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1.

Escucha la campana

Una manera sencilla para que tu hijo practique la atención plena consiste en pedirle que se
concentre en prestar atención a los sonidos del entorno. Necesitarás un carrillón, una campana o
un simple cuenco de metal. También puedes utilizar una aplicación para móvil que imite estos
sonidos. Pídele a tu hijo que cierre los ojos y se concentre en el silencio. Ubícate a unos diez pasos,
detrás de él, y haz sonar la campana durante aproximadamente 30 segundos. A medida que el
niño se acostumbre al ejercicio puedes extenderlo de 1 a 5 minutos, introduciendo diferentes
sonidos.

2. Practica la respiración con un peluche

A los niños con TDAH les resulta difícil concentrarse en su respiración, pero si hacen el ejercicio
con un “compañero” se animarán. Pídele a tu hijo que tome su peluche preferido y, acostado boca
arriba, lo coloque encima de su barriga. Luego dile que tome lenta y profundamente el aire por la
nariz y lo suelte suavemente por la boca. Mientras lo hace, debe centrarse en el movimiento del
peluche, que subirá y bajará siguiendo el ritmo de su respiración.

3. Una caminata mindfulness

Se trata de un ejercicio estupendo para los niños con TDAH ya que se mantendrán activos y, a la
vez, entrenarán su capacidad atencional. Lo ideal es elegir un camino que conozcáis bien, porque
la actividad consiste en detectar pequeños detalles que no habíais visto en otras ocasiones,
aunque también vale notar los sonidos o aromas que os llegarán a lo largo del paseo.

Técnicas mindfulness tdah niños

4. Afinar los sentidos

Si tu hijo es fan de Spiderman, puedes decirle que jugaréis durante un rato a ser ese personaje.
Explícale que Spiderman tiene los sentidos muy desarrollados, por lo que para ser como su héroe,
también él deberá afinarlos. Véndale los ojos y ve colocándole diferentes alimentos aromáticos,
primero muy cerca de su nariz y luego los vas alejando. El niño debe alzar la mano cuando ya no
los pueda oler.

5. Manos magnéticas

Se trata de un ejercicio mindfulness que muchos niños adoran. Colócate frente a tu hijo y pídele
que respire profundamente, mientras lo hace, debe estirar sus brazos hacia adelante, con las
palmas al frente. Debe imaginar que tiene un imán en las manos, cuya fuerza la están juntando.
Luego, pídele que cierre las manos lentamente, hasta que casi se toquen, y a continuación debe
volver a abrirlas, como si le costara un gran esfuerzo ya que el imán está haciendo una fuerza
opuesta. Puede repetir el ejercicio unas siete veces.

6. Parte meteorológico

Explícale a tu hijo que jugaréis a imitar a una rana, un animal que puede dar grandes saltos y
moverse con rapidez pero que también es capaz de mantenerse tranquilo y atento a su entorno.
En este caso, lo que harás es pedirle que se centre en su estado emocional. Cuéntale que las
emociones son como el estado del tiempo, por lo que en su interior puede haber un día soleado,
lluvioso, tormentoso, tranquilo, ventoso… Con esta técnica lograrás que tu hijo aprenda poco a
poco a identificar sus estados emocionales y, sobre todo, que no se aferre a ellos. Explícale que de
la misma manera en que no podéis cambiar el clima, tampoco se pueden cambiar las emociones o
sentimientos, pero podéis cambiar la manera en que los expresáis.

7. De safari

Se trata de una actividad muy divertida y motivante para ayudar a los niños a comprender y
practicar la atención plena. Cuando planifiquéis una salida a la montaña, un lago o cualquier otro
entorno natural, le explicarás que durante un rato vuestro objetivo será notar la mayor cantidad
de sonidos de animales posible, desde el canto de los pájaros hasta el sonido de algunos insectos o
el ruido de los animales al caminar.

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