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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO

PROFESIONAL DE LA PNP

“V SEMESTRE ACADÉMICO

PROMOCIÓN INTEGRIDAD

MODALIDAD REGULAR”

TEMA : DELITO CONTRA EL PATRIMONIO

CURSO : CRIMINALISTICA II

ESTUDIANTE PNP : S3 PNP CONDE MENDOZA HECTOR

DOCENTE : TEC PNP SALVATIERRA AYME MIGUEL ANGEL


MOQUEGUA - 2021

DEDICATORIA
A la Escuela de Educación
Superior Técnico Profesional PNP
de Moquegua , por darme la
oportunidad de formarme como
policía y como profesional técnico,
a los docentes civiles y policiales y
a mis padres por apoyarme moral

2
y económicamente en mi
formación policial.

AGRADECIMIENTO

A la Escuela de Educación
Superior Técnico Profesional PNP
de MOQUEGUA, así mismo a
todo los docentes policiales y
civiles, por sus sabias enseñanzas

3
en mi formación policial. A mis
padres por apoyo su
incondicional, esfuerzo y de sobre
manera por su inmensa confianza
depositada en mi persona
INDICE
DEDICATORIA....................................................................Error: Reference source not found
AGRADECIMIENTO..........................................................Error: Reference source not found
INDICE..................................................................................Error: Reference source not found
INTRODUCCION......................................................................................................................1
CAPITULO I..............................................................................................................................6
DELITOS DEL PATRIMONIO................................................................................................6
CAPITULO II...........................................................................................................................12
HURTO.....................................................................................................................................12
2.1 Hurto simple..................................................................................................................12
2.1.1 Bien Jurídico y anotaciones preliminares..........................................................12
2.1.2 Tipicidad objetiva...................................................................................................13
2.1.3 Ilegitimidad del hecho...........................................................................................15
2.2 Hurto Agravado............................................................................................................15
CAPITULO III..........................................................................................................................20
ROBO.......................................................................................................................................20
3.1 El Robo..........................................................................................................................20
CAPITULO IV.........................................................................................................................29
APROPIACION ILICITO.......................................................................................................29
4.1 Apropiación ilícita.........................................................................................................29
4.2 Cuestiones preliminares..............................................................................................29
4.3 Bien jurídico..................................................................................................................31
4.4 Formas de Imperfecta Ejecución...............................................................................31
4.5 Sustracción del Bien Propio.......................................................................................32
4.5.1 Fundamento de Incriminación, Bien Jurídico....................................................33

4
CONCLUSIONES...................................................................................................................35
BIBLIOGRAFIA......................................................................................................................36
ANEXOS …………………………………………………………………………………
37

INTRODUCCION

El Título V del Libro II del Código Penal se refiere a los delitos contra el patrimonio.
En otros códigos penales, estos delitos se agrupan en un mismo capítulo bajo la
rúbrica de “Delitos contra la propiedad”. Nuestro legislador, en el código penal
actual, manteniendo la misma rúbrica de 1924, ha sido consciente de todas las
dificultades que conlleva el empleo del término “Propiedad”, en la medida en que
tal concepto no abarca todos los comportamientos típicos acogidos bajo el Título
V, de ahí que en la actualidad, tanto en el ámbito penal como en el civil, se utilice
en cuanto termino más apropiado el de “patrimonio”.

No obstante, el concepto de patrimonio tampoco presenta un contenido claro


capaz de resolver todos los problemas que plantean estos delitos; es por esto que
se han mantenido diferentes posiciones que tratan de esclarecer su significado.
Sin embargo, no constituye objetivo de esta obra el realizar una exposición
exhaustiva de las distintas tesis doctrinales mantenidas al respecto, puesto que
nos saldríamos de los límites fijados para ésta. De ahí que se expliquen
brevemente, y sin perjuicio posteriormente de tomar una posición sobre la que se
considera más apropiada.

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CAPITULO I
DELITOS DEL PATRIMONIO

1.1 Concepción Jurídica de Patrimonio


Según esta teoría, sólo son derechos patrimoniales aquellos reconocidos como
derechos patrimoniales subjetivos por el Derecho privado o público. En la
actualidad, esta posición ha caído en desuso.

Entre las muchas críticas que se le objetan a esta posición, destaca aquélla que
afirma la dificultad de definir qué se entiende por derechos patrimoniales
subjetivos, puesto que este concepto, según el punto de vista desde el que se
analice, puede ser amplio o restringido. Así, sí se interpreta ampliamente,
supondrá que la lesión de un derecho sin valor económico o mediando alguna
contraprestación de valor económico puede considerarse como un daño
patrimonial. Si se acoge desde un punto de vista restrictivo, se excluirán como
posibles lesiones al patrimonio aquéllas que recaigan sobre bienes con un valor
económico pero que no estén jurídicamente concretados en derechos subjetivos,
lo cual origina evidentes lagunas de punibilidad.

1.2 Concepción Económica de Patrimonio


El patrimonio está constituido por la suma de valores económicos pertenecientes a
una persona, sin importar que éstos gocen de reconocimiento jurídico.

En un primer análisis, pueden ya apreciarse los inconvenientes de esta posición:


en un primer lugar, por su visión puramente objetiva, no da importancia a las
circunstancias de cada caso individual, como por ejemplo las necesidades y fines
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que tiene el “bien” para la persona afectada por su lesión; en segundo lugar, por
ser tan amplia, la concepción de patrimonio abarcaría incluso aquellos bienes
poseídos antijurídicamente, lo cual contradice uno de los principios rectores del
Derecho, esto es, el Derecho sólo protege aquellos bienes jurídicamente
reconocidos por él.

1.3 Concepción Patrimonial Personal


El concepto de patrimonio depende de la opinión del sujeto pasivo de la infracción.
Lo que se pretende es asegurar y posibilitar el desarrollo de la personalidad del
individuo. El patrimonio es una garantía objetiva para el desarrollo subjetivo,
destacando principalmente el valor de uso de las cosas sobre el valor económico.

En esta posición se concede una sobrevaloración al momento subjetivo de la


infracción, lo cual puede llevar a soluciones injustas, puesto que no existe ningún
parámetro objetivo de valoración.

1.4 Posición «mixta» de patrimonio


Es ésta la posición que actualmente asume la doctrina con carácter mayoritario.
Desde esta concepción, el patrimonio está constituido por la suma de los valores
económicos puesto a disposición de una persona, bajo la protección del
ordenamiento jurídico.

Un aspecto digno de ser resaltado es el grado de reconocimiento jurídico


requerido en los bienes de contenido económico para constituir el patrimonio. En
base a esto, los bienes ilícitos forman también parte del concepto de patrimonio,
dado que, al adquirirse un bien ilícito, éste pase a formar parte del patrimonio de
su adquiriente; esto, se daría una relación fáctica que entraña un valor económico,
siempre y cuando no sea frente al propietario.

En conclusión, el bien jurídico protegido en este Título es el patrimonio,


interpretado según una concepción mixta o jurídico-económica del patrimonio.

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En el análisis y desarrollo de los diferentes tipos penales comprendidos dentro de
los distintos delitos contra el patrimonio, puede observarse la frecuente utilización
por parte del legislador penal de términos jurídicos, especialmente en el Derecho
Civil. Esto ha suscitado la necesidad de optar entre mantener el mismo contenido
que tales términos tiene en otras ramas, o concederles un significado propio a los
efectos del Derecho Penal.

