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DOCENTE
TRUJILLO-PERU
2021-II
2021
INDICE
I.
INTRODUCCIÓN...................................................................................................................1
III. CONCLUSIONES................................................................................................................8
IV. REFERENCIAS....................................................................................................................9
I. INTRODUCCIÓN
La infracción normativa del artículo 194 del código procesal civil aludiendo al
recurrente que las instancias del mérito han sostenido que las denominaciones
del predio no les habían generado certeza respecto identificación del predio a
fin de determinar el bien materia de reivindicación, habiendo omitido el juez,
siendo el director del proceso hacer uso de la facultad de discrecional conferida
en la norma legal glosada.
La infracción del artículo 127 del código procesal civil, esto es, la obligación del
juez de valorar en forma conjunta y razonada todos los medios de pruebas
habiéndose. En este caso concreto, rechazando el medio probatorio
(documento privado) por no encontrarse visado por la autoridad competente
más aún cuando el demandado nunca cuestionó su valor probatorio. Por ello
resulto necesario establecer pautas interpretativas con efectos vinculantes para
las decisiones que en el futuro adopten los órganos jurisdiccionales del país
sobre el mismo tema. Teniendo en consideración los diversos criterios
asumidos por la Corte Suprema frente a una serie de problemas de tipo
jurisprudencial resulta necesario establecer las siguientes reglas generales,
atendiendo a los principios procesales, posiciones teóricas, con carácter
vinculante, sobre el ejercicio de la prueba de oficio en el Proceso Civil. No
puede dejar de mencionarse que el objetivo del presente pleno no solo es
establecer reglas jurídicas que deben seguir los jueces en esta materia, sino
también brindar un desarrollo teórico adecuado, serio y amplio respecto de los
problemas que la dogmática actual ha desarrollado sobre este tópico, sobre
todo fijando una posición determinada que avala la potestad excepcional que
tiene el juez de ejercer el poder probatorio establecido en el artículo 194 del
Código Procesal Civil.
El tema es polémico Y por esa razón no queda duda que una vez que esté
Pleno Casatorio salga la luz, estamos seguros de que traerá un conjunto de
comentarios negativos y positivos, pero afrontamos esta responsabilidad
porque entendemos que aún con las críticas que vengan este Pleno mejorará
en algo en el sistema de impartición de justicia.
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Desde su difusión el X Pleno Casatorio Civil, busca uniformizar la línea
jurisprudencial de nuestros tribunales sobre el uso correcto de la prueba de
oficio a través de los doce precedentes que han sido fijados por la Suprema.
Entre estas reglas, destaca la tercera que precisa que el contradictorio es uno
de los siete límites que tiene el juez para incorporar de oficio una prueba al
proceso. Asimismo, en el cuarto precedente de dicho pleno se establece
que “el contradictorio en la prueba de oficio, puede ser previo o diferido y se
ejerce por las partes de forma oral o escrita, dependiendo de la naturaleza del
proceso”.
Así, en el Pleno se refiere que “Se entiende que, si los medios de prueba
presentados por una parte deben ser puestos a conocimiento de la contraparte
para su evaluación y de ser el caso cuestionarla, no debe existir problema en
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que las pruebas incorporadas por el juez también deban seguir la misma suerte
y estar expuestas al contradictorio”.
teniendo en cuenta lo expuesto, podemos constatar cómo es que optar por una
postura con relación a la iniciativa probatoria del juez involucra tomar partido
por la visión y la finalidad del proceso que queremos como sociedad. Involucra
responder ¿Estamos ante una sociedad suficientemente igual y madura, en la
que el juez deba limitarse a resolver las controversias conforme a los términos
de las partes? ¿Estamos ante una sociedad en donde el fin justifique los
medios? ¿Estamos ante una sociedad en donde se puede dar al juez
facultades discrecionales y confiar en que las mismas no devengan en
arbitrarias?; o ¿Estamos ante una sociedad en la que no podemos doblegar la
justicia ante los términos de una controversia que se planteen las partes, ya
que ello implicaría adjudicar la búsqueda de la justicia, ratificar desigualdades
sociales y económicas y el rol del Poder Judicial?
