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EL PARADIGMA DE LA DISCAPACIDAD EN EL SIGLO XXI:

• Según el Censo Nacional de Poblaciones – Hogares y Vivienda de 2010, en Argentina habitan


cerca de 40 millones de personas.

Proyecciones estadísticas y demográficas posteriores: 44 millones.

• De ese total, aproximadamente 5.200.000 presentan alguna dificultad o limitación permanente


(prevalencia del 12,9%)

A pesar de estos porcentajes tan alarmantes, este grupo de personas, continúan siendo
invisibilizados y excluidos de la sociedad, afirma Ana Dorfman en «Novedades Educativas» – N°
260 – Agosto de 2012.

• Dorfman comienza su artículo refiriéndose a la Convención Internacional sobre los Derechos de


las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas.

Hace referencia a conceptos centrales:

• promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad.

• derechos humanos y libertades fundamentales para todas las personas con discapacidad.

• promover el respeto de su dignidad.

• En la Convención se pone de manifiesto el cambio de paradigma gestado en las últimas 2


décadas, donde la persona con discapacidad pasa de ser OBJETO de:

• trato asistencialista y paternalista, a SUJETO de pleno derecho.

• En la Convención se reconoce el derecho a la educación, sobre la base de igualdad de


oportunidades.

• Derecho que se consagra cuando se participa de sistemas de educación inclusivo en todos los
niveles y a lo largo de toda la vida.

• Para asegurar esta inclusión, deben preservarse la gratuidad y la calidad realizando todos los
ajustes que se consideren necesarios, para facilitar la formación, siempre en condiciones de
igualdad.

• También deberán tenerse previsiones acerca de los recursos comunicacionales (sistema Braille,
por ejemplo) y todo otro método o recurso alternativo o aumentativo.

• Con el fin de facilitar aprendizajes para el desarrollo de la vida y de habilidades sociales en


general.
• Entre los recursos, los más importantes: docentes debidamente capacitados y motivados para
trabajar en estas instancias de inclusión.

• Educación especial: responde a la educación de aquellas personas que por su «problemática


específica», no puede ser abordada por la educación común.

• La autora disiente con la redacción de este apartado, en cuanto a la expresión «problemática


específica»

• Entiende que deberían considerarse “prácticas de educación específicas” que requieren encuadres
diferentes al aula común.

• Según los fines de la política educativa, se debe brindar a las personas con discapacidad, una
propuesta pedagógica que les permita:

• el máximo desarrollo de sus posibilidades, la integración y el pleno ejercicio de sus derechos.

• Muy a pesar de estos postulados, el hecho es que niños/as y jóvenes con discapacidad no accedan
a una educación con calidad, como sería deseable alcanzar.

• Está en cuestión aún en algunos espacios....La inclusión educativa NO se desarrolla de modo tal
que el resultado sea un alumno/a incluido/a social y culturalmente.

• En muchas ocasiones, el ingreso y permanencia de los alumnos con discapacidad en la escuela


común, no garantiza el mismo acceso a la educación que sus compañeros dado que los apoyos
que se les brindan no son suficientes.

• En la escuela secundaria, prácticamente estos apoyos son inexistentes, por cuanto:

• el fracaso escolar y/o dificultad para el acceso al conocimiento es tal, que sobreviene el desaliento
en los primeros años de este ciclo, y con él: la deserción escolar.

• El resultado de estas prácticas es que el niño con discapacidad NO dispone de los conocimientos,
herramientas y habilidades necesarios para que, llegado a la vida adulta, se encuentre en
condiciones suficientes para suscribir a un trabajo en el mercado laboral competitivo.

• En la mayoría de las sociedades, la educación es la instancia previa que posibilita el acceso al


trabajo.

• Una trayectoria educativa de CALIDAD; garantizará y posibilitará el ingreso al mundo laboral.

• No obstante se observa un ensanchamiento de las brechas entre:


- formación – educación.
- habilidades – conocimientos necesarios para ingresar al escenario del trabajo.

