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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0879/2019-S2

Sucre, 25 de septiembre de 2019

SALA SEGUNDA
Magistrado Relator: MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano
Acción de libertad

Expediente: 29452-2019-59-AL
Departamento: Oruro

En revisión la Resolución 10/2019 de 4 de junio, cursante de fs. 196 a 200,


pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta por Julio César
Torrico Salinas en representación sin mandato de Ruddy Gustavo Miranda
Chambi contra Juan Carlos Selaya Rojas y Beatriz Cortez Vásquez,
Vocales de la Sala Penal Primea del Tribunal Departamental de Justicia
de Oruro.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memoriales de la acción de libertad interpuesta el 3 de junio de 2019,


cursante de fs. 32 a 36 vta., el accionante a través de su representante sin
mandato, manifestó que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Su representado fue imputado por la presunta comisión del delito de homicidio en


grado de tentativa y que el 12 de abril de 2019 se llevó a cabo la audiencia de
consideración de medidas cautelares, oportunidad en que la Jueza de Instrucción
Penal Séptima de la Capital del departamento de Oruro, dispuso su detención
preventiva en aplicación de los arts. 233.1 y 2 y ante la concurrencia de los
riesgos procesales previstos en los arts. 234.1 y 2; y, 235.2 del Código de
Procedimiento Penal (CPP).

Posteriormente, indico que presentó un recurso de apelación incidental al amparo


de lo previsto por el art. 251 del CPP, que fue radicado en la Sala Penal Primera
del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, autoridades que mediante el

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Auto de Vista 82/2019 de 9 de mayo, declararon improcedente la impugnación
planteada.

Señaló que la imputación presentada no sugirió ningún tipo de acción directa o


indirecta que vincule a su representado con el hecho denunciado, situación que
fue reclamada en la audiencia de aplicación de medidas cautelares y que fue
reconocida “de manera expresa por la propia autoridad jurisdiccional en su
resolución” (sic). No obstante, dicho extremo, que además fue el fundamento
central de la argumentación expuesta en la audiencia de apelación incidental; no
fue respondido por las autoridades demandadas, quienes, si bien, “reconocen de
manera expresa que la propia Juez al emitir su fallo estableció la inconcurrencia
de elementos de convicción suficientes para sostener la autoría”(sic); empero,
ratificaron la existencia del requisito previsto en el art. 233.1 del CPP, incurriendo
de esta forma en un supuesto de incongruencia omisiva.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

Denuncia la lesión del derecho al debido proceso en su elemento de


fundamentación, consagrado en el art. 115.II de la Constitución Política del
Estado (CPE)

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y en consecuencia se anule el Auto de Vista 82/2019,


disponiendo que las autoridades demandadas convoquen a una nueva audiencia y
pronuncien una nueva resolución.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia el 4 de junio de 2019, tal cual consta del acta cursante de
fs. 192 a 195, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El accionante a través de su representante sin mandato, ratificó todos los


argumentos expuestos en la acción de libertad formulada el 3 de junio de 2019,
solicitando que se dicte una nueva resolución en la que se explique
fundadamente, cual es la acción o conducta llevada a cabo por Ruddy Gustavo
Miranda Chambi, que permita inferir que es autor del delito de homicidio en grado
de tentativa.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Juan Carlos Selaya Rojas, Vocal de la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, por informe escrito de 4 de junio de 2019
cursante de fs. 45 a 46, señaló lo siguiente: a) El considerando II de la
Resolución objeto de la presente acción DE DEFENSA, realizó un análisis de la

