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PUKA ALLPA

viaje hacia la selva invisible


PUKA ALLPA
viaje hacia la selva invisible
“Y más que nada suenan los pasos de los animales que
uno ha sido antes de humano, los pasos de las piedras y los
vegetales y las cosas que cada humano ha sido. Y también
lo que uno ha escuchado antes, todo eso suena en la noche
de la selva. Dentro de uno mismo suena, en los recuerdos
que uno ha escuchado a lo largo de la vida, bailes y pífanos
y promesas y mentiras y miedos y confesiones y alaridos de
guerra y gemidos de amor. Voces de agonizantes que uno
ha sido o que uno ha escuchado solamente. Historias ciertas,
PUKA ALLPA historias de mañana. Porque todo lo que uno va a escuchar,
todo eso suena, anticipado, en medio de la noche de la selva,
D. R. © Pedro Favaron en la selva que suena en medio de la noche. La memoria es
Colección Libro de Autor más, es mucho más, ¿lo sabes? La memoria verídica conserva
también lo que está por venir. Y hasta lo que nunca llegará,
Coedición: eso también conserva. Imagínate. Nada más imagínate.
¿Quién va a poder oírlo todo, dime tú? ¿Quién va a poder
oírlo todo, de una vez, y creerlo?...”
Proyecto Editorial
Literatura y Alternativas (César Calvo, Las tres mitades de Ino Moxo).
en Servicios Editoriales SC
Av. Universidad 1815-C-205
Col. Oxtopulco, Coyoacán,
México, DF, CP. 04318
Correo: proyecto.literal@gmail.com

Cactus del viento


Editorial ecopoética
Casas Grandes 137
México D.F. C.P. 03023
Correo: cactusdelviento@gmail.com

Edición : Yaxkin Melchy Ramos


Diseño de portada: Nishi Nete medicina tradicional
Diseño Editorial: Paulyna Campuzano
Producción: Ana Rodríguez Aldana

isbn: 978–607–8529–04–9

Todos los derechos reservados.


Impreso en México, agosto 2017
NOTAS PRELIMINARES

En diciembre de 2009, Carlos López Sanabria y Diego de Santa María partieron de la


ciudad de Buenos Aires con rumbo a Asunción del Paraguay. Emprendieron desde ahí un
recorrido sudamericano que los transformaría de forma imprevista. El viaje compartido
acabó dos meses después, en la ciudad de Iquitos, en el corazón de la Amazonía peruana.
Cuando se despidieron, Carlos López Sanabria no pudo adivinar los pensamientos
expectantes que se gestaban en su amigo, ni prever las decisiones que tomaría luego.
Trece meses después, los compañeros de viaje tuvieron un breve reencuentro en
el café La Giralda, de la calle Corrientes. El diálogo tuvo mucho de previsible por los
primeros minutos, haciéndose uno al otro las preguntas de rigor. Pero luego ambos
amigos se reconocieron y charlaron como si nunca se hubieran separado. Tal vez la
verdadera amistad dependa de la habilidad que tienen dos personas de recordarse
y mantener una conversación que parezca ininterrumpida, sin importar el tiempo
que dejaron de frecuentarse. Las amistades hondas son diálogos eternos, en los que
pueden haber prolongados silencios; pero cuando la palabra surge, siempre es fresca,
nueva, vivificante y afectuosa. Su amistad echaba raíces en un viaje que ninguno de
los dos olvidaría, vinculados sus corazones por los caminos recorridos.
López Sanabria notó que su amigo se hallaba más cambiado de lo que él
mismo se había dado la oportunidad de transformarse. Al principio, atribuyó esta
percepción al hecho de que mientras él había regresado a Buenos Aires y se hallaba
abrumado por las exigencias burocráticas de su trabajo en Cancillería, Santa María
siguió llenándose los ojos de la vitalidad amazónica. Pero algo más profundo
que una vida de aventuras en el bosque tropical se había trastocado en su amigo.
Aunque López Sanabria no podía describir esta transformación, reconocía que se
trataba de algo fundamental.