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12, 27 y 28, del Sector Valle Quebrada Canto Grande (sector 2) Quebrada
Media Luna y Canto Grande (ex Jicamarca) Distrito de San Juan de
Lurigancho sea el mismo que el bien inmueble ubicado en la Mz. CO Lt. 06,
Sector el Valle de anexo 22 de la comunidad campesina de Jicamarca con un
área de 2500 m2 ya que no existe documentación alguna que pruebe que
ambas ubicaciones pertenezcan a un mismo bien físico; pero también precisa
que el terreno no se encuentran y subdividido ni independizado, así tal cual
afirma la demandante a la Sra. Jerónimo rojas Villanueva.
Segunda regla:
“El juez fijará los puntos controvertidos con precisión y exhaustividad. Los
cuales no deben ser una mera descripción de las pretensiones procesales
postuladas en el proceso”.
Tercera regla:
“El juez de primera o segunda instancia, en el ejercicio y trámite de la prueba
de oficio deberá cumplir de manera obligatoria con los siguientes límites: a)
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excepcionalidad; b) pertinencia; c) fuentes de pruebas; d) motivación; e)
contradictorio; f) no suplir a las partes; y, g) en una sola oportunidad”.
Cuarta regla:
“El contradictorio en la prueba de oficio, puede ser previo o diferido y se ejerce
por las partes de forma oral o escrita, dependiendo de la naturaleza del
proceso”.
Quinta regla:
“En primera instancia, si el proceso es escrito, el juez podrá utilizar las pruebas
de oficio al terminar la práctica de las pruebas admitidas, excepcionalmente
antes de la sentencia; en los procesos sujetos a oralidad se hará en la
audiencia preliminar, excepcionalmente en la audiencia de pruebas”.
Sexta regla:
“Cuando el medio de prueba es extemporáneo o no fue admitido por rebeldía,
el juez de primera o segunda instancia, deberá analizar su pertinencia y
relevancia, y evaluar su admisión oficiosa; el mismo tratamiento debe darse al
medio de prueba declarado formalmente improcedente y no haya mediado
apelación”.
Sétima regla:
“El juez podrá evaluar la necesidad de incorporar de oficio las copias
certificadas, físicas o virtuales de los procesos judiciales o procedimientos
administrativos conexos vinculados con la controversia y con incidencia directa
en el resultado del proceso”.
Octava regla:
“La Sala Superior en la resolución que programa la vista de la causa indicará la
posibilidad de prueba de oficio, sometiéndola al contradictorio en la audiencia
de vista de la causa y tomando la decisión en ese acto. Si el medio de prueba
es de actuación diferida, esta estará a cargo del Juez Superior de menor
antigüedad”.
Novena regla:
“Cuando proceda la apelación contra la resolución que ordena prueba de oficio
se concederá sin efecto suspensivo y con la calidad diferida. En segunda
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instancia, el cuestionamiento a la prueba de oficio podrá ser alegada como
argumento en el recurso de casación, cuando sea viable postular este recurso”.
Décima regla:
“En los procesos relacionados con derechos reales, el juez puede utilizar
especialmente como prueba de oficio: i) inspección judicial en el bien materia
de debate; ii) prueba pericial para identificar correctamente el inmueble, su
ubicación, sus dimensiones, numeración, colindancias, superposiciones, entre
otros; iii) documentos consistentes en a) partida registral y/o título archivado del
bien emitido por Registros Públicos o registro análogo; b) certificado catastral
expedido por SUNARP donde precise que el predio no está inscrito
independientemente ni que pertenece a uno de mayor extensión; c) copia literal
íntegra de la partida registral en caso de haber superposición registral; d)
cualquier otra información registral, notarial o a cargo de algún funcionario
público, que resulte relevante para el caso”.
