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n la Biblia, 

Débora (en hebreo ‫בֹורה‬


ָ ְּ‫ד‬, 'abeja') fue una profetisa y la cuarta persona
que se desempeñó como juez de Israel antes de la monarquía (época del Tanaj y
Antiguo Testamento). Débora fue la única jueza que tuvo la Nación de Israel en la
Antigüedad.

En esa época y tal y como aparece escrito en la Biblia, en los capítulos IV y V del Libro
de los Jueces, Débora asumió su nuevo cargo, ejerciendo un liderazgo impensable en
aquellos tiempos para una mujer.

Unos tiempos en los que los hombres tenían todas las responsabilidades sociales y
religiosas.

Y las mujeres no contaban. Pero Débora supo hacerse respetar.

Más tarde sería llamada «la madre de Israel». Era una mujer hábil y muy
inteligente.

Como juez, administraba justicia, sentada bajo una palmera, entre Rama y Betel, y
ayudaba a la gente con sus diferencias tribales y problemas familiares.

Su función basculaba entre la de una «mujer buena», una mediadora, un juez de paz de
nuestro tiempo y, cuando las cosas eran gordas y serias, un juez al uso.

Por aquel tiempo, la división de poderes ni existía ni se la esperaba, y la democracia era


un concepto alienígena al ser humano en aquellos tiempos.

Débora hacía bien su trabajo.

Resolvía los pleitos que le presentaban sus conciudadanos, y aunque la parte perdedora
no quedaba contenta, contribuía a la paz social de forma determinante.

Pero Débora hacía más que juzgar.

También podía “ver” los peligros que acechaban desde el futuro.


Poseía el don de conocer el futuro. Hoy se la describiría como vidente.

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En una ocasión percibió una grave amenaza para la supervivencia del propio
Israel. 

Los cananeos, los habitantes de la tierra de Canaá, como hasta la llegada de los israelias
se denominaba lo que más tarde éstos bautizaron como Israel y después se ha conocido
como Palestina, veían a estos como unos intrusos e invasores de sus tierras.

Estaban determinados a borrar al pueblo de Israel de la faz de la tierra y a recuperar lo


que consideraban suyo, por derecho de posesión.

La juez Débora se movilizó a toda velocidad y encomendó al militar Barac que


reuniera un gran ejército entre las tribus de Israel e hiciera frente a los cananeos.

Además, le profetizó que Dios les daría la victoria.

El general Barac, que no se creía mucho lo de la videncia de Débora, le contestó


positivamente, pero le puso como condición que le acompañara en la batalla.

Sin ponérselo en palabras, le dejó claro que, si fallaba en su pronóstico, morirían los
dos.

Débora accedió sin titubear.

Y para demostrarle que ella no era ninguna echadora de cartas de pacotilla al uso, le
profetizó algo muy concreto: «Al general Sísara, líder de los cananeos, no lo matará tu
espada. Lo hará una mujer».

Barac le contestó con una mirada de incredulidad suprema.

El militar no le dio la menor importancia y se entregó a la preparación del ejército


israelita que debía librar la batalla.
Semanas más tarde tuvo lugar la batalla.

Barac y sus hombres se enfrentaron a los cananeos.

Como profetizó Débora, les dieron “una manita”, como se suele decir hoy en lenguaje
deportivo.

La derrota fue estrepitosa.

Sísara huyó a toda velocidad para salvar la vida.

En su fuga encontró una tienda, la tienda de Jael, esposa de Heber Ceneo. Los dos
pertenecían al pueblo de los recabitas, que convivieron armónicamente con los israelitas
en Canaá, como también lo hicieron con los cananeos.

El general estaba agotado, después de horas batiéndose el cobre frente a sus enemigos.

Por eso le pidió a la mujer un poco de agua y cobijo para descansar y recuperar fuerzas.

No temió ni sospechó nada. La mujer no era judía. Por lo tanto, no la consideraba


enemiga.

Al contrario.

Jael, primorosa en el trato, le dio leche y le llevó sobre una mullida alfombra. Luego le
cubrió con una manta y le dejó dormir.

Cuando había alcanzado un sueño profundo, Jael se acercó al general Sísara y le clavó


una estaca en la cabeza, de las que utilizaban para sujetar las tiendas, quitándole así la
vida.

De esa forma se cumplió la profecía de la jueza Débora: “El enemigo no morirá por la


espada de Barac sino a manos de una mujer…”.
Desde entonces el pueblo israelí entona el Cánto de Débora, uno de los pasajes más
antiguos de la Biblia (Jueces 5:23-27, en el Antiguo Testamento) que viene a enfatizar
que Dios usó a las mujeres valientes, como Débora, para guiar y liberar a su pueblo:

«Maldecid á Meroz, dijo el ángel de Jehová: Maldecid severamente á sus moradores,


Porque no vinieron en socorro a Jehová, En socorro á Jehová contra los fuertes. Bendita
sea entre las mujeres Jael, mujer de Heber Cineo; Sobre las mujeres bendita sea en la
tienda. El pidió agua, y dióle ella leche. En tazón de nobles le presentó manteca. Su
mano tendió á la estaca, Y su diestra al mazo de trabajadores. Y mató á Sísara, hirió su
cabeza. Llagó y atravesó sus sienes. Cayó encorvado entre sus pies, quedó tendido.
Entre sus pies cayó encorvado. Donde se encorvó, allí cayó muerto».

Y no hay duda que la jueza Débora lo consiguió, porque, según la Biblia, en su tierra


hubo paz durante los 40 años siguientes.

Débora: Líder, Jueza, Profeta y Guerrera. Débora es la mejor de todos los


jueces. “El pueblo reconoce su sabiduría y se acerca a ella para pedirle
consejo y para recibir ayuda en la resolución de conflictos”.

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Débora: Poder para actuar
La historia de Débora – profetisa y juez en Israel – es un poderoso ejemplo de
como la fe funciona ¡cuando es puesta en práctica!
4 Min · Nellie Owens
¿Alguna vez has estado en una situación abrumadora, donde quizá sabías que
tenías que hacer o decir algo pero no era tan fácil? A menudo, podemos
bloquearnos totalmente en situaciones como estas. Un montón de cosas
pueden ser lo que nos detienen: Pensamientos de inferioridad, miedo de lo que
los demás piensan de nosotros, dudas, orgullo, flojera e incluso falta de
disposición. Nuestra primera reacción ante tales situaciones es normalmente
"retirarnos" o buscar una "salida."  
Pero Dios tiene un mejor plan y esperanza para nosotros. Considera la historia
de Barac y Débora:
Una orden del Señor
Débora era líder, juez y profetisa en Israel – una persona a la que Dios pudo
revelar sus secretos. (Amós 3:7) Dios la usó para transmitir Su voluntad al
pueblo de Israel. Puedes leer toda la historia en Jueces 4-5.
Cuando Débora recibía una instrucción de Dios, era rápida para actuar. No se
quedaba meditando en las ventajas y desventajas, pensando en todo lo que
podría ir mal, o dudando de sus habilidades para hacer lo que Dios le mandó. Si
Dios decía que algo se necesitaba llevar a cabo, era suficiente para ella. Su fe en
Él le dio el poder para actuar. Ella recibió todo lo que necesitaba de Él para
llevar a cabo Su voluntad.
Un día Déborah recibió instrucciones claras del Señor. Tenía que llamar a un
hombre que se llamaba Barac y decirle que el Señor Dios le mandó a juntar
10.000 hombres en el monte de Tabor. Allí Dios iba a ayudar a Barac y a los
Israelitas a derrotar a Sísara, el capitán del ejército de Canaán, el cual había
oprimido a Israel durante muchos años. A causa de esa opresión incesante, los
Israelitas habían clamado a Dios por ayuda, y ese era el plan de Dios para
derrotarlo una vez por todas.
El Señor está contigo: ¿Estás dispuesto?
El hecho que Sísara tenía 900 carros herrados no significaba nada para Dios,
pues Él estaba listo y dispuesto a dar a Israel la victoria sobre el capitán y su
ejército. Pero Barac no estaba dispuesto a guiar al ejército de Israel solo.
Respondió a Débora: “Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no
iré.”
Por supuesto Débora fue con él. Era celosa para hacer lo que el Señor había
mandado, y en el día de la batalla dijo: “Este es el día en que Jehová ha
entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti?”
Imagínate, ¡que actitud y disposición! Mientras Barac estaba asustado de ir a la
batalla sin ella, Débora estaba llena de fe en que Dios iba a dar la victoria a
Israel. Creyó en la palabra de Dios y actuó de acuerdo a las palabras de le había
dado.
¡La fe lleva a completa victoria!
Israel ganó completamente la victoria contra sus enemigos en aquel día.
Después de eso hubo paz en Israel durante 40 años. Probablemente las cosas
hubieran sido diferentes si Débora no hubiera querido ir a la batalla. Debido a
su fidelidad y celo – su poder para actuar – se llevó a cabo la voluntad de Dios,
e Israel fue liberado.
La batalla hoy en día
Es completamente posible para nosotros tener el mismo espíritu que Débora
tenía – llenos de fe y celo en Dios. Todos los “carros herrados” que nos detienen
a ir a la acción – pensamientos de inferioridad, miedo de lo que los demás
piensan de nosotros, dudas, orgullo, flojera, falta de disposición, etc. – no son
nada para Dios. ¿Creemos en realidad lo que Dios dice y atacamos a los
enemigos que vemos en nuestras propias vidas? Esos enemigos no
son despiadado capitanes. Dios intenta liberarnos de algo muy diferente hoy
día: de cosas como la envidia, la pereza, dudas, orgullo, e impureza ¡Dios nos
quiere liberar del pecado!
Lee más sobre:  ¿Puedo realmente ser libre del pecado?
Tengamos el espíritu de Débora cuando vemos lo que se tiene que hacer en
nuestras vidas. No retrocedamos al ver a nuestros enemigos, o al entrar a una
situación difícil. Que nos llenemos del espíritu de fe que se encuentra en la
Palabra de Dios. Seamos rápidos para llevar a cabo la Palabra de Dios y lo que
Su Espíritu nos manda hacer, entonces también nosotros seremos victoriosos.
“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que
tienen fe para preservación del alma.” Hebreos 10:39.
Profecía de Débora