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Desde que lo vio entrar al café, los pasos de Santa María eran resueltos, sin la indeleble. Aunque en el momento no lo advirtió, esas palabras se grabarían con
antigua dubitación. Se le evidenció que la rebeldía y la rabia que solían caracterizarlo persistencia también en él.
habían dejado lugar a una serena seguridad que no se esforzaba, como en el pasado, Se despidieron con un abrazo corto y sin sentimentalismo. López Sanabria lo
en probarse a sí misma. El humor irrespetuoso dejó espacio a una risa ingenua y vio alejarse y tuvo la sensación de que un halo brillante envolvía a su amigo. Por
saludable. Sus ojos mismos parecían de un verde más claro, casi transparente. Un un segundo, recordó la sensación corporal que tuvo esa noche en Iquitos, cuando
fulgor insondable chispeaba de ellos, que le daba un aura de videncia, como quien bebieron ayawaska. Y sintió nostalgia por los ríos que juntos navegaron. Se dijo a sí
ha recibido una revelación cuyo ardor no podrá ser apagado. Y en su voz vibraba mismo que ya le llegaría el tiempo de emprender viaje a geografías imprevistas. Desde
un influjo antiguo. entonces, no ha vuelto a tener noticias suyas, aunque cada cierto tiempo sueña con él.
Poco antes de despedirse, Santa María confesó a su amigo que solo había Cuando López Sanabria me relató la historia - disuelta en el misterio - de Santa
vuelto a Buenos Aires para completar unos trámites burocráticos. López Sanabria María, me interesó saber más sobre su destino. Lo conocí, de vista y un par de
luego se enteraría de que había renunciado a la herencia de sus padres a favor de veces, en casa de unos amigos en común en el barrio de Chacarita. Él había viajado
su hermana. A cambio, su hermana se comprometía en depositarle una modesta a la Amazonía dos veces y era conocido su afecto por la planta ayawaska y sus
mensualidad en un banco. Esto fue realizado para agilizar ciertas formalidades que visiones. Aunque sabíamos ambos de nuestro interés por la Amazonía, nunca
tendrían lugar durante su ausencia, la cual no sabía hasta cuándo se prolongaría. hablamos mucho sobre el tema. Posiblemente, sabiendo que mi aproximación era
Ese alejamiento aún persiste. Santa María le dijo que ya era poco lo que el mundo académica, consideró que no tenía mucho que aportarle. Si bien sus conocimientos
moderno y sus novedades podían ofrecerle; estaba harto de las tertulias nocturnas, sobre la etnografía amazónica eran vastos – tal como podrá comprobar cualquiera
de las discusiones intelectuales, de los infiernos de bolsillo y la vanidad porteña. que lea las páginas siguientes -, sentía que una barrera infranqueable distanciaba a
