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La Septuaginta Contra La Torah 2 PDF Free
La Septuaginta Contra La Torah 2 PDF Free
Según una creencia muy extendida en el judaísmo, el hebreo fue la lengua original de la humanidad
hasta la confusión de lenguas creada en la torre de Bavel ( Midrash Rabba Berresit Rabbah 18 ). Por
lo que estaba prohibido escribir la Torah en otra lengua que no fuera la lengua sagrada hebrea. Si
por algún tiempo se permitió utilizar el griego, tal como lo declara el Talmud Bavli Masejet Megilah 9ª:
Ello se debió a que, solo fue por el incidente que hubo con Talmay HaMelej (rey Ptolomeo), en la que
se le ordeno a 72 Jajamim cudart ,learsI ed olbeuP led )soibaS( תרגום השבעיםir
el Jumash (Pentateuco) a tal traducción se le conoce bajo el nombre de la Antigua LXX (Septuaginta),
Prueba de la antigüedad del sistema atestiguado por Antigua LXX puede ser también el hecho de que
esta atestiguado en la literatura rabínica, un segundo sistema para designar los libros del Jumash,
con títulos muy similares a los de la Antigua LXX:
Tal traducción no incluía las otras dos secciones del Tana”j )Biblia Judía(, esto debido a que se tenía
ya la takanah (precepto rabínico) de realizar tal traducción hacía los Nevi’im (Profetas)
y Ketuvim (Hagiógrafos), tal como lo declara uno de los descendientes de David HaMelej (Rey David),
tal como declara Rabán Shimon ben Gamliel, quien solo afirma la permisión de la
traducción del Jumash (5 Libros de Mosheh) al idioma griego, mientras corroboró la prohibición que
tal traducción se hiciera al griego sobre las secciones de Nevi’im (Profetas) y Ketuvim (Hagiógrafos).
Es por ello, que actualmente tenemos en el Tana”j )Biblia Judía( un total de 24 libros:
1. La Torah:
La primera división de las Escrituras Hebreas se llama הָרה ֹו Toráh. Esta palabra es a menudo
erróneamente traducida como "ley", pero si bien es innegable que los libros de la división de
la Toráh, contienen todas las leyes que Di-s dio al pueblo de Israel, la palabra en sí se relaciona
con הָרֹוה
ֹו hora'ah , derivado del verbo תֹהָר ְתpara enseñar, y significa que es una ‘enseñanza’.
La división de Torá de las Escrituras consiste en los cinco libros atribuidos tradicionalmente
a Mosheh )“Moíses”( y se refiere a veces como תָרה
ֹו מחיֹ ש
ְ מ תֹו ה ָ Jamishah jum'shei Torah o ‘los
ש ֹו
cinco libros de la Toráh’, y por lo tanto cada uno de los cinco libros también puede ser llamado
שָ ֹוhomesh o מ ח
un מ ח שָ ֹוJumash.
La práctica convencional del hebreo para referirse a los cinco libros de la Toráh es por medio de su
primera palabra o palabras, por ejemplo, el primer libro se abre con las palabras Berreshit bara
Elokim, “Al principio de la creación de Di-s...”, por lo que generalmente conocido como “el
libro de Bereshit”, que significa que “el libro que comienza con la palabra Berreshit. La división de los
cinco libros de la Torah son:
1. Torah:
2. Nevi’im:
3. Ketuvim:
22 דםיאתDanyel Daniel
23 עזרא- םשמיהEzra- Edras 10 280
Nejemiyah Nehemías 13 405
24 ב, דיברי הימים אDivre 1 Crónicas 29 1656
HaYamim Alef, Bet 2 Crónicas 36
Mientras que en el cristianismo tan solamente hacen referencia al Tana”j )Biblia Hebrea( en sus libros
paganos del Nuevo Testamento. En tales libros paganos hablan tan solamente del ‘Antiguo
Testamento’ un total de diez veces sobre la “Torah y los Nevi’im”:
Mati / Mateo 5:17, 7:12, 11:13, 22:40; Lucas 16:16; Yojanan 1:45; Ma'asei hashlihjim / Hechos de
los Apostatas 13:15, 24:14, 28:23, y Iggeret el haRomiyim / “Carta a los Romanos” 3:21. y una vez
( Lucas 24:44( como “la Toráh , los Nevi’im y Tehilim” )porque Tehilim es el primer libro de
losKetuvim). Esta es una clara evidencia de que los autores paganos estaban familiarizados con el
orden de secciones de los libros en hebreo del Tana”j, a pesar de que ellos no entendían lo que decía
el texto hebreo, y es por ello que mejor recurrían a la versión apócrifa de la Pseudo-Septuaginta, la
cual incluía la traducción ilegal de las otras dos secciones del Tana”j ) Nevi’im y Ketuvim) las cuales
hemos dicho, hacían falta en la versión Antigua de la LXX tal como señala la Enciclopedia Judaica:
Por eso no es de sorprenderse que los primeros Padres de la Iglesia, se propusieron hacer una
versión estándar de la LXX, debido al hecho de que hubiera tantas versiones existentes:
Orígenes se alarmó ante el estado del texto griego de la Biblia: ésta no sólo diferían
considerablemente del texto hebreo de los judíos, que él cree que es el original, pero al
parecer en una amplia gama de formas en los manuscritos actual entre los cristianos. Su
propósito en la producción de su enorme trabajo conocido como la Hexapla ("el seis
veces", completó en 245 después de la Era Vulgar) fue para reconstituir y estandarizar el
"verdadero" texto de la Septuaginta, tanto para una buena exégesis y apologética eficaz.
[La Hexapla] no llegó a ser prominente en todo el mundo cristiano, ya que, a finales del
siglo IV, San Jerónimo se refiere a la existencia de dos recensiones otros, un egipcio por
Hesiquio, y el otro hecho, en Asia Menor por Luciano. La existencia de estas tres versiones
puede darse el lujo en sí mismo una explicación suficiente de las muchas discrepancias
que aparecen en los manuscritos de la Septuaginta .
Contrario a esto, los manuscritos griegos encontrados en Qumrán, el estilo que tienen sus bases son
en los textos proto-masorético, es por ello que un 60% de manuscritos encontrados en las cuevas de
Qumrán correspondan a los textos proto masoréticos, 20% manuscritos estilo de Qumrán, 10% de
países no alineados al texto, 5% de los textos proto-samaritanos, y 5% de los textos de tipo
Septuaginta, por ejemplo, en la Cueva 7 contiene una colección de sólo textos griegos, de los cuales
2 fragmentos corresponden al paprus LXX . (Shiffman, p 212). Es evidente que, en el momento de
los jashmonaim (alrededor de 160 a. C.) - que obviamente fueron antes del surgimiento
del Mumar Yesh”u en la historia- los textos Masorético fueron los textos de la mayoría dominantes
durante la época del período hasmoneo (p172 of Reclaiming the Dead Sea Scrolls by Shiffman).
El hecho de que los cristianos hubieran tomado como propia la traducción de los LXX y se sirvieran
de ella en las controversias con los judíos, condujo a un progresivo rechazo de esta versión por parte
del sector de los mitiavnim-מתייוונים, que acabaron sustituyéndola por nuevas traducciones más fieles
al texto hebreo masorético.
Un ejemplo típico de divergencia entre el texto hebreo y el griego, citado en todas las controversias
entre judíos y cristianos, era el de Yeshayah”u / Isaías 7:14, donde LXX traduce el término
hebreo'alma, ‘doncella” )casada o desposada), por parthénos- παρθενος (virgen) es por ello que
Simaco )Σύμμαχος- סומכוס בן-ed ragul ne otircse ayah ) יוסףπαρθενος, el lugar del más apropiado
sería neanis )νεᾶνις(:
He aquí que el mismo Señor os dará una δια τουτο δωσει Kυριος αυτος υμιν σημειον ιδου
señal: He aquí una mujer joven η νεᾶνις εν γαστρι εξει και τεξεται υιον και
[neanis- νεᾶνις] concebirá aun hijo y lo καλεσεις το ονομα αυτου εμμανουηλ
denominara así mismo Emanou-el”.
Ante tal traducción, uno de los Padres de la Iglesia, muestra su indignación, Ireneo se queja de que
algunos traductores de la Biblia usan el término neanis (mujer joven) en lugar de la
expresión parthenos (la LXX y Mateo), Eusebio transcribe tal indignación en su obra
denominada 'Historia Eclesiástica' :
Eusebio, Libro V
"He aquí, pues, dice la traducción literal de los καὶ περὶ τῆς κατὰ τοὺς ἑβδομήκοντα ἑρμηνείας
Setenta y la inspiración de las Escrituras:" Dios τῶν θεοπνεύστων γραφῶν ἄκουε οἷα κατὰ λέξιν
se hizo hombre, y por lo tanto, el Señor mismo γράφει· «ὁ θεὸς οὖν ἄνθρωπος ἐγένετο καὶ
nos salvó, nos da el signo de Virgo (parthenou), αὐτὸς κύριος ἔσωσεν ἡμᾶς, δοὺς τὸ τῆς
pero no como los que dicen hoy se atreven a παρθένου σημεῖον, ἀλλ’ οὐχ ὡς ἔνιοί φασιν τῶν
interpretar la palabra de la Escritura: He aquí νῦν τολμώντων μεθερμηνεύειν τὴν γραφήν,
ʽ, la joven ( neanis) concebirá y dará a luz un «ἰδοὺ ἡ νεᾶνις ἐν γ αστρὶ ἕξει καὶ τέξεται
hijo, tal como lo hicieron Teodotion de Éfeso y υἱόν»· ὡς Θεοδοτίων ἡρμήνευσεν ὁ ᾿Εφέσιος
Aquila de Pontus, ambos judíos prosélitos, tanto καὶ ᾿Ακύλας ὁ Ποντικός, ἀμφότεροι ᾿Ιουδαῖοι
uno como el otro, después de lo cual los προσήλυτοι, οἷς κατακολουθήσαντες οἱ
ebionitas* dicen que [Yeshu] nació de Yosef." ᾿Εβιωναῖοι ἐξ ᾿Ιωσὴφ αὐτὸν γεγενῆσθαι
φάσκουσιν».
*Según los eruditos contemporáneos, los ebionitas no consideraron que Yesh”u fuera hijo de la
“virgen” ni que cumplido las profecías que los cristianos aseguraban que había cumplido.
Por otra parte, el prosélito judío, Akilas ) (רגה סתיקעdiscípulo de R. Akiva llevó a cabo hacia el 140
d.C. una versión extremadamente literal del hebreo, realizada conforme a los métodos de
interpretación rabínica. Más que de una traducción de nuevo cuño, se trata en gran medida de una
recensión o revisión sistemática de la Pseudo-LXX , que lleva a sus consecuencias últimas la tendencia
ya iniciada un siglo antes por “los predecesores de Akilas”, quienes habían realizado la llamada
recensión proto-teodociónica o kaige (cf. p. 330). El texto hebreo, del que se sirvió Akila para su
revisión de la Pseudo-LXX , era el hebreo proto-masorético.
La versión de Akilas tenía que resultar prácticamente ininteligible para quien no tuviera conocimientos
de hebreo. Reproduce el texto hebreo palabra por palabra y en el mismo orden del hebreo. Vierte al
griego detalles nimios del hebreo, como son las partículas ('et = אתsyn+acusativo), el locativo (-áh
=-de) o los elementos en los que se descompone una partícula hebrea, sin mostrar reparo alguno en
quebrantar las reglas más elementales de la gramática griega. Por ejemplo en Bet Melajim / 2 Reyes
19:25, la partícula hebrea compuesta ‘ ’תֹמ ֹורשָקque es ‘hasta desde lejos’ = ‘desde tiempos antaños’
es traducida mediante una descomposición de sus tres elementos: eis apo makrothen.
Por otra parte, Akilas sustituyó la versión de términos que habían adquirido connotaciones cristianas
por otros nuevos. Así, la versión del título Mashiaj — Khristós, ‘Mesías’, es reemplazada
por éleimmenos (ungido-ἠλειμμένος). Ello contribuyó al aprecio de esta versión entre los judíos
helenistas.
Por este tipo de anomalías, así como la violación a la Takanah de Raban Shimeon ben Gamliel, los
judíos rechazaban la traducción de la Pseudo-LXX , en la que los cristianos veían una profecía del
nacimiento virginal de Yeshu. Y como se ha dicho con anterioridad, se tienen noticias sobre la
existencia de diversas traducciones griegas ilegitimas anteriores a Orígenes, pero nada se sabe sobre
su origen y carácter.
Para la postura judía, que para nosotros los textos son sagrados, por lo que la tarea de copia de ellos
se considera de suma importancia. Un número de medidas de seguridad se toman para preservar la
exactitud por el mismo sofer (escriba). La congregación que recibe el rollo realiza la verificación de la
exactitud de la voluta. Siempre alguien tiene que comprobar el hebreo del sefer comparándolo con
un pergamino que se sabe que es kosher (es decir, sin errores). Sobre la base de los rollos bíblicos
encontrados en Qumrán, los sofrim (escribas judíos) han hecho un trabajo muy preciso a pesar que
han pasado más 2000 años. Es interesante señalar que la única diferencia entre estos y el texto
masorético son pequeños errores de ortografía, como por ejemplo en el caso de las versiones de
Isaías. También es importante señalar que en comunidades tan distantes como en Siria, Yemen e
Inglaterra, han sido aisladas unas de otras, y la Toráh es la misma. Esto es sorprendente, dada la
distancia entre ellos antes de la era de la comunicación de masas y teniendo en cuenta el aislamiento
de por lo menos 2 comunidades una de otra. No se comparan las notas, pero la copia de la Toráh de
los anteriores en su poder. Esto da fe de la transmisión precisa de la Toráh y el Tana”j siguiendo lo s
métodos de los sofrim / escribas.
Teniendo en cuenta la exactitud con la que el Tana”j se copia, prefiero confiar en el original hebreo
que en una traducción hecha por cristianos, no importa lo bueno que sea. Usted ve, el idioma de la
traducción de sus límites de exactitud. El griego es muy diferente del hebreo, y la traducción fue
diseñada para satisfacer las necesidades de un público de habla griega. El lenguaje que utiliza colores
en el significado, y la LXX es, pues, de color por la lengua griega. Algo que podría ser de interés para
usted. Orígenes, uno de los padres de la Iglesia, que se cree que el texto hebreo de los judíos fue el
texto original. (Encylopaedia Judaica, "Bible", p853). Muchas traducciones modernas, como la Nueva
Versión Estándar Revisada, hace uso del texto hebreo masorético. Sin embargo a pesar de presentar
tales pruebas, los sectarios protestantes de los “judíos” mesiánicos y nazarenos siguen tratando de
justificar ciertas profecías a partir de una traducción defectuosa como la Septuaginta. ¿No sería más
coherente que ellos se enfocarán a estudiar el texto masorético? Esto debido a que ya que NADIE del
pueblo judío sigue la versión adulterada de la LXX.
Mi consejo es que si realmente la gente tiene amor a HaShem (Dios) y Su sagrada Torah (Ley-
Palabra), en ese caso han de optar por el original, o si no entienden el hebreo acudan a
traducciones kasher tales como:
La Biblia, Hebreo-Español versión castellana conforme a la tradición judía por Moisés Katznelsón,
Editorial Sinai.
Torá con Haftarot, Hebreo-Español, traducción, supervisión, selección exegética, notas y comentarios
del Rabino Marcos Edery, Editorial Sinai.
La Torah, traducción de Daniel ben-Itzjak fundador del Grupo lef-Jojma, editorial Alef-Jojma.
APÉNDICES
Apéndice 1:
Es común hablar de la traducción griega Septuaginta del Antiguo Testamento como existente en los
días de Jesús y que fue utilizada por los Judíos en tierra santa, y que fuera citada por Jesús y los
Apóstoles. Pero… ¿Esto es verdad?
RESPUESTA:
No hay evidencia de manuscritos del Antiguo Testamento en griego que data de antes de Cristo.
En todo caso, hay un fragmento de una pequeña porción de la Ley. El manuscrito más antiguo
existente de la traducción del Antiguo Testamento en griego fecha 200 años después de Cristo. Una
posible excepción es el Papiro Ryland (Nº 458), que tiene algunas partes de Deuteronomio 23 -28.
Es posible que este fragmento fechara de 150 antes de Cristo, pero no es seguro. Por lo tanto, la
evidencia actual, escrita a mano, en el mejor de los casos, no es concluyente. Lo mejor que puede
asumir la evidencia manuscrita existente es que posiblemente había una traducción griega de la
Ley, antes de la época de Cristo.
A lo sumo, la evidencia sugiere una traducción formal del Pentateuco en Alejandría. El Nuevo
Diccionario de la Biblia dice que es probable que la traducción del Pentateuco s e hiciera en un
tiempo y lugar y que los otros libros del Antiguo Testamento han sido traducidos gradualmente más
tarde en griego, por varios individuos.
Se hace referencia a estos libros por el nieto de Siroch, un libro apócrifo del prólogo de ese
nombre. A continuación, el nombre de Septuaginta se amplió para cubrir esta "ensalada" de
traducciones.
RAZONES POR LAS QUE NO CREER QUE JESUS O SU APÓSTOLES HAN CITADO TAL COSA
COMO UNA SEPTUA GINTA :
Pensar que los Judíos en Israel, con su orgullo de la lengua y la tradición, se rebajarían al punto
de usar una traducción griega dudosa que se originó en Egipto, que era un centro de culto judío
contaminado por la filosofía griega, no es de ninguna manera razonable.
