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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Defensa


Universidad Nacional Experimental Politécnica de las Fuerzas Armadas
Maracay- Edo Aragua
Sección: 05S-1805-D1

Unidad 1

Primer viaje a Europa

Alumno: Luis Zambrano


C.I 28624371
Materia: Catedra Bolivariana
Ing. Aeronáutica

Maracay Edo. Aragua 2021


Estudios realizados sobre el primer viaje a Europa.
La formación educativa de Bolívar fue bastante informal, considerando que no fue un
alumno regular que cursara estudios desde la educación elemental hasta la universidad. Al
igual que otros muchos ricos y bien educados criollos, él recibió instrucción de tutores
privados en su propia casa. Solamente durante cuatro periodos en su niñez asistió a una
escuela pública y vivió en la casa de su preceptor Simón Rodríguez. De acuerdo con su
propio testimonio, su educación fue lo mejor que una persona de su rango podía adquirir
en su patria para este entonces. En una conocida carta enviada al General Santander,
Bolívar ofreció uno de los más claros testimonios sobre su temprana formación. En esa
carta, Bolívar trataba de desautorizar a un instructor suyo llamado Molíiens, cuyo
testimonio calificó de injusto y falso. El Libertador afirmó en la carta que no era verdad
que su educación fuese descuidada, pues su madre y toda su familia hicieron lo posible
para que tuviese la formación apropiada y para ello contrataron los mejores maestros del
país. En esta misma carta, el agrega que Simón Rodríguez, le enseñó a leer y a escribir, que
Andrés Bello le instruyó en el arte de la composición y en geografía, y el padre Andujar un
intelectual admirado por Humboldt le enseñó matemática en una academia diseñada
especialmente. Después dice Bolívar, fue enviado a Europa a estudiar idiomas extranjeros
y a asistir a la Academia de San Fernando, en Madrid, para mejorar su aprendizaje de
matemática. Allí en Madrid también tomó lecciones de esgrima, danza y equitación.
Finalmente en un significativo pasaje, el reconoció su deuda intelectual con la ilustración
Francesai "Es verdad que yo no he aprendido la filosofía de Aristóteles ni los códigos del
crimen y del error, pero el señor Molliens no ha ido tan profundo como yo en el estudio
de Locke, Condillac, Buifon, Helvetius, Montesquieu, Mably y los clásicos de la antigüedad,
sean los filósofos, historiadores, oradores o los poetas; así como los clásicos modernos de
España, Francia, Italia y algunos de Inglaterra.
Simón Rodríguez: El primer encuentro con el niño Simón Bolívar se produjo cuando
Feliciano Palacios, abuelo del Libertador, lo contrata para que se encargue de la educación
del nieto.En su escuela, Simón Rodríguez tenía 114 alumnos, de los cuales 40 estudiaban
gratis. Su manera de enseñar era diferente a la tradicional: le gustaba salir con sus
estudiantes por el campo, para estar más cerca de la naturaleza.De este gran maestro
aprendió Bolívar a amar la libertad. Así se lo expresó el Libertador en 1824: "Usted formó
mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso".
Andrés Bello Su labor de profesor se inició en Caracas. Comenzó dando clases
particulares, siendo uno de sus alumnos Simón Bolívar, a quien le enseñó Literatura y
Geografía. Andrés Bello, apenas dos años mayor que el Libertador, le enseñó primeras
letras, aunque no logró adelantos en ortografía. Siendo profesor defendió la enseñanza
del latín y publicó su "Gramática Latina". Fue ferviente partidario de la enseñanza
primaria. En una oportunidad dijo: "Creo urgente el fomento de la enseñanza literaria y
científica. La instrucción primaria no se defiende sino donde han florecido de antemano
las ciencias y las letras". Cuestión que transmitió a Bolívar, quien en los años posteriores
fue divulgando la importancia de la educación para los pueblos.
Pedro Palacios y Sojo Sacerdote y músico, conocido como "el padre Sojo". Organizador de
la enseñanza musical en Venezuela (1783). Tío abuelo del Libertador, pertenecía a una
familia poseedora de grandes bienes de fortuna y gusto por las manifestaciones
culturales, en especial por la música.
Fray Francisco de Andujar Misionero capuchino andaluz, fundador de una cátedra o
academia de Matemáticas en Caracas e investigador de las ciencias naturales. Su nombre
completo era Francisco de Paula Ravé y Berdura. Fué maestro de Simón Bolívar, así como
de José de la Cruz Limardo, quien lo menciona con gran respeto en sus Memorias. En
general, podemos decir que Bolívar era un entusiasta defensor de la educación para todos
los ciudadanos. Creía que de esa manera éstas lograban adquirir las virtudes necesarias
para vivir civilizadamente.
Noviazgo y matrimonio.
El 26 de mayo de 1802, el Libertador Simón Bolívar, se unió en matrimonio con su amada
María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza. Desde entonces una intensa unión de amor
marcó al padre de la Patria quien solía presentar a su amada como una “una joya sin
defectos, valiosa sin cálculo”. Las nupcias de Simón de 19 años y María Teresa de 20, se
realizaron en Madrid, España. Noviazgo y matrimonio María Teresa, conoció a Simón
Bolívar en la casa del Marqués Gerónimo de Ustáriz, a donde el Libertador acudía para
terminar sus estudios. María Teresa cautivó a Bolívar hasta tal punto que, a pesar de su
edad, el joven rápidamente le declaró su amor y tras esperar hasta la mayoría de edad
para obtener la aprobación final del padre de ella, Simón Bolívar, le propuso formalmente