“Pero ese hartazgo”, afirmó, “ha sido mi ángel. Me ha hecho partir a rencontrar los antropólogos del alma indígena.
los últimos manantiales de pureza: ya no volveré a tener sed. Y mi apetito no es de En una de esas oportunidades, lo escuché decir que “los antropólogos que
carne, sino de luz”. estudian a las comunidades amazónicas conservan una pretenciosa distancia
Diego también le descubrió, un poco avergonzado, que traía unos escritos pseudo-científica por temor a verse arrastrados a una experiencia que desbarataría
que le gustaría ver publicados. Le entregó un cuaderno gastado. “Este es el sus parámetros conceptuales y les revelaría la falsedad de su estar en el mundo.
relato de nuestro viaje. No desde el inicio, por supuesto. Acá están escritos los El ayawaska”, agregó, “es el corazón del mundo indígena. No hay posibilidad de
acontecimientos desde que salimos de Ecuador y nos internamos en la selva. Lo entender a los pueblos amazónicos sin antes haber muerto y renacido, cogido por
escribí en el tiempo que pasé en el Ucayali, en el bosque, mientras me venían los el sabor amargo de la liana”.
recuerdos. Son anotaciones un tanto desordenas, pero tal vez tengan algún interés Aunque la frase me sonó arrogante, intuía en ella una verdad que me era
para alguien más. Trata de hacerlas publicar”. dolorosa pero, desde ese momento, ineludible. A fin de cuentas, sacando a
Luego, Santa María dijo que al día siguiente volvería al Perú. “La selva”, relucir los secretos profesionales (espero se me perdone esta infidencia), los
sentenció con voz temblorosa y solemne, como si revelara una profecía, “antigua y académicos nos ceñimos a metodologías aceptadas para hacer carrera y ganar
misteriosa, guarda, bajo las placas tectónicas de su constitución aparente, secretos becas, traicionándonos poco a poco y contentándonos con nuestros puestos de
cardinales para la trascendencia humana. En ella se halla el sustento de la nueva trabajo. Adoptamos jergas, buscamos minuciosos las discrepancias con lo escrito
humanidad, de la nueva esperanza, del nuevo pacto y del nuevo tiempo”. López por nuestros colegas, discutimos sobre temas que no tienen mucha importancia y
Sanabria pensó que su amigo había enunciado muchas veces, en su soledad, esa defendemos nuestras posturas con meditadas razones.
misma frase que repetía con temblor. O, tal vez, que le fue revelada en un sueño Tiempo después, el maestro shipibo Rao Nita me diría una frase semejante:
o en una visión, y que había quedado impresa en su memoria con un acento “Lo que pasa, doctor, es que andas con el corazón dormido, escribiendo solo

