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FACULTAD DE INGENIERÍAS
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA AMBIENTAL
Presentado por:
Ciclo: III
1. CAPITULO I:........................................................................................................................................1
1.1. SÓCRATES...................................................................................................................................1
1.1.1. PRINCIPIOS..........................................................................................................................................1
1.1.2. ÉTICA....................................................................................................................................................1
1.1.3. VALORES.............................................................................................................................................1
1.2. PLATÓN.......................................................................................................................................2
1.2.1. PRINCIPIOS..........................................................................................................................................2
1.2.2. ÉTICA....................................................................................................................................................2
1.2.3. VALORES.............................................................................................................................................2
2. CAPITULO II:......................................................................................................................................3
APORTES DE LOS FILÓSOFOS EN TEMAS DE ÉTICA, PRINCIPIOS Y VALORES EN LA
EDAD MEDIA..........................................................................................................................................................3
2.1. SANTO TOMÁS DE AQUINO...................................................................................................3
2.1.1. PRINCIPIOS..........................................................................................................................................3
2.1.2. ÉTICA....................................................................................................................................................4
2.1.3. VALORES.............................................................................................................................................4
2.2. SAN AGUSTIN DE HIPONA......................................................................................................5
2.2.1. PRINCIPIOS..........................................................................................................................................5
2.2.2. ÉTICA....................................................................................................................................................5
2.2.3. VALORES.............................................................................................................................................6
3. CAPITULO III......................................................................................................................................8
REFERENCIAS...............................................................................................................................................10
1. CAPITULO I:
1.1. SÓCRATES
1.1.1. PRINCIPIOS
La mayoría de los hombres se mueven entre opiniones, y sólo los filósofos ascienden, por
medio de la dialéctica, hasta la pura intelección del bien. La dialéctica es el camino que sigue la
razón cuando abandona lo sensible y se dirige hacia las ideas puras, hasta alcanzar la intuición
intelectual del mundo ideal, de su estructura y de las relaciones entre las ideas. Sócrates
consideraba que el diálogo, la comunicación directa e interpersonal, es el único método válido
para la filosofía. (Ayllón, Díaz & Izquierdo, 2017)
1.1.2. ÉTICA
Sócrates defiende la posibilidad de alcanzar con certeza, verdades y valores. Para Sócrates
la moralidad era la base de la vida del hombre. (Ayllón, Díaz & Izquierdo, 2017)
Sócrates, pues era el mejor en la virtud. Era piadoso y en todo obraba según el pensamiento
de los dioses; justo, pues fue el más útil a quienes le trataron; moderado, pues nunca prefirió lo
cómodo a lo bueno; prudente, pues no se equivocó juzgando lo bueno y lo malo; capaz de juicio,
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de consejo y de reprensión a los que se equivocaban. Por todo eso era considerado el mejor y el
más feliz de los hombres. (Ayllón, Díaz & Izquierdo, 2017)
1.2. PLATÓN
1.2.1. PRINCIPIOS
1.2.2. ÉTICA
Desde Platón entendemos por ética la reflexión sobre la conducta humana orientada a
resolver tres problemas (Ayllón, Díaz & Izquierdo, 2017):
- Cómo llevar las riendas de la propia conducta, superando nuestra constitutiva
animalidad.
- Cómo integrar los intereses individuales en un proyecto común, que haga posible la
convivencia social.
- Cómo alcanzar la felicidad.
1.2.3. VALORES
Platón consideraba que toda ética es una propuesta sobre virtudes, y todas las virtudes se
pueden reducir a las cuatro platónicas, que han sido denominadas «cardinales» porque sobre ellas
gira toda la vida moral: la determinación práctica del bien (prudencia), su realización en sociedad
(justicia), la firmeza para defenderlo o conquistarlo (fortaleza) y la moderación para no
confundirlo con el placer (templanza). (Ayllón, Díaz & Izquierdo, 2017)
La virtud tiene en Platón tres sentidos complementarios: sabiduría, purificación y armonía.
