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NOVENO AÑO 2021

ANTOLOGÍA DE TEXTOS
Saint Gregory School - Prof. Jose Manuel Bermúdez

TABLA DE
CONTENIDOS

Un matoneado
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La ventana
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La loca de Gandoca FINALIDAD DE USO


PÁGINA 7 Esta antología pretende ser empleada como
herramienta de acceso digital a los textos literarios
que se explorarán a través del curso lectivo 2021.
Única mirando al mar
Su uso es obligatorio por parte de las y los
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estudiantes y require que cada uno cumpla con las
lecturas en el tiempo determinado con el docente.
Poesía seleccionada - Jorge
El documento se puede imprimir para que la o el
Debraco estudiante haga uso de la herramienta como mejor
PÁGINA 9 le convenga a sus necesidades, aunque también se
puede manejar digital para el acceso a otros textos
Madre nuestra que estás en línea.
en la tierra La antología pretende brindar un acceso más
PÁGINA 11 cómodo para el estudiantado, pero si en el hogar
poseen alguno de los textos en formato físico
Idiay (papel), u otra versión digital, pueden emplearse
para la lectura. Solo debe avisarse al docente para
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la verificación de las versiones editoriales
empleadas.
"Si me dieran a
elegir entre
formar parte de
los poderosos de
la Tierra y ser
parte de los que
puedan dar vida
nueva a la
Literatura y Costa Rica: palabra, ni un
momento
En esta antología se encontrarán los textos
correspondientes al nivel de noveno año. vacilaría...".

El eje transversal de esta antología es la


frepresentación de Costa Rica a través de la Eunice Odio
literatura, al igual que la proyección de la
identidad costarricense, la xenofobia, el
racismo y exclusión imperante en la sociedad
costarricense. Así, exploraremos una selección
de textos que nos transportarán a los lugares
más sorprendentes sin dejar el libro que
tenemos en las manos.

La actitud con la que se debe tomar esta


antología es de una mente abierta y dispuesta a
descubrir los textos como un entramado de
ideas que se unen para contar una historia.

Igualmente, la respuesta que deberá tener el


lector de esta antología será la de leer siempre
con criticidad y aplicando todo lo que ya sabe
en los textos por los cuales pasa sus ojos.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 2 Prof. Jose Manuel Bermúdez


"UN MATONEADO" para matonearlo estaba allí, inconmovible,
como un monolito.
Carlos Salazar Herrera “¡Las pagarás todas juntas!...”
Ya nada tenía que pensar. Todo estaba pensado Escondíase, grande y rojo, el sol de marzo.
ya.
Por fin, allá, al despuntar la vuelta del Cerro de
Eran las cinco y media de la tarde.
los Pavones, con un fondo luminoso de celajes,
Gabriel Sánchez, escondido en el matorral,
apareció la silueta del otro.
abrazando su carabina, acechaba la vuelta del
Gabriel miró su reloj. Eran las seis en punto de
atajo por donde solía pasar todos los días Rafael
la tarde.
Cabrera, a las seis de la tarde, cuando iba para
¡Cumpliría su palabra!... Ya era cosa de unos
su casa.
segundos.
¡Todo estaba pensado ya!
Entonces empezó a oír apresuradamente sus
Gabriel dispararía, distante a ochenta pasos
palpitaciones, y se enojó con su débil corazón.
largos del corte caminero que da la vuelta al
Frente a él, a dos palmos, vio un racimo sazón
Cerro de los Pavones.
de moras; arrancó unas cuantas y se las echó a
Allá, el camino solitario y confianzudo.
la boca. Luego las escupió... porque no eran
Aquí, el matorral encubridor y agazapado.
moras.
Por allá pasaría Cabrera.
Aquél había llegado al lugar elegido para
Por aquí dispararía Gabriel.
matarlo.
“¡Las pagarás todas juntas!”, habíase dicho, y
Éste se puso la culata al hombro, sostuvo el
estaba dispuesto a cumplir su palabra.
resuello apuntando con toda precisión... y
Algún tiempo atrás, en una armería cualquiera disparó. El eco repitió el carabinazo.
adquirió la carabina, cuya posesión mantuvo Aquél se llevó las manos al pecho y cayó
ignorada para todos, oculta en la montaña, bajo violentamente, rodando luego por un pequeño
unas cortezas impermeables. declive, donde quedó boca abajo, hundido en
¡Todo estaba pensado ya! No cometería torpeza el polvo.
alguna que pudiera delatarlo. Para eso había
Gabriel Sánchez se alegró de haberlo matado, y
calculado todos sus proyectos hasta la
comenzó a realizar su plan de regreso.
saciedad.
Bajó por un despeñadero hasta la orilla del río,
Y ahora, sentado sobre los talones, acariciando
en cuya profundidad arrojó la carabina. Halló
el arma, esperaba y esperaba, sin apartar la vista
luego la canoa, que días antes había escondido
del recodo del camino.
entre las breñas de la ribera, y la puso a flote.
Había decidido matonear a Rafael Cabrera, y
Remó. Remó usando toda la fortaleza de sus

