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GUÍA Nº 2: Impulso nervioso: bases celulares y mecanismo de acción

En un axón en reposo existe un potencial eléctrico que es propio de la membrana plasmática

Si bien la relación entre la energía eléctrica y el sistema nervioso era estudiada desde fines del siglo XVIII, especialmente con
los experimentos realizados por Galvani utilizando ranas descerebradas, no fue hasta mediados del siglo XX que un grupo de científicos
ingleses - Huxley, Hodgkin y Katz - descubrieron el mecanismo que explica la transmisión del impulso nervioso.
Tales científicos estaban empeñados en resolver el problema de la transmisión del impulso nervioso y si bien intuyeron muy
tempranamente la relación de los gradientes iónicos con la conducción nerviosa, debieron sortear muchas dificultades para dar con un
diseño experimental en que fuera posible medir directamente potenciales eléctricos de pequeñísima intensidad, en membranas invisibles
a la vista.
Para ello, hicieron uso de segmentos longitudinales de axones gigantes de calamar (figura 22), los que habían demostrado
comportarse de manera similar a los axones humanos, pero tenían la particularidad de presentar poco menos de 1 milímetro de
diámetro. Vale decir, casi mil veces más grueso que un axón humano.

Figura 22:
Foto y dibujo de calamar,
mostrando la posición de
sus nervios principales

Para realizar mediciones de voltaje o diferencia de potencial eléctrico en la membrana del axón de calamar, los investigadores
utilizaron el osciloscopio de rayos catódicos. Se trata de un instrumento que permite medir con gran precisión diferencias de potencial,
corrientes, resistencias y otros parámetros eléctricos, en un ampio rango.
El osciloscopio dispone de un juego de placas que pueden conectarse con fuentes de poder eléctrico, como por ejemplo, una
pila eléctrica, cuyo potencial se puede medir. Si el polo positivo de la pila (ánodo) se conecta a una placa y el cátodo de la pila a la otra
placa, esta última se cargará negativamente, lo cual provocará un desplazamiento de la línea de la pantalla del osciloscopio a otra
posición, en la parte inferior de ella. Vale decir, los cambios de posición de una línea que aparece en la pantalla del osciloscopio dan
cuenta de un voltaje o diferencia de potencial eléctrico. Si la línea no cambia de posición, el voltaje será 0 o neutro.
Para medir el voltaje de superficies tan pequeñas, se requiere el uso de microelectrodos, dispositivos de vidrio o de ciertos
tipos de metal, que permiten registrar en la inmediata vecindad de una neurona su actividad eléctrica.
Si conectamos un microelectrodo a una placa del osciloscopio y otro electrodo lo conectamos a la otra placa, podremos
explorar la conducta eléctrica de la neurona. Si ambos electrodos se encuentran fuera de la neurona, como se indica en el esq uema, el
barrido en la pantalla del osciloscopio (línea luminosa que atraviesa la pantalla del osciloscopio) no se altera ya que no hay diferencia de
potencial entre las placas. Esa línea y su ubicación en la pantalla del osciloscopio nos sevirán de referencia y le daremos un valor igual a
cero. Al penetrar con el microelectrodo al interior del soma neuronal, el barrido en la pantalla del osciloscopio da un salto hacia abajo y
toma una nueva ubicación donde queda estable. El voltaje señalado es de alrededor de -70 mV. Al sacar el microelectrodo desde el
interior de la neurona el barrido vuelve a la posición cero (figura 23).
¿Qué significa este cambio en la posición del barrido en la pantalla ? ¿Cómo interpretamos que al estar ambos electrodos en
el lado externo de la neurona, el barrido en la pantalla del osciloscopio permanece inalterable y en la misma posición ?
El cambio de posición del barrido señala un cambio en el voltaje de una placa, a la cual está conectado el microelectrodo, con
respecto a la otra placa. Es el llamado potencial de membrana comunmente denominado también como potencial de reposo y que se
caracteriza porque el interior de la neurona es más negativo que el exterior, generando una polaridad que es característica, con
magnitud conocida: -70 mV.
Como su nombre lo indica, el potencial de reposo es la situación de un axón que no está transmitiendo ningún tipo de impulso
nervioso. Para poder conocer el comportamiento de tal potencial eléctrico durante la transferencia de señales a lo largo del axón, fue
necesario diseñar un nuevo experimento.
Figura 23

1. Axón gigante (400 - 700 de diámetro


2. Microelectrodo
3. Electrodo de referencia
4. Pantalla del osciloscopio
5. Placa vertical superior
6. Placa vertical inferior
7. Medidor de voltajes
8. Barrido
9. Sistema generador de pulsos (estímulos eléctricos)
con dos electrodos: un cátodo (-) y un ánodo (+)
10. El microelectrodo penetra en el interior del axón
11. El barrido da un salto y se ubica en esta nueva
ubicación. La diferencia entre las dos posiciones
marca la diferecia de potencial que existe entre el lado
extremo y el interno de la membrana del axón

El potencial de acción surge de un cambio temporal de la polaridad normal de la membrana

En base al mismo diseño que permitió evidenciar la existencia del potencial de reposo, fue posible identificar la modificación
que sufre la membrana cuando el axón se encuentra “funcionando”, vale decir, transmitiendo impulsos nerviosos.
Si el axón es estimulado mediante un par de electrodos que generan pulsos de corriente eléctrica de baja intensidad, tal como
se muestra en la figura 24, el osciloscopio muestra una nueva
gráfica. Ya no se trata de la diferencia de potencial de -70 mV, sino Figura 24
de un cambio repentino en la polaridad, tantas veces como se
produzcan estímulos. Cada estímulo, un cambio de polaridad de la
misma frecuencia.
Tal como se señala en la figura 24, el osciloscopio muestra
una onda bifásica, es decir, que tiene una fase ascendente hasta un
punto máximo, para luego descender hasta la posición original. Dicho
en términos del cambio de polaridad, la curva muestra una inversión
de la polaridad normal, hasta que en cierto punto, la situación se
revierte, hasta volver nuevamente a la normalidad.
A esta inversión temporal de la polaridad normal de la
membrana plasmática del axón se le llama potencial de acción. El
fenómeno completo dura entre 3 y 5 milisegundos.
Un aspecto interesante del potencial de acción es que se
produce siempre que el estímulo aplicado alcanza una intensidad
mínima. Sobre ese valor, la intensidad umbral, el potencial de
acción se genera siempre de la misma manera, mostrando la misma
curva de depolarización-repolarización. En otras palabras, la
membrana muestra un potencial de acción o no lo muestra. Sin
puntos intermedios de depolarización. Esta característica se
denomina Ley del todo o nada.

