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HISTORIA DE VICTOR.

(EL PAN DE CRISTO)

El siguiente es el relato verídico de un hombre llamado Víctor. Al cabo de meses de


encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la mendicidad para sobrevivir, cosa que
detestaba profundamente.

Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un club privado cuando
observó a un hombre y su esposa que entraban al mismo.

Víctor le pidió al hombre unas monedas para poder comprarse algo de comer.

- Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste. La mujer, que oyó la
conversación, preguntó:

- ¿Qué quería ese pobre hombre?

- Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido.

- Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no necesitamos y ¡Dejar a
un hombre hambriento aquí afuera!

- Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el dinero para beber.

-¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo.

Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo lo que dijeron, avergonzado, quería
alejarse corriendo de allí, pero en ese momento oyó la amable voz de la mujer que le decía:

- Aquí tiene unas monedas. Consígase algo de comer, aunque la situación está difícil, no
pierda las esperanzas. En alguna parte hay un empleo para usted. Espero que pronto lo
encuentre.

-¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted ocasión de comenzar de nuevo y me ha


ayudado a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza.

-Estará usted comiendo El Pan de Cristo! Compártalo -dijo ella con una cálida sonrisa
dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.

Víctor sintió como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo, encontró un lugar
barato donde comer, gastó la mitad de lo que la señora le había dado y resolvió guardar lo
que le sobraba para otro día, comería el pan de Cristo dos días. Una vez más, aquella
descarga eléctrica corría por su interior. ¡El Pan de Cristo!

-¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme el pan de Cristo solamente para mí mismo.

Le parecía estar escuchando el eco de un viejo himno que había


aprendido en la escuela dominical. En ese momento pasó a su lado un anciano.

-Quizás ese pobre anciano tenga hambre -pensó-.

Tengo que compartir el pan de Cristo.

- Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una buena comida?

El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento.

- ¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba crédito a su buena fortuna hasta que se
sentó a una mesa cubierta con un hule y le pusieron delante un plato de guiso caliente.

Durante la cena, Víctor notó que el hombre envolvía un pedazo de pan en su servilleta de
papel.

- ¿Está guardando un poco para mañana? -le preguntó.

- No, no. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar, la ha pasado mal
últimamente y estaba llorando cuando lo dejé, tenía hambre. Le voy a llevar el pan.

- El Pan de Cristo! Recordó nuevamente las palabras de la mujer y tuvo la extraña


sensación de que había un tercer Convidado sentado a aquella mesa. A lo lejos las
campanas de una iglesia parecían entonar a los dos el viejo himno que le había sonado antes
en la cabeza.

Los dos hombres llevaron el pan al niño hambriento, que comenzó a engullírselo. De golpe
se detuvo y llamó a un perro, un perro perdido y asustado.

- Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad -dijo el niño. El Pan de Cristo alcanzará también para
ti.

El niño había cambiado totalmente de semblante. Se puso de pie y

comenzó a vender el periódico con entusiasmo.

- Hasta luego -dijo Víctor al viejo-. En alguna parte hay un empleo para usted. Pronto dará
con el. No desespere.

- ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-. Esto que hemos comido es el Pan de Cristo. Una
señora me lo dijo cuando me dio aquellas monedas para comprarlo. El futuro nos deparará
algo bueno!

Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y se encontró con el perro que le olfateaba la
pierna.
Se agachó para acariciarlo y descubrió que tenía un collar que llevaba grabado el nombre
del dueño. Víctor recorrió el largo camino hasta la casa del dueño del perro y llamó a la
puerta.

Al salir éste y ver que había encontrado a su perro, se puso contentísimo, de golpe la
expresión de su rostro se tornó seria. Estaba por reprocharle a Víctor que seguramente
había robado el perro para cobrar la recompensa, pero no lo hizo, Víctor ostentaba un cierto
aire de dignidad que lo detuvo.

En cambio dijo:

- En el periódico vespertino de ayer ofrecí una recompensa. ¡Aquí tiene!

Víctor miró el billete medio aturdido.

- No puedo aceptarlo -dijo quedamente-. Solo quería hacerle un bien al perro.

- ¡Téngalo! Para mi lo que usted hizo vale mucho más que eso, ¿le interesará un empleo?

Venga a mi oficina mañana, me hace mucha falta una persona íntegra como usted.

Al volver a emprender Víctor la caminata por la avenida, aquel viejo himno que recordaba
de su niñez volvió a sonarle en el alma, se titulaba:

'Parte el Pan de Vida'...

'NO OS CANSEIS DE DAR, PERO NO DEIS LAS SOBRAS, DAD HASTA SENTIRLO,

HASTA QUE DUELA'.

QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR NUESTRA CRUZ Y


SEGUIRLO,

AUNQUE DUELA.

AHORA, SI LO DESEAS, COMPARTE ESTO CON LOS DEMAS, 'EL PAN DE


CRISTO'.....

YO YA LO HICE.

ESPERO QUE SIRVA DE ALGO EN TU VIDA...

¡QUE DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE...!!!


Dice una antigua plegaria hebrea :

“Que tus despertares te despierten. Y que al despertarte, el día que comienza te entusiasme.
Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del sol que se filtran por tu ventana en
cada nuevo amanecer.

Y que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada persona que se
cruza en tu camino.

Y que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque solo sea pan y agua.

Y de encontrar algún momento en el día, aunque sea corto y breve, para elevar tu mirada
hacia lo alto y agradecer por el milagro de la salud, ese misterio y fantástico equilibrio
interno. Y que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos.

Y que tus abrazos, abracen. Y que tus besos, besen.

Y que los atardeceres no dejen de sorprenderte, y que nunca dejes de maravillarte.

Y que llegues cansada/o y satisfecho/a al anochecer por la tarea realizada durante el día. Y
que tu sueño sea calmo, reparador y sin sobresaltos.

Y que no confundas tu trabajo con la vida, ni tampoco el valor de las cosas con su precio. Y
que no te creas más que nadie porque solo los ignorantes desconocen que no somos más
que polvo y ceniza.

Y que no te olvides, ni por un instante que cada segundo de la vida es un regalo, un


obsequio, y que si fuéramos realmente valientes, bailaríamos y cantaríamos de alegría al
tomar conciencia de ello.

Como un pequeñísimo homenaje al misterio de la vida que nos abraza y nos bendice “
RESPIRACIÓN HA

La Abuela de todas las herramientas de limpieza del Ho'oponopono. El Dr. Hew Len dijo
en una grabación, que la respiración HA puede curar la depresión. La Respiración HA
cierra portales kármicos; es la inspiración de Mana (Energía Vital), elimina depresión,
limpia el campo energético del cuerpo, libera espíritus aún presos en el plano terrenal. El
proceso se hace Sentado(a) cómodamente, con los pies en el suelo y la espalda recta,
inhalas (inspiras Energía Divina) contando hasta 7 (1-2-3-4-5-6-7), tan rápido como lo
haces normalmente, sin necesidad de ir lento a menos que lo desees. A continuación,
retienes la respiración en una cuenta de 7. Luego, exhalas mientras cuentas hasta 7,
soltando el aire con un suspiro haaaa. Luego de eso, mantienes los pulmones vaciados
contando hasta 7, antes de volver a recomenzar. Repite el proceso 9 veces.

Nota: Anteriormente eran 7 conjuntos de respiración las que se hacían, pero en un


Workshop reciente el Dr. Len dijo es mejor que se hagan 9 conjuntos de respiración en vez
de 7.

También puede juntar los dedos índice y pulgar de cada mano, formando un aro y
entrelazarlos, como el símbolo infinito. Mantener esta posición durante el proceso
“LO QUE TÚ DECRETAS” “No es lo que entra por tu boca lo que contamina, sino lo que
de tu boca sale, porque de tu corazón procede” 🗣

Pon mucha atención en todo lo que decretas en 1 día.

Siempre dices: “el trabajo está insoportable", “no tengo dinero”, “el tráfico es asqueroso”,
“voy a esconder mi celular por que me lo van a robar”, “tápate que te vas a enfermar”,
“tengo muy mala suerte”, “no voy a comer eso por que me hace daño”, “tengo mala
memoria”, “todos los días tengo dolor de cabeza”, etc....

No te sorprenda, ni te quejes si al expresarlo, lo ves ocurrir, lo has decretado! Has dado la


orden que tiene que ser cumplida.

Ahora recuerda y no lo olvides jamás, cada palabra que pronuncias es un decreto positivo o
negativo.

Si es positivo (me veo muy guapa) se te manifiesta para bien.

Si es negativo (estoy muy gorda) se te manifiesta para mal.