A este respecto, se han sostenido distintas posiciones, entre las que destacan:

1. Concepción privatista dependiente del Derecho Penal o Teoría


sancionatoria del Derecho Penal: Es la posición tradicional según la cual el
Derecho Penal sería accesorio del Derecho Civil a la hora de definir y
atribuir un significado a los términos jurídicos recogidos en la descripción
legal de los diferentes tipos penales, cuando éstos procedan de esta rama
del ordenamiento jurídico.
Admitir esta posición implicaría afirmar que existe una convergencia de
conceptos, hecho que no concuerda con la realidad. Por otro lado, no toma
en consideración las exigencias particulares del Derecho Penal.
2. Concepción autonomista pura o teoría autónoma del Derecho Penal: Se
parte del carácter constitutivo y no meramente sancionador del Derecho
Penal, considerando que los conceptos utilizados por el Derecho Penal
poseen una significación y contenidos propios e independientes de otros
sectores del Derecho.
El punto de partida de esta tesis es el hecho de la existencia de una
divergencia terminológica, en donde, posiblemente, haya también una plena
concordancia; sin embargo, no puede rechazarse a priori que los conceptos
elaborados en otras ramas del Derecho carezcan de validez en el Derecho
Penal.
3. Concepción de la interposición teleológica: Actualmente se defiende una
tercera corriente que busca el significado de los términos empleados por el
Derecho Penal en base a una interpretación fundamentalmente teleológica

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de los concretos tipos penales. Se afirma que es un problema de
interpretación que debe resolverse en cada caso particular. Se parte, por
consiguiente, de la aceptación de los conceptos elaborados en otras ramas

del ordenamiento jurídico; pero éstos han de ser examinados a la luz de las
normas jurídico-penales a fin de verificar si ese significado se adapta o no a
los fines perseguidos por el Derecho Penal. De esta manera, no se
transgreden áreas de otras ramas del ordenamiento jurídico, evitando las
confusiones terminológicas que dificultan las soluciones de problemas
jurídicos

1.5 Clasificación de los delitos contra el Patrimonio


Según la doctrina, los delitos patrimoniales pueden clasificarse en función de dos
criterios:

a) Según se obtenga un determinado enriquecimiento, se distinguen en:

1. Delitos de enriquecimiento: Son aquellos en que el sujeto activo busca una


determinada ventaja patrimonial –hurto, estafa, apropiación ilícita–, pudiendo llevar
a cabo la obtención de tal ventaja a través de diferentes modalidades que,
fundamentalmente, son de apoderamiento (hurto, robo) o de defraudación, donde
se pone el acento en una determinada relación entre sujeto activo y pasivo
(engaño, confianza, etc.). Lo distintivo es el ánimo de lucro indefinido con el
enriquecimiento, aunque haya casos en los que ese enriquecimiento no se obtiene
de manera efectiva, como por ejemplo si el sujeto se apodera de un ganado
enfermo que, además de morirse, destruye su propio ganado.

2. Delitos sin enriquecimiento: Son aquellos en el que el sujeto activo sólo


persigue un perjuicio del sujeto pasivo -daños. En esta clasificación se parte de la
consideración económica del patrimonio, que es la más sencilla desde un punto de
vista sistemático.

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b) Según el objeto material sobre el que recae el comportamiento típico,
pueden clasificarse en:

1. Delitos que recaen solo sobre bienes muebles: Hurto, robo, apropiación ilícita,
receptación.

2. Delitos que recaen solo sobre bienes inmuebles: Usurpación.

3. Delitos que recaen sobre bienes muebles e inmuebles: Estafa, extorsión, daños.

DISPOSICIÓN COMÚN (Art. 208 CP)

Descripción Legal

Art. 208.- “No son reprimibles, sin perjuicio de la reparación civil, los hurtos,
apropiaciones, defraudaciones o daños que se causen:

1. Los cónyuges, concubinos, ascendientes, descendientes y afines en línea


recta.
2. El consorte viudo, respecto de los bienes de su difunto cónyuge, mientras
no hayan pasado a poder de tercero.
3. Los hermanos y cuñados, si viviesen juntos.”

Análisis del Tipo

En esta disposición se recoge una excusa absolutoria, donde la concurrencia de


determinadas circunstancias personales, por estrictas razones de utilidad en
relación a la protección del bien jurídico, excluye la posición de pena al delito
cometido.

En toda excusa absolutoria existe, por tanto, una conducta típica, antijurídica y
culpable, pudiendo el delito quedar en grado de consumación o de tentativa. En la
disposición del art. 208 CP el hecho es típico y antijurídico, es decir, la persona ha
cometido en realidad un hurto, una apropiación, una defraudación o un daño, e
incluso, el sujeto es culpable, pero, por razones de política criminal, el legislador
ha considerado que no es merecedor de una pena.
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Se enumeran una seria de delitos contra el patrimonio, pero, éstos no son todos
los delitos comprendidos en este Título, así por ejemplo, falta el robo, la extorsión
o la usurpación. La razón se puede encontrar en el hecho de que en estos delitos,
aparte de resultar lesionado el bien jurídico “patrimonio”, se afectan otros bienes
jurídicos, como la vida o la salud de las personas, representado una mayor
donosidad social.

El art. 208 CP enumera en sus tres incisos las personas beneficiadas con esta
excusa absolutoria: a) cónyuges, concubinos, ascendientes, descendientes y
afines en línea; b) el consorte viudo, respecto de los bienes del difunto cónyuge,
mientras no hayan pasado a poder de tercero; y c) los hermanos o cuñados, si
viviesen juntos. Esta excusa absolutoria afecta a estas personas ya actúen autores
o en calidad de partícipes en los delitos precisados por la ley, pero no a los
terceros que intervengan en el hecho, aun cuando éstos sean los autores del
hecho. Por ejemplo si un extraño comete un delito de hurto y el hijo únicamente es
cooperador en ese hurto, el extraño no se beneficiará con la excusa absolutoria,
pero sí el hijo aunque actúe como un simple cooperador.

La excusa absolutoria exime de pena a estas personas, pero no excluye la


reparación civil a la que haya dado lugar el hecho. Es decir, la responsabilidad civil
permanece totalmente intacta. Por tanto, el Juez en su sentencia no impondrá
pena alguna, pero si hará referencia a la responsabilidad civil que se tenga que
exigir en cada caso, siempre y cuando, el sujeto se haya constituido en actor civil
en el proceso, teniendo en cuenta que una vez constituido se impide que el mismo
sujeto procesal presente demanda indemnizatoria en la vía civil art. 87 CPP.

Es lógico que en estos casos se puede exigir la responsabilidad civil, puesto que
el sujeto ha cometido una acción antijurídica que se opone y daña al ordenamiento
jurídico.

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CAPITULO II
HURTO
2.1 Hurto simple
Art. 185.- “El que, para obtener provecho, se apodera ilegítimamente de un bien
mueble, total o parcialmente ajeno, sustrayéndolo del lugar donde se encuentra,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres
años.