Representación fantasiosa de la jueza israelita Débora.

Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los
ojos de Jehová.Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual
reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en
Haroset-goim. Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía
novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos
de Israel por veinte años.

Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de


Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el,
en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No
te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de
Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de
Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de
Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?

Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré.


Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes,
porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue
con Barac a Cedes. Y juntó Barac a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subió con diez
mil hombres a su mando; y Débora subió con él.

Y Heber Ceneo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los
ceneos, y había plantado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a
Cedes. Vinieron, pues, a Sísara las nuevas de que Barac hijo de Abinoam había
subido al monte de Tabor. Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros
herrados, con todo el pueblo que con él estaba, desde Haroset- goim hasta el
arroyo de Cisón. Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque este es el día
en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante
de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él.
Y Jehová quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a todo su ejército, a filo de
espada delante de Barac; y Sísara descendió del carro, y huyó a pie, mas Barac
siguió los carros y el ejército hasta Haroset-Goim, y todo el ejército de Sísara cayó
a filo de espada, hasta no quedar ni uno.

Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el Ceneo; porque había
paz entre Jabín (rey de tribu de Hazor) y la casa de Heber el Ceneo. Y saliendo
Jael a recibir a Sísara, le dijo: «Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor». Y
Sísara vino a ella a la tienda, y ella le cubrió con una manta. Y él le dijo: «Te ruego
me des de beber un poco de agua, pues tengo sed». Y ella abrió un odre de leche
y le dio de beber, y le volvió a cubrir.

Y él le dijo: «Estate a la puerta de la tienda; y si alguien viniere, y te preguntare,


diciendo: “¿Hay aquí alguno?”, tú responderás que no».

Jael, mujer de Heber, esperó que Sísara se durmiera, y tomó una estaca de la
tienda, y se le acercó calladamente y, aprovechando que él estaba cargado de
sueño y cansado, le apoyó la estaca por la sien, y sosteniendo un mazo de madera
en la otra mano, le atravesó el cráneo y la enclavó en la tierra; y así murió Sísara.

Y siguiendo Barac a Sísara, Jael salió a recibirlo, y le dijo: «Ven, y te mostraré al


varón que tú buscas». Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto
con la estaca por la sien.

Así abatió el dios Yahvé aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos
de Israel. Y la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra
Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

Referencias
Características De Débora En La
Biblia. Historia, Lecciones

Meudys Ochoa
Hay mucho que aprender
de Débora en la biblia. Deborah es una de las líderes que realmente
admiro. Su liderazgo ejemplifica muchas cualidades de las que creo
que podemos aprender hoy. El hecho de que Débora fuera una mujer
y una líder conocida en la Biblia me hace admirarla aún más.
Creo que si hubiera vivido durante la época de los jueces, hubiera
querido pasar tiempo con Débora. Quizás la habría buscado y le
habría pedido que me asesorara.

Creo que debido a que me atrae la intersección de la fe, el liderazgo y


la psicología, Débora representa en muchos sentidos a un líder ideal.

Deborah es una de las pocas mujeres en la Biblia mencionadas por su


nombre, pero también es una de las únicas mujeres en la Biblia que
asumió un papel de liderazgo sobre Israel.
Pero, ¿quién era Débora en la Biblia? ¿Qué la hace relevante para
nuestras vidas hoy? ¿Y qué impactos puede tener ella en nosotros?
más adelante obtendrás las respuestas.

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Marcaron La Diferencia
Índice De Contenidos

¿Quién era Débora en la biblia?


Deborah ha sido durante mucho tiempo una de mis mujeres favoritas
en la Biblia, su historia está llena de valor y su fe podría inspirarnos a
todos. Pero, ¿quién era Débora en la Biblia y cuál fue su papel en el
libro de Jueces?

 Débora en la Biblia fue una profeta de Dios.


 Ella es la cuarta jueza mencionada en el libro de Jueces, y la
única jueza mencionada en la Biblia.
 Ella era una líder de Israel.
 Deborah era la esposa de Lapidoth.
 Se convirtió en líder militar.
 Ella era una compositora y juglar que dirigía a su pueblo en la
adoración después de que se había obtenido la victoria.
Lamentablemente, las escrituras no entran en gran parte de la historia
de Débora en la biblia, no se nos dice cómo llegó a las posiciones,
triunfos y luchas en el camino. Simplemente nos adentramos en la
historia de Deborah en Jueces 4 y la encontramos en el "tribunal"
debajo de una palmera. Este escenario era un símbolo de su
imparcialidad y su negativa a mostrar parcialidad en sus decisiones.
La Escritura dice que la gente buscó el juicio de Débora.

El papel de Débora en la Biblia


¿Alguna vez te has encontrado en una situación abrumadora? ¿Un
papel para el que no te sentiste preparado para asumir? Sabes que
escuchaste la voz de Dios atrayéndote aquí, pero esa vocecita aún
susurra dudas a tu corazón.

Lo derramas todo, día tras día, y aún así se siente como si nada.
Nunca es suficiente, nunca suficientemente bueno, lo que te da la
autoridad para dar un paso al frente, para liderar, para ser un ejemplo.

El miedo y la duda luchan contra la voz de Dios que trata de reprimirte


y hacer que sigas entrando en tu llamado y sofocar tu fe. Es
asombroso lo rápido que el diablo saca nuestras cicatrices cuando
estamos tratando de dar un paso hacia nuestro llamado. Él saca todas
las paradas, arrastrando nuestras inseguridades, y sale de donde
pensamos que las habíamos dejado enterradas.

No sé ustedes, pero esos sentimientos me son demasiado familiares.


La duda y el miedo son viejos compañeros de mi fe, dispuestos a
saltar en cualquier momento para intentar enviarme en retirada a mi
zona de confort.

Quizás es por eso que Débora en la Biblia se destaca tanto para mí.
Como mujer nacida en una época en la que ser mujer no le daba
ninguna ventaja, viviendo en cautiverio, recorre las páginas de la
historia sin fanfarrias como los otros jueces de la Biblia y se coloca al
frente del escenario.

¿Cómo se convirtió Débora en líder?


Quizás el versículo más sorprendente de Jueces 4 es el versículo 6, la
Biblia dice que Débora envía a buscar a un hombre llamado Barac.
Ella no le pide que venga, no suplica. Ella simplemente envía a
buscarlo con autoridad. Su autoridad no provenía de ella misma, su
habilidad, su reputación, sus títulos de trabajo, sino del Dios al que
servía.
Cuando Dios te llama a algo, cuando pone algo en tu corazón, no
importa lo que la gente piense, no importa si tienes las habilidades
perfectas o las palabras para decir. Tu autoridad viene de Dios. Por ti
mismo, es posible que no puedas hacer lo que Dios te ha llamado a
hacer, pero con Él puedes hacer todas las cosas, no tienes que ser
suficiente porque Él lo es.

Tal vez quieras conocer: 15 Características de una mujer virtuosa


según la biblia

¿Cuál es la historia de Débora y Barac?