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El impulso nervioso estaría definido, de esta manera, como un potencial de acción que se transmite a lo largo de un axón o
más claramente, como una inversión temporal de la polaridad que recorre la membrana del axón en forma longitudinal. Aunque es ta
definición es bastante exacta y es conocida desde la década de 1960, no explica, de ninguna manera, el mecanismo sub yacente a tal
inversión de polaridad. De hecho, fueron necesarios varios años de investigación y evaluación de hipótesis para comprender la causa de
la polaridad normal de la célula y qué es lo que sucede realmente cuando se produce el cambio de polaridad durante un potencial de
acción.

Los potenciales eléctricos de la membrana tienen su origen en los gradientes iónicos que regula

La membrana plasmática es una bicapa lipídica, formada por fosfolípidos, que actúa como un esqueleto o soporte en el cual se
insertan numerosas otras estructuras moleculares como canales iónicos, receptores químicos, transportadores, bombas iónicas,
enzimas, proteínas de reconocimiento y de conexión con otras células, proteínas que sirven de soporte a elementos del citoesqueleto,
etc. (figura 25). La membrana plasmática de la neurona puede, entonces, además de limitar la estructura de esta célula cumplir un
amplio rango de funciones. Además de su naturaleza lipídica, la membrana se caracteriza por ser polarizada eléctricamente ya que su
lado interno esta "cubierto" por una nube de cargas negativas, mientras que su exterior lo está de cargas positivas.
La membrana separa dos
compartimientos: el intraneuronal y el
Figura 25 extraneuronal. Por su composición
lipídica impide el paso a través de ella
de moléculas hidrofílicas (solubles en
agua) y/o de aquellas que tengan
cargas eléctricas (iones) a través de
esa fase. Sin embargo, se comporta
como una membrana semipermeable
selectiva frente a este tipo de
substancias. En efecto, en reposo es
permeable al ión potasio y al agua
pero impermeable a otras especies
iónicas como el Na+ o el Ca2+.
También es selectivamente permeable
a ciertos metabolitos como la glucosa
o a otras moléculas, como los
precursores de neurotransmisores.
El paso de iones se hace a
través de proteínas-canales, que son
reguladas por señales químicas
(neurotransmisores, hormonas o
drogas) o por cambios en la diferencia
de voltaje que caracteriza a la membrana, la cual es mantenida dentro de rangos muy estrechos por el trabajo de las bombas iónicas de
origen proteico (bomba de Na+-K+, bomba de Ca2+). La mejor evidencia del papel selectivo de la membrana en la distribución de los
iones en el citoplasma v/s el medio extracelular, es la concentración diferencial de tales iones en ambos ambientes, tal como lo detalla la
tabla 2. Esta misma distribución asimétrica de los cationes (Na + y K+) respecto a los aniones (Cl- y proteínas con carga neta negativa) es
la base para comprender la causa del potencial de reposo.

Tabla 2: composición iónica del medio intra y extracelular en una célula


nerviosa Actividad 8:
Según los datos de la
tabla 2, hipotetiza cuál es
la tendencia de difusión
que posee cada uno de
los iones, es decir,
¿hacia dónde debería
tender a “irse” el K+?
¿hacia dentro o fuera de
la célula? etc.

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La concentración diferencial de iones a uno y otro lado de la membrana no exitada origina el potencial de reposo

¿Cuál es la causa del potencial de reposo? Los iones que existen en el citoplasma de la neurona tienden a distribuirse
buscando igualar sus concentraciones con el exterior de la neurona. Ello se debe a que para cada especie iónica hay dos fuerzas que
determinan su distribución: las diferencias de su concentración y la fuerza del campo eléctrico en el que se encuentran. Cada ión se
comporta buscando entonces un equilibrio electroquímico. La gradiente de concentración empuja en un sentido y la fuerza eléctrica en el
sentido opuesto.

Figura 26

1. Compartimiento extracelular
2. Iones en el compartimiento extracelular (Na+:ión
de sodio; K+:ión potasio; Cl-:ión cloro)
3. Membrana plasmática
4. Compartimiento citoplasmático (intracelular) A- :
aniones de origen proteico
5. Iones en el compartimiento intracelular
6. Carga positiva (+) que predomina en el lado
externo de la membrana
7. Carga negativa (-) que predomina en el lado
interno de la membrana

En condiciones de reposo la membrana es


Figura 27: Funcionamiento de la bomba de Na+ - K+
permeable solo al K+ porque es el canal para este catión
el único que está abierto (figura 26). Como en el interior
de la neurona (o de cualquier célula) existen aniones (A -),
proteínas con carga negativa, el K+ se acumula en el
interior tratando de neutralizar su carga. Hay mayor
cantidad de K+ en el interior de la neurona. Existe
entonces una fuerza que induce un constante flujo de K +
hacia el exterior, a través de los canales de K + abiertos.
Pero la nube de K+ que tiende a salir de la neurona se
acumula en el lado externo de la membrana dejando
exceso de carga negativa dada por las proteínas, que
actúa como una fuerza que los tiende a retener. Se
produce entonces un equilibrio en el cual la cantidad de
K+ que sale es igual a la que se recupera, lo que explica
la constancia del potencial de membrana. La
recuperación de los iones K+ está dada por una proteína
integral de membrana de alto peso molecular, que
funciona como un transportador doble: de K+ hacia
adentro y de Na+ hacia fuera. Como tal transporte se
realiza contra el gradiente de concentración, requiere
energía, la que es obtenida desde las mitocondrias
neuronales. Las proteínas que realizan este tipo de
transporte se denominan bombas, y ésta, en particular, se
llama bomba de Na+ - K+ (figura 27)
De esta manera, tenemos un escenario en el que existe una gran acumulación de proteínas negativas y iones potasio en el
medio intracelular, respecto a un ambiente extracelular bajo en potasio. Simultáneamente, existen iones sodio y cloro, cuya sumatoria de
cargas, sumado a la “falta de potasio”, origina una mayor carga positiva en el exterior. La polaridad de la membrana entonces , se
traduce en una nube de cargas negativas en el lado interno y positivas al lado externo. Este es el origen del potencial de reposo.

