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Señores Magistrados:
1. SITUACIÓN FÁCTICA
2. ACTUACIÓN PROCESAL
El 23 de julio de 2001 se dispuso el cierre del ciclo instructivo (Fl. 296 C.1) y el 21 de
agosto de esa anualidad se calificó el mérito del sumario con resolución de
acusación contra Carreño Díaz como presunto responsable del delito de abuso de
circunstancias de inferioridad previsto en el artículo 251 del Código Penal, en
concordancia con el artículo 267 ibídem. (Fl. 305/313 C.1)
preparatoria (Fl. 10/12 C.2) y el 4 de abril de 2002 inició el debate público (Fl. 31/32
C.2), que culminó el 4 de septiembre del mismo año (Fl. 53/68 C.2).
Esta determinación fue impugnada por el apoderado de la parte civil y por el defensor
del procesado, concediéndose el recurso a éste último mediante auto de 6 de febrero
de 2003, luego de que el superior devolviera la actuación para que el ad-quo se
pronunciara sobre la apelación presentada por el primero y que se declaró desierta
por falta de interés (Fl. 8/9 C.5). El recurso fue resuelto el 28 de abril de 2005 por el
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bucaramanga, en las condiciones ya
señaladas (Fl. 19/49 C. Tribunal).
3. LA DEMANDA
Luego relata que en la sentencia de primera instancia se aplicó, en aras del principio
de favorabilidad, el artículo 360 del Código Penal de 1980 que consagra una pena de
uno a cuatro años de prisión, sin contemplar las agravantes previstas en la misma
disposición, toda vez que el juzgador manifestó para efectos de dosificar la sanción
anotó que no partía del mínimo establecido, doce meses, lo que significa que el
marco punitivo que aplicó fue el del inciso primero de la norma que tipifica el abuso
de condiciones de inferioridad, sin aducir en el fallo siquiera de manera tácita, la
concurrencia de circunstancias de agravación.
Para el censor, este marco legal no puede ser desconocido y obedeció a una
decisión del ad-quo, no a un olvido suyo sobre la existencia de la norma. Como la
norma tiene previsto un quantum máximo de cuatro años y en el fallo, apelado sólo
por la defensa, no se consideraron circunstancias de agravación punitiva, la acción
penal se encuentra prescrita conforme al artículo 83 del Código Penal, que establece
como plazo prescriptivo el máximo de la pena fijada en la ley sin que pueda ser
inferior a cinco años. Esto como quiera que los hechos que dieron lugar a la
imputación jurídica ocurrieron el 6 de junio de 1996, fecha en que se protocolizó en la
3.1.2. Petición
4. CONCEPTO DE LA DELEGADA
Esta Procuraduría comparte la última tesis, porque proseguir y culminar una causa
sin que el Estado detente la potestad punitiva constituye un quebrantamiento por
parte del juez de las normas y principios constitucionales que rigen la legitimidad del
juicio y contraría a un sentimiento general de justicia de considerar válida una
sentencia proferida en un proceso en el que la acción penal no podía continuar.
1
Cfr. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 21 de marzo de 2001, Rad.
17106, M.P. Carlos Eduardo Mejía Escobar
2
Cfr. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 21 de octubre de 2001, Rad.
15.570, M.P. Jorge Córdoba Poveda, sentencia de 13 de enero de 2003, Rad. 20200, M.P. Álvaro
Orlando Pérez Pinzón
Segunda Delegada Casación Penal Piso 26 casación2penal@procuraduria.gov.co 7
Carrera 5 No 15-80 Pbx 3360011-3520066 Ext. 12615 www.procuraduria.gov.co
Casación de Gerardo Carreño Díaz
Rad. 24.153
la tercera lo debe desarrollar con la técnica de la primera, en este caso, por la vía
directa, que fue lo que en efecto hizo el casacionista.
“Art. 360. El que con el fin de obtener para sí o para otro un provecho
ilícito y abusando de la necesidad, de la pasión o del trastorno mental de
una persona, o de su inexperiencia, la induzca a realizar un acto capaz de
producir efectos jurídicos que la perjudique, incurrirá en prisión de uno a
cuatro años y multa de quinientos a cincuenta mil pesos.
