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LAS FUNCIONES DEL UJIER EN

LA IGLESIA

Propósito de la lección:
Enseñar a los ujieres cuáles son sus funciones, deberes y
responsabilidades, qué se espera de ellos y cual debe ser su actitud
hacia los demás, hacia el culto y hacia sí mismo.

El error más grave que puede cometer un ujier en la iglesia es  la


desatención. Se distrae, olvida el orden del culto, se le pasan los
detalles convenidos, no se escuchan las instrucciones del líder de
ujieres, se pasan por alto las necesidades de las personas, y la calidad y
eficiencia del ujier desciende a cero cuando su mente divaga. El
consejo de Pablo incluye a los ujieres cuando dice: “Y todo lo que
hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres…
porque a Cristo el Señor servís” (Col 3:23, 24). El ujier requiere la
misma concentración que el pastor, el músico, el que dirige el culto o el
maestro de la Escuel Dominical. El ujier está para servir a las personas
prestando ayuda individual. La responsabilidad del ujier comienza antes
del culto. Como responsables de guardar las puertas de la Casa de Dios,
deben ser puntuales y tendrán la responsabilidad de abrir las puertas
del local de la iglesia con antelación suficiente a la hora de comienzo
del culto y de cerrarlas una vez concluído el mismo y después de
adecentar y ordenar el local.

En este ministerio hay TRES ÁREAS DE CONCENTRACIÓN:


PRIMERA: Concentrarse en las personas. Como las personas se
habitúan a sentarse siempre en el mismo lugar, el ujier debe aprender
esos hábitos. Dirigir con presteza a las personas a sentarse en sus
lugares de costumbre les indicará el conocimiento del ujier. Sentar a los
visitantes cerca de los asistentes regulares con una palabra de
presentación es de gran ayuda para los que asisten por primera vez.
Para acomodar a las personas en orden, es preciso saber dónde quedan
asientos vacíos, y para ello hay que estar pendiente, sobre todo cuando
la iglesia ya comienza a estar bastante llena. El ujier debe ser atento y
respetuoso con las personas. Parte de la concentración requerida en el
ujier debe ir encaminada a memorizar los nombres de las personas y
dirigirse a ellas por su nombre propio. Si a los ujieres se les catalogara
como en el ejército, se le daría un ascenso a cada ujier que aprenda a
memorizar los nombres de las personas nuevas.

SEGUNDA: Concentrarse en el culto. Un buen ujier sabe concentrarse


a la vez en las personas a las que está atendiendo y en el culto. Como
cada parte del culto de adoración hace su propia contribución dentro
del Cuerpo de Cristo. No permanece pasivo, sino que se suma también a
la adoración. Sin embargo, el ujier debe estar muy atento a todo lo que
sucede en el culto y con las personas, por lo que no debe cerrar los
ojos.

El líder de ujieres tiene la responsabilidad de adiestrar a los ujieres,


darle las instrucciones oportunas antes del culto, en el culto y despúes
del culto. Cada ujier debe conocer la dinámica y el orden habitual de
los cultos, así como el programa de las reuniones y cultos
especiales. Cada ujier debe conocer su posición y su misión concreta en
cada parte del culto, de acuerdo a lo que el líder de ujieres le haya
indicado, hasta el más mínimo detalle y debe favorecer y animar con su
ejemplo a que todo el mundo respete los momentos de quietud y
reverencia en la reunión. Por ejemplo:

(a) Adoración. En esos momentos preciosos de quietud reverente, todo


lo que un ujier haga debe ayudar a favorecer ese ambiente. No debe
estar distraído ni hacer ruido ni nada que pueda distraer a los
presentes.
(b) Llamamiento. Cuando el pastor está haciendo un llamamiento, ya
sea a recibir a Cristo o para creyentes, el ujier no debe estar
distraído. Debe colaborar con el pastor a mantener la atención de la
congregación.