Para Platón, en la raíz de toda acción humana está el deseo del bien, y el bien incluye placer,
verdad, belleza, felicidad e inmortalidad. (Ayllón, Díaz & Izquierdo, 2017)
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2. CAPITULO II:
2.1.1. PRINCIPIOS
La teoría moral de Santo Tomás está fundamentalmente basada en la ética aristotélica, a
pesar de que algunos comentadores insisten en la dependencia agustiniana de la moral tomista.
Parece obvio que, en la medida en que San Agustín es el inspirador de buena parte de la filosofía
medieval ejerza cierta influencia, como se observa en la metafísica y la teología, en el
pensamiento de Santo Tomás; pero no hasta el punto de difuminar el eudemonismo (considera
que el fin último del hombre es la felicidad) aristotélico claramente presente en la ética tomista.
Santo Tomás está de acuerdo con Aristóteles en la concepción teleológica de la naturaleza y de la
conducta del hombre: toda acción tiende hacia un fin y el fin es el bien de una acción. Hay un fin
último hacia el que tienden todas las acciones humanas y ese fin es lo que Aristóteles llama la
felicidad. Santo Tomás está de acuerdo en que la felicidad no puede consistir en la posesión de
bienes materiales, pero a diferencia de Aristóteles, que identificaba la felicidad con la posesión
del conocimiento de los objetos más elevados, con la vida del filósofo, en definitiva, Santo
Tomás en su continuo intento por acercar aristotelismo y cristianismo, identifica la felicidad con
la contemplación beatífica de Dios, con la vida del santo, de acuerdo con su concepción
trascendente del ser humano. (Moreno, 2010)
En efecto, la vida del hombre no se agota en esta tierra, por lo que la felicidad no puede ser
algo que se consiga exclusivamente en el mundo terrenal. Dado que el alma del hombre es
inmortal, el fin último de las acciones del hombre trasciende la vida terrestre y se dirige hacia la
contemplación de la primera causa y principio del ser: Dios. Santo Tomás añadirá que esta
contemplación no la puede alcanzar el hombre por sus propias fuerzas, dada la desproporción
entre su naturaleza y la naturaleza divina, por lo que requiere, de alguna manera la ayuda de
Dios; la gracia, en forma de iluminación especial que le permitirá al alma adquirir la necesaria
capacidad para alcanzar la visión de Dios. La felicidad que el hombre puede alcanzar sobre la
tierra, pues, es una felicidad incompleta para Sto. Tomás, que encuentra en el hombre el deseo
mismo de contemplar a Dios, no simplemente como causa primera, sino tal como es él en su
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esencia. No obstante, dado que es el hombre particular y concreto el que siente ese deseo, hemos
de encontrar en él los elementos que hagan posible la consecución de ese fin. Santo Tomás
distingue, al igual que Aristóteles, dos clases de virtudes: las morales y las intelectuales. Por
virtud entiende también un hábito selectivo de la razón que se forma mediante la repetición de
actos buenos y, al igual que para Aristóteles, la virtud consiste en un término medio, de
conformidad con la razón. A la razón le corresponde dirigir al hombre hacia su fin, y el fin del
hombre ha de estar acorde con su naturaleza por lo que, al igual que ocurría con Aristóteles, la
actividad propiamente moral recae sobre la deliberación, es decir, sobre el acto de la elección de
la conducta. (Moreno, 2010)
2.1.2. ÉTICA
Una de las aportaciones de Santo Tomás de Aquino a la ética fueron sus pensamientos bien
fundados sobre el sistema ético natural o las leyes naturales existentes dentro del ser humano
innatamente. Promulgó que los seres humanos nos regimos por leyes provenientes de Dios y no
humanas; las cuales ya están de forma inconsciente en nuestra mente, para la preservación del
bien. (Moreno, 2010)
Esto lo dividió en 4 leyes:
Ley eterna: es una ley provista por el orden que Dios ha establecido para el universo, la
cual es irrefutable.
La ley divina: esta ley son los mandamientos dados por Dios para el hombre.
Leyes humanas: son los estatutos aprobados y regidos por las autoridades humanas.
La ley natural: son los principios morales y éticos innatos en el ser humano.
2.1.3. VALORES
Tomás es consciente de que la vida espiritual consiste principalmente en la caridad; sin ella
no existe vida espiritual. De este modo identifica la vida espiritual con la perfección de la
caridad. Tomás define la caridad como una cierta amistad con Dios, como una unión afectiva y
recíproca que presenta todas las características de una verdadera amistad.
