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Para llegar a criar niños de bien hay que otorgar una gran consideración

a la cantidad de cariño que estos niños reciben. Los niños necesitan


cariño como las flores el agua. Nunca se le da demasiado cariño a un
niño. La línea vital de la salud física y espiritual del niño pasa por
una corriente continua de amor y apoyo por parte de sus padres.

Casi todos los problemas de los niños pueden achacarse a la percepción


que éstos tienen de no ser queridos y aceptados por uno o ambos padres.
La falta de afecto, ya sea real o imaginaria, tiene serias consecuencias.
Los adultos con problemas psíquicos suelen ser personas que de niños no
recibieron suficiente cariño de sus padres. La privación de cariño es
seguramente el más serio revés que un niño pueda tener en sus años de
formación.

La clave para criar niños de bien es proporcionarles una incesante


corriente de amor y aceptación incondicionales. Procurad que vuestro hijo
tenga claro que nada de lo que él haga será suficiente motivo para que
dejéis un ápice de quererlo. El más valioso regalo que puedes darle a tu
hijo es la absoluta seguridad de que le quieres sin reservas por encima
de lo que él haga o de lo que suceda.

Cada vez que tenga que reprender o corregir a uno de sus hijos, puede
empezar diciéndole que lo quiere mucho, pero que tiene que dejar de hacer
esto o lo otro o de comportarse de tal o cual manera. Siempre procure
poner muy en claro que lo que le desagrada es la conducta, no el niño, y
entrenar a sus hijos para que comprendan esto perfectamente.

Cuanto más grandes y más maduros se vayan haciendo los niños, más sutiles
serán las formas que tengan de preguntar si los quieren. La respuesta
siempre tiene que ser la misma. Los buenos padres son aquellos que
siempre contestan a esta pregunta asegurándole al hijo de todas las
maneras posibles que efectivamente si le quieren.

Si quieres criar adecuadamente a tus hijos, diles que les quieres todos
los días de tu vida. Nunca te excederás en decirle a un niño que le
quieres incluso aunque él pretenda darte a entender que no necesita
escucharlo. Cada vez que un niño escucha un «te quiero» de sus padres, se
siente más seguro y confiado. Su autoestima aumenta. Y cuanto más
comprueban que tú les quieres, más predispuestos están a quererse a sí
mismos.

Di a tu hijo que le quieres por medio del contacto ocular; ellos tienen
depósitos sentimentales y los llenan destilando amor de la mirada de sus
padres.

Di tu hijo que le quieres mediante el contacto físico. Los niños que no


son abrazados y besados por sus padres llegar a creer que no son dignos
de ser abrazados y besados. Se sienten inseguros. Su autoestima sufre.

Di a tu hijo que le quieres dándole una atención personalizada. Pasa


periodos completos de tiempo con tu hijo, ellos tienen necesidad de estar
con sus progenitores. Mientras crecen, necesitan hablar con sus padres,
relacionarse con ellos y estar a su alrededor. Este tiempo es tan
necesario para los niños como el alimento que toman; ellos necesitan
comunicar sus pensamientos y sus sentimientos a personas que sean
importantes para ellos y los padres deberían ser esas personas.
Cuando tu hijo tiene un inmejorable concepto de sí mismo puede ver con
más claridad qué es lo que a largo plazo es bueno para él. Desarrolla el
buen criterio de renunciar a las satisfacciones más o menos inmediatas en
orden a conseguir una mayor recompensa en el futuro.

Los niños siempre se fijan en sus padres para encontrar modos de


comportamiento y, si eres un buen modelo a imitar, puedes ejercer con
esto una influencia mucho mayor que cualquier otra cosa que hicieses para
educar a tus hijos.

Tal vez lo más grande que un hombre pueda hacer por sus hijos sea querer
a la madre de estos. Y probablemente lo más grande que una madre pueda
hacer por sus hijos es querer al padre de estos. Los niños toman contacto
con el amor creciendo en el seno de una familia en la que el cariño se
exprese sin cortapisas y sea ampliamente compartido. Se convierten en
adultos cariñosos observando el amor que existe entre sus padres.

La relación más perdurable de todas la tienes con tus hijos. Esta


relación durará toda tu vida. Si tratas a tus hijos con cariño, paciencia
y comprensión, tendrás recompensas todos los días de tu vida.

Brian Tracy

Abrazar es un instinto, una respuesta natural a los sentimientos de


afecto, compasión, necesidad y alegría. Abrazar es también una ciencia,
un simple método de apoyo, curación y desarrollo, de resultados
mensurables y notables.

El contacto físico no es sólo agradable. Es algo necesario; la


estimulación por el contacto es absolutamente necesaria para nuestro
bienestar físico y emocional. El contacto físico nos hace ver con mejores
ojos nuestra propia persona y nuestro ambiente. El abrazo es agradable,
ahuyenta la soledad, aquieta los miedos, abre la puerta de los
sentimientos, fortalece la autoestima, hace más felices los días felices,
hace soportables los días insoportables, imparte sentimientos de arraigo,
llena los vacíos de la vida, continúa ejerciendo efectos benéficos aún
después de la separación.

El que abraza está abierto al niño que lleva dentro, necesitado de amor,
seguridad, apoyo cariño y juegos, en tanto se ofrece a las mismas
necesidades por parte de otra persona.

El que abraza no juzga ni culpa pero sabe reconocer que muchos de


nosotros, en nuestra poco amable sociedad, no hemos aprendido a pedir el
apoyo emocional que necesitamos. Si desde la infancia han escaseado el
amor, el apoyo o los juegos tal vez nos sintamos heridos. Si los
vericuetos del crecimiento nos han dejado una autoestima deficiente,
podemos sentirnos indignos de amor, indignos de un abrazo.

Abrazar no es sólo para los solitarios y los doloridos. Da mayor salud al


saludable, más felicidad al feliz; y el más seguro entre nosotros se
sentirá aún más seguro. El abrazo es para todos.

Tocar a alguien encierra un poder tremendo. Crea un vínculo entre las


personas y rompe las barreras de una manera que ninguna otra cosa
consigue; y todos respondemos a ello. El roce contiene una energía que
produce milagros.

El contacto físico, los abrazos y cogerle la mano a una persona son muy
importantes si deseamos dar y recibir amor. Nos cambia física, mental y
emocionalmente. Si deseamos recibir amor en abundancia es esencial que
establezcamos contacto físico, de esta manera experimentarás la energía
del amor encendida por el poder del contacto.

Editado de Kathleen Keating y Adam Jackson

Que un ser humano ame a otro ser humano, es tal vez la tarea más difícil
de cuantas nos han sido encomendadas, el objetivo principal, el examen
final, la obra para la cual todo empeño es mera preparación.

Rainer Maria Rilke

El contacto humano es vital para el equilibrio emocional. Necesitamos


contacto humano para percatarnos de todos nuestro potencial humano. El
contacto físico es tan importante como la intimidad emocional; y el tacto
desempeña un papel fundamental en la labor de mantenernos sanos. Un
abrazo es un buen medio de hacerte sentir mejor. No aguardes a las
ocasiones especiales para abrazar a las personas que amas.

Arthur Rowshan

Quiero un mundo donde las personas sean respetadas por la facilidad y la


calidez con que se funden y no por la fortaleza de sus murallas.

Clint Weyand

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