ANTOLOGÍA | PÁGINA 3 Prof. Jose Manuel Bermúdez


músculos, para librarse, bien pronto, de tan ¡Rafael Cabrera estaba ahora muerto!... ¡Él lo
franca cortadura. había querido!... ¡Se lo había ganado!... ¡No
Alcanzada la ribera opuesta, abandonó la faltaba más!...
canoa a la voluntad del río y se meüó en la Y así, echado boca arriba, con las manos
selva. enlazadas debajo de la nuca, estuvo largo rato,
Ahora iba lento y sosegado, como si nada desgranando una mazorca de recuerdos viejos.
hubiera ocurrido. No pensaba siquiera en lo
que había hecho. Eso lo dejaba para después. De pronto, recordó que él solía ir por las
Un pájaro bobo lo siguió largo rato, saltando de noches, a esas horas, al comisariato del chino
árbol en árbol, hasta que se volvió cansado de Acón, donde llegaban a conversar los peones y
aquel hombre sin importancia. patronos de las haciendas vecinas.
El hombre sin importancia acabó de atravesar La ausencia suya en el comisariato, podría dar
la selva y salió a un campo de pasto; después al lugar a una sospecha. Por otra parte, su
camino carretero, ancho y sabroso. hermano no tardaría en llegar,
sorprendiéndose, seguramente, de encontrarlo
Llegó a su casa, regocijadamente. Nadie había. metido en la casa, lo cual originaría una
Envolvió una toma de picadura de tabaco en pregunta que resolvió evitar.
un recorte de papel amarillo y le dio fuego, Era preciso considerarlo todo. Hasta los más
chupándolo hasta colmar los pulmones. despreciables detalles, ahora y en el futuro,
¡Nadie lo había visto! podrían ser una imprudencia.
Echóse sobre una hamaca y sopló una columna Entonces Gabriel comprendió que, en cierto
de humo. modo, había perdido su libertad.
Entró la noche.
Se dirigió al comisariato del chino Acón, igual
Fue cuando se dio a gustar la venganza a su que todas las noches, a charlar un rato con los
sabor, gozándose del acierto de todo, y de su peones.
dominio contra la flaca naturaleza de los Allí, posiblemente se comentaba ya el
nervios. asesinato de Cabrera.
Necesitó luego fortalecer su conciencia con las Gabriel debería escuchar la noticia con
poderosas razones que tuvo para matar, asombro. Quizás reprocharía indignado el
llevando a su memoria los motivos que crimen. Quizás agregaría luego con fingida
originaron aquel juramento: “¡Las pagarás todas tristeza: “¡Pobre señor Cabrera!... ¡No hay
juntas!” derecho para matar!...

Carlos Salazar Herrera:


(San José, 1906 - 1980). Premio Magón de Cultura, profesor universitario, director por

muchos años de Radio Universitaria, miembro de la Academia Costarricense de la

Lengua, pintor, escultor, grabador, ebanista y a ratos poeta, escribió cuentos con tal

trazo y colorido que por momentos parecieran narrados a pincel.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 4 Prof. Jose Manuel Bermúdez