Regla undécima:
“En los procesos en los que se tramitan pretensiones de naturaleza personal,
en caso de insuficiencia probatoria el juez podrá utilizar como prueba de oficio
aquellas que le permitan determinar la verdad de los hechos materia de
controversia, la misma regla aplica para supuestos en los que se aprecie una
nulidad manifiesta del negocio jurídico, conforme al artículo 220 del Código
Civil”.
Regla duodécima:
“En los procesos que se discutan derechos de personas en condición de
vulnerabilidad por razones de edad, género, discapacidad, pertenencia a
comunidades indígenas o minorías, victimas, migrantes, personas en extrema
pobreza, privados de la libertad u otros, el juez podrá disponer la actuación de
pruebas de oficio cuando advierta en el proceso limitaciones u obstáculos para
el ejercicio pleno de los derechos que el ordenamiento jurídico nacional, los
tratados internacionales y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos les
reconoce”.
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La cláusula resolutoria expresa: análisis integral
El destacado civilista Jhoel Chipana Catalán presenta un completo estudio
sobre una de las instituciones de Derecho Privado utilizada con mucha
frecuencia en la esfera contractual: la cláusula resolutoria expresa.
Así, analiza su regulación en nuestra legislación civil y en la legislación
comparada; igualmente, hace hincapié sobre los alcances prácticos que ofrece
dicha figura y la naturaleza por la cual se desenvuelve. Es así que refiere que
una de las particularidades de la denominada “cláusula resolutoria expresa”
(conocida también como “pacto comisorio”) es que, como su propio nombre lo
indica, tenga que estar estipulada de manera clara en el contrato, a través de
La oralidad en el proceso civil
Los expertos en temas procesales Patricio Gustavo Groppo y Sofía Paz Pérez
Pegué analizan el desarrollo paulatino de la oralidad en el proceso civil
argentino, a través de conceptos e ideas que son perfectamente aplicables al
fenómeno que actualmente ocurre en el Perú, en donde cada vez más cortes
superiores implementan un módulo corporativo de litigación oral. En ese
sentido, se explica cómo la oralidad, en estos tiempos, se ha convertido en una
valiosa herramienta en el proceso civil, en razón de lo beneficioso que
representa tanto para las partes procesales como para el juez centrar su
actuación bajo el principio de inmediación.
conocimiento.
III. CONCLUSIONES
Resulta peligroso que el X Pleno Casatorio Civil haya acogido una tesis
publicística que entiende al proceso como un instrumento del Estado-
juez cuyo fin es alcanzar la “verdad” de los hechos. Ello solo generará
dilación en los procesos, quiebre en la imparcialidad judicial y
vulneración al principio de legalidad procedimientos. Nadie niega las
nobles intenciones del publicismo; sin embargo, que la Corte Suprema lo
haya acogido para intentar aclarar los alcances de la prueba de oficio,
solo ha generado que la “cura” resulte peor que la “enfermedad”.
Si bien estábamos ante un caso de reivindicación, la Corte Suprema ha
terminado dictando reglas vinculantes para materias totalmente distintas
(por ejemplo, para pretensiones de naturaleza personal e, inclusive, para
casos donde se discuten derechos de personas en situación de
vulnerabilidad). Esto, que es contrario al concepto de “precedente”, pues
se aleja totalmente de los hechos del caso, y que demuestra que la
Corte Suprema está utilizando a los Plenos Casatorios como
herramienta para asumir el rol de legislador (lo cual es inconstitucional,
por vulnerar el principio de separación de poderes), no será materia de
análisis en el presente texto.
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Según Ferrer Beltrán, antes solía diferenciarse entre “verdad material” y
“verdad formal”, en el sentido que la primera es la ocurrida en el plano
fáctico ajeno al proceso, mientras la segunda es la obtenida en el
proceso a través de la actividad probatoria, aunque esta distinción ya
viene siendo rechazada mayoritariamente desde la primera mitad del
siglo XX, pues la verdad siempre será una sola, y todo lo restante no
puede denominarse “verdad”. Ferrer Beltrán, Jordi. Prueba y verdad en
el derecho. Segunda Edición. Madrid: Marcial Pons, 2005, 61-64.
IV. REFERENCIAS