Está en la página 1de 11

Principales problemáticas asociadas a la subrogación de

vientres

Acuña, Alfonsina 4.827.463-1


Greppi, Lucía 4.824.961-0
Márquez, Mariana 5.137.073-5
Modernell, Giorgina 5.197.221-8

UCO Problemáticas Contemporáneas de la Psicología Social


Mag. Jorge Maceiras & Lic. Marcelo Leggiardo
Facultad de Psicología, Universidad de la República

18 de noviembre de 2021
Resumen
El presente trabajo se encuentra realizado en el marco de un problema
contemporáneo como lo es la subrogación o alquiler de vientres. Una forma
moderna de fecundación asistida, donde se tensan los debates entre los beneficios
y el trasfondo problemático que conlleva dicha práctica.
Se presentará una introducción al tema donde será expuesta la historia de este
método y algunas generalidades del mismo. Posterior a esto serán presentadas las
principales conceptualizaciones sobre los términos que se encuentran arraigados a
este fenómeno, así como también sus principales supuestos y formas de
visibilización. Por último serán analizadas algunas de las principales problemáticas
que el advenimiento de este método de reproducción engendra y se generarán
nuevas formas de visibilización del tema.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Introducción
El inicio de este método se remonta a varios años atrás: la historia de la
subrogación o alquiler de vientres comienza en 1975 en California, Estados Unidos,
cuando un periódico de esa ciudad publica un anuncio en el cual se solicita una
mujer para ser inseminada artificialmente, a pedido de una pareja estéril que por
este servicio ofrecía una remuneración. La misma se encontraba sujeta a un
contrato que plasmaba el compromiso por parte de la mujer portadora a no crear un
vínculo materno-filial con el bebé, a la vez de tener la obligación de abortar en caso
de que el feto presentara anomalías. Posterior a este caso, diversas organizaciones
profesionales comenzaron a dedicarse a esta práctica, siendo las mediadoras para
posibilitar el contacto entre madres portadoras y parejas o personas solteras
interesadas en esta práctica por distintos motivos.
Al día de hoy la subrogación de vientres puede adoptar diferentes modalidades
(Martinez, K. & Rodríguez, C., 2021). A partir del origen del material genético del
bebé, puede ocurrir:
I) Que se utilicen los óvulos de la mujer gestante y los mismos sean fecundados
por el esperma de la pareja de la mujer contratante (subrogación genética) o de un
tercer hombre; II) Que se utilicen los óvulos de la mujer contratante, de manera que
el papel de la mujer gestante se limite a prestar su útero (subrogación gestacional);

1
III) Que el material genético que se implante en la mujer gestante provenga de otras
personas que no sean los miembros de la pareja que recibirá al bebé.
Desde el punto de vista de la remuneración o no de la madre gestante, la
subrogación de vientres es clasificada en altruista o comercial. La primera de estas
categorías se da cuando no existe pago o remuneración a la mujer gestante, o si
existe se limita a costear los gastos propios del embarazo. Por otra parte, la
subrogación de vientres es de carácter comercial cuando la madre gestante recibe
una remuneración por sus servicios en dinero o en especie.
En las diferentes publicaciones sobre el tema se encuentran diversos motivos
para recurrir a la subrogación de vientres: es una opción por la que optan mujeres
que no pueden gestar en su propio útero porque no tienen este órgano o por alguna
malformación del mismo, así como mujeres con algún trastorno a nivel de los óvulos
o de la ovulación. También recurren a este método mujeres que desean tener un
hijo, pero no desean pasar por un embarazo. Asimismo, las parejas homosexuales
son otro caso en el que está presente la opción de utilizar la subrogación de
vientres. Por otro lado, las razones para ser madre portadora van desde el interés
por ayudar a padres que no pueden tener hijos, los motivos económicos, la culpa
por un aborto en el pasado, hasta conseguir la estima y el respeto que la sociedad
le otorga a las mujeres embarazadas.
Dentro del marco legal de distintos países encontramos a aquellos que la
prohíben completamente, aquellos que la permiten sólo cuando es altruista o bajo
determinadas condiciones, aquellos que la permiten completamente incluyendo a la
comercialización, y aquellos que no tienen legislación alguna. En Latinoamérica, se
observa una escasez de marco regulatorio, estando este tema regulado solo en
Uruguay, Brasil y México. En el caso de Uruguay, esta práctica está regulada bajo la
Ley 19.167, la cual permite el uso de la misma solo de forma altruista y solo a
mujeres cuyo útero no pueda gestar su embarazo. Asimismo, la ley solo permite que
quien geste el embarazo sea un familiar de segundo grado de consanguinidad de
dicha mujer o de su pareja, al que se le implanten como mínimo un gameto de la
pareja (o, en el caso de que se trate de una mujer soltera, su óvulo).

