Está en la página 1de 12

Señor:

NOTARIO
E. S. D.

REFERENCIA: DEMANDA DE DIVORCIO Y LIQUIDACIÓN DE LA


SOCIEDAD CONYUGAL.
DEMANDANTE: LUIS HUMBERTO TOVAR PEÑALOZA
DEMANDADA: MARIBEL YULIETH VILLALOBOS VILLA
ASUNTO: PODER ESPECIAL.

LUIS HUMBERTO TOVAR PEÑALOZA, mayor de edad, vecino del municipio de


Cúcuta, departamento de Norte de Santander, residente en Avenida 1ra vía al
pórtico, cantón militar San Jorge oficina seguridad militar Brigada 30; identificado
con cedula de ciudadanía No. 1.099.543.976 expedida en Cimitarra, obrando en
nombre propio manifiesto, que confiero poder especial amplio y suficiente a la Dra.
PATRICIA ABIGAIL VILLAMARIN BALESTEROS mayor y vecina de esta ciudad,
identificada con la cédula de ciudadanía No. 1.113.666.613 expedida en Palmira,
Valle y portador de la Tarjeta Profesional No. 322683 del Consejo Superior de la
Judicatura, para que en mi nombre y representación inicie y lleve hasta su
culminación DEMANDA DE DIVORCIO Y CONSECUENTE LIQUIDACIÓN DE LA
SOCIEDAD CONYUGAL POR LA CAUSAL 8ª DEL ARTÍCULO 6º DE LA LEY 25
DE 1992, ESTO ES, “LA SEPARACIÓN DE CUERPOS, JUDICIAL O DE HECHO,
QUE HAYA PERDURADO POR MÁS DE DOS AÑOS”. En contra de MARIBEL
YULIETH VILLALOBOS VILLA, mayor de edad, vecina del municipio de Bogotá
D.C, la cual se le desconoce la dirección de domicilio, identificada con cedula de
ciudadanía No.32.853.798 de Malambo, Atlántico; surgida por el hecho del
matrimonio civil, celebrado el día 13 de diciembre de 2014, e inscrito en la
Registraduría de Santa Marta, Magdalena, bajo el indicativo serial No.04648974.
Causal contemplada respectivamente en el artículo 6 numeral 8 de la ley 25 de
1.992.
Mi apoderada queda revestida de las facultades de las que trata el artículo 77 del
Código General del Proceso y adicionalmente las de conciliar, recibir, reformar,
presentar recursos, tachar de falso, transigir, desistir, sustituir, reasumir, presentar
la solicitud de inventarios y avalúos, realizar el trabajo de partición y adjudicación, y
los demás recursos y acciones legales para mi defensa y de mis intereses.
Sírvase, Señor Notario, reconocerle la debida personería jurídica a mi apoderada.
Atentamente, Acepto,

LUIS HUMBERTO TOVAR PEÑALOZA PATRICIA ABIGAIL VILLAMARIN


C.C No. 1.099.543.976 de Cimitarra BALLESTEROS
C.C No 1.113.666. 613 de Palmira V.
T.P. No 322683 del C. S. de la J.

