Está en la página 1de 5

Universidad Nacional de Misiones

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales


Introducción al Conocimiento Científico
Documento de Cátedra
Año 2008
EL DISCURSO CIENTÍFICO: UNA CONSTRUCCIÓN EN LA PRÁCTICA
Prof. Karina Lemes

Por “lenguaje de la ciencia” quiero significar las variadas formas del discurso en las
que las actividades de “hacer ciencia” son realizadas - pero consideradas como el
recurso sistémico para la creación de significados no como una colección de ejemplos
textuales-.
M.A.K. Halliday. Reading Science1

Si ha de referirse a los atributos del lenguaje humano y la supremacía de éste sobre los demás, es
pertinente afirmar que sin el mismo el mundo no existiría, puesto que éste constituye una construcción.
El gran salto o si se quiere línea divisoria entre el medio animal y el concepto de mundo (Langer,
1968: 263) es el lenguaje, una capacidad de producción simbólica, que hace referencia a un desarrollo mental
y permite diferenciar al hombre de los animales.
El hombre por medio del lenguaje da forma al mundo y por ello es posible definirlo de múltiples
maneras como animal político, animal racional y sin duda el más acertado es animal simbólico.
Animal simbólico porque desarrolla la capacidad de relacionarse con objetos -en el amplio sentido-
aún cuando estén ausentes, por ejemplo se puede describir el mar sin estar frente al mismo.
Ni el ser humano ni el mundo anteceden al lenguaje, sino que el mismo establece un espectro de
probabilidades de todo lo que es factible decirse con un sentido, de esta manera se pergeña una red a través de
la cual se construye el pensamiento y al mismo tiempo la conducta del hombre cobra significado en el marco
de un horizonte ya configurado por el lenguaje.
A partir de esta concepción es imposible referirse al lenguaje como sistema abstracto de formas
lingüísticas, sino como una práctica social compartida que requiere destreza en el manejo de ciertas reglas.
Hablar un lenguaje supone un modo de ser y de estar en el mundo, de vincularse con otros sujetos y de
poder explicar dichas relaciones (Rivera, 1998: 215). Constituye la emisión y recepción de enunciados a partir
del uso de un código, desarrollada por sujetos situados en contextos determinados (Maingueneau, 1999: 37). A
este proceso de producción de enunciados se denomina enunciación y al contexto en donde se lleva a cabo la
misma situación enunciativa. El emisor mediante estos enunciados expresa, manifiesta y reflexiona acerca de
algún tema de interés que presenta a los destinatarios
El discurso se opone al texto en cuanto es concebido como la inclusión de éste en su contexto, es decir
cuando las condiciones de producción y de recepción adquieren relevancia.
El discurso, en tanto uso restringido de un sistema mayor puede tratarse de: 1) un posicionamiento en
un campo discursivo determinado (ej. el discurso marxista), 2) un tipo de discurso (ej. el discurso
periodístico, el discurso administrativo, entre otros), 3) las producciones de una categoría de locutores (ej. el
discurso de los médicos, el discurso de los padres) o de una función del lenguaje (el discurso polémico, el
discurso instructivo) (Maingueneau, 1999: 38).