La reacción de Barak a la orden de Débora es tan inusual que no
cuestiona su autoridad, su habilidad, su sabiduría o su conocimiento.
No pregunta quién es ella para darle órdenes. No pregunta por todo el
plan de batalla o por qué ahora. De hecho, ni siquiera pregunta por
qué.
Débora acaba de ordenarle que tome 10,000 hombres y vaya a
pelear contra el rey que los ha estado oprimiendo durante 20 años
-un rey que tiene 900 carros e infantería. Sin embargo, no hay un “sí,
claro”, no hay risas, no hay preguntas burlonas, no hay un “pensaste
todo esto hasta el final, sin sopesar el costo de estas decisiones”. Solo
dice una cosa: "Si vas conmigo, yo iré".
Quería que esta mujer de fe viniera con él, creo que muchas veces
somos un poco duros con esta figura bíblica por esta solicitud, pero no
puedo evitar preguntarme si pronunció esta declaración porque estaba
tratando de rodearse de personas de fe.
Quizás él quería a alguien cerca que creyera en el mismo sueño para
que cuando su fe flaqueara, ella estuviera allí para avivar el fuego de
la fe una vez más. Tal vez quería que ella le recordara de dónde venía
su autoridad cuando llegaban los días difíciles y la gente dudaba de su
misión, y en las horas oscuras cuando se encontraba librando batallas
silenciosas.

Cualidades y características de Débora


en la biblia
Según dice la narración bíblica, Débora ayudó a liderar a los israelitas
contra los cananeos, que habían estado oprimiendo a los israelitas
durante veinte años. Inspirada por Dios, Débora ayudó a Barak, un
líder militar masculino, a liderar los ejércitos de Israel hasta el monte
Tabor en un asalto total contra los cananeos.

Pudieron derrotar a Sísara, el comandante de los cananeos. Los


israelitas luego vivieron en paz durante los siguientes cuarenta años.
La Biblia es clara en que Deborah era juez. No estamos seguros de
por qué fue nombrada jueza. Ella es la única mujer registrada en la
Biblia como este tipo de líder.

Existe cierta especulación sobre por qué un hombre no estaba en esta


posición; sin embargo, simplemente no sabemos con certeza por qué
una mujer fue nombrada jueza en este momento particular de la
historia.

La Biblia también es clara en que Deborah fue una profetisa. Se


trataba de una mujer que tenía una hermosa intimidad con Dios. Fue
instruida en el conocimiento divino por la inspiración inmediata del
Espíritu de Dios, y tenía dones de sabiduría, a los que no llegó de
manera ordinaria; ella escuchó las palabras de Dios.

Creo que hoy tenemos mucho que aprender del liderazgo de Débora
según la biblia. Las siguientes son 8 cualidades que se encuentran
en el liderazgo de esta mujer de Dios:
1. Sabiduría: la gente acudía a ella en busca de consejo y guía.
Ahora Débora, una profetisa, esposa de Lapidot, estaba juzgando
a Israel en ese momento (Jueces 4: 4). Ella ejerció sabiduría.
2. Accesibilidad: el pueblo de Israel se acercó a ella; ella fue
buscada. Ella se sentaba bajo la palmera de Débora entre Ramá
y Betel en las montañas de Efraín. Y los hijos de Israel se
acercaron a ella para juicio (Jueces 4: 5). Lo más probable es
que vieran en su rostro una cualidad de accesibilidad.
3. Sensibilidad a Dios: ella conocía a Dios. Pasó tiempo con Él y
comprendió lo que Él quería para Su pueblo. Cuando Barac se le
acercó, ella le dijo “Ve y deplora las tropas en el monte Tabor;
toma contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los
hijos de Zabulón” (Jueces 4: 6). Su conocimiento de lo que Dios
quería que hiciera Barac demuestra su sensibilidad hacia Dios.
4. Líder de líderes: Barak es el líder militar de los israelitas. Es un
hombre en una posición de alto poder, supervisando a miles de
hombres. Deborah dirige a Barak en su proceso de toma de
decisiones. Luego lo acompaña a la batalla, y continúa
instruyéndolo sobre lo que debe hacer, ¡Arriba! Porque este es el
día en que el Señor entregó a Sísara en tus manos. ¿No ha
salido el Señor delante de ti? (Jueces 4:14).
5. Valiente: estaba dispuesta a entrar en batalla con Barak. Le
dice a Deborah: Si vas conmigo, yo iré; pero si no me
acompañas, ¡no iré! (Jueces 4: 8). Por alguna razón, Barak se
resiste a llevar a sus tropas a la batalla, pero su desgana
desaparece cuando Deborah accede a acompañarlo. Ella
responde: seguramente iré contigo (Jueces 4: 9). Su audacia es
asombrosa.
6. Entiende el papel de su liderazgo: cuando los líderes dirigen
en Israel, cuando la gente se ofrece voluntariamente, bendice al
Señor (Jueces 5: 2). Ella entiende que su liderazgo viene de
Dios y es obediente. Nada la inhibe de hacer lo que cree que
Dios la llama a hacer.
7. Su corazón está con el pueblo : mi corazón está con los
gobernantes de Israel que se ofrecieron voluntariamente con su
pueblo (Jueces 5: 9). Los líderes inspiradores se preocupan
profundamente por las personas. Su corazón está con su gente.
8. Reconoce quién obtiene el honor: ¡Escuchen, oh reyes!
¡Escuchad, príncipes! Yo, incluso yo, cantaré al Señor; Cantaré
alabanzas al Señor Dios de Israel (Jueces 5: 3). Cuando la
batalla termina y la gente se regocija, Débora reconoce a Dios
dándole alabanza.

¿Qué podemos aprender de Deborah?


Muy a menudo dudamos de la llamada en nuestras vidas porque
tememos que la gente no escuche, que cuando llegue el momento
fracasemos, que no sepamos lo suficiente, que no estemos
preparados para el papel.

La duda y el miedo susurran en nuestros oídos, desmoronando lo


que Dios está tratando de hacer y enviándonos a retroceder a las
sombras de nuestra zona de confort. Permitimos que nuestros
sentimientos de calificación nos impidan asumir el papel que Dios
tiene para nosotros.
Deborah en la Biblia no cuestiona la voz de Dios ni se pregunta
qué dirán los demás o pensarán, simplemente tiene la fe para hacer lo
que Dios le dice. Si la gente la sigue o no, no es de su incumbencia.
Su única preocupación es hacer lo que el Señor la ha llamado a hacer
y no dejar que nada se interponga en eso.
Necesitas aprender: Cómo Ser Una Mujer De Fortaleza: 6 Pasos
De Acción

Pensamientos finales
Tal vez no estemos físicamente en guerra, pero espiritual y
emocionalmente estamos quizás estemos librando una batalla que
sentimos que simplemente no podemos ganar. Sin embargo, debemos
tener en cuenta que nuestra autoridad viene de Dios. Los ataques del
enemigo vienen de un ejército en retirada que ya perdió la guerra. Tu
victoria ya está ganada. Confía en su Dios, ajusta tu forma de pensar y
asume la autoridad que Dios te ha dado.

Te Haré Entender...
Consejos, devocionales, lecturas, promesas y reflexiones especialmente para la
mujer cristiana "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos" Salmo 32:8
VIERNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2017

RENUEVA MI ALMA
Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; 

No hay para mí bien fuera de ti.

Salmo 16:2

Dios nos ha creado como seres eternos y nuestro ser está formado por
Espíritu, Alma y cuerpo, en ese orden Dios diseñó desde el principio que
nuestro Espíritu estuviera por encima de nuestra alma y de nuestro cuerpo.
Tristemente con la caída del hombre, a causa del pecado, este orden fue
invertido pasando a gobernar en muchas ocasiones nuestra alma y aún peor
nuestro cuerpo y nuestro espíritu fue relegado al último lugar. 

Cuando venimos al Señor y nos convertimos Dios hace un milagro en


nuestro interior y viene a vivir dentro de nosotros, a darnos vida,
entregamos a El nuestro corazón, nuestros problemas, en si toda nuestra
vida, pero a pesar de desear con todo el corazón agradar al Señor traemos
en nosotros un Alma, "mal enseñada" por así decirlo, un alma que viene
enseñada a gobernar, a anteponer sus gustos y deseos, por eso cada día
debemos batallar con nuestra alma para que se someta a la voluntad del
Señor y no nos dejemos llevar por ella.

Nuestra alma está formada por nuestros pensamientos, emociones,


sentimientos, nuestra mente y voluntad, por esa razón necesitamos que
nuestra  alma se renueve en El Señor día a día y al terminar un año y
comenzar uno nuevo, debemos pedirle al Señor que renueve nuestra alma.
que traiga un renuevo a nuestra forma de pensar, a nuestra forma de ver
las cosas, que nuestras emociones y sentimientos se renueve en Él para
que no gobiernen en nuestra vida, necesitamos un renuevo del Señor en
nuestra mente y en nuestra voluntad, para que cada día estemos sujetos a
la voluntad de Dios y no a nuestra propia voluntad y deseos.