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Imputación formal y de la concurrencia del art. 233 del CPP, de lo que se tiene
comunicaciones telefónicas, “en la que se encuentra que el ahora accionante es
nombrado por los mismos elementos de convicción colectados”. Estos demuestran
que los imputados dejaron un teléfono celular en el lugar de los hechos, el cual
corresponde al número 75882903; que los presuntos autores materiales se
comunicaron con uno de los imputados de nombre Israel Juvenal Gil Bascopé,
quien a su vez tomó contacto con Ruddy Gustavo Miranda Chambi del teléfono
celular 78803547; b) Que el teléfono dejado en el lugar de los hechos, se
encuentra registrado a nombre de María Fuentes Salazar, que fluye comunicación
con el número 69926126, registrado a nombre de Maggi Reyna Huanca, quien
resulta ser concubina de Adrián Huari Cori, con antecedentes policiales. Existiendo
comunicación entre los números 78803547, 69926126 y 72477201, que se
atribuye a presuntos autores, que ingresan y salen llamadas al celular 73492655
que corresponde a Israel Juvenal Gil Bascopé y al 69600888, que es del ahora
accionante; c) El Tribunal analizó otros elementos de convicción colectados, que
establecieron con carácter de probabilidad la vinculación del recurrente con los
demás sujetos que se considera serían los sujetos materiales; d) Se tiene la
declaración del impetrante de tutela, quien refiere que el 27 de febrero recibió
una llamada de Israel Juvenal Gil Bascopé quien le manifestó que quería hablar
personalmente, es así que al promediar la 15:30 se reúne con el citado y su primo
Jerson Ayala, quienes buscaban una habitación en alquiler para sus amigos que
llegaban de ciudad de La Paz, pretensión que no fue lograda en razón que Ruddy
Gustavo Miranda Chambi no encontró habitaciones disponibles; más, comparte un
dato con los citados, como es la existencia de un vehículo minibús detenido al
frente de su casa. Posteriormente, el accionante señaló que el mismo día a horas
17:00 recibió una llamada de su primo Israel, quien le indicó que él y Jerson
habrían tenido un problema con la policía y que este último habría disparado un
arma; f) Existen contradicciones entre las declaraciones de Israel Juvenal Gil
Bascopé y Ruddy Gustavo Miranda Chambi; y, g) La finalidad de la etapa
preparatoria es colectar elementos de convicción indiciarios, por cuanto esta etapa
del proceso penal no tiene finalidad probatoria, la calificación del tipo penal es
atribución privativa del Ministerio Público, la cual puede ser modificada en el
desarrollo de la investigación. Considerando que mediante el Auto de Vista
82/2019, se observaron los requisitos de validez sin incurrir en incongruencia
omisiva ni conculcar la garantía del debido proceso, por lo que, solicita denegar la
tutela demandada.

Beatriz Cortez Vásquez, Vocal de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental
de Justicia de Oruro, no asistió a la audiencia ni presento informe alguno, pese a
su legal citación cursante a fs. 42.

I.2.3. Resolución

El Tribunal de Sentencia Penal Primero del departamento de Oruro, mediante


Resolución 10/2019 de 4 de junio, de fs. 196 a 200, denegó la tutela solicitada,
conforme a lo siguiente: 1) Sobre el tratamiento de la acción de libertad en
supuestos en que se reclama el debido proceso, la jurisprudencia constitucional

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dispone que su vulneración debe ser la causa principal para la lesión del derecho
a la libertad. De antecedentes se establece que la causa principal que motivó la
detención preventiva del accionante es la Resolución del Juez de Instrucción Penal
Séptimo de la Capital del mismo departamento, decisión que fue agotada
mediante los mecanismos intraprocesales; por lo que, corresponde ingresar al
análisis de fondo respecto a la falta de fundamentación; 2) El Considerando II del
Auto de Vista 82/2019, identificó aquellos aspectos que motivaron la apelación; es
decir, referente al presupuesto procesal dispuesto en el art. 233.1 del CPP,
relativo a los elementos de convicción y la probabilidad de autoría y los riesgos
procesales de fuga y obstaculización, en lo concerniente al domicilio y la influencia
que el imputado podría tener sobre los partícipes; 3) Según lo dispuesto por el
art. 279 del CPP, la Fiscalía y la Policía Nacional actuaran siempre bajo control
jurisdiccional, los Fiscales no pueden realizar actos jurisdiccionales que
comprometan su imparcialidad. Es decir, la calificación de un hecho corresponde
al Ministerio Público; el presente caso se encuentra en la etapa preparatoria
donde se deben recolectar todos los elementos de convicción que puedan tener
una relación de vinculación con el imputado; por lo que, el art. 233.1 del Código
citado se aplica ante la existencia de elementos indiciarios, no de prueba. La
detención preventiva del demandante de tutela se dio, no solo a partir de la
concurrencia del requisito de probabilidad de autoría, sino además ante la
existencia del peligro de fuga y obstaculización; y, 4) El accionante pidió se
indique cual es la conducta realizada con relación al delito atribuido. Al respecto,
el Tribunal de alzada manifestó que la etapa investigativa se encontraba vigente,
la cual no tendría la finalidad de producción de prueba, simplemente requeriría
elementos de convicción; por lo que, la orden detención estaría fundamentada.
De lo señalado, el Tribunal de garantías no tiene la facultad de ingresar a analizar
si los elementos de convicción son suficientes o no; toda vez que, se trata de un
tema de valoración, estando limitado a verificar si el Tribunal de Alzada cumplió
con su deber de fundamentación al momento de establecer la probabilidad de
autoría.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. El 12 de abril de 2019, el Ministerio Público presentó imputación formal