1
Señor
JUEZ DE FAMILIA DE BOGOTA D.C (REPARTO)
E. S. D.

REFERENCIA: DEMANDA DE DIVORCIO MATRIMONIO CIVIL -


CONSECUENTE LIQUIDACION DE SOCIEDAD CONYUGAL

DEMANDANTE: LUIS HUMBERTO TOVAR PEÑALOZA


DEMANDADO: MARIBEL YULIETH VILLALOBOS VILLA
APODERADA: PATRICIA ABIGAIL VILLAMARIN BALESTEROS

PATRICIA ABIGAIL VILLAMARIN BALESTEROS mayor y vecina de esta ciudad,


identificada con la cédula de ciudadanía No. 1.113.666.613 expedida en Palmira,
Valle y portador de la Tarjeta Profesional No. 322683 del Consejo Superior de la
Judicatura, actuando en nombre y representación del señor LUIS HUMBERTO
TOVAR PEÑALOZA, mayor de edad, vecino del municipio de Cúcuta, Norte de
Santander, identificado con cedula de ciudadanía No. 1.099.543.976 de cimitarra,
con todo respeto presento DEMANDA DE DIVORCIO DE MATRIMONIO CIVIL Y
CONSECUENTE LIQUIDACIÓN DE LA SOCIEDAD CONYUGAL, debido a la
CAUSAL 8ª DEL ARTÍCULO 154 del CODIGO CIVIL el cual refiere “LA
SEPARACIÓN DE CUERPOS, JUDICIAL O DE HECHO, QUE HAYA
PERDURADO POR MÁS DE DOS AÑOS” Contra la señora MARIBEL YULIETH
VILLALOBOS VILLA, identificada con cédula de ciudadanía No. 32.853.798 de
malambo - atlántico con fundamento en los siguientes:

HECHOS
PRIMERO: La señora MARIBEL YULIETH VILLALOBOS VILLA y el señor LUIS
HUMBERTO TOVAR PEÑALOZA contrajeron matrimonio civil el día 13 de
diciembre de 2014, el mismo fue celebrado en dicha fecha, e inscrito en la
Registraduría Especial de Santa Marta, el día 29 de diciembre de 2014, bajo el
indicativo serial No. 04648974.

SEGUNDO: Que dentro del vínculo no se procrearon hijos.

TERCERO: Que por el hecho del matrimonio surgió entre los ESPOSOS
VILLALOBOS VILLA Y TOVAR PEÑALOZA la respectiva sociedad conyugal que
se encuentra vigente.

CUARTO: Aduce el señor LUIS HUMBERTO TOVAR PEÑALOZA que, durante los
primeros años de vida marital, su relación fue cordial, con un proyecto de vida que
buscaba conformar una familia, sin embargo, después de su convivencia por hechos

2
irremediables, decidieron tener vidas separadas, no convivir en pareja, ni bajo el
mismo techo.

QUINTO: que en el mes de julio de 2017 mi poderdante le pidió el divorcio a la


señora MARIBEL VILLALOBOS VILLA, por diferencias irremediables entre los
cónyuges, ya que desde el mes de junio del mismo año no convivían, pues ella se
encontraba en una parte del país, y ,mi poderdante en otro lugar.

SEPTIMO: posterior a dicha separación, hasta la fecha actual no volvieron a


convivir, ni siquiera a tener comunicación del paradero de ambos, puesto que mi
poderdante el señor TOVAR PEÑALOZA, tuvo intenciones de comunicarse con la
señora VILLALOBOS VILLA, para hacer de mutuo acuerdo el divorcio y no fue
posible, ya que la cónyuge no tiene intenciones de comunicación con mi poderdante.

Teniendo en cuenta los hechos expuestos, los cónyuges TOVAR PEÑALOZA y ,


VILLALOBOS VILLA han incumplido y ha sido responsable de la CAUSAL 8ª DEL
ARTÍCULO 154 del CODIGO CIVIL el cual refiere “LA SEPARACIÓN DE
CUERPOS, JUDICIAL O DE HECHO, QUE HAYA PERDURADO POR MÁS DE
DOS AÑOS”

PRETENSIONES
PRIMERA: Que se declare divorcio de matrimonio civil, concretándose legalmente,
en la declaración del divorcio.

SEGUNDA: Que como no se sabe el paradero de la señora MARIBEL YULIETH


VILLALOBOS VILLA se proceda a emplazar a la demandada de acuerdo al artículo
293 y 108 1del código general del proceso.

TERCERA: Se declare disuelta y en estado la liquidación la sociedad conyugal


vigente entre los excónyuges.

CUARTA: Se libren los oficios para las respectivas anotaciones en los registros de
nacimiento de los cónyuges, y libro de varios.

QUINTA: Se condene en costas a la parte demandada.