Iba caminando a paso lento, bajo la noche y preciso matar!... Y ahora Rafael Cabrera es un
entre los grillos. cadáver, tirado en la vuelta del Cerro de los
Resolvió desembarazarse en el camino de un Pavones.”
fardo de cosas por pensar, pero la carga se le Miró el reloj. Eran las ocho recién pasadas. Y
hizo más pesada con una angustia, que no supo echándose las manos en los bolsillos con aire
por qué, se le encajó encima. indiferente...
Perdía la serenidad conforme se acercaba al Entró en el comisariato del chino Acón. El
grupo de sus amigos. comisariato del chino Acón estaba lleno de
Tuvo la impresión de que llevaba marcada en el gente. Gabriel saludó a los muchachos rozando
semblante, la tremenda verdad que quería con sus dedos el ala del sombrero, y se fue a
encubrir. Tuvo el temor de que sus propios ojos sentar en un ángulo de la tienda, sobre unos
lo fueran a delatar. Sintió miedo de que él cajones con mercaderías. Encendió un
mismo, inesperadamente y contra su propia cigarrillo y, al levantar la vista, notó que varios
voluntad, fuera a contarlo todo, víctima de una peones lo miraban con marcada insistencia. Un
turbación. hervor de sangre le recorrió, atropelladamente,
Quiso arrancarse de golpe aquellas todo el cuerpo.
inquietudes... pero ya no pudo. Nuevos temores Observó que entre todos los peones se había
se le incrustaron en el cerebro. hecho un silencio lleno de crueldad. A las
¿Alguien vería el humo de la pólvora?... ¿Alguien miradas de aquéllos, se unieron las de otros, y
lo miraría bajar por el despeñadero? ¿Arrojar la otros, y otros más.
carabina al río? ¿Remar en la canoa? ¿Echarla a Tembló.
la deriva? ¿Atravesar la selva? ¿Cruzar “el Se le helaron las manos y comenzó a sudar.
pastizal?... Aquel pájaro bobo que lo siguió largo Algunos hombres comentaron algo en voz
rato, ¿sería capaz de contar algo? baja, mientras lo miraban de soslayo con aire
Y se echó a reír; luego se asustó de oírse riendo. misterioso. Después... ¡nada!... Se oía el silencio.
“No, nadie lo sabía. Todo fue un acierto. ¡Era Gabriel creyó necesario sonreír. Fue una risa
dolorosa, estrujada por el miedo. Notó que le
temblaban los ángulos de la boca. Se dio
cuenta de que no tenía fuerzas para hablar ni
para moverse: que no tenía valor, ni siquiera,
para quedarse allí mismo, inmóvil. El Jefe
Político acababa de entrar, y Gabriel Sánchez
pudo oír que dos o tres veces le decían
sucesivamente:
—A usted le toca decírselo.
El Jefe Político se adelantó con paso lento en
dirección a Gabriel, seguido de algunos
hombres. En aquel momento, Gabriel
reaccionó... ¡Lo negaría todo! Además, nadie
podría probarle nada porque... ¡no hubo error
alguno! ¡Estaba seguro! Levantó la cabeza y se
llenó de magnificencia.
—Gabriel —dijo el Jefe Político—, venga usted
conmigo.
Y ya afuera del comisariato, con voz piadosa:
—Hará poco más o menos dos horas,
matonearon a su hermano en la vuelta del
Cerro de los Pavones.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 5 Prof. Jose Manuel Bermúdez


"LA VENTANA"
Carlos Salazar Herrera
Él dijo, en una carta, que aquella noche brazo inmenso.
regresaría... y aquella noche, ella estaba —¿Qué querés?... —dijo ella cuando pudo hablar.
esperándolo. —Dame un vaso de agua de la tinaja.
Sentada en una banca de la salita, de rato en
rato, desde la ventana, hacía subir una mirada Hacía... ¡siete años! que tenía ganas de beber un
por la cuesta...hasta la Osa Mayor. vaso de agua fresca y pura de aquella
Las casas, enfrente, blanqueadas con cal de resonante tinaja, porque allá... donde él había
luna, estaban arrugadas de puro viejas. estado tanto tiempo, el agua era tibia y salobre.
A veces, las luciérnagas trazaban líneas con Después... se puso a acariciar con sus miradas la
tinta luminosa. salita de su casa. ¡Su casa!... ¡Su hogar!...
El viento venía sobre los potreros cortando Entonces notó que su mujer le había hecho
aromas de santalucías, y entraba fragante por la quitar los barrotes de hierro a la ventana...
ventana... igual que el gato de la casa. Y con una mirada, destilando gratitud, le dio las
Del filtro de piedra caían las gotas en una tinaja gracias.
acústica. Caía una gota y salía una nota... Caía
una gota y salía una nota...
Sobre los tinamastes del fogón, el agua del
caldero cantaba como nunca.
Un San Antonio guatemalteco, se había puesto
negro de tanto tragar humo de culitos de
candela.
La llama sobre el pabilo daba saltos sin caerse.
Era un duendecillo de fuego... Pero al fin, un
gatazo de viento se metió por la ventana... y lo
botó.
La mujer se fue para la cocina, le robó al fogón
un duende y, protegiéndolo con una mano,
volvió a la sala.
En aquel momento, entró él.