El renuevo de Dios para nuestra alma trae vida, nos saca de la comodidad,
del desanimo, de la frustración o tristeza en la que a lo largo de un año
podemos haber caído, el renuevo del Señor para nuestra alma la vivifica,
para que tengamos la mente de Cristo, para que hagamos Su voluntad y la
paz y el gozo de Dios puedan gobernar nuestros corazones. El renuevo del
Señor en nuestra alma nos lleva a decir como dice este Salmo "alma mía
dijiste a Jehová tu eres mi Señor, no hay para mi bien fuera de ti".

Pide al Señor hoy que renueve tu alma, que entre como un agua viva ese
renuevo de Su presencia a llevarse todos los sentimientos y emociones que
no le agradan, que se lleve todos los pensamientos que no sean de acuerdo
a Su palabra, que Su presencia nos vivifique, nos llene de fe, esperanza y
que a través de ese renuevo vivamos cada día del año que inicia en el
centro de Su voluntad perfecta.

Señor renueva mi alma, hoy te entrego mi mente, mis emociones,


sentimientos, pensamientos, voluntad y todo lo que soy, mi corazón
es tuyo Señor, trae un renuevo a mi vida para que las cosas que he
dejado entrar a mi corazón y no te agradan puedan salir y dejar
espacio para actuar de la manera que tu quieres que actúe, para
pensar como tu quieres que piense y para hacer Tu voluntad por
sobre todas las cosas. Renueva mi alma Espíritu Santo, tu eres mi
Señor y para mi no hay bien fuera de ti!

Te pedimos por el mes de abril del año 2018, gobierna tu sobre


nuestra vida, toma el control de cada uno de los días de este mes,
guardanos del mal, que podamos vivir sujetos a ti y a tu palabra, te
entregamos nuestra vida Señor y que en el mes de abril del año
2018 tu seas siempre nuestro Señor y nuestro Dios. Amén!

EL RENUEVA MI ALMA

Nat Bonilla
Jan 12·2 min read

SALMOS 23:3

En ocasiones me e sentido tan perdida. Es como que le


pagaran a mi mente para ahogarme en un charquito de
agua. Humanamente no encuentro una solucion sensata a
mis pruebas, y es que honestamente no son pruebas que
pueda pelear con mis fuerzas.

En muchas ocasiones me olvido de agradecer a Dios en


medio de mis batallas, aun cuando espiritualmente estoy
deseosa por ese abrazo consolador del Espiritu Santo. Mi
mente se cierra y lo unico que hace es hecharse la culpa y
buscar soluciones que no van a funcionar conforme a la
voluntadad de Dios.

Lo que yo quisiera hacer es evitar la prueba, rodear los


obstaculos, saltarme el muro, no pagar el precio.

E querido sostener la carga sola y no podido. Es


humanamente imposible. Olvido llevar mis cargas, mis
pruebas, y mis angustias al único que puede ayudarme, a mi
ingeniero.

Hoy quiero que reflexionemos juntos que así como una


semilla necesita agua para brotar, crecer, y dar fruto así
también nosotros necesitas de Dios. Que así como te asustas
cundo tu carro hace sonidos extraños y corres al mecánico
para ver qué sucede así mismo tienes que correr a los brazos
del padre

“Esta bien, no estar bien a veces” , quien te mintió al decirte


que tener exito es facil? regocíjate por que aunque en medio
de la prueba llores y quieras rendirte, refugiate en su
presencia: dichosos los que lloran, porque ellos seran
consolados. Mateo 5:4

Abro mi corazon para decirte que lo se, se que la prueba no


es facil, que a tu corazon le duele, se que no es facil aceptar
que no puedes mas, se que no es facil aceptar que te
equivocaste, que no es facil aceptar que necesitas ayuda.
Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi
poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena
gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que
repose sobre mí el poder de Cristo.

Corre, literalmente, corre a ese refugio que tu alma necesita,


corre a ese lugar secreto que el espera anciosamente por ti,
corre al taller del maestro; Jesus. A brazos abiertos el te
espera, lleva un corazon dispuesto a ser moldeado por que
cuando has visto que una semilla florese de un dia para
otro? sin haber sido regada o sin haber resivido sol? Cuando
has visto que el oro brilla sin haber sido pasado por el fuego?
Cuando has visto un corazon agradecido con Dios sin haber
pasado esa prueba tan dura que al final los llevo su gracia y
amor con plenitud.
Así como el carro sale como nuevo después de la visita al
mecánico, así como las plantitas florecen y tienen retoños
después de regarlas. Así mismo sale uno como nuevo, súper
renovado después de estar en su presencia.

Salmos 34:18 El senor esta cerca de los


quebrantados de coraozon, y salva a los de
espiritu abatido.
ENTENDIENDO MI IDENTIDAD CON
CRISTO
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura (nueva creación) es; las
cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas. 2 Corintios 5:17

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de


mí. Salmos 51:10

El Espíritu Santo nunca toma vacaciones. El Espíritu Santo nos conoce, sabe de
nuestros ladeos y torceduras y hasta acomoda el escenario para que nuestras
caídas no sean de plano y podamos levantarnos rápidamente y continuar animando
nuestra vida cristiana y animando a otros a que sigan a Cristo. Para que esto
suceda y tenga un verdadero significado en tu vida, será necesario que el Espíritu
te revele una verdad que el enemigo ha tratado de ocultarnos durante siglos y por
tanto sigue siendo una asignatura pendiente de aprobar en el currículo del cristiano
moderno: el Espíritu de Dios te ha dado una nueva identidad, una increíble
identidad que te libera de todo tipo de ataduras y te permite disfrutar a plenitud los
deleites del Señor. El deleite de su Gracia es una inmensa bendición.
Esta verdad tiene que ver con la muerte definitiva y sin posibilidad de resurrección
de tu viejo hombre, de tu antigua naturaleza, de lo que eras y ya no eres porque el
día que conociste a Cristo, el día que Dios te escogió para ser adoptado como su
hijo, para ser aprobado en todo, justificado por su gracia y aceptado Él te regaló
una nueva identidad, tomó todos tus pecados y los clavó en la cruz de Cristo. Con
tus pecados fuiste crucificado con Cristo para que tu vieja naturaleza sucumbiera y
pudieras resucitar con Él convertido en una nueva criatura. No es posible resucitar
sin antes haber muerto.

En su sutil astucia el diablo no cesa en tratar de hacernos creer que nuestra antigua
naturaleza antes de Cristo, la del viejo ser humano que estaba muerto en delitos y
pecados, ¡todavía vive! y que aún es capaz de gobernar nuestros actos y esclavizar
la mente. Nuestro enemigo común sabe que mientras seamos ignorantes a la
verdad de nuestra nueva identidad, es decir, el ser Hijos de Dios, nos podrá
zarandear a su antojo. Cuando entiendes el significado de tu nueva identidad te
liberas y ensancha tus territorios espirituales que te permiten permanecer en
Cristo.

Hay algunas verdades que debemos entender de esta revelación.


Si no eres consciente de que tu antigua naturaleza murió en la cruz de Cristo para
que naciera la nueva criatura que eres, entonces no tienes conciencia de tu nueva
identidad en Cristo.

Si no comprendes lo que significa ser hijo de Dios (tu nueva identidad en Cristo), te
perderás el disfrutar a plenitud el regalo de la gracia divina.

Si no comprendes el mensaje de la gracia divina de Dios te sentirás siempre como


un pecador esforzado en hacer obras de servicio para Dios con el fin de agradarle y
conseguir así sus favores. A Dios le importa más lo que eres ahora, que lo que
puedes hacer por Él.

Si cualquiera de los primeros tres planteamientos son una realidad en tu vida, no


eres consecuente con el mensaje de la cruz y con el sacrificio que hizo el Señor
sobre ella para darnos vida en abundancia.

Cristo vino para darnos vida, no para reformar y componer la nuestra, sino para
darnos ¡la suya! En Cristo cohabitamos con Él por su propia vida. Él es nuestra
vida, Él es nuestra mente. Somos cristianos porque Él vive dentro del cristiano. Es
imposible para el cristiano ejercitar un estilo de vida donde el pecado sea habitual,
pues siempre se sentirá un miserable, endeudado y perverso, lo cual es contrario a
nuestra nueva identidad.

Estar en Cristo es entender que somos partícipes de su naturaleza divina (2 Pedro


1:4), que somos hechura suya, creados en Cristo Jesús (Efesios 2:10); Somos
nueva criatura, hijos del Altísimo y nuestro estilo de vida no está fundamentado en
lo que hacemos por Él, sino en lo que ya Él ha hecho en favor nuestro por el
sacrificio de su Hijo Jesucristo.