En Mateo 05:18, Jesús habló de la jota y tilde del Antiguo Testamento, y se refiere
específicamente y exclusivamente a la lengua hebrea.
Jesús se refirió al Antiguo Testamento de la división hebreo y no griego. Los siguientes so n dos
hechos:
En Lucas 24:44, Él dijo "que deben cumplirse todos lo que han escrito en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos." Este es el orden exacto del Antiguo Testamento en
hebreo, pero el orden en VT griego es la Ley, los Salmos y los Profetas, como en la Biblia en Inglés.
Cuando Jesús se refirió a los primeros y los últimos profetas martirizados en el Antiguo
Testamento, ha mencionado el orden del texto hebreo y no el de la supuesta Septuaginta griega.
"Que venga sobre vosotros toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la
sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis
entre el templo y el altar "(Mt 23:35). Con esta declaración el Señor Jesús acusó a los líderes
judíos de la muerte de los profetas durante los tiempos del Antiguo Testamento, y Él usa el canon
hebreo. Abel fue asesinado en Génesis (capítulo 4) y Zacarías en II Crónicas (24: 20-22). Esto
sigue el orden del comienzo hebreo del Antiguo Testamento con el Génesis y te rmina con II
Crónicas, como en la Biblia en Inglés. La Septuaginta griega, sin embargo, termina con los profetas
(terminando con Malaquías) y algunos libros apócrifos. La Septuaginta traducida por Lancelot
Brenton y publicado por primera vez en 1851, por ejemplo, termina con los apócrifos siguiente: I
Esdras, Tobías, Judit, Sabiduría de Salomón, hijo de la Sabiduría Eclesiástico, Baruc, Epístola de
Jeremías, Canción de los Tres Mancebos Susana, Bel y el dragón, I - IV Macabeos y la Oración de
Manasés.
CÓMO EXPLICAR LOS PRESUPUESTOS TEXTOS EN EL NUEVO TESTAMENTO QUE
PARECEN CITAR DE LA SUPUESTA SEPTUA GINTA?
Las copias más antiguas que existen de la Septuaginta son de fecha reciente, es más posible que
la Septuaginta esté citando el Nuevo Testamento, que los Apóstoles estén citando la Septuaginta.
"¿Cómo sabemos que el texto actual de la Septuaginta no era el mismo hallazgo en las traducciones
del siglo II dC por Aquila, Simmaco y Teodosio, o incluso el texto de Orígenes y su Hexapla? Si
fuera el caso, este texto seguiría el NT y así podría tener estos traductores utilizan las citas del AT
que se encuentran en el Nuevo Testamento, no a la inversa "(DA Waite).
No hay evidencia de que la traducción griega fuera popular entre los Judíos [que vivían] en
Israel, como lo fue en Egipto y en otros lugares. Los Judíos en Alejandría fueron severamente
pervertidos por la filosofía griega y otros errores.
De hecho, lo que tenemos en el Nuevo Testamento es el Espíritu de Dios, que cita el Antiguo
Testamento de una manera amplia e interpretativa. "Una mera similitud entre el NT y las palabras
de la VT griega indica necesariamente que son citas directas? Dios el Espíritu Santo que inspiró las
palabras exactas del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento no podía elegir qué palabras
quiere usar para revelar su verdad en el Nuevo Testamento? ¿Acaso está obligado a utilizar
exactamente las mismas palabras en todo momento en el texto hebreo del Antiguo Testamento, o
no tiene la libertad de cambiar, reinterpretar, añadir o restar de ese texto en la presentación de la
verdad en el Nuevo Testamento? "(DA Waite)
Desde mi propio examen de las citas del Antiguo Testamento en el Nuevo, no veo ninguna razón
para creer que los apóstoles estaban citando una traducción griega. Considere el siguiente estudio
de I Corintios. (La cita es de la Septuaginta de "La Septuaginta con Apócrifos: Griego e Inglés",
traducido por Lancelot Brenton y publicado por primera vez en Londres en 1851. Se basa en el texto
griego Vaticanus "con un poco de confianza en otros textos, en particular la de Alejandría... ")
1 Corintios 1:19 "Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y aniquilare el
entendimiento de los entendidos." Esto no es una cita específica a un pasaje del Antiguo
Testamento, pero es una referencia general a declaraciones como las que se encuentran en Job 5 :
12-13 y Jer 8: 9. No hay ninguna razón para creer que Pablo está citando la LXX y no del texto
hebreo.
1º a los Corintios 1:31: ". Porque como está escrito: El que se gloría gloria en el Señor"
Jeremías 09:24 Masorético: "Pero lo que a la gloria, gloríese en esto: que entienda y que
me conozcan que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra,
porque estas cosas quiero, dice Jehová”.
Esto es más una referencia general y breve de una cita real. No hay ninguna razón para creer
que se basa en la LXX y no en el texto hebreo.
1 Corintios 2: 9 "Pero como está escrito, Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman."
Isaías 64: 4 Masorético: "Porque de los hombres de edad no han oído hablar, ni oídos
percibieron, ni ojo vio un Dios fuera de ti que trabaja para los que esperan en él."
LXX: "Desde la antigüedad no han oído hablar, ni nuestros ojos han visto a un Dios
fuera de ti, y tus obras que va a hacer para los que esperan en la misericordia."
Se trata de una vaga referencia y no una cita real. No hay ninguna razón para creer que se basa
en la LXX y no el texto hebreo.
Job 05:13 Masorético: "Él prende a los sabios en la astucia; y el consejo de la astucia se
lleva de cabeza ".
. LXX "Él prende a los sabios en la astucia, y el consejo de los malvados juncos" Esta es
una cita exacta de la masorético hebreo y definitivamente no basado en la LXX.
1 Corintios 3:20: "Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son
vanos."
Salmo Masorético 94:11: "El Señor conoce los pensamientos de los hombres, que son
vanidad."
LXX: "El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanidad."
Esta cita se altera ligeramente del texto masorético hebreo, el cambio de "pensamientos de los
hombres" para "pensamientos sabios." No hay ninguna razón para creer que se basa en la LXX y no
el texto hebreo.
1 Corintios 9: 9, "Porque la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que
trilla. ¿Acaso Dios cuidado de los bueyes? "
Deut. 25: 4 Masorético: "no se unen a al buey que pisa el grano." "No pondrás bozal
al buey cuando trilla."
LXX: "No te atarás a la boca del buey que pisa el grano."
Esta es una cita amplió un poco de hebreo, y agregó que "la boca". La LXX es igual. No hay ninguna
razón para creer que se basa en la LXX y no el texto hebreo.
1 Corintios 10: 7: "Como está escrito: Se sentó el pueblo a comer ya beber, y se levantó
a jugar"
Esta es una cita exacta del masorético hebreo. La LXX es igual. No hay ninguna razón para creer
que se basa en la LXX y no el texto hebreo.
1 Corintios 14:21: "Está escrito en la ley: Para las personas de otras lenguas y con otros
labios hablaré a este pueblo, y sin embargo no oirán, dice el Señor."
Esta es una cita modificada de la masorético hebreo y ciertamente no basado en la LXX. La LXX
aquí es una paráfrasis inexacta, como en muchos lugares.
1 Corintios 15:54: "... la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria."
Esto no es una cita exacta, pero es más que una referencia. No hay ninguna razón para creer
que se basa en la LXX en lugar del texto en hebreo.
Pablo no está realmente citando Oseas, pero expresando un pensamiento similar. No hay
ninguna razón para creer que se basa en la LXX y no el texto hebreo.
Dr. DA Waite ofrece un examen importante y final sobre este tema: "Pero supongamos que
desechar este pensamiento. El hecho de que existe una similitud en las palabras y en algunos casos
puede seguir VT griega más exactamente, ¿cuál es la prueba de que el VT griego es de alguna
manera superior a la del texto masorético? Por supuesto que no! Tampoco al paso, o para cualquier
griego VT. Dios no inspiró las palabras griegas del Antiguo Testamento, sino sólo las palabras en
hebreo! Esta distinción es muy importante y debemos ser cautelosos en este tema traducción OT.
LA SEPTUA GINTA DEBE SER USADA PARA CORREGIR Y MODIFICAR EL TEXTO HEBREO
MASORÉTICO?
En segundo lugar, no debe ser utilizado porque es inadecuado como traducción. Jack Moorman
señala: "...El Pentateuco está bien hecho en general, pero a veces parafrasea antropomorfismos
ofensivos para Judíos alejandrinos, no tiene en cuenta la coherencia en términos técnicos y
religiosos, y muestra su impaciencia con las descripciones repetitivas y técnicas en Éxodo por
errores, abreviaturas y omisiones al por mayor. Comparativamente pocos libros alcanzan el estándar
del Pentateuco; la mayoría son de calidad mediocre, algunos son muy pobres. Isaías como
traducción es malo; Ester, Job, Proverbios son paráfrasis libres. La versión original LXX de Job es
más corto que el hebreo; Posteriormente fueron añadidos interpretaciones deTeodosio. Proverbios
contiene material que no está en el texto hebreo, y los sentimientos hebreos se cambian libremente
para satisfacer el punto de vista griego. La Traducción de Daniel fue parafraseada ya que fue
reemplazada, tal vez en el siglo I dC por una traducción más tardía y la LXX original ahora sólo se
encuentra en dos MSS y siríaco. Uno de los traductores de Jeremías a veces traduce palabras
hebreas con palabras griegas, porque tenían un sonido similar, pero una dirección totalmente
diferente. "(Moorman, Forever Instalado). Dr. Donald Waite concluyó: "Se puede ver claramente...
que la Septuaginta es incorrecta, inadecuada y deficiente como traducción. Tratando de reconstruir
el texto hebreo (como muchas de ellas con conexión con las versiones modernas están tratando de
hacer) de una traducción tan descuidada e inaceptable sería como tratar de reconstruir el texto
griego del Nuevo Testamento de la Biblia Viviente de Ken Taylor !! "(Waite, una defensa de la Biblia
King James).
David Cloud.
El artículo anterior fue tomado de FE VS. LAS VERSIONES MODERNA Biblia (2005). Hasta donde
sabemos, este volumen de 775 páginas es el libro más completo impreso de este tipo. Contiene
información que no ha aparecido en ningún otro libro en defensa de la Biblia King James, y abre
nuevos aspectos en diversas áreas - tales como la importancia de las versiones antiguas y
separatistas en defensa de I Juan 5: 7, una exposición de la doctrina de la preservación de la Biblia
con [una gran cantidad de] 43 pasajes de la Escritura, la documentación de la corrupción de la
erudición evangélica en los últimos 50 años y la apostasía que "amordazada" del siglo 19, mientras
que la crítica textual fue desarrollada, y también "amordazada" del siglo 20 mientras que la crítica
estaba bien establecida, y la documentación de los unitarios, el desarrollo de la crítica textual, para
señalar algunos. Si eres nuevo en el asunto de la versión bíblica y quieres entenderlo, creemos que
este es el libro para usted; y si ya ha estudiado este tema desde hace algún tiempo, se encuentra
un montón de cosas nuevas aquí.
(traducido por Pr. Steve Montgomery, noviembre .. 2007. Revisada por M. Schultze y H.de M. Silva)
Todas las citas bíblicas son de la KJV (King James Version leal, la SBTB). ACF y ARC (ARC
idealmente hasta 1894, a más tardar en la edición IBB-1948, no el SBB-1995) son la única Biblias
impresas que el creyente debe usar porque son buenos herederos de la Biblia de la Reforma
(Almeida 1681/1753) fielmente traducida solamente la Palabra de Dios infalible conserva (y
finalmente impreso, la Reforma, como el Texto Recibido).
(Copia y distribución amplia pero libre, manteniendo el nombre del autor y poner un enlace a esta
página http://solascriptura-tt.org)
Não tudo o que as pessoas acreditam sobre as novas traduções, e a denominada erudição usou em
suas produções, passa o teste de escrutínio. De fato, não tudo que as pessoas acreditam sobre
erudição Bíblica moderna passa o teste de escrutínio. Por favor não pense que eu sou contra a
erudição, porque eu não sou. Mas quando os estudiosos falam sobre coisas que não existem como
se elas existissem, eu tenho que registrar um protesto.
Outros alegam que a Septuaguinta nos "dá vislumbres da vida de comunidades judaicas no Egito
nos séculos imediatamente pré-cristãos, e no pensamento dos primeiros cristãos, para quem esta
era a primeira Bíblia.
Embora houvesse um pouco de relutância por parte dos tradutores de Bíblia pôr muita ênfase na
Septuaguinta, isto está mudando depressa. "Considerando que quase todos reconhecem a
corrupção generalizada da LXX e assim normalmente favoressem o hebraico, a maioria acredita
agora que eles podem escolher a dedo entre os dois para estabelecer o “texto correto”.2 Mas há a
possibilidade de a Septuaguinta ser aproximadamente tão real quanto “Q"? Pode a existência da
Septuaguinta ser uma fabricação usada contra a Palavra de Deus e ser outro exemplo da agressão
satânica de longa data contra as Escrituras? Este é um assunto importante que merece estudo. Em
um documento lido em uma reunião da prestigiosa Deacan Society de Burgon, 10-11 de julho de
1996, Dr. Kirk D. DiVietro focaliza afiadamente o assunto:
Você pode perguntar, "Por que, afinal, você está trilhando por esta estrada? O que ela significa para
mim?” Ela significa muito para você. A própria autoridade de sua Bíblia está em jogo. A
Septuaguinta não é uma tradução literal. Utiliza freqüentemente a teoria de "equivalência dinâm ica"
de tradução. Às vezes passa malabarismos fantásticos, não-literais, inexatos do hebraico. Se nós
aceitamos a alegação de que a LXX foi aceita por Jesus e os escritores das Sagradas Escrituras
como a Palavra autorizada de Deus, então nós temos que dissolver esta sociedade, e nos unir ao
clube de semana da Bíblia moderna. . . Se Jesus e os escritores de Escritura aceitaram esta como
Escritura autorizada então a inspiração plena, verbal da Escritura é irrelevante. Se Jesus e os
escritores de Escritura aceitassem esta como Escritura autorizada então a doutrina de preservação é
um vexame.3
“A tradução foi realizada indubitavelmente durante o 3º e 2º séculos A.C., e é pretendido ter sido
acabada já no tempo de Ptolemy II Philadelphus, de acordo com a denominada Carta de Aristeas
para Philocrates (c. 130 - 100 A.C.). De acordo com a Carta de Aristeas, o bibliotecário da
Alexandria persuadiu Ptolemy II Philadelphus para traduzir a Torá para o grego para uso pelos
judeus da Alexandria. A carta menciona que foram selecionados seis tradutores de cada uma das 12
tribos e que eles completaram a tradução em apenas 72 dias. Enquanto os detalhes desta história
são indubitavelmente fictícios, o núcleo de fato contido nisto parece ser que o Pentateuco foi
traduzido para o grego em algum dia durante a primeira metade do 3º século A.C. Durante os
próximos dois séculos o remanescente do VT foi traduzido, como também algum livro apócrifo e
não-canônico.”5
Isto é uma admissão espantosa. A única prova de origem da Septuaguinta na era pré -Cristã é a
Carta de Aristeas que, de acordo com a citação acima, dá detalhes que são “incontestavelmente
fictícios"! Isto é duro de tragar. Nos seminário nós ouvimos muitos pronunciamentos autorizados
relativos à grande antigüidade da Septuaguinta. Nossos professores, e os livros de ensino que eles
nos fizeram ler, não poderiam estar errados. Seguramente, nós raciocinamos, deve haver alguma
evidência definitiva de manuscritos. Bem, há alguma evidência de manuscritos, mas esta não apóia
as origens pre-cristãs da Septuaguinta.
Unger escreve: "Os mais velhos e mais importantes manuscritos da Septuaguinta são os seguintes:
(a) Códice Vaticanus (b) Códice Alexandrinus. . . (c) Códice Sinaiticus. ".6 Duas coisas golpearão o
leitor perspicaz imediatamente. Estes são manuscritos que não são mais antigos do que o quarto
século D.C. Além disso, eles são os manuscritos corruptos nos quais o Texto notório de Westcott-
Hort é baseado. Se estes são "os mais velhos e mais importante dos manuscritos" da Septuaguinta,
nós temos que concluir que os mesmos não são muito velhos e eles não são muito bons. Como
professor de seminário, eu tenho ensinado a “linha tradicional" sobre a Septuaguinta. Eu já não
farei mais assim.
A afirmação de que o Vaticanus e o Sinaiticus são "os mais velhos e, portanto, os manuscritos mais
confiáveis" da Septuaguinta não deve ser ignorado. Jones traz o quadro em aguçado enfoque ao
escrever:
Constantemente nos é falado que Vaticanus... e Sinaiticus são os mais velhos manuscritos gregos
existentes, conseqüentemente os mais fidedignos e os melhores; que eles são de fato a Bíblia.
Ainda o Texto Grego Novo que substituiu o Textus Receptus representa nas mentes da vasta
maioria dos estudiosos o empreendimento privado de apenas dois homens, dois muito religiosos
embora homens não convertidos, Westcott e Hort. Estes homens fundaram a “Bíblia” deles baseada
quase que exclusivamente na quinta coluna do Velho Testamento de Origen e no Novo Testamento
editado pelo mesmo. As leituras do Novo Testamento deles é derivado quase que exclusivamente
sobre apenas cinco manuscritos, principalmente sobre apenas um só - Vaticanus B. Além disso,
deve ser visto que o testemunho destes dois manuscritos corrompidos é (sic) quase que o único
responsável para todos os erros introduzidos nas Sagradas Escrituras em ambos os testamentos isto
através dos críticos modernos!7
Moorman dá dois exemplos de escritores que discutem sobre que não há nenhuma era pre -cristã da
Septuaguinta. Uma pessoa era Paul Kahle. Ele desenvolveu a teoria que a LXX teve sua origem nas
muitas traduções orais gregas do Velho Testamento que posteriormente foi escrito para uso nos
cultos depois da leitura do original hebraico. Peter Ruckman manteve uma posição semelhante.