3
FUNDAMENTOS DE DERECHO & JURISPRUDENCIA

Artículos 113, 154 numeral 8°, 176, 180, 411 numeral 4°, articulo 417 y Titulo 22
Libro IV del Código Civil; Artículo 6º. Causal 8ª. de la Ley 25 de 1992; Artículos 5,15,
16 y 42 de la Constitución Política de Colombia; artículos 9 y 13 del decreto 2820
de 1974 Ley 1257 de 2008 y articulo 388 y libro tercero, capítulo I, título I del Código
General Del Proceso. sentencia c 394/17 sentencia c 1857-2018.

o La sentencia C-985-10, la Corte Constitucional refiere:


“Ha precisado la jurisprudencia que el imperativo constitucional en lo que
refiere a la protección y promoción de la institución familiar no es la
duración del matrimonio -como una de sus formas de constitución-. Es
lograr la estabilidad y armonía del grupo familiar, no solo como presupuesto
social, sino como condición sine qua non para permitir la realización
humana y el desarrollo integral de cada uno de sus miembros en un clima
de respeto, óptima convivencia y libre expresión de sus sentimientos y
emociones. Dichos objetivos no se garantizan ni se logran manteniendo
vigente el contrato matrimonial, en aquellos casos en los que surgen
diferencias, desavenencias o conflictos entre los cónyuges que hacen
imposible o dificultan gravemente la convivencia y que perturban la
estabilidad familiar, sometiendo a sus integrantes, entre los que se cuentan
los hijos, a crecer y desarrollarse en un ambiente hostil o que afecta
sensiblemente su proceso de desarrollo y formación”.

Además, afirma que la causal octava de divorcio –separación de hecho superior a


dos años- permite a cualquier cónyuge, sin necesidad de contar con el
consentimiento del otro, iniciar la acción de divorcio, de modo que el término de
caducidad previsto por el Legislador no es un limitante absoluto. Agrega que esta
causal permite a los cónyuges reordenar sus vidas, lo cual no era dable hasta la
expedición de la Ley 25 de 1992.

sentencia c- 746/11
La legislación ha venido incorporando nuevas regulaciones en materia de divorcio
y separación de cuerpos. Inicialmente, la norma civil no regulaba forma alguna de
divorcio. Luego, la Ley 1 de 1976 lo introdujo en el matrimonio civil con las
respectivas causales de procedencia, entre las que estableció “la separación de
cuerpos decretada judicialmente que perdure más de dos años”, advirtiendo que el
divorcio “solo podrá ser demandado por el cónyuge que no haya dado lugar a los

4
hechos que lo motivan” (Ley 1/76; CC, arts. 154 y 156). Posteriormente, tras la
vigencia de la Constitución de 1991, la Ley 25/92 -artículo 6, numeral 8- agregó que
la separación de cuerpos puede ser “de hecho” y no solo judicialmente decretada,
permitiendo que la decisión de uno de los cónyuges -o ambos- de cesar la
convivencia marital se erija en causal de divorcio con el transcurso del tiempo. Al
declarar exequible la expresión “o de hecho” del artículo 6, numeral 8 de la Ley
25/92, y con ello principalmente la posibilidad de que el cónyuge separado invoque
la interrupción de la vida en común, la Corte Constitucional dijo: “En consecuencia,
la expresión en estudio en cuanto permite a uno de los cónyuges invocar la
interrupción de la vida conyugal, por más de dos años, para obtener una sentencia
de divorcio, no contraría sino que desarrolla debidamente la Constitución Política,
porque los cónyuges que no logran convivir demuestran por este solo hecho el
resquebrajamiento del vínculo matrimonial…” (C-1495/00).

La Asamblea Nacional Constituyente de 1991 -CP, art. 42- decidió que corresponde
al Legislador, a través de la ley civil, regir entre otros aspectos: “las formas del
matrimonio”; “la edad y capacidad para contraerlo”; “los deberes y derechos de los
cónyuges”; “su separación” y “la disolución del vínculo” matrimonial, y “lo relativo al
estado civil de las personas”.