matrimonio el 5 de abril de 1802.
Relaciones con los madrileños
En 1799 A los 15 años, Simón viajó por primera vez a España, visitando de paso Veracruz y
Ciudad de México y haciendo una corta escala en la Habana. En Madrid, bajo la dirección
de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y del sabio Marqués de Ustáriz, su mentor intelectual,
Simón perfeccionó sus conocimientos literarios y científicos (el francés, la historia, las
matemáticas, etc.) y su educación de hombre de mundo con la esgrima y el baile. La
frecuentación de tertulias y salones en la corte pulió su espíritu, enriqueció su idioma y le
dio mayor aplomo. Bolívar llegó a Madrid, asistiéndose en la casa de su tío Esteban
Palacio. Más tarde se trasladaría a la calle de Atocha (muy cerca de la actual Estación de
Ferrocarril. Frecuentaba entonces a algunos amigos y compatriotas, entre ellos Luís de
Eraso, Esteban Escobar, el Coronel Freites, Mariano Montilia y Manuel Manllo. Este
último, se decía, era muy amigo de la Reina María Luisa. También existe el rumor (para mi
un simple "chisme", nada absoluto u mucho menos comprobado), de que Bolívar era
"amigo íntimo" de la soberana. La vida en Madrid no le gustó. Y con esto me refiero más
bien al ambiente noble ("noblezco", de nobleza) y "novelesco" (de novela), de aquella
sociedad. Ambiente de corrupción y decadencia. Ambiente que no iba nada de acuerdo
con él, quien con su espíritu soñador volaba más alto que los otros. El ver ese espectáculo,
para él tan deprimente, en la corte de Carlos IV y la dictadura que se imponía en su
América le hacían arder en deseos de volver a su tierra tan querida y tan ansiosa de
libertad e independencia. Bolívar piensa en su regreso, pero antes debería de trasladarse
a otro lugar: París. En esos días, conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza, una
joven española de quien se enamoró. Pensó inmediatamente en fundar una familia, tener
descendencia y regresar a Venezuela para disfrutar de sus bienes. Pero su tío pensó que
era un poco precipitado y le aconsejó viajar algún tiempo. Sería tiempo de pensar en el
matrimonio un poco más tarde. En la primavera de 1801, viajó a Bilbao donde permaneció
el resto del año. Después fue a Francia, a París y Amiens. El país, su cultura, las gentes lo
encantaron. En el mes de mayo de 1802, estaba de nuevo en Madrid donde se casó, el 26,
con María Teresa. Los dos jóvenes esposos viajaron a Venezuela, pasando momentos
felices hasta enero de 1803
El regreso a Venezuela
Bolívar regresó a Caracas a mediados de 1807, tras una corta estancia en Estados Unidos,
para retornar a su antigua vida de hacendado. José Antonio Briceño, un vecino de tierras y
fincas, le esperaba con un cerco en sus tierras; tal asunto debía resolverse cuanto antes.
Durante algún tiempo Bolívar atiende a sus asuntos y espera acontecimientos que poco a
poco se van fraguando, y en los que participa o confabula. Las incursiones de Miranda
habían incorporado entre algunos caraqueños el concepto de la emancipación; sin
embargo, la gran mayoría de los criollos se conformaba con rebelarse pasivamente
violando las normas que se dictaban desde España. Bolívar ya se había incorporado a las
actividades de la conspiración (en 1808 ya conspiraba) cuando estalló la revuelta el 19 de
abril de 1810. Las noticias del reino anunciaban la invasión de España por parte de las
tropas de Napoleón y el secuestro del rey y su hijo Fernando. La situación era propicia
para que el conde de Tovar presentara al gobierno un proyecto para crear una junta de
gobierno adscrita a la Audiencia de Sevilla. Los criollos demandaban participación política.
En un comienzo, las autoridades se mostraron reacias al proyecto, pero, posteriormente,
ante el vacío de poder que se había creado, decidieron pactar con los conspiradores.
Bolívar, enterado de la situación, abrió las puertas de "la cuadra de Bolívar" para
incorporarse en las reuniones. Se negó categóricamente a participar en el proyecto de la
coalición; para él, debía clamarse por la emancipación absoluta. Todo ello, mientras en la
Metrópoli se suceden hechos vertiginosos, la citada invasión napoleónica y la Guerra dela
Independencia, que concluye con la expulsión de los franceses y el retorno de Fernando
VII que, una vez pacificada España, se lanza a una represión militar ilimitada en América.
Sin embargo, el continente es demasiado grande, y los apoyos dispares. Argentina es el
primer gran territorio que consigue la independencia, mientras en la zona centro-
americana el panorama es más equilibrado.
Fallecimiento de María Teresa
María Teresa fue sin duda, delicada, pálida y bella, con la represión de esas almas
precoces cuya mirada melancólica parece presagiar el breve tiempo que han de vivir.
Pocas veces la historia presenta en sus héroes sucesos tan fantásticos, de tan fabulosas
realizaciones, como los de Bolívar, un alma en que se sigan tan de continuo la felicidad y la
depresión, un alma tan escéptica entre todas las conquistas, con tantas dudas respecto a
sus propias inclinaciones y sin embargo, tan temeraria siempre en un incesante designio
de vencer al destino. Cuando hubo vuelto de su estadía en París, pide como oficial del Rey
permiso para casarse. Durante algunos meses vivió los etéreos sentimientos, el amor
juvenil que se basta a si mismo. En los valles de Aragua, en la residencia campestre de sus
padres, dejaron correr los días

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