El nuevo duendecillo proyectó en la pared un a-

ANTOLOGÍA | PÁGINA 6 Prof. Jose Manuel Bermúdez


LA LOCA DE GANDOCA
Anacristina Rossi
El texto se encuentra en el apartado de recursos con su nombre correspondiente.

Anacristina Rossi:
(San José, 1952). Es una novelista y ensayista costarricense. También ha sido columnista,

activista en asuntos ambientales y ha trabajado con mujeres indígenas y campesinas.

Elegida miembro de número de la Academia Costarricense de la Lengua. Renunció a este

puesto en el año 2009.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 7 Prof. Jose Manuel Bermúdez


ÚNICA MIRANDO AL MAR
Fernando Contreras
El texto se encuentra en el apartado de recursos con su nombre correspondiente.

Fernando Contreras:
(San Ramón, 1963). Escritor contemporáneo costarricense que ayuda a formar una nueva

narrativa que rompe con el costumbrismo de la generación del 40 y con la urbana

generación de los años 60. Autor de nuevos clásicos en la literatura nacional. Estudió

Filología en la Universidad de Costa Rica. Realizó estudios en Francia para obtener el

grado de Doctor en Literatura.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 8 Prof. Jose Manuel Bermúdez


POESÍA SELECCIONADA
Jorge Debravo
"Hombre" rebeliones en germen echando lenguas de humo,
Soy hombre, he nacido, árboles que no tienen
tengo piel y esperanza. suficientes resinas amorosas.
Yo exijo, por lo tanto, Estamos sin amor, hermano mío,
que me dejen usarlas. y esto es como estar ciegos en mitad de la tierra.
No soy dios: soy un hombre Traigo muertes para asustar a todos
(como decir un alga). los que juegan con muertes.
Pero exijo calor en mis raíces, Vidas para alegrar a los mansos y tiernos,
almuerzo en mis entrañas. esperanzas y uvas para los dolorosos.
No pido eternidades Pero traigo ante todo un deseo violento de abrazar,
llenas de estrellas blancas. atronador y grande como tormenta oceánica.
Pido ternura, cena,
silencio, pan, casa... Quiero hacer con los brazos un solo brazo dulce
que rodee la tierra.
Soy hombre, es decir,
animal con palabras. Yo deseo que todo, que la vida sea nuestra como el agua
Y exijo, por lo tanto, y el viento.
que me dejen usarlas.
Que nadie tenga nunca más patria que el vecino.
************************************************
"Nosotros los hombres" Que nadie diga más la finca mía, el barco...
sino la finca nuestra, de Nosotros los hombres.
Vengo a buscarte, hermano, porque traigo el poema, **********************************************
que es traer el mundo a las espaldas. "Nocturno sin patria"
Soy como un perro que ruge a solas, ladra
a las fieras del odio y de la angustia, Yo no quiero un cuchillo en manos de la patria.
echa a rodar la vida en mitad de la noche. Ni un cuchillo ni un rifle para nadie:
la tierra es para todos,
Traigo sueños, tristezas, alegrías, mansedumbres, como el aire.
democracias quebrantadas como cántaros,
religiones mohosas hasta el alma, Me gustaría tener manos enormes,

