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ESCUELA NACIONAL DE MEDICINA Y HOMEOPATIA

Carrera: Médico Cirujano Y Partero

Antropología Médica

Enfermedades desde un enfoque antropológico:


sociocultural y filiación cultural.

Estudiante:
 Cortés Vázquez Oswaldo

Grupo: 4pm5

Profesor Titular: Lic. Paula Gamez Arriola

Fecha de Entrega: lunes, 4/Octubre/2021

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Caso Clínico 1
SUSTO
Doña Lucia es una paciente senil que asiste mensualmente para control de una enfermedad
pulmonar obstructiva crónica e hipertensión arterial. Hace 15 días recibió una fuerte impresión al
inundarse su casa, que se encuentra en la parte baja del pueblo de Tepepan, Xochimilco. Relata que
cuando abrió la puerta de su casa “el agua se me metió de repente y sentí mucho susto. Me espanté”.
Presentó dolor en miembro superior izquierdo con aumento de volumen y en la actualidad presenta dolor,
hinchazón (que efectivamente tiene) y parestesias “como que está muy hormigueado. Como que tengo
muchas hormiguitas”. La presión arterial no está afectada y no hay otros datos de alteración corporal.

¿Cuál es el diagnóstico en esta paciente?


Puede ser ANGINA DE PECHO, debido a que se recibe menos oxigeno del habitual. Ocurre en
momentos de estrés emocional y es controlable.
El SUSTO POR AGUA pudo ser un atenuante de este padecimiento, sumado con su Epoc.
¿Qué tratamiento es posible administrarle?
Descanso. Nuestra paciente debe descansar y alejarse del estrés.
Recetar vasodilatadores o anticoagulantes, por riesgo de trombosis.
Analgésicos para reducir el dolor.

Caso Clínico 2
SUSTO
Doña Goyita tiene 47 años, y sufre de diabetes mellitus desde hace cuatro. Aparte de los
medicamentos hipoglucémicos que le receto, ella acostumbra tomar varias infusiones para el control de
su enfermedad, como la raíz de meloncillo que compra en el mercado llamado “Sonora”, sitio famoso
por ser el principal centro importador y exportador de plantas medicinales en la República Mexicana. En
general, las cifras de glucemia van en claro descenso. Ayer 13 de enero, doña Goyita sufrió un sorpresivo
acontecimiento. Resulta que Enrique, su nietecito de escasos seis años, cayó en un depósito de agua
que se utiliza para lavar la ropa en el patio de la casa. Estuvo a un punto de ahogarse. Por suerte, doña
Goyita, estaba cerca y lo pudo sacar con rapidez antes de que tragara demasiada agua. En la escena,
la bisabuela gritaba, y su hija -que en ese momento llegaba de trabajar- complicó el asunto. En la noche,
doña Goyita ya no pudo cenar ni tampoco dormir, soñaba que el niño se ahogaba.

¿Cuáles son las posibilidades diagnósticas en esta paciente?


Trastorno de estrés postraumático es una enfermedad de salud mental desencadenada por una
situación aterradora, ya sea que la hayas experimentado o presenciado. Los síntomas pueden
incluir reviviscencias, pesadillas y angustia grave, así como pensamientos incontrolables sobre
la situación. Posible Hiperglucemia

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¿Qué tratamiento es posible administrarle?
Revisar sus niveles de glucosa
Psicoterapia (terapia de conversación) con profesionales de la salud.
Los medicamentos inhibidores selectivos de la receptación de serotonina
Algunas terapias de relajación e infusiones.