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A modo de resumen, para entender el potencial de reposo deben tenerse presente dos hechos:
o La bomba de sodio y potasio establece una gradiente de concentración de estos iones entre el medio extracelular y el intracelular.
Al transportar sodio hacia afuera de la célula y potasio hacia adentro, mantiene una concentración intracelular de sodio 10 veces
menor que la externa y de potasio 50 veces mayor que la externa. Gasta energía (ATP) para mantener esta gradiente química.
o La membrana es permeable al potasio por que posee canales de potasio que están siempre abiertos, pero es mucho menos
permeable a los iones Na+ y aniones como el Cl-. La alta concentración de potasio intracelular hace que este ión difunda por los
canales hacia afuera de la célula, dejando atrás los aniones que no pueden at ravesar la membrana fácilmente. Así, el interior de la
membrana se hace negativo respecto del exterior. (ver figura 28)

Figura 28: Distribución En definitiva, el sodio tiene una gran


asimétrica de los iones en tendencia a entrar a la célula impulsado por su
el potencial de reposo gradiente de concentración y por la atracción que
ejercen las cargas negativas en el interior de la
membrana. Sin embargo, el sodio no disipa el
potencial de reposo por que los canales de sodio
abiertos en reposo son muy pocos y, por lo tanto,
la membrana es mucho menos permeable a este
ión. Para que esto ocurriera, sería necesario abrir
los canales de sodio que se encuentran
cerrados…

Figura 29

El potencial de acción es producto de la activación y apertura


de los canales de Na+

Ya sabemos que un potencial de acción es un cambio


instantáneo y temporal de la polaridad normal de la membrana
axonal. Y conocemos cuál es el origen de la polaridad normal (la
polaridad del potencial de reposo). En la figura 29 se explica lo que
sucede con los canales iónicos cuando se produce un estímulo
(mecánico, eléctrico o de otras naturalezas) en el axón. Cómo se
plantea en el título de esta sección, el potencial de acción tiene su
origen en la apertura de los canales de sodio. A partir de esta
premisa, desarrolla la actividad 9:

Actividad 9:
Observa detenidamente la siguiente secuencia de eventos que
ocurren durante los 3 milisegundos que dura el potencial de acción.
Interpreta a la luz de las definiciones antes señaladas y plantea una
explicación para cada una de las etapas de la curva bifásica del
potencial de acción, que aparece detallada en la página 19.

Nota importante:
o A pesar que no aparece en el esquema, la bomba de Na + – K+
se mantiene funcionando durante todo el proceso del potencial
de acción
o Los canales iónicos pueden ser de dos tipos: los de
compuerta, que normalmente se encuentran cerrados durante
el potencial de reposo y los sin compuerta, como el caso del
canal de K+, que se mantiene abierto durante el potencial de
reposo. Vale decir, el canal de K+ que aparece abriéndose en
el potencial de acción no es el mismo del potencial de reposo.

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Actividad 9 (continuación)

Figura 30 Figura 31

Anota en tu cuaderno una explicación para cada una de las etapas Interpreta finalmente el siguiente gráfico sobre la permeabilidad de
de la gráfica que se produce a lo largo del potencial de acción, los iones Na+ y K+ a través de la membrana durante un potencial
según los sucesos que se esquematizan en la figura 29: de acción:
 Fase ascendente (depolarización)
 Cruce de la polaridad neutra (0)
 Fase descendente (repolarización)
 Hiperpolarización (exceso de repolarización en fase
descendente)
 Vuelta al reposo (-70 mV)

Actividad 10:

En el montaje experimental de la figura 31 se


utilizó un par de microelectrodos conectados a
un osciloscopio para detectar las diferencias de
potencial eléctrico de los axones provenientes
de receptores de presión en la piel y de
fotorreceptores en el ojo, frente a
estimulaciones de intensidad creciente. Para
estimular los receptores en la piel se utilizó una
pequeña sonda de punta redondeada y para los
estímulos luminosos una linterna cuya
intensidad de luz es variable.

Preguntas:

1. ¿Qué variables de los potenciales de


acción se mantienen constante en la
medida que aumenta la intensidad del
estímulo? ¿Cuál varía?
2. ¿Qué diferencias se notan entre los
potenciales de acción generados a partir
del estímulo mecánico respecto al
luminoso?
3. Si consideras que no existen diferencias,
¿cómo es posible que el cerebro discrimine
entre una sensación y otra? Dicho de otra
manera, ¿por qué no confunde un roce de
la piel con el color rojo?

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3. Sinapsis y neurotransmisores

La sinapsis química es una asociación estructural y funcional entre neuronas

La sinapsis química es el sitio en que células vecinas se comunican entre sí a través de mensajes químicos, los
neurotransmisores. A pesar del enorme número de sinapsis químicas que existen en el sistema nervioso y de la amplia variedad
estructural que ellas ofrecen, en la organización de este tipo de sinapsis se pueden reconocer los mismos elementos básicos. Hay un
elemento presináptico representado por un terminal nervioso, o una varicosidad o por el polo de liberación de mensajes químicos, que
se observa en algunos tipos celulares, como algunas células sensoriales. La parte presináptica está separada por un espacio s ináptico
(20 a 40 nm) de la parte postsináptica, espacio que es atravesado por difusión por el neurotransmisor.
La parte presináptica presenta una organización orientada a una función secretora altamente organizada que permite que el
proceso de transferencia de la información represente un evento que dura alrrededor de fracciones de milisegundos (0.3 a varios
milisegundos). Ella se caracteriza por la presencia de las vesículas sinápticas que almacenan el neurotransmisor y que se encuentran
organizadamente ubicadas, ligadas al citoesqueleto, o en los sitios activos de liberación o involucradas en el proceso de reuso de las
vesículas. Por ello, el aspecto y la ubicación de las vesículas ofrece variaciones. También se ubican en la parte presináptic a,
mitocondrias, elementos del citoesqueleto y estructuras membranosas relacionadas con el manejo de las vesículas en el terminal
(endosomas). La composición de la membrana del terminal ofrece una gran complejidad ya que en ella se encuentran diferentes
estructuras proteicas que cumplen funciones diversas e indispensables: canales iónicos (de sodio, potasio, calcio y cloro), bombas
iónicas (bomba de Na+-K+; bomba de calcio), receptores, componentes de las membranas de las vesículas que quedan incorporados en
la membrana del terminal después de la exocitosis, transportadores que permiten la recaptación del neurotransmisor liberado, proteinas
que participan en la ubicación, fusión de las vesículas y formación del poro en el membrana presináptica a través del cual se libera el
neurotransmisor.
El espacio sináptico es una
dependencia del medio interno con el cual
está comunicado. Pero parece existir en él
una compleja organización donde hay
enzimas que pueden destruir al
neurotransmisor, como es el caso de la
acetilcolinesterasa en sinapsis del tipo
“colinérgicas” y otros componentes cuyo
papel se estudia intensamente.
En la parte postsináptica se
encuentran los receptores que reciben y son
activados por el neurotransmisor. De las
características de estos receptores y de sus
interacciones depende no sólo el paso de la
información a través de la sinápsis sino el que
ella pueda ser modificada (plasticidad),
mecanismo que parece representar la base
de procesos como el aprendizaje y la
memoria.