Enquanto Kahle chama a "Carta de Aristeas" de propaganda, Ruckman taxa ela de uma "mera
fabricação" e lembra que ninguém produziu uma cópia grega da Septuaguinta que data de antes
D.C. 300. Em vez de Jesus e os apóstolos citarem da Septuaguinta, a Septuaguinta cita deles.8
Esta é uma observação significante. A frase, "Abel até Zacarias," é apenas outro modo de declarar,
" do início ao fim”. Jesus não disse, "de Abel até Bel e o Dragão".
A Hexapla de Origen
Origen compilou a Hexapla, uma edição das escrituras do Velho Testamento com texto hebraico,
transliteração para o grego, e as traduções gregas disponíveis, tudo em seis colunas paralelas. A
terceira coluna é a versão grega de Aquila seguida pela revisão de Symmachus. A quinta coluna é a
revisão pessoal de Origen da LXX, seguida por uma revisão por Theodotion. Origen estava
evidentemente preocupado que, até mesmo nos dias dele, havia já várias versões do Velho
Testamento grego. Origen foi creditado por produzir "a primeira realmente excelente tentativa de
crítica textual."10 Ruckman combate a idéia de que a “quinta coluna" de Origen é a Septuaguinta
de erudição moderna.
Aquila, Symmachus, e Theodotion não eram seus melhores tipos de tradutores de Bíblia. Aquila
(D.C. 80-l35) converteu ao Judaísmo, depois para Cristianismo, e então de volta para o Judaísmo.
Enquanto um "Cristão," ele foi excomungado da comunidade por insistentemente se recusar a
deixar da astrologia, magia, e necromância. Ele afirmou que Jesus era o "filho bastardo de Maria e
um soldado romano loiro de descendência germânica". Igualmente Symmachus e Theodotion
tiveram um pouco de visões menos-que-ortodoxas e, junto com Aquila, mexeram com profecia
messiânica. Eles substituíram parthenos )“virgem"( por neanis )“mulher jovem”( e buscaram
distorcer as Escrituras de forma que isto seria mais compatível com a visão Ebionita deles. 12
Então, é óbvio que o Velho Testamento grego teve uma história longa e variada. Este processo de
se mexer e revisar continuou, porque nós achamos que após o quarto século houve vários recensos
adicionais, i.é., revisões críticas do texto.
Nix escreve:
“No início daquele século )o quarto D.C.( Eusebius e Pamphilius cada um publicou a sua própria
edição da quinta coluna da Hexapla de Origen. ... O bispo egípcio Heschius (d. 311) tentou o seu
recenso próprio da LXX, mas este só sobreviveu em citações feitas por escritores egípcios como
Cyril de Alexandria (d.444). Luciano de Samosata e Antioch (d. 311) fizeram outro recenso da LXX
que foi preservada em porções citadas nos trabalhos de João Crisóstomo (d. 407) e Theodoret (d.
457).13
Isto é um pedaço espantoso de informação. Mostra que até que Jerome começasse o trabalho com
a Vulgata já haviam várias edições de versões do Velho Testamento grego em circulação cada uma
das quais era uma "melhoria crítica" da precedente. O grande número de mudanças e variantes na
tradução grega do Velho Testamento torna duro de se acreditar que esta tra dução é a preservada
Palavra de Deus. Realmente, a pessoa é compelida a concordar com Jones quando ele escreve:
Tentar reconstruir o Texto hebraico (como muitos ligados às versões modernas estão tentando
fazer) de versões tão soltas, deficientes, e de tradução inaceitável seria análogo à tentativa de
reconstruir o texto grego do Novo Testamento a partir da Biblia Viva."14
End Notes
1. Ira Maurice Price, The Ancestry of Our English Bible, 3rd revised edition by William Irwin and
Allen Wikgren (New York: Harper and Brothers, 1956), p. 71.
2. Floyd Jones, The Septuagint (Collingswood, NJ: The Bible for Today, 1995), p. 25.
3. Kirk DiVielro, Did Jesus and the Aposiles Quote from thd Septuagint (DO()? (Collingswood, NJ:
The Bible for Today
1996), p. 7.
4. Paul Enns, The Moody Handbook of Theology (Chicago: Mood
Bible Institute, 1989), pp. 173-174.
5. Charles F. Pfeiffer, Howard F. Vos, and John Rhea. editors. Wycliff Bible Encyclopedia, vol. 2
(Chicago: Moody Press, 1975), "Ver-
sions, Ancient And Medieval," by William E. Nix.
6. Merrill F. Unger, Unger's Bible Dictionary (Chicago: Moody Press
1957),p.1149f.
7. Jones, p. 50.
8. Jack Moorman, Forever Settled: A Survey of the Documents and
History of the Bible (Collingswood, NJ: The Dean Burgon Society Press, 1999), pp. 17-18.
9. Ibid., pp. 22-23.
10. Nix.
11. Peter 5. Ruckman, The Christian's Handbook of Manuscript Evidence (Palatka, FL: Pensacola
Bible Press, 1970), p. 60.
12. Jones, pp. 15-16.
13. Nix
14. Jones, p. 14.
15. Walter A. ElweIl, ed. Evangelical Dictionary of Theology (Gran Rapids: Baker Book House,
1984). "Origen," by C. C. Kroeger.
16. William P. Grady, Final Authority: The Chnstian's Guide to th King James Bible (Knoxville: Grady
Publications, 1993), p. 82.
17. Ibid.,p.73.
18. Merrill C. Tenney, ed. The Zondervan Pictorial Encyclopedia of The Bible, vol. 5 (Grand Rapids:
Zondervan, 1975). "Septuagint, by E.M. Blaiklock.
19. DiVietro, p. 51.
20. Ibid., p. 53.
21. Dean Burgon, The Causes of Corruption in the Traditional Text
vol. II (Collingswood, NJ: Dean Burgon Society Press, 1998),
PP 251-252, 259.
(Copiado de http://apologetic.waetech.com.br/Septuaginta.htm)
Apéndice 3:
En los últimos decenios, han aparecido varias nuevas traducciones al español de las Escrituras
que ayudan a la comprensión del texto, poniéndolo muchas veces en un lenguaje más. Así, al
lado de nuestra vieja Reina Valera Revisión 1960 comenzamos a ver la Versión Dios habla hoy –
también conocida como Versión Popular -, también editada por las Sociedades Bíblicas, la Biblia
de las Américas, la Biblia en Lenguaje Sencillo, la Biblia en lenguaje actual (TLA), una versión
parafraseada, la Nueva Versión Internacional editada por Vida –con gran difusión en la
actualidad-, y otras.
Junto con la innegable ventaja de ver el mensaje en un lenguaje conocido para las nuevas
generaciones, surgen ciertas inquietudes a la hora de leer ciertos pasajes, los cuales, comparados
con la traducción de la Reina Valera o con los originales griego y hebreo nos hacen preguntarnos
cómo serán interpretados a la luz de la realidad contemporánea.
Esta preocupación por la forma en que se traducen los textos, que puede parecer un tanto
quisquillosa, es sin embargo necesaria ya que, como todos sabemos, una coma corrida de lugar
puede cambiar completamente el sentido de un texto. No es lo mismo decir “La señorita dice, la
directora no hace bien su tarea” que “La señorita, dice la directora, no hace bien su tarea”. Esta
problemática es bien conocida desde hace mucho. Un antiguo dicho italiano reza “Tradutore,
traditore”, es decir “traductor, traidor”.
Sin querer aplicar este calificativo a quienes han trabajado arduamente en estas traducciones,
solo queremos resaltar el hecho de que el problema existe, y que no hay traducción que no sea
completamente objetiva, sino que siempre es hecha desde una filosofía o comprensión de la
realidad.
Para terminar de plantear el asunto quisiéramos mostrar que el problema es más viejo de lo que
parece, aún anterior a Jesús.
Desde el 312 antes de la era cristiana, Ptolomeo I, habiendo conquistado Jerusalén, se llevó a
Egipto y sobre todo a Alejandría, a una colonia israelita que fue tratada con justicia: “…habiendo
encontrado en ellos aliados valientes y leales... concedió a los judíos el establecerse en un barrio
de la nueva ciudad, con igualdad de derechos para con los griegos”, y como su número
aumentaba por el hecho de su prosperidad y, a consecuencia de la inmigración de numerosos
correligionarios, Alejandría se convirtió, después de Jerusalén, en el segundo hogar de irradiación
judía en el mundo antiguo: los israelitas alejandrinos se extendieron más tarde hasta Cirene, en
el Norte de África. Así como hacia Etiopía. Entre los recién llegados, algunos, alrededor de ciento
cincuenta años después de la primera transferencia de poblaciones, se instalaron en Heliópolis.
Estos eran, en general, perseguidos que, huyendo de Palestina, muy amenazada en esta época,
querían encontrar un refugio para practicar libremente su religión. Llevaron consigo a Egipto las
tradiciones farisaicas. Y en tanto que los judíos de Alejandría se dejaban helenizar, ellos, por el
hecho de su origen espiritual, por el hecho también de su número, se preservaron durante largo
tiempo del contacto y del contagio de la cultura griega. La sinagoga de Heliópolis se convirtió así
en el centro de un movimiento religioso opuesto al de Alejandría.
En la época en que vivió Jesús, se estima que los judíos de Alejandría representaban los 2/5 de la
población total. Esos ciudadanos mostraban, por su misma existencia, la vinculación que
testimoniaban a la cultura y a la civilización helénica. Pero, al mismo tiempo, permanecían fieles a
su fe y a sus usos religiosos, inspiraban la curiosidad y el respeto de sus conciudadanos griegos:
“El renombre de nuestras leyes”, escribirá el escritor judío helenizado Filón, ese extendía por
todas partes; tanto que algunos juzgaron extraño que el mundo griego no pudiera tener ninguna
parte en ellas y se pusieron a traducirlas. El más célebre de los reyes tomó a su cargo el llevar a
término esta obra de interés general.
Así es, aplicando a las relaciones de Israel con el conquistador griego, la famosa frase de Tácito
sobre las relaciones de Grecia, con su conquistador latino:
como se puede explicar la influencia por una minoría sumisa sobre la mayoría de los vencedores.
Las costumbres y las creencias de los judíos, su concepción de la ley moral y la del monoteísmo,
aparecieron a los egipcios helenizados revestidos de tal prestigio, que, con mucha solemnidad, un
príncipe egipcio quiso hacer accesible a sus súbditos el texto de la Revelación. Fue así como
procedió, en el siglo III antes de la era cristiana, el rey Ptolomeo II Filadelfo, pagano, pero
simpatizante con el monoteísmo judío.
A petición del director de su biblioteca real de Alejandría, que no comprendía menos de 200.000
volúmenes, cifra extraordinaria para la época, escribió al sumo sacerdote de Jerusalén, Eleazar,
para pedirle que dejase efectuar una traducción de la Ley judía. Ptolomeo II, en cambio, s e
declara presto a liberar a 100.000 judíos reducidos a la cautividad por su padre, Ptolomeo I:
entiende así “testimoniar su piedad y su gratitud al Dios supremo, al que debe la prosperidad de
su reinado1” . Como contrapartida pide a Eleazar que envíe a Alejandría a setenta y dos Ancianos
de Israel, reclutados en razón de seis por tribu, y que sean “elegidos por su sabiduría y su
perfecto conocimiento a la vez del hebreo y del griego”.
Los setenta y dos traductores son recibidos suntuosamente en Alejandría. El rey les ofrece un
banquete que no dura menos de siete jornadas. Durante ese tiempo, el monarca interroga cada
día a una decena de entre ellos; admira su sabiduría para todo lo que concierne a la moral, la
filosofía e incluso la política. Así, una vez terminados esos ágapes documentales, les hace reunir
en la isla de Faros donde, lejos de todo ruido mundano, se ponen sin ausentarse a traducir los
libros santos. En setenta y dos días, la obra estuvo terminada; y ese monumento literario, leído
ante la colonia judía de Alejandría, fue aprobado sin reticencias. Maldito sería aquel que alterara
su texto.
Aun cuando se haya querido hacerla participar de la misma infalibilidad que tenía la de la Torá
escrita en la lengua sagrada, la versión griega de los Setenta no deja de aportar
transformaciones al texto inspirado por Dios.
Sin duda era siempre la Biblia, siempre la Sefer Torá, con su división clásica de los cinco libros del
Pentateuco, con los mismos acontecimientos relatados en los mismos lugares. Pero, si los hechos
no varían, el espíritu con el cual se encontraban relatados difería en algunos puntos. Los judíos,
venidos a Egipto, habían tenido en cuenta, voluntariamente o no, la atmósfera helenizada en la
que habían sido recibidos. Y su adaptación difería del original, en especial sobre dos puntos.
Por una parte, bajo la influencia de las religiones greco-romanas, habían edulcorado el sentido de
la religión judía.
Por otra parte, habían idealizado, bajo la influencia de la filosofía griega, su enseñanza y relatos.
La religión judía no es una religión que busque, ante todo, consolar de las fatalidades propias a la
condición humana. Enseña a asumirlas. Constituye una toma de conciencia, lúcida y a veces
trágica; indica en qué sentido puede ejercerse el esfuerzo humano para dominar esas fatalidades.
No atenúa ni la dureza, ni la aparente injusticia.
El libra de Job, en el interior de la Biblia, es aquel en que mejor se marca quizá ese carácter
existencial del judaísmo.
Los tres amigos hacen un esfuerzo para consolar a Job injustamente herido: Dios, interviniendo
entonces por última vez en la Biblia, sin ningún intermediario humano, les refuta con altivez; la
que hace falta no es consolar al hombre con propósitos bien pensantes, es ponerlo en su lugar en
el conjunto del mundo creado, es hacerle participar del orden cósmico querido par Dios, incluso si
este lugar es inestable y poco confortable, incluso si este orden, en algunos momentos, puede
parecer opresivo.
Ahí está el punto culminante del existencialismo judío, aquel que enlaza la Providencia divina a la
realidad terrestre. Y ¿En qué se convierte en la versión de los Setenta?
En una obra católica reciente, precedida del imprimatur 2, se encuentra un buen análisis de esta
transformación. En primer lugar, el libro de Job, en griego, es alrededor de una quinta parte más
corta que el original en hebreo: los setenta traductores han hecho de él, si no ciertamente un
«digesto», por lo menos una edición abreviada. Todo lo que, para un espíritu habituado a la
retórica, aparecía inútil a la inteligencia del texto, todas las repeticiones, todos los paralel ismos,
toda esa suerte de aleteo casi físico que corresponde al soplo propio de la poesía lírica judía y
que, en ciertos momentos, la asemeja casi al ritmo de Charles Pèguy 3 , todo eso, lo suprimen.
¿Qué quedaría del Misterio de la Caridad de Juana de Arco 4, si algún traductor le podase de todo
la que no es estrictamente indispensable a la marcha del razonamiento? Un esqueleto
desencarnado, o mejor aún un gran aire de ópera privado de su orquestación. Esto que sería
verdadero de Pèguy, lo es a fortiori de Job, retocado par los Setenta.
En esta suerte de espasmo mental, que constituye el modo de andar del lirismo judío, como de
tantos otros lirismos, en esta orquestación de resonancias en torno a una idea central,
procediendo ya por similitudes, ya por oposiciones, hay desarrollos que (como diría un lógico, o
un universitario demasiado clásico( “no sirven para la comprensión del texto”, pero contribuyen a
crear a su alrededor la atmósfera anunciadora de las verdades que contiene. Haciendo más
confianza a la razón, a la lógica, que a la sensibilidad, buscando más la claridad que la intensidad,
la versión griega de los Setenta no vacila en suprimir o en edulcorar algunos de esos desarrollos
que le parecen superfluos o molestos.
Qué escándalo por ejemplo que, hablando a Dios, Job pueda expresarse así: “¿Obtienes placer en
oprimir, en rechazar la obra de tus manos en tanto que favoreces con tu luz los designios de los
malvados? ¿Tienes ojos de carne? ¿Ves del mismo modo que ven los hombres?”. En la versión de
los Setenta, esos apóstrofes se dulcifican, el tono se convierte en bien pensante y la invectiva se
transforma, no sin alguna compunción: “¿Es que para ti cometo injusticia?”. Lo mismo, en otro
lugar (IX-22(, ese grito sublevado de Job: “Dios hace igualmente perecer al justo y al malvado”,
se convierte en una constatación edificante: “Su cólera extermina al grande y al poderoso”, lo
que no es sinónimo.
Como escriben muy justamente los autores de la obra antes citada: “el debate dramático entre
Job y Dios pierde su violencia; Job no es ya el inocente que injustamente maltratado osa pedir
cuentas al Señor, sino el modelo de paciencia y de humildad...”.