Se equiparan a bien mueble la energía eléctrica, el gas, el agua y cualquier otra


energía o elemento que tenga valor económico, asi como el espectro
electromagnético y también los recursos pesqueros objeto de un mecanismo de
asignación de Límites Máximos de Captura por Embarcación”

2.1.1 Bien Jurídico y anotaciones preliminares


El bien jurídico objeto de tutela en el marco del tipo penal previsto en el artículo
185 del C.P., no abona en una postura en real coincidente, producto de las
diversas perspectivas que se han alzado al respecto; pues en un principio, se diría
que es la “propiedad”, el objeto de tutela penal, en tanto, la redacción normativa
acoge en su seno el término “ajenidad”, lo que da a entender de forma primera,
que el propietario de un bien mueble nunca podrá ser sujeto activo de esta
infracción legal. Sin embargo, el tema amerita una mayor profundización, más aun
cuando el legislador nacional no decidió incluir en el catálogo delictivo una
tipificación penal específica, cuando el autor del hecho punible es quien se
apodera de la cosa mueble, tal como lo hizo el legislador español en el C.P. de
1995, cuando incrimino el denominado “Futurm possesionis”, en el artículo 236.

Según lo expuesto, veremos entonces, si nuestra ley positiva se inclina por tutelar
únicamente la propiedad o, si también se incluye la “posesión”

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Así, en la doctrina española, señala que a tenor de la nueva regulación, en la
determinación del bien jurídico debe diferenciarse entre el hurto propio del art. 234
y el futurum posesionis del art. 236. En el primer caso es evidente que lo protegido
es la propiedad; de otra forma, no tendría sentido condicionar la aparición del
delito a la voluntad del dueño. Como consecuencia, agrega el autor, en el hurto
propio del art. 234 no puede ser sujeto pasivo más que el propietario aunque a
quien se le sustraiga la cosa sea el poseedor, al depositario o al mero tenedor; lo
que permite distinguir, a estos efectos, entre sujeto pasivo del delito y sujeto
pasivo de la acción. Existiendo, otra postura, la de Muñoz Conde quien sostiene
que el bien jurídico protegido seria la posesión.

2.1.2 Tipicidad objetiva


Sujeto activo

En principio, puede ser cualquier persona, pero de acuerdo a lo antes expresado,


debe ser necesariamente una persona ajena al propietario de la cosa, al menos
que se trate de un copropietario; eso sí solo puede serlo una persona psíquico
-física considerada. El propietario que sustrae el bien de quien la posea
legítimamente no comete hurto; su adecuación corresponde al delito de
apropiación ilícita de descrito en el artículo 191 del Código penal.

Si el poseedor no propietario se niega a entregar el bien mueble, que le fue


entregado en virtud de un título no cometerá la infracción delictiva en análisis, sino
estará incluso en el tipo penal de apropiación ilícita.

Sujeto pasivo

Se dice en la doctrina que puede ser cualquier persona, más de forma precisa
debe ser siempre el propietario del bien mueble; en este caso, no solo la persona
natural sino también la persona jurídica. De todos modos, cabe advertir una doble
cualidad, cuando la posesión la tiene una persona ajena al dueño; pues sujeto
pasivo de la acción será el tenedor, y sujeto pasivo del delito, lo será siempre

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quien ejerce el título dominal. Si se trata de un bien que responde a varios
copropietarios, cada uno de ellos será considerado como ofendido.

Objeto material del delito

La redacción normativa propuesta en el artículo 185, define a los bienes muebles,


se según la postura mixta, debe tratarse de un bien susceptible de ser cuantificado
de forma dineraria en el mercado, cuyo valor debe ser superior a una RMV, pues
si el valor está por debajo, el hecho será constitutivo de una falta.

Bien, será todo elemento integrante del patrimonio, de naturaleza corpórea


(material), cuya titularidad corresponde a una individuo, que para efectos penales
debe ser susceptible de ser valorado económicamente y ser posible su
sustracción, en consecuencia, los derechos inmateriales, como los autorales, son
objeto de incriminación en una titulación especial. Sin embargo, los títulos valores,
al recoger un contenido patrimonial cambiario, si pueden ser objeto de este injusto
penal.

La noción de bien para los efectos del delito de hurto debe construirse partiendo
naturalmente del concepto privado, pero fijando los contornos y limites propios del
Derecho penal.

Si hemos de mencionar que el hurto, supone en su modalidad típica, las nociones


básicas de apoderamiento o de sustracción, debe tratarse de un objeto que pueda
ser desplazado de un lugar a otro, sea o no fungible; vgr., las frutas que son
apoderadas ilegítimamente por el campesino del huerto ajeno, constituye hurto a
pesar de que luego puedan ser efectivamente consumidas.

En la legislación penal española se hace alusión a la cosa. Suele afirmarse que el


carácter material o corporal de la cosa excluye como objetos idóneos de los delitos
de apoderamiento todos aquellos que, impropiamente, se entiende que carecen de
masa o sustancia, así las energías, gases, y líquidos, mientras no se encuentren
envasados.
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2.1.3 Ilegitimidad del hecho
Antes de analizar el tema en cuestión, resulta importante referirnos primero sobre
los efectos del consentimiento del titular, en el marco del delito de hurto; hemos de
decir primero que el patrimonio es un bien jurídico de plena disponibilidad por su
dueño, siempre y cuando cuente con la legitimidad que lo ampara el ordenamiento
jurídico; por lo que la modalidad típica, en cuanto al apoderamiento seguido por la
sustracción, que realiza el agente, para hacerse de la nueva custodia del bien
mueble, supone un atentado contra la voluntad de la víctima, quien se ve
injustamente despojado de sus bienes. Por lo antes dicho, si es que el titular del
bien, le regala el objeto a un tercero, le concede su libre disponibilidad, no
tratándose de una compraventa, ha de señalarse que no se puede hablar en este
caso de un comportamiento de relevancia jurídico-penal, puesto que no se puede
hablar de lesividad, cuando se trata de un interés jurídico, plenamente disponible
por el individuo. Siendo así ante la presencia del consentimiento del titular, la
conducta es atípica; pero su validez está sometida a ciertas condiciones; de que
sea prestada antes de realizarse el acto, exteriorizado por su titular, quien tiene
que tener cierta capacidad de goce y de ejercicio; v.gr., carece de todo efecto
legal, el asentamiento que otorga una niña para que un tercero se lleve el
automóvil del padre así como el consentimiento de la domestica del hogar, en
cuanto el vecino tome apropiación del televisor de la casa. Cuestión distinta es que
el agente ingrese a un estado de equivoco, en cuanto a la calidad de dueño de la
cosa, lo que puede dar lugar a un error de tipo en todo caso, sobre la misma
caracterización ilícita de la conducta, de acuerdo a la inclusión de la “ilegitimidad”
en la construcción típica. En el caso de un bien sujeto a copropiedad se requiere el
consentimiento de todos los copropietarios.

2.2 Hurto Agravado


Art. 186.- “El agente será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres
ni mayor de seis años, si el hurto es cometido:

1. En casa habitada.

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2. Durante la noche,
3. Mediante destreza, escalamiento, destrucción o rotura de obstáculos.
4. Con ocasión de incendio, inundación, naufragio, calamidad pública o
desgracia particular del agraviado.
5. Sobre los bienes muebles que forman el equipaje de viajero.
6. Mediante el concurso de dos o más personas.

