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DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA Y CONSTRUCCION - ESPE

UNIVERSIDAD DE LAS FUERZAS ARMADAS


ESPE

Nombre del estudiante Jonathan Chillagana

Carrera Software

NRC 7450
Materia: Cultura Ambiental

Nombre del profesor ING. RODRIGUEZ ESPINOSA, FABIAN FRANCISCO

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Isla de pascua

Isla de Pascua, a 27 °09'5 y 109 °26'0 en el Pacífico sur, emerge a unos 4.000 km al
noroeste de Santiago de Chile y aproximadamente a igual distancia de Tahiti, en la Polinesia
francesa, lo dos puntos terminales de la ruta aérea que roca la isla. La tierra más cercana e la
pequeña e inhabitada Isla de Sala y Gomes, 415 km hacia el este, mientras que la tierra
habitada más cercana es la Isla Pitcairn, 2.200 km hacia el noroeste.

El legado arqueológico más visible de Isla de Pascua son sus monumentos: los ahu
con moai, los moais que quedan en la cantera del Rano Raraku, la cantera de pukao, la aldea
de Orongo con su recinto ceremonial opulentamente decorado, y los muchos petroglifos que se
encuentran en varios sitios de la isla. Los ahu con moai, destruidos en parte durante las
guerras internas y luego abandonados por muchos años, son los únicos restos de los muchos
centros ceremoniales que deben haber existido en la isla en siglos
pasados.
La importancia de la conservación de este legado fue subrayada por William Mulloy al
proponer, en 1966, la idea de desarrollar la isla como un museo al aire
libre. Con ese propósito emprendió la restauración de algunos ahu. Para apreciar el esfuerzo
que involucra una restauración es necesario considerar el estado de esos ahu con sus moai
rumbados luego de años de abandono tras su destrucción, y recordar que el paisaje a
su alrededor continúo cambiando con el paso del tiempo.
Los monumentos históricos "representan la presencia viva del pasado que los forma"
según definición de la Recomendación de U E CO de 1976. Son, por lo tanto, de vital
importancia para la gente ya que son "expresión de su modo de vida y uno de los fundamentos
de su identidad". Con la toma de conciencia de la unidad de los valores humanos " la
responsabilidad común de salvaguardar este legado para las futuras generaciones" se hace
imperiosa, como lo enfatiza la Carta de Venecia (1964) de ICOMOS, el "credo" en la
conservación del patrimonio. Salvaguardar el patrimonio monumental de Isla de Pascua es una
tarea difícil y compleja, ya que el entorno que rodea estatuas y petroglifos debe ser respetado.
Si esto fueran colocado en un museo o aun, si el panorama a su alrededor cambiara, perderán
su carácter imponente.
Por lo tanto, todo intento de preservación debe considerar el contexto natural de estos
monumentos. Hay dos razones principales para emprender la restauración de un monumento
arqueológico. Primero, un monumento en ruinas, por lo general, no es respetado, y puede ser
objeto de vandalismo por parte de la población local llegándose, eventual mente, a su pérdida
total. Segundo, la restauración hace comprensible el monumento al visitante e incentiva el
turismo, resultando en una importante fuente de ingreso.
La pregunta que surge en relación a los monumentos de Isla de Pascua, en particular
los ahu, es si deberán ser preservados en su estado de destrucción y abandono o bien ser
restaurados a su estado previo. Definir el "estado previo" es problemático, ya que los
monumentos pasan por varias etapas con el transcurrir del tiempo. En la isla, los monumentos
son restaurados, en general, al último estado antes de su destrucción. En el caso del Ahu
Tongariki, cuya plataforma y estatuas fueron totalmente dispersadas durante la marejada, la

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restauración solamente puede considerarse una reconstrucción, aunque sea una fiel recreación
en base a documentación existente.
Pero cabe recordar que la destrucción de los ahu es una fase importante en la historia
del monumento y el moai derribado representa mucho más que un abandono. De ahí surge la
importancia de su preservación como ruinas, como recomendaran William Mulloy y Gonzalo
Figueroa en su informe a U ESCO (1966)

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