Se multiplicarían los ejemplos. He aquí uno también característico, que nuestros autores citan
según un estudio reciente de A. Coste. Al comienzo del capítulo 25 de Isaías, el profeta se
expresa en estos términos:
“¡Eterno tú eres mi Dios! Quiero exaltar y alabar tu nombre porque has cumplido maravillas,
perfectamente fiel a las resoluciones tornados desde hace mucho tiempo. Has hecho de la ciudad
un montón de piedras, de la ciudad fortificada un amasijo de ruinas; la ciudadela de los bárbaros
está tachada del número de las ciudades, nunca jamás será reconstruida. Por esto los pueblos
fuertes te reverencian, las ciudades de naciones potentes te temen. Porque has sido un refugio
para el humilde, un refugio para el pobre en su aflicción, un abrigo para el chubasco, una sombra
contra el calor: el aliento de los tiranos es coma el chubasco batiendo los muros. Como hace
calor en las regiones áridas, tu domas la arrogancia de los bárbaros; semejante al calor [que
pasa] por espesas nubes, el canto triunfal de los tiranos se desvanece”.
Esta poesía vehemente y coloreada se pierde en los Setenta, que la transponen así:
“Señor, Dios mío, Yo te glorificare, yo cantare tu nombre; Porque has realizado cosas
maravillosas, Un antiguo designio, verídico. Amen, Señor. Porque tú has hecho de las ciudades
un montón de piedras; ¿Las ciudades fortificadas? Sus cimientos se derrumban. La ciudad de los
impíos no será reconstruida en toda la eternidad. Por eso te bendecirá el pueblo pobre. Y las
ciudades de hombres oprimidos te bendecirán. Porque te has convertido en defensor de toda
ciudad humilde, y en un abrigo para todos aquellos que están desalentados por su miseria. Tú les
libraras de los hombres malvados, abrigo de los que tienen sed y aliento de los hombres
oprimidos. Ellos te bendecirán como los humildes de alma, sedientos. En Sión, lejos de los
hombres impíos a los que nos has entregado”.
Comparando estos dos textos, lo menos que se puede decir, con los autores de nuestro libro, es
que una serie de modificaciones ligeras, pero convergentes, han transformado su tonalidad.
Si ellos por una parte han edulcorado o abreviado el texto hebreo de la Biblia, los judíos
helenizados de Alejandría han transformado también su espíritu.
Considerando que Platón es un Moisés hablando griego, o si se prefiere, que Moisés sería un
Platón hablando hebreo, los Setenta adaptan al idealismo griego los relatos ingenuos y llenos de
sentido de la Biblia.
Esto comienza desde el Génesis. El texto hebreo muestra a Dios creando, sucesivamente, los
diferentes elementos del universo, sin plantearse por su causa otra cuestión que la de su paso de
la nada a la existencia. En particular, crea los vegetales de la manera más simple y más divina:
Dios dijo: “Que la tierra produzca vegetales, a saber: hierbas que encierran una simiente, árboles
frutales que llevan, según su especie, un fruto que perpetua su simiente sobre la tierra. Y esto se
cumplió. La tierra dio nacimiento a los vegetales, a las hierbas que desarrollan su simiente según
su especie, y a los árboles que llevan, según su especie, un fruto que encierra su simiente. Y Dios
consideró que estaba bien”.
El Eterno, en este pasaje, de creer al traductor griego, es demasiado poco aristotélico. No parec e
conocer la diferencia de lo que existe en potencia, y de lo que existe en acto. He aquí como los
Setenta, dando al texto inspirado una traza filosófica, corrigen esta insuficiencia:
“Dios”, está dicho, “creó toda la verdura de los campos antes de que existiese sobre la tierra, y
toda la hierba del país antes de que germinase”, en el mundo sensible. Es decir, a la manera de
los filósofos, antes de que las cosas sensibles fuesen creadas, Dios había formado la imagen de
ellas, y la creación consiste esencialmente en el paso de las virtualidades a las realidades.
Este proceso, tan bien inaugurado, de despersonalización de Dios, es proseguido con brío por
otros judíos helenizados.
Así cuando Adán y Eva han comido del fruto del árbol de la vida, Dios dice, en el texto hebreo:
“Adán ha venido a ser como uno de nosotros”. La versión griega de Onkeles parafrasea y debilita
esta expresión: “El Señor Dios dijo: ‘He aquí a Adán único en el mundo”. De igual manera, las
palabras de la serpiente en el texto original: “Seréis como dioses”, se metamorfosea en esta:
“Seréis como príncipes”.
Otro ejemplo, en fin, en el Éxodo: el texto hebreo relata como Moisés, Aarón y los setenta
ancianos, vieron al Dios de Israel sobre un trono de zafiro; la versión griega, voluntariamente
menos precisa, dice que apercibieron el lugar donde Dios estaba situado. Así, en el texto hebreo,
queriendo Dios mostrar su estima particular par Moisés, declara hablarle cara a cara, en tanto
que a los profetas no les habla sino en visión.
La versión griega, encontrando sin duda escandalosa esta intimidad del Eterno con el hombre del
Sinaí, traduce el texto original diciendo que Dios habla en sueño a los profetas y en visión a
Moisés. La vocación tanto de los unos como del otro se encuentra así debilitada.
Notas:
1. Paul Auvray, Pierre Poulain, Albert Blaise: Les langues sacrées. Paris, 1957.
2. Paul Auvray, Pierre Poulain, Albert Blaise: Les langues sacrées. Paris, 1957.
3. Charles Péguy, 1873 -1914, filósofo, escritor, poeta y ensayista francés, considerado uno
de los principales escritores católicos modernos.
4. Obra de Pèguy.
Apéndice 4:
Pregunta:
Me dirijo a usted, pues anhelo saber su posición objetiva e independiente, acerca de la diferencia
que existe entre el canon formado por la Iglesia Católica, y el canon elaborado a raíz de la reforma
protestante. Desde el magisterio de la Iglesia católica hacen mención de siete escritos que
formaban parte de la Septuaginta, formado antes de nuestra era cristiana. Por otro lado, desde la
postura protestante, estos siete libros fueron introducidos posteriormente, para defender los
dogmas tales como la intersección de los muertos, etc. Así mismo aluden al hecho de que el canon
judío nunca tuvo estos libros como inspirados por Dios. Doctor Piñero: mis preguntas son dos; 1)
¿Era la versión de los \"setenta\" los rollos que eran leídos en las sinagogas del mundo paulino; por
estar traducidos al griego; 2) Fue la Septuaginta el conjunto de libros sagrados en toda su totalidad
en los tiempos de Jesús?
RESPUESTA:
1. En líneas generales sí. Algunos judeocristianos, raros, podrían leer en hebreo. Pero incluso
estos utilizaban la versión griega porque creían que estaba inspirada
2. En tiempos de Jesús aún no se había promulgado ningún decreto rabínico sobre la lista oficial
de libros sagrados del judaísmo. Además el texto de la Biblia era relativamente fluido como lo
demuestran las distintas versiones de los libros bíblicos hallados en Qumrán. Ahora bien, el pueblo
creía firmemente desde un siglo al menos antes de Jesús que el Pentateuco, los Profetas y los
Salmos estaban estrictamente inspirados y eran palabra de Dios. Además pensaban que desde el
reino de Artajerjes II (más o menos a principios siglo IV a.C.) Dios había decidido que se había
acabado la inspiración profética estricta y que Él había dicho ya todo. Sólo había que estudiar la
«Biblia» e interpretarla correctamente
La historia del canon hebreo es muy complicada porque no hay documentos al respecto, pero sí
muchas leyendas. Probablemente a raíz del auge del judeocristianismo a finales del siglo I, y tras la
dispersión del pueblo judío por los fracasos de las dos guerras contra Roma (66-70 / 132-135), es
posible que para sobrevivir como pueblo en la Diáspora se hicieran ya listas de libros sagrados
dentro del judaísmo
Le añado los complementos de mi libro Literatura judía de época helenística en lengua griega.
Desde la versión de la Biblia en griego hasta el Nuevo Testamento. Síntesis 2007 (Serie: Historia
Universal de la literatura griega. Volumen 26. En Historia de la Literatura Universal vol. 70), Madrid,
300 pp., ISBN: 84-9756-443-X. Y le recomiendo la lectura del capítulo sobre el canon hebreo, del
Prof. Julio Trebolle que está den mi libro (editado junto con J. Peláez), cuyos datos le paso (también
sobre mi capítulo del canon del Nuevo Testamento): Los libros sagrados en las grandes religiones:
judaísmo, cristianismo, islam, hinduismo y budismo. Los fundamentalismos, El Almendro, Córdoba,
2007, 298 pp. ISBN 978-84-8005-107-1. Editor junto con J. Peláez. Autor del capítulo “Cómo y
porqué se formó el canon del Nuevo Testamento”, pp. 177-210.
El hecho cultural y literario, y el documento más importante del judaísmo de la época helenística,
en lo que a este volumen respecta, es la traducción de la Torá hebrea (la Ley) al griego, la llamada
versión de los Setenta (latín, Septuaginta). La tarea de traducción comenzó en fecha temprana,
hacia principios del s. III a.C., en Alejandría, durante el reinado de Ptolomeo II Filadelfo (285 -247
a.C.), y su completa ejecución habría de durar siglos. Algo tan aparentemente simple hoy como
verter un corpus de textos sagrados de una lengua a otra fue en la antigüedad un fenómeno sin
precedentes, en especial porque se trataba de literatura legal, histórica y poética de un pueblo y
lengua semíticos trasladados al lenguaje de la superior cultura griega. Por ello, el acceso al tesoro
religioso de los judíos por medio de una traducción a la lengua universal del momento habría de
tener notables consecuencias en el ámbito de lo cultural y lo religioso. Pasado el tiempo, esta
versión influiría decisivamente en la conformación teológica del cristianismo --será la Biblia
adoptada por los cristianos-- y en las relaciones de éste con el judaísmo. La Biblia hebrea en ropaje
griego es un testimonio importante de la unión entre helenismo y religión judía, pues quienes
compusieron algunos de sus libros o los que utilizaron tal versión daban testimonio de que su
judaísmo podía plasmarse con toda propiedad en una lengua distinta a la “sagrada”, el hebreo, la
lengua de la creación, en opinión general de los “sabios”, los rabinos.
Sin embargo, vista desde la distancia de los siglos, esta empresa de traducción parecía inevitable
y necesaria por la nutrida presencia de judíos en toda la Diáspora controlada por los griegos
(especialmente en Egipto), para quienes el hebreo, por falta de práctica, había llegado a ser una
lengua difícilmente comprensible.
Como se ha apuntado, la traducción al griego del texto hebreo de la Biblia no se hizo en un acto,
sino en varios y con diversas escenas. En realidad no se sabe exactamente cómo empezó, aunque
sobre sus orígenes circularon ya en la antigüedad algunas leyendas. La más importante es la
recogida en la llamada Carta de Aristeas a Filócrates (escrita —según la opinión común— entre el
200-150 a.C.; cf. 4.7.2). En síntesis la historia que transmite este escrito es la siguiente: el
bibliotecario del rey Ptolomeo II Filadelfo (285-246 a.C.), Demetrio de Fálero, propone al monarca
la traducción de la ley de los judíos para enriquecer con ella la biblioteca real. El monarca accede y
ordena escribir al sumo sacerdote de Jerusalén pidiéndole el envío de varones cualificados para
verter las Escrituras (al principio sólo el Pentateuco: los cinco primeros libros de la Biblia) al griego.
Notemos de pasada cómo la “Carta” supone que ya en Palestina había gente que sabía tan bien la
lengua helénica como para efectuar una versión nada fácil (cf. 1.2) La respuesta del sumo
sacerdote es afirmativa. Inmediatamente envía a Alejandría a 72 varones expertos en ambas
lenguas. El rey los acoge, y los somete a una serie de pruebas de sabiduría, de las que los futuros
traductores salen airosos. Reunidos en un cierto lugar, probablemente la isla de Faros, los 72
varones hacen una traducción colectiva que se concluye precisamente en 72 días. Más tarde se
añadirá a la leyenda el hecho milagroso de que los traductores, trabajando separada -mente,
produjeron cada uno una versión que por singular inspiración divina coincidía al pie de la letra con
la de los demás. Una vez vertida, la Ley es leída en público en griego, y recibe de todos grandes
alabanzas. Se hacen de ella dos copias: una va a la biblioteca del Rey, y otra pasa a manos de los
judíos.
Esta versión del origen de los Setenta ha suscitado desde la antigüedad numerosas dudas y
cuestiones. Muchos investigadores no han prestado crédito a los datos de la Epístola de Aristeas y
han propuesto teorías para el origen de esta traducción bíblica distintas de las que presenta el
anónimo autor de tal “carta”. Las más interesantes suponen que la versión de los Setenta se debió:
A) a las necesidades litúrgicas de la comunidad judía de Alejandría que había olvidado el hebreo y
precisaba una versión inteligible del texto sacro para ser leída durante los oficios litúrgicos
sabatinos, o privadamente; B) A conveniencias y exigencias culturales, ya personales o del conjunto
de la comunidad hebrea: si los griegos se educaban literariamente con la lectura de Homero, los
judíos de Alejandría lo hacían con la lectura y estudio de la Ley; C) A afanes de proselitismo:
difundir el texto sacro entre los griegos; D) A razones de orden jurídico o relacionadas con la
comunidad judía de Alejandría, a saber, la posesión en griego de un ejemplar de la Torá que fuese
el código de los tribunales judíos de justicia.
Estas teorías sobre las causas que motivaron la versión de los LXX están erizadas de dificultades,
aunque quizás la última sea la menos improbable de todas. En primer lugar, las fuentes no
mencionan nunca una iniciativa judía, alejandrina o no, como inicio de la tarea de traducción.
Sabemos, más bien, que los judíos de Alejandría mantenían continuos contactos con la metrópoli y
se hallaban siempre subordinados y dependientes del sumo sacerdote de Jerusalén. En
consecuencia, éste tendría que haber autorizado la versión. Pero este hecho es bastante inverosímil,
ya que en el propio Israel por aquella época estaba terminantemente prohibido que las traducciones
orales de textos bíblicos del hebreo al arameo (que debían hacerse corrientemente en las
sinagogas, ya que el común del pueblo en Israel mismo era arameo hablante y no entendía bien el
hebreo) se plasmaran por escrito. Mucho menos permitirían las autoridades de Jerusalén una
versión al griego.
En tercero, no son verosímiles las motivaciones culturales privadas o públicas, ya que razones de
lectura personal (o en bibliotecas semiprivadas) no parecen que justificaran una empresa tan
costosa como la traducción de toda la Ley y otros libros de la Biblia a la lengua griega.
Hoy día los investigadores tienden a aceptar las líneas generales de la versión de la Epístola de
Aristeas, pero despojando a este escrito de los rasgos inverosímiles o legendarios. Así, unos piensan
que es muy probable que la iniciativa de la traducción partiera del Rey. Y esto no por un mero afán
literario, sino por razones de tipo jurídico. Los judíos pretendían siempre, aun en la Diáspora,
atenerse a las costumbres patrias (la ley de Moisés), por lo que luchaban por conseguir de los
monarcas un régimen jurídico especial. Por ello, a la administración ptolemaica en Alejandría le
pudo muy bien interesar tener a su disposición un ejemplar en griego de esa famosa ley que tanto
invocaban los judíos y por la que regían sus vidas. Hemos afirmado que en la antigüedad apenas se
hacían traducciones, pero sí eran usuales en el Oriente (por ejemplo, el imperio persa) desde
tiempos antiguos la versión de decretos y leyes reales. No es extraño, por tanto, que la Ley, como
código jurídico que afectaba a una parte importante de la población de Alejandría, fuera vertida al
griego al igual que, por ejemplo, se tradujo el derecho consuetudinario egipcio, que afectaba a la
población subyugada del país en aquellos ámbitos no contemplados por leyes griegas más
generales.
Otros estudiosos, sin embargo, niegan que la ley especí¬fica por la que se regía la comunidad de
los judíos alejandrinos hubiera de ser precisamente el Pentateuco, por lo que no ven claras las
razones de tipo jurídico para la versión. Más bien, se inclinan a considerar que tras la indicación de
la Epístola a Aristeas del interés del bibliotecario real por poseer la Ley en la Biblioteca se escondió
en realidad un propósito cultural por parte del monarca.
Sea exactamente como fuere el motivo último de la versión de los LXX, al principio, s. III a.C.
como se apuntaba más arriba, sólo se tradujeron los cinco primeros libros de la Biblia. La base
textual de esta versión era la forma alejandrina del texto hebreo, a su vez una variante de la
palestinense.
Sólo más tarde les tocó el turno a otros escritos, hasta el último, el Eclesiastés, que fue vertido
por un judío llamado Áquila hacia el año 125 de nuestra era. En el intermedio se tradujeron los
Salmos (hacia 210 a.C.), luego Ezequiel, Isaías, Reyes, Jueces (ya concluida su traducción a
mediados del s. II a.C., pues ya en esos momentos Eupólemo, historiador judío, emplea los LXX
para su Crónica). Los libros de Daniel, Esdras, Macabeos, Job, Proverbios estaban ya vertidos a
finales del s. II a.C. Parece que Ester estaba ya traducido poco después del 114 a.C. El nieto de
Jesús ben Sira (el autor del Eclesiástico), llegado a Egipto el 132 a.C., menciona la existencia de una
traducción, evidentemente completa, de la Torá, de los Profetas y de los restantes escritos, que
debía ser la de los LXX (Eclo, Prólogo). Finalmente, Ester, Rut, Cantar de los Cantares fueron
trasladados al griego bien un poco antes, o ya en tiempos de la era cristiana.
La leyenda de la versión milagrosa se amplió, aplicándose a todos los libros del texto
veterotestamentario, y se supuso que gozaba de la misma inspiración divina. Finalmente se
añadieron a la colección algunos escritos de fecha más reciente, compuestos ya originariamente en
griego (ciclo de los Macabeos y la Sabiduría de Salomón).