La pena será no menor de cuatro ni mayor de ocho años si el hurto es cometido:

1. Por un agente que actúa en calidad de integrante de una


organización destinada a perpetrar estos delitos.
2. Sobre bienes de valor científico o que integren el patrimonio cultural
de la Nación.
3. Mediante la utilización de sistemas de transferencia electrónica de
fondos, de la telemática en general, o la violación del empleo de
claves secretas.
4. Colocando a la víctima o a su familia en grave situación económica.
5. Con empleo de materiales o artefactos explosivos para la destrucción
rotura de obstáculos.
6. Utilizando el espectro radioeléctrico para la transmisión de señales
de telecomunicaciones ilegales.

La pena será no menor de ocho ni menor de quince años cuando el agente actúa
en calidad de jefe, cabecilla o dirigente de una organización destinada a perpetrar
estos delitos”

2.3 Hurto de uso


Art. 187. “El que sustrae un bien mueble ajeno con el fin de hacer uso
momentáneo y lo devuelve será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de un mayo”

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2.3.1 Fundamento de Incriminación, Bien Jurídico
En las primeras líneas de esta titulación se hizo un estudio sobre los fundamentos
de penalizar los actos que atentan contra el patrimonio de una persona, quedando
claro que con el despojo del bien, su titular sufre una merma significativa de los
derechos reales, que importan su plena disponibilidad de conformidad con el titulo
dominal que le reconoce el ordenamiento jurídico.

Se dijo entonces, que en el caso del Hurto, se tutela la propiedad del bien y, así
coincide parte de la doctrina, por el hecho conocido de que el articulo 191 penaliza
la conducta del dueño que arrebata un bien mueble de su legítimo tenedor, que
nada tiene que ver con la figura típica en cuestión. No obstante según nuestra
posición argumental, no se afecta la propiedad per se, sino de forma concreta los
derechos inherentes a ella, de forma esencial el ius possesionis.

La posesión es un derecho real de especial raigambre jurídico, pues si bien dicho


derecho subjetivo no le concede a su titular la potestad de enajenar el objeto,
importa el uso y disfrute del mismo, en tal medida, la privación de dichos derechos
puede también suponer una afectación de suficiente desvalor, que el legislador
tomo en cuenta para criminalizar el denominado “Hurto de uso”, en el marco
normativo del artículo 187 del C.P. Figura delictiva que no estaba contemplada en
el C.P. de 1924, su inclusión entonces en el catálogo delictivo, devenía en una
necesidad político criminal impostergable.

En lo que al C.P. Español refiere, no se tipificado el delito de Hurto de uso; por


tanto la atipicidad es evidente si se tiene en cuenta que donde falta la voluntad de
apropiación, queriendo solo el uso, no se lesiona la propiedad, sino la posesión, y
en relación a los delitos de apoderamiento los ataques a esta solo son punibles en
los casos de fortum possesionis y de robo y de hurto de uso de vehículos.

2.3.2 Tipicidad objetiva


Sujeto activo

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En principio, puede ser cualquier persona, inclusive podría serlo el copropietario,
pues como se dijo este injusto ataca la posesión y no la propiedad, sin embargo,
sujeto activo no puede ser el propietario del bien, en tato en la estructuración típica
se pone de relieve que el bien mueble debe ser ajeno, tampoco podrá serlo quien
goza de facultades posesorias sobre el bien.

Sujeto pasivo

Será el titular del derecho de uso y disfrute del bien. Puede ser el propietario,
asimismo quien tiene su tenencia en base a un título legítimo, quien posee el título
dominal de uso y disfrute del bien mueble. Eso si, lo será uno o el otro, pero no
ambos a la vez; si la posesión está reconocida a una persona ajena al propietario,
solo aquella podrá ser considerada sujeto pasivo.

Modalidad típica

El hurto de uso importa en su materialización típica, la sustracción del bien


mueble, es decir, el agente, se apodera del objeto, desplazándolo de la esfera de
custodia del sujeto pasivo, a fin de poder ejercer su uso, pero esto es lo más
importante: no pretende atribuirse un nuevo dominus sobre el bien, pues la propia
tipicidad del artículo en cuestión, hace alusión a que el autor lo sustrae a fin de
hacer un uso momentáneo.

De igual forma que en el hurto propio, el agente quiebra la esfera de custodia de


su legítimo propietario, con respecto al bien, sustrayéndolo del lugar, donde el
sujeto pasivo asume ordinariamente los actos posesorios del mismo, de esta
forma, priva a su legítimo propietario poseedor, de sus facultades de uso, goce y
disfrute; por tanto, debe existir un dueño, no en el caso de que el autor cuando se
encuentra la cosa perdida en una localización fuera de la esfera de dominio de su
dueño; si e agente recibe el bien de manos del propietario para que lo use de
forma momentánea, esto quiere decir, con su consentimiento, no puede hablarse
de Hurto de uso, al faltar el apoderamiento, pero si este no l devuelve luego de su

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intimación y/o requerimiento, se dará la tipicidad penal del articulo 190
(apropiación ilícita).

Entonces, para que se pueda dar la tipicidad penal de Hurto de Uso, deben
concurrir los mismos presupuestos de tipicidad previstos en el artículo 185 del C.P.
en cuanto a lo que ha de entenderse por apoderamiento y/o sustracción, a lo cual
debemos agregar que se debe tratar de la aprehensión de un bien susceptible de
ser trasladado, su valoración dineraria debe ser mayor a una RMV, a fin de
cautelar la sistematicidad de los injustos y, al tratarse de un bien- total o
parcialmente ajeno-, no sería congruente con la proyección político criminal, que
en el caso del hurto propio, pueda ser sujeto activo del delito el copropietario y, no
en el caso del artículo 187, de no ser así, caería en una impunidad insostenible, a
lo cual debemos sumar al co-tenedor de la cosa. De conformidad con lo dicho, es
que el apoderamiento debe ser también legitima, por lo que al igual que en el caso
del hurto propio, cabe la concurrencia de una serie de causas de justificación
(estado de necesidad justificante, ejercicio legítimo de un derecho, oficio y/o
cargo). No sería hurto, la acción del médico enfermo que encontrándose en el
laboratorio radium de un colega, a escondidas se hiciera aplicaciones del tubo de
radium ajeno, aunque económicamente la operación representara un gasto
importante. Así también, de vecino que toma el vehículo de su vecino sin su
consentimiento, para poder llevar a su esposa gravemente enferma al hospital.

Punto en particular, es que la nueva esfera de custodia del bien solo toma lugar a
efectos de realizar actos de uso y/o empleo, no olvidemos que este injusto solo
ataca el derecho posesorio, mas no el derecho de propiedad. No se advierte un
ánimo de actuar como dueño del bien, que se revela cuando devuelve el objeto a
su legítimo propietario.

Es menester entonces, el desplazamiento del bien hacia el ámbito material que


volitivamente el autor se propone. No es el “furtum possesionis” pues aquí el
apoderamiento es meramente provisional del bien ajeno.

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CAPITULO III
ROBO
3.1 El Robo
"Artículo 188.- Robo

El que se apodera ilegítimamente de un bien mueble total o parcialmente ajeno,


para aprovecharse de él, sustrayéndolo del lugar en que se encuentra, empleando
violencia contra la persona o amenazándola con un peligro inminente para su vida
o integridad física será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni
mayor de ocho años."