Si es contra el “prójimo” es lo mismo que si estuvieras decretándotelo para ti misma. {SE


TE DEVUELVE].✓

Cuando te pase algo negativo simplemente recuerda en qué término te expresaste, en qué
momento salió de tu corazón un concepto viejito arraigado ahí, que debes de dejar de
decretar cómo los que ya mencionamos.

El temor está en todas nuestras frases negativas.

☣️1️
️ ⃣ Fíjate en qué frases negativas dices al día.🔅

☣️2️⃣ trabaja en ellas, las guardas en tu subconsciente desde hace mucho tiempo y sabrás a
qué clase de sentimiento obedecen.⚠️

☣3️⃣ si no quieres seguir manifestándolas, “bórralas negándolas” al poco tiempo de ésta


práctica notarás que tú hablar y decretar es otro. Estarás renovando tu mente.➖

☣4️⃣ decreta: “no lo acepto para mi” estás afirmando la verdad!✨ "Cada persona es una
Creación Perfecta"
Agradece por la oscuridad
Manejaba por las montañas de Arizona, en la sinuosa carretera que une Flagstaff con
Sedona, cuando fui acometido por otro vehículo. Después de algunos días internado, fui a
recuperarme a casa de Canción Estrellada, el chamán que tenía el don de eternizar la
filosofía de su pueblo a través de la palabra. Estábamos en la terraza de su casa. Era una
tarde linda, sin ninguna nube en el cielo. Lamenté el accidente, pues no sería posible hacer
casi nada de aquello que tenía programado. Pasear a caballo, nadar en el lago, bajar en bote
por los rápidos, además de los deseados senderos hasta los lugares sagrados en las
montañas para las ceremonias mágicas no serían actividades posibles con la pierna
enyesada. Canción Estrellada apenas me miró. Encendió su indefectible pipa con hornillo
de piedra roja, dio algunas bocanadas y dijo: “Todo lo que sucede en nuestras vidas es para
nuestro bien. Por tanto, agradece por el accidente”. Le dije que no podía estar hablando en
serio. Aunque era consciente de que los daños habrían podido ser más graves, siempre es
posible, de otro lado, yo habría podido pasar las vacaciones sin ninguna lesión, como
siempre habían sido mis días en Sedona. El chamán miraba cómo el humo de la pipa
danzaba al ritmo de la brisa de la tarde y comentó: “Tu espiritualidad es como un lago con
poca agua, Yoskhaz. Todavía poco profunda”. Sacudí la cabeza como respuesta. Comenté
que él no estaba con el humor muy afinado, pues no se hacía gracia con la desgracia ajena.
Le recordé mis muchos años de estudio en filosofía y metafísica, inclusive los varios
períodos en los cuales había estado aprendiendo con él sobre chamanismo. Mencioné los
estudios que mantenía sobre el Tao, el estoicismo y la tradición cristiana con Li Tzu,
Lorenzo y el Viejo, respectivamente. Canción Estrellada me cuestionó: “¿De qué me sirve
tener un río en el patio si no bebo ni me baño en sus aguas?”.
Discordé de inmediato. Dije que era imposible estar satisfecho por tener los planes de
vacaciones frustrados, principalmente por causa de un accidente que podría haber sido
evitado. Ponderé que si yo no hubiese ido a Flagstaff a almorzar aquel día, nada habría
sucedido. El chamán se encogió de hombros y dijo: “Tal vez podría haber sucedido algo
peor si te hubieras quedado aquí”. Volvió a fumar de su pipa y consideró: “Los buenos
espíritus nunca nos desamparan. Hay lesiones y situaciones mucho más graves que una
pierna fracturada. Acepta que recibiste un bello presente; será más fácil aprender a usarlo”.
Me miró a los ojos y volvió a aconsejar: “¡Agradece!”.
Fuimos interrumpidos en ese instante por un grupo de amigos que pasarían la noche en el
bosque para fotografiar animales nocturnos. Fueron a pedirme prestada la cámara, ya que
yo no podía acompañarlos. Les dije que la sacaran de mi mochila y miré a Canción
Estrellada como pidiéndole comprensión y razón. El chamán sonrió.
Tan pronto el grupo se despidió, él comentó: “La sabiduría ancestral de mi pueblo enseña
que en cada situación negativa existe un mago escondido entre los escombros”. ¿Un mago?
Se me hizo extraño. El chamán prosiguió: “El poder de un mago es el de transformar la
realidad. Encuentra al mago o el accidente será apenas una molestia”.
Canción Estrellada se levantó y salió. Tomé un libro para distraerme, pero no conseguí
envolverme con la narrativa. Mi mente, de modo recurrente, me recordaba todo lo que tenía
programado y no podría realizar. Mis vacaciones habían sido hurtadas por el destino. Los
días comenzaron a estar demasiado calientes y las noches muy heladas; el café tibio; la
comida sin gusto. En eso llegó el fin de semana. Los sábados, desde que el chamán había
dejado de dar clases en la escuela de la ciudad, hacía muchos años atrás, padres e hijos se
reunían bajo el frondoso roble que había en el patio de su casa para oír las historias que
enseñaban la sabiduría antigua de su pueblo. Era un agradable y seguro ceremonial mágico.
Magia es transformación; las historias instauran nuevas ideas como semillas para que cada
uno modifique la propia realidad; se cambia la vida al cambiar la manera de vivir cada uno
de sus días. Yo estaba cómodo en la terraza y preferí no aproximarme. Escucharía desde
allí. Dos niños, de unos cinco años, vinieron hacia mí y me ofrecieron dulces. Rehusé; les
dije que los dulces contenían mucho azúcar y causaban caries. Uno de los chicos se volteó
hacia el otro y comentó: “Está malhumorado. Vámonos”. Aquello me incomodó; los niños
ya no se educaban como antes, pensé.
Ante decenas de personas que se acomodaron sobre la grama, Canción Estrellada inició la
historia: “Hace mucho tiempo existía un notable guerrero llamado Koda. Él cabalgaba bien,
era un excelente rastreador, escalaba paredes de piedras con gran agilidad, hábil en el uso
del arco y un eximio luchador. Le gustaba cazar solo, pues nadie lo acompañaba en fuerza y
destreza; pasaba días en el bosque y cuando regresaba traía toda la carne que la aldea
necesitaba para atravesar el invierno. Era temido por los enemigos y admirado por los
amigos. Cierta vez, cuando su único hijo entró en la adolescencia, contrarió sus propios
hábitos y lo llevó consigo para cazar. Quería transmitirle al joven todo aquello que había
aprendido de su padre y que él había perfeccionado. En aquella cacería localizaron un
enorme oso pardo, animal famoso por su agresividad. Sin embargo, Koda sabía que además
de suplir buena parte de la alimentación de la tribu, aquella presa sería un valioso rito de
iniciación para el hijo. Pasaron días asechando al animal. Como era imposible enfrentar al
oso en lucha abierta, esperaban un momento de descuido para hacer un ataque definitivo. El
animal siguió hacia un peñasco. Koda sabía que era peligroso, pues podría terminar preso
entre el oso y el abismo. No solía dejarse llevar por esas situaciones, pero no quería
decepcionar al hijo. Ya lo imaginaba usando un abrigo confeccionado con aquella piel y un
collar hecho con la enorme garra del oso, símbolos de coraje, habilidad y poder ante la
tribu. En determinado momento, el animal comenzó a bajar el peñasco. Koda y su hijo lo
seguían a una distancia segura, cuando de repente el oso invirtió el sentido para avanzar
rápido hacia Koda y el joven, quien se asustó y perdió el equilibrio. Koda hizo lo posible
para agarrarlo y terminó cayendo también. El muchacho se golpeó la cabeza con una piedra
y fue directo hacia los brazos del Gran Espíritu”. Pude percibir que algunos oyentes tenían
lágrimas en los ojos. El chamán prosiguió: “Koda sobrevivió, pero con la caída se quebró
los dedos de las manos y se dilaceró varios tendones. Nunca más podría volver a lanzar una
flecha ni manosear un arco; quedó impedido para cazar por el resto de su existencia”.
“Sumado al dolor de nunca más ejercer aquello que consideraba ser su don, Koda estaba
sumido en una profunda tristeza por la partida inesperada del hijo amado. De repente, había
perdido todas las cosas que alimentaban su vida. Cuando se restableció de la fractura de las
manos, aunque limitado definitivamente para mover los dedos, lo que le impedía hacer
muchas cosas, otra fractura estaba lejos de cicatrizar, aquella localizada en el corazón. Ya
no sentía la alegría de los días, pues para Koda ya no había nada que llenara el vacío
instalado dentro de sí”.
“Cierta noche de un invierno bastante riguroso, cuando todos en la aldea dormían, Koda
salió en silencio hacia el bosque sin avisar. No llevó alimentos, agua o un manto para
protegerse del frío. Envuelto en profunda depresión, estaba dispuesto a encontrarse con su
amado hijo en el mundo invisible del Gran Misterio. Se dirigió al mismo peñasco del cual
habían caído. Entendía que esta era una plataforma adecuada para el embarque. Se recostó
en una piedra helada dada la baja temperatura y se dejó adormecer por el frío con la
esperanza que la noche lo llevara consigo. Al despertar no estaría más en este mundo. En
sueño, su hijo se le apareció. El joven estaba lindo y sonriente. Le dijo al padre que estaba
bien y feliz, y le explicó que cada persona tiene su tiempo de viaje en cada existencia y es
necesario no solo respetarlo, como aprovechar cada día. Partir antes de la hora interfiere el
andamiento del viaje pues lleva de regreso al punto de partida. Entonces, al contrario de lo
que Koda deseaba, demoraría aún más para volver a estar juntos. También le explicó que el
corazón es el lugar de muchas fuentes de aguas puras; fuentes de amor y perdón. El padre
tenía que perdonarse, pues no era culpable por lo sucedido; todo tiene su tiempo.
Igualmente le explicó que tampoco debía lamentar su destino; siempre existe amor,
sabiduría y justicia en los hechos de la vida, aunque tengamos alguna dificultad para
entender muchas cosas antes del debido tiempo. El tiempo de expansión de la consciencia”.
“Mencionó que cada vez que quisiese sentir la presencia del hijo, entonara una canción en
su memoria; una música alegre, pues el amor sin alegría no es amor. Adicionó que era
necesario que volviera a la tribu y recomenzara. Koda respondió que no era posible, ya que
todo estaba muy oscuro en su vida. El hijo le respondió: agradece por la oscuridad”.
Koda despertó asustado. Además del impacto que el sueño le había causado, estaba muy
