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PROYECTO DE LECTURA
CICLO ESCOLAR
2017 - 2018
(Compilación literaria)
Había una vez, un elefante pequeño que tenía (los truco. Cuando estés en el colegio mira y escucha
años de los niños de la clase) y ese año iba a la lo que explica tu señorita, para eso mírala sólo a
clase de los elefantes de (el curso de los niños). ella y escucha lo que dice, intentando repetir en tu
Se llamaba Fantito. Fantito iba muy contento al interior lo que ella va diciendo. Fantito escuchó y
colegio porque se lo pasaba muy bien con sus le preguntó al elefante sabio:
compañeros de la clase. Sin embargo, a Fantito no —¿Y qué haré cuando no sepa hacer la actividad
le gustaba nada tener que hacer actividades y y me quede el último sin poder jugar con los otros
trabajos del preescolar. En la clase no escuchaba a elefantitos?
la señorita elefanta; siempre estaba pensando en El elefante sabio lo miró con cariño y le dijo:
otras cosas. Unas veces pensaba en jugar con su —Cuando termine tu señorita de explicar la
hermanito por la tarde, otras se imaginaba que era actividad, cierra los ojos e intenta imaginar lo que
un «superelefante» que volaba y cosas así; otras vas a hacer, y repítelo en voz muy bajita, una y
veces se distraía pensando qué estaría haciendo su otra vez mientras vas haciendo la actividad.
mamá para comer. Fantito siempre estaba Fantito, le dijo:
pensando en otra cosa cuando la señorita —... Entonces, si la señorita nos dice que tenemos
explicaba. Por eso, cuando la señorita le que colorear un cuadrado, recortarlo y pegarlo en
preguntaba, Fantito no sabía qué responder y la otra hoja, primero me imagino en un momento
señorita, que era muy buena, le decía: que coloreo, que recorto y luego que pego un
—Fantito, siempre estás en las nubes. cuadrado y después empiezo a decirme: «colorear,
No es que Fantito pudiera volar de verdad, es una recortar, pegar; colorear, recortar, pegar...», ¿así
forma de decir que estaba pensando en otra cosa. hasta que lo termine?
Otras veces Fantito volvía a estar en las nubes, El elefante sabio le contestó.
cuando la señorita explicaba cómo tenían que —Así es Fantito, así es como debes hacerlo.
hacer la actividad y cuando llegaba el momento, —Muchas gracias elefante sabio —dijo Fantito.
no sabía cómo hacerla. Y se despidieron chocándose la trompa. Fantito
Algunos días Fantito se esforzaba en escuchar, empezó a poner en práctica el truco que le enseñó
pero cuando se ponía a trabajar, volvía a distraerse el elefante sabio. Al principio no le salía muy
y a pensar en otras cosas y se olvidaba de su tarea. bien, pero poco a poco le fue sirviendo. Se puso
Poco a poco, Fantito se fue sintiendo más triste, muy contento de ver que terminaba la actividad
porque veía que no se comportaba como los otros como los demás y podía jugar con sus amigos. La
elefantitos de la clase. Además, muchas veces no señorita elefanta se puso tan contenta que un día
podía irse a jugar con sus amigos porque tenía que hasta le dio un beso por lo bien que trabajaba. Su
terminar su trabajo. Cuando peor se sentía era mamá también le daba besos y abrazos. Desde
cuando los otros elefantitos le decían a la señorita: entonces, Fantito tenía un truco para no distraerse
—¡Fantito está en las nubes! en la clase y llegó a ser de mayor, un elefante
La señorita se enfadaba con los otros elefantitos importante en la selva.
porque no le gustaba que lo acusaran.
Un día, cuando más triste se sentía Fantito, se Y colorín colorado, este cuento se acabado.
encontró con el elefante más grande y más viejo
de la manada, tenía casi 80 años y era un elefante
muy sabio. El elefante se acercó a Fantito y le
– Valores del cuento:
preguntó qué le pasaba. Al principio Fantito no responsabilidad, esfuerzo y
era capaz de contárselo, pero luego le explicó que atención.
en el colegio siempre estaba en las nubes. El
elefante sabio le dijo:
—Fantito, los elefantes somos los animales con
más memoria de toda la selva, te enseñaré nuestro
Unos días más tarde, empezaron a comportarse Y así, poco a poco, el profesor cerdito fue
todavía peor: no la dejaban jugar. Si estaban nombrando a todos los cerditos del grupo y
jugando a los maestros y llegaba la cerdita Benita alguna cosa de su cuerpo: uno tenía los dientes
y pedía jugar con ellos, le decían: torcidos, otros tenían los brazos muy largos;
todos tenían algo. Y dijo:
-Tú no juegas porque estás muy gorda.
