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Ej. 1.8: Así, suele ocurrir que en los regímenes autoritarios los
delitos contra la seguridad del Estado, además de ser penados
con mayor rigor, ocupan un lugar preeminente ya en al propia
estructura de los textos legales -tal y como ocurría con el Código
Penal-1973 en relación con el Código Penal vigente-.
Las concepciones económicas. Muy relacionadas con las de carácter político,
las concepciones en torno a cuáles deban ser las políticas económicas en un
determinado momento y sociedad han tenido gran influencia en el devenir del
DP.
A) Teoría de la pena
La pena es retribución, ha de ajustarse a la gravedad del delito cometido. Con
ello se reafirma el ordenamiento jurídico.
La principal consecuencia en la determinación de la pena aplicable es que su
gravedad no deberá superar la gravedad material de lo injusto de la conducta y
del reproche que merezca el autor, en definitiva, la gravedad de lo injusto
culpable.
El principio de retribución se convierte en garantía de la proporcionalidad de la
pena al delito cometido: "no hay pena sin culpabilidad y la medida de la pena no
puede superar la medida de la culpabilidad".
La pena no solo ha de ser acorde a la gravedad del delito sino, como principal
instrumento del DP, necesaria para el mantenimiento del orden social.
Además, como hemos afirmado que la diferencia entre ambas clases de ilícito
no es material sino cuantitativa, de gravedad, se deberán aplicar al Derecho
administrativo sancionador todos los principios que rigen en Derecho penal,
tales como el principio de legalidad, el de irretroactividad de las infracciones y
sanciones administrativas, el de proporcionalidad, y el principio ne bis in idem.
El principio ne bis in idem se reconoce como un derecho fundamental a pesar
de no estar recogido expresamente en la Constitución Española.
Para la aplicación del principio ne bis in idem el Tribunal Constitucional ha
establecido unos requisitos. Solo existe bis in idem prohibido cuando se castiga el
mismo hecho, referido al mismo sujeto y el castigo tiene idéntico fundamento
(exigencia de triple identidad). No concurre la identidad de fundamento, según el
Tribunal Constitucional, cuando cada una de las sanciones obedece a una
perspectiva de defensa social distinta, a la protección de un interés jurídico
distinto o de distinto bien jurídico.
Ej. 2.8: Hoy en día el delito de robo con fuerza en las cosas (art.
238 CP) se define en el Código penal como : “Son reos del delito
de robo con fuerza en las cosas los que ejecuten el hecho
cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes: …Uso
de llaves falsas…” . Y el art. 239 CP) aclara: “Se considerarán
llaves falsas… Las llaves legítimas perdidas por el propietario u
obtenidas por un medio que constituya infracción penal… A los
efectos del presente artículo, se consideran llaves las tarjetas,
magnéticas o perforadas, los mandos o instrumentos de apertura
a distancia y cualquier otro instrumento tecnológico de eficacia
similar”.
Pero hubo un tiempo en que esta referencia a las tarjetas
magnéticas y los mandos a distancia no estaba expresamente
prevista en la ley. En aquel tiempo en el que el precepto penal
solo hacía referencia a las llaves perdidas o hurtadas, la
aplicación del precepto que hicieron los tribunales a quien
conseguía acceder a las cosas ajenas utilizando una tarjeta
magnética o un mando a distancia que había hurtado al
propietario podía entenderse una aplicación de la ley mediante
una interpretación extensiva de la misma, pues el término llave
en un sentido literal estricto se refiere a un instrumento,
comúnmente metálico, que, introducido en una cerradura,
permite activar el mecanismo que la abre y la cierra, pero sin
duda en una acepción más amplia, que era la querida por la ley,
podía incluir cualquier instrumento diseñado para abrir una
puerta, aunque no se tenga que introducir necesariamente en
una cerradura.
Así entendida, no es contraria al principio de legalidad.
Por el contrario, la analogía consistiría en aplicar una norma a un supuesto que
no está recogido ni en la ley ni en el espíritu de la misma pero que es semejante
a los sí comprendidos en ella.
Ej. 2.9: el delito de genocidio (art. 607 CP) castiga a quienes
realizan determinados actos, “con el propósito de destruir total o
parcialmente un grupo nacional, étnico, racial, religioso o
determinado por la discapacidad de sus integrantes”. Un juez
decide aplicar el delito de genocidio a quien realiza tales actos
con la intención de destruir a un grupo político, que no está
recogido entre los grupos que enumera el precepto, ni tampoco
estaba comprendido en la voluntad del legislador, que
intencionadamente los dejó fuera, porque, en opinión del juez,
las mismas razones que llevan a considerar genocidio el intento
de exterminio de un grupo político. En tal caso el juez estaría
haciendo una aplicación analógica del precepto en contra del
reo.