frío y comenzaba a sentir un incómodo adormecimiento en el cuerpo; moriría de hipotermia
antes de volver a la aldea conforme los consejos del hijo. Fue cuando oyó un extraño ruido.
Era el enorme oso pardo, el mismo del fatídico día. Como no podía luchar ni correr, Koda
apenas miró al animal a los ojos. En silencio, pidió misericordia. Así, en vez de suicidio,
una muerte involuntaria podría llevarlo al anhelado encuentro. No obstante, el oso tenía
compasión en su expresión. Al contrario del deseo de Koda, el animal se acostó a su lado y
lo acogió junto a su cuerpo caliente, impidiendo que el frío apagara la luz de su existencia”.
“El antiguo guerrero despertó con el sol alto de la mañana. El oso ya no estaba a su lado.
Impresionado con los hechos, Koda regresó a la aldea y relató el fantástico encuentro que
había tenido. Las personas dijeron tratarse de una buena historia, pero parecían no creer en
él. Le dijeron a Koda que algunos sueños parecían reales, pero que eran apenas sueños.
Alegaran que podría tratarse de un delirio proveniente del frío extremo. Sin embargo, otras
personas se aproximaban para oír. Aunque también dudaban de la veracidad, le
preguntaban si sabía contar otras historias, pues les había encantado la manera como él
narraba; se sentían como si estuviesen viviendo la trama. Koda percibió que le gustaba
narrar historias y este tal vez fuera el motivo por el cual las contaba tan bien”.
“Koda recordó antiguas leyendas enseñadas por sus abuelas. Había sabiduría en ellas; en la
infancia se divertía intentando encontrar lecciones en cada una de ellas. Pasó a catalogar las
narraciones ancestrales de su pueblo. Paso siguiente, comenzó a narrar sus cacerías;
introducía elementos de misterio y fantasía, no solo para hacerlas más interesantes, sino
para resaltar lo absurdo de la realidad que nos negamos a aceptar. Lo más interesante fue
percibir que al contar las historias también aprendía con ellas; había más lecciones de lo
que pensaba en la época. Entendió, entonces, cómo las historias podían ayudar; eran
semillas de transformación por las enseñanzas que transmitían. Inclusive, y principalmente,
a él mismo”.
“El tiempo pasó y sin darse cuenta, el guerrero se había retirado de escena para que el sabio
ocupara su lugar en el palco de la vida. Descubrió que, en verdad, el guerrero apenas existió
para proveer las historias que un día el sabio contaría. Enseñar era su genuino don. Koda se
volvió un maravilloso contador de historias, un jardinero de flores de la evolución La
semilla primordial fue la oscuridad que un día, cuando todo era extremamente sombrío, le
permitió ver la luz de la vida como nunca la había percibido antes”.
“Aprendió a tocar el tambor para acompañar las canciones ancestrales que también eran
maneras de ilustrar las historias. Algunos cantos son como historias animadas, bromeaba.
El contador de historias vivió en inimaginable plenitud comparado a los días en los que se
enorgulleció de ser un hábil cazador. El accidente forzó la búsqueda por lo desconocido que
había en sí; entonces, encontró el deleite para siempre”.
Hubo silencio absoluto.
Una adolescente pidió la palabra. El chamán hizo un gesto con la cabeza para que
prosiguiera. La joven comentó: “A veces, cuando todo parece claro tenemos dificultad para
ver la luz; cuando todo parece divertido solemos olvidar la necesidad de avanzar y
evolucionar. Entonces, por acto de amor puro, la vida nos deja en la oscuridad para que
entendamos cómo la luz se manifiesta, nos mueve y fortalece”.
Canción Estrellada sonrió en aprobación. Levantó las cejas hacia la platea y les recordó:
“Divertirse es fundamental y ayuda a aliviar las tensiones de la existencia. Sin embargo, la
esencia de la vida es la evolución. En algunos periodos, sea por distracción o por
comodidad, perdemos la sensibilidad para localizar la luz. Son los momentos en los que la
oscuridad llega para ayudarnos. Al destruir la realidad de hoy, ella abre espacio para un
inimaginable mañana al resaltar la luz que no podíamos ver. Claro, desde que sepamos
aprovechar la oportunidad”.
Una chiquilla levantó la mano. Canción Estrellada le dio la palabra. La niña quería saber
qué música Koda cantaba cuando extrañaba a su hijo, pues ella había tenido un perrito que
también había ido al encuentro del Gran Espíritu. El chamán le sonrió con dulzura y
explicó: “Koda agarraba el tambor y entonaba una canción de amor para su hijo, dejando
que su corazón le dijera cuál sería la canción; el gran secreto de Koda fue que él aprendió a
oír su propio corazón; esto lo hizo sabio. Así, cuando dormía, en sueños se encontraba con
el hijo; conversaban, bromeaban y reían. Koda despertaba en paz. El mismo sentimiento
que antes dilaceraba su corazón ahora le daba paz; entendió que era una bonita
manifestación de amor que los mantenía unidos. Como la nostalgia es una manifestación de
amor, siempre entonaba canciones alegres para su hijo”. La niña quiso saber si cada vez
que le cantaba al hijo sucedía el encuentro. El chamán aclaró: “No. En verdad, el hijo se le
apareció pocas veces en sueños. No obstante, el amor, además de atemporal, está en todo
lugar; basta que lo dejemos entrar. Al cantar, Koda sentía la presencia del hijo y esto le
daba felicidad y paz. Es más, cada vez que Koda contaba una historia, de alguna manera,
también sentía a su hijo cerca, pues había sido la piedra angular para la maravillosa
transformación ocurrida en su vida”. La chiquita agradeció y dijo que aprendería a escuchar
su corazón para saber qué canción cantar para soñar con su perrito. Emocionados, todos
aplaudieron. Enseguida, mientras conversaban comieron los refrigerios que habían llevado.
Ya era noche cuando todos partieron.
Sin duda, yo había presenciado un ceremonial mágico. Diferente de aquellos vividos en el
bosque o en lo alto de la montaña, pero igualmente poderoso por las posibilidades de
evolución que ofrecía. Cuando Canción Estrellada pasó por la terraza, le pregunté si aquella
historia había sido para mí, por causa del accidente. Él se encogió de hombros y dijo:
“Todas las historias nos sirven, basta dejar que nos enseñen”. Comenté que algo me había
tocado con aquella narración, pero no sabía precisar qué. El chamán me aconsejó: “Tal vez
tu corazón te quiere decir alguna cosa. Por tanto, sugiero quietud y soledad”.
Canción Estrellada me ayudó a ir hasta la sala y me acomodé en una confortable poltrona.
Enseguida me preguntó qué objetos llamaban más mi atención. Habían muchas cosas allí.
Mencioné las fotografías, los cuadros, los muebles, algunas reliquias sagradas que estaban
en una mesa en el centro que servía de altar. Enseguida, él apagó la luz. Como era de
noche, todo quedó oscuro. Volvió a preguntarme qué era lo que saltaba a mis ojos. De
inmediato respondí que era la llama de una pequeña vela prendida sobre una cómoda. El
chamán comentó: “La llama de la vela era una luz que hasta hace poco, ante tantas cosas,
escapaba a tu percepción. Este es el poder de la oscuridad. Agradece cuando esta llegue
para mostrarte dónde está la luz que no puedes ver”.
No satisfecho, fue más a fondo. Apagó la llama de la vela y volvió a preguntar qué saltaba a
mis ojos. De nuevo en la oscuridad, dije que por causa de una lámpara encendida, percibía
la luz que venía por detrás de las rendijas de la puerta de uno de los cuartos de la casa.
Canción Estrellada advirtió: “Existen varias puertas. Apenas la oscuridad permitió ver en
cuál de ellas hay luz. Así pasa en la vida”.
Pasé la noche sentado en la poltrona de la sala en reflexión. Mis pensamientos dieron vuelta
al mundo varias veces. A mi mundo. Entre idas y venidas, subidas y bajadas, me di cuenta
de que siempre amé escribir. Fui a trabajar como publicista para desarrollar historias
mediante los anuncios que yo creaba. En otro momento, hacía muchos años, cuando viví
una situación bastante complicada, escribía todos los días para mantener mi sanidad y
equilibrio. De manera propia, nunca había abandonado la escritura. En los últimos años mi
búsqueda por autoconocimiento me había llevado a muchos lugares del mundo. De Arizona
al Himalaya; del monasterio al desierto. En verdad, había estado en muchos lugares porque
debía entender que el mejor lugar del mundo está dentro de mí. Fue necesario vivir muchas
historias. Cada una cuenta un paso de ese camino. El camino. Necesitaba escribirlas; mi
alma quería esto.
Tomé un cuaderno que tenía en la mochila y comencé. Escribí a mano; era un manuscrito.
Escribí días y noches, parando apenas cuando me vencía el sueño. Algunas veces
adormecía encima del cuaderno. La dificultad de locomoción convirtió el acto de escribir
mucho más placentero; gracias a la dificultad entendí el pedazo que me faltaba; o mejor, la
parte que había olvidado en mí. Lo que la vida me impedía por un lado, me enriquecía por
otro. Siempre es así cuando estamos atentos. El final de las vacaciones coincidió con el
plazo para retirar el yeso. Mi pierna estaba curada, así como el alma. Habían sido las
mejores vacaciones de mi vida. Volvía a casa renovado y con un cuaderno repleto de
historias.
El día de la partida, me despedí de Canción Estrellada y le agradecí por todas las
enseñanzas. Cuando salí de su casa, vi el inseparable tambor de dos caras al lado de una
pequeña hoguera hecha en el jardín; el calor del fuego era usado para estirar el cuero del
instrumento. Fue cuando me di cuenta de que siempre había habido una pata de oso
estampada en una de las caras del tambor. Es una tradición que los chamanes pinten sus
tambores con símbolos, mandalas, tótems o animales de poder, ¿pero la pata de un oso?
¿Sería él Koda? Miré a Canción Estrellada asustado con lo que podría tratarse de una
revelación. Mis ojos querían una respuesta. El chamán apenas arqueó los labios en leve
sonrisa sin decir palabra. Percibí que en su corazón había heridas curadas por el amor; en
sus manos las cicatrices estaban borradas por el tiempo.
Un año después, los manuscritos del cuaderno se transformaron en Manuscritos, el libro.
De Rio de Janeirole envié un ejemplar de la primera edición a Canción Estrellada, con una