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para ti mismo y tus colegas. Eso es egoísmo. La universidad forma y deforma. Sierras de Córdoba, cuando Diego de Santa María tenía 18 años. Empezó estudios
Mucho tendrías que olvidar para recordarte como un ser espiritual llamado a un de Literatura y Antropología en la Universidad de Buenos Aires, pero abandonó
destino superior. Cómo podrías hablar sobre el ayawaska haciendo preguntas a ambos. Una crisis psicótica, alentada por el consumo de alcohol, lo recluyó en el
los curanderos, quedándote un mes entre nosotros con tu grabadora, sin nunca Hospital Borda por tres meses.
abandonar la seguridad de tus orillas para sumergirte en nuestras aguas”. Frecuentaba círculos poéticos experimentales, lecturas corporales de Deleuze,
Mi uso del ayawaska ha sido esporádico; aunque los escritos de Santa María rituales gnósticos en una casona de Almagro y una sociedad secreta recientemente
me animaron en una primera instancia, no he podido superar el temor hacia el fundada en el barrio de Balvanera. Un año antes de su viaje, tras pasar una
trance. Será posiblemente el espanto de olvidarme de mis principios de vida, de temporada en el norte argentino, se volvió asiduo de las ceremonias organizadas
comprender demasiado, de ver contradichas mis certezas, mis estudiados discursos por Lautaro Kolke, quien contaba ser heredero de antiguos saberes diaguitas.
sobre mí mismo, o el vértigo de recordarme en una potencialidad que no tengo Decía que le habían sido transmitidos en secreto, de generación en generación,
la madurez para asumir. Sea como sea, reconozco en esa planta un misterio que hasta nuestros días, en los que habían sido divisados los signos esperados para que
no puedo nombrar ni dominar, pero que podría transformarme por completo, tal esos conocimientos salgan a la luz y se cumplan los oráculos.
como le pasó a Diego de Santa María. Es mi ego quien se resiste a esa muerte, López Sanabria me entregó el cuaderno de Santa María en una visita que hice
aunque la sé inevitable. a Argentina (luego de tres años de ausencia), invitado a dar un par de conferencias
en Córdoba y Tucumán sobre derechos indígenas y territorialidad. Mi amistad
con López Sanabria me comprometió a aceptarlo y buscarle un editor. Las frases
de Santa María acerca de los académicos aún resonaban en mí con una mezcla
irresuelta de resentimiento y vergüenza.
No confiaba en la calidad de lo que leería, empeñándome en pensar a Santa María
No puedo decir mucho sobre la vida de Santa María anterior a su viaje, al que él como un díscolo pretencioso y sin rigor. No cabe duda dev que mis pensamientos
adjetivaría de iniciático. Sus padres eran oriundos de Tarija, en Bolivia, ambos hijos sobre Santa María tenían menos que ver con él, que con la fibra intestina que
de prósperos hacendados. Su padre era médico y su madre abogada, cosa infrecuente sus palabras habían hecho temblar en mí. Cuando, movido por la obligación y
entre las mujeres de la alta sociedad de Tarija de ese entonces, a lo sumo formadas el tedio, empecé a ojear el cuaderno, sentí que mis sospechas se confirmaban.
para ser respetables amas de casa. La pareja se instaló en Buenos Aires buscando Pero poco a poco, ahondando en la lectura, descifrando sus garabatos y juntando
vientos europeos, escapando al conservadurismo de la provincia boliviana. párrafos sueltos, empecé a considerar que el texto tenía algún valor literario y, muy
En esa ciudad nacieron sus dos hijos. Los hermanos Santa María pasaban los posiblemente, hondura espiritual.
veranos con sus abuelos maternos. Según me dijo su hermana Lucía, los días No hacía mucho había leído con interés la novela Las tres mitades de Ino Moxo,
montando a caballo o nadando en las acequias impregnaron a su hermano de del poeta peruano César Calvo, que tal vez sea la obra cúspide de lo que podría
monte. Nunca se resignó del todo a la vida urbana. Era un enamorado de las fiestas considerarse el canon de la literatura inspirada en la ingesta de ayawaska. Me vinieron
indígenas que se celebraban en febrero, por los carnavales. Gustaba decir que a la mente el libro Las cartas de Yagé, de Ginsberg y Burroughs, así como los poemas
mascando coca con los indios, tomando aguardiente y fumando, se había hecho del Néstor Perlongher en el libro Aguas aéreas, escrito mientras frecuentaba el culto
brujo. Lucía afirma, con cierta ingenuidad, que su hermano sabía conversar con las brasilero del Santo Daime. Algunas menciones a la planta también aparecen en la
montañas, con las nubes y las quebradas. literatura de la Amazonía peruana; entre esas narrativas destaca la novela Sangama,
Fue un alumno ejemplar del liceo Buenos Aires, destacando en latín, geografía, de Arturo Hernández, quien da testimonio de los conocimientos extraordinarios
literatura e historia. Sus padres murieron en un accidente automovilístico, en las de un hombre iniciado en la sabiduría del ayawaska.