-Sólo vendrá la cerdita Benita, además es la única
Ese día la cerdita Benita llegó muy triste a su casa, que se no se ha reído.
tan triste que no tenía ganas de comer. Su mamá
que era muy lista se dio cuenta de que algo le Claro, la cerdita Benita no se reía de los demás
pasaba a su hija. La cerdita Benita le contó a su porque sabía lo mal que se pasaba cuando se
mamá lo que le pasaba. La mamá también se reían de ella.
puso muy triste, porque a ninguna mamá le gusta
Benita fue a la casa del profesor, conoció a su
ver triste a su hija.
esposa y a sus hijos y de trajo una sorpresa. Los
El profesor cerdito también se dio cuenta de lo cerditos sintieron mucha envidia y
que estaba pasando con Benita. Un día, el comprendieron que no estaba bien lo que habían
profesor cerdito se le ocurrió un plan. Se hecho metiéndose con ella. También se dieron
presentó en el salón de clases y dijo: cuenta de que todos tenemos algo por lo que los
demás se pueden reír d nosotros: las orejas, el
-Queridos cerditos, la semana que viene es mi color de pelo, estar gordito, estar flaco… además
cumpleaños. Nunca invito a mis alumnos a mi no está bien reírse de los otros. Así que se
cumpleaños, pero este año es una fecha especial. volvieron a hacer amigos de Benita y se dieron
Habrá sorpresas para todos para todos los que cuenta de que era una cerdita simpática y que
invite a mi fiesta, aunque a algunos no podre dibujaba muy bien. Como se volvieron a portar
invitar. muy bien, el profesor cerdito invitó a todo su
grupo a su casa cuando hacia buen tiempo;
Los cerditos del grupo quedaron muy pensativos.
Por su parte era una alegría ir a la fiesta de
Amasaba alegría
Elisa,
de trozo en trozo,
con montañas de harina,
huevo…
¡y migas llenas de risa!
[¡Que de la risa
se cae el moco!]
¡Velero!
Gritaban los delfines.
¡Velero!
Cantaban las ballenas
guiando con su canto
al velero en su remar.
Soñaba el velero
con surcar las aguas,
las aguas del mar.
Carnestolendas se acercan.
Carnestolendas me traigas.
Con colores para el rostro
y alegrías para el alma.
Con maquillaje de plata
y máscaras de porcelana blanca.
Con caretas de tez tostada,
cabezudos y comparsas,
para ocultar con ellos
los malestares del alma.
Carnestolendas se acercan.
Carnestolendas me traigas.
¡Que viva la felicidad!
¡Que vivan las mascaradas!
Y que bailen los disfraces
antes de que las cenizas salgan.
Pájaro cantor,
que pías a la mañana
bajo el manto de la noche,
el silencio del mochuelo,
y el rocío de la flor.
Sereno de la mañana,
abrigo de llanto y sueños,
pájaro madrugador.
El payaso Sinsón
sonrisa no tenía
en su rostro bicolor.
Todas las tardes
los padres
pasaban de largo,
los niños reían buen rato,
y los perros
sacudían el rabo
ante el payaso Sinsón.
Pero Sinsón no comprendía
por qué nadie quería
ser parte de su función.
Pasaban las horas, Sinsón,
dándole vueltas al coco
y frotándose la nariz un poco,
buscando una solución.
Primero tocaba el violín
¡güin, güin, güin!
Después, tocaba el tambor
¡porrón, porrón, porrón!
Pero nada de nada
le funcionaba
al pobre Sinsón.
Y así, cada tarde,
niños y padres paseaban
ante un payaso de cartón.
La Tarara, sí;
la Tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Lleva la Tarara
un vestido verde
lleno de volantes
y de cascabeles.
La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Luce mi Tarara
su cola de seda
sobre las retamas
y la hierbabuena.
La rosa en mi corazón.
- ¿Y qué más?
¡Mi corazón en el tuyo!
En mi cara redondita
tengo ojos y nariz,
y también una boquita
para hablar y para reír.
Mi abuela Mariana,
me cuenta los cuentos
siempre a su manera.
Yo la quiero mucho,
yo la quiero tanto ...
Me ducha, me peina
y me lleva al campo.