• Otro aspecto: dificultad para la inclusión social de las personas con discapacidad, a partir del
trabajo:

• insuficiente desarrollo de aquellas habilidades requeridas para incursionar en la búsqueda laboral


= fracaso.
• Prevalencia del fenómeno abandono precoz de la escolaridad, extensión de los tiempos, hasta que
se busca el primer empleo.

• Desconocimiento de las reglas básicas necesarias para tener éxito en estas estrategias:

• Carencias: para elaborar un CV – no disponibilidad de un certificado de terminalidad educativa –


insuficiente lenguaje para comunicarse asertivamente fallas en las entrevistas laborales.

• Condiciones que redoblan la condición y las personas tienen la fuerte experiencia de la DIS-
CAPACIDAD, limitando toda posibilidad de auto-reconocer en sí mismos habilidad alguna...

• Frustración acumulada relegan toda posible «nueva oportunidad»

• Existen fundaciones y organizaciones de la sociedad civil, ocupadas en promover la inclusión


laboral de personas con discapacidad.

• Son el puente de integración entre el mundo del trabajo y las personas con discapacidad...

Doble vertiente:

• Formación de las personas (competencias, habilidades, capacitaciones) y concientización en las


empresas y en los niveles del mercado, para favorecer la inclusión.

• Algunos de estos cambios, equivalen a pensar: la discapacidad NO es una situación o «problema»


de una persona con deficiencia, sino que es un tema de RESPONSABILIDAD SOCIAL Estado
– Sociedad

El Estado debe generar condiciones apropiadas:

para que la persona con discapacidad viva con dignidad, con el reconocimiento de sus derechos, con
participación plena y efectiva en el mundo social.

Otro de los cambios:

• Familia donde vive el niño, el joven con discapacidad aceptando su autonomía, permitir el
desarrollo de su auto- determinación, su individualidad diferente.
• La Escuela depositaria de una valiosa herramienta a partir de su Proyecto Educativo Institucional
puede desarrollar iniciativas de integración.

• Proyectos de Integración desde el campo educativo, ofrecen no sólo a los alumnos integrados,
sino también a la comunidad en su conjunto: la posibilidad de mejorar sus prácticas y enriquecer
los espacios de intercambio (enseñanzas – aprendizajes)

• Las estimaciones de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sugieren que el 85% de las
personas con discapacidad, en condiciones de trabajar, se encuentra desempleado.

• El potencial empleador pertenece a una cultura cargada de prejuicios y discriminaciones y es muy


posible que desestime emplear a una persona discapacitada, dada sus «carencias en capacidades
productivas»

• El Art. 27 de la Convención, propone promover el empleo de personas con discapacidad en el


sector público, e impulsar programas de inclusión en el sector privado (mediante incentivos).

• Argentina: desde sus Ministerios de injerencia, conduce programas que se orientan en este
sentido, avanzando muy lentamente con acciones de RSE (Responsabilidad Social Empresaria)

• Como sociedad es preciso promover y accionar en función de la protección de estos derechos


tanto a nivel económico, como social y cultural, y el acceso a la educación, al trabajo.

• El Estado, debe generar políticas públicas en este sentido, mediante la disposición de medidas,
reglamentaciones y recursos.

Material para consultar y que promueva una ampliación de conceptos:


Martínez, P. del C. (2012) UN JARDÍN DE INFANTES DIVERSO en Novedades Educativas N°
260. Buenos Aires.

Sánchez, M. L. (2012) ORIENTACIÓN VOCACIONAL – OCUPACIONAL. FACILITADORA


DE LA INCLUSIÓN SOCIAL en Novedades Educativas N° 260. Buenos Aires.

Skliar, C. (2003) LA EDUCACIÓN PARA LA DIVERSIDAD BAJO SOSPECHA, en Rev.


Novedades Educativas No 155, Bs. Aires.

¿Cuáles son los paradigmas que predominan hoy en el campo de la educación especial?

• Implica antes, preguntarse por:


• ¿Qué es la Educación Especial?
• (cómo es, para quiénes, a cargo de quiénes....)
• La «educación especial», es una invención disciplinar creada por la idea de NORMALIDAD, para
ordenar lo «desordenado» por causa de esta perturbación que ha provocado otro término, que es el
de ANORMALIDAD.