Actividad 11:
Según la descripción anterior y las
indicaciones entregadas en clases, rotula las
siguientes estructuras en la micrografía
electrónica de la figura 33:

o Terminal pre-sináptico
o Terminal post-sináptico
o Hendidura sináptica
o Vesísulas sinápticas
o Mitocondrias

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La sinapsis química vincula le membrana pre y post-sináptica mediante neurotransmisores

El mecanismo de liberación de neurotransmisores es muy complejo y en él juega un papel fundamental el Ca +2. Por la llegada
del potencial de acción al terminal nervioso se abren los canales de calcio presentes en la membrana del terminal y el ión en tra por
difusión. Se produce así en la inmediata vecindad al interior de cada canal una momentánea alza de la concentración del ión.
Los canales se abren en el momento del “peak” del potencial de acción y el Ca +2 que entra genera un ambiente de elevada
concentración del ión ubicado a corta distancia del punto donde debe ejercer su efecto, que es la vesícula sináptica inactiva.
Se cree que el calcio no sólo propicia la liberación de las vesículas sinápticas, sino que tendría un rol importante en el tr aslado
de las mismas hacia las zonas de la membrana pre-sináptica que se utilizan para tal liberación.
Es importante recalcar que las vesículas no “salen” del botón sináptico. Cuando la vesícula se acerca al borde del botón
sináptico, ambas membranas se funden como ocurre en cualquier otro proceso de exocitosis. De esta manera, sólo el neurotransmisor
es despedido hacia la hendidura sináptica, mientras la membrana de la vesícula se hace parte del botón sináptico. De todas formas, la
endocitosis que permanentemente recupera parte de los neurotransmisores antes liberados, garantiza que el botón mantenga su
estructura y tamaño, y que exista un número adecuado de vesículas para el siguiente ciclo.
Si el neurotransmisor no es recuperado mediante tales vesículas de endocitosis o endosomas, probablemente será degradado
mediante enzimas específicas para cada tipo de neurotransmisor. Tal fenómeno es importante, pues si bien la sinapsis debe gar antizar
la comunicación entre neuronas, debe constituir un pulso discontinuo y muy breve. Si los neurotransmisores se quedaran
permanentemente en la hendidura sináptica, podrían mantenerse unidos con los receptores de la membrana post-sináptica generando
potenciales sin posibilidades de retroalimentación. En términos simples, costaría mucho deshacerse de un impulso una vez que se le da
inicio. El desgaste energético sería enorme y la eficiencia del proceso, nula.
Los receptores químicos de la membrana plasmática post-sináptica ubicados en el soma o en la región dendrítica son los que
reciben la información que les llegan desde los terminales nerviosos pre-sinápticos que inervan la neurona. Es la naturaleza inhibidora o
excitadora de esos receptores la que determinará si esa neurona será estimulada (aumento en ella de la generación de potenciales de
acción) o será inhibida (disminución del número de potenciales que genera en reposo).
En las sinapsis exitatorias, el neurotransmisor actúa aumentando la permeabilidad de la membrans post-sináptica a los iones
sodio. El paso de Na+ desde el espacio sináptico determina una pequeña inversión localizada de la polaridad, generándose un potencial
post-sináptico excitatorio (PPSE). Estos pequeños PPSE, por sí solos, no causan una depolarización en toda la membrana (de la
dendrita o el soma post-sináptico), pero pueden sumarse para originar un potencial de acción que se autopropaga.

Figura 34

1. Terminal nervioso
2. Vaina de mielina
3. Citoesqueleto
4. Vesículas sinápticas inmaduras
5. Vesículas sinápticas maduras (aptas para la
exocitosis)
6. Vesículas sináptica en exocitosis
7. Neurotransmisor
8. Espacio o hendidura sináptica
9. Membrana presináptica
10. Eudosoma
11. Vesícula sináptica en recuperación
12. Canales de calcio

En la sinapsis inhibitorias, el neurotransmisor genera potenciales post-sinápticos inhibitorios (PPSI), los que refuerzan la
polarización de la membrana post-sináptica. La hiperpolarización se produce por ingreso de iones Cl- a la neurona y a la salida de iones
K+ al espacio sináptico.
Para que el soma de una neurona pueda propagar efectivamente el potencial transmitido por otras neuronas, se requiere que
se produzca el fenómeno de sumación de potenciales: se debe alcanzar una depolarización mínima, para desencadenar el potencia l de
acción autopropagado desde el cono axónico. Tal sumación puede ser espacial, por acumulación de PPSE provenientes de varios
botones (de la misma o varias neuronas) o bien, temporal, por acumulación de PPSE provenientes de un mismo botón emitidos

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sucesivamente. Ahora bien, si simultaneamente el soma neuronal recibe PPSI (lo que suele ser más regla que excepción), la sumación
de PPSE cobrará especial sentido, pues será necesario revertir la hiperpolarización inhibidora. Este juego que simula un interruptor es el
que opera en los mecanismos de modulación neuromuscular explicados en las páginas 8 y 9 de la guía.

Actividad 12:
o Observa detenidamente el siguiente esquema que resume los principales eventos de la sinapsis química. Tu tarea consiste en
anotar lo que sucede en cada una de las etapas numeradas, según las descripciones que se hicieron antes.
o Luego analiza el esquema de la figura 36, identifica a qué número(s) de las etapas de la sinapsis química corresponde e intuye si se
trata de una sinapsis exitatoria o inhibitoria. Justifica.

Figura 35. Etapas de la sinapsis química:

1. _____________________________________________

2. _____________________________________________

3. _____________________________________________

4. _____________________________________________

5. _____________________________________________

6. _____________________________________________

7. _____________________________________________

8. _____________________________________________

Figura 36

9
Actividad 13: Figura 37

o Estudia la figura 37 y determina cuál de las dos neuronas


se encuentra generando PPSE y cuál PPSI.
o Explica las diferencias entre R1 y R2 para cada uno de los
potenciales propagados
o De acuerdo a la situación planteada, ¿se propagará o no
el impulso nervioso?