Me enseña canciones,
me ayuda a estudiar,
dice poesías,
solemos jugar.
Mi abuela Mariana,
de paja el sombrero,
el traje de pana,
mi abuela Mariana
no parece abuela,
me parece un hada.
Gloria Fuertes
DÍA DE SOL
Día de sol:
Hay una mariposa
en cada flo.
(José Juan Tablada).
Las adivinanzas son frases, cuestiones, acertijos; sencillos con los cuales
llamar la atención de los más pequeños de forma atractiva y divertida, al
tiempo que se les plantea diferentes situaciones u objetos con los cuales se
estimula el pensamiento y la concentración. Otros de los beneficios de la
lectura y práctica de las adivinanzas son:
Son elementos de aprendizaje natural y divertido
Fomentan la reflexión y el razonamiento de los pequeños
Familiariza a los niños con el medio que les rodea
Estimula su participación activa
Enriquece su conocimiento, vocabulario y lenguaje
Favorece la socialización
(El cepillo)
Así en la piscina
Y en la playa.
(La toalla)
Si me mojan me resbalo,
(El jabón)
Es un obrero trabajador,
(El panadero)
¿Quién soy?
(El músico)
Hago zapatos
Gano dinero.
(El zapatero)
(El periódico)
Palomita blanca,
(La carta)
Si me abres no me quejo,
(El libro)
Son mis
granos como perlas;
Y dorada cabellera.
(El maíz)
Y cabellitos dorados.
(El elote)
Nos la da la caña
Y ya refinada,
(El azúcar)
Mi color es encendido,
(La zanahoria)
El que no lo adivine,
(El aguacate)
(El azúcar)
La recoge la abejita
Y de dorado color.
(La miel)
Y es muy nutritiva;
Si a diario la bebes,
(La leche)
(El pan)
Es larga o redonda
De buena madera
Y todos comemos
(La mesa)
En la mesa me ponen
(El plato)
Yo no me puedo mover.
Y no la puedo comer.
(La mesa)
Y no se come?
(La cuchara)
Va solo,
Va solo,
De vidrio ha de ser,
Te quita la sed.
(El vaso)
Asomada a la…
(Ventana)
(La colcha)
Y sostiene tu cabeza
(La almohada)
En ella me acuesto
Contento a dormir;
De fierro o madera,
Me siento feliz.
Ya ves,
No me la adivines
De aquí a un mes.
(Las llaves)
En el medio del mar está, en el mundo no tiene cabida, es la primera en el
amor y la última en la vida. ¿Qué es?
La letra A
Aa
La tiene el tigre pero no el león dos veces el perro y una el ratón.
La letra R
L
Empieza en luna termina en sol.
La letra L
l
Choco me dice la gente, late mi corazón. El que no sepa
mi nombre, es un gran tontorrón.
El chocolate
¿Quieres té? ¡Pues toma té! ¿Sabes ya qué fruto es?
El tomate
Oro parece y plata no es, ¡y no lo adivinas de
aquí a un mes!
El plátano
Tiene ojos y no ve, tiene agua y no la bebe, tiene carne y no la come tiene
barba y no es un hombre.
El coco
Soy un viejo arrugadito que si me echan al agua salgo
mucho más gordito.
El garbanzo
Adivina adivinanza. Por el día están abiertos y por la noche cerrados. ¿Qué
son?
Los ojos
El peluquero
Sobre lienzos o en papel, ¡qué bien emplea el color con lápices o pincel!
El pintor
Sin ninguna ceremonia con su sombrero calado, viaja delante del rey, del
papa o del magistrado.
El chófer
Por una escalera larga, peldaños blancos y negros, sube y baja a sus
diez hijos con sonoros martilleos.
El pianista
Enriquecen el vocabulario.
Estimulan la imaginación.
¡Son divertidísimos!
A Cuesta le cuesta
subir la cuesta,
y en medio de la cuesta,
va y se acuesta.
El rey de Constantinopla
Se quiere descontantinopolizar
el que lo descontantinopolice
buen descontantinopolizador será.
EN EL BOSQUE
Estando en el bosque preguntó mi hermano:
ESTE CERDITO
Este cerdito fue al mercado, este cerdito en casa se ha quedado,
este cerdito preparó el asado, este cerdito no lo ha probado y este
cerdito ¡bua, bua, bua, bua! Todo el camino ha llorado.
A LA FERIA VAMOS
A la feria vamos a comprar un marrano. De la feria volvemos, que ya
lo compramos.