Clásica costumbre:

• identificar la educación especial, con las instituciones especiales y hablar de una oposición
estricta entre paradigmas terapéuticos / antropológicos.

• En la actualidad, más que de paradigmas se trata de disputas, en el intento de resolver una


paradoja:
• La perpetuación o la implosión de lo que llamamos «educación especial»

• La interpretación dominante de la diferencia, continúa presentando la condición plural y múltiple


de lo humano como una catástrofe que habría que remediar.

• De ahí la tendencia a pensar la política, la sociedad, la cultura o el lenguaje de modo homogéneo


y altamente problemático.

• Lamentablemente vivimos entre diferencias y se nos dice, que nuestra tarea consiste ahora en
rehacer cierta unidad o, por lo menos, administrar la diversidad siempre desde el punto de vista
del provecho del Capital y del orden del Estado.

• Las palabras actuales, mágicas y ambiguas, cada una de ellas con su parte de verdad y su parte de
manipulación son democracia, comunidad, cohesión, diálogo y otras palabras a ellas relacionadas
como tolerancia, aceptación, inclusión, reconocimiento de los derechos del otro, etc.

• La palabra “diversidad” (pero no “diferencia”) ha sido impuesta por el discurso político, cultural,
educativo y empresarial.

• “Diversidad” es, al mismo tiempo, todo y nada; una marca, un consumo, la obsesiva afirmación
de las leyes y la excesiva ignorancia de los sentidos.

• Es la mímica de la alteridad, de aquello que debe tener un nombre para ser excluido o incluido y
luego, otra vez, ignorado.

• Enunciar la “diversidad” para, de ese modo, ocultar la radicalidad que suponen las diferencias.

• Da la sensación de que lo importante es continuar administrando las fronteras entre el ser o no ser,
el poseer o no poseer, el saber o el no saber.

• De lo que se trata es de gobernar la diferencia identificándola y de tratar integrar a todos en un


mundo plural y a la vez globalizado.

• Numerosos textos, documentos oficiales, discursos especializados y dispositivos técnicos han


anunciado un viraje educativo desde la hegemonía, hacia la diversidad.
• En este pasaje, se dice que hay un cambio de enfoque que pone en juego no ya el aprendizaje, la
lengua, el cuerpo y el comportamiento únicos, sino la multiplicidad y la diferenciación de “formas
de estar en el mundo escolar”.

• Sin embargo cabe la duda de pensar si lo que está en juego sea más bien una nueva retórica,
matizada eso sí, por una serie de eufemismos como el respeto, la tolerancia, la aceptación del
otro, pero de cuyas raíces y sentidos todavía debemos poner bajo sospecha

• En primer lugar porque la educación no parece preocupada con las diferencias sino con aquello
que podríamos denominar como una cierta obsesión por los “diferentes”, por los “extraños”, o tal
vez en otro sentido, por «los anormales»

• El hecho de traducir algunas de las diferencias como “sujetos diferentes” vuelve a posicionar esas
marcas como opuestas y negativas a la idea de la “norma”, de lo “normal” y, entonces, de lo
“correcto”, lo “positivo”, lo “mejor”, etc.

• Se establece, así, un proceso de “diferencialismo” que consiste en separar, en distinguir de la


diferencia algunas marcas a las que podríamos denominar como “diferentes” y de hacerlo siempre
a partir de una connotación peyorativa y subalterna.

• Y es ese diferencialismo el que hace que, por ejemplo:

- la mujer sea considerada el problema en la diferencia de género.


- el negro sea considerado el problema en la diferencia racial.
- el niño o el anciano sean considerados el problema de la diferencia de edad.
- el joven sea el problema en la diferencia de generación.
- el sordo sea el problema en la diferencia de lengua, etc.

• La preocupación por las diferencias en la escuela puede haberse transformado, así, en una
obsesión por los diferentes.

• Y cabe sospechar de esa modalidad de traducción pedagógica que se obstina desde siempre en
señalar quienes son los “diferentes”, banalizando al mismo tiempo las diferencias.

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