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Producto Académico - Acuerdo Plenario
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PROCESAL PENAL
MAESTRANTES :
Franco Bonifaz, Cristian
Hurtado Carranza, María
Mendoza Terrones, Christian
Malásquez Adrian, Belsy
Moori Vivar, Arascely
PRODUCTO ACADÉMICO:
INTRODUCCIÓN..................................................................................................3
ACUERDO PLENARIO N° 2-2005/CJ-116..........................................................4
1. GENERALIDADES:....................................................................................4
2. ANALISIS DEL ACUERDO PLENARIO:....................................................5
3. CONCLUSIONES:......................................................................................6
BIBLIOGRAFÍA.....................................................................................................7
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INTRODUCCIÓN
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EXP. 2273-2005-PHC/TC
1. GENERALIDADES:
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que, paralelamente, la presunta víctima extravió su DNI, por lo que se
entrevistó con el Jefe del RENIEC a fin de requerir copia del mismo. Alega que,
tras entregar el acta de nacimiento con los nombres rectificados y haber
pagado el trámite de expedición de duplicado del documento, funcionarios de la
entidad le indicaron que su identidad “había sido cuestionada”, motivo por el
cual no le entregarían el documento. Refiere que tras ello, solicitó en reiteradas
oportunidades la expedición del DNI, recibiendo la negativa de la jefatura del
RENIEC, lo que esgrime tuvo diversos impactos en sus derechos.
c) Que, teniendo en cuenta ambos supuestos, debe dejarse claro que, las
pruebas de cargo debes ser suficientes, a fin de ser capaces de generar
sustento para una posible pena. A esto se le considera como suficiencia
de la prueba e idoneidad de la prueba.
d) Ahora bien, las declaraciones, tanto del agraviado como del imputado,
requieren ser valoradas y examinadas bajo razonabilidad del
magistrado, siendo que, por ejemplo, en el caso de los coimputados, no
puede desestimarse la declaración de uno de ellos por tener tal calidad,
aun cuando su testimonio se encuentra direccionado a su propia
intervención. Teniéndose por evidente que, en estas circunstancias,
dicha persona no tiene la obligación de decir la verdad, puesto que no se
le solicita juramento alguno o una posible sanción en caso de mediar
mentiras.
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Es aquí donde se deben manejar por primero requisitos:
1. Análisis de la personalidad del coimputado; a fin de determinar si en
sus argumentos median mentiras, venganza o algún tipo de
sentimiento que genere falta de credibilidad o sustento que se
direccione únicamente a buscar evadir responsabilidad.
2. Acreditación del relato incriminador, con otros medios probatorios.
3. Coherencia y solidez del relato incriminador.
e) Ante lo mencionado, se tiene el manejo aun del principio de presunción
de inocencia, siendo que conforme lo precisa [ CITATION HER \l 10250 ], se
requiere de un juicio justo, admitiéndose entonces la frase, “El imputado
goza de la misma situación jurídica que el inocente”.
f) Por otro lado, encontramos a la parte aparentemente afectada, de la
cual aun siendo en determinado caso, el único testigo, no corresponde
aplicar el principio testis unus testis nullus, que significa “Un testigo solo,
testigo nulo”, toda vez que, es considerada válida su prueba de cargo,
para lo cual se requiere:
1. Ausencia de incredibilidad subjetiva: no debe mediar ningún tipo de
relación entre las partes.
2. Verosimilitud: Requiere de corroboraciones periféricas, aunado a la
solidez y coherencia del relato.
3. Persistencia en la incriminación: La persistencia sólida y coherente
del relato en el trascurso del proceso.
g) En ese sentido, como bien se denotó, la valoración racional y jurídica
proveniente de los órganos jurisdiccionales, ante el relato que puede
emitir el agraviado como el imputado, sin establecer parámetros rígidos
y cerrados, pero si bajo los requisitos propios para su validez, resulta
predominante y esencial, puesto que, otorga la posibilidad de darle un
tratamiento adecuado a cada caso en concreto, sin desligarse, por
supuesto, de la legalidad procesal.
3. CONCLUSIONES:
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Aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la
ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, a los 5 días del mes de mayo
de 2018. (Firmado): Margarette May Macaulay, Presidenta; Esmeralda E.
Arosemena Bernal de Troitiño, Primera Vicepresidenta; Luis Ernesto Vargas
Silva, Segundo Vicepresidente; Joel Hernández García, Antonia Urrejola, y
Flávia Piovesan, Miembros de la Comisión.
BIBLIOGRAFÍA
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