El robo es un delito contra el patrimonio, consistente en el apoderamiento de


bienes ajenos, con la intención de lucrarse, empleando para ello fuerza en las
cosas o bien violencia o intimidación en la persona. Son precisamente estas dos
modalidades de ejecución de la conducta las que la diferencia del hurto, que exige
únicamente el acto de apoderamiento.

La mayor peligrosidad del robo, por el uso de esta fuerza o intimidación, justifica
que la pena sea superior a la que se establece por el hurto.

Dentro del robo hay dos modalidades distintas, una que se distingue por el empleo
de la fuerza en las cosas y otra por la violencia o intimidación en las personas.

El primero es aquel en el que se utiliza una fuerza, una violencia para acceder al
lugar donde se encuentra la cosa. En ocasiones, también se definen como robo
aquellas acciones en las que, a pesar de no mediar fuerza o intimidación, existe
algún otro elemento que lo distingue del mero hurto. Por ejemplo, es posible definir
como robo a aquel que se produce mediante el uso de una llave falsa o ganzúa.

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Esta aplicación se hace por la similitud entre la utilización de una llave falsa con la
fuerza que se puede emplear para romper esa barrera (la puerta) que protege del
robo.

El robo con violencia o intimidación en las personas es aquel caracterizado porque


se ejerce una fuerza vis física o una intimidación vis compulsiva para vencer la
resistencia del dueño o poseedor de las cosas a su entrega.

3.2 Fundamentos de Incriminación, distinción con el Delito de Huerto


Los delitos de hurto, en sus diversas especies, constituyen un atentado contra el
patrimonio, concretamente afectan los derechos inherente a la propiedad, que ha
de mermar los actos de disponibilidad y de uso, como derechos reales que el
ordenamiento jurídico reconoce al propietario y/o legítimo poseedor del bien
mueble; donde la configuración típica revela actos propios de apoderamiento, de
sustracción del objeto, desplazándolo de un lugar a otro. Se dice, por tanto, que el
hurto importa el empleo de cierta fuerza sobre las cosas; máxime cuando concurre
alguna de las circunstancias previstas en el artículo 186º del C.P.

La apropiación indebida de bienes muebles, no siempre viene precedida por un


acto de apoderamiento, sino que en algunas oportunidades, el agente percibe al
sujeto pasivo como un obstáculo al cual allanar, por lo que de forma directa, hace
uso de una violencia física y/o mediante una grave amenaza de un peligro de un
peligro inminente para su vida o integridad física, para vencer los mecanismos de
defensa que pueda utilizar la víctima para repeler el ataque. El autor no tiene la
manifiesta intención de atentar contra la víctima para repeler el ataque. El autor no
tiene la manifiesta intención de atentar contra la vida o la integridad física del
agraviado, sino de apoderarse ilícitamente de alguno de sus bienes muebles, para
lo cual no pone reparo alguno, en ejercer una violencia lo suficientemente intensa
para hacerse de los objetos.

La diferencia entre el hurto y el robo es en realidad sustantiva, pues mientras el


primero de ellos solo significa actos de apoderamiento sobre el bien, el segundo

21
de ellos manifiesta una conducta de mayor peligrosidad objetiva, en tanto el autor
no tiene reparo algo de vencer en defensa de la víctima, mediante el uso de la
violencia, de la fuerza, que puede desencadenar en un resultado más grave al
querido por el agente. La fuerza en el hurto no necesariamente se da sobre los
objetos, pues lo que califica como tal, según el artículo 185º es la destreza que
pone en movimiento el autor para apoderarse del bien. Claro está, que la ausencia
de la violencia o de la grave amenaza, hace reconstruir el hecho del tipo penal de
hurto.

Para algunos, el robo es una figura calificada de hurto, por lo que media una
relación género-especie, de ser así tendríamos que llegar a la conclusión de que
todos los elementos dados por el hurto, deben ser extensibles también en el robo.
Lo que no es tanto así, pues la realización típica del robo no está condicionada a
que la valoración del bien mueble supere una RMV, para el legislador, basta que el
agente ponga en peligro la vida, el cuerpo y la salud de la víctima, para articular
una respuesta punitiva de mayor alcance sancionador, sin interesar el valor del
bien, de no ser así, dicha conducta tendría que ser calificada solo como
coacciones; el hurto solo atenta contra la propiedad, a diferencia del robo que
atenta contra la pluralidad de intereses jurídicos. Otro punto de distinción, es que
en el Robo, es el propio sujeto pasivo que entrega el bien mueble al agente, en la
mayoría de los casos, pero en el Hurto, es el autor que se hace él mismo de la
cosa. Por tales considerandos, ha de reputarse al delito de “Robo”, como un tipo
penal que guarda su propia sustantividad penal.

3.2.1 Tipicidad objetiva

Sujeto activo

Puede serlo cualquier persona, el tipo penal no exige una cualidad especial para
ser considerado autor, basta con que cuente con capacidad psio-física suficiente;
en el caso de ser un menor de edad, será calificado como un infractor de la Ley
penal, siendo competente en la Justicia Especializada en Familia.

22
De común idea con lo alegado en los tipos penales de hurto, sujeto activo no
podrá serlo el propietario, pues como se ha puesto de relieve, uno de los intereses
objeto de tutela por el delito de robo constituye la propiedad; de tal manera, que
dicha conducta quedaría subsumida únicamente en los tipos de lesiones,
coacciones hasta homicidio de ser el caso. Es de verse que el tipo penal
comprendido en el artículo 191º, solo hace referencia a la sustracción sin fuerza
sobre las personas. Si ha de sostenerse que el injusto es el robo, ha de contar con
similares elementos de tipicidad que el hurto, ha de concluirse que sujeto activo
puede ser también el copropietario puesto que el bien mueble puede ser «total o
parcialmente ajeno».

Sujeto pasivo

El delito de robo trae una particularidad en este aspecto, de conformidad con su


naturaleza «pluriofensiva»; sujeto pasivo será en definitiva el titular del bien
mueble que es objeto de sustracción por parte del agente, con arreglo a la
denominación que se glosa en el Título V del C.P.. Sin embargo la acción típica
que toma lugar en la construcción típica, importa el despliegue de violencia física o
de una amenaza inminente para la vida o integridad física, por lo que en algunas
oportunidades, dicha coacción puede recalar en una persona ajena al dueño del
patrimonio, que es apoderada por obra del autor; v.gr., quien va a realizar un
deposito al banco, puede ser la empleada de una empresa, dinero que le
pertenece a la persona jurídica y no a su persona, quien es objeto de violencia del
banco que son reducidos por los asaltantes, para apoderarse del dinero de las
ventanillas, ellos no son los propietarios de los valores que son sustraídos.

Modalidad típica

La redacción típica del artículo 188º, nos señala que el apoderamiento ilegitimo del
bien –total o parcialmente ajeno- sustrayéndolo del lugar en que se encuentra,
debe ser el resultado del empleo de violencia física contra la persona o mediando
una amenaza de un peligro inminente para su vida o integridad física.