dedicatoria sincera: Gracias por mostrarme el valor de la oscuridad. Apenas allí pude
encontrar la luz que mi alma reflejaba, pero no podía ver. La oscuridad me enseñó a llegar a
la luz. ¿Paradoxal? ¡No! La vida, por amor y sabiduría, nos cierra muchas sendas cuando
quiere mostrarnos el camino correcto, el genuino don y un nuevo sueño...
Se necesita coraje para cambiar un corazón
El tambor de dos fases de Canción Estrellada, el chamán que tenía el don de compartir la
sabiduría ancestral de su pueblo, a través de los cuentos y de las canciones, sonaba a ritmo
acompasado mientras él entonaba una delicada canción agradeciendo al Gran Espíritu por
la oportunidad de aquel momento. Era una noche sin luna; el cielo nos abrigaba bajo un
lindo manto de estrellas. Estábamos en lo alto de la montaña, en el lugar de poder de
Canción Estrellada, un sitio al cual siempre iba cuando quería conectarse con el misterio de
la vida o ir al encuentro de sí mismo. Éramos un pequeño grupo, formado por personas de
los más diversos lugares, reunidos para un ceremonial mágico. Una hoguera nos protegía
del frío. Los buenos espíritus también presentes en el ritual nos protegían de nosotros
mismos. Al terminar aquella melodía, el chamán comentó: “Debemos agradecer siempre.
Sea por la alegría de los momentos agradables, sea por las lecciones de las horas difíciles;
solamente los tontos tienen días malos”.
Hizo una pausa y prosiguió: “Apenas los orgullosos no agradecen. Creen que, por ser
mejores, no necesitan auxilio; pues se sienten superiores, toda ayuda no pasa de obligación.
El mundo es un taller de maestros; las relaciones personales y sus dificultades son las forjas
que perfeccionan la resistencia de la espada de la existencia: el corazón”.
Como ocurría en las ceremonias celebradas por Canción Estrellada, él comenzó a contar
una historia: “En una aldea ancestral, tres jóvenes estaban por alcanzar la edad adulta. El
hechicero de la tribu determinó, como rito de pasaje, que se adentraran en lo más profundo
del bosque y fueran a la Montaña del Cielo. Solo podrían regresar tras capturar al mítico
Monstruo de Piedras, conocido como Tadan, famoso por partir en mil pedazos a todos
aquellos que lo enfrentaban. Prometió que la aldea pasaría por largos períodos de
prosperidad si tenían éxito en la misión.
Yahto, Dasan y Wakanda eran los nombres de los muchachos. Ellos eran muy amigos, pero
con personalidades distintas. Yahto poseía gran fuerza física, así como extrema agilidad;
era notable en la tribu por ser un luchador y cazador de extrema eficiencia. Dasan era el
joven más bello de la aldea. Dueño de una buena prosa, tenía un discurso articulado,
inteligente y sagaz, encantaba a las jóvenes y muchas soñaban en casarse con él; era
señalado como el futuro jefe de la tribu. Wakanda estaba ofuscado por el brillo de los otros
dos, pues había nacido cojo y por tanto, tenía dificultad de locomoción. Aunque siempre se
esforzaba, no lograba acompañar a los otros chicos en sus juegos. Sin ningún rencor, había
crecido con un temperamento quieto y observador; le gustaba leer, escribir, enseñar a los
más pequeños, tocar flauta, oír los consejos de los más viejos y, a pesar de su dificultad,
apreciaba pasear por las montañas. Nunca había emitido un reclamo sobre su condición
física; al contrario, siempre tenía una sonrisa sincera y acogedora para ofrecer. En las
conversaciones de la tribu era el menos recordado de los amigos, pero esto no le importaba.
Caminaron durante días hasta llegar a la caverna en la montaña donde habitaba Tadan.
Dasan se ofreció a entrar primero. Alegó que bastarían algunos minutos de conversación
para que el monstruo cediese ante sus argumentos y aceptara rendirse. Estaba tan seguro
que los otros no se opusieron. Dasan entró rápidamente. Como el interior de la caverna era
muy oscuro, pronto se perdió. Gritó por ayuda. Fue orientado por el propio monstruo para
llegar a él. Al ver al monstruo quedó impresionado con su horrible apariencia. Una vez
repuesto del susto, Dasan le dijo que había ido a buscarlo para acertar cuentas por sus actos.
Argumentó que era mejor rendirse sin ofrecer resistencia, pues de lo contrario Yahto lo
masacraría. No era necesario luchar y le prometió que todos en la aldea lo tratarían con
justicia. En respuesta, Tadan cuestionó el motivo por el cual debía renunciar a su libertad
para dejarse aprisionar. El joven explicó que el monstruo tendría una vida mejor en la aldea
que en el fondo de una caverna, después, claro, de pagar por los crímenes practicados.
Tadan dijo que era feliz con la vida que tenía y que, además, no había cometido ningún
delito; tan solo se protegía de aquellos que, como Dasan, llegaban a imponer su deseo o a
robarle su paz. El joven insistió en los muchos males perpetrados por el monstruo y alegó
que no era inteligente ir a la fuerza cuando podía ser conducido de buena manera. El
monstruo le recordó a Dasan que podía haberlo dejado perdido en la oscuridad de la
caverna y sin embargo lo ayudó. A cambio, él le ofrecía una absurda rendición; eso no le
parecía sensato. Decidió hacerle una propuesta para solucionar el impase. Si el joven
lograba mirarse en el espejo de la caverna sin asustarse, el monstruo iría a la aldea con él.
Dasan carcajeó y aceptó de inmediato. Estaba acostumbrado a admirarse en el espejo.
Tadan le dijo que tuviera cuidado, pues aquel era un espejo diferente; reflejaba apenas la
belleza de cada persona.
Dasan volvió a reírse y dijo que no tenía problema; agregó que aquella era la prueba más
fácil por la cual pasaría. El monstruo encendió una vela e iluminó una pared cubierta con
una fina capa de hielo que reflejó el interior de la caverna con impresionante exactitud. El
joven estaba ante el espejo y, para su espanto, nada vió. Reclamó de aquello que consideró
un defecto. No podía ver del otro lado. El monstruo le dijo a Dasan que fijara bien los ojos.
El muchacho respondió que podía ver toda la caverna reflejada, pero no lograba verse.
Tadan insistió en que prestara atención. El chico desistió, no había nada en aquel espejo. El
monstruo lamentó que Dasan no hubiera podido ver su reflejo. Le explicó que era un espejo
mágico que no mostraba lo físico, sino solo la belleza del corazón.
Incrédulo, el muchacho alegó que todas las personas, hasta los más insensibles, poseían
algo bello en el corazón. Tadan concordó, pues en todos hay belleza de corazón, pero la de
Dasan estaba escondida tras una nube densa de vanidad, que la hacía imperceptible. Le
mostró que la imagen que Dasan tenía de sí era solamente aquella formada por los elogios
del mundo; había olvidado cómo era vivir impulsado por las bellezas de su corazón. Como
los aplausos eran inexistentes en el fondo de la caverna, allí todos tenían la oportunidad de
ver la propia esencia con la debida exactitud. Cuando nos permitimos estar lejos de las
influencias externas nos aproximamos a la realidad interna y ponderó que Dasan estaba de
frente con la verdad sobre sí mismo.
El joven no se dió por vencido. Percibió que era posible ver a Tadan por entero cada vez
que el monstruo se aproximaba al espejo. Dasan alegó que eso era la prueba de que había
algo mal; al final, un terrible monstruo de piedras no podía tener un buen corazón. Tadan
respondió que él era un monstruo apenas a los ojos de aquellos que se incomodaban con la
manera como él vivía e intentaban capturarlo. En vez de convivir con él, insistían en
dominarlo. Acababan derrotados en una lucha insensata. Explicó que, aunque no lo
admitían, las personas actuaban así por miedo. Dasan tuvo que concordar. De hecho, nunca
había oído cualquier maldad practicada por el monstruo, salvo la destrucción de aquellos
que insistían en aprisionarlo. Dasan percibió que todo aquello dicho por el monstruo
contenía alguna verdad. De hecho, no era el corazón que conducía sus pasos sino los
aplausos del mundo. La vida que llevaba no reflejaba su esencia, sino la apariencia deseada
por los otros. Él no era él, sino una mera imagen que agradaba a todos. Si él no era él,
tampoco era nadie. Fue inundado por una tristeza tan intensa que, después de soltar un grito
desesperado, se partió en mil pedazos.
Al oír el grito del amigo, Yahto entró. Como todo buen cazador, era un hábil rastreador. Sin
embargo, estaba acostumbrado a seguir por los senderos de los bosques y montañas; nunca
había estado dentro de una caverna oscura. Sintió un enorme malestar y se perdió. Pidió
ayuda y fue orientado por la voz del monstruo hasta llegar al centro de la caverna. Preguntó
por Dasan. Tadan le mostró en el piso de la caverna los mil pedazos del lindo joven.
Enfurecido, Yahto juró que el monstruo pagaría caro por el mal hecho. Tadan le explicó
que no había hecho nada malo; tan solo le había dado a Dasan la oportunidad de descubrir
la verdad sobre sí mismo. No obstante, Dasan no había sido capaz de soportarlo y terminó
vencido por la tristeza. Yahto desafió al monstruo a luchar. Sería una manera de vengar al
amigo. Tadan respondió que había tenido una relación honesta y educativa con Dasan; la
venganza jamás podría suplantar la justicia. El joven insistió, así que el monstruo prometió
que después de que Yahto se viera ante el mismo espejo, lo enfrentaría. El muchacho se rió.
Dijo conocerse a sí mismo, así como conocía toda su fuerza y poder; por tanto, aceptó el
desafío.
Frente al espejo, Yahto encontró a un hombre débil y enfermo, reflejo de un corazón
escuálido. Un diálogo parecido al sostenido con Dasan se volvió a repetir. Yahto negó que
aquel espejo reflejase su imagen; Tadan le explicó que la imagen que observaba no era la
de la apariencia, sino la de la esencia. Yahto era un hombre extremamente frágil que se
ocultaba tras un físico fuerte y una personalidad dominante. Inconforme, el joven declaró
que aquello era un fraude. Dijo que estaba listo para la lucha; destruiría al monstruo de una
vez por todas. Sin embargo, en el fondo el corazón del joven guerrero conocía las verdades
reflejadas por aquel espejo. Era posible engañar a todos por mucho tiempo, pero también
sabía que un día podría acabar encontrándose consigo mismo y cuando esto sucediera, no