contra Israel Juvenal Gil Bascopé y Ruddy Gustavo Miranda Chambi, como
presuntos autores del delito de homicidio en grado de tentativa (fs. 2 a 7
vta.).

II.2. Mediante el Auto Interlocutorio 80/2019 de 12 de abril, Mónica Guzmán


Morales, Jueza de Instrucción Penal Séptima de la Capital del departamento
de Oruro, ordenó la aplicación de la medida cautelar de detención
preventiva contra el ahora accionante ante la concurrencia de los arts.
233.1 del CPP, en relación al 234.1 y 2; y, 235.2 del mismo cuerpo legal
(fs. 15 a 20 vta.).

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II.3. Según se advierte del acta de audiencia pública de impugnación de medidas
cautelares, el 9 de mayo de 2019 se llevó a cabo la audiencia de apelación
del Auto Interlocutorio 80/2019, que dispone la detención preventiva del
impetrante de tutela (fs. 21 a 26).

II.4. Por Auto de Vista 82/2019 de 9 de mayo, los Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, declararon
improcedente la impugnación interpuesta por el accionante, confirmando en
todas sus partes el Auto Interlocutorio 80/2019 (fs. 27 a 31 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante de su representante sin mandato, denuncia que las autoridades


demandadas, mediante el Auto de Vista de 82/2019, confirmaron la medida de
detención preventiva ordenada por la Juez de Instrucción Penal Séptima de la
Capital del departamento de Oruro, y que dicha Resolución vulnera su derecho al
debido proceso en su elemento de fundamentación, y al no haberse explicado
cuál fue la conducta o acción desplegada para tenerse por acreditada la
concurrencia del requisito de probabilidad de autoría, incurriendo en una supuesta
incongruencia omisiva.

En revisión corresponde, verificar si tales extremos son evidentes, a fin de


conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. El debido proceso en sus elementos de fundamentación,


motivación y el principio dispositivo

Sobre la garantía del debido proceso en sus elementos de fundamentación


y motivación de las resoluciones judiciales y administrativas, la
SCP 0014/2018-S2 de 28 de febrero, estableció el siguiente
entendimiento: “El derecho a una resolución fundamentada y motivada,
como uno de los elementos del debido proceso, reconocido como derecho
fundamental, garantía jurisdiccional y derecho humano en las normas
contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE; 8 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (CADH); y, 14 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), fue desarrollado en
la amplia jurisprudencia constitucional, siendo uno de los antecedentes, el
entendimiento contenido en la SC 1369/2001-R de 19 de diciembre, la
cual establece como exigencia del debido proceso, que toda resolución
debe exponer los hechos y el fundamento legal de la decisión, de manera
que en caso de omisión, se estaría vulnerando dicho derecho.
Posteriormente, en la SC 0946/2004-R de 15 de junio, se aclara que esta
garantía es aplicable también en procesos administrativos y disciplinarios.