(c) Ministración. Una vez hecho el llamamiento, los ujieres estarán


atentos para hacer sitio cerca de la plataforma, plegando y apartando
un cierto número de sillas, con el fin de que las personas puedan pasar y
ser ministrados con orden y sin que haya apelotonamiento. Una actitud
de piadosa atención de parte de los ujieres es una ayuda para la
invitación. Además, deben ayudar a las personas a “pasar al frente”
para que se ore por ellas. Es muy importante que algún ujier quede
pendiente de las personas que no pasaron al frente y les ayuden a
mantenerse en actitud de oración y reverencia, no simplemente de
meros espectadores.

Los ujieres han de permanecer muy atentos durante la ministración,


pues su papel es relevante: Deben situarse detrás de las personas que
están siendo ministradas para evitar que la persona pudiera caer
libremente al suelo y golpearse. Si hubiera alguna manifestación de
desorden mientras se ministra, ayudarán al traslado de la persona a otra
parte del local para tratar con la persona en privado.

(d) Predicación de la Palabra. Aunque las obligaciones de los ujieres


continúan durante todo el culto, es bueno que participen del mensaje
escuchando con atención. Como siempre con atención al culto y a las
personas. Los ujieres se preocuparán de que el predicador y en algunos
casos, el intérprete, tengan un vaso de agua en el púlpito.

(e) Traslado de niños a la Escuela Dominical. Los ujieres prestarán su


ayuda para que al terminar el tiempo de alabanza, el paso de los niños
a la Escuela Dominical se haga rápida y silenciosamente.

(f) Dirección del culto. Los ujieres se preocuparán de que el que dirige


el culto tenga un vaso de agua en el púlpito. Además, estarán atentos a
sus indicaciones y le prestarán ayuda cuando se requiera. Durante el
tiempo de alabanza si alguien ha llegado tarde, los ujieres
discretamente les ayudarán a encontrar asiento para no distraer el
orden del culto.
(g) Ofrenda. La ofrenda es una forma más de adoración y expresa, junto
con los diezmos, la más tangible indicación de compromiso de los
miembros con el Señor. Los ujieres son los encargados de tener listos los
cestos de ofrenda, de asegurar que no faltan “sobres de diezmos y
ofrendas”, de recoger y contar la ofrenda en los cultos, así como de
entregársela al Tesorero de la iglesia.

(h) Momentos de meditación. En los momentos antes o después del


mensaje en que el pastor pida a la congregación inclinar la cabeza en
reverente silencio, los ujieres deben permanecer también en actitud de
reverencia, pero atentos al pastor por si su ayuda fuera requerida en
algún momento.

(i) Lectura de las Escrituras. Cada ujier tendrá siempre bien a mano su


Biblia (se recomienda lleven Biblias de tamaño bolsillo que facilite su
movilidad) y servirá de ejemplo al resto de la congregación, siguiendo él
mismo la lectura de la Palabra, permaneciendo de pie en la posición
que el líder de ujieres le hubiera indicado.

(j) Actividades especiales en el culto. Los ujieres asistirán a los líderes


en la preparación que se requiera de las actividades especiales en el
culto, como obras de teatro, mimo, coro de niños y otras en las que se
requiera el movimiento de personas y cosas, para mantener el orden del
culto.

(k) Sonorización. Dentro del grupo de ujieres habrá una o más personas


que han sido adiestradas en el uso y funcionamiento del material de
sonido y en la asistencia a colocación de micrófonos e instrumentos,
poniendo especial atención y cuidado al tender los cables de conexión
para que nadie pueda tropezar.

La grabación de mensajes en audio o video es otra de las comisiones de


éste grupo especializado de ujieres, así como la asistencia en cantos
especiales que requieren el uso de CD, cassette o mini-disc.