Conceptos claves
En primer lugar, parece ser de suma relevancia aclarar algunos términos que
serán claves para comprender el tema. En palabras de Soto, (1990) la fertilidad es

2
denominada como “la capacidad fisiológica del ser humano para reproducirse” (p.3).
Por otra parte, Martínez (1997) define a la reproducción como “la propiedad que
poseen los seres vivos de dar origen a otros seres de características semejantes a
sí mismos, orientada a la conservación de la especie” (p.19), propiedad que, como
se verá más adelante, adquiere en el ser humano “una dimensión que trasciende los
límites de lo puramente biológico” (p.19). Resulta también pertinente aclarar la
diferenciación entre “Subrogación de vientres” y “Alquiler de vientres”. El término
subrogar, según la RAE, está definido bajo el acto de ‘‘Sustituir o poner a alguien o
algo en lugar de otra persona o cosa.’’ (Real Academia Española, s.f.). Por otra
parte, el término alquilar está mayoritariamente vinculado a lo mercantil, en este
sentido, la RAE lo define como: ‘‘Tomar de alguien algo para usarlo por el tiempo y
precio convenidos.’’ (Real Academia Española, s.f.).
Esta práctica despierta discrepancias incluso a la hora de pensar en la
terminología que se debe emplear para denominarla. Desde la Asociación Española
“Son Nuestros Hijos” se defiende el término gestación subrogada, ya que
manifiestan que es el término utilizado legal, jurídica y clínicamente. Esta asociación
a favor de la subrogación de vientres se ampara en el hecho de que esta
terminología es la utilizada y aceptada por la Organización Mundial de la Salud. Sin
embargo, esta denominación no convence a las organizaciones y asociaciones
feministas que afirman que la gestación subrogada de vientres “no existe”. La
asociación “Stop Vientre de Alquiler” afirma, que lo que existe es explotación de
mujeres con fines reproductivos y tráfico de bebés, y que además, en todo caso
sería más adecuado utilizar el término “alquiler de personas”, ya que las
consecuencias de un embarazo se viven en todo el cuerpo y no simplemente en el
vientre.
Ante los planteamientos anteriores, cabe destacar que, a pesar de tener pleno
conocimiento sobre las diversas denominaciones que se le dá a esta práctica, se
decide utilizar la denominación ‘‘subrogación de vientres’’ en este trabajo, a efectos
de seguir los lineamientos de la OMS que se utilizan a nivel mundial por parte de
diversas disciplinas que tratan el tema.

Principales formas de visibilización y supuestos del tema


La subrogación de vientres es un tema de creciente divulgación y visibilidad a
través de los medios masivos de comunicación y las redes sociales, vinculado

3
principalmente a personas de público interés de determinados países y de alto
poder adquisitivo, las cuales eligen esta opción como forma de concretar su
maternidad/paternidad. En general, se muestra una visión positiva de este
procedimiento, divulgando imágenes de madres y padres felices que se sienten
realizados, pero se deja de lado todo lo que acontece por detrás de esta “situación
idílica” y la diversidad de motivos por los que se elige este método.
La creciente difusión de esta práctica ha motivado interés y preocupación en
diferentes ámbitos: científicos, filosóficos, organizaciones de D.D.H.H, en el ámbito
legal y en el político-social, los cuales aportan motivos a favor y en contra. Los
movimientos feministas son una de las agrupaciones que han liderado la promoción
del debate, ayudando a visibilizar el lado “negativo” de la subrogación de vientres.
En el ámbito científico la literatura se enfoca principalmente en visibilizar el “estado
del arte” de esta temática, en hacer una revisión del marco legal de diferentes
países y en exponer los argumentos a favor y en contra para su legalización (y
generalmente tomando postura por uno de los dos)
En las líneas que prosiguen no se tomará postura alguna que refuercen
dicotomías, sino que las autoras procurarán formular sus supuestos de este
fenómeno: se considera al mismo como un fenómeno complejo que debe ser
problematizado desde diferentes marcos teóricos y que no debe reducirse a una
práctica “positiva” o “negativa” La pregunta que guiará este trabajo de aquí en más
es la siguiente: ¿Cuáles son las principales problemáticas asociadas a la
subrogación de vientres?