ANTOLOGÍA | PÁGINA 9 Prof. Jose Manuel Bermúdez


violentas y salvajes, dice que son las cinco de la tarde.
para arrancar fronteras una a una La hora de los adioses,
y dejar de frontera solo el aire. la hora en que la misma tarde
agita nubecillas en despedida.
Que nadie tenga tierra *******************************************
como tiene traje: "El parto"
que todos tengan tierra
como tienen el aire. Mujer, toda mi sangre está presente
contigo en esa lucha que sostienes.
Cogería las guerras de la punta Contigo está mi amor incandescente
y no dejaría una en el paisaje y en tu llanto y tu duelo me contienes.
y abriría la tierra para todos
como si fuera el aire... Nunca en la vida estuve tan de prisa
tan lleno de relámpagos y ruegos,
Que el aire no es de nadie, nadie, nadie... como ahora que ha muerto tu sonrisa
Y todos tienen su parcela de aire. y están con tu dolor todos los fuegos.
***********************************************
"Despedida" Nunca estuvo mi amor tan a tu lado,
nunca como esta noche de tortura
El camino, despacio, cuando sufre mi amor crucificado
retrocede a nuestras espaldas. en el mismo tablón de tu amargura.
Todos los árboles se han alejado
hacia el poniente.
Todo en la tierra
se aleja alguna vez.
La luna y el paisaje.
El amor y la vida.
El reloj, en mi muñeca,

Jorge Debravo:
(Turrialba, 1938 - San José, 1967). Es uno de los poetas costarricenses más leídos y es

quizá la figura más relevante de la poesía nacional, no sólo por la sencillez de su verso,

sino también por el intenso humanismo del contenido, que va desde la exaltación del

amor sexual hasta esa obsesión tan suya del amor y la justicia para el prójimo. Su poesía

fue usada en la música del rockero José Capmany.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 10 Prof. Jose Manuel Bermúdez


MADRE NUESTRA QUE ESTÁS EN LA
TIERRA
Ana Istarú
El texto se encuentra en el apartado de recursos con su nombre correspondiente.

Ana Istarú:
(San José, 1960). Escritora, poetisa, actriz, dramaturga y columnista de opinión

costarricense. Recibe en 1980 el Premio Nacional a la Mejor Actriz Debutante. Ha sido

galardonada por sus roles protagónicos en obras teatrales, tanto clásicas como

contemporáneas. Su nombre real es Ana Soto Marín.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 11 Prof. Jose Manuel Bermúdez


IDIAY
Carmen Naranjo
Nunca se llega a la madurez sin sobresaltos. que trata de que se continúe o termine el
Hay algo más triste que envejecer: relato.
Es continuar siendo niño. Francamente, el idiay como sustituto del y qué,
(Fiestas, de Juan Goytisolo). sería casi inocuo en el lenguaje, vendría a
representar el estímulo de la continuación en
De esta expresión sólo cabe comentar el un gesto de curiosidad lógico, sería el y
significado que tiene en nuestro medio, pues la buscando la adición porque es necesaria para
ha hecho el costarricense al vivir el español completar o terminar la percepción de un
como la lengua adquirida a la par de una cuento.
cultura y de una religión. V quizás lo más La importancia del idiay va más allá y simboliza
importante de esta adquisición, sea la lengua una actitud del costarricense. Es un desafío la
en sí, pues ella conlleva cultura y religión. No en mayoría de las veces y como desafío adquiere
vano dice Bergson que: gran importancia en nuestro decir. No significa
La tradición se apoya en el uso del lenguaje. entonces el y qué como incitación a que se
Dice don Carlos Gagini que idiay con signo de concluya un relato, viene a significar una
interrogación, es una expresión usadísima entre puntualización de los hechos para introducir
nosotros en los mismos casos en que los un reclamo. Idiay, que no necesita la
españoles exclaman ¿y bien? ¿y por fin?, ¿luego?, interrogación porque está implícita, es el
para incitar a que se concluya lo que se estaba sustituto de: ¿qué le pasa conmigo?, ¿por qué
diciendo o haciendo. Además, señala que es me molesta?, ¿qué busca?
uno pronunciación vulgar del castellano ¿y de Así el costarricense, que es puntilloso y que su
ahí? Términos más o menos semejantes apunta pacifismo acaba cuando alguien lo codea o lo
a esa expresión el profesor Arturo Agüero. molesta en alguna forma, se respinga y
El señalamiento es parcial porque sólo en exclama el idiay. En esta forma está
determinados momentos el idiay es la muletilla reclamando su propio acomodo, la expresión
que en el diálogo se esgrime para incitar a la no busca continuidad, sino aclaración, se exige
continuación. Y en estos casos, viene a significar el punto sobre i, la evidencia para actuar. Sí la
básicamente ¿y qué? Es más, muchas veces bajo respuesta que se recibe es una disculpa, el idiay
este significado el Idiay se. sustituye por el ¿y fue bienvenido. Si el silencio viene o la burla o
qué? ¿y qué pasé?, ¿y qué sigue?, ¿y qué la contrarréplica, queda el campo abierto a los
respondió? Y el ¿y qué? Es la pregunta concreta puños.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 12 Prof. Jose Manuel Bermúdez