El ujier debe disfrutar del culto, aunque esté pendiente de lo que


sucede alrededor. Los ujieres no deben tomar su función como pretexto
para juntarse en la parte de atrás del templo y ponerse a hablar
durante el culto. No hay justificación alguna para esto. El líder de
ujieres es responsable de haberse reunido con los hermanos ujieres,
habiendo planificado previamente lo que cada uno debe hacer y sus
responsabilidades durante la reunión. El ujier de una iglesia que se
concentra en lo que está sucediendo en el culto y en el porqué,
realizará un trabajo más eficaz y será ministrado personalmente en el
propio culto. Servir de ujier no significa dejar de recibir, ignorar o ser
inmunes a la presencia y la gracia de Dios. Como miembros de la
congregación tienen su necesidad espiritual y deben ser
ministrados, pudiendo acudir a los llamamientos. Ésto debe hacerse de
forma ordenada y coordinada con el líder de ujieres.

TERCERA: Concentrarse en sí mismo. El concepto de prestarse


atención a sí mismo puede parecer repulsivo, pero el respeto personal y
el estar seguro de uno mismo, son virtudes admirables. El ujier que se
concentra en las personas y en el culto, hallará fácil concentrarse en su
propia relación con las dos anteriores. Para que esto pueda entenderse
mejor, os indicamos a continuación una lista de cosas que un ujier debe
verificar en sí mismo:

Su aseo:

— Limpieza personal

— Perfume y desodorante

— Boca aseada

— Sin chicle (goma de mascar)

— Cabello arreglado

— Bien afeitados los chicos

— Bien vestidos (con uniformidad entre los ujieres)

— Zapatos limpios

— Camisa y corbata limpias

— Con identificador visible (si procede)

Su tarea
— Ser puntual

— Nunca dejar su puesto

— No abusar ni usurpar autoridad

— Atención especial a los invitados

— Seguir las instrucciones

Su actitud

— Orgulloso de ser un ujier

— Optimista acerca de su iglesia

— Conversación agradable

— Rostro agradable

— Una actitud no crítica

— Piadoso

— Humilde

El Ujier de la iglesia es un embajador de amabilidad

Debido a que los contactos de los ujieres se hacen directamente con las
personas de manera individual, es importante que aprendan a pensar
con amabilidad y comprensión acerca de ellas. No debe esperar
demasiado de los demás. Un ujier eficiente aprende cómo aceptar a
las personas como son, en vez de como él quisiera que fueran. Por
ejemplo, ya que la naturaleza de los adolescentes es ser irreflexivos,
inestables, fastidiosos y hasta rebeldes, el ujier no los ayudará a ellos ni
a la iglesia, criticando o teniendo pensamientos poco amables sobre
ellos. Dejar que los adolescentes o los niños sean como son, puede ser
de más ayuda que leerles la “cartilla” de deberes. El ujier debe
informar al pastor y a su líder de ujieres de las irregularidades que
detecte, pero nunca debe tomarse como personal un problema o
situación, ni tomarse la justicia por su mano, ni leer la cartilla a nadie.
Antes bien, debe hacerse respetar con amabilidad y dando ejemplo. El
ujier logra el respeto de los hermanos con su trato dulce, amable y
educado. A través de la imposición y autoritarismo no se consigue nada
de nada. Más bien se logra que los demás no le respeten a uno. Por el
contrario, se consigue más a través de una actitud conciliadora y
comprensiva. No entre nunca en discusiones vanas y ofrezca siempre
«La respuesta mansa aplaca la ira».

Otro grupo especial en la iglesia son las personas mayores. Ellos


necesitan más seguridad que los adultos que tienen una familia activa.
Estar consciente de sus necesidades especiales -problemas auditivos y
visuales, necesidad de acompañarles al cuarto de baño, etc- puede ser
como el vaso de agua fría que damos en el nombre de Jesucristo.