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Esos textos, junto al de Santa María, constituyen un corpus de interés para ser Una noche soñé con Diego de Santa María, quien tenía dibujado en el pecho,
analizado en una posible tesis de literatura. Por más que nos cueste reconocerlo, con tinte de achiote, estas dos palabras. Aunque nunca he dado mucha importancia
los literatos exploran en libertad ámbitos que los académicos tratamos de a mis sueños (salvo por los dos años en que me sometí a una terapia psicoanalítica),
descifrar con la pesada carga de lo científicamente admisible. La vocación poética pensé que era gracioso y poético utilizar el nombre aparecido en mi visión onírica,
puede echar luces inesperadas que ayuden a comprender los mundos visionarios como si se tratara de una orden o de un oráculo. Estimo que el título sería del
de la Amazonía. En el Occidente moderno, tal vez solo un poeta, de antigua agrado de Diego de Santa María.
raigambre e inspiración, podría considerar posible lo que sostienen los indígenas
con convicción fascinante: que los árboles tienen alma y lenguaje, que sus raíces
hablan y saben de geografías distantes, que los cantos de los iniciados pueden
calmar a las boas, que bellas mujeres de sabiduría insondable viven en el fondo
de los lagos y que el mundo, más que ancho, es profundo, múltiple e infinito; y
ellos aseguran que esas sabidurías solo se revelan a los ojos del espíritu, en sueños Cada vez son menos los viajes que realizo a la Amazonía. Mi espíritu aventurero
y trances visionarios. y soberbio de joven antropólogo (en una oportunidad, pasé más de ocho meses
Trabajando tantos años en el bosque húmedo, parte de mi férreo racionalismo con los Airo-Pai del Ecuador) ha menguado por las austeridades que es preciso
se ha resquebrajado. Debo aceptar que un campo entero de estudios, fundamental atravesar, el calor abrumador y la impertinencia de los zancudos. Sin embargo, una
para la comprensión integral de los pensamientos amazónicos (y de la condición misión encargada por la Agencia de Cooperación Peruano-Alemana, me llevó unas
humana en general), solo puede ser explicado por los poetas y los brujos. Con semanas a Iquitos y a Pucallpa.
humildad y silencio, los científicos debemos aceptar la verdad que brilla en lo En estas visitas, pude entrevistarme con los dos maestros curanderos que Diego
misterioso; penetrar en esos territorios con nuestros aparatos y someterlos a de Santa María menciona en su texto: el maestro Sayri Ojanama, que trabaja en las
nuestras metodologías, sería una profanación. Aunque con fantasías caprichosas, inmediaciones de Iquitos, y el maestro Rao Nita, oriundo de la nación shipiba. He
entusiasmos desmedidos y atribuciones banales, el texto de Santa María contiene decidido incluir ambas entrevistas en el cuerpo del libro, pensando que podían
reflexiones dignas de ser atendidas. aportar al lector ciertos detalles de interés sobre las creencias de los curanderos
He venido cavilando la posibilidad de emprender un estudio sobre el tema; vegetalistas de la Amazonía. No dejo constancia de mis preguntas, dándome el
sin embargo, mi aprensión a la ingesta de ayawaska, así como mis múltiples permiso literario de armar textos completos con sus respuestas. He tratado de
obligaciones de oficina, me disuaden de llevarlo adelante. Sé que un investigador engranar estas intervenciones de la mejor manera posible, procurando que no se
más joven que yo (y tal vez con más agallas) lo hará en el futuro. Tendrá que estar sientan demasiado forzadas. De cierta manera, y libre de excesivas pretensiones,
guiado por un entusiasmo recio, a prueba de balas, pues sus colegas y maestros me siento coautor de este libro.
no aceptarán con facilidad sus presupuestos. Estaré presto a colaborar con él. Por Cuando recibí el cuaderno de Santa María, se componía de pequeños
el momento, me he limitado a ordenar este texto para su publicación, con estas fragmentos desordenados. Las historias que quedaban inconclusas eran retomadas
breves notas preliminares. por Santa María páginas más adelante, conforme su ánimo y sus recuerdos le
Aunque en ninguna parte del cuaderno que me entregó López Sanabria se dictaban la escritura. Les he dado un orden que facilite la lectura, sin que por ello
menciona un título para la obra, he decidido llamarla Puka Allpa, nombre quechua el texto pierda por completo el carácter fragmentario del original. El resultado es
que significa Tierra Roja. Me he tomado esta atribución dejándome guiar por una de difícil categorización. Sin embargo, siguiendo a Bajtín, todo enunciado apela
intuición. Aunque no niego los goces intelectuales de las ciencias sociales, todos necesariamente a un género y es potestad de los especialistas el descubrirlo. La
tenemos derecho a imaginarnos poetas. crónica del viaje realizado por López Sanabria y Santa María es el hilo conductor