Principales problemáticas asociadas a la subrogación de vientres


Una de las principales problemáticas vinculada a la subrogación de vientres
tiene relación con la desaprobación que se hace de esta práctica basándose en el
hecho de que la maternidad debe ser “natural”. Ante esta problemática resulta
pertinente traer lo planteado por Descola (2012), quien postula que lo que en
Occidente se conoce como naturaleza es una construcción social. El autor
argumenta que el binomio naturaleza-cultura no puede separarse, ya que hay una
interdependencia constante entre ellos y se modifican recíprocamente. Hay una
relación dialéctica entre ambos de la que irán surgiendo sucesivas síntesis
superadoras, en algunos momentos primará lo cultural y en otros lo natural.
En cuanto a la temática sobre la cual se centra este trabajo, se visualiza que si

4
bien la procreación del ser humano gracias a la subrogación de vientres es un
nuevo método de reproducción asistida, la cual tuvo sus comienzos en la década de
los 70’, aún no se encuentra totalmente naturalizada. Son procedimientos que
requieren de asistencia de un profesional y de la tecnología para que se logre la
concepción, es allí donde aparentemente pierde su carácter de “natural”. La
maternidad por vientre de subrogación se da gracias a los avances científicos y por
lo tanto parecería ser cultural, mientras que la maternidad “tradicional”, se podría
considerar que es natural, ya que es la forma en la que la especie subsiste a través
de la reproducción. Sin embargo, la concepción producida por medio de tecnologías
tiene también su lado natural, ya que la gestación se produce en el vientre, mientras
que por otro lado, incluso en lo que podemos denominar maternidad “natural”,
interviene la cultura, con sus diferentes cosmovisiones de la misma: no podemos
hablar de una única maternidad, sino de maternidades. La misma se vive de forma
diferente en cada cultura, en base a los caracteres que se le atribuyen a ésta, por lo
que no hay una única definición de maternidad. Es así que ésta entonces rompe con
el dualismo naturaleza- cultura
Otro punto clave de problematización es el advenimiento de nuevas formas de
reproducción alternativas a la forma hegemónica (en la cual resulta imprescindible la
unión sexual hombre- mujer), y por ende, el advenimiento también de nuevos roles
en la sexualidad y de nuevas formas de maternidad, paternidad y familia. Estos
advenimientos producen crisis en las ideas de familia, de los roles de género- sexo y
en las instituciones y subjetividades; y es bien sabido que las crisis pueden
desembocar en el establecimiento de nuevos paradigmas hegemónicos que
establezcan otras formas de ser y estar en el mundo.
Donna Haraway en su “Manifiesto para cyborgs” de 1991, postula la inexistencia
de fronteras entre lo natural y lo artificial e introduce el concepto de cyborg. Haraway
(1991) lo define como "...un organismo cibernético, un híbrido de máquina y
organismo, una criatura de realidad social y también de ficción" (p.253). Con la
llegada de estas nuevas formas de reproducción se asiste al ascenso de las cyborg
familias (Haraway, 1991), conformadas por los médicos que intervienen, las
personas que contratan el servicio, la madre gestante y en algunos casos también
otras personas que aportan el material genético. Incluso se puede pensar en las
máquinas que posibilitan este proceso como parte de esa familia. Esta intervención
biotecnológica hace temblar los cimientos de la familia nuclear y del patriarcado