Argumentó el ad-quo que pese a las estratagemas agotadas por el procesado con el
objeto de presentar a su progenitora como una persona que para el momento de
suscribir la escritura pública contentiva de la compraventa por ellos efectuada estaba
en uso de sus facultades mentales, aún cuando había sufrido un accidente cerebro-
vascular hacía más de diez años, lo cierto era que la dama carecía de las mismas y
ni siquiera era capaz de sostener una conversación, y se aprovechó de esas
circunstancias adquiriendo fraudulentamente el derecho de dominio con el
No tiene incidencia que por un dislate del juzgador de primer grado al momento de
realizar el proceso de dosificación, se hubiese ceñido al primer inciso del artículo 360
del Decreto-Ley 100 de 1980, ya que como se viene de ver, la imputación jurídica
efectuada en el pliego de cargos y la apreciación probatoria y la prédica del injusto
penal con la consecuente deducción de responsabilidad penal en la sentencia
guardan una unidad conceptual que abarca el perjuicio económico que agrava la
conducta según el segundo inciso de la norma citada. Tampoco se desnaturaliza la
concurrencia de la agravante porque a pesar de dejar establecido el ad-quo la
concurrencia de un perjuicio consistente en una pérdida patrimonial de la señora
Juanita Carreño en punto a determinar la condena en perjuicios materiales y
morales, se hubiera abstenido de hacerlo con el argumento de “la ausencia de
sentido a sus actos y orientación a esta clase de maniobras de su hijo” por parte de
la ofendida (Fl. 80 C.2).
Fue claro para el sentenciador que desde el punto de vista objetivo el perjuicio se
produjo por cuanto la conducta de Carreño Díaz ocasionó de manera efectiva un
perjuicio patrimonial deducido en el fallo, que hace aplicable el inciso segundo en
comento. Pero si se trata del perjuicio subjetivo que el delito acarreó en el sujeto
pasivo y la afectación, se discute por cuanto la señora Carreño sufría de un trastorno
mental que le impedía desarrollar sus facultades cognoscitivas y volitivas, lo que para
nada enerva la causación del perjuicio material que ya se concretó. Es que, no puede
equiparse la ocurrencia del daño a la apreciación del mismo por parte de la
perjudicada, y por ello, el perjuicio material concurre independientemente de la
condición de la víctima.
“No sobra anotar que el error cometido por el a quo, por pura incuria, al no
tener en cuenta en la dosificación de la pena, que le correspondía al
procesado, que se había causado un perjuicio y entonces la sanción que
debía aplicarse era la del inciso 2 del art. 360 del C.P. de 1980, que fue el
que tuvo en cuenta, con el agravante, además, del art. 372 ibídem, tal
como con acierto lo dedujo en la resolución de acusación la Fiscalía, no
incide para nada en la estimación del tiempo transcurrido para que opere
el fenómeno prescriptivo, porque el cognoscente no descartó tales
circunstancias, sino que, simplemente, por falta de cuidado y atención, no
las apreció para graduar la pena que se fijó con lenidad, y de ahí el
reclamo justo que elevara el operador de la parte civil, pero que no pudo
concretarse ni remediarse en esta instancia al no haberse concedido el
recurso interpuesto, lo que impedía la reforma en peor de la sentencia por
tratarse de apelante único, pero, se insiste, esto no hace desaparecer las
agravantes que modifican los límites de la pena, y que fueron bien
deducidas por la Fiscalía en la acusación, luego imperioso tenerlas en
cuenta para el conteo del tiempo de prescripción de la acción penal.” (Fl.
21, 22 C. Tribunal).
Ahora bien, desde el momento de la calificación del mérito del sumario se desechó la
concurrencia del fenómeno prescriptivo, y tal posición fue avalada por el Tribunal en
los siguientes términos:
Por eso, aun cuando el C. Penal de 1980 resultare más favorable en punto de
dosificación porque la pena mínima de prisión era de 1 año mientras que el de 2000
aumentó el mínimo a 2 años, este termina siendo más favorable en cuanto el máximo
de la pena de prisión es de 5 años, monto inferior a los 7 años que señalaba la
normatividad derogada y que da lugar a la prescripción de la acción penal y por eso
tiene preponderancia su aplicación.
5. PETICIÓN
En los anteriores términos rinde el Ministerio Público concepto dentro del presente
asunto.