Tomás repite con insistencia que la caridad desemboca en oración y contemplación, y a su vez
éstas acciones hacen crecer la misma caridad. Pero, ¿en qué consiste la caridad? Siguiendo el
desarrollo de su pensamiento encontramos numerosas afirmaciones que van perfilando su
concepción del amor. Influenciado por Aristóteles, define el amor como desear el bien a alguien.
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Pero este amor no se limita al mero deseo o al sentimiento, sino que empuja a esforzarse y
trabajar para que ese deseo se convierta en realidad. El amor es definido igualmente como fuerza
de unión que une a la persona que ama con la persona amada, hasta el punto de que esta última
es tratada y considerada como si fuera un segundo yo. Esto mismo se aplica al amor de Dios: su
amor es fuerza que une, respetando siempre la alteridad, es decir, sin destruir en absoluto a las
personas amadas. La mística cristiana se distingue radicalmente de otras místicas porque en ella
la plenitud no se alcanza mediante la disolución del sujeto en un todo divino. (Moreno, 2010)
2.2.1. PRINCIPIOS
Leyó y conoció de memoria muchas obras de filósofos, entre ellas estaban las de Cicerón,
Varrón, Séneca, Plotino y Porfirio. Sintió preferencia por los neoplatónicos que ejercieron una
gran influencia en él, pero a los que corrigió. Esta predilección se basó en considerarles los
filósofos clásicos más cercanos al cristianismo y por haber dado vida a una enseñanza común de
la verdadera filosofía. Los principios que componen y en los que se inspira la filosofía de San
Agustín son la interioridad, participación e inmutabilidad del ser de Dios. (Román, 2011)
Con el primero hace una invitación al sujeto para que se vuelva a sí mismo, pero no para pararse
en el sujeto, sino para que se dé cuenta de que en él hay algo más que lo trasciende. La mente
humana está en relación con las realidades inteligibles e inmutables. Con este principio
demuestra la existencia de Dios, prueba la espiritualidad del alma y su inmortalidad y además da
una explicación psicológica de la Trinidad. (Román, 2011)
El segundo principio podemos enunciarlo así: todo bien o es bien por su misma naturaleza y
esencia, o es bien por participación; en el primer caso es el Bien sumo, en el segundo caso es un
bien limitado. Esta participación puede ser: la participación del ser, de la verdad y del amor.
En cuanto a la inmutabilidad, el ser verdadero, genuino y auténtico es sólo el ser inmutable. No
existe de alguna forma o en cierta medida, sino que es el Ser. Este principio vale para distinguir
al ser por esencia del ser por participación. (Román, 2011)
2.2.2. ÉTICA
La ética de San Agustín tiene un carácter eudemonista, es decir, el que se propone un fin para la
conducta humana, a saber, la felicidad; pero esa felicidad ha de encontrarse únicamente en dios.
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El ser humano es mutable e insuficiente para sí mismo, solamente puede encontrar su felicidad
en la posesión de lo que es más que el mismo, en la posesión de un objeto inmutable.
La ética de San Agustín es primordialmente una ética del amor pues es la voluntad lo que lleva al
hombre hacia Dios y goza de él. (Román, 2011)
“Amaras al señor tu dios con todo tu corazón, con toda tu mente, y con tu alma” y “amaras a tu
prójimo como a ti mismo” Después de citar las palabras de Cristo, tal como las transcribe San
Mateo; San Agustín afirma que “aquí está la filosofía natural, puesto que todas las causas de
todas las cosas naturales están en Dios Creador”, y que “aquí está la ética, puesto que una vida
buena y honesta no se forma de otro modo que mediante el amar, como deben amarse, las cosas
que deben amarse, a Dios y nuestro prójimo. La ética de San Agustín es religiosa, todo lo basa en
dios ya sea la felicidad las decisiones la voluntad y el que consideraba alejar la voluntad de Dios
es tomado como mal moral ya que haces voluntad creada que se aparte del bien.