5
heteronormativo. Desde la visión de Haraway (1991) un bebé creado mediante este
método es un cyborg, un híbrido de máquina y organismo, y por ende un ser que
rompe con los dualismos naturaleza- cultura o natural- artificial y hombre-
tecnología/ máquina. Sin embargo, la idea de cyborg no se reduce meramente a
aquellos humanos creados mediante técnicas de reproducción asistida, sino que
todos estamos atravesados por la tecnología, no pudiendo establecerse límites
claros entre esta y nuestros cuerpos: nuestra ropa, nuestros celulares y
computadoras, los medios de transporte, las máquinas que operamos en nuestros
trabajos, etc, constituyen elementos que no pueden ser pensados por fuera de
nuestro ser. En definitiva, todos somos cyborgs.
Otras problemáticas vinculadas con la subrogación de vientres que resultan
interesantes de analizar, tienen que ver con la creación de marcos legales que
regulan la práctica y con la mercantilización de los cuerpos, temas que a
continuación serán analizados bajo los postulados de Michael Foucault (1976).
La biopolítica, encargada de la administración de la vida regula -entre otras
cosas- la práctica de la subrogación de vientres mediante diversas normativas que
indican cómo será el proceso y que procuran que solo ciertas personas accedan a
este método. Frente a esto, cabe cuestionarse con qué fines se crean estas
normativas, cuáles son sus intenciones más allá del aparente altruismo, por qué se
permite o por qué no se permite, por qué se establecen las condiciones que se
establecen, etc.
Por otra parte, Foucault (1976) hace un análisis histórico de cómo se fue
desarrollando a lo largo de la historia el control y la sexualidad de los cuerpos.
Afirma que:

Ha habido, en el curso de la edad clásica, todo un descubrimiento del cuerpo


como objeto y blanco de poder. Podrían encontrarse fácilmente signos de
esta gran atención dedicada entonces al cuerpo, al cuerpo que se manipula,
al que se da forma, que se educa, que obedece, que responde, que se vuelve
hábil o cuyas fuerzas se multiplican. (Foucault, 1976, p.140)

6
Más allá de los énfasis que corresponden a las diferentes épocas de este
desarrollo histórico, hay por detrás un entramado que subsiste hasta el día de hoy y
que refiere al control de los cuerpos. La ideología va mutando de modo tal que nos
creemos libres y dueños de nosotros mismos, cuando en realidad somos objetos de
control en una sociedad capitalista en la que las cosas se miden por su valor de
mercado, incluída la vida. Aquello que Foucault (1976) identifica en la época
moderna como la anatomopolítica del cuerpo y la biopolítica de la población, sigue
operando en la actualidad como principal sostén del capitalismo.
Este disciplinamiento de los cuerpos que plantea Foucault nos hace visualizar
una constante que tiene como protagonista el cuerpo de la mujer, dado que las
prácticas de subrogación de vientres se determinan por dos partes, las cuales
poseen sus características diferenciadas. Por un lado encontramos a una mujer, la
cual en la mayoría de los casos es de clase media-baja, quién ofrece su vientre para
engendrar el bebé de una pareja o una persona singular perteneciente a una clase
alta que paga por el ‘‘servicio’’ bajo el deseo de un hijo biológicamente vinculado.
El poder que se ejerce sobre los cuerpos mercantilizados, cosificados,
privados de su propia identidad y sensibilidad particular. Tomando a la mujer como
una simple incubadora, donde no interesa tener en cuenta ninguna otra dimensión
de lo humano, hay una deshumanización; Por más que desde el discurso
hegemónico se intenta “convencer” que se trata de un acto altruista y generoso, ¿es
así?. Cabe cuestionarse ante este planteamiento: ¿Es acaso dicho método de
reproducción asistida una de las formas modernas de esclavitud de la mujer?.
En otro orden de ideas, se presenta otro cuestionamiento ante esta
problemática: ¿Es un deseo real el querer ser padres o es simplemente un hecho
social impuesto? Estamos frente a una politización de la vida, la cual asume una
forma hiper productiva, a modo de llegar a su “optimización”. Nos encontramos con
investigaciones genéticas que gobiernan las conductas en nombre de la “calidad de
vida” y de la “felicidad”. Sin ir más lejos, la biomedicina se dedica a la reingeniería
biológica de la vitalidad.