Caso Clínico 3
EMPACHO
N. N., mujer de más de 58 años de edad, sufre desde hace dos años de un malestar o molestia
en el vientre, que apenas puede explicar, y de cuando en cuando, dolores agudos, sobre todo, poco
antes y en el momento de las evacuaciones que son muy líquidas, lientéricas y frecuentes. Mucha
inapetencia, languidez y agotamiento de las fuerzas, consecutiva a su mala nutrición, y notable
enflaquecimiento. Esto era todo, e inútiles habían sido para mejorar su estado, los medios de curación
que varios colegas facultativos habían puesto en práctica con este objeto. Entre las respuestas que
medio me dijo: que no se le había propinado ningún evacuante. Con el objeto entonces de modificar las
secreciones de la mucosa intestinal le prescribí un purgante oleoso, ordenándole que me diese cuenta
del resultado. Al día siguiente se me presentó, llevándome un arvejón de tamaño más que mediano, con
la corteza dura, como enmohecida, pero compresible de manera que la pulpa interior se sentía
reblandecida. Había arrojado esta semilla en una de las evacuaciones debidas al purgante. Recordó
entonces la enferma que, jugando con una nieta suya, se lo había tragado, y que de aquella época
databa el tiempo de sus padecimientos. Ella curó en el acto y lo que había sufrido era….

¿Qué era lo que había sufrido esta anciana durante dos años?
Obstrucción intestinal o ILEO. Afección gastrointestinal en la que se impide que el material
digerido se elimine normalmente a través del intestino. El famoso empacho.
¿Es posible que un elemento o sustancia pueda permanecer durante tanto tiempo en el
tracto gastrointestinal?
Si, sin embargo, puede provocar alguna complicación mayor, como un taponamiento que induce
a no recibir los nutrientes necesarios, o alguna perforación.

Caso Clínico 4
EMPACHO
Un paciente de cinco meses de edad, hijo de M. O., trabajadora de base del IMSS, desde el
domingo sufrió de fiebre hasta de 38.5°C, pensando en un problema de garganta, la mamá le aplicó por
su cuenta gotas de Tempra, junto con una infusión de yerbabuena. Al continuar con la hipertermia, su
suegra le recomendó que siguiera con el té pero que lo llevara con un médico privado al cual se le tenía
confianza, y que se le encontraba en su casa a pesar de ser día de descanso. Se desechó la asistencia