1
Es posible pensar en deslizamientos entre cada uno de los planos mencionados, que se complementan
según los condicionamientos de producción y recepción.
Se puede aludir al discurso cotidiano y al discurso científico, en tanto posicionamiento que toman los
hablantes en un campo discursivo específico.
El lenguaje deja de ser una entidad abstracta en cuanto discurso, en tanto acontecimiento social de
interacción discursiva, realizada mediante la enunciación y contenida en enunciados. La interacción discursiva
constituye la realidad principal del lenguaje (Voloshinov, 1992: 132).
El lenguaje se caracteriza en la esfera cotidiana por contar con una exuberante riqueza de
significaciones, cuyo fin no se limita sólo a la comunicación sino que también transmite emociones,
sentimientos, peticiones y una amplia batería de mensajes. Lo fascinante de este intercambio es que se produce
a pesar de una serie de defectos, como la vaguedad, ambigüedad, polisemia, entre otros. No obstante, los
mismos poseen algún aspecto positivo como ser contribuir a la economía de vocablos, establecer juegos de
palabras, incursionar en la metáfora, la ironía.
Este discurso cotidiano se enmarca en los géneros discursivos primarios (Bajtín, 1985: 250), donde se
percibe una vinculación estrecha con las experiencias, cuya característica fundamental es la espontaneidad de
las relaciones, organiza las actividades de la esfera práctica de la vida del ser humano.
Ahora bien, este discurso no basta para organizar todas las prácticas sociales que desarrolla el hombre,
y en especial la actividad científica requiere de un discurso riguroso, preciso, claro.
Se enmarca a su vez en los géneros discursivos secundarios o complejos. Estos géneros -
investigaciones científicas, periodísticas, producciones literarias, entre otros- surgen en condiciones complejas
de la comunicación cultural, ciertamente más desarrollada y organizada, con un estrecho vínculo a la
producción escrita. En su proceso formativo se sirven como materia prima de diversos géneros primarios -
como por ejemplo los diálogos cotidianos- y los reelaboran en función de los requerimientos de esa práctica
social (Bajtín, 1985: 252).
La misma vinculación que existe entre los géneros primarios y secundarios se da entre la producción
del discurso cotidiano y el científico. El lenguaje adquiere características determinadas en función de cada
esfera de la comunicación discursiva.
El discurso científico se configura a partir de sus particulares condiciones de producción, así como
también interpretación de diversos textos: paradigmas, marcos teóricos, explicaciones y demostraciones.
Esta producción discursiva demanda un proceso riguroso de entrenamiento y disciplina, lo que permite
la adquisición y desarrollo de una competencia cognitiva discursiva compleja y genera la posibilidad de
establecer relaciones en un plano abstracto.
A su vez se puede distinguir en el discurso científico la utilización de tecnicismos, que consiste en
otorgarle a los vocablos un significado restringido al área del conocimiento desde el cual se está analizando un
determinado fenómeno, dichos términos pudieron haber sido tomados del discurso cotidiano 2 o pueden haber
sido creados para nominar una categoría inexistente en el lenguaje.

1
Citado por Ofelia Duo de Brottier en Cubo de Severino, Liliana (coord). (2005) Los textos de la ciencia. Córdoba. Comunicarte Ed.
2
Por ejemplo, en el caso de la palabra banca que en el discurso cotidiano designa a un asiento de madera, sin respaldo y a modo de mesa
baja. Esta misma palabra cobra significación diferente si se la define desde la economía como conjunto de entidades que tienen por
2
El discurso científico también puede tomar un carácter formal 3 a fin de controlar al máximo las
problemáticas ya citadas propias del discurso cotidiano, para ponderar las relaciones entre dichos símbolos y
dejar de lado el contenido empírico. Es necesario aclarar que en este caso cuando se alude a la formalidad del
discurso4 se lo hace desde la lógica, en este plano se prescinde del lenguaje o discurso articulado o verbal
propio del discurso técnico. A este pasaje se lo denomina simbolización o abstracción y al proceso inverso
interpretación.
Así como en alguna instancia de este artículo se sostenía que el lenguaje no precede al hombre y su
mundo, sino que por medio de él se construyen ambos, lo mismo pasa con la producción discursiva científica.
El lenguaje no constituye un mero instrumento de la ciencia sino que, la actividad científica se gesta a partir
del mismo en un todo integral. Participa en la conformación de aquello que se entiende por realidad.
No existen recetas para la correcta elaboración de un discurso científico, sin embargo se pueden
mencionar aspectos o criterios a tener en cuenta a la hora de comunicar este tipo de producciones:
1- Aspectos enunciativos.
2- Construcción del objeto de estudio.
3- Coherencia de la información.
4- Elección de un vocabulario técnico.
5- Uso de las funciones del lenguaje.
En cuanto a los aspectos enunciativos, existe una tendencia clásica de la producción del discurso
científico que prefiere la utilización de la tercera persona singular, la primera persona plural denominado
“plural mayestático” o el impersonal, porque con la ausencia del enunciador se crea un efecto de objetividad,
además porque se supone que lo que se afirma puede ser compartido por la comunidad científica. No obstante,
existen ejemplos de la utilización de la primera persona singular, pero quienes la eligen lo hacen basándose en
una amplia trayectoria en el campo de la investigación. Esta tendencia se está generalizando cada vez más, tal
vez por la necesidad de dar cuenta de un trabajo individual.
Con relación a la construcción del objeto de estudio, se debe tener especial atención en la formulación
del mismo y enunciarlo de manera clara y precisa. Son construcciones elaboradas mediante la vinculación
entre la esfera teórica y la empírica, por ejemplo “El estudio del género es una forma de comprender a las
relaciones entre varones y mujeres en la sociedad”.
En cuanto a la coherencia de la información debe entenderse la correcta selección y organización de
los datos acopiados para la investigación. Con un manejo preciso y riguroso del discurso se puede alcanzar un
grado aceptable de objetividad.
Algunos autores coinciden en hablar de clases textuales del discurso académico5-científico, y unifican

objeto básico facilitar la financiación de las distintas actividades económicas.