También es muy corriente que el costarricense gesto infantil de saltarse los preámbulos y
con el idiay, pregunte por sus intereses, llegar pronto a las conclusiones, la búsqueda
consciente de que en ciertos momentos hay del fin práctico, de los resultados.
reparto en la vida, ya sea de alegrías o de Para el costarricense no tiene importancia lo
penas. El idiay significa entonces ¿y yo qué?, o demás, no encuentra valor a los intermedios,
sea qué es para mí, cuándo se me ha desprecia las divagaciones, las dudas, el
destinado, qué tarea me corresponde, cómo he calvario de la debilidad, la convicción que
sido afectado o en qué forma se ha aludido a viene del análisis, la mención de los puntos que
mí. El idiay en estas frases ya no viene ser un se analizaron. El relieve lo adquiere el resultado
desafío, ya no es la actitud respingona, se escueto e independiente. El idiay en este
convierte en la indagación de lo propio, de la sentido demuestra impaciencia por la
que afecta. hojarasca, por el entretenimiento en las
El costarricense sin esconder sus intereses circunstancias y la demanda de la conclusión,
pregunta por lo suyo. Podría interpretarse esta el qué pasó en definitiva y cuáles son las
indagación como la versión y de ahí qué para consecuencias, es la interrupción nerviosa de al
mí. Es decir, vuelve el idiay o, su forma original, grano.
a aludir al ahí en la relación que tiene con el Así el costarricense tiene posiciones diferentes
sujeto, el ahí pasa a ser la circunstancia, la cosa, cuando es relator y cuando es oyente. En la
la pregunta es qué es mío de ahí, el sentido de actitud primera se deleita en el rodeo, pesando
propiedad, la necesidad de tener. El ahí indaga las introducciones y los desvíos,
cuál es la participación en el reparto. desmenuzando los detalles, inquietando la
Tenemos entonces que el idiay en pequeña atención del oyente, jugando con la curiosidad
parte es una incitación a la continuación del del interlocutor y complaciéndose en los ídíays
relato, para evidenciar la curiosidad siempre que va entremezclando el auditorio. Pero, en la
alerta del costarricense, su afición a los posición de oyente la actitud es distinta, se
detalles, el deseo de acercarse al dominio del quiere el acto final del asunto planteado sin las
asunto a través de la versión fácil de otro, el reverencias del intermedio, pareciera que se

Carmen Naranjo:
(Cartago, 1928–2012). Fue una de las mujeres que más ha influido en el desarrollo de la

narrativa costarricense de tema urbano. Un hecho interesante y expresivo de lo que fue

su participación en la función pública, es que ella redactó la ley de nacionalización

eléctrica, y participó muy activamente en la universalización de los seguros sociales. Fue

la primera escritora en formar parte de la Academia Costarricense de la Lengua.