Bendiciones en Cristo.

 de suma importancia que conozcas tu identidad  en Cristo. No


puedo dejar de enfatizar en esto: que realmente sepas lo que eres
en Cristo. Tienes que saber lo que eres de acuerdo a la Palabra de
Dios.
Toda la lucha en nuestro corazón es porque Satanás no se cansa
de querer engañarnos. Lo vemos desde el principio con Eva en el
Edén: el diablo no aprende maña nueva. El lugar donde quiere
hacernos tambalear es precisamente en nuestra identidad. Si te
pega ahí, te tumba. ¿Por qué? Porque esta es la pieza clave en
nuestra vida. Imagina una pila de maderos que has ido
construyendo durante tu vida. Si quitas la pieza de la base todo lo
demás se viene abajo sin importar si se veía bonita o bien hecha. 

También lee: ¿Conoces Tu Verdadera Identidad?

Tener un Nuevo Pensamiento en Cristo


“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:2 Reina Valera
Revisada 1960).
¿Eres cristiano y has sentido que vives en derrota? A lo mejor te has
sentido fracasado y sin esperanza. Quizás tienes miedo de nunca
llegar a ser lo que Dios quiere que seas. A veces pensamos que ya
perdimos la oportunidad, que Dios ya no va a hacer nada más con
nosotros; eso nos deprime, nos desanima. Sin embargo, eso es una
mentira. Dios quiere obrar en nosotros a pesar de nosotros. 
Para lograr ser libre del pasado y del pecado tienes que conocer tu
identidad en Cristo. ¿Se te ha ocurrido que podrías estar pensando
equivocadamente de ti mismo? Muy probablemente te estés
percibiendo de una manera diferente a lo que en realidad eres. No
te conformes, transfórmate, renueva tu pensamiento. ¿Sabes lo
que Dios piensa y dice de ti? Si no es así entonces te animo a
invertir un poco de tu tiempo leyendo este artículo. Pon atención.
“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el
hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la
abundancia del corazón habla la boca” (Lc. 6:45).  Este es Jesús
hablando. Tal vez has leído y escuchado muchas veces este
versículo y piensas: “como hago cosas malas, entonces soy malo”.
Pero Jesús dice que una persona obra según lo que abunda en su
corazón. Si piensas que eres malo, entonces harás lo malo. Tu
futuro depende de lo que piensas de ti mismo hoy, así como lo que
eres hoy es lo que pensabas de ti mismo en el pasado.
Cada Uno es Responsable de Su Propio
Corazón
Nuestro crecimiento personal depende de 2 cosas: tu conocimiento
de Dios, y tu conocimiento de quién eres en Cristo. También es
importante que tomes tu responsabilidad personal de buscar ese
crecimiento basado en esas dos cosas. Cada uno es responsable de
su propio corazón. Tú puedes recibir todo el apoyo de toda la
iglesia, pero si no tomas tu responsabilidad ni siquiera Dios podrá
hacerte avanzar en tu vida espiritual. Tú tienes que tomar la
decisión de ver la vida de Dios en ti, de dar fruto.
¿Quién eres?
Quién eres no lo define tu nombre, profesión, nacionalidad,
religión o características físicas. Entonces ¿quién eres? Eres un ser
creado por Dios pero destituido para siempre de Su gracia, hasta
que crees en Cristo. En ese momento recibes el nombre de hijo de
Dios.
“ÉL QUISO LLAMARTE HIJO POR SU AMOR.”
Éstas no son sólo palabras bonitas para animarte, sino una verdad
fundamental y poderosa. Ser hijo de Dios es una obra espiritual.
No lo somos porque lo merezcamos, sino por el puro afecto de Su
voluntad, es decir, porque Él así lo decidió. Él quiso llamarte hijo
por Su amor.
El problema es que muchos entramos en una lucha interna al
pensar que nos hemos ganado el amor de Dios porque algo
estamos haciendo bien, o porque le echamos muchas ganas, o que
podemos merecerlo más si hacemos más cosas buenas. Pero no es
así.
Tengo otra pregunta para ti: ¿lo que haces define lo que eres? O
¿Será que haces lo que haces a consecuencia de quién eres? La
verdad es que lo que piensas que eres condiciona tus acciones. Si
tú crees que eres capaz, inteligente y bueno, seguro vas a actuar
conforme a eso. Si piensas que eres un fracasado, un caso perdido,
un bueno para nada, entonces así vas a actuar y vivir.
Lo primero que Dios hace contigo es
cambiar tu identidad
Hay personas que logran tener “todo” pero en el fondo se sienten
vacías porque lo que hacen o logran no define quienes son. Por
fuera llevan la vida soñada: riquezas, belleza, poder, fiestas, viajes,
medallas, reconocimientos, ascensos, influencia en el mundo. La
mayoría de nosotros no hemos alcanzado esas cosas y a veces
pensamos que si tuviéramos algo de aquello, entonces seríamos
felices. “Si yo tuviera la vida de…” ¿Te suena?
No me malinterpretes. Si fuiste ascendido en tu trabajo, o tus
finanzas están estables, si eres popular, si la persona que te gusta
te corresponde, ¡eso está bien! A lo que me refiero es que ninguna
de esas cosas define tu identidad. Tú no eres lo que haces. No eres
la vida que llevas.
“TENER CLARA NUESTRA IDENTIDAD ES ALGO TAN
IMPORTANTE QUE FUE AHÍ DONDE SATANÁS TENTÓ A
JESÚS EN EL DESIERTO.”
Por eso cuando tú crees en Jesucristo lo primero que Dios hace
contigo es cambiar tu identidad. Dios te dice: “Yo te pongo un
nombre nuevo. Vas a ser llamado mi hijo porque Yo te amo. Nada
de lo que hayas hecho te hace merecedor de ese título. Te llamo así
porque quiero”. Si tú crees eso, tu manera de vivir va a
cambiar. Tener clara nuestra identidad es algo tan importante que
fue ahí donde Satanás tentó a Jesús en el desierto. Por eso él decía:
“si verdaderamente eres Hijo de Dios”. Eso es exactamente lo que
te dice a ti.
Cuesta creerlo pero Dios te llama hijo, no pecador ni  fracasado. ¿Tú
piensas que Dios no ve todo lo malo que tienes? ¿Será que se
volvió loco? ¿Cómo puede ser que el Creador del cielo y la tierra te
haya dado el título de hijo? Puede que todo esto pase por tu
cabeza, sin embargo, es verdad, ¡créelo! 
Basar tu identidad en la aprobación y admiración de los demás
tampoco te garantizará la felicidad porque siempre habrá quién te
rechace. Pero si tú crees en Jesús no tienes que andar regateando
amor o aprobación del hombre porque Dios te ama y en Cristo
eres aceptado.
El Plan del Diablo es Mantenerte
Creyendo que tu Identidad es Pecador
Entonces, ¿por qué si eres cristiano y Dios te llamó “hijo”, sigues
teniendo luchas? Porque el diablo ha logrado engañarte y por falta
de conocimiento, pereces. El plan de Satanás es mantenerte
creyendo que tu identidad es pecador.
Pensarás “Pero, ¡es cierto! Yo sí cometo pecados, además según la
Biblia, si alguno dice que no tiene pecado se engaña a sí mismo” (1
Juan 1:8). A pesar de que pecas todos los días no eres pecador. Lo
que haces no define lo que eres, ¿recuerdas? Dios no te llama
pecador, sino justo, santo. Además, si llegamos a caer en pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo (1 Juan
2:1).
Tenemos el caso del apóstol Pedro quien negó a Jesús 3 veces
antes de que fuera crucificado. Cuando el Señor resucitó y se
volvieron a encontrar, Jesús no le volteó la cara, ni le hizo gestos, ni
siquiera le mencionó el incidente; no reaccionó como cualquiera de
nosotros lo hubiéramos hecho. En vez de eso le preguntó “¿Me
amas?”