2.2.3. VALORES
Amistad: La amistad es una forma de concreción del amor. Puede llegar a ser
auténtico “amor de alma a alma”. De hecho, San Agustín concibe que se pueden fundir
varias almas en una sola. Esto no significa unidad en los gustos, los sentimientos, los
proyectos, las opiniones…, sino unidad en el ser. La buena amistad contribuye a la
felicidad, es un don precioso de la vida. La amistad es uno de los aspectos fundamentales
para aprender la gratuidad del amor y constituye un pilar básico del ser humano y su
felicidad. Ante el reto de la superficialidad y de la indiferencia insensible, la amistad
significa un vínculo que une a las personas en mutua simpatía, cuyo ideal es llegar a tener
todo común, y dedicarse juntos a la búsqueda de Dios con una sola alma y un solo
corazón. Se expresa a través de la confianza, la confidencia, la fidelidad y la entrega.
(Román, 2011)
“Aquí existen dos cosas necesarias: la salud y un buen amigo” (Sermón Dennis 16,1). “No
hay amistad verdadera sino entre aquellos a quienes Tú aglutinas entre sí por medio de la
caridad.” (Conf. 4,4,7).
“El fin de la Orden consiste en que, unidos concordemente en fraternidad y amistad
espiritual, busquemos y honremos a Dios, y trabajemos al servicio de su pueblo.” (Const.
13).
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Interioridad: La interioridad permite apreciar lo que nos rodea, aceptar las propias
limitaciones, encontrarnos con los demás, superar las adversidades y buscar la verdad.
Permite conocerse a sí mismo y conocer mejor a Dios, que reside en nosotros. Ante el
reto de la dispersión y la superficialidad, se entiende la interioridad como una actitud
fundamental en virtud de la cual se opta por las capacidades y valores que tienden al
mundo interior de la persona. Se expresa a través del silencio, la reflexión, el
recogimiento y el realismo. (Román, 2011)
“No te desparrames. Concéntrate en tu intimidad. La Verdad reside en el hombre
interior.” (La verdadera religión 39,72).
“A través del camino de la interioridad se adquiere el conocimiento y el amor de Dios y
del Él nos hacemos partícipes. Es, por tanto, necesario que nos volvamos siempre a
nosotros mismos y, entrando en nuestro interior, pongamos todo el esfuerzo en
perfeccionar el corazón para que, orando con deseo ininterrumpido, lleguemos a
Dios.” (Const. 23).
Verdad: Ante del reto del relativismo, la razón y la fe posibilitan encontrar en el interior
del hombre la Verdad que lo dignifica como imagen de Dios. La Verdad se expresa a
través de la autenticidad, la honradez, la humildad y la sinceridad. (Román, 2011)
Libertad: Ante el reto del consumismo hedonista e intrascendente, la libertad es la
capacidad de vivir despojados de todo aquello que no permite el desarrollo de la dignidad
de la persona. Ser libre implica auto poseerse para disponerse y darse a Dios y a los
hermanos. La libertad consiste en no vivir esclavos ni de nadie ni de nada, ni de nosotros
mismos, sino ser capaces de elección y asunción de un proyecto personal y social en cada
momento; se expresa a través de la responsabilidad, la autodeterminación, la coherencia y
la planificación. (Román, 2011)
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3. CAPITULO III
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racional de que disponemos para apreciar la moralidad de un acto es la consideración de las
consecuencias que se derivan de él para la felicidad humana. (Colegio24hs, 2004)
La felicidad que propone Mill, no tiene nada que ver con la caricatura que frecuenta: el
aprovechamiento grosero de las ventajas a cualquier precio. La felicidad implica, como primera
condición, la dignidad o auto respeto. (Colegio24hs, 2004)
La parte más valiosa de la felicidad es, precisamente, el sentido de la propia dignidad. En
este sentido es básica la distinción que propuso Mill entre "felicidad" y "contento".
(Colegio24hs, 2004)
La felicidad supone un disfrute solidario. Sólo se puede llegar a ser plenamente feliz
cuando se vive rodeado de gente que también es. Ningún hombre es una isla.
El contentamiento como disfrute puramente personal, es "no moral". Consiste en el puro
“estar bien” que no es aún “vivir bien" y pertenece a individuos que no han alcanzado aún la
autonomía moral. En definitiva, se puede estar contento en la desgracia, pero no ser feliz
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REFERENCIAS
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