ANTOLOGÍA | PÁGINA 13 Prof. Jose Manuel Bermúdez


desea economizar el tiempo y dejas por crédito porque tiende a exhibir el sacrificio
inexistentes los preámbulos. Surge el hecho historia de un momento determinado
costarricense pragmático cuando es el receptor de su vida, para respaldar en él su indolencia. El
del relato, el costarricense práctico al que yo hice es más corriente que el yo hago o el yo
interesan los hechos, el que mide la haré. La versión del pasado es la de un hecho
importancia a través de lo concreto, el que no práctico y seguro, la del presente es una
se deja arrebatar por el sonido sino por el eco, el incertidumbre que exige fe y la del futuro un
que demanda el resultado de la acción, el punto sueño que obliga a sonar y amarga la sazón del
tangible, lo que se huele, se mide. momento.
El costarricense se entusiasma cuando es actor Frente al dibujo utilitario del idiay compulsivo
por las intenciones, pero cuando es espectador hacia el resultado, surge el otro como grito de
sólo se conmueve por los resultados. Esta desafío y muestra la disconformidad.
contradicción entre actor y espectador, que tan Reacciona rápido el costarricense cuando es
bien condensa el idiay, en el tono adicionador agredido en sus intereses o en su comodidad.
del y qué, demuestra el doble filo en la Se despierta violento y está dispuesto a pelear,
aspiración de nuestro hombre común, pues pero el idiay es un llamado al parlamento, a la
exige concreción práctica cuando recibe y explicación. Cree el costarricense en la palabra
espera comprensión y amplitud cuando le toca y es fácil verlo extraviado en su propio discurso.
el turno de dar. Es mezquino en el juzgar y Prefiere explicarse a ser y se ha hecho experto
aspira generosidad cuando es juzgado, por eso en materia de explicaciones. En cada
es afín a gente que muestra dócilmente una costarricense vive un abogado defensor de sus
aptitud especial hacia lo sugerente, cree con derechos, de sus equivocaciones y de aciertos.
firmeza en la influencia, en el nombre, en lo El punto de vista de cada quien en nuestro
aparente. Descansa en el menor esfuerzo de país, se expone con brillantez y en la pasión de
las palabras el costarricense se pinta
autorretratos graciosos, se descongestiona, se
hace lavados corporales y mentales.
En el país tiene más importancia el decir que el
hacer, el anunciar que el actuar. Como muestra
de lo anterior, cabe ejemplificar que se
inauguran obras sin terminar, aun sin empezar,
porque es más importante el discurso, las
palabras que destacan la obra que la obra en sí.
En esas ocasiones, se olvidan los idiays del
público y las palabras se valoran tan prácticas y
eficaces como una realización en sí.
Y este idiay desafiante, con un tono
encolerizado, se diluye ante la fase cortés de:
perdone usted, no fue mi intención, he sentido
molestarlo, le ruego disculparme.
El idiay esconde gustoso, como un perrito
bravucón pero poco agresivo, el rabo entre las
patas, y aquí no ha pasado nada. La paz no se
ha alterado, las relaciones humanas no han
sufrido, ú respeto a la explicación -aún cuando
sea una mera formalidad- vence cualquier
gesto airado, esconde dentro cualquier rencor,
pues se ha cubierto las formalidades y el costa-

ANTOLOGÍA | PÁGINA 14 Prof. Jose Manuel Bermúdez


rricense nuevamente formalista y superficial se le vamos a hacer, del a mí qué me importa y de
conforta con la apariencia de la cortesía. Pero, si por sí, afluyen con su indiferencia a desteñir la
el idiay no motivó la explicación, el problema se individualidad que aparentemente busca el
agudiza y la violencia se convierte en una marea costarricense y que acaba por representar un
alta de palabrotas o de ademanes duros en un sitio cómodo o donde nada ni nadie moleste.
pleito callejero, que tratan de apaciguar, con Es una democracia de servilismo a la
cierta complacencia de que se avive, los comodidad.
pacíficos mirones. Pero, ese neutral exige reconocimiento, la serial
El idiay, además del pedido de explicaciones, es de su valor, te consideración de su caso, te
la solicitud a que se nos reconozca como ponderación de sus méritos, la mención de sus
personas, es la llamada de atención para que no honores.
invadan o lastimen nuestros derechos. Y es que El idiay, ya con signos implícitos de admiración,
al costarricense le gusta que lo tengan en es el aviso del peligro que corren los
cuenta, lo consideren, lo menciones, le historiadores al omitir un nombre, es el terror
otorguen los créditos que cree merecer, le den que se siente en los homenajes al olvido de una
su lugar, no lo olviden. En nuestro ambiente es persona en la placa conmemorativa, es la
siempre una aspiración el bombo y más de uno mención infinita de los fulanos y los zutanos en
resuelve esa necesidad por medio de un la relación de un acto, es el recuerdo impreso
sistema de autobombo. en el abuelo figurón, es el menú de los alegatos
Nuestros don Juanes, no se dedican a la interminables por un reconocimiento. Se busca
conquista y colección de mujeres, sino a la el distinguirse por el simple ejercicio de figurar.
recolecta de opiniones favorables a sus Los neutrales, ajenos y reservados en la hora del
personalidades, a la victoria en el campo de las conflicto, procuradores del quedar bien, exigen
simpatías y al difícil arte de ser agradable a su puesto en la historia. Mediante el idiay, o sea
todos. Esa tendencia donjuanesco da origen al el yo qué, se aspira al aprecio, a la comprensión
palanganeo, que evade el caer mal a la gente y sincera y amplia, y es más, se busca la
tiende a ganar efectos por parte de los dos admiración. Si bien nada merece admirarse a
bandos que se disputan un asunto. Sin asombrarse, dentro del pacifismo conformista
pronunciarse a fondo, el consultado encuentra y el alejamiento el embate público a que se
fundamento en las razones alegadas por uno y tiende, el costarricense enramado y retorcido
otro litigante y su mayor anhelo es llegar a una en te exportación de sus explicaciones, exige
resolución salomónica, que además de ser sabia para sí te evidencia de te importancia a través
complazca ambos intereses. del reconocimiento por parte de los otros, que
En nuestra democracia ganan en realidad las espera surja tan espontáneo como la
elecciones los que se abstienen de votar, los que inteligencia en un rostro de rasgos griegos.
ha cogido e! camino fácil de la neutralidad. Los Y si el costarricense ha adoptado por hacerse
neutrales, los del ejército del ahí vamos, de qué una historia en forma activa, el idiay es más exi-