Probablemente, las personas más necesitadas en un culto son las que


visitan la iglesia por primera vez. Cada uno tenemos nuestra propia
experiencia personal y conocemos historias lamentables sobre ujieres y
su encuentro con personas que visitan por primera vez la iglesia. No
cuesta demasiado decir: “¡Hola!”. Una sonrisa de
bienvenida -”Bienvenido a nuestra iglesia. Le agradecemos su visita.
Nos gustaría que disfrute del culto de hoy”– le puede dar tanta
seguridad a un visitante como una cuerda salvavidas a un hombre en
aguas profundas. Una palabra de presentación con uno o dos miembros
de la iglesia pueden hacer la diferencia entre la ansiedad y la feliz
adaptación de un nuevo visitante. Además, el ujier entregará a cada
persona que nos visite la “hojita de bienvenida” para que nos indique
su nombre, dirección y teléfono de contacto. Recogerá las hojitas de
bienvenida y las entregará al Líder de ujieres, quien ya sabe lo que
debe hacer con ellas (Libro de registro y seguimiento de contactos). Los
ujieres realizarán además un recuento de todos los asistentes a cada
culto, diferenciando entre:

Ÿ  Adultos

Ÿ  Niños

Ÿ  Visitas

Estos datos nos ayudarán a realizar un buen seguimiento de la actividad


de nuestra iglesia en el tiempo. Pero requiere de ujieres disciplinados
que tengan la paciencia de contar y anotar estos datos en cada culto.
La amabilidad en la conversación es algo que puede desarrollarse por
los ujieres que lo intentan. Declaraciones negativas que tienden a
juzgar y parecer críticas son lo opuesto a la amabilidad. Tampoco
utilices las bromas o los chistes, si no tienes la confianza suficiente con
una visita, ya que te pueden malinterpretar. Aquí hay algunos ejemplos:

1. Negativo: “Imposible, usted no puede pasar ahora!” Positivo: 


“Permítanos un momento y le buscamos asiento”.

2. Negativo: “Llegó tarde, ahora tiene que sentarse en la parte de


atrás”. Positivo:  “Como el culto ha comenzado, tenemos un lugar para
usted        cerca de la parte de atrás”.

3. Negativo: ”No se puede quedar aquí por donde todos


pasan”. Positivo: “¿Podría pasar para acá donde los demás no
interfieran su                    conversación?”

4. Negativo: “A su edad, me imagino que no puede oír  bien”. Positivo:


“Tenemos buenos lugares en la parte de adelante donde todos pueden
ver y oír mejor”.

5. Negativo: “¡Eh chicos, callaos!” Positivo: “Muchachos, por favor


¿podrían ayudarnos a mantener el orden y reverencia en el culto?”

Hay una palabra final de precaución acerca de expresar amabilidad: Los


ujieres deben tener cuidado de no colocar las manos sobre las personas
con el fin de persuadirlas o expresar familiaridad, porque puede ser
malinterpretada. Deja que la amabilidad proceda del corazón y no de
las manos.

Sentando a las personas

Una de las principales funciones del ujier, es sentar a las personas. Se


les debe sentar así:

En primer lugar, los ujieres deben llegar por lo menos treinta minutos
antes de la hora del culto para recibir instrucciones y su tarea concreta
en la puerta y pasillo o área correspondiente, de parte del líder de
ujieres. Después de revisar el archivo para asegurarse de que hay
suficientes sobres, himnarios, Biblias, lápices y otros materiales, y que
éstos están en su lugar, el ujier toma su paquete de  boletines de la
iglesia y comienza sus responsabilidades de sentar a las personas con la
llegada de las primeras personas. Esas asignaciones de posiciones y
áreas de responsabilidad siguen hasta el final del culto.

En segundo lugar, los ujieres sentarán a las personas lo más cerca


posible del frente y del centro, como parezca apropiado. Los asientos
de atrás siempre pueden llenarse con las personas que se han retrasado,
pero a menudo es difícil lograr la cooperación de los que llegan tarde
para sentarlos en frente. Acomodar a las personas de atrás hacia el
frente es una técnica muy pobre. Muchas iglesias emplean cuerdas para
reservar los últimos tres bancos para los que llegan tarde. Sin embargo,
si alguien insiste en sentarse cerca de la parte posterior, es mejor
tenerlo atrás que no tenerlo en ningún lugar.