Los neurotransmisores tienen distintas estructuras moleculares y actúan específicamente

Actividad 14

En la siguiente tabla se detalla la


estructura molecular de la mayoría de las
sustancias que hoy se conoce poseen
función neurotransmisora. Esto es,
cumplen con todas las características
antes señaladas en el funcionamiento de la
sinapsis química. En la página siguiente se
presenta un cuadro en que aparecen las
acciones de siete de estas sustancias. En
base a las fuentes recomendadas,
establece la relación correcta entre el
neurotransmisor y la acción de que es
responsable.

10
Acciones de los principales neurotransmisores
Neurotransmisor Acción Comentario - pista
Neurotransmisor de las neuronas motoras Se degrada en la sinapsis por la
1. medulares y de algunas vías neuronales en el acetilcolinesterasa; bloqueadores de esta
cerebro. enzima son venenos poderosos.
Usado en ciertas vías nerviosas en el cerebro
y en el sistema nervioso periférico; causa Relacionado con epinefrina.
2.
relajación en los músculos intestinales y
contracción más rápida del corazón.
Involucrado en la esquizofrenia. La causa de
Neurotransmisor del sistema nervioso central.
3. la enfermedad de Parkinson es la pérdida de
neuronas que utilizan este neurotransmisor.
Neurotransmisor del sistema nervioso central Ciertos medicamentos que elevan el estado de
4. involucrado en el control del dolor, el sueño y ánimo y contrarestan la ansiedad actúan
el humor. aumentando sus niveles.
Algunas personas presentan ciertas
Neurotransmisor excitatorio más común en el
reacciones al consumir alimentos que
5. sistema nervioso central.
contienen glutamato de sodio, porque éste
puede afectar al sistema nervioso.
Drogas benzodiazepínas, usadas para reducir
Neurotransmisores inhibidores.
6. la ansiedad y producir sedación, imitan su
acción.
Usados por ciertos nervios sensoriales, Sus receptores son activados por drogas
7.
especialmente en las vías del dolor. narcóticas: opio, morfina, heroína, codeína.

Los neuromoduladores son sustancias que modifican la capacidad sináptica de los neurotransmisores

Casi todas las drogas que actúan en el cerebro alterando el humor o el comportamiento, lo hacen intensificando o inhibiendo la
actividad de los sistemas neurotransmisores. La cafeína, la nicotina y las anfetaminas, estimulan la actividad cerebral en forma análoga
a los neurotransmisores excitatorios en las sinapsis. La cloropromazina y los tranquilizantes relacionados bloquean los receptores de
dopamina en muchos sitios, mientras que el ácido lisérgico -LSD- (un alucinógeno) inhibe la acción de la serotonina cerebral.
Varios neuropéptidos, junto con otras sustancias neuroactivas, pueden desempeñar otro papel en la transmisión sináptica; no
generar la señal transmisora sino regularla. Estas moléculas, que pueden ser liberadas de las mismas terminales axónicas que los
neurotransmisores principales o de otras células, se conocen como neuromoduladores.
Aunque éstos pueden moverse directamente a través de la hendidura sináptica, también pueden difundir a una distancia
mayor, afectando a numerosas células dentro de una región local del sistema nervioso central. Al igual que los neurotransmisores, se
unen a receptores específicos de membrana y alteran los canales iónicos o ponen en movimiento segundos mensajeros (moléculas
mediadoras que fueron estudiadas en la estimulación de las hormonas peptídicas); sus efectos frecuentemente consisten en modular la
respuesta de la célula a un neurotransmisor principal. Se han identificado hasta el momento más de 200 sustancias diferentes que
funcionan como neuromoduladores. Estas incluyen las endorfinas, los interferones y las interleucinas, las hormonas liberadoras
hipotalámicas, las hormonas hipofisarias, las hormonas de páncreas como la insulina, y hasta las hormonas digestivas gastrina y
colecistocinina.
Las dendritas y el cuerpo celular de una sola neurona pueden recibir señales -en forma de moléculas de neurotransmisor o
neuromodulador- enviadas por centenares o hasta por miles de sinapsis. La unión de cada molécula a su receptor tiene cierto efecto en
el grado de polarización de la célula postsináptica. Si el efecto es que el interior de la célula se vuelve menos negativo (depolarización)
se dice que es excitatorio. Por el contrario, si el efecto es que se mantiene al potencial de membrana en valores cercanos al potencial de
reposo, o aun, el interior se hace más negativo (hiperpolarización), se dice que es inhibitorio.
Los cambios en la polaridad inducidos por los neurotransmisores y los neuromoduladores se extienden desde las sinapsis a
través de la célula postsináptica al cono axónico, que es la región del axón en la cual puede originarse un impulso nervioso. Como ya se
dijo, si el efecto colectivo es una depolarización suficiente como para permitir un flujo de iones Na + tal que constituya el inicio de un
potencial de acción, entonces comienza un impulso nervioso en el axón de la célula postsináptica y un nuevo mensaje es enviado
velozmente a una multitud de otras neuronas con las cuales hace sinapsis el axón
El procesamiento de la información que ocurre dentro del soma de cada neurona individual desempeña un papel central en la
integración y en el control ejercido de manera conjunta por los sistemas nervioso y endocrino. Es afectado no sólo por los
neurotransmisores y neuromoduladores específicos recibidos por la célula, sino también por su cantidad, el tiempo preciso de su llegada
y las localizaciones en la neurona de las varias sinapsis y receptores.

11
Actividad 15:

o Describe y compara la acción neuromoduladora de las encefalinas y la morfina, tal como se describe en la figura 38
o ¿Podría decirse que las dos sustancias realizan la misma acción, pero lo hacen de distintas forma?
o Investiga: ¿cuál de las dos sustancias es producida por el cuerpo humano? ¿en qué situaciones? ¿cuál es el origen de la otra
sustancia?

Figura 38. Acción de las encefalinas y la morfina en cierto tipo de sinapsis química

Las drogas operan como neuromoduladores en la medida que estimulan o inhiben la actividad sináptica a distintos niveles del
proceso. En la figura 39 se resumen las etapas de la función sináptica que pueden alterarse por drogas y se ejemplifica con dos
sustancias ampliamente reconocidas como drogas: anfetaminas (como ejemplo de droga lícita) y cocaína (como ilícita)

Figura 39. Etapas de la sinapsis química que pueden perturbarse por la presencia de drogas

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Actividad 16:

Observa detenidamente la figura 40, en que se muestra la manera en que fluctúan los potenciales de
acción en distintas regiones de una neurona sensitiva, detectados por microelectrodos conectados a un
osciloscopio. Tu tarea consiste en explicar cuál es la relación entre la intensidad de un estímulo (duración y
amplitud), la frecuencia e intensidad de los potenciales de acción que se generan y la sinapsis correspondiente.