podría huir de la verdad. Temía ese momento y sofocaba la idea de que ocurriera. Empero,
somos muchos en uno solo. Mientras una parte de sí la negaba, la otra la reconocía. Tarde o
temprano la verdad disipa la niebla de la ilusión. Por mayor que fuera su habilidad en la
lucha y su enorme fuerza física, el poder de un guerrero está en el corazón.
La mentira que siempre se había contado lo había sustentado hasta entonces, pero aquel era
el espejo del corazón; en él podía ver la verdad. En lo más íntimo conocía sus debilidades,
así como los subterfugios utilizados para engañarse y no enfrentarlos. Fue tomado por un
enorme miedo que no desconocía, pero esa vez era diferente. No era el miedo ante un
oponente externo, sino ante un adversario interno. Desde pequeño, por instinto, para no
revelarle al mundo el miedo que sentía, había usado la agresividad como disfraz para
llenarse del coraje que nunca tuvo.
Ahora era diferente. El adversario no estaba fuera, sino dentro de él. ¿Cómo usar el arma
que siempre había utilizado, la violencia, para derrotar a sí mismo? La enorme variedad de
golpes y tácticas de lucha aprendidas no le servían. La violencia no substituye el coraje.
Yahto era un adversario con el cual Yahto no sabía lidiar.
Para enfrentar ese improbable antagonista, Yahto tenía que aceptar sus debilidades, cambiar
su postura, la manera de ser y vivir. Solo así se haría fuerte. El problema era que la tribu
descubriera al hombre que había tras el papel que había creado para ser admirado por todos.
Él era muy diferente y sentía vergüenza de revelarse sin el personaje de guerrero
invencible.
Todos nos hacemos fuertes cuando dejamos de ser un cazador del mundo para ser
jardineros de la vida, comentó Tadan acostumbrado con las ideas y sentimientos que
envolvían a las personas en aquellos momentos. Yahto dijo sentirse humillado, pues los
poetas narraban historias de guerreros, nunca hablaban sobre jardineros. Tadan ponderó el
poder de la humildad para disolver cualquier resquicio de humillación; explicó que apenas
el orgullo oferece tal dolor. De nada valió. La vergüenza escaló tonos dentro del muchacho.
El monstruo se compadeció de él. El escudo usado durante toda una existencia, el orgullo,
continuaba presente con el pretexto de proteger a Yahto. Sin embargo, el orgullo no es
capaz de conducirnos a la victoria en el buen combate, la lucha que cada uno libra dentro de
sí para iluminarse. El orgullo es un coraje de superficie. En el buen combate el orgullo no
pasa de un escudo de papel, explicó Tadan.
Desorientado, el joven permitió que el miedo asumiera el control emocional y sofocara su
corazón. Cuando esto sucede, la realidad proyectada se vuelve un enemigo asustador que
termina derrotando a quien insiste en negar la esencial transformación. Sin coraje para
cambiar, el joven no vio ninguna salida. Yahto soltó un grito de pavor y se partió en mil
pedazos.
Alarmado con el grito, Wakanda entró a la caverna. Como era cojo, había aprendido a
andar sin prisa y a prestar atención a todo a su alrededor. Esto también le permitió que los
ojos se acostumbraran a la oscuridad y a ver lo que pocos eran capaces. Percibió que la
caverna era más bonita de lo que imaginaba. Se maravilló. No tuvo dificultad para
encontrar al monstruo. Al contrario de los amigos no lo enfrentó; se comportó de manera
gentil y respetuosa. Para devolver la delicadeza, el monstruo le dijo que se mantendría de
espalda, sin dejar ver su rostro para que el chico no se asustara. Cuestionado por Wakanda
sobre los hechos ocurridos, Tadan le contó, sin ningún trazo de hostilidad, todo lo que había
pasado allí. Gracias a la manera cariñosa como fue tratado, se dejaría conducir hasta la
aldea si éste era el deseo de Wakanda.
El joven confesó que, en verdad, nunca vio sentido al deseo de la tribu en subyugar a
Tadan. A sus ojos, él no era un monstruo, sino apenas alguien que vivía como le gustaba,
sin perjudicar a nadie. Entendía que tenía ese derecho. Sin embargo, de una manera que no
sabía explicar, esa manera le incomodaba a todos. Entonces, lo perseguían desde siempre.
Tadan le explicó al muchacho que las personas, cuando portan una conciencia salvaje,
desean todo aquello que admiran, así sea de modo inconsciente. Cuando se trata de un bien
material, lo compran o sustraen. Cuando se trata de un bien abstracto, como por ejemplo la
personalidad de una persona libre, repudian la verdad que incomoda: todo aquello que yo
podría ser si me esforzara en buscarlo. Intentan aniquilarlo por la incomodidad que causa.
Sin embargo, es imposible matar aquello que, por definición, no muere. Se puede poner fin
a un individuo, jamás a las ideas o a la verdad que él representa. En esa lucha oscura,
terminan consumiéndose y destruyen las propias vidas.
Al final, repitió que estaba a disposición de Wakanda. El joven volvió a negarse a llevar a
Tadan a la aldea, pues desde su perspectiva, no había practicado ningún mal. Wakanda
había aprendido la necesidad de vivir en sintonía con el propio corazón. Entendía que el
hecho de los amigos haberse partido en mil pedazos, aunque fuese muy triste, era de su
entera responsabilidad y hacía parte del aprendizaje pertinente a ellos.
Esta última frase traducía la madurez de una existencia. Eran palabras mágicas.
De espalda, Tadan sonrió satisfecho, pero nada comentó; faltaba la última prueba, así que le
preguntó al joven si le gustaría tener un duelo, pues así podría salir victorioso y más
admirado que los amigos. Su regreso a la aldea sería triunfal y se volvería un héroe,
ponderó. Wakanda dijo que la única victoria existente es aquella que hace noble el corazón
y ésta no hace a nadie superior, tan solo permite una ligereza inexplicable, que ya había
sentido algunas veces y que algún día entendería.
En vez de un duelo, lo que deseaba en realidad, era invitar a Tadan a danzar.
En ese instante, Tadan se volteó para permitir que Wakanda viera su rostro. Para enorme
sorpresa del chico, en frente suyo no estaba un monstruo, sino una linda mujer.
Sorprendido, el joven le dijo a Tadan que no usara ningún truco, pues apreciaba la
honestidad en las relaciones. La mujer dijo que los ojos con los que cada persona se ve a sí
misma son los mismos con que se muestra el mundo. Ella era un monstruo para Dasan y
Yahto; el amor le permitía a Wakanda encontrar en ella la belleza que había en todos.
Wakanda preguntó quién realmente era Tadan, a lo que ella respondió: Soy el corazón del
mundo.
Ellos danzaron la más bella canción del universo.
Al final, el joven quiso saber cuál era el motivo para ella partir a las personas en mil
pedazos. Tadan explicó: Ellas ya llegan a mí partidas en mil pedazos, solo que aun no lo
saben o no lo admiten. Yo les muestro quiénes son; entonces, el corazón emerge, lo que no
es malo. Es el inicio de la cura.
El chico quiso saber si ella podía ayudar a rescatar a los amigos. Quería juntar los mil
pedazos esparcidos de cada uno de ellos. Tadan explicó: Al contrario de lo que muchos
creen, esa es la razón de mi existencia: juntar las partes en vez de esparcirlas. El amalgama
de cualquier corazón es el amor. En pedazos nadie existe. Sin embargo, no basta unir las
partes quebradas, es necesario enseñarle al corazón a latir diferente para que no vuelva a
desmoronarse cada vez que se depare con el corazón del mundo. Hizo una pausa y
concluyó: Es indispensable renunciar a los deseos de algunas cosas y salir en busca de otras
muy diferentes. Es necesario coraje para cambiar el propio corazón.
Wakanda cuestionó qué cosas eran esas. Tadan profundizó con simplicidad: Todos buscan
aquello que plenifica; ansían felicidad, amor, libertad, paz y dignidad, mas no saben dónde
procurar. Se vuelven cazadores del mundo por creer que allí está el poder. En el mundo
toda victoria es mera apariencia; en el deseo de poseer y dominar acaban esclavizados por
la relación de dependencia que surge de ese engaño. Infringen dolor a los otros y acaban
sufriendo también. Una batalla vacía, absurda y sin gloria. Quedan a los pedazos.
Todo comienza a cambiar cuando alteran el objeto de la búsqueda. Wakanda interrumpió
para saber si deberíamos despreciar las cosas del mundo. Tadan aclaró: No. Vivimos en el
mundo y necesitamos de él. Eres el viajero, el mundo es el mapa, la luz es el destino. En el
corazón está el camino.
El muchacho quiso saber la razón de la ligereza que sentía cada vez que practicaba un acto
que alegraba su corazón. Aunque nunca lo hubiera mencionado, a pesar de ser cojo, tenía la
nítida sensación de que se movía con extrema facilidad en los momentos en que actuaba
así. Tadan volvió a sonreír y le pidió a Wakanda que se parara enfrente al espejo. El joven
reflejaba su imagen con maravillosa exactitud. Enseguida, sin decir palabra, se colocó atrás
del chico, fundiéndose con él en una única criatura. Esta es la razón, reveló la bella mujer.
En ese instante, la imagen de Wakanda se modificó. El cuerpo que antes era de Tadan se
transformó en dos enormes alas. Ahora, ellas le pertenecían a Wakanda”.
Canción Estrellada miró al grupo que lo escuchaba con enorme interés y comentó: “Así
sucede con todos aquellos que unen el propio corazón al corazón del mundo”.
El silencio imperó por un largo tiempo. Había muchas ideas a ser colocadas para la debida
transformación en aquellos que hicieran buen uso de ellas. Eso es lo que sucede en un
ceremonial mágico; un mero ritual para algunos, un portal evolutivo que se abre para otros.
Una joven londinense, muy sagaz, comentó que faltaba un final para aquella historia. Era
preciso saber qué había sucedido con Dasan y Yahto, así como con Wakanda después de
que regresaron a la tribu. Canción Estrellada arqueó los labios en suave sonrisa como si ya
esperase por esa reacción y concluyó: “Mira a tu alrededor, el mundo rebosa en respuesta y
no se cansa de contar y recontar todos los días esa misma historia”. Hizo una pausa para
finalizar: “Cada uno de nosotros es, en parte, Dasan; en parte, Yahto; y también tiene un
poco de Wakanda. Para descubrir el final de la historia basta tener el coraje de cambiar el
propio corazón”.
DESPERTAR