La Biblia griega de los LXX recoge, pues, versiones de diferentes traductores, de muy variada
calidad y de épocas distintas. Las traducciones de los diferentes libros de la Biblia, y a menudo
también las de las diversas partes de un mismo libro, son diferentes en lengua, estilo y técnica de
traducción, aunque se encuentran también marcadas coincidencias y rasgos comunes. En general la
calidad de las versiones es buena y tendente a la fidelidad literal. Cada libro presenta características
propias. La versión de Proverbios y Job se aparta considerablemente del texto hebreo que
conocemos, pero su griego es excelente. La traducción del Eclesiastés es, por el contrario, de una
literalidad extremada y servil. A veces aparecen traslaciones de frases hebreas difícilmente
inteligibles para un griego nativo. En ocasiones los traductores proceden más libremente con el
original hebreo, como quizás suceda con el libro de Job (el Job de los LXX es una sexta parte más
breve que el texto masorético), o con los Proverbios, donde los LXX se apartan considerablemente
del original hebreo, quizás por tener un texto base distinto al que conocemos. Así, por poner un
ejemplo, en Prov 8,22-31 la Sabiduría aparece más claramente que en el texto hebreo como figura
divina personificada, engendrada por Dios y garante de una perfecta creación. Las expresiones
filosóficas griegas no tuvieron relevancia en la traducción de los Setenta más que en casos
excepcionales (cf. 2.5). Pero ya se trate de una versión literal o de una más libre, los Setenta
llegaron a ser la fuente del lenguaje teológico del judaísmo helenístico y, por tanto, del cristianismo
primitivo.
Por medio del estudio de las técnicas de traducción (véase, Fernández Marcos 1998, 34ss), del
agrupamiento de vocablos típicos de un lugar con un sentido determinado, por alusiones históricas,
por ciertas expresiones características o incluso por alguna leve tendencia teológica en la
traducción, los expertos han llegado también a afinar ciertos criterios internos para dilucidar en qué
zona geográfica se tradujo cada uno de los libros. Ciertamente, en Egipto se tradujeron —además
del Pentateuco— Jueces, 1-4 Reyes, 1-2 Crónicas (Paralipómenos), Proverbios, Job, Isaías,
Jeremías, Baruc, Ezequiel. Lo más sorprendente es la afirmación común de los investigadores de
que no fue Alejandría la cuna de todas las versiones; muchos libros se tradujeron al griego en la
misma Palestina. Así, vieron la luz en Judea probablemente Rut, Ester, Canta r, Lamentaciones,
Judit, 1 Macabeos. De origen palestino, aunque moraran en Alejandría, era el traductor del
Eclesiástico. Sobre el resto de los libros )por ejemplo los “profetas menores”( se albergan dudas casi
insolubles respecto a su lugar geográfico de procedencia.
La amplia difusión de la versión de los Setenta al griego en la época helenística tardía indica que
ésta fue sin duda la traducción más importante de la Biblia hebrea. Pero ello no significa que no
hubiera por entonces otras en uso como se apuntaba al final de 2.6. Parece que en Palestina y en
Antioquía de Siria se emplearon entre judíos que sabían poco hebreo traducciones a l griego
diferentes de la de los LXX, de suerte que ésta debe considerarse en principio como una versión
local alejandrina. En esta ciudad, sin embargo, fue donde pronto consiguieron los Setenta la misma
autoridad que tuvo el texto hebreo en Palestina. Testimonio de ello es Filón de Alejandría, quien en
su exposición e interpretación total de la “Torá” )así se expresa en hebreo “ley”, griego nómos(
emplea esta traducción, y no el texto hebreo.
Es bien sabido que al comparar los Setenta con la Biblia hebrea hallamos que la versión griega
contiene un número mayor de libros, además de ciertos complementos o añadiduras. Las adiciones
más importantes de los LXX son las siguientes: a los Salmos (el 151; la llamada Oración de
Manasés); a Daniel (3,24-90: oración de Azarías e himno de los tres jóvenes; más la historia de
Susana, y Bel y el dragón: caps. 13 y 14); a Ester (1,1a-1s; 3,13a-13g; 4,17a-17s; 5,1a-1f; 5,2ab;
8,12a-12x; 10,3a-31).
Libros presentes en los LXX pero ausentes del canon hebreo son: 1 y 2 Macabeos; Eclesiástico;
Judit; Tobías; Sabiduría; Baruc; Epístola de Jeremías. Estos libros son considerados canónicos de
segunda clase ("deuterocanónicos") por los católicos; los judíos y las confesiones protestantes, por
el contrario, los consideran sencillamente "apócrifos", en el sentido no de “falsos” sin más, sino de
“no admitidos en el canon”.
Hay otros libros en los LXX que no son estimados como canónicos ni siquiera por los católicos
(éstos suelen designarlos unas veces como "pseudoepígrafos", y otras como "apócrifos"): Salmos de
Salomón; 1 (3) Esdras; 3 y 4 Macabeos; 9 Cantos de la Iglesia griega (Plegarias de Moisés; de Ana;
de Habacuc; de Isaías; de Jonás; de María, madre de Jesús; de Zacarías; de Ezequías; de Simeón).
Por si tales diferencias fueran pocas, en algunos libros como en Jeremías, Job o Ezequiel, la
diversidad de orden y contenido de los capítulos entre los LXX y la Biblia hebrea es muy notable.
Tabla 1
1 2 Macabeos
Eclesiástico
Judit
Tobías
Sabiduría
Baruc, + Epístola de Jeremías
Libros añadidos a la Biblia hebrea (considerados apócrifos por judíos y protestantes y católicos):
Salmos de Salomón
1 (3) Esdras
3 y 4 Macabeos
9 Cantos de la Iglesia griega (Plegarias de Moisés; de Ana; de Habacuc; de Isaías; de Jonás; de
María, madre de Jesús; de Zacarías; de Ezequías; de Simeón
Todas estas divergencias han sustentado recurrentemente la hipótesis de que los judíos de
Alejandría tuvieron un canon propio de escritos sagrados —diferente del hebreo—, heredado luego
por los cristianos junto con la Biblia en griego. Este supuesto ha estado en vigor hasta tiempos
recientes en los que ha sufrido severas críticas. En general a partir de 1964, año de aparición de la
obra de A.C. Sundberg (The Old Testament in the Early Church. Londres), no se admite ya
fácilmente la hipótesis del canon alejandrino por tres razones principales:
A) Alejandría no fue nunca un centro religioso independiente de Jerusalén de modo que pudiera
formular su canon propio.
B) Las citas que hacen el Nuevo Testamento y los Padres apostólicos de libros sagrados no se
corresponden con lo que abarcaría el canon alejandrino, ya que el canon particular de esos
cristianos primitivos contenía también diversos apócrifos o pseudoepí-grafos, no presentes en los
LXX. Así, Mateo cita como Escritura a 4 Esdras y a la Asunción de Moisés; la Epístola de Judas cita 1
Henoc y la Asunción de Isaías como canónicos. Los Padres apostólicos reconocían también como
tales 4 Esdras, Henoc y Eldad y Modad (libro hoy perdido). De este modo el número de libro s
bíblicos utilizados por la Iglesia antigua no sólo excede el canon hebreo, sino también el presunto
canon alejandrino tal.
C) Por último, no es cierta tampoco la característica principal del llamado canon alejandrino: la
presencia en él de libros compuestos exclusivamente en griego. Sabemos hoy día que parte de esos
presuntos libros en griego fueron redactados en Palestina en hebreo o arameo y luego traducidos a
la lengua helénica.
De estas críticas se obtiene en general la conclusión siguiente: no existía de ningún modo un canon
especial en Alejandría, sino que tanto el cristianismo como el judaísmo antes del llamado sínodo de
rabinos de Yabne/Yamnia (hacia el 90 d.C.) mantenían un canon bíblico fluido, cuyas fronteras no
estaban aun estrictamente delimitadas.
Los cristianos se separaron formalmente de la disciplina de la Sinagoga antes de ese Sínodo, por
lo que a partir de ese estado de indeterminación de la lista de Escrituras sagradas tuvo el
cristianismo que asumir la tarea de fijar su propio canon. A la postre, los cristianos, ya
independientes de la Sinagoga, aceptaron un canon distinto del judío, el cual se atuvo a las
decisiones de los “sabios” en el Concilio de Yabne/Yamnia. Después de la reforma protestante, las
diversas confesiones evangélicas volvieron sus ojos a la antigua normativa judía, no aceptando
como canónico ninguno de los libros que sólo se hallaban en los LXX. Los católicos, por su parte, en
el Concilio de Trento, sancionaron la costumbre tradicional de la Iglesia antigua de clarando
canónicos a los siete libros arriba mencionados, más el de Baruc. Hoy día, sin embargo, se ha
impuesto la denominación de "deuterocanónicos", es decir, “canónicos de segunda clase”, lo que
supone de hecho un acercamiento al punto de vista judío y protestante.
Tabla 2
Apócrifos: los católicos reservan este vocablo para los escritos que los judíos y protestantes
denominan “pseudoepígrafos”
Pseudoepígrafos: los católicos denominan a los escritos “pseudoepígrafos” unas veces así )como
los protestantes( y otras “apócrifos”.
www.antoniopinero.com
Apéndice 5:
A reivindicação da [fraude conhecida como] Septuaginta (também conhecida como LXX [70, em
algarismos romanos]) é que 6 eruditos de cada uma das 12 tribos de Israel se ajuntaram e
traduziram o Velho Testamento do Hebraico para o Grego, [muito] antes do tempo de Cristo, e que
Cristo e os apóstolos citaram a partir da LXX. Seus defensores não dão a mínima atenção ao fato de
que 6 x 12 = 72, ao invés de 70. Este é um minúsculo “vício do bozó” comparado aos principais
erros no texto. Muitos proponentes da LXX reivindicam que apenas a Lei (também conhecida como
o Pentateuco, os 5 livros de Moisés) foi totalmente traduzida.
Nós não temos que investigar os grosseiros erros principais da LXX, tais como a cronologia de
Matusalém levando-o a ter sobrevivido ao dilúvio, ou Golias ser apenas de 1,95m de altura (e os
manuscritos do N.T. que acompanham a LXX têm erros ridículos e hilários, tais como a morte ter
sido engolida pela controvérsia ao invés de pela vitória, ou terem Jesus morto pela lança do soldado
ao invés de voluntariamente ter entregue Seu espírito antes disso).
A LXX nem sequer “entra no jogo” [nem sequer tem a chance de merecer ser examinada como uma
possibilidade real de ter sido uma tradução real que foi aceita entre alguns piedosos e fiéis judeus
da Diáspora, um pouco esquecidos do Hebraico]: Se membros de cada uma das 12 tribos foram
responsáveis pela LXX, só este fato já a faria uma escritura ilegítima: O Velho Testamento [sua
guarda e fiel reprodução] foi entregue à responsabilidade da tribo sacerdotal de Levi, e somente a
ela.
“E aconteceu que, acabando Moisés de escrever num livro, todas as palavras desta lei, deu ordem
aos LEVITAS, que levavam a arca da aliança do SENHOR, dizendo: Tomai este livro da lei, e
ponde-o ao lado da arca da aliança do SENHOR vosso Deus, para que ali esteja por
testemunha contra TI.” (Dt 31:24-26 ACF)
A aliança de Levi foi somente com esta tribo, para guardar as Escrituras do Velho Testamento em
Hebraico, particularmente a Lei.
“Será também que, quando se assentar sobre o trono do seu reino, então escreverá para si num
livro, um traslado desta lei, do original que está diante dos sacerdotes LEVITAS. E o terá
consigo, e nele lerá todos os dias da sua vida, para que aprenda a temer ao SENHOR seu Deus,
para guardar todas as palavras desta lei, e estes estatutos, para cumpri-los;” )Dt 17:18-19 ACF)
[O príncipe devia escrever sua própria cópia da Lei, o que o forçaria a meditar sobre ela. Ele obtinha
a lei oficial das mãos dos sacerdotes LEVITAS]
“Este ESDRAS subiu de Babilônia; e era escriba hábil na lei de Moisés, que o SENHOR Deus de
Israel tinha dado; e, segundo a mão do SENHOR seu Deus, que estava sobre ele, o rei lhe deu tudo
quanto lhe pedira.” )Ed 7:6 ACF(
[Esdras era um LEVITA e um escriba, um copista da Lei de Deus]
“Estavam também sobre os carregadores e dirigiam todos os que trabalhavam em alguma obra; e
dentre os LEVITAS havia escrivães, oficiais e porteiros. E, tirando eles o dinheiro que se tinha
trazido à casa do SENHOR, Hilquias, o SACERDOTE, achou o LIVRO da LEI do SENHOR, dada
pela mão de Moisés. E Hilquias disse a Safã, o escrivão: Achei o LIVRO DA LEI na casa do
SENHOR. E Hilquias deu o livro a Safã.” )2Cr 34:13-15 ACF)
Depois que o Novo Testamento foi escrito, as Escrituras foram traduzidas para muitas línguas (Ato s
2:9-12) “Partos e medos, elamitas e os que habitam na Mesopotâmia, Judéia, Capadócia, Ponto e
Ásia, E Frígia e Panfília, Egito e partes da Líbia, junto a Cirene, e forasteiros romanos, tanto judeus
como prosélitos, Cretenses e árabes, todos nós temos ouvido em nossas próprias
línguas falar das grandezas de Deus. E todos se maravilhavam e estavam suspensos, dizendo uns
para os outros: Que quer isto dizer?” )At 2:9-12 ACF)
Todos os crentes em Cristo tornaram-se sacerdotes [Apo 1:6] “E nos fez reis e sacerdotes para
Deus e seu Pai; a ele glória e poder para todo o sempre. Amém.” )Ap 1:6 ACF(
e responsáveis pelas Escrituras (2Tim 3:15) “E que desde a tua meninice sabes as sagradas
Escrituras, que podem fazer-te sábio para a salvação, pela fé que há em Cristo Jesus.” )2Tm 3:15
ACF).
Mas, antes do Novo Testamento ser escrito, o Velho Testamento somente era legítimo se guardado
e copiado sob o cuidado da tribo de LEVI.
Teno Groppi
Todas as citações bíblicas são da ACF (Almeida Corrigida Fiel, da SBTB). As ACF e ARC (ARC
idealmente até 1894, no máximo até a edição IBB-1948, não a SBB-1995) são as únicas Bíblias
impressas que o crente deve usar, pois são boas herdeiras da Bíblia da Reforma (Almeida
1681/1753), fielmente traduzida somente da Palavra de Deus infalivelmente preservada (e
finalmente impressa, na Reforma, como o Textus Receptus).
(Copie e distribua ampla mas gratuitamente, mantendo o nome do autor e pondo link para esta
página de http://solascriptura-tt.org)
(retorne a http://solascriptura-tt.org/ Bibliologia- Traducoes/
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Apéndice 6:
Pode A Septuaginta Inicial Ter Sido Boa, Sem Ter Apócrifos, Tendo
Sido Usada Por Cristo, E Pelos Apóstolos E Primeiros Cristãos?
(Estes títulos foram dados por Hélio, não por seu fiel irmão e amigo EEEE)
Ainda pesquisando sobre a primazia aramaica, tenho sido levado a crer que quando o império
romano começou a se estabelecer, já encontrou uma "palestina" povoada de judeus que falavam e
liam grego depois de uns três séculos de domínio grego. O latim nunca conseguiu suplantar o grego
como língua comercial, pois os documentos oficiais do império romano eram redigidos em grego!!!
Jesus tinha dois apóstolos com nomes gregos: André e Filipe. Lembre que estes cidadãos eram de
ascendência judaica, e seus pais não tiveram a mínima cerimônia em colocar nomes estrangeiros
(pagãos) nos seus filhos, tamanha a influência helênica. Tenho estado inclinado a crer que havia
algum documento bíblico (LXX ?) nesta língua para facilitar o entendimento das Escrituras por parte
de uma grande parte da população que não lia o hebraico. Tememos em falar na Septuaginta por
causa dos livros apócrifos, mas sempre cri que os livros sagrados até então eram a pura TANACH
dos judeus, ou seja, a LEI, os ESCRITOS, e os PROFETAS como conhecemos hoje, perfeitamente
preservados. Visitando o site de Pickering encontrei o seguinte:
10. Septuagint (LXX)—during the 3rd century BC (c. 285) the translation of the O.T. into Greek was
begun, and the work was completed before the time of Jesus Christ. The canon that was translated
contained the 39 books that we know (the apocryphal books were added well into the Christian era,
by Christians, not by the Hebrew community).
Fiquei muito alegre em saber que eu não era o único a crer assim. O CÂNON traduzido continha
apenas os 39 livros que compõem a Bíblia hebraica e todas as Bíblias da reforma protestante. Isso
sem falar que o próprio Lutero e a KJV no princípio tinham os apócrifos. Mas o mais importante é
isso; os apócrifos foram acrescentados muito DEPOIS, pelos "cristãos", "pais da igreja", e não pelos
judeus!!!