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del libro. Creo que debido a ese hilo es posible catalogar a Puka Allpa de relato de si no estaba preocupada por él, si no pensaba necesario hacer una denuncia en
viajes. Cancillería, su respuesta me dejó perplejo. Sin lugar a dudas, no se trataba de
El texto incluye, además del periplo de estos dos personajes principales, algunas indiferencia. Era tal vez una fe ciega en la vocación de su hermano.
reescrituras por parte de Santa María de mitos amazónicos. Ha de notarse el amplio Según me afirmó con convicción, cada cierto tiempo su hermano se le presenta
conocimiento que tenía Diego sobe este género fascinante, aún poco atendido por los en sueños para asegurarle que está bien. “Cada vez lo veo más feliz. El sacrificio de
estudios literarios. Así mismo, aparecen descripciones de intensas experiencias visionarias, mi hermano en la selva lo está conduciendo a un estado superior de conciencia. Y
producidas por la ingesta de ayawaska. Sería, entonces, un relato de desplazamientos, eso es en beneficio de toda la humanidad. Necesitamos que existan quienes rezan,
tanto por los parajes exóticos y tropicales del río Marañón y del Ucayali, como por los quienes buscan conocer el reino de Dios, para que la humanidad no se resquebraje.
espacios míticos y las geografías visionarias reveladas por el ayawaska. Ellos son columnas que nos sostienen… Si Diego encontró a Dios entre los
Dentro de la historia mayor, entonces, hay otros cuentos, narrados a manera indígenas amazónicos y los montes espesos, quién soy yo para atar su espíritu con
de mitos, y también hay varios poemas que Santa María escribió, ya que para él la mis preocupaciones”.
poesía era vocación antigua, remontada a su adolescencia temprana. La técnica Cuando me ofrecí a indagar por el paradero de su hermano en mis visitas a la
de incorporar historias dentro de historias y discursos distintos dentro de un gran selva, me aseguró que sería en vano, que no lo encontraría. “Desde la llegada de
relato narrativo es tan antigua y canónica, que fue utilizada por Cervantes en su Colón, los saberes sagrados de los pueblos indígenas se han tenido que ocultar. Ha
ingenioso Don Quijote - salvando las distancias. La novela tiene el potencial de ser sido necesario. Diego siempre lo supo. Y creo que, a pesar de sus desórdenes, él sabía
un género que reúna a los otros géneros literarios, y pueden tener lugar en ella el que algún día encontraría el rumbo hacia ese conocimiento. Desde niño recibió el
ensayo, la poesía, la crónica, el diario, la epístola, el cuento, etc. ¿Podría, por eso secreto de los indios que trabajaban en la hacienda de nuestros abuelos. Supieron
mismo, calificarse a Puka Allpa de novela? ver lo bueno que había en él. Mejor es no intervenir, dejarlo en su concentración”.
Según el poeta Marcial Derribo, los intelectuales sufrimos de un exceso No pude resistirme y he preguntado por su paradero a cuanta persona he
académico que no nos deja aceptar y respetar textos que, como la vida misma, son encontrado que haya pasado un tiempo en la Amazonía. Nadie sabe dónde hallarlo,
inclasificables. El lector de Puka Allpa se encontrará con un libro que ensaya diversos si es que aún vive. En una oportunidad, llegó a California una delegación de
abordajes al tema del curanderismo amazónico; la sucesión de mitos, visiones, curanderos shipibos. De boca de uno de ellos escuché que en el lago Imiría habita
sueños e intuiciones puede dar la impresión de un trabajo literario hilvanado con un hombre blanco con el poder de los antiguos Merayas (médicos del más alto
precariedad y de carácter desigual. Pero, ¿podría demandarse igualdad a aquello grado espiritual dentro de la jerarquía visionaria de los shipibos). Cuando quise
que, por el contrario, parece celebrar su heterogeneidad? Se trata de una escritura preguntar por su nombre, me dijeron que solo los Chaykonibo, seres invisibles de
traspasada por la intensidad iniciática. Demanda, por lo tanto, un lector dispuesto los bosques, se atrevían a pronunciarlo. Su poder era temible.
a navegar entre lo múltiple. Escribo esto para que el lector tenga a la mano ciertos Un comerciante mestizo me comunicó que entre los Huni Kuin del río Purús,
puntos cardinales con los cuales pueda orientarse a lo largo de este enigmático viaje. cercano a la frontera entre Perú y Brasil, hay un curandero extranjero que puede
convertirse en jaguar. Él mismo lo había visto, transformado en albo felino, en
sus correrías nocturnas. Un misionero norteamericano me aseguró haber divisado,
durante unos de sus vuelos evangelizadores, un hombre blanco entre un grupo de
indígenas en aislamiento voluntario, en la reserva del Manú.
Los indígenas Tikuna se cuentan historias sobre peregrinos perdidos,
Cierro estas notas preliminares diciendo que ni siquiera Lucía de Santa María buscadores del espíritu, que se convierten en seres invisibles, con un cuerpo de
tiene, actualmente, noticias sobre el paradero de su hermano. Cuando le pregunté fuego destinado a la inmortalidad. Estas historias, aunque insoportablemente