23
En todo momento lo que se refiere al apoderamiento y/o sustracción, así como el
carácter ajeno (total o parcial del bien mueble), el intérprete debe remitirse a todo
lo dicho en estos aspectos en el marco del delito de hurto simple. Eso sí, debe
descartarse que en el caso de Robo no se aprecia como en el Hurto, un acto
propio de destreza del agente, pues la violencia o la amenaza que ejerce sobre la
psique del ofendido, configura una apropiación directa –de propia mano- o,
mediando la propia entrega del coaccionado.

Se habla entonces –en primera línea- de una «violencia física», del despliegue de
una energía muscular lo suficientemente intensa como para vencer la resistencia
de la víctima o, los mecanismos de defensa que puede anteponer para conjurar la
agresión ilegitima. Atar, amordazar, golpear, empujar, apretar, o utilizar cualquier
mecanismo, es emplear violencia material; por lo que debe ser efectiva (real),
mejor dicho debe manifestarse con actos concretos. No basta, pues, que la víctima
se atemorice por obra de conocimientos que no resultan del despliegue de una
actividad física por parte del autor. Si la victima confunde el sujeto con un
malhechor buscado, según los medios de comunicación y, así solo al verlo, le
entrega sus pertenencia, no será un acto típico de Robo.

Para que exista violencia basta que se venza por la fuerza una resistencia normal,
sea o no predispuesta, aunque, en realidad, ni siquiera se toque o amenace a la
víctima.

Las diversas modalidades prácticas que puede asumir se dirigen así a frustrar o
imposibilitar la concreción de la voluntad de defensa de los bienes muebles o a
vencer resistencias ante la acción ilícita de sustracción/apoderamiento que ejecuta
el agente del delito.

Debe tratarse, por tanto de una violencia real, actual y susceptible de causar un
daño en los bienes jurídicos fundamentales de la víctima; de tal forma que se
requiere de una cierta entidad de violencia, para que el agente pueda reducir al
sujeto pasivo y, así poder hacerse del bien mueble. En tal virtud, el mero arrebato

24
de una cartera, reloj, etc., constituye un ejemplo típico de hurto, más no de robo
como se ha considerado por la jurisprudencia nacional, salvo, claro está, que el
agente hubiese propinado un puñetazo a la persona agraviada, situación
subsumible en el delito de robo; como se sostuvo, no es a veces fácil distinguir
entre una conducta de pura destreza del agente para apoderarse del bien, con
aquella que manifiesta ya un signo visible de violencia física.

3.3 Formas de imperfecta ejecución


El tipo penal previsto en el art. 188º adquiere perfección delictiva, cuando el
agente logra apoderarse del bien mueble, esto es, se produce el desplazamiento
de la esfera de custodia del sujeto pasivo hacia el sujeto activo, quien a partir de
dicho momento está en capacidad de que el autor acomete el despliegue de la
fuerza física o desde que toma lugar la amenaza grave, antes de ello, solo
podemos hablar de actos meramente preparatorios. No cabe ninguna duda que en
la hipótesis de la violencia efectuada para lograr la impunidad, la consumación se
realiza una vez verificado el acto violento.

Ni bien el autor logro desapoderar a la víctima del bien mueble, y ya está en


posibilidad fáctica de su disposición, ya no se admiten formas de participación; v.
gr., quien recibe el bien en venta, prenda o deposito, será autor del delito de
receptación.

No resulta factible un concurso de Robo con el tipo penal de Desobediencia y


resistencia a la autoridad (art. 368º), pues es de verse que no es factible
determinar la relevancia jurídico-penal de la conducta cuando es de por medio
esta la detención del agente.

3.4 Robo Agravado


Artículo 189.- Robo Agravado

La pena será no menor de diez ni mayor de veinte años, si el robo es cometido:

1 - En casa habitada.

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2 - Durante la noche o en lugar desolado.
3.- A mano armada.
4.- Con el concurso de dos o más personas.
5.- En cualquier medio de locomoción de transporte público o privado de
pasajeros o de carga, terminales terrestres, ferroviarios, lacustres y
fluviales, puertos, aeropuertos, restaurantes y afines, establecimientos de
hospedaje y lugares de alojamiento, áreas naturales protegidas, fuentes de
agua mineromedicinales con fines turísticos, bienes muebles integrantes del
patrimonio cultural de la Nación y museos.
6.- Fingiendo ser autoridad o servidor público o trabajador del sector privado
o mostrando mandamiento falso de autoridad.
7.- En agravio de menores de edad o ancianos.

La pena será no menor de veinte ni mayor de veinticinco años, si el robo es


cometido:

1.- Cuando se cause lesiones a la integridad física o mental de la víctima.


2.- Con abuso de la incapacidad física o mental de la víctima o mediante el
empleo de drogas y/o insumos químicos contra la víctima.
3.- Colocando a la víctima o a su familia en grave situación económica.
4.- Sobre bienes de valor científico o que integran el patrimonio de la
Nación.

La pena será de cadena perpetua cuando el agente actúe en calidad de integrante


de una organización delictiva o banda, o si como consecuencia del hecho se
produce la muerte de la víctima o se le causa lesiones graves a su integridad física
o mental.

3.4 Fundamento de Incriminación, Bien Jurídico


Como se puso en relieve el Robo es un delito que atenta contra el patrimonio,
concretamente los derechos reales amparados en el ordenamiento jurídico, cuya
sustantividad radica en la forma o, mejor dicho los medios que emplea el agente

26
para apodarse del bien mueble, esto es la violencia y/o la amenaza de peligro
inminente para la vida e integridad física del sujeto pasivo de la acción típica. Lo
que revela un mayor contenido del injusto típico, dando lugar a una reacción
punitiva en puridad más severa.

Sin embargo, al igual que el caso del delito de Homicidio, muy por lo general será
difícil advertir que el Robo se configura de una forma simple y convencional, pues
la praxis judicial demuestra que en la mayoría de los casos este delito viene
acompañado por ciertos añadidos que hacen injusto una conducta de mayor
reproche, en vista de su manifiesta peligrosidad, agregados y/o elementos que le
otorgan un plus de antijuridicidad penal, tanto por la forma de su comisión, las
circunstancias que rodean el hecho punible, la calidad del autor, la mayor
vulnerabilidad de la víctima, así como sus efectos perjudiciales; factores
concurrentes y/o concomitantes, que han servido al legislador para construir
normativamente la figura del «Robo Agravado».

Agregados circunstanciales que inciden, como es lógico, en la intensidad de la


respuesta penal, que es significativamente mayor que en el caso de Robo Simple,
lo que indicará en una defensa más audaz del imputado para negar la
circunstancia agravante. Es de verse pues, que las penas por este delito pueden
oscilar entre los diez años como mínimo, hasta el extremo de que el agente puede
ser sancionado con pena de cadena perpetua, cuando se da la hipótesis contenida
en el último párrafo del articulado. Pena incorporada por el D. L. Nº 896, ratificada
por la Ley Nº 27472 de junio de 2001.