Em Cristo, EEEE
2) Ao final da década de 70 tive uma jovem indiana (não lembro bem seu nome, era difícil) como
colega de escritório de alunos de doutorado em Ciência da Computação, na University of Waterloo,
Canadá. Ela me disse que toda e qualquer criança de cerca de 10 anos, na Índia, se tiver um
mínimo de educação, fala perfeitamente pelo menos 2 línguas: a da tribo dela, e o Inglês. Ela me
disse que, se eu viajasse de trem, a cada parada, a cada 2 horas, eu ouviria, na estação de parada,
um dialeto completamente diferente, pois a Índia tem muitas centenas ou mesmo alguns milhares
de dialetos diferentíssimos. Por isso, cada indiano tem que falar Inglês perfeitamente, além do
dialeto local, pois as aulas, o governo, tudo oficial, tudo entre 2 aldeias diferentes, tudo isto é em
Inglês. E, por causa das vizinhanças e pequenas viagens e necessidade de diálogo nas feiras, etc,
quase todo mundo fala e escreve pelo menos mais alguns 2 idiomas, totalizando pelo menos 4
idiomas. Ela me disse que "somente" falava e escrevia perfeitamente bem em 4 idiomas (que
aprendeu já desde criancinha), mas que entendia um pouquinho de mais alguns 4 outros idiomas.
3) Por tudo isso, estou convicto de que até o mais humilde judeu (agricultor, ou pescador, ou
assalariado, ou mesmo servo) dos dias de Cristo sabia falar e escrever, com toda perfeição, pelo
menos:
- Hebraico (a língua que aprendeu enquanto ainda mamava nos braços da mãe, e que usava
diariamente com seus familiares e todos os sábados nas atividades religiosas);
- Grego koinê (popular e simplificado) (a língua mais usada em todo mundo que os gregos
haviam dominado)
- Latim (a língua dos tratos com o governo, dos decretos, dos oficiais do governo, etc.)
- Aramaico (quase igual ao hebraico, particularmente na escrita) (a língua dos vizinhos
Samaritanos, e do dia a dia).
4) Não duvido que judeus em outros países do mundo tenham traduzido partes do V.T. para o
Grego, para uso dos prosélitos, e para "evangelização" (melhor dizendo, judaização)
dos gentios.
Nem eu nem você nem nenhum crente que conheço duvida disso.
Mas eu e você:
a) Temos certeza de que a escrita (dos originais) e preservação (cópias perfeitamente idênticas
aos originais) do V.T. foi confiada exclusivamente aos judeus “1 ¶ Qual é, pois, a vantagem do
judeu? Ou qual a utilidade da circuncisão? 2 Muita, em toda a maneira, porque, primeiramente, as
palavras de Deus lhe foram confiadas.”(Rm 3:1-2 ACF).
Mais que isso, foi confiada exclusivamente aos LEVITAS. Nenhum judeu aceitaria uma cópia das
Escrituras (muito menos uma tradução dela) feita por um judeu de outra tribo. Somente Levitas,
podiam copiar as Escrituras, portanto podemos inferir seguramente que somente eles podiam
traduzi-la para o hipotético uso por judeus. Isto é importantíssimo. Não pode ser perdido de vista.
E Deus jamais poria Seu selo de perfeição, jamais aprovaria uma cópia das Escrituras (muito
menos uma tradução dela) feita por um judeu de outra tribo, ela seria contrária à vontade de Deus,
desaprovada por Ele, e muito sujeita a ter falsificações intencionais e erros e falhas. Repetimos: Isto
é importantíssimo, não pode ser perdido de vista
b) Temos certeza de que o que HOJE é chamado de Septuaginta seja 1mm menos que uma
fraude grosseira e invulgarmente cruel, da parte de Orígenes, introduzida no ano 200 DEPOIS de
Cristo, alegando ser de antes dEle.
5) Mas estou convicto de que os verdadeiros judeus mesmo (não falo dos prosélitos recém
convertidos ao judaísmo) somente usavam as escrituras em Hebraico.
Estou convicto de que Lucas é judeu (nenhum livro da Bíblia foi escrito senão por judeu!)
Estou convicto de que o NT foi escrito diretamente em grego e que não copiou 1 palavra de
nenhuma tradução do VT para língua nenhuma, ao passo que a fraudulenta Septuaginta copiou
partes do NT grego para a tradução do VT para o grego.
b) Só me falta tempo para colocar no site uns 500 novos artigos, já preparados, entre os quais:
QueTalSeptuaginta-DCloud.htm
CartaDeAristeas-FraudeBaseDaFraudeDaSeptuaginta- DW Daniels.doc
QnrunAtestaMassoreticoNaoMitoSeptuaginta-WJanzen.htm
SeptuagintACriticalAnalysis-FNJones.pdf
QuestaoSeptuaginta-WCampelo.doc
NTDoesNotQuoteLXX-TGroppi.htm
NoLXX-Part1-WKinney.htm
NoLXX-Part2-WKinney.htm
NoLXX-Part3-WKinney.htm
JosephusAndLXX-WKinney.htm
LXX-ShortDebate-Fuhrman.htm
(se alguém quiser qualquer desses artigos, basta que procure entre as antigas mensagens do
boletim solascripturatt)
Hélio.
Todas as citações bíblicas são da ACF (Almeida Corrigida Fiel, da SBTB). As ACF e ARC (ARC
idealmente até 1894, no máximo até a edição IBB-1948, não a SBB-1995) são as únicas Bíblias
impressas que o crente deve usar, pois são boas herdeiras da Bíblia da Reforma (Almeida
1681/1753), fielmente traduzida somente da Palavra de Deus infalivelmente preservada (e
finalmente impressa, na Reforma, como o Textus Receptus).
(Copie e distribua ampla mas gratuitamente, mantendo o nome do autor e pondo link para esta
página de http://solascriptura-tt.org)
Apéndice 7:
LA SEPTUAGINTA o LXX
Fraude de los fraudes
En su libro Forever Settled - Siempre Cerrado (publicado por La Biblia Para Hoy: 900 Parque
Avenue, Collingswood. NJ 08108 EE.UU.) Jack Moorman escribe en la página 13:
"Paul Kahle, un famoso erudito del Antiguo Testamento en un trabajo extenso realizado [de
investigación] sobre la Septuaginta, no cree que hubo una real versión griega antigua [es decir,
antes de la era cristiana] y por lo tanto [acredita] que los manuscritos de (la llamada) Septuaginta
No pueden ser rastreados retroactivamente hasta un arquetipo [patrón o modelo, or iginal, a partir
de la que todas las copias derivan].
Peter Ruckman (en su libro Christian's Handbook of Manuscript Evidence- Manual Cristiano de
Evidencia Manuscrita) tomó una posición similar. Sus argumentos pueden resumirse de la siguiente
manera:
2. Las encuestas de Paul Kahle muestran que no hubo una copia precristiana de la LXX.
3. Nadie nunca pudo presentar alguna vez una copia griega del Antiguo Testamento
escrito antes de 300 dC
4. De hecho, la Septuaginta "cita" [las palabras exactas o casi exact as] a partir del
Nuevo Testamento, y no al revés. Es decir, los formuladores posteriores [del fraude] del
Antiguo Testamento Griego lo fabricaron haciéndolo ajustarse al texto griego del Nuevo
Testamento".
PROBLEMAS DE TEXTO:
En su libro magistral "Errores" en la versión King James (su título antiguo era Problem Texts
-El problema que los Textos) (publicado por Pensacola Bible Institute Press, PO Caja de 7135,
Pensacola, Florida 32504. EE.UU.) Peter S. Ruckman, Ph.D., escribe acerca de la Septuaginta en
el Apéndice 2, páginas 407-409:
"Tengo una copia de la famosa Septuaginta en mi escritorio (Zondervan Publishing Co.1970, Samuel
Baxter & Sons, Londres). En la Introducción [de la Septuaginta] la línea partidaria de la Secta
Alejandrina {*} se expone tan claramente como en un piso de baldosas cerámicas. Nuestro escritor
[de la introducción] dice:
"El hecho pudiera ser considerado como CIERTO que el Antiguo Testamento Griego LXX comenzó a
ser traducido antes de 285 a.C."
La evidencia de esto? No seas tonto; la Secta Alejandrina nunca trata con pruebas."
* {Nota del traductor: "Culto de Alejandría" Ruckman se refiere a aquellas de hoy, con el mismo
espíritu de adoración o pseudo intelectualismo, al modernismo y a la incrédula crítica textual que se
rige por "cuando más conflicto con la fe sencilla y Ortodoxa, mejor " que caracterizaban a la Escuela
de Alejandría [Egipto], debido al apóstata Orígenes, uno de los padres de las aberrantes alegorías
de las incrédulas críticas textuales}
Cada manuscrito de la LXX citado en la Concordancia de la Septuaginta fue escrito [por lo menos]
200 años después que se completó la escritura del Nuevo Testamento. Ellos son los siguientes:
1 - Alejandrino: escrito más de 300 años después de que el Nuevo Testamento se hubo
completado. Omite Génesis 14:14 -17; 15:1-6, 16-19, 16:6-10, Levítico 6:19-23, 1 Samuel 12:17-
14:09, 1 Reyes 3-6 Salmos 69:19-79:10.
2 - Aleph - Sinaiticus: escrito más de 200 años después de que el Nuevo Testamento se hubo
completado. Omite Génesis 23:19 -24:46, Números 05:27-siete y veinte, 1 Crónicas 09:27-19:17, y
en su totalidad, el libros de Éxodo, Josué, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, Oseas, Amós, Miqueas,
Ezequiel, Daniel y Jueces. Contiene libros Apócrifos del Nuevo Testamento
3 - Codex Ephrainico: escrito más de 300 años después de que el Nuevo Testamento se hubo
completado. Omite Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, 1 y 2
Samuel, 1 y 2 Reyes, y todos los profetas mayores y profetas menores!
4 - Vaticanus: omite todo, desde Génesis 1:01 a 46:28, todos los Salmos 105:26 a 137:6, y
partes de 1 Samuel, 1 Reyes y Nehemías. Contiene todos los libros apócrifos del Antiguo
Testamento.
Ruckman sigue:
"Los interesados en Evidencias adicionales del fraude, observarán que todos y cada uno de los
manuscritos en papiro encontrados que contiene alguna parte del Antiguo Testamento en él, fue
escrito después de la resurrección [de Cristo], con la excepción de un fragmento que contiene
menos de 6 capítulos de Deuteronomio. Los papiros de [la erradamente llamada] “Septuaginta" )en
nuestro libro Manual Cristiano de Evidencia Manuscrita, páginas 48-51, publicado en 1970,
listamos todos estos 23 papiros, resumiendo todo lo que contienen y las fechas en la que fueron
escritos), fueron todos escritas dentro de los 60 a 500 años después de que Juan terminó de
escribir el libro de la Revelación ".
http://solascriptura-tt.org/Bibliologia-PreservacaoTT
Apéndice 8:
Por
1ra Edición
2006
SABIDURÍA CONVENCIONAL
La sabiduría convencional [1] es aquella forma de opinar que sabe quedar bien con la teología y la
política. La misma dice que Cristo y los apóstoles regularmente usaban la Septuaginta, que es una
traducción en Griego del Antiguo Testamento. S upuestamente leían de ella, y sus citas del Nuevo
Testamento eran tomadas de la misma.
¿En qué se basa este argumento? ¿Dice Cristo que citó él de la Septuaginta? ¿Acaso los apóstoles
dijeron que la estaban usando? ¿Fue mencionada la Septuaginta alguna vez por Cristo o los apóstoles?
La respuesta a estas preguntas es "¡no!". Pese a esto, la sabiduría convencional insiste en afirmar
que Cristo y sus apóstoles usaron la traducción Griega.
Por ejemplo, "Cristo citaba de la Septuaginta frecuentemente. La Septua ginta, cuya fecha data
alrededor de 250 á 160 AC, es una traducción del Antiguo Testamento en Griego. Cristo la usó
frecuentemente en Sus citas y referencias del Antiguo Testamento. El uso de la Septuaginta fue
extenso en los días de Cristo". (Roberto Lightner, The Savior and the Scriptures , página 13)
"La Septuaginta fue la Biblia de Cristo y los apóstoles, y usualmente citaron de ella". (Ira Price, The
Ancestry of Our English Bible , página 182)
"La Septuaginta es la traducción más antigua de la Biblia Hebrea, ya que constantemente fue citada
por los escritores del Nuevo Testamento..." ( Diccionario Bíblico de Smith, página 432)
"Fue la Biblia de la mayoría de los escritores del Nuevo Testamento". ( International Standard Bible
Encyclopedia, página 2,724)
Docenas, y probablemente cientos de otras fuentes podrían ser citadas. Pero, ¿cómo pueden saberlo?
¡Ni siquiera Cristo o sus apóstoles dijeron que estaban citando de la Septuaginta! ¿Por qué es la idea
que Cristo y sus apóstoles usaron la Septuaginta la sabiduría convencional de nuestro día?
¿Por qué hay tantos eruditos determinados a creer que Cristo y sus apóstoles usaron la Septuaginta?
La Iglesia Católica Romana hace uso de la idea que Cristo citó de la Septuaginta para justificar la
inclusión de los libros Apócrifos en sus Biblias. Su razonamiento se expresa de la siguiente manera:
"Cristo usó y honró la Septuaginta; la Septuaginta incluye los libros Apócrifos, así que Cristo honró y
autorizó los Apócrifos." Dado el hecho que no existe ningún manuscrito del Antiguo Testamento en
Hebreo que incluya los libros Apócrifos, la Septuaginta se convierte en la única fuente para los
Católicos en justificarlos e incluirlos en su canon. Muchos Reformistas y Luteranos escribieron
extensamente refutando la validez de la Septuaginta.
Una enseñanza Católica que aparece en el Internet reza de la siguiente manera: "Yo confío en la
versión del Antiguo Testamento que amó Pedro y Pablo." Esto aparece en una lección titulada "El
Canon de la Biblia y la Septuaginta." La única razón ofrecida para aceptar los libros Apócrifos es que
Cristo y sus apóstoles citaron de la Septuaginta. Otra cita dice: "Permítame reiterar que la versión de
las Escrituras con más de 300 años de existencia, la Septuaginta, fue aceptada por Mateo, Marcos,
Lucas, Juan, y Pablo, evidenciado por más de 300 referencias al Antiguo Testamento en sus escritos
novo testamentarios, y la Septuaginta incluye siete libros y partes de Ester y Daniel que fueron
removidos de las Biblias Protestantes algunos 1,600 años después del nacimiento de Cristo." Casi que
cada "prueba" dada en sus declaraciones está incorrecta pero a la vez demuestra por qué el
Catolicismo Romano está tan aferrado a la Septuaginta.
La Septuaginta es una traducción débil del Antiguo Testamento. Hay muchas similitudes con la
"Revised Standard Version" o aun la "Living Bible"[2] que con la Biblia "King James". Se usa muchas
veces para enseñar en contra de la doctrina de la inspiración verbal. Se usa para justificar el método
de traducción conocido como "equivalencia dinámica" en lugar del más tradicional método conocido
como "equivalencia formal", la que se basa en el concepto de la inspiración verbal.
Después de todo, si Cristo no le dio importancia específicamente a las palabras de las escrituras, ¿por
qué debemos de hacerlo nosotros? Por ejemplo, vea el libro The Nature and Authority of the Bible ,
por Raymond Abba, página 106. Si Cristo usó la Septuaginta entonces usted puede traducir la Biblia
con sus propias palabras sea parafraseándola o haciendo su propia traducción. Usted se convierte en
Dios y puede sacar su propia interpretación privada ya que usted se convierte en su propia regla y su
propia fuente de autoridad.
Es fácil ver como la Iglesia Católica Romana y modernistas sean muy devotos a la idea que Cristo
usara la Septuaginta. Pero ¿por qué hay tantos evangélicos aferrados a la misma idea de la cual no
pueden ofrecer alguna explicación? La respuesta es muy sencilla: Muchos evangélicos, en su orgullo,
valorizan la idea de ser aceptados como "eruditos" y "educados" por el mundo, los Católicos y los
modernistas. Es un hecho que Católicos y modernistas se burlan de alguien llamándoles "ignorantes"
o "sin erudición" si no cree que Cristo usó la Septuaginta. Si usted les pregunta que cómo saben que
Cristo usó la Septuaginta, ellos le atacarán, muchas veces con insultos, per o nunca le responderán
su pregunta.
Hay demasiados evangélicos que buscan ser aceptados por el mundo. Ellos sustituyen la sabiduría
convencional con la tarea de hacer sus propias investigaciones y sacar sus propias conclusiones.
Se declaran eruditos, pero sólo repiten lo que otros dicen sin ellos hacer sus investigaciones. ¡Su
actitud es de condescender cuando se les preguntan cosas a las cuales no pueden responder!
La evidencia claramente refuta la idea que la traducción en Griego del Antiguo Testamento, l lamada
Septuaginta, fuera usada por Cristo y sus apóstoles.
Según la definición del libro General Biblical Introduction: From God to Us , por M.S. Miller, página
220, la Versión Septuaginta es "una traducción del Antiguo Testamento Hebreo al lenguaje Griego
para los Judíos que hablaban ese idioma y vivían en Alejandría, y todo Egipto, y tal vez en los países
vecinos. Se le llama comúnmente La Septuaginta, ó LXX (70) por sus siglas numerales en Griego. A
veces se le llama la Versión Alejandrina."[3]
Pero ¿por qué Cristo, predicándoles a los Judíos de Palestina, usaría una versión del Antiguo
Testamento en Griego que fue diseñada para los Judíos de Alejandría, Egipto?