RATÓN
Ratón, que te pilla el gato, ratón, que te va a pillar, si no te pilla
esta noche, mañana te pillará.
PASTEL DE PERDIZ
Porque metí el pico donde no debía, como pastel de perdiz acabaré
el día.
SALTANDO
Saltando y brincando el día pasamos, luego llega la noche y el juego
acabamos. ¿y entonces? Pues nada, no hay más que decir, cuando el
día acaba, de un salto a dormir.
LOS BANDOLEROS
Por el camino viejo, Bella Dama, los bandoleros llegaron, ron, ron,
ron, ron, los bandoleros llegaron.
En la casa de noche, Bella Dama, a robar entraron, ron, ron, ron,
ron, a robar entraron.
Un reloj de oro, Bella Dama, y un anillo se llevaron, ron, ron, ron,
ron, y un anillo se llevó.
Para devolverte las joyas, Bella Dama, un rescate pedirán, ran, ran,
ran, ran, un rescate pedirán.
Por menos de cien libras, Bella Dama, no te las devolverán, ran, ran,
ran, ran, no te las devolverán.
MI MAYOR TESORO
En mi cofre de madera no guardo perlas ni oro, guardo mis buenos
recuerdos, ése es mi mayor tesoro.
GOTICAS DE AGUA
Cae una gótica de agua, otra, otra y muchos más, si se vota de una
nube es porque lloviendo está, si se vota de una nube es porque
lloviendo está.
Con la lluvia crece el río y las ranitas hacen croac, croac y despierta
la matica que duerme en la semillita que acabamos de plantar.
ENTRE EL ROMERO
Entre el romero estaba el conejo, apareció el gato y saltó al tejado.
EL ZORRO NO ESTÁ
No tengas miedo de meter el dedo, que el zorro ahora no está en su
agujero, que ha salido temprano a cazar conejos.
EN CASA DE PINOCHO
En casa de Pinocho solo cuentan hasta ocho: uno, dos, tres, cuatro,
cinco, seis, siete y ocho.
ZAPATOS
El bebé patucos, la mamá tacones, el papá unas botas, el gigante
zapatones.
EL ASCENSORISTA
Subiendo y bajando todo el día estoy, ése es mi trabajo,
ascensorista soy.
CINCO SOLDADITOS
Cinco soldaditos estaban en fila, tres estaban firmes y otros dos
dormían. Pasó el capitán y ¿Qué os parece? Todos se pusieron
firmes en un periquete.
PAJARILLO ROJO
Pajarillo rojo, de buena mañana das los buenos días cantando en la
rama.
LA CIGÜEÑITA
Que no me digan a mí que el canto de la cigüeña no es bueno para
dormir. Si la cigüeñita canta encima del campanario, que no me digan
a mí que no es del cielo su canto.
LA NOCHE
Cuando llega la noche, se recogen los pajarillos, las lechuzas se
levantan y se duermen los niños.
EL CUCO
Cuco, cuco, ¿Qué haces tú? En abril, saldo del huevo. En mayo,
noche y día canto. En junio, de melodía cambio. En julio, lejos vuelo.
En agosto, regreso de nuevo.
GORRIONES
Uno para la pena, dos para la alegría, tres para el niño, cuatro para
la niña, cinco para el oro, seis para la plata, siete para el secreto
que nos delata.
LA OCA MARIOLA
La orca Mariola sube la escalera, saltito a saltito, los peldaños de
madera. Al llegar al rellano sale la doncella con la escoba en la mano
y la hecha para afuera.
EL VIEJO RAMÓN
En la plaza del pueblo estaba el viejo Ramón, con un zapato negro
tocaba su tambor.
Los huesos de las chuletas ha guardado el carnicero para que el
viejo Ramón dé de comer a su perro.
COCORICÓ
Cocoricó, el gallo ha cantado que su señora dueña ha perdido un
zapato. Cocoricó, el gallo canto que su señor dueño ha perdido el
bastón.
Cocoricó, sin bastón ni zapato, ¿Cómo van a hacer los dueños del
gallo?
Cocoricó, el gallo ha cantado que su señora dueña el zapato ha
encontrado.
Cocoricó, el gallo cantó que su señor dueño el bastón encontró.
NO IMPORTA
LOS BUEYES
Al llegar la medianoche la víspera de Navidad, nos decía un viejo en
torno al hogar: “ahora los bueyes allá en el pajar, en este momento
se van a arrodillar”.
