Está en la página 1de 2

El Beso de ADIÓS.

La mire paralizado de emoción; era encantadora. Sus ojos castaños aun me enloquecían.
Sus labios, su rostro; tan encantadora como había sido...cuando vivía y era todo mía.

En ese momento que me miraba fijamente, la sangre se me congelo en las venas y ella se
acercaba a mí lentamente; cerré los ojos deseando despertar de una pesadilla...

Pero no había nada de que despertar, aun así mantuve los ojos cerrados, intente pensar
en otra cosa, intente dormirme; seguía sintiendo su presencia todavía mas cerca, hasta
que no aguante mas, me levante y sentí como una puñalada en el corazón, estaba justo
delante de mi, pálida, su aliento era frió

Me desmaye

************

Al siguiente día me desperté, todavía seguía en mi habitación. Aterrado, no quería seguir


sufriendo por ella, la amaba todavía. Me dolió tanto que se hubiera ido. Baje al sótano
desesperado rebuscando, desordenando aquí y allá, hasta que al fin encontré lo que
deseaba, era una preciosa navaja, la hoja estaba perfectamente afilada, lista para
cortar...extendí mi mano.

No lo hagas me dijo una voz conocida. Entonces gire mi cuerpo, estaba detrás de mi. Al
cabo de unos segundos, todavía con la navaja en la mano izquierda, solo acerté a decir:

¿Que haces aquí? - pregunte fríamente.

No me tratabas tan fríamente antes de morir. – me dijo.

Me quede sin palabras……

Solo quiero quedarme un rato aquí. – me replico.

Y yo solo viéndole sus ojos, que me recorrían, incesantes, cuando yo apenas respiraba.

¿Que quieres de mi? - le pregunte nuevamente.

Lo que me has dado siempre; tu amor. Y además, te quiero a ti. – me dijo


misteriosamente.

Su sonrisa me asustaba y me seducía a la vez

Yo?... – le pregunte con intriga en mi ojos.


Tú... ¿aun me amas? ¿Verdad? ¿Quisieras venir conmigo? – me pregunto.

¡Pero si estas muerta! – le respondí sorprendido.

Si ¡Pero no en ti! ¡Mi recuerdo sigue vivo dentro de tu ser, mi reflejo es la existencia de tu
aferrado cariño enraizado en tu mente y alma! – me dijo alegremente.

Yo no lo pude negar y deje caer la navaja que hizo un ruido sordo.

No sabes cuanto te he buscado, te amo aun como siempre te he amado y por eso te
pregunto ¿Vienes conmigo? ¿Te olvidas de todo para venir? Y sobre todo quisiera saber si
me amas. – me dijo como quien espera una respuesta acertadora.

Yo le dije que si, vencido, mientras ella se acercaba a mi como antes lo había hecho, me
tomo de la mano y me atrajo hacia ella delicadamente, luego me dio un beso frió, un
beso de muerte que me robo el aliento...

También podría gustarte