No nos oponemos de ninguna forma, de que delitos tan graves como el robo
agravado sea reprimido con penas en puridad severas, pero lo peligroso, es
cuando la modulación sancionadora desborda los principios legitimantes del
Derecho Penal, v. gr., de proporcionalidad, de culpabilidad, de humanidad de las
penas, sobre todo el fin preventivo-especial (positivo) de la pena que ha de
resguardarse siempre, de común idea con lo dispuesto en el inc. 22 del art. 139º

27
de la Ley Fundamental. Resultando ahora, que en merito a la postura neo-
criminalizadora del legislador, los delitos de Homicidio son sancionados con una
pena atenuada con respecto a este delito, lo que a nuestro parecer nos parece
irrazonable, desde los fundamentos de una Estado Social y Democrático de
Derecho.

En lo que respecta al bien jurídico que ha der ser tutelado por el art. 189º, ha de
convenirse que de igual forma que el Robo Simple, lo constituye la propiedad y
posesión, como derechos reales que vinculan jurídicamente a su titular con el bien
mueble –que es objeto de apoderamiento por parte del agente-, pero además
debe agregarse que otros bienes jurídicos resultan también tutelados, como la
vida, el cuerpo, la salud y la libertad personal del sujeto pasivo de la acción típica.
Dígase que la forma más intensa que en el caso del art. 188º, siendo que incluso
la muerte de la víctima es consumida por este articulado, según lo expuesto en su
último párrafo.

Según lo antes expuesto, no cabe más que ratificar nuestra postura adoptada en
el articulado anterior, que el Robo Agravado es un delito pluriofensivo; al atacar
una diversidad de bienes jurídicos. Punto de la cuestión que incide también en la
determinación del circulo de sujetos pasivos; pues si la acción típica (violencia y/o
amenaza), recae sobre una persona distinta al titular del bien (propietario
poseedor), será calificado como el «sujeto pasivo de la acción» y el titular afectado
en su patrimonio «sujeto pasivo del delito» lo que no obsta a que una sola persona
pueden conjugarse ambas calidades dogmáticas; pero lo que debe quedar claro,
es que la acción típica siempre ha de recaer sobre la persona que cuenta con la
tenencia, custodia y/o posesión del bien, pues si esta recala sobre la persona del
propietario no poseedor, a fin de que se le entregue al agente una ventaja
patrimonial, el hecho será constitutivo de un delito de Extorsión y no de Robo
Agravado.

28
CAPITULO IV
APROPIACION ILICITO

4.1 Apropiación ilícita


Art. 190.- El que, en su provecho o de un tercero, se apropia indebidamente de
un bien mueble, una suma de dinero o un valor que ha recibido en depósito,
comisión, administración u otro título semejante que produzca obligación de
entregar, devolver, o hacer un uso determinado, será reprimido con pena privativa
de la libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.

Si el agente obra en calidad de curador, tutor, albacea, síndico, depositario judicial


o en ejercicio de una profesión o industria para la cual tenga título o autorización
oficial, la pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años.

Cuando el agente se apropia de bienes destinados al auxilio de poblaciones que


sufren las consecuencias de desastres naturales u otros similares la pena será
privativa de la libertad no menor de cuatro ni mayor de diez años.

4.2 Cuestiones preliminares


Conforme es de verse en el análisis de la capitulación anterior, los injustos de
Hurto y Robo en sus modalidades básicas y agravadas, son delitos que atacan el
patrimonio de una persona, de forma concreta la propiedad, los derechos reales
inherentes a dicho derecho subjetivo; siempre y cuando se manifieste una
actividad típica, según la descripción normativa de dichos tipos penales.
Conducción típica que tiene como común denominador la apropiación del bien,
mediante actos propios de sustracción, en cuanto al desplazamiento de la esfera

29
de custodia del sujeto pasivo del bien a la custodia del sujeto activo, a fin de
asumir un nuevo dominus sobre el mismo.

Mas es sabido que a la afectación a los derechos reales antes anotados, no solo
puede prevenir de una acción típica de apoderamiento, sino también de otras
formas comisivas que dan lugar a una tipificación penal que revela su propia
sustantividad; nos referimos a la figura delictiva de la apropiación ilícita que
exterioriza la obtención ilegitima de un bien, mediando el aprovechamiento de un
justo título por el cual el agente recibe un bien mueble por parte del sujeto pasivo ,
esto es, a diferencia del Hurto, el objeto material del delito ingresa de forma licita
a la esfera de custodia del autor. La calidad del injusto típico deviene a posteriori,
cuando el sujeto activo se niega devolver el bien, produciéndose
consecuentemente una apropiación ilegal.

En resumidas cuentas, el ámbito de protección del artículo 190; no ingresa a


penalizar meros incumplimientos contractuales, en los cuales solo ha de advertirse
la no ejecución de una prestación recíproca, donde la devolución del bien, solo ha
de ingresar como consecuencia de la resolución contractual. Cuestión distinta
aparece en este delito en tanto la misma entrega del bien por parte de su titular al
agente, ya viene precedida por una devolución del mismo a posteriori, es decir,
acá no se produce trasferencia alguna sobre la propiedad del objeto; v.gr., quien
se apropia del bien en apropiación indebida no será de ninguna manera, quien
tiene un derecho de propiedad expectantico, pues solo se convierten custodio o
tenedor de la cosa, a fin de darse un determinado uso y/o empleo, que se supone
fue previamente convenido con su titular. Cuando el tenedor es renuente a
devolver el bien, a fin de cautelar una legitima acreencia que tiene con el dueño
del mismo, acontece lo que se denomina el Derecho de retención, que implica el
reconocimiento de una causa de justificación.

Debemos, apuntar, que en la apropiación ilícita, a diferencia del hurto, no solo


descansa una modalidad de apoderamiento ilegal de un bien mueble, sino también

30
el quebramiento de una específica relación de confianza, en tanto la tenencia del
objeto por parte del autor, se basa en la existencia de un título, que precisamente
hace recaer sobre el deber de devolverlo. S e habla de confianza, porque todas
las figuras suponen la preexistencia de un trato en el cual una de las partes se
encuentra expuesta, sin culpa y de acuerdo con las condiciones normales del
contrato mismo, al riesgo de un perjuicio del poder de hecho concebido
legítimamente a otra persona sobre una cosa.

4.3 Bien jurídico


La figura delictiva prevista en el artículo 190 del C.P, tiende a tutelar el patrimonio,
de forma concreta la propiedad que el orden jurídico le reconoce a sus titular, en
cuanto a la plena disponibilidad de los derechos reales inherentes a la misma, que
se ven mermados y afectados en forma significativa, cuando el agente se apropia
del bien en franca contravención a la ley, no devolviendo el bien que tiene la
obligación de restituir a su dueño. Con la apropiación ilícita se menoscaba un
derecho personal sustentado en una relación jurídica de obligación, merced a la
cual el sujeto activo de la relación (acreedor) se asegura del sujeto pasivo de la
misma relación (deudor) el cumplimiento de una determinada prestación.

En virtud de lo antes señalado, se dice en la doctrina, a lo cual disentimos, que si


la apropiación recae sobre un objeto de carácter no fungible el bien jurídico será la
propiedad. S i recae sobre sobre bienes fungibles el bien jurídico será el derecho
de cumplimiento de la obligación de devolución de otro tanto de la misma especie
y calidad. Si el objeto material es el dinero, bien ultra fungible, ese derecho al
cumplimiento de la obligación es un derecho de crédito.

Nuestros reparos se basan en que la línea argumental anotada, puede terminar


anclando en una criminalización de meros incumplimientos de orden contractual.

