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MATERIA: CIENCIAS NATURALES

UNIDAD EDUCATIVA: “1º DE ABRIL”


CURSO: 6º B
ESTUDIANTES: IVAN FLORES MURILLO
LUIS ANGEL FERNANDEZ VILLCA
ABDIEL JOSUE GUERRERO LOPEZ
LOS FRUTOS
El Fruto
Es el ovario fecundado, transformado y maduro. El acto por el cual el fruto maduro
se abre para dejar salir a la semilla se llama dehiscencia del fruto, si no se abre se
llama indehiscencia.

TIPOS DE FRUTOS
Baya. Fruto simple desarrollado a partir de una flor de un solo carpelo. Es
carnoso e indehiscente (al madurar no se abre espontáneamente). El pericarpo es
suculento y las semillas están sumergidas en la pulpa. Ejemplos: anona, tomate,
uva, limón (baya tipo hesperidio), pepino (baya tipo pepónide).
Drupa. Fruto simple, carnoso, con endocarpo endurecido como hueso.
Ejemplos: coco, durazno, jocote, aguacate, marañón.

Aquenio. Fruto simple, seco, pequeño e indehiscente. Una semilla unida


a la pared del fruto en un solo sitio. Ejemplos: moriseco, girasol, fresa.

Los aquenios de la fresa (fotografía de la derecha) y del girasol suelen confundirse


con semillas.
Cariopsis o cariópside. Fruto pequeño, indehiscente,
seco. La semilla está unida completamente a la pared del fruto. Ejemplos: zacates,
maíz, arroz.

Nuez. Fruto simple, seco, indehiscente. Una sola semilla y un pericarpo


endurecido. Ejemplos: fruto del roble encino, avellanas, castañas.

Las almendras y las pecanas no son nueces en el sentido botánico, sino semillas
de drupas.
Legumbre. Fruto simple, seco, dehiscente, derivado de un carpelo que
se abre a lo largo de dos suturas. Ejemplos: las vainas de leguminosas como el
frijol, el poró y el árbol de Guanacaste.

Cápsula. Fruto simple y dehiscente (se abre espontáneamente a la


madurez). Se deriva de un ovario compuesto de dos o más carpelos. Ejemplos:
copey, caoba, seso vegetal (en la fotografía).
Sicono. Conjunto de frutos derivados de flores distintas, rodeadas por un
receptáculo carnoso. Ejemplo: higos (Ficus).
PARTES DEL FRUTO
Las partes del fruto son:
Epicarpo. Capa más externa (cáscara).
Mesocarpo. La parte carnosa y media del pericarpo.
Endocarpo. Parte interna, rodea directamente las semillas.

El epicarpio es la capa más externa del pericarpio, y consiste en lo que


habitualmente llamamos la cáscara o piel del fruto. Son epicarpios tanto la piel de la
manzana como la parte espinosa de un cardo o la cáscara de un fruto seco. Se
dividen en polícromos, lisos, granulares, pubescentes y espinosos.

El mesocarpio es la capa intermedia, que contiene las sustancias de


reserva. En los frutos inmaduros, estas sustancias son ácidos cítrico, tartárico y
málico, que ayudan a la semilla a desarrollarse por completo a la vez que dan al fruto
un sabor desagradable para no ser consumido aún. Una vez la semilla está lista para
ser dispersada, el fruto convierte sus ácidos en azúcares y almidones, volviéndose
muy atractivo para su consumo y favoreciendo así la llegada de animales que lo
ingieran.

El endocarpio es la parte más interna del fruto, y consiste


habitualmente en una capa protectora en torno a las semillas, habitualmente más
duro y que a veces contiene también sustancias de reserva.
FUNCIONES Y UTILIDADES DEL
FRUTO
Cualquiera que sea su origen y aspecto, el fruto cumple tres funciones principales:
contener y proteger a las semillas durante su desarrollo, contribuir a la dispersión
de las mismas una vez que maduran y atraer animales que favorezcan su ulterior
dispersión. El fruto, además de proteger a las semillas durante su desarrollo,
deben contribuir a su diseminación, ya sea porque las dispersan o porque se
desprenden junto con ellas de la planta madre. En los espermatófitos primitivos la
semilla aislada actúa como unidad funcional de diseminación. En las
angiospermas, en cambio, está función resulta impedida en principio ya que las
semillas quedan encerradas dentro de los carpelos maduros. La diseminación de
las semillas por otro lado, es de particular importancia en las plantas para evitar
que los descendientes de cada individuo permanezcan cercanos entre sí y de la
planta madre, lo que incrementaría fuertemente la competencia entre ellos por
recursos. La dispersión, lejos de la planta madre, no solo disminuye la posibilidad
de competencia entre individuos cercanamente emparentados sino que también
favorece la exploración y conquista de nuevos hábitats.

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