Nos imaginábamos cómo las mansas criaturas allá en su establo
doblaban las rodillas y nunca a ninguno se le ocurrió dudar de que
esta maravilla tuviera lugar.
Escasos son los que hoy en día podrían urdir semejante fantasía,
pero si en la víspera de Navidad alguien me dijera: “¡ven, que los
bueyes ahora se van a arrodillar en el establo solitario, allá en la
hondonada!”, como nos decían en nuestra infancia, yo le seguiría en
la oscuridad deseando con toda mi alma poderlo presenciar.
DUERME, RATONCITO
Duerme, ratoncito, duerme, mi pequeño, que en cuanto te duermas
iré al panadero. Cuando no me vea, saldré del agujero y te traeré,
ratoncito, el bollo más tierno.
EL DUELO
El perro de porcelana y el gato de cristal, uno frente a otro, sobre
la mesa están. Hace ya rato que las doce han dado, ni el uno ni el
otro en su empeño ha cejado. El reloj holandés y el jarrón de China
seguros están de que aquí va a haber riña.
El perro de porcelana “guau, guau” alego y el gato de cristal con un
“miau” replico. Trocitos de cristal y añicos de porcelana han salido
volando por toda la sala. El reloj holandés y el jarrón de China
horrorizados están ante tanta ruina.
EL RATÓN BERNABÉ
El ratón Bernabé vive en un castillo inglés, a las cinco de la tarde
toma pastitas y te.
QUERIDO JOSÉ
Pero María responde, muy enfadada, que los gritos de Juan la han
sacado de la cama.
RAMÓN Y RICARDO
Ramón y Ricardo son dos hermanos que a las diez de la mañana
todavía están roncando. Al despertarse Ramón, por la ventana ha
mirado:
TOM Y TOM
Tom y Tom son los hijos del gaitero, robaron un cerdo y huyeron
corriendo. El cerdo se han comido, a un Tom han castigado, pero el
otro Tom calle abajo ha escapado.
EL PETIRROJO
LA COMADREJA SE ESPANTA
Media libra de arroz, media libra de melaza, así se gasta el dinero
y, ¡pop!, la comadreja se espanta.
PANECILLOS CALIENTES
Calientes y tiernos son mis panecillos, en la tienda los vendo por un
par de centimillos. Los compran las niñas y también los niños,
calientes y tiernos son mis panecillos.
NATILLAS
Natillas calientes, natillas frías, natillas hechas con azúcar y
vainilla. A unos les gustan calientes, a otros les gustan frías, a todos
les gustan que lleven mucho azúcar y vainilla.
EL PASTEL DE CODORNICES
Con un puñado de arroz y veinticuatro codornices, han hecho un
pastel para que se lo coma el rey. El pastel se abrió, cantaron las
codornices, vaya plato delicado que al rey han dedicado.
CINCO GUSANITOS
Cinco gusanitos metidos en una vaina. Creció el uno, creció el dos, ¿y
con los otros qué paso? Pues crecieron y crecieron y crecieron sin
parar, hasta que al final la vaina acabo por reventar.
EL JUEGO DE LA CARA
Aquí se sienta el alcalde (frente), aquí los dos concejales (ojos),
aquí el gallo canta (mejilla izquierda), aquí la gallina se levanta
(mejilla derecha), aquí salen los pollitos (nariz), que por aquí corren
(boca), ¡pio, pio, pio, pio! (hacer cosquillas en la barbilla).
PALMITAS, PALMETAS
Palmitas, palmetas, papá está de vuelta, regresa ya del campo con
su nueva carreta.
CUCHILLO Y TENEDOR
Míralos, estos son el cuchillo y el tenedor, éste es el plato para
comer y éste es el vaso para beber, y en esa cuna a mi niño voy a
mecer, mecer, mecer.
DIEZ DEDITOS
Tengo diez deditos y los diez son míos, hacen todas las cosas que yo
les digo. Si quiero los encojo, si quiero los estiro, si quiero los dejo
unidos. Las manos para arriba, las manos para abajo, pongo las dos
juntitas y con ellas aplaudo.
REMANDO Y REMANDO
Remando y remando contra la corriente, navegaré por el rio hasta
llegar a su fuente.
¡VIVA LA MUSICA!
El viejo Martin adora cantar, el día entero silba sin cesar. Su mujer
piensa: “que suerte tengo, desde casa no oigo cantar al granjero”.