4.4 Formas de Imperfecta Ejecución


El tipo penal previsto en el artículo 190, adquiere perfección delictiva, cuando el
agente se apropia de forma definitiva del bien o cuando hace un uso determinado

31
de aquel; estado consumativo que ha de condecirse con ciertos actos de
disposición que efectúe sobre el bien, que haya de advertir ya la intención de
ejercer un nuevo dominus sobre la cosa. De todas maneras, como expresa Peña
Cabrera, las diversas manifestaciones de apropiación dificultan la elaboración de
una regla general.

En la resolución recaída en el RN N. 713-97- Cañete, se señala lo siguiente: “ El


delito de apropiación ilícita, previsto en el artículo 190 del Código Penal se
configura cuando el autor realiza actos de disposición o de un uso determinado a
un bien mueble, que ha recibido en razón de un encargo o título que establece tal
potestad, incorporando a su propio dominus ya sea del bien que se ve privado su
legítimo propietario o un valor integrado del mismo, esto es el valor inherente al
mismo bien en función de la naturaleza del mismo”.

En la legislación comparada, en las codificaciones penales española y argentina,


concretamente en el artículo 252, se dice que la conducta debe hacerse en
perjuicio de otro; mientras que en el artículo 173 se hace alusión también al
perjuicio de otro. Situación de desvalor, que no es comprendida en nuestra ley
positiva, pues si el sujeto pasivo es despojado de la posesión de un bien que le
pertenece de forma definitiva, ya el perjuicio esta dado de antemano.

Se dice entonces, que la consumación no habrá de fijarla cuando el autor se niega


a devolver el bien sino cuando es requerido a hacerlo por su titular, lo que si se
puede decir es que constituye un requisito objetivo de procedibilidad, en cuanto a
la promoción valida de la acción penal.

Identificar de forma precisa, el delito tentado no es empresa fácil, pues ello implica
adentrarse más aun aspecto subjetivo, pero ello no implica si improcedencia.

4.5 Sustracción del Bien Propio


Art. 191.- “El propietario de un bien mueble que lo sustrae de quien lo tenga
legítimamente en su poder, con perjuicio de este o de un tercero, será reprimido
con pena privativa de la libertad no mayor de cuatro años”.
32
4.5.1 Fundamento de Incriminación, Bien Jurídico
El tipo penal que se contiene en el artículo 191 del C.P., conlleva una
particularidad, una sustantividad propia, que de cierta forma no se ajusta a la
naturaleza del bien jurídico tutelado; pues, si hemos sostenido, que el interés
jurídico –objeto de tutela, en esta Titulación es propiamente la propiedad que
recae sobre los bienes muebles que son pasibles de sustracción y/o de
apoderamiento; como se puede decir, por tanto, que el propietario de un bien
puede atentar contra su propio título dominal.

En el desarrollo dogmático del delito de hurto, pusimos de relieve que en dicha


capitulación, no puede ser entendido el bien jurídico, en un sentido estricto de lo
que debemos entender por propiedad, sino que habremos de adentrar en sus
derechos reales inherentes, básicamente en la posesión del bien, que se ve
mermada cuando el poseedor legitimo es desposeído ilegalmente del bien; quiere
decir esto; que cuando la tenencia del bien viene revestida por un justo título, por
un derecho subjetivo reconocido legalmente, el propietario del mismo, no puede
más que recuperar su custodia por las vías ilícitas, que se desprenden del
derecho positivo. De no ser así, se estarían consintiendo vías de hecho, para el
recupero de los bienes muebles, lo cual no se condice con lo que debemos
entender por ejercicio ilegitimo de un derecho. Según los dictados de un Estado de
derecho, nadie puede tomar la justicia de propia mano; solo bajo las excepciones
que de forma reglada se han glosado en el ordenamiento jurídico.

Otro aspecto de importancia, es que el legislador ha incluido esta figura delictiva


en el ámbito de los delitos de apropiación ilícita, lo cual trasluce un incorrectica e
inadecuada técnica legislativa, en la medida que el verbo nuclear que caracteriza
este hecho punible es la sustracción de un bien, modalidad típica que ajusta a la
naturaleza de los delitos de Hurto y no a los contemplados en el Capítulo III de
esta capitulación. Es por ello, que en otras codificaciones penales, se ha
denominado a esta conducta como Hurto impropio; así el C.P. español, cuando en
su artículo 236, reprime aquella conducta, del que siendo dueño de una cosa

33
mueble o actuando con el consentimiento de este, sustrajere de quien la tenga
legítimamente en su poder, con perjuicio del mismo o de un tercero, siempre que
el valor de aquella excedía de cincuenta mil pesetas.

Su mismo contenido del injusto típico, puede abogar su descriminalización, más


considero que su inclusión en el catálogo delictivo, resulta importante en cuanto a
una real tutela de la posesión, con arreglo a los fines preventivo- generales de la
sanción punitiva.

Según lo descrito, el bien jurídico que ha de tutelar el tipo penal previsto en el


artículo 190, constituye el ius possesionis, el uso y disfrute de quien tiene
reconocido jurídicamente un derecho posesorio sobre un bien. La posesión como
señorío de hecho de poder que se ejercita sobre un bien, y que permite el goce o
disfrute de él, independientemente que se tenga un derecho (real) o no, constituye
la base dela teoría posesoria.

34
CONCLUSIONES

Delito contra el patrimonio constituye una infracción de carácter subsidiario, pues


cuando no pueda considerarse como otro delito que merezca mayor penal, se
recurre a este. El elemento fundamental de este delito es la presencia del daño, no
definido en nuestro código penal de forma expresa, pero derivado de las
descripciones realizadas por este y del sentido común. En cuanto al bien jurídico
protegido, podemos decir que es la propiedad ajena, y de forma subsidiaria el
ejercicio de la autoridad, la seguridad pública y el patrimonio del perjudicado. El
daño que provoca el dueño sobre sus propios bienes no es sancionado ya que
expresa el ejercicio de su derecho de dominio. En este delito tenemos la presencia
de un sujeto pasivo (no necesariamente la victima) y un sujeto activo, este último
puede participar coautor, encubridor y cómplice, tanto con dolo como con culpa.

El delito de robo "es un delito que atenta contra el patrimonio, concretamente los
derechos reales amparados en el ordenamiento jurídico, cuya sustantividad radica
en la forma o, mejor dicho los medios que emplea el agente para apoderarse del
bien mueble, esto es la violencia y/o la amenaza de peligro inminente para la vida
e integridad física del sujeto pasivo de la acción típica. Este delito en su figura
agravada se ha incrementado bastante en los últimos tiempos y estos se cometen
con mucha frecuencia haciendo uso de diversas clases de armas, entre ellas las
de fuego y al ser denunciadas estas personas, se les investiga y juzga por el
mencionado delito contra el patrimonio en su figura de Robo Agravado. El caso
concreto del robo agravado, así como puede cometerse haciendo uso de arma de
fuego, puede también cometerse usando un palo, un verduguillo una piedra u otra

35
clase de armas, en todos esos casos nos encontramos ante el tipo penal agravado
que es el ya citado inciso 3 del artículo 189 que contiene conductas gravadas del
tipo base previsto en el artículo 188 del Código Penal.

BIBLIOGRAFIA

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ANEXOS

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