
por el sistema de mercado
Su funcionamiento es
conceptualmente sencillo. El mercado
es como una inmensa cámara de
compensación en la que se procesa
toda la información que las personas
proporcionamos con respecto a
nuestras preferencias y a nuestras
posibilidades, y de la que surgen unas
señales sobre el valor de las cosas
Los precios. Estos precios,
que informan sobre el valor que el mercado
otorga a los distintos bienes y servicios, son los
que contienen la información necesaria para
que las personas organicen su comportamiento
tanto en su papel de consumidores como en su
papel de productores.
Vale la pena detenerse un instante en este
último punto y tratar de interpretar el
significado de este valor que el mercado otorga
Obsérvese el comportamiento de una
persona que adquiere
voluntariamente un
objeto cuyo precio es conocido: un
libro, por ejemplo
y que hace que el libro tenga para ella
valor, es algo perfectamente subjetivo,
que difícilmente nos será dado
conocer
Se ignora incluso
para qué adquiere el libro, si para
leerlo, regalarlo, rellenar un hueco de
la librería o calzar un mueble.
Ahora bien, dado que se parte del supuesto de que la
persona es racional y está actuando voluntariamente,
puede deducirse que el valor que le concede a la
necesidad que satisface con la adquisición de ese bien,
y que es estrictamente subjetivo, es, como poco, igual
al que le concede
a la posesión de los euros que se ha gastado
En otras palabras, el precio, algo
objetivo en tanto que observable,
mensurable y comparable, sirve como
indicador del valor que las personas
otorgan a la posesión de las cosas: de
la importancia que le dan a la
necesidad que satisfacen con el acceso
a su uso y disfrute.
En el otro extremo, alguien puso el
libro al alcance del comprador: el
vendedor
Cuando realiza su venta, se quedará con un
margen, que considerará compensa los recursos
que ha dedicado a ello (su tiempo, el local, etc.),
y con el resto pagará a la editorial que se lo
proporcionó.
Ésta, a su vez, recuperará lo que
invirtió en producirlo (trabajo, papel,
instalaciones, derechos de autor), y se
quedará con otro margen de
beneficios
Si aceptamos que estos márgenes
netos que se han quedado tanto
vendedor como editor remuneran su
trabajo, entonces el precio del libro es
la suma de todos los pagos que han
recibido los recursos necesarios para
ponerlo a disposición del lector
potencial
Analicemos, por último, el precio de
un factor de producción: por ejemplo,
el trabajo.
Supongamos que una persona le
ofrece a otra una remuneración
determinada, a cambio de que le pinte
una habitación de su casa.
Si la respuesta es afirmativa, se
pueden deducir varias cosas.
En principio, que esta propuesta es, al
menos, tan atractiva como cualquier
otra que tuviera la persona contratada
para ese tiempo, y por eso la acepta.
Alternativamente, si no tenía ninguna
oferta, pero necesita trabajar, la cantidad
de dinero ofrecida le compensa, al menos,
por lo que se gasta al hacerlo (transporte,
herramientas, material) supera al llamado
salario de reserva
Salario de reserva: salario más bajo al
cual un individuo estaría dispuesto a
aceptar un empleo en vez de
permanecer desempleado
Finalmente, si no contemplaba la
posibilidad de trabajar
esa tarde, y lo hace, ello quiere decir
que la cantidad recibida a cambio
del trabajo le compensa por el valor de
una tarde dedicada al ocio
En cualquier
caso, el dinero ganado proporciona un
bienestar (gracias a lo que se puede
hacer con él) al menos igual al valor
que la persona le da al coste de
oportunidad de dedicar una tarde a
pintar esa habitación: no trabajar en
otra cosa, dedicar la
tarde al ocio o una combinación de
ambas
Lo mismo es cierto de quien le
contrata.
Si éste es un empresario, y lo quiere
para que colabore en el proceso de
producción (para que le ayude a
recoger la cosecha, pongamos por
caso)
Lo hará siempre y cuando lo que el
trabajo de esta persona le aporta (el
valor de la producción que añada),
durante el tiempo que está contratada,
sea, al menos, igual a lo que le paga.

De otra forma, no le saldrían las cuentas


El valor de lo
que la persona aporta al proceso de
producción durante el tiempo que está
trabajando es lo que, en economía, se
denomina su productividad marginal:
no lo que hace (que es su
productividad media) sino lo que
contribuye a hacer
En
definitiva, el precio del trabajo (el
salario) iguala el valor que la persona
que lo desempeña le da a aquello a lo
que renuncia por trabajar, con el que
le da a lo que hace, quien le contrata.
Los precios de mercado, por tanto, en
esta representación idealizada de su
funcionamiento, encierran una doble
información sobre el valor de las
cosas: la prioridad que
la persona le da a la necesidad que
satisface con su ayuda, y el de los
recursos que se necesitan para
proporcionársela.
Bibliografía

Introducción a la economía ambiental


(2a. ed.). Madrid, ES: McGraw-Hill
España, 2007. ProQuest ebrary. Web.
29 September 2016

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