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al servicio de urgencia de un hospital cercano “porque no le tengo confianza al Seguro [Social] “. El
médico particular recetó Lincocin inyectable, y a continuación, el antipirético. Al día siguiente en ausencia
de tos o catarro, pero sí inquietud y “como que le hervía el pechito”, a instancias de una compañera de
trabajo es revisada por un médico general institucional, que le diagnostica bronquitis, suspende el
antibiótico previo y receta Penprocilina de 400 000 UI, vaporizaciones con eucalipto y añade
Neomelubrina al elevarse la temperatura corporal hasta 39.5°C.
La mamá empezó a desesperar por el fracaso de los tratamientos y el aumento del cuadro
patológico: diarrea con moco (sin sangre) y vómitos inmediatamente después de los alimentos. Esa
noche hubo pérdida del sueño, un incremento de la irritabilidad y amaneció aún con diarrea, vómito y
fiebre. Asistió con el mismo médico general institucional que cambió a cloramfenicol inyectable. No hubo
modificaciones y al acentuarse el cuadro clínico aparecen los primeros datos compatibles con
deshidratación que son combatidos mediante la ingesta de tisanas a base de tila y menta, así como
refresco de Tehuacán con gotas de limón y azúcar.
A estas alturas M. O., tenía ya problemas laborales en función de los requerimientos
extraordinarios de cuidados que necesitaba su hijo. Sus propias compañeras de trabajo le indicaron que
podía tratarse de enfermedades no reconocidas por la biomedicina. Dada su desesperación le inicia ese
tipo de tratamientos a pesar de que “yo no creía en eso”. Su hermana le llevó un preparado especial que
en forma “sorprendente” fue tomado íntegramente “cuando antes no quería nada”, suspendiéndose en
el momento que eructó. Voltearon al niño, (la hermana) “le agarró la piel del pulmón [el torax], le dio
golpecitos y le jaló el pellejito escuchándose un tronido”. En las siguientes horas se dio el
restablecimiento total. Todos los tratamientos “los hicimos a escondidas del doctor” pero también del
esposo porque “no creen en eso”, e incluso este último le había dicho desde el primer día: “Tu nunca le
hagas tratamientos, llévalo inmediatamente l al médico” y en la clínica donde labora “no le he dicho a
mis compañeras de trabajo porque temo que se burlen de mi”
Meses después, el niño presentó un nuevo cuadro enteral y a pesar del episodio previo, lo llevó
nuevamente con el médico. “Parece que no aprendí del pasado”. El médico diagnosticó “infección en el
estómago” e indicó furazolidona en suspensión, así como Neomelubrina para la calentura. Siguió mal,
“le di Kaopectate y continuó igual. Entonces otro familiar le hizo tratamiento: sobada con pan puerco
en el abdomen y en la espalda; se le pellizcó en la espalda, en todo el trayecto vertebral y tronó en varias
ocasiones”.
Se le dio un preparado a base de rosa de Castilla junto con bismuto, ayuno y espera que “arrojara
algo”. Al expulsar abundantes gases y algunas heces fecales se observó la presencia de un chicle, que
sus primitos le habían dado sin que se diera cuenta la tía. El niño se compuso. Ahora el niño tiene dos
años, y M. O., relata que hace quince días se fue de paseo al campo y que en un descuidito su hijo
comió una pera aún verde y empezó a tener diarrea, pero ahora no lo llevó a un médico, sino que
directamente fue con la hermana de su esposo, le dieron un té, le sobaron en la espalda y el vientre con
el pan puerco y le jalaron el “pellejito de la espalda”, habiéndose escuchado el tronido. Esto repitió en
tres días seguidos y el último, antes que nada, le dieron una cucharadita de aceite de oliva mezclado
con una tortilla “casi quemada” hecho polvo. Al día siguiente el niño hizo una evacuación negruzca que
llamó mucho la atención del papá quien es el encargado del cambio matinal de pañales, pero no se le
dijo del tratamiento empleado porque “él todavía no cree en esas cosas, como él es licenciado, siempre
quiere que lo lleve con el médico”, e incluso alguna vez le reclamó por hacer esos tratamientos: “ni
porque tu trabajas en el Seguro Social”. Por eso ella mejor decide hacerlo a espaldas de su esposo y de
los médicos.

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¿Cuáles son las diversas posibilidades diagnósticas en este paciente?
Obstrucción Intestinal, inflamación que llevó a vomitos, diarrea, etc. Y complicaciones como
melena.
¿Qué opinan de los tratamientos prescritos en la primera ocasión que enfermó?
Ante los primeros tratamientos de la madre, desencadenaron otros tratamientos que iniciaron
síntomas que confundieron al médico.
¿Que pueden comentar de los comportamientos maternos ante las enfermedades de su
hijo?
La madre tiene que alejar sus creencias de la salud de su hijo, debido a que, en esta ocasión,
no permitió realizar los tratamientos adecuados e incluso lucró con la salud de su propio hijo. El
padre nada pudo hacer debido a que la madre no acató ninguna orden y ocultó los tratamientos
médicos, y los suplantó por tratamientos populares (que complicaron la situación).
¿Qué debe saber el médico sobre las enfermedades populares?
Debe saber que estas pasan muy a menudo en ciertos lugares, por lo que se vuelven
endémicas. Y debido a esto, es que su gente ha optado por tener sus propios tratamientos, los
cuales son naturales y a veces no son efectivos.
Por lo que el médico debe dar el tratamiento correcto, pero, también debe acompañarlo con
ciertos tratamientos populares que no deben sustituir al tratamiento médico, pero si sirven como
complemento para acelerar el proceso de la enfermedad y aumentar el bienestar del paciente.

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