3
También se habla de discurso formal o lenguaje formal desde una perspectiva sociolingüística para hacer referencia a las diferentes
vinculaciones que se pueden establecer entre los interlocutores, por ejemplo el uso del Vos/tu da cuenta de una relación entr e pares y el
uso del Ud. marca diferencias de status.
4
Un ejemplo de esta formalidad es H2O, 5+5, o en la lógica proposicional en donde la siguiente proposición “Si los alumnos de ICC
estudian entonces aprobarán el parcial” se puede simbolizar de la siguiente manera: p→q
5
La profesora Silvia Carvallo dirigió dos proyectos (1992/1994 y 1995/1998) a fin de indagar y caracterizar la producción de los
alumnos ingresantes, logró sistematizar ciertas condiciones de producción, circulación y recepción de los textos académicos. Una síntesis
de dicha investigación puede hallarse en el siguiente artículo “Universidad, ingresantes, saberes y escritura” En Procesos Educativos.
Estudios Regionales. Secretaría de Investigación y Postgrado, FHyCS, UNaM, Año 9, N° 14, noviembre de 2002, pp. 73-83
3
de esta manera ambas prácticas que sin duda no son sinónimos pero comparten criterios de producción (Cubo
de Severino, 2005: 16):
 Textos de difusión en ámbitos académico-científico: artículo científico, resumen, ponencia, póster, reseña y
conferencia.
 Textos de control de resultados de investigación: monografía, tesina, tesis.
 Textos de control y/o aval de investigación: proyecto de investigación e informe.
 Textos de estudio de disciplinas: manual, guía de estudios y documento de trabajo.
Las actividades discursivas de los científicos se desarrollan por medio de esta diversidad de clases
textuales que se organizan en función de los objetivos de construir, difundir y significar las innovaciones en el
conocimiento producido por los investigadores.
Con respecto a la estructura global del texto científico cumple con el desarrollo de tres etapas nodales
siempre presentes, las mismas pueden ir acompañadas por otras instancias dependiendo del enfoque de la tarea
de investigación, las áreas temáticas y las disciplinas científicas:
 Introducción: donde se justifica la elección del tema, la relevancia del mismo, se delinea la problemática a
investigar, se alude a enfoques trabajados con anterioridad que tengan algún punto en común con el presente.
 Desarrollo: en etapa se integra la información recabada y se la interpreta en forma crítica, se produce
información nueva, se proponen alternativos enfoques sobre aspectos teóricos ya trabajados y se los justifica
con argumentos, se validan teorías con investigaciones empíricas o se las refuta con nuevos datos o nuevas
interpretaciones de datos existentes.
 Conclusión: se retoman las conclusiones parciales, se describen los principales hallazgos, elaboran las
conclusiones finales y también se pueden sugerir aspectos relevantes para futuras investigaciones.
Se debe tener presente que existen formatos estandarizados para la presentación de la producción
científica validados por diversas instituciones como la universidad, los centros de investigación, la Secretaría
de Ciencia y Tecnología, entre otras. La mayoría de las veces las estructuras responden a formularios que los
investigadores deben respetar.
La elección del vocabulario técnico está estrechamente vinculada al campo teórico desde el cual se
construye el objeto de estudio, por lo que el empleo correcto del léxico específico es fundamental a la hora de
lograr precisión y claridad en el tratamiento de un problema.
En la producción de este tipo discursivo se puede identificar dos tipos de conceptos o términos
(Klimovky: 1994: 62), aquéllos que son utilizados por varias disciplinas científicas – términos presupuestos
designativos científicos- y suponen un conocimiento compartido por lo que requieren o no de la explicitación
del área del conocimiento desde el cual son trabajados. Y los términos específicos que adquieren una
significación particular en el marco de una teoría determinada por lo que necesitan competencias lingüísticas
especiales que convierten a los destinatarios en expertos.
Este aspecto del vocabulario técnico es importante tenerlo en cuenta a la hora de interpretar la
bibliografía, porque por ejemplo Klimovski, desde la lógica, define al enunciado como sinónimo de
proposición. En cambio desde la lingüística ambos términos no son equivalentes, puesto que el enunciado
constituye la unidad real de la comunicación discursiva y la proposición es un tipo de oración compleja. Los