En tercer lugar, cuando las personas llegan al pasillo para que se les
siente, el ujier les dará un amistoso saludo y les sugerirá su plan para
sentarlos. Por ejemplo, puede decirles: “Me gustaría sentarlos cerca de
la mitad.” O: “Tengo dos lugares al lado del pasillo”. “Creo que
disfrutará del culto si está sentado cerca de la parte de adelante”. Las
personas normalmente cooperan cuando se les ofrece amablemente una
sugerencia.

Sin embargo, un ujier tiene problemas si cae en la trampa de


preguntarle a alguien: “¿Dónde le gustaría sentarse?” Eso puede llevar
al visitante a la misma clase de dilema que algunos enfrentan al elegir
el menú. Por tanto, la iniciativa en la sugerencia debe hacerla el ujier.

En cuarto lugar, el ujier caminará lentamente por el


pasillo deteniéndose en el banco donde sentará a las personas y formará
una pequeña puerta en el lugar donde va a sentarlas, poniendo la mano
en el respaldo de la silla de enfrente. Si el ujier camina demasiado
rápido, las personas se quedarán detrás y se sentirán muy solas.
Entonces buscarán un lugar más cerca de la parte de atrás y dejarán al
ujier caminando solo. Hay dignidad en caminar despacio, y las personas
están lo suficientemente cerca para susurrar alguna pregunta o palabra
de instrucción al ujier, si es necesario.

En quinto lugar, hay dos reglas fundamentales para sentar a la


congregación: (1) El ujier nunca permite que ninguna distracción le
impida estar al tanto de las personas que llegan a su pasillo. El nunca
deja su lugar o cae en la desatención. (2) Un ujier nunca señala a un
lugar y envía a las personas a sentarse por sí mismas. El les muestra
personalmente los asientos.

En sexto lugar, hay varias maneras de estar seguro, de que un ujier está
disponible a la cabeza del pasillo, a cualquier hora, para sentar a las
personas. En las iglesias grandes que tienen largos pasillos, se necesitan
dos ujieres para cada pasillo. En esos casos, un ujier, algunas veces,
está a la cabeza del pasillo saludando a las personas y dirigiéndolas
luego, al otro ujier que está a mediación del pasillo, preparado para
sentarlas. En otras iglesias, se coloca un ujier ambulante en medio de
dos pasillos y camina para ayudar a sus colegas cuando es necesario.
Este ujier ambulante, en realidad trabaja en dos pasillos de la iglesia.
En las iglesias pequeñas sólo se necesita un ujier por pasillo. El líder de
ujieres es el responsable de definir el número de posiciones y áreas de
responsabilidad de caja ujier.

La ofrenda de la iglesia

Al menos desde los días de Pablo, recoger una ofrenda en la iglesia ha


sido parte de la adoración: “En cuanto a la ofrenda…cada primer día de
la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya
prosperado” (1 Co16:1,2).

La ofrenda de la iglesia consta de los siguientes cinco factores:

En primer lugar, es pasar al frente en orden: En un culto normal, la


ofrenda la deben pasar al menos dos ujieres. Durante el tiempo de la
ofrenda, la congregación suele distraerse y aprovechan para conversar.
Con el fin de que esto no suceda generándose un cierto desorden, los
ujieres pasarán al frente con rapidez, recogiendo los cestos. En la
mayoría de las iglesias, los ujieres que sientan a las personas reciben la
ofrenda de su pasillo. No obstante, algunas iglesias usan un grupo
separado de ujieres que están sentados en el banco del frente, listos
para su tarea cuando llega la hora de levantar la ofrenda.
Regularmente, el pastor usará algunos comentarios introductorios o
pasajes bíblicos para preparar la recogida de la ofrenda y motivar al
pueblo a dar. Entonces con una señal dada por el líder de los ujieres, o
el pastor, los ujieres pasan de forma inmediata y ordenada al frente,
recogen los cestos y se sitúan a ambos lados del púlpito para orar.