“Si ya has despertado y ves como duermen los demás a tu alrededor, entonces camina en
puntillas, respeta su sueño y descubre la perfección de sus propios tiempos, así como fueron
perfectos los tuyos. Cuando ellos abran sus ojos, el fulgor de tu brillo los ayudará a
despertar sin necesidad de que hagas nada.
Si aún duermes, relájate y disfruta tu sueño… estás siendo arrullado y cuidado.
Despertar no es un acto de magia, aunque llena de magia tu vida.
Despertar no tiene nada que ver con tu mundo externo, aunque todo lo que te rodea parece
tener un nuevo brillo. Despertar no
cambia tu vida, si bien sientes que todo ha cambiado.
Despertar no borra tu pasado, pero al mirar atrás lo percibes como la historia de alguien
muy querido que aprendió muchas cosas, pero sientes que ese alguien ya no eres tu.

Despertar no despierta a tus seres queridos, pero ellos se ven más divinos ante tus ojos.
Despertar no sana todas tus heridas, pero ellas dejan de gobernarte.
Despertar no soluciona tu situación financiera, pero te sientes millonario. Despertar no te
hace más popular, pero ya no vuelves a sentirte solo.

Despertar no te embellece ante los ojos de los demás, pero te hace perfecto ante tu propia
mirada. Despertar no te da más poder, pero descubres el poder que tienes.

