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La redistribución pura
La herramienta privilegiada de la redistribución pura es la redistribución
fiscal, que permite corregir mediante gravámenes y transferencias la
desigualdad de los ingresos originada en la desigualdad de las dotaciones
iniciales y las fuerzas de mercado, a la vez que preserva al máximo el
sistema distributivo del sistema de precios.
Las tasas promedio y marginales de la redistribución
la redistribución fiscal moderna resulta de un conjunto completo de
gravámenes (impuesto sobre el ingreso, sobre el consumo, cargas sociales,
etc.), de transferencias (asignaciones familiares, fondos de desempleo,
políticas de transferencia de ingresos, jubilaciones, etc.) y de gastos asumidos
directamente por el Estado (salud, educación, etc.).
Un recurso sintético que suele utilizarse para resumir la importancia de los
gravámenes y transferencias en determinado país es la suma de todos los
gravámenes expresada en porcentaje del PBI.
La única manera de medir correctamente la redistribución fiscal es mediante la
noción de tasa promedio efectiva y tasa marginal efectiva de gravamen y
transferencia.
La tasa promedio efectiva asociada a un nivel de ingresos dado se define
como la suma de todos los gravámenes y transferencias, expresada en
porcentaje del ingreso bruto –es decir, del ingreso total antes de todo
gravamen o transferencia–. Puede ser positiva o negativa para distintos niveles
de ingresos, según la suma de los gravámenes pagados sea superior o inferior
a la suma de las transferencias recibidas. La tasa marginal efectiva de
gravamen y transferencia entre dos niveles de ingresos dados se define como
la suma de todos los gravámenes y transferencias suplementarios que un
individuo deberá pagar o recibir si pasa de uno a otro de esos dos niveles de
ingresos, expresada en el porcentaje de la diferencia de ingreso bruto.
Una tasa marginal efectiva es positiva, un aumento del ingreso bruto lleva
a un aumento del gravamen.
Podría ser negativa, en el caso en que un ingreso más elevado diera
derecho a una transferencia más elevada; es decir, a un gravamen neto
más débil.
Estas tasas promedio y marginales sólo son efectivas en la medida en que se
considere en el numerador todos los gravámenes y transferencias.
La redistribución fiscal justa
¿Estas curvas de las tasas promedio y de las tasas marginales efectivas de
redistribución son óptimas desde el punto de vista de la justicia? ¿Hay
que aumentar o disminuir las tasas promedio y marginales impuestas a
los
diferentes grupos de ingreso?
La respuesta a estas preguntas depende en gran medida de la importancia
cuantitativa de los efectos negativos.
Las tasas de redistribución elevadas pueden tener en las motivaciones al
trabajo y la oferta de capital humano, y por tanto en la redistribución
misma.
Existe un consenso bastante amplio acerca de los objetivos fundamentales de
redistribución pura: la redistribución justa es la que hace progresar lo más
posible las oportunidades y condiciones de vida de los individuos menos
favorecidos.