En segundo  lugar, es la distribución de los cestos de la ofrenda: En


algunas iglesias el líder de los ujieres distribuye las cestas de la ofrenda
a los ujieres en la parte de atrás del templo, y ellos las llevan en la
mano hacia el frente. En otras iglesias, están en la mesa de la Santa
Cena como símbolos de adoración y son distribuidos por el pastor o un
anciano. Uno de ellos hará una oración antes de recoger la ofrenda.
Mientras los ujieres pasan la ofrenda, otro ujier puede leer el siguiente
texto:

1 Cr 29:11-18 «11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la


gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los
cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres
excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú
dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano
el hacer grande y el dar poder a todos. 13Ahora pues, Dios nuestro,
nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. 14Porque ¿quién soy
yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer
voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido
de tu mano te damos. 16Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia
que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano
es, y todo es tuyo. 17Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones,
y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón
voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría
que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti
espontáneamente. 18Señor, conserva perpetuamente esta voluntad del
corazón de tu pueblo, y encamina su corazón a ti». En el nombre de
Jesús. Amén.

En tercer lugar, es la bendición o dedicación: Si los ujieres llevan las


cestas de la ofrenda con ellos al frente del templo, por lo regular se
detienen al lado de la primera línea de sillas y a ambos lados del
púlpito. El pastor o la persona que dirige pedirá que alguien (puede ser
un ujier u otra persona) haga la oración de bendición o de acción de
gracias antes que se reciba la ofrenda. Los ujieres están de pie con
reverencia en sus lugares hasta que haya concluido la oración.
Si las cestas de la ofrenda son distribuidas desde la mesa de la Santa
Cena, entonces los ujieres deben dirigirse al frente y al centro del
templo para recibir su cesta y esperar con reverencia la oración de
bendición.

Como una tercera opción algunas iglesias instruyen a sus ujieres a traer
sus cestas de ofrenda con ellos desde la parte posterior del templo y a
proceder inmediatamente a recibir la ofrenda comenzando con el
primer banco y caminando hacia atrás hasta el fondo. Después que se
reciba la ofrenda, los ujieres se detienen frente a la mesa de la Santa
Cena donde el pastor hace una oración de dedicación. La ofrenda se
pone entonces en la mesa de la Santa Cena  hasta que el culto termina.
Es bueno que el paso de la ofrenda vaya acompañado de un canto de
alabanza, con la congregación puesta en pie, para que no haya
distracción ni la gente empiece a hablar. La ofrenda es un acto de
adoración.

En cuarto lugar, el recuento de la ofrenda. Una vez terminado el culto,


los ujieres cuentan la ofrenda que se ha levantado, la introducen en un
sobre, anotando la cantidad en la parte exterior y la entregan al
Tesorero de la iglesia.

Funciones diversas

Aparte de las principales obligaciones del ujier de sentar a las personas


y de recibir la ofrenda, hay muchas otras funciones de importancia
fundamental. He aquí unas cuantas:

Boletín de la iglesia: Los ujieres tienen la responsabilidad de preparar


el Boletín de la iglesia, en coordinación con el pastor y los líderes de
cada ministerio (Damas, Jovenes, Escuela Dominical, Tesorero, etc). Se
encargarán de su preparación, impresión, producción del número de
copias necesario y su distribución antes del culto.

Proyector de transparencias e himnarios: Los ujieres deben conocer los


cánticos espirituales que se cantan habitualmente en la iglesia,
mantener bien ordenado y al día el fichero de transparencias y
coordinarse con la persona que va a dirigir la alabanza, para tener todo
preparado antes del culto. Durante el tiempo de alabanza, uno de los
ujieres se encargará de proyectar la letra de los cantos que se hayan
seleccionado. Cuando hay nuevas canciones que incorporar, el ujier
responsable toma nota de ellas y se encarga de crear las transparencias
correspondientes. Es conveniente disponer además de Himnarios, con la
letra de las canciones habituales. Éstos pueden usarse de forma regular
o en la eventualidad de que el proyector no funcione.