La existencia de esta traducción se basa en una carta llamada "Carta de Aristeas". Esta carta fue
mencionada por Aristóbulo cuando se dirigía a Faraón Tolomeo, cerca del año 182 – 146 AC, Filón
(40 DC), y Josefo (70 DC) También a ella se refieren varios autores de la era Cristiana primitiva. A
parecer, Aristeas era un alto oficial de la corte del Rey Egipcio Tolomeo Filadelfo. Según la carta, al
bibliotecario oficial Demetrio Falario, se le sugiere que sería bueno tener una traducción del Antiguo
Testamento en Griego en la biblioteca real en Egipto. Es en aquél entonces que e l Rey manda a los
Judíos que vivían en Alejandría (incluyendo Aristeas) a Jersusalem para conseguir ayuda. Según la
"Carta de Aristeas", se mandaron escribas a la isla de Faros. No dice la carta si entre los escribas iban
algunos eruditos. Cada uno de los escribas hizo su propia traducción de los primeros cinco libros del
Antiguo Testamento. Cada una de las 72 traducciones fueron idénticas luego de 72 días de trabajo.
Esto, alegan ellos, ¡comprueba que los traductores de la Septuaginta fueron inspirados por Dios!
Claro que nadie hoy cree que este cuento es verídicamente cierto, pero aun así muchos basan sus
doctrinas de las Escrituras en ella. Los señores Roy Becham y Kevin Bauder, en su libro titulado en
inglés One Bible Only? lo llaman "una mezcla de hechos y ficción" en la página 29. Geisler & Nix, en
la obra titulada A General Introduction to the Bible dicen, "Los detalles tras esta historia son
indudablemente ficticios pero la carta sí relata el hecho de que la LXX fue traducida para Judíos que
hablaban el Griego en Alejandría (página 308).
Sin embargo, si la historia es "ficticia" entonces no hay ninguna información verídica sobre el origen
de la Septuaginta. No hay otra referencia histórica a la traducción del Antiguo Testamento en Griego
en Alejandría. Todas las demás referencias son solamente una repetición del cuento original de la
"Carta de Aristeas".
En el libro titulado, The Introduction to the Septuagint, pg. ii, a modern printing of Origen´s
Septuagint, declara que "la Carta de Aristeas no es digna de tomarse en cuenta excepto por el valor
mitológico que pueda atribuírsele a la autoridad que la LXX supuestamente tiene."
También dice (p.i), "Ninguna información que nos indique el tiempo y el lugar en que se produjo esta
supuesta traducción antigua existe, ni hay evidencias de su autoría..."
El libro titulado The New Schaff-Herzog Religious Encyclopedia Vol. II, p.117 admite: "De su existencia
previa a la era Cristiana casi nada se sabe." No hay referencias históricas de la Septuaginta antes de
los tiempos de Cristo excepto la "Carta de Aristeas". Aristóbulo, Filón, Josefo, y todos los escritores
de la era Cristiana primitiva hacen referencia al mismo cuento. ¡Un cuento que nadie cree hoy en día!
Por alguna razón la obra de estos Setenta-y-dos hombres comenzó a llamarse LXX ó la Versión de los
Setenta. ¿Por qué Setenta en vez de Setenta-y-dos? No hay una clara explicación para esto. La falta
de una clara explicación no es inusual en este cuento.
Los que apoyan la teoría que "Cristo usó la Septuaginta" a menudo hacen referencia a los autores
Cristianos de la era primitiva como prueba que Cristo y los apóstoles usaron la Septuaginta. Nombres
como Justino Mártir, Ireneo, Tertulio, Cirilo de Jerusalem y Agustino son algunos de los mencionados.
Los autores citados pueden ser hallados en los Padres Ante Nicenos o Post Nicenos.
Cada uno de estos hombres mencionaron "La Carta de Aristeas". Todos la aceptaron como verídica.
Todos creyeron que Dios había inspirado una traducción Griega del Antiguo Testamento o a lo menos,
una traducción al Griego del Pentateuco. ¿Creen en la leyenda de la "Carta de Aristeas" cualquiera
que cita a estos hombres? Al usar la Septuaginta, los autores Cristianos primitivos no añaden nada
nuevo a lo que ya sabemos de Cristo. Si usted no cree en el cuento legendario de la "Carta de Aristeas"
entonces estos autores no añaden nada nuevo a la discusión.
Uno de los autores de la era primitiva que rara vez es citado es Jerónimo, un contemporáneo d e
Agustino. Este quiso ver una nueva traducción al Latín del Antiguo Testamento Hebreo. Él y Agustino
intercambiaron ideas al respecto. Agustino, sin embargo, se opuso al uso del Hebreo porque creyó
que el Griego fue "inspirado".
Jerónimo entendió que la Septuaginta en su día fue invento de Orígenes. ¡También creyó que
Orígenes usó varios manuscritos Griegos, y que todos eran corruptos! ¡Disputó con Agustino su
aserción de que los apóstoles con frecuencia citaron de la Septuaginta! Señaló que sus citas
regularmente no concordaban con ninguna versión de la Septuaginta o cualquier otro Nuevo
Testamento Griego.
El libro clásico de H.S. Miller ( General Biblical Introduction: From God to Us , página 222) dice que
Jerónimo fue el primero en desafiar la sabiduría convencional de su día sobre la "Carta de Aristeas."
Miller sigue diciendo que la "Carta de Aristeas" no solamente fue puesta en duda, sino negada
fehacientemente, y posteriormente defendida por pocos o ningunos."
Está claro que aquellos que llaman la Septuaginta hoy día no tiene nada que ver con la "Carta de
Aristeas." Lo que llaman hoy día la Septuaginta es obra de Orígenes (Adamancio) que vivió 200 años
después de Cristo.
Los que abogan por la teoría que "Cristo usó la Septuaginta" son prestos a descartar los señalamientos
mencionados al replicar que es propaganda de los defensores de la Biblia del Rey Jaime (KJV). Un
escritor dijo, "¿Por qué los defensores de la posición "King James" Only están tan aferrados en fijar
la fecha conclusiva de la Septuaginta al final de los escritos Neo Testamentarios? Es porque la
Septuaginta no es idéntica a las escrituras Hebreas de donde se tradujo la Biblia "King James", pero
Cristo y sus apóstoles a menudo citaron de ella." Ese ataque en contra de los creyentes en la Bibl ia
del Rey Jaime ignora el testimonio del Siglo IV de Jerónimo. La historia del desarrollo de la Septuaginta
no es nada novedoso.
En 1588, veintitrés años previos a que se publicara la Biblia del Rey Jaime, el señor Guillermo Whitaker
escribió: "Los hombres estudiosos cuestionan si una versión extenuada Griega de las Escrituras es o
no la versión usada por los setenta ancianos. La opinión más sana por aquellos que determinan la
veracidad de la Septuaginta parece ser que la misma está totalmente perdida, y que el texto Griego
como lo tenemos hoy día es un documento mezclado y miserablemente corrompido. Aristeas decía
que la versión Septuaginta estaba conformada exactamente a los originales Hebreos, para que cuando
se leyera y se examinara diligentemente por jueces doctos, se aprobara altamente para uso general.
Pero la que tenemos acá difiere sorprendentemente del Hebreo, como también en otros lugares y
libros, especialmente en los Salmos de David." (Guillermo Whitaker, Disputations on Holy Scripture ,
1588, página 121; Edición Soli Deo, 2000)
El Sr. Whitaker era el defensor por excelencia de la doctrina Protestante de las Escrituras contra el
Catolicismo en su día. También escribió:
"De estos y otros innumerables ejemplos de lo mismo podemos coincidir que la versión Griega que
ha sido transmitida a nosotros hasta el día de hoy no fue la misma que fue publicada por los setenta
ancianos Judíos; o que ha sufrido tantas corrupciones vergonzosas que ya no posee ninguna
autoridad. Aun el mismo Jerónimo no tuvo la traducción Griega de los setenta intérpretes en su forma
más pura, ya que a menudo se quejaba en sus comentarios que lo que tenía estaba errado y corrupto."
(Disputations on Holy Scripture , p. 122)
Esto no es propaganda de los que sostienen la posición ""King James" Only"[4]; es una sana
evaluación histórica.
En su libro titulado The Ancestry of Our English Bible , el Sr. Ira Price menciona varios manuscritos
importantes de la Septuaginta en las páginas 52 al 80. Cada uno de esos manuscritos, con excepció n
de los fragmentos de la colección John Rylands, pertenece a la versión de Orígenes de la Septuaginta,
misma que fue producida mucho después del Nuevo Testamento. Cada manuscrito fue producido por
lo menos 200 años después del Nuevo Testamento, y no como alegan los eruditos. "Empero el
manuscrito más extenuado de esta versión (Septuaginta) se remonta al año 350 DC." (H.S.
Miller, General Biblical Introduction, página 120)
LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO
A los "eruditos" les encantan decir que los Rollos del Mar Muerto prueban la legitimidad de la
Septuaginta. De hecho, la frase "...los Rollos del Mar Muerte prueban..." se usa para justificar un sin
número de ideas que no tienen nada que ver con los Rollos del Mar Muerto.
De hecho, no hay ni siquiera un sólo pasaje del Antiguo Testamento en Griego hallado entre los Rollos
del Mar Muerto. Nada de la Septuaginta en estos rollos. No existen citas de la Septuaginta o alguna
referencia a ella. Nada de los Rollos del Mar Muerto menciona la Septuaginta. Todos los Rollos del
Mar Muerto están escritos en Hebreo o en Arameo.
Algunos de los libros del Antiguo Testamento encontrados entre los Rollos del Mar Muerto no cuadran
con el Hebreo del texto tradicional. Algunos eruditos llaman a estos manuscritos Hebreos "La
Septuaginta Qumrán." Sugieren que estos manuscritos fueron parte de la Septuaginta traducida de
reverso al Hebreo. No hay referencia de esto en cualquiera de los rollos o en cualquier otra parte de
la historia. Entonces, ¿por qué lo creen? La respuesta es porque quieren creer que así fue. ¡No hay
tal cosa como una Septuaginta Qumrán!
Los Rollos del Mar Muerto si comprueban que el "lenguaje sagrado" de los Judíos (aquél que se usa
en sermones, ritos, y comentarios) en Palestina durante el tiempo de Cristo fue el Hebr eo, no el
Griego.
FRAGMENTOS EN GRIEGO
Una de las evidencias más sugeridas para una traducción Septuaginta antes de Cristo es la existencia
de cuatro fragmentos que contienen versos del libro de Deuteronomio. Estos fragmentos de
manuscritos datan de un periodo antes de Cristo y son los únicos manuscritos en Griego de cualquier
parte del Antiguo Testamento jamás hallados que preceden los tiempos de Cristo.
Los primeros tres fragmentos de manuscritos conocidos como "Papiros Rylands 458" se hallaron
juntos, y contienen Deuteronomio 23; 25:1-3; 26: 12, 17, 19 y 28:31-33. Un cuarto fragmento se
halló en la ciudad de Fouad, Egipto, y repite los mismos versos pero además agrega Deuteronomio
32:7.
Ninguno de los escritores del Nuevo Testamento jamás cita cualquiera de estos pasajes y por tanto
no se puede comprobar cuál Biblia usó Cristo y los apóstoles.
Estos son los únicos manuscritos del Antiguo Testamento Griego que predatan el tiempo de Cristo.
Lo único que comprueban es que alguien había traducido parte del libro de Deuteronomio al Griego
antes de 150 AC. Dado el hecho que estos pasajes no fueron citados por nadie, se hace imposible
comprobar quién usó esta traducción y cuán popular era.
La teoría de Kahle declara que lo que tenemos hoy en cuanto a la Septuaginta no es más que un
resultado de querer estandarizar una traducción Griega del Antiguo Testamento. Esto sucedió 150
años después del tiempo de Cristo y los apóstoles. Creyó que varios fragmentos de manuscritos junto
con varias traducciones parciales pudieron haber sido consultadas. Halló una poca evidencia para una
traducción del Pentateuco al Griego antes de Cristo pero creía que nada tuvo que ver con la "Carta
de Aristeas." (Vea el libro titulado The Romance of Bible Scripts and Scholars , Prentice Hall, 1965,
página 16)
Claramente rehusó creer en un prototipo para una Septuaginta de Orígenes. No le vio ningún motivo
para pensar que Cristo y sus apóstoles citaran de la Septuaginta, que de todos modos no apareció
hasta después de 150 años.
De hecho, el Sr. Federico Kenyon escribe, "Debe admitirse que el Dr. Kahle nos ofrece un duro
argumento." La teoría del Dr. Kahle cuadra con lo registrado por Jerónimo.
Los Judíos se esparcieron a través de los reinos Griegos del Medio Oriente. Al crecer el imperio
Romano por toda esa región, la dispersión Judía incrementó.
Algunos Judíos, conocidos como "Helenistas" (o "Grecianos"), adoptaron el estilo de vida de Grecia
como lo había hecho casi todo el imperio Romano. Algunos de estos Judíos comenzaron a usar el
Griego como su idioma principal. Fueron representados en los círculos religiosos por los Saduceos.
Algunas comunidades Judías comenzaron a adoptar el lenguaje Griego, incluyendo la mayor parte de
la comunidad Judía en Alejandría, Egipto. Algunos historiadores han estimado que una tercera parte
de Alejandría era Judía.
Muchos que apoyan la teoría que "Cristo usó la Septuaginta" enseñan que todos los Judíos usaron el
Griego como su lenguaje primordial y como su lenguaje sagrado. Por esto dicen que Cristo y sus
apóstoles usaron un Antiguo Testamento Griego. Esta declaración va absolutamente en contra de
toda evidencia histórica. Fuera de Alejandría y otras comunidades más retiradas, el número de Judíos
que usaron el Griego como idioma primordial era muy pequeño.
El lenguaje primordial de los Judíos era el Arameo. Este lenguaje se asocia con el Hebreo del Antiguo
Testamento. Según el testimonio unánime del Misne Judío, y los Tárgums, el lenguaje de las
sinagogas y los rabinos de Palestina era el Arameo. Ningún Antiguo Testamento Griego pudo haber
sido aceptado entre los Judíos de Palestina.
Hubo una traducción del Antiguo Testamento en Arameo que fue común entre los Judíos. Se llam aba
el Tárgum de Ónkelos. Fue impreso en el año 1517 por el Cardinal Jiménez, quien además publicara
la Políglota Complutense.
Solamente en lugares remotos de la dispersión hubo una demanda por un Antiguo Testamento Griego.
Probablemente hubo varios intentos por traducir partes del Antiguo Testamento en Griego.
Según la "Carta de Aristeas", Filón Josefo y otro escritor llamado Aristóbulo, una traducción de los
primeros cinco libros del Antiguo Testamento fue traducida en Alejandría. Alejandría era uno de lo s
pocos lugares en donde una demanda por una traducción al Griego del Antiguo Testamento se pudo
haber dado. Estos escritores mantuvieron la idea de que esta versión se apegó mucho al Hebreo
Pentateuco, que son los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. Sin embargo, la traducción
conocida ahora como la Septuaginta no se parece al Hebreo en nada.
Los fragmentos de los manuscritos de John Rylands aparentemente provinieron de una traducción
previa a la era Cristiana del libro de Deuteronomio.
Alguien se inventó la historia de la leyenda de los 72 ancianos para poder darle credibilidad a una
traducción Griega, posiblemente alguien de Alejandría. Filón, (algunos dicen que fue él quien se
inventó la leyenda) y Josefo promovieron la leyenda. Eventualmente alguien expandió la historia para
que incluyera todo el Antiguo Testamento. Cuando alguien usaba una traducción en Griego de alguna
porción del Antiguo Testamento, lo llamaban "la Septuaginta" para poderla conectar a la leyenda de
una traducción Alejandrina "inspirada".
Algunos de los líderes Cristianos de la iglesia primitiva creyeron el mito. Traducciones en Griego de
todo el Antiguo Testamento comenzaron a aparecer por todo el Medio Oriente. Alrededor del año 140
DC, una traducción Griega fue producida por Aquila. Según Jerónimo, éste había sido instruido bajo
el famoso rabino Akiba entre los años 95 DC a 135 DC. Esta traducción, hecha después del Nuevo
Testamento, obstruye a propósito aquellas profecías del Antiguo Testamento que hablan de Cristo
que están cumplidas en el Nuevo Testamento. Por este motivo, halló cierta aceptación entre los
Judíos. Claro está que no incluyó los libros Apócrifos, ya que de haberlos incluido, no hubiera sido
aceptado por los Judíos. Algunos escritores se refieren a la traducción de Aquila como "la Septuaginta"
o "una Septuaginta". No existe en la actualidad ninguna copia extenuada de este texto.
Teodoción, alrededor del año 180 DC, presentó una traducción del Antiguo Testamento. Este hombre
era un Cristiano "ebionita", que quiere decir que perteneció a una secta herética que negaba la deidad
de Cristo[5]. La esposa de Mahoma fue una Cristiana "ebionita". Ella logró persuadirlo a creer que los
"espíritus" que le hablaban eran ángeles, y no demonios.
Teodoción alegó haber corregido la Septuaginta original. Pero, ¿cómo se corrige a una traducción
supuestamente inspirada? También oscurece el sentido de muchas profecías del Antiguo Testamento
relacionadas a Cristo. Dado el hecho que él escribía para una audiencia no Judía, Teodoción incluyó
algunos de los libros Apócrifos. Su obra fue conocida también como "la Septuaginta" o como "una
Septuaginta".
Un tercer traductor se llamó Simaco. También fue un ebionita. Este hombre produjo una traducción
Griega alrededor del año 211 DC. Sin embargo, Simaco no incluyó los libros Apócrifos. A su obra
también se le llamó "la Septuaginta" o "una Septuaginta".
