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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA
DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
U.N.E.F.A.N.B
NÚCLEO SUCRE – SEDE CUMANÁ

PRIMER VIAJE DE SIMÓN BOLIVAR A EUROPA

Prof. Zuleyma Salazar Realizado por:


Catedra: Catedra Bolivariana I Br. Licet Rafael.
Carrera: Ing. Mecánica C. I: V – 28.017585
Semestre: 5to
Sección: 01

Cumaná, abril de 2021


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En el año 1799 se embarca el adolescente Simón Bolívar en su primer viaje a

Europa, una época de su vida crucial. Don Gerónimo de Uztáriz, segundo marqués de

Uztáriz, paisano suyo, le brindará protección en Madrid donde amplió y completó

estudios bajo la dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y la tutoría intelectual del

marqués de Ustáriz y será su indiscutible primer maestro, más allá de la mitología

robinsoniana tejida alrededor de Simón Rodríguez.

Simón perfeccionó sus conocimientos literarios y científicos (el francés, la historia,

las matemáticas, etc.) y su educación de hombre de mundo con la esgrima y el baile. La

frecuentación de tertulias y salones en la corte pulió su espíritu, enriqueció su idioma y

le dio mayor aplomo.

Bolívar llegó a Madrid, asistiéndose en la casa de su tío Esteban Palacio. Más

tarde se trasladaría a la calle de Atocha (muy cerca de la actual Estación de Ferrocarril.

Frecuentaba entonces a algunos amigos y compatriotas, entre ellos Luís de Eraso,

Esteban Escobar, el coronel Freites, Mariano Montilia y Manuel Manllo. Este último, se

decía, era muy amigo de la Reina María Luisa. También existe el rumor (para mí un

simple "chisme", nada absoluto u mucho menos comprobado), de que Bolívar era "amigo

íntimo" de la soberana.

La vida en Madrid no le gustó. Y con esto me refiero más bien al ambiente noble

("noblezco", de nobleza) y "novelesco" (de novela), de aquella sociedad. Ambiente de

corrupción y decadencia. Ambiente que no iba nada de acuerdo con él, quien con su
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espíritu soñador volaba más alto que los otros. El ver ese espectáculo, para él tan

deprimente, en la corte de Carlos IV y la dictadura que se imponía en su América le

hacían arder en deseos de volver a su tierra tan querida y tan ansiosa de libertad e

independencia.

En la capital española conoció Bolívar y se enamoró profundamente de una prima

llamada María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, Tenía 17 años y era normal que don

Bernardo, padre de Teresa le dijera esperar un poco que el invierno europeo temperara

su ardor criollo, y que la barba le creciera al mentón juvenil.

Supo esperar, en Madrid primero, luego en Bilbao; en enero 1802, dirige a Francia

por Bayona y Burdeos para descubrir a la cuidad luz, puesto que su matrimonio estaba

casi fijado, enterrara allí su vida de soltero, y la enterró a fuerzas de champaña en los

numerosos café y cabarets de las arcadas del Paláis royal, centro palpitante de parís

sensual y mundano

No hay en toda la tierra una cosa como parís, este usted seguro que, si vengo a

vivir a Europa, no será en otra parte que en parís.

Escribió el poco a su amigo francés Alexander Dehollain. De país se va a Amiens

en donde se celebra la paz del mundo y regresa luego a Madrid para contraer matrimonio

con María Teresa el 26 de mayo de 1802.


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María Teresa solo tenía solo 20 años y Bolívar 19, todavía sin cumplir dos jóvenes

sueltos en Madrid, así como un par de pajarillos que se le han abierto las puertas de una

jaula.

Juntos se trasladaron a Venezuela, pero lamentablemente el amor entre ambos

se vio perjudicado un tiempo después la felicidad entre ellos no podían ser eternas no

duro mucho ya que María Teresa empezó a sentirse mal. La fiebre amarrilla le ataco el

delicado organismo y por más que hizo lo humanamente posible para salvarla, no resistió

la fiebre del trópico.

Se apagó la vela que iluminaba a Bolívar de día y de noche y le daba calor, así el

22 de enero de 1803, María Teresa murió a tan solo 8 meses de estar casados no pudo

encontrar nada que lo consolara. A fines de ese año, Bolívar regresó a Europa.

Instalado en París en la primavera de 1804, frecuentó los salones, conoció a

Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland y se encontró con su antiguo maestro, Simón

Rodríguez. Juntos viajaron a Italia, y fue en presencia de Rodríguez cuando, en agosto

de 1805, pronunció en Roma el llamado Juramento de Monte Sacro, admirable expresión

de su voluntad de consagrar todas sus energías a liberar a las provincias

hispanoamericanas: "no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya

roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español.
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Referencia Bibliográfica

Leandro, R. (1998). Bolívar en su exacta dimensión. Editorial Museo Histórico

Latinoamericano.

Mijares, A. (1964). El Libertador. Fundación Eugenio Mendoza y Fundación Shell.

Masur, H. (1960). Simón Bolivar. Editorial Grijalbo.

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