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inverosímiles, resultaban creíbles para quienes me las relataron. Sin lugar a dudas,
la imaginación vive grandes libertades bajo la indiscreta fecundidad de la selva
tropical.

Ph.D. Armando Paz


Berkeley University,
Agosto de 2014

La videncia de los antiguos

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Hubo un tiempo, ahora lo recuerdo, de dilatado verdor; el corazón de la humanidad
desnuda era habitado por un río de estrellas. El cielo estaba entonces más cerca
de la tierra. El sol y la luna hablaban con amor a los humanos, y los criaban con
esmero. Todos los seres vivos tenían un solo lenguaje y se entendían sin siquiera
pronunciarlo. Nuestra visión era más poderosa, alcanzando a divisar lo que hoy es
misterio inexpugnable.
La palabra no era amordazada por las exigencias de la lógica. La palabra era
potencia energética y convocatoria. Materializaba el pensamiento de quien tenía
el valor de cantarla en su frecuencia exacta. Y su fuerza transformaba el mundo.
Quien decía jaguar, se vestía con las ropas del felino sagrado y podía hundirse en
la selva con un vigor incontrastable. Los corazones silenciosos se transmitían sus
pensamientos y emociones.
De nada carecíamos. Las hachas habían sido bendecidas por la saliva del Padre-de-
los-Bosques. Ellas solas talaban los árboles y abrían el terreno de cultivo. Y la Madre-de-
las-Plantas, con la fuerza de sus pensamientos, convocaba los alimentos. Los vegetales
crecían nutridos por su aliento, respondiendo a su llamado. Solas se levantaban las
casas y se techaban. Solas se tejían las ropas. Solas se tallaban las canoas. Nada más
hacía falta pronunciar la palabra en el tono preciso, para que aquello fuera creado.
La ley humana era la tierra, la ley de la tierra era el sol, la ley del sol era el
cielo y la ley del cielo era el principio de todo cuanto existe. Y los seres se acogían
con gracia a la ley. El hombre y la mujer no discutían, ni el hombre se imponía a
su mujer, ni la esposa a su marido maltrataba, ni el yerno con el suegro reñía, ni
el hermano con la hermana se enemistaba. Los seres se complementaban en la
intimidad del silencio fértil.