7
Las tecnologías médicas contemporáneas (...) no buscan sólo curar
los daños orgánicos o la enfermedad (...) sino cambiar lo que sea el
organismo biológico, haciendo posible la reconfiguración –o la expectativa de
reconfigurar- de los procesos vitales en sí mismo en miras a maximizar su
funcionamiento (...) Su principal característica es su visión hacia adelante:
estas tecnologías de la vida buscan remodelar el futuro vital a través de la
acción en el presente vital. (Rose, 2007, p.17-18)

Entonces, ¿Qué lógicas se encuentran imperando en el deseo de convertirse


en padres? Este afán proveniente de las tecnologías médicas por maximizar el
funcionamiento de los cuerpos promueven implícitamente una felicidad encontrada
en el hecho de ser padres como forma de sentirse realizados. Sobre esto es
pertinente hablar de la sociedad del rendimiento que trae Byung Chul Han (2012) a
escena, en donde se pasa de un ‘’deber’’ sostenido en la sociedad disciplinada a un
‘’poder’’ de la sociedad del rendimiento, en donde todo es posible y no hay espacios
que habiliten la escucha atenta, ni el despliegue real de lo que se desea, más allá
de los mandatos sociales.

A modo de reflexión final


El tema de la subrogación de vientres constituye una problemática cuya
forma hegemónica de abordaje se ha basado en categorizarla como una práctica
“buena” o “mala”. Sin embargo, como se ha podido percibir en las líneas
precedentes, la complejidad de la misma no permite reducirla a una
problematización tan simplista ni dicotomizar el fenómeno. No resulta favorable en
este caso tomar partido a favor o en contra de esta práctica, sino que lo más
oportuno parecería ser poder visualizar su complejidad, poder pensarla
rizomáticamente (Deleuze, 1988).
Las categorías de maternidad, paternidad, filiación, familia, son
construcciones teóricas relativas a un universo simbólico (no naturales),
entonces, lo que actualmente está en juego es la deconstrucción de dichas
categorías... (Abelaira, 2015, p.23)

8
Referencias Bibliográficas

Abelaira, P. (2015). Reflexiones sobre maternidad subrogada. VII Congreso Internacional de

Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXII. Jornadas de Investigación

Décimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de

Psicología, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. Recuperado de:

https://www.academia.edu/39856320/Abelaira_Paula_2015_REFLEXIONES_SOBR

E_MATERNIDAD_SUBROGADA?auto=download

Chul Han, B. (2010- 2012). La sociedad del cansancio. Barcelona, España: Herder.

Deleuze, G. & Guattari F. (1976/2005). Rizoma. En: Mil Mesetas. Capitalismo y

esquizofrenia. Valencia, España: Pre-textos.

Descola, P. (2012). Más allá de naturaleza y cultura. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

Foucault, M. (1976/2002). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires,

Argentina: Siglo XXI Editores.

Foucault, M. (1976/2008). Historia de la sexualidad. Vol 1: La voluntad de saber. 2da.

Edición. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores.

Haraway, D. (1991) Manifiesto para cyborgs. Ciencia, Tecnología y Feminismo Socialista a

finales del siglo XX. Madrid, España: Cátedra.

9
Martinez, A. (1997). La infertilidad y sus tratamientos. En R. Androino; C. Arias De

Ronchietto; P. Chiesa & A. Martinez (Ed.), El derecho frente a la procreación

artificial (pp. 26-34). Buenos Aires, Argentina: Ábaco.

Martínez, K. X. & Rodríguez, C. A. (2021). La maternidad subrogada: tendencias de

regulación en Latinoamérica. Revista Jurídicas, 18(1), 74-90. doi:

https://doi.org/10.17151/jurid.2021.18.1.5

Real Academia Española. (s.f.). Subrogar. En Diccionario de la lengua española. Recuperado

en 10 de noviembre de 2021, de https://dle.rae.es/subrogar

Real Academia Española. (s.f.). Alquiler. En Diccionario de la lengua española. Recuperado

en 10 de noviembre de 2021, de https://dle.rae.es/alquilar?m=form

Rose, N. (1996). A critical history of psychology. En: Inventing our Selves. Cambridge:

Cambridge University Press. Traducción al castellano: Sandra De Luca y María del

Carmen Marchesi. Trabajo final de Residencia en Traducción, IES en Lenguas Vivas

"Juan Ramón Fernández", Buenos Aires, bajo la tutoría de la prof. Elena Marengo.

Recuperado de:

http://www.elseminario.com.ar/biblioteca/Rose_Una%20historia%20critica%20de%2

0la%20psicologia.pdf

Soto, M. (1990). Biogenética, filiación y delito. Buenos Aires, Argentina: Astrea.

10

También podría gustarte