A su vez, la Constitución Política fijó unos principios y parámetros generales que


enmarcan el ejercicio de la potestad legislativa en materia de familia y matrimonio,
como los siguientes: la familia es “el núcleo fundamental de la sociedad” (CP; art.
42.1); La “protección integral de la familia” es deber del Estado y la sociedad (CP,
art 42.2); la familia se constituye “por la decisión libre de un hombre y una mujer de
contraer matrimonio” (CP, art. 42.1); las relaciones familiares deben regularse,
basadas en “la igualdad de derechos y deberes de la pareja” y en “el respeto
recíproco” entre todos sus integrantes (art. 42.4, CP); deberá tenerse en cuenta que
la “honra, la dignidad y la intimidad de la familia son inviolables” (art. 42.3, CP) y
que “cualquier forma de violencia en la familia se considera destructiva de su
armonía y unidad” y debe ser sancionada por la ley (art. 42.5, CP); en materia de
paternidad y maternidad, el Congreso de la República está compelido a reglamentar
la progenitura “responsable” (art. 42-7, CP); y respecto de los efectos civiles
derivados del divorcio, la ley civil debe regularlos para “todo matrimonio” (art. 42-11,
CP). En igual sentido, la Convención Americana de Derechos Humanos -art. 17.4
reconoce en el Legislador la responsabilidad de tomar “medidas apropiadas para
asegurar la igualdad de derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades
de los cónyuges”, “en cuanto al matrimonio”, “durante el matrimonio” y “en la
disolución del matrimonio”.

5
Se observa que mientras la familia y el matrimonio son objeto de desarrollos
constitucionales a través de normas consagratorias de principios jurídicos y valores
sociales, la “separación” y la “disolución del vínculo” le está atribuida al Congreso
de la República sin que la Constitución Política preestablezca causales, términos o
supuestos fácticos específicos. Así, en materia de causales de divorcio, de
separación de los cónyuges o del estado civil de los mismos, el margen de
configuración que expresamente le asigna el Constituyente al Legislador es
bastante amplio, exento de precisas regulaciones constitucionales que prefiguren la
tarea legislativa.

Al partir de la separación de cuerpos para la invocación del divorcio, el Legislador


dispuso esta consecuencia jurídica en claro desarrollo de su potestad de
configuración. Y al cualificar el supuesto normativo como la separación “que haya
perdurado por más de dos años”, también actuó en el margen de configuración
amplia que la Constitución le ha reconocido en el inciso 6 del artículo 42
constitucional para regular la “separación y la disolución del vínculo”.

Con todo, la titularidad de la potestad legislativa y la atribución constitucional de un


amplio margen de configuración, no son suficientes para concluir en la
constitucionalidad de la expresión normativa demandada. En sentencia C-1037 de
2003, la Corte Constitucional expresó: “el Constituyente deja librado al Congreso un
gran espacio de configuración legislativa para implantar las mencionadas causales,
al no establecer directrices específicas para desarrollar esa materia. Empero, esa
autorización no debe entenderse como una habilitación para que desconozca
derechos, principios y valores reconocidos por la propia Carta Política, debido a que
estos sirven de fundamento y de límite a toda la actividad legislativa”. Así, es
necesario precisar, adicionalmente, si tal limitación es constitucionalmente
justificable.

Finalidad constitucional de la medida legislativa -exigencia de dos años de


separación de cuerpos para ser invocada como causal de divorcio-.

La Constitución Política (art. 42.1) señala el matrimonio como una institución


principal que da origen a la familia. La familia, a su vez, “es el núcleo fundamental
de la sociedad” (CP, art. 42.1) y el Constituyente de 1991 responsabiliza al Estado
y a la sociedad de garantizar “la protección integral” de la misma (CP, art. 42.2), en
cumplimiento de lo cual la regulación de las relaciones matrimoniales deben apuntar
a la preservación “de su armonía y unidad”, la “igualdad de derechos y deberes de
la pareja” y “el respeto recíproco” entre sus miembros (CP, art. 42.3). Así, la familia,
su integridad, unidad y esencialidad, son valores y principios constitucionales a los
que apunta el matrimonio como modo de constitución de ella.