También lee: 8 Diferencias Entre La Justicia de Dios y Tu


Justicia

¿Quién eres tú? Si has creído en Jesucristo, eres un hijo de Dios que
tiene que tomar decisiones correctas. Tienes que permitir que sea
la identidad que Dios te dio la que influya en tus decisiones. Basta
de dejarse influenciar por una mentira. Así nos pasa a todos:
fracasamos, nos consideramos fracasados y entonces fracasamos
más. Pecamos, nos consideramos pecadores y entonces pecamos
más. Por eso para salir del engaño tienes que saber que Dios te
ama, que tú eres Su hijo y que un hijo de Dios busca la santidad.
Cuando aceptes esto en tu corazón, entonces eso provocará el
cambio en tu vida.
Soy hijo de Dios porque Él así lo dice, soy
santo
Dios te ha llamado justo. Lo que te lleva a pecar es un concepto
equivocado de ti. Dios no te condena, te llama santo y justo. Tienes
que comenzar a identificarte así. Levántate y dilo: “Soy hijo de Dios
porque Él así lo dice, soy santo”. Dilo una y otra vez, y calla la voz
mentirosa del diablo que te quiere responder que no es cierto.
¿Cómo fuimos creados? Vamos a responder esta pregunta en
partes:
 Adán y Eva fueron creados vivos física y espiritualmente; no
había muerte en ellos. Esa vida se sostenía de una relación
íntima con Dios. Él les advirtió que si comían del fruto prohibido
morirían, y así fue, murieron no física sino espiritualmente.
Desde entonces todos nacemos vivos físicamente, pero
muertos espiritualmente a causa del pecado. Esto permanece
así hasta que Cristo llega a nuestra vida. Jesús vino a recuperar
la vida que habíamos perdido.
 Fuimos creados importantes. Dios creó al hombre y la mujer
y los puso por encima de la creación para gobernarla. Debido a
la caída el hombre perdió esa autoridad y fue dada a Satanás.
La Biblia lo llama el “príncipe de este mundo”. La autoridad e
importancia que perdimos en ese momento, Jesús la vino a
recuperar para nosotros.
 Dios nos creó para vivir seguros y nos proveyó de todo lo
necesario. “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da
semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto
y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra,
y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la
tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y
fue así” (Gn. 1:29-30). A causa de la caída tenemos miedo al
fracaso, a no poder, a no tener, a que nos falte. Jesús vino a
restaurar esa provisión. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os
falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Flp. 4:19).
 Nos creó con la necesidad de pertenecer. Dios creó a Adán y
vio que no era bueno que estuviera solo (Gn. 2:18) e hizo para él
una compañera. No me refiero sólo en el sentido de pareja,
sino de una persona que conviviera con él. Esta convivencia en
armonía se perdió con el pecado, ellos comenzaron a dudar el
uno del otro, comenzaron a señalarse, a desconfiar. Cristo
recupera esto: nos adopta en su familia y establece la iglesia,
donde sus hijos nos reunimos.

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¿Qué pasó en la caída?


1.  Con la caída de Adán y Eva entró el pecado en la humanidad y
todos heredamos la naturaleza pecaminosa de ellos: “Por tanto,
como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte” (Ro. 5:12). Es cierto que cometemos pecados pero también
es cierto que en Cristo tenemos nueva identidad y podemos tener
vida espiritual:  “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos
en vuestros delitos y pecados” (Ef. 2:1).
Si puedes creer lo anterior, cree más en esto: “Porque por cuanto la
muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección
de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados” (1 Co. 15:21-22).
2. Al pecar Adán y Eva perdieron el conocimiento de Dios.  “Y oyeron
la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el
hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre
los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo:
¿Dónde estás tú?” (Gn. 3:8-9). Esta fue la primera vez que se
escondieron de Dios. Se alejaron de Su amor, tuvieron una
percepción equivocada de Él. ¿Crees que te puedes esconder de
Dios? ¿Por qué hacerlo? Él es la fuente de vida, ¿conviene alejarse
de Él?
3. Otra consecuencia de la caída es que no tenemos claro el
conocimiento de Dios. “Teniendo el entendimiento entenebrecido,
ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la
dureza de su corazón” (Ef. 4:18). No podemos ver claramente a Dios.
“ESE CONOCIMIENTO MÁXIMO SE HIZO PERSONA
PORQUE NO QUERÍA SER CONOCIDO SÓLO
INTELECTUALMENTE, SINO EN UNA RELACIÓN
PERSONAL”.
Adán y Eva conocían a Dios mientras convivían con Él. Así es como
podemos conocer a Dios, no sólo con conocimiento mental, sino
por medio de una relación. En Juan 1:14 dice que el Verbo se hizo
carne. La palabra original en griego era “logos”, que significa
“conocimiento”. Cuando los griegos recibieron esto fue una
tremenda revelación, porque ellos creían en una forma
de conocimiento máximo  y Juan aquí dice que ese conocimiento
máximo se hizo persona porque no quería ser conocido sólo
intelectualmente, sino en una relación personal. Por eso Juan dice
“y vimos Su gloria”.
4. Por causa de la caída, al humano lo dominan las emociones
negativas como miedo y preocupación. En Génesis 3:10 Adán
escucha la voz de Dios, teme y se esconde de Él por primera vez.
Con el pecado fuimos llenos de temor, inseguridad, vergüenza,
culpa. Antes de eso, Adán y Eva estaban desnudos y no se
avergonzaban. También entró envidia, enojo, esto lo vemos en Caín
cuando se enojó contra Abel y lo mata,
5. Antes del pecado lo único de lo que teníamos que abstenernos
era del fruto prohibido. Todo lo demás Dios lo dispuso para
nuestro deleite. A raíz de la caída tenemos que decidir todos los
días negar nuestros deseos, antojos, con tal de permanecer firmes
y no caer en tentación.

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Deja de identificarte con el pecado,


identifícate con Jesús
Todos tenemos necesidad de pertenecer, de ser amados y
reconocidos. Estos son vacíos que tenemos en el corazón y el único
que puede llenarlo es Jesús. Por eso Dios se tuvo que hacer
hombre y vivir como Adán no pudo. Esta es la buena noticia: que
aunque parece que Adán echó todo a perder, Jesús vino a
restaurar. Por medio de Jesús nosotros podemos vivir una vida en
relación con Dios.
A lo mejor no estás disfrutando la vida como Dios lo desea porque
te estás identificando con el Adán incorrecto, el que falló, el que
pecó. Identifícate con Jesús, el segundo Adán, el que glorificó en
todo al Padre:
“No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi
juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que
me envió, la del Padre” (Jn. 5:30).
Jesús es vida, Él es nuestra esperanza:
-“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá” (Jn. 11:25).
-“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Jn. 1:4).
“POR NUESTRA FE EN ÉL YA NO SOMOS LLAMADOS
PECADORES, SINO SANTOS, HIJOS DE DIOS.”
Jesús no nació espiritualmente muerto porque fue concebido en
una virgen por medio del Espíritu Santo, y su nacimiento fue
virginal. María fue su madre en cuerpo, pero no en espíritu, esa
parte la puso Dios. Jesús nació vivo y no perdió la vida. Fue
obediente hasta la muerte y mantuvo esa vida hasta la cruz. Jesús
es la vida y está ahí para que nosotros lo alcancemos. Por nuestra
fe en Él ya no somos llamados pecadores, sino santos, hijos de
Dios. Comienza a tratarte como tal y decidir como tal.

Una Nueva Identidad


Vivir en Cristo es el tema más importante en el nuevo testamento.
Si no estás viendo el reino de Dios en tu vida, tal vez sea porque no
has nacido de nuevo (Jn. 3:3). Necesitamos creer en Jesús porque
necesitamos su vida.
Esta vida nueva nos da una nueva identidad. No se trata de recibir
algo sino ser alguien: hijos de Dios. El arma principal de Satanás es
decirte que no es cierto, que no te lo mereces, que no puedes
serlo, que es imposible. En la salutación a los corintios, Pablo les
dice: “a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con
todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, Señor de ellos y nuestro” (1 Co. 1:2). Así que no eres santo
por tus méritos, sino porque fuiste llamado a serlo.
El título de santo no se gana, se recibe. No pretendas ganarlo, Dios
ya te hizo santo. Si logras creer lo que Dios piensa de ti a pesar de
tu condición, tu vida cambia, tus decisiones cambian.

“TIENES LA LIBERTAD DE DECIDIR ENTRE EL PECADO Y


LA SANTIDAD”
¿Eres pecador? La respuesta bíblicamente correcta es: ya no.
Cuesta creerlo, pero Dios lo ha dicho. Lo que Él hizo es que antes
estabas en pecado y eras esclavo de él. Pero ahora eres libre para
vivir en santidad y libre para seguir viviendo. Antes no podías
decidir pecar o no. El pecado era tu naturaleza, ahora tienes la
libertad de decidir entre el pecado y la santidad. Al ser hijo de Dios
puedes recibir los privilegios de nacer de nuevo, la vida que Él te
da.
Uno de los errores más grandes es tratar de que Dios te
acepte. Dios ya te aceptó. Deja de preteder ser perfecto o
impresionarlo, porque ni eres perfecto ni hay nada en ti que lo
pueda impresionar. Él ya te aceptó y ya te amó.  “Mirad cuál amor
nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Jn.
3:1).

Identidad En Cristo - 3 Aspectos


Que Determina El Carácter Del
Hombre
El propósito primordial de Dios para toda la creación es establecer su
reino  sobre la tierra a través del hombre, cada hombre y cada mujer 
ha sido creado por Dios con la identidad en cristo y un diseño único
y especial, Para entender la voluntad de Dios y obedecerla a la
perfección. Desde siempre  Dios ha querido  transferir el majestuoso
reino  de los cielos  a la tierra por medio de los seres humanos,
básicamente esto determina un verdadero desarrollo en nuestra razón
y el propósito  de poder permanecer en este mundo.