Figura 40

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Actividad 17:

Hasta aquí básicamente has aprendido dos grandes conceptos acerca del funcionamiento del sistema nervioso:
o la información nerviosa viaja a través de circuitos constituidos por arcos reflejos
o el mecanismo que permite transmitir impulsos nerviosos es el potencial de acción
El siguiente esquema intenta integrar estas dos ideas. En tu cuaderno, redacta una descripción detallada
y un título tentativo para esta figura:

Actividad 18 (optativa)

Todas las explicaciones que se han entregado en torno a sinapsis, se relacionan con la sinapsis química.
Y es que existe otra más: la “sinapsis eléctrica”. En la figura 42 se esquematiza una sinapsis eléctrica y se
entregan algunas pistas de su funcionamiento. A partir de esta descripción, señala:
o En qué se parece y diferencia con la sinapsis química
o ¿Qué debería ocurrir con la velocidad de esta sinapsis en comparación con la química? ¿Por qué?
o ¿En qué lugares del sistema nervioso deberían existir este tipo de sinapsis?

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El siguiente documento te será útil en la actividad 14 y también sirve de prólogo a la unidad sobre higiene mental, que se verá
más adelante. Su lectura te aclarará varios aspectos en torno a la acción biológica de las drogas o más precisamente, “sicofármacos”.

Conociendo cómo actúan las drogas: “los sicofármacos”

Proteínas, blanco de la acción de muchas drogas

Las drogas, los remedios o los fármacos son sustancias de origen natural o de síntesis química que modifican la actividad
celular. Las drogas, como todas las moléculas, tienen una estructura definida por sus átomos; su conformación espacial cambia con el
movimiento térmico molecular. Las drogas interactúan con las proteínas y otras macromoléculas de las células. La gran mayoría de las
drogas se unen o asocian con las proteínas del cuerpo a través de fuerzas moleculares relativamente débiles, como las unione s
electrostáticas, puentes de hidrógeno, o fuerzas hidrofóbicas. Esto significa que la unión de las drogas a las proteínas es transitoria, o
reversible, ya que estas interacciones son relativamente inestables.
La unión de las drogas depende de su estructura espacial, concepto que se conoce como unión estereo-específica. Esto quiere decir
que la unión de las drogas a las proteínas, por ejemplo, no es sólo específica para cada molécula por su estructura sino que, además, la unión
reconoce la orientación espacial de los átomos en cada molécula. Existen moléculas idénticas en estructura y composición, pero que sólo
difieren en la orientación espacial de sus átomos. Estas moléculas se llaman isómeros ópticos o enantiómeros. Muchas proteínas del cuerpo
reconocen los isómeros ópticos con diferencias de actividad entre 10 y 10 000 veces. Así por ejemplo, la hormona adrenalina tiene 2 isómeros
ópticos: la L-adrenalina y la D-adrenalina. La L-adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca en dosis 100 veces menores que la D-adrenalina. El
cuerpo sólo sintetiza L-adrenalina, pero en los laboratorios químicos se sintetizan ambas.
Como resultado de la unión estereo-específica de las drogas con las proteínas, éstas cambian la actividad funcional de muchas
proteínas. La interacción de las drogas con las proteínas se puede traducir en aumento o disminución de su actividad biológica. Al conjunto de
drogas que aumentan la actividad de enzimas u otras proteínas se las llama agonistas, mientras que aquellas drogas que inhiben la acción de
las enzimas y otras proteínas se llaman antagonistas. Por lo tanto, los sicofármacos pueden ser agonistas o antagonistas.

Las drogas tienen especificidad tisular

Las drogas se unen en forma relativamente selectiva sólo a algunas macromoléculas, las que a su vez se localizan sólo en
determinados tejidos, particularmente en algunos tipos de células. Por esta razón, la gran mayoría de las drogas son bastante
específicas, especialmente cuando se usan en dosis bajas. Existen drogas que actúan modificando sólo el metabolismo bacteriano ya
sea porque inhiben la síntesis de proteínas, o de los ácidos nucleicos, o de algunos metabolitos esenciales de éstas células.
Al conjunto de estas drogas tan particulares se las llama comúnmente antibióticos y se usan en medicina para combatir
enfermedades infecciosas causadas por las diferentes bacterias. Otras drogas presentan cierta especificidad por las células d el corazón
y se usan en medicina para aumentar la fuerza de contracción de este músculo o para modificar el ritmo cardíaco. Hay drogas que
actúan en el riñón favoreciendo la eliminación de agua. Estas drogas son los diuréticos, compuestos que se usan desde hace muchos
años en la práctica médica para tratar una serie de enfermedades.

Los sicofármacos

Una familia de drogas muy interesante afecta en forma relativamente exclusiva el funcionamiento del cerebro y por lo tanto del sistema
nervioso. Muchas de estas drogas modifican la conducta tanto de los seres humanos como de los sujetos experimentales, es decir, los animales de
uso corriente en los laboratorios de investigación: ratas, ratones o conejos. A la familia de drogas que actúan en el sistema nervioso central se las
conoce como sicofármacos. Estas drogas afectan la “psiqué,” es decir, los estados de la mente. Sólo una parte de los sicofármacos, son drogas
de abuso, es decir aquellas drogas que se consumen en forma compulsiva y desarrollan el fenómeno de la drogadependencia.
Por ejemplo, drogas como la fenitoína o la carbamacepina, prototipo de medicamentos antiepilépticos, sin dudas son
sicofármacos porque reducen la estimulación cerebral. Otro tanto sucede con los anestésicos generales que alteran el estado de
conciencia. Sin embargo, a pesar de que los enfermos con epilepsia usan estas drogas por años, estos pacientes no se hacen
dependientes de este tipo de drogas, como tampoco son dependientes las personas que fueron anestesiadas. El alcohol etílico, o el
etanol, principio activo común a la cerveza, el vino, el pisco y tantas bebidas alcohólicas, también reduce la estimulación cerebral, pero a
diferencia de las drogas antiepilépticas, causa rápida y muy severa droga-dependencia. Por lo tanto, el alcohol, a diferencia de las
drogas antiepilépticas o los anestésicos generales, es un sicofármaco de abuso, es decir que produce adicción.