ANTOLOGÍA | PÁGINA 15 Prof. Jose Manuel Bermúdez


gente, se convierte en una demanda imperiosa inmortalidad que apasiona a los pueblos y los
y el cuido de te figuración del nombre, bien pone en el difícil trance de ganarla, se
lustrado y bajo la calificación de elegantes apaciguara con el candor del niño pobre que
adjetivos, sacia el deseo de trascendencia e distrae y hasta olvida su hambre con una
inmortalidad que no tiene largo vuelo en él, botella de agua. La leche, la buena leche de
pues confunde te aceptación simpática con el este país, médula necesaria para ser, tiende a
valor innato, la impresión con la esencia, la disfrazarse de agua, ni siquiera de agua pura,
publicidad anecdótica con el merecimiento tenida con el blancuzco engañoso de! blanco.
permanente. Es así como creo que el idiay se excede del
Prefiere brillar en el dicho oportunista, pero sentido consignado en los diccionarios de
seguro y risueño, que pasar como una figura costarriqueñismos, y el pensador a quien busca
contradictoria y polémica. Tenemos una encontrara otras muchas profundidades y
generación de aspirantes a Ricardo Jiménez, vértices al usadísimo término que salpica todas
que le han buscado punta al lenguaje sin la nuestra conversaciones. Se me ocurre, ya al
gracia y la sabiduría popular del expresidente, y final de este intento de ensayo, que el idiay
sólo han logrado maltratar nuestro idioma y también significa una explicación tácita de una
herir con el choteo el crecimiento espiritual de actitud, una disculpa no evasiva sino de cierta
nuestro pueblo. resignación consoladora, para representar el:
El costarricense aspira que el pasaje a la historia qué iba a hacer yo o qué quiere que haga, si no
sea un camino placido, como si se tratara de un tengo capacidad, sí mi suerte es mala, si.....
álbum familiar en donde quedan registrados los Un reconocimiento de capacidades limitadas o
acontecimientos íntimos con el disimulo de una una aceptación al fatalismo, un rendimiento
ternura alcahueta. fácil con una disculpa lista a disculpar, una
El idiay, como llamada de atención hacia si modalidad desasí somos, qué le vamos a hacer.
mismo, no sale del círculo egoísta y cómodo en
que entrapan los costarricenses en una
monotonía que los va durmiendo
plácidamente, siempre dentro del concepto de
propiedad personal intocable, en donde no se
quiere la perturbación del riesgo, menos aun la
dificultad de poner en entredicho su valor y su
individualidad, esta última figurada en la
máscara del irresponsable desapego a los
humanos. Y cuando despierta de esta modorro,
con la sed del idiay, viene a exigir el tenue
calmante de una aprecio con miles de figuras
falsas que tienen un fatuo uso en el brillo del
nombre.
El idiay no busca una respuesta con verdad, sino
un simple movimiento de sobalevas, bajo el
efecto de creerse calificado con justicia y gozar
del reconocimiento como hecho concesivo y
gracioso, que es merecido por sí y ante sí.
Sucede como si frente al temor de qué dirán,
hubiera seguridad de que dicen bien, la opinión
no es mala, por el contrario es buena, y con la
creencia de esos comentarios la inquietud de

ANTOLOGÍA | PÁGINA 16 Prof. Jose Manuel Bermúdez

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