La analogía desfavorable está prohibida por contravenir el principio de
legalidad. No es lícita la aplicación de figuras delictivas, estados peligrosos, penas
o medidas de seguridad por analogía.
B) Casos problemáticos
La irretroactividad de las leyes penales desfavorables plantea problemas en
algunos supuestos:
A) Fundamento
Este principio se basa en razones de justicia y coherencia con el ordenamiento
jurídico. Si las valoraciones jurídicas han cambiado no tiene sentido seguir
aplicando la ley antigua desfavorable que responde a unas valoraciones
superadas.
B) Ámbito de aplicación
Nuestro CP establece la retroactividad de las leyes penales favorables de
manera generosa, pues tal aplicación retroactiva no solo es posible cuando la ley
cambia después de cometer el hecho y antes de que se dicte sentencia, sino
incluso aunque al entrar en vigor la nueva ley hubiera recaído sentencia firme y
el sujeto estuviese cumpliendo condena. En tal caso hay que revisar la condena.
Pero además, si una sentencia ya se ha cumplido, aún la nueva ley tiene cierto
efecto retroactivo, pues en aquellos casos en que viene a despenalizar una
conducta, los antecedentes por el delito ahora despenalizado no se tendrán en
cuenta para la apreciación de la agravante de reincidencia.
a. que los hechos estén previstos en las leyes penales españolas como delito.
b. que los criminalmente responsables fueren españoles o extranjeros que
hubieren adquirido la nacionalidad española con posterioridad a la comisión del
hecho.
c. que el hecho sea punible en el lugar de ejecución -principio de doble
incriminación-, salvo que, en virtud de algún Tratado, no resulte necesario dicho
requisito.
d. que el agraviado o el Ministerio Fiscal denuncien o interpongan querella ante los
tribunales españoles.
e. que el delincuente no haya sido absuelto, indultado o penado en el extranjero, o,
en este último caso, no hay cumplido condena. Si solo la hubiere cumplido en
parte, se le tendrá en cuenta para rebajarle proporcionalmente la que le
corresponda.
B) Regulación española
En nuestro ordenamiento jurídico, aunque no se recoge con carácter general
para la comisión de cualquier delito contra un español, este principio sí se ha
introducido por la Ley Orgánica 1/2014 en la regulación del art. 23.4 LOPJ para
determinados delitos, aunque limitado por ulteriores exigencias.
Delitos a los que se extiende. Aquellos que sean susceptibles de tipificar según
la ley española como:
Delitos de tortura y contra la integridad moral de los arts. 174 a 177 CP.
Delitos de desaparición forzada incluidos en la Convención internacional para la
protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas (Nueva York
2006).
Terrorismo
Delitos regulados en el Convenio del Consejo de Europa de 2011 sobre
prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia
doméstica.
Delitos contra la libertad e indemnidad sexual de menores.
Delitos de falsificación de productos médicos y contra la salud pública.
Requisitos legales.
2.1. La extradición
Es una forma de cooperación internacional consistente en la entrega de un
delincuente por parte del Estado en cuyo territorio se ha refugiado a aquel que
lo reclama para juzgarle o para ejecutar la pena o la medida de seguridad
impuesta.
Se regula en tratados internacionales y en las leyes internas.
Llamamos Estado requirente al que solicita la entrega del delincuente y Estado
requerido a aquel que lo tiene y se pretende que lo entregue.
Extradición activa es la solicitud de entrega que hace el Estado requirente y
extradición pasiva es la entrega del delincuente que hace el Estado requerido.
Según los órganos que intervengan la denominamos:
Motivos de denegación:
2.2. El asilo
El asilo es la protección que se otorga por un Estado a una persona que se
refugia en su territorio, consistente en su no devolución, expulsión o extradición,
y está reconocido como Derecho Humano en el art. 14 de la Declaración
Universal para las personas perseguidas en otro Estado, que no sean acusadas de
delitos comunes o contrarios a los fines de Naciones Unidas.
No exige que el solicitante haya alcanzado el territorio español, pudiendo
solicitarse cuando todavía se encuentra en el extranjero, bien en una embajada
española o bien a través de un representante en España.
Se otorga a quienes se les reconoce la condición de refugiado. Ésta se regula
en la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados de 1951 y en el
Protocolo de Nueva York de 1967, en el ámbito europeo en diversas directivas y
a nivel nacional en la Ley 12/2009 reguladora del derecho de asilo y de la
protección subsidiaria.