Orígenes Adamancio trabajó por "restaurar" la Septuaginta entre los años 220 á 240 DC. Este hombre
alegó que habían la misma cantidad de traducciones Griegas como de manuscritos. Al ocuparse en
su restauración, tenía a la mano las traducciones de Aquila, Teodoción, y Simaco. También dijo haber
tenido dos más traducciones Griegas halladas en un vaso, y por lo menos dos más copias de la
verdadera Septuaginta, pero "corruptas".
Claro está que Orígenes poseía el Nuevo Testamento. Escribió comentarios de cada uno de los libros
del Nuevo Testamento. Comparó estos manuscritos Griegos y creó su propia versión de la
Septuaginta. Como lo declara la enciclopedia famosa llamada International Standard Bible
Encyclopedia en la página 2,276: "Fue Orígenes quien dijo haber podido darle a la iglesia el texto
verdadero del Antiguo Testamento con su significado verdadero."
Orígenes claramente creía que las profecías del Antiguo Testamento se refirieron a Cristo. Trabajó
fuertemente en hacer encajar el Antiguo Testamento con el Nuevo, aun cuando en veces no se podía.
Su Septuaginta es aquella a quienes la gente llaman "la Septuaginta." No hay ninguna copia de alguna
Septuaginta de Alejandría para poder compararla a esta otra. No hay manera de saber cuánto de la
Septuaginta de Orígenes fue inventado por él.
Algunos escritores se han quejado de los que señalan la Septuaginta de ahora como invento de
Orígenes. Ante este señalamiento ellos dicen que es propaganda de la posición "King James" Only."
Sin embargo, los eruditos tales como Ira Price, H.S. Miller, Federico Kenyon y el Sr. Gleason Archer
no son de ésta posición "fanática", pero aun así reconocieron que el documento llamado "Septuaginta"
es obra de Orígenes. Esto simplemente es historia. La enciclopedia llamada New Schaff' Herzog
Encyclopedia se refiere a la Septuaginta de Orígenes como "la supuesta Septuaginta" en su volumen
#2, y página 116.
El diccionario bíblico Smith´s en la página 432 declara de la Septuaginta que "ha venido a nosotros
bajo una condición de gran corrupción, lo que imposibilita determinar quiénes fueron sus autores
originales."
En el Siglo IV, Jerónimo se quejó que las únicas ediciones de la Septuaginta disponibles eran aquellas
que Orígenes habían producido. Dijo que Orígenes había "tomado prestado" cosas para insertar a su
Antiguo Testamento. Cuando escritores como Ireneo y Justino Mártir (quien había escrito antes que
Orígenes) se refirieron a la Septuaginta, no tenemos idea de qué versión Griega estaban hablando.
No existen hoy.
La Septuaginta de Orígenes fue popularizada por Eusebio. Como resultado, "evidencia de lecturas
provenientes de la Septuaginta antes de los tiempos de Orígenes han quedado enr edadas o perdidas."
(Citado por Ira Price, The Ancestry of Our English Bible , página 79)
Hoy, cuando los eruditos hablan de la Septuaginta, sólo se refieren a una traducción hecha
posteriormente al Nuevo Testamento por un comentarista famoso del Nuevo Testamento.
EVIDENCIAS DE QUE CRISTO JAMÁS USÓ
NINGUNA DE LAS VERSIONES DE LA SEPTUA GINTA
Cristo constantemente se refiere a la división del Antiguo Testamento Hebreo: La Ley, los Profetas y
los Salmos. Busque Mateo 7:12; 11:13 y 22:40. Luego busque Lucas 24:27 y 44 como ejemplos.
Ninguna versión de la Septuaginta contiene tal división. La Septuaginta de Orígenes presenta el
Antiguo Testamento en un orden completamente distinto con los libros Apócrifos intercalados e ntre
ellos [6]. Cristo tomó por demás el hecho de que Sus oidores usaron un Antiguo Testamento con la
división clásica hallada en la Biblia Hebrea.
Proverbios 30: 5 – 6
El testimonio de Proverbios 30: 5-6 es claro: "Toda palabra de Dios es pura; Es escudo a los que en
él esperan. No añadas a sus palabras, porque no te reprenda, y seas hallado mentiroso" . Proverbios
30:5,6 claramente condena el añadir o restarle a las palabras de las Escrituras Hebreas. Aun los más
acérrimos defensores de la Septuaginta admiten que muchas de las palabras han sido añadidas y no
se hallan en las Escrituras Hebreas, lo que revela su incredulidad hacia la doctrina de la inspiración
verbal. Tal vez Orígenes se sintió confortable violando Proverbios 30:5,6; pero Cristo ciertamente no
lo hubiera hecho.
Si él hubiera violado Proverbios 30:5 y 6, los Fariseos hubieran sido rápidos en condenarlo.
Leyendo en la Sinagoga
Con frecuencia, Jesús leyó de las Escrituras y predicó de ellas en la Sinagoga Judía. Vea Lucas 4, por
ejemplo. El Hebreo era el lenguaje de la Sinagoga y Cristo claramente estaba usando la Biblia Hebrea
cuando predicaba ahí. Ninguna copia de algún Antiguo Testamento en Griego jamás se ha descubierto
en una Sinagoga Judía.
Las predicaciones y enseñanzas públicas de Jesús atrajeron una gran multitud de personas comunes
y corrientes. Si él hubiera predicado en idioma Griego, nunca hubiera atraído a tanta gente. Muchos
Judíos habían aprendido el Griego en sus tratos comerciales a través del Imperio Romano pero ellos
no aceptaron este idioma para comunicarse entre ellos en asuntos sagrados.
Los Helenistas (Grecianos) quienes favorecían el Griego fue un grupo pequeño y apartado de los
demás. Si los Judíos hubieran predicado en Griego, tanto los Fariseos como los Zelotes hubieran
usado esto en Su contra y las multitudes nunca hubieran acudido a escucharle. Indudablemente
predicó en Arameo, que era el idioma de uso cotidiano de los Judíos, y algo semejante al Hebreo.
También leyó de las Escrituras Hebreas en la Sinagoga. Las Sinagogas de Palestina rehusaron usar el
Griego ya que consideraban el Hebreo como idioma sagrado, según lo dice M.S. Miller en su
libro General Biblical Introduction, página 224.
El Misne Hebreo hace muy claro que esto era lo que se esperaba de cada maestro Judío.
¿Es la Desobediencia Una Buena Forma de Obtener Una Traducción Honorable de las Escrituras?
Si el cuento relatado en la "Carta de Aristeas" tuviese alguna verdad en ella, tendría implicaciones de
desobediencia a las Escrituras. Las Escrituras enseñan enfáticamente que las mismas serían
manejadas exclusivamente por los Levitas: Vea Deuteronomio 17:18 y 31:25-26. Los escribas
mencionados en la historia de Aristeas tendrían que haber desobedecido e ste mandamiento.
Aún más, Dios había mandado a los Israelitas a mantenerse alejados de Egipto, según Jeremías
42:13-22 y 44:25-26. Aquí se nos dice que Dios había condenado a todos ellos que habían regresado
a Egipto y les prometió el juicio.
La traducción Griega del Antiguo Testamento que tenemos hoy, llamada Septuaginta, que sabemos
fue invento de Orígenes, contiene los libros Apócrifos.
Ninguna Biblia Hebrea los contenía. Ningún concilio Judío jamás avaló estos libros, y de hecho,
sabemos de un concilio que los rechazó: el Concilio de Jamnia, 90 DC.
Ningún maestro o rabino Judío jamás avaló cualquiera de los libros de los libros Apócrifos. Una de
las razones por rechazarlos es porque fueron escritos en idioma Griego. No creían que cualquiera de
sus libros sagrados pudiesen estar escritos en ese idioma. Los líderes Judíos usarían este mismo
argumento para rechazar el Nuevo Testamento.
Es inconcebible pensar que los Judíos de Palestina usaran un Antiguo Testamento Griego
conteniendo los libros Apócrifos. Va en contra de toda la evidencia histórica pensar que usaran del
todo un Antiguo Testamento en Griego.
¿PORQUÉ LAS REFERENCIAS DEL NUEVO TESTAMENTO NO CUADRAN CON LAS DEL
ANTIGUO TESTAMENTO PALABRA POR PALABRA?
Alguien dirá, "Bueno, ¡es que tenían que haber citado algo, y debió haber sido la Septuaginta!" Este
es el argumento de los que abogan por la teoría que dice que "Cristo y sus apóstoles usaron la
Septuaginta." Sin embargo, ¿qué texto estaban citando realmente los escritores del Nuevo
Testamento?
Existen 268 referencias en el Nuevo Testamento que dicen "como está escrito". Pocas de ellas cuadran
verbalmente y exactamente con las citas en el Antiguo Testamento. Ochenta y ocho de ellas cuadran
con la Septuaginta de Orígenes. La mayoría de las 180 restantes citas no cuadran con ningún
documento antiguo palabra por palabra.
Algunos han querido sugerir que tal vez una traducción en Arameo del Antiguo Testamento u otra
fuente, quizás una paráfrasis Caldea, están siendo citadas, pero esto es muy improbable.
De hecho, la explicación es muy sencilla y se ha conocido desde hace mucho tiempo. La frase Griega
"como está escrito" es común entre los documentos antiguos Griegos. Nunca es una indicación de
una cita exacta, ni en el Nuevo Testamento ni en ningún otro lugar. El señor Federico Spitta escribió
hace un siglo atrás, diciendo: "Según la invariable manera de citar pasajes en el Nuevo Testamento ,
la frase 'como está escrito' jamás debe de tomarse como una cláusula introductoria, sino más bien
como el reporte de un cumplimiento de una palabra profética." En otras palabras, la frase "como está
escrito" no implica una cita, sino una referencia a un cumplimiento de una predicción o una profecía.
Si no, vea como se usa la frase "como está escrito" en los escritos de Justino Mártir.
Estos pasajes simplemente no son citas, sino alusiones a profecías del Antiguo Testamento. Son
alusiones inspiradas por el Espíritu Santo, pero no citas textuales necesariamente. Así lo entendieron
claramente los teólogos de la era de la Reforma y muchos de los escritores de la antigua Iglesia de
Inglaterra. Un poco más de investigación nos ofrece una clara explicación. Los críticos de la posición
"King James" deberían leer más extensamente.
La Septuaginta de Orígenes le añade nueve nombres a Génesis 46:20 para que suman los 75
mencionados en Actos 7:14.
En el Nuevo Testamento, Romanos 3:10 y 11 es una clara alusión al Salmo 14:3. La Septuaginta de
Orígenes añade Romanos 3:12-18 al Salmo 14:3.
En Amós 5:26 hay una cita de los dioses Moabitas Moloch y Chiún. En Actos 7:43 Esteban alude a
este pasaje pero usa otro nombre para Chiún, que fue Remphan. Algunos dicen que el uso de otro
nombre que no sea Chiún es un error. La Septuaginta de Orígenes corrige ese supuesto "error" al
cambiar el nombre Chiún a Remphan en Amós 5:26.
Hay muchos más ejemplos que se pueden dar. La Septuaginta de Orígenes a menudo cambia el
Antiguo Testamento para acomodar las palabras textuales en pasajes correlativos del Nuevo
Testamento. Se ignora al Antiguo Testamento Hebreo y el Antiguo Testamento Griego se obliga a
cuadrar con el Nuevo Testamento Griego.
Filón, Aristeas, y Josefo mencionaron un Antiguo Testamento Griego que concordaba con el A ntiguo
Testamento Hebreo. Orígenes proveyó un Antiguo Testamento Griego "coordinado" en muchos
lugares con el Nuevo Testamento.
Esto no nos debe sorprender. Orígenes produjo su Antiguo Testamento Griego 150 años después que
el último libro del Nuevo Testamento fuera escrito. Como comentarista de todos los libros del Nuevo
Testamento, estaba muy familiarizado con el mismo.
No es de sorprenderse, pues, que 88 alusiones del Nuevo Testamento encajan con la Septuaginta de
Orígenes. Pero lo cierto es que el Nuevo Testamento vino primero.
¿QUÉ TAL LOS TRADUCTORES DE LA BIBLIA ""KING JAMES""?
Los que abogan por la teoría que "Cristo usó la Septuaginta" son prestos para señalar el hecho que
algunos de los traductores de la Biblia "King James" creyeron ésta teoría. Esto es cierto.
Sin embargo, nadie está sugiriendo que los traductores de la Biblia "King James" eran infalibles en su
conocimiento de la historia eclesiástica. De haberlo sido, hubieran abandonado la Iglesia de Inglaterra
y se hubieran unido a una Bautista.
Es interesante que muchos de los que creen que pueden corregir a los traductores de la Biblia "King
James", y que solamente tomaron un par de años de Griego en la Universidad, ahora sienten que
tienen autoridad para hablar de historia eclesiástica. Pero el expertico de los traductores de la Biblia
"King James" fue en los idiomas bíblicos del Griego, Hebreo y Latín, no en historia eclesiástica.
CONCLUSIÓN
De acuerdo al señor Dewey Beagle, solamente en años recientes (escribía en la década de los `60)
los "eruditos" han comenzado a valorizar de nuevo a la Septuaginta. (Vea su libro God`s Word Into
English, página 44) ¿Podría ser que los "eruditos" Bíblicos y textuales del Siglo XV hasta el Siglo XIX
tenían razón?
"Mirad que nadie os saquee como despojo por filosofía y vano engaño, según la
tradición de los hombres, según los elementos del mundo, y no según Cristo ."
Colocenses 2:8, Valera 1602, purificada.
El Dr. Phil Stringer fue el Presidente del Instituto Bautista Landmark de Haines City, Florida por varios
años. Fungió además como evangelista itinerante, habiendo predicado en más de 325 iglesias,
campamentos, escuelas cristianas, e institutos. Ha predicado en 41 estados de nación Norteamericana
y en 8 países extrajeros. Ha aparecido en más de 25 programas de radio y televisión. Actualmente es
pastor de la Iglesia Bautisa de Ravenswood en la Ciudad de Chicago, Illinois, USA.
Volver a www.geocities.com/purespanishbible.
Bibliografía:
[2] La Revised Standard Version y la Living Bible son traducciones en inglés. Sin embargo, en
español existen varias traducciones similares, tales como la Dios Habla Hoy, y la Reina -Valera
Textual. Está comprobado que la Reina-Valera 1960 incorpora pasajes traídos de la Septuaginta.
Ejemplo de ello es Génesis 4:8 donde añade la frase "salgamos al campo"; Gen. 18:19 omite la
frase "yo le conozco"; Gén. 21:9 añade "de su hijo Isaac"; Gen. 21:16 cambia el Hebreo para leer,
"Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró" (Masorético dice "Y ella se sentó
enfrente, y alzó su voz y lloró"); En Éxodo 36:2 y 14 la 1960, siguiendo la Septuaginta cambia "hija
de Zibeón" a "hijo de Zibeón". En Ex. 44:4 la Septuaginta añade "¿Por qué habéis robado mi copa
de plata?"; Ex. 12:17 añade en la 1960, que sigue la Septuaginta, "guardaréis este mandamiento."
En 1era de Samuel 12:11 dice "a Barac", pero el Masorético dice "a Bedán". En 2nda de Samuel
6:22 el Masorético dice "y seré bajo a mis propios ojos" pero la Septuaginta y la 1960 dicen "y seré
bajo a tus ojos".En 2nda de Samuel 8:13 la Septuaginta añade "edomitas"; en 2nda de Samuel
15:12 la Septuaginta dice al cabo de cuatro años" pero el Masorético dice "al cabo de cua renta
años".; en 2nda de Samuel 15:20 la Septuaginta y la 1960 cambian la frase final del texto, diciendo,
"y Jehová te muestre amor permanente y fidelidad." En Isaías 9:3 la Septuaginta dice "aumentaste
la alegría" pero el Masorético lee correctamente "No aumentaste la alegría". La Septuaginta fue
usada desde Génesis hasta Malaquías en todas las perversiones modernas, incluyendo la Reina -
Valera 1960 —Nota del Traductor.
[4] Para una explicación más extensa de esta posición, lea el libro titulado "La Controversia de
Westcott & Hort Solamente", por el mismo autor. Puede solicitarlo por medio de un correo
electrónico a http://www.Valera1602@hotmail.com/. También puede saber más al respecto leyendo
artículos de interés visitando nuestro sitio en el Internet
http://www.geocities.com/purespanishbible. Nota del Traductor.
[5] Ebionita- (De Ebión, hereje del Siglo I.) Adj.; Nombre que se daba a ciertos herejes de los
primeros siglos de la cristiandad, que negaban la divinidad de Cristo. U.t.c.s.---DRAE. Nota del
Traductor.
[6] Casiodoro de Reina así dividió su Biblia, llamada la "Biblia del Oso", publicada en el año 1569.
Aparentemente, Reina creía que la Septuaginta fue inspirada, ya que incluyó muchos de aquellos
pasajes que de ahí provienen, como los versos añadidos en el libro de Daniel y otros. Cipriano de
Valera, por contraste, lo corrigió en su Biblia de 1602, habiendo colocado los libros Apócrifos en
medio de su Biblia, pero hablando en contra de la Septuaginta al señalar lo siguiente: "También
abemos quitado todo lo añadido de los 70 intérpretes, o de la Vulgata, que no se halla en el texto
Hebreo. Abemos también quitado las acotaciones de los libros Apócrifos en los libros Canónicos.
Porque no es bien hecho confirmar lo cierto con lo incierto, la Palabra de Dios con la de los
hombres". (Exhortación Al Lector ) ---Nota del Traductor.