Repasando las sinapsis, la acción de los neurotransmisores y sus receptores

Hace aproximadamente cien años, el sabio español Santiago Ramón y Cajal, utilizando un primitivo microscopio examinó
minuciosamente una infinidad de cortes cerebrales. Observó que las neuronas no estaban unidas entre sí. Estudios posteriores, con los
poderosos microscopios electrónicos, precisaron que la unión entre neuronas denota un espacio físico particular constituido por los terminales

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especializados de las membranas de las células adyacentes. Uno de estos terminales, el llamado pre-sináptico se caracteriza por la presencia
de una enorme cantidad de pequeñas vesículas, las que almacenan los neurotransmisores. Estas son sustancias químicas que usa la
neurona para comunicarse con otra neurona. Se definió la sinapsis como el espacio interneuronal, el sitio donde ocurre la liberación de los
neurotransmisores. La neurona, o la célula que recibe los neurotransmisores se llama neurona post-sináptica.
Se han identificado numerosos neurotransmisores, tanto en el sistema nervioso central como en el sistema autonómico y los
ganglios mientéricos. Estos son de naturaleza química muy diferente: algunos son aminas, mientras otros son ácidos. Algunos son
aminoácidos, otros son lípidos, otros contienen azúcares, mientras otros son péptidos. Recientemente se han identificado 2
neurotransmisores que son gases muy sencillos. Uno de ellos es el óxido nítrico (NO), y el otro es el monóxido de carbono (CO). Todos
los neurotransmisores se liberan en la sinapsis e interactúan con proteínas específicas llamadas receptores. La unión del
neurotransmisor con su receptor gatilla una respuesta celular que activa o inhibe la neurona. Cada neurotransmisor interactúa con un o
varios receptores que le son exclusivos, de la misma forma como las llaves abren una cerradura.
Existen esencialmente dos tipos de receptores para neurotransmisores. Uno de ellos se caracteriza porque transporta iones al
interior de la célula, mientras otra extensa familia de receptores está acoplada a la síntesis de mensajeros intracelulares. Por lo tanto,
como consecuencia de la interacción de un neurotransmisor con su receptor, o se movilizan iones al interior de la neurona post-sináptica
o se activa la síntesis de mensajeros intracelulares. Según la naturaleza del neurotransmisor y su receptor, el resultado del
reconocimiento y unión de los neurotransmisores con su receptor hace que la neurona post-sináptica se despolarice (neurotransmisor
excitatorio) o se hiperpolarice (neurotransmisor inhibitorio). Muchos sicofármacos se unen a estos receptores y activan o inhiben la
sinapsis. Ejemplos clásicos son dos neurotransmisores ampliamente estudiados: la acetilcolina y el ácido gama aminobutírico o GABA.
La acetilcolina es el neurotransmisor de la unión neuromuscular de los mamíferos, el transmisor químico que nos permite
movilizarnos. En esta sinapsis, la acetilcolina interactúa con el receptor nicotínico, también conocido como el receptor de la placa motriz,
para diferenciarlo de otros receptores nicotínicos localizados en los ganglios o en el cerebro. Este receptor es una proteína constituida por
cinco subunidades que forman un canal iónico muy selectivo, pero no exclusivo, para el catión sodio. La unión de la acetilcolina a este
receptor se traduce en un cambio en la conformación de este conjunto de proteínas lo que abre durante mili-segundos el canal, posibilitando
la entrada de sodio al interior del músculo esquelético. La entrada de carga positiva al músculo lo despolariza iniciando el proceso de la
contracción muscular. Por otro lado, el GABA interactúa con el receptor GABA-A, el cual es también una proteína con 5 subunidades que
forma un canal selectivo para el anión cloruro. Cuando el GABA se une a su receptor, éste cambia la conformación del receptor y abre el
poro del canal permitiendo la entrada de cloruros. Esto aumenta la carga negativa en la sinapsis e impide su despolarización.

La acción de muchos sicofármacos ocurre a nivel de la sinapsis

Investigaciones de eminentes farmacólogos y fisiólogos durante los últimos 30-40 años han permitido precisar que la acción de
la gran mayoría de los sicofármacos ocurre a nivel de la sinapsis. Se conocen diversos mecanismos que explican cómo los sicofármacos
pueden modificar la conducta humana. Uno de ellos es que en la sinapsis los sicofármacos son reconocidos y se unen a los rece ptores
de los neurotransmisores. Otro mecanismo indica que los sicofármacos modifican el almacenamiento de los neurotransmisores en las
vesículas sinápticas o interfieren con el sistema de reciclaje de éstos. Otros mecanismos incluyen la modulación del receptor donde
actúan los neurotransmisores, o la acción de éstos en canales iónicos o de transporte de metabolitos esenciales.
Un mecanismo de acción muy común de los sicofármacos es el de remedar la acción de algún neurotransmisor en los
receptores de la sinapsis. Este efecto ocurre aparentemente porque existen grandes homologías estructurales entre la conforma ción
espacial de los sicofármacos y los neurotransmisores. Esta similitud permite que los sicofármacos activen o inhiban los receptores para
los neurotransmisores. Un ejemplo relativamente bien estudiado es el de la nicotina. Este alcaloide, el producto natural de la planta
Nicotiana tabacum, imita la acción de la acetilcolina en los receptores nicotínicos. La nicotina llega al sistema nervioso y activa los
receptores nicotínicos. Esto se traduce en cambios conductuales, porque aumenta la actividad de estos receptores en ciertas v ías
neuronales del cerebro. Otro tanto sucede con la morfina, el alcaloide de Papaver somniferum. Este poderoso analgésico reconoce y
activa los receptores opioides del sistema nervioso porque imita la acción de las endorfinas, que son neurotransmisores de naturaleza
peptídica. Todos estos ejemplos son de sicofármacos que actúan como agonistas.
Existen otros sicofármacos que son antagonistas, es decir, inhiben la acción de los neurotransmisores. Un ejemplo de estas
drogas es la estricnina, un alcaloide que es un poderoso estimulante del sistema nervioso que produce convulsiones. La estricnina
antagoniza la acción inhibitoria del neurotransmisor GABA. Como resultado de la inhibición de estas sinapsis, predominan las sinapsis
excitatorias que llevan a que los sujetos intoxicados con estas drogas presenten severos cuadros convulsivos.
Otros sicofármacos como el diazepam y derivados, conocidos miembros de la familia de las benzodiazepinas, se unen a un receptor
para benzodiazepinas que es parte del receptor GABA-A, facilitando la unión de GABA a este receptor. La activación del receptor de las
benzodiazepinas hace que el canal de cloruro, que naturalmente abre el GABA, se abra más, aumentado la cantidad de cloruros que entran a la
célula. Este mayor influjo de carga negativa impide que éstas se despolaricen, explicando el efecto inhibitorio de estos sicofármacos. Este
aumento de inhibición, o hiperpolarización, explica la acción sedativa y ansiolítica de esta importante familia de sicofármacos.