6
Definido el específicamente el matrimonio como “un contrato solemne por el cual un
hombre y una mujer se unen con el fin de vivir juntos, de procrear y auxiliarse
mutuamente” (C.C., art. 113), se destaca como un acuerdo de voluntades
encaminado a: (i) la unión o comunidad de vida de los contrayentes, que incluye la
satisfacción de sus recíprocas necesidades sexuales y afectivas; (ii) la procreación,
crianza y educación de la prole; y la ayuda y auxilio recíproco en las contingencias
materiales y sociales de la vida en común. La comunidad de vida en que se basa el
matrimonio es expresión de la “unidad” familiar a que alude el artículo 42.3 superior
como valor constitucional; y la procreación y crianza de los hijos tiene fundamento
constitucional en la regulación constitucional sobre el derecho de la pareja a “decidir
libre y responsablemente el número de sus hijos” y a “sostenerlos y educarlos
mientras sean menores o impedidos” (CP, 42.5). De este modo, la protección
constitucional a la familia guarda una relación necesaria con el matrimonio, no solo
como forma solemne de constituirla, sino como la institución que, al comprometer
relaciones maritales y filiales, concurre a la realización del mandato constitucional
de “protección integral de la familia”.

La naturaleza de los efectos personalísimos derivados del matrimonio y de su


carácter constitutivo de familia, explica la doble condición del matrimonio como
contrato y como institución. En cuanto lo primero, la ley civil basa su existencia en
la voluntad libre de contraerlo; respecto del segundo, como institución o estado, el
matrimonio se configura con una serie de normas de orden público, inmodificables
por las partes, relativas principalmente a la regulación de sus efectos. En ese marco
de cláusulas imperativas limitantes de la autonomía de la voluntad de los
contrayentes, se destaca la improcedencia de disposiciones que apunten a la
fijación de términos o condiciones resolutorias del vínculo conyugal, en la medida
en que los fines del mismo, como el proyecto de vida en común de los contrayentes
y la formación y cuidado de los hijos que puedan existir, demandan una vocación
de estabilidad del matrimonio, sin perjuicio de su eventual disolución en los términos
de ley. Así, de las comunidades de vida -solemnes o, de hecho- llamadas a constituir
una familia -entre parejas heterosexuales u homosexuales, y específicamente del
matrimonio, se predica una vocación hacia la permanencia de la unión, expresada
en normas imperativas que escapan a la voluntad de las personas, que en modo
alguno entrañan su indisolubilidad.
En suma, el matrimonio no es un fin en sí mismo, sino una forma de constitución de
familia, a la que la Constitución califica de núcleo social fundamental y sujeto de la
protección especial el Estado. La disposición demandada -la prolongación por más
de dos años de la separación de cuerpos para erigirse en causal de divorcio- apunta
a la defensa del matrimonio de las crisis coyunturales que naturalmente lo rodean,

7
disponiendo que la separación de cuerpos sea una oportunidad de reflexión de la
decisión definitiva de disolución del vínculo y, a la vez, un tiempo de preparación de
los efectos que apareja un virtual divorcio respecto de los hijos, de los bienes
sociales, de terceros y de los propios cónyuges, esto es, de la institución familiar
que la Constitución privilegia como “núcleo fundamental de la sociedad”,
constituyendo una forma de “protección integral” de la misma. Desde esta
perspectiva, encuentra la Corte que la disposición constitucional persigue un fin
constitucionalmente válido y declarado por el propio Constituyente.