Despertar puede que no disuelva los barrotes de tus cárceles, pero te da la libertad de ser tu
mismo. Despertar no cambiará el mundo, te cambiará a tí. Despertar no quita
responsabilidad, muy por el contrario te da conciencia de las consecuencias de tus actos y
elecciones.
Despertar no te hace tener siempre la razón, más bien ya no sientes deseos de tenerla.
Despertar no trae caudales de amor a tu vida, descubres que ese caudal habita en ti.

Despertar tiene poco que ver con lo que imaginas y tiene todo que ver con el Amor.
Despertar es amarte a ti mismo, con tus límites y con tus experiencias, es amar al otro como
parte de tu ser y es amar a la existencia. Sí, amar esta bella vida tan sorprendente y variada
en todos sus matices. Permítete disfrutar de la experiencia de ser el maravillosos Ser que ya
eres. Tu vida es un acto sagrado, pues es la creación del Dios que hay en ti, que eres tu.”
Lo siguiente es una práctica para alcanzar a ser un ser humano o una deidad en el cielo
intermedio en la vida venidera, sin embargo, es un punto de cimiento básico donde
debemos situarnos para cultivarnos, vamos un juntos a ponerlo en práctica concretamente.
Gracias. Éxito!

💪❤️‍♀️

《No permitas que tu temperamento destruya tu vida!》

La vida no es para enojarse.

Una persona que sabe controlar su temperamento, seguramente es una persona


bienaventurada.

Entre más grande sea el temperamento de una persona, su bienaventuranza será menor. Si
es quisquilloso con todo, se queja de todo, no le cae bien nadie, y nunca reflexiona sobre sí
mismo, es muy difícil que obtenga la felicidad.

No permitas que tu temperament destruya tu vida

Una persona que sabe controlar su temperamento, únicamente traerá molestias a los demás
en todo asunto y lugar.

El mal temperamento es el demonio del corazón, si no lo controlas, ella te devorará.

Cada persona posee su propio temperamento y naturaleza, sin embargo, esto no significa
que puedas enojarte deliberadamente, además, el buen o mal temperamento no solo influye
en tu calidad de vida, más aún, influye en lo buena o mala que sea tu suerte/destino.
Debemos comprender que los seres humanos vinimos para ser felices en la vida, mas no
para enojarnos y preocuparnos. Las personas ignorante se enojan, las personas inteligentes
comprenden que en vez de enojarse, es mejor luchar.

Hay una dicho que dice: “El buen temperamento es como un día soleado emitiendo luz en
todas partes, permitiéndote llevar la luz”.

La mayor bienaventuranza en la vida no es más que poseer un buen temperamento.

No permitas que el temperamento obstaculice tu bienaventuranza, porque, toda tu


bienaventuranza está escondida dentro del temperamento.
La familia feliz no se aleja del buen temperamento.

Para una familia, el temperamento de cada uno influye en las emociones de los demás
familiares. El mal temperamento es un perjuicio colectivo para la familia, daña
grandemente la armonía y belleza de la familia.

El mal temperamento es como un virus, si en la familia hay un integrante con emociones


negativas, lo contagiará rápidamente a toda la familia.

Sin embargo, el poder llegar a ser familia en este mundo es una afinidad, por lo que, el trato
suave y amable es mucho mejor que el trato con un mal temperamento.

No hieras a tus familiares arbitrariamente con tu mal temperamento, porque, con frecuencia
es a los que más amamos y los más cercanos a nosotros a quienes podemos herir más
profundamente. El hogar no hace referencia a una casa, sino que es la suma del amor. En tu
temperamento se esconde el fengshui (energía) del hogar; únicamente tratándolo con un
buen temperamento, regándolo con amor, un hogar puede ser cada vez mejor.

Se dice que “Si la familia es armoniosa, todo los asuntos prosperan”. En esta vida, no
permitas que el mal temperamento destruya tu bienaventuranza.

Espero que todos podamos controlar bien nuestro temperamento, y tratar a la familia suave
y amablemente.

Buen temperamento, buena vida.

El buen temperamento es una riqueza muy importante en la vida.

El tipo de temperamento es el tipo de cualidad moral, el tipo de temperamento influye en tu


vida.

En ningún momento podemos permitirnos ser los esclavos de nuestras emociones, y más
bien, de forma contraria, deberíamos controlar nuestras emociones.

Todos tenemos nuestros temperamentos cuando nos encontrarnos con asuntos


desfavorables en la vida, sin embargo, enojarnos no va a solucionar el problema, y no sólo
amarga a otros, sino que también nos amargamos a nosotros mismos.

Ajustar positivamente nuestra actitud es la riqueza más grande de la vida. Si nuestra actitud
es positiva, nuestras relaciones interpersonales serán positivas, porque sabemos ser
tolerantes. Si nuestra actitud es positiva, todos los asuntos serán exitosos porque no somos
quisquillosos con pequeños detalles. Si nuestra actitud es positiva, la vida será alegre
porque sabemos dejar (desapegarnos).

No permitas que tu temperamento sea igual de grande que tus capacidades. Las personas
con más capacidades poseen menos (mal) temperamento. Las personas con actitudes
positivas, en todo lugar complementan armoniosa y perfectamente. La (calidad de) vida es
dada por sí mismo, y la actitud es decidida por uno mismo. El tipo de temperamento que
poseas, te guiará a la vida que tendrás.
Los 6 pilares del Ho’oponopono🌻

Estos son los fundamentos en los que basa el Dr. Len el proceso Ho’oponopono, es la base
de la técnica y es real requieres hacer conciente estos preseptos...

“Yo opero en mi vida y mis relaciones de acuerdo con los siguientes principios:

1)    El universo físico es una realización de mis pensamientos.

2)    Si mis pensamientos son cancerígenos, ellos crean una realidad física cancerosa.

3)    Si mis pensamientos son perfectos, ellos crean una realidad física desbordando
AMOR.

4)    Yo soy 100% responsable de crear mi universo físico tal como es.

5)    Yo soy 100% responsable de corregir los pensamientos cancerígenos que crean una
realidad de enfermedad.

6)    Nada existe allí fuera. Todo existe como pensamientos en mi mente”.

Afirmación de todos los dias:

"La Sabiduría de Dios y sus Angeles siempre siempre me brindan inspiración". Memorisala
y dila todos los dias. Es un mantra
Cambios

Nadie cambia cuando no es su momento… cuando no lo desea de corazón… cuando aún no


siente la necesidad de hacerlo.

Cambiar, crecer, madurar… Dejar hábitos dañinos, experiencias dolorosas… Dejar de ser
oruga… y convertirse en mariposa… Es un proceso personal y único.

Nadie puede hacer que cambies… hacerte crecer… hacerte madurar… si aún no es tu
tiempo.

Nadie puede hacerte ver las cosas con claridad, mostrarte el camino del amor, darte la mano
y levantarte…. si aún no lo has decidido.

Se puede inspirar a los demás… Dejar una guía… como semilla en los corazones… pero,
esa semilla crecerá cuando sea su temporada… ni antes ni después.

A veces cuesta comprender por qué aquellos que amamos deciden o hacen cosas que
consideramos pueden generarles algún dolor… algún sufrimiento y muestran oídos sordos
ante nuestras palabras y rechazan nuestros ofrecimientos de ayuda.

Es que nadie puede ser ayudado si no lo acepta.

Nadie entiende palabras que aún son ajenas para sus oídos.

El cambio es siempre una elección que tomamos para el cual un día estamos preparados.

Ese ser… esa persona a la que quieres dar la mano y el corazón..

Y que no responde…

No está lista aún…


Lo estará cuando sienta la necesidad de cambiar…

Cuando la vida amablemente le vaya abriendo los ojos…

Cuando su corazón haya madurado lo suficiente mediante la experiencia…

Esta es la sabiduría que existe en cada uno de nosotros…en la que podemos confiar… la
que aprendemos a respetar…

La que a su momento … poco a poco… hará nacer a la mariposa.

“…Cambio cuando es mi momento…los demás cambian cuando es el suyo..todos guiados


por la sabiduría del alma.

Feliz día
12 MANERAS PARA QUERERSE A UNO MISMO:

He descubierto que sólo hay una cosa que cura todos los problemas, y es: quererse a uno
mismo. Cuando la gente comienza a amarse a sí misma, cada día más, sus vidas mejoran de
una manera increíble. Se sienten mejor. Consiguen los trabajos que desean. Tienen el
dinero que necesitan. Sus relaciones positivas mejoran, o las negativas se disuelven y
comienzan otras nuevas.

Amarse a uno mismo es una aventura maravillosa, es como aprender a volar. Imagínate que
todos tuviéramos el poder de volar a nuestro antojo… ¡Qué emocionante sería!
Comencemos a amarnos a nosotros mismos ahora.

12 consejos para aprender a amarse a uno mismo:

Deja la crítica. La crítica nunca cambia nada. Niégate a criticarte a ti mismo.