En la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, se determinan los requisitos que


deben contener toda resolución jurisdiccional o administrativa con la

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finalidad de garantizar el derecho a la fundamentación y motivación como
elemento configurativo del debido proceso, así en su Fundamento Jurídico
III.3, señala: …a) Debe determinar con claridad los hechos atribuidos a las
partes procesales, b) Debe contener una exposición clara de los aspectos
fácticos pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos
de hecho contenidos en la norma jurídica aplicable al caso concreto, d)
Debe describir de forma individualizada todos los medios de prueba
aportados por las partes procesales, e) Debe valorar de manera concreta y
explícita todos y cada uno de los medios probatorios producidos,
asignándoles un valor probatorio específico a cada uno de ellos de forma
motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad entre las denuncias o
pretensiones de las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en la
norma aplicable, la valoración de las pruebas aportadas y la sanción o
consecuencia jurídica emergente de la determinación del nexo de
causalidad antes señalado.

En cuanto a los requisitos que debe contener una resolución


administrativa en segunda instancia, la SCP 0275/2012 de 4 de junio,
precisa que dicho fallo debe exponer los hechos y citar las normas que
sustentan la decisión, además de pronunciarse sobre todos y cada uno de
los aspectos impugnados en el recurso.

Por su parte, la SC 0802/2007-R de2 de octubre se refiere a los supuestos


de motivación arbitraria; empero, es la SCP 2221/2012 de 8 de noviembre
la que desarrolla el contenido esencial del derecho a una resolución
fundada, señalando que el mismo está dado por sus finalidades implícitas,
como son: a) El sometimiento a la Constitución Política del Estado
y al bloque de constitucionalidad; b) Lograr el convencimiento de
las partes que la resolución no es arbitraria; es decir, que observa
el valor justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad,
de razonabilidad y de congruencia; c) Garantizar la posibilidad
del control de la resolución a través de los medios de
impugnación; d) Permitir el control social de la resolución en
mérito al principio de publicidad y, e) La observancia del principio
dispositivo que implica la otorgación de respuestas a las
pretensiones de las partes -quinta finalidad complementada por
la SCP 0100/2013 de 17 de enero ( las negrillas son nuestras),
respecto a esta última finalidad la jurisprudencia señala que: “ De ahí que
se cumple el principio dispositivo, como un elemento del contenido
esencial de una resolución fundamentada o resolución motivada, cuando
existe congruencia, es decir, una relación entre la pretensión de las partes
con la parte dispositiva de la sentencia. Por ello, estará satisfecho el
principio dispositivo, cuando exista estricta correspondencia entre la parte
dispositiva de la sentencia, sustentada en los fundamentos de la misma, y
las pretensiones oportunamente planteadas por las partes, imponiendo
una barra de contención al juzgador a efectos de que no decida más allá
de lo debatido o deje de fallar el caso sometido a su conocimiento”.

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Respecto a la segunda finalidad, que es lograr el convencimiento de las
partes que la resolución no es arbitraria y más bien observa el valor
justicia, y los principios de interdicción de la arbitrariedad, razonabilidad y
congruencia tanto la SCP 2221/2012 como la SCP 0100/2013, señalan que:
“La arbitrariedad puede estar expresada en una decisión sin
motivación, con motivación arbitraria, insuficiente y por la falta
de coherencia del fallo. Ejemplificando refiere, que la decisión sin
motivación se presenta cuando la resolución no da razones que la
sustenten; en tanto que la motivación arbitraria es la que
sustenta la decisión con fundamentos y consideraciones
meramente retóricas o cuando deviene de la valoración arbitraria,
irrazonable de la prueba, o en su caso, de la omisión en la
valoración de la prueba aportada en el proceso; la motivación
insuficiente, cuando no se da razones de la omisión de
pronunciamiento sobre los planteamientos de las partes;
finalmente, la falta de coherencia del fallo se da, en su dimensión
interna, cuando no existe relación entre las premisas -normativa y
fáctica- y la conclusión -por tanto-; en su dimensión externa,
implica que la resolución debe guardar correspondencia con lo
pedido o impugnado por las partes. Ambos entendimientos, sobre la
coherencia interna y externa, tienen su antecedente en la SC 0863/2003-R
de 25 de junio, así como en la SC 0358/2010 de 22 de junio,
estableciendo que en el ámbito procesal, el principio de congruencia se
entiende no solo como la correspondencia que debe existir entre lo
peticionado y lo resuelto, sino que además implica la concordancia del
fallo, es decir su coherencia interna, entendimiento que fue reiterado en la
SCP 1915/2012 de 12 de octubre, entre otras. Por su parte, respecto a la
congruencia de las resoluciones de segunda instancia, la SC
0682/2004-R de 6 de mayo, señala que el pronunciamiento debe guardar
correspondencia con los agravios de la apelación y la contestación de
alzada (las negrillas son nuestras).