Conforme lo disponen las sentencias, Sentencia C-1495/00, C-985/10, C-746/11,


T559/17, 4- Sentencia de tutela No. STC442-2019, del 24 de enero de 2019. Corte
Suprema de Justicia, Sala Civil y Agraria, entre otras, se impuso la necesidad de
que el Juez en el trasegar del proceso, evalué, indague y profundice cual fue el
cónyuge que dio lugar a la ruptura matrimonial, esto, con el ánimo de imponerle
sanciones que ni siquiera el cónyuge demandante haya solicitado, la jurisprudencia,
el cumplimiento de la Jurisprudencia como fuente formal del derecho, tal como lo
define la Corte Constitucional de la siguiente manera: El reconocimiento de la
jurisprudencia como fuente formal de derecho, opción adoptada por el legislador en
la norma demandada, se funda en una postura teórica del Derecho que parte de
considerar que los textos normativos, bien sea constitucionales, legales o
reglamentarios, carecen de un único sentido, obvio o evidente, sino que solo dan
lugar a reglas o disposiciones normativas, estas sí dotadas de significado concreto,
previo un proceso de interpretación del 18 precepto (Corte Constitucional, C-634,
2011). La Corte Constitucional a través de la interpretación normativa que ha dado
en torno a la causal octava de separación de hecho por más de dos años del artículo
154 del C. Civil Modificado por el art. 6, Ley 25 de 1992, ha marcado una postura
que la hace casi imposible apartarse, pese a que en la misma sentencia antes
precitada afirma lo siguiente: La Corte también refirió al grado de vinculación para
las autoridades judiciales del precedente jurisprudencial emitido por las altas cortes.
Resulta válido que dichas autoridades, merced de la autonomía que les reconoce la
Carta Política, puedan en eventos concretos apartarse del precedente, pero en
cualquier caso esa opción argumentativa está sometida a estrictos requisitos, entre
otros (i) hacer explícitas las razones por las cuales se aparte de la jurisprudencia en
vigor sobre la materia objeto de escrutinio judicial; y (ii) demostrar suficientemente
que la interpretación alternativa que se ofrece desarrolla de mejor manera los
derechos, principios y valores constitucionales (Corte Constitucional, C-634, 2011).
En el asunto de estudio, es de obligatoria cumplimiento la Jurisprudencia, ya que ha
impuesto la obligación de ahondar en temas personales a efectos de establecer
situaciones que nada aportan al proceso ni al caso en concreto, ni definen el litigio,
por el contrario se pueden tomar como una intromisión de la de la Corte
Constitucional por intermedio de la Jurisprudencia, afectando de manera directa la

8
Dignidad humana, la Unidad Familiar y el Libre Desarrollo de 19 la Personalidad
tanto personal como de la pareja en materia de convivencia, por cuanto se obliga a
que se investigue prácticamente de oficio a indagar quien fue el conyugue que dio
lugar a la ruptura matrimonial, contrariando la Ley y la Doctrina, de donde se tienen
posiciones muy diferentes en la materia.

En síntesis: al divorcio se llega por la vía de la separación personal. La separación


del hogar conyugal no necesita tener causa justificada, pues el numeral no exige
que sea por causa justificada. Se está autorizando al cónyuge que haga justicia por
sí mismo al permitírsele que se separe de hecho y que luego alegue esta situación
como causal para el divorcio (Gómez, 1993, p. 69).

Divorcio. Separación de hecho. Por ser de naturaleza objetiva, autónoma e


independiente la causal invocada, solo se requiere para su prosperidad que
cualquiera de los cónyuges la invoque y demuestre y los releva de responsabilidad
en los efectos de la sentencia por ausencia del elemento de culpabilidad (Jaramillo,
2008, p. 220). Es que hoy, habrá que contar también, al lado del divorcio – sanción
como de divorcio – remedio, en nuestro derecho vigente, las causas objetivas del
divorcio, entre las que hay que distinguir la octava causal. En donde no hace falta
mirar la culpabilidad en la comisión de los hechos o comportamientos 21 que la
constituyen , ni la consecuencias que se produzcan en la comunidad de vida
matrimonial, para definir quien tiene legitimación activa: lo primero, por el carácter
de objetiva que reviste la causal, y lo segundo, porque ya hoy no existe el poder
discrecional del juez para decretar o no el divorcio, resultando las casuales
perentorias, es decir, que probada la separación y su término exigido solo cabe al
juez resolver la decretación del divorcio o cesación de los efectos civiles, si en este
último caso de trata de matrimonio religioso (Escudero, 2008, p. 452). no fue
aplaudida por buen parte de la doctrina, esta causal era en su momento la más
recursiva (cuando no existía el divorcio de común acuerdo) porque permitía a esos
cónyuges que no se entendían separarse por un tiempo y obtener el divorcio de una
manera sencilla. Hoy, cuando ya existe el divorcio convencional, esta casual retoma
sus propio sentido, al permitir regularizar muchas situaciones familiares de extremo
conflicto cuando no se dan las demás casuales o se dificulta la prueba de estas
faltas, facultando a cualquiera de los cónyuges para pedir el divorcio demostrando
simplemente que no se convivido durante el tiempo de ley, situación que por objetiva
y publica no debe dar dificulta a la hora de probarla (Medina, 2011, p. 274).