Aceptate tal y como eres. Todo el mundo cambia. Cuando te criticas a ti mismo, tus
cambios son negativos. Cuando te aprueba a tí mismo, los cambios son positivos.

Perdonate a ti mismo. Deja que el pasado se vaya. Lo hiciste lo mejor que pudiste en el
momento en el entendimiento, con la conciencia y el conocimiento que tenías . Ahora estás
creciendo y cambiando, y vivirás la vida de manera diferente.

No te asustes. Deje de aterrorizarte a ti mismo con tus pensamientos. Es una manera terrible
de vivir. Busca una imagen mental que te da placer, y cambia inmediatamente tu
pensamiento aterrador por un pensamiento placentero.

Se amable, gentil y paciente. Se amable contigo mismo. Sé gentil contigo mismo, Se


paciente contigo mismo a medida que aprendes las nuevas formas de pensar. Date un
capricho como lo harías con alguien que realmente amas.
Se amable con tu mente. Odiarte a tí mismo sólo es odiar a tus propios pensamientos. No te
odies a ti mismo por tener los pensamientos. Sólo cambialos suave y progresivamente.

Felicítate. La crítica rompe el espíritu. La felicitación anima a seguir. Felicítate tanto como
sea posible. Di lo bien que lo estás haciendo con cada pequeña cosa.

Mantente. Encuentra maneras de apoyarte. Se fuerte para pedir ayuda cuando la necesites.
Permite a tus amigos que te ayuden.

Se cariñoso con tus patrones negativos. Reconoce que los has creado para satisfacer una
necesidad. Ahora estás encontrando formas nuevas y positivas para satisfacer esas
necesidades. Así que amorosamente libera los viejos patrones negativos.

Cuida tu cuerpo. Aprende sobre nutrición. ¿Qué tipo de combustible necesita tu cuerpo para
tener energía y vitalidad óptimas? Aprende sobre el ejercicio. ¿Qué tipo de ejercicio le
gusta a tu cuerpo? Aprecia y reverencia el templo en el que vivimos.

Haz un trabajo de espejo. Mírate a los ojos con frecuencia en el espejo. Expresa en voz alta
este creciente sentimiento de amor que sientes por ti mismo. Perdónate mientras te miras en
el espejo. Habla con tus padres mientras te miras en el espejo. Perdónalos, también. Al
menos una vez al día, por ejemplo, ” Te quiero, te quiero de verdad!”

Quiérete… Hazlo ahora. No esperes hasta que estés bien, o pierdas peso, o consegas un
nuevo trabajo, o encuentres una nueva relación. Comienza ahora y hazlo lo mejor que
puedas.

Diviértete. Acuérdate de las cosas que te hacían feliz de niño. Incorporarlos a tu vida ahora.
Encuentra una manera de divertirte con todo lo que haces . Déjate expresar la alegría de
vivir. Sonríe. Ríe. Alégrate, ¡y el universo se alegrará contigo!
5 CÁTEDRAS

DE GESTIÓN

ESTRATÉGICA

1ª cátedra:?

Un cuervo

está sentado

en la cima de un árbol

el día entero

sin hacer Nada.

Un pequeño conejo

ve al cuervo

y le pregunta:

- ¿Puedo sentarme

como Tú

y No hacer Nada

Todo el día?

El cuervo responde:
- Claro, ¿por qué no?

El conejo se sienta

en el suelo

debajo del árbol

y se relaja.

De pronto

una zorra aparece y

se come al conejo.

Conclusión:

Para estar sentado

sin hacer Nada,

Usted debe estar

en la cima.

2ª cátedra:
En África

Todas las mañanas

el antílope despierta

sabiendo que

debe llegar a correr

más rápido que el león

si quiere seguir Vivo.

Todas las mañanas

el león despierta

sabiendo que

debe correr

más que el antílope

si no quiere

morir de hambre.

Conclusión:

No hace diferencia

si Eres antílope o león;

cuando el sol salga,

tienes que empezar a

correr para sobrevivir.


3ª cátedra:

Dos funcionarios

y el gerente

de una empresa

salen a almorzar

y, en la calle,

encuentran

una antigua lámpara

mágica.

Ellos

frotan la lámpara

y de dentro de ella

sale un genio.

El genio les dice:

- Yo sólo puedo

conceder tres deseos,

así que daré uno a

cada uno de ustedes


- ¡Yo primero,

Yo primero!,

grita uno de

los funcionarios

Yo quiero

estar en las Bahamas

dirigiendo un barco,

sin tener ninguna

preocupación

en la vida...

¡Puff!, y se fue...

El otro funcionario

se apresura a hacer

su solicitud:

- ¡Yo quiero

estar en Hawai, con

el amor de mi vida y

tomar interminables
piñas coladas!

¡Puff!, y se fue...

Ahora Usted,

dice el genio

al gerente

- Yo quiero

a esos dos tontos

de vuelta a la oficina

después del almuerzo

para una reunión.

Conclusión:

Deja Siempre

que tu jefe

hable primero.

4ª cátedra: Un cura

va conduciendo

por una carretera


cuando ve

a una monja

de pie en la orilla.

Él para el auto y

ofrece

llevarla,

lo que la monja acepta

. Ella entra en el coche

y cruza las piernas

mostrando su belleza.

El cura se descontrola

y casi choca

con otro auto.

Después de lograr

controlar el coche

y evitar un accidente,

no se resiste y

pone la mano en

la pierna de la monja

La monja lo mira

y dice:
- Padre,

recuerde el salmo 129.

El Padre se perturba:

- Disculpe, hermana,

la carne es débil...

y saca la mano de

la pierna de la monja.

Llegando a su destino

la monja agradece y,

con una sonrisa

enigmática,

baja del auto

y entra al convento. Llegando a la iglesia,

el cura corre

hacia las Escrituras

para leer el Salmo 129,

que dice:

"Adelante, persiste,
más arriba

encontrarás

la Gloria del Paraíso"

Conclusión: Si Usted

No está bien informado

sobre su trabajo,

puede perder

Excelentes

Oportunidades

5ª cátedra:

Un granjero

resuelve juntar

algunas frutas

en su propiedad.

Toma un cesto vacío y

sigue rumbo a

los árboles

frutales.

En el camino,

al pasar
por una laguna,

escucha

voces femeninas y cree

que probablemente

algunas mujeres

invadieron

sus tierras.

Al acercarse lentamente,

encuentra

bellas chicas desnudas

bañándose

en la laguna.

Cuando se dan cuenta

de su

presencia,

nadan hasta la parte

más profunda

de la laguna

y gritan:

- ¡Nosotras no vamos a salir de aquí

mientras Usted

No deje de espiarnos

y se ¡vaya!
El granjero responde:

- Yo no vine aquí

para espiarlas a ustedes

Yo sólo vine para

¡alimentar

a los cocodrilos!

Conclusión:

La Creatividad es

lo que hace

la diferencia

a la hora de alcanzar

nuestros objetivos

más rápido.

Por lo tanto:

Antes de hablar,

Escucha...
Antes de escribir,

Piensa...

Antes de gastar,

Gana...

Antes de juzgar,

Espera...

Antes de renunciar,

Intenta...

En el Mundo

Siempre habrá

personas que

te van a Amar por lo que Eres,

y otras que

te van

a odiar por la misma razón. Si haces un favor

Nunca lo recuerdes;

si recibes uno, Nunca lo olvides


"una buena reflexión de la vida

"El Maiz"

Un agricultor tenia el mejor cultivo de maíz.

Cada año llevaba su maíz a la feria del estado donde le galardonaban.

Un año un periodista lo entrevistó y se enteró de algo interesante acerca de como cultivaba


su maíz.

El reportero descubrió que el agricultor compartía su semilla de maíz con sus vecinos.

¿Cómo puede compartir sus mejores semillas con sus vecinos cuando están entrando en
competencia?

«¿Por qué lo hace señor?» Preguntó el reportero.

El granjero respondió:

«Porque el viento recoge el polen del maíz maduro y lo mezcla de campo en campo.»Si mis
vecinos cultivan maíz inferior, la polinización cruzada degradará de manera constante la
calidad de mi maíz.

«Si quiero cultivar buen maíz debo ayudar a mis vecinos a cultivar maíz bueno también.»

Así es con nuestras vidas…

Los que quieren vivir de manera significativa deben ayudar a enriquecer las vidas de los
demás, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca.

Y aquellos que eligen ser felices ayudan a otros a encontrar la felicidad, porque el bienestar
de cada uno está ligado al bienestar de todos…

Llámalo poder de la colectividad…

Llámalo un principio de éxito.

Dí que es una ley de vida…

¡¡El hecho es que ninguno de nosotros realmente gana hasta que todos ganamos!!

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