Conforme a lo expuesto, el derecho a una resolución fundamentada y


motivada, constituye una garantía del debido proceso consagrado en los
arts. 115.II y 117.I de la CPE, en ese entendido y conforme la
jurisprudencia constitucional desarrollada, una resolución arbitraria dictada
en inobservancia de un debido proceso justo y equitativo, se configura en
los siguientes cuatro supuestos; cuando la resolución judicial o
administrativa carece de motivación, sea arbitraria, insuficiente, y cuando
la decisión no tenga coherencia o congruencia interna o externa. En ese
contexto, el primer supuesto de arbitrariedad, “una decisión sin
motivación”, se configuraría cuando no se exponen razones de hecho y
derecho como sustento de la medida judicial o administrativa asumida; en
ese orden, una “motivación arbitraria”, deviene de una valoración arbitraria
de la prueba o por omisión de la valoración de prueba aportada. Por otro
lado, el supuesto de “motivación insuficiente”, concurriría cuando la

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decisión no justifica las razones por las cuales se omite a pronunciarse
sobre lo alegado o expuesto por las partes. Finalmente la falta de
coherencia de un fallo, como expresión de una decisión arbitraria
vulneradora de la garantía del debido proceso, se da en su dimensión
interna, cuando no existe relación entre las premisas y la conclusión, y en
su dimensión externa, cuando la resolución no guarda correspondencia con
lo pedido por las partes.

En el mismo orden de ideas, el principio dispositivo, que es parte del


contenido esencial del derecho a una resolución motivada y fundamentada,
exige que las autoridades jurisdiccionales otorguen respuestas a cada una
de las pretensiones de las partes; por lo que, en ausencia de la misma, la
resolución quebranta la garantía del debido proceso.

III.2. Análisis del caso concreto

El accionante denuncia que las autoridades demandadas emitieron un


Auto de Vista de manera infundada en vulneración de su derecho a un
debido proceso; toda vez que, confirmaron la orden de detención
preventiva dispuesta por el a quo, sin haber justificado de forma debida la
concurrencia del requisito de probabilidad de autoría.

Del análisis de los antecedentes remitidos a este despacho, se tiene el


inicio de un proceso penal contra Ruddy Gustavo Miranda Chambi y otro,
por la supuesta comisión del delito de homicidio en grado de tentativa,
según se evidencia de la imputación formal cursante de fs. 2 a 7 vta., de
obrados. Proceso en el que el 12 de abril de 2019 se llevó a cabo la
audiencia de consideración de medidas cautelares, oportunidad en que la
Jueza de Instrucción Penal Séptima de la Capital del departamento de
Oruro, dispuso la detención preventiva del accionante, ante la
concurrencia de lo previsto en los arts. 233.1 y 2, en relación al 234.1 y 2;
y, 235.2 del CPP.

A raíz de lo señalado, el impetrante de tutela interpuso un recurso de


apelación incidental que fue de conocimiento de los Vocales de la Sala
Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
autoridades que mediante el Auto de Vista 82/2019, declararon
improcedente la impugnación interpuesta contra la medida extrema de
detención preventiva.

Tal cual refieren los antecedentes del caso, el objeto de la presente acción
de defensa radica en dejar sin efecto el Auto de Vista 82/2019, que según
los argumentos expuestos por la parte accionante, habría sido dictado de
manera infundada por los Vocales ahora demandados, autoridades que al
omitir pronunciarse sobre cada una de las peticiones realizadas en
oportunidad de la audiencia de apelación incidental celebrada el 9 de
mayo de 2019, habrían incurrido en una supuesta incongruencia omisiva.