Los sicofármacos modifican redes neuronales cerebrales

Para dilucidar cómo los sicofármacos modifican la conducta, no basta con entender la unión de estas drogas con receptores
cerebrales. Es necesario explicar cómo esta acción modifica vías neuronales cerebrales comprometidas en la conducta. Las neur onas

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están organizadas en torno a redes. Por lo tanto, el bloqueo o la activación de una determinada sinapsis en un núcleo cerebral preciso,
hará que se modifique no sólo esa sinapsis, sino la actividad de una red neuronal, ya sea que ésta se inhiba o se exacerbe. L os
sicofármacos actúan en todas las sinapsis del cerebro a las que tengan acceso. El cambio conductual que se observa luego de
administrar un sicofármaco es la actividad integrada de todas las sinapsis y redes neuronales que se modifican por la acción del
sicofármaco, en todos los núcleos cerebrales donde este sicofármaco actuó.
La cocaína es un poderoso estimulante que inhibe el mecanismo de reciclaje de un conjunto de neurotransmisores llamados
las aminas biogénicas, que incluye a la noradrenalina, dopamina y la serotonina. Estos neurotransmisores están localizados en
muchos núcleos cerebrales. La cocaína bloquea el mecanismo de transporte intraneuronal de todas las aminas biogénicas. De esta
manera, la noradrenalina, la dopamina y la serotonina permanecen más tiempo en la sinapsis, activando de forma mantenida sus
receptores. Como resultado de esta acción, aumenta significativamente la excitabilidad cerebral. Sin dudas, la cocaína exacerba todas
las vías neuronales donde las bioaminas actúan.
El mecanismo de la cocaína es semejante, pero no igual, al de numerosos antidepresivos del tipo de la fluoxetina y drogas
símiles, las que también interfieren con el reciclaje de las bioaminas. El uso de fluoxetina durante meses ha resultado útil en el
tratamiento de enfermos de depresión. El mecanismo definitivo de la acción de estas drogas es aún desconocido.
Estos ejemplos demuestran que la acción de los sicofármacos es muy compleja, y que no ha resultado obvio entender cómo
estas drogas modifican la conducta humana. Estos ejemplos apoyan la interesante conclusión de que los sicofármacos pueden
aumentar la excitabilidad neuronal a través de dos mecanismos diferentes: 1) bloquear sinapsis inhibitorias, o 2) estimular sinapsis
excitatorias. Por analogía, la acción inhibitoria de los sicofármacos se logra porque éstos aumentan la actividad de sinapsis inhibitorias o
bloquean las excitatorias.

Droga-dependencia

El uso crónico de muchos sicofármacos, como la nicotina, el alcohol, las benzodiazepinas, la cocaína, etc., produce adicción.
Es decir, el uso repetido de estas drogas evidencia la tolerancia y dependencia. Estas son dos condiciones complementarias que
establecen las bases de la droga-dependencia.
La tolerancia se refiere al hecho de que con el uso crónico de un sicofármaco, la dosificación inicial se hace menos eficaz. Por
lo tanto, se necesitan dosis mayores para experimentar los efectos iniciales de la droga. La dependencia se refiere, en cambio, a que el
individuo necesita la droga y la busca en forma enérgica y compulsiva. Si este individuo no adquiere el sicofármaco, experimentará una
serie de signos y síntomas que acusan su dependencia física y sicológica de la droga. La dependencia manifiesta el llamado síndrome
de privación, que es un conjunto de signos y síntomas característico de la abstinencia de cada sicofármaco de abuso. Ambos
fenómenos se desarrollan paralelamente. Si hay dependencia a un sicofármaco, también hay tolerancia y viceversa. El abuso de todos
los sicofármacos desarrolla tolerancia y dependencia. Los sicofármacos que desarrollan más dependencia son la nicotina, la cocaína y
el alcohol.
Numerosos estudios demuestran que luego de 3-4 administraciones secuenciales de cocaína se produce dependencia. Otro
tanto ocurre con la nicotina y etanol. Una vez que ésta se establece, es difícil liberarse de esta adicción, ya que la dependencia abre un
apetito que busca desenfrenadamente la droga. Los adictos no pueden y temen dejar la droga; su ausencia despierta el síndrome de
privación. El uso crónico de morfina y heroína no sólo produce dependencia, sino además una severa tolerancia, lo que lleva a escalar la
dosis de estas drogas. En el caso de la heroína, la dosis de mantención de un individuo dependiente puede ser fácilmente 50 -100 veces
mayor que la dosis de uso inicial. Esta escalada en el abuso de la droga se puede desarrollar en cuestión de meses. Los mecanismos
celulares que explican el desarrollo de la tolerancia y dependencia son aún desconocidos, aunque las bases moleculares de este
fenómeno se investigan intensamente. Aparentemente la drogadependencia se relaciona con adaptaciones de las células blanco a la
estimulación continua de sus receptores, lo que implica cambios en la expresión génica y la síntesis de proteínas particulares.

Bases genéticas del alcoholismo

Existen antecedentes respecto a que el alcoholismo tiene un componente hereditario que predispone al consumo del etanol.
Tal vez esto también ocurre con otras drogas de abuso, pero esto aún no se sabe con certeza. Antecedentes fidedignos afirman que de
padres alcohólicos nacen con mayor frecuencia hijos que de adultos serán alcohólicos. Este hecho no está relacionado con el ejemplo
familiar, sino aparentemente con la existencia de genes que codifican para esta conducta. Se sospecha que existen al menos 7 genes
que codifican para el alcoholismo. Se sabe, por ejemplo, que mellizos hijos de padres alcohólicos serán bebedores aunque ellos se críen
separados en familias no bebedoras. Esta característica permite señalar con cierta convicción que el alcoholismo tiene una ba se
genética que prima por sobre lo netamente social.
La mejor demostración de las bases genéticas del alcoholismo la hizo un investigador chileno, el Dr. Jorge Mardones R.
profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Él desarrolló una cepa de ratas que son bebedores compulsivos de
etanol. Separó las ratas bebedoras de las abstemias y ha mantenido una colonia de animales de investigación que han preservado e sta
característica por más de 100 generaciones de estos animales (más de 30 años). Las ratas desarrolladas por el profesor Mardon es son
famosas en el mundo científico que estudia las bases celulares del alcoholismo, y son un modelo extraordinariamente novedoso para
estudiar la genética del alcoholismo. Siguiendo el ejemplo de este investigador, se estudia igualmente la genética que dispone a otras
drogas de abuso. Sus resultados son aún incipientes, pero mostrarán frutos a corto plazo.

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