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LA GESTION DE CUENCA DESDE UN ENFOQUE DE DESARROLLO

SOSTENIBLE
Podemos decir que el desarrollo sostenible es la capacidad de satisfacer
Necesidades y actitudes sin comprometer los recursos y posibilidades de
las futuras generaciones, y está surgió a partir de la preocupación
creciente en todo el mundo en las últimas décadas del siglo XX al ver los
efectos que ocasiona diversas actividades sociales y económicas sobre el
medio natural
Y dentro del concepto del desarrollo sostenible se encuentra la realización
de una gestión adecuada de cuencas hidrográficas.
Una cuenca hidrográfica, o simplemente cuenca viene a ser el territorio
donde toda el agua de lluvia y de la nieve se drena cuesta abajo hasta una
sola masa de agua, por ejemplo, un arroyo, un río, lago o humedal. Una
cuenca también se conoce como zona de captación, porque el terreno alto
y corriente arriba “recoge” toda el agua que luego fluye cuesta abajo y río
abajo. Las cuencas pueden ser muy grandes y extenderse miles de
kilómetros, o pueden ser tan pequeñas como un solo valle. Y estemos
donde estemos, en una zona urbana o rural, siempre nos encontramos
dentro de una cuenca hidrográfica.
Una correcta gestión de las cuencas hidrográficas, implica que ciudadanos
y ciudadanas, autoridades, instituciones públicas y privadas trabajen
juntas, con el fin de cuidarlas y conservarlas, a través del fortalecimiento
de la educación ambiental, fiscalización para la ejecución correcta de las
diferentes leyes en favor de la gestión ambiental y aseguren el
cumplimiento de las sanciones severas para las personas que no cumplen
las leyes
Pero lamentablemente, hoy en día se observa el deterioro de las cuencas
hidrográficas causado por diversos factores, que podrían ser: la remoción
indiscriminada de la cobertura vegetal, la sobreutilización de los suelos, las
concentraciones inadecuadas de población y actividades económicas, la
concentración de infraestructura vial sin observancia de las normas y
pautas de índole ambiental recomendables, el avance incontrolado de la
frontera agrícola, la no aplicación de prácticas conservacionistas en suelos
de áreas vulnerables, la explotación de minerales metálicos y no metálicos
con técnicas objetables desde el punto de vista ambiental y por último, en
algunos casos la inexistente información básica ambiental, así como de
investigación necesaria para la utilización de los recursos.
Esto es motivo de preocupación de todas y todos porque somos uno de
los 20 países más ricos en recursos hídricos, los cuales deberían ser
gestionados de manera eficiente, tal como lo señalan también diversas
investigaciones y reportes de instituciones locales, nacionales e
internacionales; por lo que se preguntan, ¿Qué acciones podemos
plantear para una gestión adecuada de nuestras cuencas?
Son muchas las medidas que se pueden tomar para mejorar las
condiciones de vida sin deteriorar las cuencas, manteniéndolas saludables
para la gente, ahora y en el futuro.
• Asegúrese de que el suministro de agua y los proyectos de saneamiento
estén bien administrados para el beneficio de las comunidades locales y
del medio ambiente
• Trabaje para mantener saludables los bosques
• Aplique siempre métodos sostenibles para mantener la tierra arable,
rica y fértil
• Elimine los desechos de manera segura y estudie cómo producir menos
basura
• No cortar la vegetación cerca de las fuentes de agua.
• Cuidar los árboles y reforestar las zonas, en particular, cerca de las
fuentes de agua.
• Instalar viveros familiares y comunitarios para la reforestación.
• Enseñar a los agricultores del lugar a no quemar sus campos ni los
bosques.
• Construya casas, caminos y asentamientos sin cambiar el curso natural
de las aguas que fluyen por las cuencas y sin causar erosión; de este modo
se evitarán las inundaciones periódicas.
Con frecuencia la protección de cuencas implica resolver conflictos sobre
propiedad de tierras, delimitar las propiedades, planificar el flujo de
aguas, establecer convenios entre vecinos sobre la utilización de tierras y
agua, y recaudar y compartir los recursos necesarios para realizar las
tareas necesarias. En muchas comunidades no es fácil llevar a cabo estos
proyectos. Es posible que los gobiernos locales y regionales se involucren
en la resolución de los conflictos, a veces para bien y otras para mal.
No obstante, si las personas logran cooperar para proteger la cuenca,
podrán disponer de más agua. Como la escasez de agua origina o empeora
los conflictos, tener más agua podría mejorar las relaciones entre los
vecinos y al mismo tiempo proteger la salud de la comunidad. Algunos de
los beneficios que se obtienen al proteger las cuencas son:
• Aumento de la cantidad y calidad del agua en los pozos y manantiales.
• Mejor rendimiento de las cosechas, incluso en la época seca.
• Ganado más sano. Con más agua, se producen más cultivos. Esto
aumenta los ingresos de las personas y hace que permanezcan en el lugar
en vez de irse a otra parte en busca de trabajo.
Con más agua, se producen más cultivos. Esto aumenta los ingresos de las
personas y hace que permanezcan en el lugar en vez de irse a otra parte
en busca de trabajo
En conclusión, todos tenemos un compromiso ambiental con nuestras
cuencas hidrográficas porque dependemos de ellas y es nuestro deber
cuidarlas y conservarlas para no afectar nuestro presente ni nuestro
futuro.
La importancia del desarrollo sostenible radica en que este consiste en
velar por el mejoramiento de la calidad de vida en toda actividad humana,
utilizando para esto solamente lo necesario de los recursos naturales. Es
hora de ponerlo en práctica.

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