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En ese entendido, en oportunidad de la audiencia llevada a cabo ante el
Tribunal de apelación, tal cual consta del acta pública cursante de fs. 21 a
26, el demandante Ruddy Gustavo Miranda Chambi a través de su defensa
técnica, realizó la siguiente exposición de agravios respecto al Auto
Interlocutorio 80/2019:

i) El Juez cautelar al momento de dar por concurrente la


probabilidad de autoría debió hacerlo ante la existencia de
evidencia física y material que genere un mínimo de
credibilidad que permita al Juez inferir de manera razonable
que el imputado puede ser autor o participe del hecho que se
investiga. Exigencia que impide que la autoridad jurisdiccional
funde su decisión en presunciones.

ii) El a quo no describe ninguna acción que permita inferir con


probabilidad una supuesta participación del sindicado, esto es
la ausencia de nexo causal.

iii) El Ministerio Público no acompañó ningún tipo de documental


para acreditar que el imputado no contaba con un domicilio,
por el contrario la autoridad jurisdiccional no tomó en cuenta
la documentación presentada por el encausado, la cual sí
demostraba la existencia de un domicilio cuyo derecho
propietario se encontraba registrado a su nombre, por compra
realizada el año 2009. Situación que permitía dar por
acreditado dicho elemento.

iv) Otro de los agravios expuestos refieren, que no se le habría


dado al imputado un tiempo razonable para que recabe
documentación; toda vez que, se lo aprehende el jueves 11 de
abril de 2019 a horas 16:40, y la audiencia de consideración
de las medidas cautelares fue llevada a cabo el 12 de igual
mes y año a horas 18:00.

v) Sobre la concurrencia del peligro de obstaculización previsto


por el art. 235.2 del CPP, no habría identificado sobre qué
testigo el procesado incidiría negativamente, ni explicado la
manera en que se produciría dicho “mecanismo
obstaculizador”.

En este marco, corresponde señalar que conforme al Fundamento Jurídico


III.1 del presente fallo constitucional, la SCP 2221/2012 de 8 de
noviembre dispuso que: “el contenido esencial del derecho a una
resolución fundamentada o derecho está dado por sus finalidades
implícitas, las que contrastadas con la resolución en cuestión, dará lugar a
la verificación de su respeto y eficacia, en este orden, lograr el
convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no es

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arbitraria y la observancia del principio dispositivo, constituyen
algunas de las finalidades de una resolución judicial o administrativa.

La primera de ellas, en esencia se encuentra encaminada a evitar que


autoridades públicas o particulares que tienen facultad de decisión,
asuman dichas facultades de manera arbitraría y discrecional, sin justificar
las mismas ni someterse a lo establecido por la Constitución Política del
Estado y las leyes, en claro quebrantamiento del derecho, garantía y
principio del debido proceso. En este sentido y del citado Fundamento
Jurídico III.1 se entiende que la arbitrariedad de una decisión puede ser
reflejada a partir de una “decisión sin motivación, existiendo esta la misma
sea arbitraria, una motivación insuficiente, o ante la ausencia de
coherencia o incongruencia de la decisión”.

Por otro lado, la SCP 0100/2013 de 17 de enero, dispuso a su vez como


otra de las finalidades de una resolución fundamentada, motivada y
congruente, la observancia del principio dispositivo, a partir de la cual el
juzgador se encuentra obligado a responder cada una de las pretensiones
planteadas por las partes. Por lo que, la inobservancia del principio
dispositivo operaria cuando el juzgador: “se aparta de las exigencias
derivadas de las pretensiones formuladas por las partes a la hora de
aplicar e interpretar la norma que servirá de sustento jurídico a su
decisión incurrirá en lesión al derecho a una resolución motivada o
derecho a una resolución fundamentada” (sic).

Conforme a lo señalado y en ejercicio de las facultades previstas por el


art. 196 de la CPE, corresponde verificar si el Auto de Vista 82/2019,
cumplió con las finalidades previamente expuestas, conforme al
entendimiento asumido por la jurisprudencia constitucional y el
Fundamento Jurídico III.1 expuesto en el presente fallo constitucional; es
decir, si las autoridades de la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, emitieron una Resolución motivada y
razonable ausente de arbitrariedad, y si además, dieron respuesta a cada
una de las pretensiones solicitadas por el accionante al momento de hacer
su exposición de agravios, en oportunidad de la audiencia de apelación de
medias cautelares, celebrada el 9 de mayo de 2019.