Niños que abandonan el culto: Los niños debieran aprender muy pronto


que no se permite pasear alrededor de los asientos del templo. Esto es
especialmente cierto si los niños proceden de hogares que no
pertenecen a la iglesia y están sentados lejos de la supervisión de los
adultos. Los ujieres deben tratar a estos niños con mucha amabilidad
pero no pueden permitirles que distraigan el culto. Pueden sentar a los
niños en la parte de delantera permaneciendo al lado de ellos o
llevarlos a la parte de atrás si están especialmente revoltosos, de modo
que ellos no distraigan a las demás personas al hacerlos volver a sus
asientos. Además, cuando un niño deja el culto esto tiende a iniciar una
procesión de otros. Propiedad y comprensión son necesarias en el
manejo de este delicado problema. Pero con tacto y amabilidad los
niños pueden aprender a permanecer en el templo durante todo el
culto. Las personas que tienen problemas físicos y que por ello
necesitan salir del culto deben sentarse cerca de la parte de atrás y lo
más próximo posible a la puerta de salida.

Sentando a los que llegan tarde: Los que llegan tarde deben sentarse
durante el tiempo de la alabanza, pero nunca durante un llamamiento o
durante el ministerio de alguna música especial. Los que llegan
demasiado tarde, después que el sermón ha comenzado, deben sentarse
lo más inadvertidamente posible. Haber reservado los últimos lugares ha
sido una gran ayuda en el alivio de este problema en muchas iglesias.

Inscripción de los invitados: Los ujieres son responsables de distribuir


las hojitas de bienvenida a los invitados y visitas. Algunos invitados no
quieren ser identificados; y en ese caso debe respetarse su privacidad.
Una buena sugerencia es que la persona que ha traído al invitado le
entregue personalmente la hojita de bienvenida. Lo importante es
hacer que los invitados se sientan bienvenidos.

Tratar con personas problemáticas: Borrachos, pandilleros y otros tipos


de sujetos algunas veces entran en la iglesia con la esperanza de
obtener los beneficios del humanitarismo cristiano. Esas situaciones
deben manejarse con amabilidad cristiana, pero con firmeza, sin
involucrar al pastor. Muchas iglesias de ciudad, que han tenido una gran
cuota de esa clase de problemas, tiene procedimientos ya establecidos
y los ujieres los conocen bien.

Procedimientos de emergencia; La actuación de los ujieres en


situaciones de emergencia como una enfermedad física, fuego, un
apagón y otras, deben estar planificadas de antemano, de forma que
todos saben lo que hay que hacer. Los teléfonos de la policía,
bomberos, ambulancias y servicios médicos deben estar accesibles.
Extintores de incendios, luces de emergencia, linternas, etc deben estar
a la mano. Y aun más importantes son los procedimientos a seguir por
los ujieres en cada caso.

Problemas de estacionamiento: Cuanto más grande sea la iglesia, tanto


mayores serán los problemas de estacionamiento. Hay situaciones en
que algún vehículo queda mal estacionado y comienza a escucharse el
molesto sonido del claxon. Los ujieres deben avisar rápida y
discretamente al propietario del vehículo para que proceda a retirarlo y
estacionarlo correctamente.

Cultos de Santa Cena: En algunas iglesias los ujieres participan en la


distribución de los elementos de la Santa Cena. En general, se emplean
las mismas técnicas usadas en la recogida de la ofrenda. Sin embargo,
en los cultos de Santa Cena, se requieren más personas debido a la
doble distribución de pan y vino. Deben prepararse totalmente los
detalles de ese culto entre el pastor y el líder de los ujieres. El
propósito de esa distribución es servir a todos lo más pronto posible
pero en un atmósfera reverente.