El solicitante debe argumentar fundados temores de ser perseguido por
motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo u opiniones
políticas en el país de su nacionalidad, o en caso de ser apátrida, en el lugar
donde tuviera su residencia habitual.
El asilo y la protección subsidiaria se extiende además, a los padres, el cónyuge
o persona con análoga relación, e hijos, salvo los supuestos de independencia
familiar, mayoría de edad, separación o divorcio y distinta nacionalidad.
El asilo y la protección subsidiaria se deniegan a quien haya sido condenado
por delito grave o se sospeche que los ha cometido, o a quien se le considere un
peligro para la seguridad del país.
2.3. La cooperación en la UE
En el espacio judicial europeo contamos con la euro-orden como mecanismo
de auxilio jurídico internacional en materia penal.
La euro-orden es una resolución judicial dictada en un Estado miembro de la
Unión Europea con vistas a la detención y entrega por otro Estado miembro de
una persona a la que se reclama para el ejercicio de acciones penales o para la
ejecución de una pena o una medida de seguridad privativa de libertad.
Sustituye los anteriores convenios de extradición y se diferencia de la
extradición por el reconocimiento mutuo de las decisiones judiciales de otro país
de la Unión Europea.
La euro-orden puede ser emitida por cualquier juez o tribunal español que
solicite la entrega de una persona a otro Estado de la Unión Europea, y de la
misma manera procederá la autoridad judicial española cuando sea requerida por
otro Estado.
Los motivos de denegación están tasados. Además, el Estado de ejecución
puede someter la entrega a determinadas garantías.
Ej. 5.1: Miguel Ángel G.S. causa la muerte de Mario A.C. Para
determinar si es necesario imponer a Miguel Ángel algún tipo de
consecuencia jurídico penal y cuál ha de ser su naturaleza y
medida habremos de seguir el siguiente proceso: primero
tendremos que comprobar que concurre tal conducta; después
analizar si es típica, esto es, si en la misma se dan los elementos
que fundamentan lo injusto específico de alguna figura delictiva,
en este caso de las distintas formas de homicidio reguladas en
los arts. 138 y ss. CP; si es así pasaremos a analizar el carácter
antijurídico de las misma, esto es, su contrariedad al Derecho,
comprobando, entre otras cuestiones, que no concurre causa de
justificación alguna; una vez establecida la antijuridicidad de la
conducta analizaremos la culpabilidad, medida del juicio de
reproche que corresponde al sujeto por tal conducta ilícita; por
último, determinada la culpabilidad de la conducta estudiaremos
las posibles incidencias en sede de punibilidad.
3.2.Concepto de omisión
La omisión consiste en la no realización de una acción cuando se tenía
capacidad concreta para llevarla a cabo. Es decir, el sujeto, siendo capaz de
desarrollar una determinada actividad finalista, no la hace.
La nota central del concepto es la capacidad concreta de acción. Para que el
sujeto sea capaz de actuar deben concurrir los siguientes elementos:
1. El sujeto debe tener conocimiento o poder conocer la situación real en la
que se desarrolla la conducta.
A) El pensamiento
Principio cogitationis poenam nemo patitur -nadie sufre castigo por pensar-: Se
excluyen los pensamientos del ámbito de los fenómenos potencialmente
punibles.
B) La fuerza irresistible
Vis absoluta: que no deja otra opción a quien la sufre. Elimina la voluntad y la
capacidad de dirección finalista, por lo que queda excluida la responsabilidad
penal del sujeto.
Vis compulsiva: si bien queda condicionada la voluntad y limitada la capacidad
de dirección finalista, no quedan eliminadas, por lo que no se excluye la
responsabilidad penal del sujeto.
Puede provenir de un fenómeno de la naturaleza o de un tercero, en este
último caso, el sujeto sometido a la fuerza irresistible del tercero aparecería
como un instrumento sin responsabilidad penal alguna.
D) Supuestos límite
Es discutido que otros casos, como los de hipnosis y narcosis, excluyan el
primer elemento de la estructura del delito. En estos supuestos se opta más bien
por la admisión de la existencia de una conducta en sentido estricto y la
aplicación de atenuantes o eximentes en sede de culpabilidad. No excluyen por
tanto la conducta humana.
Ej. 7.2: Así ocurre en casos como los que se encuentran tras los
delitos de injurias y calumnias o las estafas, que no pueden ser
entendidos con una interpretación mecánica de las conductas
que se encuentran en su base.
Tal conclusión no solo es válida en relación con la comprensión del
comportamiento en su conjunto, sino que es necesario extenderla a sus
caracteres individuales.