Así las cosas; toda vez que, previamente se identificó los argumentos y las
pretensiones expuestas por el ahora accionante ante las autoridades
demandadas, en ese orden, respecto al agravio que refiere que la
probabilidad de autoría debería haberse acreditado mediante evidencia
objetiva y que no se explicó la acción sobre la que esta se funda. Se
evidencia a fs. 29 que de forma textual los Vocales demandados dan a
entender que la Resolución de la a quo respondió de manera muy sucinta
a los reclamos expuestos por el impetrante de tutela en oportunidad de la
audiencia cautelar y que la misma no estaría fundamentada. Refieren
además de forma poco clara, sobre un flujo de llamadas a partir de cuales

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se vinculó al accionante; pero, siempre en base a la lectura de la
imputación formal, mencionan también “otros elementos de convicción“
colectados por el Ministerio Público, la declaración prestada por el
imputado, ahora demandante de tutela, “informes que emergen de la
investigación” y así también otro tipo generalidades, que no son
suficientes indicios para demostrar material y objetivamente lo que se
pretende. En definitiva, no se dio respuesta a lo que esencialmente pidió
el accionante; es decir, que se explique sobre la base de qué conducta y
elemento material se justificó la concurrencia de la probable participación
del mismo en el hecho denunciado.

Sobre lo expuesto, las autoridades demandadas, realizan únicamente


apreciaciones de carácter general, mencionan la imputación formal
presentada contra el accionante, sobre “otros elementos de convicción”,
supuestos informes; pero, en ningún momento ejercen sus funciones de
Tribunal revisor conforme al mandato previsto por el art. 398 del CPP, que
los obligaba a pronunciarse sobre la actividad procesal llevada a cabo por
la Jueza de Instrucción Penal Séptima y su legalidad; motivo por el cual, el
Auto de Vista 82/2019, respecto a éste agravio, no se encuentra
justificada de forma razonable, no cumple las finalidades del derecho a
una resolución fundamentada y motivada conforme el Fundamento
Jurídico III.1 expuesto en el presente fallo constitucional; toda vez que,
resulta arbitraria, no observó el principio dispositivo, al no haber dado
respuesta a lo solicitado por Ruddy Gustavo Miranda Chambi, y quebranta
la garantía del debido proceso consagrada en el art. 115.II de la CPE.

El accionante, también denunció que el Ministerio Público no habría


presentado ningún tipo de documentación para acreditar los riesgos
procesales y que de la documentación presentada, habría acreditado su
domicilio; conforme a ello, los Vocales demandados manifestaron que “la
carga de la prueba incumbe al Ministerio Público”, conforme a lo dispuesto
en el art. 6 del CPP, señalando además, que es su deber procesal
demostrar lo que se atribuye al imputado. En ese orden de cosas,
manifestaron que el sindicado en ejercicio de su derecho a la defensa
puede presentar y producir prueba para contrariar lo alegado por la parte
acusadora, y en ese entendido se tendría que el accionante habría
adquirido un bien inmueble mediante la Escritura Pública 1765/2009 de 15
de septiembre, ubicado en la urbanización comunidad Sora zona sud, lote
34, manzano A-3; el cual no acreditaría los requisitos de habitualidad y
habitabilidad exigidos por la jurisprudencia constitucional, considerando
que los comprobantes de pago de servicios básicos refieren inmuebles que
si bien se encontrarían en la misma urbanización, estarían se encontrarían
ubicados en el manzano 3 y el lote 4, lo cual no concuerda con el dato
inserto en la imputación formal, que señala como domicilio la avenida
Lizárraga 4, conforme a lo expuesto se resolvió que la Jueza cautelar al no
haber acreditado la existencia de un domicilio, respondió a cabalidad los
elementos de prueba propuestos por el demandante de tutela.

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Sobre este punto, los demandados reconocen que conforme al sistema
procesal penal vigente la carga de la prueba le correspondería al Ministerio
Público y al acusador particular, y que ante la ausencia de la misma la
autoridad judicial debió valorar la propuesta por el imputado, quien en el
requerimiento de imputación formal, cursante de fs. 2 a 7 vta., consignó
un domicilio distinto al que trató de acreditar mediante la Escritura Pública
1765/2009 y los comprobantes de pago de los servidores de agua potable
y energía eléctrica.