Control de registros. Los registros exactos de asistencia se consideran


responsabilidad de los ujieres en muchas iglesias. Entre las cosas que
forman parte del archivo de los ujieres están incluidos los formularios
de registros. De ésta forma podrá saberse como evoluciona la iglesia en
el tiempo. Es importante tomar ese registro de la manera más discreta
posible. A algunas personas no les gusta que se les cuente y el proceso
puede también llegar a ser una distracción al culto.
Presentación de niños. En los cultos en los que hay presentación de
niños, suelen haber bastantes visitas. Es importante que los ujieres
coordinen bien la atención de los familiares y visitas para que puedan
disfrutar del culto, reservando previamente los asientos de familiares y
amigos de la criatura que va a presentarse, recibiéndolos y
orientándolos de forma especial a su llegada al templo.

Bodas: Los ujieres de la iglesia deben conocer como se desarrolla la


ceremonia habitualmente y cuál debe ser su función en cada una de sus
partes. Todo comienza sentando a los invitados. Hay que mantener
siempre despejado el pasillo central, ya que éste está reservado para la
novia y su cortejo. El pasillo a veces se cubre con una alfombra roja.  A
los invitados de la novia se les sienta a la izquierda del pasillo central y
a los invitados del novio a la derecha. Los parientes del novio y la mamá
de la novia se sientan en la misma fila en lados opuestos del pasillo.
Nadie se sienta delante de ellos. La última persona en sentarse antes
que la boda comience es la madre de la novia. Para sentar a los
invitados en una boda debe seguirse un procedimiento muy formal. Los
ujieres deben preguntar a las personas cuando van llegando si son
invitados del novio o de la novia, y entonces dirigen a los invitados al
lugar apropiado. El ujier ofrece su brazo a la dama mientras su
compañía lo sigue por el pasillo al lugar que el ujier ha escogido para
que ellos se sienten. Como ese es un proceso más lento que la tarea
normal de sentar a las personas en el templo, es sabio poner varios
ujieres en servicio para evitar un embotellamiento al comienzo del
pasillo. Si los invitados dicen que vienen en honor de ambos novios,
entonces debe ubicárseles en la parte donde hay menor número de
personas. Al final de la ceremonia nupcial, todos deben permanecer
sentados hasta que los novios salen del templo.

Funerales: Los que portan el féretro por lo regular son familiares,


aunque los ujieres deben estar prestos a ayudar si les fuera requerido.
En todo caso, en un funeral de la iglesia se necesita que los ujieres
sienten a las personas asistentes, prestando máxima atención a los
familiares de la persona fallecida. Los funerales en la iglesia con
frecuencia son más largos que los que se realizan en las capillas de las
funerarias. En muchos casos, una persona muy conocida puede tener el
tributo de una nutrida congregación en el culto fúnebre. Será necesario
un culto sosegado y eficaz bajo la supervisión general del pastor, quien
comunicará al líder de ujieres cualquier información especial sobre
arreglos de acomodo y programa que la familia desee.

Congregaciones muy concurridas: Otras ocasiones especiales tales como


Semana Santa, Navidad, cultos unidos y reuniones especiales, a menudo
provocan una asistencia que rebasa la capacidad del templo. La
dignidad y la presteza de parte de los ujieres ayudará a dar curso a
todos los problemas que puedan surgir. Si el plan para asientos
adicionales incluye sillas plegables, ellas deben estar rápidamente
disponibles, y puestas para usarse mediante un plan establecido y
acordado previamente. Si se usan otras habitaciones extras para esas
situaciones, el líder de los ujieres debe determinar cuándo hacer cada
movimiento para suplir los espacios adicionales. En cualquier caso, las
vías de evacuación principal (pasillos, puertas de salida, etc) deben
quedar libres, no pudiendo sentar a nadie en ellas, ya que las
consecuencias pueden ser muy desagradables. Además, debe atenderse
y comprobarse de antemano la iluminación, la calefacción, el aire
acondicionado, el uso de programa o boletín, el equipo de sonido y
otras necesidades. Conversaciones informales entre los ujieres y las
carreras desorganizadas entre ellos tienden a ser una distracción, por lo
que deben evitarse.

Espero que sea de bendición para todos los hermanos con un llamado a
servir y edificar en la iglesia a través del Ministerio de Ujieres.

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