Índice

La identidad en cristo determinan el


carácter
 Es importante saber  que la voluntad de Dios  no ha sido fundar una
religión perfecta, de hecho Dios no es religioso él únicamente ha
querido ver la manifestación de  su reino de amor sobre toda la tierra,
para así de esta manera establecer la voluntad  de su propósito sobre
el hombre, y darle cumplimiento. 
La identidad que los hombres puedan establecer en cristo determinara
de manera estable el carácter en Dios, ya que el carácter es una
determinación de vida y el único que puede formar un carácter bajo el
sometimiento celestial, es Dios, es el carácter quién determina si nos
parecemos a Dios, y esto nos dará el fundamento para tener la
identidad centrada en el propósito divino.
Sólo el hombre puede comprender la naturaleza divina  de Dios  y de
esta manera darla a conocer en la tierra. Los seres humanos fuimos
diseñados por un arquitecto, y nos hizo como una vasija  ¿Cómo es
esto? la vasija es un elemento diseñado con una personalidad  tan
única, para Dios la vasija contiene el producto asimilándolo y
afectando la textura, y la forma del material de su elaboración.

¿Qué es el carácter?
Existen diferentes conceptos y muchísimas definiciones en cuanto al
término carácter incluso la gente suele utilizar esta expresión  para
calificar  algunas actitudes, hasta de maltrato; tiranía crueldad,
dominación, inclemencia, y explosiones emocionales.

Y escuchamos decir en algunos casos que personas, que tienen estas


actitudes poseen un mal carácter, déjame decirte que no es la
realidad, los resultados de estas actitudes son: que no tiene carácter.
Si hablamos de carácter podemos decir  que es una palabra clave  tan
importante para la existencia del ser humano en la tierra.

 ¿Sabes por qué? porque ella representa la verdadera identidad


original del hombre si hacemos una encuesta para preguntarles a las
personas ¿por qué eres así? ¿Cuál sería tu límite de éxito?  ¿Por qué
pueden existir tantas incoherencias en la sociedad? ¿que sería lo
perfecto? ¿De dónde eres y hacia dónde vas? ¿Cuál es tu futuro?
Para muchos resulta un tanto difícil  responder, ¿sabes Por qué?
cuando uno no sabe de dónde viene es difícil poder distinguir y medir
el camino recorrido en la vida.

 El carácter  es la naturaleza original  con que fuimos


extraordinariamente diseñados por el arquitecto número uno,  llamado
Dios y a menos que tengamos el conocimiento amplio, que es Dios
quien nos trajo un destino,  jamás  podremos restaurar en nuestra
originalidad ese propósito para nuestra vida.
 En génesis 1: 26 Entonces dijo Dios hagamos al hombre a nuestra
imagen conforme a nuestra semejanza y señoree.
 Entonces interpretamos este versículo como un diseño único y
especial que Dios determinó para cada hombre porque viene de él,
ese diseño viene de su ser; a su imagen y a su semejanza para
señorear sobre la tierra pero hoy día resulta difícil porque se perdió el
molde original de ese diseño.

¿Cómo lo recuperamos? Tratando de transformar nuestra vida bajo


su espíritu santo. Es fundamental saber que una de las necesidades
más importantes y primordial para la raza humana es el carácter
conforme al carácter de Jesús, él vino a la tierra a mostrar cómo era el
diseño original del carácter en el hombre, para así tener conocimiento
y ponerlo en práctica.
 El propósito de Dios fue entregar una identidad a sus hijos
formados en el carácter de su semejanza y para conocer
esa identidad en cristo debes buscar en intimidad a nuestro Señor.

Aspectos relevantes para encontrar la


identidad en cristo:
1.-  primero conociendo el propósito:
Dios hizo al hombre con un propósito único y fue señorear, que en el
idioma original hebreo proviene de una raíz etimológica y se define en
la siguiente forma; gobernar, reinar, mandar dominar, y someter, esto
responde al porqué de las motivaciones innatas que poseen los
hombres de conquistar, dominar, y prosperar,  ya que nuestro ADN
(término científico) que después de terminar nuestra identidad
genética, contiene este elemento motivador totalmente natural que nos
fue entregado, y otorgado por el Dios de Gloria, en el momento de
nuestra creación, y que por consiguiente nos dio como equipaje en
nuestro espíritu, alma y cuerpo, un requisito importante para cumplir
nuestro propósito de vida en esta tierra.

2.-  El segundo aspecto; conociendo nuestra


identidad
Fuimos creados con el objetivo de alcanzar el propósito de vida,  pero
es importante conocer acerca de lo que es nuestra identidad, ya que si
no tenemos la naturaleza original,  entonces esto nos alejara del
propósito.

 Antes que Dios declara el propósito para el hombre en la tierra, Dios


primeramente lo dotó con su imagen y semejanza,  para determinar su
naturaleza y su identidad, sumándole a estos sus atributos. En
palabras muy profundas esto nos revela las grandes características
originales de los seres humanos, lo que es igual a un carácter.

 Los términos originales del hebreo bíblico para determinar lo que es


imagen y semejanza son traducidos: (ser la sombra de algo para
mostrar su figura y representativa) una de las declaraciones
comprobadas bíblicamente acerca de lo que es el carácter, es que el
hombre, o el primer hombre fue creado a la imagen original de Dios.
En el Génesis  podemos ver el sustento, su descripción completa de la
forma en como fue creado el hombre.

3.- La imagen de Dios en Jesús define el


carácter
El texto original para dar la descripción de que Jesús es la imagen de
Dios es la palabra griega carácter, lo que nos dice que la imagen
original con la cual fuimos creado representa toda su magnitud; el
carácter de Dios. Ese carácter fue implantado en la naturaleza
humana para habilitarlo y calificarlo en un desarrollo total, y potencial
para vivir en la tierra, a fin de hacer posible alcanzar el propósito de
vida que Dios había determinado.

Si bien sabemos que el primer hombre perdió el carácter y por esta


razón también perdió la habilidad, y el poder de influencia para
señorear sobre la Tierra. Debido a que fuimos tomados de un molde
único totalmente exclusivo que es Dios, de esta manera el carácter es
único, y no tiene variedades, ni cambios ya que el modo original no es
cambiante, y es totalmente singular.  Dios es el mismo ayer, hoy, y por
los siglos, de los siglos.

¿Cómo perdió el hombre  la identidad


original?
 Mientras el hombre tuvo el carácter pudo disfrutar también del poder
de la influencia para señorear sobre la tierra. La pregunta que nos
hacemos ¿Qué ocurrió con ese molde original del carácter? como
todos sabemos, la desobediencia en el edén fue determinante para
ser destituidos de esas magníficas características que daban como
resultado el carácter de Dios en el hombre, pero por un tiempo
determinado, ya que luego Dios decidió dar una oportunidad, a través
de Cristo, para recuperar el carácter que había sido dotado a los seres
humanos.

 En Génesis 37 entonces  fueron abiertos los ojos de ambos y


conocieron que estaban desnudos.
 Cuando hablamos de la expresión;  abrir los ojos nos referimos a que
de manera inmediata el hombre en este momento fue distorsionado su
carácter, y como gran consecuencia quedó discapacitada para tener
una operación positiva dentro del reino de Dios. Al pecar lo único que
cambió en toda la creación fue el carácter del hombre, ya que la tierra
sigue siendo la misma, Dios es el mismo, el reino de los cielos
representa la misma característica.
 La única esperanza para el hombre de ser totalmente restaurado a su
posición única y original está en la recuperación de la identidad en
cristo y ese carácter, por el cual fue creado en el principio. Sin carácter
definitivamente no hay un poder para alcanzar el propósito de Dios.
 El objetivo que tuvieron las huestes de maldad para incitar al hombre
al pecado fue dejarlo inhabilitado, inamovible al momento que
desfiguraron la imagen de Dios dentro de él,  ese molde único y
original que contenía el hombre en su ser fue movido, fue removido y
cambio,  hubo un cambio notorio.
Entonces ya  no estaba determinado el señorío y dominio, en su
estado de postración, el hombre quedo en  estado de esclavitud.
Podemos decir que el carácter del hombre en Dios es lo que nos va a
llevar a encontrar el propósito único y original por el cual fuimos
creados. Tenemos que entender que, el poder del carácter en el reino
es fundamental.