En ese contexto, sobre éste agravio, lo dispuesto por las autoridades


demandadas se encuentra debidamente fundamentado; por lo que, la
decisión asumida no es arbitraria y se justifica en la contradicción de los
elementos colectados, que fueron observados por el a quo y valorados por
el Tribunal de apelación.

Finalmente y sobre la concurrencia del peligro de obstaculización previsto


por el art. 235.2 del CPP, que habría sido confirmado por el Tribunal de
apelación en base a presunciones, cursante de fs. 31 y vta., los Vocales
demandados manifestaron que conforme a “la jurisprudencia
constitucional y la norma”, el mismo debería ser acreditado a partir de
elementos objetivos que proponga el imputado y “que en la especie no se
tendría esos elementos que permitan enervar dichos riesgos procesales” y
que “razonablemente se entiende influencia en el testigo principal quien es
la víctima” (Saúl Grover Fernández Mamani) únicamente y no en otros
supuestos testigos.

Sobre este punto, la decisión de las autoridades demandadas no solo


resulta contradictoria a lo dispuesto por ellas mismas, sino también se
torna en incongruente; toda vez que, se determinó (fs. 31 y vta.) que la
concurrencia del peligro de obstaculización previsto en el art. 235.2 del
CPP, debía establecerse a partir de elementos que proponga el imputado y
que no se tendría dicha documental; es decir, que el ahora accionante no
habría presentado ninguna documentación para enervar dicho riesgo
procesal. Decisión que es contraria a lo dispuesto por la parte in fine del
art. 6 del CPP, que dispone: “La carga de la prueba corresponde a los
acusadores y se prohíbe toda presunción de culpabilidad”, y el criterio
asumido por los ahora demandados a fs. 30 de obrados, respecto a que
“la carga de la prueba incumbe al Ministerio Público” (sic). De la misma
forma, el Auto de Vista 82/2019, constituye una Resolución que contiene
una motivación arbitraría, que conforme el Fundamento Jurídico III.1 de
éste fallo constitucional, deviene de una valoración irrazonable de la
prueba.

Por tales motivos, la decisión asumida vulnera la garantía del debido


proceso prevista en el art. 115 II de la CPE, y resulta incongruente en su
dimensión interna, al no haber relación entre las premisas y su conclusión;

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al haberse dispuesto por un lado que la carga de la prueba debía ser
cumplida por el acusador, y luego concluir que el imputado no presentó
prueba para enervar el peligro de obstaculización previsto en el art. 235.2
del CPP y en consecuencia dar por concurrida la misma.

De lo expuesto y del contraste del Auto de Vista 82/2019 con los agravios
expuestos por el apelante, ahora accionante; y con las finalidades de la
Resolución, que conforme lo forma parte del contenido esencial del
derecho a una resolución fundamentada y motivada misma, se tiene que
estas no habrían sido cumplidas. En el caso concreto, los Vocales de la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
emitieron una decisión arbitraria, desmotivada, que no observó el principio
dispositivo, y en consecuencia vulneró la garantía del debido proceso de
Ruddy Gustavo Miranda Chambi; por lo que, corresponde otorgar la tutela
en parte, en observancia a lo expuesto en la presente Resolución
Constitucional.

En consecuencia el Tribunal de garantías, al denegar la tutela solicitada, efectuó


un análisis incorrecto de los antecedentes.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confieren la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: REVOCAR la
Resolución 10/2019 de 4 de junio, cursante de fs. 196 a 200, pronunciada por el
Tribunal de Sentencia Penal Primero del departamento de Oruro; y, en
consecuencia:

1° CONCEDER la tutela impetrada y dejar sin efecto el Auto de Vista 82/2019 de


9 de mayo; y,

2° ORDENAR que los Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal


Departamental de Justicia de Oruro, emitan una nueva resolución
debidamente fundamentada, motivada y congruente, en observancia del
principio dispositivo y los Fundamentos Jurídicos expuestos en la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional en el plazo de tres días, después de su
notificación.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano


MAGISTRADO

Fdo. MSc. Julia Elizabeth Cornejo Gallardo


MAGISTRADA

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