4
objetos se definen según el área disciplinar desde el cual son analizados, omitir esta información constituye un
grave error.
Por último, pero no menos relevante, es la elección de la función del lenguaje. La mayoría de los
autores concluyen en ponderar el uso de la función informativa como la única en la producción del discurso
científico, sin embargo existen otras tan importantes como la mencionada.
Las ideas científicas pasan por varias etapas para lograr su aceptación, en principio tienen un carácter
provisional, hasta que después de un proceso relativamente largo en la comunidad científica adquieren
reconocimiento y se convierten en parte del conocimiento público. Esto se logra mediante la utilización de la
función argumentativa, porque la intención del científico no es únicamente comunicar los avances de su
investigación sino convencer a la comunidad científica de la consistencia de sus enunciados, para lo cual aduce
suposiciones que la confirmen y la hagan plausible, la argumentación científica establece relaciones de
posibilidad y credibilidad entre hipótesis y conclusión.
Otra función utilizada es la metalingüística, porque constantemente se definen y redefinen conceptos a
fin de evitar o controlar ambigüedades, vaguedades o polisemias que impedirían la construcción de un
discurso claro y preciso. Para ello se recurre al uso de definiciones estipulativas, que guían la correcta
interpretación de los conceptos.
Finalmente éstas son algunas de las recomendaciones a tener en cuenta en la producción del discurso
científico, cuya intención no es sólo comunicar el proceso de investigación sino lograr la aprobación de los
pares de la comunidad científica.
Este material, en modo alguno pretende agotar las posibilidades de tratamiento del tema, propone un
horizonte desde el cual comenzar a abordarlas a fin de proporcionar elementos que guíen a los alumnos en el
azaroso camino de la producción científica.
Bibliografía

 Arán, Pampa Olga. (Coord.)(2006) Nuevo diccionario de la teoría de Mijail Bajtín. Córdoba. Ferreyra Ed.
 Bajtín, Mijail. (1985) “El problema de los géneros discursivos” en Estética de la creación verbal. México. Siglo
XXI.
 Benveniste, Émil. (1979) Problemas de lingüística general I. México. Siglo XXI Ed.
 ……………… (1980) Problemas de lingüística general II. México. Siglo XXI Ed.Carvallo, Silvia “Universidad,
ingresantes, saberes y escritura” En Procesos Educativos. Estudios Regionales. Secretaría de Investigación y
Postgrado, FHyCS, UNaM, Año 9, N° 14, noviembre de 2002, pp. 73-83
 Charaudeau, Patrik- Maingueneau, Dominique. (2005) Diccionario del análisis del discurso. Bs.As. Amorrortu
Ed.
 Cubo de Severino, Liliana (coord). (2005) Los textos de la ciencia. Córdoba. Comunicarte Ed.
 Dalmagro, María Cristina. (2007) Cuando de textos científicos se trata… Guía práctica para la comunicación de
los resultados de una investigación en ciencias sociales y humanas. Córdoba. Comunicarte Ed.
 Fernández, Gloria. (2004) “Consideraciones acerca del Discurso Científico” Ficha de Cátedra. Facultad de
Humanidades y Ciencias Sociales, UNaM.
 Klimovsky, Gregorio. (1994) Cap 3: “El vocabulario de la ciencia” y Cap. 4: “Los enunciados científicos” en
Las desventuras del conocimiento científico. Bs.As. Ed A-Z.
 Langer, Susan. (1968) “La filosofía: el centro en crecimiento” En Lynn White Jr. Y colaboradores Fronteras del
conocimiento. Bs. As. Eudeba
 Maingueneau, Dominique. (1999) Términos claves del análisis del discurso. Bs.As. Ed. Nueva Visión.
 Rivera, Silvia. (2000) “Las ciencias formales: objeto y método” En La Posciencia. Bs.As. ED. Biblos.
 ……………..(1998) “La influencia del giro lingüístico en la problemática de las ciencias sociales” En La ciencia
y el imaginario social. (Esther Díaz editora). Bs.As. Ed Biblos
 Voloshinov, Valentin. (1992) El marxismo y la filosofía del lenguaje. Madrid. Alianza Ed.

También podría gustarte