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Hermoso sosiego en el que no existía lanza ni conquista. No había propiedad; otros. “Los hombres de guerra quedarán adictos a la sangre que derramen; cuando
todo se daba en abundancia. Y se compartía con alegría. No había vergüenza de venzan a sus enemigos, no soportarán la paz de las moradas y devorarán a sus
la desnudez. No había enfermedad ni vejez. La muerte no existía. Las aguas de las mujeres, a sus hijos. Cuando despierten de su ebriedad de sangre, serán conscientes
quebradas eran fuente de rejuvenecimiento. Los cantos sagrados mantenían a los de la desgracia que ellos mismos se han allanado”.
antiguos en salud y belleza. A todo territorio llegaban callados y descalzos, pues el “Y algún día llegarán sobre ustedes los pueblos de otras orillas, de otros ríos.
mundo entero era sagrado y cada pálpito, divino… A esos los conocerán por su furia, por su hambre insaciable, por las ansias de sus
Pero ese tiempo ya no nos corresponde. La ley fue quebrada por la imprudencia genitales. No habrá forma de oponerse a su desgracia”. Y así se fueron los últimos
de nuestros ancestros. Aunque de nada carecían, los humanos empezaron a codiciar ancestros que se preservaron libres de la envidia y en concordancia con la ley del
la suerte ajena. Pensaron que las túnicas de los otros tenían colores más brillantes cielo. Hasta que el único rastro que quedó de su bondad se ocultó en la savia de
que las suyas. Que los árboles en sus valles daban frutos más sabrosos. Qué sus ciertas plantas… Gracias a esas plantas, el vínculo antiguo, a pesar de la distancia,
palabras eran más fuertes. Que sus cuerpos eran más bellos y perfectos. Ni siquiera fue renovado.
tuvieron que pronunciar las palabras de su envidia. Sus pensamientos resentidos Cuando una mujer se durmió en su hamaca, soñó con una princesa de oro
llegaron hasta Dios como un rumor de zancudos tras la lluvia. que venía hasta ella y la llevaba de la mano a la morada de su padre. Subieron por
Unos pocos humanos, consagrados y puros, sintieron asco de tan mezquinos una liana. Llegaron a una casa hecha de piedras resplandecientes. En ella estaban
sentimientos. Entonces decidieron marcharse. Reunidos en círculo cantaron en reunidos los espíritus buenos, en perfecta beatitud y serena felicidad. Sus cuerpos
vibraciones inconcebibles. Bebieron del árbol del espacio, cuyo nombre es secreto. eran resplandecientes, ágiles, armoniosos. Sus ojos revelaban un saber insondable,
Y todo su pueblo, con sus casas, sus árboles, sus huertas, se levantó y se fue a los sin principio ni final. Tal era la paz que emanaba de sus pálpitos, que la mujer lloró
cielos. Y el Dueño del Cosmos les concedió un mundo propio, más allá de los al recordar la desdicha de su pueblo y los males que sufrían.
límites visibles. Entonces ellos, los benévolos, los ancianos sin edad, la consolaron y sin
Las palabras divinas, que antes nos bendijeron, nos dejaron luego su maldición palabras le dijeron: “Para todas las desdichas y enfermedades, hemos dejado
y nuestra zozobra: “Habitarán en un trazo de tiempo imperfecto, regido por entre ustedes los remedios. Ahí están las plantas que curan las penas, las que
la muerte y el nacimiento. Su vida será ensueño, deshaciéndose arena entre las calman los temperamentos, las que fijan los huesos, las que dan valor, las que dan
manos. Vivirán temblando las lluvias de invierno y cercados por la enfermedad. conocimiento, las que devuelven la visión que han perdido. Ellas son un regalo
Sus huesos serán débiles, sus cuerpos demasiado densos. Sometidos a matar para para ustedes, para que vuelvan a ser como nosotros”.
vivir y a morir para alimentar a otros”. “Hay una cuerda tendida que aún vincula los espacios. Así podrán venir a
“Nada conseguirán sin grandes esfuerzos y lo poco que consigan, será solo la visitarnos. Mas no será fácil. Tendrán que realizar esfuerzos conscientes y sacrificios
sombra de lo que tuvieron. Vivirán sin paz, enfrentándose unos a otros, haciéndose voluntarios para encontrarnos. Ese cuerpo de ustedes es demasiado denso. Esa
la guerra, sin dormir tranquilo el padre junto al hijo, ni la madre con la nuera. Sus vida de ustedes tiene demasiado rencor y error. Esos ojos ven demasiado y, sin
palabras ya no serán fuertes. Pusilánimes sus pensamientos. Escaza su visión, casi embargo, nada ven. Esos estómagos digieren incontables ansiedades. Tendrán que
ceguera. Y será tan limitado su conocimiento, que tomarán por cierto la ilusión, ayunar y purgarse, para así fortalecer sus pensamientos y liberar su espíritu. Solo
edificando ciencias a partir de sus engaños y religiones para dominarse unos a los espíritus purificados entran en nuestra luminosa región”.
otros”.
Esas palabras fueron conjuro irrompible que hasta nuestros días perdura, sin
que médico alguno halle remedio. Desde entonces los humanos enfermaron,
murieron, fabricaron armas, pelearon, ultrajaron, sufrieron. Unos dominan sobre

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