►Reflexiona:
El reino de Dios o el reino de los cielos no son una filosofía, ni siquiera
es una ola doctrinal, como algo que está de moda en estos últimos
tiempos,  a veces resulta  difícil explicarlo por medio de las palabras
ya que el reino de Dios simplemente, es demostrable por las
evidencias tangibles de un Dios soberano. Cuando logramos entender
el poder del carácter en el reino entramos una nueva dimensión
sobrenatural.

Gálatas 3:28 - Nuestra identidad en


Cristo y en la Iglesia

Este artículo fue escrito originalmente en inglés y está publicado  aquí .


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Bendiciones de Identidad 
Durante dos mil años, cada mañana, muchos judíos devotos han dicho la
siguiente oración, o una similar a esta:

"Bendito seas Dios del universo, que no me hiciste gentil, ni esclavo, ni mujer".

Esta oración no es solo indicativa de la visión teológica de la persona que esta


orando, es también indicativo de su visión de la sociedad. En particular está
expresando la identidad de la persona dentro de su visión del
mundo. Oraciones como estas han sido llamadas “bendiciones de identidad”
por lo estudiosos modernos. [1]

Comparemos esta oración con lo que otro hombre judío, el Apóstol Pablo,
escribió en Gálatas 3: 28-29:
“ Ya no hay judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos
ustedes son uno en Cristo Jesús. Y, ahora que pertenecen a Cristo, son
verdaderos hijos * de Abraham. Son sus herederos, y la promesa de Dios a
Abraham les pertenece a ustedes ”. 

El apóstol Pablo pudo haber estado familiarizado con las “bendiciones de


identidad” [2] judías y eligió usar las mismas tres categorías de humanidad, en
el mismo orden, para resaltar que esas distinciones eran irrelevantes si
estamos en Cristo. Cualquiera sea nuestro género y cualquiera sea nuestra
raza, todos nosotros somos hijos de Dios y descendientes de Abraham. Esta es
nuestra verdadera identidad y esta verdad debería estructurar nuestra visión
del mundo.

Nuestra identidad en la Creación y en la


Nueva Creación 
Nuestra identidad en Cristo debería tener una influencia directa sobre nuestras
relaciones dentro de la sociedad o comunidad de creyentes: la iglesia. En las
iglesias del Nuevo testamento el género parece no haber sido una distinción
importante entre los creyentes. La única razón dada para preservar las
distinciones de género en la iglesia, en algunas situaciones, era por causa de
los forasteros para el evangelismo. [3] Pero dentro de la comunidad de
creyentes Pablo nos dice que no debemos conocer a nadie según la carne. (2
Corintios 5:16 compárese con 2 Clemente 12 ). [4]

Si estamos en Cristo somos parte de la Nueva Creación y parte de una


comunidad donde los viejos paradigmas sociales y los sistemas de castas no
tienen lugar (2 Corintios 5:17). Si hemos sido “revestidos de Cristo” y “estamos
en Cristo”, esto afectará nuestra identidad y estado ahora mismo tanto como en
el futuro (Gálatas 3:27).

Nuestra identidad y estatus como seguidores de Jesús de la Nueva Creación y


es más que sólo “nuestra postura teológica concerniente a nuestra salvación”
como han sugerido algunos. Nuestra identidad debe afectar nuestra sociedad
entre las comunidades cristianas. Esta es probablemente una de las razones
por las que Pablo mencionó tres categorías de sociedad en Gálatas 3:28 (1)
judíos y no judíos, (2) esclavos y no esclavos, (3) hombres y mujeres. Estas
categorías incluyen potencialmente a toda la humidad.

La frase “hombre y mujer” en Gálatas 3:28 nos retrotrae a la Creación. En


Génesis 1:27 leemos que hombre y mujer humanos fueron ambos hechos a la
imagen y semejanza de Dios. Nosotros somos sus representantes en la
tierra. Dios autorizó tanto a los hombres como a las mujeres a ser mayordomos
de su mundo creado y a tener autoridad sobre los animales. Pero en ningún
lugar de Génesis 1 y 2 Dios dice que le dio al ser humano autoridad sobre otros
humanos. Más aún: Dios bendijo tanto a las mujeres como a los hombres
( Gen.1: 28 ). Y en respuesta, las mujeres así como también los hombres,
podían verdaderamente bendecir a Dios por la manera que Él los había hecho
–por su identidad.

El pecado arruinó la unidad, la igualdad y la afinidad entre los hombres y las


mujeres, resultando esto en desunión y en la jerarquía de géneros donde la
mujer estaba unilateralmente subordinada al hombre ( Gen. 3:16 ). Sin
embargo, a causa del acto redentor de Jesús existe nuevamente la posibilidad
real de igualdad, afinidad y armonía entre los sexos. En Gálatas 3:28 y pasajes
similares tenemos una “visión de la vida comunitaria redimida”. Tim Peck
(fuente: The Junia Project )

En la Creación no había jerarquías de género, y en la Nueva Creación no hay


jerarquías de género ya que todos somos hijos de Dios, guiados por el Espíritu
de Dios ( Rom. 8: 14-17 ; Gál. 3:26)

Gálatas 3:28 es más que una hermosa declaración teológica. Es también una
declaración sociológica. La igualdad y unidad de Gálatas 3:28 es a lo que la
iglesia debería aspirar. Esto es a lo que yo aspiro. Esta es mi “bendición de
identidad”: Bendito seas tú Dios del universo quien me has hecho una mujer y
una hija de Dios ”.

Notas Finales 
[1] “Tosefta Berakhot 6:18 enseña en nombre de Rabbi Yehuda ben Ilai (mitad
de la segunda centuria de la era cristiana) que cada hombre judío está obligado
a recitar tres bendiciones diariamente. Estas expresan de gratitud por el lugar
en el que uno está en la vida, mediante declaraciones negativas: 'gracias Dios
que no soy gentil, ni mujer, ni esclavo' (en declaraciones más tempranas, un
campesino). Este lenguaje hace eco de las oraciones griegas preservadas
primero por Platón. Especialmente porque este texto también aparece como un
dictamen legal en el Talmud Babilónico, Menahot 43b, estas bendiciones a las
cuales los estudiosos modernos llaman 'Bendiciones de identidad'
gradualmente se volvieron parte de las oraciones preliminares del servicio
matutino diario. ( Fuente )
Nota que esta oración toma prestadas elementos del filósofo griego de
Platón. La filosofía griega ha influenciado de manera adversa tanto el
pensamiento judío como el cristiano.

[2] Aunque esta oración fue escrita en la segunda centuria AD (ver la nota final
1) es probable que fue pasando oralmente antes de este tiempo y era usada en
los días de Pablo.

[3] Nuestra etnicidad, nuestro nivel de libertad social, y nuestro genero etc., no
cambia cuando nos volvemos cristianos, y tampoco deben ser causa de
discriminación dentro de la iglesia. Los apóstoles dan instrucciones a los
esclavos respecto de ser obedientes a sus propios amos, ya las mujeres a
sujetarse a sus propios maridos; pero a menudo la razón dada para justificar
estas instrucciones era ayudar el evangelismo y evitar que la iglesia tenga mal
nombre en una sociedad donde esclavos y mujeres eran vistas como inferiores
a las personas libres ya los hombres. (Ej. Tito 2: 9-10; 1 Timoteo5: 14; 1 Pedro
3: 1; 1 Corintios 11:10) [Más sobre sumisión en el matrimonio aquí .]

[4] La reducción en la importancia de las distinciones de género alcanzará su


máximo cumplimiento en la resurrección, cuando nuestros cuerpos
transformados y resucitados serán, resucitemos con un cuerpo que no tendrá
género. (Marcos 12:25; Mateo 22:30 cf. Filipenses 3:21)

[5] “En el texto griego  arsen kai thelu(“Masculino y femenino”) es más de una


interrupción que las traducciones al inglés indicarían. Estas palabras son los
términos técnicos de Génesis 1:27 "varón y mujer los creado", y su carácter
técnico es claro, ya que no son las palabras ordinarias para "hombre" y "mujer"
sino en realidad "varón y hembra." La conjunción “y” también interrumpe la
serie “ni / ni”. Por lo tanto, tenemos buenas razones para poner “varón y mujer”
entre comillas. Pablo muestra que la Ley ha sido trascendida en Cristo en los
siguientes puntos: (1) la línea divisoria entre los judíos y griegos ha sido
abolida, la pared de separación de la que el mismo Dios había resucitado a
través de la ley. (2) La línea divisoria entre esclavo y libre, la cual es bien
atestiguada en la Ley, se supera. (3) Y, por último, la división más fundamental
de la creación de Dios se supera,Una cartilla bíblica sobre las mujeres en el
ministerio , Parte 2. ( Fuente )

© 12.12.13 Margaret Mowczko.


Traducción al Español de Marlene Patricia Dorigoni Velásquez

Imagen
"Bendito" © Kirsten Blackstock (CreationSwap)

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