PROCEDIMIENTO Y COMPETENCIA

9
Estimo que a la presente demanda debe dársele el trámite del proceso verbal
sumario, establecido en el Libro Tercero, Capítulo I, Título I del Código General Del
Proceso.

Por la naturaleza del asunto atendiendo el articulo 28 COMPETENCIA


TERRITORIAL:

2. En los procesos de alimentos, nulidad de matrimonio civil y divorcio, cesación


de efectos civiles, separación de cuerpos y de bienes, declaración de existencia
de unión marital de hecho, liquidación de sociedad conyugal o patrimonial y en las
medidas cautelares sobre personas o bienes vinculados a tales procesos o a la
nulidad de matrimonio católico, será también competente el juez que
corresponda al domicilio común anterior, mientras el demandante lo
conserve.

atendiendo este postulado, es usted competente señor juez para conocer de la


presente acción, ya que la demandante no conserva el ultimo domicilio de los
cónyuges, hoy su domicilio este fijado en la ciudad de Palmira Valle.

PRUEBAS
Presento con esta demanda las siguientes:

DOCUMENTALES:
• Registro civil de Matrimonio registrado el 29 de diciembre de 2014,
celebrado el 13 de diciembre del mismo año.
• Registro civil de nacimiento de la señora MARIBELL YULIETH
VILLALOBOS VILLA
• Registro civil de nacimiento del señor LUIS HUMBERTO TOBAR
PEÑALOZA
• Acta de declaración extra-juicio de mi poderdante

TESTIMONIALES:
Solicito se sirva citar y hacer comparecer a su Despacho a las siguientes personas
para que bajo la gravedad de juramento declaren lo que les consta referente a los
hechos de la demanda.

10
IVAN CAMILO PUENTES GUAIDIA
cc. No. 1.030.666.912
dirección: calle 49ª # 80F – 21 Bogotá sur
e-mail: ivan.puentesgu@buzonejercito.mil.co

JESSICA ALEJANDRA PINEDA BOLIVAR


cc. No. 1.015.439.369
dirección: calle 24 # 1 – 147 hacienda Madrid manzanares torre 15 apto 603 Bogota.
E-mail: jepi_2828@hotmail.com

ANEXOS
1. Documentos enunciados como medios de prueba documentales.
2. Poder para actuar otorgado a la Dra. Patricia Abigail Villamarín Ballesteros.
3. Copia de la demanda para el archivo del juzgado.
4. Copia de la demanda y sus anexos para traslados.
5. Copia de la demanda en medio magnético.

NOTIFICACIONES
Demandante: Luis Humberto Tovar Peñaloza - residente en Avenida 1ra vía al
pórtico, cantón militar San Jorge oficina seguridad militar Brigada 30 – tel.
3017559457. E- mail: luis.tovar@buzonejercito.mil.co

Apoderado: Patricia Abigail Villamarín – residente en la carrera 8 # 33 – 11


urbanización del bosque Palmira – tel. 3158297241. E- mail
legalvillamarin@gmail.com

Demandado: se desconoce su paradero

Atentamente,

11
PATRICIA ABIGAIL VILLAMARIN BALLESTEROS
C.C No 1.113.666. 613 de Palmira V.
T.P. No 322683 del C. S. de la Judicatura

12

También podría gustarte