Pues ni el lechón cuando bala, pueden desafinar más que el granjero
cuando canta. Cada noche, muy puntual, su mujer le da la cena, que
el granjero nunca canta cuando tiene la boca llena.
EL GRANJERO ATAREADO
El granjero atareado nunca se puede acostar sin antes haber
comprobado que esté todo en su lugar. ¿Estarán las vacas
durmiendo en el establo o se habrán escapado a correr por el
prado? Al llegar la madrugada, el granjero se levanta para
comprobar si todos siguen durmiendo en la granja.
¿DÓNDE ESTÁS?
Pata Dora, pata Dora, ¿Dónde estás ahora? Nadando en el rio, que
hoy no tengo frio. Pata Dora, pata Dora, ¿Dónde estás ahora?
Buceando en el lago, a ver si pesco algo. Patitos, patitos, ¿Dónde
estáis metidos? Nadando en el estanque, ¡qué vamos a
SALPICARTE!
¡CUIDADO!
Cuando el cerdo Ceferino se siente tan hambriento, ¡tened cuidado,
animales, peligra vuestro alimento! Se come toda la avena que hay
lista en el establo para que por la mañana desayunen los caballos.
A las pobres vacas deja sin su heno y devora el grano que hay en el
gallinero. Cuando el cerdo Ceferino se siente tan hambriento puede
que el viejo Martin se quede también sin almuerzo.
TIERNOS GATITOS
¡Qué aspecto tan dulce tienen los gatitos, qué sedosos y tiernos
cuando son pequeños! Pero al poco tiempo, se convierten en gatos
que durmiendo o maullando están todo el rato.
EL VIEJO DE LA BARBA
Era un hombre viejo que tenía una gran barba, y el pobre viejo así
se lamentaba:
Una noche oscura, un ladrón se acercó a una casa con la intención de robar.
Para que el perro que la cuidaba no lo atacara, le aventó a través de la reja
un trozo de carne. El animal atrapo de un salto la comida, la dejo en el suelo
y, mirando al ladrón, le dijo:
- Cuando te vi pensé que tenías malas intenciones; ahora que me has
dado carne gratis, no me cabe duda de que vienes a robar.
Y dicho esto, se puso a ladrar para
despertar a los amos.
MORALEJA: es mejor ser humilde que presumido, pues eso nos puede
meter en problemas
Iba una muchacha camino al mercado, con un bote de leche que acababan de
regalarle.
-¡Que feliz estoy! – se dijo-.
Vendiendo esta leche comparé
huevos; los cuidare y así obtendré
politos. Cuando salgan del
cascaron, les alimentaré bien para
poder venderlos en cuanto estén
gordos y hermosos, y con el
dinero que me den por ellos,
compraré un puerco.
Mientras caminaba contenta, se
imaginaba alimentando al puerco
con maíz y a todos los vecinos felicitándola por el buen aspecto del animal.
-A cambio de ese magnífico puerco, seguro que se me dan el dinero
suficiente para comprar una vaca con su ternero. Por las mañanas la
ordeñaré y luego llevaré la leche al mercado, y con lo que me paguen…
Y así, distraída como estaba planeando su futuro, no vio la piedra que había
en el camino y tropezó.
La leche de sus sueños fue a parar al suelo.
-¡Adiós huevos, pollitos, puerco, vaca y ternero!
Hace muchos años, vivía en un pueblo un hombre que tenía una yegua.
Cierto día, el animal escapo del corral y los vecinos se preocuparon por ella:
-¡Que desgracia! ¡Has perdido tu única yegua! ¡Eso sí que es mala suerte!
Pero el hombre le respondió:
-Puede ser para bien o para mal, nunca se sabe.
Los vecinos, sorprendidos, pensaron que el pobre hombre se había vuelto
loco por la pérdida.
Al cabo de un tiempo, la yegua regresó seguido de varios caballos salvajes.
-¡Cuánta razón tenías! – Dijeron los vecinos al ver que el hombre tenía ahora
cuatro caballos-. ¡Eso sí que es tener buena suerte!
-Puede ser para bien o para mal- volvió a decir el hombre.
Pasó un mes y el gobernante de su pueblo declaró la guerra al pueblo vecino.
Como necesitaba soldados, reunió a todos los jóvenes que tuvieran caballo.
Así el hombre vio con dolor como sus hijos iban a la guerra a lomo de sus
nuevos caballos.
MORALEJA: Nunca se
sabe si un acontecimiento
traerá a la larga alegría o
tristeza